Forjando la generación del cambio Titulo Barrillas, Juan ... · Aproximación a la cultura...

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Forjando la generación del cambio Titulo Barrillas, Juan Carlos - Autor/a; Ramos, Belinda - Autor/a; Villatoro, Nery - Autor/a; Díaz, Eduardo - Autor/a; Pérez, Norma - Autor/a; Autor(es) Guatemala Lugar Universidad Rafael Landívar Editorial/Editor 2005 Fecha Colección Jóvenes; Organizaciones sociales; Participación social; Participación ciudadana; Participación política; Partidos políticos; Democracia; Cultura política; Liderazgo; Guatemala; Temas Libro Tipo de documento http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/Guatemala/ingep/20120727121456/forjando.pdf URL Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.0 Genérica http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/deed.es Licencia Segui buscando en la Red de Bibliotecas Virtuales de CLACSO http://biblioteca.clacso.edu.ar Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) Conselho Latino-americano de Ciências Sociais (CLACSO) Latin American Council of Social Sciences (CLACSO) www.clacso.edu.ar

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Forjando la generación del cambio Titulo

Barrillas, Juan Carlos - Autor/a; Ramos, Belinda - Autor/a; Villatoro, Nery - Autor/a;

Díaz, Eduardo - Autor/a; Pérez, Norma - Autor/a;

Autor(es)

Guatemala Lugar

Universidad Rafael Landívar Editorial/Editor

2005 Fecha

Colección

Jóvenes; Organizaciones sociales; Participación social; Participación ciudadana;

Participación política; Partidos políticos; Democracia; Cultura política; Liderazgo;

Guatemala;

Temas

Libro Tipo de documento

http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/Guatemala/ingep/20120727121456/forjando.pdf URL

Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.0 Genérica

http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/deed.es

Licencia

Segui buscando en la Red de Bibliotecas Virtuales de CLACSO

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Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO)

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Licda. Guillermina Herrera PeñaRectora

Ing. Jaime Arturo Carrera CruzVicerrector General

Lic. Rolando Enrique Alvarado S.J.Vicerrector Académico

Lic. José Alejandro ArévaloVicerrector Administrativo

Lic. Luis Estuardo Quan MackSecretario General

Dr. Peter Marchetti S. J.Director de la Dirección de Investigación y Postgrados

Lic. Ariel Rivera IríasDecano Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Dr. J. Fernando ValdezDirector del INGEP

Autoridades de laUniversidad Rafael Landívar

© Universidad Rafael Landívar, 2005Autora: Belinda Ramos Muñoz

Portada: Ernesto Burgos FetzerISBN: 99939-68-03-X

Diseño ycorrección: Jaime BranImpresión: Serviprensa, S.A.

3a. Ave. 14-62, zona 1Teléfonos: 2232-0237 • 2232-5424 • 2232-9025Correo electrónico: [email protected], Guatemala

Prohibida su reproducción total o parcial sin el permiso previo del autor

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Índice

El Instituto de Gerencia Política: una bisagra entre la teoría y la política práctica .....................................5

Prólogo................................................................................................................................................................ 7

Presentación...................................................................................................................................................... 11

Capítulo 1Contextualización .............................................................................................................................................151.1 Los partidos políticos en las democracias contemporáneas ......................................................................171.2 Democracia y participación ........................................................................................................................201.3 La participación sociopolítica de los sectores tradicionalmente excluidos: breve reseña ..........................23

Capítulo 2Aspectos metodológicos ................................................................................................................................ 352.1 Los estudios de línea basal ........................................................................................................................352.2 El Programa Liderazgo Joven para una Democracia en Construcción ......................................................392.3 Metodología ................................................................................................................................................412.4 Principales características sociodemográficas de los sujetos ....................................................................44

Capítulo 3La participación en política del Liderazgo Joven para una Democracia en Construcción ...................... 473.1 El concepto de participación en política .................................................................................................... 483.2 Adscripción y participación en organizaciones sociales y políticas ............................................................493.3 La participación en actividades sociales y políticas .................................................................................. 573.4 El índice de activismo sociopolítico ........................................................................................................... 653.5 La participación electoral ........................................................................................................................... 66

Capítulo 4Los determinantes de la participación........................................................................................................... 754.1 Variables asociadas con la participación sociopolítica de los estudiantes del PLJDC ...............................784.2 Regresión lineal múltiple sobre activismo sociopolítico .............................................................................854.3 Factores reales y subjetivos que dificultan la participación política .......................................................... 874.4 Hogar y participación sociopolítica .............................................................................................................884.5 Aproximación cualitativa a las limitantes de la participación política ........................................................ 944.6 La visión de futuro ......................................................................................................................................98

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Capítulo 5Aproximación a la cultura política de los sujetos del PLJD ...................................................................... 1015.1 Consensos y disensos en torno a la democracia .................................................................................... 1035.2 Entre el discurso y la praxis cotidiana: principios y valores democráticos .............................................. 1065.3 Conocimiento, actitudes y percepciones hacia el sistema político ........................................................... 1135.4 Confianza en las instituciones y actores de poder .................................................................................. 1205.5 Lo malo no es la política, lo malo son los políticos ................................................................................. 124

Conclusiones y recomendaciones ............................................................................................................... 129

Consultas bibliográficas ............................................................................................................................... 143

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El Instituto de Gerencia Política: una bisagraentre la teoría y la política práctica

Muchas de las respuestas tradicionales a losproblemas de nuestras sociedades en órdenes

tan diversos pero relacionados como lograr sociedadesjustas en entornos de globalización, o el futuro de lasdemocracias en sociedades del tercer mundo congrandes asimetrías sociales y especialmente lasculturalmente complejas, parecen estar llegandoal límite.

No pocas de aquéllas fueron simplemente importadasy aplicadas con cierta simpleza o ingenuidad ennuestros países. Respuestas simples como “copiar ypegar” experiencias de los países más desarrolladosen materia de modelos económicos y regímeneselectorales son apenas dos ejemplos. Hoy, empero,las sociedades culturalmente complejas como laguatemalteca, están desafiadas para producirconocimientos y acciones relevantes, pertinentes,viables, tanto en materia de economía como de políticay cultura. Y el tiempo histórico apremia.

En ese contexto, el Instituto de Gerencia Política de laUniversidad Rafael Landívar –INGEP– constituye unabisagra entre la vida académica y la política prácticaen la temática de las ciencias políticas y sociales. Seconstituyó para contribuir a la maduración de la demo-cracia guatemalteca tanto por la vía de la investigaciónaplicada, como propiciando la formación de unliderazgo de nuevo tipo sólidamente pertrechado deconocimientos y herramientas para la acción eficaz,pero sobre todo, de valores democráticos.

A través de sus programas de desarrollo de liderazgoy la realización de investigaciones sociopolíticas, el

INGEP tiene la doble misión de constituirse en un entearticulador entre la academia y la política práctica, demanera que la interacción entre ambas mejore ladinámica universitaria y se traduzca en cientistaspolíticos mejor formados; pero además, de formar a loque en nuestro eslogan llamamos “La generación delcambio”, esos centenares de sujetos que han venidopreparándose para tomar los relevos de lasresponsabilidades políticas. El instituto, en el marco de las estrategias deinvestigación de la universidad establecidas por suDirección de Investigación y Posgrado –DIP–, y lasformuladas en ese mismo marco por la Facultad deCiencias Políticas y Sociales, realiza investigaciónsobre el sistema político en su sentido amplio desociedad, política y economía. Se propone nutrir tantoa los programas conducentes a grado académico quelleva adelante la facultad, como a los cursos abiertospropios del instituto, dirigidos a dirigentes políticos ysociales y en general a lo que se conoce como cuadrosintermedios.

Esta mezcla de investigación-formación-investigacióndesde una perspectiva de independencia política,potencia la posibilidad de transmitir y producirconocimientos relevantes y pertinentes para mejorarel entendimiento de los entornos local, regional ynacional. Producir conocimiento propio, y con ambicióndecimos, potencialmente eficaz para la acción de ysobre la vida política en sentido amplio y estricto; elgobierno y la gobernabilidad, en los nuevos entornosde globalización que han cambiado las reglas del juegopolítico en el mundo.

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El estudio Forjando la generación del cambio, y losque se han publicado o están en proceso, se

inscriben en el marco de la estrategia del INGEP. Lapresente es una publicación de gran importancia parael instituto por varias razones. Tradicionalmente, y hastadonde conocemos, en nuestro país no existe unseguimiento sistemático de los efectos que produce laacción académica en los universitarios en términos decumplimiento de perfiles de salida. El seguimientoacadémico y profesional de los pregraduados perotambién de los posgraduados en el marco deestrategias de largo plazo es inexistente o limitado abases de datos generales para ofrecer serviciosposteriores en materia de actualización, posgrados,maestrías.

Muchas son las razones para explicar las dificultadesque tienen en esta materia posiblemente, y en distintogrado, todas las universidades nacionales. Nosqueremos referir ahora solamente a los graves estragosproducidos a las ciencias sociales por largas décadasde represión y conflicto generalizado que terminaroncon la vida de centenares de intelectuales y grandespromesas para la vida académica, social, laboral,política o empresarial del país.

La profesión política, la institucionalización de lospartidos, una burocracia de mérito, de carrera, nopueden florecer en contextos de dictaduras y sistemaspolíticos autoritarios basados en la discriminación y elmiedo. Las notables excepciones individuales en elmundo de la política son en todo caso expresión deesfuerzos exitosos realizados a pesar del entornoadverso a la institucionalización de la política y sumanifestación en una sociedad próspera, en dondetodos se benefician y se complementan del crecimientoeconómico, de la diversidad cultural, del procesamientode los intereses y su materialización en sociedades

Prólogo

cooperativas: justamente aquellas en donde la políticacumple su cometido superior.

Con sus especificidades, otro tanto ocurre en materiade seguimiento con los programas de formación libreen temas sociopolíticos hacia los cuadros intermedios.En nuestra definición, estos son sujetos caracterizadospor contar con experiencia y activismo previos,escolaridad de 6 a 9 años, condiciones socioeconó-micas limitadas, inscritos en opciones educativas queno conducen a grado universitario, y cuyo potencialpuede habilitarlos para un desempeño superior entiempos menores dados unos contenidos enfocadosal ejercicio práctico. Generalmente, dichos programasparten de hipótesis de carácter general del tipo “faltaformación política para desarrollar a los partidospolíticos”; “hacen falta nuevos liderazgos”, “mejorar laintermediación”, etcétera. Y en cuanto a los contenidos,se utilizan teorías universales o especialmenteproducidas y pensadas para sociedades capitalistasdesarrolladas predominantemente homogéneas: quéson los partidos, qué es la democracia, qué eldesarrollo, cuáles los indicadores para saber si somosuna democracia o no, si tenemos un sistema de partidosinstitucionalizado o no, etcétera. Esto da lugar adeterminados contenidos, a determinadas estrategiasformativas. Esto es lo que llamamos “copiar y pegar”.

Han predominado los programas formulados a partirde hipótesis fundadas en estudios empíricos deorganismos internacionales que hacen tabla rasa deAmérica Latina y ofrecen recetas unívocas para todosaunque adviertan que no es eso lo que recomiendan.Nosotros mismos inicialmente partimos de esossupuestos. Luego, los programas o los proyectos seejecutan y se evalúan. Las evaluaciones tienden aconcentrarse en la ponderación de asuntos comonúmero de talleres, número de “beneficiados”, de

INSTITUTO DE GERENCIA POLITICA, INGEP

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deserciones de hombres, de mujeres, de jóvenes, deindígenas, aprobados, etcétera. En los más sofistica-dos, se busca establecer evaluaciones tipo costo-beneficio social. Pero todavía no tenemos una bateríateórico-conceptual para establecer la rentabilidad socialde un esfuerzo formativo, vinculado al desarrollosociopolítico, porque sí las hay para las políticaspúblicas en ámbitos como la salud. Para dar el salto,en primer lugar, necesitamos pensamiento propio,investigación aplicada; se requiere en segundo lugarcomo condición sine qua non, de evaluacioneslongitudinales, de estrategias de mediano y largo plazoslo cual hace a los programas ciertamente costosos ysupone que una institución se mantenga en una mismadirección de trabajo durante periodos prolongados.

En cuanto al exceso de uso de “materiales deimportación”, la incorporación de documentos produci-dos por guatemaltecos en los programas de estudioapunta en la línea correcta. Pero todavía estamos muylejos de poder hablar de conocimiento acumulado demanera sistemática. Observamos con optimismo, esosí, la realización de estudios sobre comportamientoelectoral, cultura política, ciudadanía y otros, a partirde metodologías más sofisticadas por parte deinstituciones amigas. Una nueva generación depolitólogos, sociólogos y antropólogos políticosempieza a marcar distancia frente a los estudiosmeramente descriptivos, cargados de preferenciasvalorativas y sin sustento empírico que han predomi-nado hasta recientemente a las ciencias sociales en laregión.

En cuanto al uso de materiales de carácter universal,ciertamente reivindicamos valores fuera de cuestióncomo los derechos humanos y la democracia misma.Pero nuestro país reclama pensar con cabeza propia,entender nuestra sociedad, nuestra complejidad; lasformas particulares en que se manifiestan los procesospolíticos, los sentidos –así en plural– de ciudadanía,de pertenencia, las formas específicas en que seproducen los consensos, las intermediaciones. Allídonde los estudios basados en teorías puramenteanglosajonas sólo ven ausencia de institucionalidad,caos, vacío, ausencia de confianza al estudiar nuestrospaíses, y no pueden comprender otras dinámicas, o

explicar toda la parte de estabilidad y cooperación quetambién existe; allí, precisamente, está el aporte quepuede dar la academia nacional. Nadie mejor quenosotros, debería conocer Guatemala.

Nuestra multiculturalidad supone prácticas diversas enmateria de organización, de toma de decisiones, derepresentación, de delegación, de adscripción a lasideologías. Ser de “derechas o izquierdas”, como lodocumentan las estadísticas que presentamos en estelibro, son definiciones que quedan como camisas defuerza en esas adscripciones más complejas quecaracterizan al país. La actual legislación, tanto a nivelde la Constitución de la República como de leyessecundarias tal el caso de la Ley Electoral y de PartidosPolíticos no refleja esa diversidad; refleja, en cambio,mucho de aquello de “copiar y pegar” que hemos venidohaciendo desde la independencia en 1821.

Muchos recursos nacionales y provenientes de lacooperación internacional han tenido frutos limitados.Suman miles los sujetos que han participado deprocesos de formación política, de ciudadanía, o enentrenamiento para los consejos de desarrollo y enotras áreas como liderazgo comunitario, sobre quienessus promotores originales no tienen conocimientoactual. No se sabe qué ha sido de ellos. La experienciadocumenta la alta deserción de la vida política ycomunitaria. Los altos costos de la participación y labaja eficacia de la acción de ciudadanos sin acceso arecursos, al poder, o la condena social a la política, alos políticos, empujan el retraimiento hacia la vidaprivada, como en el pasado lo hizo el miedo.

Hacer programas de desarrollo de liderazgo no a partirde hipótesis y de premisas no obvias –que seconvierten en ingenuas, inocuas–, sino fundadas enestudios empíricos; realizar seguimiento sistemáticodurante y después de concluir un programa formativo,es fundamental para mejores objetivos. Pero hacer unestudio de línea de base, es estratégico. El INGEPrealiza investigación y programas de desarrollo deliderazgo en siete departamentos del sur, suroccidentey noroccidente del país proponiéndose una estrategiade intervención de varios años. En ese esfuerzo, elÁrea de investigación busca conocer progresivamente,

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FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

y en lo que es posible, las dinámicas socioeconómicasy políticas de los territorios involucrados y los valoresque están detrás de esas dinámicas. Pero nuestrapreocupación trasciende a la política. Nos interesa eldesarrollo y la equidad en contextos multiculturales yen tiempos de globalización.

Coincidente con las estrategias de la universidad deapoyar en la “construcción de realidad regional”,invirtiendo más recursos en lo que ahora son sus sedes,y en los próximos años serán los centros regionales, elinstituto lleva adelante la formación de cuadrosintermedios en varias de las zonas prioritarias para laURL y, en ese contexto, hemos realizado un estudio delínea basal a 330 estudiantes –cuadros intermedios– denuestros cursos. Los resultados estadísticos, como seexplica ampliamente por la autora, no pueden sergeneralizables. Aplican únicamente para el universo alque se le hicieron los estudios. Pero su uso, y los desafíosque se derivan de los resultados, sí son para todos.

Lo que presentamos a continuación es un aporte a laacademia y a las instituciones dedicadas a las laboresde formación y, especialmente, a los partidos políticos.Los esfuerzos que se llevan adelante para apoyar lainstitucionalización de las fuerzas políticas suponenllevar adelante agresivas estrategias de organizacióny desarrollo de liderazgos. A todos ellos ponemos a sudisposición el aprendizaje que supone lo que ha hechoel INGEP estos años y se refleja en esta publicación.

Sólo lo que se mide se puede mejorar, reza un principiode oro de las teorías de evaluación. Nuestrasdificultades y resultados insuficientes en el pasado noshan llevado a buscar estrategias más complejas. Y parafortuna de la universidad y del instituto, hemosencontrado un aliado que ha tenido esto muy claro. ElInstituto Holandés para la Democracia Multipartidaria,NIMD (por sus siglas en inglés), nos propuso realizaruna caracterización a fondo de los integrantes de lasegunda promoción de Liderazgo Joven para unaDemocracia en Construcción, para poder hacer unamedición posterior a las elecciones del 2007 yestablecer, con ello, la efectividad de los impactos ylos efectos del programa; la cercanía del perfil de salidacon los rasgos de los egresados.

Liderazgo joven para unademocracia en construcción

La segunda promoción de Liderazgo Joven es unprograma de tres años de duración que se lleva a cabogracias a la alianza estratégica que establecimos conseis de los siete partidos políticos presentes en elParlamento sueco, con quienes, a través de sumecanismo de coordinación, la Instancia InterpartidariaSueca, lo ejecutamos actualmente.

La Instancia Interpartidaria Sueca consiste de una reddonde cooperan seis de las siete organizaciones decooperación internacional de los partidos políticossuecos: el Partido de la Izquierda, el SocialDemócrata, el Liberal, el Demócrata Cristiano, elPartido del Centro y el Partido de los Verdes. Elobjetivo de esta cooperación es apoyar el desarrollodel sistema de partidos políticos democráticos,enfatizando en la participación de mujeres y jóvenes,y en un fortalecimiento de las bases de los partidospolíticos. La cooperación de la IIS y el INGEP empezóen el 2003 con una fase de preparación del programaLiderazgo Joven para una Democracia en Cons-trucción, programa del cual surge este estudio. Lacooperación de la IIS al programa LJDC consiste enapoyo financiero y en cooperación cercana con elinstituto en la ejecución del mismo. Durante eltranscurso del Programa se realizan intercambios deexperiencias en dos vías, entre participantesguatemaltecos y jóvenes políticos de Suecia. Dentrode los espacios de los intercambios alrededor del 10%de los participantes guatemaltecos tendrá laoportunidad de conocer la vida política de Suecia y

Sin Programa Con Programa

Pro

ceso

de

form

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n -

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Sociedad Civil y Sociedad política Fortalecidas

Línea Base(Oct. 2004)

Elecciones(sept. 2007)

Línea Final

(2008)

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA, INGEP

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todos los municipios del programa tendrán variasvisitas de jóvenes políticos suecos.

Ahora, con la cooperación de Holanda, y específica-mente de la representante del NIMD en Guatemala, laseñora Doris Cruz, hemos podido dar un salto decalidad en el diseño y seguimiento de nuestrosprogramas. De manera diferenciada podemos ahora,teniendo una “fotografía” de cada líder, hacerseguimiento de efectos e impactos en los jóvenes, enlas mujeres sean indígenas o ladinos. Agradezcotambién al Director Ejecutivo del instituto, Roel vonMeijenfeldt, su invitación para reunirnos en La Haya ypresentarle avances del estudio, en el contexto de lareunión con sus contrapartes.

Al final de esta publicación, se presenta un conjuntode conclusiones y recomendaciones que esperamossean de utilidad para diversos sectores, particularmentepara los partidos políticos, a quienes tuvimos laoportunidad de presentarles los resultados y atendervarias de sus sugerencias, mismas que agradecemos.Al Dr. Fernando Mack, coodinador del Programa deEstudios Sociopolíticos de FLACSO, quien hizocomentarios al borrador inicial; así como al Lic. ArielRivera, Decano de la Facultad de Ciencias Políticas ySociales de la URL y su equipo; al Dr. SergioMendizábal, investigador del Instituto de EstudiosLingüísticos, y a los que no nombramos por su nombre,por sus ideas en las presentaciones del estudio, lesestamos muy agradecidos.

Si es cierto que, incluso en los programas sociales,únicamente lo que se puede medir se puede mejorar,entonces el INGEP se ha lanzado a medir. Buscamosespecíficamente ir dando seguimiento a los cambiosque se producen en un conjunto de indicadores comovalores, participación, situación socioeconómica, yotros, entre los estudiantes de nuestros programas. Noes una mera evaluación. El diseño de la encuesta,incluida en esta publicación, y el volumen de informa-ción manejada, da la idea de la magnitud del estudioemprendido. Buscamos establecer múltiples asuntos.Algunos son las relaciones de causalidad entresituación económica y participación, entre género yactivismo, entre condición civil y constancia de

activismo. Relaciones entre religión y política, vidafamiliar e importancia del tema político, etcétera.

Buscamos también saber a tiempo, si los contenidos ylas metodologías son pertinentes o qué tanto lo son.De introducir las correcciones se encarga el Área deLiderazgo, bajo cuya responsabilidad está hacer elseguimiento cotidiano. El equipo del Área deinvestigación son nuestros ojos, se adelantan para darexplicaciones sobre el terreno en el que pretendemosactuar para tener hipótesis con algún fundamento.Buscamos conocer la forma y la intensidad de laparticipación. Entender las lógicas, los imaginarios deestos fenómenos en contextos multiculturales.Afirmamos que mediante el programa podemosincrementar la participación pero también abatir, encierta medida, los niveles de deserción de la política yen general de la vida organizada y al contrario, ampliarlos periodos de participación, sobre todo en los casosde los jóvenes y las mujeres. Es pues, un asuntoambicioso que apenas empezamos.

La coordinación del estudio estuvo a cargo de BelindaRamos, responsable del Área de Investigación,auxiliada por Nery Villatoro, Eduardo Díaz, NormaPérez y Juan Carlos Barillas. Borradores sucesivos delestudio presentados a colegas de diversas institucionesy de la propia universidad ayudaron –en medio de laausencia de experiencias equivalentes en el país y enAmérica Latina– a mejorar los resultados. El estudio,sin duda pionero en Guatemala, es apenas un primeresfuerzo en la dirección de establecer una metodologíapara el desarrollo de liderazgos y su ponderación entérminos de rentabilidad social, apoyando en todo loposible a la profesionalización de la vida política, almejoramiento de la democracia y al desarrollo econó-mico y social en el país.

J. Fernando ValdezDirectorINGEP

Miembro del Consorcio Interamericano deGerencia Política.

Miembro del Grupo Especializadode Instituciones de Formación

e Investigación

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Presentación

El actual estudio constituye un esfuerzo de laUniversidad Rafael Landívar (URL), a través del

Instituto de Gerencia Política (INGEP), y del InstitutoHolandés para la Democracia Multipartidaria (NIMD),de generación de conocimiento y metodologíasaplicadas que contribuyan de una forma más efectivaa la democratización e institucionalización del sistemapolítico guatemalteco.

Por sistema político entendemos, en la línea deldocumento de la Facultad de Ciencias Políticas ySociales de la URL, Reforma política y construcciónde la paz (INGEP et al., 2004), que recoge lasaportaciones de Fung y Cabrera (2002), al “conjuntode interrelaciones políticas objetivas (entre institu-ciones, Estado, partidos, grupos de presión, grupos deinterés, clases sociales, organizaciones internacionalesy nacionales, económicas, científicas, medioambien-tales y culturales) y subjetivas (normas, conciencias,tradiciones, culturas políticas, formación de políticas,toma de decisiones) tendentes a una organizaciónsistémica de la producción y reproducción del podersocietario y al ejercicio de su distribución sobre la basedel equilibrio. Este sistema se estructura fundamental-mente en sociedad política y sociedad civil, en el cualel Estado desempeña el papel preeminente”.

El sistema político se expresa, entonces, en unarealidad que va más allá de lo legal y formalmentenormado y, al mismo tiempo, establece que parte delas limitaciones que el mismo puede presentarcorresponde al ámbito legal, pero que una parteimportante debe resolverse desde la propia sociedad.

1 Idem. Ver también: Sáenz, 2005.

Se reconoce, asimismo, que la diversidad guatemaltecatambién se expresa y debe expresarse en las peculiari-dades del sistema político.1

El contexto histórico-referencial en el que se inserta secaracteriza, en el nivel latinoamericano, por tres procesosfundamentales, a saber: a) la pérdida de centralidad delEstado y de la política, derivada en gran medida de laaplicación de las políticas económicas neoliberales–como dijera Mato (2004: 272), políticas “políticas”, enel sentido más amplio del término, inclusivo de lasdimensiones social, cultural, económica y político-institucional–; b) la instauración de regímenes civileselectos en procesos electorales en la mayoría de lospaíses, rompiendo de esta manera con la tradición delos regímenes autoritarios; y c) una creciente fragmen-tación y desigualdad social, especialmente en aquellospaíses azotados por conflictos armados y en los que losajustes estructurales han sido más severos.

En el nivel nacional, Forjando la generación delcambio, se inscribe en el contexto del postconflictoarmado, el que se caracteriza, en el campo de laacción colectiva por una crisis de los sujetos sociales.Tras el auge de un amplio y heterogéneo movimientopopular, especialmente en la década de los añossetenta y principios de los ochenta, con destacadaparticipación de jóvenes, mujeres e indígenas –pormencionar a los principales protagonistas de esteestudio–, y la represión sistemática al que el mismoestuvo sometido, Guatemala sigue enfrentando ennuestros días la problemática de la constitución desujetos sociopolíticos portadores de un proyecto

INSTITUTO DE GERENCIA POLITICA, INGEP

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democrático que den rumbo a la nación multiétnica,multilingüe y pluricultural, tal y como la definen losAcuerdos de Paz. En particular, Guatemala se enfrentaa la ausencia de un liderazgo crítico y democrático que,ahora en el marco de una nueva institucionalidad,renueve el sueño de que la democracia, sin adjetivar,tanto en sus dimensiones representativa, participativay real, es posible en el país.

Junto a las anteriores problemáticas generales, en elpresente estudio subyacen otras preocupaciones másconcretas, pero no por ello menos relevantes. Cabedestacar las problemáticas de: a) el fortalecimientoinstitucional de los partidos políticos, lo que implica,entre otros, su democratización interna, la permanenciade sus estructuras a lo largo del tiempo y la geografíadel país, la existencia de un conjunto de valores yprincipios coherentes, una mayor comunicación yvínculo orgánico con la sociedad civil; b) la de laexclusión de las mayorías sociales, especialmente delos jóvenes, las mujeres y los indígenas de laparticipación en el ejercicio del poder político; y c) laproblemática de la cultura política, esto es: del sistemade valores y principios básicos comunes que orientany dan sentido intersubjetivo a la acción colectiva.

El estudio que el lector tiene en sus manos, sinembargo, tiene un objetivo muy específico. Se trata decaracterizar o conocer, con diversos niveles deprofundidad, al liderazgo sociopolítico con el que elInstituto de Gerencia Política (INGEP) y la InstanciaInterpartidaria Sueca (IIS), trabajan en dieciséismunicipios y siete departamentos del país. En estesentido, Forjando la generación del cambio, proyectoque nació con el nombre de Participación en política:los casos de los jóvenes, las mujeres y los indígenas.Estudio de línea basal, es un estudio fundamentalmentecuantitativo, descriptivo y de carácter exploratorio; unalínea de base que, a través de la elaboración de unaserie de indicadores en materia de participación ycultura política y de mediciones posteriores (en el2008), nos permitirá acercarnos a criterios derentabilidad social, en el mediano y largo plazo, de lasintervenciones e inversiones que se realizan en elámbito del desarrollo sociopolítico.

Los capítulos que comprende este libro tratan de lasproblemáticas anteriormente señaladas. Enespecífico, en el primer capítulo se contextualiza, deuna forma muy general dado el carácter exploratoriodel estudio, el problema de investigación; abordamosel énfasis que la literatura política le da a los partidospolíticos y su fortalecimiento institucional para el buendesempeño de las democracias contemporáneas, ynos introducimos en la discusión teórica sobre lademocracia electoral, procedimental o mínima, quepostula la teoría elitista de la democracia, y lademocracia participativa. En este mismo capítulo serealiza una breve reseña sobre la participaciónsociopolítica en el país de los jóvenes, las mujeres eindígenas, con el fin de contextualizar a los principalesprotagonistas de este estudio, la población meta delPrograma Liderazgo Joven para una Democracia enConstrucción (PLJDC).

En el capítulo dos se abordan los aspectos metodo-lógicos de la investigación. Dedicamos un espacioespecial a los estudios de línea de base, resaltando elsentido que tiene este estudio en el marco de laestrategia del INGEP, así como algunas ventajas einconvenientes que estas investigaciones longitudina-les presentan en su aplicación a los programas dedesarrollo sociopolítico. De la misma manera, en dichocapítulo se aporta información relevante del PLJDCpara una mejor comprensión del objeto de este estudio,y se hace una breve descripción de las característicassociodemográficas de los estudiantes.

Los capítulos tres, cuatro y cinco constituyen en símismos el estudio de línea basal. En concreto, enel capítulo tres se elaboran una serie de indicadoresrelativos a la participación sociopolítica de losestudiantes, buscando diferencias estadísticamentesignificativas por grupo etáreo, género y grupoétnico. La elaboración de indicadores sobre lavinculación orgánica de la sociedad civil con lasociedad política a través del liderazgo, sobre lalealtad y la volatilidad electoral y sobre la identidadpolítica, entre otros, nos introducen directamente ala problemática del fortalecimiento institucional delos partidos políticos.

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FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

El capítulo cuatro tiene como objeto identificar algunosdeterminantes que particularizan la participación de losestudiantes del programa, enfatizando en factoresestructurales, culturales e institucionales, que favoreceno, en su defecto, restringen el acceso al ejercicio delpoder político de los sectores tradicionalmenteexcluidos: jóvenes, mujeres e indígenas. Finalmente,en el capítulo cinco, tratamos de aproximarnos a lacultura política de los estudiantes, para lo que, en estainvestigación se tomó como referencia los estudios deopinión pública que en la materia vienen realizandodesde mediados de los noventa diversos organismose instituciones nacionales e internacionales.

Al final del estudio aparecen, además, algunas conclu-siones y recomendaciones al Programa LiderazgoJoven para una Democracia en Construcción(PLJDC), con el fin de fortalecer el proceso deenseñanza-aprendizaje en curso; así como a lospartidos políticos, instancias a las que este estudioestá especialmente dirigido en provecho de sufortalecimiento institucional.

La investigación ha sido posible gracias al esfuerzo yaportes de multitud de personas. El equipo deinvestigación estuvo conformado por cinco personas:Nery Villatoro, Eduardo Díaz, Norma Pérez, JuanCarlos Barillas y Belinda Ramos. Nery Villatoro realizótrabajo de campo, elaboró la monografía deCoatepeque y participó en la elaboración del informede investigación (el que fue presentado públicamentea partir de abril del 2005 a diversas institucionesacadémicas y de desarrollo, nacionales e internacio-nales). Eduardo Díaz fungió como asistente deinvestigación desde el mes de octubre del 2004 afebrero del 2005 y se involucró activamente en eltrabajo de campo. Norma Pérez y Juan Carlos Barillastrabajaron como auxiliares de campo durante tres

meses (de octubre a diciembre del 2004), y elaboraronlas monografías de San Martín Jilotepeque yQuetzaltenango, respectivamente.2 Belinda Ramosestuvo a cargo de la coordinación del proyecto, realizólos análisis estadísticos, el informe preliminar deinvestigación, junto con Nery Villatoro, y se encargódel trabajo de edición.

El presente estudio es también en gran parte productode los insumos, críticas constructivas y propuestasmetodológicas y analíticas realizadas por FernandoValdez, director del INGEP, con quien hemos mantenidouna coordinación y comunicación constantes. Especialreconocimiento se les quiere hacer también a ElisabetBranberg, representante de la Instancia InterpartidariaSueca (IIS) en Guatemala, quien animó el proyecto, yal equipo de trabajo del Programa Liderazgo Joven parauna Democracia en Construcción, coordinadoraacadémica (Anabella Amado), coordinador técnico(Ernesto Burgos), asistencia técnica (Donato Corzo),y facilitadores Yelin de León, Diani Cabrera, JuanAntonio Chaj y Jaime de León, quienes fueron nuestrosprincipales enlaces con los estudiantes. Igualmente sele quiere agradecer a Doris Cruz, representante enGuatemala del Instituto Holandés para la DemocraciaMultipartidaria (NIMD), su confianza y entusiasmo enesta empresa conjunta.

Forjando la generación del cambio está dedicadoespecialmente a todas las lideresas y líderes socialesy políticos, mujeres y hombres, indígenas (mayas,xincas y garífunas) y ladinos, jóvenes y adultos, quecreyeron y siguen creyendo en la utopía de lademocracia, que lucharon y siguen luchando desde losdiferentes espacios (movimientos sociales, organizacio-nes de la sociedad civil, instituciones políticas) por unsistema político y económico más justo e incluyente. Aaquellos que creyeron y creen “que meterse en política

2 Los estudios de casos no aparecen en la presente publicación, en la que se le dio mayor importancia al estudio de línea basal. Losmismos se enmarcan en una estrategia de mayor conocimiento de las áreas donde trabaja el INGEP, entendiendo que la eficacia de losprogramas de desarrollo sociopolítico dependerá en gran medida de los contextos diversos en los que los liderazgos desarrollan suacción colectiva. El proyecto a mediano plazo es caracterizar las dinámicas sociales, políticas, económicas, culturales, étnicas,institucionales, religiosas, entre otras, de las áreas donde trabaja el instituto; esto es: seguir generando conocimiento de las diversasrealidades locales y regionales del país en el marco de la estrategia de la URL.

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es la única forma de cambiar las cosas”, hasta el puntoque muchos cambian sus vidas por un poco más dedemocracia. Especialmente este estudio está dedicadoa las lideresas y los líderes del Programa Liderazgo

Joven para una Democracia en Construcción, lageneración del cambio, sin los que definitivamente estepequeño aporte al conocimiento y a la democracia nohubiese sido posible.

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Desde finales de los años setenta y a partir dediversas fuerzas, tanto internas como externas

–entre las que cabe mencionar la política favorable deWashington, las presiones de grupos organizados dela sociedad civil en la lucha por los derechos humanos,la crisis económica, la presión de los sectoresempresariales por un ambiente político más favorablepara los negocios, así como las fuertes crisis delegitimidad por las que atraviesan los regímenesmilitares autoritarios, que vieron la necesidad de unaapertura política–, se inició en América Latina unproceso de democratización que tuvo como modelode referencia a la democracia liberal representativa,quedando ésta instaurada en la mayoría de los paíseslatinoamericanos, a principios de los noventa.1

Paradójicamente este proceso se inició en un contextoen el que las democracias liberales representativas,en los países del centro, pasan por momentos defuertes crisis de legitimidad. Ello se expresafundamentalmente en una menor confianza hacia lasinstituciones políticas, en el descrédito de los partidos,los políticos y el quehacer político, en los menoresíndices de participación en las organizaciones formales–especialmente, en los partidos– y, en general, en unamayor apatía o desinterés en la política por parte de laciudadanía, como ponen de manifiesto diversosestudios y encuestas de opinión.

Capítulo 1

Contextualización

La democracia política se instauró en América Latinaen un ambiente contradictorio, en el que se impuso elneoliberalismo como sistema económico mundialaltamente excluyente. Como pone de manifiesto elestudio sobre ‘La democracia en América Latina’(PNUD, 2004), al tiempo que los latinoamericanosconsolidan sus derechos políticos, se enfrentan a altosniveles de pobreza y a la desigualdad más alta delmundo, planteándose fuertes tensiones entre laexpansión de la democracia y la economía; entre laigualdad política promovida por la ciudadanía políticay las desigualdades sociales y económicas provocadaspor el mercado.

El modelo de crecimiento hacia adentro, o deindustrialización por sustitución de importaciones,conllevó cierta hipertrofia de los Estados, mostrandoserias limitaciones tanto para generar crecimientoeconómico como desarrollo social. Se puso entoncesen tela de juicio el papel rector que tenía el Estadosobre la sociedad y la economía. Mientras que lasdemandas y expectativas de la población han idocreciendo de forma exponencial en las últimas décadas,en gran medida por el papel jugado por los medios decomunicación, globalizando la cultura del consumo, laspolíticas de ajuste estructural, que abrieron el caminopara la implantación del neoliberalismo económico en

1 Las experiencias de democratización, sin embargo, fueron diversas. Garretón establece cuatro procesos ocurridos en América Latina:a) aquellas situaciones que denomina “fundaciones”, como los casos de Guatemala, El Salvador y Nicaragua, países que según el autornunca conocieron la democracia; b) “transiciones en sí”, Chile, Brasil y Argentina; c) procesos caracterizados por reformas políticas(México y Colombia); d) sociedades en tránsitos de ida y vuelta a la democracia y al autoritarismo (Perú, Ecuador, Venezuela, Paraguay).(cit. Poitevin & Sequé-Mónchez, 2002:56). En Centroamérica, además de mencionar la experiencia democratizadora del deceniodemocrático en Guatemala, 1944-54, que obvia el autor, hay que resaltar especialmente como fuerzas impulsoras de los procesosdemocratizadores las luchas insurgentes y los movimientos populares que se dieron en las décadas de los años setenta y ochenta, sóloque en sus orígenes el modelo impulsado no era el de la democracia liberal, sino el de democracia popular (Nicaragua de los añosochenta) y el socialista, no claramente definido (en los casos de Guatemala y El Salvador).

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América Latina, han tenido como resultado elincremento de la pobreza y la desigualdad social,deviniendo en mayor exclusión. En este contexto, comoha señalado Quiroga (2001:240), la globalización delcapitalismo ha puesto en entredicho el rol tradicionaldel Estado y la política y, por ende, el papel de lademocracia como lugar de convergencia entre laigualdad y la libertad.

La celebración por la ciudadanía del advenimiento delas democracias representativas, que en el caso deGuatemala, es indicador la participación que se dio enlos primeros comicios electorales democráticos des-pués de tres décadas de autoritarismo (elecciones de1984 y 1985),2 se tradujo en poco tiempo en una crisisde legitimidad de los regímenes democráticos recien-temente instaurados; lo que se expresa, entre otros,en el creciente desencanto de los ciudadanos hacia eldesempeño de las instituciones políticas y, en general,hacia el funcionamiento de la democracia. Asimismo,la implantación, y en algunos casos restauración, delas instituciones, procedimientos y libertades políticas,y las sucesivas reformas que les han seguido con lafinalidad explícita de profundizar o mejorar la calidadde las democracias, no han generado, por sí mismas,el arraigo de las prácticas y valores democráticos enlos gobernantes –en muchos casos de extracción cla-ramente autoritaria3–, los servidores públicos y en losciudadanos en general. Como señala Baltodano(2002:23), “el modelo de democracia liberal estransplantado desde Europa y acompaña los proce-sos de independencia nacionales, pero no ha llegadoaún a constituirse ni a interiorizarse suficientemente,como parte de la cultura latinoamericana”.

En América Latina, y específicamente en Guatemala,como ya están demostrando algunos estudios en lamateria, existe una gran distancia entre una cultura

política ‘ideal’, en la que los principios y valores demo-cráticos, como la libertad, la participación, la igualdad,el pluralismo, entre otros, se interiorizan y practican–esto es: orientan las acciones, individuales y colecti-vas, de los sujetos en el ejercicio democrático–, y lasprácticas cotidianas de las relaciones de poder, quereflejan cuán arraigado está el autoritarismo en lassociedades latinoamericanas. Es así, por ejemplo, queel ejercicio del voto no es el resultado de la libertadque tienen los ciudadanos para expresar sus prefe-rencias electorales en torno a los programas de unagama de partidos políticos mínimamente institucionali-zados, que compiten por la representación política,conforme a la teoría; sino más bien, como ponen demanifiesto diversos estudios (v. gr. Torres-Rivas &Aguilera, 1998; Grisales, 2005; entre otros), éste seríael resultado del condicionamiento de varios factores,entre los que cabe mencionar la penalización o votode castigo al gobierno saliente, el papel que jueganlos medios de comunicación, el clientelismo yprebendarismo, el temor, o la presión que ejercen lospoderes fácticos.

Lo anterior nos viene a decir que los modelosimplantados, conforme a los presupuestos normativosde la teoría política de la democracia, funcionan deuna forma sui géneris en América Latina; lo que nosrefleja también la capacidad de adaptación, cambio yresistencia que los diversos órdenes culturales ysociales tienen a los nuevos órdenes de autoridad. Contodas las diferencias que se pueden establecer para elcaso, se implantaron los regímenes democráticos, estoes, una democracia electoral, procedimental o mínima,en la que el acceso a las principales posiciones degobierno se logran mediante elecciones competitivase institucionalizadas y en las que, además, se dandiversas libertades políticas entre los procesoselectorales, conforme a la definición de régimen

2 Elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente y primeras elecciones presidenciales, en las que votó el 78% y 69% de laspersonas empadronadas. La participación más alta después de esos comicios se dio en el 2003 (58% de los empadronados).

3 El caso más claro en Guatemala es el del ex general Efraín Ríos Montt, acusado en los tribunales internacionales de genocidio, quienfungió como presidente del Congreso de la República durante la administración eferregista (2000-2003), y candidato presidencial por elFrente Republicano Guatemalteco (FRG) para las elecciones del 2003. Por otro lado, aunque dentro del Ejército se han dado diversasorientaciones, la presencia militar en los gobiernos civiles desde 1985, y de ex militares en las candidaturas de los partidos políticos hasido una constante en Guatemala, reflejando el peso que esta institución tiene todavía en la vida política del país.

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democrático de O’Donnell (2004:152), pero no segeneraron automáticamente identidad política (sentidode pertenencia a una comunidad con un proyectocomún), redes de reciprocidad (capital social),liderazgos democráticos, o ciudadanía política. Es asíque la democracia política guatemalteca, contradictoria–y quizás también inexplicablemente–, ha podidosubsistir, además de con altos niveles de pobreza y defragmentación y polarización social, con la exclusiónde las mayorías sociales del país –especialmente delos jóvenes, las mujeres y los indígenas– de laparticipación en el ejercicio del poder político.

Desde la teoría política se ha puesto énfasis en laimportancia que elementos tales como la participaciónpolítica activa (esto es: el involucramiento de losciudadanos en los asuntos de la comunidad o de interésgeneral), la cultura política (el compartimiento devalores básicos), la generación de liderazgos, y eladecuado funcionamiento de las institucionesdemocráticas –lo que supone en el caso de los partidospolíticos un sistema mínimamente institucionalizado–,tienen en la construcción y profundización de lasdemocracias. Ello es así porque estos grandes temasestán íntimamente relacionados con la legitimidad, lacreación de institucionalidad y la calidad o salud de lasdemocracias.

La realidad es, sin embargo, que en el mundo actual lapolítica, el espacio de lo público, conforme a suacepción clásica, ha sido devorada por el mercado.

La mercantilización de las relaciones sociales (Lechner,1993), la mercantilización del Estado (Ezcurra, 2000),y los procesos de individualización crecientes, sugie-ren que las grandes decisiones ya no se toman por losactores principales de las democracias, tal y como enel mundo contemporáneo se han entendido. Desde lateoría o sociología más crítica se pone en evidenciaque las políticas fundamentales, atinentes a los mode-los domésticos de sociedad, no son dispuestas ni por

los ciudadanos, ni por los partidos políticos ni por losgobiernos latinoamericanos, sino por los actores eco-nómicos internacionales y los gobiernos centrales, es-pecialmente EE.UU. para América Latina; quedandolas democracias mismas en entredicho. (Ezcurra,Op. cit.).4

Ante este contexto, se nos plantea a la academiaguatemalteca e instituciones dedicadas al desarrollosociopolítico, cómo generar conocimiento pertinente,propio (desde nuestra diversidad cultural) y práctico,con utilidad, tendente a democratizar e institucionalizarel sistema político guatemalteco, a recuperar laconfianza en la política, los políticos y las institucionesdemocráticas, del espacio de lo público o de la política;a aminorar las exclusiones históricas en el ejerciciodel poder político, instrumento a través del cual sepuede lograr una mayor igualdad y justicia social. Cómoarticular la riqueza cultural del país en la materializaciónhistórica del proyecto de una democracia másrepresentativa, participativa y real.

1.1 Los partidos políticos en lasdemocracias contemporáneas

Existe un amplio consenso en la teoría política sobre elpapel central que los partidos políticos tienen en el fun-cionamiento de las democracias contemporáneas. Con-forme a algunos estudios (v. gr. Garretón, 2001; Achard& González, 2004; ASIES, 2004, entre otros) las demo-cracias tal como las conocemos hoy son impensables oinconcebibles sin los partidos políticos; aunque su pa-pel e importancia en las democracias actuales, se halladesafiado y cuestionado (Garretón, 370).

Conforme al mismo autor (Garretón, 2001: 270 y2004:77) los partidos políticos tendrían las siguientesfunciones: a) de competencia por la representación deintereses globales, ideas y proyectos; b) de convocatoria,liderazgo y conducción; c) de elaboración de proyectoso de propuestas; d) de administración de gobiernos o

4 Así, conforme a la autora, los gobiernos tendrían la función de gerenciar políticas de paternidad internacional, mientras que el papel delos partidos sería el de legitimarlas.

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de oposición; e) de agregación de demandas y decanalización de conflictos; f) de reclutamiento de la clasepolítica para los puestos del Estado o de la funciónpública. Por su parte, ASIES (Op. cit.) señala que lasfunciones de los partidos políticos serían las de a)intermediación entre la sociedad civil y el Estado; b)organización y articulación de intereses sociales; c) laformación de equipos y programas de gobierno; y d) lasocialización y educación de los ciudadanos en losvalores y patrones de conducta que requiere elfuncionamiento de la democracia.

La finalidad de los partidos políticos es “acceder alcontrol del poder del Estado, legislar, generar gobiernosy diseñar políticas, considerando las demandas eintereses de los distintos grupos sociales que repre-sentan” (Garretón, 2001: 376). Así, conforme a ASIES(Op. cit. p. 9) los partidos políticos tendrían una doblenaturaleza: por un lado expresan una oferta de gobiernofrente a la sociedad, al solicitar el apoyo a determinadaspolíticas, mientras que por otro dan expresión a lasdemandas sociales frente al gobierno, al participar ylegitimar la toma de decisiones colectivas.

Aunque existen otros actores de la sociedad civil quehoy están cumpliendo las funciones de agregaciónde intereses y de intermediación de demandassociales, como los movimientos sociales y lasorganizaciones no gubernamentales (v. gr. Sojo, 1998:101 y ss.), así como diversos canales de comunicacióny participación directa de la ciudadanía en la toma dedecisiones (principalmente a través de las consultasciudadanas), los partidos políticos siguen siendo, enlas democracias representativas, las principalesinstancias a través de las que se reclutan los lideraz-gos políticos, se organiza la competencia entreintereses diversos y se generan gobiernos legitimadosen los procesos electorales. Conforme al NIMD(2005a:8) existen al menos tres razones de caráctergeneral de por qué los partidos y los sistemas departidos son necesarios para el funcionamiento de lademocracia: a) porque son el principal vehículo parala representación política; b) porque son el principalmecanismo para la organización de los gobiernos; yc) porque son canales clave para garantizar laresponsabilidad y fiscalización democráticas.

La fortaleza de los partidos políticos depende, entreotros elementos, de la calidad de su liderazgo, suestructura y organización, su financiamiento y funciona-miento, su antigüedad y arraigo en la sociedad, de losresultados electorales, su capacidad de renovacióninterna, así como de lo que la gente piense de ellos yde la disposición de ésta a participar en las actividadespartidarias. (ver Achard & González, Op. cit., p. 122)

En general se acepta que la calidad y la fortaleza, entérminos de durabilidad a lo largo del tiempo, de losregímenes democráticos y del funcionamiento eficientedel sistema democrático (esto es: con arreglo a fines)depende en gran medida del desarrollo institucionalde los partidos políticos, del grado de instituciona-lización que los sistemas partidarios tengan, así comode la fragmentación y polarización del sistema departidos políticos. Conforme al NIMD (Op. cit., p. 10y ss) el desarrollo institucional es el proceso medianteel cual los partidos políticos se organizan mejor,practican valores democráticos y establecen reglas yprocedimientos que les permitirán competir más exitosay efectivamente, tanto en los procesos eleccionarioscomo en la implementación de sus políticas públicaspreferidas. Institucionalizarse significa tener fortalezay durabilidad, ser capaz de afrontar crisis y presentaralternativas creíbles de gobierno al pueblo.

Conforme al mismo documento, existirían al menoscinco áreas vinculadas para medir el grado deinstitucionalización de un partido político: a) la fortalezaorganizativa; esto es: la capacidad material y losrecursos humanos y materiales con los que cuenta; b)la democracia interna (reglas y procedimientostransparentes para evitar el control arbitrario de laselecciones internas y de su funcionamiento, en general,por parte de individuos o grupos); c) la identidad política(el compromiso con un conjunto de principios sociales,económicos y políticos más o menos coherentes); d)la unidad interna, lo que deriva en gran parte de lacoherencia y cohesión de la identidad política; y e) lacapacidad de movilización electoral, donde tieneespecial relevancia la práctica de la democracia internay la capacidad para permitir que sean las unidadeselectorales locales las que seleccionen a suscandidatos democráticamente.

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Por otra parte, y según Mainwaring y Scully (1996), unsistema de partidos institucionalizado implica laestabilidad de la competencia entre partidos, laexistencia de partidos que tengan raíces más o menosestables en la sociedad, la aceptación de partidos yelecciones como instituciones legítimas que determinanquién gobierna, y organizaciones partidarias con reglasy estructuras razonablemente estables (ver en Achard& González, Op. cit., p. 31). Cuatro serían entonceslas características a tener en cuenta para considerarel grado de institucionalización de los sistemas departidos políticos: a) cierta estabilidad de lacompetencia interpartidaria, b) el arraigo de los partidosen la ciudadanía; c) la legitimidad de los partidos y delproceso electoral; y d) las características organiza-cionales de los partidos.

• La estabilidad del esquema de competencia serefiere a la capacidad de los partidos de mantenerapoyos electorales relativamente estables de unaelección a otra. El indicador usual para medir estaclase de estabilidad es el índice de volatilidad dePedersen, que registra el cambio neto departicipación en los cargos parlamentarios (ovotos) de todos los partidos de una elección a lasiguiente.

• El arraigo de los partidos se refiere a la solidez yestabilidad de los vínculos de los partidos conlos ciudadanos; contemplando dos aspectos: lapermanencia de los partidos en el tiempo y laidentificación ciudadana con los partidos. Lapermanencia de los partidos muestra laperdurabilidad de sus vínculos con sus electores;mientras que la identificación de la ciudadaníacon ellos se refiere a cuán cercanos de lospartidos se sienten los votantes.

• La legitimidad de los partidos políticos y de losprocesos electorales incluye la imagen de lospartidos y de los procesos electorales que eligena los gobiernos. Cuando más creíbles y confiablessean los actores del sistema y los mecanismoselectorales, mayor será el grado de instituciona-lización de ese sistema. Generalmente esto se

mide a través de encuestas o sondeos de opiniónpública.

• Finalmente, la fortaleza organizacional de lospartidos políticos hace referencia, conforme aMainwaring y Scully (Ibid) a la capacidad de lospartidos políticos de desvincularse de los interesesde líderes ambiciosos y mantener la autonomíarespecto a movimientos que puedan haberlocreado inicialmente con propósitos instrumentales;a la firme implantación de las estructuraspartidarias, su extensión a un territorio amplio, elhecho de que estén bien organizadas y que tenganrecursos propios; y, además, que se de unatendencia a que los procedimientos internos delpartido se hagan rutinarios, inclusive los procedi-mientos para obtener el control del partido.

Teniendo en cuenta las cuatro dimensiones anteriores,el sistema de partidos políticos guatemalteco sería elmenos institucionalizado de Centroamérica (ver enAchard & González, Op. cit., pp. 31 y ss.).

La polarización y fragmentación del sistema de partidospolíticos igualmente, conforme a la literatura, estárelacionada con la estabilidad de los regímenesdemocráticos. Así, conforme a los mismos autores (Op.cit., p. 43) en general se acepta que cuanto mayor esla polarización de un sistema de partidos (de lasdistancias ideológicas existentes entre los partidos deun sistema), mayores son los riesgos de crisis yeventualmente de ruptura institucional; esto es, delrégimen.

El grado de fragmentación del sistema de partidospolíticos, esto es, el número de partidos que formanparte del sistema, igualmente podría jugar en la mismadirección, aunque no siempre. Así, el NIMD señala queniveles bajos de fragmentación tienden a incrementarla gobernabilidad y facilitan las cosas al ejecutivo. Pero,por otra parte, en ciertas sociedades multiculturales yregionalizadas –como la guatemalteca–, puedendisminuir el nivel de representación democrática. Altosniveles de fragmentación hacen que las coalicionessean necesarias e incrementan los niveles de repre-

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sentación, pero también pueden debilitar la goberna-bilidad, dado que el poder ejecutivo queda másvulnerable al ‘chantaje’ por parte de sus socios decoalición. (Op. cit., p. 14).5

Pero si por un lado se ha dado consenso en la funciona-lidad que tienen los partidos políticos en la calidad delas democracias contemporáneas, y en específico enel desempeño de los regímenes democráticos,igualmente la literatura política coincide en que lospartidos políticos, no solamente en América Latina, sinoa nivel general, están pasando por una grave crisis delegitimidad. Esta crisis se deriva principalmente de ladistancia entre las funciones que deberían cumplir estasinstituciones en los regímenes democráticos, conformea la teoría sobre los partidos políticos, y el desempeñoque en realidad están teniendo los liderazgos políticosy las organizaciones partidarias; especialmente encuanto a la capacidad de agregar los intereses socialesy cumplir con sus funciones de representación eintermediación política, canalizando los conflictossociales por los vías institucionales.

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1.2 Democracia y participación

Del mismo modo que en la literatura política se ha dado,en general, un consenso en relación a la importanciaque la dimensión representativa tiene en la democracia,especialmente durante las últimas décadas, a partir dela crítica que hace el enfoque o teoría de la democraciaparticipativa a la teoría de la democracia elitista, se hahecho énfasis en la importancia que la dimensión parti-cipativa –esto es, el involucramiento de los ciudadanosen los asuntos públicos o de la comunidad–, tienen enla construcción y profundización de las democraciascontemporáneas.7 Numerosos estudios empíricos,

especialmente desde las teorías de la cultura cívica ydel capital social, han puesto de manifiesto, en la mismadirección, el estrecho vínculo entre la cantidad y calidadde la participación sociopolítica o ciudadana y eldesarrollo de la democracia.

Conforme a M. Baltodano (op. cit., 2002, pp. 18-19),en sus orígenes la democracia y la participaciónestaban íntimamente ligadas. Así, la palabra demo-cracia, acuñada por los griegos, del demos (del pueblo)y el kratos (poder) revelan que, etimológicamente, paralos atenienses, democracia era equivalente al “poderdel pueblo” o “poder popular”. En la vida de la polis,según la autora, el universo jurídico y el universo realse presentan como una sola realidad para el ciudadano.“Para los ciudadanos atenienses, sin participación porparte del polites en el instrumento político o en algunade las diferentes formas de poder y administraciónpública, hubiese sido cualquier cosa, menos demo-cracia”. Desde entonces quedó establecido que lademocracia sólo puede emanar del pueblo; que elpueblo es fuente unívoca y generador sustantivo desu legitimidad; y que la democracia no se puedeordenar y legitimar desde arriba.

Luego se asumiría, a partir de esas premisas, quepoder, soberanía, Estado y Estado de derechoobtendrían legitimidad, siempre y cuando ésta proce-diese desde abajo y con el consentimiento de todos.La autora señala además que la crisis de la democraciagriega y su ulterior desaparición condujeron nosolamente a la disolución de la democracia, e inclusivedel mismo vocablo como valor positivo, habiendo queesperar prácticamente dos mil años para poder volvera hablar de democracia y luchar por ella. Posterior-mente surge la filosofía política, centrada sobre el

5 Las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos (especialmente el artículo 19, que estipula que los partidos políticos deben tenerafiliados, hasta antes del 26 de mayo del 2006, de al menos el 0.30% del padrón electoral utilizado en las elecciones anteriores), sedirigen en ese sentido. De los 17 partidos que en la actualidad están inscritos en el Registro de Ciudadanos, solamente seis cumplencon ese requisito: DCG, DIA, FRG, PAN, PP, PSN. (NIMD, 2005b).

6 Existe una amplia literatura que aborda la temática o problemática de la crisis de los partidos políticos. Una síntesis de esta literaturapara América Latina y Centroamérica es el trabajo de Ricardo Córdova Macías (2004, pp. 179-230), el que se recomienda consultar.

7 Este sería el espíritu de los Acuerdos de Paz, donde se plasma el proyecto de una democracia real, funcional y participativa.

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individuo y la creación de nuevas estructuras jurídico-políticas, que permiten el surgimiento del Estado y laemergencia del ciudadano moderno. “Pero antes deconsolidarse esta nueva filosofía como sistema políticofue necesario concebir sus propuestas en el planoestrictamente especulativo, para que luego fuesenasumidas por las élites y posteriormente por las masas.Las ideas de Descartes, Kant, Locke, Rosseau, lasluces del Iluminismo, fueron sus antecedentes, yacompañaron a la revolución francesa y al régimenliberal que todavía sustenta nuestras sociedades”.(Ídem). Así, para los teóricos políticos clásicos, comoseñala Putnam (2003) “la propia democracia dependede la participación activa de los ciudadanos en losasuntos de la comunidad”.

A mediados del siglo XX, especialmente a partir de laaparición de la obra de Schumpeter (Capitalismo,Socialismo y Democracia, 1942), y su afirmación deque “el método democrático es aquel arreglo institucio-nal para llegar a decisiones políticas en el que losindividuos adquieren poder para decidir mediante unalucha competitiva por el voto del pueblo”, surgió lo queen la literatura política se ha dado en conocer como lateoría o enfoque de la democracia elitista, la que rompecon la tradición teórica clásica imperante hastaentonces. Conforme a Cohen & Arato (2000:24), lademocracia no se definió ya “como una clase desociedad ni como un conjunto de fines morales ni comoun principio de legitimidad, sino más bien como unmétodo para elegir a los líderes políticos y organizarlos gobiernos”.

Siguiendo a los mismos autores, la teoría elitista de lademocracia plantea que una evaluación “realista” delas sociedades democráticas debe aceptar que elimpulsor del sistema político es el poder, así como quela impulsora de la economía es la ganancia. Desdeesta teoría, entonces, “La lucha para adquirir y usar elpoder se encontraría en el centro de lo político”.

Lo que distingue a las sociedades democráticas delas no democráticas sería, por tanto, la forma en laque se adquiere el poder y en que se llegan a tomarlas decisiones: “mientras que se respete algúnconjunto nuclear de derechos civiles y se realicenregularmente elecciones competitivas sobre la basede un sufragio universal, mientras las élites aceptenla alternancia en el poder y ésta ocurra tranquilamentesin violencia o discontinuidad institucional, mientrasla toma de decisiones implique la concertación decompromisos entre las élites y la aceptación (pasiva)por parte de la población, es posible considerardemocrática la organización política de un Estado conesa forma particular de gobierno. En ese caso, elprincipal interés es la habilidad del gobierno paraproducir decisiones, conseguir que se las acepte y,para asegurar transiciones ordenadas, es decir, laestabilidad”. (Ídem).

En el modelo de democracia elitista, siguiendo con losmismos autores, ni los intereses individuales o socialespodrían estar representados; por el contrario, seríanlas élites políticas las que agregan y dan relevanciapolítica a los intereses. Así, los líderes de los partidospolíticos agregan los intereses y deciden cuáles sonlos más relevantes políticamente. “Además, ellosseleccionan los temas y estructuran la opinión pública.La verdadera función del voto y de los votantes essimplemente elegir entre las diferentes elites políticasque aspiran al poder y aceptar su liderazgo”.

Según la escuela de la democracia elitista unaparticipación moderada resultaría conveniente para elmantenimiento de las libertades políticas, dada la mayorcultura política y vocación democrática de las élitescon respecto a las masas. Con base a ello se afirmaque altos niveles de participación política podrían tenerun efecto desestabilizador sobre el sistema político.8

Al decir de esta escuela, la participación es un instru-mento para el logro del mayor bienestar colectivo y no

8 En esta línea de argumentación puede consultarse a la ya clásica obra de S. P. Huntington, El orden político en las sociedades encambio (1968).

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un fin en sí mismo, como parece suponer la teoríatradicional de la democracia; de modo que si el objetivoa lograr puede ser alcanzado mejor mediante gobiernospuramente representativos y no participativos, estosería lo preferible. (Ver en Molina & Pérez; s/f).

La crítica a la corriente de pensamiento de la demo-cracia elitista no se dejó esperar, dirigiéndose espe-cialmente contra la tendencia del modelo de elite deensalzar como principios democráticos la apatía, laconcentración del sector civil en lo privado y la necesi-dad de proteger al sistema político de las demandasexcesivas de la población (Cohen & Arato; Op. cit.;p. 25). Los teóricos de la democracia participativa se-ñalan asimismo que lo que propicia la estabilidad y lacontinuidad en la organización política de una socie-dad no es idéntico a lo que la hace democrática.Además, el modelo de democracia elitista sacrifica loque siempre se ha considerado el núcleo de la demo-cracia, esto es: el principio de ciudadanía. (Idem).

El modelo participativo de la democracia sostiene quelo que hace a los buenos líderes también hace a losbuenos ciudadanos: la participación activa en el gober-nar y en el ser gobernado (es decir, en el ejercicio delpoder) y también en la formulación de la voluntad yopinión públicas. En este sentido, la democracia lespermitirá a todos los ciudadanos, y no sólo a las elites,adquirir una cultura política democrática; pues es me-diante la experiencia política como uno desarrolla unconcepto de virtud cívica, aprende a tolerar la diversi-dad, a moderar el fundamentalismo y el egoísmo, y aser capaz y estar dispuesto a llegar a compromisos.De ahí la insistencia de que sin espacios públicos parala participación efectiva de la ciudadanía en el gober-nar y en el ser gobernada, sin una reducción decisivade la brecha entre los gobernantes y los gobernados,hasta el punto de su abolición, la organización políticade los Estados es democrática sólo de nombre.(Op. cit., p. 26).

Desde la escuela de la democracia participativa, cuyosantecedentes se encuentran en la filosofía clásica, sesostiene, entonces, la necesidad de concebir lademocracia, en su sentido moderno, como un proceso

en el cual el logro de niveles más altos de democra-tización se da precisamente con el desarrollo demecanismos participativos, que incrementen el poderde dirección y control de los gobernados sobre losgobernantes. (ver Molina y Pérez; Op. cit.).

