evalaución_psicopedagogica

7
1 La eva luación psicopedagóg ica Teresa Colomer, M." Teresa Masot, lsabel Navarro EAP Sabadell B-34 lntroducción Este capitulo pretende planteor un marco de referencia para la evaluathn psicopedagógica y hacer una propuesta de procedimientos y estrategias. Se funda- menta en nuestro trabajo compartido de reflexión y sistematización sobre la prác- tica en el ámbito de la evaluación. Nace dcl reto de impartir un mridulo sobre /o evoluoción de los trostotnos de oprendizaje en el N4áster en Psicopatologta lnfan- til y.Juvenil de la Universidad Ramon Lluli de Barcelona. Se ha e nriquecido con las aportaciones del alumnado desde el curso 1995-1996. Seguro que muchos sentirán como suyós una parte importante de los puntos de vista que expondremos. Estamos convencldas de ello. Procedemos de una historia común en la que los profesionales de los EAP (Equipos de Asesoramiento Psicopedar gógico) hemos considerado esencial compartir lo que hacemos y lo que sabernos. Es nuestro sober compartido. Nuestro referente principal a la hora de hablar de la evaluación psicopedagó- gica es nuestra práctica profesional desde el EAP y no podemos desvincularla de Ia función asesora que nos corresponclt, interviniencio en los diferentes át¡bitos: el alumnado, sus familias, el profesorado y los centros dr¡centes (véase el cuadro 1). A lo largo del capítulo, trataremos esta perspectiva. El marco teórico básico de referencía sobre el que se sostiene la evaluación psi- copedagógica tal y como la entendemos es el de Ia concepcíón construr:tivista del proceso de enseñanza-aprendizaje y la teorÍa sistémrta. r Al mismo tiempo, e ntendemos que la evaluacitli'r psicopedagógica debe permi- tirnos disponer de información relevante en relación, no tanto con las dificultades que presenta un determinado alumno o grupo de aiumnos, un maestro o unos pa- dres, sino a sus capacidades y potencialidades. Asl pues, no hablamos de hátrdicaps ni de diflcultades, sino de necesidades educativas del alumnado, que necesariamente 13 Io §5n

Transcript of evalaución_psicopedagogica

7/21/2019 evalaución_psicopedagogica

http://slidepdf.com/reader/full/evalaucionpsicopedagogica 1/7

1

La

eva

luación

psicopedagóg

ica

Teresa

Colomer,

M." Teresa

Masot, lsabel Navarro

EAP Sabadell

B-34

lntroducción

Este capitulo

pretende planteor

un

marco

de

referencia

para

la evaluathn

psicopedagógica y

hacer una

propuesta

de

procedimientos y

estrategias.

Se funda-

menta en nuestro trabajo compartido de reflexión

y

sistematización sobre la

prác-

tica

en

el

ámbito de

la evaluación. Nace

dcl reto de impartir un mridulo

sobre

/o

evoluoción

de

los trostotnos

de oprendizaje

en el N4áster en Psicopatologta

lnfan-

til

y.Juvenil

de

la

Universidad Ramon Lluli de Barcelona.

Se

ha e

nriquecido

con

las

aportaciones del alumnado desde el curso 1995-1996.

Seguro

que

muchos

sentirán como suyós una

parte

importante de los

puntos

de

vista

que

expondremos.

Estamos

convencldas

de ello. Procedemos

de una historia

común en la

que

los

profesionales

de los EAP

(Equipos

de Asesoramiento

Psicopedar

gógico)

hemos

considerado

esencial compartir

lo

que

hacemos

y

lo

que

sabernos.

Es

nuestro sober compartido.

Nuestro referente

principal

a

la hora

de hablar de la evaluación

psicopedagó-

gica

es nuestra

práctica profesional

desde el EAP

y

no

podemos

desvincularla

de

Ia

función asesora

que

nos

corresponclt, interviniencio

en

los

diferentes

át¡bitos:

el

alumnado,

sus

familias,

el

profesorado

y

los

centros

dr¡centes

(véase

el

cuadro

1).

A

lo

largo

del

capítulo,

trataremos esta

perspectiva.

El

marco teórico

básico de

referencía

sobre el

que

se

sostiene

la

evaluación

psi-

copedagógica tal

y

como la entendemos

es

el

de

Ia concepcíón

construr:tivista

del

proceso

de enseñanza-aprendizaje

y

la teorÍa sistémrta.

r

Al mismo tiempo, e ntendemos

que

la

evaluacitli'r

psicopedagógica

debe

permi-

tirnos

disponer

de información

relevante en relación, no tanto con

las dificultades

que

presenta

un determinado alumno o

grupo

de aiumnos,

un

maestro

o

unos

pa-

dres,

sino a

sus capacidades

y

potencialidades.

