Fray Domingo Cosenza - La sabiduría y la literatura sapiencial en la Biblia y el cercano oriente...

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Página | 1 La sabiduría y la literatura sapiencial Fray Domingo Cosenza La sabiduría en el antiguo Oriente: Desde antiguo, las cortes de los reyes o los grandes santuarios fueron centros de formación de cultura en todo el Oriente. Desde allí la cultura se irradiaba en todas direcciones a través de las rutas recorridas por la caravanas.

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Fray Domingo Cosenza - La sabiduría y la literatura sapiencial en la Biblia y el cercano oriente antiguo.

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    La sabidura y la literatura sapiencial Fray Domingo Cosenza

    La sabidura en el antiguo Oriente:

    Desde antiguo, las cortes de los reyes o los

    grandes santuarios fueron centros de

    formacin de cultura en todo el Oriente. Desde

    all la cultura se irradiaba en todas direcciones

    a travs de las rutas recorridas por la

    caravanas.

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    Egipto

    All la literatura sapiencial se desarroll por

    medio de instrucciones o enseanzas, mediante

    las cuales un rey se dirige a su prncipe

    heredero, un magnate a su hijo, o un escriba a

    un discpulo. Los temas tratados se refieren a

    las grandes preocupaciones del hombre de

    todos los tiempos, como los males de la vida o

    las dudas ante el ms all de la muerte. Entre

    las instrucciones conocidas se pueden destacar:

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    Mximas de Ptah-hotep

    Este antiguo manual de formacin cortesana se

    asemeja bastante en lo literario al libro de los

    Proverbios. Algunos ejemplos:

    La vejez ha llegado, la desdicha est ah; la

    debilidad reaparece Lo que era bueno se ha

    vuelto malo, todo sabor ha desaparecido Lo

    que la vejez hace a los hombres es malo en

    todos los aspectos.

    Nadie es sabio de nacimiento.

    La injusticia nunca ha llevado su empresa a

    buen puerto.

    La palabra es ms difcil que cualquier otro

    trabajo y slo da autoridad a quien la domina

    a fondo.

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    No respondas en estado de agitacin.

    Al sabio se conoce por lo que sabe y al noble

    por sus buenas acciones.

    El que escucha es un hombre a quien el dios

    ama, y el que no escucha es un hombre al que

    el dios detesta.

    [J.B. Pritchard, Anciente Near East

    Text (ANET), Princeton 1955, nn. 412-414].

    Instruccin a Merikar

    En una poca de gran inestabilidad un rey se

    dirige serenamente a su hijo. Sus consejos

    espiritualmente elevados no reflejan

    exactamente la situacin socio-poltica de su

    tiempo, por lo que es de suponer que escribas

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    posteriores intervinieron en la redaccin que

    ha llegado hasta nosotros:

    El charlatn fomenta la discordia;

    suprmelo.

    S hbil en palabras para poder convencer,

    pues la lengua es la fuerza de un hombre.

    Slo se convierte en maestro el que se deja

    instruir.

    Dichoso el que sobrevive en el recuerdo.

    Calma al que llora, no oprimas a la viuda,

    no eches a un hombre del terreno de sus

    padres.

    No hagas diferencia entre el hijo de un noble

    y un hombre vulgar.

    ANET 414-418.

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    La instruccin de Duauf-Jeti

    La instruccin es una stira de todos los oficios

    manuales. En el breve poema desfilan el

    picapedrero, el orfebre, el calderero, el

    carpintero, el joyero, el barbero, el cortador de

    caas, el alfarero, el albail, el hortelano, el

    tejedor, el caravanero, el embalsamador, el

    curtidor, el lavandero, el pajarero y el

    pescador. No hay una sola palabra alentadora

    para estos oficios ni para los que los ejercen.

    Con la finalidad de que su hijo entre en la

    escuela y llegue a ser un escriba, ensalza la

    labor del escriba:

    Nada sobrepasa a la escritura; es un barco

    sobre el agua.

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    El escriba no carecer de nada. Es la

    mayor de las profesiones. Nada en la tierra es

    comparable a ella.

    No hay oficio sin patrono, excepto el del

    escriba, pues l es el amo.

    ANET 432-434.

    La opinin de Jess Ben Sira sobre los oficios

    (cf. Eclo 38,24-34) y sobre el sabio escriba (Eclo

    39,1-11) es muy parecida a la de Duauf-Jeti.

    La instruccin de Ani

    Es la leccin continuada de una escriba, ya

    mayor y de tendencias conservadoras, a su hijo

    Konsu-hotep que se prepara para ejercer el

    mismo oficio. El hijo, como todo joven, es ms

    abierto que su padre a las nuevas corrientes.

    Esto puede verse en el intercambio epistolar

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    entre padre e hijo que se transcribe al final de

    la instruccin:

    Todo va bien para el hombre con familia

    numerosa; se le honra en proporcin al

    nmero de sus hijos.

    Gurdate de la mujer extranjera que nadie

    conoce en la ciudad.

    Agua profunda, de lmites desconocidos, es

    la mujer cuyo marido est lejos

    Un hombre no prospera si descansa mucho.

    Las golondrinas vuelan, pero al fin se

    posan.

    La intimidad del hombre es ms amplia que

    un granero; est llena de toda clase de

    respuestas.

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    Habla de forma mansa y amable o no

    respondas nunca.

    El rico del ao pasado este ao es

    vagabundo.

    El xito no pertenece a los hombres; uno es

    su plan y otro el del Seor de la vida.

    No respondas a un superior encolerizado,

    cede ante l.

    ANET 420s.

