Hacia Una Sociedad de Autores Teatrales en Colombia

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HACIA UNA SOCIEDAD DE AUTORES TEATRALES EN COLOMBIA Por Carlos Enrique Lozano Guerrero El año pasado escribí y dirigí una obra teatral en Buenos Aires. Para poder estrenarla, el teatro exigía que el texto estuviera registrado en ARGENTORES, Sociedad Argentina de Autores, porque, de lo contrario, estaría infringiendo las reglamentaciones vigentes y quedaría sujeto a alguna penalidad. Así que me dirigí a sus oficinas y pedí los requisitos para inscribir el texto. Al enterarse de mi condición de extranjero me informaron que lo más sencillo sería registrar la pieza en la sociedad de autores de mi país y que, a través de convenios establecidos, ellos me enviarían los recaudos. No sin cierto titubeo les contesté que en Colombia no existía tal tipo de agremiación. La mujer que me atendía levantó la vista y en su mirada alcancé a leer lo siguiente: “¿De verdad pensás que soy tan boluda como para creer que en Colombia no exista un equivalente de Argentores? ” Pero desafortunadamente es así. La verdad es que en nuestro país no existe todavía una entidad que administre los derechos de los dramaturgos. El presente artículo esboza la necesidad de unirnos como gremio en torno a una asociación que difunda y proteja nuestro trabajo, y constituye un intento por dilucidar el tema. No es de ninguna manera un análisis exhaustivo, sino preliminar, y pretende invitar a la reflexión sobre un asunto controversial y polémico para el sector. Abordaré la cuestión de las sociedades de autores, brindaré ejemplos del funcionamiento de entidades en el mundo de habla hispana, trataré el tema de la relación entre SAYCO y los autores teatrales colombianos, intentaré contestar a la pregunta de por qué asociarnos, y plantearé algunas posibilidades de agremiación. En cuanto a los derechos de autor, me centraré en los de puesta en escena y no trataré los de edición (pues estos por lo general son negociados de manera directa con las editoriales). También dejo por fuera (o trato de manera tangencial) un asunto de primera importancia para el teatro nacional: el problema de la propiedad intelectual en las dinámicas colectivas de creación. Considero que esta problemática deberá ser una de las inquietudes principales a dilucidar por una futura sociedad de autores colombianos de teatro. En el sentido más básico, una sociedad de autores es una

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HACIA UNA SOCIEDAD DE AUTORES TEATRALES EN COLOMBIAPor Carlos Enrique Lozano Guerrero El ao pasado escrib y dirig una obra teatral en Buenos Aires. Para poder estrenarla, el teatro exiga que el texto estuviera registrado en ARGENTORES, Sociedad Argentina de Autores, porque, de lo contrario, estara infringiendo las reglamentaciones vigentes y quedara sujeto a alguna penalidad. As que me dirig a sus oficinas y ped los requisitos para inscribir el texto. Al enterarse de mi condicin de extranjero me informaron que lo ms sencillo sera registrar la pieza en la sociedad de autores de mi pas y que, a travs de convenios establecidos, ellos me enviaran los recaudos. No sin cierto titubeo les contest que en Colombia no exista tal tipo de agremiacin. La mujer que me atenda levant la vista y en su mirada alcanc a leer lo siguiente: De verdad penss que soy tan boluda como para creer que en Colombia no exista un equivalente de Argentores? Pero desafortunadamente es as. La verdad es que en nuestro pas no existe todava una entidad que administre los derechos de los dramaturgos.El presente artculo esboza la necesidad de unirnos como gremio en torno a una asociacin que difunda y proteja nuestro trabajo, y constituye un intento por dilucidar el tema. No es de ninguna manera un anlisis exhaustivo, sino preliminar, y pretende invitar a la reflexin sobre un asunto controversial y polmico para el sector. Abordar la cuestin de las sociedades de autores, brindar ejemplos del funcionamiento de entidades en el mundo de habla