Gealittera 3

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GEALITTERA REVISTA DIGITAL

Tierra de letras, tierra de otros; aquellos que se dan cita

para escribir.

Coeditada por Cecilia Ortiz (Argentina) y Carmen

Membrilla Olea (España). Bajo la infinita ilusión de unir

voces literarias pertenecientes a países y continentes

distintos.

[email protected]

http://revistagealittera.blogspot.com.es/

IBSN: 14-08-2014-55

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SUMARIO EDITORIAL

Cecilia Ortiz Un mecanismo lingüístico y varios juegos

locos pag. 6

Carmen Membrilla Olea Locos por ella: La poesía pag. 9

POESÍA

Alba Estrella Gutiérrez pag. 12

Oscar Conde Insectos pag. 14

Mercedes Eleine González Incógnita pag. 17

Ana Lucía Montoya Los muertos no sueñan pag. 19

Amelia Arellano Mujer de arena pag. 21

Graciela Diana Pucci Destellos y locura pag. 23

Adri Delfini En el psiquiátrico pag. 25

Alicia Corrado Mélin Dicen que dicen pag.27

Antonio Pérez Cozar La locura pag. 30

María Elena Espinosa Mata Alineación pag. 33

Aleqs Garrigóz Borderline pag. 35

Marita Ragozza de Mandrini El loco pag. 37

Julián Gómez de Maya Vesania, Amor pag. 40

Chía Giráldez Tinoco Déjame ser locura pag. 42

Isabel Rezmo I Pérez Bebo pag. 44

Lázara Nancy Díaz Tierna locura pag. 46

Alicia Epp La absurda razón pag. 48

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Emilia Marcano Quijada Excelsa pag. 51

Mar de Fondo Limbo pag. 53

Mary Acosta Capullo no vidente pag. 55

Säo Gonçalves Locura pag. 57

Gloria Gayoso Vesania pag. 59

Isabel Pisani Insano pag. 61

Gloria Marecos Rodas Ebria y loca pag. 63

Pura Fernández Segura Locura pag. 65

Araceli García Martín Locura de ser y estar pag. 67

Teresa Torres Cicatrices pag. 69

Miriam Álvarez Rojo en danza pag. 71

Magda Robles Insiders pag. 73

Esneyder Álvarez Tú eres mi locura pag. 75

Mabel Coronel Cuenca Medio loca, médio poeta pag. 77

FOTO- POEMAS

Cecilia Ortiz Olvidé pag.80

Mía Pemán pag. 81

RELATO

Liliana Varela Profundidades del alma pag. 83

Carmen Membrilla Olea Desconexión caótica pag. 85

Patricia Richmond Las siete vidas Del gato pag. 87

Roxana Rosado Las huellas pag .89

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Graciela Amalfi La salida semanal pag. 93

Amanda Gamero Por huir pag. 96

Ana Saavedra El candelabro pag.102

Carlos Caposio ¿Escuchás Mirta pag.106

Edgardo Benítez El desertor capturado pag.108

Juan Carlos Vecchi Qué locura, Tucura pag.110

Henry Govani Aguiar Sánchez El gordo cretino pag.112

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EDITORIAL UN MECANISMO LINGÜÍSTICO Y

VARIOS JUEGOS LOCOS

Imagen: Evandro Schiavone

Nos dice el diccionario, que Locura es una palabra con varios significados.

El que me pareció acorde a la convocatoria de nuestra revista dice:

determinado comportamiento que rechazaba las normas sociales

establecidas.

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Locura es un atreverse a desviarnos por senderos no establecidos. Lo que

me hace reflexionar que cuando escribimos dejamos reglas al costado y

nos adentramos en un territorio que antes no existía y le damos formas

diversas, utilizamos palabras comunes y las convertimos en otras para

crear imágenes sensoriales. Esas imágenes que no son visibles, son

sensibles.

Darle voz a la imaginación en la literatura admite mecanismos lingüísticos

como juego de lenguaje puro.

Siempre, cuando damos vida a textos creativos, nos ponemos cara a cara

con las letras y las palabras y las reglas ortográficas; para justamente crear

el poema o el relato.

El surrealismo utilizó el lenguaje onírico. En los sueños pareciera que todo

se trastorna, bajamos una escalera y estamos en la cima de una montaña;

abrimos una puerta y aparecemos en plena selva o volamos por sobre

todo.

Descubrí otro significado de locura que me gusta más, pero ya he escrito

bastante y no voy a volver a comenzar.

Deviación de la norma. Del latín vulgar (no es de alcurnia pero me gusta)

delirare de lira ire , que significaba originalmente en la agricultura

“desviado del surco recto”.

Entonces, cada vez que nos desviamos del convencionalismo de la

escritura no creativa entramos en el surco que cruza a otro y a la vez

hacemos surcos que dibujan en el terreno figuras extraordinarias.

Y en Gealittera, siempre existirán surcos extravagantes sin que el tema sea

LOCURA.

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Darnos cita para escribir, crear, leer y tener un espacio en Red, no es

locura pero se le parece. Las coordinadoras, editoras, idealistas creadoras

del proyecto somos de continentes diferentes, con horarios distintos y

jamás nos hemos visto en persona.

Tan loco y especial como una manzana cuadrada. Roja y perfumada. A que

la ven y perciben su aroma…

Sean bienvenidos todos a nuestra tierra de letras.

Gracias por acompañarnos.

Cecilia Ortiz- Buenos Aires- Argentina

(Contamos con los buenos pensamientos de nuestros colaboradores, para

que el abrazo real que necesitamos muchas veces, se realice)

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LOCOS POR ELLA: LA POESÍA

Imagen: Wayne Maser

Nunca lograré saberlo todo sobre ella. Seductora y enigmática salta desde todos los rincones disfrazada de bohemia, de alcohólica, de señora, de mendiga. Maldita, sublime, serena, culta, romántica, popular, comprometida, arraigada, exiliada, noctámbula... me ha acompañado con frecuencia envolviéndome con sus brazos tipográficos y besándome con sus palabras inagotables. A veces la he sentido como un arrebato capaz de sacudirme el alma sobre mi mesa de trabajo.

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Escurridiza como siempre y en ocasiones inaprehensible aparece descarada plantándose frente a mí, desafiándome. Entonces me doy cuenta de lo poderosa que es. Salimos a la calle, paseando junto a mí se refleja en todas las aceras y mientras esboza una tímida sonrisa, vierte sobre ellas su peculiar lenguaje vivo y directo. Me pide un trago. Entramos en una vieja tasca. Se desnuda lentamente en una de las esquinas de esa barra gastada y sacia su sequedad a golpe de botella. La profunda emoción de su mirada perdida, me impide suponer en qué estará pensando. Envidio su belleza absoluta y no sé por qué, creo que me ha contagiado su dolor. Ese aire triste le sienta bien. Está temblando. Poco a poco la atraigo hacia mí intentando tranquilizarla. Es inútil. Está borracha. Está empapada de odio porque todo es caótico. Clava sus ojos en los míos y un indescriptible escalofrío recorre mi cuerpo recordándome la misteriosa magia que encierra este encuentro. Enamorado de ella desde hace tanto tiempo pienso que lo mejor es dejarla sola. Me retiro a una mesa apartada, pero no puedo dejar de mirarla. Llena de dudas sigue bebiendo, desnuda y bella, cuestionándose tal vez cómo impedir que el mundo empeore. Abatida, cierra sus ojos camaleónicos y se queda dormida sobre la barra de madera gastada, respirando dulcemente. Mañana estallará de nuevo, imparable, elocuente, sabia, renovada, pasional, elegante, natural, clara, verdadera, libre o mentirosa... Entretanto, yo, he vuelto a tocar el fondo de mí mismo. Carmen Membrilla Olea.

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POESÍA

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ALBA ESTRELLA GUTIÉRREZ

Imagen: Pablo Picasso

y el cerebro estalla

mi asombrado rostro

desfigura el instante

y el mecanismo de un reloj

sin tiempo

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gira en mis manos deshuesadas

y ausentes

un ángel abraza mi desamparo

y las voces de los otros

giran como aspas en mis ojos ciegos

y el cerebro estalla

y dios olvida mi nombre

Alba Estrella Gutiérrez. Buenos Aires. Argentina.

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OSCAR CONDE

INSECTOS

Imagen: Pablo Picasso

Por mi piel

caminan miles de arañas

lo difícil

es reconocer sus intenciones

cuando llega la oscuridad

imagino que las hará partir

sin que logren nada

me quedo inmóvil

respiro pausado

casi imperceptible

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cierro los ojos

para que no divisen

algún rastro de luminosidad

retengo mi transpiración

o cualquier otra cosa

que trate de ser un obstáculo

pero ellas

necias

continúan sobre mi cuerpo

ahora quietas

como imitando mi propia quietud

mimetizándose con la oscuridad

con el silencio

pienso sacudirme con frenesí

pero es probable que sólo se alejen algunas

las otras tratarán de hacerme daño

antes que mis músculos se acalambren

el sueño me vence sin remedio

cuando despierto

me obnubila el blanco de las paredes

me acosa el silencio

el olor húmedo es más fuerte que ayer

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y antes de ayer

no sé si alguien ha entrado a mi cuarto

en los últimos días

es probable que si

porque se han llevado las arañas

y dejaron las cucarachas

Oscar Vicente Conde. Lanús. Buenos Aires. Argentina.

