García-Valdecasas, Miguel - El Sujeto en Tomás de Aquino. La Perspectiva Clásica Sobre Problema...

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Filosfica El sujeto en Tomás de Aquino La perspectiva clásica sobre un problema moderno Miguel García-Valdecasas

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Un tema fundamental en la reflexión tomista contemporánea, de la mano de uno de los filósofos españoles jóvenes más interesantes.

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  • F i l o s f i c a

    El sujetoen Toms de AquinoLa perspectiva clsica sobre

    un problema moderno

    Miguel Garca-Valdecasas

  • Queda prohibida, salvo excepcin prevista en la ley, cualquier forma de reproduccin, distribucin, comunicacinpblica y transformacin, total o parcial, de esta obra sin contar con autorizacin escrita de los titulares del Copy-right. La infraccin de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual(Artculos 270 y ss. del Cdigo Penal).

  • EL SUJETO EN TOMS DE AQUINOLA PERSPECTIVA CLSICA SOBRE

    UN PROBLEMA MODERNO

  • MIGUEL GARCA-VALDECASAS

    EL SUJETO EN TOMS DE AQUINOLA PERSPECTIVA CLSICA SOBRE

    UN PROBLEMA MODERNO

    EDICIONES UNIVERSIDAD DE NAVARRA, S.A.PAMPLONA

  • Primera edicin: Febrero 2003

    2003. Miguel Garca-Valdecasas Ediciones Universidad de Navarra, S.A. (EUNSA) Plaza de los Sauces, 1 y 2. 31010 Barain (Navarra) - Espaa Telfono: +34 948 25 68 50 - Fax: +34 948 25 68 54 e-mail: [email protected]

    ISBN: 84-313-2054-0Depsito legal: NA 151-2003Composicin: Adolfo Castao de Len

    Imprime: GRFICAS ALZATE, S.L. Pol. Ipertegui II. Orcoyen (Navarra)Printed in Spain - Impreso en Espaa

    OPERACIN, HBITO Y REFLEXINEL CONOCIMIENTO COMO CLAVE ANTROPOLGICA

    COLECCIN FILOSFICA NM. 177FACULTAD DE FILOSOFA Y LETRAS

    UNIVERSIDAD DE NAVARRA

    Consejo EditorialDirector: Prof. Dr. ngel Luis GonzlezVocal: Prof. Dr. Jos Luis FernndezSecretario: Prof. Dra. Lourdes Flamarique

  • NDICE

    INTRODUCCIN ............................................................................... 15

    Captulo I

    ORGENES DE LA CUESTIN. ARISTTELES

    1. LA DISTINCIN DE PROPIEDADES ESENCIALES Y ELTRATAMIENTO DE LA SINGULARIDAD DESDE PLATN ............ 23

    2. EL SUJETO EN LA COMPOSICIN SUSTANCIAL.......................... 312.1. El sujeto como ............................................................... 31

    a) La identidad de la sustancia a la luz de los primerosprincipios............................................................................ 31

    b) Sentidos de la primaca del sujeto: sujeto originario,sujeto hilemrfico y cambio .............................................. 35

    2.2. Acerca de los principios esenciales de la sustancia................... 39a) La actuacin integradora de la potencia. La pertenencia

    de las partes al concreto ..................................................... 39b) La composicin vista desde la pregunta por la esencia.

    La relevancia de la forma................................................... 432.3. Anlisis de la funcin de materia en el compuesto ................... 51

    3. EL SUJETO COMO ESENCIA ONTOLGICA DE LA SUSTANCIA ... 593.1. Esencia y ser predicativo, dos sentidos distintos e

    irreductibles entre s................................................................... 593.2. La identificacin de la esencia real con la sustancia ................. 623.3. La disputa en torno a la primaca de y forma ................. 65

  • 4. EL SUJETO DEL CAMBIO............................................................ 69

    5. EL SUJETO COMO ............................................. 775.1 De la formacin de la potencia pura a la materia como

    propiedad dependiente de la potencia........................................ 775.2. La polmica designacin del cuerpo como entidad primaria .... 815.3. La unidad psicofsica del viviente.......................................... 84

    Captulo II

    EL SUJETO NATURAL

    1. EL SUJETO COMO SUSTANCIA ................................................... 931.1. El ser analgico de la sustancia ................................................. 931.2. La sustancia como sujeto ltimo y lo que subyace.................... 97

    2. EL SUJETO COMO MATERIA....................................................... 1012.1. El dinamismo inmvil de la materia.......................................... 1012.2. Su papel en la definicin ........................................................... 1042.3. Primum subiectum substans. Materia sensible o materia

    prima? ........................................................................................ 1092.4. La materia in qua segn la perfeccin de las formas de vida.... 115

    3. LA INHESIN DE LOS ACCIDENTES EN EL SUJETO .................... 1173.1. La potencia causal de la sustancia ............................................. 1173.2. Tipos de composicin sujeto-accidental.................................... 1203.3. La sustancia como causa de los accidentes ............................... 122

    4. LA DISTINCIN ENTRE SUJETO Y ESENCIA DE LA SUSTANCIA 126

  • Captulo III

    LA POTENCIA Y EL SENTIDO CAUSAL DEL SUJETO

    1. EL SUJETO DE LA POTENCIAL. LA PRIMACA DEPOTENCIA Y ACTO SOBRE OTRAS CATEGORAS ........................ 138

    2. EL SUJETO HILEMRFICO, GNESIS DE LA DISTINCIN ENTREACTO Y POTENCIA ..................................................................... 143

    3. EL TRMINO MEDIO ENTRE ESENCIA Y ACCIDENTES.LAS POTENCIAS DEL ALMA....................................................... 148

    4. EL CARCTER CONTINGENTE DE LO COMPUESTO EN SENTIDOAMPLIO...................................................................................... 152

    Captulo IV

    LA COMPOSICIN SUSTANCIAL

    1. LA COMPOSICIN DE LA SUSTANCIA EN SENTIDO PROPIO.DE LA COMPOSICIN SUSTANCIAL AL ACTO DE SERSINGULAR.................................................................................. 155

    2. NUEVAS CLASES DE COMPOSICIN........................................... 1602.1. El carcter creatural de los entes. Algunas consecuencias de la

    distincin real. ........................................................................... 1602.2. La relacin de dominio o pertenencia........................................ 163

    3. LA COMPOSICIN SER-ESENCIA .................................................... 1663.1. El ser como un trmino particular. La exigencia de

    particularidad ............................................................................. 1683.2. La esencia como ncleo de receptividad. La comprensin

    adecuada de la composicin ser-esencia ................................... 171

  • 4. LA POSESIN DEL SER PROPIO .................................................. 1754.1. El sujeto en la lnea ascendente: de la esencia al ser................. 1754.2. El sujeto en la lnea descendente: del ser a la esencia............... 186

    Captulo V

    LAS SUSTANCIAS SIMPLES

    1. LAS SUSTANCIAS SEPARADAS................................................... 1951.1. La impropiedad del trmino sujeto en la perfeccin de las

    sustancias separadas .................................................................. 1981.2. La composicin acto-potencial de los simples .......................... 203

    2. ES DIOS UN SUJETO? ............................................................... 2092.1. Delimitacin del problema ........................................................ 2092.2. El sentido de los juicios de la mente ......................................... 2162.3. La designacin de Dios como supuesto..................................... 222

    a) El camino de la va negativa .............................................. 222b) El nombre propio de Dios .................................................. 226

    Captulo VI

    LA COMPOSICIN DE ALMA Y CUERPO

    1. EL ALMA, CENTRO DE NEURLGICO DE LA CORPORALIDAD YLA RAZN .................................................................................. 2371.1. La corporalidad.......................................................................... 2371.2. De la predicacin del cuerpo como sustancia. Su aportacin a

    la vida a travs de los rganos. La nocin de vehculo de lavida ............................................................................................ 244

  • 2. LA UNIDAD DE ALMA Y CUERPO, MANIFESTADA A TRAVSDE SUS POTENCIAS .................................................................... 251

    3. LA SUBSISTENCIA DEL ALMA.................................................... 262

    4. LA ESPIRITUALIDAD DEL ALMA HUMANA.EL SUBIECTUM SPIRITUALE ........................................................ 272

    Captulo VII

    POTENCIAS DE VIDA Y VIDA RACIONAL

    1. ALMA, POTENCIAS Y FACULTADES .......................................... 2811.1. La integracin de las potencias del alma. La importancia de la

    razn para la vida....................................................................... 2811.2. La distincin de potencias y la identidad del alma.................... 288

    2. EL INTELECTO COMO SUJETO ................................................... 2942.1. La inhesin de conocimientos en el intelecto. El sentido en

    que la mente es pasiva .............................................................. 2942.2. El conocimiento de s ................................................................ 301

    CONCLUSIONES .................................................................................. 319BIBLIOGRAFA .................................................................................... 337

  • TABLA DE ABREVIATURAS

    ARISTTELESZ / H / , etc. MetafsicaAnal. Post. Analticos PosterioresPhys. FsicaDe An. Sobre el almaDe Caelo Sobre el cieloDe Gen. et Corr. Sobre la generacin y la corrupcinPart. Animal. Sobre las partes de los animalesCat. Sobre las categoras

    TOMS DE AQUINOIn Sent. In libros SententiarumDe Ver. Qq. disp. De VeritateDe Po. Qq. disp. De PotentiaDe Malo Qq. disp. De MaloDe Spir. Cr. Qq. disp. De Spiritualibus CreaturisDe An. Qq. disp. De AnimaDe Unio. Qq. disp. De Unione VerbiQuodl. QuodlibetaComp. Theol. Compendium TheologiaeS. c. G. Summa contra GentesS. Th. Summa TheologiaeDe Ente De Ente et EssentiaDe Caelo In De Caelo et MundoIn Phys. In libros PhysicorumIn Perih. In libros PerihermeneiasIn Post. Anal. In libros Posteriorum AnaliticorumIn De An. In libros De AnimaIn Metaph. In libros MetaphysicorumDe Causis In De CausisDe Trin. In Boethii De TrinitateDe Hebdo. In Boethii De HebdomadibusDe Div. Nom. In librum Beatii Dionisii De Divinis Nominibus

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    INTRODUCCIN

    Como se ha sealado con acierto1, la historia de los trminos filos-ficos es casi tan rica como la suerte de significados que, con el paso deltiempo, un trmino acaba por ostentar. Podra decirse, incluso, que cadatrmino filosfico tiene su historia particular, es decir, la historia de suorigen, de su madurez, de su cenit, y tal vez de su ocaso. En el caso de lostrminos que esta investigacin va a tratar de esclarecer, el sustantivosujeto, y los adjetivos subjetivo y subjetividad, no cabe duda de quehan adquirido un lugar eminente en la historia del pensamiento, comodemuestra su presencia constante en cada mbito del saber y de la cultura.Tal vez sea cierto que, hoy por hoy, la nocin de sujeto se ha asentado yque su sentido se comprende cuando aparece en un contexto concreto.Y eso, a pesar de que en las ltimas dcadas la nocin no ha gozado delparecer favorable de todos. Baste recordar los ataques que ha padecidodesde las posturas que se conocen como postestructuralistas y deconstruc-cionistas, segn los cuales el sujeto representa una seria amenaza raciona-lista. La deconstrucin seala, entre otras ideas, que el sujeto supuso unprivilegiado adalid de la Ilustracin y que su participacin se ha reveladoestril. A partir de ah, se aconseja a la filosofa actual proceder a unalabor de higiene, de sanacin, de extincin del sujeto de cada palmo delsaber.

