Historia del Rotary Club San Cristóbal 1941-2008

8/17/2019 Historia del Rotary Club San Cristóbal 1941-2008

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EDICIONES DE LA DIVISIŁN CULTURAL DE LA FUNDACIŁN CENTRO MÉDICO ROTARIO

DR. PABLO PUKY


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Blanca


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Historia del Rotary Club

San Cristóbal1941-2008


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FUNDACIŁN CENTRO MÉDICO ROTARIODR. PABLO PUKY

SR. ISTVAN TOTHPRESIDENTE

LIC. EUGENIO MART¸NEZ CANABALDIRECTOR-GERENTE

Av. 19 de Abril, Edif. Rotario, San Cristóbal, estado Táchira

Telf. 0276- 3561530e-mail: [email protected]

[email protected]


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Historia del Rotary Club

San Cristóbal1941-2008

LUIS HERN˘NDEZ CONTRERAS

EDICIONES DE LA DIVISIŁN CULTURAL DE LA FUNDACIŁN CENTRO MÉDICO ROTARIO

DR. PABLO PUKY


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Historia del Rotary Club San Cristóbal1941-2008

© Luis Hernández Contreras, 2009

© De esta ediciónEDICIONES DE LA DIVISIŁN CULTURAL

DE LA FUNDACIŁN CENTRO MÉDICO ROTARIODR. PABLO PUKY

Av. 19 de Abril, Edif. Rotario, San Cristóbal, estado TáchiraTelf. 0276- 3561530e-mail: [email protected]

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CUIDADO DE LOS TEXTOSErnesto Román Orozco

DISEÑO Y EDICIŁN AL CUIDADO DECentro Editorial La Castalia

IMPRESIŁNCentro Editorial La Castalia C. A.

[email protected]

HECHO EL DEPŁSITO DE LEYDepósito Legal: LF0742009

Reservados todos los derechos

Impreso en Mérida, Venezuela


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Índice general

Unas breves palabras 11Luis Hernández Contreras

Prólogo 13

Ramsés Díaz León

Preliminares 17Fundación del Club Rotario de San Cristóbal 21Rotary mundial 24Inicio del Rotary Club San Cristóbal 25Raúl Soulés Baldó 28Las primeras conferencias 30

Echando las bases. Adscripción al Distrito 44 36Simbología Rotaria 38Primer lustro de gestión. 1941-1946 39La octava conferencia del distrito 113 49Paul Harris. Rotario Mundial 53Don Jesús. Rotario de por vida 55Un lustro de crecimiento. Gestiones entre 1948 y 1953 58

La primera Gran Rifa Rotaria de 1953 70Objetivos de Rotary 73La prueba cuádruple 74Rotary en el corazón de San Cristóbal.

Bodas de Oro mundiales 75La Asamblea Anual Rotaria de 1958 99Pablo Puky Lanczy, el eterno rotario 104Rotary en democracia 106

La rifa cuatricentenaria de 1961 119Hacia la tercera década 123


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Rafael Balza. Rotario convencido 135Treinta años de actividad 140Notable celebración aniversaria. Marzo de 1971 143

Hacedores de casa propia 147El Club de Leones 149 Augusto Peña Sosa. Rotario de por vida 153Rotary y la Iglesia Católica 163Venezuela y Colombia a través del Rotary San Cristóbal 170Persiguiendo una aspiración colectiva 172Las sedes rotarias 178Hacia los cuarenta años 181

Alcanzando las Bodas de Oro 195Símbolos Rotarios en San Cristóbal 212Cinco décadas de acción 214Fortaleciendo la casa propia 221El Centro Médico Rotario Dr. Pablo Puky 225Rotary en el siglo xxi. Segunda presidencia

de Rafael Galvis Velandia 232Don Martín, siempre presente 234Celebraciones aniversarias 237Concluyendo un siglo e iniciando otro 239Los clubes juveniles 246La estructura rotaria 252

Jurisdicción del Rotary San Cristóbal a lo largo de los años 263

Logros rotarios en San Cristóbal 266

Lista actual de socios 270


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El mundo cambia y nosotros debemos

prepararnos para cambiar con él.

La historia de Rotary tendrá que escribirse una y otra vez.

Paul Harris


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Unas breves palabras

Escribí este libro por diligencia de la Fundación Centro Médico Rota-rio “Dr. Pablo Puky” y de la junta directiva del Rotary Club San Cristóbal,

presididas ambas por mis amigos Istvan Toth y Luis Ernesto Paolini. Otrossocios, con quienes he tenido relación directa por mis anteriores libros, como

Alberto Román Pernía, plasmaron esta idea que había sido considerada añosatrás y que decidí emprender. Para ello debí realizar una tarea complicadade rescatar en mis propios archivos de investigación, la historia rotaria localdesde 1941 a 1968, pues buena parte de la información está extraviada delos documentos oficiales del club. Sin embargo, el fichaje que he recabado delsiglo XX tachirense, me permitió ubicar los pasos iniciados por los rotarios

fundadores, y precisar algunos detalles que se repitieron como verdades abso-lutas sin serlo. En el libro bien están aclarados.

Debo agradecer, en particular, el apoyo brindado por Eugenio Martí-nez Canabal, Ramsés Díaz León, y en especial, el doctor Augusto Peña Sosa,memoria viviente del club desde su llegada al Táchira, además de hombresabio y humilde. De igual manera a todos los pastpresidentes que tuvieronla deferencia de conversar conmigo sus valiosas experiencias, que trato, deuna manera u otra, plasmarlas aquí. A la señora Carmen Rosa Meza, misingular deferencia.

Rotary es una noble obra que sintetiza en gran parte la historia deldevenir social del Táchira. Sus ejecutorias, imbuidas de buena fe, demuestranque en esta tierra, viejos anatemas y prejuicios, pueden ser vencidos.

Un especial saludo para mi corrector de pruebas y estilo, el poetaErnesto Román Orozco, de quien he aprendido grandes lecciones, y a JoséGregorio Vásquez, con quien he publicado ya más de una decena de libros.

Afecto filial.

Luis Hernández Contreras

En la mañana del 26 de febrero de 2009


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Prólogo

En la confusa emulsión que hace la memoria, tanto individualcomo colectiva, no se distingue con precisión la línea que separa loacaecido; es como si se extraviaran en esa distancia el antes y el después.El decenio quinto del pasado siglo (1941-1950) es muy pródigo en

acontecimientos, del país como del mundo: la guerra europea que atodos, de algún modo, toca con sus crueldades y lamentos. Comienzael gobierno de Isaías Medina Angarita con la expectativa que entrañacada nuevo comienzo. Es un gobierno que llevó a cabo un plan refor-mador, en los que destacan la Ley del Seguro Social Obligatorio; LaReforma Parcial de la Ley del Trabajo en el campo; El Código Civily la Reforma Tributaria, a través de la renovadora Ley del Impuestosobre la Renta. Además se creó el instituto Venezolano de SegurosSociales, se ampliaron los servicios de Cultura Obrera; asimismo sepromulgó la Ley de Sociedades Cooperativas y se creó la Junta deFomento de Producción Nacional, este último organismo fue el encar-gado de otorgar los créditos para el desarrollo del entramado industrialdel país. Hay un hecho, el sucedido en octubre de 1941 que marcatodo el año y se reanima en la evocación venezolana: Venezuela ganóel Campeonato Mundial de Béisbol de La Habana; ese logro fue la

ancha explanada en donde se reunieron todos los ciudadanos de unpaís signado entonces con señales más providentes.

Ocurren hechos que han de verse en las dimensiones que vanadquiriendo. Está el establecimiento y la inmediata actividad y así vaprolongándose por decenios, con la misma dinámica con el que fueimpulsado; pero, inadvertidamente tienen un gran efecto, dejan unahuella en el ánimo colectivo. La fundación del Rotary San Cristóbalfue en determinado momento y a partir de ahí se insertó en la vida

regional remozó horizontes, restauró sueños, revalidó esperanzas conla naturaleza de las instituciones que, sin estridencias, hacen bien


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sus compresos y afirman su lealtad a servir de estímulo a las buenascausas.

Con estilo depurado y ameno y escritura pulcra, Luis Hernán-

dez Contreras nos hace un genial paseo por los 68 años de historiadel Rotary San Cristóbal. En su crónica, el autor nos ubica en eltiempo que precedió a la inauguración de la institución filantrópicaen la capital tachirense e incluso nos retrotrae a la fundación por PaulHarris del movimiento que surgió en el mundo para servir a los másnecesitados.

En su historia magistralmente contada, Hernández nos hacerevelaciones asombrosas, desconocidas por la mayoría de los rotarios

que integramos el club, como lo fue la indisposición de la IglesiaCatólica hacia nuestra organización, que llegó a involucrar al PapaPío XII quien prohibió, expresamente a miembros del clero acercarsenuestro movimiento, con la falsa creencia que hacíamos parte de lafrancmasonería, debido a las afirmaciones que en ese sentido hizoun español.

Esos prejuicios fueron desvaneciéndose en el tiempo, según el

relato, gracias al acercamiento de jerarcas del catolicismo que hicieronhacia el rotarismo. En San Cristóbal el club ha tenido como miembrosa varios sacerdotes, entre ellos a quien más tarde fuera el Obispo deSan Carlos, el tachirense Antonio Arellano Durán.

También cuenta el relato de los 68 años de Rotary San Cristóbal,de las dificultades que se presentaron para la iniciación del rotarismoen Venezuela, dada la férrea dictadura gomecista que impidió que enla tercera década del siglo anterior se abriera el primer club en el país

y debió esperar hasta la muerte de Gómez para darle vía libre a suinstauración entre nosotros.

La historia de nuestro club en San Cristóbal, que es el quintodel país luego de Caracas, Maracaibo, Valencia y Barquisimeto, esparalela al Táchira de la época y su evolución histórica. Y algo más,la minuciosa investigación plantea los acontecimientos orbitales en eltranscurrir de Rotary International, como lo fue la Segunda GuerraMundial y sus críticas consecuencias para la humanidad.

El estudio contempla las diferentes sedes que tuvo Rotary SanCristóbal, desde su inicial Hotel Royal hasta la actual sede, el remozado


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edificio que en la actualidad sirve de asiento a la Fundación CentroMédico Rotario Dr. Pablo Puky, así como las 68 directivas que desdesu fundación hasta la fecha han regido los destinos del club.