    La enseanza de Amenemope

    Es la ms conocida y estudiada por su relacin

    con Prov 22,17-24,11 desde su descubrimiento

    en 1923. Prcticamente existe unanimidad

    entre los autores en afirmar que dicha seccin

    de Proverbios es posterior a la enseanza de

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    Amenemope y depende literariamente de ella,

    aunque no al pie de la letra. El pasaje de Prov

    22,20: He escrito para ti treinta mximas de

    experiencia, slo se ha podido explicar

    satisfactoriamente a la luz de Amenemope

    XXVII 7-8: Considera estos treinta captulos

    [de los que consta la enseanza], que instruyen

    y educan.

    Amenemope seala un hito en la sabidura de

    Egipto por la profundidad de su humanismo y

    de su religiosidad. Algunos ejemplos:

    Gurdate de robar a un desdichado y de

    enfadarte con un dbil. No extiendas tu mano

    para apartar a un anciano ni cortes la palabra

    a un viejo (IV 4-7).

    Otra cosa buena segn el corazn del dios:

    hacer una pausa antes de hablar (V 7s).

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    No seas avaro y encontrars abundancia

    No ambiciones un codo de terreno, ni

    traspases los linderos de una viuda (VII

    14s).

    Ms vale pan con alegra del corazn que

    riquezas con tormentos (IX 7s y XVI 13s).

    Que tu lengua no revele ms que lo bueno y

    que lo malo quede oculto ante ti (XI 10s).

    No te ras de un ciego, no te burles de un

    enano, no hagas ms pesada la prueba de un

    cojo (XXIV 8-10).

    Dios prefiere al que honra al pobre ms que

    el que adula al rico (XXVI 13s).

    ANET 421-425.

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    Las instrucciones de Ank-sesonqy

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    Dirigidas a su hijo, contiene una sabidura

    prctica de origen rural. Utiliza mucho el

    recurso de la repeticin y sentencias breves

    como los refranes:

    El que oculta que no tiene qu comer, se ir

    sin alimento (VII 9s).

    Un siervo que no es golpeado est lleno de

    orgullo (VII 18).

    No digas: Soy instruido; ponte a

    aprender (VIII 3).

    No vivas con tus suegros (IX 12).

    Quien no recoge lana en verano no tendr

    calor en invierno (IX 17).

    Ojal el hijo viviera ms tiempo que su

    padre! (X 21).

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    Ojal la vida sucediera siempre a la

    muerte! (X 25).

    El compaero de un loco es un loco, el

    compaero de un sabio es un sabio, el

    compaero de un idiota es un idiota (XII

    6s).

    La glotonera no da de comer (XV 20).

    No bebas agua en casa de un comerciante:

    te la cargara en cuenta! (XVI 5).

    No seas demasiado confiado: te hars pobre

    (XVI 22).

    De noche no hay hijo de faran (XIX 7).

    Hay mil siervos en casa de un mercader: el

    mercader es uno de ellos (XIX 18).

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    Si te oprime una pesada carga, duerme a su

    sombra (XX 17).

    El que tiene vergenza de dormir con su

    mujer no tendr hijos (XXI 14).

    No enciendas un fuego que no puedas

    apagar (XXII 3).

    El silencio oculta la necedad (XXIII 4).

    La borrachera de ayer no quita la sed de

    hoy (XXIV 12).

    ANET 434-437

    *Mesopotamia

    Es un hecho irrefutable el influjo que la

    literatura bblica ha recibido de esta cultura,

    que puede ser considerada como la cuna de la

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    civilizacin. Pero sus textos sapienciales no son

    tan importantes como los de Egipto.

    Poema del justo que sufre

    Fechado entre 1500 y 1200 aEC., este poema,

    cuyas primeras palabras son Alabar al seor

    de la sabidura, es un himno de alabanza a

    Marduk, dios principal de Babilonia, por los

    beneficios recibidos. Desde que se descubri en

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    1875 se ha considerado como el Job

    babilnico por las semejanzas con el libro

    bblico.

    El protagonista, un devoto de Marduk,

    presenta un solo problema en su largo

    monlogo: por qu Marduk permite que un

    fiel servidor suyo sufra tantas adversidades en

    la vida?: Mi dios me ha olvidado y

    desaparecido, mi diosa se ha retirado de m y

    permanece distante, el espritu benvolo que

    siempre estaba junto a m se ha ido (I,43-45).

    Familiares y amigos lo han dejado solo,

    probablemente en su enfermedad. Despus de

    un ao, la situacin no ha mejorado (cf. II,1-3).

    Surge entonces una gravsima duda que afecta

    a los fundamentos de su fe religiosa: parece

    que no sirven de nada el culto y la veneracin

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    fiel de los dioses, pues la enfermedad sigue su

    curso imparable:

    Mi dios no ha venido a rescatarme,

    tomndome de la mano, ni mi diosa ha tenido

    compasin de m estando a mi lado (II,112-

    113).

    Pero llega finalmente la restauracin gracias a

    la accin benfica de Marduk (cf. Tabla III), que

    puede volver a la vida al que est en la fosa

    (IV,35). El agraciado reconoce ante todos el don

    de la salud y de la vida y da gracias a su

    benefactor Marduk (cf. Tabla IV).

    En el poema queda claro que toda la vida y las

    disposiciones de la divinidad son un verdadero

    misterio para el hombre:

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    Quin puede conocer la voluntad de los

    dioses del cielo? Quin puede comprender

    los planes de los dioses del abismo? (II,36-

    37).

