HAZTE AMIGO DE CRÓNICA POPULAR · Crónica Popular agradece tu colaboración, y promete realizar...

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HAZTE AMIGO DE CRÓNICA POPULAR Crónica Popular se dirige a , esmado lector, que vienes mostrando tu proximidad o simpaa con su contenido y objevos, para transmirte que la connuidad y la consolidación de éstos necesitan, como amigo de Crónica Popular, tu apoyo humano y material. Humano, con tu visita a nuestras páginas, su divulgación y, si lo deseas, tu colaboración en ellas. Material, mediante una aportación económica limitada: Nuestra propuesta se basa, pues, en dos actuaciones complementarias. Por una parte, tu aportación, en concepto de suscripción, de 5, 10, 15 o 20 euros mensuales, lo que dependerá de tu voluntad y posibilidades económicas, cuyo importe podrás ingresar en la cuenta bancaria de Renovación Editorial, S.L., la empresa editora de Crónica Popular , cuyo código incluimos más adelante. Como contraparda, recibirías en tu correo electrónico cada dos meses, una publicación en PDF de unas 30 páginas suscepbles de imprimirse, tulada El Laberinto Español, compuesta de las siguientes secciones, de- nominadas Rincones, a saber: Rincón literario y arsco: Narrava, poesía, críca teatral y de cine, de exposiciones, etc. Rincón de la Memoria Histórica y Democráca. Rincón del Viajero: Ciudades, pueblos y paisajes de España y del mundo. Rincón de la “Res Publica”: Economía, Políca y Sociedad. Rincón de los Derechos Humanos: Mujer, emigración, refugiados, etc. Para ejercer esta opción ofrecemos a connuación los datos a rellenar y enviar por correo electrónico a [email protected] que, en su caso, irían acompañados por el ingreso del importe de la suscripción men- sual en la siguiente cuenta bancaria de Renovación Editorial, S.L.: ES36 0049 2680 4522 1430 3879. Les comunico que he dado a mi banco la orden de que transfiera a su cuenta bancaria la candad de_______€ (*) al mes en concepto de suscripción. Mis datos personales son los siguientes: Nombre ____________________ Apellidos____________________________________ Dirección postal (optavo)__________________________________________________ Correo electrónico________________________________________________________ Crónica Popular agradece tu colaboración, y promete realizar el máximo esfuerzo para no defraudarte. (*) Optar entre 5€, 10€, 15€ o 20€. Incluimos a connuación, lo que constuye el número cero de El Laberinto Español. Su finalidad es servir de ejemplo de lo que serán los siguientes números de este suplemento, a fin de que nuestros posibles seguidores y simpazantes lo conozcan antes de decidir su opción. Los envíos de los números ulteriores, que, como queda dicho, tendrán lugar cada dos meses, se realizarán a quienes se hayan converdo en suscriptores.

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  • HAZTE AMIGO DE CRÓNICA POPULAR

    Crónica Popular se dirige a ti, estimado lector, que vienes mostrando tu proximidad o simpatía con su contenido y objetivos, para transmitirte que la continuidad y la consolidación de éstos necesitan, como amigo de Crónica Popular, tu apoyo humano y material. Humano, con tu visita a nuestras páginas, su divulgación y, si lo deseas, tu colaboración en ellas. Material, mediante una aportación económica limitada:

    Nuestra propuesta se basa, pues, en dos actuaciones complementarias.

    Por una parte, tu aportación, en concepto de suscripción, de 5, 10, 15 o 20 euros mensuales, lo que dependerá de tu voluntad y posibilidades económicas, cuyo importe podrás ingresar en la cuenta bancaria de Renovación Editorial, S.L., la empresa editora de Crónica Popular, cuyo código incluimos más adelante.

    Como contrapartida, recibirías en tu correo electrónico cada dos meses, una publicación en PDF de unas 30 páginas susceptibles de imprimirse, titulada El Laberinto Español, compuesta de las siguientes secciones, de-nominadas Rincones, a saber:

    Rincón literario y artístico: Narrativa, poesía, crítica teatral y de cine, de exposiciones, etc.

    Rincón de la Memoria Histórica y Democrática.

    Rincón del Viajero: Ciudades, pueblos y paisajes de España y del mundo.

    Rincón de la “Res Publica”: Economía, Política y Sociedad.

    Rincón de los Derechos Humanos: Mujer, emigración, refugiados, etc.

    Para ejercer esta opción ofrecemos a continuación los datos a rellenar y enviar por correo electrónico a [email protected] que, en su caso, irían acompañados por el ingreso del importe de la suscripción men-sual en la siguiente cuenta bancaria de Renovación Editorial, S.L.: ES36 0049 2680 4522 1430 3879.

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    Incluimos a continuación, lo que constituye el número cero de El Laberinto Español. Su finalidad es servir de ejemplo de lo que serán los siguientes números de este suplemento, a fin de que nuestros posibles seguidores y simpatizantes lo conozcan antes de decidir su opción. Los envíos de los números ulteriores, que, como queda dicho, tendrán lugar cada dos meses, se realizarán a quienes se hayan convertido en suscriptores.

    mailto:[email protected]

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    El laberinto español

  • Equipo Editorial de El laberinto español.

    Coordinador: Antonio Gallifa

    María Rosa de MadariagaPilar Nova MelleJuan Pablo MateoPedro López López

    Suplemento El Laberinto Español nº0Editado por Renovación Editorial SL.Calle Los Mancebos, 6 5ºA. 28005 Madrid

    Rincón literario y artístico: “Capitanas intrépidas”, María Teresa Sánchez Vales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .3“Los fusilados”. Antonio Ferres. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .4”Significa vivir”. Antonio Gallifa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5

    Rincón de la Memoria Histórica Democrática: “Francisco Boix, el fotógrafo de Mauthausen”. Pilar Nova Melle . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .6

    Rincón del Viajero: “Casablanca, una ciudad de película” .María Rosa de Madariaga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .10“El Concejo de Somiedo, un tesoro paisajístico”. María Rosa de Madariaga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .14

    Rincón de la “Res Publica”:“La clase trabajadora y las pensiones de jubilación. ¿Insostenibilidad del sistema público?”. Juan Pablo Mateo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .16

    Rincón de los Derechos Humanos :“70 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos”. Pedro López López . . . . . . . . . . . . . 22

    Sumario

    El laberinto español

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    Durante el verano la casa era el gran patio de forma irregular, circundado de minúsculas casas encaladas; y la piscina, un gran barreño de zinc, expuesto al sol junto a las plantas de hortensias moradas, que calentaba a lo largo del día el agua que serviría, a la caída de la tarde, para el baño y los juegos de los niños.

    Éramos al menos diez o quince criaturas escuálidas que correteá-bamos medio desnudos entre sábanas tendidas y peligrosos cubos con lejía o azulete. Y ellas, las madres, jóvenes y gritonas, ame-nazantes y castigadoras, armadas con la zapatilla en una mano y el trapo de polvo en la otra, eran las que se ocupaban de todo.

    Ellas habían hecho un largo viaje: un viaje desde Zamora o Sa-lamanca, o Cáceres o Jaén, cargadas de bolsas tejidas a mano con lanas recuperadas de mantones y toquillas viejas. A veces, tam-bién, cargadas con una criatura recién nacida entre los brazos.

    Llegaron con las bolsas vacías a esta ciudad que después las ha visto prosperar y envejecer sin remedio. En los ojos de aquellas mujeres vi mil veces la añoranza de los encinares, de las charcas, de las mieses estivales, del baile en la plaza, de aquel mundo que estaba a más de un día de viaje y que irremediablemente habían perdido.

