GEC MAGAZINE NOVIEMBRE

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GEC GEC MAGAZINE REVISTA DIGITAL DE INTERÉS CULTURAL/NOVIEMBRE 2011/Nº 3 ENTREVISTA JUAN MARQ SINFONÍA VERDE REMEMBRANCE DAY ser o no ser... ESCRITOR LA BUTACA ROJA El árbol de la vida Terence Malick EXPOACTIVA

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Revista cultural de interés cultural

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GEC

GECMAGAZINE

REVISTA DIGITAL DE INTERÉS CULTURAL/NOVIEMBRE 2011/Nº 3

ENTREVISTA

JUAN MARQSINFONÍA VERDE

REMEMBRANCE DAY

ser o no ser... ESCRITOR

LA BUTACA ROJAEl árbol de la vida

Terence Malick

EXPOACTIVA

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Gec es una revista mensual en formato digital. El contenido de las imágenes y artí-culos es responsabilidad exclusiva de los autores y colaboradores. Los artículos escritos por colaboradores externos no representan necesariamente el punto de vista de la editorial. Todos los derechos de imágenes son propiedad de sus autores y no pueden ser reproducidas sin permiso de ellos.

MAGAZINEEDITA

GECMAGAZINE

DIRECTOR/ EDITOR/ DISEÑADORCayetano Landero Quintero

COLABORADORESRosa Mª Gómez Santos

Tania González RedondoCarmen Ramos

Charo Murillo MarínJuan Manuel Blanco

Juan Luís MartínCarolina Rubio

Dolores Franco DomínguezJuan José Santana

aRTIsTaS iNvItAdOsJuan Marq

Maria del Mar Ruíz Pereira

[email protected]

www.gecmagazine.eshttp://gecmagazine.blogspot.com/

Issn: 2174-8527

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índiceEN PORTADA/ JUAN MARQ

pág 6-9SINFONÍA VERDE

pág 10-11LECTURAS NO OBLIGATORIAS

pág 12-13SER O NO SER ...ESCRITOR

pág 14REMEMBRANCE DAY O POPPY DAY

pág 16-17EXPOACTIVA

pág 18-39LA MADRE NOCHE cap.II

pág 40-42LA HISTORIA DE LA ARAÑA

pág 44-47LA BUTACA ROJA

pág 48-49

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EDITORIAL

"3"Tres son multitud... los Mosqueteros de Dumas, el bueno, el feo y el malo,Tricicle los lados de un trián-gulo, la Santísima Trinidad, la perfec-ción, el movimiento continuo, uno más que 2 y el viaje hacía la número cuatro

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EN PORTADAJUAN MARQ : “Un pincel inquieto”

En esta ocasión, nos desplazamos a la localidad de Trigueros (Huelva) para conocer más a fondo a Juan Marq, un artista plástico con el que hablamos dila-tadamente en su estudio sobre diversas cuestiones relacionadas con el arte y la creación artística. Esto es lo que nos contó:

¿Cómo y cuándo comenzó tu andadura artística?Desde mi niñez recuerdo como de manera natural intentaba plasmar las imágenes que veía en un pa-pel, pienso que es innato el hecho de expresarse con dibujos desde la infancia, es un lenguaje universal. Aún hoy día intento rescatar esa percepción libre de prejuicios de mi infancia pero con la experiencia y co-nocimiento presentes.

¿El artista nace siendo pintor o se hace pintor?Pienso que ser pintor no es una elección, es una pre-disposición natural, una forma de ser, diría que es más bien inevitable. Luego esa capacidad hay que cultivarla y pulirla, así que debes aprender a expre-sar lo que quieres comunicar sino has fracasado en tu propósito. La pintura es esencialmente intuición bajo un conocimiento importante, hay pintores con ideas geniales pero se quedan en puro concepto por-que no son capaces de transmitir lo que quieren ex-teriorizar o no tienen el oficio, al final todo se resume a una selección natural con el paso del tiempo solo quedan los mejores.

¿Qué significa para ti el arte, la obra de arte y el ar-tista?Para mí el arte es un medio de expresión innato, un mecanismo subliminal que atrapa las sensaciones

que nos rodea y las explica con una técnica. Segura-mente una obra de arte es diferente para cada uno, aunque muchos coincidamos en algunas por su exce-lencia o ejecución, se trata de un objeto o acto que nos hace transcender y cuestionarnos el sentido de las cosas y ser artista es una manera de entender el mundo y una manera de explicarlo. Seguramente si me preguntaras mañana por esto te daría otra res-puesta o estaría en desacuerdo (risas).

Cuales son para ti los grandes maestros de la pintu-ra y por qué.Pues mi inclinación por el Renacimiento es notable, me asombra como después de la oscura etapa de la Edad Media resucitan los valores clásicos, y se produ-ce un cambio cultural en el modo de ver y represen-tar. Esto ha influido bastante en mis pinturas, dándo-me la posibilidad en los viajes a Italia de analizar las obras de los maestros renacentistas y los códigos ne-cesarios para aprender a leer un cuadro de la misma manera de como aprendemos a leer un texto. También la influencia de Velázquez por una cuestión de cercanía y ósmosis cultural es innegable, ha sido una constante durante mi estudio en el tratamiento de la luz y la composición. Pero a pesar de mis prefe-rencias o gusto por los estilos clásicos, se puede de-cir que mis grandes maestros, los que más me han transmitido han sido mis amigos, de ellos he podido aprender de primera mano la vibración del proceso artístico.

Una pintura única.Todas las pinturas deben ser únicas es un requisito indispensable en la creación artística, la originalidad,

“Ser pintor no es una elección, es una predisposición natural, una forma de ser, diría que es más bien inevitable”

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aunque sin duda prefiero una buena copia a un mal original. Si te refieres a una obra en concreto te diría que con el paso del tiempo prefiero los conceptos, por ejemplo si hablamos de Velázquez me quedo con su forma de pintar, no con éste o aquel cuadro.

Cómo definirías tu obra y que pretendes comunicar con ella.Mi obra es un proceso de búsqueda constante en el aprendizaje de conocerme a mí mismo, es uno de los motivos que le dan significado a mi existencia. La pintura me ayuda a analizar la esencia de las cosas a niveles metafísicos, con ella trato de trascender la vida cotidiana.

Luego en el método de construcción de las imáge-nes que empleo en el proceso pictórico destaco dos elementos importantes, uno es la búsqueda de una nueva interacción y tratamiento de la pintura con la pincelada precisa y la ambigua. El otro, la otra, la unión del estado, consciente y subconsciente.

En estos días, con el desarrollo de las nuevas tecno-logías y los medios de comunicación, ¿en qué apar-tado se encuentra la pintura? ¿Piensas que ya está todo dicho? Pienso que no hay peligro de que el arte perezca, solo mueren las formas artísticas. El cambio de las técnicas visuales es una transición natural, esto se ve desde las pinturas rupestres a las imágenes digitales, el afán de experimentar y descubrir no es solo nece-sario, sino que además es sano para la salud del arte presente, el secreto de la pintura contemporánea está en utilizar los mismos materiales pero ponien-do un nuevo orden en ellos. Las viejas formas artísti-cas siempre quedarán ahí para poder usarlas o rein-ventarlas, con la pintura podemos estar tranquilos, todavía quedan formas por pintar porque quedan artistas por nacer.

¿Qué relación existe entre el artista, los materiales y la creación artística?Debe existir una armonía entre el estado de creación y la realización del proceso artístico, sin coherencia toda obra perdería toda su razón de ser.

Siempre se habla de la inspiración como aquella musa que ayuda al artista a desarrollar su obra, ¿Cuales son las musas que inspiran a Juan Marq?Me motiva desde siempre dar una interpretación a lo desconocido, esclarecer con mi temática esas preguntas existenciales, referentes a la creación, la muerte, el amor o los contrarios irreconciliables.

¿Qué opinión tienes de los museos, centros de arte, exposiciones y galerías?Creo que están en ocasiones infravalorados y en otras olvidados, a veces los veo como grandes mausoleos donde descansan y apilan restos de obras de arte, es una lástima para nuestra sociedad y nuestro pa-trimonio. Es importante no solo mirar obras de arte sino aprender a valorarlas, soy consciente que en los tiempos de crisis que vivimos es donde primero se recortan gastos, al no apreciarse la cultura como algo eminentemente “útil”, pero yo lo veo más bien como una solución, Einstein decía que “en los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que

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el conocimiento”y debemos estimular eso.Cuál es la realidad artística en Huelva, ¿resulta fá-cil exponer tu obra en las distintas salas de exposi-ciones de la provincia, o por el contrario, necesitas tener un “mecenas” que valore tu obra para conse-guir colgarla?Es aconsejable tener un patrocinador que te avale y respalde, no siempre puedes exponer donde quieres, hay mucha competencia y la difusión es muy impor-tante para que tu obra llegue al mayor público posi-ble. Pero hay que tener en cuenta de que debes pin-tar para ti mismo, no para un mecenas o galerista, así al menos estarás seguro que tus cuadros al menos le gustarán a alguien (risas).

