Europa denuncia segregacion en las aulas

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LOLA GARCÍA-AJOFRÍN “Respetar, aceptar y apreciar la diversidad”. La UNESCO, en su Declaración de Principios sobre la Tolerancia, de 16 de noviembre de 1995, utilizaba esas tres palabras para definir un término impres- cindible para la convivencia en las sociedades contemporáneas: la tolerancia. Una década y me- dia después, el IV informe sobre España de la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI) revela que eso no se está cumpliendo en todas las escuelas españolas. No se respeta, porque según este estudio, las manifestaciones xenófobas entre adolescentes es- tán proliferando; no se acepta, porque esta comisión revela que han recibido informes constantes de la existencia de lo que deno- minan “escuelas gueto” de niños inmigrantes o gitanos en algu- nas partes del país y de “prácticas discriminatorias en el proceso de admisión, que permiten a los cole- gios concertados seleccionar a sus alumnos”; y no se aprecia, porque el plan de estudios obligatorio no incluye la historia, la cultura y las tradiciones de las minorías que contribuyeron a la construcción de la historia del país. La ECRI, en concreto, se refiere al pueblo gita- no, aunque otros grupos como los afrodescendientes españoles tam- bién reclaman su espacio en los libros de texto. El estudio, una radiografía re- ciente sobre el racismo en España en todos sus ámbitos: mecanismos legales, plan de derechos humanos, discriminación, opinión y discur- so público, violencia racista, gru- pos vulnerables, conducta de los agentes del orden, vigilancia del racismo y sensibilización; en ma- teria de enseñanza, hace recomen- daciones a España, en concreto, sobre estas tres cuestiones: proce- so de admisión, apoyo lingüístico y visibilidad de las minorías. Sobre la distribución desigual de los niños inmigrantes, la ECRI echa mano de la LOE, que recoge casi palabra por palabra esta reco- mendación: “La escolarización en centros públicos y privados con- certados debe garantizar una ade- cuada y equilibrada distribución entre los centros escolares de los alumnos con necesidad de apo- yo educativo”. “Eso no se está ha- ciendo”, asegura al teléfono Abdel Hamid Beyuki, representante de España en el Comité contra el Ra- cismo y la Intolerancia. “En el ám- bito educativo, la ECRI reitera que es el proceso de admisión el que está fallando en España”, asegura, “y sobre esto insistimos en llamar la atención a los gobiernos”. Ma- rroquí de cuna, español de adop- ción, Beyuki conoce bien la reali- dad española, con la perspectiva del local y el inmigrante. Reside en el país desde 1984, cuando escapó de Marruecos al ser condenado a 30 años de cárcel por sus ideas políticas, durante la dictadura del régimen de Hassan II. “Son muchos los avances que se han hecho en este país en el ámbito de la tolerancia en los úl- timos años”, afirma. El represen- tante español de la ECRI se refiere, en concreto, a lo que concierne al campo legislativo, “y así lo celebra este cuarto informe”. De hecho, él es el primer inmigrante en Espa- ña nombrado en un puesto ofi- cial para representar al Gobierno de Madrid en el seno de la Unión Europea, antes lo había ocupado el filósofo Fernando Savater; pero, también reconoce que “hay mu- cho que pulir todavía”. El objetivo de este informe es denunciar las irregularidades para que se tomen medidas. “Nuestra principal pre- ocupación es que se conozca la realidad, para que se pueda pasar a la acción”, reconoce. Por ello, se ha encargado personalmente de enviar el documento a cada ONG, Administración e, incluso, diputa- do español, uno por uno. “Nadie puede darse por no enterado”, iro- niza; aunque, de momento, reco- noce que desde el Ejecutivo, nadie se ha pronunciado. Mónica Chamorro, directora del departamento de Educación de la Fundación Secretariado Gi- tano, asegura que los centros que la ECRI califica como ‘escuelas gueto’ responden muchas veces a una segregación residencial que se da en algunos barrios, pero tam- bién a la agrupación por niveles educativos que realizan algunos colegios, donde quedan relegados muchos alumnos gitanos, que tie- nen un desfase curricular impor- tante con respecto a otros grupos. “Esto limita a estos alumnos, por- que primero, dejan de relacionarse con los compañeros de otros gru- pos culturales, y segundo, pueden verse afectados con la consiguien- te falta de oportunidades”, asegura Chamorro. En la asociación Movimien- to