FAMILIA Y HERENCIA ENELPRIORATO

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FAMILIA Y HERENCIA EN EL PRIORATO XAVIER ROIGÉ VENTURA EL PRIORATO: LA FAMILIA Y LA VIÑA El Priorato presenta un modelo de transición entre el modelo heredita- rio del norte de Cataluña, fundamen- tado en la herencia indivisible, y la herencia divisible que podemos encontrar a partir del País Valencia- no hacia el sur. Formalmente, el modelo hered itario se basa en la herencia indivisa y la elección de un heredero, pero en la práctica pode- mos descubrir estrategias diversas de transmisión de la propiedad en la que una parte de la herencia es divi- dida entre los diferentes hijos. Desde un punto de vista jurídico, el sistema de transmisión de bienes utilizado en el Priorato, corresponde al derecho civil catalán, se basa en una transmisión indivisa, con prefe- rencia del primogénito masculino, reservándose para los otros hijos no herederos una parte del patrimonio (la legítima). Era en los capítulos matr imoniales cuando se hacia público quién era el hijo heredero, mediante una donación y una reser- va del usufructo, quien recibía la mayor parte de las propiedades de los padres . Ahora bien, dentro de esta transmisión formalmente indivi- sa, el análisis de las transmisiones hereditarias nos revela numerosas adaptaciones flexibles que compor- tan, con frecuencia, estrategias de tendencia contraria, con una mayor o menor dispersión patrimonial en cada generación. En dicho contexto , la casa se organizaba como el elemento confi- gurador de la vida social. La casa no sólo era un edificio arquitectónico, sino que constaba de diversos ele- mentos. En primer lugar, la casa es un grupo de personas que conviven conjuntamente. El modelo de familia troncal, integrado por diversas gene- raciones, era el modelo ideológico preferido, el que encontramos a lo largo del siglo XIX y hasta los años cincuenta del XX en casi un tercio de los grupos residenciales, si bien con fuertes oscilaciones en función de las oscilaciones socioeconómicas 1 , reduciéndose como consecuencia de la crisis filoxérica y, de la fuerte, emigración que afecto al Priorato . En segundo lugar, la casa era un edificio, un patrimonio transmitido de generac ión en generac ión . Las casas del Priorato presentaban una gran diversidad en cuanto a sus dimensiones, entre las más peque- ñas de los jornaleros que podían ser de sólo dos plantas de 35 m 2 a las de los acomodados, que podían tener cuatro plantas de 100 m 2 e incluso mucho más. La diferencia, además de la percepción y organización del espac io domést ico , comportaba también grandes diferencias en la capacidad productiva, en función de la existencia o no de instalaciones 1 A principios del siglo XIX, encontramos un tercio de grupos residenciales constituidos por familias extensas o múltiples (35% en Torroja en 1867 y el mismo porcentaje en 1895), integrados por diversas generaciones, porcentajes que decrecieron con la crisis de la filoxera (23% el 1903) y que va a volvió a incrementarse en la posguerra (35% el 1945), para después volver decrecer (23% el 1965). Fuente : censo s de pob lación. Archivo Munici- pal. para la producción vinícola. En ter- cer lugar, el concepto de casa in- cluía un conjunto de parcelas situa- das en partidas distintas del término municipal, de forma que lo habitual consistía en contar con una parcela de regadío y una o más parcelas de viña. Hasta los años sesenta del siglo XX, la mayoría de la población contaba con una explotación consis- tente en tres elementos: una o más parcelas de viña (el tras), una casa- vivienda, y una o más parcelas de regad ío para el consumo familiar (harten. A pesar de ello, las diferen- cias de propiedad eran muy signifi- cativas, por lo que se generaron tres grupos sociales diferenciados: los jornalers y petits prop ieta ris (con menos de 4 Ha., la mayor ía de menos de 2 Ha.), los medianos mit- jans (entre 5 y 14 Ha.) y los acomo- dados benestants (más de 15 HaY Las diferencias entre propiedades eran, a pesar de ello, notables, des- de pequeñas propiedades que no llegaban a 1 Ha. Hasta otras que podían tener hasta las 50 Ha. La estructura de la casa debe con- templarse como un elemento mucho más dinámico y flexible que el mode- lo de casa que se ha definido para el norte de Cataluña, tanto para las zonas de hábitat disperso como en los pueblos compactos del Pirineo. 2 Comparando el censo de población de 1867 y los catastros de la época , encontra - mos que el 69% de los grupos residenciales eran jomaleros o pequeños propietarios, el 18 tenían una propiedad mediana y el 5% eren benestants (además de un 8% dedicados a otras actividades profes ionales disti ntas de la agricultura ). 13

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FAMILIA Y HERENCIA EN EL PRIORATO

XAVIER ROIGÉ VENTURA

EL PRIORATO: LA FAMILIA YLA VIÑA

El Priorato presenta un modelo detransición entre el modelo heredita­rio del norte de Cataluña, fundamen­tado en la herencia indivisible, y laherencia divisible que podemosencontrar a partir del País Valencia­no hacia el sur. Formalmente, elmodelo hered itar io se basa en laherencia indivisa y la elección de unheredero, pero en la práctica pode­mos descubrir estrategias diversasde transmisión de la propiedad en laque una parte de la herencia es divi­dida entre los diferentes hijos.

Desde un punto de vista jurídico,el sistema de transmisión de bienesutilizado en el Priorato, correspondeal derecho civil catalán, se basa enuna transmisión indivisa, con prefe­rencia del primogénito mascul ino,reservándose para los otros hijos noherederos una parte del patrimonio(la legítima) . Era en los capítulosmatrimoniales cuando se haciapúblico quién era el hijo heredero,mediante una donación y una reser­va del usufructo, quien recibía lamayor parte de las propiedades delos padres . Ahora bien, dentro deesta transmisión formalmente indivi­sa, el análisis de las transmisioneshereditarias nos revela numerosasadaptaciones flexibles que compor­tan, con frecuencia, estrategias detendencia contraria, con una mayoro menor dispersión patrimonial encada generación.

