FONER, Eric. La Historia de La Libertad en EEUU Cap. 1 & 4 Tema 1

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ERle FONER La historia de Ia Iibertad en EE.UU. TRADUCCIÓN DE ALBINO SANTOS MOSQUERA 1 9 1'.1lCIONES P ~NÍNSULA IIAIlCHI.ONA

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História da formação dos Estados Unidos da América

Transcript of FONER, Eric. La Historia de La Libertad en EEUU Cap. 1 & 4 Tema 1

  • ERle FONER

    La historia de IaIibertad en EE.UU.

    TRADUCCIN DE ALBINO SANTOS MOSQUERA

    191'.1lCIONES P ~NNSULA

    IIAIlCHI.ONA

  • IEL NACIMIENTODE LA LIBERTAD ESTADOUNIDENSE

    La libertad estadounidense naci con una revolucin. Durante Ialucha por Ia independencia se transformaron Ias ideas de libertadheredadas del pasado y surgieron tambin otras nuevas. Asimismo,se cuestion y se ampli Ia definicin de quines tenan derecho agozar de 10 que Ia Constitucin llam los beneficios de Ia liber-tad. La revolucin de Ia Independencia estadounidense brind unlegado duradero, aunque contradictorio, a Ias generaciones futuras.Su ensalzainiento de Ia imagen de Ia nueva nacin como refugio deIa libertad en un mundo dominado por Ia opresin encuentra an ungran eco en Ia cultura poltica de hoy en da. Pero aquellos EstadosUnidos, una nacin concebida en libertad, albergaban una pobla-cin esclava en rpido crecimiento, 10 que contradeca Ia confianzacon Ia que sus fundadores afirmaban que Ia libertad era un derechohumano inalienable y universal.

    L INGLS NACIDO LIBRE

    a libertad, como es lgico, no se incorpor de repente ai voca-bulario norteamericano en 1776; de hecho, pocas palabras tenantanta presencia en el discurso poltico transatlntico dei sigla XVIII.a Norteamrica colonial era heredera de mltiples formas de en-

    t nder Ia libertad: algunas tan antiguas como Ias ciudades-Estado deIa antigua Grecia; otras tan novedosas por aquel entonces como IaIIustracin. Algunas establecieron los cimientos de Ias concepciones. ntcmporneas de Ia libertad; otras nos resultan hoy totalmenteI s n cidas.

    n tina defini i n mn 11 Ia Norteamrica britnica, Ialih 'rlfl I no .ra tan O UI1 '~t:1lUS pollti O 50 ia! orno una condicin

  • LA HISTORIA DE LA LIBERTAD EN EE.UU.

    espiritual. En el mundo antiguo, Ia ausencia de autocontrol era en-tendida como una forma de esclavitud, como Ia anttesis de Ia vidalibre. Mostradme un hombre que no sea un esclavo -escribiSneca-. Uno es esclavo del sexo, el otro 10 es del dinero, y anotro 10 es de Ia ambicin. Esta forma de entender Ia libertad comosometimiento a un cdigo moral era de fundamental importanciaen Ia cosmologa cristiana de Ia que estaba imbuida Ia visin quelos primeros colonos tenan del mundo. All donde floreci, el cris-tianismo consagr Ia idea de liberacin, pero entendida como unacondicin ms espiritual que terrenal. Desde su Cada ante Dios, elhombre haba sido proclive a sucumbir a sus apetitos y pasiones. Lalibertad significaba, pues, abandonar esa vida de pecado para adherir-se a Ias ensefianzas de Cristo. Donde est el Espritu del Sefior, allhay libertad, proclama el Nuevo Testamento. Segn esta defini-cin, servidumbre y libertad eran estados que, lejos de contradecir-se, se reforzaban mutuamente, pues quienes aceptaban Ia doctrinade Cristo pasaban, a un tiempo, a estar libres de pecado y a sersiervos de Dios. I

    Los nuevos pobladores puritanos del Massachusetts colonial,convencidos de que su colonia era Ia encarnacin misma del cristia-nismo verdadero, plantaron esa definicin espiritual de Ia libertaden suelo americano. En un discurso de 1645 ante el parlamento deMassachusetts en el que compendi Ia esencia 'de Ias concepcionespuritanas de Ia libertad,John Winthrop, a Ia sain gobernador de Iacolonia, diferenci ntidamente entre una libertad natural, quesugera una libertad para el mal, y una libertad moral [...] unalibertad para hacer solam ente 10 que est bien, Esta definicinde libertad como emanacin de una abnegacin y una eleccin mo-ral personales era perfectamente compatible con una serie de severasrestricciones a Ia libertad de expresin, de religin, de movimientosy de comportamiento personal. Los deseos individuales deban ce-der ante Ias necesidades de Ia comunidad, y Ia libertad cristianasignificaba sumisin no slo a Ia voluntad de Dios, sino tambin a Iaautoridad secular, a un conjunto bien entendido de responsabili-dades y deberes interconectados: una sumisin no menos total porel hecho de que fuera voluntaria, El delito civil ms habitual en Iasjuzgados de Ia Nucva Inglaterra .olonial ira ,I d ' d 'sa ato a Ia

    EL NACIMIENTO DE LA LIBERTAD ESTADOUNIDENSE

    autoridad. La del individuo sin restricciones y ejercitador de unosderechos naturales que generaciones posteriores tendran por imagenrepresentativa de Ia libertad era para aquellos colonos puritanos Iaviva encarnacin de Ia anarqua: Ia anttesis de Ia libertado Cuandocada hombre tiene libertad para seguir su propia imaginacin, de-clar en su momento el pastor puritano Thomas Hooker, el desastreresultaba inevitable porque todos actan en perjuicio del biencomn.'

    La autoridad comunitaria fue siempre ms dbil en Ias coloniasms laicas, Ias situadas al sur de Ia commonwealth puritana. Inclusolentro de Ia propia Nueva Inglaterra, como tan amargamente la-mentaban diversas jeremiadas de comienzos del sigla XVIII, no tardn decaer Ia disposicin a aceptar Ia reglamentacin de Ia comuni-dad en nombre de Ia libertado A mediados de ese mismo siglo, Ia ideade que Nueva Inglaterra ocupaba un lugar especial en los planes queDias tena para Ia humanidad haba quedado ya subsumida dentrode una exaltacin ms general del conjunto del mundo protestanteangloamericano como baluarte frente a Ia tirana y el papismo. PeroIa interpretacin cristiana de Ia libertad como salvacin espiritualsobrevivi hasta tiempos de Ia Independencia e, incluso, hasta Ia ac-ualidad. Los episodios de resurgimiento religioso (revivals) dei pe-dado final de Ia era colonial, conocidos por Ias historiadores como1Gran Despertar, fortalecieron esa concepcin de Ia libertado Env peras de Ia independencia, predicadores como Jonathan Bou-iher insistan enque Ia verdadera libertad significaba ser librespara hacer todo 10 que est bien y estar some tidos a restricciones paran hacer nada que est mal, y no un derecho a hacer todo aquelloque nos plazca.'

    Esta equiparacin de Ia libertad con Ia accin moral prosperI mbin de forma secularizada en el mundo atlntico del siglo XVIII.1\8f, del mismo modo que Ia libertad religiosa supona Ia obediencian Dios, Ia libertad civil descansaba sobre Ia obediencia a Ia ley. Ya'11 Ia Antigedad, Aristteles haba advertido a los hombres de que11 ) vieran esclavitud en el hecho de vivir conforme al gobierno de11 'onstitucin. La ley era Ia salvacin de Ia libertad, no suulv srsaria. Los filsofos modernos de Ia libertad tambin estable-'j '1"011 una distin 'in .ontrastn la ntre Ia libertad ilimitada y

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  • LA HISTORIA DE LA LIBERTAD EN EE.UU.

    una vida vivida bajo el imperio de Ia ley. La libertad, segn escri-bi J ohn Locke, significaba no que cada persona fuese Iibre de hacer10 que deseara, sino Ia posesin de una regIa de conducta vigente,comn para todos Ios miembros de esa sociedad y cuya elaboracinha corrido a cargo delpoder Iegislativo. Tal como sugiere Ia for-mulacin de Locke, Ia libertad -en su forma civiI- dependa de Iaobediencia a Ia Iey, siempre y cuando Ios textos Iegales fuesen pro-mulgados por representantes electos y no fueran aplicados de formaarbitraria. Ah estribaba Ia esencia misma de Ia idea britnica de li-bertad, elemento central del pensarniento social y poltico a amboslados deI Atlntico. Hasta Ia dcada de 1770, Ia mayora de Ios colo-nos estaban convencidos de formar parte del sistema poltico mslibre jams conocido por Ia humanidad.s

    En eI siglo XVIII, Ia tradicin inventada del ingls nacido librehaba pasado ya a constituir un elemento central de Ia cultura polti-ca angloamericana y un pilar fundamental en Ia conciencia nacionalque por entonces se estaba consolidando en Gran Bretafa. Por de-finicin, Ia nacin britnica era una comunidad de individuos libresy su pasado consistia en una histria de libertad. La creencia deque Ia libertad era Ia herencia comn de todos Ios britnicos y que .su imperio era su nico depositario mundial haba contribuido a le-gitimar Ia colonizacin de Amrica del Norte. Posteriormente sir-

    , 'vi tambin para caracterizar Ias guerras imperiales contra Ias cat-licas Francia y Espana como Iuchas entre Ia libertad y Ia tirana, unadefinicin muy difundida tanto en Ias colonias como en Ia madrepatria. La libertad britnica exaltaba el imperio de Ia Iey, eI derechoa vivir conforme a Ia Iegislacin a Ia que Ia propia comunidad delindividuo haba dado su consentimiento, Ias restricciones al ejerci-cio arbitrario de Ia autoridad poltica, y ciertos derechos, como eI delos juicios con jurado, consagrados en el derecho consuetudinario.Guardaba una identificacin estrecha con Ia religin protestante yse Ia invocaba con particular estridencia cuando se pretenda acen-tuar el contraste entre Ios britnicos y Ios sbditos serviles de lospases catlicos.'

    Ni que decir tiene que Ia idea de Iibertad como condicin natu-ral de Ia humanidad no era para nada e1esconocida en una naci6n quehaba producido obras s ricas 0111 Iasd john Milton y john L Ice.

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    Pero Ia libertad britnica distaba mucho de ser universal. Desde suptica nacionalista (y, a menudo, xenfoba), casi todas Ias e1emsna-ciones de Ia Tierra eran pueblos esclavizados (por el papismo, Iatirana o Ia barbarie). Libertad [...] en ningn otro lugar florecer-escribi el poetaJohn Dryden-. Libertad, prerrogativa privativadel sbdito ingls. Los britnicos no encontraban contradiccinalguna en autoproclamarse ciudadanos de un pas de libertad pre-cisamente cuando los navos britnicos transportaban millones deafricanos hacia Ia esclavituel en el Nuevo Mundo. Los britnicosnunca, nunca, nunca sern esclavos, rezaba Ia popular cancin Rule,Britannia. Lo que en ella no se deca era que Ios britnicos no pudie-ran poseer esclavos, pues durante Ia mayor parte deI siglo XVIII, casinaelie crea que Ios africanos estuvieran facultados para gozar de losderechos de Ios ingleses varones.?

