Folleto cochasqui espanol
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Contenido
CochasquíEl enigma del pasado entre volcanes y bosques
Mapa geográfico del área
¿Quiénes fueron los constructores de las pirámides?
Parque Arqueológico Cochasquí
Acampada en Cochasquí
Un día en la vida del antiguo Cochasquí
Cortos de Cochasquí
Otros vestigios de la confederación caranqui
Atractivos aledañosa Cochasquí
Mapa turístico del área
De viaje
Directorio
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COCHASQUÍEl enigma del pasado
entre volcanes y bosques
En este sector al sur del cerro Mojanda, a 52 kilómetros al norte de Quito y muy cerquita de donde cruza la línea equinoccial (0°03’18”), se destacan del terreno circundante unas formas curiosamente regulares; algunas son pirámides truncadas con largas ram-pas y, otras, agrupadas al sur de las pirámides, tienen la figura de medias esferas. Ante estas peculiares estruc-turas usted enseguida se preguntará:
¿Cuál es su historia?
¿Quién las construyó?
¿Con qué propósito?
Estamos en el Parque Arqueológico Cochasquí. Aquí se conservan algu-nos de los vestigios monumentales más importantes de la cultura caran-
qui, que se desarrolló en la zona comprendida entre las cuencas de los ríos Guayllabamba y Chota-Mira, es decir, en el norte de la actual provincia de Pichincha y gran parte de Imba-bura, entre los siglos VIII y XVI.
Cochasquí no solo fue un importante centro de pasadas culturas. En la actualidad constituye el centro de un territorio intere-santísimo como destino turístico. El Parque Arqueológico Cochasquí está asentado en las laderas surorientales del complejo volcá-nico de Mojanda, que incluye el picacho del Fuya Fuya y del Yanahurcu (Cerro Negro), y las escénicas lagunas de Mojanda. Desde allí, hacia el occidente, un recorrido por páramos y bosques andinos a través de caminos tra-dicionales llamados culuncos nos lleva a la Desde Cochasquí se domina el
valle del río Guayllabamba y la cordillera andina.
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linda población de Atahualpa y a su vecina Chavezpamba, donde el viaje se complementa con unas relajantes aguas termales.
De Cochasquí hacia el oriente está la ruta a Tabacundo y que pasa por adorables pueblos andinos, como Tocachi, La Esperanza y, un poco más allá de Tabacundo, Tupigachi, todos ellos con sus plazas centrales y elaboradas iglesias. Hacia el sur está Guayllabamba, con una am-plia oferta de servicios turísticos, que incluye su afamada gastronomía y el zoológico de Quito. Desde Guayllabamba, cruzando el valle del río Pisque hacia el norte, está el Bosque Protector y Parque Recreativo Jerusalem, un santuario del bosque seco en en el callejón interandino, ideal para el esparcimiento familiar en la natu-raleza. Jerusalem es un buen punto de partida para explorar la parte meridional del valle del río Guayllabamba: Puéllaro, Perucho, Chavezpam-ba, Atahualpa y San José de Minas, tierra de chirimoyas, ovitos y caña de azúcar.
Pues sí, a tan solo minutos de Quito, la región ofrece baños termales, rutas ciclísticas, trekking, parques ecológicos, arqueología, lagunas glacia-res y una variada gastronomía. Esta guía pretende ayudarte a planificar tu viaje de descubrimiento y disfrute de todas estas posibilidades.
La primera sección introduce el Parque Arqueológico y la cultura del pueblo caranqui,
antiguos habitantes de estas tierras. Le sigue una guía detallada del complejo de Cochasquí con comentarios sobre las teorías acerca de su construcción y funciones, y una corta reseña de algunos otros monumentos en la región. Una siguiente sección brinda información sobre los atractivos turísticos aledaños al Parque. Al final, encontrarás información útil para planificar un viaje al área, junto a un directorio de servicios.
Las celebraciones del solsticio de junio, posibles uso que tuvo Cochasquí, están ligadas a la cosecha del maíz, cultivo que persiste en la zona.
Varios parajes de la ruta Cochasquí-Mojanda son ideales para practicar ciclismo de aventura.
El quinde herrero (Colibri coruscans) reina en el jardín botánico de Cochasquí y en sus alrededores.
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La Esperanza
Aloguincho
Mojanda Grande
Mojanda Chico
Otavalo
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Malchinguí
Puéllaro
Perucho
Pululahua
Rumicucho
Alchipichi
San Antonio
Calacalí
Tocachi
Pomasqui
La Esperanza
Otón
Tabacundo
Calderón
Guayllabamba
Cayambe
Tupigachi
El Tingo
San Pablo
El Quinche
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Pisque
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Monjas
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San José
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L. San Pablo
Caricocha
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Huarmicocha
Fuya Fuya 4 294 m
Quito Loma 3 782 m
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Yanahurcu 4 272 m
Cusín 4 012 m
vía
a Q
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vía a Quito
vía
a Q
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vía a Esmeraldas
PROVINCIA DE IMBABURA
PROVINCIA DE PICHINCHA
Estación de buses La Ofelia
Cusubamba
Ascázubi
Ayora
Olmedo
Cangahua
Terminal terrestreCarcelén
Quito
Mitad del Mundo
MAPA GEOGRÁFICO DE COCHASQUÍ Y SUS ALREDEDORES
vía secundariapanamericana
río
ferrocarril
volcán y cerro
Fuente: Gobierno Provincial dePichincha 2011.Créditos: S. Crespo, P. Cabrera, X. Cordovez / Ecuador Terra Incognita
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cabecera cantonalparroquia
poblado
límite provincial
Atahualpa
Bosque Protector Jerusalem
Reserva GeobotánicaPululahua
Cochasquí
Chavezpamba
San José de Minas
0 2 4 6 8 km
msnm
Línea Equinoccial Línea Equinoccial
¿Quiénes fueron los constructoresde las pirámides?
Las pirámides de Cochasquí cautivaron a los primeros cronistas de Indias, aquellos escribientes que acompaña-ban a los conquistadores españoles
en el siglo XVI. Desde ese tiempo, han consti-tuido una curiosidad para los viajeros. A pesar de esa admiración, poco esfuerzo se hizo para conservar el sitio, y el clima y la extracción de materiales deterioraron muchas estructuras.
No fue sino hasta 1988 que Cochasquí pasó a formar parte de un Parque Arqueló-gico para su conservación e investigación. Este parque cubre más de 80 hectáreas y comprende varias pirámides truncas, algu-nas de ellas con rampa y varios montículos circulares. Desde principios del siglo XX se
han realizado varias investigaciones arqueo-lógicas que nos permiten empezar a entender el propósito que tuvieron los constructores de estas edificaciones. Actualmente se cree que las plataformas que coronan las pirámides tenían fines ceremoniales. Pero ¿quiénes las construyeron y cómo pudieron hacerlo?