    ANET 434-437

    Teodicea babilnica

    Todo el poema es un dilogo entre un hombre

    que sufre (estrofas impares) y su amigo

    (estrofas pares). La causa del sufrimiento no es

    la enfermedad, como en el poema anterior, sino

    la situacin social del protagonista: hurfano

    (I,11), pobre (VII,75), despreciado (XXIII,253) y

    perseguido (XXV,275). El problema filosfico

    del dilogo, muy conocido en los ambientes

    sapienciales es por qu el pobre, el desvalido,

    a pesar de ser justo, piadoso y fiel (VII,71-73),

    no es protegido por los dioses, sino

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    abandonado por ellos a su suerte y a las

    injusticias de la sociedad?

    El amigo responde inicialmente a cada una de

    las quejas del afligido con los argumentos

    tradicionales: si sufre ser por algn pecado

    oculto cometido (VIII); despus responde

    amparndose en el misterio (XXIV,256-257). El

    autor del libro de Job repetir ms

    dramticamente este mismo discurso, a

    excepcin de la ltima conclusin del amigo,

    que responsabiliza a los dioses de haber hecho

    al hombre mentiroso y de burlarse del pobre,

    no del rico (cf. XXVI). En la ltima estrofa, la

    XXVII el protagonista deja de quejarse y se

    somete al destino: pide ayuda a su amigo,

    confiesa serenamente su desgracia y se

    encomienda piadosamente a los dioses y al rey:

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    Que me ayude el dios que me abandon; que

    se muestre compasiva la diosa que [me

    olvid]; que el pastor (el rey), el sol del pueblo

    [se compadezca] (XXVII 295-297).

    ANET 438-440.

    Dichos populares, consejos y proverbios

    Pocas colecciones de estos dichos y sentencias

    se han conservado. Sin embargo el uso del

    proverbio debi de ser muy familiar en las

    diferentes culturas del pas mesopotmico.

    Algunos ejemplos:

    He hecho caminar a mi hermano; mi

    hermano camina como yo. He hecho caminar

    a mi hermana; mi hermana camina como yo.

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    El arte de escribir es madre de los oradores,

    padre de los doctos.

    Haz la voluntad del presente, calumnia al

    ausente.

    El que se ha cogido a la cola del len se ha

    ahogado en el ro; el que se ha cogido a la cola

    de la zorra se ha salvado.

    Si yo no he ido, quin podra haber ido a mi

    lado?.

    Consagr el templo antes de comenzarlo.

    Fruto en primavera, fruto de duelo.

    La vida de anteayer es la de cualquier da.

    La amistad es de un da; la esclavitud

    perpetua.

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    Un ciudadano vulgar en otra ciudad es su

    jefe.

    Cuando las hormigas son golpeadas,

    muerden la mano del que las hiere.

    Mientras vive es su amigo; el da de su

    muerte es su mayor adversario.

    En boca abierta entran moscas.

    ANET 425-427.

    Sentencias de Ajcar

    De origen arameo, La historia y sabidura de

    Ajcar tuvo tanta difusin en el Medio Oriente

    que lleg hasta Elefantina (Alto Egipto, siglo VI

    aEC.). Sus enseanzas estn orientadas a la

    eduIcin de la juventud:

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    No apartes a tu hijo del palo, de lo contrario

    no podrs liberarlo (de la maldad).,

    Hijo mo, no charles demasiado S

    cauto pues la palabra es como un pjaro:

    una vez suelto, nadie puede (capturarlo).

    No trates a la ligera la palabra del rey

    Cubre la palabra del rey con el velo del

    corazn. Por qu va a luchar la lea con el

    fuego, la carne con el cuchillo, el hombre con

    (el rey)?.

    Un buen jarro guarda la palabra en su

    interior, pero uno roto la deja escapar.

    Muchas son las estrellas del cielo; nadie

    conoce sus nombres. De la misma manera,

    nadie conoce a la humanidad.

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    No reveles tus (secretos) delante de tus

    amigos, no sea que desprecien tu nombre.

    No diga el rico: Me gloro en mis

    riquezas.

    (No ensees) el mar a un rabe, ni a un

    sidonio el desierto, porque sus tareas son

    diferentes.

    ANET 427-430.

    [Ajikar es citado en Tob 1,22s; 2,10; 14,10. En

    11,19 es presentado como primo de Tobit].

    *La experiencia como fuente de sabidura en Israel.

    Segn G. Von Rad, Israel, como todos los

    pueblos, entenda por sabidura un conocimien-

    to prctico de las leyes de la vida y del

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    universo, basado en la experiencia. La palabra

    hebrea que nosotros traducimos

    por sabidura significa en primer lugar pericia,

    como la que tiene, por ejemplo, el forjador de

    metales o el consejero poltico o cualquier otro

    profesional. El objetivo que persigue, por tanto,

    aquel que cultiva la sabidura, es la posibilidad

    de poder dominar la vida; para eso debe

    conocerla, no puede dejar de observar y afinar

    sus odos para ver si entre la maraa de los

    acontecimientos aparece por alguna parte

    una ley o un orden constante.

    El medio para apresar y objetivar el orden as

    percibido fue desde una temprana antigedad

    el lenguaje. La palabra es el instrumento que

    permite aprisionar las verdades recibidas por

    la experiencia. Slo a travs de su formulacin

    las verdades quedan fijadas y sancionadas

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    como tales. Y para eso la palabra ofrece

    grandes posibilidades. Una de ellas, por

    ejemplo, es la rima, que permite a la vez la

    impresin y la fcil memorizacin. Pero una

    forma tambin muy frecuente era la paradoja:

    Hay quien regala y aumenta su haber, quien

    retiene lo que debe y empobrece (Prov

    11,24).

    Quien ama a su hijo lo castiga (13,24).

    La lengua blanda quebranta los huesos

    (25,15).

    En estos casos no hay conclusiones. Se trata

    simplemente de la comprobacin de un hecho.

