Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un...

398

Transcript of Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un...

Page 1: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se
Page 2: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

Copyright © Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, 2007Primera edición, Noviembre 2007

Marta Novick y Héctor Palomino (coordinadores), Alejandra Beccaria, Roberto Bisang, Vic-toria Castillo, Mario Cimoli, Valeria Esquivel, Juan Federico, María Antonia Gallart, Graciela Gutman, Hugo Kantis, Ximena Mazorra, Sofía Rojo, Sebastián Rotondo, Sebastián Sztulwark, Gabriel Yoguel.

Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

1ª edición. Buenos Aires, Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, 2007

ISBN 978-84-96571-68-6 (print) / ISBN 978-84-96571-68-6 (web pdf)

Este libro fue desarrollado por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social a través de la Subsecretaría de Programación Técnica y Estudios Laborales. Los estudios se realizaron en el marco de los proyectos con fi nanciamiento BID-UNPRE 1.EG.57 “Desarrollo de fuentes de información” y 1.EG.59 “Estudios estratégicos” para el Observatorio del Trabajo y el Empleo en la Argentina.

La maquetación, armado de interior y diseño de cubierta estuvieron a cargo de

Pje. José M. Giuffra 339 (C1064ADC). Tel-fax: (54 11) 4361-6743, Buenos Aires, [email protected] / www.minoydavila.com.arImpreso en Buenos Aires, Argentina

Page 3: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se
Page 4: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se
Page 5: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

Dr. Carlos A. Tomada:Prólogo .............................................................................................. 9

Introducción Mario Cimoli, Marta Novick y Héctor Palomino: Estudios estratégicos sobre el trabajo y el empleo para la formulación de políticas ....................................................... 13

1. Victoria Castillo, Marta Novick, Sofía Rojo y Gabriel Yoguel: Trayectorias laborales en la Argentina desde mediados de la década del noventa ................................................................ 45

2. María Antonia Gallart: Enfoques actuales sobre el sector informal .......................... 81

3. Hugo Kantis y Juan Federico: Comportamientos estratégicos y creación de empleo en la post-convertibilidad. El caso de las empresas de rápido crecimiento .............................................................................. 105 4. Gabriel Yoguel: Tramas productivas y generación de ventajas competitivas: un abordaje metodológico para pasar de la fi rma individual a la red .................................................................................. 145

5. Roberto Bisang y Sebastián Sztulwark: Tramas productivas de alta tecnología y ocupación. El caso de la soja transgénica en la Argentina ...................... 181

6. Graciela E. Gutman: Ocupación y empleo en el complejo productivo lácteo en la Argentina ...................................................................... 225

Page 6: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

7. Victoria Castillo, Sofía Rojo, Sebastián Rotondo y Gabriel Yoguel: La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales desde mediados de los noventa ............................... 269

8. Ximena Mazorra y Alejandra Beccaria: Especialización productiva y empleo en Areas Económicas Locales ................................................... 327

9. Valeria Esquivel: Género y diferenciales de salarios en la Argentina ............... 363

Los autores ........................................................................................ 393

Page 7: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

7

Page 8: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se
Page 9: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

9

Los estudios estratégicos sobre el trabajo y el empleo que aquí presenta-mos están animados por nuestro deseo de contribuir al debate sobre los

problemas contemporáneos de nuestro país y las orientaciones requeridas para construir soluciones. Nuestra responsabilidad en la gestión de los asuntos del mundo del trabajo fundamenta nuestro interés en estos temas y la necesidad de que tales debates contribuyan a la formulación de las políticas públicas. En especial en el momento actual, cuando los avances registrados en términos de reducción del desempleo y la pobreza, y del incremento de la protección y garantías del trabajo –objetivos centrales de nuestra gestión– confi rman el acierto sobre el camino decidido. Sin embargo, consideramos que estos logros no son sufi cientes y que resta todavía una tarea de largo alcance no sólo para resolver defi nitivamente la pobreza y el desempleo sino también para consolidar un modelo de desarrollo económico y social sostenible.

Lo que necesitamos es generar nuevas ideas y perspectivas sobre las orientaciones del desarrollo y los cambios estructurales de largo plazo, sabiendo de antemano que estos no operan en el vacío, sino que requieren de la voluntad y participación de los actores sociales y, fundamental-mente, del Estado. Al respecto, nuestra convicción es que la orientación del desarrollo sólo puede afi anzarse sobre las realidades concretas de la producción y el empleo en la Argentina. Y por lo tanto debemos conocer estas realidades, fi nalidad central de estos estudios destinados a la for-mulación y el diseño de las políticas públicas.

Quisiéramos destacar aquí algunas de las contribuciones que presen-tan los diversos estudios, tanto en el plano de los contenidos como en

Page 10: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se hace una especial referencia al balance de los resultados del modelo económico aplicado en la década pasada que acentuó la heterogeneidad productiva de nuestro país.

La importancia de esta constatación debe ser resaltada, porque no se limita sólo a los efectos negativos sobre el empleo o la producción industrial en los noventa, sino que se refi ere también a los efectos per-durables en el tiempo de tales procesos. El análisis de las trayectorias laborales truncas de trabajadores que tienen difi cultades para retornar al empleo formal, especialmente en la industria, supone al mismo tiempo la pérdida de competencias de las empresas que los empleaban, e incluso en algunos casos su desaparición. Asimismo, el incremento de la hetero-geneidad productiva implica el aumento de las disparidades entre activi-dades, tanto más cuanto algunas de ellas encararon intensos procesos de modernización, como es el caso de la producción de soja o la industria láctea, agudizando el contraste con las actividades que sufrieron fuertes retrocesos.

En el plano microeconómico se registran disímiles estrategias de empresas, algunas creadoras y otras destructoras de empleos, que tras-cienden la movilidad laboral vinculada con los ajustes al ciclo económico. En el plano territorial, se constata que aquellas regiones con menor diver-sifi cación productiva son las que registran un mayor impacto negativo en términos de producción y empleo en la fase recesiva de fi nes de los noventa, y una más lenta recuperación en el actual ciclo de auge eco-nómico. Y fi nalmente, el incremento de las disparidades entre el sector formal y el informal que alcanza hoy, como nunca antes en la Argentina, una fuerte repercusión pública, tanto más intensa cuanto más se atenúa el desempleo y se incrementan, por el contrario, las demandas de calidad del empleo.

Describir, analizar y explicar estos procesos involucró la necesidad de revisar las fuentes de información existentes, crear fuentes e innovar conceptual y metodológicamente para vincularlas, de modo de integrar-las y profundizar en el conocimiento de los problemas del empleo y el trabajo. Para comprender el impacto perdurable de la pérdida de puestos fue necesario recrear el concepto de trayectorias laborales, de modo de organizar la información de los registros existentes. Para hacer inteligi-bles esas trayectorias y entender las vinculaciones de actividades diversas en la industria automotriz, el complejo de la soja o la producción de lác-teos, fue necesario recurrir a la noción de trama, que permite acercarnos

Page 11: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

11Prólogo

a la dinámica económica concreta trascendiendo las nociones clásicas de rama o sector. Para discernir la lógica de implantación territorial de la economía y el empleo, la mayor o menor concentración o diversifi cación productiva en el espacio, fue necesario desarrollar la noción de áreas económicas locales. De la misma manera, poder diferenciar las estrate-gias empresarias nos posibilita la comprensión de la dinámica microeco-nómica y su impacto dispar sobre el empleo. Y por último, la refl exión sobre la informalidad laboral nos permite entender los problemas de la heterogeneidad productiva de nuestro país, ya no sólo en términos de la clásica diferencia entre formalidad e informalidad, sino de la heteroge-neidad intrínseca de cada uno de esos sectores y de sus efectos no sólo económicos sino también sociales, observables aquí en términos de los diferenciales salariales por género.

Estas contribuciones no están destinadas sólo al debate académico sino también al diseño y la formulación de políticas públicas. Porque permiten delinear y ensayar propuestas que combinen la estabilidad en el empleo, la formalidad y el registro laboral con el acrecentamiento de las competencias laborales, a través no sólo de regulaciones sino de la promoción concreta de la capacitación, la formación y la atención de las demandas de asistencia técnica por parte de las empresas. Son estas precisamente las herramientas con las que, desde el Estado, podemos contribuir a la sustentabilidad del desarrollo económico y a su orienta-ción futura. Esta misma es la convicción que impulsó la creación de la Subsecretaría de Programación Técnica y Estudios Laborales, para la elaboración de estudios como los que aquí presentamos.

Para concluir, deseamos agradecer el invalorable apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo y de la Unidad de Preinversión del Minis-terio de Economía y de la Producción para la realización de los trabajos que componen este volumen.

Dr. Carlos A. TomadaMinistro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social

Page 12: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se
Page 13: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

13

Mario Cimoli, Marta Novick y Héctor Palomino1

La realización de los estudios estratégicos sobre el trabajo y el empleo en la Argentina que presentamos en este libro tuvo lugar en un con-

texto singular. Hacia fi nes de 2003, momento que corresponde a la for-mulación inicial del programa de estudios, comenzaban a tornarse evi-dentes los efectos positivos de la mejora de la tasa de crecimiento sobre el empleo y la pobreza.

Si bien el crecimiento económico tenía efectos positivos e inmediatos sobre el empleo, se requería una renovación del marco de políticas públi-cas de modo que la generación del empleo se colocara como un objetivo central de las mismas, condición necesaria para otorgarle sustentabilidad económica y social. Esta condición era por demás exigente, ya que su for-mulación no se restringía a la promoción de “cualquier tipo” de empleo, sino de un empleo de calidad que al tiempo de asegurar la inclusión social promoviera el acceso a la ciudadanía.

El nuevo patrón de crecimiento se fue consolidando. Hacia el segundo semestre de 2006, la tasa de desocupación abierta descendió por debajo de los dos dígitos por primera vez en trece años, mientras que la propor-ción de personas por debajo de la línea de pobreza se redujo a 26,9% (o 19,2%, si se consideran los hogares). Ello implica un quiebre manifi esto de la tendencia que desde la segunda mitad de los noventa articulaba la pobreza y el desempleo, el legado más gravoso del período de la con-

1 Cabe destacar la contribución sustancial de Soledad Villafañe, de la Subsecretaría de Programación Técnica y Estudios Laborales (SSPTyEL) del Ministerio de Trabajo, Em-pleo y Seguridad Social (MTEySS), en la realización de este artículo, que no se agotó en la recopilación del material y seguimiento puntual de los estudios que componen este volumen, sino que también incluyó el aporte de enfoques e ideas para su redacción.

Page 14: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

14 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

vertibilidad. La recuperación económica evidenciada en nuestro país en los últimos cuatro años y el ritmo de crecimiento sostenido e intenso, combinado con la implementación de diversas medidas de política eco-nómica y social, han posibilitado la generación de empleo, mejoras en los ingresos laborales y no laborales, así como en las condiciones de vida de la sociedad.

En síntesis, la publicación de estas contribuciones encuentra un panorama muy diferente al de la época de su formulación inicial, por lo que la posibilidad de poner en la perspectiva actual aquellos resultados permite avanzar más allá de las formulaciones originales y adentrarnos en lineamientos de políticas. Este requerimiento es central, porque aún subsisten importantes sectores excluidos de los benefi cios del crecimiento económico y, pese a las mejoras recientes en la distribución del ingreso, no se han logrado recobrar todavía los elevados niveles de empleo y la baja incidencia de la pobreza que se registraban en la primera mitad de los setenta2.

Desde el MTEySS, el interrogante planteado se vincula con el análisis de las condiciones para consolidar la función socialmente integradora del mercado de trabajo que contribuya a sustentar el desarrollo, lo cual plantea el desafío de construir una visión estratégica sobre los principales mecanismos que lo tornan posible en el contexto internacional actual. Los cuatro ejes temáticos que permiten organizar las diferentes contribuciones de los estudios a dicha construcción son los del cambio estructural, la heterogeneidad productiva, la orientación del desarrollo y, fi nalmente, la discusión sobre las regulaciones laborales requeridas para consolidar la función integradora del mercado de trabajo.

Esta selección de temas no es azarosa. Responde principalmente a la agenda de un nuevo debate sobre el desarrollo económico, que no se agota en el análisis crítico de las reformas económicas aplicadas en los noventa, sino que avanza sobre la construcción de políticas alternativas.

En ese debate adquiere una importancia clave la problemática del cambio estructural. Un modelo que delegue en los incentivos de pre-cios la construcción de capacidades tecnológicas y centre el crecimiento en la acumulación de factores productivos minimiza la importancia de las transformaciones industriales y de las políticas laborales. De hecho, cuando lo que se tiene en mano son problemas complejos como redes productivas, externalidades, retornos crecientes y coordinación de deci-

2 Con anterioridad a la década del noventa, la tasa de desempleo promedio se ubicaba alrededor del 4,5% (1974-1988). La proporción de pobres en el total de la población no superó el 10% de los hogares hasta 1986.

Page 15: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

15Introducción. Estudios estratégicos sobre el trabajo y el empleo…

siones, la elección entre distintas estrategias de política tiene implica-ciones centrales para la trayectoria de crecimiento de largo plazo. Sin duda, la elección e implementación de estas estrategias conlleva temas de economía política y de construcción de instituciones que escapan a los objetivos de este trabajo. No obstante, resulta necesario considerar las importantes enseñanzas que brindan los estudios disponibles sobre el papel de las políticas en el desarrollo económico, algunas de las cuales se recuperan en las próximas secciones.

Los estudios aquí presentados son el resultado de la revisión de esta-dísticas y la generación de nuevas fuentes de información y metodologías de análisis sobre el empleo y el trabajo, realizadas en el marco de los proyectos con fi nanciamiento del Banco Interamericano de Desarrollo y la Unidad de Preinversión del Ministerio de Economía y Producción “Desarrollo de fuentes de información” y “Estudios estratégicos” para el Observatorio del Trabajo y el Empleo en la Argentina. Estas nuevas metodologías permitieron abordar el análisis de trayectorias laborales de trabajadores, de tramas productivas que trascienden las confi guraciones sectoriales, la delimitación de Areas Económicas Locales que combinan diversas fuentes de datos socioeconómicos sobre espacios geográfi cos delimitados, los diferenciales salariales por género y nuevos enfoques teóricos sobre el sector informal. Esta renovación conceptual y meto-dológica orienta la formulación y diseño de políticas y modalidades de intervención innovadoras sobre los problemas actuales del empleo y el trabajo, reafi rmando el sentido inaugural de la constitución de la Direc-ción Nacional del Trabajo (Lobato, 2007), precedente un siglo atrás del actual MTEySS, de encarar estudios destinados a fundamentar la legis-lación, la administración y la formulación de políticas laborales.

El debate contemporáneo sobre patrones de desarrollo se abre como resultado del fracaso económico y social del modelo basado en la liberali-zación de los mercados y la reducción del papel del Estado en la actividad económica, que prevaleció en América Latina desde la década del ochenta y en nuestro país con mayor intensidad en los noventa.

En el enfoque del mainstream que orientó reformas económicas en América Latina, se concebía el desajuste entre la oferta y la demanda de empleo como derivado fundamentalmente de las rigideces del mercado

Page 16: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

16 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

laboral que imposibilitaban una reducción de los salarios así como de costos no salariales. Se suponía que, una vez eliminadas dichas rigideces, a través de la fl exibilización laboral y la supresión de las instituciones de protección del trabajo creadas en el paradigma anterior de sustitución de importaciones, sería posible llegar a un equilibrio en este mercado con un menor costo de la mano de obra. En este sentido, el salario dejó de ser concebido como un elemento central de confi guración de la demanda interna y motor del desarrollo, y pasó a ser considerado meramente como un costo de producción que era necesario reducir para lograr ganancias de competitividad.

Durante la década del noventa, período de liberalización de los merca-dos y los factores (en especial capital, trabajo y tecnología) y del retiro del Estado de la esfera productiva, el crecimiento económico estuvo liderado principalmente por sectores productivos de bienes basados en recursos naturales y algunas commodities industriales en las que el país tenía ven-tajas competitivas. El enfoque que prevalecía privilegiaba las políticas horizontales, sin atender las confi guraciones sectoriales de la estructura productiva que requerían políticas verticales y selectivas y una partici-pación activa del Estado en su formulación.

Si bien se esperaba que con la apertura de la economía los sectores transables generaran la sufi ciente demanda de trabajo para absorber a los trabajadores expulsados de las actividades que no pudieran ser competiti-vas3, esto no sucedió en realidad, delineándose un patrón de crecimiento con elevados niveles de desempleo. Otra consecuencia central en este modelo fue la creciente heterogeneidad estructural en la esfera produc-tiva, laboral y regional, así como el aumento de la pobreza, fuertemente infl uido por el persistente deterioro en la distribución del ingreso. Estos efectos del paradigma de liberalización de los mercados colocan en pri-mer plano la cuestión del cambio estructural.

El papel del cambio estructural en el crecimiento económico ha reci-bido una atención renovada en los últimos años, tanto en el campo de la teoría económica como en el de los estudios empíricos. Este interés cre-ciente en el tema no podría ser más oportuno, en un contexto en el que la tecnología transforma cada vez más rápidamente la dinámica competitiva y da lugar a la emergencia de nuevos sectores y actividades en cuanto otros tienden a desaparecer. La forma en que cada país se posiciona en ese nuevo contexto tiene implicaciones muy importantes para sus pers-pectivas futuras de crecimiento y empleo.

3 En especial, los sectores de la industria manufacturera productores de bienes importables.

Page 17: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

17Introducción. Estudios estratégicos sobre el trabajo y el empleo…

Las ideas de desarrollo económico y cambio estructural se encontraban estrechamente asociadas en las contribuciones pioneras de la teoría del desarrollo hacia mediados del siglo XX. Se argumentaba que el desarrollo implicaba la reasignación de los factores de producción (trabajo y capital) desde los sectores de baja productividad hacia los de alta productividad, en los que prevalecían los retornos crecientes (Hirschman, Rosenstein-Rodan, Gerschenkron, Chenery y Sirquin). Este proceso estaría pautado por un peso cada vez mayor de la industria en la economía, a la que se consideraba el vector principal de los aumentos de productividad en el tiempo. Allí se generarían los efectos de derrame, los encadenamientos hacia atrás y adelante, y las externalidades pecuniarias y tecnológicas que dan sustentación a los retornos crecientes.

Mientras tanto, en la percepción de dichos autores, la búsqueda del cambio estructural enfrentaba desafíos más difíciles que los de la acumu-lación de factores de producción. Una preocupación clave era la existen-cia de complementariedades intersectoriales e indivisibilidades tecnoló-gicas en la industria. Las complementariedades exigían que la expansión de los distintos sectores ocurriera de forma más o menos simultánea, ya que ninguno de ellos era viable aisladamente. Las indivisibilidades tecnológicas, a su vez, implicaban que las inversiones necesarias eran de elevado porte. Como resultado, surgía un problema particularmente complejo de coordinación de las decisiones de inversión, cuya solución necesariamente requería de políticas públicas de promoción del cambio estructural.

Al mismo tiempo, se creía que las transformaciones de la estructura interna de la economía también producirían la gradual transformación de su patrón de inserción externa. Este tema, que fuera particularmente caro a Prebisch, apuntaba a la existencia de una relación estrecha entre la estructura productiva y la de las exportaciones e importaciones, que en el caso de las economías periféricas generaba una tendencia recurrente al desequilibrio externo. Ello se traducía (suponiendo una muy baja elasti-cidad precio de las demandas de exportación e importación) en tasas más bajas de crecimiento como mecanismo de corrección del desequilibrio.

Finalmente, el cambio estructural tenía una tercera dimensión que también era central en la percepción de los pioneros del desarrollo: la transformación de la estructura del empleo. Inicialmente, las economías en desarrollo eran vistas como duales, caracterizadas por un sector agrí-cola atrasado y uno industrial moderno. Gradualmente, esta clasifi cación fue dejando lugar a una perspectiva más amplia basada en el concepto de heterogeneidad estructural, que permitía mayor fl exibilidad en la elección de los sectores modernos y rezagados. El concepto actual de heteroge-

Page 18: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

18 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

neidad se remonta a la serie de trabajos realizados por Aníbal Pinto en los años setenta, quien enfatizaba que la concentración del progreso téc-nico había creado una estructura productiva segmentada, donde podían distinguirse al menos tres estratos. En el estrato productivo más alto, el polo moderno, se contaban las actividades de exportación, industriales y de servicios, que funcionaban con niveles de productividad semejantes al promedio de las economías más desarrolladas. En el estrato inferior, el primitivo, se encontraban los sectores más rezagados, cuya produc-tividad no era muy diferente a la de la época colonial. Por último, este autor distinguía un estrato intermedio cuya productividad correspondía a la del promedio de la economía nacional. El desarrollo exigía redistribuir el empleo hacia los estratos de mayor productividad y vaciar el estrato primitivo. Dicho proceso no sólo favorecería el aumento de la produc-tividad agregada y la difusión de tecnología, sino que también tendría un efecto positivo sobre el comportamiento de los salarios reales en la periferia, que pasarían a aumentar en correspondencia con los aumentos de la productividad.

Retomando las ideas industrialistas, los modelos evolutivos hacen hincapié en el cambio tecnológico como motor del cambio estructural y fuente de la especialización internacional (Cimoli y Primi et al. 2006; Cimoli y Dosi et al., 2006). El cambio tecnológico explica los cambios estructurales con la aparición de nuevos productos, sectores y tramas productivas. Las economías que son capaces de absorber los nuevos para-digmas y trayectorias tecnológicas modifi can la composición sectorial de su industria, difunden el cambio tecnológico al resto de la economía, generan una mayor difusión tecnológica en las tramas productivas y crean empleos de mejor calidad y con mayor conocimiento incorporado. La presencia de estas cuestiones en el debate sobre el desarrollo se debe a que, como lo señala Ocampo:

El proceso de crecimiento está intrínsecamente ligado a la dinámica de las estructuras productivas y a las políticas e instituciones creadas específicamente para apoyarlas, sobre todo aquellas que facilitan la difusión de innovaciones (⁄) promueven la creación de encadena-mientos productivos entre sectores y empresas nacionales y tienden a reducir el dualismo o heterogeneidad estructural que caracteriza las estructuras productivas de los países en desarrollo (Ocampo, 2005).

La propuesta de este documento, en base a lo expuesto, es que la estrategia de política relevante para resolver los problemas del mercado laboral y la mejora en las condiciones de vida de la población, según el

Page 19: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

19Introducción. Estudios estratégicos sobre el trabajo y el empleo…

paradigma teórico adoptado, está integrada al menos por tres aspectos centrales.

• En primer lugar, las instituciones y políticas propias del mercado de trabajo que permitan el traspaso de los trabajadores hacia los secto-res más productivos, así como la redistribución de los benefi cios del crecimiento económico entre los integrantes de la sociedad.

• En segundo lugar, la estructura productiva y su desarrollo, como hemos señalado, se constituyen en un pilar fundamental, al permitir que se genere una demanda de trabajos de buena calidad así como por darle sustentabilidad económica al modelo.

• Tercero, la interacción entre las instituciones y la estructura productiva cumple un rol clave en el logro de una sustentabilidad intergeneracio-nal del modelo, a través de la formación de trabajadores que puedan responder a las nuevas necesidades de califi cación, organización y movilidad que impone el nuevo paradigma tecnoproductivo; asimismo, el desarrollo tecnológico necesario para que se verifi que el cambio estructural de los sectores productivos requiere de políticas tecnoló-gicas activas.

Estos tres pilares precisan además una fuerte coordinación para que sean efectivos, tal como lo enseñan las diversas experiencias de desarrollo transitadas por nuestro país. A la vez, el sostenimiento de una política macroeconómica estable, orientada a la producción y con una fl exibilidad administrada del tipo de cambio4 (Ffrench Davis, 2005) y una política fi scal que ayude a la regulación de la demanda agregada se convier-ten en una condición necesaria, aunque no ciertamente sufi ciente, de la estrategia de desarrollo. A continuación se analizan dichos aspectos por separado, poniendo nuevamente el foco de atención en el empleo.

4 Aquí se advierte que este tipo de regímenes intermedios posibilitan el logro de un equili-brio entre dos funciones centrales que debe cumplir el tipo de cambio en el actual contexto mundial. Por un lado, ante la pérdida de grados de libertad en la política de desarrollo productivo que impone la globalización, se convierte en una herramienta fundamental de la competitividad internacional y una variable crucial para la asignación de recursos (tra-bajo y capital) hacia los sectores transables (principales determinantes de la performance del mercado laboral –Frenkel y Ros, 2004–); por otro, ante la alta volatilidad de los fl ujos de capitales, se transforma en un amortiguador de los impactos positivos y negativos que se generen durante los ciclos de auge y caída.

Page 20: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

20 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

La discusión sobre cómo lograr un buen funcionamiento del mercado laboral, que permita niveles y calidad de ocupación acordes a las nece-sidades de la población, y cuáles son las instituciones laborales que lo hacen posible confronta posiciones derivadas de paradigmas opuestos. Para el esclarecimiento de este debate, parece importante comenzar con una discusión acerca de cuáles son los objetivos que tienen las políticas, regulaciones e instituciones del mercado laboral.

Las instituciones laborales tienen al menos –como señala Van der Hoeven (2000) en un artículo reciente– tres funciones centrales:

• Por un lado, mejorar la efi ciencia en la asignación y relocalización de trabajadores con los puestos de trabajo generados. Esto se refi ere al matching entre los trabajadores y las oportunidades de empleo, que permita reducir el desempleo, relocalizar trabajadores entre activida-des, etc.

• Por otro, mejorar la “efi ciencia dinámica”, esto es, mejorar la calidad de la fuerza de trabajo futura a través de educación, capacitación, entrenamiento, etc., pero también el logro de ciertas condiciones de vida que posibiliten que los trabajadores del futuro puedan acceder a los puestos que se generen.

• Por último, mejorar o mantener el sentido de equidad y justicia social entre los trabajadores (contención de inequidades). Al respecto, diver-sos estudios –en especial, Freeman (2000)– concluyen que las ins-tituciones del mercado laboral, en una serie de países desarrollados, apuntan más al logro de objetivos distributivos que a los de efi ciencia. De aquí se deduce que el diseño de un apropiado sistema laboral debería tener como objetivo central la mejora en las desigualdades, más que la efi ciencia económica que, aunque muy importante, se encuentra determinada, como hemos visto, por otros factores.

Los defensores de la fl exibilización dan por sentado que la demanda laboral que se generaría en los sectores benefi ciados por la desregula-ción de los mercados sería sufi ciente para absorber la oferta de trabajo disponible. Es en este sentido que los desajustes deberían resolverse a través de la fl exibilización y de los cambios en los salarios relativos, que funcionarían como incentivos de la movilidad laboral hacia los sectores más dinámicos. Pero, precisamente, la fl exibilización y la caída en los salarios reales durante los noventa no lograron el prometido ajuste entre oferta y demanda de trabajo.

La baja generación de empleo en este período fue el resultado de diversos factores, entre los que se destacan las políticas macroeconómicas

Page 21: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

21Introducción. Estudios estratégicos sobre el trabajo y el empleo…

aplicadas y el debilitamiento de la estructura productiva, cuestión que fue señalada por diversos autores.

Si bien en numerosos ámbitos existe consenso acerca de la imperiosa necesidad de crear empleos y mejorar la calidad de los mismos, así como de lograr la inclusión social, aún subyacen diferencias sustanciales sobre el tipo de instituciones laborales que hagan posible este cambio. Toda-vía en la actualidad, algunos organismos internacionales, en especial el FMI y otras instituciones fi nancieras, siguen prescribiendo que una mayor fl exibilidad laboral redundará en un menor nivel de desempleo5 (Freeman, 2005).

Sin embargo, la fl exibilización laboral, el debilitamiento y hasta la eliminación de numerosas instituciones que protegían a los trabajadores y también las referidas a la organización del trabajo (jornada laboral, vacaciones, etc.) han tenido un impacto muy signifi cativo en la calidad del empleo. Ello se manifi esta claramente en la aparición de formas de contratación precarias, la reducción del nivel de salarios reales y la movi-lidad laboral, todo lo cual ha provocado una heterogeneidad del mercado laboral sin precedentes.

La cuestión de los impactos negativos de la fl exibilidad laboral ha sido objeto de discusión en torno a la idea de que en el corto plazo pueden existir desequilibrios que se reviertan en el largo plazo. Por ello conviene realizar aquí una aclaración adicional en relación con el tra-dicional argumento utilizado para explicar la presencia de altos niveles de desempleo, en el sentido de que este era más bien de corto plazo y/o que faltó profundizar algunas reformas a la legislación laboral para lograr mayor fl exibilización. Como señala Van der Hoeven, los efectos del ajuste de corto plazo vía desempleo, bajos salarios y reducción del gasto público afectan seriamente la función de “efi ciencia dinámica”, ya que la destrucción de capital humano, social, educación y entrenamiento pueden ser muy difíciles de revertir.

El argumento de que, después de todo, las instituciones del mercado laboral sólo benefi cian a una pequeña parte de la economía (el sector formal) ha sido frecuentemente planteado por los defensores de la fl e-xibilización laboral. Tal argumento es falaz, en primer lugar, porque la baja presencia del sector formal, ciertamente ligado a la reducción sig-nifi cativa del trabajo industrial, no se debe al mal funcionamiento del mercado de trabajo sino más bien a la falta de inversión, a la reducción en la demanda agregada, al escaso acceso al mercado de capitales, etc. Existe una falla teórica en la suposición de que a través de la liberaliza-

5 IMF, World Economic Outlook, Washington, 2003, Cap.4, p. 131.

Page 22: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

22 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

ción del mercado laboral el empleo general crecerá (Van der Hoeven y Malte, 2006).

Con respecto a la profundización de las reformas para lograr mayor fl exibilidad y, por ende, mejores resultados económicos, un análisis eco-nométrico de Freeman que relaciona el nivel de PBI per cápita con un indicador que mide las regulaciones en el mercado de trabajo señala que los países en desarrollo podrían lograr mejores resultados económicos con mayor protección laboral, mientras que los ya desarrollados pue-den hacerlo con algo menos de regulaciones laborales (Freeman, 2003). Resulta interesante destacar también que en este estudio se encuentra una fuerte relación entre la presencia de regulaciones laborales y la dis-tribución del ingreso (medida por el coefi ciente de Gini). Conclusiones similares sobre la asociación positiva entre la protección laboral y el desempeño económico alcanzan los estudios econométricos realizados por Bruno Amable en su análisis sobre las variedades del capitalismo contemporáneo (Amable, 2005).

Esto nos remite a las otras dos funciones de las regulaciones del mer-cado del trabajo, muchas veces dejadas de lado. La función de efi ciencia dinámica, que implica una reasignación intertemporal de recursos en educación y entrenamiento, involucra otros aspectos como la presencia de un sistema de seguridad social que amortigüe las reducciones de sala-rio y logre la equidad, o la presencia de relaciones laborales estables y protegidas que permitan que los trabajadores adquieran las competencias que requieren los nuevos puestos de trabajo6.

En relación con el impacto que tienen las instituciones laborales en la distribución del ingreso, un número creciente de economistas y agencias internacionales (OIT, Banco Mundial, etc.) llaman la atención sobre la infl uencia que ejerce, por ejemplo, el salario mínimo como instrumento para mejorar los ingresos así como para reducir la pobreza. Asimismo, se señala el papel que la sindicalización y las negociaciones colectivas tie-nen en la equidad salarial, las condiciones laborales en general así como en la productividad, ya que en general los trabajadores sindicalizados reciben mayor entrenamiento (Rodrik, 1997; Freeman, 2005; Palomino y Trajtemberg, 2006).

Sin embargo, el argumento de que los altos niveles de desempleo se debían centralmente al “mal funcionamiento del mercado de trabajo” no se verifi có en la Argentina, como indican, entre otros, Freeman (2003) y

6 Como se señala más adelante, las empresas con mayor proporción de empleo registrado suelen tener una mayor inversión en entrenamiento de sus trabajadores que aquellas en las que el empleo es informal y con contratos de corta duración.

Page 23: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

23Introducción. Estudios estratégicos sobre el trabajo y el empleo…

Frenkel y Ros (2004). En contra de quienes afi rman que la infl exibilidad del mercado laboral y la débil política fi scal fueron los principales res-ponsables de la crisis económica y social de 2001, Freeman sostiene que la causa central se encontraría en los riesgos de operar en los mercados de capitales globales, unidos en la Argentina a la estrategia de convertibili-dad. En base a ello, argumenta que los “problemas del mercado de trabajo no se resuelven en el mercado de trabajo” y que el buen funcionamiento del mismo depende fuertemente de cómo funcionen los otros mercados, en especial el de capitales.

Frenkel y Ros consideran, en la misma línea, que el pobre desempeño del mercado laboral de la Argentina se encuentra fuertemente explicado por el comportamiento del sector de bienes transables, en especial en la industria manufacturera. La apreciación real de la moneda, junto a la apertura y liberalización de los mercados, tuvieron efectos devastadores sobre la competitividad y el empleo industrial y, por ende, sobre el mer-cado laboral en general. Los autores señalan que atribuir el diferencial de ajuste del mercado laboral a diferencias en la fl exibilidad de los mismos es “simplemente erróneo”, y no existen casos en los que las pérdidas de competitividad, asociadas a ingresos masivos de capitales y apreciación de la moneda, se hayan revertido por reducciones de los salarios reales. Pero aun si esto fuera posible, el costo en términos sociales sería devas-tador, tal como se observó en la Argentina.

Desde la recuperación de la crisis económica, se evidencia en nues-tro país una nueva fase de crecimiento económico con claras diferen-cias respecto del modelo anterior. Por un lado, el mantenimiento de un tipo de cambio alto permite la recuperación del sector industrial, antes desfavorecido por el efecto que el tipo de cambio apreciado tenía en su competitividad. Ello estimula el crecimiento del empleo, al tiempo que transforma además el patrón de generación de empleo, ya que los mecanismos que estimulaban el trabajo no registrado van siendo progre-sivamente sustituidos por regulaciones que favorecen la generación de puestos en su gran mayoría formales7.

Freeman planteó que el mercado de trabajo de la Argentina parece haber funcionado razonablemente bien en el ajuste a la crisis econó-

7 Mientras que en la década del noventa, de cada 100 nuevos puestos generados, el 80% eran no registrados, a partir de 2003 la relación es inversa; en el último semestre de 2006, de cada 100 puestos de trabajo netos generados, 92 son empleados asalariados registrados en la seguridad social.

Page 24: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

24 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

mica de 2001-20028. Este componente es decisivo, porque el principal mecanismo de transmisión del crecimiento económico al bienestar de los hogares es el mercado de trabajo, ya que constituye la fuente prin-cipal de generación de ingresos para la mayoría de los individuos. En este sentido, juega un rol central a la hora de pensar las estrategias de desarrollo socialmente sustentables. Como se indica en Kostzer y Novick (2005), la forma en que este mecanismo actúa cobra una “signifi cación e importancia diferente según el patrón de crecimiento que adopta la economía, de cómo se genera valor agregado, cómo incide y regula el Estado las relaciones de producción y económicas en el ejercicio de sus distintos roles, cómo se recaudan los impuestos, quién los paga, y cómo gasta, tanto en rubros corrientes como en la inversión en infraestructura o social del país. En defi nitiva, los incentivos para la distribución y la producción son cruciales de interpretar”.

Por otro lado, las políticas de empleador de última instancia aplicadas a través del Plan Jefas y Jefes de Hogar Desocupados, otros programas sociales implementados y la incipiente coordinación entre la política de empleo y la económica tuvieron un papel central en la recuperación de la estabilidad social y el crecimiento económico posterior de la Argen-tina. Esta visión otorga un rol central a las instituciones laborales en el proceso de cambio estructural, lo que requiere poner al empleo como eje central de la política y las acciones del Estado. Tal enfoque es avalado por la OIT, cuando señala que para asegurar el empleo decente resulta necesario tener en cuenta no sólo el efecto en términos de empleo de las diversas políticas macro, meso y microeconómicas, sino también que es la combinación de estas políticas y no una en particular lo que contribuye a la creación de empleo decente9.

8 Los salarios reales cayeron abruptamente, el índice de desempleo aumentó aunque no cambió sustancialmente la duración del desempleo, el flujo de personas que pasaron al desempleo se incrementó pero no disminuyó el de quienes pasaron del desempleo al empleo (Freeman, 2003).

9 Precisamente, un estudio de este organismo sobre las experiencias de la Argentina, Brasil y México concluye que la presencia de un gobierno fuerte y decidido, con una agenda política que priorice el empleo y que, además, lo haga en forma consensuada con los interlocutores sociales es lo que permite la creación de empleo de calidad (OIT, 2006). En el mismo sentido, en la conferencia sobre Empleo Digno y Desarrollo en las Américas (Carnegie Council’s Globalization and Development Forum, 2005), se planteó la nece-sidad de reenfocar la agenda económica internacional de forma que permita colocar las necesidades y aspiraciones de las personas en el centro de la formulación de las políticas públicas y no en sus márgenes. Aquí se considera el trabajo digno desde distintas pers-pectivas: para las personas es un “vehículo de movilidad social”; para las comunidades, una “herramienta de cohesión social”; y para las naciones, un “instrumento de desarrollo” a largo plazo y de transformación económica.

Page 25: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

25Introducción. Estudios estratégicos sobre el trabajo y el empleo…

Este enfoque acentúa la importancia de las instituciones laborales y la protección social, lo que implica colocar nuevamente en primer plano un patrón de crecimiento con generación de empleo articulado con la seguridad social, que caracterizó por un importante período de tiempo a nuestro país. Precisamente, el nuevo patrón de crecimiento, combinado con el incremento de la capacidad estatal de inspección del trabajo para controlar el trabajo no registrado y el fortalecimiento de la negociación colectiva para impulsar los salarios10, generaron un nuevo contexto en el que un esquema de consolidación de la protección social a través del trabajo, y no escindido de este, se torna posible y deseable11.

Para la consolidación de estas instituciones laborales, resulta funda-mental la continuidad del crecimiento de la producción, del empleo y de la productividad. Pero estas tendencias no operan en el vacío, sino sobre una estructura productiva y social heterogénea que presenta obstáculos y problemas que reclaman la formulación de políticas para su resolución.

Entre las múltiples dimensiones que involucra un proceso de cambio estructural, pueden destacarse:

• una reasignación de los factores de la producción hacia sectores de alta productividad, que permita aprovecharlos para generar aumentos de la productividad global en la economía;

• el aprovechamiento de las complementariedades entre agentes; • la transformación de la estructura del empleo; • el cambio en el perfi l de inserción externo; • el desarrollo de políticas de promoción del cambio estructural que

coordinan las decisiones de inversión en condiciones de indivisibili-dades tecnológicas (Cimoli et al., 2005).

Este enfoque privilegia los aspectos dinámicos del cambio estructural, aludiendo a que este “implica reorientar la especialización del sector formal hacia etapas o industrias con mayor contenido de conocimiento

10 Entre 2003 y 2007, se generaron más de 3 millones de empleos, cuya composición revela que el 92% de los mismos correspondieron a empleos asalariados registrados en la segu-ridad social.

11 Esta orientación defi ne un panorama muy diferente al que se presentaba en la década pasada, cuando el crecimiento del desempleo y la informalidad indujeron la elaboración de alternativas de política social para contener la pobreza que desligaban al trabajo de su papel articulador, mediante esquemas universales de “ingreso ciudadano”.

Page 26: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

26 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

y más diversifi cadas” (Cimoli y Holland et al., 2006). En este sentido, el cambio estructural es un requisito “para generar un dinamismo vir-tuoso que favorezca al mismo tiempo el incremento del empleo formal y el crecimiento de la producción y la productividad” (ibid.). Pero no es esto lo que ha estado sucediendo en América Latina entre 1990 y 2002, ya que durante ese período en la región “ha habido modernización y ha aumentado el comercio exterior, pero el patrón de especialización y comercialización ha favorecido la expulsión relativa de mano de obra desde el sector formal, alimentando así el crecimiento y la persistencia del sector informal” (ibid.).

En un estudio sobre la performance económica de los países en desa-rrollo, Pieper (2000) observa que un bajo crecimiento del sector industrial conduce a patrones de baja calidad o poco virtuosos, inscriptos en la “vía baja de desarrollo” (low road development), en los que se verifi ca un trade off entre crecimiento de la productividad y crecimiento del empleo. En contraste, los estilos de crecimiento más sustentables son aquellos en los que el sector industrial presenta una dinámica más importante, y donde los aumentos de productividad se dan conjuntamente con genera-ción de empleo12. En ese estudio se utiliza el concepto de sustentabilidad económica y social del proceso de crecimiento, en el que la primera está determinada por el crecimiento de la productividad laboral de la economía, mientras que la sustentabilidad social depende de la tasa de crecimiento del empleo. En este enfoque, la industria sigue constituyendo el principal sector que explica la sustentabilidad global de los diversos patrones de crecimiento, como “sector líder” (Palma, 2005) o “motor del crecimiento” (Kaldor, 1966) en el proceso de desarrollo.

El cambio en la estructura productiva que se evidenció en América Latina no solo afectó el nivel de empleo industrial y general, sino que ejerció un fuerte impacto en la composición del empleo según diversas variables, dando lugar a un signifi cativo proceso de heterogeneización del mercado laboral. Este incremento de la heterogeneidad –que se veri-fi ca, aunque con menor intensidad, en los países industrializados– es el resultado de una serie de factores entre los que se destacan: i) los cambios tecnológicos, en especial la introducción de TIC’s; ii) la integración de los mercados, que actúa aumentando la presión competitiva; iii) las reformas en la legislación laboral (fl exibilidad en las relaciones laborales, menor sindicalización, etc.); iv) la heterogeneidad de las estrategias empresa-riales ante los cambios en el entorno; y v) los cambios intersectoriales

12 En general, estos patrones de desarrollo se han presentado en los países del Sudeste Asiá-tico.

Page 27: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

27Introducción. Estudios estratégicos sobre el trabajo y el empleo…

de la estructura productiva que producen un traslado de las actividades manufactureras a las de servicio, más heterogéneas per se (Raithelhuber y Weller, 2005).

En un análisis para América Latina, Ros (2006) también aporta evi-dencias de una fuerte correlación entre el crecimiento del PBI y el de la industria manufacturera. El desempeño industrial, más que el del sector agrícola y el de minería y petróleo, es el que explica la performance de la economía en su conjunto. En este sentido, se delinearon durante los noventa dos patrones de crecimiento diferenciales en la región, ninguno de ellos sustentable en los dos sentidos que señala Pieper. En algunos países, el crecimiento del sector manufacturero ha permitido genera-ción de empleo evidenciando bajas tasas de desempleo (sustentabilidad social), pero no ha logrado mejoras en la productividad laboral, debido a la especialización en sectores de muy baja productividad (maquilas). En cambio, la falta de sustentabilidad en los países del MERCOSUR se asocia más a la baja generación de empleo del patrón de crecimiento que a la productividad, que se incrementó en la década pasada.

En la Argentina, las políticas industriales (o su ausencia) y macroeco-nómicas ejecutadas en la década del noventa dieron lugar a una fuerte contracción del empleo industrial, que se atribuye a diversas causas. Entre ellas se destacan la apertura de la economía y la sobrevaluación cam-biaria, que tuvieron un impacto diferencial en los sectores productivos afectando negativamente a la industria. En especial, el sector fue perjudi-cado por la “desacumulación” de competencias laborales involucrada por la pérdida de personal formado y especializado en empresas de extensa trayectoria, restándoles competitividad (Yoguel y Erbes, 2006).

Por último, existen varias razones adicionales por las cuales el cam-bio estructural basado en el desarrollo de la industria está asociado a la mejora en las condiciones laborales. En primer lugar, el trabajo industrial facilita las organizaciones y actividades colectivas. Por otro lado, las altas tasas relativas de crecimiento de la productividad en este sector proveen incentivos para mejorar las condiciones laborales (substantive labour standard). Asimismo, los empleadores del sector suelen estar más interesados en mejorar algunas condiciones laborales básicas, ya que estas incrementan el nivel de involucramiento de sus trabajadores con el consiguiente aumento de su productividad (Singh y Zammit, 2000).

Los resultados de los estudios enumerados confi rman el impacto nega-tivo –en términos del incremento de la heterogeneidad– para la estructura productiva y del empleo de las reformas de mercado implementadas en la década pasada en la Argentina, similares a los registrados bajo el infl ujo de esas reformas en varios países de América Latina. El panorama actual

Page 28: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

28 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

de nuestro país muestra, en cambio, un giro notable de tendencias econó-micas con respecto a las prevalecientes en los noventa.

La evolución reciente del empleo en la Argentina evidencia un rápido crecimiento, acompañado por una disminución de la desocupación y una incorporación progresiva al sector formal. Tan importante como la reduc-ción progresiva del desempleo es el giro manifi esto de las tendencias de calidad del empleo, expresado en la rápida disminución del trabajo no registrado. De 49,7% de los asalariados que había alcanzado en el III Trimestre de 2004, descendió a 40,4% en el II Trimestre de 2007, esto es, un ritmo descendente de casi tres puntos porcentuales anuales en los últimos tres años. En particular, la contribución del empleo asalariado registrado explica casi íntegramente el crecimiento neto del empleo desde fi nes de 2004 hasta mediados de 2007. Asimismo, entre 2003 y 2006 se observa un fuerte crecimiento de la producción, con promedios anuales de incremento del PBI de 9%, acompañados por una no desdeñable tasa de aumento de la productividad del orden del 3,1% anual13.

En suma, el actual crecimiento conjunto del empleo formal, la pro-ducción y la productividad constituye un signo relevante del cambio de tendencias con respecto a las que prevalecían durante la década anterior, y diametralmente opuestas a las de la fase de estancamiento y recesión de 1998-2002 (período en el que disminuyeron simultáneamente el empleo formal, la producción y la productividad). Ahora bien, estos resultados de la nueva dinámica macroeconómica en la Argentina ¿habilitan el jui-cio positivo sobre el “dinamismo virtuoso” que en el enfoque descripto previamente se atribuye a un cambio estructural? Dado que este debería verse refl ejado en la transformación de los senderos de especialización de la economía y de las exportaciones, ¿puede constatarse hoy, con la información disponible, esa nueva orientación?

La repuesta a tales interrogantes se torna estratégica para la formu-lación de políticas públicas. Ello abre un vasto campo de estudios; los que aquí se presentan constituyen un aporte limitado y modesto, pero necesario para la formulación de políticas que, aunque tengan como centro la generación de empleo, no se limitan a los aspectos puramente laborales.

13 Este valor corresponde a la tasa de crecimiento de la productividad laboral por puestos para el conjunto de la economía, que puede descomponerse en tasas mucho más elevadas para el sector industrial y más reducidas para el comercio y los servicios.

Page 29: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

29Introducción. Estudios estratégicos sobre el trabajo y el empleo…

El presente libro es el resultado de una serie de estudios realizados en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, en el marco de los proyectos con fi nanciamiento BID-UNPRE: “Desarrollo de fuentes de información” y “Estudios Estratégicos” para el Observatorio del Trabajo y el Empleo en la Argentina.

Ambos proyectos contaron con la participación de especialistas nacio-nales e internacionales de reconocida trayectoria en el medio, quienes trabajaron en forma conjunta con los equipos de la Subsecretaría de Pro-gramación Técnica y Estudios Laborales. En tal sentido, esta experiencia ha sido enriquecedora en cuanto al desarrollo de nuevas líneas de trabajo y ha permitido una revalorización del rol del MTEySS en el Sistema Esta-dístico Nacional como generador de información y estudios, así como difusor en diversos ámbitos del debate académico y social.

Las investigaciones realizadas tuvieron el objetivo de analizar la con-fi guración y dinámica del mercado laboral a la luz de los cambios en la estructura productiva, en los niveles macro, meso y microeconómico. Sin embargo, no debe entenderse este objetivo como limitado a los típicos estudios destinados a realizar “balances” o determinar “tendencias” a través del análisis de datos secundarios, sino que su realización involucró una intensa labor de revisión y actualización de fuentes disponibles y la generación de nuevas fuentes de información basadas tanto en registros administrativos como en encuestas periódicas y puntuales.

Este esfuerzo de renovación e integración de metodologías fue orien-tado a través de la generación de nuevos conceptos destinados a captar tanto la estructura como la dinámica socioeconómica. Así, por ejemplo, se abordaron nuevos aspectos de la movilidad laboral a través del con-cepto de trayectorias laborales, para obtener estadísticas dinámicas que pudieran dar cuenta no sólo del perfi l de la estructura de empleo en un momento dado del tiempo, sino de la perduración de los efectos de deter-minados patrones de movilidad a lo largo del tiempo. La propia estructura de las actividades económicas fue relevada a través de la noción de trama, lo que permitió trascender los límites sectoriales de las clasifi caciones estadísticas usuales para el estudio de la industria automotriz, el complejo de la soja y la producción de lácteos. En el mismo sentido, el concepto de Areas Económicas Locales permitió combinar la información esta-dística disponible para delimitar espacios geográfi cos concretos, lo que

Page 30: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

30 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

además posibilita el análisis de la combinación de dichos espacios con la especialización productiva.

El incremento de la capacidad descriptiva y analítica de las confi -guraciones productivas y de su impacto en el empleo a través de esta renovación metodológica y conceptual se refl eja en el logro de una mayor profundización y ampliación del conocimiento de esas confi guraciones, basada en la generación de nuevas unidades de análisis. En el plano microeconómico, pudo relevarse el papel de las formas de organización de la producción en la generación de empleo, a través del rol de las estra-tegias empresariales en la creación de empleo de calidad.

Antes de abordar la presentación de cada uno de los estudios, brin-damos aquí una reseña de las novedades metodológicas y conceptuales incorporadas por su desarrollo y elaboración.

En el aspecto conceptual:

• Se propone una revisión del concepto del sector informal y de sus vinculaciones con el sector formal de la economía, aspectos centrales de la heterogeneidad productiva, y se busca aportar fundamentos teóri-cos que delimiten los conceptos de “no registración” e “informalidad” para indagar específi camente la informalidad laboral, cuyo conoci-miento es un requerimiento central para la formulación de políticas específi cas de empleo y protección social. Su magnitud y especifi ca-ción sectorial permiten vincular la problemática de la informalidad con un determinado perfi l estructural.

• Se precisa el concepto de trama productiva para profundizar el conoci-miento de la confi guración de los mercados de trabajo, trascendiendo los abordajes tradicionales a partir de las clasifi caciones usuales de sector y rama de actividad. La noción de trama subsume, por un lado, y se diferencia, por otro, de las nociones de cadenas (de clientes/proveedores) y de cluster (anclado en vinculaciones territoriales), aproximándose al comportamiento de actividades concretas. Dicha noción facilita la identifi cación de actividades para la orientación de diversas políticas públicas y permite vislumbrar posibles cambios en la estructura.

• Se analiza la generación de empleo a través del comportamiento microeconómico de los agentes (empresas), a partir del concepto de estrategias empresariales y de la clasifi cación de empresas creadoras y destructoras de empleo, más allá del ajuste al ciclo económico. Dicha conceptualización facilita la identifi cación de las estrategias

Page 31: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

31Introducción. Estudios estratégicos sobre el trabajo y el empleo…

microeconómicas sobre las que pueden enfocarse las políticas públicas de promoción del empleo, así como su diseño y formulación.

• Se desarrolla el concepto de Areas Económicas Locales, que trasciende el análisis geográfi co convencional que utiliza la delimitación admi-nistrativa-política, a partir de la identifi cación de los movimientos cotidianos hogar-empresa. Ello facilita la combinación de estadísticas sobre las áreas identifi cadas a partir de una concepción en la que el trabajo es el organizador de la actividad económica del territorio, lo que posibilita clasifi car esas áreas según el grado de concentración o diversifi cación productiva. La utilidad de estas nuevas clasifi caciones para la formulación de políticas de desarrollo local es indudable.

• Se redefi nen espacios de movilidad de los trabajadores, así como los mecanismos y procedimientos que intervienen en la construcción de sus trayectorias laborales, aplicándolos a registros ofi ciales de informa-ción. Ello permite profundizar el conocimiento de los efectos diferidos en el tiempo de diversos patrones de movilidad registrados en distintos momentos del ciclo económico, e identifi car actividades y sectores según la calidad de trayectorias laborales que promueven.

En lo que se refi ere a las innovaciones metodológicas:

• Se elabora una metodología de análisis de trayectorias ocupacionales, con técnica de paneles organizados por “tipo” de trabajadores que per-mite contar con información permanente sobre los mismos. Ello agrega nuevas dimensiones sobre cuestiones sustantivas del funcionamiento del mercado de trabajo, en especial sobre la movilidad y la generación de competencias y circulación del conocimiento entre empresas y trabajadores, pérdida o desarrollo de competencias que constituyen factores clave en la direccionalidad del cambio de estructura.

• Se desarrolla una metodología de identifi cación de tramas productivas, a través de una fuente de información que cruza empresas con traba-jadores y que permite obtener información de los distintos eslabones que integran esta unidad de organización de la producción.

• Se realiza una clasifi cación original de empresas industriales entre creadoras y destructoras de empleo, lo que permite delinear diversas estrategias empresariales vinculadas con la creación de empleo.

• Para el sector informal, se propone una metodología que intenta cap-tar el fenómeno desde dos aspectos, según el tipo de ocupación y de registración de los trabajadores y según las dimensiones de la unidad productiva en la que estos se desarrollan.

Page 32: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

32 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

• Se aplica una metodología innovadora en la delimitación de lo local, en base a la conceptualización ya mencionada, que consiste en delimitar las Areas Económicas en función de las relaciones laborales entre los trabajadores y las empresas.

• Se analizan los diferenciales salariales por variables estructurales y por atributos individuales como género, varios de los cuales no esta-ban disponibles hasta el presente con la profundidad y periodicidad requeridas.

Trayectorias laborales en la Argentina desde mediados de la década del noventa

En el primer capítulo se presenta un estudio sobre las trayectorias laborales de los trabajadores formales desde mediados de los noventa hasta 2006. El trabajo revela el impacto sobre esas trayectorias de una serie de tendencias que prevalecieron hasta 2001, tales como la inesta-bilidad macroeconómica, los cambios en el paradigma tecnoproductivo, la pérdida de participación del empleo industrial y la fl exibilización de las instituciones laborales.

El estudio propone una nueva conceptualización de espacios de movi-lidad de los trabajadores, así como los mecanismos y procedimientos que intervienen en la construcción de sus trayectorias laborales, para lo cual se ha desarrollado una metodología de análisis original. A través de pane-les organizados por “tipo” de trabajadores, se pudo agregar información continua sobre los mismos y vincularla con dimensiones sustantivas del funcionamiento del mercado de trabajo. Entre estas se destacan, en espe-cial, las relaciones entre la movilidad laboral y la generación de compe-tencias y circulación del conocimiento entre empresas y trabajadores.

Uno de los principales resultados del estudio es la evidencia sobre el patrón de movilidad laboral que se delinea en el período 1996-2001 hacia la exclusión del tejido empresarial y de las relaciones laborales clásicas. En dicho período, el empleo formal se caracterizó por una alta movilidad laboral y una baja estabilidad de los empleos, además de una baja probabilidad de reinserción en los puestos formales. Así se con-fi guraron patrones de quiebres continuos en las trayectorias laborales, que destruyeron competencias de los trabajadores, ampliaron la precari-zación, afectaron la estabilidad de ingresos de los hogares y, no menos importante, la probabilidad de jubilarse. Tales patrones constituyen un obstáculo a la generación y circulación del conocimiento, al contrario de lo que sucede con patrones de movilidad virtuosos.

Page 33: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

33Introducción. Estudios estratégicos sobre el trabajo y el empleo…

Por otro lado, se analizaron dichos fenómenos en distintos segmentos del mercado de trabajo, observándose una alta heterogeneidad según el tipo de empresa y las características de los trabajadores. El artículo mues-tra que el patrón de movilidad laboral se encuentra altamente relacionado con la estructura productiva y el patrón de inserción internacional que prevaleció en este período. La producción de commodities y recursos naturales requirió de un tejido empresarial mucho más débil en términos de eslabones de las tramas productivas, así como de un menor nivel de competencias y generación de conocimientos toda vez que se privilegiaba su adquisición vía componentes importados.

Por último, se advierten diferencias entre el período 1996-2001 y el nuevo período de expansión del empleo que se registra desde 2003, en el que existen cambios en la evolución de las trayectorias laborales, aunque son todavía incipientes y requieren importantes esfuerzos en términos de política para lograr dinámicas más virtuosas. En este sentido, la genera-ción de un tejido empresarial denso que requiera trabajadores califi cados y una importante circulación del conocimiento constituyen una estrategia central para la generación de mayor cantidad y calidad de empleo.

Nuevo enfoque sobre el trabajo informal

En el segundo capítulo se realiza una revisión del concepto de infor-malidad desde una óptica que pretende dar cuenta de sus nuevas carac-terísticas. Si bien el fenómeno no es nuevo en nuestro país y en América Latina, en las últimas décadas ha registrado un crecimiento sin prece-dentes, observable en el aumento de la proporción de trabajadores no registrados: mientras que en 1990 en la Argentina la tasa de empleo no registrado era del 25,2%, llegó a alcanzar el 48% en 2002; y aunque actualmente se observa una reversión de esta tendencia, su magnitud asciende a 40,4% de los asalariados (II Trimestre de 2007).

En el estudio se señalan diversos factores que complejizan y extienden la presencia de este tipo de empleos, entre los que son centrales las refor-mas estructurales (apertura comercial, desregulación del mercado laboral, etc.) y la consolidación de un paradigma tecnoproductivo que transforma la organización de la producción. En este enfoque, el sector informal es más amplio que el tradicional concepto de reducto de trabajadores de subsistencia con escasa relación con el sector formal. El modelo dual, donde conviven con escasa interrelación ambos sectores, es sustituido por uno en el que una parte considerable de los trabajadores no regis-trados realiza “actividades legítimas desarrolladas ilegítimamente”, que

Page 34: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

34 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

poseen una lógica de acumulación y no ya de subsistencia, se encuentran profundamente interrelacionados con instituciones del sector formal, e insertos en eslabones de cadenas de producción competitivas y en tramas o redes de producción.

Así, los conceptos de sector informal y trabajo no registrado permiten identifi car los principales aspectos de un “sector intermedio no formal” que difi ere del cubierto por la noción tradicional de informalidad. Ello da lugar a una taxonomía que combina las características del puesto de trabajo, la inserción de los trabajadores en el proceso productivo, las remuneraciones de los trabajadores y sus califi caciones. Una medición más compleja y completa de los distintos segmentos que caracterizan el trabajo no registrado (sector informal propiamente dicho, sector intermedio pobre y sector intermedio no pobre) constituye un requisito indispensable para la defi nición de estrategias y políticas que busquen la generación de empleos legales, con mejores condiciones laborales y mayores ingresos.

Este tipo de análisis hace posible el diseño de estrategias de interven-ción que permitan mejorar la calidad del empleo sin afectar la compe-titividad de un sector que actualmente ha ganado importantes espacios de mercado y es uno de los principales demandantes de empleo. En este sentido, las estrategias de intervención tendientes a lograr mayor calidad de empleo requieren el conocimiento de las relaciones productivas y de los diversos determinantes que explican la fuerte presencia de trabajo de baja calidad en algunos sectores o tramas14.

Estrategias empresariales y empleo

En el tercer capítulo se presenta un estudio sobre las principales variables que actúan en la generación de empleo desde una perspectiva microeconómica de las unidades empresariales. El contexto actual de alta competencia en los mercados requiere empresas caracterizadas por estrategias proactivas y emprendedoras, con una mayor orientación hacia mercados externos y demandas más complejas, un mayor énfasis en la capacidad innovativa. La relación entre estos rasgos y el desempeño de las empresas es un aspecto todavía poco explorado en nuestro país, des-

14 Un estudio de caso del sector textil, caracterizado por una alta proporción de trabaja-dores sin registro, posibilita una aproximación a la dinámica de funcionamiento de la informalidad y su vinculación con el trabajo no registrado. Allí se propone un abordaje metodológico que parte del estudio de las relaciones entre los distintos componentes de la trama del sector, identifi cando los eslabones en donde es más frecuente la inserción de este tipo de trabajadores. Posteriormente, a través de entrevistas cualitativas, se revela la lógica económica subyacente que justifi ca la alta proporción de subregistro en el sector.

Page 35: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

35Introducción. Estudios estratégicos sobre el trabajo y el empleo…

conociéndose sus implicancias sobre la creación de empleo y las distintas modalidades que asume en empresas de diferente perfi l.

Este trabajo explora los vínculos entre el comportamiento estratégico y la dinámica de empleo, a través de encuestas a empresas industriales pre-viamente clasifi cadas en términos de creadoras y destructoras de empleo. Ello permitió caracterizar las principales estrategias empresariales que diferencian ambas dinámicas y arribar a interesantes conclusiones.

En primer lugar, las empresas creadoras de empleo, a diferencia de las destructoras, no sólo expanden su dotación de personal sino que también incrementan la demanda de puestos de trabajos de mejor calidad, ya sea porque demandan trabajos de mayor califi cación como porque suelen ser más proclives a realizar actividades que permiten un mejor proceso de aprendizaje. Este último constituye una de las fuentes principales de mejora de la productividad en el paradigma tecnoproductivo vigente.

Asimismo, las empresas más dinámicas en términos de empleo regis-traron comportamientos estratégicos diferenciales, especialmente aque-llos vinculados con el mercado y la estrategia comercial, el desarrollo de innovaciones y la generación de ventajas competitivas dinámicas, lo que permite concluir que es posible obtener ganancias de competitividad con generación de empleo. Dichos resultados demuestran que existen importantes espacios para el diseño de políticas que ayuden a completar la expansión del empleo con una gestión estratégica más integradora en las empresas, en la cual la coordinación entre los diversos ámbitos en los que se realizan y el apoyo a las PyMEs es esencial.

Finalmente, el estudio revela la importancia de promover no sólo la consolidación y continuidad del proceso de crecimiento de las empresas dinámicas, sino también el surgimiento de nuevas empresas con potencial de crecimiento, es decir, de aquellas que generarán buena parte de los puestos de trabajo futuros.

Concepto de trama productiva

En el capítulo cuarto se presenta un primer estudio conceptual y meto-dológico de las tramas productivas y su relación con el empleo. El des-pliegue teórico de esta perspectiva de tipo mesoeconómica precede los tres capítulos siguientes destinados al análisis de tramas específi cas.

El concepto de trama15 como nueva confi guración organizacional de la producción ha sido estudiado por diferentes orientaciones teóricas,

15 Se entiende por trama a un conjunto de agentes que establecen relaciones continuas entre ellos y a lo largo del tiempo (con o sin coordinadores) y que intercambian un fl ujo de bienes intangibles (información, conocimiento y tecnología).

Page 36: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

36 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

en especial su rol en la generación de procesos de aprendizaje e inno-vación y por ende en la generación de ventajas competitivas dinámicas. Estos dos factores, tecnología y aprendizaje, requieren ya no sólo de esfuerzos individuales de las empresas, sino cada vez más de esfuerzos colectivos que permitan hacer frente al elevado grado de competencia que caracteriza el nuevo escenario mundial, así como las transformaciones tecnoproductivas.

En este sentido, se torna cada vez más notorio que la unidad analítica para evaluar la competitividad internacional se ha ido desplazando desde el concepto de país y/o sector a los de redes de actividades y conglomerados empresarios. Asimismo, que los procesos de creación de ocupación depen-den cada vez más de la estructura productiva, cuya confi guración crecien-temente se establece en base a interrelaciones entre individuos y redes de empresas, alejándose cada vez más de la confi guración sectorial.

La idea central del estudio consistió en avanzar en la conceptualización de las tramas productivas y su relación con el empleo. Por ello se trabaja con un concepto de trama como gradiente, en el que el extremo virtuoso es caracterizado por elevadas competencias endógenas, fl uidos mecanismos de vinculación y una generación de empleo de elevada calidad.

El concepto de organización de la producción en tramas tiene impor-tantes consecuencias desde el punto de vista del empleo. En primer lugar, para evaluar el conjunto de puestos de trabajos que este tipo de organización genera es necesario trascender el concepto de trabajo asa-lariado y reemplazarlo por otro de ocupación independientemente de su caracterización económica, jurídica y/o fi scal. Ello es consecuencia de la desverticalización de actividades que en general caracteriza la estruc-tura de tramas o redes productivas. En este sentido, el estudio aporta una conceptualización que permite comprender la complejidad de las relaciones laborales que se dan en ellas y que modifi can las estrategias de intervención tradicionales del mercado de trabajo.

A la vez, el análisis de los distintos eslabones de la trama y del tipo de jerarquías que se establecen entre ellos resulta crucial para el desarrollo de estrategias de generación de empleo, toda vez que permite identifi car las actividades (y/o sus respectivas contrapartidas empresariales) que están en condiciones de operar como locomotoras de arrastre incidiendo en las actividades restantes.

Por último, se proponen alternativas de medición de las tramas pro-ductivas desde el punto de vista de la cantidad de empleo (u ocupaciones) que generan y de las características en términos de calidad del mismo, la movilidad dentro de las tramas, la dinámica ocupacional, etcétera.

Page 37: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

37Introducción. Estudios estratégicos sobre el trabajo y el empleo…

La aplicación de la metodología de identifi cación de tramas produc-tivas en algunas de las actividades más dinámicas de nuestro país –la producción de soja, de lácteos y el sector automotriz– se presenta en los capítulos siguientes. Es importante destacar que cada una de las tramas identifi cadas posee especifi cidades que requieren diversas alternativas de medición para analizar el comportamiento del empleo y de otros aspectos laborales (movilidad, calidad, relaciones laborales, etcétera).

En especial, se establece una distinción básica entre las tramas de base agrícola y la industrial (automotriz), ya que en las primeras las fuentes de información disponibles poseen problemas para la captación de la totalidad del empleo que se desempeña en los diferentes eslabones de la trama. En la segunda, en cambio, la información disponible es más completa y permite análisis más exhaustivos, ya que ocupa una mayor proporción de empleo urbano y asalariado formal, para el cual se cuenta con una base de información clave16.

Trabajo, ocupación y empleo en la soja

La producción de soja y sus derivados es una de las actividades más dinámicas de la economía argentina, sustentada por una base productiva y tecnológica conformada por nuevas tecnologías y su consecuente modelo de organización de la producción. En el capítulo quinto se realiza un estudio de la trama sojera, en la que se constata una creciente conforma-ción de redes con la presencia tanto de grupos locales como de empresas internacionales que funcionan como articuladores de la producción y los procesos de inserción internacional.

El análisis de la evolución de la trama de la soja constituye un caso analítico de interés, ya que permite examinar: i) las relaciones que exis-ten entre los cambios tecnológicos y las modifi caciones en la estructura productiva, por un lado; ii) los procesos de generación de ocupación que trascienden las típicas formas de trabajo asalariado, por otro; y, no menos signifi cativo, iii) la debilidad del sistema público de captación de infor-mación referida a la cantidad, calidad y tipología de esta ocupación.

La producción de soja ha implicado desverticalizaciones que se veri-fi can tanto en los procesos productivos como en los esfuerzos de inno-

16 La base de información es la desarrollada en el MTEySS sobre los registros del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (SIJyP), que da cuenta del universo de asalariados formales a partir de 1996. Han prestado su colaboración las cámaras empresarias para la identifi cación de los subsectores específi cos.

Page 38: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

38 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

vación. Estos nexos entre las empresas que constituyen la trama (desde grandes multinacionales hasta empresarios unipersonales) giran en torno a esquemas contractuales que además de precios y remuneraciones inclu-yen –por lo general– otras condiciones de intercambio (plazos, calidad, etc.). La desverticalización de las actividades en el marco de redes, en el caso de la producción de soja y otras actividades de base agropecuaria, tiende a reemplazar el trabajo asalariado por otros mecanismos de con-tratación que resultan en ocupaciones remuneradas no necesariamente asalariadas.

En la soja, las medidas de la ocupación demandan como unidad analí-tica a la red. Ello implica que la actividad en su conjunto genera empleo, pero que parte importante de este radica en los servicios e incluso en la industria, dada la forma de organización que adopta el conjunto produc-tivo. Los cambios en la estructura productiva vinculados con la expansión de la soja no llegan a ser registrados plenamente mediante las categorías conceptuales consolidadas en los clasifi cadores internacionales (como el CIIU) utilizados por el Sistema Estadístico Nacional, ni tampoco por los instrumentos respectivos de medición y análisis de interdependencias económicas (como la matriz insumo-producto).

Un aspecto de interés en las conclusiones del estudio es que el pro-ceso de derivación de las actividades productivas y de servicios hacia subcontratos, en muchos casos y con mayor énfasis en la agricultura, se realiza con actores preponderantemente locales, a diferencia de lo ocurrido en la metalmecánica, en la que procesos similares de desver-ticalización se materializan en mayores demandas sobre redes externas de proveedores.

Empleo en la producción de lácteos

En el capítulo sexto se lleva a cabo un estudio del empleo en la trama de los lácteos, tomando en cuenta las etapas productivas y de servicios vinculadas con la producción y distribución de productos de esta indus-tria. La actividad tiene un fuerte impacto ocupacional, a escala nacional y a escala regional: por una parte, genera un elevado número de puestos de trabajo; por otra, se caracteriza por variadas formas de ocupación y empleo a lo largo de las diferentes etapas. Tal complejidad ocupacional se manifi esta en la naturaleza de las relaciones laborales involucradas (formas de pago, intensidad y duración de las jornadas, tipos de tareas, estabilidad de las relaciones laborales); en los diversos requerimientos de capacitación y competencias de los trabajadores y empleados, así como

Page 39: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

39Introducción. Estudios estratégicos sobre el trabajo y el empleo…

en la persistencia de circuitos informales de producción, al margen de las regulaciones sanitarias, sociales y fi scales, procesos estos que repercuten en los niveles y calidades de la ocupación en la trama.

Luego de las reformas estructurales de los noventa, la trama láctea evidencia una reconfi guración productiva y tecnológica signifi cativa. Ello se observa en los cambios presentados en el nivel de concentración del sector y en la forma de organización de las actividades en el interior de la trama (descentralización, contractualización, desverticalización), adopción de nuevas tecnologías –en productos, procesos y logística), que ejercen un impacto directo en los niveles de ocupación y las diversas formas ocupacionales que predominan en cada etapa de la trama. En el artículo se analizan dichos cambios poniendo el foco de atención en la complejidad y diversidad de las formas de trabajo y de ocupación que caracterizan esta trama, desde un enfoque sistémico que considera no sólo la dinámica productiva sino las nuevas relaciones y articulaciones entre los agentes que componen la trama.

Asimismo, el trabajo aporta evidencias sobre la estrecha relación que existe entre los niveles y tipos de ocupación y: i) la articulación entre las dinámicas macroeconómica, sistémica y sectoriales que se encuentran en el origen del comportamiento cíclico de este complejo; ii) la estructura productiva y tecnológica en las etapas principales de la trama; iii) las estrategias empresariales relativas a orientación de mercado, externa-lización o internalización de actividades y funciones, grado de espe-cialización de las unidades productivas; iv) las estrategias tecnológicas de proceso (economías de escala, automatización) y de producto; v) la competencia entre complejos por el acceso a los recursos naturales/tierra (caso de la soja).

Empleo en la trama automotriz

En el capítulo siete se plantea un estudio de la dinámica ocupacio-nal en la trama automotriz desde mediados de la década del noventa. Utilizando la metodología desarrollada, se identifi can los agentes que componen la trama (distinguiendo entre el núcleo y demás eslabones), se estudia la evolución productiva y tecnológica de la misma y, en base a ello, el comportamiento del empleo y el patrón de movilidad laboral de los ocupados. De esta forma se señalan los principales determinantes de la evolución de la actividad y el empleo en la trama, así como ciertas especifi cidades observadas con respecto al resto de la industria.

Page 40: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

40 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

En primer lugar, la dinámica de la trama y del empleo generado en ella se encuentran fuertemente determinadas por dos factores: la rees-tructuración productiva resultado de la introducción de fuertes cambios tecnológicos en la década del noventa en el sector, y el importante com-portamiento procíclico de la producción de automóviles, debido a su alta elasticidad ingreso. Ambos son signifi cativos, ya que durante las etapas de fuerte aumento de la demanda de automóviles (1996-1998), la introducción de cambios técnicos y los aumentos de la productividad no se evidenciaron con destrucción de puestos de trabajos de calidad (o for-males). Por el contrario, la fase decreciente del ciclo económico implicó una importante destrucción de empleos.

Sin embargo, dicho comportamiento revela una importante hetero-geneidad dentro de la trama: en el núcleo se evidenció una signifi cativa expulsión de mano de obra, mientras que en los demás eslabones, una mayor estabilidad en la demanda17 les permitió mantener o reducir en menor proporción las dotaciones de empleo.

El análisis del patrón de movilidad laboral de la trama automotriz en relación con el observado en la industria en general presenta particular interés. La movilidad laboral fue menor en la trama automotriz, ya que existió una mayor estabilidad de los trabajadores que se desempeñan en ella; seguramente, ello se debe más a características distintivas del sector –empresas grandes y extranjeras, alta sindicalización, alto grado de com-petencias de los trabajadores– que a su heterogeneidad interna.

Un aspecto que llama especialmente la atención es que se observa en esta trama un patrón de movilidad laboral hacia la exclusión del empleo registrado mucho más intenso que en la industria en general. Una muy baja proporción de los trabajadores desvinculados de la trama consiguió posteriormente regresar a un empleo registrado.

Asimismo, en el actual período de crecimiento de la actividad y el empleo que se registra a partir de 2003, se observa que continúa siendo baja la capacidad de absorción de los trabajadores que habían sido expul-sados de la trama –y que, por lo tanto, contaban con mayor experiencia laboral que los que efectivamente fueron incorporados–, lo que constituye una perspectiva poco alentadora y presenta un desafío de política laboral e industrial.

Especialización productiva y empleo en

17 Las exportaciones cumplen un rol estabilizador de la demanda para los proveedores (au-topartistas) que no se evidenció para el núcleo (terminales).

Page 41: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

41Introducción. Estudios estratégicos sobre el trabajo y el empleo…

Areas Económicas Locales

En el capítulo ocho se busca realizar un análisis de la estructura pro-ductiva y laboral desde un punto de vista geográfi co. Para ello, se utiliza el concepto de lo local como el espacio geográfi co en el que se desenvuel-ven las relaciones sociales cotidianas. Para la delimitación de lo local, desde el MTEySS se ha desarrollado previamente una metodología que permite identifi car las Areas Económicas Locales (AEL) como porciones del territorio defi nidas por las relaciones laborales que unen una ciudad nodo con su área de infl uencia.

Dicha metodología ha sido utilizada aquí para analizar la diversidad productiva de las AEL que integran la región pampeana de nuestro país. Allí se han identifi cado nueve AEL18 que presentan características muy diversas en términos de estructura productiva y empleo, aunque mediante distintos indicadores se identifi can dinámicas comunes que permiten extraer interesantes conclusiones.

Esta región, sin duda, es una de las más dinámicas económicamente y concentra una parte muy signifi cativa de los habitantes del país. Aun-que en general se tiende a pensarla como un todo homogéneo, dentro de ella existen áreas diversas con especifi cidades que se examinan en esta investigación.

Se distinguen dos grandes grupos de AEL; el primero de ellos está constituido por grandes centros urbanos, con una amplia oferta de ser-vicios e intensa actividad comercial. Estas áreas poseen estructuras pro-ductivas y del empleo más complejas y diversifi cadas, se encuentran altamente especializadas en más de una actividad y concentran una menor cantidad de empleo industrial en estos sectores. Aquí hallamos una alta concentración del empleo en servicios.

El otro grupo es más heterogéneo y está constituido por AEL de menor tamaño, con una mayor relación con el ámbito rural. Aquí la estructura del empleo es mucho menos compleja y este se encuentra concentrado en una o dos actividades productoras de bienes. Rafaela, sin embargo, presenta características productivas y ocupacionales que se asemejan mucho más a las del primer grupo, aunque el empleo está orientado a la producción de bienes y no de servicios. Esta AEL posee una estruc-tura diversifi cada, con actividades tradicionales (bienes agropecuarios) e industrias capital intensivas.

18 Rosario, Córdoba, Paraná y Mar del Plata, que constituyen el primer grupo; y San Nicolás, Río Cuarto, Villa María, Olavarría y Rafaela, el segundo. La defi nición de las caracterís-ticas de cada grupo se detalla más adelante.

Page 42: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

42 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Resulta interesante esta taxonomía a la hora de analizar la dinámica del empleo. Si bien la evolución del empleo ha sido signifi cativamente cíclica, como se evidencia a nivel nacional, existen divergencias en la intensidad con que se produjo entre las AEL. En general, se observa que las áreas con mayor complejidad y diversidad productiva y de empleo han presentado mayores niveles de crecimiento del empleo, entre 1996 y 2004, y que dicha tasa de crecimiento fue más estable. Aquí se des-taca Rafaela como el área que muestra una trayectoria más dinámica con respecto a ambas variables, mientras que la evolución contraria se observa en las áreas de estructuras productivas menos diversifi cadas y complejas.

En breve, la diversidad productiva surge como una característica cen-tral de las áreas en las que las trayectorias de empleo son más virtuosas en términos de mayor crecimiento y estabilidad, y más favorecidas en el presente período de crecimiento de la actividad productiva y el empleo desde 2003. Ello indicaría que poner el eje en la diversidad productiva es una estrategia primordial para generar más empleo, y hacerlo en forma sostenida. En este sentido, el estudio constituye un insumo valioso para repensar las estrategias territoriales de desarrollo productivo.

Género y diferenciales salariales en la Argentina

Por último, en el capítulo noveno se presenta un estudio sobre género y diferenciales salariales en la Argentina, que procura detectar procesos de discriminación y segregación salarial que se dan en la estructura ocu-pacional. El artículo incorpora diversos marcos analíticos, así como nue-vas metodologías y herramientas estadísticas actualmente disponibles.

Los resultados en base a salarios horarios revelan fuertes evidencias de discriminación por género, en particular en las ocupaciones de mejor calidad, pero no permiten identifi car un efecto signifi cativo de la segre-gación ocupacional (sectorial).

La principal conclusión, entonces, es que los diferenciales salariales no se relacionan signifi cativamente con los sectores en los que las muje-res se insertan, sino más bien con que, en general e independientemente de estos, los empleos que obtienen son trabajos no registrados y precarios, que se caracterizan per se por una menor remuneración relativa.

La relevancia de la interacción entre calidad de los puestos y género permite señalar que, en términos de políticas, se torna fundamental pro-piciar aquellas que busquen una mejora en la calidad de los puestos de trabajo (registración), la disminución del subempleo involuntario y la

Page 43: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

43Introducción. Estudios estratégicos sobre el trabajo y el empleo…

utilización de la negociación salarial como un instrumento de mejora en la equidad de género.

Asimismo, la adopción de una estrategia que tenga como eje central el desarrollo de una estructura productiva compleja, diversifi cada y con fuertes eslabonamientos en la economía se constituye como un aspecto central en la generación de empleo de calidad y, por ende, en la reducción de los diferenciales salariales en general y de género en particular.

Amable, B. (2005), Les cinq capitalismes. Diversité des systèmes économiques et sociaux dans la mondialisation, París, Seuil.

Carnegie Council on Ethics and International Affaire (2005), Las Américas en una encrucijada. Hacia la reinserción del trabajo digno en la agenda de desarrollo, Serie del Foro Globalización y Desarrollo.

Cimoli, M.; Dosi, G.; Nelson, R.; Stiglitz, J. (2006), “Institutions and policies shaping industrial development: an introductory note”, Pisa, LEM Working Paper Series.

——; Holland, M.; Porcile, G.; Primi, A. y Vergara, S. (2006), “Growth, structural change and technological capabilities. Latin America in a comparative perspec-tive”, Pisa, LEM Working Paper Series.

——; Porcile, G.; Primi, A. y Vergara, S. (2005), “Cambio estructural, heterogeneidad productiva y tecnología en América Latina”, en Cimoli, M. (ed.), Heterogeneidad estructural, asimetrías tecnológicas y crecimiento en América Latina, Santiago de Chile, CEPAL/BID.

——; Primi, A. y Pugno, M. (2006), “Un modelo de bajo crecimiento: la informalidad como restricción estructural”, en Revista de la CEPAL, Nº 88, abril.

Ffrench Davis, R. (2005), Reformas para América Latina después del fundamentalismo neoliberal, Santiago de Chile, Siglo XXI/CEPAL.

Freeman, R. B. (2000), “Single peaked vs. diversified capitalism: the relation between economic institution and outcomes”, Working Paper Nº 7556, Cambridge, NBER.

—— (2003), “Responding to economic crisis in a Post-Washington Consensus world: the role of labor”, ILO Meeting on Cooperation for Argentina, January 13-17, mimeo.

—— (2005), “Labor market institutions without blinders: the debate over flexibility and labor market performance”, Working Paper 11286, NBER, mayo, en <www.nber.org/papers/w11286>.

Page 44: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

44 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Frenkel, R. y Ros, J. (2004), “Desempleo, políticas macroeconómicas y flexibilidad del mercado laboral. Argentina y México en los noventa”, en Desarrollo Económico, Vol. 44, Nº 173, abril-junio, Buenos Aires.

Kaldor, N. (1966), Causes of the slow rate of economic growth of the United Kingdom, Cambridge, Cambridge University Press.

Kostzer, D. y Novick, M. (2005), La coordinación de políticas laborales y económicas: impacto sobre el trabajo decente y mecanismos institucionales, Buenos Aires, OIT.

Lobato, M. (2007), Historia de las trabajadoras en la Argentina: 1869-1960, Buenos Aires, Edhasa.

Marinakis, A. y Velasco, J. (eds.) (2006), ¿Para qué sirve el salario mínimo? Elemen-tos para su determinación en los países del Cono Sur, Santiago de Chile, OIT.

Ocampo, J. A. (2005), “La búsqueda de la eficiencia dinámica: dinámica estructural y crecimiento económico en los países en desarrollo”, en Ocampo, J. A. (ed.), Más allá de las reformas: dinámica estructural y vulnerabilidad macroeconómica, Santiago de Chile, CEPAL.

OIT (2006), “Estrategias para enfrentar los desafíos en materia de empleo”, en Berg, J.; Ernst, C. y Auer, P. Enfrentando el desafío del empleo: Argentina, Brasil y México en una economía globalizada, México, OIT.

Palma, G. (2005), “Cuatro fuentes de ‘desindustralización’ y un nuevo concepto de ‘síndrome holandés’”, en Ocampo, J. A. (ed.), Más allá de las reformas: dinámica estructural y vulnerabilidad macroeconómica, Santiago de Chile, CEPAL.

Palomino, H. y Trajtemberg, D. (2006-2007), “Una nueva dinámica de las relaciones laborales y la negociación colectiva en la Argentina”, en Revista de Trabajo “Instituciones del mundo del Trabajo (II)”, Año 2, Nº 3, Buenos Aires, Nueva Época, MTEySS.

Pieper, Ute (2000), “Deindustrialization and the social and economic sustainability nexus in developing countries: cross-country evidence on productivity and emplo-yment”, en Journal of Development Studies, Vol. 36, Nº 4, abril, Londres.

Raithelhuber, A. y Weller, J. (2005), “Reestructuración sectorial y cambios en las pautas de la demanda laboral”, en Serie Macroeconomía para el Desarrollo, Nº 38, julio, Santiago de Chile, CEPAL.

Rodrik, D. (1997), Has globalization gone too far?, Washington DC, Institute for International Economics.

Ros, J. (2006), “Patrones de especialización comercial y desempeño del mercado de trabajo en América Latina”, en Serie Macroeconomía para el Desarrollo, Nº 49, Santiago de Chile, CEPAL-División de Desarrollo Económico.

Page 45: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

45

Victoria Castillo, Marta Novick, Sofía Rojo y Gabriel Yoguel

El presente trabajo se enmarca en una larga tradición de investigaciones que, considerando los marcos institucionales predominantes en cada

mercado de trabajo, estudian la movilidad laboral y las trayectorias de empleo de corto plazo de los trabajadores desde distintas perspectivas. Tales trabajos analizan también el efecto de la demografía de empresas sobre la dinámica ocupacional y sobre la reasignación del empleo desde y hacia fi rmas, sectores y regiones.

En dicho marco, nuestro objetivo es examinar la magnitud y carac-terísticas que tuvo la movilidad del empleo registrado en la Argentina desde mediados de los noventa hasta el año 2006. En esa dirección, tam-bién se espera indagar sobre la existencia de un tipo de segmentación del mercado de trabajo donde el segmento principal muestra una mayor permanencia de los trabajadores en la misma empresa, o una mayor con-tinuidad de sus carreras laborales en otras empresas.

La fuente de datos utilizada proviene del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial del Ministerio de Trabajo de la Argentina (MTEySS), construido a partir de los registros administrativos de la segu-ridad social, que involucran a todos los trabajadores asalariados regis-trados en el sector privado (alrededor de 5 millones). Sin embargo, este tipo de empleo (30%) constituye una categoría importante en la estruc-tura ocupacional que presenta el país, incluso en el año 2006, cuando el empleo asalariado no registrado representa el 29%; el no asalariado, el 24%; y el empleo público y los planes de empleo concentran el 17%

Page 46: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

46 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

restante. Para este estudio, se construyó un panel con la secuencia de empresas empleadoras de cada trabajador y los indicadores de transición de cada período entre 1996 y 2006, de acuerdo a la disponibilidad de información de la fuente.

En la primera sección, se presenta el marco conceptual y algunos antecedentes de estudios nacionales e internacionales. En la segunda, se realiza una breve descripción del contexto macroeconómico y el fun-cionamiento del mercado de trabajo de la Argentina correspondiente al período que abarca el estudio. En la tercera, se muestran las transiciones laborales de los asalariados argentinos registrados a lo largo del período y se discuten algunas hipótesis del trabajo. En la cuarta, se evalúan las trayectorias laborales de corto plazo de los asalariados registrados que estaban ocupados al momento del comienzo de la crisis (1998) y se pre-senta un modelo probit que permite evaluar las variables explicativas de la permanencia de los trabajadores en la misma empresa desde esa fecha y complementar la discusión de las hipótesis presentadas. Finalmente, se abordan las principales conclusiones.

Los estudios sobre movilidad laboral tienen una larga tradición que ha cobrado mayor importancia en las últimas décadas, debido a que con la globalización de los mercados se percibió una tendencia declinante en la estabilidad del empleo. Esta revitalización de los estudios se vio favorecida por la aparición de nuevas fuentes que permitieron estimar nuevos indicadores.

El concepto de movilidad laboral alude a los cambios de empleos que realizan los trabajadores y se diferencia del concepto de movilidad del empleo, que se refi ere a la creación y destrucción de puestos de trabajo originados en empresas que cierran, nacen, o permanecen en el mer-cado cambiando su tamaño medio. La movilidad laboral es un concepto más comprehensivo, que incluye el movimiento de trabajadores que se produce a partir de la creación y destrucción de puestos, y la movilidad generada por las cadenas de vacantes. Es decir, involucra la secuencia de movimientos (incorporaciones y desvinculaciones de personal) que puede generarse cuando un puesto de trabajo disponible es ocupado por un trabajador, que a su vez libera su antiguo empleo, que será ocupado

Page 47: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

47Trayectorias laborales en la Argentina desde mediados de la década del noventa

por otro trabajador, hasta que el efecto se agote con la incorporación de un nuevo trabajador al empleo1 (Sorensen y Tuma, 1981).

La literatura estudia diferentes dimensiones de la movilidad labo-ral. Esta puede ser “inclusiva” o “de exclusión” del mercado de trabajo cuando los trabajadores transitan hacia el desempleo, la inactividad o el empleo precario. También, la movilidad puede ser “interna” o “externa”, si los trabajadores consiguen una nueva posición en la misma empresa o cambian de empleador (Diprete, 1993); “voluntaria” o “involuntaria”, si se trata de despidos o renuncias (Hachen, 1988); “ascendente”, “des-cendente” o “lateral”, en términos de la diferencia entre el salario del empleo anterior y del nuevo empleo (Shin, 2004). También puede impli-car la continuidad o la modifi cación de la carrera profesional (Shin, 2004; Stambol, 2003) y, bajo ciertas condiciones, dar lugar a un proceso difusor de competencias técnicas en el tejido empresarial (Lundmark y Power 2004; Dahl, 2002).

La forma en que se manifi estan estas dimensiones da lugar a diversos regímenes o patrones de movilidad. En tal sentido, la movilidad laboral puede ser un proceso benefi cioso para la sociedad, para los trabajadores y las fi rmas cuando contribuye a mejorar las posibilidades de acceso al empleo y a aumentar la productividad global. Un caso virtuoso lo constituyen las carreras laborales ascendentes, que se caracterizan por ser de inclusión social y de difusión de conocimientos y competencias. La movilidad tiene una interpretación muy distinta cuando excluye a las personas del trabajo, produciendo quiebres en las trayectorias de acumu-lación de competencias individuales y colectivas.

La movilidad laboral asume distintos niveles de magnitud y patrones (regímenes) según las condiciones de la estructura productiva y la insti-tucionalidad de los mercados de trabajo de cada economía. A su vez, el contexto macroeconómico es un factor determinante, ya que el ciclo eco-nómico afecta los mercados de productos y la demanda laboral. Cuando se contrae el nivel general de empleo, la movilidad hacia la exclusión del mercado de trabajo (desempleo, empleo precario o inactividad) cobra mayor relevancia y las posibilidades de movilidad voluntaria y ascen-dente se reducen (Burges y Rees, 1996; Schettkatt, 1996; Lundmark y Power, 2004; Moscarini y Vella, 2002). En tales condiciones, la inciden-cia del desempleo abierto y del empleo precario difi cultan los patrones de movilidad ascendente e inclusiva.

1 Las cadenas de vacantes pueden tener diferentes longitudes y grados de complejidad, involucrando movimientos para diversas cantidades de trabajadores.

Page 48: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

48 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

A manera de ejemplo, presentamos dos situaciones paradigmáticas y polares de regímenes de movilidad laboral. Por un lado, estudios para Estados Unidos, Inglaterra y Alemania Occidental muestran que en estos mercados de trabajo prevalece el empleo de larga duración y que el cam-bio tecnológico y la desregulación de las últimas décadas no habrían afec-tado signifi cativamente la incidencia de este tipo de empleo. En dichos países se registra una elevada movilidad laboral, que no implica que el empleo del promedio de los ocupados sea inestable (de corta duración), ya que coexisten relaciones laborales de largo plazo con un segmento de empleos volátiles (Farber, 1998; Mertens, 1999). En el caso de América Latina, estudios desarrollados para Brasil y la Argentina para la segunda mitad de la década del noventa muestran que la movilidad laboral ha sido elevada, y que en estos países el patrón de movilidad promedio es de exclusión del empleo asalariado registrado hacia la precariedad laboral o el desempleo (Paz, 2003; Araujo Guimaraes, 2004; Galiani y Hopenhayn, 2003; Castillo et al., 2005).

Si bien el patrón de movilidad laboral promedio de cada economía es una medida elocuente de las diferentes realidades, la existencia de diversos planos de segmentación de los mercados de trabajo requiere una lectura más compleja, que permita identifi car la coexistencia de diversos regímenes de movilidad laboral en un mismo momento y en un mismo país. En este sentido, la larga tradición de estudios empíricos sobre seg-mentación muestra que, en general, los segmentos principales, ya sea defi nidos a partir de i) la estructura productiva, ii) los perfi les de los trabajadores o iii) las regiones, presentan una mayor permanencia en las relaciones laborales (menor movilidad externa) en relación al resto de la economía. Adicionalmente, en estos segmentos principales el régimen de movilidad es, en general, de tipo ascendente (Shin, 2004; Thomson, 2003; Stambol, 2003).

