Hannerz Exploracion de La Ciudad Cap 1 y 2

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    _---_ _ _ _ -1. LA EDUCACION DE UN .~'\fTROPOLOGO URBANO

    .,HAcE poco mas de una. d~cada apenas ,eXlStla una .~ntropologia urbana.La 'preocupacion 'por eI urbanisrno como. pax:te 'de la civilizaci6n y el intere3por definir sus, propiedades t ransculturalr ri ente ya habian llevado a un puiiadode estudiosos a Tornbucru " y otros Iugares lejanos,' Perc tod~\:ia" a_ princi-pios de los aii.os~~ un estudiante de urbanismocomvarativo podia decirque los antrop6Iogos eran "una gente notoriamente agorafoba':'ant'iurbaml pordef in ic i6n" (Benet, 1963

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    12 U. EDUCACI6N DE UN Ai'lTROP6L(x;O URBAi'cos y metodoi6gicos de la . t radie iou,, 'an 't ropologica parecen insufi ci entes para1 " investigaci6n urbana; para",otros, el problema esprecisamente que losnuevos urbanologos no pres tan suf ic iente a tenc i6n a . la s ideas desar ro ll ad:: :.spor los a~tTop610gos er: o tros contextos soc ia les, Qu;~ne~ 'en un tanto1 0 que ocurre en ,la disciplina. hermana, la sociolo~~ueden haberse dadocuenta de que alit las bases para una' espec'i'ilhfiid urbana, teorica 0 sustan-tiva, han estado hasta eierto, pun to en duda. Otros har, lIegado iridependien-temente, y tal vez con mas ientitud, a una incertidurnbre similar. Lo oue1)8.l'aUlJOS es una cuestion de perrinencia, para otros+puede ser rnero oportu-

    \~ni srno : una "lucha indigna por encontrar salvajes siistitutos en los barriosbajos", seglin palabras de Robin Fox (1973, p. 20Y: ' .Puede par tanto parecer que la antropologia urbana no tiene pasado y si

    tiene rnotivos para preocuparse por su futuro, Sin embargo este libro es enbuena. medida retrospectivo: un intento .por rastrear algunos de los pasoshasta el presente. iQue motivos hay para acometertal empresa?En buena parte, debo admitir que se encuentranien la forma en que los

    antrop6!ogos entraron en la ciudad . No fueron .tanto- su s p ropias r eflexionesacerca de la r ia tura leza y. el estado desu disciplina 10-que los Uevo alli, sino

    \I; hechos externos que exigian arencion. Al prec ipitarse en un campo definido~ El primer volumen con este tituloes el de Eddy (1968); JDlIotro< ron el de

    Mlll !h II (1973: J.) , Gutkind ( 1974), Uzzell y Provencher (1976), Fox (1977) y11~hfT1nn (1978 ), Bast ant e s erne jan te s ' on los l ibros d e Weave r y Whit e (1972) Fostery I"ompQl' (197+), y Eames' y Goode (1977), '

    I'f

    LA, EDUCACI6N DE UN ANTROPOL(x;O URllA."-

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    LA EDUCACION DE ux A..'ITROP6LOGO URBA.'iOo las cuituras ocupacionales, tampoco tienen que ocupane de ninguna carne-reristica intrinsecarnente urbana .. Esta generosa inclusion de todo tipo de,intereses, ideas y halIazgos, junto con una relativa falta de preocupaci6n, p or 16 que podria ser su cornun denominador.: tarnbien contribuye a darla imagen de 'un antrop6logo urbano que iparece "carecer -de una estructurade ideas coherente y unificadora.En este libro' tratareznos de clasificar algunos de los elementos de talestructura. Es .probable que' inevitablemente. esto nos lleve a buscar antetodo una antropologia urbana concebida de manera' mas estricta, e~ que Iaatencion. se dirija al urbanismo mis rno, s ea 10 que fuere que esta frase quieradecir al final. En gran rnedida, dejaremos de lado 10 que parec l! sc r simple-mente la vpractica rutinaria de la antropologia dentro de los limites de laciudad. Pero esto no itiene que significar 'que hay que ernpezar de nuevodesde cero. Podernos tener un panorama mas claro del territorio que se hade explorar si aprovechamos las oportunidades que se nos presencen paraobservarlo desde los hombros de. gigan tes 0, ipcluso, a veces desde la alturade personas pequer ias como nosotros. En otras palabras, tratarerno s de reuniralgunos componentes de un pasado util para 'Ia antropologia urbana quetenerno s en mente. La . antropologia urbana necesita su propia historia delas, id eas, una conciencia eolectiv a delcr ecimiento de lo s conocim ien to s rela-tivos a lcs elementos basicos de la ciudaci y de la vida en la ciudad. Algunosde "estes conocimientos pueden tener ya: una edad venerable; orros sonprcductos ,de tin pas ado muy reciente, que incluso se [uncle con el presente.Han aparecido en diversas ci rcunstancias , y puede ser a menudo. utd (0 por10 rnencs intelectualmente agradable) exarn inarlos p rimero dentro de dichas:c ircuns tancias . Ot ros . . per supt,testo; sc .han presentado repetidamen te bajod isfraces levemente d istintos eli muchos tiempos y lugares. Aun falta porhacer mucho del trabajo de trazar sus interconexiones yde combinadas enun, disefio, ' 'i .Sin 'emba.rgo, descr'ibir 1 0 que sigue' como una historia parcial del pensa-miento iantropologico urbane solo sed a correcto hasta cierto punio, y hasta.cierto Pllnto' crearia malentendidos. Ante tcdo irnplicaria una autonornia';excesiva de tal campo. Mucho de 10 que constituye tin pasado util para la.~'.. nt ro .pologia urb .ana de hoy se o.r ig in6a l o tro . lado de ' la s [ ronte ras a .cademi~cas, aunque ahora las ideas en cuestion parezcan afines a una perspectiva,. n tropologica. Deben ser expropiadas, pOl' ejernplo, de la historia,' la sccio-00gia y Ia geografia, Tarnbien est a Ia cuest ion de In relacicn entre la rarnaurbana y la an tr opologia en su conjunto,Uno puede con~iderar a los antropologos urb 100S bien como urban61ogos

    can un. conjunto particular de instrumentos 0 como antropologos que es-tudian un ripo particular de ordenamiento soci: l. Estas dos formas de can-

    u

    LA EDUCACION DE UN MiTROPOLOGO U~AN0 .15sid erar su tr abajo no estan totalmente desvincu ladas, sino que sugieren enfasis;--,..diferentes. Cr eo que la mayor par te de la aruropolog ia u rbana .recie n re se\ prestaprincipalmente a la primera definicion; y ha surgido el siguiente in-

    \1 terrogante : "~Cual es la contribuci6n de la ant ropologia a 105 estudios urba-nos?" El interrogante complementario seria : "lew!l es la contribuci6n dev = estud ios urbanosa)a .antropo logia?" La s dos preguntas merecen serplanteadas una y otra vez para ver si sus respuestas han estado desarrollan-dose. Perc si hasta ahora para el p rimer in terr ogante ha habido sabre todorespuesras norrnales referentes a las caracteristicas de la antropologia, elsegundo acaso sea mas teo ricar nente provocativ e rpuede- ta l vez . asegurar ;. que la-comunicacion entre I a an tr opologia general co rnparativa y su rarnaen la ciudad se vuelva un flu jo de des direcciones. '

    I Para curnplir con su pretension de ser "Ia ciencia de la humanidad", la

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    16 LA EDUCACION DE UN ANTROPOLOGO URBANO LA E.DUCACION DE UN ANTROPOLOCD URBAJ.'10 1 7.No todos los barrios etnicos son asi. Para hacer una mayor contribuci6n

    al panorama etnografico, que es uno de los may-ores recursos de la antro-pologia, los antrop6logos de la ciudad deb en tal vez prestar gran parte desu azencion precisamente a 1 0 opuesto del pueblo urbano. Tendem~s a pen-sax en la ciudad, mas bien como un lugar donde las' personas no se conocenbastante bien, (al mencs inicialmente}, donde las amistades 'mutuas se des-cubren mas que se dan por supuestas, y donde se pueden hacer rapidostraslados. a traves de_]a estructura social. Contra ,esto puede decirse queta les Ienomenos no son en realidad mas tipicosdeIa ciudad que del pueblo,urbano. Esto puede ser cierto en un sentido, pero carece de importancia enotro. Hay un sentido en que probablemente estarernos de acuerdo en queson "mas urbanos" que el pueblo urbano: es mas probable encontrarlos enla ciudad que fuera de ella. Sisomos fieles a nuestra herencia antropo-10gica, nosiinteresaran mas las variaciones de forma que los promedios; enes te sentido son impor tantesmani Ies taciones del urbanismo.

    \ A 10 largo de este Iibro, nuestras inquisiciones estaran por 10 tanto diri-7:' ,g-idas a identiIicar los discernimientos particulares queel estudio de la vidaurbana puede ofrecer a la antropolog-ia. Al mismo tiempo, hay que entender

    I [que nuest ra prop' i" i' -roanera de se leccionar y conceptualizar los fenomenosi puede ser en si misrna una contribucion de la antropologia a los estudiosicrbanos, EI pensamiento urbano antropologico es 'fundamentalrnente pen sa-I mienu: ant ropologico , Tanto 1 0 que pueda tener de original como 1 0 queI tornara prestado de otras Fuentes (y que despues pos ib lemente transforme)\ e sta determinado par la confrontaci6n de la .mente vantropologica can laslrealidades urbanas. Esto tal vez resulte un experimento un tanto parad6jico~r~ la adaprabilidad del analisis antropGI6gir:o. Tras d~cadas dt' tr-:.Dajcpara construir un aparato conceptual que permita cornprender sociedadestradicionales distantes, temiendo constantemente la cautividad moral e inte-lectual que es el etnocentrismo, encararnos ahara Ia prueba de di':ho aparatoen nuesr ras propias c iudades. Sus e fec tos, espero, inclui rian el desa rrollo deideas que podrian resultar valiosas tambien en otros campos de la antropo-logia, aunque Ia naturaleza de la vida urbana bie~ puede mostrar la utilidadde tales ideas en forma particularmente notable. '

    Espero que la perspectiva esbozada aqui satisfaga a aquellos antrop6logosque critican Ia nocion de una antropologia urbana porque sienten que di-Ierenciarla can una' etiqueta propia es marcar 5'..1 secesion de Ia dis cipl inemadre, Les preocupa que el establecimiento de una identidad aparte llevea un rechazo del metodo y l a t eori a ant ropologicos por cons ided.r selos inade-;cuados para los estudios urbanos. Obviamente, esta no es mi concepcion'de esta disciplina. Como rarna de la antropologia, la antropolog-ia urbana,no esta mas separada que los estudios de, por ejemplo, las sociedades

    campesinas 0 nornadas. Nadie sugiere que el estudio antropologico de loscarnpesinos se haya divorciado de la antropolog-ia propiamente dicha ; nadieniega que esta se ha beneficiado con el crecimiento de los estudios campesi-nos, que no hace mucho tambien constituian un interes recien surgido. Sinembargo, se reconoce al mismo tiempo que el estudio de las sociedadescampesinas implica' un conjunto de, conceptos e ideas para los que es practicetener una designaci6n comun. Ni mris ni menos, creo que debe reclarnarsepara la antropologia urbana: es una especializacien reconocible, pero. sinque deje de serp;:rte integrante de la antropologia,i Par otro lado, la preocupacion - - p o i la "contribuciorr -inte!ectual- de los ..es-'tudios urbanos a la antropologia puede parecer un mero academici.sm~, eli abandono de toda pertinencia. Se puede responder a esta objeci6n, ante todo,que hay lugar para mas de una antropologia urbana. Par 10 menus en estaetapa temprana, ciertamente debemos estar dispuestos a dejar crecer milflores y esperar que encuentren la forma de florecer en el ambiente concreto.

    ; Adernas, se puede responder que el antrop6logo cuyo campo es : Beston 0Berlin debe tener tanta 0 tan peca licencia --seg{ln se quiera:- para cul-tivar su curiosidad par la curio sid ad rnisrna como el que va a vivir entrelos bongo-bongos. Pensar de otra manera tendria mucho de etnocentrisrno,as! fuera bien intencionado. Es cierto que si Boston 0 Berlin resultan serparte de nuestra propia sociedad nativa, uno .puede ser mas capaz de desern-peiiar el pape! activo de antropologo-abogado que en los lugares don de soloesta "de visita", Sin embargo, parece haber en principio escasa diferenciaentre rechazar ese papel rnientras esta uno en casa y evitarlo yendose aBongo-Bongo.teoria y la conceptualizacion en los puntos de reunion de la antropologiay el urbanismo pueda Ilevar a una aplicacion practica, mas poderosa ycalibrada can mas precision, de la antropolcgia a los asuntos urbanos, Ade-mas, no debemos caer en la trarnpa de considerar solo el trabajo estricta-mente .acadernico y la dedicacion, definida de un modo tambien estrecho, a laingenieria social peco sistematica como unicos recursos de los antropologos.'I La importancia de la antropolog-ia reside tambien en su potencial, no siern-pre realizado, de hacer reflexionar a la gente acerca de la variabilidad de la'Icondicion hurnana y acerca de su propia si tuac ion par ticular .