Asl

pues,

no

hablamos

de

hátrdicaps

ni

de diflcultades, sino de

necesidades

educativas del alumnado, que

necesariamente

13

Io

§5n

7/21/2019 evalaución_psicopedagogica

http://slidepdf.com/reader/full/evalaucionpsicopedagogica 2/7

se

tendrán

q

ncreción

de

aYudas

y

apoYos.

En

el alumnado

esta-

blece

en los

amPlio)

determina

tanto

sus

co

udas

que

necesita'

ldentificaremosalosparticipantesenelprocesodeevaluación,lastécnicasy

los

instrumentos

que

utilizamos.

Concepto,

finalidad

y

marco

donde

se

sitúa

competencia

de cada

uno.

Cuadro

1. Marco

donde

se

sitúa

la

evaluación

psicopedagógica

Hablamos

de

recogida

de

infor¡toción

relcvunte

porque¡

ill)te

una

situación

rir

evaluación

psicopedagógica,

siempre

se

t enen que priorizar

aqucllos

aspectos

qur

hay

que

evaluar que

nos

serán

rnás

críticos

para

tornar

clecisionr:s

en

relación

con

l¿

respuesta

educativa y

con

los

cambios progrrsivos

que

-se

rleberán

pranificar

y,

po

lo

tan-to,

este

criterio guiará

la

recogir.la

de

int'orr¡aclón.

U

Este proceso

se desarrollará

en ir:s

contextos

nrás

significativüs

donde

se

l¿

situación

de enseñanza-aprentlizaje.

Es

en

el aula

donde

la

intrrar:ciórr

entre

el

alun¡nado,

el

profesorado

y

los

con,

tenidos

configuran,

en

parte,

esta

sitt¡ación.

pero

no

podemos

olvidar

que

el

aula

forma

parte

de

una institución

escorar

con su propia

historia,

su

organización

y

su

funciorramiento.

Es

evidente

que

ambos

contextos,

o

si

se

quiere,

s¡siemas,

interac-

túan influyéndose

mutuamente.

Al

mismo

tiempo,

el

ccntro

educatlvo

for:ma

parlr

de

un

contexto

social

más amplio

con

el

que

también

se

produce

esta

influencia

mutua.

Dentro

de

este contextü

social,

queremos

hacer

uná referencia

especial

a la

familia,

de

la

que

el

alumnado

fornra

parte,

interactuando

r:on

los

otros

contextui

descritos.

Haciendo

un

paralelismo

con la

teoría

de

sistemas,

podemos

decir que

cualquier

cambio que

se

produce

en

alguno

de

estos

sistemas

lleva

a

caml¡ios

o

ádaptacionrs

de

los

otros.

La

evaluaclórr psicopedagógica

tencirá que

tener

en cuenta todos

estos

contextos

así

como

su

interacción

(véase

el

cuadro

1).

.

Hemos

de

tener

presente

que

la

evaluación

no

se

realiza

nunca

en

el vacío,

siempre

acostumbra

a

ser fruto

de

una

demanda

o de

una

necesidad

detectacla.

En

este

sentido,

no

se

podrá

perder

de

vista

el objetivo

o

la

finalidad

para

la

que

se

ini-

cia

un

proceso

de

evaluación.

Esta

finalidad

nos

condicionará

tanto las

aciuaciones

que

se

realízarán

como

los

instrurnentos

que

se

enrplearán,

pero,

sobre

todo,

los pr<l-

cedimientos

que

se

llevarán

a

cabo.

Desde

esta

perspectiva,

es

inrportánte

introcjucir

ei

concepto

de

eficiencia

en

lí,1

evaluación

psicopedagógica.

cuando

se

detecta

una

necesidad,

no

todo

lo

que

essus-

ceptible

de

ser

evaluado

en

la

siluación

que

se

piantea

tendrá que

ser

objeio

de

eva-

luación.

Siempre

se

priorizarán

los

aspectos

más

relevantes

según

ra

propuesta

y

solamente

se

planificarán

las

actuaciones

necesanas

para

promover

cambios.

Este proceso

es

dinámico e

interactivo,

es

decir, qúe

tas

actuaciones que

se

desarrollan

interactúan

co.n

el

resto

de

los

participantes

(el

alumnaclo,

el

profe-

sorado,

la

familia,

el

EAP,

ros

demás

servicios,

etc.)

en

er

proceso,

modificándore

m

utuamente.

