Hechizo de Alas - Alejandra Geist

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Poesia Argentina

Transcript of Hechizo de Alas - Alejandra Geist

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  • 2

    Diseo de Tapa

    e ilustraciones interiores: Alejandra Geist

    1 edicin: octubre de 1999, Buenos Aires

    2 edicin 2009, El Bolsn (Ro Negro)

    3 edicin (virtual): marzo de 2013, Ediciones Huaico (BsAs)

  • 3

    A OLIVERIO GIRONDO...

    ...Y

    A TODOS

    LOS HUMANOS

    QUE NO SE OLVIDAN DE VOLAR.

  • 4

    HECHIZO DE ALAS

    Alejandra Geist

    El Bolsn, Ro Negro, Patagonia, ARGENTINA

    2013

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    NDICE

    Comunin ------------------------------------- 6

    Entrega ---------------------------------------- 7

    Instante de Sal--------------------------------- 9

    Siesta al Atardecer -------------------------- 11

    An en el blanco... -------------------------- 13

    Desearte -------------------------------------- 16

    Duelo de Magias ----------------------------- 18

    Sublime --------------------------------------- 20

    Sueo Monetario ----------------------------- 25

    Sueo De Mente ------------------------------26

    Tristeza de Madrugada ---------------------- 27

    El Cielo... ------------------------------------- 29

    Nube Compacta ------------------------------ 30

    Convocatoria de ngeles ------------------- 32

    La Danza de las Luces y los Sonidos ------ 35

    Amores ---------------------------------------- 36

    Encuentro de Magias ------------------------ 39

    Distintos Grises ------------------------------ 42

    Sentirse sin Sangre --------------------------- 45

    Revolucin de las Risas --------------------- 46

    Tiempos --------------------------------------- 49

    Asomar el Alma ------------------------------ 52

    Historia de un Simple Suspiro -------------- 53

    El Silencio ------------------------------------ 54

    Vivencias ------------------------------------- 55

    Rozar... ---------------------------------------- 57

    Recuerdo Fugaz ------------------------------ 60

    Contracaras de la Vida ---------------------- 62

    Sentir... ---------------------------------------- 64

    Gracias... -------------------------------------- 65

  • 6

    COMUNIN Casi a ciegas corremos por la vida, a tientas, a oscuras, como locos. Deambulando en penumbras, casi sordos, casi muertos. A la espera inquieta del amanecer encendido, de la luz palpitante, de los rayos plateados que escupe milagrosamente el tiempo. De la sabidura esquiva, y nuestra eterna bsqueda. Morimos, y nuestras fibras tiemblan como el pjaro en sus ltimos instantes. Nacemos, y la magia nos estalla por los poros, las entraas se exaltan y la claridad nos embarga. Bebemos del cliz de los elixires sublimes, y es el comienzo de nuestra comunin con la vida.

    * * * * *

  • 7

    ENTREGA Cartlagos humeantes estrellndose contra el cemento insaciable. Casi una rutina, de muertes eternas, de silencios callejeros, de tiempos vagabundos, de calderas cerebrales y de difanas falanges, de vmitos candentes, de dolores permeables, de tanto abismo desgarrado, de tantos ojos sordos, de tanta piel ciega. Y de tanto amor, que se entrelaza entre tanto derrumbe, que se enrosca en nuestras entraas y espanta las miradas de ladrillo. De tanto amor que nos alcanza,

  • 8

    y nos estalla y nos traga. Y as, nos entregamos, an con las carnes harapientas y el ala herida. Con las sombras y las dagas an carcomindonos el alma. An as, desnudos y en pedazos, con muletas en las ansias. An as, con el resto de nima que nos mantiene vivos. As, encendidos y hechizados, presa del delirio ms sublime, nos abrimos el pecho, y al amor nos entregamos.

    * * * * * * *

  • 9

    INSTANTE DE SAL

    Bocanadas de aire candente.

    Bostezos de fuego

    en el filo

    del minuto ms viejo.

    Sonidos triturados,

    bajo el hechizo

    de un solo instante.