hispana, tratar el tema de la relacin entre SAYCO y los autores teatrales colombianos, intentar contestar a la pregunta de por qu asociarnos, y plantear algunas posibilidades de agremiacin. En cuanto a los derechos de autor, me centrar en los de puesta en escena y no tratar los de edicin (pues estos por lo general son negociados de manera directa con las editoriales). Tambin dejo por fuera (o trato de manera tangencial) un asunto de primera importancia para el teatro nacional: el problema de la propiedad intelectual en las dinmicas colectivas de creacin. Considero que esta problemtica deber ser una de las inquietudes principales a dilucidar por una futura sociedad de autores colombianos de teatro. En el sentido ms bsico, una sociedad de autores es una agremiacin de personas dedicadas a la creacin de textos que se renen para fundar una entidad de gestin colectiva a la cual darn la potestad para proteger sus creaciones y defender sus intereses. En la Circular 002 de la Direccin Nacional de Derecho de Autor, del Ministerio del Interior y de Justicia, del 22 de abril de 2009, se define los derechos de autor como: [...] la facultad exclusiva que la Ley le otorga al autor de una obra para difundirla o divulgarla como resultado de su creatividad, para reproducirla, transmitirla y comunicarla al pblico de cualquier manera, o por cualquier medio conocido o por conocerse y para autorizar a otras personas, naturales o jurdicas, para que la utilicen mediante el pago de una remuneracin, y una sociedad de gestin colectiva como: [...] una organizacin privada de base asociativa y naturaleza no lucrativa que se dedica en nombre de sus socios a la gestin de los derechos patrimoniales de las obras o prestaciones que representa[footnoteRef:1]. Estas sociedades nacen, primero, de la necesidad de los creadores de proteger su obra de mantener cierto control sobre la manera como el producto de su intelecto ser utilizado pblicamente y de cobrar por ello y, segundo, de su imposibilidad para hacerlo de manera individual. Para un dramaturgo, por ejemplo, es difcil saber si una pieza suya est siendo representada en otro lugar del territorio nacional o del extranjero y cobrar as lo correspondiente a no ser que los responsables de llevarla a escena se comuniquen con l, mientras que para una asociacin esta labor sera parte de su mandato y se vera facilitada por el hecho de administrar los derechos del repertorio de numerosos autores. [1: La misma circular aclara que por prestaciones se entiende [...] a las interpretaciones o ejecuciones, los fonogramas y las emisiones de radio y televisin. ]

La proteccin y el recaudo de los derechos de autor de las obras escritas no es, sin embargo, el nico propsito de una sociedad de autores. Su objetivo tambin es el de representar al gremio ante las instancias gubernamentales con el fin de lograr, entre otros, que el ejercicio de la actividad de sus miembros est regido por un marco legal claro y beneficioso; que est protegido ante eventuales amenazas externas; que sea reconocido como una actividad productiva que contribuye tanto al desarrollo econmico de la comunidad como a su progreso cultural y artstico, y que se destinen partidas presupuestales para apoyar acciones de divulgacin, creacin y formacin. La mayor parte de estas asociaciones brindan, asimismo, asesora y capacitacin jurdica a sus miembros, ofrecen beneficios sociales (seguridad social para algunos de sus afiliados), y son centros de documentacin para las obras de sus asociados. En el mundo de habla hispana, las principales sociedades de escritores son la SGAE, de Espaa, ARGENTORES, de Argentina, y SOGEM, de Mxico. Cada una funciona de manera diferente, pues responde a las distintas particularidades de sus pases. La ms grande, en trminos de cantidad de asociados y amplitud de su repertorio, es la SGAE, con 110 aos de funcionamiento, ms de 90.000 socios de diferentes nacionalidades, una red de 200 representantes nacionales, y delegaciones propias en Argentina, Brasil, Cuba, E.E.U.U, Japn y