Estudio-vida de Genesis - zoeradio.netzoeradio.net/pdf/Estudio-Vida de Génesis.pdf · oportunidad...

1165
Estudio-vida de Genesis CONTENIDO 1. GENESIS: ESQUEMA GENERAL Y PENSAMIENTO CENTRAL 2. LA REBELION Y LA CORRUPCION DE SATANAS 3. DIOS RESTAURA Y CREA ALGO MAS (1): EL PROCESO 4. DIOS RESTAURA Y CREA ALGO MAS (2): EL PROCESO 5. LAS LUMBRERAS DEL CUARTO DIA (UN PARENTESIS) 6. DIOS RESTAURA Y CREA ALGO MAS (3): EL PROPOSITO 7. DIOS RESTAURA Y CREA ALGO MAS (4): EL PROPOSITO 8. DIOS RESTAURA Y CREA ALGO MAS (5): LA MAXIMA CONSUMACION 9. DIOS RESTAURA Y CREA ALGO MAS (6): LA MAXIMA CONSUMACION 10. EL PROCEDIMIENTO QUE DIOS USA PARA CUMPLIR SU PROPOSITO (1) 11. EL PROCEDIMIENTO QUE DIOS USA PARA CUMPLIR SU PROPOSITO (2) 12. LA TRANSFORMACION PARA LA EDIFICACION EN EL FLUIR DE VIDA 13. LOS DOS ARBOLES (1) 14. LOS DOS ARBOLES (2) 15. LA LINEA DE LA VIDA EN LAS ESCRITURAS 16. LA LINEA DEL CONOCIMIENTO A LO LARGO DE LAS ESCRITURAS 17. DIOS SE FORJA COMO VIDA EN EL HOMBRE 18.LA PRIMERA CAIDA DEL HOMBRE 19. DIOS AFRONTA LA PRIMERA CAIDA DEL HOMBRE (1) 20. LA SERPIENTE, LA MUJER Y LA SIMIENTE DE LA MUJER 21. DIOS AFRONTA LA PRIMERA CAIDA DEL HOMBRE (2) 22. LA SEGUNDA CAIDA DEL HOMBRE (1) 23. CAIN Y ABEL 24. LA SEGUNDA CAIDA DEL HOMBRE (2) 25. LA SEGUNDA CAIDA DEL HOMBRE (3) 26. LA MANERA DE ESCAPAR DE LA CONSECUENCIA FINAL DE LA CAIDA DEL HOMBRE 27. LA TERCERA CAIDA DEL HOMBRE 28. LA MANERA DE SALVARSE DE LA TERCERA CAIDA DEL HOMBRE (1) 29. LA VIDA Y OBRA QUE CAMBIO LA ERA 30. LA MANERA DE SALVARSE DE LA TERCERA CAIDA DEL HOMBRE (2) 31. SALVOS POR MEDIO DEL AGUA 32. LA VIDA EN RESURRECCION (1) 33. LA VIDA EN RESURRECCION (2) 34. LA VIDA EN RESURRECCION (3)

Transcript of Estudio-vida de Genesis - zoeradio.netzoeradio.net/pdf/Estudio-Vida de Génesis.pdf · oportunidad...

  • Estudio-vida de Genesis

    CONTENIDO

    1. GENESIS: ESQUEMA GENERAL Y PENSAMIENTO CENTRAL 2. LA REBELION Y LA CORRUPCION DE SATANAS 3. DIOS RESTAURA Y CREA ALGO MAS (1): EL PROCESO 4. DIOS RESTAURA Y CREA ALGO MAS (2): EL PROCESO 5. LAS LUMBRERAS DEL CUARTO DIA (UN PARENTESIS) 6. DIOS RESTAURA Y CREA ALGO MAS (3): EL PROPOSITO 7. DIOS RESTAURA Y CREA ALGO MAS (4): EL PROPOSITO 8. DIOS RESTAURA Y CREA ALGO MAS (5): LA MAXIMA CONSUMACION 9. DIOS RESTAURA Y CREA ALGO MAS (6): LA MAXIMA CONSUMACION 10. EL PROCEDIMIENTO QUE DIOS USA PARA CUMPLIR SU PROPOSITO

    (1) 11. EL PROCEDIMIENTO QUE DIOS USA PARA CUMPLIR SU PROPOSITO (2) 12. LA TRANSFORMACION PARA LA EDIFICACION EN EL FLUIR DE VIDA 13. LOS DOS ARBOLES (1) 14. LOS DOS ARBOLES (2) 15. LA LINEA DE LA VIDA EN LAS ESCRITURAS 16. LA LINEA DEL CONOCIMIENTO A LO LARGO DE LAS ESCRITURAS 17. DIOS SE FORJA COMO VIDA EN EL HOMBRE 18. LA PRIMERA CAIDA DEL HOMBRE 19. DIOS AFRONTA LA PRIMERA CAIDA DEL HOMBRE (1) 20. LA SERPIENTE, LA MUJER Y LA SIMIENTE DE LA MUJER 21. DIOS AFRONTA LA PRIMERA CAIDA DEL HOMBRE (2) 22. LA SEGUNDA CAIDA DEL HOMBRE (1) 23. CAIN Y ABEL 24. LA SEGUNDA CAIDA DEL HOMBRE (2) 25. LA SEGUNDA CAIDA DEL HOMBRE (3) 26. LA MANERA DE ESCAPAR DE LA CONSECUENCIA FINAL DE LA

    CAIDA DEL HOMBRE 27. LA TERCERA CAIDA DEL HOMBRE 28. LA MANERA DE SALVARSE DE LA TERCERA CAIDA DEL HOMBRE (1) 29. LA VIDA Y OBRA QUE CAMBIO LA ERA 30. LA MANERA DE SALVARSE DE LA TERCERA CAIDA DEL HOMBRE (2) 31. SALVOS POR MEDIO DEL AGUA 32. LA VIDA EN RESURRECCION (1) 33. LA VIDA EN RESURRECCION (2) 34. LA VIDA EN RESURRECCION (3)

  • 35. LA VIDA EN RESURRECCION (4) 36. LA CUARTA CAIDA DEL HOMBRE 37. EL SIGNIFICADO DEL LLAMADO DE DIOS 38. EL TRASFONDO Y EL ORIGEN DEL LLAMAMIENTO DE DIOS Y LA

    EXPERIENCIA DE LOS LLAMADOS 39. EL MOTIVO Y LA FUERZA DEL LLAMAMIENTO 40. EL PROGRESO OBTENIDO AL RESPONDER AL LLAMADO DE DIOS 41. VIVIR POR LA FE 42. LA PRUEBA DEL LLAMADO 43. LA VICTORIA DE LOS LLAMADOS 44. CONOCER LA GRACIA PARA CUMPLIR EL PROPOSITO DE DIOS:

    LA SIMIENTE Y LA TIERRA 45. CONOCER LA GRACIA PARA CUMPLIR EL PROPOSITO DE DIOS:

    EL PACTO DE DIOS CON ABRAHAM 46. CONOCER LA GRACIA PARA CUMPLIR EL PROPOSITO DE DIOS:

    LA ALEGORIA DE LAS DOS MUJERES 47. CONOCER LA GRACIA PARA CUMPLIR EL PROPOSITO DE DIOS:

    LA CIRCUNCISION CONFIRMA EL PACTO DE DIOS 48. CONOCER LA GRACIA PARA CUMPLIR EL PROPOSITO DE DIOS:

    LA REVELACION DEL TITULO DIVINO Y EL CAMBIO DE LOS NOMBRES HUMANOS PARA CUMPLIR EL PROPOSITO DE DIOS

    49. CONOCER LA GRACIA PARA CUMPLIR EL PROPOSITO DE DIOS: LA CIRCUNCISION QUE CUMPLE EL PROPOSITO DE DIOS

    50. VIVIR EN COMUNION CON DIOS: LA COMUNION CON DIOS EN EL NIVEL HUMANO

    51. VIVIR EN COMUNION CON DIOS: UNA INTERCESION GLORIOSA

    52. VIVIR EN COMUNION CON DIOS: UN JUSTO DERROTADO

    53. VIVIR EN COMUNION CON DIOS: UNA COLUMNA DE SAL

    54. VIVIR EN COMUNION CON DIOS: LA DESCENDENCIA OBTENIDA POR INCESTO

    55. VIVIR EN COMUNION CON DIOS: LA DEBILIDAD ESCONDIDA Y LA INTERCESION VERGONZOSA

    56. EL NACIMIENTO Y CRECIMIENTO DE ISAAC 57. ISAAC ES OFRECIDO (1) 58. ISAAC ES OFRECIDO (2) 59. MUERTE Y SEPULTURA DE SARA

  • 60. EL MATRIMONIO DE ISAAC, UNA VIDA PRACTICA EN UNIDAD CON EL SEÑOR

    61. EL MATRIMONIO DE ISAAC, UNA FIGURA DE LA BODA DE CRISTO Y LA IGLESIA

    62. SIN MADUREZ EN VIDA 63. HEREDAR LA GRACIA 64. DESCANSAR Y DISFRUTAR 65. UNA DEBILIDAD NATURAL COMO ABRAHAM Y UNA VIDA NATURAL

    COMO JACOB 66. LA ELECCION 67. BAJO LA MANO DE DIOS (1) 68. BAJO LA MANO DE DIOS (2) 69. BAJO LA MANO DE DIOS (3) 70. BAJO LA MANO DE DIOS (4) 71. BAJO LA MANO DE DIOS (5) 72. BAJO LA MANO DE DIOS (6) 73. BAJO LA MANO DE DIOS (7) 74. BAJO LA MANO DE DIOS (8) 75. QUEBRANTADO 76. DESPUES DEL QUEBRANTAMIENTO 77. UNA VISTA PANORAMICA DEL EDIFICIO DE DIOS EN LAS ESCRITURAS 78. TRANSFORMADO (1) 79. TRANSFORMADO (2) 80. TRANSFORMADO (3) 81. TRANSFORMADO (4) 82. TRANSFORMADO (5) 83. TRANSFORMADO (6) 84. TRANSFORMADO (7) 85. EL CONSTRUCTOR DE LAS COLUMNAS: EL HABIL HIRAM (1) 86. EL CONSTRUCTOR DE LAS COLUMNAS: EL HABIL HIRAM (2) 87. TRANSFORMADO (8) 88. LA MANERA DE SER PERFECCIONADOS COMO COLUMNAS 89. TRANSFORMADO (9) 90. TRANSFORMADO (10) 91. TRES COLUMNAS Y UNA TORRE EN LA VIDA DE JACOB 92. LA MADUREZ: EL PROCESO DE LA MADUREZ (1) 93. LA MADUREZ: EL PROCESO DE LA MADUREZ (2) 94. LA MADUREZ: LA MANIFESTACION DE LA MADUREZ (1) 95. LA BENDICION

  • 96. LOS TRASPASOS DE PRIMOGENITURA QUE CONSTAN EN LAS ESCRITURAS

    97. LA MADUREZ: LA MANIFESTACION DE LA MADUREZ (2) 98. LA MADUREZ: LA MANIFESTACION DE LA MADUREZ (3) 99. LA MADUREZ: LA MANIFESTACION DE LA MADUREZ (4) 100. EL SIGNIFICADO ESPIRITUAL DE LA BENDICION PROFETIZADA EN

    CUANTO A JUDA, ZABULON E ISACAR (1) 101. EL SIGNIFICADO ESPIRITUAL DE LA BENDICION PROFETIZADA EN

    CUANTO A JUDA, ZABULON E ISACAR (2) 102. LA MADUREZ: LA MANIFESTACION DE LA MADUREZ (5) 103. EL SIGNIFICADO ESPIRITUAL DE DAN, GAD, ASER Y NEFTALI 104. LA MADUREZ: LA MANIFESTACION DE LA MADUREZ (6) 105. EL SIGNIFICADO ESPIRITUAL DE JOSE Y DE BENJAMIN (1) 106. EL SIGNIFICADO ESPIRITUAL DE JOSE Y DE BENJAMIN (2) 107. EL SIGNIFICADO ESPIRITUAL DE JOSE Y DE BENJAMIN (3) 108. LA MAXIMA CONSUMACION DE LA OPERACION QUE DIOS EFECTUA

