El Hechizo Del Lobo

7/25/2019 El Hechizo Del Lobo

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la pequea aldea vikinga se vivan tiempos difciles. A la escasez de alimentos, haba

mar los nuevos tributos impuestos por un rey injusto. Por ello, el joven Oddo haba dec

ompaar a su padre a cazar al bosque en busca de sustento. Pero al sentir en su coraz

chizo del lobo, Oddo no pudo evitar lanzar un grito para ahuyentar a la fiera. Sus pod

gicos y su especial sensibilidad no le permitan causar dao a ningn ser vivo. As que h

s tarde, Oddo buscara a la bestia para que su amiga Thora le curase las heridas. Y

rta forma, sellar un pacto para sobrevivir en los duros tiempos que les haba tocado vivi

spus de vivir su primera aventura juntos, en la que haban descubierto sus talentos pa

agia y la curandera, todo pareca que iba a resultar ms sencillo para Oddo y Thora. Pe

gada de un enviado real a la pobre aldea vikinga cambiara su sino: Harald, el nuevo re

ruega, haba decretado que todos los que quisieran vivir en sus dominios deberan pa

butos. Y aquel que osara desobedecer sera castigado o expulsado de sus tierras.

menaza terrible que no tardara en causar estragos y que Oddo sufrira en persona a

rtir a sus padres de caza en busca de pieles, apremiados por las malas cosechas

pidez con que se acercaba la fecha fijada para el pago.

la soledad de la granja, Oddo no vivira sus mejores momentos. Para su amiga Tho

uro tampoco se presentaba halageo. Hija de una disparatada familia de brujo

cursos, Thora debera buscar una forma de satisfacer las demandas reales aunque, al s

ca de la familia sin poderes mgicos, debera hacer uso de su sentido comn para enco

a solucin. Sin duda, la vida les estaba poniendo a prueba. Y es por ello que los dos am

veran obligados a emprender un nuevo viaje en busca de justicia y el modo de salvar

milias de la ms absoluta perdicin.


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Anna Ciddor

El hechizo del loboMagia vikinga - 2

ePub r1.0

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lo original: Wolfspella Ciddor, 2003

duccin: Joan Soler

or digital: Titivillusb base r1.2


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A todos los que han ledo La runa secreta y me han enviado cartas ye-mailspidindome qme apresurara a escribir el prximo libro. Aqu est, dedicado a vosotr


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Mensajes secretos de las runas

Las runas son las letras del alfabeto vikingo, tambin llamado futhark. Tienen poderes mgicosSi descifris los secretos de los mensajes de las runas de este libro, aprenderis a hacer vuestr

propia

(el alfabeto futharkdel final del libro seguramente os ser til).


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1. El mes del hambre

leche silb en el balde cuando Oddo dio impaciente el ltimo apretn a la ubre. Alarg la manpesebre, rozando el costado caliente y peludo de la vaca, palp con los dedos las cscar

ellanas que all haba escondido, y sonri mostrando los dientes. Dos perfectos cuencos en minis llen de leche del cubo, los llev fuera y comprob que nadie miraba.Oddo dej las cscaras en la nieve y se desliz hacia el granero. Se agach tras la puerta y en

ojos, sin apenas atreverse a respirar ni a parpadear. Esta vez iba a ver quines se llevaban la a vez iba a aguardar y vigilar hasta que llegaran.Oddo! Se oy la voz de su madre a travs del patio. Oddo, necesito la leche. Es que

edado dormido?Caca de la vaca refunfu Oddo.Cogi los cubos y sali pisando con fuerza. Ech un vistazo a las cscaras y se detuvo de sbitoInaudito!En los dos segundos en que haba estado de espaldas, alguien se haba bebido la leche a hurtaagach para inspeccionar la superficie de la nieve. En la blancura se apreciaban hoy

minutos huellas ms pequeas que la ua de su dedo meique, justo del tamao deHas perdido algo? La voz de su padre tron a su espalda, y Oddo se enderez c

ntimiento de culpa. Por qu hurgas en la nieve?Oddo abri la boca para decir algo, pero no supo qu responder.Como comente cualquier cosa sobre la gente menuda, me arrancar la cabeza!, pens.A su padre, Bolverk, le gustaba que Oddo utilizara sus poderes mgicos para que lloviera sob

mpos, o para impedir que los pjaros se comieran las semillas, pero cualquier comentario sonte menuda lo sacaba de quicio.

Slo buscas excusas para no hacer tus tareas le solt su padre cuando Oddo intentaba ex


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e a la gente menuda no le gustaba que l arara la tierra. Naturalmente, Bolverk no aprobara qra una sola gota de su preciada leche!En febrero se pasaba hambre. No haba verduras en el huerto. Tampoco bayas ni setas en el bo

saco de trigo estaba vaco, y se haban comido todas las nueces.Incluso los lobos estaban hambrientos.Mientras Oddo andaba dando traspis, Bolverk se precipit hacia la puerta del granero.Te tengo dicho que la cierres. Hay lobos al acecho, ya lo sabes!Oddo fue rpidamente a la quesera, abri la tapa de madera de la cuba de la leche y ver

ntenido de los baldes.Otra vez pescado salado y queso para cenar? pregunt.Sigrid asinti con la cabeza. Jadeaba por el esfuerzo de remover la nata, y su clido aliento fo

bes de vapor en el aire fro de la quesera.Oddo se pregunt qu cenaran esa noche Thora y su familia de brujos.

la casa de la colina, Thora estaba echando guisantes secos y corteza de pino desmenuzada

linillo. En mitad de la estancia herva a fuego lento un caldero de algas, y un olor a pescado salaa paso a travs de la penumbra. Thora asi el mango del molinillo y empez a moler.Qu ests preparando, Thora? Un nuevo remedio para mis viejos y crujientes huesos?No, abuelita. Es slo la cena.La abuelita Hulda estaba acurrucada en su rincn habitual. El telar sonaba con estrpito y los

crujan mientras salmodiaba hechizos en su tela mgica.Qu es esto? Una rata? dijo con voz trmula al ver correr por el suelo algo pequeo y ma

n una larga cola.Edith se apart, pero Erik se lanz a cogerlo, y con una risotada lo arroj a su hermana.

No! chill Edith.Pero lo que cay sobre ella como una cascada slo fue una lluvia de hojas y ramitas.Te he engaado! rea Erik.Thora solt una risita. Su hermano era cada vez ms experto con la magia para hacer anim

ealmente aquello pareca y se mova como una rata!Thora estaba vaciando del molinillo la corteza y los guisantes triturados cuando Sissa, la peque

familia, alarg la mano para coger la artesa.No, Sissa! grit Thora.

Demasiado tarde! Los regordetes dedos de la nia ya estaban cerrados sobre el borde. Thocogi de hombros y se sent tranquilamente a observar. La artesa estaba hecha del tronco de unerto desde haca muchos aos, pero en cuanto Sissa lo toc, salieron brotes a lo largo de to

eco. Al cabo de unos instantes estaba lleno de hojas. Thora exhal un suspiro.Ahora tendr hojas por toda la masa le ri, escogiendo los zarcillos.Roci con un poco de agua y se puso a mezclar.Uaggh qu peste! grit Astrid cuando penetr a zancadas en la estancia. De quin e

chizo?Se quit la capa y agit la mano hacia los vapores que se elevaban del caldero.

No es un hechizo! Es la cena! chill Harald, muy alegre.


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Oh dijo Astrid. Thora est cocinando. Deb imaginarlo.Tienes suerte de que aqu cocine alguien murmur Thora, aunque slo sea corteza de

as. A ver si un da lo intentas t!Pero jams lo intentaba, por supuesto. Las nicas cosas tiles que Astrid saba hacer eran hec

mo toda la familia. Thora pase la mirada por la habitacin. Su madre, Finnhilda, estaba rasguead. Su padre, como de costumbre, grababa una runa. El pequeo Ketil jugaba con su capucha mgl de cabra, haciendo que distintos trozos de su cuerpo se volvieran invisibles Si no fuera por T

guramente cenaran piedras. Pero, claro, como tenan poderes mgicos, todos menos Thora p

mer piedras si queran. Thora era la nica que no saba hacer hechizos.Mientras amasaba, oy un tintineo metlico y el ruido sordo de un animal corriendo.

errumpieron su tarea para escuchar. Hasta ellos lleg un cascabeleo y el sobrecogedor sonido erno.

Os convoco en nombre del rey! grit una potente voz.Se miraron unos a otros. Astrid fue la primera en moverse. Se puso otra vez la capa y csurosa por el largo pasillo hasta la puerta, seguida de los dems.


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2. Una proclama

familia al completo se dirigi a la puerta. Descorrieron las cortinas para salir al exterior, y el petil se agarr de la mano de Thora.Qu pasa? susurr, boquiabierto ante el bicho plantado ante ellos.

Era un caballo muy alto, con una cabeza peluda que sacuda y una cola que meneaba. El animafuerte y sonoro resoplido por la nariz.Ketil se escondi en el largo vestido de Thora.No pasa nada. Slo es un caballo dijo ella. Ya has odo hablar de los caballos. Apareas las sagas de reyes y personajes importantes.A Thora le interesaba ms el trineo ornado con campanillas, y el hombre gordo cubierto por un

n guarniciones de piel que estaba apretujado dentro.Os convoco en nombre del rey! repiti el hombre gordo. Vuestro jefe, Vigmund, el ca

sentado en el tmulo de sus antepasados, listo para proclamar los decretos del rey Harald el R

evo rey de toda Noruega! Debis acudir enseguida!El hombre hizo sonar otra vez el cuerno y agit las riendas. El caballo dio un salto al frente

neo se desliz dando la vuelta y lanzando al aire una rociadura de nieve pulverizada. Un inspus no haba ni rastro de l.

Menudo gorjeo de pjaros! exclam la abuelita. No pienso arrastrarme por la nieve paVigmund de voz de gorrin me diga qu tengo que hacer! Adems, quin es ese Harald de

anco? Nunca he odo hablar de l!Entr pisando fuerte, los huesos airadamente ruidosos.

Runolf frunci el ceo y se acarici la larga y rala barba.Padre dijo Edith, tirando inquieta de la manga de Runolf, hemos de ir. Son rdenes del r


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Yo quiero ver al rey! chill Ketil.El rey no estar all, bobo dijo Astrid con desdn. Slo estar el viejo cacique Vigmun

yelmo oxidado y su cota de malla, dndose importancia.De todos modos, creo que debemos acudir a esta llamada declar Runolf. Pongmo

endo apropiado.Con gran consternacin de Thora, Finnhilda dijo a todas sus hijas que llevaran la hechizada cap

n adornos de pelo de gato.Me hace estornudar! se lament Thora.

Runolf y los chicos mayores se ataron en el pelo cintas bordadas con runas y se sujetaronturones sus bolsas con piedras rnicas. A continuacin se pusieron en marcha hacia el tmulo, Ru

nnhilda abriendo el paso, los ocho hijos inmediatamente detrs.A travs de la neblina de copos de nieve que caan lentamente, Thora alcanzaba a ver

mpesinos vecinos que marchaban en la misma direccin. Estaba Oddo, entre sus padres, sonrertamente y haciendo seas. Tambin Ulf el Granjero y su familia, y un recin llegado de semsco, Grimmr, que haba ocupado el yermo y rocoso terreno situado en el extremo ms alejalverk.

Se congregaron al pie del montculo, la mirada alzada y fija en el cacique. Tal como haba prtrid, iba bien ataviado, con su viejo atuendo guerrero, con un aspecto insignificante al ladpulento gobernador del rey.Ulf murmur un comentario a su esposa y acto seguido estall en una de sus estruendosas y efu

otadas, la barba de color rojo y oro destellando en el crepsculo. Sin embargo, cuando el camenz a hablar, todos se callaron y se inclinaron hacia delante, esforzndose por or. Haca uenso. Thora se ci la capa y not que el pelo de gato le haca cosquillas en la nariz. Se qupucha de inmediato. Sera muy embarazoso ponerse a estornudar.