¿Existe un hueco en el arte onubense para los artis-tas jóvenes?En la actualidad, es difícil dedicarse al arte no solo en Huelva, también en Andalucía, pero debe existir, es necesario estudiar a los artistas ilustres de nuestra tierra y no olvidarnos de nuestras raíces para apren-der de dónde venimos y por qué, pero es preciso se-guir adelante con nuevas ópticas para poder evolu-cionar y para eso se necesita una predisposición y un espacio natural. La tradición solo es la ilusión de lo permanente, debemos mirar hacia el futuro.

¿Qué opinión tienes de los certámenes y concursos de pintura?Creo que es una oportunidad para poder evaluar-te a ti mismo e incentivarte. Pero en ningún caso lo veo como una competición, sino como un medio

para darte a conocer y progresar aprendiendo de los demás y ver hacia donde se dirige la pintura actual. Aunque opino que las modas no están para seguir-las, sino para crearlas, pero eso no es nada fácil.

Además de la pintura, ¿Qué otras formas artísticas trabajas?Pues el mundo visual es muy basto y rico, cada día hay más medios de expresión y además evolucionan rápido, tanto en su metodología como en su transmi-sión. El concepto esencial artístico es lo importante, luego debes aprender el lenguaje donde lo quieres interpretar y extrapolarlo. Así que me gusta experi-mentar en las artes alternativas cercanas a la pintura, como son la fotografía, el diseño tradicional, el dise-ño digital, también me gustaría probar con imágenes en movimiento, es algo que tengo pendiente.

Por tus lienzos deducimos que tu inquietud creati-va te lleva a recorrer diferentes lugares del mundo entre los que se encuentra la capital italiana. ¿Qué significó para ti la ciudad eterna? ¿Por qué llegó a ser el tema central de algunas de tus creaciones?Siempre me llama la atención lo atemporal, algo que podría suceder en cualquier momento de cualquier época, paisajes oníricos donde nuestra imaginación puede pasear una y otra vez sin la pesada carga del discurrir del tiempo. Pienso que los monumentos clásicos son los ideales para este tipo de representa-ciones que han soportado tantos años de historia y siguen manteniendo los valores esenciales de la ar-quitectura. De ahí surgen mis cuadros y fotografías sobre panoramas italianos.

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Háblanos de tu serie “Mythomanía”.

No es novedoso el tema a tratar, a lo largo de todas las épocas se ha desarrollado desde diferentes con-notaciones culturales la cuestión de los mitos, pero cada visión personal tiene una manera de contarlo.

En estas pinturas me sumerjo en ciertos relatos y re-cuerdos de mi infancia sobre ellos, donde ya la ma-durez ha ido desempolvando y formando desde mi subconsciente unas imágenes y unos referentes.

Creo que la manera que me sugiere representar es-tas evocaciones de realidad y fantasía técnicamente podrían ser como dos existencias reflejadas, dos imá-genes superpuestas que se confunden y forman algo nuevo como cuando nos miramos en el cristal de una ventana y se refleja nuestro rostro pero también se transluce el exterior, en ese instante si entornamos los ojos vemos otra cosa, algo nuevo. En ese mundo sobrenatural se integran las figuras, donde desapare-cen hasta formar parte de su contorno, la atmósfera se hace etérea y confusa, formando con los objetos representados nuevos elementos, jugando así con la imaginación del espectador.

¿En qué trabajas ahora?, ¿Cuáles son tus proyectos de futuro?En realidad, el enfoque que tengo es centrarme en el momento y el reto que tengo entre manos, que es seguir la temática de paisajes y mitos que alterno con el diseño y la fotografía. Actualmente mantengo contactos con una galería de New York para una ex-posición, espero que llegue a buen término y sepáis de ella pronto.

Quisiéramos agradecerle su tiempo y la posibilidad de reproducir sus creaciones en nuestra revista, es-

peramos volver a encontrarnos en otra ocasión.Ha sido un placer contestar las preguntas y os agra-dezco la oportunidad que me brinda vuestra revista.

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JUAN MARQ, Juan Luis Márquez nació en Huelva en 1976. A partir de temprana se inscribe en el taller de pintura de Faustino Rodríguez, más tarde ingresa en la Academia Arte2 y realiza el Bachillerato en la Es-cuela de Artes y Oficios “León Ortega”.

Pertenece a la Asociación de Cómic Onubense “Mu-CHOCOmi”, actuando como Monitor de dibujo en los Salones Internacionales del Cómic más importantes de España. Incorpora el ordenador a sus trabajos pic-tóricos, fotográficos y de diseño, especializándose en Diseño Web y Animación.

Licenciado en Bellas Artes en la Facultad de Sevilla ha participado en más de una docena de exposiciones entre Sevilla, Alcalá de Guadaira, Trigueros y Huel-va. En la actualidad colabora con la Galería de Arte Contemporáneo “Fernando Serrano” y también es miembro de la Asociación de Artistas Plásticos Onu-benses Enrique Montenegro AAPOEM. Ha elaborado carteles para el ámbito deportivo y festivo como el LXXIV Circuito Ciclista Colombino de Huelva o para las Fiestas de San Antonio Abad 2007 e ilustraciones para diversas publicaciones. También ha participado en diversos certámenes de pintura entre Huelva y Sevilla.

Para completar su formación realizó innumerables viajes a Italia estudiando las obras de arte de las ciu-dades más importantes. Hoy por hoy posee nume-rosas obras en colecciones privadas y públicas como el Excmo. Ayuntamiento de Trigueros, la Colección Angiola Aferazzi de Roma o el Hospital “Universitario Macarena” de Sevilla.

Para conocer más:http://juanmarq.jimdo.comhttp://juanmarq.blogspot.com

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Sinfonía VerdeDeambulando por la vorágine de comienzos del siglo XXI donde el concepto crisis está marcando a fuego en nuestras almas el propio devenir de estos años, vetustos y austeros años los que vivimos y parecen que nos tocan vivir, me paro a reflexionar (o al me-nos intentarlo) acerca de la combinación de dos de mis grandes pasiones en un mismo artículo. El más difícil todavía. Más riesgo si cabe en un periodo de la Humanidad en la que la crisis (que parece ser el re-medio para todo aquello a lo que no se le encuentra explicación racional) también afecta a la capacidad inventiva de uno mismo.

Aunar música y conservación del medio ambiente, en un principio, no resulta tarea fácil. Pero sí lo es desde la óptica del enfoque que pretendo conseguir. O al menos me lo parece de manera convincente.

Paralelamente a este época de recesión, estamos su-mergidos en la era donde proteger y cuidar nuestro entorno (aunque sea el más cercano repercutirá en el global) está a la orden del día (que no de priorida-des, donde nunca lo estará).

Continuamente escuchamos hablar de tecnologías limpias, empleo verde, ecoturismo o turismo rural, productos ecológicos…y un glosario enciclopédico de términos relacionados con lo natural.

Nos invaden anuncios televisivos acerca de cómo poner en practicar correctamente el reciclaje o sepa-ración selectiva de residuos, nos aconsejan como no malgastar un preciado tesoro en forma de elemen-to líquido (H2O), nos saturan mostrándonos crudas imágenes de vertidos incontrolados, hectáreas in-cendiadas por pirómanos chiflados (o no tanto), ma-reas negras, especies animales y vegetales en peligro de extinción…

Pero a pesar de todo, nuestro cerebro difumina la realidad, la disfraza sutilmente. La oculta escondida tras una satírica máscara y permite que nuestra pro-pia conciencia se cuestione.

Y aquí entra, precisamente, en el juego el vector mú-sica como oportunidad de abrir conciencias. Reper-

cutiendo como bálsamo de Fierabrás quijotesco en las oxidadas mentalidades occidentales. Y alabo en este aspecto a determinados grupos o solistas que abandonan la senda de lo comercial (y no me refiero únicamente a los triunfitos –que buenos artistas tam-bién los hay en este “selecto” grupo-) y ahondan en la crítica social. De temática diversa pero destacando, obviamente, la faceta medioambiental y más concre-tamente en lo referido a la problemática medioam-biental, la verdadera crisis de nuestra sociedad, que nos acucia y devora a un ritmo frenético, vertiginoso, con una variedad de conflictos que devoran nuestro legado más valioso: la naturaleza.