    Las mañanas de diario se entregaban al canturreo entre dientes de la pena penita pena mientras movían colchones y fregotea-ban de rodillas suelos parcheados de cemento; y por las tardes, mientras el sol ardiente aplanaba las paredes de cal y los tejados de uralita, escuchaban, llorosas y atentas, a la heroína radiofó-nica del momento. Las que sabían enviaban a sus pueblos cartas de papel rayado, “quedando ellas bien por el momento gracias a dios”.

    Capitanas intrépidas

    RINCÓN literaRio y artístico

    María Teresa Sánchez Vales

    AbogAdA. MieMbro de lA CoMisión de leCturA de lA onCe

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    Ya atardecido, cuando la fuerza del calor se hacía más lleva-dera, se sentaban en círculo en la zona de sombra del patio y zurcían calcetines, volvían los cuellos de las camisas, sacaban los bajos de faldas y pantalones, tejían jerséis y bordaban man-teles, hasta que, casi de noche, volvían los hombres, enfundados en monos azules, oliendo a grasa y a humo de fundición.

    Entonces entraban en casa, y mi padre sacaba del bolsillo un pequeño sobre marrón cuyo contenido escrutaba nerviosa mi madre. Después escondía el sobre detrás de los tarros de garbanzos y lentejas. Luego le sonreía y nos llamaba a gritos desde la ventana de la habitación que daba al patio. Iba y ve-nía de la cocina canturreando otra vez la pena penita pena y sacaba un plato de duralex colmado de boquerones fritos, cuyos efluvios envolvían todas las casas del patio.

    Los domingos eran especiales. Salíamos al paseo; las niñas, con los vestidos rosas y las chaquetas blancas de perlé hereda-das de primas y hermanas mayores, y los chicos, con pantalones cortos y camisas abrochadas hasta el cuello, muy repeinados, con la raya a un lado y las caras sonrosadas y transparentes. Al final de la Avenida había una terraza con mesas y sillas plegables pintadas de verde, instalada bajo grandes árboles de morera, donde parábamos para hacer el gasto extraordinario de la semana: los hombres, cada uno con un chato de vino, las mujeres, una mirinda de limón para cada dos, y para los niños, una coca cola y ... cinco, o seis o siete vasos.

    Ellas fueron las capitanas de ejércitos miserables, que después invadimos los colegios nacionales, los institutos y hasta las universidades; ellas pusieron los cimientos de nuestros valores y nos enseñaron una manera de mirar el mundo que nos ha acompañado hasta hoy. Y algunas de ellas, a las que todavía no ha minado la enfermedad, la soledad o el abandono, miran ahora hacia un horizonte extraño e infinito que sólo ellas pue-den ver, en el que una caterva de criaturas escuálidas y medio desnudas chapotean en el agua recocida y turbia del barreño de zinc, un horizonte donde huele a boquerones fritos y a paga de sábado, a humo de fundición y a hombres que fuman.

    Ellas y sus economías de guerra, sus autarquías familiares y sus penas, penitas, penas.

    Era finales de marzo, y hacía viento… Pasaba una fila de prisioneros… Llevaban los monos rotos, con las insignias arrancadas. (De Los vencidos, Primera parte)

    He llegado a la tapiadonde he muerto joven

    marzo aúny retoñan los árboles.

    He llegado alegrehasta la muerte

    sin ser viejo nunca.

    He llegado mirandola calle donde tú nacisteel portal fresco de tu casadonde te besé un día.

    He llegado contentocomo si la revolución triunfasey ya fuéramos libres.

    He llegado a la tapiay he mirado los ojos de los otroscerrados mientras disparaban los fusiles.

    He mirado sus párpados oscurosy he visto a contraluz las torreslas campanas en las que se posan los pájaros

    marzo aúntodavía.

    He llegado a la tapiadonde he muerto joven

    he llegado pensandootra vida que existe en otra parteen otra ciudad contigocomo en el portal fresco y callado de tu casa.

    Antonio Ferres

    novelistA y poetA. los versos publiCAdos perteneCen Al libro de poeMAs La urraca y Los días iLuminados.

    El Fusilado

    RINCÓN literaRio y artístico

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    Significa vivirAntonio Gallifa

    eConoMistA. MieMbro del Consejo de redACCión de crónica PoPuLar

    A la memoria de Miguel Hernández, cuyos poemas juntaron el amor con la lucha por la libertad.

    ¿Te acuerdas de que un día me dijiste“Tenemos que vivir mientras el sol alumbre”?Hablaste por los dos, como solíamos,sabiendo que tu voz y tu palabraeran más, mucho más que el amor que sentíamos.

    Para ti y para mí, “vivir” significabacompartir una fe y una esperanza;la fe en unos principios; la esperanza,un mundo de igualdad entre los hombres,un mundo para todos, la libertad soñada.

    Vivir significaba enriquecer la vida;gozar de nuestro amor, que nunca habría existidosi tú no fueras tú, tal como eres;luchar por los derechos de humildes y oprimidosy en la noche soñar mientras la noche duerme.

    ¡Tantas y tantas veces rememoramos juntosel ejemplo de aquel esclavo tracioque luchó por un mundo de hombres librestransmitiendo un legado milenario! Y también los ejemplos silenciadosde millones de hombres y mujeresque a lo largo de siglos,recogiendo el legado de Espartaco,pensando en ti y en mí, pensando en todos,defendiendo la vida, encontraron la muerte.

    Teníamos espacio para el amor, el ocio y la sonrisa.Una tarde de abril, evocando una fecha,pensaba declararte con un ramo de floresaquello que tú y yo, sin decirlo, sabíamos.Y cómo nos reímos,y cómo nos quisimos, descubriendoque aquellas flores, con sus tres colores,eran las mismas flores que las que tú traías,buscando sorprenderme en nuestro encuentro.

    Tenemos que aceptar como algo inevitableque nuestro sol se apagará algún día,que perderemos el rumor del viento,las lágrimas alegres de la lluvia,la insistencia implacable de la vida,el halo de tristeza en el ocaso,el uso de la idea y la palabra,el vuelo inexplicable de los pájarosy el silencio en la noche mientras el sol descansa.

    Ni tú ni yo sabemoshasta cuándo este sol podrá alumbrarnos:conviven en el mundo en que vivimos,después de que la luz invadiera la nada,el rumor del silencio y del sonido,la lentitud vital del universoy su espacio infinito.

    Y ese espacio infinito son infinitas cosas.Tantas cosas… no sé…Por ejemplo, los soles, la noche y los insectos.Por ejemplo, las flores, la lluvia y los eclipses.Por ejemplo, también, los agujeros negros(esas cosas extrañas que los sabios nos dicen).Por ejemplo, la risa y el dolor.Por ejemplo, los mundos que aún no conocemos.Por ejemplo… tú y yo.

    Mientras llega ese día en el que todo acabe,que no podrá dejar ni siquiera el recuerdo,¿qué importa lo que digan los agujeros negros,los insectos, la lluvia o los eclipses?Importa que nosotros, como un día dijiste, viviendo como nunca el amor que nos une,seguiremos haciendo lo que estamos haciendo.Los humildes, los parias de la tierra,estarán con nosotrosluchando por ganar el universo.

    RINCÓN literaRio y artístico

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    A pesar de que en el año 2000 el historiador espe-cializado en el campo de Mauthausen, Benito Bermejo, publicó un magnífico libro con el mis-mo título que ahora tendrá la película, no se conoce quién fue F. Boix y la hazaña que realizó. Algunos de los actores que participan en el rodaje así lo han ad-mitido. Igualmente el coautor del comic, una vez más titulado El fotógrafo de Mauthausen, Salva Rubio, ponía de manifiesto la triste realidad en una entrevis-ta: “Cómo podían profesores, libros de texto, cultura popular y sistema educativo no habernos contado que miles de españoles habían estado en campos na-zis…?”. También desconocía quién fue Boix. Cuan-do descubrió la gesta que realizó se propuso divulgar la historia a través del comic mencionado.