En dicho contexto , la casa seorganizaba como el elemento confi-

gurador de la vida social. La casa nosólo era un edificio arquitectónico,sino que constaba de diversos ele­mentos. En primer lugar, la casa esun grupo de personas que convivenconjuntamente. El modelo de familiatroncal, integrado por diversas gene­raciones, era el modelo ideológicopreferido, el que encontramos a lolargo del siglo XIX y hasta los añoscincuenta del XX en casi un tercio delos grupos residenciales, si bien confuertes oscilaciones en función delas oscilaciones socioeconómicas1,

reduciéndose como consecuenciade la crisis filoxérica y, de la fuerte,emigración que afecto al Priorato .En segundo lugar, la casa era unedificio, un patrimonio transmitido degenerac ión en generac ión . Lascasas del Priorato presentaban unagran diversidad en cuanto a susdimensiones, entre las más peque­ñas de los jornaleros que podían serde sólo dos plantas de 35 m2 a las delos acomodados, que podían tenercuatro plantas de 100 m2 e inclusomucho más. La diferencia, ademásde la percepción y organización delespacio doméstico , comportabatambién grandes diferencias en lacapacidad productiva, en función dela existencia o no de instalaciones

1 A principios del siglo XIX, encontramosun tercio de grupos residenciales constituidospor fam ilias extensas o múltiples (35% enTorroja en 1867 y el mismo porcentaje en1895), integrados por diversas generaciones,porcentajes que decrecieron con la crisis dela filoxera (23% el 1903) y que va a volvió aincrementarse en la posguerra (35% el 1945),para después volver decrecer (23% el 1965).Fuente : censos de pob lación. Archivo Munici­pal.

para la producción vinícola. En ter­cer lugar, el concepto de casa in­cluía un conjunto de parcelas situa­das en partidas distintas del términomunicipal, de forma que lo habitualconsistía en contar con una parcelade regadío y una o más parcelas deviña. Hasta los años sesenta delsiglo XX, la mayoría de la poblacióncontaba con una explotación consis­tente en tres elementos: una o másparcelas de viña (el tras), una casa­vivienda, y una o más parcelas deregad ío para el consumo familiar(harten. A pesar de ello, las diferen­cias de propiedad eran muy signifi­cativas, por lo que se generaron tresgrupos sociales diferenciados: losj ornalers y petits propieta ris (conmenos de 4 Ha., la mayoría demenos de 2 Ha.), los medianos mit­jans (entre 5 y 14 Ha.) y los acomo­dados benestants (más de 15 HaYLas diferencias entre propiedadeseran, a pesar de ello, notables, des­de pequeñas propiedades que nollegaban a 1 Ha. Hasta otras quepodían tener hasta las 50 Ha.

La estructura de la casa debe con­templarse como un elemento muchomás dinámico y flexible que el mode­lo de casa que se ha definido para elnorte de Cata luña, tanto para laszonas de hábitat disperso como enlos pueblos compactos del Pirineo.

2 Comparando el censo de población de1867 y los catas tros de la época , encontra ­mos que el 69% de los grupos residencialeseran jomaleros o pequeños propietarios, el 18tenían una propiedad mediana y el 5% erenbenestants (además de un 8% dedicados aotras actividades profes ionales distintas de laagricultura ).

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Los pueblos del Priorat se basan en un poblamiento agrupado. Gratallops.Foto: X. Roigé.

En el Priorato, y en general en todasla zo nas co n predominio de unmonocultivo, las diferencias socialesmarcaban la existencia de un grannúmero de casas de pequeños pro­pietarios que subsistían a costa deltrabajo como jornaleros de las casasmás grandes y que cambiaban confrecuencia de residencia. Al mismotiempo, el agrupamiento compacto yla dispersión de la propiedad impli­caban que lo más importante erareconstruir en cada generación lapropiedad, de manera que era habi­tual que parte de la herencia en for­ma de diferentes parcelas se distri­buyese entre los diferentes hijos ehijas. Por ello, a lo largo de la histo-

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ria encontramos importantes varia­ciones en la composición famili ar,adaptá ndose a las co nd ic ionessoc iop roduc tivas y a las práct icashered itar ias que trataban de com­pensar estas oscilaciones.

Además de estos elementos, paraentender las características del sis­tema familiar del Priorato debe con­t empl arse sob re todo la fu ertedependencia de la producción viní­cola. Las casas, en el sentido socialde propiedad y de grupo residencial,han sido estructuras flexibles paraadaptarse a las coyunturas producti­vas de un elevado monocult ivo.Co mo todas las poblac iones delPriorato, Gratallops y Torroja experi-

mentaron una fuerte expansión viní­cola a lo largo de los siglos XVIII yXIX (en 1800 el 54% de la superficiecultivada eren viñas, y en 1878 el95%), expansión que se vio trunca­da con la crisis filoxérica de finalesdel XIX. La débil base productivacomarca l y la deficiente product ivi­dad motivada por las caracte rísticasdel medio no pudieron sobreponerseal impacto de la destrucción de lasviñas y a la menor importancia delvino en el mercado catalán , por loque la disminución de los cultivos yde la población fue considerable.Mientras que hacia la mitad del XIX(el 1842), Gratallops contaba con1.117 habitantes y Torroja 819, entrelos censos del 1887 y del 1900 unode cada cuatro habitantes emigró enpoco menos de trece años (Grata­1I0ps pasó de 984 a 706 habitantes yTorroja de 980 a 719). La disminu­ción fue aún más fuerte entre el1920 y el 1940 , pe rd iéndose el34,2% del total de habitantes (427 y341, respectivamente). Después deuna cierta estabi lidad durante losaños de posguerra, la ola migratoriacontinuó entre el 1969 y el 1976, conuna nueva pérdida del 40% de loshabitantes (306 y 191)3. Parale la­mente, la superficie cu ltivada fuereduciéndose considerablementeentre el 1900 y el 1982: Gratallopspasó de un 87% a un 41% de lasuperficie cultivada, y Torroja de un87% a un 41%.

