FASCÍCULO-11

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“ Transmitir mejor a las generaciones futuras, la fe de siempre” Porta fidei 8 Comparte la fe recibida 11 Año de la Fe 2012 2013

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Fascículo coleccionable del Año de la Fe

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“ Transmitir mejor a las generaciones futuras, la fe de siempre” Porta fidei 8

Comparte la ferecibida

11

Año de la Fe 2012

2013

“Crecer más, para evangelizar mejor”

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Compartir y transmitir

la fe recibida

L a Iglesia, que es “columna y fundamento de la verdad” (1 Tm 3,15), guarda fielmente “la fe transmitida a los santos de una vez para

siempre” (Judas 3). Ella es la que guarda la memoria de las palabras de Cristo, la que transmite de generación en generación la confesión de fe de los Apóstoles. Como una madre que enseña a sus hijos a hablar y con ello a comprender y a comunicar, la Iglesia, nuestra Madre, nos enseña el lenguaje de la fe para introducirnos en la inteligencia y la vida de la fe. (Catecismo de la Iglesia Católica, 171 )

Frente a la panorámica que hoy nos ofrece el ejercicio de la fe, cabe preguntarnos sobre el punto de partida. No basta contentarse con transmitir conocimientos de la fe. En ese caso, la escuela católica, la parroquia y la misma familia podrían considerarse satisfechas al transmitir a los más pequeños el tesoro de la fe católica, contenidos en los mandamientos, las oraciones, las prácticas de piedad, poco más o poco menos.

Quien como padre se contenta en pensar que la fe son sólo conocimientos que el hijo debe saber, reduce la fe a un aspecto cultural o incluso a un dato científico. Consecuencia de esta postura es el pensar que el padre de familia cumple con su cometido procurando que el hijo asista a las lecciones del catecismo y, si es posible y está al alcance de su bolsillo, frecuente una escuela católica. Se contentará con tranquilizar su conciencia enseñando algunas oraciones, jaculatorias y algo más. Pero su influencia en la fe comienza cuando piden el bautismo para sus hijos y termina cuando los hijos hacen la primera comunión.

Los padres de familia en la transmisión de la fe deben ser más testigos que maestros. Si algunos ya han renunciado a su deber de maestros, muchos más son los que lo han hecho a su deber de testigos. “La misión de la educación exige que los padres cristianos propongan a los hijos todos los contenidos de la fe que son necesarios para la maduración gradual de su personalidad desde un punto de vista cristiano y eclesial.” La madurez de los hijos exige una vivencia de la fe, no sólo un conocimiento de la fe.

Para dar soluciones a esta incapacidad de transmitir vivencialmente la fe, es necesario, analizar la realidad del mundo que estamos viviendo. Sólo a partir de este análisis sereno, claro y objetivo estaremos en posibilidad de ofrecer soluciones realistas con el fin de que los padres de familia se conviertan en verdaderos transmisores de la fe. Dedicar un tiempo a la oración y no sólo a la repetición de oraciones, como puede ser el rosario, medio excelente para mantener unida la familia, para dialogar con Cristo. (Germán Sánchez G. Tomado de Catholic.net)

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La misión de la educación

exige que los padres

cristianos propongan a los

hijos contenidos llenos de fe.

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¡Pon tu fe

en acción!Unidad de fe

y de comunión

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C omunión es la traducción de la palabra griega «koinónia». Koinónia y otras palabras afines del Nuevo Testamento tienen un rico significado en el compartir y comunicar los

bienes y todo cuanto se posee, el cual es un rasgo característico de la Iglesia primitiva, que, por hermanos en la fe compartían entre sí los dones divinos.

La Iglesia es una Iglesia de Iglesias, una comunión de comuniones; las Iglesias locales (como nuestra Prelatura de Cancún-Chetumal)a lo largo y ancho del mundo, en comunión unas con otras y cada una a su vez comunión de bautizados, se unen en una única comunidad a través de la Eucaristía.

La comunión eclesial, en la que cada uno es inserido por la fe y el Bautismo, tiene su raíz y su centro en la Sagrada Eucaristía. En efecto, el Bautismo es incorporación en un cuerpo edificado y vivificado por el Señor resucitado mediante la Eucaristía, es por eso que este cuerpo es llamado verdaderamente Cuerpo de Cristo.

La Eucaristía es fuente y fuerza creadora de comunión entre los miembros de la Iglesia precisamente porque une a cada uno de ellos con el mismo Cristo: “participando realmente del Cuerpo del Señor en la fracción del pan eucarístico, somos elevados a la comunión con Él y entre nosotros: ‘Porque el pan es uno, somos uno en un solo cuerpo, pues todos participamos de ese único pan’ (1 Cor 10, 17)”.