    Francisco Boix Campo, con apenas 18 años, se in-tegra en la 30ª División del Ejército Popular de la República y parte de su Cataluña natal al frente del Ebro. Su gran pasión, la fotografía. Desde los 14 años trabaja como ayudante en un laboratorio; con 16 ya publica fotografías en la revista Juliol, de las Juven-tudes Socialistas Unificadas, donde era militante. De

    Recientemente se ha estrenado la película El fotógrafo de Mauthausen, basada en hechos reales sobre las vivencias de Francisco Boix en dicho campo de concentración.

    Francisco Boix, el fotógrafo de Mauthausen Pilar Nova Melle.

    presidentA de lA AsoCiACión de desCendientes del exilio espAñol. MieMbro del Consejo de redACCión de crónica PoPuLar

    Rincón de la Memoria Histórica Democrática

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    ahí que su misión en el frente fuese la de reportero gráfico. Captó el día a día de los soldados republi-canos, conviviendo con los vecinos de los pueblos, ayudando en la siega, jugando un partido de futbol o las visitas de los mandos entre otras. Nos dejó un legado de más de 800 imágenes.

    En febrero de 1939, al igual que miles de republica-nos, se exilió en Francia. Su destinó fue el campo de Vernet, y posteriormente Septfonds. Ante la inmi-nencia de la guerra en Europa, a los españoles que lle-nan los campos se les ofrece entrar en las Compañías de Trabajadores Extranjeros, la Legión Extranjera o los Regimientos de Marcha de Voluntarios Extranje-ros. Boix ingresó en la 28 Compañía de Trabajadores Extranjeros.

    Con la ocupación de Francia por el ejército alemán fue capturado en junio de 1940. Después de pasar por diferentes campos, llegó en enero de 1941 a Mau-thausen, muy cerca de Linz, en Austria ya anexionada al Tercer Reich. Entre los primeros deportados esta-ban los republicanos españoles. En agosto del año

    anterior partió desde Angoulême un tren de deporta-dos republicanos españoles que llegó cuatro días des-pués al campo de concentración de Mauthausen. Es conocido como el Convoy de los 927, por el número de personas que transportaba. Es un hecho histórico muy desconocido que fueron los republicanos espa-ñoles los primeros deportados, de cualquier etnia o nacionalidad, con destino a los campos nazis. De ahí que Mauthausen fuese conocido como el campo de los españoles. La última imagen de la presencia de los españoles en el campo fue el mismo día de la libera-ción cuando se desplegó una gran pancarta escrita en español, donde se podía leer: “Los españoles antifas-cistas saludan a las fuerzas liberadoras”.

    En total llegaron al campo 7.532 españoles, de los que murieron 4.816, si bien un buen porcentaje de los que consiguieron salir con vida murieron poco tiempo después, como le sucedió al propio Boix, por las secuelas de las enfermedades, las torturas y la desnutrición.

    Mauthausen era un complejo concentracionario, con medio centenar de subcampos. El más conocido fue Gusen, a solo 5 kilómetros. Era llamado “Campo in-visible”. Los deportados trabajaban en galerías en el interior de una montaña, en la construcción de arma-mento. Hasta 7.000 prisioneros esclavos trabajaron en esas galerías de la muerte. En Gusen murieron 3.893 españoles.

    Aunque Mauthausen aún no estaba considerado como campo de exterminio, tenía calificación III, pensada para “los irrecuperables”, lo que significa-ba que morirían, no por métodos directos, como las cámaras de gas, sino por la explotación del tra-bajo esclavo. Los presos extraían granito de la can-tera Wienergraben para las obras monumentales de Albert Speer, el arquitecto del régimen nazi. Debían subir una gran escalera de 186 peldaños portando bloques de granito de 40 kilos, empujados por las SS y atemorizados por los perros. Muchos se suicidaron tirándose desde lo alto de la escalera; otros fueron destrozados por los perros, y la gran mayoría murió a causa de las durísimas condiciones de trabajo en la

    Francisco Boix Campo

    Rincón de la Memoria Histórica Democrática

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    extracción y transporte del granito. En Mauthausen y la red de subcampos murieron la mitad de las casi 200.000 personas allí internadas.

    Francisco Boix era el preso número 5.185. Cuando llegó a Mauthausen fue destinado al Erkennungs-dienst, departamento fotográfico de identificación; un laboratorio que realizaba los retratos policiales de identificación de presos. Era habitual que los nazis en los campos se sirvieran de los conoci-mientos y habilidades de los presos. Estos cono-cimientos le libraron de la “escalera de la muerte”

    Boix y Antonio García, destinado también a identifi-cación, robaron miles de copias y negativos: el mismo Boix calculaba en torno a los 20.000. La meticulosi-dad nazi hacía registrar todo, pero debían sacar ese material del campo. Boix y su compañero organiza-ron un plan: primero, en el interior del campo, donde otros presos españoles de la lavandería de desinfec-ción y carpintería ocultaron los materiales para des-pués encomendarlos a los presos que salían a trabajar unas horas fuera del campo, los “Poschachers”. Así, ayudados por Jacinto Cortés, Jesús Grau y José Al-

    cubierre, demasiado jóvenes para ser considerados políticamente peligrosos, entregaron las fotos a Anna Pointner, vecina del pueblo de Mauthausen, que las escondió en un muro del jardín de su casa.

    Cuando el campo de Mauthausen fue liberado, Boix se quedó fotografiando la evacuación y am-pliando la documentación. Recuperó los negativos que la señora Pointner había escondido, y volvió a Francia. Instalado en París, publicó algunas de esas fotografías en periódicos y revistas próximos al Partido Comunista Francés. Las autoridades fran-cesas consideraron que sería un testimonio de gran valor en los juicios contra criminales de guerra que se estaban preparando. Razón por la que Boix de-claró como testigo (único español que declaró), por parte de Francia en los juicios de Nüremberg y Dachau, donde se presentaron sus fotografías como pruebas determinantes.

    Ante el tribunal internacional de Nüremberg iden-tificó a Albert Speer, que, además de ser conoci-do como el arquitecto de Hitler, fue ministro de Armamento. Boix lo reconoció como visitante del

    Los prisioneros eran obligados a transportar 40-50 kilogramos de pesados bloques de granito de la cantera a través de las famosas escaleras de Mauthausen.

    Fotografía realizada por Francisco Boix, de la escalera de la cantera de Mauthausen, de 186 peldaños, era conocida como ‘la escalara de la muerte’. Allí se dejaron la vida cientos de prisioneros.

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    campo. También identificó a Ernst Kaltenbrun-ner, general de las SS, jefe de la Gestapo y de la oficina central de Seguridad del Reich, que visitó varias veces el campo como lugarteniente de Hein-rich Himmler. Ambos argumentaron desconocer lo que ocurría en los campos de concentración, intentando eludir responsabilidades, pero las prue-bas eran demoledoras. Fueron condenados por crí-menes contra la humanidad. Para los jerarcas nazis estas pruebas fueron una sorpresa porque, después de la derrota de Stalingrado, desde Berlín se emitió la orden de eliminar todo el material gráfico de los campos de concentración austriacos. Boix también declaró en Dachau contra 61 altos cargos de las SS que dirigieron el campo de Mauthausen.

