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El 11 de marzo de 1973 el pueblo peronista volvió a demostrar su

vocación revolucionaria, su masividad absoluta, su confianza en el líder.

Pasó un año.

De aquel triunfo, de aquellas banderas levantadas con fervor y esperanza hoy solo

quedan dudas y contradicciones. Se votó por la Liberación contra la Dependencia y estamos soportando un Pacto Social que solo beneficia a los monopolios en detrimento de los trabajadores. Se peleó por la libertad de los combatientes y hoy

vemos asombrados cómo un montonero como Roberto Quieto y Carlos Caride están presos. Gritamos e hicimos votar la derogación de la legislación

represiva y hoy soportamos las reformas del código penal que son más severas que las ·'

de Lanusse. El pueblo repudió a los burócratas sindicales durante toda la campaña

y hoy éstos se afirman atornillados a sus sillones mediante la ley de

asociaciones profesionales. Queríamos una Patria libre, justa y soberana, un socialismo

nacional como manda el general y ahora nos inventan un slogan confuso y

traicionero como el de Argentina Potencia que se basa en la humillación a los trabajadores.

Fuimos los principales protagonistas de toda la lucha contra la dictadura, fuimos

los herederos directos de la heroica gesta de la resistencia, fuimos

"la juventud maravillosa" y hoy somos los infiltrados, los que están contra el proceso.

Quisimos llevar adelante el trasvasamiento generacional y nos acusaron de querer

copar el Movimiento, de meterle una ideología foránea.

Algo pasó en este último año, algo cambió radicalmente.

Aparecieron nombres extraños que antes no existían, se descalifican compañeros

que dieron todo por Perón y por el Pueblo. Y esto no es el problema de un grupo

o de una organización. acá lo que se afecta es a la organización

popular capaz de defender este proceso, acá se golpea al peronismo,

acá lo que se frena es la liberación.

E STABA fresco todavía en la memoria del pueblo el recuerdo de una hermosa epopeya. Había sido

un 17 de nov1embre con tres protagonistas: el general Perón, las masas peronistas y el Ejército de Lanusse.

Ganaron, una vez más, ese líder y su pueblo. Sobre un océano de luchas y sacrificios, con la sangre todavía caliente derramada por los meJOres h1jos de la patna, se reencontraron Perón y sus descamisados.

Hubo dos ausencias. S1n embargo. fueron los pro­tagonistas de las banderas y cons1gnas ·

Evita y los combatientes presos. Aquella fue nuevamente el vinculo dinamizador de

la relación entre Perón y la gente. Las gargantas se enroquecían gritando su nombre. No quenan saberla muerta. La sabían viva junto al General.

Los otros, tos rehenes de la dictadura. eran un silencio atronador. Las frías y mudas murallas de las cárceles escondían nombres que eran gntos de gue­rra en todas las calles del país. Se acercaban las fies­tas de fin de año y el pueblo peronista tenía abierta de par en par. su memoria por haber podido ver al general tan solo un fin de semana antes de su vueHa hac1a Madnd

Se acercaba el momento de las elecc1ones arran­cadas a la dictadura del gorila Lanusse. Había que elegir a los candidatos. Debíamos librar un nuevo com­bate. Un combate nue.vo.

Los enemigos, aliados a tos traidores de adentro. tenían sus listas. Quería candidatos dóciles. fáciles de manejar. Que no molestaran. Había que armar la trampa

Los medios de dífus1ón, en especial ta televisión, se habían abocado a la tarea de promocionar a algu­nas figuras claras de ese peronísmo dócil, neo pero­nísmo tes dicen los compañeros, como Matera, Caffie­ro y a algunos provocadores como Kelly y Cipriano Reyes que se dedicaban sistemáticamente a denigrar e insultar at general Perón.