Escuchad! deca el cacique con voz temblorosa. Este mensajero del rey Harald me ha

comunicado: o reconocemos a Harald como nuestro rey o pasamos a ser sus enemigos. En nombeblo de este territorio, he prometido obediencia al rey. Entonces alz la voz. As amemos a Harald el Rubio, rey de toda Noruega, que defender nuestra tierra de invranjeros!El gobernador del rey hizo sonar su cuerno y dio un paso al frente.Sbditos del rey! bram. Escuchad esta proclama:De hoy en adelante, todas las tierras, cultivadas o no, y todos los mares, ros y lagos de la r

n propiedad del rey. Todos los que aqu quieran habitar y en estas aguas quieran pescar de

gar un tributo al rey. Este tributo se har efectivo en plata, mantequilla, harina o cualquiercanca que complazca al rey. Y quienes no lo paguen perdern sus propiedades, su tierraertad, que pasarn a ser del rey!Mientras hablaba, todos empezaron a susurrar con tono enojado.Qu est diciendo? pregunt Ketil en voz baja. Qu quiere decir?Creo que tenemos que pagar tributos al rey o nos echarn de casa contest Thora.Tributos? Qu son tributos? sigui preguntando Ketil. Qu hemos de pagar?Plata, mantequilla, harinaHarina? Qu es harina?

Bueno, eso para hacer pan, cebada molida o


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Como nuestra corteza de pino? El rey quiere nuestra corteza de pino?Thora lo mir fijamente.No, no quiere la corteza de pino. Y tampoco tenemos plata ni mantequilla! aadi. Torto, consternada. Cmo vamos a pagar?La voz de Bolverk retumb por encima del murmullo de los presentes.El cacique Vigmund es un calzonazos! dijo con voz cavernosa. La yema de un huevo

s coraje. Slo un cobarde entrega su tierra antes de presentar batalla!Thora advirti que su padre suba por el tmulo, y se apresur tras l. Runolf hizo una reveren

cique y al gobernador.Seores dijo, soy un pobre hombre que hace hechizos, no un campesino. No tengo vac

mpos de cebada. Pero si le complace a Su Majestad, puedo grabarle piedras rnicas con pogicos que conquistarn su corazn, lo protegern de todo dao, loIgnorante le interrumpi el gobernador, acaso no sabes que el rey es el principal expe

nas del pas? Sabe hablar con los pjaros, y tiene el poder de apagar un fuego y la fuerza dembres. No le hacen ninguna falta tus miserables raspaduras. Se volvi de nuevo hacia la multifinales de la Gula regresar a recaudar vuestros tributos! anunci. Tened cuidado! El r

porta que no le paguen. Si valoris vuestra casa, vuestra libertad y vuestras posesiones, aseguraer el pago listo!


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3. Arcos y flechas

rante todo el mes del hambre, Bolverk y Sigrid discutieron inquietos sobre el asunto de los tributPronto ser el final de la Gula! se lamentaba Sigrid. Esto es en primavera! Para enton

br nuevas cosechas que recoger.Ni siquiera en otoo tendramos nada que dar seal Bolverk. Todo lo que cultivam

nsumimos o lo cambiamos en el mercado. No, no podremos sacarlo de la granja.Tal vez Oddo podra hacer algo con su magia sugiri Sigrid indecisa.Hummm, puedes hacer que el grano crezca ms deprisa? pregunt Bolverk, esperanzado.

g con la cabeza. Bueno, pues no creo que haciendo caer gotas de lluvia o hablando con las damos pagar los tributos

Una noche, Oddo advirti que su madre sacaba unos cuantos granos de cebada del saco onda en una vasija de esteatita. En la cena, ella se sirvi la mitad de la porcin acostumbrada.

e Oddo coga tambin menos, su madre protest y le llen el plato incluso ms de lo normal. Al

trozo de pan y de queso para la gente menuda se sinti culpable, pero no poda dejar que se muhambre. Aunque nunca los vea, estaba seguro de que eran ellos los que se coman lo que eca. Ni ratones ni pjaros ni ningn otro bicho dejaran huellas como aqullas. Y en una ocasba encontrado en la nieve un collar roto con cuentas diminutas.

Despus de cenar, Sigrid se puso a tejer y Bolverk empez a tallar dientes para un nuevo rastrdera. Oddo sali de casa con las migas de pan y el queso ocultos en la mano. Se qued temblantad del patio, los ojos de un lado a otro en busca de alguna seal. Aquello era el parpadeo d

mpara diminuta o slo una estrella reflejada en la nieve?Desde que Thora le haba hablado de la gente menuda, Oddo estaba ansioso por conocerlos. A

e saba que vivan bajo tierra, se negaba a cavar o hincar el azadn en los campos, por mucho q


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dre se enojara. Thora deca que la gente menuda montaba en clera si quienes hacan hechizoberan saberlo mejor que nadie, desordenaban su casa. Y aunque ella insista en que jams dejabdie los viera, Oddo crea que un da los conocera y se hara amigo suyo.

Sin embargo, no iba a ser esa noche. Esper hasta quedarse casi congelado, pero ni siquiera llumbrar el revoloteo de alguna capa o el movimiento rpido del dedo gordo de un pie.A la maana siguiente, Bolverk se dio cuenta de que en el cuenco de Sigrid haba pocas gachas.No quiero que t pases hambre gru para que ese cerdo glotn se llene la tripa. Gol

sa con el puo. Encontrar otro modo!

Se puso en pie y se dirigi a la puerta.Al retirar la cortina a un lado, una rfaga de aguanieve penetr en la estancia. Sigrid se le ace

tante con la clida capa de piel, pero en cuanto empez a ponrsela alrededor de los hombros, ebat de las manos y solt un grito triunfante.Ya est! chill. Piel! Esto es lo que usaremos para pagar los tributos. Seal las

e cubran la cama y los bancos para dormir. Tenemos montones de pieles. De morsa, oso,ro Esto contentar a Su Majestad!Pero Sigrid lo miraba desconcertada. Nosotros utilizamos estas pieles.

Y qu! Conseguir ms, mujer. Ir al norte a cazar! Se volvi hacia Oddo. Buenoees que eres lo bastante hombre para venir a cazar conmigo?Oddo mir fijamente a su padre. Cazar! En su vida haba lanzado una flecha.Venga. Bolverk se acerc ruidosamente a la pared de la que colgaban el arco y el carcaj c

chas. Veamos qu sabes hacer.Oddo cruz rpidamente la estancia, pero al llegar junto a su padre comprob que el gran ar

vaba por encima de l.Hummm murmur Bolverk. ste no es de tu medida. Tendremos que hacer uno ms pe

n.

En el cobertizo, Bolverk se dirigi hacia un montn de ramas apiladas en un rincn.Ramas de tejo murmur. Las traje la ltima vez que fui al mercado. Ya estarn secas.

a en la mano de Oddo y alz la tapa del bal de las herramientas. Sostn la lmpara enchacho, no veo absolutamente nada! rugi.Cuando ambos regresaron cargados de ramas y herramientas, Sigrid se apresur a quitar la mesaBien dijo Bolverk dndole a Oddo un cuchillo. Raspa la rama hasta que no haya corteza

arco. Y no la eches a perder. Por aqu es difcil encontrar madera de tejo.Oddo mir la larga y afilada hoja del cuchillo.

Procura seguir la hebra! le advirti el padre, que se dispona a moldear ramitas de abeduricar astiles de flechas. Si vas contra la hebra, el arco se partir.Descortezar la rama fue muy fcil, pero cuando lleg a la albura, la capa blanda, Oddo rasp

dado, trocito a trocito, fijndose todo el rato en el arco de su padre.Horas despus, estaban terminados el arco y las flechas, que iban adornadas con vistosas plum

uila y rematadas con una punta de hierro autntico. Por ltimo, Bolverk puso un bramante de lo.Ya est dijo, y se lo dio a Oddo. A ver qu tal lanzas!Fuera haca un fro glacial; costaba creer que el invierno tocara a su fin. Oddo apret los diente

e dejaran de rechinar mientras escuchaba las instrucciones de Bolverk. Su padre le dijo que cogi


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o y apuntara a la pared de la quesera, al otro lado del patio. Oddo tena las manos tan entume agarr torpemente la flecha y se le cay al suelo. Bolverk solt un bufido de exasperurullado, Oddo hizo su primer lanzamiento a toda prisa, sin tomarse el tiempo necesariopararse y apuntar. La flecha cay a los pies de Bolverk.No has escuchado una palabra de lo que te he dicho! vocifer Bolverk, dando un puntap

cha. Ponte derecho, sostn la flecha recta, mira dnde apuntas! Y tmate tu tiempo! imas palabras sonaron espaciadas y categricas. A continuacin levant los brazos. Puedes hsolo! Y se dirigi a la casa, caminando pesadamente.

Oddo estuvo tentado de darse por vencido. Le seduca la idea de entrar y acurrucarse junto alfuego. Alz los ojos al cielo.Dame un poco de sol dijo con tono suplicante.Y al encajar la flecha en el bramante, un dbil rayo de sol atraves las densas nubes. Tens la c

co a poco hasta tener el puo junto a la mandbula. Apunt a lo largo del brazo y solt la flech a travs del patio hasta alcanzar la pared, en el mismo centro, con un agradable sonido.Bien! grit Oddo.Se volvi con una sonrisa abierta, esperando que su padre se hubiera parado a mirar, pero Bolv

aba dentro de la casa.Defraudado, Oddo cruz el patio para recuperar la flecha. Ahora el sol picaba, y el hielo bajs se volva agua fangosa. Regres chapoteando y apunt de nuevo.Peludasali a mirar y cada vez que Oddo lanzaba se pona a ladrar. Luego corra por el patiodientes intentaba arrancar las flechas de la pared, pero estaban clavadas demasiado hondo.Cuando por fin regres Bolverk, Oddo tena los dedos en carne viva de tanto tensar el arcozo izquierdo cubierto de magulladuras a causa de los rebotes.Bolverk arque una ceja hacia el cielo.T has hecho esto? pregunt.

Oddo asinti con cautela, pero Bolverk no se quej. Estaba examinando las marcas en la paredesera.

Creo que ya has estropeado bastante esta pared! dijo. Veamos qu haces con una dianaos manda.

Cogi una pala apoyada en el granero, la llev al extremo ms alejado del patio y la hinc ntn de nieve blanda con el mango hacia abajo.Bien dijo. Apunta a esto!Pero si le doy, la romper! grit Oddo.

No tienes ninguna posibilidad! replic Bolverk, y acto seguido se qued con los pies sepaos brazos cruzados, observando.Oddo not que volva a ponerse nervioso.Peludasaltaba y ladraba agitada.Chist,Peluda, deja que me concentre dijo Oddo.La perra se qued quieta, el pelo erizado y la larga nariz estirada hacia la diana. Oddo respir h

lz el arco. Al tensar la cuerda, el dolor en los dedos le record que haba estado practicando uno. Se imagin que la pala era slo una marca en la pared, como los blancos que haba estado fia la tarde. Se sinti ms tranquilo. Aguant la respiracin y lanz.No percibi el sonido vibrante de la cuerda que le golpeaba el brazo magullado ni oy el la

unfante de Peluda cuando sta salt hacia delante. Oddo slo vio la flecha surcar el aire, r


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cisa, y dar en el pequeo cuadrado de madera, justo en el centro.Mir a su padre.Bolverk, con los ojos abiertos como platos, solt un fuerte bramido y pas el brazo alreded

mbro de Oddo.ste es mi hijo! exclam. ste es mi hijo! Maana iremos a cazar de verdad! Ma

s un hombre!