Para el caso de América Latina, Jonas (2000:206y ss.) señala que gran parte de la literatura teórica sobretransiciones democráticas ha tomado como punto departida el modelo establecido por Schumpeter yrefinado por la “poliarquía” de R. Dahl, de lo que sederivan diversas concepciones de procedimientomínimo que van desde las muy nominalistas hasta lasmás amplias. Sin embargo, la autora agrega queexisten otras formulaciones basadas en concepcionesclásicas de democracia, tales como las establecidaspor teóricos como Pateman (1970) y Morlino (1985) yaplicadas a Centroamérica, por ejemplo, por Booth(1989 y 1995) y Montobbio (1997b); así como muchascontribuciones contemporáneas a la literatura sobredemocracia extraídas mayoritariamente de losmovimientos sociales.

Así, Montobbio, en un ensayo sobre El Salvador, indicaque la tradición clásica de la democracia se basa enuna amplia concepción de los derechos de los ciuda-danos y se remonta a los teóricos desde Aristóteleshasta John Stuart Mill; que además de no impedirselegalmente, la participación política es central a lademocracia; y que si bien pueden variar los grados dedemocracia, esto depende “de la cantidad y calidad dela participación pública en la toma de decisiones y delmando público” (Booth, 1995, Op. cit. por Jonas, pp.207-208).

Como discurso, según M. Baltodano (Op. cit., p. 55),la participación se introduce en América Latina aprincipios de los años sesenta, como un elementodinamizador de los planes de desarrollo que seimpulsaron por los programas contrainsurgentes, comola Alianza para el Progreso, y como parte de losprogramas de transnacionalización de la economía; nosiendo hasta la década de los años ochenta que laparticipación es concebida como un instrumento paraampliar la democracia.

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FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

Como idea, según la misma autora, la participaciónnace originalmente en los países europeos, como unanecesidad del sistema, por una parte, en un intento desuperación del agotamiento de la democracia liberalrepresentativa; mientras que por otra, se vincula a lascorrientes democráticas y antiburócráticas, siendoabanderada por una nueva izquierda anticapitalista yantiestatista. Sin embargo, la autora señala que suestructuración como una propuesta con fundamentossociales, políticos y jurídicos se encuentra en lassociedades neocapitalistas avanzadas.

Baltodano habla de tres proyectos fundamentales dela participación: a) el enfoque radical neoconservadoro neoliberal, que se desarrolla a partir de la Tesis de laIngobernabilidad, que populariza la Comisión Trilaterala partir de los planteamientos de Crozier, Huntington yWatanuki; que básicamente postula que un exceso dedemocracia significa un déficit de gobernabilidad y quepreconiza una participación ‘colaboracionista’ e‘integradora’ de las organizaciones sociales al sistema,promoviendo una visión despolitizada de laparticipación; b) el enfoque moderado, que entiende ala participación como uno de los instrumentosindispensables de la legitimación de los Estadosmodernos; y c) el proyecto reformista revolucionario,para el cual la democracia formal debe sercomplementada con la democracia real, sustantiva osocial, y el que entiende la democracia participativacomo “la capacidad real de la mayoría ciudadana dedecidir sobre los principales asuntos de la nación”. (Op.cit.; p. 63).

En cualquier caso, aunque existen innumerablesexperiencias históricas de democracia participativa odemocracia directa, la teoría sobre la democraciaparticipativa es relativamente nueva; y ésta se hadesarrollado a partir de las diversas experiencias departicipación ciudadana en los niveles locales.Conforme a Mansbridge (2003: 302), fue el jovenfilósofo político Arnold Kaufman quien acuñó el término

“democracia participativa” en 1960, y la enuncióteóricamente por primera vez, enfatizando sobre susaspectos positivos sobre la ciudadanía.

1.3 La participación sociopolítica de lossectores tradicionalmente excluidos:breve reseña9

El objetivo de este epígrafe es proporcionar una brevereseña de la participación social y política de losjóvenes, las mujeres y los indígenas en Guatemala,sin que con ello se pretenda abordar la problemáticaen toda dimensión, sino más bien contextualizar a losprotagonistas principales de este estudio: precisamentelos sectores tradicional o históricamente excluidos delejercicio del poder político.

Al tratar de la participación de estos tres grupospoblacionales necesariamente debe hacerse referenciaal hecho de que sus miembros se enfrentan a una seriede factores estructurales que dificultan y reducen supresencia en aquellos espacios donde se hace vidapolítica, no exclusivamente los partidarios, y en los quese toman decisiones que les atañen y afectan. Entreestos factores los hay de naturaleza general que serelacionan con toda la población, y los hay tambiénque afectan directamente a cada uno de ellos, comoveremos de forma más extensa en el capítulo 4.

En términos generales, puede afirmarse que laparticipación sociopolítica de los jóvenes, las mujeresy los indígenas registra a partir de mediados de ladécada de los años noventa índices mayores a losobservados en la década anterior, si bien laefervescencia del movimiento social en la década delos años setenta y primeros años de los ochenta reportóun grado importante de actividad sociopolítica de estosgrupos. No obstante, ésta se desarrolló alrededor dedemandas de carácter general, mientras que lasdemandas específicas atinentes a cada grupoestuvieron subsumidas o subordinadas a aquéllas.

9 Documento base preparado por Nery Villatoro.

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La participación sociopolítica de los jóvenes

La participación social y política activa de los jóvenes,vista en retrospectiva parece haber disminuido demanera importante. La juventud jugó un papel de granimportancia dentro del movimiento social desarrolladoen el país en las décadas de 1960, 1970 y primerosaños de 1980. 1962 ha pasado a ocupar un sitioimportante en la historia política del país por lasjornadas de marzo y abril en las que jóvenesestudiantes universitarios y de educación mediaencabezaron jornadas de lucha y de oposición algobierno militar presidido por el general MiguelYdígoras Fuentes.

A partir de ese momento, la demanda central de lademocratización del país sería una de las banderasde la participación política de los jóvenes, especial-mente de sectores estudiantiles de la universidad y deeducación media que a través de organizaciones comola Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU) yasociaciones de estudiantes de posprimaria formaronparte del amplio movimiento social construido a lo largode esas décadas.

1978 constituye otro punto de referencia respecto a laparticipación sociopolítica de los jóvenes, mujeres yhombres, que al lado de un amplio número deorganizaciones sociales (sindicatos, maestros, orga-nizaciones de pobladores) se opondrían al aumentode la tarifa del transporte urbano en la ciudad capitalen el contexto de una amplia oposición al gobiernomilitar de ese entonces.

En la Universidad de San Carlos, el movimientoestudiantil se desarrolló principalmente alrededor dedos agrupaciones: Frente y el Frente Estudiantil RobinGarcía (FERG), con posiciones políticas divergentesdebido a la influencia que en cada una de ellas ejercíandiferentes organizaciones revolucionarias.10

Como todo el movimiento social, el estudiantil sufriótambién los efectos de la violencia política del Estado.

Particularmente sensible fue el asesinato, en octubrede 1978, de Oliverio Castañeda de León, en esemomento Secretario General de la AEU, luego depronunciar un discurso durante la marcha conme-morativa de la Revolución de Octubre. Poste-riormente, durante los días finales de octubre ynoviembre de ese año, varios miembros delsecretariado de esa organización fueron asesinadoso desaparecidos. En los años siguientes, durante elgobierno del general Romeo Lucas García que habíatomado posesión en julio de 1978, el movimientoestudiantil universitario y la Universidad de San Carlosen general, se enfrentarían a una ola represiva queprácticamente aniquiló al movimiento, lograndoapenas sobrevivir en condiciones de extremadebilidad.

Similar suerte corrió el movimiento estudiantil deposprimaria. El rápido crecimiento de su organizaciónse materializó en la década de los años setenta en laconstitución de la Coordinadora de Estudiantes deEducación Media (CEEM), que aglutinaba a lasorganizaciones estudiantiles de secundaria de la capitaly de las principales ciudades del país. Varios de susdirigentes pasarían posteriormente a formar parte delmovimiento estudiantil universitario. La violenciarepresiva del Estado, sin embargo, afectaría seriamentesus estructuras organizativas.

Aunque fue quizás el movimiento estudiantil el de mayorimportancia y trascendencia para este sector de lapoblación, hubo en aquellos años otros espacios departicipación de los jóvenes en la vida política del país.Entre éstos debe hacerse mención al papel que jugaronjóvenes dirigentes en otro tipo de organizacionessociales, como las sindicales. En la Federación SindicalAutónoma de Guatemala (FASGUA), al menos en losúltimos años de los setenta y primeros de los ochenta,en el Sindicato de Trabajadores de la USAC, en elsindicato de la vidriera centroamericana CAVISA y enel de la embotelladora Coca-Cola, por ejemplo, unimportante núcleo de jóvenes desempeñó papelesimportantes a nivel dirigencial.

10 Frente tenía fuertes vínculos con el Partido Guatemalteco del Trabajo, PGT, mientras que el FERG los tenía con el Ejército Guerrillerode los Pobres (EGP).

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FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

Hoy día, el movimiento estudiantil universitario apenassobrevive. La AEU (que lleva el nombre de OliverioCastañeda de León) es una organización sinimportancia en la vida política del país; mientras queel de posprimaria es prácticamente inexistente. De talforma que la participación sociopolítica de los jóvenesse desarrolla en nuestros días principalmente en otrotipo de organizaciones sociales: de desarrollo, deformación y capacitación, religiosas, de derechoshumanos, culturales, entre otras.

Entre las primeras destaca por el tipo de trabajo y sucobertura, la Alianza para el Desarrollo JuvenilComunitario (ADEJUC), que a través del Programa deDesarrollo Comunitario Integral impulsa un proceso deformación y capacitación a adolescentes y jóvenes através del cual busca proporcionarles herramientas einstrumentos para su incidencia en las propuestas ypolíticas de desarrollo en el ámbito de la comunidad.Asimismo, impulsa a través del Programa la organiza-ción de niños, adolescentes y jóvenes en los ámbitoscomunitario, municipal e intermunicipal.

Entre las organizaciones dedicadas a la formación ycapacitación, y que además es de carácter religioso,se puede mencionar la Asociación Cristiana de Jóvenes(ACJ), como un espacio importante de participaciónde la juventud. La ACJ surgió alrededor de mediadosde la década de 1970; es una asociación ecuménicamiembro de una red latinoamericana y de una redmundial de organizaciones de igual naturaleza; impulsavarios programas cuyos objetivos fundamentales sonla capacitación de los jóvenes miembros de laasociación para fortalecer las organizaciones juvenilesque la integran, y desarrollar y fortalecer el liderazgode la asociación.

En materia de derechos humanos, la Asociación HIJOS(conformada principalmente por hijos de víctimas deviolaciones a los derechos humanos, especialmentepersonas detenidas-desaparecidas y asesinadas)constituye un espacio de participación sociopolítica

cuyo trabajo se desarrolla principalmente alrededor dela recuperación de la memoria histórica, la justicia y elresarcimiento para las víctimas y sus familiares.Destaca de manera especial su exigencia por conocerel paradero de los detenidos-desaparecidos por lasfuerzas de seguridad del Estado.

En este mismo ámbito de los derechos humanos, hayorganizaciones que desarrollan trabajo de organizaciónde los jóvenes. La Coordinadora Nacional de Viudasde Guatemala (CONAVIGUA), es una de ellas. Comoparte de su estructura organizativa tiene unaorganización juvenil, el Movimiento de Jóvenes Mayas(MOJOMAYAS), que aglutina entre 4,000 y 5,000jóvenes mayas, impulsa las demandas específicas delos jóvenes indígenas y busca incidir en las políticaspúblicas que se relacionan con la juventud; asimismo,desarrolla un programa de formación y capacitaciónen temas que son de competencia e interesan a lajuventud.

Entre las organizaciones juveniles culturales, es nece-sario mencionar a la Directiva Cultural Juvenil (DCJ).Esta organización tiene 16 sedes departamentales, ysu sede central se encuentra en Coatepeque,Quetzaltenango. Realiza obras sociales a través de pro-gramas contra la delincuencia, el tabaco, el SIDA. Tam-bién desarrolla un programa de formación. Participa enel Consejo Municipal de Salud, Clubes de Leones yRotarios y en el grupo de jóvenes de la Cruz Roja.11

Hay instituciones y ONG que promueven la partici-pación sociopolítica de los jóvenes. Acción Ciudadanainvolucra a jóvenes en algunos de sus programas,como el de monitoreo legislativo. El Centro para AcciónLegal en Derechos Humanos (CALDH) tiene unprograma mediante el cual promueve la organizaciónde los jóvenes.

Algunas de estas instituciones, en alianza conorganizaciones juveniles y/o instituciones que trabajancon jóvenes, han impulsado una serie de iniciativas a

11 De acuerdo con la información obtenida de entrevistas con jóvenes del Programa en Coatepeque.

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favor de la juventud, entre éstas la Ley de ServicioCívico aprobada por el Congreso de la República enmayo del 2003, y la Agenda Nacional de la Juventudque fue presentada a varios candidatos a la presidenciaen las elecciones del mismo año.

En el 2003 se constituyó el Movimiento de Jóvenespor la Paz y la Democracia, en el que participanorganizaciones juveniles e instituciones que realizantrabajo con la juventud. La naturaleza del movimientoes que constituye una instancia de representantes delas organizaciones juveniles, que se conforma a nivelnacional y regional para desarrollar iniciativas yproyectos por el respeto a los derechos humanos y laconstrucción de la paz y la democracia en el país.

A pesar de la amplia gama de organizaciones,instituciones y ONG de naturaleza juvenil o quedesarrollan trabajo con jóvenes, e incluso decoordinadoras de organizaciones juveniles, no existecomo tal un movimiento de jóvenes y no se han desa-rrollado claros liderazgos juveniles. Estas organiza-ciones, no cabe duda, constituyen un importanteespacio de participación sociopolítica de los jóvenes yson las que, de alguna forma, enarbolan las demandasespecíficas de éstos. Y, en tal sentido, puede afirmarseque se trata de agrupaciones o instituciones cuyainterlocución con el Estado, cuando ésta se da, seproduce a partir de la exigencia del respeto de susderechos y satisfacción de sus demandas ynecesidades específicas.

En el espacio de los partidos políticos, la participaciónde los jóvenes registra niveles aún más bajos que losde las mujeres.12 Si bien es cierto que los principalespartidos políticos del país cuentan con una organización

juvenil, tal es el caso del PAN, UNE, FRG, URNG, ANN,por citar algunos, el acceso de los jóvenes a cargos dedirección y, sobre todo, a postulaciones para cargosde elección popular, es muy reducido.

De acuerdo con la información disponible de los sujetosjóvenes del Programa entrevistados para este estudio,solamente uno de ellos es miembro del ComitéEjecutivo Nacional del partido al que pertenece y hadesempeñado algún cargo de importancia en ladirección y coordinación de campañas electorales.

La poca presencia de jóvenes en los partidos políticosy el escaso interés de los jóvenes por la política, inclusoen la emisión del voto,13 han sido constatados reitera-damente. ASIES (1999) dedicó uno de sus Seminariossobre el Rol de los Partidos Políticos a la participaciónde los jóvenes en estas organizaciones, y de lasconclusiones de las mesas de trabajo de Cobán yQuetzaltenango se puede advertir el reclamo de losjóvenes por la poca participación que los dirigentespartidarios les otorgan y los pocos espacios que tienenen los partidos, así como la percepción negativa quela juventud, o importantes sectores de ella, tienen tantode los partidos como de los políticos.

Sin embargo, es preciso señalar también que si bienlas mismas organizaciones políticas cierran losespacios de participación a los jóvenes, éstos hacenmuy poco o se interesan poco por abrir canales departicipación.14 Se podría decir, en tal sentido, que estees un problema de doble vía que podría solucionarseen la medida en que los partidos sean más flexibles yabiertos a la participación de las mujeres y hombresjóvenes, y en la medida también en que éstos seinteresen más por participar políticamente.

12 No se dispone de datos precisos sobre la participación de las mujeres y jóvenes en los partidos políticos. Conforme al Estudio deOlascoaga (2003), del total de integrantes de los comités ejecutivos el 29% serían mujeres y el resto hombres, según los datos aportadospor el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Conforme a entrevistas realizadas a los partidos políticos, los jóvenes (entre 18 y 35 añosincluidos, según el partido) representarían el 17% del total de los miembros de dichos comités.

13 A este respecto se puede consultar el estudio de Boneo & Torres Rivas (2000), que pone de manifiesto que los jóvenes entre 18 y 30años presentan índices de abstencionismo superiores en más de un 40% en relación al promedio de la población; mientras que indica,para las elecciones de 1999, que el 62% del total de abstencionismo electoral corresponde a los jóvenes (entre 18 y 35 años incluidos).

14 En general, los estudios a nivel internacional muestran menor interés de los jóvenes en la participación en los partidos políticos.

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FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

La participación sociopolítica de las mujeres

El principal factor estructural que obstaculiza laparticipación de las mujeres es el de la cultura patriarcalque moldea a la sociedad guatemalteca, y quecondiciona y determina el marco jurídico del país y loscomportamientos de las instituciones del Estado, deinstituciones y organizaciones sociales y de la propiafamilia. Por ello es que el incremento de la participaciónsociopolítica de las mujeres en el país ha sido posiblegracias a sus propias acciones, a su propio bregar enmedio de un océano de oposición sistemática que cierrapuertas y espacios, que condiciona su inclusión adesempeñar papeles secundarios y/o acompañar algénero opuesto en su carrera por alcanzar un cargode elección popular o un cargo de dirección en lasorganizaciones políticas. En otras palabras, laaceptación de la participación de las mujeres y losespacios que se han abierto para ellas no constituyenningún tipo de concesión ni de regalías. Son espaciosen los que las mujeres han logrado abrirse caminoluchando y sobreponiéndose a cualquier tipo deadversidad y obstáculo, tratando de construir relacionesmenos desiguales y más equitativas entre los géneros.No es una tarea fácil, porque la cultura patriarcal quepriva en la sociedad se reproduce desde el seno mismode la familia, incluso por las mismas mujeres.

Además, la cultura patriarcal ha supuesto laprevalencia de una cultura política dominante queenseña que la política y el quehacer político son,esencialmente, actividades para el género masculino.Como señala Betilde Muñoz (2004:100), “Laexistencia de elementos patriarcales en la culturapolítica del sistema también tiene sus implicaciones.

Debido a la escasa representación de la mujer enposiciones importantes, las políticas públicasdestinadas a mejorar el avance de la mujer se diseñanen menor cantidad, son menos toleradas, y menosapoyadas política y financieramente”. De suerte quela relación desigual entre los géneros está determi-nada por esa cultura patriarcal que se traduce en ladiscriminación permanente hacia las mujeres en todoslos ámbitos (social, económico, político, cultural,legal), y que fue identificada por el Foro Nacional dela Mujer como el principal problema que limita laparticipación de las mujeres.15

Existe un amplio marco jurídico internacional ynacional16 que favorece la participación sociopolítica delas mujeres; sin embargo, el impacto en cuanto a unamayor participación o involucramiento de las mujeresen la vida política del país ha sido más bien limitado. Apesar de lo anterior, la participación sociopolítica delas mujeres en Guatemala ha mostrado leves avancesque, aún insuficientes y escasos, no por ello dejan deser importantes.

Se pueden distinguir dos espacios fundamentales departicipación de las mujeres en la vida sociopolíticadel país: las organizaciones políticas (partidos ycomités cívicos) y aquellos espacios constituidos porlas organizaciones de la sociedad civil. La partici-pación de las mujeres se da, sin embargo, de maneraprincipal en los espacios de las organizacionessociales, destacando entre éstas las organizacionesespecíficas de las mujeres, que constituyen el principalmecanismo de canalización de sus demandas ypropuestas para materializar la igualdad entre losgéneros.

15 Entre otros de los problemas identificados por el Foro destacan la falta de educación y valores cívico-políticos, bajo nivel de escolaridady alto índice de analfabetismo, desconfianza en el sistema político y en los partidos, falta de representantes de las mujeres en espaciospolíticos, falta de documentación, temor a participar en un idioma distinto al propio, existencia de leyes que discriminan y marginan elejercicio de los derechos humanos de las mujeres y falta de medidas que establezcan cuotas de participación de mujeres y hombres enlos partidos (MINUGUA, 2001: 6).

16 Este marco estaría conformado por: la Constitución Política de la República de Guatemala; el Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicosy Situación Agraria; el Acuerdo sobre Fortalecimiento del Poder Civil y Función del Ejército en una Sociedad Democrática; el Acuerdo sobreIdentidad y Derechos de los Pueblos Indígenas; la Ley de Dignificación y Promoción Integral de la Mujer (Decreto Legislativo 7-99); laPolítica Nacional de Promoción y Desarrollo de las Mujeres Guatemaltecas y Plan de Equidad de Oportunidades 2001-2006; la LeyGeneral de Descentralización (Decreto 14-2002); la Ley de los Consejos de Desarrollo Urbano y Rural (Decreto 11-2002); y la Convenciónsobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (ratificada por Guatemala en 1982); entre otros. (PNUD, 2002).

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A partir de 1996 la participación de la mujer a través desus organizaciones específicas centra buena parte desus esfuerzos en el cumplimiento de los compromisosestablecidos en los Acuerdos de Paz. Las primerasacciones se dirigen al establecimiento de la Defensoríade la Mujer Indígena y el Foro de la Mujer, creados através de los Acuerdos Gubernativos 525-99 y 105-98,respectivamente.17

En 1999 el Foro realizó una consulta nacional paraidentificar los principales problemas que enfrentan lasmujeres para participar en la vida cívico política delpaís. De la consulta derivó una serie de propuestasque fueron incluidas posteriormente en la “PolíticaNacional de Promoción y Desarrollo de las MujeresGuatemaltecas y Plan de Equidad y Oportunidades2001-2006”, elaborada por la Secretaría Presidencialde la Mujer (SEPREM), instancia que fue creadamediante el Acuerdo Gubernativo 200-2000 y quefunciona bajo la dirección inmediata del Presidente dela República (MINUGUA, 2001). Dichas propuestas,enmarcadas dentro del Eje Equidad en la ParticipaciónSocio Política, contemplan como objetivos principalesgarantizar la participación y representación de lasmujeres en la toma de decisiones y potenciar laparticipación y representación de las mujeres en losniveles directivos (PNUD, Ítem).

El establecimiento de la Defensoría de la MujerIndígena involucró inicialmente la participación de seisorganizaciones indígenas18 que conformaron laComisión Nacional Permanente de los Derechos delas Mujeres Indígenas de COPMAGUA (CNP-COPMAGUA), creada en agosto de 1996. EstaComisión definió siete ejes de trabajo, centrando sus

actividades de fortalecimiento organizativo de la mujerindígena a nivel local y regional en la potenciación dela participación de las mujeres indígenas. Asimismo,la Comisión participó en el proceso de diseño de lapropuesta de creación de la Comisión Presidencial dela Mujer y en la formulación de la “Política Nacional dePromoción y Desarrollo de las Mujeres Guatemaltecasy Plan de Equidad y Oportunidades 2001-2006”; asícomo en el diseño y conformación del Foro Nacionalde la Mujer (MINUGUA, Op. cit.). De acuerdo con lamisma fuente, de “56 estructuras de base del Foro dela Mujer”, 34 estuvieron conformadas por mujeres detodas las comunidades lingüísticas.

Además de las organizaciones indígenas queintegraron la CNP-COPMAGUA, hay otras organiza-ciones de mujeres indígenas cuya participaciónsociopolítica giraría alrededor de temas aún másespecíficos. Entre éstas se encuentran las que formanparte de la Coordinadora de Mujeres Desarraigadasconstituida en julio de 1996 por organizaciones demujeres víctimas de la violencia política del Estado enel marco de la Asamblea Consultiva de la PoblaciónDesarraigada.19 Una de las demandas principales deesta Coordinadora ha sido el derecho de las mujeresal acceso y la propiedad de la tierra.

Otros espacios de participación de las mujeresindígenas son la Defensoría de la Mujer Maya I’X,creada en julio de 1995 con amplia presencia en lascomunidades lingüísticas chorti, poqomam, ixil, mam,q’eqchi’ y poq’omchi’, cuyo ámbito de acción es lapromoción de los derechos humanos; y la AsociaciónPolítica de Mujeres Mayas Moloj que promueve laparticipación de la mujer maya en política.

17 Hay que anotar, sin embargo, que la participación de las mujeres en la historia sociopolítica del país ha sido en gran parte invisibilizada,ya que la historia también ha sido escrita por hombres con una visión homocéntrica. La literatura más reciente, hecha por mujeres, estárecuperando el protagonismo que las mismas han tenido (Véase p. ej.: el trabajo de Claudia Verónica López (2003), el que se denominaprecisamente “Las Mujeres han estado presentes en la historia guatemalteca: apuntes sobre la participación femenina en los procesospolíticos”). Para una visión más amplia de la participación sociopolítica de las mujeres, se puede consultar también, entre otros, eltrabajo de Braulia Thillet de Solórzano (2001).

18 Se trata del Consejo de Organizaciones del Pueblo Maya, Asamblea Permanente Maya, Instancia de Unidad y Consenso Maya, Academiade Lenguas Mayas, Movimiento de los Abuelos Tukum Umán y Unión del Pueblo Maya de Guatemala.

19 La Coordinadora está conformada por la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala, Mamá Maquín, Tierra Madre, Ixmucané, Grupo deApoyo Mutuo (GAM), Consejo de Comunidades Étnicas Rujunel Junam (CERJ), Consejo Nacional de Desplazados de Guatemala (CONDEG),Comunidades de Población en Resistencia (CPR-Ixcán y CPR-Sierra) y Comunidades Populares en Resistencia (CPR-Petén).

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FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

Existen varias coordinadoras temáticas de participaciónde las mujeres integradas en torno a temas específicosque van desde el monitoreo del cumplimiento por partedel Estado de compromisos asumidos en el ámbitointernacional respecto a los derechos de las mujeres,hasta las que trabajan promoviendo leyes y reformaslegales a favor de las mujeres, para erradicar laviolencia contra la mujer, entre otras.

Respecto a la participación político-partidista de lasmujeres, medirla presenta cierta complejidad, tantodesde el punto de vista cuantitativo como desde elcualitativo. Habría al menos cinco formas de medircuantitativamente la participación política de lasmujeres: 1) por el número de mujeres afiliadas a lospartidos; 2) por la presencia en las estructuraspartidarias, especialmente en los comités ejecutivos;3) por la postulación a cargos de elección popular; 4)por la emisión del sufragio, y 5) por los cargosdesempeñados dentro de la administración pública,especialmente cargos de primer nivel en los Orga-nismos del Estado.

Conforme al estudio de Olascoaga (2003), con baseen los datos aportados por el Tribunal SupremoElectoral (TSE) para el 2002, aproximadamente el 30%de las personas afiliadas a los partidos políticos sonmujeres, y el 29% integrantes de los comités ejecutivos;lo que nos da una idea del desequilibrio que se da entrelos géneros en cuanto a la afiliación y desempeño decargos directivos se refiere dentro de las estructuraspartidarias. Además, la afiliación a un partido políticono implica necesariamente una participación activa entérminos de involucrarse directamente en lasactividades partidarias.

Respecto a la participación electoral, en las eleccionesgenerales de 1999 había en el país un total de2,723,106 mujeres en edad de votar. Sin embargo, deéstas había empadronadas 1,900,618, casi el 70%.Acudieron a votar 902,452 mujeres; es decir, el 47%de las empadronadas y solamente el 33% del total demujeres de 18 años y más de edad. En las eleccionesdel 2003 se dio un incremento en el número de mujeresempadronadas y en la participación electoral de éstas.El número de mujeres empadronadas ascendió a

2,252,545, de las que acudieron a votar 1,258,138, loque representa el 56% de éstas. La participaciónelectoral de las mujeres en dichas elecciones fue, sinembargo, 14 puntos porcentuales menor a la de loshombres, en tanto que del total de electores en dichoproceso solamente el 43% fueron mujeres.

La participación política de las mujeres vista desde elángulo de las candidaturas propuestas por los partidosen las elecciones de 1999, refleja también ladesigualdad entre los géneros: de los candidatos a lapresidencia y vicepresidencia de la República (22 paracada cargo), solamente dos mujeres no indígenasparticiparon para cada uno de ellos (9%); de las 960candidaturas a diputaciones, sólo 133 (13.85%) fueronmujeres, de las cuales 27 eran indígenas (2.81% deltotal de candidaturas). Para el Parlamento Centroameri-cano hubo 105 candidaturas, de las que 30 eranmujeres (29%) y solamente cuatro de ellas eranmujeres indígenas, 13.33% (MINUGUA, Op. cit. pp.23-24).

Como resultado de dichas elecciones, solamente ochomujeres llegaron a ocupar una curul en el Congresode la República, es decir, el 7,1% de los 113 parlamen-tarios. Esta cifra es menor a la de la Legislaturaresultante de las elecciones de 1995 en las que 13mujeres obtuvieron una curul, representando el 11,5%del total de parlamentarios de entonces. Las eleccionesde 2003 reportaron un ligero incremento respecto alas de 1999, al resultar electas 14 mujeres de un totalde 158 parlamentarios: el 8,9%; cifra que, sin embargo,es porcentualmente menor a la de la legislatura delperíodo 1995-2000 (Convergencia Cívico Política deMujeres-Convergencia Ciudadana de MujeresOp. cit. p. 24).

La participación de las mujeres en alcaldías munici-pales es aún más baja. Como resultado de laselecciones de 1995, de las 331 municipalidades quehay en el país solamente seis eran dirigidas por mujeres(1.8%). Esa cifra bajó en el período 2000-2004 al serelectas únicamente tres alcaldesas (0.9%), incremen-tándose para el período 2004-2008 a ocho: 2.4%(Convergencia Cívico Política de Mujeres-Conver-gencia Ciudadana de Mujeres, 2004:24). Desde 1985,

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además, solamente 14 mujeres han sido alcaldesas,ya que varias de ellas han ocupado el cargo durantedos o tres periodos (FUNCEDE, 2004:5).

La dinámica de postulaciones a cargos de elecciónpopular en los partidos es la misma que se observa enlos comités cívicos, conforme a los datos disponibles.Así, en las elecciones de 1999 de las 1,812 personaspostuladas en planillas de estas organizacionespolíticas para corporaciones municipales, solamente131 (7%) correspondieron a mujeres. Los porcentajesde postulación por municipio oscilan desde un 0% hastaun 14,64%. (Sánchez del Valle, 2000:62).

Con relación a cargos desempeñados por mujeres enel Ejecutivo, en el período 2000-2004 de los 12ministros del Gabinete únicamente una (8%) era mujer,indígena, mientras que de las 14 Secretarías Ejecutivastres (21%) fueron ocupadas por mujeres no indígenas,y de las 22 Gobernaciones departamentales siete eranencabezadas por mujeres (32%), de las cuales unaera indígena (MINUGUA, Op. cit. p. 24). En la actualadministración gubernamental, desempeñan el cargode ministras dos mujeres (15%), y del total de vicemi-nisterios el 13% son ocupados por mujeres (Conver-gencia Cívico Política de Mujeres-ConvergenciaCiudadana de Mujeres, Op. cit. p. 26).

Con el propósito de corregir la desigualdad que exis-te en la participación política de mujeres y hombres,sobre todo respecto a las candidaturas para cargosde elección popular, organizaciones de mujeres pre-sentaron una propuesta de reforma a la Ley Electoraly de Partidos Políticos que busca un equilibrio de par-ticipación entre hombres y mujeres a través de cuo-tas mínimas para éstas en las candidaturas que pre-senten las organizaciones políticas. Asimismo, la pro-puesta busca que desde los cargos públicos las pro-pias mujeres promuevan mejores condiciones de par-ticipación y de vida para las de su género. Si bien elsistema de cuotas no garantiza el acceso al poderreal, es un mecanismo que en opinión de sus promo-toras permitiría a las mujeres desde posiciones depoder formal algunos niveles de influencia en los es-pacios donde se toman las decisiones. La propuesta,que se fundamenta en la existencia en al menos 26países de todo el mundo de este sistema de cuotas

que garantizan mínimos de participación a las muje-res, desde el 20% hasta el 50%, incluye también to-dos los órganos de dirección, representación y coor-dinación de instituciones y organizaciones mixtas re-guladas por la ley electoral. La propuesta de iniciati-va de ley inicial contemplaba que para cargos de elec-ción popular se incluyera a mujeres y hombres enporcentajes no menores del 44%. La iniciativa de leyfue aprobada en segunda lectura por la legislaturaque finalizó sus funciones en el 2000 y fue incorpora-da a las propuestas de reformas a la ley electoral quepresentó el Tribunal Supremo Electoral, pero sufrióuna modificación que estableció un porcentaje de mu-jeres no menor del 30% (Convergencia Cívico Políti-ca de Mujeres-Convergencia Ciudadana de Mujeres,Op. cit.).

En síntesis, la participación sociopolítica de las mujeresse ha desarrollado fundamentalmente desde losespacios de las organizaciones sociales y de lasociedad civil, y ha estado determinada por la búsquedade mejores condiciones de vida, de participaciónpolítica y de acceso de las mujeres a cargos públicosen igualdad de condiciones con los hombres.Ciertamente, ha habido logros importantes, pero ellono implica que la desigualdad frente al género opuestohaya cambiado sustancialmente. Más aún, esadesigualdad sigue determinando las relaciones socialesentre hombres y mujeres.

La participación sociopolítica de los indígenas

Del mismo modo que las mujeres, los indígenas seenfrentan a factores de índole estructural que restringensu participación sociopolítica, especialmente cuandose trata de participar políticamente haciendo vidapartidaria y desempeñando altos cargos dirigencialesen los partidos políticos, o participando en candidaturasa los principales cargos de elección popular. Comoseñala la Agenda relativa a participación política delos pueblos indígenas (ENPI, 2004: 17), “la exclusión,la discriminación y el racismo, son tres expresiones deun mismo fenómeno social, el cual llevado al planopolítico, nos muestra que estas tres dimensiones,siguen afectando fundamentalmente la participación delos pueblos indígenas”.

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FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

La “segregación” por razones de pertenencia étnico-cultural, es decir, el racismo, constituye el principalobstáculo para la participación política de los indígenas,de la misma forma que es el racismo el que determinala exclusión social, económica y cultural y justifica elescandaloso nivel de explotación de la fuerza de trabajoindígena.

En materia de participación política el Acuerdo SobreIdentidad y Derechos de los Pueblos Indígenas (AIDPI)reconoce “que los pueblos indígenas han sidomarginados en la toma de decisiones en la vida políticadel país, haciéndoseles extremadamente difícil, si noimposible, su participación para la libre y completaexpresión de sus demandas y la defensa de susderechos”. “En consecuencia, es necesarioinstitucionalizar la representación de los pueblosindígenas en los niveles local, regional y nacional, yasegurar su libre participación en el proceso de tomade decisión en los distintos ámbitos de la vida nacional.”(AIDPI; cap. IV, inciso D, numerales 1 y 3). Sin embargo,el AIDPI es el acuerdo de menor cumplimiento luegode ocho años de haberse firmado el Acuerdo de pazfirme y duradera, tal como lo verificó constantementeMINUGUA y como lo reveló en su Informe ante el GrupoConsultivo en mayo del 2003.

No obstante que existe un gran déficit por parte delEstado en cuanto al cumplimiento del AIDPI y tratadosy convenios internacionales relativos a los derechosde los pueblos indígenas, se reconoce por parte deorganizaciones indígenas que la dinámica del procesode paz y del cumplimiento de los acuerdos ha permitidoabrir espacios de participación para los indígenas ypropiciado una todavía incipiente participación enespacios de debate de la realidad guatemalteca (OEA-CIDH, 2003: 105); y también, en espacios propios delos indígenas, desde los que se ha generado unainterlocución con el Estado a efectos de erradicar el

fenómeno de la desigualdad y exclusión social,económica y política por razones de pertenencia étnico-cultural.20

Estudios recientes (Azpuru, 2004; Sáenz, 2005), estánmostrando, por otro lado, una mayor participaciónsociopolítica de los mayas/indígenas en relación a losladinos, tanto en los partidos políticos como en lasdiversas organizaciones de la sociedad civil, inclusoen la emisión del sufragio; por lo que la exclusión deesta población se está dando fundamentalmente enlos niveles superiores de la representación y toma dedecisiones (Comités ejecutivos de los partidos políticos,poder ejecutivo y legislativo). Las luchas incesantesde los pueblos indígenas quizás nos están indicandoque estamos a un paso de revertir al Estado etnocén-trico y racista que ha predominado en Guatemala casidurante dos siglos. Los partidos políticos, en estesentido, tienen un gran desafío y responsabilidadhistórica, democratizando sus estructuras partidariase incluyendo de forma seria, y no únicamentepropagandística (para captar el voto indígena), a ladirigencia maya en las principales candidaturas deelección popular.

Retrospectivamente, la participación sociopolítica de losindígenas se produce principalmente desde el campode la oposición y la interlocución con el Estado, alrededorde planteamientos y exigencias para que sus derechoseconómicos, políticos, sociales y culturales seanreconocidos y respetados plenamente. Para ello, en lasúltimas décadas se ha constituido y desarrollado un grannúmero de organizaciones indígenas que, para efectosprácticos de comprensión y aprehensión de susdemandas, han sido clasificadas en tres grandes grupos,según su campo de acción y “posicionamiento”: el sectorde desarrollo agrícola, económico y social; el dedesarrollo cultural, y el de desarrollo político (García-Ruiz, 1998). Otros autores (ver Bastos & Camus; 1993),

20 Algunos compromisos contenidos en los Acuerdos de Paz y en instrumentos internacionales como el Convenio 169, han sido cumplidospor el Estado, como los relativos a la educación bilingüe, el reconocimiento de los idiomas indígenas, la tipificación de la discriminacióncomo delito mediante reforma al Código Penal con la adición del artículo 220 bis a través del Decreto Legislativo 57-2002 del 11 deseptiembre del 2002, si bien esta última es una norma de carácter general y los legisladores no consideraron las recomendaciones delas organizaciones indígenas.

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sin embargo, clasificaron a las organizaciones indígenasen populares y mayas, en función de sus estrategias delucha, alianzas y formas de organización.21

No tienen estas páginas el propósito de historiar laparticipación sociopolítica de los indígenas, lo que hanhecho con mayor suerte diversos estudiosos.22 Sinembargo, para efectos de este estudio conviene señalarque en el transcurso de la segunda mitad del siglo XX,particularmente durante las décadas de 1950, 1960 y1970, e incluso en los primeros años de la década de1980, los indígenas del altiplano asistieron a un procesoacelerado de organización y participación social ypolítica en el que, según algunos autores, la AcciónCatólica jugó un papel determinante (ver García-Ruizy Bastos & Camus, Op. cits.). Autores como Le Bot(1997), han resaltado asimismo que el surgimiento delmovimiento indio guatemalteco se debió a la rupturade la costumbre; es decir, con las instituciones ypersonalidades tradicionales de las comunidadeslocales. De acuerdo a Esquit (Op. cit., p. 9) el origen yresultado de este rompimiento fue el proceso deacercamiento de los mayas a una sociedad o ainstituciones más globales; es decir extralocales.

La disputa por el poder local y municipal, que en suprimer momento giró alrededor de la religiosidad, fueoriginando un “movimiento indígena” representado poruna serie de organizaciones y un grupo cada vez másamplio de intelectuales indígenas con espacios departicipación diferenciados, de acuerdo a las demandasenarboladas por cada una de ellas, que posteriormentey hasta nuestros días constituyen los mecanismos deinterlocución con la sociedad y el Estado. Asimismo, lalucha por el poder local entre esos sectores depoblación indígena jugaría un papel fundamental para

la participación política de los indígenas en el marcodel conflicto armado interno. Serían principalmentesectores vinculados a Acción Católica los que tendríanuna participación activa en organizaciones políticas deoposición a los regímenes militares instaurados a partirde 1955, como la Democracia Cristiana Guatemalteca(DCG); y en organizaciones insurgentes, principal-mente en las que enarbolaron el discurso de la defensade los derechos de los indígenas, como el EjércitoGuerrillero de los Pobres (EGP) y la OrganizaciónRevolucionaria del Pueblo en Armas (ORPA).

Por su parte, sectores de las “autoridades tradicionales”,de “la costumbre”, buscaron alianzas con los partidosconservadores para seguir manteniendo su hegemoníaen las relaciones de poder local, entre ellos el Movimientode Liberación Nacional (MLN), partido en el que seaglutinaron los liberacionistas de 1954 y el PartidoInstitucional Democrático (PID) (García-Ruiz, Op. cit.).23

A partir de la década de los años noventa, y a pesardel impacto que la represión tuvo en el denominado“movimiento indígena”, las organizaciones indígenasjuegan un papel destacado en el proceso sociopolíticodel país. Siguiendo los criterios de clasificación, segúnsu campo principal de acción, cabe destacar a aquellasorganizaciones que reivindican derechos de naturalezaeconómica. Entre éstas, organizaciones campesinascuyas principales demandas se relacionan con elacceso y la tenencia de la tierra, titulación y regulari-zación de tierras y los derechos laborales de lostrabajadores agrícolas. De éstas existe en la actualidadun importante número de organizaciones campesinasagrupadas en confederaciones y federaciones, talescomo la Confederación Nacional de OrganizacionesCampesinas (CNOC), la Coordinadora Nacional de

21 Conforme a Esquit (2003:14) la categorización elaborada para clasificar a las organizaciones mayas de finales de los años ochenta yprincipios de los noventa ha dejado de ser fundamental, pues actualmente sus discursos son muy similares y sus diferencias se perfilanmás que nada en los alcances de sus programas de trabajo, los problemas y temas sobre los que tienen enfocados sus intereses y lasdificultades prácticas que afrontan al pretender establecer alianzas.

22 Entre la bibliografía existente sobre el movimiento maya o indígena en Guatemala se puede consultar a: Bastos & Camus (1993), Cojtí(1997), Gálvez Borrel et al. (1997), Le Bot (1997), Esquit Choy & Gálvez Borrell (1997), García-Ruiz (1998), Fischer & Brown (1999),Cayzac (2001), Fischer (2001), Esquit (2003), Mendizábal (2004), Sáenz (2005), entre otros. Existe además una amplia bibliografíaetnográfica, antropológica e histórica, para un abordaje de más larga duración.

23 Ambos partidos conformaron la alianza que llevó al poder a los generales Carlos Arana Osorio en 1970, Eugenio Laugerud García en1974 y Romeo Lucas García en 1978.

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FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

Organizaciones Indígenas y Campesinas (CONIC), yel Comité de Unidad Campesina (CUC).

Dentro de las organizaciones cuyo eje central de trabajose ubica en la reivindicación de lo cultural, de laidentidad étnica y de la pertenencia a las culturas delos pueblos mayas, es necesario mencionar aquellasque fueron creadas en la década de los años setenta,como la Asociación Pro-Cultura Maya-Quiché, laAsociación de Forjadores de Ideales Quichelenses(AFOIQUI); Chilam Balam, Cabracam, o el MovimientoIndio “Tojil”. Asimismo, entre las organizacionesculturalistas funcionando en la actualidad, cabedestacar entre otras, a la Academia de Lenguas Mayasde Guatemala (ALMG), al Consejo de OrganizacionesMayas de Guatemala (COMG) y a Cholsamaj.

En la segunda mitad de la década de los ochentasurgieron y resurgieron una serie de organizacionesmayas que promovieron la defensa de los derechoshumanos, la participación política, el reconocimientode los derechos culturales y el acceso de la tierra.Organizaciones importantes como la CoordinadoraNacional de Viudas de Guatemala (CONAVIGUA), elConsejo de Desplazados de Guatemala (CONDEG) yel Comité de Unidad Campesina (CUC) empezarondesarrollando actividades que buscaban el respeto delos derechos humanos.” (Esquit, Op. cit. p. 13).

A partir de procesos coyunturales los mayas hanlogrado desarrollar coordinadoras políticas , “es decir,las alianzas entre organizaciones con tendencias yagendas similares o que pretendieron apuntalar oinfluenciar sobre un proceso particular”. Cabendestacar: Majawil Q’ij (1991) y el Consejo de Organiza-ciones Mayas de Guatemala –CONG– (1991-3), cuyoencuentro y auge se dio en el marco de la contracele-bración del V Centenario del Descubrimiento deAmérica; la Mesa Maya (1992 y 1993), que seconcentró en la discusión de los derechos indígenasrelacionados con el diálogo entre la URNG y elGobierno; la Instancia de Unidad y Consenso Maya

–IUCM– y la Asamblea Permanente del Pueblo Maya–APM– (1993), que surgieron con la coyuntura políticadel autogolpe de Estado del ex presidente JorgeSerrano Elías; la Coordinadora de organizaciones delPueblo Maya en Guatemala –COPMAGUA– (1994-1999),24 que se organizó como un espacio de encuentropara la elaboración de propuestas a ser discutidas porla Asamblea de la Sociedad Civil, y posteriormente porla URNG y el Gobierno. Además surgieron otrascoordinadoras que se ocupaban de temas específicos,tales como el Comité para el Decenio del Pueblo Maya–CDPM–, el Consejo Nacional de Educación Maya–CNEM– y la Mesa Nacional Maya de Guatemala–MENMAGUA–. (Op. cit., pp. 14-15). Las diferentesestrategias de lucha, la falta de un liderazgo cohesio-nador, y lo coyuntural de los acontecimientos en tornoa los que se aglutinaron, entre otros factores, hanconllevado la ruptura de todas estas coordinadoras.

En el ámbito de participación política institucional,desde la década de los años setenta y especialmentea partir de la apertura política iniciada a mediados delos ochenta, los indígenas han ido ganando cada vezmás espacios en los gobiernos locales. Así, del procesoelectoral de 1985 resultaron electos 59 alcaldesindígenas, mientras que en el del 2003 resultaron 118,representando un crecimiento porcentual del 17%(NIMD, 2005b). Sin embargo, se siguen manteniendolas exclusiones en el acceso a cargos dirigenciales enlos partidos políticos a nivel departamental y nacional;así como en lo que respecta a la postulación de cargosde elección popular en dichos niveles, especialmenteen los primeros puestos de las planillas electorales.

Como se señaló anteriormente, la participación deindígenas en los partidos políticos se empezó a dar en ladécada de los sesenta y setenta, principalmente en elámbito local, y en los partidos Democracia CristianaGuatemalteca (DCG), el Partido Revolucionario (PR), elMovimiento de Liberación Nacional (MLN) y el PartidoInstitucional Democrático (PID), estos dos últimos detendencia conservadora ya desaparecidos. Fue también

24 Integrada por las Coordinadoras IUCM, COMG, ALMG y APM.

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en la década de los setenta que se inició la participaciónpolítica local en comités cívicos, surgiendo el ComitéCívico Xel-jú y el Comité Cívico Unidad Cantelense,ambos en el departamento de Quetzaltenango (ENPI,Op. cit.).

Un hito en la historia política de Guatemala lo constituyóen la década de los años setenta la participación dedos mayas en el Congreso de la República: PedroVerona y Fernando Tezagüic, respaldados por lospartidos DCG y PR, respectivamente (Esquit, Op. cit.p. 29). No menos importante fue la llegada en 1985 alCongreso de la República de la primera mujer indígena,Ana María Xuyá (maya-kaqchikel). (ENPI, p. 4).

Aunque cada vez ha habido más mayas participandoen los partidos políticos (véase por ejemplo el estudiode Azpuru, 2004, en el que muestra una mayorparticipación de los indígenas en los partidos políticosen relación a los ladinos), esto no se han traducido sinembargo en un equilibrio en la participación de lospueblos indígenas en el Congreso. Así, en 1985, cuandose celebran las primeras elecciones democráticas paracorporaciones, diputaciones y presidenciales, de 100curules en el Congreso de la República solamente ochofueron ocupadas por indígenas (8%); en 1990, seis de116 (representando el 5% de los escaños); en 1995, deltotal de diputados (80) solamente ocho fueron indígenas,representando el 10%. En las elecciones de 1999 el 12%de los diputados fueron indígenas (14 diputados de 113);y en las últimas elecciones (2003), representaron el 11%,17 diputados de 158 curules que conforman el actualCongreso; lo que está muy lejos de una representaciónproporcional de la población indígena del país, la querepresenta, cuando menos, conforme a las cifrasoficiales del INE (2002), el 41% de total de la población.Es de mencionar que ningún garífuna o xinca haocupado curul en el Congreso. (ENPI, pp. 12-14).

Así, y pese a que ha habido algunos avances en laparticipación y representación indígena y se ha logradoacceder también a algunos cargos en algunosministerios (Educación; Cultura y Deportes; MedioAmbiente, principalmente), y de representacióninternacional (embajadores), éstos todavía soninsuficientes y no responden a la realidad multiétnica ypluricultural del país. Es así que debido a la espe-cificidad de las demandas de los pueblos indígenas yel poco margen de acción que han tenido sobre todoen los partidos políticos, desde la década de los setentaha existido la intención de crear una organizaciónpartidaria propia.25

Finalmente, hay que señalar que similarmente al casode las mujeres, las propuestas planteadas por losrepresentantes indígenas en el marco del procesode reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos,no fueron tenidas en cuenta por la Comisión Paritariaconstituida para el efecto. Al decir del EncuentroPermanente para la Participación de los PueblosIndígenas: “La representación indígena en laComisión Paritaria de Reforma y Participación,planteó propuestas de reformas a la Ley Electoral yde Partidos Políticos, en el seno de la ComisiónParitaria de Reforma Electoral, compuesta pormagistrados del Tribunal Supremo Electoral y dosrepresentantes de cada partido político, pero estaspropuestas de reformas que contenían la inclusiónde los pueblos indígenas en el sistema políticoelectoral fue excluido de los debates y análisis, aúncuando los partidos políticos argumentaron serdemocráticos, discriminaron a los pueblos indígenasal no incluirlos como actores específicos en puestosde elección y puestos de decisión de los ComitésEjecutivos Nacionales, departamentales o locales delos partidos políticos, entre otras demandas”.(ENPI, p. 15).

25 Fue en esa década que se creó el movimiento pro-partido Frente de Integración Nacional (FIN); pero varios de sus ideólogos fueronasesinados por ello. Entre ellos Felipe Ralac (k’iche’), Cecilia Chet, Miguel Ángel Curruchich y Joselino Xiyon (kaqchikeles). (ENPI; 4).Un nuevo intento de crear un partido político indígena se dio en 1993, cuando se constituye la Sociedad Ixim, en el departamento deChimaltenango. La idea-proyecto de crear un partido político sólo de indígenas sigue presente en algunos líderes mayas.

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2.1 Los estudios de línea basal

D urante los últimos años se ha dado unapreocupación cada vez más creciente, por las

instituciones internacionales, públicas y privadas, queinvierten en el desarrollo, por la incidencia, los impactosy la rentabilidad social que los programas o proyectosde intervención socioeconómica y política tienen en elcambio social. La razón de ser de este mayor interésson los cuestionables resultados que dichos programashan tenido, a pesar de los cuantiosos recursoshumanos y financieros empleados; bien sea porquedichos programas no tuvieron los resultados esperados,bien sea porque no se emplearon técnicas confiablespara medir la rentabilidad social1 de los mismos. Eneste contexto, los estudios de línea basal se constituyenen una poderosa herramienta metodológica quepermite medir a mediano plazo y con mayor confiabili-dad la eficacia de dichos programas, facilitando losprocesos de monitoreo y evaluativos de las interven-ciones sociales.

Los estudios de línea basal o benchmarking (mediciónpor comparación) son utilizados comúnmente encampos tan diversos como la medicina, el desarrollosocioeconómico o la mercadotecnia.2 Asimismo, estos

Capítulo 2

Aspectos metodológicos

estudios forman parte del análisis político, y másespecíficamente del marketing político, siendo de granutilidad para el diseño de campañas y programaselectorales. (v. gr. INGEP & Fundación Soros;2002:16).

Pudiéndose definir como una fotografía panorámicaque “refleja la situación de la población objeto enrelación con las dimensiones o problemas que elproyecto pretende abordar” ( Ministerio de Economíay Finanzas de Perú; 2001), en el campo de lasintervenciones sociopolíticas, estos estudios tendríancomo objetivo toral, recopilar y analizar informaciónprimaria (sin menoscabo que se puedan nutrir defuentes secundarias), de las características, compor-tamientos, opiniones, intenciones, ideas, actitudes,expectativas, entre otros, de una determinadapoblación (ya sean grupos de individuos, grupossociales o comunidades), con la finalidad explícita depoder contrastar o comparar los objetivos y metas deun determinado programa con los resultados delmismo, operacionalizados en indicadores; y en sentidomás general, los cambios producidos derivados delproceso de intervención de la realidad. Los estudiosde línea basal y línea final (que se realizan para medirlos cambios producidos en un determinado periodo)

1 Por rentabilidad social entendemos al conjunto de criterios y mediciones para identificar la efectividad o eficacia de las intervencionessociales en el mediano y largo plazo, a partir de la comparación entre los costos e insumos y los productos y resultados (esperados yno esperados).

2 En el campo de la medicina se emplean comúnmente para medir el estado de salud de un grupo de pacientes antes de iniciar untratamiento, a partir del cual, se puede medir la efectividad de la aplicación de un nuevo fármaco a lo largo del tiempo experimentado.Generalmente en las investigaciones médicas se utiliza un grupo de control, que suele ser participantes que reciben los tratamientosestándar para determinados padecimientos. La efectividad de dichos fármacos derivaría entonces de la mejoría presentada por dichospacientes en comparación a la que presentan aquellos otros a los que se les ha aplicado el tratamiento estándar, lo que se mide con unestudio de línea final. También son comunes en las intervenciones o proyectos de desarrollo, especialmente en el ámbito comunitario:proyectos de educación, salud, entre otros; y en estudios de mercados, con la finalidad de aumentar la demanda o clientela de unadeterminada empresa.

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son, entonces, investigaciones fundamentalmenteaplicadas, cuantitativas, descriptivas y longitudinales.

Forjando la generación del cambio, proyecto que naciócon el nombre de “Participación en política: los casosde los jóvenes, las mujeres y los indígenas. Estudio delínea basal”, y que tiene como protagonistas a lossujetos que participan en el “Programa Liderazgo Jovenpara una Democracia en Construcción” (ver epígrafe2.2) surgió de esta preocupación del INGEP y la IISpor buscar instrumentos que permitan medir con másconfiabilidad, a mediano plazo, la eficacia y rentabilidadsocial que los programas de desarrollo sociopolíticodel liderazgo tienen, no solamente en términos decumplimiento de metas y objetivos trazados con dichoprograma, sino en sentido más amplio, del desate dedinámicas que contribuyan de forma efectiva a generarprocesos positivos de cambio en pro de una mayorinstitucionalización y democratización política en lasáreas donde se ejecuta (ver mapa, más adelante).Esfuerzo, el anterior, que fue posible gracias algeneroso acompañamiento del NIMD, desde el mesde septiembre del 2004.

Entre las ventajas generales que podemos mencionarde la aplicación de los estudios de línea basal a losprogramas de formación política, se encontrarían lassiguientes:

a) Nos permiten diagnosticar el estado de la cuestiónen relación a las problemáticas sobre las que elproyecto o programa va a intervenir; en este caso,los niveles de participación y exclusión sociopolíti-ca de los principales sujetos a los que el Programaestá principalmente dirigido (jóvenes, mujeres eindígenas), las condicionantes de la participaciónsociopolítica de estos sujetos, las actitudes ypercepciones que tienen sobre la política y elquehacer político; entre otros. De esta forma, apartir de este conocimiento, se pueden mejorarsustancialmente los diseños de los programas,posibilitando la elaboración de objetivos,indicadores, metas y resultados más precisos, yen ocasiones más realistas.

b) Los estudios de línea basal también facilitan losprocesos de monitoreo de los programas,

especialmente si se van haciendo medicionestemporales para ir identificando los cambios quese van produciendo. Además, cuando se midenaspectos cualitativos, como conocimientos oactitudes, contribuyen a mejorar sustancialmentelos contenidos programáticos de los mismos,pudiéndose de esta manera reforzar determi-nadas áreas de enseñanza-aprendizaje.

c) Finalmente, estos estudios nos permiten evaluarlos resultados y medir los impactos de una formamás confiable y en un lapso relativamente corto,en la medida que los mismos tienden a elaborarindicadores objetivos de la realidad.

En materia de investigación política, los estudios delínea basal y de línea final, tienen una ventaja adicional.A diferencia de otros estudios longitudinales, como losestudios de opinión, que generalmente utilizanmuestras separadas o diferentes, estos estudios serealizan con los mismos individuos, permitiendocontrolar variables que generalmente permaneceninmutables, como el género, la residencia o la autoiden-tificación étnica, de tal forma que podemos hacer enmayor medida inferencias causales de las interven-ciones sociales. En este sentido, los estudios de líneabasal se asemejan a los estudios de panel, pudiéndosemedir los cambios producidos en un mismo sujeto a lolargo de un determinado periodo.

Los estudios de línea basal y de línea final, sinembargo, t ienen varias debil idades o incon-venientes. En primer lugar hay que señalar querepresentan un fuerte porcentaje del total de loscostos. Un segundo inconveniente es que, enalgunos casos, se puede producir una al tamortalidad de los sujetos a los que se les aplicadichos estudios. Se pueden dar diversascircunstancias por las que ya no se puede aplicarla línea final, como por ejemplo que los sujetos yano estén dispuestos a ser nuevamente entrevis-tados; o bien porque se den altos niveles dedeserción, asunto que es especialmente relevantecuando se trabaja con jóvenes que están todavíadef iniendo sus pr ior idades. Igualmente, lasmediciones en periodos prolongados dificultan lalocalización de los sujetos.

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FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

Otro inconveniente de los estudios de línea basal(cuando se aplica a individuos y no a comunidades), yen general de los estudios cuantitativos, es quegeneralmente no consideran el contexto o ambienteen el que se desenvuelven los sujetos; de ahí que losmismos hayan que complementarse con estudioscualitativos, lo que supone costos adicionales.Asimismo, los estudios de línea basal y línea finalplantean problemas de inferencias causales, cuandono hay una permanencia o información sistemática delas áreas donde se trabaja a lo largo de todo el estudio.En este caso, puede que los cambios producidos enlos sujetos no se deban a las intervenciones realizadaspor el proyecto o programa, sino a determinadosacontecimientos sociales o políticos que se dan en lasáreas donde los mismos se ejecutan.3 La estrategiadel INGEP, en este sentido, es la permanenciaconstante en las áreas donde ejecuta sus programasde desarrollo del liderazgo, mientras que el área deestudios sociopolíticos se encarga de producir yacumular conocimiento de las mismas, de tal formaque las intervenciones sociopolíticas pueden contribuirde una forma más efectiva a la democratización einstitucionalización del sistema político guatemalteco.

La figura 2.1 representa la estrategia del INGEP a partirde la combinación entre formación del liderazgosociopolítico y la investigación aplicada. La línea inferiorrepresenta el ciclo de crecimiento y declive de lamovilización política que se produce normalmente entorno a los procesos políticos, y en concreto en torno alos procesos electorales. La misma estaría reflejando,en este caso para el ámbito local, una sociedad civildébil y fragmentada, sin capacidad de agregar interesesy demandas, que se moviliza o es movilizadaprincipalmente a través de relaciones clientelares conlas instituciones políticas, partidos políticos y promesasque aparecen y desaparecen después de las campañaselectorales y la práctica ausencia de liderazgosdemocráticos que creen institucionalidad en el ámbitolocal, con lo que todo ello implica para la democratizacióne institucionalización del sistema político guatemalteco.

La línea superior representa, por el contrario, el procesoesperado si se hacen grandes inversiones eninvestigación aplicada y formación política y ciudadana.En este sentido el INGEP, siguiendo la estrategia de“inducción de la vida política organizada”, estáapostando por una nueva generación de lideresas ylíderes locales que, más allá del proceso electoral del2007, contribuya de una forma efectiva a crearinstitucionalidad política en sus comunidades de origen,a una mejor comunicación de la sociedad civil con lasociedad política, al restablecimiento de la confianzainterpersonal y en las instituciones democráticas, a lapromoción y divulgación de las prácticas y valoresdemocráticos y, en general, al desate de dinámicassociales y políticas de cambio en pro de unademocracia más efectiva en el país.

Ciertamente, es fundamental tener en cuenta que laobtención de resultados en las intervenciones socialesdel tipo como las que los programas de desarrollosociopolítico tienen, sólo pueden hacerse evidentes enplazos que van de medianos a largos, y los riesgos de

3 En general, para facilitar los procesos de inferencia causal, los experimentos en las distintas ciencias emplean grupos de control. Sinembargo, en las intervenciones sociopolíticas reales, además de la dificultad de identificar grupos de control, siempre se plantea elproblema de la explicación multicausal de los fenómenos.

Figura 2.1Relación objetivos-resultados

Sin Programa Con Programa

Pro

ceso

de

form

ació

n -

ind

ucc

ión

Sociedad Civil y Sociedad política Fortalecidas

Línea Base(Oct. 2004)

Elecciones(sept. 2007)

Línea Final

(2008)

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reversión de los logros continúan presentes. No es elcaso, por ejemplo, de una estrategia de vacunación,que produce un resultado generalmente irreversible:inmunizar al sujeto frente a un virus. Mientras queconcurran variables adversas a la participación socio-política estable (como la precariedad socioeconómica,la violencia, la discriminación, entre otras) la amenazade la reversión persistirá. De lo que se trata, entonces,es hacer suficientemente sólida la disposición subjetivadel liderazgo frente a las adversidades del entorno, peroesto no inmuniza contra las mismas.

La figura 2.2 representa, por su parte, un ejemplo deindicadores elaborados durante el presente estudio convalores ficticios. En general, se espera que el valor “x”en cada uno de los indicadores relativos a laparticipación y cultura política de los sujetos del PLJDCse convierta o se acerque al valor “y” al realizarse lalínea final prevista para el 2008.

El estudio de línea basal, sin embargo, no tiene comoobjetivo monitorear al PLJDC, tarea que es continua yque corresponde al equipo técnico del mismo. En estesentido, el mismo programa tiene sus variables demonitoreo, a saber: a) el grado de pertinencia delPrograma, el que hace referencia a la adecuación yoportunidad del mismo en el contexto que opera enrelación a demandas humanas y demandas porsatisfacer; b) la idoneidad, la que se refiere a en quémedida los métodos, técnicas y actividades utilizadasresponden a los objetivos propuestos; c) la efectividad/ eficacia, relativa a la cuantificación del logro de lasmetas u objetivos, a la capacidad de lograr el efectodeseado y a la medida en que se han producido loslogros esperados; d) la eficacia / rendimiento, que serefiere al costo que ha supuesto el logro dedeterminados efectos; e) las razones de los éxitos olos fracasos, con base en lo contextual, y que mide lavoluntad política, disponibilidad presupuestaria,condiciones sociales y económicas, valores culturalesy religiosos; f) los procedimientos de comunicación ydecisión, referidos a la metodología y estructurautilizadas, a los procedimientos empleados, lasestrategias de desarrollo y los ajustes o modificacionesdel proyecto; y g) el grado en que se están produciendoconsecuencias no esperadas, relativas a situacionesno previstas que favorecen o limitan el desarrollo delprograma, de los participantes y de las institucionespolíticas.4

En la anterior estructura, el estudio de línea basal, yen general los estudios que se realizan en el área deestudios sociopolíticos, tendrían como finalidad aportarinsumos-conocimientos en relación a los criterios e) yg), relativos a las variables contextuales que puedenafectar la rentabilidad social del Programa; esto es: enrelación a los posibles efectos, positivos o negativos,que el programa pueda tener, derivados del entornosociopolítico y cultural del liderazgo.