El pueblo caranqui
El centro ceremonial de Cochasquí no es el único vestigio en el antiguo territorio caranqui. Se han encontrado 98 sitios similares y, en varios de ellos, las pirámides con rampa son motivos recurrentes. Durante mucho tiempo se pensó que pertenecían a un supuesto “Reino
de Quito” cuyo rey o Shyri gobernaba estos territorios antes de la llegada de los incas, en el siglo XV. Ahora es aceptado que, más bien, los pueblos que los construyeron pertenecían a una red de administraciones políticas autó-nomas, conocidas como señoríos, que con-taban con sus propias autoridades, los jatun kurakuna (grandes jefes, en kichwa; aunque este no fue el idioma de los caranqui, sino de los incas, su uso en crónicas se ha generali-zado). De todas formas, las similitudes entre aquellos sitios dan cuenta de una sola identi-dad cultural, hubiera o no un gobierno central.
Eran comunes los matrimonios entre miembros de la élite para conseguir alian-zas entre los distintos señoríos. Cada seño-río controlaba territorios que se extendían ampliamente, cubriendo páramos, tierras templadas y valles fértiles y secos. Esta cer-canía entre pisos climáticos, característica excepcional de los Andes ecuatorianos, fue bien aprovechada por los caranqui, que de-
rivaban distintos productos de cada piso: sal, coca y ají en los valles secos; maíz y papas en la tierra templada; terrenos para pastoreo y extracción de madera en el páramo.
Los jatun kurakuna ejercieron una in-fluencia notable sobre su gente. Capaces de movilizar a cientos de trabajadores, comanda-ron la construcción de enormes monumentos arquitectónicos y de ingeniería agrícola. Para la construcción de una sola pirámide de las di-mensiones de Cochasquí, se habrían empleado doscientos obreros durante dos años y cinco horas diarias. Las terrazas de cultivos, canales de riego y colosales camellones –especie de jorobas construidas en el suelo para mejorar su drenaje– dejaron marcas en el paisaje que todavía persisten. Asimismo, la movilización de gente con propósitos bélicos fue extraordina-ria. La milicia caranqui es famosa por haber retrasado la expansión inca durante dieciséis años y haber dado muerte a un hermano de Huayna Cápac en los combates.
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Las pirámides de Cochasquí: guía del Parque Arqueológico
El Parque Arqueológico Cochas-quí abarca 83,9 hectáreas que albergan 15 pirámides trunca-das (9 de ellas con rampa) y 11 montículos funerarios circulares.
Además de estos monumentos, el Parque incluye un museo de sitio con excelentes muestras de cerámica y otros artefactos desenterrados, que permite comprender con mayor claridad el pasado histórico del complejo. En la zona nororiental existe un área de camping equipada con baterías sanitarias y facilidades para picnic. Ade-más, se construirá un centro de interpre-tación, cuya arquitectura se fundamentará
en la cosmovisión andina. El Parque y sus instalaciones están administradas por el Gobierno de la Provincia de Pichincha.
El mayor atractivo sin duda son las pirámides y los montículos que ocupan el área central. Esta sección de la guía proporciona información para que tu visita al sitio sea más provechosa e inte-resante. Para identificar los monumentos, tanto pirámides como montículos circulares, se utilizan números. Las pirámides 5 y 13, particularmente, ofrecen al visitante un interesante vistazo a su estructura interna y los aposentos construidos en su parte superior. Asimismo, los montículos funerarios 29 y el de Ushpatola (27) permiten comprender su modo de construcción.
Las pirámides de Cochasquí se construyeron entre 1250 y 1550 d. C., pese a que hay eviden-cia de que el área fue ocupada desde el siglo VIII. El tamaño de las pirámides es variable; las más grandes miden más de 40 metros de largo y las pequeñas, menos de 20 metros. La rampa de la pirámide 14 es la mayor, con 210 metros de longitud. Los montículos circulares típicamente tienen unos 30 metros de diámetro y 3 de altura.
Al sur de la pirámide 5, se encontraron piezas de cerámica, fogones y entierros –no tan lujosos como en los monumentos– que dan cuenta de un posible caserío que se asentó en este lugar. Posiblemente vivieron ahí los constructores o cuidadores de las pirámides.
Pirámide 9
Esta es una de las pirámides más notorias en el complejo. La atraviesa un enorme corte
hecho por los dueños de la antigua hacienda en 1912, que fue aprovechado durante las excava-ciones arqueológicas del científico alemán Max Uhle en 1929 y por arqueólogos de la Universidad de Bonn en los años sesenta. Aquí se encontraron cerca de 600 cráneos enterrados juntos. ¿Por qué tantos? Se han interpretado como restos de ritua-les caranqui de sacrificio humano. Sin embargo,
El uso que dieron los caranqui a estos canales de piedra en lapirámide 13 es incierto; podría ser parte de un sistema de fogones.
Los antiguos habitantes de Cochasquí pudieron apreciar en su vastedad los valles que rodean a Quito.
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los cráneos no presentaban las típicas deforma-ciones de aquellos hallados en otros entierros en la zona (desde temprana edad, amarraban tablillas a los lados de la cabeza, para deformarla a medida que crecía el cráneo). Si eran de una etnia distinta, podrían ser los cráneos de enemi-gos, tal vez de las muchas bajas del ejército inca durante la conquista. Es difícil determinarlo en la actualidad, pues la mayoría de estas osamentas ha desaparecido.
Pirámide 13
L os hallazgos más importantes para com-prender cómo se construyeron las pirámides
se realizaron aquí. Un corte lateral revela que los bloques de cangahua –la tierra volcánica
endurecida con la que están estructuradas– se apilaban en forma de gradas, cubriendo el relleno de arena que conforma gran parte del volumen de la edificación.
La porción superior de la pirámide tiene dos plataformas circulares de barro cocido. Cada una de las plataformas tiene dos pequeñas zanjas simétricas rodeadas por agujeros en los que se insertaban piedras cónicas. Existen va-rias conjeturas acerca de su uso; se ha dicho que servían como monitores del clima o como calendarios astronómicos. No obstante, es posi-ble que las plataformas hayan estado cubiertas dentro de una choza (así lo muestra una maque-ta hecha por los mismos caranqui), por lo que su función astral es cuestionada. Otro posible uso sería el levantamiento de fogones. Existen
marcas que podrían ser de fue-go, y las piedras cónicas habrían sostenido vasijas y ollas, quizá para la preparación de festines ceremoniales.