    No es el objetivo de esta tesis acometer un estudio que aclare elestado de cosas actuales. Se contribuir, como es natural, a hacer ms

    1. Cfr. DOZ, A.: De labus du terme de sujet, Revue des Sciences Philosophiques etThologiques, 52 (1968) 76-82.

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    comprensible el rechazo que ha suscitado en un sector de la filosofa y elabandono que padece en otros. Pero no es se el objetivo principal. Latesis tiene por objeto confrontar la perspectiva clsica del sujeto con surevisin moderna, sa de la cual el deconstruccionismo ha hecho blanco desus crticas. Con ese fin aparecern los sentidos clsicos de la nocindentro del contexto en que emergieron, es decir, en un estudio de la meta-fsica clsica. Junto a esto, habr intermitentes referencias a la idea moder-na de sujeto, que, como es lgico, tiene una singular riqueza. En cualquiercaso, debe apreciarse la imposibilidad de dar cuenta detallada de todos ycada uno de los contextos en los que la nocin de sujeto ha ido apare-ciendo. Por eso, no se intentar esto aqu, ni ser objetivo de esta tesispasar revista a las peripecias de la nocin de sujeto o subjetividad. Enlugar de eso, se ha preferido llevar a cabo un anlisis metafsico del marcoconceptual de la nocin.

    Ciertamente, el problema es qu se entiende por sujeto. Como esnatural, todo el mundo tiene en mente un concepto de sujeto. Sin dejar decorrer el riesgo que conlleva toda simplificacin, hoy se dice que el sujetotiene que ver con algo que me pertenece, me concierne y apela a m. Elsujeto soy yo, y tal vez todo lo mo. No se duda de que el sujeto porta hoyun contenido personal que privilegia a la primera persona, y que permite aquien lo toma poner de manifiesto actitudes que se llaman subjetivistas,en el sentido de que, de un modo u otro, rinden culto a los deseos msntimos del individuo. En realidad, este sentido no dista mucho del sentidomoderno del sujeto. Porque, siguiendo las lneas maestras con que Lockecolumbr la identidad personal2, para que esta nocin tenga un anclajemoderno, requiere de un celoso cuidado del yo por parte del saber. Serequiere, ms concretamente, la concesin de algunos privilegios a mipropia autopercepcin. As, se ha de suponer que nadie adems de m sepercibe como yo me percibo, e igualmente, que esta percepcin de m esinsustituible por cualquier otra. Ninguna otra percepcin podra quedar ala altura de sta cuando lo que est en juego es el estatuto de mi propiaidentidad.

    Este es, en algunos trazos, la idea moderna de sujeto o, simplemente,el sujeto moderno, que trajo por primera vez a escena el cogito cartesiano.Y sin embargo, a pesar de tener en perspectiva al sujeto moderno,esta investigacin se ocupa principalmente de la nocin de sujeto de

    2. Cfr. LOCKE, J.: An Essay Concerning Human Understanding, Pringle-Pattison, A. S. (ed.),Wordsworth, Ware [Hertfordshire], 1998, cap. 27, 9 y ss.

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    Aristteles y Toms de Aquino, dos autores que antecedieron en muchossiglos a la modernidad y de los que, presumiblemente, no hay que esperarun anlisis moderno de la cuestin. En efecto, segn contribuy a aclararE. Portalupi3, si para un aspecto particular el individuo se toma comosinnimo de sujeto, aparece algo sorprendente. Un estudio de las apari-ciones del trmino individuo en el corpus thomisticum arroja que Tomsde Aquino no lo usa normalmente para referirse a un individuo particularde la especie hombre4. En ese caso, parece que, a pie de texto, se decantapor expresiones distintas como hoc individuo homo, individuum hominis oindividuum humanae naturae / speciei, unus / quilibet homo, persona una/ singularis, u otras frmulas semejantes5.

    En efecto, hay suficientes indicadores en favor de la tesis de que, paralos clsicos en este caso, Toms de Aquino, la categora de individuotiene connotaciones distintas a las de hoy. La razn debe hallarse en que lacategora de individuo, que para nosotros es sinnimo de sujeto, nocontiene ninguna referencia a la razn en el contexto de la filosofa actual,y mucho menos a la conciencia o al mbito de todo lo que percibo comomo, como se ha dicho antes. La nocin permanece as semnticamenteneutra. Pero an as, si lo que se busca en Toms de Aquino es ese sentido,se ver que en un contexto medieval, un ser personal es lo que es portener carcter racional. Segn eso, sera pertinente aadir el calificativoracional para poder referirnos a lo que hoy entendemos por individuo,ya que, a tal fin, individuo no expresara nada capaz de razn. Por eso, secolige que, en un sentido aristotlico-tomista, la caracterizacin de unsujeto como individuo no basta para significar una persona, y por eso,con una lectura somera de los clsicos, se llega paulatinamente a la con-viccin de que el concepto de individuo no es directamente trasladable aun contexto moderno. Para Toms de Aquino, siempre que se hable de un

    3. Cfr. PORTALUPI, E., Das Lexikon der Individualitt bei Thomas von Aquin, MiscellaneaMedievalia, 24 (1996) 57-73.

    4. Lo que l concibe como Einzelmensch.5. Diese berlegung fhrt zu einer Schlufrage, deren Antwort nur skizziert werden kann.

    Hat Thomas einen Beitrag zu jener Aufwertung des Einzelmenschen geleistet, die man oft frtypisch modern gehalten hat, die aber gleichzeitig tiefe Wurzeln in der christlichen Ansschauungvon Menschen hat? Wie wir gesehen haben, hat Thomas im Rahmen seiner Transzendentalienlehredie aristotelische Aufwertung des Individuums wohl vollzogen. Jedoch der Wert, die hohe Wrde,die jedem Einzelmenschen zukommt, erwchst nicht daraus, da er ein Individuum ist, sonderndaraus, da er ein vernunftiges Individuum, einer Person ist. Daraus folgt, da die Individualittals solche kein wesentliches Merkmal des Menschen ist und individuus, wie gesagt, kein adqua-tes Synonim des Einzelmenschen darstellt (PORTALUPI, E.: o. c., p. 70).

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    hombre, de ordinario es importante aadir algo ms acerca de su dignidad,su razn, su fin y su particularidad. Segn l, la racionalidad no es undetalle parcial del hombre, pues la razn est ligada al sentido en que Dioses imagen del hombre6. Por tanto, para l la racionalidad es un seerotrascendental del individuo, un sesgo que permiti a los medievales lacreacin de una nocin tan noble como la de persona.

    Si estas razones se repasan con atencin, es fcil comprender que unsujeto moderno no es una persona, y que, correlativamente, un individuomedieval no es un sujeto moderno. De acuerdo con la nocin de personade Boecio, que Toms de Aquino entiende correcta en sus trminos esen-ciales, el sujeto moderno no es ideal. Ante todo, por la falta de concrecinque comporta el yo, cuyo contenido es realmente incierto. As, la pticamoderna resulta reductiva en algn sentido, no tanto por una carencia departicularizacin que existe de la nocin misma, a la que RobertMusil ha prestado eco en la literatura con su obra Der Mann ohneEigenschaften (El hombre sin atributos), sino ms bien, por el dficitque el sujeto moderno comporta en trminos de dignidad. Ese dficit sepercibe a diversos niveles, y es, en realidad, un corolario del proceso dehomogeneizacin de la filosofa moderna. As pues, la modernidad, a laque tradicionalmente se ha asociado la idea de un progreso indefinido y deuna etapa de madurez para la razn, paradjicamente, no acierta a roturarcon xito la dignidad a la que quiso apuntar Boecio cuando habl desustancias racionales7.

    As pues, a partir de Descartes, el cogito, o en cierta forma, lo que lentiende como una percepcin infalible de s, se transforma en sujeto. Elreto que Descartes tiene ante s es asombroso. Con una nocin reformadade sujeto, Descartes no puede evitar la distorsin de la esencia de la verdadal tratar de reemplazar sta por la certitudo, tal y como acert a sealarHeidegger8. Esta circunstancia, en la que la ontologa se resinti sin reme-

    6. Cfr. In II Sent., d. 4, q. 1, a. 1, c; S. c. G., IV, cap. 26.7. Die Einzelmenschen werden hinsichtlich ihrer Seele direkt von Gott geschaffen, sie

    werden von ihm geliebt, erlst und zum ewigen Leben gerufen, sie sind frei und verantwortlich() (PORTALUPI, E.: o. c., p. 70).

    8. Descartes, en sus Meditaciones, no pretunta slo, y tampoco en primer lugar, ti t on: ques el ente, en cuanto que es? Descartes pregunta: cul es aquel ente que, en el sentido del enscertum, es el verdadero ente? Entre tanto, la esencia de la certitudo se ha cambiado para Descartes.En la Edad Media, certitudo no significa certeza, sino la firme delimitacin de un ente en lo que es.Certitudo significa todava aqu lo mismo que essentia. Por el contrario, para Descartes se mide deotro modo lo que verdaderamente es. Para l, la duda llega a a ser aquel temple de nimo, en el quevibra la disposicin para con el ens certum, el ente en la certeza. La certitudo se convierte en el

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    dio, ha sido expresada atinadamente por L. Polo. ste seala que la subje-tividad misma, que, como concepto est anclada al individuo, deberahaberse superado por una visin realista del universo, es decir, por unaptica que admita la prioridad de la distincin real frente a la certeza, enlugar de caer en un recurso subjetivista. Segn escribe, la subjetividad esun tema moderno, ausente en Aristteles (...) La cuestin es si la conquistatomista de la distincin real essentia-esse da razn del sentido moderno dela sub jetividad. La respuesta es afirmativa: si el sujeto es simtrico con elfundamento, el acto de ser se eleva sobre esa simetra. Con todo, hasta elmomento las relaciones entre el tomismo y la filosofa moderna han sidopolmicas9. Para Polo, si el sujeto cartesiano se entiende con lo que ldenomina una simetrizacin artificiosa del acto real, entonces, el lugar delacto real es ocupado por la conciencia. La conciencia, que es la embajadadel yo, se entiende anterior a la verdad, y sta anterior al ser. Con arreglo aesto, la percepcin de s desbanca a los principios primeros del lugarreferencial que ocupaban para los clsicos y, en consecuencia, la verdad sehace relativa. Tenemos as un serio cambio de paradigma, pues pasamoscasi sin darnos cuenta del mbito del ser al mbito de la certitudo y laconciencia.

    Las consecuencias de este cambio de paradigma no fueron demasiadohalageas para el futuro. Es claro que la filosofa moderna, con todos suscerteros avances centrados en la llamada al rigor y el anlisis metdico delos contenidos, dej olvidados tras de s gran parte de los logros realistasdel saber. No es fortuito el hecho de que la perspectiva clsica no contengaalusiones directas al problema de la conciencia, que tiene que ver con lapercepcin de s mismo como individuo ms que con la sustancia. En lafilosofa clsica, el primer sentido del sujeto es ste: la , que es lasustancia del mundo exterior. En rigor, el sujeto de los clsicos se traducepor , que literalmente designa aquello que est debajoo que, en caso de producirse un cambio fsico, permanece debajo10. Na-

    asegurarse el ens qua ens, resultante de la indubitabilidad del cogito (ergo) sum para el ego delhombre. As, se convierte el ego en el sub-iectum por excelencia, y, de este modo, la esencia delhombre entra, por vez primera, en el mbito de la subjetividad, en el sentido de Egoidad. El decir deDescartes recibe de la disposicin a esta certitudo la determinacin de un clare et distinctepercipere (HEIDEGGER, M.: Qu es filosofa?, Narcea, Madrid, 1978, p. 65).