    Francisco Boix vivió sólo seis años después de salir del campo de concentración. Como tantos otros deportados, no pudo superar las secuelas de esos años, ellos que se habían enfrentado a la muerte en las condiciones más terribles. En esos seis años viajó como reportero del periódico del Partido Co-munista Francés L’Humanité y colaboró con Re-gards y Ce Soir.

    En la pancarta, escrita en español sobre sábanas, se lee “Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas liberadoras”

    Murió el 4 de julio de 1951, a los 30 años. Fue en-terrado en el cementerio de Thiais en las afueras de París, en un entierro de escasa asistencia.

    La Amicale de Mauthausen de París luchó durante años para que fuese trasladado al cementerio de Père Lachaise, donde descansan los restos de los brigadistas internacionales franceses y los líderes del Partido Comunista Francés, donde se alzan los monumentos en recuerdo de los luchadores de la resistencia y de las víctimas de los campos de ex-terminio nazis, así como el memorial en honor de los 10.000 republicanos españoles que murieron deportados y de los 25.000 que perdieron la vida luchando en el ejército francés, en los maquis, o fusilados durante la II Guerra Mundial.

    Mediante una colecta popular se sufragaron los gastos del traslado de los restos de Boix, y se consiguió la im-plicación del Ayuntamiento parisino con los permisos y la asistencia al acto de la alcaldesa, Anne Hidalgo.

    A Boix le gustaría saber que descansa muy cerca de la fotógrafa Gerda Taro.

    Rincón de la Memoria Histórica Democrática

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    Cuando los marinos portugueses bordeaban las costas atlánticas de África en busca de merca-dos para sus productos y del oro africano, y pa-

    saban delante de Anfa, nombre berebere del villo-rrio que sería, andando el tiempo, la mayor ciudad de Marruecos, veían en lo alto de un promontorio una casita blanca, que empezaron llamando “a casa branca” en portugués, denominación que termi-naría convirtiéndose en el español “casa blanca”, quizá en el periodo de la unión de Portugal con

    ¿La película? No, la ciudad marroquí, aunque sin olvidar una referencia inevitable y nostálgica a la histórica cinta dirigida por Michael Curtiz e interpretada por Humphrey Bogart e Ingrid Bergman.

    Casablanca.Una ciudad de película

    España, de 1580 a 1640. Así quedó para siempre, para esta ciudad marroquí, el topónimo español de Casablanca. Su nombre en árabe, Dâr el-Bayda, es una simple traducción del nombre en castellano.

    León el Africano, a principios del siglo XVI, nos describe la Anfa del siglo XV como una gran y próspera ciudad al borde del océano, en cuyo te-rritorio se cultivaba todo tipo de cereales y árboles frutales, con numerosos huertos y viñedos. Ade-

    Mezquita de Hassan II

    María Rosa de Madariaga

    HistoriAdorA. MieMbro del Consejo de redACCión de crónica PoPuLar

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    más de las riquezas agrícolas, Anfa desarrollaba un activo intercambio comercial con portugueses e ingleses. Pero también, en su pequeño puerto, se armaban embarcaciones (fustes) que causaban grandes estragos en las costas de Cádiz y en las de Portugal, hasta que el rey portugués Alfonso V mandó en 1468 una escuadra de cincuenta navíos para destruirla. Los portugueses quemaron o des-truyeron la mayoría de las casas y los comercios, mientras los habitantes que habían logrado salvar sus vidas huían a refugiarse en otros lugares. Pese a los vaticinios de León el Africano, la ciudad rena-ció de sus cenizas (nunca mejor dicho), sobre todo a partir del siglo XIX, gracias a la industria textil y a ser una gran productora de lana. De 4.000 habi-tantes en 1860 pasó a 9.000 en 1880, pero el gran salto demográfico se daría cuando la ciudad deci-dió dotarse, con la ayuda de Francia, de un gran puerto moderno, sobre todo a partir del estableci-miento del Protectorado en 1912. Si en 1921 eran ya más de 100.000 sus habitantes, hoy la ciudad ronda ya los ocho millones.

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    Principal puerto de Marruecos, Casablanca, frente a Rabat, capital política y administrativa del reino alauí, es la capital económica y comercial de Ma-rruecos y la mayor ciudad de todo el Magreb. Di-vidida en ocho distritos y en 16 barrios, coexisten hoy en la gran urbe el lujo y la miseria, los barrios comerciales del centro, de grandes y anchas aveni-das, como la de Mohamed V, y zonas residenciales, de elegantes villas con jardín y piscina, junto a los barrios de chabolas de la periferia, en los que se hacinan miles y miles de hombres y mujeres, mano de obra temporal cuando no en paro permanen-te. Aquí proliferan los que subsisten de pequeños hurtos y del trapicheo de drogas. Allí también en-cuentra un caldo de cultivo propicio el terrorismo islamista. Casablanca sigue el modelo de urbanis-mo introducido en Marruecos por el famoso ar-quitecto Prost, colaborador del residente general, mariscal Lyautey, el cual está basado en el principio de una diferencia estricta entre la ciudad marro-quí y los nuevos núcleos urbanos europeos. En contraposición con las grandes ciudades impe-

    Vista general de la ciudad

    RINCÓN del ViAjero

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    riales -Fez, Marrakesh, Mequínez- de espléndidas medinas, la de Casablanca es más bien modesta, porque se trata fundamentalmente de una ciudad moderna, una creación europea, en la que destacan monumentos como la Mezquita de Hassan II de construcción relativamente reciente, cuyo alminar de 200 metros de altura, que puede divisarse des-de varios kilómetros de distancia, es el más alto del mundo después del alminar de la mezquita de La Meca, y cuya monumental sala de oraciones de 20.000 metros cuadrados tiene capacidad para al-bergar hasta 25.000 fieles. Su elevado coste, la de-molición de todo un extenso barrio de chabolas en el que se asienta, sin que los propietarios de las vi-viendas fueran indemnizados por la expropiación, y la aportación financiera forzada de miles y miles de funcionarios marroquíes, a quienes, de oficio, se detraía todos los meses de sus nóminas una de-terminada cantidad para contribuir a la construc-ción de este gigantesco edificio, explican las duras críticas de que fue objeto por amplios sectores de la sociedad marroquí, que habrían preferido que las enormes cantidades gastadas -el equivalente a cerca de 505 millones de euros- hubiera sido inver-tidas en escuelas y hospitales.

    La Mezquita de Hassan II está situada en la Corni-che, es decir, el malecón o paseo marítimo junto al

    mar, desde el que se puede disfrutar de una esplén-dida vista del Océano Atlántico, ya sea paseando o desde uno de los numerosos cafés o restaurantes que jalonan la Corniche.

    La ciudad de Casablanca desempeñó un impor-tante papel estratégico durante la Segunda Guerra Mundial. Acogió en enero de 1943 la Conferencia anglo-estadounidense de Casablanca, también lla-mada de Anfa, por haberse celebrado en el hotel del mismo nombre, en la que Churchill y Roosevelt tomaron decisiones de suma importancia como la invasión aliada de Sicilia, que tendría lugar en ju-lio-agosto de 1943.

    En los años de la Segunda Guerra Mundial, Casa-blanca fue, lo mismo que Tánger, un nido de es-pías. En manos del gobierno colaboracionista de Vichy, en la ciudad se codeaban agentes del go-bierno vichysta, y agentes aliados, oficiales nazis y miembros de la Resistencia, maleantes dedicados al tráfico de salvoconductos y personajes, aparen-temente indiferentes, como Rick Blaine, protago-nista de la película Casablanca (1942), encarnado por Humphrey Bogart. Esto nos lleva a hablar del Café de Rick, casa de juego, café cantante y local nocturno de encuentro de los variopintos elemen-tos que pululaban por la ciudad. Durante años y

    Ingrid Bergman y Humphrey Bogart.