Montículos funerarios
Aparte de las pirámides, otras estructuras existentes
en Cochasquí son montículos artificiales, la mayoría de ellos de carácter funerario, donde probablemente se enterraba a la élite de la comunidad. Estos constan de un pozo funerario y varias capas de tierra y arena superpuestas que lo cubren; tienen planta circular y forma de media esfera. El pozo, ubicado en el centro del montículo, fue excavado más de 2 metros por debajo de la superficie de aquel entonces. Fue en este pozo, cuyo fondo y paredes al pare-cer estuvieron revestidos de madera, donde se colocó a los
difuntos acompañados de cerámicas y otras ofrendas funerarias. En el montículo 3 se en-contró una osamenta femenina, y en torno a esta, siete calaveras aisladas.
Museo arqueológico y etnográfico
E l recorrido del complejo arqueológico tiene un complemento en los museos arqueoló-
gicos de Yaucara-Quilago y en el etnográfico. Ambos museos tienen un enfoque interdis-ciplinario, basado en evidencias históricas, arqueológicas y aspectos de arquitectura y conservación del sitio. Su edificación armónica con el entorno mediante técnicas ancestrales contribuye a que el visitante disfrute e incluso perciba cómo pudo haber sido Cochasquí.
Los museos muestran los aspectos más im-portantes de lo que se conoce sobre el pasado del sitio: material lítico, joyería y cerámica encontradas en la región. También hay una osamenta expuesta con los objetos con que fue hallada. En el museo etnográfico se recrean aspectos de cómo se pien-sa que era la vida cotidiana de los caranqui.
Los cientos de artículos exhibidos son distin-tivos de la confederación caranqui. Las austeras ollas en forma de zapato, trípodes y asimétricas son tan características como las propias pirámi-des. Su decorado no suele ser muy elaborado y su hechura es más bien tosca. Cuando hay algo pintado, los motivos suelen ser puntos y rayas.
Además, en Cochasquí se han hallado ar-tículos de otra tradición: la Cosanga-Píllaro o Panzaleo, que se desarrolló desde la Amazo-nía hacia los Andes centrales (400 a. C.- 1532 d. C.). Su cerámica es más fina y su decorado es más elaborado. La arcilla con la que se elaboraron estas piezas tiene minerales me-tamórficos, que no se encuentran en el valle interandino, pero sí en la Amazonía. Estos ha-llazgos evidencian los intercambios que exis-tían con los pueblos del oriente ecuatoriano.
Los caranqui trabajaron mucho la obsidia-na y el basalto para la elaboración de armas y herramientas. La obsidiana, en Ecuador, solo se encuentra en dos afloramientos volcánicos al sur del territorio caranqui, por lo que su pre-sencia es otro reflejo del comercio que existió.
Trabajos de investigación y restauración en la pirámide 13.
Ofrendas funerarias encontradas en un montículo de Cochasquí durante las excavaciones hechas por investigadores alemanes en la década de 1960.
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Cochasquí cuenta con un flamante espacio de acam-pada y hospedaje para 64 personas. Hay tres
cabañas de dos habitaciones con capacidad para cuatro personas y un área de camping para veinte carpas cómodamente emplazadas. También tiene cuatro chozas parrilleras, ba-terías sanitarias y duchas de agua caliente. El lugar utiliza un sistema de tratamiento de aguas residuales por filtración, conexiones de electricidad soterradas e internet inalámbrico. Junto a esta área se ha adecuado un mirador desde donde se puede ad-mirar el complejo arqueológico y la estupenda vista de los valles y cerros circundantes. Además, existe una tienda y hay seguridad las 24 horas.
Con estas obras se ofrecen facilida-des a quienes quieran aprovechar, entre otras cosas, de la excelente ubicación de Cochasquí para observar estrellas –alejado del resplandor de las ciudades y con un clima usualmente despejado. Para el propósito, es posible alquilar te-lescopios en el lugar. De igual manera, para las actividades diurnas, es posible alquilar binoculares (para la observa-ción de aves) y bicicletas de montaña.
En un futuro cercano estará disponible un lugar para la realización de ceremonias y rituales indígenas, así como baños de vapor tradicionales.
ACAMPADA EN COCHASQUÍ
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Asistidos por las teorías más aceptadas y la maqueta que hay en el Parque, que muestra la disposición de todas
las pirámides, podemos intentar imaginar-nos las vidas de quienes construyeron y utilizaron Cochasquí.
Regresemos en el tiempo a un día significati-vo del siglo XIV, tal vez a una jornada que coincide con el solsticio o el equinoccio. En el equinoccio de marzo, los caranqui celebraban el Pawkar Raymi, el momento en que el sol, al mediodía, está justo sobre la línea equinoccial y en estas tie-rras no hay sombra. Este era el momento del re-nacer y del recrear. Se realizaban ceremonias en que el protagonista era el fuego, para apropiarse del Mushuk Nina, el fuego nuevo del sol.
En los dos solsticios del año, 21 de diciembre y 21 de junio, se celebraban el Kapak Raymi y
el Inti Raymi, respectivamente. En estas fechas el sol está sobre los trópicos de Capricornio o de Cáncer, es decir, en su punto más distante de la línea ecuatorial. Por ello, los rituales estaban encaminados a pedirle al sol “que no se vaya”. Con estas ceremonias –las Inti watana–, la gente “amarraba” al sol a las piedras de poder.
Como centro ceremonial, Cochasquí ha con-vocado en este día a personas de todo el territorio caranqui y sus zonas vecinas, que han llegado desde la madrugada o han acampado en los alrededores. Además de la fiesta, esta será una gran oportunidad para intercambiar productos agrícolas de los diferentes pisos climáticos y no-ticias de todos los rincones de la confederación.
Cientos de hombres ascienden por las ram-pas y llegan al chozón con techo de paja y pare-des decoradas que se asienta sobre la pirámide
mayor. Traen consigo diversos artículos: ollas, frutos secos, tubérculos, bloques de sal, ají y textiles. Algunos de ellos ofrendan elementos menos comunes: guacamayos o conchas mari-nas, como el spondylus. Del interior de algunas de las chozas salen olorosas humaredas que sugieren el pase del fuego del Mushuk Nina o la preparación de un guiso. A medida que trans-curre el día, la gente y la confusión aumentan. Todos se congregan a observar a quienes pre-siden la ceremonia desde lo alto. Desde la pers-pectiva de los oficiantes se divisa el valle entero: la profunda quebrada del río Guayllabamba y las cumbres nevadas del Antisana, del Cayambe y del Cotopaxi. Tras los picos volcánicos, a oriente y occidente, se van acumulando los nubarrones provenientes, como algunos de los asistentes, de las selvas tropicales.