    Y esto es ya por s mismo importante, porque

    se comprobaba con satisfaccin que, detrs de

    los fenmenos o hechos aparentemente

    absurdos, tambin se esconda una constante u

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    orden oculto. As el descubrimiento de dicha

    ley permita vencer una vez ms al caos. Esto

    nos muestra que la sabidura est ordenada al

    dominio de la vida y no simplemente a un fin

    meramente didctico.

    Por eso la sabidura no es simplemente ciencia

    (conocimiento): es arte. Prov 1,5 la llama arte

    del piloto (segn el texto griego khibernesis).

    Por tanto, como toda arte, no se aprende de un

    da para otro, por simple memorizacin. Para

    pilotear la propia vida no alcanzan las

    instrucciones; se necesita la habilidad. Cada

    vez que se logra formular un proverbio se est

    cubriendo un pozo peligroso, pero slo

    despus que un nio ya se ha ahogado en l.

    No se puede aprender de los proverbios,

    sino con los proverbios.

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    La gran cantidad de sentencias sapienciales,

    sea las contenidas en los libros bblicos

    clasificados como sapienciales, como tambin

    las distribuidas en el resto de la Escritura o

    fuera de ella, no estn encuadrados dentro de

    un sistema ordenado. A lo sumo estn

    agrupados, por no decir amontonados, de

    acuerdo a alguna temtica comn. Esto nos

    habla de dos maneras diferentes de percibir la

    verdad: una sistemtica (como lo es la filosofa

    o la teologa) y la otra emprica. Donde falta la

    verdad emprico-sapiencial hay peligro de caer

    en el simple adoctrinamiento o hasta en la

    ideologa. La sabidura ha descubierto un

    orden en las cosas y en los sucesos; lo ha hecho

    con mucha paciencia y a travs de dolorosas

    comprobaciones. Pero ese orden descubierto en

    fenmenos tan complejos y mediante

    constantes percepciones la sabidura no lo

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    reduce a un principio general, y menos an

    buscando una frmula lo suficientemente

    amplia para englobar la infinita variedad del

    mundo de las apariencias. La sabidura, ms

    bien, busca leyes y constantes, pero deja

    siempre intacta la singularidad de cada

    experiencia.

    No es raro, entonces, encontrar proverbios

    contradictorios entre s:

    No respondas al necio segn su necedad,

    no sea que te iguales a l;

    responde al necio segn su necedad, no sea

    que se crea sabio (Prov 26,4-5).

    Porque un sistema filosfico puede ser

    concebido como cerrado en s mismo; es decir,

    que se puede considerar suficiente su

    contenido. La sabidura siempre permanece

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    abierta e inabarcable. No comprende la verdad

    de un modo exclusivo, porque el proverbio que

    corrige a otro no prueba la falsedad de este

    ltimo. Ms bien incorpora un nuevo plano en

    el horizonte de la experiencia.

    Por lo tanto, el pensamiento sapiencial

    yuxtapone distintos campos de orden. Un modo

    de descubrir las leyes que rigen la vida del

    hombre es la analoga o comparacin con respec-

    to a los fenmenos naturales:

    El viento del mar trae lluvia, lengua que

    murmura trae rostros irritados (Prov

    25,23);

    Si se acaba la lea se apaga el fuego, si no

    est el deslenguado cesa la ria (26,20);

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    A quien toca la pez se le pega la mano,

    quien se junta con el cnico aprende sus

    costumbres (Ecclo 13,1).

    El desarrollo extenso de estas comparaciones

    dara lugar ms tarde a las llamadas parbolas.

    Pero as como los fenmenos de la vida

    humana no pueden reducirse a una ley

    general, los sabios de Israel tampoco redujeron

    a un principio (gr.Arkh) los fenmenos natu-

    rales.

    En Israel no exista el concepto naturaleza como

    nosotros lo entendemos. Para Israel el mundo

    no era un orden estable y armnico, que

    abarcaba por igual todo lo existente y del cual

    se poda preguntar por su arkh o principio

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    ltimo y determinante. El mundo se hallaba

    para l en la esfera de lo imponderable e

    inconmensurable, y frente a l se encontraba

    ms indefenso de lo que pensamos, por faltarle

    un grupo de conceptos manejables. El mundo

    era ms un acontecer que un ser. Y como no

    tena la posibilidad de dominar racionalmente

    este acontecer mediante la reflexin sobre un

    principio fundamental, no tena ms remedio

    que recurrir al examen y clasificacin de los

    fenmenos particulares para familiarizarse, en

    cuanto fuera posible, con el aspecto exterior de

    esa realidad.

    Este acontecer del mundo en el cual se

    encontraba metido, le pareca al sabio

    demasiado misterioso y sujeto al dominio de

    YHWH. El mundo era la actividad de YHWH y

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    en ella lo extraordinario no era ms admirable

    que el orden normal. Lo que los sabios llegaron

    a deducir de su medio ambiente eran leyes

    captadas por la fe.

    El orden que poda encontrarse en lo profundo

    de la realidad permaneca muchas veces en el

    secreto, sin poder ser revelado. Mucho menos

    podra ser manipulado. Pero ciertamente era

    un orden que silenciosamente y de un modo

    casi imperceptible tenda a conseguir un

    equilibrio. Era necesario, pues, saber esperar a

    que se produjera dicho equilibrio y ser capaz

    de percibirlo. Esa sabidura es humilde; crece

    atendiendo a la realidad concreta y sobre todo

    a las limitaciones del hombre. A Job no le

    queda otra alternativa que callar cuando

    reconoce que es un ignorante frente a los

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    misterios de la creacin y que es incapaz de

    responder a las preguntas que Dios le hace.