    RINCÓN del ViAjero

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    años, los numerosos visitantes de Casablanca bus-caban ansiosamente el café de Rick sin encontrar-lo, sencillamente porque el café de Rick no existió nunca en la realidad: era una ficción, lo mismo que la trama cinematográfica. La película Casablanca, una de las grandes obras del realizador Michael Curtiz, enteramente rodada en los estudios de Ho-llywood, recreó en ellos el famoso Café de Rick, que tanto atraía a los visitantes de la ciudad. Así era hasta que la ex diplomática estadounidense, Kathy Krüger, que había estado destacada en Marruecos, concibió la idea de hacer realidad la existencia de un Café de Rick en Casablanca. Con este fin movi-lizó a un grupo de amigos y conocidos hasta cons-tituir una sociedad, “The Usual Suspects S.A.”, que regenta hoy el café tras restaurar y renovar una mansión tradicional marroquí de los años 30.

    En marzo de 2004 se inauguraba el Café de Rick, réplica lo más fiel posible del café de los estudios hollywoodenses. Feliz iniciativa, porque el Café de Rick constituye hoy uno de los principales atracti-vos de la gran metrópoli africana del Atlántico, y visita obligada para todos los que hemos visto la inolvidable película. No podía faltar en esta fiel re-construcción el piano que explica una escena cen-tral de la película, en el que Sam, como hoy lo hace su equivalente marroquí, Issam, nos deleitó antaño con melodías como Summertime, Blue Moon, o el nostálgico As Time goes by. Una visita al café nos hace inevitablemente rememorar a Rick Blai-ne, el idealista que luchó en la guerra de España al lado de la República (aunque en la versión es-pañola franquista lo hace en otro país y por una causa bien distinta) y que hoy, con un fingido ci-nismo, dice estar “de vuelta de todo”; a Ilsa Lund, con quien Rick mantuvo en París una apasionada historia de amor que la Segunda Guerra Mundial interrumpió bruscamente; al resistente checo Víc-tor Lazlo, esposo de Ilsa; al capitán corrupto del Gobierno de Vichy, Louis Renault; al pequeño de-lincuente, señor Ugarte, especialista en el tráfico de visados y salvoconductos; todo un mundo de variopintos personajes, reflejo de la Casablanca de los años de la Segunda Guerra Mundial. Entrar en

    el Café de Rick significa revivir las historias de los personajes de la película que lo frecuentaban, sus amores, odios, ambiciones, temores. Nos dejamos invadir por la nostalgia, por el recuerdo de unos personajes que son más reales para nosotros que si hubieran existido de verdad.

    No queremos irnos del Rick’s Café sin antes pe-dirle a Issam que toque y cante para nosotros As Time goes by. ¿Recuerdan?, “Tócala, Sam” (“Play it once, Sam”), que Ilse Lund (Ingrid Bergman) le pide a Sam que interprete en recuerdo de la can-ción que ella y su amante, Rick Blaine (Humphrey Bogart), habían escuchado juntos tantas veces años atrás en París.

    Rick’s Café hoy. Foto de Tchekhov con licencia Creative Commons

    RINCÓN del ViAjero

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    De todos los concejos asturianos de montaña quizá sea el de Somiedo el más agreste y escar-pado, con alturas que casi alcanzan los 2.200 metros (picos del Cornión) y profundos valles, atra-vesados por ríos que les dan nombre. De una super-ficie de 29.122 hectáreas, entre áreas, el concejo de Somiedo fue declarado en 1988 parque natural, y en 2000 Reserva de la Biosfera por la UNESCO.

    La rica vegetación del concejo está compuesta so-bre todo de hayas, robles, abedules, rebollos y ali-sos, en las laderas de las montañas o en los valles, y en la no menos rica fauna destacan el lobo, el rebeco, el ciervo y el corzo, el jabalí y el zorro, la marta, y el rey de los montes cantábricos: el oso

    pardo. Entre las aves cabe mencionar, entre otras, el águila ratonera, el águila real, el halcón peregrino, y, sobre todo, el urogallo, una especie protegida por estar su población en retroceso.

    El concejo conserva ruinas romanas, entre otras la famosa Calzada romana que discurre por el cordal de la Mesa y que fue durante siglos la principal vía de comunicación con la meseta. De la Edad Media datan numerosos monasterios e iglesias, y de los siglos XVI, XVII y XVIII también numerosas igle-sias, así como casonas señoriales, entre las que des-taca la casona-palacio, hoy convertida en hotel, de Álvaro Flórez Estrada, el famoso economista, abo-gado y político liberal de los siglos XVIII y XIX.

    El Concejo de Somiedo, un tesoro paisajístico

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    Texto: María Rosa de Madariaga

    HistoriAdorA. MieMbro del Consejo de redACCión de crónica PoPuLar

    Fotos: Rafael Alvear

    diseñAdor.

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    1. Teito de la braña de Mumian. 2. Lago Calabazosa (lagos de Saliencia). 3. Valle de Saliencia.4. Branas de Saliencia.

    Pero lo que distingue sobre todo a este concejo asturiano de montaña es su naturaleza salvaje, de una belleza que estremece el ánimo. Sus cuatro lagos, de origen glaciar, el lago del Valle, el de la Calabazosa, el de la Cueva y el de Cerveriz, impri-men una pincelada azul al paisaje de verde vegeta-ción y de roca caliza gris.

    Concejo eminentemente ganadero, Somiedo alber-ga una importante cabaña de ganado vacuno, en la que predomina la raza Asturiana de los Valles. Para la cría de las reses, Somiedo cuenta con nu-merosos prados de propiedad privada, así como con pastos de altura o brañas comunales, donde el ganado de los pueblos permanece durante los meses más benignos del año, o sea, desde finales de primavera y meses de verano hasta entrado el otoño. Del paisaje de las brañas forman parte in-disociable las construcciones que sirven de refugio a los pastores, los llamados corros, de planta circu-lar y enteramente de piedra, incluido el techado, o las famosas pallozas (cabañas), llamadas teitos, de planta rectangular, con cubierta vegetal de escoba.

    Estas breves pinceladas sobre el concejo de Somiedo no bastan para describirlo. Hay que verlo al natural. El Rincón del Viajero te aconseja que lo visites.

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    Puesto que constituye un elemento central para la clase trabajadora, a continuación señalo al-gunos elementos para el debate, que conside-ro fundamentales.

    Significado: ¿de qué hablamos cuando hablamos de pensiones?

    Las pensiones forman parte del salario, es decir, constituyen una de las partes de lo que podemos denominar como relación salarial. Y digo relación porque el salario es, precisamente, una relación social, en la que se puede percibir la explotación sobre la que se erige el capitalismo. Así, el salario tiene: i) una dimensión directa, el dinero que el tra-

    La clase trabajadora y las pensiones de jubilación¿Insostenibilidad del sistema público?

    Juan Pablo Tomé

    eConoMistA. profesor del depArtAMento de eConoMíA ApliCAdA de lA universidAd de vAllAdolid. MieMbro del Consejo de redACCión de crónica PoPuLar

    Como el Guadiana, de forma recurrente el debate de las pensiones vuelve a emerger. Y siempre de la misma forma, anunciando la inminente catástrofe del sistema público, a menos, claro está, de llevar a cabo ciertas reformas. Como siempre, se exige un esfuerzo para aceptar la pérdida de algún derecho –la reducción de las pensiones a recibir por los trabajadores- bajo el mantra de la propia sostenibilidad del sistema.