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MERCEDES ELEINE GONZÁLEZ

INCÓGNITA

Imagen: Pablo Picasso

Acaso fue un martirio no encontrarte

Cuando detrás de ti se fue mi vida,

Perderte y no perderme fue un milagro

Que abrió en mi alma una mortal herida.

Amado mío,

¿qué fue de ti, acaso no supiste

La ignota gloria de todo lo sublime?

¿la magnitud de aquello que no existe

O la rara virtud que te redime?

En la bruma de antaño nos quisimos

Y en la tenue penumbra del estío

nos amamos,

fue más allá del tiempo que supimos

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que en la mirada triste de algún niño

reposa la incertidumbre del ocaso

y en toda la quietud

un dulce abrazo.

Mercedes Eleine González. Cuba/Miami.

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ANA LUCÍA MONTOYA

LOS MUERTOS NO SUEÑAN

Imagen: Pablo Picasso

seca la boca y el seso

deshidratada la palabra

hojas otoñales las manos

sobre la piel ya muerta

revolotea una mariposa

no hay soplo de brisa ni flor en el florero

las sombras alargadas avanzan

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lerdas al compás de un coro plañidero de silencios

no puede alzar el vuelo mi cordura

mucho menos mi locura estimulante

rota quedó mi fantasía

¡ya nunca más podré soñar en verde

menos en azul

en violeta o blanco!

porque impropio de muertos es

solazarse en frenéticas quimeras

Ana Lucía Montoya. Colombia.

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AMELIA ARELLANO

MUJER DE ARENA

Imagen: Man Ray

Loca. Le llaman loca.

Porque va, viene, arremete, exige.

Se desangra en la lucha.

En conjuros de luna

Se aferra al amor desesperadamente.

Ama. Teme. Se desgarra en el goce.

Un día llora, otro día canta.

Es tormenta que opaca los cristales.

Es lecho improvisado.

Es la mujer de arena. Se desgrana.

Levanta los peñascos, los ata con alambres de púas.

Loca, le llaman loca

No ha seguido el rebaño de las hembras sumisas.

Mujer, mortal, amante despojada.

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Barcos pesqueros. Aparejos. Trampa, red, sedal.

Jadean en la noche de sílice.

Golpean con furia sus acantilados.

Penetran en astillas de vidrio.

La toman en la mano. La acarician.

La llevan hasta el borde.

Abren su puño y cae.

La pisotean. Sin compasión la pisotean.

La dispersan vendavales. Machos furiosos.

La exilian, la apartan, la fragmentan.

Solo el mar infinito la toma entre sus brazos.

Loca suicida, le llaman, loca.

Poema seleccionado para la antología “LA MUJER ROTA”

Presentado en la Feria Internacional del libro en Guadalajara. MÉXICO

Amelia Arellano. San Luis. Argentina.

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GRACIELA DIANA PUCCI

DESTELLOS Y LOCURA

Imagen: Max Ernst

Afloran en mí oscuras sensaciones

y

regreso al albergue de infortunios

me niego a permanecer

la sangre evade senderos

-corre sin sentido-

altera pensamientos

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trastoca emociones

me veo

desmigajada e ínfima

mis manos aferran

destellos de cordura

unos labios

escupen palabras profanas

Caigo

hundida en la locura

encuentro a ese otro ser

no me apiado

lo asesino

mi corazón late con nueva sangre

sólo una tristeza mora en el alma

es el dolor pagano

lo desalojo

sonrío.

Graciela Diana Pucci. Buenos Aires. Argentina.

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ADRI DELFINI

EN EL PSIQUIÁTRICO

Imagen: Vladimir Kush

En el Psiquiátrico es evidente

escasean frazadas y alimentos,

convive el calor de algún recuerdo,

que muchas veces es transparente.

Recuerdos borrables de la memoria

construyen la misma historia,

los gobernantes tienen ceguera,

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ciegos con el alma descompuesta.

La oscuridad aliada con la noche

despierta los instintos sin derroche,

los abusos …gritan ¡presente!

con juicio algunos se defienden.

Muchos vagan sin rumbo

los menos medicados,

son artesanos…arte-sanos

que hilvanan su futuro.

La solidaridad del Doctor

ayuda a las mentes desajustadas,

que salen a veces reparadas,

sólo con la brújula del amor.

Adri Delfini. Buenos Aires. Argentina.

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ALICIA CORRADO MÉLIN

DICEN QUE DICEN

Imagen: Dave Mac King

Hay sirenas en el amanecer enmarañado

avisos que emergen desde

una voz pequeña

susurrando

a esos que deambulan

entonces me aparto

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los miro, huelo, saboreo

esta distancia a carcajadas

les digo manos

sujetan objetos

les doy pies

y huyen de la ciudad asustada

habitan moscas bailarinas

dentro de sus oídos

me embolso la cara

creen soy baldío

espío por el nylon sepulcral

conocen de sombras

dejo ahogar la palabra

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dicen que dicen que dicen.

Hay violines en el amanecer enmarañado

avisos que emergen desde

un do menor entre dientes

girando

a contramano.

Alicia Corrado Mélin. Mar del Plata. Argentina.

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ANTONIO PÉREZ COZAR

LA LOCURA

Imagen: Salvador Dalí

Es ella,

demorando los corredores

obtusos y sofocantes

a una velocidad vertiginosa.

Máquina en su jaula de cristal,

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la huida silenciosa de los vivos

mientras hurga

en el sepulcro de los otros,

acosada por la onomatopeya del tiempo

amontonado en hileras de lozas emblanquecidas

y de escarabajos que transitan

por los rincones de la escalera

que lleva a los avernos,

donde el balbuceo de los gemidos no se oye.

Es ella,

y es su redondez amoratada,

y es emblema de la cordura

tras los párpados ungidos de tristeza,

vestigio de las noches despiertas

recolectando miradas exhaustas de vacío.

Merodea desde una gris ventana,

sólida y de hierro,

los jardines embalsamados de soledades

y de lúgubres sombras

parecidas a despiadados firmamentos.

Es ella,

ella contra el muro irascible de los axiomas

y del risco alado

que anida en un corazón confuso

en los abismales acantilados del alma,

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allí donde zozobran los gestos convulsivos

de los locos.

Es ella,

luciérnaga recluida y sin memoria,

mariposa que sobrevuela los volcanes

y se abrasa en sus lagunas de fuego,

repetidas veces.

Antonio Pérez Cozar. Utrera/Mallorca. España

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Mª ELENA ESPINOSA MATA ALIENACIÓN

Imagen: David Szauder

He llegado a la edad en que las letras

ignoren los principios,

las censuras.

De escribir desatando la corbata,

de remojar el pan en el café del tedio

y untarle mantequilla a los renglones

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para que la palabra se deslice

hacia el abismo de las incoherencias.

Un día me han de crecer los tulipanes

en el arco orbital

y de mi lengua ha de escurrir el sol

como un poema.

Mientras tanto

escribo entre el silencio y la penumbra

la absurda sensatez de un silogismo,

soslayo la razón

y exculpo la locura de algún verso.

Mª Elena Espinosa Mata .San Nicolás de los Garza. Estado de Nuevo León. México.

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ALEQS GARRIGÓZ

BORDERLINE

Imagen: Parke Harrison.

Como un vaso que se vierte en sí mismo,

me pruebo plenitudes y bajezas por intentar sorprender al vacío.

No sé lo que quiero, pero lo quiero ahora mismo.

Instantes me unen al mundo

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y me separan de él alternativamente.

Espanto al contemplarme en mis propios espejos que me dañan tanto.

Asco al saborear mi propia palabra que me sabe tan mal.

Preso en el infierno de vivir al extremo,

al borde de la locura,

la emoción es mi exterminio.

Aleqs Garrigóz. Puerto Vallarta. México.

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MARITA RAGOZZA DE MANDRINI

EL LOCO

Imagen: Sarolta Bán.

“Demencia:

el camino más alto y más desierto.”

JACOBO FIJMAN

Estoy loco e ignorado

”Esperando en la tarde la dosis que calma el miedo”

ANTONIN ARTAUD

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No oyen su voz ni el eco de sus pasos,

tampoco las sonajas y flautas

solo él las escucha

pulsa cuerdas resecas

escrudiña el paisaje

y se derrumba en cubos y esferas

Oscuridad y sueños

sobre una costra de lava y agua

un permanecer en instantes

para retornar a los delirios

hacia un fin indescifrable.

El loco quema

incienso

azúcar y cabellos

en simulacros de magia

destroza y grita

entre hierros y cristales

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¡Oh aire protégelo

del pájaro nocturno

de las constelaciones frías

y de la alta vigilia de los sueños encandilantes!