Mxico. Su repertorio est compuesto por ms de tres millones de obras dramticas y coreogrficas, composiciones musicales de todo gnero y audiovisuales, como largometrajes, cortos, documentales, series de televisin, etc. SOGEM, por el contrario, no trabaja con obras musicales, y ARGENTORES protege solamente a los compositores de msica para obras teatrales. La sociedad mexicana agremia poetas, narradores, dramaturgos, escritores de cine, radio y televisin; escritores de publicaciones peridicas, investigadores tcnicos, cientficos sociales y todos aquellos que generen obras escritas. La entidad argentina, en cambio, rene slo a los autores de radio, cine, televisin y teatro. En Colombia, SAYCO congrega a los compositores e intrpretes de creaciones musicales y se encarga de recaudar y distribuir los derechos patrimoniales de sus obras, pero no cuenta con dramaturgos, narradores ni poetas entre sus asociados. SAYCO es una sociedad de gestin colectiva fundada en 1946 por compositores y autores dramticos. En sus inicios, no obstante, y antes de que comenzara a operar de manera general, una pugna interna entre dramaturgos y compositores se resolvi a favor de estos ltimos, y los primeros se retiraron de la sociedad. Desde entonces, SAYCO se ha encargado de administrar principalmente los derechos de obras musicales (hoy en da cuenta con un repertorio de 140.000 obras nacionales). Toda ejecucin pblica de una pieza musical en Colombia est sujeta al pago de derechos de autor, ya sea una interpretacin en vivo o una reproduccin a travs de cualquier medio. El encargado del cobro es SAYCO, quien tiene un monopolio de hecho y no de ley, como el de ARGENTORES (para los escritores) o el de SADAIC (para los msicos) en Argentina. Es decir, en caso de existir otra entidad de gestin colectiva que sea aprobada por el Ministerio del Interior y de Justicia y est bajo la vigilancia de la Direccin Nacional de Derecho de Autor no tendra ningn impedimento legal para recolectar este cobro. Por ahora, sin embargo, y en lo que respecta a los dramaturgos nacionales, tal asociacin no existe, as que no existe tampoco inconveniente alguno en que nos adhiramos. Por qu no estamos los autores teatrales afiliados a SAYCO? Por qu no habramos de querer que una entidad ya establecida, con cobertura nacional e internacional, administrara nuestras piezas? Las razones, que son muchas y complejas como veremos ms adelante, tienen que ver principalmente con la precariedad del sector teatral; su diversidad; nuestras posiciones divergentes con respecto a los derechos de autor, y los prejuicios acerca del cobro y la gestin de SAYCO, en particular, y de las entidades intermediarias, en general. Dado que en el momento no hay dramaturgos afiliados, no puedo brindar un ejemplo especfico de cmo repercutira en las finanzas de un autor la administracin de sus obras por parte de SAYCO. El procedimiento general, sin embargo, si un dramaturgo quisiera afiliarse, sera ms o menos el siguiente: el autor se asocia y entrega su obra a SAYCO para que sea administrada por ellos (negociara si entrega los derechos de puesta en escena, de edicin o de ambos); SAYCO (suponiendo que le hayan sido entregados los derechos de puesta en escena) exige entonces a cualquier grupo interesado en montar alguna de sus obras el pago de los derechos de autor que corresponder, probablemente, al 10% de los ingresos brutos por taquilla ms iva[footnoteRef:2]; SAYCO retiene lo equivalente a los gastos de administracin, que por ley puede llegar a ser una deduccin hasta del 30%, aunque normalmente es menos, y, por ltimo entrega al autor, trimestralmente, el resto de lo recolectado. [2: La figura del 10% puede ser rastreada hasta el Estatuto de la Reina Ana de 1710, tratado pionero en lo que a derechos de autor se refiere. Segn algunos y si no es as, igual es una bonita licencia potica este pago era originalmente un diezmo que se le reconoca no slo al autor, sino especficamente a la porcin divina de inspiracin que lo haba habitado en el momento de su creacin.]