Un día en la vida del antiguo Cochasquí
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Un habitante del Parque Arqueológico Cochasquí que llama la atención es el búho de madriguera (Athene cunicularia). Su
nombre se debe a que excava sus madrigueras dentro de la tierra, e incluso dentro de las mismas pirámides. Está activo durante el día y suele caminar (costumbres raras entre los búhos), por lo que es fácil observarlo, incluso en los senderos para visitantes.
El morador de las
pirámides
E l proceso de construcción de las pirá-mides fue muy meticuloso; no bastó con apilar los bloques de cangahua
y la arena. En primer lugar, fue necesario preparar el terreno. La edificación de es-tructuras de esa magnitud en una pendiente fue un problema al que se le tuvo que en-contrar una solución. En un recorrido típico por el Parque, el visitante cruza, entre las pirámides 5 y 3, por una explanada muy pe-queña que termina abruptamente. Desde su borde se puede observar la mayor parte del complejo, y resulta evidente que las demás pirámides también descansan sobre expla-nadas parecidas: son terraplenes artificiales.
El volumen combinado de terraplenes, montículos y pirámides en Cochasquí se esti-ma en 1,2 millones de metros cúbicos. Un ki-lómetro al norte del complejo arqueológico, en el sector de Santa Rosa, se encuentra una hon-donada que posiblemente fue el sitio de extrac-ción de todo ese material. La cangahua debió ser sacada en bloques, con ayuda de hachas de piedra, y transportada con palos de madera. En el sitio de construcción se pulían los bloques para luego apilarlos y formar el edificio.
Los encargados de este duro trabajo probablemente vivieron en la zona deno-minada “pueblo”, al oriente del complejo. Allí también habrían permanecido quienes se ocupaban de darle mantenimiento al área monumental.
¿Cómo se construyeron las pirámides?
¿Un espejo astronómico?Cortos de CochasquíE s probable que, como muchos otros
pueblos agrícolas de América, la gente de Cochasquí haya practicado alguna forma de culto astronómico, venerando al sol o a la luna y siguiendo sus ciclos. Diversos inves-tigadores han especulado sobre Cochasquí como un calendario astral. Valentin Yurevich, por ejemplo, señala que las rampas están orientadas hacia la estrella Benetnasch, en la Osa Mayor, al inicio de la temporada de lluvias. Igualmente, hay la creencia popular de que una de las pirámides tiene la forma de la constelación Scorpio, y los montículos, la forma de la Osa Menor. En realidad, no hay
ninguna evidencia de que los constructores hayan tenido este propósito en mente.
También se ha dicho que las zanjas en la plataforma de la pirámide 13 pu-dieron servir como espejos de agua para ver las estrellas, algo que se conoce de otras culturas andinas y me-soaericanas. Sin embargo, como ya se mencionó antes, estas ranuras parecen haber estado cubiertas por un techo.
Aunque no haya evidencia cierta sobre arqueoastronomía, el sitio es ideal para as-trónomos aficionados, por el aire diáfano y la ausencia de luces urbanas. Cochasquí es frecuentado por grupos de campistas en busca de cometas, lluvias de estrellas o eclipses solares y lunares.
Se creía que la orientación de pirámides y tolas de
Cochasquí estaba relacionada con los movimientos de la luna y el sol, pero al parecer la pendiente del terreno, la proximidad de fuentes de agua o la alineación con algunas montañas de alrededor fueron más importantes.
L as rampas que descienden de las pirámides mayores
de Cochasquí pueden haber servido, durante las ceremonias, como conexión entre la sencilla población dispersa en la zona sur y sureste de las pirámides, y los caciques que se ubicaban en la parte alta de la pirámide.
A raíz de la reforma agraria de los años sesenta,
gran parte de Cochasquí fue vendida a una compañía privada que se dedicó a la extracción de piretro –una planta con propiedades in-secticidas– incluso alrededor y sobre las pirámides.
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Punti Achil
En pleno centro de Cayambe los tran-seúntes pueden contemplar varios mon-tículos funerarios. Punti Achil, en idioma caranqui, quiere decir “tola de los Puen-to”, aludiendo a uno de los apellidos de la élite indígena.
Terrazas de Pimampiro
Pimampiro fue un centro muy impor-tante para la producción de coca. Sus cultores fueron tan hábiles que, luego de la conquista, los incas se los lleva-ron como mitimaes para trabajar la coca en el sur peruano. Las construcciónes
Otros vestigios de la
confederación caranqui
prehispánicas más notable en Pimampiro son las terrazas, como aquellas en el cerro Cebadal. Las terrazas fueron la solución adoptada por varios pueblos andinos para cultivar en suelos inclinados.
Camellones de Cayambe
Los camellones eran grandes jorobas construidas en el terreno para drenarlo o retener humedad. Desde lejos, los camello-nes se ven muy parecidos a terrenos arados, pero son tan grandes ¡que parecen labrados por bueyes de diez metros de largo! En las partes altas de los camellones se cultivaban aquellas plantas que no podían cultivarse en los surcos, donde tendía a acumularse agua.
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C ochasquí no es el único complejo de estas características en el territorio. Forma parte de una extensa red a la que es necesario mencionar para com-prender la cultura que erigió estas obras monumentales. Cochasquí fue uno
de los varios centros o complejos arquitectónicos dispersos entre los ríos Guay-llabamba, al suroccidente, y Chota-Mira, al nororiente, caracterizados por la pre-sencia de pirámides, montículos artificiales y varios hallazgos que comparten un estilo común de elaboración y fabricación. A continuación encontrarás una breve descripción de algunos sitios destacables:
El complejo arqueológico en la hacienda Zuleta, Imbabura, es uno de los más importantes sitios caranqui.
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En Cayambe hay una extensión de 1 200 hectáreas cubiertas por camellones; lamen-tablemente, gran parte está ahora cubierta por plantaciones florícolas.
Fortalezas caranqui
Los Andes ecuatorianos están llenos de fortalezas de vigilancia en las cumbres de los cerros –los pucarás–. Aunque se los ha asociado con la presencia inca en el país, parece que varios de ellos fueron construi-dos por los caranqui. Hay un pucará en San Antonio de Ibarra que es famoso por ha-ber sido el lugar de la última batalla entre
caranqui e incas, después de una larga contienda de 16 años. Cuando los incas lograron tomar la fortaleza, los caranqui huyeron y buscaron refugio en Yaguarco-cha. En esta laguna, los incas los acorra-laron y masacraron, por lo que el agua se tiñó de sangre; de ahí su nombre en kichwa (yaguar, sangre; cocha, laguna).
Complejo de Zuleta
Como Cochasquí, posee tolas con rampas y montículos funerarios. Está localizado al oriente del volcán Imbabura, en un encanta-dor valle dentro de la hacienda Zuleta.