Para

que

esta

interacc.ión

conleve

una mejora

rear

de ra situación

que

se

eva-

lúa,

las

personas

que

participen

tienen

que

estar

irnpricadas

activamente

en el

pro-

ceso

y

sentirse

competentes,

cada

una

en la

fr¡nción

que

desarrolla.

compartir

la

finalidad

de

la

evaluarión

será

ei

prirner

paso

del

trabajo

en equipo

del

conjunto de

participantes.

Es

el

requisito

imprescindible

para

poder

prcmover

cambios.

A fin

de

que

cada

part¡cipante

pueda

sentirse

competente

en

lo

que

le corres-

ponde,

tenemos que

centrarnos

necesariamente

en

ra

evaluación

de

rai

capacidadcs

y

potencialidades

más

que

en

el déficit y

las

dificultades.

En

consecuencia,

las

orien-

taciones

gue

se

deriven

de

aquí

se

encaminarán

a

planificar

las

ayudas

y

condiciones

que

hagan posible la mejora de la

situación

planteada.

14

h

559

I

rs

I

7/21/2019 evalaución_psicopedagogica

http://slidepdf.com/reader/full/evalaucionpsicopedagogica 3/7

Por

lo

tanto,

la

evaluación

psicopedagógica

es

una

herramienta

para

tomar

de-

cisiones

que mejoren

r,

,.tp"ttá

educativá

pira el

alumno

o

grupo

de

alumnos'

pero

también

para

promove,

tt'biot

en

el

cortexto

escolar

y

familiar'

Procedimiento de evaluación

psicopedagógica

Laevaluaciónpsicopedagógicanormalmenteseiniciaconladeteccióndeuna

necesidad.

se

concreta

.n ,nr'dárnrnda

de

intervención

profesional

con

la

finalidad

;;;;t¡.;

mejoras

en

la

situación

planteada'

Pone

en

marcha

un

proceso

c0mpar-

tidoclerecogidavan¿tis¡soe¡nformación,formulacióndehipótesisytomadedeci-

siones

(véase el

cuadro

2)

La

demanda,

ampliamente

trabajada

en

el

blicación,

se

tendrá

que

concretar

y

reformular

permlta:

Cuadro

2. La

evaluación

psiropedagógica

corno

instrumetrto

para

tonrar

decisiorle:;

mejorar

la respuesta

educativa

Recogida

de infoiuación

Detección

y

delirnitación

Ce

la

situación

Attálisis

de

la

información

ricia un

proceso

de formula

de

hipótesis

segundo

caPitulo

de

esta

Pu-

conjuntamente

Para

que

nos

Se

ajusta

la

respuesta

ed ucativa

El conocimiento

previo de cada

uno de

Ios

participantes

y

de

su contexto,

¿l

como

la interacción

que

establecen,

será

al misnro

tiempo:

, Un

indicador

para

formular

hipótesis.

I

. Un instrumento

para

el

análisis.

.

Un recurso

para

introducir

ayudas

y

mejoras.

La

perspectiva

de

nuestro

trabajo

nos

permite

abordar

el

proceso

de

evaluacir

con

este

conoCimiento

previo

del

centro

estolar,

del

profesorado,

del

alumnadO,

t

las

familias y del entorno

soci¿l

donde

todosse

insel'tan.

Este

abordajc

es

lo

que ho,

16

mación

formulación

i

No

mejora

I

V,'

\nálisis

de

la

nueva

informacióñ

I

Y

Planíficación

ie actuaciones

para

la evatuáción etp.cifi.a

I

Y

,i

Aplicación

de

las

actuaciones

0ué,

quíén,

cuándo,

dónde,

cómó

ldentificai

la finalidad

de

la

evaluación

psicopedagógica,

siempre

orientada

a

una

mejor

com-

prensión

del

proceso

de

enseñanza-aprendizaje

para'*":-':ijli:.1.,.t:i':1'j:::*:::,:

cuándosequiereenseñar.Endefinitiva.ajustarlarespuestaeducativaalasnecesidadeseva-

luadas.

-.

-r

--^^^-^

i-

Determinar

quiénes

serán

los

participantes

con

los

que

tendremos

que

compartir

el

proceso

dt

evaluación

para

planificar

las

actuaciones

iniciales:

-

El

alumno

Y/o

gruPo

de

alumnos'

-

La

familia.

-

El

maestro

tutor

y/o

el

equipo

docente'

-

Los

es

ía

terapéutica

y/o

psicopedagogia'

-

EUlos

(psicólogo'

pedagogo'

psicopedagogo/trabajador

social)'

-

Otros

tt

tCn¡ón

-Centro

de

Recursos

para Deficientes

Auditivos-'

EAP

para deficientes

visualt',

Cblnp

-Centro

de

Desanollo

y

Atención

Precoz-'

Servicios

socialer

CSMIJ

-C.nt,o

Jt

S'l'd

Mental

lnfantil

y

Juvenil-'

Servicios

de

neurologia

pe-

diátrica,

etcJ.