Este artículo pretende mostrar lasprácticas hereditarias del Priorato através de una investigación real i­zada en dos pob laciones de lacomarca (Gratallops y Torroja) a par­tir de documentación diversa de los

3 La evolución posterior de la sociedadprioratina no es el objetivo de este artículo,pero como referencia podemos indicar que lapoblación fue decreciendo hasta el 1996, con221 hab. (Gratallops) y 129 (Torroja), paradespués expe rimentar una estab ilizacióncoincidiendo con la recuperación económicade la comarca (222 y 142 respectivamente, el2004). En cuanto a la superficie cultivada,Gratallops pasó de 130 Ha. (1989) cultivadasde viña a 200 Ha. (1999) y Torroja de 49 a 56.Fuente: IDESCAT.

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La casa constituye el elemento central del patrimonio transmiti do de una aotra generac ión. Grata llops. Foto : X. Roigé.

siglos XIX YXX. El texto incluye dosapartados: en el primero, y a partirdel análisis de los capítulos matri­moniales del XIX4, presentaremos elsistema jurídico en que se funda­mentaban las prácticas hereditarias,indicando cuales eran las diversasinstituciones y sus especificidadesen la zona. En el segundo apartadotomaremos como base el análisis delas transmisiones hereditarias entre1867 y 19655 , para sugerir cualeshan sido las prácticas más habitua­les en la transm isión de la propie­dad.

EL SISTEMA JURíDICO :LOS CAPíTULOS MATRIMONIALES

Con el objetivo de regular el patrimo­nio en el interior del matr imonio yestablecer las condic iones de laalianza entre dos familias, los capí­tulos matrimoniales representabanun verdadero código del régimeneco nómico de l grupo domés tico.Marcan las condiciones estructura­les del grup doméstico, atribuyen lacontribución del marido y de la espo­sa y definen la naturaleza de losbienes matrimonial es. A la vez,regulan un ciclo familiar, desde sucreación hasta su sucesión por otroo su desaparic ión. Los capítulosmatrimoniales podían ser otorgadosantes o después de la celebracióndel matrimonio, pero por regla gene­ral se realizaban unos días antes.Para suscribirlos, acudían al Notario

4 Todos los cap ítulos matrimoniales con­sultados proceden de documentación particu­lar de Gratallops y Torroja. Como que legal­mente sólo es posible la consulta de docu­mentos con cien años de antigüedad, por loque no hemos incorporado informacionesposteriores al 1900.

5 El análisis de las transmisiones heredita­rias se ha hecho a partir de la reconstrucción delos cursos domésticos. Tomando como baseseries consecutivas de censos y padrones dehabitantes,se han cruzado los datos proceden­tes de los registros parroquiales y civiles y losdatos procedentes de los diferentes catastros yamillaramientos, observando así las transmi­siones de la prop iedad. Fuentes: ArchivosMunicipales de Gratallops y Torroja; ArchivosParroquiales de Gratallops y Torroja.

los padres de los novios o, en suausenc ia el heredero del difunto,además de los novios. Durante elsiglo XVIII y los primeros deceniosdel XIX, eran una práctica casi uná­nime en todos los matr imonios : aprinc ipios de l XIX , el 98% de losmatrimon ios celeb rados en Grata ­1I0ps (1801-1820) suscribieron capí­tulos. La Iglesia, en aquel momentoaún depositar ia de este documentohasta que pasaron a las Notar ías,cond ic ionaba la celebración delmatrimonio a la existencia del con­trato matr imon ial. Posteriormente,aunque comenzaron a disminuir, elnúmero de matrimonios con capítu­los fue mayoritaria en los matrimo-

nios hasta 1870 (eI 51% entre 1851­1870), comenzando a disminuir des­de entonces (el 31% entre 1891­1900) Y cayendo en desuso lenta­mente a lo largo del XX, de formaque después de la Guerra Civil muypocos matrimonios subscribieroncapítulos",

El contenido de todos los Capítulosobservados en el Priorato es bastan­te similar. Comienzan con la presen­tación jurídica de los asistentes, lamención de su edad, el estado, civilde los cónyuges, su profesión y rela-

6 Fuente : actas parroquiales de Grata­1I0ps. Archivo Parroquial y Archivo Diocesa­no.

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La transmisión hereditaria incluia la casa, alguna de las cuales tenían una larga continuidad histórica. Gratallops. Foto: X.Roigé.

ción de parentesco. Después siguenlas diversas cláusulas que, en sínte­sis, acostumbran a ser las siguientes:1. Donaciones patemas al marido; 2.Donación de la dote a la esposa, porparte de sus padres; 3. Recepción dela dote por parte del marido, dona­ción de escreix[esponsales] e hipote­ca de algunas propiedades del mari­do como garantía dotal; 4. Previsióndel régimen económico matrimonial,habitualmente el denominado aso­ciación a compras y mejoras; 5. Pre­visión de las características de laherencia y de la transmisión patrimo­nial entre los descendientes de lanueva pareja o en ausencia de éstos.A través del análisis de estos pactosy de su contenido , intentaremosenmarcar las diferentes institucionesjurídicas presentes en los Capítulos,analizando su significación respectoa la transferencia de bienes, la repro­ducción doméstica y la alianza.