Consolar al que está triste o deprimido, o preocupado

Muchas personas, cuando ven un familiar o amigo débil, triste o deprimido, lo tratan con agresividad o desprecio, sobretodo en hombres. Ven que alguien la está pasando mal, lo ven como una actitud débil y lo atacan en vez de ayudarle y consolarle.

Generalmente la gente se deprime porque hay un cambio para peor en sus vidas. Hay una parte que les daba felicidad y esa parte se quita brusca o lentamente. Cuando esa felicidad queda vacía, el ser humano no dispone de nuevos recursos para rellenarla.

Estos consejos te pueden ayudar a brindar consuelo en la tristeza:

• Abraza: La mayoría de las veces nos sentimos tristes porque nos sentimos incomprendidos. En cuanto alguien nos abraza nos sentimos aliviados y pensamos: “hay alguien a quien le importo y me comprende”. El abrazo tiene que ser de corazón; un abrazo fuerte y luego pequeños toques cariñosos mezclados con abrazos.

• Desmonta los argumentos de tristeza. Si ha suspendido un examen importante parodia la fatalidad de eso; si tiene cáncer recuérdale lo vivo que está y foméntale a luchar; háblale de los avances médicos; de gente feliz que por no pensar en su enfermedad realiza cosas extraordinarias en su vida.

• Halágale de corazón.

La Iglesia es Comunión de los santos. La común participación visible en los bienes de la salvación (las cosas santas), en especial la Eucaristía, que es raíz de la comunión invisible entre los participantes (los santos). Esta comunión comporta una solidaridad espiritual entre los miembros de la Iglesia, en cuanto miembros de un mismo Cuerpo, y tiende a su efectiva unión en la caridad, constituyendo “un solo corazón y una sola alma”.

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Testigos de Cristo Joven: vive tu fe

Frases Célebres

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Publicación coleccionable elaborada por la Oficina de Pastoral

www.cancunchetumal.org www.annusfidei.va

Beato Pier Giorgio FrassatiNació en 1901 en Turín, Italia, en 1901. Su padre era el fundador del periódico La Stampa, en el que se divulgaban ideas liberales, no ciertamente favorables a la Iglesia. Recibió en casa una educación católica, pero sin una fe vivida. Al iniciar la adolescencia sintió una fuerte necesidad de leer el Evangelio, de ser un cristiano al cien por ciento. Por eso fue miembro de un gran número de asociaciones católicas: tenía un gran anhelo de conocer más su fe, de crecer en la vida de oración, de vivir en un sincero compromiso por los demás, sea en la asistencia social, sea en el enseñar y dar testimonio de sus convicciones cristianas. Cuando llegó a la Universidad, percibió un ambiente hostil contra todo lo que olía a católico. Promovió actividades espirituales entre los universitarios, a veces a riesgo de más de algún choque violento con grupos intolerantes. Tuvo una vida apasionante llena de compromiso social en favor de los más pobres, a quienes visitaba todos los días. Después de una de sus visitas, contrajo una poliomielitis fulminante. Y aceptó con heroísmo su joven muerte en 1925.

La suprema lecciónUn día unos jóvenes le preguntaron a su maestro quién le había dado la lección más grande que había recibido en la vida. Él respondió: “Un perro. Lo vi al borde de un estanque de agua clara; jadeaba de sed y no se atrevía a beber. Al acercarse a la superficie del agua veía su imagen reflejada, creía que era otro perro que le amenazaba y huía sin beber. Al final, la sed pudo más que el miedo, se arrojó al agua, con lo que desapareció el otro perro y bebió a gusto”. “¿Y de qué le sirvió a usted ese incidente?”, insistieron los discípulos. El maestro explicó: “Entendía en aquel momento que el obstáculo que impedía al perro saciar su sed era su propio yo, es decir, la falsa imagen de la ilusión del yo. Una vez que ésta desapareció, el perro alcanzó su objetivo. Ésa es la suprema lección. El obstáculo que te impide avanzar es tu yo. Hazlo desaparecer. Bórrate tú delante de tus ojos. El mínimo apego a tu yo es una pesada cadena que traba tus pies. Si sientes la sed de la presencia de Dios, no vuelvas nunca a ti. El que renuncia a su yo, encuentra a Dios”.

“Vivir sin fe, sin un patrimonio que defender, sin mantener una lucha por la Verdad no es vivir, sino ir tirando”.(Beato Pier Giorgio Frassati)

“En la fe no hay espacio para la desesperación”.(Mahatma Gandhi)

“Fe es creer en lo que no se ve; y la recompensa es ver lo que uno cree”. (San Agustín de Hipona)

“La Fe en acción es amor y el amor en acción es servicio”.(Beata Madre Teresa de Calcuta)