    La libertad britnica tampoco era incompatible con una extensaarnplitud de grados de libertad personaI en Ia propia metrpoli: unaciedad jerrquica y aristocrtica con una nacin poltica res-

    Tingida (Ia formada por quienes tenan derecho a votar y a ser ele-idos para cargos pblicos). Las protecciones e1eIderecho consuetu-linario regan para todos, pero Ios requisitos de propiedad y otras. ndiciones para el ejercicio del sufragio limitaban el electoradodieciochesco a menos del 5 por 100 de Ia poblacin masculina adul-ta. (EI derecho ele magistratura, segn escribi ]oseph Priestleyn su Essay on the First Principies of Government [1768], no era im-

    I r scindible para Ia libertad britnica. Los hombres pueden gozarI libertad civil, pero no poltica.) EI derecho britnico tampoco. nceba a Ias trabajadores dependi entes como sujetos plenamentelibres. Las Ieyes contra vagos y maleantes castigaban a quienes nolispusieran de medios visibles ele autosostenimiento, Ias leyes de

    fiores y siervos exigan aIos empleados una obediencia estrictasus empleadores y Ios incumpliInientos de Ias contratos Iaborales

    irnn considerados delitos penales y castigados como tales. La mis-m: armada cuyo dominio de Ios mares protega Ia Iibertad de Ia11::l i n frente aI dominio extranjero estaba formada por marinos11)1" sad p r destacamentos de enganche en Ias calles de Londres yI.iv 'rp< 01. En esc S .ntid ,Ia libertad britnica era descendi ente di-I" 'tn I, unu int .rpr 'to 'i li) d . la lib .rtad derivada de Ia Edad Media,

    lI)

  • LA HISTORlA DE LA LIBERTAD EN EE.UU.

    cuando por libertades se entendan una serie de privilegios for-males, como el autogobierno o Ia exencin fiscal concedidos a gru-pos particulares por contrato, estatuto o decreto real. Slo quienesgozaban de Ia libertad de Ia ciudad, por ejemplo, podan dedi-carse a ciertas actividades econmicas. Esta concepcin medievalde Ia libertad presupona Ia presencia de un mundo jerrquico enel que apenas existian los derechos individuales tal como los enten-demos en el sentido moderno, y en el que unas clases sociales disfru-taban de privilegios polticos y econmicos negados a otras. Algunosecos de esa vieja nocin restringida de libertad sobrevivan an enaquella Norteamrica temprana (por ejemplo, en Ia norma de Ia ciu-dad de Nueva York que limitaba el derecho a trabajar en determina-dos oficios a aquellos que estuvieran en posesin dei estatus legal dehombre libre). 7

    Cualesquiera que fueran sus limitaciones y exclusiones, sera im-posible, tal como escribe el historiador Gordon Wood, exagerar elgrado en que los ingleses dei siglo XVIII se deleitaban en su reputa-cin mundial de libertad, un comentario tan aplicable a Ias coloniasnorteamericanas como a Ia madre patria. Era posible incluso (si asse deseaba) subdividir Ia libertad britnica en Ias partes de Ias que secompona, algo a 10 que numerosos autores de Ia poca se mostraronproclives. As, Ia libertad poltica significaba el derecho a participar,en los asuntos pblicos; Ia libertad civil, Ia proteccin de Ia personay Ia propiedad propias frente a Ia invasin dei gobierno; Ia libertadpersonal, conciencia y movimiento emancipados; Ia libertad religio-sa, el derecho de los protestantes a ejercer su culto como mejor lespareciera. Pero el todo sobrepasaba a Ia suma de esas partes. La li-bertad britnica era, a un tiempo, un conjunto de derechos concre-tos, una caracterstica nacional y un estado de nimo. Tan ubicuo yproteico era aquel concepto que sus elementos constituyentes (que,en pocas posteriores, se nos antojaran incongruentes entre s) 10-graban coexistir entonces sin mayores problemas."

    La libertad britnica, por ejemplo, incorporaba diversas actitu-des contradictorias ante el poder poltico. Por una parte, el desarro-110 histrico de Ia idea resultaba inseparable dei auge dei Estado-nacin y alcanz su apoteosis precisamente cuando Gran Bretafiaemergi como I~ pot n ia irnp rial ms d sta .ada d I mundo. AJ

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    mismo tiempo, Ias limitaciones ai ejercicio de Ia autoridad polticaeran un rasgo central de Ia libertad britnica. Existia Ia creencia ge-neralizada de que el poder y Ia libertad eran mutuos antagonistasnaturales, y, con su equilibrada constitucin y con el principio deque ningn hombre (ni siquiera el rey) estaba por encima de Ia ley,Ias britnicos aseguraban haber disefiado los mejores medios posi-bles con los que impedir el absolutismo poltico. Estas ideas echa-ron profundas races no slo en Ia nacin poltica, sino tambin deforma mucho ms generalizada, en Ia sociedad britnica en su con-junto. Los trabajadores dependientes, los marineros y los artes anosutilizaban tan insistentemente ellenguaje de Ia libertad britnica yde los derechos emanados dei derecho consuetudinario anglosajnorno los panfletistas y los parlamentarios. En el siglo XVIII, Ia cate-ora de Ia persona libre haba dejado de ser un simple estatus legal

    (como fue en tiempos medievales) para convertirse en un poderosolemento de Ia ideologia popular. A ambas orillas dei Atlntico, Ialibertad se erigi en el grito de guerra de los insurrectos. Las fre-uentes acciones multitudinarias de protesta contra Ias violaciones

    de derechos tradicionales dieron expresin concreta a Ia definicin delibertad como resistencia frente a Ia tirana. Somos hombres li-I r s -sbditos britnicos- no esclavos de nacimiento, rezabauno de los lemas movilizadores de los llamados reguladores, queprotestaban contra Ia infrarrepresentacin de los asentamientos oc-.identales en Ia asamblea legislativa de Carolina dei Sur durante Iali cada de 1760.9

    Esta tensin entre Ia libertad como poder para participar en los1. untos pblicos y Ia libertad como conjunto de derechos individua-I s que precisaban de proteccin frente a Ia interferencia gubema-m ntal nos ayuda a definir Ia diferencia entre dos lenguajes polticosdistintos que florecieron en el mundo angloamericano. Uno de11s, que los acadmicos han bautizado con el nombre de republi-mnismo (aunque pocos eran los que en Ia Inglaterra del siglo XVIIIusaban esa palabra, pues evocaba recuerdos de Ia poca en Ia que. rio T fue decapitado), elogiaba Ia participacin activa en Ia vida p-

    hli 0, levada a Ia cate ora d n ia de Ia libertad. Heredero de unli! nj i qu e remoi mhn n 11\ ), lor .n ia rena ntista e incluso a Ia111i~ xlnd lsi 'U, 11' -puhlicn: iS1l10 sos: .na ql1 ,r r su naturale-

  • LA HISTORIA DE LA LIBERTAD EN EE.UU.

    za como ser social, el hombre lograba alcanzar su mximo grado derealizacin cuando dejaba a un lado su inters particular para procu-rar el bien comn. La libertad republicana poda ser expansiva ydemocrtica, como ocurra cuando haca referencia a los derechoscompartidos por el conjunto de Ia comunidad. Pero tambin evi-denciaba una dimensin excluyente, basada en Ia clase social, cuan-do daba por sentado que slo los ciudadanos que eran duefios depropiedades posean aquella cualidad conocida como virtud, en-tendida en el siglo XVIII no slo como una caracterstica personal ymoral, sino tambin como una disposicin a supeditar Ias pasionesy los deseos privados aI bien pblico. Slo un pueblo virtuoso escapaz de ser libre, escribi Benjamin Franklin."

    Si Ia libertad republicana era una cualidad cvica y social, slo alalcance de los ciudadanos de un Estado libre (regido conforme alconsentimiento de los gobernados), Ia libertad exaltada por ellibe-ralismo del siglo XVIII era esencialmente individual y privada. SegnJohn Locke, padre fundador del liberalismo moderno, el gobiernose instaura para asegurar Ia vida, Ias libertades y Ias propiedades,que constituyen los derechos naturales de todos los hombres, y debelimitarse fundamentalmente a tal tarea. Para Lecke y sus discpulosdel siglo XVIII, Ia libertad no significaba participacin cvica, sinoautonoma personal: no estar sometido a lavoluntad inconstante,incierta, desconocida y arbitraria de otro hombre. La proteccinde Ia libertad exiga el blindaje de un determinado espacio de vidaprivada e intereses personales (que contena, entre otros elementos,Ias relaciones familiares, Ias preferencias religiosas y Ia actividadeconmica) frente a Ia intervencin del Estado. El bien pblico noera tanto un ideal que el gobierno tuviera que procurar consciente-mente como el resultado del empeno de los individuos libres pormaterializar sus mltiples ambiciones privadas. Il

    Elliberalismo, como bien dice el historiador Pierre Manent, es-cindi al ciudadano del hornbre, y separ el terreno poltico deIa vida del social. Sus crticos 10 calificaron de mera excusa para elegosmo y Ia ausencia de mentalidad cvica. La libertad [...] que mefascina -proclam Edmund Burke- no es Ia Libertad solitaria,desconectada, individual y eg sta, orno si t d l Iornbre tuvieraque regular el onjunto d r su iondu .ta cn fun 'i)1 de su propia v -

    EL NACIMIENTO DE LA LIBERTAD ESTADOUNIDENSE

    luntad. La Libertad a Ia que me refiero es Ia libertad social. Pero esfcil comprender el atractivo del liberalismo en el jerrquico mundoatlntico del siglo XVIII: llamaba a cuestionar todos los privilegioslegales y Ias disposiciones gubernamentales que dificultaban el pro-greso individual, desde Ias prerrogativas econmicas de Ias grandesompafias concesionarias a Ia intolerancia religiosa legalizada. Yesde su punto mismo de partida (el de que Ias personas posean

    derechos naturales que ningn gobierno poda vulnerar), ellibera-li mo abra Ia puerta a quienes se hallaban privados de derechos, aI~ mujeres e, incluso, a los esclavos para que pusieran en entredi-ho Ias limitaciones que pesaban sobre su propia libertad."

    AI final, elliberalismo y el republicanismo acabaran siendo vis-t s como concepciones alternativas y contradictorias de Ia libertadoI ro en el siglo XVIII, sus respectivos lenguajes se solapaban y, a11 cnudo, se reforzaban mutuamente. Muchos lderes de Ia Indepen-I ncia estadounidense se nos antojan, a nuestro parecer contempo-rnneo, simultneamente republicanos (por su inters por el bienpblico y por Ias obligaciones de los ciudadanos para con el sistemaI gobierno) y liberales (por su preocupacin por los derechos indi-viduales). Ambas ideologas polticas podan inspirar un compromi-

    con el gobierno constitucional, con Ia libertad de expresin y deI iligin, y con Ia limitacin deI poder arbitrario. Ambas ponan es-p ial nfasis en Ia seguridad de Ia propiedad como fundamento deI. libertado Adems, Ia influencia omnipresente de Ia moral protes-tnn atenuaba 10 que, posteriormente, se conocera como el amora-llsrno del liberalismo.

    Lo cierto es que, en Ia era colonial, Ia libertad serva de punto11, ncuentro entre Ias interpretaciones liberal y republicana del go-I j .rno y Ia sociedad. No pareca existir necesariamente ningunaI' intradiccin entre Ia libertad personal elemental para elliberalis-1110 y Ia libertad pblica de Ia tradicin republicana. Por otra parte,t " , pronunciaran desde una perspectiva liberal, republicana o una

    rnmbinacin de ambas, Ia mayora de 10s comentaristas de entoncesI 1111 Ian que slo haba unos determinados tipos de personas que111 run pl nam ntc capaccs de gozar de los beneficios de Ia libertadd 'j r r sus d rcch S. A ambos lacl s del Atlntico era todo un

    I omn cI ,I P msn111i 'lHO polt] 'O afirmar qu Ias p rsonas depen-

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    LA HISTORIA DE LA LIBERTAD EN EE.UU.

    dientes carecan de voluntad propia y, por Ia tanto, eran incapacesde participar en Ias asuntos pblicos. La libertad, escribi el influ-yente terico poltico Richard Price, descansaba sobre una ideageneral [...] Ia idea de Ia autodireccin o el autogobierno. Quienes nocontrolaban su propia vida no deban contar con voz ni con voto enel gobierno del Estado. La libertad poltica exiga independenciaeconmica. '3