Este es el último fragmento conservado de las 1 200 hectáreas de camellones alrededor de Cayambe, hoy cubiertos en su mayoría por invernaderos de flores.
Quito
Imbabura
EsmeraldasCarchi
Pichincha
Napo
Sucumbíos
Cayambe
Colombia
Tabacundo
Otavalo
CotacachiAtuntaqui
L. San Pablo
L. de Mojanda
Cuicocha
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Pimampiro
Mira
El Ángel
San Gabriel
Ibarra
Tulcán
límite nacionallímite provincial
TERRITORIO CARANQUIy sus pr incipales
s i t ios arqueológicos
Fuentes: Gondard y López , 1983; Athens, 1980. Créditos: Ecuador Terra Incognita
ríocumbre
capital nacional
capital provincial
población
sitio caranqui
Cochasquí
Territorio caranqui
Guayllabamba
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Chiles
Imbabura
Cotacachi
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terrazas dePimampiro
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pucará de San Antonio
complejo de Zuleta
sitio Otavalo
sitio Pinsaquí
sitio Perugachi
sitio Gualimán sitio
Yahuarcocha
sitio Socapamba
sitio Chotasitio Urcuquí
sitio Paquiestancia
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sitio Tu�ño
sitio Cahuasquí
sitio Chitán
sitio Huaca
sitio Tocachi
sitio Malchinguí
pucarás de San Antonio de
Pichincha
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Atractivos aledaños al Parque ArqueológicoCochasquí
Bosque Protector Parque Recreacional Jerusalem
L as 1 100 hectáreas del parque Jeru-salem albergan el singular paisaje del
bosque seco interandino. Es un lugar ideal para disfrutar en familia, ya que cuenta con múltiples zonas para acampar, fogones para parrillas y espacios deportivos.
Abundan los algarrobos (Prosopis sp.), árboles tupidos y espinosos en los que va-riadas especies de animales y plantas en-cuentran refugio. Con atención, se pueden vislumbrar entre sus ramas a pequeñas aves de vistosos colores: huiracchuros (Pheucti-cus chrysogaster), tangaras (Tangara vitrioli-na) y los escondidizos pues-pues (Synallaxis azarae), entre otras. Los pencos (Furcraea sp.) en flor son frecuentados por bungas y diversos colibríes, como el colibrí gigante (Patagona gigas), el más grande del mundo.
Aquí comparte el hábitat con uno de los más pequeños, el quinde prelado (Myrtis fanny), que se descubre por los metálicos sonidos, parecidos a carcajadas, que los machos hacen con sus alas.
Cascada Tocachi
T rescientos metros al norte del Parque Ar-queológico Cochasquí, en la carretera ha-
cia las lagunas de Mojanda, se encuentra un desvío que conduce hacia la cascada Tocachi. El tramo, de menos de cinco kilómetros, es ideal para practicar ciclismo o simplemente caminar. Cerca a la quebrada hay un bosque secundario donde es posible observar flores llamativas como el taxo (Passiflora sp.), el allpacorral (Bomarea multiflora), los zapatitos (Calceolaria sp.) y algunas orquídeas, tanto terrestres como epifitas (que crecen sobre otras plantas).
Estas plantas mantienen asociaciones con ciertas especies de aves. Entre las más llama-tivas están los plateros (Anisognathus igniven-tris), las cotingas (Ampelion rubocristatus), las reinitas (Myioborus melanocephalus) y nume-rosos colibríes, como los pequeños metaluras (Metallura tyrianthina) y los espectaculares quindes tijereta (Lesbia spp.).
Lagunas de Mojanda, bosque altoandino y páramo
Desde Cochasquí y hacia el norte, se puede tomar la ruta que conduce al
macizo montañoso de Mojanda. Entre sus varias cumbres destacan el Fuya Fuya y el Yanahurcu o Cerro Negro, ambas fáci-les de ascender. Desde ellas se pueden apreciar los valles del Guayllabamba y del Chota-Mira, la extensión de lo que fue el territorio caranqui.
La espectacular Caricocha es la mayor laguna en el complejo lacustre de
Mojanda; varios senderos y caminos la conectan con Cochasquí.
En torno a Cochasquí hay varios atractivos naturales y culturales, así como poblados interesantes que enriquecerán tu visita.
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Entre estos picos se encuentran las tres lagunas de Mojanda: Karikocha (kari = varón; kocha = laguna), la más grande; Yanakocha (yana = negra) y la pequeña Warmikocha (warmi = mujer). Sus aguas ácidas debido a la emanación de gases volcánicos albergan poca vida, pero en las ciénegas circundantes se puede ver patos (Anas andium, Anas georgica y Oxyura ferruginea) y zambullidores (Podylimbus podiceps). Algunas de estas aves son migrato-rias y vienen aquí durante el invierno boreal.
Tan interesante como estos destinos es el camino para llegar a ellos. Se atraviesa la ceja de montaña, un ecosistema de transición entre el bosque andino y el páramo. En las zonas res-guardadas por peñas crecen bosques de yahuales o árboles de papel (Polylepis sp.), característicos por su colorada corteza descascarada. Un espec-tacular habitante de esta zona es el colibrí pico de espada (Ensifera ensifera), que adaptó su pico para acceder al néctar de flores tubulares como la del guanto (Brugmansia sp.). ¡Es la única ave en el mundo cuyo pico es más largo que su cuerpo!
Al seguir ascendiendo por la carretera se llega al páramo, un ecosistema que a primera vista luce uniforme, dominado por pajonales. Sin embargo, si uno fija la mirada en pequeños espacios del suelo, descubrirá jardines de di-minutas flores de gran diversidad. Otra forma de descubrir el páramo es a través del olfato. La valeriana (Valeriana spp.), utilizada para calmar los nervios, se delata por su olor pe-netrante, mientras que el sunfo (Clinopodium nubigena) es muy apreciado por el olor a men-ta que emana (su infusión es buena para el mal de altura y el dolor de estómago).
El páramo permite observar animales de mayor tamaño que en zonas de vegetación arbustiva. Aunque es muy raro ver al oso de anteojos (Tremarctos ornatus) o al tapir de montaña (Tapirus pinchaque), es posible en-contrar sus huellas en los tallos de las achu-pallas (Puya spp.) que el oso voltea para be-ber la miel que hay en su base. Resulta más fácil encontrarse con el zorro de páramo (Pseudalopex culpaeus). Algunos colibríes
En la tranquila parroquia de Perucho sobresale su
iglesia de madera.Músicos andinos durante la celebración del Inti Raymi.
Los páramos de Mojanda brindan múltiples oportunidades para recorrerlos a pie.