4 Información aportada por el equipo técnico del PLJDC.

Figura 2.2Relación Objetivos-Indicadores

Actitudes, prácticas yvalores democráticos

Conocimiento delSistema Político

Participación Electoral

Índice de activismosociopolítico

Adscripción partidaria

Línea Final(2008) "Y"

Línea Basal

(Octubre 2004)

"X"

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FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

2.2 El Programa Liderazgo Jovenpara una Democracia en Construcción

Los protagonistas de este estudio son los estudiantes,mujeres y hombres, del Programa Liderazgo Jovenpara una Democracia en Construcción, programa dedesarrollo sociopolítico que, como ya hemos venidoseñalando, implementa el INGEP, apoyado por la IIS,

desde el mes de julio del 2004, teniendo previstoculminar en julio del 2006. El mismo se desarrolla endieciséis municipios pertenecientes a siete departa-mentos del país, de las regiones central (Sacate-péquez, Chimaltenango y Escuintla), suroccidental(Totonicapán, Quetzaltenango y San Marcos), y nor-occidental (Huehuetenango), conforme a la divisiónpolítica-administrativa de Guatemala.5

5 Aunque el Programa se ejecuta en 16 municipios, los sujetos son originarios de 40 localidades, conforme a los resultados de la encuestade individuos realizada para este estudio en octubre del 2004. Los municipios donde se desarrolla el Programa aparecen resaltados ennegrita.

MapaOrigen de los estudiantes del Programa Liderazgo

Joven para una Democracia en Construcción

Guatemala (.6%)• Mixto (.6%)

Chimaltenango (19.6 %)• Chimaltenango (6.1%)• Tecpán Guatemala (4.8%)• San Martín Jilotepeque (4.8%)• San Juan Comalapa (3.6%)• San Andrés Iztapa (.3%)

Sacatepéquez (5.4 %)• Antigua Guatemala (2.7%)• Jocotenango (.3%)• Santa María de Jesús (.6%)• San Lucas Sacatepéquez (.6%)• Santa Catarina (.6%)• Santo Domingo Xenacoj (.3%)• Sumpango (.3%)

Escuintla (15.1%)• Escuintla (3.9%)• Palín (6.7%)• Santa Lucía Cotzumalguapa (4.5%)

Quetzaltenango (14.6%)• Quetzaltenango (8.8%)• Coatepeque (5.8%)

Totonicapán (5.7%)• Totonicapán (3.9%)• San Andrés Xecul (.6%)• Santa María Chiquimula (.9%)• San Francisco El Alto (.3%)

San Marcos (23.9%)• Ayutla (.3%)• Malacatán (4.2%)• Nuevo Progreso (.3%)• Pajapita (.3%)• San Marcos (10.6%)• San Pedro Sacatepéquez (5.8%)• San José Ojotenám (.3%)• San Pablo (.3%)• Sipacapa (.9%)• Tejutla (.9%)

Huehuetenango (14.8 %)• Colotenango (1.8 %)• Chiantla (.3)• Huehuetenango (8.5 %)• San Juan Atitán (1.5%)• San Idelfonso Ixtahuacán (1.5%)• San Pedro Necta (.6%)• Santa Bárbara (.3%)• Santa Eulalia (.3%)

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El estudio comprende a todos los sujetos del programa,haciendo énfasis en los jóvenes, las mujeres y losindígenas, los sectores tradicionalmente excluidos dela ciudadanía política o ejercicio del poder político enGuatemala. En la segunda quincena del mes de octubredel 2004, cuando comenzó el trabajo de campo delestudio, asistieron a los cursos de formación, conformea los datos aportados por el programa, 356 personas,encuestándose a 330;6 esto es el 93% de losestudiantes.7 La mayoría de los indicadores yresultados que presentan en este estudio son, por tanto,generalizables a la totalidad de los sujetos en procesode desarrollo sociopolítico.

Los objetivos

De acuerdo con la información aportada por el PLJDC,“el objetivo general del Programa es contribuir con lacreación de una masa crítica de jóvenes guatemaltecosposeedores de sólidos valores democráticos, aptospara la vida intercultural, para tomar a su cargoresponsabilidades sociales y políticas crecientes, yformados para encabezar progresivamente tanto lademocratización e institucionalización de lasorganizaciones políticas de su medio, como en generalpara ir tomando los relevos en las responsabilidadespara con su país a mediano plazo, disminuyendo enalguna medida los índices de exclusión políticaactuales”.

Específicamente, “el Programa se propone, en lo queestá dentro de sus posibilidades” y en las áreas dondese ejecuta, incidir en el incremento de la presencia “delíderes jóvenes, mujeres e indígenas en las organiza-ciones políticas, comparado con los porcentajes quese presentaron en las elecciones generales del año2003”; así como después de estar políticamenteformados que “tengan mayores oportunidades deocupar cargos en las estructuras partidarias”,

dependiendo todo lo anterior “de las decisiones internastomadas por las agencias partidarias a todo nivel”.

La población meta

El Programa LJDC “está dirigido principalmente ajóvenes con altas potencialidades de liderazgo queestén involucrados en organizaciones políticas ysociales o que a mediano plazo puedan involucrarseen actividades políticas y de servicio a su comunidad”.

El perfil mínimo de ingreso incluyó los siguientescriterios:

a) Edad: un 60% de espacios para jóvenes entre 18y 30 años.

b) Género: al menos un 30% mujeres.c) Etnicidad: en el caso de las regiones mayoritaria-

mente indígenas, los participantes que seautoidentifican como tales deben representar almenos del 55% al 60% de los estudiantes.

d) Educación: seis años como mínimo.8

e) Más de la mitad de los participantes deben tenerrelación con partidos políticos u otras organi-zaciones sociales.

f) Potencialidad de liderazgo e interés en lasactividades sociopolíticas.

El perfil de egreso

Al terminar el Programa se pretende que losparticipantes:

a) Posean conocimientos básicos y actuales sobrela actividad política y su dinámica social.

b) Comprendan la realidad nacional en sus múltiplesdimensiones.

c) Manejen herramientas de análisis para una mejoractuación en su actividad política.

6 La diferencia entre asistentes y entrevistados se debe a que en el momento de aplicarse las encuestas, en el espacio del Programa,no habían llegado algunos estudiantes.

7 El Programa tiene como meta formar a 300 lideresas y líderes para finales del 2006.8 El Programa contempla que en los casos que no se llenen los requisitos de educación formal, “se realizará un programa de nivelación

en ciertas áreas del conocimiento, exclusivamente cuando el historial social de los candidatos así lo requiera”.

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FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

d) Desarrollen planes exitosos de campaña políticaapegados a valores éticos.

e) Desarrollen diagnósticos municipales y planesbásicos de gobierno local.

f) Vivan los valores democráticos y asuman actitudesconciliadoras para el fortalecimiento de susorganizaciones y de la vida política de su localidad.

g) Asuman una actitud reflexiva y autocrítica quepermita potenciar su papel de lideresa o líderdentro de las organizaciones políticas y sociales.

h) Sean lideresas o líderes dentro y fuera de susorganizaciones.

i) Ejerzan de manera consciente el papelestratégico que le corresponde a la juventud enlas organizaciones políticas y sociales.

j) Trabajen en espacios multipartidarios y en equipopara la construcción de una mejor sociedad.

Metodología empleada

El proceso de enseñanza aprendizaje que desarrollael programa comprende talleres municipales, regiona-les y nacionales, en los que se utiliza una metodologíaparticipativa y constructivista; actividades derecreación; e intercambios internacionales.9

Asimismo, el programa de formación se desarrolla através de tres cursos:

a) Curso de nivelación o introductorio (julio adiciembre del 2004), que contempla los temas de:Liderazgo Político, Estudio de la Realidad deGuatemala, Análisis y Transformación deConflictos, Introducción a la Ciencia Política yHerramientas para el Liderazgo y el Análisis dela Realidad.

b) Curso Intermedio o Área Común (abril a diciembredel 2005); con los temas a desarrollar de: Diálogoy Negociación, Análisis de la Realidad, PartidosPolíticos, y Poder Local y Descentralización.

c) Áreas de Especialización (2006): GestiónMunicipal y Desarrollo Local; y Dirección deCampañas Políticas, Análisis Político y DesarrolloOrganizacional.

2.3 Metodología

Forjando la generación del cambio es un estudiobásicamente descriptivo, pues tuvo como objetivoespecífico conocer, con diversos niveles deprofundidad, a los estudiantes que participan en elPrograma Liderazgo Joven para una Democracia enConstrucción, caracterizando e identificando, entreotros, sus niveles e índices de activismo sociopolítico,las condicionantes políticas y extrapolíticas de laparticipación, los valores que dichos estudiantes portan,así como las actitudes y percepciones que tienen hacia

9 El Programa desarrolla dos tipos de intercambios: a) Intercambio Suecia-Guatemala, y b) Intercambio Guatemala-Suecia. Al finalizar losintercambios Suecia-Guatemala se espera que los participantes guatemaltecos: a) tengan un conocimiento teórico y práctico sobre lademocracia sueca, el sistema sueco de partidos políticos y la participación de los jóvenes para que les sean útiles en su trabajo políticoy en el futuro; b) posean los conocimientos y las herramientas necesarias para trabajar en el aumento de la participación de los jóvenesen la política; c) hayan establecido contactos con participantes suecos y guatemaltecos, sus partidos políticos u organizaciones; d)hayan incrementado, en los partidos políticos suecos, el conocimiento sobre la realidad de Guatemala y Centroamérica; y e) utilicen lared de jóvenes participantes que ellos mismos construyeron y fortalecieron en los municipios donde se tiene presencia. Los objetivosespecíficos de los intercambios Guatemala-Suecia son: a) crear y establecer lazos de cooperación entre partidos con ideologías similares;b) contribuir al surgimiento o resurgimiento de fuerzas políticas e ideológicas; c) utilizar el espacio de debate frente a las posturas sobrelos procesos de integración regional y global tanto en Guatemala como en Suecia; d) socializar experiencias de la realidad guatemaltecay la dinámica municipal y de descentralización en espacios políticos suecos; e) contribuir a aumentar el interés por Guatemala y sudesarrollo político, dentro de organizaciones políticas en Suecia; y f) identificar prácticas políticas democráticas e incluyentes para eldesarrollo político de la República de Guatemala. Durante el 2004 se desarrollaron dos intercambios Suecia-Guatemala. El primero sedesarrolló con cuatro participantes: dos mujeres y dos hombres de los partidos Socialdemócrata, del Centro, Izquierda y DemócrataCristiano, con el tema de liderazgo y valores democráticos. El segundo fue en noviembre del 2004, en el que participaron siete jóvenes,cuatro hombres y tres mujeres de los partidos siguientes: Partido Liberal, Partido de Los Verdes, Partido Socialdemócrata, PartidoDemócrata Cristiano, Partido del Centro y Partido de la Izquierda, desarrollando los temas de cultura política, género, transparencia yparticipación. El primer intercambio Guatemala-Suecia se produjo en mayo del presente año, participando cinco mujeres y cuatrohombres jóvenes (cinco mayas y cuatro ladinos), de los partidos políticos URNG, UNE y GANA y de la sociedad civil. El segundointercambio Guatemala-Suecia está previsto para el mes de noviembre del presente año.

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la política y el quehacer político. De ahí que lasprincipales técnicas empleadas en este estudio, asícomo los análisis que se realizan sean mayoritaria-mente cuantitativos.

Fases de investigación

El estudio se desarrolló en once meses de trabajo(desde septiembre del 2004 a julio del 2005) y en cincofases. El primer mes se dedicó a la socialización delproyecto de investigación entre la comunidadacadémica de la URL, a la puesta a punto del diseñode investigación, a la selección y contratación depersonal especializado, a una rápida revisiónbibliográfica, así como al diseño de las principalestécnicas de recopilación de datos: encuestas deindividuos y de hogares. En relación al diseño de lasencuestas fueron de gran utilidad los insumos dados,por el personal del INGEP, de la Facultad de CienciasPolíticas y Sociales, por Elisabet Branberg (IIS) e IvánMonzón (INTRAPAZ).

La segunda fase de trabajo, desarrollada en el mes deoctubre, consistió en la validación y aplicación de lasencuestas, en los 16 municipios donde se ejecuta elPLJDC. Para esta fase fueron fundamentales losapoyos logísticos dados por el equipo de trabajo delPLJDC: Anabella Amado (Coordinadora Académica),Ernesto Burgos (Coordinador Técnico), Donato Corzo(Asistente técnico), y especialmente de los facilitadoresdel proceso de formación en las áreas donde se ejecutael Programa: Yelin de León, Diani Cabrera, JuanAntonio Chaj y Jaime de León.

La tercera fase consistió en el procesamiento de losdatos, realización de los primeros análisis estadísticosy en el diseño de entrevistas. La misma se desarrollódurante el mes de noviembre del 2004. La cuarta fase(noviembre, diciembre y parte de enero del 2005) sededicó al análisis estadístico, la recopilación deinformación cualitativa a través de entrevistas yrevisiones bibliográficas, y a la elaboración de tresmonografías. Finalmente, la quinta fase (febrero a julio)se dedicó a la integración de los análisis cuantitativo ycualitativo, produciendo el informe de investigación yel libro que tiene ahora en sus manos.

Las técnicas de investigación

La mayoría de los datos que presenta este estudioprovienen de fuentes primarias (encuestas y entre-vistas); esto es: de los sujetos protagonistas de lainvestigación, los estudiantes del PLJDC. No obstante,también se utilizaron fuentes secundarias: especial-mente fuentes bibliográficas y estadísticas de diversasinstituciones.

a) Las encuestas. Las principales técnicas de recopi-lación de datos fueron dos encuestas: una de individuosy otra de hogares. Dichos instrumentos se integraronen un mismo cuestionario, aplicándose a la totalidaddel universo del estudio, lo que resultó en la recopilaciónde información relativa a 330 estudiantes y hogaresrespectivos.

La boleta se dividió en cinco secciones (ver anexo). Laprimera sección (10 preguntas) tiene como objetivorecopilar información relativa a las característicassociodemográficas de los estudiantes (tales como laedad, el género, la escolaridad o la autoidentificaciónétnica). La segunda sección (29 preguntas) estádestinada a recoger información relativa a laparticipación sociopolítica de los estudiantes.Asimismo, en dicha sección, se incluyen tres preguntasrelativas a los factores que limitan la participaciónpolítica de los sujetos y a las percepciones y actitudeshacia la política y el quehacer político.

La tercera sección de la boleta (19 preguntas) se dedicafundamentalmente a la recopilación de informaciónrelativa a los conocimientos, actitudes, valores ypercepciones que los sujetos tienen en relación alsistema político guatemalteco. La cuarta sección (20preguntas) constituye propiamente la encuesta dehogares, recopilándose a través de la misma informa-ción concerniente al contexto inmediato u origen familiarde los estudiantes del Programa (característicassociodemográficas y económicas del hogar, participa-ción sociopolítica de los padres, entre otros). Una quintasección (tres cuestiones) se dedicó a recopilarinformación concerniente a la formación política de lossujetos, información que se consideró de utilidad parael PLJDC. En su conjunto la boleta está conformada

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FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

por 81 preguntas, aplicándose a todos los sujetos; estoes: tanto la encuesta de individuos como la de hogaresse aplicaron a los sujetos del Programa.

La validación de las encuestas se realizó en sietemunicipios, individualmente. La misma consistió endemostrar la plausibilidad del instrumento, buscando lapertinencia de las preguntas y reactivos para el conjuntode los sujetos e identificando los niveles de comprensión.La selección de los estudiantes para la validación fuerealizada por los facilitadores del PLJDC, en base acriterios aportados por el equipo de investigación, talescomo el conocimiento de las temáticas, la capacidad dereacción a las preguntas o los niveles de comprensión.El proceso de validación mostró la plausibilidad de laencuesta, a la que se le hizo algunos cambiosreformulando preguntas y reduciendo o ampliandoreactivos. No obstante, la validación mostró también lagran heterogeneidad de los sujetos, previéndose algunasdificultades en su aplicación.

Las encuestas se aplicaron colectivamente, en losespacios de capacitación de PLJDC, y en los 16municipios donde se ejecuta el mismo. Ello facilitó engran medida su aplicación. En promedio, los gruposde estudiantes en cada municipio se componen deaproximadamente 25 estudiantes, aunque se davariabilidad de un municipio a otro. En la aplicación encada municipio estuvieron presentes dos investiga-dores: uno dirigiendo la aplicación de la encuesta yotro ofreciendo apoyo individualizado a los estudiantesdel grupo.

Tanto en la inducción como en la aplicación de lasencuestas los facilitadores del Programa tuvieron un papelde primer orden, facilitando el proceso. A pesar de loanterior se dio cierta suspicacia por parte de algunosestudiantes en relación a los fines de la información.

El procesamiento y análisis de los datos cuantitativosse realizó mediante el Paquete Estadístico en Ciencias

Sociales (SPSS 10.0). La mayoría de los análisisestadísticos que se realizan en el estudio sondescriptivos, aunque también se utiliza la estadísticainferencial (regresión lineal múltiple) para identificaralgunos determinantes de la participación sociopolítica.En los análisis descriptivos y bivariados se tomaroncomo criterios la edad, el género y el grupo étnico. Otroscriterios que aparecen a lo largo del estudio son laresidencia (rural, urbana), la identificación ideológicade los sujetos, y la pertenencia o no a organizacionespolíticas. En la significancia de las pruebas de hipótesis(Chi-cuadrado y T-est) se tomó como criterio el 0.05,en aquellos casos que los grupos representen al menosel 10% del universo del estudio (esto es: del total delos estudiantes del Programa); mientras que se tomacomo criterio una significancia del 0.01 cuando losgrupos representan menos del 10%. Para los análisisde la varianza (ANOVA) se toma como criterio el .000.

b) Las entrevistas. La recopilación de la informacióncualitativa se realizó principalmente a través deentrevistas, tanto a estudiantes preseleccionados delPrograma como a dirigentes sociales, políticos yeconómicos. En total se realizaron 32 entrevistas, 14 aestudiantes del Programa. La selección de los sujetos aentrevistar se realizó en base a análisis preliminares dela encuesta de individuos, considerando criterios de edad,género y pertenencia étnica, así como perfilesdiferenciados de activismo sociopolítico. También se tuvoen cuenta la diversidad de organizaciones, especialmentepolíticas, a las que los estudiantes se adscribían.

Las entrevistas tuvieron tres objetivos principales:

1) Profundizar cualitativamente en algunosresultados relevantes derivados de los análisiscuantitativos; complementando o viendo laplausibilidad de dichos resultados;10

2) Ahondar en las actitudes y percepciones de lossujetos hacia la política, el quehacer político y

10 En la práctica este objetivo se cumplió parcialmente, debido a la proximidad y el corto tiempo de las fases de investigación.

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los partidos políticos; así como en los factoresdeterminantes de la participación.

3) Caracterizar el contexto mediato de los sujetos;esto es: las dinámicas sociales, políticas,económicas, religiosas en los que los sujetos sedesenvuelven, a través del estudio de tres casos:Coatepeque, Quetzaltenango y San MartínJilotepeque.

2.4 Principales característicassociodemográficas de los sujetos

Conforme a los datos arrojados por la encuesta deindividuos realizada en el mes de octubre del 2004, laedad promedio de los estudiantes del Programa LJDCes de 30 años, representando los sujetos jóvenes(menores de 31 años) el 57%. Los sujetos de 15 a 17años representan el 6%; los que tienen entre 18 y 24años (incluidos) el 32% y los que tiene entre 25 y 30años, representan el 20%.

Por sexo, el liderazgo en proceso de formación queatiende el INGEP es mayoritariamente masculino,aunque las mujeres representan una importanteproporción (el 39% del liderazgo).

Por autoidentificación étnica, el 52% de los estudiantesson ladinos, el 43% indígenas de diferentes pueblosmayas y el 5% se autoidentifica como guatemalteco,mestizo, español, o bien con otro grupo que noespecifica. Los kaqchikeles representan el 7% de losestudiantes, los k’iches el 9%, los mames el 12%, lospoqomames el 4% y los q’anjob’ales el 2%.11 Por áreade residencia, el 72% viven en el área urbana, mientrasque el 28% en la rural.12

Conforme a los datos aportados por los sujetos en lamisma encuesta, éstos se adscriben o representan a

un total de 68 organizaciones de la sociedad civil,organizaciones políticas (partidos políticos, comitéscívicos y asociaciones) o bien a instituciones delEstado. Las más representativas13 por orden alfabéticoson: el partido Alianza Nueva Nación (ANN); laAsociación de Mujeres APITEX; la Asociación PalinecaJawal Zinimit; el Consejo Nacional de la Juventud(CONJUVE); el partido Desarrollo Integral Auténtico(DIA); la coalición política Gran Alianza Nacional(GANA); el Grupo de Análisis; el colectivo MiradorElectoral; el Partido de Avanzada Nacional (PAN); elPartido Transparencia; el partido Unión Democrática(UD); el partido Unidad Revolucionaria NacionalGuatemalteca (URNG), y el partido Unidad Nacionalde la Esperanza (UNE).

En cuanto a la escolaridad se refiere, el 3% tiene laprimaria, el 13% el básico, el 62% el diversificado, el13% el técnico universitario, el 7% la licenciatura y el2% estudios de postgrado. Por ocupación, el 23% sonestudiantes, el 41% trabajadores, y el 33% estudian ytrabajan. Un 4% señala tener otra ocupación, sinespecificar cuál. En relación a las profesiones u oficiosde los sujetos, el 52% clasificó como técnico, el 11%como estudiante, el 10% como profesional, el 7% comoempleado o comerciante, el 3% como trabajadoradoméstica y el 1% como activista sociopolítico.14

Por sector económico, el 57% se ubica en los servicios;el 9% en el comercio; el 5% en la agricultura; el 5% enel sector doméstico y el 1% en la industria. Además, el6% señala estar desempleado y el 17% estudiando.

En relación a las principales características de lossujetos según su edad (ver tabla 2.1), se da granequilibrio entre las personas jóvenes y las adultas enlo que se refiere a su autoidentificación étnica y áreade residencia, y no así en lo que respecta al género.

11 Para efectos de este estudio se clasifica a los estudiantes que se autoidentificaron como kaqchikeles, k’iches, mames, poqomames yq’anjo’ales como mayas/indígenas, para distinguirlos de los miembros de otros pueblos indígenas de Guatemala (xincas y garífunas).La categoría maya constituye una identidad política, aunque en este estudio no se entiende de esa manera, ya que solamente se lespreguntó a los estudiantes por su autoidentificación étnica.

12 El reclutamiento de estudiantes de las áreas rurales se hizo por las mismas organizaciones contactadas para el Programa.13 Más del 1% de los estudiantes se adscriben a esa organización en el Programa a la fecha de la encuesta.14 Señalan trabajar en una organización social o política.

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FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

Dentro del grupo de los jóvenes hay mayor equilibrioentre mujeres y hombres, mientras las personas adultasson mayoritariamente hombres.

Los adultos tienen en promedio un año de escolaridadmás que los jóvenes: 13.37 y 12.34 años, respectiva-mente, lo que se debe principalmente a que muchosjóvenes todavía están estudiando. Las diferencias entrela escolaridad de estos dos grupos, son además,estadísticamente significativas.

Por género (ver tabla 2.2), las mujeres del Programase caracterizan por ser predominantemente jóvenes(70%), mientras la mitad de los hombres sonjóvenes y la otra mitad adultos, mayores de 30 años.Se da bastante equilibrio entre las mujeres y loshombres en relación a su autoidentificación étnica;mientras que por residencia un mayor porcentajede mujeres vive en el área urbana en relación a loshombres.

Variable

Género (%)

Mujeres Hombres

Autoidentificación étnica (%)

Maya Ladino

Área de residencia (%)

Urbana Rural

Escolaridad (Promedio)

Tabla 2.1Características de los sujetos en función de sus edades

Jóvenes(n=189)

47.652.4

45.055.0

70.429.6

12.23

Adultos(n=140)

27.172.9

45.954.1

73.226.8

13.37

Total(n=329)

38.961.1

45.454.6

71.628.4

12.79

P*

.000

.484

.333

.006

* Prueba del chi-cuadrado para variables nominales y ordinales y prueba de test para variables de intervalo.Fuente: INGEP, octubre 2004.

Variable

Grupo etáreo

Jóvenes Adultos

Autoidentificación étnica (%)

Maya Ladino

Área de residencia (%)

Urbana Rural

Escolaridad (promedio)

Tabla 2.2Características de los sujetos en función del género

Mujeres(n=129)

70.329.7

44.555.5

77.322.7

12.58

Hombres(n=201)

49.350.7

45.754.3

68.032.0

12.93

Total(n=330)

57.442.6

45.354.7

71.628.4

12.79

P*

.000

.465

.043

347

* Prueba del chi-cuadrado para variables nominales y ordinales y prueba de test para variables de intervalo.Fuente: INGEP, octubre 2004.

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La escolaridad de las mujeres y los hombres es muysimilar, no existiendo diferencias significativas entre estosdos grupos. Un dato importante de las mujeres es el quese refiere a su estado civil, pues la mayoría de ellas estánsolteras (71%), lo que refleja que son mayoritariamentejóvenes; pero además, es el grupo en el que se ha dadomayor número de divorcios y separaciones (el 8% estándivorciadas, separadas o viudas), lo que está asociadocon sus índices de activismo o participación sociopolítica,conforme a los análisis realizados para este estudio: lasmujeres divorciadas o separadas tienden a tener una vidasocial y política más activa que las mujeres solteras.

Finalmente, por autoidentificación étnica, los estudiantesmayas y ladinos tienen características similares a lasdel universo en lo que respecta a la edad y el género. Elporcentaje de mayas que reside en el área rural, sinembargo, es significativamente mayor que el de losladinos. Los ladinos, además, tienen una año deescolaridad más que los mayas/indígenas.

En términos generales, el liderazgo del ProgramaLJDC es mayoritariamente joven y representante de

una amplia gama de instituciones y organizacionessociales y políticas. Asimismo, destaca que elliderazgo tiene, en general, altos niveles de escola-ridad, aunque hay un importante porcentaje quetodavía está estudiando. El liderazgo del Programaes mayoritariamente urbano, aunque hay unporcentaje importante de liderazgo maya rural.Asimismo, el sector económico donde preferen-temente se ubica es el de los servicios.

También en términos generales, por grupos etáreos,géneros y grupos étnicos, los sujetos manifiestancaracterísticas similares a las del universo. Lasexcepciones más importantes son que el liderazgoadulto es predominantemente masculino y tiene unmayor grado de escolaridad que el liderazgo joven,lo que refleja que una importante proporción de esteliderazgo todavía está estudiando; que las mujeresson mayoritariamente jóvenes, solteras y con altosgrados de escolaridad; y, f inalmente, que elliderazgo maya/indígena representa una importanteproporción del liderazgo rural y tiene menor gradode escolaridad en relación al liderazgo ladino.

Variable

Grupo etáreo

Jóvenes Adultos

Género

Mujeres Hombres

Área de residencia (%)

Urbana Rural

Escolaridad (promedio)

Tabla 2.3Características de los sujetos por autoidentificación étnica

Mayas(n=139)

55.443.7

38.161.9

60.939.1

12.23

Ladinos(n=168)

56.343.7

39.360.7

82.717.3

13.22

Total(n=337)

55.944.1

38.861.2

72.927.1

12.77

P*

.484

.465

.000

.007

* Prueba del chi-cuadrado para variables nominales y ordinales y prueba de test para variables de intervalo.Fuente: INGEP, octubre 2004.

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Capítulo 3

La participación en política del Liderazgo Jovenpara una Democracia en Construcción

El presente capítulo se dedica al análisis de laparticipación sociopolítica de los estudiantes del

Programa Liderazgo Joven para una Democracia enConstrucción (PLJDC), buscando diferenciasestadísticamente significativas en función de la edad,el género y el grupo étnico. Para efectos de este estudiose consideran sujetos jóvenes a aquellos cuya edadoscila entre los 15 y 30 años, entendiendo que, comoseñalan Poitevin & Pape (2003:13) los jóvenes no sonúnicamente una categoría de edad, sino también “unacondición social que asume característicassocioeconómicas y culturales [y añadiríamos, políticas]propias”: Los géneros se refieren a las mujeres y loshombres, lo que conlleva implícito roles social yculturalmente atribuidos a cada sexo y relaciones depoder asimétricas; mientras que, para efectos tambiénde este estudio, se agruparon a los sujetos en funciónde su autoidentificación étnica en las categoríassociológicas de mayas/indígenas y ladinos, englobandolos primeros a kaqchikeles, k’iches, mames,poqomames y q’anjob’ales.1

[…] la democracia no es una construcción idílica.Requiere de mujeres y hombres dispuestos a lucharen este turbulento territorio donde se desenvuelvenlos intereses y las pasiones, las luchas reales, que

son las luchas del poder.

La democracia se hace con la política, la únicaactividad que puede reunir la dura y maravillosa tarea

de lidiar con la condición humana para construir unasociedad más digna.

(La democracia en América Latina; PNUD 2004)

En el primer epígrafe se aborda el concepto departicipación en política empleado en este estudio.Operativamente, para efectos analíticos, partimos dela distinción clásica entre sociedad política y sociedadcivil, la participación social y la participación política.Sin embargo, entendemos que las transformacionesacontecidas durante las últimas décadas en los camposeconómico, social, político y en el ámbito de la cultura,requieren de nuevos esquemas interpretativos de larealidad sociopolítica del país. La privatización de lopúblico, el surgimiento de nuevas identidades políticas,la institucionalización de las demandas y discursos delos movimientos sociales, la apertura de nuevoscanales de comunicación y mediación entre la sociedadcivil y el Estado, la pérdida de relevancia de los partidospolíticos como actores centrales de la intermediaciónde los intereses y demandas sociales, entre otrosfactores, han hecho cada vez más difícil la separaciónentre las anteriores antinomias. En el espacio local,donde se desenvuelven los protagonistas de esteestudio, las fronteras entre la sociedad civil y lasociedad política son aún más borrosas, comoveremos, pues gran parte de los sujetos sociales semueven intermitentemente en uno u otro ámbito.

En el epígrafe 3.2 se analiza la adscripción y participa-ción de los sujetos del Programa en organizacionessociales y políticas y se elabora un índice de activismoen dichas organizaciones, el que hace referencia alpromedio de organizaciones en las que el liderazgo delos sujetos ha estado involucrado. En el epígrafe 3.3

1 En los análisis estadísticos que se realizan por grupo étnico no se consideran a aquellos sujetos que se autoidentifican con la categoría“otro”, los que representan el 5% de la autoidentificación étnica del liderazgo.

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analizamos el activismo de los estudiantes por suinvolucramiento en distintas actividades sociales ypolíticas, así como la frecuencia con la que participanen actividades que promueven tanto el bien comúncomo actividades políticas, lo que nos aproxima a laconstancia o eficacia subjetiva de la participación enpolítica. En el epígrafe 3.4 se elabora un índice deactivismo sociopolítico, el que resume la participacióndel liderazgo del PLJDC. Y, finalmente, en el epígrafe3.5 analizamos la participación electoral.

Si tuviésemos que clasificar a los estudiantes delPrograma en un tipo de ciudadanos conforme a suactivismo político, como veremos, encajarían en elsector de ciudadanos altamente participativos; esto es,personas que, literalmente ‘hacen de todo’ (PNUD,2004:145 y ss.). Ello es así porque este estudio, consus particularidades y limitaciones, constituye uninsumo al conocimiento empírico del liderazgosociopolítico del país.

3.1 El concepto de participación en política

Como la mayoría de los conceptos en ciencias sociales,los conceptos de participación y de política secaracterizan por su polisemia; hasta tal punto que, aldecir de Mónica Baltodano (op. cit., 52), en relación alprimero, la participación se ha definido “según elobjetivo que con ella se persigue y el proyecto en elcual se inserte”.

En sentido genérico podemos entender la participacióncomo aquel “acto que convierte a todos los individuosen protagonistas de los diversos procesos sociales,mediante su intervención en actividades económicas,políticas y culturales de la vida del grupo” (R. Borja,Enciclopedia de la Política, cit. Thillet de Solórzano,2001:102). Otras definiciones enfatizan en la dimensiónorganizativa de la participación, haciendo énfasis enlos actores con niveles de injerencia menores en lacomunidad, donde la idea de control es esencial a la

participación (C. Franco, 1997). En este sentido, laparticipación sería aquel “conjunto organizado deacciones tendentes a aumentar el control sobre losrecursos, decisiones o beneficios, por personas ogrupos sociales que tienen niveles de injerenciarelativamente menores dentro de una comunidad uorganización”. (véase en Di Tella et al., 2004:525).

Para efectos de este estudio, tomando los anterioreselementos (especialmente el de la acción organizada yel de la relevancia de los actores tradicionalmenteexcluidos del erjercicio del poder político –jóvenes,mujeres e indígenas–), se entenderá además laparticipación en el sentido de Ortiz Crespo (1998:37),2

quien la define como “una relación de poder y, por tanto,una relación política, a través de la cual una pluralidadde actores, individuos y grupos sociales, se encuentrany confrontan, ejerciendo su capacidad de decisión paraorientar los recursos en función de sus aspiraciones.”(J. A. Ordóñez, 2000:14).

A diferencia del concepto de participación, el conceptode política denota mayor complejidad, especialmenteen un tiempo como el actual en el que constantementese habla de crisis de la política, de pérdida del horizontede la política, de la generación de la política en “loimpolítico, la apoliticidad, el desprestigio de la política”(Magallón, 2003:41). Este mismo autor señala que lapolítica “debe ser entendida como una actividad quemotiva una actitud reflexiva del político y de cualquierade los miembros de una sociedad, en la medida enque ellos intervienen o tratan de intervenir en losprocesos que permiten llegar a decisiones en relacióna las formas de gobierno, a la estructura de éste, a losplanes gubernamentales, a las condiciones dentro delas cuales se ejercen la libertad individual y colectivaen cumplimiento de la justicia”. Para el autor, la políticaes además mediación (“una forma de expresión, es unlenguaje, un horizonte de sentido”), a la vez que “unejercicio práctico de los sujetes sociales” (Op. cit., p.50 y ss.).

2 Ortiz Crespo, Santiago, Participación Ciudadana. Análisis y propuestas para la reforma del Estado, Asociación Cristiana de Jóvenes delEcuador, 1998.

49

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

A partir de los anteriores conceptos, y en particular paraeste estudio, entenderemos entonces la participaciónen política como aquel conjunto de acciones organiza-das que los sujetos colectivos emprenden con la finalidadde participar o influir en el ejercicio del poder político; yasean estas acciones orientadas por intereses materialeso por los costes-beneficios de la participación, comopropone la teoría de la elección racional en la accióncolectiva, o bien por una definición compartida de ‘labuena vida’, como propone la teoría de la accióncomunicativa. (Ver en Eder, 1998: 340 y ss.).

Asimismo, intermitentemente emplearemos el conceptode participación política, cuando ésta se de en el marcode la sociedad política; esto es en el sistema degobierno y las instituciones que lo conforman, lo queincluye la participación en los partidos políticos, comitéscívicos, concejos municipales y elecciones, entre otros.Por otro lado, utilizaremos el concepto de participaciónsocial cuando la acción colectiva de los sujetos se daen el ámbito de la sociedad civil, entendiendo a lamisma, a la “red de grupos y asociaciones entre lasfamilias y los grupos de contactos directos personales,por una parte, y las organizaciones claramenteestatales por otra, que median entre el individuo y elEstado, entre lo privado y lo público (Cohen & Arato,Op. cit., p. 71). La participación social comprendeentonces la que se da en asociaciones y organi-zaciones de la sociedad civil de diversa índole:asociaciones de vecinos, organizaciones de mujeres,de jóvenes, mayas, profesionales, campesinas,sindicatos, entre otras; así como la participación enlos movimientos sociales, que no se contemplan eneste estudio.

En la práctica, sin embargo, no se suele dar separaciónentre ambos tipos de participación, pudiendo coincidircon Lechner (1992:135) sobre lo erróneo de ladistinción tajante entre lo político y lo social, pues “sonpocas las acciones exclusivamente políticas y noreferidas a uno u otro aspecto de la organización social(Bernstein, 1988)”; a lo que podríamos agregar queson pocas las acciones sociales, en el sentidoweberiano de acciones “donde el sentido mentado porel sujeto o sujetos está referido a la conducta de otros,orientándose ésta en su desarrollo” (Weber, 1977:6),

no referidas al ámbito político. En las sociedadescontemporáneas, la privatización de lo público, lasocialización del Estado (ver Bobbio, 1999: 66), elsurgimiento de nuevas identidades políticas (como lasde género o las étnicas), la institucionalización de lasorganizaciones de las sociedad civil e incluso de losmovimientos sociales, entre otros procesos, hacencada vez más inviable la distinción tajante entre lopúblico y lo privado, entre la sociedad civil y la sociedadpolítica, entre la participación social y la participaciónpolítica.

Así, en tanto que la participación social como laparticipación política se orientan a la formación,transformación, mantenimiento o distribución del poderpolítico en una determinada sociedad, y en sentido másrestringido a intervenir o incidir en las decisionespolíticas, especialmente en cuanto a la accióngubernamental y políticas públicas se refiere, ambosconceptos se integran en el de participación en política,título que lleva este capítulo.

3.2 Adscripción y participación enorganizaciones sociales y políticas

El análisis de los datos arrojados por la encuesta deindividuos realizada para este estudio permite distinguir,para los estudiantes del PLJDC, entre la adscripción(o sea, la organización o institución a las que los sujetosseñalan pertenecer o representar en el Programa) y laparticipación real, pasada y presente, en organiza-ciones de la sociedad civil, instituciones del Estado yorganizaciones políticas. Esta distinción, que enprincipio pudiera parecer irrelevante, tiene sentidoporque nos permite medir el nivel de identidad políticade los sujetos (lo que incide directamente en lainstitucionalización de los partidos políticos), conocerlos nexos que se dan entre la sociedad civil y lasociedad política (lo que nos indica los canales deintermediación de intereses entre ambas esferas através del liderazgo), así como las fluctuaciones quese presentan en la participación sociopolítica de lossujetos, lo que es reflejo de la fortaleza o, en su defecto,debilidad de los vínculos orgánicos entre la sociedadcivil y la sociedad política, y en cierta medida del nivelde institucionalización del sistema de partidos políticos.

INSTITUTO DE GERENCIA POLITICA, INGEP

50

En su conjunto los estudiantes del PLJDC señalanpertenecer a 68 instituciones u organizaciones políticaso de la sociedad civil, siendo las organizacionespolíticas, como muestra la gráfica 3.1, y especialmentelos partidos políticos (el 37% de los sujetos señalanpertenecer a algún partido político) a las quepredominantemente se adscriben. Los sujetos quepertenecen a organizaciones políticas representan el41% del universo, mientras que los datos señalan queel 31% de los sujetos en principio no está participandoen ninguna organización, los que generalmente seidentifican en el Programa como sociedad civil.

En el cuadro 3.1 aparece la relación de organizacionespolíticas a las que los sujetos del Programa se estánadscribiendo, tanto en el momento de realizarse laencuesta para el estudio de línea basal, así como conla medición hecha por el PLJDC en junio del presenteaño. Las diferencias en las adscripciones partidariasse deben fundamentalmente al esfuerzo realizado porel Programa en la inclusión de una mayor representa-ción de miembros del espectro de partidos políticos

guatemaltecos, intentando equilibrar de esta manerael peso de las tendencias políticas.

En promedio los sujetos del PLJDC están participandoen 2.21 organizaciones, lo que los sitúa por encima dela media nacional, que es de 1.09 organizaciones,según los datos desprendidos de la Encuesta deCondiciones de Vida (ENCOVI, 2000).3

La gráfica 3.2 (infra) representa las diversasorganizaciones en las que los sujetos señalanparticipar. Una comparación entre las gráficas 3.1 y3.2 nos permite señalar, en primer término, que existenmás sujetos que están participando en organizacionespolíticas (partidos políticos y comités cívicos) que

Gráfica 3.1Adscripción a instituciones u

organizaciones sociales y políticas

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

Cuadro 3.1Organizaciones políticas a las

que se adscriben los sujetos del PLJDC

Adscripción Adscripcióna organizaciones a organizaciones

políticas, línea políticas, PLJDCbasal (octubre (junio 2005),

Nombre de la organización 2004), en % en %Alianza Nueva Nación (ANN) 1 5Comité Cívico Poder Para Todos (PPT) 1 -Democracia Cristiana (DC) 2 2Desarrollo Integral Auténtico (DIA) 3 4Foro Verde 3 3Frente Republicano Guatemalteco (FRG) 3 4Gran Alianza Nacional (GANA) 7 24Movimiento Reformador (MR) 2 -Partido de Avanzada Nacional (PAN) 9 2Partido Libertador Progresista (PLP) 1 1Partido Patriota (PP) 1 -Partido Solidaridad Nacional (PSN) 1 -Partido Transparencia (PT) 5 1Partido Unionista (PU) 2 2Unidad Revolucionaria NacionalGuatemalteca (URNG) 34 31Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) 18 16Unión Democrática (UD) 6 2Comité Cívico Xeljú 1 2Total 100.0% 99.0%

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004 y bases de datos, equipo técnico PLJDC, junio 2005.

3 La ENCOVI considera todas las organizaciones; los datos para el estudio solamente las que aparecen en la gráfica 3.2. Según la mismafuente, el 23% de los guatemaltecos participa en algún tipo de organización formal. Para el Programa, este porcentaje asciende al93.3% de los sujetos. Además, según la misma fuente el 0.28% de la población participa en alguna organización política, mientras quepara los sujetos del Programa la participación en organizaciones políticas asciende al 48%.

31.9

6.5

19.8

41.1

0 5 10 15 20 25 30 35 40 45

Ninguna

Institución del Estado

Org. de la Soc. Civil

Organizaciones políticas

51

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

adscribiéndose a este tipo de organizaciones. En suconjunto los sujetos que están participando enorganizaciones políticas representan el 48%, mientrasaquellos que se adscriben a las mismas representanel 41%. Estas diferencias entre la adscripción y laparticipación política se pueden deber a diversosfactores: bien a que en el Programa los estudiantes noestán representando a determinadas organizacionespolíticas, bien a que estos sujetos priorizan suadscripción a otro tipo de organizaciones, o bien a quesimplemente no quieren declarar su pertenenciapartidaria, ya sea porque no están en el Programa comorepresentantes de los partidos en los que participan, opor otras circunstancias, como un bajo sentido depertenencia o identidad partidaria, o simplemente porel miedo a declarar su pertenencia política.Efectivamente, el 37% de los sujetos que señalanparticipar en partidos políticos, pero que no declaransu pertenencia partidaria, se están adscribiendo aorganizaciones de la sociedad civil, el 19% ainstituciones del Estado, el 11% a asociacionespolíticas, y el 33% simplemente no se adscribe aninguna organización.4

La comparación entre las gráficas 3.1 y 3.2 nos permiteseñalar igualmente que aunque el 32% de los sujetosdel Programa no se adscriben a ninguna organizacióno institución la mayoría de ellos sí están participandoen organizaciones sociales y políticas: solamente el7% los sujetos no señalan participar en algunaorganización. Los sujetos que no se adscriben aninguna organización están participando principal-mente en organizaciones religiosas (el 33%),organizaciones de jóvenes (17%), de estudiantes(16%), de vecinos (13%) y en partidos políticos (12%),como las más representativas. Además, un datoimportante es que la mayoría de las personas que nose adscriben a organizaciones sociales o políticas sonjóvenes (el 72%), lo que estaría indicando una menorparticipación de estos sujetos, como veremos másadelante, así como una menor identificación política.

La gráfica 3.2 arroja otros datos interesantes en cuantoa la participación en organizaciones se refiere. Asídestaca los altos porcentajes de participación enorganizaciones religiosas, de jóvenes y ONG. Laparticipación en organizaciones religiosas, aunque sepuede considerar alta para los sujetos del Programa,sin embargo, es significativamente menor a la delconjunto de la población, pues de las personas queparticipan en algún grupo formal (el 23% de lapoblación) el 67% lo está haciendo en organizacionesreligiosas. La participación en organizaciones dejóvenes estaría reflejando la importancia que para losestudiantes del programa, mayoritariamente jóvenes,tiene la participación en sus organizaciones específicas;aunque es relevante anotar que muchos de estosjóvenes participan también en partidos políticos (el24%). Asimismo, la participación en ONG estaríareflejando el terreno ganado por este tipo de

Gráfica 3.2Participación actual en organizaciones

sociales y políticas

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

4 Hay que anotar, sin embargo, que conforme a los datos aportados por el PLJDC para junio del 2005, el 44% de los estudiantes se estánadscribiendo a algún partido político, lo que representa una diferencia de siete puntos porcentuales en relación a los datos arrojados porla encuesta realizada en octubre del 2004 para este estudio. Ello estaría reflejando un mayor involucramiento, no sólo en términos departicipación sino de adscripción a los partidos políticos por parte de los estudiantes del programa.

6.7

4.2

4.5

6.1

6.1

6.1

6.4

7

7

8.2

8.5

8.5

9.4

10

11.5

13

15.2

23

23

44.2

0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50

Ninguna

Comité Civico

Fundación

Org. Campesina

Sindicato

Aso. Empresarial

Cooperativa

Org. de Profesionales

Organización DD.HH

Comité Promejoramiento

CDUR

Org. Mujeres

Org. Maya

Org. Estudiantes

Org. desarrollo

Aso. Vecinos

ONG

Org. Jóvenes

Org. Religiosa

Partido Político

INSTITUTO DE GERENCIA POLITICA, INGEP

52

organizaciones desde finales de los setenta (a partirdel terremoto del 76), y especialmente a partir de lafirma de los Acuerdos de Paz (1996), con la conse-cuente llegada de la cooperación internacional.

En general, los sujetos del Programa muestran nivelesde participación en los diversos tipos de organiza-ciones muy superiores a los que presentan el conjuntode la población guatemalteca, para la que, según losanálisis realizados por Sáenz (2005: 98 y ss.) en basea los datos de la ENCOVI, de las personas que estánparticipando en algún tipo de organización solamenteel 4% lo estaría haciendo en organizaciones econó-micas, el 15% en organizaciones sociales, el 9% enorganizaciones de mejoramiento, el 67% en organiza-ciones religiosas y el 5% en otro tipo deorganizaciones; siendo la participación en organiza-ciones estrictamente políticas (grupos políticos ygrupos cívicos) mínima: del 0.28% de la población.Para el caso del Programa el 74% estaría participandoen organizaciones con fines económicos (coopera-tivas, asociaciones empresariales, sindicatos,campesinas y profesionales), el 61% en organiza-ciones de desarrollo (asociaciones de vecinos,fundaciones, comités pro-mejoramiento, ONG y lasque se autodenominan de desarrollo), el 58% enorganizaciones de interés específico (jóvenes,mujeres, mayas y estudianti les), el 23% enorganizaciones religiosas y el 7% en organizacionesde derechos humanos. Además, el 48% de losestudiantes participan en organizaciones políticas(partidos políticos y comités cívicos).

No obstante la alta participación de los estudiantes enorganizaciones políticas, ésta es superada por laparticipación en organizaciones de la sociedad civil,pues mientras el 48%, como se ha señalado, participaen las primeras, el 81% participa en las segundas.Estos datos en principio nos estarían reflejando laimportancia de la participación social en relación a laparticipación política de los sujetos, y en cierta medidael vacío que dejan las organizaciones políticas tras losprocesos electorales, orientándose la acción colectivamás hacia el ámbito de lo civil que hacia el estricta-mente político.

Los análisis de los datos, sin embargo, nos muestranque existe una alta vinculación entre el activismo socialy el activismo político de los sujetos del Programa, puesel 35% de ellos están participando tanto enorganizaciones sociales como en organizacionespolíticas. Es más, el 74% de los sujetos que estánparticipando en organizaciones políticas lo estánhaciendo también en al menos una organización de lasociedad civil, siendo las principales las económicas (el66% de las personas que participan en partidos políticostambién lo hacen en alguna organización con fineseconómicos), las de desarrollo (58%), y las específicasde los grupos (el 61%). Ello nos estaría reflejando quees a través del liderazgo local mediante el cual se puedeestablecer una mejor comunicación y canalización deintereses y demandas de la sociedad civil hacia elEstado. Para ello es fundamental que los partidospolíticos establezcan vínculos orgánicos permanentescon los liderazgos locales representantes de grandiversidad de organizaciones de la sociedad civil, de talforma que las demandas e intereses específicos de losdistintos sectores de la sociedad civil puedan estar mejorrepresentados por los partidos políticos.

3.2.1 Tendencias de la participaciónen organizaciones

La gráfica 3.3 representa la participación pasada ypresente de los sujetos del PLJDC en organizacionessociales y políticas. La comparación de los datospermite describir las tendencias de la participación delliderazgo del programa. Así, en lo que se refiere a laparticipación en organizaciones políticas se ha dadoun aumento importante en los partidos políticos,mientras que disminuye la participación en los comitéscívicos, lo que es explicable por el carácter temporalde estas organizaciones políticas, las que sólo sepueden organizar para postular cargos a lascorporaciones municipales, conforme a la Ley Electoraly de Partidos Políticos.

La experiencia en la participación en los partidospolíticos, sin embargo, asciende al 64% de los sujetosdel Programa, lo que nos está indicando que unimportante porcentaje de los sujetos que han

53

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

participado en partidos políticos ya no lo estánhaciendo, bien sea por una mala experiencia política,o simple y seguramente porque el partido político en elque participaron, actualmente no tiene estructura en elmunicipio, lo que incide en los altibajos de la partici-pación política en los partidos políticos, que suele darseen mayor medida en torno a los procesos electorales,reflejando su baja institucionalización en términos dedurabilidad en el tiempo y espacio geográfico del país.

El 51% de las mujeres tiene ya experiencia departicipación en los partidos políticos y el 72% de loshombres, siendo las diferencias entre estos dos gruposaltamente significativas. El 53% de los jóvenes tambiéntienen experiencia partidaria, ya sea porque partici-paron en el pasado o bien porque están participandoen los mismos en el presente, y el 78% de los adultos,siendo también las diferencias entre estos dos gruposaltamente significativas. No existen diferenciassignificativas entre la experiencia de la participaciónen partidos políticos entre mayas y ladinos, habiendoparticipado el 60% de los primeros y el 69% de lossegundos. De este modo podemos decir que losestudiantes del Programa que tienen menor experienciade participación en los partidos políticos son las mujeresy los jóvenes. Sin embargo, los niveles de participaciónactual en los partidos políticos son inferiores para todoslos grupos, como veremos en el epígrafe 3.2.3.

En relación a la participación pasada y presente enorganizaciones de la sociedad civil, destaca, entre lasque tienen fines económicos, una mayor participaciónen asociaciones empresariales, de profesionales ytambién en las organizaciones campesinas, mientrasque disminuye la participación ligeramente en lascooperativas y en los sindicatos. Entre lasorganizaciones orientadas principalmente al desarrollose da una disminución importante en los comitéspromejoramiento, sin embargo se dan aumentosrelevantes en el resto de estas organizaciones(asociaciones de vecinos, fundaciones, ONG yorganizaciones estrictamente de desarrollo). Asimismose han dado aumentos en la participación enorganizaciones de intereses específicos de los grupos,especialmente en las organizaciones de jóvenes;aunque destaca un descenso abrupto en las

organizaciones estudiantiles, reflejando en cierto modo,la decadencia del movimiento estudiantil guatemaltecocomo actor sociopolítico de primer orden.

Igualmente encontramos un ligero aumento en laparticipación en organizaciones de derechos humanos,mientras que una leve disminución en la participaciónen organizaciones religiosas. En general podemos decirque el liderazgo del Programa ha pasado por procesode secularización política, aunque el 24% de laspersonas que participan en partidos políticos lo estánhaciendo también en organizaciones religiosas; elloindependientemente de la tendencia político-ideológicadel partido, lo que nos indica el fuerte vínculo que lareligión y la política tiene todavía en Guatemala. Por lodemás, las tendencias de la participación de los sujetosen organizaciones sociales pueden estar reflejandotendencias a nivel general, especialmente en lo quese refiere a la participación en organizaciones de interésespecífico.

Gráfica 3.3Participación pasada y presente

en organizaciones

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

6.7

11.5

23

8.5

9.4

7

4.5

8.5

13

6.1

6.1

6.1

6.4

4.2

31

9.3

25.2

16.6

10.2

38.344.2

8.2

23

15.2

7

10

6.7

3.2

7.7

5.4

10.5

5.4

3.5

4.2

7.7

6.7

15

5.8

6.1

7.3

0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50

Ninguno

Org. Estudiantes

Organización DD.HH

Org. Desarrollo

ONG

Org. Jóvenes

Organización Mujeres

Org. Maya

Org. de Profesionales

Org. Religiosa

Comité Promejoramiento

Fundación

CDUR

Aso. Vecinos

Org. Campesina

Sindicato

Aso. Empresarial

Cooperativa

Comité Cívico

Partido Político

Presente Pasado

INSTITUTO DE GERENCIA POLITICA, INGEP

54

3.2.2 El índice general de participación enorganizaciones sociales y políticas

Para profundizar en la intensidad del activismosociopolítico en organizaciones tanto políticas como dela sociedad civil de los sujetos del PLJDC se elaboró elíndice general de participación en dichas organizaciones,el que hace referencia al promedio de organizacionesen las que han participado. Así tenemos que los sujetosparticiparon en el pasado en promedio en 2.70organizaciones, mientras que actualmente lo estánhaciendo en 2.21. El índice general de participación delos sujetos en organizaciones sociales y políticas es de4.92, lo que significa que los mismos han participado,ya sea en el pasado o en el presente, en prácticamentecinco organizaciones, sea del tipo que sea.

es que los jóvenes tienen índices de participación tantoen el presente, como en el pasado, y en generalmenores a los adultos, y estas diferencias sonaltamente significativas (ver tabla 3.1). En especial esrelevante destacar que en la actualidad los jóvenes seestén involucrando en menor número de organiza-ciones que los adultos, debido a que la participaciónpasada se ve restringida por la edad de estos sujetos.En promedio los jóvenes están participando en 1.92organizaciones, mientras que los adultos lo estánhaciendo en 2.60. El índice de participación enorganizaciones sociales y políticas de los jóvenes deentre 15 a 24 años, incluidos, es aún más bajo (1.56),lo que nos estaría indicando que la participación enorganizaciones, y en general el compromiso social ypolítico se está adquiriendo con la edad: cuanto mayorse es pareciera que se participa más, como ponen demanifiesto diversos estudios.

En general, la menor participación de los jóvenes seestá dando principalmente en las organizacionespolíticas, y más en específico en los partidos, puessolamente participan el 38% frente al 52% de losadultos. Sin embargo, los jóvenes también estánparticipando en menor medida en organizacioneseconómicas y de desarrollo, siendo las diferencias conlos adultos altamente significativas. Solamente, en lasorganizaciones de interés específico (especialmenteen las organizaciones de jóvenes, propias de su edad)y en las religiosas los jóvenes del programa participanen mayor medida que el resto de los estudiantes.

La edad podría explicar la menor participación de losjóvenes en organizaciones económicas, dado el menordesarrollo profesional de éstos en relación a los adultos.Sin embargo, los niveles de participación en organiza-ciones religiosas se explicaría por los escasos espaciospara la participación social que tienen estos sujetos enel nivel local; mientras que la menor participación enlos partidos políticos refleja un menor interés de losjóvenes en la participación política y además ladiscriminación y exclusión que se da por parte de lospartidos políticos hacia estos sujetos, como ponen demanifiesto las entrevistas realizadas y como veremosen el capítulo 4. Los jóvenes del Programa tiendenademás a ser más individualistas que los adultos, en

La gráfica 3.4 refleja la intensidad de la participación enorganizaciones, mostrando que “lo común” es que separticipe en una o dos al mismo tiempo. La participaciónmayor en el pasado se debe fundamentalmente a queeste es un tiempo más largo. Los datos en principio nadanos dicen en relación a si en el pasado se participabaen más o en menos organizaciones.

3.2.3 La participación en organizaciones socialesy políticas de jóvenes, mujeres e indígenas

Al comparar la participación de los jóvenes con la delos adultos en las diversas organizaciones políticas yde la sociedad civil el primer dato que salta a la vista

Gráfica 3.4Intensidad de la participación en

organizaciones sociales y políticas

Fuente: Encuesta INGEP, octubre 2004.

6.7 7.3

34.8 34.528.2

18.5

13.3 12.5

6.78.3

5.5 5.8 4.8

13.1

0

5

10

15

20

25

30

35

0 1 2 3 4 5 más de 5

Presente Pasado

55

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

cuanto tienden a organizarse en mayor medida enorganizaciones específicas de su grupo en detrimentode otro tipo de organizaciones más solidarias, comolas de desarrollo; aunque hay que anotar que muchasorganizaciones juveniles en Guatemala tienen una claraproyección social.

Como los jóvenes en relación a los adultos, las mujerestienen índices y niveles de participación enorganizaciones menores que los hombres (Tabla 3.2).Hay que anotar, sin embargo, que las diferencias en laparticipación entre mujeres y hombres se dafundamentalmente en el número de organizaciones enlas que las primeras participaron en el pasado y notanto en la participación actual de la mujeres, lo queestaría indicando que las mujeres del Programa hantendido a involucrarse más en organizaciones socialesy políticas, y/o bien que dentro del grupo de mujeresexisten mujeres muy activas política y socialmente,

como efectivamente ocurre. Las diferencias entre laparticipación en organizaciones sociales y políticas enla actualidad se produce fundamentalmente por unmenor involucramiento de las mujeres en los partidospolíticos (pues solamente participan el 36% de lasmismas frente al 50% de los hombres) y no tanto enorganizaciones de la sociedad civil, en las que se danniveles de participación similares.

Hay que considerar, sin embargo, que la mayoría delas mujeres del Programa son jóvenes, por lo que suparticipación, como analizaremos en el epígrafe 3.4,puede estar más determinada por la edad que por elgénero. Es así que, las mujeres, como los jóvenes, seinvolucran menos que los hombres en organizacioneseconómicas y de desarrollo; sin embargo, estánparticipando de forma similar a éstos en organizacionesde interés específico. Especialmente destaca laparticipación de las mujeres en las organizaciones de

P*

.001

.000

.000

.010

.130

.122

.176

.082

.001

.032

.004

.129

.002

.043

.002

.051

.438

.000

.027

.005

.118

.018

Variable

Part. actual en orgs. (promedio)

Part. Pasada en orgs. (promedio)

Part. Total en orgs. (promedio)

Participación actual en organizacionessociales y políticas (%)

Partidos políticos Comités cívicos Cooperativas Sindicatos Campesina Asociación de Vecinos Asociación empresarial CDUR Fundación Comités Promejoramiento Religiosa Profesional Maya Mujeres Jóvenes ONG Desarrollo Derechos humanos Estudiantil

Jóvenes(n=189)

1.92

2.11

4.05

38.62.64.84.84.27.93.74.83.24.226.53.26.99.032.811.67.45.313.2

Adultos(n=140)

2.60

3.48

6.05

52.15.78.67.98.620.09.313.66.413.617.912.112.97.910.020.017.19.35.7

Total(n=329)

2.21

2.70

4.92

44.4 4.0 6.46.16.113.06.18.54.68.223.87.09.48.523.115.211.67.010.0

* Prueba del chi-cuadrado para variables nominales y ordinales y prueba de t-est para variables de intervalo.Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

Tabla 3.1Participación en organizaciones según los grupos etáreos

INSTITUTO DE GERENCIA POLITICA, INGEP

56

su género y de jóvenes, aunque en estas segundas noexisten diferencias significativas con los hombres.

Por lo demás, la participación en organizaciones dederechos humanos y religiosas de las mujeres es muysimilar a la de los hombres, por lo que las mujeres delPrograma rompen la tendencia general de un mayorinvolucramiento en organizaciones religiosas, comoponen de manifiesto otros estudios para el conjuntode la población guatemalteca (ver Sáenz, Ídem).

Finalmente, al analizar la participación sociopolítica delos mayas y los ladinos en organizaciones noencontramos diferencias estadísticamente significati-vas en los índices de participación; con la excepciónde que ligeramente los mayas parece que estuvieronmás organizados que los ladinos en el pasado (Tabla3.3). En general, sin embargo, ambos grupos hantendido a un activismo similar, medido éste por el

número de organizaciones en las que se haninvolucrado.

Por tipo de organización, los mayas y ladinos participande forma similar en las organizaciones políticas, tantoen partidos como en comités cívicos. Los mayas, sinembargo, se están involucrando en mayor medida quelos ladinos en organizaciones de la sociedad civil, puesmientras que el 85% participa en alguna de estasorganizaciones solamente lo está haciendo el 76% delos ladinos, y estas diferencias son estadísticamentesignificativas.

Las diferencias en la participación entre estos dosgrupos en las organizaciones de la sociedad civil seestá produciendo fundamentalmente por un mayorinvolucramiento de los mayas en las organizacionesde desarrollo (especialmente en ONG y comitéspromejoramiento), y no en otro tipo de organizaciones,

p*

.042

.033

.014

.008

.514

.039

.446

.446

.015

.017

.161

.233

.336

.100

.258

.294

.000

.278

.169

.010

.581

.445

Variable

Part. actual en orgs. (promedio)

Part. Pasada en orgs. (promedio)

Part. Total en orgs. (promedio)

Participación actual en organizacionessociales y políticas (%)

Partidos políticos Comités cívicos Cooperativas Sindicatos Campesina Asociación de Vecinos Asociación empresarial CDUR Fundación Comités Promejoramiento Religiosa Profesional Maya Mujeres Jóvenes ONG Desarrollo Derechos humanos Estudiantil

Mujeres(n=129)

1.96

2.36

4.33

35.73.93.15.45.47.82.36.23.17.027.15.410.920.920.912.46.27.09.3

Hombres(n=201)

2.37

2.93

5.31

49.84.58.56.56.516.48.510.05.59.020.48.08.50.524.416.914.97.010.4

Total(n=330)

2.21

2.70

4.92

44.24.26.46.16.113.06.18.54.58.223.07.09.48.523.015.211.57.010.0

* Prueba del chi-cuadrado para variables nominales y ordinales y prueba de t-est para variables de intervalo.Fuente: Encuesta INGEP, octubre 2004.

Tabla 3.2Participación en organizaciones según el género

57

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

en las que mayas y ladinos tienen tendencias similaresde participación. Esto es: los mayas participansimilarmente a los ladinos en organizaciones políticas,económicas, de derechos humanos, religiosas y enorganizaciones de interés específico; aunque dentrode estas últimas los indígenas participan en mayormedida que los ladinos en las organizaciones mayas yde mujeres, mientras que los ladinos tienden ainvolucrarse más en organizaciones de jóvenes.

Por lo demás, el mayor involucramiento de mayas enlas organizaciones campesinas y comités pro-mejoramiento puede deberse al origen rural de unaimportante proporción de mayas que asisten alPrograma: el 39% frente al 17% de los ladinos, comovimos en el anterior capítulo. En general, sin embargo,la única gran diferencia entre el activismo sociopolíticodel liderazgo maya y ladino del programa radica en

que los primeros se están involucrando en mayormedida en organizaciones de la sociedad civil, yespecialmente de desarrollo.

3.3 La participación enactividades sociales y políticas

Además de la participación en distintas organizacionesinteresó para este estudio conocer sobre la accióncolectiva del liderazgo a través de actividades decarácter cívico y político, considerándose comorelevantes para la democracia representativa yparticipativa más efectiva en el país, entre otras, lasque aparecen en la gráfica 3.5.