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4. La caza

ando Oddo despert, la habitacin estaba fra y oscura. No haba ninguna lmpara encendida, yedaba un dbil rescoldo en el fuego.

Vamos, en marcha dijo Bolverk con voz cavernosa. Nos estarn esperando. Cogi un

madera carbonizada de las ascuas. Toma, tznate la cara con esto.Oddo empez a temblar en cuanto salt de la cama.Ests helado! exclam Sigrid.Nnn-no. Sss-son slo los nervios dijo, preocupado por si ella no le dejaba ir.Sigrid lo arrop con una capa y le dio unas botas de su padre rellenas de paja.La paja te mantendr los pies calientes.Deja de tratarle como a un nio gru Bolverk.Oddo se ech al hombro el carcaj y cogi el arco. Sigrid le desliz en la mano libre un pedazo dda anterior. Bolverk sali de la estancia a grandes pa sos y Oddo se apresur tras l, dando tr

n las botas, que le iban grandes.El sol estaba saliendo cuando se unieron al grupo en el linde del bosque.Ah viene Bolverk dijo una voz.Pero quin anda tras l? pregunt Ulf, aunque al hablar gui un ojo.Oddo mostr su amplia sonrisa y levant el arco.Hoy tambin vengo a cazar! anunci.Todos le dieron palmadas en la espalda.Un cazador! Ests hecho un hombre! dijeron.

Oddo se hinch de orgullo.


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Bien, estamos listos? pregunt Ulf.Qu pasa con Grimmr? No viene?No, prefiere cazar por su cuenta. No le gusta compartir sus piezas.Grimmr el Codicioso! solt alguien, y todos rieron.Pero en cuanto penetraron en el bosque, todo el mundo se call. Ulf iba en cabeza, con una an

cendida en la mano. Oddo intentaba moverse en silencio, andando de puntillas, pero sus botas repaja crujan ruidosamente. Bolverk lo miraba ceudo.Los cazadores se abrieron en abanico y avanzaron lentamente, escuchando con atencin. De

eron el aullido de un lobo. Todos se quedaron paralizados. Ulf sostuvo la antorcha en altoeriguar la direccin del viento. La llama vacil hacia la derecha. Ulf indic a los hombres qvieran a favor del viento y luego pis la antorcha para apagarla. Los cazadores desaparecieronrboles. Bolverk cogi a Oddo del brazo y lo llev tras un matorral de enebro.No te muevas ni hagas ningn ruido le susurr. Y nada de magia! Se puso en cucl una flecha del carcaj.El lobo volvi a aullar, y Oddo se sobresalt al or otro aullido procedente de los abedules

o.

Es Ulf el Granjero, imitando el aullido volvi a susurrar Bolverk. Est contestando al loEntre los rboles se oy un ruido sordo de patas y se perfil una sombra gris. Oddo jams habalobo tan cerca. Era enorme casi tan alto como l. Tenia una nariz larga, comoPeluda, y gira

beza de un lado a otro, moviendo nervioso las orejas.Ulf aull de nuevo, y el lobo mostr los dientes y solt un aullido largo y grave. Sus ojo

enazadores, verdes y fros, pero cuando Oddo atisbo en el fondo de los mismos, de repente sue el animal estaba sintiendo. Supo que aquel lobo era el jefe de su manada. Supo que estaba vigterritorio, que haba aparecido, seguro de su poder, para expulsar al lobo desconocido que vagab. Ahora perciba peligro. Con aspecto orgulloso y fiero, se mantena firme, pero tena los pel

ello erizados, y Oddo sinti el miedo en el corazn del animal.Por el rabillo del ojo advirti que Bolverk se pona en pie y alzaba el arco.No! chill Oddo.Intent correr, gritando y agitando los brazos, pero por culpa de las descomunales botas

smadejado en el suelo. Oy el ruido de flechas que pasaban zumbando y alz la vista, esperandoo muerto delante de l. Pero no haba ningn cadver. El animal se alejaba a largos pasos entoles, con una flecha colgndole de una pata.Oddo se levant torpemente y volvi la cara hacia los cazadores, con los brazos extendidos, par

lanzaran ms flechas. Cuando los hombres bajaron los arcos, se oyeron bramidos de clera, lverk los ms sonoros.Observ las miradas furiosas, y acto seguido dio media vuelta y huy al bosque.


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5. Una peticin de ayuda

llaba el sol, los manzanos silvestres exhiban su rubor rosa y las primeras hojas pintaban de versnudas ramas de los serbales.

Thora, con un cesto en la mano, recoga los ingredientes de la primera ensalada del ao. Alreella, las currucas canoras y los malvises se precipitaban de un lado a otro, cantando alegres

ora andaba abatida, la cabeza inclinada y el corazn oprimido.Slo faltan unos das para la Gula se deca tristemente, y an no s cmo vamos a pagbutos.

Pasaba todas las noches en vela, dando vueltas y ms vueltas, y oyendo una y otra vez a su almente convencido:

Bueno, ha querido la suerte que entre nosotros haya alguien versado en asuntos prcticos. lar un modo de pagar al gobernador!Al or estas palabras, Thora se hinch de orgullo. Haba llegado a creer que los miembros

milia slo reparaban en lo que ella no haca bien. Incluso pensaba que no apreciaban sus pla

vertan la limpieza y los arreglos que intentaba hacer.Encontrar una forma de pagar los impuestos, naturalmente! haba prometido.Por lo que recordaba, todos los que la rodeaban solan confiar en la magia para resolve

oblemas: se valan de piedras rnicas para sanar, de hierbas mgicas para protegerse, y dechizadas para evitar los peligros. Incluso Oddo, su mejor amigo, utilizaba la magia para soluntratiempos. Pero ahora haba una dificultad que la magia no poda resolver, y ella era la encarga

cometido!Sin embargo, tras varias semanas y, por mucho que se esforzaba, no vea cmo lograrlo

masiado pronto para plantar verduras o hierbas en el huerto. No tena ni una sola oveja que esquicas que ordear Mene la cabeza, desconsolada.


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La familia al completo confiaba en ella, y si no encontraba la solucin, los echaran a todos depadre y Arni tendran que alistarse en el ejrcito del rey, y ste seguramente obligara a los de

nvertirse en criados suyos. Durante un instante fugaz, la idea de su presumida hermana Astrid hacados para otros le result muy sugestiva Pero no, esto no compensaba el sufrimiento de los d

n fin, despus de todo sera mejor que el rey aceptara regalos mgicos!Thora descubra nuevas frondas de helechos al hurgar entre las hojas cadas en la pasada estaci

onto, al detenerse a coger algunas, oy una voz desesperada que la llamaba:Thora! Thora!

Un muchacho con la cara tiznada corra alocado hacia ella. En sus hombros ondeaba la ropa a jius pies calzados con enormes botas aporreaban el suelo. Cay de rodillas y al agarrarse al braora, el chico rod al suelo con todas las hojas cuidadosamente colocadas.Oddo! grit al reconocerlo. Qu ests haciendo?l le agarr la mano, jadeando. Huellas de lgrimas veteaban sus mejillas tiznadas de negro.Tienes que ayudarme dijo sin aliento. Hay un lobo. Seal tras l, hacia el interi

sque. Con una flecha. En una pata.Te est persiguiendo? pregunt ella.

Oddo neg con la cabeza.No! Queran matarlo! Un lobo grande colosal.Thora lo mir fijamente.Y t lo has impedido? susurr.Oddo asinti, mirndola con ojos asustados, abiertos de par en par.Thora se dej caer en el suelo, junto a l.Ay, Oddo, en menudo lo te has metido.Ya lo s. Pero da igual lo que me pase a m. Oddo hablaba en tono vehemente y apremian

ba recuperado el aliento. Hemos de ayudar al lobo. No podemos dejar que ande por ah co

cha clavada en la pata!Y qu quieres que haga yo? dijo Thora. T eres el que puede hablar con los animales.S, pero t eres quien sabe cmo curar! grit Oddo. Tienes que hacer algo.Thora lo mir fijamente.Oddo, no estamos hablando de curar a un corderito. Es un animal salvaje, seguramente enloqu

dolor. No puedo correr hacia l sin ms y aplicarle unas hierbas en la pata herida!Oddo le agarr las manos con tal fuerza que le clav las uas en la carne.Tienes que hacerlo! suplic. Nadie ms lo har!


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6. El lobo herido

el almacn, Thora examinaba sus estantes llenos de hierbas y especias. Algunas de las pampligas que haba recogido y secado el verano anterior podran servir. Qu ms? Mir el paqurra, que proceda de una tierra muy, muy lejana; lo haba comprado en su viaje al mercado. lizar en un lobo algunas de las preciadas gotas de savia? Oddo la observaba nervioso. Bueno,

o una.Dentro ya haba una multitud en torno al fuego. Astrid herva unos liquenes para elaborar un

rpreo para la tela que estaba tejiendo. La abuelita se haba encontrado con las hojas tiernas que ba recogido para la cena y estaba haciendo un brebaje mgico con ellas. Edith ayudaba a ambas.

Thora puso las hierbas a cocer a fuego lento en un caldero y se sent a esperar. Oddo dio un pusus enormes botas. Luego se quit la capa destrozada y se puso a caminar de un lado aocupado. Thora observ la maltrecha capa.Esto es precisamente lo que necesito para preparar la cataplasma dijo. A ver si p

mperla en tiras.Cuando la mezcla de hierbas qued reducida a una pasta oscura y pegajosa, Thora la pas a unesteatita. Meti en una cesta la pocin, las vendas y una bolsa de agua, y los dos partieron ha

sque. Oddo caminaba con la mirada baja, inspeccionando el suelo en busca de alguna seal qndujera hasta el lobo herido.

Por fin vio algo, una mancha de sangre en la nieve.Mira! seal.Pero era difcil seguir el rastro. Casi toda la nieve se haba derretido, salvo en unos cuantos t

curos.Es imposible! se lament Thora. Nunca


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ChistOddo estaba en cuclillas. Thora se le acerc despacio y sigui su mirada.Un lobo gris, enorme, yaca sobre un lecho de hojas podridas, con una pata trasera atravesada p

cha y extendida en posicin desgarbada. De vez en cuando alzaba la cabeza para lamerse la herseguida volva a recostarse, gimoteando.

Thora se olvid del miedo, y sin detenerse a pensar se precipit hacia delante, con la pcimandas. Al verla, el lobo pareci cobrar fuerza. Se levant y ense los dientes.

No pasa nada! grit Oddo. Tranquilo. Thora crey que hablaba con ella, pero de

s por su lado rozndola hasta colocarse frente al animal. No pasa nada repiti. Thora ncerte dao,Lobo Gris. Va a conseguir que te sientas mejor.

Thora no daba crdito a sus ojos. Oddo alarg la mano para que el animal lo olfateara, como sperro, y en lugar de morderle la mano, el lobo se tendi en el suelo y mir a Thora con cara lastiThora repar en que se haba quedado rgida como un trozo de hielo. Dio un paso cautel

spus otro.Oddo dijo con un susurro ronco, cmo vas a quitarle la flecha?Mientras frotaba la barriga del animal y le murmuraba palabras tranquilizadoras, Oddo ala

no y tiro del astil de madera. El lobo dio una sacudida de dolor y solt un aullido, pero la flechaaba. La herida abierta comenz a sangrar. Thora verti agua de la bolsa y limpi la spidamente confeccion una cataplasma con las vendas y las hierbas y envolvi con cuidado la pamal.Ya est! anunci.Lobo Grisse retorci con la finalidad de poder oler el vendaje.Djalo dijo Oddo. Esto mejorar tu pata.El lobo tuvo un estremecimiento y se levant con gran dificultad. Thora dio un salto hacia

rmada.