La convención se hace en el hotel Crlllón. Desde varios días antes circulaba dentro del Movimiento un nombre: el de Héctor J. Cámpora. El dedo del general volvía a caer en el lugar exacto. Sin embargo los tfal-

• dores estaban al acecho. La conspiración consistla en lo siguiente: la única forma de frenar la designación �el Tio era sacar a relucir una ortodoxia que ya ha­pian archiva� tiempo atrás. No pudieron elegir peor vocero. El delicado dirigente de la Unión Obrera de Ja Constn.Jcción. Rogelio Caria. Y la estratagema con­slstla en Insistir con la candidatura del general Perón. De e$a manert� a lo (mico que querían arribar era a la proscrlpci(:>n del Movimiento y llegar a un heoho elec­tpral §In candlctatos propios, reltert�ndo experiencias antertoret �mQ tao "�' lllia o Frondlzl.

AYI§a9Qe de esta maniobra cuan(lo llegó el mo-

mento del congreso el por entonces secretano gene­ral del Movim1ento, Juan Manuel Abal Medina. se ade­lanto y propuso él a Perón como canclidalo, pero como Perón ya habla renunciado había que pasar a discutir cómo se tramitaban su aceptación y la nominación del candidato de reemplazo.Ahi fue entonces que apare­ció la pata de la sota, Caria propone que se designe una Comís1on Especial para viatar al Paraguay, entre­vistarse con Perón y rechazarle la renuncia. Hat)la que perder tiempo. En la propuesta se cuelan algunas traidoras que hoy son el símbolo de la ortodox1a: Nor­ma Kennedy. del Comando de Organización y Virginia Sanguinettí de la Mesa del Trasvasamiento. Ellas le· vantan la pos1ción de Caria, la posición de la traicion Sin embargo se avivan a tiempo y se dan vuelta. La Kennedy conoce esto de los congresos, de su época en el partido Comunista. Sale y consulta. Su asesor es Brito Unta qu1en en la confitería le indica el cambiO de mano. Vuelve y vota en contra de Cona. La pro­puesta de Palacios Deheza, el cordobés, es de en­viarle un télex al general solicitando su respuesta. Vírg1nia Sanguinetti viendo que no puede prosperar su Intento de apretar al general levanta su mano en apoyo de la mayoría. Oportunista. no vaya a ser que la encuentren en orsai. El que p1erde la compostura es Rogeiío Caria. En un arranque de histena se te es­cucha dec�r: "Me cagó Lorenzo". Lorenzo es Lorenzo Miguel que lo dejó ir al frente y después es el pn­mero en aparecer abrazado a Cámpora y Solano. E' vandorismo había decidido sacrificar a su ala ma� traidora. Meses después se iba a consumar la defenes· trac1ón definitiva del líder de los participac10n1stas Ese día se fue mutado y nervioso. En la otra punta de la ciudad, Alejandro A. Lanusse compartia el m1smo estado de ánimo. El ya había tenido que soportar la lealtad de Cámpora .Perón le había propmado un gol­pe definitivo al Gran Acuerdo Nacional. para des1ro zarlo definitivamente habla que cumplir con toao e• proceso electoral, Esa era la tarea fundamental de Héctor J. Cámpora

CAMPORA Y SOLANO LOS CANDIDATOS "VIEJOS

Inmediatamente a la proclamación de los candr­datos del Frente Justicialista de Uebración comeozo una campaña periodistica tendiente a hacer aparecer a Cámpora y Solano Lima como dos hombres del con­servadorismo. Sacaban a relucir antecedentes, tiro­teos, cualquier pavada. La artillería era tremenda. La gente se habla empezado a confundir un poco. No habla dec.araciones, nadie decla nada dentro del Mo­vimiento

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En el seno de la Juventud Peronista se estaba vi­viendo una situación muy patricular. Rodolfo Galim­berti estaba prófugo a consecuencia del acto de Wi­fliam C. Morrls donde cayó muerto bajo la represión, el compañero Ramón Cesaris. El objetivo era amorda­zarlo durante la campaña electoral. Tampoco habla voceros de recambio. Todavía el funcionamiento de los grupos de JP era anárquico. Apenas si se estaban consolidando las coordinadoras zonales, las relacio­nes a nivel nacional todavía no hablan pasado de los grandes acuerdos políticos generales pero había tre­mendas dificiultades para implementar políticas co­munes más coyunturales. Habla habido muy pocas reuniones. Lo único orgánico existente eran las es­tructurras aprobadas por Perón. La división del país en regionales, con consejos regionales, provinciales y zonales. Pero a eso habla que llenarlo, inundarlo del trabajo de base que dla a día crecía en forma desor­denada pero rica en expe�iencias organizativas.