La segmentación del mercado de trabajo, defi nida en términos de la heterogeneidad estructural en el sistema productivo, se deriva de un con-junto de factores tales como la tecnología, la estructura organizativa de las fi rmas, la naturaleza de la demanda del producto (poder de monopolio) y el grado de sindicalización del empleo (Thomson, 2003). Desde este enfoque, Beck, Horan y Tolbert II (1978) defi nen los segmentos principal y periférico a partir de la relación entre el tipo de mercado del producto y la estructura industrial: el segmento principal (core) estaría dominado por empresas grandes que constituyen un sistema de producción oligo-pólico; ello se diferencia de la periferia, caracterizada por empresas más pequeñas que operan en un ámbito (environment) más competitivo. En

Page 49: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

49Trayectorias laborales en la Argentina desde mediados de la década del noventa

este sentido, las empresas que operan en mercados más estables (core) generan empleos primarios (con mayor permanencia) y las empresas que enfrentan funciones de demanda inestables operan en el sector secundario del mercado de trabajo. Otras formas de segmentación se defi nen por la baja probabilidad de supervivencia que tienen las empresas jóvenes y la reasignación de recursos entre fi rmas con distintos niveles de pro-ductividad. Una parte sustantiva de la movilidad del empleo (involunta-ria) resulta de la salida del mercado de empresas relativamente jóvenes, siendo menor la destrucción en las empresas más antiguas (Dunne et al., 1988). Por otro lado, la movilidad de recursos entre fi rmas con diferen-tes niveles de productividad explica casi la mitad del crecimiento de la productividad de la industria manufacturera de EE.UU. (Haltiwanger et al., 2000).

La segmentación defi nida a partir de los perfi les de los trabajadores muestra que distintos segmentos de mercado se corresponden con patrones de movilidad heterogéneos. Los trabajadores más educados se benefi cian más con la movilidad laboral ascendente; la movilidad laboral intersecto-rial resulta más frecuente entre los trabajadores jóvenes que todavía no han adquirido competencias específi cas a lo largo su carrera profesional (Stambol, 2003); las mujeres en general se concentran en segmentos secundarios de los mercados de trabajo, con acceso a empleos menos estables y menores posibilidades de movilidad ascendente (Thomson, 2003; Hall, 1982; Mertens, 1999). La teoría de los mercados de trabajo internos indica que las empresas protegen a un segmento limitado de su fuerza de trabajo (core), asociado a los trabajadores profesionales2 y gerenciales, mientras que el segmento secundario se asocia a trabajadores con un estatus ocupacional más bajo (Doeringer y Piore, 1971). Para este segmento principal del empleo (core), se desarrollan mercados de trabajo internos caracterizados por carreras laborales ascendentes, promociones e incentivos (ladders) (Doeringer y Piore, 1971). En las organizaciones grandes, la movilidad interna de los trabajos es el patrón principal de movilidad. Los programas de promoción (extensive promotion ladders) y las perspectivas de una mayor permanencia en la fi rma desincentivan la movilidad externa voluntaria. En este sentido, como la movilidad externa es poco frecuente y selectiva, cuando estos trabajadores principales deci-den cambiar de empresa generalmente describen patrones de trayectorias ascendentes.

2 Moscarini y Vella (2002) encontraron que, en el caso de EE.UU., la movilidad externa está inversamente relacionada con nivel educativo, la edad y las obligaciones familiares.

Page 50: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

50 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Defi niendo la segmentación del mercado de trabajo en términos de la división regional del empleo, también se observan patrones de movilidad heterogéneos. Esta segmentación se refi ere a un número de sub-mer-cados separados, confi gurados de diferente manera, que presentan una movilidad externa baja y una movilidad interna elevada. Tal es el caso de los clusters intensivos en conocimientos con una fuerza de trabajo local especializada, que se caracterizan por presentar un elevado grado de especialización económica y tecnológica resultante de economías de aglomeración y procesos de efi ciencia colectiva (Dahl, 2002). Diver-sos estudios realizados en Silicon Valley y en clusters intensivos en conocimientos localizados en países escandinavos han mostrado que la difusión de conocimientos derivados de la movilidad de trabajadores que se produce al interior del cluster incrementa las competencias colectivas y genera economías internas a la industria y externas a la empresa (Dahl, 2002; Lundmark y Power, 2004; Stambol, 2003). Los trabajadores se benefi cian, a su vez, con una movilidad laboral ascendente que les per-mite continuar sus carreras laborales en otras fi rmas del cluster. En este caso, la movilidad favorece a los trabajadores y a las empresas.

Desde esta perspectiva, el proceso de movilidad laboral contribuye al desarrollo de competencias de la fi rma bajo el supuesto de que los trabajadores son portadores de conocimientos y de ideas (the ideas are embedded in their minds). En la medida en que los conocimientos que portan los trabajadores son relevantes, otras empresas promueven la movilidad. De esa manera, los fl ujos de difusión de conocimientos entre empresas se producirían fundamentalmente a través de los movimientos de trabajadores (Dahl, 2002; Lundmark y Power, 2004). Como se ha mencionado, este patrón de movilidad ha sido ampliamente estudiado en clusters de conocimientos donde existe un tipo de cultura institucional que la promueve. Adicionalmente, existen numerosos estudios de casos referidos a segmentos de los mercados tradicionales, como los traba-jadores principales (core) de empresas intensivas en conocimientos, en los que las empresas desarrollan estrategias para atraer a los trabajadores principales (core) de empresas competidoras con el fi n de apropiarse de conocimientos.

A partir de este marco conceptual, en las secciones siguientes se anali-zará la intensidad y el patrón que describe la movilidad laboral para el promedio de los trabajadores registrados en la Argentina, en el período 1996-2006. Para comprender mejor tales procesos, a continuación se pre-senta una descripción del contexto macroeconómico, ya que, como se ha mencionado, constituye un factor determinante de la movilidad laboral.

Page 51: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

51Trayectorias laborales en la Argentina desde mediados de la década del noventa

Durante la década del noventa, la economía argentina registró pro-fundas transformaciones que afectaron al mercado de trabajo. A las reformas estructurales derivadas del Consenso de Washington (apertura, procesos de privatización y desregulación de mercados), se sumaron la incorporación de nuevas tecnologías y modifi caciones importantes en las regulaciones del trabajo (Kosacoff, Yoguel et al., 2000; Gatto y Ferraro, 1997; Yoguel, 2000a) en el marco de una apertura fi nanciera que sería uno de los principales factores de la crisis iniciada en el cuarto trimestre de 1998 (Stiglitz, 2003).

Como consecuencia, en un escenario de revaluación del tipo de cam-bio, el contexto macroeconómico sometió a los sectores productores de bienes transables –y en particular al sector manufacturero– a mercados con precios de venta en baja, debido a la mayor exposición a la compe-tencia de bienes importados, costos de producción en dólares elevados y creciente incertidumbre.

Aun cuando en dicho período se implementaron importantes cambios en las regulaciones orientadas a reducir el costo laboral no salarial y fl exi-bilizar la distribución del tiempo de trabajo, el aumento en el costo laboral unitario en dólares resultó un fuerte incentivo para sustituir trabajo por capital (Altimir y Beccaria, 1999). La estabilidad, el acceso a partes y equipo importados, la desregulación de las condiciones para despedir trabajadores, la facilidad de radicación para las empresas transnacio-nales y la recreación del crédito comercial y bancario fueron elementos que favorecieron al proceso de destrucción de empleo, en particular el industrial.

En este período se llevaron a cabo una serie de cambios en el marco normativo laboral, orientados a fl exibilizar el mercado laboral bajo el supuesto de que tales reformas generarían una mayor competitividad de las fi rmas y un crecimiento en la demanda de empleo. La evidencia, sin embargo, sugiere que estas medidas no tuvieron un efecto positivo, advirtiéndose un incremento notorio del empleo no registrado, que cons-tituyó una de las expresiones más generalizadas de la precariedad laboral durante la década del noventa. Así, por ejemplo, entre 1991 y 2000, la tasa de empleo no registrado pasó del 29 al 37%.

Debido a que las estrategias de las distintas empresas para adecuarse a los cambios en el contexto fueron muy diferentes, el importante aumento

Page 52: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

52 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

en la productividad global acompañado de una caída de la demanda de trabajo fue la resultante de situaciones muy heterogéneas: las estrategias ofensivas de algunas empresas y de supervivencia de otras. También fueron muchas las empresas que desaparecieron y otras nuevas que se incorporaron a la estructura industrial. Las llamadas reestructuraciones “ofensivas” incluyeron fuertes inversiones en máquinas y equipos y, al mismo tiempo, profundos cambios organizacionales. Las empresas “sobrevivientes” se adaptaron a las nuevas condiciones reduciendo per-sonal; ello permitió lograr la misma capacidad productiva con menor ocu-pación, implementando cambios organizacionales y eliminando tiempos muertos. Como resultado de tales procesos, el empleo industrial se redujo del 28% del empleo total en 1995 al 23% en 2000, lo que se manifestó en una pérdida de aproximadamente 57 mil puestos de trabajo en la industria (Castillo et al., 2002).

Es en este contexto de inestabilidad macroeconómica, de cambios en la organización del modelo productivo, de introducción de tecnologías, pérdida de participación del empleo industrial y precariedad que se ana-liza la movilidad del empleo.

El estudio de la tasa de desocupación permite identifi car tres eta-pas diferenciadas, que coinciden con las fases de la evolución econó-mica reciente. Un primer período expansivo (1996-1998) de tasas de desempleo descendentes, tasas de empleo crecientes, en un contexto de tasas de actividad estables. Un segundo período recesivo (1999-2002) de empeoramiento de la situación general del mercado de trabajo, con fuerte incremento del desempleo y caídas en el empleo y la participación económica. Por último, entre 2003 y 2006, junto con la recuperación económica que continúa a lo largo de 2007, se advierte claramente un cambio de tendencia: la desocupación disminuye fuertemente y las tasas de actividad y de empleo aumentan.

En particular, la movilidad de los trabajadores también resultó afectada por este conjunto de cambios sucedidos desde mediados de la década del noventa. Así, las historias laborales son el producto de una multiplicidad de conductas que responden a los diferentes contextos que se presentan en el país. Con el objetivo de estudiar comportamientos diferenciados en la movilidad del empleo, el análisis del presente estudio se centrará en las tres etapas mencionadas.

En las siguientes secciones, se mostrará que existen quiebres en las historias laborales que tienen efectos sobre el desarrollo de competencias,

Page 53: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

53Trayectorias laborales en la Argentina desde mediados de la década del noventa

la precarización del empleo, la estabilidad de los ingresos de los hogares3 y la probabilidad de jubilarse.

En el presente apartado se analiza la movilidad laboral externa de los asalariados registrados, utilizando los fl ujos de personas que ingresan y egresan del empleo registrado, permanecen con un mismo empleador o cambian de empleador. Los datos se expresan en períodos anuales medi-dos entre los cuartos trimestres de años consecutivos.

La fuente utilizada es la base de registros administrativos del Sis-tema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (SIJP), que permite medir el empleo declarado en el período comprendido entre los años 1996 y 2006. A partir de esta información, se construyeron para cada año las matrices de transiciones para los ocupados asalariados del sector privado registrados en la seguridad social en industria, comercio y servicios. Las matrices de transiciones a partir de las cuales se calculan los fl ujos de trabajadores se refi eren a los trabajadores en edad activa (menores de 65 años), con el objetivo de excluir del análisis los posibles tránsitos hacia el sistema previsional que se producirían a los 66 años, cuando las personas se jubilan (ver Anexo I).

Entre 1996 y 2006, se registraron en el agregado de industria, comer-cio y servicios unos 4 millones de empleados asalariados menores de 65 años, en promedio en cada año. En promedio, aproximadamente 2,8 millones permanecieron con un mismo empleador de un año a otro; unos 529 mil cambiaron de empleador, permaneciendo en el empleo regis-trado; unos 695 mil ingresaron y unos 550 salieron del sistema. En los sub-períodos analizados (de crecimiento del empleo en la fase ascendente del plan de convertibilidad, de recesión y crisis de 2002 y de crecimiento post-convertibilidad), los fl ujos de empleo refl ejan los cambios en el con-texto macroeconómico del país. Durante el período recesivo 1999-2002, las salidas superan a las entradas, indicando que el empleo registrado cada año disminuye (cambios netos negativos); por el contrario, en los años de crecimiento, en especial en la última fase, los ingresos de trabajadores al sistema superan las salidas.

3 Debe considerarse que la mayoría de los asalariados registrados en el sector privado son jefes de hogar, particularmente en la industria.

Page 54: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

54 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Como consecuencia de tales fl ujos, la movilidad laboral ha sido ele-vada en el período, afectando al 41% de los trabajadores que estuvieron ocupados en un año. Esta tasa es el agregado de los ingresantes al empleo registrado (16%), de los que son desplazados (13%) y de aquellos que cambian de empleador (11%) (ver Tabla 1).

TABLA 1. Indicadores de movilidad laborales de los ocupados asalariados registrados por empresas privadas de industria, comercio y servicios, menores de 65 años (1997-2006) (en %)

Tasas de movilidad desde y hacia el sistema 1997/1998

1999/2002

2003/2006

Promedio 1997/2006

Tasa de entrada (a) 18 13 19 16

Tasa de salida (b) 13 16 10 13

Porcentaje de cambios de empleador (c) 12 11 11 11

Tasa de movilidad (a) + (b) + (c) 43 40 41 41

Crecimiento neto del empleo(entradas-salidas) / empleo en t 6,0 -3,1 11,0 2,4

Notas: (a) Ingresos / (Ingresos + Salidas + Permanencias en el sistema); (b) Salidas / (Ingresos + Salidas + Permanencias en el sistema); (c) Cambios de CUIT / (Ingresos + Egresos + Per-manencias en el sistema).

Fuente: Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial, Dirección General de Estadísticas y Estudios Laborales (DGEyEL), Subsecretariía de Programación Técnica y Estudios Laborales (SSPTyEL), en base a SIJP.

El porcentaje de trabajadores que permanece en el empleo registrado de un año a otro fue del 86% para el promedio de los años analizados y tiene carácter procíclico. Esta proporción es mayor en la última fase de crecimiento (88%) que en la crisis (84%) y en el primer período de expansión del nivel de actividad (86%)4. Asimismo, la tasa de perma-nencia en el mismo empleador fue del 70%, proporción que aumenta signifi cativamente en el último período de crecimiento (72%)5.

4 Estos valores se aproximan a las estimaciones realizadas por otros autores a partir de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) para el promedio de semestres del período 1997-2002 (Paz, 2003).

5 Resulta interesante señalar que el porcentaje de trabajadores que permanece en la misma empresa se mantiene relativamente estable (70%), tanto en años recesivos como expan-sivos para el período 1996-2001. Sin embargo, a partir de 2002, el porcentaje de traba-jadores que permanece en una misma empresa se incrementa como resultado tanto de la reducción de los costos laborales en dólares que se produjo por efecto de la devaluación como por el incremento del costo del despido (a partir de enero de 2002, la Ley de Emer-gencia Pública y Reforma del Régimen Cambiario Nº 25.561 estableció la devaluación

Page 55: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

55Trayectorias laborales en la Argentina desde mediados de la década del noventa

En forma agregada, el porcentaje de trabajadores que cambia de empresa es algo mayor al porcentaje de trabajadores que se desvincula del empleo asalariado registrado. Considerando la actividad hacia donde transitan estos trabajadores que cambian de empleador, sólo la tercera parte permanece en la misma rama (a dos dígitos de la revisión CIIU); ello indica que serían limitadas las posibilidades de difusión de conoci-mientos en el tejido empresarial a través de las migraciones de trabaja-dores (ver Tabla 2).

La participación de los trabajadores que cambian de empleador man-teniéndose en el sistema formal tiene un comportamiento procíclico: es más elevado durante los períodos de crecimiento y se retrae en los períodos recesivos. Esto podría estar explicado, en parte, por desvincu-laciones laborales voluntarias que se realizan con el objetivo de mejorar los ingresos y las condiciones laborales, que son más probables en la fase ascendente del ciclo. Por el contrario, en los períodos recesivos las oportunidades laborales son escasas y las personas asumirían comporta-mientos más conservadores.

La fuente de información utilizada no permite identifi car el destino laboral de los desvinculados del SIJP, pero el análisis puede complemen-tarse atendiendo a resultados obtenidos a partir de otras fuentes (EPH). Para el período 1997-2002, los asalariados con protección social que se desvinculan van principalmente a empleos asalariados sin protección, al desempleo y a la inactividad, en ese orden de importancia, mientras que la proporción de trabajadores que se vuelven patrones al año siguiente es muy pequeña (Paz, 2003).

del peso y, en línea con la severa crisis económica y social, la duplicación de los pagos indemnizatorios para todos los trabajadores ocupados por este año).

Page 56: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

56 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

TABLA 2. Tasas de transiciones laborales de los ocupados asalariados registrados por empresas privadas de industria, comercio y servicios, menores de 65 años (1997-2006) (en %)

Transiciones 1997-1998 1999-2002 2003-2006 Promedio 1997-2006

Permanece en la empresa 68 68 72 70

Cambia de empresa 18 16 16 17

Cambia de empresa en la rama 6 6 6 6

Cambia de rama en el sector 4 3 3 4

Cambia de sector 8 7 7 7

Permanece en el SIJP 86 84 88 86

Sale del SIJP 14 16 12 14

Total de ocupados en t-1 100 100 100 100

Fuente: Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial, DGEyEL, SSPTyEL, en base a SIJP.

TABLA 3. Reincorporaciones al empleo registrado de los asalariados desvinculados de empresas privadas de industria, comercio y servicios, menores de 55 años, tasas anuales (1996-2005) (en %)

Años transcurridos desde la desvinculación

IV1996 IV

1997

IV1997 IV

1998

IV1998 IV

1999

IV1999 IV

2000

IV2000IV

2001

IV2001 IV

2002

IV2002 IV

2003

IV2003 IV

2004

IV2004 IV

2005

Promedio

1 año 18 14 15 13 9 18 19 19 19 14

2 años 7 8 7 5 10 11 10 11 10

3 años 5 5 3 6 9 8 9 10

4 años 3 2 4 6 6 6 8

5 años 2 3 5 5 5 4

6 años 2 3 4 5 9

7 años 2 3 4 8

8 años 2 3 7

9 años 2 6

Aún no retor-nan al sistema 57 59 59 60 61 56 62 69 81 63

Total salidas 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100

Fuente: Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial, DGEyEL, SSPTyEL, en base a SIJP.

Page 57: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

57Trayectorias laborales en la Argentina desde mediados de la década del noventa

Una vez cuantifi cado el importante porcentaje de trabajadores en edad activa que se desvinculan del empleo protegido por la seguridad social en cada año, interesa discutir la probabilidad que tienen las personas de reinsertarse en años posteriores. En esa dirección, fueron estimadas las reincorporaciones de trabajadores que salieron del sistema en los 9 años comprendidos entre 1997 y 2005 (ver Tabla 3).

En primer lugar debe destacarse un comportamiento estructural, con algunas variaciones derivadas del ciclo económico, que se manifi esta en que la mayor probabilidad de retornar al empleo formal ocurre al año de salir del sistema y es decreciente en los años posteriores, posiblemente refl ejando que la estrategia de búsqueda laboral más frecuente son los contactos y las redes personales, que se deterioran con el tiempo. Las empresas prefi eren tomar trabajadores que están en el mercado y no los que están desocupados. En general, y controlando por el factor demo-gráfi co, una vez transcurridos diez años desde su desvinculación, casi el 60% de los trabajadores en edad activa no consigue retornar a un empleo registrado en industria, comercio o servicios, por lo que quedan excluidos del sistema de seguridad social. La baja probabilidad de reinserción se explicaría por la elevada tasa de no registro existente, por el reducido peso de los asalariados registrados en la ocupación total en la mayor parte de este período.

Como complemento al análisis anterior, en la Tabla 4 se presenta el porcentaje de personas que ingresan en los años 2003 y 2004, que había sido desplazado del empleo registrado a partir de 1996. En promedio para los dos años y descontando los cambios de empresas, un 34% de las personas que se incorporaron al empleo registrado eran reingresantes. El 66% restante serían trabajadores que no tuvieron un empleo registrado con una duración superior al año. Asimismo, una proporción importante de estos trabajadores reingresantes (40% en 2003 y 25% en 2004) habían sido recientemente desvinculados.

Page 58: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

58 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

TABLA 4. Reincorporaciones al empleo registrado de los asalariados desvinculados de empresas privadas de industria, comercio y servicios, menores de 55 años, tasas anuales (2003-2004)

Años Reingresantes (miles) Ingresos totales (miles)Reingresos /

Total de ingresos(%)

2003 251 675 37

2004 259 809 32

Promedio 255 742 34

Fuente: Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial, DGEyEL, SSPTyEL, en base a SIJP.

Estos resultados confi rman que, en este nuevo período expansivo del empleo que se inicia en 2003, se reincorpora una pequeña proporción de trabajadores que, habiendo transitado por el empleo asalariado registrado en períodos anteriores, fueron desplazados hacia el trabajo precario, el desempleo o la inactividad.

La elevada expulsión del sistema de trabajadores en edad activa que se produce año tras año, sumada a la baja probabilidad de reinsertarse en el mediano plazo en el empleo asalariado, confi gura patrones de con-tinuos quiebres en las carreras laborales, destrucción de competencias y exclusión del empleo protegido por la seguridad social.

Con el objetivo de medir el impacto de tales procesos sobre las tra-yectorias laborales agregadas de los trabajadores desde una perspectiva de mediano plazo, se estudia la cohorte de los trabajadores que estaban empleados en 1996 en empresas industriales, comerciales y de servicios y que tenían en ese año menos de 55 años6. Este análisis no considera a los trabajadores que ingresan al empleo registrado en los años siguientes.

Hacia el año 2006, solamente el 26% de los trabajadores continuaba trabajando en la misma empresa, es decir, habían logrado acumular diez años de antigüedad. El 58% permanecía en el trabajo registrado en los sectores mencionados, ya sea en la misma o en otra actividad. A su vez, el 42% había salido del sistema, hacia la precariedad, el desempleo o la inactividad, posiblemente iniciando trayectorias de exclusión.

Nótese que, a partir del año 2002, con la sanción de la ley de doble indemnización que eleva al doble el costo del despido para los trabaja-

6 En ese sentido, se excluyen de la cohorte los trabajadores que potencialmente podían jubilarse en algún año del período.

Page 59: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

59Trayectorias laborales en la Argentina desde mediados de la década del noventa

dores con antigüedad, se ha detenido el proceso de salida del empleo registrado para estos trabajadores. En efecto, a partir de ese año no se incrementa el porcentaje de trabajadores que transitan hacia fuera del sistema (ver Gráfi co 1).

GRAFICO 1. Trayectorias laborales intersectoriales de la cohorte de traba-jadores de 1996 de menos de 55 años (1996-2006)

Industria

Fuera del sistema

Comercio

Servicios

Otros sectores

19961997

19982001

20021999

20002003

20062004

2005

42%

58%

Fuente: Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial, DGEyEL, SSPTyEL, en base a SIJP.

Esta trayectoria puede especifi carse para cada uno de los sectores considerados. En especial, en el sector industrial la proporción de asala-riados en edad activa que permanecen ocupados es levemente superior a la que queda fuera del sistema, mientras que sólo el 10% logra rein-sertarse en actividades de comercio y servicios. De esta manera, se pone en evidencia que la tercerización del empleo registrado verifi cada en el período 1996-2004 –entendida como la pérdida de participación del empleo industrial en relación con el comercio y los servicios– se pro-dujo a través de la sustitución de los asalariados industriales desplazados

Page 60: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

60 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

por el reclutamiento de nuevos trabajadores que se incorporan al sector terciario y no por la reconversión del empleo industrial a los servicios. Resulta interesante señalar, fi nalmente, que a partir de 2003 se produce un cambio de pendiente en la curva de trayectoria del empleo industrial de la cohorte, refl ejando el freno a la expulsión de estos trabajadores industriales y el retorno de algunos trabajadores que habían sido previa-mente desplazados.

En la sección anterior se ha mostrado que, a diferencia de otros mode-los virtuosos en los que la movilidad de los trabajadores es elevada al interior de un cluster o sistema local o hacia otra empresa (más allá de la forma organizacional predominante), en el caso argentino el patrón de movilidad predominante fue de exclusión del tejido empresario y de las relaciones laborales clásicas.

En esta sección se analiza si los regímenes de movilidad y la estabili-dad del empleo son diferentes del promedio en los principales segmentos del mercado de trabajo. Se eligió el período 1998-2004, que coincide con una profunda y prolongada recesión (1998-2002) y dos años de recupe-ración (2003-2004).

En las últimas décadas, la literatura económica ha utilizado en forma extensiva modelos de duración para estudiar cuestiones relacionadas con la movilidad laboral, como la probabilidad de permanecer en el empleo. Dichos modelos explican la probabilidad de permanecer en el empleo a partir de la antigüedad acumulada en el mismo y las características propias de cada individuo7 (Lancaster, 1990).

Sin embargo, los registros administrativos, fuente de este estudio, no cuentan con información completa acerca de la antigüedad de los trabajadores, variable que se construyó a partir de la permanencia en el empleo observada desde que el registro existe (1995)8. Es decir que, para

7 Los modelos de duración describen la probabilidad condicional de fi nalización de un evento particular. Se llaman modelos de duración porque, a partir de observaciones de la duración de un evento, que siguen una función de distribución acumulada, se estima la función de supervivencia del individuo en el ciclo y la función de riesgo de que concluya el ciclo.

8 Para la cohorte de trabajadores de 1998, elegida para este ejercicio, se conoce en forma acotada la antigüedad inicial: 3 años o más, 2 años, 1 año y recién ingresados.

Page 61: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

61Trayectorias laborales en la Argentina desde mediados de la década del noventa

la cohorte de trabajadores de 1998, se conoce solamente la antigüedad acumulada desde 1995, limitación que llevó a descartar los tradicionales modelos de duración para este ejercicio. De esta manera, se utilizaron dos modelos probit para estimar tanto la probabilidad de permanecer traba-jando en la misma empresa como de permanecer en el empleo registrado (ver Tabla 5).

Entre las variables disponibles, se eligió el grupo que presentó una mayor capacidad explicativa en numerosos estudios de segmentación y movilidad laboral analizados (ver Sección 1). Las características de las empresas que se consideraron fueron el tamaño, el sector, y la antigüe-dad. Por su parte, entre los atributos de los trabajadores se analizaron el género, la edad, el nivel salarial y la antigüedad en el puesto como variables proxy de capital humano (dimensión que no está contenida en la fuente de información), aun cuando, como se ha mencionado, la relevancia de la duración no se deriva solamente de su asociación con el capital humano9.

Los sectores analizados fueron la industria manufacturera, el comer-cio y los servicios. Se espera un comportamiento diferente para los tra-bajadores del sector industrial en relación con los otros dos sectores. Como se ha desarrollado en la Sección 2, durante la segunda mitad de la década del noventa en la Argentina, el contexto macroeconómico fue desfavorable al desarrollo del sector industrial. En efecto, a lo largo del período 1998-2004, se registró la pérdida del 9% del empleo industrial, lo que desencadenó una importante movilidad de los antiguos trabajadores hacia la exclusión, tal como analizáramos en la Sección 3. En el mismo período, el comercio y los servicios tuvieron un mejor desempeño, con un crecimiento del 9% en el empleo.

Hipótesis: a partir del cambio en la distribución sectorial del empleo (tercerización), se espera que los trabajadores industriales presenten una mayor movilidad, en particular aquellos con menor nivel de califi cación (o estatus laboral), siguiendo la lógica de cadena de vacantes desarro-llada en la Sección 1. La permanencia en la misma empresa debería ser menor, porque la demanda laboral del sector se estuvo contrayendo. La movilidad inclusiva (probabilidades de reconvertirse a otros sectores) debería ser menor, especialmente entre los trabajadores de mayor edad,

9 Este conjunto de variables, y otras omitidas en el análisis por las limitaciones de la fuente de información, han sido destacadas en la mayor parte de la literatura discutida en la se-gunda sección. Entre los planos no incluidos en el análisis que infl uyen en las transiciones mencionadas, se destacan la estructura de la demanda y el desarrollo de competencias tecnológicas de las empresas.

Page 62: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

62 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

porque tienen perfi les menos transversales y con un nivel educativo pro-medio menor a la media de la economía.

Las empresas han sido clasifi cadas en cuatro estratos de tamaño (gran-des, medianas, pequeñas y micro), a partir del número de ocupados que tenían en el año base del estudio (1998).

Hipótesis: se espera que la probabilidad de permanecer en la empresa sea más elevada entre las empresas grandes, considerando que estas ofrecen a los trabajadores posibilidades para desarrollar carreras pro-fesionales en la misma empresa (mercados internos), en particular para el segmento de trabajadores principales (core). La movilidad externa de este tipo de trabajadores de empresas grandes en general es selec-tiva, por lo que suele implicar la continuidad de sus carreras en otras empresas.

Adicionalmente, a lo largo del período estudiado, la mortalidad de empresas en la Argentina fue elevada y signifi cativamente más impor-tante entre las fi rmas de menor tamaño relativo, lo que limita la posibi-lidad de conservar la relación laboral, en la medida en que se reduce la probabilidad de supervivencia de la fi rma. La literatura desarrollada sobre creación y destrucción de empleo indica que la rotación de puestos de trabajo es decreciente con el tamaño de los agentes (Davis et al., 1997; Castillo, Cesa et al., 2002; Castillo, Ferlan et al., 2005).

Desde el punto de vista de los factores estructurales de las empresas, la antigüedad de la fi rma –considerada en el año inicial de análisis– cons-tituye una variable relevante para explicar la tasa de permanencia y de salida de sus trabajadores. La variable se incorpora en dos tramos: el grupo de las empresas muy jóvenes, fundadas antes de 1990, tenía una antigüedad menor a 8 años en el año 1998. Este grupo presenta una menor probabilidad de supervivencia en comparación con las fi rmas de mayor antigüedad. El otro tramo reúne a las fi rmas “viejas y consolidadas” con una mayor probabilidad de supervivencia. La literatura indica que una parte sustantiva de la movilidad del empleo se explica por la vida relativamente breve que tienen las empresas que nacen y que, a su vez, son reemplazadas por otras nuevas empresas, muchas de las cuales pro-bablemente también vivirán poco tiempo (Dunne et al., 1988; Castillo, Cesa et al., 2002)10.

10 En forma complementaria a los resultados del modelo, resulta interesante señalar que dos tercios de los asalariados que trabajaban en 1998 en empresas que dejan de operar quedan fuera del sistema, más allá del sector en el que trabajaban. A su vez, algo menos de un tercio de los que trabajaban en empresas que cerraron permanece en el sector, con menor peso en comercio e industria. Por el contrario, la proporción de asalariados que salen del

Page 63: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

63Trayectorias laborales en la Argentina desde mediados de la década del noventa

Hipótesis: se espera que la probabilidad de permanecer en la misma empresa sea mayor entre las empresas antiguas en relación con las empresas nuevas, debido a que la probabilidad de sobrevivir al período recesivo fue mayor para las empresas antiguas.

Este conjunto de planos pondría de manifi esto que la permanencia en el puesto de trabajo depende de la estabilidad de las fi rmas en el mercado, el tamaño, sector y antigüedad de las mismas, rasgos que en general están asociados al perfi l de agentes con mayores competencias técnicas.

Desde una perspectiva de segmentación del mercado de trabajo defi -nida a partir de las características personales de los trabajadores, se incor-poran el género y la edad (considerada en el año inicial de análisis en tres tramos).

Hipótesis: se espera que en el segmento de trabajadores más jóve-nes la estabilidad en la empresa sea menor, porque no han acumulado competencias relevantes que los incluyan en el core; pero, a la vez, que la movilidad laboral intersectorial sea frecuente, ya que todavía no han adquirido competencias específi cas a lo largo de su carrera profesional. En forma simétrica, para los tramos de edad más avanzada se espera una mayor permanencia en la empresa y una menor movilidad externa.

La literatura indica que las mujeres, en general, se concentran en segmentos secundarios de los mercados de trabajo, con acceso a empleos menos estables y con menor posibilidad de movilidad ascendente.

Hipótesis: en el segmento de trabajadoras mujeres, se espera una menor estabilidad laboral.

Otra variable que mantendría una relación positiva con la proba-bilidad de permanencia en la empresa y en el sistema es la antigüedad de los trabajadores en la fi rma considerada en el año inicial de análisis. Los estudios sobre la probabilidad de permanecer en el mismo empleo según la antigüedad mostraron, para EE.UU. y algunos países europeos, que la estabilidad está positivamente asociada a la antigüedad. La mayo-ría de los empleos tiene una duración limitada, mientras que aquellos que superan los primeros cinco años tienen una elevada probabilidad de perdurar (Hall, 1982; Mertens, 1999). Estas evidencias están en línea

sistema en empresas “continuadoras” es menor. La escasa reinserción de los trabajadores de empresas que cierran amerita una refl exión acerca de la necesidad no sólo de impulsar la creación de nuevas empresas, sino fundamentalmente de lograr tasas de supervivencia signifi cativamente mayores a las actuales de las nuevas empresas. Desde esa perspectiva, en una economía con elevada tasa de desempleo estructural no alcanza –como suele seña-larse en la literatura sobre creación de empresas– con que la tasa de natalidad sea mayor que la de mortalidad.

Page 64: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

64 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

con las teorías del capital humano y las teorías neoshumpeterianas de creación de competencias. En este sentido, entre los trabajadores que en el año 1998 no tenían antigüedad en la empresa, se distingue a aquellos que ingresaron a la fi rma en ese año como consecuencia de un cambio de empleador, de aquellos que lo hicieron sin experiencia laboral en el empleo registrado.

Hipótesis: se espera que la probabilidad de permanecer sea mayor para los trabajadores insiders que para los outsiders.

TABLA 5. Probabilidad de permanecer en 2004, cohorte de 1998, menores de 55 años (signos de la estimación probit)

VariablesPermanecer en la misma

empresa

Permanecer en el sistema

(en la misma o en otra empresa)

Varones (ref. mujeres) - +

Edades (ref. 26 a 35 años)

Menores de 25 - +

36 a 55 años + -

Remuneraciones (ref. medias-altas)

Bajas - -

Medias-bajas - -

Altas + +

Antigüedad de la relación laboral (ref. 1 y 2 años)

Sin antigüedad - Outsider - -

Sin antigüedad - Insider - +

3 años o más + +

Sector (ref. servicios)

Industria + -

Comercio - -

Tamaño de la fi rma (ref. medianas)

Grandes + -

Pequeñas - -

Micro - -

Firmas creadas antes de 1990 (ref. nuevas) + +

Fuente: Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial, DGEyEL, SSPTyEL, en base a SIJP.

Page 65: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

65Trayectorias laborales en la Argentina desde mediados de la década del noventa

La fuente utilizada no cuenta con el nivel educativo ni con el nivel de califi caciones de los trabajadores, dimensiones que en la literatura se presentan como determinantes de la probabilidad de permanecer en el empleo. Para compensar esta falencia en el modelo, se toma el quintil de remuneraciones percibidas por los trabajadores como una variable proxy de su nivel de califi cación, ya que en el mercado de trabajo de la Argen-tina las remuneraciones son crecientes con el nivel de califi cación.

Hipótesis: se espera observar una mayor estabilidad laboral en los segmentos de mayores remuneraciones y califi cación; y también patrones de movilidad inclusivos y ascendentes.

En la Tabla 5 se presentan los principales resultados. Todas las varia-bles resultaron individual y globalmente signifi cativas; en casi todos los casos, los signos obtenidos fueron los esperados (ver Anexo II).

Considerando al sector servicios como referencia, la probabilidad de permanecer en el mismo puesto fue mayor en la industria y menor en el comercio. Este resultado difi ere del esperado, indicando que la caída del empleo industrial se explica porque una gran proporción de los empleos destruidos no fueron reemplazados por empleos nuevos, aun cuando en la industria fue mayor la retención del empleo. Sin embargo, la permanencia en el sistema de los trabajadores de la industria fue menor en relación a los servicios, lo que pone de manifi esto que, una vez perdido el puesto, la probabilidad de reinserción es más reducida. La probabilidad de perma-necer en la misma empresa es mayor para los trabajadores de las empresas grandes y menor para los de las empresas pequeñas y medianas, tomando como referencia a las medianas. No obstante, la probabilidad de perma-necer en el sistema es mayor entre las empresas medianas. De acuerdo a lo esperado, tanto la probabilidad de permanecer en la misma empresa como en el sistema fue más alta para los trabajadores de las empresas más antiguas (anteriores a 1990) en relación con las empresas jóvenes.

Los atributos de los trabajadores también marcan diferentes probabi-lidades de transición. Como se esperaba, la probabilidad de permanecer en la empresa es menor entre los trabajadores más jóvenes (menores de 25 años) en relación con el tramo etario siguiente (26 y 35 años) y mayor para el tramo de 36 y 55 años. Sin embargo, también de acuerdo a lo esperado, la probabilidad de permanecer en el sistema –es decir, de transitar hacia otras fi rmas una vez desvinculados– es mayor entre los jóvenes. Las mujeres presentan una mayor probabilidad de permanecer en la misma empresa que los varones, a diferencia de lo esperado. No obs-tante, tienen menor probabilidad de permanecer en el empleo registrado en relación con los varones, ya que enfrentan mayores difi cultades para

Page 66: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

66 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

reinsertarse en otras empresas. Los trabajadores con más de tres años de antigüedad en el empleo tienen una mayor probabilidad de permanecer, tanto en la misma empresa como en el empleo registrado, en relación con los que tienen una antigüedad menor. En el caso de los trabajadores sin antigüedad, el grupo de los que ingresaron a la fi rma desde otra fi rma, tienen una mayor probabilidad de permanecer en el empleo registrado en relación con los trabajadores de poca antigüedad. Finalmente, la probabi-lidad de mantenerse en la misma empresa o en el sector formal es mayor entre los trabajadores con remuneraciones altas (en relación con los de ingresos medios-altos) y es menor en el resto de los casos. Esto pone de manifi esto un mayor interés de las empresas en retener a los trabajadores de mayores salarios, en general asociados a perfi les de mayor capital humano y mayores competencias técnicas acumuladas en sus carreras laborales11.

Vale decir que se observa una segmentación del mercado de trabajo tanto en términos de los perfi les de trabajadores ocupados como del tipo de empresas donde trabajan. Ello se manifi esta tanto en la estabilidad del empleo como en las posibilidades de transitar patrones de movilidad distintos de la exclusión del empleo registrado.

En la Sección 3 se mostró que, para el promedio de la economía, sólo el 32% de los trabajadores permaneció trabajando en la misma empresa entre los años 1998 y 2004. A continuación se presenta una estimación de la probabilidad de permanecer en el mismo empleo para un conjunto de agentes que se aproximaría al segmento principal del mercado de trabajo de la Argentina (core).

Este segmento se defi nió como aquellos trabajadores ocupados en empresas grandes, de la industria manufacturera o el sector servicios, con más de ocho años de antigüedad en el mercado, que permanecie-ron en el mercado durante la fuerte recesión. A su vez, se consideró al segmento principal de trabajadores de estas empresas, defi nido como aquellos trabajadores con remuneraciones altas y medias-altas, y con una antigüedad en la empresa (tenure) mayor a tres años. Con el objetivo de verifi car si los trabajadores del segmento principal del mercado tuvieron

11 Asimismo, la permanencia en las empresas está asociada al nivel salarial de partida. Mientras la tasa de permanencia en la misma empresa involucra a sólo el 13% de los tra-bajadores de menores ingresos, la proporción asciende al 36% en las de mayor salario re-lativo. Dichas tendencias se manifi estan con más fuerza en el caso de servicios e industria. Asimismo, la proporción de asalariados que salen del sistema está asociada inversamente al nivel salarial inicial de los trabajadores, mientras que la tasa de transición hacia otra empresa del sector o de otros sectores no está asociada con el nivel salarial original.

Page 67: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

67Trayectorias laborales en la Argentina desde mediados de la década del noventa

una mayor estabilidad laboral, se corrió el modelo anterior considerando las variables mencionadas pero teniendo en cuenta el panel de empresas sobrevivientes. Los signos obtenidos fueron iguales a los del modelo anterior, con la excepción de la variable tamaño. En ese caso, los asala-riados que trabajan en las empresas de menor tamaño relativo son los que tienen mayor probabilidad de permanencia. Nuevamente, esto pone de relieve el efecto negativo sobre las trayectorias de la salida de empresas de la estructura (ver Anexo II).

El resultado obtenido indica que para estos trabajadores, la estabilidad de la relación laboral es notablemente más elevada (67%) que para el promedio del empleo (32%). El análisis también muestra que la antigüe-dad en el empleo y el nivel de remuneración (proxy de capital humano), dimensiones relacionadas con la defi nición del segmento principal de trabajadores (core), son las que más aportan a una mayor estabilidad (ver Tabla 6).

Tales resultados evidencian que un mayor desarrollo de competencias técnicas podría estar asociado a una mayor estabilidad laboral, aun en un contexto general donde la estabilidad del empleo es reducida y el régimen de movilidad es principalmente hacia la exclusión del empleo.

TABLA 6. Elasticidades. Probabilidad de permanecer en 2004 en la misma empresa, cohorte de 1998 –menores de 55 años–. Trabajadores con remu-neraciones medias-altas y altas, con antigüedad en el puesto de 3 años y más. Empresas grandes, industria y servicios, antigüedad mayor a 8 años, sobrevivientes

Probabilidad 67%

Variables Signo Elasticidad (%)

Remuneraciones (ref. medias-bajas)

Bajas - -9,5

Medias-altas + 5,3

Altas + 6,8

Antigüedad de la relación laboral (ref. 1 y 2 años)

Sin antigüedad - Outsider - -14,9

Sin antigüedad - Insider - -5,1

3 años o más + 17,9

Sector (ref. comercio)

Page 68: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

68 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Continuación TABLA 6

Probabilidad 67%

Industria + 2,4

Servicios + 2,9

Tamaño de la fi rma (ref. medianas)

Grandes - -4,2

Pequeñas + 2,5

Micro + 5,6

Antigüedad de la fi rma

Anteriores a 1990 + 1,8

Fuente: Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial, DGEyEL, SSPTyEL, en base a SIJP.

En el presente trabajo se analizó la movilidad del empleo asalariado registrado en la Argentina, correspondiente a empresas privadas de indus-tria, comercio y servicios en el período 1996-2006, y se aplicó un enfoque de transiciones y movilidad laborales para estudiar los fl ujos de trabaja-dores que ingresaron o egresaron del empleo registrado, permanecieron con un mismo empleador o cambiaron de empleador.

La magnitud y el patrón que presenta la movilidad laboral no pue-den ser analizados al margen de la estructura productiva y el contexto macroeconómico del período, caracterizado por una fuerte inestabilidad que se manifestó en el mercado de trabajo a partir de un elevado des-empleo y con un amplio sector del empleo asalariado fuera del sistema de seguridad social. El ciclo económico fue muy pronunciado, y en el período 1998-2002 la economía atravesó una profunda y prolongada rece-sión que dejó como saldo la pérdida del 11% de los empleos privados en industria, comercio y servicios.

El trabajo muestra la existencia de una elevada movilidad laboral en los trabajadores argentinos en los últimos diez años. La tasa de movilidad laboral, que resume tanto la originada en la creación y destrucción de empleos como el reemplazo de trabajadores desvinculados de las empre-sas por otros, fue del 41% promedio anual. Tal movilidad se manifi esta en una baja estabilidad de los empleos. Así, de la cohorte de trabajadores menores de 55 años asalariados registrados en el sector privado en indus-

Page 69: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

69Trayectorias laborales en la Argentina desde mediados de la década del noventa

tria, comercio y servicios en el año 1996, sólo el 26% permanecía con el mismo empleador en 2006.

Esta baja retención del empleo en las empresas sería consistente con el limitado desarrollo de competencias tecnológicas y esfuerzos de inno-vación durante la convertibilidad (Bisang et al., 2002; Erbes et al., 2005) y puede suponerse también en el período posterior, debido al carácter inercial que asumen estos procesos.

No sólo interesa la magnitud de la movilidad laboral, ya que el impacto que tales procesos tienen sobre el tejido productivo y la sociedad puede evaluarse a partir del patrón predominante que esta movilidad asume. En la Argentina, durante el período estudiado, dicho patrón fue el de la exclusión del mercado de trabajo: el 42% de la cohorte de trabajadores registrados en el año 1996 estaba excluido del empleo asalariado regis-trado (en empleos no registrados, desocupados o inactivos) para el año 2006. Sólo el 32% de los trabajadores pudo continuar sus carreras labo-rales en otras empresas. En consecuencia, el régimen/patrón de movilidad predominante, de exclusión, habría limitado la difusión de conocimientos derivada de las migraciones de los trabajadores en el tejido productivo.

Sin embargo, en este contexto general, se observaron fuertes indicios de segmentación del mercado de trabajo, defi nida tanto a partir de la heterogeneidad del tejido empresarial como de los perfi les de trabajado-res. En los segmentos principales (core), el empleo es más estable y la movilidad podría asumir patrones virtuosos de difusión de conocimientos que aumentan la productividad de las fi rmas y de trayectorias ascendentes para los trabajadores. Adicionalmente, las empresas incluidas en el seg-mento principal del mercado de trabajo coinciden con el perfi l de fi rmas que presentan mejores desarrollos de competencias tecnológicas, según las encuestas industriales desarrolladas en el país.

Estos resultados específi cos ameritan una pregunta fi nal vinculada al perfi l de especialización que se ha venido desarrollando en la economía argentina en los últimos treinta años y en especial durante los noventa. Esta signifi cativa movilidad de los trabajadores, ¿no es funcional a un perfi l de especialización productivo intensivo en commodities y recur-sos naturales que se ha venido precarizando signifi cativamente desde la perspectiva del número de eslabones de las tramas productivas a las que pertenecen y con peso signifi cativo de los componentes importados con mayor intensidad de conocimiento?

Page 70: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

70 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

La construcción de un padrón de puestos de trabajo que permita estu-diar las trayectorias de los trabajadores requirió, en primer lugar, estimar un listado con todas las combinaciones de personas/empresas a partir de las respectivas asociaciones CUIL/CUIT registradas en el SIJP durante el período en estudio. Dicho registro contiene una síntesis de las histo-rias laborales de los trabajadores, que van desde información general y atributos de las personas hasta las características de la empresa. La información general da cuenta del total de empresas donde trabaja (2007) y trabajó (1995) cada persona a lo largo del período, el total de personas ocupadas en cada año en cada empresa, la fecha de inicio y fi nalización de la relación laboral (duración total) y las remuneraciones individuales correspondientes. Los atributos de las personas aluden a la edad y género. Finalmente, los rasgos de las empresas identifi cados son la rama de acti-vidad a dos dígitos de la CIIU revisión 3, la antigüedad, el tamaño12, el quintil de salario promedio al que pertenece, la supervivencia/rotación y el carácter público o privado.

A su vez, para cada puesto de trabajo, se construyó el panel con las remuneraciones brutas totales trimestrales. Para ello fue preciso: i) elegir los meses del año para realizar la medición13, ii) estimar la remuneración14 y iii) eliminar los valores no válidos15.

12 Para estratifi car a los agentes de cada rama por tamaño, se utilizó un valor fi jo de ventas anual para cada estrato (micro, pequeño, mediano y grande). Por lo tanto, el intervalo de ocupados de cada estrato varía en cada rama de actividad.

13 Con el fi n de evitar la estacionalidad del pago del sueldo anual complementario (SAC), se tomó el valor de la remuneración media de los meses de marzo, abril y mayo. No se utilizaron los trimestres calendarios debido a la posibilidad de que el pago del SAC se registrara en los meses de junio o julio y diciembre o enero. De esta manera, todos los trimestres calendarios podrían estar afectados por el pago complementario, lo que podría distorsionar la comparación de los salarios en dos momentos distintos del tiempo, depen-diendo del mes en que se registre.

14 La remuneración imponible a la seguridad social fue descartada debido a que posee un tope máximo (4.800 pesos) que subestimaría la estimación del salario, especialmente en algunos sectores. La otra variable de utilidad para contabilizar los salarios es la remune-ración bruta total, que incluye indemnizaciones, preavisos y meses no trabajados en su totalidad, montos estos que distorsionarían la medición. Para salvar dicho problema, se decidió desestimar la primera y la última vez que un CUIL es declarado, tomando sola-mente los meses interiores.

15 Se identifi caron los valores perdidos (remuneraciones nulas) para omitirlos del cálculo. Por lo tanto, el cálculo de los promedios trimestrales se realizó con los meses de marzo, abril

Page 71: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

71Trayectorias laborales en la Argentina desde mediados de la década del noventa

A partir del padrón de trabajadores y del panel de remuneraciones, se construyeron las trayectorias laborales considerando como rama de actividad aquella que le genera al trabajador el mayor ingreso, y se aplicó un procedimiento metodológico (tracking) que permite depurar las falsas bajas y altas entre el conjunto de empresas que abren y que cierran.

Con el objetivo de observar los movimientos de los ocupados entre empresas, ramas y sectores, se estiman fl ujos brutos que indican cambios o transiciones de estado de los individuos bajo estudio. Los datos del panel de trayectorias se ordenan a partir de matrices de transición que muestran los distintos cambios entre estados.

La cantidad de ocupados se simboliza con la letra x y los sub-índices 1, 2, …, n se utilizan para enumerar a las empresas. En consecuencia, el mercado laboral formal en dos momentos del tiempo (t–1 y t) puede representarse mediante la siguiente matriz de transición de CUIT.

TABLA 7. Matriz de transición entre empleadores (CUIT)

Empleador en t

CUIT t1

CUIT t2

…. CUIT tn

Desplazados del sistema Total

Empleador en t-1

CUIT t1 X11 X12 … X1d X1d X 1 t-1

CUIT t2 X21 X22 … X2n X2d X2 t-1

…. … … … … … …

CUIT t3 Xn1 Xn2 … Xnn Xnd Xn t-1

Incorporados al sistema Xji Xj2 … Xjn Xj

Total X1t X2t … Xnt Xd X

Donde Xji = asalariados que trabajaban en la empresa i en t-1 y trabajan en la empresa j en t.

De la misma manera, pueden defi nirse una matriz de transición de ramas de actividad y otra de sectores. Tales matrices permiten evaluar los movimientos entre los estados implicados en el análisis. Si se calculan cocientes horizontales, se obtienen las denominadas tasas de transición,

y mayo, sin tener en cuenta la primera y última declaración de cada CUIL y tomando los valores válidos del sistema. Una alternativa aún mejor consiste en eliminar los registros con salarios mensuales inferiores a los 50 pesos.

Page 72: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

72 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

que miden la proporción de personas que transitan desde una empresa, rama o sector hacia otro estado; o la tasa de permanencia, que indica el porcentaje de personas que se mantienen en la empresa, rama o sector.

TT = (x12+ …+x1n) / x1t-1TP = x11 / x1t-1

Donde TT es la tasa de transición y TP la tasa de permanencia.La matriz permite construir la tasa de movilidad (TM) que indica el

porcentaje de personas que cambian de empresas, y que se defi ne de la siguiente manera:

TM = 1 - (x11+…+xnn) / x

La tasa de entrada (TE), la tasa de salida (TS) y la tasa de reemplazo (TR) se defi nen de la siguiente forma:

TE1 = (x21+…+xn1) / x TS1 = (x12+…+x1m) / xTR1 = TE1 / TS1

A su vez, tanto las entradas como las salidas pueden descomponerse en términos de entradas (salidas) del sistema, cambios de empresas dentro de la rama, cambios de rama dentro del sector y cambios de sector.

MODELO 1. Probabilidad de permanecer en la misma empresa en el año 2004, para la cohorte de trabajadores de 1998 –menores de 55 años (probit estimates)–

Number of obs = 3128757LR chi2(15) = 348411.94Prob > chi2 = 0.0000Log likelihood = -1788936.6 Pseudo R2 = 0.088

Page 73: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

73Trayectorias laborales en la Argentina desde mediados de la década del noventa

(Variables dummy) Coef. Std. Err. z P>z (95% Conf. Interval)

Varones -0,1166359 0,0017043 -68,44 0,000 -0,1199763 -0,1132955

Menores de 25 años -0,1220224 0,0023494 -51,94 0,000 -0,1266271 -0,1174177

36 a 55 años 0,1077425 0,0017301 62,28 0,000 0,1043516 0,1111334

Sin antigüedad (Outsider) -0,3491746 0,0022242 -156,99 0,000 -0,3535340 -0,3448152

Sin antigüedad (Insider) -0,1940453 0,0042257 -45,92 0,000 -0,2023276 -0,1857631

Antigüedad en el empleo de 3 años o más 0,3421145 0,0019610 174,46 0,000 0,3382710 0,3459580

Bajos -0,3724984 0,0024342 -153,02 0,000 -0,3772694 -0,3677274

Medios-bajos -0,1476501 0,0021938 -67,30 0,000 -0,1519497 -0,1433504

Altos 0,0570613 0,0021263 26,84 0,000 0,0528939 0,0612287

Grandes 0,0137431 0,0020980 6,55 0,000 0,0096311 0,0178551

Pequeñas -0,0525585 0,0024430 -21,51 0,000 -0,0573466 -0,0477704

Microempresas -0,1056150 0,0029524 -35,77 0,000 -0,1114016 -0,0998284

Industria 0,0285696 0,0018454 15,48 0,000 0,0249528 0,0321865

Comercio -0,0567523 0,0021240 -26,72 0,000 -0,0609152 -0,0525893

Firmas creadas antes de 1990 0,1582080 0,0017566 90,07 0,000 0,1547652 0,1616508

Constante -0,4428057 0,0029508 -150,06 0,000 -0,4485892 -0,4370222

Bondad de ajusteUtilizamos c=0,5 – Si la probabilidad predicha supera a c, el trabaja-

dor permanece; de lo contrario, es desplazado.

PredicciónValor observado

Total0 1

0 1864297 694726 2559023

1 260837 308897 569734

Total 2125134 1003623 3128757

Proporción de aciertos: 69%.

Page 74: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

74 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

MODELO 2. Probabilidad de permanecer en el empleo registrado en el año 2004, para la cohorte de trabajadores de 1998 –menores de 55 años (probit estimates)–

Number of obs = 3128757LR chi2(15) = 168415.78Prob > chi2 = 0.0000Log likelihood = -2013459.5 Pseudo R2 = 0.0401

(Variables dummy) Coef. Std. Err. z P>z (95% Conf. Interval)

Varones 0,0470104 0,0016046 29,30 0,000 0,0438655 0,0501553

Menores de 25 años 0,0440610 0,0020886 21,10 0,000 0,0399675 0,0481546

36 a 55 años -0,0659239 0,0016878 -39,06 0,000 -0,0692319 -0,0626160

Sin antigüedad (Outsider) -0,2371862 0,0019719 -120,28 0,000 -0,2410510 -0,2333214

Sin antigüedad (Insider) 0,0369355 0,0038739 9,53 0,000 0,0293427 0,0445282

Antigüedad en el empleo de 3 años o más 0,1854828 0,0019392 95,65 0,000 0,1816821 0,1892835

Bajos -0,3529746 0,0022149 -159,36 0,000 -0,3573157 -0,3486334

Medios-bajos -0,1383586 0,0021093 -65,59 0,000 -0,1424928 -0,1342244

Altos 0,0742079 0,0021613 34,34 0,000 0,0699719 0,0784439

Grandes 0,0153469 0,0020121 7,63 0,000 0,0114032 0,0192906

Pequeñas -0,0675980 0,0022855 -29,58 0,000 -0,0720774 -0,0631186

Microempresas -0,1580432 0,0026832 -58,90 0,000 -0,1633023 -0,1527842

Industria -0,0665868 0,0017828 -37,35 0,000 -0,0700810 -0,0630926

Comercio -0,1152796 0,0019699 -58,52 0,000 -0,1191406 -0,1114186

Firmas creadas antes de 1990 0,0556851 0,0016618 33,51 0,000 0,0524279 0,0589422

Constante 0,4002829 0,0028442 140,74 0,000 0,3947083 0,4058575

Page 75: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

75Trayectorias laborales en la Argentina desde mediados de la década del noventa

Bondad de ajuste Utilizamos c=0,5 – Si la probabilidad predicha supera a c, el trabaja-

dor permanece; de lo contrario, es desplazado.

PredicciónValor observado

Total0 1

0 367883 278445 646328

1 864439 1617990 2482429

Total 1232322 1896435 3128757

Proporción de aciertos: 63%.

MODELO 3. Probabilidad de permanecer en la empresa en el año 2004, para la cohorte de trabajadores de 1998 –menores de 55 años (probit estimates)– empresas sobrevivientes

Number of obs = 2238630LR chi2(15) = 249809.98Prob > chi2 = 0.0000Log likelihood = -1414810.6 Pseudo R2 = 0.0811

(Variables dummy) Coef. Std. Err. z P>z (95% Conf. Interval)

Sin antigüedad (Outsider) -0,3868891 0,0024747 -156,34 0,000 -0,3917394 -0,3820389

Sin antigüedad (Insider) -0,1369946 0,0047960 -28,56 0,000 -0,1463946 -0,1275946

Antigüedad en el empleo de 3 años o más 0,4619812 0,0021798 211,94 0,000 0,4577088 0,4662535

Bajos -0,2508602 0,0027529 -91,13 0,000 -0,2562558 -0,2454646

Medios-altos 0,1436496 0,0025084 57,27 0,000 0,1387333 0,1485660

Altos 0,1812021 0,0026476 68,44 0,000 0,1760130 0,1863912

Grandes -0,1204136 0,0023421 -51,41 0,000 -0,1250040 -0,1158231

Pequeñas 0,0701340 0,0028471 24,63 0,000 0,0645538 0,0757142

Microempresas 0,1607260 0,0036038 44,60 0,000 0,1536628 0,1677893

Industria -0,0159479 0,0020295 -7,86 0,000 -0,0199256 -0,0119702

Comercio -0,0817416 0,0024125 -33,88 0,000 -0,0864701 -0,0770132

Firmas creadasantes de 1990 0,0495516 0,0019961 24,82 0,000 0,0456393 0,0534639

Constante -0,2544375 0,0030310 -83,95 0,000 -0,2603782 -0,2484969

Page 76: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

76 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Bondad de ajuste Utilizamos c=0,5 – Si la probabilidad predicha supera a c, el trabaja-

dor permanece; de lo contrario, es desplazado.

PredicciónValor observado

Total0 1

0 874860 427660 1302520

1 360172 575938 936110

Total 1235032 1003598 2238630

Proporción de aciertos: 65%.

Efectos marginalesTrabajadores con remuneraciones medias-altas y altas, con antigüedad

en el puesto de 3 años y más. Empresas grandes, industria y servicios, antigüedad mayor a 8 años, sobrevivientes.

Marginal effects after probit y = Pr(dtr98_05) (predict) = .67205166

(Variables dummy) dy/dx Std. Err. z P>z (95% Conf. Interval)

Sin antigüedad (Outsider) -0,1486486 0,0010000 -148,67 0,000 -0,1506080 -0,1466890 0,0000000

Sin antigüedad (Insider) -0,0508680 0,0018300 -27,87 0,000 -0,0544450 -0,0472910 0,0000000

Antigüedad en el empleo de 3 años o más

0,1785923 0,0008600 206,90 0,000 0,1769000 0,1802840 1,0000000

Bajas -0,0948557 0,0011200 -84,84 0,000 -0,0970470 -0,0926640 0,0000000

Medias-altas 0,0534021 0,0009100 58,69 0,000 0,0516190 0,0551860 1,0000000

Altas 0,0677939 0,0009700 69,85 0,000 0,0658920 0,0696960 1,0000000

Grandes -0,0422511 0,0008000 -52,61 0,000 -0,0438250 -0,0406770 1,0000000

Pequeñas 0,0249232 0,0009900 25,12 0,000 0,0229780 0,0268680 0,0000000

Microempresas 0,0557944 0,0011900 46,96 0,000 0,0534660 0,0581230 0,0000000

Industria -0,0057404 0,0007300 -7,86 0,000 -0,0071730 -0,0043080 1,0000000

Comercio -0,0300390 0,0009100 -33,18 0,000 -0,0318130 -0,0282650 0,0000000

Firmas creadas antes de 1990 0,0180917 0,0007400 24,56 0,000 0,0166480 0,0195350 1,0000000

(*) dy/dx is for discrete change of dummy variable from 0 to 1

Page 77: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

77Trayectorias laborales en la Argentina desde mediados de la década del noventa

Altimir, O. y Beccaria, L. (1999), “El mercado de trabajo bajo el nuevo régimen económico en la Argentina”, Serie Reformas Económicas, Nº 28, Santiago de Chile, CEPAL.

Araujo Guimaraes, N. (2004), “Transicioes ocupacionais e representaçoes sobre a procura de trabalho. Comparando mercados de trabalho sob distintos regimes de welfare (São Paulo, Paris e Tóquio)”, Seminario Temático “Análise Sociológica dos Fenómenos Economicos”, Caxambu, mimeo.

Beck, E. M.; Horan, P. M. y Tolvert, Ch. II (1978), “Stratification in a dual economy: a sectoral model of earnings determination”, en American Sociological Review, Vol. 43, Nº 5, Washington DC, American Sociological Association, octubre.

Bisang, R.; Lugones, G. y Yoguel, G. (2002), Apertura e innovación en Argentina. Para desconcertar a Vernon, Schumpeter and Freeman, Madrid/Buenos Aires, Miño y Dávila Editores.

——; Novick, M.; Szturlwark, S. y Yoguel, G. (2005), “Las redes de producción y el empleo, elementos básicos para la formulación de políticas públicas”, en Casalet Ravena, M.; Cimoli, M. y Yoguel, G. (eds.), Redes, jerarquías y dinámicas produc-tivas, Flacso-México, OIT-México, Buenos Aires, Miño y Dávila, octubre.

Burgess, S. y Rees, H. (1996), “Job tenure in Britain 1975-1992”, en The Economic Journal, Nº 106, Oxford, Blackwell Publishing.

Castillo, V.; Cesa, V.; Filippo, A.; Rojo Brizuela, S.; Schleser, D. y Yoguel, G. (2002), “Dinámica del empleo y rotación de empresas: la experiencia en el sector indus-trial de Argentina desde mediados de los años noventa”, en Estudios y Perspec-tivas, Nº 9, julio, Buenos Aires, CEPAL.

——; Ferlan, E.; Filippo, A.; Rojo Brizuela, S. y Yoguel, G. (2005), “Patrones básicos de la rotación de firmas en Argentina hacia el final de la convertibilidad”, Direc-ción General de Estudios y Formulación de Políticas de Empleo, Subsecretaría de Programación Técnica y Estudios Laborales, MTEySS, mimeo.

——; Rojo Brizuela, S. y Yoguel, G. (2005), “Trayectorias laborales y rotación del empleo 1996-2004 en trabajo, ocupación y empleo”, en Serie Estudios, Nº 2, Buenos Aires, MTEySS.

Dahl, M. (2002), “Embedded knowledge flows through labor mobility in regional clusters in Denmark”, DRUID Summer Conference on Industrial Dynamics of the New and Old Economy, Elsingore, junio, en <www.business.auc.dk>.

Davis, S. J.; Haltiwanger, J. C. y Schuh, S. (1997), Job creation and destruction, Cambridge/Londres, MIT Press.

Diprete, T. (1993), “Industrial restructuring and the mobility response of American workers in the 1980s”, en American Sociological Review, Vol. 58, Nº 1, Wash-ington DC, American Sociological Association.

Page 78: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

78 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Dunne, T.; Roberts, M. y Samuelson, L. (1988), “Patterns of firms entry and exit in U.S. manufacturing industries”, RAND Journal of Economics, Vol. 19, Nº 4, Santa Monica, California, The Rand Corporation.

Erbes, A.; Motta, J.; Roitter, S. y Yoguel, G. (2005), “The development of technological competencies in the phase of crisis of the Argentinean latest structural program”, Globelics-Pretoria, mimeo.

Farber, H. (1998), “Mobility and stability: the dynamics of job change in labor market”, Princeton, Princeton University Industrial Relations Section, Working Paper Nº 400.

Galiani, S. y Hopenhayn, H. A. (2003), “Duration and risk of unemployment in Argentina”, en Journal of Development Economics, Vol. 71, Nº 1, Amsterdam, Elservier, junio.

Gatto, F. y Ferraro, C. (1997), “Consecuencias iniciales de los comportamientos PyMEs en el nuevo escenario de negocios en Argentina”, Oficina de la CEPAL en Buenos Aires, Documento de Trabajo Nº 79.

Hachen, D. (1988), “Industrial labor markets and job mobility rates”, en Research in Social Stratification and Mobility, Nº 7, Amsterdam, Elsevier.

Hall, R. E. (1982), “The importance of lifetime jobs in the U.S. economy”, en American Economic Review, Nashville, Tenessee, American Association, septiembre.

Haltiwanger, J.; Lane, J. y Spletzer, J. (2000), “Wages, productivity and dynamic interaction of businesses and workers”, mimeo.

Kosacoff, B.; Yoguel, G. et al. (2000), El desempeño industrial argentino. Más allá de la sustitución de importaciones, Naciones Unidas/Oficina de la CEPAL en Buenos Aires.

Lancaster, T. (1990), The econometric analysis of transition data, Cambridge, Cambridge University Press.

Lundmark, M. y Power, D. (2004), “Working through knowledge pools: labour market dynamics, the transference of knowledge and ideas, and industrial clusters”, en Urban Studies, Vol. 41, Nº 5/6, Londres, Taylor and Francis.

Mertens, A. (1999), “Job stability trends and labor market (re-)entry in West Germany 1984-1997”, Berlín, Humboldt University, Discussion Paper Nº 60.

Moscarini, G. y Vella, F. (2002), “Aggreagate worker reallocation and occupational mobility in the United States 1971-2000”, University of Yale, mimeo.

OEDE-Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial en Argentina, Boletines trimestrales 1, 2, 3, 4 y 5, Buenos Aires, Subsecretaría de Programación Téc-nica y Estudios Laborales, MTEySS, en <www.trabajo.gov.ar/left/estadisticas/dinamica/index.htm>.

Paz, J. (2003), “Transiciones en el mercado de trabajo y protección laboral en la Argentina”, Seminario Taller “Historias laborales y frecuencias de aportes al

Page 79: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

79Trayectorias laborales en la Argentina desde mediados de la década del noventa

sistema de seguridad social”, Buenos Aires, Oficina Internacional del Trabajo y Seguridad Social, 20 de marzo, mimeo.

Pessino, C. y Andrés, L. (2000), “La dinámica laboral en el Gran Buenos Aires y sus implicaciones para la política laboral y social”, Documento de trabajo Nº 173, Buenos Aires, Universidad del CEMA, agosto.

Power, D. y Lundmark, M. (2004), “Working through knowledge pools: labor markets dynamics, the transference of knowledge and ideas and industrial clusters”, en Urban Studies, Nº 5/6, Londres, Taylor and Francis, mayo.

Schettkat, R. (1996), “Flows in labor market: concepts and international comparative results”, en Schettkat, R. (comp.), The flows of labour markets, Londres, Routledge.

Shin, T. J. (2004), “Structural changes and job mobility rates in the United States: labor market turbulence and growing inequality”, en Institute of Labor and Employment, Berkeley, University of California.

Sorensen, A. B. y Tuma, N. (1981), “Labor market structure and job mobility”, en Treiman, D. J. y Robinson, R. V. (comps.) Research in Social Stratification and Mobility, Amsterdam, Elsevier.

Stambol, L. S. (2003), “Urban and regional labour mobility performance in Norway”, 43º Congress of the European Science Association, Jyvaskyla, mimeo.

Stiglitz, J. (2003), “El rumbo de las reformas. Hacia una nueva agenda para América Latina”, en Revista de la CEPAL, Nº 80, Santiago de Chile, CEPAL.

Thomson, E. (2003), “Segmented labour markets: a critical survey of econometric studies”, Caledonian Business School, Working Paper Series Nº 36.

Yoguel, G. (2000a), “Creación de competencias en ambientes locales y redes produc-tivas”, en Revista de la CEPAL, Nº 71, agosto, Santiago de Chile, CEPAL.

—— (2000b), “La dinámica del empleo industrial desde la crisis del modelo sus-titutivo”, en Kosacoff, B.; Yoguel, G.; Bonvecchi, C. y Ramos, A. (eds.) El desempeño industrial argentino: más allá de la sustitución de importaciones, Buenos Aires, CEPAL.

Page 80: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se
Page 81: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

81

María Antonia Gallart

La discusión sobre el alcance del trabajo informal, su conceptualización y la correspondiente medición ya tiene treinta años de vida. Por otro

lado, la vigencia de dicha discusión cobra particular importancia hoy en día en la Argentina, ya que una parte importante de los asalariados no están registrados y por lo tanto no gozan de cobertura social.

La situación original ha cambiado pues el reciente proceso de glo-balización, fl exibilización del trabajo y competencia internacional por mercados y la introducción de las nuevas tecnologías de información y comunicación permiten a los empleadores subcontratar empresas que escapan del control legal. En muchos casos se produce una atomización de la producción en pequeñas unidades que utilizan trabajo no regis-trado.

Por ello, en el comienzo del nuevo siglo cabe preguntarse: ¿cuáles son las características de ese trabajo informal o no registrado? ¿Ambos térmi-nos son equivalentes? ¿Cómo se puede medir su extensión y problemática con los actuales instrumentos de investigación y bases de datos? ¿Cuál es la racionalidad que está detrás de ese tipo de inserción laboral?

Actualmente aparecen varios temas. Uno es que el mercado se ha vuelto internacional y por lo tanto los productos pueden estar dirigidos a muy diversas clientelas con distinto poder adquisitivo y localización; la especialización en esas clientelas y la posibilidad de evadir costos laborales e impositivos son fundamentales para la supervivencia de los emprendimientos. Otro tema se refi ere a la posibilidad de fracturar el proceso productivo y localizarlo en distintas unidades con bajos grados de visibilidad; ello favorece el trabajo no registrado. No es de extra-

Page 82: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

82 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

ñar entonces que sectores como el calzado o la confección muestren altos niveles de empleo informal. Finalmente, el sector delimitado por el trabajo en pequeñas empresas y no cubierto por leyes laborales revela niveles internos de heterogeneidad muy altos, tanto en ingresos como en tecnología y acceso a mercados. Más aún, existe una cantidad muy importante de trabajadores no registrados que se desempeñan en empre-sas formales y logran altos ingresos. Todo ello apunta a un escenario mucho más complejo que el planteado originalmente.

En el presente artículo se intentará responder a los interrogantes seña-lados en un principio. Se comenzará planteando los términos del desarro-llo del concepto de sector informal desde sus orígenes hasta la actualidad. Luego se presentarán las difi cultades de la medición del trabajo informal y las posibilidades de superar dichas difi cultades. Cruzando ambos temas, la conceptualización del trabajo informal y no registrado y las posibili-dades de medición con los instrumentos y bases de datos existentes, se plantea una posible taxonomía del trabajo no registrado. Para analizar las categorías de dicha taxonomía se sugiere una hipótesis sobre distintas racionalidades, entendidas como relación entre motivaciones y objetivos, que subyacen bajo las diferencias en ingresos y características de los trabajadores y emprendedores. Finalmente se señalan algunas líneas para investigaciones futuras y posibles pautas para políticas públicas dirigidas a mejorar la calidad del empleo.

El concepto de sector informal surge a principios de los años setenta, cuando se observa que el empleo en el sector moderno de los países subdesarrollados y/o en vías de desarrollo no crecía sufi cientemente para absorber la mano de obra inmigrante proveniente de zonas rurales. Dos teorías competían para explicar dicho fenómeno: una postulaba que la industrialización capital intensiva no creaba sufi cientes puestos de tra-bajo para incluir a la nueva población urbana debido al alto costo de la inversión por puesto de trabajo (García, 1982), y la otra planteaba que los inmigrantes rurales eran marginados por su carencia de califi cacio-nes, y, por lo tanto, para combatir la marginalidad había que capacitar a dicha población (Vekemans y Fuenzalida, 1969). Sin embargo, estudios de estilo antropológico realizados en África mostraron que existía una multiplicidad de actividades realizadas en unidades productivas fami-

Page 83: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

83Enfoques actuales sobre el sector informal

liares, de baja productividad y de fácil acceso, que empleaban y permi-tían la supervivencia de los recién llegados a las ciudades (Hart, 1971). Dado que tanto las relaciones entre empleados y empleadores como la organización de la producción y su comercialización no respondían a las características de las empresas modernas y formalizadas, este sector fue denominado sector informal. Ocupaba una parte importante de la población económicamente activa, pero era difícil evaluar su contribu-ción a la economía porque incluía muchas transacciones no monetarias (Cuadro 1).

Este punto de vista que señala la importancia para el empleo de activi-dades basadas en tecnologías tradicionales, cuya clientela provenía tam-bién de sectores pobres, fue retomado por Víctor E. Tokman y el grupo de investigadores del Programa Regional del Empleo para América Latina y el Caribe (PREALC).

Inicialmente se plantea una dualidad entre un sector moderno cuya racionalidad se asemeja a la de los países desarrollados, cuyos empleos están cubiertos por leyes sociales, tienen estructuras productivas actua-lizadas y acceso preferencial al mercado interno y externo, y otro sector basado en una lógica de supervivencia, que presiona para entrar en el sector moderno y mientras tanto produce y vende lo que puede para sobrevivir. Durante las décadas del setenta y ochenta, se trata de iden-tifi car ese sector analizando los ocupados en unidades productivas de determinadas características que pueden resumirse en las siguientes: fácil entrada, tamaño pequeño, relaciones no formales entre los trabajadores y con los clientes y proveedores, tecnología caracterizada por ser tra-bajo intensiva y adecuada, mercados competitivos, clientela de escaso poder adquisitivo, bajo nivel de instrucción e ingresos de los ocupados en dichas unidades productivas y actividades no registradas ofi cialmente. Los estudios se hacen fundamentalmente identifi cando trabajadores y empresarios de microempresas, cuentapropistas y trabajadores familia-res. La preocupación central de esta corriente consiste en encontrar los medios para que esa población pueda integrarse en el sector moderno y, de esa manera, disminuyan las diferencias de ingresos y se incrementen la protección social y el acceso al mercado (Tokman, 2001), carencias estas que contribuyen a la pobreza de este sector.

Page 84: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

84 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Con

text

oC

arac

terí

stic

as d

el

sect

or in

form

al u

rban

oPo

lític

as

Prob

lem

as

1970

-198

0

Fren

te a

l ago

tam

ient

o de

la c

apa-

cida

d de

abs

orci

ón d

e em

pleo

por

el

sec

tor m

oder

no d

e la

eco

nom

ía,

se d

escu

bre

la c

apac

idad

de

gene

-ra

ción

de e

mpl

eo en

mic

roun

idad

es

(Ken

ia, G

hana

) lla

mad

as d

el s

ec-

tor i

nfor

mal

(OIT

– P

REA

LC p

ara

Am

éric

a La

tina)

.

Tam

año

pequ

eño

de la

uni

dad

pro-

duct

iva,

rel

acio

nes

no f

orm

ales

, te

cnol

ogía

de

traba

jo in

tens

iva

y ad

ecua

da, m

erca

dos

com

petit

ivos

, cl

ient

ela

de b

ajos

ing

reso

s, b

ajo

nive

l de

inst

rucc

ión

e in

gres

os d

e lo

s tr

abaj

ador

es,

activ

idad

es n

o re

gist

rada

s.

• D

e em

pleo

.•

De

redu

cció

n de

pob

reza

.

Uni

dad

de a

nális

is d

ifere

nte

segú

n el

enf

oque

:

• Po

brez

a (h

ogar

).•

Empl

eo (t

raba

jado

r).

• Pr

oduc

ción

(em

pres

a).

La im

posi

bilid

ad d

e m

edir

toda

s la

s ca

ract

erís

ticas

no

disc

rimin

a la

he

tero

gene

idad

del

uni

vers

o.

1990

-200

0

• G

loba

lizac

ión

y su

bcon

trat

a-ci

ón.

• C

ompe

tenc

ia in

tern

acio

nal p

or

mer

cado

s y

TIC

s pr

ioriz

an c

os-

tos

labo

rale

s na

cion

ales

, la

ter-

ceriz

ació

n pe

rmite

sub

cont

rata

r a

empr

esas

chi

cas

que

esca

pan

al c

ontro

l leg

al.

• En

cons

ecue

ncia

: fl e

xibi

lizac

ión

de h

echo

o d

e der

echo

(des

regu

-la

ción

). •

Apa

rece

fuer

tem

ente

el co

ncep

to

de t

raba

jo n

o re

gist

rado

, y d

e “a

ctiv

idad

es le

gítim

as d

esar

ro-

llada

s ile

galm

ente

”.

Se m

antie

ne l

a m

ayor

ía d

e la

s ca

ract

erís

ticas

ant

erio

res,

per

o su

rge

com

o va

riabl

e cl

ave

la p

osi-

bilid

ad d

e ev

adir

cost

os la

bora

les e

im

posi

tivos

; el m

erca

do s

e vu

elve

in

tern

acio

nal,

por

lo ta

nto

pued

e es

tar

diri

gido

a m

uy d

iver

sas

clie

ntel

as e

incl

uir

muy

dis

tinto

s pr

oduc

tos

siem

pre

que

el p

roce

so

perm

ita la

ato

miz

ació

n de

la p

ro-

ducc

ión

en p

eque

ñas

unid

ades

. A

pare

ce la

impo

rtanc

ia d

e los

esla

-bo

nes

desp

rote

gido

s de

las

rede

s pr

oduc

tivas

.

• Fu

ndam

enta

lmen

te, p

rom

oció

n de

mic

roem

pren

dim

ient

os y

ge

nera

ción

de

empl

eo.

• La

s po

lític

as d

e re

ducc

ión

de la

po

brez

a se

tran

sfi e

ren

a su

bsi-

dios

foca

lizad

os.

Sigu

en e

xist

iend

o do

s un

idad

es d

e an

ális

is:

• Em

pres

as.

• Tr

abaj

ador

es.

El te

ma d

e la l

egal

idad

var

ía d

e paí

s en

paí

s, y

su n

atur

alez

a ha

ce d

ifíci

l su

med

ició

n.Su

bsis

te e

l pro

blem

a de

med

ició

n de

muy

poc

as v

aria

bles

de

la c

lasi

-fi c

ació

n. N

o es

tá c

laro

si la

util

iza-

ción

de

nuev

as te

cnol

ogía

s im

plic

a o

no p

erte

nece

r al s

ecto

r inf

orm

al.

CU

AD

RO

1. E

volu

ción

del

con

cept

o de

sect

or in

form

al

Page 85: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

85Enfoques actuales sobre el sector informal

A fi nes de los ochenta, surgen con fuerza dos corrientes teóricas que cuestionan los supuestos dualistas del enfoque anterior. Ambas tienen en común la percepción de que lo que defi ne al sector informal es que se desarrolla fuera de los límites de la legalidad impositiva y laboral; ade-más no aceptan que el sector informal sea un compartimiento netamente diferenciado y paralelo a la economía formal, sino que lo consideran articulado íntimamente con el sector moderno capitalista.

Dos enfoques, por su parte, difi eren en el sentido de esa articula-ción: la corriente encabezada por Soto (1989) considera informales a las actividades económicas extralegales tanto de subsistencia como dirigi-das a la venta de productos y servicios. Sus investigaciones se inician estudiando la organización del sector informal en Lima, en particular de autoconstrucción de vivienda, el comercio y el transporte. Considera que los emprendedores informales son empresarios frenados por la excesiva regulación estatal, que les impide el acceso a mercados más rentables pues otorga a una minoría la capacidad de participar en la economía formal. Registra la cantidad de trámites que tiene que realizar un comer-ciante o un pequeño productor para regularizar su situación y concluye que una desregulación de la economía permitiría la irrupción de estos verdaderos pioneros del capitalismo y revolucionaría la producción. Pos-tula que la sociedad informal avanzará sobre la formal y defi ne las fases de este avance. Es posible hacer al menos dos observaciones sobre este enfoque: la primera es que la desregulación es un tema muy complejo, pues hay múltiples razones para intentar mantener cierto control sobre actividades como el transporte y la alimentación que están muy relacio-nadas con bienes públicos como la salud y la seguridad. La segunda es que las actividades estudiadas son de supervivencia o terciarias, y no incluyen la participación del sector informal en la industria.

El otro enfoque que difi ere de la perspectiva inicial del sector infor-mal es el estructuralista, postulado por Castells y Portes (1989). Ellos cuestionan que las razones de la existencia y crecimiento del sector infor-mal se deban a un problema de oferta de trabajo (marginalidad), o de demanda por incapacidad de absorción de empleo por el sector moderno (PREALC). Para los estructuralistas, hay dos formas de utilización labo-ral en ese sector: un empleo formal controlado por las agencias estatales y que aparece en las estimaciones de la ocupación en la industria; y otro empleo no cubierto por las leyes pero que también contribuye a la producción del sector formal, tiene fl exibilidad de hecho, bajo costo y es provisto por los trabajadores informales. El diferencial de salarios entre el sector formal e informal motiva a los empleadores a hacer uso

Page 86: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

86 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

de los trabajadores informales mediante terciarización, subcontratación, compra de bienes y servicios y contratos de trabajo eventual. En este caso el análisis está centrado en el sector secundario de la economía y se da principalmente en las ramas cuyos procesos permiten descentralizar la producción, tanto en cuanto a la organización en distintas etapas como en lo que respecta a la localización de los procesos; son ejemplos de ello la industria del calzado, la textil y de la vestimenta y fundamental-mente la construcción. Estas muestran una red que enlaza microempresas, cuentapropistas y empresas formales, produciendo bienes con acceso a los mercados tanto nacionales como internacionales. Las condiciones de trabajo e ingresos al interior de estas redes son sumamente desiguales. Para estos autores, ese sector no registrado es una continuación de lo que representaba la producción a façon en el capitalismo primitivo, una forma de concentrar ganancias traspasando una parte de la producción a la economía familiar y los microemprendimientos.

En la década del noventa irrumpe un conjunto de nuevos factores: la globalización de la economía, la desregulación de los mercados de trabajo y la implantación de las nuevas tecnologías de información y comunicación. La combinación de todos ellos complejiza y extiende la incidencia del sector no registrado, que es el nuevo nombre que se asigna a la inserción laboral no formal.

La revisión de la literatura en este período muestra una disminución de los estudios sobre el sector informal y un incremento de la investigación sobre la microempresa y la economía no registrada (Gallart, 2003). Las políticas de reducción de la pobreza se desplazan desde la consideración de la inserción laboral en el sector informal a los subsidios focalizados en poblaciones específi cas y la generación de empleo en microempresas viables económicamente.

La competencia internacional por los mercados pone en cuestión los costos laborales nacionales; las nuevas tecnologías permiten fraccionar procesos productivos que antes se realizaban en una única sede; la fl exi-bilización laboral de hecho o de derecho (desregulación) permite terce-rizar tareas –que antes realizaba la empresa formal– a empresas chicas que escapan al control legal. En este contexto adquiere relevancia el concepto del sector informal como actividades legítimas desarrolladas ilegalmente (Castells y Portes, 1989), y su expresión laboral como trabajo no registrado.

La llegada del nuevo siglo muestra en América Latina una realidad alejada de lo observado originalmente en Kenia o Ghana. Aunque subsis-ten las actividades de supervivencia y trueque, existe un amplio tejido de

Page 87: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

87Enfoques actuales sobre el sector informal

unidades productivas colectivas pequeñas y trabajadores individuales que laboran al margen de las normas legales impositivas y de seguridad social y son tolerados o blanqueados mediante una diversidad de procedimien-tos; estas normas varían de país en país, lo que hace que la legalidad sea un concepto relativo y difi culta la medición a nivel regional.

No sólo los ingresos de los trabajadores en los dos sectores son muy diversos, pues se gana en promedio más en los empleos registrados y menos en el sector informal y no registrado, sino que existe también alta heterogeneidad de ingresos al interior del sector informal; no ganan lo mismo los empleadores que los trabajadores, ni tampoco los trabajadores por cuenta propia que acceden a distintas clientelas y/o tienen distintas califi caciones.

El empleo no registrado cubre una alta proporción de los ocupados y en muchos países de la región abarca la mitad o más de los asalariados (Portes, 1995: Cap. IV; Tokman, 2001).

A esta altura, es posible realizar una síntesis y sacar algunas conclu-siones sobre la conceptualización del sector informal desde la perspectiva de su desarrollo en treinta años en los que la economía y el mercado de trabajo han tenido grandes cambios. De la conceptualización inicial subsiste la constatación de que existe mucho más trabajo productivo que el que contabilizan las estadísticas del sector formal, que suele cubrir fundamentalmente las empresas de más de diez ocupados. Persiste tam-bién la imagen de la creatividad existente para descubrir nuevos nichos laborales, provocada por la abundancia de oferta de trabajo en contextos de demanda restringida. Parece altamente cuestionable, en cambio, con-siderar que una parte mayoritaria de ese empleo está dirigida a mercados no monetarizados de productos y servicios tradicionales. Las caracterís-ticas iniciales de las unidades productivas de pequeño tamaño y relacio-nes informales también han perdurado, ya que las grandes unidades son formales y registradas, inclusive aquellas que proveen trabajo barato y presentan condiciones de trabajo cuestionables desde la perspectiva de la calidad del empleo1, como es el caso de la maquila de exportación. En los planteos más recientes parece superado el dualismo, pues la interrelación

1 Se entiende por calidad del empleo la noción de “trabajo decente” de la Organización Internacional del Trabajo (ver OIT, 2002).

Page 88: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

88 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

entre ambos sectores es muy intensa, y no se comprende el desarrollo del sector informal sin entender su articulación con el sector formal, tanto privado como público. En la acción del sector público, las regulaciones impuestas por el Estado tienen un doble efecto, pues intentan controlar pero, en muchos casos, promueven el trabajo no registrado, ya que las diferencias que implican los costos impositivos y de la seguridad social son mecanismos que fomentan la existencia del trabajo en negro. La aproximación de Soto (1989) es poco útil para el diagnóstico del con-junto de la economía, aunque parece válida para los sectores específi cos que analiza en su país. La perspectiva estructuralista pone de manifi esto fuentes de demanda para el trabajo informal y nichos de inserción en los eslabones más desprotegidos de las cadenas productivas de determinadas industrias. Esto contribuye a que la economía no registrada presente en este principio de siglo un tamaño considerable, tanto en la cantidad de trabajadores, como en las ramas productivas implicadas.

La pregunta clave es la siguiente: ¿Estamos hablando de lo mismo cuando decimos “trabajo informal” que cuando decimos “trabajo no registrado”? ¿Signifi ca lo mismo para las políticas públicas de genera-ción de empleo, de reducción de la pobreza y de mejora de la calidad del trabajo?

Una primera aproximación muestra que el trabajo no registrado abarca mucho más que el trabajo informal en su acepción corriente de inserción laboral precaria de sectores relativamente carenciados. Existe una amplia gama de inserciones laborales en trabajos no registrados, califi cados e insertados en nichos privilegiados de la economía, que sue-len tener altos ingresos y son desempeñados por personas con niveles educativos relativamente altos. La consideración de estos empleos y/o microempresas, si bien es interesante para la generación de empleo y las políticas impositivas, no tiene mucha relación con la visión tradicional del sector informal como refugio de los pobres y, por lo tanto, con las políticas de reducción de la pobreza. En cambio, el trabajo informal de personas de bajos ingresos y califi caciones medias o bajas, no regis-trado ofi cialmente, no cubierto por las normas laborales, desempeñado en establecimientos que están fuera de los considerados en las estadísti-cas ofi ciales y que escapan al control legal, es importante para ese arco de políticas públicas. Su inserción en el sistema productivo en general y en el mercado en particular es clave para prever su posibilidad de generación de ingresos genuinos y los límites de la creación de empleos de calidad. En este aspecto el aporte de la perspectiva estructuralista es relevante. Hay dos elementos que plantean los autores de esta corriente

Page 89: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

89Enfoques actuales sobre el sector informal

y que son importantes para la evolución futura del sector informal: el primero es la alta participación de los inmigrantes ilegales en el empleo no registrado, ya que la vulnerabilidad de su situación facilita el trabajo en negro; el segundo es la frontera de la ilicitud, ya que el crecimiento de la organización de lo que Castells llama economía criminal modifi ca los límites entre las actividades lícitas e ilegales del sector informal y las actividades ilícitas e ilegales de la delincuencia que también recluta sus empleados en la oferta de trabajadores desocupados; la línea divisoria en este caso es muy tenue.

Si se focaliza en la medición del trabajo informal, las consideracio-nes anteriores son importantes para su defi nición operacional. Raczynski (1977) plantea que el sector informal incluye tres dimensiones que impli-can distintas unidades de análisis y, por lo tanto, complican la medición y por ende las políticas dirigidas a dicho sector. Se considera incluida en el sector informal a la población pobre que trabaja en empresas infor-males, esto es, pequeñas y no registradas ofi cialmente. Esto incluye: una dimensión, la pobreza, cuya unidad es el hogar, defi nido por el poder adquisitivo de sus miembros; una segunda dimensión que se refi ere a la microempresa, su viabilidad económica, su capacidad de generar y distribuir ingresos, su tecnología y acceso a los mercados. Obviamente el foco está entonces en la unidad productiva; la tercera dimensión es la ocupación, cuya unidad de análisis es el trabajador, su inserción laboral y sus ingresos. Los instrumentos de recolección de información son distin-tos (encuesta de hogares, censos económicos, encuestas a trabajadores), como lo son también los destinatarios de las políticas: hogares bajo la línea de pobreza, microemprendimientos y trabajadores informales.

La importancia del trabajo informal, tanto cuantitativa como cuali-tativa, su característica de alejamiento de las pautas legales y su íntima relación con los fenómenos de pobreza y exclusión convierten la evalua-ción de su magnitud y características en crucial para el diseño de políticas públicas de empleo. Por otro lado, la posibilidad de comparación entre países y regiones permitiría ubicarse en una dimensión más amplia que la propia situación nacional.

Page 90: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

90 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Sin embargo, existen problemas que hacen muy difícil la compara-ción. Estas difi cultades aparecen claramente en los intentos de evaluación y seguimiento del sector informal a través del tiempo y entre países. La invisibilidad del trabajo no registrado unida a las características de la microempresa informal, en particular su fl exibilidad y alta mortali-dad, hace muy difícil cuantifi car tanto las unidades productivas como los trabajadores que respondan a todas las dimensiones de la defi nición operacional. La diferente legislación según los países modifi ca asimismo el signifi cado de la categoría de no registrado. La solución de los autores ha sido privilegiar algunas unidades de análisis y variables cuya informa-ción está disponible. En una primera aproximación ubican en el sector informal a los trabajadores que aparecen en censos y encuestas de hogares como trabajadores por cuenta propia, patrones, asalariados y trabajado-res familiares no remunerados en establecimientos pequeños (en algu-nos casos hasta cinco empleados, en otros hasta diez). Algunos autores incluyen a aquellos que no aportan a la seguridad social para incluir la dimensión de no registrados, y descartan los de establecimientos peque-ños que están cubiertos por la seguridad social. Algunos incluyen en el sector informal al servicio doméstico, otros consideran que, como los empleados domésticos se desempeñan en hogares particulares, no cons-tituyen actividades relevantes desde el punto de vista de la producción. Finalmente, se discute si se debe incluir o no a los asalariados “en negro” de las empresas de mayor tamaño (Portes, 1995: 132). En ese caso, el número de trabajadores se incrementa, llegando a duplicarse en algunos países los trabajadores informales según la defi nición de PREALC2.