    Y el viejo misterio,

    suea,

    trepa

    y loco,

    se encarama entre los rboles

    y llora.

    Llora

    hasta disolverse

    en su propia sal.

    * * * * * * *

  • 10

  • 11

    SIESTA AL ATARDECER

    Si pudiera baarme

    en azul y miel,

    y llegar a las entraas mismas

    de la tierra.

    Y luego,

    baada en fuego,

    atravesar los cielos inmutables.

    Y atrapar el viento

    para siempre,

    sin que pudiera escapar

    de entre mis cabellos.

    Bebera el silencio hasta embriagarme

    y escondera el sonido bajo mi piel.

    Besara lo invisible,

    y se lo regalara al rojo amanecer,

    para que palpara siluetas en el vaco.

    En un instante podra morir,

    y nacer tambin.

    En las noches deambulara

    acariciando las sombras

    que habitan en el bosque.

    Hasta podra ocultarlas bajo el mar,

    y nadie se percatara jams,

    de que escaparon alguna vez.

  • 12

    Podra transmutar,

    ser luz,

    ser lluvia, ser nieve,

    ser roco, ser sal,

    ser brisa,

    ser paz, ser sentimiento,

    ser risa

    y ser llanto.

    Y despus,

    talvez...

    regrese al cuerpo,

    si no me olvidara,

    si no me quedara dormida

    bajo un rayo de luz,

    cobijada por la magia.

    Slo si quisiera recordar,

    slo as,

    quizs,

    regresara a mis huesos,

    a mis carnes,

    a esta caprichosa

    anatoma ma.

    * * * * * *

  • 13

    AN EN EL BLANCO...

    An en el blanco, el rojo sigue latiendo, tan tibio, tan vivo. Me pintarn de demente, pero es cierto, lo veo, puedo casi olerlo, sentirlo y amarlo hasta el delirio. Segundo a segundo, beso el aire que acarici tus pulmones y roz tu piel. Te sueo despierta, un amor eterno, atravesando el tiempo, la cordura, la locura, la vida, la muerte. Y as, en un ntimo silencio,

  • 14

    tan, pero tan mo, te siento. Respiro la magia que dejaste escapar, que ya se sumerge en m, llegando a cada una de mis clulas. Dirn que ests muerto, dirn que deliro. Qu maldita palabra podra explicar todo esto? Nadie entendera. Entonces, lo disfruto a solas, sin dejar de olerte, de escucharte, de besarte, de llorarte, de percibirte, de amarte. Fue el tiempo quien enloqueci, nos jug su trampa blanca como mortaja de hospicio. Pero an en el blanco, el rojo sigue latiendo, tibio, vivo, impregnando mi sien

  • 15

    de tu olor. Puedo amarte sin tenerte, sin necesitar que me ames, sin necesitar que no me ames. No te amo slo porque te necesito. No te necesito, y an as te amo. Te amo, simplemente por haber existido, y porque exists, aunque los ciegos y los sordos sigan diciendo, que cuando te hall y te am, habas muerto tres aos atrs. No saben, que an en el blanco el rojo sigue latiendo, tan tibio, tan vivo, tan mo.

    (Al maravilloso ser que siempre ser Alejandro De Michele)

    * * * * * * *

  • 16

    DESEARTE

    Desearte...

    a la distancia,

    en sueos,

    en el aire,

    locamente,

    dulcemente,

    sin miedos.

    sin sombras,

    entre soles,

    entre lunas.

    Desearte...

    con sonrisas,

    con miradas,

    con roces de delirio,

    por las calles,

    entre grillos,

    entre abejas,

    entre mates

    y bemoles.

    Desearte...

    en la magia,

    en el viento,

    desde el polvo,

    desde el fuego,

  • 17

    desde el agua,

    desde la vida misma,

    desde mi mirada.

    Desearte...

    por mis poros,

    por mis manos,

    por mis sienes,

    por mi alma,

    en el violeta,

    en el azul,

    en el verde,

    en lo eterno,

    en lo etreo,

    y en la msica

    que

    tejen

    tus

    alas.

