BOLETÍN BIMENSUAL DEL CENTRE ESPÍRITA AMALIA DOMINGO SOLER

Año 3 – nº 15 – noviembre y diciembre de 2012

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“Hay una fuerza motriz más

poderosa que el vapor, la

electricidad y la energía

atómica: la Voluntad.”

Albert Einstein

VISIÓN ESPÍRITA 2

EDITORIAL

SUMARIO HUMBERTO TORRES 3

MIRAD LAS AVES DEL CIELO 4

TRANSMIGRACIÓN PROGRESIVA 5

EL BUEN ESPIRITISTA 6

DOLOR Y SUFRIMIENTO 7

REFORMA ÍNTIMA 10

ENFOQUE EQUIVOCADO DE LA MEDIUMNIDAD 12

EDUCACIÓN DEL ESPÍRITU 13

LA REGENERACIÓN DE LA HUMANIDAD 14

UNA OTRA VISIÓN… 16

BIBLIOTECA 18

AGENDA 19

ENTREVISTA…JUAN MIGUEL FERNÁNDEZ 20

Colaboran en esta edición Ana Ibañez, Andrea Campos, Gilda López, Janaina Minelli, Jonathan Levy, Juan Camós, Juan Miguel Fernández Muñoz, Lindamir da Silva, Manoel Pagnotta, Marcello Pagnotta, Nelson Uliana, Rafael Navarrete, Silver Chiquero, Susana Clavero y Wellington Bossi.

Pablo a los Corintios En la carta de Pablo a los Corintios, resulta impresionante la relación que hace de sus padecimientos. El que haya leído la maravillosa obra Pablo y Esteban, Dictada por Emmanuel y psicografiada por Chico Xavier, reconocerá el coste que para Pablo implicaba su tarea apostólica. ¿Cuántas veces nos vemos desanimados ante las dificultades de la vida, las cuestiones familiares o los conflictos en el centro espírita? El valor del apóstol de los gentiles es sin lugar a duda una invitación a la reflexión sobre la disposición con la que abrazamos las tareas que la espiritualidad amiga nos confía. De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez me lapidaron; tres veces he naufragado; una noche y un día he estado perdido en alta mar. Muchas veces he realizado viajes a pie; he sufrido peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de mi nación, peligros de los gentiles, peligros de la ciudad, peligros en el desierto, peligros en la mar, peligros entre falsos hermanos; con trabajo y fatiga, quedándome sin dormir muchas noches, pasando hambre y sed, sufriendo muchas veces ayunos, con frío y con desnudez. Sin tener en cuenta otras cosas, como la carga que soporto a diario, la preocupación por todas las iglesias. ¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿Quién tropieza sin que yo arda de pesar? (2 Cor 11,24-29)

En esta época del año escuchamos las palabras paz, fraternidad, amor, caridad, fe y esperanza. Sabemos que significan pues los diccionarios de todo el mundo indican su significado pero ¿qué son realmente? Puede haber muchas maneras de interpretar una palabra pero solamente hay una forma de entenderla: ¡practicándola! Así es, ya decía el dictado que sólo aprendemos una vez que practicamos algo; podemos aprender de una buena o de una mala práctica pero aprendemos. Busqué en el diccionario la palabra “esperanza” y me salió que la esperanza es el “Estado de ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos.” Me detuve por unos minutos para leer con cuidado la explicación y entendí cuánto hay en una sola frase, cuálosnta acción es necesaria para movilizar la esperanza y llegue a ser real. Creía que la esperanza era algún sentimiento de auto compasión o de excusa para los problemas que no sabía solucionar. Tenía esperanza en que esto o aquello ocurriría pero no es así. Tener esperanza es un estado de ánimo que lleva a una persona a reaccionar ante un problema o situación para solucionarlos, es saber que es posible conseguir lo que deseamos pero hay que obrar, hay que moverse, hay que generar buenas energías para que el resultado sea positivo. Ahora mismo el planeta pasa por otra transformación y nos vemos aturdidos por la violencia y la desesperanza, todo por falta de la acción. Estamos sentados en nuestros sillones viendo por la tele todo que pasa y seguimos esperando, creemos tener esperanza pero no nos movemos. ¡Qué gran error! Para con nosotros, para con nuestros hijos, familiares y sociedad. Tengamos esperanza al donar una ropa que ya no usamos, o donar una lata de tomate frito a las cestas básicas, o dar una sonrisa al compañero de trabajo, un abrazo a la abuela… hay mucho por hacer y de manera simple. No hay que tener dinero o bienes para tener esperanza, hay que tener voluntad. ¡Es lo que aprendí con el diccionario de la vida!

Andrea Campos

¡FELICES FIESTAS, EN

ARMONÍA, AMOR Y PAZ!

EQUIPO VISIÓN ESPÍRITA

VISIÓN ESPÍRITA 3

GRANDES NOMBRES DEL ESPIRITISMO

DR HUMBERTO TORRES M. PAGNOTTA

En las últimas ediciones de Visión Espírita hemos estado viajando para buscar personalidades dentro del medio espiritista. Pero hemos viajado sólo en el tiempo y no en el espacio: nos hemos quedado en España, donde el espiritismo, a finales del siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX, era una doctrina ampliamente conocida, estudiada y divulgada por personalidades influy-entes en diversos ámbitos sociales, profesionales y políticos. Son viajes emocionantes, ya que encontramos en las ciudades y pueblos cercanos ejemplos de espiritistas a ser se-guidos, espiritistas que han luchado contra la represión y que gracias a ellos, y a la espiritualidad siempre presente, podemos nosotros estu-diar y aprender cómo evolucionar para el bien. Humberto Torres es una de estas personalidades que merecen que sean recordadas con admiración. Nacido en 1879 en Mont-roig de Segarra, actualmente integrado al municipio de Plans de Sió (Lleida), en 1881 se traslada con toda la familia a la capital de la provincia. Su padre, Dr. Marià Torres, fue uno

de los introductores del Espiritismo en Cataluña y su hijo, Màrius Torres fue un poeta catalán ilustre. Hombre culto, importante médico en Cataluña, creía que la medicina debería enfocar al hombre desde el punto de vista de la existencia del alma humana antes y después de la reencarnación. Participaba e impar-tía conferencias sobre este tema y en 1929 publicó el libro “Defensa de la Metapsíquica”. No sólo en el medio médico y espírita se movía con influencia, Humberto Torres también era un político reconocido. Desde joven estuvo vinculado a la Juventut Republicana de Lleida, que presidió por dos veces. Entre los años 1917 y 1920 fue alcalde de Lleida y entre 1932 y 1939 fue diputado del Parlamento de Cataluña, donde presidió la Comisión de Sanidad y de Asistencia Social. En agosto de 1923 en Lieja (Bélgica) se celebró el X Congreso Espírita Internacional cuya finalidad era la formación de la Federación Espírita Internacional. Humberto Torres participó como representante español, junto con el coronel Senespleda, presidente del Centro Barcelonés de Estudios Psico-lógicos. En 1934 se celebró por segunda vez un Congreso Espírita a nivel Internacional en Barcelona. Nuestro personaje, que gozaba de enorme admiración, participó activamente. Los más de tres mil asientos que estaban preparados en el Palacio de Proyecciones de Montjuïc fueron tomados por asistentes interesados en su conferencia “El Espiritismo en el momento actual”. En la cual comparó los nuevos conocimientos traídos por el espiritismo, con los

últimos grandes descubrimientos científicos que revolucionaron la manera como el hombre entendía el universo. Resaltó que con el espiritismo se logró la compro-bación de la existencia del alma: “En virtud de los hechos aportados por el Espiritismo, podemos afirmar, no con razones, sino con experiencias, que el pensamiento no es una secreción del cerebro, ni el resultado del juego de las fuerzas fisicoquímicas, sino una unidad en s . El alma no es un epifenómeno sino una realidad. El alma, independiente del cuerpo, existe.” Otra conferencia impartida por nuestro célebre hermano leridano en el mismo congreso se titulaba “La Teoría Espírita en los pueblos latinos y anglosajones”. Hizo una interesante reflexión, recorriendo la historia del espiritismo, exaltando los países donde ganó fuerza, homenajeando también los grandes nombres que desarrollaron y conso-lidaron la doctrina. Nos recordó que el espiritismo “es una rama de las ciencias de la naturaleza y, como todas ellas, en constante evolución de perfeccionamiento.” Después de algunos años en el exilio en Francia durante la segunda gran guerra, el Dr. Humberto Torres regresa a España y se establece en Barcelona, donde su memorable pasaje por el plano material ter-mina en 1955. Bibliografía: Texto de Xavier Llobet (Centro Espírita Irene Solans, Lleida) http://www.espiritas.es/modules.php?name=News&file=article&sid=291 Libro resumen Libro Resumen V Congreso Espiritista Internacional en Barcelona 1934 http://www.espiritismo.cc/Descargas/libros/Congreso-Espiritista-1934.pdf Biografía en la página de la Esquerra Republicana de Catalunya.