1. Las donaciones paternas yelnombramiento del heredero

En el momento del matrimonio, elhijo recibe una donación por parte

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de sus padres, consistente en par­celas, casas, muebles o dinero. Enel caso del heredero, los padres lehacen donación de sus bienes,reservándose su usufructo y la partecorrespondiente a los derechos legí­timos de sus hermanos. El hijo, así,se convierte desde aquel momentoen propietario de los bienes de suspadres, pero esta propiedad no esplenamente efectiva hasta el falleci­miento de éstos, por lo que la dona­ción equivale en la práctica a la pro­clamación públ ica de quién es elhereu [heredero] . Hasta aquelmomento -si el padre o la madreaún viven-, ningún documento indi­ca quién debe ser el hereu y, a pesarde la preferencia por el primogénitosobre los otros hijos e hijas, el padrey la madre son absolutamente librespara designar a uno u otro hijo. Deforma parecida a lo que indica Cla­verie (1981:332), el padre, o en sudefecto la madre, " mantenían abier­ta la competición entre los hermanosmientras iban probando su decisiónfutura y preparando su política dealianzas de acuerdo con su poderpara dec idir quien era el heredero ycasarlo».

La donación , no obstante , noimplica una " jubilación" de lospadres y una plena autoridad del hijocasado dentro del grupo doméstico,pues éste se encuentra con unasparcelas que -si bien tienen lagarantía absoluta que serán suyas­debe trabajar sin poder venderlas ycon la obligación de pagar posterior­mente una parte legítima a sus des­cendientes. Respecto al hijo herede­ro, dos son los tipos de donacionespresentes en los capítulos matrimo­niales estudiados . El primero ,menos habitual, consistía en la pro­mesa de heredar todos o una partede los bienes, después del falleci­miento de los donadores, mientrasque lo más frecuente consistía en laque se denominaba donación «inter­

vivos ". En este caso, el padre y lamad re nombraban heredero a suhijo en el momento del matrimonio,ya sea de forma conjunta o separa­damente por cada uno de ellos. Eneste caso , el heredero recibía lamayor parte de la propiedad, gene­ralmente constituida por una casa,una parcela de regadío y una odiversas parcelas de viña.

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Tabla 1. Proporción de formas de herencia en Gratallops y Torroja (1867-1965)

TIpo 1867 1901 1926 1941 TOTALDe herencia 1900 1925 1940 1965 1867-19651. Heredero único 66,0 59,0 46,9 58,3 58,12. Heredero principal 24,5 24,1 33,3 28,1 27,63. Repartición no igualitaria 5,6 7,2 11,1 6,2 7,24. Repartición igualitaria 3,7 9,6 8,6 7,3 7,22+3+4 33,8 41,0 53,1 41,6 41,9Total 106 83 81 96 377Descendientes 12 5 3 8 34TOTAL 118 88 84 104 411

Fuente: elaboración propia, a partir de la reconstrucción de 10 5 cursos domésticos.

La donación se realizaba con unaserie de condiciones para asegurarel mantenimiento de los padres y latransmisión de la herencia a losotros hermanos, con una serie decláusulas que limitaban las posibili­dades de acción del hijo. Es decir,los padres se reservaban una partede los bienes para poder disponerlibremente de ellos en el momentodel testamento o bien una parte de laherencia " para acomodar o dotar alos otros hijos». Además , la dona­ción se realizaba generalmente conla reserva por parte de los padres desus bienes en régimen de usufructo.

2. La dote

Jurídicamente , se entiende comodote los bienes que la esposa, uotras personas en su nombre, recibepara el sostenimiento de las necesi­dades de la familia (Maspons ,1956:33). Su aportación era una exi­gencia casi imprescindible para lacelebración de un matrimonio, perola posición económica de la familiacomportaba grandes diferencias encuanto a las cantidades satisfechas.En las poblaciones estudiadas, eracorriente que la dote consistiese enuna cantidad económ ica (variableen función de la posición económicade la familia), junto con muebles,ropa de uso y joyas, completadas enel caso de las fam ilias co n másrecursos con alguna parcela o inclu­so alguna casa. Habitualmente, la

dote era considerada como una anti­cipación de los derechos legítimos.

Veamos , a título de ejemplo, larelación de los bienes económicos ymuebles aportados en unos capítu­los matrimoniales celebrados en1897, en el cuales la hija recibía unadote de 1.000 libras:

-I....) dan y por título de donación pura y

perfecta, simple e irrevocable dicha entre

vivos, otorgan y conceden a la misma nieta

e hija presente y a los suyos en pago y

satisfacción por todo derecho de legítima

paterna y materna, simplemente de ella,

parte de esponsalicio, dejada a ella por su

difunta madre en su último testamento (...)

la cantidad de mil libras moneda Barna ,

ésto es 500 lo dicho Francisco (abuelo), y

550 lo predicho ilo renc (padre), y a ade­

más: un cama con colchón, dos cojines lle­

nos de lana, colcha, dos sábanas, tres coji­

nes blancos, tres pares de indianas, cami­

sas entre ellas dos de lino, una de tela, seis

camisas de algodón, seis servilletas, una

toalla, un vestido negro de escote no de

indiana, dos capas, 18 camisas de brino, 6

pares de cojines, 12 servilletas, 9 enaguas,

1 mante llina de franela , una caja con la

ropa de uso y parte de su soltería, y un

tocador. Pagador 400 libras, ropa y cama y

mueble el día de la boda, de dicho día a un

año 200 libras y así cada año igual cantidad

en dicho día hasta su pago.»7.