Las estadísticas laborales recolectadas por los gobiernos y utiliza-das en comparaciones internacionales se centran en dos dimensiones: el tamaño del establecimiento y la carencia de aportes jubilatorios. Las otras dimensiones, conceptualmente fundamentales, sólo son tenidas en cuenta esporádicamente. Los aportes a la economía se basan en estimaciones muy discutidas según los autores consultados, pues no son computados en las cuentas nacionales (Portes, 1995: 137). En algunos países, tales como Brasil, existen encuestas a microempresas que intentan captar la información de ese sector productivo3. Sin embargo, en la casi totalidad de los países de la región, los instrumentos fundamentales para evaluar

2 En esa defi nición el Sector Informal Urbano (SIU) está compuesto por la suma de los trabajadores autoempleados, menos profesionales y técnicos, los familiares no asalariados y el servicio doméstico.

3 ECINF: Encuesta nacional realizada por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Realizada a domicilio y basada en muestras de pequeñas unidades productivas (no

Page 91: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

91Enfoques actuales sobre el sector informal

la magnitud del sector informal son las encuestas permanentes de hoga-res y, en particular, las preguntas referidas a la inserción laboral de los individuos. Estas permiten relacionar esas dos dimensiones centrales con otras como el nivel de ingresos y de instrucción de los trabajadores, y el tipo de establecimiento en que trabajan.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha reunido estadís-ticas sobre el empleo en empresas del sector informal que ilustran sobre las difi cultades de este tipo de emprendimiento a nivel internacional y pueden servir de introducción para la consideración del caso argentino. Según una defi nición acordada internacionalmente y adoptada por la Con-ferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo (CIET, 1993)4:

Las empresas del sector informal son empresas privadas no cons-tituidas en sociedad cuyo tamaño en términos de empleo está por debajo de un cierto umbral determinado de acuerdo con las con-diciones nacionales (normalmente entre cinco y diez trabajadores), y/o que no están registradas en virtud de disposiciones específicas de la legislación nacional, como leyes comerciales o relativas a em-presas, leyes fiscales o reguladoras de la seguridad social o de grupos profesionales.

El concepto de empresa es muy amplio, se refi ere a una unidad dedi-cada a la producción de bienes y servicios para su venta o trueque. No sólo se aplica a unidades de producción que emplean mano de obra con-tratada, sino a aquellas poseídas y administradas por individuos que tra-bajan independientemente. Las actividades pueden realizarse dentro o fuera del hogar del propietario, a tal punto que los vendedores callejeros independientes, los conductores de taxi y los trabajadores a domicilio son considerados como empresas.

Si bien los datos publicados por la OIT se basan en información pro-cedente de 54 países, la mayoría de ellos mantiene defi niciones del sector informal que no son completamente acordes con la defi nición interna-cional. Algunos priorizan la condición de empresa no registrada y otros usan como criterio principal el tamaño; normalmente combinan ambos y le agregan las características del lugar de trabajo. En consecuencia, sólo se cuenta una categoría de trabajadores asalariados informales: los trabajadores de empresas informales; pero como cada país decide las pautas de inclusión de las unidades productivas no registradas, y defi ne

considera trabajadores sin registro en empresas de más de cinco empleados ni trabajadores domésticos). Se realiza cada cinco años.

4 Citado en OIT (2002).

Page 92: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

92 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

si se consideran informales el trabajo agrícola y el servicio doméstico, las estadísticas resultantes tienen serias defi ciencias. En un reciente informe sobre el trabajo decente y la economía informal, se cruzan los puestos de trabajo según situación (trabajadores independientes, empleadores, trabajadores familiares, asalariados y miembros de cooperativas) con las unidades de producción formales e informales en que se desempeñan. Se defi nen, entonces, como de interés para ese estudio las siguientes categorías de trabajadores en empresas del sector informal: trabajadores independientes, empleadores, trabajadores familiares auxiliares, asalaria-dos y miembros de cooperativas de trabajo (OIT, 2002).

Teniendo en cuenta las consideraciones teóricas presentadas ante-riormente, salta a la vista que hay grandes carencias en la información disponible actualmente. Estas se refi eren a las características de la inser-ción económica de las unidades productivas informales; si bien hay claros indicios de que existen una fuerte segmentación entre microempresas y diferenciales importantes de ingresos entre patrones y asalariados, no hay un registro sistemático de ello.

La interrelación entre el sector formal y el sector informal, los mecanismos de tercerización, subcontratación y obtención de insumos provenientes del sector informal utilizados por las fi rmas formales son sumamente importantes para entender su funcionamiento. Contribuyen a esclarecer las motivaciones de empresarios y trabajadores para evadir las normas legales, así como los obstáculos para el desarrollo de las microem-presas y su integración en el fl ujo formal de la economía, incluyendo en esto las posibilidades de mejorar la calidad del trabajo. En estos aspec-tos, existen estudios de caso realizados en América Latina que ilustran sobre esta articulación, analizando trabajadores informales tales como los recolectores de basura que proveen a la industria de material reciclable a bajo precio (Birkbeck, 1978) y vendedores callejeros que comercia-lizan productos de la industria formal en Colombia (Bromley, 1978); el reclutamiento de personal para obras públicas a través de capataces subcontratistas localizados en villas de emergencia de México (Lomnitz, 1977); y la subcontratación y la maquila en la industria textil y del vestido en Argentina (Schmukler, 1979). La participación de inmigrantes indocu-mentados en el sector informal ha sido también estudiada. Estos enfoques son predominantemente cualitativos en su metodología.

En términos generales se puede concluir que existen interesantes estudios que atestiguan esa interrelación, pero que falta una estimación fi dedigna de la participación del sector informal no registrado en la acti-vidad productiva de los países.

Page 93: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

93Enfoques actuales sobre el sector informal

La identifi cación y medición del trabajo informal y el no registrado en la Argentina deben aportar elementos a las políticas concernientes a la reducción de la pobreza, la promoción del empleo y la mejora de la calidad del trabajo, y para ello es importante abrir la “caja negra” del empleo no registrado. Es fundamental entonces que la información esta-dística sobre el empleo informal incluya no sólo las variables de tamaño del establecimiento en que se trabaja, categoría ocupacional y aporte jubilatorio en el caso de los asalariados. Es de suma importancia que asi-mismo se conozcan la remuneración de los trabajadores y sus diferencias según su inserción en el proceso productivo como patrones y, por lo tanto, responsables de unidades productivas colectivas, como trabajadores por cuenta propia que producen individualmente bienes o servicios, y como asalariados no registrados. A su vez, los niveles de instrucción y la califi -cación de las tareas realizadas pueden ayudar a distinguir entre el empleo clásicamente informal y el trabajo califi cado no registrado. Finalmente, se podría afi nar la detección de la inserción de las unidades productivas informales con respecto al sector formal y las características reales de la categoría ocupacional, descubriendo los establecimientos que dependen de un único proveedor o cliente y los cuentapropistas que son patrones disfrazados. La posibilidad de una medición que se repita en el tiempo permitiría observar la rotación de los trabajadores entre el sector formal e informal y eventualmente la pertenencia común de algunos de ellos a ambos sectores como trabajo principal y secundario (Cuadro 2).

CUADRO 2. Los problemas de la medición del sector informal

Si se plantean como objetivos de la medición

La elaboración de indicadores para las políticas públicas de reducción de la pobreza y de promoción del empleo.

La selección de indicadores útiles para políticas que per-mitan mejorar la calidad del trabajo.

Habría que

Seleccionar una batería de indicadores que permitiera abrir la “caja negra” del empleo no registrado.

Page 94: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

94 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

En el diseño actual de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) se contemplan las principales dimensiones que aparecen en la discu-sión sobre la conceptualización del sector informal y la economía no registrada presentadas anteriormente. Si bien sólo contienen información referente a los trabajadores, al formar parte de una encuesta de hogares, es posible detectar a los trabajadores en hogares por encima o por debajo de la línea de pobreza. El hecho de su aplicación trimestral también permitirá el seguimiento de la magnitud del empleo informal y las variadas formas que va tomando este a lo largo del tiempo.

Como primer paso se seleccionarán las variables de la EPH que podrían contribuir a construir una caracterización de los trabajadores informales que permitiera un seguimiento de su evolución. A continua-ción se presentará un paquete reducido de cruces de variables que posi-bilitan el registro de un grupo crucial de indicadores tanto del sector informal como del sector no registrado.

El punto de partida, además de incluir las variables tradicionales presentadas a lo largo de este documento, busca distinguir entre los tra-bajadores propiamente informales y los que laboran en el sector inter-medio no formal. La diferencia conceptual está en que la racionalidad que subyace en el sector informal propiamente dicho es una racionalidad económica de subsistencia, fundamentalmente de los hogares, mientras que la racionalidad del sector intermedio es una racionalidad de acumu-lación, fundamentalmente en los contratantes pero también en parte en los organizadores y proveedores de trabajo5. No escapa a este enfoque la difi cultad de señalar los límites de estas racionalidades, más aún cuando existe una cierta superposición de estos criterios. Sin embargo, en esta aproximación se pretende utilizar algunas de las variables clásicas seña-ladas anteriormente como proxies de estas racionalidades: por ejemplo, laborar para una unidad productiva pequeña y contar con un nivel de ingreso por debajo de cierto umbral serían indicadores de racionalidad de supervivencia por parte del trabajador. En otras palabras, la precariedad de la ocupación principal unida a la no percepción de benefi cios laborales en los asalariados de ese tipo de establecimientos confi rmarían la per-tenencia al sector informal. Dado que para los independientes no existe

5 Esta conceptualización está basada de una manera bastante laxa en Guergil (1988).

Page 95: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

95Enfoques actuales sobre el sector informal

en la EPH una medición del registro, los cuentapropistas y patrones que tuvieran también esas características de ingresos integrarían asimismo ese sector, así como los trabajadores familiares no remunerados.

El trabajo netamente formal estaría integrado por trabajadores regis-trados en empresas formales, que incluye asalariados en empresas gran-des o pequeñas cubiertos por la seguridad social, y también patrones en empresas medianas y grandes. Si bien en este tipo de trabajo hay también personas que perciben bajos ingresos, se supone que están protegidas por la legislación y están integradas en la economía monetaria.

Otra categoría relevante para las políticas públicas son los trabajado-res que obtienen ingresos medios o altos pero son independientes o no están cubiertos por los benefi cios sociales. En este grupo es importante focalizar, en el caso de los independientes, si son patrones o cuentapro-pistas, el grado de capitalización, y si dependen de un solo contratante o cliente. En los asalariados es muy importante la caracterización del tipo de unidad que utiliza su trabajo siguiendo las mismas categorías de tamaño, grado de capitalización y dependencia de los clientes o contratan-tes. La identifi cación de los distintos tipos de unidad productiva sobre el continuo de cautividad/autonomía, capitalización o venta pura de trabajo es clave para evaluar la posibilidad de inserción de estos trabajadores. La inserción de los trabajadores en esas unidades productivas como patrón, cuentapropista o asalariado también se relaciona con la racionalidad económica de la unidad productiva y de los actores. Estos trabajadores participan de los benefi cios de la economía formal, pero forman parte de cierto sub-registro impositivo y laboral que, si bien permite ingresos aceptables, implica inestabilidad. Pueden darse en empresas pequeñas y grandes.

Finalmente, otra categoría relevante para las políticas públicas es la de los asalariados no registrados y de bajos ingresos en las empresas for-males; se trata de inserciones laborales precarias, pero que por el tamaño y formalidad de la unidad empleadora no pueden ser consideradas neta-mente informales. Si bien la implicación de los trabajadores puede ser de supervivencia, las empresas aparecen como insertas en la economía formal.

Si se retoma el objetivo de identifi car los trabajadores informales, y en particular su cantidad y características, la taxonomía presentada en el cuadro anexo identifi ca el sector informal propiamente dicho con las categorías tradicionales: bajos ingresos, pequeño establecimiento, inser-ción precaria (asalariados no registrados, cuentapropistas y patrones de pequeñas unidades y bajos ingresos). La EPH permite caracterizar a los

Page 96: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

96 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

trabajadores informales según las califi caciones (nivel de instrucción y califi cación de la ocupación); asimismo permite obtener indirectamente una imagen del tipo de unidades productivas en las que trabajan (tenencia de capital productivo y concentración o no de la clientela). Con respecto a la calidad del empleo, la medición del subempleo, el pluriempleo y la forma de percibir los ingresos posibilita obtener un panorama del trabajo informal propiamente dicho y actualizarlo periódicamente.

CUADRO 3. Taxonomía de trabajo informal

TRABAJO NO REGISTRADO TRABAJO REGISTRADO

ING

RE

SOS B

AJO

S

Est

. chi

cos

Asalariados 1Cuenta Propia 1

Patrones 1

Asalariados 4Cuenta Propia 1

Patrones 1

Est

. med

iano

s y

gran

des

Asalariados 3

Patrones (incongruente)

Asalariados 4

Patrones (incongruente)

ING

RE

SOS M

ED

IOS Y

ALT

OS

Est

. chi

cos

Asalariados 2Cuenta Propia 2

Patrones 2

Asalariados 4Cuenta Propia 2

Patrones 2

Est

. med

iano

s y

gran

des

Asalariados 2Cuenta Propia 2

Patrones 2

Asalariados 4

Patrones 4

1 Trabajo informal propiamente dicho.2 Intermedio no pobre, cobertura social baja.3 Intermedio pobre, no registrado en empresa formal.4 Formal: asalariados registrados y patrones formales.

El sector intermedio identifi ca a aquellos trabajadores no pobres que, siendo no registrados o independientes, perciben individualmente ingre-sos medios o altos. Sus características permiten analizar la existencia de diferencias con los anteriores en la composición por categoría ocupacio-nal; por ejemplo, mayor proporción de patrones, distinto tipo de cuenta-

Page 97: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

97Enfoques actuales sobre el sector informal

propismo, asalariados más califi cados. También posibilita observar si las unidades productivas son distintas en grado de autonomía, tamaño, sector y rama. Asimismo, en este sector intermedio se encuentran los trabaja-dores de bajos ingresos sin cobertura social en empresas formales. Estos son importantes para las políticas de calidad del empleo. Convendría, entonces, describir las unidades productivas en las que se desempeñan, la inserción en distintas ramas económicas y sus condiciones de trabajo (ver Cuadro 3).

La comparación de estos tipos de trabajo con el trabajo formal y regis-trado, tanto en número de trabajadores como en sus características, es de gran interés para los objetivos de las políticas públicas. En particular, la categoría de los trabajadores de bajos ingresos y no registrados en empre-sas formales debería compararse con los datos obtenidos de las encuestas a empresas registradas, para detectar la evasión de cargas laborales en unidades productivas integradas en el proceso económico. Finalmente, el trabajo en el servicio doméstico es identifi cado por separado en la EPH, y se puede analizar en sus características de calidad e ingresos; y, según sea la amplitud que quiera darse al concepto de sector informal, puede o no incluirse en la medición de la magnitud de este, teniendo en cuenta que sus condiciones de inserción productiva son distintas del planteo anterior porque se trata de servicios personales prestados en el hogar.

Queda un interrogante pendiente que se refi ere a los cortes en las cate-gorías de las variables que asignan a los trabajadores a uno u otro sector. Sería conveniente, una vez conocida la categorización de las respuestas, realizar un trabajo exploratorio con el objeto de identifi car los cortes que fueran más signifi cativos en términos de la conceptualización, teniendo en cuenta que la población encontrada en las celdas debe ser relevante estadísticamente y que se debe mantener la comparabilidad internacional. En una primera aproximación se podrían defi nir los ingresos por deciles6 y el tamaño de la unidad productiva por las normas internacionales en hasta cinco o hasta diez empleados para las microempresas. Siguiendo el planteo anterior, el sector intermedio se dividiría en un subsector de tra-bajadores independientes y asalariados no registrados de establecimientos chicos e ingresos medios y altos; y un segundo sector de asalariados no registrados de bajos ingresos en empresas registradas. Si el tamaño de la muestra de la encuesta lo permite, sin presentar un margen alto de error

6 En la EPH se cuenta también con el indicador del nivel de pobreza del hogar (ingreso per cápita del hogar), pero en una primera aproximación parece mejor utilizar los ingresos laborales pues la unidad de análisis es el trabajador. Para una focalización en políticas de pobreza se podría refi nar el indicador con el dato del hogar.

Page 98: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

98 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

estadístico, esto signifi caría abrir aún más la “caja negra” del empleo no registrado.

La taxonomía presentada aquí permite una primera caracterización del sector informal propiamente dicho, su tamaño y características tanto de inserción económica como de condiciones laborales. Posibilita tam-bién identifi car sectores intermedios no formales totalmente, pero viables económicamente y que permiten ingresos aceptables a los trabajadores. Finalmente, facilita la comparación entre el empleo formal propiamente dicho y el trabajo en estos otros sectores. En un primer paso se podrían cuantifi car los trabajadores en estos sectores y su evolución en el tiempo. En un segundo paso, sería necesario caracterizar a los trabajadores de cada sector según variables tales como ingresos, nivel de instrucción, califi cación de la ocupación y, para los independientes, niveles de auto-nomía, etc. Ese conjunto de indicadores puede ser de gran utilidad para el diseño de políticas públicas de empleo y lucha contra la pobreza.

Conviene aclarar, sin embargo, que esta información no es sufi ciente para descubrir la racionalidad interna del trabajo informal y su relación con el sector formal de la economía y, en consecuencia, perfeccionar los instrumentos de política en las tres dimensiones citadas: lucha contra la pobreza, promoción del empleo y mejora de la calidad del trabajo. Para poder avanzar sobre la realidad actual del trabajo informal y no registrado es necesario integrar la investigación de este fenómeno en los distintos sectores y ramas de la economía urbana mediante enfoques metodológi-cos cualitativos y cuantitativos con el fi n de mostrar la interacción entre la economía formal y el trabajo no registrado, y entre los sectores de pobreza y las demandas de trabajo, así como los obstáculos para realizar mejoras en la califi cación y las condiciones de trabajo.

Con respecto a las racionalidades que están detrás de estas diferentes formas de producción y trabajo, se puede aventurar la hipótesis de que en el sector informal y en el trabajo no registrado confl uyen y se oponen dos racionalidades: una racionalidad de subsistencia, que aparece en los sectores más desprotegidos de trabajadores ubicados en los eslabones más bajos de la cadena productiva y en las actividades más marginales de pro-ducción y servicios, cuya opción laboral es transitar entre esos empleos o estar desocupados. Existe también una racionalidad de reproducción y

Page 99: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

99Enfoques actuales sobre el sector informal

acumulación, común en muchos cuentapropistas y patrones del llamado sector informal, cuya estrategia no es formalizarse sino mantener bajos los costos que les permiten subsistir en un mercado competitivo y ampliar la base que les permitirá mejorar sus ingresos. Si esta hipótesis es válida, las políticas sociales tienen que ser distintas para cada uno de estos tipos de trabajadores, pues las que favorecen a los “emprendedores” no siem-pre favorecen a los trabajadores y, viceversa, el intento de formalizar a toda costa a los trabajadores puede llevar a la destrucción de los nichos laborales de “patrones” y empleados.

El último tema relativo a la medición de la extensión y la problemática del trabajo informal con los actuales medios de investigación y bases de datos replantea el problema presentado anteriormente de la diferencia de las unidades de análisis: el hogar para la pobreza, la empresa para la producción, la persona para el trabajo. La revisión de las actuales bases estadísticas muestra que el instrumento disponible es la EPH. Las recien-tes modifi caciones y el módulo sobre trayectorias laborales permiten una aproximación bastante completa a la actividad desde la perspectiva de los trabajadores. Es necesario, por lo tanto, explotar dicha herramienta. Es posible analizar en cada una de las categorías de la taxonomía no sólo las variables de base demográfi cas y de inserción laboral7, sino que se agregan datos sobre los antecedentes laborales y las motivaciones de los respondentes, y mayor precisión sobre las características de la unidad productiva en la que trabajan. Un análisis adecuado de esta información, incluyendo la comparación entre trabajadores informales, no registrados en las categorías intermedias y netamente formales, permitiría avanzar sobre la hipótesis de las racionalidades de supervivencia y de acumulación y brindaría elementos valiosos para políticas de empleo y tributarias.

Sin embargo, una aproximación solamente cuantitativa no es sufi -ciente, aunque una medición periódica de esos segmentos de la PEA permita ver su evolución y por ende los resultados de las decisiones de políticas públicas de empleo. Para adentrarse más en la dinámica de las decisiones, tanto de los microempresarios informales como de los trabajadores, sería importante encarar estudios sectoriales y regionales cuanti-cualitativos dirigidos a identifi car los núcleos productivos en los que se concentra el trabajo informal y su localización, y a continuación explorar la trama interna de dichos núcleos y ramas mediante estudios cualitativos focalizados en las estrategias de los actores, microempresa-rios y trabajadores y sus decisiones sobre la mayor o menor informalidad

7 Edad, sexo, nivel de instrucción, categoría ocupacional, ingresos, etc.

Page 100: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

100 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

laboral. Este tipo de estudios evitaría consecuencias indeseadas de las políticas públicas.

En cuanto al contenido de dichas políticas, un reciente estudio rea-lizado en el sector de la confección (Gallart, 2006), rama que registra un alto porcentaje de trabajadores en negro y empresarios informales, muestra la compleja trama que subyace a la reactivación y las diferentes estrategias de los distintos niveles de empresarios y trabajadores. Por otro lado, la opción por la importación desde países con muy bajos costos está siempre presente. El problema consiste en diseñar estrategias impositivas con continuidad y control que contribuyan a una mayor integración entre microempresas y, en consecuencia, a un mayor tamaño de estas, pues, al ganar visibilidad, la formalidad del trabajo resulta más factible, ya que actualmente ningún sistema de inspección puede cubrir la atomización de la producción. El otro gran instrumento, que ya se está notando en la realidad, es la disminución del desempleo; en la medida en que la alter-nativa que se presenta a las estrategias de supervivencia sea otro empleo con mayor grado de formalidad, las posibilidades de explotación dismi-nuirán notablemente. La clave para las políticas públicas en estos casos es visualizar las estrategias de los actores, diferentes según el tamaño y volumen de la empresa y según las posibilidades y experiencias de los trabajadores. El hecho de que el sector informal cubra actividades lícitas desempeñadas ilegalmente marca los límites de la legislación, pues si esta se cumpliera en la realidad no se detectaría el porcentaje de trabaja-dores no registrados que se observa en determinados sectores. Hay, por lo tanto, una difícil decisión entre mantener la producción y los puestos de trabajo, por un lado, y hacer cumplir a rajatabla las leyes sociales, por el otro. Crear condiciones para que ambos objetivos –la continuidad de la producción y el trabajo decente– se vuelvan compatibles y crezcan es el gran desafío para las políticas sociales.

A partir de las orientaciones propuestas, se desarrollaron dos tipos de estudios. El primero de ellos está dedicado al análisis de la cadena

Page 101: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

101Enfoques actuales sobre el sector informal

productiva de confecciones, que permitió examinar cualitativamente la articulación entre actividades formales e informales y las trayectorias laborales en esa cadena. El segundo, de alcances más amplios, consistió en la aplicación de un módulo especial sobre informalidad a través de la Encuesta de Hogares, en el marco de un esfuerzo conjunto del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTEySS) con el INDEC y el Banco Mundial.

• El estudio de la cadena productiva de confecciones posibilitó el exa-men de tres dimensiones clave para el análisis de la informalidad y sus interrelaciones: i) una se refi ere al fraccionamiento del proceso de producción, su ubicación en distintos lugares y bajo distintas moda-lidades de gestión, su acceso a diversos segmentos del mercado y la desigual distribución de poder entre ellos; ii) la segunda identifi ca distintos nichos ocupacionales y su vinculación con diversos tipos de unidades productivas y modelos de organización y gestión, que defi nen la inserción laboral; iii) la tercera alude a las motivaciones, estrategias y trayectorias laborales en el sector.

El hallazgo más importante del estudio se refi ere a la complejidad de las unidades productivas del sector y la difi cultad que impone para aprehender conceptualmente dicha complejidad. El concepto de “cadena” aplicado en el estudio presupone la existencia de actividades articuladas en términos de eslabonamientos y de una jerarquía entre los mismos, según la centralización en algunos eslabones. Por un lado, se constata este tipo de centralización de la cadena de confecciones, ya que efectivamente su dinámica tiende a consolidar la jerarquía de las unidades formales que monopolizan las marcas en el segmento de venta al público, que subordinan las instancias de confección informales situadas “aguas arriba” de la cadena. Por otro lado, sin embargo, las unidades informales de la confección no necesariamente son “cautivas” de un único comprador, sino que se integran en dife-rentes “cadenas” o “redes”. Además, su carácter formal o informal no es siempre unívoco, sino que pueden combinarse en la misma unidad productiva e, incluso, en los propios trabajadores. Estos resultados llevan a interrogarse sobre la pertinencia del concepto de “cadena” para establecer las vinculaciones entre unidades formales e informales en la confección, lo cual plantea la necesidad de explorar otro tipo de conceptos para aprehender la complejidad del trabajo informal en el sector, en especial, conceptos que aludan a las confi guraciones sociales en las que se inserta la informalidad laboral.

Page 102: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

102 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

• El estudio de los trabajadores informales a través de la Encuesta de Hogares posibilitó precisar su inserción en términos del carácter for-mal o informal de las unidades productivas en las que trabajan. Ese estudio reveló que una parte importante de los trabajadores informales se inserta en unidades productivas o establecimientos que pueden ser califi cados como “formales”, mientras que otra parte se inserta en unidades “informales”. Resta, sin embargo, explorar la dinámica de la informalidad, ya que si por un lado esta constituye un revelador de la heterogeneidad productiva, por otro lado es en sí misma heterogénea, ya que pueden determinarse diversas modalidades de informalidad laboral en diferentes actividades económicas.

Birkbeck, C. (1978), “Self-employed proletarians in an informal factory: The case of Cali’s garbage dump”, en World Development, N° 6.

Bromley, R. (1978), “Organization, regulation and exploitation in the so-called ‘urban informal sector’: The street traders of Cali, Colombia”, en World Development, N° 6.

Castells, M. y Portes, A. (1989), “World underneath: The origins, dynamics and effects of the informal economy”, en Portes, A.; Castells, M. y Benton, L. A., The informal economy: studies in advanced and less developed countries, Baltimore, The Johns Hopkins University Press.

Cinterfor/OIT (2003), Boletín Técnico Interamericano de Formación Profesional, N° 155, Montevideo.

Gallart, M. A. (2003), “Habilidades y competencias para el sector informal en Amé-rica Latina: una revisión de la literatura sobre programas y metodologías de formación”, en Boletín Técnico Interamericano de Formación Profesional, N° 155, Montevideo, Cinterfor/OIT.

—— (2006), “Análisis de las estrategias laborales de los trabajadores no registrados en la rama de Textiles y Confecciones”, Buenos Aires, OIT, Informe Final.

García, N. (1982), “Growing labour absorption with persistent underemployment”, en CEPAL Review 18, diciembre.

Guergil, M. (1988), “Algunos alcances sobre la definición del Sector Informal”, en Revista de la CEPAL, Nº 35, agosto, Santiago de Chile, Publicaciones de las Naciones Unidas.

Hart, K. (1971), “Informal income opportunities and urban employment in Ghana”, Conferencia sobre Desempleo Urbano en África, Institute of Development Studies, University of Sussex, mimeo.

Page 103: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

103Enfoques actuales sobre el sector informal

Jakobsen, K.; Martins, R. y Dombrowski, O. (orgs.) (2001), Mapa do trabalho infor-mal. Perfil socioeconómico dos trabalhadores informais na cidade de Sâo Paulo, San Pablo, CUT/Fundaçao Perseu Abramo.

Lomnitz, L. A. (1977), Networks and marginality, life in a Mexican shantytown, Nueva York, Academic Press.

Moreno, M. (2003), “Hacia una mejor captación estadística de las relaciones sociales en el trabajo”, Congreso Latinoamericano de Sociología del Trabajo, La Habana, mimeo.

OIT-Organización Internacional del Trabajo (2002), “El trabajo decente y la econo-mía informal”, Conferencia Internacional del Trabajo, 90° Reunión, Informe VI, Ginebra, mimeo.

Pok, C. (2003), “Dar cuenta: abordaje conceptual y metodológico para la medición del mercado de trabajo en el nuevo contexto”, Congreso Latinoamericano de Sociología del Trabajo, La Habana, mimeo.

—— y Lorenzetti, A. (2004), “Los perfiles sociales de la informalidad en Argen-tina”, Taller Informalidad y Género en Argentina, WIEGO/CIEPP, Buenos Aires, mimeo.

Portes, A. (ed.) (1990), La economía informal. En los países desarrollados y en los menos avanzados, Buenos Aires, Planeta.

—— (1995), En torno a la informalidad: ensayos sobre teoría y medición de la economía no regulada, México DF, FLACSO/Miguel Ángel Porrúa.

Raczynski, D. (1977), “El sector informal urbano: interrogantes y controversias”, en Investigaciones sobre empleo, N° 3, Santiago de Chile, OIT – PREALC.

Roubaud, F. (1995), La economía informal en México. De la esfera doméstica a la dinámica macroeconómica, México DF, Institut Français de Recherche Scienti-fique pour le Développement en Coopération/Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática/Fondo de Cultura Económica.

Schmukler, B. (1979), “Diversidad de formas de relaciones capitalistas en la industria argentina”, en Tokman, V. y Klein, E., El subempleo en América Latina, Buenos Aires, El Cid Editores.

Soto, H. de (1989), The other path, Nueva York, Harper & Row.

Tokman, V. (2001), De la informalidad a la modernidad, Santiago de Chile, Oficina Internacional del Trabajo.

Vekemans, R. y Fuenzalida, I. (1969), “El concepto de la marginalidad”, en Margi-nalidad en América Latina, Barcelona, Ed. DESAL/Herder.

Page 104: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se
Page 105: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

105

Hugo Kantis y Juan Federico

El estudio sobre comportamientos estratégicos de las empresas y la creación de empleo se realizó a través del relevamiento de una mues-

tra de 351 empresas industriales de distintos tamaños, localizaciones y sectores. El diseño de esta muestra de empresas se basó en la hipótesis de la existencia de empresas creadoras de empleo (grupo objetivo) y des-tructoras de empleo (grupo control)1, más allá de los normales ajustes de sus dotaciones a los muy pronunciados ciclos recesivos y de expansión de la economía argentina en los últimos 15 años.

La originalidad del enfoque permitió constatar la existencia efectiva de empresas cuyos comportamientos pueden ser explicados por variables organizativas intrínsecas, y por lo tanto validar el diseño muestral y refe-rir el análisis de los resultados al marco teórico más general que se des-cribe en la primera parte. En términos operativos, las empresas creadoras son aquellas que expandieron el empleo a un ritmo muy superior (mayor al 20%) al promedio de su rama a la salida de la crisis. Este grupo de empresas fuertemente creadoras de empleo en el nuevo contexto incluye tanto a las empresas jóvenes (creadas desde fi nales de los noventa), como a aquellas que ya existían previamente y que también crearon empleo (o al menos lo conservaron) en la segunda mitad de los años noventa. Las destructoras son aquellas que disminuyeron sostenidamente sus dota-ciones de personal luego de la crisis y también en la segunda mitad de la mencionada década, o bien tuvieron un comportamiento errático. Tal

1 Para la clasifi cación de las empresas según su dinámica de empleo se utilizó la informa-ción de la Base de Datos para el Análisis Dinámico del Empleo (BADE) elaborada por la Dirección General de Estudios y Formulación de Políticas de Empleo del MTEySS, validada luego por los datos recolectados en la encuesta.

Page 106: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

106 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

como en el caso de las creadoras, este grupo incluye tanto empresas jóvenes como maduras.

Las encuestas se realizaron durante el período julio-noviembre de 2005 en la Ciudad de Buenos Aires, el Gran Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Mendoza.

Numerosos autores de distintas tradiciones coinciden en destacar que los últimos veinte años han sido un período de importantes cambios en el contexto de los negocios. Estos importantes cambios plantean la necesidad de redefi nir las estrategias de las empresas (mercados, RRHH, tecnología) y avanzar hacia nuevos paradigmas tecno-organizacionales. Menor rigidez, mayor agilidad de respuesta, mayor capacidad y actividad innovativa, mayor colaboración y capacidad de iniciativa de las diferentes áreas e individuos de la empresa, una nueva base organizacional para la toma de decisiones –más horizontal y menos burocrática–, mayor énfasis en la organización del trabajo en equipos interdisciplinarios y cambios en el contenido del trabajo y en los perfi les de califi caciones requeridos son algunos de los rasgos de un nuevo paradigma de organización y de las tendencias que dominan el proceso de cambio organizacional (Lund y Gjerding, 1996; Gjerding, 1999; Lundvall y Kristensen, 1997).

Estas tendencias, surgidas como consecuencia del cambio en el con-texto de negocios, se verifi can con mayor frecuencia en el mundo de las organizaciones grandes –particularmente necesitadas de ganar fl exi-bilidad– y de las empresas medianas estructuradas. En el campo de las empresas más pequeñas, por su parte, cobra especial importancia el estilo de gestión de sus fundadores, siendo las principales dimensiones clave aquellas que se relacionan con las capacidades estratégicas y empren-dedoras de sus líderes, el tipo de cultura y su capacidad para construir soportes organizacionales básicos (Kantis, 1998; Carson et al., 1995). Asimismo, los cambios ocurridos en la demanda (mayor volatilidad, mayor segmentación) también implican modifi caciones en las agendas estratégicas de las empresas, esta vez procurando un mayor contacto y conocimiento del cliente y una mayor inserción externa de sus ventas.

Este nuevo contexto llama también a un cambio en el tipo de empresa y de empresario. Varios son los autores que señalan la existencia de un paso desde una “empresa managerial”, caracterizada por la presencia de jerarquías, la división entre la propiedad y la administración y la exis-tencia de producciones en series largas, entre otros atributos –lo que tra-

Page 107: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

107Comportamientos estratégicos y creación de empleo en la post-convertibilidad

dicionalmente se denominó la empresa de forma M de Chandler–, hacia una nueva confi guración, la “fi rma emprendedora”, caracterizada por la capacidad de generar proyectos y negocios en forma proactiva, con el aporte de las diferentes áreas de la empresa y con fuerte articulación de redes internas y externas para rejuvenecer, a través de dichos proyectos, la organización y su posición de mercado (Audretsch y Thurik, 2000).

En resumen, el nuevo juego competitivo requiere empresas caracte-rizadas por estrategias más proactivas y emprendedoras con una mayor orientación hacia mercados externos y demandas más complejas, un mayor conocimiento del cliente, una mayor integración en la gestión del recurso humano, la adopción de tecnologías de gestión social, un mayor énfasis en la capacidad innovativa y una mentalidad y un comportamiento más emprendedores. La relación entre la presencia de estos rasgos (desde una perspectiva global e integrada de la empresa) y el desempeño de las empresas es un aspecto todavía poco explorado en nuestro país, desco-nociéndose además sus implicancias sobre la creación de empleo y las distintas modalidades que asume en empresas de distinto perfi l.

En términos generales, el propósito de este trabajo es verifi car, en pri-mer lugar, en qué medida existen comportamientos estratégicos “virtuo-sos”, es decir, que tienen un impacto positivo sobre el desempeño de las empresas y la creación de empleo. En segundo lugar, esta investigación busca indagar si estos comportamientos estratégicos empresariales están vinculados al nuevo paradigma y al nuevo contexto.

Esquemáticamente, se podría construir un mapa comportamental de las empresas, como el que se presenta a continuación, en el que en el cua-drante IV se ubicarían aquellas conductas que, estilizadamente, se corres-ponderían con las tendencias estratégicas más sofi sticadas que combinan la diferenciación y/o innovación, en lo que se refi ere a su vinculación con el mercado, con un sistema de organización interna que valoriza el rol de los recursos humanos y formas más integradas de gestión de este recurso. En el otro extremo (cuadrante I) se encontrarían aquellos com-portamientos que priorizan la competencia en base a costos, combinados con una organización y gestión de los recursos humanos más tradicional poco integrada2.

2 Este esquema reconoce su inspiración en diversas fuentes (Porter, 1980; Camisón Zornosa, 1997; Lundvall y Kristensen, 1997; Yoguel et. al., 2003, entre otros).

Page 108: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

108 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

GRÁFICO 1. Mapa comportamental simplifi cado

Sistema escasamente integrado-fl exible

Sistema integrado-fl exible

Prioridad precio-escala

Diferenciación/innovación

COMPORTAMIENTOS ESTRATÉGICOSO

RG

AN

IZA

CIÓ

N Y

REC

UR

SOS

HU

MA

NO

S

I II

III IV

Fuente: Elaboración propia.

A partir del esquema anterior, surge más claramente el interés de esta investigación que busca indagar cómo se compone el mapa com-portamental de las empresas de rápido crecimiento en la Argentina en la etapa posterior a la salida de la convertibilidad. En otras palabras, en qué medida los distintos tipos de conductas estratégicas (los diferentes cuadrantes del Gráfi co 1) están asociados a diferencias en los desempeños de las fi rmas en términos de la creación de empleo3. Naturalmente, para responder estos interrogantes es necesario incluir una consideración de carácter contingente de estos comportamientos, analizando las diferencias que podrían verifi carse según se trate de empresas PyMEs o grandes y empresas jóvenes o maduras. En este sentido, se parte del supuesto de que la escala y la antigüedad de la empresa cuentan.

Tal como se señalara anteriormente, se podría argumentar que es den-tro de las empresas más grandes y maduras donde los rasgos del nuevo modelo organizativo se dan con mayor intensidad, particularmente en la

3 Sería interesante, además, conocer qué signifi can (y qué implicancias tienen) los casos híbridos (grupos II y III). Es decir, indagar acerca de otros comportamientos estratégicos en los que se recombinan distintas dimensiones estratégicas (por ejemplo, diseño con precios bajos) que podrían traducirse en un alto impacto sobre el empleo, pero con perfi les mixtos (alta calidad en un núcleo con baja calidad en la base). En otros términos, estas defi niciones son sólo puntos de partida metodológicos, reconociendo que la realidad se compone de una gama más compleja de situaciones.

Page 109: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

109Comportamientos estratégicos y creación de empleo en la post-convertibilidad

búsqueda de mayor fl exibilidad. En cambio, en el caso de las empresas más jóvenes y pequeñas las estrategias diferenciadoras e innovadoras se combinan con la fl exibilidad que es parte de su naturaleza organizacional, siendo que su desempeño y las bases que lo sustentan dependen de poder consolidar su producto en el mercado, desarrollar los contactos con los clientes, explotar el acervo de capacidades empresariales, así como del tipo de liderazgo y la cultura organizativa. Asimismo, podría plantearse la existencia de ciertos umbrales mínimos (de tamaño y edad) a partir de los cuales es posible identifi car una relación positiva entre complejidad estratégica y tipo de organización.

En este sentido, modelos de desarrollo organizacional como el de Greiner (1972) permiten afi rmar que las situaciones híbridas refl ejan las distintas etapas que están atravesando las empresas, junto con sus deci-siones estratégicas. Así podrían identifi carse distintas formas de organi-zación y gestión que, aunque no estén de acuerdo con el nuevo modelo fl exible, sean igualmente exitosas en cuanto a la creación de empleo y capaces de favorecer el desarrollo de la empresa, tal como lo muestra estilizadamente el gráfi co siguiente. Sin embargo, tal como se desprende de estos modelos simplifi cadores, la evolución y el crecimiento de las empresas exigen transitar procesos de cambio internos en la organización y el estilo de gestión empresarial.

GRÁFICO 2. Los desafíos organizacionales y el ciclo de vida de la empresa

Ciclo de vida de la empresa

Adopción de TGS+ capacidad emprendedora + énfasis en la innovación

Recuperar fl exibilidad y compromiso, sin perder organización

Ganar organización pero sin perder fl exibilidad y compromiso

Organización para el crecimiento

Etapa emprendedora pura

Liderazgo abierto

Edad

Tamaño

Fuente: Elaboración propia en base a Greiner (1972).

Page 110: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

110 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

En resumen, el marco teórico que sustenta esta investigación parte de suponer la existencia de ciertos comportamientos estratégicos que se encontrarían vinculados positivamente con la creación de empleo. En particular se sostiene que aquellas empresas más proactivas y empren-dedoras y con un perfi l estratégico más orientado a la diferenciación, la innovación y la gestión integrada de los recursos humanos registrarán una relación positiva con el empleo, tanto en términos de creación de puestos de trabajo como en cuanto a la calidad de esos puestos de trabajo creados. Asimismo, se plantea que esta asociación entre las conductas y la dinámica del empleo presenta matices según el tamaño y la edad de las empresas.

Resumiendo las consideraciones anteriores, surgen las siguientes pre-guntas de investigación que guían este trabajo, por defi nición de natura-leza exploratoria.

• ¿En qué medida es posible establecer una relación entre los compor-tamientos estratégicos empresariales y la creación de empleo?

• ¿Cuáles son los comportamientos estratégicos empresariales asociados con la creación y destrucción de empleo?

• ¿En qué medida esos comportamientos estratégicos empresariales se vinculan con sistemas de gestión de recursos humanos más integrados y fl exibles y conductas innovadoras y emprendedoras?

• ¿Cómo infl uyen en estos comportamientos estratégicos empresariales el tamaño y la edad de las empresas?

En base a estas preguntas se formulan las siguientes hipótesis gene-rales de trabajo.

• H1: Las empresas con comportamientos más innovadores y emprende-dores y modalidades de gestión más integrada son aquellas que crean más empleo.

• H2: La adopción de modalidades de gestión y organización integrada es un factor crítico en las empresas más grandes y maduras. En las empre-sas más jóvenes y pequeñas, las formas organizacionales asociadas a la creación de empleo y comportamientos estratégicos emprendedores e innovadores son menos complejas y sofi sticadas que en las empresas más grandes.

Page 111: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

111Comportamientos estratégicos y creación de empleo en la post-convertibilidad

Para la contrastación de estas hipótesis se realizó una encuesta a 351 empresas industriales de distintos tamaños, localizaciones y sectores. Las encuestas se llevaron a cabo durante el período julio-noviembre de 2005 en Capital Federal, Gran Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Mendoza. Los datos de las empresas fueron analizados utilizando el test z para hallar diferencias signifi cativas entre las respuestas del grupo de empresas crea-doras (grupo objetivo) y destructoras de empleo (grupo control).

Las empresas creadoras son aquellas que expandieron el empleo a un ritmo muy superior (mayor al 20%) al promedio de su rama a la salida de la crisis. Este grupo de empresas fuertemente creadoras de empleo en el nuevo contexto incluye tanto a las empresas jóvenes (creadas desde fi nales de los noventa) como a aquellas que ya existían previamente y que también crearon empleo (o al menos lo conservaron) en la segunda mitad de los noventa. Las destructoras son aquellas que disminuyeron sostenidamente sus dotaciones de personal luego de la crisis y también lo hicieron en la segunda mitad de los noventa o bien tuvieron un com-portamiento errático. Tal como en el caso de las creadoras este grupo incluye tanto empresas jóvenes como maduras.

La muestra abarcó empresas de los siguientes sectores: 1) alimentos y bebidas; 2) confecciones; 3) químicos y plásticos; 4) metalmecánica; y 5) software y servicios de informática. Asimismo se adoptaron las siguientes defi niciones de tamaño y edad: empresas pequeñas (entre 10 y 50 ocupados), medianas (entre 50 y 200 ocupados) y grandes (más de 200 ocupados); empresas jóvenes (creadas después de 1997) y maduras (aquellas creadas con anterioridad a 1997).

La exhibición de los resultados se centrará en la presentación de las diferencias más signifi cativas encontradas entre las empresas creadoras y destructoras de empleo, focalizando en distintas áreas de la empresa tales como sus características básicas (tamaño y origen del capital, entre otras), sus estrategias comerciales, las actividades de innovación y generación de ventajas competitivas, la organización y gestión de los recursos huma-nos y, fi nalmente, la importancia de las redes y articulaciones con otros actores. En caso de ser pertinente, se introducirán algunos comentarios a fi n de resaltar las particularidades que asumen estas diferencias entre empresas creadoras de empleo de distinto tamaño (PyMEs vs. grandes) o edad (jóvenes vs. maduras). A continuación se avanzará en la presen-

Page 112: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

112 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

tación de los resultados, comenzando por una caracterización básica de uno y otro grupo.

3.1. Caracterización básica de las empresas

Del total de empresas encuestadas, 276 son empresas que han expan-dido en forma signifi cativa su empleo (en adelante, creadoras) y 75 son empresas que han reducido sus planteles (en adelante, destructoras). En porcentajes, un 78,6% pertenece al grupo de creadoras de empleo y un 21,4% al de las destructoras.

En cuanto a su antigüedad, las empresas creadoras de empleo son más jóvenes. Cerca de la mitad del total (vs. 40% de las destructoras) fueron creadas en la última década y media, poco más de un tercio tienen hasta 10 años de vida (vs. 16%) y una de cada cinco fueron creadas después del año 2000 (vs. 9%).

Tanto las empresas creadoras como las destructoras de empleo son en su mayoría PyMEs, aunque debe señalarse que las creadoras eran más pequeñas antes de la crisis, acelerando su crecimiento entre 2003 y 20044. Mientras que el empleo medio entre 2000 y 2003 creció un 12%, entre 2003 y 2004 el incremento fue del 25%, llegando a un tamaño medio de 67 ocupados (vs. 56 ocupados en las destructoras)5.

4 El promedio simple del empleo de las empresas creadoras era de 86 personas en el año 2000, mientras que el de las empresas del grupo destructor era de aproximadamente 300 ocupados. Para el año 2004, el empleo promedio simple de las empresas creadoras alcan-zaba 104 ocupados (vs. 226 en las destructoras), destacándose un crecimiento promedio del empleo del 21%, mientras que en las destructoras el mismo cayó un 24%.

5 Dada la alta variabilidad de los datos de empleo a nivel de la fi rma se utilizó un indica-dor de empleo medio que consiste en la media acotada, eliminando para su cálculo los valores que se encontraban en el quintil más alto y en el más bajo de la distribución de frecuencias. En adelante el promedio referirá al promedio acotado.

Page 113: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

113Comportamientos estratégicos y creación de empleo en la post-convertibilidad

GRÁFICO 3. Evolución del empleo medio, por grupo

2000 2003 2004Creadoras de empleo Destructoras de empleo

Años

Ocu

pado

s 40

20

10

30

70

60

50

0

Fuente: Elaboración propia en base a encuesta.

Como resultado de este crecimiento, la participación de las empresas pequeñas entre las creadoras cayó de 65% en 2000 a 54% en 2004, incre-mentándose la proporción de empresas medianas desde un 28% hasta un 37%. Por el contrario, entre las destructoras de empleo se observó un empequeñecimiento de las empresas.

CUADRO 1. Comparación de la estructura de tamaños, por grupos

Estrato de tamaño Creadoras de empleo Destructoras de empleo

Pequeña (entre 10 y 50 ocupados) 64,59 54,35 61,54 66,67

Mediana (entre 50 y 200 ocupados) 27,75 37,32 27,69 25,33

Grande (más de 200 ocupados) 7,66 7,97 10,77 8,00

Fuente: Elaboración propia en base a encuesta.

La importancia de las PyMEs dentro del grupo de las creadoras queda demostrada por el hecho de que el grueso de la creación de nuevos puestos de trabajo en el último período analizado corresponde a este segmento de empresas. Dos terceras partes del empleo creado en el período 2003-2004

Page 114: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

114 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

fueron creadas por PyMEs. Por el contrario, las empresas más grandes concentraron el grueso de la destrucción de empleo (cerca del 80%)6.

Los datos de ventas también muestran que en la actualidad las empre-sas del grupo creador son en promedio PyMEs más grandes. En 2004, 58% de las creadoras (vs. 39% de las destructoras) facturaron más de 3 millones de pesos. Esta situación refl eja el dinamismo de estas empresas en los últimos años dado que, en términos reales, sus ventas medias cre-cieron en algo más del 60% con respecto al año 2000. Si se depuran las empresas con valores extremos de crecimiento, el promedio acotado de la expansión se ubica en el orden del 21%. Por el contrario, las empresas destructoras registraron una caída promedio del orden del 8%.

Entre las empresas creadoras de empleo, se destaca que las más jóve-nes crearon empleo y expandieron sus ventas en forma más dinámica que las maduras. En comparación con el período anterior a la crisis, las empresas jóvenes incrementaron su facturación un 69% (vs. 17% en las maduras). A ello debe sumarse que estas empresas han generado también puestos de trabajo para sus fundadores.

Si bien la gran mayoría son empresas independientes, su peso es mayor entre las creadoras de empleo de capital nacional (93% vs. 81%). Por el contrario, la participación de empresas subsidiarias de multinacio-nales extranjeras, aun cuando es baja, es signifi cativamente mayor entre las empresas destructoras (5% vs. 17%).

Finalmente debe señalarse que los cambios en la propiedad del capital en los últimos diez años han sido más frecuentes entre las destructoras (29% vs. 15%). Entre las creadoras que sí experimentaron estos cambios, fue más común la incorporación de nuevos socios (59% vs. 45%) mien-tras que, entre las destructoras, fue igualmente importante la adquisición por parte de otras empresas (41% vs. 28%)7.

En resumen, se destaca el predominio más signifi cativo de empresas jóvenes y PyMEs de capital nacional en las creadoras, entre las que no se han producido cambios relevantes en la composición del capital acciona-rio y, cuando los hubo, se trató de la incorporación de nuevos socios. Por el contrario, entre las empresas destructoras el grado de heterogeneidad en su composición es mayor, coexistiendo un grupo de pequeñas empre-sas junto con una mayor presencia relativa de empresas subsidiarias de

6 Si se considera todo el universo de empresas, los resultados son coincidentes aunque no tan acentuados. El 65% de la creación de empleo se concentra en las PyMEs, aunque la destrucción no se halla tan concentrada en las empresas grandes.

7 Pocas empresas de las estudiadas debieron encarar convocatorias de acreedores (7% en el caso de las creadoras y 9% las destructoras), y las que lo hicieron ya han tendido a superar su condición de irregularidad en el cumplimiento de sus obligaciones.

Page 115: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

115Comportamientos estratégicos y creación de empleo en la post-convertibilidad

multinacionales y aquellas que han registrado más procesos de transfe-rencia de propiedad. En este sentido, parecería que las empresas inde-pendientes de capital nacional han tenido mayor capacidad de respuesta en el nuevo contexto posterior a la crisis.

3.2. Mercados, clientes y estrategia comercial

Tanto las empresas creadoras como las destructoras venden princi-palmente productos de su propia fabricación en el mercado doméstico. La venta de productos importados no es relevante (18% de las empresas) y tampoco lo era en el año 20008. La gran mayoría de las empresas, en uno y otro grupo, cuenta con sus proveedores en el medio local (91% vs. 87%). El porcentaje de empresas que se proveen en el exterior es de alrededor del 30% en ambos grupos.

Los clientes predominantes son otras empresas tanto PyMEs como grandes, principalmente industriales y de comercio mayorista. Sin embargo, el perfi l comercial de las creadoras está más especializado en la venta a otras empresas, vendiendo con menos frecuencia a consumi-dores individuales en fábrica (10% vs. 19%) y al sector público (5% vs. 15%), diferencias que no se observaban hacia el año 2000.

Por otra parte, una mayor cantidad de empresas creadoras se orientan hacia la exportación9. Alrededor de la mitad de las creadoras (vs. 39% de las destructoras) venden hoy parte de su producción en el exterior, siendo también mayor la presencia de exportadores continuos y regulares (37% vs. 21%).

CUADRO 2. Montos exportados en 2004, por grupos

Estrato de tamaño Creadoras de empleo Destructoras de empleo

No realizó exportaciones 52,90 61,33

Hasta US$ 500.000 27,17 25,33

Entre US$ 500.000 y US$ 3.000.000 11,59 6,67

Más de US$ 3.000.000 6,16 4,00

Fuente: Elaboración propia en base a encuesta.

8 Apenas se registra una muy leve tendencia superior en un grupo de creadoras a reempla-zar la comercialización de productos importados (8% vs. 2%), aumentando levemente la participación de las ventas de productos de terceros nacionales (6% vs. 0%).

9 Sin embargo no presentan todavía valores medios de exportación superiores a los de las destructoras, ni diferencias signifi cativas en los coefi cientes de exportación o en la com-posición de destinos.

Page 116: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

116 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Asimismo, un grupo importante de empresas creadoras incrementó sus ventas externas en forma signifi cativa respecto del período previo a la crisis. En efecto, el 26% de las mismas (vs. 13%) experimentaron un crecimiento mayor al 30% en sus exportaciones en US$ con respecto al año 2000. Por el contrario, entre las empresas destructoras cerca del 60% mantiene los mismos niveles de exportación y un 11% disminuyó sus ventas al exterior en más del 30%.

Un rasgo que distingue signifi cativamente el comportamiento estraté-gico de las empresas creadoras es la presencia de conductas más ofensi-vas (79% vs. 58%). Si bien la mayoría de las empresas de ambos grupos buscan crecer en mercados ya atendidos, tanto en el país como en el exte-rior, las creadoras tienen una mayor tendencia a expandirse hacia nuevos mercados (49% vs. 39%), especialmente del exterior. En particular, este comportamiento se observa con mayor frecuencia entre las empresas más grandes, que se orientan especialmente hacia países del MERCOSUR y Europa. Asimismo, es interesante destacar que la presencia de conductas más ofensivas entre las creadoras ya se apreciaba en alguna medida en la segunda mitad de los noventa (67% vs. 60%), pero se intensifi có de manera muy signifi cativa a la salida de la crisis. Por el contrario, las destructoras se comportaron de manera más conservadora.

CUADRO 3. Conductas de mercado predominantes en 2002-2004, por grupo (en %)

Conducta predominante Creadoras de empleo

Destructoras de empleo

Defender posiciones amenazadas en el mercado interno 21,01* 41,33*

Crecer en mercados existentes

En el país 63,04 58,67

En el exterior 10,51 6,67

Total 66,30 62,67

Crecer en nuevos mercados

En el país 35,14 29,33

En el exterior 21,38 13,33

Total 49,28 38,67

Fuente: Elaboración propia en base a encuesta.

* Diferencia estadísticamente signifi cativa al 1%.

Page 117: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

117Comportamientos estratégicos y creación de empleo en la post-convertibilidad

Estas estrategias ofensivas para expandirse en nuevos mercados estuvieron respaldadas por una mayor proactividad al nivel del perfi l de mercado-producto, la introducción de cambios en la cartera de clientes atendidos, la composición de los canales de comercialización y, muy especialmente, en lo que respecta al mix de productos ofrecidos.

CUADRO 4. Acciones comerciales implementadas en 2002-2004, por grupo (en %)

Conducta predominante Creadoras de empleo

Destructoras de empleo

Perfi l de producto-mercado

Atender a todo el mercado con productos homogéneos 35,14* 49,33*

Atender segmentos de mercado con productos homogéneos 22,46 25,33

Atender segmentos de mercado con productos diferenciados 24,64 18,67

Fabricar en base a especifi caciones de los clientes 23,55 17,33

Perfi l de la cartera de clientes

Cambiar el perfi l y composición de la cartera de clientes 36,23* 22,67*

No introducir cambios 62,68* 77,33*

Grado de especialización/diversifi cación

Reducir el número de productos para ganar especialización 9,78 10,67

Ampliar el número de productos para diversifi carse 60,14** 38,67**

No introducir cambios 29,35** 50,67**

Canales de comercialización

Integrar el eslabón comercial, vendiendo directamente al usuario 13,41 10,67

Concentrar sus ventas en canales de intermediación 22,46 17,33

Diversifi car/ampliar sus canales de comercialización 30,43 24,00

No introducir cambios 34,42** 50,67**

Fuente: Elaboración propia en base a encuesta.

* Diferencia estadísticamente signifi cativa al 5%.** Diferencia estadísticamente signifi cativa al 1%.

Las empresas creadoras tienden a eludir más la concentración en mer-cados indiferenciados para buscar la segmentación comercial e incre-mentar la participación de productos fabricados en base a especifi cacio-nes de clientes, en lugar de atender a todo el mercado con un producto homogéneo. En particular, las empresas más jóvenes se destacan por

Page 118: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

118 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

un menú estratégico que incluye en mayor medida acciones ligadas a la segmentación comercial y la diversifi cación de canales de comercializa-ción, avanzando hacia el vínculo con el consumidor fi nal pero también con el segmento corporativo. Estos cambios tienen su correlato en el fuerte incremento verifi cado en el número de productos fabricados y en la redefi nición de los canales de comercialización, tal como se observa en el Cuadro 4.

La cartera de productos de las empresas creadoras se renovó en mayor medida que en las destructoras. Aproximadamente el 70% de las empre-sas creadoras (vs. 56%) lanzaron nuevos productos al mercado, especial-mente en el período 2002-2004, siendo además superior la efectividad de estos lanzamientos. Entre las creadoras de empleo es más frecuente el caso de aquellas en las que los nuevos productos representan más del 20% de la facturación actual (59% vs. 40%).

Con los nuevos productos, las empresas buscan competir en base a diferenciación, tanto en mercados domésticos como del exterior. Esta última opción es mayor entre las creadoras. Como se verá más adelante, este mayor activismo en la introducción de nuevos productos se apoya en procesos de inversión más generalizados, en la incorporación de acti-vidades de diseño, en los esfuerzos de las nuevas empresas que llevaron nuevos productos al mercado y en la mayor efectividad comercial de un grupo de empresas maduras.

Por último, las empresas creadoras muestran más refl ejos para aprove-char las oportunidades ofrecidas por el cambio de escenario económico, especialmente aquellas vinculadas con la sustitución de importaciones (42% vs. 24%), con el cierre o declinación de otras empresas nacionales (33% vs. 20%) y en menor medida con la mayor competitividad para exportar derivada de la devaluación (25% vs. 12%). Asimismo, alrede-dor de un quinto pudo captar nuevas demandas asociadas a procesos de tercerización de otras empresas, pero este es un aspecto que comparten ambos grupos (22% y 20%).

CUADRO 5. Factores que contribuyeron a ganar posiciones en el mercado, por grupo

Factores Creadoras de empleo

Destructoras de empleo

Sustitución de importaciones por la devaluación 41,67* 24,00*

Cierre/declinación competidores nacionales 32,61** 20,00**

Page 119: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

119Comportamientos estratégicos y creación de empleo en la post-convertibilidad

Continuación CUADRO 5

Factores Creadoras de empleo

Destructoras de empleo

Expansión hacia nuevos mercados externos por la devaluación 24,64** 12,00**

Captación de demandas por tercerización de otras empresas 22,10 20,00

Crecimiento signifi cativo de la demanda internacional de su producto 13,77 9,33

Expansión hacia mercados externos por impacto del MERCOSUR 12,32 9,33

Cierre/declinación de grandes empresas extranjeras 9,06 10,67

Fuente: Elaboración propia en base a encuesta.

* Diferencia estadísticamente signifi cativa al 1%.** Diferencia estadísticamente signifi cativa al 5%.

En resumen, las empresas creadoras se destacan por su mayor proac-tividad en el mercado, por sus comportamientos más ofensivos y por su mayor capacidad para adaptarse al nuevo contexto de negocios, aprove-chando en mayor medida los cambios en los precios relativos y las nuevas oportunidades de negocios que ofrece el escenario post-devaluación.

Sin embargo, estos empresarios no son tomadores pasivos de las nue-vas realidades sino que llevan adelante una agenda activa de redefi nicio-nes en aspectos relevantes de su negocio, estableciendo una suerte de círculo virtuoso entre cambio de contexto y conducta empresarial. Por el contrario, entre las destructoras son mucho más frecuentes las conductas defensivas que tratan de conservar posiciones amenazadas en el mercado interno, observándose menos esfuerzos y efectividad para la introducción de cambios en el perfi l y composición de la cartera de clientes, en los canales de comercialización o en el mix de productos ofrecidos.

3.3. Innovación y tecnología

Las empresas creadoras se destacan por una mayor actividad inver-sora, especialmente en el período 2002-2004 (84% vs. 55%). Respecto del período 1996-1998, el número de empresas que realizaron inversiones relevantes dentro del grupo de creadoras creció 47% (vs. 16%), eviden-ciando una fuerte intensifi cación de este proceso.

Page 120: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

120 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

CUADRO 6. Inversiones realizadas en el período 2002-2004, por grupo (en %)

Áreas de inversión Creadoras de empleo

Destructoras de empleo

Nuevos equipos para ganar productividad 42,03* 22,67*

Nuevos equipos para aumentar la calidad 31,16** 17,13**

Nuevos equipos para producir nuevos productos 23,55*** 13,33***

Subtotal nuevos equipos 44,57* 28,00*

Ampliación de la capacidad para seguir con los mismos productos 23,19 16,00

Ampliaciones de las instalaciones edilicias actuales 19,57** 9,33**

Subtotal ampliaciones 39,13* 21,33*

Desarrollo de la imagen comercial/marca 14,86 8,00

Desarrollo de nuevos canales de comercialización 7,97 8,00

Subtotal desarrollo de marca y comercialización 19,93** 10,67**

Informatización áreas productivas 17,03* 4,00*

Informatización áreas administrativas 25,00** 13,33**

Nuevas instalaciones edilicias 20,29 13,33

Capacitación y Recursos Humanos 14,86 10,67

Investigación y Desarrollo 11,23 16,00

No realizó inversiones relevantes 15,58* 45,33*

Fuente: Elaboración propia en base a encuesta.

* Diferencia estadísticamente signifi cativa al 1%.** Diferencia estadísticamente signifi cativa al 5%.*** Diferencia estadísticamente signifi cativa al 10%.

Como muestra el cuadro precedente, las inversiones se dirigen princi-palmente a la compra de nuevos equipos, tanto para ganar productividad como para introducir nuevos productos. Otras áreas de inversión donde se registran contrastes con las destructoras incluyen las ampliaciones de capacidad (39% vs. 21%) y, en menor medida, el desarrollo de imagen y de nuevos canales de comercialización (20% vs. 11%) y el avance en la informatización, tanto en el área administrativa (25% vs. 13%) como de producción (17% vs. 4%).

Las empresas creadoras también son más activas en la concreción de esfuerzos tecnológicos (82% vs. 63%). Tal como sucediera en el caso del comportamiento inversor, las empresas creadoras evidencian una intensifi cación mayor de su conducta tecnológica con respecto al

Page 121: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

121Comportamientos estratégicos y creación de empleo en la post-convertibilidad

período 1996-2000. El porcentaje de empresas creadoras involucradas en la implementación de algún esfuerzo tecnológico creció del 69% en la segunda mitad de los noventa al 82% en el período 2002-2004, mien-tras que el mismo porcentaje en las empresas destructoras de empleo se mantuvo relativamente constante alrededor del 63%.

Las principales diferencias entre uno y otro grupo no sólo tienen que ver con las mayores adquisiciones de nuevas tecnologías incorporadas a través de la compra de bienes de capital (47% vs. 25%), sino también con el desarrollo de nuevos procesos (31% vs. 15%) y, en menor medida, con la informatización de la gestión administrativa (28% vs. 13%) y productiva (19% vs. 8%)10.

CUADRO 7. Esfuerzos tecnológicos realizados en el período 2002-2004, por grupo (en %)

Esfuerzos tecnológicos realizados Creadoras de empleo

Destructoras de empleo

Desarrollo de productos 47,10 38,67

Adquisición de bienes de capital con tecnología incorporada 46,74* 25,33*

Desarrollo de procesos 30,80* 14,67*

Informatización de la gestión administrativa 28,26* 13,33*

Adaptación de maquinarias 24,28 22,67

Formación de recursos humanos 23,91 14,67

Adaptación de procesos 22,83 18,67

Investigación y Desarrollo 21,01 20,00

Informatización áreas productivas 19,20** 8,00**

No se realizaron esfuerzos relevantes 18,12* 37,33*

Fuente: Elaboración propia en base a encuesta.

* Diferencia estadísticamente signifi cativa al 1%.** Diferencia estadísticamente signifi cativa al 5%.

Sólo un reducido grupo, en cambio, señala estar implementando esfuerzos para formar sus recursos humanos, sin que se observen con-trastes signifi cativos con las empresas destructoras (24% vs. 15%). Este último aspecto permite anticipar la necesidad de promover la formación

10 Otros esfuerzos tecnológicos, tales como el desarrollo de productos, la investigación, el desarrollo o la adaptación de máquinas y procesos, no registraron diferencias estadística-mente signifi cativas entre ambos grupos.

Page 122: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

122 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

de recursos humanos en las empresas de manera de avanzar hacia moda-lidades de gestión más integradas.

Una cuestión particularmente relevante es que los esfuerzos tecnológi-cos, habitualmente asociados con impactos negativos sobre el número de puestos de trabajo, trajeron importantes efectos directos positivos sobre el empleo en el caso de las creadoras (59% vs. 21%). Por otra parte, la conducta tecnológica estuvo acompañada de un mayor aumento en el nivel de califi cación de los puestos de trabajo (50% vs. 21%) y de los costos laborales (48% vs. 25%) como consecuencia del crecimiento en la masa salarial en el caso de las empresas creadoras.

El proceso de innovación según tamaño y edad de las empresas

Si se considera en primer lugar el proceso de inversiones realizado por las empresas creadoras de empleo según su tamaño y edad, se destaca que el comportamiento innovador de las empresas más jóvenes y pequeñas ha sido más ofensivo, tanto si se toma el número de empresas involucradas en actividades de inversión como su importancia sobre la factura-ción de las fi rmas. En el caso de las PyMEs se observa que el 84% (vs. 73% de las grandes empresas) está realizando inversiones relevantes. Asimismo, el cociente de inversiones sobre ventas más que duplicó al de las grandes (18% vs. 8%) y fue muy superior al verifi cado en la segunda mitad de los noventa (7% vs. 3%). Por otra parte, las empresas más jóvenes registran una tasa de inversión sobre ventas muy superior a la de las maduras (28% vs. 14%) y también en comparación con los registros medios de 2000, cuando se ubicó entre el 8 y el 9% en ambos grupos

Otro tanto ocurre con los esfuerzos tecnológicos, especialmente en las PyMEs, en las que estos son mayores que en el caso de las grandes empresas (83% vs. 73%). En cuanto a su contenido, las PyMEs se orientan más hacia la adquisición de bienes de capital con tec-nología incorporada y el desarrollo de productos (48% vs. 36% en ambos casos), mientras que las empresas más grandes se distinguen por inclinarse en mayor medida a la formación de recursos humanos (41% vs. 22%). En otras palabras, no sólo la cantidad de empresas involucradas en la implementación de actividades de innovación o esfuerzos tecnológicos es mayor en el caso de las PyMEs, sino que su contenido también es diferente, más orientado a la incorporación de tecnología y el desarrollo de nuevos productos.

3.4. Las actividades de diseño

La incorporación de las actividades vinculadas con el diseño está comenzando a jugar un papel de creciente relevancia en la construcción de ventajas competitivas dinámicas. Para poco más de la mitad de las empresas creadoras la importancia de las actividades de diseño se incre-mentó en los últimos años (52% vs. 36%).

Estas actividades registran hoy día una importancia muy superior entre las empresas creadoras. Más de la mitad de las empresas creadoras (54% vs. 44% de las destructoras) cuenta con productos de diseño pro-pio. En efecto, el diseño adquiere un rol especialmente más relevante en

Page 123: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

123Comportamientos estratégicos y creación de empleo en la post-convertibilidad

estas empresas en las áreas de desarrollo de nuevos productos (67% vs. 52%), en el proceso de producción (66% vs. 53%) y en los esfuerzos de marketing y distribución (52% vs. 40%).

CUADRO 8. Importancia de las actividades de diseño en la producción, por grupo (en %)

Áreas del proceso productivo Creadoras de empleo Destructoras de empleo

Nivel general/global de la empresa 62,32 53,33

Desarrollo de nuevos productos 67,03* 52,00*

Proceso de producción 65,94* 53,33*

Marketing y distribución 52,17** 40,00**

Envasado 41,67 40,00

Fuente: Elaboración propia en base a encuesta.

* Diferencia estadísticamente signifi cativa al 5%.** Diferencia estadísticamente signifi cativa al 10%.

Además de ser más generalizados e importantes, los esfuerzos de las creadoras ligados a las actividades de diseño son más efectivos. Por ejem-plo, es mayor su impacto sobre el aumento de la calidad de los productos y servicios (73% vs. 49%), la mejora de la comunicación con los clientes (66% vs. 49%), el desarrollo de nuevos productos (61% vs. 37%) y el incremento de la competitividad (65% vs. 33%). Por otra parte, el diseño tiende a contribuir más positivamente no sólo sobre las ganancias (55% vs. 39%) sino también sobre el empleo (53% vs. 28%).

Las redes comerciales con proveedores y clientes son las principales fuentes de ideas para el desarrollo de nuevos productos y diseños, apro-vechadas de manera más generalizada por las creadoras (67% vs. 54%). Otras fuentes importantes resultan las áreas internas de la empresa y especialmente la participación en ferias comerciales (36% vs. 25%). Por el contrario, la contribución de las instituciones especializadas o de las cámaras empresarias al proceso de generación de ideas es todavía muy limitada (menos del 10% de las empresas).

Importantes contrastes se hallan también en el grado de incorporación e importancia de las actividades de diseño y en su relevancia para la empresa, cuando se analizan empresas de distinto tamaño. Las empresas grandes muestran una mayor participación de estas actividades (77% vs. 48%) y una mayor proporción de empresas con diseños propios y adap-taciones, mientras que entre las PyMEs es más frecuente la réplica de

Page 124: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

124 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

diseños de terceros. Las fuentes de generación de nuevas ideas de diseños y productos también son diferentes. Mientras que las PyMEs descansan más en sus redes comerciales (68% vs. 42%), principalmente clientes locales, las empresas más grandes se basan más en sus áreas internas de investigación y desarrollo (58% vs. 16%), los clientes del exterior (32% vs. 14%) y, en menor medida, las universidades e instituciones científi cas y tecnológicas (16% vs. 3%). A su vez, estas actividades de diseño tienen también un mayor impacto sobre el empleo en el caso de las empresas grandes.

3.5. Las relaciones de cooperación con otras empresas e instituciones

En la sección anterior pudo identifi carse el rol de las redes con pro-veedores y clientes como fuente de ideas para el desarrollo de nuevos productos y diseños. En esta sección se analizan algunas cuestiones adi-cionales vinculadas al grado de desarrollo y perfi l de las relaciones con otras empresas e instituciones. En primer lugar hay que decir que buena parte de las empresas en ambos grupos (un poco menos de la mitad) terce-riza alguna actividad hacia otras fi rmas, sin que esta conducta haya tenido variaciones relevantes con respecto a la década anterior. Aún más, en aquellos casos en los que sí se registraron variaciones, estas no provoca-ron impactos sobre el empleo interno. En otras palabras, la tercerización no ayuda a explicar las diferencias que interesan a este estudio, dado que no permite distinguir a las creadoras de las destructoras ni ha tenido inci-dencia sobre el número de ocupados. Tampoco se observan diferencias signifi cativas en cuanto a las alianzas formales con otras empresas (12% en ambos grupos) ni con instituciones (31% vs. 26%).

Las principales diferencias entre ambos grupos en el plano de las relaciones con otras empresas se observan en la evolución que han tenido las redes informales con proveedores y clientes, registrándose una mayor profundización de estos contactos en las empresas creadoras. Entre las destructoras se observa, por el contrario, el otorgamiento de cierta importancia mayor en el tiempo a las redes institucionales. Este resultado estaría sugiriendo que las empresas más dinámicas consideran más provechoso estrechar sus vinculaciones comerciales para enfrentar los desafíos y oportunidades del nuevo contexto antes que desarrollar sus relaciones con instituciones como universidades, cámaras, etcétera.

Page 125: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

125Comportamientos estratégicos y creación de empleo en la post-convertibilidad

CUADRO 9. Intensifi cación de la utilización de las redes, por grupo (en %)

Tipos de contactos Creadoras de empleo Destructoras de empleo

REDES COMERCIALES

Clientes locales 34,78 29,33

Clientes nacionales 26,81 18,67

Subtotal clientes 51,09* 36,00*

Proveedores locales 29,71 25,33

Proveedores nacionales 20,29 13,33

Subtotal proveedores 44,57** 33,33**

Total redes comerciales 56,88* 44,00*

REDES INSTITUCIONALES

Universidades 5,43 6,67

Cámaras empresarias 16,67 20,00

Institutos tecnológicos 5,43 9,33

Instituciones públicas 3,26** 8,00**

Total redes institucionales 21,74 25,33

Fuente: Elaboración propia en base a encuesta.

* Diferencia estadísticamente signifi cativa al 5%.** Diferencia estadísticamente signifi cativa al 10%.

Las redes informales, principalmente con proveedores y clientes de la propia localidad (aproximadamente el 70% en el caso de los proveedores y 60% en el caso de los clientes) contribuyeron a conseguir clientes y proveedores, desarrollar productos y obtener información sobre tecnolo-gías y el contexto de negocios. Menos generalizada es la presencia de las vinculaciones informales con instituciones tecnológicas, universidades y/o cámaras (39% las creadoras y 45% las destructoras).

Las características de las redes de las empresas creadoras más grandes y maduras muestran un mayor alcance geográfi co, dado que incluyen más intensivamente vinculaciones con redes comerciales en el exterior (50% vs. 30%), principalmente clientes (36% vs. 21%). Adicionalmente, las redes de las empresas más grandes ayudan en mayor medida a conseguir recursos humanos de calidad (41% vs. 29%) y desarrollar exportaciones (41% vs. 24%). Para las creadoras PyMEs, en cambio, las redes son principalmente un vehículo para encontrar proveedores de calidad (64%

Page 126: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

126 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

vs. 45%) y obtener información, tanto acerca de nuevas tecnologías (55% vs. 41%) como del contexto general de negocios (67% vs. 54%).

En resumen, existe un importante espacio de interacción informal con redes de proveedores y clientes que ha tendido a intensifi carse de manera mucho más signifi cativa entre las creadoras, favoreciendo la competiti-vidad de las empresas. Por el contrario, no se han verifi cado cambios en los niveles de subcontratación y ha sido poco generalizado el desarrollo de alianzas formales.

3.6. Organización de la gestión interna

La gran mayoría de las empresas fue fundada y está conducida por equipos de empresarios más que por empresarios individuales. Las empre-sas creadoras, por su parte, se desta-can por la existencia de una mayor división de roles entre los socios (63% vs. 45%) y por la presencia de empresarios más jóvenes. Poco más de la mitad (vs. 34%) tiene menos de 45 años. En otras palabras, estos datos revelan un perfi l empresarial diferente en la conducción de las empresas crea-doras.

Las empresas del grupo creador son un poco más estructuradas. La presencia de áreas diferenciadas es ligeramente más frecuente en los casos de la gestión de la producción (95% vs. 88%) y de administración y fi nanzas (94% vs. 87%), pero donde existen más contrastes entre ambos grupos es en áreas como el diseño (44% vs. 28%), revelando la creciente importancia de este factor de competitividad dentro de las conductas estratégicas de las empresas.

Entre las empresas más grandes se observa un mayor grado de orga-nización y estructuración, que se evidencia a través de una presencia más difundida de gerencias o áreas especializadas. Esta situación es particu-

El perfi l de los empresarios en las empresas creadoras jóvenes

Se trata en su mayoría de hombres jóvenes (43 años en promedio) que cuentan con un nivel de instrucción terciario o superior completo (poco menos de la mitad) o incompleto (cerca de un tercio). Es decir que tres de cada cuatro pasó por instituciones de conocimiento terciario o superior y continuó su proceso de aprendizaje trabajando en otras empresas, en su gran mayoría, de sectores o áreas fun-cionales similares o vinculadas al sec-tor de la fi rma que fundaría más ade-lante (64%). Más de la mitad (60%) también declaró haber tenido expe-riencia empresarial previa a la fun-dación reciente de una fi rma creadora de empleo. En otros términos, estas empresas creadoras de empleo están conducidas por equipos de empresa-rios que cuentan con una plataforma de capacidades y conocimientos que les facilitaron crearlas y dirigirlas.

Page 127: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

127Comportamientos estratégicos y creación de empleo en la post-convertibilidad

larmente visible en las áreas de recursos humanos (86% vs. 42%), capa-citación y relaciones laborales (50% vs. 23%), diseño (64% vs. 39%) e investigación y desarrollo (64% vs. 26%). Similares diferencias se obser-van en la comparación entre empresas jóvenes y maduras.

Lo anterior no sólo muestra la existencia de estructuras más complejas en las empresas más grandes y maduras sino también un mayor grado de diferenciación funcional especializada en aspectos centrales para la generación de ventajas competitivas dinámicas y el fortalecimiento de las capacidades endógenas (diseño, investigación y desarrollo y gestión de los recursos humanos). Por el contrario, en las empresas PyMEs más jóvenes, estas capacidades se encuentran más concentradas en el equipo emprendedor y sus colaboradores, refl ejando un menor nivel de estruc-turación.

De todas formas, allí donde existen áreas funcionales estructuradas, la titularidad de su gestión suele estar en manos de los propios socios o bien de responsables que no llegan a revestir el cargo de gerentes. Los niveles de delegación en responsables de área o gerentes son elevados en casi la mitad de los casos, sin que se observen distinciones signifi cativas entre empresas creadoras y destructoras. Por otra parte, en tres de cada cuatro empresas, de ambos grupos, las acciones clave las decide el o los titulares, ya sea incluyendo alguna participación de un grupo de colabo-radores (37% y 36%) o solamente limitándose a informar las decisiones al resto del personal (35% y 36%).

Muy pocas empresas cuentan con un sistema de planifi cación (menos del 10% en ambos casos), aunque entre las creadoras es más frecuente el establecimiento y comunicación de objetivos para orientar la gestión y el comportamiento organizacional (28% vs. 14%).

Dado que entre las empresas creadoras es muy superior la presencia de fi rmas más jóvenes y de socios con roles activos y especializados, es importante considerar las diferencias existentes en materia de las capaci-dades empresariales de la conducción de estas empresas. Precisamente, las empresas creadoras se destacaron por sus mayores capacidades para identifi car y desarrollar oportunidades de negocios (54% vs. 43%), pensar estratégicamente (50% vs. 41%), asumir/tolerar riesgos (44% vs. 36%), ser ejecutivas en la toma de decisiones (59% vs. 44%), innovar y ser creativas (37% vs. 29%), motivar al personal (31% vs. 21%) y anticipar cambios de escenarios (36% vs. 27%).

Page 128: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

128 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

GRÁFICO 4. Autoevaluación de las capacidades de la conducción, por grupo

Aprender de la experiencia

Ejecutividad en la toma de decisiones

Identifi car y desarrollar oportunidades de negocios

Administrar recursos

Adaptarse a los cambios de escenarios

Pensar estratégicamente

Actuar con fl exibilidad

Asumir/tolerar riesgos importantes

Identifi car los problemas de la empresa y atacarlos

Planifi car

Innovar y ser creativos

Anticiparse a los cambios de escenario

Trabajar en equipo

Motivar al personal

Comunicar al resto de la empresa

Improvisar con éxito

Delegar actividades y autoridad

0 10 20 30 40 50 60 70

Destructoras de empleo

Creadoras de empleo

% empresas

Fuente: Elaboración propia en base a encuesta.

Por el contrario, no se observan contrastes relevantes en otras capa-cidades tales como la de administrar recursos (poco más de la mitad), delegar actividades y autoridad (alrededor de un quinto) o planifi car (alre-dedor de un tercio en ambos casos). Estos resultados indican la existencia de fuertes contrastes en materia de capacidades empresariales concentra-das más en la dimensión emprendedora y estratégica que en otras esferas de la gestión que suelen ser más tenidas en cuenta en los programas de asistencia técnica y capacitación.

En resumen, las empresas creadoras se distinguen principalmente por la presencia de equipos de conducción más jóvenes, con mayores capacidades típicamente emprendedoras, mayor especialización de roles

Page 129: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

129Comportamientos estratégicos y creación de empleo en la post-convertibilidad

entre los socios y que han estructurado en mayor medida áreas de diseño. Sin embargo, sigue existiendo un importante campo para avanzar en los procesos de delegación y planifi cación que seguramente serán más rele-vantes para seguir creciendo, especialmente para las fi rmas más jóvenes y de menor tamaño.

Las diferencias en las habilidades de la conducción según tamaño

Las empresas grandes cuentan con ventajas sobre las PyMEs en cuanto a las habilidades y competencias de su conducción. En particular, un mayor porcentaje de las grandes empresas consideran como elevadas o muy elevadas sus capacidades para identifi car y aprovechar oportunidades (64% vs. 53%), tomar riesgos (59% vs. 42%), pensar estratégicamente (64% vs. 48%), actuar con fl exibilidad (68% vs. 48%), innovar y ser creativos (50% vs. 36%) y delegar actividades y autoridad (32% vs. 16%). En el caso de las PyMEs es más frecuente la capacidad para aprender de la experiencia (62% vs. 45%). Este perfi l de capacidades y el perfi l productivo de las grandes empresas refl ejan la recreación de conductas y habilidades emprendedoras entre las mismas (intrapreneurship). Por su parte, el perfi l de las capacidades de las PyMEs se vincula con su estilo de gestión más espontáneo, caracterizado por un ele-vado componente idiosincrásico y comportamientos tácitos que se realimentan con la expe-riencia. Otras capacidades más ligadas a la gestión como la planifi cación, la administración de recursos o el trabajo en equipo no presentan, curiosamente, diferencias según el tamaño.

3.7. La agenda de desarrollo organizacional

El desarrollo organizacional constituye un área menos activa dentro de la agenda estratégica de las empresas si se la compara con las estrate-gias comerciales o del área tecnológica. Sólo alrededor de un tercio de las empresas creadoras y destructoras (38% y 35% respectivamente) están realizando acciones de cambio organizacional desde la segunda mitad de los años noventa en adelante. Es muy posible que ello se relacione con las reducidas escalas o la juventud de muchas de las empresas estudia-das, entre las cuales la presencia de los socios en la gestión es aún muy importante y la dinámica de trabajo está muy infl uenciada por relaciones informales, a escala humana.

Sin embargo, el número de empresas comprometidas con el desarrollo organizacional tiende a incrementarse en mayor medida en el caso de las creadoras, que pasan de representar un 18% en el período 1996-2000 a un 36% en el período 2002-2004, mientras que en las empresas destruc-toras la proporción se mantiene relativamente estable en torno al 27% en ambos períodos. Este comportamiento revela que entre las creadoras es cada vez más importante el número de empresas que comienzan a percibir que el crecimiento debe estar acompañado de mayores esfuerzos

Page 130: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

130 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

en materia organizacional, incluso cuando los mismos disten aún de ser generalizados.

La intensifi cación del cambio organizacional en las empresas crea-doras está más inducida por el deseo de aprovechar oportunidades de negocios (56% vs. 45% desde 2002 y 58% vs. 26% entre 1996-2000) y el incremento del propósito de atender mejor las demandas de clientes y proveedores. En las destructoras, en cambio, dicha intensifi cación se lleva a cabo principalmente para responder ante caídas en la demanda (50% vs. 10% desde 2002 y 37% vs. 12% entre 1996-2000) y ante el incremento en la presión competitiva (50% vs. 36%).

CUADRO 10. Principales factores que impulsaron los cambios organiza-cionales en ambos períodos, por grupo (en %)

Motivaciones

Creadoras de empleo

Destructoras de empleo

1996/2000

2002/2004

1996/2000

2002/2004

Reacción ante la presión competitiva 25,00 36,36 26,32 50,00

Reacción ante la caída de la demanda 10,00 12,12 36,84 50,00

Cambio tecnológico 27,50 30,30 21,05 30,00

Demandas y reclamos de los empleados 12,50 6,06 5,26 10,00

Aprovechamiento de las oportunidades de negocios 57,50 57,58 26,32 45,00

Información suministrada por clientes y/o proveedores 12,50 10,10 15,79 20,00

Demandas de clientes y/o proveedores 20,00 40,40 36,84 40,00

Cambio en el clima de negocios 12,50 24,24 15,79 30,00

Fuente: Elaboración propia en base a encuesta.

Las acciones más típicas que encaran las empresas y que son bastante comunes en uno y otro grupo son aquellas orientadas a dar los primeros pasos para delegar responsabilidades (66% vs. 65%) e introducir equipos de trabajo (49% vs. 46%). En mucha menor medida, implementar grupos de calidad (36% vs. 31%) y organizar las actividades en torno a proyectos (30% vs. 34%). Por otra parte, es prácticamente marginal en ambos gru-pos la introducción de cambios en los sistemas de remuneraciones.

Page 131: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

131Comportamientos estratégicos y creación de empleo en la post-convertibilidad

CUADRO 11. Principales cambios organizacionales implementados, por grupo (en %)

Cambios organizacionales Creadoras de empleo

Destructoras de empleo

Cambios en la estructura de la empresa

Creación de las primeras áreas o jefaturas 40,57* 23,08*

Creación de las primeras gerencias 30,19 15,38

Creación de nuevas áreas o jefaturas 40,57 26,92

Creación de nuevas gerencias 29,25 23,08

Redefi nición de la estructura gerencial existente 27,36 34,62

Profesionalización de la estructura gerencial existente 20,75 23,08

Aplanamiento de la estructura gerencial existente 2,83** 15,38**

Cambios en la organización del trabajo

Introducción de equipos de trabajo 49,06 46,15

Introducción de círculos o grupos de calidad 35,85 30,77

Rotación (planifi cada) de empleados entre áreas 23,58 30,77

Delegación de responsabilidades 66,04 65,38

Integración de funciones entre áreas 33,96 46,15

Organización de las actividades en torno a proyectos 30,19 34,62

Cambios en los sistemas de remuneraciones

Nivel gerencial

Premios por presentismo 8,49 3,85

Premios por calidad 6,60 11,54

Premios por productividad 21,70 26,92

Resto de los empleados

Premios por presentismo 27,36 30,77

Premios por calidad 9,43 11,54

Premios por productividad 30,19 38,46

Fuente: Elaboración propia en base a encuesta.

* Diferencia estadísticamente signifi cativa al 10%.** Diferencia estadísticamente signifi cativa al 5%.

Las empresas creadoras se destacan por sus mayores avances en la creación de las primeras áreas/jefaturas en la empresa (41% vs. 23%), de nuevas áreas/jefaturas (41% vs. 27%) y de las primeras gerencias (30% vs. 15%). Del otro lado, entre las destructoras se observa cierta mayor propensión a redefi nir la estructura gerencial ya existente (35% vs. 27%),

Page 132: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

132 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

aplanar la estructura gerencial (15% vs. 3%) o integrar funciones entre áreas (46% vs. 34%). En otros términos, mientras la agenda del cambio organizacional en las creadoras se emparenta con acciones básicas de creación de estructura, entre las destructoras es mayor la presencia de esfuerzos de optimización de lo preexistente.

Diferencias en el contenido de la agenda de desarrollo organizacional según el tamaño de la empresa

La agenda de desarrollo organizacional de las empresas de mayor tamaño se caracteriza por una mayor tendencia hacia la redefi nición y profesionalización de la estructura organizacional existente (70% vs. 23% y 50% vs. 18%, respectivamente), a la vez que buscan, a través de la delegación avanzada y cambios en los contenidos de los puestos de trabajo y la redefi ni-ción de las califi caciones requeridas, avanzar en la desrutinización de las tareas, fortalecer las capacidades de iniciativa y liderazgo, orientarse hacia el trabajo en torno a proyectos e introducir círculos de calidad.Por su parte, en el caso de las PyMEs, los aspectos distintivos de su agenda de desarrollo organizacional incluyen el avance en la creación de las primeras jefaturas y gerencias (42% vs. 30%), el impulso a los procesos de delegación –en muchos casos incipientes–, el trabajo en equipo y la promoción del clima de cooperación entre el personal y entre este y los geren-tes. En un proceso de expansión fuerte del plantel y de la escala, las PyMEs comienzan a transitar hacia modalidades de gestión más indirectas y, tal como explican los modelos de desarrollo organizacional focalizados en el ciclo de vida de la empresa, deben apelar a nuevas instancias de coordinación además de la jerarquía (trabajo en equipo, formas colaborativas), seguramente con el propósito de mantener la cultura organizacional y los niveles de lealtad y alineación con los objetivos de la empresa.

Entre los principales objetivos perseguidos con los cambios organi-zacionales se destaca la búsqueda de mayor efi ciencia (58% en ambos grupos), pero lo que más distingue a las creadoras es el propósito de orga-nizarse para acompañar el crecimiento (50% vs. 15%) y en menor medida lograr una mayor capacidad para adaptar/desarrollar nuevos productos (25% vs. 4%), en coherencia con su estrategia más ofensiva.

CUADRO 12. Objetivos perseguidos con los cambios organizacionales, por grupo (en %)

Objetivos Creadoras de empleo

Destructoras de empleo

Mejorar la efi ciencia del trabajo diario 57,55 57,69

Organizar el crecimiento de la empresa 50,00* 15,38*

Mejorar la calidad y el servicio a los clientes 49,06 61,54

Page 133: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

133Comportamientos estratégicos y creación de empleo en la post-convertibilidad

Continuación CUADRO 12

Objetivos Creadoras de empleo

Destructoras de empleo

Mejorar la coordinación y cooperación al interior de la empresa 31,13 34,62

Reducir costos operativos 27,36 30,77

Lograr mayor capacidad para adaptar y desarrollar nuevos productos 25,47** 3,85**

Satisfacer las exigencias de los clientes 17,92 19,23

Lograr mayor capacidad para generar y acumular conocimientos 13,21 3,85

Reducir costos laborales 6,60 15,38

Lograr mayor capacidad de adaptación a entornos turbulentos 5,66** 19,23**

Fuente: Elaboración propia en base a encuesta.

* Diferencia estadísticamente signifi cativa al 1%.** Diferencia estadísticamente signifi cativa al 5%.

En resumen, las empresas creadoras están realizando más esfuerzos para organizarse a pesar de que todavía predomina la gestión a cargo de los socios. Por otro lado, la agenda de desarrollo organizacional tiende a ser más intensa entre las creadoras en los últimos años, mientras que para las destructoras fue más importante en la segunda mitad de los noventa. La agenda distintiva del cambio organizacional en las creadoras se rela-ciona con acciones básicas de creación de soporte organizacional (prime-ras jefaturas, primeras gerencias, nuevas áreas y gerencias), en tanto que entre las destructoras son más comunes los esfuerzos para optimizar la funcionalidad de lo preexistente (integración de funciones, redefi nición de la estructura, entre otros). En general, estos cambios en la organización buscan una mejora en la efi ciencia de las operaciones, pero entre las crea-doras el desarrollo organizacional es en mayor medida la contracara de planteos estratégicos más ofensivos. Sin embargo, no puede omitirse que se trata de un área de acciones menos activa dentro del comportamiento de las empresas a la que las fi rmas deberían prestar atención creciente. En particular, porque transitar futuras etapas de crecimiento requerirá niveles de sofi sticación organizacional mayores y grados de delegación crecientes, así como la introducción de herramientas básicas de admi-nistración por objetivos.

Page 134: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

134 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

3.8. La gestión de recursos humanos

La antigüedad del personal en las empresas creadoras es menor. Dos tercios de las empresas de este grupo cuentan con personal que en pro-medio tiene menos de 5 años de antigüedad, mientras que entre las des-tructoras es mayor la proporción que tiene personal con más de 10 años (39% vs. 12%). Estas cifras refl ejan el proceso de fuerte expansión del empleo verifi cado en las empresas creadoras. Especialmente en el caso de las empresas creadoras PyMEs, se observa una mayor intensidad del proceso de expansión del empleo y una elasticidad empleo-ventas muy superior a la de las grandes empresas11.