    Si bien la bsqueda de constantes era un

    asunto profano, no puede se puede negar que

    tras ellas Israel vea inmediatamente al mismo

    YHWH. An las sentencias ms profanas de la

    sabidura de Israel tienen un trasfondo

    teolgico. Hay una serie de proverbios en

    donde se designa a Dios como el que pesa y

    escruta los corazones:

    Al hombre le parecen puros todos sus

    caminos, pero YHWH pesa los espritus (Prov

    16,2).

    La expresin procede evidentemente de una

    concepcin egipcia relativa al juicio de los

    muertos, durante el cual se pesaba con una

    balanza el corazn del difunto frente al dios

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    Tot. Pero con cunta mayor razn poda

    repetirla la religin yahwista! Es evidente que

    en la literatura sapiencial no habla una

    humanidad que se siente sola en sus

    decisiones. Al contrario, es conciente de

    hallarse expuesta a un continuo juicio divino.

    Otra serie de mximas nos hacen dar un paso

    ms en esta misma direccin. Son los

    proverbios que hablan del desagrado o

    complacencia divina en ciertas prcticas y

    comportamientos humanos:

    Abominacin de YHWH la balanza falsa, pero

    el peso justo gana su favor (11,1).

    Por eso, si antes consideramos que la bsqueda

    sapiencial llevaba a determinar que el camino

    de los rectos es apartarse del mal (16,17),

    ahora tenemos que aadir que con el temor de

  • P g i n a | 37

    YHWH se evita el mal (16,6), es decir con la

    prctica de los mandamientos.

    Una tercera serie de proverbios es la ms

    instructiva desde el punto de vista teolgico.

    Trata de las limitaciones de las posibilidades

    humanas por parte de Dios y su libre proceder:

    Al hombre, los planes del corazn; pero a

    YHWH, la respuesta (16,1).

    Quiere decir que el hombre puede hacer

    muchos proyectos, pero en su formulacin

    entra lo imprevisto, por eso hacer lo correcto e

    incluso llegar a pronunciar una palabra justa

    eso es un don de YHWH.

    No hay sabidura ni inteligencia ni consejo

    frente al Seor. Se prepara el caballo para el da

  • P g i n a | 38

    del combate, pero es el Seor quien da la

    victoria (Prov 21,30s).

    Estas afirmaciones tienen conciencia de que el

    mbito que el hombre puede abarcar con su

    razn y llenar con su ser es realmente pequeo.

    Donde quiera que se vuelva y cuando menos lo

    piensa, se encuentra de nuevo frente a ese

    factor incalculable de la actividad divina. La

    sabidura, como arte de dominar la vida, sabe

    detenerse aqu y aniquilarse a s misma.

    Desde la poca post-exlica se observa una

    importante transformacin en la consideracin

    de la sabidura. Desde entonces se la concibe

    como un llamamiento de Dios al hombre, o sea,

    como la mediadora de la revelacin divina. Se

    la llega a considerar, incluso, como un

    principio divino dado al mundo en la creacin.

  • P g i n a | 39

    As, en Prov 1-9, ya no encontramos mximas

    para abordar la vida, sino amplios poemas

    teolgicos. Si antes el temor de YHWH era el

    principio de toda sabidura experimental que

    introduca al hombre en la vida, ensendole a

    moverse en ella, ahora la sabidura pretende

    llevar al hombre hacia Dios.

    Pero la sabidura ya no se dirige al hombre

    como una doctrina impersonal en labios de un

    maestro; ahora habla como una persona, un yo

    revestido de suprema autoridad. La misma

    llamada da al hombre la certeza de que en ella

    se le ofrece la salvacin:

    El que me halla, ha hallado la vida, ha logrado

    el favor de YHWH (8,35).

    Llega hasta ser un impaciente ultimatum:

  • P g i n a | 40

    La Sabidura clama por las calles, por las

    plazas alza su voz (1,20).

    La misma urgencia que proclamaban los levitas

    antiguamente:

    Mira, yo pongo hoy ante ti vida y felicidad,

    muerte y desgracia. Si escuchas los

    mandamientos de YHWH tu Dios que yo te

    prescribo hoy, si amas a YHWH tu Dios, si

    sigues sus caminos y guardas sus

    mandamientos, preceptos y normas, vivirs y

    te multiplicars (Dt 30,15s).

    Slo que la amonestacin ahora no se dirige a

    Israel como comunidad de la Alianza, sino a

    cada individuo personalmente.

    En esta personificacin de aquella que llama y

    aquel que es llamado, la Sabidura llega a

  • P g i n a | 41

    recibir carne y sangre, capaz hasta de

    establecer una relacin afectiva con ella:

    Dile a la Sabidura: T eres mi hermana,

    llama pariente a la inteligencia (Prov 7,4).

    La Sabidura es la forma en que YHWH se hace

    presente y desea que los hombres lo busquen.

    Sin embargo no es YHWH en persona; es algo

    distinto de l, y se la llama criatura suya:

    YHWH me cre, primicia de su camino, antes

    que sus obras ms antiguas (8,22).

    La Sabidura se identifica con la idea del

    mundo que Dios acariciaba durante la misma

    creacin:

    Con la Sabidura fund YHWH la tierra,

    consolid los cielos con inteligencia (3,19).

  • P g i n a | 42

    La Sabidura es distinta del hombre, pues de

    otro modo sera algo que est al alcance de su

    deseo. Es, a la vez, algo distinto de Dios, pues

    si no no podra penetrar en el hombre. Esta

    perspectiva, intenta preservar la

    transcendencia de Dios y subrayar la

    impotencia del hombre para hacerse con la

    sabidura. De todos modos ir aumentando

    cada vez ms la consideracin de su

    participacin en el ser de Dios:

    Es un hlito del poder de Dios, una

    emanacin pura de la gloria del Omnipotente,

    por lo que nada manchado llega a alcanzarla.

