Félix Torán - Libro El tiempo en tus manos , lecturas de...

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I 142 nfonotas El motivador del nuevo milenio Félix Torán Foto: cortesía Félix Torán. E l Dr. Félix Torán es orador y escritor de motivación y superación personal de reconocido prestigio en España, di- versos países de Latinoamérica y Es- tados Unidos. Es autor del ‘best seller’ “La respuesta del universo”, en el que aborda la “Ley de la atracción” de forma clara, práctica, tangible y alejada de falsas creencias. Recientemente ha publicado el libro “La ley de la autocreación: El secreto del universo”, otro poderoso recurso de autoayuda para el crecimiento personal. Doctor en ingeniería, es autor de más de 110 publicaciones en diversas áreas de la ciencia. Ha recibido varios premios cientí co-técnicos de carácter internacional. Tiene más de 12 años de experiencia en el campo del desarrollo perso- nal, con cerca de 500 conferencias y talleres impartidos hasta la fecha, con un especial énfasis en la ley de la atrac- ción. Es conocido por sus retos de superación personal, que motivan a la creación de poderosos hábitos de creci- miento personal positivo. Su biografía está presente en las obras “Who is Who in the World” (“Quién es quién en el mundo”), “Who is Who in America” (“Quién es quién en América”) y otras relevantes guías biográcas interna- cionales. EXPLÍQUENOS LA “LEY DE LA AUTOCREACIÓN”. La ley de la autocreación nos conere el poder de auto- crear nuestra vida ideal en el único momento que existe: “AHORA”. En síntesis, responde al fundamento del crecimiento personal, y nos dice lo siguiente: “Si ha- cemos pequeños cambios en nuestra mente, estos se convertirán en grandes cambios en todos los aspectos de nuestra vida. Si los pequeños cam- bios en nuestra mente son positivos, los gran- des cambios en nuestra vida serán positivos”. ¿CÓMO SE LOGRA EN ESTOS TIEMPOS DIFÍCI- LES EL ÉXITO Y LA FELICIDAD? A través de una aplicación positiva de la ley de la autocrea- ción. La nalidad de mi último libro, “La ley de la auto- creación: El secreto del universo”, es precisamente la de ayudar al lector a aplicar la ley de la autocreación de for- ma positiva. En otras palabras, esto se traduce en ayudar a crear esos pequeños cambios positivos en nuestra mente que se traducirán en grandes cambios positivos en nuestra vida, ayudándonos a alcanzar mayores éxitos y conectar con la felicidad. Para lograr dicho objetivo, el libro “La ley de la autocreación” utiliza como medio la proposición de retos de superación personal. Y no sólo explica los retos y el conocimiento de fondo necesario, dejando al lector solo. Incluye cuadernos de trabajo para acompañar al lector en la puesta en marcha de los retos y la evaluación de los re- sultados. La felicidad es un tema que debe analizarse con especial atención, puesto que se trata de algo no alcanzable. No se puede lograr la felicidad. En todo caso se puede encontrar, y está en nuestro interior.

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El motivador del nuevo milenioFélix Torán

Foto: cortesía Félix Torán.

El Dr. Félix Torán es orador y escritor de motivación y superación personal de

reconocido prestigio en España, di-versos países de Latinoamérica y Es-tados Unidos. Es autor del ‘best seller’ “La respuesta del universo”, en el que aborda la “Ley de la atracción” de forma clara, práctica, tangible y alejada de falsas creencias.

Recientemente ha publicado el libro “La ley de la autocreación: El secreto del universo”, otro poderoso recurso de autoayuda para el crecimiento personal.

Doctor en ingeniería, es autor de más de 110 publicaciones en diversas áreas de la ciencia. Ha recibido varios premios científi co-técnicos de carácter internacional. Tiene más de 12 años de experiencia en el campo del desarrollo perso-nal, con cerca de 500 conferencias y talleres impartidos hasta la fecha, con un especial énfasis en la ley de la atrac-ción. Es conocido por sus retos de superación personal, que motivan a la creación de poderosos hábitos de creci-miento personal positivo. Su biografía está presente en las obras “Who is Who in the World” (“Quién es quién en el mundo”), “Who is Who in America” (“Quién es quién en América”) y otras relevantes guías biográfi cas interna-cionales.

EXPLÍQUENOS LA “LEY DE LA AUTOCREACIÓN”.La ley de la autocreación nos confi ere el poder de auto-

crear nuestra vida ideal en el único momento que existe: “AHORA”. En síntesis, responde al fundamento del crecimiento personal, y nos dice lo siguiente: “Si ha-cemos pequeños cambios en nuestra mente, estos se convertirán en grandes cambios en todos los aspectos de nuestra vida. Si los pequeños cam-bios en nuestra mente son positivos, los gran-des cambios en nuestra vida serán positivos”.

¿CÓMO SE LOGRA EN ESTOS TIEMPOS DIFÍCI-LES EL ÉXITO Y LA FELICIDAD?

A través de una aplicación positiva de la ley de la autocrea-ción. La fi nalidad de mi último libro, “La ley de la auto-creación: El secreto del universo”, es precisamente la de ayudar al lector a aplicar la ley de la autocreación de for-ma positiva. En otras palabras, esto se traduce en ayudar a crear esos pequeños cambios positivos en nuestra mente que se traducirán en grandes cambios positivos en nuestra vida, ayudándonos a alcanzar mayores éxitos y conectar con la felicidad. Para lograr dicho objetivo, el libro “La ley de la autocreación” utiliza como medio la proposición de retos de superación personal. Y no sólo explica los retos y el conocimiento de fondo necesario, dejando al lector solo. Incluye cuadernos de trabajo para acompañar al lector en la puesta en marcha de los retos y la evaluación de los re-sultados.

La felicidad es un tema que debe analizarse con especial atención, puesto que se trata de algo no alcanzable. No se puede lograr la felicidad. En todo caso se puede encontrar, y está en nuestro interior.

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Cuántas veces escuchamos a alguien decir: “esta es mi ver-dad...”. En realidad es una frase incorrecta, y ante todo, contradictoria consigo misma, como le explicaré más

tarde. Lo que se intenta decir es “esta es mi opinión”, y esta úl-tima forma de decirlo, al menos, ya no es contradictoria. Cuando decimos “mi verdad”, quien habla es nuestro ego. En efecto. Son sólo dos palabras, y una se enfrenta a la otra. Están en guerra. Son incompatibles.

Empecemos por la primera, “mi”, un adjetivo posesivo. Es la voz directa del ego, ya que crea separación, buscando poseer. El ego es una fabricación de nuestra mente sobre quiénes somos. Nuestra mente genera un concepto de “Yo”. Y mientras existe un “Yo”, quiere decir que existe todo lo que no soy “Yo” (todo lo demás y los demás). Ya se ha creado una separación. Es falsa porque en el universo todo está unido, no existen las separaciones. Sin em-bargo, nuestra mente crea un Yo, y con ello ya se ha creado una separación.

Ese Yo (ego) intenta alimentarse de posesiones, realizaciones, car-gos, logros, etc. Como estoy Yo y luego está todo lo demás, lo que quiero es poseer Yo, y no me importa qué posean los demás. El ego se va volviendo todavía peor, e incluso desea el mal a todos los demás, y desea ganar a costa de que otros pierdan.

El ego solo piensa en “mi casa”, “mi carro”, “mis posesiones”, “mi cargo”, etc. De ahí que en la frase que abordamos (mi verdad), “mi” es un adjetivo posesivo que procede directamente de la voz del ego. Y fíjese que todo eso, completamente erróneo, y que nada tiene que ver con la realidad... ¡Lo ha creado una mente!

¿Todavía no acaba de creer que en el universo no existe tal sepa-ración realmente? Si es así, es porque su ego todavía le domina. Permítame ponerle un ejemplo. Nuestro cuerpo se compone de infinidad de células, que trabajan en equipo. Cuando una célula

debe sacrificar su propia vida por el bien del conjunto, lo hace. En el universo todo es así, y como algunos científicos ya empiezan a teorizar, incluso a nivel de partículas atómicas. Si nuestras células tuvieran ego, moriríamos muy rápido, puesto que ninguna célula daría su vida por todas las demás...

Los seres humanos hemos sido creados en contacto con esa rea-lidad del todo inseparable que es el universo. Sin embargo, el ego nos posee desde temprana edad, y nos aparta de dicha realidad. Nos aparta de la verdad. Afortunadamente, en nuestro interior reside todo lo necesario para poder romper esa separación y re-tornar a la verdad.

Veamos la segunda palabra de la frase (verdad). La verdad signifi-ca que en el universo todo está unido de forma inseparable. Por tanto, si esa es la verdad... ¿cómo podría existir “mi verdad”? Si existe mi verdad, existen entonces su verdad, la verdad del vecino y la verdad de cada ser humano... ¿Cómo pueden existir tantas verdades separadas si, en realidad, la verdad es sólo una, y dice que todo es inseparable?

¿Se da cuenta de la contradicción? Le reto a mantenerse alerta, y cuando sienta tentaciones de decir “esta es mi verdad”, debe ser consciente de que está hablando su ego. Retorne en esos momen-tos al presente. Observe su respiración sin intervenir. Cualquier cosa que ronde su mente, obsérvela sin juzgar ni intervenir de ningún modo, y vuelva a su respiración.