.PlantearunasprimerashipÓtesisfundamentadasenelanálisisylainterpretacióndelainfor-

mación.

.

lnlciar

la toma

de

decisiones

orientando

los

ajustes

de

la

respuesta

educativa

o

determinando

que se

necesita

disponer

de

más

información

.

Recoger

más

información

relevante,

si

es

necesario'

Cuál'

cómo'

en

qué contextol

con

quién.

.

planificar

actuaciones

específicas

de

evaluación.

cuáles,

con

quién,

con

qué instrumentos

y

materiales,

etc.

.

Analizar

la

nueva

información,

verificar

o

desestimar

las

hipótesis

anteriores

para establecer

otras

nuevas.

.Acordarlaspropuestasdecambioytomardecisionesdeajustesenlarespuestaeducativa.

.

Establecer

un

proceso

de seguimiento

para realizar

los

ajustes

dependiendo

de

l¿

evolu-

ción.

llo §60

7/21/2019 evalaución_psicopedagogica

http://slidepdf.com/reader/full/evalaucionpsicopedagogica 4/7I

te

corporar

al Proyecto

curricular

del

ccntro

(Pcc),

despues

de ser recogicl

a

y

analizad;

por

el

profesorado

de un

nivel, de

un ciclo,

desde

la

comisión

pedagógica,

etc.

Haremos

un breve recorrido

por

algunos

de

los aspectos

más

relevp¡tes

qur

acostumbran

a

ser

objeto

de

evaluación

tenirndo

como referente,

una

v&

rnás,

e

cuadro 1.

En

el

contexto

escolar

El aula

Es un

subsistema

dentro

Cel

contexto

escolar

doncle

se

dan situaciones

cle inte.

racción

entre

el

alumnado,

el

profesorado

y

los

contenidos

tle

aprenrJizaje. Es

dondr

se sitúa el

triongulo

Ínteroctivo

(coll,

1999).

Para

facilitar

la

recogicla rle

tiatos

y

e

análisis,

podemos

centrarnos

en

cada unos

de sus

vértices:

"

19.

interoccion

entre

e

qJrupo

de olumnos

y

los

contenidos

clt,

oprendizoje,

Nos

interesará

disponer

de

elementos para

comprender

cómc

ayudar

al

alumno

o

grupo

de

alumnos

lespecto

a lo

que

puede

aprender.

A veces

tendremos quc

evaluar

sus capacidades

hqlricr:§.de

equilibrio per-

sorral,

cognitivas,

de

relación

interpersunal y

dc,

inscrcirin

social)

y

sus

níve"

les

de competencia

pai'a

ver cómo favurecen

o clificultan

sus

adquisicione:

en el

contexto

escolar

y

farniliar

que

lo

rodea.

Se

pondrá

especial

énfasis

en su

estilo de aprendizaje:

cómo

puede

apren-

der

mejor.0ué

condiciones

personales

y

del

entorno

le facilitan rl

aprendl-

za.je.

cómo

integra

los nuevos

conocirnientos

en su

estruclura

cognoscitiva

y

cómo utiliea

de forrna

funcional

sus

aprendizajes

haciéndolos

siqnif

icati-

vos.

Cómo

analiza

el alumnado

su

propia

actividad

de aprender,

qué

sentido

tienen

para

él los

contenidos que

se lc

presentan

y

con

qué

grado

de

moti-

vación

y

autonomía

los

afrc¡nta.

Oué

actitud

muestra

delante de

los con^

.

flictos

cognitivos

(Piagrt,

1

983);

si le significarr

un reto

o una dificultad,

etc.

Nos

pre"

zaje.

ción

didáctica.

si estas

ayudas

perrniten

que

el alumnado

alcance

los nuevos

con-

tenidos

de

aprendizaje

yfavorecen

la autonomía

del

alunrno

o,

por

el contra-

rio, lo

mantienen

en un

estado de

continua

dependencia.

Es importante

conocer

si la

intervención

educativa

está desarrollando

o rrt;

la formación

de

un autoconcepto positivo

en

el alumnado

y

una

dinámica

de

grupo

cohesionada.

será

también importante

constatar las

expectativas

del

profesorado

respecto

al aprerrdizaje

de un

alumno

o una alumna

en

parti,

cular

y

del

grupo

en

general,

esí

como

si

su estilo

docente

contempla el

estilo

de aprendizaje

del alumnado que

integra

el

grupo,

ofreciendo cami-

.

nos

y

ayudas que

faciliten

el

aprendizaje

de

todos

los

alumnos.

e

oprendizoje.

