Han pasado 5 años desde que a principios del año 2003 Animalistas/Sombras y... · En estos cinco...

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Han pasado 5 años desde que a principios del año 2003publicamos el primer número de esta revista. Nuestromensaje no ha cambiado: “si no sientes la necesidad deactuar en lo más profundo de tu corazón, no actúes. Perosi dentro de ti sientes que quieres sacar a los animales desus jaulas, hazlo, porque por muy duras que sean las con-secuencias nunca te arrepentirás de lo que hiciste”.

En estos cinco años han sucedido acciones muy impor-tantes: la liberación de 35.000 visones en 2005, las tresgranjas de visones atacadas en una sola noche de octubrede 2006, las dos granjas vaciadas en noviembre de 2007(con 20.000 visones liberados en cada una); los rescatesde beagles de la Universidad Complutense de Madrid, lade Granada, la de León, la de Barcelona; los incendioscontra Camarles, Roche y UPS; los 250 conejos rescatadosde la granja de vivisección de Tulebras (Navarra). Pero noqueremos dar más importancia a estas acciones que aotras en las que han sido rescatados un menor número deindividuos porque para el animal que ha sido liberado deuna jaula, esa acción es la más importante de todas. Poreso, nosotros celebramos cada vez que a un animal se ledevuelve la libertad que le han robado y cada vez que unexplotador es arruinado.

Ahora hay más grupos e individuos en el Estado españolque se dan cuenta de que la única posibilidad que tienenlos animales que ahora están enjaulados de conseguir lalibertad es a través de la acción directa. Los pequeñossabotajes en peleterías y carnicerías se han extendido porlas ciudades más grandes y los activistas nos hemos dadocuenta de la importancia de focalizar nuestras energías

contra una industria o una compañía concreta. Pero pordesgracia, estos activistas no suelen continuar muchotiempo con la acción directa y raras veces hacen accionesrealmente contundentes.En cuanto a la revista, uno de los mayores problemas que

seguimos teniendo es su distribución. A pesar de que enAcción Vegana están disponibles todos los números, nohemos encontrado ninguna distribuidora que imprima ydifunda esta revista de forma continuada, por lo que esta-mos deseando encontrar voluntarios. Sin embargo, síhemos recibido ayuda de otros muchos colaboradores quehan sido fundamentales para seguir adelante. Han partici-pado muchas personas a nivel individual escribiendo artí-culos y haciendo entrevistas; pero también colectivoscomo el Grupo de Apoyo al FLA sueco, holandés, finlandése inglés, la campaña AIP, Chiudere Morini, SHAC, CAFT,la revista Arkangel, Bite Back, No Compromise y otrosmuchos. A todos ellos, les damos las gracias.Como ya hemos dicho, no queremos incitar a nadie a

actuar, queremos que la gente se guíe por lo que le dicta elcorazón y la razón. No por ello vamos a dejar de mostrarnuestra alegría cada vez que un animal sea liberado o cadavez que el negocio de un explotador sea destruido. A losactivistas que hacen los sueños de los animales esclaviza-dos realidad os decimos desde aquí que siempre estare-mos de vuestra parte, porque sin duda los animales nohumanos lo están.A Joan.

20.000 visones fueron liberados de esta granja en Viver (Castellón)

Desde hace años que no se nota unaincorporación tan importante a losgrupos de acción directa por la libera-ción animal como la que se estáviviendo ahora. Parece evidente quehay nuevas personas dispuestas aarriesgarse por los animales explota-dos y esto a nosotros nos llena de ale-gría. Sin estas personas los animalesque ahora están en las jaulas no ten-drían ninguna oportunidad de experi-mentar la libertad y sus explotadoresdormirían sin ninguna preocupación.

Sin embargo los activistas queempiezan a hacer acciones general-mente suelen descuidar las medidasde seguridad más básicas que sedeben tomar. En este movimiento nopodemos permitirnos que los pocosactivistas dispuestos a arriesgarsesean detenidos. Lo único que sepuede hacer es pedirles que tomenmuy en serio las medidas de seguri-dad que se deben tomar antes deplantearse actuar fuera de la ley. EnAcción Vegana hay una gran cantidadde textos sobre seguridad (No caguesen tu propia casa, Históricas metedu-ras de pata, La pesadilla del ADN,Cuidado con quien te juntas, etc.) eincluso un manual dedicado a la segu-ridad.

A pesar de que consideramosimprescindible leer todos estos tex-tos, hemos preparado para los activis-tas un resumen con los 10 puntos másimportantes que deben tener encuenta.

1.- No reivindicar dos acciones conel mismo comunica-do ni con el mismonombre. Si cogen alos activistas en unade las acciones, se lesacusará de todas lasdemás que hayansido firmadas con esenombre o siglas.Además, el firmardos acciones con elmismo nombre dainformación a la poli-cía de la zona deactuación de los res-ponsables y de sumodus operandi. Eneste punto se haceuna obvia excepción,que son las siglas del

FLA, ya que este no es una célula con-creta, sino que engloba a todos losactivistas que llevan a cabo actos ile-gales por la liberación animal.Tampoco se debe utilizar la mismacuenta de correo electrónico paraenviar dos comunicados diferentes.

2.- No hacer acciones cerca de casa,del lugar de trabajo o estudio.Tampoco se debe comprar el materialde las acciones ni enviar comunicadosdesde el barrio en el que se vive. Lapolicía tiende a investigar en los alre-dedores del lugar atacado. Cuando seproducen ataques repetidos en unazona concreta, la policía sospecha deque en esa zona es donde viven losactivistas responsables.

3.- No hablar por teléfono, ni escri-birse mensajes por Internet parahablar de acciones. La policía quepincha un teléfono sabe que cuandoun activista le dice a otro: “esta nochequedamos para ir al cumpleaños deJuan” puede querer decir “esta nochevamos a actuar”. Los activistas queestán actuando al margen de la leydeben dar por hecho que su teléfonoestá pinchado. Tampoco se debehablar de acciones en lugares cerra-dos (coches, bares o casas) porquepuede haber micrófonos.

4.- No hablar públicamente de loque se hace, ni dar una imagen públi-ca de “radical” si se está haciendoacciones. Hay que levantar la menorsospecha posible. Las únicas perso-nas que deben saber lo que hace cadaactivista son los propios activistas y

los compañeros que actúan con ellos.Si alguien más sabe quién hace lasacciones, esa persona debe reflexio-nar sobre su discreción y medidas deseguridad.

5.-No entrar en foros por la libera-ción animal desde el ordenador decasa y hacer comentarios apoyando laacción directa (y menos en charlas odebates). No buscar informaciónsobre objetivos que se van a atacardesde el ordenador de casa, ni de nin-gún ordenador en un radio de varioskilómetros de casa. El material utili-zado en las acciones nunca se debeguardar en casa.

6.- No llevar estética característicade ningún movimiento social durantelas acciones, y a ser posible tampocodurante la vida cotidiana. Estas sonlas personas que mas llaman la aten-ción tanto a la policía como a los veci-nos de la zona atacada. Hay que llevaruna estética lo más discreta posible.

7.- Cuando se ha realizado unaacción y se está volviendo a casa, hayque tener una explicación coherentesobre por qué estas ahí, para dar a lapolicía si paran el coche en un con-trol. Cuando se habla con la policía nohay que estar nervioso y se les debetratar con máximo respeto.

8.- Si el punto anterior no ha sidoefectivo, y la policía decide llevar a losactivistas a comisaría estos no debenhacer ninguna declaración hasta quesu abogado no esté presente.

9.-. Antes de golpear un objetivo sedebe estudiar si los resultados mere-

cen la pena el ries-go. No es lo mismoatacar una compa-ñía de explotaciónque está siendoacosada por unacampaña (HLS,Oxford University,Escada, etc) que lacarnicería delbarrio.

10.- Vigilar anti-cipadamente losobjetivos que sevan a golpear. Paraunas simples pin-tadas, quizás nosea necesario, peropara cosas másserias si.

Extraido del libro “From dusk till down”. En Oxford, muchos activistas veteranos

y nuevos han utilizado las manifestacio-nes para conocer lugares que luego pen-saban atacar. A pesar de la seguridad conla que están equipados estos sitios, siem-pre hay una oportunidad para la genteque los quiere golpear. Se sabe que hahabido quien se ha olvidado la puertaabierta a plena luz del dia en lugares quehabían sido atacados muchas veces, quese han robado maletines con archivos ysaqueado oficinas sin que nadie se ente-rase. Park Farm ya se había atacado conanterioridad: en mitad de la noche, a primeras horas de lamañana, el domingo por la tarde y por último a las seis dela madrugada.

El criadero para vivisección de la universidad deOxford, Park Farm, era como el resto; un complejo de edi-ficios sin ventanas encarcelando varias especies de anima-les que esperaban hacer realidad las sádicas fantasías delos vivisectores. O un centro de cría legal que proveía a lacomunidad científica con elementos vivos para curartodos los males de la humanidad. Lo llames como lo lla-mes, eran animales sufriendo y muriendo, y un consi-guiente interés para los liberadores de animales por resca-tarlos.

Media docena de activistas se acercaban al lugar a tra-vés de los campos con el propósito de rescatar tantos bea-gles como fuese posible y regresar a la furgoneta antes deque se hiciese de dia.

Utilizaron escaleras para subir la pared de 2’5 m, la

parte trasera de la fortificada unidad deperros había sido atravesada. Algunos delos activistas saltaron al pasillo y se abrie-ron paso al lugar en el que estaban losperros con un mazo. Ahora lo que hacíafalta era meter en sacos al mayor númeroposible de perros en el menor tiempoposible y salir. Algunos no ofrecieronresistencia, como suelen hacer los bea-gles, se resignan a un futuro desconocido.

Otros se mostraron felices por la visita,pero seguramente no se sintieron tan ani-mados cuando se cerraron las cremallerasy quedaron a oscuras sin nadie con quien

jugar, pero en ese momento ya era demasiado tarde parareaccionar. Un perro pequeño estaba aterrorizado ymontó un jaleo tremendo antes de ser atrapado y metidoen la bolsa de viaje.

¿Qué es lo peor que podía pasar ahora? El sonido deunas llaves en la puerta. Una alarma es bastante preferi-ble, por supuesto que es devastador, pero mucho mejorque la imagen de una figura humana entrando dentro.Veinte perros habían sido metidos en bolsas en otros tan-tos minutos.

En la puerta, de repente, apareció el encargado del cria-dero, James Davys, con un colega justo detrás. Ambosestaban alegres tras un día enviando beagles a vivisecto-res; pero al abrir la puerta se dieron cuenta de que habíaproblemas. ¿Quién se llevó el mayor susto? Nadie en ellugar estaba disfrutando de la situación en la que seencontraba, pero sólo el encargado del criadero teníaganas de pelear. Peter prefirió dejar que la policía resol-

Park FarmUna liberación con problemas

Keith Mann

viese el asunto y se lo dijo a James mientras le agarrabadel brazo y lo intentaba sacar. Los activistas estaban deacuerdo con eso, pero el hombre grande de enfrente teníacuentas pendientes que saldar. Le salía espuma de la bocay se le marcaban las venas delcuello. Estaba enfadado. Eransus perros, bueno los perros delos vivisectores de la universi-dad de Oxford, pero le mante-nían su puesto de trabajo. Lagente se le había reido por lacantidad de acciones que habíarecibido. Había pasado ya poresto, pero nunca había estadotan cerca. Esta era la cuartaliberación en los últimosmeses.