    RINCÓN de la “res publica”

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    bajador recibe directamente de la empresa; ii) una indirecta, lo que recibe en especie o efectivo del Estado a partir de la actividad redistribuidora que se financia con los impuestos, como es la sanidad, la educación, un parque, infraestructuras, etc.; iii) y otra diferida; en este caso, su percepción tiene la particularidad de que se difiere en el tiempo y existe condicionalidad, como los subsidios (des-empleo, etc.) y, para lo que nos ocupa, las pensio-nes, cuyo rubro más importante son las pensiones de jubilación.

    Tengamos en cuenta que considerar el salario como una relación social supone enfrentarse a los análisis neoliberales al uso, ya que se enfatiza su carácter relativo respecto del beneficio empresa-rial. El trabajador crea el valor, pero como es su-perior a los costos de su reproducción, se genera un excedente del que se apropia el empresario. Sin embargo, para los economistas neoliberales, el sa-lario equivale a lo que el trabajador ha aportado a la producción, de la misma forma que el beneficio

    se corresponde con una aportación realizada por el empresario. Por tanto, el salario sería justo porque su nivel se explica por la productividad individual. No puede existir, pues, explotación, pero si el Es-tado se entromete estableciendo ciertos derechos para los trabajadores, como puede ser una indem-nización por despido o un salario mínimo, enton-ces estos obstáculos al libre juego de la oferta y la demanda ocasionarán que el salario sea superior al nivel de equilibrio.

    Aunque esto parezca una disquisición teórica abs-tracta sin asidero en la realidad, cuando se discute sobre las pensiones, en verdad se están enfrentan-do estas dos perspectivas opuestas sobre el salario y, por extensión, sobre el capitalismo.

    La sostenibiLidad deL sistema púbLico.

    A partir de ubicar la cuestión de las pensiones en el ámbito más amplio de la relación salarial, pode-mos entender que cuando se afirma que el siste-

    Foto: Adolfo Lujan bajo licencia Creative Commons

    RINCÓN de la “res publica”

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    ma público de pensiones no es sostenible, se está diciendo que los salarios de los trabajadores son excesivamente elevados. Y si los salarios son muy elevados, entonces la otra cara de la moneda, los beneficios (lo que en la contabilidad nacional se denomina “excedente de explotación”), deben ser mayores.

    En estas condiciones, como de lo que en verdad hablamos es de salarios, el debate en torno al sis-tema de provisión de las pensiones en absoluto es una controversia de tipo técnico. Muy al contrario, se trata de una controversia de carácter social, que involucra la distribución del valor generado, por lo que se remite al conflicto social, la contradicción capital–trabajo que constituye el elemento central de este debate. Cuando se defiende un sistema pri-vado de capitalización, el objetivo último es modi-ficar el marco institucional de gestión y regulación de una parte del salario, y con el propósito no sólo de disminuirlo a posteriori, sino de que el capita, además, se beneficie de la gestión de tales ahorros en los mercados financieros antes de que se vaya desembolsando la pensión.

    Ello explica que por doquier se nos diga que el sis-tema público de reparto no es sostenible. Sin pudor –y sin vergüenza- se señala habitualmente que es ne-cesario contratar planes de pensiones privados para

    completar lo público, ya que no hay recursos ne-cesarios y/o la población envejece demasiado. Pero si no vale con el sistema público, por definición lo mismo sucederá con el sistema privado. Afirmar lo contrario supone sencillamente mentir.

    La cuestión es preguntarse si la sociedad en su conjunto tiene la capacidad productiva para pro-porcionar un ingreso a las personas jubiladas. Re-cordemos que el PIB es la expresión monetaria del valor creado por los trabajadores en un año. En 2017 el valor de los bienes y servicios producidos ascendió a 1.166.319 millones de euros. ¿Es o no suficiente para que los más de 40 millones de habi-tantes tengan una vida digna? En última instancia, si se necesitan más recursos el Estado podría gra-var más a ese sector privado pretendidamente tan eficiente. Así de sencillo.

    Una estratagema es hablar del déficit de la Seguri-dad Social (S.S.) Pero, ¿qué significa en verdad? Lo primero a tener en cuenta es que no deja de ser una ficción. La estrategia es la siguiente: tomamos los ingresos por cotizaciones sociales, creamos algo que se llama S.S., y financiamos así las prestacio-nes sociales. En el momento en que los ingresos sean inferiores a los gastos se alude a un problema de déficit, y a ello le añadimos un poco de pobla-ción envejecida. Pero pensemos en un colegio, por

    Miles de jubilados y pensionistas se manifiestan en Bilbao. - LUIS TEJIDO

    RINCÓN de la “res publica”

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    ejemplo. Nadie plantea que su déficit crónico sea problemático. Porque un colegio, por definición, no va a generar los recursos que requiere su fun-cionamiento. No obstante, se considera que es un gasto necesario y para ello se debe dedicar una par-te de lo recaudado.

    Retomemos lo que antes habíamos señalado. ¿Por qué un tipo determinado de ingresos debe financiar un tipo determinado de gastos? Cuando los gastos de las pensiones se financian con las cotizaciones, implícitamente se desea poner en el punto de mira la financiación de las mismas. Mientras, los neolibera-les abogan por reducir los pagos de los empresarios por este concepto bajo la cantinela de que perjudica la creación de empleo, aumenta el coste salarial y va en detrimento de la productividad. Obviamente, el resultado no puede ser sino cuestionar este sistema público en cuanto aumente el desempleo.

    Por otra parte, como el PIB es el valor creado por los trabajadores, existe plena legitimidad para rei-

    vindicar que el conjunto de los ingresos del Esta-do, y no sólo las cotizaciones, financie el conjun-to de gastos. Y si no es suficiente, que se decida cuáles son los gastos más importantes. Por ello que en este momento histórico la decisión sobre las pensiones tiene fundamentalmente un carácter político. Se puede, por supuesto; otra cuestión es que se quiera.

    Así pues, el problema actual del sistema público de las pensiones, tal y como está estructurado, es en verdad un problema de empleo, y por tanto, del modelo productivo y de una reducida fiscalidad. La economía española, por su estructura sesgada hacia la construcción y ciertos servicios, adolece de un elevado nivel de desempleo estructural, jun-to a una gran capacidad de destrucción de empleo durante las recesiones y una recaudación fiscal in-ferior al existente en las economías más avanzadas. En tales coyunturas, el terreno está abonado para lanzar los correspondientes mensajes de la insoste-nibilidad del sistema público.

    Gasto en pensiones de jubiLación expresado en porcentajes deL pib (promedios quinquenaLes).

    Países 1995-99 2000-04 2005-09 2010-15UE -25 - 8,34 8,40 9,56 UE -15 8,34 8,44 8,52 9,76 Euro -19 - 8,54 8,54 9,64 Euro -12 8,46 8,56 8,56 9,70 Alemania 7,68 8,40 8,70 8,57 Holanda 7,30 7,40 7,84 9,50 Austria 8,34 8,80 9,30 10,47 Finlandia 6,76 6,38 7,00 9,33 Suecia 8,76 7,84 7,90 8,98 Reino Unido 7,96 8,20 8,66 10,22 Francia 9,92 9,86 10,60 12,03 Italia 10,56 10,80 9,04 11,05 Irlanda 2,00 2,44 4,14 5,77 Grecia 6,66 8,34 9,60 12,90 España 7,28 5,54 5,52 7,35 Portugal 6,08 7,18 8,70 10,73 Fuente: Eurostat

    RINCÓN de la “res publica”

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    eL Gasto en pensiones de jubiLación.