Hacia dificultades para reunirse, agravadas por la situación de Galimberti. En una de esas reuniones ce­lebrada a nivel nacional donde estaban presentes los futuros dirigentes de la JP (Gullo, Obeid, Amarilla. Sa­lame, etc.) se decide elaborar un documento explici­tando la posición de la juventud ante las elecciones. El documento explicaba porque el peromsmo había llegado a estas elecciones, que significaban estas co­mo una batalla ·contra la dictadura militar. y se brin­daba un apoyo explicito a Cámpora en su carácter de candidato del peronismo. Se subrayaba su lealtad a Perón, que era la lealtad al pueblo. Se denunciaba la traición del Crillon y el aspecto proscriptivo del pro­ceso (Perón sin poder ser presidente). La consigna fundamental que se lanzaba a la contienda electoral era "Cámpora al gobierno - Perón al Poder". La re­percusión fue notable. Evidentemente el documento cubrió tJn vacío político, dando una respuesta al con­junto del Movimiento, desbordando fas propias expec­tativas de los autores.

los peronistas encontraron ahl la contestación intransigente y ortodoxa a la campaña difamatoria del régimen, los traidores se tuvieron que tragar le sapo y propagandizar la consigna. En ese momento la or­todoxia los mataba.

Lanusse y Mcr Roig estaban desesperados. En una reunión oe la tristemente célebre Comunidad In­formativa se caracterizó a la consigna de "lúcidamen­te subversiva· .

Perón le dio el espaldarazo definitivo. 'En un re­portaje concedido al diario ''Mayoría" brindó su apo­yo y su complacencia con la estructura organizativa de · la JP y su total acuerdo con la sfntesis de esa con­stgna.

El pafs comenzaba a despertarse de su indife­rencia y escepticismo. No era una campaña electoral cualquiera. Otra vez aparecía la tiza y el carbón. To­dos los días hable compañeros prl3sos por pintar. Se hicieron centenares de actos zonales, las unidades básicas funcionaban dia v noche. El tiempo no era demasiado y había que sacarle el jugo.

En el seno del Frente Justicialista también se li­braba una batalla sorda pero necesaria: el contenido de la propaganda electoral. Ahí Juventud Peroni;:;\a también tuvo una participación protagónica. Elaboró una serie de afiches que fueron aprobados y que le dieron un tono determinado al proceso. Uno de ellos puede ser ufi tluP.n ejemplo: se elaboró un cartel don· de sólo se leía un nombre: Cámpora, escrito con ae­rosol y con una V debajo de la p. El resultado fue el previsto, el afiche funcionó como un reproductor grá· fico. Todas las paredes comenzaron a reproducir la consigna. Eso era el efecto buscado. Buscar siempre fa participación de la gente.

San Andrés de Giles fue fa explosión. El lanza­miento de la campaña. Un asado multitudinario pero que fue desbordado por la gente. Días antes Cámpo­ra había hecho su primera aparición pública como candidato. Lo hizo en el Crillon y eligió para acom­pañarlo a aquellos que hablan sido los primeros en apoyarlo: se rodeó de los candidatos juveniles a dis­tintos cargos. Con respecto a este aspecto es impor­tante hacer una recapitulación. Por expresa orden del general Perón cada rama del movimiento tenia de­rectlO al 25 por ciento de los cargos electivos. En el caso de la Juventud Petonista, su autoridad máxima designada por el Jefe, era Rodolfo Galimberti quien debía designar delegados electorales en todo el país. La burocracia, usufructuando fa situación de clan­dictadura militar y manejandq con mayor eficacia dictadura militar y maneajndo con mayor eficacia

ertos resortes de poder impidió que esa orden se cumplimentara. El porcentaje de cargos otorgados a la JP apenas si alcanzaron al 8 por ciento.