No es nada significativo enel mundo de la vivisección peroel modesto criadero Park Farmha proporcionado gran infor-mación, espectaculares foto-grafías y una importante expe-riencia a muchos activistasdurante muchos años.

Davys estaba fuera de suscabales: “¡Ni hablar!, ¡Otra vezno!” gritó al grupo de personascon pasamontañas. “No os vaisa llevar más jodidos perros”.Dio un buen puñetazo a uno deellos pero eso es todo, recibiólo que andaba buscando, problemas. Mientras forcejeabacon el activista al que había golpeado, alguien le golpeó lacabeza. Había sido avisado, pero como estaba histérico noentró en razón y pagó las conse-cuencias. Nada de esto teníagracia. Los perros no sabían loque pasaba, el encargado noestaba contento y los activistassólo querían irse por dondehabían venido. “¡Peter me hancogido!” gritó Davis, pero Peterya se había ido. Él no era tanestúpido y estaba llamando a lapolicía. Era el momento de irse.“¡Vámonos!”.

Solo e impotente, como unperro en un laboratorio, Davysempezó a chillar desesperadocomo un niño mimado que llo-riquea para conseguir juguetes,pero sólo recibió unas carcaja-das como respuesta. Fue deja-do atrás, pero antes se le advir-tió: “ahora sabes lo que se sien-te, imbecil”, a continuación sele confiscó su manojo de llaves.Este nunca fue recuperado ycambiar todas las cerraduras lesupuso a Park Farm 5000 libras.

Subir y bajar por las escaleras 18 bolsas de viaje consu-mió un tiempo precioso. En el proceso un perro escapó desu bolsa como si supiese a donde iba. Fue rápido, pero no

sabía a donde iba. Tenía más oportunidad de sobrevivirque cinco minutos antes, pero la gente que tenía alrededor(los únicos que le querian) no podían ponerse a buscarlo.Los activistas desearon buena suerte a su amigo y conti-

nuaron.La policía estaba en camino

cuando la furgoneta se acabóde llenar y antes de que éstaestuviese suficientementelejos de la granja, el conductorvio luces azules y oyó las sire-nas acercándose. Esto es tanmalo como oir el sonido de lasllaves.

Un encuentro así en unaestrecha carretera de una zonarural hace desesperarse acualquiera. Dan, el conductorde la furgoneta llena de fugiti-vos disminuyó la velocidadmientras el coche de policíahacia lo mismo. Los policíasno estaban seguros de si era loque buscaban, pero teníanmuchas sospechas.

El conductor del cochepatrulla le dijo que bajas de lafurgoneta para hacerle unapreguntas. Dan asintió e hizoel amago de salir, pero pisó elacelerador. Davys ya habíasido un problema, pero ahora

había otro. Sabía que su situación era mala, pero aunhabía una oportunidad de soltar algún perro o todos antesde que la policía lo atrapase. Dio un buen acelerón, frenó,

abrió las puertas de la furgonetay consiguió sacar a dos de ellos.Pero la policía estaba muy cerca.

Los que huían a pie consiguie-ron un vehículo y se fueron dellugar como estaba planeado,pero Dan Poustie fue detenido adiez millas de Park Farm poruna docena de coches de policía.Fue acusado de robo con agra-vantes y asalto. Los 16 perrosque había en la furgoneta fuerondevueltos a Park Farm. El pri-mer perro fugado llegó hastauna casa cercana, pero fuedevuelto a Park Farm. 2649 AKy 2781AK nunca fueron recupe-rado y ahora viven en el sur deFrancia con nombres falsos.

Poustie fue condenado a 18meses por robo. Davys fue trata-do de heridas leves en su cara.El testarudo volvió a molestar alos beagles. Pero el tiempo pasa-ba y antes de que Poustie hubie-

se cumplido la mitad de su condena Park Farm cerró ypasó a ser un recuerdo lejano en la memoria delMovimiento por la Liberación Animal.

SyC: ¿Cómo y cuando entraste aformar parte del movimiento

por la liberación animal?¿Qué te hizo dar el paso

hacia la acción directa?Fue a finales de los años

70. Empecé con el sabotaje de lacaza en 1979 y después meimpliqué en otras campañascomo la lucha contra la industria

peletera o la vivisección. Me hicevegetariano tras la primera mani-

festación a la que asistí y pocodespués me hice vegano.

Siempre me había sentidohorrori-

z a d opor lo quenuestra socie-dad hace a losanimales y enesa época entréen contacto congente fantástica yc o m p r o m e t i d aque estaba decidi-da a tomar cartasen el asunto.

El sabotaje de lacaza fue la primeraforma de accióndirecta en la queparticipé. P r i n c i p a l m e n t e

nos centrábamos endetener la caza del zorro y

la caza de liebres con perros.Conseguimos muchas veces

evitar que los cazadores matasen, pero frecuentementenos respondían con violencia y los activistas sufríamoslesiones.

Había oído hablar del ALF y pronto entré yo mismo aparticipar en diversas acciones de este tipo.SyC: Entraste a formar parte del ALF en sucomienzo. ¿Cómo ha evolucionado desde enton-ces hasta nuestros días?

El ALF empezó en 1976, unos pocos años antes de queyo entrase a formar parte, pero supongo que en el momen-to en el que yo empecé seguía siendo un movimiento muyjoven.

La primera vez que entré a la cárcel fue en 1982, fui con-denado por rescatar conejos de un laboratorio de vivisec-ción, así como por destrucción del edificio y el material.Estuve durante 3 meses en la cárcel esperando el juiciopor esta acusación y por otra de sabotaje en una granjafactoría de gallinas ponedoras.

El mayor cambio es que los activistas de ahora sonmucho más cuidadosos y profesionales. Creo que tieneque ser así porque la gente en el poder, como la policía,ahora ve al movimiento como una gran amenaza. Al prin-cipio no nos tomaban tan en serio.

El otro cambio importante en el movimiento por la libe-ración animal es que se ha convertido en algo absoluta-mente internacional. Durante mucho tiempo sentimosque se trataba de un fenómeno que sólo se daba en elReino Unido, con una o dos personas en otros países. Fueen los años 90 cuando realmente empezó a extenderse porotros Estados, y hoy en día es un movimiento internacio-nal. Ahora siento que es algo imparable, porque no impor-ta lo que los diferentes gobiernos hagan para reprimirlo,siempre habrá otras personas que continúen la lucha.Durante los primeros años no se percibía un movimientotan grande.SyC: Háblanos más profundamente de esas accio-nes que te llevaron por primera vez a la cárcel

En 1982 me metieron en la cárcel por rescatar duranteuna acción a la luz del día, conejos en un laboratorio devivisección llamado Safepharm en la región deDerbyshire, en el centro de Inglaterra. Mientras un grupode personas hacía una manifestación en la parte delante-ra, unos pocos fuimos a la parte trasera. Era una estrate-gia muy sencilla, tiramos la puerta abajo y mientras unosse llevaban los conejos a los coches, el resto destrozaba losequipos. Se rescataron 20 conejos y se produjeron impor-

tantes daños materiales. Cuando llegó la policía, los activistas y los conejos habí-

amos desaparecido. Pero se había avisado a los periodis-tas para que acudiesen a la protesta y habían tomado fotosy videos. Algunos de nosotros fuimos arrestados a lasemana siguiente.

Después de ser acusado de robo y de producir dañosmateriales, me concedieron la libertad condicional.

Pero unas pocas semanas después participé en otraacción en una granja de gallinas ponedoras en batería,cerca de Manchester, al noroeste de Inglaterra. Fue unaacción de la Northern Animal Liberation League (NALL),un grupo diferente al ALF. Nuestro objetivo en la NALLera llevar a cabo “acciones de investigación”. Para ello for-mábamos un grupo muy grande, a veces compuesto porunas cien personas o incluso más y nos metíamos a loscentros de explotación para recabar pruebas de la situa-ción de los animales.

En la NALL, y más tarde en las Liberation Leagues deotras zonas, no rescatábamos animales y no causábamosdaños materiales, excepto el indispensable para entrar aledificio. Los activistas se dedicaban a hacer fotografías yrobar documentos. Esto suponía una diferencia estratégi-ca entre el ALF y la NALL, pero yo, como muchos otros,participaba en ambos grupos.

Sin embargo, en la inspección de esta granja de gallinasllevada a cabo por la NALL, algunos de los activistas no seciñeron al plan y se produjeron daños materiales.Veintidós personas fuimos acusadas de destrozos, y aun-que nos dieron libertad condicional por este cargo, milibertad condicional por rescatar conejos fue desechada yme metieron en la cárcel hasta el juicio.

Al final fui absuelto del rescate en Safepharm y se medeclaró no culpable de los cargos por la acción de la gran-ja de huevos, pero ya había pasado tres meses en la cárcel.En aquel entonces yo era el único activista en la cárcel, asíque los hechos recibieron una gran publicidad. Se hizouna manifestación frente a la cárcel, y la noche antes aesta manifestación se rescataron prácticamente todos losanimales del cercano laboratorio de la universidad deLeicester.

Mientras estaba en la cárcel me eligieron vicepresiden-te del mayor grupo contra la vivisección del país, la BUAV.En aquel entonces la BUAV se había radicalizado notable-mente, pero ahora ha vuelto a sus orígenes moderados.

Posteriormente se formaron otras Liberation Leaguesen otras regiones deInglaterra, como la CALL(zona central), o la SEALL(zona suroeste).

Las Liberation Leaguesfinalizaron cuando en 1985,27 personas fueron enviadasa prisión por la acción deUnilever (Bedford), al sur deInglaterra. A pesar de que nocausaron ningún daño eco-nómico fueron condenadospor conspiración para come-ter daños económicos. Desdeese momento se concluyóque esta estrategia era muyarriesgada y las LiberationLeagues se disolvieron.

SyC: Háblanos del arresto que sufriste por unaliberación de beagles.En 1985, 36 beagles utilizados para la caza del zorro fue-ron rescatados. La noche de la acción un grupo de activis-tas se situó en unos campos localizados a varios kilóme-tros de las instalaciones donde estaban encerrados.Fueron recogidos por dos coches y conducidos a las insta-laciones.

Al lugar llegaron más activistas con una furgoneta gran-de. Entraron, sacaron 36 beagles y los metieron en la fur-goneta. Por desgracia unos seis perros quedaron en lasinstalaciones porque eran muy agresivos.

Los activistas de los coches fueron dejados otra vez enel campo, hicieron una hoguera y quemaron la ropa y elcalzado que habían usado en la acción. Los de la furgone-ta quedaron con otros activistas que llevaban un camiónpara transportar caballos. Metieron ahí los perros y pron-to se les asignó un hogar.

Los medios de comunicación lo trataron como una noti-cia grande. La temporada de caza estaba a punto decomenzar y los cazadores que utilizaban esos perros nopudieron cazar en todo el año. Pasaron muchos años hastaque ese grupo de cazadores volvió a la normalidadSyC: Más tarde fuiste encarcelado por colocarpequeños dispositivos incendiarios en grandesalmacenes. ¿cómo hacías estas acciones?

Durante la década de los 80 los activistas nos concen-tramos mucho en la industria peletera, especialmentecontra grandes almacenes, ya que eran ellos los que ven-dían el mayor porcentaje de pieles.