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VISIÓN ESPÍRITA 4

VIVIENDO EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO

MIRAD LAS AVES DEL CIELO J.MINELLI

En oración pedí a la espiritualidad amiga que seleccionara el tema de estudio para la última edición de 2012 de nuestra querida Visión Espírita. Cuando abrí el Evangelio según el Espiritismo y leí la página en la que habían posado mis dedos, sentí como se me estremecía el corazón. “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo. Porque donde esté vuestro tesoro, ahí estará también vuestro corazón. No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro padre celestial las alimenta. Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Leí estas palabras recordando que nos acercamos al final de un año que ha sido especialmente difícil en España. Pensé en las familias que pasarán las fiestas bajo la sombra del paro o la inseguridad laboral. Volví a las conversaciones con compañeros de ideal espírita que me han explicado momentos en los que se sintieron abrumados por la atmósfera de incertidumbre y ansiedad en sus locales de trabajo. Con enorme cariño, repasé mental-mente los casos de amigos que se enfrentan a situaciones económicas de las más difíciles, para en seguida pensar en todas las personas que no conozco, pero que, mientras escribo, sienten desesperación por la situación económica a la que se enfrentan. La verdad es que el mensaje de fin del año del evangelio no podría ser

otro. Nos dice el Maestro que elevemos la mirada, que contemplemos el cielo y observemos las aves. El materialista encontrará en estas palabras un mensaje incomprensible, pero el que sabe que somos espíritus inmor-tales las recibirá como alentadoras y cargadas de esperanza. No nos dice Jesús que no trabajemos, no nos dice que abandonemos nues-tras obligaciones o que no busquemos soluciones para nuestras dificultades. Como aclaran los

espíritus, interpretado al pie de la letra, el mensaje de Jesús significaría la negación de toda la previsión y trabajo. Lo que nos dice el Maestro no es que no trabajemos, sino que no nos afanemos. Jesús no predica la inacción, sino que nos convoca a vivir en el presente. El que vive lleno de temor, ansioso y preocupado por el futuro, sufre porque no confía. La carencia de fe le impide concentrarse en la realización de la tarea presente, le distrae de lo único que está en su poder transformar: el día de hoy. La ansiedad que nace en el espíritu desestructura el cuerpo espiritual y enferma al cuerpo físico.

Preocupado por el día de mañana, el hombre sucumbe ante la impo-sibilidad de controlar aspectos de su vida que no dependen únicamente de él mismo. En este triste cuadro de depresión y estrés, se encuentra gran parte de la población ahora mismo. Multitudes de seres in-conscientes de su origen divino no confían disponer por sí mismos de todos los recursos necesarios para enfrentarse a cualquier adversidad que les sobrecoja. En su mensaje tan poético, sin embargo, Jesús nos

invita a elevar la mirada y a contemplar nuestros problemas desde la inmortalidad del espíritu. Ahí, nos dice el maestro, debemos cultivar tesoros. Desde la in-mortalidad del espíritu debemos sopesar nuestros problemas. Desde una perspectiva únicamente mate-rialista, un padre de familia que se va al paro a sus 55 años de edad puede ser una situación desesperante. Sin embargo, si comprendemos que este mismo espíritu es un ser que desde hace 4 millones de años lucha por su evolución y tiene toda la eternidad por delante, una

calma que nos llega como aire fresco invade el alma. Comprendamos que las dificultades de la vida son parte de la pedagogía cósmica; busquemos aprender la lección que nos están enseñando; permitamos que el dolor cumpla su función en nuestras vidas, transfor-mándonos en seres más hábiles para enfrentar las adversidades. Tengamos fe, tengamos esperanza. Es necesario elevar la mirada, contemplar las aves en el cielo, confiar en Dios, en la vida y en uno mismo. De mañana nos ocuparemos mañana. Como nos dice el Maestro, “basta a cada día su propio mal”.

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VISIÓN ESPÍRITA 5

ESTUDIANDO EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS

TRANSMIGRACIÓN PROGRESIVA W. BOSSI

Tras la lectura de Las Encarnaciones en diferentes mundos en nuestra anterior edición de Visión Espírita, damos paso a nuestros estudios; actualmente vamos por la pregunta 189, capítulo VI, libro segundo de El Libro de los Espíritus. El espíritu existe desde un principio con la creación del mismo como individuo; creado simple e ignorante y que evoluciona progresivamente, a la velocidad que cada uno necesite para alcanzar la plenitud. Es un proceso progresivo y constan-te, posible de están-camiento pero jamás de retroceso. Durante todo el pro-ceso de existencia inmortal, el Espíritu pasa por varias expe-riencias corporales a través de la reencar-nación, lo que le per-mitirá su evolución. Allan Kardec nos comenta que, según las orientaciones da-das por los Espíritus de la codificación, "la vida del Espíritu, en su conjunto, recorre las mismas fases que vemos en la vida corporal, pasa gradualmente del estado de embrión al de infancia, para alcanzar por una sucesión de períodos, la edad adulta, que es la de la perfección, con la diferencia de que no conoce el decaimiento ni la decrepitud como en la vida corporal; que esa vida que tuvo principio, no tendrá fin; que es necesario un tiempo inmenso, a nuestro modo de ver, para pasar de la infancia espírita al desarrollo completo, y que realiza su progreso no en una sola esfera, sino pasando

por diversos mundos. La vida del Espíritu se compone así de una serie de existencias corporales, cada una de las cuales le es ocasión de progreso, de la misma forma que cada existencia corporal se compone de una serie de días en cada uno de los cuales acrecienta el hombre su experiencia e instrucción. Pero, del mismo modo que en la vida del hombre hay días infructuosos, en la

vida del Espíritu hay existencias corporales que no producen resultado; porque no las supo aprovechar.” Resulta bastante ha-bitual dejarnos llevar por nuestra vanidad, auto engañándonos al pensar que somos “perfectos o casi perfectos”. Partiendo del principio lógico ¿qué necesidad tendríamos de estar viviendo en la carne, si así lo fuera? ¡Dolorosa verdad! Aunque hoy tengamos una existencia plena de bondad, de caridad; también tuvimos otras existencias en que no

fuimos quienes somos hoy, o mejor, todo lo bondadosos que creíamos ser en la actualidad. La espiritualidad comenta en varios libros (comentados éstos en nuestra revista) y en especial en la obra primera del Pentateuco Espírita, que existen aptitudes que nosotros los encarnados, aún desconocemos. Por tanto intentemos ser lo mejor que podamos, con nosotros mismos, en

nuestro hogar, con los seres que nos acompañan en el día a día, con los vecinos, con nuestra ciudad, expandiendo hasta el infinito todo el bien que sintamos. Con una vibración y actitud positiva en la búsqueda incesante de nuestra mejora. Seamos partícipes activos del progreso global de la huma-nidad, pero sin ago-biarnos, porque dis-ponemos de muchas oportunidad-des para mejorarnos; sin em-bargo cada vez que aprovechamos esas oportunidades esta-mos más cerca de

llegar a ser un día, quizás Espíritus Puros. Para reflexionar sobre el tema os propongo una pregunta muy interesante.: 196– No pudiendo los Espíritus mejorarse más que sufriendo las tribulaciones de la vida corporal, ¿se deduce que la vida material sería una especie de tamiz o depuratorio, por el que deben pasar los seres del mundo espírita para alcanzar la perfección? ¡Respuesta en el Libro de los Espíritus!