No pasa nada dijo Oddo. Esta vez hablaba con ella.El lobo lami la mano de Thora, y a continuacin se volvi y se alej cojeando.Me ha dado las gracias! exclam Thora en voz baja.Con el rostro veteado de holln, el pelo enmaraado y la sonrisa abierta y mostrando los di

do pareca realmente un lobo.Vas a ir ahora a casa? pregunt ella.La mirada alegre desapareci de los ojos de Oddo.Tengo que ir gru.

Mientras Thora observaba cmo arrastraba los pies y se diriga a su casa, lament no poder prbrebaje que tambin a l le quitara el dolor.


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7. Oddo solo

lverk se at con correas su arsenal de armas: arco y flechas, pual, espada y alabarda. Sigrid ba del arcn de viaje.

Vas a una expedicin de caza o a una incursin vikinga? pregunt.Es mejor ir bien armado respondi Bolverk.Ests seguro de que puedes gobernar la embarcacin sin ayuda?Tendr que hacerlo, no? Alguien tiene que quedarse y ocuparse de la granja.Oddo estaba acurrucado en la cama, conPeludaen brazos. Detestaba que sus padres hablaran

l no existiera. Lo trataban as desde el da que haba echado a perder la caza. A partir del instae entro furtivamente en la casa, su padre empez a comportarse como si no lo viera.

Qu pasara ahora si diese un salto y le suplicara a Bolverk que lo llevara consigo?Yo podra ayudar a llevar el barco! pens. S remar!.

Pero despus, cuando llegaran a su destino, tendra que cazar Se mordi el labio y frunrecejo.Ojal pudiera ir contigo, esposo.Al or las palabras de Sigrid, Oddo se incorpor, el corazn latindole con fuerza.Madre dijo, por qu no vas? Yo puedo encargarme de la granja!Procur que su voz no sonara demasiado dbil y temblorosa.Su madre mir a Bolverk.No s respondi. Cmo te las arreglaras con la comida?

Me espabilar dijo resuelto. No soy un nio.El padre solt un gruido, y Oddo aguant la respiracin.


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Deja de preocuparte tanto, mujer! intervino Bolverk. Un chico de su edad debera ser cuidar de s mismo y estar pendiente de la casa. Dio unos golpecitos en el mango de la alaEn todo caso, si se mete en algn lo, Ulf andar por ah. Se volvi hacia Oddo y lo mi

mera vez en muchos das. Crees que puedes apartelas, muchacho?Las pobladas cejas se arquearon interrogativas.Oddo asinti, sin apenas dar crdito a lo que estaba sucediendo.Supongo que no tardaremos mucho murmur Sigrid. Seguramente estaremos de vuelta a f

la Gula. Cuando regrese ese gobernador del rey.

Qu es la Gula? pregunt Oddo.La asamblea de primavera en la que los ms listos dictan leyes y dicen a los dems qu

cer refunfu Bolverk.Y quienes tienen disputas pueden solicitar un veredicto justo aadi Sigrid.O injusto. Bolverk dio un impaciente puntapi al arcn. Bien, mujer, si vas a ngmonos en marcha!Las mejillas de Sigrid estaban coloradas de emocin mientras meta desordenadamente cosas

l y se echaba a los hombros una esclavina forrada de piel. Pero cuando se inclin para dar un b

spedida a su hijo, arrug la frente.Procura comer caliente le susurr inquieta. No te alimentes slo de queso! Hay muchasalazn que puedes cocer. Y cebada para hacer gachas o pan.Oddo asinti mientras Sigrid se diriga rpidamente a la puerta y coga un extremo del arcn.Y no te olvides de cerrar la puerta del granero! grit Bolverk, mirando hacia atrs

ero que tu amigo el lobo se pase por ah para comer un tentempi!Oddo alcanz a or a su madre murmurar una pregunta y a su padre contestar con un bramido.Estar bien! Para salir de un apuro siempre puede usar su magia!Luego desaparecieron del alcance de su odo.Peluda salt de la cama y empez a olfatear por todas partes, como si la estancia sin Sig

lverk fuera algo nuevo que despertara su curiosidad.Oddo exhal un largo suspiro. Baj con movimientos inseguros de la cama y se qued mi

amente la puerta con incredulidad.Mi padre me ha dejado al cargo de la granja pens. Tiene confianza en m!.Trag saliva para mitigar la sensacin de miedo que le atenazaba la garganta. Trat de se

gulloso e importante.Comenzar ahora mismo decidi. Dar de comer a los animales.

Al dirigirse al cobertizo del heno divis a lo lejos a Grimmr, de pie junto a la cerca limservando la explanada que se extenda entre ellos. Oddo se mordi el labio. El hombre era arido procuraba evitarlo siempre que poda, pero ese daEstoy al cargo de la granja, as que debera ser amigo de los vecinos, se dijo para sus adentroSe dispuso a cruzar la explanada.Eh! grit. Sabas que mis padres se han ido y que estoy al cuidado de la casa?Grimmr solt un resoplido y se alej.Qu maleducado, pens Oddo, mirando fijamente la espalda que se retiraba.Muy bien! grit. Entonces ser mejor que me ocupe de mis quehaceres! Esper

mpoco hubo respuesta. Encantado de hablar contigo musit, mientras se diriga hacia el cob


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heno.No tard mucho en llenar los pesebres. Oddo se sacudi el polvo del jubn, y en su cara se

a sonrisa satisfecha.Y ahora, qu?, se pregunt.De pronto tuvo una inspiracin. Ahora que sus padres estaban fuera, era la ocasin ideal para h

igo de la gente menuda.Les preparar un banquete con una mesa y todo pens, y lo har dentro de casa.Oddo estuvo trabajando en su sorpresa durante todo el da. A partir de una rama, al fin con

nfeccionar una tabla plana para una mesa muy pequea, en la que hizo dos agujeros, uno enremo, por los que meti dos ramas a modo de patas. Pens que no deba sentirse culpable por uherramientas de su padre pero no se sinti tranquilo hasta que termin de usarlas y estuviero

z guardadas.En el bosque cogi unos cuantos ramilletes de hojas verdes y tiernas para decorar la mesa. De

par un trozo de masa para la cena, pas el rodillo sobre pedacitos pequeos y coci unas hogazqueas como le fue posible. Al poner la mesa utiliz algunas de las hojas como platos. Adems minutas hogazas lloradas, haba porciones minsculas de carne cocida, queso e incluso un po

ntequilla de su ltima provisin.Y ahora hay que asegurarse de que lo encuentran!, pens Oddo.Coloc una lamparilla de aceite en el suelo, junto a la mesa, y al salir descorri las cortinas de

a pequea abertura. La luz irradiaba acogedora en el exterior, y en medio del resplandeciente triuraba la pequesima mesa que haba dispuesto.Parece un banquete de verdad!, pens orgulloso.Una sombra intercept la luz.No! chill Oddo. Se lanz a travs de la puerta y agarr aPeludapor el cogote en el p

tante en que abra la boca. Esto es para la gente menuda, no para ti. Vamos, ven a la cama con

esde all vigilaremos.De nuevo dentro, trep a la cama abrazando a Peluda con fuerza. Sin los habituales ronq

ocedentes de la cama de sus padres, la estancia pareca extraa y vaca. Un viento fro entrrtadillas entre las cortinas, rizando la llama de la lmpara, avivando los rescoldos del menggo, haciendo danzar nerviosas a todas las sombras. Oddo se cubri con la manta de piel habilla y clav la mirada en el oscuro umbral, esperando ansioso a sus visitantes.


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8. Una desaparicin misteriosa

do se incorpor con un sobresalto. Qu hora era? Cunto tiempo haba estado durmiendo? Se va mirar la mesa del banquete y solt un grito de decepcin. Haba desaparecido hasta la ltima mcomida. La gente menuda se le haba escapado otra vez!Se levant a toda prisa, corri a la puerta y escudri en la oscuridad previa al amanecer. Ni

ellos.Empez a clarear mientras estuvo all de pie. Una curruca lanz al aire un goteo de soni

ededor de Oddo los dems pjaros iniciaron los primeros cantos de la maana. Un rayo de sol alpared de la quesera, haciendo resaltar las marcas de las flechas, y el tejado de tepe reflellante color amarillo verdoso.Oddo cogi unos tarugos del montn de lea que haba junto a la puerta y volvi dentro

mentar el fuego. Necesitaba calentarse! Mientras soplaba las llamas, sinti una fastidiosa inquera haba algo que no cuadraba, pero no tena ni idea de qu era. Arrug el ceo, verti un poena y agua en un puchero de esteatita y lo puso al fuego a cocer.

Peluda! grit. Ven aqu, pequea.Antes de que llegaran a la puerta, la perra empez a ladrar enloquecida. Sali disparada de la

z frentica el patio en direccin al cobertizo del heno. Con un sobresalto de incredulidad, ntempl la imagen del suelo al descubierto y el espacio vaco entre las estacas. Haba desaparo el montn de heno para los animales!Apenas pudo tragar el desayuno. Sus padres se haban ido, confiando en que l se ocuparanja, y ahora, slo un da despus, haba perdido toda la comida de los animales. Y ni siquiera

nsolarse pensando que no era culpa suya, pues tena la irritante sospecha de que era una bliciosa de la gente menuda.Qu poda hacer? En el prado cercado ya no se apreciaba ni una brizna de hierba, y a ninguno

cinos le sobrara heno. Cmo demonios iba a dar de comer a los animales? Ya los oa mugir ylamando su desayuno. Mir desesperado las migas que mova a golpecitos por la mesa e imag


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ora haciendo pan de corteza de pino. Not sbitamente una sacudida de emocin. Si Thora hallabosque la comida para su familia, l tambin encontrara all algo con que alimentar a sus vaejas.Dio un salto, pas por alto la norma de Sigrid de limpiar la mesa despus de comer, y se apr

cia la puerta. ConPeluda siguindole detrs, se precipit al bosque en busca de algo que parrba. Desde luego no las pardas hojas podridas que haba por todo el suelo, tal vez agujas detamente cuando las estaba contemplando alcanz a ver a Thora andando entre los rboles.Eh, Thora!

Pareci asustada al verlo, y a medida que se aproximaban uno a otro, Oddo advirti en ella loojecidos e hinchados.Qu pasa, Thora?Durante unos instantes no hubo respuesta, y Oddo se dio cuenta de que Thora estaba contenien

rimas. Por fin, salieron las palabras en tropel.En mi familia todos esperan que encuentre un modo de pagar los impuestos! exclam.

soy capaz!Oddo la miraba fijamente, consternado.

Te ayudar a buscar una solucin dijo, tratando de que sus palabras sonaran tranquilizanque pensaba que cmo iba l a encontrar una solucin si Thora no lo lograba.Ella le mir las manos, llorosa.Qu ests haciendo con estas agujas de pino? pregunt.Busco algo para dar de comer a nuestras vacas y ovejas explic Oddo. Alguien n

bado el heno!El heno? Quin diablos hara algo as?Oddo se encogi de hombros. Despus de todas las advertencias de ella para dejar tranquil

nte menuda, no iba a mencionarlos ahora.