No pretendo con esta humilde y apocada delibera-ción exigir la compra de discos de estos artistas. No deseo ser un celestino musical. Cada cual que com-pre lo que quiera y escuche lo que mejor le parezca o lo que mejor soporten sus pabellones auditivos o menos moleste a los vecinos. Lo único que ansío es que por una vez, leamos el trasfondo de las letras de las canciones, y no nos quedemos única y exclusiva-mente en lo bien que suenan o el ritmo tan curioso que tienen.

La música es un factor crucial para inculcar pensa-mientos. Detengámonos a valorarla desde este nue-vo punto de vista. Así, me alegro de que cantantes como Macaco hagan eco de los problemas ambienta-les que padece el planeta en canciones tan hermosas como Mamá Tierra (todo un himno del proteccionis-mo) donde el archiconocido concepto de Desarrollo Sostenible se hace patente, tanto como la continuada degradación y destrucción de nuestro mundo aler-tando de lo grave de la situación (Oh mama reclama / se le apaga la llama / y esto no es de hoy, ya tiempos atrás voy hoy / décadas degradando).

Situación extrema quizás. Sin remedio tal vez. Invi-tándonos sibilinamente a ser partícipes de un cambio en los razonamientos arcaicos que pueblan nuestras cabezas (No se trata de romper ventanas / ni farolas ni de caras / mejor romper conciencias equivocadas).

Y además nos advierte del comportamiento de aque-llos personajes que más pueden conseguir luchando

Por Juan Luís Martín

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por esta loable causa (Ya que las manejan sin plan / oídos sordos les hace el man / miradas se tapan / contaminan hasta que eliminan). La pura verdad aun-que cueste creerlo.

Pero es que no sólo hay que conformarse con expli-car la realidad sino que, además, nos aporta la solu-ción óptima como si se tratase de cualquier aplica-ción matemática. Para ello, el mismo autor, compone Mensajes del agua, donde escribe que “y es que gota sobre gota somos olas que hacen mares / gotas dife-rentes pero todas iguales / somos una marea de gen-te / todos diferentes / remando al mismo compás”.

Mensajes subliminales o no cuyo objetivo es quitar-nos la mordaza que nos impide hablar, no sólo alto y claro, sino únicamente, manifestarse. Simple y llana-mente. Como si fuera palabra tabú. Pues no. Hay que ser valientes y admitir que sufrimos un exponencial desenfreno hacia el ocaso de lo que otrora era mun-do. En cualquier punto de la geografía: casquetes polares (deshielo), sureste español (desertización), selva amazónica (deforestación), ría onubense (con-taminación por metales pesados), zona periurbana de Huelva (polución y alto índice de número de casos de cáncer)…A nivel local o global. Es lo mismo. Aunque de mane-ra evidente lo que sucede junto a nuestras circuns-tancias nos hiere más la sensibilidad. Como pone de

manifiesto el grupo Amaral en el tema En el río don-de abordan la típica escena del antes y el después. La inconfundible estampa del antes un lugar maravillo-so, ahora un aquelarre de lugar. Un auténtico esper-pento. (Te han dejado abandonado y malherido / no quiero mirar / me avergüenzo de lo que han hecho contigo / en el río / las libélulas volaron al exilio / hoy el río grita ASESINOS ASESINOS).

Y son muchos los ejemplos y muchas las culturas musicales que ponen de manifiesto su intención de aportar su grano de arena a la batalla que toca pe-lear. No me gustaría olvidarme de ninguno. Tarea complicada. Pero sería conveniente destacar dos im-pactantes canciones que hacen aflorar los sentimien-tos a todos aquellos que nos vemos involucrados en esta guerra fría occidental que causa víctimas morta-les incontables pues todos, sin excepción, podemos sentirnos seriamente perjudicados.

Se invita a oír el tema del grupo mexicano Maná ¿Dónde jugarán los niños? y el del grupo chileno Kudai Lejos de aquí y a meditar seriamente de todo aquello que se ha hablado en este artículo para hacer balance, con la mano en el corazón, del papel que cada uno de nosotros desempeñamos en este inten-so envite. Cada cual allá con su conciencia que la mía está más que tranquila.

El grito de la tierraBosque tallado El Bolsón - Patagonia argentina

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lecturas no obligatorias

Por Carmen Ramos

SOBRE LA LITERATURAEs domingo por la mañana. En mi casa los domingos siempre se compraba el periódico, el ABC para ser más exactos. El lunes mi padre se lo llevaba a la barbería, así que no era conveniente manosearlo mucho, ni pintarlo, ni por supuesto hacer el crucigrama. Era el único día que mi padre compraba el periódico, porque los lunes en aque-llos años sencillamente no había periódicos. El periódico del domingo y el suplemento, servían a los clientes de mi padre para toda la semana. Quizás las noticias en aquel tiempo viajasen más despacio o quizás fuera la necesidad de noticias del ser humano la que iba a otra velocidad.

Hemos dejado a mi padre una mañana de domingo con el periódico bajo el brazo. A pesar de los años pasados sé que si cierro los ojos puedo verle y casi puedo tocarle. Sentado en el sofá, leyendo el ABC con dedicación casi sacramental, mojándose ligeramente los dedos para pa-sar las páginas aún pegadas. Después de mi padre, ya teníamos vía libre para leerlo. Pero mi padre seguía sin embargo entregando la mañana a la lectura. Era entonces cuando iba a nuestra habitación y de nuestras mochilas cogía nuestros libros de Historia y comenzaba a repasar-los. Detenidamente. Nunca se lo pregunté, pero creo que su etapa favorita de la Historia comenzaba en la Primera Guerra Mundial más o menos. Nuestros aún censurados, manipulados e incompletos libros de Historia de princi-pios de los 70... El sol de la mañana de otoño entraba tí-midamente a través del balcón, iluminando con una luz prodigiosa aquella habitación que en mi casa siempre se llamó “la salita”.

Dicen que los hijos repetimos las conductas de nuestros padres. Y es cierto. Tanto mi hermana como yo seguimos comprando el periódico el domingo y sólo el domingo. El día que hemos fallado a nuestra cita nos hemos sentido perdidas, sin saber que hacer hasta la hora de comer. Ver a nuestro padre leyendo con aquella devoción, al que el hambre arrancó de las aulas a los 9 años para comenzar su vida laboral, ha construido dos grandes lectoras que amamos los libros por encima de todo, que aprendimos, lloramos y reímos con ellos.

A los 4 años aún no había aprendido a leer y aquellos ga-rabatos juntos me llamaban poderosamente la atención. Veía a mi hermana descifrarlos y mis infantiles deseos se concentraban en pensar que el tiempo pasaría corriendo y que yo podría averiguar de una vez lo que aquellas pá-ginas guardaban para mí. A esa tierna edad ya poseía una biblioteca compuesta por aproximadamente una veintena de adaptaciones de cuentos populares.

No recuerdo con exactitud el día que comencé a leer, el día en que ante mí se descifró este maravilloso descubri-miento que es el lenguaje escrito y que me ha poseído hasta hoy. Comencé a leer libros primero infantiles, sobre todo en verano, cuando las tardes de calor se hacían tan tediosas y largas. Luego fui interesándome por otros li-bros, descubriéndolos a veces en reseñas literarias y otras por el boca a boca de quien comparte una afición. A ve-ces para contentar mi sed me leía los libros que obligato-riamente mi hermana había tenido que leer en su curso. Para comprarme los libros que me gustaban iba ahorran-do durante meses. Así por ejemplo llegó a mis manos “El Principito” de Saint Exupery.

Años frenéticos, de calentura, de juventud. De intercam-bio de libros con amigas, de descubrimiento (a veces por culpa del cine) de autores tan cautivadores como Bowles, como Eco, como Allende. Enamorada para siempre de García Márquez, embelesada por Vicent, apasionada con Pérez Reverte....viviendo otras vidas, soñando otros mun-dos. He sido pirata, detective, asesina, prostituta, ladrón, teniente, viajero, ángel y demonio. ¿Alguien da más?Era la enésima vez que alguien me recordaba lo mucho que hablaba y sin embargo siempre me sentaba mal. Y es que a mí me gustaba contar historias vividas por mí o refe-ridas por otros. Llegué a casa empapada por el chaparrón inesperado de un viernes por la noche y de mal humor por el comentario.