    Es un reflejo de la luz eterna, un espejo sin

    mancha de la actividad de Dios, una imagen

    de su bondad. An siendo sola, lo puede todo;

    sin salir de s misma, renueva el universo; en

    todas las edades, entrando en las almas

  • P g i n a | 43

    santas, forma en ellas amigos de Dios y

    profetas (Sab 7,25-27).

    Finalmente la Sabidura invita a los cansados y

    dbiles, a los que se sienten desanimados:

    Venid a m los que me deseis, y hartaos de

    mis productos Por qu habis de decir que

    estis privados de ella, cuando vuestras almas

    tienen tanta sed? He abierto mi boca y he

    hablado: adquiridla sin dinero; someted al

    yugo vuestro cuello, que vuestra alma reciba la

    instruccin: est ah a vuestro alcance (Eclo

    24,19; 51,24-26).

    La afinidad entre esta llamada de la Sabidura

    y las palabras de Jess es tan grande que los

    discpulos de Jess llegaron a reconocerlo

    como la encarnacin de la Sabidura de Dios

  • P g i n a | 44

    que viene al mundo a invitar personalmente a

    cada uno a unirse a Dios:

    Venid a m todos los que estis rendidos y

    abrumados, que yo os dar descanso. Cargad

    con mi yugo y aprended de m que soy manso

    y humilde de corazn, y hallaris descanso

    para vuestras almas. Porque mi yugo es suave

    y mi carga ligera (Mt 11,28-30).

    .

  • P g i n a | 45

    *La figura del sabio

    Aunque el trmino hakam (sabio) pareciera

    estar vinculado al mbito escolar y pblico (era

    necesario aprender de un maestro, y la

    instruccin implicaba una capacitacin

    profesional), la familia y la tribu pudieron ser

    los lugares ms antiguos de origen y

    transmisin de la sabidura.

  • P g i n a | 46

    Las frmulas Escucha hijo que encabezan

    algunas instrucciones pueden estar implicando

    que al padre corresponda primordialmente la

    funcin educativa dentro del crculo familiar.

    Est claro, al menos, que la instruccin

    religiosa era responsabilidad de los padres,

    como lo sugieren los antiguos preceptos

    mosaicos:

    Y cuando os pregunten vuestros hijos:

    Qu significa para vosotros este rito?,

    responderis: ste es el sacrificio de la

    Pascua de YHWH (Ex 12,26s);

    Queden en tu corazn estas palabras que yo

    te dicto hoy. Se las repetirs a tus hijos, les

    hablars de ellas tanto si ests en casa como si

    vas de viaje, as acostado como levantado

    (Dt 6,6-7).

  • P g i n a | 47

    Que la familia es un mbito de transmisin de

    conocimientos est confirmado en la

    afirmacin del siguiente proverbio:

    Tambin yo fui hijo para mi padre, tierno y

    querido a los ojos de mi madre. l me

    enseaba y me deca: Retn mis palabras en

    tu corazn, guarda mis mandatos y vivirs.

    Adquiere la sabidura, adquiere la

    inteligencia, no la olvides, no te apartes de los

    dichos de mi boca (Prov 4,3ss).

    La relacin entre maestros y discpulos habra

    tomado de la institucin familiar el modelo

    bsico padre-hijo. Igualmente la madre ocupaba

    un puesto importante en la formacin del nio,

    incluso anterior respecto a la enseanza

    impartida por el padre:

  • P g i n a | 48

    Escucha, hijo mo, la instruccin de tu padre y

    no desprecies la leccin de tu madre (Prov 1,8;

    cf. 6,20; 10,1).

    En algn caso la madre podra encargarse no

    simplemente de la primera enseanza, sino de

    la misma capacitacin profesional, como la

    instruccin acerca del arte de gobernar en el

    caso del rey Lemuel:

    Palabras de Lemuel, rey de Mass, que le

    enseo su madre (Prov 31,1).

    No es de extraar, entonces, que la Sabidura y

    la Ley fuesen descritas posteriormente segn

    un modo de protagnico femenino.

    Ms all de este mbito original de formacin,

    la tradicin sapiencial ha sido cultivada en el

    Oriente antiguo en crculos pblicos, y su

  • P g i n a | 49

    finalidad tambin apuntaba a un desempeo

    pblico, como podra ser el gobierno o el culto.

    El testimonio bblico nos presenta los grandes

    focos de irradiacin sapiencial que conoca

    Israel:

    la sabidura de Salomn era mayor que la

    sabidura de todos los orientales y que toda la

    sabidura de Egipto (1 Re 5,10).

    Teniendo en cuenta la gran dedicacin que

    requera conocer la escritura jeroglfica

    (inventada en Egipto en torno al 3000 aEC.), es

    obvio que el cultivo de las letras y el arte de la

    lectura que permita adquirir y transmitir

    conocimientos fuera privilegio de pequeas

    elites. El nombre de este tipo de escritura

    (hieros = sagrado; glifos = grabado), permite

    situar a estos primeros grupos selectos en torno

  • P g i n a | 50

    a los santuarios. Los textos consignados con

    esta grafa estaran destinados a conservar

    relatos de carcter teolgico, como tambin los

    rituales utilizados en el culto. La magia, con su

    carcter esotrico, era un rubro donde la

    escritura tena amplia aplicacin.

    Fuera de la actividad religiosa, las funciones de

    los profesionales de la escritura (los escribas) se

    extendan a otro mbito, no menos sagrado,

    como el ceremonial de la corte faranica, o a la

    actividad diplomtica, administrativa o militar.