Bueno, naturalmente no puedes dar a las vacas agujas de pino dijo Thora, recuperando su tbitual. Esto hara que perdieran sus terneros. Tenemos que encontrar algunos de estos liquenemen los renos Se puso a buscar laboriosamente entre los rboles. Ven, creo que por aqo.Oddo sonri mostrando los dientes. Thora siempre tena una respuesta. Sin embargo, record l

ngestionada por las lgrimas. Por lo visto, el problema de los impuestos era el nico que noolver. Qu le pasara a la familia de Thora si ella no encontraba el modo de pagar? Los eclmente de casa? Mientras Oddo se apresuraba tras su amiga, empez a preguntarse si, aunqu

ra por una vez, l podra ayudarla de alguna forma.


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9. Grimmr el Codicioso

s lquenes marrones y rizados no se parecan nada a la hierba ni al heno.Parecen algas! dijo Oddo, pensativo. Ests segura de que los animales se comern estoCogi un puado, mir alrededor en busca de algo donde ponerlo, y repar en que haba

cipitadamente sin ningn cesto.Toma, usa el mo dijo Thora.Cuando abandonaron el bosque, el cesto rebosaba. Oddo corri hacia el granero y oy que Th

maba a su espalda. Se par y mir hacia atrs. Ella estaba observando a travs de la explcada, hacia la granja de Grimmr el Codicioso.Qu demonios estn haciendo? pregunt.Grimmr y sus mozos iban y venan entre su propiedad y la de Bolverk, acarreando piedraecer, estaban derribando la cerca que divida las dos granjas y desplazaban las rocas al cent

do de Bolverk. Pero aquello no tena sentido. El muro era el lmite entre ambas fincas. De pdo comprendi por qu lo hacan.Es inaudito! exclam.Qu es esto? pregunt Thora. Qu est pasando?Ese ese Grimmr nos est robando la tierra!No es posible robar tierra! replic Thora.Pues l lo est haciendo. Est desplazando la cerca. As su terreno es ms grande y el nuestr

queo! Y entonces Oddo advirti en el lado de Grimmr un nuevo cobertizo que la maana anteraba, un cobertizo lleno de heno Y apostara cualquier cosa a que aqul es nuestro heno!

De modo que, despus de todo, no fue la gente menuda quien vaci el cobertizo de Bolverk. F


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nidoso con cara de cerdo Dej el cesto en el suelo y se volvi hacia Thora. Cree que se n la suya porque soy un nio gru. Cree que no puedo hacer nada por detenerlo!

Hirviendo de clera e indignacin, cruz el prado a grandes pasos hacia los hombres. Le resonodos el desdeoso comentario de Bolverk sobre el cacique: La yema de un huevo tiene ms c

lo un cobarde entrega su tierra antes de presentar batalla!.Oddo, qu pretendes hacer? grit Thora, corriendo tras l.Voy a presentar batalla!Ay, Oddo, ten cuidado!

Oddo se detuvo frente al nuevo cercado.Peludaestaba a su lado, gruendo.Perdn! chill. Quera que su voz sonara furiosa, pero slo le sali un gritito. Cre

is cometiendo un error! sta es nuestra tierra.Grimmr lanz un bufido y solt la piedra que transportaba casi sobre el pie de Oddo.No puedes hacer esto! exclam Oddo apartndose de un salto.Y cmo vas a impedrmelo, sabandija llorona?La voz del hombre era tan fuerte que pareca hacer vibrar el suelo. Era mucho ms alto que O

o crujir ruidosamente los nudillos. Oddo trag saliva y volvi a mirarlo, intentando disimu

viosismo. A aquella corta distancia, el hombre pareca un ogro. Tena el tamao de un giganello grueso como el tronco de un rbol y una calva brillante que se elevaba por encima del inmsque de su espesa barba.

De repente Oddo le amenaz.Te te denunciar ante la Gula! dijo.Cmo? Grimmr mir a Oddo como si fuera un montn de cagadas de rata que se h

contrado en su saquito de cebada. Muchacho dijo con voz cavernosa, ir a la Gula porqetece. All se podrn hacer buenos negocios con gente de toda la regin. Pero en cuanto a molegistrado con tu infundada reclamacin, deja que me ra. La rechazar y hars el ridculo.

star atencin a un insignificante insecto como t.Grimmr se alej pesadamente en busca de ms piedras. Oddo y Thora lo observaron un rato

encio incrdulo y luego se volvieron. Cuando Oddo se agach para coger el cesto, Thora preguntIrs de veras a la Gula?S respondi Oddo con firmeza. Y har que me escuchen.En tal caso, ir contigo dijo Thora.Un destello apareci en los ojos de ella, y Oddo supo que a su amiga se le haba ocurrido una d

as.

Has odo lo que deca ese hombre tan antiptico de la gente que va a la Gula a comerciaclam. Pues bueno, esto es lo que yo har: vender remedios de hierbas y ganar plata, como cmos al mercado. Y entonces podremos pagar los tributos! Thora irradiaba satisfaccinudar a que la gente del tribunal te escuche. No permitiremos que ese ogro se quede con las tierpadre.

Cuando Oddo regres al granero y observ que a las vacas y las ovejas les gustaba el nuevo ppez a sentirse ms contento. Sera un fastidio ir cada da al bosque a buscar lquenes, pero al manimales no se moriran de hambre. Luego se acord de lo mucho que haba trabajado para con

heno: las horas que haba pasado bajo el sol del verano con la pesada hoz, cortando la hierba

ciendo gavillas, el dolor de espalda y las ampollas en los dedos para que Grimmr el Cod


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gara furtivamente por la noche y se las llevara! Ojal pudiera coger todas las piedras de la cojarlas a la cara burlona de su vecino!Aquel da todo pareca salir mal. Cuando necesit ms tarugos para el fuego, se dio cuenta d

enas haba lea, y que por tanto deba talar un rbol, una tarea que detestaba. Coloc las manos cronco tal como le haba enseado Thora y pidi perdn al pequeo olmo; pero, aun as, al levan

cha se sinti como un asesino y le falt nimo para abatir el rbol, as que se pas el resto del dasque recogiendo ramas cadas.

Cuando empez a anochecer estaba demasiado cansado para ponerse a cocinar. Reba del pla

chas que quedaban del desayuno y las meti otra vez en el puchero para la maana siguienslizarse agotado en la cama, se fij en la pequea mesa que haba dispuesto la noche anteriant de nuevo, recogi en la palma de la mano las migas de pan de la mesa grande y las echquea, donde la gente menuda pudiera alcanzarlas. Despus, cerr por fin los ojos y se qued dor

despertar a la maana siguiente, Oddo mantuvo los ojos cerrados y se acurruc en la cama, reticpezar con sus quehaceres. Antes incluso de tomar el desayuno, tendra que ir a llenar un balde de

el ro, moler los granos de cebada para hacer harina, volver a encender el fuego, amasar Ybera apresurarse al bosque en busca de lquenes para los animales.Sinti en el estmago el runruneo del hambre. Con un suspiro, abri los ojos y empez a ret

cha. De pronto se detuvo, sobresaltado. La habitacin no estaba fra. Ni a oscuras. Y no mida?

Mir hacia el hogar. Las llamas crepitaban alegremente y la marmita ya borboteaba y humeaba. perplejidad, salt de la cama y camin a tientas por la estancia. Quin haba encendido el fuegopies desnudos roz algo blando y se agach para cogerlo. Era pequeo y gris, como un man

araas. El nido de una araa? Mientras lo toqueteaba con los dedos, admirando el entrelazado

os, de pronto se dio cuenta de qu era. Una capucha diminuta! Se qued mirndola fijamente. Sse de persona poda haber perdido algo as. La gente menuda!Dnde ests? grit Oddo, dndose la vuelta. Dnde ests? Deja que te vea!Silencio. No respondi nadie. Las migas ya no estaban, pero no haba otros rastros de la

nuda. Oddo dej la minscula capucha sobre la mesa y se sent agradecido a comer. Se llevcharada de gachas a la boca y mir alrededor de la habitacin, pensando en las tareas que an tencer.

Tengo que ir a buscar agua pens, y despus les dir a los animales que ir a recoger co

ra ellos.Acab de comer y agarr el cubo del agua.De repente repar en que del establo no llegaba ningn ruido. Por un instante pareci que se le p

corazn. Qu les haba pasado a los animales? Haba dejado la puerta abierta? Haba entrao? Oddo sali disparado de la casa, aterrado por lo que tema encontrarse. Pero cuando hubo doesquina advirti que la puerta estaba cerrada y que todas las vacas y las ovejas se encontrabaa sin novedad, ronzando satisfechas en un montn de helechos.

Oh susurr Oddo. Tambin aquello deba de ser obra de la gente menuda. Gracias!Sonriendo de felicidad, dio media vuelta y se dirigi hacia el ro. Pero se detuvo. Haba vi

ero movimiento que le llam la atencin? Gir sobre sus talones. S, algo se deslizaba por el lom


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a oveja! EraAbri la puerta de golpe e irrumpi en el establo. La oveja bal asombrada cuando Oddo hurgdedos en su lana y rebusc frenticamente entre los desparramados helechos. Despus se

eto y mene la cabeza.Haba visto realmente a un hombre minsculo deslizndose por la oveja, o era slo una hoja ca


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10. Visita de Ulf

Clmate! exclam Thora, irritada al ver que Oddo no mostraba el menor inters por los lqe haba recogido para l de camino. No entiendo una palabra de lo que dices.

Oddo respir hondo y habl ms sosegado.Creo que he visto uno! dijo.Thora lo mir exasperada.

Has visto un qu? pregunt ella.Uno de la gente menuda!Vamos, Oddo, te lo has imaginado porque los quieres ver desde hace mucho tiempo. Nadie v

nte menuda.Bueno, en cualquier caso han estado aqu replic Oddo. Mira!La agarr de la mano y la arrastr por la casa. Seal teatralmente el fuego.Fjate, encendieron el fuego y me prepararon el desayuno! Se agach a coger algo que

ante de ella. Y se les cay esto! Antes de que Thora tuviera tiempo de ver qu le ens

do, ste la arrastr fuera y rode la casa. Se qued pegado a la puerta del granero y seal el sura, dejaron este montn de lquenes. Los cogieron y me los trajeron. Bueno, qu opinas de esto?Se volvi hacia ella con su sonrisa bonachona.Thora mir fijamente los lquenes.Eres muy afortunado! dijo, pero no poda por menos que sentirse algo malhumorada.Ahora Oddo ya no la iba a necesitar ms.Oddo! grit una voz. Ulf el Granjero cruzaba el patio a zancadas. Cmo le va a n

queo amigo de los lobos? Thora advirti que Oddo se pona colorado de vergenza. Teglas bien t solito, eh? T solito?

Todo va bien, gracias respondi Oddo.


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Bueno, bueno. As que no necesitas ayuda, eh? Ninguna ayuda? Pens en pasar un momentoirme. Se frot las manos. Partimos a una incursin vikinga. Estamos cargando la embarcaciThora observ que Oddo se pona derecho, alerta, comoPeludacuando oa un ruido extrao.Granjero Ulf dijo, pasars cerca de donde se celebra la Gula?Ulf se rasc la cabeza.S, supongo que s contest. Supongo que s.Oddo mir a Thora y enarc las cejas. Ella adivin lo que l planeaba, e hizo una seobacin.

Granjero Ulf dijo Oddo, tenemos que ir a la Gula. Podis llevarnos en el barco?Qu? A ti y a esta chica?Oddo y Thora asintieron al unsono.Y por qu tenis que ir all?Yo voy a vender hierbas y ganar plata para pagar nuestros impuestos explic Thora.Y yo voy a contarle al tribunal que Grimmr el Codicioso intenta robarnos la tierra! d

do.Ah, s? Ulf puso cara seria. Y crees que el tribunal va a escucharte?

Tiene que hacerlo! exclam Oddo.Pero quin se ocupar entonces de la granja, eh? Si quieres venir con nosotros, tendrandonarla ahora mismo.