El grupo en el que estaba yo dio un paso más en la cam-paña. En 1985 dos activistas colocaron debajo de una silladel departamento de muebles de unos grandes almacenesde Sheffield, un dispositivo incendiario programado. Setrataba de un dispositivo muy pequeño introducido en unpaquete de cigarros. El dispositivo se activó cuando esta-ba planeado, en mitad de la noche, cuando no había nadieen los grandes almacenes. Se produjo un pequeño incen-dio que desembocó en uno mayor, que causó unos desper-fectos valorados en cientos de miles de libras. Parte de losdaños fueron causados por el humo y las llamas, pero lamayor parte fueron debidos al sistema antiincendios queroció de agua todo el interior del edificio. SyC:¿Conseguisteis algún resultado con estos

incendios?El primer ataque de estas

características se produjo en1985 y por él varias personasrecibimos largas condenasde cárcel fomentadas por elgran interés de la policía y eldepartamento antiterroristaen destruir al ALF. Yo recibí4 años de prisión, pero otrapersona, Ronnie Lee, fuesentenciado a 10 años. Losmedios de comunicacióndijeron que formábamos ungrupo paramilitar ¡e inclusose inventaron una jerarquíamilitar de nuestro grupo enla que Ronnie era el general!

Otro de los puntos fuertes del juicio fue que éramos losprimeros en haber utilizado el ácido corrosivo para dañarcristales sin hacer ruido. Se trata de un producto químicoque utilizan los artistas para hacer grabados en cristales, yque se podía encontrar en tiendas de material de artistas ybricolaje. Lo utilizamos muy frecuentemente en centroscomerciales, en algunos centros se dañaron más de 60ventanas y nadie se enteró hasta la mañana siguiente.

El juicio fue comentado en todos los medios de comu-nicación y se esperaba que las duras sentencias quitasenlas ganas a otros activistas de utilizar este método.

Pero en realidad las condenas sólo lograron enfadar a

otros activistas y fortalecer su determinación. Entre 1985y 1988 se realizaron más de 40 incendios contra grandesalmacenes. No se produjo ni un solo herido, pero se hicie-ron daños valorados en millones de libras. En alguna oca-sión los sistemas antiincendios fallaron y los grandesalmacenes fueron destruidos casi por completo.

El ataque que culminó la campaña de incendios se pro-dujo en diciembre de 1988, en los grandes almacenesDingles, en la ciudad de Plymouth, situada al sureste deInglaterra. El sistema antiincendios no funcionó y se pro-dujeron desperfectos de 18 millones de libras. Muy pocodespués, en 1989 los cientos de grandes almacenes deReino Unido (la mayor parte de ellos pertenecientes a 3grupos empresariales) decidieron dejar de vender pielesen sus establecimientos.

Esto supuso un auténtico desastre para la industriapeletera, que había invertido la mayor parte de su dineroen vender en grandes almacenes, ya que los considerabanmenos vulnerables a los constantes ataques que se produ-cían en las pequeñas tiendas de pieles. Muchas empresaspeleteras se arruinaron, incluida Edelson Furs, la mayorproveedora de prendas de piel de Inglaterra.

Los datos del gobierno hablan por si solos, los ingresospor la venta de pieles pasaron de 190 millones de librasen1980 a sólo 11 millones en 1991. Esto lo lograron losactivistas, principalmente gracias a la campaña de incen-dios contra los grandes almacenes.SyC: ¿Puede una persona sola llevar a cabo estas

acciones o es indispensable actuar en grupo?Es muy sencillo actuar en solitario para colocar estos

dispositivos incendiarios. De hecho hay un caso muyconocido de un activista que colocaba estos dispositivos ensolitario, Barry Horne. Fue arrestado en 1995 mientrasdejaba los dispositivos y fue condenado por otros ataquesde similares características que causaron daños de millo-nes de libras. La policía confirmo que actuaba de formaindividual y los medios de comunicación lo bautizaroncomo “El lobo solitario”.SyC: ¿Cómo te arrestaron?

Por desgracia arrestaron a unos conocidos míos y deci-dieron contarle a la policía todo lo que sabían. Una madru-gada un gran grupo de policías tiró abajo la puerta de micasa y entraron dentro. Fui arrestado y acusado de variosdelitos por diferentes acciones: incendio, destrucción de lapropiedad y rescate de beagles.SyC: ¿Te arrepientes de algo?

Supongo que no debería haberme fiado tanto de aque-llas personas, pero no me arrepiento de realizar accionescontra la explotación animal.SyC: ¿Sigues activo en el movmiento por la libera-ción animal? ¿Cual es el secreto de mantenertemotivado después de tantos años de lucha y repre-sión?

Sí, continúo formando parte del movimiento y formoparte de diferentes campañas de muchas maneras. Esrealmente motivador ver como nuestro mensaje se estáesparciendo por tantos lugares del mundo, eso hace sen-tirme optimista y motivado.

He perdido algunos buenos amigos y compañeros en lalucha, como Mike Hill, Jill Phipps, Barry Horne y NeilLea, y creo que debo continuar su lucha. Si en algúnmomento me siento decaído pienso en las palabras que undía dijo Barry Horne: “Los animales sólo nos tienen anosotros”. Si dejamos la lucha, los animales pierden todala esperanza.

También es importante llevar una vida equilibrada. Haymuchos activistas que se involucranintensamente durante un par de añospero poco después se desgastan y no seles vuelve a ver nunca más. Es funda-mental mantener un equilibrio para des-arrollarte como activista y como personaal mismo tiempo. Mantente en forma yactivo, y sigue desarrollando nuevasfacetas que pueden ayudar al movimien-to, como lenguas extranjeras o informá-tica.

“Entre 1985 y 1988 se realizaron más de 40 incendios contra grandes almacenes”

El incendio en el centro comercialDingles fue la gota que colmó el

vaso: todos los grandes almacenesdejaron de vender pieles.

Mayo de 2008 fue un mes verdaderamente incómodo paralos tauricidas. Pequeños grupos por la liberación animaldecidieron utilizar una estrate-gia diferente a las manifesta-ciones en las plazas, ya que losmedios las ignoran deliberada-mente. Todo empezó cuandomiembros de Igualdad Animalse colgaron de un toro deOsborne con una gran pancartaque decía “TauromaquiaAbolición”. Muchos medios decomunicación trataron la noti-cia. Poco después otro grupo deactivistas decidió seguir suspasos y saltaron al ruedo de laplaza de toros de Las Ventasjusto después de que el primerasesinato de la tarde se hubiese producido. Todos losmedios de comunicación se vieron obligados a transmitirla noticia. El mes culminó cuando días más tarde, dos activistas deIgualdad Animal se colgaron de la plaza madrileña consendos carteles que decían “Abolición”. Debajo, cientos depersonas que habían ido a ver sangre y tortura en nombredel arte, gritaban al unísono “¡que corten las cuerdas!”.Uno de ellos se separó de la masa, subió las escaleras y lointentó. Si no llega a haber otro compañero ahí, JoséValle, que se encontraba colgando hubiese muerto sin nin-guna duda.Además, cada vez es más común que grupos de “antitauri-nos” acudan a conferencias organizadas por tauricidaspara sabotearlas. Lo normal es que los “antitaurinos”entren como parte del público e interrumpan la charla conpreguntas improcedentes que rompen el hilo del discursodel ponente. Finalmente el público se suelen dar cuentadel verdadero motivo de las preguntas, a la vez que se sien-ten atacados en su propio terreno.Pero segúramente la acción quemás polémica ha generadotanto dentro como fuera delmovimiento se produjo el día 19de septiembre de 2007. Losperiódicos y telediarios conta-ban la historia de CecilioPajares, un “inocente” desolla-dor de toros bravos que se dedi-ca a vender sus cuerpos mutila-dos tras haber sido torturadosen la plaza. Este comerciante decadáveres se encontraba dormi-tando en su camión cárnico enla entrada al matadero de Morata de Tajuña (Madrid). Laspuertas del camión estaban abiertas para que se ventilaseel vagón, en el que ya había varios cadáveres aun calientes.Cecilio, esperaba en la cabina mientras su hijo se encon-traba en la plaza disfrutando de la tortura de los animales

que más tarde estarían en el camión compartiendo espaciocon los anteriores.

En ese instante un grupo deactivistas por la liberación ani-mal hizo acto de presencia.Dejaron unos panfletos en elsuelo, en los que se podía ver undesollador mutilando un cadá-ver y una frase que decía “Vas asufrirlo en tus carnes”,“Comando SAM”. Acto seguidolos compañeros (o compañero)tiraron una piedra a la ventana,que tras atravesar el cristalimpactó en la cara de Ceciliotirándole varios dientes. Laacción no fue reivindicada y

nunca sabremos si el Comando SAM se percató antes deactuar de que había un mercenario dentro de la cabina o sisólo querían romper el cristal. En cualquier caso el resul-tado fue una importante cobertura mediática.

Todos los medios hablaron del Comando SAM como ungrupo extremadamente violento y pusieron a Cecilio comouna víctima, en lugar de lo que es, un verdugo. Sin dudaesta acción tuvo efectos negativos para el movimiento,pero también los hubo positivos. En primer lugar haceracciones ilegales contra la industria tauricida consigue quemuchas de las personas que están contra esta prácticavean con simpatía la acción directa, se acerquen al vega-nismo e incluso se impliquen en el activismo. En segundolugar, los que se divierten viendo morir al toro, dejarán devernos como pacíficos manifestantes con timbales y empe-zarán a vernos como una amenaza. Y por último losmedios, aunque nos critiquen, generan un debate en tornoa la tauromaquia, algo que no interesa en absoluto a lostauricidas porque somos nosotros quienes tenemos larazón.

Cada vez se van a producir másacciones de todo tipo contra latauromaquia. El día de mañana,mientras en una plaza de toros seesté produciendo un asesinato,alguien llamará a los bomberos deesa ciudad dando un aviso falso dela colocación de una bomba en lasgradas. Tanto los asesinos comolos sádicos espectadores tendránque ser desalojados y los medios,una vez más, criticarán duramen-te la acción. Unos pensaremos queestas acciones son positivas yotros pensarán que son negativas,

pero lo que todos tenemos que tener siempre claro es quie-nes son nuestros enemigos y que si alguna vez un periodis-ta nos pone un micrófono delante, tenemos que hablarcontra los tauricidas y no contra nuestros compañeros,aunque pensemos que están equivocados.

La cálida tarde del 26 de Mayo de1984 cinco personas se desplazaron alCampus de la Universidad dePensilvania, apoyaron una escalerade mano contra un edificio, entrarona través de una ventana e hicieronhistoria.El Animal Liberation Front (ALF)había recibido un chivatazo a cerca deuna carta que PeTA (People for theEthical Treatment of Animals) habíarecibido. En ella se contaba que sehabía enviado un paquete a un labo-ratorio oculto en los sótanos del edifi-cio Quimico-Anatomico en el corazónde la universidad de Pensilvania. Setrataba de un laboratorio que no esta-ba registrado en ninguna dirección,un laboratorio que oficialmente noexistía. Tras algunas investigacionesy después de husmear un poco, losmiembros del grupo concluyeronque, tras esas puertas estaba el horri-ble laboratorio de investigación detraumatología craneoencefálica diri-gido por el Doctor Thomas Gennarelliy su compañero Thomas Langfitt.El laboratorio había sido el centro deatención en los setenta después deque los estudiantes lograsen conven-cer a los oficiales de la justicia de queacudiesen a ver por si mismos lo queellos previamente habían observado.Cuando los oficiales finalmente acu-dieron, la universidad de Pensilvaniaocultó todos los accesos al laborato-rio, incluso cuando el caso fue llevadoa juicio y lo perdieron. Este laborato-rio no estaba regulado por ningunaentidad y, según decía la universidad,no existía. Diez años mas tarde, otrochivatazo llego a Fund for Animals,en él se decía que lo que estaba suce-diendo tras esas puertas no sólo erahorrible, además se estaba filmando.El ALF enseguida supo que debíahacerse con las cintas.