contra la Intolerancia, para su presidente, Esteban Ibarra “lo más importante del informe de la ECRI es que está señalando deficiencias” y califica el estudio como “demo- ledor”. El paso a la acción lo deben dar otros. Ibarra apunta una serie de medidas que podrían solventar España 6 ESCUELA Núm. 3.894 (246) 17 de febrero de 2011 Un informe de la ECRI advierte sobre la distribución desigual de niños inmigrantes en los colegios y “las prácticas discriminatorias en la admisión” Europa denuncia segregación en las escuelas españolas Asociar inmigración con bajos resultados en una práctica además de perversa, errónea. Así lo reconoce el informe del Ministerio de Educación de 2010, El rendimiento educativo del alumnado inmigrante analizado a través de PISA 2006, dirigido por Jorge Calero y en el que han participado Álva- ro Choi de Mendizábal y Sebastián Waigrais, en el que se evidencian “elementos relevantes, que no necesariamente están relacionados con la presencia de inmigrantes”. El es- tudio llama la atención sobre el contexto sociocultural de la familia, que constituye el conjunto de variables fundamen- tales que inciden de forma más intensa en el rendimiento educativo de los jóvenes. Esto “muestra que la desigual- dad en los resultados está en buena medida basadas en desigualdades previas”. Así, por ejemplo, se constata que mientras prácticamente la mitad de los alumnos nacionales de 15 años dispone en sus hogares de una biblioteca su- perior a 100 libros, dicha proporción es tan solo del 18,5% para sus homólogos de origen inmigrante. El estudio también informa del escaso número de niños inmigrantes que asisten a centros privados y ase- gura que “si todos los centros escolarizaran a estudiantes idénticos, no diferenciados, los centros privados obten- drían peores resultados que los públicos”. En PISA 2006, en Ciencias, los alumnos de origen inmigrante se situaron casi 60 puntos por debajo de la media de los españoles (493,6 frente a 434). El contexto pesa más que el origen U na y otra vez las eva- luaciones y los índices alcanzados nos sitúan en los primeros puestos de Euro- pa en fracaso escolar. Hace unos meses el Informe PISA y ahora recientemente, la comisaria Eu- ropea de Educación, Androulla Vassiliou, lo cifraban en el 31,2%, es decir, casi uno de cada tres alumnos españoles fracasan. No creo que necesitemos más evaluaciones, sino soluciones. Los que pierden realmente son los alumnos, sus familias y la sociedad en general, dado que el sistema educativo no sabe cómo retenerles, siendo expulsados de la escuela o haciéndoles repetir, como si ellos fueran los culpables, convirtiéndo- les en víctimas inocentes. Muchos evocan lo que se ha hecho en el pasado, las decisiones tomadas, los resultados alcanza- dos. Vemos que todos los niños/as españoles están escolarizados. Pero debemos mirar con urgen- cia al futuro. Las soluciones del ayer no logran el éxito, y debemos afrontar ese futuro con humildad. Solo así nos capacitaremos para aprender de otros, para incorpo- rar a nuestro sistema educativo aquellos conocimientos y buenas prácticas que posibiliten una me- jora significativa, continuada y de calado, que logre mayor éxito. No perdamos el tiempo en buscar culpables, es una respon- sabilidad compartida. En muchos países han descubierto que “la educación es cosa de todos” y todos los sectores, organismos y agentes de la sociedad se han puesto a trabajar para mejorar la educación, para que los profeso- res enseñen mejor y tengan los recursos adecuados para ello y para tutorizar, apoyar y atender los diferentes niveles y ritmos de aprendizaje; para que los alumnos estén motivados y participen más activamente en su proceso de aprendizaje y realicen el esfuerzo que requiere; para que el sistema educativo sea más atractivo, com- petitivo, flexible, orientativo y con los apoyos adecuados, capaces de encauzar a los alumnos en función de sus competencias e intereses y capaces de recuperar a los que fracasan o quieren abandonar. Todos, profesores, alumnos, familias, administraciones, patro- nales, servicios sociales, medios de comunicación, etc. han de trabajar conjuntamente y asumir la responsabilidad y compromiso que corresponde a cada uno para rebajar esas cifras. Mirar al futuro JUAN ANTONIO OJEDA Secretario General de EC “No hacen falta criterios de admisión perversos para segregar; las elevadas cuotas de comedor, actividades extraescolares o el precio del uniforme se encargan de discriminar por sí solos”, asegura Ibarra