Pasaban las horas lentas en el despertador de la mesilla y al contrario de lo que solía suceder el comentario im-

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pertinente no se me iba de la cabeza. Y no tenía la mayor importancia, porque además no había venido de una per-sona cercana y querida, sino de una recién conocida que no me importaba lo más mínimo. Como quien busca el Santo Grial fui buceando en las posibles alternativas hasta encontrar lo que yo pensaba sería mi salvación: decidí de-jar de hablar. Al día siguiente todo el mundo pensaba que estaba enferma, que me había pasado algo grave. Cuando comenté seriamente ofuscada que había decidido cerrar la boca todo el mundo se echó a reír: simplemente era imposible y yo era la primera que sabía de la fugacidad de mi decisión.

Había que buscar otra solución, ser un poquito más origi-nal, tirar de creatividad y poder saciar mi hambre de con-tadora de historias. A veces las historias se me venían a la cabeza en el curso de la conversación, a veces las guar-daba en la recámara para soltarlas más tarde. Era tal la acumulación de historias que en ocasiones no recordaba haberla contado cuando alguien me la apuntaba. Muchas veces y ante el mismo auditorio llegue a contar la misma historia. Cansados me recordaban antes de que les solta-ra el rollo: ¡ya nos la has contado! A veces veía la cara de fastidio del personal cuando intuían que comenzaba una de mis peroratas y me iba a casa con la sensación de que terminaría mis días siendo una vieja regañona y solitaria con un montón de historias en la cabeza que contaba a mis numerosos gatos.

La solución llegó como si una alfombra roja enorme y resplandeciente se desplegara ante mí y pisándola con elegancia llegara hasta el escenario donde recogería mi premio. Meses atrás, en una tienda de chinos encontré un cuaderno realmente hortera, con pastas brillantes. Un cuaderno que no necesitaba pero, por no sé que oculto sentimiento, me sentí atraída. Sola en mi casa, una tar-de de invierno, sin nada importante que hacer se me ve-nían las historias a la cabeza y me puse a hablar en voz alta, conmigo misma. Recordé lo que siempre nos decía mi madre: “Quien habla solo, habla con el Diablo” Ante tan inquietante y más que posible presencia pensé que si escribía la historia en vez de hablar ya estaría libre de pe-cado. Impulsivamente busqué en los cajones el cuaderno comprado y aún no usado y comencé a escribir. Escribí ese día como 3 ó 4 historias seguidas, sin pausa. No eran más que anécdotas que no pasaban de las dos hojas.

Parecía mentira pero pasaban los días y ni tan siquiera las obligaciones diarias podían quitarme aquellas historias de la cabeza. Seguía dándole vueltas. Y me senté una tarde de domingo ante el ordenador, con los apuntes del cua-derno hortera, tecleando las letras con verdadera com-pulsión. Y a medida que escribía comencé a adornarlas. El paisaje, el ambiente, la luz, el vestido, la mirada. Por el momento quedé satisfecha.

Días más tarde me asombré pensando: ¿y si pasara esto? ¿O más bien aquello? Y empecé a experimentar, fabulan-

do sobre la realidad. Este se va de viaje. Este vuelve a su casa. Esta conoce a un chico maravilloso. Esta se muere. Y la historia iba creciendo primero dentro de mi y luego sobre la pantalla. Otro día incorporé una escena vista en el autobús, o en el trabajo e incluso historias que otros me contaban y que yo sin conocerlas las recreaba como vivi-das por mi. Al final cambié los nombres originales, porque mis personajes nada tenían que ver ya con las personas de las que hablé en su día.

Parece mentira pero esos primigenios personajes me han acompañado durante horas, días y meses hasta completar más de 20 años. Os preguntaréis si conseguí corregir mi manía de contar historias: negativo. Sigo igual de charla-tana que cuando tenía 4, 14, 24, 34 años. Pero soy una charlatana con pedigrí. Porque me siento heredera y de-positaria de una tradición mayor. Una tradición que me sobrepasa y que a lo largo de la historia, a lo largo de los siglos, a pesar de las revoluciones y las guerras ha perma-necido junto a nosotros y nos ha unido.

Mi padre se marchó inesperadamente hace ya bastantes años. A mi hermana y a mi nos separaron los compromi-sos laborales. Los mismos (junto con mi galopante presbi-cia) que me impiden leer todo lo que quisiera, todo lo que me gustaría. Y sin embargo la literatura está en mí, vive en mí. Me siento como una costurera, me siento construc-tora de castillos y siento que si callo estaré traicionando a ese supremo don que alguien al nacer me dio, y que la vida y sus circunstancias se encargaron de alimentar. Si dejara secar, sin más, ese talento no solo me traicionaría a mí, sino a quien me lo concedió. No puedo permitirlo, a fin de cuentas leemos y escribimos por amor.

PARA CONOCER MÁS:

• El canon occidental – Harold Bloom (Anagrama, 1995)• Cómo leer y por qué – Harold Bloom (Anagrama, 2000)• El amor de mi vida – Rosa Montero (Alfaguara, 2011)• Blog de Julián Rodríguez (www.ju-lianrodriguez.clubcultura.com) Julián Rodríguez (Ceclavín, Cáceres, 1968), director literario de la editorial inde-pendiente Periférica, ha publicado sus libros en diferentes sellos del Grupo Random House Mondadori.

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Por Cristina Consuegra

Richard Yates, el popular autor norteamericano res-ponsable de Revolutionay Road (1961), da nombre a la última novela de Tao Lin, el jovencísimo escritor neoyorquino que tiene despistado a medio planeta con su inestabilidad literaria y sus singulares (auto)promociones. En Richard Yates, su autor nos presen-ta una historia que se debate entre la ambigüedad literaria y el agnosticismo de todo pelaje, y cuyo ar-gumento resulta tan sencillo –chico conoce chica y poco más- que te hace desconfiar de lo leído, incluso de la finalidad de las palabras. Y es que cuando pen-sábamos que este escritor ya lo había hecho y dicho todo por captar la atención de los medios –espero que también piense en los lectores- con actos pro-mocionales de singular extravagancia, Tao Lin lanza toda su artillería pesada para ofrecer un artefacto li-terario, otro juguete más con el que poder especular y experimentar.

En la que es su segunda novela, el ejercicio de la fic-ción queda reducido a la mínima expresión, depura-ción excesiva que se debate entre la premeditación, asunto que abordaré al final de esta crítica, o el abu-so de la célebre goma de borrar borgiana. Richard Yates cobra vida gracias a los diálogos, mejor dicho, al intercambio de emociones y situaciones a través de un chat de Gmail entre una adolescente, Dakota Fanning, y un joven, Haley Joel Osment (sí, el niño de El Sexto Sentido), emociones a través de las cuales transcurren las vidas anodinas, aún por exprimir, de ambos protagonistas, y que abarcan todo el espectro posible de estados de ánimo, sus temores, insegu-ridades y frustraciones. La ausencia de descripción irrumpe en la historia como consecuencia del uso efectista del chat como motor narrativo, y las refe-rencias, totalmente previsibles, no aportan mucho a la construcción de los personajes estereotipados.Por lo tanto, qué decir sobre este libro, recurrir a una lectura lógica afirmando que es un título plano que no aporta nada al panorama narrativo, o hacer una parada en esta travesía Lector-Richard Yates-Escritor para reflexionar en torno al hecho creador. Desechando opciones inertes, la lectura en torno a la creación permite considerar la premeditación y sus

circunstancias como latitud expresiva a la que Tao Lin intenta llegar. Consciente quizá de la época que vivimos, un tiempo en el que la cultura del esfuerzo no se valora, ni el conocimiento, en el que las habilidades sociales merman y el análisis crítico se diluye entre miles de palabras lanzadas al ciberespacio, Tao Lin, ofrece un libro acorde a esta realidad, por lo tanto, el debate no creo que deba centrarse en si es o no un mal libro, sino en torno a esa extraña pericia que el autor ha demos-trado al facturar un objeto que parece hacer suya la teoría crítica de Baudrillard sobre el arte, según la cual dicha disciplina, como la escritura abyecta de Tao Lin, se edifica sobre la impostura y cuya intención reside en reivindicar el sinsentido de un tiempo.