Una cuidadosa investigación del cam-pus y del edificio mostró que habíamuchas patrullas de seguridad yguardias dentro del edificio. Para lle-var a cabo la acción era necesaria unaplanificación meticulosa y arriesgar-se. El fin de semana del día de todoslos santos una furgoneta con cincopersonas dentro (un conductor, unvigilante y tres individuos que iban aentrar al laboratorio) se detuvo cua-tro edificios más allá de su objetivo.Los cuatro descendieron equipadoscon bastante dinero por si tenían quepagar una fianza, walky-talkies y unaescalera pintada de negro, y se abrie-ron paso a través de la noche. Un con-tacto que trabajaba en el laboratoriohabía dejado una ventana abierta dela primera planta que les serviría deentrada y que les permitiría librarsede ser descubiertos por los empleadosde seguridad que se encontraban enla planta baja. Los tres subieron porla escalera, atravesaron la ventana yentraron dentro, el cuarto se llevo laescalera y se escondió para vigilarentre unos arbustos. La acción iba acomenzar.Casi instantáneamente, al girar unaesquina, un activista fue descubiertopor un guardia de seguridad. Pero nohabía vuelta atrás para los dos quetodavía no habían sido vistos -esta-ban demasiado cerca para echarseatrás ahora. En una arremetida,bajando las escaleras de tres en tres,el activista llegó al sótano, pero noencontraba el acceso a la planta quehabía todavía mas abajo. Un rápidovistazo y una patada en el marco hizoque se abriese una puerta en la que seleía "Peligro de electrocución. Noentrar", tras ella había unas escalerasque conducian a la planta menos dos.Al final de las escaleras encontraronuna pequeña sala en la que habíatambores metálicos y porqueria; y

una puerta: el laboratorio.Con lo que no contaban era con lasganzuas y el taladro que llevaba elcompañero capturado. Los dos estu-vieron cerca de dos horas intentandoabrir la cerradura desesperadamentecon unas pinzas para el pelo.Finalmente la puerta se abrió. Trasella había un gato hidráulico enormeal que se había unido una mesa. Aquí,el Dr. Gennarelli y sus ayudantesempleaban cemento dentífrico parasellar las cabezas de los monos en elinterior de cascos metálicos. El gatohidráulico entonces aplastaría lacabeza con una fuerza de hasta 3000veces la fuerza de la gravedad (laNASA afirma que una fuerza de 15veces la de la gravedad es suficientepara matar a una persona). Aquelatardecer habían dejado yeso en lamesa, instrumentos manchados desangre y vendas desparramadas.También había sobre la mesa alicatesy bisturís junto a otros instrumentosde tortura. Esa sería la última nocheque iban a servir de algo.Los dos empezaron a destrozar ellaboratorio, los archivos, los ordena-dores y las oficinas -jamás volverían aser empleados para torturar anima-les. Quizás lo más importante, encon-traron lo que andaban buscando-decenas de cintas de video en las quese habían grabado los horrores queocurrían tras las puertas de los labo-ratorios.Estaba empezando a amanecer ydebían marcharse rápidamente.Después de guardarse varias cintas devideo en sus anchos bolsillos y deesconder cajas llenas de cintas pararecuperarlas en otro momento, losdos lograron eludir ser descubiertospor el equipo de seguridad y se des-plazaron hacia la furgoneta. Después

de haberse hecho pasar por gente quehacia footing y de cruzarse con unapatrulla de seguridad a la que saluda-ron diciendo "buenos días" entraronen la furgoneta. En ella se encontra-ron con su compañero "descubierto"(se había cruzado con el conserje quelo había confundido con alguien ylogró salir sin problemas) y el otrocomponente del grupo, se marcharona un lugar seguro. Aquella noche, consiguieron sesentahoras de grabaciones que dejaron deforma anónima en la puerta de la ofi-cina de PeTA, y el resto es historia.El dos de junio de 1984, PeTA recupe-ró y sacó a la luz un extracto de las 60horas de grabaciones robadas delLaboratorio de Investigación deTraumatologia Craneoencefalica de launiversidad de Pensilvania, un videode 24 minutos que haría historia y alque llamo "Unnecessary Fuss"(escándalos innecesarios).Los videos extraídos por el ALF des-pués de destrozar el laboratorio for-maban parte de las cintas particula-res de observación empleadas por losvivisectores. El ALF sacó al descu-bierto la brutalidad de la investiga-ción, en la que bonobos capturadosde la libertad eran inmovilizados enaparatos y les retorcían repentina-mente la cabeza, causándoles severostraumatismos craneoencefálicos. Losvivisectores se grabaron a sí mismosmofándose de los primates mientraslos torturaban. A uno se le callo ácidoencima de un bonobo, otro columpioa un bonobo por los aires a pesar desaber que acababa de sufrir un duroexperimento que le había dejado unhombro dislocado, mientras que otrodespegaba la cabeza del bonobo delcasco usando un martillo y un destor-nillador. Durante los experimentosestos sádicos fumaban y se reían de laagonía de los animales que permane-cían abiertos.Este corto video impacto al público ygeneró titulares. El video era unaclara evidencia de crueldad animal yfarsa científica que no se podía reba-tir. A pesar de que los medios decomunicación sacaron a la luz lasimágenes e hicieron duras criticas alas personas que habían llevado acabo esas atrocidades, la policía, y lopeor de todo, el Instituto Nacionalpara la Salud (la fuente de financia-

ción de los experimentos) le dieron lavuelta a la situación para defender lospolémicos experimentos.En lugar de investigar o recoger prue-bas sobre los claros actos delictivosde los vivisectores, la atención delFBI y de la policía se centró en el ALFy en las organizaciones que lo apoya-ban, como PeTA. De todos modos, nilos grandes jurados ni la represiónestatal detuvieron al decidido movi-miento por la liberación animal.Cientos de charlas y manifestacionesse llevaron a cabo en el campus de laUniversidad de Pensilvania, elInstituto Nacional para la Salud fueinundado de cartas y de llamadas deprotesta, y expertos de anestesia,neurología y veterinaria condenaronlos experimentos, las actitudes y elcomportamiento. Tras la presión, laUSDA prometió investigar el labora-torio, y el 5 de julio de 1984 publicóun informe en el que se citaban 74violaciones de las normas de cuidadoa los animales.A pesar del inmenso interés públicopor cerrar el laboratorio y una peti-ción firmada por 28 miembros delcongreso americano, el InstitutoNacional para la Salud rechazó dejarde financiar los experimentos e incre-mento las ayudas 500.000 dólaresmás.Como respuesta se hizo un lla-mamiento a la acción. El 13 deJulio de 1985 más de 100 per-sonas de todo el país entraronen la oficina de finanzas delInstituto Nacional para laSalud en un acto de desobe-diencia civil. Durante cuatrodías los "Radicales deNorman Rockwell" -entreellos ingenieros, catedráti-cos, escritores, secretarias,y amas de casa- llevaron acabo una histórica sentadaque se convirtió en undesafío entre los defen-sores de la liberaciónanimal y la avaricia dela industria de la vivi-sección.La sentada fue porta-da de todos losmedios de informa-ción nacionales. ElInstituto Nacional de la

Salud decidió esperar fuera a que semarchasen los manifestantes y pre-sionarles evitando que tuviesen acce-so a alimentos y deteniendo el funcio-namiento del aparato de aire condi-cionado. Decididos y más astutos, losmanifestantes y quienes les apoyabancrearon un sistema a través del cualpodían introducir comida, ropa eincluso visitantes. El profesor de filo-sofía Tom Regan animó al grupo acorear canciones y el espíritu perma-neció alto.El cuarto día de la ocupación la admi-nistración de Regan capitulo trasaceptar ver el video. Se dejó de finan-ciar el laboratorio y la experimenta-ción con bonobos finalizó. Hubo unasensación de alegría inmensa no sóloen las oficinas ocupadas sino tambiénpor todo el país debido a que los acti-vistas por la liberación animal habíantriunfado. Nunca más iba a haberbonobos con los cerebros revueltos enla universidad de Pensilvania, y secreó un precedente de que el ALF yaquellos grupos legales que le apoyanpodían cerrar estos lugares parasiempre. La industria de la vivisec-ción no ha vuelto a ser la mismadesde entonces.

SyC: ¿Como entraste a formar parte del movi-miento por la liberación animal?Fue por casualidad. En cierto sentido podría decir quedesde pequeña mostraba ya una empatía cuando llamabaa mi padre “asesino” cuando mataba mosquitos. Pero nome puse a pensar en el sufrimiento diario que conllevanmis hábitos diarios, como el de comer carne o tomarmedicamentos.

Trabajaba en una tienda repartiendo folletos en los quese anunciaban cuerpos ecológicamente asesinados cuandome hice vegana. No lo vi de este modo hasta que le di unfolleto a un chico, el cual, después de leerlo me preguntósi no me daba cuenta de que ese jamón, mortadela y file-tes, un día tuvieron unos ojos, unos ojos que expresabansufrimiento. Cuatro patas enclenques, movimientos este-riotipados y una jaula. Se trataba de un individuo con sen-timientos al que le habían robado su dignidad. No se leconsideraba como un individuo sino como un número queestaba ahí para ser asesinado con el propósito de satisfa-cer el apetito de alguien y la codicia económica de otros.Se trataba de él, un ser único e irrepetible. No de milloneso billones de animales, sino él, ése que tenía una marcaoscura en la nariz.

Cuando trataba de responder al chico con mis argumen-tos de carnívora, miré a mi perro y pensé que jamás podríacomérmelo o permitir que alguien le hiciese daño. Nuncalo hubiese visto como uno más entre los miles de perrosque hay en el mundo. Tampoco podría haber concebido

que su tortura y muerte ecológica representasen algo posi-tivo. Ahora me preguntaba cómo podía haber visto tantasdiferencias entre una vaca, un pez, una gallina y él, o yo.