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La ECRI sostiene que se está produciendo discrimiacion en el proceso de admision de los niños inmigrantes

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LOLA GARCÍA-AJOFRÍN

“Respetar, aceptar y apreciar la diversidad”. La UNESCO, en su Declaración de Principios sobre la Tolerancia, de 16 de noviembre de 1995, utilizaba esas tres palabras para defi nir un término impres-cindible para la convivencia en las sociedades contemporáneas: la tolerancia. Una década y me-dia después, el IV informe sobre España de la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI) revela que eso no se está cumpliendo en todas las escuelas españolas.

No se respeta, porque según este estudio, las manifestaciones xenófobas entre adolescentes es-tán proliferando; no se acepta, porque esta comisión revela que han recibido informes constantes de la existencia de lo que deno-minan “escuelas gueto” de niños inmigrantes o gitanos en algu-nas partes del país y de “prácticas discriminatorias en el proceso de admisión, que permiten a los cole-gios concertados seleccionar a sus alumnos”; y no se aprecia, porque el plan de estudios obligatorio no incluye la historia, la cultura y las tradiciones de las minorías que contribuyeron a la construcción de la historia del país. La ECRI, en concreto, se refi ere al pueblo gita-no, aunque otros grupos como los afrodescendientes españoles tam-bién reclaman su espacio en los libros de texto.

El estudio, una radiografía re-ciente sobre el racismo en España en todos sus ámbitos: mecanismos legales, plan de derechos humanos, discriminación, opinión y discur-so público, violencia racista, gru-pos vulnerables, conducta de los agentes del orden, vigilancia del racismo y sensibilización; en ma-teria de enseñanza, hace recomen-daciones a España, en concreto, sobre estas tres cuestiones: proce-so de admisión, apoyo lingüístico y visibilidad de las minorías.

Sobre la distribución desigual de los niños inmigrantes, la ECRI echa mano de la LOE, que recoge casi palabra por palabra esta reco-mendación: “La escolarización en centros públicos y privados con-certados debe garantizar una ade-cuada y equilibrada distribución entre los centros escolares de los alumnos con necesidad de apo-yo educativo”. “Eso no se está ha-ciendo”, asegura al teléfono Abdel Hamid Beyuki, representante de España en el Comité contra el Ra-cismo y la Intolerancia. “En el ám-bito educativo, la ECRI reitera que es el proceso de admisión el que está fallando en España”, asegura, “y sobre esto insistimos en llamar la atención a los gobiernos”. Ma-rroquí de cuna, español de adop-ción, Beyuki conoce bien la reali-

dad española, con la perspectiva del local y el inmigrante. Reside en el país desde 1984, cuando escapó de Marruecos al ser condenado a 30 años de cárcel por sus ideas políticas, durante la dictadura del régimen de Hassan II.

“Son muchos los avances que se han hecho en este país en el ámbito de la tolerancia en los úl-timos años”, afi rma. El represen-tante español de la ECRI se refi ere, en concreto, a lo que concierne al campo legislativo, “y así lo celebra este cuarto informe”. De hecho, él es el primer inmigrante en Espa-ña nombrado en un puesto ofi -cial para representar al Gobierno de Madrid en el seno de la Unión Europea, antes lo había ocupado el fi lósofo Fernando Savater; pero, también reconoce que “hay mu-

cho que pulir todavía”. El objetivo de este informe es denunciar las irregularidades para que se tomen medidas. “Nuestra principal pre-ocupación es que se conozca la realidad, para que se pueda pasar a la acción”, reconoce. Por ello, se ha encargado personalmente de enviar el documento a cada ONG, Administración e, incluso, diputa-do español, uno por uno. “Nadie puede darse por no enterado”, iro-niza; aunque, de momento, reco-noce que desde el Ejecutivo, nadie se ha pronunciado.

Mónica Chamorro, directora del departamento de Educación de la Fundación Secretariado Gi-tano, asegura que los centros que la ECRI califi ca como ‘escuelas gueto’ responden muchas veces a una segregación residencial que se da en algunos barrios, pero tam-bién a la agrupación por niveles educativos que realizan algunos colegios, donde quedan relegados muchos alumnos gitanos, que tie-nen un desfase curricular impor-tante con respecto a otros grupos. “Esto limita a estos alumnos, por-que primero, dejan de relacionarse con los compañeros de otros gru-pos culturales, y segundo, pueden verse afectados con la consiguien-te falta de oportunidades”, asegura Chamorro.