Marita Ragozza de Mandrini. Buenos Aires. Argentina.

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JULIÁN GÓMEZ DE MAYA

VESANIA, AMOR

Imagen: Paolo Troilo

Che per amor venne in furore e matto, d’uom che sì saggio era stimato prima

(Ludovico Ariosto, Orlando furioso, I.2.3-4).

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Acaso tobogán de idolatrías,

acaso narcisismo en alienantes

pupilas que se espejan —los andantes

ensueños contra un juicio de ordalías—,

más cuida de trabajos que de días

el ejercicio impar de los amantes

(las eras todas, todos los instantes

no valen lo que empeños ni agonías).

Un beso, un monstruo adentro… como enclave

en mitad de la nada, como poso

de lo absoluto, cuanto al hombre cabe

—en carne viva y de su Dios celoso—:

si puede o no el delirio, bien lo sabe,

escindido de sí, Roldán furioso.

Julián Gómez de Maya. Murcia. España.

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CHÍA GIRÁLDEZ TINOCO

DÉJAME SER LOCURA

Imagen: Mike Davis

Déjame ser en este desastre de semillas mundanal

querer reivindicar como nunca a esta locura,

abandonar la inmundicia inservible terrenal

y tomar sorbos de lecciones en bravura.

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Exijo que cante la noche con el sol como brillo

que salgan mis manos humildes de dentro,

cambiar de cada día el mismo estribillo

enterrar la cordura en un simple intento.

Permíteme no ver lo que duele a mis ojos

sonreír sin parar recordando disparates

oír a mis fantasmas sin producirles enojos

dejar las tragedias detrás de un escaparate.

Deja que mi corazón sea un pedazo veloz

que cante, ría y ame hasta el último despojo

jamás lo aprendido, lo vuelva aprender sin voz

encontrar al unicornio que se perdió en los matojos.

Chía Giráldez Tinoco. Punta Umbría. Huelva. España.

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ISABEL REZMO I PÉREZ

BEBO

Imagen: M. C. Escher

Bebo la tarde lluviosa.

De entre los etéreos momentos,

de las ráfagas, de la letra cursiva

entre los vientos.

Bebo a sorbos entre esta frialdad

que huele a lluvia impenitente.

Subyace en las líneas

de un almendro en flor.

Despierta los cuentos que no terminan

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en la órbita de las formas.

Insano es el tiempo,

la savia engrandecida.

Los relieves duermen.

Y sigo bebiendo

tu inoportuna fragancia

cayendo sin más cuerpo.

A la tercera ya recorre mis huesos

con la extravagancia de decir,

saber. Simplemente el trago de especular

con el ronroneo de las acequias

sobre mi propia muerte.

Isabel Rezmo I Pérez. Úbeda. Jaén. España.

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LÁZARA NANCY DÍAZ

TIERNA LOCURA

Imagen: Renné Magritte

Cuento los minutos

de la espera eterna

humedad de labios

recorren mi cuerpo

Nada detiene el instinto voraz

del deseo.

Reposa la caricia en un ángulo claro

de mis senos

llueve en la árida tierra

donde nacen los sueños

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Y se abren los labios de un verbo

Muslos

entre muslos

(Cuerpos enlazados)

Silencio

Un silencio de gozo

envuelve los gestos

el suspiro saciado de dos cuerpos.

La noche está en calma

Las sabanas cubren los desatinos

Y un quejido despierta

los astros

Astros que se miran

Y se invitan a sucumbir

en la dulce locura

… del amor.

Lázara Nancy Díaz. Cuba/ Nueva York.

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ALICIA EPP

LA ABSURDA RAZÓN

Imagen: Mihai Criste.

No son las llamas negras

que hasta mis pies se estiran

ni son las rojas olas

que se rompen

contra mis acantilados.

Son más bien los gritos

del silencio

los rincones vacíos

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las horas devoradas

por los roedores

de mis remordimientos.

No son las mariposas

que emergen de mis dedos

ni son mis diálogos

con la espalda del tiempo

son más bien los besos deshojados

sobre la ajena piel de la costumbre

y éste ir y venir sobre la línea

desde la incumbencia hasta lo adecuado.

no son mis ojos abiertos a la nada

que ven el lado reverso de este mundo

ni son los papeles estrujados

que caen cual pétalos

de una flor malograda.

Es más bien este encogerse de hombros

este vivir apático

la absurda razón de mi locura,

este dejar que pase la tormenta

sin mirar hacia el cielo

este resguardarme de la lluvia

este pálido latido

esta carencia de mi

es más bien esto

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la absurda razón

de mi locura… mi locura.

Alicia de León Epp. Uruguay.

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EMILIA MARCANO QUIJADA

EXCELSA

Imagen: Alexander Korman

Ayer no es, cuando intento

no ser más.

Hoy es un cuchillo a la razón,

un cuarto oscuro, creciente,

y escucho los cascos de los caballos,

sus ojos

lanzando flechas,

sus pezuñas mordiendo mi almohada.

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Me confunde el miedo, las voces,

miro mi mano izquierda,

busco un reloj

que no está;

un segundo ha huido

pero da campanadas, excelso

miembro fantasma.

Busco el origen de todas las estrellas,

el motivo del sueño,

la vacuna a mí misma,

un ápice, gota de los cuentos,

un vaso, demorado río.

No bebo de las hojas muertas,

no muerdo las aguas

del fondo, del suelo, del fin,

ni del rebaño de ciegos

que dicen mirarme.

Emilia Marcano Quijada. Venezuela.

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MAR DE FONDO

LIMBO

Imagen: Wojciech Paliwoda

El limbo es un lugar olvidado,

una habitación a obscuras, una voz en off.

Existe en algún rincón escondido de mi cuerpo.

Todos mienten si dicen que puedes salir.

¿Cómo? ¡Habla más alto, no te oigo ni te escucho!

Quiero escapar y tu risa burlona me da miedo.

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¿Qué? Jamás seré tuya, ¿entiendes?

¿Por dónde iba?

Ah, ya, interesante, por favor, no grites.

Cuando el aire me besa respiro tranquila,

huyo de mi prisión, es el momento.

Malas lenguas me dictan que estoy poseída,

irritados sofocos aceleran mi angustia.

Putos, cabrones, son hombres,

creen que pueden follarse mi delirio:

nunca, es mío, no podréis tocarlo.

Luces cegadoras calman mi salto al vacío.

Tumbada en la cama me carcajeo,

la realidad ensordece con su silencio.

Tarde o temprano regreso al limbo,

un zulo, un agujero que me enajena.

Mar de Fondo (Mar García Treviño). Murcia. España.

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MARY ACOSTA

CAPULLO NO VIDENTE

Imagen: Mihai Criste.

Diseñó su vida en la mitad del ocaso,

apretando los puños y en violento avance

Caminó por el borde de su cuerpo,

entre sollozos incoloros y oscuros.

Buscó desesperadamente

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encontrarse en la próxima esquina de su cielo.

En la partida perdió su nombre,

junto al último zapato que vestía su paso.

Sobre las aristas brillantes de una estrella

dibujó besos secos,

abandonados por héroes de polvo.

Resistió sin declinar a su sueño

abrazada a sus misterios.

Como un capullo de rosa no vidente

no logró expandir su fragancia,

y hoy, hoy visita el jardín sin pétalos,

tan solo esperando ver

si en algún ocaso volverá a encontrarse.

Mary Acosta.Munro- Pdo. Vicente de López- Buenos Aires- Argentina

57

SÄO GONÇALVES

LOCURA

Imagen: Laura Stringhini

Si supieras que todavía tú me calmas los temores nocturnos.

¡Si supieras que mis días son a veces una espera sin fin!

Si supieras que muchas veces me escondo del mundo para no escuchar la

locura de los hombres

¿O será el ruido sordo de mi propia locura?

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Si supieras que sólo las palabras me salvan de la decepción del día

Si supieras que la poesía es el refugio donde te encuentro y descanso.

Säo Gonçalves. Portugal/Luxemburgo.

Traducción del portugués al español: Miriam R. Krüger

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GLORIA GAYOSO

VESANIA

Imagen: Pablo Picasso.

Para su extravío

aquellas mudas estrellas

eran vigías en celo,

aberturas lumínicas,

que espiaban curiosas sus desatinos insurrectos,

sus ideas perdidas en galaxias lejanas

de resbaladizos sueños.

Vagaba por la noche como búho gigante,

escudriñando cielos.

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¿Qué sabían los astros de los rostros del Amo?

Perdidos en la hipérbole de luces,

se le parecían; hombre iluminado desde el centro

pero mustio y sibilino

a los ojos ajenos.

¡Aquellos puntos distantes como acné del espacio

eran noctámbulos en guardia de fosfóricos deseos!

Encendían lujuriosos sus dudas y desvelos.

¿Dónde estaba el farolero?

¿Quién apagaba el escenario para el juego?