    El cultivo de las ciencias exactas y la medicina

    tambin fue propio de estos letrados. En una

    poca posterior la sabidura egipcia se

    orientara hacia la tica y la piedad personal.

    Tambin se hara ms popular, llegando a

  • P g i n a | 51

    surgir un nuevo tipo de escritura

    llamada demtica (demos = pueblo).

    En Mesopotamia encontramos entre los

    sumerios centros de enseanza

    llamado eduba (casa de las tablillas, en

    alusin al material sobre el cual se escriba),

  • P g i n a | 52

    donde eran adiestrados prncipes e hijos de

    altos funcionarios religiosos, civiles o militares

    en el arte de la escritura, la lectura, la

    archivstica, la matemtica y la msica. Esta

    preparacin humanstica proporcionaba un

    excelente currculo a los jvenes para entrar al

    servicio del templo y de la corte. Entre los

    acadios, en cambio, el sabio por excelencia es el

    rey, que supera a todos los dems mortales.

    En la formacin de la tradicin sapiencial

    israelita, adems del mbito familiar, han

    tenido un lugar muy importante los mismos

    centros en que Egipto y Mesopotamia han

    cultivado la ciencia, puesto que Israel los ha

    tomado por modelo al transitar el camino

    desde la organizacin tribal a la urbana. Esos

    sitios fueron la corte, el templo y la escuela.

  • P g i n a | 53

    La corte

    La corte es un lugar donde no puede faltar la

    sabidura necesaria para el gobierno del reino.

    David y Salomn son presentados como reyes

    sabios, y se espera del Mesas de su

    descendencia que reciba de parte de YHWH

    espritu de sabidura (hokm) y de

    entendimiento (binah; Is 11,2). Para asistir a los

  • P g i n a | 54

    reyes exista un colegio de consejeros,

    los yoasim:

    Donde no hay buen gobierno, el pueblo se

    hunde; abundancia de consejeros, trae

    salvacin (Prov 11,14).

    El soberano poda contar tambin con

    algn rea hammelek, un amigo del rey, que

    actuaba como consejero privado:

    Lleg Jushay el arquita, amigo de David,

    donde Abasaln Absaln y todos los

    hombres de Israel dijeron: El consejo de Jushay

    el arquita es mejor que el consejo de Ajitfel (2

    Sam 16,16; 17,14).

    Finalmente el sopher o escriba, desempeaba

    funciones propias de secretario o cronista.

    Cuando a ste se lo designa en singular, puede

  • P g i n a | 55

    tratarse del Secretario de Estado, al frente de

    un grupo de escribas:

    Llam al rey, y el mayordomo de palacio,

    Elyaquim, hijo de Jilquas, el secretario Shebn

    y el heraldo Yoaj, hijo de Asaf, salieron hacia

    l (2 Re 18,18).

    Funcionarios de la corte se encargaron de

    transmitir la sabidura cultivada: Tambin

    stos son los proverbios de Salomn,

    transcritos por los hombres de Ezequias, rey de

    Jud (Prov 25,1).

    El Templo

    Los santuarios han sido desde los orgenes ms

    remotos de Israel centros de enseanza de

    prctica religiosa. En la bendicin dada a los

    hijos de Lev, se dice que los levitas ensean

    tus normas a Jacob y tu Ley a Israel (Dt 33,10).

  • P g i n a | 56

    Oseas denuncia a los sacerdotes por descuidar

    la enseanza:

    Perece mi pueblo por falta de conocimiento.

    Ya que t has rechazado el conocimiento, yo te

    rechazar de mi sacerdocio (Os 4,6).

    Lo mismo reclama Malaquas:

    Los labios del sacerdote guardan la ciencia, y

    la Ley se busca en su boca; porque l es el

    mensajero de YHWH Sebaot (Mal 2,7).

    Adems de la enseanza de los preceptos

    cultuales, su labor docente se debi extender a

    la conservacin y transmisin de las

    tradiciones relativas a la historia de los clanes

    vinculados a determinados santuarios.

    Recordemos que Esdras, a quien se atribuye la

    redaccin del Pentateuco, ha sido un sacerdote-

  • P g i n a | 57

    escriba y junto con los levitas explicaban al

    pueblo el sentido de la Torah (cf. Neh 8,8).

    Las escuelas

    En cuanto a la existencia de escuelas para

    ensear sabidura, la mencin ms explcita

    que tenemos es bastante tarda. A comienzos

    del siglo II a.C. Ben Sir invita:

    Vosotros, ignorantes, venid a m y habitad en

    mi bet midrash (casa de instruccin: Eclo 51,23).

    Este testimonio nos muestra una modalidad

    concreta de la enseanza, que implica la

    cohabitacin de los discpulos con un maestro.

    Sin embargo tambin los lugares pblicos y

    abiertos pudieron ser sede de reflexin y

    enseanza, como lo seran en Grecia el

  • P g i n a | 58

    Arepago o la Stoa (la Puerta): La Sabidura

    clama por las calles, por las plazas alza su voz,

    llama en la esquina de las calles concurridas, a

    la entrada de las puertas de la ciudad

    pronuncia sus discursos (Prov 1,20-21).

    En la cumbre de las colinas que hay sobre el

    camino, en los cruces de las sendas se detiene

    (8,2).

    Fragmentos de arcilla y sellos descubiertos en

    ciudades israelitas del periodo monrquico

    parecen ser ejercicios de escritura, razn por la

    cual se puede sospechar que en esos sitios

    hubiese emplazados centros de enseanza. Por

    ejemplo, sobre un fragmento de caliza blanda

    encontrado en torno a la antigua Guzer, unos

    garabatos trazados supuestamente por un nio

  • P g i n a | 59

    podra ser un ejercicio realizado por un nio en

    una escuela. El contenido del escrito es un

    poema que describe los meses del ao agrcola:

    Sus dos meses son de cosecha (de las olivas).