    Podria extenderme un poco en tome a este poder de la antropologia.En 1935, Charles Duff, satirico ingles, publico un Informe antropol6gicasobre uri suburbia de Londres, en que parodiaba 10 que podria decir unantropologo de esa epoca si prestara atencion a 5U propia sociedad," Esto, Este volumen, al que se le ha prestado escasa atencion, se ha presentado con

    mayor aznpl itud en otra ocas i6n (Hannen, 1973).

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    18 LA EDUCACION DE UN A,'ITROPOLOGO URBANO"'.dice el profesor vladimir Chernichewski, ficticio "cien tifico eminente" a.. cuyo nombee iescribia Duff:.. :.La ciencia de la antropologia no se ocupa solamente del desnudo salvaje, sino

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    l . , .

    20 LA EDUCACION DE UN ANrROMLOGO URBANO'portamiento institucional" es una definicion dernasiado restringida de laantropologia, pues una de las a r e a s en e la antro' alogia de las sociedadescornplejas ha hee 0 importantes contribuciones es precisamente la del com-~ento no-iostituciQil~do: el espiritu de empresa, ]a manipulacionde redes , etcetera._En mi opinion, Ja_ diferencia entre 1a antropologla y la sociologia urbanas

    C entiende mejor de etra manera. La distinci6ri a que roe refiero la expresarouy c1aramente Leach (l967)__ en sus comentarios fa un estudio social sabreel Ceilan rural: el sociologo, con su orientaci6n estadistica, sugiere Leach, -parte de Ia premisa de que el campo de observaci6n ~ "unidadesde poblaci6n", "indiViduos"; en cambio, el antropologo social piensa en S l d _ Sdatos como si estuvieran constituidos por "sistemas de relaciones". Es decir.la imagen antropol6g ica de Ia sociedad es masespecif icamente la de episodios_d;Jn.teracei6n y de m a s du~ interoependenclas entre las, personas. Losindividuos, tal como se ocupa de ellos el antropologo social, mantienencontactos con los demas ; son entidades construidas par los papeles quedesempefian al participar en estas variadas situaciones. Los sociologos m a sa menu do intentan hacer frente a la paradoja ide separar a las personasde la verdadera diversidad de sus vinculos exi st entes , descontextua lizandolas.perc, definiendolas de alguna manera como animales sociales, Esta diferenciad~ tenucncias es 10 fundamental. La mayor Iacilidad con que se puedenemp1ear los numeros para tratar a los individuos en comparaci6n con 105datos re1acionales -es secundaria, aunque sea notable como sintoma.Asi pues, subrayaroos aqui 1a perspecdva rel ac ional sobre las si tuac iones

    sociales, soore la parte que toca de ellas a cada.ipersona y sabre las formasen' que UTIa vida soc ial cG~?lc ja 'puede- estar c~!.n~tit1{ida p0l" ellas .. /~.d!.!!itl_'

    ir estri::tamente a la antrooologia urbanao 0que pasa por sociologia urbana ni a'}a antropologia de la soclO-

    , lozia. A veces los antropologos tienen r~ para con t ar a los individuos,y encontrarer rios soci61ogos que piensan en terminos rel ac iona les itanto comocualquier antropologo. E~ el campo urbano, esto ultimo esti ejemplificado\~tanto por los clasicos como por algunos estudiosos con una aiiliaci6n pro-fe5ional soc' mqica o!!es. an convertido recienteroente en tran uiJos etno-fes de salenes de str: -lease, clubes' e descanso cen ie, 0on 0, po emos discernir que, tal como han evolucionado, l a ant ropoJogiay . J . so i o l < ; $ 2 3 , tienen distintos centres de gravedad, no 5610 en la e1ecciond 1 tw:un...sioo tarobien analiticam~La antropologia, al trasladarse a laI l H l f l d , no tiene que hacerse totalmenre indistinguib1e' de 1a sociologia, y

    1 1 1 1 un memento de reflexi6n podemos tal vez darnos cuenta de que la "socio-G Un organo oficioso de es ta ul tima tendenc ia es I a publ icaci6n Urban Life, que

    otnp

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    22 LA EDUCACI6N DE UN ANTROP6LOGO URBANOalgunos v~hlculos pueden ser mas adecuados para ellos que otros, El sis temasocial urbano puede promover cierto tipo de ideas 0 dar origen a pro-bl~as particulares de la organizacion de la cultura. Puede haber ideas acercade como' rnanejar los contactos con forasteros, si hay muchos en el am-'biente en cuestion, 0 si , como resulta probable en un s is tema social corn-'pl

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    LA E.DUCACION DE UN ANTROPOLOGO URBANOnidades urbanas de Africa, Asia, Australia, Oceania, America Latina y elCaribe, as! como en otros lugares de Europa. Esro me ha proporcionadola oportunidad de reflexionar sobre 10 que es . dierente y 10 que es dealguna manera igual entre, pob laciones pequefias yciudades grandes de dis-t in tos s it ios. Ademas , tres experiencias de traba jo de campo antropologicohan influido tambien en mi man era de pensar acerca de la vida urbana: unade ellas m a s indirec tamente , o tras dos muy direc tarnente ,A finales de 'los sesenta,pase dos an os en \-Vishington, D. C., haciendo

    10 que ah~ra consid~rarii (de acuerdo con, 10 que se ha dicho hasta aqui )antropologia en la ciudad; pero, en su mayor parte, no an- tropologia urbanaen estricto sentido. En o tras palabras, el foco d& mi in teres 'no era especi-ficamente _ ! : I caracter urbano de los estilos de ':'ida-en,gue participe, aunquede modo gradual me hicemas consciente de esa,:~l;fnea de investigacion y me!~nten:se mas ,en_clla .. ~~ estudio centrado en 'un barrio negro de bajosin reso~, rea lizado .Casl t~ ta lrnente mediante la

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    .l..A. wUCACrON DE UN' ANTROl.'6LOGO URBA..,{Ocronica de su estructura social tiene una gran importancia. El rnosaicose convierte en un caleld.5;;_O~ dande la multitud de partes taman una yotra vez nuevas conEguraciones.Ernpece en Kafanchan a __capt";r Ia totaJid;d d~ los racirnos de relaciones

    . ordenados de acue rdo con l inea~tnica~; -oc:upac iana le s, r eligiosas, re crem, -nar~s tipos. La persecuci6n de ese objetivo 10 lIeva a uno a 1 ; ) 5igleSias, . irlbumiles, rnercados, bares de alcohol de palma, pati05 de casasde vecindad y una variedad de ()tr9s _esceriarios. Idealrne nte -'I el eSfudioc ie rtam~nte noha lJegad.o hasta;aIl i- se - desea.ria una ~ageDc\e )a estru

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    28 LA. EDuCACION DE UN . -\ .. c' ITROPOLOGO URB. -\ .. c' iO ;1 - . . . , ,. -._: i . '\ ;_)Se puede probablem~~_apela_!_

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    30 ETNOGRAFOS DE CHICAGO E 'DlOGRA.FOS DE CHICAGO 31afueras de un nuevo complejo acadernico. A unos cientos de metros de alii,la plaza - de Haymarket ha sido cortada en dos por una arteria, y delrnonurnento erigido para conmemorarel desernpefio de los policias en la"defensa de la ciudad" aquella desastrosa tarde de mayo, solo queda la base,apenas perceptible si uno no esta buscandola, Varias versiones de la estatuaque estaba encima de ella han sido voladas a 10 largo de los afios, una deellas por los ureathermea," en 1969.Perc) si la ciudad ya no es exactamente Ja rnisma, la juventud de Chicago

    ha sido documentada con ef icaciademuchas otras rnaneras, H;). habidonovelisras : Theodore Dreiser, en Sister Carrie, 'mo~tr6 una ciudad que pare-cia dedicada principalrnente al crecimientomismo y' a la corrupcion de 105.j6venes 1 recien Ilegados; Upton Sinclair ha relatado en The Jungle [Laselva] la triste carrera del. inmigrante lituano J u rgis Rudkus, desde traba-jador en un matadero, presidia rio, obrero metalurgico, vagabundo y ladr6n,hastagranuja politico. Estan las mernorias de Jane Addams s;bre TwentyYearr at the Hull House [Veinteaiios en laCasa ,Hull]. Hay .un capitulodedicado ala polirica de Chicago en The Shame 0 / the Cit ies [La verguenzade las ciudades], (Ie Lincoln Steffens, obra en la cual tal vez con sorpresa"encontrarnos que la ciudad,' por 10 menos en 1903, nose hallaba realmenteentre las mas corruptas .Una institucion local que todavia esta viva yen funciones ha desempefiado

    un papel n o rn enos irnportante en nuestra cornprension no solo del Ch icago deprincipios del siglo, sino del urbanismo en general. D'esde la primera GuerraMundial hasta los anostfelnta,Tos-s'ociologos d; la Universidad de Chicagoreaiizaron -una se~'ie de estudios basados en- investigaciones de su propiaciudad, los cuales han sido recO_!: l.ocidosa_mIJl i.a~e~_t~_c:=>m?_el. ini~o.de los'modernos estudios urbanos y como el cuerpo de, investigaci6n social masimporrante efectuado sobre cualquier ciudad particular en el mundo con-t ernporaneo. Aunque se ha esc ri to antes acerca de e llos, "podemes' recordarlosuna ' v e z mas para incorporarlos explicitarnente a ia herencia de Ia antro-pologia urbana.' -----.------------

    ELPRrNCIPIO: THO:'IAS y P,'Ul.K

    Las inst ituciones jovcnes , ..a menosquee i; teninuy respetuosamente dedicadas.a imirar u sus venerables predecesoras; tierren oportunidad de hacer algunasinnovaciones. La' Un iversidad de Chicago abrio sus puertas 'en 1892, y pronto.tuvo el primer departamento idaeociologia de las universidades .nor tearneri-canas. En este p 'e riod~.;105' rec lu tas de la. nueva discipl ina procedian engeneral de campos ma~;e~tab)e 'c i~ros; ; ', ta l \; ez.por' es ta razon,' l a- sociclogia

    . .. ..1\Jrtearriericaml.de aqudi~' epoca. pod riavdividirse en dos grande, ' tendencias :una Iiiosofia s~cial espectl lativ; l, que tcorizaba en gran escala sobreJasbases\, icle, la sociedad hUinaniiitd progreso social, Y ,un mO\':~:en:o de inves ti-'!gilci6n social, conceptualmente , ~eb i l pew sobrernanera i;rcocupado~po2'i;eunir

    11~Tatos. so,q_r .e~9s .-~asgos~0dese~OkL,de_J

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    32 ETNOGRAFOS DE CHICAGO ETI i6GR .- \FOS DE. CHICAGO 33del departamento, por 10 menos en cuanto a influencia intelectual dura-dera; fue probablementela de Williarn Isaac Thomas.Thomas i nsi stia en_ u na investiga~i6n'empi ric- ~ sistemati ca y colabor6 a

    sustraer el est~CIT';~'~e la_organizaci6n_.s9ciil1:_d_~._las_ipclin,!ciones biologistasql.leTOli~lll ii. ; ; - ~~r;cterizado anteriormente. Subrayabala ~n~~~esidadsle e n t ~ ! i d ~ rel pun to , ' ! _ e ~~_.9~I__pa:ti~i?~n,t_e_ :::-:la, ,~'de1i;:;i-;;ic,m_de_ la_si_tuaci6n'~,-~0 laIlarnaba-> y, c_ql_11o,contrapartida a est~ innovacion metodologica, fue pio-n~erillo de "documentos personates": diaries, cartas y autob'iografias,asicomorelatos'c-de experiencias vividas recogidos por psiqu ia tras , ,wi.baja-dores socialc: .sc; -c{;nt iIicos sociales. En una narracion aut obi ogr afica, ThorllashaSuge~i-do queinicialmente troi;;zo con este rrnerodo por accidente: '. Rastreo el origcn d e 'rni inter es por e l documeruo- hasta una larga car ta, reco-gida en un dia ll uvioso en cl callejon de delds"'de mi casa. La misiva, quedirigia a su padre una mucha cha que esraba tornando un curso de capaciracionen un hospital. se referia a las relaciones y di scordi as Iarni li ar es . S e me ocur ri6eruonces que a prenderiamos , r nuchosi tuvier arnos' basr a ntes cartas de- teste ti po[Baker , 1973. p. 250)." "_

    hl6_s_ofo social polaco Florian Znaniecki, quien inicio a partir de e ntonces supropia carrera nortearnericana. Los c inco volurnenes de The Poli sh Peasanti T ! : . . ; ; u r . : l . j J _ e _ ! ! _ n _ ~ _ _ j J m e _ r j . f . a [EI campesino polaco en Europa y America], publi-cades entre 1918 y 1920, son un hito de la sociologia norteamericana.