No importa seal Oddo. Ya la cuidarn otros por m.Thora repar en que se refera a la gente menuda.Pero Oddo! intervino ella.Todo ir bien dijo con vehemencia. S que lo harn.Muy bien. Ulf se encogi de hombros. Podemos llevaros, s, podemos llevaros. P

mino de ida hay sitio, pero para regresar deberis espabilaros.

Thora mir a Oddo. No tenan eleccin.Nos las arreglaremos dijo ella.Ulf se palme los muslos.De acuerdo, pues nos vemos en el barco! dijo. No nos hagis esperar.

haba tiempo para explicaciones ni largas despedidas. Thora irrumpi en la estancia dondembros de su familia estaban ocupados en sus hechizos.

Me marcho a la Gula! dijo jadeando.Cogi en brazos a la pequea Sissa y le dio dos besos en las suaves mejillas.No te vayas otra vez! gimote Ketil, asindole la falda.Thora se agach para abrazarlo.Es por poco tiempo le tranquiliz. Tengo que conseguir plata para pagar nuestros impu

Ech un vistazo a la habitacin. Los dems haban dejado lo que estaban haciendo y la mamente con cara de sobresalto. Tendris que apaaros sin m de nuevo dijo, contenta de no

para comer los asquerosos brebajes que sin duda preparara su madre.A los dems no les importaba. Podan hacer hechizos que los salvaran de los efectos letales

as y las setas venenosas, pero Thora no saba hacerlos. Slo entenda de remedios elaborado


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rbas.Y cmo hars el viaje? pregunt el padre, levantndose lentamente y sacudindose pol

dra del jubn.Ulf el Granjero nos lleva en su embarcacin explic Thora. Oddo tambin viene.

icitar un veredicto. Grimmr el Codicioso est intentando robarles la tierra.En este caso, debe llevar una runa que le d buena suerte seal Runolf. Ahora la grabarPero rpido dijo Thora inquieta. Voy con retraso. Se irn sin m!Se precipit al almacn, llen un cesto de potes y tarros, hierbas y especias, y sali otr

parada.Cuando regres, Runolf estaba terminando la piedra; Ketil la cogi de la mano mientras el

paciente de un lado a otro. En cuanto la runa estuvo acabada, Thora agarr el cesto y un pedero y se march a toda prisa. Los lamentos de Ketil Thora! Thora! la siguieron a travsque.

Cuando avist la embarcacin, balancendose en el amarradero, se detuvo un instantencentrarse en lo que vea.

El barco del dragn susurr.

La cabeza de dragn labrada, reluciente en su bao de oro, pareca guiarle el ojo bajo el sondera negra y mbar ondeaba en lo alto del mstil.Peluda se asom a la borda para dar nimos con sus ladridos. Ya desplegaban las velas. U

mblante feroz bajo el yelmo metlico con siniestros agujeros, haca seas furioso.Thora baj la colina a la carrera y trep a bordo. Antes de recuperar el aliento, los homb

aban la plancha y el barco zarpaba.


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11. La Gula

ora estaba de pie en la proa, los brazos en torno al cuello del dragn, mirando la orilla a la qercaban. Delante estaba el Thingvll, llano y sin rboles, rodeado por una serie de colinas bno de gente que hablaba, rea, compraba y venda.Thora suspir. Los hombres de la embarcacin navegaban en busca de aventuras en tierras le

da imaginrselo: la aproximacin silenciosa por un ro, un pueblo tranquilo a la vista, Ulf dan

al, el barco deslizndose hacia la orilla Y despus el estallido de ruido cuando los vikingos r la borda, lanzando gritos espeluznantes; el brillo del sol en sus yelmos, los destellos de sus esgolpes sordos de las alabardasLanzaron el ancla, y una salpicadura de agua salada la sac de golpe de su ensueo. Se desvane

agen de la batalla; ante ella estaba la pacfica costa del Thingvll.Oddo yPeludasaltaron por la borda y vadearon en las aguas poco profundas.Vamos, Thora! grit Oddo.Thora se volvi de mala gana y cogi la cesta y el caldero.

Eh, por qu no vienes con nosotros? pregunt de pronto Ulf. Por qu no vienesotros? No nos ira mal una chica que sepa curar!Thora le clav la mirada. Podra acompaarles! Podra estar en esa misma cubierta cuand

mbres iniciaran su correra! Y los vera regresar, cargados con su esplndido botn. Estara all cociones curativas cuando subieran a bordo a los heridos, y ellos la colmaran de elogios y palabtitud. Y oro y joyas.Vamos, Thora! Apresrate! volvi a chillar Oddo.Thora lo mir: estaba dando brincos, el rostro vido y las manos vacas. Haba cipitadamente de su casa sin pensar en llevar consigo comida ni avo alguno.

Para las cosas prcticas es igual de intil que mi familia, pens Thora. Sonri pesarosa y se v


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cia Ulf.Lo siento dijo. No puedo ir con vosotros esta vez.Mientras vadeaba hacia la orilla no se dio la vuelta para ver cmo se alejaba el barco. F

ncin en el Thingvll.Peluda, al ver que se acercaba, se adelant dando saltos.

planicie no era tan tranquila como pudiera parecer de lejos. De hecho, era como una fiesta gigauidosa. Algunos msicos con cuernos y tambores sumaban su estruendo a la cacofona de gritos,

isas, los malabaristas lanzaban sus antorchas llameantes entre la multitud de cuerpos en movimdrajosos pordioseros pedan limosna, y los vendedores ambulantes pregonaban sus mercancas.

Thora subieron a un promontorio para ver mejor el panorama. Justo debajo de ellos, dos hombrtorsos desnudos peleaban sobre una piel de ciervo, de un lado a otro, bajo los gritos entusiasespectadores.Cerca de all, dos caballos se encabritaban sobre sus patas traseras y arremetan uno contr

seando los dientes y golpeando con los cascos. Sus amos danzaban alrededor febrilmchndolos con palos puntiagudos, chillando y azuzndolos, mientras la multitud ruga alborozada

El sol empezaba a ponerse, y el brillo anaranjado se reflejaba en la nieve de las lejanas monajo, en la llanura, la gente se agitaba con los rostros enrojecidos y las sombras se volvan profzos de negrura.

Deberamos buscar un sitio para dormir sugiri Oddo.Descendieron por la colina y se pararon a escuchar a alguien que contaba una saga de avent

rpidos, reyes y batallas, viajes por mar y por tierras remotas. Un muchacho que estaba junto acendi una hoguera y se puso a asar nueces en una sartn. Oddo respir hondo, deleitndose en el

Nueces asadas! Vendo nueces asadas! gritaba el chico, y enseguida se amontonarompradores.

Oddo se acerc a Thora para hablarle al odo.Maana venders hierbas as dijo.Thora asinti contenta.A medida que se acercaba la hora de preparar la cena, se fueron encendiendo otros fuegos.

mbin encendi uno. Thora llen el caldero de agua, ech dentro granos de cebada, y los dntaron a esperar que se cocieran. A medida que oscureca, la explanada se transform en un camgrura salpicado de hogueras. Los alborotados ruidos dieron paso a un tranquilo murmullo.

Tras la cena, Oddo y Thora se envolvieron en sus respectivas capas y se acurrucaron junto al fu

clarear el da, Oddo fue despertado por el repiqueteo de una campana. Se incorpor y mir alrednte procedente de todas direcciones se apresuraba hacia el amplio crculo de piedras que haba la colina. Oddo consigui ponerse en pie, no sin dificultad.Peludatambin se despert y se leun salto, lista para acompaarlo.No,Peluda, t qudate aqu con Thora dijo Oddo.Thora se desperezaba y se frotaba los ojos.He de ir ahora mismo le explic Oddo. Va a comenzar la sesin del tribunal.

Cuando lleg al crculo, ya haba dos filas de personas apiadas alrededor. Oddo trat de a


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so a la fuerza, pero los hombres que haba delante se volvieron y lo miraron airados.Qu quieres, renacuajo? solt uno. ste no es lugar para cros!Oddo se subi a una de las piedras y fue dando saltitos, tratando de ver por encima de las ca

o de los hombres de la Gula estaba subiendo el montculo. Cuando consigui llegar arriba, se a encarar la multitud y levant la mano para pedir silencio.Empieza la Gula! anunci. Si algn hombre ha intentado alterar la paz de esta asa

yendo armas al crculo sagrado, que sea expulsado!Con sentimiento de culpa, Oddo llev al punto la mano al cinturn, pero repar aliviado en qu

prisas por acudir a la sesin del tribunal, se haba olvidado el pual.Si algn hombre debe abandonar el crculo porque concede ms valor a la comida y la cerve

sta reunin, no sern escuchadas sus quejas.A Oddo se le cay el alma a los pies. Significaba aquello que tendra que pasar todo el d

obar bocado? Ni siquiera haba desayunado! Cerr los puos y apret los labios. Bueno, ya eniara de algn modo.Y ahora dictar las leyes! dijo el hombre. Se aclar la garganta y comenz a salmod

uel que robe a otro sus bienes debe devolvrselos y pagar al rey un suplemento como repar

amos los bienes con que se puede pagar el suplemento. Una vaca ofrecida en pago debe estar era en cuanto a cuernos y cola y ojos y ubres y tener todas las patas. Las ovejas ofrecidas comoben

La voz sonaba montona. A Oddo le costaba concentrarse. Se dio la vuelta y mir con envidiajeres, los nios y los comerciantes, que no tenan que preocuparse por aquello. Thora andara pore el grupo de gente afortunada, hablando y comiendo!Levant un pie con cautela e intent moverlo, pero inmediatamente perdi el equilibrio y cay ehombre de delante. ste se volvi enojado.Ya te he dicho que te largaras! gru.

Lo siento, lo siento! dijo Oddo.Por fin, el magistrado termin su larga perorata y baj del montculo. Entonces se produjo agi

re la muchedumbre la gente daba empellones, gritaba. Al darse cuenta de que era su oportudo baj de la piedra, agach la cabeza y empuj. Sbitamente not que sala sin ms omeracin, y antes de poder detenerse se estaba arrastrando por el suelo ante todos los presentesOddo advirti que el gritero se iba apagando. Alz la vista y vio al magistrado que lo sealabaMuchacho, qu haces aqu? tron el hombre.Oddo se puso en pie no sin esfuerzo, consciente de que todos lo miraban.

Seor, estoy aqu para hacer una reclamacin en nombre de mi padre.Y por qu tu padre ha enviado a un hijo en su lugar? Es que no tiene respeto por la dignide tribunal?Se oy un murmullo alrededor del crculo. Oddo trag saliva.Seor, mi padre no sabe que estoy aqu. Ni siquiera sabe nada de Grimmr el Codicioso. Q

cir que no sabe que Grimmr el Codicioso nos est robando la tierra. Me dej al cargo de la granmarch en el barcoOddo not que le arda la cara de vergenza y su voz se fue desvaneciendo.Muy bien dijo el magistrado. Si ests aqu para presentar una reclamacin, adelante

mparezca este Grimmr el Codicioso! Que comparezcan tus testigos!


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El hombre tom asiento al lado de los dems miembros de la Gula y se mantuvo expectante. Aun empujn a Oddo por detrs.Venga, no nos hagas esperar!Aterrado, Oddo se dirigi dando traspis hacia el espacio despejado del tribunal. Qu hace

cir?Se qued de pie frente a la hilera de rostros severos y abri la boca.Cito a Grimmr el Codicioso gru.Habla ms alto, no se te oye! bram uno de los hombres de la Gula.