Los investigadores del DerechoCivil han insistido en el significado de

7 Cap. Matr. entre A. Fabregat y M. Ros.Gratallops, 29/9/1897. Doc. Particular. Origi­nal en catalán.

NARRIAla dote como un elemento que asegu­ra a la esposa un patrimonio estableen el interior de la unidad a donde vaa vivir, aportándole una garantía a suposición de excluida del patrimoniode la casa a donde va a residir. Peromás allá de esta explicación, la dotetiene una importancia fundamentalen el sistema económico campesino,en la transmisión de la propiedady enla definición de los mecanismos dealianza. Muchos antropó logos haninsinuado que la dote tiene sobretodoun carácter simbólico, ya sea comodefinidor del rol femenino o de un sis­tema de estrat ificación social. Así,Handman, en su estudio sobre unacomunidad griega (1983:100) consi­dera que la dote no es únicamente elíndice de la riqueza de una familia,sino el «modo de evaluación -a con­trario- del valor moral o físico de sushijas». En su opinión, los aspectoseconómicos de la transacción dotaldesaparecen tras una serie de valo­res como el sentido del debe r, elamor patemo, la honorabilidad, etc.Por su parte, Assier-Andrieu, destacatambién los aspectos simbólicos queconfiguran la naturaleza de la dote(1981:159), constatando que se tratade un elemento extraño en la econo­mía campesina (no se transformaráen capital circulante), por lo que seconvierte sobre todo en un elementode representación y de prestigio.

A nuestro entender, y en el contex­to de la sociedad estudiada, la doteno t iene só lo un sig nif icado decarácter simbólico, sino que sugieresobretodo unas limitaciones mate­riales y tiene una importancia econó­mica decisiva. En su funcionalidadeconómica y social podemos cons­tatar tres funciones básicas. En pri­mer lugar, la dote tiene un papelespecífico en la economía domésti­ca campesina y no es un elementoeconómico extraño: resulta necesa­rio para el fondo conyugal de cadamatrimonio y actúa, a la vez, comosistema credit icio y de ende uda­miento. Desde esta perspectiva, ensegundo lugar, la dote contribuye adefinir los elementos de diferencia-

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Tabla 2. Formas de herencia en Gratallops y Torroja , según la posición social de losgrupos residenciales (1867-1986)

Tipos de herencia Peq. propiedad Medianos Benestants1. Heredero único 73 ,1 40 ,7 23,82. Heredero principal 20 ,5 40 ,7 42 ,83. Repartición no igualitaria 4,7 7,8 19,04. Repartición igualitaria 4,3 10,7 14,32+3+4 27 ,7 59 ,3 76 ,2~I ~ 100 GDesconocido 25 4 1TOTAL 260 107 43

Fuente: elaboración propia, a partir de la reconstrucción de los cursos domésticos.

fundamental en una transmisiónpatrimonial bilateral. Tras la justifica­ción legal de una seguridad econó­mica para la esposa , el sistema dotalse convertía así en una paradoja dela situación femenina: por una parte ,le permitía acceder a la propiedad yconf igurar un patr imonio, pero porotra parte jugaba en un plano inferiorpuesto que la dote pasaba a seradministrada por el marido y operacomo un mecanismo de una mayorcirculación patrimonial.

ción social : la elección de la esposaestaba estrechamente cond icionadapor la cantidad de la dote que ellapod ía aportar. Fina lmente, la doteactúa como un elemento compensa­torio en la red compleja de herenciasy alianzas. No podía realizarse nin­gún matrimonio en el que los padresde ambos no se hubieran puesto deacuerdo sobre la cantidad de la dote.Si un matrimonio se celebraba sindicho consentimiento, la joven pare­ja no podía contar con más que suspropios y escasos recursos. Comocontribución necesaria para la eco­nomía doméstica, la dote no se con­vertía, después del matrimonio, enun capital inmovilizado, sino que confrecuencia era puesto en circulación,para la compra de nuevas tierras,construcción de nuevas casas oadquisición de ropa. Su valor econó­mico era con frecuencia superior alde una casa o una viña , más impor­tante si tenemos en cuenta la débilpresencia del dinero en metálico enla sociedad rural del XIX.

Para los acomodados ascendien­tes, la dote les permitía, por una par­te , incrementar su propiedadmediante compras y nuevas adquisi­c iones de tierra. Con frecuencia ,también les permitía contar con uncapital mediante el cual actuabancomo prestamistas. Por otra parte ,mientras que para los sectores másfavorecidos la dote representa unmodo de defensa de la explotaciónagríco la y de su propiedad, impi­diendo su fragmentación en explota ­ciones menos productivas y evitan-

do así el matrimonio entre miembrode clases diferentes, en cambio paralos que contaban con menor propie­dad les dificultaba la movilidadsocial. Como señala Goody (1986),el sistema dotal está íntimamenterelacionado con la herencia bilateral ,al permitir la transmisión de la pro­piedad fuera del grupo de fil iaciónunilineal. En los capítulos matrimo­niales y en los testamentos puedeobservarse un cierto deseo de com­plementar las aportaciones de uno yotro lado. Con las donac iones reali­zadas al marido y con la dote, seintentaba constru ir, en cada genera­ción, en cada acta notarial , un capi­tal que permitía a la joven parejapoder contar con los bienes necesa­rios para instalarse y constru ir el«fondo conyugal». Entre donacio­nes y dotes se configuraba, en defi­nitiva, una herencia bilateral. Desdeesta perspectiva, la funcionalidad deambos es similar, diferenciándosesobretodo desde un punto de vistaconceptual y jurídico. Si bien tantolos hijos como las hijas no herederospodían recibir una parte de la heren­cia en dinero, sólo el dinero que reci­bía la hija se constituía como dote.Como señala Claverie (1981 :332)en la región francesa del Lazare,podría decirse que el padre «da laparte legítima a sus hijos de ambossexos, como signo de exclusión delpatrimonio financiero, y que lashijas , en el momento del contratomatrimonial ante el Notario, transfor­man esta legítima en dote». El siste­ma dotal era, en definitiva, una pieza