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0°0'0" 0°0'0"
78°10'0"W
78°10'0"W
78°20'0"W
78°20'0"W
0°10'0"N 0°10'0"N
0°0'0" 0°0'0"línea equinoccial línea equinoccial
Aloguincho
Mojanda Grande
Puéllaro
Caricocha
HuarmicochaFuya Fuya
4 294 m
OyacachiAlchipichi
Tocachi
Tabacundo
Otón
Cayambe
Tupigachi
PROVINCIA DE IMBABURA
PROVINCIA DE PICHINCHA
N
S
O E
Pisque
Gra
nobl
es
San José
vía al nuevo aeropuerto
vía a Guayllabamba
vía a Otavalo
vía
a O
tava
lo
cascada de Tocachi
Atahualpa
vía a Otavalo
Chavezpamba
Mojanda Chico
San José de Minas
Colangal 4 145 m
Cochasquí
mina Santa Rosa
La Esperanza
Yanahurcu (Cerro Negro)
4 272 m
Malchinguí
Bosque Protector Jerusalem
a Guayllabamba
Parque ArqueológicoCochasquí
Perucho
a Otavalo
vía secundariapanamericana
río
ferrocarril
volcán y cerro
cabecera cantonalparroquia
poblado
límite provincial
MAPA TURÍSTICO DE COCHASQUÍ Y SUS ALREDEDORES
vista panorámica
ciclismo turístico
excursión
camping
volcán
laguna
información
alojamiento
mirador
bosque
restaurante
paseo a caballo
área arqueológica
artesanía
cascada
iglesia
termales zoológicoárea protegida
observaciónde aves
Fuente: G. Provincial de Pichincha, 2011.Créditos: S. Crespo, P. Cabrera, X. Cordovez / Ecuador Terra Incognita
RUTAS TURÍSTICAS
panamericana-Cochasquí
Malchinguí-Capac Ñan-Mojanda
Ruta Escondida
Atahualpa - Mojanda
Cochasquí - Mojanda
Malchinguí - Tabacundo
Tabacundo - Mojanda
Circuito laguna de Mojanda 4 km
25 km
8,6 km
50 km
9 km
18 km
23 km
16 km
Fuya Fuya
Cerro Negro
Subruta bosque la Esperanza 5 km
2 km
1 km
Yanacocha
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también llegan hasta estas alturas; entre ellos, la endémica estrella ecuatoriana (Oreotrochilus chimborazo) que se alimenta del néctar de la flor del andinista, la chuquiragua (Chuquiraga jussieui), y que tiene un mecanismo único en-tre las aves para conservar su energía en un clima tan austero: durante la noche disminuye su metabolismo y temperatura hasta los 5º C.
La ruta escondida: bordeando el Guayl labamba
A l occidente de Cochasquí, donde el río Guayllabamba drena hacia la Costa, exis-
ten zonas de clima más cálido. De aquí los caranqui se proveían de productos complemen-tarios que no crecían en el callejón interandino. Este placentero recorrido incluye el poblado de Puéllaro, donde fue hallada una tola (o en-tierro de un cacique), acompañada de grandes cantidades de oro en forma de brazaletes, ani-llos y adornos, así como de oro en polvo. Más hacia el norte, Perucho exhibe como atractivo principal su iglesia totalmente construida en madera. Chavezpamba y Atahualpa, al margen del río Cubi, cuentan con un escenario natural acogedor y una población hospitalaria y llena de tradiciones. Más adelante, San José de Minas se presenta como una parroquia pacífica de ele-gante arquitectura colonial.
El chaguarmishqui y otras delicias
Cochasquí y sus alrededores ofrecen manjares tradicionales a los visitantes.
Uno de los más claros ejemplos de nuestra cultura vinculada a la naturaleza andina es la bebida del chaguarmishqui. Al corazón del penco (Furcraea andina), del que sale la flor larga o chaguarquero, se le produce una herida profunda que sangra (yahuar) y que la misma planta tratará de curar. La savia dul-ce (mishqui) que brota por varios días y en gran cantidad, tiene un sabor agradable y
alto valor nutritivo. El mishqui puede también hervirse para ser convertido en miel o puede fermentarse para ser transformado en licor. De las hojas del penco además se puede ex-traer fibra aunque su textura es muy dura, y del propio chaguarquero, cuando está seco, se obtienen pingos para la construcción.
Otra especialidad de esta región son los locros de Guayllabamba, elaborados en la par-te baja del valle con papas de las zonas más altas. El acompañante perfecto para este plato son los abundantes y especialísimos aguaca-tes que crecen en este sector. Y de postre, las renombradas chirimoyas, de allí mismo o del sector subtropical de la ruta escondida.
Los cuyes y el chancho hornado en los poblados de la Ruta Escondida son de renombre.
De viaje
¿Cómo llegar?
Parque Arqueológico Cochasquí
Para viajar de Quito a Cochasquí y a los atrac-tivos asociados en las zonas central y orien-tal de la ruta Cochasquí-Mojanda, se pueden utilizar todas las cooperativas que van rumbo a Cayambe, Imbabura y Carchi por la vía pa-namericana; algunas de ellas son Aerotaxi, Espejo, Expreso Tulcán, Expreso Turismo, Flo-ta Imbabura, Los Lagos, Oriental Pimampiro, Otavalo, Pullman Carchi, San Cristóbal, San Gabriel, Taca Andina, Tax Gacela, Transvence-dores y Velotax Norte. Los buses parten desde el terminal terrestre de Carcelén (tlf. 02 396 1600) las 24 horas con una frecuencia de 15 minutos. El viaje hasta Cayambe o Tabacundo cuesta US$ 1,25 y dura una hora y media.
Un bus diario de la cooperativa de transportes Malchinguí (Transpormal) sale desde el terminal de buses La Ofelia y se dirige a las poblaciones de Malchinguí y Tocachi, pasando por Cochasquí. El viaje toma 2 horas y cuesta 2 dólares.
El principal acceso al Parque es por la carretera panamericana, en el tramo entre Guayllabamba-Tabacundo. Si se viaja desde Quito, a la altura del peaje de Cochasquí se toma la vía empedrada que parte hacia el occidente (izquierda) por 8,6 kilómetros.
Quienes viajan en autobús deberán ba-jar en la parada “visera de Tocachi”. Aquí se puede esperar una camioneta (que pasa con intervalos hasta de una hora) para trasladarse hasta Cochasquí (30 minutos; US$ 4 por flete).
El ingreso al Parque Cochasquí tiene un costo de US$ 1 para turistas nacionales, US$ 0,50 para tercera edad, US$ 0,20 para estudiantes y US$ 3 para extranjeros.
