GijónSport Nº158

Foto

: Gab

ino

Jove

Número 158 / Diciembre de 2014

ESTILOCUÉLLAR

Poco a poco se acerca el final del año y con ello llega también el último nú-mero de GijónSport de 2014. Atrás van quedando ya doce meses en los que por nuestras páginas han ido pa-sando muchos de los protagonistas del deporte gijonés. La mayor parte, ya lo sabéis, tienen que ver con un Sporting que sigue lanzado y que aún no sabe lo que es perder en lo que va de temporada.

Los de Abelardo continúan demos-trando que su entrega, su lucha y su constancia son la base de un equipo cargado de juventud pero también de ganas de triunfar y de demostrar de lo que son capaces. De eso hablamos en este número de GijónSport con Iván Cuéllar. El portero del Sporting se ha convertido en una pieza clave del engranaje rojiblanco y sus para-das han servido también para que la trayectoria del equipo sea la que está siendo. Sin embargo, con Cuéllar no hablamos solo de lo deportivo porque también nos interesa que lo conoz-cáis más de cerca.

En este número de GijónSport tam-bién podéis encontrar una entrevista con un nombre que seguro que os resulta familiar. Pablo Acebal se aso-

GijónSport - Editorial

Toca cerrar el 2014Edita:El Tajalápiz Media

Contenidos:David González@DavidGonzalezzz

Marcos Martín@MarcosMatin87

Marta Tejerina@MartaTeje

Fotografías:Gabino [email protected]

Cris Valle

Maquetación:El Tajalapiz S.L.

Publicidad: El Tajalapiz Media

Contacto:[email protected]@gijonsport.es

ma también a nuestras páginas para hablarnos de sus vivencias dentro y fuera del fútbol.

Este mes también hemos queri-do acercaros a otro deporte que no siempre recibe la atención mediática que se merece. Hablamos de vela y más concretamente de la clase 49er, sin duda la más espectacular de to-das las modalidades olímpicas. Para ello hemos compartido una jornada con los hermanos Alonso Tellechea. Ellos llevan ya varios años luchando por estar en los Juegos Olímpicos y ahora centran todos sus esfuerzos en poder participar en los de Rio. Por eso hemos querido que conozcáis más de cerca su preparación y la mo-dalidad en la que van a pariticipar.

Así cerramos el 2014 en GijónSport. Con el deseo de que el próximo año esté repleto de éxitos para nuestros deportistas y también para vosotros que no leéis mes a mes.

“Termina un año y ya asoma el próximo. Que 2015 esté repleto de éxitos para nues-tros deportistas y también para nuestros lectores”

GijónSport es una publicación digital de caracter mensual y gratuita. Queda expresamente prohibida la reproducción total o parcial de los textos, fotografías y otros elementos sin la expresa autorización.

06. Iván CuéllarDescubrimos la faceta de empresario del portero rojiblanco y hablamos de su momento deportivo.

04. Análisis deportivoMarcos Martín analiza este mes la dinámica de un Spor-ting que ya ha entrado en la historia.

24. Pablo AcebalEntrevistamos y conocemos de cerca al jugador repasan-do sus vivencias dentro y fuera del campo.

34. La importancia del pieHablamos con el podólogo Miguel López Vigil y conoce-mos su clinica de Gijón.

30. Pablo ÁlvarezEl exjugador del Sporting nos habla este mes sobre las experiencias que le deja el mundo del fútbol.

38. Los hermanos TellecheaEste mes entrevistamos a estos hermanos argentinos pero muy vinculados a Gijón y que buscan una plaza para estar en los Juegos de Río.

NÚMERO 158, DICIEMBRE DE 2014

06

Especiales

C O N T E N I D O S

Otros temas

Y además...

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Dicen que el amor a unos colores es in-condicional. El que nace siendo del Spor-ting, muere siendo del Sporting. A pesar de todo. Pero hay veces en las que uno se siente más orgulloso que nunca de lucir la camiseta rojiblanca cuando tiene que salir de casa: el 16 de junio, tras el último as-censo a Primera; cuando Mourinho dudó de la profesionalidad de nuestro equipo; después de que Miguel de las Cuevas re-ventase una Liga en el Bernabéu… O aho-ra.

El Sporting del ‘Pitu’ Abelardo enamora. O re-enamora. Ha despertado sentimientos que el aficionado de El Molinón había ol-vidado en los últimos tiempos. Demasia-dos disgustos, demasiadas muescas en un corazón rojiblanco, pero desencantado. Quizás sólo hacía falta un poco de senti-

do común, del que tanto carece el fútbol actual, en el que importa más la marca de calzoncillos de un delantero que los goles que suman otros cincuenta.

“El Sporting de Abelardo enamora, o re-enamora. Ha despertado sentimientos que el aficionado había olvidado

en los últimos tiempos”

Los Pablo Pérez, Nacho Cases o Bernar-do han hecho normalidad de lo anormal. Los números del Sporting son históricos. No sólo para el club gijonés, también para el fútbol español. Será difícil superar los registros que están marcando estos juga-dores, pero eso es lo de menos. El Spor-ting transmite ‘algo’ que va más allá de

Por Marcos Martín

GijónSport - Análisis

Y QUÉ MÁS DA

resultados. ¿Qué más da lo que sea? ¿Y qué más dan los resultados?