3. La administración de la dote ysu retorno: el escreix(esponsales)

La dote pertenece a la esposa,pero es su marido quien , durante elmatrimonio, tiene el dominio de losbienes dotales y quien los adminis­tra , debiendo retornarlos sólo encaso de disolución del matrimon io ode fallecimiento sin sucesión . Paragarantizar esta situación, se proce­día a hipotecar en favor de la esposauna parte de los bienes del marido,equivalentes al valor de la dote reci­bida. Veamos un ejemplo: «DichoDon Lorenzo acepta la anteriorconstitución dotal ; y en garantía de .dichas dos mil seiscientas sesenta yseis pesetas sesenta y seis cént i­mos [importe de la dote] (...) espon­táneamente hipoteca toda aquellapieza de tierra de la partida Campd'en Piqué a él dada en el primero deestos Capítulos (oo.) cuya hipotecaconsienten sus padres (...)8.

A cambio de la dote, el marido, conel consentimiento de sus padres,hacen donac ión del escreix o espon­sales, aproximadamente un 20% delvalor de la dote, que se incorpora alpatrimonio de la esposa pero quequeda administrado por el mismomarido, por lo que muy pocas vecesera pagado en realidad. Con la fun­ción de crear un fondo de reserva

8 Cap. Matr. entre L.Fabregat y A. Auqué.Falset, 14-3-1884. Doc.Particular.

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El concepto de casa incluye también un nombre y un patrimonio simbólico.Gratallps. Foto: X. Roigé.

para el caso de ruína del marido y,fallecido él, un recurso para la espo­sa y los hijos, en el origen del escreixhabía probablemente un pago sim­bólico por la compra de la virginidadde la novia. El mismo Derecho Civillo calificaba así (Borrell, 1923:276) yen los Capítulos del XVIII así se indi­caba: «Lo sobredicho Pau Fabregatacepta la constitución dotal hechapor dicha María Ros a su favor (...)por lo que, y por su loable virginidadle hace de aumento o donación pormatrimonio de la cantidad de cin­cuenta libras Barna (...)>> 9.

Pero además de ser instrumentode control de la sexualidad de acuer­do con los intereses familiares, en elesponsales lo podemos ver tambiénun crédito o fondo económico desti­nado a compensar el trabajo femeni­no de producción y reproducción. Encuanto a la producción , el escreix seconvierte en una remuneración porla diferencia entre el trabajo aporta­do y los bienes que se recibían acambio de la vivienda y la comida .Como compensación por la repro­ducción , más que en relación alpago de virginidad , el escreix signifi­caba el paso de la novia a otro grupodoméstico, al cual aportaba unoshijos que se inscribían sobretodo (ya pesar de la filiación bilateral) en lalínea del marido. En definitiva, comoindica Assier-Andrieu (1981 :157­158), el escreix «asegura la transfe­rencia al linaje del marido de algu­nos derechos sobre la esposa pro­pios de su linaje, por lo que convieneque nos interroguemos sobre en quémedida la esposa se integra en ellinaje del marido y en qué medidaconserva los derechos en su linajenatal». Dote, escreix y aixovar ac­túan, pues, como parte de un con­junto de intercambios, de donacio­nes y contra donaciones, de dotes ycontradotes . Ahora bien, la esposapocas veces llegará a poder disfru­tar de la dote y del escreix, siempre

9 Cap. Matr. entre P. Fabregat y M. Ros.Gratallops, 26-1-1798. Doc. particular. Origi­nal en catalán.

administradas por el marido y quedebe pasar, en el momento del falle­cimiento de la esposa, a sus herede­ros. Por el contrario , su restituciónse hacía efectiva en muy pocas oca­siones: si el marido fallecía, lo másfrecuente era que la viuda continua­se viviendo con sus hijos o con sussuegros, por lo que entonces la res­titución ya no es obligada. Por ello,en la práctica, la dote era restituidamuy pocas veces: en matrimoniossin hijos, (y no siempre) , en caso dedeclaración de nulidad del matrimo­nio o en caso de ausencia o abando­no del marido (pero no en caso con­trario) . Por ello , lo que asegurabaeconómicamente a la mujer viuda no

era el retorno de la dote, sino sobre­todo su condición de usufructuaria.

4. La asociación a compras ymejoras

El Derecho Civil catalán especificaque el régimen económico del matri­monio será el determinado por losCapítulos. En el Priorato, el régimenmás frecuente era el de asociación acompras y mejoras, especificándoseque «los futuros cónyuges se aso­cian a todas las compras, mejoras eincrementos, siendo liquidador yadjudicador de los bienes aquel quesobreviva». Si los padres del marido

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AT.:TOR¡ZADA

l?~ Capítulos.M~trimonialesregulaban la transmisión de la propiedad y elreglmen econormco matrimonial.

11 Cap. Matr. entre M. Bes y T. Carreras.Falset , 6-11-1885. Doc. particular.

chos de sucesión y de asegurar a lavez el mantenimiento del viudo o viu­da en el hogar. Éstos debían preser­var el derecho a ser alimentados y aocupar vivienda, pero ante el riesgode que, a causa de un segundomatrimonio, la herencia pudiesedesplazarse hacia otra dirección, seprescribía que la herencia fuesepara los hijos de aquel"matrimonio,dejando al cónyuge sobrevivientecomo usufructurario: «Dichos con­sortes han convenido que el sobrevi­viente de los mismos, por mientraspermanezca viudo, sea usufructua­rio de todos los bienes y derechosdejados por el premuerto, tantolibres como sujetos a reversión enestos capítulos; y siendo ella la quesobreviva, también quedará faculta­da aún cuando dejen hijos, parahacer propios los frutos sobrantes yaumentos que del usufructo resul­ten»!' .