Recuérdese que solamente se trata de una opinión, puesto que usted está observando la realidad. Y como nos dice la física cuán-tica, cuando hay un observador y algo observado, hay un error. Cuando opinamos, ocurre lo mismo. Damos nuestra propia in-terpretación de la verdad... Pero nunca podemos conocer así la verdad. Para conocerla debe dejar de juzgar, opinar... Debe dejar de pensar, y simplemente experimentar.

Por Félix Torán

¿Existe “mi verdad”?

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Todos hemos experimentado alguna vez situaciones que hemos catalogado como “casualidades”. Pero… ¿existen realmente las casualidades?

La ley universal de causa y efecto nos enseña que, en efecto, nada es casual. Todo es causal. Toda causa produce un efecto. Y todo efecto procede de una causa. A través de nuestros pensamientos, creamos la causa que producirá efectos en línea con lo que pensamos. No olvidemos que los pensamientos preceden a la acción.

Sin embargo, a pesar de comprender que todo es causa y efecto, no siempre resulta sencillo – si acaso posible – analizar todo como cau-sa y efecto. El razonamiento lógico de causa y efecto que hemos aprendido desde la escuela, casi nos obliga a buscar una explicación racional de tipo causa-efecto para todo lo que experimentamos.

Y este tipo de razonamiento tropieza, y se cae por sí solo, cuando se encuentra ante un fenómeno llamado “sincronicidad” que, sor-prendentemente, es muy común y nos topamos con el mismo con elevadísima frecuencia... Cada día...

Imagine una serie de sucesos que no guardan ninguna relación de causa y efecto entre ellos. Están completamente desconectados. Nin-gún suceso ha causado a ningún otro, y ninguno de los sucesos es resultado de ningún otro. Sin embargo, en un momento dado se pro-duce una conexión a través de su signifi cado. Y el hilo que une tales sucesos a través de su signifi cado, lo proporciona un pensamiento. Ahí se ha producido una sincronicidad.

Las sincronicidades unen sucesos que proceden de sus propias ca-denas causa-efecto, pero se unen de forma acausal entre ellos. Por tanto, es difícil, si no imposible, encontrar un “por qué” para una sincronicidad. Buscar la explicación o la causa tras una sincronicidad signifi ca desperdiciarla.

¿Cómo aprovechar una sincronicidad? La forma de hacerlo es buscar

su signifi cado. Nadie nos puede ayudar a encontrarlo. Es una tarea que sólo nosotros podemos llevar a cabo. No olvidemos que nuestra mente es parte de la sincronicidad, de hecho somos co-creadores de las mismas. ¿Quién mejor que nosotros podría encontrar el signifi ca-do? De hecho, la respuesta es: nadie más que nosotros...

El signifi cado de una sincronicidad nos permite comprender que responde a un pensamiento, y nos deja ver el camino a seguir para lle-gar a convertirlo en realidad. De esta forma, comenzamos por visua-lizar nuestros sueños, y si nos mantenemos a la expectativa, veremos cómo aparecen sincronicidades que nos van mostrando el camino a andar. Y, por supuesto, deberemos actuar, porque por mucho cami-no que veamos, si no andamos… nos quedamos donde estamos.

No olvide que las sincronicidades ocurren en el único momento que existe, en el momento donde ocurre la vida: el ahora. Para ser cons-cientes de las sincronicidades, es necesario permanecer en el mo-mento presente. Si nuestra mente pasa el tiempo entre el pasado y el futuro, difícilmente seremos conscientes de las sincronicidades.

Las sincronicidades son como las señales de una autopista. Nos per-miten saber hacia dónde desviarnos. Pero si no estamos en el mo-mento presente, y por tanto tenemos la mente en otra parte, proba-blemente no veamos las señales, y nos perdamos…¡Realice ahora un cambio de enfoque! ¡Manténgase a la expectativa de percibir sincronicidades! Su vida cambiará. Verá luz donde antes había oscuridad.

En los libros “La respuesta del universo” y “La ley de la autocrea-ción” (más información en www.felixtoran.com) podrá encontrar ejercicios prácticos alrededor de la sincronicidad, que le permitirá ser consciente de tan importante fenómeno y utilizarlo para alcanzar sus sueños. Realmente se asombrará al comprobar cómo todo en el uni-verso se ha confabulado para traerle hasta donde se encuentra ahora, en respuesta a sus pensamientos. La consciencia de las sincronicida-des le hará ver luz donde antes sólo había oscuridad.

Por Félix Torán

La sincronicidad

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Los libros, videos, artículos y audiolibros de autoayuda contienen un enorme potencial. Pero cada persona tiene una experiencia diferente y muy particular con dichos materiales, y una percepción incorrecta puede llevar a conclusiones incorrectas sobre estos valiosos recursos para nuestro crecimiento personal.

Para empezar, es importante aclarar que —como en todo campo— en la autoayuda existen mejores y peores materiales. Afortunadamente, existe un inmenso número de materiales de autoayuda de gran calidad disponibles a través de infinidad de medios. Y es en esos materiales en los que me voy a centrar en este artículo: en los buenos materiales de autoayuda.

Permítame centrarme en los tipos principales de usuarios de materiales de autoayuda. Para empezar, están las personas que creen practicar la duda metódica —algo que como científico aprecio por su utilidad—, cuando en realidad están practicando el escepticismo metódico. Du-dan de todo o casi todo… Y por supuesto, dudan de los materiales de autoayuda sin siquiera conocerlos bien. Obtienen una impresión general muy negativa de los materiales que ya conocen —en muchos casos, basada en pocos materiales— y la extienden a todo material

de autoayuda que existe… Por supuesto, la autoayuda puede hacer muy poco por dichas personas, porque para funcionar, lo primero y principal es que queramos ayudarnos a nosotros mismos, y tengamos cierta confianza —aunque no sea el 100%— en que los materiales que utilizamos nos pueden ayudar de algún modo. Sin embargo, si nuestra postura es escéptica, lo más probable es que no nos interese la autoayuda en absoluto, e incluso si nos decidimos a leer algún libro (por ejemplo) no creeremos nada de lo que allí se dice, y por tanto no lo aplicaremos, por lo cual no dará resultados. Y esto último refuerza el escepticismo…

Por otro lado, hay quien utiliza estos materiales con gran provecho, y experimenta un importante crecimiento personal. En esta categoría, me gustaría destacar a dos tipos de personas a continuación.

Por un lado, están quienes —movidos por su propio ego— se re-sisten a admitir que el material de autoayuda les ha proporcionado herramientas y conocimientos. Han aprendido mucho, y han hecho mucho esfuerzo. Tienen mucho mérito por lo logrado, pero se resis-ten a admitir que un libro, un video o un audio les haya ayudado de algún modo, o que incluso haya sido crucial en su crecimiento perso-

El poder de la autoayudaDr. Félix Torán (http:/www.felixtoran.es - [email protected])

La autoayuda nos beneficia

en la seguridad y en el

crecimiento personal.

nal. Quieren hacer ver que todo ello lo han logrado por sí mismos. Incluso algunos intentan hacer ver que no han logrado nada nuevo, puesto que el éxito ya estaba en ellos. Esta conducta tiene la ventaja de que existe un progreso en el crecimiento personal pero, por otro lado, tiene muchos inconvenientes, y no la recomiendo en absoluto. Por citar uno de ellos, dichas personas evitan compartir experiencias de crecimiento personal con otras personas, con lo cual se evita un in-tercambio muy poderoso en el que todos ganan, y sin duda pierden un beneficio de valor incalculable. Además, es un tipo de conducta que refuerza el ego, algo que no ayuda a progresar precisamente mucho en un camino de crecimiento personal.

Por otra parte tenemos a quienes son más humildes, y no tienen repa-ro alguno en comentar que el material de autoayuda les ha sido muy útil, incluso decisivo. Esto no quiere decir que no tengan mérito. De hecho tienen un mérito enorme. Al ser conscientes de cómo la au-toayuda les ha proporcionado un empuje esencial, seguirán mejoran-do y manteniendo la puerta abierta a nuevas herramientas para seguir creciendo hacia el éxito y la felicidad.

Hay quien —con humildad— dice que los materiales de autoayuda no le funcionan, y admite que el problema debe estar en uno mismo. Es consciente de que hay una serie de resistencias que le están frenan-do, y reconoce que no sabe identificarlas. Esto es muy importante. Ser conscientes de las resistencias, y aceptar que existen, significa que la mitad del camino hacia eliminarlas ha sido recorrido. Ese trabajo requiere de esfuerzo, y es duro, pero cualquier avance se traduce en

enormes pasos a nivel de crecimiento personal. Y cuando las resisten-cias se van venciendo, el potencial de las herramientas de autoayuda se va haciendo cada vez más y más visible.

Hay quien tiene menos humildad y simplemente dice que la autoayu-da no funciona. Dicen que han estado empleando las técnicas apren-didas, y han esperado meses, pero no han visto ningún resultado. La verdad es que es completamente normal que no hayan visto ningún resultado. ¿Cómo iban a verlo? ¡No olviden la parte “auto” de au-toayuda! Significa ayudarse a uno mismo. Estas herramientas nos per-miten “auto-ayudarnos”. Pero si esperamos sin hacer nada, no van a dar resultados milagrosamente. Sólo por leer un libro, nuestra vida no va a cambiar. ¡Hay que aplicar lo que dice el libro, y eso es un trabajo que exige esfuerzo, perseverancia y responsabilidad! Pero lo que sí es seguro es que el esfuerzo que ponemos vuelve a nosotros en forma de resultados, y vuelve multiplicado.