Algún día tocará perder. Entonces será con-veniente recordar el lejano mes de agosto, cuando ninguno dábamos un duro por este equipo. Sólo los futbolistas, que hicieron piña ante las adversidades, se veían ca-paces de callar bocas. Será conveniente recordar que el Sporting es un equipo de ‘guajes’ de Mareo, y que los resultados no han llegado por una cuestión de romanti-cismo; sino porque detrás hay un trabajo diario que pocos ven.

¿Qué más da que llegue la primera derro-ta? ¿O la segunda? ¿Qué más da que Car-los Castro falle un gol cantado? ¿O que un mal despeje de Luis Hernández acabe en un gol rival? El aficionado de El Molinón

vibra con su equipo porque, sobre el cés-ped, vuelve a ver a su equipo. Un conjunto reconocible. Con gente de Gijón, de Astu-rias. La grada disfruta con el Sporting. Y sufre, cuando toca.

Se vuelven a ver camisetas del Sporting en Gijón. Las llevan los más veteranos y exigentes, los que siguen defendiendo que se puede criticar a estos jugadores porque sus padres silbaban a Joaquín; y los más pequeños, que sueñan con jugar en El Mo-linón con la camiseta del Sporting. Al fin y al cabo, hace unos pocos años eran Carlos Castro, Pablo Pérez o Álex Serrano esos niños. Y como ellos, el resto de aficiona-dos rojiblancos. Son del Sporting. Y están orgullosos de serlo. ¿Qué más da todo lo demás?

Análisis - GijónSport

Por David GonzálezFotos: Gabino Jove

Cuéllar ponela guindaNo a todo el mundo le sienta bien un traje de chaqueta. Iván Cuéllar Sacris-tán lo luce con elegancia. Se siente cómodo. A él no le dañan los zapatos ni le ahoga el nudo de la corbata. Admite que se mira al espejo al menos un par de veces antes de salir de casa, que le interesa la moda y que le gusta cuidar su imagen. Es la cara más personal del portero del Sporting, el menos goleado de la Segunda División. Un futbolista con carácter, con personalidad y con estilo. El futbolista emprendedor.

GijónSport - En portada

En portada - GijónSport

La floración de los cerezos del Valle del Jerte es uno de los espectáculos que nos brinda la naturaleza que nadie debería perderse. Iván Cuéllar lo conoce bien. Sus raíces están muy cerca, sólo unos kilómetros al sur, en la capital de Extremadura, en Mérida. Los veranos junto a su familia en la zona del Jerte le vinculan emocionalmente con una actividad, la planta-ción de cerezos y la recogida de su fruto, que ha acabado convirtiéndose en uno de sus planes de presente y futuro. Cuéllar, extremeño hasta la médula, orgulloso de todo lo vinculado a su tierra, ha apostado por dos de sus productos estrella, las cerezas y las castañas, involucrándose en la empresa de su familia política, Aglaê.

En el mundo del fútbol, Cuéllar se ha convertido en ‘Pichu’ (aunque pre-fiere que ese apodo lo utilicen quienes tienen confianza con él). Fuera es Iván, el empresario, el estudiante de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y de inglés, el aspirante a entrenador, el embajador de la tierra extremeña, “la gran desconocida”, el fan de Denzel Washington (“el hom-bre que hace buena con su presencia cualquier película por mala que sea”), del flamenco o de la música de El Barrio. El amante de la enología, con grandes amigos en el sector del vino como como su excompañero García Calvo, uno de los inversores de las Bodegas Emilio Moro de Ri-bera del Duero, o Juan Tirado, propietario de la Bodega Habla en Extre-madura. Y el apasionado taurino, íntimo amigo de su vecino Miguel Ángel Perera. Son las muchas caras de uno de los pilares del Sporting.


Cuéllar, extremeño hasta la médula, ha apostado por dos de los productos estrella de su tierra: las cerezas y las castañas

Iván Cuéllar es algo más que un futbolista. No se limita a entrenar, llegar a casa y descansar en un sofá ejercitando los pulgares con el mando a distancia o el mando de una videoconsola. Es un tipo con inquietudes, con opinión sobre los temas. Y, sobre todo, un tipo con carácter. El mismo que exhibe en el campo se traslada a su vida personal.

Toda esa personalidad seguramente le viene en los genes, aunque las circunstancias han ayu-dado a curtirle. Hijo y hermano de futbolista (su hermano mayor también juega al fútbol a nivel amateur, además de correr maratones), Cuéllar admite que es lo que es “gracias a mi familia”. Ellos fueron los que siempre le apoyaron en los momentos duros, como cuando con tan solo 12 años salió de su casa para incorporarse a las categorías inferiores del Real Madrid. Fueron los que le arroparon y le animaron a seguir luchan-do cuando aquella experiencia no salió todo lo

bien que él hubiera deseado. Y también los que estuvieron a su lado en los momentos crudos, como las lesiones graves. Para los momentos buenos, aparece mucha más gente.