Todas las sociedades de autor tienen categoras de afiliados. La inscripcin del asociado en una de estas categoras depende de su recaudo anual. Sobra decir que en un pas como el nuestro lo recaudado por los dramaturgos sera nfimo y, muy seguramente, no seramos miembros de privilegio de la asociacin. No obstante, todo esto es hipottico pues, repito, hasta ahora SAYCO no se encarga de la obra de ningn autor teatral colombiano y, por lo tanto, las condiciones especficas de afiliacin, la dinmica financiera y el estatus dentro de la entidad, entre otros, seran negociados en el momento de su ingreso. La capacidad de negociacin, claro est, ser mayor entre mayor sea el nmero de dramaturgos que deseen afiliarse. Y esto nos remite a uno de los puntos centrales de este artculo: es evidente la necesidad de agremiarnos como autores de teatro, pero especficamente en torno a qu y cmo hacerlo? Es de pblico conocimiento que no existe en Colombia una agremiacin verdaderamente representativa que congregue al medio teatral. Lo ms cercano fue la Corporacin Colombiana de Teatro en el momento de su apogeo, durante los aos setenta y ochenta. Como muestra de su esfuerzo y poder de convocatoria, quedan para el recuerdo los Festivales Nacionales donde el sector poda encontrarse y disfrutar de sus creaciones. El eje aglutinador de los intentos asociativos de la poca, sin embargo, no eran tanto los intereses gremiales como los ideolgicos y, por lo general, eran motivo de disputas y juegos de poder. No entrar a hacer un recuento de las tentativas de unin del sector ni de las causas por las cuales fracasaron, pues el tema amerita un largo ensayo aparte. Anotar, sin embargo, que hoy en da subsisten la ande (Asociacin Nacional de Directores Escnicos de Colombia) fundada en 1992 a raz del Primer Taller Nacional de Direccin Escnica convocado por Colcultura y Dimensin Educativa, ATRAE (Asociacin de Trabajadores de las Artes Escnicas), cuyo espacio principal de accin es Medelln, y, ms recientemente, el Consejo Nacional de Teatro. Este ltimo es un poco ms representativo que las dos anteriores, pero, aunque habla a nombre del sector, no es un ente autnomo, sino un organismo asesor del Ministerio de Cultura, que corresponde al Sistema Nacional de Cultura. En cuanto al rea de dramaturgia, especficamente, no hay tampoco una entidad que nos congregue a los autores. Desde hace un par de aos existe, no obstante, la Red Nacional de Dramaturgia en cuya pgina web (www.dramaturgiacolombiana.org) es apreciable un directorio de miembros y un listado de actividades desarrolladas en las ciudades de Bogot, Cali, Armenia y Manizales. Estas actividades son principalmente acciones de formacin y reuniones de discusin en torno a textos escritos por los miembros. La Red surgi de una iniciativa de la Corporacin Luna en conjunto con el Ministerio de Cultura. Como parte del trabajo preliminar para su constitucin, se hicieron reuniones de diagnstico con dramaturgos. Una de las conclusiones a las que se lleg fue que no haba unanimidad acerca de la necesidad de asociarse como autores, por esto la Red no es una agrupacin representativa del sector. La mayora de sus miembros son aspirantes a dramaturgos y autores emergentes, y no hacen parte de ella ninguno de los dramaturgos nacionales consagrados como Santiago Garca, Carlos Jos Reyes, Vctor Viviescas o Fabio Rubiano, por nombrar slo a algunos. Tampoco se encarga del tema de los derechos de autor y su proyecto principal es de orden pedaggico. Es, sin embargo, lo ms cercano que tenemos en Colombia a una agremiacin deliberada de autores y podra, en un futuro, dar el salto a una sociedad ms amplia e incluyente. A partir del surgimiento del Nuevo Teatro Colombiano, en la dcada del cincuenta, y con la constitucin de los grupos ms representativos de la actividad teatral en nuestro pas, como el TEC y La Candelaria, los dramaturgos pasan de educarse en la soledad de la sala de lectura a formarse escribiendo al interior de los colectivos. La escritura teatral deja entonces de ser un hecho previo y separado del de la puesta en escena, y los autores se convierten en el miembro del grupo designado para ordenar y dar forma textual al material que surge en el escenario. Anteriormente no era as. Los dramaturgos no eran personas de teatro, sino escritores que adoptaban el gnero dramtico como un molde en el cual