    * * * * * * *

  • 18

    DUELO DE MAGIAS Canto de un ave triste que se pierde entre los rboles, el viento lo desmigaja y se esfuma con los albores de un amanecer que no nace. Y el sueo vuela bajito, sobre las llamas, y el dolor enardece y crece. El bosque enmudece, se acallan los vientos, se agota el silencio, se muere el tiempo. Palidecen las lilas, se desmayan los sauces, la sangre se seca, la muerte se acerca. Y el sol hoy presiente que se escapa la magia, dejando un vaco casi blasfemo entre mis manos. Y mis ojos cansados se resignan al luto,

    a la insoportable ausencia,

  • 19

    a la esperanza maltrecha. Aunque muy en secreto anhele el regreso, que estalle el encuentro, y me invada las venas, y las sienes, y las entraas, y la mirada, y toda el alma. Dnde hallar la magia ? Tan caprichosa, traviesa, sublime. Y de pronto un da, cuando me olvido de buscarla, y no la espero, y no desespero, me sorprende en un encuentro, en un lugar no pensado, en un momento inesperado. Y me atrapa, me ilumina, me resucita, enciende mi mente, me alimenta y me da vida.

    * * * * *

  • 20

    SUBLIME

    Vaga indecisa,

    inquieta,

    recalcitrante,

    hasta disolverse

    en toscos culebreos

    alrededor del silencio.

    Emerge.

    Se eleva.

    Se aparea con el ter.

    Se contrae

    y se disipa.

    Se disgrega.

    Brota.

    Sangra.

    Se entumece

    y transmigra.

    Se transforma.

    Y el cuerpo la persigue,

    para abrazarla

    como enredadera que devora.

    Se escurre,

    se resbala,

    escapa.

    De pronto se aquieta.

    Se acurruca

    y descansa.

    Se acerca.

  • 21

    Nos envuelve,

    alucina,

    roza,

    ilumina.

    Orgasmo mental.

    xtasis total.

    Surca

    lo intangible.

    Traslcida,

    voltil,

    tan azul.

    Voluptuosa se rebela,

    y en el tiempo

    se sumerge.

    Enamor a los trovadores,

    crisp sus venas.

    Enloqueci al artista,

    hasta el delirio divino.

    Fue pasin,

    fuego,

    convulsin.

    Pobl de granadas

    los cerebros.

    No par,

    hasta

    bullir la sangre.

    La soaron despiertos

    de Girondo

    a Picasso,

    Miguel Angel

    y Neruda,

    Artaud,

    Da Vinci,

    Mozart,

    Dal

    y Piazzolla.

  • 22

    Ella se encarama,

    los besa,

    sopla,

    estremece.

    Se evapora,

    exhala,

    desvanece.

    Surge.

    Nace.

    Enardece.

    Se enarbola.

    Trasciende.

    Musa sublime:

    la inspiracin.

    * * * * *

  • 23

  • 24

  • 25

    SUEO MONETARIO

    Casi de noche, casi un instante, palpable, ntido, humeante. La locura de la siesta se subleva, se apodera, se desata. Y mis huesos peregrinos no se duermen ni en el cuerpo, ni en el tiempo.

    Mis dientes acarician delicadamente las baldosas, en busca del talismn invisible, de las veredas ausentes, del caminar caliente, del sueo demente que estalle de repente en mi propia mente, y escupa monedas a mi propia suerte.

    * * * * * * *

  • 26

    SUEO DE MENTE

    Sueos acorazados y acorazonados, naciendo en el centro que es vientre. ngeles morenos custodian las sombras, y luego las borran o las beben. Los duendes, embelezados, vacan los relojes en sus sombreros, y con esas ganas nmades se internan en el Himalaya, donde los volcanes se arropan con su propia baba incandescente. Y un grito ancestral, parido de las entraas, retumba en las esquinas del eco, dando paso a un silencio vaginal, a un esperma casual, a un orgasmo mental. Sueo. Sueo demente.