Momentos dulces como el actual, el que dis-fruta individual y colectivamente en el Sporting. Sonríe cuando se le plantea si, a los 30 años, se encuentra en el mejor momento de su carrera. “Yo me sentía mejor cuando tenía 24”, contesta. Pero no puede ocultar que está brillando con luz propia en un equipo que requiere de su expe-riencia en el campo y fuera. “Siento que tengo una responsabilidad grande. Ahora, al estar ro-deado de compañeros tan jóvenes, tengo una visión del fútbol distinta a la que tenía antes. Por mi experiencia, me siento en la obligación de orientarles, de advertirles de los peligros que se pueden encontrar, en el fútbol y fuera. Para que no se equivoquen ni se dejen equivocar por el entorno del fútbol”.

“Por mi experiencia, me siento en la obligación de orientar a un vestuario tan joven, de advertirles de

los peligros del fútbol y de lo que le rodea”


Fuera del campo Cuéllar es el empresario, el estudiante de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, el aspirante a entrenador y el fan de Denzel Washington



La juventud, ese defecto que se pasa con el tiem-po, es la seña de identidad de este Sporting. Tie-ne sus pros y sus contras, aunque Cuéllar valora la personalidad de la hornada que ha derribado la puerta del primer equipo del Sporting. “Además de buenos futbolistas, son muy buenos chavales. Chicos sencillos, disciplinados con la cabeza bien amueblada”, considera el emeritense. Y lo valora mucho, porque cree que, en general, a las nuevas generaciones de futbolistas les cuesta menos lle-gar y, posiblemente, lo valoran menos. “La culpa no la tienen ellos, sino los formadores”.

“Además de buenos futbolistas, los chicos que están saliendo son muy buenos chavales”

Cuéllar se muestra muy crítico con muchos aspectos del fútbol base; no entiende por ejemplo cómo se puede reclutar a chicos con 12 ó 14 años para sacarlos de sus casas y llevarlos a otros clubes. Se basa en su expe-riencia personal para censurar estas actitudes de los clubes. Considera que un chico debe haber alcanzado la madurez antes de dar un paso así.

El fútbol se acaba, más tarde o más temprano. Al menos el rol que ahora desempeña en el fútbol. Cuando cuelgue las botas y los guantes, no le gustaría desligarse de este mundo. En un año espera ser licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad Camilo José Cela, se ha sacado el nivel 1 de entrenador y no descarta ninguna opción profesional: ser entrenador, director deportivo, agente o entrena-dor de porteros. Convencido de que “todo está en la mente”, como decía en el segundo número de GijónSport, también ha realizado un curso de psicología deportiva.

Cuéllar no es sólo un profesional del fútbol, sino también un apasionado de su profesión. Y no siempre ambas cosas están ligadas. Por eso de-fiende a su gremio de algunas críticas que considera tópicos, como los salarios que perciben. Recuerda que “no dejamos de ser trabajadores en un entorno, el fútbol, en el cual se mueve mucho detrás. Nosotros somos los más expuestos socialmente, mientras hay mucha gente que gana ingentes cantidades de dinero y pasa desapercibida, sin exponerse a críticas. Reprochar que los futbolistas ganemos dinero me parece de gente hipócrita”.


“Criticar a los futbolistas por lo que ganan me parece de hipócritas. Hay gente que gana mucho más y no se expone a las críticas”

Se pregunta cuánto ganan los empresarios de diferentes sectores y cuánta presión social de-ben aguantar en comparación con los de su gre-mio. Y aunque le gusta conocer la actualidad, ha preferido no ver últimamente demasiados infor-mativos para no amargarse la vida. Tiene claro que esa diferencia de criterio para unos y otros es “un problema de educación” y considera que España aún debería aprender mucho de otros países europeos en ese tipo de valoraciones.

Está convencido de que “lo que consigue el fútbol no lo consigue nada”. Sacar a miles de personas a la calle, como sucedió en Gijón en el último ascenso, o a millones cuando la selec-ción española ganó el Mundial o las Eurocopas, “desmontando el tópico de que salir con la ban-dera de tu país era algo reservado a los estereo-tipados como fachas”.

Pero el mundo de Cuéllar no se limita al fútbol. No se considera un experto en el mundo de las cerezas, pero habla de ello con pasión. Quiere aprender pero, sobre todo, escuchar a los que saben más que él sobre ello. Sí presume de in-vertir en sus orígenes y de potenciar un produc-to autóctono de una tierra que “tiene muchísimo potencial. Es una tierra muy rica, donde se pro-duce queso, jamón, cerezas, castañas, nueces. Para quien le guste el campo y, con poco, vivir muy bien, es el sitio ideal. Allí la tierra es más barata, por eso muchos ‘famosos’ tienen pro-piedades allí”.