Le recomiendo que evite a caer en el esta última categoría, ya que cree-rá que la autoayuda no funciona, pero se estará engañando a sí mismo. Estará esperando que aparezcan resultados sin poner la suficiente en-trega y esfuerzo por su parte. Estará mostrando una conducta reac-tiva, cuando el éxito se obtiene por la vía proactiva. Además, evite a toda costa el escepticismo. Si no cree que una herramienta le puede ayudar, no tenga duda de que no le va a ayudar…

Combinando los dos consejos anteriores (evitar la conducta reactiva y el escepticismo) se puede derivar un consejo importante como con-

Internet es hoy día un medio efectivo para encontrar materiales

que nos ayuden con la autoestima.

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Actualidad

clusión. No se trata de tener fe ciega en la autoayuda (es un extremo). Tampoco negarlo todo ciegamente (ese es otro extremo). Tampoco se trata de realizar demostraciones científicas, pues no olvide que no estamos hablando de ciencia, sino de crecimiento personal, y allí el método científico no es aplicable. Sin embargo, la virtud se encuen-tra como siempre en el término medio. Se trata de al menos tener cierta confianza en que las herramientas de autoayuda pueden ofre-cerle un progreso en su crecimiento personal. No les cierre la puerta. Pero luego actúe proactivamente… No espere que hagan magia sin mover un músculo. Tome la determinación de esforzarse en poner-las en marcha. Trabaje con un objetivo de crecimiento personal. Si lo hace así, podrá comprobar mediante su propia experiencia que mereció la pena abrir la puerta a la autoayuda, e invertir esa dosis de confianza tal como lo hizo.

Así que las herramientas de autoayuda encierran un gran potencial. Eso no significa que vayan a ayudarle sólo por conocerlas. Necesitará utilizarlas. Si alguien le entrega los materiales y las herramientas para construir una mesa, y le explica cómo hacerlo, eso no significa que la

mesa vaya a construirse… Todo depende de usted. Si decide utilizar las herramientas, entonces lo conseguirá. Y si no le sale perfecto la primera vez, lo que sí es seguro es que habrá dado un paso adelante, y si continúa trabajando terminará construyendo esa mesa perfecta-mente.

Por ello le animo a emplear la misma aproximación con los materiales de autoayuda. ¡Por supuesto que funcionan! ¡No tenga jamás duda! Lo que no hacen es funcionar por sí solos. Es necesario que usted trabaje con ellos, y entonces verá siempre resultados. Por supuesto cuesta un esfuerzo ¿Hay algo que no lo cueste? ¡Hasta dormir consume calo-rías! Pero ayudarse a uno mismo es un esfuerzo que merece mucho la pena, ya que le acercará hacia el éxito por la vía de la felicidad.

También permítame una nota de cautela. Evite enfocar la au-toayuda como una medicina o remedio. Debe entenderse como un recurso para mejorar, pero no como una medicina para com-batir determinados problemas. En algunos casos, los materiales de autoayuda nos enseñan a abordar situaciones problemáticas con éxito. Pero no debe llevarse al extremo. Hay problemas que no se solucionan con la autoayuda, y requieren de la ayuda de un profesional cualificado, o del trabajo en grupo. Por ejemplo, determinados trastornos psicológicos no van a resolverse nece-sariamente por leer y aplicar un libro de autoayuda. En ese caso, lo conveniente es consultar con un profesional cualificado.

Cada cosa, por supuesto, debe utilizarse en su contexto apro-piado. Pero, dentro de su correcto contexto, la autoayuda tiene un potencial inmenso para nuestro crecimiento personal que no debemos despreciar.

Le animo a mantenerse en continua formación, poco a poco, pero sin pausa. Hay muchísimos materiales a su alcance, y en internet tam-bién los hay gratuitos. En mi página web (http://www.felixtoran.es) y en mi página facebook (http://www.larespuestadeluniverso.com) encontrará cientos de ellos. También está a su disposición mi podcast (http://felixtoran.podomatic.com) que ya siguen más de 100.000 per-sonas de habla hispana desde todo el mundo, con más de 75 episodios de autoayuda y crecimiento personal ya publicados en su primer año, todos gratuitos y a su disposición.

Le deseo todo el éxito y la felicidad en su apasionante camino de cre-cimiento personal, y no olvide que los esfuerzos que ese camino con-lleva no son gastos, sino muy buenas inversiones.

Una buena dosis de optimismo es necesaria

para entender este tipo de lecturas.

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Actualidad

Sobre la meditación se ha escrito y hablado mucho (en realidad, mucho más de lo que podríamos imaginar). Y en los tiempos que corren, el tema ha cobrado un especial interés, lo cual me parece muy afortunado. La meditación tiene mucho que ofre-

cernos, y todo lo que significa acercar la práctica de la meditación al mayor número de personas, es una buena noticia. El objetivo de este artículo es aportar un granito de arena en esa dirección, aportándole al-gunas buenas razones por las cuales merece la pena meditar. Puesto que aprender a meditar requiere mucho más de un artículo, en posteriores publicaciones abordaré la pregunta clave: cómo meditar. Pero para que ese artículo tenga sentido, es necesario crear primero una motivación. ¿Por qué debo meditar? ¿Merece la pena? ¿Cuesta mucho esfuerzo? ¿Qué voy a obtener como beneficio? Empecemos por ahí…

Antes de explicarle los beneficios de la meditación, conviene eliminar algunas falsas creencias. La realidad es que existen muchas, de ahí la importancia de dar este primer paso. En primer lugar, es importante comprender que, para gozar de los beneficios de la meditación, no es necesario adoptar ningún tipo de creencia religiosa ni cualquier otro tipo de doctrina. Tampoco hay incompatibilidad alguna con sus creen-cias, puesto que la meditación no exige adoptar ningún tipo de creencia que usted no desee adoptar. Además, cuando se estudian las principales religiones, resulta sorprendente que la meditación suele formar parte de las mismas —con un rol muy importante—, tomando diferentes formas en cuanto a la práctica.

Tampoco es necesario saber adoptar posturas complejas. No es nece-sario que contorsione su cuerpo adoptando posturas que se antojan imposibles. Por supuesto, si es capaz de adoptar la postura del loto o del medio loto, sin duda le animo a meditar en dicha postura. Gozará

Por qué merece la penaDr. Félix Torán (http:/www.felixtoran.es - [email protected])

de una gran estabilidad, logrando anclarse e inmovilizar su cuerpo. Logrará transmitir a su mente calma y estabilidad, pero al mismo tiempo, la mantendrá alerta.

Ahora bien, si no es capaz de adoptar posturas tan complicadas, ¿puede meditar? ¡Por supuesto que sí! La meditación no está reser-vada para los más flexibles. Se puede meditar perfectamente sentado, tumbado, de pie, caminando o incluso comiendo.

También es muy importante tener presente que la meditación no im-plica —en absoluto— que usted tenga que perseguir objetivos de tipo espiritual. Para mostrarlo de forma más clara, en las siguientes líneas aprenderá que se trata de algo que puede beneficiarnos —y mucho— en nuestra salud, nuestro trabajo, nuestras relaciones inter-personales, etc.

Entrando ahora en el campo de los beneficios, permítame comenzar por algo muy importante en nuestras ajetreadas vidas. El tiempo es oro, y en los tiempos que corren, y en las sociedades occidentales, tendemos a llevar una vida muy agitada, donde pasamos el día pen-sando en hacer, y sólo hacer. El tiempo parece no dar lo suficiente de sí mismo para permitirnos hacer todo lo que deseamos lograr… Se genera estrés. El estrés procede de nuestra mente agitada. La mente está todo el día saltando de un lugar a otro. Sobre todo entre pasado

meditar

y futuro. Se va hacia delante, y nos muestra lo que tenemos por hacer, y entonces sentimos todo tipo de sensaciones negativas. Se va al pasado y nos recuerda situaciones desagradables, y nos hace sufrir de nuevo. Mientras pasa todo eso, estamos en todas partes menos aquí y ahora, y lo curioso es que estamos perdiendo el tiempo…

La práctica de la meditación es un gimnasio para el músculo de la con-centración. Nos ayudará a mantener una mente concentrada, con el foco en el aquí y ahora, que no se deja fácilmente distraer por esa agi-tación que quiere arrastrarla hacia el pasado y el futuro. Al mantener el foco en lo que hacemos en cada momento, y tener pocas distracciones mentales, nuestro tiempo se aprovecha mucho más. Hacemos más en menos tiempo y cansándonos mucho menos.

Por si el anterior beneficio no le resulta lo suficientemente convincente como argumento, voy a presentarle a continuación algunos beneficios de la meditación conocidos, documentados, y respaldados por investi-gaciones científicas.

Para comenzar, hay una serie de beneficios fisiológicos:- Puede reducir la tensión arterial.- Se alcanza una mayor relajación corporal. - Reduce el nerviosismo y el estrés.- Fortalece el sistema inmunológico.- Nos sentimos con mayor energía.

También existen diversos beneficios psicológicos derivados de la meditación:- Proporciona calma mental.- Nos aporta sosiego.- Aparta las preocupaciones.

- Proporciona una mayor claridad mental.- Nos ayuda a identificar nuestros bloqueos interiores.- Nos ayuda a crear buenos hábitos.- Nos ayuda en nuestro crecimiento personal.

Pero eso no es todo. Incluso en nuestro entorno profesional vivire-mos los beneficios de la meditación:- Ganamos concentración.- Eliminamos distracciones. - Mejoramos nuestro rendimiento.- Mejoramos nuestra memoria.- Aceleramos nuestro aprendizaje.- Aumenta nuestra creatividad.- Gozamos de mayor satisfacción y disfrute del trabajo.