    Una comparativa del gasto en pensiones de jubi-lación resulta clarificadora para entender muchas de las falacias de este debate. En la tabla siguiente se muestra el promedio de gasto en pensiones de jubilación respecto del PIB, en períodos de 5 años, de algunas de las economías más avanzadas, tanto de la zona Euro (Alemania o Finlandia) como otras que no pertenecen a la unión monetaria (Suecia o Reino Unido), otras con una posición intermedia (Francia, Italia e Irlanda), y finalmente los países de la periferia europea mediterránea, con menor nivel de desarrollo productivo (Portugal, España y Gre-cia); y además se comparan con agregados como la Unión Europea de 15 y 25 países, y la Eurozona de 12 y 19 países.

    En las últimas dos décadas, en España nunca ha su-perado el 10% del PIB. El máximo data de 2014-15, los últimos años para los que hay información dispo-nible en Eurostat, cuando se alcanza el 8%. Pero ello se explica más bien por el mal comportamiento del denominador (el PIB), y no tanto por la generosidad de las pensiones, como ocurre también en Grecia y Portugal. De hecho, cuando España disfrutaba de un

    crecimiento económico, este gasto relativo había des-cendido, desde niveles superiores al 7% en la segunda mitad de los noventa y hasta el mínimo del 5,2% en vísperas del estallido de la crisis.

    Si estos datos se comparan con otros países de nuestro entorno, se puede asegurar que en abso-luto es cierto que el gasto en pensiones de jubila-ción resulta especialmente elevado en España. En general, los países más avanzados a nivel mundial tienen niveles de gasto público respecto del PIB superiores a los más atrasados, lo mismo ocurre en cuanto al gasto social, y en concreto, en cuanto a las pensiones. En Europa, esta pauta también se sigue: las economías más desarrolladas gastan más que España en este rubro, durante la fase expansi-va, y también durante la recesión. Destaca el caso francés, que supera el 10% del PIB en pensiones de jubilación desde 2003.

    En tales condiciones, si se dedica a este menester menos de una décima parte de lo que el conjun-to de trabajadores produce en un año, ¿por qué se pone en cuestión?; y ¿cómo es posible que este reducido porcentaje pueda suponer la quiebra del país? Sucede como con la famosa “hora final de Senior”, que tan magistralmente relatara Marx en el libro primero de El Capital: ante la pretensión de reducir la jornada laboral a 10 horas, Nassau W. Se-nior, economista de Oxford representante de los intereses de la burguesía, argumentaba que todo el beneficio del capitalista procedía de la última hora de trabajo, de ahí que sostuviera que esta iniciativa arruinaría la industria británica. La credibilidad de esta crítica y las más actuales de las pensiones son ciertamente equiparables.

    Y a todo esto, ¿qué ha ocurrido con Los fondos privados de pensiones?

    La rentabilidad de los fondos de pensiones está condicionada por el nivel de la tasa de ganancia que en promedio prevalezca en una economía. Cuando la rentabilidad es elevada, la inversión empresarial aumenta, se contratan trabajadores, se

    RINCÓN de la “res publica”

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    impulsa la productividad, y la economía crece. Y lo contrario cuando la tasa de ganancia desciende. Los argumentos neoliberales implícitamente par-ten de suponer que los fondos van a poder lograr una rentabilidad superior al promedio general, lo que revertiría en los pensionistas. Es decir, frente a la inoperancia estatal, la perspicacia eficiente del inversor privado. Pero esta idea tiene las alas tan cortas como la ignorancia del sentido común im-puesto por estos publicistas.

    En los últimos años, economistas del IESE y la Universidad de Navarra –partidarios de la priva-tización del sistema, aclaremos- han estudiado la rentabilidad promedio de los fondos privados de pensiones, publicando periódicamente diversos documentos que cubren casi los últimos 25 años (véase el más reciente: P, Fernández; P.F. Acín e I. Fernández (2018). “Rentabilidad de los fondos de pensiones en España. 2002-2017”. En los úl-timos 15 años, la rentabilidad del índice IBEX 35 alcanzó un promedio anual del 8,19%, los bonos del Estado a 15 años proporcionaron el 4,61%, y los fondos de pensiones privados apenas el 3,03%. De 356 fondos, sólo 47 superaron los beneficios de los bonos mencionados, y uno de ellos perdió dinero. Ahora bien, en estos 15 años la inflación promedio ha sido del 1,6%, por lo que la rentabili-dad neta se quedaría en la mitad.

    Por tanto, ¿seguro que queremos que nuestra pen-sión dependa de las cotizaciones en los mercados financieros? En los medios de comunicación se nos vende la extraordinaria sagacidad del sector privado y la sabiduría de sus economistas neoli-berales. Pues bien, uno de los autores de esta serie de informes (véase P.F. Acín (2014). “Fondos de inversión y de pensiones en España: poca sensatez de la mayoría de los inversores”) hizo un experi-mento: decidió comparar las decisiones de inver-sión de casi 250 alumnos del colegio Retamar con edades entre los 6 y 17 años, obviamente toma-das al azar, con las colocaciones de los gestores de fondos privados de pensiones entre 2002 y 2012. El resultado fue que las inversiones de los niños

    proporcionaron una rentabilidad media del 105% acumulada, más del triple que la lograda por los responsables de estos fondos de pensiones (34%). Los autores mencionados reconocen que no se justifica ni el pago de una comisión anual, general-mente superior al 2% –pues ello debería suponer la capacidad de obtener rentabilidades superiores al promedio- ni el tratamiento fiscalmente favora-ble que reciben los fondos, es decir, que el Estado recaude menos dinero al permitir desgravaciones fiscales, lo que constituye un privilegio que otorga a unos pocos.

    En definitiva, el primer paso para defender el sistema público de pensiones consiste en com-prender bien su significado, lo que nos permite aprehender los intereses que se ocultan bajo las falacias que nos venden. Y es que se trata, como siempre, de defender los derechos de la clase trabajadora.

    RINCÓN de la “res publica”

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    La historia de los derechos humanos es la historia de la Humanidad en su lucha contra la barbarie. Hacer más civilizada una sociedad es hacer que respete los derechos humanos. Muchos siglos han pasado desde que se fueron abriendo -muy lentamente- paso las primeras ideas sobre derechos humanos. Desde al menos el siglo III a.C. hay registro de documentos que muestran la preocupación de pensadores y gobernantes por garantizar algunos derechos como medio de estabilizar sociedades y evitar conflictos entre culturas, religiones y países o territorios. Es decir, la idea de proporcionar una vida digna asegurando ciertos derechos y, por otro lado, intentar una comunidad internacional que se rija por las relaciones diplomáticas y evite las guerras, viene de muy lejos. No obstante, el hito fundamental para el mundo contemporáneo se sitúa en la proclamación de la Declaración Universal de Derechos Humanos el 10 de diciembre de 1948 en palacio de Chaillot de París.

    El contexto histórico hay que situarlo en los años treinta-cuarenta, con el auge de los fascismos y la Segunda Guerra Mundial. Décadas antes, en el mismo siglo XX, se habían producido varios geno-cidios (Congo, Armenia, genocidio de los pueblos herero y namaqua en África). El número de muer-tos entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial

    pasaba de los 100 millones. En los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial y comenzando a ser conocida la magnitud de los crímenes come-tidos en los campos de concentración nazi, entre abril y junio de 1945 se reunían en San Francisco delegados de 50 países aliados para fundar la Or-ganización de Naciones Unidas, habida cuenta del fracaso de la Sociedad de Naciones.