verter contenidos locales, principalmente para [...] exaltar el espritu patritico, ilustrar a las masas y corregir las costumbres[footnoteRef:3]. En el siglo XIX, en Colombia, se daba por sentado que el texto anteceda al hecho escnico y por eso, en la bsqueda de un teatro nacional, lo primero que se reclamaba era la existencia de autores que escribieran las obras dramticas que el pas requera. As naci la primera asociacin del sector en 1879: la Sociedad Colombiana de Autores Dramticos, fundada por Lzaro Mara Prez y Jos Mara Gutirrez de Alba. Esta entidad, que ms que organizar al medio pretenda educarlo, desapareci al cabo de unos pocos aos, dando paso a otra entidad, de carcter ms general: el Ateneo de Bogot. A mediados del siglo XX, y de la mano de los grandes renovadores de nuestro teatro, como Enrique Buenaventura y Santiago Garca, la escritura de los textos comienza a concebirse ya no como un hecho desligado del escenario, sino como el fruto mismo de la actividad escnica. Sin embargo, cuando la actividad de aquel que escribe surge dentro de la prctica de un colectivo, el acto de creacin se convierte en un hecho compartido que impide (o por lo menos dificulta) reclamar la autora, y por ende los derechos, a una sola persona. Los textos, entonces, se convierten en propiedad del conjunto y se da por entendido que un grupo no debera montar la obra de otro. Por las anteriores razones, durante muchos aos el tema de los derechos de autor en cabeza de los dramaturgos ha sido fuente de inquietud y discrepancias en el sector. Hace falta, sin duda, un anlisis a fondo de esta cuestin liderado por los practicantes de aquella fecunda modalidad de la creacin teatral: la colectiva. [3: Lamus Obregn, Marina. 1998. Teatro en Colombia: 1831 1886. Bogot: Planeta: 71-72. 94]

Hoy en da el tema todava divide al gremio. En los aos noventa, durante un congreso de dramaturgos realizado en Medelln en honor a Jos Manuel Freidel, los invitados discutan acerca de los derechos de autor. Algunos argumentaban a favor de la necesidad de que en Colombia se reconociera el trabajo de los dramaturgos y se pudiera cobrar por ello. En medio de la discusin, uno de los all presentes anot con intencin satrica que con respecto a los planteamientos que se hacan l difera, pues en su caso no solamente no exiga una retribucin por ceder los derechos de puesta en escena, sino que, por el contrario, estaba dispuesto incluso a pagar al grupo que montara una de sus obras. Esta ancdota ilustra un razonamiento que se utiliza usualmente para desechar el tema: en el caso colombiano, especialmente para los grupos de provincia, ya es bastante esfuerzo montar una obra como para encima ponerles el lo de pedir permiso o pagar por los derechos. Este argumento, sin embargo, es paternalista (pues presume que los grupos de provincia, o luchan contra unos obstculos infranqueables, o simplemente no poseen la capacidad para superar sus dificultades y por ende hay que darles cuanta asistencia sea posible), y adems condena el sector a la informalidad (pues el cobro por nuestro trabajo bien sea como dramaturgos, directores, actores, escengrafos, etctera enmarca nuestra prctica dentro de una actividad profesional sujeta a regulaciones y exigencias). Otro argumento similar al anterior es aquel resumido en la siguiente advertencia: Si a los dramaturgos no nos montan sin que los grupos tengan que pagar, mucho menos lo van a hacer si nos tienen que reconocer los derechos de autor. De esta sentencia se desprende la siguiente conclusin: para los autores es ms importante que monten nuestras obras a que nos paguen y estamos dispuestos a sacrificar lo segundo por lo primero. Esta separacin incompatible entre la escritura y la paga, estimula y prolonga un mal que se ha enquistado en nuestra cultura teatral: aquella creencia de que es suficiente recompensa para el autor el hecho de que monten su obra. Yo, por mi parte, debo decir que, invirtiendo la conclusin anterior, prefiero que me paguen a que me monten (con la excepcin de procesos acadmicos en los que soy partidario de la cesin de los derechos). S que escribir teatro para guardar los textos en el cajn es no slo triste, sino absurdo, pero tampoco creo que los autores debamos estar dispuestos a que nuestras obras sean montadas a cualquier costo. Si alguien quiere poner mis textos en escena, espero que