La obra del Rotary San Cristóbal está plasmada en el libro endetalle con los alcances. Se habla desde la campaña antituberculosa,una enfermedad que por los años cuarenta todavía cobraba vidas ylas estadísticas de las defunciones en esa época eran realmente alar-mantes. Cuenta cómo médicos especialistas trabajaron con denuedopor la erradicación de la enfermedad, de la misma manera que RotaryInternational, en fechas más recientes inició su campaña contra lapoliomielitis.

La obra de Rotary San Cristóbal es gigantesca y ha abarcadotodos los niveles, con especial énfasis en la salud; pero también laeducación ha sido materia de trabajo. Durante muchos años, nosdice Hernández Contreras se premió a estudiantes aventajados. Ydesde hace poco más de 30 años se dio comienzo al programa deintercambio de jóvenes que van a países de lenguas diferentes paraaprender nuevos idiomas y compartir con otras culturas. El Club de

San Cristóbal es líder en este tipo de intercambios en el que las familiasdel muchacho que se va reciben al que viene y le da igual tratamientoque a su hijo biológico.

La fundación del Rotary San Cristóbal es relatada en el libro demanera minuciosa, con citas especiales de las figuras que tomaron parteen la tarea de este nuevo Club que es ahijado de Rotary Maracaibo.Se cuenta que la Carta Constitutiva llegó apenas una semana despuésde haberse inaugurado. En lo que constituyó un verdadero récord.

Están los nombres de los fundadores, así como está el listado de lamembresía del club de hoy, el más numeroso de Venezuela. Tambiénhay historia del Distrito que ha tenido varias denominaciones: 44,113, 438 y la actual 4380.

La historia de la Gran Rifa Rotaria en la pluma de Luis Her-nández Contreras es apasionante. Se narra allí sobre la primera que se

jugó en el año 1953 y las subsiguientes. Su creador, el socio fundadorMartín Marciales, hijo, se aseguró de realizar premiaciones de lujocomo lo fue, por ejemplo un Cadillac y otro automóvil de menor valor,hasta seis casas amobladas que fueron rifadas en un mismo sorteo.


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Rotary siempre ha trabajado en la recaudación de fondos parasus obras sociales, como la Fiesta de la Confraternidad y espectáculosmusicales. Y la rifa siempre ha tenido la aceptación de la comunidad

porque sabe que si no es favorecido con un premio está ayudando alos más necesitados. En fin, el libro nos hace un paseo por la historiade este Club, que al decir de muchos es uno de los mejores que exis-ten en el país, por su capacidad organizativa, por su entrega, por susalcances y de manera especial, por su prestigio.

Ramsés Díaz LeónPast Presidente 2005-2006


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Preliminares

Para 1941 la ciudad de San Cristóbal lucía tranquila. Apenasseis años antes había muerto el general Juan Vicente Gómez y nuevosaires de libertad rodeaban el ambiente. Los profesionales, los obreros,los estudiantes, todos en general, creaban organizaciones que defen-

dían sus derechos, y la institucionalidad se fortalecía de una manerau otra. El presidente del Estado, denominación empleada antes de lade gobernador, instituida en la Constitución de 1947, era un indivi-duo apacible, un diplomático, un hombre de mundo y de letras. Eldoctor José Abel Montilla había asumido esa responsabilidad el 19de noviembre de 1938 y había emprendido una obra de bien. Fue elfundador de la Escuela de Artes y Oficios, en un edificio de la carrera9 que serviría de sede para la Escuela de Comercio Alberto Adriani.En diciembre de 1940, el flamante mandatario inauguraba el CampoDeportivo Juan Maldonado, una alternativa para la juventud ociosaque buscó refugio en sus piscinas y su pared de frontón. A su lado,luego se levantaría el llamado Gimnasio Cubierto de La Concordia.

San Cristóbal tenía otro talante. El aeropuerto de Santo Do-mingo acortaba las distancias con la lejana Caracas. De tal manera,varios sucesos transformaron su bucólica tranquilidad. Otros acentos

se escucharon cuando llegó su segundo obispo. Un centrano, oriundode La Guaira, Rafael Arias Blanco, tomó posesión de la diócesis el 2de marzo de 1940, y de inmediato nombró al joven sacerdote CarlosSánchez Espejo como director del Diario Católico, órgano de la IglesiaCatólica creado en 1924. En el campo científico, la capital tachirenselogró ser, en marzo de 1940, la sede del Primer Congreso TisiológicoNacional, contando con la presencia del ministro de Sanidad. Allíresaltó la voz de un médico local, Raúl Soulés Baldó, formado en

París, quien continuaría sus apariciones públicas iniciadas años atráscuando fundó la Cruz Roja del Táchira. Distintas inflexiones del habla


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venezolana se percibieron cuando Juan Antonio Román Valecillos yLuis Beltrán Prieto Figueroa, entre otros, se dirigían a sus colegas enla Quinta Convención Nacional del Magisterio Venezolano, efectuada

en las instalaciones del Salón de Lectura. La ciudad se extendía haciael este con el desarrollo urbanístico de Pirineos, y en la política, algotan apetitoso para estos montañeses acostumbrados al poder desde1899, una extraña agrupación, las Cívicas Bolivarianas, creadas porel presidente de la República, Eleazar López Contreras, obtenía el 80por ciento en los comicios que eligieron concejales y diputados a la

Asamblea Legislativa. Después, esos circunstanciales militantes, seríanesfumados como si se los hubiese llevado la peor de las tormentas. Era

una simple imposición política, venida desde las alturas del mandodel general queniqueo. Luego de entregado el solio de Miraflores,nadie le haría caso. En el centro de la urbe, un persistente capachero,nativo de Peribeca, Jesús Manuel Díaz González, celebraba los cincoaños de un sueño hecho realidad, La Voz del Táchira, su emisora deradio, la que lanzó al aire el 15 de noviembre de 1935.

Así las cosas, el ambiente de 1941 permitía la continuación de

organizaciones para el bienestar social, para el servicio a los demás.El mundo cultural celebraba el primer concierto de la Orquesta deCámara del Salón de Lectura, sociedad artística que presidía el médi-co tisiólogo Soulés Baldó, realizado el 11 de enero bajo la batuta deMarco A. Rivera Useche. Otro médico, también formado en Francia,el otorrino Roberto Villasmil Candiales, lideraba la fundación delprimer colegio de médicos creado en el país, establecido el 17 defebrero. Por esos mismos días se graduaba en Caracas la primera en-

fermera oriunda de estas montañas, la joven Blanca Haydée Sánchez.El 5 de marzo, en el auditorio del ya nombrado Salón de Lectura, elincansable Soulés Baldó convocaba un grupo de amigos para cons-tituir una organización que haría en esta ciudad una obra más quesingular, el Rotary Club.

La nueva institución tuvo como secretario a un joven bachillerque estudiaba Derecho en Caracas, Ramón J. Velásquez, adentradoen los estudios de la historia regional, y periodista desde adolescente,oficio que aprendió al lado de su padre, el humanista don RamónVelásquez Ordóñez, uno de los dos seglares que había dirigido Diario


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Católico. Velásquez hijo, siguiendo a Soulés Baldó, lo reemplazó enla conducción del Salón de Lectura, el 5 de mayo, para emprenderuna lucha de renovación que lo enfrentó a sus antecesores genera-

cionales. El mundo del gobierno daba la bienvenida al nuevo primermandatario nacional, otro tachirense, el general Isaías Medina An-garita, quien ese mismo día 5 asumía las riendas del país. Nombrócomo presidente del Táchira al abogado Antonio Pulido Villafañe,acusado de gomecista por sus opositores, por haber sido secretarioGeneral de Gobierno en esos años oscuros. El apremio hizo mella, yfue reemplazado en noviembre por el mayor Francisco Angarita Ar-velo, preso de Gómez y primo del presidente Medina. Una vez más,

Jesús Manuel Díaz González tenía un motivo para celebrar. El 15 denoviembre inauguraba el regio edificio de La Voz del Táchira en lacarrera ocho. Los nuevos rotarios no daban descanso a sus ánimos.Sería una perenne escuela.


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del presidente del Rotary Club Maracaibo, Mario Belloso Villasmil, seformalizó la reunión de los 22 socios fundadores, acordándose dejarpara el 5 de marzo venidero, la instalación formal del nuevo ente.

En su libro Efemérides del Club Rotario de San Cristóbal, JesúsManuel Díaz González, uno de los fundadores, describe el momentohistórico.

El 30 de enero de 1941 se convocó una reunión cumbre en elSalón de Lectura, hoy Ateneo del Táchira. La concurrencia fue muynumerosa, y ante ella, Régulo Leonardi analizó la importancia paraSan Cristóbal de tener un Club Rotario, integrado por personas querepresentaran la ciudad por sus virtudes públicas, privadas y profesio-

nales. Desafortunadamente, y esto se consigna con tristeza, sólo 22asistentes firmamos la lista para integrar nuestro Club Rotario con elcarácter muy honorificante (sic) de socios fundadores.

Socios Fundadores del Rotary Club San Cristóbal

1. Raúl Soulés Baldó

2. Ramón J. Velásquez3. Antonio Villasmil Stella 4. Elbano Sánchez Berti5. Roberto Villasmil Candiales6. Pedro Felipe Villasmil Candiales7. Julio Anselmo Villasmil Candiales8. Ricardo Fossi Villasmil9. Jaime Fossi Villasmil

10. Luis Fossi Villasmil11. Jesús Manuel Díaz González12. Alberto Díaz González13. Ernesto Branger Semidei14. José Rafael Ferrero Tamayo15. Antonio Angarita Arvelo16. José María Rodríguez Bello17. Martín Marciales, hijo18. Luis Jugo Amador19. Arquímedes Cortés


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Rotary mundial

El primer Rotary Club del mundo fue organizado en Chicago,Illinois, USA, el 23 de febrero de 1905 por el joven abogado Paul Harris,quien congregó, con un espíritu de amistad y entendimiento, un grupo dehombres de profesiones diferentes. El principio de representación de una

profesión o negocio de la comunidad, estableció la idea de las clasificacionesque aún persisten en Rotary.

Desde 1905 lo concebido por Paul Harris y sus amigos ha llegadoa ser ideal aceptado por hombres de casi todas las nacionalidades y demuchos credos políticos y religiosos.

El objetivo general de los clubes rotarios en cada país es el mis-mo: el desarrollo de la amistad y entendimiento entre los profesionales

y hombres de negocios de la comunidad, promoción de esfuerzos para elmejoramiento de la comunidad y de normas elevadas en los negocios y

profesiones, y el estímulo del entendimiento internacional, de la buenavoluntad y de la paz.