En mu-

referida a la

progra-

mación

y

especialmente a cómo

ésta se

aplica en el aula.

Cómo se

abordan

EÉ4

19

7/21/2019 evalaución_psicopedagogica

http://slidepdf.com/reader/full/evalaucionpsicopedagogica 5/7

losdiferentestiposdecontenidos;sisutratamientoaseguraeldesarrollode

las

capacidades

alumnado

y

si

su

secuenciación

favorece

el

aprendizaje.

si

la

metodologir.r.J..rra,

para

atender

la

diversidad

de

ritmos

y

estilos

de

aprendizaje

oe

iás

alumnos;

qué

recursos

humanos'

materiales

y

funcio-

nales

se

utilizan

V

t'

g"Ao

de

adecuación

para

el

alumno

o

Ia

a'lumna

en

concreto

o

pr,, toj*llios

de

tcuerdo

con

las

intenciones

educativas'

Tam-

bién

se

analiza,a

tá'o

tt

toncreta

la evaluación en el aula'

Si se

realiza

en

los

momentos

¡

del

aprendizaje'

Si

tiene'u,na

fun-

ción

regulador

en

la

propia

práctica'

Hab.rá

que

contemplar

el

g

ogramación

del

aula

en

relación

con

el

alumnado

Y

Centro

[PCC)'

El

centro

educativo

Forma

parte

de

un

sistema

más

amplio

que lla.mamos

srstemo

educotivo'Su

as-

pectoinstitucionalhacequeseaunsistemaorgan¡zadointernamente'peroconSu.

ficiente

autonomía

para modificar

aspectos

que

comporten

cambios

y

situaciones

de

"rotEi

conocimiento

de

la

organizáción

y

funcionamiento

interno

del

centro

en

todo lo

que

hace

,.t.,.ntil

t

t'ot

"p

s institucionales

y

educativos

es

informa-

ción

relevante

para la

toma

de

decisio

de

intervención

ajustados'

También

lo es

c

tentes

sobre

la

detección

de

necesidades

vas

y

me

ón de

la

div

Proyecto

(PEC)

Y

cómr

del

Centr

disponer

de

conocimiento

de

la

estructura

organtza'

tiva

del

centro

en

el

momento

de

identificar

necesidades

y poner

en

funcionamien-

toprocesosdeevaluacióninternanospermiteparticipardesdenuestraexperiencia

profesional

en

los

posibles

camb¡os

instituclonales'

En

el

contexto

familiar

El

contexto

rrr¡ri,i'Jt

Jánde

procede

el alumnado'

lo

ha

dotado

de

unos

re-

ferentesqueaportaalaescuelaparaestablecerlosprimeros.lazos-conunnu€Vocon-

texto.

La

familia

es et

piir.'

núcleo

de

socialización de los niños

y

favorece,

en

,ryo,

o

menor

grado'

las

interacciones

para

la

inserción

escolar

y

social'

La información

qr.i. ,..og.

en lai

entrevistas

con

los

padres

o

familiares

cer-

canos,

y

la

que

pueden

aportar

otros

pr

cómo

se

organiza

el

entorno

familiar

pautas

educativas

basadas

en

las

cre

.dr.rt,

los

hijos,

qué

esPeran

de ell

futuro,

etc.,

y

analizarlo

conjuntament

entre

los

objetivos

educativos

escolares

unos

resPecto

a los

otros'

Desde

esta

perspectiva'

es importante

saber

cómo

participan

los

padres

de

la

.*p.ri.n.i,

escolar

,;; hÑ

las

ayudas

que

les

facilitan,

la

relación

que

estable-

cen

con

la

escuela,

la colaboración en

actividadesy

cómo

la

escuela

prevé

y

organi-

tg

20

562

za esta relación,

es decir,

actuaciones

de acogida,

entrevistas

con

los tutores,

canaleri

de comunicacíón que

se establecen

entre

la

esci_¡ela

y

la familia,

etc.

El

análisis compartido

de

esta

información permite

conocer

y

comprender

mejor al

alumnado,

tanto

a la

familia

como al

profesorado,

y

crear

las condiciones para

cornpar-.

tir

criterios

educativos

entre

los

dos contextos.

Será

necesario

hacerlo

en

un clima

de:

idades q

ei

o el

acio

sLl

atisfacci

texto

es

en

un

contexto

social concreto,

en

proceso

de

mutua

interacción.

En

la

evaluación,

ten-

La.S-guela

Y

ta

se

t¡btiene

del

análisis

de

situationes

ordinarias

y

contextualizadas.

Solamente

cuando

este-

análisis

no

nos

proporcione

información

suficiente

para

comprender

la situación

y

tomar de-'

cisiones

ajustadas,

planificaremos

actuaciones

específicas

de

evaluación,

profuncli,

zando en

los aspectos

que

se

tienen

que

complenrentar.