Una moneda en llamas se burlaba de su sombra

y él, loco, desbordado de angustia, gritaba al viento

el confuso nombre de aquel Padre.

que lo dejaba huérfano.

©Gloria Gayoso. Buenos Aires. Argentina.

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ISABEL PISANI

INSANO

Imagen: Samy Charnine

Insano, quien vende su alma por monedas

y humilla a su patria por la gloria tan mutable.

Insano, quien alienta el rencor

y encubre la traición en la mesa de los dones.

Insano, quien olvida al padre honesto

y no escucha al hijo o al amigo con gentil gesto .

Insano, quien arrastra la esperanza sin fe

y rinde culto a dioses falsos y siniestros.

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Insano, quien sucumbe a la pasión desordenada

y confunde su amor con el de Dios,

que nos crea cada día… y nos repara.

Isabel Pisani. Buenos Aires. Argentina.

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GLORIA MARECOS RODAS

EBRIA Y LOCA

Imagen: Alina Maksimenko

Noche de pasión.

En ardiente desnudez

va fraguando encajes

entre los labios del ocaso.

Está ebria y es loca.

De sus ojos saltan brasas

y en su boca

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se queman mariposas.

En febril euforia

¡Grita que está en mí!

(y la busco en mi alma)

¡Jura que soy ella!

(y hurgo en mis entrañas).

En su clímax demencial

tiemblan las arterias del verso,

emigra la sangre de las coplas

y estallan las cadencias de la noche.

Ebria y loca

¡Cuánto tardas

en parir tu canto!

Gloria Marecos Rodas. Paraguay.

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PURA FERNÁNDEZ SEGURA

LOCURA

Imagen: Leszek Bujnowski

No me pidas llegar adonde dices.

En abierta entrega

acudes con el pecho fugitivo

tras la luz ciega

que emerge anular sobre el abismo.

No atiendas su canto, es solo niebla,

laberinto de tiempo enajenado.

Hidra emboscada de tu caudal bebe

y plena, estrangula

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la frente inmaculada.

Sudor e insomnio rugen,

cruje la espita y

revienta a borbotones.

Hacia un paraíso clausurado,

vas, por si acaso

con la ingenua insistencia del neófito.

¿ Dónde está la vindicta del débil ?

En ninguna parte.

¿Acaso olvidas que estamos

siempre de regreso?

Nada conduce a parte alguna

sino a un triste corazón desnudo.

Tal fue la sentencia inapelable de los dioses.

Pura Fernández Segura. Guadix. Granada. España.

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ARACELI GARCÍA MARTÍN

LOCURA DE SER Y ESTAR

Imagen: Aurelio Monge

la virtud convive con la maldad

tan difícil distinguir la realidad

como en la moneda

la cara y la cruz

unidas están

malicia y virtud

ser vicioso y estar enviciado

en trazos de luna

tantos y muchos

todos a una

nunca nunca

ves el momento de terminar

esta latente eternidad

68

martillear

la maquina que es tu cabeza

la que te llena de sentidos dolidos

la que te hace dar palos de ciego

este brutal sentimiento

que hace que tu corazón se embale

cuando metes en la ranura la moneda

y empieza el son

son y no son

ser y estar

siempre y nunca

muchos nuncas

solo eres esto

tu propio yunque

tu martillo

tu cabeza

tu conciencia

locura que estás

sintiendo siendo y estando

como adivinando el momento mismo

como si el gatillo se hundiera en tu sien

como si la piel misma se impregnara del ayer

ser no

ya no lo es

locura y vicio

acabaron con él

locura y vicio

acabaron con él.

Araceli García Martín. Granada. España.

69

TERESA TORRES

CICATRICES

Imagen: Kristy Mitchell

No voy a volver a patalear.

No voy a volver a revolcarme.

De nada sirve este arrancarme la piel a tiras.

No voy a volver a patalear.

No voy a volver a revolcarme.

70

Repetía una y otra vez

desde la sala acolchada del psiquiátrico

con el cuerpo lleno de "curadas" heridas.

Teresa Torres. Málaga. España.

71

MIRIAM ÁLVAREZ

ROJO EN DANZA

Imagen: Josh Separzadeh

metralla

no hay historia

un puñal tatúa venas

las arterias

son calles

bombardeadas

72

agónica lista

de un dios perverso

rastro fétido

de mujeres rotas

siembra de nombres

noche de fuego

espiral/ceniza

rojo en danza

Miriam Álvarez. Buenos Aires/ Clorinda- Formosa-. Argentina

73

MAGDA ROBLES

INSIDERS

Imagen: Kasia Derwinska

Me desgarro porque presiento que sigues dentro.

Lo anuncia el batir de alas de este ave pasajera,

pájaro sombrío que grazna a la vez que escupe nombres.

Y me pierdo en el laberinto

buscando voces que me sirvan de guía.

Detrás de huellas que aniquilaron todo a su paso

74

y dejaron como estela un pasado roto, y un futuro destrozado.

Las paredes frías arañan la piel igual que entonces.

El aire se vuelve calma tras beber el cuerpo.

Tan solo quedan jirones de bruma

que aparentan ser ropas de amantes por rasgar.

Veo desfilar un fantasma que lleva tu rostro.

Se deshace lentamente al hundir en él mis manos.

Tan solo aprisiono ausencia.

La humedad se arrastra a la par que mis pies descalzos.

El suelo canalla dibuja el contorno de otros pies

que acompañan a mi sombra solitaria.

Una astilla, que al morder la piel me recuerda que sigo viva,

arranca esa última gota de sangre que aún te debo.

Y de repente siento frío.

Es un fuego que atenaza las entrañas.

Es un ansia de saber que estás, aunque te has ido.

Es el vacío que palpita en cada pulso al respirar

y de ti me habla.

Magda Robles. Granada. España. (Del poemario inédito Por los malditos)

75

ESNEYDER ÁLVAREZ

TÚ ERES MI LOCURA

Imagen: Marcel Caram

Mi locura nace en tus labios,

Mi locura se preserva en tu cuerpo,

Mi locura se nutre de tu seducción,

Mi locura encuentra su nirvana cuando me haces el amor.

Me enloqueces,

76

Me cautivas,

Me seduces,

Me apasionas.

Deseo enloquecer en tus labios,

Deseo desquiciarme en tu cuerpo,

Deseo desvariar en tu seducción,

Deseo delirar en tu pasión.

Tú eres mi locura,

Tú eres gordura,

Tú eres mi existencia,

Tú eres mi amor.

Esneyder Alvarez. Medellín Colombia

77

MABEL CORONEL CUENCA

MEDIO LOCA, MEDIO POETA

Iamgen: Carla Mascaró

Hoy estoy medio loca, medio poeta

al ver las palabras girar en remolino

buscando infiltrarse en mi masa gris,

cuando pequeña oía decir: -es imaginativa,

78

lo habrá soñado y está sonámbula-

Todo por afirmar ver arco iris de noche,

acaso el mundo es plano -pensaba-

Al otro lado del mundo era día,

una cascata de agua cristalina veía

formando un lindo arco iris.

Entonces loca yo, mientras crecía,

poeta yo, por ver con otras gafas,

o medio a medio...

Evitando explicaciones a esa línea

tan fina entre el concepto dado

por la humanidad,

-O medio loca, medio poeta,

todo depende-

Quien decide es mi pluma.

Pluma que anda alborotada, con hambre.

Hambre de vivir en la libertad,

rompiendo las cadenas locamente,

sin más peros que la pluma afilada

en un corazón hecho poesía.

©Mabel Coronel Cuenca

Hernandarias- Paraguay

79

FOTO-

POEMAS

80

CECILIA ORTIZ

Olivos. Buenos Aires. Argentina.

81

MÍA PEMÁN

Palencia. España.

82

RELATO

83

LILIANA VARELA

PROFUNDIDADES DEL ALMA

Imagen: Salvador Dalí

Sus palabras taladran mis oídos. Aún me parece escucharlo diciéndome

que soy estéril, que soy desierto inhóspito, que nada puede florecer en

mí, que no tengo vida interior.

¿Qué sabe de mi alma? ¿Cómo puede vislumbrar lo que mi corazón

siente? ¿Cómo se atreve a creer siquiera que no tengo sentimientos, que

no puedo amar?

No ha llegado a conocerme lo suficiente, ni se ha dado la oportunidad de

aventurarse en mis dominios, de sumergirse en mis profundidades.

Y yo, ilusa, le abrí las puertas del alma y lo proveí de una daga para que

me hiriese a diestra y siniestra.

84

Cómo pudo siquiera suponer que fuese egoísta, que sólo me importara la

posesión y no el amor; qué todos mis sentimientos fuesen un capricho.

¿Sólo por entregarle el corazón para que lo adorara? ¿Sólo por planificar

una vida juntos sin consultarlo? ¿Sólo por pensar que jamás podría

dejarme? ¿Sólo por exigir la incondicional voluntad de sus días?