Los clubes rotarios en todas partes tienen como ideal básico, el “idealde servicio”, el cual es la consideración y ayuda a los demás.


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miembros rotarios de Maracaibo, Valera, Trujillo y Mérida, entre losque se contará el culto caballero Dr. Mario Belloso, gobernador delDistrito Rotario Nº 44.

En efecto, la recepción fue jubilosa. Vanguardia volvió a reseñarel asunto y explicó que el club viene funcionando desde los comienzosdel presente año bajo la presidencia de nuestro director Raúl SoulésBaldó, y congrega en su seno y bajo el lema de servir a la sociedad endonde se vive, a destacados elementos profesionales y comerciantes dela ciudad. Debe recordarse que Soulés aún no había sido designadoen el cargo oficial.

Los invitados llegaron al convite, encabezados por el gobernador

rotario Mario Belloso y su esposa. El presidente del Táchira, Francisco Angarita Arvelo, recién posesionado cuatro días atrás, representabacomo socio, el Rotary Club de Caracas. Estuvieron rotarios de variascapitales, entre ellos los señores José Quintini, Luis Araujo, CarlosOrdóñez, Antonio Picón, Félix de Gaubeca, Antonio Spinetti Dini,Oscar Pacheco y Simón Melichson. Los clubes rotarios de Barquisime-to, Boconó y Valencia enviaron sus adhesiones al acto. Asistió además

la mayoría de los 22 socios e invitados especiales como AmenodoroRangel Lamus, Pablo Díaz González, Rubén Dubuc y los mayoresGuillermo Isea Chuecos y Bernardo Lara. El vicepresidente del Club,

Antonio Villasmil Stella, declaró inaugurado el nuevo organismo yofreció la comida, en frases de gran cordialidad y fe rotaria. Intervi-no el señor Belloso, quien entregó la carta constitucional del club,como también Spinetti Dini, Quntini, Angarita Arvelo y Araujo. Alas 10 de la noche, el secretario Ramón J. Velásquez ofreció la copa

de champaña, brindando por el éxito de la nueva iniciativa. El bailese prolongó hasta las primeras horas de la madrugada del domingo.Soulés Baldó no asistió al acto. Estaba en Caracas atendiendo unainvitación de la embajada norteamericana, cuyo gobierno, a través delencargado de Negocios, Joseph Flack, le hizo una honrosa invitaciónen su condición de intelectual, un viaje de estudio a la gran nacióndel Norte, que le permita conocer las ciudades y entrar en contactocon las instituciones culturales que puedan interesarle.

En el transcurrir de marzo hasta noviembre se registró larealización, entre otras, de la charla rotaria Discutir o no discutir,


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desarrollada por el médico Antonio Acosta Martínez, quien tambiéncompartiera consultorio con Soulés en la Policlínica Táchira, la quefue publicada en la segunda quincena de junio de 1941. Entre racio-

cinio y sentimiento, términos empleados por el expositor, concluyódiciendo que cada vez que tengamos que discutir, hagámoslo, peroque sea ateniéndonos a la primera acepción de la palabra: examinarcon mucho cuidado una cuestión. Tratemos de ignorar en todo mo-mento la segunda: debatir, agitar. Que así suceda en el seno del RotaryClub y fuera de él, son mis deseos, aunque para ello sea necesariohacer un pequeño sacrificio o un esfuerzo a los cuales no estemoshabituados.


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Raúl Soulés Baldó

Nació en San Cristóbal el 26 de febrero de 1907. Inició estudios demedicina en Caracas y los terminó en París en 1933, revalidándolos en laUCV al año siguiente. Volvió a su tierra y trabajó en el Hospital Vargas,además del ejercicio privado. Fundó el Dispensario Antituberculoso en

1937 y logró la creación del Sanatorio de la Guayana que dirigió hasta1942. Promovió la creación de la Cruz Roja Tachirense y del servicio laGota de Leche. Fue subdirector del Liceo Simón Bolívar, dirigió el diarioVanguardia y presidió el Salón de Lectura. Ejerció como secretario Generalde Gobierno en 1941 y se trasladó a Caracas en 1943. Realizó un cursode especialización en Neumonología en Nueva York desde abril de 1943

y trabajó en el Sanatorio Simón Bolívar al lado de su maestro José IgnacioBaldó, al mismo tiempo en el Hospital Militar de Caracas. Fue profesorde la UCV y designado ministro de Sanidad en noviembre de 1950; ental condición inauguró en San Antonio del Táchira el Comedor PopularLucio Oquendo, en enero de 1951. En 1952 fue nombrado secretario dela Presidencia de la República por el general Marcos Pérez Jiménez. Luegodel golpe de Estado de enero de 1958 se exilió en España, donde escribió ellibro Tachirenses de Antaño. Volvió a su patria en 1967, retirado de todaactividad pública, y se incorporó a la Academia Nacional de Medicina.

Fue amante de las corridas de toros y excelso lector del Quijote. Fallecióen Caracas el 23 de septiembre de 1976.


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El Dr. Raúl Soulés Baldó.Primer presidente del Rotary Club San Cristóbal. 1941


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Las primeras conferencias

Adscrito al Distrito nº 44, el Rotary Club San Cristóbal iniciósus actividades con un solo rechazo manifiesto, el de la Iglesia Católica,la que había hecho observaciones sobre la conducta e intenciones dela organización a nivel mundial. Era una posición extraña, pues todos

los componentes de la novel organización eran elementos de bien,con obra que favorecía al colectivo. La reunión semanal se inició en elHotel Royal de la calle 8 con carrera 6, esquina sureste, inaugurado el1º de enero de 1932, propiedad de los hermanos Julio y Pedro FelipeVillasmil, socios fundadores del club rotario, como ya se expresó.

La gestión de Soulés Baldó, comenzada el 5 de marzo de 1941y concluida el 30 de junio de 1942, se encargó de instituir estasconferencias en las que él mismo participó, con un tema escabroso:Católico y Rotario, pronunciado en su despedida el 25 de junio de1942, en el mencionado Hotel Royal.

El vicepresidente Antonio Villasmil Stella asumió la titularidaddel Club y promovió con mucho tesón un ciclo de conferencias, en elsegundo semestre de 1942, en el Hotel Royal, con una sola excepción,la realizada el 6 de agosto en la Quinta Villasmil de Barrio Obrero, enla que participó el médico Antonio Acosta Martínez. En el tradicional

hotel del centro, los rotarios se reunieron para escuchar al ingeniero José Rafael Ferrero Tamayo, disertando el 2 de julio sobre Estadística eIngeniería ; una semana después, el día 9, el médico Roberto Villasmilexpuso sobre Mortalidad Infantil , mientras que el 27 de ese mes, JesúsManuel Díaz González intervino en una con un largo título interro-gante: ¿Fue el célebre físico italiano Guillermo Marconi el verdaderoinventor de la radiocomunicación o tuvo sus precursores?


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Aviso de prensa que invita a la charladel Ing. José Rafael Ferrero Tamayo. 1942


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Destacan en 1943, Mis impresiones de Rotary, disertación de Antonio Silva Sucre, leída en la reunión del Hotel Royal del 25 defebrero, a la que asistieron sus componentes con sus esposas, como

se acostumbraba en ciertas ocasiones. Silva declaró que ser Rotarioes vivir espiritualmente un poco en todos los pueblos del mundo, pues elideal rotario hermana y humaniza a los hombres. Lo hacía en medio dela conflagración mundial que significó la Segunda Guerra. Concluyódiciendo que los 200 mil rotarios de todo el planeta estarían dispuestosa levantar en alto la consigna fraternal por los caminos ensangrentadosdel mundo. En ese año, por todos los corrillos del país se comentabandetalles sobre la nueva Ley de Impuesto Sobre la Renta, imposición

del Estado interventor. El 26 de octubre, el ponente Martín Matos Arreaza hizo una orientación general sobre aspectos elementales desu venidera aplicación. Rotary interpretaba fielmente el presentenacional.

Juvenal Curiel continuó su lucha en difundir el problema desalud que implicaba la tuberculosis en el Táchira. A comienzos demayo de 1944 volvió con su preocupación, la que tituló Tuberculosis

y condiciones económico-sociales en San Cristóbal. En la reunión seaprovechó para rendir un homenaje de simpatía y compañerismo a Armando Rojas, quien se desempeñó como secretario de la presidenciade Curiel. El ofrecimiento de esta comida lo hizo el también socio Luis

Andrés Rugeles, abogado quien destacó desde sus días de estudiante enel Liceo Simón Bolívar, cuando le impuso al educador Carlos RangelLamus, en 1931, la distinción de Pedagogo de la Juventud Tachirense.Fue precisamente Rugeles, secretario de la junta directiva, presidi-

da por el rotario fundador Elbano Sánchez Berti, quien continuóestas exposiciones el 7 de marzo cuando consideró aspectos sobreel cooperativismo. Otro médico, Carlos Luis González, quien seríarepresentante del Táchira en foros internacionales de salud, desarrollóel 9 de mayo el tema Apuntes sobre la vida y obra de Rafael Rangel.En esta oportunidad, el consocio José Rafael Ferrero Tamayo hizoel ofrecimiento de la comida rotaria de Reglamento. Rugeles volvióa llevar la palabra, previa a la cena, para dar paso al ponente JesúsManuel Díaz González, quien se refirió el 20 de junio a La teoríaelectrónica. El periodista y poeta Fernando Carlos Tamayo, residente


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desde joven en Norteamérica e integrante del ejército de esa naciónen la Primera Guerra Mundial, describió en la cena del 4 de juliovarios aspectos resaltantes de la Independencia de esa nación, de la

que surgió la preclara idea de Paul Harris. Sería designado presidenterotario del club tachirense.Uno de los docentes de la Escuela Normal Federal, la que desde

1939 formaba maestros de aula que se esparcían por todo el país, Al-berto Amenodoro Román, quien sería su director, fue el ponente el 17de octubre de 1944, día en que se distribuyó uno de los números dela revista del club, Voz Rotaria. De nuevo, el past-presidente AntonioVillasmil Stella, ocupó la tribuna en la reunión del 7 de noviembre

para hablar de Los conquistadores de la luz, tema de su agrado, yaque era gerente de la compañía de Luz Eléctrica de San Cristóbal, yel tema social ya conocido de la tuberculosis puso punto final a lasexposiciones de ese año. El doctor Pedro Iturbe, autoridad médicanacional en este campo, y presidente de la Federación de Asocia-ciones Antituberculosas de Venezuela se dirigió al estrado del Salónde Lectura, el 5 de diciembre, para exponer sus consideraciones. La

reunión rotaria fue transferida para el día siguiente, acto que contócon la presencia de este distinguido venezolano. En el aviso de prensa,el Rotary Club de San Cristóbal expresaba con orgullo su cualidad de

patrocinador de la creación en esta ciudad de la Asociación Tachirense deLucha Antituberculosa, decidido empeño de Juvenal Curiel durantesu gestión como presidente, en la que le acompañó con tenacidad, elempresario y rotario Luis Jugo Amador.