Es

evidente

que

deberemos

qvaluat

todo aquello

que

sea

crítico ante

la necesidad

detectada.

conviene

tener

muy

presente

la

finalidad

que

nós

hemos

propuesto

para

establecer los itinerarios apropiados,

decidir qué

materiales utilizaremos, en qué

si,

tuaciones,

córrro,

con

quién

los

compartirernos

y,

rn

definitiva,

qué

ayudas

introdu-

ciremos

en el

proceso

de

enseñanza-aprendizaje

para

mejorar

los

recursos

ordinarios

y,

si es

necesar¡0, plantear

otros

específicos

con

la «:olaboración

activa

de torlos los

par-

ticipantes

en

el

proceso.

No es

el

objetivo

de este

capitulo profundizar

en los

instrumentos

y/o

materia-

presentes

las

interacciones

ent

lementos

cle

la

situación

qúe

se

eva-

lúa. También

cuando

nos

per

con

el

alumnado,

el

profesorado

y

la

familia

el análisis

de la

situ

lidades

de

cada

uno

para

implicarse

activamente

en

las propuestas

tienen que permitir

avanzar, de un

lado,

en la

mejora de

la respuesta

educativa

en

la

escuela

y

en

la

familia

para

el de-

sarrollo

de los

nirios

y

adolescentes.

Y

de

otro, en

el

aumento

de

la

competencia

per*

sonal

en

el

trabajo

cuando

éste se

lleva

a

cabo

entre

profesionales

y

familia.

Bibliografía

ANDOLFI,

M.

(1991):

Teropio

fomilior. lJn

enfoque

interoccionol.

Barcelona.

paidós.

BASSEDAS, E.

y

otros

(1

989):

/nferve

nció educotivo

i diognóstic

psicopedogógic.

Bar-

celona.

Laia.

Colección

«Ouaderns

de

pedagogia».

21

I

7/21/2019 evalaución_psicopedagogica

http://slidepdf.com/reader/full/evalaucionpsicopedagogica 6/7

y

dar

más

lugar

a

la

reflexión'

Demandas

ilimitadas

ruación

nJf

.¡n

a menudo

la

sensación

de

irrrpotencia

y

desánimo

ante

una

sl.

educativa

que

quien hace

la

demanda

no

se

ve

capaz

de

afrontar'

En

tal

caso'

lo

que

habríanecesidadderesolversevecomounamontañainalcanzable'Enotrasocasio-

puesta asesora

no

tiene

que contener.

lumplir.

Una

buena

estrategia

consi

también

las

extensas

dimensiones

de

I

causas

a

qué

responde

y pedir

que marq

comenzar?»

«¿Oué

dos

alumnos

os

parece

caz

y

sln

almente'

alumnos

unas

sesi

i

la

mitad

de

la

clase

tiene

unos

niveles

tan

rata

de

ver

casos

indlviduales'

sino

de

ajus-

es' Ha9ámoslo'»

Demandas

directas

o

indirectas

Referenteaquíenhacelademanda'unaparteimportante'laformulalamisma

p.rron,

que ha

detectaJo

la

necesidad:

el

tutor

o

la

tutora,

los

padres,

etc.,

que se

handadocuentadenecesidadesnocubiertasenunalumno,seponenencontacto

cuentro.

No

obstante'

hay

demandas

que' si

inciden

con

la

persona

que detecta

la

ne-

complejo

por

la

comprensión

de

la

situa-

ar

el

caio

de

que

el

profesional

que hace

bre

un

alumno

determinado'

pero

que

quien

plantea,

no

vea

la necesidad

o

no

sienta

in-

terés

para

llevar

adelante

el

proceso.

periinente.

lncluso

se

puede

dar

el

supuesto

de

;;

q;i..

originalmente

reaiiza la

dem¿

nda esté interesado en que

otro

se

preocu-

pe, porque si tuviese

que

ser él o elia no

lo

haría.

Y

quien

la

formula

es

posible

que

vea

la

conveniencia de

que

una

persona

astsora intervenga,

pero que

n0 tenga

la

disponibilidad

suficiente

para

implicarse

en

el

proceso.

Son dentandas fácilmente

destinadas

al

fracaso.

En todo caso,

el

asesor

t¡ene

que

escuchar

en

dlrecto

la demanda de

quien

su-

puestamente

está implicado cón el alumno

o debe

ilevar a la

práctica

el

proceso

con-

secutivo

a

la

demanda

y

verbalizar

la

dtrnanda

recit¡ida

por

otro

profesional

del

centro.