    9. POLO, L.: Introduccin a la filosofa, 2 ed., Eunsa, Pamplona, 1999, p. 187.10. Segn afirma M. Kaufmann, la prctica de traducir el trmino por sujeto se

    ha impuesto en tiempos recientes sobre la palabra sustrato en el mbito alemn, sesobreentiende. Pero tradicionalmente se ha entendido por , sujeto como muestraentre otros el comentario de Toms de Aquino a la Metafsica de Aristteles, donde el trmino

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    da ms lejos, por tanto, de la conciencia y del saber de s que han sidomencionados.

    Frente al paradigma moderno, el sujeto de los clsicos es una realidadexterior. Aristteles lo presenta como un sentido de la sustancia y portanto, como una posicin concreta de realidad. Es el sentido real de sujetoque pervive hasta Descartes. A partir de ah, quiz se ha extendido la ideade que Descartes es el pionero genuino de la moderidad, y en muchossentidos puede que sea as. Pero en lo referente al sujeto, al menos en suconcepcin inicial, es dudoso que Descartes haya sido un innovador.Cuando se habla de la nocin de sujeto como aquello que subyace a ciertosatributos, Descartes sigue siendo un penador clsico. No en vano hasugerido Polo que los modernos forjan un concepto de sujeto simtrico alque se tena anteriormente, es decir, simtrico a la nocin clsica de sus-tancia. As, el nuevo concepto de sujeto ser fruto de una imagen especulardel ente, en la cual se aprecia que lo novedoso no es el contenido tantocomo la perspectiva, que parece extrada ex novo.

    No es difcil constatar que el concepto moderno de sujeto ha entradoen crisis y que, hoy da, la filosofa del sujeto racional padece una debi-lidad crnica. Sabido esto, con esta tesis se quiere contribuir a recuperar enalgn sentido la luz de los pensadores clsicos en torno a la primitivanocin realista de sujeto. De ah que este trabajo sea poco convencional.Se afronta en primer lugar un estudio de la metafsica clsica para despusofrecer una alternativa al planteamiento moderno. Para conocer esa alter-nativa es preciso imbuirse a fondo en la metafsica de la , la materia,el compuesto, la esencia, etc., trminos que son el caldo de cultivo de laoriginaria nocin de sujeto descubierta por Aristteles. Dentro del uni-verso aristotlico, lo interesante ser advertir y precisar las relaciones deparentesco del sujeto con muchas otras entidades. Sin un estudio profundode sas, la nocin de sujeto no se explicara. Pero se debe advertir que elestudio de las relaciones del sujeto no pretende directamente tratar de lasotras nociones, sino evidenciar con claridad que el sujeto es una nocinrelacional y que fuera de esas relaciones no puede ser entendida.

    Queda dicho que esta tesis no versar sobre el sujeto crtico, sino msbien, sobre la ontologa del sujeto en Aristteles y su culminacin enToms de Aquino. En su origen, el sujeto es una nocin metafsica que

    substrato no aparece. Como se sabe, Toms de Aquino trabaja con la traduccin que le facilitGuillermo de Moerbecke (cfr. Stichwort Substrat, Historisches Wrterbuch der Philosophie,Ritter, J. y K. Grnder (eds.), vol. 10, Schwabe & Co. Verlag, Basel, 1998).

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    evolucion hacia un sentido crtico y epistemolgico. Ciertamente, laontologa del sujeto tiene adems una gnesis histrica altamente com-pleja. Habra que investigar en detalle cmo surge la nocin en los pre-socrticos y cmo se adopta en Platn, para saber exactamente qu estadode cosas hereda Aristteles. De algunos de estos pasos hemos prescindidoaqu, por entender que es prioritaria la investigacin de la ontologainherente a la concepcin aristotlica del sujeto. Por eso, el prisma de estainvestigacin no es tanto histrico como sistemtico. En la base de todo,se halla la aspiracin de pasar revista a los principales usos ontolgicos delsujeto que se han mencionado ms arriba, con exclusin del sujeto lgico.La tesis es, por tanto, un repaso no exhaustivo de los usos del sujeto enAristteles y Toms de Aquino que he considerado primordiales.

    Si la discusin sobre el sujeto en Aristteles est circunscrita a unaserie de temas, en Toms de Aquino, fiel continuador del proyecto aristo-tlico, el panorama es notablemente distinto. En la ontologa tomista, elsujeto es una nocin de un valor neutral, pues en ella adquiere un carc-ter notablemente ms plstico y funcional, menos ceido a la materia queen Aristteles. ste fue en alguna medida, quien hizo el primer bosquejode un sentido realista e individual de la nocin, al que, como es obvio,Platn se haba resistido. Para Toms de Aquino, en cambio, el sujeto sepresenta en un contexto mucho ms amplio que ste, surgido sin dudade un marco de ideas aristotlico, pero con una intencin decidida derebasar el inicial sesgo hilemrfico de la nocin. Se llegar as a la vida, alhombre y a sus potencias.

    Antes se ha dicho que ser sujeto es, en sntesis, ser potencial. En estetrabajo se insistir, a ms de la potencia, en que all donde puede leersesujeto, en rigor se debe leer composicin, ya que, si el marco comn dela nocin es la composicin de accidente, el sujeto entraar siempre laformacin regular de partes, que, en ese sentido, estn por el accidente. Sicomo se dice, el sujeto dicta una relacin a la composicin, debe decirseque no he elaborado en este trabajo una relacin exhaustiva de todos lossentidos posibles de la composicin. Excluyo de aqu con intencin, algu-nos sentidos del sujeto que, como el hbito, la virtud o la voluntad, sepueden predicar del ser humano. Como es natural, de seguir todos y cadauno de los usos del sujeto, este trabajo no tendra fin.

    Esta investigacin se cie a algunos de los sentidos del sujeto que heconsiderado ms afines a la idea original de Aristteles, y dejar de ladootros muchos que han sido esbozados ms arriba. Entre los que he esco-

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    gido destacara la composicin hilemrfica, que Toms de Aquino heredaen sus trminos de Aristteles; la composicin sustancial, etiquetada ascon un trmino que es mo, y que se usar para designar la composicin desustancia y accidentes; y la composicin de ser y esencia, que, como essabido, es un descubrimiento de una importancia capital en la ontologaclsica. Cada uno de estos sentidos muestra diversas facetas del sujeto.

    Finalmente, despus de una presentacin del trmino y de un breve eintenso esbozo de algunos temas, se puede cerrar esta introduccin. Loscaptulos que vienen a continuacin tratarn de acercarse, poco a poco, a larealidad compositiva, racional y libre del hombre, para mostrar cmo, amedida que la perfeccin de los seres avanza, los modos de sujecin sehacen cada vez ms ricos, y la complejidad es cada vez ms ilustrativa dela espiritualidad y riqueza del alma humana. El hombre es, por tanto, unlugar de privilegio en el que se muestra singularmente la composicin ytodos los atributos que comporta la sujecin de propiedades. Esas esferashacen que el hombre no sea simplemente un sujeto, sino que tenga unaintimidad subjetiva o una subjetividad, superando as la simple dimensinontolgica de la sustancia. Los captulos siguen, as, el camino que va dela metafsica a la antropologa, dejando atrs las sustancias simples.A stas, como se ver, la nocin de sujeto no les es del todo pertinente.

    * * *

    Deseara manifestar mi agradecimiento al Prof. Dr. D. ngel LuisGonzlez, que dirigi este trabajo y cuyo estmulo ha hecho posible supublicacin. Tambin, a la Facultad de Filosofa y Letras de la Univer-sidad de Navarra, al Departamento de Filosofa y sus colegas, de losque tanto he aprendido. Debo al Prof. Dr. Jan A. Aertsen, que dirige elThomas-Institut de la Universidad de Colonia, y a todos sus investiga-dores, la posibilidad que me brindaron de trabajar un semestre comoStipendiat de esa institucin.

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    CAPTULO I

    ORGENES DE LA CUESTIN. ARISTTELES

    1. LA DISTINCIN DE PROPIEDADES ESENCIALES Y EL TRATAMIENTO DELA SINGULARIDAD DESDE PLATN

    En la exgesis platnica acerca del origen del mundo1, se nos informade que el tiempo se ha originado con el cielo y en conexin con los prime-ros elementos. Segn la narracin, el creador del orden del universo, unavez que hubo puestos en orden los cielos, disea una imagen eterna ymvil, con arreglo a la naturaleza de los nmeros, y llama a esta imagentiempo2. De acuerdo con esa imagen explica Platn, cuando habla-mos solemos decir que algo era, es o ser, segn nos estemos refi-riendo a un estado de cosas en pasado, presente o futuro. Pero todas estasdicciones se seala son impropias de la imagen originaria que diolugar al tiempo. La verdadera acepcin de las ideas es el es como eternopresente temporal, y no el era o el ser, pues las ideas existen desdetoda la eternidad en una nica y singular forma. As, lo que es inmutablecomo ellas no perece o nace de nuevo, sino que siempre persiste en suestado natural y muestra al exterior, por as decir, una misma cara.

    1. Cfr. PLATN, Timeo, 38b (edicin de HAMILTON, E. y HUNTINGTON, C.: The collecteddialogues of Plato including the letters, Princeton U. P., Princeton, 1989).

    2. Cfr. Timeo, 37d.

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    Adems de esto, de la exgesis platnica del cosmos se desprende queel tiempo no puede ser sujeto de ningn estado natural ni de cualquier cosaa la que el movimiento concierna. Tampoco puede ser generador o causade las cosas sensibles. Todo eso son formas de tiempo, que no haran sinoimitar la eternidad y perfeccin numrica de la genuina imagen del tiempo.El verdadero tiempo, fijado en el mundo de las ideas, es la perfecta imagende un presente eterno sin adelantos ni retrasos, el ideal de una perfectaproporcin geomtrica que reflejara la dignidad y belleza de ese mundo,al que el hombre debe tender como fin.

    De ese origen platnico del tiempo, Aristteles dir que se trata de unmodo grfico de presentar el problema ante los oyentes. No sera nece-sario, por tanto, ver ms all de esa narracin un intento de recrear el naci-miento real del tiempo, o una serie de acontecimientos desencadenados araz de esa situacin. Se tratara simplemente de contraponer el movi-miento imperfecto de los entes, que Platn observa en el mundo sensible, ala claridad y perfeccin con que cada idea subsiste en un mundo msperfecto3. Es decir, de apreciar en mayor grado la persistencia e inmutabi-lidad del mundo de las ideas como eterna imagen de lo presente.