Las condiciones del país en 1945 eran muy difíciles. Venezuela

sufría los embates de las restricciones ocasionadas por la II GuerraMundial y la tensión política abordaba espacios antes vedados. Des-tacan en ese año, solamente, las conferencias desarrolladas en el HotelRoyal por los doctores Aurelio Ferrero Tamayo y José Antonio Rugeles.El primero, abogado, promotor cultural y humanista, se refirió el 5 de

junio al libro Monografía del Distrito Uribante, obra de la educadoraIsabel Torres de Suárez, oriunda de Pregonero, trabajo publicado porel Grupo Yunke, y bautizado el día 16 de ese mes, mientras que elsegundo orador, ingeniero agrónomo y estudioso de la planificaciónpública, habló de la erosión en Venezuela, el 11 de septiembre. En esta


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última ocasión se le rindió homenaje a los médicos Teodoro Vargasy Rafael Castens Echelique, rotarios residentes en Barquisimeto. Elprimero sería presidente del Rotary San Cristóbal en los inicios de

los años cincuenta, y entregó esa noche de septiembre un gallardeteenviado por club larense. El Comité Venezolano-Americano del Tá-chira ofreció para concluir el encuentro una película demostrativa delos métodos empleados en los Estados Unidos para combatir la erosión delos terrenos de cultivo.

El panorama político cambió rotundamente el 18 de octubrede 1945. Derrocado el gobierno del general tachirense, Isaías Medina

Angarita, una junta de gobierno cívico-militar presidida por el señor

Rómulo Betancourt, líder máximo del partido Acción Democrática,asumió el poder en lo que la historia ha llamado la Revolución de Oc-tubre o el trienio adeco. Varios de los rotarios, por razones de su credopolítico, desaparecieron de escena, mientras que otros surgieron enestos años de persecuciones e intolerancia. Uno de ellos, el secretarioGeneral de Gobierno del Táchira, Gonzalo Vivas Díaz, nativo deUribante y colaborador inmediato del nuevo presidente regional,

Leonardo Ruiz Pineda, se incorporó al club rotario local y mostró susideas sobre responsabilidad familiar en Venezuela en la cena del 2 de julio de 1946. El club recibía a los primeros militantes nacidos en Eu-ropa, quienes le han dado singular vigor y cohesión al movimiento. Deesta manera, Hugo Groening, casado con una tachirense, EsperanzaPulido Méndez, promotor social y cultural de ese ambiente regional,vivido en la posguerra, dejó oír sus impresiones sobre la evoluciónindustrial a través de los siglos, puntos de vista históricos y económicos,

en el encuentro del 12 de febrero de ese año. La conflictividad pro-pia de esos años de grave tirantez, hizo que los rotarios mantuvieranuna justa discrecionalidad en sus posiciones públicas. El silencio y lareserva fueron las normas en esas circunstancias.


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Internacional de Rotary, envió suscrita por Juan Roger, el 10 de marzode 1941, la respectiva carta constitutiva, como lo cita Díaz Gonzálezen sus memorias, explicando además que el presidente mundial de la

organización, Armando de Arruda Pereira, despachó a San Cristóbal,el 12 de ese mes, la primera correspondencia.La entrega de la carta constitutiva del Club revistió un solemne

acontecimiento que ya ha sido relatado. En efecto, el 8 de noviembrede 1941 se celebró este acto con la presencia del gobernador, MarioBelloso Villasmil, en las instalaciones del Hotel Royal. Para esta fecha,por razones de jurisdicción, el club quedó adscrito al Distrito 44, el queabarcaba, para abril de 1942, buena parte del territorio nacional como

Caracas, Valencia, Barquisimeto, Maracaibo, Valera, Boconó (Trujillo),Mérida, San Cristóbal, Ciudad Bolívar, Cumaná, El Tocuyo (Lara), Coroy La Guaira, además de Aruba y Curazao. Con este bagaje se realizó enMérida la Tercera Conferencia Rotaria del Distrito 44, los días 11 y 12de abril de 1942.

El objeto fundamental de esta asamblea, según la nota publicadapor Vanguardia el 11 de abril, era reunir el mayor número posible de

rotarios con el fin de cambiar ideas y dar cuenta de la labor realizadadurante el año, y sobre todo, de elegir el nuevo Gobernador distrital, quienhabrá de reemplazar para el próximo período al entusiasta y dinámicodon Mario Belloso, cuya actuación al frente del mencionado cargo dejahonda huella de progreso y de cordialidad en el seno de los clubes queestuvieron sometidos a su superior mandato.

El club de San Cristóbal había elegido presidente a AntonioVillasmil Stella, recordándose que Soulés Baldó entregaría su mando

a finales de junio, encabezando éste la delegación tachirense al en-cuentro emeritense haciéndose acompañar de Alberto Díaz González,

José Rafael Ferrero Tamayo, Elbano Sánchez Berti, Martín Marcialesy Luis Jugo, además del nuevo socio Alfredo J. González. El médicocubano Manuel Galigarcía asistió como representante del presidentede Rotary Internacional. El viso institucional del club tachirense habíaquedado consolidado.


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Simbología Rotaria

El Símbolo del club es diciente. Se trata de una rueda dentada y la propia palabra “Rotary”. Según los estudiosos de esos asuntos, proviene delverbo rotar, rodar, girar. Sobre el fundamento de la doctrina del altruismo,de la paz y de la fraternidad, la pequeña rueda se ha proyectado a todos

los confines del mundo.La campana que emplea el club fue donada por el ingeniero tachi-

rense Carlos Luis Ferrero Tamayo, rotario residenciado en el centro del país. Esta fue usada por primera vez, el 1º de octubre de 1944, durante lacena efectuada en el Hotel Royal para agasajar al gobernador del Distritonº 44, Isaac Sha Capriles, quien viajaba a una conferencia internacionala realizarse en Bogotá.


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Primer lustro de gestión. 1941-1946

Las bases institucionales y la gran convocatoria de los prime-ros socios fue realizada por Raúl Soulés Baldó. Su prestante figura,conocida en todos los ámbitos, le brindó la confiabilidad social querequería la organización. Logró la presencia del gobernador Belloso

y sus acompañantes, en noviembre de 1941; inscribió nuevos socios y presidió la delegación a la Convención de Mérida. Alternó estapresidencia con sus ocupaciones como secretario General de Gobier-no, y condujo las reuniones semanales efectuadas en el Hotel Royal,logrando celebrar, con mucha discreción, el primer aniversario delclub, en acto realizado el jueves 12 de marzo de 1942.

En marzo de 1942 fue electo Antonio Villasmil Stella. Oriun-do de San Cristóbal, de una familia de raíces zulianas, tuvo comosecretario a Jesús Manuel Díaz González, en el período comprendidoentre julio de 1942 y junio de 1943. Fortaleció las reuniones semana-les con la promoción de conferencias dictadas por los socios Antonio

Acosta Martínez, José Rafael Ferrero Tamayo, Roberto Villasmil, JesúsManuel Díaz González, Armando Rojas y el ponente internacionalHabib Estéfano, además de otros expositores, lo que permitió lacohesión del grupo, las interacción de relaciones que lo fortificaron

y la proyección social de un grupo que participó, sin reparo alguno,llevando ayuda a los damnificados de la tromba marina sucedida en ElCobre el 27 de noviembre de ese año. Eran los tiempos de la SegundaGuerra Mundial, cuyas incidencias en el frente soviético, podían verlos tachirenses en los noticieros de los cines, y el ambiente políticode calle se caldeaba con los actos proselitistas del recién nacido par-tido Acción Democrática, con los discursos de Rómulo Gallegos yLeonardo Ruiz Pineda, en el Teatro Garbiras. La absoluta liberalidad

del gobierno del general Medina Angarita se evidenciaba por doquier.Uno de sus seguidores fue precisamente Antonio Villasmil Stella, su


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amigo de infancia, quien desde 1938 manejaba la administración delservicio de luz eléctrica en la capital tachirense, de la que fue goberna-dor de Distrito en 1942 y diputado al Congreso Nacional en 1943.

Volvió a la palestra pública en el régimen perezjimenista, estando alfrente de la compañía de electricidad, dependiente de la CorporaciónVenezolana de Fomento, y, presidió en 1955, la compañía Minas deCarbón de Lobatera. No en balde, Villasmil Stella, pronunció en elclub rotario la conferencia ya citada, los conquistadores de la luz, ennoviembre de 1944. En 1955, precisamente, en la celebración de loscatorce años de la constitución del Rotary Club San Cristóbal, estepastpresidente asistió con otros colegas suyos al encuentro realizado

en el Centro Social Militar, donde hizo la donación de una fotografíaque recuerda la fecha de instalación del Rotary, en noviembre de 1941,acto que debió presidir ante la ausencia, ya comentada, de su titular,Raúl Soulés Baldó. Falleció a finales de septiembre de 1978.

La presidencia del médico coriano Juvenal Curiel Sánchez, electopara el período 1943-1944, le dio la primera dimensión verdaderamentecolectiva y de entrega social al club. Escogió como secretario al educador,

y luego diplomático merideño, Rafael Armando Rojas, director a la sazóndel Liceo Simón Bolívar. El doctor Curiel ha sido, sin duda alguna, unode los ciudadanos que mayor valía entregó, durante su estancia de treslustros, a San Cristóbal y por consecuencia al Táchira. En tal sentido,aún no se ha hecho justicia.