    La propiedad, por 10 tanto, estaba entretejida con Ias concep-ciones dieciochescas de libertad, como el editor neoyorquino JohnPeter Zenger afirm en 1735. La independencia que se derivaba deIa propiedad era una base indispensable de ia libertado EI diccionariodel doctor Samuel Johnson defina el vocablo independenciacomo libertad, yThomasJefferson insistia en que Ia dependenciaengendra sumisin y venalidad, ahoga el germen de Ia virtud, yprepara instrumentos adecuados a Ias designios de Ia ambicin. Deah Ia ubicuidad del requisito de unos niveles mnimos de propiedadpara acceder al voto en Gran Bretafia y Ias colonias. La verdaderarazn de tales condiciones previas, segn explic sir WilliamBlackstone en sus Commentaries on the Laws ofEngland (1765-1769),era que Ias hombres sin propiedades caeran inevitablemente bajoel dominio inmediato de otros. Desprovistos de voluntad propia,sus votos pondran en peligro Ia libertad general. No slo Ia de-pendencia personal (como en el caso de un sirviente domstico),sino tambin el trabajo asalariado eran situaciones de dudosa repu-tacin segn el cri teria de una amplia mayora de comentaristas. EnIa Inglaterra de Ias siglas XVII y XVIII, era habitual relacionar Ia manode obra asalariada con el servilismo y Ia prdida de libertad; sloquienes controlaban su propia fuerza de trabajo podan ser conside-rados plenamente libres. Las baladas y Ias cuentos populares brit-nicos de Ia poca idealizaban Ias figuras de los vagabundos, Ias gita-nos, Ias salteadores de caminos e incluso Ias mendigos, que erantenidos por personas ms Iibres que quienes trabajaban a cambio deun sueldo. An tendran que pasar muchos afias antes de que Ia ideade que el trabajo asalariado era perfectamente compatible con Ia li-bertad autntica obtuviese una amplia aceptacin popular. '4

    Los planes de colonizacin de Ia Nortearnrica britnica pre-vean reproducir all Ia estru tura j .rrqui '3 d 'I pns d . ori r '11. E ro

    EL NACIMIENTO DE LA LIBERTAD ESTADOUNIDENSE

    desde Ias primeros das de Ia era colonial, fueron muchos Ias emi-grantes que partieron hacia all desde Gran Bretafia y el Conti-nente atrados por Ia promesa de que el Nuevo Mundo significarauna liberacin con respecto a Ias desigualdades econmicas y Ia de-pendencia que tan extendidas estaban en el Viejo Mundo. Apenaslesembarcar en Jamestown en 1607, John Smith sefial que, enAmrica, todo hombre puede ser amo y sefior de su propio trabajoy de su propia tierra. Durante toda Ia era colonial, Ia mayora deI s inmigrantes libres vivieron con Ia expectativa de adquirir unanutonoma econmica, una previsin favorecida por una literaturapromocional que atraa a Ias colonos publicitando una imagen delNuevo Mundo como lugar de excepcionales oportunidades para Iaidquisicin de propiedades. Las ilusiones de libertad que los emi-rrantes llevaban consigo a Ia Amrica colonial siempre incluan Iapromesa de Ia independencia econmica y Ia posibilidad de transmi-tir algunos bienes races aios descendientes. '5

    Definir Ia libertad en trminos de independencia econmica'i nificaba establecer una marca da lnea de separacin entre Ias ela-s capaces de gozar plenamente de sus beneficias y Ias que no 10

    .ran. En el siglo XVIII, Ia autonoma econmica estaba fuera deiII ance de Ia mayora de Ias britnicos. Atendiendo a ese mismo-ritero, ni siquiera en Ia Norteamrica colonial haba una mayoraI Ia poblacin que fuese realmente libre. En ausencia de una aris-rocracia hereditaria como Ia presente en Inglaterra, Ias colonos se11 rgullecan de no tener rango alguno por encima del de hombrelibre. Pero eran muchos los niveles existentes por debajo de esteltimo. EI media milln de esclavos que trabajaban en Ias colonias'ontinentales en vsperas de Ia independencia se mantenan obvia-111 nte al margen del crculo de Ias personas libres. Las mujeres li-1)1' 'S, cuya identidad cvica quedaba subsumida dentro de Ia de suspadres y esposos, y que no tenan derecho legal alguno a su propiot rnbajo, apenas contaban con oportunidades de autonoma econ-IlIi .a. Aderns, Ias hombres consideraban a Ias mujeres deficitariasn .uanto a racionalidad, valentia y capacidael ele autoeletermina-

    d n '11 cneral: cualidad 'S ncccsarias en toelo ciueladano animadofiO I' ,I .spfritu I, 10 phli 'o. I':n 'I ond , cl ideal de Ia independencia

    tuhn d .Iinido '11 ]>111'\ ' por ,I '11 .ro: ya fu '1':1 .n Jo C nmico o

  • LA HISTORIA DE LA LIBERTAD EN EE.UU.

    en 10 poltico, Ia autonoma era un rasgo masculino, y Ia dependen-cia, el estado natural de Ias mujeres."

    Pero a veces se olvida que, incluso entre Ia poblacin masculinablanca de Ia Norteamrica colonial, convivan mltiples variedadesde libertad parcial, entre Ias que se incluan Ias de Ias siervos porcontrato, Ias aprendices, los empleados domsticos, los reos depor-tados y Ias marineros reclutados contra su voluntad para servir en IaArmada Real britnica. La libertad en Ia Norteamrica colonial sepresentaba como un continuo que iba desde el esclavo -despojadode todo derecho- hasta el propietario independiente, y era muyposible que, a 10 largo de su vida, un solo individuo ocupara ms deuna posicin en ese espectro. Los contratos de trabajo con los que elempleado aceptaba una especie de servidumbre por contrato bilate-ral (renunciando voluntariamente a su libertad durante un perododeterminado) para pagar una deuda previamente contrada supusie-ron el grueso de Ia mano de obra no esclava a 10 largo de Ia era co-lonial. Incluso en fechas tan tardas como Ia dcada de 1770, casi Iamitad de los inmigrantes que llegaban a Norteamrica procedentesde Inglaterra y Escocia suscriban contratos laborales que los liga-ban durante un perodo preestablecido a cambio de que su emplea-dor les sufragase Ia travesa transatlntica. Estos siervos por contratobilateral solan trabajar en los campos de cultivo junto aIos esclavos.AI igual que estos ltimos, los siervos podan ser comprados yvendi-dos, y estaban sometidos a castigos corporales, adems, su obligacinde cumplir con los deberes adquiridos (su desempeno especfico,segn Ia terminologa legal) estaba respaldada por los tribunales dejusticia. Muchos negros son usados de mejor modo, se quejabauna sierva de ese tipo en 1756. Segn su testimonio, a ella Ia obli-gaban a trabajar da y noche [...] y luego [Ia] ataban y azotaban.Pero, lgicamente, a diferencia de los esclavos, los siervos por con-trato podan mirar hacia el futuro con Ia esperanza de verse libres desu servidumbre despus de un tiempo. Si sobrevivan a ese perodode duros trabajos (cosa que muchos no lograron en los primerostiempos), los siervos eran liberados de toda dependencia y recibanderechos de libertad. Los siervos por contrato, como bien co-ment un juez de Pensilvania en 1793, o upaban una atcgora in-termedia entre los sclav s y I S hornhr S lihr 'S '7

    EL NACIMIENTO DE LA LIBERTAD ESTADOUNIDENSE

    La presencia predominante de tantos trabajadores que no alcan-zaban a ser realmente libres serva para sustentar Ia tambin exten-dida realidad de Ia independencia (y, en consecuencia, Ia libertad)econmica de los hombres que eran propietarios y cabezas de fami-lia. El caso ms evidente era el de los hacendados duefios de escla-vos, que ya desde un primer momento equipararon Ia libertad consu propia condicin de amos, pero tambin se poda decir 10 mismode los innumerables artes anos afincados en Ias ciudades del Norteque eran propietarios de uno o dos esclavos y que tenan tambin asu servi cio a varios siervos y aprendices. (En Ia ciudad de NuevaYork y en Filadelfia, los artesanos y los comerciantes, habituados avanagloriarse de su propia independencia, constituan el grupo do-minante entre los propietarios de esclavos.) Y Ia tan celebrada inde-pendencia deI pequeno propietario rural dependa en considerablemedida del trabajo de Ias mujeres dependientes. Ese dicho popularque recuerda que el trabajo de Ias mujeres no termina nunca eraliteralmente cierto: cocinar, limpiar, coser y ayudar en Ias tareasagrcolas eran labores que realizaban Ias esposas y Ias hijas de losgranjeros y que solan marcar Ia diferencia entre Ia autosuficiencia yIa dependencia econmica. En Ia econorna de base domstica de IaNorteamrica colonial, Ia autonorna se fundamentaba en el controlobre otras personas. Libertad y dependencia -escribi el juristade PensilvaniaJames Wilson en 1774- [eran] trminos opuestos eirreconciliables. Pero Wilson olvid sefialar que, puesto que elhombre libre era (por definicin) amo de una casa familiar, libertady dependencia tambin estaban inextricablemente ligadas. 18

    EI siglo XVIII fue un momento de acentuacin de Ia estratifica-i6n social en Ia N orteamrica colonial y de ascenso de una altaI urguesa adinerada que ejerca un dominio creciente sobre Ias ins-ituciones civiles, religiosas y econmicas, y que exiga un trato de-r r nte de sus inferiores sociales. Pese a ello, en tiempos de Ia lnde-p ndencia, la mayora de Ia poblacin masculina no esclava estabar irrnada por agricultores que eran propietarios de sus propias tie-rras. Dado que Ias explotaciones de carcter familiar constituan to-dnva cl centro de Ia pr duccin econmica, los no propietarios su-pon an una pr porcin un mas rcducida de Ia poblacin que en

    :1':111 Br 'ta ['I, y 'ltnll)lljo nsulnrindo .ra mu ho meno prevalente.

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  • LA HISTORIA DE LA LIBERTAD EN EE.UU.

    Entre Ia poblacin libre, Ia propiedad estaba repartida de forma msamplia que en ningn pas europeo. En Ia Norteamrica colonial,segn ha escrito una reputada historiadora, vivan miles y miles delos individuos ms libres que el mundo occidental jams haya cono-cido.'?

    As pues, Ia aversin a Ia dependencia personal y Ia equiparacinde Ia libertad con Ia autonoma adquirieron una profunda raigambreen Ia Norteamrica britnica no slo como parte de una herenciaideolgica, sino tambin porque esas ideas concordaban con unarealidad social: el amplio reparto de Ia propiedad productiva quehaca que un gran nmero de colonos experimentaran, cuando me-nos, un pequeno nivel de independencia econmica. Lo que el ensa-yista francs Hector St. John Crvecoeur identific en 1782 comosello distintivo de Ia sociedad norte americana -su agradable pai-saje uniforme de competencia honrada- conformara Ia base ma-terial para Ia posterior definicin de Estados Unidos como rep-blica de productores, as como para el corolario de sta: que Iaamplia extensin de Ia condicin de propietario -era Ia precondicinsocial de Ia libertad."

    DEMOCRATIZACIN DE LA LIBERTAD

    Caracterizada por un extenso reparto de Ia propiedad (y, por 10 tan-to, por una vida poltica ampliamente participativa), por Ia debilidaddel poder aristocrtico y por unas iglesias oficiales mucho menospoderosas que Ias britnicas, Ia N orteamrica colonial era una socie-dad dotada de un considerable potencial democrtico. Pero fue ne-cesaria Ia lucha independentista para transformar esta sociedad noya en un sistema poltico republicano sin monarca, sino en una na-cin que consagrase Ia igualdad y Ias oportunidades como sus razo-nes de ser, y que se enorgulleciera de proclamarse asilo de Ia libertadpara toda Ia humanidad. La revolucin de Ia Independencia estado-unidense desat una serie de debates pblicos y de luchas polticas ysociales que democratizaron el concepto de libertado

    El bando estadounidense libr Ia guerra de Indcpendencia ennombre de ta lib rtad. En 'S' iarnino ha ia hl s 'para 'i" polti ':I, no

    H

    EL NACIMIENTO DE LA LIBERTAD ESTADOUNIDENSE

    hubo otra palabra que se invocara con mayor frecuencia, aunquerara vez fuera objeto de una definicin precisa. Haba rboles de Ialibertad, mstiles de Ia libertad, Hijos e Rijas de Ia Libertad, y undesfile sin fin de panfletos con ttulos como Un carro de libertado Alocucin sobre Ias hermosas bondades de Ia Libertad (este l-timo, un sermn pronunciado por Joseph Allen en Boston en 1772,se convertira en el discurso pblico ms popular de los anos pre-vios a Ia independencia). Medidas britnicas como Ia aprobacin deIa Ley del Timbre en I765 fueron acogidas a 10 largo y ancho de Iageografia colonial con Ia escenificacin de funerales por Ia libertadcuidadosamente coreografiados en los que un atad era portado ahombros hasta un cementerio, pero del que finalmente acababa sur-giendo su ocupante, milagrosamente resucitado en el ltimo mo-mento (10 que Ia multitud all congregada cele braba retirndose acontinuacin a una taberna cercana). La libertad era algo ms queuna idea para quienes se resistan a Ia autoridad britnica: era unapasin. Algunos hombres bien conocidos por su sobriedad hablabanen tono de vehemente deseo de los dulces placeres de Ia libertad.La idea misma de libertad pas a encarnar toda clase de esperanzasy expectativas. Segn coment un emigrante britnico al arribar atas costas de Maryland a comienzos de I 775, estn todos enio que-idos de libertad."