¿Todavía no le convence? Debe saber que también existen beneficios para nuestras relaciones interpersonales:- Aumenta nuestra autoestima.- Mejoran nuestras relaciones interpersonales.- Aumenta nuestra sensibilidad.- Ganamos en tolerancia.- Nos volvemos más auténticos.

Y por si lo anterior todavía no fuera suficiente, insisto en que existen estudios científicos muy serios que aportan conclusiones muy positi-vas, y apoyan todo lo anterior, revelando gran cantidad de beneficios. De hecho, es un tema sobre el cual se sigue investigando, y existen investigadores muy cualificados que publican artículos en revistas de prestigio, que gozan de reconocimiento en la comunidad científica in-ternacional.

Por ejemplo, gracias a esos esfuerzos ahora sabemos que la meditación ayuda a que el espesor de la materia gris en nuestro cerebro decrezca con la edad más lentamente. También sabemos que la meditación me-jora la conexión entre los hemisferios izquierdo y derecho. Como ya ha aprendido al comienzo de esta obra, dicha conexión es una clave para el éxito.

Me gustaría mencionar un artículo científico de A. W. Toga y otros autores, de la universidad de California en Los Ángeles (UCLA), pu-blicado en el año 2011 en la revista Neuroimage. Allí, utilizando una sofisticada técnica de imagen cerebral, los autores han podido compro-bar que las personas que meditan regularmente —utilizando diferentes métodos de meditación— presentan una mayor interconexión entre las diferentes zonas de su cerebro, en comparación con las personas que no meditan. Esto permite que las señales eléctricas que utiliza el ce-rebro puedan llegar más rápidamente de unas zonas a otras. La atrofia cerebral que usualmente va ligada al envejecimiento es mucho menor en las personas que meditan, tal como muestra este estudio.

Los beneficios de la meditación van incluso más allá de lo expuesto arriba, y conforme las investigaciones avanzan, la lista de beneficios va creciendo. No hay duda de que merece la pena aprender a meditar.

Por supuesto, cuesta un esfuerzo. Con quince minutos diarios es sufi-ciente, siempre y cuando sea regular y practique cada día. También es importante que, cuando alcance resultados palpables, no abandone la práctica.

No hay ninguna técnica mejor que otra. Mi consejo es que pruebe varias técnicas, y elija la que mejores resultados le proporcione, y con la que sienta una mayor conexión. Después, mantenga esa técnica y practique cada día.

En los próximos artículos le presentaré algunas técnicas de medita-ción de sencillo aprendizaje, para empezar a adentrarnos en el cómo de la meditación. Si las pone en marcha regularmente y con entusias-mo, los beneficios que he comentado arriba y que le han motivado a comenzar este viaje dejarán de ser teoría, y pasarán a ser una expe-riencia directa que usted mismo vivirá.

¡Le animo a comenzar esta maravillosa aventura de la meditación y experimentar todos esos beneficios tan sumamente positivos! Un gran compañero práctico con muchos consejos sobre meditación y otros temas de crecimiento personal lo encontrarán en mi podcast gratuito de crecimiento personal, que ya cuenta con casi 80 episodios en audio. Lo pueden encontrar directamente en http://felixtoran.po-domatic.com y también en iTunes store, para los usuarios de iPhone y iPad. Ya cuenta con más de 100.000 suscriptores de habla hispana desde todo el mundo. Este podcast se encuentra en la cima del ran-king de autoayuda de Podomatic, y no es gracias a quien les escribe, sino gracias a ustedes que lo escuchan, y sobre todo, lo llevan a la práctica.

Le animo a complementar su práctica de la meditación con las herra-mientas prácticas de dicho podcast gratuito, y me despido hasta un próximo artículo con mis mejores deseos de éxito y felicidad.

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actualidad

Una primera mirada

En el anterior artículo conoció los numerosos beneficios de la meditación. Aprendió que para meditar no es necesario —en absoluto— mantener creencias de ningún tipo, y puede ser incluso considera-da una práctica de gran valor para nuestra salud. Y por si fuera poco, eso entre otros muchos beneficios…Es posible que se encuentre ansioso o ansiosa por comen-zar a practicar la meditación. Le pido un poco de paciencia todavía, pues para que los resultados sean realmente óptimos, es necesario que antes conozca y comprenda una serie de temas de máxi-ma relevancia (cuando co-mience a practicar, adquiera experiencia, y vea resultados, lo comprenderá y entenderá la importancia de haber se-guido este orden). Durante algunos artículos más le adentrare en estos temas, que sin duda van a resultarle fascinantes. Pero para evitar la impaciencia y no centrarse únicamente en la parte más teórica, en cada artículo le propondré un pe-queño ejercicio de medita-ción para el mes en curso, de forma que cuando llegue el momento de hablarle sobre la práctica, tendrá mucha

ventaja ganada. Tendrá mu-cha mejor preparación para la práctica, y además, enten-derá lo que está haciendo y por qué lo hace.Vamos a comenzar por cono-cer cómo la meditación va a aportarle el más importante de los beneficios: la felicidad. Tenemos tendencia a en-focar la felicidad como algo que hay que buscar. Gene-ralmente la buscamos en el lugar equivocado: ahí fuera, donde nada ni nadie nos va a dar la felicidad, que en rea-lidad llevamos dentro todo el tiempo. De todos modos, es importante mantener esa actitud de búsqueda, siem-pre que no perdamos de vista el verdadero objetivo: no se trata de buscar, sino de en-contrar. Además, tendemos a bus-car la felicidad en momento equivocado. La buscamos en los recuerdos del pasado, o en la esperanza del futuro. Esos dos instantes sólo existen cuando los pensamos. Nece-sitan a la mente para existir. Se trata de tiempo psicológi-co, que da lugar a un conteni-do irreal, y por tanto no puede proporcionar verdadera feli-cidad. De hecho, mientras es-tamos en el pasado o el futu-ro, estamos evitando el único

cara a caraante el sufrimientomeditación

tenemos tendencia a enfocar la felicidad como algo que hay que buscar. generalmente la buscamos en el lugar equivocado: ahí fuera, donde nada ni nadie nos va a dar la felicidad.

Y sobre cómo ser feliz, la respuesta radica en dejar de ser no-felices. *

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Dr. Félix Torán (Web : http:/www.felixtoran.es Mail : [email protected] – Twitter : @Dr_Felix_Toran)

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instante que existe, donde tiene lugar la vida, y donde podemos hallar la felicidad. Ese instante es el momento presente.Y sobre cómo ser feliz, la respues-ta radica en dejar de ser no-feli-ces. Pasamos el día trabajando muy duramente, invirtiendo la mayor parte de nuestras energías en ser no-felices (créame, es así). Lo podemos expresar desde otra perspectiva totalmente equiva-lente: para ser feliz la solución consiste en dejar de sufrir.La práctica de la meditación nos permite alcanzar una experien-cia completa del momento pre-sente, aceptándolo tal y como es, sin juzgar ni intervenir de ningún modo. En otras palabras, nos conecta con la felicidad. Es un estado en el cual somos felices, y experimentamos una conexión total con el resto de seres, y en general, con el universo entero. Comprendemos que no se pue-de ser feliz de forma individual. La compasión, el altruismo, la alegría empática y la ecuanimi-dad comienzan a ser cualidades completamente naturales.Ahora bien, no pasamos todo el día en ese estado meditativo, sal-

vo que nos retiremos a un templo dedicando nuestra vida a la me-ditación como un camino hacia la espiritualidad. Pero, en la vida moderna occidental, este último no suele ser el caso habitual, en absoluto. Antes o después, las diferentes impurezas o resisten-cias mentales afloran y nos cau-san sufrimiento, a nosotros u otras personas. Una experiencia del pasado, un mal hábito, una creencia, una suposición, una convicción, una escala de valo-res, emociones negativas, sen-saciones físicas desagradables… Cuando el contenido mental negativo aflora, reaccionamos de forma negativa. Eso da lugar a sufrimiento para nosotros, y también para otras personas. Y ese sufrimiento volverá antes o después a nosotros, de forma amplificada. Es un círculo cerra-do, una cadena, donde cada vez el sufrimiento va volviendo hacia nosotros de forma más intensa, y no cesa de crecer hasta que lo-gremos romper la cadena.Vamos a ver cómo funciona esa cadena en sucesivos artículos, y comenzaremos por explorar —en el próximo artículo— algunas

cuestiones esenciales: ¿Ha existi-do alguien que haya estudiado el problema del sufrimiento? ¿Cuál es la causa? ¿Existe alguna solu-ción?Le animo a reflexionar sobre lo aprendido aumentando su nivel de atención. El reto que le pro-pongo consiste en mantenerse alerta ante el contenido negativo de su mente, y ser consciente de cuál ha sido su reacción. No es sencillo, pero el esfuerzo merece mucho la pena, y es de gran va-lor en su crecimiento personal. Mi consejo es hacerse con una pequeña libreta, y tan pronto sea consciente —aunque sea mucho después de ocurrir— de que ha reaccionado negativa-mente, tome nota en su libreta. Describa la situación, y no deje de indagar en el contenido de su mente durante la situación en cuestión. ¿Qué pensamientos te-nía? ¿Qué emociones? ¿Cómo se sentía? ¿De qué forma sintió esas emociones? ¿Qué juicios emitió sobre la situación¿ ¿Qué creen-cias o convicciones le llevaron a actuar como lo hizo? Le deseo todo el éxito, y ante todo, felicidad.