Su actividad en el Rotary San Cristóbal se inició, cuando siendodirector del Dispensario Antituberculoso, dictó una conferencia enfebrero de 1943. En ella mostró las alarmantes cifras de la terrible

enfermedad que agobiaba a los tachirenses. Comenzó una persistentecampaña de difusión para sembrar conciencia sobre el grave problema.Muy bien lo señaló en su intervención de marzo de 1955, con motivode las bodas de oro del Rotary Internacional. Era necesario formar unaasociación privada que le prestara su apoyo económico y moral a la luchaantituberculosa local, señaló el galeno. Como presidente del Rotary,Curiel convocó a diversos factores de la vida social de la ciudad a unareunión celebrada en el Salón de Lectura, el 26 de noviembre de 1943.Otro rotario y presidente entonces de la Cámara de Comercio, Luis

Jugo Amador, fue bastión fundamental en la nueva empresa, quedando


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constituida como Asociación Tachirense de Lucha Antituberculosa, ATLA, la que según el abnegado médico, debía hacer labor educativa y fomentar y encauzar la colaboración privada a favor de la lucha anti-

tuberculosa. El rotario Elbano Sánchez Berti, quien sería presidenteen 1944, fue el inicial y eficaz secretario de Finanzas, mientras queel periodista e historiador, Marco Figueroa, actuó como secretariode Propaganda. Bien lo atinaba Curiel años después, al sostener queel éxito de la ATLA fue esa campaña difusora del mal que despertóel interés de todo un colectivo. Un segundo tisiólogo continuaba lalabor emprendida por Raúl Soulés Baldó. El 5 de junio de 1944 elpresidente del Estado, Francisco Angarita Arvelo, inauguró el Sana-

torio Antituberculoso de La Guayana, levantado sólo con recursosdel erario regional. El gran triunfo había sido alcanzado.

En el interior del club rotario, Juvenal Curiel prosiguió con sueterna lucha contra el sufrimiento producido por el bacilo de Koch.En mayo de 1944 dictó la charla Tuberculosis y condiciones económico-sociales en San Cristóbal. Para junio de ese año, Voz Rotaria, órganode difusión del club anunciaba la totalidad de este equipo directivo,

presidido, como ya se ha dicho, por este médico oriundo de Coro,acompañado por Elbano Sánchez Berti (vicepresidente), Rafael Ar-mando Rojas (secretario), Jesús Manuel Díaz González (tesorero), LuisEloy Sansón (macero) y Roberto Villasmil (vocal). La Estampilla deNavidad, símbolo de la ATLA y muestra de cooperación comunitariaapareció en diciembre. Entonces, Curiel trajo al Táchira a su amigoy paisano, el tisiólogo Pedro Iturbe, presidente de la FederaciónVenezolana de Asociaciones de Lucha Antituberculosa, para dictar

la conferencia rotaria desarrollada en el Salón de Lectura el día 4.Terminada ésta se proyectó la película Nubes en el cielo, reforzandola exposición.

El vínculo de Curiel con el Sanatorio fue permanente hastasu partida en 1959. En la prensa declaraba las cifras que aún cau-saban alarma. Un centenar de tachirenses, entre 20 y 40 años deedad, fallecían anualmente. Los esfuerzos eran incesantes. De las 10primeras camas había aumentado la capacidad a 97, y filántroposcomo el comerciante Rafael León, traían de Nueva York donacionespersonales. La altivez de este presidente y el compromiso que Rotary


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había adquirido con la ATLA permitieron su reelección en 1945,sucediendo a Roberto Villasmil. La tarea era incesante. Traducía delidioma francés sesudos comentarios científicos como los expresados

por el profesor F. Dumarest, publicados en la Página de Medicina eHigiene, conducida en el diario Fronteras por el médico Antonio Ma-ría Noguera. También promovió las charlas pronunciadas en el clubpor su colega Alfonso Ramírez Castillo y el alemán Hugo Groening,ambos socios de la institución. En febrero de 1946, Curiel informa-ba los alcances de otra obra de labor social del órgano, la atención alos enfermos visuales. Expresó textualmente que Rotary ha tomadoa su cargo el suministro de anteojos a aquellas personas que ocurren a

los servicios asistenciales del Hospital Vargas y que por sus condicioneseconómicas no están en capacidad de hacer ese gasto. Aquí fue decisivala intervención del rotario Rafael Antonio Balza, optometrista de lazona, quien suministraba los lentes a precios módicos.

El mundo vivía los estragos de la posguerra. Desde el segundosemestre de 1945, se conocía la reveladora verdad, ocasionada por elnazismo. Europa estaba devastada y el hambre pululaba por doquier.

Dentro del Rotary San Cristóbal, la voz de Juvenal Curiel se alzó enmayo de 1946 para levantar una suscripción entre los socios y enviarlos recursos al viejo continente. De inmediato, y encabezados por eltisiólogo, sus colegas rotarios Luis Jugo, Hugo Groening, GonzaloVivas Díaz, Jesús Manuel Díaz González, José Antonio Rugeles,Fernando C. Tamayo y Pedro Emilio García, dieron el primer aportey se nombró una comisión para arbitrar estos fondos. La acción delinfatigable médico dio paso para que fuera nombrado presidente de

la seccional tachirense del Consejo Venezolano del Niño, instaladael 12 de abril de 1947, con la presencia del también galeno, EspírituSanto Mendoza. Ese año, Curiel asumió la presidencia del Salón deLectura para el período 1947-1948, que entregó a su colega PedroPablo Morales. Presidió además, el Colegio de Médicos del Táchiraentre 1953 y 1954.

En otra de las conferencias rotarias, una realizada en diciembrede 1950, el pastpresidente expuso sus impresiones de su reciente viajea Europa, como delegado al Congreso Internacional de Tisiologíaefectuado en Roma, al que acudieron representantes de 53 países.


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Una de las especiales sesiones contó con un encuentro en CastelGandolfo, presidido por el papa Pío XII, quien dio, saliéndose delprotocolo, un efusivo abrazo al sabio Alexander Fleming, descubridor

de la penicilina. Curiel estrechó las manos de ambos personajes, loque relató, con visible orgullo, en la reunión transcurrida en El Solde Medianoche de la carrera cinco.

El decidido monitor era miembro honorario del club en 1955,año en que dictó por los micrófonos de La Voz del Táchira su diserta-ción sobre Rotary y su labor en la lucha antituberculosa, vivencia per-sonal plasmada, enriqueciendo la historiografía sobre este particular.Simpatizante de la socialdemocracia, manteniendo su independencia

de criterio, sostuvo posición discreta durante el gobierno de Pérez Jiménez. Cuando la naciente democracia sufrió los embates de losprimeros brotes subversivos, Curiel tomó la tribuna de la Plaza Bolívarpara respaldarla, con su arenga lanzada el 7 de septiembre de 1958,

junto al gobernador Santiago Ochoa Briceño y otros líderes comuni-tarios, entre ellos, el también rotario y tisiólogo Hugo Murzi.

Al año siguiente, de manera callada, el emprendedor y activista

director celebró los 15 años de fundación del Sanatorio Antitubercu-loso del que era fundador. El 6 de junio impuso una medalla de oroa cuatro de sus inmediatos colaboradores en la piadosa y útil obra.Con el capellán Marco Tulio Ramírez Roa, dignificó a las señoritasCarmen y Lucía Sanseverino, a la señora Blanca de Gutiérrez y a LuisFernández. La ATLA, entretanto, había tomado fuerza descomunalcon el timón conducido por Luis Jugo Amador. Dejaría todo en manosde su alumno y amigo, el ya mencionado doctor Murzi Matamoros.

Con un discreto aviso participó el 5 de agosto que se residenciaríacon su esposa e hijas en Caracas. Su amigo, el ministro de Sanidad,Espíritu Santo Mendoza, ya mencionado, lo llamaba a su lado parauna misión nacional. Otras perspectivas se abrirían, y luego de 17años, el altivo coriano dejaba el Táchira. Entonces, Francisco Betan-court Sosa, socio del Club de Leones, escribió sobre la lamentablepartida de quien calificó como un ciudadano ejemplar, un hombreculto y caballeroso a carta cabal, inconformándole el hecho de que sehaya ido en silencio, como si esa ausencia no constituyera una sensible

pérdida para la vida y el progreso de este nuestro San Cristóbal. Luego de


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ejercer como profesor de la UCV y estar al frente del Departamentode Tuberculosis del Ministerio de Sanidad, el doctor Juvenal Curielcayó víctima de una penosa enfermedad que lo mantuvo postrado

varios años, hasta su fallecimiento, el 17 de junio de 1983. Fue sinduda un gran rotario, plenamente convencido de las máximas de laorganización que presidió con diligencia.

Cuando Curiel terminó su período fue sucedido por el sociofundador Elbano Sánchez Berti, de quien no hay mayores datossobre su ejercicio. Según Jesús Manuel Díaz González, este caballerofue presidente para el período 1944-1945, el que no concluyó. Susecretario fue Luis Andrés Rugeles, sin embargo, la investigación

permite indicar que Sánchez Berti fue uno de los primeros habitantesen residir, en el sector aledaño al Campo Deportivo Juan Maldo-nado de La Concordia, en el que se instaló con su familia en mayode 1941. En una reunión rotaria, celebrada en enero de 1943, en elClub Táchira, en la que se incorporaron varios socios y se agasajó alos integrantes de la Cuarta Jornada Odontológica realizada en laciudad, dio la bienvenida con calurosas palabras. Para junio de 1944

ejercía como vicepresidente de la junta del doctor Curiel, y al messiguiente, en un número de Voz Rotaria escribió un artículo sobre elpensador merideño Tulio Febres Cordero. En nombre de su esposaGemina e hijos, anunció en agosto de 1944, en la prensa regional,su partida del Táchira, para establecerse en la caraqueña zona de ElParaíso, donde se residenció. El testimonio del historiador Ramón

J. Velásquez indica que este rotario, oriundo de Mérida, llegó a SanCristóbal como administrador del Ministerio de Obras Públicas.

Jovial y encantador, era hombre culto, amigo personal de literatos ypaisanos suyos como Mariano Picón Salas, Caracciolo Parra Pérez,

José Poggioli y Antonio Spinetti Dini. Fue el solicitado tesorero devarias instituciones regionales, y falleció en Caracas, el 2 de juniode 1955, lo que anunció el periódico Vanguardia, apareciendo unanota luctuosa suscrita por varios de sus amigos tachirenses en la queinvitaban para un funeral a celebrarse el día 15 en Catedral. En unode sus discursos rotarios, Juvenal Curiel, recordando los inicios de la

ATLA, dijo que Sánchez Berti puso todo su entusiasmo en la creaciónde la Asociación y contribuyó a enrumbarla en sus primeros pasos desde la


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Secretaría de Finanzas donde fue, además del hombre de números, espírituen constante preocupación social y generoso en valiosas iniciativas.