    Ms que en la elucidacin del mundo de las ideas, me inclinara asealar que Platn enfrenta las mayores dificultades a la hora de describirel mundo sensible. Adems de reproducir algunas ideas inspiradas enParmnides, quien proyecta por vez primera una esfera inmvil y eternay a quien est dedicado el ttulo de un dilogo, Platn ha se salir alpaso de los dilemas de Herclito acerca del cosmos fluyente. Ms especfi-camente, en esa tesitura Platn hace frente a la pregunta de cmo esposible la composicin del mundo sensible y en especial, del cambio,que, como todo lo dems, debera sustentarse nticamente en el mundo delas ideas, sin que esto rebaje la perfeccin de ese mundo de lo realmentereal.

    En suma, las cuestiones a las cuales habra de dar respuesta son dos.Por un lado, habra que explicar cmo es posible que las ideas impere-cederas no se vean afectadas por las alteraciones de sus imgenes sensi-bles, y por otro, en qu sentido el movimiento deshace el vnculo entre losensible y sus imgenes eternas.

    3. Cfr. GOMPERZ, T.: Griechische Denker. Eine Geschichte der antiken Philosophie, vol. III,Eichborn, Frankfurt am Main, 1996, pp. 472-473.

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    Es conocido que el mtodo empleado por Platn raramente aborda lasdificultades in recto. Al menos, no es de esperar en sus dilogos el uso deuna perspectiva cientfica, detallada y sistemtica de los problemas queaparecen. Platn considera necesaria una imagen, una metfora o el con-traste entre dos planos que llame la atencin del interlocutor sobre unproblema que encamine al hablante hacia la verdad, es decir, a despertarnuestra anmnesis del mundo de las ideas, que previamente, si es cierta lateora de la reencarnacin, todos hemos debido conocer. De ah la cono-cida mitificacin con la que habitualmente se deshacen las aporas, y de lacual se extraen pertinentes consecuencias.

    Pues bien, en lo que concierne a la relacin del cambio y lo inmu-table, Platn introduce lo que podra llamarse la paradoja del ser. Consisteen hacernos caer en la cuenta de que lo que creemos comnmente que es,en realidad carece de consistencia. Para mostrar un ejemplo coherente deesto, Platn nos advierte en el Timeo de que las cosas que provienen de lapercepcin sensible como p. ej., la experiencia del cambio en ningncaso se pueden considerar existentes4. En Fedro, se lee que las cosas de lasque solemos predicar que son y que tenemos por existentes5 divergen to-talmente de aquello que realmente es. Y ello, a pesar de que en otro lugarse destacan dos tipos de entes (): unos que son corruptibles, contin-gentes y compuestos6 y otros que por el contrario son imperecederos, idn-ticos a s mismos, simples e inmutables7.

    A travs de ese contraste, el interlocutor puede extraer que en rea-lidad, slo a la serie de las ideas deberamos llamar entes, mientras quetodo lo dems quedara sujeto al mundo de la variabilidad, de la opinin, yquiz si quisiramos ser congruentes de la contradiccin en sentidolgico; pues un mundo cuyo fundamento se muestra reticente a aceptar ens el cambio o la modificacin manifiesta un distanciamiento cada vezmayor con respecto a lo fundamentado, o en su caso, al abandono de losensible a su propia fortuna8. En ltimo extremo, de la consagracin de lasideas como el mundo de lo genuinamente real, resulta que el cosmos de las

    4. Cfr. Timeo, 27d.5. Cfr. Fedro, 247e.6. Cfr. Fedn, I, II y VII, 69a 8-9.7. Cfr. Fedn, 78c 6-7, 78d 5-6, 79a 9-10. Vid. GRAESER, A.: Die Philosophie der Antike,

    Geschichte der Philosophie, vol. II: Sophistik und Sokratik, Plato und Aristoteles, W. RD (Ed.), C.H. Beck, Mnchen, 1983, pp. 134-137.

    8. Vid. ARANA, J.: Claves del conocimiento del mundo, vol. I, Kronos, Sevilla, 1996, pp. 26 yss.

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    realidades inferiores pierde su fundamento o al menos su explicacin entrminos realistas y, como barco que marcha a la deriva, es abandonadopor las ideas, que se posicionan en una rbita distinta.

    A partir de aqu, un platnico podra concluir que la tematizacin delo sensible en el contexto de un discurso filosfico carecera de interscientfico, porque en ellas, el ejercicio de la razn no encontrara sinocambio y mutabilidad, donde querra encontrar algo permanente. Alpretender centrar la atencin sobre un objeto, a decir verdad, ste serevelara como inidntico, ya que se supone que toda identidad pertenece yse limita al mundo de las ideas. Las ideas son en realidad lo nico que esidntico. Por tanto, la bsqueda de un precedente sensible que participe delmundo de las ideas con carcter propio se torna difcil. En todo caso,desde una ptica platnica siempre se podra decir que el discurso de larazn sobre la sensibilidad y lo inidntico est justificado, si con ello secontribuye a retraer al interlocutor de aquellas tendencias que conducen atomar por real aquello que no lo es, tal como se relata en el mito de lacaverna.

    As las cosas, el estado en que queda la realidad sensible resulta difcilde valorar. El problema se agrava adems si se puede aadir que Platnargumenta habitualmente sobre dos planos: uno no estrictamente tcnico,y otro en el que la precisin terminolgica juega un papel mayor9. Decualquier modo, la situacin en que queda el mundo fsico explica parcial-mente por qu Platn no concibe una diferencia o una distincin msprecisa de lo que para Aristteles es la distincin entre sustancia yaccidente; es decir, la distincin entre algo esencial, por una parte, y algoaccidental en el ncleo de la realidad, por otra. Segn la opinin de A.Graeser, no existe en Platn la diferencia entre una cosa y sus propiedades,mientras que para Aristteles la propiedad que inhiere en una sustanciatiene un modo de ser, por decirlo as, distinto de la cosa misma. ParaPlatn, que a este respecto discurre en un marco de ideas presocrtico, laspropiedades son cualidades de las cosas afectadas por el movimiento. Eneste contexto, escribe Graeser:

    ...sin embargo esto no significa que Platn tenga por distintos los conceptos decosa y propiedad, en el sentido lgico en que la cosa es portadora depropiedades. Pues la pluralidad de formas y partes que caracteriza la composicinde la sustancia individual descansa en el hecho de que las propiedades mismas son

    9. Cfr. GRAESER, A.: o. c., p. 137.

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    como partes de aquello que se compone y que llamamos cosa o ser, y de quedichos elementos se pueden tomar como un producto de cosas (GRAESER, A.: o. c.,p. 138).

    Sin el desorden y la variacin que es inherente al mvil, las propie-dades de los entes sensibles no son del todo explicables. Por ejemplo,podra decirse que el lecho de un ro debe su ser al incesante flujo de lasaguas. Para el ro, el cauce sobre el que se desliza sera una propiedadinsoslayable, de modo que sin ella no se podra hablar de l. Por eso, cabepensar que los mviles forman propiedades de cuya composicin surge lasustancia individual10. Hay sustancia individual all donde se agrupan unaserie de propiedades separables como partes, y que en cierto sentido po-dran constituir una unidad. En cualquier cuerpo, su unidad no se define enuna valoracin de qu partes devienen esenciales y cules no. Un anlisisde tal tipo no es el caso en Platn, ya que para saber qu es estrictamenteesencial habra que acudir al mundo de las verdaderas imgenes paracorroborarlo. Pero si ste fuera el caso, el ejercicio de esa comparacinarrojara que la composicin y las propiedades de cada cosa son el reflejode una composicin ms profunda en el mundo de las ideas11, donde cadacosa sera lo que es tal y como era siempre.

    A la cuestin de si hay distincin entre lo sustancial y accidental enPlatn en sentido general, no parece haber objeciones maysculas. Podraadmitirse la existencia de un referente de dichas categoras, extraas alpensamiento de Platn y notablemente tiles en el desarrollo de la filosofanatural de Aristteles. Con todo, junto a esta suposicin, cabra matizarque la aplicacin de esa distincin debera sopesar un hecho. En Platn, laesencia de la sustancia no tiene sede en el mundo sensible. Lo esencial acada cosa le vendra dado a sta a travs de su participacin en el mundode las ideas, mientras que el cuidado de esa relacin sealara por qu unacosa es de este modo y no su contraria. Supuesto que la esencia de lasustancia no es inmanente a la cosa misma, cada cosa poseera una ciertaparticipacin con su imagen con su esencia, de manera que, en laptica de Platn, a cada imagen eterna debe suponerse una contrapartidasensible con visos de embajada en el mundo exterior. As, en este cuadrodel universo, lo esencial es el mundo de las ideas, mientras que la duracinde cada cosa en el tiempo representara lo accidental. Si alguien se

    10. Cfr. id., p. 138.11. Cfr. Timeo, 37c.

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    preguntara por la distincin platnica de sustancia y accidentes, ste deaqu podra ser ms o menos su correlato.

    Se apreciar, a tenor de lo dicho, que Platn responde a la preguntapor la quididad de una cosa con un salto a la trascendencia. De ah que lasrealidades sensibles no sean esenciales. Pues bien, dando por vlida unacierta distincin entre lo contingente y lo necesario en Platn, se observaque el lugar de las verdaderas imgenes juega un papel esencial en losseres sensibles, aunque no se pueda decir estrictamente que los sensiblessean partes integrantes ni integradas en el mundo de las ideas. En cambio,se aprecia que lo sensible en s mismo es accidental y adems, completa-mente prescindible cuando se deja al margen de la verdadera realidad. Unafortuita extincin o desaparicin del mundo de lo sensible no supondraningn obstculo serio para la subsistencia de las ideas. Por eso, admitidoque el verdadero mundo no se percibe a travs de los sentidos, no hayrazn para suponer que en las cosas mudables y perecederas alguna cosaes ms significativa que otra, pues tanto una como otra, segn su partici-pacin en las ideas carecen en rigor de identidad ontolgica.

    El cuadro se queda as en Platn. Aristteles, en cambio, se distanciabastante de su maestro. Lo que l nos da en sustitucin del mundo de lasideas es la contemplacin de las formas observables del cosmos12, o, dichode otro modo, el retorno a la observacin de la naturaleza fluyente queevocaban los dilemas de Herclito. Pero a diferencia de ste, en Aristteleshay un esfuerzo por dar con algo permanente. Y a diferencia de su maes-tro, la estructura que soporta lo necesario y lo accidental es la mismanaturaleza de la cosa. El mundo sensible no est ordenado a otro mundo deimgenes ulterior, sino a la misma realidad tal y como es percibida pornuestros sentidos. Lo real se percibe a travs de la mente con objetos cuyaintencionalidad no apunta ms all de este mundo, sino antes bien, a laesencia misma del cambio. Si se para bien en su pensamiento, podr verseque la principal tarea de Aristteles, a diferencia de otros pensadores13 noestriba en tematizar el orden y la prioridad de las categoras de la mentecomo es de rigor en todo programa lgico, sino en afirmar ladiferencia entre las categoras no-sustanciales y la categora de sustancia14.

    12. Cfr. JAEGER, W.: Aristteles. Bases para la historia de su desarrollo intelectual, tr. deJ. Gaos, FCE, Mxico, 1946, p. 191.

    13. Cfr. SIMPLICIO, In Cat. 340, 26 (edicin de Kalbfleisch, C., Simplicii in AristotelisCategorias commentarium, Typis et Impensis Georgii Reimeri, Berolini, 1907).