Richard YatesTao Lin

Alpha Decay, 2011Traducción de Julio Fuertes Tarín

229 páginas

Ser o no ser...escritor

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Bacanales de JAZZExisten diversas culturas que realizan rituales en tor-no al vino, sin embargo, cuando hablamos del dios del vino, la mayoría pensamos en Dioniso o Baco. Cuenta la mitología clásica grecolatina que Baco era el dios libertador, capaz de liberar a los hombres y mujeres de sus penurias diarias mediante el embria-gador éxtasis del vino. Griegos y romanos honraban su nombre dedicando a éste diversas fiestas y celebraciones, y con ello agra-decer el buen resultado de las cosechas. Hoy en día, aun se rinde culto al vino y al fruto de las primeras cosechas y como ejemplo de ello, el Mostojazz.

El mostojazz se puede definir como un encuentro in-usual entre el vino y el jazz. Cada año son más los asiduos a la Taberna de Maroto de Gibraleón, pueblo onubense conocido, entre otras cosas, por su buen mosto. Si a todo esto le añadimos el aliciente de es-cuchar buen jazz de la mano de músicos geniales y en la compañía de buenos amigos, podríamos decir que Baco sería el primero en hacer sonar su lira.

Desde bien entrado el día, comienzan a llegar aman-tes del jazz y del vino por doquier, hasta tal punto, que la taberna de Maroto se queda pequeña para tanta gente; pero de repente, suena un saxo, al que se le suma unos acordes de guitarra, las escobillas del batería golpean el plato con suavidad y es en ese momento cuando la taberna comienza a vibrar .

El vino corre de vaso en vaso, el olor de la carne , las brasas de la candela y la música ayudan a Baco a liberar tu mente por un rato, ¡qué digo!, todo el día .

Este año, el Colecctivo Jazzolontia, al que tod@s de-bemos agradecer el esfuerzo con el que realizan este y otros eventos, han diseñado un cartel donde, a par-te del buen mosto y la carne a la brasa, podemos de-leitarnos con un trago de buena música.

Con cada melodía se van mezclando las conversacio-nes de los allí reunidos, unos hablan del tiempo que han tardado en volver a verse, otros de la música, de los músicos y de la improvisación, algunos se pelean por llegar a la barra de la taberna en un intento im-

posible por alcanzar una jarra de buen mosto, l@s niñ@s corretean de un lado a otro y al final el sol va cayendo hasta dejar casi a oscuras el lugar, sino fue-ra porque unas bombillas de pobre luz amarillenta siguen iluminando a los músicos agolpados bajo el alpende del lugar.

Pero llegados a este momento, si aun te aguanta el cuerpo, la fiesta no termina aquí, después nos tras-ladamos para culminar el día en el viejo Ámbito Sur, unos de los locales del municipio olontense donde se puede disfrutar de conciertos en directo y donde se clausura este inolvidable día de Jazz.

+ información en:http://www.jazzolontia.com/

Por Colectivo Jazzolontía

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Hace no pocos días, el 11 de noviembre de 2011, la ONCE ha hecho un sorteo en nuestro país, y ha sido un día muy ansiado y nombrado por nuestros con-ciudadanos, pero en los países pertenecientes a la Commonwealth siempre recuerdan este día: el 11 de noviembre. Cada año, a los caídos en la I Guerra Mundial, se les recuerda con una amapola roja en la solapa en su memoria: el Remembrance Day o popu-larmente Poppy Day.El día 11 de noviembre de 1918 a las 11:00 horas cesó la I Guerra Mundial y se firmó el armisticio entre los países beligerantes en aquella contienda, la cual, por primera vez en la historia, se libró en muchos paí-ses (fundamentalmente en solar europeo) e implicó a numerosas nacionalidades a través del sistema de alianzas existentes entre los diferentes países impli-cados. El concepto de la guerra tradicional cambió sustancialmente: las armas empleadas fueron dife-rentes ya que aparecieron algunas nuevas (como las armas químicas, etc.), las tácticas militares también cambiaron (guerra de trincheras, reconocimientos aéreos, guerra submarina, etc.) y, por supuesto, la globalización y extensión del conflicto también fue una novedad, ya no existían el “campo de batalla único enfrentando a dos ejércitos” si no numerosos frentes y multitud de ejércitos defendiendo cada po-sición.Cuando Gran Bretaña entró en el conflicto bélico no sólo lo hicieron los ciudadanos británicos si no todos sus aliados pertenecientes al Imperio Británico, los cuales, aportaron tropas al ejército británico: cana-dienses, neozelandeses, hindúes, australianos, etc. Éstos tras la desmembración del Imperio, pasaron a pertenecer a la Commonwealth que los integra en condiciones de igualdad, con intereses comunes se-gún la Declaración de Balfour de 1926.Pero ¿por qué el Poppy Day? ¿Por qué la amapola como símbolo en recuerdo a los caídos en la I Gue-rra Mundial? La mayor parte de las batallas se libra-ron en Bélgica y en la frontera de ésta con Francia, tras el Plan Schlieffen alemán, lugar donde muchos soldados, de ambos bandos, encontraron la muerte

En la foto, el Cenotafio de Whitehall, Londres, donde cada año se rinde homenaje a los caídos

en la I Guerra Mundial

Remembrance Day o Poppy Day

Por Rosa Mª Gómez Santos

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Con este artículo, anecdótico quizás, he querido acercaros un poco de las tradiciones de nuestros ve-cinos europeos y un poco de la Historia de Europa a comienzos del Siglo XX, que pervive a través de la memoria de aquellos que la vivieron y, que han sa-bido transmitirla a las generaciones venideras para que aprendan de sus experiencias y honren a aque-llos que dieron sus vidas por la defensa de los idea-les y valores que consideraban dignos. Para aquellos a los que les cueste acercarse a un libro de Historia sobre la I Guerra Mundial, podéis acercaros de una forma más amena al libro de Ken Follett “La caída de los gigantes” ( Ed. Plaza Janes, 2010) ya que a través de sus páginas, el autor no sólo cuenta la historia de unos personajes, si no que describe las batallas más importantes de la contienda, así como el clima y el pensamiento que en aquella época imperaba, o a tra-vés de la película “Largo domingo de noviazgo” de Jean-Pierre Jeunet.

y, en los cuales, tras las batallas y las trincheras sólo sobrevivieron los campos de amapolas rojas que se convirtieron en improvisadas flores para las tumbas de los caídos en combate. Así John McCrae escribió en 1915 “In Flanders Fields”:

In Flanders fields the poppies blowBetween the crosses row on row,That mark our place; and in the skyThe larks, still bravely singing, flyScarce heard amid the guns below.We are the Dead. Shorts days agoWe lived, felt dawn, saw sunset glowLoved, and were loved, and now we lieIn Flanders fields.Take up our quarrel with the foe:To you from failing hands we throwThe torch; be yours to hold it high.In yeah break faith we us who dieWe shall not sleep,Though poppies growIn Flanders Fields.

A partir de 1918, Moira Michael, estadounidense, es-cribió un poema en respuesta al del McCrae “We shall keep the faith” iniciándose la tradición de conme-morar a los caídos con esta flor, que se repite anual-mente cada 11 de noviembre en todos los países de la Commonwealth, para recordar a todos aquellos soldados que en algún lugar de Europa dejaron sus vidas porque el incidente del 28 de junio de 1914, asesinato en Sarajevo del heredero al trono Austro-húngaro, fue el detonante de las tensiones políticas surgidas en Europa desde finales del Siglo XIX.

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MARQ EXPOACTIVA

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JuanMARQ

MythomaníaRome (foto)

Cómic

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Aprendiz de Vulcano Juan MarqMythomaníaÓleo sobre lienzo

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Diógenes Juan Marq

MythomaníaÓleo sobre lienzo

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Homenaje a Aquiles Juan MarqMythomaníaÓleo sobre lienzo

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Homenaje a Aquiles II Juan Marq

MythomaníaFotografía Digital

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Ciudad eternaJuan Marq

MythomaníaÓleo sobre lienzo

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Las metáforas son para el veranoJuan MarqSerie RomeFotografía Digital

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El temperamento de los espejosJuan MarqSerie Rome

Fotografía Digital

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Tratado de la monotoníaJuan MarqSerie RomeFotografía Digital

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El joven Capitán TruenoJuan Marq

CómicImagen Digital

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Mª del Mar Ruíz Pereira

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Mi mirada artística desde siempre ha estado enfocada hacia esos lugares donde la mayoría de las personas consideran invisible o sim-plemente les pueden parecer lugares u objetos exentos de belleza, todo lo opuesto a mi opinión.Esta visión quizás se haya visto influenciada por el entorno donde he nacido (Nerva “Huelva”) y en el que me he visto inmersa todos estos años de mi vida.Creo que esos lugares u objetos están llenos de historias intrínsecas muy fuertes, y que su aspecto actual nos cuenta algo de ello.Me fascinan esas texturas que se crean en los vagones, maquinarias, engranajes abandonados, etc., su riqueza cromática (óxido), su des-gaste o erosión proporcionada por los agentes meteorológicos etc. Por sí solos me parecen ya hasta propias obras de arte. Todo esto, no me influye solamente como una mera experimentación plástica.El factor Tiempo es algo que siempre está presente en mis obras y cómo no, esa huella del sufrimiento humano (representación de las minas, Río Tinto, casas abandonadas, etc.).Mi trabajo no es documental, ni tiende a la reconstrucción ambien-tal, aunque esos elementos estén presentes como una metodología. Siempre represento fragmentos de mi propia realidad.