En ese momento el encat�ado de llevar ádélante todo el problema de los cargos es el secretario ge· neral del Movimiento, doctor Juan Manuel Abal Me­dina. Un apellido cargado de potencia peronlsta, un apellido que enfervoriza y calienta la sangre; pero un político que piensa en el poder en términos dO roscas y artimañas, que entiende al nacionalismo no como las masas sino como la fusión de élites políticas con deshauciados militares. Un nombre que alimentó es­peranzas rápidamente defraudadas PO> una política oportunista.

A pesar de todo esto Cámpora decide elegir a los representantes juveniles como sus compañeros en la primera aparición pública. En San Andrés de Giles los jóvenes peronistas supieron retribuir con creces esa primera actitud del candidato. El "Dale Tlo" atro-nó fa quinta bonaerense. •

Así iba a ser toda la campaña. El Tio mostrán­dose directo, como un simple intermediario entre Pe­rón y el Pueblo pero firme, sin claudicar ante las pre­siones y siendo consciente de una premisa: allí don­de estuviera el pueblo, allí iba a estar él para con­fundirse en su adhesión a una causa y a un líder.

As! le contestó el pueblo: Jo reconoció como in­termediario.

Lo valoró como un defensor intransigente de sus consignas. Era la imagen de una fantasia que se es­taba acercando a ser realidad: la ida de los militares­policías. el retorno de :a justicta social. que .os r.H�­¡ores hijos del pueblo -los combatientes presos­pudieran volver a reencontrarse con sus compañeros y que lo que había sido una fugaz felicidad -allá en Gaspar Campos- se plasmara definitivamente en la conjunción de un líder con su pueblo.

Se esperaba con ansiedad el momento del voto. el momento en que se iba a poder sintetizar toda esa rabia masticada, esa impotencia contenida, ese do­lor postergado.

La juventud salia a la calle y fa ganaba a fuerza de bombos y organización. Se recreaba el peromsmo, se masificaba la lucha de las organizaciones arma­das en consignas y estribillos. En un principio la JP aparecia como el organismo de masas único, el mis­mo proceso fue decentrando la situación y se empe­zó a pensar en una polftica más integral y se dieron los gérmenes de la JTP. Agrupación Evita, Movimien­to Villero, JUP. Una nueva Patria surgía de las en­trañas de fa lucha

Murieron para que fa Patria viva, rezaba un afi­che de la Juventud Peronista. Elfos eran tos muertos, los torturados, Jos anónimos soldados de ese ejérci­to clandestino y desarticulado que había luchado para poder un día volver a abrazar a un lider, que era abrazar a su destino definitivo. Su destino de libe­ración.

Las giras y tos actos comenzaron a darle sentido a la campaña por encima de algunas declaraciones "pacifistas" de los dirigentes sindicales y politicos.

Cámpora debla reafirmar en forma permanente su lealtad a Perón, al pueblo y a la liberación nacional. Solano L1ma debla bucear en su pasado para encon­trar un pariente montonero que lo hicera potable ante la gente. Abal Medina era recibido con consignas re­cordando a su hermano. El otro se llamaba Fernan­do, no Juan t\llanuel. Y había sido jefe Montonero, en la época fu/ería, cuando lo de Aramburu, Lorenzo Mi· guel fue silbado y abucheado. Rucci debía pasar de· sapercibido. Yessi, Martiarena, Otero, Jorge Camus. Giovenco. ¿Qué era de ellos? El pueblo habla deci­dido que él iba a ser el protagonista de esta gesta y lo estabá logrando. Todo lo que pretendiera inter­ponerse debla ser pulverizado, destruido. No debía haber intermediarios. Salvo Evita. Ella debla estar presente siempre, ensangrentada en el cuerpo de los muertos, destruida en los músculos de los torturados. eufórica en los brazos de una multitud que atrona con su alegría. Evita, hermosa y altiva combatiente de esta larga marcha de la liberación. No la van a poder reemplazar, porque es pretender reemplazar al pue­blo en su cariños más profundos, en sus destinos fun­damentales.