    14. Cfr. GRAESER, A.: o. c., p. 209.

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    Esta distincin aporta algo importante. Se trata de aclarar qu es lo sustan-cial en cada cosa y qu lo accidental, para luego separar las propiedadesnecesarias de las que no lo son, y extraer las consecuencias pertinentes. Lainvestigacin de este punto nos aportar algunas luces para ver el modo enque Aristteles entiende la nocin de sujeto.

    A partir del descubrimiento de la distincin de sustancia y accidentes,Aristteles est en condiciones de sentar que la sustancia es posesora deciertas propiedades15. Las propiedades se subordinan a la sustancia y sehacen dependientes de ella hasta el punto de no constituir entidades aut-nomas, o sencillamente, sustancias distintas. En el libro Z, se deja cons-tancia de que las categoras no-sustanciales referidas a las realidadesaccidentales no subsisten con independencia de la sustancia, mientrasque su portador s lo hace16. Desde esa primaca a la cual se adscribe cadapropiedad, se facilita por una parte (a) que toda sustancia tenga una ciertaidentidad, (b) que las propiedades de dicha sustancia no se asimilen alorden de lo sustancial, sino que stas se dejen comparar entre s no conla sustancia; y (c) que no toda la realidad sensible en este caso frentea Platn sea de la misma categora: hemos de concebir diversos estratosen los que los entes expresan su jerarqua. Hay, en definitiva, un orden enlas sustancias segn la perfeccin de cada una.

    Aclarado este punto, Aristteles define nueve categoras adems de lasustancia. Por qu esas categoras han llegado a ser las que son y no otras,no parece quedar especificado en su obra17. Aunque tampoco la cuestindel nmero parece ser decisiva, pues en posteriores escritos aparecen otrascategoras tales como tener y lugar no conocidas anteriormente, sibien nunca en conexin con las otras diez18. Ms interesante se adivina lainvestigacin de la sustancia, la categora capital, de la cual se prometehablar bastante. Rectificando la doctrina de los platnicos, Aristtelessostiene que lo sustancial slo se concibe como particular. Si hemos depensar algo que es sustancia, eso deber ser descubierto y tratado comouna entidad particular, ya que de otro modo en universal no podra

    15. Si algo tiene de original la doctrina aristotlica es el descubrimiento de un sujeto real depropiedades. Sobre esta cuestin vid. INCIARTE, F.: La identidad del sujeto individual segnAristteles, en Anuario Filosfico XXVI/2 (1993) 289-302.

    16. Cfr. Z 1, 1028a 33.17. Cfr. ZELLER, E.: Die Philosophie der Griechen in ihrer geschichtlichen Entwicklung, vol.

    II-2: Aristoteles und die alten Peripatetiker, Wissenschaftliche Buchgesellschaft, Darmstadt, 1963,p. 264.

    18. Cfr. id., p. 266.

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    ser. De igual forma que cuando Scrates es trado a nuestra mente, no sehabla de una conjuncin de partes ideales, sino de Scrates-particular enpropiedad de tales o cuales caractersticas, Aristteles afirma que la reali-dad es concreta e individuada. Los singulares que l denomina ocupan un puesto destacado en la predicacin; son objeto lti-mo de la predicacin lgica y sin ellos no se podra predicar nada concerteza, pues todo se volvera inocuo. En esencia, nada de lo que hay en larealidad persistira si los ltimos elementos que la componen no fueransingulares19.

    La realidad de los seres particulares es, para Aristteles, como unpilar inamovible. Se parte de que la singularidad de la sustancia no esdivisible, soluble o participable por otras entidades: ser singular concierneslo a cada sustancia. En todo caso, si se quiere incidir en esta posibilidad,se puede dividir la sustancia travs de sus accidentes la cualidad y lacantidad, pero sabiendo que ella no es divisible en s misma20. Lasustancia es una entidad atmica, indivisible, y adems de esto, deter-minada. Aquello que hace que la sustancia tome parte en lo real es precisa-mente su singularidad, que permanece en todo momento invariada21. Enrealidad, segn se puede apreciar, parece que la divisin de partes noafecta a la esencia de la sustancia, que en todo momento sigue siendo lamisma22.

    Hay, pues, un ncleo estable que es en cierta forma el origen de lorealmente real en Aristteles. Sobre la inmutabilidad de ese ncleo,alrededor del cual se asientan las propiedades de la sustancia, se da lugar auna estructura de composicin en la que todos los accidentes se componeno participan de la entidad de la cosa. As, se puede pensar que laspropiedades x que pertenecen a un sujeto A son taxativamente propiedadesde lo que podra denominarse un sujeto portador. El sujeto portador es lasustancia. Los accidentes se renen en torno a l no por una razn de

    19. De no existir las entidades primarias (prton ousin) sera imposible que existiera nada delo dems: pues todas las dems cosas, o bien se dicen de ellas como de sus sujetos, o bien estn enellas como en sus sujetos, (Cat. 5, 2b 4-6; cit. GARAY, J.: Los sentidos de la forma en Aristteles,Eunsa, Pamplona, 1987, p. 167).

    20. Cfr. Anal. Post. I, 22, 83a 36.21. Cfr. ZELLER, E.: o. c., II-2, p. 272.22. Denn solche Teile sind keine Wesensteile, aus denen das wesentliche Sein besteht, sondern

    Teile eines in Hinsicht auf seine Gre bestimmbaren Seienden, also blo quantitative Teile(VOLKMANN-SCHLUCK, K.-H.: !"# Klostermann, Frankfurt a. M., 1979,p. 88). Se sobreentiende, por otra parte, que las partes no son simplemente la materia.

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    conveniencia o simple casualidad, sino en tanto que forman con l unaclase de sustancia orientada hacia un fin23. El sujeto que est en su base,por tanto, es el resultado de una composicin real en la que se destaca unaunidad frente a un amplio conjunto de propiedades.

    2. EL SUJETO EN LA COMPOSICIN SUSTANCIAL

    2.1. El sujeto como

    a) La identidad de la sustancia a la luz de los primeros principios

    Admitida la realidad de ese ncleo central de la sustancia, singular eindivisible, conviene estudiar en qu sentido el sujeto de esa estructura decomposicin es , es decir, sustancia a todos los efectos. El tratadoms destacable acerca de la sustancia es el libro Z de la Metafsica, aunquetambin en otros lugares se trata directa o indirectamente de la sustancia.En 8, por ejemplo, Aristteles bosqueja una breve respuesta a la pre-gunta por la sustancia24. All, presenta la sustancia como un sujeto porta-dor de unas propiedades, y despus como algo particular.

    Asimismo, se ha de destacar el libro , donde Aristteles explica quetodos los entes se dicen en orden a un nico principio o a una naturalezanica, unos como sustancia y otros como accidente, y que ese principio enel que todo converge es el ente. En Z, para responder a esa pregunta,decide no abordar la cuestin en directo, sino proceder, de alguna forma,descartando elementos que, dadas sus caractersticas, no puedan sersustancia, o bien, que sean extraos a sta y por tanto no la constituyan.Primeramente, comienza analizando la quididad del enunciado, unacuestin que se relaciona con la esencia de la sustancia. Con vistas a ello,advierte que las aclaraciones que tendrn lugar a continuacin son decarcter lgico, aadiendo que resultan necesarias para la investigacin.As pues, y a modo de sumario, se sintetiza que la esencia de cada cosa es

    23. Vid. NINK, C.: Ontologie. Versuch einer Grundlegung, Herder, Freiburg, 1952, pp. 99 y ss.24. 1017b 23.

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    lo que se dice que sta es en cuanto tal25. Sustancia es aquello que se dicede una cosa segn su propia naturaleza, es decir, todo lo que puede serexpresado propiamente de ella. A partir de sta, se conocern otrasdimensiones accidentales o menos importantes, como p. ej., en Scratesel hecho de ser msico. En general, la propiedad de ser msico seespecifica no constituye nada esencial en absoluto, pues no eresmsico en cuanto eres t mismo26, sino en cuanto ciertas afeccionesentran a formar parte de la sustancia. De este modo en el ejemplo deScrates la esencia del ser msico no est relacionada directamente conScrates, por ms que nos parezca que el ser msico no es separable de suesencia. Tampoco se podra aadir la composicin de elementosaccidentales da lugar a la esencia de algo, porque se aade lo mismo quese define27. En consecuencia, la suma de propiedades accidentales pocoaprovechar para desvelarla. Para penetrar la sustancia es necesario algoms, un elemento que no se cuente entre los accidentes, sino que seenclave ntimamente en la esencia de cada una.

    Por medio de estas ideas, se percibe ante todo que la sustancia es ytiene identidad. La identidad de algo es, justamente, aquello que la defi-nicin trata de captar. Pero la sustancia no es una identidad formal, esdecir, algo completamente idntico a s mismo en el sentido en que lo esuna idea platnica. Ya ha sido mencionado que la sustancia est com-puesta de partes, o bien, que la sustancia no carece de propiedadesdistintas de s. Pues bien, la identidad debe incorporar esas propiedades.En el caso de la sustancia, el ser sujeto de propiedades y su ser singulardescriben igualmente su ncleo o esencia, de modo que a esa integracinla podemos llamar idntica. No obstante, antes de tratar la sustanciacomo un sujeto real ontolgico de propiedades, vamos a profundizaren esa identidad quiditativa de la sustancia. Siguiendo el decurso de Z,hemos visto que la identidad permite deducir que Scrates y la esencia deScrates son una misma realidad. En armona con esa identificacin, amenudo se ha dicho que en el libro Z se lleva a cabo una deduccintrascendental de las categoras. Si esto es as, las categoras procederan deuna deduccin certera de los primeros principios de la realidad, asequiblesal pensamiento por el principio de contradiccin, que es el primerprincipio del pensamiento.

    25. Z, 4, 1029b 13-14.26. Z, 4, 1029b 15.27. Z, 4, 1029b 17-18.

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    En su formulacin, el principio de contradiccin llama la atencinsobre la imposibilidad de que un ente sea y no sea a la vez y en el mismosentido. El principio muestra, as, una realidad que se despliega bipolar-mente: o bien de un modo o de otro, aunque no simultneamente, es decir,desplegando sus opuestos en el mismo tiempo y sentido. Pues bien, condicha bipolaridad se puede explicar el paradigmtico cambio fsico, tanproblemtico en Platn, salvando la identidad deseada. Aristteles halla enel principio de contradiccin un soporte que permite la dilucidacin dealgo para lo que los contrarios simultneos se excluyen. Esto tiene unindudable rendimiento fsico. Es imposible que, dada una cosa en movi-miento, en un momento t una sustancia sea todo lo que podra ser. El no-ser de sta sera relativo a lo que an no es, es decir, a los instantesconsecutivos a t: t1, t2, etc., que es lo que an est por conseguir, mientrasque el ser del mvil se limita a lo que ya es, o a lo que actualmente se haconseguido con el movimiento.