    * * * * *

  • 27

    TRISTEZA DE MADRUGADA

    La nada se aquieta,

    mientras el abismo me absorbe.

    Giran a mi lado

    algunos gestos,

    convertidos en tontas muecas

    que se desdibujan,

    se destien

    y mueren.

    El filo nunca se hace esperar,

    est,

    en silencio,

    atento a mis movimientos.

    Agazapado como un felino

    a punto de acariciar

    de un zarpazo mortal

    a su presa.

    Siento como si

    el azul

    hubiera muerto

    agonizando en solitario

    a la espera

    de aquel violeta

    que jams lleg.

    Hoy llueven espejismos,

    algunos de ellos siniestros.

    Pero el sueo

    me alcanza,

    me envuelve

    y me obsequia algn descanso.

  • 28

    Olvidando por un instante

    los dolores aferrados a mi piel

    como fieles parsitos que me consumen.

    El silencio

    me abraza,

    protegindome

    de la vieja ceguera.

    En tanto,

    la luz,

    se abre paso en mi cuerpo,

    hasta teir de magia mi contorno,

    delineado suavemente por el ter.

    Lo intangible,

    lo sublime,

    lo etreo,

    lo invisible,

    viene a besar

    cada una de mis fibras,

    y deambula

    en los espacios de mi mente,

    tiendo de sentido el sin sentido,

    impregnando de vida a la muerte.

    * * * * * * *

  • 29

    El cielo se detiene hoy,

    bajo un sol eterno.

    Se transparentan las casas,

    los bosques,

    las almas.

    Todo se vuelve

    traslcido,

    hasta mis ganas.

  • 30

    NUBE COMPACTA

    Una nube compacta

    se acerca,

    de pronto se ensancha,

    se descalabra,

    se desparrama,

    se despachurra,

    se disgrega,

    se disuelve,

    se descuartiza,

    se desvanece,

    se deshace,

    se desdibuja,

    se disipa,

    se distorsiona,

    se destie,

    se desarma,

    se deshilacha,

    se dispersa,

    desaparece.

    Y luego,

    caprichosamente

  • 31

    se entreteje,

    se rearma,

    se une,

    se acopla,

    se dibuja,

    se agranda,

    engorda,

    se forma,

    se entrelaza,

    se tie,

    se voluminiza,

    se entrechoca,

    se envuelve,

    se hincha,

    se corporifica,

    se infla,

    y es una nube compacta

    que se aleja.

    * * * * * * *

  • 32

    CONVOCATORIA DE NGELES

    Los ngeles de Acuario

    vienen a m,

    a estrangular mis nubes,

    a roer el bronce,

    con sus sueos

    vestidos de pasado.

    Con las ganas calientes

    de acallar los gallos

    en la madrugada,

    para que no escriban

    en el pentagrama

    de las sierras

    y los bosques

    su canto desaforado.

    Para ahogar los vientos

    y detener los ros,

    para que estallen los volcanes

    e invadan la tierra

    y los pastos

    con su abrazo lento,

    encendido,

    calcinante.

    Y casi

    en un suspiro,

    me desarmo,

    me desmayo

    y laxa

  • 33

    echo races,

    y me arraigo,

    y por un momento

    soy rbol,

    frondoso,

    imponente,

    abriendo mis ramas

    al sol.

    Y la savia,

    impetuosa

    me recorre.

    A travs de mi piel

    de clorofila,

    me evaporo,

    me libero,

    y me elevo.

    Me condenso

    y soy nube.

    Nube

    que algn da,

    los ngeles vendrn a estrangular,

    y porqu no,

    tambin a roer el bronce,

    con sus sueos

    vestidos

    y desnudos

    de pasado.

    * * * * *

  • 34

  • 35

    LA DANZA DE LAS LUCES

    Y LOS SONIDOS

    Abro mis ojos,

    luces que se acercan

    y se alejan.

    sonidos que juegan

    con mi mente

    y luego escapan.