La práctica de La meditación nos permite alcanzar una experiencia completa del momento presente, aceptándolo tal y como es, sin juzgar ni intervenir de ningún modo.

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dr. FéLix toránescritor, coach, y conferencista de motivación y crecimiento personal. ingeniero de la agencia espacial europea. autor de los best seller “mente cuántica” (ediciones corona borealis) y “la respuesta del universo” (gaia ediciones).

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¿ExistE una solución?

En el artículo anterior entró en contacto con la existen-cia de una cadena del sufri-miento en nuestra vida. Para entender este importante tema, el primer paso esen-cial consiste en analizar el sufrimiento: ¿De dónde pro-cede? ¿Ha existido alguien que lo haya investigado? ¿Se puede solucionar? ¿Cómo? Hace más de 2500 años, sin aún existir la psicología, ni la ciencia, Buda utilizó su propia mente –entrenada de forma sobresaliente durante años— como instrumento de observación. En lugar de mirar hacia fuera como ha-cemos en la ciencia, él miró hacia su interior. A través de su iluminación, encontró una conclusión que expresó en la forma de cuatro nobles verdades. Con la primera noble verdad, concluyó que el sufrimiento existe y es inevitable. Forma parte de la vida y se esconde incluso detrás de los mo-mentos en los que creemos ser más felices. No quiere de-cir que en esta vida estamos condenados a sufrir cons-tantemente. Sencillamente se refiere a que no debemos obviar que el sufrimiento existe y forma parte de la vida. No aceptarlo significa-

ría no poder resolver el pro-blema del sufrimiento, pues-to que es necesario aceptar un problema para poder re-solverlo (de otro modo, si no aceptamos que hay un pro-blema, no tendríamos nada que resolver…). A través de su segunda no-ble verdad, encontró que el origen del sufrimiento está en el deseo, la aversión y la ignorancia. Si tuviéramos una especie de diario don-de se anotan automática-mente todas las situaciones en las que aparece el deseo o la aversión, ¡seguramente llenaríamos una libreta! La realidad es que el día a día está compuesto de un flu-jo incesante de situaciones como esas. Y tras ellas, viene la reacción… Y con la reac-ción, el sufrimiento, que se propaga, y vuelve a nosotros antes o después —a veces tras muchos años— siempre multiplicando su fuerza en cada nueva visita.Tomemos el ejemplo de una aversión. Una persona se acerca, y a nuestra mente acude la imagen de un día en que esa persona nos gritó violentamente. Nos sentimos enfadados, nos ponemos a la defensiva, sentimos una sen-sación física muy desagrada-

ante el sufrimientomeditación

tenemos tendencia a enfocar la felicidad como algo que hay que buscar. generalmente la buscamos en el lugar equivocado: ahí fuera, donde nada ni nadie nos va a dar la felicidad.

No debemos obviar que el sufrimiento existe y forma parte de la vida.*

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Existe un camino que conduce hacia la cesación del sufrimiento.*

ble, y reaccionamos hablando de forma poco amable a dicha persona. Se trata de aversión hacia dicha persona. Deseamos que esa situación tan desagra-dable que la persona nos pro-voca desaparezca. Obviamente, eso nos ha hecho sufrir. Como mínimo… ¿acaso sentir una sensación desagradable no es sufrir? Sufrimos nosotros, sufre nuestra salud a muchos nive-les… Y sufre la otra persona, a quien es probable que nuestro comportamiento haya hecho daño. Y ese sufrimiento volverá hacia nosotros de forma ampli-ficada. ¿Acaso la próxima vez que la otra persona nos vea va a florecer naturalmente una con-ducta agradable hacia nosotros? Al menos, admitamos que no es probable…Ahora démosle la vuelta a la situación, para convertirla en un típico ejemplo de deseo o anhelo. Una persona se acerca, y a nuestra mente acuden boni-tos recuerdos de amistad, bue-nos momentos, sonrisas, etc. Nos sentimos contentos y muy conectados a dicha persona. Deseamos lo mejor para ella.

Nos recorre una sensación muy agradable, y reaccionamos de forma instantánea con un com-portamiento muy agradable y deseando que dicha persona se quede más tiempo con noso-tros, y que la situación agrada-ble se prolongue lo más posible.Resulta sencillo entender que la primera situación cause sufri-miento. Pero, seguramente, le costará más comprender que la segunda situación pueda causar sufrimiento alguno. Tendemos a comprender que la felicidad consiste en sentir sensaciones agradables, y es ese precisamen-te el error. Esa interpretación in-correcta puede conducir fácil-mente a crear una adicción a las sensaciones agradables, lo cual —como cualquier adicción— se convierte en sufrimiento. Le costará más o menos aceptarlo, pero esto último es el día a día del ser humano, y la fuente de su sufrimiento. Somos adictos —en mayor o menor medida— a las sensaciones agradables. Buscamos, ante todo, sentirnos bien, y a ello le llamamos ser fe-lices. Es una visión incorrecta de la felicidad, y como tal, produce

sufrimiento. Las dos situaciones descritas arriba producen sufrimiento: tanto la aversión como el de-seo. Al igual que nos resistimos a todo lo malo, nos hacemos adictos a lo bueno. Queremos que lo malo se vaya, y mientras no se va sufrimos. E incluso cuando se va, sufrimos por mie-do a que vuelva… Además, que-remos que lo bueno se quede. Cuando se va, sufrimos por no tenerlo y por miedo a que tarde en volver. E incluso llegamos a sufrir mientras lo tenemos, por miedo a que se vaya…Antes decía que tanto el deseo como la aversión producen su-frimiento. Lo hacen porque ob-servamos a través del prisma de la ignorancia. Es decir, no somos conscientes de que el deseo y la aversión están teniendo lugar. Como lo ignoramos, no somos conscientes de que hay un pro-blema, y no hacemos nada por resolverlo. Y aquí llega la pregunta del mi-llón… Si ignoramos las causas del sufrimiento, ¿existe alguna posible forma de suprimirlo, o es pura ciencia ficción? Buda

La práctica de La meditación nos permite alcanzar una experiencia completa del momento presente, aceptándolo tal y como es, sin juzgar ni intervenir de ningún modo.

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dr. FéLix toránescritor, coach, y conferencista de motivación y crecimiento personal. ingeniero de la agencia espacial europea. autor de los best seller “mente cuántica” (ediciones corona borealis) y “la respuesta del universo” (gaia ediciones).

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nos respondió a esa pregunta a través de la tercera noble verdad: el sufrimiento se puede cesar. Afortunadamente, es po-sible lograr que mi anterior afi rmación sea falsa, es decir, que deseo y aversión no produzcan sufrimiento. Cuando lo logramos, estamos en el camino de la felicidad. Para lograrlo es necesario salir de la ignorancia, y así empezar a ver ese deseo y esa aversión, para comenzar a combatirlos.

EN EL PRÓXIMO ARTÍCULO APRENDERÁ CÓMO FUNCIONA LA CADENA DEL SUFRIMIENTO Y CÓMO ROMPERLA GRACIAS A ESA VISIÓN CLARA. TENDRÁ EN ESE MOMENTO UNA PERSPECTIVA MUY CLARA SOBRE LA CUAL CONSTRUIR UNA PRÁCTICA MEDITATIVA.

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SOMOS ADICTOS —EN MAYOR O MENOR MEDIDA— A LAS SENSACIONES AGRADABLES.

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LAS SENSACIONES AGRADABLES.

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Tendemos a comprender que la feli-cidad consiste en sentir sensaciones agradables.

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Y ahora llega la pregunta del billón… ¿Cómo hago para cesar el sufrimiento? Y Buda nos dio la respuesta a través de la cuarta noble verdad. Existe un cami-no que conduce hacia la cesación del sufrimiento. Se basa en la visión clara. Al ver claro, salimos de la ignorancia. Deseo y aversión dejan de pasar des-apercibidos. Somos conscientes de que están ahí. En lugar de reaccionar como robots —generando sufrimiento para nosotros y para los demás—, empeza-mos a responder de forma consciente, seleccionando nuestra respuesta, y por tanto teniendo el poder de evitar el sufrimiento, que no teníamos cuando nos dominaba la ignorancia.En el próximo artículo aprenderá cómo funciona la cadena del sufri-miento y cómo romperla gracias a esa visión clara. Tendrá en ese momento una perspectiva muy clara sobre la cual construir una práctica meditativa.Por el momento, permítame felicitarle

por haber llegado hasta este punto. Tiene mucho mé-rito y ahora sabe mucho más. Ha ganado mucho

terreno en el combate contra el sufrimiento. Para

no perder esa inercia, le pro-pongo un ejercicio de medi-

tación para llevar a la práctica este mes. Es fácil de explicar,

pero comprobará que no tan fá-cil de llevar a la práctica. El mero

hecho de dedicar cada día unos 10-15 minutos a intentarlo representará

un progreso asombroso.Encuentre un lugar tranquilo donde no le puedan interrumpir durante 10 minutos. Si puede ser silencioso, mu-cho mejor. De otro modo, una solución “de supervivencia” podría ser utilizar unos auriculares, escuchando música tranquila y relajante, a poder ser sin le-tra, para evitar distracciones y que su mente interprete las palabras. Puede realizarlo sentado en una si-lla. Lo importante es que su columna permanezca recta, no curvada hacia adelante ni hacia atrás. Mantenga los ojos cerrados o semiabiertos. Si ahí fuera hay distracciones visuales, es im-