    Sus dos meses son sembrar (cereal). Sus dos

    meses son la siembra tarda. Sus dos meses

    son segar el lino. Su mes es cosechar la

    cebada. Su mes es cosechar y festejar. Sus dos

    meses son ocuparse de las vides. Su mes es la

    fruta veraniega.

    [Citado en P. Moorey, Las tierras bblicas

    I, Barcelona 1995, p.25].

    Otros indicios apuntan a la existencia de

    escuelas.

    El rey Roboam abandon el consejo que los

    ancianos le aconsejaron y pidi consejo a los

  • P g i n a | 60

    jvenes que se haban criado con l y estaban a

    su servicio (1 Re 12,8).

    Jeh envi cartas a los preceptores de los hijos

    de Ajab (2 Re 10,1).

    Tambin los profetas tendran sus escuelas,

    como la de la comunidad reunida en torno a

    Eliseo:

    Los profetas dijeron a Eliseo: Mira, el lugar

    en que habitamos a tu lado es estrecho para

    nosotros (2 Re 6,1).

    Y la relacin entre El y el joven Samuel

    indicara que en un santuario como Silo podra

    darse tambin algo as como una escuela (cf. 1

    Sam 1-3). El rey Jos, por su parte, tambin fue

    educado por un ministro de culto:

  • P g i n a | 61

    el sacerdote Yehoyad le haba instruido (2 Re

    12,3).

    En la mayor parte de las escuelas unos pocos

    alumnos en torno a un maestro aprendan los

    rudimentos de la lectura, la escritura y la

    aritmtica. En Jerusaln y en otros centros

    urbanos haba escuelas cuya enseanza tena

    un nivel ms alto, y cuyos destinatarios eran

    los hijos de la nobleza, de las principales

    familias y de los grandes comerciantes.

    Probablemente se aprenda alguna lengua

    internacional (principalmente arameo) y

    rudimentos de literatura hebrea, historia de

    Israel, geografa de Siria-Palestina, Egipto y

    Mesopotamia, y legislacin juda e

    internacional. En otras palabras, estos

    estudiantes reciban algn tipo de instruccin

    sapiencial. Entre ellos habra adolescentes, a los

  • P g i n a | 62

    que se dirigen las advertencias sobre los

    peligros de la mujer ajena, de la extraa de

    lengua seductora (Prov 2,16-19) y los consejos

    relativos a la importancia de la disciplina y la

    educacin:

    Educa al muchacho al comienzo de su

    camino, que luego, de viejo, no se apartar de

    l La necedad est atada al corazn del

    joven, la vara de la correccin lo separar de

    ella (Prov 22,6.15).

    All estudiaran tambin quienes se formaban

    para cortesanos o consejeros reales:

    aparta al malvado del rey y su trono se

    afianzar en la justicia (Prov 25,5).

    La Biblia no proporciona ningn nombre de

    maestro de sabidura del periodo preexlico. A

  • P g i n a | 63

    juzgar por la tradicin bblica misma y por

    paralelos principalmente de Egipto, el maestro

    era habitualmente llamado padre. Tambin

    se los llamara moreh o melammed maestro o

    educador:

    Por qu no hice caso a mis maestros ni prest

    odos a mis educadores (Prov 5,13), y el

    estudiante hijo. Y es normal pensar que el

    adjetivo sustantivado hakam sabio tambin se

    aplicase al maestro de sabidura:

    Presta odo y escucha las palabras de los

    sabios, y aplica tu corazn a mi ciencia (Prov

    22,17).

    En todos los sistemas religiosos se suelen dar

    innovaciones y rupturas con el pasado.

    Tambin en la historia religiosa del pueblo

    judo se percibe un movimiento que, partiendo

  • P g i n a | 64

    de una historia en la que se fue revelando, se

    concentra posteriormente en el estudio y la

    reinterpretacin de dicha revelacin. A los

    sabios escribas del antiguo Israel, que fueron

    poniendo por escrito la tradicin recibida, los

    sucedieron nuevos sabios, que se dedicaron a

    ampliar esa tradicin mediante cierto tipo de

    exgesis.

    La figura de Esdras es emblemtica a este

    respecto. Segn Esd 7,10, este experto en la ley

    de Moiss despleg su actividad investigando

    y enseando la Torah. Este cambio de

    perspectiva en la actividad del sabio se percibe

    tambin en Ben Sira, donde la Torah aparece

    tambin como objeto de investigacin (35 /

    32,15). Por otra parte, el autor del Eclesistico

    concibe la meditacin de la Ley del Altsimo

    como la principal tarea del sabio (cf. 39,1).

  • P g i n a | 65

    Ha surgido un nuevo tipo de comunidad,

    donde la instruccin comunitaria se basa en el

    estudio interpretativo de la Torah. Tambin los

    sectarios de Qumrn recorren este proceso.

    Para ellos esenios, la Ley mosaica constitua su

    legado peculiar, pues la interpretacin que

    ofrecan de ella, facilitada por la inspiracin del

    Maestro de Justicia, era la nica interpretacin

    posible. La exgesis de la Torah y su

    cumplimiento se convierten en el autntico

    camino de la salvacin.

    En ese tiempo, en el que la profeca ha ido

    desapareciendo y cediendo terreno a la

    investigacin y a la enseanza de la Torah, la

    sabidura tradicional deja lugar al rabinismo.

    https://domingocosenza.wordpress.com/2015/07/01/la-sabiduria-y-la-literatura-sapiencial/

    [01/07/2015]