Tabacundo: parque central
Para no esperar la camioneta en la carretera y así controlar mejor el tiempo de viaje hasta las pirámides, puedes avanzar en bus hasta el parque central de Tabacundo y contratar ahí una camioneta que te llevará hasta Cochasquí (40 minutos; US$ 12-15 el flete) o al destino que desees (Mojanda: US$ 15-20; Cascada de Tocachi: desde Tocachi US$ 5 y desde Tabacundo US$ 15). Cooperativa de camionetas 23 de Noviembre (tlf. 02 236 6256). También puedes visitar la parroquia La Esperanza, unos kilómetros antes de llegar a Tabacundo.
El camino secundario entre Tabacundo y Cochasquí también es ideal para bicicletas; son 23 kilómetros hasta Malchinguí.
Lagunas de Mojanda
A Mojanda se puede ascender por la vía que inicia junto al parque central de Tabacundo (40 minutos en automóvil). Un vehículo alto y con buena tracción es necesario. Se puede contratar una camioneta en el parque central de Tabacundo (US$ 15-20; por una suma adicional, la camio-neta te puede esperar y llevarte de regreso). Es posible acampar en las lagunas, donde hay una flamante área de camping, pero se requiere equipo adecuado para soportar las temperaturas frías del páramo. También se puede ascender por
Hojas del penco o chaguarquero.
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un carretero que proviene de Otavalo. Mojanda contará pronto con un área de acampada.
Guayllabamba
Hasta Guayllabamba se puede llegar por la misma vía panamericana en los bu-ses interprovinciales o en los de las cooperativas Guayllabamba y Flota Pichin-cha (tlf. 02 236 8209) que parten desde el terminal de buses de La Ofelia en el norte de Quito (45 minutos; US$ 0,55).
Ruta Escondida
La subruta en la parte occidental de la ruta Cochasquí-Mojanda inicia en el puente sobre el río Pisque en la vía panamerica-na y sigue el curso del río Guayllabamba a través de las poblaciones de Puéllaro, Perucho, San José de Minas, Chavezpam-ba y Atahualpa. Hasta Atahualpa, el viaje desde Quito demora una hora y media en automóvil particular y dos horas en au-tobús. El destino final de los buses es la plaza de San José de Minas, a dos horas de Quito; ocho turnos diarios parten del terminal de La Ofelia, en el norte de Quito, desde las 06h00 hasta las 18h00. Dos cooperativas cubren la ruta: Otavalo y San José de Minas. Hasta Puéllaro US$ 1,25; Perucho US$ 1,30; Chavezpamba US$ 1,70; Atahualpa US$ 1,80. En algunos pueblos es posible contratar taxis o camionetas:
AtahualpaCooperativa Transmachai, tlf. 02 230 4800
ChavezpambaRosario Rivera, tlf. 02 278 216
PuéllaroUnión Puellareña, tlf. 02 277 5209Trans Puéllaro, tlf. 02 277 5488
Malchinguí
Si bien Malchinguí no hace parte de la ruta escondida por ubicarse en la parte interna del callejón interandino, está a poca distancia de esta estupenda ruta. Se accede por la misma carretera que conduce hasta San José de Mi-nas y Atahualpa. El recorrido desde Quito toma una hora en automóvil y una hora y cuarto en bus, por lo que es la vía más rápida para ir hacia Cochasquí. Los buses de la Cooperati-va Transpormal (tlf. 081 553 871) parten de la terminal de buses de La Ofelia, en 17 turnos, desde las 06h45 hasta las 18h30 (US$ 1,10).
Desde Malchinguí también es posible con-tratar una camioneta hasta Cochasquí (US$ 6- 8). Existen dos cooperativas de camionetas que sirven al turismo en la zona, Parque Bolívar (tlf. 02 215 8082) y Tramsa (tlf. 02 215 8113), y una de taxis (tlf. 02 215 8422).
Circuito Jerusalem, Malchinguí y Cochasquí
Este circuito ha empezado a ser cubierto los fines de semana por la cooperativa de buses Transpormal. Sale desde el terminal de La Ofelia en Quito a las 08h00 y regre-sa desde Cochasquí a las 15h00. Esta ruta está en operación desde enero de 2012 y si necesitas reservar o flexibilizar horarios para grupos de personas, puedes llamar al teléfono 081 553 871.
Seguridad y salud
• La visita a las partes altas de esta región, en el sector de Mojanda, incluye ascensos hasta zonas por sobre los cuatro mil metros sobre el nivel del mar. Hay que estar preparado para el frío y la lluvia, y atento a los síntomas del mal de altura o soroche.
• Si se presenta el soroche (debilidad, mareo, náusea y vómito) se recomienda descansar, tomar líquidos y dulces y, si no hay alivio, es necesario descender a zonas más bajas.
• Las zonas altoandinas en la línea equinoccial reciben fuerte radiación solar, por lo que es indispensable llevar gorra o sombrero y bloquea-dor solar para proteger la piel de quemaduras.
• Es necesario llevar suficiente provisión de agua (en cantimplora o bebetodo, no en bo-tellas desechables). El clima es seco en las zonas de Jerusalem, Cochasquí y Mojanda, y las caminatas pueden causar deshidratación.
• Movilizarse en autobús requiere especial atención con las pertenencias. Es importante po-nerlas en un lugar seguro y no perderlas de vista.
Manejo de dinero
Es conveniente llevar dinero en efectivo; los billetes de baja denominación son me-jor recibidos. Las poblaciones de Guaylla-bamba, Tabacundo y Cayambe cuentan con agencias bancarias y cajeros automáticos para retiro de dinero.
Cuándo visitar
Las visitas a esta región son provechosas durante todo el año; sin embargo, los me-ses de verano en el callejón interandino ( de julio a septiembre) son ideales para dis-frutar el paisaje y ver estrellas por las no-ches. Las fiestas del Mushuk Nina (el fuego nuevo), Pawkar Raymi (finales de febrero y marzo) y del Inti Raymi (alrededor del 21 de junio) son eventos importantes, lo mis-mo que la celebración de la Semana Santa (entre marzo y abril).
Prácticas de turismo sostenible
• Al consumir alimentos frescos prepara-dos por los pobladores de la zona, evitas la producción de basura plástica y apoyas la economía local.
• Si no encuentras un basurero o si estás en áreas naturales, guarda tus desperdicios y tráelos de regreso para deshacerte de ellos donde haya servicio de recolección.
• Cuando acampes, ten extremo cuidado con las fogatas: no las hagas cerca de vegetación y asegúrate de que queden completamente apagadas, especialmente en el verano (de julio a septiembre).
• En tus recorridos, respeta los sende-ros; en las zonas arqueológicas ayuda-rás a conservarlas, y en los páramos evitarás que se degrade la vegetación que por el clima extremo tarda mucho tiempo en regenerarse.