    Los norteamericanos de Ia poca de Ia Independencia no se ha-an propuesto inicialmente transformar los derechos de los inglesesn los derechos del hombre. La primera carta colonial -Ia de Vir-inia, de I606- haba concedido a los colonos Ias mismas liberta-1 ,licencias e inmunidades que aquellas con Ias que habran con-tado si hubieran residido en nuestro reino de Inglaterra. Y siglo ym dio despus, los colonos americanos eran partcipes de Ia intensi-fi acin del nacionalismo britnico que entonces se viva, y habanr 'afirmado su lealtad al rey y a Ia Constitucin. La resistencia a IasIn .didas recaudatorias britnicas de Ia dcada de I760 empez conI1l1a invocacin de 10s derechos de los norte americanos comohditos britnicos que eran dentro del marco establecido por Ia;( I1SlilUi n de ran Bretafa, Ia mejor que jams haya existidonu' , los homhr 'S >. AI prin .ipi ,Ia oposicin a Ias polticas impe-

    1111 s np ,I) ;1 prin .ipio hrit: ni ' )s cl ' larga tradi i n (como el de Ia

    jI)

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    no imposicin de tributos sin previa representacin o el de los jui-cios con jurado) y emple modalidades de resistencia bien conocidasdesde haca tiempo en Ia madre patria: desde Ias peticiones y lospanfletos hasta Ias actividades multitudinarias. Las medidas britni-cas de aquella dcada (como Ia Ley dei Timbre, Ia Ley de Acuarte-lamiento y los llamados Impuestos Townshend) fueron atacadas enocasiones aludiendo a Ia existencia previa de unos derechos natura-les, pero con mucha mayor frecuencia fueron critica das en nombrede los derechos y privilegios de losingleses nacidos libres, entrelos que se citaban, sobre todo, Ia libertad frente a Ia arbitrariedadgubernamental, Ia seguridad de Ia propiedad, y el derecho a vivir enuna comunidad poltica cuyas leyes contaran con eI consentimientodel pueblo, manifestado a travs de los representantes de ste. Anen 1774, Ias invocaciones a Ia ley natural solan combinarse con unamezcolanza de otras formas de reivindicacin de Ia libertad, comoocurra con los Derechos antiguos, constitucionales y concedidospor Carta Real que invocaron los habitantes de Virginia. Ese mis-mo afio, el primer Congreso Continental defendi sus acciones ape-lando aios princpios de Ia constitucin inglesa y a Ias libertades[...] de unos sbditos libres y naturales del territorio soberano delreino de Inglaterra."

    Sin embargo, a medida que eI conflicto se ,fue profundizando,los lderes coloniales pasaron a interpretar Ias polticas de Ia metr-poli como parte de una inmensa conspiracin dirigida a destruir Ialibertad de Norteamrica y empezaron a entender su propia resis-tencia como algo ms que una simpie revuelta con motivo de unalegislacin determinada: su lucha se haba convertido en un episodiode un conflicto global entre libertad y despotismo. Las llamadas Le-yes Intolerables de 1774, que ordenaban Ia suspensin del parla-mento de Massachusetts y el cierre del puerto de Boston, represen-taban el estadio final de ese plan britnico de esclavizacin de Iascolonias. A partir de ese momento, el derecho a resistir frente a Iaautoridad arbitraria y Ia identificacin de Ia libertad con Ia causa deDios -tan hondamente arraigados gracias a Ias luchas imperialesdel siglo XVIlI- fueron invocados ontra Ia pr pia ran Bretafa."

    La llegada de Ia ind p n I 11 ia volvi irr ,I vant '11 Nort am-rica Ia nocin d los cI 'I"' 'hos d - los ing'1 'S li 1111+dos '., lib irtncl. En

    EL NACIMIENTO DE LA LIBERTAD ESTADOUNIDENSE

    marzo de 1775, todava se poda or a Edmund Burke asegurar en elparlamento britnico que los colonos estaban dedicados no a Ia li-bertad en abstracto, sino a una Iibertad conforme a Ias ideas y alos principios ingleses. Pero Ia profundizacin de Ia crisis impulsinevitablemente a los americanos a fundar sus reivindicaciones so-bre eI vocabulario (ms abstracto) de los derechos naturales y Ia li-bertad universal. Fusionando Ia fe evanglica en el Nuevo Mundocomo futura sede de Ia libertad perfecta con Ia imagen secular deun Viejo Mundo sumido en Ia disipacin y eI autoritarismo arbitra-rio, Ia idea de Ia libertad britnica fue transformada en un conjuntode derechos universales y Estados Unidos, en un santuario de liber-ad para toda Ia humanidad. No deja de resultar irnico que fuera unemigrante de clase baja inglesa, que acababa de llegar a Amrica en774, quien captara de lleno esa imponente visin dei significado

    de Ia independencia. Fue Thomas Paine quien proclam en enero de776 en El sentido comn (eI panfleto ms ledo de Ia poca) 10 si-iente:

    h, vosotros que amis a Ia humanidad [...] dad un paso al frente! TodosI 5 rincones dei viejo mundo estn invadidos por Ia opresin. La libertad haido perseguida en todo el globo. Asia y frica Ia expulsaron de su seno hacemucho tiempo. Para Europa no es ms que una extrafia e Inglaterra le hadado ya aviso para que se vaya. [Acoged, oh, a Ia fugitiva y preparadle ati mpo un asilo para toda Ia humanidadl+

    I' rito, como explic ms tarde el propio Paine, para ayudar aiosh mbres a ser libres, El sentido comn anunciaba una profeca de Ia11 I surgira Ia idea decimonnica de Estados Unidos como impe-t i de libertad. Libre de Ias cargas institucionales -monarqua,Il'j ocracia, privilegios heredados- que opriman a los puebIos dei1 j Mundo, Amrica (y slo Amrica) era eIlugar en eI que poda'h:11' races eI principio de Ia libertad universal. Seis meses despus,

    111 I laracin de Independencia legitimara Ia rebeIin estadouni-dtns n s610 invocando los esfuerzos britnicos por instaurar unaIirnna ab lutista obre Ias colonias, sino haciendo tambin refe-

    I ti 'io o Ios dcre hos naturalcs inalienables de Ia humanidad, entre10 (]U' 10 lil irtnd S )10 .rn sup "'fl Ia cn rango por Ia vida misma. En

    )1

  • A ambos lados del Atlntico, el gorro de Ia libertad simbolizaba el derechoal autogobierno y, en general, a Ia libertad individual. En un .grab~do dePaul Revere (arriba), publicado en I770 en Ia Boston Gazette, Britannia apa-rece sentada con el gorro y el escudo nacional, denotando Ia identificacinque por entonces se haca de Ia libertad con Ia tradicin deI ~ irial, Ia rcvolucin in I .pcn lcntista tarnbin hizo que se cuestio-11\1':111 istru ruras d . pod 'I' h 'I' xladas ')) Ia propia N rtearnrica. La

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    revolucin real, segn escribi Paine, fue intelectual: Vemos conotros ojos, omos con otros odos y pensamos ideas distintas de como10 hacamos anteriormente. En su repudio de Ia corona y del prin-cipio de Ia aristocracia hereditaria, muchos norte americanos mos-traban igualmente su repulsa ante Ia idea misma de Ia desigualdadhumana y Ia sociedad de los privilegios, Ias influencias y el estatusinamovible que aquellas venerables tradiciones encarnaban. La na-turalidad aparente con Ia que J efferson afirm en Ia Declaracinque todos los hombres son creados iguales anunciaba un princi-pio verdaderamente radical cuyas implicaciones nadie fue capaz deprever en su totalidad. En Ia Amrica deI Norte britnica, se creaque el buen orden de una sociedad dependa de Ia obediencia a Iaautoridad, es decir, deI poder de los gobernantes sobre sus sbditos,de los esposos sobre sus esposas, de los padres sobre sus hijos, de losamos sobre sus siervos y sus aprendices, y de los duefios de esclavossobre estos ltimos. La desigualdad haba sido un elemento funda-mental del orden social colonial; Ia Independencia 10 ilegitim enmuchos sentidos. A partir de entonces, Ia libertad estadounidensepasara a estar inextricablemente unida a Ia idea de igualdad (al me-nos, para quienes pertenecan al crculo de los ciudadanos libres):igualdad ante Ia ley, igualdad de derechos polticos, igualdad deoportunidades econmicas y, en opinin de algunos incluso, igual-dad de situacin. Cuando empleo Ias palabras libertad o derechos-explicaba Paine- quiero que se me entienda que me refiero a unaigualdad perfecta de ambas cosas. [...] El suelo de Ia Libertad estan igualado como Ia superfcie del agua. '7

    En el ambiente igualitario de Ia Norteamrica de Ia Indepen-dencia, fueron varias Ias relaciones de dependencia y Ias formas defalta de libertad de antigua raigambre que, de Ia noche a Ia mafiana,pasaron a parecer ilegtimas. El ruego de Abigail Adams a su mari-do para que tuviera presentes a Ias damas, su recordatorio en elsentido de que Ias mujeres, en no menor medida que los hombres,no deban estar vinculadas por ley alguna en Ia que no hayan tenidovoz ni representacin, es bien recordado en Ia actualidad. Menosconocida es Ia respuesta que le dio el propi John Ac1amsy que ilus-tra Ia sensacin d desmoronami nto d t da .lnsc 1, id as h reda-das el c1efer'n 'ia qu ' se vivi) por mton ' 'S:

    EL NACIMIENTO DE LA LIBERTAD ESTADOUNIDENSE

    Nos ~an dicho que nuestra lucha ha aflojado Ias ataduras del gobierno pdoquier: que 10s hijos y 10s aprendices se han vuelto desobedientes querescu~las y Ias ~niversidades son hoy ms turbulentas, que los ndios ha~desairado a qU1eneslos custodian y que los negros son ahora ms insolentecon sus amos. s

    ~a,raJo~ Aelams, aquel vendaval igualitario (incluida Ia reivindica-10n de hbertad poltica formulada por su esposa) supona una afren-ta contra el orden natural de Ias cosas."