Junto con el usufructo, los Cap-ítu­los preveían cómo sería practicadala sucesión si antes no existía testa­mento , capacitando al cónyugesobreviviente para elegir al herederoentre los hijos, proporcionando losderechos legítimos a los otros hijos obien repartir la herencia. La libertaddel cónyuge sobreviviente para ele­gir el heredero, no obstante, queda­ba bastante limitada por la práctica.En algunos casos, la libertad deelección del heredero quedaba con­dicionada, a la creación de un «con­sejo de familia» , integrado por unpariente de cada línea de sucesión,mientras que en otros casos muchoscapítulos delimitaban la libertad delcónyuge expresando un orden depreferencia que privilegiaba el prin­cipio de masculinidad y los hijos delprimer matrimonio. Además , debetenerse en cuenta que el cónyugesuperviviente pocas veces llegaba aejercer la elección , pues ésta seexplicitaba ya en el testamento.

En sus últimas cláusulas, los Capítu­los sugieren el orden de preferen­cias respecto a la sucesión. Estasprevisiones eran , más bien , laexpresión de las preferencias teóri­cas, el deseo de proteger los dere-

la esposa) y las mejoras (los incre­mentos del valor de los bienes). Ladisolución de la asociación estabaprevista en los Capítulos: si estabacompuesta por los consortes y lospadres del marido, la disolución seproducía en caso del fallecimientode la esposa o disolución legal delmatrimonio, mientras que en el casodel fallecimiento de los padres o delmarido con descendencia, la socie­dad continuaba, y la viuda pod íacontinuar residiendo con sus sue­gros o herederos.

5. Previsiones de sucesión

10 Cap . Matr. entre T. Cots y T. Borja, Fal­set , 21-12-1839 . Doc. part icular. Original encatalán.

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o de la esposa con los que se convi­viría estaban aún vivos, entonces laasociación se ampliaba a ellos: «Loscónyuges e hijo y futura esposa desu grado y cierta ciencia se acogen yasocian a todas las compras y mejo­ras, ganancias y adquisiciones debienes que constituyan en el presen­te matrimonio; viviendo los cuatro alcuarto y los tres al tercio y los dospor mited»'" , Tamb ién puedeampliarse a los abuelos de la casa,si sobreviven, e inéluso, en el casodel viudo c~>n hijos que vuelva acasarse, a la segunda esposa. Elfondo a repartir está formado por lascompras (todo aquello que seadquiera mientras dura la asocia­ción, pero no aquello que se adquiri­do con el dinero propio del marido o

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La producción vinícola ha sido el elemento productivo del Priorato Celler Cecilio. Gratallops.

En definitiva, los Capítulos confi­guran un proceso de transmisión odevolución de los bienes de tipocíclico, repetitivo: el padre nombra­ba a su hijo como heredero, quedan­do como usufructuario; el hijo que secasaba preveía ya el sent ido detransmisión de esta propiedad y lasgarantías para el cónyuge supervi­viente. La incompatibilidad señaladapor Davis entre los principios deigualdad y de independencia puedeaclararnos mejor la significación delos Capítulos en el interior del cursodomést ico . Para es te auto r(1983:181), la incompatibildad nacede una doble consideración: a) quelas personas se dispersan con elmatrimonio; b) que, por el contrario,la propiedad se dispersa con el falle­cimiento . Como consecuencia deeste doble proceso, pod ía pasa rmuchos años, en los que el hijo vivíasujeto a sus padres, sin propiedad.En consecuencia, la decisión sobrela transferencia de los bienes eralógico que se trasladase al momentodel matrimonio, el punto más críticode la transmisión familiar, cuando seproveía a los hijos con los recursos

suf icientes para iniciar un nuevociclo familiar.

LAS PRÁCTICAS HEREDITARIAS

El marco jurídico que acabamos dedescribir tiene su contrapunto en lasestrategias concretas de sucesión.El desarrollo del ciclo familia r, lacoyuntura económica y las estrate­gias hereditarias, e incluso las ten­siones y las relaciones familiaresson los factores que determinaban,en última instancia, la forma concre­ta de la suces ión. Las eleccionesfundamentales respecto a la transfe­rencia de la herencia no siemprepodían realizarse de acuerdo conlas preferencias previstas. El estudiode las transmisiones hereditarias enel Priorato permite comprobar lacoexistencia de diversas formas detransmisión de la propiedad que seponen en práctica en cada circuns­tancia particular. A grandes rasgos,encontramos cuatro grandes formasde transmisión: 1) transm isión detodas las prop iedades a un soloheredero, ya sea a un heredero úni-

ca o a un herede ro principal y latransferencia de sólo dinero o debienes muebles a otras personas; 2)heredero principal con transferenciade tierra o casas a otras personas;3) repartición no igualitaria; 4) repar­tición iguali tari a. Los datos quehemos obten ido a pa rt i r de lareconstrucción de los cursos domés­ticos revelan a lo largo del XIX y delXX (1867-1965) el predominio de lapráct ica de la transm isión indivisadel patrimon i: en un 58% de lastransm is iones co ntabil izadas elpatrimonio pasó a un heredero úni­co, y en un 27% la mayor parte delas propiedades a un heredero prin­cipal. Ahora bien, en una proporciónimportante de las transmis iones(42%) también otras personas apar­te del heredero recibieron bienesinmuebles (tierras o casas) comoherencia, ya sea a través del nom­bramiento de un heredero principal yotorgando a los otros algunas parce­las de tierra o viviendas (28%) o larepartición de éstas (14%).