En general, el liderazgo del Programa se destaca,además por un alto involucramiento en organizacionespor una alta participación en actividades políticas y

p*

.110

.048

.330

.246

.179

.183

.536

.001

.361

.483

.131

.351

.005

.264

.579

.000

.003

.047

.049

.470

.401

.404

Variable

Part. actual en orgs. (promedio)

Part. Pasada en orgs. (promedio)

Part. Total en orgs. (promedio)

Participación actual en organizacionessociales y políticas (%)

Partidos políticos Comités cívicos Cooperativas Sindicatos Campesina Asociación de Vecinos Asociación empresarial CDUR Fundación Comités Promejoramiento Religiosa Profesional Maya Mujeres Jóvenes ONG Desarrollo Derechos humanos Estudiantil

Mayas/Indígenas(n=139)

2.43

2.92

5.36

42.45.88.65.810.812.25.810.85.813.720.17.220.113.716.518.712.25.88.6

Ladinos(n=168)

2.02

2.64

4.68

47.03.05.45.41.814.36.56.54.24.823.87.11.24.225.011.311.37.110.1

Total(n=307)

2.20

2.76

4.98

45.04.26.85.55.913.46.28.54.98.822.17.29.88.521.214.711.76.59.4

* Prueba del chi-cuadrado para variables nominales y ordinales y prueba de t-est para variables de intervalo.Fuente: Encuesta INGEP, octubre 2004.

Tabla 3.3Participación en organizaciones sociales y políticas por grupo étnico

INSTITUTO DE GERENCIA POLITICA, INGEP

58

sociales, pues en promedio han participado en 7.53actividades de las consideradas para este estudio yúnicamente el 4% de los estudiantes señala no haberparticipado en alguna actividad.

Las principales actividades en las que se ha participadose refieren principalmente a aquellas relacionadas conlos procesos electorales, no únicamente a través delejercicio del voto –pues como veremos el liderazgopresenta niveles de participación electoral mucho máselevados–, sino del involucramiento en otras actividadesdentro de los mismos, como por ejemplo: en las campañaselectorales. Hay que tener en cuenta que la mayoría delliderazgo ya tiene experiencia de participación enorganizaciones políticas y sobre todo en partidos políticos,y que además uno de cada cuatro sujetos ya se hapostulado para un cargo de elección popular.

Asimismo, entre las actividades políticas en las que enmayor medida han participado los sujetos seencuentran la elección de dirigentes de organizacionessociales y políticas y la elección de autoridadescomunitarias, tales como los miembros del concejomunicipal, alcaldías auxiliares o alcaldía indígena (enel caso de Totonicapán), u otras autoridades orepresentantes, como las de los consejos de desarrollo.

A la participación en actividades relacionadas con losprocesos eleccionarios y de representación política lesiguen en importancia aquellas que generalmente seconsideran como de alta presión sobre el sistemapolítico, como son las campañas y marchas cívicas ylas manifestaciones, en las que ha participado el 61%del liderazgo del Programa, independientemente de suedad, género o autoidentificación étnica.

La participación se da en menor medida en actividadesrelacionadas con el desarrollo social de sus municipioso comunidades, tales como la ejecución de proyectoscomunitarios de desarrollo, el impulso a la constitución,legalización o funcionamiento de una asociación devecinos, la gestión de recursos comunitarios o el apoyoa la constitución o funcionamiento de un consejo dedesarrollo. Aunque el porcentaje de participación enestas actividades se puede considerar importante (el60% ha participado en al menos una de ellas),predomina la participación en actividades cívico-políticas, en las que han participado el 94% de losestudiantes. Hay que considerar, sin embargo, que lasactividades sociales no se agotan en las contempladasen este estudio, en el que se le dio mayor preeminenciaa las actividades políticas. En cualquier caso, losjóvenes son el único grupo que, además de participarmenos en actividades cívico-políticas, participan enmenor medida en las actividades sociales.

Las actividades consideradas en este estudio en lasque los sujetos del PLJDC menos han participado sonlas consultas ciudadanas y los cabildos, lo que esexplicable por las escasas consultas que se hacen tantoa nivel nacional como municipal. Igualmente destacala relativa baja participación en el apoyo a laconstitución o funcionamiento de una organizaciónpolítica en los niveles regionales y nacionales, en lasque solamente han participado el 26% de losestudiantes; aunque un importante porcentaje (41%)ha apoyado la constitución o funcionamiento de unaorganización política (ya sea partido político, comitécívico u otra asociación política). Los anterioresresultados nos estarían indicando una mayororganización y participación sociopolítica en el ámbitolocal, al tiempo que una escasa proyección política delos sujetos en el ámbito regional. De hecho solamente

Gráfica 3.5Participación en actividades sociales y políticas

21

22

25.9

27.1

31.1

36.3

38.1

41.2

41.8

42.7

46

47.3

48.2

48.5

49.1

50.3

66.2

69.8

0 10 20 30 40 50 60 70 80

Cabildo abierto

Consulta ciudadana municipal.

Apoyo Organización política Reg/Nac.

Apoyo CDUR

Consulta Popular

Gestión recursos comunitarios

Impulso a asociación de vecinos

Apoyo organización política

Ejecución proyectos comunitarios

Manifestaciones

Mítines

Asamblea comunitaria

Elección atoridades comunitarias.

Eleccción dirigentes de organizaciones

Campañas Cívicas

Participación activa en organizaciones

Elecciones generales

Elecciones municipales

Fuente: Encuesta INGEP, octubre 2004.

59

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

el 5% de los estudiantes señala estar participando enuna organización social o política cuyo ámbito deactuación sea el regional, lo que refleja la pocaimportancia que el regionalismo (con la excepciónhistórica del altiplano de Guatemala) tiene en el paísactualmente como movimiento sociopolítico.

Al comparar la participación de los jóvenes con la delos adultos el primer dato que salta a la vista en latabla 3.4 es que en promedio los jóvenes hanparticipado en tres actividades menos que los adultos,

y estas diferencias son altamente significativas.Asimismo, los resultados de los análisis estadísticosrealizados son contundentes en relación a lasdiferencias entre la participación de los jóvenes yadultos en la mayoría de las actividades consideradasen el estudio: los primeros han participado menos enla mayoría de ellas y las diferencias entre ambos gruposson altamente significativas. Así, las diferencias en laparticipación en actividades relacionadas con losprocesos electorales es de 22 puntos porcentuales, ladiferencia en la participación en actividades vinculadas

p*

.000

.000

.000

.000

.000

.000

.000

.000

.000

.000

.000

.000

.000

.002

.003

.000

.027

.406

.000

Variable

No. De actividades en lasque ha participado (promedio)

Participación en actividadessociales y políticas (%)

Elección autoridades comunitarias

Elecciones municipales

Elecciones generales

Consulta ciudadana municipal

Consulta ciudadana nacional

Cabildo abierto

Apoyo a la const. o func. de un CDUR

Gestión de recursos comunitarios

Apoyo a la const. y/o func. Org. Pol.

Impulso a la const., legalizac. o func. de unaasociación de vecinos

Apoyo a la const. y/o func.de una organizaciónsocial o política en los niveles regional y/o nacional

Ejecución de proyectos comunitarios

Mítines

Manifestaciones

Elección de dirigentes de orgs.

Asambleas comunitarias

Marchas o campañas cívicas

Dirección o participación activa en asociacionessociales o políticas

Joven(n=189)

5.94

38.8

61.2

56.9

13.8

16.0

13.3

18.6

25.0

29.3

28.2

17.0

29.8

38.8

36.2

39.4

42.6

48.4

41.0

Adulto(n=140)

9.70

60.4

81.3

79.1

33.1

51.8

31.7

38.1

51.8

56.8

51.8

38.1

58.3

55.6

51.8

61.2

54.0

50.4

63.3

Total(n=329)

7.53

48.0

69.7

66.4

22.0

31.2

21.1

26.9

36.4

41.0

38.2

26.0

41.9

45.9

42.8

48.6

47.4

49.2

50.5

Tabla 3.4Participación en actividades sociales y políticas por grupos etáreos

* Prueba del chi-cuadrado para variables nominales y ordinales y prueba de t-est para variables de intervalo.Fuente: Encuesta INGEP, octubre 2004.

INSTITUTO DE GERENCIA POLITICA, INGEP

60

a las elecciones municipales es de 20 puntosporcentuales, en mítines 18 puntos, en manifestaciones15 puntos, en la dirección o participación activa enasociaciones sociales o políticas 22 puntos, en la elecciónde dirigentes 21 puntos y en el apoyo a la constitución yfuncionamiento de una organización política 25 puntosporcentuales, sólo para mencionar algunas actividades.Únicamente en las marchas o campañas cívicas no seda variabilidad entre jóvenes y adultos, participando enlas mismas la mitad del liderazgo.

Por lo demás, las principales actividades cívicas ypolíticas en las que participan los jóvenes son lasrelacionadas con los procesos electorales y lasmarchas y campañas cívicas, mostrando tendenciassimilares a las del conjunto de los estudiantes.

La comparación de la participación de las mujeres ylos hombres refleja datos similares a la comparaciónentre jóvenes y adultos, como muestra la tabla 3.5.Las mujeres han participado en casi cuatro actividades

p*

.000

.019

.046

.004

.163

.000

.018

.017

.245

.000

.015

.001

.006

.000

.005

.000

.035

.470

.000

Variable

No. de actividades en lasque ha participado (promedio)

Participación en actividadessociales y políticas (%)

Elección autoridades comunitarias

Elecciones municipales

Elecciones generales

Consulta ciudadana municipal

Consulta ciudadana nacional

Cabildo abierto

Apoyo a la const. o func. de un CDUR

Gestión de recursos comunitarios

Apoyo a la const. y/o func. Org. Pol.

Impulso a la const., legalizac. o func. de unaasociación de vecinos

Apoyo a la const. y/o func.de una organizaciónsocial o política en los niveles regional y/o nacional

Ejecución de proyectos comunitarios

Mítines

Manifestaciones

Elección de dirigentes de orgs.

Asambleas comunitarias

Marchas o campañas cívicas

Dirección o participación activa en asociacionessociales o políticas

Mujeres(n=129)

6.03

40.6

64.1

57.0

18.8

20.3

14.8

20.3

33.6

28.1

30.5

16.4

32.8

33.6

33.6

34.4

40.6

48.4

36.7

Hombres(n=201)

8.49

53.0

73.5

72.0

24.0

38.0

25.0

31.5

38.0

49.5

43.0

32.0

47.5

54.0

48.5

57.5

51.5

49.5

59.0

Total(n=330)

7.53

48.2

69.8

66.2

22.0

31.1

21.0

27.1

36.3

41.2

38.1

25.9

41.8

46.0

42.7

48.5

47.3

49.1

50.3

Tabla 3.5Participación en actividades sociales y políticas por género

* Prueba del chi-cuadrado para variables nominales y ordinales y prueba de t-est para variables de intervalo.Fuente: Encuesta INGEP, octubre 2004.

61

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

menos que los hombres; aunque éstas parecen haberparticipado en actividades sociales y políticas un pocomás que el conjunto de los jóvenes.

En general las mujeres han participado menos que loshombres en todas las actividades consideradas en esteestudio, a excepción de las consultas ciudadanas anivel municipal, la gestión de recursos municipales yen las marchas o campañas cívicas, actividades enlas que ambos grupos han participado en similaresproporciones. Pero especialmente se dan diferenciasaltamente significativas en la participación de lasmujeres en actividades estrictamente políticas, comoson el apoyo a la constitución o funcionamiento de unaorganización política, la elección de dirigentes deorganizaciones sociales o políticas, el apoyo a unaorganización social o política en los niveles regional ynacional y los mítines, donde la participación de lasmujeres es relativamente baja en comparación a la delos hombres.

Sin embargo, las mujeres, a diferencia de los jóvenescomparados con los adultos, están participando ensimilares proporciones a los hombres en actividadesorientadas al desarrollo social de sus comunidades y,en especial, en la gestión de recursos comunitarios;por lo que, en general, podríamos decir que las mujerestienen una mayor proyección social que los jóvenes.Del mismo modo, las mujeres participan en similaresproporciones a los hombres en marchas y campañascívicas. En su conjunto, las mujeres lideresas delPrograma parecen tener una participación cívica ysocial similar a la de los hombres, pero una participaciónpolítica mucho más restringida que éstos, como lamayoría de las mujeres del país; lo que significa queun mayor activismo sociopolítico de las mujeres noconlleva necesariamente la ruptura total de lasexclusiones y discriminaciones que se dan en el ámbitode lo político. Por lo demás, las principales actividadesen las que participan las mujeres igualmente siguenlas tendencias de la participación del universo.

Finalmente, la comparación entre la acción colectivade los mayas y los ladinos, medida por el número deactividades en que el liderazgo ha participado, así comopor los porcentajes de participación en distintas

actividades sociales, cívicas y políticas, no muestradiferencias significativas (Tabla 3.6). Las únicasactividades en las que los mayas del programa hanparticipado menos que los ladinos son mitines, en laelección de dirigentes de organizaciones sociales ypolíticas y en las marchas y campañas cívicas. Noobstante, en general, los análisis estadísticos nomuestran diferencias en la participación social, cívicay política del liderazgo del programa según suautoidentificación étnica.

Los mayas/indígenas rompen las tendencias de laparticipación que se da a nivel del universo. Las principalesactividades en las que han participado son las relativasa los procesos electorales, pero le siguen en orden deimportancia la elección de autoridades comunitarias y laparticipación en asambleas comunitarias, y no la direccióno participación activa en organizaciones sociales ypolíticas y las campañas cívicas, como el resto de losgrupos. Sin embargo, no podemos hablar, para el casodel liderazgo maya del programa de una cultura políticade participación diferenciada, en cuanto que los ladinosestán participando similarmente a los indígenas/mayasen dichas actividades.

3.3.1 La eficacia de la participación en política

Desde el enfoque psicológico de la acción colectiva seentiende que cuanto mayor predisposición subjetivatenga un sujeto, esto es, esté más motivado o mayorconfianza tenga en su capacidad de incidir en la tomade decisiones, más constante (firme, perseverante)será su participación sociopolítica, lo que se conocecomo eficacia subjetiva de la acción colectiva. Laeficacia de la participación en política, sin embargo,no está únicamente predeterminada por lasmotivaciones psicológicas de los individuos, sino queen la misma inciden además una serie de factorescontextuales, institucionales, culturales y estructuralesque la restringen o favorecen, algunos de los queveremos en el siguiente capítulo.

Para aproximarnos a la eficacia o disposición subjetivade la participación social y política del liderazgo delPrograma, se preguntó sobre la frecuencia con la queparticipa tanto en actividades que promueven el bien

INSTITUTO DE GERENCIA POLITICA, INGEP

62

p*

.512

.113

.327

.179

.235

.130

.488

.087

.231

.074

.189

.444

.475

.015

.509

.022

.442

.022

.130

Variable

No. de actividades en lasque ha participado (promedio)

Participación en actividadessociales y políticas (%)

Elección autoridades comunitarias

Elecciones municipales

Elecciones generales

Consulta ciudadana municipal

Consulta ciudadana nacional

Cabildo abierto

Apoyo a la const. o func. de un CDUR

Gestión de recursos comunitarios

Apoyo a la const. y/o func. Org. Pol.

Impulso a la const., legalizac. o func. de unaasociación de vecinos

Apoyo a la const. y/o func.de una organizaciónsocial o política en los niveles regional y/o nacional

Ejecución de proyectos comunitarios

Mítines

Manifestaciones

Elección de dirigentes de orgs.

Asambleas comunitarias

Marchas o campañas cívicas

Dirección o participación activa en asociacionessociales o políticas

Mayas/Indígenas(n=139)

7.30

52.5

67.6

62.6

24.5

28.1

20.1

30.9

38.8

36.7

40.3

25.9

41.7

39.6

42.4

41.7

48.2

41.7

46.8

Ladinos(n=168)

7.67

44.9

70.7

68.3

20.4

34.7

21.0

23.4

34.1

45.5

34.7

24.6

40.7

52.7

41.9

53.9

46.7

53.9

53.9

Total(n=307)

7.50

48.4

69.3

65.7

22.2

31.7

20.6

26.8

36.3

41.5

37.3

25.2

41.2

46.7

42.2

48.4

47.4

48.9

50.7

Tabla 3.6Participación en actividades sociales y políticas por grupo étnico

* Prueba del chi-cuadrado para variables nominales y ordinales y prueba de t-est para variables de intervalo.Fuente: Encuesta INGEP, octubre 2004.

común como en actividades estrictamente políticas.Desde la ética de la política, estas últimas actividadesdeberían tener como objeto el bien común, aunque enla práctica las motivaciones de la participaciónsociopolítica pueden ser diversas, desde un sentido ointerés individualista o personal (como la adquisiciónde mayores recursos económicos o simbólicos) a uninterés más general o compartido de mejor vida.5

La gráfica 3.6 representa la frecuencia de la participaciónde los sujetos en actividades que promueven el biencomún. Prácticamente la mitad de los estudiantesparticipa en dichas actividades con una frecuencia quese puede considerar constante (diaria o semanalmente),el 21% con una constancia mediana (quincenal omensualmente), el 28% con una baja frecuencia

5 En general, la participación sociopolítica del liderazgo del Programa está orientada por una actitud positiva hacia la política, en cuanto queel mismo la entiende, mayoritariamente, como una actividad a través de la cual se pueden tomar decisiones importantes para mejorar lacomunidad, el municipio o el país; actitud que además se fortalece por el proceso de inducción que lleva a cabo el PLJDC. Sin embargo,algunos sujetos consideran que la política también es una actividad para el beneficio personal (véase gráfica 5.15, en el capítulo 5).

63

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

(ocasionalmente, una vez al año) y el 3% de los sujetosseñala que no participa nunca en estas actividades.

El resultado de la frecuencia de la participación enactividades políticas es bastante diferente al de lasactividades que promueven el bien común. Asíencontramos que los sujetos que participan enactividades políticas constantemente sólo representanun 20%, frente al 48% de los que participan enactividades que promueven el bien común; los sujetosque participan con una constancia medianarepresentan el 27%, porcentaje ligeramente superioral de la participación en actividades que promueven elbien común; el 29% lo hace con una baja constancia,como en las actividades que promueven el bien común;el 16% cada cuatro años, lo que significa que sóloparticipan o entienden la participación políticaelectoralmente o cuando se dan elecciones; yfinalmente un 8% señala no participar nunca enactividades políticas.

En términos generales, el liderazgo del programaparticipa más en actividades que promueven el biencomún que en actividades estrictamente políticas. Ellopodría estar reflejando, además de un mayor sentidoque para los sujetos pueda tener el participar enactividades que promueven el bien común en relacióna las actividades estrictamente políticas, la escasaactividad política que se da fuera de los periodoselectorales y, por ende, la concentración de las activida-des políticas en torno a los mismos, la temporalidad

de los comités cívicos, y especialmente la pocaactividad de los partidos políticos entre los periodoselectorales, debido fundamentalmente a su escasapermanencia en los municipios. Así, resulta que el 33%de los sujetos que señalan participar en partidospolíticos lo hacen ocasionalmente, una vez al año ocada cuatro años (el 10% cada cuatro años).

Gráfica 3.6Frecuencia de la participación en actividades

que promueven el bien común

Ocasionalmente26%

Mensualmente10%

Quincenalmente11%

Semanalmente22%

Diariamente26%

Una vez al año2%

Nunca3%

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

Gráfica 3.7Frecuencia de la participación

en actividades políticas

Nunca

8%

Quincenalmente

14%

Mensualmente

13%

Ocasionalmente

27%

Una vez al año

2%

Cada cuatro años

16%

Semanalmente

12%

Diariamente

8%

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

Las personas que con menor frecuencia participanen actividades políticas son los jóvenes: el 72% delas personas que no participan nunca o solamentecada cuatro años; lo que estaría reflejando, ademásde los pocos espacios para la participación políticaque tienen los jóvenes en los partidos políticos y otrasorganizaciones políticas, una menor predisposiciónsubjetiva de éstos para involucrarse más activamenteen política. Por grupo étnico también son mayoritaria-mente los ladinos los que con menor frecuenciaparticipan en actividades políticas: el 58% de laspersonas que no participan nunca o cada cuatro añosse autoidentifican como ladinos, mientras que el 37%son mayas de los diferentes grupos étnico-lingüísticosrepresentativos en este estudio (ver gráfica 3.9).

Por otro lado, los sujetos que con mayor constanciaparticipan en actividades políticas (diaria ysemanalmente) son mayoritariamente adultos (el 53%tiene más de 31 años), hombres (el 74%), de las áreasurbanas (el 79%) y pertenecen mayoritariamente apartidos políticos (el 52% pertenece a partidos políticos,el 25% a organizaciones de la sociedad civil, el 8% aentidades del Estado y el 5% a asociaciones políticas.

INSTITUTO DE GERENCIA POLITICA, INGEP

64

Gráfica 3.9Frecuencia de la participación en

actividades políticas por grupo étnico

Diaria

Sem

anal

Quinc

enal

Men

sual

Una

vez

al a

ño

Oca

siona

l

Elec

cione

s

Nun

ca

Mayas

Ladinos

0

5

10

15

20

25

30

35

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

Gráfica 3.8Frecuencia de la participación en

actividades políticas por grupo etáreo

0

5

10

15

20

25

30

35

DiariaSemanal

Quincenal

Mensual

Ocasional

Una vez al año

Elecciones

Nunca

Jóvenes Adultos

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

Gráfica 3.10Frecuencia de la participación enactividades políticas por género

Diaria

Sem

anal

Quinc

enal

Men

sual

Una

vez

al a

ño

Oca

siona

l

Elec

cione

s

Nun

ca

0

5

10

15

20

25

30

35

Mujeres

Hombres

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

65

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

3.4 El índice de activismo sociopolítico

Finalmente, para abordar cuantitativamente laparticipación sociopolítica de los sujetos protagonistasde este estudio, se elaboró el índice de activismosociopolítico,6 el que resume la acción colectiva delliderazgo.

La tabla 3.7 compara el índice de activismo sociopolíticode los jóvenes con el de los adultos. Los resultados delanálisis estadístico nos indica que este índice es menoren seis puntos al de los adultos y estas diferencias sonaltamente significativas; lo que nos lleva a concluir que laparticipación social y política de los jóvenes del Programa,e hipotéticamente de los jóvenes guatemaltecos, esbastante menor que la de los adultos. Las razones deeste menor compromiso cívico-político y social de losjóvenes se abordarán en el siguiente capítulo.

6 El índice de activismo social y político es el resultado de: el número de organizaciones en las que los sujetos participan actualmente másel número de organizaciones en las que se participó en el pasado ponderado (multiplicado por .75), más el número de actividades en lasque se ha participado, más cinco si la frecuencia con la que se participa en actividades políticas es diaria, semanal o quincenalmente.Los valores de este índice oscilan entre 0 y 34.75. La ponderación de las organizaciones se realizó para controlar desviaciones producidasprincipalmente por la variabilidad en la edad de los sujetos.

Como era previsible, en base a los análisisprecedentes realizados, el liderazgo maya tiene uníndice de activismo sociopolítico similar al de losladinos. En este sentido, la exclusión del ejercicio delpoder político a nivel nacional pareciera que no seestá dando por una menor participación social ypolítica del liderazgo maya en comparación alliderazgo ladino, al menos en el ámbito local, sino porla exclusión y discriminación que hacen los partidospolíticos a la hora de postular indígenas para cargosdirigenciales y de representación política en el nivelnacional.

Al igual que ocurre con los jóvenes en relación a losadultos, las mujeres están participando en menormedida que los hombres en política: siendo lasdiferencias entre el índice de activismo sociopolíticoentre las mujeres y los hombres altamentesignificativas. En general, las mujeres del Programa,como las mujeres del país, participan menos en políticaque los hombres. Las causas de esta menorparticipación de las mujeres han sido ya abordadaspor diversos estudios realizados en Guatemala.Igualmente se tratará las mismas en el capítulo 4.

Tabla 3.8Activismo sociopolítico de mujeres y hombres

Mujeres Hombres Total p*(n=129) (n=201) (N = 330)

Índice de activismo sociopolítico 12.39 16.00 14.58 .000

* T-est.Fuente: INGEP, encuesta octubre 2004.

Tabla 3.9Activismo sociopolítico de mayas/indígenas y ladinos

Mayas/Indígenas Ladino Total p*

(n=139) (n=168) (N = 307)

14.57 14.50 14.53 .944* T-est.Fuente: INGEP, encuesta octubre 2004.

Índice de activismosociopolítico

El cuadro 3.2 resume los índices de activismo delliderazgo en función de su edad, género yautoidentificación étnica. El símbolo (_) expresa queno procede el análisis estadístico; el símbolo (+) queexiste relación entre los grupos considerados y elactivismo; mientras que el símbolo ( ) indica lainexistencia de relación.

Tabla 3.7Activismo sociopolítico de jóvenes y adultos

Jóvenes Adultos Total p*(n=189) (n=140) (N = 329)

12.01 17.96 14.58 .000* T-est.Fuente: INGEP, encuesta octubre 2004.

Índice de activismosociopolítico

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Así, encontramos que los jóvenes en general, ya seanmujeres, hombres, mayas o ladinos tienen índices deactivismo sociopolítico en todos los casos menores quelos de los adultos; esto es: los jóvenes participan menosque los adultos independientemente de su género yautoidentificación étnica. Del mismo modo encontra-mos (cuarta columna) que los mayas y ladinos nopresentan diferencias significativas en su activismosociopolítico, independientemente de la edad y elgénero. Esto es: los jóvenes mayas están involucradosen política en igual medida que los jóvenes ladinos;los adultos mayas en igual medida que los adultosladinos; las mujeres mayas en igual medida que lasmujeres ladinas, y los hombres mayas en igual medidaque los hombres ladinos.

Al comparar el activismo sociopolítico de las mujeres ylos hombres nos encontramos con situaciones diversas.Las mujeres jóvenes participan en menor medida quelos hombres jóvenes. De hecho son estas mujeres lasque tienen el índice de activismo más bajo. Sinembargo, no hay diferencias significativas entre elactivismo sociopolítico de las mujeres y los hombresadultos. En otras palabras el menor activismo engeneral de las mujeres se está explicando en granmedida porque éstas son mayoritariamente jóvenes;mientras que existe en el Programa un grupoimportante de mujeres que, al parecer, han roto lasbarreras de género en la participación sociopolítica,las mujeres adultas, involucrándose en política nosolamente en mayor medida que los hombres jóvenes,sino también en la misma medida que los hombresadultos, que son los que tienen los mayores índicesde activismo sociopolítico.

Asimismo el cuadro 3.2 muestra que no existendiferencias significativas en la participación de lasmujeres y hombres mayas; esto es: las mujeres mayastienen similares índices de activismo sociopolítico quelos hombres mayas, ello a pesar que muchas mujeresmayas también son jóvenes. Sin embargo, las mujeresladinas participan en menor medida que los hombresladinos, por lo que parece que la ruptura de las barrerasde género se han producido en mayor medida entrelos mayas que entre los ladinos, siempre para eluniverso específico del liderazgo que atiende elPrograma. A nivel más específico, entre los estudiantesdel PLJD hay un grupo de mujeres, predominantementemayas y adultas, que son muy activas. Además,algunas de estas mujeres son viudas, separadas odivorciadas; o sea: han roto con las barreras de géneroa la participación que se dan desde el hogar.

3.5 La participación electoral

Por sus características específicas, en cuanto que esa través de la participación electoral pasiva (emisióndel voto) y activa (postulación a cargos de elecciónpopular) que se materializa la democracia representa-tiva, se le da un tratamiento específico. Así, en lossiguientes apartados se analizan los niveles deempadronamiento, participación y abstencionismoelectoral que presentan los estudiantes; suspreferencias, volatilidad electoral y fidelidad partidista,indicadores asociados a la institucionalización de lospartidos políticos, como vimos en el capítulo 1; y, final-mente, la participación activa del liderazgo, en términosde postulación a cargos de representación popular.

3.5.1 Empadronamiento, participación yabstencionismo electoral

Como en lo relativo al activismo sociopolítico, lossujetos del Programa presentan niveles de empa-dronamiento y participación electoral superiores a losde la población guatemalteca. Las similitudes ydiferencias más destacadas en cuanto al empa-dronamiento, emisión del sufragio y abstencionismoelectoral, en función de los datos disponibles para el

Cuadro 3.2Activismo sociopolítico por gruposetáreos, género y grupos étnicos

Jóvenes - Adultos Mujeres - Hombres Mayas - LadinosJóvenes (_) (+) ( )Adultos (_) ( ) ( )Mujeres (+) (_) ( )Hombres (+) (_) ( )Mayas (+) ( ) (_)Ladinos (+) (+) (_)

* T-est.Fuente: INGEP, encuesta oct. 2004.

67

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

conjunto de la población, y los revelados por losestudiantes del Programa, se pueden apreciar en elcuadro 3.3, siendo las siguientes:

a) Las mujeres del Programa están empadronadasen menor medida que los hombres, tendencia quese da a nivel general. El 12% de las mujeres,mayores de 18 años, no están empadronadas almomento de esta línea basal, porcentaje quepodemos considerar bastante alto para unliderazgo sociopolítico.

b) En el caso del Programa los indígenas estánempadronados en mayor medida que los noindígenas (conforme a la nomenclatura utilizadaoficialmente), a diferencia de lo que ocurre a nivelgeneral.

c) Las tendencias de empadronamiento por áreasde residencia se dan de forma similar tanto a nivelde toda la población, como en los sujetos delPrograma. En ambos casos las personas de lasáreas rurales tienden a empadronarse en menormedida que las residentes en las áreas urbanas.

d) En cuanto a la participación electoral se refiere,las mujeres y los indígenas del Programa

muestran tendencias similares a las del conjuntode la población del país: participan en menormedida que los hombres y los no indígenas,respectivamente. Las diferencias entre indígenasy no indígenas en el Programa, sin embargo, sonínfimas.

En cuanto a la población del Programa se refiere,destaca que:

a) Los sujetos que en menor medida estánempadronados son los jóvenes (el 13% de éstosno están empadronados),7 seguidos de lasmujeres y los estudiantes residentes en las áreasrurales.

b) Los jóvenes, seguidos de las mujeres, sontambién quienes votan menos, aunque esténempadronados. Por otra parte, los hombres ylos adultos presentan los niveles de empadro-namiento y también de participación más altos;mientras que indígenas y no indígenas presentanporcentajes similares. La participación estambién menor en las áreas rurales que en lasurbanas.

Cuadro 3.3Niveles de empadronamiento, participación y abstención electoral

Empadronadas/os (%) Participación (%) Abstención (%)Sujetos del Población Sujetos del Población Sujetos del Población en

Programa 2004 (1) en general Programa 2003 (2) en general Programa (2) en general 2003 (b)

Total 91.3 79.4 (d) 95.8 57.9 (b) 4.2 42.1 (b)Mujeres 88.0 64.3 (c) 92.2 42.1 (c) 7.8 47.9 (c)Hombres 93.8 83.0(c) 97.8 66.4 (c) 2.2 33.6(c)Indígenas 91.9 67.8(c) 96.0 50.0 (c) 4.0 50.0(c)No indígenas 90.9 76.4(c) 96.5 56.0 (c) 3.5 44.0(c)Área Rural 90.7 67.8(c) 93.6 ND* 5.1 ND*Área Urbana 92.3 79.0(c) 96.1 ND* 3.9 ND*Jóvenes 86.8 ND* 93.2 ND* 6.8 ND*Adultos 98.6 ND* 97.8 ND* 1.5 ND*

(1) Encuesta INGEP, octubre 2004: empadronados a la fecha.(2) Encuesta INGEP, octubre 2004; participación y abstención presidenciales primera vuelta 2003.(a) Empadronados a la fecha de la Encuesta (INGEP; oct. 20004).(b) Elecciones 2003, 1a vuelta.(c) INGEP, en base a la ENCOVI, 2000.(d) PNUD (2003), en base a los datos del INE y TSE.ND* No disponible.

7 Los jóvenes indígenas están empadronados en mayor medida que los jóvenes ladinos (84% y 72%, respectivamente); las mujeresjóvenes en menor medida que los hombres jóvenes (74% y 81%, respectivamente).

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c) Aunque las mujeres del Programa estánempadronadas en mayor proporción que losjóvenes, tienen sin embargo un nivel departicipación mayor. Ambos grupos (mujeres yjóvenes) junto a los residentes en las áreas ruralesson los que mayores niveles de abstencionismopresentan, tendencias que se dan a nivel delconjunto de la población guatemalteca. Así, laedad, el género y la residencia, como para elconjunto de la población, está incidiendo en losniveles de empadronamiento y emisión delsufragio también para los estudiantes.

3.5.2 Preferencias electorales y volatilidad electoral

El análisis de las opciones políticas a las que losestudiantes votaron o mostraron su confianza tanto enlas elecciones de 1999 como en las del 2003, así comode la volatilidad electoral que presentan, en términosde cambio del voto de un ejercicio a otro, son deespecial relevancia en cuanto que son indicadores dela fidelidad y, en sentido más amplio, la identificaciónpolítica que tienen con un partido o proyecto político.Una alta volatilidad electoral, como se presenta enGuatemala, es un factor importante que restringe lainstitucionalización del sistema de partidos políticosguatemalteco. Pero también es cierto que la bajainstitucionalización de los partidos políticos, en términosde durabilidad en el tiempo, especialmente despuésde los procesos electorales en los espacios locales,es un elemento que incide en la volatilidad electoral yfidelidad partidista.

En el ámbito local, aunque también en el nacional, hayque tener en cuenta además que el voto no se ejercegeneralmente a favor de un programa o proyectopolítico, sino más bien hacia un personaje o un líderlocal, con redes sociales, económicas y políticas muyestructuradas. El transfugismo político y la cooptaciónpor los partidos políticos del liderazgo local para losmomentos electorales, son asimismo elementos de lacultura política guatemalteca que, además de indicaruna baja lealtad partidista, contribuyen sobremaneraa la baja institucionalización del sistema de partidospolíticos del país.

Gráfica 3.12Motivos por los que no se está empadronado

La gráfica 3.11 representa el nivel de empadronamientode los estudiantes. El menor nivel en relación al quese anota en el cuadro 3.3 se debe a que se incluye alos sujetos que tienen menos de 18 años, querepresentan el 5% de los estudiantes. En este sentido,el motivo principal por el que los estudiantes no estánempadronados es porque son menores de edad (verGráfica 3.12).

El resto de las respuestas de los sujetos estánrelacionadas con “lo engorroso” y el costo, en dineroy tiempo, que implica el trámite de empadronamiento;especialmente para las personas que viven en lasáreas rurales, con menos recursos y grados deescolaridad.

51.2

18.6

149.3

2.3 2.3 2.3

0

10

20

30

40

50

60Menor deedad

No tienecédula

Falta detiempo

Trámiteincompleto

Falta dedinero

No sabe cómohacerlo

Otra

Gráfica 3.11Nivel de empadronamiento

Si87%

No13%

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

69

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

El voto en las elecciones de 1999 y 2003

Al analizar las respuestas que los sujetos del Programadieron en relación a las opciones políticas por las quevotaron en las elecciones generales y municipales de1999, los primeros datos que saltan a la vista en lagráfica 3.13 son que la mayoría de ellos no se acuerdano prefieren no revelar su voto, los que serían losprimeros indicadores de la baja lealtad e identificaciónpolítica de los sujetos con los partidos que votaron. Enel primer caso, llama además la atención que el “olvido”se de en mayor medida en las opciones para diputados,lo que estaría reflejando la menor importancia de estaselecciones en comparación con las presidenciales. Loimportante entonces es quién va a ser presidente y noquién va a elaborar las leyes. En general, los sujetosdel Programa, como muchos guatemaltecos, aunqueno todos, tienden a identificar un partido político conun candidato, recordando primero al candidato por elque votaron y luego a la opción política por la que sepresentó.

Así el partido político, dependería más del candidato ola imagen del candidato y no tanto del programa políticoque el mismo represente. Llama la atención tambiénel nivel de olvido que se dio en el ejercicio del votopara representantes municipales, poniéndose demanifiesto, conforme al trabajo de campo, que muchossujetos se acordaban de la persona a la que dieron suvoto o confianza, pero no del partido por el que fuepostulada.

Al analizar las principales opciones políticas por lasque se votó en las elecciones de 1999 encontramosque fue el PAN el partido más votado, según el votorevelado, seguida de la URNG-DIA, dos de las tresopciones políticas triunfadoras en dichas elecciones.8

Los resultados diferenciales con los resultados oficiales

para el conjunto de la población (el partido con másvotos fue el FRG), sugieren que muchos sujetos queprefirieron no revelar su voto lo ejercieran a favor deeste partido, aunque en la medida que son datos norevelados, apegados además a la naturaleza secretadel voto, no podemos hacer esta inferencia.

Aunque los porcentajes de votos nulos y blancos no sonmuy altos, es importante señalar también la existenciade sujetos inconformes con el sistema político (anulacióndel voto) y de aquellos otros que al momento de ejercerel sufragio aún no han decidido por quién, lo que muestraindiferencia o no convencimiento por alguna opciónpolítica.

El voto en las elecciones del 2003 sigue las tendenciasdel voto en 1999, así como, en cierta medida, lastendencias de la población en general.9 Un alto

Gráfica 3.13Preferencia del voto en las elecciones 1999

Municipales

Presidenciales

Diputados

0 5 10 15 20 25 30

No se acuerda

Prefiere no revelarlo

Boleta en blanco

Anuló el voto

FDNG

DCG

UN

ARDE

UCN

PLP

UD

ANN

Comité Cívico

FRG

URNG-DIA

PAN

8 Las tres primeras fuerzas políticas (FRG, PAN, URNG-DIA) obtuvieron el 90% de los votos; FRG y PAN obtuvieron el 78%. El partidotriunfador en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales fue el FRG.

9 En las elecciones del 2003 los dos primeros partidos (Coalición GANA y UNE) obtuvieron el 61% de los votos, mientras que los tres primerospartidos (se incluye al FRG) obtuvieron el 80% de los votos, según los cálculos de Manuel Lara (Proyecto de Análisis Electoral, 2003).

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Las opciones más votadas (especialmente para laselecciones presidenciales), conforme a los datosrevelados, fueron la GANA y la UNE, las dos fuerzaspolíticas que fueron a la segunda vuelta para laspresidenciales; mientras que, sobre todo en laselecciones municipales y para las diputaciones, destacael voto hacia la URNG.

Por lo demás, la gráfica 3.14 refleja una alta fragmen-tación del sistema de partidos políticos guatemalteco,y también de la izquierda tras las rupturas que se dieronen 1994 y que han continuado a partir de entonces, loque llevó finalmente a la poca representatividad en laselecciones presidenciales del 2003. Igualmente, sicomparamos los resultados de 1999, los datosproyectan claramente la volatilidad electoral de lossujetos del Programa, en un contexto en el que ademásse presentaron dos ´nuevas´ fuerzas políticas (GANAy UNE).

El voto de las mujeres, los jóvenes y los indígenas

El cuadro 3.4 resume las principales respuestas a laspreguntas sobre las opciones políticas por las que elliderazgo se decantó en las elecciones presidencialesde 1999 y del 2003, según el género, la edad y laautoidentificación étnica.

10 Es importante señalar que una mayor proporción de sujetos anularon su voto para la elección de diputados en comparación con losvotos nulos para presidente y municipales, sin que podamos dar una interpretación de esta actitud. Quizás puede deberse al diseño dela papeleta.

porcentaje de la población prefiere no revelar su voto,auque este porcentaje es menor al de las eleccionesde 1999, e igualmente existe un porcentaje importantede personas que no se acuerdan de la opción políticapor la que votaron, especialmente en las eleccionespara diputados.10

Gráfica 3.14Preferencia del voto en las elecciones 2003

0 5 10 15 20 25 30

No se acuerda

Prefiere no revelarlo

Boleta en blanco

Anuló el voto

Coalición de partidos

PLP

UN

UD

CASA

PT

DSP

PU

ANN

DCG

FRG

PAN

DIA

Comité Cívico

URNG

UNE

GANA (PP-MR-PSN)

Municipales

Presidenciales

Diputados

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

Cuadro 3.4Preferencias de voto por género, edad y grupo étnico (elecciones 1999 y 2003)

Mujeres (%) Hombres (%) Jóvenes (%) Adultos (%) Mayas (%) Ladinos (%)1999 2003 1999 2003 1999 2003 1999 2003 1999 2003 1999 2003

ANN 4.5 1.1 4.9 1.2 5.6 1.5 4.3 .8 6.0 2.6 3.2 –FRG 11.9 5.4 12.3 .6 15.5 2.3 10.3 2.3 11.9 2.6 12.6 2.3GANA NP* 28.3 NP* 22.2 NP* 24.1 NP* 24.8 NP* 25.0 NP* 24.2PAN 20.9 1.1 18.9 3.5 18.3 1.5 20.5 3.9 19.0 2.6 22.1 3.0UNE NP* 16.3 NP* 24.6 NP* 15.8 NP* 27.1 NP* 19.0 NP* 24.2URNG-DIA (1) 16.4 10.9 20.4 18.1 16.9 15.8 17.9 16.3 19.0 17.2 16.8 14.4PREFIERE NO REVELARLO 29.9 22.8 27.0 18.1 32.4 24.8 24.8 14.7 23.8 20.7 29.5 18.2NO SE ACUERDA 16.4 5.4 8.2 1.8 7.0 3.8 13.7 2.3 13.1 3.4 9.5 3.0

(1) Se presentaron conjuntamente en las elecciones de 1999 y separados en las del 2003. Los datos para las elecciones del 2003 son de la URNG.* No se presentaron.Fuente: Encuesta INGEP (2004).

OPCIONES

71

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

Con base en los datos revelados, las principalestendencias que parece que se dieron en dichos gruposfueron:

a) Los sujetos que en mayor medida prefieren norevelar su voto son las mujeres y los jóvenes;mientras que los grupos que en mayor medidarevelan su voto son los adultos, los mayas y loshombres. Las mujeres son también el grupo queen mayor medida ha olvidado su voto,especialmente el de las elecciones de 1999. Losjóvenes y las mujeres (siempre considerandoque la mayoría de las mujeres del Programa sonjóvenes) pareciera entonces que son los sujetosmenos identificados con las opciones partidarias.

b) Las tendencias en la votación de 1999 fueron muysimilares entre todos los grupos. En las eleccionespresidenciales del 2003, sin embargo, los gruposvotaron de forma disímil. El grupo que votó enmayor medida por el actual partido oficialista(GANA) fue el de las mujeres, y el que votó enmenor medida por esta opción fue el de loshombres. Asimismo, para dichas elecciones lasmujeres mostraron un voto dividido en el espectrode organizaciones de izquierda y derecha,mientras que los hombres se decantaron

mayoritariamente por opciones de centroizquierda e izquierda.

Volatilidad electoral

Para analizar la volatilidad electoral se comparó el votodel 2003 con el de 1999, tanto para las eleccionesmunicipales como presidenciales. Los sujetos quevotaron en las dos elecciones municipales fueron 190,lo que representa el 58% del universo. De estos casossolamente 43 votaron por la misma opción política, loque representa el 23% de los casos. Ello significa quepara las elecciones municipales los sujetos presentanuna volatilidad electoral del 77%.

Para el caso de las elecciones presidenciales lossujetos para los que tenemos información sobre suvotación en ambas elecciones son 145 casos, lo quesupone el 44% de los estudiantes. De estos casossolamente 23 votaron por el mismo partido, lo querepresenta el 16% de los sujetos sobre los que tenemosinformación sobre su voto para las eleccionespresidenciales tanto de 1999 como del 2003. La volatili-dad del liderazgo para las elecciones presidencialeses por tanto del 84%. En este sentido, la volatilidad sedio en mayor medida para las elecciones presidencialesque para las municipales.

ANN 4 1 25 9 0 0Comité Cívico 11 3 27 (b) (b) -DCG 1 0 0 (c) (c) -FRG 11 2 18 23 4 17PAN 33 7 21 37 2 5PLP 6 1 17 2 0 0UD 5 1 20 3 0 0UN (a) - 1 1 100DIA-URNG 32 29 91 26 16 62TOTAL 103 43 - 101 23 -

Fuente: Encuesta del INGEP, 2004.(a) No recibió ningún voto en las elecciones municipales por parte de los sujetos del PLJDC.(b) No se presentan a nivel nacional.(c) No presentó candidato presidencial en las elecciones del 2003.

Cuadro 3.5Lealtad a las opciones políticas

Opcionespolíticas Casos que votaron

en 1999

Casos que volvierona votar por la mismaopción política en el

2003 Relación (%)Casos que votaron

en 1999

Casos que volvierona votar por la mismaopción política en el

2003 Relación (%)

Elecciones municipales Elecciones presidenciales

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El cuadro 3.5 representa la lealtad de los sujetos a lasopciones políticas, con base en el ejercicio del voto.Las organizaciones políticas que aparecen se refierena aquellas que se presentaron en las dos elecciones ysobre las que además tenemos información sobre suvotación en el Programa.

El primer dato que salta a la vista, en lo que a laselecciones municipales se refiere, es que la opciónpolítica que más lealtad en el voto tiene es la URNG-DIA,11 pues el 91% de los sujetos que votaron en laselecciones de 1999 por este partido en el nivelmunicipal lo siguieron haciendo en el 2003. El resto delas organizaciones políticas en general parece que notienen un electorado fijo en los estudiantes delPrograma. Sin contar a la URNG, las organizacionesque más lealtad tienen en el nivel municipal son la ANNy los comités cívicos, pues una de cada cuatro personasque los votaron en 1999 siguió haciéndolo en el 2003.Por otro lado, el FRG presenta una lealtad del 18% desu electorado en el Programa, el PAN el 21%, el PLPel 17% y la UD el 20%.

La lealtad en el voto a las organizaciones políticas seda en menor medida cuando de elecciones presiden-ciales se trata. En la coyuntura de las elecciones del2003 un escenario importante fue la presentación dedos “nuevas” fuerzas políticas (GANA y UNE), a lasque el electorado orientó su preferencia de voto. Así,gran parte del electorado del PAN en las eleccionesde 1999 se fue hacia la GANA, mientras que el FRGparece que conservó la lealtad de un 17% delelectorado. La lealtad de la URNG se da en mayormedida en el nivel local, pues en el nivel nacional sóloel 62% de los sujetos votaron por este partido políticoen ambas elecciones. El descenso de la lealtad paralas elecciones presidenciales hacia la URNG se puedeexplicar en parte por el “voto útil ” o “estratégico”.

En general, los sujetos del programa presentan granvolatilidad y, en este sentido, escasa lealtad en el votohacia las opciones políticas (tendencias que se dan a

nivel general). Esto es resultado de la escasainstitucionalización del sistema de partidos políticosguatemalteco, y al mismo tiempo causa de ello. En estadirección si tenemos lideresas y líderes ‘volátiles’, silos partidos políticos no tienen una presenciacontinuada y vida activa en los municipios en los quepostulan candidatos, si no hay un programa de trabajomás allá de la contienda electoral, un proyecto oidentidad política definida, y prácticas transparentes ydemocráticas de funcionamiento, seguiremos teniendosistemas de partidos frágiles.

Por supuesto, la lealtad hacia los partidos políticos estátambién en función de la representatividad de losintereses y demandas sociales, de la comunicaciónpermanente y creación de vínculos orgánicos con lasociedad civil; así como del “mal o buen gobierno” dedichos partidos cuando ejercen el poder político entodos los niveles. En el caso del Programa la lealtadde los sujetos se puede también explicar por la edadde los mismos pues muchos jóvenes probablementeaún no han definido su identidad política.

Abstencionismo

Aunque el abstencionismo no fue muy elevado enlas elecciones que analizamos en este estudio, esimportante conocer las razones por las que no seejerció el voto. Así, las principales razones por lasque no se participó en las elecciones de 1999 sonporque los estudiantes eran menores de edad, o bienporque no estaban empadronados. El resto de lossujetos, aunque son muy pocos, presentan razonesvariadas, desde el desencanto político o la pocaimportancia que le dan a la participación electoral,hasta los problemas intrínsecos al sistema electoralguatemalteco (especialmente en cuanto a la geografíaelectoral y modernización y agilización del sistemade empadronamiento se refiere). Las respuestas quese dieron a las razones por las que no se votó en laselecciones del 2003 son similares a las de 1999 (vergráfica 3.15).

11 En las elecciones de 1999 ambos partidos se presentaron conjuntamente y en las del 2003 se separaron.

73

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

éstas lo han hecho. Los cargos a los queprincipalmente se han postulado los jóvenes sonlos de síndico o concejal (50%), seguidos porlos de alcaldía auxiliar, municipal y diputado, ensimilares proporciones (14%, respectivamente,dos sujetos para cada cargo). Destaca que dosjóvenes del Programa se hayan presentado paradiputadas (las dos han sido mujeres, una mayay otra ladina). Los adultos, como el resto de losgrupos, se han postulado principalmente asíndicos o concejales (49%), seguido dediputados (22%), alcaldía municipal (19%),alcaldía auxiliar (9%) y alcaldía indígena (2%).

b) Por género, solamente el 13% de las mujeres seha postulado a algún cargo de elección popular,frente al 34% de los hombres, y estas diferenciasson también altamente significativas. Las mujeresque se han postulado a cargos electivos lo hanhecho en mayor proporción a síndicas o concejalas(el 47%), seguido del cargo de diputada (el 35%,seis mujeres, tres mayas y tres ladinas), y a lasalcaldías municipal e indígena (el 6%, respectiva-mente, de las mujeres que se han postulado acargos, una mujer para cada cargo). Los hombresse han postulado principalmente para síndicos oconcejales (50%), seguido de la alcaldía municipal(21%), diputados (16%) y alcaldía auxiliar (13%).Destaca que ninguna mujer se haya postulado paraalcaldía auxiliar, así como que un número importantede mujeres hayan sido postuladas para diputadas

3.5.3 Postulación a cargos de elección popular

Al igual que la participación electoral pasiva, medianteel ejercicio del voto, una importante proporción deestudiantes del Programa, en concreto el 26%, tienenya experiencia de participación activa en laselecciones. Como muestra la gráfica 3.16, los princi-pales cargos a los que los sujetos se han postuladoson los de representación local (principalmentesíndica o síndico, concejala o concejal, pero tambiénalcaldía municipal). Destaca no obstante que una decada cuatro personas que se han postulado a algúncargo de elección popular lo hayan hecho paradiputado, lo que refleja que un sector importante delos sujetos del Programa ya se están proyectandopolíticamente a nivel nacional y seguramente son yadestacadas y destacados dirigentes políticos de lospartidos a los que representan.

Por grupos etáreos, género y autoidentificación étnicase presentan las siguientes situaciones:

a) Los jóvenes se han postulado en menor medidaque los adultos a cargos de elección popular, ylas diferencias entre ambos grupos sonaltamente significativas: el 8% de los jóvenesfrente a la mitad de los adultos (50%). Losjóvenes del Programa se han postulado a cargosde representación popular también en menorproporción que las mujeres, pues el 13% de

Gráfica 3.15Motivos del abstencionismo electoral

(elecciones 1999)

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

Gráfica 3.16Cargos de elección popular a losque los sujetos se han postulado

Diputado20%

Otro1%

AlcaldíaAuxiliar

10% AlcaldíaIndígena

1%

AlcaldíaMunicipal

18%

Sindico/Concejal

50%

1.2

1.2

1.2

1.2

1.2

2.4

2.4

2.4

15.9

70.7

0 10 20 30 40 50 60 70 80

Apolítico

Cosas más importantes que hacer

Desencanto político

Problemas en el padrón

No estaba empadronado/a

Mesa electoral lejana

Tenía que ir a la iglesia

Estaba fuera del país

Votando no cambia nada

Menor de edad

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(seis mujeres frente a 10 hombres). En general, lasmujeres son postuladas en mayor medida paradiputadas que para alcaldesas, tendencias que sedan a nivel de toda la población: ha habido y haymás diputadas que alcaldesas, como pusimos demanifiesto en el capítulo 1.

c) Por grupo étnico, los mayas/indígenas y losladinos se han presentado en similaresproporciones a estos cargos (el 27% de losprimeros y el 25% de los segundos). Los mayasse han presentado en mayor medida a síndicaso síndicos, concejalas o concejales (el 44%),seguido de la alcaldía municipal (el 19%),diputados (el 17%) y de la alcaldía auxiliar (el14%). Por otra parte, el 51% de los ladinos sehan postulado a síndico o concejal, el 26% adiputado, el 17% a la alcaldía y el 5% a la alcaldíaauxiliar.12 Destaca que en mayor proporción losladinos se han postulado o han sido postuladospara diputados y en menor medida para alcaldíaauxiliar, en relación a los indígenas. Los datosestarían reflejando las tendencias de larepresentación entre indígenas y ladinos a nivelgeneral: mientras que se han dado avancesimportantes en la participación y representaciónpolítica indígena en el nivel local, en el nivelnacional éstas siguen siendo muy escasas; ello,como ponen de manifiesto los análisis para elliderazgo, porque los indígenas se postulan o sonpostulados en menor medida que los ladinos paradiputados.

d) Por último, no se dan diferencias significativasentre los sujetos residentes en las áreas ruralesy urbanas en cuanto a la postulación a cargos serefiere: el 26% de los residentes en las áreasrurales lo han hecho frente al 25% de losresidentes en las áreas urbanas. Los cargos alos que se han postulado los primeros son síndico

o concejal (52%), diputado y alcaldía auxiliar(19%, respectivamente) y alcaldía municipal (9%).Destaca que los residentes en las áreas ruralesse han postulado en mayor medida a diputadosque para alcaldía municipal (cuatro y dos sujetos,respectivamente). Dos postulantes a diputadosoriginarios de las áreas rurales han sido mujeresy dos hombres. Por otra parte las personasresidentes en las áreas urbanas se han postuladoprincipalmente a síndico o concejal (49%),seguido de alcaldía municipal y diputado (21%,respectivamente) y alcaldía auxiliar (7%).

Por lo demás, el 62% de los sujetos que se hanpostulado a cargos de elección popular se adscribena partidos políticos, el 14% a organizaciones de lasociedad civil y el 11% no se adscribe a ningunaorganización; lo que nos estaría reflejando nueva-mente que muchos sujetos han tenido experienciapolítica en los partidos políticos, pero que, por unmotivo u otro, ya no siguieron militando o trabajandocon éstos, elementos que inciden y son productoademás de la baja institucionalización de los partidospolíticos.13

Asimismo, los datos muestran que, a pesar de queimportantes proporciones de jóvenes, mujeres eindígenas del Programa participan o han participadoen partidos políticos, se da una exclusión por parte deéstos a la hora de proponerlos para cargos de elecciónpopular. La exclusión-discriminación hacia las mujeresse expresa fundamentalmente en la postulación paraalcaldesas, hacia los indígenas en la postulación paradiputados, mientras que, en general, los jóvenes sonexcluidos para todos los cargos. Otra cuestión que nose analizó en este estudio es cuántos de los sujetoshan ejercido cargos de representación popular, asícomo en qué posiciones de los listados electoralesaparecieron.

12 Las alcaldías auxiliares deben elegirse por las comunidades (aldeas) conforme a sus normas y costumbres, dándose el nombramientopor la alcaldía municipal, conforme al Código Municipal. Históricamente, sin embargo, la más de las veces, la alcaldía auxiliar ha sidouna prolongación del poder municipal, siendo elegida por el alcalde municipal, que además era ladino.

13 La postulación a cargos se ha dado por sujetos que se adscriben a los diferentes partidos políticos que tienen representantes en elPrograma. Las personas que se han postulado a diputadas o diputados se adscriben a las siguientes organizaciones: UNE, UD,COCODE, PAN, ANN, URNG, PU, PT, FRG, PLP y Grupo de Análisis.

75

Capítulo 4

Los determinantes de la participación

En el anterior capítulo observamos los niveles eíndices de participación social y política que

presentan los estudiantes del PLJDC. Los análisisrealizados mostraron que el género y, especialmente,la edad estaban fuertemente asociadas con el activismodel liderazgo, sobre todo con la participación política.Las mujeres y los jóvenes son los grupos que, en menormedida, están participando en el ejercicio del poderpolítico, en la toma de decisiones o la elaboración depolíticas públicas favorables a estos sectores; de ahíel énfasis que el proceso de desarrollo sociopolíticodel Programa tenga en estos sujetos.

A diferencia de las mujeres y los jóvenes, el liderazgoindígena del Programa tiene altos niveles e índices deactivismo sociopolítico. La principal diferencia entre losestudiantes indígenas y ladinos en cuanto a suparticipación política se refiere, se está dandoprincipalmente en el desigual acceso a los cargos derepresentación política en el nivel nacional, a los quelos indígenas son postulados por los partidos políticosen menor medida que los ladinos.

El fenómeno de la participación sociopolítica esmulticausal. La edad, el género y la autoidentificaciónétnica no explican por sí mismos la acción colectiva deestos grupos sociales. Asimismo, la explicación de laexclusión por parte del sistema político de estasmayorías es una explicación insuficiente que no tiendea ahondar en los verdaderos determinantes de laparticipación, pues en principio el sistema político-jurídico formal hoy no discrimina por estos criterios.Aunque también es cierto que para compensar lasexclusiones histórico-estructurales es necesario

implementar medidas e instrumentos jurídicos-formalesque tiendan a favorecer el ejercicio de poder políticopor las mayorías sociales tradicionalmente excluidas.

El objetivo de este capítulo es identificar algunos delos factores que favorecen, o en su defecto restringen,la participación política de los estudiantes del PLJDC,especialmente de los jóvenes y de las mujeres, gruposmeta del proceso formativo. En la literatura política,desde distintas teorías o enfoques, se han identificado,sin que en general se de una explicación plausible ototalizadora de la participación, numerosos de estosfactores, de diversa índole, entre los que cabríamencionar, para objetos de este estudio, los de carácterinstitucional, cultural y estructural.

En relación a los factores institucionales, la teoríapolítica ha puesto de manifiesto que los Estadosdescentralizados, con instituciones más cercanas a lapoblación y ordenamientos jurídicos que propicien laparticipación ciudadana, tienden a fortalecer lasociedad civil y la sociedad política, en la medida quelos ciudadanos tienden también a involucrarse más enlos asuntos de la comunidad. Asimismo, en laparticipación política tienen importancia los liderazgosy los niveles de organización social, pues amboscumplen funciones de integración de intereses ydemandas sociales, las que de otra forma estaríandispersas o desagregadas, son agentes y espacios dediscusión y confrontación de ideas, movilizan a lapoblación para la acción colectiva, y tambiénproporcionan experiencias y herramientas para laparticipación política. (v. gr. Boneo & Torres-Rivas;Putnam; Molina & Pérez; Op. cit.).

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76

Sin embargo, aunque se acepta en general que losliderazgos y los mayores niveles de organización socialconllevan también mayores niveles de participaciónpolítica, no todos los liderazgos y tipos de organiza-ciones contribuyen de igual manera a la generaciónde ciudadanía. Así, por ejemplo, en el caso deGuatemala algunas organizaciones religiosas prohíbenel involucramiento de sus miembros en la política.

La alta participación política de los sujetos del Programase podría explicar, desde este enfoque, por su alto nivelde organización social, como vimos en el anteriorcapítulo. Mientras que los niveles de organización delliderazgo, especialmente del adulto, que es el quepresenta los mayores niveles de activismo sociopolítico,deviene, en gran medida, de una trayectoria o largaexperiencia de participación social y política, quepodemos situar incluso a finales de los años setenta yprincipios de los ochenta.1

Siguiendo con los determinantes de la participaciónpolítica, entre los factores institucionales se hanidentificado, igualmente, algunas características delsistema político, y más en específico del sistemaelectoral y de partidos políticos. Así estudios compara-tivos en diferentes países muestran que, en general, seda una mayor participación político-electoral cuando lossistemas electorales son proporcionales, el registroelectoral es automático y no voluntario, como enGuatemala en este último caso, o el voto es obligatorio.Las campañas políticas de los partidos, las campañasde empadronamiento de las instituciones electorales, lageografía electoral (como por ejemplo, el acercamientode las urnas a los electores, reduciendo el costo entiempo y dinero para la participación), o el estableci-miento de cuotas de representación política de género

o grupo étnico son igualmente otros factores que tiendena activar la participación política de grupos particulares.

En relación al sistema de partidos políticos, los estudioscomparativos también muestran que cuando se da unmultipartidismo, lo que suele estar vinculado a repre-sentación proporcional, suele aumentar la participaciónpolítica de los ciudadanos, en la medida que susintereses y demandas tendrán mayor posibilidad deser representadas en relación a un sistema derepresentación mayoritario. Asimismo la participaciónpolítica se incentiva cuando existen vínculos estrechosentre los partidos y las divisiones sociales políticamentesignificantes; esto es: cuanto existen vínculosorgánicos, ideológicos o emocionales con losciudadanos; cuanto más definidas estén las identidadespolíticas de los partidos y más representados percibanlos grupos sociales que están por estas instituciones.En este sentido la baja institucionalización de lospartidos políticos, como es el caso guatemalteco,estarían influyendo en los bajos niveles de participaciónpolítica que se da en el país, tanto en los partidospolíticos como en los procesos electorales.

Por otro lado, adentrándonos en los factores culturales,los estudios sobre cultura cívica han puesto demanifiesto que la participación puede verse alentada orestringida por el sentido del deber o responsabilidadcívica de los ciudadanos. Así, un bajo sentido del debercívico conlleva un bajo compromiso sociopolítico, a lavez que una escasa participación política. Sin embargo,el deber cívico, también puede estar determinado porfactores de índole estructural y subjetivos-institucio-nales; como, en el primer caso, la pobreza o ladisponibilidad de recursos –conocimientos, dinero otiempo– que tengan los individuos o los grupos sociales;

1 Existe en el Programa un porcentaje de estudiantes, el 17%, conforme a cálculos realizados, que tiene una larga o al menos intensatrayectoria de activismo sociopolítico, representando las mujeres el 18% del mismo. Este liderazgo está participando actualmente en sumayoría (el 73%) en partidos políticos. Su trayectoria política nos indica que fueron sujetos muy activos en el pasado en las organizacionespolíticas (el 40% participó en partidos políticos y el 25% en comités cívicos); en las organizaciones estudiantiles (43%) y en lasorganizaciones religiosas (40%); esto es: este liderazgo es el resultado en gran medida del movimiento social y político de los añossetenta y ochenta, cuyos sobrevivientes y herederos se integrarían posteriormente a las diversas organizaciones políticas y socialesque han ido surgiendo en las últimas dos décadas.

77

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

o por los costos-beneficios, reales o supuestos, quepara los sujetos tenga la participación. Desde estaóptica, las inversiones del Estado y/o las familias eneducación formal, los patrones de conducta social quese trasladan de los padres a las hijas y a los hijos, loscontenidos del sistema educativo, o los nivelessocioeconómicos, entre otros, estarían incidiendo enla cultura cívica de los sujetos y, por ende, en sucompromiso sociopolítico que se expresa a través dela participación comunitaria, social o cívico-política.

Del mismo modo, la participación puede verse alentadao desinhibida por el sentido que para las personastenga la acción colectiva –esto es: el para qué de laparticipación en política–, las percepciones que setengan de las instituciones políticas, la imagen de lospartidos políticos y de los políticos, la percepción de laeficacia del sistema político, o el sentido que se tengade pertenencia a la sociedad política, aspectos queanalizaremos en el siguiente capítulo, relativo a lacultura política, para los estudiantes del PLJDC.

Entre los factores de índole más estructural quedesalientan o restringen la participación social y política,caben destacar, especialmente para Guatemala, elarraigo de la cultura patriarcal, el miedo a laparticipación sociopolítica –esto es: la inhibición socialque genera la violencia en todas sus manifestaciones,pasadas y presentes–, y la pobreza que afecta aimportantes sectores de la población del país.