    EN LA BIBLIA 109. LA MADUREZ: LA MANIFESTACION DE LA MADUREZ (7) 110. LA MADUREZ: EL ASPECTO REINANTE DEL ISRAEL MADURO (1) 111. EL VIVIR DE JOSE CORRESPONDE A SU VISION 112. LA MADUREZ: EL ASPECTO REINANTE DEL ISRAEL MADURO (2) 113. LA MADUREZ: EL ASPECTO REINANTE DEL ISRAEL MADURO (3) 114. EL SECRETO DE LA LIBERACION Y EXALTACION DE JOSE 115. LA MADUREZ: EL ASPECTO REINANTE DEL ISRAEL MADURO (4) 116. JOSE DISCIPLINA A SUS HERMANOS 117. LA MADUREZ: EL ASPECTO REINANTE DEL ISRAEL MADURO (5) 118. LA MADUREZ: EL ASPECTO REINANTE DEL ISRAEL MADURO (6) 119. LA MADUREZ: EL ASPECTO REINANTE DEL ISRAEL MADURO (7) 120. LA MADUREZ: EL ASPECTO REINANTE DEL ISRAEL MADURO (8)

  • ESTUDIO-VIDA DE GENESIS

    MENSAJE UNO

    GENESIS: ESQUEMA GENERAL Y PENSAMIENTO CENTRAL

    ¡Alabado sea el Señor por la Biblia! ¡Alabado sea el Señor por la vida, la vida divina, la vida eterna, que contiene este libro! ¡Y alabado sea el Señor por habernos brindado la oportunidad de tener un estudio-vida de Su Palabra divina con una congregación tan grande! Si Dios quiere, a partir de hoy, 6 de abril del 1974, continuaremos este estudio-vida que nos llevará por toda la Biblia, libro tras libro, cada fin de semana. Que el Señor nos conceda Su bendita presencia y Su rica unción en todo nuestro estudio.

    UN LIBRO MARAVILLOSO

    La Biblia es un libro maravilloso. ¡Es el “libro” por excelencia! Fueron necesarios 1600 años para terminarlo, empezando con Moisés, el profeta más grande que Dios tuvo, y terminando con el apóstol Juan. La Biblia fue confirmada 300 años más tarde (397 d. de C.) en el concilio de Cartago en el norte de Africa. Poco después, la Iglesia Católica impidió que el pueblo tuviese acceso a la Biblia. La Biblia quedó sellada por casi mil años, desde el siglo sexto hasta el siglo quince. La historia le dio a ese período el nombre de la Edad Media o el Oscurantismo. La sociedad humana cayó en tinieblas porque no tuvo acceso a la Biblia, la cual contiene toda la luz divina.

    Más adelante Dios usó a Martín Lutero para divulgar la Biblia durante la Reforma. Por esos mismos días se inventó la imprenta, que permitió la impresión de la Biblia. Aunque se publicó bastante, la Biblia no quedó muy abierta. Sin embargo, le damos las gracias al Señor por haber abierto Su Palabra repetidas veces mediante muchos maestros destacados en estos últimos cinco siglos. Permanecemos en la senda trazada por ellos y les estamos agradecidos. No obstante, le damos muchísimas gracias al Señor por habernos abierto la Biblia de una manera tan clara, proporcionándonos así un rico estudio-vida de la Palabra viva.

    EL ALIENTO DE DIOS

    ¿Qué es la Biblia? Sabemos que la palabra “Biblia” significa “el libro”. Pero ¿qué es este libro? La Biblia misma dice que “toda la Escritura es dada por el aliento de Dios” (2 Ti. 3:16). La Biblia es el aliento de Dios. No es simplemente la palabra o el pensamiento de Dios, sino Su mismo aliento. Todo lo que exhalamos es nuestro aliento, y este aliento

  • procede de nuestro ser. Por lo tanto, la Biblia, como aliento de Dios, es algo exhalado desde el ser de Dios. La Biblia contiene el elemento mismo de Dios. Todo lo que Dios es se encuentra en este libro divino. Dios es luz, vida, amor, poder, sabiduría y mucho más. Todo eso constituye el ser de Dios y fue exhalado y plasmado en la Biblia. Cada vez que abrimos este libro con un corazón abierto y con un espíritu abierto, podemos tocar inmediatamente algo divino: no sólo pensamientos, conceptos, conocimiento, palabras o frases, sino algo más profundo: tocamos a Dios mismo.

    EL ESPIRITU Y LA VIDA

    El Señor Jesús dijo que las palabras que El pronuncia son espíritu y son vida (Jn. 6:63). ¿Podemos imaginar que la Biblia como Palabra de Dios es el Espíritu? No son simplemente palabras escritas en papel, sino algo más elevado, más profundo, más completo y más rico; son Espíritu y son vida. Y la Biblia nos dice que el Espíritu es Dios mismo (Jn. 4:24) y que la vida es Cristo (Jn. 14:6). No estoy diciendo que la Biblia sea Dios mismo, sino que el Señor Jesús declara que lo dicho en la Biblia es el Espíritu, y el Espíritu es Dios mismo, el Señor, quien es vida para nosotros. Cuando tenemos contacto con la Palabra, tenemos contacto con Dios mismo y recibimos vida, si estamos en la posición correcta y si estamos abiertos en nuestro corazón y espíritu.

    Cuando llegamos a la Palabra divina, prácticamente todo nuestro ser participa. Debemos llegar con un corazón que busca a Dios, con una mente clara y sobria, y con un espíritu abierto. Si abrimos nuestro espíritu a Dios y a Su Palabra, podemos tocarlo a El mismo en cada página impresa. No se trata de leer simplemente con nuestros ojos, de entender con nuestra mente, ni de buscar con nuestro corazón, sino de tocar a Dios en nuestro espíritu. Si ejercitamos todo nuestro ser de esta manera, no sólo recibimos una revelación, sino que algo del elemento divino, revelado y comunicado por Su Palabra será trasmitido en nuestro espíritu. Por tanto, Efesios 6:17-18 dice que debemos recibir “la palabra de Dios ... con toda oración y petición”. Debemos tomar lo que dice la Biblia no sólo leyéndolo y estudiándolo, sino también con toda oración. Debemos leer y estudiar la Biblia con oración, es decir, debemos ejercitar nuestro espíritu para tener contacto con el Señor por medio de la oración hecha con la lectura de la Palabra divina.

    LA REVELACION PRINCIPAL DE LA BIBLIA

    La Biblia revela principalmente la vida. La vida es el punto central de toda la Biblia. Pero ¿qué es la vida o quién es la vida? La respuesta se encuentra en la palabra del Señor Jesús. El dice: “Soy la vida”, y “He venido para que tengáis vida”. La Biblia es la revelación de Cristo como vida. Cada vez que abrimos la Biblia, debemos entender que entramos en contacto con Cristo como vida nuestra.

  • La Biblia entera es un libro de vida, y esta vida es la persona misma de Cristo Jesús, una persona divina y viviente, la cual es nuestra porción. Cuando abrimos la Biblia, debemos entrar en contacto con El. No debemos repetir la triste historia del pueblo judío que escudriñaba las Escrituras porque pensaba encontrar vida en ellas, pero no quería acudir al Señor Jesús (Jn. 5:39-40). Nosotros no debemos acercarnos a la Biblia sin tocar al Señor. Cada vez que abrimos la Biblia debemos decir: “Señor Jesús, Tú tienes que estar aquí; éste no es un libro cualquiera, sino Tu revelación. No me gusta leer este libro sin tener contacto contigo. No me gusta oír algo de ese libro sin oírte a Ti. No me gusta leer ese libro sin verte a Ti. Me agrada ver Tu rostro. Quiero ver en las páginas lo que Tú eres. Oh Señor Jesús, ilumina Tu Palabra y unge cada línea para que te pueda tocar”. Necesitamos un espíritu así para tocar la Palabra viva.

    Después de ser creado el hombre, fue puesto delante de dos árboles en el huerto de Edén: el árbol de la vida y el árbol del conocimiento. Si el hombre hubiese comido del árbol de la vida, habría recibido la vida divina, la vida de Dios, representada por el árbol de la vida. No obstante, el hombre fue tentado y tomó del árbol del conocimiento, el cual representa una fuente que no era Dios, sino Satanás. Esto dio por resultado la muerte. Vemos el mismo principio al allegarnos a la Biblia. Podemos tomar la Biblia como un libro de vida y tener contacto con ella usando nuestro espíritu y orando al Señor para recibirlo como vida mediante Su palabra, o podemos hacer de la Biblia un libro de conocimiento al acercarnos a ella únicamente con nuestra mente, buscando conocimiento en la letra. Esto nos trae muerte, mas nada de vida. En 2 Corintios 3:6 se nos advierte que “la letra (es decir, las Escrituras impresas) mata, mas el Espíritu vivifica”. No debemos hacer de la Biblia solamente un libro de letra que nos mata. Debemos tomar la Biblia teniendo contacto con el Señor Espíritu para que sea Espíritu y vida para nosotros.

    OTRAS FUNCIONES DE LA BIBLIA

    Además, tenemos algunos versículos que nos muestran que la Biblia tiene muchas otras funciones. La Biblia tiene la sabiduría que nos puede hacer salvos (2 Ti. 3:15). Contiene la función de producir fruto como una semilla. Por medio del contenido de la Biblia, podemos volver a nacer, ser regenerados (1 P. 1:23). Después del nuevo nacimiento, las palabras contenidas en la Biblia son leche y comida para nosotros y nos nutren y nos hacen crecer en el Señor (1 P. 2:2; Mt. 4:4). Por tanto, debemos comer la Palabra (Jer. 15:16), es decir, ingerirla ejercitando nuestro espíritu mientras leemos la Biblia.

    Además, la Biblia nos puede dar la mejor enseñanza y puede perfeccionar al hombre de Dios (Ro. 15:4; 2 Ti. 3:16-17). Si pertenecemos al Señor y deseamos ser perfectos, ciertamente podemos recibir perfección por medio de Su palabra divina.

  • EL ANTIGUO TESTAMENTO

    La Biblia se compone de dos Testamentos: el Antiguo y el Nuevo. El Antiguo Testamento es principalmente una predicción de Cristo, pues anuncia con palabras sencillas, sombras, tipologías y muchas figuras al Cristo que vendría.

    En Lucas 24 el Señor Jesús nos dice en dos ocasiones que el Antiguo Testamento fue escrito en torno a El (vs. 27, 44). Podemos dividir el Antiguo Testamento en tres secciones principales: Moisés (que significa la ley), los profetas y los salmos. El Señor afirmó que cada sección del Antiguo Testamento contiene algo acerca de El. En Juan 5:39, el Señor también dice que las Escrituras, el Antiguo Testamento, dan testimonio de El. En Hebreos 10:7, dijo: “En el rollo del libro (es decir, el Antiguo Testamento), está escrito de Mí”. Por consiguiente, el Antiguo Testamento es principalmente un relato que profetiza acerca de Cristo como el todo para el pueblo de Dios.

    GENESIS

    Ahora podemos iniciar nuestro estudio-vida de Génesis. El título original de ese libro era: “En el principio”. La Septuaginta, o sea, la traducción del Antiguo Testamento al griego, adoptó el título de Génesis, una palabra latina que significa dar nacimiento, origen. Génesis produce el nacimiento de todo, da origen a todo. Génesis es el libro que contiene todas las semillas de las verdades divinas. Todas las verdades divinas de toda la Biblia fueron sembradas en ese libro.

    I. EL ESQUEMA GENERAL

    Cada libro de la Biblia presenta un esquema general. El esquema general de Génesis es el siguiente:

    Dios creó, Satanás corrompió, el hombre cayó y Jehová prometió salvar.

    ¡No olvide jamás estos cuatro puntos!