portante que los cierre. Se trata de ob-servar su propia respiración y realizar una cuenta. No se trata de respirar de ninguna forma en particular. Simple-mente manténgase a la espera, alerta, y con la máxima curiosidad, ante la aparición de un nuevo ciclo de respi-ración. Cuando llegue, sígalo. Observe todas las características que pueda. La temperatura del aire, su ritmo, su fl uidez, etc. Simplemente observe, no juzgue, no valore, no compare, etc. Observe el fl uir del aire desde que en-tra por sus orifi cios nasales, y siga su curso. Observe los cambios que su cuerpo realiza durante la respiración. Su pecho se expande. Su vientre tam-bién. Después se contraen. Cualquier característica que detecte es buena. Lo importante, ante todo, es que observe su respiración. Cuando termine un ciclo de inspira-ción y expiración, realice una cuenta mental: “uno, uno”. Puede decirlo si lo desea, escuchar el número en su men-te, o incluso visualizar una imagen mental del número. Después, tras el siguiente ciclo, haga otra cuenta: “dos, dos”. Y siga así hasta “diez, diez”. Des-pués, vuelva a contar desde uno. Es fácil que su mente se distraiga, y su concentración en la respiración se pierda. ¡No se preocupe! Es muy nor-mal. Tan pronto se dé cuenta, vuelva a su respiración, y empiece a contar desde uno. Practicar la meditación consiste justamente en eso: el esfuer-zo de volver a enfocarse en su respira-ción. Si en diez minutos se ha distraí-do cincuenta veces, ¡no pasa nada! Eso signifi ca que ha practicado cincuenta veces el músculo de la concentración, esencial para meditar. Ese entrena-miento dará sus frutos. El músculo se hará fuerte. Con la práctica, cada vez irá teniendo menos distracciones, no debe preocuparse por ello. Lo impor-tante es que no deje de practicar cada día.Le invito a poner en marcha cada día este ejercicio. Le quitará diez minutos cada día, pero no tenga dudas de que son diez minutos invertidos en su fe-licidad.

actualidad

la física cuántica

En los anteriores artículos co-menzamos a abordar el tema de la meditación. Por supues-to, todavía hay mucho de lo que hablar para seguir pro-fundizando en este apasio-nante tema. Y en el presente artículo le propongo hacer una breve parada en el cami-no, y detenernos brevemen-te para abordar un tema no menos apasionante: la física cuántica. Pero… ¿acaso hay alguna conexión entre algo tan científico como la física cuántica y algo tan cercano a la espiritualidad y el creci-miento personal como es la meditación? Hace diez o quince años unos pocos hubieran dicho que sí, y me refiero especial-mente a las personas que se interesaban por los temas de crecimiento personal y espi-ritualidad, o incluso temas de filosofía bastante profundos. Sin embargo, dirigiendo la misma pregunta a un público general mucho más amplio, la respuesta predominante habría sido que física cuánti-ca y la meditación no tienen nada que ver.Los tiempos han cambia-do mucho —y en este as-pecto, me alegra decir que para bien— ya que ahora tenemos a nuestro alcance

muchos materiales —libros, documentales, y otros forma-tos— donde se nos explica la física cuántica y su vínculo con el crecimiento personal. Actualmente, la respuesta a la pregunta antes formulada sería radicalmente distinta. Al menos, un porcentaje mu-cho mayor de personas nos diría que, por supuesto, existe tal vínculo.Pero todavía existe un proble-ma. Muchas de esas personas están seguras de que existe tal vínculo, pero no tienen ne-cesariamente claro cuál es, al menos desde el punto de vista de la física cuántica. Es maravilloso ver tantos libros y otros materiales donde la palabra “cuántica” aparece incluso en la portada. Lo que no es tan afortunado es abrir bastantes —no digo todos— de esos libros y no encontrar nada que ver con la física cuántica… A veces ni siquiera con la física…En el mundo de la ciencia, a una cosa concreta se le lla-ma de la misma forma en cualquier lugar del mundo, y los científicos se entienden al discutir sobre ello. Hablan el mismo idioma científico. En el mundo del crecimiento personal, lamentablemente no es así. A menudo diez per-

y la meditaciónartículo

la física cuántica es el área de la física que ha proporcionado los resultados experimentales más exactos hasta la fecha.

Muchos libros explican la física cuántica y su vínculo con el creci-miento personal.*

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Podemos crear pares de partículas entrelaza-das, y enviar una de ellas a años luz de la otra, o tan lejos como queramos.

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sonas hablan de lo mismo, y le llaman de diez formas distintas, e incluso se pelean por quien tiene razón, lo cual es de por sí una contradicción (es imposible trascender al ego y alcanzar la unicidad con el universo a través de tal conducta). En ese aspecto, el crecimiento personal sí que tiene mucho que aprender de la ciencia. Esto ha conducido a que algo tan científico como la física cuán-tica, al resultar tan misterioso y sorprendente, se convierta en un tema más de crecimiento personal cuando cae en manos de alguien sin conocimientos suficientemente profundos so-bre física cuántica. El resultado es que los nombres se cambian, los conceptos se distorsionan, y al final se pierde todo pareci-do con la física cuántica tal cual es. Entramos, de hecho, en el dominio de la pseudociencia, o falsa ciencia, y por tanto no ha-cemos otra cosa que confundir conceptos. Ni aprendemos bien la física cuántica (eso seguro) ni tampoco el crecimiento perso-nal. Tenga en cuenta que la física cuántica es el área de la física que ha proporcionado los resultados experimentales más exactos hasta la fecha, y hablo de experi-

mentos en laboratorios. Aunque fenómenos como la teleporta-ción cuántica, el efecto túnel, la superposición cuántica o el entrelazamiento cuántico nos resulten sorprendentes y miste-riosos, no son ciencia ficción. Se ha experimentado con ello en la práctica cientos —probable-mente miles— de veces.Es por ello que escribí el libro “Mente Cuántica” (Ediciones Co-rona Borealis, 2011, que se puede adquirir en eBook o en papel bajo demanda a nivel internacional aquí: http://www.readontime.com/ISBN=9788415306733). Hacía falta claridad, y esa es una de las misiones que cumple este nuevo libro. Nos enseña qué es la física cuántica, y la acerca al te-rreno del crecimiento personal, hasta donde se puede aproxi-mar. Como acostumbro a decir, acerca, pero no mezcla. No hace un cóctel de física cuántica y crecimiento personal, donde los sabores se mezclan. Más bien, prepara una ensalada de frutas, con trocitos de física cuántica, y trocitos de crecimiento personal. Todo está en el mismo recipien-te, pero en cada momento sabe-mos lo que estamos comiendo.Ahora mismo, en el momento de escribir estas líneas, me encuen-

tro en uno de mis viajes para pre-sentar “Mente Cuántica” a través de España, y siento una especial motivación en compartir con ustedes algunas “gotas” de co-nocimiento sobre este tema. Me gustaría aportar algo de claridad al respecto, ya que se trata de un tema relevante y conectado con el que nos ocupa (la me-ditación). Veamos, sobre todo, cuales son los vínculos que se es-tablecen entre la meditación y la física cuántica. Y hablo de víncu-los. Debemos partir de una base muy clara: la meditación no es física cuántica. La física cuántica no es espiritualidad. Se puede crear un vínculo filosófico entre ambos contextos, pero no debe-mos llamar ciencia a lo que no es científico. Recuerde que la física cuántica es una ciencia muy, pero que muy exacta, y tiene muy poco de teoría —de hecho casi todo es práctica—.El vínculo más importante surge gracias al principio de incerti-dumbre cuántico. Nos dice que, al observar una partícula —por ejemplo, un electrón—, no po-demos conocer determinados pares de variables físicas al mis-mo tiempo y con precisión. Por ejemplo no podemos conocer la posición y la velocidad de una

fenómenos como la teleportación cuántica, el efecto túnel, la superposición cuántica o el entrelazamiento cuántico nos resulten sorprendentes y misteriosos, no son ciencia ficción.

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Dr. félix Torán esescritor, coach, y conferencista de motivación y crecimiento personal. ingeniero de la agencia espacial europea. autor de los best seller “mente cuántica” (ediciones corona borealis) y “la respuesta del universo” (gaia ediciones).

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partícula con precisión y al mismo tiem-po. Si queremos saber dónde se encuen-tra una partícula, entonces tendremos muy poca idea de hacia dónde se dirige y cómo de rápido. Si queremos saber ha-cia dónde se dirige y con qué celeridad, entonces no tendremos apenas idea de dónde está. ¿Se imagina vivir en el mundo cuántico? ¡Estaríamos siempre perdidos! Posición y velocidad significa trayectoria. Como nunca se pueden conocer a la vez con precisión, significa que no podemos jamás saber la trayectoria que sigue una partícula cuántica…. ¡Apenas sabemos nada!

Y la luz —que se puede entender como materia, compuesta de partículas de luz llamadas fotones— “golpea” a la partícu-la y le cambia su posición y su velocidad, justo lo que quiero medir. Así que el mero acto de observar, en física cuántica, sig-nifica alterar lo que quiero medir. Nunca podré saber la realidad… En un sistema cuántico no sé lo que había antes, ni pue-do predecir lo que pasará más tarde. Sólo puedo saber lo que ocurre ahora si tomo una medida, a sabiendas de que por el mero hecho de medir, voy a introducir un error… Pero aquí hay un tema importan-te: en la física clásica, el presente se salta literalmente. Trabajamos con un instante inicial que ocurrió en el pasado, y si sabe-mos lo que ocurre en un instante genéri-co “t”, podremos predecir lo que ocurrirá después de “t”. ¡La física clásica se salta el

La física cuántica no es espirituaLidad. Se puede crear un vínculo filoSófico entre amboS contextoS, pero no debemoS lamar ciencia a lo que no eS científico.