    Vienen a m,

    convocados por alguna magia sutil.

    Pero los dejo partir.

    Algunos dejan huellas

    en lo invisible que habita en m.

    Los olvido,

    los recuerdo

    y juego a las escondidas

    con esas luces y esos sonidos

    que ahora estn...

    ...y ahora ya no.

    Danzo con ellos,

    los beso

    y me alejo.

    Parto

    y los dejo partir.

    Vuelvo

    y los dejo llegar.

    * * * * * * *

  • 36

    AMORES

    Me enamoro

    a cada minuto,

    a cada

    instante del da.

    Me enamoro

    de lo invisible,

    de lo traslcido,

    de lo que se abre,

    de lo que se cierra,

    de lo que se acurruca,

    de lo que respira,

    de lo que suea,

    de lo que vuela,

    de lo que se mueve,

    de lo que se eleva,

    de lo que crece,

    de lo que nace,

    de lo que trasciende

    de lo que llora,

    de lo que se emociona,

  • 37

    de lo que sufre,

    de lo que vibra,

    de lo que vive,

    de lo que deambula,

    de lo que canta,

    de lo que re,

    de lo que se expande,

    de lo que descansa,

    de lo que se esconde,

    de lo tibio,

    de lo suave,

    de lo frgil,

    de lo mgico,

    de lo etreo,

    de lo que calienta,

    de lo que acaricia,

    de lo que protege,

    de lo que cobija,

    de lo que es sonido,

    de lo que es silencio,

  • 38

    de lo que sana,

    de lo que gira,

    de lo que alucina,

    de lo que despierta,

    de lo que es azul,

    de lo que es violeta,

    de lo que simplemente

    Es.

    * * *

  • 39

    ENCUENTRO DE MAGIAS

    Giran,

    las fuerzas,

    la magia.

    Giran.

    Encuentro

    de dos dioses mitolgicos:

    estallan las ventanas,

    se calcinan los techos,

    se incendian las paredes,

    se derriten las puertas,

    el aire arde,

    rojo,

    incandescente.

    Se acarician

    sin siquiera tocarse,

    se entrelazan

    sin siquiera rozarse.

    Se sienten,

    se presienten,

    se palpan,

    se reencuentran,

    se olfatean,

    se reconocen.

  • 40

    Dulce hechizo.

    En el centro de la habitacin,

    una hormiga danza frentica,

    extasiada por la magia.

    Los espritus son convocados

    a presenciar

    el encuentro.

    Ambos dioses

    se saludan,

    poderosos,

    invencibles,

    dulces,

    suaves,

    orgullosos,

    humildes,

    eternos,

    etreos,

    mgicos,

    hermosos.

    Miles de amaneceres

    y atardeceres

    se suceden

    uno tras otro

    en un frenes imparable.

    La Luna satisfecha

    le regala un guio pcaro

    al sol.

    El tiempo

    y el espacio justos,

    para el encuentro.

    Giran,

    el violeta

    y el azul.

    Giran.

    Danzan.

    Giran,

  • 41

    las energas.

    Giran

    y

    giran.

    Danzan

    y

    giran.

    * * * * * * *

  • 42

    DISTINTOS GRISES

    Hay ciertos das,

    en que todos los grises,

    acuden a m,

    en una cita con mi tristeza.

    Todos los lugares

    se pueblan de ellos.

    se arrinconan

    bajo los muebles.

    Trepan

    por la paredes,

    se cuelgan de los techos.

    Lo invaden todo.

    Se esconden

    bajo mis ropas,

    se sientan

    sobre mis libros.

    Son tantos,

    que hasta me hacen compaa.

    Hoy se aduearon del cielo,

    las casas,

    los rboles,

    las calles,

    los rostros,

  • 43

    las almas...

    Pero huyen despavoridos,

    aterrados,

    desesperados,

    ante el menor

    atisbo de luz.

    Le temen.

    Se evaporan

    al instante.

    Aunque algunos permanezcan,

    ocultos,

    en las entraas.