Mª del Mar Ruíz PereiraHuella del hombre (Ausencia):

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ConvergenciaMaría del Mar Ruíz PrereiraHuella del hombreAcrílico sobre tabla

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Sobre ruedasMaría del Mar Ruíz Prereira

Huella del hombreAcrílico sobre tabla

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Al borde de lo femeninoMaría del Mar Ruíz PrereiraHuella del hombreAcrílico sobre tabla

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Verano azulMaría del Mar Ruíz Prereira

Huella del hombreAcrílico sobre tabla

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Rastro del pasadoMaría del Mar Ruíz PrereiraHuella del hombreAcrílico sobre tabla

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RiotintoMaría del Mar Ruíz Prereira

Huella del hombreAcrílico sobre tabla

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MalacateMaría del Mar Ruíz PrereiraHuella del hombreAcrílico sobre tabla

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MaltaMaría del Mar Ruíz Prereira

Huella del hombreAcrílico sobre tabla

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LA MADRE NOCHECAPÍTULO II (SEGUNDA PARTE)

DEAMBULANDO POR LA ESTACIÓN DE “INVALIDES”

La estación entera: las vías, las escaleras, los bancos, los pasillos, los túneles del tren, las luces, los carteles, la publicidad... incluso la basura... todo, absolutamente todo, estaba aquejado de una sensación de atemporalidad. Pero no sólo el tiempo parecía haberse detenido o no existir; sino que el espacio de aquel lugar también parecía extraño. No me atrevería a explicar por qué: era sólo una sensación. Al fin y al cabo, la mayoría de las estaciones de metro se parecen tanto, que a veces si no es por los carteles con el nombre de la estación, no es posible saber dónde se está. Sin ellos, no existe ningún otro elemento que te indique dónde te encuentras, o dónde vas, que te ayude a ubicarte en aquel laberinto que recorre las profundidades de la ciudad. Pensé, puede que para reconfortarme, que en realidad podría estar en cualquier parte de la ciu-dad, o de otro lugar... no tenía porqué estar necesariamente en Invalides en la M 13 dirección Saint Denis-Asnières. Un simple cambio de carteles y podría estar en cualquier otro lugar del mundo.A veces he pensado que los propios responsables del Metro, apercibiéndose de esta desubicación que se produce, habían ideado decorar algunas estaciones con elementos relativos al barrio don-de se ubicaba una determinada parada. De este modo, el viajero pierde esa sensación de pasar siempre por el mismo lugar; una sensación que le puede hacer pensar que es objeto de una broma pesada en la que le hacen creer que se desplaza simplemente porque cambian unos carteles. En definitiva, que el viajero deje de sentir que da vueltas en un tiovivo sin vistas a la ciudad. Así, el exterior se traslada al interior y se crea la sensación de que se ha llegado al lugar que se pretendía, incluso antes de haberlo hecho.Pero a fin de cuentas, todo eso me importaba muy poco en aquel momento. Me daba lo mismo que estuviese en Invalides, en Saint Denis, en cualquier otra parte, o incluso en ninguna. Pensaba entonces que el imperativo era salir de allí a toda costa porque no soportaba más aquella ridícula situación. Toda esa desubicación espacio-temporal, aquella soledad y aquel suave ruido continuo del martilleo de algún objeto enorme y contundente sobre las paredes de los túneles interiores por los que circulaba el tren... todo eso junto estaba empezando a abrir un abismo en mi mente y temí despeñarme por él hasta la locura. “Aquello no podía ser real”, pensé. Sólo podía ser fruto de mi propia imaginación, de un sueño o de una pesadilla.Mi más íntima preocupación era mi pequeño tesoro. Aquél no era el lugar más apropiado para un niñita. Empecé a notar su desconcierto e inquietud. Podía oír en mi interior su triste susurro lamen-tando todo aquello y notaba como poco a poco se hacía más fuerte, iba adquiriendo cuerpo y vigor, hasta que se hizo real en forma de pregunta:-¿Nos hemos perdido, mamita? A mí me parece que esta es la misma estación en la que nos baja-mos antes.-No cariño...debes haberte equivocado. ¿No ves que todas las estaciones se parecen mucho? Y te has creído que como el nombre de la estación sigue siendo el mismo, nos hemos confundido. Estamos en la misma estación, pero vamos a coger otro tren para ir a casa.Que mentira más jodida. Nunca valí para eso, pero no podía hacer otra cosa, ya que no podía darle una explicación que yo misma desconocía. De todas maneras, pensé que no había servido de mucho pues, aunque se trataba de una niña pequeña de seis años, era difícil engañarla. Ella también se había dado cuenta de la obviedad. Pero ¿qué otra cosa podía contestarle yo si no tenía respuestas, si no sabía cómo era posible que estuviésemos de nuevo allí? Sin embargo, pensé que no podíamos quedarnos en aquel lugar, así que después de un tiempo para el descanso, decidí

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serle sincera y admitir el error.-Cariño, creo que vamos a intentar buscar la salida porque, aunque estemos lejos de casa, hoy me apetece dar una paseo y que estemos juntas y... ver la ciudad que a veces se me olvida hasta el color que tiene el cielo; y si nos cansamos, pues cogeremos el bus, que hoy no tengo ninguna prisa. Se levanta una con el alba, se mete en esta enorme tumba, y sale directamente a la oficina, y de allí, luego, cuando ya ha caído el sol, de vuelta casa. Ahora que lo pienso parece una más un vampiro, que una persona... apenas si veo el Sol.Mi niña se reía con mis disparates y yo, viendo su sonrisita, lo olvidaba todo y en sentía en la gloria.-Ahora vamos a estar muy atentas para no equivocarnos y encontrar ya la dichosa salida. Pero, tú tienes que ayudarme; como ya he visto que vas leyendo todos los cartelitos, ahora tendrás que ir buscando los que señalan las salidas y eso es fácil. A ver si encuentras el primero...La niña no apartaba sus azules ojillos de mí. Mientras yo hablaba, la tranquilizaba, le daba confian-za. Allí de pie, a mi lado, junto a las vías del metro, su pequeño cuerpo se veía tan indefenso. Con su pelo negro cayéndole justo por el borde de su carita de leche, sus labios gorditos que a cada momento me regalaban esas maravillosas sonrisas, y su naricilla chata, espolvoreada con canela... Ella me transmitía que se sentía segura a mi lado; y al mismo tiempo, esa sensación era la que me daba las fuerzas y me impulsaba a la acción, a la lucha, a emprender de nuevo el camino para buscar una salida para acabar con aquella extraña situación.Mi niña era tan bonita, y yo la quería tanto... No me cabe la menor duda de que cualquier madre del mundo sabrá de qué clase de sentimientos estoy hablando. Ese por el cual eres incapaz de negarle nada a tus hijos, por los que sientes la dulce obligación de protegerlos y complacerlos en todo mo-mento, y aquél era también, sin duda, mi único y más profundo deseo en aquel instante. No quería que le ocurriese nada, ni que tuviera que vivir ninguna experiencia desagradable ni traumática para la edad que tenía, y para evitarlo yo me sentía dispuesta a hacer lo fuese, lo que hiciera falta.De este modo y con energía renovadas, volvimos a ascender por el túnel de las escaleras situado en uno de los extremos de la estación y sobre el cual se podía leer “Sortie”. Aquella palabra de le-tras blancas sobre fondo azul se presentaba ante mí, como si fuera sinónimo de salvación. De nuevo estábamos en los túneles; túneles que volvimos a recorrer con el anhelo de llegar pronto a encontrar la salida de aquel extraño mundo que parecía detenido en el tiempo, invadido por una extraña fuerza que parecía ir devorándolo, pues de momento ya había desaparecido cualquier atis-bo de vida que no fuésemos nosotras dos.Los corredores solitarios se presentaban ante nuestros ojos. Echaba de menos la magia musical de los artistas urbanos que coloreaba el estrés diario de los usuarios del transporte público. Mientras retomábamos nuevas escaleras mecánicas inmovilizadas, y sin dejar de atender en ningún mo-mento la búsqueda de los carteles azules que señalaban las salidas del laberinto subterráneo de la ciudad, en el interior de mi mente se reproducía la banda sonora de aquellos túneles compuesta por armoniosas melodías y sonoras voces de los estilos musicales más diversos: clásico, popular francesa, folklórica española... .Y recordé a algunos de los intérpretes de tan maravillosas piezas, a los que veía más a menudo, pero también a aquellos que en cierta ocasión me sorprendieron. Como aquella banda de jazz digna del mejor night-club americano de Chicago; aquel cantante so-litario de honda voz y modesta indumentaria que cubría de azul su portentosa garganta al tiempo que se taponaba un oído y cerraba los ojos ajeno a lo que le rodeaba, inmerso en su propia música interior; o aquel grupo de jóvenes percusionistas rememorando ritmos rituales africanos; o todos esos violonchelistas, clarinetistas... vestidos como si actuasen en la auténtica Ópera de Paris... Era magnífico recordar todo eso, pero el contraste de aquellas galerías bulliciosas y musicales con es-tas otras vacías y silenciosas se juzgaba impertinente. Sin embargo, todos aquellos dulces recuer-dos armoniosos y llenos de melancolía fueron interrumpidos bruscamente cuando por fin llegamos a las puertas de la salida. No me sorprendió que en la ventanilla de las taquillas no hubiese nadie, más bien era algo que me esperaba después de lo visto. Pero lo que de verdad no me esperaba era encontrar tras las pesadas puertas de la salida un nuevo laberinto de pasillos. Era como si las puertas fueran una especie de espejo porque tras ellas el escenario era el mismo que antes de cruzarlas. ¿Cómo era posible aquello? Yo no lo comprendía, pero la niña tampoco.-Mamá, es lo mismo que lo de antes... ¿Por qué no está la calle aquí? La gente que ha hecho el