No ha sabido conocerme. Soy más sensible de lo que él suponía. Por eso

debo desterrarlo de mi mente; no vale lo suficiente mi sufrimiento.

El cadáver del hombre quedó tendido en la calle, junto al dintel de la

puerta que jamás llegó a abrir.

Liliana Varela. Buenos Aires. Argentina.

85

CARMEN MEMBRILLA OLEA DESCONEXIÓN CAÓTICA

Imagen: Catrin Welz-Stain

Conozco lo más característico de los espejos y de los calcetines y de los

cordones. Esto, me hace atravesar un ensimismamiento puntiagudo que

cruza tuberías, viviendas y tendederos y me ubica a ratos en una realidad

de pico que se eleva sobre tacones de mujer fatal.

Si doy un rodeo y atravieso la puerta, percibo el olor de la cocina y de mi

propia censura.

86

Si voy por detrás, salen las cucarachas de la nada.

Así que trepo ágilmente por la celosía exterior, enseñando las suelas de

mis zapatos marrones.

Deambulo por pasillos perfectamente cumplimentados...y permanezco

absorto.

Desde el baño escucho las viejas adivinanzas que grita el anfitrión de la

casa. Me invita a aplastar objetos...y yo reúno insectos que juegan un

partido sin deportivas.

Desde el interior, el piso me enseña los días. Alguien me presentó un patio

vacío

De tanto andar...

De tanto entrar...

Necesito quien arregle mis zapatillas sucias

Propongo un hurto sencillo

Robar el resplandor...y bajo su luz aparecer inanimados, vagamente

descendiendo por conceptos y algunas definiciones.

Mostrar modos y cuartos

Proponer y observar los escotes de la noche

Detectar el hambre y la procedencia de las canas

Ninguna determinación

Alrededor

Debajo

Alcanzar la mágica oscuridad

Acercarme a sus brillos

Dirigir mis palabras hacia lugares poemáticos y adoptar por siempre

versos de todas las razas y de todos los colores. Con ellos formo

manuscritos con los que hago frente a cualquier desconexión de tipo

caótico.

Carmen Membrilla Olea. Guadix. Granada. España.

87

PATRICIA RICHMOND LAS SIETE VIDAS DEL GATO

Imagen: Midori Yamada

Nosotros los insomnes vivimos al borde de la locura. Con el peso del

cansancio cuando debemos estar despiertos y el lastre del desvelo cuando

toca dormir.

Hace tantos días que no duermo que lo veo todo en blanco y negro, sin

fuerzas para enfocar la realidad, dejándome llevar por la rutina. Podría

88

seguir así, viviendo de puntillas, si no fuera por ese maldito gato. Me lo

encuentro en todas partes, mofándose, paseando ágil y elegante ante mí,

echándome en cara mi torpeza y aturdimiento.

Pero no es muy listo. Ya le he matado de seis formas diferentes. Esta vez

será la última… Esperaré a que aparezca, cerraré muy fuerte los ojos y me

tomaré todas las pastillas rojas. Sé que así se irá para siempre y yo podré,

por fin, dormir.

Patricia Richmond. Zaragoza. España.

89

ROXANA ROSADO

LAS HUELLAS

Imagen: Irving Penn -¡Déjame en paz!- gritó Almudena mientras se alejaba presurosa de la

fuente. La gente volteó a verla extrañada. Parecía huir de alguien pero no

había nadie detrás. Sin embargo, sabía que él estaba presente. Dejaba sus

huellas donde quiera que ella estuviese. En la calle, en el restaurante, en

donde fuera. Y ya estaba cansada de que siempre estuviera ese ser detrás

de su sombra. Hasta en los momentos más íntimos no podía librarse de su

presencia. Era intolerable.

90

Tenía quince años cuando todo empezó. Se estaba peinando frente al

espejo de su cómoda y al agacharse a recoger un arete, vio unas huellas.

Estiró su mano y las tocó, pero solo sintió el frío del suelo. Pero unas horas

después, estando en clase, al cambiar de salón ahí estaban nuevamente. Y

así en cada espacio en donde estaba, Huellas frescas. Al principio pensó

que era una broma, pero si estaba sola también las miraba. Entonces le

dio miedo. Algo la estaba siguiendo y solamente dejaba las marcas de sus

pisadas. ¿Y quién era?

Se atrevió a comentarle a una amiga, quien la miró muy seria y le dijo –eso

es un ente, un espíritu. Conozco a una persona que te va a ayudar- Y

fueron –a escondidas de su familia- a ver a la persona, allá lejos, en una

colonia que estaba en un cerro, donde el camión no podía subir.

La señora –como de setenta años- estaba sentada en una silla de madera y

tenía muchas plantas y flores, agua, huevos y otras cosas que no

reconoció. Había mucha gente en la habitación y afuera haciendo fila. Se

formó y cuando le tocó pasó tímidamente. La señora la miró de arriba

para abajo, la paró junto a ella y le pasó unos ramos de flores por todo el

cuerpo. Luego siguió el huevo –que rompió en un vaso con agua- y

después de verlo detenidamente, habló. –A ti te sigue un espíritu de un

hombre que murió hace mucho. Está enamorado de ti, él sabe que no

pertenece a este mundo y te quiere llevar con él. Así que debes tener

cuidado. Pon una cruz de ocote en el lugar más alto de tu casa y trapea

diario con agua bendita. Él siempre va a estar contigo y no te va a dejar ser

feliz, no sabe que tú estás viva y él ya no. No lo entiende- Dicho esto, le

dio unas flores para que las pusiera en su cuarto y pidió que pasara la

siguiente persona. Almudena le quiso pagar, pero se negó a recibir el

dinero –Esto es un don. Si cobro, ya no podré ayudar a nadie-.

Almudena consiguió la cruz de ocote y la puso arriba del espejo, donde

nadie la viera. Todos los días, al salir de la escuela, pasaba a la iglesia por

agua bendita y trapeaba por la noche su cuarto, y si podía, el resto de la

casa. Después de un tiempo, olvidó el asunto, dejó de hacerlo y siguió su

vida normal. Y un día, las vio otra vez. Huellas en el baño, en el patio, en la

calle. Si corría, también corrían detrás. Si se paraba, se quedaban

91

esperando que continuara su marcha. Era verdaderamente exasperante. Y

bizarro. Era algo que sólo ella veía, los demás no las percibían. ¿Y cómo

contarles de esto, con qué argumento? Seguramente pensarían que

estaba loca. Así que prefirió vivir con ello y quedarse callada.

Y así terminó la preparatoria y la universidad. Siempre acompañada.

Cuando salía con algún chico, aún sin voltear, sabía que estaba detrás,

como si la vigilara. Y si le daban un beso, o algo más, no podía dejar de

pensar que había alguien incorpóreo observando todos los movimientos.

Eso a veces le daba risa, otras la incomodaba o la hacía enojar. Los

muchachos empezaron a evitarla, pensando que esas carcajadas que hacía

a mitad de una caricia, o los insultos que susurraba eran para ellos. Pero

eran para él, para el ente.

Ese día se sentía mucho calor. Almudena acudió al parque a sentarse junto

a la fuente y recibir un poco de esa brisa que soltaba el agua. Era mediodía

de un sábado cualquiera, de una semana cualquiera, de cualquier mes.

Había perdido la cuenta de los días hace mucho tiempo y ya no le

importaba. Total, siempre estaba sola porque estaba acompañada. ¡Qué

ironía! Pero su mente estaba llegando al límite. Nadie comprendía lo que

pasaba, no entendían por qué cambiaba así de carácter. Ni su familia se

explicaba porque había cambiado tanto. De ser una muchacha inteligente

y estudiosa, se transformó en una chica rebelde e intolerante. Terminó la

universidad pero no era estable en ningún trabajo. Entraba y salía

constantemente, lo mismo era en sus relaciones personales. Sólo su

mamá le llamaba y la invitaba a comer o al cine con el afán de distraerla,

de ver que sucedía. Almudena platicaba alegremente un rato, pero

después algo pasaba y cambiaba drásticamente. Se despedía apenas con

un beso y corría. Siempre corría, como si alguien la siguiera.

El día de la fuente, Almudena corrió y corrió y corrió hasta que una

camioneta le impidió el paso. Unos hombres con uniformes blancos

bajaron rápidamente y la detuvieron. Forcejeó pero no pudo soltarse. Eran

muchos y muy fuertes. Le pusieron una camisa blanca y le amarraron los

92

brazos en cruz por detrás. Le inyectaron algo en el brazo que le dolió y la

fue relajando poco a poco. Cuando despertó estaba en un cuarto cuya

única ventana estaba fuera de su alcance. Sólo había una cama, un

retrete, un lavabo y una silla. Se dio cuenta de que estaba en el hospital

psiquiátrico. Sonrió y después la sonrisa se convirtió en una carcajada. Y

otra, y otra más. Había llegado al lugar indicado, donde no tendría que dar

explicaciones de nada, ni a nadie. Y al bajar los ojos, ahí estaban. Las

huellas del ente que, seguramente, estaba sentado a su lado, en la cama.