El nivel de rotación de empleo de las empresas creadoras es también superior. La suma de las altas y las bajas de 2004 equivale a cerca de la mitad del empleo existente al inicio, poco menos del doble que en las destructoras (48% vs. 28%). En el caso de las creadoras, esta alta rotación obedece en mayor medida al importante fl ujo de altas. Si se toman las estadísticas de altas y bajas en 2004, se observa que en ambos grupos la cantidad de bajas respecto del stock de ocupados es similar (cerca del 15%), revelando además que, con frecuencia, la creación de empleos va acompañada también por fl ujos de salidas. La diferencia principal se da al considerar la cantidad de altas sobre el stock. Mientras que en las creadoras esta proporción es del 38%, en las destructoras es del 12%. Asimismo se observa que en el caso de las destructoras no sólo la rotación es menor, sino también su dispersión, lo que muestra un comportamiento más homogéneo.

Estos datos refl ejan que la gestión de recursos humanos está enfren-tando algún tipo de difi cultad para estabilizar y/o retener al personal en un contexto de fuerte creación de empleo. Sin embargo, es importante aclarar que esta es una situación más frecuente entre las empresas más jóvenes y en las PyMEs, refl ejando también ciertos desajustes entre las necesidades de incorporar personal y la capacidad de retenerlo en estas empresas más jóvenes y pequeñas.

Las modalidades de contratación fl exible representan una porción marginal del total del personal de las empresas (en promedio un 5% del

11 Si se toman en conjunto los datos de crecimiento de ventas y empleo, se observa que la elasticidad empleo de las ventas en el período 2000-2004 fue muy distinta en ambos grupos. Mientras que en el caso de las PyMEs el crecimiento de un 1% en las ventas generó un crecimiento del 2,5% en el empleo, la relación fue casi 1 a 1 en las grandes empresas.

Page 135: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

135Comportamientos estratégicos y creación de empleo en la post-convertibilidad

total)12. La gran mayoría de las empresas –independientemente del grupo al que pertenezcan– señala tener personal por tiempo indeterminado como la principal modalidad de contratación. Apenas el 15% apela a contratos por tiempo determinado, el 16% contrata a través de agencia y alrededor del 19% contrata trabajadores monotributistas y becarios o pasantes13. Este resultado admite una doble lectura. Por un lado, indica que se trata de puestos de trabajo creados con una perspectiva de estabilidad. Por el otro, que el crecimiento de las empresas y del empleo no demandó un mayor grado de fl exibilización laboral.

Las empresas creadoras generan puestos de trabajo de mayor calidad. Una de cada cinco empresas creadoras (vs. 9%) está aumentando el por-centaje de ingenieros y otros profesionales desde el año 2000, otro tanto el porcentaje de técnicos (20% vs. 6%) y un tercio el empleo de operarios califi cados (vs. 13%). Poco menos de la mitad del empleo corresponde a ingenieros y técnicos (15%) y a operarios califi cados (29%). En este contexto, las empresas grandes exhibieron un perfi l de califi caciones más elevado que las PyMEs14.

CUADRO 13. Estructura promedio de califi caciones, por grupo

Nivel de califi caciones Creadoras de empleo

Destructoras de empleo

Ingenieros y otros profesionales técnicos 4,61 4,40

Profesionales en ciencias económicas 2,32 2,76

Otros profesionales 2,39 1,67

Técnicos con diploma 6,56 4,76

Operarios califi cados 29,12 33,17

Operarios no califi cados 38,22 33,65

12 El porcentaje de empresas creadoras que contrataba personal sin relación de dependencia pasó del 15% en 2000 al 18% en 2004, en tanto que el porcentaje de empresas con beca-rios y pasantes pasó del 6% en 2000 al 19% en 2004.

13 Entre los principales contrastes entre uno y otro grupo se observa una mayor participación de las becas y pasantías entre las empresas creadoras (19% vs. 8%). En el caso de las grandes empresas se observó una mayor tendencia a recurrir a formas de contratación fl exibles (personal de agencias, becarios y pasantes, contratos por tiempo determinado), aunque estas sólo abarcaron a porciones marginales de los trabajadores, revelando que el empleo creado es de carácter estable.

14 El 45% de las empresas grandes (vs. 33% de PyMEs) cuenta con un porcentaje de pro-fesionales y técnicos mayor al 15% de su dotación de personal. La estructura promedio del plantel según el nivel de califi caciones muestra una imagen similar. El porcentaje de profesionales y técnicos alcanza el 27% en las empresas grandes (vs. 15%).

Page 136: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

136 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Continuación CUADRO 13

Nivel de califi caciones Creadoras de empleo

Destructoras de empleo

Administrativos 12,62 11,25

Otros 4,15 8,34

Total 100 100

Fuente: Elaboración propia en base a encuesta.

Una tercera parte de las empresas se encuentra experimentado cam-bios en el contenido de sus puestos de trabajo. En el caso de las empresas creadoras, estos cambios buscan en mayor medida fomentar la coopera-ción y contacto entre los empleados y los niveles de conducción (46% vs. 24%) y, en menor medida, reducir el contenido rutinario de sus funciones (22% vs. 12%). En ambos grupos se verifi ca una búsqueda en el personal de mayores niveles de autonomía (50% y 52%), especialización (71% y 64%) y contacto con los clientes (58% y 52%) y un mayor número de funciones incluidas en cada puesto de trabajo (46% y 40%). Adicional-mente, las empresas creadoras tienden a incrementar más su valoración de los conocimientos técnicos específi cos (60% vs. 44%), de la capacidad de adaptación y fl exibilidad (55% vs. 48%) y del liderazgo de proyectos y equipos (38% vs. 20%).

CUADRO 14. Cambios en el contenido de los puestos de trabajo, por grupo (en %)

MotivacionesCreadoras de empleo Destructoras de empleo

Mayor Menor Igual Mayor Menor Igual

Autonomía 50,00 2,33 47,67 52,00 0,00 44,00

Especialización 70,93 0,00 29,07 64,00 8,00 28,00

Contenido rutinario 11,63 22,09 65,12 12,00 12,00 72,00

Número de tareas/funciones 46,51 10,47 43,02 40,00 8,00 48,00

Contacto con clientes 58,14 1,16 40,70 52,00 4,00 36,00

Contacto con proveedores 33,72 5,81 56,98 24,00 4,00 64,00

Cooperación con otros empleados 47,67 4,65 47,67 60,00 0,00 40,00

Cooperación con gerentes 46,51 2,33 46,51 24,00 4,00 72,00

Fuente: Elaboración propia en base a encuesta.

Page 137: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

137Comportamientos estratégicos y creación de empleo en la post-convertibilidad

Los cambios en el contenido de los puestos de trabajo según el tamaño de la empresa

Entre los principales contrastes encontrados en las empresas de distinto tamaño, se destaca de manera más generalizada la disminución del contenido rutinario en las grandes empresas (56% vs. 18%) y, entre las PyMEs, la mayor necesidad de cooperación con otros empleados (56% vs. 47%) y con los gerentes (67% vs. 44%). De igual forma, entre las grandes empresas se privilegia más la capacidad de liderazgo de equipo y proyectos (55% vs. 36%), la fl exi-bilidad y la capacidad de adaptación (78% vs. 52%) y de planifi cación y fi jación de metas (67% vs. 48%). En otros términos, entre las grandes empresas el cambio en los contenidos de los puestos de trabajo y de las competencias persigue el desarrollo de recursos humanos con más iniciativa, creatividad, fl exibilidad, adaptabilidad y capacidad para fi jar metas para sí y para los demás, mientras que en las PyMEs se prioriza estimular la cooperación. Una y otra búsqueda parecen coherentes con las necesidades de rejuvenecer y desburocratizar la organización en las grandes empresas y de ganar niveles de coordinación vía cooperación en empresas que operan a escala humana, que se encuentran transitando procesos de delegación de autoridad y responsabilidades.

Las empresas creadoras realizan más esfuerzos de capacitación tanto en el puesto de trabajo (62% vs. 45%) como a través de cursos de capa-citación (47% vs. 36%). Sin embargo, el grado de alcance y cobertura de estos cursos de capacitación no es elevado y no distingue a las empresas creadoras de las demás. Mientras un 41% de las empresas capacita a por lo menos un tercio de sus trabajadores no jerárquicos, sólo el 33% lo hace en el caso de los supervisores y 25% en el de los gerentes. Tampoco la cantidad de días de capacitación distingue a las empresas creadoras de las destructoras. Sólo el 16% de las creadoras totaliza más de 14 días de capacitación al año para sus empleados, apenas el 11% para los supervi-sores y otro tanto para los gerentes. En otros términos, el tipo de capaci-tación predominante y que distingue a las creadoras de las destructoras es el que se verifi ca en el puesto de trabajo y no la realización de cursos.

De todas formas, es importante destacar que las empresas más grandes y las maduras implementan más frecuentemente actividades de capaci-tación, principalmente en el nivel intermedio (supervisores). Asimismo, la duración y cantidad de personas involucradas en estas actividades de capacitación es también mayor.

Por otra parte, la utilización de sistemas regulares de evaluación del personal no es una práctica generalizada. Sólo una de cada tres empre-sas cuenta con estos sistemas. En estos casos, sus resultados se utilizan en mayor medida para captar necesidades de capacitación y determinar premios, sin que se observen contrastes entre ambos grupos. En este contexto, las empresas más grandes y maduras se distinguen por aplicar en forma más generalizada sistemas de evaluación de desempeño del personal y esquemas de premios por productividad y buscan garantizar

Page 138: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

138 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

las capacidades requeridas en sus trabajadores utilizando más la rotación de equipos de trabajo y la capacitación en el puesto de trabajo.

Finalmente, los niveles salariales promedio de bolsillo de los trabaja-dores son similares en ambos grupos. La gran mayoría de las empresas ajusta los salarios en cumplimiento de decretos de gobierno (más del 80%) y, en segundo lugar, de nuevos convenios colectivos de trabajo (algo menos de la mitad de las empresas de uno y otro grupo). Mientras un grupo mayor de las creadoras tiende a ofrecer aumentos ligados a la evolución de la productividad (23% vs. 15%), entre las destructoras hay un pequeño grupo que implementa incrementos por ajustes de infl ación (17% vs. 9%).

En resumen, las empresas creadoras están experimentando un pro-ceso de generación acelerada de empleos bajo modalidades contractuales por tiempo indeterminado, aumentando en mayor medida la demanda de profesionales, técnicos y operarios califi cados y valorando en forma creciente los conocimientos técnicos específi cos, la adaptabilidad al cambio, la planifi cación y el liderazgo en la defi nición de los puestos de trabajo. Para contar con estas capacidades las empresas creadoras apelan en mayor medida a la capacitación en los puestos de trabajo y la contratación de personal. En medio de un proceso de fuerte incorporación neta de personal, las empresas también muestran un nivel de bajas que, si bien es muy inferior al de las altas, refl eja ciertas difi cultades para retener a la totalidad del personal incorporado. Estas características per-miten concluir que el incremento del empleo en las empresas creadoras es principalmente de carácter estable, acompañado en mayor medida de avances en los niveles de califi cación del personal y de los contenidos de los puestos de trabajo. A pesar de ello, la gestión de recursos humanos de las empresas es aún muy primaria. Es poco frecuente la existencia de sistemas de evaluación de desempeño y el desarrollo de programas de capacitación más sistemáticos, y los aumentos salariales, hasta el pre-sente, son el resultado de la aplicación de decisiones tomadas por otros (gobierno, convenios colectivos).

Esta investigación aporta una primera aproximación hacia un mejor entendimiento de la interacción entre el comportamiento estratégico de las empresas y sus resultados, en términos de la dinámica de creación

Page 139: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

139Comportamientos estratégicos y creación de empleo en la post-convertibilidad

de empleo. Asimismo, brinda importantes lecciones en la medida en que resalta la marcada heterogeneidad que caracteriza al comportamiento empresarial. No obstante ello, se pudieron encontrar regularidades que demuestran la existencia de cierto grado de asociación entre un conjunto de comportamientos (estrategias) empresariales y la dinámica de empleo, tanto en lo que respecta a la evolución del número de puestos de trabajo creados/destruidos, como a su calidad.

A modo de síntesis de los resultados más importantes se presentan las siguientes conclusiones que ayudan a construir un perfi l de las empre-sas más dinámicas en la creación de empleo y de sus comportamientos estratégicos diferenciales.

• Las empresas creadoras de empleo son en su mayoría más jóvenes. Entre las empresas creadoras se observa una importante presencia de empresas nacidas en la última década y media, hecho particularmente destacable entre las empresas creadoras de menor tamaño. La presen-cia de empresas jóvenes es mucho más acentuada entre las empresas PyMEs, mientras que entre las empresas más grandes se constata una mayor presencia de empresas maduras. Estas diferencias muestran que el fenómeno de la creación de empleo se registra en distintas etapas de la vida de la empresa, siendo más importante en los primeros años de expansión y consolidación de las empresas.

• Las empresas creadoras son en su mayoría empresas PyMEs que multiplicaron su empleo en mayor medida que las empresas creadoras grandes. La mayoría de las empresas creadoras de empleo se hallan en el segmento de pequeñas y medianas empresas, no sólo por su escala sino también por algunas de sus características cualitativas. Por el contrario, entre las empresas destructoras se observa la coexistencia de un importante grupo de PyMEs y un conjunto de empresas gran-des. A su vez, la mayor parte del empleo generado por las empresas creadoras es explicado por PyMEs, mientras que la destrucción de puestos de las fi rmas destructoras se concentra mayormente en las empresas grandes.

• La estrategia de mercado de las creadoras es más ofensiva y está más orientada a la expansión hacia nuevos mercados. Apoyándose en una mayor proactividad a nivel del perfi l de mercado-producto, la intro-ducción de cambios en la cartera de clientes atendidos, la composición de los canales de comercialización y, muy especialmente, del mix de productos ofrecidos, las empresas creadoras están benefi ciándose en

Page 140: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

140 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

mayor medida de las nuevas oportunidades que ofrece el contexto macroeconómico posterior a la crisis.

• Las empresas creadoras tienen una mayor orientación hacia el exte-rior. Es superior la cantidad de empresas involucradas en negocios de exportación en las creadoras. Asimismo, es más importante la presencia de exportadores regulares y sostenidos entre las mismas. Finalmente, la evolución positiva de los saldos exportados por este grupo con respecto a lo registrado en la segunda mitad de los años noventa es mayor.

• Las empresas creadoras tienen una conducta más orientada hacia la generación de ventajas competitivas dinámicas a través de la inver-sión, el esfuerzo tecnológico y el diseño. Entre las empresas creadoras, se observa una importante intensifi cación de los procesos de inversión a la salida de la crisis, al tiempo que los esfuerzos tecnológicos también se profundizaron. Del mismo modo, la importancia de las actividades de diseño se halla también en aumento en los últimos años, revelando una mayor orientación de estas empresas hacia la diferenciación basada en estrategias que utilizan la innovación y el diseño como fuentes de ventajas competitivas de largo plazo. Estas conductas tienen –entre otros efectos– un impacto positivo sobre el empleo, no sólo en la cantidad sino también en su calidad (particularmente, perfi l de califi -caciones).

• Las empresas creadoras presentan un perfi l más emprendedor en su gestión. La autoevaluación de las capacidades dirigenciales en las empresas revela que entre las creadoras se verifi ca una mayor capaci-dad para percibir y aprovechar oportunidades, anticiparse a los cambios de escenario, asumir y tolerar riesgos, innovar y ser creativos, actuar ejecutivamente y con fl exibilidad y aprender de la experiencia.

• Las empresas creadoras presentan un grado de estructuración orga-nizacional mayor. A pesar del predominio de empresas donde la par-ticipación de los socios en la gestión es muy activa, la proporción de empresas con una base organizacional más estructurada es superior entre las empresas creadoras de empleo, especialmente por la mayor división de roles gerenciales entre los socios.

• Las empresas creadoras presentan una agenda de cambio organiza-cional más intensa y con contenidos diferenciadores. La presencia de empresas involucradas en acciones de desarrollo organizacional es mayor entre las empresas creadoras. El contenido de estos cambios, por su parte, está vinculado en mayor medida con la creación de la estructura básica de soporte organizacional (primeras jefaturas, prime-

Page 141: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

141Comportamientos estratégicos y creación de empleo en la post-convertibilidad

ras gerencias, nuevas áreas y gerencias), hecho que se emparenta con la elevada presencia de empresas PyMEs. En general estos cambios en la organización buscan una mejora en la efi ciencia de las operaciones, pero entre las creadoras es, en mayor medida, la contracara de planteos estratégicos más ofensivos que las llevaron a crecer en el mercado y, en menor medida, de sus esfuerzos tecnológicos. Por el contrario, entre las destructoras es mayor la presencia de esfuerzos de optimi-zación de la funcionalidad de la estructura preexistente (integración de funciones, redefi nición de la estructura, entre otros).

• Si bien la capacitación sistemática del personal no es una actividad generalizada, entre las empresas creadoras se han intensifi cado los esfuerzos para formar a sus empleados. Tanto en la forma de capacita-ción en el puesto de trabajo, como a través de la organización de cursos y otras actividades de formación, las empresas creadoras muestran una mayor inclinación hacia el fortalecimiento de las capacidades y habilidades de su personal.

• Los puestos de trabajo creados son estables y se ha incrementado su nivel de califi cación. La participación de empleados bajo modalidades de contratación por tiempo determinado, personal de agencia, pasantes y becarios es marginal, revelando que el crecimiento de las empresas y el empleo no requiere de la utilización de formas contractuales fl exibles. La mayor presencia de becarios y pasantes también refl eja la necesidad de formación de recursos humanos que enfrentan las empre-sas. Además, la expansión en el nivel de empleo está acompañada por un aumento en la participación de los profesionales y técnicos en los planteles, y un aumento de los operarios califi cados. Los salarios también tienden a aumentar, aunque en gran parte como respuesta a los decretos del gobierno y, en menor medida, a los nuevos convenios colectivos.

Tal como se señalara en la parte conceptual, estos comportamientos toman ciertas particularidades que varían según el tamaño y edad de las empresas. Las empresas creadoras de empleo registran comportamientos estratégicos diferentes a los de las destructoras, especialmente aquellos vinculados con el mercado y la estrategia comercial, el desarrollo de innovaciones y la generación de ventajas competitivas dinámicas. La agenda de desarrollo organizacional y la gestión de recursos humanos también presentan importantes contrastes, aunque menos pronunciados que en las otras áreas.

Page 142: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

142 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

En el caso de las empresas creadoras más grandes, las conductas ofensivas y proactivas incluyen un mayor sesgo exportador y hacia el desarrollo de nuevos mercados. Las empresas creadoras PyMEs, por su parte, se muestran más activas en el mercado interno y especialmente en lo que respecta a su conducta inversora y tecnológica.

Las empresas más grandes presentan una organización más estruc-turada, con mayor división y especialización de funciones, y procesos de planifi cación y toma de decisiones más sistematizados y delegados, esfuerzos que se integran con una agenda más compleja en materia de desarrollo organizacional y de gestión de recursos humanos. Precisamente en este último campo se observan los contrastes más importantes con las empresas creadoras PyMEs. Mientras las empresas más grandes se orien-tan hacia la adaptación y redefi nición de las estructuras organizacionales existentes, procurando ganar efi ciencia y fl exibilidad y fortaleciendo sus capacidades endógenas, las PyMEs se concentran en la creación de la estructura de soporte básico para su proceso de expansión.

Lo anterior mostraría que, a través de estas estrategias, las empresas grandes se encuentran frente a un proceso de rejuvenecimiento y reposi-cionamiento competitivo a la salida de la crisis, refl ejando un despertar de las capacidades empresariales orientado a capitalizar las nuevas opor-tunidades de negocio, intensifi cándose las conductas ofensivas en materia comercial, productiva y tecnológica.

Por otra parte, los esfuerzos de capacitación de los recursos humanos y la utilización de sistemas de evaluación del desempeño son prácticas más comunes entre las empresas más grandes, así como la introducción de premios en los sistemas de remuneraciones. Los niveles salariales y de califi caciones del personal son mayores entre las empresas más grandes. Estas muestran un grado de estabilidad del empleo mayor que en las PyMEs, como consecuencia de un menor nivel de rotación (y una mayor antigüedad del personal), aunque en buena medida ello obedece a que la generación de nuevos puestos de trabajo en las mismas es menos intensa.

Por otra parte, las empresas más jóvenes revelan un mayor dinamismo, tanto en la creación de puestos de trabajo como en la expansión de sus ventas. Sus capacidades y califi caciones están muy concentradas en sus fundadores, que en su mayoría cuentan con nivel universitario o tercia-rio. Estos empresarios jóvenes adoptan en forma más activa estrategias de segmentación, desarrollo de nuevos productos y diversifi cación de canales de comercialización (por ejemplo, locales propios, franquicias, ventas corporativas) apoyados en procesos más intensos de inversión que

Page 143: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

143Comportamientos estratégicos y creación de empleo en la post-convertibilidad

fi nancian con sus propios aportes y con reinversión de las utilidades que van obteniendo. Las redes con clientes localizados en su misma ciudad juegan un papel muy relevante como fuente de ideas para productos y diseños, pero también para estimular la adopción de procesos de cambio organizacional que implican una mayor participación de los colabora-dores en la toma de decisiones y en la creación de las primeras áreas, jefaturas y gerencias.

El crecimiento del personal y las califi caciones presiona también para que se implementen, aunque sea a un nivel aún muy embrionario, estas acciones orientadas a ganar efi ciencia y sostener la expansión. Los pues-tos de trabajo creados son estables, aunque el fuerte ritmo de incorpora-ción de personal coexiste con un porcentaje de bajas también elevado, revelando la necesidad de fortalecer la gestión de recursos humanos.

Las empresas jóvenes enfrentan costos de transacción más elevados que se derivan de su menor escala y estructura y, en consecuencia, es relevante investigar cómo favorecer procesos orientados a facilitar su vinculación con el mercado de trabajo y reducir la rotación en empresas cuyo dinamismo y contribución al empleo son tan signifi cativos.

Por último, el perfi l joven y PyME predominante entre las empresas que protagonizan estos comportamientos y su menor grado de avance en la introducción de una agenda de desarrollo organizacional y de gestión moderna de los recursos humanos abren importantes espacios para dise-ñar políticas que ayuden a completar la expansión del empleo con una gestión estratégica más integradora en las empresas.

Audretsch, D. y Thurik, R. (2000), “What’s new about the new economy? Sources of growth in the managed and entrepreneurial economy”, en ERIM Report Series Research in Management, ERS-2000-45-STR.

Boscherini, F. y Yoguel, G. (2000), “Aprendizaje y competencias como factores competitivos en el nuevo escenario: algunas reflexiones desde la perspectiva de la empresa”, en Boscherini, F. y Poma, L. (comps.), Territorio, conocimiento y competitividad de las empresas: el rol de las instituciones en el espacio global, Buenos Aires, Miño y Dávila.

Camisón Zornosa, C. (1997), La competitividad de la PyME industrial española: estrategia y competencias distintivas, Madrid, Civitas.

Carson, D.; Cromie, S.; McGowan, P. y Hill, J. (1995), Marketing and entrepreneurship in SMEs. An innovative approach, Londres, Prentice Hall.

Page 144: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

144 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Gjerding, A. (1999), “The evolution of the flexible firm”, Conferencia National Innovation Systems, Industrial Dynamics and Innovation Policy, DRUID, junio.

Greiner, L. (1972), “Evolution and revoution as organization grow”, en Hardvard Business Review, julio-agosto.

Kantis, H. (1998), “Capacidad estratégica y respuestas empresariales de las PyMEs: elementos conceptuales y evidencias del caso argentino”, en Kantis, H. (ed.), Desarrollo y gestión de PyMEs. Aportes para un debate necesario, Buenos Aires, Universidad Nacional de General Sarmiento.

Lund, R. y Gjerding, A. (1996), “The flexible company. Innovation, work organization and human resource management”, DRUID Working Paper Nº 96-17.

Lundvall, B. y Kristensen, F. (1997), “Organisational change, innovation and human resource development as a response to increased competititon”, DRUID Working Paper Nº 97-16.

Porter, M. (1980), “Competitive Strategy”, en Free Press, Nueva York.

Yoguel, G.; Milesi, D. y Novick, M. (eds.) (2003), “Entorno productivo y ventajas competitivas: el caso de una trama siderúrgica”, Universidad Nacional de General Sarmiento, Serie Informes de Investigación Nº 15.

Page 145: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

145

Gabriel Yoguel

El presente capítulo se inserta en el debate internacional referido a las nuevas formas de organización de los procesos productivos, que

adquieren mayor complejidad a partir de la emergencia de nuevos para-digmas tecno-organizacionales intensivos en información y conocimiento. Tales paradigmas favorecen y aumentan la velocidad de los procesos de globalización y regionalismo abierto entendidos como esquemas de integración regional con reducidas barreras. Asimismo, la volatilidad de la demanda, la segmentación de los mercados, el acortamiento del ciclo de vida de los productos, las incertidumbres estratégicas asociadas al nuevo escenario mundial y la posibilidad de combinar economías de escala y de variedad han implicado un considerable aumento de la presión competitiva que deben enfrentar los agentes económicos.

Los nuevos paradigmas han puesto en crisis tanto la concepción de la competitividad como un fenómeno de naturaleza exclusivamente macroeconómica y sectorial. Como consecuencia, a los tradicionales factores macroeconómicos y sectoriales que constituían los elementos clave de la competitividad en el anterior escenario, se agregan elementos que dependen del grado de desarrollo del ambiente local, de la formación de redes y de la conductas de los agentes. El nuevo enfoque cuestiona la idea de que las ventajas comparadas sean estáticas o estén determinadas exclusivamente por la dotación factorial prevaleciente. Por el contrario, las nuevas conceptualizaciones parten de la idea de que las ventajas com-paradas pueden ser creadas y, por lo tanto, tienen una naturaleza diná-mica. En el tránsito de las ventajas comparadas estáticas a las dinámicas, la tecnología y el desarrollo de procesos de aprendizaje individuales y

Page 146: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

146 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

colectivos –concebidos como procesos interactivos de carácter social– condicionan el éxito económico de países, empresas y regiones.

En consecuencia, la dinámica de la competitividad se nutre de elemen-tos sistémicos que van más allá del comportamiento individual de la fi rma. Bajo supuestos microeconómicos que se apartan de la ortodoxia (racionali-dad acotada, imperfecta información e incertidumbre no modelable, fuerte cambio técnico y volatilidad de la demanda) el desarrollo y apropiación de los saberes codifi cados y tácitos que son generados depende de la posibili-dad de interactuar con otros agentes y del desarrollo de competencias en el interior de las fi rmas, entre las que la forma de organización del proceso de trabajo adquiere un rol central. Bajo diversas denominaciones, la literatura ha intentado refl ejar estos nuevos fenómenos al cambiar de unidad y pasar del análisis de la fi rma individual a la consideración de unidades de análi-sis que incluyen agentes interrelacionados. En tal dirección, estas nuevas formas son conceptualizadas bajo el nombre de “clusters” (Humphrey, 1995; Schmitz, 1995 y 1999; Nadvi, 1999; entre otros), “sistemas loca-les” o “local milieu” (Camagni, 1991; Becattini, 1989; Bianchi y Miller, 2000), “cadenas globales” (Humphrey y Schmitz, 2001; Gereffi , 2001a y 2001b), “industrial governance” (Kitschelt, 1991), “subcontratación avan-zada” (Coriat, 1992) y “sistemas de innovación nacionales” (Freeman, 1994 y 1995; Metcalfe, 1995), “sistemas de innovación locales” (Scott, 1996; Camagni, 1991), “sistemas de innovación sectoriales” (Malerba y Orsenigo, 2000) o “sistemas de innovación sociales” (Amable et al., 1997).

Cada una de estas expresiones constituye diversas unidades de medida del comportamiento sistémico de la fi rma. En el actual paradigma tecno-organizacional intensivo en conocimiento, tal variedad presenta un problema teórico que requiere dilucidar: i) las dimensiones clave para entender ese comportamiento sistémico; y ii) las variables proxy para dar cuenta de la heterogeneidad de situaciones bajo las que se manifi esta. En esa dirección, el presente trabajo plantea que la relación sistémica más apropiada para comprender la actual confi guración bajo la que se organiza el proceso productivo es lo que denominaremos trama productiva, que coloca el foco en los procesos de generación, circulación y apropiación de conocimiento y en la obtención de cuasi-rentas en redes productivas con desigual grado de articulación y jerarquía.

Por trama productiva se entiende una forma particular de articulación de fi rmas conformada por una o varias fi rmas organizadoras (en adelante, núcleo/s) y el conjunto de relaciones estables y de largo plazo que se esta-blecen con las empresas proveedoras y clientes, con otras empresas y con

Page 147: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

147Tramas productivas y generación de ventajas competitivas

el sistema institucional. La dimensión clave en la conceptualización de trama es la realización de intercambios económicos continuos entre estos agentes a lo largo del tiempo, vinculados a la generación, circulación y apropiación de conocimiento. Tales intercambios, que van más allá de las relaciones de compra-venta tradicionales que entablan los agentes en el mercado, se manifi estan a partir de fenómenos de autocoordinacion o de la presencia de uno o más agentes coordinadores. La principal ventaja potencial de una confi guración de trama productiva deriva del intercam-bio, acumulación, integración y apropiación de conocimientos –tanto tácitos como codifi cados– que sus componentes generan a lo largo de su vinculación comercial (Amable et al., 1997; Ducatel, 1998; Rullani, 2000).

En tal sentido, dentro de una trama productiva, el conocimiento (crea-ción, diseminación, apropiación y acumulación) constituye un elemento crítico para la estrategia competitiva de la/s fi rma/s organizadora/s y la supervivencia de los restantes agentes de la trama (proveedores, clientes, instituciones directamente vinculadas, etc.). Sin embargo, su presencia puede ser importante o escasa. En el primer caso, se confi gura un tipo especial de trama productiva que denominaremos red de conocimiento (Erbes et al., 2006), mientras que en el extremo opuesto, lo que predo-mina es una trama débil. La idea de trama alude entonces a un gradiente de situaciones, en el que el extremo virtuoso se caracteriza por elevadas competencias endógenas, fl uidos mecanismos de vinculación entre los distintos agentes que la componen y de las interfases con otros agentes del sistema nacional de innovación y un empleo generado de elevada calidad. Estas dimensiones, en conjunto, explican la importancia alcan-zada por la generación, circulación y apropiación de conocimiento y –como veremos– la posibilidad de apropiación de cuasi-rentas por parte de los agentes. En ese sentido, la trama productiva constituye un con-cepto diferente a la suma de los atributos microeconómicos de las fi rmas e instituciones individuales que la integran y, por lo tanto, se ubica en un plano mesoeconómico.

En dicho contexto, el objetivo del presente capítulo consiste en iden-tifi car conceptualmente la idea de trama y discutir las distintas confi -guraciones que puede adoptar desde la perspectiva de la tecnología, el conocimiento y las formas de mercado predominantes. En tal dirección, interesa precisar las condiciones necesarias y sufi cientes para que una trama pueda ser considerada débil, virtuosa u ocupe un punto intermedio en un amplio gradiente de situaciones. Para ello, se plantean un conjunto de lineamientos metodológicos que permiten capturar, en forma proxy,

Page 148: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

148 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

la generación, circulación y apropiación de conocimiento en esos tipos de confi guración productiva.

Las preguntas que guían el trabajo son las siguientes: ¿Cuáles son las variables y dimensiones que deben observarse en el análisis de un conjunto de fi rmas interconectadas para defi nir una trama productiva? ¿Cómo se manifi estan los procesos de generación, circulación y apro-piación del conocimiento que posibilitan la apropiación de cuasi-rentas? ¿Qué indicadores resultan útiles para identifi car empíricamente las diver-sas formas bajo las que se manifi esta una trama? Finalmente, ¿en qué medida diferentes regímenes macroeconómicos infl uyen y modelan las competencias macroeconómicas de una trama?

En la primera sección, se discute la noción de trama productiva y las dimensiones involucradas. En la segunda, se plantean las condiciones necesarias para la existencia de una trama. En la tercera, se presenta un tipo ideal de trama –intensiva en conocimiento– considerado como benchmark desde el cual evaluar las confi guraciones de trama reales y se incluyen en forma estilizada algunos resultados de estudios realizados en la Argentina. En la cuarta sección se proponen algunas conclusio-nes y un conjunto de elementos conceptuales para abordar políticas que favorezcan la complejización de las tramas productivas y, por tanto, un aumento de la generación, circulación y apropiación de conocimiento en el interior de las mismas.

En los últimos años, se generó una amplia discusión sobre el rol del conocimiento en el desarrollo de ventajas competitivas dinámicas. Dicha discusión resaltó la importancia que comenzaban a adquirir las nuevas confi guraciones organizacionales en forma de red bajo las que creciente-mente se reorganizan las actividades económicas. Esta emergencia de la red fue planteada desde múltiples enfoques. Algunos autores, por ejem-plo, consideraban que las economías de aglomeración generaban efectos de derrame y aprendizaje colectivo (Bellandi, 1989; Becattini, 1989) sig-nifi cativamente superiores a los derivados del comportamiento atomístico de los agentes individuales. Otros, bajo la idea de que el conocimiento constituía crecientemente un bien club, enfatizaban que la importancia alcanzada por los intercambios informales entre los agentes conformaba la fuente central para el desarrollo de sus competencias (Camagni, 1991;

Page 149: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

149Tramas productivas y generación de ventajas competitivas

Capello, 1999). Desde otra perspectiva, se estudiaba la creación de venta-jas competitivas en fi rmas, clusters y sistemas locales como resultado de la interacción, y en algunos casos del metabolismo (Nonaka y Takeuchi, 1995) del conocimiento tácito y codifi cado (Johnson, Lorenz y Lundvall, 2000; Rullani, 2000; Antonelli, 1997; Gambardella, 2001). Otra línea de investigación desarrolló la idea de comunidad epistémica, entendida como un grupo conformado por los agentes que comparten un mismo lenguaje codifi cado no comprensible para quienes no pertenecen a ella (Cowan et al., 2000). En este tipo de comunidad, la difusión del conoci-miento generado (pseudo-tácito y tácito) no es libre y permanece sujeto a la apropiación privada.

Desde la perspectiva analítica asumida en este capítulo, el desarrollo de los saberes técnicos de las redes –y la posibilidad de que se incorpo-ren nuevos conocimientos codifi cados y tácitos acercándose al extremo virtuoso– está fuertemente infl uido por los siguientes planos:

i) el particular perfi l de competencias laborales y de los recursos humanos de los que parten (Novick y Gallart, 1997; Yoguel, 2000; Erbes et al., 2006);

ii) el grado de desarrollo del territorio y del espacio público local (Hirshman, 1958 y 1996; Poma, 2000; Rullani, 2000);

iii) la importancia alcanzada por la generación y circulación de conoci-miento en la red, tanto entre los agentes que la componen como entre el o los núcleos y el resto de los agentes.

A su vez, la relevancia y complejidad de las interacciones se incremen-tan sustancialmente al pasar de las redes más simples hacia las domina-das por comunidades epistémicas en las que los procesos de aprendizaje adquieren mayor relevancia. Tales procesos de aprendizaje se producen en el marco de la competencia global y vienen asociados a una creciente importancia de sistemas competitivos que operan en el ámbito de terri-torios específi cos. Se caracterizan, además, por la relevancia creciente de nuevas instituciones tanto tangibles como intangibles (lenguaje, con-fi anza recíproca, etc.) que adquieren la máxima importancia en el caso de las redes de conocimiento (Poma, 2000). Sin embargo, la condición necesaria para que se genere dicha interacción es el desarrollo de funcio-nes de traducción, que pueden surgir de procesos espontáneos o inducidos por políticas públicas. La dinámica generada a partir de tales interaccio-nes puede complejizar el lenguaje y, por lo tanto, generar procesos de aprendizaje más virtuosos.

Page 150: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

150 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

En línea con las perspectivas planteadas anteriormente, es posible distinguir diversas confi guraciones de tramas productivas de acuerdo con (Bisang et al. 2005):

i) las condiciones específi cas de localización geográfi ca y la existen-cia de externalidades que inducen a diversas formas de cooperación (Schmitz, 1995; Meyer-Stamer, 1998; Humphrey y Schmitz, 2001; Poma, 2000);

ii) el desarrollo de ventajas competitivas en la red, derivadas de relaciones de cooperación que facilitan los procesos de aprendizaje, circulación y apropiación del conocimiento tácito y codifi cado a los integrantes de la trama (Freeman, 1988; Camagni, 1991; Nonaka y Takeuchi, 1995);

iii) los procesos de coordinación derivados de relaciones técnicas de pro-ducción en un contexto en el que cada una de las etapas condiciona y/o es condicionada por los rasgos existentes en las etapas posteriores o anteriores (Yoguel y López, 2000).

El concepto de trama productiva alude, entonces, a un amplio con-junto de situaciones caracterizadas por la existencia de desiguales fl ujos de relaciones “precio” y “no precio” entre los agentes que la compo-nen. Ello signifi ca que las relaciones de compraventa entre los agentes, si bien constituyen una condición necesaria, no son los elementos más importantes, como en la relación insumo-producto tradicional. La trama se constituye así en un “contexto” (Rullani, 2000) en el que pueden reali-zarse distintas funciones de especifi cación del conocimiento. Esto implica funciones de traducción, el desarrollo de un lenguaje mínimo común y la generación y circulación de conocimientos que pueden ser apropiados por los agentes que la integran. Se trata de un concepto que, a diferencia del pensamiento neoclásico1, parte de la idea de que los agentes no actúan en forma aislada, tienen diversos grados de racionalidad, infl uyen en las decisiones de los otros y no son tomadores de precios en un mercado que se encuentra fuera de los límites de la fi rma. El enfoque también se diferencia de la teoría de los costos de transacción, según la cual existe una amplia gama de formas de organización de las fi rmas entre las alter-nativas de mercado y jerarquía.

1 Desde la perspectiva neoclásica, la trama no tiene un espacio teórico debido a que se con-sidera que las fi rmas tienen perfecta información, acceden a la biblioteca de conocimiento técnico sin costos, no están infl uidas ni infl uyen en las decisiones de los otros agentes y maximizan su benefi cio partiendo de funciones de producción similares a las del resto.

Page 151: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

151Tramas productivas y generación de ventajas competitivas

La idea de trama productiva se inscribe así en un marco que deja de considerar al mercado como un determinante exógeno de las conductas de las fi rmas e incluye la posibilidad de que, a partir del desarrollo de sus estrategias y conductas, “construyan” o “transformen” la estructura del mercado en el que operan. Se constituye en una instancia de coordinación que permite, en los casos más avanzados, contrabalancear las incerti-dumbres del mercado, desarrollar competencias faltantes e incentivar los procesos de circulación y generación de conocimientos codifi cados y tácitos. Uno de los elementos diferenciadores de una trama es el grado de desarrollo del lenguaje formal utilizado necesario para codifi car y hacer circular el conocimiento tácito que se genera en cada uno de los eslabones (Poma, 2000)2. Por lo tanto, una singularidad de las tramas productivas es el carácter sinérgico que puede llegar a adquirir el proceso de apren-dizaje. Este puede manifestarse en un proceso de integración versátil de conocimientos codifi cados y tácitos, lo que puede constituirse en una barrera de entrada para los agentes que no pertenecen a la misma. Así, la ventaja competitiva agregada de los agentes de la trama será mayor a la suma de las funciones individuales de cada uno de ellos, generándose ganancias de efi ciencia que pueden asimilarse a economías de escala y de variedad consideradas en forma simultánea.

En consecuencia, las tramas pueden diferenciarse por la intensidad del proceso de aprendizaje individual y colectivo. Estos elementos descriptos corresponden, sin embargo, a conceptualizaciones teóricas sobre la fi gura de la trama y los factores que la determinan, pero no responden necesa-riamente a la forma en que se manifi estan las vinculaciones interfi rmas en la realidad. Por tal motivo, es necesario diferenciar la heterogeneidad de situaciones bajo las que se manifi estan (Humphrey y Schmitz, 2000; Meyer-Stamer, 1998; Novick y Gallart, 1997).

En suma, la trama productiva puede ser pensada como una forma organizacional que va más allá de la visión de la fi rma individual y que presenta especifi cidades, irregularidades y fi ltraciones en el proceso de integración del conocimiento. Es decir, cada trama se caracteriza por una combinación particular de fi ltración no intencional (difusión) y apropia-ción del conocimiento en términos de cuasi-rentas, que se manifi esta en forma agregada a partir de una relación inversa. En este proceso, juegan un rol clave las especifi cidades tecnológicas, la forma que adopta la ges-

2 Según Poma, esto elimina las discontinuidades características de la interpretación subjetiva del conocimiento tácito y reduce a su interior las innovaciones incrementales, produciendo procesos de ruptura que posibilitan el desarrollo de innovaciones de tipo radical.

Page 152: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

152 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

tión de conocimiento y las formas predominantes de mercado en las que concurren. Como veremos, estas dimensiones se estilizan en la literatura como regímenes tecnológico, de conocimiento y de competencia (Erbes et al., 2006).

En ese sentido, se parte de la idea de que la creación de ventajas com-petitivas en la trama, y por lo tanto el grado de desarrollo de la misma, dependen de la generación de capacidades cognitivas que les permitan apropiarse –en forma de cuasi-rentas– de una mayor proporción del cono-cimiento que generan. Por lo tanto, una trama adquiere mayores niveles de virtuosidad cuando alcanza un nivel de capacidad cognitiva que le permite gestionar y combinar de forma efi ciente el conocimiento tácito y codifi cado, elevando los umbrales mínimos de capacidades de deco-difi cación necesarios para la difusión y limitando la presión competitiva que debe soportar (Erbes et al., 2006).

A pesar del predominio de las relaciones económicas que considera-mos, los vínculos entre los agentes pueden también estar infl uidos por aspectos no instrumentales tales como relaciones de confi anza, la historia previa, las vinculaciones sociales, etc. Las vinculaciones “no precio” de la trama están condicionadas, además, por el conjunto de networks a los que pertenece cada uno de los agentes. Desde esta perspectiva, podría sostenerse que la trama también permite el desarrollo de procesos de efi -ciencia colectiva, a partir de las relaciones de cooperación, bajos costos de transacción y generación de economías externas (Schmitz, 1995).

Por lo tanto, desde esta perspectiva, una trama no puede ser con-ceptualizada como un conjunto de agentes que tienen igual peso en las relaciones económicas que entablan, al estilo de los agentes walrasianos tradicionales o agentes que se relacionan a partir de vínculos sociales y/o afi nidades desiguales, sin que medie algún tipo de coordinación. Sin embargo, la existencia de coordinadores no siempre implica relaciones de tipo jerárquico entre los agentes, pudiendo existir una diversidad de situaciones, desde las relaciones horizontales caracterizadas por vínculos de cooperación hasta las relaciones en las que predominan las jerarquías y las relaciones desiguales entre los agentes.

Este concepto de trama diverge tanto de la literatura sobre clusters (Schmitz, 1995; Meyer-Stamer, 1998) como de la correspondiente a cadenas de valor y global commodity chains (Gereffi , 2001a y 2001b; Humphrey y Schmitz, 2000 y 2001). Las diferencias entre la represen-tación de trama y de cluster se centran en que la primera determina la estructura de jerarquías entre las fi rmas y, de menor importancia, fl exi-bliza –sin anular– la exigencia de que las fi rmas compartan una misma

Page 153: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

153Tramas productivas y generación de ventajas competitivas

localización geográfi ca. Bajo el enfoque de tramas productivas, los fl ujos de conocimiento que se generan tanto entre proveedores y clientes como con el resto de los agentes de su entorno productivo constituyen una variable estratégica fundamental para la comprensión de los resultados económicos de las empresas individuales. Además, el concepto de trama productiva se aleja de la idea de cluster porque: i) no requiere necesaria-mente la proximidad geográfi ca de los agentes que lo integran; ii) concibe la posibilidad de relaciones no-precio construidas sólo sobre la base de relaciones económicas; y iii) admite distintos grados de desarrollo, en función de la importancia alcanzada por los fl ujos intangibles. A pesar de que la misma dinámica de la globalización difi culta el establecimiento de los límites y alcances precisos de confi guración de la trama, la defi nición operacional adoptada en este capítulo se circunscribe a los agentes que operan en un determinado espacio nacional y, de manera complementaria, al eventual comercio intrafi rma de la empresa coordinadora.

A su vez, tanto la conceptualización de trama como la de global commodity chains incorporan el carácter jerárquico no necesariamente presente en el concepto de clusters y requieren cierta governance por parte del núcleo de la red. Ello constituye una acción de decisiva infl uen-cia sobre las capacidades tecno-productivas y organizacionales de las fi rmas que integran esas confi guraciones productivas. Las diferencias, en cambio, se centran en que el concepto de trama se focaliza en la organización interna de cada fi rma y en el efecto de la forma que adopta la organización del trabajo, la gestión de la calidad y las estrategias de capacitación sobre el proceso de generación y acumulación de conoci-miento3.

Asimismo, la representación trama compite con la clásica centrada en sectores. Ambos conceptos capturan parte de las mismas fi rmas. Esta intersección del objeto a estudiar no es completa: no todos los proveedo-res de la trama serían parte del mismo sector al que pertenecería la fi rma núcleo y, a la vez, componentes del mismo sector pueden integrar tramas diferentes. De todas maneras, ambos enfoques pueden complementarse. El sector sin duda determina un tipo de conductas particulares de las empresas que lo componen. Este carácter descriptivo resulta útil, pero no permite indagar sobre las fuentes de tales especifi cidades sectoriales. El concepto de trama vendría entonces a incorporar una dimensión que

3 Como se apreciará en las conclusiones del trabajo, esta diferente percepción se manifi esta con mayor intensidad en las recomendaciones de política que surgen de ambos enfoques analíticos.

Page 154: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

154 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

podría dar fundamento al porqué de las especifi cidades observadas por los análisis sectoriales.

La competencia entre tramas se evidencia tanto en la forma en que se apropia el conocimiento que se genera como en el tipo de vínculos que se entablan entre los agentes. En ese sentido, las relaciones mercantiles con otras empresas (en particular, con la fi rma núcleo) e instituciones son enriquecidas por factores que no se expresan en el precio (o los costos) de una manera tangible. Estos aspectos tácitos o intangibles son, de manera creciente, signifi cativos para el desempeño de las fi rmas, tal como lo enfatizan los autores que destacan el rol de los factores no pre-cio en la competitividad (Lundvall, 1992 y 1996; Coriat, 1992; Coriat y Taddei, 1995, entre otros). Tales cuestiones se refl ejan en diferencias de internacionalización, de sendero de acumulación y de tasas de benefi cios de las tramas.

La trama productiva se caracteriza por la sinergia en los procesos de aprendizaje, que se evidencia por la mayor presencia y complejidad de los elementos tácitos en los intercambios entre las fi rmas y en las competencias que estas desarrollan, que constituyen barreras reales para agentes no pertenecientes a la trama (Yoguel, 2000). Así, para dos agen-tes pertenecientes a una trama productiva, su competitividad agregada será mayor a la mera suma de sus ventajas individuales. Por lo tanto, las ganancias de efi ciencia generadas pueden asimilarse a economías de escala y de variedad y a la apropiación del conocimiento de la trama. Sin embargo, al mismo tiempo, la mayor capacidad en la generación e inter-cambio de conocimientos también puede refl ejarse en una codifi cación creciente del mismo que favorezca su diseminación a través de lenguajes formales susceptibles de ser mediados por una relación de compra-venta (Poma, 2000).

Entonces, la trama productiva constituye un espacio económico de creación de competencias que no sólo incluyen una empresa núcleo, sus proveedores y relaciones mutuas derivadas de las transacciones com-pra/venta, sino, principalmente, el fl ujo de información, experiencias productivas y conocimientos –codifi cados y tácitos– a través de canales formales e informales. En este contexto, los canales generados por las

Page 155: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

155Tramas productivas y generación de ventajas competitivas

empresas para intercambiar activos intangibles diversos adquieren una importancia especial, pues afectan el desarrollo de competencias en la trama productiva. En tales casos, se trata de canales que no sólo comu-nican a las compañías de la trama con la empresa núcleo, sino también con otras empresas y organizaciones con las que interactúan para mejorar sus competencias endógenas.

Aun cuando la empresa núcleo es conceptualizada como una unidad de producción que coordina bienes intermedios y servicios comprados en el mercado, los proveedores pueden o no compartir la misma situación geográfi ca. La naturaleza de la relación entre el proveedor y la empresa núcleo varía según el origen (doméstico o internacional) del bien interme-dio comerciado. Cuando la empresa núcleo y sus proveedores comparten el mismo espacio económico, las conexiones núcleo-proveedor más allá de las relaciones mercantiles son más frecuentes. Sin embargo, tal cual ha sido desarrollado por la literatura sobre clusters (Lundvall, 1993; Storper, 1995; Meyer-Stamer, 1998; Cassiolato y Lastres, 2000; Schmitz y Nadvi, 1999) la proximidad geográfi ca o económica favorece las sinergias tec-nológicas y organizacionales, así como nuevas condiciones pecuniarias y oportunidades para la coordinación de metas y estrategias. El estilo de vinculación no se limita a la interacción proveedor-núcleo, sino que las relaciones con instituciones y otras fi rmas no pertenecientes a la trama también deben ser tenidas en cuenta desde la perspectiva sistémica de competitividad planteada. En tal sentido, se parte de la idea de que en una trama abierta, el proceso de aprendizaje endógeno (individual y conjunto) de sus componentes se potencia (Rullani, 2000; Poma, 2000).

El proceso de aprendizaje en tramas depende de un conjunto complejo de dimensiones, tales como: i) el grado de desarrollo de las competencias endógenas de los proveedores; ii) la jerarquía existente en el interior de la trama; iii) el grado de autoorganización; iv) los elementos tácitos desa-rrollados en las distintas dimensiones; v) la profundidad del intercambio de experiencias y trabajos conjuntos; vi) la circulación de la información en cada uno de los componentes; y vii) las interacciones efectuadas con empresas e instituciones de su entorno productivo que impliquen para las fi rmas un aumento de sus competencias. De acuerdo con Cowan et al. (2000), la trama productiva podría ser considerada una comunidad epistémica que puede compartir el mismo lenguaje y conocimiento “codi-fi cado desarticulado” difícilmente entendible para quienes no pertenecen a ella y percibido como tácito. El grado de desarrollo alcanzado por la trama dependerá, entonces, de la importancia de la integración, protección y apropiación del conocimiento generado que dé lugar a cuasi-rentas

Page 156: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

156 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

estructurales en el mercado. Ese proceso de generación, circulación y apropiación del conocimiento también está infl uido por la capacidad de absorción y generación de conocimientos de la trama productiva en su conjunto y de cada uno de sus componentes4.

En consecuencia, la caracterización de una trama productiva intensiva en conocimiento involucra: i) la existencia de una relación mercantil entre una empresa núcleo y sus proveedores; ii) un espacio económico común; y iii) la emergencia y diseminación de procesos de conocimiento en tres niveles: dentro de cada fi rma, entre las fi rmas de la trama productiva, y entre estas, el sistema institucional y otras fi rmas.

En el establecimiento de las dimensiones que determinan el desarrollo de competencias endógenas y, por lo tanto, en forma proxy, la generación, circulación y apropiación de conocimiento, se destacan las siguientes dimensiones: i) la organización del trabajo que predomina; ii) los esfuer-zos de capacitación que constituyen una dimensión complementaria para el desarrollo de procesos de aprendizaje; y iii) la gestión de la calidad. A su vez, resulta clave la vinculación de los agentes de la trama con su entorno productivo tendiente a absorber competencias no generadas en su interior. Estas vinculaciones formales e informales mantienen una relación bidireccional con el desarrollo de competencias endógenas; es decir, son tanto condicionadas por estas como se convierten en un vehículo para su desarrollo. Dicho conjunto de dimensiones y su grado de interacción son determinantes del desarrollo de competencias endógenas alcanzadas.

2.1. Enfoque metodológico para la captación de la generación, diseminación y apropiación de conocimiento en tramas productivas5

La competitividad sustentada en el desarrollo de procesos de apren-dizaje y adquisición y apropiación de conocimiento constituye un fenó-meno sistémico. Por un lado, se genera a nivel de la fi rma y se refl eja en

4 Un análisis muy similar aplicado al caso de las estructuras de clusters es desarrollado por Giuliani (2002). Diferenciándose de la literatura clásica sobre el tema, Giuliani plantea la idea de capacidad de absorción del cluster, defi nida como la capacidad del cluster y los agentes que lo componen de identifi car, asimilar y explotar conocimiento proveniente de fuentes externas a él.

5 Versiones previas a este desarrollo pueden encontrarse en Yoguel et al. (2000), Yoguel y López (2000), Novick et al. (2001a y 2001b) y Albornoz y Yoguel (2004). La presente sección se nutre especialmente de los avances metodológicos desarrollados en Roitter et al. (2007).

Page 157: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

157Tramas productivas y generación de ventajas competitivas

el grado de desarrollo que alcanzan las distintas dimensiones que confor-man sus competencias endógenas. Por otro, requiere articulaciones con proveedores, clientes y otros agentes del sistema institucional capaces de proporcionarle a la empresa aquellos conocimientos y capacidades con los que no cuenta internamente (Yoguel, 2000). En tal sentido, una parte importante de las relaciones que se establecen se transforman en redes de aprendizaje que permiten generar las competencias necesarias para llevar a cabo procesos innovativos exitosos en el interior de las organizaciones (Bessant y Francis, 1999). En esa dirección, la capacidad con que cuentan las fi rmas para desarrollar competencias y procesos de aprendizaje constituye un producto: i) de las vinculaciones externas que le permiten a la fi rma aumentar su base de conocimiento; y ii) de las características que adquieren las dimensiones que determinan sus competencias endógenas.

La primera de estas cuestiones se asocia con la necesidad que enfren-tan dichos agentes de encarar procesos de articulación con el contexto. La participación en tramas, donde no solamente se intercambian bienes, sino también experiencias y conocimientos, tiene una doble implicancia para las empresas. Por un lado, les permite contar con conocimientos comple-mentarios a los propios, logrando así un mejor aprovechamiento de sus capacidades y generando fuentes sustentables de competitividad (Yoguel et al., 2003; Novick y Gallart, 1997). Por otro, requieren el desarrollo de diversas competencias que les permitan detectar las posibilidades de complementación y aprovechar el conocimiento existente en su entorno y aumentar su capacidad potencial de absorción (Cohen y Levinthal, 1989; DeBresson y Amesse, 1991; Tether, 1998; Tether y Swann, 2003). En ese sentido, la intensidad y alcance de la interacción entre el núcleo y sus pro-veedores, clientes y el sistema institucional poseen un rol clave. El análi-sis del nivel de interacción enfatiza centralmente el grado de dependencia y jerarquía existente entre los agentes y los mecanismos de intercambio no precio entre ellos. Se parte de la idea de que en las relaciones al interior de la trama estas situaciones están condicionadas, entre otros factores, por la dinámica contractual existente y el régimen implícito de incentivos. Uno de los factores estudiados para analizar el estilo de vinculación es, entonces, el tipo de relaciones contractuales predominantes, en cuanto a sus plazos, elementos que incluyen y cumplimiento.

Además de las modalidades contractuales que adopta la relación entre el núcleo y sus proveedores, interesa especialmente captar y analizar aquellas interacciones que puedan tener un impacto signifi cativo en la construcción de senderos de aprendizaje y acumulación de competencias

Page 158: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

158 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

conjuntas. Desde la perspectiva metodológica, se plantean dos planos adicionales de análisis, en los que se pretende captar aspectos codifi cados y tácitos de los intercambios no precio entre las fi rmas de la trama.

En el primer caso, más orientado a relevar intercambios predominan-temente codifi cados, se evalúa la intensidad de un conjunto de posibles acciones de asistencia de la empresa núcleo hacia sus proveedores, que pueden contribuir a incrementar la sinergia de la trama. En particular, se focaliza en aquellas actividades orientadas a desarrollar y fortalecer las competencias de los proveedores en los planos analizados en el punto anterior: desarrollo y transferencia de tecnología, aseguramiento de la calidad, organización del proceso de trabajo y capacitación. En el segundo caso, se desarrolla un indicador proxy de un conjunto de vinculaciones de tipo horizontal que involucran no sólo aspectos codifi cados sino también tácitos que tienen en cuenta la relevancia y frecuencia de reuniones téc-nicas conjuntas, visitas del núcleo a la planta, los proveedores y diversos tipos de comunicación técnica y comercial brindada por el núcleo.

La segunda de las dimensiones, desarrollo de las competencias endó-genas, requiere una articulación sistémica en al menos tres planos: i) la organización del trabajo, ii) los procesos de capacitación y iii) la gestión de la calidad. En relación con el primero de los factores, los aportes de Novick (1999) contribuyen a comprender la articulación entre organiza-ción del trabajo y el resto de los planos que determinan las competencias endógenas. Según dicha conceptualización, la organización del trabajo puede ser defi nida como el conjunto de aspectos técnicos y sociales que intervienen en la producción de bienes y servicios. Se refi ere a la división del trabajo entre las personas, así como entre las personas y las máquinas; intervienen el medio ambiente y la totalidad de las dimensiones presen-tes en cualquier prestación laboral (Novick, 1999). Esta defi nición de organización del trabajo permite captar la articulación entre los procesos productivos y la forma de generación, circulación y apropiación del cono-cimiento en las empresas, con su correlato en las competencias endógenas de las mismas. Así, la forma de integración entre los elementos técnicos y sociales y las formas de división del trabajo tendrá efectos sobre la dinámica y conformación de los procesos de aprendizaje. Al respecto, una organización basada en una división rígida del trabajo, donde cada trabajador ocupa un puesto y realiza tareas repetitivas, estaría limitando los procesos de circulación y creación de conocimiento, en la medida en que tales procesos se ven favorecidos por los elementos de integración y socialización que conforman espacios de interacción.

Page 159: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

159Tramas productivas y generación de ventajas competitivas

Asimismo, y a pesar de que el conocimiento sea detentado por los individuos, este no se desarrolla en forma aislada, sino que se genera en un contexto de interdependencia con otros actores, lo que posibilita que el aprendizaje que en primera instancia es individual sea luego organiza-cional. De esta manera, quien aprende es el individuo; pero para que este aprendizaje sea organizacional, debe ser compartido y luego “codifi cado” o formalizado, de modo tal que pueda ser procesado y apropiado por toda la organización.

Por otra parte, los planos que integran las competencias endógenas de las fi rmas vinculados con la organización del trabajo son aquellos que posibilitan un incremento de la competitividad de la fi rma, a partir de ele-vados niveles en la cultura hacia la calidad, la capacitación y los esfuerzos de innovación. La integración de tales planos con la organización del tra-bajo puede dar lugar a procesos de mejoras competitivas en las empresas que, dependiendo de las vinculaciones con el resto de los agentes, pueden trasladarse al conjunto de la trama. En esa dirección, las organizaciones del trabajo que, por sus características, permiten un verdadero proceso de creación y circulación de conocimientos son aquellas donde existe un trabajo en células, autonomía de los trabajadores, facilidad de adquisición de experiencias ligada a los procesos de polivalencia y donde los superio-res inmediatos promueven el desarrollo de conocimientos y aprendizajes en el interior de los equipos de trabajo. Por lo tanto, para que puedan desarrollarse los procesos de creación y circulación de conocimiento en las empresas, resulta necesario que ellas contribuyan convirtiéndose en organizaciones formativas, a partir de estructuras fl exibles de organiza-ción del proceso de producción que lo posibiliten.

Para evaluar este conjunto de cuestiones, el grado de desarrollo de la organización del trabajo se estima a través de la importancia de: i) el trabajo en equipo, ii) la rotación (polivalencia) y iii) el grado de auto-nomía de los operarios. Mientras en un extremo se ubican las empresas con una organización del trabajo virtuoso, polivalencia enriquecedora y alta capacidad de los trabajadores para intervenir, en el otro predomina una forma de trabajo individual, con muy escaso peso de la rotación y nula autonomía de los trabajadores. En tanto en general las primeras estructuras se ven acompañadas por un rol integrador del supervisor, en las estructuras más rígidas prevalece un rol del supervisor vinculado a diversas formas de control. El trabajo en equipo constituye uno de los aspectos a considerar para la dinámica de las organizaciones fl exibles. Por su carácter interactivo, estas permiten intercambiar experiencias, lo que posibilita la difusión e integración del conocimiento tácito y codifi cado

Page 160: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

160 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

entre sus miembros (Rullani, 2000). En este sentido, la realización del proceso productivo por medio de equipos tiene características enrique-cedoras cuando, más allá de la mera ejecución de tareas, promueve: i) el intercambio de funciones dentro del grupo; ii) la posibilidad de compartir experiencias a partir de la acción misma; y iii) un mayor protagonismo de los trabajadores en actividades de concepción del proceso de trabajo y la programación de maquinarias.

De esta manera, la posibilidad formativa de la organización del tra-bajo, que se sustenta fundamentalmente en la existencia de equipos de trabajo, puede dar lugar a una mayor circulación y producción de conocimientos entre los integrantes. Al respecto, el trabajo en equipo u organizado por células remite a la existencia de ciertas condiciones para que tengan carácter formativo. La primera de ellas es la organización del trabajo en grupos que tienen a cargo la realización de una parte del proceso de producción, en reemplazo del trabajo fordista realizado por medio de una línea de producción, donde cada trabajador tenía una tarea asignada. La segunda condición consiste en la realización de tareas que van más allá de aquellas relativas al proceso productivo.

Otra de las dimensiones que defi nen las características formativas de los espacios de trabajo, y que se vincula con lo anterior, es el carácter que asume la polivalencia. Se considera que esta tiene un carácter formativo para el trabajador cuando implica la rotación entre puestos de distinto nivel de complejidad, lo que supone la aparición de conocimientos indivi-duales y colectivos nuevos (Méhaut, 1995). De este modo, la polivalencia resulta enriquecedora si genera una ampliación de los conocimientos de los operarios. Para ello, es necesaria la implementación de alguna forma de rotación planifi cada en el espacio productivo.

Otro rasgo de las organizaciones fl exibles es la autonomía que tienen los trabajadores en el proceso de trabajo. Esta puede ser entendida como la capacidad de los mismos para intervenir en el proceso productivo, no sólo como ejecutantes, sino como actores, lo que está vinculado al rol que desempeñan los superiores inmediatos. En este sentido, se debe considerar si las funciones de los supervisores se encuentran en el marco de lógicas que fomentan la participación de los trabajadores y si se alejan de las formas prototípicas de supervisores, de vigilar y cumplir tareas de disciplinamiento en la empresa.

A partir de este esquema analítico, pueden establecerse diferentes formas de organización del trabajo, que surgen de las características en que se desenvuelve el proceso de producción y que van desde aquellas que promocionan procesos de aprendizaje a aquellas que los limitan. Al

Page 161: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

161Tramas productivas y generación de ventajas competitivas

respecto, estas formas de abordaje permiten identifi car: organizaciones fl exibles, vinculadas a los procesos formativos; organizaciones fl exibles formales, cuya característica es limitar los procesos de aprendizaje; y aquellas en donde se dan lógicas vinculadas a tareas de ofi cio o especia-lización y que denominaremos organizaciones rígidas.

En cuanto a las actividades de capacitación formal e informal de los trabajadores de diferentes niveles, constituyen un elemento clave para el logro de ventajas competitivas (Novick, 1999). Para la estimación de este plano, se han considerado: i) la existencia de una estructura específi ca-mente destinada a capacitación dentro del área de recursos humanos y ii) la proporción de recursos humanos involucrados en estas actividades.

En relación con la gestión de la calidad, se evalúa la importancia del control que se ejerce a lo largo del proceso productivo, tomando en cuenta tanto la existencia de puntos de control como la sistematización y uso de la información recogida en dichos puntos, para realizar las correcciones que sean necesarias en los puestos de trabajo. A su vez, la mirada externa sobre la calidad del producto y el proceso se evalúa mediante el releva-miento de la existencia de certifi cación de normas (ISO y otras).

En forma específi ca, este indicador alude a la importancia alcanzada por: i) el control de procesos; ii) la cultura hacia la calidad; y iii) la utili-zación de métodos sistemáticos para mejora e innovación.

Otra cuestión que infl uye en el desarrollo de competencias de la red es la existencia vinculaciones de las fi rmas de la trama con el sistema institucional y fi rmas que no pertenecen a la trama. Esto refl eja la idea de que el nivel de apertura de la trama favorece el despliegue de proce-sos de aprendizaje endógenos (Rullani, 2000; Poma, 2000). En lo que hace a la vinculación con otras fi rmas, la evaluación de la importancia que adquiere este plano en el desarrollo de conocimientos en la trama se realiza a partir de los acuerdos formales de cooperación y los vínculos informales. Entre ellos, se destacan: i) estrategias de comercialización en mercados externos; ii) aseguramiento de la calidad; iii) posibilidad de negocios conjuntos en el exterior; iv) búsqueda de socios para efectuar acuerdos; v) desarrollo de programas de capacitación compartidos; y vi) posibilidad de efectuar desarrollos compartidos de productos.

Finalmente, para evaluar la interacción de los agentes de la trama con el sistema institucional orientada al acceso de servicios técnicos, el indicador diseñado considera el número de instituciones con las que se vinculan las fi rmas, el perfi l de tales instituciones, los objetivos por los que se vinculan y los resultados de la interacción.

Page 162: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

162 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

El enfoque metodológico discutido requiere evaluar: i) competencias endógenas de los proveedores y clientes; ii) vínculos de los proveedores y clientes con la fi rma núcleo; y iii) vínculos de los proveedores y clien-tes con otras fi rmas y con los diversos agentes del sistema institucional. Los valores alcanzados por estas dimensiones permiten identifi car un gradiente de situaciones que van desde la trama débil a la intensiva en conocimiento. Desde nuestra perspectiva aplicada, una trama productiva puede ser caracterizada como intensiva en conocimiento cuando muestra los siguientes elementos: i) alto valor de los factores que determinan las competencias endógenas de las fi rmas; ii) alto grado de asociación entre esos factores –en conjunto con lo anterior, esto indicaría la existencia de elevadas competencias endógenas de carácter sistémico; iii) alto nivel de interacción (vínculos) entre los proveedores y el núcleo; iv) alto nivel de interacción entre los proveedores y fi rmas ajenas a la trama; v) alto nivel de interacción entre los proveedores y el sistema institucional; y vi) alto nivel de asociación entre las competencias endógenas y los vínculos –lo que indicaría que la pertenencia a la trama juega un rol en el desarrollo de las competencias.

Como resultado de las distintas intersecciones entre los planos dis-cutidos anteriormente, se estilizan diversos tipos de trama, diferenciando entre los extremos teóricos y las situaciones intermedias más factibles de encontrar en la evidencia empírica. En una trama virtuosa: i) las vincula-ciones entre los agentes tienden a ser de largo plazo y existen desarrollos conjuntos de procesos y productos entre las fi rmas; ii) los mecanismos regulatorios de la relación son sujeto de negociación por parte de todos los agentes y no sólo de los organizadores; iii) la capacidad innovativa es elevada y no es privativa ni exclusiva de un reducido número de fi r-mas; iv) existe cierta homogeneidad en las competencias laborales y técnicas que posibilita la generación de un lenguaje común; y v) existe una fuerte relación entre el desarrollo de la capacidad innovativa de la trama y la forma que adoptan la organización del proceso de trabajo y los mecanismos de generación de acuerdos consensuados. En ese sentido, en las tramas virtuosas, la generación y circulación del conocimiento codifi cado y tácito estarían vinculadas al desarrollo de las competencias del personal, las formas de la organización del trabajo y el reconoci-miento de los interlocutores sociales. En síntesis, los recursos humanos

Page 163: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

163Tramas productivas y generación de ventajas competitivas

constituyen el factor relevante en la gestión estratégica. En estas tramas, las actividades innovativas alcanzan el máximo nivel, fenómeno aso-ciado con el aseguramiento de la calidad, los procesos de capacitación, la implementación de desarrollos incrementales de productos y procesos y una fuerte interdependencia entre los agentes. El sendero evolutivo de los contratos converge al desarrollo de confi anza recíproca y/o relaciones informales por la importancia central de los intercambios no-precio, por el desarrollo de actividades conjuntas que generan menores niveles de incertidumbre colectiva, charlas informales y un lenguaje común que crea saberes tácitos permanentes y nuevas ventajas competitivas. Podrían existir coordinadores simultáneos y/o relaciones bilaterales que facili-tarían el aprendizaje a partir de un proceso sistemático de codifi cación continua; y ello requiere la implementación de una tecnología de gestión social de tipo sistémico. En síntesis, se trata de la conformación de un contexto abierto fuertemente vinculado con otras tramas e instituciones tecnológicas y educativas.

Las características de una trama débil son contrapuestas a la ante-rior: i) bajo nivel de vinculación entre las fi rmas; ii) predominio sig-nifi cativo de relaciones de tipo jerárquico y radial, centradas en el/los organizador/es; iii) condiciones contractuales o pactadas en marcos de fuerte dependencia; iv) escasa difusión de mecanismos de cooperación e intercambio de información y conocimientos, por la falta de un lenguaje común o la exclusividad de algunos miembros en poseerlo; v) fl ujos de “intangibles” limitados y –en el caso de existir– de tipo unidireccional; vi) desarrollos conjuntos prácticamente ausentes; vii) diseño de productos virtualmente centrado de manera exclusiva en el agente coordinador; y viii) fuertes heterogeneidades en el desarrollo de las capacidades inno-vativas de las fi rmas individuales y en la forma en que se implementa la tecnología de gestión social. Aun cuando existan casos virtuosos aislados en la implementación de estas tecnologías, podría esperarse un predo-minio de intensidad del trabajo en la forma de su organización y bajo o escaso reconocimiento del interlocutor laboral. Las relaciones entre los agentes se sustentarían exclusivamente en la exigencia del cumplimiento de las condiciones –pactadas o no–, sin contrapartida alguna de fl ujos de intercambio no-precio. Las actividades innovativas son escasas y están circunscriptas a un número limitado de empresas. Adicionalmente, la verticalidad de las relaciones difi culta la circulación de conocimientos, y en este sentido aumenta la heterogeneidad existente en la capacidad innovativa. A diferencia del caso anterior, suelen ubicarse en contextos institucionales débiles (Rullani, 2000) y se mantienen cerradas o ais-

Page 164: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

164 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

ladas respecto de otras tramas e instituciones, lo que difi culta su diná-mica económica y social. Entre ambos extremos, las modalidades más frecuentes –al menos, en los países de América Latina– se constituyen como modelos híbridos, cuya combinación de factores los acercan a uno u otro extremo teórico6. Así, por ejemplo, podrían diferenciarse modelos híbridos más cercanos a la trama virtuosa, y otros a la trama débil. Por lo tanto, las tramas “reales” mantienen fuerte heterogeneidad en térmi-nos de: i) las modalidades de vinculación; ii) la capacidad innovativa; y iii) la tecnología de gestión social. Los estudios realizados en América Latina (Novick y Gallart, 1997; Dussel, 1998; Leite, 1999; Carrillo, 1997; Atenburg y Meyer-Stamer, 1999) permiten identifi car que lo más habitual en la región es la presencia de tramas cercanas a la considerada débil.

3.1. Trama intensiva en conocimiento y obtención de cuasi-rentas

Una forma complementaria de plantear las características centrales de una trama intensiva en conocimiento consiste en identifi car los niveles que alcanzan en ellas los regímenes tecnológico, de conocimiento y de competencia asociados (Erbes et al., 2006). En tal sentido, una trama vir-tuosa –intensiva en conocimiento– se manifestaría a nivel agregado por los mejores indicadores que componen cada uno de esos regímenes.

3.1.1. Régimen tecnológico

Por un lado, las empresas que integran las redes de conocimiento operan en un contexto de elevadas barreras a la entrada7 que limita la par-ticipación de nuevos agentes (rasgos Mark II). En este caso, se presentan funciones de costos decrecientes determinadas por aprendizajes de tipo acumulativo derivados del desarrollo de externalidades y complementa-riedades entre agentes (Cimoli, 2005). En las redes de conocimiento se presenta una alta acumulatividad8, producto de los esfuerzos endógenos

6 Esta denominación está tomada de las conceptualizaciones efectuadas por Abo (1993) y Boyer (1998).

7 Basadas tanto en regulaciones de mercado como en el desarrollo de capacidades cogniti-vas.

8 La acumulatividad se refiere a la existencia de una trayectoria en la acumulación de conocimientos que puede hacer una firma perteneciente a un determinado sector. Lo implícito en esta idea es que el aprendizaje presente es el resultado de esfuerzos previos que permitieron, a su vez, construir una base de conocimientos.

Page 165: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

165Tramas productivas y generación de ventajas competitivas

en la construcción de competencias y la cantidad y calidad de vínculos establecidos tanto en el interior como el exterior de la fi rma, fundamen-talmente con el sistema científi co y tecnológico. Ello da lugar a cierta virtuosidad en el funcionamiento de la red. Esta fuerte acumulatividad en los conocimientos, reforzada a la vez por la incorporación de bienes de capital, propicia la generación de innovaciones tanto radicales como incrementales. En el caso de las redes de conocimiento, la oportunidad tecnológica está dada por la explotación de conocimientos científi cos de gran complejidad, derivados fundamentalmente de desarrollos endóge-nos e interacciones entre agentes muy heterogéneos que se vinculan y comunican mediante complejos mecanismos de traducción. Se trata de oportunidades más “dinámicas” que se renuevan constantemente. Un aspecto complementario relacionado con la idea de régimen tecnológico, que permite una caracterización adicional de cada uno de los grupos, es el foco de la actividad tecnológica, que en el caso de las redes de conocimiento se centra en el incremento del mark-up. Ello se expresa en mecanismos de protección que se manifi estan en un menor riesgo y menor fi ltración del conocimiento fuera de la red.

3.1.2. Régimen de conocimiento

Los procesos de aprendizaje no presentan bloqueos en la generación y circulación del conocimiento, lo que se deriva de estructuras organizacio-nales de tipo hipertexto (Nonaka y Toyama, 2002) que permiten una muy elevada capacidad de absorción. Esta no se limita a la incorporación de bienes de capital, sino que también se nutre de los avances de la ciencia básica y aplicada. Los procesos de absorción también se manifi estan a tra-vés de adquisiciones de fi rmas aisladas pero intensivas en conocimiento. De esta forma, las redes de conocimiento pueden reducir los costos en I+D de los núcleos e incrementar la probabilidad de innovaciones exi-tosas, al descentralizar la actividad de innovación en múltiples start-ups que permiten un aumento de la diversidad y mecanismos más efi cientes de selección de conductas que el mercado. En este sentido, es posible caracterizar la forma de gestión del conocimiento de estas fi rmas como fl exible interna y externa, ya que no sólo desarrollan elevadas competen-cias endógenas a partir de las actividades de investigación y desarrollo propias, sino que además coordinan y absorben los desarrollos generados por el resto de las empresas que forman parte de la red y por el sistema institucional. Por su parte, el desarrollo de procesos de aprendizaje se manifi esta en innovaciones continuas y en la posibilidad de excluir (a

Page 166: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

166 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

otras fi rmas) mediante libros de códigos desplazados, que aparecen como indescifrables para otros concurrentes en el mercado. Este tipo de trama puede ser asimilada al funcionamiento de una comunidad epistémica. Las formas de aprendizaje se generan fundamentalmente a partir de los procesos de investigación y desarrollo formales, y combinan distintos tipos de aprendizaje, con especial énfasis en el desarrollo de redes. Por las razones señaladas, en este tipo de redes el régimen de conocimiento es de tipo fl exible interno y externo, caracterizado por el hecho de que la creación de capacidades avanzadas a nivel de tramas está asociada con una reducción de los riesgos por circulación de conocimiento bajo la forma de bienes club.

3.1.3. Régimen de competencia

La forma de mercado predominante es la oligopólica. Existen altas barreras a la entrada y el conocimiento circula bajo las formas de comu-nidades epistémicas y bienes club. Ello permite que las fi rmas de la red aprovechen las interrelaciones tecnológicas y complementariedades de conocimiento, que devienen en rendimientos crecientes a escala que pueden ser apropiados por la trama en su conjunto. En el núcleo de las redes, predominan fi rmas grandes con elevada permanencia en mercados de alta concentración, pero en continua disputa por nuevas innovacio-nes radicales que se manifi estan en una combinación de acumulación y destrucción creativa. Como consecuencia, el grado de estabilidad de las cuasi-rentas generadas por los procesos de integración del conocimiento es mayor que en el caso de los grupos anteriores. Así, si bien operan en sectores de fuerte progreso técnico e inestabilidad, el hecho de trabajar en red les permite una mayor decodifi cación de las incertidumbres del ambiente. Tales redes se caracterizan por distintas formas de distribución del excedente. En los casos más democráticos, predomina la distribución asociada a las capacidades innovadoras de las fi rmas.

Tanto en las redes burocráticas como en las de conocimiento, existen jerarquías y reglas de governance que resultan en heterogeneidades de agentes y en un reparto desigual de las cuasi-rentas.

Considerando los tres regímenes en forma conjunta, las redes de cono-cimiento pueden ser caracterizadas por un régimen tecnológico Mark II, un régimen de conocimiento fl exible interno y externo y un régimen de competencia cercano a formas oligopólicas. Como consecuencia, la menor difusión y mayor apropiación del conocimiento que se genera en la red se manifi esta en cuasi-rentas superiores al resto de las formas

Page 167: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

167Tramas productivas y generación de ventajas competitivas

organizativas que se reparten entre los agentes en función de la forma de governance de la red.

3.2. Algunas refl exiones sobre la Argentina

Diversos estudios recientes y otros realizados a comienzos de la década ponen de manifi esto la distancia existente en la mayor parte de las tramas productivas argentinas respecto de las intensivas en conoci-miento identifi cadas conceptualmente en este capítulo. Así, los estudios realizados sobre el funcionamiento de las tramas automotriz y siderúrgica argentina durante los noventa ponen de relieve las débiles vinculaciones existentes entre las fi rmas que las componen y las limitaciones en el desa-rrollo de las competencias endógenas (Motta et al., 1998; Novick et al., 2001a y 2001b; Yoguel et al., 2001a, 2001b y 2001c y 2003; Albornoz y Yoguel, 2004; Albornoz et al., 2004). En tal sentido, si bien ambas tramas estudiadas no constituían tramas productivas intensivas en conocimiento, la generación y circulación de conocimiento en la trama siderúrgica era, durante la convertibilidad, superior a la automotriz. En el caso de la trama automotriz, la debilidad de la generación y circulación de conocimiento se refl ejaba por: i) la ausencia de asociación entre las dimensiones deter-minantes de las competencias endógenas de las empresas individuales y ii) la ausencia de asociación entre las competencias endógenas y las vin-culaciones en el interior. Por el contrario, en la trama siderúrgica existía un vínculo más fuerte entre los factores que determinan las competencias endógenas de los proveedores. Además, pudo encontrarse una asociación positiva entre el grado de desarrollo de las competencias endógenas de los proveedores y los vínculos informales con la empresa núcleo. Las dife-rencias en la importancia alcanzada por los procesos de aprendizaje en ambas tramas podrían ser explicadas por el hecho de que, si bien ambas son globales, la trama siderúrgica constituye el nodo internacional de una red global, mientras que la automotriz es una red regional gobernada desde una cadena global. Una fuerte asociación puede existir entre el desarrollo de procesos de aprendizaje y el carácter estratégico o no de la trama local. En suma, si el componente local de una red global se bene-fi cia principalmente de las ventajas competitivas estáticas (la proximidad y acceso al mercado regional, abundancia de recursos naturales, mano de obra barata y relativamente productiva), la generación de procesos de aprendizaje puede ser menos relevante y, por lo tanto, el sendero evo-lutivo de la trama local puede estar bloqueado. Por consiguiente, en los

Page 168: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

168 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

casos en que la trama productiva local no tiene una función estratégica en la cadena global el peso de los procesos de aprendizaje es menos sig-nifi cativo. Así, el proceso de aprendizaje crítico se concentra en el núcleo internacional de la red. En consecuencia, se generan redes locales menos competitivas, escasamente complejas y fuertemente vulnerables a los cambios del contexto. La trama automotriz que opera en la Argentina, con un alcance del mercado exclusivamente regional y un aprovechamiento de la proximidad y acceso al MERCOSUR, refl eja este caso.

Por lo tanto, el desarrollo de procesos de aprendizaje locales y el logro de ventajas competitivas basadas en conocimiento requiere, como condición necesaria pero no sufi ciente, una trama productiva con eleva-das competencias locales o estratégicamente vinculada a la red global a que pertenece.

En las redes como la automotriz, manejadas por subsidiarias de empresas multinacionales, el desarrollo de regulaciones y normas que favorezcan la red local desde la perspectiva del mercado regional (MERCOSUR) constituye una condición necesaria para el diseño de acciones de política. Una estrategia complementaria y más ofensiva debería propulsar el desarrollo de competencias endógenas locales iden-tifi cadas, que podrían ser usadas por las empresas multinacionales como recursos clave que vayan más allá de las ventajas de localización. Desde la perspectiva de las tramas con núcleo local, la política debería guiarse básicamente hacia un aumento de la internacionalización y la importancia de los factores locales clave. El desarrollo de una política de este tipo demandaría una fuerte participación privada y la emergencia de agentes intermediarios con capacidad de articulación del conjunto de dimensiones que determinan las competencias individuales y globales de la red.

Trabajos recientes que estudiaron no sólo las tramas mencionadas sino también dos tramas agroalimentarias (vino y frutihorticultura) y una intensiva en recursos naturales (energía), pusieron de manifi esto cam-bios en la importancia relativa de las tramas a partir del nuevo régimen macroeconómico con tipo de cambio alto (Roitter et al., 2007; Erbes y Yoguel, 2007a y 2007b; Robert y Silva, 2007; Preiss et al., 2007, entre otros). En general, dichos trabajos permitieron llegar a un conjunto de resultados estilizados.

El estudio que efectúa una comparación entre las tramas siderúrgica y automotriz luego de la devaluación (Roitter et al., 2007) concluye que la forma que adopta la organización del proceso de trabajo afecta la gene-ración y transmisión de conocimientos y, por lo tanto, la acumulación de competencias endógenas al interior de las empresas de cada trama. En

Page 169: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

169Tramas productivas y generación de ventajas competitivas

ese sentido, las empresas con una organización del trabajo más fl exible alcanzan también elevados niveles en otros planos determinantes de las competencias endógenas, tales como la cultura hacia la calidad, la capaci-tación y los esfuerzos de innovación, lo que explica el carácter sistémico del desarrollo de las competencias de los agentes. En las tramas en las que predominan tales condiciones, la generación y apropiación del cono-cimiento adquieren una importancia signifi cativa y se manifi estan en una mayor captación de cuasi-rentas en el mercado. Sin embargo, estos proce-sos se producen en una forma híbrida. Adicionalmente, en un contexto de escaso desarrollo de los sistemas locales de innovación y escasa densidad de las redes, el desarrollo de competencias endógenas es superior entre los agentes de mayor tamaño relativo, lo que introduce un sesgo contra las PyMEs en la mayoría de las tramas productivas argentinas.

En ese contexto general, los elementos estructurales que conforman la organización del trabajo muestran el bajo alcance que han tenido los cambios organizacionales durante la década del noventa: la ausencia de equipos de trabajo de carácter virtuoso, una rotación azarosa o limitada y un escaso nivel de autonomía frenan las posibilidades de mejoras en la efi cacia de las fi rmas y en el desarrollo de los operarios. A su vez, a diferencia de los resultados mencionados referidos a la dinámica de las tramas automotriz y siderúrgica en los noventa, en la década actual se aprecian importantes diferencias, tanto en el desarrollo de capacidades como en la obtención de resultados derivados de sus esfuerzos de inno-vación. Por un lado, se aprecia que el carácter fl exible de la organización del trabajo predomina en las empresas del primer y segundo anillo auto-motriz, mientras en los proveedores de siderurgia se destacan las formas de elevada rigidez organizacional. Tal como era de esperar, se corrobora una relación positiva entre el grado de fl exibilidad de la organización del trabajo, el uso de herramientas para la mejora e innovación, y los esfuerzos y resultados del proceso de innovación.

Un estudio centrado en la trama automotriz (Erbes y Yoguel, 2007b) identifi ca sólo leves modifi caciones respecto de la dinámica predominante en los noventa, tanto en términos de competencias como, fundamental-mente, de las articulaciones que las fi rmas desarrollan con otros agentes e instituciones. De la misma forma que en la etapa de crecimiento de la primera parte de los noventa, las variables macroeconómicas parecen haber sido mucho más relevantes que las micro y las mesoeconómicas para explicar la recuperación del complejo desde la devaluación. Pese a ello, en este período, las relaciones entre competencias y vinculacio-nes muestran una mayor fortaleza que en el periodo previo (Albornoz

Page 170: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

170 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

y Yoguel, 2004). Ello estaría sugiriendo una actitud más proactiva por parte de las fi rmas del complejo, orientada hacia el aprovechamiento de las capacidades existentes en un contexto de precios relativos más favo-rables a los transables, lo que establece fuertes diferencias en relación con el período previo, en el que fueron los esfuerzos incorporados los que lideraron el crecimiento del sector. En ese marco, se identifi can algu-nas cuestiones interesantes que no se evidenciaban tan claramente en la década del noventa. Por un lado, no se aprecian diferencias signifi cativas entre las fi rmas de inversión extranjera directa y las fi rmas nacionales en términos de competencias y desarrollo de articulaciones. En parte, ello podría explicarse por la reducción de la brecha tecnológica por parte de las empresas nacionales que sobrevivieron al proceso de apertura de los noventa. A su vez, otro elemento interesante es la escasa diferencia en el nivel de competencias alcanzado por fi rmas que pertenecen a distin-tos anillos de proveedores y al mercado de reposición. Esto implicaría que efectuar una política de reestructuracion en este último grupo de empresas sería factible a partir de desarrollos ulteriores de las compe-tencias existentes. En este caso, existe una asociación positiva entre el desarrollo de las competencias endógenas, los esfuerzos de innovación, las vinculaciones y el tamaño de las fi rmas. Asimismo, se evidencia la relación sistémica entre las diferentes dimensiones de las competencias endógenas (organización del trabajo, gestión de la calidad, capacitación y equipo de investigación y desarrollo) y entre los aspectos que defi nen cada una de estas dimensiones. De este modo, la capacidad de absorción constituye una condición necesaria para la posibilidad de transferencia, al tiempo que se pone en evidencia que, para que las terminales tengan incentivos para desarrollar capacidades locales específi cas, deben existir competencias locales más generales que hagan posible ese fl ujo.

Al analizar los elementos que afectan las vinculaciones generadas por las fi rmas de ambas tramas, Erbes y Yoguel (2007a) concluyen que estas requieren desarrollar un conjunto de competencias o capacidades endóge-nas (en términos de la organización del trabajo, el grado de importancia e implementación de procesos de mejora continua, la importancia asignada a los esfuerzos de innovación endógenos y la relevancia y orientación de los procesos de capacitación desarrollados) que resultan cruciales, tanto para tomar la decisión de formar parte de acuerdos de cooperación para la innovación con universidades y centros tecnológicos, como para realizar un mejor aprovechamiento de los fl ujos de conocimientos e infor-mación que se generan en el marco de tales acuerdos. En este contexto, se destaca el predominio de una baja calidad en las vinculaciones, con

Page 171: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

171Tramas productivas y generación de ventajas competitivas

diferencias entre las tramas que favorecen a las empresas automotri-ces, especialmente a aquellas pertenecientes al primer y segundo anillo. Este mismo análisis permitió establecer un conjunto de diferencias en los rasgos que asumen las vinculaciones de las fi rmas con los distintos grupos de agentes. Así, en lo que respecta a los núcleos de las tramas, predomina la ausencia de vinculaciones o la existencia de aquellas con baja calidad, con objetivos muy relacionados a la asistencia técnica y la transferencia de tecnología. Por su parte, en el caso de los proveedores y clientes nacionales e internacionales, las reducidas vinculaciones se encuentran orientadas hacia objetivos que no se diferencian signifi cativa-mente de aquellos que asumen un carácter estrictamente comercial (con-seguir buenos proveedores y conseguir nuevos clientes, respectivamente). En el caso de las organizaciones comerciales, las vinculaciones están especialmente asociadas con la obtención de información del contexto de negocios, en el caso de las cámaras empresariales, y con el desarro-llo de programas de capacitación, en lo que respecta a las consultoras. Por último, las instituciones de ciencia y técnica conforman un foco de vinculación para aquellas empresas que buscan obtener información tecnológica o intercambiar conocimientos.

Finalmente, un trabajo reciente (Preiss et al., 2007) efectúa una com-paración entre el grado de desarrollo de las tramas mencionadas con otras en las que se han hecho avances incipientes, utilizando una metodología similar: tramas productivas alimenticias (vinos y frutihortícola) e inten-sivas en recursos naturales (energía). Más allá de las especifi cidades de cada una de ellas, el estudio señala: i) una fuerte debilidad en la circula-ción y apropiación de información y conocimiento resultantes de reduci-das competencias endógenas; ii) el predominio de escasas vinculaciones entre las fi rmas; y iii) una débil asociación entre ambos planos.

Como fue señalado en este artículo, las tramas productivas argen-tinas presentan una fuerte debilidad, resultado del sendero productivo e institucional previo, y tienen una brecha muy signifi cativa respecto de lo que hemos denominado tramas intensivas en conocimiento. Por otro lado, la reversión de estas características no constituye un proceso automático y requiere el diseño de acciones de política que tienen fuer-

Page 172: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

172 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

tes especifi cidades respecto de las políticas tradicionales pensadas para fi rmas individuales. En ese sentido, el diseño de políticas e instrumentos de promoción orientados a tramas productivas demanda un abordaje que reconozca ciertas características de las estructuras de esas mismas tramas y un conjunto de premisas necesarias de las que es preciso partir.

El diseño de políticas para la promoción de redes productivas debería considerar instrumentos tanto de tipo neutral como verticales y selecti-vos, que dependen de los puntos de partida y los objetivos de desarrollo buscados (Erbes et al., 2006; Cimoli et al., 2005). Otra premisa de la que debería partirse es que el análisis de los instrumentos de promoción más pertinentes requiere no sólo considerar las especifi cidades de los sujetos destinatarios de las políticas (agentes económicos, instituciones públicas y organizaciones sociales), sino además las características de las vincula-ciones materiales e inmateriales entre los miembros de las redes, ya sean intercambios de conocimiento o transferencias tecnológicas (Woolcock, 1998; Faulkner, 1998; Bijner y Law, 1992; Nonaka y Takeuchi, 1995; Rullani, 2000).

Asimismo, para que el estudio y diseño de los instrumentos de promo-ción sean adecuados a las necesidades de los sujetos receptores de políti-cas, deben ser diseñados considerando el funcionamiento integrado de los sistemas locales y regionales de innovación en los que están involucrados (Leydesdorff y Etzkowitz, 2001; Lundvall, 1992; Bisang et al., 2005). A su vez, deben considerarse las condiciones sufi cientes para el diseño de políticas de acuerdo con factores contextuales del entramado socioeconó-mico que impacta sobre la conformación de las redes productivas. Entre estos, se encuentran: el tipo de interacción entre los participantes de las redes; la estrategia política y de coordinación institucional; el ambiente local en sentido amplio; y el grado de participación de los actores de la trama productiva (Esser, et al. 1996; Messner y Meyer-Stamer, 2000; Hage y Alter, 1997; Hollingsworth y Boyer, 1997; Hage y Alter, 1997; Messner y Meyer-Stamer, 2000). Del mismo modo, algunas corrientes teóricas detallan la necesidad del desarrollo de agentes activadores o “traductores” que estimulen los mecanismos de articulación de la trama productiva (Luna y Velasco, 2005a y 2005b; Callon y Law, 1989).