    Ma s 0 menos al mismo tiempo, Thomas dejo la L'niversidad de Chicago,bajo la arne naza de un esca ndalo personal. (Un detective 10 encontr6 en uncuarto de hotel con la esposa de otro y tuvo pocas dudas de c6mo definirla situaci6n; Thomas se defendi6 contra los cargos, pero de una rnanera untanto provocativa, EI clima moral de la universidad era aparentemente muyparecido acuando Thorstein Veblen ladej6 por sirnilares circunstancias * "mas 0 menos una decada antes.) Thg!1Jasdejo tras de s_i l in complejo __eideas irnportantes ; entre elias, adernas de las ya mencionadas -yun pocoir1nlca rrien-te , tal vez, dadas las circunsrancias=-, un conceptojde l.a_~es9_r-ganizaci6n social -"el decrecimiento de lainIluencia de las reg las sociales-de coriiPo?ia'mien to ex. is te 'n tes sobre miembr~s"in .~iv idua les'de l~gruP0"-,que' hacia mas hincapie en e l proceso soc ia l que en carac te rist i~a; individuales .Esta idea tendria un lugar centrai en los estudios urbanos de Chicago.

    Pero a pesar de todas sus contribuciones propias, la mas importance que hizoT,~~s al desarr ollo de 130 sociologic urbana c ons is tio, q uiz a, en traer a launiversidad a Robert Ezra Park,Cuando llego para asurnir un puesto en Chicago, Park ya tenia detras

    cinc uen ta afios de vida variada : habia crecido en una ciudad de ~finnesot3.,en un barrio donde dominaban los inmigrantes escandinavos, habia ido a laUniver sidad de l \fi thigan y poco despues entre a trabajar en cl X l innea polisJournal. Su s muchos aiios como periodista le h ic ie ro n d es arro lla r su puntode vista res pee to de la vida urbana: cuando el editor de la Fuente de 130ciudad se dio cuent a de que seguia .ina historia mucho mas t iempo quenadie, Park se convirtio en un repor.ero investigador. Fue un periodo enque la prensa popular adquiri6 espiritr de reforma: se habian iniciado lasdenuntias de' corrupcion, aunque aun no tenian el nombre de muckraking,P~;610 queria llevar a cab'osu-t rabaj~d~-un m~do n::~,_sist em:itico. I nfor-rnaba sobre los fumaderos de opio y las casas de juego,hablaba de lascausas del alcoholismo basandose en :latos de casos concretos y rastreo lafuente de una epidernia de difteria .haciendo un mapa de su expansion.Habiendose iniciado con estas experiencias, escribi6 despues en un pasajefrccuenternente citado, que quiza habia' "cubierto mas terreno, vagando por lasciudades de diferentes partes del mundo, que cualquier hombre viviente",Pero a la larga el progreso del periodismo dej6 a Park insatisfecho, y paso

    a ser estudianre de filosofia en Harvard. Tras un ana a Ill, continu6 su

    Pudovdernostrar muchas.de sus ideas en su gran estudio sobre los gruposde inmigrantes europeos, el cual 10 lle\ '6 a largos viajes en busca de materia-les .nuevcs. Al final, se limite a los polacos, coon la colaboracion del joven

    Entr e l os nurnerosos corne'nrarios generales sobr e los, sociologos de la escuela deChicago , merecen espec ia l menei6n 'dos i ib ros rec ientes , Soc iology and Pub li c Af fain:The Ch ica go S chool (1975) de Carey y Quest for an Amuican So ciolog y: Rober t E_Park and the Chicago School (1977) dOeMat t ews ; e st e ul timo es de lecturaespecial-mente agradable. Dignos de rnencion son tarnbien un capi tulo de St ein en The Ecl i psof 'Community ,(1960) y ot ro de Madge en The Origins o f S cimt if ic So ciology (19 62 ).Este t ien e un c api tulo adiciorial sabre Th e Pol ish Pe asant i n Eur ,op 'e and Ame ri ca deThomas y Znaniecki. El capltulo+del que son aut'ores Burgess y''Bogue (1967), caedent ro de la r e trospectiva. Se hace hincapie sabre Park .en el arti cul o de Burnet (1964)sobr e la sociologia de Chicago; Hughes ha retrat ado" brevemente a Park en un ar-ticulo que apareci6 por prirnera vez en el sernanario New Soc ie ty y despues fuereimpreso en The Founding Fathers of Socia! Science (1969) de Raison asi comoen The Sociolog ica l E ye de Hughes ( 1971)," en' d~nde otr os articulos menci onanlos e studios u rbanos de Chicago. lYCe parece que el . anal isis de P ar k v es cr it o par ' l osWhite (1962) ex age ra s us t end en cias ant iurban as. Hay . t arnb ien un a rt ic ulo en dos Ias-clcnlcs soere Thomas de Young (1962-1963) y Otro sobre la colaboraci6n Thomas-7.11 oj ki QIl Th e Pol ish Peasan t del q ue es a utorSymmons-Symono lew icz (196B),h [1\01011, 1 apreciacion que de este e stu di o h ac e Blumer ( 1939)" Baker publicor~ho~{) . 1I10bi ogT:Hicos de Thomas' y Park en 1973. Hay un ensayo general de Ben-dl ( 19~'I') sobre las ideas de Wirth y una critica a su estudio del gueto escrita parl1,t:rlonl (1959). La polemica, casi interminabl e sobre su "Urbanism as a Way of Life" rA temn del pr6ximo capi tul o; para bibliografia, vease el capitulo 1lI, nota 3.

    + Vease, po r e jemplo, Jo hn P. D igg ins : EI bardo del sal~'aj i.smo; Fondo de Culrura ,Econ6mica , Mexico, 1983, [Editor ,]

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    3 + ETNOGRAFOS DE CHIC_-\GO EThOGRAFOS DE CHIC_-\GO 35

    UNA V1516" DEL URBA~IS~!O

    periodo_ En SUprimer y mas famoso es. tudlo urban_o ~_"La ciudad, .Sugerenci~spara la invest~gac~~~d_~l~c;orn~orta!Il!ento hUfDa;lO._~n uri me?1O urba.n~_ 'publicado~!5, l?~CJ_qrspuesde.suJlegada a Chicago, habia .un~ visionder'urbanismo que era a : I p : - . vez el producro de. una larga. experienc.a y laenunciaci6n de un progr:Ma de investigacion para los aiics siguienres,Park fue capaz de cons,\dlirar. el. urbanismo 'tanto en gran escala como en

    Jos mas menudos detalles, -S:(jJamiliaridad coriautores como~immeL..L$i2ellg!erle mostraba qUi!J.'!: .~_i1J.c:!~g:j~~, ::H b. ~isi~__~a_iniyers:,l u : : : : a . f!. !(!rz~ capaz defo~il ierar._"-. la__.na~p;:,~ez~ __uman:L.__gL'-!!l~_l]laJJera nueva rAl misrno.tiempo era un hornbre rque habiapasa(:!o" .diez afios desu vida sobre elpulse 'de las noricias, obs'ef.~:af)do ld que ocur r ia en las calles y detras de lasfachadas. En su primer t ra :o ..a jo sabre la i nvesr igac ion urbana, est aban vis ib lesambos aspectos de sus inte. reses. Par um pane, senal

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    38 E'TL'IOGR.:\FOS DE. CHIC.-\COCo~1O L:\S PLAl'OTAS: EL ORDE=-< ESPACIAL DE: L.-\ Clt.:O.\O

    Hubo en realidad un esfuerzo mas sist_em4tica. por descubrir 1 0 que se con-sideraba la otTa dimerisi6~damental de la vidayurbana -----de hecho, detoda vida h~;rta~~,,::,_:)acnida -ruchap;r-i~ existencia. Ya en su primert rabajo-~i ii ;po~;; ;_ :n te s~bre la ciuc lad;Park habia sei ia lado las caracter is ticasexttemadamente variables de los barrios; tarnbieri pudo ratestiguar que estascmcteiisticas -;;.per~a-~~~i;;-e~tables con el paso del ti_esUpo. SegUn palabras de uno de sus - dis6pt:;T~s-(Z~;b~~gh, 1929, p. 235) ,un. observadordel escenario de Chicago a principios del siglo xx podia. ver comolas calles residenciales de moda sehan convert ida en el corazon del distrirode las casas de huespedes: las casas de hues pedes se han convertido en casas devecindad: las que Iueron casas de i vecindad se util izan ahoraicomo escudiosy tiendas. Un grupo ha sucedido a .otro; eI mundo de Ia moda se ha vu el roel de las habitaciones amuebladas, y a este mundo han llegado los desastradoshab i rantes de los bar rios bajos, El Kilgubbin irlandes se ha xransforrnado enel Smoky Hollow sueco: el Smok.y Hollow sueco. en la Pequeria Sicil ia , yahora la Pequeria Siciliase convierre en barrio negro,

    Park reflexion6 sobre e~s cambiantes disenos' en una seri~de tr;lbaiQ_5_e~~!~9.:,,_s.u~~I!J~_humanJ.". f.sta era una perspectiveanalitica en que ,{os fen6menos peculiarrnente hurnanos del c9D.?_t;f)sQ,y._la~i~;~i6;; t en ia n escasa i~por tanc i~~y' cuya inspiracion en e l darwini srnosOclalera.' obvia, Habia unesrrato de vida hurnana en que la gentetendi.:l; {' ; ;-mpor tarse como las otras . cosas viv ientes , un estrato "subsocia l" 0 "bioti-co" en que la competencia era la forma basica de' coexistencia. Aunquetales teridencias podian estar a no lirnitadas por Iactores de un orden superior'com') las constricciones morales, tenian gran influencia eri Ta conformacion :de' la ciudad moderna. Park encontr6 la analogia con la ecologic de b,s -plan tas especialmente adecuada, y traba j6 sabr e 'la utilidad para los estud iosurbanos de concepto~ tales como' el dominic, la s irnbios is y la sucesion. Au;;ail, :10 f ib 'ii npor tante e ra ' l;-compet~nda ,- y ~ I T ; : , 'v e l a - ~ o m o ' i. ;n a~ompc-tencia P.Qr. c;Le~llacio: Asi, los habitantes mas fuertes del rnedio urbane-o~aria~s lugares mas ventajosos, y otros se adaptarian a sus dernandas.Con el paso del tiernpo, los primeros podian expandirse, por 10 cual losdernas tendrian que carnbiar de lugar. El principio de la simbiosis, segunel cial diferentes habitantes se benef iciarian mutuamente de la coexistenciaen un medio, era un factor rnodificador dentro del esquema general.Los propios escritos de Park sobre ecologia humana eran sobre todo eriun-

    ciados de principios generales unidos a buenos ejernplos. Correspondi6 a sus. /

    EwOGR,-\FOS DE CHIC.-\GO 39asociados mas Jo\'enes, particularrn ente a Roderick McKenz ie y Ernest Bur-gess, elaborar los concepto s y rnost rar apli cac iori es pract icas ;. e st e ult imorealize esoecialrnent e dichotrabajodentro del contexte de Chicago. Comola ecoloaia hurnana estaba conce~omo una sociologia _del espacio y

    _ . uestoq~eb c-~~retenci;'era la principalfuerza de regulacion, se eritendia .~ue lasdj.,ersas attividadeshumanas se di,stribuiria~ segunTos . valores delterreno. De esto derive Burgess suo Iarnoso diagrama Ideal de la ciudad comouna serie de circulos .concentricos (grifica 1). Dentro del primer circuloestabael . distrito tomercial central -en Chicago, el loop [lazD]- conlos.' terren6s,mas valiosos .. -1 segundo circulD' contenia una "zona' de . tra n-sicio.n" que estaba: siendo invadida desde .el centro por el cornercio ]' laindustrialigera. Esto la hacia poco: atractiva para la rnayoria de los habi-

    . i tantes, que, por 10 tanto, escapaban a las areas residenciales de las zonas masI per ifer icas. Pero laozona de tr:msici6n conten ia tcdavia co lonias. de artistas,b~rriOsde inrnigrantes y areas de pensiones . S610 se trasladarian cuando pu-