    El principio aristotlico admite la posibilidad de los contrarios, de loscuales slo uno puede ser el caso28. Es decir, se descarta que doscontrarios puedan persistir simultneamente en un mismo sentido29. Perosi esto es as, queda claro tambin que cada sujeto es a fortiori idntico as mismo, pues de otro modo, si la identidad no fuera tal o se concibieracomo una especie de identidad dbil, existira el peligro de asimilar a cadatrmino la identidad que pertenece a sus contrarios, dando lugar a unacontradiccin. Aristteles cree posible pensar los contrarios simultnea-mente, pero sin embargo, no decir que ambos existen a la vez30. Si esto secomprende, se ver que cada trmino est sujeto a una determinacin. Ladeterminacin a la que cada trmino est sujeta supone, en consecuencia,que la sustancia no es simplemente un objeto de carcter mental ms omenos aprovechable para la investigacin cientfica. La sustancia esrealmente una esencia extramental, genuina e indivisible en el sentido enque lo son las entidades primarias. Del anlisis del principio de contradic-cin, por tanto, se deduce que cada cosa est determinada por necesidad ano ser simultneamente contradictoria31. Esa determinacin da lugar, enconsecuencia, a una identidad que dicho principio preserva y defiende.

    28. Cfr. De Caelo, I, 9, 280b 2-529. Cfr. 3, 1005b 19-20.30. Cfr. Phys. 4, 203b 22-25; Met. 6, 1048b 14-17.31. No slo la necesidad, tambin la evidencia y la universalidad son caractersticas del primer

    principio. Vid. ALARCN, E.: El principio de contradiccin y la estructura del ente en Aristteles,en Acta Philosophica, 8/2 (1999) 274.

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    As pues, el principio de contradiccin mantiene en pie la identidad dela sustancia. Al hablar de identidad, nos referimos en realidad a lo que esesencial a ella misma o bien al decir de Aristteles a esa primaca delo sustancial, segn la cual la sustancia es aquello de lo que se dicen lasdems cosas sin que sta a su vez se diga de ninguna32. Como es lgico,quedan al margen de esa identificacin las partes de la sustancia, con lasque al menos directamente la sustancia no se dice idntica. Pero antesque pensar en la multiplicidad que entraan las partes, es preciso captarque la sustancia es primera en sentido ontolgico por encima de lamultiplicidad de sus trminos, mientras que stos las propiedades sesubordinan a ella como el resto de las categoras se ordenan a su vez a lasustancia. De esta manera, tenemos dos modos complementarios de ver lasustancia. Por una parte, un ncleo inicial idntico a s mismo y, por otra,unas partes que se vinculan con mayor o menor intensidad a esa raz.

    De ese modo, se ha visto que el principio de contradiccin ofrece unaidentidad a la sustancia a partir de la cual sta se determina a ser de unmodo u otro. Se podra aadir incluso que el objeto del principio decontradiccin es la determinacin de la sustancia. El principio de contra-diccin quiere determinar el sentido en que una sustancia es. Pero represeen que, a pesar de la posesin de atributos, que dificulta y entorpece dealgn modo la definicin, existe otro sentido en que la sustancia es igual-mente indeterminada. Para prevenir esa confusin, se suelen distinguirclsicamente dos modos de esencia: la esencia primera y la esenciasegunda. La estructura del ente, como un sujeto determinado abierto amodos de ser particulares e incompatibles, comporta tambin la distincinaristotlica de esencia primera y segunda33. Es decir, los trminos de lasustancia, sus propiedades fsicas y su comportamiento en el mundo natu-ral muestran que la sustancia aristotlica no es homognea, sino bipolar yabierta a los contrarios bajo una estructura de composicin. La compo-sicin es, por tanto, el perfil indeterminado de la sustancia. De ah que laformacin de una esencia segunda sea inseparable de la primera o que, enrigor, toda sustancia d lugar a una serie de propiedades conocidas comoesencia segunda. Como es lgico, se debe aadir que la esencia segundano subsiste ms all de la sustancia o al margen de su identidadla esencia primera, sino que, antes bien, recibe de ella su propia

    32. Cfr. Z 3, 1028b 36-38.33. ALARCN, E.: El principio de contradiccin y la estructura del ente en Aristteles, o. c.,

    p. 275.

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    identidad. Todo lo ms, en cuanto el sujeto primordial se abre a contrariosexcluyentes, la esencia segunda entraa una cierta indeterminacin aa-dida o bien, si se prefiere en trminos ms simples, una composicinde sustancia y atributos.

    b) Sentidos de la primaca del sujeto: sujeto originario, sujetohilemrfico y cambio

    La serie de puntualizaciones precedentes se dirigan a mostrar en qusentido es principial el sujeto, es decir, en qu sentido el sujeto, que essustancia, enlaza con los primeros principios de la realidad. El sujeto, entanto que es propiamente y se identifica con la esencia, aporta ydefine la potencialidad de la sustancia. De ese modo, ninguna sustanciaque no sea enteramente perfecta, puro acto sin contaminacin de potencia,puede decirse acabada o carente de atributos, sean stos sencillamente decarcter formal o material. De un modo u otro, es patente que, en la pers-pectiva de Aristteles, a toda sustancia le corresponde cierta potencialidad,y por tanto, cierta composicin. La sustancia compuesta no es una especiede acto incontaminado por el hecho de ser idntica, sino que toda sustan-cia sufre continuas modificaciones. Ms tarde se ver, incluso, que lasmodificaciones de la sustancia representan un nuevo sentido del sujeto: el. Pero ste es posterior, y lgicamente derivado de un sen-tido ulterior de la potencialidad que, para distinguirla de otras clases depotencia, he llamado originaria.

    La potencia que llamo original, que por ahora se ha ligado a lacomposicin, permite que todo ente adquiera unas propiedades que perfec-cionan y armonizan la esencia, colocndola as en una situacin msfavorable que la precedente. No se refiere, sin embargo, a una clase depotencia determinada como se ver sino que se trata de un sentido dela potencia cuya descripcin abordar Toms de Aquino. Por ahora, bastacon saber que, gracias al desarrollo de esa potencialidad, se explica queScrates msico sea ms perfecto que Scrates a secas, porque estesegundo Scrates an no ha adquirido el arte de la msica. El sujeto que

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    ahora interesa el sujeto potencial se identifica con la sustancia yconforma con ella una misma realidad34.

    La potencia, por tanto, es un sentido indiscernible de la sustancia. Enlos entes compuestos, no cabe una separacin de la sustancia y de lapotencia, sino que contestando de este modo a Platn es ms exactodecir que la sustancia es intrnsecamente potencial. En su origen, elrecurso a la potencia se orientaba a resolver el problema del cambio en elmundo natural, algo que Platn no acert a resolver suficientemente.Segn su conocida crtica a la doctrina de las ideas, Aristteles aprecia queel hecho de que la esencia pensada se quiera presentar como la esenciaautntica, trae graves dificultades de ndole lgica y real35. Entre otrascosas, en la explicacin platnica del cosmos, el cuadro original decualquier sustancia sensible habra de ser igual al de la cosa misma. Esdecir, para que todo fuera bien, lo sensible no debera ser muy distinto delarquetipo que deba explicarlo. Ahora bien, para Aristteles, resulta difcil-mente explicable que, lo que se aparece a nuestros sentidos como com-puesto, sea manifestacin de otra composicin ulterior, a saber, de unacomposicin en el mundo de las ideas. Eso significara, sin duda, atribuircomposicin a las ideas, que como sabemos son naturalezas simples. Demodo coherente con Platn, el cuadro original de la composicin, por unaparte, y la composicin de los seres sensibles, por otra, deberan seridnticos. Pero segn Aristteles, esa identificacin no puede producirse36.Adems , supuesto que las ideas aspirasen a formar sustancia en un sentidofsico y que ste tenga un inters, la idea habra de renunciar a su carcteruniversal, lo que es difcilmente pensable37.

    En fin, el sujeto de la composicin surgido de la diatriba conPlatn es un primer sentido del sujeto en Aristteles. A este sujeto leacompaa una especificacin precisa: la nocin de potencia original, yaque dicho sujeto es y se dice compuesto. Tras este primer sentido delsujeto, surge espontneamente la explicacin al problema del cambio y laaclaracin del perfil de la realidad fsica a travs de forma y materia. Eneste marco, forma y materia componen un individuo singular, lo queAristteles entiende como un !. El ! es el individuo par-ticular con todas sus caractersticas. La integracin efectiva de ambas pers-

    34. Cfr. Phys. A, 3, 187a 8-935. Cfr. Z 13, 1039a 3; Z 14; Z 8, 1033b 19; A 9, 991a 29; M 9, 1085a 23.36. ...so dass dasselbe Urbild und Abbild zugleich wre (ZELLER, E.: o. c., II-2; p. 294).37. Cfr. id., p. 295.

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    pectivas esto es: la perspectiva del sujeto de atribuciones y de cambioarroja como resultado una unidad diferenciada, especfica y concreta: nohay ! si lo que se tiene en mente es una idea platnica de cortegeneral. Con arreglo a la singularidad de las cosas, forma y materia enconjuncin descartan de todo punto la posibilidad de ser universales. Todouniversal, de hecho, es una sustancia segunda, predicada de la sustancia deun modo derivado38.

    As las cosas, el sujeto fsico se ha de identificar con la . Y paraAristteles sera un error no llevar a cabo esa identificacin, segn sepuede deducir, por el hecho de que el sujeto no sea simple, sino compuestode materia y forma39. Ya se ha dicho antes que el concepto de identidad nose rie con la variabilidad propia del devenir, y que por tanto, lacomposicin de las partes no impide la identidad de la sustancia. Si esto esas, es oportuno ver que la composicin de la sustancia no corre endetrimento de la identidad del individuo, a no ser que se presuma a priorique toda identidad es formal es decir, platnica as como que todamateria distorsiona la simplicidad formal de una sustancia. La tesis no hadejado de tener eco entre algunos comentadores de Aristteles. Pero deprestar odos a esta idea, deberamos suponer que la composicin corp-rea, por el hecho de ser tal, rompe con la identidad ideal de un sujeto, en laque consecuentemente, no podran entrar las partes de la sustancia. Elmantenimiento de esta tesis carga con ciertas dificultades. Si se quiere serfiel a doctrina que Aristteles mantiene en otros lugares, la identidad quedestaca Z 6, esto es, la identidad real del sujeto compuesto, deberaconjugarse con la potencialidad de las cosas, que sigue haciendo viable esaidentificacin y que no necesita, por tanto, de identidades ideales que lamaterialidad de los individuos corpreos amenace romper.

    As pues, si la potencia no se separa de la identidad de un sujeto, eslgico que no se separen a su vez las partes. En esa direccin dirige susesfuerzos Aristteles. ste desea integrar en la sustancia no slo la poten-cia, sino tambin el efecto propio de la potencia que es el cambio. Para l,el cambio reside tambin en el ncleo de la sustancia. Por cambio, msque la actuacin del movimiento mismo, entindase aqu la posibilidad dedar lugar a una modificacin, es decir, la potencia en sentido estricto. Estaposibilidad se podra describir en otros trminos. Se trata de una cierta

    38. Cfr. Z 13.39. Cfr. FREDE, M.; PATZIG, G.: Aristoteles 'Metahpysik Z'. Text, bersetzung und Kommentar,

    Beck, Mnchen, 1988, vol. II, p. 36.

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    inestabilidad interna ("), que desemboca tendencialmente en unmovimiento () que, como efecto, origina una nueva realidad40.Tanto como " surgen en Aristteles en correlacin con elpar materia-forma, del que no son fsicamente escindibles. En la sustancianatural, forma y materia estn siempre abiertas a la posibilidad del cambio,y eso supone aceptar la inestabilidad y la correccin pertinente de la formaen funcin del fin41.