A pesar de que no encontré argumentos para justificarmis costumbres, me fue difícil aceptar los de este chico,que implicaban unas ideas totalmente diferentes a las queyo tenía hasta ese momento. No quise continuar el deba-te, pero cuando llegué a casa y se sirvió la cena, la miréfijamente y perdí el apetito. SyC: Acabas de cumplir 18 años y te enfrentas a unjuicio en el que se te acusa de robar en un super-mercado. ¿Puedes contarnos que pasó?Imagínate que te encuentras en un tanque de cristal sobreuna capa de hielo, con las manos y los pies atados y la bocatapada. Has estado ahí durante todo el día o puede quesólo durante los últimos cinco minutos, no lo sabes conexactitud. Estás atado entre cientos de bolsas de plástico,cajas de cartón, botellas de refresco, peines y otros pro-ductos. Cientos de personas se mueven alrededor de ti. Teven pero no reparan en tí porque están muy ocupadosyendo de una estantería a otra. Una mujer para, te mira ydice algo en un lenguaje que no puedes entender. Una vozdetrás de ti le responde pero estás tan frío que ni siquierapuedes girar la cabeza. Un guante se acerca hacia ti perocoge a alguien que tenías a tu lado y lo introduce en unabolsa de plástico. Las personas que hay ahí miran la esce-na como algo absolutamente normal. Tu miras a tu alrede-

Stefania Cappelini no es una activista más. Fue arrestada por primera vez a los 15 años. Muchoshubiesen dejado la lucha con una experiencia bastante menos desagradable, pero la suya sólo acaba-ba de empezar. Tres años después los arrestos continúan. Su última detención ha sido como parte dela campaña contra la vivisección en las universidades italianas. En mayo de 2008 escaló en solitarioal tejado de un laboratorio de vivisección de una universidad y se encadenó. Tras ser puesta en liber-tad comprobó que su acción había dado resultado, los medios locales hablaban de la protesta de unajóven activista contra los asesinatos que suceden en las universidades en nombre de la ciencia.

dor y te preguntas qué haces ahí encerrado, y probable-mente eres afortunado de no saber contestar la pregunta.

Dentro del supermercado yo vi esta situación. Estabacon un amigo, también activo en el movimiento por laliberación animal. Había cinco bogavantes colocadossobre el hielo, preparados para ser vendidos por unoseuros y para ser hervidos vivos. La legislación italianaprohíbe mantener crustáceos en el hielo, así que llama-mos a la policía para poner una denuncia. Esperé ahí todoel día llamando cada hora para que viniese el inspector,pero nunca acudió.

Al día siguiente fui al departamento de pescadería y pedícinco bogavantes, los cogieron, los pesaron y los metieronen una bolsa de plástico. Después fingí continuar con miscompras mientras me acercaba a la salida. Cuando nadieme miraba salí corriendo del supermercado. Lo hubieseconseguido si el camión con los suministros, que acababade llegar, no me hubiese cortado el paso. Tres trabajado-res me cogieron y me retuvieron en la parte trasera hastaque llegó la policía. Después de pasar todo el día en lacomisaría me llevaron a la cárcel de menores de Beccaria,en la que pasé tres días esperando la decisión judicial. Eljuez, basándose en otros incidentes relacionados con laliberación animal, dictaminó arresto domiciliario. Un mesmas tarde mi caso fue revisado y se cambió el arrestodomiciliario por servicios para la comunidad.

Esta primavera (2008) volverá a revisarse el caso, ycomo ocurrió en mis anteriores declaraciones afirmaréque mi acción no sólo fue legítima sino que además eranecesaria. Además me opongo a los cargos de hurto yrobo. La ley por un lado condena el maltrato animal (reco-nociendo de alguna forma que los animales son indivi-duos con vida propia), pero por otra parte los considerapropiedad privada (y por tanto objetos), hasta tal puntoque considera “hurto” o “robo” un acto de devolver lalibertad. La ley reconoce una cierta “individualidad” y“derechos de los animales”, pero no reconoce los tresderechos básicos (derecho a la vida, derecho a la libertady derecho a la integridad física). Lo que quiero dejar claroes que los animales no pueden ser robados, sino liberados,y la legislación italiana incluye el robo, pero no actos deliberación.SyC: ¿Qué están haciendo los servicios socialespara “reeducarte”?Entre las propuestas de los servicios sociales para reedu-carme se me ofreció formar parte de una compañía de tea-tro que estaba preparando una obra. Yo acepté al instan-te. Creo que el teatro es una forma de comunicación en laque tienes el privilegio de poderte expresar librementesabiendo que el público ha ido a escucharte. Puedes decircualquier cosa y generalmente es aceptada y escuchadasin arrogancia o prejuicios. Durante nuestras obras con-vencí al director de que me permitiese dejar en cadaasiento un panfleto en el que se trataba el tema de las pie-les, el consumo de animales como alimento y la vivisec-ción. Nunca había visto antes a tanta gente leer el mismopanfleto y comentarlo. Incluso una mujer que llevaba loscuerpos de decenas de visones, se sintió obligada a justifi-carse diciendo que se lo habían dado.

La noche de nuestra última obra leí el texto antiespecis-ta que había en el panfleto y el público aplaudió. Creo quela comunicación artística es también fundamental paranuestras campañas, ya que logra llamar la atención con

gestos, símbolos, imágenes y asociaciones de ideas. Enalgunas de nuestras protestas contra el centro comercialRinascente (nota de traducción: se trata de una cadena decentros comerciales que vendían pieles hasta que decidie-ron dejarlo tras la campaña) nos tumbamos en la aceravestidos con pieles y cubiertos con pintura roja. Muchagente se detuvo y pidió panfletos, leyeron las pancartas, einmediatamente relacionaron piel con sangre y tortura.Durante las protestas contra la vivisección solemos usarbatas blancas manchadas de pintura roja para conectar lavivisección con la sangre de los animales.

Durante la campaña “Ofensiva Contra Uninsubria”, eldía de la epifanía (seis de enero), una bruja contra la vivi-sección llegó a la localidad donde está el laboratoriorepartiendo panfletos y caramelos, pero guardando unsaco de carbón al alcalde, al que acusó de financiar laexperimentación animal con dinero público.

En otra ocasión, durante el tercer día de huelga de ham-bre de un activista para conseguir hacer en la localidaduna conferencia pública sobre la vivisección, otra activis-ta simuló ser una camarera, siguió al alcalde a un restau-rante y le sirvió un plato vacío en el que había una notaque decía “¿y la conferencia?”. Esta iniciativa fue determi-nante para conseguir nuestra demanda.

Creo que es fundamental que en nuestra lucha utilice-mos el espectáculo, la creatividad y la fantasía. Este tipode iniciativas son muy comunicativas y consiguen impli-car a la sociedad y hacerla reflexionar.SyC: ¿Es esta la única vez que has acabado encomisaría? No, cuando fui arrestada por liberar las cinco langostas,ya tenía otros tres procesos en curso. En el primero, ahoraarchivado, me acusaban de haber tomado parte en una"injuria colectiva" en el enfrentamiento con jueces y poli-cía, al término de un juicio en el que se condenó a tresaños a un chico por quemar una carnicería. El segundoera una acusación de daños graves durante una acción enla que fueron saboteadas varias decenas de coches en elaparcamiento de los grandes almacenes la Rinascente,una compañía de grandes almacenes que estaba siendoobjetivo de la campaña A.I.P. (Ataca la Industria de laPeletería), y tres furgones de DHL (objetivo de la campa-ña SHAC). En el tercero se me acusaba de dañar abrigosde piel en la Rinascente, y también está archivado.SyC: Pasar a la acción directa cuando hay otrosmedios más "ligeros" es debido a la impulsividado hay un motivo más profundo, una estrategia?¿qué te hacen desear todavía contribuir a ladifusión del mensaje antiespecista? ¿Quécamino piensas quees mejor paraobtener el cam-bio cultu-ral, en

el que encuentres libre espacio a tu sensibilidad? Como ya he dicho, antes de pasar a la acción directa,probé medios más ligeros. Cuando decidí liberar los gam-bones seguí, mas que el impulso, el instinto de poner fin aesa tortura, y creí que tenía el deber de seguir ese instin-to. Después de haber visto aquellos animales sentí unaresponsabilidad respecto a ellos, la responsabilidad de laelección entre dejarlos a merced de su destino como platopreparado, o la de arriesgarme para devolverles la vida dela que habían sido despojados. Creo que por una sola vidavale la pena correr el riesgo.

El hecho de que me dejé llevar por mi instinto no haceque la acción careciese de estrategia. Debido a que laacción se llevó a cabo a plena luz del día y fue reivindica-da, creo que puede convertirse en un fuerte mensaje paraquien tenga sensibilidad por la liberación animal, perotambién para aquellos que no se han parado a pensar enel problema. En todas las acciones, el que una personaesté dispuesta a arriesgar la propia libertad por la vida deun animal, pienso que tiene un fuerte valor a la hora detransmitir el mensaje del antiespecismo, aunque desgra-ciadamente no siempre se transmite correctamente por-que la atención se focaliza en la ilegalidad del gesto ysobre el rostro cubierto del liberador con un pasamonta-ñas. El hecho de que yo haya actuado durante el día, expo-niéndome más directamente al riesgo y reivindicándolopersonalmente, creo que pueda ayudar a centrar la aten-ción en el mensaje antiespecista.

Creo que un camino enfocado a obtener un cambio cul-tural real es largo y se consigue con pequeños pasosmayoritariamente imperceptibles. Encuentro fundamen-tal buscar las provocaciones para convencer a las perso-nas, haciéndoles reflexionar sobre un problema de dimen-siones gigantescas, hasta ahora siempre acorralado yenterrado, pero que tiene que emerger.

Hay diversos niveles sobre los que es necesario mover-se, ninguno de los cuales puede ser puesto en segundoplano respecto a los otros: uno es puramente teórico, si sequiere filosófico, indispensable para dar una base sólida ala idea antiespecista y también un referencia para enten-der en que dirección caminar. Después está el plano delcambio cultural, en el cual creo importante mantener unnivel no de enfrentamiento sino de reflexión, llevar a laluz el problema y "obligar" cuanto menos a la con-ciencia de que existe un problema y que hay queafrontarlo de alguna forma. También esimportante la presión directa, que no debeexcluir la confrontación. Además se debe des-arrollar la empatía y el impulso emotivoindividual, a través de gestos espontáneosque pueden también acabar en una estrate-gia. ¡Creo que es importante no renunciar ala propia espontaneidad maravillosa! Esdifícil decir cual es el mejor camino paralogar un cambio, ciertamente cada métododebe ser llevado a la práctica para poder servalorado, pero creo que es fundamental bus-car un equilibrio entre estos cuatroniveles de lucha. SyC: ¿Participasactualmente enalguna campa-ña?

Ahora soy parte

de la campaña "offensiva all'uninsubria", nacida del pro-yecto "Coalizione contro la vivisezione nelle università"(Coalición contra la vivisección en la universidad), quequiere crear una serie de campañas locales independien-tes, pero con objetivos y métodos comunes, que cojancomo punto de mira las diversas universidades italianaspara frenar las practicas de tortura en sus laboratorios. Laelección del objetivo no es para nada casual: las universi-dades, así como los políticos que administran los fondos,son especialmente sensibles a que se les dañe su imagen,ya que utilizan dinero público. Esto aporta también ungancho fundamental para convencer a la gente, que seencuentra directamente implicada sin quererlo.

Además el uso de los animales en la enseñanza, repre-senta un adiestramiento a la frialdad y la indiferencia enla tortura a un animal. ¡No debemos olvidar que los estu-diantes son los futuros investigadores! En el caso de laUninsubria también hay un proyecto de ampliación deuna de sus cinco sedes, la de Busto Arsizio (Varese), queconsiste en la asignación de todo un edificio municipalpara adaptarlo al alojamiento de animales, y que obvia-mente queremos detener. La campaña está muy enfocadaen esta sede y en la ciudad de Busto.