Si bien a lo largo de los dos siglosanalizados se observa la presenciade las diversas formas de transmi-

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NARRIAsión, un análisis histórico permitedemostrar como éstas prácticas sefueron transformando. En este senti­do, las variaciones sociales y econó­micas experimentadas por el Priora­to a lo largo del período indicado, asícomo las transformaciones genera­les , permiten exp licar mu ch osaspectos de los cambios en las prác­ticas hereditarias. Así, después de lacrisis filoxér ica, y hasta la GuerraCivil, hubo un notable incremento delas transmisiones de tierra de casasa otros hijos distintos del heredero.La mayor dispersión del patrimoniocoincidió con un mayor porcentajede formas de residencia conyugal,dándoles a los otros hijos algo parapode r establecerse y "comenzar"en un contexto de elevada emigra­ción: la disminución del número dehijos y la emigración hicieron posibleunas may or es posib il idades derepartición. De esta manera, si biena finales del XIX, sólo en un 34% delas transmisiones se produc ía unacesión de tierra a personas distintasdel heredero principal, entre 1926 y1940 en más de la mitad de lastransmisiones existía una cierta dis­pers ión de la prop iedad. En estesentido , se incrementó la fórmulaconsistente en el nombramiento deun heredero principal, que recibía lamayor parte del patrimonio, perodando partes de la herencia a losotros herederos. Por el contrario, enla posguerra, se incrementaron lasformas de transmisión a un herederoúnico, explicable por una estabiliza­ción de la población y por la falta deopo rtunidades exteriores que nohacían necesarios mecanismos deretención de los hijos. En una situa­ción de crisis, el menor desarro llocapitalista de aquellos años permitióuna valorización de la agriculturatradicional y de las formas culturalesque, como la herencia indivisa, lassustentaban.

El mayor uso de una forma u otrade herencia no sido sólo la conse­cuencia de las c ircu nstanc iassocioeconómicas y de las particula­ridades de cada ciclo familiar. La

posición social de las casas sugieretambién variedades muy significati­vas respecto a las prácticas heredi­tarias. A grandes rasgos, los peque­ños propietarios han seguido muchomás la práctica de la indivisibilidaddel patrimonio que no los medianoso los acomodados. Los datos (tabla2) son claros: mientras que la heren­cia fue mayoritariamen te indivisaentre los pequeños propietarios enun 70% de los casos , entre losmedianos lo fue en un 41%, Y entrelos acomodados sólo el 24%. Estasdiferentes estrategias eran yaperceptibles desde antes de la crisisfiloxérica, si bien fueron especial­mente notables desde entonces.

Las dife rencias en la fo rma detransmisión de los bienes en los di­ferentes grupos sociales merecenalgunas reflexiones. Al revés que enlas zonas de transmisión indivisaestricta, en la zona estudiada haytres factores que condicionan unasneces idades distintas de transmi­sión: el pob lamiento agrupado, laestructura de clases y la dispersiónde las diferentes parcelas en lugaresdistintos del término. Éste último fac­tor facilita una cierta división de lospatrimonios y, el alejamiento de lasparcelas y las casas comporta queambos no se identifiquen como unaúnica unidad.

Para los pequeños propietarios, latransmisión afectaba sólo a unacasa y a una o dos parcelas, por loque difícilmente podían proceder ala repa rtición de la herenc ia. Porello, la posibilidad de repartición eramínima, por lo que el mayor predo­minio de la herencia indivisa no debeinterpretarse tanto como la adhesióna una norma, sino como el resultadode una de las pocas opciones posi­ble. El hijo que se quedaba en casa,o el que recibía la herencia, teníaso luc ionado el prob lema de suvivienda y una parcela para subsis­tir, a cambio del mantenimiento desus padres y de algún hermano sol­tero. Además, se veía obligado auna importante transferencia de di­nero a los her manos y a otros

parientes (con frecuencia lejanos)en concepto de dotes , legítimas ydonaciones hereditarias , que aveces lo llevaban a una situación deendeudamiento estructural y deprecariedad económica. Por ello ,con frecuencia el heredero principalno era el primogénito, sino otro hijo,incluso el último cuando los otroshermanos ya se habían establecido.Para los hijos que no se quedabanen casa , las posibilidades erandiversas. Si no se había casado enotra casa, su primer problema con­sistía en encontrar una casa paravivir, a la que debían destinar confrecuencia el dinero obtenido por laaportación de los padres en concep­to de donaciones y dotes matrimo­niales o legítimas. Otras altemativaseran su contratación como mozos ocriados de otras casas o bien la emi­gración.

Para los medianos y acomodados,en cambio, la herencia fue un mediopara posibilitar a todos los hijos unaposición económica lo más favora­ble posible. Por ello, su patrimoniose contemplaba desde una dobleperspectiva: una parte fija, la másimportante, se transmitía de unageneración a otra. Mientras que elhijo elegido recibía como mínimo lacasa familiar, una parcela de rega­dío y una o más pequeñas parcelasde viña, la otra parte de la propiedad(con frecuencia, las parcelas proce­dentes de aportaciones dotales o deincorporaciones recientes) podía serrepartida con mayor facilidad entrelos ot ros hijos , como elementocompensatorio para el establec i­miento de las alianzas matrimonia­les . Ent re los acomodados eracorriente dar a la hija, junto con ladote en metálico, alguna parcela deviña, para completar la explotaciónagrícola del marido. También era fre­cuen te entregar pequeñas dona­c iones testamentarias a otrosparientes.

De esta manera, el patrimonio cir­culaba en dos sentidos. Con el patri­monio fijo se conseguía por el here­dero los elementos necesarios para

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el mantenimiento de su explotación,

compensando las «pérdidas» de tie­

rra (hacia los otros hermanos)

mediante las parcelas aportadas por

el cónyuge o mediante la aportación

de nuevas tierras gracias al capital

obtenido con la dote matrimonial.

Con el patrimonio «circulante», en

cambio, podía completarse la posi­

ción económica de los otros hijos .

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