En la asociación Movimien-to contra la Intolerancia, para su presidente, Esteban Ibarra “lo más importante del informe de la ECRI es que está señalando defi ciencias” y califi ca el estudio como “demo-ledor”. El paso a la acción lo deben dar otros. Ibarra apunta una serie de medidas que podrían solventar

España6 ESCUELA Núm. 3.894 (246) 17 de febrero de 2011

Un informe de la ECRI advierte sobre la distribución desigual de niños inmigrantes en los colegios y “las prácticas discriminatorias en la admisión”•

Europa denuncia segregación en las escuelas españolas

Asociar inmigración con bajos resultados en una práctica además de perversa, errónea. Así lo reconoce el informe del Ministerio de Educación de 2010, El rendimiento educativo del alumnado inmigrante analizado a través de PISA 2006, dirigido por Jorge Calero y en el que han participado Álva-ro Choi de Mendizábal y Sebastián Waigrais, en el que se evidencian “elementos relevantes, que no necesariamente están relacionados con la presencia de inmigrantes”. El es-tudio llama la atención sobre el contexto sociocultural de la familia, que constituye el conjunto de variables fundamen-tales que inciden de forma más intensa en el rendimiento educativo de los jóvenes. Esto “muestra que la desigual-dad en los resultados está en buena medida basadas en

desigualdades previas”. Así, por ejemplo, se constata que mientras prácticamente la mitad de los alumnos nacionales de 15 años dispone en sus hogares de una biblioteca su-perior a 100 libros, dicha proporción es tan solo del 18,5% para sus homólogos de origen inmigrante.

El estudio también informa del escaso número de niños inmigrantes que asisten a centros privados y ase-gura que “si todos los centros escolarizaran a estudiantes idénticos, no diferenciados, los centros privados obten-drían peores resultados que los públicos”. En PISA 2006, en Ciencias, los alumnos de origen inmigrante se situaron casi 60 puntos por debajo de la media de los españoles (493,6 frente a 434).

El contexto pesa más que el origen

U na y otra vez las eva-luaciones y los índices alcanzados nos sitúan

en los primeros puestos de Euro-pa en fracaso escolar. Hace unos meses el Informe PISA y ahora recientemente, la comisaria Eu-ropea de Educación, Androulla Vassiliou, lo cifraban en el 31,2%, es decir, casi uno de cada tres alumnos españoles fracasan.

No creo que necesitemos más evaluaciones, sino soluciones. Los que pierden realmente son los alumnos, sus familias y la sociedad en general, dado que el sistema educativo no sabe cómo retenerles, siendo expulsados de la escuela o haciéndoles repetir, como si ellos fueran los culpables, convirtiéndo-les en víctimas inocentes.

Muchos evocan lo que se ha hecho en el pasado, las decisiones tomadas, los resultados alcanza-dos. Vemos que todos los niños/as españoles están escolarizados. Pero debemos mirar con urgen-cia al futuro. Las soluciones del ayer no logran el éxito, y debemos afrontar ese futuro con humildad. Solo así nos capacitaremos para aprender de otros, para incorpo-rar a nuestro sistema educativo aquellos conocimientos y buenas prácticas que posibiliten una me-jora signifi cativa, continuada y de calado, que logre mayor éxito.

No perdamos el tiempo en buscar culpables, es una respon-sabilidad compartida. En muchos países han descubierto que “la educación es cosa de todos” y todos los sectores, organismos y agentes de la sociedad se han puesto a trabajar para mejorar la educación, para que los profeso-res enseñen mejor y tengan los recursos adecuados para ello y para tutorizar, apoyar y atender los diferentes niveles y ritmos de aprendizaje; para que los alumnos estén motivados y participen más activamente en su proceso de aprendizaje y realicen el esfuerzo que requiere; para que el sistema educativo sea más atractivo, com-petitivo, fl exible, orientativo y con los apoyos adecuados, capaces de encauzar a los alumnos en función de sus competencias e intereses y capaces de recuperar a los que fracasan o quieren abandonar.

Todos, profesores, alumnos, familias, administraciones, patro-nales, servicios sociales, medios de comunicación, etc. han de trabajar conjuntamente y asumir la responsabilidad y compromiso que corresponde a cada uno para rebajar esas cifras.

Mirar al futuro

JUAN ANTONIO OJEDA

Secretario General de EC

“No hacen falta criterios de admisión perversos para segregar; las elevadas cuotas de comedor, actividades extraescolares o el precio del uniforme se

encargan de discriminar por sí solos”, asegura Ibarra