    El libro de Génesis contiene 50 capítulos, pero es muy sencillo: está dividido en tres secciones. Los capítulos 1 y 2 constituyen la primera sección, los capítulos del 3 al 11, la segunda, y los capítulos del 12 al 50, la tercera. Cada sección empieza con un nombre. Los nombres de la primera y de la tercera sección son maravillosos, pero no el nombre de la segunda sección. En la primera sección, leemos “Dios”, en la segunda sección, “la serpiente” y en la tercera sección, “Jehová”. Dios creó, la serpiente corrompió, y Jehová llamó.

  • ¿Qué creó Dios? Dios creó los cielos y la tierra. Pero eso no es todo. Finalmente Dios creó al hombre porque los cielos fueron creados para la tierra, la tierra para el hombre, y el hombre para Dios. Una vez que Dios terminó la creación, el insidioso, la serpiente, se infiltró para corromper. Corrompió verdaderamente la creación por medio de la rebelión, de principio a fin. El capítulo once presenta toda la rebelión del linaje caído. No había esperanza. Sin embargo, había esperanza porque Jehová vino y llamó a Abraham para empezar algo nuevo. ¡Aleluya! Dios creó, y la serpiente corrompió; pero Jehová llamó.

    ¿En qué sección está usted? Puedo testificar que hace cincuenta años yo me encontraba en la segunda sección, pero hoy estoy en la tercera sección. Hace cincuenta años estaba corrompido por la serpiente, pero ahora he sido llamado por Jehová.

    Al parecer los primeros dos capítulos son el relato de la obra creadora de Dios. Más adelante, en los 48 capítulos siguientes, encontramos las biografías de ocho personas destacadas: Adán, Abel, Enoc y Noé, que forman un grupo de cuatro, y Abraham, Isaac, Jacob y José, que forman otro grupo de cuatro. Cada grupo pertenece a un linaje diferente. Los primeros cuatro pertenecen al linaje adámico, y los últimos cuatro al linaje de Abraham. En el libro de Génesis encontramos dos padres: Adán, el padre del linaje creado, y Abraham, el padre del linaje llamado.

    ¿Pertenece usted al linaje creado o al linaje llamado? Todos los llamados son hijos de Abraham. Gálatas 3 nos dice que todo aquel que cree en Jesucristo es hijo de Abraham (vs. 7, 29). ¡Aleluya! Originalmente fuimos creados, pero ahora somos llamados. En 1 Corintios 1:24 se declara que para los llamados, Cristo es poder de Dios y sabiduría de Dios. Ya no somos el linaje que Dios creó, sino el que llamó, y lo seremos para siempre; somos llamados a participar de Cristo y a disfrutar de El.

    II. EL PENSAMIENTO CENTRAL

    Cada libro de la Biblia presenta un pensamiento central. El pensamiento central de Génesis es el siguiente:

    Cristo es la esperanza y la salvación del hombre caído, y Dios hará que el hombre caído cumpla Su propósito por medio de Cristo.

    Cuando entendemos clara y completamente el libro de Génesis, podemos ver que presenta a Cristo como la esperanza y la salvación del hombre caído. Por medio de Cristo, Dios hará posible que el hombre caído cumpla Su propósito.

  • Génesis es un libro cuyo centro es Cristo, y Cristo es la vida para los que El restauró desde la caída. ¿Por qué este libro nos presenta el relato de la creación en los primeros dos capítulos? ¿Por qué nos proporciona las biografías de ocho personas en los cuarenta y ocho capítulos siguientes? Necesitamos una comprensión profunda. Los primeros dos capítulos son el relato de la creación, pero este entendimiento es superficial. El pensamiento implícito allí está centrado en la vida. Esos dos capítulos constituyen un relato de vida. Son demasiado sencillos y breves para ser un relato apropiado de la creación. Dios no tenía la intención de que Génesis 1 y 2 fuese un relato de la creación, sino una revelación de la vida.

    Considere estos capítulos. Primero, afirman que Dios creó el universo, y que éste fue arruinado y quedó vacío, desierto y lleno de tinieblas. Luego, el Espíritu de Dios vino a cernirse a fin de producir vida. Después del Espíritu de vida, llegó la luz para producir también la vida. Después fue hecho el firmamento para dividir las aguas de muerte. Luego la tierra surgió de las aguas de muerte. La tierra apareció con el propósito de generar vida, e inmediatamente brotó toda clase de vida vegetal. Luego surgió la vida animal en el agua, la vida animal en el aire, y la vida animal sobre la tierra, y finalmente surgió la vida humana. Después de la vida humana viene la vida divina, representada por el árbol de la vida. Por consiguiente, podemos ver que estos dos capítulos, en realidad, no son el relato de la creación, sino de la vida.

    ¿Qué podemos decir de la biografía de las ocho personas? Si volvemos a leer Génesis con detenimiento, nos sorprenderá el hecho de que estas biografías no hablan mucho de las obras de esos hombres. Más bien relatan su vida, su conducta y su andar con Dios. La Biblia nos dice poco de lo que hizo Adán, pero menciona cuánto vivió: 930 años. Si quisiéramos escribir la biografía de Adán, necesitaríamos centenares de páginas para contar sus actividades y todo lo que hizo. No obstante, Génesis nos cuenta solamente la manera en que Adán anduvo en la presencia de Dios.

    Llegamos a Abel, y luego a Enoc. Lo único que dice Génesis acerca de Enoc es que caminó con Dios, y que finalmente fue arrebatado a la presencia de Dios. Esto es maravilloso. Quisiera ser ese tipo de persona, sin hacer nada y sin ser nada, solamente caminando con el Señor hasta el día que El me llame a Su presencia.

    Usted se preguntará: ¿No hizo Noé alguna obra? Sí, hizo una obra, pero no conforme a sí mismo ni tampoco para sí mismo. Lo hizo todo conforme a la revelación de Dios y para cumplir el propósito de Dios. Pasamos a Abraham, Isaac, Jacob y José. Nos resulta difícil encontrar alguna buena obra en Abraham, en Isaac o en Jacob. Parece que José, el hijo de Jacob, hizo algo, pero si observamos el relato, nos daremos cuenta de que las actividades de José fueron la parte reinante de Jacob. José gobernó como rey.

  • En realidad, Génesis no es un libro que habla de la creación ni tampoco de biografías. Es un libro de vida. Dios usa el relato de la creación para mostrar la vida. Usa las biografías de ocho personas para mostrar cómo El necesita una vida que cumpla Su propósito. En este libro la última vida fue la de Jacob, aquel que finalmente fue llamado Israel, príncipe de Dios. Esta es la intención de Dios: obtener un Israel. Todos debemos ser llevados a la posición en la cual Dios pueda considerarnos Su Israel. Se trata enteramente de la vida. Por tanto, Génesis se centra en la vida, y esta vida es Cristo.

    III. EL CONTENIDO

    Ahora llegamos a lo que es el contenido de Génesis.

    A. El deseo de Dios y Su propósito, 1:1—2:3

    La obra creadora de Dios no sólo cumple Su deseo y Su propósito, sino que también revela el deseo que El tiene en el universo y manifiesta Su propósito en la eternidad. Todo lo que hacemos expresa nuestro deseo. A pesar de nuestro silencio, lo que hacemos manifiesta nuestro propósito. Cuando Dios creó los cielos, la tierra llena de tantas cosas, y finalmente al hombre a Su propia imagen y con autoridad sobre todas las cosas creadas, El tenía ciertamente un propósito. Con Su creación podemos ver que El tenía un deseo y un propósito.

    1. La creación original de Dios, 1:1

    a. El motivo

    Según Efesios 1:5, 9, el motivo de la creación original de Dios fue Su deseo y Su beneplácito. Dios llevó a cabo la creación original para cumplir Su deseo y satisfacer Su beneplácito. El deseó crear y le agradó hacerlo; por tanto, El lo hizo para complacerse a Sí mismo.

    b. El propósito

    Existen dos aspectos en el propósito de Dios al crear. Primero, el propósito de Dios en Su creación es glorificar a Su Hijo (Col. 1:15-19). Aunque no encontramos en Génesis 1 y 2 la expresión Hijo de Dios ni el nombre Cristo, vemos en Romanos 5:14 que Adán prefiguraba a Cristo. Adán, creado a la imagen de Dios, tipificaba a Cristo. En Adán podemos ver algo de Cristo. El propósito de Dios en Su creación consiste en glorificar a Su Hijo Jesucristo.

    Segundo, la creación manifiesta a Dios mismo. Los cielos y la tierra nos dan a entender algo de Dios, y el hombre nos muestra algo de Dios. Dios es manifestado en el hombre,

  • particularmente por medio de Cristo Su Hijo. Cristo es la corporificación de Dios (Col. 2:9). Cuando Cristo es glorificado en el hombre en medio de la creación, Dios también es manifestado.

    ¿Por qué creó Dios los cielos? ¿Cuál era Su propósito? Si leemos la Biblia con atención, veremos que los cielos existen por causa de la tierra. Aun los científicos pueden comprobar eso. Por tanto, muchas cosas que pertenecen a los cielos son indispensables para la tierra: el resplandor del sol, el agua y el firmamento son vitales para la tierra. Entonces, ¿para qué sirve la tierra? La Biblia enseña que la tierra existe para el hombre. Zacarías 12:1 dice que Dios extendió los cielos, fundó la tierra y formó el espíritu en el hombre. Los cielos fueron creados para la tierra, la tierra para el hombre, y el hombre para Dios. Dios creó al hombre como entidad corporativa para que lo contuviera a El, lo expresara y lo glorificara.

    c. La base

    La base de la creación es la voluntad y el plan de Dios (Ef. 1:10). Apocalipsis 4:11 nos dice claramente que todas las cosas fueron creadas conforme a la voluntad de Dios. Dios tiene una voluntad, y conforme a esta voluntad El concibió Su plan. Conforme a esa voluntad y plan, El creó todas las cosas.

    d. El medio

    El medio de la obra creadora de Dios fue el Hijo de Dios (Col. 1:15-16; He. 1:2b) y la Palabra de Dios (He. 11:3; Jn. 1:1-3). La Biblia nos muestra claramente que Dios creó los cielos y la tierra por medio de Cristo como Hijo de Dios y como Su Palabra. El Hijo de Dios y la Palabra de Dios son uno solo.

    Todos debemos entender que el propósito central y eterno de Dios gira totalmente en torno a Su Hijo, Cristo. La Biblia enseña que cuando Dios creó los cielos y la tierra y todas las demás cosas, El lo hizo por medio de Cristo y por Cristo. Todo fue hecho por medio de Cristo, por Cristo, y en cierto sentido, en Cristo. Desde la creación, todas las cosas subsisten en Cristo. Cristo es el eje que sostiene todas las partes del universo.

    Hebreos 1:3 dice que Cristo sustenta todas las cosas por la palabra de Su poder, y en Colosenses 1:17 vemos que todas las cosas subsisten en Cristo. Aparentemente la tierra está colgada sobre la nada, pero en realidad es sustentada por Cristo. Si un solo planeta se saliese de su órbita normal, se produciría una terrible colisión. Pero el Señor lo sostiene todo. ¡Aleluya!

  • ¿Por qué Cristo lo sostiene todo? Lo sostiene todo para Su gloria, para Su Cuerpo. Si los cielos se desintegrasen y la tierra cayera, entonces ¿dónde estaríamos y dónde estaría el Cuerpo? Tenemos una buena tierra donde vivimos y caminamos, y los cielos nos sirven. Cuando necesitamos el resplandor del sol, los cielos lo mandan. Cuando necesitamos la lluvia, ésta llega. Cuando necesitamos el aire, ahí está. No hay aire en la luna, pero alrededor de la tierra está el firmamento, el aire. Los cielos sirven a la tierra, y la tierra nos sirve a nosotros, y nosotros estamos aquí para el Cuerpo y somos el Cuerpo. Cristo ama al Cuerpo. Por causa de Su Cuerpo, El sostiene todo el universo. ¡Aleluya!

    e. El proceso

    Job 38:4-7 revela el proceso de la obra creadora de Dios. Los cielos y todas sus huestes y ángeles fueron creados primero. La tierra, probablemente con algunos seres vivos, fue creada en segundo lugar. Decimos “probablemente” porque no hay ninguna declaración específica de ello. Algunos pasajes de la Palabra nos permiten hacer deducciones. Job 38:4-7 afirma que cuando Dios puso el fundamento de la tierra, ya estaban allí las estrellas y los ángeles (los hijos de Dios). Esto demuestra que los cielos con todas las estrellas y los ángeles fueron creados en primer lugar, y que la tierra fue creada después.