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VISIÓN ESPÍRITA 6

HISTORIAS DE LUZ

EL BUEN ESPIRITISTA R. NAVARRETE

El buen espiritista no es aquel que está presente en todas las reuniones, que murmura su opinión en cada encuentro, no es el que está como simple espectador, que compara las facultades buenas o malas de los médiums, sino aquel que activamente enseña a los que no saben o que saben poco, el que se une a un grupo para participar en algún trabajo voluntario o aún, en instruirse en lo que respecta la moral y el intelectual y que su presencia humilde aporte al centro una ayuda según la capacidad de sus fuerzas. Vale mucho más dedicarse algunos días de la semana al estudio, algunos momentos del día a la meditación y autocontrol para evolucionar, quitarse los imper-fectos morales que cada uno arrastra consigo. ¿Qué es lo que se tiene que hacer cuando uno o varios hermanos se

concentran y reúnen para trabajar en el bien? Pues una buena preparación moral, desterrar toda idea que pueda mancillar la atmosfera de harmonía y paz del centro espírita. Y no permitir nunca que prácticas puramente materiales invadan el santuario sagrado de paz, recogimiento y elevación de las enseñanzas espiritistas. Los espiritistas debemos reunirnos, pero no para repetir formulas vacías y mundanas, que a todos agradan y tampoco para celebrar ceremonias absurdas con gestos pomposos e inútiles, pero sí debemos reunirnos para fortalecer el ánimo en Jesús, para ampararnos en las situaciones difíciles del cotidiano de la vida. Tenemos también el deber de instruirnos cada vez más, ins-truyéndose moral e intelec-tualmente, trabajando, ayudando, dominando el ímpetu de sus

pasiones inferiores, perdonando el enemigo, vistiendo al huérfano, guiando al ciego, enseñando al que no sabe, convirtiéndose en agente de la espiritualidad en la Tierra. El espiritismo engrandece a los hermanos consagrados en la misma fe, pero también debe amparar a los que no tienen la misma visión, ni el mismo esclarecimiento, ni la misma evolución, por eso tiene que ser instrumento de consuelo para aquel que lo busca con desesperación, dar esperanzas al que ya no tiene fuerzas para seguir. No, no queremos personas que nos sigan ciegamente, sin pensar en lo que están diciendo, o repitiendo frases decoradas de un libro, o personas que acuden para quitarse de encima su culpa y desesperación por faltas, pero que se acomoda con las palabras bonitas pero con pereza de entrar en la acción. Deseamos sí que el Espiritismo se propague, pero sin fanatismos de ninguna especie, queremos per-sonas normales, con muchas dudas y muchas ganas de aprender y voluntad de perfeccionarse y progresar. El único medio infalible para regenerar el Espíritu y llamarse uno mismo de espiritista es observar estrictamente el Evangelio de Cristo, si no se dirigen hacia el adelan-tamiento en el camino de la caridad y de la ciencia, que instruye y enseña, que ayuda y consola, que ampara y calienta el corazón. Éste es, pues, un llamado para que TU seas un trabajador de la última hora, ¿te apuntas? El buen espiritista in La luz de la verdad; capítulo VII, paginas 48-50

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VISIÓN ESPÍRITA 7

CIENCIA Y ESPIRITISMO

DOLOR Y SUFRIMIENTO DR. J. LEVYI

Los humanos tenemos tanto miedo al dolor que lo reprimimos en vez de explorarlo, evitamos las situaciones que producen dolor, estamos continuamente rehuyén-dolo. Incluso a nosotros los espíritas nos cuesta no sufrir con las adversidades de la vida. Existe una técnica para evitar sufrir. Es muy simple en teoría aunque no lo es tanto en la práctica, pero con un poco de toma de conciencia verdadera y deter-minación podemos lograrlo. La técnica para evitar sufrir es que tenemos que sumergirnos en los dolores que hemos estado evitando. Y eso es doloroso. Yo no estoy diciendo que aceptar lo dolores haga que no sean dolorosos pero sí evita que suframos… éste es el matiz. Tenemos que enfrentarnos a todas esas heridas a las que más o menos hemos conseguido no mirar. Sin embargo, aunque parezca insólito, cuanto más profundicemos en el dolor, más profunda será nuestra capacidad de ahondar en el placer. ¿Cómo valorar bien el estar sanos si no conocemos la enfermedad?, ¿cómo valorar bien la saciedad si no conocemos el hambre?, ¿cómo valorar el calor si no conocemos el frío? Además, otro gran beneficio de esta meditación es que nos permite desarrollar la bondad y compasión hacia otros, al poder percibir lo que otro individuo siente. Para liberarse del sufrimiento hay que aceptar el dolor como un hecho inevitable y natural. El dolor es dolor; un hecho simple y doloroso. Sin embargo, el sufri-miento siempre es la absoluta negación del dolor, la exigencia de que la vida no sea dolorosa Crecer supone enfrentarse a la realidad, afrontar los hechos, sean los que sean. El dolor no es más

que dolor, no conlleva sufrimiento. El sufrimiento surge de tu deseo de que no haya dolor, de la idea de que hay algo malo en el dolor. Contempla, observa y te sorpren-derás de ver al lado positivo de todas las cosas que nos parecen infortunios. Pongamos un ejemplo: te duele la cabeza; hay dolor pero no hay sufrimiento. El sufrimiento es un fenómeno secundario, el dolor es primario. Te duele la cabeza, tienes dolor; no es más que un hecho. No lo juzgas. No dices que es bueno o malo. No le das más ningún valor, no es más que un hecho. Sé consciente de él, pero no juzgues, no digas: “esto no debería ocurrirme a mí”. En cuanto dices “no debería ser” has empezado a evitarlo, has empe-zado a alejarte de ello, a negarlo, y por lo tanto has empezado a sufrir. Te gustaría estar ocupado en algo para poder olvidarte de eso, pones la radio o la televisión, o empiezas a leer o visitas a un amigo. Si haces

eso, no serás testigo de ese dolor; simplemente te distraerás, lo evadirás. Ese dolor será absor-bido por tu organismo. Y te afectará físicamente. Intenta entender profundamente esta clave: si logras ser testigo de tu dolor de cabeza sin adoptar una actitud hostil, sin evitarlo, sin escapar de él; si puedes limitarte a estar ahí, meditativamente ahí ; si consigues limitarte a con-templarlo, el dolor de cabeza no te causará sufrimiento y desaparecerá cuando llegue el momento. No estoy diciendo que vaya a desaparecer milagrosamente por el sólo hecho de que lo observes. Desaparecerá cuando llegue su momento, pero no lo absorberá tu organismo, o sea, no te hará sufrir. Estará ahí, te darás cuenta de él, desaparecerá, será liberado y no habrás sufrido. El dolor siempre entra y te hace sufrir cuando lo evitas, cuando escapas de él. Si lo afrontas impedirás que forme parte de tu

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VISIÓN ESPÍRITA 8

ser y te cause sufrimiento. Las adversidades de la vida son un medio de adelanto para nosotros, son crisis momentáneas que han de salvarnos futuramente. Tenemos que aprender a poner en práctica lo que sabemos, o sea, a ver nuestras aflicciones desde otro punto de vista. Asumir que nuestros dolores, todos y cada uno de ellos sin excepción, son útiles para nuestro adelanto y debemos ser capaces de resistirlos con resignación. Pues, cuanto menos valor tengamos más nos retrasa y más sufrimos. Recuerda. La adversidad sólo te hace más fuerte. La vida (al menos la que vivimos actual-mente) es dura, la vida es una lucha, como ir a la escuela donde recibes muchas clases… Nuestra trayectoria en esta vida, con todas sus vicisitudes, es aquella que necesita-mos aprender. Como todos sabemos ya: la vida del cuerpo significa poco. Un siglo de nuestro mundo equivale a un relámpago en la eter-nidad. En consecuencia, los sufrimientos que se prolongan durante lo que nosotros llamamos unos cuantos días, meses o incluso años o toda una existencia, no son nada. Se trata para nosotros de una enseñanza, y que nos será de provecho en lo porvenir. El mundo real es el de los Espíritus, preexistente y sobreviviente a todo y tenemos el consuelo de saber que en mundos futuros seremos más felices y dejaremos de padecer infortunios. Tenemos el conocimiento suficien-te para ser consolados y no sufrir… demos gracias a Dios por eso y ha-gamos uso de este conocimiento. Jamás obra Dios por capricho, y todo en el Universo está regido por leyes en las que se ponen de relieve su sabiduría y su bondad. ¿Qué nos dice El Libro de los Espíritus acerca de los infortunios? La pregunta 1004 dice: ¿En qué se

funda la duración de los padecimientos del culpable? - En el tiempo preciso para su mejoramiento. Visto que el estado de dolor, así como el de felicidad, son proporcionales al grado de depuración del Espíritu, la duración y la índole de sus sufrimientos depende del tiempo que le ha llevado mejorarse. A medida que progresa y conforme se van purificando sus sentimientos, sus padecimientos disminuyen y cam-bian de naturaleza.” Ahora bien, resumiendo todos los conocimientos que tenemos podemos aplicar el siguiente razonamiento en todas y cada una de las situaciones adversas que nos suceden a diario, desde los más