    . / dieran perrnitirse el lujo de irechazar su deteriorado arnbiente 0 cuando elcrecirniento del rico centro los' Iorzara a alejarse aun. mas, Los procesos

    / eco~6micos creaban asi "areas. naturales", como 10 expresaban los sociologosr . de Chicago: barrios que no habian sido conscienternente diseiiados 'sino quesimplemente crecian. .,Esta concepcion de la ciudad ha suf rido muchas cnucas, en parte a causa

    de la terrd enciad~ Burgess y otros a dejar una idea confusa respecco de si suinterpretacion debia considerarse valida s610' p ara Chicago 0para cualquierciudad industrial, 0 para cualquier ciudad :del tipo que Iuere." De hecho,habria side prudente tener solamente prerensiones mas limitadas. EI esquemaP1!rece presu[?oner, r=.ej~mpl), una divisior:\ del, trabajo de gran il.,lcance,can muy diversos usos del t er reno r una sepa~9.gQ._.~n,trpJ0-,,\c;si9,ell:J,~ Y . eltrabaig; ignoraba el hecho de que los traslados par la ciudad serinn rnuchc- ,mas inconvenienres en determinadas ci rcunstancias que en (trl'l (In ([11dependeria .sobre todo-de lajecnologia del . . transporte ) . d tn, ner 1 ]1 1. , V I VI I'en ' los suburb iosfuera. una m01e~tia . ..p ara la gent': que' tenia todl\ 1 '1 I 1 :1 11 ( IIjpoder de eleccion : excluia If! c onsideracion de los rasgos n~ t u,ru lo, de III tIurbana'; ' ; ., adernas, no t iene que' curnpii rse si ernpre c l- presup.u~~t d " L ! i, 1t 1 '(terrene estaba realmenteen "e l mercado y no peseta valores de ctro ' npc.. Par supuesto, ~l modelo se ~p'~i~.~~__rrrll,y_Qie_lJ_j._C_hica$.?_i_..:unu~ ; - 1 0 . -d[.tJ~de_B_iJLge:iS...leruan:ql;e-e:tlend~LS_e__bast~.J.a,L~guas del ra::go-MIChlg n 'par un lado 'i habia que qui tar importancia a las diferencias norte-sur.1Los textos que cornentan ios dererminantes del uso del ter ritor io urbane, tal como

    10 inspire inicialrnen te el esquema de Burgess, son en la ac tua lidad muy ext~nsos,Schnore (1955) y London y Flanagan (1975) son de los escritores que proporc.onanutile, perspectivas comparativas.

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    40 ETI-iOGRA.fOS DE CHICAGO EW6GR.AFOS DE CHICAGO ~l

    v

    perados__E.nto .por Iac rores eultural es como por otros Iac tores de , Ia eonc iencia~. En otros estudios, la dimension espaciaJ resultaba mas i-mponante,ya que se dedicaban al analisis en gran escala de la distribucion de Ieno-menos sociales particulates en la ciudad. Hemos vista que Park, como perio-dista, ya habia experirnentado con, m:lp:ts de distribu_cio_fl de _las cosas_ queinvestigaba. En la Universidad de Chicago esta idea fue adoprada como unaimpor tance her rarnienta de inves tigac ion, y Bu!ges s, en par ti cular qedicab::lnorma:mente sus .ciases ~~patologia social" a-I aelaboraci6n de tales rnapas,! resultado acumulativq rie las in~'est ig;lCiones ~ t: _ ~ ~ ~ tipo fue--;:;;;:- -~~.~;;-&estudios _correlati\ 'os que emple;ban d-;ros-:C~antita.0vos abstr~~q-~-;::-;JOeS:como sug~~imos en er-c;pitulo precedente, la forma de conceptualizacione investigacion que en general favorecen los antropologos. Pero en la ecole-gi;_--;;clc;16gica urbana ;; vol~'io cada vez mas dorninante, sin carnbiar fun-dame nta imente cuando estudiosos posreriores intentaron reconstruir ,la pers-pectiva para evitar algunos errores propios de los inicios de la escueladeChicago. As i pues, al concentrarse en los datos de conjunto y desatenderla vis ion jn~r, _~eJBl;>_L~__!_OITl_aclo_.~amino distinto del q_ue a~~~ mas alantropolog~. 13Xk, par 5U parte, dudaba de si era acertado ignorar datoscuaharrivos: pero tambien tenia la decision de hacer cienti_fu_a a ]a socia-~ y la ciencia_s_n~s~_~E~:_~Lla.Lmedidas .. ~i pues,alrededor de 1930, en la Universidad de Chicago y en otros siti~q!!~_g_ __Hamaba sociologia urbana em~z_g_L?e?ar~r~

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    res-cencial (t!!I,,,II

    IVzona

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    vrarerosaccnaccs

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    GI lA FICA 1. Diag- rama ideal d . l a ciudad , d~e;aT rol /ad o por Burgess .

    Los ESTUDIOS DE CHIC_.CO CO~(Q .-\NTROPOLOCi",Parece justificado sugerir, pues, que se crearon en_Chicago dos tipos deestudios urbanos, concebidos unidos pero que derivaban en direcciones dis-t i! !tE- .Lsegun los te rminos de las ac tuales dist incimlf :s~nt re incl inac iones disc i-~linarias . Uno s e v olv io mas estrecbJn~Ille_$ill=i.cl6gico-, Y hay una linea dedescendencia 5eguida desde 61hasta 1 3 . actual soci919GJ_e:_jJ_(Oana.l otro, masa:ntrop~gi.co_. podria decirse que solo par adopcion puede [ormar parte dela a~_cendeni~~_la_ .antrQPoLQ.g(a urbana:- De paso , poderncs sef ia lar que larelaci6n es un tanto mas fuerte que eso.Cuando ei programa de investigaci6n urbana se puso en rnarcha, el diver-

    cio entre la sociologb y la antropologia aun no habia ocurrido en la Uni-versidad de Chicago. Has ta 1929 no se creo un departamento de antropologiaseparado. No es muy eonocido el hecho de que L~ fue productode este departamento adjunto, ya que su posterior __antropologL,!_~~lutivatenia pocas semejanzas obvias can las preocupaciones de los urbanistas deChicago. White _!2_, :_c~_::n_e.: :~~::~u~ __Jue__ark_fue _eLmaestro mas est imu-

    ningUn senti rn iento por a reas par ti cula resvu Ito 1 0 bastante fuerte para alterar ) 0 5 procesos econornicos ; era,I 1" II\ft ) un lugnr plano. Y a pesar de las limitaciones+que pudiera .tener

    11\ 1) Ci l d r f rencia, fue importante en l~'- orientacion de los sociologoslhlc t[lI. go el caso de los estudios a que prestamos especial atencion'''11 nte, I s dio bases ,en territorios particulates, sobre todo dentro de! ransicion. Pero, como__ye_r:

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    ETNOGR.UOS DE CHICAGO ET.\uCR.-\[OS DE CHIC.-\COlante que tuvo en Chicago, aun cuando 'no sabia bien que habia apreridido. de el (Matthews, 1977, p. 108). Por otra parte, Robert Redfield, quien

    lj b doctor d L ..L , I"r 0 cuvo. su cetera 0 en e .departarnento mas.cn..menos a mlsmo nernpo,

    \

    !lev6 ~ Rr~upaciones ehicaguenses al coraz6n de fa antropologi::t,-com-;----"eremos en el siguiente _~pitulo; era, adernas, ~ dy_..Pas):;.. .Tarnbien es ' importantesenalar que en esa epoca los,-sq_ciqlqgos todavia

    (enian cu~dado de famil iar izarsee,:_n_ . c : ~ es~ado. a_s! ..u_?L.~~Ja a~.~~E9J~gG .(y los antr.op6logos con el de' ia sCleiologia), mas de 10 que tienden a hacerrec ientemen.t e . .~deC) las, Ja Universidad de Chicazo tenia una a tmosfera U;t~-,-" . _". .. ,__ . ,,~._. __ . :J___ "_lectual en Ia que los contactos en t re las diyersas ciericias socialesemn extra' ...o rd inar iamente fuer tes, 'En este contexto' debemos c ;~ ;id~ra r- 'er~t lecl io t~qi7;Thoma;'--Y;'-en 1909, habia publieado el Source Book .for Socia l Origins[Gllla de los origenes sociales], importante compendio de datos etnolog-icosque, en edicion revisada de 1937, tuvo el nuevo titulo de Primitive Behavior[Cornportarniento tprimitivo]. En suarticulo de 1915 sobre los earudiosurba-

    i nos, Park s .~_~Lm.ti\.Qg_Q2.ntropoI6gico podia ser una Iuente deinspi racion_pa~

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    ETNOGRA.FOS DE CHICAGO EDiOGRAFOS DE CHIC.-\GOto a las vias. Pero en Chicago las "selvas" no eran sino una parte del mundodel" hobo. La. hobohemia de Anderson formaba parte de la zona de tran-sicion, area con pensiones baratas que podia competir con los incornodosasentamientos ilegales,. pero tarnb ien un lugar donde el hobo podia relacio-narse con una variedad de personas e instituciones.Nels Anderson estaba particularmente bier) equipado para emprender un

    estudio de la vida del hobo: el mismo habia abandonado la escuela secun-daria para convenirse en joveri hobo. Vagc'( durante algun .tiempo por elOeste, hasta que una familia de granjerosde-Urxh que le habia dado trabajo10 animo a volver a la escuela y seguir a .continuacion estudios uni\ersi-rarios. Se pag6 los estudios haciendo traba jos eventuales; luego un maestrole aconsej6 hacer estudios de posgrado en '?Qciologia, en Chicago. AI prin-cipio utilize su experiencia previa corrto material para los trabajos del curso;clespucs se cbtuvieron fondos para que pudiera continuar sus estudios en

    'J dieho ,campo: Para Anderson como sociol.~go, esto era observacion ~artici-~ panre ; para Anderson como hobo, el estUQlOera una manera de "salir ade-I l.:tnt~". y el camp~ de i~vestiga~}o~ eran J~ :propias cal les , ca ll ejones ycantmas donde habia vendido periodicos de, runo. '

    Anderson estirnaba que de 300 mil a 500' mil hombres sin hogar pasabanpor Chicago cada afio, y se quedaban solo unos dias 0 per iodos mas largos,segun una variedad de factores, tales 'como el estado del mercado de trabajoy la epoca del afio. Durante el invierno se quedaban en la ciudad temporadasmas largas. En cualquier memento dado habria entre 30 mil y 75 mil deestes hombres en Chicago, Pero los hombres sin hogar que. as! se reunianpo r las "principales arterias" de los barrios t~;l.nsicionales de 'Ch icago- no erantodos hoboes .. Pod ian distinguirse cinco granaes ripos, segun Anderson, y elhobo solo era uno de elIos. El primero era ,'~l trabajador de temporada, queseguia aproximadamente un ciclo anual regular, casi siempre de trabajoagricola, como los trabajadores migr atorios'de los cultivos nortearnericanosde hOI'. En la terminologia del nornadisrno su rut ina migraroria podia serconside rada una espec ie de t rashurnacion, Ef segundo tino era el hobo, tam-bien trabajador migratorio, pero que no seguic un itiner:lrio predecible yrecur rente. El tercer tipo,' migratorio pero no', tr:lbajador, era el /ramp(\.aga-bundo) , que vivia de la mendicidad y tal vez del robo. Los del cuarto grupofo:maba~ la home guard (guarnicion local}; eran trabajadores, pero nornl~ratonos, Mientras que el hobo generalrnenre no tornaba empleos enlhi < 0, e! guarda local era una especie de contrapartida urbana y -tocali-

    11r1 rie nquel ; p rrnanecia. en la misma comunidad pero iba de un trabajo1 1 1 1 p. g , do a otro no calificado, con sus rakes si acaso las tenia en lancio lad c IJ jera de la liobo h ernia, EI quinto tipo era el bum (va~o, hol -gnznn), m~s arruinado que ninguno, que no trabajaba ni se desplazaba.