    1) En el principio

    Ahora llegamos al primer versículo del primer capítulo: “En el principio...” En la Biblia la frase “en el principio” se usa de dos maneras, la primera vez en Génesis 1:1 y la segunda vez en Juan 1:1. El principio mencionado en Juan 1:1 fue anterior al principio mencionado en Génesis. El principio mencionado por Juan es el principio en la eternidad, un principio sin ningún comienzo. El principio de Génesis 1 fue el comienzo del tiempo, el cual empezó con la creación. Juan se refiere a la eternidad, mientras que Génesis se refiere al tiempo.

    2) Dios crea

    En el principio Dios creó. Es bastante interesante observar que en esta frase el sujeto “Dios” está en plural y el verbo “creó” en singular. ¿Significa eso que existen varios Dios es? Indudablemente ésta es una semillita de la Trinidad. Dios es uno, pero a la vez es triuno. En el mismo capítulo (v. 26) El se llama a Sí mismo “nosotros”: Dios dijo: “Hagamos al hombre”. Dios es uno, pero el pronombre usado es “nosotros”. No podemos explicar eso. Dios es uno, y sin embargo es triuno. El Dios Triuno vino para crear.

    Génesis 1 y 2 usa tres verbos distintos acerca de la creación y la restauración: crear, hacer y formar. Crear significa traer algo a la existencia de la nada. Sólo Dios puede crear. Nosotros no podemos crear. Sólo podemos hacer. Hacer significa usar algo que ya

  • existe para producir algo distinto. Dios no creó la luz en el primer día, ni creó la tierra en el tercer día, porque la luz ya existía y la tierra se encontraba sepultada bajo las aguas profundas. En el primer día, Dios no creó sino que mandó. Dios dijo: “Sea la luz”, y la luz fue. En el tercer día, Dios mandó que la tierra sepultada saliese de las aguas muertas. Esto no fue un acto de creación, sino algo que hizo. Más adelante, Dios dio al hombre un cuerpo físico. Fue una formación. Dios formó al hombre del polvo.

    La obra creadora de Dios se halla en el versículo 1 y Su obra de restauración empieza en el versículo 3. No dice que Dios hizo los cielos, ni que Dios formó la tierra. Dice que Dios creó los cielos y la tierra.

    3) La creación demuestra la existencia de Dios

    La creación declara la gloria de Dios, y demuestra por ende que El existe. Los cielos declaran la gloria de Dios, y el firmamento, el espacio, muestra la obra de Sus manos (Sal. 19:1-2). Aunque el poder divino y la Deidad son invisibles, el hombre puede entenderlos mediante las cosas hechas. El hombre puede entender y no tiene excusa (Ro. 1:20). Considere la creación; ¿cómo podría uno decir que Dios no existe?

  • ESTUDIO-VIDA DE GENESIS

    MENSAJE DOS

    LA REBELION Y LA CORRUPCION DE SATANAS

    2. La rebelión y la corrupción de Satanás

    Llegamos ahora a la rebelión y la corrupción de Satanás. Estudiar este tema ahora puede sorprender. Hemos considerado la obra creadora de Dios y de repente pasamos a la rebelión de Satanás. ¿Qué significa esto? Debemos empezar a abordar ese asunto con una mente sobria a fin de entenderlo claramente.

    Muchos cristianos sinceros piensan que el tema de los primeros dos capítulos de Génesis está en 1:1. Se les ha dicho que esos dos capítulos presentan el relato de la creación, y que el tema está contenido en el primer capítulo y el primer versículo. No obstante, si el versículo 1 es el tema, ¿por qué el versículo 2 empieza con “Y”? “Y” significa que se produce algo, y que después sigue otra cosa. “Y” es una conjunción que enlaza dos cosas: la primera sucede y la segunda viene luego. Aun la gramática muestra que el versículo 1 no es el tema, sino parte de la descripción. Describe el primer acontecimiento de una serie. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y...” Esto significa que después de que Dios creó, sucedió algo.

    “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía”. La versión Concordant de Génesis traduce el versículo de esta manera: “Sin embargo, la tierra vino a ser un caos y estaba vacía”. La versión Concordant no dice “Y”, sino “Sin embargo”. En el principio Dios creó los cielos y la tierra. Sin embargo, la tierra vino a ser un caos y estaba vacía. Un caos es una confusión. La tierra vino a ser un caos: desordenada y vacía. Si usted construye algunas viviendas y nadie las ocupa, entonces se dice que están vacías. Podemos traducir esta frase “un caos y vacía” o “desolada y vacía”. Algo ocurrió entre los versículos 1 y 2, y eso hizo que la tierra quedara desolada y vacía.

    a. El origen de Satanás

    Satanás fue un ángel que Dios creó antes de crear la tierra. El libro de Job (38:4-7) nos dice que cuando Dios midió los cimientos de la tierra, los hijos de Dios (los ángeles) daban voces de alegría. Esto demuestra que Dios creó los ángeles antes de crear la tierra. En Ezequiel 28, vemos que Satanás no era uno de los ángeles, sino el principal arcángel, el jefe de todos los ángeles.

  • Ezequiel 28 describe la posición que Satanás tenía en el universo antes de su rebelión y corrupción. Todo ese capítulo parece hablar del rey de Tiro. No obstante, el versículo 13 dice: “En Edén, en el huerto de Dios estuviste”. Si leemos el contexto, nos daremos cuenta de que éste no era el huerto de Edén en el cual fue puesto Adán. Este Edén no estaba sobre la tierra, sino en los cielos, en el santo monte de Dios.

    “De toda piedra preciosa era tu vestidura”. El estaba vestido de piedras preciosas. G. H. Pember dijo que esto hace referencia a su morada. Su morada estaba hecha con piedras preciosas.

    “Los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación”. Antiguamente los instrumentos musicales como los tamboriles y las flautas estaban destinados a los reyes (Dn. 3:5; 6:18). Esto indica que Satanás era un rey, y que ocupaba la posición más elevada de ese universo. Esta fue la razón por la cual aun el Señor Jesús lo llamó “el príncipe de este mundo” (Jn. 12:31). El apóstol también lo llama “el príncipe de la potestad del aire” (Ef. 2:2). Lucas 4:5-6 también confirma esto. “Le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y el diablo le dijo: A Ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy”. ¿Era eso una mentira? Si lo hubiera sido, el Señor Jesús habría reprendido a Satanás. El Señor no lo reprendió; por tanto, debe de ser un hecho. Satanás, el diablo, le dijo al Señor que todos los reinos del mundo y toda su gloria le habían sido entregados. Satanás dijo también: “a quien quiero la doy”. ¿Cuándo entregó Dios todas estas cosas a Satanás? Esto se produjo ciertamente antes de Adán, antes del mundo de Adán. Al leer la plena revelación de la Biblia, podemos ver que Dios nombró a Satanás como cabeza de ese universo, y que Dios entregó en su mano todas las cosas creadas en los cielos y sobre la tierra. Por tanto, él se convirtió en “el príncipe del mundo”. Su posición y rango eran tan elevados que ni aun “Miguel el arcángel ... se atrevió a proferir juicio de maldición contra él” (Jud. 9). Miguel era uno de los arcángeles (Dn. 10:13). El hecho de que no se atrevió a reprender a Satanás demuestra que el rango de Satanás era superior al suyo. Por tanto, podemos deducir que Satanás debe de haber sido el arcángel más elevado.

    Leamos el versículo 14: “Tú, querubín grande, protector”. Satanás era el “querubín grande, protector”. Esto significa probablemente que él cubría (véase Ex. 25:20) el arca de Dios en los cielos (Ap. 11:19). “Yo te puse en el santo monte”. Dios hizo eso. Dios ungió y designó al arcángel para cubrir Su arca. Ezequiel nos dice que los querubines llevan la gloria de Dios (9:3; 10:18) y que están muy cerca del trono de Dios (10:1; 1:26). Esto demuestra que Satanás, antes de su rebelión, cuando era el querubín ungido que cubría el arca de Dios, debe de haber tenido una posición muy cerca de Dios, llevando la gloria de Dios. Ezequiel también nos dice que los querubines son los cuatro seres

  • vivientes que Dios usa de una manera particular (10:20). Los cuatro seres mencionados en Ezequiel son semejantes a los de Apocalipsis (Ez. 1:10; cfr. Ap. 4:7) que tomaban la iniciativa entre las criaturas para adorar a Dios. Esto revela que el Satanás de hoy, el adversario de Dios, originalmente el querubín ungido, debe de haber sido designado especialmente por Dios como cabeza entre todas Sus criaturas, y que llevaba Su gloria y conducía a los demás a adorar a Dios. Esto parece indicar que el arcángel ungido tenía también el sacerdocio. Es posible que haya sido el sumo sacerdote en la adoración universal de Dios.

    “En el santo monte de Dios, allí estuviste”. Indudablemente esto se produce en los cielos. “En medio de las piedras de fuego te paseabas”. En Exodo 24:10, 17, Moisés, Aarón y muchos otros vieron debajo del trono de Dios piedras preciosas que tenían la gloria de Dios, semejantes al fuego ardiente. Estas deben de ser las piedras de fuego. Así podemos deducir que el querubín ungido tenía el privilegio particular de moverse en la esfera donde se hallaba la gloria de Dios.

    Además de Ezequiel 28, Isaías 14:12 nos ayuda también a ver el origen de Satanás. Nos dice que Satanás era el “Lucero, hijo de la mañana”. Así como el lucero es la principal estrella, Satanás debe de haber sido el líder de todos los ángeles. El título “hijo de la mañana” muestra que él existía desde temprano, desde el comienzo del universo. Por tanto, Satanás, desde los primeros días del universo, era la cabeza de los ángeles, y brillaba como el lucero.

    El origen de Satanás era maravilloso. El era el querubín ungido de Dios, aquel que estaba más cerca de Dios, y que tenía la posición más elevada en la creación de Dios. No sólo tenía el reinado, sino también el sacerdocio, la misma posición que nosotros los redimidos de Dios tendremos para siempre (Ap. 5:9-10; 20:4-6). Pero fue despojado de su posición y de su oficio cuando se rebeló contra Dios. Ahora Dios nos ha escogido como Sus sacerdotes y reyes, para que asumamos la posición y el oficio que tenía Satanás, lo avergoncemos y glorifiquemos a Dios.

    b. La rebelión de Satanás

    Ezequiel 28:15 indica que Satanás era perfecto en sus caminos desde el día en que fue creado. Por supuesto, Dios no creó un Satanás maligno. Dios creó un arcángel bueno y perfecto. Sin embargo, en cierto momento este arcángel, el querubín ungido, se rebeló contra Dios.

    1) La causa

    Maldonado Olga

  • Satanás se rebeló contra Dios por el orgullo de su corazón. Ezequiel 28:17 indica que su corazón se había elevado debido a su belleza él corrompió su sabiduría a causa de su resplandor. El estaba, “lleno de sabiduría, y acabado de hermosura”; él era “el sello de la perfección” (Ez. 28:12) lo cual significa que tenía la plena medida en todo y que no le faltaba nada. Pero él contempló su belleza y se enorgulleció. El miró su resplandor y se corrompió. Poner los ojos en lo que Dios ha hecho por nosotros y olvidarnos de Dios mismo siempre nos incita a enorgullecernos. El orgullo fue la causa de la rebelión de Satanás. Por tanto, el apóstol nunca permitía que un “recién convertido” fuese puesto como anciano de la iglesia, “no sea que cegado por el orgullo, caiga en la condenación del diablo” (1 Ti. 3:6). El diablo puede usar todas las virtudes y cualidades naturales, y todos los dones espirituales para volvernos orgullosos. Incluso el apóstol Pablo podía exaltarse desmedidamente por “la excelente grandeza de las revelaciones” (2 Co. 12:7). El diablo orgulloso sigue rondando la tierra, buscando devorar a los orgullosos (1 P. 5:8). La única manera de resistirle consiste en humillarnos, en vestirnos de humildad; porque “Dios resiste a los soberbios, pero a los humildes da gracia” (1 P. 5:9, 5-6). El Señor Jesús es un buen ejemplo de esto. Satanás se exaltó a sí mismo, pero el Señor Jesús “se humilló a Sí mismo” (Fil. 2:8). Por tanto, el Señor venció a Satanás, y éste no tenía nada en El (Jn. 14:30).