    Tenemos as esbozada una presentacin del cosmos en trminosrealistas, es decir, fundada en el principio de contradiccin. Aristteles hasalvado el peligroso problema del cambio acogindose a la universalidadde este principio, que afecta a cada mvil sin dejar que se quiebre suunidad. Se ha dicho antes, a tal fin, que el principio de contradiccinpreserva la unidad de la sustancia. Pues bien, de la misma manera ocurrecon la distincin de materia y forma. Materia y forma se integran en unasustancia avinindose al cambio, que, como es posible observar, presta alcosmos un sentido de inestabilidad. Con el cambio, parece que la identidadde la sustancia est llamada a ser corregida de continuo. Sobre esta base,en la que todo cuerpo est llamado a moverse, se puede apreciar que lapotencia que llamo original, es decir, la composicin misma del ente,establece un puente entre la causa hilemrfica la interaccin de materiay forma y la causa eficiente sin abandonar el plano de la esenciaprimera, a la cual estas dimensiones se reducen. Por tanto, si hemos de sercoherentes con lo anterior, el cambio no perturba el sentido y la cohesinde la sustancia. Es ms, en todo caso hacen que esa unidad se refuerce conel paso del tiempo. Segn esto, a toda esencia compete la ejecucin deactos que contribuyan a su perfeccin y la prolonguen temporalmente. Aspues, aunque parece estar discutido qu tipo de acto supone la "42para la sustancia, parece estar fuera de toda duda que el par "-

    atraviesan internamente a materia y forma43.

    Tal y como se puede apreciar, la potencia originaria no es un trminoempleado directamente por Aristteles, sino ms bien, un concepto con el

    40. De gen. et corr. I 5, 320a 13.41. De hecho, la materia prima como sentido originario de la materia es un sujeto de cambio.42. Cfr. GRAESER, A.: o. c., p. 221. Vid. tambin el estudio de YEPES, R.: La doctrina del acto

    en Aristteles, Eunsa, Pamplona, 1993.43. Cfr. H, 2; De An. B 2, 414a 16.

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    que pretendo elucidar metdicamente sentidos diversos de la potencia44.Las dos vertientes en que, por ahora, este trmino se concibe son: (a) ladeterminacin de una estructura compositiva, reflejada en la divisinde esencia primera y segunda, y (b) la posibilidad de dar lugar almovimiento45. Materia y forma entraran en este cuadro como ejemploparadigmtico de lo que dicha estructura significa en el mundo natural, ysern tratadas ms adelante. Adems, hay que advertir de la falsasuposicin de que la materia es esencia segunda. A tal efecto, Aristtelesse ocupar de mostrar que sta es estrictamente sustancia. Por otra parte,tambin veremos que, frente al trmino griego empleado por l paradesignar al compuesto, !, la nocin de se orientams bien a la explicacin fsica del cambio. Podra decirse que el primeroposee una connotacin ontolgica, y el segundo si se quiere, una con-notacin cosmolgica, aunque uno y otro han de tratarse an.

    2.2. Acerca de los principios esenciales de la sustancia

    a) La actuacin integradora de la potencia. La pertenencia de laspartes al concreto

    Una vez nos hemos ocupado de la naturaleza del sujeto en sentidoamplio, aqu definido como potencia original, conviene tratar en qusentido materia y forma son sujeto de una composicin posterior: lacomposicin de sustancia y accidentes.

    Al igual que Platn, Aristteles considera que la forma y la materia noson trminos opuestos. En este sentido, cabe destacar que la relacin entrela materia y la forma no es puramente negativa46, ni una y otra inhierencomo agentes contrarios en la sustancia. A la materia, de la cual se dice enZ que es predicada la forma, no le corresponde un vago no-ser, y encambio, a la forma el ser. Ningn indicio apoya la existencia de una

    44. Por otra parte, la analoga aristotlica justifica la sntesis de conceptos diversos a travs dela bsqueda de caractersticas comunes a muchos individuos (vid. RAMREZ, S. M.: Opera omnia,t. 2/1-4: De Analogia, Instituto de Filosofa Luis Vives, Madrid, 1970).

    45. Cfr. 12, 1020a 4-6. Vid. GMEZ CABRALES, L.: El poder y lo posible, Eunsa, Pamplona,1989.

    46. Cfr. ZELLER, E.: II-2, o. c. p. 315.

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    porcin de no-ser de la materia como contrapartida a un hipottico ser dela forma, tal y como podra creerse desde una perspectiva presocrtica. Lasolucin al problema de la nada y el ser de los antiguos no se logramediante la oposicin de ambos co-principios, sino, entre otros medios, atravs de la nocin de potencia. Todo lo que est en potencia, lo que no eso todava no puede ser tenido como una realidad, segn Aristteles emanagracias al acto y recibe de l su significacin: Scrates msico presuponela existencia actual de Scrates, el cual, en cuanto acto primero, extiendesu actividad a las dems potencias, las cuales resultan activadas y en esesentido, se dicen sujetos de sta. A su vez, el hombre que no fue educadoslo puede surgir del que es educable, que en trminos concretos se aplicaa quien puede aprovechar las lecciones de un maestro.

    Mediante la actualizacin de una potencia se genera una diferenciaentre una forma posterior y otra precedente. La nueva forma, segnAristteles, est preconizada en la situacin de la sustancia anterior alcambio47. De modo que, en un anlisis pormenorizado de la situacin deuna sustancia en presente, se podran atisbar sus posibilidades de futuro48.Ahora bien, anticipar esas posibilidades no es una tarea fcil, pues espreciso desvelar el sujeto que manifiesta dicha predisposicin al cambio yconocer las condiciones reales en que la sustancia se encuentra ocasional-mente, esto es, las circunstancias concretas del individuo o accidentes49.En esa pregunta por la esencia, por tanto, se pide cuentas al ser de lo queuna sustancia puede suponer en el futuro teniendo presente su naturalezaactual, y, si esa respuesta es posible, se confirmar que el ser de las cosasse da al intelecto como es.

    Pero todo ese discurso acerca de las posibilidades de los entes presu-pone la nocin de potencia. La potencia es el sentido ms directo de lanocin de sujeto. En cierto sentido, sta entra en el mbito de la esenciapor medio de la materia, la cual se compone con la forma segn lavirtualidad especfica de la potencia. Para Aristteles, la materia es aquello

    47. Cfr. B, 4, 999b 5.48. Un instrumento cortante servir a su funcin tanto como su materia est preparada para ella

    (cfr. De Anima, B 1, 412b 10 ss). La pura potencia que da lugar al cambio se basa sobre unascondiciones actuales que lo permiten. Sobre esto vid. LISKE, M.-T.: Aristoteles und der aristo-telische Essentialismus, Karl Alber, Freiburg/Mnchen, 1985, p. 214.

    49. Si el ens per accidens es aqul cuya afirmacin no se encuentra exigida por el anlisis de lasustancia, qu es lo que fundamenta tal predicacin? (MELENDO, T.: Ontologa de los opuestos,Eunsa, Pamplona, 1982, p. 76).

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    que destacaba H. Happ50, en un estudio amplio y minucioso de la Fsica deAristteles, como un ncleo original (sujeto) susceptible de atraer con-trarios sobre s, y por tanto, de ser modificado y alterado por su accin.Los contrarios se acercan a la sustancia y modifican el conjunto de suspropiedades, en las que es difcil separar lo que tradicionalmente se en-tiende por necesario, frente a lo contingente. Pero si la sustancia, a travsde esa receptividad potecial de contrarios atrae a stos hacia s, da laimpresin de que la materia no los tiene de suyo, pues stos advienen aella como algo aadido a su ser. Clsicamente, los accidentes se han enten-dido como formas, y no como porciones de materia. Los contrarios se hanentendido igualmente como modificaciones de la forma. Pero ciertamente,es posible decir que la materia carece de contrarios porque stos inhierenen la sustancia segn el modo de lo contingente, y frente a ellos, la materiano es un elemento prescindible. Sin ir ms lejos, no cabe pensar en serescosmolgicos carentes de materia. As, el sentido de la potencia quevincula la materia a su forma muestra en otra vertiente que la inter-vencin de los opuestos afecta a forma y materia por igual, por ms quelos opuestos sean propiedades derivadas de la inestabilidad nsita a todolo corporal, y, en consecuencia, la materia sea como su condicin deposibilidad51. Esta es la razn por la que, en ltimo trmino, forma ymateria conforman en igual medida el sujeto ontolgico52.

    A diferencia de la materia, la forma es aquello que aade su modo deser a una cosa y le confiere sus cualidades internas53. Para la tradicinaristotlica, es clara la correlacin que aparece a lo largo de los escritosde Aristteles, entre la potencia y la materia, de un lado, y el acto y laforma, de otro. De otro modo resultara complicado entender que hay unacomposicin, y que esa composicin da lugar a una estructura de la quetermina por destacarse un sujeto. Se debe decir que dicha correlacin entredos dualidades (materia-forma y potencia-acto) est en la base de todoproceso de cambio. As, todo lo que cambia hacia otra forma halla su

    50. Cfr. HAPP, H.: Hyle. Studien zum aristotlischen Materie-Begriff, Walter de Gruyter, Berlin,1971, pp. 281 y ss.

    51. Si bien, los opuestos se definen como la contradiccin y los contrarios, pero tambin porlos extremos desde los cuales y hacia los cuales van las generaciones y las corrupciones ( 10,1018a 20-22).

    52. Das der prdicativen Aussage Zugrundeliegende ist nicht blo das logische Subjekt,sondern auch das ontologisch Frhere, in dem die Akzidentien ihren Seinsbestand besitzen(MEYER, H.: Thomas von Aquin, Peter Henstein, Bonn, 1938, p. 66).

    53. Cfr. id., p. 67.

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    potencialidad, es decir, la propia capacidad de cambio, en la plasticidad dela materia. Se percibe que la materia es dcil a ese cambio, y de ese modo,se logra concebir que el movimiento tenga cabida en la naturaleza. Esto esperceptible tan pronto como la materia deja sentir sobre s el influjodesestabilizador de los contrarios. Este influjo y esa desestabilizacincorren siempre del lado de la potencia, que es el eje de estos procesos yque en realidad, no es ms que un modo en que es comprensible lasustancia. Pero es un modo que tiene un orden y que se da bajo ciertasreglas. P. ej., cabe notar que el modo como materia y forma se imbrican noes de mera yuxtaposicin. Aristteles advierte que la naturaleza concretade una cosa no se compone de materia y forma como de partes aadidas,es decir, segn el modo de ser de lo artificial. Si materia y forma soninseparables, es inapropiado considerar un compuesto como la suma de unconjunto de cosas que simplemente se agregan54. La mera suma o agrega-cin de materia y de forma, por tanto, no da lugar a ninguna composicinde la que pueda emerger un sujeto.

    La forma es sin duda relevante. Pero conferirle una importancia exa-gerada o acentuar excesivamente su papel puede provocar algn contra-tiempo. Para entender acertadamente cmo se compone una sustancia, noes bueno privilegiar a alguna de sus partes. As pues, una sustancia no esun agregado de partes, pero tampoco lo es como un conjunto en que unade ellas est privilegiada. Lo que se quiere decir es que, tanto la materiacomo la forma, tienen su importancia en la constitucin de la sustancia yque todo ello est regulado por la potencia. A tenor de los anlisis deTugendhat, en Z 10-11 se muestra de modo suficiente que la sustancia() no puede ser una forma de modo exclusivo (), porque lasustancia tiene partes, y cada una de las partes de la sustancia es variablepodra no ser lo que es. As pues, el esquema de la sustancia no es elde un ncleo formal al cual se aade una materia, tal y como se dice. Msbien, convendra pensar que la sustancia misma est materializadaesencialmente, y que la forma sin la materia no es un ente viable.