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metro tiene que estar loca. Se han equivocado y, en vez de poner la calle detrás de las puertas, han puesto otra vez los pasillos.-Es verdad, chiqui. Se han tenido que equivocar. Mira que ya tienen que ser despistados. Pues nosotras nos vamos a quejar, porque no se puede ir por la vida poniendo pasillos donde van las calles...Mi niña se reía de nuevo, y yo intentaba disimular con bromas mi desconcierto. Todo aquello era muy chocante y desesperanzador. Si te ponías en medio de las puertas, con un pie a cada lado, te sentías dentro de un espejo, con la diferencia de que, en este caso, no había reflejo: ambas partes eran reales.

Extraido de la obra: La Madre Noche

de Tania González.

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Eu receberia as piores noticias dos seus lindos labios, de la inmensidad a la intimidad

El film triunfa en el Festival Iberoamericano de Huelva por méritos propios

La cinta brasileña Eu receberia as piores no-ticias dos seus lindos labios de los directores Beto Brant y Renato Ciasca se ha alzado en la trigésimo séptima edición del Festival de Cine Iberoamerica-no de Huelva con dos premios: el Colón de Oro a la Mejor Película (máximo galardón del certamen) y el Colón de Plata a la mejor Fotografía. Sin duda, se trata de un film que no deja impasible a nadie. La historia mezcla la fuerza perturbadora de una pa-sión - la de sus protagonistas Lavinia y el fotógrafo Cauby- con el amor maduro y sosegado entre Lavinia y su marido, el pastor Ernani. Este triángulo amoroso se desenvuelve entre las calles infectadas de vicio de las grandes ciudades brasileñas y las virginales selvas amazónicas amenazadas por las industrias madere-ras. El valor de la película se cimenta en tres pila-res básicos. El primero de ellos es una trama comple-ja y estructurada en la que se confrontan puntos de vista y sensibilidades dispuestos en diferentes mo-mentos de la historia a través del uso de flash-backs; el segundo pilar lo constituyen unos personajes con mucha vida interior que el trabajo de los actores se encarga de sacar a la luz. Destacan en este sentido, además de la actriz principal, Camila Pitanga, de la que hablaremos más adelante, Gustavo Machado, Cauby en el film y Gero Camilo que interpreta al ex-céntrico periodista y amigo del protagonista, Viktor Laurence. El tercer pilar es el espléndido trabajo de fotografía de Lula Araujo que consigue transportar-nos simultáneamente a dos universos: el exterior (en el que se contraponen civilización y Naturaleza) y el interior (en el que se enfrentan la pasión y el so-siego). En este sentido, el trabajo del premiado di-rector de fotografía es sobresaliente porque aúna la inmensidad de las grandes panorámicas aéreas de las selvas devastadas con la pequeñez de las esce-nas íntimas de los amantes. La cámara capta tanto la desgracia universal como la personal que envuelve la vida de la protagonista y se vuelve su confidente en desgarradoras escenas en las que Lavinia desnuda su alma. La actuación de Camila Pitanga, es, sin duda, uno de los mayores logros de la cinta. Pitanga, que trabaja por primera vez con los directores Beto Brant

y Renato Ciasca, dota a su personaje de gran profun-didad y volumen presentándonos tres caras dramáti-cas de una misma mujer. La actriz brasileña consigue sin más caracterización que su propia interpretación llevarnos al universo de una mujer compleja y mo-derna que puede definirse con valores dispares como deseada, tierna, perdida, viciada, salvada, apasiona-da, perturbada, hundida y enigmática. Estamos ante un excelente trabajo interpretativo de gran altura que nos ha permitido descubrir a una actriz que tiene mucho que decir y hacer en el mundo del celuloide.

Enlaces de interéshttp://www.festicinehuelva.es http://www.imdb.eshttp://www.dramafilmes.com.br

Por Tania González Redondo

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Por Cayetano Landero

La Historia de la Araña

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“No lo soportó la infeliz y con un lazo, ardida, se ligó su garganta: a la que así colgaba, Palas compadecida la alivióy así: “Vive pues, pero cuelga, aun así, malvada” dijo,“y esta ley misma de tu castigo, para que no estés libre de inquietud en el futuro, declarada para tu descendencia y tus tardíos nietos sea.”Después de eso, cuando se marchaba, con jugos de la hierba de Hécate la asperjó: y al instante, por la triste droga tocados,se derramaron sus pelos, con los cuales también su nariz y sus orejas,y se hace su cabeza mínima; en todo su cuerpo también pequeña es,en su costado sus descarnados dedos, en vez de piernas se adhieren,el resto el vientre lo ocupa, del cual, aun así, ella remite una urdimbre y sus antiguas telas trabaja, la araña.”

Con estos versos concluye la Fábula de Aracne y Atenea, en el libro VI de la Metamorfosis de Ovidio. Dentro de esta obra nos encontraremos con muchos pasajes y fábulas en las que algún dios, semidiós o mortal se convierte en algún animal, dando pie a una transformación casi irracional.

Una de esas fábulas es la que vamos a analizar para seguidamente, adentrarnos en la descripción de una de las obras más importantes de la pintura española realizada por el genial artista Diego Da Silva Veláz-quez.

Cuenta la Fábula de Ovidio que Aracne era una joven mujer Lidia (zona de Asia Menor) que poseía el don y maestría en el arte de tejer y realizar las mejores te-las y tapices. Que ese don le fue heredado en el taller de su padre, Idmón, un tejedor y teñidor de Tiro. (En la antigüedad, la zona de Tiro era muy conocida por el comercio de telas, sobre todo, de aquellos tejidos que se teñían de color púrpura gracias a la tinta de algunos moluscos).

No tardaría mucho tiempo en el que las paulatinas alabanzas y piropos al buen hacer de la joven Arac-ne se le subieran a la cabeza, hasta tal punto, que constantemente afirmaba que su destreza en el telar era superior a la de la gran diosa de la sabiduría y la artesanía, la diosa Atenea.