    Sin embargo,

    es inevitable que tambin

    los ojos,

    las miradas

    se tian de gris,

    delatando su presencia

    entre venas y arterias.

    Grises que agrisan,

    engrisan,

    grises claros,

    grises oscuros,

    indefinidos,

    griseando

    y contagiando grises.

    Grisoneando

    y griseando.

    Agrisando.

    Grises

    y ms grises.

    Un da gris,

    una poesa gris,

  • 44

    un momento gris,

    un aire gris,

    un vaco gris.

    * * * * * * *

  • 45

    Cuida de no morir antes de tu muerte. Vicente Huidobro

    SENTIRSE SIN SANGRE

    La peor muerte,

    no es aquella,

    la del parte mdico,

    ni la del cementerio.

    La peor muerte

    es aquella en la cual

    los ojos se apagan,

    aunque el cuerpo se mueve,

    sigue deambulando,

    va,

    viene.

    Es aquella

    en la cual,

    las venas crujen de dolor,

    y a la nada

    uno se entrega.

    Es aquella

    en la cual,

    la ciencia nos cree vivos,

    pero el alma se seca

    y nada nos llega.

    La peor muerte,

    es la muerte en vida.

    Cuida de no morir

    antes de tu muerte.

    * * * * * * *

  • 46

    Revolucin de las risas

    Convencer a las risas

    de que se subleven,

    e invadan ministerios,

    las iglesias,

    los museos,

    bibliotecas,

    hospitales,

    los lugares ms solemnes.

    Que se apoderen

    de todos los vocablos

    y tomen prisioneros

  • 47

    a unos pocos silencios.

    Que encarcelen

    la amargura

    y desaten

    alegras.

    Que sorprendan

    a los muertos:

    los del cementerio

    y los que van a la oficina.

    Que ran los camellos,

    las lombrices y las hormigas.

    Que ran hasta los que no tienen boca.

    Que ran los poros,

    las manos,

    las orejas,

    los ombligos,

    los intestinos,

    las espinas dorsales.

    Que ran los alfileres,

    los papeles,

    las baldosas,

  • 48

    las cucharas.

    Que se revuelquen de risa

    los relojes,

    las ollas

    y las escaleras.

    Que estallen de risa las sotanas,

    los candelabros,

    las ventanas

    y las canillas.

    Pero sobre todo

    que revolucionen mis sueos amortajados

    y me salven hasta de m misma.

    * * * * * * *

  • 49

    Tiempos

    Tiempos de ser,

    a veces de no ser.

    De soar,

    otras de despertar.

    Tiempos sin tiempo.

    Tiempos a medias.

    Tiempos sin nada.

    Tiempos con todo.

  • 50

    Tiempos con ganas,

    a veces sin ellas.

    Tiempos de marchar,

    de regresar.

    Tiempos de volver al centro,

    luego de no haber sido

    tanto tiempo.

    Tiempos de gozarlo todo

    luego de haberlo sufrido todo.

    Tiempos de apagar algunas cosas

    y encender otras.

    Tiempos

    De llenarse

    De vaciarse

    para volver a llenar.

    Tiempos de pura luz,

    a veces de sombras.

    Tiempos a ciegas.

    Tiempos con los ojos abiertos.

    Tiempos ancestrales

    Tiempos nuevos.

    Tiempos de amor,

    tambin de desamor.

    Tiempos terrestres

    y tiempos etreos.

    Tiempos intermedios.

    Tiempos solubles,

    difanos,

    despintados,

    entramados,

    cortantes.

    Tiempos hirientes,

    trasnochados,

    amortajados,

  • 51

    tiempos muertos.

    Tiempos de renacer,

    de crecer,

    de sonrer,

    de agradecer,

    de creer,

    de soar,

    de vivir.

    De crear,

    de alucinar,

    de ser

    Tiempos de volver a empezar...

    * * * * * * *

  • 52

    Dejar asomar el alma

    de entre huesos

    y corazas.

    A pesar

    del miedo

    y el dolor.

    A pesar

    de uno mismo.