Cuéllar piensa en el futuro, aunque prefiere sa-borear el presente. Alguna vez ha relativizado la importancia de hacer planes recordando que “no sé si mañana me voy a levantar”. Le quedan solo unos meses de contrato con el Sporting y prefiere no hacer muchos planes en este “mo-mento de incertidumbre para todos”.

Cuéllar espera ser recordado en Gijón como “un buen profesional, un buen compañero

y una bella persona”


Sí tiene claro la estela que quiere dejar en Gijón después de siete años, casi un tercio de su vida. “Que me recuerden como un buen trabajador, profesional, buen compañero y bella persona”. Sería la forma de agrade-cer definitivamente “la apuesta que hizo por mí un club que me dio toda la oportunidad de volver a la Primera División, y al que estaré eternamente agradecido”. Y, por supuesto, le gustaría ser recordado por formar parte de la plantilla que ascienda al equipo a Primera División. Y poder disfrutar de las escenas que vivió en El Molinón hace seis años, cuando desde el banquillo del Éibar vio al Sporting abandonar temporalmente el infierno de la Segunda División. Esa sería la guinda, o la cereza del Jerte, para el paso por Gijón de un profesional con carácter, personalidad y talento. Y no sólo para el fútbol.


“Estaré eternamente agradecido al Sporting”

Una de ironías

Me dice un amigo que no entiende la cantidad de ofertas o intereses que ha tenido el Sporting en estos últimos meses. Tirando de lo publica-do, y de lo no publicado, a mí me llegan hasta diez los grupos y/o particulares que han querido comprar el club. No, yo tampoco lo entiendo...

No entiendo cómo alguien quiere comprar un club que tiene una masa social que, en el peor de sus años de la nueva era, ha conseguido lle-gar a más de 16.000 socios. No entiendo cómo un señor quiere hacerse con una entidad que tiene un estadio que es la envidia de media Liga BBVA en cuanto a infraestructuras y estética. Tampoco entiendo cómo un grupo empresarial se fija en una ciudad volcada con su equipo año tras año después de ser pisoteada y ningunea-da.

Entiendo menos que lleguen millones extranje-ros o nacionales para invertir en una plantilla de cantera a la que se quiere cuidar con vistas a medio plazo. Para nada me entra en la cabe-za que alguien venga a mejorar las instalacio-nes de Mareo, de las que a nivel nacional sólo se escuchan alabanzas y envidias sanas. Difícil de entender es que alguien prefiera invertir en el Sporting antes que en el Mallorca, Almería, Ge-tafe, Levante o clubes de más importancia que no vienen al caso.

Sí, la verdad es que no lo entiendo... Lo que sí entiendo es la inutilidad de tantos años a la hora de gestionar lo anteriormente citado. Año tras año, dejando escapar oportunidades para de-volver al equipo donde se cogió, porque está afi-ción no pide más: que lo dejen donde lo cogie-ron. Pero no, lo dejan con una deuda asfixiante, unos pagos inmediatos a Hacienda que ponen en peligro la viabilidad del club y en Segunda. Y este párrafo, al contrario que los tres primeros, no es ironía, es realidad. Que el cambio sea para bien, porque para mal es imposible.

Una de ironías

GijónSport - Opinión

“Espero que el cambio que se presenta

en el Sporting sea para bien, porque para

mal es imposible”

Rodrigo FáezPeriodista

@RodrigoFáez

Por Marcos MartínFotos: Gabino Jove

El futbolistaatípico

Pablo Acebal

GijónSport - Entrevista

Entrevista - GijónSport

No se peina antes de saltar al césped, ni estrena unas botas de estrambóticos colores cada fin de semana, pero vive el fútbol como cualquie-ra de los jugadores de Primera División. O más. Porque Pablo Acebal ha recibido muchas bofe-tadas de ese deporte que ama desde que era niño. Y siempre ha puesto la otra mejilla.

Ahora, este gijonés que ascendió con el Spor-ting B el histórico 15 de junio de 2008 y llegó a hacer una pretemporada en el primer equipo, a las órdenes de Manolo Preciado, disfruta del balón en el Langreo. Allí, en Ganzábal, ha coin-cidido con otro histórico rojiblanco, Redondo, el técnico que le recuperó para el fútbol: “Si estoy donde estoy, es gracias a él. Yo tenía decidido dejarlo y me llamó para jugar en el L’Entregu de Tercera División. Después de dos meses para-do, Redondo me hizo recuperar la ilusión por el fútbol”, recuerda Pablo, que define a su entre-nador como “un auténtico crack”. Sus charlas en el vestuario dan para muchas anécdotas, pero “me las guardo para cuando no estemos juntos; por si acaso lee la entrevista y me deja de poner”, bromea.

Pablo es un futbolista atípico. O al menos, no sigue los cánones marcados por los Cristia-no Ronaldo, Messi o Neymar, a los que define como “la punta del iceberg” del fútbol. Jugado-res que “forman parte de un modelo de negocio y lo asumen con naturalidad”. Pablo ha vivido varias caras del fútbol, siempre desde dentro,

conoce muy bien sus entresijos. Y reconoce que “lo que hace unos años era un juego, ahora se ha convertido un negocio. La gente con poder se dio cuenta de que había una mina de oro sin explotar y ha ensuciado el deporte”.