    2) El propósito

    El propósito de la rebelión de Satanás era exaltarse a sí mismo para ser igual a Dios. En Isaías 14:13-14, vemos que en cinco ocasiones Satanás se refiere a sí mismo en el momento de la rebelión. “[Yo] subiré ... levantaré mi trono ... en el monte del testimonio me sentaré ... sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo”. Satanás quería ser igual a Dios. Este fue el propósito de su rebelión contra Dios.

    La causa de todas las rebeliones relatadas en la Biblia es la ambición de una posición. La rebelión de Babel (Gn. 11:4), la rebelión de Datán, Abiram y los doscientos cincuenta príncipes israelitas (Nm. 16:1-3), y la rebelión de Absalón (2 S. 15:10-12), fueron causadas por la maligna ambición de obtener una posición. Sin embargo, el Señor Jesús “se despojó a Sí mismo, tomando forma de esclavo ... por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre” (Fil. 2:7, 9).

    3) El proceso

    Satanás inició la rebelión contra Dios con la maligna intención de derribar la autoridad de Dios (Ez. 28:15-18; Is. 14:13-14).

    El no se rebeló solo, sino que fue acompañado de gran parte de los ángeles que se rebelaron bajo su mando. En Apocalipsis 12:4, 9 descubrimos que una tercera parte de

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

  • las estrellas del cielo, o sea una tercera parte de los ángeles, lo siguieron. (En Apocalipsis las estrellas representan a los ángeles.) En Mateo 25:41 el Señor Jesús se refirió al “diablo y sus ángeles”. Efesios 2:2 describe a Satanás como el “príncipe de la potestad del aire”, y Efesios 6:12 nos revela que los principados y potestades están en el aire. Estos principados y potestades eran los ángeles que estaban bajo el mando de Satanás y que gobernaban el universo preadamítico. Por tanto, son las potestades de los aires. Cuando Satanás se rebeló contra Dios, la mayoría de sus ángeles lo siguió en su rebelión, convirtiéndose así en los ángeles caídos, los espíritus malignos. Ahora en el universo existen dos categorías de ángeles: los buenos y los malos. Los ángeles buenos permanecen con Dios; los malos están aliados con Satanás en contra de Dios.

    Los seres vivos que estaban en la tierra en aquel tiempo, y que más tarde se convirtieron en los demonios de esta tierra, también se unieron a Satanás en su rebelión.

    Si leemos los cuatro evangelios veremos que en esta tierra hay otra clase de espíritus: los demonios. ¿Quiénes son los demonios y qué son? La mayoría de los cristianos se imaginan que los demonios son idénticos a los ángeles caídos, pero según Efesios, los ángeles caídos viven en el aire, y no en la tierra. Los cuatro evangelios revelan que, hablando con propiedad, los demonios nunca entran en el aire, sino que se mueven sobre la tierra o entran en el agua, su morada. Recuerden el incidente del hombre poseído por muchos demonios (Mt. 8:28-32). Cuando el Señor Jesús expulsó a los demonios, éstos le pidieron permiso de entrar en una piara. Después de entrar en los cerdos, se precipitaron al mar, donde les gusta permanecer.

    Mateo 12:22-27 y 43-45 tiene muchas cosas que confirman este punto. En este pasaje descubrimos que Satanás tiene un reino diabólico y que él es el “príncipe de los demonios”. Leamos el versículo 43: “Cuando el espíritu inmundo [el demonio] sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla”. El demonio que fue echado fuera del hombre ciego y mudo buscaba descanso y no lo podía encontrar en lugares secos. Esto demuestra que el lugar de reposo, la morada, de los demonios se encuentra en el agua. El versículo 44 nos relata lo que les sucede cuando no hallan agua. “Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí...” Esta “casa” es el cuerpo físico del ser humano. La morada de los demonios es el agua, y su morada temporal es el cuerpo humano.

    Hechos 23:8-9 demuestra que los demonios no son ángeles caídos. En estos dos versículos vemos que los ángeles y los espíritus están clasificados como seres diferentes. Aun los antiguos fariseos judíos ponían a los demonios y a los ángeles en categorías separadas. Si leemos los cuatro evangelios detenidamente, descubriremos que los

    Maldonado Olga

  • demonios también son llamados espíritus malignos. Los ángeles son espíritus y los demonios también lo son.

    ¿Quiénes son los demonios? ¿Por qué a los demonios les gusta entrar en el agua o en el cuerpo humano? En el famoso libro de G. H. Pember Earth’s Earliest Ages [Las primeras eras de la tierra], él llevó a cabo un estudio notable y profundo sobre el tema. La geología y la arqueología han descubierto que la tierra no tiene sólo seis mil años, sino que ha existido mucho más tiempo. El concepto según el cual la tierra sólo tenía seis mil años de edad, partiendo de Adán, llevó a algunos ateos y a algunos cristianos modernistas a decir que había un error en Génesis 1. Los arqueólogos han descubierto fósiles de huesos que tienen miles y miles de años. Sin embargo, el señor Pember encontró la respuesta. Entre Génesis 1:1 y 1:2 transcurre un período que él llamó el intervalo. Nadie puede determinar cuánto duró ese intervalo. De todos modos, debe de haber sido un período muy prolongado. Después de examinar este asunto cabalmente, Pember dedujo que en cierto momento después de la creación original, Satanás y sus ángeles se rebelaron. Además Pember dedujo, basándose en el relato bíblico, que en la edad preadamítica existían en la tierra algunos seres vivos que tenían espíritu, y que dichos seres también se unieron a Satanás en su rebelión contra Dios. Por consiguiente, Satanás, junto con sus ángeles caídos y estos seres, fueron juzgados por Dios. Después de ser juzgados por Dios, estos seres perdieron sus cuerpos y se convirtieron en espíritus incorpóreos. Esta es la razón por la cual los demonios procuran entrar en un cuerpo físico.

    El agua con la cual Dios los juzgó vino a ser el abismo donde los demonios deben vivir. Pember también demostró que debajo del agua se halla el lugar que llaman el abismo. La traducción griega de Génesis 1:2 usa la palabra “abismo” en vez de “profundidad”. El abismo constituye la morada de los demonios.

    Un día, mientras Jesús navegaba por el mar, un fuerte viento empezó a soplar, y se levantó una gran tormenta. El Señor Jesús no oró; El mandó al viento que se detuviese y a la tormenta que callase (Mt. 8:23-27). ¿Por qué el aire se llenó de viento y una tempestad agitó el agua? Porque había ángeles caídos en el aire y demonios en el agua. Sabían que Jesús iba a la otra orilla para echar fuera demonios (Mt. 8:28-32). Hoy en día, el aire sigue lleno de ángeles caídos y la tierra llena de demonios.

    Nosotros los hijos de Dios deberíamos conocer estos asuntos del universo y particularmente de la tierra. Los ángeles malignos siguieron a Satanás en su rebelión contra Dios. Los demonios, otra clase de seres, son espíritus incorpóreos que viven en el agua y obran en la tierra. Satanás es el príncipe de este mundo, el cual incluye la tierra y

    Maldonado Olga

  • el aire. En el reino de Satanás se hallan los ángeles caídos, en el aire, los demonios, en el agua, y los seres humanos caídos sobre la tierra.

    4) El resultado

    a) Satanás fue juzgado por Dios

    La rebelión de Satanás produjo el juicio de Dios. Dios no podía tolerar ninguna rebelión entre Sus criaturas. Inmediatamente después de la rebelión de Satanás, Dios pronunció Su juicio sobre él. “Se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus calumnias ... pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. Se enalteció tu corazón ... corrompiste tu sabiduría ... yo te arrojaré por tierra ... con la multitud de tus maldades ... profanaste tu santuario...” (Ez. 28:15-18). “Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo” (Is. 14:15).

    b) Los cielos y la tierra fueron juzgados

    Indudablemente los cielos y la tierra se degradaron por la rebelión de Satanás. Dios reprendió a Satanás: “Profanaste tu santuario” (Ez. 28:18). Por tanto, los cielos y la tierra también fueron juzgados por Dios. Job 9:5-7 relata que Dios arrancó los montes con Su furor, e hizo temblar sus columnas; mandó que el sol no saliera, y selló las estrellas. ¿Cuándo hizo Dios todo eso? No podemos encontrar nada de esto en la historia de la humanidad. Debe de haber ocurrido antes del mundo de Adán, cuando Dios juzgó los cielos y la tierra a causa de la rebelión de Satanás y de sus seguidores. El juicio de Dios impidió que las estrellas resplandecieran. La tierra se cubrió de tinieblas. El hecho de que la tierra, después de ser juzgada por Dios, fuese sepultada debajo de las aguas profundas comprueba que Dios debe de haberla juzgado inundándola con agua. Por tanto, “la tierra quedó desolada y vacía (heb.)”, sepultada debajo de las aguas profundas, y cubierta de tinieblas (Gn. 1:2).

    Isaías 45:18 nos dice que Dios no creó la tierra como un lugar desolado. Job 38:4-7 muestra que Dios creó la tierra con orden. Dice que cuando Dios “fundaba la tierra”, ordenó las medidas de la tierra y “extendió sobre ella cordel”, “cantaban juntas las estrellas del alba y gritaban de gozo todos los hijos de Dios” (los ángeles). Cuando Dios fundaba la tierra, ordenó sus medidas y extendió sobre ella cordel. Esto significa que El la creó con orden. Por tanto, cuando las estrellas del alba la vieron, se regocijaron y profirieron alabanzas, y cuando los ángeles la vieron, dieron voces de júbilo. ¿Cuándo sucedió eso? Debe de haber sucedido en Génesis 1:1, y no en Génesis 1:2. ¿Cómo podían cantar las estrellas del alba y los ángeles regocijarse cuando la tierra quedó desolada y vacía?

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

  • Cada vez que las palabras “desolada y vacía” son usadas juntas en el Antiguo Testamento, denotan el resultado de un juicio. Lo vemos en Jeremías 4:23, en Isaías 24:1 y 34:11. Todo lo que Dios juzga queda desolado y vacío. La tierra quedó desolada y vacía porque fue juzgada por Dios.

    Las tinieblas que estaban sobre la faz del abismo también eran una señal que indicaba que el universo de esa era había sido juzgado, porque las tinieblas provienen del juicio de Dios (cfr. Ex. 10:21-22; Ap. 16:10).

    Por tanto, la tierra mencionada en Génesis 1:2 no se encontraba en la misma condición en que fue creada originalmente por Dios. Dios la creó con orden, pero “quedó desolada y vacía”. La expresión “quedó” es la misma que aparece en Génesis 19:26, donde vemos que la esposa de Lot “se volvió” una columna de sal. No era una columna de sal, sino que se convirtió en una. Según esto, la tierra no estaba desolada y vacía originalmente, sino que se volvió así.

    c) Los ángeles rebeldes y los demonios fueron juzgados

    Cuando Dios juzgó a Satanás y al universo que estaba debajo de él, también debe de haber juzgado a los ángeles que lo siguieron y a los seres vivientes que estaban sobre la tierra en aquella época, los cuales se le unieron en su rebelión. Después de ser juzgados los ángeles rebeldes, se convirtieron en las “huestes espirituales de maldad” que están en el aire (Ef. 6:12) y los seres vivientes vinieron a ser espíritus incorpóreos, los demonios moraban en el agua con la cual fueron juzgados.