El lapso 1944-1945 fue proseguido por los fundadores Ro-

berto Villasmil y Jesús Manuel Díaz González, quien según su libroEfemérides del Club Rotario de San Cristóbal, culminó los tres últimosmeses de gestión.

El médico otorrinolaringólogo, Roberto Villasmil Candia-les, provenía de una familia de ancestros zulianos, y nació en SanCristóbal en 1901. Fue brillante alumno del Liceo Simón Bolívar,del que sería años después profesor, y se graduó en París en 1927. Seincorporó al recién fundado Hospital Vargas, siendo su director dos

veces y fundó, semanas antes de la creación del Rotary tachirense, elprimer Colegio de Médicos que Venezuela conocía, el 15 de febrerode 1941. Fue además, durante buen tiempo, gerente del MercadoCubierto de la capital tachirense, obra que garantizaba buena partedel mantenimiento del Hospital Vargas.

En Rotary pronunció su primera conferencia, el 9 de juliode 1942, la que versó sobre Mortalidad Infantil. En su presidencia,

acompañado por Luis Andrés Rugeles como secretario, tuvo el honorde conducir los actos de celebración del cuarto aniversario del novelclub, integrado como dice la cita por un escaso pero muy selecto númerode miembros, calificada la organización, en marzo de 1945, como unade nuestras más importantes, nobles y distinguidas instituciones sociales.En su junta directiva figuraron socios como José Rafael Ferrero Ta-mayo, Luis Andrés Rugeles, Francisco López Carrillo, Jesús ManuelDíaz González, Antonio Silva Sucre y Juvenal Curiel, nómina que por

sí constituye un blasón y una irrecusable garantía de distinción social, decultura y de caballerosidad.

También presidió los actos desplegados con motivo de loscuarenta años de la fundación del Rotary Internacional, celebradosel 23 de febrero de 1945 con una visita al Asilo de Huérfanos y altemplo de San Juan Bautista de La Ermita, donde entregaron unasdonaciones. En la sesión solemne del Hotel Royal, Villasmil hizo elofrecimiento de la comida e hizo alusiones a la efeméride. Allí con-cedió una mención de honor a sus colegas médicos y rotarios Juvenal


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Curiel y Carlos Luis González, por los eficientes servicios prestados alTáchira en su humanitaria profesión de médico.

Siempre estuvo apoyando las labores rotarias, y recibió del club

dos distinguidos homenajes. El primero, realizado el 23 de mayo de1950, fue con motivo de haber ganado la Medalla de InstrucciónPública; el elogio estuvo a cargo del médico Hugo Murzi. Luego, enla celebración de sus bodas de plata profesionales, el gobernador delDistrito 113, Jesús Manuel Díaz González, le impuso la medalla deoro con el emblema del Rotary Club San Cristóbal, en acto efectuadoen diciembre de 1951, llevando la palabra Juvenal Curiel. En ade-lante, la cultura, la ciencia y la capital tachirense, lo tuvieron como

adalid de las mejores causas. También presidió el Salón de Lectura en1949-1950. Fue uno de los cofundadores de la Policlínica Táchira en1938, manteniendo su consultorio hasta su fallecimiento, acaecidoel 13 de mayo de 1969.

El nombre de Jesús Manuel Díaz González es símbolo delmás absoluto rotarismo y de la radiodifusión nacional, a través desu emisora, La Voz del Táchira . Nacido el 24 de mayo de 1898 en

Capacho, fue comerciante de café y exportador hasta 1929. Realizóestudios de electricidad y radio, obteniendo el grado de radiotéc-nico de primera clase en 1938, según nota escrita por su esposa

Josefina Rojas Chaparro, con quien casó en agosto de 1961. El 15de noviembre de 1935, este ex alumno de los salesianos en Táriba,irrumpió en el ambiente regional con la fundación de la citada LaVoz del Táchira , en sociedad con José Rafael Ibarra. Esta emisora fuedirigida por Hernán Rosales Flores. Luego de varios inconvenientes,

Díaz González prosiguió sólo en la empresa, la que reanudó laboresel 9 de mayo de 1936, disolviendo la compañía que había creado conDióscoro Méndez God, el 7 de agosto, comenzando en la dirección

Juan Agustín Chacón. En adelante, y por más de una década, estaestación de radio imperó como la única estación de la zona, la quedesde temprano se puso al servicio de los más altos intereses regionales,entre ellos los del Rotary Club.

En la creación de esta organización Jesús Manuel formó, con suhermano Alberto, competente ingeniero y político, parte del grupode 22 fundadores que asistieron a las reuniones del 30 de enero y 5


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de marzo de 1941 que dieron constitución al Rotary Club San Cris-tóbal, entregándose con vivaz pasión y decidido compromiso, siendosímbolo de esta filosofía. Precisamente en ese año de nacimiento de

la extensión tachirense del movimiento creado por Paul Harris, aquien siempre admiró, Díaz González inauguraba el edificio de suemisora, levantado en la carrera 8, entre calles 5 y 6, acera este, elque hoy, vetusto, ni recuerda la acción emprendida en el campo dela radiodifusión, menos la presencia de rutilantes estrellas del espec-táculo en sus estudios.

Con una interrogante plasmada en tema de exposición, DíazGonzález incursionó en las primeras conferencias rotarias. Así, el 23

de julio de 1942, fue ponente en el tema que tituló ¿Fue el célebre físicoitaliano Guillermo Marconi el verdadero inventor de la radiocomunica-ción o tuvo sus precursores? Dos años después, el 20 de junio de 1944,lo hizo con La Teoría Electrónica. Las mejores causas rotarias tuvieronen su emisora un vehículo de transmisión. De esa forma, promoviólas actividades de la ATLA desde mayo de 1944 y debió concluir elmandato iniciado por Roberto Villasmil, siendo electo presidente del

Rotary San Cristóbal para el período 1945-1946, con Juvenal Curielcomo secretario. El propio Díaz González, autor del libro Efeméridesdel Club Rotario, ya citado, señala que en su gestión el club cooperócon la participación de los ingenieros Alberto Díaz González y JoséRafael Ferrero Tamayo, en el trazado de las calles que formarían elpopuloso sector de La Concordia. Igualmente, en esa gestión, seaprobó la realización de la reunión semanal los días martes.

Dentro de la celebración del 41º aniversario de Rotary Interna-

cional, Díaz González, dictó el 23 de febrero de 1946, unos apunteshistóricos sobre la personalidad del presidente emérito, Paul Harris, inves-tigación que a lo largo de los años profundizó. Por cierto, en el ágaperealizado en el Hotel Royal, fue invitada una delegación del Club deLeones de San Cristóbal, encabezada por su secretario, el connotado

jurisconsulto, Julio Suárez Lozada. Para mayo de ese año, don Jesúshabía regresado de la Convención Rotaria, celebrada en CiudadBolívar. Su altivez y vocación de servicio habían quedado reflejadasante sus compañeros nacionales. Culminada su gestión, fue reelectopara el período 1946-1947, acompañado, en esa oportunidad, por el


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ganadero y abogado Manuel José Fuentes como vicepresidente, José Antonio Rugeles en la secretaría, Fernando Carlos Tamayo como te-sorero, Hugo Groening como macero y Julio Anselmo Villasmil como

vocal. De inmediato, se inició la campaña de auxilio a los necesitadosde la Europa devastada por los estragos de la Segunda Guerra Mun-dial, y Díaz González, logró recoger una necesaria cantidad de dinero,enviada al ingeniero caraqueño don Luis Roche, quien coordinabanacionalmente esa acción.

La actividad semanal continuaba dentro de un marco de cor-dialidad y fraternidad, en la que se celebraban los cumpleaños de cadasocio, y se escuchaban importantes disertaciones, como las expuestas

por Gonzalo Vivas Díaz sobre responsabilidad familiar en Venezuela, ypor Hugo Groening, quien trató la evolución industrial a través de lossiglos, puntos de vista histórico y económicos. La personalidad de JesúsManuel Díaz González, y su compromiso rotario, eran sustancialespara emprender la primera gran tarea de responsabilidad del club antesus congéneres de jurisdicción, la Octava Conferencia del Distrito113, celebrada en San Cristóbal, sede que festejaba en 1947 el cuatri-

centenario del descubrimiento del Táchira, hecho realizado en 1547por el conquistador español Alonso Pérez de Tolosa. También el año1947, significó, para el mundo rotario, un duro golpe, al conocerse elfallecimiento del fundador Paul Harris, hecho acaecido el 27 de enerode 1947, en su residencia de Chicago, a los 79 años de edad.


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La octava conferencia del distrito 113

El año de 1947 fue sumamente importante para el Táchira.Gobernaba la Junta de Gobierno, presidida por Rómulo Betancourt, quederrocó el 18 de octubre de 1945 al general Isaías Medina Angarita. Valedestacar que este cambio de régimen político tuvo sus consecuencias en

Rotary, pues varios de sus miembros ejercían altos cargos en la adminis-tración pública. Sobre algunos de ellos, recayeron fuertes acusaciones, ydebieron tomar camino del exilio. Aunque estas cuestiones nunca fueronconsideradas dentro del club, era imposible evitar el comentario ante laausencia de compañeros destacados que luego fueron pasto de las más vilesimputaciones.