tontos pormenores hasta los sucesos más graves… desde cortarse el dedo con un cuchillo cuando pelábamos una naranja hasta el saber que ha fallecido un ser querido. Debemos hacernos las siguientes preguntas: ¿crees en Dios?, ¿crees que es justo y misericordioso? Entonces sabrás que tus infortunios son por expiación, prueba o misión, que conlleva a lección o aprendizaje, y por tanto, a crecimiento y evolución. Uno de los más grandes dolores que nos causan sufrimiento es la

muerte de un ser querido o nuestra propia muerte. Pero debemos entender que la vida que vivimos actualmente se halla entre dos polos, el nacimiento y la muerte… pero yo no diría que debemos entender, diría más bien que debemos poner en práctica lo que sabemos. Esto significa que el que quiera vivir la vida felizmente tendrá que aceptar y abrazar la muerte. ¿Lo hacemos nosotros, abrazamos la muerte? Ambas van unidas, son dos aspectos de un mismo fenómeno. El nacimiento no es el principio, ni la muerte el final; son simples puntos en un continuo. La muerte debe verse como una transición hacia un estado superior de conciencia en el

que seguimos creciendo. Lo único que perdemos es el cuerpo físico. Sería como quitarse el abrigo de invierno cuando llega la primavera. ¿Será que realmente aplicamos en nuestra vida nuestros conocimien-tos?... yo creo que no, porque si lo hiciéramos de verdad nos comporta-ríamos como lo que somos, como seres in-mortales, y no estaríamos apegados a la vida y no tendríamos miedo a la muerte ni nos causaría sufrimiento… ¿Recuerdan lo que dije del sufrimiento?... que el sufrimiento es el resultado

de la negación, en este caso, del rechazo de la muerte o del apego a la vida… si no rechazamos la muerte y no nos apegamos a la vida no sufriremos. Si de verdad asimiláramos que la vida es infinita; que jamás morimos, entonces el miedo a la muerte desaparecería. Si todos supiéramos de verdad que hemos vivido antes incontables veces y que volveremos a vivir otras tantas, ¡cuánto más reconfortados nos sentiríamos!

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VISIÓN ESPÍRITA 9

Uno debe tener paciencia... paciencia y tiempo… todo llega a su debido tiempo. No se puede apresurar una vida, ni perder la calma porque las cosas no salgan como planeamos. Debemos acep-tar lo que nos sobreviene en un momento dado y no pedir más… recordar, tendremos tiempo, tarde o temprano… y lo que no se hace en esta vida se hace en otra… la vida es infinita; jamás morimos. El hombre tiene la capacidad de hacer de la muerte algo nuevo: ¡puede morir riéndose! ¿Eres capaz de morir riéndote? Quizá eso sea demasiado para nosotros, pero al menos morir con serenidad ya es bastante y de esto deberíamos ser capaces todos. Si puedes significa que fuiste una persona madura y sensata. Si mueres llorando, gri-tando, apegándote, querrá decir que fuiste inmaduro, no habías crecido lo suficiente… No hace falta que hayas vivido una vida ejemplar para morir riéndote ni llevado a cabo todos tus planes, sino que simplemente hay que aceptar la muerte como la declaración final de tu vida y como el principio de un nuevo comienzo. Si mueres apegándote a la vida, lo único que demostrarás es que estuviste evitando la muerte y también estuviste evitando la vida, con todos sus dolores. Recuerda las palabras de Chixo Xavier que aunque nadie puede volver atrás y hacer un nuevo comienzo, cualquiera puede comenzar de nuevo y hacer un nuevo final. Nuestra visión de la vida no es realista. La mayoría de nuestras

experiencias placenteras dependen de objetos y situaciones externas cuya naturaleza es efímera. Cuando estas cosas cambian o desaparecen, nos aferramos a ellas sin querer aceptar la realidad de la situación…. Es aquí cuando sufri-mos… Queremos que el placer perdure y nos decepciona que no sea así. De este modo, vamos de arriba abajo, del placer al dolor y de la felicidad a la infelicidad, durante toda nuestra vida. La conciencia de esta realidad es un paso hacia la eliminación del sufrimiento. Dejaremos de esperar que la gente y las cosas nos hagan felices y, en cambio, comprenderemos que es nuestra actitud hacia ellas la que determina la felicidad y la satisfacción. Por eso es muy cierto cuando dicen que la felicidad está dentro de uno y no depende de las circunstancias externas… y aunque tengamos adversidades en nuestra vida no tenemos por qué sufrir ni ser infelices. Para ser felices debemos aceptar las adversidades que no podemos cambiar o evitar y aceptar el hecho de que la vida es un continuo de cambios. Reconocer la naturaleza dolorosa y cambiante de la vida es bastante difícil, pero es la única salida hacia la felicidad. Mientras continuemos escapando de esta realidad el sufrimiento se apoderará de noso-tros. La conciencia del cambio que se genera con las adversidades nos da la energía necesaria para penetrar la naturaleza de la realidad. Algunas personas creen que si se

vuelven muy espirituales, serán capaces de librarse de enfer-medades o de tragedias o ciertos infortunios. Sin embargo, eso es negociación, no espiritualidad. La espiritualidad no es una cura para la enfermedad o una protección contra desgracias, sino la re-conexión con nosotros mismos, con el alma y con la vida, incluso frente a la muerte. Es nuestra forma de encontrar paz. Porque las desgracias forman parte de nuestro proceso evolutivo de un camino que nosotros mismos nos hacemos y vivir también es morir… morir forma parte de la vida. Aceptar una situación adversa o resignarse a ella no significa que te guste esa situación sino que aprendas a vivir con ella. Os invito a leer 3 historias con-movedoras, del capítulo 8, “expiaciones terrestres”, del libro “El Cielo y el Infierno”, que nos animan aceptar nuestras ad-versidades: Juliana-María, la men-diga; Max, el mendigo y, Marcelo, el niño del número 4. Y nuevamente recordemos las palabras de chico Xavier: “Nací en el ambiente y circuns-tancias que merezco, vivo donde mejor Dios lo proveyó, de acuerdo con mi progreso. Mi destino es el resultado de mis acciones. No debo quejarme o hacerme la víctima. En primer lugar, debo observar y analizar. El cambio está en mis manos. Debo reprogramar mis objetivos. Siempre buscaré el bien y viviré mejor.”

“Para ser felices debemos

aceptar las adversidades que

no podemos cambiar o evitar y

aceptar el hecho de que la vida

es un continuo de cambios.”

VISIÓN ESPÍRITA 10

PRÁCTICA ESPÍRITA

REFORMA ÍNTIMA R. NAVARRETE

Muchas veces escuchamos estas palabras pero no las entendemos muy bien. Parece como si uno tuviera que cambiar algo, porque de eso se trata una reforma, de un cambio interior. En El Evangelio según el Espiritismo, el espíritu de Erasto nos dicta la "misión de los espiritistas", a quienes se les reconoce por los principios de la verdadera caridad, por el numero de afligidos que consuelen, por el amor al prójimo, por su abnegación y desinterés personal y por el triunfo en la lucha contra sus imperfecciones. Cada uno de nosotros somos nuestro propio juez. A veces, cerramos los ojos a nuestros defectos y errores y los olvidamos en un rinconcito muy oscuro de nuestra memoria; pero un día salen a la luz, todas las imperfecciones deben ser pulidas, todos los errores deben ser corregidos. Como cada uno somos nuestro propio juez y

verdugo, el tiempo de demora a veces es corto y otras largo, pero siempre llega. La reforma íntima no es más que la necesidad inherente, que sentimos todos, de extirpar esos errores e imperfecciones que nuestro ser inmortal lleva arrastrando desde hace tiempos inmemoriales. Cada ser tiene su propio grado de evolución moral poniendo más o menos ahínco en la tarea; a veces nos olvidamos de nuestros compromisos con la evolución y

nos estacionamos en un mismo error, siendo así como llegan el vicio y la acumulación de deudas, no económicas sino morales, para con nosotros mismos, hasta que llega el momento en que tocamos fondo y nos disponemos a nadar hacia arriba en la escala evolutiva. No puedo hablar de los errores e imperfecciones de una persona en concreto, porque no debo y no me conviene juzgar a nadie, pero cada uno sabe dónde están los agujeros del techo y dónde poner los cubos para que no se moje el suelo (si me permiten la analogía). Pues debemos concentrarnos en extirpar cada una de las impurezas del espíritu y en las tareas diarias intentar limpiar poco a poco nuestra mente, cambiando de actitud en relación a nuestros compañeros de trabajo, colegas, conocidos, amigos, familiares leja-nos y por supuesto los familiares más cercanos. En primer lugar es preciso conocerse, observarse y descubrir cuáles son nuestros fallos prin-cipales (el egoísmo, la envidia, la vanidad o cualquier otro defecto), se puede pedir ayuda a alguien cercano en caso de necesidad, o se puede llevar una libreta en el bolsillo para ir apuntando los fallos cometidos en las acciones del día a día, o bien se puede consultar con la almohada cómo ha transcurrido el día, analizando lo que se puede