    Aunque Satanás, los ángeles rebeldes y los demonios fueron juzgados por Dios, siguen activos y laboran hoy, porque todavía no se ha ejecutado el juicio sobre ellos. Un día se cumplirá totalmente (Ap. 12:12; Mt. 8:29; Lc. 8:31). Hoy Satanás todavía puede ir a Dios para acusar al pueblo de Dios (Job 1:6-12; 2:1-7; Ap. 12:10). Todavía anda por la tierra “buscando a quien devorar” (1 P. 5:8), sigue cegando a la gente (2 Co. 4:4), para engañarla (2 Co. 11:14) y cargar sus corazones (Hch. 5:3), y ganar ventaja sobre nosotros (2 Co. 2:11). El sigue siendo el “hombre fuerte”, que arrebata los bienes (Mt. 12:29). Los ángeles rebeldes siguen siendo “los gobernadores del mundo de estas tinieblas” (Ef. 6:12; cfr. Dn. 10:20), (algunos ángeles caídos están ahora encarcelados hasta el juicio, 2 P. 2:4; Jud. 6) y los demonios siguen siendo los espíritus inmundos e inicuos que obran sobre la tierra (Mt. 12:43-45). Se debe ejecutar el juicio sobre todos ellos.

    Dios ya juzgó a Satanás y a sus seguidores. Sin embargo, eso no significa que Dios haya ejecutado Su juicio en el momento en que lo pronunció. Una cosa es dictar sentencia, y otra es llevar a cabo la condena. Dios juzgó a Satanás y a sus seguidores antes de que

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

  • Adán fuese creado, pero la ejecución de este juicio sigue adelante. La ejecución del juicio de Dios no será llevada a cabo por Dios mismo. Dios no hará eso. Ningún juez ejecuta el veredicto por su cuenta. El necesita ejecutores.

    ¿Quién ejecutará el juicio de Dios sobre Satanás y sus seguidores? Los ejecutores serán los cristianos, la iglesia, los creyentes vencedores. ¿Por qué no se ha ejecutado el juicio sobre Satanás y sus seguidores? Porque Dios espera que la iglesia se levante. El Juez ha dictado Su juicio, pero El está esperando que los ejecutores lo lleven a cabo. En Apocalipsis 12 vemos que los vencedores ejecutarán el juicio que Dios pronunció sobre Satanás. Además, día tras día en nuestros hogares, cada vez que somos victoriosos, nuestra victoria es una ejecución de este juicio. Dios ha declarado Su juicio sobre el rebelde. Sin embargo, este juicio no será llevado a cabo hasta que la iglesia se levante para hacerlo. Ahora es el tiempo de llevar a cabo el juicio de Dios sobre Satanás.

    Hoy la iglesia debe orar para “atar al hombre fuerte” y “saquear su casa” (Mt. 12:29), combatir los espíritus de maldad que están en el aire (Ef. 6:12), y echar fuera los demonios (Mt. 17:21) cada vez que los veamos en acción perjudicando a la gente. Dios ha juzgado a los demonios y los ha confinado al agua, pero necesita que la iglesia traiga la era en la cual el mar ya no exista (Ap. 21:1), y los demonios que ahora están confinados allí vean el juicio ejecutado sobre ellos (Ap. 20:13: no es posible que los muertos que se hallan en el mar sean seres humanos; deben de ser los demonios).

    El Señor Jesús, cuando estuvo en la carne como hombre, empezó a ejecutar el juicio de Dios. El “se manifestó para destruir las obras del diablo” (1 Jn. 3:8). El Señor dio “autoridad” a Sus discípulos (Lc. 10:19) sobre todo el poder del enemigo. Cuando los discípulos echaban demonios, Satanás caía del cielo (Lc. 10:17-20). Cristo, por medio de Su muerte en la cruz, destruyó al diablo (He. 2:14). El hirió la cabeza de la serpiente antigua. Ahora nosotros, como Cuerpo Suyo, debemos proseguir esta ejecución, y destruir la cola de la serpiente. Mediante la obra ejecutora de la iglesia, el diablo será “arrojado a la tierra” y sus ángeles serán “arrojados con él” (Ap. 12:9). Más tarde él será atado y arrojado en el abismo (Ap. 20:2-3). Finalmente, será “arrojado en el lago de fuego” (Ap. 20:10). Entonces, la ejecución del juicio de Dios sobre Satanás y sus seguidores estará completa.

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

  • ESTUDIO-VIDA DE GENESIS

    MENSAJE TRES

    DIOS RESTAURA Y CREA ALGO MAS

    (1)

    EL PROCESO

    Ya vimos que el primer versículo del capítulo 1 describe plenamente la obra creadora de Dios. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. También vimos la rebelión de Satanás en la segunda mitad del versículo 2. “Y la tierra quedó desolada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo” (heb.). El versículo 2a contiene cinco puntos principales: el hecho de que la tierra fue convertida en algo diferente de lo que era originalmente, la desolación y el vacío; las tinieblas y el abismo. Tenga presentes estos cinco puntos. Después del juicio sobre la tierra a causa de la rebelión de Satanás, la tierra quedó desolada y vacía.

    Las tinieblas constituyen otro indicio de juicio. Exodo 10:21-22 y Apocalipsis 16:10 muestran que las tinieblas son resultado del juicio de Dios. Hubo tinieblas cuando Dios trajo Su juicio sobre Faraón, y habrá tinieblas cuando El ejerza Su juicio sobre el anticristo. Por tanto, las tinieblas de Génesis 1:2a aluden al juicio de Dios.

    Además, sabemos que la luz acompaña la vida y que las tinieblas siempre representan la muerte. Donde está la vida, allí está la luz; donde hay muerte, allí hay tinieblas. Lo contrario también es cierto: donde hay muerte, hay tinieblas. Por tanto, las tinieblas de Génesis 1:2 muestran también que la tierra se encontraba en una condición de muerte.

    La palabra “abismo” representa las aguas profundas. En la Biblia, el agua tiene dos significados y simboliza dos cosas distintas, una positiva y otra negativa. En el sentido positivo, el agua representa siempre algo viviente. El agua que corre trae vida a la gente y satisface su sed. En el sentido negativo, el agua representa la muerte. Por ejemplo, cuando fuimos bautizados en agua, esa agua representaba la muerte. Las aguas del mar Rojo y las aguas del río Jordán también representan la muerte. El agua mencionada en Génesis 1:2 no representa la vida, sino la muerte. Por consiguiente, concluimos que la tierra se encontraba bajo muerte. La tierra no sólo estaba desolada, vacía y carente de sentido, sino que estaba llena de muerte y bajo la misma. Dios llegó en medio de esta situación.

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

  • 3. Dios restaura y crea algo más: 1:2b—2:3

    Génesis 1:2b no se refiere a la creación original (que fue completada en el versículo 1), sino a la restauración que Dios realizó. Dios iba a restaurar lo que había sido destruido e iba a crear algo más. Por ejemplo, esta vez Dios creó al hombre. Dios no restauró al hombre, sino que lo creó. Génesis 1:2b—2:25 es un pasaje de la Palabra divina que nos muestra la restauración del universo destruido y una creación adicional.

    Leamos el versículo 4 del capítulo 2: “Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos”. La mayoría de la gente presta poca atención a este versículo; sin embargo, es muy significativo. Nos muestra la obra creadora original de Dios y también Su obra restauradora. La primera mitad del versículo dice: “...los cielos y la tierra cuando fueron creados...” Observe que los cielos se mencionan primero y luego la tierra, y que el verbo usado aquí es “crear”. En la segunda mitad del versículo leemos: “...en el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos”. Aquí el verbo usado no es “crear” sino “hacer”. Como hicimos notar en el primer mensaje, crear significa producir algo a partir de la nada, y hacer significa trabajar con una substancia existente a fin de producir otra. Debemos ver que originalmente los cielos y la tierra fueron creados. Luego, la segunda mitad del versículo dice: “...en el día en que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos”. ¿Ha notado usted el cambio en la secuencia? Primero, Dios creó los cielos y la tierra; luego, El hizo la tierra y los cielos.

    En Génesis 1:1 Dios creó: “En el principio creó Dios los cielos [primero] y la tierra [luego]”. Más adelante, desde el versículo 3 hasta el final del capítulo 1, el Señor hizo la tierra y los cielos. “Jehová Dios hizo la tierra y los cielos” (Gn. 2:4b). Si volvemos a leer el capítulo 1, veremos que en el tercer día el Señor restauró la tierra. Dios no creó la tierra, porque ésta ya existía; estaba sumergida en las aguas. Por tanto, el Señor recobró la tierra en el tercer día. Además, en el cuarto día, el Señor recobró el cielo, es decir, los cielos. Por tanto, en la restauración, no se mencionan primero los cielos y luego la tierra, sino primero la tierra, y luego los cielos. Sin embargo, en la creación, primero existieron los cielos y luego la tierra. Podemos ver ambas cosas en Génesis 2:4.

    Como recalcamos en el primer mensaje, los primeros dos capítulos de Génesis parecen ser el relato de la creación, pero el pensamiento implícito está estrechamente relacionado con la vida. Esta es la razón por la cual algunas personas consideran que los capítulos 1 y 2 de Génesis son demasiado sencillos, demasiado breves para ser el relato de la creación. Estamos de acuerdo. Como relato de la creación, es demasiado sencillo. Pero sabemos que la Biblia no es un relato de la creación, ni un relato histórico, ni un relato de ninguna clase. La Biblia en su totalidad es un libro de vida. Toda la Biblia está centrada en la vida. Si leemos el primer capítulo de Génesis con detenimiento y

  • recibimos la luz del Espíritu Santo, nos daremos cuenta de que es un capítulo que trata exclusivamente de la vida. Fue escrito desde el punto de vista de la vida.

    Usted dirá que la palabra “vida” no se encuentra en ese capítulo. Es cierto. Pero podemos encontrar muchos puntos que pertenecen a la vida. Cuando Dios restauró la tierra en el tercer día, se produjo toda clase de vida vegetal. Luego se manifestó la vida animal en el agua, la vida animal en el aire, la vida animal sobre la tierra, la vida humana y, finalmente, en el capítulo 2, la vida divina. ¡Aleluya! La vida es el centro de estos dos capítulos. Con esta perspectiva, ciertamente podemos entender el relato de Génesis 1.

    a. El proceso

    1) El Espíritu vino, 1:2b

    La creación original de Dios fue arruinada por la rebelión de Satanás y luego juzgada por Dios mismo. Después del juicio de Dios, sólo quedaron tinieblas sobre la faz del abismo. Eso presenta una condición de muerte. En medio de dicha condición la Biblia dice: “Y el Espíritu de Dios se cernía sobre la faz de las aguas” (heb.). ¿No es esto maravilloso? El Espíritu se cernía. ¡Aleluya! El Espíritu se cernía igual que una gallina se cierne sobre sus huevos para empollarlos. Cuando la Biblia empieza a hablar del Espíritu, no dice: “el poder del Espíritu”, “la potencia del Espíritu”, sino “El Espíritu de Dios se cernía sobre la faz de las aguas”. Esto significa que El se estaba preparando para generar vida. Necesitamos ver que lo que consta en Génesis 1 se relaciona con la vida, con el evangelio de Dios y con lo espiritual. Tenemos una clara evidencia de esto en 2 Corintios 4:6. Pablo dice: “El mismo Dios que dijo: De las tinieblas resplandecerá la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo”. Esto se refiere indudablemente al capítulo uno de Génesis. Basándonos en este versículo, debemos tener presente que todo lo narrado en Génesis 1 se relaciona con la vida. Por este versículo vemos que debemos interpretarlo todo conforme a la vida.

    Debemos recordar la condición en que estábamos antes de ser salvos. Estábamos desolados y vacíos, nuestras vidas carecían de sentido, y estábamos rodeados de tinieblas. Dentro de nosotros había un abismo, un pozo sin fondo. Y en este abismo había un enjambre de demonios que nos incitaban a enojarnos, a apostar, a ir al cine y a hacer muchas otras maldades. Estábamos desordenados y vacíos, y cubiertos de tinieblas y de muerte.