El Táchira era gobernado por Leonardo Ruiz Pineda, figura escla-recida del partido Acción Democrática, expresidente del Salón de Lectura

y periodista de fuste con su diario Fronteras, difundido a través de suEditorial Mundo Libre, en la que su mano derecha fue un telegrafistallanero que laboró en La Voz del Táchira , Gregorio González Lovera,

figura destacada del leonismo en la ciudad, y quien fundara, precisamenteel 9 de agosto de 1947, la segunda estación radiofónica de la entidad,Ecos del Torbes, que de inmediato hizo competencia a la emisora deDíaz González, pasando ésta a un segundo plano en la aceptación del

público.La actividad de ese año fue incesante. El Tercer Congreso Venezo-

lano de Ingeniería se celebró el 19 de enero y el 26, se ponía en servicioel Edificio Nacional, conocido oficialmente como Palacio Nacional, obracasi concluida por el régimen depuesto. Varias misiones intentaron mostrarel camino para hacer un Táchira industrial, lo que no pudo efectuarse enesa dimensión. Así, en febrero visitó el Estado, una delegación presidida

por el ministro de Fomento Juan Pablo Pérez Alfonzo, y en abril, estuvo

el embajador americano, Frank Corrigan, quien dio paso a la visita delmagnate Nelson Rockefeller, sucedida el 24 de junio, con la intención


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de invertir en esta zona, lo que fue impedido por recios sectores ultra-conservadores. A pesar de ello, el mundo industrial iniciaba raíces conla Embotelladora Occidental, empeño del rotario fundador, Luis Jugo

Amador; y Juan Delfino establecía en la zona de La Blanca, al norte dePalmira, la empresa Cementos Táchira el 29 de agosto. La ciudad tam-bién lloró las partidas de los pedagogos, Solita Carrillo Chávez y Carlos

Julio Ontiveros, víctimas de una tragedia aérea, sucedida en Miranda.Otros notables fallecidos que partieron de este mundo fueron José AntonioGuerrero Lossada, fundador del Salón de Lectura, el célebre compositordon Juancho Galavís, el jurista Pedro Antonio Cárdenas Arellano, exdirector de Diario Católico, doña Evarista Vega, dueña del olvidado

Hotel Central y fundadora del restaurant El Sol de Medianoche, y lacélebre poetisa gritense Josefa Melani de Olivares, mejor conocida comoIsaura . Las celebraciones del cuatricentenario, con la presencia del propio

presidente Betancourt, engalanaron el programa desarrollado en el queresultó electa la joven rubiense, Blanca Uzcátegui Ramírez, coronada porel poeta Andrés Eloy Blanco el 14 de agosto en la Plaza Miranda, frentea Catedral. Los rotarios tuvieron su muy vistosa actividad en medio del

marco referencial de una ciudad que no temía sus pasos de avanzada, quese inscribía, ciertamente, en otros estadios de la evolución social.Con orgullo, los periódicos de San Cristóbal mostraban, en primera

página, una fotografía de la junta rotaria y sus componentes: Jesús ManuelDíaz González, Hugo Groening, Julio Anselmo Villasmil, José AntonioRugeles, Fernando Carlos Tamayo y Luis Andrés Rugeles, reemplazantede Manuel José Fuentes. Una vez más, la presencia de Díaz González

fue fundamental para el éxito de este encuentro distrital, aprobado en la

asamblea realizada en Coro, y el que se inició el 25 de abril de 1947 pre-sidido por el gobernador Roger Leyba, conocido radiodifusor de la región

falconiana, por cierto colega de Díaz González, pues fundó Radio Coroen marzo de 1937. De igual manera, el eminente economista, historiador

y político colombiano Abel Cruz Santos, ex ministro de Obras Públicasdel gobierno del presidente Eduardo Santos en 1938, vino a San Cristóbalen su condición de representante del Rotary Internacional.

En comunicación dirigida a González Lovera, director de Fron-teras, Díaz González expuso todo el programa realizado sin menoscaboalguno, pues todas las comisiones habían sido suficientemente preparadas


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en materia logística, garantizando el éxito de la reunión. Bien acotó que en la actualidad y bajo la dirección y coordinación de los respectivoscomités organizadores, se están haciendo diversos preparativos a fin de

que este acontecimiento revista la mayor trascendencia y significaciónsocial, como son los deseos del club anfitrión y como corresponde alprestigio de nuestra institución. Las sesiones ordinarias y extraordina-rias se efectuaron en el Salón de Lectura y las recepciones especiales en losclubes Táchira, Tennis y Demócrata.

El 25 de abril, en la noche, se realizó una reunión informal decompañerismo e inscripción para las jornadas. La sesión inaugural seefectuó a las nueve y se cumplió el primer agasajo en el Club Táchira. Al

día siguiente, se desempeñó la primera sesión de trabajo y los participan-tes almorzaron en el Club Demócrata, ubicado entonces en la calle 10.Concluida la segunda sesión, el banquete transcurrió en el Club Táchiracomo un homenaje al doctor Cruz Santos, mientras que el baile de gala,en honor al señor Leyba, se inició a las 10 de la noche. El último díade trabajo, el domingo 27, comenzó con una reunión del gobernadorLeyba con el gobernador propuesto por los presidentes y secretarios para

el período 1947-1948; luego se realizó la ofrenda floral ante la estatuadel Libertador, en la que intervino el rotario Gonzalo Vivas Díaz y seinauguró el obelisco rotario, ubicado al norte de la Plaza Garbiras, enla carrera 10 entre calles 14 y 15, y en sus Efemérides, Díaz González,señala que fue una obra ordenada a sus expensas. Allí llevó la palabra el

pastpresidente Juvenal Curiel, disertando sobre la rueda rotaria comoemblema internacional. Luego, los visitantes y sus anfitriones, visitaronel Asilo de Huérfanos de la carrera 12, y el Sanatorio Antituberculoso,

donde se desplegaba la obra de la ATLA, producto del esfuerzo rotario;en ambas instituciones hicieron obsequios destinados al fomento de esosinstitutos. En la tarde y con un agasajo criollo en el San Cristóbal TennisClub, concluyó la jornada de tres días de encuentro, en la que el clubrotario local había dado muestras, más que suficientes, de su organización,disciplina, compromiso y responsabilidad.

El propio Díaz González cita a socios como Pedro Felipe Villasmil,Luis Andrés Rugeles, Ramón Osorio Velasco, Martín Marciales, AntonioVillasmil Stella y prestantes damas que se encargaron de las comisionesque recibieron a los visitantes y los alojaron debidamente, estando al


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tanto de cualquier requerimiento. El espigado presidente tachirense, ob-tuvo un rotundo triunfo con esta Octava Conferencia, lo que le valdríaen sus futuras actuaciones dentro del medio. La cita no había pasado

desapercibida. La prensa regional, en este caso Vanguardia, editorializósobre el hecho indicando que esa convención se ha venido realizandoen el seno de nuestra ciudad en un ambiente de simpatía y de la mássincera cordialidad hospitalaria, calificándola además como una jornadade superación que servirá de base para otras más extensas y pródigasen beneficios de índole social.

En la culminación del encuentro, otro editorial sugirió a los rotarios y a los leones, la unión necesaria de ambos para lograr un aporte de suma

necesidad para el Táchira, la construcción de un hospital de niños. Indicóel artículo que bien podría el rotario, sólo o en asocio del Club deLeones, institución de ideales análogos y también preocupada por lasuerte de la infancia en desamparo, tomar a su cargo la construcciónde un pabellón del instituto asistencial para niños o encargarse deofrecer la dotación completa de alguno de sus servicios. Esa fue una

promesa no cumplida del gobierno nacional de entonces. Del cuatricen-

tenario del Táchira queda el recuerdo del enhiesto obelisco, aledaño a laPlaza Garbiras. Los rotarios promoverían a lo largo de su prolongadahistoria de realizaciones en el Táchira, encomiables acciones a favor dela niñez. La del hospital de niños, sigue siendo una empresa que se estáconquistando con entusiasmo.


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Paul Harris. Rotario Mundial

Paul Harris había nacido en la pequeña población de Racine, enel sur de Milwaukee, el 19 de abril de 1868. Junto con sus compañerosde esa aventura espiritual, Harris se reunía con frecuencia para analizarlos diferentes temas que eran objeto de su atención. Y allí se revelaba la

inquietud de propagar ese empeño que tenía como finalidad precisa, lade un mundo que no estuviera desgarrado por los odios y los egoísmos. Enel mes de noviembre de 1908, en la ciudad de San Francisco, se fundó elsegundo club que adoptó la costumbre de reunirse sus socios para disfrutarde un almuerzo semanal para intercambiar experiencias y opiniones.

La rueda giraba. Al quinto año de su fundación, el Rotary se habíaextendido hacia catorce estados de la Unión. El 15 de agosto de 1910 sereunió la primera convención rotaria. Y en ese mismo año la idea traspusolos linderos norteamericanos para viajar a Winnipeg, Canadá, donde seorganizó la institución. Después se establecieron clubes en Inglaterra eIrlanda. Harris, presidente de la Asociación Nacional de Clubes Rota-rios, realizó un agobiador trabajo. A la tercera convención en 1912, sele cambió de denominación y pasó a llamarse Asociación Internacionalde Clubes Rotarios.

Para 1914 el Rotary se instaló en Cuba y en 1919 en la Argenti-

na. Para 1920 se encontraba en Shangai, Manila y Calcuta, como un proyecto que tendería a circundar el mundo con su mensaje optimista yde servicio.

Paul Harris falleció el 27 de enero de 1947. Ya para entonces elRotary se había establecido en San Cristóbal. Durante sus últimos años,Paul Harris dedicó toda su atención a clamar por la paz. El mundo es-taba desgarrado por las guerras, por los odios y hubo momentos en que lademencia pareció ganar todas las batallas. En una de sus exhortaciones

expuso con trémulo acento: “Alcanzamos la paz, pero no logramos sentirlaen toda su amplitud. ¿A qué bendición más grande podrá aspirarse que a


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vivir en un mundo en que todas las naciones fueran buenas vecinas, unmundo del cual estuvieran desterrados el temor y el odio?”

El conocimiento mutuo, la amistad como ocasión de servir, son

fundamentos de la idea que acarició Paul Harris y, junto con sus compa-ñeros, la hicieron realidad para implantarla luego a lo ancho del mundoentero.

Paul Harris (1868-1947). Fundador del Rotary International


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Don Jesús. Rotario de por vida

Jesús Manuel Díaz González fue un tachirense íntegro, defensormanifiesto de los más altos intereses de la región. Ajeno a la política, dedicósu existencia a hacer el bien. Formado desde niño en el Colegio San José,regentado por los salesianos, discípulos de Don Bosco en Táriba, adquirió

la disciplina necesaria para emprender los retos que acometió. Provenía deuna familia de regia estirpe capachera, compuesta por Manuel AntonioDíaz Cárdenas, casado con su cuñada Ana Cleotilde González Cárdenas,esposa de su hermano Carlos Ramón, quien sabiéndose próximo a mo-rir, pidió a ella, contraer nupcias con Manuel, según datos de su primoCésar González, ex ministro del Interior y autor del libro Vieja gentedel Táchira . Así, Jesús Manuel, formaba parte de una distinguida proleque incluyó, entre otros, a sus hermanos Pablo, hacedor de carreteras y

ganadero; Joaquín, embajador, médico e historiador, Alberto, connotadoingeniero, constructor del Puente Chama, senador y diputado vinculadoal medinismo y al perezjimenismo. Con Alberto, Jesús Manuel formó

parte de los 22 fundadores del Rotary San Cristóbal. Luego del éxito dela Octava Conferencia de 1947, pidió a sus compañeros tachirenses, elapoyo a su candidatura como gobernador del Distrito 113 para el período1951-1952 lo que obtuvo en Maracay elegido por unanimidad, llegan-

do a San Cristóbal el 1º de mayo de 1951, y recibido en el Aeropuertode San Antonio con gran efusividad, pues, por primera vez, un hijo deesta tierra alcanzaba semejante distinción ante delegados de Venezuela,

Aruba y Curazao.En el ámbito internacional, Díaz González fue un rotario com-

prometido. Sus holgados medios de vida le permitieron viajar por elmundo, y no era extraño verlo participar en las conferencias celebradasen Chicago, sede fundadora del Rotary adonde acudió, por ejemplo, en

junio de 1955, asistiendo con 24 mil socios de 53 países. Otra nota deestos encuentros, se registra en junio de 1959.