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en fíSica, para obServar, neceSitamoS la luz. Si quiero obServar una partícula, la tengo que iluminar.

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Tendemos a comprender que la felicidad consiste en sentir sensaciones agradables.*

presente con gran descaro! En cambio, en la física cuántica del pasado y del futuro no sabemos nada… Solo podemos usar probabilidades. Lo único que conocemos es lo que observamos, ahora. Si, es cier-to… Como comentaba arriba lo que ob-servamos ahora está alterado por el mero hecho de observar, pero al menos obser-vamos algo sin necesidad de probabilida-des, y sólo puede ocurrir en el momento presente. La física cuántica le da una lec-ción a la física cuántica en ese aspecto: lo único que puedo observar sucede en el momento presente. Precisamente allí es donde nos lleva la meditación.A través del principio de incertidumbre, la física cuántica nos dice que el observa-dor no es alguien separado del universo que observa al universo. Nos dice que el observador es parte íntegra e inseparable del universo. En definitiva, que todo está unido a todo. Que todo es uno. Y precisamente a eso nos conduce la meditación. En estado meditativo, expe-rimentamos la unicidad. Desparece el concepto de un “yo” que observa a otras entidades separadas. Ese “yo” se disuelve, y entonces experimentamos la unión con todo el universo. En definitiva, el princi-pio de incertidumbre de la física cuántica deriva en una conclusión filosófica, que encaja perfectamente con la meditación.Existen otros vínculos. Por mencionar uno más, encontramos al entrelaza-miento cuántico. Podemos crear pares de partículas entrelazadas, y enviar una de ellas a años luz de la otra, o tan lejos como queramos. Si hacemos un cambio en el estado cuántico de una partícula, la otra cambia al instante, reflejando el mis-mo estado cuántico. De alguna forma, la información se transmite al instante en-tre dichas partículas, a velocidad infinita. Esto no es ciencia ficción. Se ha experi-mentado cientos de veces, quizás miles, y además, hay una base matemática que lo demuestra. ¿Acaso estoy diciendo que la velocidad de la luz se puede superar? ¡Desde luego que no! La velocidad máxi-ma a la que la energía puede viajar es la de la luz. Pero no hablamos de energía, sino de información. Todo parece indicar que en el universo todo está unido, y las partículas pueden intercambiar informa-

ción al instante a cualquier distancia. Es como si el universo fuera un “gran cere-bro” al que estamos por supuesto unidos —ya que no existen separaciones— y que comparte toda la información como si fuera una especie de “disco duro”. ¿No será que Carl. G. Jung tenía ra-zón cuando hablaba de ese “sub-consciente colectivo”? Merece la pena cuestionárselo. Le invito a reflexionar sobre estos apasio-nantes temas. Dicha reflexión derivará en un cambio de paradigma positivo. Al conocer el asombroso mundo de lo más pequeño, cambia por completo nuestra visión de lo más grande. Para más infor-mación sobre este tema, le invito a escu-char el siguiente audio: http://felixtoran.podomatic.com/entry/2011-09-28T02_40_08-07_00 Y, por supuesto, estaré en-cantado de responder sus consultas, no dude en escribir a [email protected] Le deseo los mayores éxitos, y sobre todo la felicidad. Recuerde lo que nos dice la física cuántica. Todo es uno. Por tanto, no se puede ser feliz de forma independien-te del resto del universo. Por ello, lo mejor que podemos hacer con la felicidad es compartirla. De esa forma, la felicidad se multiplica.

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DONDE LA FÍSICA CUÁNTICA

En el momento de escribir estas líneas, me encuentro en uno de mis viajes para presentar mi último libro “Mente Cuántica” a través de España, y siento una es-pecial motivación en com-partir con ustedes algunas “gotas” de conocimiento sobre este tema.

Me gustaría aportar algo de claridad al respecto, ya que se trata de un tema relevan-te y conectado con el que nos ocupa (la meditación). Tras una introducción al tema a través del anterior artículo, es momento de entrar en algunos apasio-nantes detalles.Veamos, sobre todo, cuales son los vínculos que se esta-blecen entre la meditación y la física cuántica. Y hablo de vínculos. Debemos par-tir de una base muy clara: la meditación no es física cuántica. La física cuánti-ca no es espiritualidad. Se puede crear un vínculo fi -losófi co entre ambos con-textos, pero no debemos llamar ciencia a lo que no es científi co. Recuerde que la física cuántica es una ciencia muy, pero que muy exacta, y tiene muy poco

de teoría —de hecho casi todo es práctica—.

El vínculo más importante surge gracias al principio de incertidumbre cuán-tico. Nos dice que, al ob-servar una partícula —por ejemplo, un electrón—, no podemos conocer deter-minados pares de variables físicas al mismo tiempo y con precisión. Por ejem-plo no podemos conocer la posición y la velocidad de una partícula con preci-sión y al mismo tiempo. Si queremos saber dónde se encuentra una partícula, entonces tendremos muy poca idea de hacia dónde se dirige y cómo de rápido. Si queremos saber hacia dónde se dirige y con qué celeridad, entonces no tendremos apenas idea de dónde está. ¿Se imagina vi-vir en el mundo cuántico? ¡Estaríamos siempre per-didos! Posición y velocidad signifi ca trayectoria. Como nunca se pueden cono-cer a la vez con precisión, signifi ca que no podemos jamás saber la trayectoria que sigue una partícula cuántica…. ¡Apenas sabe-mos nada!

Y LA MEDITACIÓN SE ENCUENTRANartículo

NO SE PUEDE SER FELIZ DE FORMA INDEPENDIENTE DEL RESTO DEL UNIVERSO.

La física cuántica no es espiritualidad.*

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Dr. Félix Torán (Web : http:/www.felixtoran.es Mail : [email protected] – Twitter : @Dr_Felix_Toran)

Lo anterior ocurre porque en física, para observar, nece-sitamos la luz. Si quiero ob-servar una partícula, la tengo que iluminar. Y la luz —que se puede entender como materia, compuesta de par-tículas de luz llamadas foto-nes— “golpea” a la partícula y le cambia su posición y su velocidad, justo lo que quiero medir. Así que el mero acto de observar, en física cuántica, significa alterar lo que quie-ro medir. Nunca podré saber la realidad… En un sistema cuántico no sé lo que había antes, ni puedo predecir lo que pasará más tarde. Sólo puedo saber lo que ocurre ahora si tomo una medida, a sabiendas de que por el mero hecho de medir, voy a intro-ducir un error… Pero aquí hay un tema importante: en la física clásica, el presente

se salta literalmente. Traba-jamos con un instante inicial que ocurrió en el pasado, y si sabemos lo que ocurre en un instante genérico “t”, podre-mos predecir lo que ocurrirá después de “t”. ¡La física clá-sica se salta el presente con gran descaro! En cambio, en la física cuántica del pasa-do y del futuro no sabemos nada… Solo podemos usar probabilidades. Lo único que conocemos es lo que obser-vamos, ahora. Si, es cierto… Como comentaba arriba lo que observamos ahora está alterado por el mero hecho de observar, pero al menos observamos algo sin necesi-dad de probabilidades, y sólo puede ocurrir en el momento presente. La física cuántica le da una lección a la física clá-sica en ese aspecto: lo único que puedo observar sucede

en el momento presente. Pre-cisamente allí es donde nos lleva la meditación.

A través del principio de in-certidumbre, la física cuántica nos dice que el observador no es alguien separado del uni-verso que observa al universo. Nos dice que el observador es parte íntegra e inseparable del universo. En definitiva, que todo está unido a todo. Que todo es uno.

Y precisamente a eso nos con-duce la meditación. En estado meditativo, experimentamos la unicidad. Desparece el con-cepto de un “yo” que observa a otras entidades separadas. Ese “yo” se disuelve, y enton-ces experimentamos la unión con todo el universo. En defi-nitiva, el principio de incerti-dumbre de la física cuántica

Todo parece indicar que en el universo todo está unido, y las partículas pueden intercambiar información al instante a cualquier distancia.

dr. Félix Torán esescritor, coach, y conferencista de motivación y crecimiento personal. ingeniero de la agencia espacial europea. autor de los best seller “mente cuántica” (ediciones corona borealis) y “la respuesta del universo” (gaia ediciones).

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deriva en una conclusión fi-losófica, que encaja perfecta-mente con la meditación.

Existen otros vínculos. Por mencionar uno más, encon-tramos al entrelazamiento cuántico. Podemos crear pa-res de partículas entrelaza-das, y enviar una de ellas a años luz de la otra, o tan lejos como queramos. Si hacemos un cambio en el estado cuán-tico de una partícula, la otra cambia al instante, reflejando el mismo estado cuántico. De alguna forma, la información se transmite al instante entre dichas partículas, a velocidad infinita. Esto no es ciencia ficción. Se ha experimentado cientos de veces, quizás miles, y además, hay una base ma-temática que lo demuestra. ¿Acaso estoy diciendo que la velocidad de la luz se puede

superar? ¡Desde luego que no! La velocidad máxima a la que la energía puede viajar es la de la luz. Pero no hablamos de energía, sino de información. Todo parece indicar que en el universo todo está unido, y las partículas pueden intercam-biar información al instante a cualquier distancia. Es como si el universo fuera un “gran cerebro” al que estamos por supuesto unidos —ya que no existen separaciones— y que comparte toda la información como si fuera una especie de “disco duro”.