Finalmente, deben tenerse en cuenta los diversos aportes teóricos necesarios que permitan evaluar las políticas y sus instrumentos de pro-moción, para analizar la efectividad de las intervenciones y realizar un seguimiento adecuado. En este sentido, las evaluaciones de políticas resultan indispensables. Tales evaluaciones pueden enfatizar diversas dimensiones: los análisis sobre la relación entre objetivos planteados e

Page 173: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

173Tramas productivas y generación de ventajas competitivas

instrumentos de promoción; los distintos tipos de evaluación en relación con los sujetos de evaluación; los métodos de evaluación en función de objetivos o fi nalidad; y los momentos de realización de las evaluaciones (Rossi et al., 1999; Perret, 1993; Subirats, 1989; Owen y Rogers, 1999; Ballart, 1992).

Hage, J. y Alter, C. (1997), “A typology of interorganizational relationships and networks”, en Hollingsworth, R. y Boyer, R. (ed.) Contemporary Capitalism. The Embeddedness of Institutions, Cambridge, Cambridge University Press.

Albadalejo, M. y Romijn, H. (2000), “Determinants of innovative capability in small firms: an empirical analysis”, Eindhoven Centre for Innovation Studies, Working Paper Nº 13.

Albornoz, F. y Yoguel, G. (2004), “Competitiveness and production networks. A conceptual development applied to the Argentine automotive sector”, en Industrial and Corporate Change, 13/4.

——; Milesi, D. y Yoguel, G. (2004), “Tramas productivas en viejos sectores: metodo-logía y evidencia en la Argentina”, en Desarrollo Económico, Vol. 43, Nº 172.

Altenburg y Meyer-Stamer (1999), “How to promote clusters: policy experience from Latin America”, Seminar on Clusters and Local Innovation Systems, Institute of Economics-NEIT, Campinhas, mimeo.

Amable, B.; Barré, R. y Boyer, R. (1997), Les systhèmes d’innovation à l’ere de la globalisation, París, Economica.

Antonelli, C. (1997), Percolation processes, technological externalities and the evolution of technological clubs, Netherlands, Empirica, Kluwer Academis Publishers.

Arbix, G. y Zilbovicius, M. (1997), “O consorcio modular da VW: un novo modelo de produção?”, en Arbix, G. y Zilbovicius, M. (eds.), De JK a FHE. A reinvenção dos carros, San Pablo, Scritta.

Ballart, X. (1992), ¿Cómo evaluar programas y servicios públicos? Aproximación sistemática y estudios de caso, Madrid, Ministerio para las Administraciones Públicas.

Bastos Tigre, P.; Lugones, G.; Porta, F. y Laplanne, M. (1999), “Cambio tecnológico y modernización de la industria automovilística del MERCOSUR”, BID-INTAL, Integración y comercio, Nº 7-8, enero-agosto.

Becattini, G. (1989), Modelli locali di sviluppo, Bolinia, Il Mulino.

Page 174: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

174 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Bell, M. y Pavitt, K. (1995), “The development of technological capabilities”, en Irfan ul Haque (ed.), Trade, technology and international competitiveness, Economic Development Institute, Banco Mundial.

Bellandi, M. (1989), “Capacità innovativa difusa e sistema locali di imprese”, en Becattini, G. (ed.) Modelli locali di sviluppo, Bolonia, Il Mulino.

Bessant , J. y Francis, D. (1999), “Using learning ne works o help improve manufac uring competiveness”, Technovation, 3.

Bianchi, P. y Miller, L. (2000), “Innovación, acción colectiva y crecimiento endó-geno: Un ensayo sobre las instituciones y el cambio estructural”, en Boscherini, Fabio y Poma, Lucio (comps.) Territorio, conocimiento y competitividad de las empresas: El rol de las instituciones en el espacio global, Buenos Aires/Madrid, Miño y Dávila/UNGS.

Bijner, W. E. y Law, J. (ed.) (1992), “Shaping technology / Building society”, en Studies un sociotechnical change, MIT Press.

Bisang, R. (2002), “Plataforma electrónica de abastecimiento”, mimeo.

—— y Chidiak, M. (1995), “Apertura económica, reestructuración productiva y medio ambiente. La siderurgia argentina en los 90”, Buenos Aires, Cenit, Documento de Trabajo Nº 19.

—— y Gutman, G. (2001), “Network and agribusiness, some reflections on South American countries experiences”, Seminario Internacional sobre Redes Produc-tivas e Instituciones en América Latina, IDEI/Universidad Nacional de General Sarmiento, mimeo.

——; Novick, M.; Szturlwark, S. y Yoguel, G. (2005), “Las redes de producción y el empleo, elementos básicos para la formulación de políticas públicas”, en Casalet Ravena, M.; Cimoli, M. y Yoguel, G. (eds.), Redes, jerarquías y dinámicas pro-ductivas, Flacso-México, OIT-México, Buenos Aires, Miño y Dávila, octubre.

Boscherini, F. y Poma, L. (2000), Territorio, conocimiento y competitividad de las empre-sas: el rol de las instituciones en el contexto global, Madrid, Miño y Dávila.

Boscherini, F. y Yoguel, G. (1996), “Algunas consideraciones sobre la medición de los procesos innovativos: la relevancia de los rasgos informales e incrementales”, en Revista Redes, Universidad de Quilmes.

Callon, M. y Law, J. (1989), “La protohistoire d’un laboratoire”, en Callon, M. (dir.), La Science et ses Réseaux, Paris, La Découverte.

Camagni, R. (ed.) (1991), Innovation networks; spatial perspectives, Londres, Belhaven Press.

Capello, R. (1999), “Spatial Transfer of Knowledge in High Technology Milieux: Learning Versus Collective Learning Processes”, en Regional Studies, Vol. 33, Nº 4, Routledge.

Page 175: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

175Tramas productivas y generación de ventajas competitivas

Carrillo, Jorge (1997), Maquiladoras automotrices en México: clusters y competencias de alto nivel, en Novick, M. y Gallart, M. A., Competitividad, redes productivas y competencias laborales, Montevideo, Cinterfor/OIT.

Cassiolato, J. y Lastres, H. (2000), “Local systems of innovation in MERCOSUR countries”, en Industry and innovation, Vol. 7, Nº 1.

Chudnovsky, D. y López, A. (1996), “Política científica en la Argentina: hay algo más que laissez faire?”, en Revista Redes, 6.

Cimoli, M.; Porcile, G.; Primi, A. y Vergara, S. (2005), Cambio estructural, hetero-geneidad productiva y tecnología en América Latina, Naciones Unidas, BID-CEPAL, Santiago de Chile.

Cohen, W. y Levinthal, D. (1989), “Innovation and Learning: The Two Faces of R&D”, en The Economic Journal, Vol. 99, Nº 397.

Coriat, B. (1992), Pensar al revés. Trabajo y organización en la empresa japonesa, Madrid, Siglo XXI.

—— y Taddei, D. (1995), Made in France, Buenos Aires, Alianza.

Cowan, R.; David, P. y Foray, D. (2000), “The explicit economics of knowledge codification and tacitness”, en Industrial and corporate change, 9(2).

DeBresson, C. y Amsse, F. (1991), “Networks of innovators: A review and introduction to the issue”, en Research Policy, Vol. 20, North Holland.

Ducatel, K. (1998), “Learning and skills in the knowledge economy”, Danish Reasearch Unit for Industrial Dynamics (DRUID), Working Paper Nº 98-2.

Dussel, E. (1998), “La subcontratación como proceso de aprendizaje: el caso de la electrónica en Jalisco (México) en la década de los 90”, Santiago de Chile, Proyecto Conjunto CEPAL-GTZ “Políticas para mejorar la calidad, eficiencia y la relevancia del entrenamiento profesional en América Latina y el Caribe” (FRG/96/S38).

Erbes, A.; Robert, V.; Yoguel, G.; Borello, J. y Lebedisnky, V. (2006), “Regímenes tec-nológico, de conocimiento y competencia en diferentes formas organizacionales: la dinámica entre difusión y apropiación”, en Desarrollo Económico, Nº 181.

—— y Yoguel, G. (2007a), “La importancia de las competencias endógenas en el desarrollo de las vinculaciones: los casos de las tramas siderúrgica y automotriz argentinas”, en <http://pav-tramas.ungs.edu.ar/tramas/Ungs/25_07_07/vincu-laciones.pdf>.

—— y —— (2007b), “Competencias tecnológicas y desarrollo de vinculaciones en la trama automotriz argentina en el período post-devaluación”, en <http://pav-tramas.ungs.edu.ar/tramas/Ungs/25_07_07/automotriz.pdf>.

Ernst, D. y Lundvall, A. (1997), “Information technology in the learning economy, challenges for developing countries”, Copenhague, Danish Research Unit for Industrial Dynamics (DRUID), Working Paper Nº 97-12.

Page 176: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

176 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Esser, K.; Hillebrandt, W.; Messner, D. y Meyer-Stamer, J. (1996), “Competitividad sistémica: nuevo desafío para las políticas públicas”, en Revista de la Cepal, N° 59.

Faulkner, W. (1998), “Knowledge Flows in Innovation”, en Williams, R.; Faulkner, W. y Fleck, J. (eds.), Exploring Expertise: Issues and Perspectives, Londres, MacMillan.

Freeman, C. (1988), “Japan: a new national system of innovation?”, en Dosi et. al. (ed.), Technical change and Economic theory, Londres, Pinter Publisher.

—— (1994), “The economics of technical change”, en Cambridge Journal of Economics, Vol. 18, Nº 5, octubre.

—— (1995), “The national system of innovation in historical perspective”, en Cambridge Journal of Economics, Vol. 19, Nº 1.

Gambardella, A. (2001), “Innovazione tecnologiche e accumulazione delle conoscenze: quale modello per le piccolle e medie imprese negli anni 90?”, en Piccolla Impresa/Small Business, 2.

Gereffi, G. (2001a), “Beyond the producer-driven/buyer-driven dichotomy. The evolution of Global Value Chains in the Internet Era”, en IDS Bulletin, Vol. 32, Nº 3.

—— (2001b), “Shifting governence. Structures in global commodity chains, with special reference to the Internet”, en American behavior scientist, Vol. 44, Nº 10, junio.

Giuliani, E. (2002), “Cluster absorptive capability: an evolutionary approach for industrial clusters in developing countries”, DRUID Summer Conference on Industrial Dynamics of the New and Old Economy –Who is embracing whom?, Copenhague/Elsinore, junio, en <www.druid.dk/conferencies/summer2002/papers>.

Hirschman, A. (1996), Tendencias auto-subversivas, México DF, FCE.

—— (1958), The Strategy of Economic Development, New Haven, Yale University Press.

Hollingsworth, R. y Boyer, R. (eds.) (1997), Contemporary Capitalism. The Embeddedness of Institutions, UK, Cambridge University Press.

Humphrey, J. (1995), “Industrial Reorganization in Developing Countries: From Models to Trajectories”, en World Development, Vol. 23, N° 1, enero, Elsevier.

—— y Schmitz, H. (2000), “Governance and upgrading: linking industrial cluster and global value chain research”, Sussex, IDS, Working Paper Nº 120.

—— y —— (2001), “Governance in global value chains”, IDS Bulletin, Vol. 32, Nº 3.

Johnson, B.; Lorenz, E. y Lundvall, B. (2000), “Why all this fuss about codified and tacit knowledge”, en Industrial and Corporate Change, Vol. 11, N° 2.

Page 177: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

177Tramas productivas y generación de ventajas competitivas

Jürgens, U. (1998), “Implanting change: the role of indigenous transplant in transforming the German productive model”, en Boyer, R. et al., Between imitation and innovation, Oxford, Oxford University Press.

Kitschelt, H. (1991), “Industrial Governance Structures, Innovation Strategies, and the Case of Japan: Sectoral or Cross-National Comparative Analysis?”, en International Organization, Vol. 45, N° 4.

Kosacoff, B.; Bonvecchi, C.; Novick, M. y Porta, F. (1999), “Hacia un mejor entorno competitivo de la producción automotriz argentina”, Buenos Aires, CEPAL, Documento de Trabajo Nº 82.

Lall, S. (1992), “Technological capabilities and industrialization”, en World Development.

Leite, M. (1999), “Nuevos desafios en el mundo del trabajo”, en Sociología del Trabajo, N° 36, Madrid, Siglo XXI.

Leydesdorff, L. y Etzkowitz, H. (2001), “The transformation of University-industry-government Relations”, en Electronic Journal of Sociology, 5, 4.

Lugones, G. y Sierra, P. (1998), “Cambios en la industria automotriz en los ‘90”, Instituto de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología, Universidad de Quilmes, Documento de Trabajo Nº 9.

Luna, M. y Velazco, J. (2005a), “Redes de conocimiento: principios de coordina-ción y mecanismos de integración”, en Albornoz, M. y Alfaraz (eds.), Redes de Conocimiento: construcción, dinámica y gestión, Buenos Aires, Ricyt-Unesco-Cyted-Redes.

—— y —— (2005b), “Confianza y desempeño en las redes sociales”, en Revista Mexicana de Sociología, 67.

Lundvall, B. (1992), “User-producer relationships, national systems of innovation and internationalisation”, en Lundvall, B. (ed.) National systems of innovation. Towards a theory of innovation and interactive learning, Londres, Pinter.

—— (1993), “Explaining interfirm cooperation and innovation: limits of the transaction-cost approach”, en Grahber, G. (ed.), The embedded firm on the socioeconomics of industrial networks, Londres, Routledge.

—— (1996), “The social dimension of the learning economy”, Aalborg, Danish Reasearch Unit for Industrial Dynamics (DRUID), Working Paper Nº 96-1.

Malerba, F. y Orsenigo, L. (2000), “Knowledge, innovative activities and industrial evolution”, en Industrial and corporate change, Vol. 9, Nº 2.

Markusen, A. (1999), “Fuzzy concepts, scanty evidence, policy distance: the case for rigour and policy relevance in critical regional studies”, en Debates and surveys, Regional Studies Association.

Méhaut, P. (1995), “Transformaciones organizativas y políticas de formación: ¿Cuá-les son las lógicas de las competencias?”, en Revista Europea de formación Profesional, Nº 5, París.

Page 178: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

178 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Messner, D. y Meyer-Stamer, J. (2000), “Governance and Networks. Tools to Study the Dynamics of Clusters and Global Value Chains”, Institute for Development and Peace, University of Duisburg. Paper prepared for the IDS/INEF Project “The Impact of Global and Local Governance on Industrial Upgrading”, Duisburg.

Metcalfe, S. (1995), “The economic foundations of technology policy”, en Stoneman, P. (ed.), Handbook of the economics of innovation and technical change, Oxford, Blackwell.

Meyer-Stamer, J. (1998), “Path dependence in regional development: persistence and change in three industrial clusters in Santa Catarina, Brazil”, en World Development, Vol. 26, Nº 8.

Moori Koenig, V. y Yoguel, G. (1998), “El desarrollo de capacidades innovativas de las firmas en un medio de escaso desarrollo del sistema local de innovación”, Instituto de Industria, Universidad Nacional de General Sarmiento, Documento de Trabajo Nº 9.

Motta, J.; Roitter, S.; Cuttica, M. y Moncarz, P. (1998), El modelo de organización industrial vigente en el sector automotor argentino a fines de la década de 1990, Instituto de Economía y Finanzas de la Universidad Nacional de Cór-doba/CEPAL.

Nadvi, K. (1999), “Collective efficiency and collective failure: the response of the Sialkot Surgical Instruments cluster to Global Quality pressures”, en World Development, Vol. 27, Nº 9.

Nonaka, I. y Takeuchi, H. (1995), The knowledge creating company: how japanese companies create the dynamics of innovation, Oxford, Oxford University Press.

—— y Toyama, R. (2002), “A firm as a dialectical being; towards a dynamic theory of the firm”, en Industrial and Corporate Change, Vol. 11, Nº 5.

Novick, M. (1999), “La organización del trabajo en América Latina”, en De la Garza, E. (comp.), Sociología del trabajo en América Latina, México DF, Fondo de Cultura Económica.

—— y Buceta, M. (1997), “La ‘trama productiva’ del sector automotriz argentino: cambios en las firmas y demandas de nuevas competencias laborales”, en Revista latinoamericana de estudios del trabajo, Año 3, Nº 6.

—— y Gallart, A. (1997), Competitividad, redes productivas y competencias laborales, Montevideo, Cinterfor/OIT/RET.

—— y Yoguel, G. (1998), “Espacios emergentes en la industria automotriz inter-nacional: algunas evidencias del caso argentino”, VI International Meeting of GERPISA, París, junio.

——; —— y Milesi, D. (2002), “Redes productivas: un estudio comparativo entre dos cadenas de producción en la Argentina (automotriz y siderúrgica)”, International Conference CEBRAP-ILAS, en <www.conference.hpg.com.br>.

Page 179: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

179Tramas productivas y generación de ventajas competitivas

Novick, M.; Yoguel, G.; Albornoz, F. y Catalano, A. (2001a), “New configurations in the Argentine automobile industry: the tension between production and business strategies”, GERPISA Neuvieme Rencontre Internationale: les Reconfigurations de là Industrie Automobile: Alliances, Cession, Fusion-Adquisition, Partenariats, Scission, Paris, junio.

——; ——; —— y —— (2001b), Nuevas configuraciones en el sector automotor argentino: la tensión entre estrategias productivas y comerciales, Venezuela, Cen-tro de Estudios de Desarrollo (CENDES), Universidad Central de Venezuela.

Owen, J. M. y Rogers, P. (1999), Program Evaluation. Forms and Approaches,Londres, Sage.

Poma, L. (2000), “La nueva competencia territorial”, en Boscherini, F. y Poma, L., Territorio, conocimiento y competitividad de las empresas: el rol de las institu-ciones en el contexto global, Madrid, Miño y Dávila.

Perret, B. (1993), “Réflexions sur les différents modèles d’ évaluation”, en Revue Française D´Administraction Publique, 66.

Preiss, O.; Delfini, S. y Borello, J. (2007), “Tramas productivas en Argentina: unidad y diversidad en sus trayectorias”, en Delfini et al. (eds.), Tramas productivas y desar-rollo del conocimiento, Prometeo/Universidad Nacional de General Sarmiento.

Robert, V. y Silva, D. (2007), “Competencias tecnológicas y desarrollo de vincu-laciones en la trama siderúrgica argentina en el período post-devaluación”, en <http://pav-tramas.ungs.edu.ar/tramas/Ungs/25_07_07/automotriz.pdf>.

Roitter, S.; Erbes, A.; Yoguel, G.; Delfín, M. y Pujol, A. (2007), “Conocimiento, orga-nización del trabajo y empleo en agentes pertenecientes a las tramas productivas automotriz y siderúrgica”, PAV057, Instituto de Industria, mimeo.

Rossi, P. H.; Freeman, H. E. y Lipsey, M. W. (1999), Evaluation: A systematic Approach, Londres, Sage.

Rullani, E. (2000), “El valor del conocimiento”, en Boscherini, F. y Poma, L., Terri-torio, conocimiento y competitividad de las empresas: el rol de las instituciones en el contexto global, Madrid, Miño y Dávila.

Saxenian, A. (1979), Regional advantage, culture and competition in Silicon Valley and Route 128, Cambridge, Harvard University Press.

Schmitz, H. (1995), “Collective efficency: growth path for small-scale industry”, en Journal of development studies, Vol. 31, Nº 4, abril.

—— (1999), “Global competition and local co-operation: success and failure in the Synos Valley, Brazil”, en World Development, Vol. 27, Nº 9.

—— (2000), “Local upgrading in global chains”, International Conference on Local Production Systems and New Industrial Policies, Río de Janeiro, septiembre, mimeo.

Page 180: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

180 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

—— y Nadvi, K. (eds.) (1999), “Número Especial” de World Development, Vol. 27, Nº 9.

Scott, A. (1996), “Regional motors for the global economy”, en Futures, Vol. 28, Nº 5.

Shimitzu, K. (2000), “Un nouveau toyotisme?”, en Freyssenet, M.; Mair, A.; Shimitzu, K. y Volpato, G., Quel modele productif?, París, La Découverte.

Storper, M. (1995), “The resurgence of regional economies ten years later”, en European urban and regional studies, Vol. 2, Nº 3.

Subirats, J. (1989), Análisis de políticas públicas y eficacia de la administración, Madrid, Ministerio para las Administraciones Públicas.

Tether, B. (1998), “Small and large firms: sources of unequal innovations?”, en Research Policy, Vol. 27, North Holland.

—— y Swann, P. (2003), “Sourcing Science. The use by Industry of the Science Base for Innovation. Evidence from the UK’s Innovation survey”, CRIC Discussion Paper Nº 64, University of Manchester.

Woolcock, M. (1998), “Social capital and economic development: Toward a theoretical synthesis and policy framework”, en Theory and Society, Vol. 27, N° 2.

Yoguel, G. (2000), “Creación de competencias en ambientes locales y redes produc-tivas”, en Revista de la CEPAL, Nº 71.

—— y Boscherini, F. (1996), “La capacidad innovativa y el fortalecimiento de la competitividad de las firmas: el caso de las PyMEs exportadoras argentinas”, Buenos Aires, CEPAL, Documento de Trabajo Nº 71.

—— y López, M. (2000), “Sistemas locales de innovación y el desarrollo de la capacidad innovativa de las firmas: las evidencias del cuasi-distrito de Rafaela”, Revista Redes, Vol. VII, Nº 15, agosto.

——; Milesi, D. y Novick, M. (2003), “Desarrollo de proveedores, entorno productivo y creación de ventajas competitivas: el caso de una trama siderúrgica argentina”, en Informes de investigación, Universidad Nacional de General Sarmiento, Nº 17.

——; Novick, M. y Marin, A. (2001a), “Production networks linkages, innovation processes and social management technologies. A methodological approach applied to the Volkswagen case in Argentina”, Danish Research Unit Industrial Dynamics (DRUID), Electronic papers, en <www.business.auc.dk>.

——; —— y —— (2001b), “Estilos de vinculación, procesos de innovación y tecnología de gestión social”, en Revista Redes, Nº 17, junio.

——; —— y —— (2001c), “Tramas produtivas, processos de inovação e tecnologias de gestão social: uma aproximação metodológica aplicada ao complexo automo-tor argentino”, en Araujo Guimarães, N. y Martin, S. (orgs.), Competitividade e desenvolvimento: atores e instituições locais, San Pablo, Editora do SENAC.

Page 181: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

181

Roberto Bisang y Sebastián Sztulwark

El presente artículo detalla los resultados de un estudio piloto focalizado en el complejo de la soja, considerado como un caso que articula

componentes de alta tecnología, precisamente biotecnología, en el seno de un conjunto de estudios dedicados a evaluar y ajustar el abordaje meto-dológico para el análisis de tramas productivas y clusters regionales.

El interés teórico y metodológico de la indagación del complejo de la soja reside justamente en que se sitúa en la frontera del campo conceptual de la ocupación y el empleo tal como son defi nidas habitualmente esas nociones en las estadísticas respectivas. El enfoque de tramas producti-vas, por su parte, trasciende también los límites sectoriales que sirven de marco tanto a dichas estadísticas como a las referidas a temas productivos y económicos en general.

La producción de soja y sus derivados se cuenta entre las actividades más dinámicas de la economía argentina. Habiéndose iniciado a mediados de los años setenta (cuando este cultivo comienza a tener, localmente, escala comercial), la cosecha 2004-2005 trepó a poco más de 38 millo-nes de toneladas, lo cual explica casi el 50% del total de la producción argentina de cereales y oleaginosas. Estimaciones del valor bruto de pro-ducción de la actividad primaria lo ubican en el entorno de los 16.500 millones de pesos corrientes, situándola entre las de mayor facturación de la economía argentina. El grueso de la producción –ya sea grano o aceites y derivados– se exporta; las colocaciones externas del último año llegan casi a los 8.200 millones de dólares, lo cual signifi ca algo menos de 1/3 de las ventas totales de la Argentina al exterior. Se trata de un sector que

Page 182: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

182 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

además tiene relevancia fi scal, especialmente por los impuestos al comer-cio exterior; en el año 2004, la actividad contribuyó con 580 millones de dólares de retenciones (Márgenes Agropecuarios, 2005).

Este desempeño es sustentado por una base productiva y tecnológica conformada, a lo largo de la última década, por un nuevo paquete técnico y su consecuente modelo de organización de la producción. El primero de los temas está centrado en el uso masivo de semillas transgénicas y la siembra directa, mientras que el segundo gira en torno a una creciente separación de la propiedad de la tierra respecto de quien desarrolla las actividades, lo que se traduce en una masiva contratación de servicios. La subcontratación es –en el caso argentino– una modalidad de larga data asociada a la forma inicial de reparto de tierras, el perfi l de explotación agropecuaria, las leyes de arrendamiento y otros factores.

Diversos trabajos recientes dan cuenta del dinámico proceso de difu-sión adaptativa de la soja transgénica –operado a partir de la segunda mitad de los años noventa– y su relación con las transformaciones regis-tradas en el agro argentino. Se trata de una experiencia inédita en el nivel internacional en términos de la velocidad de adopción del nuevo cultivo como base para la generación de ventajas competitivas que permiten una rápida inserción internacional (Bisang, 2003a y 2003b; Trigo et al., 2002; Ekboir, 2003; Regúnaga et al., 2003).

Complementariamente, la etapa posterior de procesamiento industrial también evidencia un claro dinamismo. Grosso modo, desde mediados de los noventa, en cada lustro se produjo una nueva oleada de inversiones sustantivas en la capacidad de molienda, que, en base a tecnologías de avanzada, acompaña a la creciente oferta de granos. A ello cabe acoplar el avance de las instalaciones portuarias para exportación con las corres-pondientes facilidades de logística y transporte (Gutman, 2000; Gutman et al., 2006).

Esta dinámica tiene, al menos, dos aspectos controversiales. El pri-mero se refi ere a los niveles de sustentabilidad (económica, ecológica, etc.) de estos desarrollos, mientras que el segundo gira en torno a la capa-cidad de la actividad sojera en su conjunto de generar empleo a un ritmo tan dinámico como el evidenciado en el plano productivo y/o exportador (Pengue, 2000; Teubal y Rodríguez, 2002; Llach et al., 2004; López y Oliverio, 2003; Schvarzer, 2005).

En relación con el segundo aspecto, subyace la noción de que los nive-les de ocupación que genera la economía están relacionados directamente con los rasgos de la estructura productiva y menos con las regulaciones del mercado laboral. En tal sentido, la adopción de cambio técnico y otras

Page 183: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

183Tramas productivas de alta tecnología y ocupación

razones han contribuido a modelar una nueva forma de organización de la producción agraria que tiene en la trama de la soja una de sus mani-festaciones más relevantes.

Desde esta perspectiva, el análisis de lo ocurrido en la trama de la soja resulta un caso analítico de interés dado que permite examinar: i) las relaciones entre los cambios tecnológicos y las modifi caciones en la estructura productiva; ii) los procesos de generación de ocupación en el marco de las nuevas formas de organización del agro en su conjunto; y iii) la debilidad/fortaleza del sistema público de captación de información referida a la cantidad, calidad y tipología de la ocupación generada.

El trabajo encuentra su justifi cación en dos difi cultades existentes en la captación de la ocupación generada por la actividad en su conjunto.

La primera de ellas consiste en que las estadísticas habituales tienen como unidad de referencia el sector (o la “rama”, si se apela a la Cla-sifi cación Industrial Internacional Uniforme, CIIU, que se utiliza en el sistema de cuentas nacionales local). En el caso específi co de la soja, esta se encuadra dentro de cultivos en el rubro actividades primarias. Sin embargo, la producción (e industrialización) de la soja se desarrolla en base a un tramado de agentes económicos y actividades más amplio que incluye los proveedores de insumos (semillas, biocidas y demás), servi-cios agropecuarios (siembra, cosecha, fumigación y otros), transporte, almacenamiento, logística y las etapas estrictamente industriales. La posibilidad de abordar el estudio de este tramado mediante la utilización de la matriz de insumo-producto enfrenta algunas limitaciones impor-tantes. Los datos disponibles de dicha matriz corresponden al año 1996 (elaborados en 1997), fecha previa a parte importante del cambio tecno-productivo en la trama de la soja (por ejemplo, la liberación comercial de la soja transgénica se produce en 1996 y comienza a difundirse masi-vamente desde 1998). La introducción de un nuevo paquete tecnológico implica un cambio en la estructura de producción que le resta precisión explicativa a la matriz de insumo-producto.

La segunda difi cultad se refi ere a la tendencia de una parte de las estadísticas públicas a asociar ocupación con puestos de trabajo formali-zados a través de una relación salarial (trabajo asalariado). En el caso bajo análisis, especialmente en el nivel de las actividades económicas prima-rias, enfoques de este tipo captan parcialmente la creciente modalidad de desarrollar dichas actividades bajo diversas formas de contratos mercan-tiles, no laborales. De esta forma, las estadísticas captan parcialmente las nuevas realidades en el marco de la emergencia de nuevas modalidades de trabajo. Como estas últimas se extienden también a otras actividades

Page 184: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

184 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

además de las primarias, las difi cultades conceptuales se agudizan, al punto de no ser poco frecuentes los enfoques que plantean una “crisis de la relación salarial” para abordar el tema.

El propósito central del trabajo es remarcar los problemas metodológi-cos que habitualmente se encuentran cuando se desea analizar produccio-nes agropecuarias organizadas de esta forma en base a los instrumentos y conceptos tradicionales de medición. El análisis específi co de la trama de la soja permite ejemplifi car los problemas antes mencionados, aunque conviene plantear de antemano algunas limitaciones del abordaje pro-puesto. En primer lugar, las estimaciones aquí referidas a la ocupación generada por las actividades vinculadas con la soja no contemplan las reducciones que eventualmente puedan haberse generado en otras acti-vidades que compiten con esta por el uso de la tierra, lo cual demandaría un análisis integral del tema ocupación en el sector agropecuario en su conjunto. En segundo lugar, en el enfoque aquí adoptado, la ocupación se trata de manera homogénea sin discriminar: i) su forma contractual, sean asalariados permanentes, remuneraciones en base a porcentajes de producción según resultados e independientes de la cantidad de trabajo, u otras; ii) la cantidad de horas de trabajo; y iii) la calidad del trabajo. En función de ello, las estimaciones que se presentan son de corte tentativo, advirtiéndose la inconveniencia de su comparación con los habituales estimadores de empleo.

En función de lo expuesto, el presente estudio: i) abandona la perspec-tiva del sector como unidad de análisis para focalizar en el concepto de trama, y ii) se centra en el conjunto de puestos de trabajo que en ella se generan, independientemente de su caracterización económica, jurídica y/o fi scal.

Ello lleva a incluir estimaciones de los niveles de ocupación tanto en la actividad primaria, efectuadas por el dueño de la tierra o el con-tratista, como en las actividades de servicios de provisión de insumos (aguas arriba), el almacenamiento, el transporte, las actividades de pro-cesamiento industrial (molienda para obtener aceites y derivados y la posterior logística que sustenta la exportación. Se excluyen taxativamente las actividades industriales posteriores (alimentos balanceados, leche de soja, lecitinas y otros derivados de la molienda de la soja y de sus acei-tes), como asimismo la actividad portuaria asociada a las exportaciones de aceites y subproductos.

El trabajo está centrado en: i) establecer los posibles circuitos de pro-ducción en el interior de la trama de la soja; ii) identifi car a las empresas que operan en cada etapa/sector, estimando su pertenencia a la trama de

Page 185: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

185Tramas productivas de alta tecnología y ocupación

la soja, dado que en muchos casos se comparten actividades con otros cultivos; y iii) estimar la ocupación para dichas empresas según fuentes públicas y otras de corte secundario.

Se estructura de la siguiente forma: en la primera parte se pasa revista a la evolución productiva reciente de la trama de la soja; a continuación el análisis gira en torno a los cambios ocurridos últimamente en dicha trama para terminar delimitando los diversos circuitos de la actividad. Ello permitirá, en la tercera parte del artículo, efectuar una estimación de la ocupación para cada uno de los componentes del conjunto de la trama, como paso previo a las conclusiones donde se detallan los resultados del trabajo.

1.1. Punto de partida: la introducción de la soja convencional en la Argentina

La soja fue introducida en la Argentina como un cultivo nuevo a par-tir de los inicios de los años setenta. Los primeros desarrollos se habían llevado a cabo dos décadas antes en la Estación Obispo Colombres de Tucumán en un intento por encontrar cultivos sustentables capaces de reemplazar al monocultivo de la caña de azúcar. A fi nes de los años sesenta el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) esta-blece un programa de mejoramiento y adaptación de distintas variedades; ubicado inicialmente en Pergamino y luego trasladado a la estación expe-rimental de Marcos Juárez, este fue uno de los programas de generación de semillas adaptadas a las condiciones del medio local que permitiría la posterior difusión masiva del cultivo. En paralelo, otros desarrollos fueron impulsados por algunos semilleros locales (AAPRESID, 2002). El tema fue promovido enfáticamente desde la Secretaría de Agricultura en 1973 a través de un proyecto nacional que aunó los esfuerzos pri-vados con los públicos. Los primeras producciones signifi cativas datan de mediados de los años setenta y se ubican en la zona este de Córdoba y sur de Santa Fe, en clara competencia por tierras dedicadas casi con exclusividad al cultivo del maíz.

El dinamismo inicial fue impulsado por dos elementos concurrentes: i) la reducción en la rentabilidad del esquema de producción previo,

Page 186: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

186 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

basado en un cultivo anual, con escasa fertilización, técnicas de implan-tación convencionales y eventuales rotaciones con la ganadería, y ii) una creciente demanda externa de granos oleaginosos (Obstchatko, 1996).

La producción comenzó a tomar fuerza a lo largo de los años setenta sobre la base de un esquema convencional de implantación: roturación de la tierra (arado, rastra, siembra, rastra) y uso (paulatinamente creciente) de un paquete de herbicidas selectivo para cada conjunto de malezas. Otras labores complementarias consistían en aplicaciones para comba-tir otras plagas (pulgones, chinches, etc.). Ello sentó las bases para las prácticas extendidas de fumigaciones, que no eran habituales en el agro local.

Las primeras cosechas sustantivas de oleaginosas se destinaron casi exclusivamente a la exportación bajo la forma de granos, ante el escaso desarrollo de la molinería local. Las empresas dedicadas a la molienda fueron una derivación de aceiteras dedicadas al algodón, el girasol, el maní y, en menor medida, el maíz. Unas pocas eran emprendimientos nuevos en la actividad, asociados con el comercio de granos u otras actividades primarias. Se habían desarrollado durante décadas como respuesta a la demanda interna y se ubicaban geográfi camente en las cercanías de las zonas de producción1.

La producción de granos creció rápidamente hasta ubicarse, a inicios de los años ochenta, en valores productivos promedio que oscilaban alre-dedor de los 4 millones de toneladas por año. A partir de allí, el modelo cambió sustantivamente cuando se verifi có la concurrencia de varios elementos: i) una política de restricción a las exportaciones de granos en simultáneo con una tasa de protección efectiva atractiva que facilitaba las colocaciones externas de aceites y pellets; ii) facilidades crediticias, impositivas y de promoción industrial; y iii) un mercado internacional con demanda creciente y precios en ascenso.

La respuesta productiva en el nivel primario fue un rápido crecimiento que llevó a duplicar la producción a lo largo de la década. Se verifi có una co-evolución entre la producción de granos y la expansión de la capacidad interna de molienda, atraídas por el dinamismo del comercio internacional y las condiciones regulatorias internas.

A fi nes de los ochenta, aún en el marco de una tendencia positiva y desde una perspectiva de largo plazo, comenzó a avizorarse cierto estan-camiento productivo relacionado con los vaivenes de la demanda inter-

1 Estas lógicas guiaron el desarrollo de empresas como Aceitera Gral. Deheza, Vicentín, Buyatti, Oleaginosa Moreno e incluso Bunge y Born.

Page 187: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

187Tramas productivas de alta tecnología y ocupación

nacional (en precios y cantidades), las intervenciones sobre los precios relativos (con las retenciones y los juegos de aranceles sobre insumos-producto), el fi n del “reemplazo fácil” por otros cultivos (como el maíz) e, incluso, los primeros síntomas de agotamiento de los suelos.

Ello creó las bases para la posterior difusión de un paquete tecnoló-gico ahorrador de costos, conformado por la siembra directa, el uso de semilla transgénica resistente al glifosato, el reemplazo de varios herbi-cidas por el glifosato y un uso mayor de los fertilizantes.

1.2. Difusión de tecnología y cambio estructural: la soja transgénica y otras innovaciones

La situación mejoró parcialmente en los primeros años de la década del noventa como efecto de mejoras en los precios relativos (quita de retenciones, reducción de aranceles a la importación de insumos, etc.), lo cual se tradujo en mayores saldos productivos. A mediados de los años noventa y en el marco de un clima expansivo, con fuertes inversiones y creciente endeudamiento del sector, el modelo entró en una fase de crisis a partir de una severa reducción de los precios internacionales sumada a la paulatina apreciación cambiaria interna. En ese momento se libera a la venta la semilla de soja transgénica y se termina de articular el paquete tecnológico que se complementa con la siembra directa (SD) y el cre-ciente uso de fertilizantes.

El nuevo paquete tecnológico se difundió rápidamente, dando lugar a una reconfi guración productiva cuyo resultado concreto fue la ampliación de la producción de granos. Esto último fue acompañado por nuevas inversiones en la industria de la molienda, lo cual reforzó el modelo traccionado por la demanda internacional.

En el nivel productivo, el promedio de los 12 millones de toneladas de la primera mitad de los noventa fue rápidamente superado, a punto tal que en 2002 se había duplicado la producción respecto de 5 años antes.

Page 188: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

188 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

CUADRO 1. Evolución de la producción de soja en la Argentina, 1970-2005 (hectáreas, litros, toneladas y porcentajes)

AñoTo

tal S

iem

bra

Siem

bra

Dir

ecta

Siem

bra

Dir

ecta

/ T

otal

Con

sum

o G

lifos

ato

Soja

RR

Soja

RR

/ S

oja

Tota

l

Prod

ucci

ón T

otal

So

ja

1970-71 37.700 0 0 s/d 0 0 59.000

1971-72 79.800 0 0 s/d 0 0 78.000

1972-73 169.440 0 0 s/d 0 0 272.000

1973-74 376.700 0 0 s/d 0 0 496.000

1974-75 369.500 0 0 s/d 0 0 485.000

1975-76 442.500 0 0 s/d 0 0 695.000

1976-77 710.000 0 0 s/d 0 0 1.400.000

1977-78 1.200.000 0 0 s/d 0 0 2.500.000

1978-79 1.640.000 0 0 s/d 0 0 3.700.000

1979-80 2.100.000 0 0 s/d 0 0 3.500.000

1980-81 1.925.000 0 0 s/d 0 0 3.770.000

1981-82 2.040.000 0 0 s/d 0 0 4.150.000

1982-83 2.362.000 0 0 s/d 0 0 4.000.000

1983-84 2.920.000 0 0 s/d 0 0 7.000.000

1984-85 3.300.000 1.000 0,0 s/d 0 0 6.500.000

1985-86 3.340.000 1.500 0,0 s/d 0 0 7.100.000

1986-87 3.700.000 6.000 0,2 s/d 0 0 6.700.000

1987-88 4.413.000 22.000 0,5 s/d 0 0 9.900.000

1988-89 4.670.000 50.000 1,1 s/d 0 0 6.500.000

1989-90 5.100.000 80.000 1,6 s/d 0 0 10.700.000

1990-91 4.966.600 280.000 5,6 s/d 0 0 10.862.000

1991-92 5.040.000 445.000 8,8 s/d 0 0 11.310.000

1992-93 5.319.660 775.000 14,6 10.000 0 0 11.045.400

1993-94 5.817.490 1.350.000 23,2 250.000 0 0 11.719.900

1994-95 6.011.240 1.670.000 27,8 50.000 0 0 12.133.000

1995-96 6.002.155 2.150.000 35,8 762.000 0 0 12.448.200

1996-97 6.669.500 2.859.500 42,9 1.263.000 37.000 0,6 11.004.890

1997-98 7.162.250 3.250.000 45,4 2.852.000 1.756.000 24,5 18.732.172

1998-99 8.400.000 3.782.500 45,0 4.543.000 4.800.000 57,1 20.000.000

1999-00 8.790.500 5.016.000 57,1 6.097.000 6.640.000 75,5 20.135.800

Page 189: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

189Tramas productivas de alta tecnología y ocupación

Continuación CUADRO 12000-01 10.664.330 6.658.800 62,4 82.350.000 9.000.000 84,4 26.880.852

2001-02 11.639.240 8.670.000 74,5 81.499.870 10.925.000 93,9 30.000.000

2002-03 12.606.845 9.537.000 75,6 s/d 12.446.000 98,7 34.818.552

2003-04 14.526.606 10.490.000 72,2 s/d 13.230.000 91,1 31.576.752

2004-05 14.399.998 10.500.000 72,9 s/d 14.058.000 97,6 38.300.000

Fuente: Elaboración propia en base a datos de Secretaría de Agricultura Ganadería, Pesca y Alimentación (SAGPyA), Asociación de Semilleros Argentinos (ASA) y Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID).

* Valores estimados para 2004-2005.** La zona sombreada del cuadro indica los años con cultivos de soja transgénica.

CUADRO 2. Evolución exportaciones y precios internacionales de soja, 1980-2005 (miles de dólares y dólares por tonelada)

Año Granos de soja

Aceite de soja

Pellets de soja Total

Precio FOB grano

Precio FOB aceite

1980 s/d 53.422 s/d 53.422 271,85 518,67

1981 s/d 35.914 s/d 35.914 272,10 465,67

1982 s/d 72.431 s/d 72.431 233,74 412,25

1983 s/d 133.528 s/d 133.528 241,40 494,75

1984 850.339 282.195 s/d 1.132.534 269,78 701,17

1985 581.813 301.340 s/d 883.153 214,49 544,92

1986 487.905 210.364 s/d 698.269 197,91 311,67

1987 264.309 226.958 s/d 491.267 204,08 317,58

1988 549.002 408.121 s/d 957.123 286,83 423,83

1989 120.431 334.371 s/d 454.802 258,34 416,67

1990 685.579 413.703 s/d 1.099.282 229,06 425,67

1991 470.800 231.260 s/d 702.060 220,78 416,83

1992 641.258 520.532 1.208.951 2.370.741 220,30 396,42

1993 544.877 593.607 1.238.726 2.377.210 239,07 442,83

1994 690.365 844.149 1.145.873 2.680.387 239,33 586,17

1995 535.731 927.544 1.022.242 2.485.517 238,38 604,58

1996 587.603 877.070 1.984.046 3.448.719 290,36 514,98

1997 138.626 1.010.778 2.044.097 3.193.501 291,92 544,75

1998 642.471 1.441.957 1.740.667 3.825.095 236,33 609,50

1999 503.502 1.205.868 1.800.299 3.509.669 186,00 402,50

Page 190: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

190 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Continuación CUADRO 2

Año Granos de soja

Aceite de soja

Pellets de soja Total

Precio FOB grano

Precio FOB aceite

2000 772.875 906.547 2.169.399 3.848.821 193,50 311,50

2001 1.239.173 1.000.267 2.401.056 4.640.496 182,00 312,92

2002 1.113.493 1.280.165 2.568.408 4.962.066 201,43 420,42

2003 1.836.468 2.003.451 3.266.499 7.106.418 246,75 517,25

2004 1.729.907 2.230.238 3.603.421 7.563.566 291,92 533,58

2005 2.263.720 2.109.597 3.792.324 8.165.641 247,55 466,00

Fuente: Elaboración propia en base a datos de SAGPyA.

Las nuevas condiciones de precios relativos, sumadas al favorable contexto internacional, dieron como resultado un nuevo dinamismo pro-ductivo que lleva a la actividad a niveles superiores a los 38 millones de toneladas. Los registros de la campaña 2004-2005 triplican a los de una década atrás.

Este comportamiento fue el resultado de: • la difusión masiva de un nuevo paquete agronómico articulado por la

semilla transgénica (y complementado por la siembra directa y el uso de fertilizantes y herbicidas);

• la consolidación de una nueva forma de organización de la producción –la trama– incluyendo ahora no sólo la actividad primaria sino también la industria y los servicios (con los consecuentes impactos sobre el nivel y la tipología de la ocupación);

• las favorables condiciones de precios relativos; • la preexistencia de una base tecnológica, productiva y empresaria.

Estos aspectos son las razones estructurales que subyacen a la gene-ración de ocupación en la trama de la soja. En el próximo apartado ana-lizaremos los aspectos sustantivos de estos temas, comenzando por la parte primaria y concluyendo con la industrial.

2.1. Introducción

La agricultura es una de las actividades más antiguas de la humanidad; su desarrollo fue simultáneo a la sedentarización. Unida su evolución

Page 191: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

191Tramas productivas de alta tecnología y ocupación

a la de los hábitos alimentarios y a la necesidad de autosustentación, desde los inicios de la actividad el control de la tecnología radicaba en los conocimientos tácitos del productor. Las vicisitudes climáticas, las especifi cidades de los suelos y climas en el ámbito regional y otros ele-mentos (incluso de corte cultural) hicieron que el grueso de las tecnolo-gías de proceso sean difícilmente codifi cables y, con ello, similares, en sus dinámicas de generación y difusión, a otras de corte industrial. La denominada “revolución verde”2 modifi có parcialmente esta lógica de funcionamiento con la introducción de tres elementos que provenían de otras actividades (tanto productivas como científi cas): i) la mecanización de la actividad; ii) el uso de fertilizantes (para suplir/mejorar los suelos) y biocidas (para controlar a los competidores y/o depredadores); y iii) los mejoramientos de las genéticas de semillas a partir de la selección –por métodos naturales– a fi n de centrar las producciones en las varieda-des que mejor se adapten a las múltiples especifi cidades de los diversos climas y suelos.

La conjunción de estos tres factores introdujo un salto en la produc-tividad sustentada en una determinada forma de organización de la pro-ducción y de especialización/coordinación con las etapas subsiguientes de la cadena productiva. A nivel primario se generaron explotaciones con una mayor capitalización de equipos y tierras, una creciente relevancia del conocimiento tácito de coordinación de las actividades internas y el desarrollo de técnicas específi cas de cultivos, tales como la roturación como base de implantación, el uso de semillas híbridas fertilizantes y biocidas de control, etc. En cuanto a la articulación de la cadena produc-tiva, la producción primaria se mantuvo independiente de la industrial y relacionada con esta casi exclusivamente vía transacciones de mercado, e intermediada por la “bisagra” del almacenamiento, el acopio y el acon-dicionamiento, como etapa específi ca.

Desde el punto de vista de la ocupación, la unidad productiva prima-ria exhibía una elevada integración vertical, dado que el grueso de las actividades se realizaba internamente y con equipos propios, y sólo se contrataban externamente las labores de fumigación, trilla, recolección y parte del almacenaje. Este perfi l de empresa agropecuaria constituye el epicentro del sistema de medición del empleo, incluyendo tanto la

2 Fue, a grandes rasgos, la contracara de la denominada revolución industrial en su fase fordista. Al igual que en el caso de la industria, el nuevo modelo agrícola operó sobre la base de una fuerte especialización de la maquinaria, una reducida gama de productos, la serialización de la producción, una tendencia constante al logro de grandes volúmenes y un modelo productivo muy integrado y con escasa fl exibilidad.

Page 192: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

192 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

ocupación asignada a los propietarios, como el empleo asalariado, sea este formal y estable o transitorio.

En suma, por un lado existía una clara división entre las actividades primarias y las etapas posteriores (industria y/o servicios) y, por otro, el grueso de las actividades primarias se desarrollaban “tranqueras adentro” y con recursos propios.

Este modelo tecnológico y productivo comenzó a cambiar lentamente a fi nes de los años ochenta, dando paso a otro que se instaló defi nitiva-mente desde mediado de los noventa. El nuevo modelo tecno-productivo es el resultado de un sendero evolutivo que, en lo tecnológico, presenta la secuencia que se expone en el gráfi co siguiente.

GRÁFICO 1. Evolución tecnológica

HERBICIDAS

70’SSiembra convencional(Agencias privadas +

públicas)

PARAQUATT(por ICI)

GUFOSATO Primera siembra directa con maquinaria

Variedades locales de semillas

(INTA + Criadores locales)

Introducción(INTA/Privada

SEMILLASMAQUINARIA

SemillasOGM

(Nidera)(Monsanto)

Semillas

Gen

Biocidas

Soja RR(Nidera Monsanto

Syngenta)

Siembra directa

mecanizada

80’S

90’S

Nuevo paquete

+

+

Fuente: Bisang y Campi (2005).

El resultado de esta evolución es un nuevo paquete técnico que sus-tenta el rápido desarrollo de la soja. Dicho paquete fue co-evolucionando con un modelo productivo de rasgos distintos al preexistente, afectando la cantidad y el tipo de ocupación que genera.

Page 193: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

193Tramas productivas de alta tecnología y ocupación

Necesariamente ello replantea la conformación de la trama en su con-junto y le imprime un dinamismo particular en el contexto de un sector ineludiblemente integrado al comercio internacional. En la fase industrial los cambios no son menos relevantes, pero sí coincidentes en el sentido general.

2.2. Hacia un nuevo paquete tecnológico en el cultivo de la soja: los insumos

2.2.1. Semillas transgénicas

La producción de semillas de soja en la Argentina tiene como orí-genes los esfuerzos ofi ciales de diversas instituciones y algunos pocos y acotados planes privados. Habiéndose consolidado la producción a lo largo de varias décadas, fue modelándose un mercado con un creciente predominio de la oferta privada y del uso de semilla propia por parte de los productores. El resultado es la presencia de un conjunto de empresas semilleras locales, de distintos tamaños, que cubren una amplia gama de variedades y cuentan con sus respectivas redes de distribución.

El uso de la moderna biotecnología en esta actividad tiende a cambiar radicalmente el perfi l previo. Inicialmente, los primeros desarrollos de semillas transgénicas resistentes a un herbicida, el glifosato, se centra-ron en una variedad de soja altamente compatible con las condiciones imperantes en el denominado cordón maicero argentino. La nueva semilla contiene un gen resistente al mencionado herbicida que, incorporado a la semilla de soja, da como resultado una planta resistente al mismo: el uso de glifosato combate las malezas pero no ataca a la soja transgénica3. En todos los casos, el desarrollo original fue efectuado en el exterior, mien-tras que localmente se hicieron los ensayos de adaptación de acuerdo con las normas regulatorias argentinas. La difusión de estos desarrollos (vía las posteriores liberaciones comerciales) fue posible dada la existencia de un laxo sistema de propiedad intelectual (no patentabilidad del gen ni de la nueva semilla) y por el carácter de la propia semilla4. En años posteriores –vía inversiones externas tanto en esta actividad como en

3 Facilita el uso de la siembra directa, dado que el uso del glifosato permite “secar” por un cierto lapso todas las plantas preexistentes y realizar el implante de nuevas semillas con una escasa competencia inicial.

4 Se trata de una semilla autógama, cuya reproducción posterior no altera sus características básicas iniciales.

Page 194: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

194 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

las redes de distribución y en la producción de herbicidas y fertilizantes asociados– ingresaron y/o consolidaron su presencia las restantes gran-des empresas internacionales (Monsanto, Syngenta, Dow Agroscience, Bayer Crop, etc.).

Ello dio lugar a un esquema de oferta caracterizado por: i) la exis-tencia de un número muy acotado de empresas multinacionales con un fuerte potencial económico, complementadas por empresas locales más modestas en términos de recursos, equipamiento y masas críticas de investigadores; ii) la clara tendencia a conformar ofertas tanto de semi-llas como de fertilizantes y paquetes completos de herbicidas y biocidas, bajo el concepto de paquetes integrados; iii) la creciente incorporación de los canales comerciales como parte de las actividades de las empresas productoras de semillas.

2.2.2. Fertilizantes y herbicidas

Compatible con el uso de semillas transgénicas y en el marco de la confi guración de un nuevo paquete técnico, la oferta de fertilizantes y herbicidas cobró un marcado dinamismo en la última década. Los cam-bios operados en los años noventa dieron como resultado un mercado local muy dinámico que, en su conjunto, terminó abasteciéndose de una decena de grandes fi rmas (cada una de las cuales tiene fortalezas en un producto determinado) con sus consiguientes redes nacionales de distri-bución (Mercado, 1999; Oliverio et al., 2004).

El dinamismo de la demanda activó el desarrollo de la importación para algunos productos, mientras que en otros ello se tradujo en un fuerte impulso al desarrollo local. Al amparo de los precios reducidos y las amplias reservas de gas, varios proyectos industriales para la producción de fertilizantes fueron lanzados en la primera mitad de los años noventa y entraron en producción unos años después.

2.2.3. Maquinarias y equipos

El desarrollo masivo de esta actividad fue inducido por la difusión del modelo de agricultura mecanizada que comenzó a extenderse en la econo-mía local durante los años sesenta y setenta, en el marco de una elevada integración de actividades en el interior de la explotación, especialmente en las etapas de laboreo. En este modelo, habitualmente el productor tipo realizaba las tareas de arado, escardillado, fumigaciones, siembra y otras complementarias con equipos propios; el eje de estos equipamientos era

Page 195: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

195Tramas productivas de alta tecnología y ocupación

el tractor. Es decir, generaba ocupación in-house atribuible a la actividad primaria.

Sin embargo, a lo largo de las últimas dos décadas la tendencia hacia una mayor contratación externa tiende a modifi car el perfi l de la demanda derivada de maquinarias y equipos agrarios, en línea con la introducción de nuevos cultivos (como la soja) y técnicas de proceso. El nuevo modelo requiere un parque de herramientas caracterizado por: i) mayor potencia en los tractores; y ii) desarrollo del mercado de máquinas de siembra directa y de equipos (de arrastre o autopropulsados) de fumigación cla-ramente asociados con las nuevas tecnologías de proceso en los cultivos de la soja.

La adopción de ambos equipamientos implica una mayor escala eco-nómica, a la vez que introduce a los contratistas como demandantes diná-micos que amortizan a corto plazo los equipos e introducen una mayor rotación del capital. Esto necesariamente replantea el perfi l previo de la ocupación.

2.2.4. Siembra directa

La tecnología de siembra directa fue impulsada a inicios de los años sesenta en Estados Unidos. Su desarrollo en las economías latinoamerica-nas, en particular en Brasil, la Argentina y Paraguay, se produce a lo largo de los años ochenta como: i) una vía para detener y paliar los procesos crecientes de degradación de los suelos, y ii) una forma de reducción de costos (Ekboir, 2003; AAPRESID, 2004; INTA, 2004).

La nueva técnica consiste en la implantación de la semilla sin la nece-sidad de roturar la tierra, ni realizar las tareas posteriores de emparejado, la consiguiente siembra y los procesos necesarios y posteriores de cober-tura. En su lugar, la técnica –que involucra el uso de las máquinas de siembra directa– implanta en un solo procedimiento la semilla a través de la apertura y posterior aplastamiento de un surco único. Para que ello sea posible, es necesario reducir al máximo la competencia de otras especies, desarrolladas o de potencial desarrollo; ello conduce a la necesidad de su eliminación previa. En este caso es relevante el uso de herbicidas de amplia cobertura, fácil aplicación y escaso efecto residual; en tal sentido, el glifosato reemplaza al conjunto de otros herbicidas utilizados previa-mente. El uso de los herbicidas queda, de esta forma, “atado” a la nueva técnica; más aún, si se desea que la planta crezca rápidamente la técnica se complementa con los diversos tipos de fertilización.

Page 196: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

196 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

2.2.5. Hacia un nuevo paquete agronómico

La conjugación de diversos elementos –desde la semilla transgénica hasta la siembra directa, pasando por las maquinarias, los herbicidas y los fertilizantes– fue conformando un nuevo paquete agronómico en el marco de cambios que abarcan tanto el proceso de producción como la propia estructura empresaria del sector primario.

La nueva tecnología de proceso de producción, que conjuga el uso de la semilla resistente al glifosato con la fumigación, la siembra directa y la fertilización, permite, entre otros aspectos: i) reducir los costos operativos de implantación y control de malezas (Peiretti, 1999); ii) acortar el ciclo de laboreo, con lo cual facilita la complementación de los cultivos5 (y/o su ampliación); y iii) redefi nir el paquete de conocimientos tácitos de los productores que ahora se ven obligados a operar con una nueva técnica (a la cual contribuyen varios oferentes externos de insumos, “revalo-rizando” tramos de la actividad que están fuera de la órbita primaria) que implica demandas adicionales de capacitación y aprendizaje para las labores “primarias”.

La adopción creciente de este paquete tecnológico tiene su correlato en la forma de organización de la actividad y, consecuentemente, en la cantidad, ubicación, calidad y perfi l de la ocupación generada.

2.2.6. Formas de organización de la producción primaria: de la provisión de insumos a los contratistas

A lo largo de los años sesenta y setenta, y en el marco de la difusión de la denominada “revolución verde”, la incorporación de tecnología en la actividad primaria fue guiada por la mecanización, los oferentes de semillas y la actividad de organismos públicos y privados (principalmente en lo referido a proceso). Parte sustantiva del paquete tecnológico era armado, según las especifi cidades propias, por el productor. Sin embargo, a partir de los años noventa la incorporación de la biotecnología/siem-bra directa a las producciones de alimentos tiende a transformar dicho modelo de organización de la producción primaria. Dado el perfi l del nuevo paquete agronómico, se requiere la participación de diversas dis-ciplinas y el uso de técnicas avanzadas, habitualmente ajenas al conoci-

5 Aplicado a la soja, ello: i) potencia el ciclo soja-trigo; ii) permite el cultivo en nuevas zonas (donde los ciclos son cortos); y iii) revaloriza variedades ya desarrolladas que se aplican a nuevas zonas de cultivo o que facilitan la articulación con otros cultivos.

Page 197: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

197Tramas productivas de alta tecnología y ocupación

miento de los tradicionales oferentes de semillas y maquinarias e incluso de los propios productores. Ahora, la provisión de eventos depende de un número limitado de compañías internacionales que preponderantemente realizan el desarrollo original (aislamiento de genes y otras técnicas) en el exterior y luego lo adaptan a las variedades locales6. Mientras que los semilleros locales tienen control de las variedades específi cas para los climas y suelos locales, las megacompañías internacionales (Mon-santo, Bayer, Syngenta y otras) detentan el control del conocimiento y la tecnología genómica. De esta forma, el mercado proveedor de semi-llas y otros insumos queda confi gurado por: i) una cantidad reducida de empresas multinacionales con fuerte potencial económico y el dominio de las mejores técnicas, y ii) un número acotado de empresas privadas locales e institutos públicos de investigación, que dominan las varieda-des específi cas adaptables a las demandas particulares de las diversas regiones del país.

La tendencia a concentrar la oferta de un conjunto de insumos que proviene de diversos orígenes sectoriales genera como contrapartida modifi caciones en los circuitos comerciales que se articulan con el usua-rio fi nal. Los “paquetes” de insumos que ofrecen las empresas se con-forman a partir de la oferta de semillas, los herbicidas asociados y los fertilizantes, e incluyen asesoramiento con respecto a técnicas de uso. De esta forma se confi gura una red de comercialización que, además, se convierte en canal de difusión de conocimientos, sean estos codifi cados vía insumos o tácitos, a través de asesoramiento directo.

Como resultado de la creciente sofi sticación del paquete agronómico, se traslada parte del poder de decisión desde el productor al oferente de los insumos.

6 Este hecho reconfi guró la anterior situación, en la que la provisión de semillas estaba distribuida entre productores locales e internacionales con una fuerte participación del INTA.

Page 198: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

198 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

GRÁFICO 2. Un nuevo modelo de organización de la producción primaria

Paquete agronómico

Siembra directa

Fertilizantes y biocidas

Productos biotecnológicos Equipos y otros

Red privada-pública de difusión de innovaciones

Efecto demanda

Industria Comercialización Exportación

Ruptura propietario-productor

Tercerización Dualización

Contratos

Formales Informales

Concentración y transnacionalización oferta insumo

Tec. principal Tec. complementarias Equipos y otros

Nuevo Modelo

Fuente: Bisang (2003b).

A su vez, la introducción de los nuevos cambios tecnológicos y de organización, fundamentalmente la adopción del doble cultivo y de la siembra directa y la mayor difusión de la soja, fue simultánea con un mayor peso de un conjunto de agentes económicos denominados gené-ricamente contratistas.

La categoría de contratistas engloba una diversidad de situaciones. Estos tienen en común el hecho de ser dueños de capital (maquinarias y circulante) y conocimiento y desarrollar (total o parcialmente) la activi-dad, sin necesidad de poseer tierras. Ello implica una separación entre quienes poseen la tierra y quienes la trabajan, marcando una diferencia sustantiva con respecto al previo modelo que tendía a la integración ver-tical. La consolidación reciente de los contratistas responde a diversas razones:

• las mayores escalas técnicas, económicas y de conocimiento; • la presión del mercado por reducir costos y maximizar rendimien-

tos; • la tendencia al doble cultivo que requiere mayor sofi sticación y can-

tidad de tareas (y por lo tanto de equipos), lo cual hace crecer la complejidad técnica del paquete en su conjunto;

Page 199: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

199Tramas productivas de alta tecnología y ocupación

• la particular situación de endeudamiento/restricción fi nanciera de los productores tradicionales de la segunda mitad de los años noventa, cuando se conjugan las ofertas que luego conformarían el nuevo paquete agronómico;

• el desarrollo previo de subcontratistas que remonta al modelo agro-pecuario y al sistema de arrendamientos y reparto de tierras del siglo XIX.

En esta nueva estructura productiva se acentúa la importancia de la relación entre los dueños de las tierras y quienes realizan todo o parte del proceso productivo a través de los contratos. El contrato regula el vínculo entre propietario, arrendatario y contratista, según el caso. Ello signifi ca que estructuralmente se genera ocupación no necesariamente asalariada.

La lógica general que domina el desarrollo y la consolidación de los contratistas tiene varias aristas: i) la necesidad de una elevada rotación de maquinarias y equipos; ii) los riesgos de la actividad; iii) cierta volatilidad y corto plazo en las relaciones (muy asociados a la variabilidad de los precios internacionales y a las variaciones climáticas); y iv) una demanda de mano de obra fl exible, con posibilidad de movilidad territorial y con disposición a establecer contratos.

Se trata de unidades operativas que, por un lado, conservan la lógica de la producción primaria –dada la relación de su actividad con los aspec-tos climáticos y los tiempos biológicos de los cultivos–, pero, por otro, giran en torno a la lógica industrial de una rápida rotación del capital fi jo (especialmente en casos en que la actividad se sustenta con fi nanciación bancaria). Unas y otras razones inducen a que un factor clave del éxito comercial de sus actividades se relacione con la utilización de la mejor tecnología disponible de producto y proceso.

2.3. El sistema de transporte y almacenaje

Así como la producción primaria se relaciona con la provisión de insumos a través de una vasta red comercial, lo hace también aguas abajo a través de las etapas de almacenamiento, transporte y acopio para llegar a la fase industrial.

La magnitud de las transacciones convierte al transporte en una etapa vital en diversas fases: i) desde la chacra (salida de máquina a las tolvas) hasta el sistema de almacenamiento; ii) desde los silos de almacenaje a las empresas de molienda; y iii) desde las empresas industriales a los

Page 200: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

200 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

posteriores destinos (el grueso de los cuales son los diversos corredores portuarios de exportación).

En esta actividad el grueso del transporte es automotor, lo cual plan-tea una logística compleja en las cercanías de las localizaciones de las plantas de molienda que, a su vez, son coincidentes con los corredores portuarios.

La actividad de almacenamiento es otra etapa clave. En este caso existen distintas categorías: i) el silo de chapa construido en la chacra de los productores; ii) los silos en manos de acopiadores; iii) los silos de las empresas de molienda de soja; y iv) los silos bolsa7. Dado que la cosecha tiene un fuerte componente estacional y que la industria opera a ritmo constante y de acuerdo con la atracción de la demanda, el sistema de almacenamiento tiene un rol crítico, no sólo para regular los fl ujos físicos de insumo-producto, sino en lo relativo a las decisiones de compraventa de granos, tanto desde la perspectiva fi nanciera del productor como de la industria. En buena medida, parte de este problema queda acotado por el uso masivo y creciente de los silos bolsa, tanto en el nivel de los produc-tores como, en algunos casos, de los propios acopiadores. Obviamente, el desarrollo de la tecnología de los silos bolsa aplicado a la soja y a otros cultivos indujo el desarrollo de otra red de contratistas que brindan tanto el servicio de embolsado como de desembolsado; asimismo propició el desarrollo de los fabricantes de máquinas de embolsado.

2.4. El procesamiento industrial de la soja8

Los principales productos que se obtienen del procesamiento de los granos oleaginosos son aceites para el consumo humano y harinas para la elaboración de alimentos para animales. El procesamiento industrial da lugar, asimismo, a otros subproductos alimenticios y no alimenticios. Otro derivado con importante potencial de desarrollo es el biodiesel, hidrocarburo obtenido a partir de aceites vegetales –y/o también grasas animales–, que se puede usar puro o mezclado con gasoil en cualquier proporción, en cualquier motor diesel. En todos los casos, los desarrollos corresponden a procesos altamente mecanizados en los que resulta crucial

7 La capacidad de almacenaje total para todos los granos ascendía, en el año 2004, a 40,9 millones de toneladas que representaban cerca del 60% de la cosecha del país. Existen más de 2.700 plantas de acopio. Esto implicó un incremento de la capacidad de almacenaje total del país del 64% en el período 1984-2004 (ONCCA, 2005).

8 En base a Gutman et al., (2006).

Page 201: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

201Tramas productivas de alta tecnología y ocupación

el control de los fl ujos de ingreso de materia prima, el egreso de produc-tos y subproductos y las actividades de mantenimiento9. Se trata de una actividad industrial intensiva en capital, donde la productividad se asocia con la velocidad de circulación de fl ujo insumo-producto10.

La industria se desarrolló rápidamente en el nivel local a partir de inicios de los ochenta como resultado de la conjunción de una abundante provisión de granos, un mercado internacional demandante, precios rela-tivos favorables y el ingreso de capitales externos. La expansión de las industrias de molienda de granos oleaginosos en las últimas dos décadas estuvo impulsada por las fuertes inversiones en el sector, realizadas, en primer lugar, por las grandes empresas transnacionales11 de la molienda y del comercio exterior de granos y oleaginosas, y, en segundo lugar, por grandes grupos nacionales. Como resultado de este desarrollo, la molienda de granos oleaginosos en la Argentina es una industria tecno-lógicamente moderna, con una fuerte concentración técnica y económica que la coloca entre las más avanzadas en el nivel mundial y una fuerte especialización en el procesamiento de soja y girasol. Las principales características de la industria molturadora en la Argentina son: i) elevados tamaños de planta, superiores a los de sus principales competidores en los mercados mundiales, Brasil y EE.UU.12; ii) producciones volcadas a la exportación; iii) importancia (aunque decreciente) de empresas de capitales nacionales (Gutman, 2000; Gutman y Lavarello, 2003; Gutman et al., 2006; López, 2004).

9 El carácter de commodity de los productos centrales del complejo (aceites a granel y hari-nas) y los bajos márgenes que se obtienen en la comercialización internacional impulsan en forma sostenida aumentos en las escalas de las plantas procesadoras y esfuerzos ten-dientes al logro de mayores efi ciencias (reducciones de costo). Esta tendencia se impone en los principales países productores, convirtiendo la escala en una importante barrera a la entrada de nuevas fi rmas.

10 Las producciones de aceites crudos y harinas de soja y girasol están tecnológicamente asociadas, por lo que pueden producirse en las mismas plantas industriales. Son tecnolo-gías ampliamente difundidas, y pueden ser adquiridas a través de la compra de equipos disponibles en los mercados internacionales y nacionales (plantas llave en mano).

11 A lo largo de este informe se utiliza indistintamente el término empresa trasnacional (TN) y empresa multinacional (EMN).

12 La capacidad de procesamiento de las fábricas aceiteras argentinas superará en el corto plazo a la de sus pares de EE.UU. (capacidad de unas 160 mil toneladas diarias), China (similar a la de EE.UU.) y Brasil (alcanzará, entre la actual y la que tiene en construcción, unas 145 mil toneladas diarias). Esto es así porque a las 100 mil toneladas diarias de ca-pacidad que las industrias aceiteras argentinas registraban en agosto de 2004, se sumarán unas 64 mil toneladas con las inversiones anunciadas en los últimos meses.

Page 202: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

202 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

CUADRO 3. Principales fábricas de aceites vegetales de soja y girasol en actividad*

FirmaOrigen

del capital

Cantidad de establecimientos (Soja y girasol)*

Capacidad de

crushing teórica

en 24 hs (en ton.)

Participación (% sobre

total)

Refi nación en 24 hs

Bunge EMN 3 13.700 14,2 200

Cargill EMN 3 12.700 13,2 0

Louis Dreyfus EMN 1 12.000 12,4 0

Vicentín GN 2 11.000 11,4 0

AGD/Grupo Urquía GN 3 10.500 10,9 500

Molinos Río de la Plata (Perez Companc) GN 2 8.700 9,0 500

AGD/Bunge (Terminal 6 Industrial SA)

EMN/GN 1 8.000 8,3 0

Glencore/Moreno EMN 3 5.150 5,3 0

Buyatti (Vicentín opera 2/3) GN 2 4.414 4,6 100

Nidera GN 2 4.200 4,3 0

Molino Cañuelas S.A.C.I.F.I.A. GN s/d 1.200 1,2 200

Total seleccionado - - 91.564 94,8

Otras 5.000

Capacidad total de molienda soja y girasol(**)

96.564 100,0

Fuente: Gutman et al. (2006).

* No se consideran las plantas dedicadas exclusivamente a la molienda de otras oleaginosas.** Estimado. Algunas plantas procesan también otras oleaginosas.EMN: grandes empresas multinacionales; GN: grandes empresas nacionales.

En suma, la fase industrial está conformada por un número acotado de grandes empresas –varias de ellas subsidiarias de empresas multina-cionales– con plantas de tamaños y efi ciencias operativas que se ubican

Page 203: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

203Tramas productivas de alta tecnología y ocupación

entre los mejores estándares internacionales y operan de forma continua y con una afi nada logística tanto en la provisión de insumos (granos) como en la salida del producto (aceites y pellets). Por sus características intrínsecas se trata de actividades intensivas en capital que, en términos relativos, generan poco empleo.

3.1. La trama de la soja y sus derivados

La producción de soja y sus derivados industriales conforma un pro-fuso tramado de relaciones y etapas productivas que involucra una gran cantidad de agentes económicos. La ocupación generada por la actividad bajo análisis, impulsada por los cambios técnicos y la nueva forma de organización de la producción descriptos previamente, es estimada con-siderando dos aspectos complementarios e intrínsecos de la estructura productiva:

• la trama en su conjunto como objetivo de análisis; ello deriva en la necesidad de estimar –vía fuentes secundarias– la ocupación generada en cada uno de los segmentos de la misma;

• la ocupación generada independientemente de las formas económicas y/o jurídicas que esta asuma (contrato mercantil, salario, etc.).

Acerca del primero de los temas, esto es, la identifi cación de la trama como objeto de evaluación del nivel de ocupación generado, el Gráfi co 3 es ilustrativo tanto de las diversas “rutas” tecno-productivas de la soja como de las relaciones inter-empresarias/laborales que se mencionaron en el apartado previo.

Aunque se trata de una simplifi cación, el gráfi co permite visualizar la relevancia del conjunto y la importancia de determinados segmentos no siempre considerados en las evaluaciones de la ocupación generada en esta actividad. Como es esperable, existe una multiplicidad de com-binaciones entre etapas en lo referido a formas de relaciones laborales. Asimismo, la relevancia de cada etapa es cambiante de acuerdo a las con-diciones del entorno. La subcontratación de actividades es variable según las condiciones económicas generales y específi cas del sector, la expan-sión anual de la actividad y la evolución de las restantes producciones que

Page 204: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

204 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

compiten por el uso de la tierra. Tampoco las relaciones entre los agentes de las distintas etapas son rígidas: en algunas campañas se priorizan los contratos por valores monetarios fi jos, mientras que, en otras, los pagos se realizan en base a porcentaje de granos producidos. A grandes rasgos, en cada campaña se redefi nen condiciones y, por ende, los pesos relativos de cada una de las múltiples combinatorias de producción.

GRÁFICO 3. Trama (simplifi cada) de la soja

Semilla Fertilizantes Biocidas Maquinaria

Variedad Gen Urea Otros Glif. Otros SD Fumig. Otros

CENTROS DE SERVICIOS

VENDEDORES ESPECIALIZADOS

REPRESENTANTES Y OTROS

PAQUETE TECNOLÓGICO

PRODUCTOR

USO INDUSTRIAL

SEMILLA PROPIA

GRANO

Tran

spor

teC

ON

TRAT

ISTA

Cla

sifi c

ació

n%

AR

REN

DAT

AR

IOO

tros

Silo

Bol

saFi

jo F

lex

Aco

pio

Trill

aG

ral.

Mon

itore

oFu

mig

.

Serv

icio

s

DUEÑO DE TIERRA=PRODUCTOR DUEÑO DE TIERRA vs. CONTRATISTAS

Fuente: Elaboración propia.

La estimación de la ocupación generada por la trama de la soja –que, recordemos, cambia el objeto analítico al pasar de la rama de actividad

Page 205: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

205Tramas productivas de alta tecnología y ocupación

a la trama en su conjunto– debe ser interpretada cuidadosamente consi-derando eventuales comparaciones con estadísticas similares que tienen como unidad analítica el sector y el empleo asalariado registrado, con respecto al cual se presumen una duración anual y una cantidad de horas semanales prefi jadas.

En el caso de la soja debe considerarse lo siguiente:

• existe una serie de insumos de origen industrial –donde se registra el empleo de forma convencional– cuyo uso es compartido con otras actividades agrícolas; en este estudio, se adoptó el criterio de asignarle la participación del cultivo analizado en el total de toneladas produ-cidas;

• la producción de soja –y su ocupación asociada– se desarrolla a partir de un recurso fi jo –la tierra– en un lapso que, grosso modo, cubre la mitad del año; ello plantea el uso de este recurso –y su correspon-diente ocupación– el resto del tiempo; de allí que, en el caso de la ocupación generada por los subcontratistas y los productores integra-dos, se consideró para la estimación el porcentaje correspondiente. Debe tenerse en cuenta que una posibilidad es el doble cultivo con otra especie (trigo) y otra posibilidad, extrema, es suponer que no se realiza actividad alguna en el resto del año. La primera alternativa es viable en tierras de calidad y climas compatibles con los ciclos cortos de ambos cultivos, mientras que la segunda se verifi caría en las áreas sojeras marginales de reciente expansión. No existen mayores datos que permitan establecer fi dedignamente la proporción entre ambas posibilidades.

En lo que resta de la sección, a modo ilustrativo, se efectúan algunas estimaciones de la ocupación correspondiente a los principales subseg-mentos de la trama. Debe quedar en claro que se trata de una estimación tendiente a aportar elementos metodológicos que permitan, en el futuro, una estimación más precisa de la ocupación generada por la trama de la soja.

3.2. Estimación de la ocupación en la “industria” de los insumos

En la nueva reconfi guración de la trama de la soja, la provisión de insumos tiene un peso relativo importante. Ello responde a la creciente sofi sticación de la actividad y remite necesariamente tanto a los avances

Page 206: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

206 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

de biotecnología en el “diseño” de semillas, como a las particularidades del nuevo paquete agronómico, que constituye una mezcla de insumos especializados y tecnologías de proceso –siembra directa, manejo de rota-ciones, control/monitoreo de la biología de los suelos– más sofi sticadas que las que previamente manejaba el productor primario.

• Semillas. En este caso se estima la ocupación generada por los semille-ros habilitados. Ello excluye una parte relevante (superior al 70%) de la semilla utilizada que surge de la propia reproducción por parte de los productores o de empresas no registradas. Existe un número acotado de empresas productoras de semillas registradas, de las cuales cinco empresas explican el grueso de la producción. En la estimación del empleo no se incluye la distribución entre los diferentes segmentos.

En total, una estimación conservadora y en función de diversas fuentes revela unos 5 mil puestos de trabajo. Considerando que dichas empresas producen además otras semillas, se estima que un 25% corresponde a soja, lo cual arroja unos 1.250 puestos de trabajo asociados con esta actividad específi ca.

• Fitosanitarios y fertilizantes. Este conjunto de insumos tiene una gran heterogeneidad de actividades. En fertilizantes, cabe señalar la existencia local de cinco empresas productoras de urea (una de las cuales es claramente líder del mercado local y la mayor productora mundial); recientemente se incorporó otra fi rma internacional orien-tada a otros fertilizantes (azufre, nitratos y otros). Se trata de empresas con producción local, grandes volúmenes y bajo empleo relativo.

En el caso de los biocidas, se destaca la oferta local de glifosato, que cubre poco más del 65% de la demanda interna, en manos de Monsanto, Atanor y Pasa, con sus respectivas redes de distribución.

Existen dos estimaciones sobre el empleo generado por esta acti-vidad: la primera, restringida a fertilizantes y químicos, ubica el empleo en poco más de 3.700 puestos de trabajo, mientras que la segunda, que incluye aspectos más amplios como la formulación y el fraccionamiento, lo ubica en poco más de los 21 mil empleos. Estos productos se utilizan además para otros cultivos, por lo que se con-sidera, en función de la participación de la soja en el total de granos producidos, que la parte proporcional correspondiente a la trama bajo análisis oscila entre 1.878 (considerando sólo fertilizantes y químicos) y 10.500 (incluyendo además otras actividades como formulación y fraccionamiento) puestos ocupados.

Page 207: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

207Tramas productivas de alta tecnología y ocupación

• Maquinaria agrícola. La industria de la maquinaria agrícola ha eviden-ciado un desarrollo acelerado a partir de inicios de los años noventa. Operando en un contexto de economía abierta –especialmente con referencia a los países del MERCOSUR– la oferta interna se compone de aproximadamente un 60% de productos locales, mientras que el resto es importado. Para 2003 se estimaba un nivel de facturación anual del orden de los 2 mil millones de pesos (Bragachini et al., 2003). El complejo productivo comprende, además de la red de comercia-lización, un impreciso pero amplio conjunto de pequeños talleres de reparación/fabricación.

Existen varios trabajos que estiman el empleo total del sector. Las estimaciones, corregidas en cada caso por la reciente recuperación del sector, indican niveles de ocupación que oscilan entre 38.700 y 46 mil puestos de trabajo. Asumiendo que el cultivo de la soja absorbe aproxi-madamente el 50% de la maquinaria (en función de la participación en la superfi cie sembrada y en el tonelaje de granos cosechados), el rango de empleo correspondiente a la actividad oscilaría entre 19.350 y 23 mil puestos de trabajo.

En suma, como se indica en el cuadro siguiente, considerando las producciones locales de los principales insumos (y excluyendo sus redes de comercialización), se estima que entre 22 mil y 34 mil ocupados res-ponden a las demandas provenientes de la trama de la soja. Cabe destacar que en este caso se trata de ocupación equiparable a puestos de trabajo asalariado.

CUADRO 4. Estimación de ocupación - insumos (cantidad)

ETAPACantidad (estimada)

Mínima Máxima

1. Semillas* 1.250 1.250

2. Fitosanitarios y fertilizantes 1.878 10.500

3. Maquinaria agrícola 19.350 23.000

Subtotal insumos 22.478 34.750

Fuente: Elaboración propia en base a Castagno y Chudnovsky (2002); Bragachini et al. (2003) y MTEySS (2005).

* Semillas: 25% para sojas y el resto 50% para soja.

Page 208: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

208 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

3.3. Estimación de la ocupación en la actividad primaria

Como se expresara previamente, la producción de granos responde a una estructura que combina propietarios dedicados a la producción con contratistas de diversas características.

3.3.1. Productores primarios

El primer conjunto de generadores de empleo se ubica en aquellas unidades de producción que, detentando el uso de la tierra, desarrollan el cultivo de la soja, sea como única actividad o combinada en el ciclo anual con otro cultivo.

En este caso, es dable identifi car dos categorías de actores involucra-dos con la ocupación: los productores agropecuarios y el empleo asala-riado estable, de acuerdo con la terminología de las categorías utiliza-das por el Censo Agropecuario. Los datos básicos provienen del Censo Agropecuario 2002, lo cual obliga a su actualización en términos de los incrementos de cosecha de los años subsiguientes. Para actualizar al año 2004, se consideraron dos posibilidades que no son convergentes (dados los problemas climáticos de algunos años): proyectar superfi cie sembrada o proyectar en base a toneladas cosechadas. Se optó aquí por el primero de los métodos, dado que se intenta medir el empleo y el grueso del mismo está asignado a la implantación y no a la cosecha.

Para estimar la ocupación correspondiente a los productores prima-rios, se tuvieron en cuenta los siguientes criterios:

• Los datos censales de 2002 indican la presencia de poco más de 38 mil explotaciones agropecuarias que registran ese cultivo anual para todo el país. En el caso de la provincia de Buenos Aires se registran alrededor de 15.400 explotaciones que generan una ocupación del orden de los 38 mil puestos de trabajo. A partir de estos datos y uti-lizando las participaciones en las superfi cies cultivadas de soja para dicha provincia y para el total del país, se estiman los datos de empleo nacional. Aquí se utilizan los datos de la provincia de Buenos Aires para evaluar el resto del país, a fi n de ser coherentes con las estimacio-nes posteriores referidas a los contratistas. En este caso, la Dirección Provincial de Estadísticas efectúa relevamientos anuales, desde 2002, de la actividad de los contratistas, lo cual permite contar con un punto de partida para una proyección nacional de dicha actividad. De esta

Page 209: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

209Tramas productivas de alta tecnología y ocupación

forma, se utiliza idéntica metodología de expansión tanto para los productores/dueños como para los contratistas.

• La expansión de los datos de la provincia de Buenos Aires sobre el total del país se relaciona con la extensión reciente del cultivo de soja. Si bien esta expansión de los datos puede ser objetada en términos de las diferencias de organización productiva en diferentes regiones, encuentra su apoyo en que la difusión de la soja en áreas extra-pam-peanas fue favorecida por el desarrollo del nuevo paquete agronómico e, incluso, por su profundización en estas nuevas áreas. Obviamente, se requieren estudios específi cos para la evaluación precisa de cualquiera de estas hipótesis.

• La defi nición de la categoría productores/dueños es la de persona física o jurídica que, independientemente de la forma de tenencia como propietario, arrendatario, aparcero, etc., ejerce el control téc-nico y económico de la explotación. En esta categoría se encuentran desde productores (y, a menudo, parte de su grupo familiar que no se contabiliza en otras categorías ocupacionales) hasta poseedores de tierras que no realizan ninguna actividad (directa o indirecta). Aquí se adoptó el criterio de estimar un ocupado por dueño/socio, aunque se requieren estudios específi cos para validar dicho criterio.

CUADRO 5. Estimación de ocupación - productores primarios (cantidad de personas y hectáreas)

Indicador2002 2004*

Buenos Aires Total país* Total país

Ocupación soja trabajadores permanentes 22.870 96.295

(estimac. x superfi cie)118.202

(96.295 x 1,2275)

Ocupación soja dueños/socios 15.389 64.795

(estimac. x superfi cie) 64.795

Total ocupación soja 38.259 161.090(estimac. x superfi cie)

182.997(161.090 x 1,2275)

Superfi cie sembrada 2.188.090 11.639.240 14.287.239(factor 22,75)

Fuente: Elaboración propia en base a datos del Censo Nacional Agropecuario (CNA) 2002.

* Para pasar de Buenos Aires al total del país se puede proyectar en base a superfi cie o en base a número de explotaciones agropecuarias (EAPS). Se estima más conveniente utilizar superfi cie sembrada.** Las evoluciones de 2002 a 2004 se efectúan en base a la evolución de la superfi cie sembrada; en el caso de la categoría dueños socios se estima que no hay mayores variaciones entre los años antes mencionados.

Page 210: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

210 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Otra posible estimación es utilizar el coefi ciente 0,015 puestos por hectárea sembrada (correspondiente a los datos del CNA 2002 para la provincia de Buenos Aires) y proyectarlo para todo el país en base a hectáreas sembradas. Debe tenerse en cuenta que el perfi l productivo de Buenos Aires es mucho más concentrado que el de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, lo cual subestimaría las aproximaciones de la ocupación. Con la metodología de expandir simplemente el coefi ciente registrado en la provincia de Buenos Aires en 2002, se alcanzaría una cifra de ocupación del orden de las 217 mil personas.

Teniendo en cuenta estos datos y el hecho de que el cultivo bajo análi-sis cubre la mitad del ciclo anual de producción, es necesario convertirlos a valores anuales. En base a ello, la ocupación asociada con la producción primaria oscilaría entre 91.500 y 108.500 ocupados. Sin embargo, la “anualización” del empleo en este caso no resuelve el problema asociado a la extensión de la jornada laboral en las actividades primarias, que difi ere de la correspondiente a las actividades industriales que presentan jornadas de trabajo más regulares (menos dependientes del clima y de ciclos productivos biológicos o naturales) y, al mismo tiempo, más “ins-titucionalizadas” (sujetas a topes máximos y a controles jurídicos más estrictos que los aplicados en el agro). Sobre estos aspectos se argumenta en el punto siguiente.

3.3.2. Contratistas13

Las estimaciones de la ocupación generada por los contratistas –de acuerdo con las defi niciones– tienen, necesariamente, carácter tentativo. A la falta de información global deben sumarse la movilidad territorial de esta forma de organización y su fl exibilidad, que le permite reconfi gurarse prácticamente en cada campaña productiva.

Esta ocupación tiene algunas especifi cidades que la diferencian de la correspondiente a aquella pautada habitualmente bajo la forma salarial (40 horas semanales a lo largo del año) y sobre la cual se asientan, en parte, las estadísticas sobre el tema.

• Las actividades rurales tienen la impronta de los ciclos biológicos y de las características climáticas; ello signifi ca que, en determinados lapsos, los ocupados realizan extensas jornadas, incluso sin contemplar feriados; ello es seguido por períodos donde no se desarrollan activi-

13 Las estimaciones realizadas en este apartado y en el anterior contaron con el inestimable aporte teórico, metodológico y estadístico del Lic. Agustín Lódola.

Page 211: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

211Tramas productivas de alta tecnología y ocupación

dades sustantivas; ese tiempo remanente puede asignarse a actividades relacionadas con la actividad (reparación de maquinaria, revisión de equipos, etc.) o a una actividad extra.

• La producción de soja se desarrolla en distintas regiones del país, cada una de la cuales tiene temperaturas y ciclos de lluvias distintos, lo cual amplía el lapso de la actividad en su conjunto y genera un escalona-miento temporal de la misma; ello induce a que los subcontratistas viajen buena parte del año siguiendo la ruta tanto de la implantación de la soja como de su cosecha.

• No existe una perfecta intercambiabilidad entre actividades, aun en el marco de los servicios que se subcontratan; por el contrario, en muchos casos –como la fumigación, el control de insectos, el segui-miento de cultivos, la siembra directa– se complementan máquinas y operarios; ello signifi ca que el tiempo desocupado de una actividad no sea perfectamente aplicable a otra actividad a contratar.

• Un segmento de contratistas –de magnitud desconocida– utiliza parte sustantiva de su tiempo en desplazamientos, dado que las parcelas no son colindantes; ese tiempo –que puede ser relevante– es percibido como parte del trabajo que la persona realiza.

De esta forma, en la actividad de subcontratación existe, por un lado, cierta relación entre máquinas específi cas y personas (“el equipo”) que se desplazan temporalmente siguiendo la demanda por servicios (“la ruta de la soja”) durante lapsos de tiempo prolongados (“la campaña”). Por otro lado, la duración de estos lapsos de cultivos, para el caso de la soja, puede llegar hasta seis meses, lo cual lleva a contabilizar el 50% de la ocupación si se desea contar con una medida anualizada de la ocupación. De acuerdo con la calidad de suelos y climas, los seis meses restantes pueden tener uso complementario, lo cual conlleva otro ciclo de ocupación.

Cabe remarcar enfáticamente que la ocupación generada bajo estos conceptos no es plenamente compatible con la categoría de empleo tradi-cional. Para que ambos conceptos sean compatibles es necesario convertir la ocupación registrada en términos de puestos de trabajo (considerando, por ejemplo, las 48 horas semanales fi jadas como máximo legal por la Ley de Contrato de Trabajo). Nótese, además, que en el caso de los contratistas su ocupación no guarda relación necesaria con el territorio local; esto es, la actividad se desarrolla en un espacio que no necesaria-mente es el mismo de donde proviene la ocupación (según residencia domiciliaria legal). A pesar de la aparente importancia del fenómeno, no existen estadísticas de cobertura nacional ni dichos datos forman parte

Page 212: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

212 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

de los requerimientos tradicionales de los censos. Esto se debe, en parte, al carácter de “servicios” que adoptan estas actividades y, en parte, a lo inasible de los padrones de empresas/individuos que desarrollan estas actividades.

Pueden identifi carse distintas tipologías de contratistas, según el perfi l de ocupación que generan y los riesgos que asumen: i) con tierras y equi-pos propios pero con capacidad en exceso de maquinarias, lo cual lleva a ofrecer servicios a terceros; ii) con tierras y equipos propios pero con capacidad en exceso de maquinarias, lo cual lo lleva a demandar tierras adicionales bajo alguna forma de alquiler (pago fi jo en especie o moneda, porcentaje de producido); iii) con equipos propios pero sin tierra, hecho que los convierte en oferentes de servicios que demandan tierras; iv) con equipos propios que únicamente ofrecen servicios; v) articuladores de la producción que, con capital propio o de terceros, arriendan tierras y subcontratan actividades; estas fi guras van desde fondos de inversión contractualizados a formas organizacionales más volátiles que articulan fondos extra-bancarios y los aplican a la producción a riesgo propio.

A partir de esta tipología, los perfi les i), iii) y iv) son más proclives a ser registrados, pues son más estables e identifi cables geográfi camente. En cambio, la categoría v) es mucho más volátil y menos registrable, aun-que se desarrolló muy rápidamente en los últimos años, dada la existencia de cierta liquidez en algunos sectores económicos que no se canaliza a través del mercado de capital.

A partir de estas limitaciones, el eje de las estimaciones de la ocupa-ción generada en estas actividades tiene como epicentro datos provenien-tes de la Encuesta Provincial de Servicios Agropecuarios de la Provincia de Buenos Aires que releva varios de estos a partir del año 2002, basada en el padrón de empresas que data de ese año, cuando se efectuó el censo nacional; o sea, no capta la categoría iii) en su totalidad. A partir de los datos que surgen de dicha encuesta se estiman los totales nacionales, expandiendo a través de la superfi cie cultivada de soja y luego se asigna –bajo dos escenarios distintos– un porcentaje a este cultivo (dado que los servicios pueden cubrir otros cultivos). Cabe señalar que los datos de la encuesta incluyen a los contratistas y al personal que emplean tanto de manera permanente como transitoria.

Page 213: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

213Tramas productivas de alta tecnología y ocupación

CUADRO 6. Estimación de ocupación - contratistas (cantidad y hectá-reas)

CONCEPTOSBuenos Aires

Neto de productores iii

Estimado país

2003-2004 iv

Sojav

2001/2002i

2003/2004ii

Estimación 1 (50%)

Estimación 2 (75%)

Cantidad de empresas 4.997 22.382

Socios (Servicios agro) 6.429 7.893 5.920 26.451

Ocupación permanente (Servicios agro)

5.708 9.043 6.782 30.305

Ocupación temporaria (Servicios agro)

3.380 5.566 4.175 18.653

Total ocupación 15.517 22.502 16.877 75.409 37.704 56.557

Superfi cie sembrada 2.188.090 3.205.523 14.509.306

Fuente: Elaboración propia en base a datos del CNA 2002 y Dirección Provincial de Estadística de la Provincia de Buenos Aires (2002 y 2004).i Relevamiento Provincial de Servicios Agropecuarios 2002, Dirección Provincial de Estadística, Provincia de Buenos Aires.ii Encuesta Provincial de Servicios Agropecuarios 2004, Dirección Provincial de Estadística, Provincia de Buenos Aires.iii Se excluye el 25% de la ocupación dado que, de acuerdo con el CNA 2002, en la provincia de Buenos Aires tal porcentaje de las EAPS (explotaciones agropecuarias) brinda servicios a terceros.iv Estimación de la ocupación asociada con los subcontratistas para todo el país utilizando como factor de expansión la superfi cie sembrada de soja.v Se estima en un caso 50% dedicado a soja (donde pueda efectuarse doble cultivo) y 75% para explotaciones donde la soja sea la principal actividad anual.