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En una disertación expuesta el 24 de febrero de 1955 ante la cele-bración tachirense del movimiento que alcanzaba sus bodas de oro, don

Jesús, expuso los ideales que encarnan el objetivo de Rotary, expresando el

pensamiento del abogado fundador, cuando en 1905, comprendió que susclientes eran sus amigos comerciales, pero no lo eran socialmente. Ad-virtió entonces la interrogante esencial: ¿Conseguiré convertir en amigossociales a mis amigos comerciales, o por lo menos en parte? Luego deexplicar la evolución de Rotary en Chicago y su posterior establecimientoen San Francisco, la Costa del Pacífico, Nueva York y su llegada a Cubaen 1916, Díaz González, volvió a replicar que como todos sabemos,las primeras reuniones se celebraron en forma rotativa, y de ahí el

nombre con que se bautizó nuestra institución. Pero la semilla ibafructificando: las casas y negocios particulares fueron incapaces paraalbergar a los simpatizadores de la idea. Fue necesario, entonces, hacerlas reuniones en hoteles y restaurantes.

Fue un permanente asistente a las reuniones semanales y en 1955, Antonio Carrillo Rodríguez, presidente del Rotary San Cristóbal, pidió unaplauso para Jesús Manuel y su porcentaje de 100 a las asambleas. Festejó

con hidalguía los aniversarios de su emisora La Voz del Táchira hastaque ésta debió pasar a unas manos más activas, vendiéndola a GregorioGonzález Lovera quien la convirtió en Radio Táchira. Aparte de estasocupaciones, se distraía practicando tiro al blanco, deporte del que fuecampeón en Cúcuta en 1952, recibiendo una medalla en tal sentido. Casóen agosto de 1961 con Josefina Rojas Chaparro, hermana de monseñor

José León Rojas Chaparro, director de Diario Católico y luego obispo deTrujillo. Ferviente católico, su presencia representaba para Rotary San

Cristóbal un orgullo sin igual, la que compartía siempre con su colega fundador, Martín Marciales. A ambos, el club los distinguió al bautizarsus principales salones con sus nombres, hecho que pudieron disfrutar,aún en vida. El altivo don Jesús Manuel Díaz González, falleció enSan Cristóbal, casi centenario, en noviembre de 1994, entretanto, doña

Josefina, distinguida con la condecoración Paul Harris, murió en Londresdurante unas vacaciones, en octubre de 2003.


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Don Jesús Manuel Díaz González (izq.) recibe un reconocimientode parte del presidente rotario, Lic. Pedro Betancourt. Al centro,

el secretario General de Gobierno, Ing. José Moreno Zambrano. 1991


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Un lustro de crecimiento.Gestiones entre 1948 y 1953

Concluida la conferencia de 1947, se presenta, a la luz de lahistoria, una confusión en razón de los presidentes entre ese año y1949. En su libro Efemérides, don Jesús Díaz González, escribiendode memoria, ante la desaparición de las actas originales del club, las

que contemplaban sus primeras dos décadas de existencia, cita a Ju-venal Curiel como presidente del período 1947-1948 y Pedro Tinoco

Yépez entre 1948 y 1949. En la mejor y sana intención de hallar laverdad histórica, es menester precisar que, según la ardua revisiónhemerográfica que se ha realizado sobre el tema, la que ha permitidola reconstrucción de esos primeros veinte años, para el lapso 1947-1948 aparece reseñada con precisión, en la edición de Vanguardia del1º de abril de 1947, la elección de la junta presidida por el escritorFernando Carlos Tamayo. La descripción exacta del hecho enseñala composición del equipo integrado por Roberto Villasmil, comovicepresidente; Julio Anselmo Villasmil, secretario; Luis Jugo Amador,en la tesorería; siendo los vocales Gonzalo Vivas Díaz, Pedro Tinoco

Yépez, José Ramón Osorio Velasco, Pablo Díaz González y PedroEmilio García.

Don Fernando había hecho vida en el rotarismo y tenía co-

nocimientos del movimiento, ya que había vivido en Norteamérica.Precisamente dedicó una conferencia sobre la independencia de esepaís, pronunciada el 4 de julio de 1944, en el Hotel Royal. Motivótambién el proceso de ayuda a los necesitados de la guerra europea,en mayo de 1946, y extendió su colaboración personal, con suscompañeros Jugo, Groening, Vivas, Curiel, José Antonio Rugeles yPedro Emilio García, época en que también fue tesorero de la juntaencabezada por Jesús Díaz González.

Al ser electo como presidente sufrió un hondo pesar con lamuerte de su esposa, la dama estadounidense, Katherine Mc. Shane,


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ingeniero Fernando Rondón como presidente del club, no aparece nila más mínima mención de Tinoco en el ejercicio de pastpresidente,ni su asistencia a reuniones o convocatorias sociales, lo que resulta

verdaderamente extraño en una persona que haya ejercido tamañaresponsabilidad, presumiéndose que se retiró de la organización apenasentregó su cargo.

El ingeniero agrónomo Fernando Rondón asumió la presiden-cia para el período 1949-1950, habiendo sido reelegido por lo queestuvo al frente de la institución hasta 1951. Formado en los EstadosUnidos, Freddy, como era llamado, se hizo Bachelor of Science en laUniversidad de Michigan y en esa condición escribió un artículo para

el periódico Fronteras, publicado en abril de 1947, tratando el tema dela erosión en Venezuela. El 19 de julio de 1949 fue electo para regirlos destinos del club rotario, siendo acompañado por Ramón OsorioVelasco (secretario); Luis Jugo Amador (tesorero); Heinz Matthes(macero); y Arthur R. Ortiz, Antonio Carrero, Roberto Villasmil y

Arquímedes Cortés como vocales. Esta junta constituyó un Comité de Asuntos de Interés Público que presidió Juvenal Curiel con la partici-

pación de Manuel José Fuentes, Hugo Murzi y Luis Jugo; además delComité de Régimen Interior, integrado por Ramón Osorio Velasco,Heinz Matthes, Jesús Manuel Díaz González y Antonio Carrero. Losnuevos tiempos exigían una sólida estructura, adecuada a las nacientescircunstancias.

El espíritu de camaradería y compañerismo se acentuó en estagestión. Rondón, formado en Norteamérica, tenía otra visión delas cosas y promovió los paseos campestres. De ellos se registra uno

realizado a la Hacienda Peribeca, propiedad del pastpresidente JesúsManuel Díaz González, al que acudieron los rotarios con sus esposas,presidiendo este comité, la señora Betty Connelly de Rondón. Porcierto, los Rondón mantenían una relación de compadrazgo con DíazGonzález, padrino de confirmación de su hijo David. También losseñores asistieron, entre otras visitas, a la fábrica de cemento de LaBlanca, donde sus expertos atendieron gentilmente y con el más elevadoespíritu de rotarios cien por cien, se empeñaron en hacer conocer todas lasinstalaciones y funcionamiento de la planta industrial. El club registra-ba entre sus socios, entre otros, a Pablo Díaz González, Caracciolo


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Carrero Prato, los jóvenes médicos Hugo Murzi Matamoros, DavidToledano y Antonio Ramón Montilva, el funcionario de la compañíapetrolera Shell , José de Jesús Oliver, los ingenieros Martin Sonder-

gaard, Axel Tueskow y Oswald Alex Gangl, además del trujillano, Antonio Carrillo Rodríguez.Las conferencias marcaron otro estilo. Murzi dictó una, en mayo

de 1950, titulada Alimentos y alimentación, en la reunión realizadaen El Sol de Medianoche , el característico bar-restaurant de la carreracinco que sustituyó al viejo Hotel Royal de los Villasmil. Otra de vitalinterés sobre la fiebre aftosa, fue pronunciada en agosto de ese añopor el médico veterinario Darío Porras Pino, con asistencia de Juan

José Alarcón, presidente de la Sociedad Nacional de Ganaderos, sec-ción Táchira, en cuya casa de Rubio se constituiría el club rotario deesa localidad. En otra ocasión, en abril de 1951, casi al término dela gestión de Rondón, la Comisión de Urbanismo de San Cristóbal,integrada por su presidente José Rafael Ferrero Tamayo, el jurista

Aurelio Ferrero Tamayo y el ingeniero Edgar Espejo, hizo como pro-puesta la necesidad de fomentar por todos los medios posibles un franco

y decidido apoyo a la campaña pro mejoramiento y embellecimiento dela ciudad. En esa ocasión, el ingeniero C. J. van der Werff, ejecutivode la Shell, asistió como invitado. La secretaría era conducida por eldoctor Lorenzo Lara Labrador y fue precisa la oportunidad para leerel apoyo que, de forma unánime, expresaba el Rotary Club de Cara-cas a favor de la candidatura de Jesús Manuel Díaz González, comogobernador del Distrito 113.

En la gestión de Rondón surgen dos nuevas labores sociales de

Rotary: la premiación a los estudiantes destacados de la localidad y laentrega de la cesta de navidad a familias pobres, además de la cons-titución del ya mencionado club rotario de Rubio, ciudad que visitóel 19 de octubre de 1950 con 20 integrantes del de San Cristóbal enmisión de hermandad y apoyo, época en que el presidente mostrabasu orgullo ante el reciente nacimiento de su hija.

El martes 25 de julio de 1950, en El Sol de Medianoche, sepremió con diploma de honor a seis alumnos de secundaria y de edu-cación especial, seleccionados entre el Liceo Simón Bolívar, el ColegioLa Salle, la Escuela Normal Federal, el Colegio María Auxiliadora, el

8/17/2019 Historia del Rotary Club San Cristóbal 194

Historia del Rotary Club San Cristóbal 1941-2008

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