Algunos estudios, además, han identificado laimportancia que pueden tener los factores demográ-ficos. Así, por ejemplo, altos niveles de migración enuna comunidad inciden no solamente en la participaciónpolítico-electoral, sino también en los nivelesorganizativos de las mismas. En Guatemala, sinembargo, no existen estudios, que sepamos, queidentifiquen los impactos de este factor en laparticipación social y política, a pesar de importantesprocesos migratorios que se producen en muchos

municipios y comunidades. La salida de muchoshombres de las comunidades, principalmente hacia elexterior, podría estar contribuyendo a una mayororganización y participación sociopolítica de las mujeresen dichas comunidades. La guerra y los desastresnaturales, aunque tienden a destruir las estructurasorganizativas preexistentes, como fue en el caso deGuatemala, también tienden a desatar dinámicas desolidaridad y de organización. En algunos países (porejemplo, en la República Árabe Saharaui Democrática–RASD–), el hecho de que los hombres pasen la mayorparte del tiempo en el frente de guerra ha conllevadoque la mujeres dirijan la estructura política-adminis-trativa del país.

Como vemos, la participación social y política es unfenómeno multicausal y aunque los estudios muestrantendencias generales tampoco se da una relacióndirecta o lineal entre los distintos factores y laparticipación. En este sentido, puede que un individuoesté en situación de pobreza, pero que esta mismasituación sea la que lo impulse a organizarse y participarmás activamente, a mejorar sus condiciones deexistencia y la de los suyos.2 O bien que en generalhaya una percepción negativa del funcionamiento delsistema político guatemalteco, pero –como ocurre conlos estudiantes del Programa– esta misma percepcióny crítica se traduzca en acción positiva para cambiar elsistema, como veremos en el siguiente capítulo. Entodo caso siempre habría que ver las particularidadesde los individuos y grupos sociales en contextos socia-les, económicos, políticos y culturales diferenciados.

En los siguientes epígrafes se analizan algunos de losfactores que pueden estar particularizando laparticipación sociopolítica de los estudiantes delPLJDC. En el epígrafe 4.1 se describe cómo secomporta el activismo sociopolítico de los estudiantes,según algunas variables sociodemográficas, como son:la edad, el género, la autoidentificación étnica, laescolaridad y el área de residencia.

2 Quizás, el movimiento de “los sin tierra” (MST) en Brasil, entre otras muchas experiencias de organización popular en América Latina,sea un caso paradigmático de sectores pobres que se organizan.

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78

Además, por las peculiaridades de los sujetos queatiende el PLJDC, con experiencia política-partidaria,e inmersos en un proceso de formación ciudadana,interesó la incidencia que en su activismo tiene laidentificación ideológica y el conocimiento del sistemapolítico guatemalteco. Esto es, en qué medida lastendencias ideológicas que impulsaron la organizaciónen partidos políticos y que marcaron las confron-taciones políticas durante más de un siglo, siguenteniendo vigencia para explicar la acción colectiva delliderazgo del Programa. Del mismo modo, en quémedida el conocimiento del sistema políticoguatemalteco, y en específico de los derechos ydeberes ciudadanos, de los instrumentos departicipación en política, están incidiendo en laparticipación del liderazgo del Programa. En estesentido partimos de que en sociedades como laguatemalteca, en la que importantes sectores de lapoblación no tienen acceso todavía a la educaciónformal, a los medios de comunicación masiva, en laque el sistema educativo muestra evidentesdeficiencias en inculcar cultura cívica, y en general enla que se presentan todavía importantes restriccionesa la ciudadanía social y económica, muchas personasno participan, además de por no tener los medioseconómicos, simplemente porque no saben que, almenos, legalmente han accedido a la ciudadaníapolítica: que tienen derechos y responsabilidadesciudadanas; o porque no saben cómo ejercerlos.

Para el seguimiento individualizado de la participaciónen política, en el epígrafe 4.2 se identifican algunosfactores, objetivos y subjetivos, según los que losestudiantes ven restringida su participación. En elepígrafe 4.3 nos introducimos en los hogares de losestudiantes, viendo en qué medida la pobreza, losniveles socioeconómicos y de integración inciden enla participación. Igualmente interesó analizar si laexperiencia de participación de los padres,especialmente en partidos políticos, podría estarasociada a la participación de los estudiantes,identificando de este modo la consanguinidad políticaque se da entre generaciones.

En el epígrafe 4.4 realizamos una breve aproximacióncualitativa a la participación sociopolítica de los

estudiantes, identificando otros factores estructuralesque inciden en la participación, con énfasis en losjóvenes y las mujeres, sujetos que presentan, comohemos visto, un menor involucramiento en la política.Y, finalmente, en el último epígrafe de este capítuloexponemos la visión de futuro individual y colectivo quetienen los estudiantes. En el capítulo 5, que trata sobrela cultura política, se darán igualmente algunos insumosque particularizan la acción colectiva del LiderazgoJoven para una Democracia en Construcción.

4.1 Variables asociadas con la participaciónsociopolítica de los estudiantes del PLJDC

Los análisis realizados en el capítulo 3 nos indican queespecialmente la edad, pero también el género, estabanasociadas a una menor participación de los sujetos delPLJDC, comportándose estas variables como en otrosestudios realizados a nivel internacional y nacional: losjóvenes y las mujeres tienden a participar menos quelas personas adultas y los hombres, respectivamente.Por grupo étnico algunos estudios realizadosrecientemente en el país (v. gr. Sáenz, 2005 y Azpuru,2004) están mostrando que la participación sociopolíticade los mayas/indígenas es superior a la de los ladinos,mientras que otros estudios (v. gr. BM, 2003), ponen demanifiesto una participación similar en organizacionesformales entre ambos grupos. En este sentido, losestudiantes del Programa, según su grupo etáreo,género y autoidentificación étnica, seguirían lastendencias generales de la población guatemalteca.

Definitivamente las mujeres, o sea la mayoría de lapoblación del país, son las que en menor medidaparticipan en ejercicio del poder político en todos losniveles; mientras que los jóvenes, parecen participarmenos debido al ciclo de vida por el que pasan, comomuestran numerosos estudios a nivel internacional yalgunos en el nacional, que indican que el compromisocívico presenta niveles relativamente bajos en laadolescencia y la veintena hasta alcanzar su punto másalto en los cuarenta y los cincuenta años (Hall, 2004,49 y ss.).

Los estudios empíricos han puesto igualmente demanifiesto la correlación positiva entre otras variables

79

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

VariableParticipación actual en orgs. (promedio)Participación general en orgs. (promedio)Participación en organizaciones políticas (%)Participación en actividades (promedio)

Frecuencia de la participación (%) Constantemente No constantementeÍndice de activismo social y político

Tabla 4.1Área de residencia y activismo sociopolítico

Rural(n=93)2.234.3435.96.49

29.270.8

13.58

Urbana(n=235)

2.205.1343.37.96

34.765.3

15.00

Total(n=328)

2.204.9241.27.53

34.765.314.58

p*.896.061.136.011

.125

.126

* Prueba del chi-cuadrado para variables nominales y ordinales y prueba de t-est para variables de intervalo.Fuente: INGEP, encuesta oct. 2004.

sociodemográficas y la participación política. Entreestas variables cabe destacar la residencia y laeducación. Así, la teoría de la modernización señalaque los procesos de urbanización se asocian con elincremento de la participación sociopolítica, en lamedida que traen consigo aumentos en la intensidadde los estímulos ambientales, fundamentalmente através de los medios de comunicación, reducen loscostos de la participación y produce una expansión delas clases medias, que por su posición en laestratificación social tienden a desarrollar actitudespolíticas, a reaccionar más rápidamente ante losestímulos políticos (ver en Boneo & Torres Rivas, Op.cit., p. 34).

En el caso de Guatemala, sin embargo, algunosestudios indican que las personas tienden a participaren organizaciones sociales más en las áreas rurales(ver Sáenz, Op. cit., en base a los datos de la ENCOVI);otros estudios muestran, con base en los mismos datos(BM), que no existen diferencias estadísticamentesignificativas en la organización social entre las áreasurbanas y rurales; mientras que el estudio de Azpuru(2004) señala que las personas residentes en las áreasurbanas tienden a participar más en organizacionessociales que las residentes en las rurales. Lasdiferencias básicamente se deben al número y tiposde organizaciones que estos estudios contemplan, sinque en general podamos decir que los guatemaltecosparticipan más en organizaciones sociales en el áreaurbana o en el área rural.

Así como la teoría de la modernización explica unamayor participación sociopolítica en las áreas urbanas,

la teoría comunitaria (ver Boneo & Torres-Rivas, idem),que postula que cuanto más pequeña, autónoma y biendefinida sea una comunidad, más fácil será que losciudadanos tomen parte de los conflictos sociopolíti-cos y participen, podría explicar la mayor participaciónsocial en el ámbito rural guatemalteco; al menos enalgunos casos y para determinados tipos de organiza-ciones. De cualquier manera, lo rural y lo urbano noson espacios separados, sino interconexionados,además de por los medios de locomoción y comunica-ción, por relaciones de poder (económico, social,político y cultural) complejas.

4.1.1 Residencia, escolaridad yparticipación sociopolítica

La tabla 4.1 resume la participación sociopolítica delos estudiantes del PLJDC que viven en las áreas rural(aldeas, para este estudio) y urbana (cabecera munici-pal), a partir de los indicadores de: la participación enorganizaciones sociales y políticas, en organizacionescon fines políticos (partidos políticos y comités cívicos),en actividades sociales y políticas, la frecuencia de laparticipación (considerándose constante cuando se dadiaria, semanal o quincenalmente), y el índice deactivismo sociopolítico, el que resume la accióncolectiva de los estudiantes.

Los resultados del análisis bivariado nos indica quesólo en la participación en actividades existendiferencias entre los sujetos residentes en las áreasrural y urbana. Así, mientras que las personas que vivenen el área rural solamente han participado en promedioen 6.49 actividades consideradas en este estudio, las

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA, INGEP

80

Variable

Participación actual en orgs. (promedio)

Participación general en orgs. (promedio)

Participación en organizaciones políticas (%)

Participación en actividades (promedio)

Frecuencia de la participación (%) Constantemente No constantemente

Índice de activismo social y político

Tabla 4.2Escolaridad y activismo sociopolítico

Baja(n=210)

1.95

4.31

40.2

6.34

31.768.3

12.68

Alta(n=120)

2.66

5.94

42.9

9.59

39.860.2

17.71

Total(n=330)

2.20

4.92

41.2

7.53

34.765.3

14.58

p*

.001

.000

.362

.000

.088

.000

* Prueba del chi-cuadrado para variables nominales y ordinales y prueba de t-est para variables de intervalo.Fuente: INGEP, encuesta oct. 2004.

personas que viven en el área urbana lo han hecho encasi ocho actividades; lo que podría estar reflejandomenores ofertas de actividades sociopolíticas en el árearural en comparación con el área urbana, así comocostos adicionales, en tiempo y dinero que suponeparticipar en actividades que generalmente se dan enlas áreas urbanas, como los mitines, campañas cívicas,manifestaciones e incluso el voto. Como vimos en elanterior capítulo también los estudiantes residentes enlas áreas rurales se empadronan menos.

Sin embargo, para el resto de los indicadores delactivismo sociopolítico de los estudiantes no existendiferencias estadísticamente significativas. Los datosestarían reflejando, por tanto y para el liderazgo delPrograma, que residir en el área rural no es unimpedimento para organizarse y participar activamente.Ello se puede deber, independientemente de que laresidencia marque o no diferencias importantes en laacción colectiva de las personas, a que los sujetos queacceden al Programa, en la medida que fueronseleccionados por las organizaciones, simplementesean los más activos residentes en las áreas rurales.

A diferencia de la residencia, la escolaridad sí estámarcando diferencias significativas en el activismo delos estudiantes,3 presentando los sujetos con menores

grados de escolaridad un índice de activismo en cincopuntos menos a los de mayor escolaridad. La escolari-dad está fuertemente asociada especialmente con laparticipación en organizaciones y actividades socialesy políticas: son las personas con menores grados deescolaridad las que en menor medida se hanorganizado y participado en actividades. Sin embargo,la escolaridad no está asociada con la participación enorganizaciones políticas, lo que viene a decir que lasorganizaciones de este tipo no discriminan por el nivelde escolaridad. Hay que tener en cuenta, sin embargo,que todos los sujetos del Programa tienen algún gradode escolaridad (requisito de admisión al mismo, comovimos en el capítulo 2).

Igualmente la escolaridad parece que no está asociadacon la frecuencia con la que los sujetos participan enactividades sociales y políticas, lo que nos indica queaunque los sujetos con menor escolaridad –general-mente los de menores recursos–, se organicen menosy participen en menos actividades, sin embargo lo hacencon la misma constancia o firmeza que los sujetos conalta escolaridad.

En el caso del Programa, los estudiantes que presentanmenores niveles de escolaridad son los mayas y losjóvenes, por lo que en alguna medida la escolaridad

3 Para efectos de este análisis bivariado se consideró a sujetos con una escolaridad baja a aquellos que hayan cursado menos de 13años (o sea que como máximo tienen estudios de diversificado), mientras que se consideró sujetos con alta escolaridad cuando hancursado 13 años o más, esto es, que además del diversificado tienen algún o todos los años de técnico universitario (si han realizadoestos estudios), o licenciatura, postgrado o algún curso o todos los cursos de doctorado.

81

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

Variable

Participación actual en orgs. (promedio)

Participación general en orgs. (promedio)

Participación en organizaciones políticas (%)

Participación en actividades (promedio)

Frecuencia de la participación (%) Constantemente No constantemente

Índice de activismo social y político

Tabla 4.3Derechos políticos y activismo sociopolítico

Señalan conocer losderechos de

participación y/uorganización

(n=141)

2.37

5.25

47.9

8.32

35.864.2

15.89

No señalan conocer losderechos de

participación y/uorganización

(n=189)

2.09

4.66

36.1

6.93

33.966.1

13.57

Total(n=330)

2.20

4.92

41.2

7.53

34.765.3

14.58

p*

.137

.122

.040

.011

.812

.010

* Prueba del chi-cuadrado para variables nominales y ordinales y prueba de t-est para variables de intervalo.Fuente: INGEP, encuesta oct. 2004.

podría estar incidiendo en el activismo político de estossujetos. Asimismo, aunque residir en el área ruralparece no estar relacionado con el menor activismosociopolítico, los sujetos que viven en el área ruraltienen, sin embargo, también menores niveles deescolaridad en relación a los que viven en el áreaurbana, por lo que la ruralidad, entendida comoexclusión social en el caso de Guatemala, y para elcaso menor acceso a la educación formal, en algunamanera está incidiendo en la participación sociopolítica.

4.1.2 Conocimiento del ordenamientojurídico y participación

Además de los conocimientos generales adquiridos através de la educación formal (escolaridad) interesóanalizar, debido a que el PLJDC es una proceso deformación ciudadana, si aquellos sujetos que teníanun mayor conocimiento sobre sus derechos cívicos ypolíticos, sobre los instrumentos y espacios de partici-pación y en general sobre el ordenamiento jurídico delsistema político guatemalteco, se involucran social ypolíticamente en mayor medida que aquellos otros conmenores grados de conocimiento. En otras palabras,si el activismo de los estudiantes se vincula con los

conocimientos relativos a la cultura cívico-política ensus elementos jurídicos-formales.

Así, en cuanto al conocimiento de los derechos cívicosy políticos, se analizó si aquellos estudiantes queseñalaron entre estos derechos la participación y/o laorganización tenían niveles e índices de activismosociopolítico mayores a aquellos otros que, aunqueconozcan otros derechos, e inclusive éstos, no losmencionaron.4

Efectivamente, como muestran los resultados delanálisis bivariado (tabla 4.3), aquellas personas queconocen los derechos a la participación y/u organiza-ción tienen niveles de activismo superiores a aquellosotros que parecen no conocerlos. El mayor activismode los estudiantes, sin embargo, está asociado conuna mayor participación en organizaciones con finespolíticos, así como en actividades sociopolíticas;mientras que no se dan diferencias entre los gruposde sujetos en lo que se refiere al número de organiza-ciones que han participado o a la constancia de laparticipación. Así la asociación entre participaciónpolítica y conocimiento de los derechos políticos nosestaría indicando que es precisamente a través de la

4 La mayoría de los sujetos del Programa conoce al menos uno de los derechos cívicos o políticos. Los mencionados fueron, por orden:elegir y ser electo, libre expresión, a participar y a organizarse. Un análisis más profundo acerca del conocimiento de los derechos yresponsabilidades cívico-políticas se realiza en el capítulo 5.

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82

Variable

Participación actual en orgs. (promedio)

Participación general en orgs. (promedio)

Participación en organizaciones políticas (%)

Participación en actividades (promedio)

Frecuencia de la participación (%) Constantemente No constantemente

Índice de activismo social y político

Tabla 4.4Ordenamiento jurídico y activismo sociopolítico

Señalan conocerlas leyes(n=207)

2.48

5.60

48.5

8.65

39.260.8

16.30

No señalanconocerlas

(n=123)

1.76

3.72

28.6

5.56

26.773.3

11.54

Total(n=330)

2.20

4.92

41.2

7.53

34.765.3

14.58

p*

.000

.000

.000

.000

.016

.000

* Prueba del chi-cuadrado para variables nominales y ordinales y prueba de t-est para variables de intervalo.Fuente: INGEP, encuesta oct. 2004.

extensión de la cultura cívica-política, ya sea por mediode la educación formal o informal (familia, amigos,programas de formación, medios de comunicación,entre otros) que se aumenta el compromiso político yse crea ciudadanía; y/o bien, que es precisamenteparticipando como se crea cultura política.

Una segunda aproximación a la asociación entreconocimientos políticos y la acción colectiva se puederealizar a través de la clasificación de los estudiantesen aquellos que no señalan conocer o conocen muypoco las principales leyes que ordenan el sistemapolítico guatemalteco y aquellos otros que señalan porlo menos conocer alguna, esto es: que poseen unmayor grado de conocimiento del funcionamiento delsistema político. Estas leyes son la Constitución Políticade la República de Guatemala, la Ley General deDescentralización, la Ley de los Consejos de DesarrolloUrbano y Rural, el Código Municipal y la Ley Electoraly de Partidos Políticos, las que básicamente contienenlos derechos e instrumentos de participación ciudadanay, en términos generales, ordenan jurídicamente elsistema político guatemalteco. A estas leyes se lesañadió los Acuerdos de Paz, pacto nacional sobre elque se asienta la construcción de la democraciarepresentativa, participativa y real en Guatemala.

Siguiendo en la línea del análisis realizado con losderechos políticos, y con base en los presupuestosteóricos de la teoría de la disponibilidad de recursos,

en este caso de los conocimientos útiles para lageneración de ciudadanía, en principio entenderíamosque el conocimiento sobre el ordenamiento jurídico delsistema político guatemalteco conllevaría igualmenteuna mayor identificación con la sociedad políticaguatemalteca, y en concreto un mayor compromiso yactivismo sociopolítico.

Los resultados de los análisis estadísticos realizadosson contundentes en este sentido. Los sujetos que almenos conocen una de las leyes “políticas” deGuatemala están participando en mayor medida queaquellos otros que señalan no conocerlas o conocerlasmuy poco, y las diferencias entre ambos grupos sonaltamente significativas. Los sujetos que mayor conoci-miento tienen del ordenamiento político participan y hanparticipado en más organizaciones sociales y políticas,están participando en mayores proporciones en lospartidos políticos, participan en mayor número deactividades y con mayor constancia, y en general tienenun índice de activismo sociopolítico por encima decuatro puntos en relación a aquellos otros quedesconocen el funcionamiento jurídico-formal delsistema político.

Por lo demás, los sujetos que menor conocimientotienen del sistema son los mayas (el 54% frente al 71%de los ladinos) y los jóvenes (57% frente al 71% de losadultos). No se dan diferencias significativas entremujeres y hombres (el 62% frente al 63%). El

83

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

Gráfica 4.1Identificación con las opciones ideológicas

Fuente: INGEP, encuesta oct. 2004.

Ninguna de

las

anteriores

22%

Izquierda

24%

Derecha

7%

Centro

izquierda

13%

Centro

derecha

3%Centro

12%No sabe

19%

conocimiento del sistema político se da en menormedida también en el área rural (el 54% de las personasdel área rural señalan conocer al menos alguna leyfrente al 67% de los sujetos del área urbana).

4.1.3 Ideología y participación sociopolítica

Uno de los factores que ha estado estrechamentevinculado a la organización y participación social ypolítica en el mundo contemporáneo son las ideologías.Las mismas han sido poderosas herramientas quedesde finales del XVIII, y especialmente a partir de larevolución francesa, movilizaron a millones de personasa lo ancho y largo del planeta, originando, entre otrosla organización de la población en partidos políticos.En las últimas décadas, sin embargo, las clásicas distin-ciones ideologícas-políticas –derecha e izquierda–,parecen que han perdido terreno como fuente desentido de la acción colectiva, mientras que han idoganando mayor relevancia otras identidades políticas,como las étnicas o las de género.

La gráfica 4.1 representa las opciones ideológicas conlas que los sujetos del PLJDC señalan identificarse. Elprimer dato que destaca es que 41% de los mismosno se identifica con ninguna tendencia ideológica.

Por adscripción a los partidos políticos con represen-tación en el Programa se presentan la situación que sedescribe en el cuadro 4.1. Con excepción de laspersonas que se adscriben a partidos políticosclaramente de izquierda (URNG y ANN), que señalan

mayoritariamente identificarse con las opcionesideológicas de izquierda, seguido por el centro izquier-da, los estudiantes del Programa que se adscriben alresto de los partidos políticos no muestran una identidadpolítico-ideológica muy definida. Así por ejemplo, losestudiantes que se adscriben al FRG (partido de derechao centro derecha) señalan identificarse con la izquierday con la derecha; igualmente ocurre con los estudiantesque se adscriben a la GANA, quienes se identifican conopciones ideológicas diversas, que van desde el centroizquierda a la derecha.

Pero, quizás lo más destacable de los datos que sepresentan en la tabla 4.1 es que un importante grupodel liderazgo que participa en partidos políticos no seestá identificando con ninguna de las clásicas tenden-cias ideológicas –concretamente el 34% de losestudiantes que participan en partidos políticos–; loque denota al menos tres aspectos: el primero de ellosque las clásicas identidades políticas no son tanimportantes para la participación en partidos políticos(a excepción, como hemos señalado, de la izquierdapartidaria e ideológica); la ausencia de una identidadpolítico-ideológica claramente definida y diferenciadapor parte de la mayoría de los partidos políticosguatemaltecos; y probablemente, debido a lascaracterísticas de los estudiantes del Programa, quemuchos jóvenes no han definido todavía sus identida-des político-ideológicas.

Al analizar las identidades ideológicas por gruposetáreos, género y grupos étnicos los datos másdestacados que encontramos son que los jóvenes y lasmujeres tienden a identificarse más con los centros–esto, cuando se da una identificación ideológica–,mientras que el resto de los grupos tiende a identificarsepredominantemente con las opciones ideológicas de laizquierda y de los centros. Asimismo, los grupos nomuestran diferencias importantes en la identificación conla derecha. Lo más destacable del cuadro 4.2 es, sinembargo, que los sujetos que en menor medida se estánidentificando con las clásicas tendencias ideológicas sonlas mujeres (53%), los jóvenes (48%), seguidos de losmayas (45%), lo que estaría denotando que para estosgrupos las identidades político-ideológicas que vandesde la izquierda a la derecha, o de la derecha a la

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA, INGEP

84

Cuadro 4.1Identificación ideológica según la adscripción a los partidos políticos

Identificación ideológica (%)Centro- Centro- Ninguna de

Izquierda Izquierda Centro Derecha Derecha las anteriores No sabeANN 86 14 - - - - -DC - - - - - 50 50DIA - - - - 25 50 25FRG 50 - - - 50 - -GANA - 13 25 25 - 25 13MR - - 50 - - - 50PAN - - 18 9 46 18 9PLP - 100 - - - - -PP - - - - - 100 -PSN - - 100 - - - -PT - 50 - - - 17 33PU 50 - - - - 50 -URNG 86 15 - - - - 5UNE 19 33 - - 10 14 5UD 43 - - - - 43 14

Fuente: INGEP, encuesta octubre 2004.

Partidospolíticos

Cuadro 4.2Identificación ideológica según grupos etáreos, género y grupos étnicos

Identificación ideológica (%)Centro- Centro- Ninguna de

Izquierda Izquierda Centro Derecha Derecha las anteriores No sabeJóvenes 18 8 15 4 7 21 27Adultos 31 20 9 3 7 22 8Mujeres 18 7 14 2 6 29 23Hombres 27 17 11 4 8 17 16Mayas 28 11 10 1 5 23 22Ladinos 21 15 14 5 8 22 16

Fuente: INGEP, encuesta octubre 2004.

Partidospolíticos

izquierda, no son tan relevantes como para el resto delos grupos; bien sea porque, quizás en el caso de losjóvenes y mujeres no han definido, por su edad, aúnsus identidades políticas, como señalábamos, y enrealidad ya no son tan importantes para las nuevasgeneraciones; o tal vez porque estos grupos le estándando preeminencia a otras identidades políticas, comoson las de género y etnia. En todo caso, estos aspectosno fueron explorados en este estudio, quedando entre

muchos de ellos pendientes para próximasinvestigaciones.

En relación a la asociación entre el activismosociopolítico de los estudiantes y su identificaciónideológica, la tabla 4.5 muestra resultadoscontundentes. En general las personas que seidentifican con alguna tendencia, independientementede cuál sea ésta,5 muestran niveles de organización y,

5 Los análisis realizados muestran que no existen diferencias estadísticamente significativas en el activismo sociopolítico de las personasque se identifican con alguna tendencia ideológica. Solamente las personas identificadas con la izquierda tienden a organizarse másque aquellas otras personas que se identifican con los centros y la derecha.

85

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

Variable

Participación actual en orgs. (promedio)

Participación general en orgs. (promedio)

Participación en organizaciones políticas (%)

Participación en actividades (promedio)

Frecuencia de la participación (%) Constantemente No constantemente

Índice de activismo social y político

Tabla 4.5Ideología y activismo sociopolítico

Identificados contendenciaideológica

(n=191)

2.56

5.67

51.3

8.61

41.658.4

16.52

No identificadoscon tendencia

ideológica(n=131)

1.71

3.75

25.8

5.90

24.275.8

11.57

Total(n=322)

2.20

4.92

41.2

7.53

34.765.3

14.58

p*

.000

.000

.000

.000

.002

.000

* Prueba del chi-cuadrado para variables nominales y ordinales y prueba de t-est para variables de intervalo.Fuente: INGEP, encuesta oct. 2004.

en general, de activismo sociopolítico superiores aaquellos otros que no se identifican con las clásicastendencias político-ideológicas.

Así, los sujetos “con ideología” están participandoactualmente en casi una organización más y en generalen dos organizaciones más que el resto de los sujetos.Igualmente, los primeros han participado en casi tresactividades sociales y políticas más que los segundos;están participando en mayor medida en organizacionespolíticas (el 51% de los sujetos “con ideología”, frenteal 26% de los que no se identifican con las tendenciasideológicas) y con mayor constancia (el 42% frente al24% participa diaria, semanal o quincenalmente). Engeneral, los sujetos que se identifican con algunatendencia ideológica tienen un índice de activismosociopolítico en cinco puntos superior a aquellos otrosno se identifican con ninguna opción ideológica.

Lo anterior estaría reflejando que la ideología siguesiendo un importante factor que da sentido a la accióncolectiva de los sujetos, conllevando consigo un mayorcompromiso cívico-político y, por ende, un mayoractivismo en política. Asimismo, la ideología, comocompromiso social, podría ser también un factorimportante que en parte explicaría el menor activismode los jóvenes y las mujeres: el 52% de los jóvenes seidentifican con una tendencia ideológica frente al 70%de los adultos; el 47% de las mujeres frente al 67% de

los hombres, y estas diferencias son estadísticamentesignificativas. No se dan diferencias significativas entremayas y ladinos: el 55% y el 63%, respectivamente,se identifican con alguna tendencia ideológica.

En este sentido, los datos estarían reflejando que laideología no es tan importante entre los jóvenes y encierta medida una despolitización de estos sujetos: losjóvenes, ya no estarían motivados a participar porideales sociales sino por otros motivos quizás másindividualistas e instrumentales. La interpretación dela menor identificación ideológica de las mujerestrascendería la anterior explicación, y estaría másrelacionada con las estructuras patriarcales que conlos cambios culturales, como en el caso de los jóvenes.En términos generales a la mujer se le ha negado elespacio público restringiendo sus compromisos a lareproducción de la institución familiar, en base a otraideología no menos importante como es la patriarcal,basada en la inferioridad o minoría de edad de la mujer.

4.2 Regresión lineal múltiplesobre activismo sociopolítico

El objetivo de esta sección es ver el peso real que lasdistintas variables hasta el momento consideradas eneste estudio tienen en la explicación de la participaciónsociopolítica de los sujetos del PLJDC. Con estafinalidad se realiza un ejercicio de regresión lineal

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA, INGEP

86

Variable

Constant (a)

Edad

Género

Autoidentificación étnica

Escolaridad

Área de residencia

Ideología

Conocimiento del

ordenamiento

político

Adjusted R Square= .407

N= 281

a) Variable independiente:

Índice de activismo

Tabla 4.6Regresión lineal múltiple sobre el índice

de activismo social y político

B

-1.580

.268

-1.002

1.390

.316

-8.065E-02

2.595

1.082

Std. Error

2.051

.039

.817

.808

.129

.914

.811

.202

Sign.

.000

.000

.221

.087

.015

.930

.002

.000

Fuente: INGEP, encuesta oct. 2004.

múltiple sobre la variable índice de activismosociopolítico, la que como se ha venido señalando,resume la acción colectiva del liderazgo que atiende elINGEP. Como variables independientes o determi-nantes de la participación se consideran la edad, elgénero, la autoidentificación étnica, el área deresidencia, la escolaridad, el conocimiento del sistemapolítico y la identificación ideológica.

En este sentido, se espera que la edad y la escolaridad,como pusieron de manifiesto los análisis bivariadosrealizados, se asocien positivamente con el activismosocial y político, en la dirección de que en la medidaque aumenta la edad y la escolaridad también se estáaumentando el activismo. Por el contrario esperamosque ser mujer, maya y vivir en el área rural se asocieninversamente a la acción colectiva. Asimismo,esperamos una correlación positiva entre la ideologíay el conocimiento del ordenamiento político del paíscon la participación sociopolítica, tal como reflejaronlos análisis bivariados precedentes.

El modelo que se presenta en la tabla 4.6 es altamentesignificativo (sig. ANOVA = .000), e igualmente estáexplicando el 40% del fenómeno del activismosociopolítico de los sujetos del Programa; lo que nosestá indicando que, aunque algunos de los factores

contemplados explican la participación sociopolítica delliderazgo, existen otros muchos determinantes, algunosde los que se seguirán identificando en las próximaspáginas.

Volviendo al modelo, hay que anotar en primer lugarque todas las variables se asocian como se esperaba,a excepción de la variable autoidentificación étnica,reiterando que la autoidentificación étnica, en este casocon algún pueblo maya, no conlleva necesariamenteun menor activismo sociopolítico. Solamente hay cuatrovariables, de las consideradas en el modelo, queexplican el activismo de los sujetos: la edad, los añosde escolaridad, la ideología y el conocimiento delsistema político. En este sentido, el compromiso cívico-político, como ponen de manifiesto diversos estudiosinternancionales, y en condiciones no extraordinarias–por ejemplo: una revolución cultural como la del 68–,parece que se está adquiriendo con la edad, en el casode que otros factores permanezcan constantes, puestambién es cierto que en las juventudes se estánproduciendo cambios culturales importantes.

Del mismo modo la educación es un importantepredictor del activismo sociopolítico pues, como ponentambién en evidencia diversos estudios, en la medidaen que las personas aumentan sus grados deescolaridad tienden a una mayor participaciónciudadana.

Sin embargo, las variables consideradas en el modeloque en mayor medida parecen estar incidiendo en elactivismo sociopolítico de los estudiantes son elconocimiento del ordenamiento jurídico guatemaltecoy la ideología. Así, en la medida que se va aumentandoel conocimiento sobre el sistema político, las personastienden a involucrarse en mayor medida en política.De la misma manera, identificarse con alguna tendenciaideológica incide en la movilización colectiva de lossujetos, como vimos en los análisis realizados en lasanteriores secciones.

El análisis multivariado nos indica que el género (eneste caso ser mujer) se asocia negativamente a laparticipación sociopolítica; sin embargo, el género noestá determinando el activismo sociopolítico. Ello se

87

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

debe a que es la edad de las mujeres, mayoritariamentejóvenes, lo que en mayor medida parece estarexplicando su menor participación. Así dentro delPrograma, como señalamos en el anterior capítulo, nosencontramos con dos grupos de mujeres con perfilesde activismo sociopolítico bien diferenciados: aquellasmujeres adultas que ya son grandes activistas y queparecen haber roto las barreras de género en laparticipación; y otro grupo de mujeres jóvenes, lamayoría, que además de ver limitada su participaciónpor factores intrínsecos a su edad, sufren también lasbarreras o exclusiones en la participación por sugénero, pues como vimos, aunque entre las mujeres yhombres adultos no había diferencias significativas ensus índices de participación, la acción colectiva de lasmujeres jóvenes es significativamente menor que lade los hombres jóvenes.

En este sentido y en general, la menor participaciónen política de las mujeres del programa se debe mása su situación de género (definida por variables comola edad o la escolaridad de las mujeres jóvenes) quesu condición de género. Aunque como veremos cuandose traten los factores estructurales que inciden en laparticipación en política de las mujeres, la culturapatriarcal sigue siendo una importante limitante querestringe seriamente la participación política conequidad de la mayoría de las mujeres guatemaltecas.

Del mismo modo, aunque el análisis multivariado nosindica que residir en las áreas rurales conllevacondiciones adversas para la participación política, sinembargo las mismas no llegan a determinar laparticipación sociopolítica de los sujetos. Es así que,como se anotó, una importante proporción de mayasdel Programa residen en las áreas rurales, pero sinembargo en general estos sujetos no presentanmenores índices de activismo.

4.3 Factores reales y subjetivosque dificultan la participación política

Para poder individualizar los principales factores querestringen la participación política de los estudiantesdel PLJDC, se les preguntó sobre los motivosprincipales que les dificulta participar en actividades

políticas. De acuerdo con los datos que se presentanen la gráfica 4.2, más de la cuarta parte del liderazgono tiene ningún motivo que le dificulte participar endichas actividades, siendo los principales motivos lasdisponibilidades de recursos: económicos, deconocimiento y de tiempo. Asimismo, un importanteporcentaje de los estudiantes indicó que el autoritarismode los líderes y de los funcionarios públicos es unalimitante de primer orden que les impide participar enactividades políticas.

Gráfica 4.2Motivo principal que dificulta la

participación en actividades políticas

Fuente: INGEP, encuesta oct. 2004.

28.3

6.1

1.9

1.9

1.9

2.3

2.6

3.2

8.4

10.9

13.8

18.6

0 5 10 15 20 25 30

Otro

Crítica de la comunidad

La edad

Cultura patriarcal

Falta de seguridad

Responsabilidades familiares

Discriminación

Autoritarismo de líderes yfuncionarios

Falta de tiempo

Desconocimiento de losespacios y mecanismos

Falta de Recursos

Ninguno

Los anteriores factores afectan o son percibidos dedesigual manera por los grupos de edad, género yautoidentificación étnica, como se muestra en el cuadro4.3. Así, a las personas adultas les afecta principal-mente la falta de recursos económicos; mientras quelos jóvenes y las mujeres son los grupos que menorimportancia le dan a este factor, bien sea porquedisponen de suficientes recursos como para no verafectada su participación, o simplemente porque nopriorizan este factor como el de mayor relevancia.

Los jóvenes son los estudiantes que alegan que eldesconocimiento de los espacios y mecanismos departicipación ciudadana y la falta de tiempo son losprincipales motivos que les dificultan participar enactividades políticas, factor el primero que estabaasociado, como vimos al activismo de los estudiantes.

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA, INGEP

88

Cuadro 4.3Motivos que dificultan participar por edad, género y grupo étnico (%)

Motivo

Ninguno

Falta de Recursos

Desconocimiento

Tiempo

Autoritarismo

Discriminación

Responsabilidades

Seguridad

Cultura patriarcal

Edad

Crítica

Otro

Jóvenes

27.3

12.0

18.0

15.8

6.6

3.8

.5

2.7

1.1

3.3

3.3

5.5

Adultos

29.9

28.3

7.1

3.9

11.0

2.4

5.5

1.6

3.1

-

-

7.1

Mujeres

26.4

13.2

12.4

13.2

7.4

5.8

2.5

1.7

4.1

3.3

3.3

6.6

Hombres

29.5

22.1

14.7

9.5

8.9

1.6

2.6

2.6

.5

1.1

1.1

5.8

Mayas

25.6

20.9

14.7

9.3

5.4

3.9

3.1

3.9

3.1

-

3.9

6.2

Ladinos

30.6

15.6

14.4

12.5

10.6

1.3

2.5

1.3

1.3

3.1

.6

6.3

Fuente: INGEP, encuesta oct. 2004.

La falta de tiempo podría estar relacionado con el hechode que muchos jóvenes estudian y trabajan; peroigualmente con un menor interés en la participaciónpolítica.

El autoritarismo de los líderes y funcionarios espercibido principalmente como limitante para participarpor los adultos, los hombres y los ladinos; ladiscriminación por los jóvenes, las mujeres y los mayas;la falta de seguridad en sí mismos por los mayas; lacultura patriarcal por las mujeres, los adultos y losmayas; la crítica de la comunidad por los mayas, lasmujeres y los jóvenes, y la edad por los jóvenes y lasmujeres, debido en este último caso a que algunos deellos tienen menos de 18 años.

En general, la falta de recursos y el desconocimientode los mecanismos de participación son los principalesmotivos percibidos como limitantes de una participa-ción más activa o efectiva de los estudiantes delPrograma. La percepción de la falta de recursos porlos distintos grupos, sin embargo, no se relaciona conlos niveles socioeconómicos de los hogares (queanalizaremos en el siguiente epígrafe), los que porgrupo etáreo y género se encuentran en situacionessocioeconómicas muy similares; mientras que losmayas son los que menores recursos económicostienen. En este sentido, hay que tener en cuenta quela profesionalización de la vida política cada vez estádemandando mayores inversiones en marketing

político, por lo que generalmente los recursoseconómicos pueden ser considerados la mayoría delas veces como insuficientes para ganar elecciones.

Sin embargo, el dato más sobresaliente es que unimportante porcentaje de estudiantes, independiente-mente de que quieran llegar a ser diputados opresidentes del país, consideran que no tienen ningúnmotivo que les dificulte participar en actividadespolíticas.

4.4 Hogar y participación sociopolítica

En este epígrafe nos introducimos en el análisis de lasvariables socioeconómicas que pueden estarrelacionadas con la participación en política de losestudiantes del PLJDC, para lo que clasificamos a loshogares a los que pertenecen según el enfoque de lalínea de la pobreza, el que mide el bienestar de loshogares en función de sus ingresos per cápita; susniveles socioeconómicos, que hace referencia alconsumo básico de los hogares y a sus capacidadesde ahorro e inversión; y sus grados de integración, queconsidera las necesidades materiales e inmaterialessatisfechas e insatisfechas, así como el capital culturalcon el que los mismos cuentan, en términos de valoresque contribuyen al desarrollo integral de las personas.

Conforme a los estudios realizados sobre la materiaen Guatemala, la situación de pobreza es un importante

89

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

restrictivo para la participación sociopolítica, en cuantoque la misma trae consigo menores grados deeducación y, en general, supone menores recursos entérminos de tiempo, dinero y conocimientos necesariospara participar. Por otro lado, las aproximaciones a losniveles socioeconómicos en función de los bienesdisponibles no muestran correlaciones positivas conla participación (ver Azpuru, 2004), por lo que se podríadecir que la disponibilidad de recursos es un factorimportante que permite participar, pero que tenerniveles socioeconómicos altos no necesariamenteconlleva un mayor compromiso o acción colectiva.

4.4.1 Pobreza y participación

Una primera aproximación a las característicassocioeconómicas de los hogares de los sujetos delPLJDC podemos realizarla a través del clásico enfoquede la línea de la pobreza, la que divide a éstos enhogares pobres y no pobres. Según la Encuesta deCondiciones de Vida (ENCOVI, 2000) se consideranhogares pobres aquellos cuya renta per cápita noalcanza los Q4,319, mientras que se encontrarían encondiciones de pobreza extrema aquellos hogares queno alcanzasen a satisfacer el consumo básicoalimentario, valorado en Q1,912. Los hogares nopobres son el resto, esto es: los que sobrepasan lalínea de la pobreza general.6

Conforme al anterior enfoque el 23% de los hogaresa los que pertenecen los sujetos del Programa seríanpobres, mientras que el 7% estarían en extremapobreza.7 Estas cifras contrastan grandemente conlos niveles del pobreza del país, donde según las

Gráfica 4.3Hogares según la línea de la pobreza

Fuentes: INGEP, encuesta oct. 2004 y ENCOVI (2000).

01020

304050

607080

Pobresextremos

Pobres No pobres

Hogares de losestudiantes

15.1

6.9

22.9

65.6

77.1

34.4

Hogares del País

estimaciones calculadas por el INE-SEGEPLAN-URL, utilizando los datos de la ENCOVI, el 65.6%de los hogares serían hogares pobres, mientras queel 15.1% se encontrarían en condiciones de extremapobreza.8

Como muestra la gráfica 4.3, los hogares a los quepertenecen los estudiantes están, en general, en mejorcondición socioeconómica que el resto de los hogaresdel país. Algunos indicadores que reflejan estas mejorescondiciones son, por ejemplo, el nivel de escolaridad,los bienes que los mismos disfrutan y sus ingresos.Así, es tradicional la vinculación entre educación formaly pobreza (v. gr. BM, 2003: 56), sin embargo el promediode años de escolaridad de los hogares es de 14.41años,9 superior en 10 puntos al promedio de los añosde escolaridad del país, que es de 4.3 para losguatemaltecos mayores de 14 años (Op. cit., p. 110).10

6 La línea de pobreza extrema se define como el costo anual de una canasta de alimentos que satisface una necesidad colórica diariamínima de 2,172, la que se valora en Q1,912. Dicha canasta está basada en el promedio de los patrones de consumo observados en laENCOVI 2000 para la totalidad de la población, no considerando el 2% inferior y superior de la misma. La línea de la pobreza general sedefine como la línea de la pobreza extrema más un monto destinado a productos no alimentarios. (Véase en BM; 2003: 36).

7 El porcentaje de hogares pobres considera también a los hogares en extrema pobreza.8 Los cálculos sobre la pobreza general y extrema se realizaron en función de los ingresos percibidos por los hogares. Dichos ingresos

contemplan: los obtenidos por los padres derivados de sus actividades productivas, los de los encuestados y sus parejas (en el caso deconvivencia), así como los de otros miembros del hogar. Además de las actividades de los miembros del hogar se consideraron: la ventade productos domésticos (animales, textiles, alimentos, entre otros), las pensiones, subsidios, becas, remesas y otros ingresos. Altrabajo doméstico se le imputó Q1,190, salario mínimo en las áreas urbanas.

9 Se refiere al promedio de las escolaridades más altas de los hogares.10 Hay que tener en cuenta que un criterio fuerte de selección para ingresar al Programa fue la educación, como hemos venido indicando. Ello

explicaría en gran medida la baja representatividad de los hogares pobres, dada la asociación que se suele dar entre pobreza y educación.

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA, INGEP

90

Gráfica 4.4Pobreza y participación

Fuente: INGEP, encuesta oct. 2004.

9.3

8.08

9.11

0

5

10

15

20

25

30

35

40

Extrema pobreza

No pobres

Pobreza

15.53

Madre Padre Hija/o

5.78

5.47

11.02

11.42

6.95

Tabla 4.7Activismo sociopolítico según la línea de la pobreza

Pobres extremos Pobres No pobres Total P*

Variable (n=22) (N=51) (n=246) (N=319)

Índice de activismo sociopolítico 11.42 11.01 15.53 14.58 .000

* Análisis de la varianza (ANOVA). Fuente: Encuesta INGEP, octubre 2004.

Por otro lado, si analizamos los bienes de carácter“suntuoso” que disfrutan los hogares encontramosresultados cuanto menos asombrosos para la realidadguatemalteca, pues el 95% tiene radio, el 90%televisión, el 64% refrigeradora, el 19% lavadora, el35% vehículo, el 80% celular, el 35% horno microondas,el 44% computadoras.11 Si a esto le añadimos que el80% de las familias tienen vivienda propia, encomparación del 59% de los hogares del país (ENCOVI,2000), podemos ratificar esta mejor condiciónsocioeconómica de la que hablábamos.

Datos adicionales son que en promedio los sujetos delPrograma perciben unos ingresos mensuales deQ1,646, los que están por encima del salario mínimoen las áreas urbanas; así como que los hogares tienenun ingreso per cápita anual de Q11,906, cifra que casitriplica la relativa a la de la línea de la pobreza.

11 Según datos de la ENCOVI (2000): el 2.6% de los hogares disfrutan de horno microhondas y similar porcentaje de refrigeradora,computadora, radio, televisor y lavadora. Los hogares que poseen vehículo representan el 23.7%.

12 El activismo sociopolítico de los padres solamente contempla el número de actividades y organizaciones en las que los mismos hanparticipado, mientras que para el activismo de los estudiantes se tomó su índice de activismo tal y como se elaboró en el capítulo 3.

La gráfica 4.4 representa las tendencias del activismosociopolítico de los estudiantes y de sus padres en loshogares clasificados según sus niveles de pobreza.12

Como la misma muestra, los sujetos que presentanmayores índices de activismo sociopolítico son aquellosque pertenecen a hogares no pobres. La tabla 4.7muestra la misma tendencia, dándose una altaasociación entre pobreza y participación sociopolítica.Asimismo, se da una correlación positiva entre ingresosper cápita y activismo, pues en la medida que los hogaresincrementan sus ingresos se incrementa también elactivismo sociopolítico de los estudiantes. La existenciade correlación no significa, sin embargo, determinación(esto es: aumentando los ingresos de los hogaresaumentamos el activismo sociopolítico de los sujetos),sino que en este caso estaría reflejando que lascondiciones socioeconómicas, que en general conllevamejores condiciones de vida (alimentación, salud,educación, acceso a servicios públicos e información,entre otros), y en general disponibilidad de recursos,está influyendo en la acción colectiva de los estudiantes.

Por lo demás, hay que destacar que el 30% de loshogares a los que pertenecen los estudiantes mayas/indígenas están en situación de pobreza frente al 16%de los ladinos, y estas diferencias son estadísticamentesignificativas. De éstos, el 10% de los hogares mayasestán en extrema pobreza; solamente el 4% de loshogares ladinos.

4.4.2 Niveles socioeconómicos y participación

Partiendo de los resultados que arrojó el análisis de lalínea de la pobreza, donde la representación de los

91

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

Tabla 4.8Activismo sociopolítico según los niveles socioeconómicos de los hogares

Bajo Medio Alto Total P*

Variable (n=41) (N=245) (n=28) (N=314)

Índice de Activismo sociopolítico 13.35 14.83 15.29 14.58 .435

* Análisis de la varianza (ANOVA). Fuente: Encuesta INGEP, octubre 2004.

hogares pobres era muy baja, se consideró que unaaproximación más adecuada a las condicionessocioeconómicas de los hogares es aquella que losrelativiza dentro del universo de estudio, considerandono solamente su consumo básico, sino también elampliado: los bienes que los hogares disfrutan.Conforme a este criterio, sin embargo, tenemos unaestratificación social similar a la de la línea de la pobreza:el 9% de los hogares de los estudiantes tendrían unnivel socioeconómico alto, el 78% un nivel medio y el13% un nivel bajo. Esto es: la mayoría de los estudiantesestarían perteneciendo a las ‘clases medias’.

Como en el caso del análisis realizado sobre la líneade pobreza, la gráfica 4.5 muestra una tendencia a unamayor participación sociopolítica de los sujetos quemejores condiciones socioeconómicas tienen.

El análisis de la varianza (véase tabla 4.8) nos indica,sin embargo, que no hay diferencias estadísticamentesignificativas entre el activismo de los sujetos delPrograma según sus niveles socioeconómicos, lo quenos estaría mostrando que la heterogeneidad se da alinterior de los grupos de hogares; esto es: los grandesactivistas sociopolíticos pueden surgir (y de hechosurgen) de diferentes estratos socioeconómicos. Eneste sentido el bienestar material y ciertos niveles deacumulación, según los análisis realizados, no está

Gráfica 4.5Niveles socioeconómicos y participación

5.13 6.44

13.356.65 9.12

14.838.62 10.41

15.29

0

10

20

30

40

50

Madre Padre Hija/o

Alto

Medio

Bajo

Fuente: INGEP, encuesta oct. 2004.

conllevando necesariamente una mayor participaciónen política, para los estudiantes del Programa.

4.4.3 Niveles de integración y participación

Finalmente, la caracterización socioeconómica de loshogares se realizó considerando, además del bienestarmaterial de los hogares, la calidad de vida que disfrutano en su defecto padecen, medida ésta por las necesi-dades materiales e inmateriales cubiertas,13 así comode los bienes culturales o valores cívicos que dispo-nen.14 Conforme a dichos criterios se clasificó a loshogares como altamente integrados, con grados deintegración media y en “desintegrados”; los que

13 Dentro de las necesidades materiales para una mejor calidad de vida se consideraron relevantes la alimentación, vestido, vivienda, salud,educación, empleo y acceso a los servicios. En este sentido se consideró, por ejemplo, que no basta con tener una vivienda propia sino queademás ésta debía ser percibida idónea a los necesidades y expectativas de los sujetos. Según los encuestados el 35% de los hogaresnecesitan mejorar la alimentación, el 28% el vestido, el 52% la vivienda, el 47% la salud, el 51% la educación, el 68% el empleo y el 37%los servicios. Dentro de las necesidades inmateriales se consideraron la autoestima, comunicación, colaboración, afecto, respeto, comprensióny equidad. Conforme a la información aportada por los estudiantes, en el 21% de los hogares falta autoestima, en el 32% comunicación, enel 22% colaboración, en el 12% afecto, en el 11% respeto, en el 28% comprensión y en el 18% equidad.

14 La aproximación a los bienes culturales que disponen los hogares se realizó a través del cultivo de valores. Así, en el 85% de loshogares se suele cultivar el respeto, en el 69% la tolerancia, en el 73% la colaboración, en el 84% la responsabilidad, en el 67% asistira la iglesia o al servicio religioso y en el 11% otros valores. Excepto asistir a la iglesia el resto de los valores que se están cultivando enlos hogares se pueden considerar como cívicos; aunque una cosa es que se cultiven valores y otra es que se practiquen, como veremosen el siguiente capítulo.

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92

representan, respectivamente, el 11% de los hogares,el 88% y el 1%.

El cuadro 4.3 muestra un resumen de las principalescaracterísticas sociodemográficas de los hogaressegún sus grados de integración. Aunque los gruposestán desequilibrados (especialmente el análisis arrojómuy pocos hogares “desintegrados”), los perfiles delos mismos quedan bien definidos en cuanto a sutamaño, geografía, autoidentificación étnica yeducación se refiere. En general los hogares altamenteintegrados son los de menor tamaño, mayoritariamenteladinos, urbanos y los que mayores niveles deeducación tienen. En el reverso de la moneda tenemosa los hogares desintegrados, que aunque son pocosmuestran que son mayoritariamente indígenas yrurales, además de tener el mayor tamaño y el menornivel de educación.

Como en los análisis precedentes, la gráfica 4.6muestra tendencias similares en el activismosociopolítico: en la medida que los hogares están másintegrados parece que sus miembros participan más.

El análisis de la varianza nos está indicando, sinembargo, que no hay relación entre los niveles deintegración de los hogares y el activismo sociopolítico;esto es: se da gran heterogeneidad dentro de losgrupos de hogares.15

Cuadro 4.3Características sociodemográficas de los hogares según sus grados de integración

HOGARES ALTAMENTEINTEGRADOS (11%)

Composición: tienen el menor número demiembros (5.76 miembros en promedio).

Residencia: mayoritariamente urbanos(85%).

Autoidentificación étnica: mayoritariamenteladinos, minoritariamente indígenas (ladinos62%, indígenas 29%, otro 9%).

Nivel de educación: tienen los más altosniveles de educación (15.55 años deescolaridad).

HOGARES MEDIANAMENTEINTEGRADOS (88%)

Composición: en promedio tienen 6.15miembros.

Residencia: el 75% de las familias vive en elárea urbana.

Autoidentificación étnica: (ladinos 51%,indígenas 44%, otro 5%).

Nivel de educación: 14.30 años deescolaridad en promedio.

HOGARESDESINTEGRADOS (1%)

Composición: tienen el mayor número demiembros (8.75 miembros en promedio)

Residencia: mayoritariamente rurales (75%).

Autoidentificación étnica: mayoritariamenteindígenas (100%).

Nivel de educación: tienen los más bajosniveles de educación (13.50 años enpromedio).

Fuente: Encuesta INGEP, octubre 2004

Gráfica 4.6Activismo de la madre, padre y sujetos enhogares según sus niveles de integración

4 5.66

11.666.56 8.75

14.47

7.96

16.16

0

10

20

30

40

50

M ad r e Pad r e Hi ja/o

Altamenteintegrados

Medianamenteintegrados

Desintegrados

11.52

Fuente: Encuesta INGEP, octubre 2004

15 Así por ejemplo, tenemos en los hogares desintegrados un sujeto que tiene un índice general de activismo sociopolítico de 10 puntos,mientras otro tiene un índice de 17.50 puntos, tres puntos más que el promedio del universo.

93

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

Se puede concluir entonces, conforme a los análisisrealizados, que el activismo de los estudiantes noparece estar asociado a los niveles socioeconómicosy grados de integración de los hogares a los que losmismos pertenecen. Parece, sin embargo, que lasituación de pobreza sí es una limitante para laparticipación. En general los datos nos estaríanindicando que salir de la pobreza favorece laparticipación; sin embargo, tener un alto bienestarmaterial no necesariamente conlleva mayor activismo.Probablemente los sujetos más acomodados tienenmenos incentivos a participar en relación a aquellosque tienen niveles socioeconómicos más bajos;mientras que en los hogares más pobres ladisponibilidad de recursos es una importante limitantepara la participación. En cualquier caso, el liderazgodel Programa, en general, presenta mejorescondiciones socioeconómicas que la mayoría de lapoblación del país, lo que de alguna manera estárelacionado con su alto activismo político.

Los análisis realizados también nos indican que losgrandes activistas sociopolíticos pueden y de hechosurgen tanto de hogares con escasos recursos comode aquellos con mejores condiciones socioeconómicas.

4.4.5 Consanguinidad en la participaciónen los partidos políticos

El acopio de información relativa a la participaciónsociopolítica de los padres de los estudiantes nospermite analizar algunos cambios y continuidadesintergeneracionales en la participación sociopolítica.Entre esos cambios, especialmente relevante, por la

alta participación en partidos políticos que presentanlos estudiantes, resulta identificar la existencia deconsanguinidad o continuidad intergeneracional en laparticipación en estas organizaciones, de tal forma quepodamos apreciar si la experiencia de participación enel hogar de alguna manera podría estar incidiendo enla participación de los estudiantes.

Así, la gráfica 4.7 nos está indicando que, en general,los hijos han tendido a participar más que los padresen los partidos políticos; sin embargo, la participaciónde los padres es también importante, dado los nivelesde participación en estas organizaciones enGuatemala,16 lo que nos podría estar indicando que enlos hogares se está dando una consanguinidad en laparticipación en los partidos políticos.

Tabla 4.9Activismo sociopolítico según los niveles de integración de los hogares

Altamente Medianamente

integrados integrados Desintegrados Total

Variable (n=34) (N=287) (n=4) (N=314) P*

Índice de Activismo sociopolítico 16.16 14.47 11.66 14.58 .435

* Análisis de la varianza (ANOVA).Fuente: Encuesta INGEP, octubre 2004.

16 Según el estudio de Azpuru (2004), el 7% de los guatemaltecos estarían participando en partidos políticos frecuentemente; el 22% porlo menos una o dos veces al año.

0

Participación enpartidospolíticos

19.1

41.5

63.9

20 40 60 80

Hijos

Padres

Madres

Gráfica 4.7Experiencia de participación

en partidos políticos en el hogar

Fuente: Encuesta INGEP, octubre 2004.

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Efectivamente, en los hogares parece que se da unatradición en la participación partidista, pues el 41% delos sujetos que han participado en los partidos políticoshan tenido madres y/o padres que también lo han hecho.

Si analizamos solamente la participación actual de lossujetos en los partidos políticos tenemos que el 44%de éstos tienen o han tenido un padre (hombre) quetambién ha participado en dichas organizaciones. Siañadimos los casos de las madres que han participadoen partidos políticos, el porcentaje de hijos que participaen los mismos no varía, sigue siendo el 44%; por loque, además, la influencia en la participación en lospartidos parece que no se esté dando por los padres,sino por el padre (hombres).

Yendo más allá en los análisis de los datos, solamenteuna de cuatro madres ha participado en los partidospolíticos cuando no lo ha hecho el cónyuge, o por lomenos no tenemos información de que lo haya hecho.17

En otras palabras, el 74% de las madres que están ohan participado en partidos políticos tienen o han tenidoun compañero o cónyuge que también ha participadoo participa en estas organizaciones y, además, casi lamitad de estas parejas tienen al menos una o un hijoque está participando en los partidos políticos. Estosdatos nos estarían indicando entonces la existenciade una alta consanguinidad, paterna, en la participaciónen los partidos políticos, para el caso de los estudiantesdel Programa.

4.5 Aproximación cualitativa a laslimitantes de la participación política

Junto a los factores anotados en la anterior sección, lasentrevistas realizadas con lideresas y líderes delPrograma, así como con dirigentes sociales y políticos,permiten identificar igualmente una serie de factores detipo estructural que, aunque desigualmente, inciden enla participación. Entre los más relevantes se encuentran:el síndrome del miedo, la falta de democracia internaen los partidos políticos y la discriminación por motivosde edad, género y grupo étnico.

4.5.1 El síndrome del miedo

Una de las consecuencias del conflicto armado internofue, sin duda alguna, el surgimiento del síndrome delmiedo en el conjunto de la sociedad guatemalteca. Eltemor a ser blanco de acciones represivas por sermiembro o participar en organizaciones sociales opolíticas opositoras al régimen del momento, porquese sospechara que se participaba en ellas osimplemente por ser confundidos, limitaron la participa-ción y el activismo sociopolítico, a pesar de que losúltimos años de la década de los años setenta y losprimeros de la siguiente pueden considerarse comoun período rico y prolífico, como un período deefervescencia del movimiento sociopolítico deoposición a los regímenes militares en el país.

Los efectos de la guerra interna en municipios comoQuetzaltenango, San Martín Jilotepeque y Coatepequeilustran al respecto. Con sus diferencias, tanto larepresión selectiva como la indiscriminada les afectaronprofundamente. Además, la “guerra psicológica”impulsada por el Estado jugó un papel destacado.

No obstante que en la última década se ha observadoun incremento ‘cuantitativo’ de la participación, elsíndrome del miedo constituye un factor estructural quesigue obstaculizando la participación en organizacionesy actividades sociopolíticas. En San Martín Jilotepeque,por ejemplo, el miedo parece reflejarse en ladesconfianza incluso hacia instituciones que ofrecenproyectos de desarrollo. Ello al parecer trae el recuerdode la forma como la guerrilla empezó a actuar en elmunicipio y la respuesta contrainsurgente del Estadotraducida en un importante número de masacres y enel desplazamiento masivo de importantes núcleos depoblación.

Sin embargo, las barreras del miedo han empezado aceder; el hecho de que haya una mayor participacióncuantitativa actualmente indica que se comienza avencer ese fenómeno psicosocial. Como señala unaactivista de los derechos humanos:

17 Puede ser que estas mujeres no tengan cónyuge o compañero; esto es: pueden ser madres viudas, separadas o solteras.

95

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

Ahora todo eso quedó en el pasado; quedantodavía rasgos de ello pero ya no tanto.Ahora, como personas que se nos respeta,ya podemos expresarnos libremente,participar en cualquier organización políticay social sin miedo a ser reprimidos.

Es imposible, a la luz de la información disponible,constatar qué tan arraigado se encuentra el miedo enel imaginario colectivo y qué tanto afecta a los diferentes“sectores” sociales del país. Es difícil, asimismo, sabercuánto ha cedido ante el mayor nivel cuantitativo departicipación que se observa. Sin embargo, lainformación obtenida en los municipios de Coatepeque,Quetzaltenango y San Martín Jilotepeque, parece darcuenta de que el síndrome del miedo continúa siendoun obstáculo a la participación sociopolítica.

4.5.2 Partidos y democracia interna

La democracia partidaria es un tema cuyo debate esrelativamente reciente. Una de las debilidadesfundamentales del sistema guatemalteco de partidospolíticos es que el ejercicio de la democracia internaconstituye un obstáculo importante para la participaciónpolítica de la población en general, especialmente dejóvenes, mujeres e indígenas.

Este tema se relaciona con tres aspectos básicos, asaber: 1) el acceso a cargos dirigenciales a jóvenes,mujeres e indígenas; 2) las nominaciones a cargos deelección popular a representantes de estos segmentospoblacionales, y 3) los mecanismos de elección enambos casos.

En general, son pocos los jóvenes que pueden accedera cargos dirigenciales en partidos políticos. Hay ciertospartidos, que cuentan con una organización juvenil, conestructura y dirigencia propias. Pero son pocos los quellegan a ocupar algún cargo en el Comité EjecutivoNacional del partido al que pertenecen. Como señalaun joven del Programa, miembro de un partido político:

Los espacios en política uno mismo los abre.Los partidos no los abren. Los jóvenes tienenpoca presencia porque no se preocupan por

participar (…). No hay acceso a cargospartidarios para los jóvenes.

En cuanto a las mujeres, la realidad no es muy diferentea la que viven los jóvenes. Si bien se asegura que entrelos jóvenes “la mujer participa más, tiene más interés”,la realidad política dicta que su presencia en los partidospolíticos está muy por debajo de los hombres y accedera cargos dirigenciales a nivel nacional es aún más difícil.Así, según las mismas mujeres:

La participación política de antes y ahorano ha cambiado. No existe esa participación.No ha existido esa oportunidad para lasmujeres en cuanto a la política práctica opartidista.

Por ello es que dentro del movimiento de mujeres, laexigencia para que se establezca legalmente una cuotamínima tanto de afiliadas como de representantes enórganos dirigentes y de nominaciones a cargos deelección popular se ha convertido en una demandacentral para romper con la dinámica excluyente de lospartidos.

Otro tanto ocurre con los indígenas, cuyos bajos nivelesde acceso a cargos de dirección y a nominaciones acargos de elección popular, alimenta la discusión sobrela necesidad de una organización política propia queexprese, defienda y promueva sus intereses.

Generalmente, la elección de los miembros de loscomités ejecutivos nacionales se produce a partir dela presentación a las asambleas nacionales de unaplanilla única, previamente negociada por los máximosdirigentes. Éste parece ser un procedimiento que serepite en la elección de los comités departamentales ymunicipales. La presentación de dos planillas, cuandose ha dado, ha sido sinónimo de que las divergenciasinternas y las luchas de poder entre diferentescorrientes partidarias no ha sido posible solventarlas através de la distribución de cuotas de representaciónen órganos de dirección.