    La Carta de las Naciones Unidas hace referencia a los derechos humanos, pero quedando en mera retórica. Estados Unidos no tenía ningún interés en que a este documento le acompañara otra carta de derechos humanos. Sin embargo, los 21 países americanos que unos meses antes (febrero-mar-zo) se habían reunido en Chapultepec (México), acordaron presionar para que la futura Carta de las Naciones Unidas fuera acompañada de una Car-ta de Derechos Humanos. Por otro lado, en mayo de 1945, representantes de varias ONG estadou-nidenses se reunieron con Edward Stettinius, que dirigió la delegación estadounidense en la Confe-rencia de San Francisco. Junto a esto, iban cono-ciéndose fotografías y documentos de la barbarie nazi. Todo ello contribuyó a que el presidente Tru-man, sucesor de Roosevelt, fallecido días antes de la Conferencia, pidiera a la viuda de Roosevelt que formara parte de la delegación estadounidense en la misma, recibiendo meses después el encargo de

    70 años de la Declaración Universal de Derechos HumanosPedro López López

    seCretArio generAl de lA AsoCiACión pro dereCHos HuMAnos de espAñA. MieMbro de Consejo de redACCión de crónica PoPuLar

    RINCÓN de los derechos humanos

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    participar en la Comisión de Derechos Humanos, comisión que la eligió presidenta en enero de 1947.

    Formaban parte de esta comisión representantes de 18 países, cinco de las grandes potencias (EEUU, URSS, Reino Unido, Francia y China) y trece que rotarían a intervalos de tres años. La misión de la comisión consistía en redactar una Carta Interna-cional de Derechos Humanos, ideando, además, medios para su implementación. El comité redactor se redujo a 8 de los miembros de la comisión, pro-curando una combinación que evitara que la Carta fuera percibida como una imposición “occidental”. Así, los miembros resultantes fueron los siguientes (en el orden en que aparecen en la fotografía más abajo, de izquierda a derecha y de arriba abajo):

    Charles Malik (1906-1987). Cristiano libanés. Diplo-mático y filósofo. Sufrió Discriminación y le golpea-ron por cuestiones raciales. Alexandre Bogomolov (1900-1969). Profesor y diplomático soviético. Pen-chun Chang (1892-1957). Profesor chino. Filósofo, diplomático y escritor de obras de teatro. Había es-tudiado en Estados Unidos, siendo colaborador del pedagogo John Dewey. René S. Cassin (1887-1976).

    Francés. Licenciado en derecho y juez. Premio No-bel de la Paz en 1968. 29 familiares en campos de concentración. Sufrió la cancelación de la nacionali-dad francesa por el régimen de Vichy. Condenado a muerte en ausencia por un tribunal militar. Eleanor Roosevelt (1884-1962). Como se ha dicho, presidió la Comisión de Derechos Humanos. Fue una activis-ta social que participó activamente en el movimien-to sufragista, luchando también contra el racismo e incluso oponiéndose a alguna medida tomada por su marido el presidente Roosevelt. Charles Dukes (1880-1948). Sindicalista inglés. William Hodgson (1892-1958). Diplomático australiano. Hernán San-ta Cruz (1906-1999). Chile. Principal impulsor de los derechos económicos y sociales en la Comisión de Derechos Humanos. Aristócrata de izquierdas, miembro del Frente Popular y amigo de Salvador Allende. John Peters Humphrey (1905-1995). Pro-fesor de derecho en la Universidad de McGill (Ca-nadá). Director de la división de derechos humanos de la ONU. Preparó el borrador preliminar de la Declaración.

    Aparte del comité redactor, fueron interesantes aportaciones de otros miembros de la comisión, como la pedagoga y legisladora india Hansa Metha (aliada a la presidenta, Eleanor Roosevelt, consi-guió que el artículo 1 no diga “Todos los hom-bres…”, sino “Todos los seres humanos…”) o el periodista y militar filipino Carlos Peña Rómulo.

    Una curiosidad es que al tiempo que el comité re-dactor estaba haciendo su trabajo, la Unesco pasó un cuestionario a filósofos y pensadores relevantes de la época en el que se les preguntaba qué dere-chos opinaban que deberían ser incluidos en una futura declaración. Entre ellos, aparecían perso-najes como Benedetto Croce, Pierre Teilhard de Chardin o Aldous Huxley. Los resultados de esta encuesta indicaban que los principios del borrador de lo que terminó siendo la Declaración Univer-sal de Derechos Humanos estaban presentes en muchas tradiciones culturales y religiosas, ya que las listas de derechos de los consultados y las del comité redactor coincidieron en gran parte.

    RINCÓN de los derechos humanos

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    El 9 de diciembre, Charles Malik pronunció el dis-curso de presentación de la Declaración, destacan-do que era “la primera vez que los principios de derechos humanos y libertades fundamentales se describen con autoridad y al detalle”, incidiendo en que la Declaración es una “síntesis compuesta” de todas las tradiciones jurídicas junto a la sabidu-ría asiática y latinoamericana.

    Aunque la jornada comenzó el 9 de diciembre, la proclamación se produjo ya entrado el 10 de di-ciembre, por lo que esta última fecha se convirtió en el Día Internacional de los Derechos Humanos. La votación de los 58 países que en ese momento componían las Naciones Unidas resultó así: 48 vo-tos a favor, 8 abstenciones y 2 países -Honduras y Yemen- que no estuvieron presentes. Lo destacable fue que no hubo ningún voto en contra. Las ocho abstenciones se produjeron fundamentalmente por un conflicto con el derecho a la propiedad. Seis de los países eran socialistas: URSS, República Socia-lista Soviética de Bielorrusia, Checoslovaquia, Polo-nia, Yugoslavia y República Soviética de Ucrania. La Unión Sudafricana no estaba dispuesta a conceder el derecho a la propiedad a los negros, y Arabia Sau-dí no consentía concederlo a las mujeres.

    Como el propio nombre indica, una Declaración es una mera manifestación que no compromete fuertemente. Por ello, la Comisión de Derechos Humanos ya previó que era necesario adoptar un instrumento jurídico vinculante. Este tardó en lle-gar nada menos que 18 años, y además, debido a profundas diferencias de consideración entre los derechos civiles y políticos y los sociales, desglosa-do en dos: el Pacto Internacional de Derechos Ci-viles y Políticos (PIDCP) y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC). Estos dos pactos fueron promulgados en 1966, y entraron en vigor en 1976. El control del cumplimiento de ellos da lugar a exámenes pe-riódicos a los países, que tienen que emitir sendos informes que, por otro lado, son contestados por la sociedad civil en forma de lo que suelen llamarse “informes sombra”.

    Sin ser un instrumento vinculante, y desgraciada-mente muy lejos de un grado satisfactorio de cum-plimiento, la Declaración Universal de Derechos Humanos, se ha convertido en un referente uni-versal ético, jurídico y político, fundamento de las normas internacionales sobre derechos humanos. Como curiosidad, la web de Naciones Unidas in-forma de que se trata del documento más tradu-cido del mundo (más de 500 idiomas). Esta gran significación es una fortaleza y una debilidad. El que sea referente para orientar políticas por parte de los gobiernos y apoyar reivindicaciones de los movimientos sociales, forma parte de su grandeza. Sin embargo, no puede ignorarse que en nombre de los derechos humanos (como en nombre de otras grandes palabras) se cometen atropellos; de hecho, rara es la intervención imperialista que no invoca la democracia y los derechos humanos (un libro significativo al respecto es el de Imperialismo Humanitario: el uso de los Derechos Humanos para vender la guerra, de Jean Bricmont).

    Si realmente hubiera voluntad política de hacer cumplir la Declaración y toda la normativa inter-nacional de los derechos humanos, permitiendo que unas verdaderas Naciones Unidas funciona-ran, el mundo viviría una transformación que lo haría irreconocible respecto a la imagen que tene-mos del mismo actualmente.

    Eleanor Roosevelt presidió la Comisión de Derechos Humanos

    RINCÓN de los derechos humanos

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