  • 53

    Historia de un simple suspiro

    Casi un suspiro

    detenido en el tiempo,

    inmvil,

    quieto,

    acurrucado,

    callado.

    Destinado al destierro

    por no haber estallado.

    Cansado y

    ensimismado,

    no sabe quin

    lo ha convocado,

    para luego olvidarlo,

    as,

    desmayado

    sobre algn instante,

    perdido

    frente a lo inerte,

    entregado

    a su propia suerte.

    * * * * * * *

  • 54

    El Silencio

    De pronto...

    ...el silencio estalla , presa del instante ,

    sumido en la locura , al borde del vrtigo ,

    deambulando en las cornisas del sonido.

    Desarmndose en el aire , enredndose en s mismo .

    Viviendo y desviviendo ,

    extraos placeres propios

    del silencio.

    * * * * * * *

  • 55

    Vivencias

    Se encuentran,

    sienten,

    se perciben,

    deambulan.

    Se detienen,

    se entrelazan,

    se cobijan,

    se miran,

    se entienden.

    Se conectan. Se tocan.

    Trascienden.

    Vuelan.

    Se entregan.

    Se buscan, Vibran.

  • 56

    Se descubren, se acarician,

    se elevan,

    se respiran,

    se huelen,

    se besan

    Y se asustan,

    se justifican,

    se acurrucan,

    se cierran. Se cortan,

    se enmascaran,

    se amurallan, se distancian.

    Se estrellan,

    se lamentan...

    huyen.

    * * * * * * *

  • 57

    Rozar

    Rozar tu aliento,

    besar tu tiempo,

    soar despierta,

    volar eterno.

    Rozar es apenas

    besar,

    sin quebrar,

    sin oprimir,

    sin ahogar,

    sin lastimar,

    sin asustar,

    es slo vibrar.

    Rozar no es poseer,

    no es arrancar,

    no es atrapar,

    no es desgarrar,

    no es ni siquiera tocar.

  • 58

    Es ms suave,

    sutil,

    es slo rozar.

    Sin molestar,

    pero que erice la piel,

    que llegue a tu ser.

    Es rozar lo que late

    bajo tu coraza

    de miel.

    Rozar lo innombrable,

    lo prohibido,

    lo olvidado.

    Rozar lo soado,

    lo deseado,

    lo invisible,

    lo intocable,

    lo inalcanzable.

    Rozar lo frgil,

    lo tibio.

    Rozar la desnudez,

    el alma,

    tus entraas.

    Rozar tus sienes.

    Rozar lo impenetrable,

    lo incomprensible,

  • 59

    lo impensable.

    Rozar el filo,

    la muerte,

    el fuego,

    la vida,

    el hielo,

    lo inerte,

    lo eterno.

    Rozar tu presencia,

    tambin tu ausencia.

    Rozar el delirio.

    Rozar tus dolores ocultos,

    oscuros,

    inimaginables.

    Rozar las heridas,

    los momentos,

    las alas.

    Rozar tu risa,

    tus lgrimas.

    Rozar tu silencio.

    Rozar sin miedo.

    Rozar

    * * * * * * *

  • 60

    RECUERDO FUGAZ

    Sensaciones,

    emociones,

    recuerdos,

    olores,

    miradas,

    amores,

    todo se mezcla

    en un instante.

    Y la piel se exalta,

    se eriza.

    Y el alma enmudece

    y

    se estremece.

    Y el ayer

    se cuela por un momento,

    entre las

    horas del hoy.

    Y la mente

    se aquieta,

  • 61

    y luego

    se turba...

    ...Y luego

    lo olvido,

    lo guardo en un viejo ropero.

    Y como si fuera parte de la

    magia,

    desaparece

    hasta el prximo encuentro

    con los recuerdos,

    hasta algn momento inesperado,

    y no buscado,

    librado al azar

    y a las jugarretas

    del

    tiempo

    y la mente.

    * * * * * *

  • 62

    CONTRACARAS DE LA VIDA

    Desnuda,

    con las manos abiertas

    al cielo.