Roxana Rosado. México.

93

GRACIELA AMALFI

LA SALIDA SEMANAL

Imagen: Andreea Anghel

Hola, seguro te sorprende esta carta. Aunque creo que nunca tuviste

capacidad para sorprenderte por algo: bueno o malo, lindo o feo. Todo te

daba igual.

Sigo bastante bien allá donde estoy desde hace años. Alguna vez

fuiste a visitarme. Sí, exactamente una sola vez. “Me hace mal verte así”,

decías. Sabíamos que los compromisos no eran para vos. Lo sabíamos los

dos.

94

Siempre preferiste poner la otra mejilla y no el hombro para

consolar. Yo al revés, prefería el hombro a la mejilla. Cuestión de zona del

cuerpo será.

Te cuento que hoy me dejaron salir un rato. Ya hace un tiempo que

me dejan dar un paseo… Una vez por semana, no más que eso.

No estoy mal allá. Tengo mucha gente alrededor. Algunos hablan

solos, o se ríen, o lloran. Yo los miro, y a veces los imito: hablo sola, o me

río o lloro.

Al principio fue duro estar ahí.

Lo bueno del lugar es que tiene jardines hermosos llenos de rosas

rojas, como las que me gustan. Y muchos ventanales. Mal no me tratan.

Tengo comida, una habitación para mí y lo mejor fue, que el día que me

llevaron de casa no me separaron de mis libros. ¡Cuántos que son! Los

conté: 1251.

Seguro te imaginarás que los leo y releo mil veces. Y también sigo

escribiendo. Para Navidad suelen regalarme alguna novela o unos

cuentos, todos ya saben mi inclinación hacia la lectura.

A veces leo algunos de mis escritos a mis compañeros, creo que no

me entienden, pero igual me aplauden.

Y así es mi vida hoy.

Yo hubiera querido venir antes a dejarte esta carta, pero como te

dije más arriba hace poco que me dejan salir. Y no me pareció muy

adecuado venir acá en la primera salida. No porque me faltaran ganas sino

porque pueden pensar que estoy loca. Y no quiero que piensen eso. La

locura nunca fue mi fuerte. Lo hablamos muchas veces. Seguro que

todavía están presentes en tus recuerdos nuestras conversaciones viejas.

Me tengo que ir. Te dejo la carta en un sobre impermeable. El

hombre de la librería me dijo que era impermeable y que el papel iba a

durar un tiempo sin ajarse o echarse a perder.

95

Creo que te conté…que hubiera venido antes, pero es que recién

empecé a salir hace unas semanas.

Está linda…la lápida con tu nombre en letras doradas y… aunque los

claveles están marchitos no importa. Seguro que en estos días alguien

vendrá a poner unos nuevos. Siempre lo hacen, así dicen.

No te pido que me contestes, no es tu fuerte la escritura. Y además

si te pidiera que me escribas ahora, ahí sí que pensarían que estoy loca y

es capaz que… me quitan las salidas semanales.

¿Te dije que me dejan salir una vez por semana desde hace un

tiempo?

Graciela Amalfi. Buenos Aires. Argentina.

96

AMANDA GAMERO

POR HUIR

Imagen: Andreea Anghel

Valentina salió con el propósito de despejarse, de huir durante unas horas

de todo aquello que la atenazaba. Llegó hasta el paseo, estacionó el

coche, y al apagar el motor ya empezó a sentir la ansiada libertad que le

ofrecía el mar, y que aunque fuese ficticia la reconfortaba.

Meditabunda fue aproximándose hasta la orilla, necesitaba liberarse de la

jaula de su casa. Envidiaba a todas aquellas personas que tenían la

capacidad de no perder la calma bajo ninguna circunstancia, y que

dotadas de una aparente supremacía, se refugiaban en la fe para estar

97

por encima de todos los agravios y problemas. Sus dos hijos adolescentes

discutían por cualquier cosa, y a pesar de sus intervenciones no conseguía

persuadirles de que aquello no hacía más que perjudicarles en la

convivencia.

Ansiaba el refugio que la salvara del estrés cotidiano, y buscaba el relax

que creía merecer después de trabajar durante todo el día.

Se descalzó, la arena húmeda y revitalizante masajeaba sus pies, y

estrechó sus piernas para sentarse, dispuesta a no perderse aquel

espectacular atardecer de tonos violetas. El agua llegaba hasta ella con el

intervalo retórico del mar, ese mar salvador al que siempre acudía para

poner en orden sus ideas. Se dejó llevar por el rumor de las olas, y empezó

a sentir que era parte de todo aquello que sus sentidos percibían, creyó

hallarse cerca de saborear la paz.

De repente un perro se acercó, olisqueando y saltando de alegría en torno

a ella. Era tierno y juguetón, de pelo blanco con matices dorados, su

diminuto cuerpo poseía tanta energía que consiguió romper aquella calma

aparente.

Unos segundos después llegó una mujer de mediana edad que la saludó

de un modo ausente, contrastaba la alegría del perro con la seriedad de

ella, a la que suponía su dueña.

-¿Vienes mucho por aquí?- Le preguntó la mujer.

-Pues…cuando necesito desconectar. Le contestó afanándose por

sonreír.

-¿Estás casada?- Continuó preguntándole.

-Estuve casada, pero me separé hace dos años. Respondió Valentina

un poco contrariada.

-Yo también estuve casada, acabo de matar a mi marido.

98

Dijo poniéndose las manos en la cara, para después continuar frotándose

los ojos, y volviéndoselas a poner en la cabeza de un modo nervioso y

absurdo.

Sintió una punzada en el estómago y aturdida contestó.

-¡¿Supongo que estás de broma? -Por desgracia no estoy de broma,

acabo de hacerlo, lo he apuñalado varias veces y se ha quedado allí,

tirado en el suelo sobre un gran charco de sangre…

Yo lo amaba, pero él me engañaba con unas y con otras, diciéndome que

ellas lo hacían mejor que yo.

No estoy loca, he esperado muchos años, le supliqué que no me engañase,

pero él siguió haciéndolo. Ahora creo que debería poner fin a mi vida, ya

nada tiene sentido. ¡¡¡Sólo quería que él me amase, pero siempre me

decía que yo era poca cosa para él!!!

Y añadió. -Tú no sabes lo que es vivir presa por dentro, prefiero que me

encierren en una cárcel, ahora sé que todo estará en su lugar.

Valentina no podía creer lo que estaba escuchando, temblorosa y

asustada buscó los ojos de aquella mujer que le estaba confesando su

crimen, escudriñando en sus facciones, analizando los rasgos de su cara.

No parecían los de una asesina, eran pequeños y profundos, su mirada se

encontraba perdida en cualquier lugar aquejado por una extraña

maldición. La expresión de su cara sin atisbo de agresividad, sus labios

pequeños y suaves sugerían el sufrimiento padecido durante mucho

tiempo. De complexión pequeña y aspecto asustado, nada en ella hacía

sospechar que pudiera hacer algo tan cruel como quitarle la vida a un ser

humano.

La inminente puesta de sol convirtió el horizonte en una amalgama de

matices y sensaciones angustiosas, la atmosfera actuaba como filtro

dejando pasar los tonos rojizos propios de la sangre y configurando un

paisaje de horror muy alejado de los tonos violetas de la tarde.

99

Abstraída con su reflexión y abismada por la situación, no sabía cómo

actuar, qué decirle, qué hacer. ¿Marcharse?… ¿Dejarla sola y arriesgarse a

que se adentrara en el mar, escapase… y acabara con su vida?...

¿Convencerla para que se entregase y confesara?

Mientras Valentina se hacía todas esas preguntas, musitando y calculando

cada una de ellas, para situarse en qué era lo correcto, y qué debía de

hacer, la escuchó decir.

-Ayer vi pasar una mariposa negra, era el paso de un alma hacía

el cielo, la guía de una persona hacía la muerte, por eso supe que había

llegado el momento.

Valentina le contestó en tono de mando.

-¡¡Tienes que ir a la policía, antes o después se van a enterar, es

mejor que te entregues, será bueno para tu defensa! ¡Yo llamo, les digo

que estás conmigo, que estás arrepentida, que no sabías lo que hacías, que

tu marido te maltrataba, les digo lo que tú quieras, pero entrégate!!

Se atrevió a coger su brazo enérgicamente para enfatizar lo que quería

transmitirle.

El perro la miraba focalizando toda su atención en su ama, intentando

vislumbrar o entrever, una orden, una reacción por su parte, pero ella

permanecía inmóvil y susurrando.

-Ayer vi pasar una mariposa negra, era el paso de un alma hacía

el cielo…

Valentina volvió a zarandearla, pero comprendió que se encontraba en

estado de shock, y le preguntó.

-¿Cómo te llamas?

-Olvido, me llamo Olvido- Contestó ella, de un modo lento y

pausado, como si estuviese muy cansada.