No es diferente el mecanismo de elección decandidaturas a cargos de elección popular, desde la

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presidencial hasta las municipales. Éstas se asignanfundamentalmente por razones de afinidad con el olos dirigentes del partido. Además, en este caso tienetambién un papel determinante la financiación de lacampaña electoral, implicando este asunto que ladesignación de los candidatos esté también permeadapor la capacidad de financiar la campaña, más quepor la capacidad y calidad de líder.18 De esta manera,como señala un líder del Programa, la percepción dela realidad es que:

Los espacios se compran o se escoge aciertas personas con recursos, o que seanpersonas muy conocidas. El dinero esfundamental para participar, se comprancargos.

En ese contexto de luchas por el poder, por cuotasdentro de los órganos directivos y de candidaturas queaquejan a todos los partidos políticos, jóvenes, mujerese indígenas siguen contemplando al menos como unaimposibilidad, de momento, que las puertas de losespacios de dirección partidarios se abran para ellosen igualdad de condiciones.

4.5.3 El caso de los jóvenes

Los distintos factores que limitan la participación activa,ya sea en los partidos políticos o, en general, en políticaafectan de forma diferente a los principales protago-nistas de este estudio. Conforme a la informacióncualitativa recopilada, los jóvenes se ven especialmenteafectados por la discriminación y la cultura globalizada,lo que los ha llevado a un menor interés, en términosgenerales, en las cuestiones políticas.

La discriminación de los jóvenes se pone en evidenciaespecialmente en los partidos políticos. En general,éstos son vistos como una especie de “mano de obra”durante los procesos electorales, cuyo trabajo es

realizar actividades de propaganda a favor delcandidato o los candidatos del partido. Como señalauno de los protagonistas del estudio:

A nosotros como jóvenes nos tomanmuchas veces en ese sentido, sólo paraagarrar a la gente, para repartir volantes,para ir gritando propaganda; solamente paraeso, y así es.

Incluso, al parecer, son los adultos los que impidenuna participación más activa de los jóvenes en lospartidos:

[…] Les dicen [a los jóvenes] que la políticaes cosa para grandes y que los jóvenes sóloiban a […] hacer desastres, ya que según ellosnosotros, los jóvenes, no sabemos nada depolítica […]. Ellos dicen que es únicamentepara profesionales de la materia […]”.

Junto a la falta de espacios, hay otro factor que estambién determinante para el bajo nivel de participaciónde los jóvenes. Se trata de la indiferencia ante la políticay, en consecuencia, hacia la acción colectiva mediantela organización sociopolítica. Muchas pueden ser lascausas de esta indiferencia, entre ellas podría mencio-narse la misma falta de espacios de participación paralos jóvenes, el desencanto hacia los partidos y lospolíticos, la imagen negativa que proyectan los mediosde comunicación sobre la política, o bien laintrospección de nuevos valores culturales que hatraído consigo la globalización. Esa indiferencia,alimentada en gran parte por la ausencia de una culturade participación, se da paralelamente a un mayorinterés de los jóvenes por cuestiones más inmediatas,como la música o las modas del momento, que traenlos procesos vinculados a la globalización, tales comola migración o la expansión de los medios decomunicación. Conforme a una lideresa del PLJDC:

18 Hubo un esfuerzo por romper con este mecanismo de designación de candidatos en el contexto de las elecciones generales del 2003:las elecciones primarias en el Partido de Avanzada Nacional (PAN) para la designación del candidato presidencial. Esa experienciaestuvo marcada más por la rivalidad entre los dos principales dirigentes de ese partido (el hoy Presidente de la República, Óscar Berger,y el Secretario General de entonces, Leonel López Rodas), que por un verdadero intento de democratización a través de dicho ejercicio,terminando por dividir a esa fuerza política.

97

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

Los jóvenes, la mayoría, no se interesan enla política. […] No ha habido una transmisiónde las costumbres y tradiciones a las nuevasgeneraciones [por lo que se arraigan]costumbres de otras culturas, comohallowen, la música, la moda.

Según un dirigente político municipal:

[…] Nos vienen cosas buenas y cosasmalas. La juventud agarra esas cositas. Lospatojos ya no piensan, ya todo es electrónico[…]. La juventud tiene héroes que no valenla pena: Supermán… los personajes héroesde Estados Unidos. Eso es lo que conocela juventud.

Parece haber, entonces, una mezcla entre influjosculturales externos que cautivan a la juventud y unaindiferencia ante la política, fomentada por la transcultu-ración que se promueve desde los medios masivos decomunicación y las migraciones internacionales. Estode ninguna manera es un fenómeno aislado, puestambién es en gran parte resultado de dinámicassocioeconómicas y políticas nacionales y mundiales.La globalización es cada día más un fenómeno decambio de actitudes, comportamientos, costumbres,culturas locales, y la juventud es el grupo de poblaciónen el que mayores efectos tiene. Si a ello se suma elhecho de que internamente los jóvenes son marginadosy no encuentran espacios propios, su indiferencia yfalta de interés en la política no extrañan.

A pesar de ello, parece ser alentador que al menoscuantitativamente y como activistas en campañaselectorales los jóvenes se involucren y participen. Esuna dinámica que puede contribuir a romper con esaindiferencia.

4.5.4 El caso de las mujeres

El bajo nivel de participación política de las mujeres serelaciona esencialmente con un factor estructural: lacultura patriarcal, la que permea la mayoría de lasrelaciones de poder, desde el ámbito familiar al sistemapolítico y sus instituciones fundamentales, tales como

los partidos políticos. Asimismo, la cultura patriarcaltiene múltiples manifestaciones, entre las que se puedemencionar la falta de espacios para las mujeres en elseno de los partidos políticos, lo que a su vez estámuy relacionado con la falta de democracia interna yel autoritarismo de los dirigentes. Así, como manifiestanalgunas dirigentes sociales entrevistadas:

La participación de la mujer ha sido mínima.La raíz de esto es el mismo machismo quehemos traído nosotros. Tenemos aquellaidea de que la mujer siempre va a ser amade casa y nada más que eso; y que no tienela capacidad de participar en un cargopúblico. El nivel de escolaridad de la mujerha sido mínimo por el mismo patrón culturalque viene desde la mujer: ¿Para qué va aestudiar si para tener hijos va a servir?Entonces ahí se queda. […].

La participación política de antes y ahorano ha cambiado mucho. No existe esaparticipación. No ha existido esa oportuni-dad para las mujeres en cuanto a la políticapráctica o partidista. Ahora, en estos días,la hay pero no se está valorizando; no seestá dejando el espacio libre, siempre hayalgo que impide que las mujeres participen.

Si las mujeres logran abrirse espacios o si los propiospartidos se abren hacia la participación de la mujer, elmachismo se manifiesta a través de la descalificacióny puesta en duda de su capacidad.

[…] A las mujeres les dicen que no pueden.Si llega una mujer a tener un puesto dentrode un partido dicen: - ¡Si hay una mujer ahíqué van a poder hacer! Dicen los hombres:¡Qué va a poder hacer ella si es una mujer!

Las mujeres encuentran dificultades y obstáculos paraparticipar en el propio hogar. Es muy común que seansus parejas las que en primera instancia se oponen aque hagan vida partidaria o que participen enactividades sociopolíticas. Ello parece afectar más alas mujeres del área rural:

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En el área urbana la mujer sí participa, seestá empezando a liberar. En el campo faltamucho.

La oposición de la pareja a la participación de la mujerestá determinada por aquella idea de que las mujeresdeben estar al cuidado de los hijos y del hogar, idea dela que incluso participan las mismas mujeres. Y eso eslo que en la práctica ocurre; el hombre suele desenten-derse de los oficios del hogar y del cuidado de los hijos,y al asumir la mujer esta responsabilidad se convierte,generalmente de manera inconsciente, en la principalreproductora de los roles de género que caracterizana una sociedad machista como la guatemalteca.

La formación en el hogar, y en esto no se difiere porcuestión de pertenencia étnica, está condicionada ydefinida por los géneros: a las niñas se les enseña losoficios del hogar y a los niños aquellos trabajos quesupondrán en su etapa de adulto la remuneración parael sostenimiento de la familia; las niñas juegan conmuñecas y los niños con carritos. Es la familia, lainstitución básica de la sociedad, en primera instancia,y luego la sociedad las encargadas de obstaculizar ylimitar la participación de las mujeres.

Naturalmente, esta situación ha cambiado en algunamedida. Aunque la participación de la mujer es aúnlimitada, actualmente hay una mayor participaciónpolítica que hace 10, 15 ó 20 años. Si bien todavía sonpocas, ya se encuentran mujeres desempeñandocargos de dirección en partidos políticos e incluso másmujeres han participado en los últimos años comocandidatas a cargos de elección popular, obteniendoalgunas de ellas el triunfo.

Como quiera que sea, si bien las mujeres se abrenpaso poco a poco buscando mayores niveles de partici-pación sociopolítica, el fuerte arraigo de la culturapatriarcal en la sociedad guatemalteca sigue constitu-yendo el principal obstáculo para la equidad de géneroen el ámbito de la participación, principalmente en lasorganizaciones políticas. Quizás por ello la mujerparticipa más, en general, en organizaciones sociales,en ONG y en iniciativas ciudadanas de desarrollo, sobretodo en el ámbito local y municipal.

4.6 La visión de futuro

La rentabilidad social de los programas de desarrollode liderazgo puede verse afectada por múltiplesfactores, tanto de tipo estructural como coyunturales,pues los estudiantes no son ajenos a la realidad en laque se insertan. Ya hemos ido señalando algunos delos factores de tipo más estructural que inciden en laparticipación política del liderazgo, como son: el fuertearraigo de la cultura patriarcal, que restringe especial-mente la participación de las mujeres, la pobreza, laviolencia estructural, el arraigo de las prácticasautoritarias, la discriminación, exclusión y racismopredominante en Guatemala, la falta de democraciainterna en los partidos y su baja institucionalización,entre otros. Estos y otros factores, además, afectande forma diferenciada a los grupos sociales, dependien-do también del contexto o entorno sociopolítico ycultural al que pertenecen; asunto que es especial-mente relevante en un país como Guatemala, extrema-damente rico en diversidad cultural, en identidadespolíticas, en soluciones a los problemas más inmedia-tos, en formas de organización social y representaciónpolítica, entre otros, y tremendamente desigual en ladistribución de la riqueza, el acceso a los recursos y laparticipación en el ejercicio del poder político.

Aunque el Programa está orientado a formar unliderazgo más crítico y democrático, que contribuya deuna forma más efectiva a fortalecer la sociedad civil ysociedad política en sus municipios, a ir tomando losrelevos en las responsabilidades para construir unasociedad mejor, dotado de conocimientos y herramien-tas para el análisis de la realidad, entre otros (vercapítulo 2), también es cierto que el Programa no puedecontrolar todas las variables o condiciones adversas ala participación sociopolítica de los estudiantes. Enotras palabras, y como ya señalamos en el capítulo 2,los riesgos de reversión de los logros alcanzados através de los procesos de desarrollo sociopolíticocontinúan presentes.

Preparar a los estudiantes con conocimientos yherramientas para su profesionalización o mejoractuación en su actividad política durante dos años ymedio es una empresa ardua pero factible. El gran reto

99

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

y esfuerzo continuado del Programa, sin embargo, antetantas variables adversas, es inducir a los estudiantes,predisponerlos subjetivamente, especialmente a losjóvenes, a que no deserten de la vida política. En estemarco, la visión de futuro propio y colectivo de losestudiantes son importantes indicadores a tener encuenta para anticiparnos a posibles escenarios futuros.Un grupo especialmente sensible son las mujeresjóvenes, o sea, la mayoría de las mujeres, actualmentesin cargas familiares. La gran incertidumbre, en estecaso, es poder conocer cuántas de estas mujeres quehoy se están formando seguirán activas en la vidapolítica dentro de tres o diez años.

Para aproximarnos a la visión del futuro colectivo delliderazgo se preguntó sobre cómo creía que iba a estarGuatemala dentro de cinco años. La gráfica 4.8representa las respuestas que se dieron. Aunque casila mitad de los estudiantes ven optimistamente el futurode Guatemala (el 49% cree que el país va a estarmucho mejor o al menos un poco mejor), la mayoríade ellos, sin embargo, cree que estará igual o peor;aspecto que puede desincentivar la participaciónpolítica.

Guatemala estará peor o igual que ahora, comoaquellos otros que creen que estará mejor, presentaníndices de activismo similares. Ello se debe a que, apesar de que hay una visión pesimista predominantesobre el futuro, que quizás forma parte de la culturaguatemalteca, también para los estudiantes, comoveremos en el siguiente capítulo, es a través de la vidapolítica activa como se pueden generar transforma-ciones positivas para el país.

Para conocer las expectativas de los estudiantes, tantoen su vida profesional como política, se les preguntóen qué les gustaría trabajar en el país. Así, comovemos, en la gráfica 4.9 los estudiantes tienen altasexpectativas laborales; a muchos les gustaría tener supropia empresa, y a casi la mitad le gustaría trabajaren el poder ejecutivo o legislativo en los niveles local ynacional, fundamentalmente; esto es, dedicarse a lavida política profesional.

Gráfica 4.8Percepción del futuro colectivo

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

Un pocopeor, 18.2

Igual, 14.8

Un pocomejor, 38.2

Muchomejor, 10.5

Muchopeor, 18.5

La percepción sobre el futuro del país se dasimilarmente en todos los grupos que se analizan eneste estudio, siguiendo las tendencias del universo. Asíel 52% de las mujeres, el 51% de los hombres, el 49%de los mayas y el mismo porcentaje de los ladinos; el49% de los jóvenes y el 54% de los adultos creen queGuatemala estará igual o peor. Sin embargo, elactivismo sociopolítico de los estudiantes parece queno se relaciona con la percepción del futuro colectivoque los mismos tienen: tanto los líderes que creen que

Gráfica 4.9Expectativas laborales en Guatemala

26.4

19.6

14.1

11.9

11.9

5.5

2.6

2.3

2.3

Propia empresa

Congreso

Educación

Gob. Municipal

Gob. Central

Empresa Privada

Gob. Departamental

Agricultura

Comercio

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

A pesar de que a muchos estudiantes les gustaríatrabajar en su propia empresa o en una empresaprivada, muchos de ellos opinan (el 44%) que lasempresas privadas que conocen son un lugar dondeexplotan a los trabajadores. Sintomático en este sentidoes que ningún estudiante marcará la opción de trabajaren una maquila, empresas que en general tienen unamala imagen por los niveles de explotación y violacióna los derechos laborales de los trabajadores. El 34%de los estudiantes, sin embargo, considera que lasempresas privadas son una necesidad para eldesarrollo, mientras que el 18% opina que son un lugarpara tener un ingreso.

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA, INGEP

100

Pero, si tuvieran la oportunidad, el 71% del liderazgoque atiende el INGEP se iría a trabajar al extranjero.En el cuadro 4.5 se indican los países a los que seirían los estudiantes. Prácticamente el mismo reflejaque es preferible vivir en cualquier parte del mundoantes que en Guatemala; de hecho, el 10% de losestudiantes que se irían al extranjero, si tuviesen laoportunidad, indica cualquier país. Por grupos etáreos,género y grupos étnicos no se dan tendenciasdiferenciadas: se iría el 74% de los jóvenes y el 67%de los adultos; el 73% de las mujeres y el 70% de loshombres; el 67% del liderazgo maya que atiende elPrograma y el 73% del ladino.

Cuadro 4.5

Destino de los estudiantes si se fueran al extranjero

Destino %

África 1.7

Alemania 4.3

Australia 1.3

Bélgica 1.3

Brasil 0.4

Canadá 4.8

Chile 0.9

China 0.4

Costa Rica 0.9

Cualquiera 9.5

Cuba 4.3

Dinamarca 0.4

España 8.7

Estados Unidos 25.1

Europa 5.2

Francia 4.3

Holanda 0.9

Inglaterra 2.6

Israel 1.3

Italia 3.5

Japón 4.3

Marruecos 0.4

Medio Oriente 0.9

México 1.7

Noruega 1.3

Suecia 8.2

Suiza 0.9

Singapur 0.4

Total 100.0Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

Finalmente, la gráfica 4.10 representa las expectativaslaborales de los estudiantes en el extranjero. Aunqueexiste un alto porcentaje que no especifica en quétrabajaría, en general las expectativas de empleo sonmuy diferentes a las que se tienen si permanecen enel país. Así, como muestra la misma gráfica, uno decada cuatro estudiantes trabajaría en lo que se pueda.

Gráfica 4.10Expectativas laborales en el extranjero

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

30.7

10.1

4.4

2.6

20.2

31.6

0.4

0 5 10 15 20 25 30 35

Industria

Servicios

Agricultura

En mi profesión

En lo que se pueda

Otro

En nada

En resumen, las expectativas que se tengan del futurocolectivo y sobre todo del futuro individual son factoresimportantes que se deben tener en cuenta a la hora deacercarnos a criterios de rentabilidad social de losprogramas de desarrollo de liderazgo; especialmentecuando se trabaja con jóvenes, los que en gran medidano han definido todavía su futuro. Por ello entendemosque el desarrollo político no puede desligarse deldesarrollo social, económico y cultural de losestudiantes y, en general, de los grupos sociales.Democracia política y desarrollo socioeconómico debenir de la mano y a la par, de igual manera que la esferade lo político es inseparable de la esfera de lo social.Ante las condiciones económicas adversas, los pocosespacios para la participación política, especialmentepara las mujeres y los jóvenes, y las mejoresexpectativas fuera del ámbito de lo estrictamentepolítico, sólo las mediciones temporales, como las querealiza el Programa, y mediciones a mediano plazo(como la del estudio de línea final, previsto para el2008), nos podrán indicar el nivel de deserción de lavida política del liderazgo en proceso de desarrollosociopolítico.

101

Capítulo 5

Aproximación a la cultura política de los sujetos del PLJD

En el último decenio y medio ha habido un renacienteinterés por las ciencias sociales latinoamericanas,especialmente desde la ciencia política y la sociología,por la problemática de la cultura política. Tras la ola dedemocratización que culmina a principios de losnoventa instaurando la democracia liberal represen-tativa en la mayoría de los países latinoamericanos, lapreocupación subyacente a este mayor interés por losestudiosos es el futuro de las democracias en AméricaLatina. El contexto, sin embargo, difiere de un país aotro. En países con tradiciones más profundas dedemocracia liberal, la razón de ser radica en unpaulatino deterioro de la legitimidad de las institucionesdemocráticas, en términos de apoyo y credibilidadsocial; proceso que no solamente se da en AméricaLatina, sino también en los países centrales. En paísescon largas tradiciones autoritarias, como es el caso deGuatemala, la preocupación subyacente pone énfasis

La democracia es el ideal de igualdad que se tratade llevar a la práctica en lo político, por medio de la

participación igualitaria en una sociedad que es todolo contrario. Supone entre otras cosas la existencia

de libertades ejercidas por sujetos que se reconocenen el otro por medio de la concepción del

compromiso de participación, de tolerancia y deejercicio del libre albedrío individual, llevado a lo

colectivo y plural por medio de instituciones sociales.

Supone sobre todo la existencia de una identidadpropia capaz de tener conciencia colectiva, que

interiorice lo democrático no solamente como unideal a alcanzar, como referente social o valor, sino

como una práctica colectiva e individual llevadaincluso al plano de lo cotidiano (…).

René PoitevinLos problemas de la democracia, 1992

en un proceso inconcluso de institucionalización1 yconsolidación del régimen. Al decir de Lazarte, enAmérica Latina, “La democracia está estabilizada perono consolidada”, esto es: han permanecido y se hanacatado las reglas de constitución y funcionamientodel sistema político, pero no se da un apoyo durablede la población a los valores fundadores del sistema(Lazarte, 2001: 310-311). Los acontecimientos políticosen Perú, Haití, Colombia y más recientemente Bolivia,son ejemplos de la fragilidad que caracteriza a no pocasexperiencias democratizadoras en la región.

En la teoría política (Huntington, Almond y Powell,Inglehart, O´Donnell, Dahl, Lipset, entre otros) sueleexistir consenso en la importancia que la cultura política,tanto de los gobernados como de los gobernantes, delos ciudadanos en general y de las élites dirigentes,tienen en la estabilidad y el buen desempeño de lasdemocracias contemporáneas. Ello es así porque lacultura política, proceso social construido desde lacotidianidad, sedimentada en instituciones y procedi-mientos a través de los que las sociedades organizanlas formas de ejercicio de poder, tienen que ver “con laformación de ciudadanía y la legitimación del Estado,dos cuestiones vitales dentro del proceso deconstrucción de la democracia.” (Gálvez, 1995: 93-94).Así, para autores como Hurtado (Op. cit. p. 298), enAmérica Latina, los órganos de la democracia y losprocedimientos democráticos no han podidoinstitucionalizarse “debido a los obstáculos interpuestospor actitudes y comportamientos de los ciudadanos yde quienes han ocupado funciones de responsabilidaden los gobiernos.” Yendo aún más lejos, autores como

1 Entiéndase por institucionalización el “proceso por el cual adquieren valor y estabilidad las organizaciones y los procedimientosdemocráticos” (Huntington, S., 1972:29; citado por Hurtado, 2004:297).

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102

Vega han destacado “la ausencia de una significativay auténtica tradición democrática liberal en la mayoríadel continente”, ausencia que según el autor, estaría“directamente asociada a la superficialidad de lasconvicciones y compromisos democráticos de losgrupos dirigentes, tradicionales o nuevos, cualesquierasea su origen ideológico”; de tal forma que “Por logeneral, la relación de estas élites y también denumerosos actores colectivos con la democracia, haasumido un carácter más instrumental que sustantivo.”(Vega, 1992: 118-119).

Es en este escenario, y en gran medida impulsadospor los think tanks internacionales, que en el subconti-nente han proliferado los estudios y encuestas deopinión, dedicadas a medir, a través de una granvariedad de indicadores, cuánto hemos avanzado loslatinoamericanos en el apoyo a la democracia ennuestros países.2

En la medida que el objetivo general del ProgramaLiderazgo Joven para una Democracia en Construc-ción, como se anotó en el capítulo 2, es la de crearuna masa crítica de jóvenes guatemaltecos poseedoresde sólidos valores democráticos, aptos para la vidaintercultural, formados para encabezar progresiva-mente la democratización e institucionalización de sumedio y, en general, para ir tomando los relevos en lasresponsabilidades para con el país a medano plazo,interesó en este estudio de línea basal conocer sobrela cultura política que caracteriza a los estudiantes dedicho Programa.

Siguiendo con la tradición politológica, y a falta de unadefinición más adecuada para las sociedades cultural-mente complejas, como la guatemalteca, fundada enuna amplia base científica, en este estudio entendemospor cultura política al conjunto de creencias, conoci-

mientos, valores, actitudes y percepciones que, desdela cotidianidad de las relaciones de poder, se generan yse refieren al ámbito político; conforme a J. Peschard(2001:9) “el conjunto de elementos que configuran lapercepción subjetiva que tiene una población respectoal poder”. En específico, en los siguientes epígrafes seanalizan, entre otros, las actitudes que los sujetostienen hacia la democracia como forma de gobierno,las percepciones sobre la democracia y su funciona-miento, la introspección de valores democráticos, losniveles e índices de tolerancia e intolerancia, losconocimientos, actitudes y percepciones hacia elsistema político, la confianza que los sujetos muestranhacia las instituciones del Estado, y las creencias,actitudes y percepciones sobre la política y el quehacerpolítico. La mayoría de estos aspectos de la culturapolítica son considerados, comúnmente, por losestudios de opinión, como indicadores del apoyo quelos ciudadanos manifiestan a la democracia estable.

El cuadro resultante de los análisis que se realizan enlas siguientes secciones constituye un boceto de lacultura política del liderazgo actual y potencial en lasáreas donde trabaja el PLJDC. Aunque en ciertosmomentos se realizan algunas comparaciones conotros estudios realizados en materia de cultura políticapara Guatemala, hay que insistir que los datospresentados no son generalizables para el conjuntode la población. Los indicadores elaboradosconstituyen, entonces, solamente un insumo para lageneración de debate y autocrítica en la materia decultura política de la dirigencia del país. El objetivoespecífico de los análisis que se realizan, sigue siendo,como los objetivos de los capítulos anteriores, contribuiral mejoramiento del proceso de desarrollo sociopolíticodel liderazgo, partiendo de un mejor conocimiento delos sujetos en esta materia, y no simplemente con basea supuestos.

2 Entre los estudios longitudinales, en Guatemala son extensamente conocidos los seis realizados desde 1993 por la Universidad dePittsburgh y la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES), sobre la denominada “Cultura democrática de los guatemaltecos”.La misma orientación tiene el estudio sobre “La democracia en América Latina” del PNUD (2004). Entre las encuestas de opiniónperiódicas son muy populares las realizadas por Latinobarómetro, con el apoyo de la Unión Europea y desde mediados de los añosnoventa.

103

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

5.1 Consensos y disensosen torno a la democracia

En Guatemala, a diferencia de otros países latinoame-ricanos, como son los casos de Costa Rica, Chile yUruguay, el modelo de democracia liberal representa-tiva tiene una corta trayectoria, siendo ésta una formade gobierno3 que se instaura a partir de 1984, conlas elecciones a la Asamblea Constituyente, teniendoun punto de inflexión importante en las elecciones de1999, cuando por primera vez se incluye a la izquierdainsurgente (URNG)4 en la competencia electoral.5 Trasdos décadas de vigencia, la democracia repre-sentativa en Guatemala se caracteriza, sin embargo,políticamente, por ser altamente excluyente. Laescasa presencia de los pueblos indígenas y demujeres, al igual que de los jóvenes, en especial enlos órganos de dirección de los partidos políticos, asícomo en los organismos ejecutivo y legislativo –como

analizábamos en los primeros capítulos–, no son sinoalgunos de los muchos indicadores de la escasa repre-sentación6 y participación en la producción ydistribución del poder político para la poblaciónmayoritaria del país.

5.1.1 La democracia como forma de gobierno

A pesar de que gran parte de los estudiantes considerana la democracia representativa como la mejor formade gobierno (como muestra la gráfica 5.1), no hay unconsenso entre los mismos sobre este aspecto. Así, el16% de los sujetos, principalmente aquellos que seidentifican con las tendencias ideológicas de izquierday centro izquierda, se inclinan por el socialismo;7 eigualmente existen porcentajes importantes que nosaben, o bien que consideran que la mejor forma degobierno es otra, sin que se especifique cuálsería ésta.8

3 El término de democracia es uno de los más polisémicos dentro de la teoría política. Conforme a Magallón, haciendo referencia a PáezMontalbán (La Paz Posible. Democracia y Negociación en Centroamérica: 1979 /1990, México, IPGH/ CCyDEL, 1998), la democraciasería un contructo referente a “un conjunto de principios idealizados que han sido enriquecidos con otros nuevos a través del tiempo ysus relaciones de la experiencia político-democrática, donde la democracia adquiere connotaciones ricas de una diversidad de sentidos,dentro de la unidad de la misma definición de ésta”. La democracia es “una expresión teórica abierta que depende del ejercicio democráticode todos los miembros de una sociedad” (Magallón, Op. cit. pp. 67-68). Según el informe sobre La democracia en América Latina(PNUD; 2003: 51 y ss.), “La democracia es el resultado de una intensa y denodada experiencia social e histórica que se construye díaa día en las realizaciones y frustraciones, acciones y omisiones, quehaceres, intercambios y aspiraciones de quienes son sus protagonistas:ciudadanos, grupos sociales y comunidades que luchan por sus derechos y edifican de manera incesante su vida en común. […] Lademocracia implica una forma de concebir al ser humano y garantizar los derechos individuales. […] Contiene un conjunto de principios,reglas e instituciones que organizan las relaciones sociales, los procedimientos para elegir gobiernos y los mecanismos para controlarsu ejercicio. También es el modo como la sociedad concibe y pretende hacer funcionar a su Estado. […] un modo de concebir yresguardar la memoria colectiva y de acoger, celebrándolas, diversas identidades de comunidades locales y regionales”. Conforme almismo documento, la democracia presupone como condición necesaria un régimen político, implica el acceso sustantivo al poder delEstado, la vigencia del Estado de derecho, supone cierta forma de organizar el poder en la sociedad y requiere que las opcionesciudadanas aborden las cuestiones sustantivas. (ver PNUD; op. cit., pp. 53 y ss). En lo sustancial los conceptos anotados se asemejanal concepto de poliarquía de R. Dahl, entendida como la mejor forma de no temer al demos (pueblo), o al “gobierno” de “muchos”,diferente al “gobierno de uno” (monarquía), o gobierno de los pocos (oligarquía o aristocracia).

4 La URNG se conformó en 1982, a partir de los ejércitos insurgentes: ORPA, FAR y EGP. No es hasta 1998 que se inscribe en el Registrode Ciudadanos como partido político.

5 La excepción a la larga historia de caudillismo y autoritarismo en Guatemala desde la independencia (1823) es la experienciamodernizadora del decenio democrático (1944-1954).

6 Es importante distinguir entre “presencia” y “representación”. Una reforma política que favorezca la presencia institucional de los sectorestradicionalmente excluidos no implica necesariamente una representatividad de los intereses de dichos sectores (a no ser que dichapresencia se traduzca en políticas públicas de interés general). En cualquier caso, como señala Anne Phillips (1999: 237), “La sub-representación de miembros de un grupo social determinado se considera en (…) un grave impedimento para la igualdad política, algoque inclina la toma de decisiones a favor de grupos ya dominantes, y deja a los otros como ciudadanos de segunda categoría”.

7 El 79% de los sujetos que se inclinan por el socialismo se identifican con la izquierda o centro izquierda.8 Resultados similares refleja una encuesta realizada en Bolivia a jóvenes, en la que el 55% de éstos consideran a la democracia como

mejor forma de gobierno, el 8% no sabe y el 37% opina que no es la mejor forma de gobierno. A estos últimos sujetos se les preguntóentonces cuál es la mejor forma de gobierno y la respuesta fue: a) Otro (37%), b) Ninguno 25%, c) Socialismo (17%), d) NS/NC (17%)y d) dictadura (5%). (Ver Varnoux, 2003:27).

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104

Como muestra el cuadro 5.1 son los adultos,seguido de las personas que pertenecen a organiza-ciones políticas, los grupos que en mayor medidase inclinan por la democracia representativa;mientras que los jóvenes y los sujetos que no seadscriben a organizaciones políticas, las mujeres ylos mayas son los grupos que en menor medida seinclinan por ésta. Las diferencias entre los gruposno son sin embargo muy altas, siendo la democraciarepresentativa la forma de gobierno por la que seinclinan la mayoría de los sujetos. Solamenteencontramos di ferencias estadíst icamentesignificativas entre los jóvenes y los adultos,pudiendo señalar que los jóvenes del Programa seestán adhiriendo en menor medida que el resto delos sujetos a la democracia electoral.

Por otro lado, las mujeres, las personas que no seadscriben a organizaciones políticas y los jóvenes sonlos grupos que en menor medida tienen claro, o bienrechazan, las formas tradicionales de gobierno;mientras que el socialismo es la mejor forma degobierno especialmente para sujetos pertenecientes aorganizaciones políticas, los hombres y también paralos jóvenes. Especialmente los datos estaríanreflejando una menor adhesión de los jóvenes a lademocracia representativa frente al resto de los grupos,al tiempo que los mayas siguen las tendencias deluniverso y las mujeres son los sujetos que mayorindefinición muestran.

En cualquier caso, los resultados arrojan una mayorpredilección de los sujetos por la democracia en relaciónal conjunto de la población guatemalteca, para la que,según los datos de Latinobarómetro (encuesta deopinión del 2003), el 34% de la ciudadanía opina que lademocracia no es siempre la mejor forma de gobierno–esto es: acepta el autoritarismo en ciertos casos–,porcentaje más alto de Centroamérica; mientras que el33% de los entrevistados no sabe o no responde (Achard& González, 2004:118-119). Otros estudios másrecientes, con muestras representativas para lapoblación del país, como el de D. Azpuru (ASIES, 2004),señalan una preferencia por la democracia del 64% dela ciudadanía, mientras que el 17% de la población seestaría inclinando por gobiernos autoritarios.

Cuadro 5.1Mejor forma de gobierno según grupos de edad, género,

grupos étnicos y pertenencia o no a organizaciones políticas

Mejor Organiza- Otras orga-

forma de gobierno ciones polí- nizaciones e

Jóvenes Adultos Mujeres Hombres Mayas Ladinos ticas instituciones

Democracia 65 75.4 68.8 70.4 69.7 70.7 73.2 67.9

representativa

Socialismo 16.5 14.5 11.2 18.4 15.9 14.4 19.7 13.4

Otra-ninguna-NS/NC 18.1 8.7 19.2 10.7 14.3 14.4 7.1 18.7

Fuente: Encuesta INGEP, octubre 2004

Gráfica 5.1Mejor forma de gobierno

Dem

ocra

cia

repr

esen

tativ

a

Soc

ialis

mo

Dic

tadu

ra

Otr

a

Nin

guna

NS

/NC

69.8

15.6

0.6

6.91.9 5.3

0

20

40

60

80

100

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

105

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

5.1.2 Por una democracia más participativa

Las repuestas a la pregunta ‘¿Con cuál de los siguientesconceptos asocia principalmente a la democracia?’reflejan en gran medida la idea de democracia que tienenlos estudiantes del PLJDC. En este sentido, losestudiantes se están inclinando por una democracia másparticipativa,9 con plena vigencia de los derechos ydeberes ciudadanos, donde se respeten las libertadespolíticas, especialmente la libertad de expresión;elementos todos ellos esenciales en el proceso deconstrucción de la democracia en el país. Nótese en lagráfica 5.2 que los estudiantes se están inclinandoigualmente por una democracia más social, en la que laigualdad y el desarrollo son parte integral de la misma.

El elemento de representación, a través principalmentede las elecciones, tiene una posición medular dentrode la concepción de la democracia que portan lossujetos, reflejando que la representación política es unelemento importante de la democracia en Guatemala,pero que esta va más allá, en la concepción de lossujetos, de sus aspectos meramente electorales oprocedimentales.

pareciera que son inevitables ciertos procesos defrustración (…). Instauradas las institucionesdemocráticas, no se resuelven automáticamente losproblemas económicos y sociales”. Las palabras delautor resumirían en gran medida la distancia que seda entre la alta adhesión que los sujetos muestran haciala democracia y las percepciones que los mismostienen en relación a su desempeño.

9 Los sujetos que en mayor medida asocian la democracia con la participación son los indígenas: el 31% frente al 23% de los ladinos.10 Los sujetos que muestran grados de satisfacción con el funcionamiento de la democracia en sus municipios pertenecen mayoritariamente

a Santa Lucía Cotzumalguapa, San Marcos, Quetzaltenango y Colotenango. Asimismo, un porcentaje importante de dichos sujetos seadscribe, a organizaciones políticas que tienen presencia en el gobierno municipal (URNG, PAN y UNE).

Así, para los estudiantes del Programa la altainsatisfacción con el funcionamiento de la democraciaestaría reflejando en gran medida los escasosresultados que la misma, como régimen político, hatenido en el país a partir de su instauración a mediadosde los años ochenta, especialmente en cuanto a laminimización, siquiera, de las grandes problemáticassociales y económicas más apremiantes. La satisfac-ción con el funcionamiento de la democracia se da enmayor medida en el espacio local, donde la accióncolectiva de los sujetos puede tener mayor incidencia,especialmente a través de la materialización de losintereses y demandas en políticas públicas. En esteespacio se da además una alta vinculación entre lasatisfacción con la democracia, la pertenencia partidistay el poder local.10

Por lo demás, los resultados sobre la satisfacción conel funcionamiento de la democracia contrastanenormemente con otros estudios, los que reflejan en

Gráfica 5.2Concepto con el que principalmente

se asocia a la democracia

26.2

18.5 18.212.6

9.24.3 3.1 2.2 1.8 1.5 0.9 0.9 0.6

05

1015202530

Par

ticipac

ión

Der

echo

s y de

bere

s

Libe

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expr

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Igua

ldad

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Des

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llo

Justicia

Toler

ancia

Plura

lismo

Paz

Rep

rese

ntac

ión

Gob

iern

o

Der

echo

s

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

5.1.3 Democracia, a pesar de todo

Como señala Quiroga (2001, 235), “La democracia,como a veces sucede, decepciona. Se crean tantasexpectativas en torno a ella, que una vez instalada

Gráfica 5.3Satisfacción con el funcionamiento de la democracia

0.36.3

46.9 46.6

2.4

11.3

48.8

37.5

0

10

20

30

40

50

60

Muy satisfecho Satisfecho No muy satisfecho Nada satisfecho

Nivel nacionalNivel local

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA, INGEP

106

general niveles de insatisfacción menores.11 Ello podríaser un indicador de una mayor propensión del liderazgodel Programa al protagonismo en las transformacionessociopolíticas del país; cuando no, por el contrario, setradujera en una mayor desafección o desencanto porla democracia.

5.2 Entre el discurso y la praxis cotidiana:principios y valores democráticos

Los procesos de construcción y consolidación12 de lademocracia requieren del porte y la práctica de valoresdemocráticos, comúnmente aceptados y compartidospor una determinada comunidad política. Conforme alEncuentro Permanente para la participación de losPueblos Indígenas (ENPI, Op. cit., p. 18), “Los valoresson el conjunto de normas ético-morales, que sereproducen en la práctica de costumbres y accionesque las sociedades postulan para impulsar suconvivencia armónica desde el seno mismo de lasociedad: la familia”. El discurso público, velo tras elcual se esconden las relaciones de poder, tiende areproducir una serie de valores hoy universables, losderechos humanos; en la vida cotidiana de lasrelaciones de dominio, sin embargo, se consuman lasprácticas excluyentes y autoritarias.

Para aproximarnos a la introspección de valores porparte de los estudiantes del Programa, en la encuestade individuos se les hizo la pregunta sobre los que sedeberían enseñar y practicar más, incluyéndoseaquellos centrales de las concepciones liberal ysocialista (como la libertad, en el primer caso, y laigualdad y solidaridad, en el segundo),13 así comovalores centrales de la cultura maya (tales como lacomplementariedad y el principio de armonía).14

Además, por las especificidades de Guatemala enrelación a su diversidad cultural, y por la legendariaexclusión de los pueblos indígenas de la nación y delEstado guatemalteco, se añadió la interculturalidadcomo valor y práctica15 necesarios en la construccióndel orden democrático.

Las respuestas a esta pregunta se pueden entendercomo déficit de valores democráticos, pues en lamedida que se entiende que falta más de algo se estáreflejando su escasez y su práctica. Aunque los valoresno son excluyentes, sino que en su conjunto formanun sistema, el pedirle a los sujetos que señalaransolamente el más prioritario, tiene la ventaja deindicarnos la importancia que para los mismos tienendichos valores, sin que ello signifique que los demásno sean relevantes.

11 Según el sondeo mencionado de Latinobarómetro, Guatemala sería el país centroamericano con mayor número de insatisfechos con elfuncionamiento de la democracia, representando el 21% de los encuestados. El 58% de los ciudadanos no estarían satisfechos, mientrasque el 10% no sabe o no responde (ver en Achard & González, Op. cit.; pp. 119-121). El quinto estudio sobre la cultura democrática delos guatemaltecos de D. Azpuru (ASIES, 2002:80), muestra, por otro lado, que el 50% de los ciudadanos no está muy satisfecho con laforma en que funciona la democracia, el 25% nada satisfecho, el 20% satisfecho y el 5% muy satisfecho. El sexto y último estudiorealizado (ASIES, 2004), muestra niveles de satisfacción mayores: el 5% se siente muy insatisfecho, el 37% insatisfecho, el 51%satisfecho y el 7% muy satisfecho.

12 Los conceptos de construcción y consolidación son diferentes. Por el primero entendemos a la concretización histórica de la democraciaen sus múltiples posibilidades de realización, mientras que con el segundo nos referimos a la aceptación compartida de las normas yvalores plurales de coexistencia pacífica en una determinada sociedad. Ambos se imbrican dialécticamente: el primero supone laprimacía del conflicto en las relaciones sociales, políticas, económicas, mientras que el segundo presupone normas, valores, mecanismoscompartidos para la convivencia intercultural, de tal forma que la violencia es el último recurso empleado por los miembros de unadeterminada sociedad.

13 Hoy, sin embargo, las grandes concepciones del mundo que marcaron las divisiones ideológicas de gran parte del siglo XIX y XX(socialismo y liberalismo político) han tendido a confluir, imponiéndose una concepción universalista de los principios y valores quedeben regir el orden democrático.

14 Algunos principios y valores de los pueblos indígenas son el Tz´aqat (plenitud), Tob’anik (solidaridad, cooperación, ayuda mutua),Rumitijul Qak’aslem (dedicación, esmero, laboriosidad, aprecio por el sentido del trabajo creativo para el desarrollo personal y social),Qulewal Qawinaqil (sentido de pertenencia y lealtad), kuqub’ab’al k’u’x (responsabilidad, respeto, armonía interior), Popol Chak Patan(servicio comunitario), Ula’alenik (hospitalidad y reciprocidad), Nimanik (respeto hacia la naturaleza y las personas, dignidad, tolerancia),entre otros. (Ver en ENPI; Op. cit., pp. 18 y ss. y en Manuel Salazar Tetzagüic & Vicente Telón, Valores mayas. Ruk’ux Maya’ Na’oj;UNESCO PROMEM, segunda edición 1999).

15 Conforme a Mendizábal (2004: 51 y ss.), “la interculturalidad sería más bien el resultado de nuevas prácticas sociales”, que se derivande relaciones de poder “entre grupos sociales con diferentes sistemas culturales”; mientras que como valor la interculturalidad haría

107

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

Como muestra la gráfica 5.2, la interculturalidad y laigualdad son los valores que, conforme a los estudian-tes del Programa, se deberían enseñar y practicar más.Este resultado es especialmente relevante en un paíscomo Guatemala, con profundas asimetrías ydesigualdades sociales, políticas, económicas yétnicas. La interculturalidad es, además, un valorespecialmente relevante para los mayas (el 31% delos mayas señalan a este valor como el más prioritario,frente al 15% de los ladinos), mientras que el valor porel que en mayor medida se están inclinando los ladinoses el de la igualdad. De hecho, los ladinos se inclinanen mayor medida por la igualdad, a diferencia del restode los grupos, que señalan en mayor medida lainterculturalidad, como se muestra en el cuadro 5.2.Podríamos decir, entonces, que los mayas delPrograma se están inclinando, como los ladinos, poruna democracia de ciudadanas y ciudadanos igualesen derechos y responsabilidades, pero a diferencia deéstos, enfatizan más en el reconocimiento de lasdiferencias, en el respeto de la diversidad; esto es: enuna democracia intercultural.

Asimismo, la responsabilidad, el amor a la patria y lasolidaridad son valores que los sujetos priorizan en suenseñanza y práctica; mientras que la dignidad y latolerancia aparecen como un tercer grupo de valores

a los que los sujetos les dan un primer orden deprioridad. La armonía y complementariedad sonvalores escasamente señalados en primer orden deprioridad por los sujetos; aunque, como se señalóanteriormente, en su conjunto los valores forman partede un sistema en el que se presuponen y comple-mentan unos con otros.

Por grupos etáreos, género y grupos étnicos, el amora la patria es un valor prioritario especialmente paralos jóvenes y las mujeres, mientras que el porcentajede mayas que consideran este valor como prioritarioes el más bajo comparativamente, lo que podría estarindicando sentidos de pertenencia a la comunidadpolítica (nación) diferenciados. Nótese, sin embargo,que también para los ladinos éste no es un valor demayor prioridad.

Finalmente la dignidad es un valor prioritario,especialmente para los adultos y los hombres; latolerancia para las mujeres y los ladinos; y la libertadpara los adultos y los mayas, precisamente los sujetosque probablemente tienen una mayor memoriacolectiva de la falta de libertades durante los regímenesautoritarios. Para los mayas la tolerancia no es uno delos valores democráticos más prioritarios.

5.2.1 Niveles e índices de intolerancia

Pluralismo y tolerancia son valores básicos de todademocracia. En la medida en que los seres humanosno se toleran, no se aceptan en su diversidad ypluralidad, permanece un estado continuo de violenciaestructural en el que se imposibilita la convivenciadiaria; aún menos la llegada a acuerdos y proyectoscomunes. El pluralismo y la tolerancia, como señalaLazarte (Op. cit., 328), son asimismo supuestos de losdemás valores. La igualdad, la libertad, la intercul-turalidad, la complementariedad, armonía o dignidadno son posibles sin la aceptación de la diversidad y el

Gráfica 5.4Valores que se deberían enseñar y practicar más

23.1

20.7

10.2 9.99

6.8 6.24.6

2.21.2 0.9 0.9 0.3

4

0

5

10

15

20

25

Inte

rcultu

ralid

ad

Igua

ldad

Res

pons

abilid

ad

Amor

a la

pat

ria

Solidar

idad

Dignida

d

Tolera

ncia

Libe

rtad

Trab

ajo

Armon

ía

Civism

o

Res

peto

a la

aut

oridad

Com

plem

enta

rieda

dOtro

referencia, “En el lenguaje coloquial”, a “la forma positiva de entender las relaciones entre los pueblos mayas y la sociedad ladina, enoposición al racismo que es la forma que prevalece actualmente en el estado de la cuestión”. Según Carlos Jiménez (Guía sobre lainterculturalidad, fundamentos conceptuales; Proyecto Q’anil, Serviprensa S.A, Guatemala 2000), la interculturalidad significaría “labúsqueda de convergencia y la interrelación simétrica” entre xincas, garífunas, mayas y ladinos, “es decir, que los miembros de lospueblos reconozcan, respeten y valoren las prácticas culturales de los otros”. (ver en Esquit, Op. cit., p. 7).

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA, INGEP

108

respeto a la diferencia. Por otro lado, la intoleranciagenera rechazo y exclusión política, negando losderechos civiles y políticos a determinados grupossociales:16 migrantes, judíos, indígenas, mujeres, entreotros.

Niveles de intolerancia

El estudio en curso muestra datos preocupantes, puesresultan grados importantes de intolerancia de clase,étnica, religiosa, sexual y política, principalmente, entrelos sujetos del Programa. Más de la mitad de laspersonas entrevistadas (el 51%), esto es, de lospresentes y posibles futuros dirigentes sociales ypolíticos del país, declaran abiertamente17 su rechazopor lo menos a algún grupo social. El índice generalde intolerancia, esto es, el promedio de grupos queprovocan rechazo, es de 1.22, mientras que el índicerelativo de intolerancia es de 2.37.18

El grupo que provoca mayor rechazo son los ricos, loque pareciera estar reflejando el peso de la tendenciaideológica de la izquierda. No obstante, las personasque en mayor medida declaran rechazar a este grupo

16 La historia reciente no escatima en ejemplos de intolerancia que penetran la escena política. Quizás un ejemplo paradigmático quetrascendió al espacio público fueron las expresiones de intolerancia hacia los pueblos indígenas por ciertos grupos ultraconservadorese iglesias fundamentalistas en el marco de la consulta popular de 1999, donde reapareció “el síndrome del miedo a la sublevaciónindígena”, imposibilitando, entre otros, que tuvieran rango constitucional algunos derechos de estos pueblos. En el debate públicoactual se expresa la intolerancia hacia el colectivo de homosexuales, al demandar derechos civiles (como el matrimonio) similares a losde los géneros.

17 La pregunta que se realizó fue: “De las siguientes personas ¿Quiénes le provocan rechazo?”, teniendo los encuestados la posibilidad demarcar a uno o varios de 16 grupos. La última opción de respuesta fue “ninguno de estos grupos”. Ante esta opción, es muy probableque algunos sujetos no declarasen abiertamente su intolerancia o rechazo hacia determinados grupos.

18 Solamente contempla a las personas que señalan rechazar algún grupo.

Fuente: Encuesta INGEP, octubre 2004

Valor

Interculturalidad

Igualdad

Responsabilidad

Amor a la patria

Solidaridad

Dignidad

Tolerancia

Libertad

Jóvenes

22.9

20.2

9.6

12.2

8.5

4.3

5.9

2.7

Adultos

23.5

21.3

11.0

6.6

9.6

10.3

6.6

7.4

Mujeres

23.2

18.4

10.4

11.2

6.4

2.4

8.8

4.8

Mayas

30.9

19.9

8.1

3.7

10.3

6.6

3.7

8.1

Hombres

23.1

22.1

10.1

9.0

10.6

9.5

4.5

4.5

Ladinos

14.5

22.4

12.7

4.8

8.5

7.3

8.5

1.8

Cuadro 5.2Valores que se deberían enseñar y practicar más, según grupos de edad, género y grupos étnicos

Gráfica 5.5Grupos que provocan rechazo

0.3

0.3

1.5

1.5

1.9

3.1

3.4

5.3

9.6

10.8

11.1

12.4

15.2

18.9

27.2

0 5 10 15 20 25 30

Indígenas

Mujeres

Hombres

Negros

Asiáticos

Izquierdistas

Católicos

Ateos

Evangélicos

Extranjeros

Ladinos

Lesbianas

Derechistas

Gays

Ricos

Fuente: Encuesta INGEP, octubre 2004

son aquellas que no se identifican con ningunatendencia (el 44%), seguidas de aquellos sujetos quese identifican con la izquierda (el 31%) y con el centroizquierda (11%). En cualquier caso existen sujetosidentificados con las demás tendencias ideológicas quele provocan rechazo a los ricos.

109

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

La intolerancia política se expresa fundamentalmentehacia “los derechistas”, principalmente por aquellaspersonas que se identifican con las tendenciasideológicas de la izquierda y del centro izquierda: el67% y el 13%, respectivamente, de estos declaranrechazar a “los derechistas”. Sin embargo, laintolerancia política se refleja también hacia “losizquierdistas”, aunque en menor medida. Losprincipales sujetos que declaran su rechazo hacia estegrupo no se identifican con ninguna tendenciaideológica (56% de los sujetos), mientras que el 22%se identifica con la derecha.

En otro ámbito de valores –que no es lo mismo quecomparar “izquierda-derecha”, “pobre y rico”, “ladino-indígena”, para la sociedad guatemalteca–, dos de losgrupos más rechazados son los gays y las lesbianas,lo que expresa la poca apertura hacia la pluralidadsexual. Los ladinos y los extranjeros son igualmentegrupos importantes no tolerados por parte de los sujetosdel Programa, especialmente por los mayas.19 Laintolerancia étnica no se refleja en el rechazo hacia“los indígenas”, aunque en la práctica cotidianapredomine la exclusión, discriminación y racismo hacialos miembros de los pueblos indígenas.20 Asimismo,destaca la intolerancia religiosa, especialmente hacialos grupos evangélicos. Finalmente, de los gruposseleccionados para medir los niveles de intolerancia,“los pobres” fueron el único que parece no provocarrechazo.

En resumen, la gráfica 5.5 estaría reflejando la altaintolerancia existente en el país, imagen proyectadade una sociedad altamente fragmentada política, social,económica, religiosa y étnicamente, a la que los sujetosdel Programa no escapan.

Las personas con mayores niveles de intolerancia (oal menos aquellas que declaran más abiertamente su

rechazo a algún grupo social de los considerados eneste estudio) son las que viven en las áreas rurales,seguidas de aquellas que se identifican con la tendenciapolítica de izquierda y aquellas otras que se autoiden-tifican como mayas/indígenas. Por otro lado, el grupoque parece mostrar mayor tolerancia es el de losladinos, seguido de las mujeres y las personas que seidentifican con alguna tendencia ideológica diferente ala izquierda, las personas que no pertenecen aorganizaciones políticas y aquellas otras que no seidentifican con ninguna tendencia ideológica. Todos

19 El 94% de los sujetos que señalan provocarle rechazo los ladinos se autoidentifican con algún grupo maya, e igualmente el 75% de lossujetos que le provocan rechazo “los extranjeros”.

20 Un hito importante en la historia de Guatemala fue el juicio, a principios de año, por discriminación en contra de la Premio Nobel de laPaz, Rigoberta Menchú Tum, de origen maya-Kiche’.

21 La tabla está construida inversamente (la variable dependiente es “tolerancia/intolerancia”), por ello no aparece la columna de totales.

Tabla 5.121

Niveles de intolerancia y tolerancia por grupos de edad,género, grupos étnicos, residencia, pertenencia o no a

organizaciones políticas e ideología

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

Grupos etáreos (%)JóvenesAdultos

Género (%)MujeresHombres

Grupo étnico (%)MayasLadinos

Área deresidencia (%)RuralUrbana

Pertenencia aorganizacionespolíticas (%)SíNo

Ideología (%)Con tendencia ideológicaSin tendencia ideológica

Ideología II (%)IzquierdaOtra tendencia

“Intolerantes”(n=166)

51.351.1

46.454.5

60.345.5

64.853.7

56.847.6

52.448.8

62.746.4

“Tolerantes”(n=157)

48.748.9

53.645.5

39.754.5

35.246.3

‘43.252.4

47.651.2

37.353.6

P*

.529

.095

.007

.002

.065

.305

.021

Variable

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA, INGEP

110

estos grupos, incluidos los jóvenes y los adultos, tienenniveles de tolerancia superiores a los del universo, quees de 48.6 puntos porcentuales.

Las diferencias estadísticamente significativas se danentre las áreas rural y urbana (los sujetos de la primeraparecen ser más intolerantes que los que residen enel área urbana), entre ladinos y mayas (presentan unnivel de intolerancia mayor el grupo maya), y entre laizquierda y los sujetos que se identifican con otrastendencias ideológicas (pareciendo ser la izquierdamás intolerante). En este sentido se puede señalar quela intolerancia, para los sujetos del Programa, estaríaasociada a su residencia, autoidentificación étnica eideología.

Los principales protagonistas de este estudio secolocan en los extremos en cuanto a la tolerancia serefiere: las mujeres aparecen como uno de los gruposmás tolerantes, mientras que los mayas como uno delos menos tolerantes. Los jóvenes presentan unaposición medular, teniendo un nivel de tolerancia similaral del universo.

Por lo demás, la intolerancia no parece estar asociadaal activismo sociopolítico de los sujetos: cuanto másse participa no necesariamente se vuelven mástolerantes; como tampoco a los niveles de escolaridad.En otras palabras, los sujetos con mayores niveles detolerancia no son precisamente los que mayor nivelesde escolaridad tienen.

Índices de intolerancia

La aproximación a la intolerancia se puede realizartambién a través del índice general de intolerancia, elque hace referencia al promedio de grupos rechazadospor los sujetos, el que como se señaló en la anteriorsección es de 1.22. Para comparar a los grupos interesaaislar los casos de sujetos que no señalan rechazar a

ningún grupo (esto es: los “tolerantes”) y analizar sóloa aquellos que presentan índices relativos deintolerancia. En este sentido, puede que determinadogrupo presente un nivel comparativo de intoleranciaalta, pero que tenga un índice bajo.

Por tendencia ideológica, sin embargo, la izquierdaparece seguir siendo la más intolerante frente al restode tendencias ideológicas. El índice relativo deintolerancia que presenta la izquierda es superior al restode las tendencias ideológicas, presentando además laderecha el menor índice de intolerancia.22 La derecha,sin embargo, es poco representativa en el Programa,en cuanto que relativamente hay pocos sujetos que seidentifican con esta tendencia ideológica.23

22 Los principales grupos que le provocan rechazo a las personas que se identifican con la izquierda son los “derechistas” (al 40% de laspersonas identificadas con la izquierda le provocan rechazo los “derechistas”) y los ricos (al 35%).

23 Otros estudios, (v. gr. Lazarte, Op. cit., p. 333), muestran que la izquierda y la derecha tienden a ser menos tolerantes que los centros.

El centro y el centro izquierda presentan índicesrelativos de intolerancia similares, mientras que elcentro derecha presenta un índice relativamente alto(próximo al índice del universo). En términos generales,los datos estarían reflejando una mayor tolerancia enlos centros que en los extremos, al menos el extremo“izquierda” en el Programa, dato que confirma la gráficasiguiente.

Gráfica 5.7Índice general de intolerancia de la izquierda y los centros

1.7

0.92

0

0.5

1

1.5

2

Izquierda Centros

Gráfica 5.6Índice relativo de intolerancia por tendencia ideológica

2.722.33

1.66

2 2.13

0

0.5

1

1.5

2

2.5

3

Izquierda Centroizquierda

Centro Centroderecha

Derecha

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

111

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

La gráfica 5.8 representa los índices relativos deintolerancia de los sujetos agrupados. Si comparamosestos índices con los niveles de intolerancia de dichosgrupos encontramos las siguientes similitudes ydiferencias importantes:

a) Los ladinos y las mujeres son los grupos queademás de tener los niveles más bajos deintolerancia son también los que tienen los índicesrelativos más bajos. En otras palabras, estos dosgrupos parecieran ser los sujetos del Programamás tolerantes. En concreto, los ladinos son elgrupo que menor índice relativo de intoleranciatienen, lo que pareciera estar reflejando unamayor conciencia o introspección de este valor.

b) Por el contrario, los sujetos que se autoidentificancon algún grupo maya parecen ser los másintolerantes: en mayor proporción declaranrechazar a algún grupo social y les provocanrechazo mayor número de grupos.

refiere), un índice relativo similar al del universo,por lo que podemos decir que en general losjóvenes del Programa no son ni más ni menostolerantes que el resto de los sujetos.

Niveles de intolerancia de jóvenes,mujeres e indígenas

El análisis de los niveles de intolerancia por gruposetáreos muestra tendencias similares para los jóvenesy los adultos. Solamente los adultos rechazan enmayor medida a los derechistas que los jóvenes, loque pareciera estar reflejando una mayor toleranciapolítica de estos últimos. Recuérdese también quelos jóvenes se están identificando en mayor medidacon el centro, el que presentaba los índices deintolerancia más bajos.

Gráfica 5.8Índices relativos de intolerancia por grupos etáreos,

género, grupos étnicos, pertenencia a organizacionessociales y políticas e ideología

jóv

en

es

ad

ult

os

mu

jere

s

ho

mb

res

ma

ya

s

lad

ino

s

org

. P

olí

tic

as

no

org

.

Po

líti

ca

s

"co

nid

en

tifi

cació

n

ideo

log

ía"

"sin

ide

nti

fic

ac

ión

ide

olo

gía

"

2.332.46

2.22.47

2.9

1.822.3 2.46

2.332.43

00.5

11.5

22.5

33.5

c) Aunque los sujetos que no se adscriben aorganizaciones políticas como aquellos otros queno se identifican con ninguna tendencia ideológicatienen niveles de intolerancia relativamente bajos(ver tabla 5.1), sus índices de intolerancia sonsuperiores al del universo. De hecho sus índicesrelativos de intolerancia son superiores a los quetienen las personas que se adscriben aorganizaciones políticas y a aquellas otras quese identifican con alguna tendencia ideológica.En este sentido, podemos decir que estos últimosgrupos son en general más tolerantes, pero dentrode los mismos existen sujetos altamenteintolerantes.

d) Finalmente, los jóvenes presentan (como en loconcerniente a los niveles de intolerancia se

Los principales grupos que les provocan rechazo a losjóvenes son los ricos, seguido por los homosexuales ylos extranjeros. Lo adultos expresan mayormente surechazo hacia los ricos, homosexuales y derechistas.

Las tendencias de intolerancia de las mujeres sonsimilares a las del universo, destacando el rechazohacia los ricos, gays, lesbianas, derechistas y ladinos.Similarmente, a los hombres les provocan rechazoprincipalmente los ricos, seguidos por los gays, losderechistas y los extranjeros.

Tabla 5.2Grupos que provocan rechazo por edad

Variable

Grupos (%)ExtranjerosCatólicosEvangélicosAteosIndígenasLadinosNegrosAsiáticosGaysLesbianasMujeresHombresRicosPobresDerechistasIzquierdistas

Adultos(n=140)

8.1 2.211.1 5.2 -

11.1 2.2 2.222.212.6

- -

23.7-

21.5 3.7

P*

.124

.332

.281

.579

.581

.561

.350

.496

.129

.534

.581

.065

.133-

.006

.415

Total(n=329)

10.13.1 9.6 5.3 0.311.2 1.6 1.918.912.4 0.3 1.627.3

-15.2 3.1

Joven(n=189)

12.8 3.7 8.6 5.3 .511.2 1.1 1.616.612.3 .5 2.729.0

-10.7 2.7

* Prueba del Chi cuadrado

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA, INGEP

112

Las diferencias significativas entre mujeres y hombresse dan solamente en relación a los extranjeros y losderechistas. En ambos casos el nivel de intoleranciade los hombres es mayor que el de las mujeres, lo quepareciera expresar también una mayor toleranciapolítica de las mujeres en relación a los hombres.

lugar, los ricos (grupo hacia el cual los mayas tienenun alto nivel de intolerancia), seguido de los ladinos,los extranjeros, los gays y los evangélicos. En general,los mayas tienen niveles de intolerancia de clase,étnica, religiosa y sexual mayores que el resto de losgrupos considerados en este estudio.

Las diferencias significativas con los ladinos sepresentan en la intolerancia hacia los extranjeros,evangélicos, ladinos, ricos, derechistas e izquier-distas. Hacia todos estos grupos los mayas presentanmayores niveles de intolerancia que los ladinos. Losmayas presentan también el mayor nivel deintolerancia política en relación al resto de los gruposanalizados.

5.2.2 Intolerancia y valores democráticos

Interesó analizar también la asociación entretolerancia y la prédica de otros valores democráticos,como son la interculturalidad, la libertad, igualdad ysolidaridad. En principio, se esperaría que aquellossujetos que predican estos valores (esto es: queseñalan que se deberían practicar y enseñar más)tuviesen índices de intolerancia menores, pues comoseñalábamos la tolerancia es base de dichos valores.Los análisis estadísticos reflejan, sin embargo, queno existen diferencias significativas entre aquellossujetos que predican la interculturalidad y los quepredican otros valores en sus niveles de intolerancia;en otras palabras: los sujetos que señalan que el valorque se debería enseñar y practicar más es lainterculturalidad no son precisamente los sujetos mástolerantes.

La igualdad, libertad y solidaridad son igualmentevalores que llevan implícito un mayor grado detolerancia. Sin embargo, tampoco quienes predicanestos valores tienen índices de intolerancia menoresque el resto de los sujetos. Los datos estaríanreflejando la incongruencia entre el discurso públicoy las prácticas cotidianas, síntesis de una cultura enque los valores democráticos interiorizados no se hantraducido aún en prácticas verdaderamentedemocráticas.