¿No será que Carl. G. Jung tenía razón cuando hablaba de ese “subconsciente colectivo”? Me-rece la pena cuestionárselo.

Le invito a reflexionar sobre es-tos apasionantes temas. Dicha reflexión derivará en un cam-

bio de paradigma positivo. Al conocer el asombroso mundo de lo más pequeño, cambia por completo nuestra visión de lo más grande. Para más información sobre este tema, le invito a escuchar el siguien-te audio: http://felixtoran.podomatic.com/entry/2011-09-28T02_40_08-07_00 Y, por supuesto, estaré encantado de responder sus consultas, no dude en escribir a [email protected]

Le deseo los mayores éxitos, y sobre todo la felicidad. Re-cuerde lo que nos dice la físi-ca cuántica. Todo es uno. Por tanto, no se puede ser feliz de forma independiente del resto del universo. Por ello, lo mejor que podemos hacer con la felicidad es compartir-la. De esa forma, la felicidad se multiplica.

Podemos crear pares de partículas entrelazadas y enviar una de ellas a años luz una de la otra, o tan lejos como queramos.*

El mEro acto de observar, en física cuántica, significa alterar lo que quiero medir.

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Dr. Félix Torán http:/www.felixtoran.es - [email protected]

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Meditando

Tras los anteriores artículos —en los cuales le pedí que me acom-pañara hacia el terreno de la re-flexión— es un momento ideal para pasar al territorio práctico. Hay más cosas importantes sobre las cuales reflexionar, y que le per-mitirán comprender mucho me-jor la meditación. Sin embargo, si esperamos demasiado para pasar a la práctica, es muy probable que surja la impaciencia. Precisamen-te la meditación es una excelente práctica para desarrollar la pacien-cia, así que le invito a detenernos y enfocarnos en la práctica de la

meditación, emprendiendo unos primeros e importantes pasos.Para ser capaz de cesar el sufri-miento, es necesario desarrollar una capacidad de visión clara, como vimos en anteriores artícu-los. Si no es capaz de ver el proble-ma tal cual es, difícilmente podrá resolverlo… Para ello es necesario ver claro, y para lograrlo, hay dos cualidades esenciales que debe-mos desarrollar: la concentración y la atención plena o mindfulness. El primer aspecto a desarrollar es la concentración, y en él nos va-mos a detener.

Hay muchas técnicas para desa-rrollar la concentración. En ge-neral, consisten en dirigir nuestra atención hacia un objeto de me-ditación, y cuando la mente se distrae, volvemos lo antes posible al objeto de meditación. Antes de comenzar, es habitual aplicar al-guna técnica de relajación, sobre todo en los comienzos de la prác-tica. El objetivo es evitar que un cuerpo tenso se convierta en una fuente de constantes distraccio-nes, lo cual impediría que nuestra práctica progrese adecuadamen-te, sobre todo al principio.

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respiraciónun maestro de las artes plásticasartículo

precisamente la meditación es una excelente práctica para desarrollar la paciencia, así que le invito a detenernos y enfocarnos en la práctica de la meditación, emprendiendo unos primeros e importantes pasos.

No hay una postura universal a adoptar para meditar correctamente.*

¿Cuál es un buen objeto de me-ditación? ¡Hay infinidad de ellos! Desde afirmaciones, mantras, imágenes, etc. Incluso hay un objeto que llevamos a todas par-tes: la respiración. Lo tenemos siempre con nosotros, allí don-de vamos, durante toda nuestra vida. Además, conecta cuerpo y mente, y nos da mucha informa-ción. Refleja el estado de cuerpo y mente. Además, si cambiamos la forma de respirar, logramos al-terar el estado de cuerpo y men-te. Por si lo anterior fuera poco, la respiración conecta las partes consciente e inconsciente de nuestra mente. Podemos con-trolar conscientemente nuestra respiración, pero conforme co-nectamos con el subconscien-te, empieza a funcionar por sí misma sin necesidad de nuestro control. En general, cualquier objeto de meditación que le ofrezca resultados es bueno. Pero si me pregunta por mi re-

comendación, sin duda, le acon-sejaré utilizar la respiración, y en ella me centraré en los siguientes artículos.

Para comenzar la práctica de la meditación anapanasati, le pro-pongo realizar un primer ejerci-cio durante este mes —y sobre este ejercicio construiremos en los siguientes capítulos—.

Dedique entre 15 y 30 minutos cada día a ello. La regularidad es esencial. Si un día sólo pue-de practicar diez minutos, es preferible que lo haga por tan corto tiempo antes que perder la regularidad. Es esencial prac-ticar cada día. Un consejo: le ayudará muchísimo convertir-lo en un hábito, es decir, practi-car todos los días en un horario similar, como parte de su ruti-na. Puede hacerlo en cualquier momento, pero hay dos muy recomendables: por la mañana

tras levantarse (recomiendo al menos media hora después), o por la noche antes de acos-tarse (recomiendo al menos una hora antes). Y si lo hace en un mismo lugar, todavía mejor para crear rutina.

No se preocupe demasiado por la postura. No hay una postura universal a adoptar para meditar correctamente. Lo importante es que la postura elegida transmita relajación, pero sin llegar a per-der el estado de alerta. Se trata de lograr un cuerpo relajado, y una mente también relajada, pero alerta. Un buen truco: adopte la postura que desee, pero siem-pre con la espina dorsal recta y sin mantener tensión muscu-lar. Puede lograrlo sentado en una silla , o en un cojín de me-ditación, etc. Se puede meditar perfectamente incluso en movi-miento (aunque le recomiendo dejarlo para más tarde).

Hay otra distracción muy importante que se debe evitar: la preocupación por el tiempo.

dr. Félix torán esescritor, coach, y conferencista de motivación y crecimiento personal. ingeniero de la agencia espacial europea. autor de los best seller “mente cuántica” (ediciones corona borealis) y “la respuesta del universo” (gaia ediciones).

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Hay otra distracción muy im-portante que se debe evitar: la preocupación por el tiempo. Si pasa todo el tiempo con miedo a que su práctica se prolon-gue demasiado, el ejercicio no tendrá éxito… Y la paradoja es curiosa: la preocupación por el tiempo logra que perdamos completamente el tiempo... Puede usar la alarma de un despertador, las aplicaciones de un teléfono móvil, aplica-ciones para iPhone, etc. Las posibilidades son inmensas. Pero lo importante es que use una alarma.

Una vez adopte la postura co-rrecta, comience por tomar dos o tres respiraciones prolonga-das para centrarse y relajarse. Comience por recordar su pro-pósito, que va a ser observar el movimiento de su abdomen al respirar. Repítalo en su mente varias veces con sus propias pa-labras. Acto seguido, concentre su atención por completo en la zona abdominal. La prácti-ca consiste en mantener allí su atención, y observar cuando el abdomen sube y baja. No se tra-ta de controlar su respiración de ningún modo. Todo lo contra-rio: debe tratar a su respiración como si fuera algo ajeno a usted. Debe dejar de identificarse con su respiración. Usted no es su respiración. Usted es quien ob-serva la respiración.

Es como si estuviera mirando al mar en espera de una ola. El mar es su abdomen. Las olas son los movimientos provocados por su respiración. Llegan de vez en cuando. Primero suben, y lue-go bajan y se disipan. Usted no es la ola, sino quien la observa. Haga lo mismo con este ejerci-cio. Espere como un observador. Cuando llegue “la ola” y su abdo-men suba, repita mentalmente

“sube, sube”. Cuando su abdo-men descienda, repita mental-mente “baja, baja”. Y el resto del tiempo, siga con su atención en el abdomen.

¿Simple? ¡Desde luego! ¿Senci-llo? ¡Nada más lejos! Inténtelo… Salvo que sea un meditador ex-perimentado, o haya nacido con un don especial —para nada frecuente— verá que su mente no tarda mucho en distraerse, desviando la atención hacia to-das partes menos hacia su ab-domen. A menudo es cuestión de segundos. Cuando eso ocu-rra, no desespere. Es completa-mente normal. La mente es así. De hecho, es positivo, porque ahora lo está viendo y está cono-ciendo mejor su propia mente. Tan pronto se dé cuenta, diga mentalmente “distracción, dis-tracción”, y vuelva de nuevo a su abdomen.

Tenga paciencia. Al principio cuesta mucho. Si sólo logra mantener su concentración diez segundos —o incluso me-nos— no piense que por ello ha tenido una peor sesión de medi-tación. No hay sesiones buenas y malas, y no se deben compa-rar. Cada sesión le aportará algo, y le permitirá dar un paso más, y si sigue practicando con regula-ridad, cuando menos lo espere se dará cuenta de unos grandes progresos en su capacidad de concentración. Esto se traduci-rá en una transformación muy positiva en muchos aspectos de su vida, y no tardará en experi-mentarlo.

En el próximo artículo daremos un paso más en este tipo de práctica. Mientras tanto, le ani-mo a practicar como aquí le he explicado, cada día, y le deseo un mes lleno de éxitos y sobre todo la conexión con la felicidad.

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DeDica De 15 a 30 minutos, en solitario es mejor, al día para tu práctica de meditación. este es un tiempo valioso para el desarrollo de tus emociones.

El mar es su abdomen. Las olas son los movimientos provocados por su respiración.*

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