Aunque se identifica más con el Tato Abadía que con Cristiano Ronaldo –“fuera del campo, pero dentro también”, bromea Pablo–, exculpa a los futbolistas de la actual situación. “Es difícil asimilar, con 17 ó 18 años, que eres futbolista y que tienes un sueldo más o menos decente. Se te pasan muchas cosas por la cabeza y es en-tendible que te sientas el rey del mambo”.

Pablo Acebal disfruta jugando al fútbol, “aunque entiendo que la palabra futbolista se me queda muy grande”. Su humildad y sencillez le hace, a veces, hablar de su profesión como si le fuese ajena. Como si no practicase el mismo depor-te que los jugadores de Primera División. Y eso que, de haber estado en el lugar y el momento adecuados, quizás hubiese tenido su oportu-nidad. A Nacho Cases, su amigo y compañero durante muchos años, le pasó lo contrario. Am-bos estaban en el filial, con pocas opciones de llegar al primer equipo, y Pablo apostó por irse a Alicante: “Entonces, pensé que era la mejor decisión; a toro pasado, es fácil pensar que me equivoqué, pero no me arrepiento porque pien-so que el fútbol, tarde o temprano, te pone en tu lugar”, explica.


Fue Preciado el que le cerró las puertas del primer equipo. No contaba con él y le recomendó buscarse una salida. Pablo le recuerda con cariño: “Yo no puedo decir nada malo de Manolo. En el fútbol, por desgracia, sucede po-cas veces que la gente vaya de frente, y él vino, y me dijo sin vender humo y sin dar rodeos que no tenía sitio. Y además, teniendo en cuenta lo que hizo por el Sporting, cualquier sportinguista debería tenerle, como mínimo, cariño. Yo se lo tengo”.

Nacho siguió en Gijón y fue el entrenador cántabro el que le rescató. En Santander le dio la oportunidad de jugar con el Sporting. Y no la desaprove-chó. “Me siento doblemente orgulloso de ver a este Sporting. Porque más que futbolistas, veo jugar a amigos como Nacho o Lora. Ni siquiera tengo envidia sana, porque creo que la envidia nunca deja de ser mala; al contra-rio, me enorgullezco de verlos por la tele o en El Molinón”, dice Pablo.

“A Nacho le gusta mucho la cámara y controla siempre la situación –dice entre risas, y abunda, más serio–. Tiene un mérito enorme haberse sabido adaptar a este Sporting; brega, va a la lucha y pega patadas. Nacho era un jugador de ‘no mancharse’, de dar el último pase y con mucha visión de juego, un jugador de mucha calidad, que la sigue teniendo”.


Han compartido muchos momentos. Dentro y fuera del campo. Buenos y malos. Algunos em-barazosos. Pablo recuerda “un día, que salimos a tomar algo por la noche, y quiso llamar por teléfono a un amigo que se llama Enol, pero se equivocó y llamó al anterior de la lista, que era Emilio de Dios. No recuerdo si se lo llegó a co-ger, pero fuimos a Mareo con miedo al día si-guiente”.

Pablo es licenciado en Historia y entrena a cha-vales de Gijón. Además, está preparando unas oposiciones para ser profesor de secunda-ria. “Intentaré sacar la plaza y si la consigo, iré adonde me toque ir”. Eso supondría su adiós al fútbol, al menos como lo practica ahora. “Mi intención es seguir jugando, me da igual la cate-goría, pero intentaría compaginarlo con las cla-ses, como un hobbie”, explica.

Atrás quedan muchos años, y buenos, aunque en uno de ellos saboreó la amargura del fútbol: los impagos. Fue en Alicante, en su primera ex-periencia fuera de casa: “Lo pasé mal, más que por el dinero, por estar sólo, por estar lejos de los tuyos y no poder desahogarte con nadie. Todavía nos deben mensualidades, pero dicen que se aprende más de lo malo que de lo bue-no”. Pablo recuerda su vivencia en Villafranque-za: “Pasó lo que pasó en todo el fútbol español. Los clubes y los futbolistas vivimos por encima de nuestras posibilidades, sobre todo en la zona de levante, en la que los equipos estaban ges-tionados por empresas de construcción y cons-tructores. Y el año que fui yo, explotó todo en el Alicante”.

Pablo Acebal no se considera “una persona comprometida”, pero reconoce que “me gusta saber lo que pasa, hay cosas que me afectan, de manera directa o indirecta, e intento cam-biar las cosas malas, en la medida que puedo”. Cuando se le pregunta qué cambiaría del fútbol actual, lo tiene claro: “Algunos dirigentes. No creo que el principal problema sea las SAD, sino quién gestiona esas sociedades. Algunas fun-cionan bien porque están gestionadas por gente válida. A mí, lo que no me gusta es que los di-rigentes sean ajenos al club, como el caso del jeque en Málaga. Un club de fútbol no se puede considerar una empresa más, porque tiene unas connotaciones sentimentales que afectan a una gran masa de gente”.