    AI final, Ia Independencia no pus o fin a Ia obediencia que 10v~~ones cabezas de farnilia estaban facultados a exigir de sus esposas

    s

    IUJo~,e~pleados y esclavos. Pero para los hombres 1ibres, Ia demo~IratlZaCl~n de Ia libertad fue espectacular, y en ningn otro mbito

    ~e. ma: ,que en 10s ataques contra Ia limitacin tradicional deIaI articipacion poltica al mbito de Ios propietarios. Todos, desdeeI'1.< p~tero hasta eI senador, somos ahora polticos, proclamaba unr mitente bostoniano en una carta de 1774. En todas Ias coloniI s campafas electorales se convirtieron en audaces debates sob~~I fu.~damentos del gobierno, en Ios que no slo Ia lite culta, sino1nmbin Ios artesanos, 10s granjeros y los trabajadores asalariadol~e ~mer~~n co~ conciencia propia como un nuevo elemento de~

    I 1 aJe P?htlc?), discutan sobre temas como Ias elecciones anuales,('I su.fr.a,glOuniversal ~asculino, Ia tolerancia religiosa o, incluso, Ia1\, licin de Ia esclavitud. La milicia, compuesta en su mayora porI1 I rnbros .de los rdenes inferiores, que incluan a los siervosyI:), ap~end1ces, se.c~nvirti en una escuela de democracia poltica.\I miembros eXlglan el derecho a elegir a todos sus oficiales e insis-

    1 1~11n Ia concesin deI derecho al voto para todos los soldados, CUl11-I It se~ o no con Ias condiciones de edad o de niveles de propiedadIoqueridas. Con ello instauraron una tradicin de larga duraciupor Ia que el cumplimiento deI servicio militar permitira a diverso

    t up s .excluidos reclamar su derecho a Ia plena ciudadana. SU1e~~sdurante Ia Independencia pedan elecciones anualesy

    11 '.pan~lOn e1el~erecho aI voto no se planteaban simplemente IaI ti li J 11ele] vnculo entre propiedad y sufragio sino tarnbi

    I fi' , ,leu

    111\ r 'C "\1111611dei concepto mi m de propiedad. AI trminoI I, 'I"n r .volu .ionnria, ,I '00' .pro de pr picda I se haba ampliado

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    hasta incluir derechos y libertades adems de posesiones fsicas. Unhombre -declar Madison en Ia Convencin Constitucional de1787- es propietario de sus opiniones y de Ia libertad de transmi-tirlas, es propietario de [...] Ia seguridad y Ia libertad de su persona.Afias ms tarde, l mismo se referira a Ia obligacin que tiene elgobiemo de proteger tanto el derecho a poseer propiedad como Iapropiedad del ciudadano sobre sus derechos. La propiedad dejabaas de ser un requisito previa para Ia libertad: esta ltima poda con-cebirse como una forma ms de propiedad;"

    La concepcin de Ia propiedad como idea que inclua Ia propie-dad sobre la propia persona ayud a democratizar Ia nacin poltica.Si todas Ias personas eran propietarias de sus derechos, no habamotivo lgico para que no participaran sin excepcin en el gobiemodel pas. Antes de Ia independencia, el derecho al voto haba estadosujeto a complejas restricciones que variaban segn Ia colonia. Entodas ellas, sin embargo, Ias requisitos de propiedad, aun resultan-do menos excluyentes que en Inglaterra debido a Ia extendida dis-tribucin de Ia propiedad en s, bloqueaban el acceso al sufragio aquienes eran considerados incapaces de tener un juicio indepen-diente (oficiales sin taller propio, siervos, aprendices y personas po-bres). En general, Ias mujeres estaban excluidas del voto (aun cuan-do ocasionalmente haba habido muj eres propietarias -viudas, en" ,su gran mayora- que haban podido acudir a Ias umas) y muchascolonias imponan tambin requisitos religiosos de uno u otro tipo.La lucha por Ia independencia galvaniz Ia participacin de cientosde miles de personas situadas hasta entonces fuera de Ia nacin po-ltica. Todo hombre pobre -escribi alguien desde Maryland-tiene una vida, una libertad personal y derecho a disponer de susingresos, por 10 que el voto era un derecho universal y no un privi-legio: el derecho inherente ai sufragio libre era el ms grandederecho de un hombre libre. El sufragio -proclamaba una peti-cin formulada desde Carolina del Norte por un grupo de personasprivadas dei derecho ai voto- [era] un derecho esencial para (e in-separable de) Ia libertads-i'"

    Los patriotas conservadores se batieron con coraje por reafirmarIa lgica en Ia que se basaban Ias viejas rcstriccion .s, La propicdad,y nada ms que Ia propi xlad, insista john Aclam, flip1ifi -:lha inde-

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    pendencia; quienes carecan de ella no tenan juicio propio. Hablany votan siguiendo Ia direccin marcada por algn hombre que s espropietario. Adams tema que Ia supresin de Ias requisitos de pro-piedad llegara a confundir y destruir todas Ias distinciones, hastareducir todos Ias rangos a un nico nivel cornn. Pero sa era pre-cisamente Ia meta de Ias demcratas radicales de Ia poca. Aun as,pese a adentrarse bastante por Ia senda de Ia concepcin del votocomo un derecho y no como un privilegio, no solan Ilegar al puntode propugnar el sufragio universal, ni siquiera para todos Ias hom-bres libres. Las constituciones ms democrticas de Ias nuevos esta-dos, como Ia de Pensilvania, suprimieron Ias requisitos electoralesrelacionados con Ia propiedad, pero Ias sustituyeron por Ia obliga-cin de pagar un impuesto electoral, 10 que permiti acceder ai su-fragio a Ia prctica totalidad de Ia poblacin masculina libre dei es-tado, pero sigui excluyendo del derecho al voto a un reducidonmero de varones (bsicamente, Ias indigentes y Ias sirvientes do-msticos). El propio Paine, que consideraba que el derecho a Ia par-ticipacin poltica era inseparable dei hombre como tal hombre,crea que quienes elegan trabajar sirviendo en otras casas (y, por 10tanto, cedan voluntariamente su autonoma) podan perderlo tem-poralmente. Paine segua asumiendo, pues, que Ia dependenciadestruye Ia libertad. Pese a todo, y dado que el pago de impuestosno implicaba que un hombre fuese econmicamente independiente,se requisito electoral modificado represent un cambio extraordi-nario con respecto a Ia prctica habitual en tiempos coloniales. Ele-v Ia libertad personal, en palabras de un ensayista de Maryland,a una posicin ms importante que Ia posesin de propiedad a Iahora de definir Ias fronteras de Ia nacin poltica."

    En lneas generales, Ia Independencia fue un momento de granxpansin del derecho al voto gracias a: Ia sustitucin de Ias requisi-t s de propiedad por el pago de impuestos especficos en algunos.stados, Ia reduccin sustancial en otros de Ias niveles mnimos depr piedad de bienes races establecidos y Ia concesin generalizadacI I derecho de sufragio a Ias soldados. Evidentemente, el debates brc cl sufragio se prolongara durante muchas dcadas. Para losvnroncs blancos, cI proceso d ' dcmocratizacin no aIcanz su fin detrnyccro hasta Ia ira d 'Ja{'!

  • LA HISTORlA DE LA LIBERTAD EN EE.UU.

    blanca, an quedaba mucho ms por recorrer. Pero incluso en tiem-pOSde Ia Independencia, e! proceso tuvo una profunda repercusinen Ias definiciones de libertad predominantes. En ellenguaje popu-lar de Ia poltica, cuando no en e! propio derecho, libertad y sufragiose haban vuelto trminos intercambiables. ~Cmo puede decirseque un hombre es libre e independiente -se preguntaron los veci-nos de Lenox, Massachusetts, en 1778- cuando no se le permitetener voz en Ias eIecciones? A partir de aquel momento, Ia libertadpoltica (e! derecho ai autogobierno) pasara a significar no slo,como en e! pasado, el derecho de un pueblo a ser gobernado por susrepresentantes electos, sino tambin el de un individuo a Ia partici-pacin poltica."

    En materia tanto econmica como poltica, Ia Independenciarevis Ias lneas fronterizas entre quienes eran libres y quienes no.En Ia Norteamrica colonial, Ia esclavitud era uno ms de los mlti-pies sistemas no libres de trabajo. En Ia generacin que sigui almomento mismo de Ia independencia, con Ia rpida disminucin delos siervos por contrato bilateral y de los aprendices, y con Ia trans-formacin de! servicio domstico remunerado en una ocupacin re-servada a trabajadores negros y a mujeres blancas, desaparecieronlos estados intermedios entre Ia esclavitud y Ia libertad (ai menospara los varones blancos). El declive de estas modalidades laborales(muy anterior al momento en e! que dejaron de estar extendidas enGran Bretafia) tuvo numerosas causas, entre Ias que se pueden citarIa disponibilidad creciente de trabajadores asalariados y Ias medidastomadas por un nmero considerable de siervos y aprendices queaprovecharon Ia agitacin propia de Ia revolucin independentistapara huir del control de sus sefiores. Pero Ia democratizacin de Ialibertad desempefi un papel importante. La libertad parcial eraun contrasentido y Ia servidumbre pas a ser vista cada vez mscomo una condicin incompatible con Ia ciudadana republicana.En 1784, un grupo de neoyorquinos respetables liber a todo unpasaje de siervos por contrato que acababa de atracar en eI puerto deIa ciudad alegando que e! estatus de stos era contrario a [...] Ia ideade libertad que tan felizmente ha instaurad cs c pas.

    En 1800, Ia servidumbre por ontrato I ilat .ral haba d sapar -cido prcticam .ntc d . Fstados nid s y 1npr 'ndiznj' '01110 insti-

    EL NACIMIENTO DE LA LIBERTAD ESTADOUNIDENSE

    tucin laboral estaba en franca decadencia. Ambos cambios hicieronms acusada an Ia dicotoma entre libertad y esclavitud, y entre unaconoma nortefia basada en 10 que acabara conocindose comomano de obra libre y un Sur cada vez ms fuertemente ligado aitrabajo de Ios esclavos. En e! transcurso de ese proceso, incluso set ransform el significado mismo de trminos como master (

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    Declaracin de lndependencia, uni el signo de Ia nueva nacin conun proceso democrtico y abierto en el que los individuos desarro-llen su propio potencial y traten de hacer realidad sus propios obje-tivos vitales. La autorrealizacin individual, libre de trabas guberna-mentales, se convertira as en un elemento central de Ia libertadestadounidense. Si se toma seriamente como objetivo, Ia igualdad deoportunidades puede tener consecuencias casi tan perturbadoras delorden de Ias instituciones y Ias jerarquas tradicionales como Iasreivindicaciones de igualdad material. No hay duda de que muchoslderes revolucionarios de Ia era de Ia lndependencia dieron porsentado que, en Ia nueva repblica, Ia igualdad de oportunidadesdesembocara en un estado bastante aproximado al de Ia igualdadmaterial. Abolidos los privilegios hereditarios y los monopoliosmercantilistas, y abierto as el acceso a Ia riqueza a todos 10s hom-bres de talento, Ia libertad perfecta de comercio y Ia libertad de10s trabajadores para buscar el empleo que consideraran ms desea-ble permitiran que todos los ciudadanos industriosos adquirieranpropiedades. Dadas, adems, Ias circunstancias excepcionales deINuevo Mundo, con sus extensas reas de tierras disponibles y suabundante poblacin de granjeros y artesanos independientes, nopareca que existiera contradiccin alguna entre una economa delaissez faire liberal y una autonoma econmica generalizada. Elimi-nados los favoritismos gubernamentales, el funcionamiento naturalde Ia sociedad acabara por generar justicia, libertad e igualdad. je-fferson argument que, en vista del rpido aumento de Ia demandainternacional de cereales estadounidenses, Ia libertad de comerciobeneficiara aIos norte americanos corri entes y creara Ias condi cio-nes materiales propicias para una ciudadana propietaria y empren-dedora. Un gobierno con poderes limitados permitira que los ciu-dadanos adquirieran tanto una autntica independencia econmicacomo un carcter virtuoso, 10 que conciliara el orden con Ia liber-tad, y Ia igualdad con Ia libertad."

    La equiparacin reforzada de Ia autonoma con Ia libertad nopoda menos que traer a colacin Ia cuestin de Ias precondicionessociales de Ia libertado Si Ia dependencia econrni a rcaba servilis-mo poltico, ~no se dcbcra gnrantizar aios .iudadnnos d ' una r p-blica cI a eso a Ia propi '(\:1(\ produ ,tiV:1? Ln vin '1111 'i )11 de Ia pro-

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    EL NACIMIENTO DE LA LIBERTAD ESTADOUNIDENSE

    pi dad con Ia libertad, que anteriormente se haba empleado para11 finir Ias fronteras de Ia nacin poltica de tal manera que quedasen cluidas de sta Ias personas que no fueran propietarias, poda sertransformada as en un derecho poltico por quienes queran ser pro-pi tarios de tierras. A partir de los diversos conflictos por el acceso a10 territorios occidentales sostenidos no slo con Gran Bretaa, sinornrnbin con acreedores, terratenientes e indios, por ejemplo, los1'( lonos de Ia frontera fueron forjando su propio lenguaje diferen-i. do de libertado Cuando un grupo de ciudadanos de Ohio pidi al(: ngreso en 1785 que ste arremetiera contra los terratenientes y IosI peculadores que estaban acaparando Ia superficie de terreno dis-11 inible, su lema fue concdannos libertad. Las reclamaciones de\(' ieso preferente a Ia tierra formuladas por los colonos se funda-ItI mtaban en Ia idea de que Ia posesin de propiedad, por emplearlI. palabras de un congresista por Carolina deI Norte, era una si-t 1111 in conducente a Ia libertad y deseada por todos.