Como resultado de la estimación, surge que la subcontratación del sector agropecuario puede calcularse en aproximadamente unos 75 mil ocupados. A partir de esta base, una aproximación –siguiendo el criterio de la participación del cultivo bajo análisis en la producción total– asigna el 50% a la soja, mientras que otra alternativa es considerar un 75% de los subcontratos asociados a dicho cultivo. De allí surgen valores que oscilan entre 37 mil y 55 mil ocupados.

En suma, y como lo indica el cuadro siguiente, la conformación espe-cífi ca del sector primario revela niveles de ocupación similares entre los contratistas y los propios productores.

Page 214: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

214 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

CUADRO 7. Estimación de la ocupación en la soja. Producción de granos. Total país (cantidad)

ACTIVIDAD MÍNIMO MÁXIMO

Productores primarios 91.500 108.500

Contratistas 37.704 56.557

Subtotal 129.200 165.057

Fuente: Elaboración propia en base a datos de los cuadros 4 y 5.

Los valores estimados –que oscilan entre 136,5 y 165 mil ocupa-dos– deben ser considerados tentativos y variables de acuerdo con las condiciones anuales –económicas y climáticas– que rodean a la pro-ducción. Aún así dan cuenta de la relevancia que en este aspecto tiene la producción primaria, cuando se incluyen los servicios asociados a la misma.

3.4. Almacenamiento y acondicionamiento de granos

Entre la producción y la posterior industrialización, el grano puede ser acondicionado a través de una serie de procedimientos consistentes en secado, clasifi cado, limpieza y acondicionado. Esta etapa es realizada en instalaciones especiales que por lo general forman parte del almace-namiento. Posteriormente se ubica el almacenamiento, que demanda la intervención de mano de obra en los períodos de carga –concentrados estacionalmente en función de la cosecha– y de descarga –a lo largo de todo el año. La reciente difusión del uso del silo bolsa introdujo nuevas posibilidades para los productores (al aumentar su autonomía de reten-ción de granos a bajo costo), a la vez que generó un circuito adicional de servicios conformados por el embolsado y desembolsado, así como también la producción de máquinas embutidoras.

La estimación de la ocupación generada por estas actividades se rea-lizó a partir de datos captados para la provincia de Buenos Aires que son extrapolados linealmente al resto del país.

Page 215: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

215Tramas productivas de alta tecnología y ocupación

Cuadro 8. Estimación de la ocupación, almacenamiento y acondiciona-miento (unidades y hectáreas)

CONCEPTOS

Buenos AiresEstimado

país 2003/2004iii

Sojaiv

2001/2002i 2003/2004i Estimación 1 (50%)

Estimación 2 (75%)

Cantidad de empresas 1.883

Socios (almacenamiento) 2.221 2.474 11.054

Ocupación permanente 7.949 10.271 45.894

Ocupación temporaria 2.779 3.676 16.433

Total ocupación 12.949 16.421 73.381 36.961 55.036

Superfi cie sembrada soja 2.188.090 3.205.523 14.509.306

Fuente: Elaboración propia en base a datos del CNA 2002 y Dirección Provincial de Estadística de la Provincia de Buenos Aires (2002 y 2004).i Relevamiento Provincial de Servicios Agropecuarios 2002, Dirección Provincial de Estadística, Provincia de Buenos Aires.ii Encuesta Provincial de Servicios Agropecuarios 2004, Dirección Provincial de Estadística, Provincia de Buenos Aires.iii Estimación de la ocupación asociada con los subcontratistas para todo el país utilizando como factor de expansión la superfi cie sembrada de soja.iv Se estima en un caso 50% dedicado a soja (donde pueda efectuarse doble cultivo) y 75% para explotaciones donde la soja sea la principal actividad anual.

Las estimaciones del segmento de acondicionamiento y almacena-miento de granos para la totalidad del país son del orden de los 73 mil ocupados. Considerando la relevancia de la soja en el total producido, los valores asignados oscilan entre 37 mil y 55 mil ocupados en este segmento de actividad.

3.5. El transporte y la industria de la molienda

El transporte, especialmente el realizado por camión, constituye otro eslabón relevante desde la perspectiva de la generación de empleo. Se trata de un universo impreciso y de usos múltiples en varios sentidos. Por un lado, puede aplicarse al transporte de diversos granos y, por otro, existen varios circuitos: desde la chacra al silo, del silo a la fábrica, de la fábrica al puerto o al uso interno posterior.

En este contexto, la estimación gira en torno al transporte vía camión excluyendo el tramo chacra-silo y se realiza suponiendo (conservadora-mente) la dupla camión/dueño, dejando de lado la presencia de empresas

Page 216: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

216 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

con estructuras mínimas y lógicas de empleo convencional. Datos de una estimación reciente indican la existencia de unos 38 mil camiones aplicados al complejo granario (López, 2004). Estimamos, en función de ello, dos valores polares que van desde 19 mil ocupados de mínima y 38 mil de máxima para esta actividad.

La industria de la molienda es intensiva en capital, lo cual implica una menor capacidad de generación de empleo, más allá del dinamismo aso-ciado a su expansión. En este caso es factible utilizar la categoría empleo dado que habitualmente existen relaciones salariales. La estimación en base a diversas fuentes indica niveles de empleo que oscilan entre 7 mil y 11 mil personas (MTEySS, 2005; CIARA, 2004; Mercado, 2004; Llach et al., 2004). Cabe señalar que en este caso se excluyen las estimaciones del empleo derivado de la construcción de las plantas, que bajo el marco de las condiciones macroeconómicas actuales tiene un fuerte componente de industria local.

Considerando como objetivo de la estimación la ocupación en la trama de la soja en su conjunto, incluyendo todas las modalidades económicas y contractuales, puede realizarse una primera aproximación a la ocupación que oscila entre 221 mil y 304 mil puestos de trabajo. Estos datos refl ejan cierta importancia de la ocupación generada por la trama en su conjunto. Esta estimación no difi ere sustantivamente de otras realizadas utilizando metodologías alternativas14.

La composición de la ocupación de la trama de la soja para cada una de las actividades (ver cuadro y gráfi co anexos) indica proporciones similares para la industria, los servicios y la propia actividad primaria. Aproximadamente un tercio de esta ocupación se refi ere a la actividad primaria intrínseca, mientras que los servicios asociados a la misma expli-can un valor similar.

A fi n de precisar los signifi cados atribuibles a estas estimaciones de ocupación, es necesario considerar las diversas dimensiones desarrolladas a lo largo de este artículo.

La producción de soja y sus derivados se cuenta entre las actividades más dinámicas de la economía argentina. Este desempeño se asienta sobre

14 Llach et al. (2004), actualizando “ad hoc” los coefi cientes técnicos de la Matriz de Insu-mo-Producto de 1997 y utilizando precios de 2003, estiman un empleo directo e indirecto para el complejo de 287 mil puestos de trabajo.

Page 217: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

217Tramas productivas de alta tecnología y ocupación

una base productiva y tecnológica que ha evidenciado cambios sustanti-vos en la última década tendiendo a establecer, en el nivel primario, una conjunción entre un nuevo paquete agronómico de alta tecnología y un nuevo modelo de organización de la producción.

El primero de los temas está centrado en el uso masivo de semillas transgénicas, fertilizantes, diversos biocidas y la siembra directa, que conforman un paquete tecnológico de avanzada. El segundo tema, lo organizacional, gira en torno a la creciente separación de la propiedad de la tierra con respecto a quienes desarrollan las actividades de labranza, seguimiento y cosecha, dando lugar a la contratación de una gran cantidad de actividades, la mayoría de las cuales son clasifi cadas habitualmente en el terreno de los servicios.

En las actividades dedicadas al procesamiento de la materia prima se registra un dinamismo mayor al de la industria argentina en su conjunto. Las tecnologías utilizadas en esta etapa y las escalas productivas califi can positivamente entre los mejores estándares internacionales.

Esta dinámica productiva plantea la inquietud acerca de su impacto sobre la ocupación. Habitualmente se contraponen dos visiones.

La primera sostiene que se trata de una actividad que genera unos pocos miles de puestos de trabajo; para ello apela a cifras referidas al empleo registrado en el nivel primario o en la industria de la molienda. Esta visión concluye señalando la existencia de una clara asimetría entre la conducta del sector en producción y exportación y lo que acontece en el plano ocupacional.

La segunda, en cambio, señala que los efectos indirectos observables en ciudades y pueblos del interior (en cuyos aledaños el cultivo tiene su asentamiento) indicarían que la actividad tiene una clara incidencia positiva en la ocupación dado que sus efectos van más allá de la actividad primaria tradicional o la molienda industrial.

¿Cuáles son los hallazgos del presente trabajo frente a estas posi-ciones? Las divergencias en las visiones pueden explicarse a partir de considerar los siguiente.

• Las actividades que conforman la trama de la soja ocupan un monto apreciable de trabajadores; sin embargo, las etapas más relevantes de la trama –en comparación con otras actividades– siguen siendo pro-ducciones intensivas en capital (crean ocupación, dada su expansión productiva, pero en menor medida al capital que requieren).

• La trama sojera evidenció un cambio tecno-organizacional sustantivo en la última década. Dichas modifi caciones, aún en proceso, se carac-terizan por notorias heterogeneidades en las formas de organización (desde el “diseño” de la semilla hasta el producto industrial).

Page 218: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

218 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

• En el nivel primario, la tendencia es hacia una fuerte tercerización de las actividades; ello introduce una alta participación de servicios contratados. Complementariamente, la provisión de insumos –ahora de alto contenido tecnológico, como el caso de la semilla transgé-nica– gana grados de importancia. En otros términos, la producción de granos de soja se convirtió, según las habituales clasifi caciones sectoriales, en una actividad a la vez primaria y de servicios.

• En el plano industrial, algunas actividades, como la selección, el acon-dicionamiento y el almacenamiento, también se externalizaron en el marco de nuevas relaciones entre las etapas de la actividad en su conjunto.

Frente a esta realidad, la utilización de las categorías tradicionales para medir ocupación en base al concepto de empleo (que implica una relación salarial entre el capital y el trabajo) pierde efectividad ante la reconfi guración estructural de la actividad. En tal sentido cabe señalar lo siguiente.

• Las estadísticas habituales tienen como unidad de referencia el sector o la rama, si se apela a la clasifi cación que aplica el sistema de cuentas nacionales local. En el caso específi co de la soja, esta se encuadra dentro de cultivos (de cereales y oleaginosas) en el nivel primario. Ello supone que la actividad se desarrolla íntegramente en la unidad analizada; o, en otros términos, que quien detenta el control de la tie-rra (en sus diversas formas) realiza, con su trabajo o con empleados –permanentes y/o transitorios–, la casi totalidad de las actividades inherentes al cultivo de la soja.

• Existe, habitualmente, cierto solapamiento de conceptos respecto del empleo vs. la ocupación, concepto este que consideramos el esencial en las evaluaciones realizadas previamente. Si se utilizan ambos con-ceptos de manera literal, las estadísticas que surgen necesariamente indicarán un subregistro de los niveles reales de ocupación para el caso de la soja.

Un enfoque alternativo, que se ajuste con mayor precisión a la reali-dad y permita captar con mayor rigurosidad la generación de ocupados en esta actividad, necesariamente debe partir de la forma de organiza-ción que crecientemente adquiere la actividad en su conjunto. Existen al menos tres planos que es necesario considerar.

El primero de ellos se refi ere a la adopción de un enfoque de trama productiva. Esta se defi ne como un conjunto de actividades interrelacio-

Page 219: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

219Tramas productivas de alta tecnología y ocupación

nadas a través de contratos formalizados o implícitos, que incluyen no sólo la actividad primaria sino también la industria y los servicios. Por lo tanto, una medición más ajustada del fenómeno debe incluir el conjunto de las actividades más relevantes de la trama, independientemente de la clasifi cación vigente (primaria, industrial o servicios). A partir de este enfoque, se incluye la ocupación generada no sólo por el sector primario, sino también por la provisión de insumos, el almacenamiento, el trans-porte y la molienda con sus servicios asociados.

El segundo plano se refi ere a la forma de organización de la produc-ción primaria de soja. En lo sustantivo se trata de un modelo en el cual se separa –para una parte creciente de la actividad– la posesión de la tierra (la propiedad) de su uso por parte de los –diversos tipos de– subcontratis-tas. Buena parte de la actividad primaria se subcontrata a favor de empre-sas que prestan (de manera individual o en conjunto) cada uno de los servicios que demanda el nuevo paquete agronómico. Ello signifi ca que una parte sustantiva de la actividad que tradicionalmente era considerada como agraria es realizada ahora por empresas que pueden clasifi carse como “prestadoras de servicios” y que no son captadas habitualmente en las estadísticas referidas al sector primario. Este argumento refuerza la opción metodológica adoptada en este trabajo de analizar la trama en su conjunto, independientemente de la clasifi cación que merezca cada etapa en las estadísticas habituales (primaria, industria o servicios).

Por último, una parte sustantiva de las relaciones de trabajo estableci-das en la trama en su conjunto se materializa a través de contratos que no necesariamente utilizan al salario como medio de pago. Bajo esta óptica, es posible que buena parte de los agentes económicos insertos en la trama se autodefi nan como cuentapropistas o como empleadores. Es decir, se incluirían en la fi gura que la OIT denomina “trabajo independiente” (OIT, 2003). De esta forma, por un lado, estas relaciones de trabajo generan ocupación; pero, por otro, esa ocupación no se lleva a cabo bajo la forma tradicional de captación del empleo asalariado, en base a un número determinado de horas semanales y de manera continua a lo largo del año. De allí que la captación de la ocupación generada deba incorporar otras categorías además de la de asalariados15.

15 Debe tenerse en cuenta además que sólo una parte de los asalariados, sobre todo en el agro y los servicios, son “registrados”: una porción sustantiva de los asalariados son, comúnmente, “no registrados”, es decir, sus empleadores no los declaran en el Sistema de Seguridad Social y, por lo tanto, no depositan regularmente los aportes correspondien-tes.

Page 220: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

220 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

A partir de ese abordaje metodológico, el análisis se realiza sobre la trama de la soja en su conjunto. En tal sentido se destacan varios aspectos:

• la relevancia que tienen los servicios o ciertos segmentos de actividad industrial como generadores de ocupación en la trama de la soja;

• la multiplicidad de formas contractuales que adoptan las relaciones de intercambio de fuerza de trabajo (salarios, contratos, autoempleo, etc.);

• los desajustes existentes entre las formas de organización que prevale-cen en la trama, con el herramental conceptual de captación de datos por parte del sector público centrado en la idea de sector.

El análisis precedente permite, además, extraer algunas conclusiones y focalizar inquietudes aplicables a otras actividades –cuyos nodos cen-trales sean tanto primarios, como industriales e incluso de servicios– que tienen en común a la trama como forma de organización y división del trabajo, y son dinámicas en la generación de la cantidad de ocupación e, incluso, en algunos casos, intensivas en capital. En tales casos, cabe plantearse cómo encarar un nexo entre las estimaciones de “ocupación” y las de “empleo”. En primer lugar es necesario refl exionar sobre el sen-tido del “trabajo” asignable a categorías de ocupación “no asalariadas”, como las que han prevalecido tradicionalmente, sobre todo en el agro pero también, y de manera presumiblemente creciente, en los denomi-nados “servicios” e incluso en algunas actividades industriales fuerte-mente tercerizadas (hacia unidades pequeñas, altamente informales). En simultáneo se requieren algunas redefi niciones conceptuales sobre las modalidades de trabajo desarrolladas bajo relaciones de subcontratación como las que prevalecen en las formas organizativas propias de la trama. Aun cuando, con el fi n de aproximarse a la noción de “empleo”, el pro-ducto de esta indagación resulte en “equivalentes” entre diversos tipos de ocupación a través de medidas típicas (como “horas trabajadas” según períodos convencionales como semana, mes o año), deben retenerse los supuestos subyacentes en esta operación conceptual que combina en un plano común al trabajo “asalariado” con el “no asalariado”.

Complementariamente, esta inquietud apunta a establecer un puente entre las modalidades de trabajo urbanas, que fundan conceptualmente las estadísticas periódicas que se producen en la Argentina, y las crecien-tes modalidades de trabajo rural, poco conectadas con aquellas y cuyo relevamiento es no regular.

Page 221: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

221Tramas productivas de alta tecnología y ocupación

CUADRO 9. Argentina. Estimación de la ocupación de la trama de la soja, 2003-2004. Cantidad de ocupaciones

ACTIVIDAD MÍNIMO MÁXIMO

1. Semillas 1.250 1.250

2. Fertilizantes y biocidas 1.878 10.500

3. Maquinaria agrícola 19.350 23.000

4. Productores primarios 91.498 108.500

5. Contratistas 37.700 56.500

6. Almacenamiento y acondicionamiento 36.961 55.036

7. Transporte 19.000 38.000

8. Molienda 7.000 11.000

Total 214.641 303.786

Fuente: Elaboración propia.

GRÁFICO 4. Estimación ocupación de la trama de la soja

SEMILLEROS1.250

PRODUCTORES SOCIOS

91.500/108.500

MAQUINARIA AGRÍCOLA19.350/23.000

FERTILIZANTES YBIOCIDAS1.800/10.500

CONTRATISTAS37.700/56.500

ALMACENAMIENTO37.000/55.000

TRANSPORTE19.000/38.000MOLIENDA Y PROVEEDORES

7.000/11.000

TRAMA SOJA214.000/304.000

Fuente: Elaboración propia.

Page 222: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

222 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

AAPRESID (2002), “Homenaje a los pioneros: 25 años de siembra directa”, X Con-greso Nacional de AAPRESID, Rosario.

—— (2004), “La siembra directa y el suelo”, en <www. aapresid.com.ar>.

Bisang, R. (2003a), “Apertura económica, innovación y estructura productiva: la aplicación de la biotecnología en la producción agrícola pampeana Argentina”, en Desarrollo Económico, N° 171, octubre-diciembre.

—— (2003b), “Diffusion process in networks: the case of transgenic soybean in Argentina”, First Globellics Conference, Río de Janeiro, noviembre.

—— (2004), “Innovación y estructura productiva: la biotecnología en el agro pam-peano”, en Bárcena et al., Los transgénicos en América latina, Santiago de Chile, CEPAL.

—— y Campi, M. (2005), “Liberalisation, mondialisation et réinsertion du secteur agricole argentin”, en Région et Développement, 1º semestre, Nº 22.

Bragachini, M. et al. (2003), “Fuerte reactivación del mercado de maquinaria agrí-cola argentino”, Córdoba, Proyecto Nacional Agricultura de Precisión-INTA Manfredi, diciembre.

CASAFE-Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes, en <http://casafe.org/estad.htm>.

Castagno, A. y Chudnovsky, D. (2002), “Estudio de Maquina Agrícola”, Oficina de la CEPAL en Buenos Aires/DIB/Ministerio de Economía, Buenos Aires, diciembre.

CIARA (2004), en <www.ciara.com>.

Dirección de Estadística de la Provincia de Buenos Aires (2005), “Encuesta Provincial de Servicios Agropecuarios de la Provincia de Buenos Aires. Años 2002 y 2004”, La Plata, Buenos Aires, mimeo.

Ekboir, J. (2003), “Adoption of no-till by small farmers: understanding the generation of Complex Technologies”, en García-Torres, L., Benites, J., Martínez-Vilela, A. y Holgado-Cabrera, A. (eds.), Conservation agriculture. environment, farmers experiences, innovations, socio-economy, policy, Dordrecht, Kluwer Academic Publishers.

Gutman, G. (2000), “Trayectoria y demandas tecnológicas de las cadenas agroindus-triales en el MERCOSUR ampliado. Oleaginosas: Soja y girasol”, Montevideo, PROCISUR/BID, Proyecto Global Organización y Gestión de la Integración Tecnológica Agropecuaria y Agroindustrial en el Cono Sur.

—— y Lavarello, P. (2003), “La trama de oleaginosas en Argentina”, (Documento B-3), Estudio 1.EG.33.7, Componente B Préstamo BID 925/OC-AR, Oficina

Page 223: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

223Tramas productivas de alta tecnología y ocupación

de la CEPAL-ONU/Secretaría de Política Económica, Ministerio de Economía de la Nación.

——; —— y Cesa, V. (2006), “Las industrias oleaginosas en Argentina”, en Ghezán, G., Acuña, A. M. y Mateos, M. (comps.), Estrategia y dinámica de la innovación en la industria alimentaria argentina, Buenos Aires, Astralib.

Hinrichsen, J. J. (2003), Anuarios 2002 y 2003, Buenos Aires, Reprografías JMA.

INDEC (2002), Censo agropecuario 2002.

INTA (2004), La siembra directa en Argentina, Vol. I y II, Buenos Aires, septiembre.

Llach, J.; Harrigue, M. y O´Connor, E. (2004), “La generación de empleo en las cadenas agroindustriales”, Fundación Producir Conservando, Buenos Aires, mimeo.

López, G. (2004), “Cambios estructurales en el complejo granario”, Fundación Pro-ducir Conservando, Buenos Aires, noviembre, mimeo.

—— y Oliverio, G. (2003), “El complejo soja en Argentina. Su importancia econó-mica”, Fundación Producir Conservando, Buenos Aires, mimeo.

Márgenes Agropecuarios (2005), “Estadísticas agropecuarias 2004”, Buenos Aires, mayo.

Mercado (1999), “Agroquímicos y fertilizantes. Tierra de fusiones”, Buenos Aires, mayo.

—— (2004), Buenos Aires, julio.

MTEySS-Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (2005), “Base de Datos de Empleo”, Comunicación Personal.

Obstchatko, E. (1996), “Industrialización basada en recursos naturales. El caso del complejo oleaginoso argentino, CEPAL”, Buenos Aires, mimeo.

OIT (2003), “Resolución sobre la Situación Internacional de la Clasificación de Empleo”, Organización Internacional del Trabajo, Ginebra.

Oliverio, G.; Segovia, F. y López, G. (2004), “Fertilizantes para una Argentina de 100 millones de toneladas”, Fundación Producir Conservando, Buenos Aires, mimeo.

ONCCA (2005), “Estadística de almacenaje y embarques 1996/2004”, Buenos Aires, mimeo.

Peiretti, R. (1999), “The development and future of direct seed crooping systems in Argentina”, en <http:/pnwsteep.wsu.edu/DirectSeed/conf99>.

Pengue, W. (2000), Cultivos transgénicos, hacia donde vamos?, Buenos Aires, Lugar, diciembre.

Page 224: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

224 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Regúnaga, M.; Fernández, S. y Opacak, G. (2003), “El impacto de los cultivos gené-ticamente modificados en la agricultura argentina”, Programa de Agronegocios y Alimentos, Facultad de Agronomía, Universidad de Buenos Aires, septiembre.

SAGPYA (2002), “La matriz de contabilidad social del sector agroalimentario: apertura y construcción de la primera versión”, Buenos Aires, Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la República Argentina, noviembre.

Schvarzer, J. (2005), “Agricultura y producción alimentaria en el MERCOSUR frente al mercado mundial. Problemas y desafíos”, CESPA, UBA, Buenos Aires, marzo.

Teubal, M. y Rodríguez, J. (2002), Agro y alimentos en la globalización, Buenos Aires, La Colmena.

Trigo, E. et al. (2002), Los transgénicos en la agricultura argentina: una historia con final abierto, Buenos Aires, IICA/Libros del Zorzal.

UIA (2005), “Cadena de la industria de aceites y harinas proteicas en la Región Pam-peana”, 5º Foro Federal de la Industria, Región Pampeana, Jornada de Trabajo, 26 y 27 de mayo, Mar del Plata, mimeo.

Page 225: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

225

Graciela E. Gutman

La producción de leche y productos lácteos conforma en la Argentina una importante trama1 productiva, de larga trayectoria histórica y

gran impacto económico y social. Históricamente organizado en función de la demanda interna y localizado alrededor de los centros urbanos, el complejo recibió un fuerte impulso para su estructuración y expansión en la década del sesenta, cuando se estableció a través de regulaciones públicas la obligatoriedad de la pasteurización de la leche. Engloba a unos 12 mil/13 mil tambos2, cerca de 800 empresas industriales, una producción de leche que ha oscilado en la última década y media entre los 6 mil y los 10 mil millones de litros según los años, y un valor de producción del orden de los 4.200/4.500 millones de pesos anuales (14% del valor de la producción total de alimentos y bebidas), generando alrededor de 80 mil a 100 mil puestos de trabajo directos en las etapas de producción primaria e industrial, según diversas estimaciones.

En su conjunto, este complejo se organiza sobre la base de: i) una producción primaria atomizada, ubicada en su mayor parte en diversas cuencas de la Región Pampeana; ii) una producción industrial fuerte-mente estratifi cada en la que coexisten pocas grandes empresas naciona-les y transnacionales (fi rmas multiplanta y multiproducto) que controlan

1 En este documento se utilizan indistintamente los términos trama o complejo para designar al conjunto de etapas y agentes estrechamente articulados por relaciones técnicas, que participan en la elaboración y comercialización de productos lácteos, a través de relaciones económicas directas.

2 El tambo es la explotación primaria dedicada a la producción de leche.

Page 226: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

226 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

los mercados relevantes, empresas medianas, cooperativas y numerosas PyMEs, muchas de ellas “tambos-fábricas”; y iii) una etapa de distribu-ción y comercialización altamente concentrada. Su expansión reciente lo coloca entre las producciones agroalimentarias más dinámicas del país, con importantes potencialidades de crecimiento, a partir de los escenarios expansivos en los mercados mundiales y de la recuperación del mercado interno.

La dinámica productiva se caracteriza por importantes heterogeneida-des tecnológicas, productivas y organizacionales, y diferencias regiona-les, aunadas a marcados comportamientos cíclicos anuales y plurianua-les que imprimieron rasgos particulares y específi cos a las relaciones (y confl ictos) intersectoriales.

Desde una perspectiva sistémica, tomando en cuenta las etapas pro-ductivas y de servicios vinculadas con la producción y distribución de productos lácteos, este complejo productivo tiene un fuerte impacto ocu-pacional, tanto a escala nacional como a escala regional, generando un elevado número de puestos de trabajo directos e indirectos. La composi-ción de estos puestos revela variadas formas de ocupación y empleo a lo largo de las diferentes etapas que conforman el complejo, que se mani-fi estan en la naturaleza de las relaciones laborales involucradas: formas de pago, intensidad y duración de las jornadas, tipos de tareas, estabilidad de las relaciones laborales, y otras; en los diversos requerimientos de capacitación y de competencias de los trabajadores y empleados; y en la persistencia de circuitos informales de producción, al margen de las regulaciones sanitarias, sociales y fi scales, procesos estos que repercuten en los niveles y las calidades de la ocupación en la trama.

El propósito de este estudio es realizar una estimación de los impac-tos ocupacionales de las actividades productivas de la trama láctea, con especial atención en las etapas de producción primaria y producción industrial, a partir de un enfoque sistémico3. El énfasis en el análisis de estas etapas obedece a las especifi cidades de la ocupación y del empleo en ellas, en las que coexisten distintas formas de ocupación y de retribución al trabajo, tales como formas salariales y no salariales, contratos de pago en especie o a porcentaje, mediería, etc., que requieren aproximaciones metodológicas particulares. En este sentido, el estudio debe considerarse como un ejercicio metodológico.

3 Los desarrollos metodológicos para la estimación del empleo en las etapas de provisión de insumos y servicios para el agro han sido encarados en otros estudios de este Proyecto, en particular en el caso de la trama de la soja.

Page 227: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

227Ocupación y empleo en el complejo productivo lácteo en la Argentina

En la siguiente sección se presentan algunos elementos de la estruc-tura y evolución reciente del complejo lácteo en la Argentina, de modo de proporcionar un marco analítico e histórico para la discusión de la ocupación. Las diversas estimaciones de la ocupación se discuten en la segunda sección. Finalmente, en las conclusiones se retoma la discusión metodológica y se evalúan los alcances y limitaciones del ejercicio rea-lizado.

1.1. Características y dinámica reciente

El complejo lácteo constituye una producción agroalimentaria alta-mente dinámica y competitiva. Tres rasgos particulares han delineado históricamente su desarrollo en el país: i) una dinámica productiva moto-rizada por y orientada hacia el mercado interno; ii) una estructura prima-ria atomizada y dispersa, que enfrenta una demanda industrial concen-trada y estratifi cada; y iii) un comportamiento cíclico que engloba ciclos anuales estacionales y ciclos económicos asociados a la evolución de la demanda interna. Las exportaciones fueron, hasta hace pocos años, anticíclicas, esporádicas, resultantes de las posibilidades de colocación de los superávits de producción sobre el consumo interno, en mercados mundiales altamente subsidiados (Gutman et al., 2004 y 2005; Gutman, 1999b; Bisang et al., 2003).

La conformación del MERCOSUR en la década de los noventa, en particular la demanda de Brasil (país defi citario en su aprovisionamiento de productos lácteos), otorgó un fuerte impulso a la producción y las exportaciones del complejo: en estos años, entre un 60% y un 80% de las exportaciones de leche en polvo, principal y mayoritario rubro de expor-tación, se dirigieron a Brasil. Más recientemente, la crisis económica en la Argentina y Brasil, con la consecuente caída en el consumo, y los aumentos en los precios internacionales de la leche en polvo reorientaron las exportaciones hacia otros mercados externos, reforzando la reorien-tación exportadora del complejo.

Hasta bien entrada la década del noventa, en respuesta al dinamismo del mercado interno y regional, se registraron aumentos en la produc-ción, las inversiones y la productividad, importantes innovaciones tec-nológicas y organizacionales, cambios en las modalidades de coordina-

Page 228: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

228 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

ción sistémica e importantes procesos de reestructuración productiva en los sectores primario e industrial. La producción de leche creció inte-rrumpidamente desde comienzos de los noventa, llegando a un pico de 10 mil millones de litros en 1999, para luego descender en los cuatro años siguientes y recién retomar el sendero expansivo en 2004 (Gráfi co 1). A mediados de 2005, la producción anual se ubica en el orden de los 9.300 millones de litros, con un coefi ciente de exportaciones del orden del 25% al 30%, muy superior al 10% registrado en las últimas décadas.

GRÁFICO 1. Productos lácteos. Evolución de la producción, las expor-taciones y los precios implícitos de exportación, 1990-2004 (números índice: 1995=100)

1990

40

60

80

160

140

200

100

180

120

1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004

20

0

Índice de producción en millones de litrosÍndice de exportación en miles de toneladas

Índice de precios implícitos de las exportaciones

Índice de exportación en millones de dólares

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (SAGPyA) y del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).

El marcado comportamiento cíclico del complejo –el ciclo anual o estacional, asociado al sistema productivo primario basado en la dis-ponibilidad estacional de pastos, y el ciclo plurianual, de una duración

Page 229: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

229Ocupación y empleo en el complejo productivo lácteo en la Argentina

de cuatro a cinco años, originado en los sucesivos défi cits o superávits de la producción de leche en relación a la demanda interna– ha estado presente en distintos contextos macroeconómicos. El mismo se agudiza en períodos de inestabilidad macroeconómica, impactando de manera asimétrica en los actores. Este comportamiento ha estado en la base de frecuentes confl ictos intersectoriales, en un complejo caracterizado por la ausencia de mecanismos públicos y/o privados de coordinación sistémica intersectorial.

La evolución de los precios al productor, mayoristas, minoristas e internacionales, evidencia, como puede apreciarse en el Gráfi co 2, las modalidades de ajuste intersectorial resultantes de los ciclos económicos y de la estructura de los mercados (Gutman et al., 2004 y 2005).

GRÁFICO 2. Complejo lácteo. Evolución de los precios nacionales e inter-nacionales (números índice: enero 1994=100)

Ene-94

50

100

150

400

350

500

250

450

300

0

200

Jul-9

4Ene

-95Ju

l-95

Ene-96

Jul-9

6Ene

-97Ju

l-97

Ene-98

Jul-9

8Ene

-99Ju

l-99

Ene-00

Jul-0

0Ene

-01Ju

l-01

Ene-02

Jul-0

2Ene

-03Ju

l-03

Ene-04

Jul-0

4

Precio al productorIPC* Productos lácteos

IPIM** Productos lácteosPrecio internacional leche en polvo entera

Fuente: Gutman, Guiguet y Lavarello (2004).

* IPC: Índice de Precios al Consumidor. ** IPIM: Índice de Productos Industriales Mayoristas.

Ambos tipos de ciclos se atenuaron en la década de los noventa: las innovaciones tecnológicas introducidas en el tambo (ya desde los años ochenta), impulsadas por innovaciones en producto y proceso en la industria, fueron reduciendo la estacionalidad de la producción primaria,

Page 230: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

230 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

permitiendo volúmenes de producción de leche más estables a lo largo del año y niveles de calidad superiores. Los cambios en las condiciones competitivas de los mercados mundiales, junto con las oportunidades abiertas en el MERCOSUR, permitieron la colocación de las ofertas excedentes en el exterior, estimulando mayores volúmenes de produc-ción. Esta expansión encuentra su límite a fi nes de los noventa: la fase descendente del ciclo vuelve a reinstalarse con caídas de la producción. La competencia con la soja, fuertemente expansiva en estos años, agudiza la situación de esta trama, hasta entrado el año 2004, cuando los precios internacionales en alza vuelven a motorizar el crecimiento de la produc-ción. Se aúnan en esta dinámica los impactos de la tendencia secular a la concentración de los tambos y la disminución en su número, los efectos de los ciclos económicos y la evolución de los precios relativos con pro-ducciones que compiten por el uso de los recursos.

La evolución de los principales parámetros de la producción primaria, medida a través del número de tambos y vacas, la producción de leche y diversos indicadores de productividad, se presenta en el Cuadro 1.

CUADRO 1. Complejo lácteo. Indicadores de la evolución del sector pri-mario

Indicador 1988 1996 2000 2001 2002*

Producción (millones de litros) 6.061 8.865 9.817 9.475 8.111

Cantidad de tambos 30.500 22.000 16.000 14.880 13.000

Vacas totales (miles) 2.011 2.444 2.322 2.268 2.050

Litros/tambo/día 544 1.104 1.681 1.745 1.709

Litros/vaca total año 3.014 3.627 4.228 4.177 3.956

Litros/vaca total día** 8,3 13,0 15,1 14,9 14,1

Vacas/tambo 66 111 145 152 158

Fuente: SAGPyA, Dirección de Alimentos, en base a Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA,) INDEC y encuestas propias.

* Datos preliminares.** Lactancia 280 días.

En los catorce años que cubre la serie analizada, con aumentos y dis-minuciones de la producción, la cantidad de tambos disminuyó en un 57% (desaparecieron 17.500 tambos), la productividad promedio (medida por

Page 231: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

231Ocupación y empleo en el complejo productivo lácteo en la Argentina

la cantidad de litros por vaca) aumentó un 70% y el tamaño del rebaño promedio (número de vacas por tambo) aumentó 2,5 veces.

Las empresas industriales elaboradoras de leche y productos lácteos se caracterizan por la coexistencia –en la mayor parte de los casos dentro de las mismas empresas– de una producción de bienes indiferenciados, commodities orientadas a los mercados externos, y la producción de bie-nes diferenciados, dirigidos a segmentos particulares de consumidores del mercado interno. Esta tensión mercado interno/mercado externo se expresa asimismo en los niveles y características del empleo industrial, ya que las plantas de secado de leche, de escalas técnicas y económicas elevadas, con procesos automatizados, generan relativamente menos empleos que las plantas productoras de bienes diferenciados, estrecha-mente articuladas, además, con las industrias de envases e ingredientes.

La persistencia de circuitos informales de producción, al margen de las regulaciones sanitarias, sociales y fi scales –que pueden llegar a repre-sentar, en las fases descendentes del ciclo, cerca del 30% de la producción total de leche–, introduce importantes distorsiones en las reglas del juego competitivo e impacta en los niveles y la composición de la ocupación del complejo.

Los rasgos centrales de la dinámica de estas producciones en la década del noventa han sido los siguientes:

- Importantes cambios estructurales. • En la producción primaria, un fuerte aumento de la producción

acompañado por inversiones y cambios organizativos y empresariales. Se produce en estos años la consolidación de un estrato de tambos medianos/grandes efi cientes, con racionalidad empresarial y manejo del riesgo; la desaparición de un importante número de productores chicos; y el desplazamiento de los restantes hacia producciones mar-ginales y de baja calidad. La presencia del gran capital fi nanciero se hace sentir en el sector, a través de inversiones de capitales ajenos al sector, en explotaciones de más de 10 mil litros de leche diarios.

• En la producción industrial la fuerte competencia interempresa-rial impulsa importantes reconversiones productivas, tecnológicas y logísticas, recreándose la estructura oligopólica del mercado. Se registra el arribo de empresas internacionales a través de procesos de fusiones y adquisiciones (F&A), así como la expansión de las inversiones productivas de las grandes empresas ya instaladas en el sector. La modernización tecnológica se caracteriza por el desarrollo de nuevos procesos: automatización; tecnologías de “diferenciación

Page 232: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

232 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

postergada”; economías de escala; nuevos productos: diferenciación y segmentación de la clientela “objetivo”; innovaciones en envases y packaging; innovaciones organizacionales: racionalización del empleo, búsqueda de la calidad total y de la producción just-in-time; innovaciones logísticas: fl otas de transporte, centros de distribución. La logística se transforma en una estrategia empresarial central para aumentar el poder de negociación frente a los hiper y supermercados y la capacidad exportadora.

- Cambios en las reglas competitivas. • Contractualización: cambios en las formas de articulación de la

industria con la producción primaria a través de la selección de provee-dores, la promoción de un estrato de productores altamente efi cientes, la difusión de nuevos criterios de calidad de la leche.

• Mayor orientación hacia los mercados externos, en el marco de una estrategia comercial fuertemente asentada en el comercio intrafi rma. Esta dinámica se traduce en la profundización de los procesos de concentración y centralización de capitales, acompañados por inver-siones de capitales extranjeros y por la consolidación de una oferta tecnológica transnacionalizada. Paralelamente, se densifi can las arti-culaciones de los sectores productivos con las industrias proveedoras de insumos y bienes de capital. Estas comienzan a jugar un rol activo en la reconfi guración productiva y tecnológica del complejo y en la confi guración de las relaciones intersectoriales, con impactos rele-vantes en la generación de ocupación y en el tipo de competencias exigidas a los trabajadores.

1.2. La conformación del complejo y sus impactos en la ocupación

El complejo lácteo está conformado por un conjunto de etapas produc-tivas, comerciales y logísticas que parten desde la provisión de insumos y maquinarias para el agro y llegan hasta el consumo fi nal, presentando fuertes heterogeneidades productivas y tecnológicas, principalmente en las etapas de producción primaria e industrial (Gráfi co 3).

Las dinámicas tecnológicas y económicas han impulsado un proceso de externalización de actividades, mayores niveles de especialización productiva y rearticulación entre productores agrarios, industriales y pro-veedores de servicios a través de particulares modalidades de contratos, alianzas y relaciones proveedor-cliente. Dentro de esta tendencia general,

Page 233: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

233Ocupación y empleo en el complejo productivo lácteo en la Argentina

el grado de externalización de algunas actividades productivas varía en las distintas cuencas lácteas y en los diversos estratos de productores primarios e industriales.

Las grandes industrias lácteas que operan en la etapa de procesa-miento industrial han constituido históricamente el núcleo coordinador del complejo, difundiendo innovaciones tecnológicas y organizativas, estableciendo los parámetros de calidad de la materia prima, fi jando los precios tambo-industria, concentrando los mayores ingresos y rentas den-tro de las cadenas. Más recientemente, este rol está siendo disputado por las grandes cadenas de la distribución de alimentos (gran distribución, GD) que operan en la etapa de comercialización minorista.

Las diversas etapas del complejo han tenido distintos impactos sobre los niveles, modalidades y calidades de la ocupación y del empleo, que varían de acuerdo a las dinámicas productivas y a los cambios en los con-textos regulatorios, tecnológicos e institucionales. Una breve descripción técnica y económica de la conformación de estas etapas en la actualidad permite avanzar en esta temática4.

4 Debido a los propósitos de este documento, se desarrollarán con más detalles los sectores de producción primaria y producción industrial.

Page 234: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

234 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

- Fi

lial d

e

mul

tinac

iona

l-

Empr

esa

naci

onal

gr

ande

/med

iana

- Em

pres

a na

cion

al

pequ

eña

- Fi

lial d

e m

ultin

acio

nal

- Em

pres

a na

cion

al

gran

de/m

edia

na-

Empr

esa

naci

onal

pe

queñ

a

Prod

ucci

ón

agro

pecu

aria

Rec

olec

ción

y

tran

spor

tePr

oces

amie

nto

indu

stri

alD

istr

ibuc

ión,

lo

gíst

ica

y tr

ansp

orte

Can

ales

de

com

erci

aliz

ació

n

- Si

st. s

emip

asto

riles

- Si

st. i

nten

sivo

s-

Sist

. mix

tos

- Si

st. e

spec

ializ

ados

- Fl

ota

de tr

ansp

orte

- Pl

anta

s de

enfr

iado

(e

n ta

mbo

o

in

dust

ria)

- Pl

anta

s arte

sana

les

- Pl

anta

s ind

ustri

ales

esp

ecia

lizad

as-

Plan

tas i

ndus

trial

es m

ultip

rodu

cto

- D

istri

buid

or-

May

oris

ta-

Dis

tribu

idor

exc

lusi

vo

- C

anal

es e

xter

nos

- C

anal

es in

tern

os

- Pr

oduc

tore

s peq

ueño

s-

Prod

ucto

res m

edia

nos

- Pr

oduc

tore

s gra

ndes

- Pr

oduc

tore

s int

egra

dos

- Ta

mbo

-fáb

rica

- In

tegr

ados

a la

s us

inas

- A

gent

es

es

peci

aliz

ados

- A

copi

ador

es

- G

rupo

s Eco

nóm

icos

(GE)

naci

onal

es-

GE

mul

tinac

iona

les

- C

oope

rativ

as-

Empr

esas

med

iana

s/gr

ande

s-

PyM

Es

- In

tegr

ados

- A

gent

es e

spec

ializ

ados

- M

ayor

istas

gen

eral

istas

- Ex

porta

dore

s y

agen

tes d

e ex

porta

ción

- H

iper

mer

cado

s y

supe

rmer

cado

s-

Min

oris

tas

tra

dici

onal

es

Insu

mos

y b

iene

s de

capi

tal p

ara

el a

gro

Insu

mos

y b

iene

s de

capi

tal p

ara

la in

dust

ria

Con

sum

o-

Gen

étic

a an

imal

- Eq

uipo

s de

orde

ñe

y fr

ío-

Sani

dad

- A

limen

taci

ón-

Tecn

olog

ías d

e pr

oces

o

- In

sum

os (b

ioló

gico

s, in

gred

ient

es,

sa

boriz

ante

s, ot

ros)

- Eq

uipo

s

(de

cent

rifug

ado,

enfr

iam

ient

o,

pa

steu

rizad

o, o

tros)

- En

vase

s-

Tecn

olog

ías d

e pr

oces

o y

de p

rodu

cto

GR

ÁFI

CO

3. E

tapa

s y ti

polo

gía

de p

rodu

ctor

es y

em

pres

as e

n la

tram

a lá

ctea

Page 235: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

235Ocupación y empleo en el complejo productivo lácteo en la Argentina

1.2.1. Etapa de proveedores de insumos y maquinarias y de servicios para la producción agropecuaria (tambo)

Un amplio y diversifi cado conjunto de proveedores de bienes y ser-vicios para la producción primaria se ha desarrollado en años recientes, acompañando los procesos de innovación tecnológica y organizativa que han tenido lugar en este complejo a lo largo de las décadas del ochenta y el noventa, basados en la adaptación de tecnologías de proceso y en la difusión de las relaciones contractuales (formales o no), e impulsando aumentos de la producción y la productividad. Esta etapa agrupa a las industrias y empresas de servicios que atienden las necesidades asociadas a los tres ciclos productivos que coexisten, con mayor o menor grado de internalización o externalización, en las explotaciones tamberas: el ciclo ganadero, que demanda, entre otros, genética y sanidad animal, sistemas de alimentación del ganado, manejo del rodeo; el ciclo de ordeñe o ciclo tambero propiamente dicho, que requiere maquinarias de ordeñe y de enfriamiento de la leche, sistemas de instalación y de limpieza de los tambos, alimentación del rodeo en el tambo; y el ciclo agrícola asociado a la alimentación del ganado, vinculado con los insumos, maquinarias y servicios a esta producción.

Junto a la difusión de los nuevos paquetes tecnológicos, se verifi ca un creciente protagonismo de pocos y grandes proveedores, muchas veces fi liales de empresas transnacionales.

El análisis de los impactos de los agentes de esta etapa sobre la ocu-pación del complejo varía según se trate de proveedores especializados o de proveedores de insumos de uso difundido. En el primer caso, los productores tamberos tienen con sus proveedores articulaciones directas y exclusivas; la evolución productiva y tecnológica de ambos tipos de agentes condiciona mutuamente sus niveles de ocupación. Es el caso, entre otros, de las industrias de maquinaria de ordeñe, entre las que se encuentran importantes empresas globales como Alfa Laval y Westfalia. Cuando se trata de proveedores de insumos de uso difundido, como los semilleros, los oferentes de tractores y otra maquinaria agrícola, o los contratistas de servicios de siembra, de cosecha, de riego, etc., la evolu-ción de la producción láctea incide sólo parcialmente en los niveles de producción y ocupación de los mismos, y se requieren estimaciones del grado de participación de los clientes del complejo lácteo para evaluar su incidencia en la ocupación total del complejo.

Page 236: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

236 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

1.2.2. Producción primaria

La estructura de la producción primaria de leche es muy heterogé-nea tanto entre cuencas como en el interior de las mismas. Participan un reducido número de mega-tambos con fuertes inversiones en capital fi jo; tambos medianos capitalizados altamente efi cientes; “pools de tam-bos”; tambos integrados a través de formas cooperativas de producción y comercialización; y numerosas pequeñas explotaciones, muchas de las cuales operan al margen de las reglamentaciones sanitarias, sociales e impositivas.

Coexisten diversos sistemas de producción, basados centralmente en modelos pastoriles y semipastoriles, y diversas formas de integración con las etapas industriales y logísticas (cooperativas, agricultura de contrato, internalización/externalización de algunas actividades de la explotación), aunados a la presencia en los años noventa de nuevos capitales atraídos por la fuerte expansión el sector. La tendencia predominante en buena parte de la década de los noventa –acorde con la evolución de la pro-ducción láctea en los principales países productores en el mundo– fue la de un aumento en las escalas mínimas de producción acompañado por mayores producciones y productividades por explotación y por animal, junto a la desaparición por absorción, o mayoritariamente por expulsión de la actividad, de numerosas pequeñas explotaciones.

La Región Pampeana concentra más del 97% de la producción de leche del país, con la siguiente distribución provincial: Santa Fe, 35,5% del total nacional; Córdoba 34%; Buenos Aires, 24%, y Entre Ríos y La Pampa en conjunto 4% (datos de SENASA).

Las tecnologías prevalecientes en los tambos efi cientes incluyen:

• suplementación alimentaria: rollos, silos de maíz, sorgo, pasturas permanentes, alimentos balanceados;

• mecanización del tambo; • pastoreo rotativo: administración del boyero (utilización de alambrados

conectados a una fuente eléctrica de bajo voltaje para delimitar los espacios de pastoreo);

• genética y manejo de rodeos: crianza artifi cial de los terneros (gua-chera), inseminación artifi cial, control y programación de las paricio-nes;

• control sanitario: asistencia técnica periódica (veterinario), control lechero que posibilita la realización de registros periódicos del rodeo

Page 237: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

237Ocupación y empleo en el complejo productivo lácteo en la Argentina

(genética, producción de leche; la Asociación Argentina de Criadores de Holando Argentino –AACHA– certifi ca el control lácteo);

• tecnología de frío para la conservación de la leche.

En los tambos grandes y medianos grandes tecnifi cados, algunas de las actividades vinculadas a los ciclos agrícolas y ganaderos son exter-nalizadas y contratadas a proveedores de servicios, variando el alcance de estos procesos en las distintas cuencas (Wehbe y Civitaresi, 2001; Quaranta, 1999). Es el caso, por ejemplo, de las asociadas a la alimenta-ción del ganado: las nuevas tecnologías de alimentación animal aumentan la importancia de la superfi cie dedicada a ensilados y los requerimientos de maquinaria específi ca, por lo general contratada (como cortadoras, embolsadoras, picadoras). Se difunde también la siembra directa, a través de servicios contratados. Algunos tambos, en la provincia de Santa Fe y otras cuencas, contratan la guachera a cooperativas de primer grado, que entregan el animal una vez listo para la inseminación. Los tambos peque-ños, no modernizados, no realizan suplementación alimentaria del ganado o lo hacen sólo con pasto natural, crían los terneros al pie de la madre, no recurren a la inseminación artifi cial, pueden tener ordeñe mecánico pero en algunos casos persiste el ordeñe manual, y no tienen sistema de enfriado de leche (a veces cuentan con sistemas de refrescado). Estas diferencias se expresan en amplias variaciones en las productividades por animal y por hectárea.

Si bien es cierto que la relativa autonomía de las cuencas lecheras del país y de sus mercados de infl uencia se debilitó como consecuencia de los avances tecnológicos que permitieron a las grandes usinas lác-teas extender su radio de acción a nivel nacional (notablemente con la producción de leches “larga vida”), los tambos de las distintas cuencas lecheras del país conservan diferencias relevantes, en relación con el tamaño de las explotaciones, el grado de especialización productiva y los sistemas productivos y tecnológicos predominantes, variables todas que inciden en los niveles y tipos de ocupación. Como se desprende del estudio de Gambuzzi et al. (2003), los tambos de la Cuenca Central Santa Fe-Córdoba son los más chicos en superfi cie, aprovechan más pasto por hectárea que las otras cuencas y su producción individual (en térmi-nos de litros por vaca por día) es baja. En Entre Ríos están los tambos más chicos en número de vacas totales y en ordeñe; es la cuenca con menor entrada diaria de leche y la de menor productividad por hectárea; estos tambos tienen la menor utilización de pasto por hectárea. Los tambos

Page 238: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

238 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

de la provincia de Buenos Aires son los de mayor superfi cie total, con mayores márgenes brutos e ingresos totales.

A pesar de estas diferencias, las mayores disparidades se encuentran dentro de cada cuenca y se relacionan con el grado de intensifi cación de las explotaciones5.

1.2.3. Etapa de recolección, enfriamiento y transporte de la leche desde el tambo a las usinas lácteas

Debido al carácter altamente perecedero de la leche y los productos lácteos, son de crucial importancia en este complejo los aspectos vincu-lados con las cadenas de frío y la logística (transporte, almacenaje, distri-bución). Coexisten distintos sistemas logísticos, con grados diferenciales de efi ciencia y tecnologías.

En las décadas del setenta y ochenta, las grandes usinas lácteas indu-jeron, a través de pagos diferenciales, la instalación de equipamiento de frío en los tambos (Gutman y Rebella, 1990). La extensión de la elec-trifi cación rural en las principales cuencas lecheras facilitó e impulsó estas instalaciones en las explotaciones primarias. La modernización se completó con la modifi cación del sistema de recolección de leche desde el tambo a las usinas o a las plantas de recolección y enfriado industriales –donde se reemplazaron los tachos por camiones cisternas con equipos de frío incorporados–, contribuyendo a mantener la calidad de la leche cruda hasta llegar a las plantas procesadoras. Los tambos entregan dia-riamente la leche para su procesamiento en las usinas y empresas lácteas. La calidad de la leche procesada depende tanto de la calidad de la materia prima como de su conservación en la etapa de transporte.

El sistema de transporte del tambo a la planta elaboradora está a cargo de las empresas industriales, que contratan para ello fl otas exclusivas de camiones. Pero se presentan situaciones diversas en el acopio y los nive-les de modernización, según los distintos circuitos por los que transita la materia prima, el tamaño de la explotación primaria y el recorrido que deban hacer los camiones. Dependiendo de la ubicación de los tambos y de las plantas procesadoras, el recorrido puede ser corto o relativamente largo. Las grandes usinas cuentan con modernos camiones de transporte (camiones cisternas), con avanzada tecnología; en el otro extremo, toda-

5 Una estimación de la Asociación Argentina de Criadores de Holando Argentino (AACHA) para el año 2001 muestra que el indicador de litros por vaca ordeñada por día es de 17,8 en la provincia de Buenos Aires; 18,0 en Córdoba; 19,6 en Entre Ríos; 17,3 en La Pampa y 17,8 en Santa Fe (Gutman et al., 2003).

Page 239: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

239Ocupación y empleo en el complejo productivo lácteo en la Argentina

vía se recoge la leche en tarros lecheros y se los transporta en camiones sin sistemas de control de temperatura.

En la mayoría de los casos los camiones cisternas transportan la leche directamente desde el tambo a la planta procesadora. Algunas empresas más avanzadas en materia de calidad cuentan con plantas de pre-recibo, en donde se clasifi ca la leche antes de ser llevada a las plantas procesado-ras. Este es el caso, por ejemplo, de la empresa Logística La Serenísima, que realiza el transporte de materia prima para las empresas Mastellone y Danone, que cuenta con 165 camiones cisternas que llevan la leche cruda desde el tambo a cinco plantas de pre-recibo donde analizan la calidad de la materia prima y la clasifi can para su distribución a las distintas plantas elaboradoras.

Las PyMEs lácteas, en su mayor parte los llamados tambos-fábricas (pequeñas explotaciones primarias que integran la elaboración de queso masa), entregan su producción a acopiadores, los que recorren las explo-taciones y compran o reciben en consignación los productos (Ostrowski, 2001).

1.2.4. Etapa de procesamiento industrial (usinas lácteas, fábricas de quesos y productos lácteos)

Al igual que en la producción primaria, la estructura industrial del complejo lácteo es muy heterogénea, coexistiendo distintos tipos de empresas, en tamaño, estructura empresarial, origen del capital, grado de diversifi cación de los productos y orientación de mercado. Las grandes empresas del sector producen una amplia variedad de productos lácteos y tienen localizadas sus plantas en distintas cuencas lecheras6.

6 A nivel industrial, la leche tiene dos destinos principales: las leches fl uidas o leche consu-mo (leches pasteurizadas, ultra-pasteurizadas esterilizadas y chocolatadas o saborizadas) y los productos lácteos o leche para industria (quesos, leche en polvo, yogures, postres, dulce de leche, manteca, cremas, otros). El principal destino industrial de la leche lo constituye en la Argentina la elaboración de quesos. Las características técnicas de la producción incluyen varios pasos técnicos interrelacionados, a partir del ingreso de la leche como materia prima principal. Las exigencias en cuanto a la calidad de composición de la leche varían según el producto fi nal. La cadena técnica comprende la desintegración de los componentes naturales de la leche a través de procesos industriales con escalas y técnicas particulares. Estos desarrollos pueden ser realizados en empresas integradas o bien en plantas o empresas especializadas, dando lugar a diversas formas de interrelación técnica y económica entre las fi rmas (Schaller et al., 2001; Schaller, 2001).

Page 240: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

240 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Se trata de un mercado fuertemente estratifi cado, que puede clasifi -carse como de oligopolio diferenciado. Una tipología de empresas lácteas (Gutman et al., 2003) distingue entre:

• grandes empresas de capital nacional, multiplantas y multiproductos, con ámbitos de acumulación centrados en el mercado nacional/regio-nal; entre ellas, SanCor, la mayor asociación de cooperativas del país, y Mastellone Hnos. SA;

• grandes y medianas empresas de capitales transnacionales, igualmente multiplantas y multiproductos, con ámbitos de acumulación regional: Nestlé, Molfi no (Saputo); Danone, Cabaña Santa Rosa (Bongrain), ex Parmalat;

• un importante estrato de empresas medianas y medianas grandes, multiproductos y multiplantas con orientación exportadora, algunas de las cuales han atravesado desde los noventa por diversos procesos de fusiones y adquisiciones; entre otras: Williner, Milkaut, Verónica, Lácteos Cono Sur;

• medianas empresas más especializadas y con mayor orientación hacia el mercado interno;

• numerosas empresas PyMEs y tambos-fábricas, buena parte de los cuales opera en circuitos informales.

En conjunto, estas industrias representan cerca del 14% de las ventas totales de las Industrias de Alimentos y Bebidas, absorbiendo el 12% de la ocupación generada en el sector, lo que está revelando una productividad media mayor al promedio de estas industrias (un 15% más elevada), con una remuneración promedio un 28% más alta (datos de la Dirección de Alimentos de la SAGPyA).

En el siguiente cuadro puede observarse la fuerte estratifi cación pre-sente en el sector7. Unas 22 empresas, que alcanzan a sólo el 3% del total de empresas encuestadas, procesan el 75% del total de leche diaria recibida por la industria. En el otro extremo, 551 empresas (un 73% del total) sólo reciben el 6% de la entrega diaria de leche de los tambos a las industrias.

7 Las estimaciones se realizaron en base a una encuesta que lleva a cabo la Dirección de Alimentos de la SAGPyA en empresas habilitadas por el SENASA o por las autoridades provinciales. La encuesta cubre las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, La Pampa y Entre Ríos, con una representatividad del 87% y el 90% del total de la recepción diaria de leche en las industrias.

Page 241: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

241Ocupación y empleo en el complejo productivo lácteo en la Argentina

CUADRO 2. Estratifi cación de empresas lácteas, 2003

Tramos de recepción diaria de leche (litros) Nº empresas Empresas (%) Total recepción

de leche (litros) Litros (%)

Hasta 7.000 551 73 1.198.064 6

7.000 a 20.000 122 16 1.411.079 7

20.000 a 50.000 48 6 1.505.389 8

50.000 a 100.000 10 1 685.605 3

100.000 a 300.000 12 2 2.022.346 10

>300.000 10 1 12.885.369 65

753 100 19.707.851 100

Fuente. SAGPyA, Dirección de Alimentos.

El estrato de empresas más chicas, con menos de 7 mil litros diarios de recepción de leche, está conformado por tambos-fábricas que entran o salen de la producción de quesos según la evolución del ciclo lácteo (si suben los precios de la materia prima, por aumento de demanda y escasez de oferta, estas empresas dejan la producción de quesos para vender leche cruda a industrias). Buena parte del estrato siguiente –entre 7 mil y 20 mil litros diarios de recepción de leche– tiene el mismo comportamiento.

Las fi rmas que se encuentran en el estrato de 20 mil a 50 mil litros diarios son casi todas empresas integradas, especializadas en la elabora-ción de quesos (quesos blandos, quesos barra, quesos semiblandos), en su mayoría con una sola planta industrial.

En el estrato de recepción diaria de leche de 100 mil a 300 mil litros encontramos empresas elaboradoras de una mayor variedad de productos, por lo general operando en una sola planta. Por el contrario, las empre-sas ubicadas en el estrato de más de 300 mil litros diarios son empresas multiproductos y multiplantas.

Desde la perspectiva de la organización empresarial encontramos diferentes tipos de empresas, con impactos diferenciales en la ocupa-ción de mano de obra: i) empresas multiplantas, con gerenciamiento centralizado; ii) empresas especializadas en commodities; iii) empresas con producción diversifi cada; iv) pequeñas empresas integradas en la producción y procesamiento de la materia prima; v) cooperativas.

Como consecuencia del recrudecimiento de la competencia inter-empresarial, las cooperativas están perdiendo importancia dentro de la estructura empresarial del sector lácteo. El conjunto de empresas coope-

Page 242: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

242 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

rativas alcanzaba, a mediados de los noventa, a 26% de la recepción diaria de leche; actualmente estas llegan al 20-22% del total de la leche recibida (Renauld y Lattuada, 2004). Los autores citados señalan que en diez años SanCor redujo en un tercio el número de cooperativas que la integran, buscando disminuir costos para aumentar la competitividad; Milkaut, la segunda cooperativa del país, transfi rió sus actividades industriales y comerciales a Milkaut SA, creada en 1995.

1.2.5. Industrias proveedoras de insumos y equipos industriales

La fuerte expansión de la capacidad instalada de la industria láctea a lo largo de los noventa se realizó en base a la difusión de importantes innovaciones en tecnologías de proceso (secado de leche, ultrapasteu-rización, moderna elaboración de quesos, automatización de procesos, equipos para identifi car la calidad de leche) y de producto (tecnologías de envase, nuevas tecnologías de insumos y aditivos).

Al igual que en el caso de los proveedores de insumos y bienes de capital en el agro, la oferta tecnológica está altamente concentrada en pocas empresas transnacionales que abastecen los equipos centrales para las tecnologías de punta; participan también en el mercado medianas empresas nacionales proveedoras de equipos periféricos e instrumental para estas actividades, algunas de las cuales han desarrollado una estra-tegia exportadora hacia países del MERCOSUR.

Se encuentran proveedores especializados, cuya evolución y niveles de ocupación están estrechamente asociados a la dinámica productiva de las empresas lácteas, junto con proveedores de equipos e insumos de uso difundido. Se pueden distinguir los siguientes proveedores:

• proveedores de equipos, piezas y partes para procesos (centrífugas, pasteurizadoras, homogeneizadoras, equipos para la elaboración de leche en polvo, dulce de leche, manteca, moldeadoras de queso, otros);

• proveedores de instalaciones industriales (plantas llave en mano);• proveedores de equipos de frío, acondicionamiento de aire, higiene

de plantas y equipos, y otros proveedores de componentes y partes de equipos;

• proveedores de ingredientes (aditivos, cultivos y fermentos, enzimas, estabilizantes, colorantes, saborizantes, otros);

• proveedores de envases (envasadoras automáticas, envasadoras al vacío, bandejas para maduración de quesos, botellas plásticas, envases

Page 243: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

243Ocupación y empleo en el complejo productivo lácteo en la Argentina

fl exibles, envases plásticos, envases rígidos, fi lm para leche, etiquetas, tapas, embalajes, otros);

• oferentes de servicios (control de calidad, ingeniería y software de producción, laboratorios, mantenimiento y reparación de instalaciones, otros).

1.2.6. Etapa de logística e infraestructura de transporte y acopio de los productos industrializados hacia los canales de venta mayorista o minorista

Inicialmente, las grandes usinas lácteas tomaron a su cargo las activi-dades correspondientes a esta etapa instalando Centros de Distribución y a través de fl otas de transporte propias, especializadas en frío para los productos fi nales. Más recientemente, las estrategias de reposiciona-miento de estas fi rmas en sus actividades principales, asociadas a la fuerte competencia interempresarial y a las presiones y exigencias de la Gran Distribución, en particular las exigencias de esta última de estrategias de just-in-time para evitar la acumulación de stocks (Gutman, 2002), están llevando en algunos casos a la tercerización de parte de estas actividades, especialmente el transporte, con el concomitante surgimiento de fi rmas especializadas en estos servicios, que pueden o no formar parte del grupo empresarial.

Las actividades logísticas de esta etapa en las grandes empresas reco-nocen dos sub-etapas: i) el transporte desde las plantas productoras a los Centros de Distribución de las empresas; y ii) el transporte desde los Centros de Distribución a los comercios minoristas (o mayoristas). Las grandes y medianas grandes empresas externalizan el transporte en la segunda sub-etapa, contratando los servicios de distribuidores exclusivos, representantes, mayoristas u otros tipos de transportistas8.

En la mayoría de los casos, el transporte desde las plantas industriales a los centros de distribución y almacenaje corre a cargo de las empresas. Mastellone Hnos. es tal vez la única gran empresa que externalizó esta actividad creando Logística La Serenísima SA, cuyos servicios comparte con Danone. Esta empresa logística cuenta con 13 depósitos en todo el país, 1.040 personas que trabajan en los depósitos y una fl ota de 900 camiones (fl eteros tercerizados, exclusivos).

8 SanCor, por ejemplo, cuenta en el país con ocho sucursales de venta, seis ofi cinas co-merciales y un Centro de Distribución, y opera con 100 mayoristas y 290 distribuidores exclusivos. Williner tiene nueve sucursales de venta y una red de distribuidores y repre-sentantes.

Page 244: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

244 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

1.2.7. Etapa de comercialización interna o externa (mercados internos y externos)

Un grupo importante de empresas grandes, medianas e incluso algu-nas PyMEs asociadas dirigen parte de su producción a los mercados mundiales, ya sea directamente, a través de empresas de distribución instaladas en los mercados de destino o mediante convenios y alianzas con distribuidoras en dichos mercados. Hasta bien entrada la década del noventa, Brasil fue el principal país de destino de estas exportaciones; actualmente los mercados de destino están mucho más diversifi cados.

Es en los canales de comercialización interna donde se han produ-cido las mayores transformaciones, con la creciente concentración de las ventas minoristas en manos de pocas y grandes empresas comerciales en cadena, conformando la gran distribución minorista (GD). Como resul-tado, en los mercados de bienes de consumo fi nal las empresas indus-triales se enfrentan a las demandas, exigencias y presiones crecientes de las grandes cadenas de hiper y supermercados, que afectan sus márgenes comerciales y su rentabilidad. La diferenciación de productos es muy grande y hay una fuerte competencia entre marcas del productor y marcas de la GD (Gutman, 2002).

1.2.8. Los consumidores fi nales

La estratifi cación de los consumidores y la segmentación de los mer-cados han sido, en el período de expansión, dos de las estrategias cen-trales de las empresas industriales para captar la renta del consumidor. Ello ha llevado a una permanente introducción de nuevos productos que muestran elevadas tasas de rotación, a estrategias comerciales de defensa de las marcas propias y, en muchos casos, al surgimiento de segundas y terceras marcas. Junto al consumidor fi nal, existen los circuitos de consumo institucional y colectivo, que son crecientemente importantes como destino de la producción de algunos productos lácteos (restauran-tes, negocios de fast-food, catering, entre los principales).

1.3. Circuitos de producción y circulación

Teniendo en cuenta las características y las estrategias de los agen-tes participantes en cada etapa, pueden delimitarse diversos circuitos de producción y circulación entre la producción primaria y los negocios de

Page 245: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

245Ocupación y empleo en el complejo productivo lácteo en la Argentina

venta minorista. Una primera aproximación al tema, en forma estilizada, permite distinguir los siguientes circuitos.

• En el caso de las grandes y medianas empresas, el circuito más gene-ralizado es: tambos - plantas de recibo previo - fl ota de transporte exclusiva de la empresa - plantas productoras - centros de distribución - distribuidores/transportistas exclusivos - negocios minoristas (super-mercados, almacenes, negocios de conveniencia, otros). En algunos casos, los mayoristas intermedian entre el productor y la distribución, sobre todo cuando se trata de productos menos perecederos (quesos de pasta semidura y dura, leches condensadas o en polvo), o bien cuando se dirigen a locales tradicionales de venta minorista alejados de las plantas o centros de distribución.

• Las empresas medianas chicas venden su producción a mayoristas, distribuidores o directamente a empresas de los canales minoristas (super e hipermercados, negocios tradicionales), confi gurando circui-tos del tipo: tambos - transporte comercial o acopiadores - mayorista o distribuidores - plantas de elaboración - negocios minoristas. O bien circuitos más cortos del tipo: tambos - transporte comercial o acopiador - negocios minoristas.

• En el caso de las PyMEs que son tambos-fábricas, la intermediación está a cargo de un acopiador, y el destino fi nal puede ser la venta en canales minoristas, la restauración (queso muzzarella para pizzas) o bien la venta a otras empresas lácteas para su procesamiento poste-rior.

2.1. Metodología e hipótesis del estudio. El enfoque sistémico

La dinámica competitiva y tecnológica de la producción de leche y productos lácteos, que impulsa la externalización de actividades y fun-ciones, da lugar a un conjunto heterogéneo y complejo de proveedores de bienes y servicios para las diversas etapas productivas del complejo, lo que plantea diversos desafíos metodológicos para la estimación de la ocu-pación y el empleo en estas actividades. Las articulaciones principales, desde una perspectiva sistémica, se dan no solamente entre los producto-res y los procesadores de materias primas, sino que, en forma creciente,

Page 246: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

246 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

intervienen otros agentes que se articulan con estas producciones como proveedores de insumos, maquinarias y servicios especializados a través de relaciones económicas directas. Estas relaciones, a diferencia de las relaciones económicas generales, vinculan a agentes individualizables que se articulan a través de contratos formales o informales, sobre la base de relaciones técnicas del tipo insumo-producto; su difusión reconfi gura los contornos de los complejos y las formas y modalidades de generación de ocupación en los mismos.

Es esta perspectiva sistémica la que se propone como aproximación metodológica adecuada para el análisis de la ocupación en complejos productivos agroalimentarios. Se trata de delimitar las etapas y agentes productivos que tienen entre sí relaciones directas estrechas o fuertes, en el sentido de que las variaciones en la producción de una de las partes infl uyen en forma decisiva y mayoritaria en los niveles de producción (y por lo tanto de ocupación) de la otra. En este contexto, podemos dis-tinguir entre:

• ocupación directa: la que se genera en cada una de las etapas produc-tivas centrales del complejo y en las etapas asociadas de la circulación y la distribución; en el caso del complejo lácteo abarcaría las etapas de producción primaria de leche; recolección y transporte de la leche desde el tambo a las plantas industriales; procesamiento industrial; y la etapa logística y de distribución de leche y productos lácteos a los canales de comercialización;

• ocupación indirecta: generada en las etapas proveedoras de insumos, maquinarias y servicios específi cos y especializados para este com-plejo, y la parte de la ocupación generada en proveedores de insumos y servicios de uso difundido, que pueda imputarse a este complejo.

En el caso del complejo lácteo, las hipótesis centrales en relación con los determinantes de los niveles y tipos de ocupación señalan que la ocupación de la trama está estrechamente asociada a:

• la articulación entre las dinámicas macroeconómica, sistémica y secto-rial que están en el origen del comportamiento cíclico de este complejo agroalimentario;

• la estructura productiva en las etapas principales de la trama (agro-pecuaria e industrial): las formas de organización empresarial en la industria, las formas de organización de la explotación agropecuaria, las asimetrías y las heterogeneidades tecnológicas entre agentes;

Page 247: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

247Ocupación y empleo en el complejo productivo lácteo en la Argentina

• las estrategias empresariales, en particular las referidas a la orienta-ción de mercado (una mayor orientación hacia las exportaciones, por ejemplo, induce la producción de commodities estandarizadas que requieren menor ocupación por unidad producida que la elaboración de bienes diferenciados y de mayor valor agregado orientados al mer-cado interno), la externalización o internalización de actividades y funciones, el grado de especialización de las unidades productivas;

• la competencia entre complejos por el acceso a los recursos naturales, en particular a la tierra, que se evidencia en la evolución de los precios relativos de producciones que compiten por el uso de recursos; en este caso, se alude fundamentalmente al proceso de “sojización” verifi cado en la producción agrícola en las últimas décadas, con el consiguiente desplazamiento de producciones que compiten por el uso de la tierra, entre ellas la producción láctea.

2.2. Consideraciones cualitativas acerca de la organización del trabajo y la ocupación en la producción primaria de leche

La mediería ha sido históricamente una fi gura tradicional en la orga-nización de las tareas productivas del tambo9. La mediería supone una baja división técnica del trabajo conjuntamente con una amplia diversi-dad de tareas que deben realizar el mediero y su familia, asociada a las distintas actividades –agrícolas, ganaderas y de ordeñe– presentes en las explotaciones tamberas. En este contexto, la fi gura del mediero adquiere una importancia estratégica para la organización del proceso productivo, disminuyendo costos de supervisión y facilitando el control. Los tambe-ros son trabajadores polivalentes, con elevados niveles de competencia y de conocimientos tácitos (Quaranta, 1999 y 2001).

El paquete tecnológico que se difundió en la producción primaria de leche en las décadas del ochenta y noventa, impulsado por los servicios de extensión de las grandes usinas lácteas a través de un sistema de bonifi caciones y castigos en el precio de la materia prima, impactó tanto en el nivel de la ocupación, como en el tipo de tareas y la organización

9 Originalmente, el término proviene del reparto por partes iguales de la producción de leche, entre el propietario de la explotación y los activos productivos, por un lado, y el trabajador (mediero) y su familia, por el otro, que aportaban principalmente la mano de obra. Esta fi gura ha ido evolucionando con los cambios tecnológicos y organizativos registrados en la producción de leche, en particular en relación con el tipo de arreglo contractual entre las partes.

Page 248: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

248 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

del proceso de trabajo en el tambo. En términos generales, se tradujo en la externalización de actividades y la contratación de servicios y de asesoramiento especializado. Asimismo, signifi có una prolongación de la jornada de trabajo del tambero y una ampliación de las tareas a su cargo, con mayores niveles de complejidad de las tareas y cambios en las modalidades de pago. Sin embargo, la fi gura del mediero continúa siendo importante por su rol en la gestión y supervisión de la mano de obra10.

Encontramos en las explotaciones tamberas distintos tipos de trabaja-dores: familiares, tamberos medieros o a porcentaje, asalariados. Dejando de lado las heterogeneidades tecnológicas presentes entre las distintas cuencas, la organización del trabajo en los distintos estratos de tambo es la siguiente (Quaranta, 1999 y 2001; Wehbe y Civitaresi, 2001).

• En los tambos grandes y tecnifi cados, el trabajo corre por cuenta de asalariados especializados, con un administrador o supervisor general que puede ser también un asalariado o un socio de la empresa. El sistema de premios puede implementarse también para el personal asalariado, para impulsar el logro de altos niveles de calidad de la leche. Son importantes las fi guras del ingeniero agrónomo y el asesor veterinario, pero no son personal permanente.

• En la mediería empresarial de escala elevada y media a alta incor-poración de tecnología, hay fuerte polivalencia de la mano de obra y asalariados contratados por el mediero. La remuneración es por resul-tado: porcentaje en función de la cantidad y la calidad de la materia prima. El logro de parámetros de calidad tiene una infl uencia grande en el nivel fi nal de remuneración, y las exigencias están asociadas a las demandas de las usinas receptoras.

• En las explotaciones capitalizadas de escala intermedia, además del tambero a porcentaje se contratan peones generales o tractoristas. Por lo general, el mediero se concentra en las actividades de ordeñe, no se

10 En cuanto a los aspectos reglamentarios, desde 1999 rige la Ley de Contrato Asociativo de la Explotación Tambera, Ley 25169/99, que establece dos tipos de sujetos: el empre-sario-titular (que puede ser arrendatario), cuyas obligaciones incluyen, entre otras, la administración y dirección, la provisión de una vivienda para el tambero y las responsa-bilidades emergentes de la legislación laboral, previsional y fi scal; y el tambero-asociado, quien ejecuta las tareas de explotación del tambo, pudiendo contribuir o no con equipos y enseres, y con o sin personal a su cargo; se incluye como actividad anexa la cría y recría de hembras para reposición o venta. La ley establece que se convendrá la forma de pago al tambero asociado. Ambos tipos de sujetos jurídicos se consideran como titulares de explotaciones independientes, como autónomos, a los efectos previsionales, fi scales y laborales (Wehbe y Civitaresi, 2001).

Page 249: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

249Ocupación y empleo en el complejo productivo lácteo en la Argentina

encarga de las labores del ciclo agrícola, y se contratan trabajadores para el manejo del rodeo.

• En la mediería tradicional, el sistema de pago es por rendimiento (cantidad) y la mano de obra la proporcionan fundamentalmente el mediero y su familia.

En resumen, los cambios tecnológicos y organizacionales que se registran en la producción tambera han llevado a la presencia de formas de organización del trabajo que van desde la mediería tradicional hasta nuevas modalidades de trabajadores/medieros a porcentaje, con nuevas y mayores competencias, trabajadores polivalentes que aportan el tra-bajo de miembros de su familia y, en algunos casos, el de algún peón contratado por el tambero; el “nuevo” tipo de tambero estaría asociado a explotaciones tecnológicamente avanzadas. Como el resultado econó-mico del tambo depende de la adecuada coordinación entre los tres ciclos productivos (agrícola, ganadero y tambero), la presencia del tambero en todas estas actividades lo convierte en un agente estratégico en estas explotaciones. Si bien está en relación laboral de dependencia con el propietario de la explotación agropecuaria (o arrendatario), no se trata sin embargo de un trabajador asalariado, sino de una forma particular de trabajador agrícola (Quaranta, 2001).

Se puede observar entonces la presencia de una relación de depen-dencia que no asume formas salariales clásicas, no sólo por el sistema de remuneración sino también por la presencia de la familia del tambero aportando trabajo.

2.3. Estimación de la ocupación

La complejidad de las articulaciones entre agentes de las diversas etapas de la trama láctea se traduce en grandes desafíos metodológicos a la hora de realizar estimaciones de la importancia económica y social del complejo. Las difi cultades aumentan debido a la falta de adecuación de las estadísticas convencionales para captar los nuevos procesos pro-ductivos y tecnológicos.

Con el propósito de avanzar en el desarrollo de metodologías adecua-das para estos análisis, este estudio presenta un ejercicio metodológico centrado en la estimación de la ocupación directa generada en el complejo lácteo, esto es, la ocupación generada en las etapas de producción pri-maria, recolección y transporte a las plantas industriales, procesamiento

Page 250: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

250 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

industrial, y logística y distribución de los productos industriales hasta los canales de comercialización.

La estimación realizada, que debe considerarse como una primera aproximación al estudio de este proceso, ha considerado y procesado diversas fuentes de información cuantitativa y cualitativa: estudios pre-vios realizados sobre el complejo; información elaborada por la Direc-ción de Alimentos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación; tabulados especiales del Censo Nacional Agropecuario del INDEC preparados para este estudio; información proporcionada por el Centro de la Industria Lechera (CIL); estadísticas del INDEC; la matriz de Insumo-Producto 1997; la base de datos sobre industrias y empleo elaborada en el MTEySS; entrevistas con informantes califi cados. Los resultados alcanzados se presentan a continuación.

2.3.1. Estimaciones de la ocupación en la producción primaria

Las difi cultades para estimar el número total de tambos y la ocupación generada en ellos son varias. En primer lugar, la información captada por el Censo Nacional Agropecuario (CNA) de 2002, principal fuente para la obtención de la información cuantitativa, presenta varias limitacio-nes, tanto en relación con la defi nición de lo que se considera un tambo comercial (número mínimo de vacas, destino de la producción), como en lo que respecta a la diferenciación de los distintos tipos de actividades que pueden coexistir en las explotaciones11.

Por otra parte, no existen registros ofi ciales de tambos y de ocupación en el tambo actualizados, compatibilizados y confi ables entre la SAGPyA y las provincias de la Región Pampeana.

Por ello, y frente a las fuertes heterogeneidades existentes entre las diversas cuencas lácteas en relación con la estructura de la producción, el grado de especialización de la explotación agropecuaria, el tamaño promedio de los tambos y el tipo de producto/mercado al que se dirigen, todos ellos factores que inciden en el nivel promedio de ocupación, es necesario realizar estimaciones a partir de la información disponible. Se

11 La unidad de captación de información en el Censo es la Explotación Agropecuaria (EAP), la actividad de los tambos no se registra en forma separada; para el CNA existe un tambo cuando la EAP tiene un número mínimo de vacas lecheras (supuesto demasiado rígido, que puede sobrestimar la actividad tambera en distintas regiones). De igual forma, los datos de ocupación registrados en el CNA se refi eren a la EAP, sin distinguir entre los distintos tipos de producción comercial (ganadera, lechera, agrícola) que pueden coexistir en una explotación, lo que difi culta la estimación de la ocupación en el tambo en los casos (numerosos) de explotaciones mixtas.

Page 251: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

251Ocupación y empleo en el complejo productivo lácteo en la Argentina

presentan en este documento distintas estimaciones de la ocupación en las explotaciones primarias lecheras.

• Un primer conjunto de estimaciones se basa en tabulados especiales del CNA preparados por el INDEC para este estudio, con el propósito de delimitar las explotaciones tamberas de la Región Pampeana y acotar la ocupación de las EAP a las actividades directamente relacionadas con la producción lechera (cuadros 3, 4 y 5).

• Una segunda estimación fue elaborada utilizando la Matriz de Insumo Producto del año 1997, realizada con la colaboración de investigadores del MTEySS (Coremberg, 2005).

• Adicionalmente, se presentan estimaciones realizadas por expertos en la temática.

Estimación de la ocupación a partir de la información del Censo Nacional Agropecuario

Esta primera estimación, realizada a partir del reprocesamiento de la información censal, da como resultado una ocupación en el tambo de cerca de 42 mil personas para el año 2002.

CUADRO 3. Región Pampeana. Estimación I de la ocupación, 2002

Provincias N° de tambos Ocupación fi ja* Ocupación transitoria**

Ocupación total

Santa Fe 4.573 13.101 168 13.269

Córdoba 4.361 12.471 236 12.708

Buenos Aires 3.172 9.918 28 9.946

Entre Ríos 1.583 4.616 147 4.763

La Pampa 264 876 51 927

Región Pampeana 13.953 40.981 631 41.613

Fuente: Estimaciones propias a partir de tabulados especiales del CNA.

* Propietarios y socios que trabajan en la EAP permanentes.** Jornales anualizados.

Para realizar esta estimación se debió adoptar un conjunto de hipó-tesis y supuestos que permitieran delimitar la explotación tambera y la ocupación generada en estas actividades. Los mismos se señalan a con-tinuación.

Page 252: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

252 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

• Del total de EAP con vacas en ordeñe se consideran como tambos aquellos con 10 o más vacas en producción.

• Estas explotaciones se estratifi caron con criterios que posibiliten dis-tinguir entre pequeñas, medianas y grandes explotaciones tamberas, a partir del dato de número de vacas en ordeñe12. Para restringir la ocupación registrada en las EAP a las actividades vinculadas con el tambo se realizaron diversas hipótesis y estimaciones preliminares, para diferenciar dentro de la EAP la ocupación correspondiente a la producción lechera. Asimismo, se anualizaron los jornales contratados de acuerdo a los criterios adoptados en el CNA para considerar a un trabajador permanente.

Los cuadros 4 y 5 muestran una apertura de la información contenida en el Cuadro 3, presentando los datos según distintas formas de remune-ración de los trabajadores y según el tipo de tarea u ocupación realizada. La tipología según tipo de remuneración distingue entre productores o socios que trabajan en la explotación; trabajadores rurales permanentes con pago fi jo en dinero; trabajadores permanentes que reciben, además de pagos en dinero, pagos en especie o a porcentaje; trabajadores perma-nentes con otras formas de remuneración; trabajadores permanentes sin remuneración; y otras formas de ocupación sin discriminar. La tipología según tipo de ocupación distingue a los productores o socios que traba-jan en los tambos; al encargado o capataz; al mediero; a profesionales o técnicos (ingenieros agrónomos, veterinarios); a los operadores de las ordeñadoras y otras instalaciones del tambo; al peón rural; y a otras ocu-paciones no especifi cadas.

Puede observarse en estos cuadros que, más allá de las diferencias existentes entre las provincias que conforman la Región Pampeana, se destacan algunas particularidades en relación al tipo de ocupación pre-dominante:

• La ocupación mayoritaria se concentra entre los productores y socios que trabajan en el tambo y los trabajadores permanentes que cobran un monto fi jo en dinero, seguidos por los trabajadores permanentes que cobran, además de un monto fi jo, un porcentaje de los resultados de la producción o ingresos en especie. Las otras formas de ocupación son de menor importancia relativa, excepto en Entre Ríos, donde los

12 Una variable más precisa para la estratifi cación de las explotaciones lecheras es la cantidad diaria de leche producida, pero esa información no está registrada en el Censo.

Page 253: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

253Ocupación y empleo en el complejo productivo lácteo en la Argentina

trabajadores permanentes sin remuneración alcanzan un 23% de la ocupación en los tambos.

• En cuanto a la estructura de la ocupación según tipo de ocupación, el grueso de los trabajadores de la Región Pampeana se concentra en productores o socios, medieros, operadores de ordeñadoras y otras instalaciones del tambo, y peones generales.

Teniendo en cuenta las características y modalidades de la ocupación en el tambo, analizadas precedentemente, se considera que la información censal subestima la importancia que la fi gura del mediero tiene en las explotaciones tamberas de la Región Pampeana, ya que no capta en toda su magnitud su participación en la organización y ejecución de las tareas del tambo (por ejemplo, las tareas de operación de maquinarias de ordeñe y de la maquinaria restante del tambo son por lo general asumidas por el tambero mediero).

CUADRO 4. Región Pampeana. Estructura de la ocupación en los tambos según tipo de remuneración (en %)

Provincias

Tota

l

Prod

ucto

res o

soci

os q

ue

trab

ajan

en

el ta

mbo

Trab

ajad

ores

per

man

ente

s, m

onto

fi jo

en

dine

ro

Trab

ajad

ores

per

man

ente

s, m

onto

fi jo

+ e

spec

ie o

%

Trab

ajad

ores

per

man

ente

s, ot

ras f

orm

as

Trab

ajad

ores

per

man

ente

s s/

rem

uner

ar

Sin

disc

rim

inar

re

mun

erad

os

Santa Fe 100 31,1 26,1 22,6 6,5 12,7 1,1

Córdoba 100 37,0 21,3 25,3 5,8 8,4 2,2

Buenos Aires 100 30,3 37,1 19,7 5,6 5,5 1,9

Entre Ríos 100 42,8 19,8 6,8 4,7 22,6 3,4

La Pampa 100 28,9 35,6 17,0 13,3 4,4 0,7

Total Región Pampeana 100 33,4 29,7 19,2 5,8 9,9 2,0

Fuente: Estimaciones propias a partir del CNA 2002.

Page 254: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

254 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

CUADRO 5. Región Pampeana. Estructura de la ocupación en los tambos según tipo de ocupación (en %)

Provincias

Tota

l

Prod

ucto

res o

soci

os q

ue

trab

ajan

en

el ta

mbo

Enc

arga

do, c

apat

az

Med

iero

Prof

esio

nal,

técn

icos

Ope

rado

res d

e or

deña

dora

s y

otra

s ins

tala

cion

es d

el ta

mbo

Ope

rado

res d

e m

aqui

nari

as,

equi

pos e

inst

alac

ione

s

Peón

gen

eral

Otr

as o

cupa

cion

es

agro

pecu

aria

s

Santa Fe 100 31,1 3,8 18,9 1,3 23,1 7,8 13,4 0,6

Córdoba 100 37,0 3,5 16,9 0,3 21,9 5,9 13,1 1,3

Buenos Aires 100 30,3 7,5 16,4 1,4 15,8 5,7 19,9 2,9

Entre Ríos 100 42,8 4,4 2,7 2,4 15,7 5,0 20,8 6,1

La Pampa 100 28,9 4,4 13,3 0,7 21,5 5,9 25,2 0,0

Total Región Pampeana 100 33,4 5,6 14,9 1,3 18,4 6,1 1 7,8 2,6

Fuente: Estimaciones propias a partir del CNA 2002.

Otras estimaciones de la ocupación en el tambo

Los cuadros presentados a continuación muestran otras estimaciones de la ocupación en la producción primaria de leche, realizadas a partir de información obtenida en fuentes alternativas al CNA. El Cuadro 6 pre-senta una estimación de la ocupación utilizando indicadores propuestos en el estudio de Ostrowski (2001).

En el Cuadro 7, a la estratifi cación de tambos elaborada a partir de la información del CNA 2002 se aplicaron los coefi cientes de ocupación por estrato estimados por técnicos veterinarios especializados en la pro-ducción láctea.

La estratifi cación de tambos presentada en estos cuadros se realizó tomando en cuenta la estructura de tambos por número de vacas en ordeñe del CNA para la Región Pampeana, con la siguiente tipología:

• Tambos chicos, menos de 100 vacas en ordeñe• Tambos medianos: entre 101 y 500 vacas *Tambos medianos-chicos: entre 101 y 200 vacas *Tambos medianos-grandes: entre 201 y 500• Tambos grandes: más de 500 vacas en ordeñe

Page 255: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

255Ocupación y empleo en el complejo productivo lácteo en la Argentina

CUADRO 6. Estimación II de la ocupación en el tambo

Estrato de tambos Nº de tambos* Ocupación por tambo**

Ocupación total

Chicos 7.588 4 30.352

Medianos 5.415 6 32.490

Grandes 950 8 7.600

Total 13.953 5 70.442

Fuente:* Elaboración propia a partir del CNA.; ** Ostrowski (2001).

CUADRO 7. Estimación III de la ocupación en el tambo

Estrato de tambos Nº de tambos* Ocupación por tambo**

Ocupación total

Chicos 7.588 4 30.352

Medianos-chicos 3.259 6,9 22.487

Medianos-grandes 2.156 7,75 16.709

Grandes 950 10,2 9.690

Total 13.953 5,7 79.238

Fuente: * Elaboración propia a partir del CNA; ** Estimaciones de expertos.

Una estimación adicional realizada para el año 2003 a partir de pro-yecciones de la Matriz de Insumo Producto de 1997 llega a niveles de ocupación directa en la trama láctea superiores a los obtenidos a partir de la información obtenida del CNA.

CUADRO 8. Estimación IV de la ocupación directa e indirecta en el tambo

Ocupación directa Ocupación indirecta

Total directa e indirecta

Sector primario 72.856 26.911 99.767

Sector industrial 13.095 27.420 40.515

Sector terciario 81.355 8.468 89.823

Total 167.306 62.799 230.105

Fuente: Llach et al. (2004).

Page 256: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

256 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Las distintas estimaciones de la ocupación directa en la producción tambera que hemos presentado arrojan los siguientes resultados.

CUADRO 9. Resumen de las estimaciones de la ocupación directa en la producción primaria de leche, 2002-2003

Hipótesisde mínima

Hipótesisde máxima

Estimaciones CNA 41.613

Estimaciones Matriz 1997* 42.672

Estimaciones Experto 70.442

Estimaciones Ostrowski 79.238

Estimaciones Llach et al. 72.856

* Estimaciones realizadas en el Ministerio de Trabajo a partir de la Matriz de Insumo Pro-ducto (MIP) 1997, bajo el supuesto de que los niveles de producción de leche del año 2003 son similares a los del año 1997, y que no hubo grandes cambios tecnológicos en esos años (Coremberg, 2005).

Como puede observarse, los resultados de las estimaciones realizadas a partir del CNA y de la MIP 97 son bastante similares. Por el contra-rio, las estimaciones de expertos arrojan cifras que son superiores a las obtenidas a partir del CNA, entre un 60% y un 90% más altas. Estas discrepancias señalan la necesidad de seguir investigando sobre niveles y modalidades de ocupación en la producción lechera, en particular pro-fundizando el análisis que surge del CNA a partir de la consideración de las especifi cidades de la producción tambera.

2.3.2. Estimaciones de la ocupación en la etapa de recolección de la leche en el tambo y transporte hasta los centros de

recepción de leche

Se han realizado dos estimaciones de los niveles de ocupación en el tramo de recolección y transporte de la leche cruda desde los tambos a las plantas de pre-recibo o a las plantas procesadoras. La primera estimación, a partir de información proporcionada por expertos del sector, parte de las siguientes consideraciones:

• Estimación de la producción diaria en 2004: 25 millones de litros, basada en una estimación de producción anual de 9.169 millones de litros.