Cito a Grimmr el Codicioso! chill Oddo.Saba que su voz pareca un gritito de nio.En el crculo se produjo cierto alboroto, y cuando apareci Grimmr, el corazn de Oddo lati

rza, el gigante lo mir con ferocidad.Bueno, insecto, dnde estn tus testigos? rugi. Yo he trado dos! Dos de sus

aban junto a l.Oddo dirigi una mirada desesperada a los miembros de la Gula. Qu eran los testigos?De sbito, alguien lanz un grito y agit un brazo. Ulf el Granjero se abri paso en

chedumbre acompaado de los hombres del barco!Un instante despus todos rodeaban a Oddo, soltando risitas ante su atnito semblante. Ulf le dimada tan fuerte en la espalda que a punto estuvo de caerse otra vez de bruces.Hemos decidido dar media vuelta. No bamos a dejarte solo, por supuesto. Ulf murmur

do al odo y a continuacin se dirigi a los miembros de la gula. Los testigos somos nosotrot. Y podemos deciros dnde ha cultivado la tierra durante los ltimos cincuenta aos el pade muchacho, y antes que l el padre de su padre. Este hombre dijo sealando al repulsivo ge estaba frente a ellos, Grimmr el Codicioso, que acaba de llegar a la zona, ha ocupado tierrtenece a justo ttulo a Bolverk y a su fiel hijo. Pas el brazo alrededor de los hombros de Od

tambin ha intentado robar mi tierra! agreg con un bramido.Declaras esto bajo juramento? pregunt el magistrado. Acto seguido extendi el strando un aro plateado, pegajoso de sangre. ste es el anillo de los juramentos, baado en ssacrificios en el templo! Pon tu mano sobre el anillo y jura que tu afirmacin es verdadera.Ulf levant la mano y la puso sobre el anillo.Lo juro dijo.Los dems hombres hicieron lo mismo, uno tras otro.El magistrado baj el brazo.

Y t, Grimmr el Codicioso, tienes algo que decir? pregunt.Grimmr resopl como un toro castrado furioso.Tonteras! vocifer. Este mosquito quejica y su padre no tienen derecho a considnjeros! Con sus dos raquticas vacas, sus diez pobres ovejas y su puado de granos miserablesuiera tienen heno almacenado para alimentar a sus animales. Dejan que la tierra se vuelva baldT robaste el heno! grit Oddo. Y nuestra tierra! Y tenemos veinte ovejas, no diez!Silencio! rugi el magistrado. Has tenido la oportunidad de presentar tu reclamacin.

s aqu al anochecer, cuando nos reunamos los miembros del tribunal, decidiremos sobre el aro ahora tu tiempo ha acabado. Vuelve a tu sitio y deja que prosigamos.


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12. Hallveig

abrir los ojos, lo nico que Thora consigui ver de Oddo fue un vislumbre de su espalda al a prisa hacia el emplazamiento del tribunal.Oddo! grit. He de darte algo!Sostuvo en alto la piedra rnica de la suerte. Pero Oddo no la oy. Thora se encogi de hombro

caer en el cesto. Se puso en pie, se sacudi las hojas secas que se le haban prendido a suda, y tir de la capa para ponrsela bien. A su derecha sala una chica de una tienda acarreandsada marmita. Pareca unos aos mayor que Thora, tena los rasgos finos y el cabello rubio y sogido en diminutas trenzas por toda la cabeza. Thora observ cmo colocaba la marmita sogo y empezaba a remover el contenido. La joven alz la vista y sonri.Buenos das! dijo.Buenos das respondi Thora, y dio unos pasos hacia ella. Me llamo Thora aadi.Yo Hallveig dijo la muchacha. Tena una voz aguda y cantarina. Y cmo se llama tu per

Peluda. Bueno, no es ma. Es de un amigo que ha ido a la Gula.Hallveig asinti.Mi padre tambin ha ido explic. Quieres desayunar conmigo? Hay mucha comida!Thora y Hallveig se sentaron cmodamente en la tienda, en dos taburetes plegables.Peludase t

us pies, dando cuenta de unos huesos.Qu vas a hacer hoy? inquiri Hallveig.Voy a preparar remedios de hierbas para venderlos contest Thora.Hallveig dej de comer y mir a Thora con ojos de sorpresa.Eres hechicera? susurr.Thora baj la vista a su cuenco. Qu deba decir? La magia la hacan las hierbas ella slo


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ogerlas y mezclarlas para que curaran y quitaran el dolor. Sin embargo, la gente slo compramedios si crea que tenan poderes mgicos.

Murmur una respuesta evasiva.S hacer hechizos con hierbas dijo.Pues qu bien! exclam Hallveig. Una hechicera de verdad!Thora se sinti azorada. No estaba acostumbrada a que la gente la llamara hechicera.Y t? pregunt. Qu vas a hacer hoy?Voy a recoger ortigas respondi Hallveig. Mi padre necesita ortigas para hacer cuerdas.

Podemos ir juntas! exclam Thora. T coges ortigas mientras yo busco hierbas.Las dos chicas se pusieron en marcha ro arriba hasta que se apagaron los sonidos de la

llveig encontr una extensin llena de ortigas viejas y urticantes tan altas como ella y emptarlas con un cuchillo mientras Thora coga ortigas jvenes y nuevas, ramas de bistorta de losas y suaves, y jugosos tallos y hojas glaucas de pamplinas.Regresamos? sugiri Thora, cuando su cesta estuvo llena.Hallveig asinti, sin aliento de tanto cortar tallos duros, y se puso a atar las ortigas con un tro

ta.

Aaaay! Solt el manojo y empez a brincar alrededor, agitando la mano.Thora cogi unas hojas de una acedera exuberante.Mira! grit. Esto aliviar el escozor!Hallveig extendi la mano, y Thora le envolvi los dedos con unas hierbas sanadoras.No tienes que pronunciar un conjuro? pregunt Hallveig.Bueno, si t quieres Thora se devan los sesos para recordar una de las cantinelas

uelita.

Con esto se quitael picor de las ortigas!

Murmur.Hallveig irradiaba alegra.Ha desaparecido el dolor! exclam.

regreso en el campamento, Thora encendi fuego y puso un puchero de agua sobre las llam

ntinuacin tendi la capa en el suelo y coloc encima los tallos de esteatita y las vasijas de arcillba trado. Hallveig dej en remojo sus tallos de ortigas en un cubo de agua y se acerc a mirar.

Qu hay en los tarros? pregunt impaciente.Esto es una locin para aliviar los huesos que crujen contest Thora, y estoHuesos que crujen? A la gente no le crujen los huesos!A mi abuelita, s puntualiz Thora.Hummm, tienes algo ms til?Thora tom una vasija de arcilla, quit el tapn y le ense a Hallveig la sustancia viscosa, ne

loliente que haba dentro.Si te cortas, esto te quita el dolor seal.


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Aaagh, cmo apesta! solt Hallveig. Tpalo otra vez! Retrocedi, tapndose la nardedos. Es todo lo que tienes?En cuanto hierva el agua, podr preparar ms cosas respondi Thora, un tanto ofendida.Prepara alguna de esas pcimas que hacen que uno se enamore, o que viva ms aos, o

otegen cuando viajas! grit Hallveig ansiosa. sas s te las comprarn!Es que yo slo vendo hierbas medicinales aclaro Thora.AhEl agua del caldero empezaba a humear. Thora miro impaciente alrededor en busca de client

momento pasaba por delante una anciana arrastrando los pies, respirando con dificultad y tosienQuieres un remedio de hierbas? ofreci Thora. Puedo preparar una bebida agrada

mante para quitar esta tos.La mujer baj la vista a los tarros.Tienes algo para alargar la vida? pregunt.No, pero s cmo hacer una pcima para curar esta tos repiti Thora.La mujer oli hasta que la cara le qued empaada.De acuerdo.

Thora llen un cuerno con agua hirviendo y ech dentro unos trocitos de raz de jengibre quedo de casa.Cuando estaba a punto de drselo a su clienta, advirti la expresin ansiosa y atenta de HallveigEh un momento:

Esta tos habrs curadoantes de que el da haya acabado!

dijo con tono triunfal; despus observ con inquietud mientras la anciana aspiraba el espema y tomaba unos sorbos cautelosos. La mujer apur el cuerno, lo devolvi y se frot la mano pecho.

Me siento realmente mejor dijo, y empez a andar arrastrando los pies.Eh, podras pagarme un poco de plata? pregunto Thora.Lo siento, cario, no tengo nada.Un montn de nias sofocando risitas avanzaban hacia el puesto dndose ligeros codazos.Queris algo? pregunt Thora.Las nias, con sus mejillas regordetas y sonrosadas, no parecan muy enfermas.

No obstante, una de ellas se vio empujada al frente por sus compaeras.Queremos filtros de amor balbuce.Thora solt un suspiro.No tengo filtros de amor dijo. Slo remedios. Puedo curar cortes y magulladuras, doloriga, migraasEs muy buena seal Hallveig, alzando la mano vendada con las hojas. Me ha quitaozor de las ortigas!Su voz se fue apagando al advertir que las posibles compradoras perdan inters y se alejaban.

Escucha dijo con tono sibilante, dando a Thora un leve codazo e inclinando la cabezaercarse. Por qu no dices que son filtros de amor o para alargar la vida o lo que qui


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nte? Nadie se entera de la diferencia!Thora se mordi el labio. Hallveig tena razn, sin duda. Nadie se enterara de la diferencia. La

minara al cabo de unos das, y ella no volvera a ver a sus clientes. Les poda decir lo que quro no quera ganar dinero con engaos. Era realmente una buena sanadora slo le hacanermos!


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13. El duelo

do estaba aburrido. Y tena hambre. Se hallaba de pie tras la ancha espalda de Ulf, tan cerca queir la boca y dar un mordisco a la capa de su amigo. No vea a los hombres de la Gula y estabalas interminables declaraciones.

De repente, delante de donde estaba se produjo un cierto alboroto.Un duelo! Un duelo! gritaban las voces.Cuatro hombres abandonaron el crculo con el rostro furioso y avanzaron a grandes pasos hacia

mas amontonadas. Dos de ellos clavaron estacas de avellano para trazar un cuadrado. Los otros dmaron con escudos y espadas y se aprestaron a la pelea en el recinto marcado. Uno dntendientes era alto y robusto, con el cabello de un rojo vivo. Llevaba un escudo pintado de arillo, y el puo de su espada despeda brillos dorados. Oddo alcanz a ver las formas de las badas en el oro. Daran a ese hombre poderes especiales para luchar? El otro casi era el dob

o, pero delgado y cargado de espaldas, con una nariz ganchuda como un guila. Su escudo era

ga la hoja de la espada.Oddo oy que el magistrado daba la seal para que empezaran. El Pelirrojo se mantuvo en su

antando el escudo, mientras el guila arremeta con un brutal alarido. La larga hoja de la esparell en el escudo y la madera se parti y se hizo aicos, pero el Pelirrojo se escurri a un lado, o que le dio su ayudante y embisti. Un destello de metal, un fuerte gruido, y el escudo negro taab cortado por la mitad.

El guila bailaba por el cuadrado, lanzando mando bles y acometidas, mientras su adversario,buey enojado, resoplaba y rechazaba los ataques.

De pronto el segundo escudo del Pelirrojo se hizo astillas y cay al suelo con estrpito. El hos bajo solt un feroz bramido y se precipit hacia delante con la cabeza gacha. Cuando el puo


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pada destell en la luz del sol, se produjo una chispa parecida a una llama saltarina; acto segrocedi y levant el brazo en seal de victoria. All se qued el guila, que miraba incrdulo cngre manaba de su brazo.