    Otros buscaron por diferentes vas que el gobierno procuraraurc noma (y, por consiguiente, libertad) econmica para quienes110 Ia posean an. La reivindicacin de igualdad indujo tambin a Iamguardia ms radical de los revolucionarios independentistas a re-

    I lurnar del gobierno que garantizara que todos los norteamericanosnzaran por igual de Ias bondades y los beneficios derivados de Ia

    111(1 pendencia nacional. La democratizacin del sistema poltico de111 tados tras Ia independencia desat una avalancha de promulga-I run S de normas destinadas a fortalecer Ia autonoma econmica:ti i de deudas, poltica fiscal ms equitativa y concesiones directasIII li rras a quienes no Ias posean. En nombre de Ia libertad, seI" S intaron peticiones incluso a propsito de limitar Ia cantidad de1" opi dad acumulable por un solo individuo. Con independenciaII1 I sensatez de cada una de aquellas medidas (y no olvidemos que,I 1I 'li njunto, alarmaron de tal forma a quienes propugnaban una1'111 ti a fiscal y econmica prudente que acabaron por inspirar eluruvimiento de defensa de un gobierno nacional ms fuerte que cul-111 I1 '11Ia redaccin de Ia Constitucin de Estados Unidos), el de-I1 II n si su ra que Ia Independencia haba trado a un primer,,11110 cl Ia P Hti a Ia cuestin de Ias condiciones econmicas de IaI 11 1llId.l~

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    Como otros muchos norteamericanos de su generacin, Tho-mas J efferson crea que carecer de recursos econmicos era carecerde libertado J efferson estaba a favor de un Estado limitado, pero, almismo tiempo, crea que el gobierno poda ayudar a crear el marcoinstitucional de Ia libertado Entre los logros de los que ms se enor-gu11ecaestaban Ias leyes de Virginia que abolieron el mayorazgo (lalimitacin de Ia herencia a un linaje especfico de herederos paramantener Ia propiedad de una hacienda dentro de una misma fami-lia) y Ia primogenitura (Ia ley que requera que Ias tierras de una fa-milia fueran legadas ntegramente ai hijo varn de mayor edad) a finde impedir el ascenso de una aristocracia futura y de establecerlos cimientos de un gobierno verdaderamente republicano. Conesa misma intencin, J efferson propuso conceder cincuenta acres deterreno a toda persona mayor de edad que no los poseyera toda-va, una medida ms mediante Ia que el gobierno poda potenciar Ialibertad de sus sbditos." .

    J ames Madison, colega y amigo de toda Ia vida de J efferson, coin-cida con ste en que el granjero y pequeno propietario rural inde-pendiente constitua Ia mejor base posible de Ia libertad pblica.Segn escribi el propio Madison, Ia legislacin de una repblicadeba ir dirigida a reducir Ia riqueza extrema a un estado de me-diana, y elevar Ia indigencia extrema a un estado de holgura.Pero Madison no estaba contagiado del optimismo congnito deJefferson y le obsesionaba el miedo a que Ias condiciones de igualdadeconmica relativa resultaran ser nicamente temporales. EI desa-rro11o econmico -advirti a Ia Convencin Constitucional- aca-bara inevitablemente por producir una sociedad con una mayoradesprovista de propiedades y con un marcado conflicto de clase en-tre ricos y pobres. ~Cmo podra sobrevivir un gobierno basado enIa voluntad popular cuando los formantes de una mayora democr-tica, hartos de no ser propietarios, tratasen de expoliar a los ricos?Para Madison, Ia respuesta pasaba por estructurar el sistema de go-bierno de tal forma que impidiera que ningn grupo de inters eco-nmico particular alcanzara el poder por s solo. Con su elaboradosistema de controles y contrapesos y su divisin d Ia s berana, IaConstitucin fue liscfiada, '11 parte, '011 ,I obj '1'0 I posibilitar queel sistema polf: ico r .puhli ':l110 sohr 'vivi '1':1 nl num 'IlIO de ln de-

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    EL NACIMIENTO DE LA LIBERTAD ESTADOUNIDENSE

    i ualdad econmica (y de que Ias concentraciones desiguales depr piedad fueran inmunes a Ia interferencia gubernamental). PeroM, dison y Jefferson tambin estaban convencidos de que Ias cir-runstancias singulares de Ia nueva nacin podran retrasar duranteIIlU ho tiempo el surgimiento de desigualdades econmicas de unaI 'ala similar a Ia de Ias de Gran Bretafia y Europa. La expansin1111 'ia el oeste, una opcin que, como es obvio, no estaba ai alcancedl'l Viejo Mundo, sostendra el rgimen de libertad dei Nuevo.IC.11 I fondo, ah radicaba un poderoso y duradero suefio americano:I I ti una sociedad de individuos libres igualados por Ia prodigalidaddI I, naturaleza.f .

    cEl gobierno activo y enrgico era una amenaza a Ia libertad o,11 manos de una ciucladana virtuosa, constitua la.encarnacin rnis-

    111' I Ia libertad poltica? Para Paine, el Estado era un mal necesa-1111, una sefial de Ia prdida de Ia inocencia. Para Samuel Adams,I n escribi en 1785, Ia autoridad poltica difcilmente poda serI ta como un peligro para Ia libertad, pues nuestro gobierno ac-

    11'" tiene en Ia libertad su propio objeto;'? Pero el repunte iguali-1,1 I is a propiciado por Ia revolucin independentista despert rece-ICI mtre dirigentes influyentes de numerosos estados, temerosos de11 11' 1experimento de Ia independencia terminara por irse a pique si1111 hallaba Ia forma de aislar al gobierno de Ias pasiones popula-IC , .reando una estructura gubernamental con Ia que pretendan,I fll I" tras cosas, garantizar los beneficios de Ia libertad, los auto-I I de Ia Constitucin instituyeron nuevas formas de entender Ia li-111I tn Ipoltica y civil que, con el tiempo, afectaran profundamented '\11'5 futuro de Ia historia estadounidense.

    1 urante Ia lucha por Ia independencia, alguien que escriba des-clc M ssachusetts coment que, mientras se debatia Ia Constitucin,I \ insia pblicas estaban dei lado de Ia Iibertad. Entre los artfi-

    II d I ixto, sin embargo, Ia libertad haba perdido parte de su an-te I 01' lustre. En 1775, John Adams haba insistido en recordar queI I 11 spotisrn democrtico es un contrasentido. Pero los nacio-

    11di 11S '0111 Madison acabaron convencindose durante Ia dcadaclc '7H de que cl autogobierno popular, Ia esencia de Ia libertad1'111 ti' r, ','\1 unn 11m .nnza para 1:1s 'guric1a I de Ia propiedad y, porI" 1111110, d 'h II r 'slf'inp;il's ' 11111'11 qu ' 1:1Jib .rrad flor icsc, TInto

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  • LA HISTORIA DE tA LIBERTAD EN EE.UU.

    pueden poner en peligro Ia libertad -escribi Madison en EI fede-,ralista-los abusos de sta como los abusos del poder. Por decidode otro modo, Ia libertad pblica podra poner en peligro Ia liber-tad privada, como Ia libertad poltica podra hacer peligrar Ia libertadpersonal, a partir del momento en que se pone el poder en manosdel pueblo. Madison tena muy presentes Ia tempestuosa cotidianei-dad democrtica en el seno de los estados durante Ia dcada de 1780y los ataques colectivos contra el orden pblico del estilo de Ia Re-belin de Shays de 1786-1787, en Ia que unos granjeros acuciadospor Ias deudas (muchos de ellos ex soldados de Ia guerra de Indepen-dencia) clausuraron los juzgados del Massachusetts occidental paraimpedir Ia prdida de sus propiedades a manos de los acreedores.Que emplearan rboles y mstiles de Ia libertad, los emblemas de Ialucha por Ia independencia, como smbolos de su propia causa nosirvi para se granjearan el aprecio de los defensores de Ia ley y elorden.f

    Lo que los artfices de Ia Constitucin pretendan en ltima ins-tancia era conciliar el sistema republicano de gobierno con Ia estabi-lidad social mediante Ia difusin del poder poltico, Ia prohibicin alos estados de cualquier contraccin de los derechos de propiedad yel equilibrio entre Ias aspiraciones interesadas de diversos grupossociales en conflicto. Madison no abandon Ia idea de que Ia virtuddel pueblo era el sostn esencial de Ia libertado Pero en un mundoen el que Ia virtud cvica pareca quedar aplastada bajo el interspropio, Ia preservacin de Ia libertad tendra que depender de Ia pro-pia maquinaria gubernamental y no del carcter del pueblo: un pasomuy importante en Ia transicin de Ias premisas republicanas a Iasliberales entre Ia lite poltica. Aun as, Ia idea republicana de queIas decisiones polticas y Ias relaciones econmicas deban reflejarun inters por el bien comn ms que por Ia ganancia privada sobre-vivira mucho tiempo a Ia era revolucionaria.

    Madison, Alexander Hamilton y los dems arquitectos de IaConstitucin fueron constructores nacionales. Hamilton fue quizel ms firme proponente de un gobierno enrgico que capacita-ra a Ia nueva nacin para tener una presencia comercial y diplomticapoderosa en los asuntos intcrnacionales. 1poder y Ia libcrtad, in-sista l, ran ornpl '111 .ntnrios, no antit ti 'os, Y'

  • LA HISTORIA DE LA LIBERTAD EN EE.UU.

    facultar al Congreso para derogar leyes estatales, Ia Constitucinfinalmente aprobada por aqulla cre un gobierno central muchoms poderoso que Ia dbil autoridad instaurada por los Artculos deIa Confederacin, el marco precedente dei sistema de gobierno es-tadounidense."