Atenea acabó por enterarse de las burlas incesantes de la mortal y quiso dar a ésta la oportunidad de redi-mirse y pedir perdón por su osadía. Para ello, la diosa

tuvo que transformarse en una anciana de cabello grisáceo y ropajes gastados por el tiempo. De esta manera, advirtió a la mortal que sus continuas ofen-sas a la diosa le traerían un mal final; pero Aracne,que era muy engreída, llegó a retar a la diosa en un con-curso para ver quién era mejor en su oficio. La diosa, al escuchar tal ofensa, no tardó en despojarse de sus ropajes y su disfraz, y bajo la mirada temerosa de la mortal aceptó el reto.

El concurso dio comienzo y ambas empezaron a tejer su propio tapiz. Minerva eligió como tema central la lucha contra Neptuno, mientras que la joven Aracne eligió una serie de pasajes sobre las aventuras amo-rosas de Zeus convertido en diferentes animales para conquistar a diferentes mortales. La diosa entendió con la elección de esos temas que Aracne volvía a mofarse de ella, y aunque pronto se vería la gran fi-nura y delicadeza con la que trabajaba la mortal, no tardó en mostrar su enfado y golpeando el telar de Aracne lo destruyó, lo mismo hizo con el tapiz , para terminar golpeando a la insultante mortal.

Aracne dolida y abochornada por la ira de la diosa, y por haber insultado a la misma, huyo de allí y tras co-ger un lazo terminaría con su vida ahorcándose. Ate-nea conmovida por el acto, terminó por apiadarse de la mortal y rociando su cuello con un jugo de acólito (un tipo de planta medicinal de color azulado), fue aflojando la soga de su lánguido cuello, al tiempo que ésta se iba convirtiendo en una araña y su soga en el hilo de su tela de araña.

Esta fábula nos sugiere como el oficio de tejer es el resultado de la observación e imitación de la natura-

Detalle que nos presenta a la diosa Atenea

en la obra: Las Hilanderas ola Fábula de

Aracne de Velázquez

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leza y en especial de las arañas. También nos sugiere que sus inicios derivan del trabajo de los talleres de la zona mediterránea de Asia Menor en la ciudad de Tiro. --- o ---

Corría el año 1657, cuando el gran genio y pintor Diego Velázquez recibió el encargo por parte de Don Pedro de Arce, Montero Real, de realizar la obra que lleva por título: “Las Hilanderas”.

Por aquel entonces, Velázquez se enfrentaba a su etapa de madurez, un período marcado o caracteri-zado por el desarrollo de una técnica pictórica depu-rada, de pinceladas rápidas y fugaces, abandonando la pincelada barroca de corte naturalista y caravag-giesco aprendida en sus inicios en el viejo taller de su suegro, Francisco Pacheco. Sus viajes a Italia y el conocimiento adquirido a través de las obras de Ti-ziano y Rubens en la pinacoteca Real que él mismo administraba, denotan su capacidad y maestría a la hora de enfrentarse a obras tan importantes como la que en este momento os presentamos.

Para las Hilanderas, Velázquez utiliza un esquema compositivo similar al utilizado en Las Meninas, como es la simultaneidad de escenas dentro de la misma obra. El pintor nos presenta una escena, en principio, simple y cotidiana, mostrando a unas mujeres en la Real Fábrica de Tapices, lugar que el propio artista so-lía visitar. No obstante, algunos historiadores han ido más allá de la superficie del lienzo y nos describen esta obra como La Fábula de Aracne, siendo Atenea la mujer mayor que hila en la rueca y Aracne, la jo-ven de espaldas al espectador, que hila una madeja entre sus manos. Al fondo,se nos presenta la fábula, justo en el momento en el que Atenea muestra su enfado y ante ellas, un tapiz donde se puede deducir el famoso mito del Rapto de la ninfa Europa. Con ese tapiz de fondo, el genial pintor quiere mostrarnos el conocimiento que posee de la obra de artistas como Tiziano y Rubens, ya que fue Tiziano el que realizara dicha pintura y Rubens quién realizara una copia para la pinacoteca real.

Otros historiadores e investigadores de la obra, ven en Las Hilanderas un llamamiento del propio artista a la consideración de la Pintura como un arte noble y diferenciado de la artesanía.

Sin embargo, alejándonos de todo estudio minucio-so, podemos decir que todas las hipótesis carecen de importancia si no podemos ver en esta pintura la gran aportación de esta obra a la Historia del Arte,

que no es otra que la captación del movimiento a tra-vés de la fugacidad de las manos en los personajes, de los radios en una rueca que no para de girar y del aire que transcurre entre los objetos y personajes.

Hoy en día, esta obra se encuentra en el Museo del Prado de Madrid. La obra presenta síntomas de ago-tamiento debido a su estado de conservación y a la última restauración realizada en 1980.

Esperemos que algún día, la joven Aracne recobre su aliento vital y vuelva a urdir cada hebra de este lien-zo.

Detalle de la rueca que utiliza Atenea , donde se observa la pin-celada fugaz con la que Velázquez consigue crear la sensación de mo-vimiento.

Más información en:

*Ovidio, Metamorfosis. Madrid. Cáte-dra.*Mitología Clásica. Madrid. Gredos Ruíz de Elvira, Antonio. 1975* Mitología Griega y Romana. Humbert, Jean.*Grandes genios del arte. Velázquez. Unidad editorial. 2005.

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Por Juan José Santana Hernández

LABUTACA ROJA

Hay una secuencia en “LA DELGADA LINEA ROJA”, jus-to antes de la muerte de Witt, en la que Malick, su director, deja claro el concepto que tiene de la muer-te. En ella, Jim caziviel, justo antes de ser eliminado, sueña con un cielo, luminoso, con mucha luz, casi un edén maravilloso, poblado por ángeles que juegan en una eternidad muy parecida al mar.La última película del genial director americano Te-

rrence Malick, “EL ÁRBOL DE LA VIDA”, es un fiel re-flejo de sus obsesiones como director e imagino que como creyente, el film, como toda su obra es una apabullante sensación de sensaciones, es un cuadro visual, donde el color, la vida y sobre todo, el cine bri-lla de manera sobrehumana en un guión que puede parecer a ratos absurdo, a ratos apasionante.La primera obra de Malick es de los años setenta,

Terrence Malick

EL ÁRBOL DE LA VIDA

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“MALAS TIERRAS”, una obra que estuvo muy ignora-da en su época y que posteriormente ha ido subien-do enteros hasta convertirse en un film de auténtico culto. En ella unos novísimos Martin Sheen y Sissy Spacek eran una pareja que huían con un coche por la América profunda con un par de balas en una pis-tola y unas ganas locas de libertad, algo que era im-perante en la época. La película es un ejemplo de lo que posteriormente sería el cine de Malick; un mon-taje donde las voces en off, la narración secuencial y la aparente anarquía estructural empiezan a ser una constante en su obra.Posteriormente dirigiría a un jovencísimo Richar Gere, en la incomprendida “DÍAS DEL CIELO” un can-to a la naturaleza y su eterna lucha con el depredador ser humano. Una obra con una fotografía ejemplar de Néstor Almendro.A partir de aquí Malick se olvida del cine y se lleva 20 años alejado de Hollywood. No es hasta el estreno de “LA DELGADA LINEA ROJA” su obra maestra más redonda, una de las mejores películas de cine bélico jamás filmadas, donde Malick afina su estilo y mezcla de manera prodigiosa la locura del ser humano y la belleza de la naturaleza en un entorno hostil.Con ésta nueva película,” EL ÁRBOL DE LA VIDA” nos vuelve a mostrar sus obsesiones, pero aquí pretende ser más ambicioso e intenta abarcar desde el naci-miento de la humanidad, hasta la muerte de la mis-ma, en un arrebato de trascendentalismo que o bien te apasiona, por la utilización de la música y belleza

perfecta de las imágenes, o bien te aburres como una ostra.A mi me parece que Malick no logra una obra redon-da, pero si una obra que pasará a los anales del cine, como un nuevo intento por explicar el sentido de la existencia, posiblemente, le falte algo( a mi juicio, le sobra diez minutos del farragoso inicio y cinco del cielo final) para estar en los altares de obras maestras como “LA PALABRA” de Dreyer, “EL SÉPTIMO SELLO” de Bergman o “EL SACRIFICIO” de Tarkovski, obras que transcendía el propio arte cinematográfico.

FILMOGRAFÍA

Lanton Mills 1969

Malas Tierras (Badlands) 1973

Días del Cielo (Days of Heaven) 1978

La Delgada Línea Roja (The Thin Red Line) 1998

El Nuevo Mundo (The New World) 2005

El Árbol de la Vida (The Tree Of Life) 2011

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