Variable

Grupo (%)ExtranjerosCatólicosEvangélicosAteosIndígenasLadinosNegrosAsiáticosGaysLesbianasMujeresHombresRicosPobresDerechistasIzquierdistas

Hombres(n=201)

13.3 3.0 10.6 5.6 0.0 12.1 1.5 2.5 20.7 12.1 0.5 0.5 29.8

-18.7 3.5

Total(n=330)

10.8 3.4 9.6 5.3 0.311.1 1.5 1.918.912.4 0.3 1.527.2

-15.23.1

P*

.029

.431

.284

.491

.387

.305

.642

.252

.183

.493

.613

.076

.121-

.018

.413

Mujeres(n=129)

6.4 4.0 8.0 4.8 0.89.6 1.6 0.816.012.8

- 3.223.2

-9.62.4

* Prueba del Chi-cuadrado.Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

Tabla 5.3Grupos que provocan rechazo por género

Finalmente, el análisis del nivel de intolerancia porgrupos étnicos rompe con las tendencias del universo,especialmente para los mayas. Los principales gruposque le provocan rechazo a estos sujetos son en primer

Grupo (%)ExtranjerosCatólicosEvangélicosAteosIndígenasLadinosNegrosAsiáticosGaysLesbianasMujeresHombresRicosPobresDerechistasIzquierdistas

4.8 2.4 4.8 7.9 -

1.2 1.1 1.817.611.5 0.6 1.217.0

-10.3 0.6

17.6 4.416.2 2.9 0.723.5 2.2 2.222.814.0

- 2.239.0

-21.3 6.6

10.6 3.310.0 5.6.3

11.3 1.7 2.019.912.6 0.3 1.726.9

-15.3 3.3

.000

.262

.000

.053

.452

.000

.410

.563

.163

.320

.548

.410

.000-

.007

.004

VariableMayas /

Indígenas(n = 139)

Ladinos(n =168)

Total(n=307) P*

* Prueba del Chi-cuadrado.Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

Tabla 5.4Grupos que provocan rechazo por grupo étnico

113

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

5.3 Conocimiento, actitudes y percepcioneshacia el sistema político

En la presente sección nos introducimos al análisis delos conocimientos, actitudes y percepciones que lossujetos del PLJDC tienen sobre el sistema políticoguatemalteco. Por sistema político entendemos alconjunto de interrelaciones políticas objetivas (entreinstituciones, Estado, partidos, grupos de presión,grupos de interés, clases sociales, organizacionesinternacionales y nacionales, económicas, científicas,medio ambientales y culturales), y subjetivas (normas,conciencias, tradiciones, culturas políticas, formaciónde políticas, toma de decisiones) tendentes a unaorganización sistémica de la producción y reproduccióndel poder societario y al ejercicio de su distribuciónsobre la base del equilibrio. Este sistema seestructuraría, conforme a la teoría política, en sociedadpolítica y sociedad civil, en el cual el Estado desempeñaun papel preeminente.24

En específico, los siguientes apartados se ocupan delconocimiento que los sujetos tienen del ordenamientojurídico-político guatemalteco, en el que se incluyenlos derechos y responsabilidades cívicas y políticas. Através de las respuestas a ambas preguntas podemosaproximarnos al sentido de pertenencia que los sujetostienen a la sociedad política. En esta dirección, se partede que un desconocimiento del ordenamiento jurídico-político del país conlleva un menor sentido de perte-nencia a la sociedad política –esto es, los sujetostenderían a participar en menor medida de y en lasrelaciones de poder que se establecen a partir de lasinstituciones políticas, a favor de la anomia política, ode otros sentidos de pertenencia, ya sea a la comunidadlocal, asociaciones o movimientos civiles o gruposantisistema–; y, en general, un menor apoyo al sistemapolítico, lo que, conforme a la teoría política, se traduceen un bajo apoyo al régimen político.

En el apartado 5.3.2 se miden las actitudes ypercepciones de los sujetos hacia el sistema político.

Para ello, se les preguntó si estaban de acuerdo o nocon ciertos derechos consagrados constitucionalmente(como son la universalidad del voto, la inviolabilidaddel derecho a la defensa en los tribunales o la libertadde expresión), con que el sistema político guatemaltecoes eficiente en la garantía de los derechos básicos ycon un adecuado funcionamiento de sistema de justiciaguatemalteco; indicadores todos ellos del apoyo quela ciudadanía tiene a la democracia estable, conformea los estudios de D. Azpuru. Además, dado el carácterpluricultural de la nación guatemalteca, se les preguntóa los sujetos si estaban de acuerdo o no con elpluralismo jurídico y el principio de la representaciónde la diversidad étnica.

La confianza, o en su defecto desconfianza, hacia lasinstituciones políticas, se analiza en el epígrafe 5.4,permitiéndonos aproximarnos a la efectividad orendimiento del régimen (ver Payne et al., 2003). Enel mismo epígrafe se analizan, además, las creenciasde los sujetos en relación a la distribución del poderpolítico. Finalmente, nos ocupamos de las creencias,actitudes y percepciones de los estudiantes sobre lapolítica y el quehacer político.

5.3.1Sentido de pertenenciaa la sociedad política

Como se señaló en el capítulo 4, el conocimiento delas leyes principales que ordenan el sistema políticoguatemalteco, a las que se les unieron los Acuerdosde Paz, pacto nacional sobre el que se asienta –odebería asentar– la reforma del sistema político delpaís y la refundación de la democracia en Guatemala,estaba altamente asociado a la participación sociopo-lítica de los sujetos. En este sentido se perfilaba queaquellos sujetos que tenían un conocimiento mayor delordenamiento del sistema político tendían a adquirirmás compromisos de participación, medido este tantopor la acción colectiva como por su intensidad. Losestudiantes tendían a organizarse más, participar enmayor número de actividades sociopolíticas y con

24 Véase documento “Reforma Política y Construcción de la Paz” (2004), Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, INGEP, INTRAPAZ -URL. La definición de sistema político es de Fung y Cabrera, 2002.

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA, INGEP

114

mayor constancia, lo que nos aproximaba a laefectividad de su acción colectiva.

En general, sin embargo, los sujetos del Programa,conforme a los cánones esperados para el liderazgosociopolítico del país, tienen un bajo conocimiento delas leyes que ordenan el sistema político. Comomuestra la gráfica 5.9, la Constitución no llega a serconocida por la mitad de los sujetos, mientras que, apesar de que muchos participan en organizacionespolíticas, la Ley Electoral y de Partidos Políticossolamente es conocida por uno de cada cuatro. LaConstitución y los Acuerdos de Paz son los documentosque más se conocen, mientras que las leyes dedescentralización son las que menos.

acceso a la educación y programas de formación paralos mismos. Por otro lado, los sujetos que pertenecena organizaciones políticas son los que en mayor medidaconocen el ordenamiento político del país, siendo lasdiferencias con respecto a aquellos otros que participanen organizaciones de la sociedad civil altamentesignificativas.26 Conforme a este resultado, los sujetosque están participando en organizaciones políticas sonlos que, efectivamente, mayor sentido de pertenenciatienen a la sociedad política; mientras que los jóvenes,mujeres y mayas, sectores tradicionalmente excluidosdel sistema político, denotarían un menor sentido depertenencia al mismo y, en general, un menor apoyoal régimen.

Conocimiento de los derechos y deberes ciudadanos

Los resultados sobre el conocimiento de los derechosy deberes cívicos y políticos muestran tendenciassimilares a los del ordenamiento jurídico, del cual sedesprenden. En términos generales los estudiantesconocen por lo menos alguno de sus derechos yresponsabilidades cívicas y políticas; aunque seconocen en mayor medida los derechos que lasresponsabilidades.27 Un resultado importante de esteindicador, es que los estudiantes tienden a confundir oconsiderar como derechos y responsabilidades cívicasy políticas a otro tipo de derechos y responsabilidades,como las sociales, laborales, e incluso familiares.28

Los principales derechos y responsabilidades queseñalan conocer los sujetos del PLJDC son elegir y/oser electo (el 56% menciona este derecho), la libertadde expresión (42%), el derecho a la participación (37%)y al de organización (11%). Por otra parte, las

Las leyes políticas de Guatemala se conocen en menormedida por las personas residentes en las áreasrurales, los jóvenes, las mujeres y los mayas,25

resultado que pudiera estar relacionado con el menor

25 En promedio los sujetos que viven en las áreas rurales conocen 1.26 leyes, frente a 2.27 que conocen los residentes en las áreasurbanas. Los jóvenes conocen 1.5 leyes frente al 2.5 que dicen conocer los adultos. Las mujeres señalan conocer 1.6 leyes frente a 2.16que apuntan los hombres. Los mayas señalan 1.60 frente a 2.28 leyes que señalan los ladinos. En todos los casos las diferencias sonestadísticamente significativas.

26 Quienes se adscriben a organizaciones políticas conocen en promedio 2.48 leyes, mientras que los que se adscriben a otro tipo deorganizaciones 1.64 leyes. El análisis no incluye a las personas que señalan conocerlas muy poco.

27 El 97% de los sujetos señalaron conocer al menos algún derecho cívico o político frente a un 79% que señaló conocer algunas de estasresponsabilidades. Las respuestas a estas preguntas fueron abiertas.

28 El porcentaje que menciona además de algún derecho cívico o político otro tipo de derechos es del 75%, mientras que el 73% mencionaresponsabilidades no estrictamente cívicas o políticas.

Gráfica 5.9Conocimiento del ordenamiento jurídico-político

8.4

31.4 31.7

43.6

36.3

12.9

05

101520253035404550

Constitución

Ley Electoral y de

Partidos Polític

os

Código Municipal

Ley de DescentralizaciónLCDUR

Acuerdos de Paz

45.3 46.3

26.5

42.1

35.632.7

24.8

31.7 30.932.8

42.644.4

Si No Muy poco

Fuente: Encuesta INGEP, octubre 2004.

115

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

responsabilidades que más se conocen son las deelegir o votar (el 46% de los estudiantes señala conocereste derecho), obedecer a las leyes (20%), contribuiral desarrollo (11%), empadronarse (9%) y servir a lapatria (6%). En general, los estudiantes le están dandomayor importancia a una ciudadanía política restringidaa los procesos electorales, en detrimento de unaciudadanía más activa y responsable.

En el cuadro 5.3 aparece la mención que los distintosgrupos dieron a diferentes derechos y responsabilidades.En general, los datos reflejan las tendencias del universo,siendo las diferencias entre los grupos en cuanto a losderechos se refiere, las siguientes:

a) Los derechos de elegir y postularse a cargos deelección popular son mencionados principalmentepor aquellas personas que pertenecen aorganizaciones políticas, por los ladinos y por laspersonas adultas. Por el contrario, los gruposque en menor medida mencionan estos derechosson los mayas y los jóvenes.

b) La libertad de expresión es el derecho queespecialmente conocen los jóvenes. En realidadeste es el derecho que más señala este grupo,mientras que el resto de los grupos mencionaen mayor medida los derechos de elegir y/o serelecto. Por otro lado, los grupos que en menormedida conocen dicho derecho son los adultosy los mayas, precisamente los que más sufrieronla falta de las l ibertades, incluida la deexpresión,29 durante los regímenes autoritarios.

c) Los derechos a la participación y a la organizaciónson también mencionados en mayor medida poraquellos sujetos que se adscriben a organiza-ciones políticas. El derecho a la participacióntambién es mencionado sobre todo por lasmujeres, mientras que el de organización es másconocido entre los adultos y los hombres. Lasmujeres y los jóvenes son los grupos que enmenor medida conocen el derecho a la organiza-ción, conocimiento, que como vimos en el capítulo4 estaba relacionado con el activismo político deestos grupos.

29 Recuérdese también que estos grupos eran los que en mayor medida señalaban que la libertad es un valor que se debería enseñar ypracticar más (ver cuadro 5.2).

Cuadro 5.3Conocimiento de derechos y responsabilidades segúngrupos de edad, género, grupos étnicos y pertenencia

o no a organizaciones políticas

Derechosy

ResponsabilidadesO

tras

org

aniz

acio

nes

e in

stit

uci

on

es

62.929.336.414.342.925.09.37.95.9

49.750.037.08.5

48.815.911.69.05.8

Elegir y/o ser electoLibertad de expresiónParticipaciónOrganizaciónElegir / VotarObedecer las leyesContribuir al desarrolloEmpadronarseServir a la patria

55.041.941.97.0

45.710.97.8

10.14.7

55.741.833.313.446.325.412.47.56.5

44.632.437.411.542.416.55.83.62.9

63.746.037.510.151.822.613.113.18.3

64.741.442.913.543.623.39.0

10.53.9

49.542.633.29.5

48.917.912.17.46.8

Jóve

nes

Ad

ult

os

Mu

jere

s

Ho

mb

res

May

as

Lad

ino

s

Org

. po

lític

as

Fuente: Encuesta INGEP, octubre 2004

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA, INGEP

116

En relación a las responsabilidades, los datos muestranque:

a) El grupo que parece conocerlas en menor medidason los mayas, mientras que el grupo que parececonocerlas en mayor medida son los ladinos.Ambos grupos mencionan en menor medida y enmayor medida, respectivamente, todas lasresponsabilidades, excepto la de obedecer lasleyes. Nótese también la poca importancia quelos mayas le dan a la obligación de servir a lapatria en comparación con el resto de los grupos.

b) Por otro lado, la obediencia a las leyes es unaresponsabilidad/obligación que menor importan-cia le dan las mujeres, los jóvenes y, también, lossujetos que no se adscriben a organizacionespolíticas (los que pertenecen en su mayoría aorganizaciones de la sociedad civil).

En términos generales, podemos señalar que losestudiantes del Programa presentan un bajoconocimiento del ordenamiento jurídico-político delsistema, así como de los derechos y deberesciudadanos. Las especificidades más relevantes sonque los sujetos que se adscriben a organizacionespolíticas parecen conocer en mayor medida dichoordenamiento, así como los derechos cívicos ypolíticos, indicador de un mayor sentido de pertenenciaa la sociedad política, de la que en realidad formanparte; mientras que los jóvenes, mujeres y mayas sonlos sujetos que en menor medida conocen el fun-cionamiento, derechos y deberes ciudadanos,indicadores que reflejan en gran parte la exclusión deestos sujetos por parte del sistema. Especialmentedestaca que los mayas sean los sujetos que en menormedida señalan conocer las responsabilidades cívicas

y políticas consagradas en la Constitución deGuatemala.

5.3.2 Percepciones y actitudeshacia el sistema político

La aproximación a las percepciones y actitudes haciael sistema político guatemalteco se realizó a través delanálisis de las respuestas a una serie de afirmacionesa las que debían señalar si estaban o no de acuerdo.Como se indicó anteriormente, estas afirmaciones serefieren a la garantía de los derechos básicos por partedel sistema político, a ciertas libertades, derechos yresponsabilidades consagradas constitucionalmente,al funcionamiento del sistema de justicia y, finalmente,a la pluralidad del sistema político. La mayoría de estosindicadores –a excepción de la pluralidad jurídica y dela representación étnica–, junto a otros –como laconfianza en las instituciones, que se analiza másadelante– son utilizados comúnmente por lasencuestas de opinión para identificar los niveles deapoyo a la democracia como régimen político.

El cuadro 5.4 resume las respuestas que se dieron alas cuestiones anotadas. Así, en relación a la primeraafirmación, mayoritariamente el liderazgo no estápercibiendo que el sistema político esté garantizandolos derechos básicos de la ciudadanía, lo que es unimportante indicador de deslegitimidad del sistema. Lossujetos que en mayor medida perciben esta falta degarantías son aquellos que se adscriben aorganizaciones políticas, seguidos de los mayas, lasmujeres y los jóvenes.30 Además, estos tres últimosgrupos son los que en menor medida no saben si elsistema político está garantizando los derechosbásicos, lo que podemos interpretar como que no tienenuna opinión al respecto.

30 El 70% de las personas que se adscriben a organizaciones políticas, el 66% de los autoidentificados con algún grupo indígena, el 66%de los jóvenes y el 65% de las mujeres perciben que el sistema político guatemalteco no está garantizando los derechos básicos. Seidentifica solamente a los grupos que tienen porcentajes superiores a los del universo.

117

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

Mayoritariamente se considera que en Guatemala haylibertad de expresión, pudiéndose enunciar librementelas ideas y opiniones por cualquier medio, lo que es ungran logro para la democracia en el país. No obstante,existe un porcentaje importante de sujetos queconsideran o ven limitado este derecho. Estos sonprincipalmente los adultos, las personas que seadscriben a organizaciones políticas, los ladinos y lasmujeres: prácticamente una de cada tres personasperteneciente a estos grupos ha visto limitado estederecho, o simplemente cree no poder ejercerlo.

Las respuestas a la tercera afirmación parecieran reflejarque uno de cada cinco sujetos no está de acuerdo conel sufragio universal. Más que la anterior interpretaciónlos resultados parecieran reflejar que una importanteproporción de los estudiantes del Programa ‘entienden’que mucha gente no está informada, o adecuadamente

informada, sobre las cuestiones políticas, y de ellodeducen que no se deberían pronunciar, en este casoelectoralmente. Las personas que en mayor medida noestán de acuerdo con que la gente vote si no conoce depolítica son los mayas (27%), las personas adultas(24%), aquellas que se adscriben a organizaciones dela sociedad civil (23%) y los hombres (21%).

La Constitución guatemalteca consagra el derecho aoptar a empleo o cargos públicos en el artículo 113,señalando que para su otorgamiento no se atenderámás que a razones fundadas en méritos de capacidad,idoneidad y honradez. Prácticamente uno de cada tressujetos del Programa percibe, sin embargo, que notiene las mismas posibilidades para ocupar cargospúblicos. Estos sujetos son principalmente las personasadultas (39%), los ladinos (38%), los hombres (36%) ylos miembros de las organizaciones políticas.

¿ESTÁ DE ACUERDO CON QUE EL…

1. El sistema político guatemalteco garantiza los derechos básicos de las y losciudadanos.

2. Puedes emitir libremente tus ideas y opiniones por cualquier medio de difusión.

3. A las personas se les debe permitir votar, aunque no conozcan de política.

4. Las y los guatemaltecos tenemos las mismas posibilidades para ocupar cargospúblicos.

5. Si me respalda la ley, puedo oponerme a la determinación de una autoridad degobierno.

6. Las mujeres y los hombres deben tener las mismas oportunidades yresponsabilidades (independientemente de su estado civil).

7. Los tribunales de justicia en Guatemala garantizan un juicio justo.

8. Todas las personas tienen derecho a una buena defensa en los tribunales, sinimportar lo que hayan hecho.

9. La gente debe hacer justicia cuando las autoridades no responden a un hechodelictivo.

10. Los pueblos indígenas eligen a sus autoridades conforme a sus normas ycostumbres.

11. Los pueblos indígenas deben estar representados en todos los espacios dedecisión que les conciernen.

12. Para estar representados, es necesario la formación de un partido político sólo deindígenas.

29.6 63.4 7.0

67.8 27.7 4.6

76.6 20.4 3.0

66.0 31.9 2.1

72.1 18.1 9.6

99.4 0.6 –

10.4 81.6 8.0

76.8 19.9 3.4

29.6 63.7 7.3

45.1 43.6 11.3

94.2 3.4 2.4

15.6 80.7 3.7

SI (%) NO (%) NS (%)

Cuadro 5.4Percepciones y actitudes hacia el sistema político guatemalteco

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA, INGEP

118

Asimismo, la Carta Magna consagra en el artículo 5,entre otros artículos, el imperio de la ley sobre laautoridad, propia de todo Estado de Derecho. Enconcreto, dicho precepto protege a los ciudadanosfrente a las arbitrariedades del poder político, señalandoque toda persona tiene derecho a hacer lo que la leyno prohibe, no estando obligada a acatar órdenes queno estén basadas en ley y emitidas conforme a ella….Una interpretación amplia del mismo estaríarespaldando la “insumisión” o desobediencia hacia laautoridad en los casos contrarios al espíritu universalde la ley, en la que conforme a la misma Carta Magna,el Estado guatemalteco tiene la responsabilidad delbien común, la consolidación del régimen de legalidad,la seguridad, justicia, igualdad, libertad y paz…

Pues bien, la mayoría de los sujetos están de acuerdocon la desobediencia civil a la autoridad en casos queésta no se apegue a la ley, sin embargo existe unporcentaje importante de estudiantes que no están deacuerdo. Dichos sujetos estarían reflejando una mayorcultura política de sumisión, inclusive frente a lasarbitrariedades del poder político. Los grupos que enmayor medida no están de acuerdo en oponerse a unaorden ilegal de una autoridad de gobierno son aquellosque pertenecen a organizaciones políticas (23% deestos sujetos), las mujeres (21%), los mayas y losjóvenes (20%, respectivamente).

Otra interpretación de los resultados es que, aunquela mayoría de los sujetos asumen el imperio de la leysobre el imperio de la fuerza, una parte importante delos mismos está fusionando los conceptos de autoridady ley; fusión que se da especialmente en el derechoconsuetudinario indígena.

En relación a la sexta afirmación, relativa a la equidadde los géneros, consagrada también en la Constitución(artículo 4), prácticamente existe unanimidad. Sólo dospersonas (hombres) no están de acuerdo en que lasmujeres tienen (entiéndase “deberían tener”) lasmismas oportunidades y responsabilidades. Encualquier caso, el machismo y patriarcado, como vimosen el capítulo 3, son ejes centrales que determinan lasrelaciones de poder entre hombres y mujeres en lasociedad guatemalteca.

Las siguientes afirmaciones se refieren al sistema dejusticia guatemalteco. En cuanto a su funcionamiento,prácticamente existe unanimidad: los tribunales dejusticia en Guatemala no están garantizando, conformea los estudiantes, un juicio justo, opinión que refleja labaja confianza hacia esta institución, comoanalizaremos más adelante.

Resultados preocupantes en relación al sistema dejusticia son los que se refieren a la inviolabilidad delderecho de defensa y a la competencia de losórganos judiciales. Así, uno de cada cinco sujetospiensa que todas las personas no tienen derecho auna buena defensa en los tribunales, no asumiendopor tanto la inviolabilidad de este derecho (artículo12 de la Constitución de Guatemala), indepen-dientemente del delito cometido. Estos sujetos sonprincipalmente las mujeres (25%), los mayas (23%),y los jóvenes (22%).

La tercera afirmación en relación al sistema de justiciaen Guatemala es de gran controversia; fundamental-mente por la existencia de dos órdenes jurídicos: eloccidental y el indígena. Por otro lado, existe una gransensibilidad en la opinión pública por los casos delinchamientos.

La mayoría de los sujetos piensa que son lasautoridades (entiéndase instituciones competentes) lasque se deben encargar de impartir justicia, sin embargoexiste una alta proporción de sujetos que están deacuerdo en que “la gente” actúe en casos de inacciónde las autoridades competentes; esto es: tomarse lajusticia por mano propia. Principalmente estos sujetosson los mayas (42%), los jóvenes (38%) las mujeres ylas personas que pertenecen mayoritariamente aorganizaciones de la sociedad civil (33%,respectivamente), precisamente los sujetos que menorapego muestran al imperio de la ley.

Finalmente, para medir las actitudes hacia la pluralidadjurídica y de la representación de los pueblos indígenas,se les plantearon a los estudiantes tres preguntas: siestaban de acuerdo o no con que eligen a susautoridades conforme a sus normas y costumbres, sideberían estar representados en todos los espacios

119

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

de decisión que les conciernen, y si es necesario laformación de un partido político sólo de indígenas paraque estén representados, propuesta que algunoslíderes mayas vienen impulsando desde la década delos años setenta, como vimos en el primer capítulo.

Más que estar o no de acuerdo en que “los pueblosindígenas eligen a sus autoridades conforme a susnormas y costumbres”, el equilibrio que se da en lasrespuestas afirmativa y negativa a esta cuestión estaríamostrando el conocimiento y, en cierta medida, lasactitudes de los sujetos al respecto. Nótese, en estadirección, que es la pregunta sobre la que los sujetosmuestran mayor indecisión; esto es: no saben. Por otrolado, son principalmente los mayas, aunque tambiénexiste un alto porcentaje de ladinos (52% y 41%,respectivamente), que se pronuncian de formaafirmativa, lo que podría estar reflejando una actitudpositiva a la pluralidad jurídica y de los procesoseleccionarios en el país, reconocidos ya en algunasleyes, como el Código Municipal y la Ley General deDescentralización, para el ámbito local.

Lo interesante en relación a esta afirmación es analizarcómo se han pronunciado los sujetos de los distintosmunicipios. Así, en municipios mayoritariamente ladinosllama la atención los casos de Coatepeque y Escuintla,donde mayoritariamente los estudiantes (todos ladinos)señalan que los pueblos eligen a sus autoridadesconforme a sus normas y costumbres, (el 72% enCoatepeque y el 54% en Escuintla); mientras que enSanta Lucía Cotzumalguapa, otro municipio mayorita-riamente ladino, una alta proporción de sujetos señalaque no sabe (el 36%). En este sentido, se podría decir,a partir de los dos primeros casos, que hay una actitudpositiva por parte de los estudiantes ladinos a lapluralidad étnica, aunque también se da un altodesconocimiento de esta realidad.

Por otro lado, al analizar los municipios mayoritaria-mente indígenas tenemos gran diversidad derespuestas. En el departamento de Chimaltenango, lossujetos de la cabecera departamental señalan

mayoritariamente que los pueblos indígenas no eligena sus autoridades conforme a sus normas y costumbres(el 68% señala que no), y de la misma manera sepronuncian en el municipio de San Martín Jilotepeque(el 56% señalan que no). Sin embargo, los estudiantesde Tecpán mayoritariamente están señalando queefectivamente se eligen a las autoridades conforme alderecho consuetudinario.

Las respuestas en Quetzaltenango están muyequilibradas (48% señala que sí y 48% que no), mientrasque en Totonicapán el 46% de los sujetos señala que síy el 38% que no. Es en el departamento de Huehue-tenango donde en mayor medida los sujetos señalanque los mayas están eligiendo a sus autoridadesconforme al derecho consuetudinario: el 57% en elmunicipio de Huehuetenango y el 83% en el municipiode Colotenango. Los datos son difíciles de interpretar,pues en algunos municipios se sigue eligiendo a lasautoridades indígenas, mientras que en otros, pordiversas razones históricas, éstas ya no se eligenconforme a las normas y costumbres. Así, enTotonicapán, donde hay una alcaldía indígena y losalcaldes auxiliares que conforman ésta se eligen porlas comunidades, los sujetos que viven en el mismotendrían un gran desconocimiento del subsistemapolítico local; o en todo caso, estarían manifestando unaactitud negativa ante los subsistemas políticos mayas.

En relación a la representación de los pueblos indígenasen todos los espacios de decisión que les conciernen,los sujetos no están mostrando, en general, una actitudexcluyente. Los jóvenes, las mujeres y los ladinos, sonlos grupos que presentan los niveles de mayordesacuerdo, aunque éstos siguen siendo muy bajos.31

Finalmente, los estudiantes en general no están deacuerdo en que la representación política de losindígenas necesariamente sea más eficaz a través deun partido político solamente de indígenas. Noobstante, el 26% de los mayas opina lo contrario, estoes: que sus intereses y demandas estarían mejorrepresentadas a través de una organización política

31 El 5% de los jóvenes, mujeres y ladinos opinan que los pueblos indígenas no deberían estar representados en todos los espacios dedecisión que les conciernen.

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA, INGEP

120

propia. Dos de los grupos que apuestan en mayormedida por esta posibilidad son los jóvenes (el 17%) ylos hombres (el 18%).

Con base en las respuestas dadas por losestudiantes del PLJDC podemos concluir losiguiente:

a) En general, los estudiantes están percibiendo deuna forma muy negativa al sistema políticoguatemalteco; especialmente esto se manifiestaen el indicador relativo a eficacia del régimen enla garantía de los derechos básicos, aspectosobre el que se da prácticamente consenso.Además, un porcentaje importante de estudiantespercibe que el sistema político no está garanti-zando las libertades públicas, especialmente enlo que se refiere a la libertad de expresión y lapostulación para cargos públicos. Lo preocu-pante, sin embargo, es que los sujetos tambiénestén manifestando, en altas proporciones,actitudes autoritarias y excluyentes, como ponende manifiesto las respuestas dadas en relación ala universalidad del voto, la inviolabilidad delderecho a la defensa y la inclinación por tomarsela justicia por mano propia. Una explicación aestas actitudes es el bajo conocimiento que lossujetos tienen del ordenamiento jurídico del país;sin embargo, las actitudes excluyentes yautoritarias parecieran derivarse más bien de laspercepciones que los estudiantes tienen enrelación a la eficacia del sistema, en términos decumplimiento de fines y funciones.

b) Los protagonistas del estudio, jóvenes, mujeres ymayas, sectores tradicionalmente excluidos delsistema –junto a quienes participan en organiza-ciones políticas–, son los sujetos que más críticosse muestran, especialmente en la eficacia delsistema político, en la garantía de los derechosbásicos, así como en relación a la imparcialidadde sistema de justicia. Sin embargo, estos sujetosson también los que mayor apego muestran haciala autoridad en detrimento del imperio de la ley o

el Estado de derecho. Indicadores de ello son losporcentajes de jóvenes, mujeres y mayas que sepronuncian en contra de la oposición a unaautoridad, aunque los respalde la ley, que estánen contra de la inviolabilidad del derecho a ladefensa y a favor de que la gente se tome la justiciapor mano propia.

5.4 Confianza en las institucionesy actores de poder

Una pregunta bastante común en las encuestas deopinión es aquella que se refiere a la confianza que laciudadanía tiene en las instituciones del sistema político.El análisis de la misma suele utilizarse como un indicadordel desempeño del régimen, pudiendo diferenciar entreel desempeño del gobierno actual y el de los elementosinstitucionales del régimen con carácter más permanente(ver Payne et al., Op. cit., p. 28). En la presente secciónse analizan además las percepciones que los sujetostienen en relación a la distribución del poder político,tanto a nivel nacional como en sus socioterritorialidadesde origen. La comparación entre la importancia que ledan los estudiantes a las instituciones propias de lademocracia liberal representativa frente a otros actoresde poder (ej.: empresarios o narcotraficantes), nosservirá, igualmente, para medir la credibilidad de lossujetos en el sistema político.

5.4.1 Confianza en las instituciones del Estado

La gráfica 5.10 representa la confianza que losestudiantes manifiestan en las instituciones del Estadoguatemalteco, a las que además se les unió las iglesiasCatólica y Evangélica, como instituciones de referencia.El segmento de la derecha en cada barra representa alos sujetos que señalaron tener mayor confianza enlas mismas, el segmento intermedio al porcentaje queseñaló tener menor confianza; y, finalmente, elsegmento de la izquierda representa la credibilidad odescrédito que tienen dichas instituciones para elliderazgo del Programa. La credibilidad o en su defectodescrédito32 es la diferencia entre confianza y

32 Entiéndase credibilidad y descrédito como sinónimos de confianza y desconfianza.

121

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

desconfianza hacia las instituciones, en la medida que,en relación a una misma institución, algunos sujetosseñalaron tener mayor confianza y otros menorconfianza.

En lo que concierne a la confianza, el primer dato quesalta a la vista es que uno de cada cinco sujetos noseñala ninguna institución, por lo que se estaríapercibiendo, en el mejor de los casos, similarmente atodas las instituciones, bien mostrando una indiferenciahacia las mismas, y en el peor de los casospercibiéndolas negativamente a todas. La iglesiaCatólica, seguida de las iglesias evangélicas son lasinstituciones en las que los sujetos del Programamanifiestan mayor confianza, datos que siguen lastendencias de otros estudios realizados.33

Las tres instituciones estatales a las que los sujetosmuestran mayor confianza son, en orden de importan-cia, las corporaciones municipales, la Procuraduría deDerechos Humanos (PDH) y la Policía Nacional Civil(PNC). La PNC tiene, sin embargo, un alto nivel dedesconfianza, por lo que esta institución aparece conuna confianza negativa en la gráfica, reflejando eldescrédito de esta institución.

Por otro lado, las instituciones en las que se tiene menorconfianza son, por orden de importancia, el GobiernoCentral, el Ejército, la PNC y el Congreso.Especialmente el Gobierno Central y el Ejército sonlas instituciones más desacreditadas. Las otras dosinstituciones (PNC y Congreso) aparecen también enla gráfica con una confianza negativa. En general, losdatos muestran que los sujetos del Programa tienenescasa confianza en las instituciones del Estadoguatemalteco, pudiendo estar reflejando el descréditodel poder ejecutivo una percepción o evaluaciónnegativa del actual gobierno.

33 En los sondeos realizados por Latinobarómetro desde 1996, alrededor del 75% de las personas encuestadas indicó tener mucha oalguna confianza en la iglesia, apareciendo como la primera institución en la que los ciudadanos muestran mayor confianza (ver Payneet al., op. cit., p. 38).

Gráfica 5.11Confianza en las instituciones agrupadas

Org. Religiosas

Org. Políticas

Aparatos de seguridad

Sistema de Justicia

Derechos Humanos

Sist. Electoral

Gob. Municipal

Poder Central

Credibilidad Menor confianza Mayor confianza

Al agrupar a las instituciones observamos que lasreligiosas siguen siendo las que mayor confianza ledan a los estudiantes. Recuérdese en este sentido queun porcentaje importante de éstos participan enorganizaciones religiosas. A las mismas, le siguen el

Gráfica 5.10Confianza en las instituciones

7.9 19.4

5.6 9.7

1.2 14.3

2.3

3.2 1.6

15.5 0.4

14.7 8.1

1.6 8.5

4 7.4

3.2 2.3

1.6 1.2

0.4 6.2

2.3

6.7 8.9

0.4

8.7 3.5

25 3.5

Ninguna

Iglesias Evangélicas

Iglesia Católica

Comités Cívicos

Partidos Políticos

Ejército

PNC

PDH

MP

CSJ

CC

TSE

Alcaldía Indígena

Corporación Municipal

Gobernación

Congreso

Gobierno Central

Credibilidad o descrédito

Menor confianza

Mayor confianza

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA, INGEP

122

gobierno municipal y la PDH. La confianza hacia losaparatos de seguridad refleja principalmente laconfianza hacia la Policía Nacional Civil (y no hacia elEjército), mientras que la confianza hacia lasorganizaciones políticas, está reflejando especialmentela confianza hacia los comités cívicos y no hacia lospartidos políticos.34

Por otro lado, las instituciones que sufren menorconfianza son las de representación política a nivelnacional y los aparatos de seguridad. El poder central(organismo ejecutivo y legislativo) inclusive tiene unnivel de desconfianza mayor que los aparatos deseguridad. Además, los sujetos muestran también grandesconfianza hacia las instituciones del sistema dejusticia en Guatemala (CC, CSJ, MP). Las institucionesque sufren un alto descrédito para los sujetos delPrograma son, sin embargo, las del poder central y losaparatos de seguridad.

Finalmente, la gráfica 5.12 representa la credibilidady, en su defecto, descrédito que presentan lasinstituciones del Estado para los estudiantes delPLJDC. En general, el gobierno central y los aparatosde seguridad sufren de gran descrédito para todoslos grupos. Las mayas, jóvenes, personas pertene-cientes a organizaciones políticas y mujeres son, sinembargo, los grupos para los que el gobierno centraltiene menor credibilidad; esto es: los grupos quedesconfían más de esta institución. Por otra parte,los aparatos de seguridad adolecen de credibilidadsobre todo para los ladinos, mientras que los mayasson los sujetos que mayor confianza muestran hacia

los mismos,35 aunque en general los aparatos deseguridad tampoco gozan de credibilidad entre losmayas.

Otra institución que sufre de gran descrédito es elCongreso, especialmente para los jóvenes. Las únicasinstituciones que gozan de credibilidad para todos losgrupos son los gobiernos municipales, el TribunalSupremo Electoral y la Procuraduría de DerechosHumanos. Nótese que las instituciones de justiciagozan de credibilidad entre los jóvenes, las mujeres y

34 Según los resultados del sondeo de opinión de Latinobarómetro (2003) en Guatemala solamente el 8% de las personas muestra algo omucha confianza hacia los partidos políticos, mientras que el 81% muestra poca o ninguna confianza (Achard & González; Op. cit., p.123). Conforme a otro estudio (Payne et al., op. cit., p. 40), basado en la misma fuente (Encuestas de opinión de Latinobarómetro 1996-2001), Guatemala sería uno de los países latinoamericanos donde la ciudadanía desconfía más de los partidos políticos. En promedio(para todos los años) el 18% muestra alguna confianza en estas instituciones. El VI y último estudio sobre cultura política de losguatemaltecos de Azpuru (ASIES, 2004) muestra 30 puntos de confianza hacia los partidos políticos, mientras que la encuesta deopinión realizada por esta misma institución en el 2001 mostraba la confianza del 29% de la población guatemalteca.

35 El 12% de los mayas señalan que los aparatos de seguridad son las instituciones que les dan más confianza. El segundo grupo quedeposita su mayor confianza en estas instituciones es el de las mujeres (10%).

-35

-30

-25

-20

-15

-10

-5

0

5

10

15

Jóvenes -25.8 -22.5 -7 1 3.4 6 7 -0.1

Adultos -15.7 -23.4 -2.8 8.2 9.2 8.3 -4.6 1.8

Mujeres -22.6 -20.7 -5.9 4.5 3.8 7.7 2.7 0.9

Hombres -20.8 -21.2 -4.8 3.6 7.1 6.4 1.7 0.5

Mayas -26.6 -11.8 -2.1 5.2 3.8 7.6 1.7 3.8

Ladinos -16.2 -30.9 -5.9 3.1 7.4 8.2 -1.4 -1.5

Org. Políticas -23.6 -16.6 -2.1 5.8 3 3.8 -0.4 3.9

Sociedad Civil -20.7 -24.9 -0.3 3.7 7.8 9.1 3.8 -1.3

GobiernoCentral

Seguridad CongresoGob.

MunicipalTSE PDH Justicia

Org.Políticas

Gráfica 5.12Credibilidad de las instituciones para los grupos etáreos,

géneros, grupos étnicos y organizaciones

Mayas

Ladinos

Org. Políticas

Sociedad Civil

Jóvenes

Adultos

Mujeres

Hombres

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

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FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

los mayas, a pesar de que éstos eran quienes más seinclinaban por tomarse la justicia por mano propia. Porúltimo, los ladinos y los adultos (5% de estos sujetos),identifican a las organizaciones políticas como las queles dan menos confianza; aunque en general estasorganizaciones no adolecen de descrédito para lossujetos.

Los mayas y los jóvenes son los grupos que señalanque ninguna institución les da mayor confianza. Engeneral los jóvenes son los sujetos que presentanmenores niveles de credibilidad hacia las institucionesdel Estado, ya sea porque desconocen su funciona-miento, bien porque tienen una actitud más crítica hacialas mismas. En cualquier caso, conforme a estosresultados, podríamos decir que los sujetos delPrograma estarían mostrando bajos niveles deconfianza en las instituciones democráticas, un bajoapoyo a la democracia estable, conforme a losindicadores de los estudios de opinión y especialmenteun bajo apoyo al régimen político, por lo menos al actualgobierno.

5.4.2 Actores de poder

A excepción del apoyo que manifestaban los sujetosdel PLJDC a la democracia como forma de gobierno,los resultados expuestos a lo largo de este capítulonos estarían indicando, en general, un bajo apoyo alrégimen político. Según las premisas de la teoríapolítica, este bajo apoyo a la democracia conllevaríauna baja participación política de los sujetos, lo queestaría en contradicción con los altos niveles e índicesde participación que presenta el liderazgo delPrograma, al momento de este estudio, y con lasmediciones posteriores realizadas, que nos indican quela participación está creciendo.

El apoyo a la democracia como régimen político sepuede analizar también a través de otros indicadores.Uno de ellos podría ser las creencias que los sujetosexpresan en relación a la distribución del poder político;

esto es la creencia en que a través de la participacióndentro del sistema se pueden cambiar las cosas, yaque en realidad son las instituciones democráticas lasque toman las decisiones más importantes que concier-nen al país o a los municipios.

Efectivamente, como muestra la gráfica 5.14, y a pesarde que se identifica a los empresarios y a los EstadosUnidos como actores importantes que influyen en losdestinos de la nación guatemalteca, los sujetos estáncreyendo, mayoritariamente, que son las institucionesde la democracia representativa las que toman lasdecisiones relevantes para el país.36

36 Los sujetos podían marcar tres reactivos o respuestas, de ahí que los porcentajes no sumen 100.

1.76.1

7.4

7.7

8.18.9

13.3

14.4

31.532.8

43.4

59.5

65.1

0 10 20 30 40 50 60 70

Otro

Narcotraficantes

Ejército

Pueblo

Presidencia yMinisterios

Empresarios

Congreso

Presidente

EE.UU

Sociedad

OrganizacionesPóliticas

Aparatos

Organizaciones

Gráfica 5.14Actores principales que toman las decisiones más

importantes para el país

En el nivel local, como muestra la gráfica 5.14, siguesiendo el gobierno, en este caso municipal, el actorque toma las decisiones más relevantes para elmunicipio. Es importante destacar la importancia quelos sujetos le dan la Presidencia de la República y a laAlcaldía en la toma de decisiones, lo que estaríareflejado el fuerte presidencialismo y personalismo quese da en los dos ámbitos de gobierno. En el nivel local,y a diferencia de lo que se cree o percibe a nivelnacional, más de la mitad de los sujetos considera quela sociedad civil tiene un protagonismo importante enla toma de decisiones, lo que estaría reflejando laefectividad de una democracia más participativa en esteespacio.

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA, INGEP

124

Por lo demás, uno de cada cuatro sujetos piensa queactores importantes del poder local son losempresarios, las organizaciones políticas y lasorganizaciones religiosas, lo que refleja la complejidadde la distribución del poder político a nivel local. Elnarcopoder es evidente también en algunas regiones.

de la cultura política de los sujetos en la encuesta deindividuos se les hizo las preguntas: ‘¿Qué es para ustedprincipalmente la política?”, ‘¿Cree que es importanteparticipar en actividades políticas?, ‘¿Por qué cree quees importante participar en actividades políticas?’, o bien‘¿Por qué cree que no es importante participar enactividades políticas?’. Además las actitudes ypercepciones hacia la política y el quehacer político setrabajaron cualitativamente, mediante entrevistas.

De acuerdo con la información disponible, se da unaclara distinción entre la política y el quehacer político,especialmente cuando éste se refiere a los partidos ya los políticos. Así, existe en general, una actitud muypositiva hacia la política, fundada en lo que se puedehacer a través de ella, mientras se manifiesta unapercepción bastante negativa del quehacer de lospolíticos y los partidos políticos. Las percepciones yactitudes que se tienen acerca de la política, por unlado, y de los políticos y los partidos, por otro,determinan lo que se espera de una y de los otros.

5.5.1 ¿Qué es la política?

En términos generales, los sujetos del Programa tienenun concepto de lo que es la política, lo que se derivaen gran medida de que muchos de ellos ya estáninvolucrados en actividades de este tipo. Además, esteconcepto es positivo.

Uno de los resultados importantes de la encuestarealizada es que los estudiantes suelen hablarcomúnmente de asuntos políticos en espacios tandiversos como la familia, la escuela o la universidad,el mercado, las fiestas, el trabajo o la iglesia, e inclusiveen encuentros casuales con otras personas. Lasentrevistas a los estudiantes mostraron, igualmente,que los mismos siempre manifestaron una opiniónsobre las cuestiones políticas, a diferencia de otraspersonas entrevistadas, que afirmaron no tener “unconcepto sobre el tema”.

De la misma manera, al comparar las respuestas entorno a la preguntas relativas a lo que es y se piensasobre la política entre los estudiantes del programa y

Gráfica 5.15Actores principales que toman las decisiones más

importantes en los municipios

1.3

10.8

1.4

8.7

25.5

26.3

26.4

52.1

75

78.8

0 10 20 30 40 50 60 70 80

NS/NC

Otros

Ejército

Narcotraficantes

Organizaciones Religiosas

Organizaciones Políticas

Empresarios

Sociedad Civil

Alcaldia

Corporación Municipal

5.5 Lo malo no es la política,lo malo son los políticos

No es ninguna novedad afirmar que en el imaginariocolectivo de la sociedad guatemalteca y, en general, enAmérica Latina, existe una percepción muy negativa dela política, tal y como la desempeñan los gobernanteselectoralmente elegidos, de los políticos en general ylos partidos políticos. Los abundantes casos decorrupción, el clientelismo político, el narcopoder, lasnumerosas promesas incumplidas y la espalda que losrepresentantes políticos dan a las mayorías sociales ala hora de tomar las decisiones más importantes paralas naciones latinoamericanas, entre otros factores, hancontribuido sin duda, como ponen de manifiestonumerosos estudios y encuestas de opinión, a que lapolítica cada vez esté más desprestigiada, al descréditoy desconfianza que la ciudadanía expresa hacia lospolíticos y hacia las instituciones políticas; de tal formaque se habla, en general, de una crisis de la política.

¿Cuáles son las actitudes que muestran los estudiantesdel PLJDC hacia la política y el quehacer político?¿Cómo perciben los mismos a los políticos y a lospartidos políticos? Para aproximarnos a estos aspectos

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

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FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

otros sujetos no pertenecientes al mismo (entrevistasrealizadas a representantes de otras asociaciones,como cooperativas o empresas) se pone de manifiestoel contraste entre la cultura política que portan losprimeros, que en general se decantaron por una opcióntransformadora a través de la política, y la culturapolítica de estos otros sujetos, reproductora de lasprácticas antidemocráticas. Sintomáticas fueron, eneste sentido, las palabras pronunciadas por unentrevistado, trabajador de una agroexportadora, alpreguntarle sobre lo que piensa de la política:

Es importante la política: se supone que siestamos al lado de un político y llega alpoder tenemos más opciones de que vengay nos ayude. Alguien que nos de la mano,que esté en el poder. Pero para esodebemos apegarnos a ese alguien. Síhemos apoyado la política.

Una ciencia para cambiar las cosas

La gráfica 5.15 representa las respuestas que los sujetosdieron a la pregunta ‘¿Qué es para usted principalmentela política?’. De las doce opciones que tenían los sujetoscuatro de ellas no fueron marcadas. Estas son: a) loque hacen los políticos; b) una actividad que da prestigio;c) una actividad tediosa, desgastante, y la opción d) ‘nosé’. Ello estaría indicando, en el primer caso, que lossujetos no están asociando a la política principalmentecon lo que hacen los políticos, sino que la política esalgo que caracteriza a todas las personas, en el sentidoaristotélico “el hombre es un ser político” por definición;que la política, ya no es una fuente de prestigio, en todocaso la política es un instrumento que da o mediante laque se adquiere más poder (como señalan algunossujetos); y finalmente, que en general los sujetos, comose señaló, tienen un concepto de política (interpretaciónque deducimos del ‘no sé’), no siendo esta actividadextraña para ellos, y aún menos tediosa, desgastante,opción que tampoco fue marcada.

En general, se manifiesta una actitud positiva hacia lapolítica. Ésta es principalmente una actividad, uninstrumento que permite tomar decisiones importantespara mejorar la comunidad, el municipio o el país. El

porcentaje que señalan que la política es una actividadque abre espacios no es nada desdeñable. Estarespuesta podría interpretarse en el sentido de quealgunos sujetos están viendo a la política especialmentecomo una actividad profesional, a través de la cual sepueden adquirir ciertos bienes, ya sean simbólicos omateriales.

Aunque las respuestas no son excluyentes, dado quelos sujetos sólo podían marcar una opción (la másimportante para ellos), en general no se tiene lapercepción de que la política sea una actividad pararelacionarse con más gente (esto es: una actividadmeramente recreativa, para hacer amistades odistraerse), ya que la participación, proceso principal através del que se materializa la política, siempre requiereun esfuerzo. Tampoco se ve a la política como unaactividad generadora de conflictos, a la que no se debenmeter, ni como una actividad instrumental personal (queda poder, para enriquecerse). En general, los sujetosentienden a la misma como una actividad de servicio ala comunidad, a través de la cual se pueden tomar lasdecisiones importantes, trascendentales para el país conla finalidad explícita de transformar la realidad.

Las respuestas a la pregunta ‘¿Cree que es importanteparticipar en actividades políticas?’ estarían reflejando esaactitud positiva. La mayoría de los sujetos del Programa(99%) consideran que participar en actividades políticases importante. Entre las respuestas más significativas seencuentran las de quienes ven en ello la posibilidad depromover y hacer cambios favorables para el país:

Gráfica 5.16Qué es principalmente la política

1.5

0.9

0.9

1.2

1.2

2.2

6.8

85.1

0 10 20 30 40 50 60 70 80 90

Otra

a través de la que los sectoresexcluidos se empoderan

para enriquecerse más rapidamente

generadora de conflictos

que da poder

que permite relacionarsecon más gente

que abre espacios

que permite tomar decisionesimportantes para mejorar la

comunidad, el muncicipio o el país

Una actividad …

Fuente: Encuesta INGEP, oct. 2004.

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA, INGEP

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A través de ella se pueden generar cambiospositivos; utilizando la honradez, la responsa-bilidad y el amor por mi país.

Para otros, participando es posible identificar losproblemas y buscarles solución:

Sólo participando podemos dar a conocer lasnecesidades de la población y participar en lasolución.

La participación es también vista como un medio parallegar a ocupar cargos públicos, desde los cuales esposible buscar soluciones a los problemas y promovercambios en el país:

Es la única forma de llegar a cargos de decisióny ejecución. Si se quiere un cambio, es la únicaforma.

Más allá de los cambios estaría el desarrollo, y laparticipación política es vista entonces como uno delos mecanismos que puede facilitarlo:

Ayudamos de forma directa al desarrollo denuestra comunidad.

La participación en política también es concebida comoderecho, que ha sido negado, y como deber:

Porque es un derecho humano negado históri-camente. Sólo participando transformaremosnuestra realidad.

Porque es un deber participar.

Finalmente, la participación política está estrechamentevinculada a la democracia en dos sentidos: si haydemocracia es posible participar, y participando semejora la democracia:

De esta forma podemos participar directamenteen la política de nuestro país y lograr una mejordemocracia.

En relación a la política, conforme a las entrevistasrealizadas a los estudiantes, se piensa que “[…] es unaciencia para cambiar las cosas”, “[…] un sistema quepermite crear cambios en base al pensamiento que setiene; mejorar las condiciones […]” de la población y, enese sentido, el quehacer político implicaría la definiciónde la “estrategia y objetivos que se quieren alcanzar”.

De esta forma, la política consistiría en un conjunto deideas atinentes a la promoción del desarrollo, a labúsqueda de cambios y transformación de una realidaddeterminada, a la consolidación y “perfeccionamiento”de la democracia, entre otras. Así, la política trasciendela idea de que ésta es el arte de administrar la cosapública y manejar el Estado. En consecuencia, lapráctica política y la participación en política constituyenlos espacios, los medios, los mecanismos dematerialización de aquellas ideas. Es decir, política ypráctica política son indisolubles, ninguna puedeentenderse sin la otra.

5.5.2 Percepciones sobre lospolíticos y los partidos políticos

La actitud positiva hacia la política y lo que deberíaser la praxis política, contrasta enormemente con laspercepciones y actitudes que se tienen respecto alos políticos y los partidos políticos. “Lo malo no esla política; lo malo son los políticos”, es una fraseque sintetiza la opinión que hay respecto a lospolíticos.37

Si bien la política es percibida positivamente y se tieneuna actitud también positiva hacia la participaciónsociopolítica, los políticos y los partidos políticos nogozan de esas consideraciones:

37 A pesar de esta opinión, después del liderazgo religioso, el político es el que los sujetos del Programa admiran más. El 27% de lossujetos admira a lideresas o líderes religiosos y el 21% al liderazgo político. Le siguen en importancia el liderazgo maya/indígena (13%)y el liderazgo empresarial (12%). Estas tendencias se dan para los jóvenes y adultos, y para las mujeres y los hombres. Por grupoétnico, los mayas admiran más al liderazgo maya (el 23%). Los ladinos son el grupo que menos admira a este liderazgo; aunque el 6%de éstos señala que el liderazgo que más admira es el maya/indígena.

127

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

[…] las personas no han sabido manejarla [lapolítica], ya que sólo piensan en su propiobeneficio y no en el país.

[…] son los políticos los que la han desprestigiado.

En relación a los políticos, las entrevistas confirman laimagen negativa que en general se tiene de los mismos,lo que redunda en el descrédito y la desconfianza dela ciudadanía en la política, tal y como la ejercen lospolíticos y los partidos políticos. En palabras de laspersonas entrevistadas:

Se tiene contaminada la idea de político: que esun mentiroso, que no es un líder positivo, que estodo lo contrario, que es un avorazado, que llegaa apoderarse de algo de la cosa pública.

Las personas, en general, no aceptan la política,no les da confianza. Creen que no les trae nadabueno. La gente desconfía de la política y no lesagrada.

Es por ello que la honestidad, conforme a los resultadosde la encuesta de individuos, es la cualidad másimportante que debe tener un líder político.

En relación a los partidos políticos, aunque lasopiniones vertidas no son generalizables, se da,asimismo, una fuerte crítica por parte de algunosdirigentes y líderes políticos entrevistados delPrograma, especialmente en lo que se refiere a suinstitucionalización y funcionamiento. De esta manera,como señala un dirigente político local, en su opinión:

Los partidos políticos no se han institucionalizado;son partidos electoreros, que a última horaempiezan a hacer su organización. [Los políticos]piensan que el voto se gana un año antes de laselecciones. […] ¡Cuándo podremos ver que lospartidos son una institución y que puedenmantener su sede y puertas abiertas? […] Aquíno se puede ver clara la situación, […] porqueson partidos electoreros.

Los estudiantes son conscientes de una realidadadversa para la praxis política democrática en susmunicipios, en la que la ciudadanía ya está acos-tumbrada a las prácticas clientelares y preben-daristas que han predominado en la vida políticadel país.

Le presentamos a la gente lo que era cadapartido político, su ideología. Los políticosempezaron a traer de todo: gorras, guacales,láminas. La gente se organizó para sacarbeneficio de todos los partidos, pero no lesinteresaba quien quedara.

Actualmente la gente no participa si no existe algoa cambio.

En síntesis, se da un divorcio entre la política entendidapositivamente por los sujetos del Programa y la prácticapolítica de los políticos, los partidos políticos y de laciudadanía. Por ello, como señala un alumno delPrograma y líder local: “El trabajo más grande esrecuperar la credibilidad de los políticos”, y deberíamosañadir, de la política en general.

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA, INGEP

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129

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

Conclusiones y recomendaciones

Belinda RamosJ. Fernando Valdez

En los capítulos anteriores se realizó una caracte-rización del liderazgo con el que el INGEP y la IIS

trabajan, con la finalidad explícita de generar insumosque contribuyan a mejorar la eficacia y rentabilidadsocial de los programas de desarrollo sociopolítico,generación de liderazgo democrático y ciudadanía. Elmarco referencial de este estudio de línea basal, asícomo de las investigaciones del Área de EstudiosSociopolíticos, es la estrategia, de largo plazo, que elINGEP viene desarrollando desde el 2003, deintervención, incidencia y generación de conocimientospertinentes, conforme a la realidad guatemalteca, quecontribuyan de una forma más efectiva a la institucio-nalización y democratización del sistema político delpaís, en la búsqueda de su transformación. A partir deeste contexto, como un insumo para la generación deldebate, se pueden establecer las siguientes conclu-siones, recomendaciones y estrategias a los partidospolíticos, sin menoscabo de que el PLJDC, otrasinstituciones y organizaciones que trabajan y/o inviertenen formación política y ciudadana y los lectores engeneral puedan establecer las propias.

Más allá de “lo político”

El análisis de la democratización de la vida políticadel país, el sistema político y la institucionalizaciónde los partidos políticos en Guatemala debe tener encuenta las transformaciones culturales, políticas yeconómicas que han traído consigo los procesos deglobalización a nivel mundial, algunas de las quemencionamos a lo largo del estudio. Los procesosde individualización creciente, la pérdida relativa dela importancia de las clásicas tendencias político-ideológicas de derecha-izquierda como fuente desentido para la acción colectiva, el desarrollo de

nuevas identidades sociales y políticas y de actoresen el escenario político, la pérdida de soberanía delEstado hacia entidades económicas supranacionales,o el papel que los medios de comunicación einformación masiva y el mercado están teniendo enla generación de una nueva ciudadanía (básicamentede consumidores: de productos, ideas, modas), sonalgunos fenómenos a los que Guatemala no es ajena,y que habría que explorar en su interrelación con lasposibilidades y límites que presentan la democrati-zación e institucionalización del sistema políticoguatemalteco. Al menos en la concepción de la clásicateoría política.

Además de este contexto, la comprensión de estasproblemáticas tiene que tener en cuenta lasespecificidades históricas, estructurales y culturales deGuatemala, país en el que nos encontramos con altosniveles de pobreza, desigualdad, fragmentación yexclusión social; con una inmensa, rica y prolíferadiversidad étnico-cultural, lo que supone formas deorganización, de ejercicio del poder y del entendimientodel mundo diferenciadas; y con una baja experienciade institucionalidad democrática, para mencionaralgunas de sus características más singulares.

Lo político y lo social no son campos separados. Nose puede construir un orden político más democráticosin órdenes (estructuras, sistemas, instituciones,prácticas, valores) económicos, sociales y culturalesmás incluyentes, justos y equitativos. Lo político y lapolítica (el poder, el discurso, la mediación, la praxis)hacen a lo social, lo cual se expresa en términos derelaciones de poder, influencia, ideologías; perotambién es cierto que lo social, lo cultural y loeconómico hacen a lo político: contribuyen a recrear,dándoles su especificidad a las instituciones, lasprácticas políticas, las formas de gobierno, los sistemaspolíticos, los tipos de ciudadanos, así, en plural.

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA, INGEP

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Las relaciones de poder no solamente son relacionespolíticas, en sentido estricto, sino también relacioneseconómicas (de clase). Más todavía, varias teoríassostienen que lo más importante, lo verdaderamenteimportante de la política es o tiene que ver con loeconómico. En esa perspectiva, el alma de la vidapolítica está en última instancia, en la forma en que lassociedades se organizan para producir, en primer lugar,los recursos materiales básicos; en segundo, el controlde los excedentes que permiten la expansión de lariqueza y las formas de acceder a ellos, lo cual supone,para darle durabilidad a una forma de organizaciónsocial, control sobre los procesos que las sociedadesvan institucionalizando a través de la política (legisla-ción, sistemas de valores, de control y coerción, legíti-mos e ilegítimos). Pero también están las formas enlas que, en el proceso de conformación del Estado-nación, los liderazgos históricos abordaron las diferen-cias culturales, sociales, económicas, las asimetríasdel conglomerado.

En el caso de Guatemala, ¿fue un proceso que tendióa la incorporación y a la disminución de dichas asime-trías mediante la construcción de consensos, perotambién de coerción legítimas? ¿O fueron merosprocesos compulsivos con predominio de la violenciasobre el acuerdo, de la segregación sobre laintegración?

Es en esa tensión perenne de generación-concentracióny distribución de la riqueza (en sus connotacionesmateriales y no materiales) y en torno a ella donde sedan las batallas políticas (por el poder) más significativas.Por ello, un análisis completo de la conformación delpoder no puede dejar de considerar el poder de factodel capital organizado, y de los grandes límites que leimpone el sistema económico al funcionamiento y a losproductos de la vida política, en su sentido de interacciónde partidos e instituciones estatales. Un país másinstitucionalizado, con una ciudadanía fuerte, conmúltiples formas de representación eficaz puede ponerlímites a los excesos que toda dinámica económicagenera sobre las instituciones políticas.

Una reforma política de fondo pues, sólo puede sereficaz si comprende la grave determinación que el

sistema económico del país tiene sobre los productosque puede producir el sistema político.

Pero la democracia y un sistema político equitativotienen que ver también con las demandas y derechosen materia de género, etnicidad y edad. Mientras nose avance en relaciones de poder más simétricas yequilibradas, basadas en principios éticos, difícilmentese podrá avanzar en el proceso de democratización.Todo lo anterior significa tener una visión y estrategiaintegral, repensar la democracia, el sistema políticoguatemalteco y las instituciones, no solamente entérminos políticos y de reformas político-electorales,sino además en términos económicos, sociales yculturales; esto es: no sujetas a moldes teóricosimportados, sino de acuerdo a la experiencia, realidady diversidad guatemaltecas.

Sistema político, participación y cultura política

Los regímenes políticos democráticos ofrecen una seriede derechos, mecanismos y canales más o menosamplios, según el régimen, mediante los cuales losciudadanos y diversos grupos sociales pueden ver susintereses y demandas representadas y participardirectamente en el ejercicio político: en la toma dedecisiones que les conciernen. En la medida que estosderechos y canales no se socialicen, conozcan y seanutilizados por los ciudadanos, los poderes fácticos seapoderarán de los mismos, haciendo inviables lasformas de ejercicio democrático e instrumentalizandodichos canales en su propio beneficio, como realmenteocurre.

La estabilidad y durabilidad de los regímenes demo-cráticos depende en gran medida del apoyo que losciudadanos otorguen a las instituciones, principios yprocedimientos democráticos, pero este apoyo debe irmás allá de la legitimidad que se genera a partir de losprocesos electorales: de la democracia electoral,procedimental o mínima. Apoyar la democracia esconstruirla día a día, desde la vida cotidiana, e implicauna participación o ciudadanía activa en el ejerciciodel poder político. Esta es la mejor forma de evitar quelos poderes fácticos instrumentalicen las institucionesen su propio provecho; pero también es la mejor forma

131

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

de controlar y fiscalizar a los gobiernos, de ejercer lasoberanía perteneciente al pueblo, la que sólo sedelega en los representantes políticos. Democratizarlas instituciones entonces no únicamente compete alas personas que las manejan, sino que existe unacorresponsabilidad ciudadana, pues la calidad de lasdemocracias depende en gran medida de la cantidady calidad de la participación de los ciudadanos en losasuntos públicos. Esto es: de la fortaleza que tenganla sociedad civil y la sociedad política, pues son losciudadanos, sus formas de organización y los lideraz-gos democráticos los que generan institucionalidaddemocrática, al tiempo que las instituciones,organizaciones y movimientos sociales deben fortalecerlos valores y prácticas democráticas, generandociudadanía.

En el sistema político guatemalteco determinadosgrupos de presión, nacionales e internacionales, lícitose ilícitos, viejos y nuevos, en todos los niveles (local,regional y nacional) ejercen una influencia desme-surada sobre las decisiones políticas que conciernenal destino de la nación guatemalteca, cuando no sontomadas directamente por estos grupos. Los mediosde comunicación se han convertido en un importanteactor de mediatización de la opinión pública, acrecen-tando la desconfianza de los ciudadanos hacia lasinstituciones y hacia la política misma. No es ningunanovedad afirmar la debilidad del sistema de partidospolíticos guatemalteco y de su ineficacia en el cumpli-miento de las funciones que le corresponderíanconforme a la teoría política. Mientras, existe unacultura política permeada por prácticas y valoresclaramente antidemocráticos, heredera de una tradiciónexcluyente y autoritaria.

A lo anterior hay que unirle una sociedad civil débil yfragmentada, con escasa capacidad de organizarintereses y demandas sociales más allá de los procesoscoyunturales, o bien de las necesidades inmediatasque generan la pobreza y la exclusión en todas susdimensiones. Además el sistema político guatemaltecoes altamente excluyente en doble sentido: no sólomargina a la mayoría de la población del ejercicio delpoder político, de la ciudadanía efectiva, de la participa-ción y de la representación política, sino que niega la

diversidad étnico-cultural de la nación guatemalteca;lo que implica no una única forma de entender la políticay lo político, sino formas diversas de organización,reproducción y transformación del poder societario.

Sociedad civil y sociedad política

Para efectos de este estudio tomamos un conceptoamplio de participación política, la que no englobaba,únicamente la que se da en los procesos electorales,las organizaciones políticas (partidos políticos, comitéscívicos, asociaciones políticas) o el sistema de gobierno,sino que además tiene en cuenta otras formas deorganización y participación que se generan o songeneradas desde la sociedad civil. En el espacio local,pero también en el nacional, las fronteras entre lasociedad civil y la sociedad política pueden resultarcomúnmente espurias, pues, como vimos, los sujetossociales, y en concreto los liderazgos, aunque no todos,pertenecen, interactúan o se mueven intermitentementeen ambos ámbitos del sistema político; dándose nexoso vínculos orgánicos importantes entre el poder social yeconómico y el político, entre la organización social y laorganización e institucionalidad política.