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“En primer lugar es preciso conocerse,

observarse y descubrir cuáles son

nuestros fallos principales…”

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mejorar. Por supuesto que no existe ninguna fórmula sencilla para llevarlo a cabo, ni palabras bonitas, ni mucho menos algo repetitivo que po-damos desempeñar sin darnos cuenta, la única fórmula efectiva es el esfuerzo personal. Penoso peregrinaje cruzando los terrenos espinosos de las lágrimas y el dolor, para arrancar de raíz nuestros males íntimos, pues ahí es donde radican todas las impurezas y donde surgen todas las excusas para no hacerlo, para dejarlo de lado y no seguir con el compromiso adquirido. La pereza también es uno de los males que debemos quitarnos de encima. Cualquier tipo de problema que nos pueda ocurrir, debe ser visto, no como un obs-táculo sino como una oportunidad de crecimiento, de evolución espiritual, de limpieza mental.

No quiero dar a entender que en una sola existencia corporal debamos limpiar todo nuestro historial de errores, sin embargo debemos dar el primer paso adelante para continuar en el camino ascendente. Si en una sola vida podemos extirpar, aunque sea solamente uno, de cada falta que tengamos o de cada defecto que, en pocas encarnaciones este espíritu estará libre de cualquier inmundicia, de cualquier impureza, que podamos tener hoy en nuestro mancillado espíritu, dejándolo limpio y puro. En tan solo unas pocas visitas a este planeta, en vista de toda la eternidad que tenemos cada uno de nosotros por delante. El camino es duro, es arduo y se requiere esfuerzo, paciencia, disciplina, autocontrol; se pide voluntad en las acciones, eliminar los vicios, las impurezas y a la vez

llenar el hueco de esas imperfecciones con el amor, con la caridad, con la ayuda al prójimo, con la mano tendida al vecino, con el consuelo a la viuda o al huérfano, con las palabras de esperanza al desesperado. Así es mucho más fácil, rellenar las imperfecciones con buenas acciones, borrar el defecto con su respectiva virtud, el egoísmo por el altruismo, la vanidad por la humildad, la pereza por la actitud, la rabia y el odio por el amor y el cariño, nunca estamos solos porque la unidad de buenos espíritus se apoya mutuamente. Así que a moverse, empeñándonos un poco (o un poco más) en poner en práctica lo que acabamos de leer. El camino es largo y duro, cuánto antes empecemos, antes llegare-mos al objetivo final que es la felicidad y la unidad en el amor.

Imagen: sdo.gsfc.nasa.gov/gallery/potw.php?v=item&id=122

VISIÓN ESPÍRITA 12

MECANISMOS DE LA MEDIUMNIDAD

EL ENFOQUE EQUIVOCADO DE LA MEDIUMNIDAD W. BOSSI

Allan kardec en el libro de los Médiums nos describe varios tipos de comunicaciones mediúmnicas. Como por ejemplo: las comu-nicaciones lógicas y razonables y las falsas. Las comunicaciones de espíritus moralmente superiores, se destacan por su eminente moral, su forma culta y siempre consoladora. Lo que no significa que los comunicantes no nos puedan, en algún momento, hablar de catástrofes naturales; por ejemplo. Como para todo lo que acontece hay una explicación lógica, para todo. Los mensajes pueden, incluso, llevarnos a pensar del por qué nos pasan “cosas malas”. Como todo ser humano, los médiums pueden tener fallos. Todo es cuestión de aprendizaje y disciplina. El codificador Allan kardec dijo: “Más vale rechazar diez verdades, que admitir una sola mentira.” Cuando hay alguna duda referente al contenido de algún mensaje, es mejor rechazarlo antes que llevarnos a engaño. Nunca debemos olvidar que, la única manera de evitar que

nos equivoquemos, es conociendo lo que son los fenómenos espíritas y, para ello, el único camino que hay es el estudio. Además de prudentes, al juzgar alguna comunicación u otra, debemos ser respetuosos no sólo con el médium que tenemos delante sino, también, con el espíritu que se comunica. Cuando se empieza a desarrollar la mediúm-nidad la comunicación, parte más de la idea del médium que del espíritu. Pero, con el tiempo, es el

espíritu el que participa. Este fenómeno se llama animismo; y les sucede a casi todos, al principio, cuando se predisponen a ser el intermediario entre el mundo

espiritual y el mundo terrenal. Es muy importante que aquellos que se predispongan para estos trabajos en la casa espírita, aprendan a aceptar las críticas con humildad. No es raro ver cómo nos dejamos llevar por la vanidad y preferimos creer “bonitas mentiras´´, a creer unas verdades inevitables. Somos imperfectos. En los propios grupos de estudio y desarrollo de las facultades, hay integrantes del grupo que, alguna vez, pasaron por algún infortunio.

Poder compartir esas experiencias con humildad, nos ayuda a comprender lo que nos pasa. Otro hecho muy habitual es que el propio grupo dé mucha importancia, a las comunicaciones del médium y de si comunica con uno u otro espíritu. Eso puede hacer que éste se pierda en los caminos de la vanidad. La clave de todo está en el equilibrio. A final todo ocurre por una cuestión de sintonía, y cuanto más esté el grupo unido, armo-nizado, con pensamiento de paz y amor, más facilitará que se aproximen espíritus superiores. Ni todo mensaje que es hecho con palabras bellas es de moral elevado, y ni todo mensaje que conlleve palabras duras, es rechazable. Muchas veces optamos por las palabras bonitas cuando, en realidad, tenemos que aprender de las duras para lograr mejorarnos como personas, y ser ejemplos de humildad y esperanza.

Imagen: Nasa.gov/595404main_pia14894-43_1024-768

“MÁS VALE RECHAZAR DIEZ VERDADES, QUE ADMITIR UNA SOLA MENTIRA.”

VISIÓN ESPÍRITA 13

EDUCACIÓN DEL ESPÍRITU

EL AMOR EN PRÁCTICA J. MINELLI

Mañana de otoño, sábado soleado de noviembre. Para nuestros voluntarios habituales del Cottolengo del Padre Alegre, aquella parecía ser una opor-tunidad más de entregar y recibir amor. Pero esta vez el grupo de la evangelización CEADS estaba presente, modi-ficando la rutina de estas visitas tan especiales. La evangelizadora había trabajado temas como la caridad, la reencarnación y las deficiencias físicas. Era el momento de que nuestros jóvenes pusieran en la práctica todo lo aprendido en sus clases. Los padres se unieron a la tarea alegrando todavía más el día. Después de la oración inicial que hacemos antes de entrar a trabajar, nos pusimos batas blancas las mujeres y azules los hombres. Ellos fueron a trabajar en el jardín, mientras ellas se dividieron entre la cocina y el costurero. Hasta las 12:30 de la mañana, los voluntarios entregaron toda su energía y buena voluntad allí donde hacían falta: barriendo, doblando sábanas, pelando calabazas y colando zumo de mandarina. Luego todos tuvieron la oportunidad de visitar la casa, recibiendo con ternura las muestras de afecto de las personas que residen en el Cottolengo: desde niños hasta personas mayores, con diferentes niveles de deficiencia física y mental. ¿Serán estos adolescentes personas más capaces de experimentar la gratitud a Dios y a sus familias? ¿Serán estos padres conscientes de la felicidad que existe en sus hogares? ¿Será la familia CEADS capaz algún día capaz de retribuir al Cottolengo todo lo que esta casa nos da? Yo

espero que sí. Estas sonrisas que vemos en la foto me dicen que sí, mi corazón me dice que sí. Si Dios sigue confiando en nosotros y cada día multitudes de espíritus encarnan en la Tierra, volviendo a empezar la tarea de la evolución, ¿quién soy yo para dudar de los milagros de las batas blancas y azueles? Después de todo, quedan estas tres cosas: la fe, la esperanza y la caridad, pero la mayor de ellas es la caridad.