    De cara al sol,

    sin caretas.

    Entregada a la nada,

    con el alma temblando,

    y el corazn

    expuesto.

    Desnuda frente al dolor,

    frente a la muerte.

    Despojada,

    herida,

    apagada,

    confundida.

    Desolada.

    Con el dolor carcomiendo

    las entraas,

    sin fuerzas,

    sin ganas,

    sin risas,

    sin alegra, sin aliento, sin aire,

    sin vida

    y sin amor.

  • 63

    Desnuda,

    con las manos abiertas

    al cielo.

    De cara al sol,

    sin caretas.

    Entregada a la vida,

    con el alma danzando,

    y el corazn

    riendo.

    Desnuda frente al amor,

    frente al todo.

    Hechizada,

    iluminada,

    encendida,

    ensimismada.

    Serena.

    Con el amor poblando

    las entraas,

    las fuerzas,

    las ganas,

    con risas,

    alegras, con un aliento tibio,

    con vida

    y con amor.

  • 64

    SENTIR. . .

    ...Sentir

    sin cobardas,

    sin vuelta atrs.

    Sentir

    hasta el delirio

    de los sentidos.

    Sentir

    hasta que el alma

    estalle de amor

    entre huesos y arterias.

    Sentir

    a pesar del llanto,

    a pesar del dolor.

    Sentir

    a pesar

    de poder creernos

    al borde del abismo.

    * * * * * * *

  • 65

    GRACIAS...

    Gracias por sentir

    el vrtigo de la sangre

    corriendo por mis venas.

    Gracias por mis ojos,

    por poder besar con ellos

    el paisaje.

    Gracias por mi boca,

    que vuelve a nacer

    al rozar otros labios.

    Gracias por mis manos,

    que me permiten ver,

    palpar, sentir, amar.

    Gracias por mi piel,

    que vuelve a erizarse

    una y otra vez,

    al sentirme latiendo.

    Gracias por mi cuerpo,

    por poder gozarlo

    y sentirlo tan mo

    al descubrirme sintiendo.

    Gracias por mis sentidos,

    que me permiten descubrir,

    segundo a segundo,

  • 66

    el milagro de saberme viva.

    Gracias por lo invisible

    pero palpable

    que mora en m,

    que me permite morir tantas veces

    y nacer otras tantas,

    sintiendo vibrar

    mis ms ntimas fibras,

    cual hoja acunada por la brisa.

    Y por amar

    hasta el delirio

    a la magia,

    bebiendo hasta embriagarme

    de las energas del Universo,

    de aquello sublime y mgico

    que emanan

    esos seres especiales y maravillosos

    que deambulan solitarios

    por el ter.

    Gracias por saberme libre,

    Viva

    Y latiendo.

    * * * * * * *

  • 67

    Gracias...

  • 68

  • 69

    Cuando...

    nos esforzamos por ser diferentes y

    especiales,

    contradictoriamente,

    dejamos de serlo.

    Pero cuando olvidamos esa meta,

    y aprendemos a volver

    a nuestro interior,

    y nos respetamos,

    y somos fieles a nosotros mismos,

    oh sorpresa !!

    comenzamos a ser deliciosamente

    diferentes

    y maravillosamente

    especiales. Alejandra Geist

    El que ensee a volar a los hombres del porvenir, habr desplazado todos los lmites; para l los lmites mismos volarn por los aires.

    Las barreras son para los que no saben volar.

    Nietzche

  • 70

    Para comunicarse con la autora

    escribir a:

    hheecchhiizzooddeeaallaass@@yyaahhoooo..ccoomm..aarr

    LLiibbrroo aarrtteessaannaall.. AArrmmaaddoo yy eennssaammbbllaaddoo aa mmaannoo..

    EEssttee lliibbrroo ssee tteerrmmiinn ddee iimmpprriimmiirr eenn eell mmeess ddee

    ooccttuubbrree ddee 11999999 eenn BBuueennooss AAiirreess yy llaa sseegguunnddaa

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