Surgen consignas. brotan estribillos, la inventiva popular encuentra su veta más rica. Son los explota­dos burlándose de los míticos, preanunciando su de­rrota, son los descamisados de Evita 'que reconocen a los leales y los quieren arrancar de las cárceles. Saben que en esas torturas y en esos cuerpos des­trozados estaban sintetizadas sus luchas y sacrificios. Son conscientes de que en esta batalla electoral se aoria una· posibilidad cien a de -transitar con mayor firmeza en la ruta de la liberación nacional. Volver al 55 era lo ·mlnimo que se pedía.

El país estaba de pie, movilizado, aguardando el surgimiento de una alborada de Jos pobres, de tos

LOS PRIMEROS

Los primeros delegados de las regionales. El proceso produjo algunos cambios.

Juan Carlos

Gullo Reg. 1

Miguel Mozze Reg. 3

Hernán Osorio Reg. 7

Ismael Salame

Reg. 5

Jorge Obeld Reg. 2

Guillermo Amarilla Reg. 4

Raúl O rellana

Reg. �

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trabajadores peronistas, ser dueños de sus propios destinos,

El intenor es una aplanadora. Cada acto supera al anterior. La organización crece. Juventud Pero­nista comienza a demostrar que es la herramienta organizativa más apta para esta etapa. Por un lado comienza a operar su flamante superestructura. Los delegados regionales empiezan a transformarse en dirigentes a partir de su representatividad por inter­medio de una política común.

En los barrios y en las villas el trabajo desborda a los militantes. Surgen peronistas por todos lados que quieren trabajar y colaborar para que este proce� so corone en triunfo. "Organizarse para votar y votar para organizarse" es el lema de un cuadernillo que explicita las tareas del momento. Pintadas, infinidad de actos zonales, repartija de boletas, elección de fiscales, todo es útil para la organización integral del pueblo.

Cuando se hace el primer acto de Cap1ta1 Federal este trabajo sordo y disperso explota como un volcán. Son miles y miles de compañeros que revientan Atlan­ta. Un solo grito los unifica: Montoneros. Es la mejor manera de sintetizar la adhesión a un líder y a la lucha de 18 años.

Los v1ejos combatientes de la Resistencia obser­van emocionados la recreación de su sacrificio. Los caños y las huelgas no fueron en vano. Hay muchos que, con sangre renovada y caliente, hoy se acoplan al proceso y participan protagónicamente.

Son aquellos que en los años de la dictadura militar estuvieron peleando, golpeando, azuzando a los explotadores, a los gorilas, a los míticos que se quecian quedar veinte años en el poder. Lanusse está desbordado. Perón, desde Madrid, sonríe socarrón. "Los muchachos están cumpliendo".

El estatuto de Mor Roig se había olvidado de computar a la negrada, a los postergados que pelea­ron y hoy ganan la calle al compás del bombo y los redoblantes, a Jos barrios que ya están alzados y que profundizando su organización van a impedir cual­qUier mtemo de proscnpción.

Ev1ta es la abanderada del triunfo, Perón et que reserva la gran misión latinoamericana, Cámpora un discípulo leal.

El pueblo custodia. divertido, todo lo que está pa­sando. Hay un slmbolo. La V de la victoria. La que hiz•) Mariano Puj::�das en Trelew. La V del Luche y Vu�Jve, la que se alzó en medio de los gases y la llu·tia en medio del campo de Ezeiza cuando llegó el charter. La que sólo bajó para secarse los ojos baña­dos de lágrimas de felicidad, olvidándose de los mi­licos y de los tánques. Eran miles y millones de brazos alzados dispuestos a pelear por una patria mejor, una palria liberada del imperialismo yanqui, una patria donde los peronistas. los trabajadores peronistas fueran dueños de su propio destino.