me reconozca el tiempo que le dediqu a escribirlos (y por ende los aos, esfuerzo y dinero que he invertido en formarme como autor teatral). Como veremos ms adelante, el debate debera girar en torno a la cantidad especfica que debera recibir el autor y la necesidad de un cambio cultural que haga que el texto deje de ser visto como un patrimonio universal y sea considerado como el fruto de un individuo que tiene derechos sobre el producto de su trabajo. El ao pasado, en Buenos Aires, al confiarle a Rafael Spregelburd mi temor de que nadie fuera a ver la obra que yo estaba montando me respondi: Che, quedte tranquilo que ac somos afortunados, el pblico siempre va a teatro, no importa lo que hags. Su respuesta no me tranquiliz, porque si la asistencia masiva a las salas es regla en el pas austral, yo, en mi pesimismo, estaba seguro de que mi caso sera la excepcin, y porque la segunda parte de su rplica implicaba que el pblico ira a ver cualquier cosa, sin importar la calidad del espectculo (de esa manera, me quedara sin saber si lo que hice haba gustado o no, pues siempre he considerado que las salas llenas son una recompensa por un trabajo bien hecho). Con respecto a lo primero me equivocaba, estuvimos tres meses en cartelera y el pblico asisti regularmente, y con respecto a lo segundo, todava confo en que si a los espectadores no les hubiera interesado nuestro trabajo no habramos podido mantener las funciones durante ese tiempo. De todas formas, el caso bonaerense es una rareza notable. Normalmente el pblico no asiste en masa a las salas de teatro, eso lo sabemos bastante bien quienes nos dedicamos a esta labor en Colombia. La ausencia de espectadores es un hecho que se traduce en que, con contadas excepciones, en nuestro pas los que nos dedicamos al teatro no podamos vivir de l: ni los dramaturgos, ni los directores, ni los actores, ni los escengrafos, etctera. Entonces, otro argumento esgrimido usual- mente contra el pago de derechos de autor tiene que ver justamente con la precariedad del medio: puesto que la plata que entra por taquilla no alcanza, es injusto que se les pague a unos (los dramaturgos) a costa de los otros (el resto). Pero, dado el estado actual de cosas en el pas, lo ms frecuente es que suceda lo contrario: la taquilla sirve para pagarle a todos de manera moderada, est claro excepto a los autores (cuya paga, como lo vimos anteriormente, sera el hecho de que hayan montado su texto). As que el teatro termina convertido para sus participantes en una actividad econmica de escasas utilidades, es cierto con la excepcin del dramaturgo. Esto debe cambiar. Yo, por mi parte, exijo que se me reconozca el 10% de los ingresos netos del grupo por funcin (o de la taquilla bruta dependiendo del caso). Esto me parece justo porque el autor participa as como un integrante ms del hecho escnico que no se lucra por encima de los dems: si no entra nada, el autor no recibe paga, pero tampoco obliga al colectivo a endeudarse para cubrir los derechos. Hace veinte o treinta aos haba una gran cantidad de grupos con ansias de hacer teatro y con pocos textos nacionales para montar. Hoy en da, la ecuacin se invirti y, en todo el territorio nacional, cada vez hay ms autores escribiendo. Infortunadamente no ha aumentado de manera significativa la cantidad de obras colombianas en cartelera, lo cual muestra un desfase entre lo que se escribe y lo que se monta en el pas (tema apasionante que, empero, no es el propsito de este artculo). Esta proliferacin de dramaturgos evidencia un proceso de cambio que terminar, estoy seguro de ello, por alterar significativamente el teatro que se hace en Colombia. Dada la situacin actual de nuestro medio, no es posible sobrevivir escribiendo, pero si nos organizamos y no cedemos en la exigencia del reconocimiento de nuestros derechos, las cosas pueden cambiar. As, a lo mejor, en una o dos generaciones las cosas sern distintas, y nuestros sucesores, como cualquier otro profesional, se dedicarn de lleno a esta labor (sin tener que conseguir trabajos alimenticios, como llaman los franceses a las actividades que uno desarrolla para subsistir). Es por esto que es imperativo asociarnos como autores teatrales en torno a una agremiacin que nos congregue. Al respecto, las opciones principales son dos: afiliarnos a SAYCO o crear una asociacin del sector. Las ventajas de