La campaña, nacida en diciembre de 2007, ha pasado yapor varias etapas. Inicialmente la búsqueda del dialogocon el alcalde, quien no ha mostrado ninguna disponibili-dad ni formalidad. Posteriormente iniciamos una serie deiniciativas, muchas de las cuales originales y de convic-ción (como la camarera de quien hablaba antes) que noshan permitido ejercer una fuerte presión mediática.Además queremos un debate público entre la campaña yla universidad. Visto lo sucedido hemos cambiado la pre-sión del alcalde a la universidad, empezando con unainsólita solicitud: la de abrir los laboratorios y someter losexperimentos al juicio de los ciudadanos obligados afinanciarlos, y a quienes la investigación animal vienepresentada como limpia y legitima, como un "sacrificionecesario", sin darles la posibilidad de valorar viendo loque sucede con sus propio ojos. Como esperábamos la res-puesta de la universidad fue el silencio que probaba que lavivisección, para ser aceptada, necesita ser ocultada.Hicimos un comunicado público poniendo en mala situa-

ción a los vivisectores con esteargumento.

En la campaña"Offensiva all'uninsu-bria", estamos llevan-do a cabo un métodoque pretende salir dela estrategia "nos-otros-contra-ellos",sino que buscamosconvencer a las per-sonas (aspecto quees descuidado amenudo en las cam-pañas antivivisec-

ción) poniendo en dudalas modalidades autori-

tarias de la ciencia. Estoyconvencida de que el con-

senso es un paso indispensa-ble para comprender de qué se

trata el antiespecismo.

La acción directa por la liberaciónanimal comenzó en Inglaterra duran-te los años 60 cuando un grupo dejóvenes se interpuso entre los cazado-res y los zorros. Esta nueva estrategiasupuso un punto de inflexión ennuestro movimiento porque los acti-vistas ya no se limitaban a pedir a losexplotadores que dejasen de torturary matar animales, sino que tratabande impedirlo de una forma directa.Para los explotadores, por su parte,esto supuso un duro golpe, en esemomento dejaron de vernos comoinofensivos defensores de una causaridícula, y empezaron a vernos comouna amenaza.

Esta práctica se extendió por todoel país y a principios de los 70 elambiente de tensión y confrontaciónentre cazadores y saboteadores diolugar a otra estrategia más efectiva.Un grupo de saboteadores llegó a laconclusión de que el éxito estabagarantizado si impedían que los caza-dores llegasen a los campos. Para ellola noche de antes pinchaban las rue-das de sus vehículos y les hacían otrosdesperfectos de pequeña envergadu-ra. A la mañana siguiente, los cazado-res, en lugar de salir a matar, se dedi-caban a reparar los daños.

En el verano de 2007 varias torresde caza fueron derribadas en laPenínsula con idénticos resultados.Tirar una torre de caza es realmentesencillo. Hay dos tipos de torres, lasprimeras están construidas de made-ra, simplemente hay que serrarlas (sise utiliza una sierra mecánica esmucho más rápido que una manual).La segunda está construida con anda-

mios similares a los de construcción.Para sujetar estos andamios de cadauna de las esquinas superiores saleuna cuerda de acero que actúa comomástil al ser unida a puntos de fija-ción del suelo. Estos mástiles se pue-den cortar con alicates corta-alam-bres, de forma que al eliminar loscuatro, la torre cae.

Hace unos meses, en Austria tuvolugar otra forma de sabotaje muyefectiva, que nunca se ha utilizado enEspaña. Días después de que los caza-dores de una zona atacasen violenta-mente a un reducido grupo de sabote-adores, el ALF decidió tomar cartasen el asunto y colocó varios dispositi-vos incendiarios en la cabaña en laque los cazadores se reunían. Estascabañas están en el medio del monte,por lo que el sabotaje es realmentesencillo; lo unico complicado es

encontrarlas, aunque existen foros decazadores donde se comentan loslugares.

Quizás la forma de liberar anima-les más fácil de todas y menos arries-gada sea la liberación de perdices,codornices y faisanes que se críanpara reponer los individuos asesina-dos por los cazadores en los cotos decaza. Estas granjas pueden estar ennaves, aunque generalmente están alaire libre. Se trata de enormes parce-las de terreno en las que hay miles deaves. Las paredes suelen ser de vallametálica (que se puede cortar con ali-cates corta-alambres, o de muro). Eltecho es siempre de red de cuerda ometálica, muy fácil de cortar. Hacergrandes agujeros en estos lugaressupone que miles de aves salganvolando hacia la libertad y en ocasio-nes, que el propietario se arruine.

Da la impresión de que el movimiento por la liberaciónanimal en Latinoamérica no tiene asimilada la necesidadde la acción directa. Tan sólo en algún país comoArgentina, Chile o Brasil se han llevado a cabo liberacioneso actos de sabotaje de forma aislada y sin darle a esa ini-ciativa una continuidad. Es cierto que en muchos paíseslatinoamericanos hay grupos e individualidades que apo-yan abiertamente al FLA, pero las acciones, lo importante,brillan por su ausencia.

Todo esto ha cambiado desde finales del 2007. Un país,como México, en el que no había pasado nada, se ha con-vertido en uno de los estados en los que más cosas están

ocurriendo. No sólo se están llevando a cabo pequeñosactos de sabotaje, sino que en los pocos meses de vida delFLA-México y del Comando Verde-Negro ya ha habidoliberaciones e incendios.

El impacto que este grupo habrá tenido en los explota-dores, seguramente habrá sido a escala local, pero elimpacto que ha tenido en nuestro movimiento ha sido aescala mundial. Los activistas de todo el mundo estamoshablando de lo que está pasando en México y nos llena dealegría. Nos hace ver que este movimiento se extiende y esimparable.

Llevaba varias horas viajando conuna buena amiga en un coche alquila-do. Ella hacía unos meses que sehabía hecho vegana y parecía tenerlas ideas claras y ganas de hacer quelas cosas cambiasen. Desde hacía untiempo estaba insinuándome quequería dar un paso más y hacer usotambién de estrategias ilegales. Enesos momentos estábamos debatien-do el tema y yo le comentaba quecreía que no aportaba mucho unién-dose a un grupo ya formado (el mío)sino que sería más positivo el que ellase organizara con sus compañeros enla región de la que procedían y prepa-raran cosas por su cuenta. Ella mecomentaba que no estaban prepara-dos, le advertí de que todos somoscapaces de hacer cosas que jamás noshubiésemos imaginado. Además,siempre que necesitasen ayuda la ten-drían.

Para empezar a coger confianza ensi mismos podrían comenzar por algofácil pero bonito, sabía que teníansitio para dejar gallinas y a los dos nospareció un buen inicio. Le expliquéque si se tomaban tiempo y lo prepa-raban bien, en cuestión de dos días lopodrían hacer sin problemas. Me res-pondió que no sabía donde había unagranja de gallinas. Le dije que podríamirarlo en listines telefónicos o senci-llamente si veía una granja en la quepensase que podía haber gallinasdentro sería fácil descubrirlo merode-ando por los alrededores y buscandocarteles del nombre de la empresa,sacos de comida, jaulas viejas o cual-quier otra pista. En aquel momentovimos a lo lejos una granja formadapor varias naves. Y le sugerí hacer unaprueba, en principio, con nuestrosconocimientos no podíamos saber

qué animales estaban enjaulados ahí.Pero nos desplazaríamos al entornopara descubrirlo.

Hasta la granja tan sólo llegaba uncamino estrecho de tierra que nodaba a ningún otro sitio y que la rode-aba. Vimos la silueta del granjero quese metía a una de las naves y un perropastor alemán que estaba encadena-do y que imaginamos que soltaríanpor la noche.

Escondimos el coche en el caminoque rodeaba la granja detrás de laúltima nave. Bajamos del coche y nosacercamos a la valla metálica exterior.Por el olor se podía sospechar que noeran gallinas lo que había dentro sinocerdos, pero aun así yo quería ense-ñarle las cosas de las que se tendríaque preocupar para preparar unaacción. Le expliqué que se tenía quefijar en detalles como: dónde aparca-ría el coche, por donde entrarían... yque había que conocer muy bien elrecinto, especialmente si la acción laiba a hacer con gente que no lo habíavisto previamente y les tenía que des-cribir como era todo.

Todas las naves tenían una puertadelantera y una especie de trampillaatrás –en la que cabía un animal deltamaño de un perro grande- que con-ducía a un pasillo muy estrecho -cer-cado por una valla metálica- que des-embocaba fuera del perímetro al abrirotra puertecilla de la valla exterior.Enseguida comprendí que era la víaque utilizaban para conducir a losanimales al camión.

Le comenté a mi compañera que esaparecía una buena vía de entrada y lesugerí que entrase ella, que si pasabaalgo saliese corriendo y que yo iba aestar por fuera del perímetro a esca-sos 10 metros, si necesitaba ayuda

entraría enseguida. Ella no se atrevióa entrar, decía que era una locuraporque podía entrar el granjero y des-cubrirla dentro de la nave, inclusopodría estar ya dentro de la nave. Encierto modo tenía razón, pero yo creíque era un pequeño riesgo y queincluso si nos veía el granjero le podí-amos contar alguna historia comoque estábamos buscando a alguienque nos indicase cómo ir a algún pue-blo cercano. Así que abrí la pequeñapuerta que había en la valla exterior yavancé agachado los ocho metros quela separaban de la otra pequeña puer-tecilla que había en la parte trasera dela nave. Me cubrí la mano con lamanga de la sudadera para no dejarhuellas y comprobé si podía acceder ala nave desde ahí; la trampilla seabrió y al ver que no había nadie entréyo.

Los cerdos empezaron a moversenerviosos y enseguida una inmensanube de moscas se me echó encima.Había cucarachas por todas partes.Saqué la cámara y empecé a hacerfotos. Ya me había hecho una idea decómo era por dentro y por dondeentrar. Salí de ahí enseguida. Le contéa mi amiga lo que había visto y seanimó a entrar ella también.

Yo le dije que tenía curiosidad porsaber lo que había en otras naves, quecomo era muy fácil entrar lo podría-mos hacer rápidamente, así que disi-muladamente nos acercamos a otranave y me colé por las dos puertastraseras. Esta vez lo que ví fue muydiferente. La nave estaba vacía y seveía que había sido construida recien-temente. Era una nave inmensa, alar-gada y estrecha, con un pasillo enmedio. A cada lado había unas estruc-turas metálicas con máquinas adosa-

La revista Revontuli, del Grupo de Apoyo al FLA finlandés, recibió anónimamente unartículo que cuenta cómo fueron rescatados tres cerditos de una granja de Burgos enel año 2003. Esta es la historia. (Todas las fotos son de la acción)

das que parecían bastante caras.Comprendí que se trataba de lasestructuras que utilizaban para inmo-vilizar a las madres que habían paridohacía poco para que sus crías pudie-sen acceder a las tetas cuando les ape-teciese y así que engordasen lo antesposible. Hice dos o tres fotos y memarché de ahí.

Aunque en un principio estavisita se trataba de una especiede ensayo a los dos se nosquedó una espinita clavada yquisimos regresar.

Pocas semanas después ahíestábamos los dos de nuevo.Esta vez de noche, con los ros-tros cubiertos y con guantes.Además íbamos armados conun mazo, unas cizallas, unabarra de acero y un bote despray. Nuestro objetivo estabaclaro, queríamos destrozar todala maquinaria que tenían pre-parada para las madres antes deque comenzasen a emplearla.