Tocó sus manos y estaban heladas, palpó sus muñecas para medir su pulso

y lo tenía muy acelerado. Respiraba con dificultad, su boca entreabierta

parecía seca y deshidratada y sus pupilas parecían dilatadas como si

hubiese consumido éxtasis o cualquier tipo de droga que provocase ese

efecto en sus ojos.

La cogió de la mano para que se levantara y pareció hacer el amago de

obedecer.

100

-Olvido, yo te acompaño a comisaria, no te voy a dejar, estaré a tu

lado en lo que necesites.

-Tú me engañas, me abandonarás como siempre hicieron conmigo.

-No, Olvido no lo haré, voy a estar a tu lado.

Caminaban despacio, la noche había caído por completo, y el perro

adelantado les indicaba el camino.

Llegaron al paseo y se sentaron en la primera terraza, Valentina llamó a la

policía facilitando los datos de localización y explicando de manera breve

lo que le había sucedido.

En diez minutos llegaron dos agentes vestidos de paisano, se acercaron

hasta donde estaban sentadas y pidieron a Olvido que los acompañara,

acto seguido la esposaron, para más tarde conducirla hasta el coche

policial.

Al día siguiente todas las portadas de los periódicos publicaban el crimen

y las cadenas televisivas emitían la noticia:

Mujer de 50 años se entrega y confiesa haber matado a su marido

asestándole siete puñaladas. Al parecer la causa del crimen fueron los

celos, ya que el fallecido le era infiel habitualmente. La policía lo encontró

en el suelo de su vivienda en medio de un gran charco de sangre, los

servicios de asistencia nada pudieron hacer por la víctima y fue trasladado

al anatómico forense donde le será practicada la autopsia.

Valentina visita asiduamente a Olvido en la cárcel, jamás hubiera

imaginado que podría darle su amistad a una asesina.

Por su parte Olvido cumple condena, pero por primera vez siente que

alguien se interesa por ella. Sigue un largo tratamiento de terapia para

mujeres maltratadas. Durante años el hombre que fue su marido y al que

ella mató a pesar de amarlo, le había infringido humillaciones

continuadas, lastimando seriamente su autoestima y lesionando

gravemente su estado emocional. Ya nunca podrá llegar a ser la mujer

que un día soñó, pero el hecho de compartir con otras reclusas las

experiencias vividas, unido al apoyo sicológico y a las visitas de Valentina,

101

quien le lleva libros, que luego ambas comentan, hacen que su vida tenga

algún sentido.

Inmaculada Jiménez Gamero. Barcelona. España

102

ANA SAAVEDRA

EL CANDELABRO

Imagen: Rafal Olbinski

Sentada como tantas veces junto a la pequeña mesa escondida detrás de

la puerta, platicaba con ese niño que en ocasiones anda por aquí. Nunca

recuerdo de qué hablamos, pero me siento tranquila a su lado. De pronto

se sobresalta y me dice que alguien entró a la casa...dos hombres, al

parecer armados... Nunca he vivido algo así, los nervios me inmovilizan, mi

pecho retumba como un mar embravecido. Compruebo sonidos toscos y

descuidados dentro de la casa, sin embargo los ruidos pasan de frente, mi

ubicación queda oculta, suben al segundo piso lo que significa que puedo

salir... Lentamente logro moverme, tomo el celular y mando un mensaje a

mi marido, es corto, preciso; espero que venga pronto.

103

Al salir fijo mi vista en el candelabro encendido sobre la mesa, el piso

cubierto de alfombra... No lo pienso dos veces, lo arrojo y salgo corriendo.

La cabeza me da vueltas, choco en la calle con mi marido... Viene con su

madre, para qué la habrá traído. Su cara adusta me enhebra. Al verme los

dos comienzan a gritar señalando... No les entiendo nada ¿por qué lucen

tan molestos si estoy a salvo? Logre salir y esos tipos siguen allá

encerrados, todo es cuestión de llamar a la policía, yo pude llamarla antes

pero preferí llamarlo a él ¿por qué les enoja tanto?... Detengo un

momento mis pensamientos y logro entender sus gritos.

—¿Dónde está Valentina? ¿La dejaste dentro de la casa?— repito sus

preguntas... Valentina... La bebé... Debe estar en su cuarto, no creo que se

mueva de allí. Y dudo que esos hombres estén interesados en hacerle algo

—pienso— solamente respondo con un movimiento de cabeza: Sí.

Él sale corriendo rumbo a la casa. Le grito, trato de detenerlo, no quiero

que se ponga en peligro. ¡Los tipos siguen allí!... Mi suegra se desmorona

en una llamada, supongo que es a la policía, me ve con ojos de rabia. No

puedo creer que nadie se alegre de verme a salvo. Yo estaba

prácticamente fuera de la casa, seria de locos ir tras ellos... el cuarto de la

bebé es el último de la casa, y yo tan cerca de la salida ¡muerta de

miedo!... Por eso le llamo, lo necesito a mi lado y él ni siquiera se alegra de

verme. Siento una punzada en la cabeza, mi vista comienza a reducirse,

todo se oscurece...

******** *******

Mi marido, perdón, Joaquín, como insiste mi abogado que debo llamarlo

desde ahora, terminó con muchas heridas ese trágico día. Me parte el

alma verle esas quemaduras en la cara, pero no "debo" abrazarlo nunca

104

más "recomendaciones" del juez que llevó el caso. Además él mismo no lo

permitiría, desde ese día me ve diferente, no me cree ni una palabra. Los

doctores dieron su parte también, al parecer las cosas estarán mejor si nos

mantenemos separados. Los papeles están firmados ya, aunque para mí

no significan nada. Mi amor no se limitan a eso, pero su indiferencia duele,

inclusive dudo que vuelva a verlo siquiera. El día de hoy trae a manera de

despedida a Valentina, se acerca con ella y me insinúa si quiero

abrazarla... Apenas muevo la cabeza. Él lo entiende y se retira caminando

con la mirada en sus pasos, así de fría fue su indiferencia. Nunca pudo

comprender que por encima de todo lo amaba. Para qué me trae a la

bebe, si yo solo quería verlo a él.

Pero todos insisten que el incendio fue el causante de todo, que nunca

entró nadie a la casa, y solo recuerdan lo cerca que estuvo Valentina de

morir asfixiada. Gracias a eso Joaquín solo piensa en alejar a la bebé,

desde luego eso lo arranca de mi vida para siempre. Si tan solo pudiera

hacerles entender que están equivocados, pero apenas me mantienen

despierta el tiempo necesario para cumplir con trámites oficiales. Además,

ya no me importa aclarar nada, lo perdí a él. Ahora debo permanecer en

este lugar aséptico durante un tiempo... Hoy por primera vez en varios

días, y gracias al descuido de una enfermera, logro ver a través de la

persiana. El horizonte parece tan amplio, me enfrento a él completamente

sola.

La blancura de estas paredes me enferma. Ningún elemento desentona o

guarda señales de vida. Al girar la mirada me sorprende la visita del niño

ese que solía acompañarme y nadie cree que existe. Me reiría de todos

ellos si estuvieran aquí para verlo. Cómo entró, quién es, qué quiere. No

son preguntas que me hayan interesado nunca en nuestras pláticas

anteriores. Mucho menos ahora cuando todos alegan que no es real y me

olvide de él. A fin de cuentas mi soledad pareciera desvanecerse en

cuanto me sonríe... y presiento que él está aquí para quedarse. ¡Qué gusto

105

verlo! Además... Nunca tuve tiempo de darle las gracias.

Ana Saavedra© Guadalajara. México

106

CARLOS CAPOSIO

¿ESCUCHÁS MIRTA

(a nuestra abandonada salud mental)

Imagen: Shawn Van Daele

Con lo que te gustaba el cine, si estos chicos con sus cámaras, supieran.

Pero ¿qué les voy a explicar.

Ahora vienen a filmarme de su tallercito. Piensan que estoy loco ¿Vale la

pena que hable de nuestro aniversario. Si sólo me mueven un poco para

acá, otro tanto para allá y arman una historia que se inventan. Se ríen de

mí, Mirta, eso no está bien, si no te hubiera gustado tanto el cine a estos

los mandaba al diablo. Dicen que es un documental sobre la esquizofrenia,

o alguna de esas enfermedades de la mente.

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Para mí sólo es una pantalla. Espero que esta noche puedas verme.

Hay luna llena.

Desde allá, desde el otro lado ¿Salgo tan ridículo.

Decime, Mirta, hace años que no me hablás, decime si estoy tan errado, si

podés escucharme ¿O será verdad que estoy loco. Que no soy un

enamorado y que cuando alguien muere todo se apaga como un televisor

que se quema.

Estos pibes me tuvieron dos horas con sus ángulos, las luces, el

maquillaje, el vestido este desarreglado que les pedí, que les rogué que

trajeran.

Nunca entenderán porqué exigí un vestido de novia. Por qué, les dije que

no usaría otra ropa. Soy loco, sí, les afirmé.