Este centrocampista gijonés habla de todo. Sin tapujos. Y cree que así debe ser. Muchos dicen que los futbolistas no deben hablar de deter-minados temas, como la política. Pablo dice que “es un error; los futbolistas son personas y como cualquier otra, puede opinar. La idea de que sólo tienen que dedicarse a jugar no hace bien ni al fútbol ni a la sociedad que, por otra parte, es la que les impide opinar. La gente criti-ca al jugador que defiende una causa justa, por-que entiende que es muy fácil hacerlo desde su posición. Yo creo que lo fácil sería callarse; pero no dejamos que las personas con dinero sean sensibles a los problemas sociales”. Conoce a muchos futbolistas que piensan como él. Ocul-tos bajo la punta del iceberg copada por los ga-lácticos. Habrá muchos. Pero Pablo Acebal es gijonés. Es sportinguista. Y aunque él diga que se le queda grande el término, es un futbolista. Un futbolista atípico.


Juan Carlos Valerón me dijo en

cierta ocasión: “Lo único que importa en el fútbol es lo

que pasa en ‘el verde’. Lo único que vale para algo en este deporte es

lo que se hace en el campo de fútbol. Todo lo demás no importa”.

‘El Flaco’, que sabe mucho de esto, tenía razón. En un principio, el fútbol es un juego, un deporte en el que, al lado

de unos compañeros, tienes que luchar contra un rival para inten-tar llegar a la portería contraria, marcar, impedir a la vez que tu ad-

versario haga lo mismo y así ganar. Pero alrededor del fútbol propiamente dicho hay mucho más.

Hay aficiones, hay sentimientos, el amor a unos colores, un movimiento so-cial que mueve masas en todas sus categorías. Hay dinero de por medio (con todo lo que eso conlleva). Hay política, televisiones, prensa. Muchos intereses de todo tipo. Hay jueces, presidentes, leyes concursales, estrellas, patrocina-dores, representantes, árbitros y entrenadores. Todo un mundo alrededor de un balón y de veintidós futbolistas. Todo muy relacionado, conformando un

todo que nos embriaga y encanta a una gran parte de este país.

Pero lo que no pertenece, ni nunca lo hará, son esas gentes que, con la excu-sa de un partido de fútbol, escudándose tras una camiseta y unos colores, se

pelean y se matan como animales salvajes.

Esa lacra no tiene nada que ver con lo pasa y lo que se hace en un campo de fútbol.

PABLOÁLVAREZ


Clínica Podológica M.L VigilCalle Enrique Martínez Nº1 Bajo, Gijón985 132 835www.podologiavigil.com

El vigilante de nuestras

pisadas

Miguel López Vigil


Nuestros pies nos soportan cada día. Resisten el peso de todo nuestro cuerpo, pero también tienen que luchar con-tra otros ‘enemigos’: el calzado inadecuado, los esfuerzos

deportivos, la humedad, las irregularidades del terreno. Su capacidad de aguante es encomiable, pero a veces se resienten. Es ahí donde aparece la figura del podólogo. En

Asturias contamos con uno de gran prestigio: el gijonés Miguel López Vigil. Además de tratar lesiones y diferentes

problemas, trata de concienciarnos de la importancia de cuidar el pilar de nuestro cuerpo.

Diplomado en podología y fisioterapia, miembro de la asociación de cirugía podológica y más-ter en cirugía del pie, Miguel López Vigil es el salvador de nuestros pies. Atiende tanto a de-portistas amateur como a profesionales. Ha trabajado con el Gijón Baloncesto, el Juanfersa de balonmano, atletas como Pedro Pablo No-let, jugadoras de voleibol como la prometedo-ra Cristina Chamoso o tenistas como el polaco Lukasz Kubot en el Master Mil de Paris de 2012. Como curiosidad, uno de los campos en los que la podología va ganando terreno es el surf. El prometedor surfista Tarik Rahim se ha puesto en sus manos, para tratar los problemas del pie derivados de las humedades.

Después de tratarles tanto a todos ellos como a numerosos deportistas populares, ha llegado a una conclusión: “Los amateur están más con-cienciados que los profesionales del deporte en la importancia del cuidado del pie”, explica. Aprecia que hay muchos malos consejos por parte de las tiendas y mucha influencia de las marcas, pero al menos ve una gran mejora en el interés y la concienciación.

“Los deportistas profesionales no le dan la im-portancia debida al pie. Aunque muchos de ellos tiren con los brazos, tienen que correr, moverse, hacer frenadas. Les cuesta entender que ten-drían que cuidarse más los pies”, explica López Vigil.

El boom del running ha supuesto un incremen-to de los casos a tratar. No necesariamente hay que acudir a la clínica del podólogo cuando hay una lesión. Miguel López Vigil recomienda ha-

cerlo a título preventivo. Relata que “muchos vienen muy mal asesorados por las tiendas so-bre el modelo de zapatillas que deben utilizar. Nosotros les cambiamos los hábitos, les bus-camos la zapatilla más adecuada y, si necesitan una plantilla, se la confeccionamos. Hay pro-blemas que pueden parecer tonterías y acaban siendo graves. El podólogo es el único profe-sional que puede arreglárselo”. Para problemas más graves, López Vigil también se encarga de la cirugía.