unirnos a SAYCO tienen que ver con tres puntos principales: su experiencia, cubrimiento y solidez institucional. Esta entidad cuenta con ms de sesenta aos de trabajo en Colombia, durante los que ha enfrentado problemas especficos del pas relacionados con los derechos de autor. Aunque no trabaja concretamente en el rea de dramaturgia, s recauda lo relativo a obras de dramaturgos internacionales en eventos como el FITB. Esto lo hace por los convenios establecidos con entidades como la SGAE, SOGEM y ARGENTORES, entre otras, lo cual le permite, asimismo, recoger a travs de instituciones pares lo generado por sus asociados en el exterior. SAYCO est presente en todo el territorio nacional y cuenta con 19 coordinaciones regionales. Durante todo este tiempo, y al ser un monopolio de hecho, se ha erigido como un interlocutor de peso frente al Gobierno en lo que respecta al tema de derechos de autor. Su nombre es importante a la hora de las negociaciones y ha estado presente en los debates de polticas pblicas que afectan cuestiones de inters para sus miembros. De afiliarnos, los dramaturgos contaramos, entonces, con un fuerte respaldo institucional y podramos aprovechar no slo su infraestructura, sino adems su recorrido. Las desventajas de afiliarnos a SAYCO tienen que ver con nuestro probable estatus en la organizacin; con los altos costos de intermediacin en relacin con la precariedad de nuestro medio, y con la falta de experiencia especfica de la institucin en nuestra rea. Como mencion anteriormente, las sociedades de autores tienen diferentes categoras de miembros de acuerdo con sus recaudos anuales. En una entidad dedicada primordialmente al trabajo con msica, el teatro estara bastante rezagado en el vagn de los ingresos, y la actividad de los dramaturgos no incidira mucho en las entradas de SAYCO. Por esta causa, nuestra situacin en la entidad no sera muy favorable y tampoco quedaramos en una posicin ventajosa a la hora de negociar nuestras demandas. Esta misma cuestin de la disparidad de dinero que mueven anualmente la msica y el teatro hace que los costos de administracin, para nosotros como dramaturgos, sean muy altos. Es distinto que, por ejemplo, a un compositor, por un concierto, le deduzcan el 30% del 10% (es decir el 3% del total) de una taquilla de 50 millones de pesos le retendran milln y medio de pesos y le devolveran tres millones y medio a que a un dramaturgo le retengan el mismo porcentaje de una taquilla de un milln de pesos le descontaran treinta mil pesos y le entregaran setenta mil. Est claro que hay una diferencia monetaria grande en ambos casos y que entre menos se recaude, mayor ser el impacto de la deduccin. De otra parte, la falta de experiencia especfica de SAYCO en el rea de teatro hace que no existan precedentes para saber si su labor ser efectiva y beneficiosa para los dramaturgos. Asimismo, tampoco tenemos garantas de que SAYCO pueda lograr que, como sucede en Argentina, las salas de teatro deban tener negociados previamente los derechos de autor para poder estrenar una obra. La otra opcin es la de reunirnos en torno a una organizacin que parta del gremio. Las ventajas principales de esta alternativa son: el hecho de que la sociedad nazca de y para los dramaturgos garantiza que sea una entidad diseada a la medida de nuestras necesidades; el control de la entidad estar en nuestras manos, y adems esta iniciativa podra ser la punta de lanza para un cambio de fondo en nuestra cultura teatral. Si logrramos superar nuestras diferencias, una sociedad de dramaturgos sera una decisin que nacera de la voluntad de agremiarse, de un diagnstico de nuestras condiciones, y se ocupara entonces de los problemas que nosotros consideremos prioritarios. El control de la sociedad, adems, estara en nuestras manos y no respondera a intereses econmicos de mayor poder. Esto es importante porque garantizara que el plan de accin y los objetivos que surjan del anlisis de nuestras necesidades puedan cumplirse de acuerdo con nuestra capacidad para llevarlos a cabo. El xito de esta agremiacin generara un efecto positivo en el medio teatral invitando a los directores, actores, tcnicos, etctera, a reunirse en torno a iniciativas similares. La formalizacin del sector que an cuenta con numerosos detractores es algo que dignificar nuestra profesin, nos permitir insertarnos en una actividad