Hay luna llena, Mirta, hoy me verás desde el otro brillo, cincuenta años de

casados, bien sabemos, no se cumplen todos los días.

Un beso fuerte Mirta, te sigo debiendo nuestra luna de miel.

Aclaración: Los signos, en todo el libro CAJITA DE CARTÓN de Carlos A. Caposio, están sólo al

comienzo de las oraciones, a modo de protesta contra esta costumbre de usarlos sólo al final, con la

esperanza del uso de los dos.

Carlos Caposio- Buenos Aires- Argentina. Del libro Cajita de Cartón.

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EDGARDO BENÍTEZ

EL DESERTOR CAPTURADO

Imagen: René Magritte

Cuando el fantasma del fracaso se cruzó con persistencia por mi

pensamiento, la oscuridad plena de igual forma me otorgó el aval para ser.

Si un clarinero duerme, si un petirrojo descansa, es porque lo necesitan.

Yo simplemente me encuentro en el lapsus exacto, en la hora convenida.

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Desde acá, desde el insano mundo agreste y descompuesto, veo la luna

que semeja un pan de masa interfecta, colma de hormigas que se

tambalean y pugnan para no caer al vacío.

Desde acá, veo los seres de luz que circundan mi esfera gratinada, viajan

con mantos pálidos y formas macilentas.

Vienen, se acercan, uno a uno, idénticos a mí, vienen por mí.

Edgardo Benítez. El Salvador.

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JUAN CARLOS VECCHI

QUÉ LOCURA, TUCURA

Imagen: Pablo Picasso “La ciencia no nos ha enseñado aún si la locura es o no lo más sublime de la

inteligencia”.

(Edgar Allan Poe)

Ruperto Tucura no figura en el Libro Guiness de los Récords, pero quién

lo extirpa del Archivo Histórico de su pueblo (sección: Misterios Locales &

Milanesas Visitantes), habiendo sostenido el hipo desde el 21 de mayo

hasta el 16 de noviembre del año 1957.

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—Figurar nieto debería mi… —de sus dos abuelas, la más transgresora

de la sintaxis, comentó hasta su muerte, cuando cayó fulminada por un

rayo de bicicleta (se lo clavó en la frente la otra abuela, quien era maestra

de escuela primaria y acérrima fanática de la sintaxis).

—Hip, hip, hip… —y dale que dale, Tucura.

Hasta que aquella inolvidable noche del dieciséis, durante la cena y con

todos sentados alrededor de la mesa familiar, finalmente Tucura detuvo el

insoportable “hip, hip, hip”; luego profirió:

—¡HUUURRAAA!

Nunca de los jamases supieron qué Luciferes festejaba Tucura con ese

impresionante grito que hizo temblar mesa y sillas, platos y platitos, vasos

y botellas, canelones y albóndigas del misterio.

© Juan Carlos Vecchi Olavarría Buenos Aires(Argentina).

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HENRY GOVANI AGUIAR SÁNCHEZ

EL GORDO CRETINO

Imagen: Alex Temmermans

Cada día que pasa se siente el hombre más afortunado del mundo,

trabajó duro en su juventud para tener la holgura de la que ahora disfruta,

eso lo tenía muy presente, pero ese temor a los espacios abiertos que

había acumulado durante los últimos años no lo puede controlar,

afortunadamente toda esta gente que tiene a su servicio, hacen que sus

días sean placenteros, justo en este preciso momento en el que se siente

tan a gusto llega ese individuo que no soporta, no le gusta cómo le mira,

insolente, cree que no se ha percatado de esas risas burlonas a su costa

cuando piensa que no lo está viendo.

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—¡Ho!, allí está, cretino, no sé qué le ve mi mujer a este tipo, bueno

tendré que soportarlo, lo hago por ella.

—Buenas tardes señor, ¿puedo pasar? —pregunta el obeso cretino de

mediana edad una vez abre la puerta y se queda esperando a la señal.

—Sigue, pero no tardes demasiado —Luis inmediatamente le da la

espalda y espera a que deje la bandeja con su comida —A ver qué me has

traído ahora, ¡cretino! —murmuró entre dientes.

—Cuando usted guste señor, puede acercarse a comer —dijo el obeso

hombre con tono burlón al mismo tiempo que hacía un gesto con su mano

e inclinaba su cabeza, para incorporarse inmediatamente, seguido da

media vuelta y se retira, al salir de la estancia como era costumbre da un

gran portazo, mientras que Luis se preparaba tapándose los oídos con las

manos.

—¡Bufff!, obeso hijo de p… tarde o temprano voy a perder los nervios y

te vas a enterar —rápidamente corre a espiar por la ventana, lo ve alejarse

tronchándose de la risa, inclusive ve cómo se para cada dos pasos para

cogerse su abultada panza—. ¡Maldita enfermedad! ¡Agorafobia!

¡Agorafobia! Si no fuera por… yo mismo te abriría la puerta de salida y te

echaba a patadas, proteste quien proteste.

Inmediatamente da media vuelta y se dispone a disfrutar de su comida,

no lo puede creer, justo lo que él estaba pensando minutos antes, huevos

revueltos con alcachofas escalfadas, pan de maíz y ese crianza que

almacenó en sus bodegas, «una pena que estas botellas estén guardadas

en la torre que está al otro lado del jardín, que si no…», piensa mientras

levantaba una copa tras otra y apresuraba un bocado tras otro hasta dejar

el plato reluciente.

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—No puede ser, ¿ahora?, ¿justo ahora?, si no puedo ni moverme de

tanto que he comido —esperó a que el teléfono deje de sonar, pero nada,

sonaba sin cesar y seguía sonando— cinco minutos y sigues sonando,

maldito aparato, si no fuera porque tengo que llevar desde aquí todos mis

negocios, te tiraba por la ventana al jardín, bueno, no tengo ventana al

jardín, ¡maldita enfermedad!, sí, puerta afuera lo echaría y que la

asistenta lo recoja a cachos, o que se lo lleve el gordo cretino que viene a

dejarme la comida, si no fuera porque siempre me trae lo que quiero

comer ¿cómo lo sabrá?, bueno, tampoco soy muy tiquis-miquis para

comer, algo bueno tenía que tener ese cretino, será por eso que mi mujer

lo defiende tanto. Maldito aparato que no para de sonar. ¡Sí, hola,

dígame…!

Por lo menos se pasa con el auricular al oído una hora como poco, al

parecer era alguien que se estaba encargando de hacer unos negocios, un

hombre a quien le había contratado hace poco tiempo y tenía que guiarle

paso a paso para que no cometa errores a la hora de hacer las inversiones,

Por fin cierra la llamada y se tumba para descansar, no tarda en quedarse

dormido.

***

—¿Quién es?

—Marcela, la esposa de Luis.

—Hola señora, buenas tardes, siga adelante, ahora le preparo los

vídeos.

Marcela cruza la doble puerta de seguridad y va directo a la pequeña

habitación que ya estaba preparada con el vídeo listo para que ella solo

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pulse el play, lo hacía todos los días, y generalmente comía mientras veía

el vídeo del día, otras veces comía con su esposo. Un par de horas después

como siempre, llegaba el doctor para comentar con ella.

—Hoy ha tenido mucho movimiento, y ahora duerme profundamente.

—Veo que el gordo cretino ya no le abandona ningún día, y ha comido

con tantas ganas —comentó Marcela casi con resignación.

—Ahí tenemos un problema que se hace más grande cada día, porque

según él, le trae la bandeja llena de comida y se niega a comer de verdad

cuando nosotros nos presentamos. Marcela, me parece que tiene que

ayudarnos, desde ahora el gordo cretino ya no será de su agrado, porque

de llevarle pequeños pastelitos ha pasado a traerle menús completos.

—De acuerdo doctor, por lo demás veo que sigue igual.

—Sí, los mismos delirios de grandes negocios, sea fuerte Marcela, y no

deje de visitarlo —Marcela sonríe y agacha la mirada, el doctor coge la

cinta de vídeo y se dispone a salir, no sin antes decir —ya puede pasar a

verle, no se preocupe, despiértele.

Marcela se acerca con paso lento por el largo pasillo que le lleva a la

habitación donde Luis se encuentra, antes de entrar se queda

contemplando la blancura del lugar y sus paredes acolchadas, el único

mobiliario existente es una pequeña mesa, un par de sillas y su cama.

—Luis, Luis, ya he llegado mi amor, ya estoy aquí.

—¡Marcela!¡Mi vida, ya estás aquí!, mira, ya he comido, esta vez el

gordo cretino me trajo…

Henry Govani Aguiar Sánchez. Pretoria-Ecuador/San Feliu de Guixols-Girona-España

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PRÓXIMO NÚMERO

DICIEMBRE

NÚMERO 4

DICIEMBRE 2014

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Hasta el 7 de diciembre, a las 12 de la noche (hora española).

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estar escritos en la letra Calibri, punto 14.

Si no has colaborado en los números anteriores envíanos también en

archivos diferentes tu biografía literaria y una fotografía. Solo valoraremos

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Te esperamos.

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