    Entre esros tipos habia, desde luego, gradacior.es, y los hombres pasabanconstantemente de una categoria a otra,No siempre era facil saber por que los hombres sin hocar habian lIegado

    a serlo, pues el pasado de cada hombre era su secreta, aunque las noriciasmenos personales sobre las condiciones de vida en el camino se intercam-biaban muy voluntar iarnenre. Pero pod I an entreverse una variedad de raze-nes : algunos sirnplernen te buscaban nuevas experiencias ; otros er:J.11empu-jados fuera de los empleos regulares por conrracciones del mercado detrabajo; otros mas tenia n detras de si crisis farniliares ; algunos suf r ian tarasfisicas 0 mentales. Con las condiciones de vida y trabajo que enfrentabanlos hombres sin hogar, la mayo ria terminaria mas tarde en esta ultima ca-tegoria. El alcoholismo se llevaba su parte, 10 mismo que el consurno dedrogas, en menor escala.Los hombres ten ian muy poeas contrapartidas Ierneninas.' La rnayoria no

    estaban casados ; algunos se habian separado de sus Iarnilias. Las pructicashomosexuales se presentaban con cierta frecuencia, tal vez especialrnente enlos campos de trabajo, asi como en otras situaciones de aislarnicnto sexual.En Chicago habia mas oportunidades de encontrar cornpafiia femenina, en lassa las de bailes, entre las muchachas de los teatros de vcdevil 0 con las pros-t it ut as. Algunos se ins tal aban con SU3cornpafi eros y dejaban el mundo de 105que carecian de hogar, pero p:lra la maycria solo habia relaciones transi-torias. Las relaciones entre hombres ~. rnujeres en la hoboliemia e ra n solouno de los muchos ejemplos de sirnbiosis entre los hombres sin hogar y ctrosg ropos e instituciories. Habia alrededo r de cincuent.:l o ficinas de ernp ico CJllemantenian a lcs hoboes yendo y v in icndo entre Chicago y el Oeste. Habiapr estar nistas, r estau rantes donde se pod ia comer un rnenu poco entusiasmantepol' diez centavos, hoteles baratos y pensiones de mala muerte p:lra pasa rla neche. Habia escuelas de barberos donde los r.preridices necesitaban a

    Existe, no obstante, 10. aueobiografia de una mujer hobo, "Box Car Ilerthc. ",Sisler 0 / t lie Road, publicada tal como se relat6 al doctor Ben L. Reitman (1975:prime", edici6n en 1937). Reitman, al que se menciona en el libra de Anderson, eraa su vez una persona llamativa. Abandonado de pequefio por sus padres, a los ochoaf ios h ac ia reca do s a l as p ro st i tu tas y unos an os d es pu es s e, emoarco. Cuando t ra ba jab ade conserje en el policlinico de Chicago, llam6 la atencic a de los medicos, quienes leayudaron a recibir una educaci6n medica. Participo intensamente en el mundo de loshoboes, sobre todo en sus actividades educativas, pero. fue asimisrno un personajebi en conocido en el mundo bchemio de Chicago y en el Dill Pickle Club que Zorbaug hmencion6 en The Gold Coast and th e Slum. Durante u n br"o periodo fue amanrcde Emma Goldman, la anarquista; se supone que tuvo tamoien amorios con Ia viuda deAlben : P ar sons , ac ti . .. st a p ol it ica , cuyo rna rido h ab ia s ide ";;0 de los d ir igc ntes l abor is -ta .s radicales que fue ahorcado par haber tornado parte en el Haymarket Affair(vease Adelman, 1976, pp. 109-114),

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    ETIOGR.VOS DE CHIC.-'.GO EnOGRAFOS DE CHICAGO 49"el bohemio en las fibs del trabajo cornun". Pero si algunos pod ian pensarq1.,!e e ra un modo de vida que tenia sus satisfaccioncs, sin duda no era asi.para todos 10.5 hoboes, y probablemente 10 era aun znenos para el tramp y. el bum. Habierido desaparecido el hobo :. quedando solo estos ultirnos, losbarrios frecuentados per vagos :.' des:lI T: !igado; de las ciudades nort eameri-canas, sucesores de la hobohemia como barrios de los hombres sin hOOT:!r

    .:, _'apen3.s ~i se quedn n con poco mas que los elementos de la tragedia hu rna nn ,

    L .... 1 3 13 P....xDILL.~S

    caractenstlG1S de las pandillas -pero solo para proporciones muy var iablssde las poblaciones de 1 313- empleaba la amplirud de su informacion sobretodo para indicar temas y variaciones. Uri lector tJ.fC!O de The Gang , apar tede tal vez impacien tarse u n poco can algunos de los argumentos psicol6gicos,pod ria ericont rar esta presentacion a veces un poco dese~fccad~ 0, en el peorde los casos, contradictoria, Cuando se trata de generauzar soore grupos dernuy di fe ren te s o ri ent acion es 'f membrecias, tales problemas son previsibles,Por cjem;:>lo: aunque la mayorin de los miernbros de las pandillas eranadolescences, Thrasher tenia gntpOS con miembros de hasra seis afios de edady otros con pandi llcros de hasta cincue nta. Ciertarncnte habria sido unatarea mas manejable ccuparse de un nurnero menor de grupos, 0 de gruposde un tipo mas clararne nte delimitado. Ell carnbio, 10 que Thrasher ofrecio'"a sus leetores fue un p:lnor3.ma general de tcdo e l complejo pandilleril.;irritantemente oscuro en ciertos sentidos pero muy ilurninador en otros."Un descubri rniento imporIa,nte._fllLq~!.~I..a. forrnacion de pandilgs_S_eili;;t

    u~~m:..~erritQrial. Surgian en un terreno propio que coincidia bastanrecon la zona de transici6n del esquem:t ecol6gico de Burgess.

    En los afios veirite, Chicago tenia una multitud de org:tnizaciones co n vn c r--bres como "Baldes de Sangre", "los Sucios Jeques" * y "las Gimientes Varn-piresas" ** .y "los Rudos .de Hawthorne". Estos y otros ejemplos de rnu-chachitos y jovenes en grupos (que incluian pocas veces mujeres j fueron e lte~:l de The Gallg [La pandilla], de Frederic :..{. Thrasher, publicado porprirnera vez en 1927, investigaci6n precursora sabre la delincuencia en. lavida urbana, Su subtitulo 10 describia como "uri es tu dio sobre 1 3 1 3 pandillasde Chicago"; cifra enorme si consideramos que los rn.is recientes estucliosos delas pandillas a rnenudo se han conform:!do con cubr ir una, v t:tmbicn unacifra que puede sugerir que este estudio consisriria en la ma~ipulacion esta-dist ica de datos cuamitativos rnas ivos . : Y sin embargo, tal no es cl C:lSO, yaque los datos de Thr:tsher sobre las diversas pandillas 110 eran estrictarne ntecomparables, y por t~nto, en general, se ad:!p[:ln nI:J1 a sernejanr- trata-m ie nto. A lgunos datos procedian de iniorrnacione, pcriodist icas , otros , de laobservacion personal, otros mas de los documentos personales de miembrosde las bandas y de obse rva dore , del mundopandilleresco. (Thrasher a Iparecer se gano el [m-or de rnuchos pandill eros mostrando sus habil idacl esc~mo ~ago.) De hecho, no es ta c laro exactarnenr- c6mo enumer6 sus pan-dillas 1 hrasher. Conta rlas y separarlas como ent idades discretas ci er tar nentepresentaria . sus d if~cultades, pues "el proceso de iormaci6n de las pandillases un contllluo Ilujo y reflujo, y hay poe a permanencia en la mayoria de losgrupos". Algurias solo te nian tres miembros; otras incluian miles. En el primercase, por supuesto, un caracte.ristico "ahora 10 ves, ahora no 10 ves", debede habe r sido inesc ap ab le .Mientras Thr3.sher pudo ofrecer tab las de datos nurnericos sobre algunas

    Prob ab l e me ruc el concepto mas irnporranre del estudio es el rermino intersti-cial; es deci r, que pertenece a espacios situados entre una cosa y otra, En lanarura lcza las mnrer ias exrrafias rienden a reunirse y a pelrnazarse en rodaslas g-ric[:ts, r:endiduras y r esquebr ajadur as: los i n r ersr icios. Tamb ie n hay Iisur asy Ia l la s en la cst r u ct ur a de la organizacion social. La par.dil~a se puede co~.sidernr como un c lerne nto intersticial en el. marco de la sociedad. y el t er rr -tor io pa nd il leresco como una region interst icia l en el rrazado de 13 ciudad[Thrasher. 19G3. p. ~ O l .

    " ] ,; n ingl ,b, siI

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    50 ETN6GRAFOS DE CHICAGOtenia datos relativos a la composici6n etnica, alrededor del 6 0 5 ' 0 era exclu-siva 0 predominantemente de un solo grupo etnico, Como es de suponer,algunos grupos etnicos constituian mas pandillas que otros, sirnplemente poreonformaruna proporci6n mas alta de la poblaci6n. Pero tarnbien habiaalgunas variacicnes en cuanto a esta proporci6n: los polacos, italianos, i rlan- , 'deses fnegres teniandesde este punto de vista muchas pandillas ; los alerna-nes, judios y sueeos tenian pocas. En parte, pero no totalrnente, esto esTabaen Iuncion de que grupos etriicos habian ernpezado 'fa a salir de la zona detransicion, como calculaba Thrasher con, las cifras de Chicago en su con:junto. Adernas, estas cifras no nos dicen si algun grupoetnico daba origena pandillas mils grandes que los otros, de modo que un nurnero pequefio d~pandillas pudiese abarcar a una parte relativarnente grande de la poblacion,Probablernente, sin embargo, habia tarnbien algunas dif'erencias culturn les'f de organizccion reales entre los grupos etnicos : Thrasher se valio del. con-traste entre judios e irlandesescomo ejernplo.No obstante, la etnicidad no era el unico fundamento, quiza ni siquiera

    el mas irnportante, de la formaci6n de i las pandillas ni de los eonflictospandilleriles : habia antagonismo entre grupos de diferente nivel econ6mico,y la homogeneidad etnica puede a menudo haber sido una coincidencia conla territo rialidad. Los pandilleros se reclutaban generalmente a nivel del vecin-dario, y dado que gran parte de la zona de transici6n consistia en una variedadde barrios ernicos, las pandillas etnicas eran una consccuencia natural, Si estosbarrios se veian arnenazados por la Tnvasion de otro grupo, la solidaridadernica de la band. a podia , verse aumeritada, ya que el conflieto entre pan-diliercs se COD\'ertla en una expresion de la lucha. POI' otra parte, all! dondelos barrios mixtos hubian alcanzado eierta estabilidad, las pandillas tarnbien,eran II:ix tas . 'Thrasher encontro el origen de las bandas en los pequeiios e in(ormal~s,

    ,grupos de juego de los ninos, inc luso antes de laedad escolar ; esa era una ra-' ~6n pOI ' la ~~e pensaba qL, \e habra qU,e eonsidera.r !o todo desde estes grupos _.tas,ta la ,pollLlca d~,.~.~m:=:lII.:_s~. el crrme n _~ganlzado, ...c_01\10unsclo campo,5~1' :1. ~Gradualmente, los grupos. adquirrrian una--estructura -intern; ;,- i i ; ; :di-, c iones .. cornpartidas. Lo que .finalmente convertia a un grupo en una pandilJaera, SIn embargo, la reacci6n de oposicion y desaprobaei6n pOI' parte de,quienes la rodeaban: la pandilla era un grupo en eonfiicto.Cier tamenre , no siernpre est aba -en :Un-confliCTo-agud;~ Thrasher obse rve'

    que gran parte de sus actividades consisrian simplemente en vagar par ahiy explora r e l mundo, ensayando nuevos modelos de comportamiento y creandorornanticas fantasias para distraerse, al menos momen tariearnanrz de 5U res-tringido arnbiente. Excursiones, deportes, teatros de revista y peliculas desuspenso. tenian un papel tan importante en esto como las peleas entre

    ED:6GR.>.FOS DE CHICAGO 51

    , .