Esta

comunicación

es básica

para

recon0cer

la

necesidad, el

interés, el

deseo

y

las expectativas

de

cada

uno

de los

irnplicados. Rtconocimicnto

que

ticne

que

fa-

cilitar

el

proceso

más

adecuado en cada caso

y

el

Erado

de

implicaclórt de

cada cual,

con

los límites

que

comporta

no

sentir necesidad, ni

interés, ni

deseo

ni expectativas

en el abordaje

de un

caso.

Ausencia

de demandas

Un análisis

de la

demanda

en nirrgún

caso

podría

pasar

por

alto

fa

pregunta

sobre el

significado de

la ausencia

de der¡anda,

Es

tan fundamental

etttender

el

por-

qué

de

cada

una de

las acciones

cr.¡municativas

que

se

dirigen al asesor

para

que

in-

tervenga en

un

caso con sus recursos,

como complender las sitr"¡aciones

donde

no

se

da esta denranda. Entre

otros motivos, potque

es muy

frecuente.

La

ausencia

de

la

demanda

de asesoramiento

en alumnedo

que

manifiesta dificultades

proviene

de

la confluencia de

distintos

factores,

entre los

que podemos

citar

los

siguientc¡

Puede darse

porque

no se

ve la

necesidad

de

la intervención de un

asesort

una

asesora, aun

cuando

no se

dispongan de los

recursos

suficientes

para

dar

respuesta

a las

necesidades

educativas

de un

alumno

concreto.

El

esesoramiento

a centlos

está

aún

en sus

inicios; la

generación

anterior a

la

nuestra casi no lo había conocido

de modo

generalizado.

En los

centros

de

secundaria,

aún

menos.

Venimos de una tradiciÓn

que

habitualmente no cohtaba

con el aporte directo

de

profesionales

de

la

psicología,

la

pedagogia

o

el

trabajo

soclal

para

dar

respuesta a las necesidades diferenciadas

de

Ios

alumnos.

Por

lo

tanto,

en ocasiones,

seguimos llevando

la targa de

una tradiciÓn

en la cual

la

enseñanza

ni

se

planteaba

la atención a la

diversidad,

ni tenía

presente

el

asesoramiento

psicopedagógico

como

recurso

educativo"

Tipificando

esta situa-

ción, podríamos decir que no habría demanda porque no

tiene

lugar en

la

cultura

del

centlo

y, por

lo tanto,

no

se

plantea.

Sin ernbargo,

hemos

podido

observar

que

a

vetes la

ausencia de demanda

se

debe

a una resistencia

activa a dejar entrar en

los centros el

modelo

de tducación

comprensiva,

debido a una

concepción elitista o discrirnirtadora

que

prctendcria

que

estudiasen

sólo los

«buenos»,

aquellos alumnos

que

tienen

más facilidad,

y

lr"rs

otros,

que quedasen

fuera del sistema ordinario

educativo, en una situac¡ón

menos

califi-

tada. En tal caso,

la

no

demanda

no

se

tendría

que

entender

en

tcrminos

de no

plan-

tealse

la ayuda de los

profesionalcs

asesores, sino como una

resistencia activa,

más

o

menos

encubierta,

a

reconocer el

derecho a

la

educación

para

todos,p

a

aceptar

la

responsabilidad

de

dar

respuesta

adecuada

a la diversidad

del alurnnado.

5e

rechazaría

el asesoramiento

porque

refuerza

la ateirción a la diversidad;

los

asesores

seríanros

los

representantes

de

un modelo

que

se rechaza.

Alguna

vez

la no

denlanda

debe

en-

tenderse

ccmo

una

manera

de

procurar que nadie nrodifique nada del funciona-

llg

40

565

+tl

7/21/2019 evalaución_psicopedagogica

http://slidepdf.com/reader/full/evalaucionpsicopedagogica 7/7

miento

de

un

centro

que no

acoge

la

diversidad'.o

si

la

acoge'

no

la

atiende

adecua-

damente.

La

no

demand;';t;;";;anifestación

más

o

menos

encubierta

de

re-

chazo

a

un

sistema

.or.rtiro

pria

todos.

Er

tar

caso,

más

que no

planteársela

es

un

ia

or

"j

,'

"i",l.,t?r;oo

ra

ausencia

de

demanda

está

vinculada

a

actitudes

generales

de

de-

s

d

n

i

m o

e

n

el

tra

baj

o,

.;

; d

"

;;;i;

i''

p;

""

t::

,x:

rTffi:,X

i'"t:il9,

l;:11i:

El

profesional

«quemado»

con

frecuencta

gogia.