    Pero, ¡aleluya! Un día, una persona viviente empezó a cernerse sobre nosotros, a operar dentro de nuestro corazón, a cernerse sobre la muerte y el abismo que estaban dentro de

  • nosotros. No se trataba de algo psicológico ni ético, sino de una persona viviente y activa dentro de nosotros, que laboraba con ternura y delicadeza como una gran gallina que se cierne sobre los huevos en su nido. Esta es la obra del Espíritu Santo que se cierne y que regenera.

    El Señor Jesús dijo (Jn. 16:8-11) que cuando viniese el Espíritu Santo, reprendería, convencería al mundo (o sea, la humanidad) de pecado (relacionado con Adán), de justicia (relacionada con Cristo), y de juicio (relacionado con Satanás). El reprendería cerniéndose, es decir, con mucho cariño, sin ninguna violencia. En todo el universo existen solamente tres personas: Adán, Cristo y Satanás. El Espíritu Santo obra dentro de nosotros, convenciéndonos de que nacimos en Adán y que no tenemos más que pecado, que de ninguna manera podemos escaparnos del pecado y de la influencia de Adán a menos que creamos en Cristo. El Espíritu Santo se cernerá dentro de nosotros y nos dirá: “Mira, Jesús murió en la cruz por ti y El ya hizo todo lo que Dios requiere. Ahora la verdadera justicia está en El. Si tú te vuelves a El y crees en El, lo podrás recibir como tu justicia. El pasó por la encarnación, por la vida en esta tierra, por la crucifixión y por la resurrección. Fue aceptado por Dios y está a Su diestra. El está allí como prueba de que tú estarás libre del pecado y obtendrás justicia si crees en El. Si no haces eso, irás con Satanás al juicio de Dios”. Al cernerse el Espíritu Santo, usted quedará plenamente convencido y dirá: “Señor Jesús, no tengo nada que decir, pero te doy las gracias”. De ese modo usted es regenerado y nace de nuevo, nace del Espíritu (Jn. 3:6-7). ¡Aleluya!

    El Espíritu de Dios vino. Esta venida es el primer requisito para generar vida. El Espíritu vino a cernerse sobre las aguas de muerte que cubrían la tierra, y se movió para que esa vida pudiese ser generada.

    2) La Palabra vino, 1:3a

    La Palabra de Dios vino a traer la luz. Este es el segundo requisito para generar la vida. En el versículo 3 leemos: “Y dijo Dios...” Dios habló: era la Palabra de Dios. Hablar no es algo insignificante. Supongamos que subo a la plataforma y me quedo callado mientras ustedes me miran y yo los miro a ustedes. ¿Qué es eso? Es muerte. Si soy una persona viviente, no puedo permanecer en silencio durante una hora. Mientras viva, debo hablar. Cuando hablo, ello indica que estoy vivo, y mis palabras serán algo viviente. Dios habló y la Palabra de Dios trajo la luz. “Y Dios dijo: Sea la luz”. La Palabra divina siempre produce la luz. ¡Aleluya!

    Considere su propia experiencia. Primero, el Espíritu se cierne sobre usted. Luego le habla. Por medio de Sus palabras, usted recibe una Palabra viva, y ésta lo ilumina en su interior. Cuando Dios habla, manda que la luz resplandezca en las tinieblas. “Porque el

  • mismo Dios que dijo: De las tinieblas resplandecerá la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones...” ¡Aleluya! El hablar de Dios produce luz.

    El Señor Jesús dijo que todo el que oye Su Palabra y cree tiene vida (Jn. 5:24). Si escuchamos la Palabra del Señor y creemos, tenemos vida. Jacobo 1:18 declara que Dios nos regeneró con Su Palabra.

    3) La luz vino, 1:3

    Ahora llegamos al tercer requisito para generar vida: la luz, la cual vino para disipar las tinieblas que cubrían las aguas de muerte. Alabado sea el Señor. Esto es realmente significativo. Puedo testificar que cuando fui salvo, pasó exactamente eso: primero, vino el Espíritu; luego, vino la Palabra de Dios; y en tercer lugar, vino la luz. Fui iluminado dentro de mí. Algo resplandeció en mi interior. Creo que usted también ha experimentado esto.

    Además de 2 Corintios 4:6, tenemos Juan 1:4, 5, y 9. “En el principio era el Verbo ... En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella” (Jn. 1:1, 4-5). Las tinieblas nunca podrán vencer la luz. La luz siempre disipa las tinieblas. Cuando viene la luz, las tinieblas huyen.

    ¿Quién es la luz y qué es la luz? La luz es Cristo, el Verbo vivo de Dios. Cuando Cristo vino como la verdadera luz que resplandece en las tinieblas, las tinieblas no pudieron vencerlo. El es la verdadera Luz.

    Debemos recordar las tres venidas: la venida del Espíritu, la venida de la Palabra o el Verbo, y la venida de la Luz. Después de estas venidas, se producen tres separaciones, tres divisiones.

    4) La separación entre la luz y las tinieblas, 1:4-5

    La primera separación se produjo entre la luz y las tinieblas. Este fue el cuarto requisito para generar la vida. Esa separación tuvo como fin mostrar la distinción entre el día y la noche, apartando así la luz. Esto es difícil de entender, así que usaremos un ejemplo para aclararlo.

    Inmediatamente después de ser salvo, usted no tenía ningún discernimiento y no podía distinguir entre la luz y las tinieblas. Pasó el tiempo y siguió adelante con el Señor. Gradualmente se produjo una separación dentro de usted, y tuvo el discernimiento de decir: “Esto es luz y aquello es tinieblas. Guardaré la luz, y desecharé las tinieblas”. Antes de ser salvos, no teníamos ni un solo día; vivíamos en una noche de veinticuatro horas. Estábamos continuamente en la noche, una noche oscura, nublada y sin estrellas.

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

  • Pero, ¡alabado sea el Señor! Desde el día de nuestra salvación, algo empezó a amanecer. Es el día.

    Quizás su primer día fue solamente de cuatro horas, y luego anocheció de nuevo. No importa cuán largo haya sido, usted tuvo su primer día. ¡Alabado sea el Señor! Después de diez horas de noche, usted vino a una reunión y en esa reunión vio la aurora. Fue un nuevo día y usted gritó: “¡Aleluya!” Luego fue a estudiar o a trabajar, y volvió a anochecer. ¡No se desilusione! La tarde es una señal de que la mañana vendrá. También, cuando usted está en la mañana, prepárese para el regreso de la tarde. En Génesis 1:5 no dice mañana y tarde, sino tarde y mañana, porque salimos de la noche. “Y fue la tarde y la mañana el primer día”. ¡Alabado sea el Señor!

    Para los jóvenes, la noche siempre se alarga, mas para la gente mayor la noche se acorta. Mis experiencias me muestran que tengo un día espiritual más largo que el suyo. Mi día espiritual consta de diecinueve horas y mi noche espiritual de solamente cinco. Cuando entremos en la Nueva Jerusalén, ya no habrá noche (Ap. 21:25). Usted debe crecer. Tal vez su día sólo dure diez horas y su noche catorce. Usted debe crecer para que sus días se alarguen y se acorten sus noches.

    Necesitamos la separación entre el día y la noche, el discernimiento entre la luz y las tinieblas. En 2 Corintios 6:14 Pablo pregunta: “¿Qué comunión tiene la luz con las tinieblas?” Esta palabra debe de referirse también a Génesis 1. Dios separó la luz de las tinieblas; así que no intente mezclarlas. La luz no tiene nada que ver con las tinieblas. ¿Qué clase de comunión puede tener la luz con las tinieblas? Esto indica que nosotros somos hijos de luz y que no debemos unirnos en yugo ni mezclarnos con la gente que vive en las tinieblas. Debemos mantener la separación. Ellos son hijos de las tinieblas, y nosotros somos hijos de la luz. Todos debemos decir: “¿Qué comunión puede haber entre la luz y las tinieblas?” Esta es una verdadera separación. Si conservamos este requisito, tendremos más luz.

    5) La separación entre las aguas que están bajo la expansión

    y las aguas que están sobre ella, 1:6-8

    Pasamos al quinto requisito para generar vida: separar las aguas de vida al hacer una expansión. Las aguas que están sobre la expansión deben estar separadas de las aguas que se encuentran debajo de la expansión. Separar la luz de las tinieblas es algo bastante objetivo; separar las aguas que están sobre la expansión de las que están debajo de la expansión, resulta bastante subjetivo. Necesitamos una segunda separación: separar lo celestial de lo terrenal (Col. 3:1-3). Las aguas que están debajo de la expansión representan lo terrenal, mientras que las aguas que están sobre la expansión

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

  • representan lo celestial. Algunas cosas quizás no sean oscuras, pero son terrenales, y no celestiales.

    Supongamos que mientras hablo, llevo un sombrero vaquero, y estoy vestido como vaquero, con botas y todo. Esto no es algo de las tinieblas, sino algo terrenal. Supongamos que yo uso una corbata ancha, de 20 centímetros de ancho, de color verde, rojo, azul, violeta y amarillo vivo. Si usara eso, demostraría que me falta la expansión.

    ¿Qué es la expansión? Es simplemente la atmósfera, el aire que envuelve la tierra. Sin la atmósfera no se podría generar ninguna vida sobre la tierra. No hay vida en la luna porque no hay ninguna expansión alrededor de ella. Dios creó la expansión alrededor de la tierra para que ésta produjera vida. Después de ser salvos, no sólo tenemos luz dentro de nosotros, sino también aire, expansión. Algo ha entrado en nosotros para separar lo celestial de lo terrenal, las cosas de arriba, las que Dios aprueba, de las cosas de abajo, las que reprueba. ¿Qué es eso? Es la obra separadora de la cruz. Después de ser salvos y de avanzar con el Señor, experimentaremos la cruz. La cruz hace una separación. Separa lo natural de lo espiritual, lo santo de lo vil, y lo celestial de lo terrenal. Hebreos 4:12 nos revela que la Palabra viva puede separarnos hasta el punto de partir nuestra alma y nuestro espíritu. Puedo decir o hacer algo bueno, pero esa palabra o ese hecho no se origina en el espíritu, sino en el alma. No hay nada malo desde el punto de vista moral, ético o humano. Sin embargo, en términos espirituales, no procede de Dios, ni de los cielos. No procede del espíritu, sino del alma, de la tierra. Por tanto, necesitamos otra separación; no solamente una separación entre la luz y las tinieblas, sino también un discernimiento entre el espíritu (las cosas de arriba) y el alma (las cosas de abajo).

    ¿Ha observado usted alguna vez en Génesis 1 que cada día Dios, después de completar algo, lo miró y lo halló bueno, con excepción del segundo? No ocurrió eso el segundo día. Génesis no dice que Dios vio las aguas y el aire y dijo que eran buenos. ¿Por qué? Porque el aire está lleno de ángeles caídos y las aguas están plagadas de demonios. Recuerde que los demonios moran en las aguas. En el segundo día, algo no era bueno: había ángeles caídos en el aire y demonios en el agua. Debemos entender que no hay nada bueno en nosotros, aun cuando la cruz lo haya separado. Nada de lo que procede de nosotros es bueno. Dios no puede decir que eso es bueno.

    6) La separación entre la tierra y las aguas, 1:9-10

    Después del segundo día, pasamos al tercero: el día de la resurrección. En el tercer día, el día de resurrección, surgió la tierra seca que estaba debajo de la expansión, para que se generase la vida. Este es el sexto requisito para generar la vida. En toda la Biblia, el mar representa la muerte, y la tierra representa a Cristo mismo. La Biblia nos dice que al

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

  • final, después de que Dios haya laborado en muchas generaciones, el mar será eliminado. Después de la rebelión de Satanás y del juicio de Dios sobre Su creación original, lo único que quedó fue las aguas. Luego Dios vino a hacer Su obra restauradora mediante el Espíritu que se cernía, mediante la Palabra viva y mediante la luz separadora. En el segundo día, la expansión separó las aguas, y en el tercer día Dios reunió las aguas que estaban bajo la expansión para que apareciera la tierra seca, a fin de producir la vida. Esto significa que Dios había obrado sobre las aguas para confinarlas y fijarles límite. En Jeremías 5:22 descubrimos que Dios trazó límites al mar. Ahora Dios sigue obrando para eliminar el mar porque allí se encuentran los demonios. El mar representa algo demoníaco, algo diabólico. Finalmente, cuando Dios concluya Su obra, ya no existirá el mar. En el cielo nuevo y la tierra nueva solamente habrá tierra, y no habrá mar (Ap. 21:1). El mar, que representa la mayor parte del reino de Satanás, habrá sido eliminado. ¡Alabado sea el Señor!