Page 257: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

257Ocupación y empleo en el complejo productivo lácteo en la Argentina

• Capacidad promedio de los camiones tanque de recolección y trans-porte: 20 mil litros.

• Ocupados por camión: 2 personas.

En base a estos supuestos, la estimación de la ocupación en esta etapa es de 2.500 personas.

La segunda estimación (Cuadro 10) es un cálculo realizado a partir de la estratifi cación de los tambos de la Región Pampeana según vacas en ordeñe. De acuerdo a estos cálculos, la ocupación en esta etapa es de cerca de 2.100 personas.

CUADRO 10. Estimación de la ocupación en el tramo tambo-fábrica láctea

Esc

ala

segú

n va

cas e

n pr

oduc

ción

Sant

a Fe

Cór

doba

Bue

nos A

ires

Ent

re R

íos

La

Pam

pa

Tota

l Reg

ión

Pam

pean

a

Litr

os/d

ía

Prod

ucci

ón p

or tr

amo

(mile

s de

litro

s)

Cam

ione

s asi

gnad

os

Ocu

paci

ón Nº de vacas

(a) (b) (c) (d)

Total 4.573 4.361 3.172 1.583 264 13.953

10-30 486 327 557 950 104 2.424 320 776 39 48

31-50 597 364 402 250 32 1.645 640 1.053 55 68

51-100 1.379 1.142 724 226 48 3.519 1.200 4.223 212 265

101-200 1.177 1.276 674 89 43 3.259 2.400 7.822 390 488

201-350 490 643 334 29 19 515 4.000 6.060 303 378

351-500 160 279 173 22 7 641 6.720 4.307 215 268

Más de 500 284 330 308 17 11 950 9.600 9.120 456 570

33.361 1.670 2.085

Fuente: Elaboración propia a partir de las estratifi caciones que surgen del CNA 2002.

• Metodología(a) Producción tambo promedio en base a 16 litros por día (promedio nacional 2002).(b) Estimación de la producción de cada uno de los tramos: (a) por el total de tambos de cada

estrato.(c) Estimación de camiones necesarios por tramos de tambo considerando 20.000 litros por

camión.(d) Estimación de la ocupación: camión x 1,25.

Page 258: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

258 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

De acuerdo a las estimaciones presentadas, la ocupación en la etapa recolección y transporte de la leche desde los tambos a las usinas indus-triales de la trama se ubica entre las 2.000 y las 2.500 personas.

2.3.3. Estimaciones de la ocupación en la etapa de producción industrial

La estimación del empleo asalariado en las industrias lácteas se apoyó

en la información elaborada en la Base de Datos para el Análisis Diná-mico del Empleo (BADE) del MTEySS, a la que se le incorporaron datos de las empresas lácteas obtenidos de diversas fuentes13.

Tomando en cuenta que en el sector de las industrias lácteas ope-ran alrededor de 800 empresas y que un número importante de ellas se encuentran en circuitos marginales de muy difícil identifi cación, se puede comprender que este ejercicio metodológico no es sencillo y que los resultados, por lo tanto, constituyen una primera aproximación al cálculo del empleo en estas industrias.

Los resultados alcanzados con la estimación proveniente de la BADE y los ajustes posteriores realizados a partir de estimaciones propias se cotejaron con otras estimaciones recientes del empleo en las industrias lácteas, para apreciar el grado de confi abilidad de la estimación

Los resultados de este ejercicio se presentan en el Cuadro 11.

13 La información que se dispuso para este estudio provino del Centro de la Industria Lác-tea, la SAGPyA, estudios previos sobre el sector (Gutman, 1999; Gutman et al., 2005) y entrevistas con informantes califi cados.

Page 259: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

259Ocupación y empleo en el complejo productivo lácteo en la Argentina

CUADRO 11. Industria láctea. Estimación de la ocupación, 2003

Estratos según procesamiento diario de leche (miles de litros) Empresas

Participación en la recepción diaria de leche

(%)

Ocupación Ocupación por empresa

A) Estimación BADE*

I (+ de 600) 9 55 15.362 1.707

II (100 a 600) 15 14 2.677 178

III (50 a 101) 19 6 919 48

IV (20 a 501) 35 6,7 1.067 21

V (7 a 21) 68 7 740 5

Sub-total BADE 146 88,7 20.764 142

B) Estimación empresas restantes

IV (20 a 51) 20 4,3 420 21

V (7 a 21) 68 1 340 5

VI (menos de 7) 500 6 1.500 3

Sub-total estimado 588 11,3 2.260 4

TOTAL (A+B) 734 100 23.024 31

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del CIL, SAGPyA, Gutman et al. (2005), Base BADE del Ministerio de Trabajo y estimaciones propias.

Notas: La recepción diaria total de leche del año 2003 fue de 25.000 millones de litros.* Datos de la base BADE.** Estimación propia del empleo en empresas no incluidas en la BADE.

En el siguiente cuadro se presentan, a título comparativo, otras estima-ciones de la ocupación en las industrias lácteas. Como puede apreciarse, las estimaciones realizadas a partir de la BADE se ubican en un rango próximo a las demás estimaciones presentadas (excepto las que surgen del trabajo de Llach et al. 2004).

CUADRO 12. Estimaciones del empleo en la industria láctea

Ocupación

Estimación propia 23.025 (2003)

Estimaciones MIP* 27.664 (2004)

Estimaciones CIL 22.000-23.000 (2004)

Page 260: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

260 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Continuación CUADRO 12Ocupación

Estimaciones AFIP** 30.347 (2001)

Estimaciones Llach et al. 13.095 (2003)

* Coremberg (2005).** SAGPyA a partir de datos de la AFIP.

Las estimaciones realizadas en este estudio son similares a las obte-nidas a través de la matriz de insumo-producto y a las realizadas por la cámara empresarial. Se diferencian, sin embargo, de las estimaciones surgidas de otros estudios.

El nivel y la composición de la ocupación en las industrias lácteas, por lo demás, están estrechamente asociados a: i) las estrategias de las empresas lácteas para hacer frente a la competencia interempresarial –tanto entre industrias lácteas como entre estas y el comercio minorista concentrado (la GD)–; ii) la difusión de los modernos paquetes tecnoló-gicos en la producción de leche y quesos (escala y automatización); iii) la reorientación exportadora de las empresas; iv) la externalización de funciones y actividades14.

Algunos elementos adicionales del empleo en este sector ilustran acerca de la dinámica ocupacional de las industrias lácteas. En los grá-fi cos 4 y 5 para el período 1995-2003, se presentan resultados prelimi-nares de la evolución del empleo registrado, a partir de la información elaborada en la BADE. La caída observada en el empleo industrial en este período es consecuencia, por una parte, de la crisis sufrida por el sector desde 1997 –a partir de la contracción del mercado interno y del mercado brasilero– y de las estrategias de racionalización del empleo y de externalización de actividades que realizan las grandes fi rmas del sector. A partir del año 2003, la industria (y la trama en su conjunto) registra una nueva dinámica expansiva, fuertemente impulsada por el aumento de los precios de la leche en polvo en los mercados mundiales. Los gráfi cos muestran la evolución de la fuerte estratifi cación del sector y una caída relativamente mayor de la ocupación en las empresas cooperativas y en las de capital extranjero, resultante, en el primer caso, de la fragilización creciente de las formas cooperativas de organización empresarial frente a la agudización de la competencia y, en el segundo caso, de las estrategias gerenciales de las empresas transnacionales.

14 A título de ejemplo, Mastellone Hnos., empresa que externalizó su etapa logística, tiene la siguiente estructura de empleo directo: 50% del empleo total corresponde a las áreas pro-ductivas de la empresa; 23% a las áreas comerciales; 18% a las actividades de reposición en supermercados y pre-venta; 5% a las áreas de servicios, y 3% a las áreas de compra de materia prima.

Page 261: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

261Ocupación y empleo en el complejo productivo lácteo en la Argentina

GRÁFICO 4. Estructura del empleo en las industrias lácteas por estratos de recepción diaria de leche, 1995-2003

200019991995 2003

0

5.000

10.000

15.000

20.000

25.000

Entre 7 y 20 mil

Entre 100 y 300 mil

Entre 20 y 50 mil

Más de 600 mil

Entre 50 y 100 mil

Empleo total

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del CIL, SAGPyA, Gutman et al. (2005) y Base BADE del Ministerio de Trabajo en base al Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (SIJyP) de la Administración General de Ingresos Públicos (AFIP).

GRÁFICO 5. Evolución del empleo en las industrias lácteas según tipo de capitales, 1995-2003

199719961995

5.000

10.000

19980

1999 2000 2001 2002 2003 2004

15.000

20.000

25.000

30.000

Nacional Cooperativa Extranjero Total

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del CIL, SAGPyA, Gutman et al. (2005), Base BADE del Ministerio de Trabajo en base a SIJyP y estimaciones propias.

Page 262: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

262 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

2.3.4. Estimaciones de la ocupación en la etapa de logística y distribución15

La estimación preliminar de la ocupación en esta etapa es de 12.500 personas, de acuerdo a la siguiente desagregación y supuestos:

• Desde las plantas productoras a los Depósitos Centrales de las empre-sas, la estimación es similar a la realizada en el tramo tambo-planta de recibo o productora: 2.500 puestos de trabajo, resultantes de trans-portes cisternas con capacidad para 20 toneladas, con dos personas por camión.

• Desde los Depósitos Centrales a los canales de venta, la capacidad de los camiones transportadores se estima en 5 toneladas por camión (debido a cuestiones de embalaje y de preservación de los productos), con tres empleados por camión, lo que llevaría a unos 3.200 camiones y una ocupación de aproximadamente 10 mil personas.

2.4. Resumen de las estimaciones de la ocupación y el empleo directos en la trama láctea

Las estimaciones propias realizadas en esta investigación en las eta-pas principales de la trama láctea permiten arribar, para el año 2004, a un nivel de ocupación directa en la trama láctea de alrededor de 85 mil personas, tal como puede apreciarse en el Cuadro 13.

CUADRO 13. Complejo lácteo. Estimación de la ocupación directa total, 2004*

Ocupados Estructura (%)

Sector Primario** 45.400 53,4

Transporte tambo-planta 2.500 2,9

Industria** 24.600 28,9

Logística y Distribución 12.500 14,7

Total 85.000 100

* Excluye la ocupación en las etapas de insumos y bienes de capital para el agro y para la industria.** A partir de la estimación realizada para el año 2003, expandida al año 2004 considerando el aumento de producción.

15 Para la realización de estas estimaciones se contó con información proporcionada por técnicos de la empresa Logística La Serenísima.

Page 263: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

263Ocupación y empleo en el complejo productivo lácteo en la Argentina

Las etapas productivas dan cuenta del 82% de la ocupación directa de la trama, y las etapas de circulación, del 18%. Estas cifras, sin embargo, refl ejan sólo parcialmente los impactos ocupacionales de la trama láctea en ese año, ya que no se han incluido las estimaciones de la ocupación correspondientes a las etapas de proveedores de insumos y bienes de capital para el agro (ocupación indirecta).

Cálculos preliminares, surgidos de la Matriz de Insumo Producto del año 1997-MIP 97 (Coremberg, 2005), permiten arribar a una estimación bastante conservadora de la ocupación indirecta de unos 100 mil puestos de trabajo, lo que llevaría a una estimación de la ocupación total (directa e indirecta) de 185 mil puestos de trabajo para el año 200416.

Por lo demás, es importante tener en cuenta que estas estimaciones corresponden a un momento determinado del ciclo plurianual del com-plejo lácteo, en este caso, al año 2004, de recuperación de la producción luego de una fuerte caída. En otras palabras, la ocupación en esta trama sigue la trayectoria del ciclo económico, aumentando en períodos de expansión y disminuyendo en períodos de contracción de la actividad, ello en un marco de caída relativa tendencial de la ocupación como con-secuencia de los procesos de intensifi cación productiva y automatización de la producción.

En resumen, tomando en cuenta las diversas estimaciones revisadas y realizadas en este documento, podemos establecer que la ocupación total (directa e indirecta) de la trama láctea para el año 2004 se ubica entre una hipótesis de mínima de 185 mil ocupados y una hipótesis de máxima (año 2003) de 230.100 ocupados, lo que ubica a la trama láctea como una de las producciones agroalimentarias que genera los mayores niveles de ocupación y empleo dentro del conjunto de los sistemas agroa-limentarios del país.

16 Estos cálculos seguramente subestiman la ocupación indirecta de la trama, porque la Ma-triz de Insumo Productos de 1997 –si bien no presentaría demasiadas distorsiones en las estimaciones de la ocupación en las etapas primarias e industrial debido a que no hubo, desde ese año, grandes cambios en las tecnologías de producción– no ha incorporado las importantes innovaciones organizativas ocurridas en años recientes en las etapas industrial (externalización de actividades) y primaria, en especial con el surgimiento de prestadores especializados de servicios para la producción.

Page 264: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

264 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

La producción de leche y productos lácteos conforma un complejo agroalimentario de gran importancia dentro de la estructura económica del país, integrado por un conjunto de etapas principales y asociadas que delinean un entramado productivo, tecnológico, logístico, comercial y de servicios complejo y heterogéneo.

Asentada en un fuerte comportamiento cíclico plurianual, aunado a un ciclo anual o estacional, esta trama mostró en la última década y media –frente a cambios en los contextos económicos y regulatorios internos y externos– períodos de gran expansión (1990 hasta 1998) seguidos por caídas en la producción y expulsión de productores, retomando la expan-sión a partir de 2002. Estas dinámicas impulsan procesos de reestruc-turación productiva, refuerzan la orientación exportadora del complejo –actualmente entre un 25 y un 30% de la producción total se destina a los mercados mundiales– e impactan en el volumen y la composición de la ocupación en las diversas etapas del complejo. Entre 1988 y 2002, con años de aumento y contracción de la producción de leche, la cantidad de tambos disminuyó a más de la mitad (desaparecieron 17.500 tambos), la productividad promedio aumentó un 70% y el tamaño de los tambos aumentó en más de dos veces. La concentración en la etapa industria se acrecentó: unas pocas empresas (22 sobre un total de cerca de 800) pro-cesan el 75% del total de leche diaria recibida por la industria.

Los cambios estructurales de estos años impactan en la ocupación. En la producción primaria, el fuerte aumento de la producción estuvo sustentado en la consolidación de un estrato de tambos medianos/grandes efi cientes, la desaparición de un importante número de productores chi-cos y el desplazamiento de los restantes hacia producciones marginales y de baja calidad. Con mayor o menor nivel de intensidad según los sistemas de producción imperantes, se registra la externalización –y pos-terior contractualización– de parte de las actividades y tareas necesarias para la producción del tambo (cría de terneros, producción de alimentos para el rodeo, actividades agrícolas asociadas, etc.). En la producción industrial la fuerte competencia interempresarial impulsa reconversio-nes productivas, tecnológicas y logísticas, con importantes procesos de desverticalización o externalización de funciones y actividades, el arribo de nuevos jugadores internacionales a través de procesos de fusiones y adquisiciones, y la expansión de las grandes empresas ya instaladas en el sector. Las estrategias de las fi rmas en relación al abastecimiento de mate-

Page 265: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

265Ocupación y empleo en el complejo productivo lácteo en la Argentina

ria prima han priorizado la articulación con los productores medianos y grandes, con el desplazamiento o marginación de productores chicos. Paralelamente, las industrias proveedoras de insumos y bienes de capital comienzan a jugar un rol activo en la reconfi guración productiva y tecno-lógica de estos sectores, con los consiguientes impactos en la generación de ocupación y en el tipo de competencias exigidas a los trabajadores. La ocupación en esta etapa asume las formas clásicas del trabajo asalariado. Su nivel y composición dependen de las estrategias de las empresas en relación a la difusión de los modernos paquetes tecnológicos (escala y automatización) y la orientación de mercado y la externalización de funciones y actividades, que llevan a una menor ocupación relativa en estas industrias y a la contratación de servicios especializados (logística, marketing, control de calidad, manejo de inventarios, etcétera).

La estructura fuertemente estratifi cada de la producción primaria e industrial y las diversas formas de organización empresarial a lo largo de la cadena láctea tienen su correlato en las formas de ocupación pre-dominantes en las distintas etapas de la trama. Estas incluyen, según los casos, a los dueños de las empresas, gerentes especializados, trabajadores asalariados, mano de obra familiar, medieros y peones rurales remune-rados a porcentaje, prestadores de servicios especializados (veterinarios, ingenieros agrónomos), cuentapropistas, empresas de servicios y provee-dores de insumos y maquinarias. Ello pone de manifi esto la complejidad y diversidad de formas de trabajo y de ocupación en la trama láctea, par-ticularmente en la producción primaria, difícilmente asimilable a la fi gura del trabajador asalariado propia de las actividades industriales. Similar complejidad se presenta en el caso de los contratistas y prestadores de servicios para el agro, aspecto este que ha sido desarrollado en otro de los trabajos de este proyecto (el estudio de la trama de la soja).

La ocupación a lo largo de la trama asume características muy diver-sas, en particular en los sectores de producción primaria y de prestación de servicios. Este fenómeno que, con las especifi cidades propias de los diversos procesos productivos, es común a todas las modernas produc-ciones agroalimentarias no es adecuadamente captado por las estadísti-cas tradicionales del sector (censos, encuestas públicas). En el caso del tambo, las fi guras del mediero, del trabajador polivalente, del trabajador familiar, asociadas a distintas formas de remuneración, no se encuadran en las defi niciones tradicionales de relaciones salariales o de jornadas de trabajo. De igual forma, la modalidad de prestación contractual de servi-cios, con diversas formas de pago, hace surgir nuevos tipos ocupaciona-les. A ello se suma la persistencia en algunas producciones de circuitos

Page 266: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

266 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

informales de producción y circulación, que escapan a los mecanismos de control y de captación de información.

Las estimaciones realizadas y analizadas en esta investigación señalan que la ocupación total generada por la trama láctea para el año 2002 se encuentra en el orden de los 190 mil a los 230 mil puestos de trabajo, según las diversas estimaciones. Dentro de este total, la ocupación con-junta en los dos sectores productivos principales del complejo –produc-ción primaria de leche y procesamiento industrial– alcanza sólo entre un 30 y un 38% (según las diversas hipótesis).

Estas estimaciones ponen en evidencia la importancia de abordar la temática del empleo y la ocupación a partir de un enfoque sistémico, que englobe a los nuevos agentes prestadores de servicios y las nuevas rela-ciones y articulaciones directas (contractuales o de otro tipo), que infl u-yen en los niveles y tipos de ocupación o puestos de trabajo generados en la trama. La importancia de un enfoque sistémico no se reduce sólo a la medición de los impactos de las dinámicas productivas sobre la ocupa-ción. Es igualmente central para la formulación de políticas económicas, de empleo y laborales (capacitación de la mano de obra, organización asociativa de los trabajadores, entre otras) en estas producciones.

Bisang, R.; Gutman, G. y Cesa, V. (2003), “La trama de lácteos en Argentina”, en Lineamientos para fortalecer el crecimiento económico, Buenos Aires, CEPAL/BID/Secretaría de Política Económica-Ministerio de Economía.

Coremberg, A. (2005), “Trama productiva y empleo en la actividad láctea”, Ministerio de Trabajo, Buenos Aires, mimeo.

Fernandez, B.; Lattuada, M. y Renauld, J. (2004), “El cooperativismo en el complejo lácteo. Evolución y estrategias recientes en el caso de la provincia de Santa Fe”, en Renauld, J. y Lattuada, M. (coords.), El complejo lácteo en una década de transformaciones estructurales, Buenos Aires, Biblos.

Gambuzzi, E. L.; Zehnder, R. y Chimicz, J. (2003), “Análisis de Sistemas de Produc-ción Lechera. Período 2001-2003”, INTA, EEA Rafaela.

Gutman, G. (1999a), “Desregulación, apertura comercial y reestructuración industrial. La industria láctea en Argentina en la década de los noventa”, en Azpiazu, D., Gutman, G. y Vispo, A., La desregulación de los mercados. Paradigmas e inequi-dades de las políticas del neoliberalismo: las industrias lácteas, farmacéuticas y automotriz, Buenos Aires, Tesis/Norma/ FLACSO.

Page 267: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

267Ocupación y empleo en el complejo productivo lácteo en la Argentina

—— (1999b), “El sector agropecuario y el sistema alimentario. Nuevas dinámicas, nuevos enfoques”, en Revista Argentina de Economía Agraria, Vol. II, Nº 2, primavera, Buenos Aires, AAEA.

—— (2000), “Dinámicas agroalimentarias y empleo agrícola. Un enfoque sistémico”, en Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo, Buenos Aires, ALAST.

—— (2002), “Impacts of the rapid rise of supermarkets on dairy products systems in Argentina”, en Development Policy Review, Vol. 20, Nº 4.

Gutman, G. et al. (2003), Los ciclos en el Complejo Lácteo Argentino. Análisis de políticas lecheras en países seleccionados, Buenos Aires, SAGPyA-Programa de Calidad Alimentos Argentinos.

Gutman, G.; Guiguet, E. y Lavarello, P. (2004), “Ciclos de la lechería argentina. Una visión integradora de la dinámica macroeconómica y sectorial”, en Revista Argen-tina de Economía Agraria, Vol. 7, Nº 2, primavera, Buenos Aires.

——; —— y —— (2005), “Ciclos sectoriales y políticas macroeconómicas: reflexio-nes acerca de los ciclos en la lechería argentina a la luz de las experiencias inter-nacionales”, en Revista Ciclos, Nº 29, primer semestre, Buenos Aires, FIHES.

Gutman, G. y Rebella, C. (1990), “Subsistema lácteo”, en Gutman, G. y Gatto, F. (comps.), Agroindustrias en la Argentina. Cambios organizativos y productivos (1970-1990), Buenos Aires, CEAL/CEPAL.

INDEC (2005), Censo Nacional Agropecuario 2002, Tabulados Especiales.

Llach, J.; Harrigue, M. y O´Connor, E. (2004), “La generación de empleo en las cadenas agroindustriales”, Fundación Producir Conservando, Buenos Aires, mimeo.

Ministerio de Trabajo (2005), “Base de Datos para el Análisis Dinámico del Empleo-BADE”.

Ostrowski, B. (2001), “El complejo lácteo bovino en Argentina”, en <www.negocios.cfired.org.ar>.

Quaranta, G. (1999), “Cambio tecnológico y transformaciones de la mediería en la producción lechera de la pampa húmeda bonaerense”, Ponencia Jornadas PIEA 1999, Buenos Aires.

—— (2001), “Organización del trabajo y trabajadores en la producción lechera de la Pampa Húmeda Bonaerense”, en Neiman, G. (comp.), Trabajo de campo. Producción, tecnología y empleo en el medio rural, Buenos Aires, Ciccus.

Renauld, J. y Lattuada, M. (coords.) (2004), El complejo lácteo en una década de transformaciones estructurales, Buenos Aires, Biblos.

SAGPyA (2005), “Preparación de estadísticas especiales sobre industria láctea”, Dirección de Industrias Alimentarias.

—— Programa Nacional de Lechería, entrevistas personales.

Page 268: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

268 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Shaller, A. (2001), “Productos Lácteos”, en Alimentos Argentinos, Nº 18, Buenos Aires, SAGPyA-Dirección de Industrias Alimentarias.

——; Labriola, S. y Guardini, E. (2001), “Leches fluidas”, en Alimentos Argentinos, Nº 16, Buenos Aires, SAGPyA-Dirección de Industrias Alimentarias.

Wehbe, M. y Civitaresi, H. (2001), La producción láctea regional y la reestructura-ción en el sistema agroalimentario. Impactos y estrategias en la región del sur de Córdoba, Córdoba, UNRC.

Page 269: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

269

Victoria Castillo, Sofía Rojo, Sebastián Rotondo y Gabriel Yoguel

El objetivo del presente trabajo es efectuar una estimación de la diná-mica ocupacional de la trama automotriz argentina desde mediados de

los noventa, a partir de la identifi cación de los agentes que la componen. Para ello, fue necesario identifi car los núcleos de la trama que coinciden con las empresas terminales automotrices, el eslabón de autopartistas proveedoras de terminales y los concesionarios que representan la fase de comercialización y de servicios de la trama1. El análisis de la movilidad laboral y las trayectorias ocupacionales se realizó a partir de un desarrollo metodológico específi co con los registros de la Base para el Análisis de la Dinámica Empresarial (BADE) del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTEySS).

En la primera parte del artículo se presenta una discusión acerca del concepto de trama. En la segunda sección se plantea en forma estilizada el escenario que enfrentaba la trama automotriz desde mediados de los noventa. En la sección tercera se estudia la dinámica del sector. Las secciones cuarta y quinta se concentran en el análisis de las trayectorias laborales en la trama automotriz, haciendo énfasis en el patrón de movi-lidad de los trabajadores.

1 A tal fi n fueron de mucha utilidad las reuniones y discusiones mantenidas con la Asocia-ción de Fabricantes de Autopartes y Componentes (AFAC), la información proveniente de la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA) y un conjunto de estudios previos sobre la estructura de la trama automotriz realizados en los últimos años en la Argentina.

Page 270: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

270 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

En este trabajo se defi ne trama productiva como un conjunto de agen-tes que establecen relaciones económicas “continuas” entre ellos a lo largo del tiempo y que puede o no contar con agentes que operan como coordinadores. Sin embargo, a diferencia de lo que sucede en la relación insumo-producto tradicional, las relaciones de compra-venta no son los elementos constitutivos más importantes de la trama, ya que debe existir un fl ujo de bienes “intangibles” que se manifi esta en relaciones formales e informales que incluyen la transferencia de información, de conocimien-tos y, en un sentido amplio, de tecnología. Esto implica la existencia de funciones de codifi cación, especifi cación, traducción; el desarrollo de un lenguaje mínimo común; y la generación y circulación de conocimientos tanto codifi cados como tácitos que pueden ser apropiables por los agen-tes que integran la trama.

Este concepto de trama se inscribe en un marco que deja de con-siderar al mercado como un determinante exclusivamente exógeno de las conductas de las fi rmas e incluye la posibilidad de que, a partir del desarrollo de sus estrategias y sus conductas, las mismas “construyan” o “transformen” la estructura del mercado en el que operan. La trama constituye una instancia de coordinación que permite, en los casos más avanzados, contrabalancear las incertidumbres del mercado, desarro-llar competencias faltantes y contribuir al desarrollo de los procesos de circulación y generación de conocimientos codifi cados y tácitos2. En ese sentido, dado que la fi rma es conceptualizada como un procesador de conocimiento, se enfatizan aquellas relaciones no precio que apuntan al desarrollo de las competencias de las fi rmas integrantes.

Desde una perspectiva complementaria, podría sostenerse que la trama permite a los agentes integrantes desarrollar procesos de efi cien-cia colectiva a partir de las relaciones de cooperación, los bajos costos de transacción y la generación de economías externas (Schmitz, 1995). Un aspecto distintivo de estas tramas es el carácter sinérgico que puede adquirir el proceso de aprendizaje. Así, la ventaja competitiva agregada

2 La importancia alcanzada por los elementos tácitos desarrollados en los distintos esla-bones de la trama productiva se relaciona con el intercambio de experiencias y trabajos conjuntos con el network externo, con el grado de importancia alcanzado por el trabajo en células como mecanismo de horizontalización de la información y los saberes, y con la circulación de la información en cada uno de los componentes de la trama.

Page 271: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

271La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

de la trama será mayor a la suma de las funciones de los agentes que la integran, generándose ganancias de efi ciencia que se pueden asimilar a las economías de escala y de variedad consideradas en forma simultánea (Yoguel, 2000).

Sin embargo, estos elementos descriptos corresponden a conceptuali-zaciones teóricas sobre la fi gura de la trama y de los factores que la deter-minan, y no responden necesariamente a la forma en que se manifi estan las vinculaciones interfi rmas en la realidad, en particular en los países latinoamericanos cuyos senderos de desarrollo “idiosincrásicos” reco-rren estrategias particulares. En ese sentido, la bibliografía ha mostrado una heterogeneidad de situaciones. Para el análisis del caso argentino, se parte de un gradiente de situaciones ubicando, en un extremo, lo que denominamos trama débil, caracterizada por una escasa relación entre los agentes y circunscripta fundamentalmente por transacciones de mercado (compra-venta), con baja importancia del factor de recursos humanos y sus mecanismos de capacitación y aprendizaje. En el otro extremo, se destacarían relaciones de subcontratación avanzada, caracterizadas por el predominio de fl ujos intangibles de conocimientos, tecnología, infor-mación, etc. En estos casos se generan procesos de aprendizaje colecti-vos que van más allá de los de tipo individual, enriqueciendo procesos de trabajo y mejorando las competencias de los trabajadores. Es lo que podemos denominar una trama virtuosa. Entre ambos extremos, existe una amplia gama de situaciones que combinan diferencialmente los fac-tores mencionados (Humphrey, 1995; Schmitz, 1995; Knorringa, 1997; Meyer-Stamer, 1998; Novick y Gallart, 1997).

La trama automotriz analizada en este estudio se defi ne teniendo en cuenta los conceptos desarrollados a partir de las relaciones de compra-venta entre un núcleo (en este caso, las fi rmas terminales), sus proveedo-res y un conjunto de fi rmas que se encarga de la comercialización (con-cesionarios ofi ciales). La categoría de empresas proveedoras de piezas originales fue clasifi cada en dos subcategorías: autopartistas globales está conformada por fi rmas multinacionales que pertenecen al grupo de las 100 autopartistas más importantes del mundo, desde la perspectiva de su facturación; y la subcategoría resto de autopartistas proveedoras de piezas originales incluye a empresas proveedoras tanto nacionales como multinacionales de menor tamaño.

Por otra parte, existe un conjunto de fi rmas que pertenecen al sector automotor pero no forman parte de la trama debido a que no mantienen relación alguna con las empresas nodo. Se trata de las fi rmas que constitu-yen el mercado de reposición: fabricantes de repuestos que no proveen a

Page 272: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

272 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

las terminales y concesionarios que se dedican a la venta de autos usados (ver Esquema 1).

ESQUEMA 1. Estructura del sector automotor: trama y mercado de repo-sición

Trama automotriz

Sector autopartista Comercialización y servicios

Terminalesautomotrices

Autopartistas globales de equipo

original

Mercado de reposición

Resto de autopartistas de equipo original

Concesionarios ofi ciales

Autopartistas mercado de reposición

Concesionarios no ofi ciales

Para la clasifi cación de las empresas autopartistas incluidas en la base BADE en proveedoras de las terminales (trama) y orientadas al mer-cado de reposición (no trama) fue necesario recurrir a fuentes externas al Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial. Con ese objetivo, en primer lugar se solicitó a las terminales la nómina de sus fi rmas provee-doras desde 1996. Las difi cultades para obtener esa información llevaron a recurrir a otras fuentes para completar la nómina de las autopartistas que operan en el mercado original: se contó con la colaboración de la Asociación de Fabricantes de Autopartes y Componentes (AFAC) y con otros informantes clave.

Por su parte, el grupo de autopartistas que operan en el mercado de reposición quedó conformado por el conjunto de empresas clasifi cadas en la rama de actividad que no son proveedoras de terminales. Debido a que el método de recolección utilizado se basó en información actual y en la memoria de los informantes, en una primera etapa la clasifi cación obtenida resultó altamente confi able para las empresas en actividad pero menos confi able para las empresas que han cesado hace algún tiempo.

Page 273: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

273La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

Para evitar ese sesgo de selección, se decidió focalizar el estudio en la dinámica laboral del panel de empresas de la trama y del mercado de reposición que permanecían en actividad durante 20063.

Por lo tanto, este estudio se refi ere a las organizaciones que han sobrevivido a la profunda recesión de 1999-2001 y a la crisis desatada en 2002 que marcó el fi n del modelo de convertibilidad que caracterizó a la economía argentina durante la década del noventa. Esto no es una cuestión menor, ya que signifi ca que las empresas que conforman el panel son las que demostraron una mejor dinámica en el período de análisis y las que contaron con las capacidades tecnológicas y organizacionales necesarias para sobreponerse a un contexto económico extremadamente desfavorable.

Para el análisis del complejo automotor realizado en el presente estu-dio se identifi caron las empresas correspondientes a la rama 34 del Cali-fi cador Industrial Internacional Uniforme (CIIU) y dicho análisis abarca a las empresas de la porción industrial de la trama identifi cada en 2006, a las empresas que pertenecieron a la trama pero cerraron con anteriori-dad a ese año y a las fi rmas autopartistas pertenecientes al mercado de reposición.

Los trabajos referentes al complejo automotor argentino realizados en los últimos años arrojan cierta uniformidad de conclusiones, que se utilizarán como marco analítico del presente estudio (Albornoz y Yoguel, 2004; Novick y Yoguel, 1998 y 1999; Novick, Yoguel y Catalano, 2004; Kosacoff et al., 1999; Lugones y Porta, 1999; Novick y Catalano, 1998; Motta, 1999, 2004 y 2005; Novick y Buceta, 1998; entre otros).

El proceso de integración regional que condujo al establecimiento del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) permite delimitar tres períodos en la dinámica del complejo automotor en los años noventa: i) uno com-prendido entre 1991 y 1994; ii) otro que se extiende de 1995 a la deva-luación brasileña de 1999; y iii) un tercero que se inicia con el profundo proceso de crisis en la Argentina que desemboca en la devaluación de 2002, dando comienzo a un cambio de tendencia que llevará a la fase de crecimiento iniciada en 2003. Los primeros dos períodos corresponden a

3 Creadas en diferentes años.

Page 274: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

274 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

desiguales rasgos del marco regulatorio sectorial y a distintas estrategias de las terminales y tipo de agentes predominantes. En 1991-1994 juegan un rol central las regulaciones sectoriales que producen profundas modi-fi caciones en las estrategias de las terminales automotrices, se aumenta el contenido importado de los vehículos y se concentra la demanda hacia conjuntos y sub-ensambles. Este período puede ser caracterizado por el predominio de estrategias locales con plataforma regional (Novick y Yoguel, 1998) (local-regional)4. Si la posición de la mayor parte de los agentes (terminales y autopartistas) mejora respecto a la década prece-dente5, empiezan a perfi larse ritmos de crecimiento signifi cativamente diferentes entre ambos segmentos y un aumento de la heterogeneidad al interior del mercado de autopartes. Comienzan a instalarse proveedo-res globales, y fi rmas que existían previamente en el mercado retoman el control de sus licencias. Las fuertes expectativas de crecimiento del mercado regional inducen un proceso de sobreinversión en esta etapa y, en particular, en la siguiente.

La segunda etapa, caracterizada por el predominio de estrategias regionales desde una perspectiva global (Novick y Yoguel, 1998) (en adelante global-regional), comienza con la consolidación del plan de estabilización en la Argentina, la aceleración de los plazos de constitución del MERCOSUR, el inicio de la estabilidad en Brasil y, en especial, con las nuevas regulaciones del sector que surgen del acuerdo bilateral de Ouro Preto entre la Argentina y Brasil en 1994, que, como señala Roldán (1996), “se trata de un marco óptimo que facilita a las terminales radica-das en el país una producción regional en lugar de nacional junto con la

4 Dos de las tres empresas productoras de vehículos (Sevel y Ciadea) –que operaban con licencias de Fiat y Peugeot en el primer caso y Renault en el segundo, luego de su retiro tardío a principios de la década– daban cuenta de la mayor parte de las ventas locales, mientras que Autolatina (alianza estratégica entre Ford y Volkswagen en los ochenta) tenía sólo un tercio del mercado. Hacia 1992, las características clave del proceso de producción de las tres empresas productoras eran la elevada diversifi cación del mix productivo (22 modelos y números variantes de los mismos), la fuerte antigüedad internacional de los principales modelos fabricados en el país y las inversiones orientadas a resolver los pro-blemas operativos asociados a las mayores escalas en las áreas de pintura y ensamblado (Lugones y Sierra, 1998).

5 En el marco de una dinámica muy favorable de la demanda interna explicada por la reemergencia del crédito para la compra de vehículos, la disminución de precios, la de-manda atrasada y el aumento de la relación salario/tipo de cambio, en 1994 se alcanza un récord histórico de producción en el marco de signifi cativos aumentos de la productividad del trabajo. Este cambio resulta particularmente importante si se tiene en cuenta que a fi nes de los ochenta la industria automotriz alcanzó un nivel de producción mínimo que hizo pensar en la posible desaparición del sector.

Page 275: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

275La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

inclusión de las estrategias de importación y exportación en el marco de planes más globales”. El acuerdo de integración regional que condujo al establecimiento del MERCOSUR posibilitó una ampliación del mercado y jugó un rol clave en la expansión de las fi rmas ya instaladas y en el desembarco de nuevos proyectos.

Así, el MERCOSUR se constituyó en un instrumento funcional para las empresas automotrices instaladas en la región y para las que operaban fuera de ella. Esto les permitió: i) aprovechar la eliminación de las restric-ciones al comercio entre los países miembros y el carácter discriminatorio para los no miembros; ii) facilitar la reestructuración de las empresas transnacionales desde una perspectiva regional que permitiera un reor-denamiento conjunto de las actividades de fi liales instaladas en ambos países; y iii) servirse de los regímenes automotrices en ambos países para aumentar el fl ujo de sub-ensambles y productos fi nales importados y considerar de origen nacional a las partes elaboradas en el otro país socio que hubieran sido previamente compensadas (Lugones y Sierra, 1998). Se produjo un fuerte proceso de racionalización y transnacionalización de proveedores locales.

A principios de 1999, con la devaluación del real en Brasil y la agudi-zación del proceso de reestructuración de la trama en ese país, comienza una nueva etapa del complejo automotor y, en especial, de la articulación entre terminales y proveedores. En esa dirección, el cambio producido en los precios relativos de automóviles, partes, conjuntos y subconjuntos en el nivel regional profundizó la sustitución de proveedores nacionales por proveedores brasileños. En esta fase comienza simultáneamente un período de recesión de los mercados tanto en la Argentina como en Bra-sil, que agudiza el proceso de ajuste en el sector automotor, con mayor repercusión relativa en el segmento autopartista argentino. En ese con-texto aumentaron signifi cativamente el peso de proveedores globales y las exigencias de las terminales. La incertidumbre con respecto al marco regulatorio y la menor demanda con respecto a las expectativas iniciales pusieron en evidencia la sobreinversión regional del sector y los proble-mas de escala de ese mercado. Esto incentivó la tendencia a la concen-tración y aumentó las presiones competitivas, reforzando las estrategias individuales de las terminales.

El escenario prevaleciente hasta el cambio del régimen macroeconó-mico fue bastante distinto al que se podía inferir de los objetivos implí-citos de política industrial a principios de los noventa con relación a la confi guración de los sistemas de proveedores y al rol de las autopartistas independientes nacionales. Predominaron las relaciones de competen-

Page 276: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

276 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

cia por sobre las de cooperación y se desaprovecharon los espacios de complementariedad entre plantas. Adquirieron un peso signifi cativo los componentes importados y aumentaron las operaciones comerciales por sobre las productivas. Las nuevas plantas de autopartistas globales que se instalaron en el país tendieron a reproducir la lógica de ensamble con un elevado contenido de importación que facilitara las posibilidades de traslado (en este caso, regional) ante cambios macroeconómicos y regulatorios.

Las fi liales locales de las terminales automotrices perdieron grados de libertad tanto con relación a sus pares brasileñas como a la casa matriz, debido a la jerarquización de las relaciones interfi rmas. En ese sentido, decisiones de abastecimiento que pueden parecer irracionales desde la lógica local adquieren un perfi l óptimo desde una perspectiva global y particular a la transnacional. La vulnerabilidad de la trama guarda una relación estrecha con el tipo de estrategia predominante en la fi rma multi-nacional: cuanto más estandarizado sea el producto en el nivel internacio-nal (auto “mundial”), cuanto más global sea la estrategia, más vulnerable se torna la trama local. Sin embargo, ello depende también de regulacio-nes nacionales y de diferencias de protección efectiva entre los eslabones del complejo. En el caso argentino, las fi rmas proveedoras no sólo fueron afectadas por la importación, sino por la protección efectiva que fue infe-rior a la de las terminales. Diversos estudios efectuados en la segunda mitad de los años noventa muestran que el 64% del valor exportado de automotores corresponde a autopartes importadas. Adicionalmente, la protección efectiva al valor agregado de las terminales locales es bas-tante superior a la nominal, mientras que para el subsector de autopiezas primarias la protección efectiva es similar a la nominal para extrazona y nula al interior del MERCOSUR (Solodkowsky, 1997).

El cambio de régimen macroeconómico en 2002 y el inicio de la fase ascendente del ciclo a partir de 2003 que continúa con mucha intensidad en 2006 abren la posibilidad de repensar un nuevo escenario para la trama que dependerá signifi cativamente de las estrategias de las termina-les automotrices y de las posibilidades de generar una trama con mayor integración nacional que sea al mismo tiempo funcional al desarrollo desde la perspectiva regional. En esa dirección, el escenario que se abre a fi nes de los noventa con la devaluación brasileña y en 2001 con la deva-luación argentina es el de un refuerzo de la estrategia regional-global con mayores posibilidades para el desarrollo integral de la trama y el aumento del empleo. Esto dependerá no sólo de los procesos de reestructuración de los proveedores sino fundamentalmente de los grados de libertad de las

Page 277: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

277La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

fi liales locales (en la Argentina y Brasil) para generar estrategias produc-tivas globales que permitan un mayor aprovechamiento de los espacios regionales de acumulación.

Como se ha establecido anteriormente, el sector automotor enfrentó durante la década del noventa un contexto de fuerte volatilidad de mercado. A continuación se presenta la evolución del sector automo-tor teniendo en cuenta el nivel de producción, productividad, empleo y algunos aspectos relacionados con el comercio exterior.

GRÁFICO 1. Evolución de la producción en terminales y autopartistas, 1993-2006

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2002

2003

2004

2005

2006

2001

0

20

40

120

100

160

60

140

80

Bas

e 19

96=1

00

Terminales

Autopartistas

Fuente: Elaborado en base al Centro de Estudios para la Producción, Secretaría de Industria, Comercio y PyMEs del Ministerio de Economía y Producción, Fichas Sectoriales.

En este sentido, diferenciando la producción de las terminales y de autopartes, se verifi ca que el sector autopartista demuestra un compor-tamiento mucho más estable que el de las terminales. Esto se explica a partir de las capacidades de diversifi cación de los autopartistas y por la rigidez de sus procesos y productos, conceptos ya desarrollados en la sección anterior.

En el Gráfi co 1 se presenta la evolución de la producción de automóvi-les y autopartes entre 1993 y 2006. En el período de expansión 1996-1998 las terminales experimentaron los picos máximos de producción, para

Page 278: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

278 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

luego caer vertiginosamente hasta el piso registrado en 2002. La pro-ducción en las terminales muestra una fuerte recuperación en el período 2003-2006, superando incluso la performance de las fi rmas autopartistas hacia el fi nal del período de análisis.

Las autopartistas, si bien mantuvieron un avance procíclico, mostra-ron una trayectoria con fl uctuaciones menos violentas. Así, la producción del sector autopartista no acompañó el pico de producción de las termi-nales en 1997 y 1998. Esto puede estar señalando diversas cuestiones: i) que la capacidad de producción de las autopartistas no fue sufi ciente para satisfacer la demanda de carácter extraordinario de las terminales en dichos años; ii) que se dio una mejor integración regional, principalmente con autopartistas de Brasil.

Con respecto al sector externo, es importante destacar que existen diferencias entre la evolución de las exportaciones en las empresas ter-minales y el sector autopartista.

En el caso de las terminales, el valor de las exportaciones tuvo una evolución procíclica: entre 1996 y 1998 los montos exportados se dupli-caron, mientras que entre 1999 y 2002 las exportaciones cayeron un 52% (la caída fue menor a la del Valor Bruto de Producción, VBP, para estas empresas en el mismo período, que llegó al 58%). Dado que el principal destino de las exportaciones de autos es el mercado brasileño, el cual ha estado sujeto al mismo ciclo que la economía argentina, las exportaciones no resultaron ser una alternativa de estabilización de la demanda para las terminales. Es importante destacar que hasta 2001 las exportaciones de vehículos automotores a Brasil explicaban más del 80% de las ventas externas de las terminales; a partir de 2002 aumentó notablemente la incidencia de las exportaciones a México, alcanzando en 2004 un tercio de las exportaciones. En 2006, la mitad de las exportaciones se destinaban al mercado brasileño y cerca de un 17%, a México.

En cambio, las autopartistas encontraron en los mercados externos una vía de escape a la crisis de la demanda local de partes y piezas pro-venientes de los núcleos de la trama. Las exportaciones de las autopar-tes no acompañaron al ciclo económico del MERCOSUR. Tuvieron un comportamiento más estable y ascendente, sólo con excepción de 1996, 2001 y 2002. Entre 1998 y 2004 lograron un aumento en el valor de las exportaciones a pesar de la contracción en el valor de la producción. De esta manera, mientras el VBP del sector autopartista disminuyó un 14% entre 1998 y 2004, las exportaciones crecieron un 54%, lo que nueva-mente da cuenta de la capacidad de diversifi cación de este grupo de fi rmas ante desajustes en la demanda de la trama local. Por otra parte, la fase

Page 279: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

279La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

expansiva 2005-2006 muestra una explosión de las exportaciones del sector autopartista, que llegan a 1.990 millones de dólares hacia el fi nal del período de análisis, lo que signifi ca un aumento cercano al 210% en los últimos dos años (ver Gráfi co 2).

GRÁFICO 2. Índices de comercio exterior en terminales y autopartistas, 1993-2006

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2002

2003

2004

2005

2006

2001

6080

160140

200

100

180

120

Bas

e 19

96=1

00

TerminalesAutopartistas

40200

Importaciones (en dólares)

100

200

300

150

250

50

0

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2002

2003

2004

2005

2006

2001

Exportaciones (en dólares)

AutopartistasTerminales

Bas

e 19

96=1

00

Fuente: Elaborado en base al Centro de Estudios para la Producción, Secretaría de Industria, Comercio y PyMEs del Ministerio de Economía y Producción, Fichas Sectoriales.

Las importaciones, en el caso de ambos componentes del sector (ter-minales y autopartistas), presentaron un comportamiento procíclico. En el período 1996-1998 las importaciones crecieron 151% en el caso de las terminales y 89% en las empresas autopartistas. Durante la crisis 1999-2002, el valor de las importaciones cayó un 90% para las terminales y un

Page 280: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

280 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

73% en las autopartistas respecto del período anterior. Luego de la deva-luación se revirtió el ciclo económico y ambos componentes del sector recuperaron la capacidad importadora. De esta manera, se advierte que el sesgo importador en las empresas terminales se replica en las fi rmas autopartistas.

En este sentido, podrían estar operando dos procesos diferentes. El primero se corresponde con la caída en la producción a partir de 1998, que frenó la demanda de importaciones, en tanto insumos del proceso productivo. El segundo se relaciona con el cambio en los precios rela-tivos a partir de la devaluación de la moneda argentina de principios de 2002, que desencadenó un proceso de sustitución de importaciones por producción local. Durante el período post-devaluación, esto se refl ejó en la evolución del coefi ciente de importaciones sobre el consumo aparente. En el caso de las terminales, durante 2002 este indicador cayó en el marco de una fuerte disminución de la producción de automóviles, y, cuando esta comenzó a recuperarse en el período post-devaluación, el nivel de importaciones sobre el consumo aparente comenzó a crecer nuevamente hasta alcanzar sus máximos valores en 2005-2006. Consecuentemente, no se puede afi rmar que haya existido sustitución de importaciones en el segmento de las terminales automotrices.

Algo distinto es el caso de las autopartistas; en 2002 se observó un aumento en la producción de partes y piezas, acompañando una caída de las importaciones (con relación a 2001) –en ese año el peso de las impor-taciones sobre el consumo de estas empresas disminuyó. Sin embargo, esta tendencia se diluyó hacia 2004 y se revirtió totalmente en 2005-2006, veri-fi cándose los límites de este breve proceso sustitutivo (ver Gráfi co 3).

Page 281: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

281La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

GRÁFICO 3. Importaciones y consumo aparente en terminales y autopar-tistas, 1993-2006

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2002

2003

2004

2005

2006

2001

6080

160140

200

100

180

120

Bas

e 19

96=1

00

ImportacionesProducción

40200

Terminales

Impo

rtaci

ones

/co

nsum

o ap

aren

te

Impo./cons. ap.

30

60

50

200

40

70

2010

0

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2002

2003

2004

2005

2006

2001

6080

140120

100160

100

Bas

e 19

96=1

00

ImportacionesProducción

4020

0

Autopartistas

Impo

rtaci

ones

/co

nsum

o ap

aren

te

Impo./cons. ap.

30

40

60

50

20

10

0

Fuente: Elaborado en base al Centro de Estudios para la Producción, Secretaría de Industria, Comercio y PyMEs del Ministerio de Economía y Producción, Fichas Sectoriales.

La evolución del empleo en el sector es decididamente procíclica. Las marcadas fl uctuaciones de la producción de automóviles se trasladaron claramente al empleo, aunque no de manera completa sino amortiguada. Es decir, en los períodos de caída de la demanda, la producción de auto-móviles se contrajo a un mayor ritmo que el empleo: entre 1999 y 2002 la producción de automóviles disminuyó un 58% y el empleo un 23%, mientras que en el período expansivo 2003-2006 la producción se incre-mentó un 34% y el empleo en el sector aumentó un 45%.

En el Gráfi co 4 se compara la evolución del sector con la de la trama identifi cada, observándose una mejor dinámica de las fi rmas de la trama,

Page 282: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

282 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

aspecto que se relaciona principalmente con la condición de “sobrevi-vientes” del conjunto de empresas que se analizará en este trabajo.

GRÁFICO 4. Evolución del empleo en el sector automotor y en la trama identifi cada, 1996-2006

1996 1998 2000 2002 20060

20

40

120

100

60

140

80

Bas

e 19

96=1

00

Total del sector

Trama identifi cada

2004

Fuente: Elaborado por la Dirección General de Estudios y Estadísticas Laborales (DGEyEL) de la Subsecretaría de Programación Técnica y Estudios Laborales (SSPTyEL) en base al Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (SIJyP) según el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial.

La mencionada elasticidad empleo/producción menor a 1 en el sector se puede observar en las variaciones del nivel de productividad por ocu-pado, cuya evolución dentro del período analizado se puede descomponer en dos partes: i) un primer efecto de largo plazo denominado tendencia y ii) efectos de corto plazo asociados con la adaptación de las dotaciones de personal a las fl uctuaciones del ciclo económico.

Los aumentos de la productividad en el largo plazo son una medida del cambio tecnológico en el sector. Esto fue muy visible, tanto en termi-nales como en autopartistas, a partir de la segunda mitad de los noventa, momento en el que se produjeron fuertes incrementos en la productividad por ocupado que permitieron alcanzar los máximos niveles de produc-ción en la historia de la industria automotriz nacional en 1998 (cerca de 500 mil vehículos al año). Sin embargo, este aumento de la producción (superior al 40% entre 1996 y 1998) no tuvo su correlato en el nivel de

Page 283: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

283La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

empleo, lo cual se explica por una relación capital-trabajo más elevada que la que prevalecía en el modelo anterior y por un aumento signifi cativo de sub-ensambles y partes importados.

En el período de crisis 1999-2002 el sector se tornó fuertemente expulsor de empleo, manteniendo el nivel de productividad por ocupado alcanzado durante la reconversión.

A partir de la recesión, comenzó a ser relevante el segundo efecto, el que relaciona los cambios en el nivel de productividad con las fl uctua-ciones en la producción que se considera de corto plazo. Debido a esto, resulta coherente conservar el empleo en vez de despedir a los trabaja-dores en la recesión y recontratarlos en las etapas expansivas, dado que existen fuertes costos asociados (al despido, a la búsqueda de personal, al entrenamiento, etc.). Por otro lado, existen mecanismos institucionali-zados en los convenios colectivos de trabajo que anticipan esta situación y establecen fi guras como la del trabajador suspendido. En este caso, el nivel de productividad actúa como elemento amortiguador del impacto de la caída de la demanda sobre el nivel de empleo en el sector, especial-mente en las terminales automotrices.

En forma simétrica, a partir del cambio de régimen macroeconómico en 2002, la productividad por ocupado volvió a crecer bruscamente, sobre todo en las terminales automotrices, superando los niveles máximos de 1998 y 2000. Posiblemente este crecimiento estaría indicando que hacia 2004 se habría alcanzado el máximo uso de la mano de obra, lo cual evidenció la necesidad de un aumento en el empleo, lo cual explicaría la estabilización de la productividad en 2005-2006; otra explicación posible sería que el incremento de la productividad refl eja un cambio tecnológico en el sector.

En el caso de las autopartistas, el incremento en el nivel de producti-vidad media por ocupado en 2001-2002 posiblemente se explique por el cierre de fi rmas de menor productividad durante la crisis. La leve caída de la productividad en el sector autopartista a partir de 2003 coincidiría con una fuerte expansión del empleo en dicho segmento, tendencia que parece revertirse a partir de 2005-2006 (ver Gráfi co 5).

Page 284: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

284 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

GRÁFICO 5. Productividad por obrero ocupado, 1993-2006

1993

1994

1995

1996

1998

0

50

200

150

100

250

Bas

e 19

96=1

00

Terminales

Autopartistas

1997

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

Fuente: Elaborado en base al Centro de Estudios para la Producción, Secretaría de Industria, Comercio y PyMEs del Ministerio de Economía y Producción, Fichas Sectoriales, Encuesta Industrial.

En esta sección se presenta una breve caracterización de las empresas que conforman la trama automotriz identifi cada. Luego, se profundiza el análisis de evolución para las empresas que forman la trama, objeto central del estudio. Adicionalmente se distinguen los diferentes compo-nentes de la trama (terminales, autopartistas y concesionarios ofi ciales) con el fi n de establecer si existieron divergencias en el comportamiento de la ocupación registrada de dichos segmentos de empresas. Finalmente, se analiza la evolución del empleo según las diferentes localizaciones geográfi cas de las fi rmas y la participación de dichas localizaciones en el empleo total de la trama y sus componentes.

3.1. Características de las empresas

En el Cuadro 1 se presenta la distribución del empleo en la trama así identifi cada y en el conjunto de fi rmas que corresponden al mercado de

Page 285: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

285La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

reposición. En 2006, la trama está compuesta por 10 empresas terminales que concentran unos 19,3 mil ocupados. Asimismo, en el segmento de fabricación de autopartes se identifi caron 216 empresas autopartistas de equipo original, con unos 38,3 mil ocupados, que venden partes a las terminales. Entre las autopartistas se hace una distinción: por un lado, unas 32 autopartistas globales que son fi rmas que se encuentran dentro de las 100 autopartistas más grandes del mundo; por otro lado, el resto de las autopartistas (184 fi rmas), que incluye a empresas de menor tamaño. En el mismo año, las concesionarias de autos son 241 y concentran 14 mil trabajadores.

CUADRO 1. Distribución del empleo y las empresas en la trama automo-triz, 2006

Empresas Empleo

Cantidad % (en miles) %

Total Trama 467 100 71,5 100

Terminales 10 2 19,3 27

Autopartistas de equipo original 216 46 38,3 53

Globales 32 15 9,5 25

Resto de autopartistas 184 85 28,7 75

Concesionarias ofi ciales 241 52 14,0 20

Autopartistas de reposición 427 100 18,4 100

Fuente: Elaborado por la DGEyEL de la SSPTyEL en base al SIJyP según el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial.

Se observa una elevada participación de empresas de mayor tamaño relativo en la trama automotriz, particularmente entre las empresas indus-triales que componen la trama, lo que da cuenta del nivel de concentra-ción económica de la actividad. El 53% de las autopartistas globales y el 38% del resto de las autopartistas tienen más de 100 ocupados en 2006.

El alto grado de concentración es una constante entre las autopartistas de la trama, donde las grandes empresas (de más de 100 empleados) dan cuenta de la mayor parte del empleo. Esto se observa tanto en autopar-tistas globales como en el resto de las autopartistas. Las autopartistas de la trama se desempeñan en un mercado concentrado, con rasgos oligo-pólicos, con un gran componente de inversión extranjera y caracterizado por la existencia de economías de escala en la producción.

Page 286: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

286 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

En la comercialización (concesionarios) predominan las empresas de menos de 50 ocupados, que representan el 81% del total de concesiona-rios ofi ciales y explican el 58% del empleo (ver Cuadro 2).

CUADRO 2. Empresas y empleo según tamaño de fi rma y componente de la trama, 2006

Terminal Autopartistas globales

Resto de autopartistas

Concesionarias ofi ciales

Total de la trama

Empresas

% % % % %Más de 100 ocupados 10 100,0 24 53,1 69 38,1 33 2,5 136 20,1

Entre 50 y 100 ocupados 3 25,0 45 23,9 69 16,2 117 18,9

Menos de 50 ocupados 5 21,9 70 38,1 139 81,3 214 60,9

Total 10 100,0 32 100,0 184 100,0 241 100,0 467 100,0

EmpleoMás de 100ocupados 19.311 100,0 9.178 96,4 24.088 78,4 5.289 11,2 57.866 72,1

Entre 50 y 100 ocupados 233 2,4 3.305 12,9 4.612 30,3 8.150 12,4

Menos de 50 ocupados 110 1,2 1.350 8,7 4.059 58,4 5.519 15,5

Total 19.331 100,0 9.521 100,0 28.743 100,0 13.960 100,0 71.535 100,0

Fuente: Elaborado por la DGEyEL de la SSPTyEL en base al SIJyP según el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial.

Las empresas terminales, en tanto núcleos de la trama estudiada, son grandes fi rmas subsidiarias de empresas multinacionales que orientan su producción al mercado interno, al MERCOSUR y, a partir de 2002, des-tinan alrededor de un tercio de las exportaciones al mercado mexicano. Dado que los automóviles son bienes con alta elasticidad ingreso, las terminales automotrices suelen enfrentar demandas inestables en eco-nomías con ciclos económicos muy pronunciados. Tal fue el caso del mercado regional durante el período analizado (1996-2006), que tuvo un alto grado de volatilidad, sobre todo hacia fi nales de los noventa con la crisis brasileña.

Por otra parte, dada la naturaleza de la actividad, que otorga a las terminales una total infl exibilidad de proceso (en el sentido de que sólo pueden producir vehículos), no existen posibilidades de diversifi cación

Page 287: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

287La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

en términos de producto en el corto plazo. Por lo tanto, en contextos rece-sivos, las terminales automotrices se someten a una dinámica de fuerte caída en la demanda de sus productos e incertidumbre.

Por su parte, la elasticidad ingreso en el mercado de las autopartes es menor comparada con la de las empresas terminales, ya que las prime-ras pueden diversifi car sus ventas ante eventuales caídas en la demanda (mayor fl exibilidad de productos y procesos). Así, las autopartistas de la trama pueden vender al mercado interno (terminales y reposición), a escala regional o a otros mercados internacionales. Por el contrario, las empresas que fabrican partes para el mercado de reposición se caracteri-zan por tener un menor desarrollo en sus competencias técnicas y organi-zacionales y no cumplen con las normas de certifi cación de la calidad que les permitirían proveer a las terminales o diversifi carse hacia mercados internacionales. Así, las autopartistas de reposición son empresas con planteles más reducidos que forman un mercado mucho más atomizado y de mayor competencia que el de las fi rmas que proveen equipo original a las terminales.

3.2. Evolución del empleo (1996-2006)

La disminución del empleo en el complejo fue la resultante de la crisis en la que entró el mismo debido a la fuerte caída de la demanda y al efecto del cambio de régimen de convertibilidad sobre una lógica productiva (en terminales y autopartistas) sustentada en un peso creciente de la importación de partes, sub-ensambles y bienes fi nales.

En términos del empleo registrado de las fi rmas que confi guran la trama automotriz (terminales, autopartistas de equipamiento original y concesionarios ofi ciales), en el primer trimestre de 2006 ocupaban algo más de 71,5 mil puestos, un nivel signifi cativamente inferior al punto más alto de producción registrado en la década de 1970 durante el modelo de sustitución de importaciones, cuando el complejo ocupaba alrededor de 150 mil personas en forma directa (Sourrouille, 1980)6.

La evolución del empleo en la trama automotriz para el período con-siderado tiene un claro carácter procíclico, se expande durante el lapso de crecimiento 1996-1998, cae signifi cativamente en la fase de crisis del pro-grama de convertibilidad 1999-2001, vuelve a retroceder con el cambio del régimen macroeconómico en 2002, crece a partir de 2003 con la fase

6 Considerando el empleo directo e indirecto (producción, comercialización y servicios), la cifra de ocupados en el sector sumaba casi medio millón de personas.

Page 288: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

288 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

ascendente del ciclo y en 2005-2006 comienza a mostrar una dinámica por encima de la industria manufacturera en su conjunto. Sin embargo, estas variaciones muestran diferencias signifi cativas en cada uno de los componentes de la trama, que son el refl ejo de la forma en la que se manifestó el proceso de reestructuración sectorial y las características del mercado en que cada segmento de empresas opera (ver Gráfi co 6).

GRÁFICO 6. Índices de la evolución del empleo en la trama automotriz, 1996-2006

1996 19980

60

120

100

80

140

Bas

e 19

96=1

00

Industria manufacturera

Trama automotriz

1997 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

20

40

Fuente: Elaborado por la DGEyEL de la SSPTyEL en base al SIJyP según el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial.

Considerando el período completo, en el marco de un aumento global del empleo del 21% en la trama (5 puntos por sobre el total de la indus-tria), las terminales perdieron 19% de su empleo registrado. En cambio, las fi rmas autopartistas mostraron una dinámica positiva: se produjo un aumento muy signifi cativo del empleo en las autopartistas de alcance global (80%), mientras el resto de los productores de autopartes creció un 24%. El fuerte crecimiento del empleo de las empresas globales se explicó, parcialmente, por un proceso agresivo de absorciones y fusiones de otras fi rmas del sector, que tuvo lugar en el período analizado. En las actividades de comercialización (concesionarios ofi ciales), la expansión del empleo también es muy importante entre 1996 y 2006 (109%), incluso por encima del promedio nacional del comercio (ver Cuadro 3).

Page 289: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

289La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

CUADRO 3. Tasa de variación del empleo de los distintos componentes de la trama automotriz, 1996-2006, en porcentaje (en %)

1996-1998 1999-2001 2002 2003-2006 1996-2006

Trama 10 -21 -9 55 21

Terminales 2 -34 -22 54 -19

Autopartistas 10 -18 0 48 34

Globales 35 -11 3 45 80

Resto de autopartistas 5 -20 -1 48 24

Concesionarios ofi ciales 33 1 -14 83 109

Fuente: Elaborado por la DGEyEL de la SSPTyEL en base al SIJyP según el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial.

El carácter procíclico del empleo en los componentes de la trama y las fuertes diferencias en las dinámicas de dichos segmentos se pueden apreciar en el Cuadro 3. Así, durante la última fase de auge del régimen de convertibilidad (1996-1998), el fuerte aumento del empleo en la trama se sustentó básicamente en los concesionarios y las autopartistas globa-les, mientras que el resto creció por debajo del promedio de la trama. El empleo en las terminales, si bien aumentó, comenzó a estancarse a partir de 1997 (ver Gráfi co 7). Durante los tres años de recesión previa a la devaluación, el empleo en la trama se redujo muy signifi cativamente en los componentes productivos del complejo y creció muy levemente en el componente comercial.

GRÁFICO 7. Evolución del empleo en la trama, desagregado según com-ponentes en índices, 1996-2006

100

160

200

120

180

8060

1996

Componente industrial

40200

140

1997

1998

1999 2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

Bas

e 19

96=1

00

Industria manufacturera TerminalesResto de autopartistasAutopartistas globales

Page 290: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

290 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

140

80

120

60

1996

Componente comercial

40

20

0

100

1997

1998

1999 20

0020

0120

02 2003

2004

2005 20

06

Bas

e 19

96=1

00

Total del sectorTrama identifi cada

Fuente: Elaborado por la DGEyEL de la SSPTyEL en base al SIJyP según el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial.

El cambio de régimen macroeconómico en 2002 y la fuerte contrac-ción de la demanda agregada aceleraron la caída del empleo registrado en la trama automotriz. Nuevamente son las terminales las que más empleo destruyeron (-22%). El ajuste se extendió al circuito comercial (-14%), básicamente por la caída signifi cativa de la demanda durante 2002. El componente autopartista tuvo un comportamiento dispar en 2002: las fi r-mas de alcance global crecieron un 3% en términos de empleo, mientras que el resto de las autopartistas perdió 1% de su ocupación.

Finalmente, a lo largo del período 2003-2006 se produjo un impor-tante crecimiento del empleo en la trama, aunque luego de una caída acumulada del 30% en los 4 años de la crisis. En esta expansión, el sector de comercialización es el que más amplía su nivel de empleo registrado (+83%). Por el lado de las autopartistas, las fi rmas globales crecieron un 45% y el resto un 48%. Sin embargo, es de destacar la recuperación del empleo en las terminales automotrices, que durante 2003-2006 recupera-ron el 54% del empleo respecto de la crisis, solo 1 punto por debajo del promedio de la trama para dicho período (ver Cuadro 3).

Como consecuencia de la fuerte caída del empleo en las terminales a lo largo de todo el período de análisis (1996-2006) se produjeron fuertes cambios en el peso de los distintos eslabones en el total de la trama. Mientras la participación del empleo en terminales cayó del 40% en 1996 al 27% de la ocupación total de la trama en 2006, el nivel de ocupados en concesionarias pasó del 11% al 20%. Respecto de las autopartistas, las globales expandieron su peso en el empleo del complejo del 9% al 13%,

Page 291: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

291La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

mientras que las locales mantuvieron constante su participación (40%) (ver Gráfi co 8).

GRÁFICO 8. Participación del empleo de los diferentes componentes de la trama en 1996 y 2006

0 20 60 1008040

1996

2006

40% 40% 11% 9%

27% 40% 20% 13%

Terminales

Concesionarias ofi cialesResto de autopartistas

Autopartistas globales

Fuente: Elaborado por la DGEyEL de la SSPTyEL en base al SIJyP según el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial.

Como resultado de la dinámica del empleo, a lo largo del período se produjeron cambios signifi cativos en la ocupación promedio (ver Cuadro 4), especialmente en las terminales automotrices, cuya dotación media pasó de unos 2.500 ocupados promedio durante la etapa 1996-1998 a niveles muy reducidos (1.540 empleados promedio) luego de la recupe-ración del empleo de los últimos años (2003-2006). Por el contrario, las autopartistas globales incrementaron el tamaño promedio de planta de 200 a 259 ocupados entre 1996-1998 y 2003-2006. Los concesionarios ofi ciales también ampliaron su ocupación media, que era de 32 ocupados en 1996-1998, a 48 en 2003-2006. Finalmente, la ocupación media de las autopartistas de menor tamaño (resto de autopartistas) se mantuvo prácticamente constante, alrededor de los 130 ocupados promedio.

Page 292: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

292 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

CUADRO 4. Evolución de tamaño medio de las empresas de la trama auto-motriz según fases del ciclo económico

Trama Empleo promedio por empresa

1996-1998 1999-2001 2002 2003-2006

Terminal 2.499 1.763 1.255 1.540

Autopartistas globales 200 204 205 259

Resto de autopartistas 130 114 105 135

Concesionarias ofi ciales 32 38 32 48

Fuente: Elaborado por la DGEyEL de la SSPTyEL en base al SIJyP según el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial.

3.3. Evolución del empleo por regiones (1996-2006)

A lo largo del período analizado, la variación del empleo en la trama se manifestó de forma muy desigual en el nivel regional, modifi cando el peso de las principales áreas productivas y, en especial, cambiando signifi cativamente el peso de Córdoba y Santa Fe en la ocupación total de la trama.

Respecto del ciclo económico, la fase de expansión 1996-1998 mues-tra un crecimiento total del empleo en la trama del 10%. En este sentido, el polo metropolitano y el resto de Buenos Aires crecieron por debajo de dicho promedio: el polo creció un 2,8% en términos de empleo y el resto de la provincia un 7,6%. En Córdoba, las empresas de la trama crecieron de manera similar al promedio (11,5%), mientras que se verifi ca una fuerte expansión del empleo en el complejo automotor de Santa Fe (48%) y el resto del país (22%). Distinto es el caso de Tucumán, donde, más allá del contexto expansivo, el empleo mostró una baja de la ocupación registrada del 4,5%.

En el tramo recesivo 1999-2001 el comportamiento del conjunto de la trama fue decididamente negativo: el empleo registrado en la trama automotriz se contrajo durante esta fase, en promedio, un 21% en todo el país. Nuevamente se observan comportamientos (en general negati-vos) divergentes entre los distintos componentes del complejo. Córdoba (-13%), Tucumán (-10,5%) y el polo metropolitano (-7,8%) fueron las localizaciones con mayor caída del empleo registrado. Santa Fe (-12%), el resto del país (9,6%) y el resto de Buenos Aires (9%) mostraron caídas menos pronunciadas en términos del empleo registrado.

Page 293: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

293La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

La crisis de 2002 se manifestó en una crítica contracción del empleo de la trama en todas las localizaciones (9% en promedio). Nuevamente fueron Córdoba y Tucumán las provincias más afectadas, con caídas del 22% y 20%, respectivamente. Santa Fe evidenció una caída del 14% en su complejo automotor, mientras que el polo metropolitano (6%) y el resto de Buenos Aires (3%) fueron los que menos empleo perdieron en ese año.

En el período 2003-2006 el complejo comienza a transitar nueva-mente un sendero de fuerte expansión. En este sentido, se evidencia un repunte en el nivel de empleo registrado del orden del 55% para todo el complejo respecto de los valores de 2002. Santa Fe encabeza esta fase de crecimiento con un aumento de la ocupación del 98,5% en los últimos 4 años. Por otro lado, el polo metropolitano y el resto de Buenos Aires cre-cen un 51% y 59% respectivamente, lo que da cuenta de la magnitud de la recuperación y expansión de la trama en el período post-devaluación.

Tucumán y Córdoba se expandieron en el orden del 40%, siendo las provincias que menos crecimiento del empleo presentaron en el complejo automotor nacional. De hecho, estas provincias no pudieron recuperar el nivel de empleo registrado que tenían al inicio del período de análisis.

CUADRO 5. Variación del empleo del conjunto de los eslabones de la trama automotriz por período según localización geográfi ca. Promedio de tasas anuales para cada período, medidas entre cuartos trimestres (en %)

1996-1998 1999-2001 2002 2003-2006 1996-2006

Polo metropolitano 2,8 -19,8 -5,7 50,8 17,3

Resto de Buenos Aires 7,6 -9,2 -3,0 58,6 50,3

Córdoba 11,5 -39,7 -21,6 39,9 -26,3

Santa Fe 47,9 -11,9 -14,0 98,5 122,5

Tucumán -4,5 -21,5 -19,6 40,8 -15,1

Resto del país 22,1 -9,6 -9,6 51,1 50,8

Fuente: Elaborado por la DGEyEL de la SSPTyEL en base al SIJyP según el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial.

Como consecuencia de la forma diferencial en la que se manifestó la evolución geográfi ca del empleo, puede afi rmarse que en este nivel se produjeron cambios signifi cativos en el peso de las diversas áreas en la ocupación total. El polo metropolitano perdió un punto en la estructura del empleo registrado de la trama, dando cuenta del 49% del empleo total

Page 294: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

294 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

hacia 2006. A su vez, cae signifi cativamente el peso de Córdoba, pasando del 21% en 1996 al 13% en 2006. Ambas áreas geográfi cas, que ocupaban en 1996 el 70% de los asalariados de la trama, pasan a ocupar el 62% en 2006. Por el contrario, el área ganadora en la estructura del empleo en la trama fue Santa Fe, que duplicó su participación (pasa del 6% en 1996 al 12% en 2006), ubicándose un punto por debajo de Córdoba al fi nal del período. En tanto, el resto de la provincia de Buenos Aires creció 4 puntos (14% a 18%) y el resto del país aumentó su participación de 6% a 8%.

GRÁFICO 9. Estructura del empleo de la trama automotriz por localización geográfi ca en 1996 y 2006

50% 14% 21%

0 20 60 1008040

1996

2006 49% 18% 13% 12%

1%

Polo metropolitano

CórdobaResto de Buenos Aires

Santa FeTucumánResto del país

49%

50%

2%6% 6%

8%

Fuente: Elaborado por la DGEyEL de la SSPTyEL en base al SIJyP según el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial.

Hacia el interior de la trama se observan importantes cambios en la composición del empleo de los componentes industriales. En el caso de las ensambladoras, se destaca la pérdida de participación de Córdoba (pasó de explicar un tercio a un quinto del empleo en las terminales) y el polo metropolitano (cedió un 5% de su representación). En contraparte, el peso del empleo de las terminales de Santa Fe y el resto de Buenos Aires creció 8 y 7 puntos porcentuales respectivamente; entre ambas localizaciones ya explican poco más del 20% de la ocupación registrada en las terminales.

Page 295: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

295La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

Por el lado de las autopartistas, se destaca que Santa Fe incrementó el peso de su empleo en autopartistas en 5 puntos porcentuales (del 8% al 13%), mientras que la participación de Córdoba cayó en idéntica mag-nitud (pasó del 15% al 10%). El polo metropolitano pasó a explicar la mitad del empleo registrado de las autopartistas de la trama, mientras el resto de la provincia perdió 2 puntos de su participación.

Tal como se analizó, el automotor es un sector concentrado, con pre-dominio de empresas grandes y extranjeras, sindicalizado y con proce-sos productivos complejos que requieren capacitación específi ca. Sin embargo, las reconversiones que se produjeron durante la década del noventa y las fuertes fl uctuaciones del ciclo económico impactaron sobre la evolución del empleo del sector. En la sección anterior se mostró que, durante el período estudiado, la evolución del empleo de las componentes de la trama ha sido heterogénea. Las empresas pertenecientes al sector industrial de la trama presentaron una fuerte contracción de su empleo durante el período recesivo (1998-2002), que fue mayor en las termina-les, y una importante recuperación entre 2003 y 2005, en particular en el sector de empresas autopartistas. Las concesionarias (el sector comer-cial de la trama) mostraron una trayectoria de empleo ascendente, con excepción de 2002.

Sin embargo, la evolución del stock de empleo es el resultado de una dinámica del mercado laboral más turbulenta que las variaciones del empleo agregado, conformada por los fl ujos de trabajadores que se incorporan y que son desvinculados, cuya suma es una medida de la movilidad laboral (ver Gráfi co 10).

Page 296: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

296 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

GRÁFICO 10. Evolución del empleo, incorporaciones y desvinculaciones de trabajadores en la trama automotriz, 1996-2006

30

25

1519

96

10

5

20

En m

iles d

e oc

upad

os

Incorporaciones Desvinculaciones

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

Stock de empleo

Terminales

Desvinculaciones

Autopartes

45

40

15

1996

10

5

20

En m

iles d

e oc

upad

os

Incorporaciones

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

Stock de empleo

30

35

25

0

Desvinculaciones

Concesionarias16

14

6

1996

4

2

8

En m

iles d

e oc

upad

os

Incorporaciones

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

Stock de empleo10

12

0

Fuente: Elaborado por la DGEyEL de la SSPTyEL en base al SIJyP según el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial.

Page 297: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

297La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

La trama automotriz está compuesta por grupos de empresas que tienen características y jerarquías diferentes. La intensidad y el patrón de la movilidad laboral en cada componente de la trama deberían ser diferentes según las características de las empresas, en particular según la presencia de aquellos atributos vinculados a la existencia de empleos estables (mercados de trabajo primarios). Debido a esto, el análisis de la intensidad y del patrón de la movilidad laboral debe realizarse en forma separada para cada componente de la trama.

En el período estudiado, la intensidad de la movilidad dependió, en parte, de la trayectoria del empleo agregado. El crecimiento del empleo desencadenó movilidad laboral debido a la incorporación de trabajadores; la destrucción de puestos (que trajo como consecuencia el desplazamiento de trabajadores) fue la principal causa de la movilidad laboral durante las recesiones. Por otra parte, también desencadenaron movilidad laboral las decisiones de las fi rmas de reemplazar trabajadores7. Desde esta perspec-tiva, la movilidad laboral fue el resultado del cambio neto del empleo y del reemplazo de trabajadores.

En el período estudiado, los componentes industriales de la trama automotriz presentaron una intensidad en la movilidad laboral menor que el promedio de la industria (34%) ya que, en promedio, algo más del 20% de los trabajadores registrados en un año por estas empresas fue incorporado o desvinculado.

En igual período se observó que los procesos que produjeron la movi-lidad laboral en los componentes industriales de la trama automotriz fueron diferentes del promedio de la industria. Entre las empresas ter-minales, la principal causa de movilidad laboral fue la destrucción neta de puestos de trabajo (58%), mientras que en las empresas autopartistas la movilidad se originó mayoritariamente en procesos de reemplazos de trabajadores (74%), posiblemente originados por los procesos de fusiones y absorciones de empresas. En el promedio de la industria, las reasigna-ciones8 explicaron el 82% de la movilidad9.

Durante todo el período, las concesionarias presentaron una movilidad laboral muy elevada (33%) que casi en su totalidad se explicó por la rea-

7 Ya sea de manera voluntaria o involuntaria. 8 La reasignación de trabajadores comprende la movilidad generada por los reemplazos de

trabajadores (incluye a los trabajadores que ingresan reemplazando a otros y a los que son reemplazados).

9 En este caso, sin embargo, las reasignaciones incluyen también los puestos creados y des-truidos por la constitución y el cierre de empresas, que implican el desplazamiento de tra-bajadores en algún sector del sistema productivo y la incorporación en otras actividades.

Page 298: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

298 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

signación de trabajadores (63%) y, en menor medida, por el crecimiento del empleo (37%) (ver Cuadro 6).

CUADRO 6. Indicadores básicos de movilidad laboral en la trama auto-motriz (en %)

Terminales Autopartes de la trama

Tasas19

97-1

998

1999

-200

1

2002

2003

-200

4

1997

-200

4

1997

-199

8

1999

-200

1

2002

2003

-200

4

1997

-200

4

Movilidad (a) 22 20 26 17 20 28 27 23 26 26

Entradas (b) 12 3 3 10 7 18 12 13 20 16

Salidas (c) 10 16 23 7 13 10 14 10 6 10

Movilidad intrasector (d) 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0

Movilidad (a) 22 20 26 17 20 28 27 23 26 26

Cambio neto (e) 2 -14 -20 3 --- 8 -3 3 15 ---

Reasignación (f) 20 6 6 14 --- 20 24 20 12 ---

Movilidad (a) 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100

Cambio neto (e) 9 69 78 16 58 30 10 14 55 26

Reasignación (f) 91 31 22 84 42 70 90 86 45 74

Sector industrial Concesionarias

Tasas

1997

-199

8

1999

-200

1

2002

2003

-200

4

1997

-200

4

1997

-199

8

1999

-200

1

2002

2003

-200

4

1997

-200

4

Movilidad (a) 36 34 30 33 34 36 33 29 33 33

Entradas (b) 17 12 11 20 15 26 18 8 24 20

Salidas (c) 15 18 17 10 15 8 13 19 6 11

Movilidad intrasector (d) 4 3 2 3 3 2 2 1 2 2

Movilidad (a) 36 34 30 33 34 36 33 29 33 33

Cambio neto (e) 2 -6 -6 10 --- 18 6 -11 18 ---

Reasignación (f) 35 28 24 23 --- 18 27 18 15 ---

Movilidad (a) 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100

Cambio neto (e) 4 17 20 30 18 50 17 37 54 37

Reasignación (f) 96 83 80 70 82 50 83 63 46 63

Page 299: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

299La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

Sector comercio

Tasas

1997

-199

8

1999

-200

1

2002

2003

-200

4

1997

-200

4

Movilidad (a) 47 43 36 38 42

Entradas (b) 24 19 12 13 18

Salidas (c) 18 20 20 21 20

Movilidad intrasector (d) 4 4 3 4 4

Movilidad (a) 47 43 36 38 42

Cambio neto (e) 6 -1 -8 -8 ---

Reasignación (f) 41 42 27 46 ---

Movilidad (a) 100 100 100 141 100

Cambio neto (e) 12 2 23 21 19

Reasignación (f) 88 98 77 121 81

Notas: (a)=(b)+(c)+(d); (b) entradas/(entradas+salidas+permanencias en la empresa+cambios de empresa); (c) salidas/(entradas+salidas+permanencias en la empresa+cambios de empresa); (d) cambios de empresa dentro del sector/(entradas+salidas+permanencias en la empresa+cambios de empresa); (e)=(b)-(c); (f)=(a)-valor absoluto(e).

Fuente: Elaborado por la DGEyEL de la SSPTyEL en base al SIJyP según el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial.

A continuación se profundizará el análisis desde la perspectiva de las transiciones laborales. Esta perspectiva permite ver hacia dónde transitan los trabajadores ocupados en un momento determinado, es decir, cuántos permanecen en la empresa y cuántos son desplazados (desvinculados) hacia otros sectores o fuera del empleo registrado. Es importante aclarar que los indicadores de transiciones difi eren de los de movilidad. Estos últimos se refi eren a todos los trabajadores que transitaron por la trama durante el año (incorporaciones, desvinculaciones y permanencias).

5.1. Estabilidad en el empleo: trayectorias de permanencia en la empresa

En las secciones 3 y 4 se observó que los grupos de empresas que componen la trama automotriz presentaron una evolución heterogénea de las principales variables económicas (producción, productividad y

Page 300: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

300 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

empleo), que se explicó por diferencias en la estructura y la dinámica microeconómica de cada sector. Por lo tanto, se espera que, a partir de las características propias de cada grupo, se observen diferencias en la estabilidad del empleo. Para comprender esta heterogeneidad, previa-mente se presentarán algunos argumentos relacionados con la teoría de la segmentación del mercado de trabajo que facilitarán el análisis de los datos.

La literatura sobre segmentación de mercados de trabajo relaciona la estabilidad laboral con las características de la estructura productiva. Las fi rmas grandes que operan en mercados oligopólicos tienden a desarro-llar mercados de trabajo internos, desincentivando la movilidad externa (Thompson, 2003). En las organizaciones grandes la movilidad interna es el patrón principal de movilidad laboral. Los programas de promoción y las perspectivas de una mayor permanencia en la fi rma desincentivan la movilidad externa voluntaria. En este sentido, como la movilidad externa es poco frecuente y selectiva, cuando estos trabajadores deciden cambiar de empresa generalmente describen patrones de trayectorias ascendentes (Piore, 1971). Los tres componentes de la trama analizados presentan diferentes grados de concentración económica y de tamaño de los agen-tes.

Otra dimensión importante es la estabilidad de la demanda de los pro-ductos o servicios que ofrece la empresa empleadora, ya que la demanda de los productos determina la demanda del factor trabajo. A mayor esta-bilidad del mercado, aumenta la factibilidad de desarrollar equipos de trabajo estables. Por el contrario, las empresas que enfrentan demandas más inestables tienen mayores difi cultades para conservar sus dotaciones de personal (Shin, 2004). Como se analizó en la sección 4, los compo-nentes de la trama se desarrollan en mercados con distintos grados de estabilidad, a partir de la elasticidad ingreso de sus productos.

En los sectores con procesos productivos complejos se requiere que los trabajadores con las competencias técnicas relevantes presenten una mayor estabilidad laboral. Debido a esto, dichos sectores alientan la per-manencia de los trabajadores (Dahl, 2003). Otros estudios muestran que el cambio estructural de las organizaciones juega un rol importante en la magnitud y el sentido de la movilidad. El cambio tecnológico estimula el reemplazo de trabajadores para adecuar los perfi les. Las fusiones y adqui-siciones de empresas incrementan la movilidad laboral, en particular en los niveles gerenciales, ya que se desplaza del empleo a los perfi les que quedan duplicados después de la fusión de las estructuras (Shin, 2004).

Page 301: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

301La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

Estos aspectos, que determinan segmentos de movilidad laboral, se pudieron identifi car en cada componente de la trama automotriz. La caracterización mostró que coexisten aspectos que operan sobre la esta-bilidad laboral de manera contrapuesta, en muchos casos difi cultando la posibilidad de establecer hipótesis en una única dirección (ver tablas 1 y 2).

TABLA 1. Características de las empresas de la trama que afectan la esta-bilidad esperada del empleo

Dimensiones TerminalesAutopartistas originales

Autopartistas de reposición Globales Resto de

autopartistas

Tamaño predominante Grandes Grandes Grandes y medianas PyMEs

Estabilidad del mercado Baja Media alta Media baja Alta

Desarrollo tecnológico Alto Alto Medio alto Bajo

Absorciones/reconversiones No Sí Sí No

A continuación se enuncian una serie de hipótesis relacionadas con la estabilidad del empleo:

• Hipótesis 1: las empresas terminales deberían tener un empleo más estable que el resto de la trama debido a que el sector está compuesto por empresas grandes que desarrollan procesos tecnológicos comple-jos que requieren capacitación específi ca. Sin embargo, la elevada inestabilidad del mercado en el que operan y el proceso de cambio tecnológico atravesado reducirían la estabilidad laboral.

• Hipótesis 2: el empleo debería ser más estable entre las autopartis-tas de la trama en comparación con las terminales, ya que, además de ser sectores conformados por empresas grandes y medianas y de desarrollar procesos productivos complejos, operan en mercados con demanda más estable. Sin embargo, atravesaron importantes procesos de reestructuración que incluyeron absorciones de otras terminales, que tenderían a incrementar la movilidad y a reducir la estabilidad laboral.

• Hipótesis 3: en el comercio, la movilidad laboral debería ser mayor que en la industria, debido a que los trabajadores del comercio tienen

Page 302: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

302 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

un mayor nivel educativo que les permite encontrar oportunidades laborales en otras empresas y porque estos perfi les, menos específi cos que los de la industria, deberían ser fácilmente reemplazables (ver Tabla 1).

TABLA 2. Sentido de la contribución de cada dimensión a la estabilidad esperada del empleo

Dimensiones TerminalesAutopartistas originales

Autopartistas de reposiciónGlobales Resto de

autopartistas

Tamaño + + +/- -

Estabilidad del mercado - + + -

Desarrollo tecnológico + + + -

Absorciones/reconversiones - -

En el período estudiado, la estabilidad en el empleo fue más elevada en las empresas de la trama automotriz que en el promedio de la industria. Estos resultados coinciden con lo esperado considerando el mayor grado de concentración de la trama automotriz, puesto que se está estudiando el panel de empresas que sobrevivió a la crisis 1999-2002. En las ter-minales, en promedio, un 86% de la dotación de personal permaneció trabajando en la misma empresa de un año al otro10; y en las autopartistas se mantuvo un 87%, mientras que para el promedio de la industria la permanencia media fue de 75%.

Sin embargo, no se observaron diferencias importantes en la estabili-dad del empleo entre los componentes industriales de la trama y tampoco en relación con las autopartistas para el mercado de reposición (85%) que corresponden a la misma rama de actividad pero que no venden a las terminales. Al analizar los posibles determinantes de la estabilidad laboral en cada componente de la trama se observó la coexistencia de factores que operan en sentido contrapuesto que se compensan. Es decir, la tasa de permanencia en la misma empresa fue similar entre los componentes industriales, pero explicada por diferentes causas.

10 Un indicador utilizado para medir la estabilidad en el empleo es el porcentaje de trabaja-dores que permanece en la misma empresa al fi nal del año (tasa anual de permanencia).

Page 303: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

303La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

En el promedio de la industria, la estabilidad laboral se mantuvo entre 1996 y 2001; recién se incrementó en 2002 acompañando el aumento en los costos del despido (doble indemnización).

Sin embargo, en la trama automotriz la estabilidad del empleo se redujo en el período recesivo 1999-2001 debido a que, como se analizó en la sección anterior, la principal causa de la movilidad laboral fue la destrucción neta de puestos y no el reemplazo de trabajadores. En las ter-minales, el aumento en el costo del despido habría impactado en 2002 en una mayor tasa de permanencia en la empresa, la cual tendió a incremen-tarse en la fase expansiva 2003-2004. Por el contrario, en las autopartes la tasa de permanencia en la empresa aumentó en 2002 acompañando la suba en los costos del despido (ver Cuadro 7).

CUADRO 7. Tasa de permanencia en la misma empresa11 (en %)

Tasas anuales de permanencia en la misma empresa (menores de 65 años)

Tasa de permanencia de la cohorte de 1998

(men. 55 años)

Componente 1997-1998

1999-2001 2002 2003-

20041997-2004

1998-2004 (punta contra punta)

Terminales 89 83 76 92 86 43

Autopartes originales 88 83 88 92 87 51

Globales 87 83 88 90 86 50

Resto 88 83 89 93 87 54

Concesionarias 78 76 74 85 78 38

Autopartes reposición 85 83 83 89 85 48

Promedio industria 73 73 77 80 75 31

Promedio comercio 66 67 71 73 69 22

Tasa anual de permanencia: trabajadores que permanecen en la misma empresa en el año t/total de ocupados en el año t-1.Tasa de permanencia de la cohorte: trabajadores ocupados en la trama en 1998, que permanecen en la misma empresa en 2004/total de ocupados en la trama en 1998.

Fuente: Elaborado por la DGEyEL de la SSPTyEL en base al SIJyP según el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial.

Sin embargo, considerando un horizonte temporal más extenso (6 años), se observaron diferencias más importantes. En este caso, se calculó el porcentaje de trabajadores registrados en 1998 (cohorte) que permane-

11 Se considera a los trabajadores menores de 65 años con el objeto de aislar la movilidad originada por las jubilaciones, que ocurren a la edad de 66 años. Por el mismo motivo, el análisis de mediano plazo para los trabajadores de la cohorte de 1998 considera a quienes tenían, en el año inicial, menos de 55 años.

Page 304: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

304 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

ció trabajando en la misma empresa en 2004. Nuevamente, la estabilidad laboral fue mayor en las empresas del sector automotor, particularmente de la trama (más del 40%), y no en el promedio de la industria (31%). En este caso, las diferencias en la estabilidad laboral de los componentes son refl ejo de las diferencias en la estabilidad de la demanda de mercado, que se traslada a la demanda de trabajo.

Las terminales que venden un producto con alta elasticidad ingreso orientado principalmente al mercado doméstico y a Brasil, y en los últi-mos dos años a México, mostraron una menor estabilidad laboral para la cohorte de trabajadores de 1998, ya que un 43% de estos permanecía trabajando en la misma empresa en 2004. La tasa de permanencia de la cohorte de trabajadores fue de 51% para las autopartistas que, como pue-den diversifi car sus ventas hacia el mercado de reposición, enfrentan una elasticidad ingreso menor y, por lo tanto, no son tan vulnerables al ciclo económico. A su vez, las autopartes que tienen mayores posibilidades de diversifi car mercados presentan un empleo relativamente más estable (globales 50% y originales 54%) que las autopartes de reposición (48%). La estabilidad del empleo en las concesionarias de autos es menor que en los componentes industriales de la trama, pero considerablemente mayor que en el promedio del comercio.

5.2. Reinserción laboral: trayectorias de salida

No sólo es importante la intensidad de la movilidad laboral analizada en la sección anterior, sino también el tipo de movilidad laboral que pre-sentan los trabajadores una vez desvinculados de las empresas.

Estos patrones se pueden defi nir como de reinserción laboral o de exclusión del empleo registrado. En el primer caso, los trabajadores des-vinculados de una empresa transitan hacia otro empleo registrado. En el segundo caso, en cambio, los trabajadores transitan hacia fuera del SIJyP insertándose en empleos precarios, o permaneciendo desempleados o inactivos. También, en años posteriores, algunos de esos trabajadores des-plazados pueden retornar al empleo registrado, describiendo una variante del patrón de movilidad laboral de reinserción, en la cual la reincorpora-ción se produce con algún rezago temporal superior al año.