Percibe que muchos atletas populares son rea-cios al uso de plantillas, creyendo que la mejo-ra que aportaban era una leyenda urbana. Su experiencia le demuestra que las plantillas han evolucionado y que la mejora es sustancial. Un atleta tan prestigioso como Pedro Pablo Nolet lo ha comprobado recientemente.

López Vigil se siente orgulloso de los éxitos de sus pacientes. Siente como propio el triunfo de uno de ellos, que este año ha terminado la Ma-ratón de Berlín después de haberle operado de un espolón.

La Clínica Podológica M.L. Vigil está situada en la calle Enrique Martínez nº 1, bajo de Gijón. El teléfono de contacto es el 985 132 835. Si usted padece algún problema en el pie, no debe dudar en contactar con ellos. Y si no lo padece pero quiere prevenirlos, analizar su pisada y corregir posibles dolores futuros, también debería recu-rrir a este profesional, que trata a niños, adultos, deportistas profesionales, amateurs y gente con vida más sedentaria. Sus pies lo merecen.


Por Juande CimadevillaFotos: Gabino Jove

Una danza al límite

Federico y Arturo Tellechea



Federico Alonso Tellechea

Son hermanos, son argentinos pero también se podría decir que son asturianos y de Gijón. Aquí llegaron los hermanos Alonso Tellechea cuando aún eran niños y aquí siguen regresando cuan-do las competiciones y los entrenamientos se lo permiten. Además de su vínculo familiar tam-bién les une el deporte porque ambos forman una de las tripulaciones españolas de la clase 49er, la más espectacular de la vela olímpica.

Fue su padre, allí en Argentina, el que les in-culcó el amor por este deporte desde que eran pequeños, algo que Federico recuerda con ca-riño: “A través de nuestro padre llegamos a la vela cuando teníamos ocho años. Comenzamos a entrenar y a competir en Argentina y luego seguimos en España. Siempre ha sido nuestro deporte y con él esperamos estar ahora en los próximos Juegos Olímpicos”. Un deporte que también tuvo que ver con su llegada a España, un cambio que su familia llevaba valorando du-rante algún tiempo como nos cuenta el propio Federico: “Mi hermano Arturo tenía un campeo-nato en Palma de Mallorca y por aquel entonces ya teníamos decidido venir a España. Aprove-chamos su viaje para conocer Gijón y lo cierto es que nos gustó mucho. Desde entonces la gente nos ha tratado siempre muy bien aquí”.

Así se producía por tanto su llegada a Gijón y así comenzaba también la búsqueda de un lugar para entrenar y para poder seguir mejorando en el mundo de la vela: “En Argentina hay muchos clubes y también mucha gente que practica la vela. Aquí, en proporción, no hay tanta gente dentro de este mundo y además entrenar en Asturias es a veces un problema debido al mal tiempo”. Como cuenta Federico, el Cantábrico es un mar que no siempre permite practicar la vela, aunque ahora en el Centro de Alto Ren-dimiento de Santander las cosas son algo más fáciles. Arturo, el hermano pequeño, lo explica así: “El frio es igual en todo el norte pero lo que más complica las cosas son las borrascas. En-trenar en Santander es más fácil porque es una bahía. Si te pasa cualquier cosa tienes costa por todos lados”.

Su vida se centra por tanto en los entrenamien-tos del día a día y en las competiciones que va marcando el calendario: “Vamos muy pronto al gimnasio, después al CAR a trabajar con el barco porque siempre hay algo que hacer o que reparar. Después solemos entrenar entre dos y tres horas, es imposible hacerlo durante más tiempo porque el 49er es un barco muy físico y muy exigente”.

“La vela siempre ha sido nuestro deporte y con él esperamos estar en los próximos Juegos”



Todo va encaminado hacia un objetivo claro, estar en los próximos Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro. Esta será la tercera vez que intentan participar en una cita olímpica y por eso esperan que a la tercera sea la vencida. Para ello tienen que competir al más alto nivel y esperar también a ser los seleccionados como nos explica Artu-ro: “La primera vez que hicimos una campaña olímpica estábamos a buen nivel pero aún nos faltó un poco para lograr la plaza. La segunda vez la logramos pero no fue para nosotros”.

Eso se debe a que en la vela ganar una plaza olímpica no significa que vaya a estar ocupa-da por quienes la hayan conseguido. Cada país que se clasifica decide después qué embarca-ción será la que compita en los Juegos. España ya tiene asegurada su participación en Rio para la clase 49er por eso ahora comienza la lucha interna para lograr la plaza: “No hay nada oficial pero se supone que el Campeonato del Mundo de 2015 en Argentina y el de 2016 en Miami será lo que decida la plaza. Habrá un sistema de pun-tuación y de ahí saldrá la embarcación que irá representando a España en nuestra clase”.