productiva reglamentada, facilitar nuestro acceso a beneficios sociales hoy en da inexistentes, y posibilitar la comunicacin y el intercambio de conocimientos, experiencias y recursos con el extranjero. Est claro que la reunin del sector no equivale a su formalizacin pero s es un primer paso para alcanzarla. Las desventajas centrales de una sociedad independiente son las siguientes: la incapacidad histrica para asociarnos pareciera querer probar que es imposible lograrlo; no tenemos experiencia en el tema de derechos de autor y tampoco hay recursos para poner a andar una agremiacin de este tipo. No redundar en la dificultad que hemos tenido desde siempre para agremiarnos, pero s insistir en que, como dramaturgos, las posiciones tan distantes en torno al tema de los derechos de autor hacen bastante difcil la posibilidad de unirnos (pues la divergencia en este tema implica una discrepancia ms profunda: aquella sobre cmo entendemos la labor del escritor teatral). En el caso de que logrramos superar nuestros desacuerdos, nos veramos enfrentados a dos realidades: no tenemos experiencia en el tema y tampoco tenemos cmo sostener una sociedad que difunda y proteja nuestro trabajo. La ignorancia y falta de antecedentes en el manejo de los derechos de autor, sin embargo, ms que un obstculo es una de las primeras tareas que tendra que atacar esta hipottica entidad. En cuanto a la falta de recursos, el hecho mismo de estar constituidos como agremiacin permitira ejercer presin en distintas instancias gubernamentales y no gubernamentales para su consecucin. Lograr superar nuestras diferencias y congregarnos en torno a una asociacin que nazca del seno del gremio es, sin duda, lo ideal. Afiliarnos a SAYCO quiz podra ser una solucin ms sencilla, como hemos visto, pero nuestro medio slo alcanzar la madurez cuando podamos unirnos, a pesar de las diferencias, y solucionar en conjunto las problemticas que nos aquejan. Independientemente de nuestras opiniones o deseos, es un hecho que la tendencia dominante a nivel mundial es la integracin econmica. La insercin de la economa colombiana en un contexto global es una realidad que afectar tambin a la cultura y las artes, en general, y al teatro, en particular. Si como sector no nos preparamos para asumir este hecho intentando tener alguna injerencia en su desarrollo, no seremos nosotros quienes decidamos la manera como se desenvolver nuestra labor en el futuro, sino que las reglas de juego sern planteadas por agentes y circunstancias externas. La constitucin de una sociedad de autores teatrales y de entidades paralelas para los otros subsectores del teatro (la direccin, la actuacin, etc.) en las que se pongan sobre el tapete las discusiones que nos afectan es una manera de comenzar a formalizarnos y de dar un paso ms en el fortalecimiento de la dramaturgia colombiana en particular y del teatro colombiano en general. A manera de conclusin quiero anotar que aunque la asociacin del sector y su formalizacin no son la solucin mgica a nuestros problemas, s facilitaran nuestro trabajo y traeran ms consecuencias positivas que negativas para los dramaturgos en nuestro pas. La sensacin de comodidad que brinda el escribir solo es, por lo general, producto de la inseguridad y va muchas veces en contrava de la calidad de nuestros textos. La asociacin no slo trabajara por la defensa de nuestros derechos y la lucha por recursos y beneficios sociales, sino que sera un espacio importante para la presentacin y el examen de nuestras producciones. Este acto de compartir entre colegas permitir tambin que las discusiones artsticas retroalimenten nuestro trabajo hacindolo ms slido, generando interacciones de las cuales surgirn obras y autores nuevos.

Agradecimientos Para la escritura de este artculo me fueron imprescindibles las entrevistas y conversaciones informales con las siguientes personas: Viviana Alvarado (directora jurdica de SAYCO), Epifanio Arvalo (director teatral, docente de la ASAB), Jos Assad (dramaturgo, director teatral, actor, docente de la ASAB), Orlando Cajamarca (dramaturgo y director teatral, director general del teatro Esquina Latina), Pedro Miguel Rozo (dramaturgo, director teatral, actor, coordinador de la Red Nacional de Dramaturgia) y Fernando Vidal Medina (dramaturgo, director teatral, decano de la Facultad de Artes Escnicas de Bellas Artes de Cali).