• Evita hacer ruido. No utilices reproduc-tores de sonido si no es con audífonos, pues otras personas pueden preferir dis-frutar del sonido de la naturaleza o sim-plemente del silencio.
Contactos importantes
- Hospital de Cayambe: (02) 236 0072
- Hospital de Tabacundo: (02) 236 6149
- Subcentro de salud Guayllabamba:
(02) 213 0424
- Subcentro de salud Perucho: (02) 278 0049
- Subcentro de salud Puéllaro: (02) 277 5384
- Policía de Tocachi: (02) 079 1239
- Peaje de Cochasquí (02) 279 2284
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DirectorioGuayllabambaGuayllabamba es un lugar de acopio de comercio y servicios. Uno de los atractivos familiares más visitados es el Zoológico de Guayllabamba (www.quitozoo.org / tlf. 02 236 8898). También lo son los lugares de comidas típicas que venden locro, hornado, fritada y chirimoyas. Junta Parroquial de Guayllabamba (tlf. 02 236 9624).
PuéllaroEl paisaje andino, la producción frutal, los bal-nearios y el ascenso a Mojanda por el sector de Coyagal son atractivos estelares de Puéllaro. La gastronomía local señala al cuy (La Hueca del Cuy), chancho hornado y caldo de gallina (Rincón Pue-llareño) como lo más sabroso de la comida local.
PeruchoLos alrededores de Perucho guardan un paisaje muy atractivo; se realizan importantes activida-des agrícolas en la zona. El sector de Ambuela es famoso entre los pobladores locales por las aves rapaces. En este lugar encontrarás una posada que también brinda servicio de restaurante. Junta Parroquial de Perucho (tlf. 02 278 0178).
ChavezpambaVisita las playas en el río Cubi y las piscinas termales. Las fiestas de parroquialización el 23 de noviembre reciben turistas. Puedes alojarte en el Centro de Desa-rrollo Comunitario Don Bosco (US$ 4; tlf. 02 278 2230).
AtahualpaEn Atahualpa puedes visitar los bosques, el cemente-rio, la iglesia y las cascadas. Encontrarás alimentación durante el día y dos hostales que albergan turistas: Allpa Linda (US$ 5-8; tlf. 02 230 4770) y Posada de Marianita Ayala US$ 4-5; tlf. 02 230 4031).
San José de MinasEste pintoresco poblado se ubica al final de la Ruta Escondida. Lo distingue su arquitectura que preserva muchas características coloniales y precoloniales.
Además, podrás recorrer sus entornos a lomo de caballo o a pie, contemplando la tranquilidad de la vida campesina. Existen algunas opciones de hos-pedaje y deliciosa gastronomía. Junta Parroquial de Minas (tlf. 02 302 118).
MalchinguíDestacan el recorrido por el Qhapac Ñan, ca-mino pedestre o ciclístico hasta Cochasquí, y las fiestas de San Pedro (últimos días de junio). Encontrarás varios lugares para alimentación. Junta Parroquial de Malchinguí (tlf. 02 215 8330).
TocachiEs uno de los poblados más cercanos a Cochasquí; se puede caminar o pedalear tanto al complejo tu-rístico como a La Esperanza. Son renombradas su plaza central e iglesia, así como sus bordados y teji-dos artesanales. Su delicioso plato típico es el ají de cuy. Junta Parroquial de Tocachi (tlf. 02 211 0276).
La EsperanzaEn las ferias agroecológicas que se realizan los fi-nes de semana se expenden hortalizas orgánicas cultivadas en los alrededores; también se pueden encontrar artesanías de todo el sector. Se puede visitar el bosque de Urubí y es un buen sitio para probar la bebida del chaguarmishqui. Junta Pa-rroquial de La Esperanza (tlf. 02 236 6666).
TabacundoBuen centro logístico para movilizarse hacia Mojanda y Cochasquí. Encontrarás posadas que albergan a tu-ristas (Hostería Inty Raymi, US$ 10, tlf. 02 236 6003; Rancho Manabita, US$ 12, tlf. 02 223 6103). Dirección Municipal de Turismo (tlf. 02 236 5264).
TupigachiLo que antes fuera una hacienda es ahora la apacible parroquia Tupigachi. Se pueden recorrer sus alrededo-res para contemplar las actividades agrícolas locales y deleitarse a la vuelta con una nutritiva colada de uchu-jacu. Junta Parroquial Tupigachi (tlf. 02 211 9104).
Coordinación y edición: Andrés VallejoInvestigación y textos: Carlos Rodríguez, Martín Bustamante y Juan FreileDiseño y diagramación: Esteban GarcésInvestigación fotográfica: Alegría Acosta y Martina AvilésMapas: Pablo Cabrera y Susana CrespoCoordinación de mapas: Ximena CordovezIlustraciones: Guido ChavesCorrección de textos: Cristina ManceroAsesoría en arqueología: María Fernanda Ugalde, Santiago OntanedaCoordinación en Gobierno Provincial de Pichincha: Paúl Sevilla, Dirección de Cultura y Deportes
Créditos fotográficos:Andrés Vallejo (contenido:valle; 2; 4; 11; 14; 17; 32)Murray Cooper (5:colibrí; 21); Manolo Guerra / Biographica (5:ciclistas)Víctor Vargas (10) Jorge Anhalzer (24); Jorge Anhalzer / Archivo Criollo (23, 28:caminante)Kerem Ozcan (26); Bradley DeHaan (28:iglesia) Ivan Kashinsky (29)Udo Oberem / Cochasquí: estudios arqueológicos (15)Errata: en una versión anterior de esta guía, una fotografía de la portada fue atribuida por error a Fernando Hernández, cuando en realidad es de Santiago Martínez / Procultur / libro Cochasquí: el agua del frente de la mitad.
Bibliografía • Cuvi, Nicolás y Ana Pohlenz, 2009. Contenidos para elaborar el guión museológico de la exhibición “Descubre la Ecoruta Mojanda Cochasquí”. Consejo Provincial de Pichincha, Dirección de Apoyo a la Producción, Quito
• Ontaneda, Santiago, 2010. Historia de los Pueblos Precolombinos de la Sierra Norte del Ecuador. Banco Central del Ecuador, Quito
• Ontaneda, Santiago, 2010. Las Antiguas Sociedades Precolombinas del Ecuador. Ministerio de Cultura del Ecuador, Quito
• Ortiz, Lenin, 2009. Cochasquí: El Agua del Frente de la Mitad. AH Editorial / Letras, Quito
Este documento se puede citar así:Ecuador Terra Incognita, 2012. Parque Arqueológico Cochasquí y sus alrededores: guía de turismo. Gobierno Provincial de Pichincha, Quito
© Gobierno Provincial de Pichincha 2012
Producido por:
Una Mirada Diferente al Ecuador
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