Los hermanos Alonso Tellechea tendrán por tan-to la opción de estar en los Juegos Olímpicos

con una prueba que se va a desarrollar en su Ar-gentina natal. Ellos sin embargo no consideran que eso sea realmente una ventaja como nos cuenta Federico: “Competir en casa no siem-pre es lo mejor porque a veces tener referencias de algo no es positivo porque te condiciona”. Arturo está de acuerdo con la afirmación de su hermano porque además ya lo han vivido en su propia piel: “Nos pasó en el Mundial celebrado en Santander. Estábamos en casa y fue uno de los peores resultados de la delegación españo-la”.

Si todo sale bien y se cumplen sus expectati-vas ambos podrán vivir el sueño de estar en los Juegos Olímpicos. De ser así tendrán la respon-sabilidad de representar a un país que siempre ha cosechado importantes éxitos en el mundo de la vela: “Siempre se dice que la vela es la que salva las medallas en los Juegos Olímpicos. Es un fuerte en cuanto a resultados pero también lo es en los mundiales. Lo que ocurre es que en te-levisión la vela solo aparece cuando se trata de unos Juegos y por eso da la sensación de que es lo único que se consigue”. Ese es precisa-mente uno de los problemas asociados a la vela y a otros tantos deportes, la falta de visibilidad y por tanto de patrocinios.

“En Santander resulta más fácil entrenar, es una bahía y estás más protegido”


Arturo Alonso Tellechea

“Lo único que queremos es estar en Río, que no nos pase lo que ocurrió en Londres”


“A veces las cosas vienen torcidas. Nosotros trabajamos para sacarlo todo adelante”



Foque

Vela Mayor

Trapecios

Alas


Así es la clase

49erConsiderada como la embar-cación más espectacular de la vela olímpica. Este barco fue di-señado en 1996 y destaca por su velocidad y por la exigencia que requiere a sus tripulantes.

Vela Gennaker

Foque

Botalón

Alas

Cuando hablamos de la clase 49er lo hacemos también de la más espectacular de todas las que compiten en unos Juegos. Una em-barcación muy exigente y que requiere también un gran proceso de adaptación y aprendizaje: “Es un barco muy rápido. Tiene muy poca base en el agua y por eso necesitamos ir muy coordinados. Nuestro entrenamiento se basa por tanto en la agilidad”. Con estas características las primeras tomas de contacto con un 49er siem-pre son complicadas: “En otros barcos lo único que te puede pasar es que vuelques, en este los golpes son mucho más serios y por eso tenemos que tomar siempre las decisiones correctas” explica Arturo.

Es ahí, en la toma de decisiones, donde se distingue también a los mejores de esta clase olímpica: “Siempre tienes que ir cinco pasos por delante de lo que te pueda pasar. Hay que tener muchas cosas en cuenta en cada momento. En barcos lentos tienen más tiempo para pensar pero aquí apenas lo hay”.

Se trata por tanto de una embarcación que exige una concentración muy alta y que penaliza las malas decisiones, si además tenemos en cuenta el nivel de otros competidores la cosa se complica aún más: “A veces vamos al 200%, siempre al límite, pero te das cuenta que el resto van al lado tuyo. Todos vamos igual, siempre buscando el límite del barco en función a las condiciones de la regata”.


“El 49er es un barco muy rápido y muy exigente, necesitamos estar muy coordinados”


“En nuestra clase siempre hubo mucho nivel, nosotros tratamos siempre de estar ahí”


Moverse tan rápido en un barco de las dimensiones de un 49er exige también una gran coordinación entre los dos tripulantes. Am-bos llevan una vida común que en el caso de los hermanos Alonso Tellechea resulta positivo: “Siempre nos hemos llevado muy bien, ya desde pequeños. Somos bastante diferentes pero funcionamos bien juntos. En el barco siempre hay alguna riña pero es algo nor-mal. Lo cierto es que nos complementamos”.

La vela es sin duda una de las asignaturas pendientes del deporte de nuestro país. A pesar de los éxitos cosechados a lo largo de la historia aún resulta complicado encontrar patrocinios y tener visibi-lidad en los medios. Eso provoca por otro lado que estos deportis-tas tengan a veces dificultades para seguir practicando su deporte: “Es complicado encontrar patrocinadores porque apenas salimos en la tele. En nuestro caso hemos tenido que invertir mucho dine-ro aunque cuando entras en la rueda de las becas ADO las cosas son algo más fáciles”. Gastos que tienen que ver con el día a día pero también con la preparación que exige su nivel de competi-ción como nos cuenta Arturo: “En invierno tenemos que movernos a otros lugares porque en el norte no siempre se puede entrenar. Eso también supone un gasto extra que a nosotros nos supone un desembolso”.

Deporte complicado, ingresos escasos y mucha entrega. La vida de estos hermanos se dirige en cualquier caso a un objetivo claro y que cada vez ven más cerca. En Río esperan lograr su sueño y alcanzar el éxito con su danza al límite.


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