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SIGNIFICADO DEL EVANGELIO

LA REGENERACIÓN DE LA HUMANIDAD MANOEL PAGNOTTA

Los acontecimientos se precipitan con rapidez. Por ello no os diremos más como otrora “los tiempos están cerca”, ahora os diremos “los tiempos han llegado”. Con estas palabras no penséis en un nuevo diluvio, ni un cataclismo, ni un terremoto generalizado. Las con-vulsiones parciales del globo terrá-queo se han producido en todas las épocas y se seguirán produciendo, pues se deben a su propia cons-titución, pero son señales de los tiempos. Mientras, todo lo que está predicho en el Evangelio debe suceder en estos momentos, como reco-noceréis más adelante. No toméis las señales anunciadas sino como metáforas, cuyo espíritu, y no la letra, debe ser comprendido. Todas las escrituras encierran grandes verdades bajo el velo de la alegoría y es porque los escribas se apegaron a la letra, confundiéndose. Les faltó la llave para comprender el verdadero sentido. Esta llave está en los descubrimientos de la ciencia y en las leyes del mundo invisible, que el Espiritismo nos ha venido a revelar. A partir de ahora, con la ayuda de estos nuevos conocimientos, lo que antes era oscuro se vuelve claro e inteligible. Todo sigue el orden natural de las cosas y las leyes inmutables de Dios no serán perturbadas. Por tanto, no veréis milagros, ni prodigios, ni nada sobrenatural en el sentido vulgar, vinculado a estas palabras. No miréis al cielo para encontrar en él las señales precursoras, pues no las veréis y aquellos que os las anuncian os engañarán; sin embargo mirad a vuestro alrededor, entre los hombres, pues es ahí donde las encontraréis. ¿No sentís como un viento que sopla en la Tierra y agita a todos los

Espíritus? El mundo está a la espera y notando como un vago pre-sentimiento la aproximación de la tempestad. No creáis, por tanto, en un fin del mundo material; la tierra ha progresado desde su transformación y debe progresar todavía y no ser destruida. La Humanidad ha llegado a uno de sus períodos de trans-formación y la Tierra va a elevarse en la jerarquía de los mundos. No es pues, el fin del mundo material el que se prepara, sino el fin del mundo de los preconceptos, del egoísmo, del orgullo, del fanatismo, el que se desmorona. Del mundo de expiación, la Tierra está llamada a convertirse un día en un mundo feliz y su vida en ella será una recompensa en vez de un castigo. El reinado del bien, entonces, debe suceder al del mal. Para que los hombres sean felices en la Tierra es necesario que ésta sea poblada, únicamente, de buenos Espíritus, encarnados y desen-carnados, que no querrán más que el bien. Hasta este momento se está orquestando,

ahora una gran emigración entre los que la habitan; los que realizan el mal porque sí y no se acerquen al bien, nunca más serán dignos de vivir en la Tierra transformada y serán excluidos de ella, porque aquí traerían nuevamente la perturbación y la confusión, representando un obstáculo al progreso. Irán a expiar su endurecimiento en los mundos inferiores, donde llevarán consigo los conocimientos adquiridos y tendrán como misión hacerlos progresar. Serán substituidos en la Tierra por Espíritus mejores, que harán reinar entre ellos la justicia, la paz y la fraternidad. Como hemos dicho, la Tierra no debe ser transformada por un cataclismo, que aniquilaría súbita-mente una generación. La generación actual desaparecerá gradualmente y la nueva suplantará la existente sin cambiar en absoluto el orden natural de las cosas. Todo ocurrirá pues, exteriormente, como un ropaje, con una única diferencia, aunque ésta es capital: una parte de los Espíritus que encarnan aquí ya no

Imagen: nava.gov

VISIÓN ESPÍRITA 15

volverán a encarnar. Un bebé a punto de nacer, en lugar de ser un Espíritu atrasado e inclinado hacia el mal si estuviese encarnado, vendrá un Espíritu más adelantado y dedicado al bien. Se trata pues mucho menos de una nueva generación corporal que de una nueva generación de Espíritus. Así, quienes esperarán que se produzca una transformación por efectos sobrenaturales y maravillosos, estarán equivocados. La época actual es una época de transición en la que se confunden los elementos de ambas gene-raciones. Posicionados en un punto intermedio, asistimos a la partida de una y la llegada de otra y cada uno ya se ubicará en su mundo según sus propios caracteres. Ambas generaciones que se suceden una a la otra tienen ideas y puntos de vista opuestos. Por la naturaleza de las disposiciones morales, pero sobretodo de las disposiciones intuitivas e innatas es fácil distinguir a cuál de ellas pertenece cada individuo. La nueva generación deberá iniciar una era de progreso moral, la cual se distingue por una inteligencia y una razón generalmente precoces, unidas al sentido innato del bien y de las creencias espiritualistas, lo que es señal indudable de un cierto grado de adelanto previo. No estará compuesta exclusivamente de Espíritus eminentemente supe-riores, pero sí de aquellos que, habiendo progresado, están pre-dispuestos a asimilar todas las ideas progresistas y aptos para secundar el movimiento regenera-dor. Por el contrario, lo que distingue a los Espíritus atrasados es, para empezar, la rebeldía contra Dios por la negación de la Providencia y de todo poder superior a la Huma-nidad; después la predisposición instintiva a las pasiones degra-dantes, a los sentimientos anti fraternales de egoísmo, de orgullo, de odio, de celos, de codicia, en fin, el predominio del apego a todo lo que es material.

La Tierra debe ser purgada de estos vicios apartándose de quienes rehúyen enmendarse, pues son incompatibles con el reino de la fraternidad, y porque los hombres de bien sufrirían siempre con su contacto. La Tierra quedará libre de ellos y los hombres avanzarán sin barreras hacia un futuro mejor, que les está reser-vado aquí abajo, como premio a sus esfuerzos y a la perseverancia, trabajando por una depuración aún más completa que les abra las puertas a los mundos superiores. Uno de los caracteres instintivos de la nueva generación será la fe innata; no la fe fanática y ciega, que divide a los hombres, sino la fe razonada que esclarece y fortifica, que los une bajo un sentimiento común de amor a Dios y al prójimo. Con la generación que se extingue desaparecerán los últimos vestigios de incredulidad y fanatismo, con-trarios al progreso moral y social. El Espiritismo es el camino que conduce a la renovación, por-que derrumba los dos mayores obstá-culos que se oponen a ella: la incredulidad y el fanatismo. Otorga una fe sólida y esclarecida, desarrolla todos los sentimientos y todas las ideas que se corres-ponden con vistas a la nueva generación. Por ello, en el corazón de sus representantes habrá algo innato e intuitivo. Veamos pues crecer y prosperar a la nueva era, por la misma dinámica de los acontecimientos. Se convertirá en la base de todas las creencias, el punto de apoyo de todas las instituciones. Resumen del artículo de la Revista Espírita de abril de 1866 publicada en la Revista “O Companheiro” en abril de 1979 por Manoel Pagnotta. Traducido al español por Silver Chiquero.

“La época actual es una época de

transición en la que se confunden los

elementos de ambas generaciones.

Posicionados en un punto intermedio,

asistimos a la partida de una y la llegada de otra y cada uno ya se ubicará en su mundo

según sus propios caracteres.”

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UNA OTRA VISIÓN…

NO SOIS VOS, SOY YO J. DE OLIVEIRA

En la divertida película argentina “No sois vos, soy yo” (Juan Taratuto, 2004), vemos como el protagonista, hecho un verdadero lío al principio, va madurando emocionalmente de un modo dificultoso y a duras penas. De hecho, vivimos un interesante momento de efervescencia inte-lectual y filosófica en el que comienzan a producirse sinergias entre diferentes campos del conocimiento, integrando datos de la ciencia, la psicología y la espiritualidad. El actual énfasis que se le da a la inteligencia emocional es quizá el mejor ejemplo de con-fluencia entre las perspectivas científica y espírita. Hasta el siglo pasado, el campo emocional fue no solamente ignorado, sino que incluso llegó a ser reprimido. Los tests para evaluar el coeficiente de inteligencia medían fundamentalmente la capacidad de la persona para con-ducirse en la vida de modo racional y la actividad cognitiva se consideraba una actividad completamente di-sociada de la actividad emocional.