Asi fue el 11 de marzo. Así se cumplió una vez más con Perón. Este dijo:

"hay que votar temprano". Y a las 8 estaban reple­tas las colas, arrebatándole a la dictadura la inicia­tiva, al mediodía ya habían votado casi todos. Se re­conoclan risueños por las calles. Los más audaces la mantenían un rato largo y la acompañaban d�l ¡Viva Perón, carajo! Ya habíamos triunfado.

Habían puesto el tope del 50 por ciento. Mejor. Se gozó más la derrota de los míticos. Tardaron dos días en confirmarnos el triunfo. Era formal.

El festejo en Santa Fe y Oro fue apoteótico. Nos reprimieron pero supimos imponer nuestro propio or­den. El acto fue nuestro, de todos los peronistas. En el balcón estaban Susana Valle y los Lizaso, todos nos acordamos de Aramburu, abajo los carteles 9e Montoneros se agitaban incansablemente. Se leyó la lista de todos los caldos. se vitoreó a Evita, se acla­mó a Perón.

Ahora faltaba el último tramo, garantizar la entre­ga del gobierno. liberar a nuestros presos.

Habíamos destrozado una compuerta, el principio de la Liberación se empezaba a hacer' realidad.

La sonrisa de Lanusse era una mueca desagra­dable.

Los guantes blancos y finos de López Aufranc estaban empapados de un sudor sucio y nervioso.

Las respuestas de Mor Roig ya eran parte del folklore carnavalesco.

El pueblo era dueño de su proceso. Sin embargo esa euforia debía traducirse en organziación para defender lo conquistado. Oebian empezar a instru­mentarse los resortes necesarios para desterrar la dependencia en todas sus variantes, en los mono­polios, en los aparatos represivos, en 1as conduccio­nes de nuestro Movimiento.

Si no todo iba a ser una pesadilla hermosa, una ráfaga de esperanzas no resueltas.

El pueblo estaba empezando a aprender cómo conquistar lo que le corresponde y cómo organizarse para defender lo conquistado.

Una historia que empieza el 11 de marzo pero que carga sobre sus espaldas con 18 años de lucha y entrega de un pueblo explotado: el peronista.

Se alzan esperanzados los brazos victoriosos. Así lo recibimos al general, a si vivimos la campaña. A sí ganamos.

Gallmberli: Lanusse quiso •

amordazar una p olltica. La juventud ovacionó su nombre en toda la campaña.

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Santa Fe y Oro: con el 51 por ciento en las gargantas se festeja el triunfo sobre la dic­tadura militar.

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SOLICITADA

A los que pelearon y pelean, a los que soñaron y a los que sueñan con la justicia para- el pueblo y a todos

aquellos que quieren una Patria Justa, Libre y Soberana .

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ACTO EN RECUERDO DE LA LUCHA POPULAR POR LA RECONQUISTA DEL GOB·IERNO EN CAMINO HACIA EL PODER

CUANDO en 1955 nos encontramos derrotados, con el camino de la lucha. Esa lucha, por los resultados un Movimiento Peronista destrozado organizativamen- producidos por todo el pueblo en su conjunto no tenía te, que ni fuerzas había tenido para una débil resisten- ya solo la consigna de resistir sino la de tomar el poder. cia, los peronistas comenzamos esa lucha que duró Así no sólo los combatientes fueron los que pe-18 años para recuperar el gobierno. learon. Convocado por Perón el pueblo entero se lan-

Una sola consigna fue levantada por los trabaja- zó a la lucha y las acciones de masas decidieron la dores y resumía todas nuestras expectativas, nuestros primera etapa de la conquista del poder para el pueblo. sueños y esperanzas: el "Perón Vuelve" fue nuestra bandera. A la dictadura le arrancamos primero la promesa

Partimos de nada. Solamente un grupo de hombres de hacer elecciones, luego le demostramos que a nues-tro líder y conductor le sobraba el cuero para cumplir ayudados por toda la clase trabajadora y un líder al que con su pueblo, luego le arrancamos las elecciones. y el exilio no le quitó ni el cariño de su pueblo ni la con- finalmente se la ganamos y nos preparamos para ocu-ducción.