Nos colamos por la puertecilla exte-rior y nos acercamos a la pequeñapuerta trasera de la nave. Estabacerrada. ¡Joder; no habíamos contadocon eso! Nos pusimos muy nerviososporque no queríamos permanecerahí. Había farolas que nos alumbra-ban y podíamos ser descubiertos. Micompañera dijo de marcharnos y laverdad es que yo me lo planteé, perome parecía imposible que no pudiése-mos entrar. Si Lupen III secolaba en los bancos más segu-ros del mundo ¿no íbamos a sercapaces de entrar en una gran-ja de cerdos?

Fui nave por nave intentandoentrar y todas ellas tenían latrampilla trasera cerrada.Llegamos a la última, al lado dedonde estaba escondido elcoche. En el lateral, a unos 2,5metros del suelo había unosextractores y las hélices esta-ban funcionando a toda veloci-dad. Yo me quedé mirándolos ycuando giré la cabeza hacia micompañera lo único que veía desu cara, los ojos, me estabanechando una mirada de desaproba-ción y a continuación me dijo ¿estásloco? No estaba seguro de que fuese aencontrar un modo de entrar, perosabía que si no lo intentaba estabagarantizado que nos quedaríamosfuera, con una gran decepción y sinhaber logrado nada por los cerdos quehabía ahí dentro, a solo unos metros.

Debajo de uno de los extractoreshabía unos bloques de cemento en losque me podía apoyar pero sólo pensaren cómo detener esas enormes hélicesde acero me aterrorizaba. El extractorcontiguo no funcionaba pero no teníabloques de cemento debajo por lo queera más difícil acceder a él.

Cogimos entre los dos una piedra

grande y haciendo equilibrios metíentre las hélices las cizallas y empecéa romper los barrotes que soportabanlas hélices. Era algo un poco comple-jo, porque el extractor estaba rodeadopor una especie de mampara. Losbarrotes estaban detrás de las hélicesescondidos y además la hélice girabaal más mínimo roce. Finalmente lashélices quedaron sujetas por el cablede electricidad, el cual tampoco era

fácil de cortar por estar escondido.Consideré que el peligro no era muyalto; ese extractor parecía estar apa-gado, llevaba guantes y el mango delas cizallas estaba plastificado, por loque incluso si hubiese habido corrien-te eléctrica era casi imposible que meelectrocutase. Por si acaso coloquéuna sudadera en el mango de las ciza-

llas en el momento de cortar el cable.Lo que pasó a continuación nos sor-prendió a los dos. No sólo se soltó lahélice entera sino que se detuvo elextractor contiguo, el que tenía losbloques de cemento debajo. En pocosminutos habíamos extraído tambiénesa hélice. Y estábamos frente a unavía de acceso, aunque no del todo

buena por su estrechez.Pero había una placametálica en medio coloca-da horizontalmente que segiraba abriendo y cerran-do el agujero. Era muchopeor para escapar de ahíen caso de que tuviésemosque huir y una vez dentrosería una vía de salidapésima por estar muy alta.

Le dije a mi compañerasi quería entrar ella pri-mero y dijo que ella no ibaa entrar ni antes ni des-pués. A mi me fastidióporque sabía que a ella le

hervía la sangre por entrar, pero esta-ba asustada. Empecé a meterme porla mampara y cupe enseguida. Almirar lo que había al otro lado mequedé estupefacto. Había unos cincocorrales llenos de lechones. En cadacorral habría unos treinta cerditospor lo menos que corrían despavori-dos al verme descender por el extrac-tor de aire.

Estaba bastante nervioso y queríasalir de ahí lo antes posi-ble, me daba miedohaberme quedado ence-rrado y no poder salirpor donde había entrado,pero también estaballeno de rabia al ver unmontón de cachorrosque habían sido separa-dos de sus madres y queestaban todo el día y todala noche con las lucesencendidas para queengordasen más, sintener en cuenta el estrésque eso suponía paracualquier animal.

En cada corral había almenos un cerdito muerto, en el quetenía más cerca había un cerdo muer-to y otro agonizando. Otra de las razo-nes por las que quería salir pronto eraque cuando me movía, corrían todosen bandada y pisoteaban al cerditomoribundo.

No estaba en la nave a la que habí-amos planeado acceder así que no

tenía muy claro qué hacer. Empecé abuscar cosas de valor que romper,pero no ví nada. Saqué mi bote despray y plasmé los pensamientos quese me vinieron a la cabeza.

Estaba un poco más tranquilo yanimé a mi compañera a que bajasetambién; ella estaba nerviosa y mira-ba y fotografiaba todo lo que pasaba.No quiso bajar porque decía que nohacía falta, era cierto, pero yo sabíaque ella quería estar abajo, dentro dela nave, y hubiese sido bueno que enese momento se hubiese enfrentado asus miedos. Al fin y al cabo el miedoes algo que todos los que alguna vezhemos estado implicados en este tipode actividades hemos vivido muyintensamente, pero no podemos per-mitir que nos impida lograr nuestrosobjetivos.

Después de dejar mensajes muyexplícitos por toda la nave pensé quéera lo que no le gustaría al granjeroencontrarse cuando entrase la maña-na siguiente. Imaginé que los cerdosestaban separados por alguna razón yrompí todo el cerco de los corraleshaciendo que se mezclasen los unoscon los otros. Al cerdo que estabaagonizando lo separé en un pasillopara que muriese tranquilo. Oí unavoz que me decía de irnos ya, miréatrás y ví esos cerdillos que tendría

que dejar. Sin pensar lo que hacíaconseguí atrapar a uno y se lo pasé ami compañera a través del canal delextractor. Ella me miraba diciéndome¿estás loco; qué demonios hacemoscon este cerdo? Le dije que no tenía-mos ningún buen sitio donde dejarlo,pero que el cerdo ya estaba en el peorsitio en el que podía estar, así que sihabía algún cambio sería a mejor. Elcerdito chillaba histérico. Mi compa-ñera lo sujetó firmemente mientrasyo me disponía a salir diciéndolesalgunas palabras de cariño. Peroluego pensé, ¿por qué no saco a otromás? Y al final acabamos entrando enel coche con tres cerditos que chilla-ban aterrorizados.

Nada más entrar al coche se queda-ron dormidos en una manta que leshabíamos preparado y en esosmomentos los dos nos emocionamos.A mí casi se me salta la lágrima, ypensé que sólo por ver esa imagen–tres cerditos dormidos plácidamen-te sobre una manta con total tranqui-lidad y sin una luz alumbrándoles enla cara- y por la sensación increíbleque me producía merecía la penapasar una temporadita en la cárcel.Era maravilloso.

Los cerdos terminaron en la fincade unos hippys que vivían en los alre-dedores en una especie de comuna,

no era gente de la que nos fiásemosporque a pesar de ser vegetarianostenían una visión del resto de espe-cies animales algo especista. No nosgustaba que se ocupasen de los cer-dos gente que hablaba de un perrodiciendo que “servía para vigilar” o“para hacernos compañía”; y las galli-nas eran una especie de máquinasque les daban “comida”. Pero no tení-amos otra opción así los dejamos ensu finca y nos fuimos tras decirlesadiós.

Este no ha sido el relato de unagran acción perfectamente planeadapor profesionales, sino la historia dedos personas que pese a sus limitadosmedios, sus inseguridades y sus mie-dos hicieron lo que pudieron poravanzar en una lucha que era la suya.

No fue todo perfecto ni ajustado alos planes, pero casi nunca lo es. Loimportante es lanzarse hacia tu obje-tivo sin esperar que todo el caminosea liso, sino contando con que habrámuchos obstáculos que tendrás que irsalvando uno tras otro sin titubear.Por último quiero señalar que pocotiempo después de que esto sucedieseunas cuantas gallinas encontraron unnuevo hogar en el que hoy siguenviviendo felices y en toda la libertadque un animal domestico puedetener.

A finales de 2007 un grupo de jóvenes barceloneses consi-guió un salto cualitativo en el movimiento por la libera-ción animal del Estado español. Por primera vez organiza-ron protestas públicas como parte de la campaña globalcontra un objetivo específico, HLS. Sus protestas, y las deotros compañeros de diferentes países, consiguieron quela aseguradora Axa y el banco Deutche Bank cortasen suslazos con el laboratorio de experimentación animal.Tras conseguir estas victorias, el grupo Tanquem HLS,decidió atacar al segundo cliente más importante deHuntingdon, la multinacional farmacéutica Novartis. Enfebrero de 2008 el colectivo convocó una semana contra lavivisección en la que pedían que Novartis fuese especial-mente tenido en cuenta. Esa semana en Barcelona, dife-rentes sedes de Novartis, la facultad veterinaria, y otrosobjetivos fueron atacados; en Madrid se visitaron las casasde varios directivos de Novartis durante una mismanoche. Pero no todas las acciones fueron hechas en plenanoche, mientras una directiva de Novartis daba una con-ferencia en un lujoso hotel de Barcelona, un grupo deencapuchados irrumpió en la sala gritando contra la vivi-sección y tirando panfletos al aire. La semana de lucha culminó con un acto que supuso unagran alegría para el movimiento internacional y sin duda,conmocionó a los directivos de Novartis. Se convocó unamanifestación contra la farmacéutica a la que acudieronentre 150 y 200 personas. Por el cartel de la convocatoria,era evidente que la manifestación tendría el mismo carác-ter combativo que habían tenido los días anteriores de lasemana, y no decepcionó. Ya al principio comenzaron aencapucharse las primeras personas, y los cantos que segritaron no pedían jaulas más grandes ni torturas menos

dolorosas. Exigían la liberación animal.La manifestación finalizó frente a la sede central deNovartis en toda la Península Ibérica, es decir donde tra-bajan los más altos directivos de los estados español y por-tugués, y donde se toman las decisiones más importantes.Un reducido grupo de encapuchados se separó del resto,inutilizó la cámara de videovigilancia y comenzó a hacerpintadas en las paredes y a romper a pedradas los crista-les y puertas. Cuando la sede quedó suficientemente daña-da, los manifestantes unidos, se dirigieron tranquilamen-te a un centro social donde se repartió comida vegana y sedio una charla sobre la lucha contra HLS.Seguramente el momento elegido para llevar a cabo losdestrozos no fue el más adecuado ya que en la manifesta-ción había gente que, por desgracia, no quería sentirseparte ni directa, ni indirectamente de acciones ilegales. Ydesde una perspectiva de seguridad, es mucho más arries-gado hacer sabotajes a plena luz del día en una manifesta-ción previamente anunciada que en grupos reducidos porla noche. En cualquier caso, es evidente que estos destrozos fueronun mazazo para Novartis. Los daños económicos fueronmínimos, pero el efecto emocional tuvo que ser muy alto.Una de las multinacionales más poderosas del mundohabía sido atacada por activistas por la liberación animaldurante una semana y habían culminado sus acciones enel centro de Barcelona a plena luz del día. A partir deahora los directivos de Novartis no se sentirán seguros nien sus casas, ni en sus lugares de trabajo. Esa es la clavedel éxito en toda campaña basada en la confrontación.