Lo anterior, como señalamos, y para efectos de esteestudio, podría contribuir a una mayor institucionali-zación y democratización de los partidos políticos enlos espacios locales. Ello siempre y cuando los partidospolíticos tuviesen una infraestructura mínima y organi-zación abierta a los diferentes sectores sociales, de talforma que sus intereses y demandas diversas se vieranmejor representadas, contribuyendo a la ampliación desus bases sociales. Cuando se diera una mayorvoluntad política y destino de recursos a la formaciónde cuadros, así como una apertura de espaciosdirigenciales y de representación política a un liderazgomás plural y democrático. Cuando hubiese unavoluntad de seguir existiendo más allá de los procesoselectorales; esto es: de cumplir sus funciones derepresentación e intermediación y no restringirse a lamera adquisición del poder político.

El pluriactivismo de los sujetos y la importancia de laparticipación a través de organizaciones socialesllaman la atención sobre varios fenómenos, especial-

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA, INGEP

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mente sobre el papel que las organizaciones de lasociedad civil están teniendo en el sistema político. Elsurgimiento y/o fortalecimiento de nuevos actores eidentidades sociales y políticas (como las de género,étnicas, de edad, religiosas), la escasa presencia delos partidos políticos, sobre todo en el nivel local, laapertura de nuevas instancias de representación ycanalización de demandas sociales,1 o el papel que hatenido la cooperación internacional, ha conllevadodurante los últimos años la proliferación de organiza-ciones sociales de diversa índole, las que estáncumpliendo funciones importantes de agregación ycanalización de demandas ESPECÍFICAS, enmayúscula, de los distintos sectores. Sin embargo,también hay paralelamente efectos negativos en dichacooperación. Uno de ellos es la multiplicación de sub-identidades sociales traducidas en pérdida de eficaciapara tramitar sus demandas y sobre todo paraestablecer acciones comunes.

La pérdida del sentido de voluntariado es otra conse-cuencia y, en algunas organizaciones, el funcionamientodisfrazado de estructura de empresa privada, con laconsiguiente implicación para el sentido de lo que esuna organización no lucrativa. Mientras, los partidospolíticos han demostrado gran incapacidad o, comodijimos anteriormente, falta de voluntad, en agregar yrepresentar demandas e intereses sociales, que hoy,además de multiplicarse son más plurales; reduciendosu papel fundamentalmente a la competencia electoral.

A pesar de la importancia que las organizaciones de lasociedad civil han tenido en la profundización de unademocracia más participativa, especialmente en elámbito local, y en la elaboración de algunas políticaspúblicas sectoriales, en el nivel nacional la generaciónde gobiernos representativos de las mayorías sociales,la organización y agregación de intereses diversos, y laelaboración de proyectos políticos más abarcadores eincluyentes, de interés general o nacional, sigue siendouna tarea histórica pendiente de los partidos políticos.

Los determinantes de la participación

Las tendencias de la participación social y política quese dan para el conjunto de la población, con algunasespecificidades, valen también para los estudiantes delPrograma, aunque el liderazgo con el que trabaja elINGEP y la IIS tiene niveles e índices de activismosociopolítico sumamente altos en relación al resto dela población guatemalteca. Ello debido a que la mayoríason ciudadanos movilizados o activos en la vida socialy política de sus municipios.

Los resultados del estudio muestran que una mayormovilización o activismo de estos sujetos no estáconllevando necesariamente una ruptura de lasbarreras étnicas, de género y de edad en el ejerciciodel poder político. Las mismas instituciones políticas,y en especial los partidos políticos, siguen reprodu-ciendo las exclusiones y discriminaciones por estoscriterios, tendencias que pretende revertir el programaen las socioterritorialidades en las que trabaja. Noobstante, se necesita una voluntad democratizadorade los partidos. Acceder a cargos de dirección yrepresentación popular sigue siendo en gran medidauna quimera para las mayorías sociales del país,especialmente para los jóvenes y las mujeres en todoslos niveles y para los indígenas en el nivel nacional, loque actualiza el debate de la pertinencia de imple-mentar cuotas de participación y representación políticaen los partidos políticos y sus comités ejecutivos paraestas mayorías sociales, con el fin de revertir lastendencias históricas de exclusión.

Para facilitar el proceso individualizado de monitoreode los estudiantes, el estudio buscó identificar losfactores o determinantes de la participación. En esteaspecto hay que anotar que el Programa hace unesfuerzo continuo de inducción personalizada, cuandose requiere, no solamente para que los estudiantes, antelas condiciones adversas, no abandonen el proceso deformación, sino tampoco la vida política organizada.

1 Especialmente nos referimos a las Mesas de Concertación y a los Consejos de Desarrollo Urbano y Rural, mecanismos institucionales departicipación ciudadana en los asuntos públicos y sobre todo en la definición y ejecución de políticas públicas.

133

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

Entre los factores estructurales, la cultura patriarcal y elmachismo como expresión de la misma permea lamayoría de las relaciones de poder, incluidas las que sedan dentro de los partidos políticos, constituyéndose enun factor que afecta especialmente la participación delas mujeres en todos los ámbitos de la vida política delpaís. El racismo y la exclusión por motivos étnico-culturales, especialmente en el acceso a cargos conpoder real y de representación en los niveles departa-mental y nacional es un factor que afecta sobre todo alos indígenas. Además de los anteriores factores, losjóvenes se ven excluidos y discriminados por su edad.Entre los factores estructurales hay que destacartambién la situación de pobreza que presenta unaimportante parte de liderazgo, indicándonos que estefactor sigue siendo uno de los principales restrictoresde la participación sociopolítica en Guatemala.

Los recursos disponibles, especialmente en dinero yconocimientos fueron factores subjetivos y objetivos,identificados en el estudio, sobre los que el Programatendrá que prestar especial atención. La profesionali-zación de la política y en gran medida “la privatización”de la misma –en el sentido de la primacía del recursodinero sobre el de las ideas– está conllevando que seacada vez más una actividad que requiere mayoresinversiones en marketing político, en el diseño decampañas electorales, en imagen política, enpublicidad, en estudios de opinión, en consultorías.Aportar estas herramientas a los estudiantes, como seprevió en los cursos de especialización, apunta a unmayor equilibrio en la competencia político-electoral,en la medida que los propios liderazgos y partidospolíticos podrán hacer sus estudios políticos y diseñosde campañas electorales a un menor costo, revirtiendoen el mejoramiento de sus programas.

El diagnóstico sobre los conocimientos que losestudiantes tienen respecto al sistema político guate-malteco, además de estar vinculado con el activismopolítico, pone en evidencia las grandes deficiencias quelas instituciones, en especial el sistema educativo y elpolítico-electoral, están teniendo en la formaciónciudadana de las nuevas generaciones; y en caso delos partidos políticos, en las limitaciones que presentanen la formación política de sus cuadros y bases.

La línea basal refleja también para el liderazgo que laparticipación político electoral se ve restringida porfactores relacionados con el régimen electoral delpaís, especialmente los que se refieren al empadro-namiento “voluntario” y las dificultades que sepresentan a los residentes rurales para el ejerciciodel voto; aspectos sobre los que el Programa y, engeneral, las instituciones interesadas deberían incidirde cara al próximo proceso electoral: en especial enel empadronamiento de jóvenes, mujeres y residentesen áreas rurales.

El activismo de los jóvenes presenta algunas especifici-dades. Los análisis realizados y los testimoniosaportados indican que tienden a mostrar una culturade participación diferenciada, en la que además de losfactores mencionados, en su activismo intervieneninflujos culturales externos, “una cultura globalizada”,y una mayor indiferencia hacia la política. En general,los estudios nacionales e internacionales muestran quelos jóvenes tienden a mostrar un menor interés en laparticipación sociopolítica en relación a la poblaciónadulta; esto es: que el menor compromiso cívico políticode los jóvenes parece estar asociado a su ciclo de vida.

No obstante, los pocos espacios que los partidospolíticos tienen para los jóvenes, el influjo de los mass-media y el desprestigio de la política formal, unido alos efectos del conflicto armado, son factores quepueden hacer que este menor interés en la políticallegue a ser estructural. En cuanto a que el Programaestá dirigido fundamentalmente a la formación de “unamasa crítica significativa de jóvenes” para que tomen“a su cargo responsabilidades sociales y políticascrecientes”, así como “que a mediano plazo puedaninvolucrarse en actividades políticas y de servicio a sucomunidad”, se deben enfatizar los esfuerzos deinducción con los jóvenes y especialmente con lasmujeres jóvenes, las que además de ver su activismopor los factores intrínsecos a su edad, también tienenque romper las barreras de género. En este sentidoes importante recordar que la mayoría de las mujeresdel Programa son jóvenes, y aunque para muchas deellas los compromisos familiares o la maternidad noestán suponiendo barreras para la participación, sí loson o lo serán para otras. El trabajo de inducción con

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las familias, el que también realiza el Programa encasos específicos, es fundamental.

En síntesis, la concreción de un proyecto de demo-cracia representativa, participativa y real, así como deun sistema de partidos políticos fortalecido, no es viablea partir de los altos niveles de exclusión social,económica, política y cultural que actualmente se dahacia los jóvenes. Es necesaria una participaciónactiva, propositiva y crítica de éstos. Los partidospolíticos, los gobiernos locales, los consejos dedesarrollo y demás instituciones deben abrir espaciosa los jóvenes a partir de sus especificidades ydiversidad, considerando de forma seria sus propuestasy ofreciendo oportunidades de desempeño de respon-sabilidades sociales y políticas, cargos dirigenciales yde representación. Pero en esto aplica también elrealismo: líderes jóvenes conocidos, populares, conconocimientos, son un atractivo inevitable para lospartidos. Ellos pueden hacerse necesarios a estasorganizaciones.

En relación al activismo político del liderazgo indígena,los resultados del estudio muestran, en la mismadirección de otros estudios, que se está produciendobásicamente en los niveles locales, en sus formas deorganización propias, en los partidos políticos, comitéscívicos y diversas organizaciones de la sociedad civil;mientras que en el nivel nacional la participaciónindígena se produce principalmente en las diversasorganizaciones mayas y sociales (como las culturales,campesinas, de mujeres, profesionales o de derechoshumanos), las que constituyen mecanismos fundamen-tales de canalización de demandas específicas haciael Estado, sin intermediación de los partidos. Aunquelos partidos políticos son utilizados para la adquisicióndel poder en el ámbito local –en este nivel los indígenasconstituyen la mayor parte de la base social de lospartidos políticos–, en el nivel nacional, hoy por hoy,muchos líderes mayas no están visualizándolos, almenos a los clásicos partidos, como los instrumentosa través de los que sus intereses y demandasespecíficas quedan representadas. De hecho sonescasos los partidos políticos que representandemandas indígenas; de ahí los intentos de crear unpartido político propio o, por ejemplo, el intento de crear

una Asamblea Nacional de los Representantes delPueblo Maya (2003), como un órgano de interlocucióndirecta entre el pueblo maya y el Estado.

El tema de la participación y representación de lospueblos indígenas constituye hoy el talón de Aquilesde la democracia guatemalteca. Si bien es cierto quelos pueblos indígenas tienen derechos específicos,reconocidos además por el Estado con la ratificacióndel Convenio 169 de la OIT, también lo es quecomparten con otros grupos sociales condiciones deexclusión social, política y económica similares; asícomo importantes problemas de división, liderazgo yrepresentación social y política. Sea a través deinstituciones propias, cuyas propuestas en el nivelnacional deben generarse y defenderse por los mismospueblos indígenas en alianza con los sectoresdemocráticos de la sociedad guatemalteca, seamediante los partidos políticos (propios o pluriétnicos),o por vías mixtas, la reforma del sistema políticoguatemalteco, a partir de los insumos de los Acuerdosde Paz, es una tarea pendiente para avanzar en unaefectiva democracia intercultural en Guatemala.

En cualquier caso, y para efectos de este estudio, losresultados muestran que la participación en política delos indígenas se ve afectada, en mayor medida quepara los ladinos, por una serie de factores generalmenteasociados negativamente a la participación (tales comola educación, residencia y disponibilidad de recursos).Aunque estos factores no conllevan hoy una menorparticipación de los indígenas en el nivel local encomparación con los ladinos, no cabe duda que lahistórica exclusión económica y social, o en otrostérminos, el menor poder económico de los indígenas,se refleja en una menor representación y acceso acargos con poder real en los niveles departamental ynacional.

En términos generales, más que factores que restringenla participación de los estudiantes del Programa, parael liderazgo se dan un conjunto de elementos ymotivaciones que la favorecen. Las mejores condi-ciones socioeconómicas comparativas, con el resto depoblación, las trayectorias de activismo, la experienciade participación en el hogar (lo que denominamos

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consanguinidad política), o las actitudes positivas haciala política a partir de una fuerte crítica hacia el quehacerpolítico, tal y como se está dando, y los políticos, estoes, los recursos económicos y simbólicos que detentagran parte del liderazgo del Programa, a pesar de laslimitantes, están particularizando su activismo.

Indicadores de cultura política

En materia de cultura política los indicadores másrelevantes de la línea de base muestran que, engeneral, se da entre los estudiantes un bajo conoci-miento del sistema político guatemalteco, en especialde su funcionamiento, del ordenamiento jurídico-políticodel país, de los derechos y deberes ciudadanos ytambién de los subsistemas políticos, por lo que debenconsiderarse programas de refuerzo y actualización enestas áreas. Además, se dan altos niveles e índicesde intolerancia, baja introspección de valores yprincipios democráticos y un bajo conocimiento yconfianza, en parte derivada del primero, en lasinstituciones estatales.

Los resultados anteriores son preocupantes para losprotagonistas del estudio (jóvenes, mujeres eindígenas), y como en el caso de los indicadores sobreparticipación, en mayor medida en relación a lapoblación meta del Programa: el liderazgo joven. Noes entonces casual que estos grupos perciban unamayor exclusión por parte del sistema político guate-malteco, al tiempo que manifiestan, también en mayormedida, y en algunos aspectos, actitudes másexcluyentes y autoritarias, contrarias a los principios,valores y prácticas democráticas. En este sentido, elPrograma deberá hacer énfasis en la formación políticay ciudadana de estos grupos en los aspectos señala-dos, pero especialmente en la de los jóvenes.

Los análisis realizados en la materia reflejan trescontradicciones básicas. La primera es la que se daentre la alta adhesión que se muestra hacia lademocracia como forma de gobierno o adquisición delpoder político y la insatisfacción generalizada hacia

su funcionamiento. Este indicador, que parecierareflejar un liderazgo altamente crítico, denota, sinembargo, una “confusión” entre la democracia “comomedio” y la democracia “como fin”; esto es: entre losmecanismos, procedimientos e instrumentosdemocráticos y los resultados o aspectos sustantivosdel proceso democrático; reflejando, asimismo, latensión que se da entre la realidad de la democraciarealmente existente, valga la redundancia, y el idealde una mejor vida u orden justo. En la práctica estopodría traducirse en la deslegitimación de las reglasy procedimientos democráticos (en un resquebra-jamiento del Estado de derecho: un indicador de elloes, por ejemplo, la propensión a tomarse la justiciapor mano propia), en el desencanto político o laanomia social, y/o en el surgimiento de un liderazgopolítico más carismático o autoritario, en detrimentode otro más democrático.

En este marco, además de los contenidos relativos alos principios, estructura y funcionamiento del sistemapolítico guatemalteco, se recomienda trasladar a losestudiantes los conocimientos teóricos y prácticosrelativos a la problemática de la democracia.

La segunda contradicción se da en el discurso públicode los sujetos en torno a los valores democráticos.Así, por ejemplo, la interculturalidad y la equidadaparecen como valores y prácticas fundamentales.Sin embargo, este discurso contrasta fuertemente conlos altos niveles de intolerancia y, aún más allá, conprácticas de las relaciones de poder realmenteexistentes.

En la medida que es un objetivo central del Programa“crear una masa significativa de jóvenes poseedoresde sólidos valores democráticos aptos para la vidaintercultural,...”, es especialmente importante el énfasisen la reflexión profunda y puesta en práctica, a travésde diversas metodologías y estrategias, de los valoresdemocráticos, sobre todo la equidad, pluralidad einterculturalidad como temas centrales de la formaciónpolítica.2 Del mismo modo, en perspectiva de aumentar

2 La equidad de género y la interculturalidad son ejes transversales del PLJDC.

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la eficacia en la promoción de valores y prácticasdemocráticas, el INGEP, las instituciones que trabajanen la materia y los cooperantes deben profundizar suesfuerzo para hacer acuerdos puntuales y, en loposible, alianzas con diversos actores en lassocioterritorialidades en las que se ejecuta el Programa(familias, escuela, municipalidad, organizacionespolíticas y sociales, entre otras).

Finalmente, la tercera contradicción, pero no por ellola menos importante, radica en la fuerte crítica que losestudiantes hacen al sistema político, sobre todo a susinstituciones, pero también a los partidos y los políticos;mientras, existe una actitud muy positiva hacia lapolítica y la participación institucionalizada. Estacontradicción es posible resolverse en dos vías: en lalínea de un liderazgo democrático orientado a larefundación del sistema político guatemalteco, o biende un liderazgo tendente a reproducir las lacras delsistema.

Democratización e institucionalización de lospartidos políticos: algunas estrategias yrecomendaciones

Las reformas político-electorales aprobadas por elCongreso de la República en el 2004, especialmenteaquellas encaminadas a la reducción del número departidos que forman parte del sistema (artículo 19 dela Ley Electoral y de Partidos Políticos), al exigirles unnúmero mayor de afiliados, seguramente tendrán unefecto positivo sobre la estabilidad del sistema departidos, en la medida que, al reducir las opcionespolíticas, al electorado “no le quedará otra” que votarpor alguno de los partidos que quedan dentro delmismo.3 Sin embargo, la aprobación de las nuevasreformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos dejófuera importantes aspectos sustantivos encaminados

al fortalecimiento institucional y democratización internade los partidos políticos y, aún más allá, a la democrati-zación del propio sistema político. Nos referimosespecíficamente a las propuestas realizadas pordistintos actores de la sociedad civil, como las atinentesa la democratización del sistema de postulación decandidatos, o la de incluir cuotas de participación yrepresentación política, aspectos que, dado el caráctercentralista del Estado guatemalteco y de susinstituciones básicas, incluidos los partidos políticos, ylas limitaciones estructurales que se presentan para laparticipación política de las mayorías sociales, se hacenecesario reconsiderar. Otro aspecto fundamental esel relativo al financiamiento de los partidos políticos ysu contabilidad pública, cuestión sobre la que lalegislación es todavía laxa.

Sin restarle importancia a las reformas encaminadas ala transformación del sistema de partidos políticos, hayque anotar que existen ámbitos de la vida política delpaís (prácticas, comportamientos políticos y culturapolítica) difícilmente regulables. Entendemos entoncesque, para un mejor cumplimiento de sus funciones, lasreformas políticas electorales deben acompañarse conuna verdadera voluntad de democratización interna yde apertura de los partidos hacia la sociedad.

Asimismo, no podemos dejar de mencionar, aunquesea marginalmente ahora, que además de los cambiossustantivos pendientes en materia de legislaciónelectoral, se hace necesaria una revisión a fondo delTribunal Supremo Electoral. Es cada vez más evidenteque una institución que fue de gran utilidad desde queinició la transición hacia la democracia a mediados delos años ochenta, hoy presenta diversos síntomas deagotamiento. El asunto va mucho más allá que simple-mente agregar presupuesto; se requiere aprovechardiversos diagnósticos existentes para su rediseño.

3 Las reformas electorales en esta dirección pueden tener implicaciones en cuatro dimensiones fundamentales del sistema político-electoral:en el grado de fragmentación del sistema de partidos políticos, la gobernabilidad, la representación política y la generación de alianzasinterpartidarias. No obstante, sus impactos reales podrán evaluarse en mayor medida a partir del 2006 y sobre todo a partir del procesoelectoral del 2007.

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A continuación enunciamos de forma sucinta algunasrecomendaciones para los partidos políticos. Es claroque su desarrollo y especificación corresponde precisa-mente a la estrategia partidaria; así como considerarsu pertinencia y llevarlas a la práctica. No se trata deinventar nada espectacular. Hay viejas prácticasexitosas tanto en la experiencia política nacional comoen la latinoamericana que, según la realidad de cadaorganización, pueden ser incorporadas o adaptadas.

1. Sí a la política, pero no a los partidos políticos

Esta afirmación se deduce de las opiniones mayorita-rias de los líderes en formación, distinguiendo lasbondades de la política de los sujetos que la encarnan.Dejando de lado los purismos e imágenes idílicas delo que es la vida partidista, ¿cómo resolver razona-blemente esto?

Hay un esfuerzo de comunicación y de imagen–sostenidos– muy importante que hacer. Si los políticosestán siempre en los temas cruciales, la ciudadaníave su capacidad de respuesta y de cooperación entresí, toman distancia de los corruptos, entregan susestados patrimoniales en forma y tiempo, las bondadesde la política como recurso social tenderán a vincularsea los sujetos concretos que la ejercitan. Esto seentiende, solo es posible si el acto de comunicaciónobedece a una estrategia que moviliza a los cuadros.

Acciones más complejas suponen que las organiza-ciones desarrollen concepciones y prácticas políticasque trasciendan la subordinación a los intereses delas élites de poder; que desarrollen una efectivarepresentación genuina y real de los intereses,demandas y reivindicaciones de los distintos sectoressociales y pueblos que componen la nación guatemal-teca. Para lograrlo habrá que innovar en formas dereclutamiento, como la incorporación de liderazgosrepresentativos sin que se pierda esa representatividady fuero a través del ejercicio político y la concreción de

alianzas con la sociedad civil, especialmente con lasorganizaciones y movimientos sociales.

La comunicación permanente y la cercanía con lagente, la constancia en los objetivos ligados al de-sarrollo y la democracia, el cuidado de la imagen y ladistancia con los corruptos, la vocación de servicio, lacoherencia del discurso y la práctica política con losintereses nacionales y la actualización de losprogramas son algunas de las demandas actuales parala política y los políticos. Por razones históricas, la gentesiempre verá detrás de un político a “alguien que tieneotros intereses”. Pero como dice la sabiduría popularde un líder, que les es útil: “pero sirve, ayuda a lacomunidad.” A partir de estos reconocimientos, enforma acumulativa, se puede reconstruir o construir laimagen de una organización municipal o departamental.

2. Institucionalización, apertura y alianzas 4

La institucionalización pasa por desarrollar procesospermanentes, organizados, sistémicos y de coberturaen todos los niveles de la sociedad, que den vida alquehacer y desarrollo político de los partidos políticos.

La gente necesita puntos de vinculación con lospartidos a lo largo del año y en todas las áreas del paísdonde tienen organización. Permanecer cerca de losamigos y aliados, con pequeñas estructuras partidarias,una mínima infraestructura después de cada elección,sobre todo cuando se pierde, produce importantesefectos positivos para preparar condiciones derecuperación.

Consultar cotidianamente a la gente va creandovínculos de interés y cercanía. Es necesario desarrollarprocesos de diagnóstico, levantamiento de demandascon técnicas sencillas y baratas, convertirlas enreivindicaciones y propuestas e incorporarlas a losprogramas de trabajo, para avanzar en sus respuestasy canalización.

4 En el tema de “institucionalización” existe todo un campo teórico y varias metodologías han circulado en los medios nacionales. Unesfuerzo especial de adaptación a las circunstancias nacionales ha estado siendo promovido por el Instituto Holandés para la DemocraciaMultipartidaria, a partir de un documento que prepararan al efecto. Lo que nosotros anotamos está en la línea de las recomendacionessimples, practicables, usadas anteriormente.

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No existe una política efectiva si no se tiene una estrategiade alianzas flexible. Las alianzas alrededor de temasespecíficos o alrededor de fases completas de un periodopolítico pueden favorecer la obtención de objetivos delas organizaciones involucradas. Los ciudadanos premianesfuerzos de concertación si son vistos para propiciarcambios en temas que convocan, como la lucha contrala pobreza o el crimen organizado, el analfabetismo o lascampañas de salud. No existen opciones infinitas entérminos de política pública para enfrentar estosproblemas. Tanto desde las ideologías de derecha comodesde las de izquierda, la política democráticacontemporánea documenta que los repertorios de acciónson limitados y tienden a parecerse. Por ello la relacióndel corpus ideológico debe tener un sustento técnico. Laideología no está divorciada de la ciencia y la técnica,pero le agrega preferencias valorativas, como: el individuoo la colectividad, la libertad individual o la igualdad, laidea de patria y nacionalismo, entre otras.

Las dificultades para establecer alianzas tienendiversas explicaciones. Pero las organizaciones quetienen identidad sólida y una ideología consistente sonlas más aptas para acercarse a otras fuerzas, negociary acordar en el Congreso o desde el Ejecutivo. Y lomás importante que debe repetirse: la política suponela negociación, el arreglo, los acuerdos, las alianzas.De otra manera es destructiva. El historial destructivode la vida política después de que el país salió de losregímenes militares atestigua la pervivencia de unaconcepción no cooperativa. Esta concepción, demantenerse, no beneficiará a ninguna fuerza.

Una oposición intransigente basada en la estrategiade hacer fracasar un gobierno únicamente prepara lascondiciones para que luego sus adversarios procedancon él de igual manera, en el supuesto de que ocupeel gobierno. “Hoy serrucho el piso del oponente ymañana me serrucharán a mí”, es una lógica social-mente improductiva y altamente destructiva.

3. Lealtad

La lógica de la política en el nivel local se basa en elaprovechamiento, por parte de quienes tienen

vocación de servicio, de vehículos (comités cívicos opartidos) para postularse a cargos. Ese juego se repitecada cuatro años. No le sirve a las organizacionespolíticas, las que devienen en irregulares o vida cíclica.No le sirve a la gente para construir lealtadesalrededor de valores y sistemas de ideas, sino apenassujetos.

El transfuguismo político, la volatilidad electoral y lasfluctuaciones en la participación debilitan a lasinstituciones y a la política; no permiten acumulación ysí proliferación del rechazo. Si los militantes y losvotantes no encuentran diferencias sustantivas entrelas fuerzas políticas, y éstas no son estables, no sepuede construir lealtad. Sin lealtad no hay voto “duro”.Sin voto “duro” los ciclos de vida de los partidos y otrasorganizaciones políticas son más cortos y su sostenibi-lidad nula.

La lealtad es uno de los más valiosos capitales conque pueden contar las organizaciones políticas. Selogra con el paso de los años, con formación política eideológica, con la institucionalidad desarrollada y conla coherencia de la práctica del partido político con susprincipios, valores y programa en largos plazos.

Tenga en cuenta las especificidades locales y regio-nales. Pero sea también parte de las corrientesglobales: estreche relaciones internacionales. Hoy díano tienen mayor futuro los proyectos políticos aislados.Vivimos una época que se conoce como de soberaníalimitada e interdependencia asimétrica. Después de laguerra fría y el bipolarismo, nuevas y grandes corrientespolíticas globales están tomando forma en AméricaLatina y Europa, esforzándose por evitar un mundounipolar. Cuidando la autonomía política, conviértaseen miembro de las grandes centrales internacionalesque existen hacia la derecha y hacia la izquierda; estonutrirá su pensamiento y práctica. Nuestros paísesnecesitan de una diplomacia inteligente: a un tiempopragmática para promover el negocio con sociostradicionales, pero también abierta a las nuevascorrientes que buscan darle mayor protagonismo aAmérica Latina de manera concertada, dados todoslos intereses comunes que nos unen.

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4. Reconocimiento social de la política

El reconocimiento social de la política se logra cuandola sociedad establece la efectividad y concreción de lamisma en sus problemáticas, necesidades ydemandas.

Para preservar su imagen, el liderazgo en formacióntoma distancia de las organizaciones y los sujetosconcretos que hacen política. Los más jóvenes buscanuna especie de política idílica; son más sensibles a losrumores como, por ejemplo, sobre la corrupción.

Hay que elevar la atención interna al cuidado de laimagen e historial de los líderes. En épocas decatástrofes como las que vive Guatemala por losdesastres naturales, una sincera dedicación al trabajode reconstrucción es la mejor forma de obtenerreconocimiento social. El reconocimiento social puedetrocarse en votos cuando un líder es percibido comoalguien que se afana de forma sincera y luego, natural-mente, la gente le pide que asuma otras responsabi-lidades. No a la inversa. Una lideresa o un líder conreconocimiento social tiene larga vida haya gobernadoo no. Pero esto es inversión de largo plazo.

5. Preparación de relevos e ideologías

Una visión estratégica para la organización es una graninversión. Usar todo el dinero en publicidad en la épocade campaña no es una inversión inteligente. No derro-che todos sus recursos en pagar consultores a los queno les interesa el futuro de su organización. Se debedestinar un porcentaje de recursos propios, durantelargos plazos, a la formación y entrenamiento decuadros.5 Gane o pierda, apostar por el desarrollo derecursos humanos es la mejor inversión. El liderazgoestratégico entiende los ciclos de surgimiento,desarrollo, madurez y muerte de los partidos.

Un país que perdió en la guerra a lo mejor de suliderazgo debe hacer un esfuerzo extraordinario enmateria de formación de relevos. Las organizacionesdeben tener audacia para dar espacios y otorgarcargos, especialmente a los más jóvenes, no merastareas de ocasión.

Pero no se puede hacer trabajo de formación decuadros desde el vacío. La experiencia en Guatemalay América Latina demuestra que los mejores resultadosen formación de relevos los han llevado adelante lospartidos con ideología. Los que las tienen, o las hantenido, son además, los partidos más duraderos.Contrariamente a lo que sostienen algunas corrientesde pensamiento, las ideologías, como cuerpos depensamiento que ofrecen explicaciones para conjuntoscomplejos de la realidad, en economía, política, cultura,no han muerto, pero sí han sufrido cambios extraor-dinarios. Para que las ideologías sobrevivan, los sujetosconcretos que las reivindican tienen que tener capa-cidad de adaptación, de actualización. Las organiza-ciones que no entienden esto devienen en innece-sarias, desaparecen. Esto es más fácil cuando elmundo del liderazgo político tiene estrechas relacionescon el académico. Allí se pueden tender puentesbeneficiosos para todas las partes.

Debido, por un lado, a la ausencia de definicionesideológicas encarnadas por organizaciones perdura-bles (al menos hasta mediados de los años ochentacuando declinan el Movimiento de Liberación Nacio-nal, gran referente de la derecha, y la DemocraciaCristiana Guatemalteca, del centro-derecha y delcentro-izquierda), y en parte por los efectos de lasestrategias de comunicación, el comportamientoelectoral de los guatemaltecos, hasta donde enten-demos, parece errático: se han votado candidatos convida política de derechas y discurso de izquierdas yviceversa.6

5 En el contexto de las reformas del 2004 y de las discusiones posteriores para ir hacia las que se denominaron “reformas de segundageneración” más importantes, más sustantivas, varias instituciones académicas propusieron a los partidos destinar al menos el 5% de losrecursos provenientes del aporte del Estado a tareas de formación de cuadros. Como se sabe, estas segundas reformas no se produjeronni en el 2004 ni en el 2005.

6 El Grupo Especializado de Instituciones de Investigación y Formación, del cual forma parte el INGEP, le dio seguimiento sistemático a lacampaña electoral del 2003. Al realizar comparaciones en materia de oferta electoral en temas centrales de la agenda nacional, concluyó

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La diferenciación en campo de las batallas políticasdebe irse concretando por las fuerzas políticas quepretendan darle sostenibilidad a sus organizaciones.Y en medio de las diferencias, las fuerzas políticasdeben aprender a cooperar sin dejar de competir. Todolo cual supone respeto por las reglas del juego político,las instituciones y el Estado de derecho.7 La ideologíadebe ser a un tiempo una brújula para sostener el norte,–es el camino de la estrategia–, un instrumento denavegación capaz de incorporar adaptaciones –es elpapel de la táctica en la política– toda vez que vivimosen un mundo en donde la política nacional está, másque nunca antes, fuertemente sometida a variablesexternas fuera del control de las fuerzas nacionales.Por ello es doblemente importante una políticainteligente de apertura y de alianzas.

6. Políticas y estrategias diferenciadaspara los jóvenes y las mujeres

Los jóvenes se acercan más si encuentran conductospropios y amplios espacios de autonomía. Las organi-zaciones de jóvenes requieren dinámicas propias, nodeben ser comisiones artificiales a las que se lespretenda dar las mismas reglas de funcionamiento queal partido. Las militancias allí deben ser más flexibles,el tipo de responsabilidades particulares y, sobre todo,debe haber una especie de carrera para promover alos mejores. Un líder joven deja de serlo cuandosimplemente se convierte en joven que vive, trabaja,tiene los mismos estilos que los líderes maduros.

Hay que dejar de ser un imán para los pares. Lacombinación de la experiencia con la vitalidad es elsecreto para desarrollar las organizaciones. Los más

jóvenes esperan discursos especiales para ellos.Quieren participar, pero no a cualquier costo.

En el futuro próximo, organizaciones con más espaciosy cargos para las mujeres se beneficiarán de más votosy más posibilidades de reclutar y hacer aliados. Lasmujeres son percibidas como menos corrompibles;pueden convocar a familias completas. La experienciadel INGEP formando líderes durante varios años nospermite afirmar, con estadísticas de sustento, que sonlas mujeres las que tienen la menor tasa de deserción.Por razones que no podemos entrar a considerar ahora,con más responsabilidades, con menos oportunidades,son más consistentes en sus pretensiones.

Se deben asumir riesgos y democratizar las estructurasinternas. Los jóvenes maduran asumiendo responsabi-lidades, equivocándose y desafiando a las formas detrabajo de las organizaciones. El entrenamiento essolamente un momento propiciatorio, motivacional. Silos jóvenes no encuentran dónde desembocar susenergías, la sociedad los pierde. Es más poderosa lafuerza de los intereses personales, el retraimiento haciala vida privada, sobre todo cuando hay penurias yrestricciones.

7. Sin investigación no hayestrategia exitosa, duradera

Finalmente, vinculado al tema de la formación derelevos y el desarrollo ideológico, está el tema que lospartidos cuenten con capacidades propias, así seanbásicas, de investigación o subcontraten los serviciosde especialistas.8 Deben investigarse con regularidadlos cambios en la opinión ciudadana y de sus priori-

que las diferencias entre organizaciones que se reconocen como de derecha o de izquierda eran mínimas. Mínimas en términos de lolimitado de la propuesta (algunas afirmaron tener planes complejos que nunca nos fueron proporcionados), y mínimas en términos de lasdiferencias en materia de diagnóstico y de opciones de política pública. Parte de la explicación a este fenómeno, puede atribuirse a unaestrategia de comunicación y de campaña. Por ejemplo, ninguna fuerza política anunció incremento de impuestos, pero sí, su rebaja. Estetema es uno en los que más claramente se expresan en todo el mundo las ideologías.

7 Una propuesta sobre este tema puede encontrarse en Valdez (2004): Izquierdas y derechas: cooperación y competencia para modernizarla vida política.

8 En este tema hay que destacar esfuerzos que se vienen realizando en el Instituto Holandés para la Democracia Multipartidaria para lacreación de un instituto de formación interpartidario, o los que se realizan por la OEA y el PNUD para el desarrollo de capacidadesestratégicas.

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dades; entenderse mejor las diversas prácticaspolíticas, sobre todo en países culturalmente comple-jos, como el nuestro. Los indígenas están participandomás, pero quieren más atención a sus formas políticasy, sobre todo, cargos con poder real.

Las ofertas electorales tienen un grave impacto sobre lagobernabilidad. Es el momento del análisis pre-electoral.Hay un vínculo entre oferta y legitimidad: en la medida enque la oferta es más difícil de atender, la legitimidad caemás rápido y los márgenes de maniobra también. Es elmomento de hacer gobierno, nacional, municipal. Unaestrategia exitosa supone ganar una elección. Pero siesa estrategia no incluye también la consideración delmomento post-electoral, será una victoria que sepultarásu organización cuatro años después, o mucho antes.La mejor estrategia supone un análisis de cicloscompletos: antes, durante y después de las elecciones. Y

todo esto requiere destrezas, análisis e investigación.9

También en estos temas una mejor cooperación con elmundo académico es recomendable.

La política y las tareas de gobierno de hoy día requierende alta calificación. A la buena voluntad hay queagregarle mucha inversión en formación de los talentosen las múltiples áreas que supone una organizaciónpolítica con capacidad de incidencia. Por todo lo dicho,las organizaciones políticas deben profundizar en loque están haciendo en la dirección correcta, perosimultáneamente hay que estimular que mucha gentemás, por múltiples caminos, pueda interesarse por elmundo del activismo y del servicio público y nutrir dearriba hacia abajo y de abajo hacia arriba a las fuerzasque ya existen, en una estrecha comunicación con lasociedad y los ciudadanos.

9 Para el desarrollo del tema se puede consultar a Valdez (2004), especialmente el epígrafe 4.1, “Gerencia política y proyectos de país” (pp.257-263), capítulo II.

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151

Anexo

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA –INGEP-¡Formando la generación del cambio!Teléfono: (502) 2426-2626 ext. 2519

Fax (205) 2426-2554Campus Central, Vista Hermosa III, Zona 16

Casa de madera adjunta al edificio OGuatemala, Ciudad, 01016

[email protected]

No. de boleta______

ENCUESTA

Investigación: Participación en Política: los casos de los jóvenes, las mujeres y los indígenas. Estudio de línea basal.

PRESENTACIÓN

Este cuestionario tiene como objetivo principal recabar una serie de datos sobre las y los estudiantes del Programa “Liderazgo Joven parauna Democracia en Construcción”, ejecutado por el INGEP /URL, con el fin de mejorar los procesos de formación y poder medir susimpactos.

Todos los datos personales que se aporten son confidenciales, comprometiéndose la institución a la no divulgación de los mismos conobjetivos no ajustados al Programa.

INSTRUCCIONES PARA RELLENAR EL CUESTIONARIO

POR FAVOR:

1. Antes de contestar las preguntas:

a) Espere la lectura y explicación de la o el facilitador;b) Lea todas las opciones de respuesta.

2. Las preguntas que tienen opciones se contestan marcando una X.

3. Preste atención a las instrucciones de la o el facilitador en relación al número de respuestas que se pueden marcar en cada pregunta.

4. Preste atención a la facilitadora o facilitador sobre las preguntas que usted no debe contestar.

5. Si tiene alguna duda, pregunte a una o un facilitador.

6. Todas las opciones de respuestas de este cuestionario son verdaderas.

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA, INGEP

152

I . DATOS SOCIODEMOGRÁFICOS

1. Nombre y Apellidos: _______________________________________ Edad: _____

Teléfono: __________________

2. Género:

� Mujer � Hombre

3. Organización u Institución ____________________________________

4. Municipio:

� Santa Lucía Cotzumalguapa� Escuintla� Palín� Antigua Guatemala� Chimaltenango� Tecpán� Comalapa� San Martín Jilotepeque

5. Residencia:

� Cabecera Municipal � Aldea / Caserío

6. Autoidentificación étnica:

� Kaqchikel� K’iche’� Mam� Pocomam

7. Estado Civil:

� Soltera / o� Casada / unido

8. Estudios acabados: (Marque todos los niveles y años cursados

� Primaria

� Básico

� Primero� Segundo� Tercero

� Diversificado

� Cuarto � Quinto � Sexto

� Técnico Universitario

� Primer año� Segundo año� Tercer año

� Malacatán� San Marcos� Coatepeque� Quetzaltenango� Totonicapán� Huehuetenango� Colotenango� San Pedro Sacatepéquez� Otro (especificar) _______________

� Q’anjob’al� Ladino� Otro (especificar) __________________

� Divorciada / separado� Viuda / o

� Licenciatura� Primer año� Segundo año� Tercer año� Cuarto año� Quinto año� Sexto año

� Post-Grado

� Primer año� Segundo año

� Doctorado

� Primer año� Segundo año

153

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

9. Ocupación:

� Estudiante� Trabajadora / trabajador

10. Profesión u oficio: _______________________________________

II. PARTICIPACIÓN SOCIAL Y POLÍTICA

11. ¿En cuántas organizaciones sociales y políticas está participando actualmente? (Escriba el número)

12. ¿En cuáles de las siguientes organizaciones está participando actualmente? Marque todas las organizaciones en las que está participando actualmente. (Debe coincidir con el número que usted escribió en la anterior pregunta)

� Partido Político� Comité Cívico� Cooperativa� Asociación Empresarial� Sindicato� Organización Campesina� Asociación de Vecinos� Consejo de Desarrollo Urbano y Rural� Fundación� Comité Pro-mejoramiento

13. ¿En qué niveles actúan las organizaciones en las que participa en este momento? (Marque todos los niveles en los que actúan)

� Comunitario� Municipal� Departamental

14. ¿En qué otras organizaciones u asociaciones participó en el pasado? (Marque todas las organizaciones en las que participó, a las que no pertenece ahora; sólo una vez)

� Partido Político� Comité Cívico� Cooperativa� Asociación Empresarial� Sindicato� Organización Campesina� Asociación de Vecinos� Consejo de Desarrollo Urbano y Rural� Fundación� Comité Pro-mejoramiento� Organización Religiosa

15. ¿Ha desempeñado algún cargo directivo dentro de las organizaciones en las que participa actualmente o participó en el pasado?

� Sí� No (pasa a la preg. 17)

16. ¿Qué cargo y en qué organización?

� Ambas� Otra (especificar) __________________

_______________

� Organización Religiosa� Asociación de Profesionales� Organización Maya / Indígena� Organización de Mujeres� Organización de Jóvenes� ONG� Organización de Desarrollo� Organización de Derechos Humanos� Organización estudiantil

� Regional� Nacional� Internacional

� Asociación de Profesionales� Organización Maya / Indígena� Organización de Mujeres� Organización de Jóvenes� ONG� Organización de Desarrollo� Organización de Derechos Humanos� Asociación/grupo cultural� Estudiantil� Deportiva� Otras (especificar) _________________________

Cargo________________________________________________________________________________________________________________

Organización________________________________________________________________________________________________________________

INSTITUTO DE GERENCIA POLÍTICA, INGEP

154

17. ¿ Cuál es la responsabilidad más importante que ha tenido dentro de las organizaciones a las que pertenece o ha pertenecido?

(Especifique) _________________________________________

� Ninguna

18. ¿En cuáles de las siguientes actividades ha participado? (Marque todas las actividades en las que ha participado)

� Elección de autoridades comunitarias (alcaldía auxiliar o comunitaria, comités, entre otros)� Elecciones municipales� Elecciones generales� Consulta ciudadana o popular municipal� Consulta ciudadana o popular nacional� Cabildo abierto� Apoyo a la constitución y/o funcionamiento de un Consejo de Desarrollo Urbano y Rural� Gestión o búsqueda de recursos o servicios comunitarios y/o municipales� Apoyo a la constitución y/o funcionamiento de un comité cívico, partido político o asociación política� Impulso a la constitución, legalización y/o funcionamiento de una asociación de vecinos (mujeres, jóvenes, desarrollo)� Apoyo a la constitución y funcionamiento de una organización política o social en los niveles regionales o nacional� Ejecución de proyectos de desarrollo comunitario� Asistencia a mítines� Manifestaciones públicas de protesta o demanda� Elección de dirigentes de organizaciones sociales y políticas� Asambleas comunitarias� Marchas o Campañas cívicas� Dirección o participación activa en asociaciones políticas o sociales

19. ¿Con qué frecuencia participa en actividades que promueven el bien común? (Marque sólo una opción)

� Diariamente� Semanalmente� Quincenalmente� Mensualmente� Ocasionalmente� Una vez al año� Nunca

20. ¿Con qué frecuencia participa en actividades políticas? (Marque sólo una opción)

� Diariamente� Semanalmente� Quincenalmente� Mensualmente� Ocasionalmente� Una vez al año� Cada cuatro años� Nunca

21. ¿Está empadronada/o?

� Sí (pase a la preg. 23)� No

22. ¿Por qué razón no está empadronada/o?(Marque sólo una opción, la más importante)

� Soy menor de edad� Soy mayor de edad pero no tengo cédula� No he tenido tiempo� No es importante� No sé cómo hacerlo� No he completado el trámite

155

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

� El puesto de empadronamiento queda muy lejos� Por falta de dinero� Otra (especificar) _________________________________ (pase a la preg. 29)

23. ¿Votó en las elecciones de 1999?

� Sí (pase a la preg. 25)� No

24. ¿Por qué razón no votó en esas elecciones?(Marque sólo una opción, la más importante)

25. ¿Por cuál opción política votó en las elecciones municipales, presidenciales y a diputados de 1999?

MUNICIPALES 1999 PRESIDENCIALES 1999 DIPUTADOS 1999

26. ¿Votó en las elecciones del 2003?

� Sí (pase a la preg. 28)� No

27. ¿Por qué razón no votó en esas elecciones?(Marque sólo una opción, la más importante)

28. ¿Por cuál opción política votó en las elecciones municipales, presidenciales y a diputados del 2003?

MUNICIPALES 1999 PRESIDENCIALES 1999 DIPUTADOS 1999

� Era menor de edad� Era mayor de edad pero aún no estaba empadronado� La mesa electoral quedaba muy lejos� No sabía como hacerlo� Tenía cosas más importantes que hacer� Pensé que con mi voto no iba a cambiar nada� Tenía que ir a la iglesia� Otra (especificar) _________________(Pase a la preg. 26)

ESPECIFIQUE� Boleta en blanco� Anulé el voto� No me acuerdo� Prefiero no revelarlo

ESPECIFIQUE� Boleta en blanco� Anulé el voto� No me acuerdo� Prefiero no revelarlo

ESPECIFIQUE� Boleta en blanco� Anulé el voto� No me acuerdo� Prefiero no revelarlo

� Era menor de edad� Era mayor de edad pero aún no estaba empadronado� La mesa electoral quedaba muy lejos� No sabía como hacerlo� Tenía cosas más importantes que hacer� Pensé que con mi voto no iba a cambiar nada� Tenía que ir a la iglesia� Otra (especificar) _________________ (Pase a la preg. 29)

ESPECIFIQUE� Boleta en blanco� Anulé el voto� No me acuerdo� Prefiero no revelarlo

ESPECIFIQUE� Boleta en blanco� Anulé el voto� No me acuerdo� Prefiero no revelarlo

ESPECIFIQUE� Boleta en blanco� Anulé el voto� No me acuerdo� Prefiero no revelarlo

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29. ¿ Se ha postulado a algún cargo de elección popular?

� Sí� No (pasa a la preg. 31)

30. ¿A qué cargo se ha postulado?

31. ¿Ha desempeñado algún otro cargo público?

� Sí� No (pase a preg. 33)

32. ¿Qué cargos públicos ha desempeñado?

33. ¿Cuál es el principal motivo que le dificulta participar en actividades políticas? (Marque sólo una opción, la más importante)

� Ninguno� Falta de tiempo� Falta de recursos� Responsabilidades familiares� Falta de seguridad en mi mismo� Discriminación� Desconocimiento de los espacios y mecanismos de participación� Machismo (cultura patriarcal)� Autoritarismo de los líderes políticos y funcionarios públicos� Crítica de la comunidad, amigos o familia� Otro (especificar) _________________________________

34. ¿Cree que es importante participar en actividades políticas?

� Sí (Conteste la preg. 35)� No (Conteste la pregunta 36)

35. ¿Por qué cree que es importante participar en actividades políticas?

36. ¿Por qué cree que no es importante participar en actividades políticas?

37. ¿Qué es para usted principalmente la política? (Marque sólo una opción)

� Lo que hacen las y los políticos� Una actividad que da prestigio� Una actividad que da poder� Una actividad que abre espacios� Una actividad para enriquecerse más rápidamente� Una actividad que permite tomar decisiones importantes para mejorar la comunidad, el municipio o el país� Una actividad a través de la cual los sectores excluidos se empoderan� Una actividad generadora de conflictos

� Alcaldía Auxiliar o Comunitaria� Alcaldía Indígena� Alcaldía municipal� Síndica/o, concejal/a� Diputada/o� Otro (especificar) ____________________________

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FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

� Una actividad tediosa, desgastante� Una actividad que permite relacionarse con más gente� Otra (especificar) _________________________________________� No sé

38. ¿En qué espacios donde participa suele hablar de política? (Marque todos los espacios en los que suele hablar de política)

� En reuniones informales con amigas/os� En encuentros casuales con amigas/os, vecinas/os …� En la familia� En la escuela / universidad� En las fiestas� En el mercado� En el trabajo� En la iglesia� En periodo de elecciones� En conferencias, encuentros, foros, …� Otros (especificar) ___________________________________� Ninguno

39. ¿Cuáles cree que son los principales actores que toman las decisiones más importantes en su municipio y en el país? (Puedemarchar hasta tres opciones en cada columna)

EN SU MUNICIPIO

� La Alcaldesa o el Alcalde� La Corporación Municipal� Los Empresarios� Las Organizaciones de la Sociedad Civil� Las Organizaciones Religiosas� Los Partidos Políticos /Comités Cívicos� El Ejército� Los Narcotraficantes� Otros (especificar) _____________________� No sé

III. CULTURA POLÍTICA

40. ¿Con cuál de los siguientes conceptos relaciona principalmente a la democracia? (Marque sólo un concepto, el que para usted sea más importante)

� Elecciones� Participación� Libertad de expresión� Tolerancia� Derechos� Derechos y deberes� Representación� Pluralismo� Gobierno� Igualdad� Paz� Justicia� Desarrollo

EN EL PAIS

� El Presidente� El Presidente y las y los Ministros� El Congreso� Los Empresarios� Las Organizaciones de la Sociedad Civil� El Pueblo en general� Las Organizaciones Religiosas� Los Partidos Políticos / Comités Cívicos� El Ejército� Los Aparatos de Inteligencia del Estado� Los Narcotraficantes� Estados Unidos� Otros (especificar) ____________________� No sé

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41. ¿Cuál cree que es la mejor forma de gobierno?

� Democracia representativa� Dictadura� Socialismo� Ninguna� Otra (especificar) _________________________� No sé

42. ¿Qué grado de satisfacción tiene con la forma en que funciona la democracia en su municipio y en Guatemala? (Marque sólo una opción en cada columna)

43. ¿Podría mencionar algunos de sus derechos y responsabilidades cívicas y políticas?

DERECHOS

1. _______________________________________

2. _______________________________________

3. _______________________________________

4. _______________________________________

5. _______________________________________

EN MI MUNICIPIO

� Muy satisfecha/o� Satisfecha/o� No muy satisfecha/o� Nada satisfecha/o

EN GUATEMALA

� Muy satisfecha/o� Satisfecha/o� No muy satisfecha/o� Nada satisfecha/o

1. _______________________________________

2. _______________________________________

3. _______________________________________

4. _______________________________________

5. _______________________________________

RESPONSABILIDADES / OBLIGACIONES

44. ¿Está de acuerdo con las siguientes afirmaciones?

1. El sistema político guatemalteco garantiza los derechos básicos de las y los ciudadanos

2. A las personas se les debe permitir votar, aunque no conozcan sobre política

3. Todas las personas tienen derecho a una buena defensa en los tribunales, sin importar loque hayan hecho

4. Los tribunales de justicia en Guatemala garantizan un juicio justo

5. La gente debe hacer justicia cuando las autoridades no responden ante un hecho delictivo

6. Las y los guatemaltecos tenemos las mismas posibilidades para ocupar cargos públicos

7. Puedo emitir libremente mis ideas y opiniones por cualquier medio de difusión

8. Si me respalda la ley, puedo oponerme a la determinación de una autoridad de gobierno

9. Las mujeres y los hombres deben tener las mismas oportunidades y responsabilidades,independientemente de su estado civil

10. Los pueblos indígenas eligen sus autoridades conforme a sus normas y costumbres

11. Los pueblos indígenas deben estar representados en todos los espacios de decisión que lesconcierne

12. Para estar representadas/os, es necesario la formación de un partido político sólo de indígenas

� Sí � No � No sé

� Sí � No � No sé

� Sí � No � No sé

� Sí � No � No sé

� Sí � No � No sé

� Sí � No � No sé

� Sí � No � No sé

� Sí � No � No sé

� Sí � No � No sé

� Sí � No � No sé

� Sí � No � No sé

� Sí � No � No sé

159

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

45. De las siguientes personas ¿Quiénes le provocan rechazo? (Marque todos los grupos que le provocan rechazo)

� Extranjeros� Católicos� Evangélicos� Ateos� Indígenas� Ladinos� Negros� Asiáticos

46. ¿Qué valor cree que se debería enseñar y practicar más? (Marque sólo uno, el que para usted sea más importante)

� Interculturalidad� Armonía� Libertad� Dignidad� Responsabilidad� Complementariedad� Igualdad� Trabajo� Civismo� Tolerancia� Solidaridad� Respeto a la autoridad� Amor a la patria� Otro (especificar) ____________________________________________________

47. ¿Conoce los contenidos de los siguientes documentos?

1. Constitución de la República de Guatemala2. Ley Electoral y de Partidos Políticos3. Código Municipal4. Ley General de Descentralización5. Ley de Consejos de Desarrollo Urbano y Rural6. Acuerdos de Paz

48. ¿ Cuáles de las siguientes instituciones le producen mayor y menor confianza? (Marque sólo una en cada columna)

� Homosexuales� Lesbianas� Mujeres� Hombres� Ricos� Pobres� Derechistas� Izquierdistas� Ninguno de estos grupos

� Sí� Sí� Sí� Sí� Sí� Sí

� No � Muy poco� No � Muy poco� No � Muy pocoo� No � Muy poco� No � Muy poco� No � Muy poco

MAYOR CONFIANZA MENOR CONFIANZA

� Gobierno Central �

� Gobernación Departamental �

� Congreso �

� Corporación Municipal (Municipalidad) �

� Alcaldía Indígena �

� Partidos Políticos �

� Comités Cívicos �

� Tribunal Supremo Electoral �

� Corte Suprema de Justicia �

� Ministerio Público �

� Iglesia Católica �

� Iglesias Evangélicas �

� Ejército �

� Policía Nacional Civil �

� Procuraduría de Derechos Humanos �

� Corte de Constitucionalidad �

� Ninguna �

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49. Por lo general, ¿Cómo suele actuar cuando se le presenta un conflicto? (Marque sólo una opción)

� Enfrentándome a mi opositor� Imponiendo mis intereses� Evitándolo� Acomodándome a la situación� Colaborando/cooperando� Dialogando� Negociando� Transformándolo� Depende del caso

50. ¿A qué tipo de liderazgo admira más? (Marque sólo un tipo. Puede agregar ejemplos)

� Empresarial (Ej.: ___________________________)� Sindical (Ej.:_______________________________)� Político (Ej.:_______________________________)� Religioso (Ej.:_____________________________)� Maya / Indígena (Ej.: ________________________)� Campesino (Ej.: ____________________________)� Militar (Ej.: ________________________________)� Otro (especificar) ___________________________� Ninguno

51. ¿En cuál de las siguientes cualidades cree que se debería destacar una lideresa o un líder político? (Marque sólo una cualidad, la que para usted es la más importante)

� Honestidad� Popularidad� Compromiso� Respeto� Iniciativa� Mediación� Permisividad� Participación� Tolerancia� Autoridad� Colaboración

52. ¿Con cuál de las siguientes posiciones políticas se siente más identificada/o?

� Centro� Centro derecha� Centro izquierda� Derecha� Izquierda� Ninguna de las anteriores� No sé

53. ¿Cómo cree que va a estar Guatemala dentro de cinco años?

� Mucho mejor que ahora� Un poco mejor que ahora� Igual que ahora� Un poco peor que ahora� Mucho peor que ahora

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FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

54. Si tuviera la oportunidad, ¿Se iría a trabajar al extranjero?

� Sí� No (pase a la preg. 56 )

55. ¿A qué país se iría?

________________________________

56. En Guatemala ¿En qué le gustaría trabajar?

� En labores agrícolas� En una maquila� En una empresa privada� En mi propia empresa� En el comercio� En un centro educativo� En el gobierno central� En el gobierno municipal� En el gobierno departamental� En el Congreso de la República� Otra (especificar) ________________________� No sé

57. Si estuviera en el extranjero ¿En qué le gustaría trabajar?

� En labores agrícolas� En la industria� En servicios (hostelería, jardinería, cuidado de niños…)� En lo que se pueda� Otro (especificar) _____________________________� En nada

58. ¿Cuál es su opinión sobre las empresas privadas que conoce?

� Son un lugar para tener un ingreso� Son una necesidad para el desarrollo� Son un lugar donde explotan a las y los trabajadores� Otra (especificar) _____________________________

IV. PARTICIPACIÓN SOCIAL Y POLÍTICA, CULTURA POLÍTICA Y HOGAR

59. ¿Cuántas personas viven en su hogar? (incluyase usted)____________________

60. ¿Cuál es el grado más alto de escolaridad en su hogar? (incluya el suyo) ______

61. ¿En qué organizaciones han participado y/o participan actualmente sus padres? (Marque todas las organizaciones en las que han participado y/o participan sus padres; sólo una vez)

Partido PolíticoComité CívicoCooperativaAsociación EmpresarialSindicatoOrganización CampesinaAsociación de VecinosConsejo de Desarrollo Urbano y RuralFundaciónComité Pro-mejoramiento

MADRE

PADRE

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Asociación de ProfesionalesOrganización Maya / IndígenaGrupo ReligiosoOrganización de MujeresONGOrganización de DesarrolloOrganización de Derechos HumanosAsociación/grupo culturalEstudiantilDeportivaOtras (especificar) _______________NingunaNo sé

Elección de autoridades comunitarias (alcaldía auxiliar ocomunitaria, comités, entre otros)

Elecciones municipales

Elecciones generales

Consulta popular municipal

Consulta popular nacional

Cabildo abierto

Apoyo a la constitución y/o funcionamiento de un Consejo deDesarrollo Urbano y Rural

Gestión o búsqueda de recursos o servicios comunitarios y/omunicipales

Apoyo a la constitución y/o funcionamiento de un comité cívico,partido político o asociación política

Impulso a la constitución, legalización y/o funcionamiento de unaasociación de vecinos (mujeres, jóvenes, desarrollo, etc.)

Apoyo a la constitución y funcionamiento de una organizaciónpolítica o social en los niveles regionales o nacional

Ejecución de proyectos de desarrollo comunitario

Asistencia a mítines

Manifestaciones públicas de protesta o demanda

Elección de dirigentes de organizaciones sociales y políticas

Asambleas comunitarias

Marchas o Campañas cívicas

Dirección o participación activa en actividades organizadas porasociaciones políticas o sociales

No sé

62. ¿ En cuáles de las siguientes actividades han participado sus padres? (Marque todas en las que han participado)

MADRE

PADRE

163

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

63. Además de sus padres ¿Existen otros miembros de su familia que participen o hayan participado activamente en actividades políticas y sociales?

� Sí� No (pasa a la preg. 65)� No sé

64. ¿Quiénes son esos miembros?

� Hermanas, hermanos� Tías, tíos� Abuelos, abuelas� Cónyuge / Compañera-o� Otro (especificar) _______________

65. De las siguientes necesidades ¿Cuáles necesitan mejorar en su hogar? (Marque todas las que necesitan mejorar)

� Alimentación� Vestido� Vivienda� Salud� Educación� Empleo� Servicios (agua potable, electricidad, entre otros)� Ninguna

66. Y de las siguientes necesidades ¿Cuáles faltan en su hogar? (Marque todas las que faltan)

� Autoestima� Comunicación� Colaboración� Afecto� Respeto� Comprensión� Equidad� Ninguna

67. ¿Qué valores positivos se suelen cultivar en su hogar? (Marque todos los valores que se cultiven)

� Respeto� Tolerancia� Colaboración� Responsabilidad� Asistir a la iglesia o al servicio religioso� Otro (especificar) ___________________________� Ninguno

68. ¿Quién o quiénes toman las decisiones importantes en su hogar?

� Mi mamá� Mi papá� Mi mamá y mi papá� Yo� Mi esposa/compañero� Mi esposa/o y yo� Todas y todos conjuntamente� Cada cual toma sus decisiones� Depende sobre qué� Otro (especificar) _________________________

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69. ¿Cuáles de los siguientes bienes tienen en el hogar? (Marque todos los que tenga)

� Radio� Televisión� Refrigeradora� Lavadora� Vehículo� Teléfono� Horno microhondas� Computadora

70. La vivienda que habitan ¿Es propia, arrendada o cedida?

� Propia� Arrendada� Cedida

71. ¿Tienen tierra propia?

� Sí� No (pase a la preg. 74)

72. ¿Cuántas varas, cuerdas o manzanas de terreno tienen?

________ varas________cuerdas________ manzanas

� No sé

73. ¿Qué uso le dan?_______________________________________

74. ¿Tienen negocio propio?

� Sí� No (pase a la preg. 77)

75. ¿Cuántas personas trabajan en el negocio? ___________

76. ¿Cuántas de las personas que trabajan en el negocio son contratadas? ___________

77. ¿A cuál rubro se dedican principalmente los ingresos de su hogar? (Marque sólo uno, en lo que gasten más)

� Alimentación� Vestido� Educación� Salud� Pago de préstamos� Pago de alquiler de vivienda� Transporte� Inversiones (tierra, negocios, etc.)� Otro (especificar) _________________________

165

FORJANDO LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

78. Con el fin de elaborar una línea de la pobreza, nos gustaría, por favor, que rellenasen con el mayor detalle posible estos cuadros, relativos a las ocupaciones e ingresos percibidos en su hogar: (Marque todas las ocupaciones y escriba todos los ingresos de los miembros que conforman y aportan a su hogar)

Ocupaciones de su mamá

� Servicios� Comercio� Industria� Agricultura� Trabajo doméstico� Otro (especificar)_________________

No procede 1

Ocupaciones de su papá

� Servicios� Comercio� Industria� Agricultura� Trabajo doméstico� Otro (especificar)_________________

No procede

Ingresos percibidos al mes

Q.Q.Q.Q.

Q.

Ingresos percibidos al mes

Q.Q.Q.Q.

Q.

Sus ocupaciones

� Servicios� Comercio� Industria� Agricultura� Trabajo doméstico� Otro (especificar)_________________

Ocupaciones de sucónyuge o compañera/o

� Servicios� Comercio� Industria� Agricultura� Trabajo doméstico� Otro (especificar)_________________

No procede

Ingresos percibidos al mes

Q.Q.Q.Q.

Q.

Ingresos percibidos al mes

Q.Q.Q.Q.

Q.

Otros ingresos percibidos en su hogar

� Salarios de otros miembros del hogar

� Ingresos derivados de la venta deproductos domésticos (textiles, animales,etc.)

� Ingresos derivados del arrendamiento debienes inmuebles (tierra, locales, etc.)

� Pensiones, subsidios, becas

� Remesas

� Otros ingresos (especificar)

Monto al año

Q.

Q.

Q.

$

Q.

Monto al mes

Q.

Q

Q.

Q

Q

1 Cuando han fallecido, no viven ni aportan al hogar.

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166

V. SOBRE LAS CAPACITACIONES

79. ¿Para qué cree que le servirán principalmente las capacitaciones que le ofrece el INGEP? (Marque sólo una opción, la más importante para usted)

� Para tener una cultura más general� Para participar más activamente en mi organización� Para participar más activamente en mi comunidad / municipio� Para optar a cargos en mi organización� Para postularme a cargos de elección popular� Para convertirme en una lideresa o un líder� Para capacitar a otras personas� Para empoderarme� Para nada o muy poco� Otra (especificar) __________________________________________� No sé

80. ¿Lo capacitan en su organización?

� Sí� No� Raramente� No pertenezco a ninguna organización

81. ¿Cree que capacitándose tiene más espacios dentro de los partidos políticos?

� Sí� No� No sé

MUCHAS GRACIAS

Esta publicación fue impresa en los talleresgráficos de Serviprensa, S. A. en el mes deoctubre de 2005. La edición consta de 700ejemplares en papel bond 80 gramos.

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