Iniciamos entonces la Resistencia Peronista. Miles par nuevamente la posición de gobierno para conquis-de trabajadores se fueron encuadrando en esta nueva

tar definitivamente el poder. forma de organización peronista. Desde la clandestini- Ese día, el 11 de marzo, cuando demostramos có-dad, amparada en la casa de familia fue surgiendo esa mo la formidable lealtad de un pueblo puede unirse fuerza extraordinaria que supo hostigar, resistir y de- ..en al conductor Y aplastar todo intento de sojuzgamien-bilitar todos los intentos que hicieron la oligarquía y to .. Ese día fuimos felices porque el triunfo ya estaba el imperialismo para terminar con nosotros. Fue una mas cerca. lucha sin parangones que tuvo dos pilares: un pueblo El voto, fue solo un acto formal donde se concen-y un lider. Tuvimos que aprender todo. No éramos te- traba la lucha de tantos años, fue un instrumento más rroristas, pero el terror nqs hizo gu� debiéramos apr . ..::e:.:.:n_----.r:

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ostrar clara y masivamente lo qué queríamos. ¡der a defendernos. No éramos ideólogos ni políticos Ef 11 c:te-mM-z o-vetames-a-P& • · · icamos -eL23 _.., __

avezados, pero la conspiración del enemigo nos obligó de setiembre. La liberación fue nuestra consigna. La a ser inteligentes. No éramos combatientes ni políticos, lucha contra el imperialismo fue nuestra bandera, la pero nuestro pueblo fue forjando sus combatientes y participación del pueblo con su gobierno fue nuestra conductores. Todos los métodos fueron usados. Una esperanza. Todo concentrado en un solo grito: ¡Perón lucha integral, total y extendida recorrió todo el país Vuelve! y todas las épocas desde el 55 hasta ahora. Quedaron Hoy queremos recordar ese día y en él toda la tu-muertos, fueron muchos los años de cárcel y perse- cha de los 18 años. Recordar la experiencia peronista cución. . 1 que ha de servirnos hoy y en el futuro. Si en 1955 des-

En la lucha fuimos incorporando a muchos que de la nada supimos construir, sabiendo transformar no habían apartado, 1� fe de este pueblo y �e su clase �uestro Movimiento en uh ejército, desorganizado, es-trabajadora, la potencia de su lucha, la vercllad que de- pontáneo pero apasionado; hoy sabemos también que cíamos fue convenciendo a muchos. Incorporamos para defender nuestro gobierno no sirven aquellas es-también experiencia tras experiencia, error tras error, tructuras que teníamos en 1955 y que no lograron mo-formas de luchas más contundentes. De la lucha es- ver un solo hombre para defender nuestro gobierno, pontánea, rica de la Resistencia, sacamos otras for- nuestro presidente y nuestro conductor. mas de lucha. La Organización Político Militar se hizo Vamos entonces a recordar juntos ese día hermoso necesaria ante el ataque combinado de la dictadura del 11 de marzo. Y vamos a usar este acto para apro-mílitar que pretendía a la vez integrarnos y destruirnos. vechar la experiencia de esa lucha popular y para pén-

La juventud maravillosa, como la llamó nuestro lí- sar cómo debemos organizarnos para defender nues.tro der, "los muchachos de las formaciones especiales" gobierno, hoy reconquistado y amenazado desde afue-fueron los nuevos héroes, los hijos de los gloriosos ra y desde adentro. Por eso convocamos a todos aque-hombres de la Resistencia. Ellos con su lucha desde llos que pelearon y que pelean; a los que soñaron y cero produjeron la nueva oleada de combatientes pe- sueñan con la justicia para el pueblo y a todos aquellos ronistas que guiados por la experiencia continuaron que quieren una Patria Justa, Libre y Soberana.

Comisión de homenaje al pueblo peronlsla r su llder por el triunfo popular del 11 de mer•o de 1873

DANTE VIEL SEBASTIAN BORRO A·NDRES FRAMINI J.

RAFAEL C·OLACCE A FERNANDEZ ARNALDO LIZASO ARMANDO CABO •

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