    As pues, los creadores de Ia Constitucin entendan que Ia li-bertad era tanto Ia base fundacional de Ia autoridad gubernamentalcomo una amenaza a Ia gobernabilidad que deba mantenerse bajocontroI. En este sentido, el texto constitucional represent un re-pliegue con respecto al efervescente auge democrtico que habaacompafiado a Ia lucha por Ia independencia. El mismo entusiasmoque nos luzo actuar a favor de Ia libertad en los anos 1774 y 1775-coment Benjamin Rush, uno de los lderes de Ia lucha indepen-dentista en Pensilvania->- se deja sentir hoy en todas Ias clases, peroa favor del gobierno. Es dudoso, sin embargo, que todas Ias clasescoincidieran realmente en esa opinin, pues el proceso de ratifica-cin constitucional desat un debate de alcance nacional a propsitode cules seran los medi os ms adecuados para preservar Ia libertadpoltica. Los antifederalistas, como se llamaba a quienes se oponana Ia ratificacin, insistan en que Ia Constitucin desplazaba excesi-vamente el centro de gravedad entre Ia libertad y Ia autoridad haciaesta ltima. La libertad, segn crean, estaba ms segura en manosde comunidades ms pequenas guiadas por el objetivo dei bien co-mn que en Ias de un poder federal distante y protector de interesesprivados. El gobierno consolidado previsto en Ia Constitucin, selamentaba Patrick Henry, poda dar lugar a un gran y poderosoimperio, pero a costa de Ia libertado ~Qu es Ia libertad? -se pre-guntabaJames Lincoln, de Carolina dei Sur-. El poder para gober-narnos a nosotros mismos. Si adoptamos esta Constitucin, 2dis-pondremos de tal poder? No.4'

    AI final, como es bien sabido, se logr Ia ratificacin a cambio,en parte, de que se afiadiera Ia Carta de Derechos. El redactadoconstitucional original, segn aducan los antifederalistas, dejabadesprotegidos frente a Ia intervencin gubernamental aquellos de-rechos personales e inalienables de los hombres sin los que nopuede haber libertad. Madis n estaba tan c nven ido d que losequilibrios y contrap sos d . la ,ol1sti li .in prot 'g 'r nn ln lib rtad

    EL NACIMIENTO DE LA LIBERTAD ESTADOUNIDENSE

    que consideraba redundante o intil Ia inclusin de una Carta deI rechos. Las enmiendas dirigidas a restringir eI poder federal,( " \a l, no tendran efecto alguno sobre el peligro que para Ia liber-I ItI planteaban Ias mayoras descontrola das dentro de los estados, y11 inguna lista de derechos sera capaz de prever jams Ia multitud de111 neras de proceder mediante Ias que podran funcionar los parla-111 intos estatales en el futuro. Las barreras de pergamino acaba-I nn demostrndose menos eficaces frente a los abusos de autoridadi unndo ms se Ias necesitase (una apreciacin ampliamente confir-III:ldapor momentos de histeria popular como los acaecidos duranteI I ligro Rojo que sigui a Ia Primera Guerra Mundial o durante Ia'Il' McCarthy de los anos cincuenta del siglo xx, cuando todos los

    PC) 1ires dei Estado participaron de un atropello continuado e impu-111 de Ia libertad de expresinj.u

    lloy en da, cuando se pide a los estadounidenses que definan IaI h rtad, stos recurren instintivamente a Ia Carta de Derechos y, enI pc ial, a Ia Primera Enmienda, que contiene garantas sobre Ia li-111 rtad de expresin, de prensa y de religin. Pero Ia Carta de Dere-1110, despert escaso entusiasmo en el momento de Ia ratificacin y111 asi ignorada durante dcadas. No sera hasta el siglo xx cuandoI 11l!, zara a ser venerada comO Ia expresin por antonomasia de IaI I rtad estadounidense. Aun as, Ia Carta de Derechos incidi sutil-IIIlI en eIlenguaje sobre Ia libertado AI ser aplicada inicialmenteI11 ) o) gobierno federal (y no a los estados), reforz Ia idea de que elIHHIr nacional concentrado supona Ia mayor amenaza posible a Ia111-rtad. Y puso en marcha un largo proceso durante el que Ia libertadI' I ) a ser analizada y debatida con el vocabulario de los derechos:11111 h rencia de Ia vieja definicin de Iibertad entendida como1111 [unto de poderes y privilegios legalizados especficos que habanIII 1 I a aplicarse a todo el pueblo que formaba Ia nacin poltica\ 110 n rupos o localidades particulares. Lo que en el siglo xx se111111 tra Ia jerga de los derechos encarnaba una tensin persisten-II " la vida estadounidense entre libertad y democracia. Y es queI,I ti "" hos s n, a nn tiempo, democrticos y nega dores de Ia de-1111' I', 'in: democrticos en el sentido de que pueden ser reclamadosli" odos los iu Ia lanos; antid rnocrtico por cuanto han de ser1"111 id( s rI' intc n los nhusos d .pod 'r, in .luido el poder dei propio

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  • LA HISTORlA DE LA LIBERTAD EN EE.UU.

    pueblo. Las libertades de expresin y de prensa, por ejemplo, fuerondefendidas como protecciones frente a Ia intrusin gubernamentalen Ia expresin individual e, igualmente, como elementos esencia-les en Ia gobernanza democrtica, pues sin un libre fIujo de ideas einformacin, ni votantes ni legisladores pueden tomar decisiones deforma inteligente.r'

    Pese a todo, el concepto de libertad de expresin entendida comoun derecho individual, personal, estimulado por Ia Primera Enmien-da, supona ciertamente un cambio radical. El trmino libertad deexpresin se haba originado en Gran Bretafia con el fin de prote-ger el debate sin restricciones en el Parlamento; inicialmente, hacareferencia a Ia inrnunidad penal de los legisladores por Ias opinionesexpresadas durante tales debates, no al derecho de los ciudadanos acriticar aI gobierno. A 10 largo de Ia era colonial, fueron varios losindividuos y editores procesados por pronunciar comentarios sedi-ciosos sobre miembros de Ias asambleas legislativas o sobre algunaaccin de stos. La prensa colonial rebosaba de polmicas sobrecuestiones polticas, y Ia absolucin de John Peter Zenger por suscrticas contra el gobernador real de Nueva York haba consolidadotiempo atrs Ia validez de Ia verdad como defensa frente a Ias impu-taciones por difamacin sediciosa. Pero incluso Jefferson, un fer-viente convencido de que Ia libertad en general depende de Ia li-bertad de prensa, hizo tambin hincapi en que quienes llevaban aIpblico a engano publicando hechos falsos deban estar sujetos acastigo. De todos modos, y aun cuando Ia implementacin legal deesos derechos estuviera an pendi ente de desarrollo, Ia Carta de De-rechos hizo mucho por instaurar Ias libertades de expresin y deprensa como piedras angulares de Ia manera popular de entender Ialibertad en Estados Unidos."

    Ms extraordinario an fue el reconocimiento constitucional deIa libertad religiosa. En Gran Bretafia, haca tiempo que los llama-dos disidentes o inconformistas religiosos invocaban ellenguaje deIa libertad para pedir Ia revocacin de Ias leyes penales conocidascomo Ias Test and Corporation Acts, que imponan diversos tiposde inhabilitacin para 10s no anglicanos. (Pocos de ellos, no obs-tante, incluan aios catlic s n sus son ros llarnarnicntos a Ia liber-tad religi sa.) Dada 1:1pr 'S ')1 'ia '/1 .llas d I1l1m 'I'OS:1S .onf siones

    'I

    EL NACIMIENTO DE LA LIBERTAD ESTADOUNIDENSE

    religiosas distintas (cuqueros, anglicanos, menonitas, moravos, lu-teranos, presbiterianos, baptistas, catlicos y judos), Ias coloniasgozaban de un grado ms elevado de libertad religiosa que Ia madrepatria. Pero, aunque colonias como Rhode Island y Pensilvania prac-ticaban desde haca tiempo Ia tolerancia, Ia libertad religiosa previaa Ia revolucin independentista surgi ms de Ia realidad del plura-lismo religioso que de una teora de Ia tolerancia religiosa. La se-paracin completa entre iglesia y Estado no existia en ningn lugarde Ia Norteamrica britnica. Ni siquiera en Pensilvania, que en1682 otorg Ia libertad cristiana a todos aquellos que reconocie-ran a un Dios Todopoderoso, estaban exentos los cargos pblicosde prestar un juramento afirmando su fe en Jesucristo. Antes de IaTndependencia, Ia mayora de Ias colonias sostenan instituciones re-ligiosas con fondos pblicos y discriminaban a catlicos, judos e,incluso, protestantes disidentes en Ias elecciones y en el acceso a.argos oficiales. En vsperas de Ia independencia, en Massachusettsontinuaba envindose a prisin a Ios baptistas que se negaban apagar impuestos para sostener a los pastores congregacionalistas 10-ales. (

  • LA HISTORIA DE LA LIBERTAD EN EE.UU.

    delitos como Ia blasfemia y Ia transgresin del descanso domini-cal. Aun as, Ia Constitucin -que no contiene referencia alguna aDios- es un documento puramente secular. AI prohibir Ias pruebasde religiosidad para el acceso a los cargos oficiales federales y, en IaPrimera Enrnienda, impedir que el gobierno federal pueda legislarsobre mate ria religiosa, se alej radicalmente de Ia prctica habitualhasta entonces tanto en Gran Bretaia como en Ias colonias. Confor-me a Ia Constitucin, era y contina siendo posible -como un cr-tico de aquel entonces denunci- que un papista, un mahometa-no, un desta o, incluso, un ateo llegue a ser presidente de EstadosUnidos.47

    Como Ia libertad de expresin y de prensa, Ia libertad religiosavena a reflejar Ia conviccin de que, tal como dijo Madison, Ia con-ciencia era el ms sagrado de todos los derechos y ninguna auto-ridad poltica deba influir en su libre ejercicio ni castigarIo. La li-bertad religiosa se convirti (ms an que otras libertades) en elparadigma de derecho entendido como cuestin privada que debeser protegida frente a Ia intervencin gubernamental (conforme a Ianueva interpretacin de los derechos que surgi con Ia generacinde Ia poca de Ia Independencia). La libertad religiosa ofreca unanueva lgica justificadora de Ia idea de Estados Unidos como faro ygua de Ia libertado Madison se opuso con xito a un impuesto deVirginia destinado al sostn general de Ias iglesias cristianas. En suargumentacin, puso especial nfasis en que uno de los motivos paraIa separacin completa entre iglesia y Estado era el de fortalecer elsignificado de Ia Independencia como algo que brindaba un re-fugio a los perseguidos y los oprimidos de toda nacin y de todareligin. Y Ia libertad religiosa constitua un modelo para el con-junto del sistema de preservacin de Ia libertad ideado por el propioMadison. En una sociedad libre, segn escribi ste, Ia fuente de Iaseguridad de 10s derechos civiles debe ser Ia misma que Ia de losderechos religiosos. En el primer caso, reside en Ia multiplicidad deintereses, y, en el segundo, en Ia multiplicidad de sectas. Un libremercado de religiones impedira as que ningn grupo concreto uti-lizara el poder poltico para imponer sus opiniones a I dems. Enuna nacin de abrumadora mayora ristiana (aunqu n nec aria-mente practicante), Ia separa 'i n mire igl 'sin y l~s1l\do S .rva para

    H

    EL NACIMIENTO DE LA LIBERTAD ESTADOUNIDENSE

    trazar una clara lnea divisoria entre Ia autoridad pblica y un terre-no definido como privado, 10 que reforzaba Ia idea de los dere-hos entendidos como restricciones al poder del gobierno."

    As pues, Ia revolucin de Ia Independencia democratiz no slo'1 cristianismo norteamericano, sino tambin Ia idea misma de Ialibertad religiosa. No deja de ser irnico que, al mismo tiempo que1:1 separacin entre iglesia y Estado creaba el espacio social y polticoque permiti el florecimiento de una gran multitud de institucionesI' .ligiosas, Ia cultura de los derechos individuales de Ia que aquellas .paracin form parte amenazara con socavar Ia autoridad de Iasi rlesias. Un revelador ejemplo 10 constitua Ia experiencia de losI Iermanos Moravos, que haban emigrado a Carolina del Norteli .sde AIemania en vsperas de Ia Independencia. Segn los mayores11, Ia Hermandad, los miembros ms jvenes de Ia comunidad (comotnntos otros norte americanos de Ia generacin revolucionaria) esta-IIr111 empenados en afirmar su pretendida libertad y sus presuntoscI rechos humanos. Para los mayores, Ia libertad americana erapoco ms que una oportunidad para Ia tentacin, una amenazapnra el espritu de abnegacin y lealtad comunitaria imprescindi-hle para Ia libertad cristiana. Pero pese a aquellos temores, Ia abo-Ii .in del carcter oficial de Ias iglesias no puso fin a Ia influencia de1\ religin en Ia sociedad estadounidense, sino todo 10 contrario.( ;racias a Ia libertad religiosa, Ia poca posindependentista sera es-I' mario de una asombrosa proliferacin de confesiones religiosas.11n Ia actualidad, mientras prosiguen los debates sobre cul debe ser1\ relacin ms apropiada entre los asuntos espirituales y los polti-\'0', n Estados Unidos se practican ms de r. 300 religiones.s?