    bandas, En ella veia Thrasher una inacabable busqueda de experiencias nue-vas, uno de Ios "cuatro deseos" que Thomas ha forrnuiado como los princi-pales resortes de las mo\ivaci6rtes humanas." Pero no relaeion6 muy clara-mente esta busqueda corrla posiei6n estructural de los, pandilleros. Mientrasque sociologos de la deliricuencia mas recientes, con una concepcion m as,s oeiali l.ac!a del hombre" '~ :n \"enLldo han conside rado el comportamiento pan;dillerifen ~ermjnosde i~~eg,'tid::id de posici6n social l' problemas, sirnilares,parct Thrasher era un signo, dein';cpendencia. El territorio de la pandillaera una Frontera ',morar~ cultural, donde lanaturaleza hurnana podia, exp~e-'sarse crudarnente; yel i,i;;trt(ji,llero"ei';J,un hombre de frontera., Per~ vclvarnosva Ia relacion Con los confiictos. Esto no tornaba una forma.identica ni igualrnenteQiuda' en todas las banda;; por eiio, Thrasher deline6. una ripologia que, nos' 'f,ermi'te enrender un~anto' las variaciones. EI "tipo'd ifuso" e ra S L I ! o L!nip.~rndil!J. rud imenraria. Susmiembros rod ian vivir- enel mismo barrio e ' il \terd,c' t~nrasi diariarnente, 'J ' errocasiones peleaban juntos.Pero las ,le:titades '0 laiestructura interna "no estaban fuerternen te desarrolla-das. Una pandiila de e s l ~ :tipo po'di:l. dar origen,',en general a causa de unconflicto mas arnplio, ~I' "tiposolidilicadc", "una rnaquinaria de lucha bienintcgrada, mediante lavcual Ia pandilla presenta uri frente s61ido ante susenernigos". j:ste era cl 'tipo m;is puro de grupo en conflicto, que valorabae l contl icto rni smo, a tesoraba suireputac ion rd e dureza y manteriia lin co-digo de iealrad estricto. Soli~ cons tar de' ungrupo de adolescentes, Cuandosus rniemhros crecian, y si no abandonaban simplemente la vida pandilleril,podia haber algunas secuencias de desarrollo' optativas. La pandilla podiaconver ti rse en una socijedad. secreta. con, r i tuales al parecer motivados por,.arrebatos de misticisrno." :Est:e quiza seriaun' gmpo en general pacifico,que buscaba un modele'; tie :organiz::lci6ngnipal con algU n p ~e st i! l' io e n In.scciedad rruis arnplia : ~ , . q i . t e continuabatproporciobando "so inbi l ido.< , I ft 11miernbros . Otra fJosib~1:Iaail' era-que, s~ i:on~i rti ese en, u n I~t!p. ccnv .a 'i on \ .li zado" de pandi lla , de-c 'ar ti indo su ori entacion ccnl lic tiva m:i \: Juri .! y rd(! JIzandoIa legirirnidad' CO~1C? ::Jub" con alg]ln prop6sito 50cialm 'nte fl GI[ ;t[ liJ l La varianre m as comug::ha:el'du-b atleticoja par tir del cu al \1 -1m n tl r 1l8 1 1 lH nmiernbros cstableceriarfconeacto con los deportes organizados. .Pero confrecuencia s~~il1~ula~a ta~b"ieh a la politica, ya que un politicomarrullero .le daba su,:pa:tronazgo, a' cambia de .diversos tipos de apoyo, comoetde prornover su vo'tp:'el dla'de las elecciones. tsta era una posibilidad deque la pandilla se integ:i~ra a' la estructura mas amp Iia del mundo adulto,Otra era que se orientara mas 'insttumentalmente al crimen y se unierade modo definitive af'mundo clandestino. 'LVluchas pandillas, por .supuesto,

    G Lo s "cuatro deseos'" eran, a s ab er : experiericia nueva, seguridad, respuesta y reco-nacimiento (veanse Vol kar r 1951, pp. II I H.j Thomas 1966, pp. 117 ;s.)

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    52 ETNOGRAFOS DE CHICAGO ETN6GRAF05 DE CHICAGO 53ternan el habito ocasional de robar, par una mezcla de motives econornicosy .t:),'presivos, y sus barrios eran a menudo baluarres del crimen organizadoque podian desernpefiar alglinpapel en su socializaci6n informal, Algunasbandas tenian sus propios Fagins," observa Thrasher. Y durante la ley seca ,habia un amplio margen para las-actividades ilicitas.Cuando las pandillas se convertian en sociedades secr etas 0 clubes atleticos,

    necesariarnente adquirian una est r uctura lTIas formal. E.. otros ripos de.pandillas, las relaciones internas solian estar ordenadas mas informalmente;si b ien tal orderi podia. tar nbien estar en trever ado con .la o rganizacion forma l.En virtud de la atenci6n que presto no 56)0 a los lideres sino tarnbien atpapel del "chisr oso ", los "riiiiitas"; los "Ianfarrones" y los "tontos" del grupo. en la division instrumental y expresiva del trabajo dentro de la pandilla,Thrasher actu6 de un modo mas especiIicarnente microsociol6gico que lamayoria de los soci61ogosde Chicago yniostr6 una notable ...percepci6n dela dinarnica del pequefio grupo. En esto , 'asi como en el descubrimieritode la raigambre de las pandillas en las estructuras de la polirica de camarillasy e l cr imen organizado, ' pre figura ron los logros de Wi ll iam F~\< 'hyte (19-1-3) enStreet Co rn e r S o ci 2t y _[ L i: ' sociedad de la e squina]. W h yte pUGO, c1esde luego,ser mas sistematico en algunos sen tidos, ya que se ocup6 solo de una banda,y estableci6 definitivamente el hecho de que el barrio bajo tiene una orga-nizaci6n social propia, mas que una mera desorganizacion. Pero Thrasher, aunareniendose .est ric tamente a l vocabula r io de sus colegas, no es tuvo rnuy a le jadode ese descubrimiento:

    En otras palabras: la pandilla misrna era una organizacion mas que unadesorganizacion, una adaptaci6n a un medio arnbiente indiferente. Esteseria un ejemplo suficientemente obvio de c6mo a veces los conceptos de laescuela de Chicago traicionaban la observacicn de la ciudad de Chicago.

    EL B.-\RRIO J colo EN Et.:RoP.-\ Y E:-I EST,W05 Uxroos

    Las pandilb s re p r ese n ran el esfuerzo csporuaneo de los rnuchachos por cre aruna sociedad p:lra si mismos alli .donderi'o exisre ni ngun a adecuadn a susr iec es id ad es ( . .. J Las costurnbr es c ins ri tuciones encargadas riormalrue nt e dedirigir y conrrolar no han logrado Iuncioriar dic a zmcnte en la expe r icriciadel muchacho; 10 cual est.i ind i cado po r la-desin regnci6n de Ia vida familiar,la ineficacia de las escuelas, el forr nalisrno y exterior idad de b. rel ig ion, l acor rupcion e indiferencia de b. pol it i ca local, los bajos sala r ios y rnonoto niade l as ocu pacio nes. el dcscmplco y .b Ialta. de oporturiidades para una rcc rca-c ion sat i s factor i a, Todos estos Iac tor-es cntr an en la imagen de i: 1 Iron ternmoral y econ6mica y, unidos a l de rer ioro de la viv ienda , Ia sa lubr ir lnd y orrascondiciones de vida en los barrios ba jo s, da n b. imprcsion de dcsorgnn izacirtn~y decadencia generales.La pand i lla funciona respecto de esras condiciones de dos rnnnerns: ofreceun siISCiCUlOe 10 que la sociedad noes capaz de dar y proporc iona a liv io a la

    supre ion y al com porramienro desagradable [Thrasher, 191i3,pr. ::l~331.

    EJ libro de Louis Wirth, The Ghetto (1928), fue, en mayor medida que lasdern is monog rafias sobre barr io s particulares de Chii:ago, un 'trabajo de. h is-toria social, cosa nada sorprendente, puesto que el barrio judie hizo suaparici6n en Estados Unidos con un pasado ya hecho y obvio en el ViejoMundo. As; pLies, \Vinh dedica casi la primera mitad de su libro a tratarel fen6meno del gueto en Europa, desde los tiernpos de b. di:lspora hasta ielsiglo XIX, caracterizado por la emancipaci6n en Europa occidental y porla creciente represion en el Este. AI principio, 105 guetos e ran concent ra --ciones voluntarias de judios en barrios particulares ; con el paso del tiempo,la separaci6n qued6 publicamente regulada, al tiempo que los medics devida de 105 judios se circunscribian cada vez mas a un nurnero limitado.de nichos. Por una parte, la historia del gueto en Europa es, pues, la de una'institucionalizad6n de una frontera etnica. Los judios eran utiles par 10menos para algunos sectores de la socie dad que los rcdeaba, y por tanto.ampliarnente tolerados, pero con continuos acoso s y estallidos persecutorios.que un miembro de la rninoria difici1mente podia permitirse olvidar. Porotra par te, el gueta tenia una considerable autorior nia en cuan to a sus asuntosinternes se ref i ere. EI mundo exterior te nd i a a tratarlo como una comunidadunificada, responsable en su conjunto de la conducta de sus. miernbros. Losirnpuestos, por e jcmplo, se les exigian como una surna global a los funcio-riar io s de la sin agoga. Dentro de esta comunidad, las insrituciones relig io sas,legales, educativas ) ' de beneficencia cr ecieron, encerrando a los moradoresdel gueto en una red vital que los conectaba entre sl y los separaba de los-que quedaban fuera.Pero tarnbien tenia una dimension informal y erno-ciorial apenas menos importante par:J. el hombre del gueto.

    * Do Fagin, personaje de la novela de Dickens: 010,,, Tuist, Persona que recibeobjetes robados 0 que adies tra a ladrones, a que rea li za a rnbas act .v idades , [Editor.]

    \ Ii en tras que sus cor .tacros can e l rnundo exter ior e ran caregor icos y absrractos,dentro de su pro pia comunidad esraba en su casa .. -\qtli podia descansar de laeriquetn y el Iorrnal isruo con que regulaba su conducta. en el mun~o de ~osgen-tiles. II ghetto ofred a libcr acion. II mundo en su corijunto era fno y a]eno, sucomacto con el esraba confinado a relaciones abstra ctas y racionales; peTodenrro del ghetto se senna libre [ ... J Siernpre que volvia de un viaje a unmer cado lejano 0 de S\l trabnjo diario. que tenia que realizarse las ~is de lasveces en el mundo gentil, volvia al rincon familiar. para ser all! recreado

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    E1J\"OGR.-\FOS DE CHIC.-\GO 5554 ETNOGRA.FOS DE CHICAGO los barrios mas satisfactorios,.. donde para entonces ;'a se habian arraigado.

    y aquellcs par3. quienes el gueto servia de entrada iban gradualmente sa-liendo de el, '

    d I '" d" d' \\" th eru xlonde elezia viv ir el J'ud ioLa cuest ion ' central e estu JO e ' ir ~de Chicago, ya que, iiel a bs'inc1irt;.rciones' ecol6gica~ ci~ su confr.ate:nidad, I' ,', ' b -aba ,'que "e[."luO'a,r donde vi','e un judie es un lIldlcatl,'"oSOC10oglca, 0 seC \::l.a . ..,~ ,.' , " , .tan buena como orro cualquiera ,respecto 'de que upo de jUdlO es, En ef~c:o,

    el guetodel' \\'est ,5 i'd e' resulto "en ' ,a lgunos, s e,n ,t idos sem:Jante a los vleJ:~sO'uetosde Europa. U n muro.jaunque ahoraInvisible, parecla rodearlo todav ia~,:escudar su~'idacomuhitarli

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    56 ET;\16GRA.FOS DE CHICAGOel gueto. Los que pasaban de tener una carreta en el mercado de la calleMaxwe ll a ser dueii.os de una pequeiia tienda 0 una. empres:1 eomereialempezaron a alejarse de las costurnb ,. Ieri. , ' res que i nt er e ri an con su progreso , y lanueva ge~eraclOnera todavia mas propensa acuestionar los anticruos valcres,Este dilema.?e adaptacion llevo a la diferenciacion de la co~unidad del

    gueto, y t~mbren a su decadencia como centro de 10 . vida etnica. Los habi-t::lnt,e~. ternan un vocabulario para dis tingu; 'r -~Stos fen6menos. Habi a judi osde exito que .eran m en sch eri," que habian salida adelan te sin sacrilicar rnu-cho de su , J~d:1ICI5mn ." Pero tambien habia~' allrightnicksr " consideradoscomo oporturu sras cu ltu rales cuya movilidad,.~eonomiea iba acornpafiada deuna Ialta de respe ro po r lo s \":110 ' s t di "1 d '-, ' .' . ' I e ralClona i l lS ' e la comunidad.' Los quepareclan amoldar su nueva conducta al modejb d 'I . di I.: . " '. .' '" e os JU lOSa emanes se con-virtieron en d et t ch u .s, Estes se alejaron del ';"ueto del \Vest Side oc d0" d I ' l' ' , "P , , ' upan 0