ñ.áo

qr. manifiesta

necesidades

hecho

de

que el

docente

disPon-

s

dificultades

que

tales

casos

comportan;

pronóstico'

.-- i^

^,,^r:^i+^v

rac rtemañdeq Hemos

definido

Ya

hemos

comentado

las

maneras

de

explicitar

las

demandas'

Hemo

:nta

en

las

relaciones

de

cooperación

entre

nás

fácil

una

respuesta

exitosa'

Si

bien

a

veces

no

es

posible

llegar

a

entender

el

porfué

de

la

forma

como

recibimos

las

demandas'

la

mayor

parte

de

l"

u"tt'

q"

no'

incontramos con una

demanda

formulada

de

morJo

clisfuncional,

podemos

obtener cierta

comprensión

sobrc

los factores

que

ha

en

la

base.

En

todos

los centros

edLlcativos

existe urt cierto

tipo

de

demandas

que

tiene

tendencia

a

repetirse,

porque

las fortnulan

lo-s mismos

profesionales,

al responder

una

forma de

actuar

caracteristica

de

la institución,

a

una

rjinámica

propia. Conn

hemos

expuesto

al inicio, también

el asesor

forrna

parte consti$ytnte

de las

dt

mandas que

se

formulan

en

loS

centlóS educativos.

Su saber,

su manera

de

actuar,

r

contacto

que

establece con

tos docentes,

etc. Condicionan,

en

parte, las demancl¿

que

recibe.

El

análisis

de las dernandas,

en

gen<-:raly

de

esas

que se repiten,

en

part

cular,

nos

debe

permitir

conocer

algunas de

lás caracteristicas

de la

institució

educativa

en

Ia

que

trabajamos.

El asesor

deLre

contribuir

desde

su

rol

a ofrecer

u

mejor

conocimiento

del funcionamiento

de

la

institución

escolar.

Desde

el

anállsis

ri

lo

que pide

la

institución

escolar,

de

lo

que

no

pide, de cómo

lo

pide,

cuándo,

quié

y

con

qué

finalidad,

podemos

colaborar

con los docentes

a acerc¿rnos

a

un tipo

ci

funcionamiento

que

suponga

una

mejora en

la atención al

alumnado

con

nectsid¡

des

educativas

especiales

y

a todo él en

gentral.

La

reformulación conjunta

de

la

demanda

y

la organización

de

la respuesta

La detección

inicial de una

necesidad se

ha convertldo

en

demanda.

La

persor

asesora

la

escucha

atentamente

pará

enmarca¡'la

con

precisión, a fin

de

saber

si

nt

piden que

les

escuchemos,

que

demos

nuestra

opirrión,

que

ayudémos

a valorar

u

aspecto

concreto,

un

área determinada,

los

aprendizajes

en

general,

la

vida

enrocit

nal,

que

los

ayudemos

a adecttar

el currfculo,

que

los

orietttemos

cómo

trabajar

cc

su

fanrilia,

que

les OfrezCamos

herramientas

para protegerse, etc.

Asimismo,

esct

cha se

ha

puesto

al servicio

de identificar

el

porqué

de

la demanda:

¿Por

obligació

áunque

sin interés?

¿Por

obligación,

a

pesar

de no

sentirla

út¡l?

¿Porque

provoca ml

lestar la situación?

¿Por

auténtica

voluntad

que

el

alumno

aprt:nda?

¿Por

qué

exi:;t

un

marcado interés por el alumnoT

El

próximo paso

nos ácerca

más a

la

propuesta de acción

conjunta,

que ir

cluye

a

qu¡en expresa

la

demanda

y

a

quien

la

recibe" Esta

propuesta

debe

part

de la demanda,

pero

la concreción

no

puede

ser

otra

que

un constructo,

fruto

t

los

pasos

descritos

con

anterioridad.

Las intenciones

o

necesidades

del dem¡r

dante se tíenen

que

cruzar Qon

la

visión

y

las

posibilidades

del

asesor,

para

llcqi

a un acuerdo

que

implicará

a ambas

partes.

[l

asesor

puede acabar

diciendo,

pi

ejemplo:

«¿Oué

tal si hacemos.,.?»

«Por

lo

que

dices, una

posibilidad

seria...»

Y aq

interviene

de nuevo el demandante.

La

demanda inicial,

formulada

por

éste,

esr:t

chada

por el asesor;

analizada,

valorada

y

ubicada

en su

contexto,

se

clarifica,

I

concreta,

se amplia,

se

cambia,

toma

forma,

a

partir

de

su reformulaciórt.

Podemr

afirmar

pues

que

reformular

la

demanda

consiste

en adecuarla

a la

problemátit

que prevemos

para

que

la respuesta

genere

canrbios

con

relac¡ón

a

la situación

qt

se

nos plantea.

I

t.

&-.

r

2

§6&