    Rndanse a esta poderosa corriente de libertad americana.Il, imploraba un miernbro del parlamento de Carolina del Sur a\111 legas en 1777.50 Y Ia corriente de libertad barri no slo con IaIllt ridad britnica, sino tambin con el principio del gobierno he-I litario, con Ias iglesias oficiales, con muchos hbitos tradicionalesd , .rvilismo y jerarqua, y con los viejos lmites de Ia nacin polti-t .1. I r n un rea crucial, Ia ola de libertad top con un obstculo111' n .cdi a li fuerza torrencial: Ia anttesis de Ia libertad (Ia es-ti, itud) sali de Ia Ind 'P .ndcncia ms firmemente afianzada que11111 '\1 '11 10 vida .studounid 'IlS "

  • La Libertad mostrando Ias artes y Ias ciencias (1792). Este cuadro de SamueIJennings, encargado por Ia Library Company de Filadelfia, es una de Iaspocas imgenes visuales de Ios primeros tiempos de Ia repblica en Ias quese vincula explcitamente Ia esclavitud con Ia tirana y Ia libertad con Iaabolicin de aqulla. La figura femenina de Ia Libertad ofrece libras a unosesclavos recin liberados; bajo su pie izquierdo aparecen unas cadenas rotas.(Museo Winterthur.) .

  • Los abolicionistas adoptaron Ia campana de Ia Antigua Casa dei Estado, enFiladelfia, como emblema de su causa y Ia llamaron Campana de Ia Liber-tad. sta acabara convirtindose en uno de los ms venerados smbolos delibertad dei pas. (Feria Antiesclavista de Massachusetts, The Liberty Bell,Boston, 1839.)

    4

    LAS FRONTERAS DE LA LIBERTADEN LAJOVEN REPBLICA

    I.A COMUNIDAD IMAGINADA

    Ilacia Ia dcada de 1830, en plena presidencia de Andrew J ackson, elixioma del gobierno del pueblo se haba convertido ya en un t-pi o del discurso poltico estadounidense. Pero el vigor mismo de Iati mocracia norteamericana y el papel central de dicha democraciaI n la definicin tanto de Ia libertad como de Ia nacionalidad misma"i ieron especialmente imperiosa Ia necesidad de definir Ia nacinJl ltica. A medida que se abandonaban viejas exclusiones (en parti-rular, los requisitos de religin o de propiedad para el acceso al()' ), se afiadan otras de nuevo cufio y se iban manteniendo algu-

    1118 ms. La pujante vida pblica de los Estados Unidos de Ia erap,. 'blica era, a un tiempo, expansiva y excluyente, y sus lmites re-\lI aban tan esenciales para su naturaleza como 10 era Ia amplitud de11 alcance. La democracia en Amrica fue capaz de absorber aioshnmbres blancos pobres del propio pas y a Ias oleadas de inmigran-1I procedentes del exterior, pero levant barreras impenetrables a1.1 I < rticipacin de Ias mujeres y los varones no blancos. Estas rnis-IIIOS colectivos quedaron igualmente excluidos de una participacin"I no en Ia revolucin mercantil. I

    , i, por un lado, Ia retrica de Ia libertad ocult Ia considerable1I1 p indencia econmica que Ia nueva repblica tena de Ia mano de11111'1 selava, esa presencia misma de Ia esclavitud dio nuevos y con-I1 I li torios significados a ideas tan nucleares de los norteamerica-1111 d 'I siglo XIX como Ias de nacionalidad, clase y libertado La escla-IllId ti t a Ia libertad estadounidense de una importante dimensin

    1I1 .lusividad y fortaleci Ia adopcin de un punto de vista racia-II1 I I) ant el resto del mundo. Su presencia sirvi para sostener Ia11 illdnd de un n pid r' .irni nt material y una expansin de Ias

    I li)

  • LA HISTORIA DE LA LIBERTAD EN EE.UU.

    oportunidades econmicas para muchos norteamericanos blancos,al tiempo que limitaba seriamente 10s derechos de los que gozabanlos negros libres. Pero, simultneamente, el contraste entre Ia liber-tad y Ia escIavitud proporcion una retrica con Ia que quienes sehallaban fuera de Ias fronteras de Ia libertad estadounidense pudie-ron desafiar su excIusin y, con ello, transformar el significado de Ialibertad misma.

    .Crno podia compaginarse Ia fe en Ia libertad como derechohumano universal con Ia excIusin que padecan 10s negros (exclui-dos de Ia libertad -en el Sur- y de muchos de los derechos de loshombres libres -en el Norte-) y Ias mujeres (excluidas de Ia parti-cipacin poltica y de Ias oportunidades del trabajo libre)? Con eltriunfo de Ia democracia, Ias bases intelectuales en Ias que se ampa-raban dichas exclusiones se desplazaron de Ia dependencia econmi-ca a Ia incapacidad natural: si Ia frontera vena trazada por Ia natura-leza misma, ya no poda constituir realmente una forma de exclusin.Pero, comoJohn StuartMill se pregunt en una ocasin, acaso ~huboalguna vez una dominacin que no pareciera natural a quienes Iaejercan?. Daba 10mismo: incluso el argumento a favor de Ia liber-tad universal queMill expuso en su gran obra Sobre Ia libertad (1859)era aplicable, segn el autor, solamente a seres humanos que sehallaran en Ia madurez de sus facultades. Entre los inrnaduros con-taba l no slo a los nifios, sino tambin a razas enteras de pueblosque no estaban an plenamente civilizados y que eran deficitariosen cuanto a Ias cualidades requeridas de un ciudadano democrtico.Tambin en Estados Unidos exista Ia idea generalizada de que Iasdiferencias raciales y de gnero formaban parte de una jerarquanica y natural de dones innatos. ~Cmo lleg Ia mujer a estar so-metida aI hombre como 10est hoy en todo el mundo? -se pregun-taba el New York Herald en 1852-. Por su naturaleza, su sexo, delmismo modo que el negro es y siempre ser, hasta el fin de los tiem-pos, inferior a Ia raza blanca y, por consiguiente, est y siempre es-tar condenado al sometimiento. Paradjicamente, pues, mientrasque Ia libertad para los hombres blancos supona un proceso abiertode transformacin personal, de desarrollo ai mxim dei potencialinherente existente dentro ti ada ser humano, J debate sobre laciu ladanla, 1:1 r;w,a y ,I Ksn .ro d 's iansnbn sobr ' 111 pr nnisa scn 'Ia-

    , I

    LAS FRONTERAS DE LA LIBERTAD EN LA ]OVEN REPBLICA

    1i ta de que el carcter y Ias capacidades de Ias personas no blancas yde Ias mujeres venan fijados por Ia naruraleza.'

    As pues, aquella caracterizacin comn de Ia democracia norte-rnericana como sistema basado en eI sufragio universal masculinopara los blancos no pareca contradictoria en s misma a quienes

    zaban de Ia libertad estadounidense. Por todas partes, con Ia nicaquijotesca excepcin de NuevaJersey entre 1776 y 1807, se Ies ne-aba eI sufragio a Ias mujeres, ya fueran stas casadas o solteras, pro-

    pi tarias o dependientes. EI Creador, en palabras de un delegadonsistente a Ia convencin constitucional de Virginia de 1829, habah ho a Ia mujer dbil y tmida en comparacin con el hombre, y,p r 10tanto, Ia haba confiado al control de ste y bajo su proteccin.I ado que el derecho de sufragio implicaba necesariamente libre ca-/wcidad de accin e inteligencia, Ia naturaleza misma haba decretado Iain apacidad de Ias mujeres para el ejercicio deI poder poltico.'

    De manera sutil, Ia ideologa de Ia maternidad republicana,, tracterstica de los primeros tiempos de Ia repblica y que asignaba, Ias mujeres un cierto papel pblico como madres de los futuros.iudadanos, fue evolucionando hacia el culto a Ia domesticidad deIII diados del siglo XIX. Si, por un lado, esto otorgaba a Ias mujeresrn mayor poder dentro de Ia familia al afirmar su papel como lderes111 rales de sta, tambin minimizaba, por otro, su participacin (si-qui ra indirecta) en los asuntos pblicos. Para ambos sexos, Ia liber-t [1(1 ignificaba materializar sus cualidades innatas respectivas. Los11 nbres eran racionales, agresivos y dominantes; Ias mujeres, fami-Ih r s, desinteresadas, dominadas por Ias emociones y, por 10 tanto,111 in s aptas para Ia vida pblica. EI mismo sometimiento a Ia volun-(nd d otra persona que se antojaba cada vez ms inadmisible en unhornbre libre era considerado una condicin natural (y un compor-t uni nto esperado) de Ias mujeres. EI mbito de Ia poltica y deiII 'I' ado competitivo era privativo de Ios hombres, mientras que eIhn TO", aparentemente aislado de Ia vida pblica.y con una importan-111' nmica en declive, se mantena como dominio femenino. Los

    liumbrcs se movan libremente de una esfera a Ia otra; Ias mujeres11 '1'111011 an enclaustradas en el terreno privado de Ia famlia.'

    La d Ias esferas separadas ra una ideologa de Ia que Ia propialIidncl s If,l div rgir. lia .in 1:1 I mdn de r8 o, y gracias a su parti-

    IjI

  • LA HISTORIA DE LA LIBERTAD EN EE.UU.

    cipacin en movimientos como el antialcohol, el abolicionista yotros de tipo reformista, miles de mujeres haban afianzado ya unacierta presencia pblica. Pese a todo, el mundo poltico del sigla XIX,terreno crucial para el ejercicio de Ia libertad estadounidense, habasido construido, en parte, por contraposicin a Ia esfera femeninadel hogar. Ya en 1776, Jefferson haba aba gado por Ia extensin ~elderecho de sufragio (o, dicho de otro modo, de Ias derechos propiosde un ciudadano)>> a todos los norteamericanos que tuvieran un in-ters permanente en juego en Ia sociedad. Como prueba de tal inte-rs, segn l, se aceptaba el tener una familia. Y si Ia consolida-cin de Ia democracia supuso que Ia posesin de propiedad dejase de'ser necesaria para Ia existencia de una identidad poltica, el teneruna familia continu siendo un elemento central para el orden po-ltico. El hombre libre continu siendo definido, en parte, por sucondicin de cabeza de familia. La institucin del matrimonio si-gui conformando el estatus cvico de hombres y rnujeres: a los pri-meros, les concedi mayores poderes; a Ias segundas, Ias desposeyde ellos. Incluso quienes optaban por permanecer solteras se veanafectadas por ella. La idea de que Iasmujeres estaban representadaspor los hombres en el mundo poltico sobrevivi hasta mucho riem-po despus de que Ia nocin anloga de que los trabajadores podanser representados por sus empleadores hubiera quedado ya enterra-

    da y olvidada. .La ideologa de Ias esferas separadas tuvo hondas repercuslOnes

    en Ia idea de Ia libertad estadounidense, ya que limit considerable-mente el alcance de los ideales igualitarios y democrticos de Ia na-cin. La libertad en el mbito pblico no implicaba en absoluto quese gozara igualmente de libertad en el privado. Era probable que elradical ms furibundo, como coment Ralph Waldo Emerson ensu diarioen 1841, fuese conservador en relacin con Ia teora delmatrimonio. Ms all del derecho a recibir un trato digno de susmaridos y a gozar de aquellas propiedades que la ley les permitieracontrolar, Ias mujeres, segn declar el New York Herald, carecande derechos [...] de un mnimo inters pblico.5

    La domesticidad exclua asimismo a Ias mujercs de Ias oportuni-dades del trabajo libre. En una cc norna d ' m r .ado m Ia que Iamano de obra signif 'nbo 'odo v ',/,1l16s un trahnjo qu . produ ra un

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    LAS FRONTERAS DE LA LIBERTAD EN LA ]OVEN REPBLICA

    valor monetario, haba dificultades crecientes para imaginar que esamano de obra libre englobase a otras personas que no fueran hom-bres. ~as mujeres no podan competir libremente por el empleo,p~es solo teruan unos pocos trabajos mal remunerados a su disposi-cion, Tampoco podan ser consideradas como trabajadoras asalaria-das que ejercan su libertad de contrato: segn el derecho consuetu-dinario, Ias mujeres casadas no estaban autorizadas a firmar acuerdoscontractuales .independientes ni a presentar demandas judiciales ennombre proplO, y no fue hasta despus de Ia guerra de Secesincuando los diversos estados les fueron reconociendo el control sobrel~s sueldos que perciban. Y an entonces, el marido sigui rete-niendo un derecho de reclamaci