Psicólogos e investigadores del comportamiento humano, sin em-bargo, empezaron a observar que las personas con un elevado C.I. no siempre eran las más felices. Muchas de ellas ni siquiera eran las de mayor éxito en el trabajo. A partir de 1985, psicólogos, médicos e investigadores empezaron a cuestionar la definición de la inteligencia medida única-mente en función del cociente intelectual. Reuven Bar-On acuñó el término Inteligencia Emocional y así lo definió: Los individuos de mayor inteligencia emocional son aquellos capaces de reconocer y expresar sus emociones, poseen una visión positiva de sí mismos, pueden concretar en la práctica sus aptitudes potenciales y llevar una vida más bien dichosa; son capaces de comprender de qué modo se sienten los demás y están en condiciones de crear y mantener relaciones interpersonales satisfacto-rias y responsables sin convertirse en seres dependientes; en general son realistas y optimistas, consiguen

resolver bastante bien sus problemas y afrontar el estrés sin perder el control. Más recientemente, investigaciones en el campo de la neurobiología vienen a indicar que en efecto no es el cerebro el que genera la con-ciencia, sino que, por el contrario, es el nivel de conciencia del individuo el que determina qué partes del cerebro van a ser activadas. Nuestra percepción de la realidad, por tanto, no equivale necesariamente a la realidad. Nuestra percepción de-pende directamente del circuito que la conciencia utilice para percibir la realidad. ¿Y qué circuitos son estos? Un primer circuito generador de la conciencia es el del cerebro límbico. El ser humano primitivo, para sobrevivir, necesitaba un sistema de reacción rápido y seguro. En esta etapa evolutiva, el cerebro aún no tenía desarrollado el córtex, y utilizaba una especie de atajo primario que todo ser humano todavía conserva. La amígdala ce-rebral y el sistema límbico son depositarios de un cierto número de “memorias” transmitidas de gene-ración en generación. Por fuerza de la ley de la reencarnación, nuestra historia evolutiva queda plasmada en nuestros cuerpos físicos y es-pirituales. El cerebro límbico fue esencial para asegurar la super-vivencia del humano primitivo, puesto que le sirvió para responder con urgencia y hacer frente a cualquier posible riesgo tras una percepción rápida y somera de la situación, enviando al cerebro una serie de reacciones automáticas idénticas a las vividas en situaciones anteriores. Hoy día cabría esperar que el humano civilizado pudiera prescindir del cerebro límbico, pues-to que ya no vive en la selva y no lucha contra animales para preservar su vida. Sin embargo, parece haber sucedido más bien una cierta

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“…la evolución, no

es una cuestión

únicamente

espiritual, sino

también biológica,

material”

actualización de sus funciones. En esa ampliación, el cerebro límbico pasa a actuar no únicamente en la supervivencia física, sino además en la psicológica, relacionada con los cuerpos mental y emocional. Así es como la amígdala ha ampliado su sistema de grabación para guardar en su memoria no sólo las situaciones de estrés procedentes de amenazas físicas, sino también los acontecimientos que han causado estrés psicológico, es decir, sufri-miento mental y emocional. Un circuito alternativo sería el del córtex cerebral. A lo largo de muchos miles de años, el ser humano ha estado desarrollando esta parte del cerebro llamada córtex o corteza cerebral, desarrollo que todavía continúa. Este desarrollo del córtex ha permitido el surgimiento de un nuevo nivel de conciencia, dando origen a otra forma de percibir la realidad. Este nuevo mecanismo de tratamiento de la información en el cerebro humano consiste en que la información registrada por los sentidos, des-pués de haber pasado por el cerebro límbico, es transferida a la corteza cerebral. Su función es, en efecto, analizar lo que ocurre con más detalle, con mayor claridad y más inteligencia. Así es como puede promover una percepción más rica de la realidad, moderar, adaptar o incluso inhibir por completo las reacciones primarias que proceden del cerebro límbico. Pese a que el camino que atraviesa la corteza cerebral permite una percepción más exacta de la situación, este camino tiene el inconveniente de ser relativamente lento, porque en el córtex la información es analizada y tratada por innumerables circuitos nervio-sos. Esto permite un tratamiento más fiable de la información, pero también reduce su velocidad. Es curioso pensar que mientras vivo experiencias de la vida cotidiana, inconscientemente estoy escogien-do circuitos neuronales por donde la información debe transitar en mi cerebro. Algunas veces llego a sentir cómo una emoción negativa, como por ejemplo la rabia, “hace su trabajo

en mi cuerpo”, mientras por la cabeza “compiten” alternativas de solución al problema: cuando me siento agredida o faltada al respeto, noto cómo bailan opciones tales como una respuesta ruda que ponga a la persona en su lugar o el acto contenido de tolerancia con la cual estoy intelectualmente comprome-tida. En un nivel moral, la primera opción pone en evidencia el orgullo (“¿Quién se piensa el otro que es? ¿Con quién se piensa que está hablando?”), pero un análisis estric-tamente evolutivo denota que todos estos sentimientos encontrados no son más que mi herencia primaria luchando con mis adquisiciones más recientes, todavía no consolidadas.

El orgullo y el egoísmo son marcas de ignorancia, pero también campo de crecimiento y perfeccionamiento de la emociones. El trabajo en cada encarnación debe ser el de educar estas respuestas, hasta anular por completo la influencia/ascendencia que las emociones negativas tengan en nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Es el camino de trascendencia que, en el futuro, permitirá que optar por los niveles de conciencia más elevados sea tan rutinario como pestañear. Se trasciende cuando se consigue cerrar las puertas de los circuitos más primarios (el cerebro límbico) y utilizar circuitos más complejos y capacitados para analizar y comprender mejor las

situaciones. Así se entiende que el progreso del alma, la evolución, no es una cuestión únicamente es-piritual, sino también biológica, material. De ahí la necesidad de que encarnemos: el espíritu debe aprender a dominar la materia, o, en otras palabras, nuestro lado de luz debe progresivamente extenderse por cada uno de los rincones de ignorancia del espíritu. Queda, por tanto, científicamente demostrado por la neurociencia que lo que sentimos y como reac-cionamos no es culpa, y ni siquiera responsabilidad, de los demás. Solemos decir: “Él me sacó de quicio”, “Me trastornó”, “Me enfureció”, pero en realidad nuestras emociones están condicionadas, en primer lugar, por nuestro propio nivel evolutivo. Nuestras emociones, así como sus consecuentes reacciones, dependen, invariable-mente, de cómo optamos vivir cada situación, escogiendo, aunque inconscientemente, los circuitos nerviosos por los cuales la infor-mación navega en nuestro cuerpo. A menudo permitimos que la carga emocional no resuelta (de vidas pasadas y de la actual) deforme nuestra percepción de la realidad. Es necesario comprender que la herencia ancestral es un peso muy grande y que la voluntad consciente no puede por sí sola neutralizar la carga del inconsciente. Muchas veces los mejores propósitos y el compromiso intelectual con la tolerancia son incapaces de tradu-cirse en gestos de amabilidad con los que nos tratan de forma agresiva. Observar las propias emociones y comprender cómo actúan en nuestro cuerpo (cambios como las sen-saciones en el estómago, en las manos o en la piel...), puede llevar a un conocimiento más profundo de uno mismo. No se trata de reprimir las emociones, sino más bien de entenderlas. A medida que uno va siendo más consciente, se convierte en un ser cada vez más capaz de poner en marcha todo lo que sea necesario para liberar el inconsciente y abrirse a otros circuitos de la conciencia.

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BIBLIOTECA ESPÍRITA

LIBERACIÓN

Liberación: Libro psicografiado por Chico Xavier en 1949. Éste es el sexto volumen de la serie de Andre Luiz. En él el autor nos narra sus andanzas y enseñanzas en el mundo espiritual. Comenta su contacto con legiones de criaturas arraigadas en el mal, en un ambiente de muy bajo patrón vibratorio y peligroso. Se puede decir que es el primer libro que trata el tema de los ovoides, dragones y obsesiones complejas. “Si la unión de rayos luminosos hace el sol, una unión de sentimientos malos hará el infierno”. En la Introducción, Emmanuel nos relata una bella leyenda de un pececito bermejo que en su comunidad sufre con resignación. Éste opta por el cambio, sale del agujero en que vive y afuera se encuentra otra realidad. (Esto se puede leer separadamente. Son un par de páginas que os aconsejo). Liberación, como en otros libros de la serie, comienza con una conferencia. En este caso hecha por Flacus, que es uno de los Ministros del libro Nuestro Hogar. Los esclarecimientos acerca de temas como los cambios de energía son

sorprendente y, aun más si nos fijamos que ha sido escrito en 1949. El equipo de trabajo en el que André participa, esta vez, está compuesto por el Instructor Gubio y Eloi. Gubio elige a André y a Eloi, no sólo por la confianza que deposita en ellos, sino también para formarlos como cooperadores especializados en mi-siones de socorro en zonas obscuras. La actividad que el grupo de trabajo se propone hacer es actuar en un caso de obsesión comandado por Gregorio. Éste en el pasado fue hijo de Matilde (espírito de luz que vive en regiones más puras) y, que por entrar en una línea de raciocinio equivocada persigue a Margarida, envolviéndola en una destructible perturbación. Margarida, a su vez, en vidas anteriores, fue hija de Gubio, líder en esta misión. Para detener este proceso el equipo tiene que adentrarse en regiones purgatoriales bastante impresionan-tes. Donde existen tribunales con sus propias leyes, que ayudan a los obsesores. El paisaje es aterrador, lleno de seres sufrientes. Gregorio sirve a una categoría de espíritus que se llaman “dragones”.