    La tierra seca surgió para producir vida, para generar vida. En el tercer día, Cristo salió de la muerte. Cristo salió de la muerte en resurrección con el único fin de generar vida. ¡Aleluya!

    Aunque usted sea salvo, las tinieblas interiores no han sido disipadas, las aguas no fueron separadas ni confinadas, y lo mortífero no ha sido limitado. A medida que usted avance con el Señor, gradualmente las aguas de muerte que están en su interior serán confinadas, limitadas y luego eliminadas. Dentro de usted, surgirá la tierra seca, la cual es Cristo, Cristo en resurrección. En 1 Pedro 1:3 se nos dice que fuimos regenerados por la resurrección de Cristo. Sin el Cristo resucitado, no se puede generar vida alguna.

    La tierra fue separada de las aguas. La tierra representa la vida, y las aguas la muerte. Separar la tierra de las aguas significa separar la vida de la muerte.

    Mientras crecemos en el Señor, aprendemos a distinguir la luz de las tinieblas, a separar lo celestial de lo terrenal, y a separar la vida de la muerte. Aunque mis palabras podrían no tener nada de las tinieblas ni nada terrenal, podría hablar sin vida. Podría estar desprovisto de vida. Mis palabras podrían ser sencillas y propias, sin nada de tinieblas ni nada mundano, y aun así podría estar lleno de muerte. Por lo tanto, debo orar: “Señor Jesús, retira todas las aguas de muerte que haya dentro de mí para que aparezca la tierra seca y se produzca la vida”. Al hablar no se debe expresar nada de tinieblas, nada de esta tierra y nada de muerte. Nuestras palabras deben contener la tierra seca que produce vida.

    Es posible que en su vida familiar no haya nada de tinieblas, nada mundano, y que tampoco haya nada de vida. Cuando alguien entra en su casa, quizás no vea nada oscuro ni mundano, pero tampoco verá vida. Todo lo que verá allí será muerte. Pero espero que

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

    Maldonado Olga

  • cuando yo vaya a visitarlo a usted, sólo vea vida. Cristo, la tierra seca, debe surgir en su casa. Cristo se manifiesta produciendo vida en su casa.

    En la tierra seca no hay tinieblas ni aguas de muerte. Sólo tenemos la tierra seca llena de toda clase de vida. Por lo tanto, deseo recalcar que lo que Génesis revela es exclusivamente un asunto de vida.

    ESTUDIO-VIDA DE GENESIS

    MENSAJE CUATRO

    DIOS RESTAURA Y CREA ALGO MAS

    (2)

    EL PROCESO

    En el último mensaje abarcamos seis puntos, que incluían tres venidas y tres separaciones. El Espíritu vino, el Verbo de Dios vino y la luz vino. Como resultado, se produjeron tres separaciones: la luz se separó de las tinieblas; las aguas de arriba se separaron de las aguas de abajo; y la tierra seca se separó de las aguas de muerte. Con estas tres separaciones la tierra seca salió de las aguas de muerte en el tercer día, el día de resurrección. El Señor Jesús es la tierra seca que salió de las aguas de la muerte. Resucitó para regenerarnos.

    En el Antiguo Testamento, la tierra representa a Cristo como fuente que genera. Esta tierra fue sepultada debajo de las aguas de muerte y volvió a subir en el tercer día. Según lo revela el relato del Antiguo Testamento, de esta tierra brotó toda clase de vida: la vida vegetal, la vida animal y la misma vida humana. El hombre fue hecho del polvo de la tierra. En tipología, eso significa que toda clase de vida procede de Cristo.

    Después de la caída de la humanidad, durante la época de Noé, la tierra volvió a quedar cubierta de las aguas de muerte (Gn. 7:17-24), lo cual significa que el hombre estaba separado de Cristo. La humanidad estaba separada del deleite de la buena tierra. Después la tierra fue recobrada de nuevo (Gn. 8:13-17, 22). La tierra fue recobrada hasta el día de la rebelión de Babel, cuando el hombre cayó aún más, y toda la humanidad se rebeló contra Dios (Gn. 11:1-9). De modo que Dios llamó a un linaje con Abraham como padre para que entrara en la tierra elevada, la buena tierra de Canaán (Gn. 12:1, 5, 7). Esta buena tierra representa también a Cristo. Abraham fue llamado a salir de Babel e ir a la buena tierra. Hemos sido llamados a salir de la rebelión para entrar en Cristo, nuestra buena tierra (1 Co. 1:9). Ahora esta buena tierra nos pertenece y está lista para producir vida.

    Maldonado Olga

  • 7) La vida vegetal es generada

    La vida vegetal fue generada en la tierra. La vida inferior, una vida sin consciencia de sí, llegó a la existencia (Gn. 1:11-13; cfr. Mr. 4:8; Os. 14:5-7). Esta es la obra generadora de vida y sucedió el tercer día, después de que la tierra saliera de las aguas de muerte. En aquel tiempo, no había ningún crecimiento de vida, sino sólo la forma más inferior de vida, una vida que no estaba consciente de sí. Si hablamos al pasto o a los árboles, el pasto no podrá entender y los árboles no reaccionarán, por no tener ningún sentimiento, ninguna percepción de sí. No tienen ningún sentimiento, pensamiento ni voluntad porque son vidas desprovistas de consciencia. Esta es la vida más inferior de todas.

    Cuando recibimos a Cristo, El salió de las aguas de muerte que había en nosotros. Cristo surgió, y nosotros ahora tenemos la vida, la vida que genera. Somos salvos y tenemos la vida. En el momento de ser salvos, recibimos vida, pero la vida que llevábamos adentro era muy insignificante. El relato de Génesis presenta eso con la vida del pasto, la vida de las hierbas, y la vida de los árboles frutales.

    Aun en la vida vegetal existen tres niveles: el pasto, la vida vegetal inferior; las hierbas que producen semillas, o sea un nivel más elevado; y los árboles frutales, un nivel todavía superior. Si leemos Génesis 1:29-30, veremos que Dios le dio al hombre las hierbas y los árboles frutales para su subsistencia. Luego Dios dio el pasto a los animales y al ganado para proporcionarles el alimento.

    Cuando usted llegó a ser cristiano, recibió vida, pero esa vida era muy inferior. Tal vez la vida que hay en usted es semejante al pasto; es vida y crece, pero es inferior. Aun comparado con otra vida vegetal, el pasto es bastante inferior. Aunque la semana pasada usted quizás se parecía al pasto, hoy ha crecido un poco más y ha llegado a ser la hierba que produce semilla. Espero que después de dos meses, usted sea un árbol que dé fruto. ¿Con qué se compararía usted: con el pasto, la hierba o los árboles? Supongamos que el Señor mismo le pregunta: “¿Y qué me dices de ti? ¿Te pareces al pasto, a las hierbas o a los árboles?” Hoy en día usted puede ser una hierba, pero después de cierto tiempo tal vez se parezca a un árbol que produce frutos. Sin embargo, cuando llegue a ser árbol, no se conforme. Este no es el último versículo del capítulo uno; es algo que sucedió en el tercer día.

    8) Aparecen los portadores de luz

    En el cuarto día, no vemos el crecimiento de vida, sino la aparición de luces firmes y bien cimentadas (Gn. 1:14-17). Aunque la luz apareció el primer día, no era tan prevaleciente, ni tan firme. En el cuarto día, no sólo vinieron las luces, sino también los

  • portadores de luz: el sol, la luna y las estrellas. Estas son luces más estables, más sólidas y más disponibles. Este es el primer requisito para el crecimiento de la vida.

    Supongamos que usted no es solamente pasto o hierba, sino también árbol. En esta etapa usted recibe más luz. Aunque tiene la luz del primer día, necesita que algo suceda en el cuarto día. Usted debe recibir luminares más elevados, más completos, más ricos, más estables y más disponibles. En 1 Juan 1:5-7 se nos dice que después de ser salvos, necesitamos más luz, y que debemos andar en la luz.

    Génesis 1:14-19 no habla de las luces de una manera vaga, sino de una forma muy definida: el sol, la luna y las estrellas. En tipología, el sol es Cristo. Cristo es nuestro sol. Malaquías 4:2 nos revela que Cristo es el Sol de justicia y que Sus alas traen sanidad. Su resplandor son Sus alas, y con el resplandor viene la sanidad. La segunda mitad de este versículo nos dice que todos creceremos bajo el resplandor de Cristo. Lucas 1:78-79 también nos dice que Cristo es nuestra aurora, el amanecer. ¡Aleluya! Jesús el Señor es nuestro sol. El es la “gran luz” que ha resplandecido en las tinieblas y en la sombra de la muerte (Mt. 4:16).

    El Señor Jesús compara también a los santos vencedores con el sol (Mt. 13:43). Ellos son uno con el Señor hasta el punto de resplandecer como el sol algún día, igual que El.

    Entonces, ¿quién es la luna? La luna es la iglesia. Aunque es difícil encontrar un versículo bíblico que indique que la luna es la iglesia, tenemos una base para afirmar que la iglesia es la luna. Recuerde el sueño de José en el que vio el sol, la luna y las once estrellas (Gn. 37:9-11). El sol era su padre, la luna era su madre, y las estrellas sus hermanos. Basándonos en este hecho, podemos decir que la iglesia como esposa, la novia de Cristo, es representada por la luna. Hoy en día, la iglesia es la luna. ¿Qué es la luna? La luna es un astro que no tiene luz propia, pero refleja la luz. La iglesia por sí sola no tiene luz. Pero ¡aleluya!, la iglesia fue hecha de tal manera que reflejara la luz de Cristo. Además, la luna sólo puede reflejar luz durante la noche. Hoy en día, en la edad de la iglesia, estamos en el período nocturno. Mire el mundo. ¡Cuán oscuro está! Aunque la iglesia se encuentra realmente en la noche oscura (las iglesias locales son los candeleros que resplandecen en esta noche oscura, Ap. 1:20), ella puede reflejar la luz de Cristo. No obstante, con frecuencia la iglesia (igual que la luna) no es muy estable y pasa por altibajos. La iglesia puede ser la luna llena, la media luna o la luna nueva. Cuando no hay luna, las estrellas resplandecen. ¡Aleluya!

    No solamente tenemos el sol y la luna, sino también las estrellas; no solamente tenemos a Cristo y la iglesia, sino también a todos los santos vencedores. Daniel 12:3 dice que aquellos que vuelven muchos a la justicia resplandecen como estrellas. Si vamos a ayudar a la gente a ser salva, si vamos a volver a la gente de las tinieblas a la luz, si

  • vamos a recobrar a todos los descarriados, debemos ser las estrellas resplandecientes. Apocalipsis 1:20 nos revela que las iglesias son los candeleros que brillan en las tinieblas y que los ángeles (los seres vivientes en las iglesias) son las estrellas resplandecientes. El Señor dijo que los santos son “la luz del mundo” (Mt. 5:14), y Pablo dijo que los santos resplandecen “como luminares en el mundo” (Fil. 2:15).

    Después de crecer en vida y pasar del pasto al árbol, nosotros no deberíamos quedar satisfechos, pues era solamente el tercer día, y no el último. Debemos seguir adelante y pasar al cuarto día para disfrutar a Cristo como el amanecer, para disfrutar a la iglesia como la luna resplandeciente, y para disfrutar a muchos buenos santos como estrellas brillantes, a fin de crecer en vida.

    Si la luna no resplandece, no diga que la luna no está allí. La luna sigue siempre ahí. Del mismo modo, no diga que no hay iglesia; la iglesia sigue presente. El pr