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    58 ETh6GRAFOS DE CHICAGObien coincidia ell parte ~on el terreno estudiado pal" estos ; de modo que.pudo aprovech ar Iiasta cierto [Junto, por ejemp!o, el estudio de Thrasherace r ca de las pandillas, el de Anderson sabre el hobo y el de Cressey sabreel taxi-dance thall.?L? mas, Irecuente era que los urbanistas de Chicago estudi::lran' a los

    pobres;: I D S ' forasteros a los mas' 0 menos carentcs de reputaci6n. EI capituloI de Zorbaugh ~obre la Costa de Oro es una excepcion. La Costa de Oro, querodeaba: la orilla del -Iago Michigan, era elhogar de muchos cbicaauenses:\ acornodados, pero sabre todo de los Cuatrocientos, la autoconscient: clase: superior. de "la ciudad, La QUia "quien es quien" de este ~ 'po co _. 0 o s ' U . n suo,i unl\"ersldade~, cI~bes y matrimonios, era un librillo, el Social Register; y el. . . . .2 . lue Book o r Etiquette era la codificaci6n de su estilo de vida. .Varies rniernbros 'de este grupo escribieron docurnenros para el estudio

    de Zorbaugh, que representaban "arnistosas indicaciones Y autoaruilisis .serni-hurnoristicos", r el capitulo se construyo en torno a elIas. Era un m~ndode ocio.Habia que asistir a los estrenosde la opera 'i a los bailes y reunio-nes de 105 c1ubes mas adecuados, y se debia incluir en eI horario sernanalal peluquero, 12 . rnanicura, la sesi6n de masaje yIa clase de frances. Duranteun~ parte. considerable del, ana, desde luego, uno podia, no encontrarse enChicago, smo en Europa 0 en lugares de desca nso de Estados Unidos. Sinemb~~go, tarnbien habia responsabil ida des pan. con la sociedad. Se podiapamclpar en alguno de los organismos de mejorasque actuaban en los barriosmas pobres, y se tenia que colaborar volun tar ia . v cconornicarnenre en obras~e caridad. Esta era, de heche, una. de las Iorrnas en que una familia deriqueza nueva podia. ingresar en la verdadera. minoria selecta: 'contribuyendode. un modo ostensible a la obra de caridad preferida por una mujer desociedad )'a establecida; con 10 cual se lozraha una invitaci6n a su ctrculosocial, ~unque al ~rincipio fuera solo has;: s u p c ri fe r ia , Otra forma podiaser .enviar a los. hijos a las escuelas adecuadas )" lograr contactos a cravesde ellos, La sociedad selecra de Chicago se iba haciendo menos cerrada e ibaab~do.nando su caracter de casta, cosa que larnentaban algunos de los' Cua:tracle.ntos. ~ero los. ~ecien l!egados par. 10 menos tendrian que adaptarsea laJerarqula del estilo : no se podia: lIegar a Ia opera en un taxi, ni llevarpaquetes 0 paraguas,y cuando las dependientas adoptaban una nueva modaen. el vesrir, loshabitantes de Ia Costa de Oro que tuvieran arnbicion socialdebian abandonarla.AI~nas de estas dependientas teriian suo cas a -0 l~ que dubitativarnense

    Ilaman~n ~u casa- no demasiado lejos de la Costa de Oro, e n ese "rnundode habitaciories amuebladas" que la sucedia hacia el oeste . Esta fue en ctra+ Veasc; paginas adelarm-, el subcapitulo Bailar par a comr r. [Ediror .]

    ETh6GR.\FOS DE CHICAGU 59epoca un area de residencies a la modn, las cua.es, sin embargo, habiansido ocupadas, una tras otra,por casas de pensi6n; vasi se habia ccnverridoen un a r e a natura! de t ipo muy diferente . ' \- li en tr ;:. s q:.:e ,Ia Costa de Orotenia sus. grupitosxle muy intensa interaccion )" sus habitantes menrenian.una severa \'igibncia. sabre 'las reputaciones persouales, b. zona de las pen.-s ionesmostrabaonsicierable 'atomismo social" y anonirnato, Er ia igunos puntosse rnezclaba con el barr io bajo ; en su parte mas resperable, al norte, jovenessolteros de ambos sexes, de':un 'e$uaco modesto de oficinistas, constituian lamayor+parte -de la poblacion, :en un intervale pocp sensacional entre doscicloSfamiliares. ,I';'"atur-alinehte,' semeja~tebarrio podia'-estar-'marcado' PO"la transitorieda d, no-solo porque era parte de una etapa de'la 'vida de las'personas. La gente se mudaba .tarnbien de una, pensi6n a' otra, esperandoque la siguiente no fuera. un 1ugar tanIastirnoso. Hastaloscasero~ careciande raices : Zorbaugh descubrio r i u . e Iarni tad de, e llos. ' no l levaban m as de seis, mesesen su domicilici act~L ' . . ., 'La zona de perniones pr-6porcion6'al sociologo u~a plataforma paJa una

    .drarnatica iormubci6nd(lp~ q~~ podia ser la vida urbana:Las condiciones de vida en el mundo de las habitacicnes amuebladas son laant ltesi sxhrecr a de 10 qUI! .acosturnbramos corisiderar normal en Ia sociedad.La exage'rad:\ movil idad y. el asornbroso anonir naco "de esre mundo cierieuimplicaciones importante~-:p'ar~' Ia vida de la comunidad. Donde .las persol)

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    60 ETXOGR,AFOS DE CHICAGOETIOGRA,FOS DE CHIC ,- \GO 61

    dejar ras tro, 0 de personas cuyo aislarniento podia llevarlas par caminos queno ~abrian tornado _de otra rnanera. La tasa de suicidios en la zona depensiones era alta. [\0 obstante, uno puede preguntarse 5'1 en I d'" ':>' j, e caso e unapoblaciori tan andanega, centrar el estudio en s u b arri o pod' I. ' la rea mentellevar a un entend imiento de su tipo de v ida 0 t I ' I'' ' , a vez mas rea istarnentede su ~'anedad deestilos de vida. Porque aunque algunos estaban solos en I~gran ar, y queen particubr las minorias etnicas podian en algunos cases describirse comogrupos bastante int imamente entretejidos,La sexta v ultima. zona descrita por Zorbaugh era una de las coloniasetnicas, parte del barrio bajo aunque 10 bastan te gJ':lnde )' distinta par a serdestacada en un tr atamiento especial: la Pequefia Sicilia, tarnbien conocida

    ... ~n sentid~,recto, "calle princi~al" de un lugar (en particularla comercial). En sen-tl.do hgurado, costumbres, cultura" caracteristicas de e lla ; " ideas materialistas" (espe-cia mente por la novela de S. Lewis: Aia in St ree t ) , [Editor.]" Veasc la nota precedente.. + Ish en que se encontraba el an t. guo d ist ri to co rne rci al de Vene ci a ; c omo ~ombre

    generico, "rne rcado 0 lugar de interca.mbio". [Editor.]

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    l:.L'i00RAFOS DE CH,,,,,.-\GOcomo "Pequeno Irifierno". La zona se habia It' I'me t d I d

    "I' vue 0 Ita iana -ypracticnee to 0 .SICIlana- poco despue d I bi d ' a-

    d' s e cam 10 e sizlo v h 'que cuan 0 habia sido hozar d t ' . o , I a ora mas",' e 0 fOS "TUpOS de inrniararn hcot;vertida en un mundo apart O. 1" , '" res, se allaba. . e . LJ." ez habna q decicom'ertldo en rnuchos munditos ! ., ue ecir que se habia. . ,porque a CO;'lClenCla de 0 . del si ,era iritensarnen te local. Como I . iudi d . rIgen e siciliano

    L dos JU lOS. el gueto del W t Sidan sman nschaltcii los sicilia es I e con sus, ' ' I nos empezaron pOl' ' ,bas.iridose en el luzar de proc d . d 1" orgamzar su vida social, .." e encia e pillS de orizen

    . E s te gl~o hacia el interior por parte de 1 ,"" ,caciones. :\1ancenia un codiz . 1 ,a~omunldad.tenlamuchas. irnpli-, . 1",0 SOCia medirerraneo de . I 'ii ares, un esrricto control s b I', intensas ealtades Iami-. 0 re as rnujeres y la id c l I hvergiienza. Perrniria a alg . . b I ea e onor y de la'. uno, mlem ros establ . 'cieran necesidades derivadas d I ecer .negoclos que satisfi-d

    . e su cu tura que eran d idmun 0 exte rior .. .}".a otros t bl . esconoci as para el, ' , es a eccrse como: azent . 'povcjemplo, la busqueda d . I o es.a quienesvse-confiaba.>e emp eos para otros e c lpcder de voto reunido en la liti d " n esc mun 0 .0 el uso de.. po 1 rca e camarillas H' iblarerronzaran a otros mediante ~ t d .: I ' ' racia pOSI e que unos, _ ...c os e" 10 encla " .I.ntonnante de la policia, Y esta reCTI d "I ' ,}~ que nrnguno seria unh

    bi "a e 51 encro tarnbie ' . ,a Ian de subir per la escalera d I' ,n protegeria a quienesZ be crimen oraanizad Por autrh un sizno de bi '" o. era esto ya era para'" " cam 10 porque la d ill drespuesta de la secunda 0 '" . pan I a e delincuentes era unaI ' o oeneraclOn a los contactos dJ. Vida norteamericana Co ' ca a vez mayores con.' ,mo con otros 0'1'1 . .rruis jove n tenia que pasar por d o u~os ( e mnugrantes, b. generaci6nh ' una esorzanizacion al d 'acia un campo social mas ampl io y d ." I ar sus pnmeros pasosL' } e,lar as viej as norrnas atras

    a perspectlva panoramica de The Gold C . ".. oa.st an d th Si . ,impresionante. Tras sefiala . Z b' . , urn sigue sierido. r que or auzh habia Iocr d dcrones de Robert Park D .:d :\('" ofa 0 una e las aspira-" avi . atza (1969 p 48) h id~omo si un antropologo a .. ' h bi .,.. a 5ugen 0 que "erad

    . . . OJ qUlen a Ian dejado I Ch'escubierto la Nortearne ri b . sue to en lcago hubiera. . . e rca ur ana en toda su di , ' C ! d" 'S'.puede pe"sar cue si zano en t' d d .. ,'" erst a , in embargo, seI ," aruo ItU e vision C dc.e sus colezas nerdio alv 'd 'f' ompara 0 con la rnayoria. '" " ,,0 e pro undidad S d .. .cierto, Fascinantes Tmucenes d I . d . us escripcrones proporcionan'.OJ e a vane ad d .:d d . 'aun asi, p:lrecen mas bie . " , e "1 as el Lower North Side', ,I n nocas etnograficas enviad '1 hi "

    pOl' funcionarios de dist ,'t . . as a os arc ivos coloriiales. I 110 visitantes (aunque t I 'no curnplen, pucscon el id . I li c a vez mas vividas}, queE

    ,lea rna Inowsklano de 'In Cilanto a dar una visi6n int ' . 1 ,_ .. ~!2QJog:Q__p_rofe5ion. al., d erlOf, e estudlo de 1 ., V , th b I -,.,n erson sabre la hoboh' . Ir50 re e gueto y eI de. . emw son conslderabl 'Coa.)t and the SluII ! T ., emente supenores a The Gold. ,ampoco trabajo mucho Zorb hI'sus seis areas naturales aun 1'1 " . aug a proxlmidad entre, ,que a u tlma part d! l'b .examen de los problemas fee I ro se dedica a un" que en rentan las ag' . .tanos al tratar de hacer una sola ,enclas y aSOClaClOnes de yolun-comumdad del Lower North Side, Con

    E.T:-.OGR..\FOS DE CHICAGO 63

    ml!cho, 1 0 mas probable es que el lector 10 recuerde como un estudio de. 'una serie de mundos sociales,separados, Lo mas factible es Cjue hap sidoest;). :2 . i nce,Ki6n, pero. t al HZ una. atencion mayor a 10 que ocurria en lasfrontcl:"S sociales y a las pel:~pectj,,'a.s que .cada uno de estos u1Undos tenia.de 105 denies podiahaber Jig-ado las partes' mas .claramente en un todol;nido. be modo mus especifi.;,. siJa Costa. de Oro no era nada mas unacomunidad ociosa sino ~n' l.n~!1do social' en el .que se ejercb el poder dem;nel2 . qu' .: a fec t:J .ba. a gt'a .; /par te , de la ciudad, Zorbaugh no te~ia ~ltchoq~e ci"c!r aC:especto,. _ E I S\t~'o:se cbnvirti6 simp!er:lente ei i unre.cca,tom5.:>'de un eSli\o de vida, que ,,#.pu~d~ colccar junto can otras yiiietas de la.mis~a nalura\eia,' .''';:''. . . .A r:esa.r de tales cri ticas, C [ 4 ' e sebasan en casi oHO medio siglo de clesu.rrollos

    en lao cienci:J.s sociales, The' dold C~ast arid the Sllllli mereee ser consideradouno de los' ~la~icos c\e'Cl~N;go: Pap: Cjll';en desee unaintroduccl6ri" com"pendiada ala. obra de los J~~ri:meros urbanistascle. Chicago, e , ~ < i . (.0 la ~nto-logia de Short: T he Soc ia~ ;;}'abT ic of the ,Y[ etropotis [l: '. st ruo:tura social dela metr6polill se ria una bu%a,elecci6n , Tiene la forma co,racterlstica. de pre-. sent2.ci6n de aquellos urbartlstaS, un buen esquema de sus c'onc'epciones teori-cas Y una etnografia que puede aun estimular el pensamiento de los antro-

    p610gos urDanos,

    "Cq,mpail ia [emenin:1. .en \~}t,:i Y ;ib ue n p re ci o." , Asi descr ib i; :c Paul G. Crcs-sev b. 'e ;;enc ia ' de la ' nue\a: :,. nst it uc i6n urbana que servia detema i su TheT ax i- Dance H a l' , * Public~~