Para actuar en el caso, el equipo de Gubio se mezcla con los obsesores y, se ganan la confianza de éstos por su amor, abnegación y ayuda incondicional hacia ellos. Poco a poco, toda la falange de Gregorio cambia para el bien, y el hogar de Margarida vuelve a ser una institución de caridad en el plano espiritual. Gregorio sucumbe al amor de Matilde. Ésta vuelve de las esferas más altas, con su inmenso amor, para ayudar a aquél con el que con-vivió muchos siglos antes. Además de esta trama increíble, de fenómenos de materialización, de planos distintos y nuevas posibilida-des de cambios, el libro nos trans-mite unas enseñanzas importantes como: Todos tenemos el derecho de apren-der a través de nuestros errores, y mucho de lo que nos pasa es, porque la espiritualidad lo permite. El conocimiento de la Doctrina Espírita no es suficiente si detrás de ella, no hay un verdadero amor y deseo de cambio hacia el bien. Un dolor grande consuela a un dolor pequeño. El trabajo maternal no es sólo de amor y cariño, sino también, de enseñanza y responsabilidad hacia el hijo. Las entidades que se inclinan hacia el mal, muchas veces, siguen a los que despertaron para el bien. De ahí la necesidad de orar y vigilar continuamente nuestros pensami-entos. La reencarnación sirve, muchas veces, para que espíritus deudores ayuden a otros espíritus que cayeron en el mismo error. Lo más importante es que el amor siempre vence. Demos crédito al tiempo y tengamos fe en Jesús.

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AGENDA ESPÍRITA A. IBÁÑEZ

Centre Espírita Amalia Domingo Soler – Barcelona | 17:30 horas

19 enero Sócrates y el Espiritismo

16 febrero Kit Espírita

16 marzo ¿La Génesis según el Espiritismo y la ciencia son compatibles?

20 abril XI Jornada CEADS 2013

Centre Barcelonès de Cultura Espírita | 18:00 horas

12 enero El Espiritismo ante la ciencia

26 enero Las leyes de la comunicación espiritista

9 febrero La incógnita de las razas humanas

23 febrero La gestión de las emociones

Asociación de Estudios Espíritas de Madrid | 19:30 horas

11 enero Nunca es tarde

18 enero No estamos solos, solo nos sentimos abandonados

25 enero La mayor oleada ovni de la historia

Centro de Estudios y Divulgación Espírita | 20:00 horas

9 enero Paranormalidad humana

16 enero Cura espiritual II

23 enero La propuesta de la doctrina espírita para la educación

30 enero Abrir el corazón

6 febrero Acompañamiento de almas

13 febrero ¿Qué somos y qué hacer?

20 febrero El ángel de la guardia

27 febrero La casa. El escritor

CEADS EN EL CONGRESO NACIONAL En los días 7, 8 y 9 de diciembre de 2012 se celebró en Congreso Espírita Nacional 2012 en Benidorm. El Centre Espírita Amalia Domingo Soler estuve presente con la asistencia de trabajadores y la participación de uno de ellos como conferenciante. Un año más nuestra compañera Janaína Minelli brindó los asistencias del congreso con un conferencia intitulada: Reencarnación: camino de transcendencia. Seguramente nos hará un resumen en el blog.

CEADS en el Congreso Nacional 2012

Janaína en acción

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ENTREVISTA...

JUAN MIGUEL FERNÁNDEZ MUÑOZ ES PRESIDENTE DESDE SU FUNDACIÓN, HACE 15 AÑOS, DE LA ASOCIACIÓN DE ESTUDIOS ESPÍRITAS DE MADRID, CONFERENCIANTE, EXPOSITOR Y ARTICULISTA ESPÍRITA.

VE: Llevas desde los años 80 en el Espiritismo, ¿Qué es lo que te impulsó a empezar en el estudio? JM: Pienso que había llegado el momento para profundizar en un tema que nunca me había plan-teado anteriormente. Una serie de circunstancias y “causalidades” hicieron que entrase en contacto con un médium sanador, que a través de él los Espíritus nos hablaban. Con esta persona, mi esposa y yo mismo, establecimos una amistad de muchísimos años, que aún hoy mismo perdura, y fue lo que motivó a que empezásemos a “buscar”, orientados por su madre, los libros de Allan Kardec. Posteriormente y gracias a Santiaga Noguero, presidenta del Grupo de Valencia, conectamos en Madrid con Rafael González Molina, entonces Presidente de la Federación Espírita Española, con el que estuvimos trabajando y aprendiendo durante casi diez años. VE: Eres uno de los fundadores de la Asociación de Estudios Espíritas de Madrid, ¿Qué fue los más difícil para iniciar el centro? ¿Cuáles fueran los impedimentos y las victorias? JM: El mayor problema que nos encontramos fue localizar un “lugar” que teníamos lógicamente que pagar para iniciar y divulgar lo que ya habíamos aprendido antes. Una vez localizado, y después de permanecer con anterioridad en el domicilio de un matrimonio que se había incorporado al nuevo grupo, por fin lo localizamos. Con toda la ilusión, entusiasmo y cariño,

comenzamos las actividades, donde permanecimos tres años trabajando. Posteriormente tu-vimos que trasladarnos obligados, al nuevo local de la calle de la Bolsa de Madrid, donde llevamos camino de los quince años de actividades. Impedimentos: Cuando una actividad ha de ser desarrollada por un colectivo, donde algunos de ellos no sienten el mismo com-promiso que los demás, la cuestión es complicada. Casi siempre hay problemas, críticas, etc. Es muy fácil llegar a la Asociación y encon-trarse con todo preparado. Lo difícil es esforzarse y colaborar. Pero recordemos que los Espíritus que dirigen los “Grupos Espíritas” suelen actuar con gran agudeza, depurándolos. Victorias: El poder seguir trabajando con la misma ilusión de siempre, olvidando las malas expe-riencias que se tienen por valorar a aquellos que no saben comportarse como lo que se pretende ser “buenas personas”. VE: Hace unos meses participaste de un programa de televisión juntamente con un historiador para divulgar y esclarecer el Espiritismo, ¿Qué piensas sobre esta herra-mienta de divulgación? ¿Crees que el programa transmitió un buen mensaje? ¿Has recibido "feed-backs" de personas que asistirán y acudirán al centro? JM: La televisión es un medio muy interesante, pero hay que distinguir mucho los programas. Nos han invitado muchas veces a participar, pero casi siempre lo que les interesa es el “fenómeno”. En el momento que nos negamos a

realizarlo ya no interesamos. Generalmente “ellos” buscan el espectáculo, si no hay espectáculo, el Espiritismo no estará en antena. El programa de la 2 de TVE lo consideré y así lo han catalogado otros compañeros, muy intere-sante, puesto que lo pude compartir con una persona que “conocía” el Espiritismo desde el estudio, y congeniamos perfecta-mente al hablar casi el mismo “idioma”. A través de nuestra página reci-bimos consultas que procuramos contestar de inmediato. Casi siempre relacionadas con la influencia de los espíritus en sus vidas. Algunos que nos consultan nos visitan, pero otros apenas demuestran mayor interés, salvo que les soluciones el problema que padecen. VE: Qué mensaje dejarías a los lectores de Visión Espírita y a todos los espíritas españoles. JM: Fundamentalmente tesón y confianza en el futuro, porque los Espíritus amigos no nos dejan solos ante el trabajo, puesto que ellos son las ideas y nosotros las manos. VE: ¡Muchas gracias, Juan Miguel!

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