Un compañero destroza a patadas la puerta de Novartis

SyC: ¿Cómo creaste el grupo de rescate abierto?M.K: No hay ningún grupo de rescate abierto. Yo hago losrescates abiertos con la ayudad de algunos grupos de ami-gos que quieren permanecer en el anonimato. Hace tiem-po parecía que había más gente que querría hacer rescatesabiertos, pero fui denunciado por defender y promover alALF, por lo que cambiaron de idea. Ahora sólo hay unachica dispuesta a hacer rescates abiertos.Digo esto con cierto malestar, pero a la vez con respetohacia quienes quieren permanecer anónimos. Aprecio sutrabajo y también su apoyo al mío. Después de todo yomismo he actuado durante mucho tiempo bajo el pasa-montañas. Pero al final llegué a la conclusión de que sisalía de la sombra, podía beneficiar más a los animales.Ya no escondo mi cara ni mi nombre. Escribo y hablo delo que veo, tomo fotos y grabo vídeos de las granjas, expli-co porque me llevo a los animales, hago talleres dondeenseño reconocimiento del terreno, cómo moverse, comu-nicarse, cómo entrar a edificios, dónde colocar los vigilan-tes, qué equipo usar, a qué hay que prestar atención, cuá-

les son las técnicas policiales para interrogatorios y bús-queda de pruebas. Trato de inspirar y motivar a otras per-sonas de la República Checa y Eslovaquia para que llevena cabo sus propias investigaciones y rescates. Ya he obte-nido algún resultado.SyC: ¿Qué ventajas ves en el rescate abierto encomparación con las acciones del ALF?M.K: A los animales que sacas de una granja no lesimporta si el activista lleva una máscara o no. Pero el res-cate abierto implica una mayor oportunidad para conse-guir un cambio social. Esto ocurre sólo si no se valora úni-camente como acción directa, sino también como parte deuna campaña de concienciación pública. La acción directaes importante, pero es igual de importante hablar delmotivo de llevarlas a cabo. Hablar del enorme sufrimien-to y miseria que padecen millones de animales. Explicarque esas vidas no son naturales y lo que sí es natural es nodejarlos en esas condiciones.El rescate abierto implica una mayor confrontación con la

Sombras y Cizallas ha entrevistado a Michal Kolesár, un activista que se siente partedel Frente de Liberación Animal actuando a cara descubierta. Comenzó llevando acabo acciones bajo el anonimato pero posteriormente decidió quitarse el pasamon-tañas para poder defender sus acciones en público y como forma de confrontación ala sociedad especista.

sociedad que apoya la explotación animal. Creo que cuan-do una persona no se esconde ni huye está llevando unacto mayor de desafío, y es más difícil de demonizar.Pero mis rescates abiertos no son contrarios ni son exter-nos al Frente de Liberación Animal. Además es importan-te tener en mente que el ALF no es sólo rescatar animales.SyC: ¿Apoyas al FLA?M.K: No sólo apoyo al FLA, me siento parte de él. El añopasado fui denunciado con una petición de un año de cár-cel por incitar a cometer acciones del ALF en un documen-tal de televisión sobre experimentación animal. La fiscalíafinalmente eliminó la denuncia.Realitia.tv informa sobre nuestros compañeros caídos ysobre los presos. Traducimos noticias de Bite Back y otrasfuentes al checo y eslovaco. También traducimos textossobre la historia y los motivos teóricos del FLA. Ahoraestoy pensando en traducir algunos capítulos del libroFrom Dusk ‘til Dawn, de Keith Mann, alguien al que envíomis felicitaciones y cuyo libro difundo.Creo que es importante enfrentarse a la condena de estasactividades, ya sea por parte del Estado, la industria, o laopinión pública. Somos un movimiento antiterrorista, noterrorista.SyC: Participaste en el primer rescate abierto dezorros. ¿Puedes hablarnos de la acción?M.K: No creo que sea importante si fue el primero o no.No estamos en una carrera. Simplemente cogimos seiszorros de una pequeña granja, donde posiblemente esta-ban enjaulados para entrenar a perros de caza, y los lleva-mos a diferentes lugares donde los liberamos. Espero queestén bien. Mi único recuerdo negativo es debido a quehubo complicaciones en la acción, por lo que tuvimos que

huir precipitadamente sin podernos llevar más animales.SyC: Generalmente hacéis los rescates en granjasde gallinas. ¿Por qué elegís estos animales?M.K: Tanto la elección de los animales como el númerodepende de nuestra capacidad para encontrarles un hogaradecuado y de encontrar un buen medio de transporte.SyC: ¿Cómo evitas el ser arrestado?M.K: No intento evitarlo. No dejo que los posibles arres-tos influyan en lo que hago. No van a conseguir acobardar-me.SyC: Tuviste un accidente durante un rescate degallinas, ¿puedes decirnos qué ocurrió?M.K: Fue en Austria, durante una investigación en unagranja de dos plantas, de la cual esperaba que ademáspudiésemos sacar algunas gallinas. Había tenido unasemana difícil,y había estado varias horas conduciendo. Eldía anterior habíamos entrado a 5 edificios y este era elsegundo edificio de la noche. Lo que ocurrió fue una con-secuencia de mi imprudencia y posiblemente también delcansancio acumulado. Simplemente no había parado,había dormido poco y trabajado mucho. Había asegurado la escalera a las dos personas que subie-ron antes que yo, y cuando subí yo no había nadie sujetan-do la escalera. Cuando estaba en el último peldaño y esta-ba apunto de acceder al edificio, la escalera se cayó, embis-tió contra el suelo y yo con ella. Caí de espaldas contra elsuelo, y mi pie había quedado entre los peldaños. Habíacaído de una altura de 4 metros en una superficie decemento.El resultado fue que tuve tres huesos del tobillo con frac-turas múltiples y el arco del pie se había destrozado. En el

hospital me aplicaron hielo ya continuación me operaron.Unieron con alambres lostrocitos de hueso, me pusie-ron nueve tornillos en el pie,que se quedarán ahí parasiempre. Me extrajeron untrozo de pelvis con el queintentaron rellenar un aguje-ro en mi tobillo, pero comono era suficiente rellenaronel resto con cerámica. Tuveotra operación al día siguien-te porque uno de los alam-bres se había metido entrelos huesos. Los médicos me informaron de que tendríaproblemas en ese pie el resto de mi vida. Ya he salido del hospital, pero paso la mayor parte deltiempo sentado con el pie en alto, en cualquier otra posi-ción se inflama enseguida y toma un color violeta bastan-te gracioso. Por desgracia, después de la operación vinie-ron más problemas: parte del pie (la planta y tres dedos)tienen osteoporosis.Creo que teniendo en cuentala altura, cómo fue la caída,y la superficie en la que caí,tuve mucha suerte. Todoslos años en los que he estadoentrenando artes marcialesfueron muy útiles, porqueaprendí a reaccionar rápidoy a caer bien. Ahora empe-zaré a ir al fisioterapeuta y acontinuación volveré con lasinvestigaciones y los resca-tes. No me preocupa lalesión, pero me quita tiem-po para seguir mis proyec-tos.Mi compañera y amiga sacó en sus brazos una gallina delprimer edificio en el que habíamos estado aquella noche, yun par de días después del accidente mis amigos de SaboTiere fueron a la granja de gallinas ponedoras donde suce-dió el accidente y rescataron dos gallinas y en otra granjasacaron otras 13. Eso me da muchos motivos para seguirsonriendo.SyC: ¿Quieres añadir algo?M.K: Alguien me pidióhace poco que resumiesemis creencias en unas pocasfrases. Respondí que unafrase corta era suficiente: nocauso dolor cuando nonecesito hacerlo. Esta filo-sofía me deja la posibilidadde elegir y la responsabili-dad de hacerlo. A la vez meenseña a pensar en hechos ytambién en cosas inciertas.Y lo mismo puede aplicarsea cualquier otro. No es unafrase que otorga autoridad.No fomenta los deseosoligárquicos, timocráticos,

democráticos o tiránicosde nadie.La mayor parte de la genteen el movimiento por ladefensa de los animales noven a las personas comoseres libres, sino que secentran en empresas,gobiernos, leyes, la prensay los famosos; demuestrantener una ingenua creen-cia perestroika. Se ven a símismos como una especiede virus positivo, conside-ran un avance el lograr

formar parte del sistema al que se oponen. Si se une másgente a sus programas es porque un saco de esperanza esmás importante para ellos que un puñado de realidad.Debido a que quieren mantener a aquellos a los que se hanunido, terminan enviando un mensaje en el que no se pro-pone un cambio de programas. Ocultan el verdadero ros-tro y argumentos a favor de la dominación de los animalesno humanos cada vez más, y terminan estando tan escon-

didos como un piercing enel clítoris de una monja. Pasan a formar parte deljuego, el folclore del siste-ma, lo cual les otorga ciertarelevancia social comocompensación por ayudar-les a mantener la confianzaen sus principios, su ordeny por aceptar sus mecanis-mos para hacer que lascosas cambien. Nos distraen al crear ilu-siones sobre un futuromejor en lugar de dejar que

la gente se centre en hacer que cambie el presente.Degeneran en un mero anuncio de un buen sentimiento,sin necesidad de una confrontación con las razones políti-cas y económicas de la dominación. Se sienten y se declaran apolíticos, y a la vez intentaninfluir en las leyes, presionar al parlamento, al senado, algobierno, hacen peticiones y pierden el tiempo votandocuando hay elecciones. Creen que algún día alcanzarán el horizonte, porque creenque la Tierra es plana.

Estoy seguro de que inclusoaquellos aspectos en los quese han hecho logros dentrodel sistema se deben alesfuerzo de aquellos que serebelan contra él, y no graciasa aquellos que se dejan engu-llir por el sistema.Mis reflexiones me han lleva-do a la conclusión de quesería incoherente e ilógico servegano pero no ser anarquistaal mismo tiempo.Hazte vegano. Sé abolicionis-ta. Apoya al Frente deLiberación Animal.

Últimamente he oído a varias perso-nas decir que los activistas del FLAque salen en fotos con animales enbrazos parece que están posando consus “trofeos”. Casualmente ningunade las personas a las que he oído deciresto ha sacado jamás a un animal deuna jaula.

Cuando abrazas a un animal que hapasado toda su vida encerrado, tienesuna sensación única. Es un momentoabsolutamente inolvidable e irrepeti-ble. Cada animal rescatado es dife-rente, cada acción también. Cuandoalguien dice que inmortalizar esemomento con una fotografía esposar con un trofeo deja claro queno tiene ni idea de lo que estáhablando. Pero deja claro tambiénque es una persona profundamen-te especista. ¿Cómo alguien que nosea espe-

c i s t ap u e d ever enuna ima-gen así, untrofeo, enlugar de ver a

un hermano ayudando a otro? La mejor forma de criticar lo que

hacen otros es a través de la acción,mostrando los resultados obtenidoscon una nueva estrategia. Pero, comohe dicho antes, las personas que sepermiten el lujo de hacer estas críti-cas nunca han hecho una liberación,ni la harán. He llegado a oírles decir:“mientras uno está grabando ohaciendo fotografías, se podrían res-catar más ani-

males”. Ni siquiera se paran a pensarque mientras esas personas están res-catando animales, ellos están dandolecciones de cómo se deben hacer lasliberaciones.

Siempre que las circunstancias lopermitan es fundamental hacer fotosy grabar videos en liberaciones ysabotajes porque incitan a la acciónmucho más que los comunicados yque las lecciones de estos revolucio-narios de biblioteca. La imagen de un

encapuchado abrazado a su her-mano recién rescatado es la

imagen de la liberaciónanimal hecha realidad.

Y por eso es impor-tante.