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    ETh6GR.A.FOS DE CHICAGO~e,nte poco0 atractivo, para los que no ha.bia compaiiia f ' L II ~u erneruna. a so ucicnoglca, era pagar"a las muchachas para 'que bailaran con los clientes, Diezcentavos per bai 'e era el preci 1 h'. r: 10 norrnaj , Los omores eompraban bolerosala entrada y la m uch ach a 1 id -I b I -, . e egl a como compaiiera para un bade recociae 0 et,o, E~tonces cobraba Ia rnitad deIderaelhtema al.que C-~.esseydedic6 mas paginas . Lc preocu-s e a.n- anccalt como "u ' d di .d h n.,mun 0 isttrito, con s u prcpia ma-nera e actuar ablar y pe T' ., ,acti\'idade . ' ns~r. len~,. su propio vocabulario, sus propiass e intereses su propia conc ,', d I .id h ' ' epcion e 0 que es importano- en laVI a, v - asta clerto pun to' '. .', ," nI) - sus proplOs sistemas de vida" (Cressev 1969pagma.) . ' " ,

    Este mundo tenia tres O'r " . II . d o upos pflnclpn es de habit;ll1tes: los propietariosas t a x i- a n c e r s v los clientes En Ch" , . .establece t 'd I l . Icago, casI todos los prccursores elir aX' aT ct! la Is fueron d id, esta ourn enses de origen grieuo Cressevenlcontrol 1: 1 e ;': pl icaci6n de esro t; ),n to ,'~ ri su movil idad s=srMi~a' o-rocl'o'(uchas habian cre~ido

    ren familias - incornpletas; y, conside rando.. su . ju\ 'en tud,. puede ser sorpren-dente el heeho de que unos dos quintos de ellas habian pasado por el 'divor:eio. En la mayoria de los cases la familia paterna vivia en Chicago 0 cerca;pero rarnbien habia un buen nurnero de rnuchachas inmigrantes. Cressey noroque casi no habia jovenes italianas 0 del gueto judio, perc que si habiaalgunas procedentcs de 10 . zona judia de segundo asen ta rn ien to (Lawndalea areas .sirni lares ) y una proporci6n bastante grande de muchachas de origenpolaco, Muchas de elias tomaban nuevos nombres "profesionales" para mar-los en el salon. Si la carnuf lada lista que ofrece Cressey de tales nombreses un indicador verdadero, el cambio rendia a consistir en cl jl:1.S0de nombreseslavos a nornbres Iranceses, anglosajo nes y celtas."1]na de las series de hallazgos mas notables del estudio de Cressey se

    referia a la movilidad social de las rnuchachas del taxi-dance hall. A difcren-cia de las carreras ocupacionales tipicas, la de la taxi-dancer iba hacia abajoen lugar de hacia arriba, Ciertamente, podia estabilizarse en al_gUn punto;pero habia, segun Cressev, un patron de decadencia. EI primer paso irnplicabaun carnbio de una situaci6n insatisfactoria en la sociedad eom:encional almundo del taxi-dance hall, donde 1 0 . recicn l Iegada podia rnuy bien disfrutarde popularidad y prestigio. Mas si con el paso de! ri ernpo ya no podiamantener su posicion, trataria de restablecerla en circulos nuevos :'. p ar ejern-plo, en un salon de baile menos competitivo 0 aceprando .las atenciones deparroquianos de una posici6n mas baja, como los orientales, que confor-.maban una parte considerable de la poblaci6n del taxi-dance hall. Aun aSI,5610 podia mantener su popularidad entre estos ultimos mientras no Ia.consideraran "com un" . EI siguiente paso en el descenso podia ser a loscabarets del Cintur6n Negro de Chicago, y el ultimo seria la prostituci6n, Thrasher (1963, pp. 81-82) ob. serva simi1a res e ambio, e lni eos de nomb rc ent re l cs-

    boxoadore,.

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    66 ETNOGR-,\FOS DE CHICAGOen un barrio negro. Asi, el modelo implicaba un movimiento desde una estigma-t~z.a. as que n.o _r0dlan cornpeur. Entre ellos estaban los orientales,' y losIiiipinos constrtuian una buena parte de ellos po I .,. 0, r 0 rnenos un quinto det~da .la .pob.l~clOn ~e chentes, segun el calculo deCressey. Los filip inos sulriandiscrirninacion racial: par tanto teriian grandes dif It d .. ' IICU a es para encontrarcompama del ~tro s~xo; pues de los filipinos que llegaban a Estados Unidosdurante lo~ anos vem te 5610 uno de cada quince era mujer. El heche deque este, =.de salones de baile tarnbien existiera en Filipinas podia seruna :a:zon mas para que los Tilipinos los buscaran en las ciudades norte-amencanas.Era natural que hombres q di , .. ue no po ian estaolecer Iacilrnente contactos

    con mUJer:s .po: otros ~anales intentaran llevar su relaci6n can las t axi-dancers m~ alb. del baile. La adrninistracion de los locales normalrnenteprocu raba . irnpedir tales contactos, pero ocurrian de todas maneras. OC3.5io-nalrnente llevaban al matrimo '. . I is I,. nio ; pew a mas recuente era. que las relaciones~Sl e~tab[ec ldas f~eran mas 0menos mutuamerite explocadoras. Entre las queirnplicaban relaciones sexuales, Cressey distinguia tres tipos: aquellasenque una .muchacha se convertia durante un tiempo en amante de un hombre ; aquel~as en que se establecia una especie de poliandria a corto plaza en1 ;,. que \:anos hombres contribuian a rnan tener a una rnuchacha, conociend~laexistencia ~nos de otros a incluso siendo amigos; y las citas de una neche.Tales relaciones podian obviamerite. marcar un paso en la carrera descen-

    EThOCR."-.FOS DE CHIC ..\GOdente hacia la prostitucion" Pero esta :lO era siempre su consecuencia, nitodas las taxi-dancers las esta.blecian.Cressey subrayaba su cOI{c~pc~6n del taxi-dance hall como un mundo auto-. c on ten ido,"un ;meq io rnor aLcasicompletamente apartado de las dernas Iormasmas convencionales de vid~~' u rbana". ,En efecto, una joven podia quedarcasi comp[etamente envueltiVo r la institucion, al v ivir can o tras taxi-dancers,vivir del salon de: baile y .. ~.onocer..a sus novios en la pista. Sin embargo,parece razonab[e ' \ aci ia r .a ri :t ; 'e ste 'a rgumento de a i3 lamiento moral, en -vi st a-'-de otro sdatosque. el pr opio::te:- ;to p ropo !ci"ona. Las muchacnas proced ian deotros tipos de vida, 'i t ra s : [un per iodo mi~"bien"coft~' pasa~lande" nuevo"a una cosa diferente.I vluc#~s.d e .:ellasrnah ten ian alguna Iorrria decontactocon sus [arnjlias, 'i Cressey/; indusQ las describe diciendo que tenlan "doble.vida'l,. y evitaban que sus'jilmili;ls se e~ter"ran de cua] era su ocupaci6n."AunqueformuI6 .un patro:n;~'tipico de: carrera como unmovimiento ..descen-dente, . tamb ien observe que::d anon imato de la. sociedad u rbana hacia posib le'que tanto las taxi.dancers').oT?0"las prostitutas se rnovieran .de una a' otraforma de vida }' posicione:{e'n la :ociedad convenciona1. Los clientes del. s alon de baile .salian, par .;~puesto, de muchos circulos, y la red del propie-tar iopod ia incluir politicOS: y agentes del orden publico. Todo podria ser-cuesti6n de-lo que se quie:i::~.dir a en tender por " aislamien to " de un rnundo5.ocia1 . Perc cons ide"rando- 'l! st a var iedad de. v inculos externos, b ien podemoscon.siderar The T axi-Danc{ Hall co!TI0 un estudi~ 'pionero de una, de esasinstituciones nodales en las-que muchos mundos urbanos se encuen tr an:'

    ;.,., , . , . - : ..L.~ESCUE.E,;'-. DE CHICAGO EN RETROSPEcnVAEn su introduc~ion a u~lt nueva edicion de The Jaclc:Roller * de Shaw,Howard Becker (1966)' h tborrtentado como los .escudio~ de Ch icago formanun mosaico -de nuevo ~~am~tafbra-:-, en. e l -q ue cada uno de e llo s c on "r ribuye con una pieza a t ~ .qrJj ;; nto' i si r\ "e de contexte para los demas. Cu ndouno llega a la parte de la,~:o~ograf ia .en que Stanl y, 1 jackroller, etnpioz\a robar junto can otros rp~chachos, se puede recordar ic que 'dice Thrashersabre las pandi ll as 'i el ;bbo; ycu~ndo par un ti mpo I esc'enario de s,":,vida es la calle W e st Ma'q;ison, uno puede volverse a Anderson para tener:/una descripcionmas de,a;ilada' de' esta "arteria principal" de 105. hoboes.Esto es etnografia coop~p;ttiva: si el.mosaico no forma una imagen 'deChicago en su conjunto:c.~i.1t~nces par 10 men os obtenernos una imagen masamplia .del medio u rban~:~.de cualqu ier grupa a instituci6n particu lar "-de la- ..* Vease !anota de !:li p. 4l (*).

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    6B ETNOCRAFOS DE CHICAGO ETN6GR..A.FOS DE CHICAGO 69que podri amos encoeitrar norrnalmente en cualquier estudio suelto. Vale"la pena sefialar este logro porque apenas si ha tenido parangon en otroslugares.Sin embargo, corresponde en gran paneal lector descubrir para silo",

    hechos en que basar esta compr en si6n de mas amplio aicance. Los auto resmismos teridian mas bien a exagerar el aislamiento clel mundo social queestudiaban. Como David ~1atza( 1969, pp.;J"D-71) ha escrito en su irnpor-tante critica de los chicaguenses en Becoming Deuiant [Volverse disidente],"habia cierta ceguera ante las superposiciories y las conexiones", con relacional hecho de que; por ejemplo, grupos disideriles "existian en el contexte de laNorteamerica convencional, obrenian sustento de dicho medio, Ie prestabanservicios, reclutaban de ahi personas y Irecuentemerite le de'volvian disidentesarrepentidos", ".'Si.seconsidera~~da estudi; ;n si mismo, resulta realmente que l:i-Escuela

    de Chicago tuyo precur sores en virtualmenle.' todos los tipos de antropologiatopica de la ciudad que aho ra conocemos: :~studios sobre enclaves etnicos,estudios sobre pandillas, sobr e ocupaciones '.d isidentes, sobre el compo rta-mien to en ~ugares publicos 0 de diversion pU.Ql ica, sobre bar rios mixtos. Perocom parten con muchas de las e tnogra fi as urba nas de una generacion pos-terior esa "cierta ceguera". Tal defecto puede sorprender, en vista delin teres cle Park por el paso de las persona's "entre dis tintos medios morales.Tal vei~710s chicaguenses estuvierori a veces mas cerca de encontrar una

    salida en este sentido que los. e stud iosos pos te riore s .. A si es al menos encuan to a su conciencia de la dirnension vdel tiernpo. Las relaciones entrediferentes segmentos de la sociedacl urbana- pueden entenderse a rnenudocomo relaciones que emergen en el tiernpo; y, como ha sefialado Short(1971, p. xliv), "la escuela de Chicago, mas que cualquier otra, desarrollouna sensibilidad a los procesos". EI cicIo de re laciories raciales de Park, elrastreo que hace Thrasher de la pandilla , desde el gruro de juego has 1-la polit ica 0 el cr imen organizado, '! Ia interpretacion que ofrece Cresseyde las eta pas de la carrera de la taxi-dancer son ejernplos de esto. S1 loschicaguenses hubieran dado un reconocimiento mayor .a la relativa incir-cun scripci6n de estas secuencias de desa rrollo, l as var iables travesias de losgrupos e individuos a traves de la estructura social podrian haberse com-prendido mejor.El hecho de que no hayan avanzado mas, en circunsrancias que parecen

    haber sido propicias, se entiende quiza mejor teniendo en cuenta la clebi-lidad general del grupo en el analisis de la organizaci6n social; por 10 cual,los desarrollos de dicho analisis se rezagaron con respecto a los de la ecologiay , tarnbien, los d