    Se debe aadir que todo esto no impide la definicin. La definicin,que se lleva a cabo buscando diferencias esenciales, permite discernir en lasustancia lo contingente y lo necesario. Si al margen de esto, sabemos quela sustancia no es un agregado de partes superpuestas, y que la composi-

    54. Da Materie und Form aufeinander hingeordnet sind und niemals getrennt voneinanderexistieren knnen, sondern nur als Bestandteile des Kompositums vorkommen, wird von Aristotelesimmer wieder eigeschrft (MEYER, H.: o. c., p. 68).

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    cin de materia y forma no impide la identidad sustancial de cada cosa,debe existir una lnea divisoria entre lo que es esencial y accidental a cadaente55. La lnea divisoria se basa, justamente, en la cohesin interna de laspartes esenciales, es decir, de materia y forma. Sea clara o no, la lneadivisoria existe o en realidad, la distincin entre una y otra no tendrasentido. En este contexto, cabe decir que forma y materia son el ncleo dela sustancia, y todo lo dems a que aqu se hace referencia comenzandopor la participacin de los opuestos sera posterior56. Sin ir ms lejos,con esto es posible decir que la serie de contrarios no concierne a la propiaesencia, y en consecuencia, que stos no deben incluirse en la definicin.En esencia, es oportuno extraer que materia y forma se relacionan ntima einternamente, y no externa, contingente o coyunturalmente. De ah que suunin sea importantsima para que se pueda hablar de un compuesto fsico.

    b) La composicin vista desde la pregunta por la esencia.La relevancia de la forma

    Una vez que los contrarios son separados del ncleo de la esencia, ysi, al margen de estos, se toma la potencia como elemento de integracinde la esencia, se debe pasar revista al modo en que la esencia de la sustan-cia se compone. Buscando una respuesta adecuada a esta cuestin, la pre-gunta que podra servirnos de gua se podra formular as: cmo se com-ponen materia y forma? O bien, en trminos especficos, qu es estar enun sujeto cuando esto atae a forma y materia por separado? Tiene laesencia algo que ver con esto? A qu le corresponde, en rigor, estar enun sujeto cuando Aristteles menciona que la sustancia es aquello queno se dice de un sujeto, pero de lo que se dicen las dems cosas?57

    Son cuestiones en apariencia distintas, pero mutuamente depen-dientes. Por de pronto, tal y como Aristteles nos hace ver, se puede presu-mir que estas preguntas apuntan a una cuestin en parte gramatical y enparte ontolgica. Qu es estar compuesto de materia y forma, por unaparte, y qu es estar en un sujeto, por otra. Pero la cuestin no se queda

    55. Otra cuestin es que esa lnea nos resulte ya desde un punto de vista experiencial mso menos clara.

    56. Aunque no necesariamente secundario, como es el caso p. ej. de las facultades ms altas.57. Z, 3, 1029a 8-9.

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    ah. Lo que con esas demandas se plantea, en el fondo, es una pregunta alncleo mismo de la realidad ontolgica, es decir, al corazn mismo de lasustancia. La cual, como es obvio, est representada en la realidad fsicapor la . As, la cuestin de la materia y la se retrotrae a la preguntapor la esencia, y cabe suponer que su aclaracin traer consigo el esclare-cimiento de sus relaciones mutuas. La esencia es, una vez ms, lo que latea este planteamiento. De ella ha afirmado P. Ricoeur que es el objeto detodas las investigaciones de la Metafsica, pues parece que todo gira a sualrededor58. Es por tanto, la la que es directamente preguntada enesta investigacin.

    Pero la pregunta por la interroga por un por qu. De modogeneral, a la pregunta acerca del por qu de una cosa o una realidad cabendiversas respuestas. Aristteles une la respuesta de ese tipo de inquisi-ciones al hallazgo de las causas reales de las cosas59. Con la respuesta apreguntas de ese tipo, esto es, a preguntas formuladas mediante un porqu, Aristteles intenta resolver una serie de interrogantes que se habanplanteado previamente, muchos de los cuales segn la opinin deGraeser60 no estn tratados en sus escritos sobre las Categoras, yparece que la respuesta a estas cuestiones qued, en cierta manera, ensuspenso. As, en las Categoras se habra introducido la diferencia entreel ser dicho de algo como sujeto y estar en un sujeto61 como la dife-rencia entre qu es algo y en qu consiste ser o estar [subsistiendo] enalgo. Pero parece que la pregunta no fue directamente respondida. Porotro lado, y a pesar de las apariencias, se advierte que sta no es sin msuna pregunta de orden lingstico o epistemolgico, sino ms bien, unapregunta por la naturaleza de la y una indagacin determinante decara al futuro desarrollo de la filosofa62. En definitiva, parece tratarse dela clarificacin de cuestiones que apelan al interior de la cosa misma yexigen, en consecuencia, la elaboracin de un concepto muy refinado desustancia. No parece ser tan fcil, ni tan andadero, el camino que conducea los verdaderos porqus de la realidad si la no se conoce enprofundidad.

    58. Cfr. RICOEUR, P.: tre, essence et substance chez Platon et Aristotle, Pars, C.D.U., 1971,p. 111.

    59. Cfr. A, 1.60. Cfr. GRAESER, A.: o. c., p. 217.61. Cfr. GRAESER, A.: o. c., p. 211.62. Dabei ist fr moderne Begriffe der Gesichtpunkt entscheidend, da sie bei der Konstitution

    von substantiellen Dingen eine wirkliche Rolle spielen (GRAESER, A.: o. c., p. 218).

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    La tarea y el rumbo es, por consiguiente, conocer ms acerca de la. Es de destacar que, en una de sus primeras obras, Aristteles sepropuso tratar la forma embebida de materia, un objeto que es asequiblea todos por experiencia y sobre el que a continuacin, la mente pasa aelaborar un concepto. Segn observ W. Jaeger, la preocupacin deAristteles en sus primeras obras es desentraar la naturaleza en elcontexto de su forma63, trazando, por as decir, un mapa del universoanimado por la forma. Se trataba casi de un programa fenomenolgico:segn Jaeger, la intencin original de Aristteles era dejar ser a la formatal como se aparece. La tesis es que todo fenmeno natural dado a nuestraobservacin posee una cierta forma bajo la cual nos resulta perceptible. Laindagacin sobre esa forma proporcionara rudimentos de base en elmundo natural, y representara a objeto de lo que nos interesa aqu unacceso al corazn mismo de la sustancia64.

    Pero salta la vista que la forma en s no es una descripcin suficientede la realidad. El problema es, en suma, que si se trata de dejar ser a lacosa tal como se nos aparece, se ha mitigar cualquier eco de generalidad, ylograr definir la de un modo concreto. Si estamos preguntando ques la esencia, en rigor es preciso imbuirse completamente en el individuo.Por una parte, aqu se ha mantenido que ha de haber una lnea divisoriaque seale los lmites entre lo sustancial y lo accidental, pero por otra, esadivisin no nos es siempre suficientemente clara. Sobre esta base, tende-mos a manifestar comnmente que la sustancia real incluye tambin a lostrminos concretos y accidentales, como si en realidad, lo que estuviese enjuego a la hora de definir fuera la precisin de la definicin misma, oquiz, su condicin de posibilidad. De ah lo difcil de elaborar una defini-cin sin hacer acepcin entre rasgos esenciales y accidentales. A decirverdad, si es cierto que la mencin a la cuestin de los lmites est justi-ficada, y que se debe tener en cuenta a la hora de definir, se debe reco-nocer que la divisin no es siempre eficaz. Cierto que a efectos tericos,interesa dejar al margen la sustancia completa, es decir, la que incluye ens a los accidentes y dems afecciones del ente. Este es, por otra parte, elmtodo empleado por Aristteles cuando se propone indagar acerca de lasustancia en s misma65, haciendo distincin de las cualidades hasta com-

    63. Vid. W. JAEGER: Aristteles. Bases para la historia de su desarrollo intelectual, tr. deJ. Gaos, FCE, Mxico, 1946.

    64. Cfr. Part. Animal., I, 5, 644b 22.65. Vid. a modo de ejemplo, 1, 1045b 27-32 Z, 1, 1028a 31-36.

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    probar en qu grado inhieren en la sustancia. En este sentido, el problemaqueda abierto como tal.

    Es claro, por tanto, que el estudio de la esencia tiene algunos requi-sitos. Aristteles busca indicios de esa separacin metdica entre lo que essustancial y lo que no, o bien, entre lo que puede ser de diversos modos ylo que es de modo necesario. Por eso, una vez descartada la importancia delos contrarios en lo que se refiere a la esencia, Aristteles se proponereforzar la preeminencia de la sustancia. A tal fin, busca razones queacrisolen la tesis de que la sustancia es anterior y ms importante que lascualidades, que son propiedades de orden secundario. En este contexto,conviene recoger o esquematizar las ideas aristotlicas, pues son muchoslos argumentos a favor que salen a relucir en la Metafsica. A tal fin,podran ayudar tres caractersticas que W. D. Ross observ al respecto:1) La sustancia puede ostentar una existencia separada, mientras que lasotras categoras no. Lo cual no significa que la sustancia pueda existir sinellas, sino que las otras no pueden existir sin la sustancia; 2) es anteriordesde el punto de vista de la definicin, pues para definir un individuo deotra categora se hace preciso definir primeramente la sustancia; 3) porltimo, la sustancia es anterior desde el punto de vista del conocimiento.Como es claro, conocemos mejor una cosa cuando sabemos cmo es antesde conocer sus cualidades. De hecho, es lgico pensar que la pregunta porla sustancia no se refiere a las cualidades que la afectan, sino ms bien, alpreguntar sobre la cosa misma66.

    Pero la primaca de la sustancia se manifiesta en Aristteles demuchas formas. Una de ellas es, p. ej., sta: de los dems categoremas,ninguno es separable, sino ella sola67. La sustancia en s misma, dotadade cierta autonoma en lo que se refiere a su eje central, cobra valor frentea los accidentes, que a diferencia de la sustancia no subsisten autno-mamente ni por s68, sino que son y se dicen de otro. Por eso, sealaAristteles que creemos conocer mejor la sustancia cuando sabemos ques, ms que al or de su cualidad o de su cantidad o dnde est69, que atal efecto son cuestiones contingentes. En realidad, al saber qu es sedesvela la esencia que la constituye y no hace falta aadir ms.

    66. Cfr. ROSS, W. D.: Aristteles, 2 ed., tr. de. D. F. Pr, Charcas, Buenos Aires, 1981, p. 238.67. Z, 1, 1028a 33-34.68. Cfr. RD, W.: Der Weg der Philosophie, vol. I, C. H. Beck, Mnchen, 1994, p. 156.69. Z, 1, 1028a 37-38, 1028b 1.

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    Lo accidental es un criterio que ayuda a deslindar propiedades ajenasa la esencia. Partiendo