Se oyeron vtores atronadores. Por primera vez, Oddo advirti que haban acudido a mirar gocedentes de toda la planicie.

ando se oyeron los gritos, Thora estaba explicndole a una chica que poda preparar un filtro de

zo los ojos y vio que todos corran por el llano en direccin al tribunal.Vamos! chill Hallveig. Seguramente hay un duelo!Se fue corriendo, pero Thora se entretuvo llenando la cesta. Al llegar hasta la muchedumbr

taba y aclamaba, se abri camino hasta la primera fila y vio tirado en el suelo a un hombre alto asala sangre del brazo a chorro. Thora no se lo pens dos veces: con el corazn latindole con fullveig pegada a sus talones, se apresur hacia el herido.Te pondrs bien le dijo. Soy sanadora. Abri su tarro de arcilla y verti el ap

ntenido en la palma de la mano. Esto te quitar el dolor.

Frot el brazo con la sustancia y observ satisfecha como las mejillas del hombre recuperabor.Podrais llevarlo a mi campamento? pregunt dirigindose a los presentes. All

nderle como es debido.Mientras el herido era conducido en volandas, los espectadores siguieron detrs, formand

pecie de cortejo que recorra la llanura. Cuando dejaron al maltrecho individuo junto al fueora, sta tena a un pblico numeroso. Limpi la herida y prepar una cataplasma calienmplinas y mirra. Despus llen un cuerno con agua caliente y ech unos cuantos plalos de esplieinterior.

Bbete esto dijo. Te calmar los nervios.Esta maana me ha preparado una pocin declaro una voz parecida a un graznido. La vi

piracin ruidosa haba vuelto. Me ha aliviado la tos!Asinti y mir alrededor.El contendiente herido tom la infusin y se puso en pie, doblando con precaucin el brazo h

r a Thora, rebosante de satisfaccin.Muchas gracias, hechicera, por tus benficos cuidados. De su otro brazo desliz un brazal

ta en forma de serpiente y lo ofreci con una inclinacin de cabeza. Por favor, acepta este pr

agradecimiento por tus servicios.Tienes algo para mis pobres piernas? pregunto una mujer que estaba al lado del hoando un extremo de la falda para poner el descubierto unos tobillos hinchados.Ahora todos empujaban, mientras pedan remedios a voces.A m me duele la espalda!Oye! Qu puedes hacer por mi chiquillo?Eh, espera tu turno!Con tantos clientes de golpe, Thora empez a ponerse nerviosa. Entonces Hallveig se arrodill

o.

Qu puedo hacer para ayudarte? le dijo.


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Thora seal los tarros de arcilla.Si es dolor, frota con un poco de esto le indic. Yo me ocupar de todo lo dems.Hizo un gesto mientras intentaba recordar las hierbas adecuadas para cada dolencia: para curarajar la fiebre, infusiones de jengibre; para el dolor de muelas, clavo; para las migraas, romero

rmir bien, semillas de eneldo trituradas y puestas en remojo Respir hondo y sonri a sus paciIba a ser una tarde ajetreada!


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14. El juicio

r fin el largo da de pleitos toc a su fin, y el magistrado se puso en pie para pronunciar los vered

El primer caso es la reclamacin de Oddo, hijo de Bolverk, contra su vecino Grimmr.Al or su nombre, Oddo fue todo odos.La decisin del tribunal es la siguiente: toda tierra, cultivada o no, pertenece al rey Har

bio. Pero el rey, con su gran generosidad, permite que sus sbditos soliciten el arriendo de la e tribunal entiende que Oddo, hijo de Bolverk, tiene derecho a reclamar la tierra en la que han vantepasados durante cincuenta aos. Pero debe formular su reclamacin conforme a la a

stumbre! Si no cumple con alguno de los requisitos establecidos por dicha costumbre perdecho a la tierra y sta pasar a manos del otro demandante.Oddo frunci el ceo, concentrado, esforzndose por seguir el hilo de lo que deca el hombre.

Dentro de tres das, cuando termine el cometido de este tribunal, los miembros de la Gula zacia la tierra objeto de disputa para dar fe de la toma de posesin de la misma. El magistradocia donde se hallaba Oddo. Cuntos das se tarda en navegar desde aqu hasta la tierrlamas?Pues Oddo tir desesperado de la manga de Ulf.Dos das le susurr Ulf.Dos das! grit Oddo.Entonces pasarn cinco das antes de que lleguemos a la tierra en litigio. En la maana del

cuando asome el sol por el este, encenders un fuego. Y ser un fuego especial, con pobrenaturales


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do escuch impaciente hasta que terminaron las instrucciones; despus exhal un suspiro de aliviNo parece tan difcil, pens.El magistrado llam al siguiente demandante, y a Oddo el corazn le dio un brinco.Se acab! Por fin puedo abandonar la Gula!Al salir del crculo de piedras, oy un ladrido familiar yPeludasalt para saludarlo. Oddo in

quivar los calurosos lametones.

Eh, Peluda dijo riendo. Dnde est Thora?Oddo! La pesada mano de Ulf lo agarr del hombro. Felicidades! Ven y cena con nos

chacho.Es que es que debo encontrar a Thora dijo Oddo. Pero gracias de todos modos.

luda. Vamos, ensame dnde est Thora.La perra se puso a correr por la planicie y Oddo se apresur tras ella preocupado. Por qu Tho

ba ido a encontrarse con l? Dnde estara? Qu le haba pasado?Peluda lo condujo hasta donde haban acampado la noche anterior, pero el lugar estaba ahora ro

r una muchedumbre. Oddo aceler.Dejadme pasar! gritaba, abrindose paso a codazos entre el gento.Lleg a la primera fila, jadeando de inquietud.Peludaesperaba, con la boca abierta formandeca, pero Thora, arrodillada entre hierbas y vasijas, ni siquiera repar en su presencia. Junto

ba una muchacha desconocida, las dos cabezas muy juntas.Thora! chill Oddo.Thora sacudi la cabeza hacia arriba.Oddo! grit. Cmo ha ido?Antes de que l pudiera responder, una voluminosa mujer que haba delante se volvi airada.

Eh! protest. Aguarda tu turno!Los otros clientes se sumaron con murmullos a la protesta. Oddo se encogi de hombros.Luego te lo cuento dijo. Cuando se hayan ido todos.De un puesto contiguo llegaba un tentador ruido de cebollas y pescado frindose.Voy a comprar algo de comer. Me estoy muriendo de hambre.Thora sonri pesarosa.No tardar mucho; pronto se me habrn terminado las hierbas. Pero Oddo! Cuando l v

vista atrs, ella sostena una abultada bolsa. Lo he conseguido! Tena el rostro radiante de a

He ganado suficiente plata para pagar los impuestos!


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15. Palabras de advertencia

do miraba exasperado a travs de la hoguera a Thora, que charlaba con Hallveig. Aquella chica de rata era una aduladora, siempre estaba dicindole a Thora lo maravillosa que era, ofreci

mida, una cama en su tienda. Thora ni siquiera miraba a Oddo. Estaba demasiado ocupada hablHallveig de su familia.

Cuentan conmigo deca orgullosa. Salvo Astrid, naturalmente. Ella siempre piensa quecer nada. Sonri burlona y acarici su bolsa. Ardo en deseos de ver su cara cuando aparezca bolsa llena de plata!De pronto las dos saltaron de sus asientos y se acuclillaron junto al padre de Hallveig. Erp

ma de rana, los ojos saltones, una barriga prominente y las piernas cortas. Su voz era casi tan agllona como la de su hija, y hablaba con graciosas frases embrolladas.Hallveig y Thora extendieron unas plantas en el suelo.Hierbas! pens Oddo malhumorado. Estando con Hallveig, es todo lo que Thora puede sumir de sus hierbas.Erp y las chicas cogieron piedras y empezaron a golpear las plantas.Peluda, que haba estado dormitando, abri los ojos sobresaltada y se levant al instante.Has tenido muy buena idea, Peludadijo Oddo, que al ponerse en pie se le cay el cuenlo, con gran estrpito. Voy a ver a Ulf anunci.

Thora lo mir por fin.


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Un momento! grit. No nos has explicado qu ha decidido el tribunal. Dej la piedraelo e hizo un gesto a los otros para que dejaran de golpear. Cmo ha ido el juicio?

No creo que en el fondo te importe respondi Oddo.Oh, vamos Oddo, no seas susceptible. Dime!Yo tambin he estado all intervino el padre de Hallveig. Si Oddo no lo cuenta, lo har yOddo echaba fuego por los ojos.Han dicho que para reclamar la devolucin de la tierra he de realizar una ceremonia gru

ngo que llevar una antorcha llameante por los lindes y encender a mi paso unas cuantas hoguer

resar antes de que se ponga el sol y los fuegos se apaguen. No parece muy difcil.Mientras hablaba, se imaginaba recorriendo la tierra, con la ardiente antorcha en la mano. O

ores de la multitud cuando volva al punto de partida, y las exclamaciones de sus padres al llea y enterarse de lo que haba hecho su hijo para salvar la granja.El padre de Hallveig interrumpi su feliz ensueo.Pero ha de ser un fuego con poderes sobrenaturales! chill Erp. La antorcha que lleves

go, as ha de encenderse. Sabes lo que es?Oddo neg con la cabeza, incmodo.

Te lo explico. Enciendes un fuego frotando dos trozos de madera. No te permiten utilizar esladernal, ni tampoco una llama de tu hogar.Qu? Oddo lo mir fijamente. Pero esto es imposible. No se puede encender un fueg

tando dos trozos de madera!Se tarda un poco dijo Erp, sonriendo. Pero es posible. Si frotas rpido, se calientan

er, comprendes?Pero y si no puedo? pregunt Oddo.Erp chasque la lengua.En este caso, perders la tierra contest. Y ser de Grimmr!

n gran disgusto de Oddo, Thora decidi pasar la noche en la tienda de Hallveig. A la maana siguentras observaba cmo Ulf y los otros se preparaban para zarpar, vio que Thora se le acelando por la playa de guijarros.La seguan Hallveig y la silueta redonda y anfibia de Erp.Mira! grit Thora.Le tendi la cesta, en cuyo interior haba algo verde enroscado. Por un instante Oddo crey q

a serpiente.Qu es esto?Un regalo de Hallveig y de su padre respondi Thora. Es la cuerda que Erp hizo anoch

uellos tallos de ortigas. Alz la larga trenza verde. Qu amable ha sido con nosotros, verdaOddo not que se ruborizaba al recordar todas las mezquindades que haba pensado de Hallv

p.Pero antes de poder abrir la boca, Ulf grit desde el barco.Eh, vosotros dos! Cmo vais a volver a casa? solt resollando, mientras tiraba d

roma.

A pie contest Oddo.


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A pie! Ulf hizo una pausa y alz un brazo para secarse la frente con la manga. A piego trecho! Un largo trecho! Aqu la costa es desigual como la dentadura de un lobo Ebarcacin no hay problema porque navegas mar adentro. Pero en tierra Chasc la lengua y mcabeza. Tienes que bordear fiordos, cinagas y montaas. El camino es un continuo rodems estn los osos y los lobos.

Una rfaga de viento hizo vibrar los aparejos.Deberais encontrar otro barco que os llevara a casa! grit.Luego agit la mano y agarr el timn mientras la vela se hinchaba.

Las cuatro figuras observaban desde tierra cmo el barco se alejaba lentamente.Thora mir a Oddo.Saldremos del paso dijo.l asinti.Vamos. Disponemos de cinco das para llegar a casa.Que os vaya bien! chill Hallveig, echando los brazos al cuello de Thora.Ah grazn Erp, alzando la mano. Anoche olvid deciros ms! Cuando lleguis acurad no encender ningn fuego!

Por qu?No puedes encender fuego sobrenatural si hay las otras hogueras encendidas en la casa o enadvirti Erp.

Lo recordar prometi Oddo.Ja! Oddo oy una v

El Hechizo Del Lobo

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