Con el objeto de profundizar en estos temas, en la presente sección se analizarán las transiciones de corto plazo (que ocurren en el término de un año) tomando en consideración la posibilidad de reinserción laboral en otra empresa de la trama, de la rama o del sector o, en el caso contrario, el

Page 305: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

305La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

desplazamiento del empleo registrado. También se observarán las trayec-torias de mediano plazo de los trabajadores desplazados, estimando la proporción de personas que logra reintegrarse al empleo registrado luego de haber permanecido algún tiempo fuera del mismo (en el desempleo, la informalidad o la inactividad laboral).

Si bien en el período estudiado el patrón de movilidad predominante entre los trabajadores registrados fue hacia la exclusión del empleo regis-trado (Castillo et al., 2005), en el segmento del mercado de trabajo defi -nido por la trama automotriz se esperaría encontrar patrones de movilidad diferentes del promedio debido a sus características.

Algunos estudios empíricos desarrollados para otros países (Duhautois, 2003; Shin, 2004) muestran que los trabajadores desplazados de las empre-sas grandes y multinacionales tienen una mayor probabilidad de conseguir otro empleo formal. Haber trabajado en una empresa multinacional otor-garía una credencial valorada por futuros empleadores en la medida en que la experiencia laboral en estas empresas permitiría a los trabajadores acumular saberes (conocimientos, habilidades técnicas y socio-laborales) que son valorados en el mercado. Es decir, bajo este supuesto, los traba-jadores tendrían una “mayor empleabilidad”.

Desde otra perspectiva, a través de este tipo de movilidad laboral existiría difusión de competencias técnicas, en especial desde las cate-gorías de la trama que son más intensivas en dichas competencias hacia el resto del tejido productivo. Estas características se pueden identifi car en los componentes de la trama.

Los trabajadores desplazados de empresas de la trama deberían pre-sentar una mayor probabilidad de inserción laboral en comparación con el promedio de la industria ya que la industria automotriz es compleja, requiere perfi les especializados y se encuentra conformada por una gran cantidad de empresas grandes y multinacionales, en comparación con el resto. Por iguales motivos, se esperaría que los trabajadores desplazados de empresas terminales y de autopartistas globales presenten una mayor probabilidad de insertarse en el empleo registrado en comparación con los trabajadores desvinculados del resto de las autopartistas (ver Tabla 3).

Page 306: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

306 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

TABLA 3. Características de las empresas en cada componente de la trama que afectarían la empleabilidad de los trabajadores desvinculados

Dimensiones TerminalesAutopartistas

Globales Originales Reposición

Tamaño dominante + + +/- -

Tipo de propiedad + + +/- -

Desarrollo tecnológico + + + -

Sin embargo, las tendencias esperadas no se verifi caron en las estima-ciones realizadas ya que, tanto en la trama como en el sector automotor, las posibilidades de inserción laboral fueron considerablemente bajas y homogéneas entre los componentes industriales.

CUADRO 8. Tasas de inserción en el año de la desvinculación12 (en %)

Durante el año (menores de 65 años) Cohorte de 1998 (men. 55 años)

Componente 1997-1998

1999-2001 2002 2003-

20041997-2004

1998-2004 (punta contra punta)

Terminales 37 24 22 21 27 12

Autopartes originales 40 27 19 43 32 12

Globales 38 30 19 51 35 12

Resto 48 29 22 39 34 11

Concesionarias 53 37 21 47 40 16

Autopartes reposición 32 23 16 42 28 13

Promedio industria 49 41 33 55 45 38

Promedio comercio 50 43 32 51 45 38

Tasa anual de inserción en el empleo registrado: trabajadores que cambian de empresa en el año t/total de desvinculados en el año t-1.Tasa de inserción de la cohorte: trabajadores desvinculados de la trama en 1998, que se encuen-tran ocupados en la misma o en otra empresa en el año 2004/total de desvinculados de la trama en 1998.

Fuente: Elaborado por la DGEyEL de la SSPTyEL en base al SIJyP según el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial.

12 Ídem Nota 11.

Page 307: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

307La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

A lo largo del período analizado, la inserción laboral en otra empresa en el año de la desvinculación fue baja para los trabajadores desplazados de la trama automotriz, ya que el 27% de los trabajadores desvinculados (voluntaria o involuntariamente) de las empresas terminales consiguió un nuevo empleo registrado durante el mismo año. Este porcentaje fue menor al promedio de la industria (45%). Por su parte, sólo el 32% de los trabajadores desvinculados de las empresas autopartistas (trama y reposición) consiguió reinsertarse (ver Cuadro 8).

El ciclo económico afectó la probabilidad de inserción laboral en otra empresa en el mismo año de la desvinculación. Entre las autopartes, la tasa anual de reinserción es más elevada en los años de crecimiento eco-nómico. Este resultado es esperable considerando que en los contextos de demanda laboral expansiva se generan mayores oportunidades que estimulan la movilidad voluntaria y que pueden ser aprovechadas por los trabajadores que se desvinculan involuntariamente. Así, en el último período expansivo 2003-2004, más de la mitad de los trabajadores desvin-culados de las empresas autopartistas globales consiguieron reinsertarse. Por el contrario, las terminales muestran una tendencia declinante en la tasa de inserción.

El porcentaje de trabajadores de la cohorte de 1998 que en 2004 se encontraba trabajando en una empresa distinta proporciona una medida de mediano plazo de la probabilidad de reinserción laboral para los tra-bajadores desvinculados del sector en estudio. Solamente el 12% de los trabajadores de la cohorte de 1998 desvinculados de empresas termina-les había logrado insertarse en el empleo registrado, proporción similar a la observada en el resto de los componentes industriales de la trama automotriz y de las autopartistas de reposición. Nuevamente, los resul-tados son más homogéneos que lo esperado entre los componentes del sector automotor y considerablemente menores que el promedio de la industria, confi rmando los resultados observados en el análisis de las tasas anuales.

Es posible concebir la movilidad laboral como un mecanismo difusor de conocimientos en el interior del tejido empresario. En el caso de la trama automotriz, el reducido fl ujo de trabajadores que se mueve hacia otras empresas (tanto de la trama como del sistema productivo formal) arroja importantes dudas acerca de la existencia de externalidades tecno-lógicas positivas. Es decir, las externalidades serían limitadas porque es limitado el porcentaje de trabajadores que se reinserta, ya que la mayoría de los desvinculados queda excluida del empleo registrado.

Page 308: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

308 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Dentro de la trama, la probabilidad de inserción laboral para los tra-bajadores desvinculados de las empresas concesionarias de autos fue más elevada que en el caso de la industria, ya que el 39% de los trabajadores desvinculados de las concesionarias se reinsertó en el empleo formal durante el mismo año de la desvinculación, porcentaje idéntico al del promedio del sector comercio.

El análisis anterior arroja como resultado preocupante un elevado porcentaje de trabajadores que no consigue reinsertarse en el empleo registrado en el año en el que se desvincula del empleo. Ya se había observado un escenario grave para el total del empleo registrado (Castillo, 2005), pero se esperaba obtener resultados más alentadores en el sector automotor. Sin embargo, las estadísticas del sistema de seguridad social arrojan para este sector un escenario más crítico. Por ello, resulta de suma importancia analizar el ritmo de incorporación al empleo registrado que presentan los trabajadores desplazados en los años siguientes. Con este objetivo se calculó el porcentaje de trabajadores desplazados del empleo formal –es decir, los desvinculados no reinsertados en el lapso de un año– que se reinsertan en el empleo, según la cantidad de años transcu-rridos desde su desvinculación.

En todas las categorías de empresas estudiadas (componentes de la trama, restos de la rama no incorporadas a la trama, total de industria y total comercio), se observó que para el promedio del período estudiado (1997-2004), luego de transcurridos 7 años desde su desvinculación, algo más del 50% de los trabajadores aún no pueden reinsertarse en el empleo. El otro casi 50% que logró retornar al empleo registrado en general lo hizo en los primeros dos años. Transcurrido un período de tiempo mayor, la reinserción se vuelve más difícil y menos probable.

Un resultado no esperado es nuevamente la homogeneidad de los patrones de comportamiento que muestran los datos de todas las catego-rías analizadas, indicando que la creciente difi cultad para reinsertarse en el empleo es común a sectores tan diferentes como la industria y el comer-cio, lo que probablemente da cuenta de las carencias de la intermediación laboral que fueron transversales a todos los sectores (ver Cuadro 9).

Page 309: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

309La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

CUADRO 9. Tasa de reinserción en el empleo registrado en función del tiempo transcurrido desde el momento de la desvinculación de la empresa. Cohorte 1998. Menores de 55 años13 (en %)

Año

s tra

nscu

rrid

os

desd

e la

des

vinc

ulac

ión

Term

inal

es Aut

opar

tista

s or

igin

ales

Con

cesi

onar

ias

ofi c

iale

s

Aut

opar

tista

s re

posi

ción

Tota

l ind

ustr

ia

Tota

l com

erci

o

Glo

bale

s

Res

to

1 año 14 21 18 23 19 20 19

2 años 7 6 10 7 8 8 8

3 años 5 6 6 6 4 5 6

4 años 2 2 2 3 3 3 3

5 años 2 2 1 2 3 2 2

6 años 2 4 2 2 2 3 2

7 años 2 3 2 2 3 3 3

Aún no retornan 66 56 58 55 58 58 57

Fuente: Elaborado por la DGEyEL de la SSPTyEL en base al SIJyP según el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial.

En el Cuadro 10, se presentan las tasas de reinserción laboral según los años transcurridos desde su última desvinculación pero, a diferencia del cuadro anterior, en este caso se presentan los datos de 2004.

La comparación entre los resultados del promedio del período y de 2004 muestra que en el último período de crecimiento las tasas de rein-serción se incrementaron en un par de puntos en todos los grupos de empresas.

La volatilidad de la demanda laboral a lo largo del tiempo, infl uida por el ciclo económico, aumenta la inestabilidad laboral, ya que en los períodos en los que cae la demanda se destruyen puestos y se produce un desplazamiento de los trabajadores. Posteriormente, cuando la demanda aumenta, se vuelven a crear puestos, pero en ese caso los trabajadores incorporados no son necesariamente los mismos anteriormente desvin-

13 Ídem Nota 11.

Page 310: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

310 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

culados. En algunos casos, las reincorporaciones no se producen porque las fi rmas no lo desean y, en otros casos, porque no es posible, debido a la debilidad de los mecanismos de búsqueda o a que los trabajadores ya están ocupados y no desean volver. Las recesiones prolongadas agudizan esta situación porque puede transcurrir mucho tiempo (varios años) entre el momento en que las personas son desvinculadas y el momento en que las empresas los requieren nuevamente. Esto explica por qué los trabaja-dores desplazados de su empleo a fi nes de 1998 tuvieron una reinserción de mediano plazo menor que el promedio. Fueron desvinculados al inicio de la recesión. Entonces, cuando el empleo vuelve a crecer, para ellos ha transcurrido demasiado tiempo desde su desvinculación, lo que acota las posibilidades de reinserción.

Como se ha analizado, la tasa de entrada de trabajadores a la trama ha sido muy limitada durante los años recesivos y se incrementó nota-blemente a partir de 2003, cuando el empleo comienza a crecer en forma sostenida. Para avanzar en esta línea de análisis interesa conocer en qué medida este crecimiento del sector se explicó por la incorporación de trabajadores adultos con experiencia laboral en el empleo formal que fueron desplazados durante la recesión; o, si por el contrario, están incor-porándose nuevos trabajadores jóvenes, sin experiencia laboral.

En 2004, el 89% de los trabajadores incorporados a las terminales no tenía experiencia previa en el empleo registrado (al menos en el período 1996-2004). A su vez, más de un 90% de las incorporaciones a las empre-sas autopartistas son nuevos trabajadores en el sistema registrado. Es decir, solamente un 10% de los trabajadores incorporados por la trama automotriz en esta etapa de crecimiento son trabajadores con experiencia laboral que habían sido previamente desplazados por la crisis. De estos, la mitad son personas que habían trabajado en la misma empresa.

Page 311: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

311La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

CUADRO 10. Caracterización de los trabajadores incorporados a la trama en 2004. En cantidad de personas y en porcentaje para cada subsector

Experiencia previa en el

empleo registrado entre 1996-2003

TerminalesAutopartistas originales

Concesionarias ofi ciales

Globales Resto

Sin experiencia 904 89 895 96 1.920 90 1.853 86

1997-2000 69 7 11 1 65 3 66 3

2001-2003 45 4 25 3 150 7 228 11

Total 1.018 100 931 100 2.135 100 2.147 100

Fuente: Elaborado por la DGEyEL de la SSPTyEL en base al SIJyP según el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial.

Nota: En 2004, el porcentaje de jóvenes fue mayor entre las empresas terminales de la trama (49%) y menor entre las autopartistas (más del 44%).

CUADRO 11. Caracterización de los trabajadores incorporados a la trama en 2004. En cantidad de personas y en porcentaje para cada subsector

Edad Terminales Autopartistas originales Concesionarias

ofi cialesGlobales Resto

Menores de 25 501 49 409 44 1.031 48 589 27

26 a 35 421 41 412 44 711 33 798 37

36 a 55 94 9 102 11 340 16 650 30

Más de 56 2 0 8 1 53 2 110 5

Total 1.018 100 931 100 2.135 100 2.147 100

Fuente: Elaborado por la DGEyEL de la SSPTyEL en base al SIJyP según el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial.

En este informe se estudió el desempeño de la trama automotriz en la Argentina con el objetivo de analizar el comportamiento del empleo y la movilidad laboral de los ocupados en las diversas empresas de la trama. El período observado (1996-2006) se caracterizó por importantes fl uctuaciones en el ciclo macroeconómico que tuvieron un impacto de magnitud negativa en el empleo.

Page 312: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

312 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Dentro del sector automotor, se distinguieron dos formas de organiza-ción de la producción claramente defi nidas. Por un lado, existe una trama automotriz constituida por las empresas terminales que se posicionan como núcleos de dicho entramado, una red de proveedores de equipo original que abastecen a dichos núcleos –donde, a su vez, se identifi ca un subgrupo de fi rmas globales que se encuentran entre las 100 empresas fabricantes de autopartes más importantes del mundo– y el conjunto de fi rmas que se encarga de la comercialización de los vehículos (red de concesionarios ofi ciales). Por otro lado, existe un conjunto de fi rmas autopartistas de menor tamaño que no mantiene relaciones comerciales con las terminales que conforman el mercado de reposición.

El trabajo se ha centrado en el estudio de las trayectorias de empleo de las empresas que conforman la trama automotriz en 2006, dando cuenta de los principales aspectos relacionados con su estructura, la dinámica del empleo y la movilidad laboral desde mediados de la década del noventa.

En términos estructurales, se destaca que la existencia de una fuerte concentración del empleo en un grupo reducido de empresas es una constante en los componentes industriales de la trama (terminales, auto-partistas). El 20% de las fi rmas explica más del 72% del empleo total de la trama. Esto guarda relación con el tipo de mercado en el que se desenvuelven los diferentes segmentos de fi rmas de la trama y, sobre todo, es consecuencia del fuerte proceso de reestructuración productiva que se llevó a cabo en todo el sector durante los noventa, tanto a nivel local como a escala regional, donde la formación del MERCOSUR resultó determinante para el desarrollo de esta industria.

El desempeño del sector automotor argentino durante el período ana-lizado fue claramente procíclico, con una fuerte orientación de inser-ción en el mercado brasileño. En este marco, la dinámica del empleo en la cohorte de empresas de la trama ha sido positiva, presentando un fuerte componente procíclico. En el período de crecimiento 1996-1998 el empleo se expandió un 10%; posteriormente, en el período recesivo 1999-2001 el contexto fue particularmente negativo para el sector, ya que a la recesión local se sumó la caída de las exportaciones al MERCOSUR. En esos años el empleo de la trama se contrajo un 21%, variación que llega al 30% si se considera también el año 2002. En la nueva fase de crecimiento económico iniciada en 2003, el crecimiento del empleo de la trama se expandió un 55%.

Page 313: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

313La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

Hacia el interior de la trama se presentan fuertes divergencias con relación a la evolución del empleo. Mientras que las terminales perdieron un quinto de sus dotaciones de personal en el período 1996-2006, las autopartistas globales incrementaron su nivel de ocupación en un 80% (el promedio de las autopartistas fue del 34%), conducta muy infl uida por los procesos de fusiones y adquisiciones. El empleo en el componente de comercialización también experimentó un gran impulso (109% entre 1996 y 2006), siendo el segmento de mayor dinamismo. Estas diferen-cias refl ejan, nuevamente, la forma en que se manifestó el proceso de reestructuración sectorial y las características del mercado en que cada segmento de empresas opera.

La crítica reducción del personal en el núcleo del complejo alteró sensiblemente la estructura del empleo en la trama. Las terminales, que daban cuenta del 40% del empleo de la trama en 1996, explican sólo un cuarto del mismo en 2006. En este sentido, son las autopartistas globales y los concesionarios ofi ciales los componentes que ganaron una mayor participación en el empleo total del entramado entre 1996 y 2006, mien-tras que el resto de las autopartistas proveedoras de piezas originales se mantuvo prácticamente en el mismo nivel.

Estos cambios estructurales en la trama, que incluyeron la instalación de nuevas empresas y la disolución de consorcios de terminales, también se hicieron notar en la dimensión geográfi ca. De esta manera, hubo un fuerte crecimiento en la participación del empleo de la trama en Santa Fe y fue perdiendo peso la provincia de Córdoba. El peso del empleo en el polo metropolitano, que concentró la mitad del empleo de la trama, se mantuvo prácticamente constante. Estos cambios se explicaron principal-mente por las fl uctuaciones en el empleo de las terminales automotrices, tanto por la destrucción de empleo (en el caso del polo metropolitano, Córdoba y Tucumán) como por la entrada y consolidación de nuevos núcleos en Santa Fe y el resto de Buenos Aires.

Reestructuración o ciclo económico 1996-2006

A partir de lo expuesto, la dinámica del empleo a nivel sectorial y de la trama se puede explicar por la acción de dos procesos simultáneos. Por un lado, actúa el proceso de reestructuración del sector, que implicó una serie de importantes cambios en el proceso productivo dirigidos hacia una mayor automatización de las plantas terminales e integración con el MERCOSUR. Por otra parte, el ciclo económico tuvo una fuerte infl uen-

Page 314: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

314 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

cia debido a la alta elasticidad ingreso que caracteriza la demanda de vehículos. Estos procesos tuvieron implicancias en el tipo de movilidad laboral desarrollada en la trama.

La industria automotriz en su conjunto pasó por un período de fuerte reestructuración del proceso productivo, sobre todo en la primera mitad de la década del noventa, cuando ingresaron nuevas terminales al país y se disolvieron acuerdos entre empresas. Esta reconfi guración coincidió con la fase fi nal del proceso de renovación tecnológica que incluyó la automatización de las plantas ensambladoras y de las autopartistas.

El salto en el nivel de productividad coincidió a su vez con un aumento “extraordinario” en el nivel de producción en el período de recuperación post-“tequila” 1996-1998, donde la puesta en marcha del MERCOSUR jugó un papel preponderante. Por ese motivo, el cambio técnico y el aumento en la productividad media del empleo no se tradujeron en des-trucción de puestos de trabajo; por el contrario, el aumento de la pro-ducción permitió un crecimiento en el empleo. Sin embargo, el contexto favorable solamente retrasó la reducción de los planteles, en especial en las terminales, donde se produjo una fuerte destrucción de puestos de trabajo durante el período recesivo (1999-2002).

Por otro lado, la capacidad de diversifi cación hacia otros mercados y la mejor inserción en el mercado externo permitieron a las autopar-tistas balancear las defi ciencias de la demanda interna y mantener un comportamiento menos volátil que las empresas terminales. Es decir, las exportaciones cumplieron un rol estabilizador de la demanda en las autopartistas pero no en las terminales, ya que estas últimas destinaron sus exportaciones principalmente a Brasil, que, como la Argentina, atra-vesó una recesión en el período 1999-2002.

En la nueva fase de crecimiento del ciclo económico (2003-2006) se refuerzan algunos efectos de la reestructuración regional y global del sector. Se renueva la intensifi cación del intercambio externo con el MERCOSUR, en particular con Brasil, que explica el 50% de las expor-taciones y el 78% de las importaciones de las terminales. Esto se replica para las empresas autopartistas, aunque con una menor intensidad. Por otra parte, al interior de la trama, se consolida el grupo de proveedores globales que entraron al mercado en la segunda mitad de la década del noventa. Por último, en el plano regional, se evidencian algunos cambios notorios en la composición del empleo, tales como el fuerte crecimiento de Santa Fe y la notable pérdida de participación de la provincia de Córdoba en la trama.

Page 315: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

315La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

Movilidad laboral de los trabajadores de la trama 1996-2004

Las características de las empresas que componen la trama y la diná-mica del sector durante el período estudiado propiciaron un régimen de movilidad laboral con características distintivas respecto del promedio de la industria, en términos de su intensidad y de los patrones de movilidad que describieron los trabajadores que fueron desvinculados.

En el período 1996-2004, la movilidad laboral de los trabajadores industriales de la trama automotriz fue menor (20% en el caso de las terminales y 26% en las autopartistas) que la registrada para el promedio industrial (34%), refl ejando las características distintivas del sector. La trama automotriz es un sector concentrado, con predominio de empresas grandes y extranjeras, sindicalizado y con procesos productivos comple-jos que requieren capacitación específi ca, aspectos que se relacionan con la existencia de mercados de trabajo internos.

Los procesos económicos que originaron la movilidad laboral fueron diferentes. En la industria, el 82% de la movilidad se explicó por el reem-plazo de trabajadores, mientras que sólo el 42% de la movilidad de las terminales se originó en reemplazos y el 58% se explicó por la reducción del empleo en el sector (el empleo de las terminales se destruyó a un ritmo del 14% anual entre 1999 y 2001). Por su parte, en la cohorte de empresas autopartistas de la trama estudiada, el 78% de la movilidad se explicó por el reemplazo de trabajadores desencadenado por un proceso de reconversión del sector. Este grupo de empresas fue protagonista de numerosos procesos de absorción de otras fi rmas: el 37% de las globales y el 10% del resto de las autopartistas de piezas originales absorbieron otras empresas, procesos que llevaron a la reestructuración de los plan-teles de las fi rmas.

La estabilidad de los trabajadores, medida como el porcentaje de tra-bajadores ocupados que permaneció trabajando en la misma empresa al año siguiente, fue más elevada en las empresas de la trama automotriz (86%) que en el promedio de la industria (75%).

No se observaron diferencias importantes entre las terminales y las autopartistas que componen la trama; es decir, procesos diferentes habrían llevado a resultados similares. Si bien las terminales serían fi rmas más grandes y concentradas, la caída de la producción durante la recesión y el cambio tecnológico previo a 1998 redujeron la estabilidad de sus trabajadores.

Page 316: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

316 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Por su parte, en el grupo de proveedoras de autopartes que operaron en mercados con demanda algo más estable, los procesos de reestructuración limitaron la permanencia de los trabajadores. Al analizar la estabilidad laboral en el mediano plazo (porcentaje de trabajadores de la cohorte en 1998 que permanecía en la misma empresa en 2004), se observó que el empleo de las terminales fue menos estable (43%) que el de las autopar-tistas (51%).

El incremento en el costo del despido, introducido en 2002 por la ley de emergencia económica, no habría impactado en una mayor tasa de permanencia en la empresa en el caso de las terminales, a diferencia del sector autopartista.

Otro aspecto central analizado en este estudio fue el patrón de movili-dad laboral que tuvieron los trabajadores desvinculados de las empresas, en términos de su reinserción en el empleo registrado.

En el período estudiado, el patrón de movilidad predominante entre los trabajadores registrados fue hacia la exclusión del empleo registrado (Novick et al., 2005). Si bien se esperaba encontrar mejores patrones de movilidad en la trama automotriz debido a las características distin-tivas del sector, los resultados obtenidos no confi rmaron esta hipótesis: sólo 27% de los desvinculados de las terminales consiguió otro empleo registrado en el mismo año, la reinserción fue algo mejor (32%) entre las autopartistas, y en ambos casos fue menor que en el promedio de la industria (45%).

Considerando el mediano plazo (cohorte de trabajadores registrados en 1998), los resultados son más impactantes. En el caso de las ter-minales, sólo el 12% de esos trabajadores desvinculados había logrado insertarse en el empleo registrado en 2004. Nuevamente, los resultados fueron homogéneos entre las terminales y las autopartistas de la trama, y considerablemente peores respecto del promedio de la industria.

Surgen interrogantes respecto de las posibilidades de retornar a la trama que el actual contexto expansivo brindaría a los trabajadores des-plazados.

En este sentido, el estudio brinda resultados que muestran perspec-tivas poco alentadoras, ya que la probabilidad de reinsertarse en algún empleo registrado fue fuertemente decreciente en los años transcurridos desde la desvinculación. Además, a partir de 2003, cuando el empleo comenzó a crecer en forma sostenida, la trama incorporó principalmente a trabajadores sin experiencia previa en el empleo registrado y sólo un décimo de los trabajadores incorporados habían sido desplazados de estas empresas.

Page 317: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

317La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

Este estudio muestra que la volatilidad de la demanda laboral que produce el ciclo económico tiene fuertes consecuencias sobre el quiebre de las historias laborales de los trabajadores. En los períodos en los que cae la demanda se destruyen puestos y se produce un desplazamiento de trabajadores. Posteriormente, cuando la demanda aumenta, se vuelven a crear puestos pero, en este caso, los trabajadores incorporados no son necesariamente los mismos anteriormente desvinculados. Las recesio-nes prolongadas agudizan esta situación porque puede transcurrir mucho tiempo entre el momento en que las personas son desvinculadas y el momento en que las empresas los requieren nuevamente.

CUADRO 1. Descomposición de los fl ujos de ingresos y egresos de tra-bajadores

Terminales

1997

-199

8

1999

-200

1

2002

2003

-200

4

1997

-200

4

1997

-199

8

1999

-200

1

2002

2003

-200

4

1997

-200

4En cientos de trabajadores

Total ingresos 32,5 6,2 4,7 13,0 14,2 100 100 100 100 100

Desde fuera de la trama 31,5 5,7 4,5 12,5 13,7 97 92 96 96 96

Desde fuera del SIJP 18,2 2,8 3,2 6,2 7,6 56 46 69 48 53

Desde otro sector 9,6 2,4 1,0 5,1 4,7 29 38 22 39 33

Desde el mismo sector –otra rama 3,3 0,5 0,2 1,1 1,3 10 7 5 9 9

Desde la misma rama 0,5 0,0 - - 0,1 2 0 - - 1

Desde la trama 0,9 0,5 0,2 0,5 0,6 3 8 4 4 4

Total egresos 27,3 33,6 37,2 9,4 26,4 100 100 100 100 100

Salidas fuera de la trama 26,1 32,0 32,2 9,2 24,8 96 95 86 97 94

Fuera del SIJP 17,1 25,6 29,1 7,4 19,3 63 76 78 79 73

Hacia otro sector 6,5 4,8 2,3 1,3 4,0 24 14 6 14 15

Hacia otra rama en el mismo sector 2,3 1,6 0,8 0,4 1,4 9 5 2 4 5

Hacia la misma rama –fuera de la trama 0,2 0,0 - - 0,1 1 0 - - 0

Salidas hacia la trama 1,2 1,7 5,1 0,3 1,6 4 5 14 3 6

Page 318: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

318 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

CUADRO 2. Descomposición de los fl ujos de ingresos y egresos de traba-jadores. Autopartes originales

1997

-199

8

1999

-200

1

2002

2003

-200

4

1997

-200

4

1997

-199

8

1999

-200

1

2002

2003

-200

4

1997

-200

4

En cientos de trabajadores

Total ingresos 49,5 29,4 27,4 47,3 38,7 100 100 100 100 100

Desde fuera de la trama 47,5 26,6 22,2 46,3 36,2 96 90 81 98 94

Desde fuera del SIJP 22,4 11,0 10,7 26,4 17,7 45 38 39 56 46

Desde otro sector 14,4 8,2 4,3 15,8 11,2 29 28 16 33 29

Desde el mismo sector –otra rama 5,8 3,8 2,8 3,6 4,1 12 13 10 8 11

Desde la misma rama 4,9 3,6 4,5 0,5 3,2 10 12 16 1 8

Desde la trama 2,1 2,8 5,2 1,1 2,5 4 10 19 2 6

Total egresos 34,7 46,7 28,8 19,9 34,8 100 100 100 100 100

Salidas fuera de la trama 32,7 45,1 28,2 17,3 32,9 94 97 98 87 95

Fuera del SIJP 19,0 33,1 22,8 11,3 22,8 55 71 79 57 66

Hacia otro sector 9,0 7,6 3,7 3,6 6,5 26 16 13 18 19

Hacia otra rama en el mismo sector 3,9 3,3 1,6 2,1 2,9 11 7 5 11 8

Hacia la misma rama –fuera de la trama 0,8 1,0 0,3 0,3 0,7 2 2 1 2 2

Salidas hacia la trama 2,0 1,6 0,6 2,6 1,8 6 3 2 13 5

CUADRO 3. Descomposición de los fl ujos de ingresos y egresos de traba-jadores. Autopartes globales

1997

-199

8

1999

-200

1

2002

2003

-200

4

1997

-200

4

1997

-199

8

1999

-200

1

2002

2003

-200

4

1997

-200

4

En cientos de trabajadores

Total ingresos 17,9 8,8 9,9 13,5 12,4 100 100 100 100 100

Desde fuera de la trama 17,3 8,3 9,8 13,3 12,0 97 95 99 98 97

Desde fuera del SIJP 7,2 2,9 3,4 7,2 5,1 40 33 34 53 41

Desde otro sector 5,4 2,8 1,3 4,9 3,8 30 32 13 36 31

Desde el mismo sector –otra rama 1,6 0,8 1,3 1,1 1,2 9 9 14 8 9

Page 319: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

319La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

Continuación CUADRO 3 Desde la misma rama 3,1 1,9 3,8 0,1 2,0 17 21 38 0 16

Desde la trama 0,6 0,4 0,1 0,2 0,4 3 5 1 2 3

Total egresos 8,2 11,5 8,1 6,8 9,1 100 100 100 100 100

Salidas fuera de la trama 7,7 11,1 8,0 5,2 8,4 95 97 99 77 93

Fuera del SIJP 5,1 8,0 6,6 3,4 5,9 62 70 81 49 65

Hacia otro sector 1,7 2,0 1,0 1,1 1,6 20 18 12 16 17

Hacia otra rama en el mismo sector 0,9 0,9 0,4 0,7 0,8 11 8 5 11 9

Hacia la misma rama –fuera de la trama 0,2 0,2 0,1 0,1 0,1 2 2 1 1 2

Salidas hacia la trama 0,4 0,4 0,1 1,6 0,7 5 3 1 23 7

CUADRO 4. Descomposición de los fl ujos de ingresos y egresos de traba-jadores. Resto autopartes originales

1997

-199

8

1999

-200

1

2002

2003

-200

4

1997

-200

4

1997

-199

8

1999

-200

1

2002

2003

-200

4

1997

-200

4

En cientos de trabajadores

Total ingresos 31,7 20,7 17,6 33,9 26,3 100 100 100 100 100

Desde fuera de la trama 30,2 18,3 12,4 33,0 24,2 95 88 71 97 92

Desde fuera del SIJP 15,2 8,2 7,3 19,2 12,6 48 39 42 57 48

Desde otro sector 9,0 5,4 3,0 10,9 7,4 29 26 17 32 28

Desde el mismo sector –otra rama 4,2 3,0 1,5 2,5 3,0 13 14 8 7 11

Desde la misma rama 1,8 1,7 0,7 0,4 1,3 6 8 4 1 5

Desde la trama 1,5 2,4 5,1 0,9 2,1 5 12 29 3 8

Total egresos 26,6 35,2 20,7 13,1 25,7 100 100 100 100 100

Salidas fuera de la trama 25,0 33,9 20,2 12,1 24,5 94 96 98 93 95

Fuera del SIJP 13,9 25,1 16,2 8,0 16,9 52 71 78 61 66

Hacia otro sector 7,3 5,6 2,7 2,5 4,9 28 16 13 19 19

Hacia otra rama en el mismo sector 3,1 2,4 1,1 1,4 2,1 12 7 6 10 8

Hacia la misma rama –fuera de la trama 0,7 0,8 0,2 0,3 0,6 2 2 1 2 2

Salidas hacia la trama 1,6 1,2 0,5 1,0 1,2 6 4 2 7 5

Page 320: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

320 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

CUADRO 5. Descomposición de los fl ujos de ingresos y egresos de traba-jadores. Autopartes de reposición

1997

-199

8

1999

-200

1

2002

2003

-200

4

1997

-200

4

1997

-199

8

1999

-200

1

2002

2003

-200

4

1997

-200

4

En cientos de trabajadores

Total ingresos 30,3 16,2 16,5 48,1 27,7 100 100 100 100 100

Desde fuera de la trama 29,4 15,6 16,1 45,3 26,6 97 96 98 94 96

Desde fuera del SIJP 18,5 9,6 10,4 33,4 17,9 61 59 63 69 64

Desde otro sector 6,6 3,4 2,6 8,2 5,3 22 21 15 17 19

Desde el mismo sector –otra rama 3,6 1,5 1,3 3,2 2,4 12 9 8 7 9

Desde la misma rama 0,7 1,1 1,8 0,6 0,9 2 7 11 1 3

Desde la trama 0,9 0,6 0,4 2,8 1,2 3 4 2 6 4

Total egresos 21,4 24,7 22,1 14,4 21,0 100 100 100 100 100

Salidas fuera de la trama 20,8 24,1 21,8 12,9 20,1 97 97 98 89 96

Fuera del SIJP 14,5 19,0 18,6 8,3 15,2 68 77 84 58 72

Hacia otro sector 4,0 3,4 2,0 2,6 3,2 19 14 9 18 15

Hacia otra rama en el mismo sector 2,0 1,4 1,2 1,9 1,7 9 6 5 13 8

Hacia la misma rama –fuera de la trama 0,3 0,2 0,0 0,1 0,1 1 1 0 0 1

Salidas hacia la trama 0,7 0,7 0,4 1,5 0,8 3 3 2 11 4

Page 321: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

321La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

CUADRO 6. Descomposición de los fl ujos de ingresos y egresos de traba-jadores. Concesionarias ofi ciales

1997

-199

8

1999

-200

1

2002

2003

-200

4

1997

-200

4

1997

-199

8

1999

-200

1

2002

2003

-200

4

1997

-200

4

En cientos de trabajadores

Total ingresos 28,2 23,2 9,8 28,8 24,2 100 100 100 100 100

Desde fuera de la trama 25,8 20,6 8,2 26,1 21,7 92 89 84 91 90

Desde fuera del SIJP 16,3 11,3 4,2 19,2 13,6 58 49 43 67 56

Desde otro sector 3,9 2,7 1,2 3,3 3,0 14 12 12 12 12

Desde el mismo sector –otra rama 1,9 1,6 0,5 1,7 1,5 7 7 5 6 6

Desde la misma rama 3,6 5,1 2,3 2,0 3,6 13 22 23 7 15

Desde la trama 2,4 2,6 1,6 2,7 2,4 8 11 16 9 10

Total egresos 16,5 22,5 24,3 12,7 18,8 100 100 100 100 100

Salidas fuera de la trama 14,0 19,9 23,0 10,1 16,3 85 88 95 79 87

Fuera del SIJP 7,7 14,2 19,2 6,7 11,3 47 63 79 53 60

Hacia otro sector 2,4 2,8 2,2 1,7 2,4 15 13 9 13 13

Hacia otra rama en el mismo sector 0,8 1,0 1,1 0,9 0,9 5 4 5 7 5

Hacia la misma rama –fuera de la trama 3,1 1,9 0,5 0,8 1,7 19 8 2 7 9

Salidas hacia la trama 2,5 2,6 1,3 2,6 2,4 15 12 5 21 13

Page 322: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

322 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Abo, T. (1994), Hybrid factory, Nueva York, Oxford University Press.

Abramo, L.; Montero, C. y Reinhecke, G. (1997), “Cambio tecnológico, encade-namientos productivos y calificaciones del trabajo en Chile: un balance”, en Novick, M. y Gallart, M. A. (eds.), Competitividad, redes productivas y compe-tencias laborales, Montevideo, Cinterfor/OIT.

Albornoz, F. y Yoguel, G. (2004), “Competitiveness and production networks: the case of the Argentine automotive sector”, en Industrial and Corporate Change (ICC), Oxford University Press.

Altenburg, T. y Meyer-Stamer, F. (1999), “How to promote clusters: policy experience from Latin America”, Seminario de Clusters y Sistemas Locales de Innovación, Instituto de Economía-NEIT, Campinas, mimeo.

Amin, A. y Cohendet, P. (1999), “Organizational learning through embedded prac-tices”, mimeo.

Bastos Tigre, P.; Lugones, G.; Porta, F. y Laplanne, M. (1999), “Cambio tecnológico y modernización de la industria automovilística del MERCOSUR”, en Integración y comercio, N° 7-8, enero-agosto, BID-INTAL.

Becattini, A. (1987), Mercato e forza locali: il distretto industriale, Boloña, Il Mulino.

Bianchi, P. y Miller, L. (1994), “Innovation, collective action and endogenous growth: an essay on institutions and structural change”, Cuaderno 2, IDSE.

Borello, J. (1994), From craft to flexibility. Linkages and industrial governance sys-tems in the development of a capital-goods industry, 1885-1990, Buenos Aires, CEUR, Informes de Investigación.

Boyer, R. (1998), Hybridation et modèle productif: Géographie, histoire et théorie, París, GERPISA.

Camagni, R. (1991), “Local ‘milieu’, uncertainty and innovation networks: towards a new dynamic theory of economic space”, en Camagni, R. (ed.), Innovation networks: spatial perspectives, Londres/Nueva York, Belhaven Press.

Carrillo, J. (1997), “Maquiladoras automotrices en México: clusters y competencias de alto nivel”, en Novick, M. y Gallart, M. A., Competitividad, redes productivas y competencias laborales, Montevideo, Cinterfor/OIT.

Castillo, V.; Novick, M.; Rojo, S. y Yoguel, G. (2005), “Trayectorias laborales de exclusión: restricciones para el desarrollo de competencias técnicas”.

Coriat, B. (1992), El taller y el robot, Ensayos sobre el fordismo y la producción en masa en la era de la electrónica, México DF, Siglo XXI.

Page 323: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

323La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

Dahl, M. (2002), “Embedded knowledge flows through labor mobility in regional clusters in Denmark”, DRUID Summer Conference on Industrial Dynamics of the New and Old Economy, Elsingore, junio 2002, en www.business.auc.dk.

Dussel, E. (1998), “La subcontratación como proceso de aprendizaje: el caso de la elec-trónica en Jalisco (México) en la década de los ́ 90”, Santiago de Chile, Proyecto Conjunto CEPAL-GTZ Políticas para mejorar la calidad, eficiencia y relevancia del entrenamiento profesional en América Latina y el Caribe (FRG/96/S38).

Ernst, D. y Lundvall, A. (1997), “Information technology in the learning economy, challenges for developing countries”, Copenhague, Danish Research Unit for Industrial Dynamics (DRUID), Working Paper Nº 97-12.

Humphrey, J. (1995), “Industrial reorganization in developing countries. From models to trajectories”, en World Development, Vol. 23, Nº 1.

Katz, H. y Darbishire, O. (1998), “Convergencias e divergencias nos sistemas de emprego”, en Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo, Año 4, Nº 8, San Pablo.

Knorringa, P. (1997), “Selective cooperation and widespread antagonism: changes in the agra footwear industry”, Seminario Collective Efficiency Institute of Deve-lopment Studies”, Sussex, mimeo.

Kosacoff, B.; Bonvechi, C.; Novick, M.; Palacios, D. y Porta, F. (1999), “Hacia un mejor entorno competitivo de la producción automotriz en Argentina”, Proyecto ADEFA CEPAL, CEPAL, Buenos Aires, mimeo.

Lassini, A. (1992), “Il ruolo dell’attivitá di R&S per lo sviluppo della competitivitá delle PMI”, mimeo.

Leborgne, D. y Lippietz, A. (1993), “El postfordismo y su espacio”, en Realidad Económica, Nº 2, Buenos Aires, IADE.

Leite, M. y Rizek, C. (1997), “Cadenas, complejos y calificaciones. Estudio de casos en Brasil”, en Novick, M. y Gallart, M. A. (eds.), Competitividad, redes produc-tivas y competencias laborales, Montevideo, Cinterfor/OIT.

Lugones, G. y Sierra, P. (1998), “Cambios en la industria automotriz en los ‘90”, Instituto de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología, Universidad de Quilmes, Documento de Trabajo Nº 9.

Lundvall, B. A. (1992), “The learning economy: challenges to economic theory and policy”, EAEPE Conference, Copenhague, mimeo.

—— y Johnson, B. (1994), “Sistemas nacionales de innovación y aprendizaje insti-tucional”, en Comercio Exterior, Nº 8, agosto.

Meyer-Krahmer, F. (1984), “Recent results in measuring innovation output”, en Research Policy, Vol. 13(3).

Page 324: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

324 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

—— (1998), “Path dependence in regional development: persistence and change in three industrial clusters in Santa Catarina, Brazil”, en World Development, Vol. 26, Nº 8.

Moori Koenig, V. y Yoguel, G. (1994), “Competitividad de las PyMES autopartistas en el nuevo escenario de apertura e integración subregional”, Programa CFI-CEPAL, Documento de Trabajo Nº 30.

Motta, J.; Roitter, S.; Cuttica, M. y Moncarz, P. (1998), El modelo de organización industrial vigente en el sector automotor argentino a fines de la década de 1990, Instituto de Economía y Finanzas de la Universidad Nacional de Cór-doba/CEPAL.

Novick, M. (1998), “Estrategias de capacitación y aprendizaje de las firmas. Reflexión sobre empresas innovadoras en Argentina, Brasil y México”, Santiago de Chile, Proyecto Conjunto CEPAL-GTZ Políticas para mejorar la calidad, eficiencia y relevancia del entrenamiento profesional en América Latina y el Caribe (FRG/96/S38).

—— (1999), “La organización del trabajo en América Latina”, en De la Garza, E. (comp.), Tratado Latinoamericano de Sociología del Trabajo, México DF, Fondo de Cultura Económica.

—— (2004), “La organización del trabajo en América Latina”, en De la Garza, E. (comp.), Sociología del Trabajo en América Latina, México DF, Fondo de Cul-tura Económica.

——; Catalana, A. y Yoguel, G. (2004), “Adaptation des modèles de production dans les pays émergents. L’exemple de l’industrie automobile en Argentine”, en Revista Sociologie du Travail, I trimestre, Vol. 46, París, Ediciones Dunod.

—— y Buceta, M. (1998), “La ‘trama productiva’ de la industria automotriz argentina y la demanda de nuevas competencias laborales”, en Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo, Año 4, Nº 6, San Pablo.

—— y Catalano, A. (1998), “Reestructuración productiva y relaciones laborales en la industria automotriz argentina”, en Revista Estudios del Trabajo, Nº 11, Buenos Aires, ASET.

—— y Gallart, A. (1997), Competitividad, redes productivas y competencias laborales, Montevideo, Cinterfor/OIT.

—— y Yoguel, G. (1998), “Espacios emergentes en la industria automovilística inter-nacional: algunas evidencias del caso argentino”, Encuentro Internacional de GERPISA, París, mimeo.

—— y —— (1999), “La vulnerabilidad de una ‘trama productiva’: la compleja rela-ción cliente-proveedor en el complejo automotriz argentino”, en Revista Trabajo, Año 2, Nº 4, México.

Page 325: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

325La trama automotriz, dinámica del empleo y trayectorias laborales

——; Bartolomé, M.; Buceta, M.; Miravalles, M. y Senen González, C. (1998), Nuevos puestos de trabajo y competencias laborales, Papeles de la Oficina Técnica Nº 6, Montevideo, Cinterfor/OIT.

——; Miravalles, M. y Senén González, C. (1998), “Vinculaciones interfirmas y competencias en la Argentina: Los casos de la industria automotriz y las tele-comunicaciones”, en Novick, M. y Gallart, M. A. (eds.), Competitividad, redes productivas y competencias laborales, Montevideo, Cinterfor/OIT.

Nun, J. (1989), Crisis económica y despidos en masa, Buenos Aires, Legasa.

Piore, M. y Döeringer, P. (1971), “Internal labor marckets and manpower analysis”, Lexington, DC Health.

Poma, L. (1998), “La nuova competizione territoriale”, en Quaderni Aroc, N° 1/98, Boloña, Il Mulino.

Ruas, R.; Gitahy, L.; Rabelo, F. y Antunez, E. (1997), “Relaçoes interfirmas, efi-ciencia coletiva e emprego em dois clusters de industria brasileira”, en Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo, Año 3, N° 6.

Rullani, E. (1999), “El valor del conocimiento”, mimeo.

Saxenian, A. (1994), Regional advantage, culture and competition in Silicon Valley and Route 128, Cambridge, Harvard University Press.

Schmitz, H. (1995), “Collective efficiency: growth path for small-scale industry”, en Journal of Development Studies, 31(4).

Shin, T. J. (2004), “Structural changes and job mobility rates in the United States: labor market turbulence and growing inequality”, Berkeley, Institute of Labor and Employment, University of California.

Sourrouille, J. (1980), “Apuntes sobre la historia reciente de la industria argentina”, Boletín Informativo Techint, N° 217.

Thomson, E. (2003), “Segmented Labour Markets: A Critical Survey of Econometric Studies”, Caledonian Business School, Working Paper Series N° 36.

Williamson, O. (1991), Mercados y jerarquías, México DF, Fondo de Cultura Económica.

Yoguel, G. (2000), “Algunas reflexiones acerca de la importancia de los procesos de aprendizaje en el desarrollo de las ventajas competitivas de los agentes”, en Revista de la CEPAL, Nº 71.

Zarifian, P. (1990), “As novas abordagens da produtividade”, en Sales de Melo Soa-res, R., Gestão da empresa automacão e competitividade. Novos padroes de organização e de relaçoes do trabalho, Brasilia, IPEA/IPLAN.

Page 326: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se
Page 327: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

327

Ximena Mazorra y Alejandra Beccaria

Este documento presenta un análisis de las características productivas y el empleo de nueve Areas Económicas Locales (AEL) de la región

pampeana. Del examen realizado, se obtuvieron indicadores relativos a la estruc-

tura y la evolución del empleo de las AEL, revelando la especialización productiva de cada una de ellas y la relación existente entre la misma y el comportamiento de la ocupación.

Se obtuvieron resultados importantes: en primer lugar, se expuso la diversidad productiva de la región pampeana; por otro lado, se demostró que, si bien la evolución del empleo a nivel local se encuentra infl uen-ciada por el ciclo económico nacional, cada estructura productiva deter-mina comportamientos diferenciados en la evolución de la ocupación de las distintas localidades estudiadas; fi nalmente, esta última situación ha permitido visualizar que estructuras productivas más diversifi cadas posibilitan amortiguar los efectos del ciclo económico, obteniendo una mayor estabilidad en la evolución del empleo local.

El objetivo del estudio es indagar –desde una mirada centrada en lo regional– los rasgos más sobresalientes de la estructura productiva y de la evolución del empleo de algunas áreas pertenecientes a la región pampeana. Con esta fi nalidad se presentan un conjunto de indicadores construidos con el propósito de dar cuenta de estas características y com-portamientos a nivel local.

Page 328: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

328 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Al mismo tiempo, este objetivo particular se relaciona con otro de carácter más general: hacer uso de la metodología de delimitación y aná-lisis de AEL desarrollada por el MTEySS1, mostrando su conveniencia y aportes, tanto a nivel teórico como práctico.

Esta metodología permite delimitar el territorio en función de la extensión de los mercados de trabajo. La delimitación se basa en el con-cepto de “movimientos diarios pendulares”, que refi ere a los movimientos diarios que realizan las personas para dirigirse de sus casas a sus trabajos y viceversa.

El estudio se acerca al complejo y heterogéneo escenario que presenta la región pampeana, a partir de analizar las características y evolución del empleo registrado de nueve AEL.

En el punto 1, se expone el marco conceptual y metodológico que guía el estudio. En el punto 2, se presenta una caracterización general de las nueve AEL estudiadas (AEL de Córdoba, AEL de Rosario, AEL de Mar del Plata, AEL de Paraná, AEL de San Nicolás, AEL de Río Cuarto, AEL de Villa María, AEL de Rafaela y AEL de Olavarría). En el punto 3, se analiza la estructura del empleo de las áreas, comparándolas entre ellas y con la media nacional; también se mide la especialización industrial de cada AEL. Este análisis se realiza con el objetivo de lograr un acerca-miento al conocimiento de la estructura productiva local. En el punto 4 se examina, también comparativamente, la evolución del empleo registrado por las empresas privadas de las AEL entre los años 1996 y 2005. Por último, en el punto 5 se exponen las principales conclusiones.

Tomar como eje analítico la dimensión espacial-regional puede impli-car la consideración de problemáticas muy diversas. Es decir que el modo en que se construyen las regiones puede responder a criterios muy disí-miles, que abarcan la consideración de parámetros netamente geográfi -cos, políticos, sociales o bien económicos. De todos modos, para que un espacio sea reconocido como una región o área particular debe reunir una

1 Para una explicación detallada de la metodología de las AEL, consultar Mazorra et al. (2005a y 2005b). La metodología allí presentada continuó siendo desarrollada en el marco de la Dirección General de Estudios y Estadísticas Laborales de la SPTyEL-MTEySS, y se ha avanzado en la confección de un método para expandir los datos de empleo, corri-giendo de esta forma el faltante que existía por la ausencia del código postal en algunos ocupados.

Page 329: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

329Especialización productiva y empleo en Areas Económicas Locales

serie de características que le proporcionen una “identidad” o “afi nidad” particular, ya sea esta pensada en términos históricos, socioeconómicos, políticos o de otra clase.

En este sentido, una de las premisas conceptuales sobre las cuales des-cansa este trabajo indica que un área o región no necesariamente respeta o coincide con los límites geográfi cos y/o administrativos que existen independientemente de la mirada analítica que se proponga. Esto último equivale a decir que al identifi car áreas o regiones se está pensando en zonas socialmente existentes o, en palabras de Germani, “socialmente reales”.

En el caso de la región pampeana, objeto del presente estudio, la cobertura alcanza geográfi camente a las provincias de Buenos Aires, La Pampa, el centro y sur de la provincia de Santa Fe, parte de la provincia de Córdoba y Entre Ríos.

Comúnmente, esta región suele ser concebida como un todo homo-géneo caracterizado por la existencia de condiciones naturales benéfi cas (básicamente el clima templado y la homogeneidad del suelo) y una historia social particular que permitió el aprovechamiento, desarrollo y fl orecimiento económico de la zona. En esta línea, la región pampeana se distingue por ser una vasta llanura casi en la totalidad de su extensión (55 millones de hectáreas), situación que favoreció el desarrollo de las actividades agrícolas y ganaderas.

Sus condiciones naturales e históricas y su cercanía al Puerto de Bue-nos Aires dieron lugar a la confi guración de la región como la sede prin-cipal de los inmigrantes que llegaron al país a fi nes del siglo XIX. Estos cambios sociales y económicos deben enmarcarse dentro del proceso de fuerte modernización producto de la conformación del Estado argentino, que tuvo un rol protagónico incentivando y estimulando el desarrollo de la actividad agropecuaria. De esta forma, la región pampeana se conformó como un bloque compacto organizado en torno de dichas actividades.

La evolución y el desarrollo de la producción agrícola-ganadera pam-peana a lo largo del siglo XX presentó una serie de difi cultades, que pueden ser interpretadas y explicadas desde diferentes perspectivas; sin embargo esto excede ampliamente los propósitos de este estudio2.

Ahora bien, más allá de las características que permiten defi nir a este conjunto de provincias como una unidad geográfi ca y hasta econó-mica en sí misma, es posible profundizar el análisis e indagar acerca de las diversidades y singularidades que existen en su interior. Al mismo

2 Para profundizar en dicha temática, ver Sábato (1980) y Barski (1991), entre otros.

Page 330: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

330 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

tiempo, pensar a la región a partir de las diferentes áreas que la componen ayuda a comprender mejor las relaciones e interacciones que tienen lugar dentro de la misma.

Es decir que, al interior de la unidad territorial que comprende esta región, coexisten diferentes realidades o sub-regiones según se analicen el clima, la composición geológica, el relieve, la estructura económica, las especializaciones productivas, etc. Se reconocen múltiples perfi les y zonas geográfi cas en las que, más allá de las condiciones generales imperantes, se encuentran cualidades locales que defi nen a los espacios, dando cuenta de las heterogeneidades y la diversidad con la que es posi-ble identifi car al territorio.

El enfoque propuesto resalta la importancia del conocimiento de estas características socioeconómicas específi cas y distintivas. Para esto, se vuelve relevante clarifi car la manera en que estas sub-regiones o espacios locales son concebidos.

Como se mencionó en la introducción, para delimitar y analizar el territorio se hará uso de la metodología de AEL. Esta descansa sobre la idea general de la importancia de lo local al momento de pensar las relaciones socioeconómicas. En este sentido, lo local es conceptualizado como el espacio geográfi co de pertenencia que engloba las relaciones sociales que cotidianamente llevan a cabo los sujetos; a la vez, es enten-dido como un entorno adecuado a partir del cual generar condiciones para el desarrollo socioeconómico, que permita el mejoramiento de la calidad de vida de la población.

En torno de la delimitación territorial de estos espacios, la premisa básica que se maneja es la omisión a priori de los límites geopolíticos preexistentes al momento de defi nir las áreas. Esto equivale a decir que no necesariamente las fronteras existentes que dividen al país política y administrativamente responderán al criterio que aquí se aplica. Por el contrario, los espacios se defi nen a partir de los vínculos que se generan y desarrollan entre los diversos actores sociales que interactúan en el territorio a lo largo del tiempo.

En función de lo expuesto y de la información disponible3, la demar-cación espacial se realiza tomando como eje a los denominados “movi-mientos diarios pendulares”, identifi cando de este modo ámbitos geográ-fi cos donde la gente “vive y trabaja”. Estos movimientos hacen referencia

3 La información utilizada surge de registros administrativos de la Administración Nacional de la Seguridad Social (SIJyP y base de personas). La fuente de datos da cuenta de todos los trabajadores asalariados, a excepción de los ocupados en el sector público, el servicio doméstico y los asalariados no registrados.

Page 331: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

331Especialización productiva y empleo en Areas Económicas Locales

a los desplazamientos diarios que realizan las personas para ir de su casa al trabajo y del trabajo a su casa. En consecuencia, la porción de territorio que resulta delimitada a partir de estos movimientos es lo que se denomina Area Económica Local (AEL).

El AEL refi ere a porciones de territorio que se defi nen por relaciones económicas cotidianas –en este caso, relaciones laborales– que unen una ciudad nodo con su área de infl uencia. Nuevamente, dichos espacios no se ajustarán a los límites geopolíticos existentes, sino que quedarán deli-mitados a partir de las relaciones entre los trabajadores y las empresas que los ocupan.

De la metodología aplicada, se desprende que las AEL son ámbitos geográfi cos que constituyen una unidad económica y entidades relevan-tes desde el punto de vista del empleo y, por ende, de los ingresos y el consumo derivados del mismo.

A continuación se presenta una caracterización general de nueve AEL ubicadas en la región pampeana, en las provincias de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires. Concretamente, las áreas delimitadas y analizadas son: AEL de Córdoba, AEL de Rosario, AEL de Mar del Plata, AEL de Paraná, AEL de San Nicolás, AEL de Río Cuarto, AEL de Villa María, AEL de Rafaela y AEL de Olavarría. En el mapa se indica la localización de las áreas y en el anexo pueden consultarse las localidades que integran cada una de las mismas.

Page 332: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

332 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Fuente: Elaboración propia.

En el Cuadro 1 se exponen algunos indicadores socioeconómicos de las áreas analizadas; para contar con un patrón de comparación común se anexan los datos correspondientes al total del país.

Page 333: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

333Especialización productiva y empleo en Areas Económicas Locales

CUADRO 1. Características generales de las AEL

AEL

Pobl

ació

n 20

05I

Cre

cim

ient

o po

blac

iona

l in

terc

ensa

l (19

91-2

001)

en

%

Ocu

pado

s re

gist

rado

s en

el

sect

or p

riva

do. A

ño 2

005

Ocu

pado

s re

gist

rado

s en

el

sect

or p

riva

do c

/mil

hab.

Can

tidad

de

empr

esas

pri

vada

s añ

o 20

05II

Can

tidad

de

empr

esas

c/m

il ha

b.

Tam

año

med

io d

e em

pres

a

Índi

ce d

e in

dust

rial

izac

iónII

I

Peso

del

em

pleo

indu

stri

al e

n %

Total paísIV 37.829.564 11,2 4.838.159 127,9 507.454 13,4 9,5 1,0 21,6

Córdoba 1.742.459 14,2 181.594 104,2 18.581 10,7 9,8 0,8 20,7

Rosario 1.324.637 4,8 183.886 138,8 18.805 14,2 9,8 1,4 26,0

Mar del Plata 667.382 9,2 80.476 120,6 11.023 16,5 7,3 0,8 17,1

Paraná 310.225 18,1 27.224 87,8 3.445 11,1 7,9 0,6 18,5

San Nicolás 213.139 5,7 29.438 138,1 2.387 11,2 12,3 1,7 32,9

Río Cuarto 189.364 8,1 18.840 99,5 3.339 17,6 5,6 0,6 16,2

Villa María 111.549 13,6 8.715 78,1 1.663 14,9 5,2 0,7 24,5

Rafaela 109.682 20,2 16.968 154,7 1.878 17,1 9,0 2,6 44,4

Olavarría 103.109 9,5 10.354 100,4 1.532 14,9 6,8 0,9 23,7

Fuente: Elaboración propia en base al Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (SIJyP).I Población estimada en base al crecimiento intercensal 1991-2001.II Es la cantidad de empresas que declaran empleados que viven en cada AEL, por ende pueden estar presentes en más de un AEL.III Es el cociente entre la cantidad de ocupados industriales cada mil habitantes del AEL y la cantidad de ocupados industriales cada mil habitantes del Total País.IV Los datos de cantidad de ocupados y cantidad de empresas para el Total País corresponden al 4o trimestre de 2005.

A partir de los datos de población proporcionados por el Censo 2001, pueden distinguirse –a grandes rasgos– dos grupos entre las AEL elegi-das. Por un lado, pueden identifi carse áreas “grandes” en términos de cantidad de habitantes y que, en consecuencia, resultan ser importan-tes aglomeraciones urbanas. Dentro de este grupo se destacan las AEL de Córdoba, Rosario, Mar del Plata y Paraná. Asimismo, dos de ellas son capitales provinciales, lo que implica que el sector público ligado a la administración de gobierno sea importante y por lo tanto determine muchas de las características locales. Si bien Rosario no es capital pro-

Page 334: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

334 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

vincial, es sin lugar a dudas la principal ciudad de la provincia de Santa Fe. En todos los casos, estos grandes centros urbanos se destacan por ser proveedores de distintos tipos de servicios, centros dinámicos para la actividad comercial, sedes de universidades, etc.

Por otro lado, se agrupan aquellas AEL cuyas dimensiones poblacio-nales son signifi cativamente menores, lo que determina que aun siendo espacios urbanos se encuentren fuertemente ligadas a las actividades rurales. Dentro de este grupo se encuentran las AEL de San Nicolás, Río Cuarto, Villa María, Rafaela y Olavarría.

Sin embargo, si se presta atención a la evolución de la cantidad de habitantes en el período intercensal (1991-2001), se comprueba que tanto las AEL “grandes” como las “pequeñas” presentaron comportamientos poblacionales diversos. El área con mayor incremento poblacional fue Rafaela, con un 20%, dato que sobrepasa fuertemente a la media del país, que creció un 11%. Paraná, Villa María y Córdoba también mostraron crecimientos mayores al promedio nacional. En el extremo opuesto se encuentran Rosario y San Nicolás, con un crecimiento menor al promedio (5 y 6%, respectivamente).

Al comparar la cantidad de ocupados registrados en el sector privado cada mil habitantes en las AEL y en el total del país, se desataca nueva-mente el valor sobresaliente del AEL de Rafaela en relación con el resto. En ella, la población ocupada en el sector privado registrado asciende a 155 cada mil habitantes, cantidad que resulta bastante mayor que la que se registra para el total del país (128 ocupados). También se destaca la situación de Villa María, ya que es el AEL en la que se observa una menor presencia relativa de ocupados registrados en el sector privado (78). Asimismo, puede notarse que Mar del Plata, Rosario y San Nicolás presentan valores bastante similares a la media nacional.

Para profundizar el análisis de las áreas, se evaluó también el nivel de empresarialidad, medido a partir de la relación que existe entre la cantidad de empresas privadas4 y la población total.

Se observa que las áreas de Rafaela y Río Cuarto son aquellas que evidencian una mayor presencia de fi rmas privadas en relación a su población: ambas cuentan con más de 17 empresas cada mil habitantes. A continuación se ubican el AEL de Mar del Plata, con 16,5, y Olavarría y Villa María, con 15 fi rmas cada mil habitantes.

4 Las empresas que registra la fuente son aquellas del sector privado que declaran al menos un ocupado en relación de dependencia.

Page 335: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

335Especialización productiva y empleo en Areas Económicas Locales

Vale la pena realizar una observación respecto de este indicador, ya que se refi ere a empresas y no a locales o establecimientos de las fi rmas. Es decir que, en cada AEL, se cuantifi ca la presencia de la empresa, más allá de la cantidad de locales o sucursales que tenga la misma en la zona. De igual forma, a nivel nacional se cuenta con el registro de las empresas y no de todos sus locales. Esto explica por qué la cantidad de empresas cada mil habitantes en la media nacional resulta menor que en la mayoría de las AEL.

De las áreas estudiadas, Córdoba exhibe la menor densidad de empre-sas con un total de 10,7 cada mil habitantes. Para la interpretación de dicha situación, debe considerarse que el área cordobesa está dominada por la presencia de empresas de gran tamaño, hecho que minimiza el valor que asume el indicador en este caso.

En el análisis del tamaño medio de las empresas sobresale el caso de San Nicolás, por ser la que presenta el mayor valor (12,3 empleados promedio por empresa). Esta cifra resulta mayor al promedio nacional, que alcanza los 9,5 ocupados por fi rma. Las AEL de Córdoba y Rosario también presentan empresas que, en promedio, tienen tamaños más gran-des que las de la media del país.

Si se observa el caso opuesto, es decir, el de aquellas AEL en las que el tamaño medio de las empresas se halla por debajo del promedio nacio-nal, se destacan Villa María y Río Cuarto; ambas presentan las empresas más pequeñas, con 5,2 y 5,6 ocupados por fi rma en promedio cada una, respectivamente.

Otro indicador que sirve para caracterizar la estructura económica de las AEL consiste en evaluar cuántos de sus recursos laborales están ocu-pados en actividades industriales. De esta forma, puede establecerse en qué medida las áreas se orientan más a la producción primaria de bienes, a la producción industrial o a la prestación de servicios (más adelante se analizarán las actividades industriales de especialización características de cada área).

Para esto se plantean dos indicadores: el primero revela si las áreas son “más o menos industriales” que la media nacional y el segundo esta-blece cuánto del empleo privado registrado corresponde a empresas cuya actividad principal es manufacturera.

El primer indicador es el índice de industrialización, que se calcula como el cociente entre la cantidad de ocupados industriales cada mil habitantes de cada área económica local y la cantidad de ocupados indus-triales cada mil habitantes correspondientes al total del país.

Page 336: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

336 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Sólo las AEL de Rosario, San Nicolás y Rafaela tienen una proporción mayor de empleo industrial en relación a la cantidad de habitantes que la media nacional. Nuevamente se destaca el caso de Rafaela, que alcanza el mayor índice de industrialización (2,6); le siguen San Nicolás (1,7) y Rosario (1,4). El resto de las áreas estudiadas presentan valores menores a uno, que oscilan entre 0,6 y 0,9.

El segundo indicador muestra el peso del empleo industrial en rela-ción al total del empleo privado. En este caso, las áreas más “grandes” en términos de población, a excepción de Rosario, muestran una menor cantidad de ocupados en el sector industrial que la media nacional. Bási-camente, esto se explica por la mayor proporción de empleo registrado en los servicios y el comercio, característica propia de los grandes centros urbanos. Por el contrario, en las áreas más pequeñas, donde muchos de los servicios utilizados no se encuentran radicados en el mismo terri-torio, la ocupación en la industria manufacturera alcanza proporciones más importantes. Dicha situación pone de relieve la fuerte presencia de actividades industriales en las áreas “pequeñas”, si bien en general estas industrias están fuertemente –aunque no exclusivamente– ligadas a actividades primarias.

Por último, nuevamente se destaca el AEL de Rafaela, que aparece con la mayor proporción de su empleo privado asociado a la actividad manufacturera (44%). Le sigue el AEL de San Nicolás, donde la concen-tración del empleo en la industria alcanza el 33%.

En las secciones siguientes, se avanzará en el estudio de las particula-ridades productivas de cada una de las AEL, evidenciando la diversidad existente en la región.

Examinaremos aquí la estructura del empleo de las AEL de la región pampeana, comparándolas entre ellas y con la media nacional. Para ello, se utilizarán dos índices que permitirán caracterizarlas. En todos los casos se trabaja con el empleo registrado por empresas privadas y los datos refi eren al año 2005.

En primer lugar, se abordará el análisis de las estructuras de empleo locales a partir del índice de similitud, que indica cuán semejantes o diferentes resultan dos estructuras entre sí. Asimismo, se realizará una

Page 337: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

337Especialización productiva y empleo en Areas Económicas Locales

comparación teniendo en cuenta la distribución del empleo por rama de actividad del total nacional.

Por otro lado, se medirá la especialización industrial de cada AEL a partir del índice de especialización, que indica cuán sobrerrepresentado está el peso del empleo industrial en alguna rama de actividad respecto del peso del empleo nacional en ese mismo sector.

En ambos casos, el análisis de las estructuras de empleo se entiende como una forma de acercamiento al conocimiento de la estructura pro-ductiva local.

Vale aclarar que los datos utilizados refi eren a la ocupación registrada en el sector privado, con lo que queda fuera del análisis una importante cantidad de empleo5. Sin embargo, este recorte, impuesto por la fuente, no invalida el estudio si se tiene en cuenta que hace referencia a la eco-nomía formal y, por ende, al sector que más contribuye a la generación de valor agregado.

3.1. Semejanzas y diferencias en las estructuras de empleo

Como se mencionó anteriormente, el índice de similitud muestra cuán semejantes o diferentes son dos estructuras; en este caso, se hace referen-cia a las estructuras de empleo de las AEL. Se calcula como la suma de las diferencias absolutas entre los porcentajes de empleo en cada rama de actividad, dividido dos6. El mismo está expresado en base 100 y, cuanto menor resulta, más distintas son las estructuras de empleo que se están comparando; por el contrario, cuanto mayor es el índice, más semejantes resultan las estructuras.

A continuación, la matriz presenta los valores que toma el índice para cada par de AEL, y al fi nal se expone el dato de cada área respecto del total nacional. Este último valor se utilizó para ordenar las áreas en forma descendente: las primeras son las que presentan estructuras de empleo más similares y las últimas, las más distintas al promedio nacional.

5 Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), en el primer trimestre de 2006, en el sector privado, los asalariados registrados alcanzaban el 50%.

6 El índice fue construido considerando la rama de actividad desagregada a 2 dígitos de la CIIU Rev. 3.

Page 338: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

338 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

CUADRO 2. Índice de similitud entre AEL (2005)

Ros

ario

Cór

doba

Para

Mar

del

Pla

ta

Río

Cua

rto

Vill

a M

aría

Ola

varr

ía

San

Nic

olás

Raf

aela

Rosario 100 85 79 73 73 70 66 71 67

Córdoba 100 80 77 74 70 69 69 68

Paraná 100 80 80 74 68 60 68

Mar del Plata 100 76 71 61 58 65

Río Cuarto 100 84 67 55 69

Villa María 100 63 53 74

Olavarría 100 60 58

San Nicolás 100 52

Rafaela 100

Fuente: Elaboración propia en base a SIJyP.

Se observa que las áreas más grandes –ya sea en términos poblacio-nales como en términos de la dimensión de sus mercados de empleo– son las más parecidas al promedio nacional, lo cual es esperable, ya que son las que más contribuyen a la construcción del dato agregado para el total del país. Al mismo tiempo, también son las más parecidas entre sí.

Por el contrario, las AEL más pequeñas son las que exhiben índices de similitud más bajos con respecto a la media nacional; es decir que presentan estructuras de empleo diferentes al promedio, a la vez que parecen ser más diversas entre sí.

De esta forma, se identifi caron dos grupos: en el primero se incluyen a las áreas que se caracterizan por ser grandes centros urbanos y que presentan estructuras de empleo más complejas y diversifi cadas; en el segundo, se ubican AEL que, en términos generales, están más relaciona-das con la producción de bienes agropecuarios y que, si se especializan en actividades industriales, concentran su empleo mayoritariamente en una o dos ramas de producción, a la vez que, como veremos más ade-lante, presentan índices de especialización industrial muy altos en estas actividades.

En el primer grupo se encuentran las AEL de Rosario, Córdoba, Paraná y Mar del Plata, mientras que en el segundo agrupamos a las AEL de Río

IS r

espe

cto

al

Tota

l Paí

s

85

85

78

76

76

73

71

67

66

Page 339: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

339Especialización productiva y empleo en Areas Económicas Locales

Cuarto, Villa María, Olavarría, San Nicolás y Rafaela. Luego se verá que Rafaela constituye un caso especial.

Vale la pena realizar una aclaración, ya que a priori puede parecer arbitraria la decisión de incluir a Mar del Plata en el primer grupo y a Río Cuarto en el segundo, en tanto tienen el mismo índice de similitud respecto de la estructura de empleo total del país (76). Sin embargo, al observar los índices que presentan cada una de estas dos áreas respecto del resto, se aprecia una similitud mayor de Mar del Plata con Rosario (73) y con Córdoba (77) que de Río Cuarto (que presenta un mayor parecido con las AEL incluidas en el segundo grupo).

Asimismo, respecto de estas últimas se observa que, si bien presentan índices de similitud más altos entre ellas que respecto de las áreas del primer grupo, estos no son muy elevados, evidenciando también dife-rencias notables entre ellas. Así, puede verse que San Nicolás presenta los niveles de similitud más bajos: 52 con Rafaela, 53 con Villa María y 55 con Río Cuarto.

En el otro extremo, las AEL con estructuras de empleo más parecidas son Rosario y Córdoba, con un índice de 85 puntos. Debe destacarse que, en mercados de empleo más grandes, las diferencias tienden a matizarse, además de que cobran mayor importancia sectores como el comercio y los distintos tipos de servicios, pasando a un segundo plano las activida-des productoras de bienes. Por el contrario, en localidades más pequeñas, las especializaciones sectoriales –aunque sea en actividades que no son mano de obra intensivas– se vuelven más evidentes.

A continuación, se presenta la distribución del empleo por sector de actividad de las AEL “más similares”.

Page 340: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

340 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

CUADRO 3. Distribución porcentual del empleo en AEL con índice de similitud alto (2005)

AEL de

Rosario

AEL de

Córdoba

AEL de

Paraná

AEL de

Mar del Plata

Sector agropecuario 1,2 1,3 2,8 3,2

Resto del sector primario 0,1 0,4 0,4 3,2

Alimentos, bebidas y tabaco 6,8 5,8 7,9 9,7

Textil, calzado y papel 3,2 2,8 3,6 3,6

Químicos, plásticos y cemento 4,2 2,8 2,0 1,3

Siderurgia 1,6 0,3 0,3 0,0

Maquinaria y equipos 6,6 4,3 2,6 2,1

Sector automotriz 2,8 4,1 0,4 0,2

Otras industrias y energía 1,6 1,6 2,7 1,4

Construcción 7,9 6,4 8,9 2,9

Comercio 16,8 19,5 22,5 20,1

Hoteles y restaurantes 2,7 4,0 2,5 6,6

Transporte 9,5 8,8 8,6 7,1

Intermediación fi nanciera 3,1 2,4 3,4 2,1

Servicios empresariales 10,2 13,3 5,5 9,1

Enseñanza y salud 12,6 12,9 15,4 15,3

Otros servicios 9,1 9,4 10,5 12,0

100,0 100,0 100,0 100,0

Fuente: Elaboración propia en base a SIJyP.

Como puede observarse en el cuadro, no existen diferencias muy signifi cativas en la distribución del empleo privado registrado entre las AEL de Rosario, Córdoba, Paraná y Mar del Plata. Las diferencias más notorias se concentran en el resto del sector primario entre Mar del Plata (3%) y el resto de las áreas, esto explicado básicamente por la actividad pesquera; en el sector comercio, entre Rosario (17%) y Paraná (22%); y en servicios empresariales, entre Córdoba (13%) y Paraná (6%).

Sin embargo, es preciso destacar que en estas cuatro áreas el empleo concentrado en los servicios alcanza como mínimo el 45%, resaltando el carácter de grandes centros urbanos de estas localidades, especialmente

Page 341: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

341Especialización productiva y empleo en Areas Económicas Locales

Córdoba y Rosario (respectivamente, la segunda y tercera ciudad más importantes del país).

Por el contrario, en las cinco áreas que conforman el segundo grupo identifi cado, el peso del empleo en las actividades de servicios no llega en ningún caso a superar el 38%.

CUADRO 4. Distribución porcentual del empleo en AEL con índice de similitud bajo (2005)

Río Cuarto

Villa María Olavarría San

Nicolás Rafaela

Sector agropecuario 10,8 6,5 5,7 1,1 4,3

Resto del sector primario 0,2 0,2 3,0 0,1 0,0

Alimentos, bebidas y tabaco 9,9 13,7 1,5 2,0 15,9

Textil, calzado y papel 2,2 2,3 3,6 2,4 2,4

Químicos, plásticos y cemento 1,3 2,0 15,4 1,7 2,3

Siderurgia 0,1 1,0 0,1 18,3 0,5

Maquinaria y equipos 1,6 3,3 2,1 5,6 7,8

Sector automotriz 0,5 1,5 0,1 2,6 12,1

Otras industrias y energía 1,6 1,7 3,2 2,7 3,3

Construcción 6,2 2,5 8,7 12,1 3,5

Comercio 27,6 33,2 18,1 13,0 22,4

Hoteles y restaurantes 2,6 2,5 1,7 1,3 1,8

Transporte 7,7 6,9 9,6 7,3 3,5

Intermediación fi nanciera 1,6 1,7 1,9 1,1 1,6

Servicios empresariales 5,4 3,9 9,2 12,4 6,7

Enseñanza y salud 12,1 10,3 9,1 9,8 7,0

Otros servicios 8,6 7,0 7,0 6,8 5,0

100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

Fuente: Elaboración propia en base a SIJyP.

En estas AEL, se vuelve más visible el empleo concentrado en las actividades productoras de bienes, a la vez que se hacen sumamente notorias las diferencias entre las áreas. Se destaca la concentración de empleo en el sector agropecuario de las AEL de Río Cuarto, Villa María y Olavarría (10,8%, 6,5% y 5,7%, respectivamente) y en el de produc-ción de alimentos de Rafaela (15,9%), Villa María (13,7%) y Río Cuarto (9,9%); en elaboración de cementos y extracción de piedra, arena y arcilla

Page 342: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

342 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

(3%) y en la producción de cementos (15,4%) de Olavarría; en siderurgia de San Nicolás (18,3%); y en metalmecánica de Rafaela (maquinaria y equipos: 7,8%; industria automotriz: 12,1%).

En síntesis, las nueve AEL de la región estudiada pueden ser agrupa-das en dos conjuntos: uno que muestra índices de similitud más altos entre las áreas y de las mismas respecto del total del país, y otro con índices de similitud menores. En el primer grupo, las AEL presentan estructuras de empleo complejas y diversifi cadas que se caracterizan por el predominio de los servicios, mientras que en el otro conjunto se agrupan áreas menos complejas, en las que tiene mayor peso el empleo concentrado en una o dos actividades productoras de bienes.

3.2. Especialización industrial

La especialización industrial de un área en un sector de actividad se establece a partir del índice de especialización. Este es el resultado del cociente entre el empleo de una actividad industrial en el AEL res-pecto del total del empleo industrial en el área y el empleo de esa misma actividad en el total del país respecto del total del empleo industrial en el total del país. Si el índice resulta mayor a 100, el AEL muestra estar especializada en esa actividad. Dicho de otro modo, si el índice de espe-cialización industrial es mayor a 100, es porque el empleo de esa activi-dad se encuentra sobrerrepresentado a nivel local y, por ende, el área está especializada en dicha actividad7.

En el cuadro que se presenta a continuación, se identifi can para cada AEL todas las actividades industriales en las que el índice de especia-lización supera los 100 puntos. Además, se agrega la cantidad total de sectores de especialización industrial en la última columna.

7 Es preciso tener en cuenta que la medida es relativa al total nacional, de forma que no se destacarán las actividades en las que se concentra mayoritariamente el empleo local, sino las que lo hacen en mayor medida que la media.

Page 343: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

343Especialización productiva y empleo en Areas Económicas Locales

CUADRO 5. Ramas industriales de especialización (2005)

Cór

doba

San

Nic

olás

Ros

ario

Vill

a M

aría

Ola

varr

ía

Para

Río

Cua

rto

Raf

aela

Mar

del

Pla

ta

Alimentos y bebidas • • • • •Cigarrillos

Productos textiles •Prendas de vestir • •Cueros y calzado •Madera • •Papel • •Edición e impresión

Refi nación de petróleo •Productos químicos

Caucho y plástico

Minerales no metálicos • • •Siderurgia • • •Productos de metal • • • • •Maquinaria y equipo • • •Maquinaria de ofi cina •Maquinaria eléctricos • •Equipo de comunicaciones

Instrumentos de precisión • •Vehículos automotores • • • • •Equipo de transporte • • • •Muebles y otras ind. • • • • •Reciclado de desperdicios •Total sectores de especialización 8 8 7 5 5 4 4 4 3

Fuente: Elaboración propia en base a SIJyP.

En primer lugar, cabe destacar la gran variedad de industrias en las cuales las AEL estudiadas se encuentran especializadas; actividades que

Page 344: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

344 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

incluyen muchas otras más que las vinculadas con el tradicional sector agropecuario de la región. Si bien, claro está, en la mayoría de estas (5 de 9) el sector de producción de alimentos y bebidas se encuentra identi-fi cado como una de las actividades de especialización industrial.

Por otro lado, se distinguen las AEL de San Nicolás, Córdoba y Rosa-rio, que se encuentran especializadas en 8, 8 y 7 actividades industriales respectivamente; es decir que el peso del empleo concentrado en estas actividades es mayor en estas áreas que en la media nacional. En el caso de San Nicolás, la mayoría de las actividades de especialización están relacionadas con la siderurgia. A continuación se ubican Villa María y Olavarría con 5 actividades; Paraná, Río Cuarto y Rafaela con 4; y, por último, Mar del Plata con sólo 3 actividades: alimentos y bebidas, pro-ductos textiles y equipo de transporte.

Sin embargo, resulta más pertinente identifi car las actividades en las que las AEL se encuentran altamente especializadas. Para ello, se selec-cionaron los sectores en los que el índice de especialización supera los 200 puntos.

CUADRO 6. Ramas industriales de alta especialización. Índice>200 (2005)

Raf

aela

Ros

ario

Cór

doba

Para

Mar

del

Pla

ta

San

Nic

olás

Río

Cua

rto

Ola

varr

ía

Vill

a M

aría

Alimentos y bebidas • •Cigarrillos

Productos textiles •Prendas de vestir

Cueros y calzado

Madera

Papel •Edición e impresión

Refi nación de petróleo •Productos químicos

Caucho y plástico

Minerales no metálicos •

Page 345: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

345Especialización productiva y empleo en Areas Económicas Locales

Continuación CUADRO 6Siderurgia •Productos de metal

Maquinaria y equipo •Maquinaria de ofi cina

Maquinaria eléctricos

Equipo de comunicaciones

Instrumentos de precisión

Vehículos automotores • • •Equipo de transporte • •Muebles y otras ind. • •Reciclado de desperdicios •Total sectores de especialización 3 2 2 2 2 2 1 1 1

Fuente: Elaboración propia en base a SIJyP.

Claramente, considerando sólo las actividades de alta especialización, el número de ellas disminuye en todas las áreas. Sin embargo, en Rafaela sólo lo hace en una actividad, de 4 a 3; es decir que, en los sectores en los que se especializa, lo hace intensamente.

Paralelamente, se observa que, limitando el análisis a las actividades de alta especialización, sólo quedan dos AEL especializadas en la pro-ducción de alimentos, mientras que el resto de las áreas muestra una alta especialización en ramas de actividad no directamente asociadas con el sector agropecuario.

Retomando el análisis por área, resulta conocida la especialización industrial de Rafaela en la producción metalmecánica, verifi cada a par-tir de la información presentada en el cuadro. Dicha especialización se manifi esta a nivel local, básicamente en la fabricación de autopartes, maquinaria agrícola y muebles, específi camente colchones.

A continuación, sumando 2 actividades de especialización, se ubican las AEL de Rosario, Córdoba, Paraná, Mar del Plata y San Nicolás.

En Rosario se distinguen la refi nación de petróleo –a partir de la presencia de la ex Refi nería San Lorenzo– y la fabricación de vehículos automotores, destacándose una importante planta automotriz de una gran empresa y la fabricación de carrocerías y autopartes, a cargo de empresas de menor tamaño relativo.

Page 346: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

346 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Córdoba también se especializa en la producción de vehículos auto-motores, contando con la presencia de la mayoría de las plantas automo-trices del país. Asimismo, es importante el empleo registrado en empresas dedicadas a la fabricación de equipo de transporte, especialmente de aviones y material ferroviario.

En Paraná sobresale la mayor concentración relativa del empleo en la industria del papel y en la fabricación de equipamiento de baños y cocinas.

Por otro lado, Mar del Plata muestra altos niveles de especialización en la tradicional industria textil y la rama de equipo de transporte. Esta última comprende la labor de los astilleros (fabricación y reparación de buques), actividad que ha tenido un importante desarrollo durante los últimos años, en especial luego de la devaluación del peso en 2002. Cabe resaltar que no aparece entre las ramas industriales de alta especialización la elaboración de productos de pescado, ya que se encuentra compren-dida dentro de alimentos y bebidas. Esto se debe, básicamente, a que el empleo asociado a esta actividad se reparte entre el sector primario y el industrial, ya que no siempre resulta correcta la clasifi cación que se hace de las empresas. Por lo tanto, si se contabilizara tanto al empleo que fi gura en el sector primario de pesca como al que fi gura en la industria asociada a esta actividad, claramente Mar del Plata aparecería con un índice de especialización muy elevado en dicho sector.

En San Nicolás, si bien aparecen identifi cadas dos ramas de especia-lización industrial –siderurgia y reciclado de desperdicios–, podría consi-derarse que es una sola, ya que la última actividad enunciada está ligada inseparablemente a la siderurgia. Se trata del tratamiento de la escoria de altos hornos y acería, el reciclado de desechos metálicos y el proce-samiento de chatarra. De más está decir que en el AEL de San Nicolás se ubican las dos empresas siderúrgicas más importantes del país.

Por último, se hallan las AEL que están altamente especializadas tan sólo en una actividad. Estas son Río Cuarto, Villa María y Olavarría. Las dos primeras están especializadas en actividades más intensivas en el uso de mano de obra, como la elaboración de alimentos. Dentro de este rubro, Río Cuarto se especializa en carnes y productos cárnicos, y Villa María en la elaboración de productos lácteos. Por su parte, Olavarría presenta una concentración del empleo relativamente más importante que la media nacional en la elaboración de minerales no metálicos, específi camente la producción de cemento y cerámicos. Una vez más, la información cuanti-tativa nos permite dar cuenta de las diversidades y especifi cidades propias de la región, volviendo evidente la alta heterogeneidad productiva.

Page 347: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

347Especialización productiva y empleo en Areas Económicas Locales

Otro dato que resulta interesante consiste en evaluar cuánto empleo se concentra en las actividades de alta especialización. En el cuadro a conti-nuación se exponen estos resultados, indicando el nivel de concentración del empleo de cada sector respecto del empleo industrial del área.

CUADRO 7. Concentración del empleo en las actividades de alta especia-lización industrial, 2005 (en %)

Ola

varr

ía

Río

Cua

rto

San

Nic

olás

Vill

a M

aría

Raf

aela

Cór

doba

Para

Mar

del

Pla

ta

Ros

ario

Alimentos y bebidas 61,5 56,2

Cigarrillos

Productos textiles 12,5

Prendas de vestir

Cueros y calzado

Madera

Papel 9,3

Edición e impresión

Refi nación de petróleo 2,1

Productos químicos

Caucho y plástico

Minerales no metálicos 64,3

Siderurgia 54,0

Productos de metal

Maquinaria y equipo 11,8

Maquinaria de ofi cina

Maquinaria eléctricos

Equipo de comunicaciones

Instrumentos de precisión

Vehículos automotores 27,4 19,7 10,9

Equipo de transporte 3,6 3,2

Muebles y otras ind. 6,9 9,1

Reciclado de desperdicios 3,3

% de ocupados en ramas de alta especialización 64,3 61,5 57,3 56,2 46,2 23,3 18,4 15,7 13,0

Fuente: elaboración propia en base a SIJyP.

Page 348: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

348 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Aquí, nuevamente aparecen delineados los dos grupos identifi cados en las secciones anteriores, ya que las AEL más pequeñas presentan un alto grado de concentración del empleo industrial en la única activi-dad de especialización, mientras que las AEL más grandes y complejas ocupan poco de su empleo industrial en las actividades en las que están especializadas. En parte, esto se debe al tipo de actividades en las que se especializan, que resultan más capital intensivas; pero también a la mayor complejidad ya enunciada, que se evidencia en la presencia de empresas dedicadas a todas o la mayor parte de las actividades industriales.

Así, Córdoba concentra el 20% de su empleo industrial en la fabrica-ción de vehículos automotores y el 4% en equipo de transporte. Paraná suma un 18% entre la actividad papelera (9%) y de fabricación de mue-bles (9%). Mar del Plata, el 13% en la industria textil y el 3% en los astilleros. Y Rosario, apenas el 2% en refi nación de petróleo y el 11% en la fabricación de vehículos automotores.

Por otro lado se ubican las AEL más pequeñas (Olavarría, Río Cuarto, Villa María y San Nicolás), que concentran más del 55% de su empleo industrial en el sector en el que se hallan especializadas.

Un tratamiento diferencial merece el AEL de Rafaela, ya que, si bien es un área pequeña, se distingue claramente del resto. Mientras que las AEL de Olavarría, Río Cuarto, Villa María y San Nicolás concentran más del 55% del empleo industrial en sólo una rama, Rafaela distribuye la mayoría de su empleo industrial en 3 actividades. Es decir que, a pesar de ser un AEL pequeña, exhibe una estructura productiva diversifi cada, tanto como las áreas más grandes.

En síntesis, todas las áreas estudiadas se encuentran altamente espe-cializadas en al menos una industria. Las AEL más grandes presentan estructuras productivas más complejas y diversifi cadas, lo que se eviden-cia a partir de dos características: por un lado, muestran estar altamente especializadas en más de una actividad; y, por otro, concentran menores cantidades de empleo industrial en estos sectores, lo que, a la vez, se relaciona con el hecho de que se encuentran especializadas en actividades que son más intensivas en el uso del capital.

Por el contrario, las AEL más pequeñas se especializan en una sola actividad en la que concentran más de la mitad de su empleo industrial. Las AEL de Villa María, Río Cuarto y Olavarría se presentan como regio-nes monoproductoras, dedicadas principalmente a las actividades extrac-tivas y mano de obra intensivas; en tanto, San Nicolás, concentrando también su empleo en un solo sector, lo hace en una actividad netamente industrial y capital intensiva.

Page 349: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

349Especialización productiva y empleo en Areas Económicas Locales

Por último se ubica Rafaela, que, siendo un AEL pequeña, presenta una alta concentración de su empleo industrial en varias actividades de especialización, evidenciando una estructura productiva mucho más diversifi cada.

Desde el punto de vista productivo, la información presentada en las secciones anteriores permitió visualizar y dar cuenta de la gran diversidad de la región. A continuación, se analizará comparativamente el compor-tamiento del empleo registrado por las empresas privadas de las AEL identifi cadas, entre los años 1996 y 2005. Cabe aclarar que la elección de los años no es arbitraria, sino que responde a la disponibilidad que brinda la fuente. Asimismo, se tomará como serie de referencia para la comparación la presentada por el promedio nacional.

Entre 1996 y 2005, pueden identifi carse tres períodos claramente defi -nidos del ciclo económico. El primero de ellos (1996-1998) corresponde a la última etapa de crecimiento del modelo implementado con el Plan de Convertibilidad. La segunda fase, iniciada a fi nes del año 1998, muestra un período recesivo asociado a la devaluación de la moneda brasileña en 1999, que fi nalizó con la crisis de 2001 y la posterior devaluación de la moneda nacional en 2002. A partir de allí (2003-2005), la economía argentina experimentó una fuerte recuperación, asociada a un tipo de cambio más favorable para la sustitución de importaciones y la expor-tación de bienes y servicios, como así también a cambios en la política económica.

El empleo privado registrado a nivel nacional muestra durante este período un comportamiento procíclico; es decir que, al igual que el PBI, el empleo crece entre los años 1996 y 1998, cae entre 1999 y 2001, evi-dencia una importante pérdida neta de puestos en el año 2002 que ubica al empleo en el mismo nivel de 1996, e inicia una pronunciada recuperación a partir de 2003, alcanzando en 2005 un crecimiento de casi el 30% en relación al inicio de la serie.

En términos generales, la evolución del empleo privado en las nueve AEL estudiadas es similar. Es decir, el empleo local crece en los dos primeros años de la serie, decrece entre 1999 y 2002 y vuelve a crecer a partir de 2003. Sin embargo, la intensidad con que esto sucede en cada

Page 350: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

350 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

una de las AEL es distinta, es decir que las áreas presentan dinámicas diferentes.

En el cuadro a continuación se muestran las tasas de crecimiento entre puntas de la serie analizada. Las AEL están ordenadas de forma descendente según el dinamismo presentado entre los años 1996 y 2005. Asimismo, se incorpora la tasa de crecimiento anual promedio que nos indica cuánto debería haber crecido anualmente el empleo de cada área para alcanzar el crecimiento realmente obtenido, si creciera de manera constante.

CUADRO 8. Dinamismo de la evolución del empleo registrado por empre-sas privadas entre 1996 y 2005 (en %)8

Crecimiento entre 1996 y 2005

Tasa de crecimiento anual promedio

Rafaela 33,6 3,3

Rosario 30,5 3,0

San Nicolás 29,8 2,9

Total País 29,3 2,9Córdoba 28,1 2,8

Río Cuarto 24,6 2,5

Mar del Plata 21,0 2,1

Paraná 20,6 2,1

Villa María 14,1 1,5

Olavarría 1,9 0,2

Fuente: Elaboración propia en base a SIJyP.

A partir de los datos presentados, se observa que el AEL de Rafaela resultó ser la más dinámica entre los años 1996 y 2005; el empleo privado registrado creció entre puntas de la serie un 34%, presentando una tasa de crecimiento anual del 3,3%. Esta área mostró un dinamismo bastante mayor al total del empleo del país. Un mejor desempeño del empleo local se evidenció también en las áreas de Rosario y San Nicolás, que crecieron entre puntas un 30% y a una tasa promedio anual de casi el 3%.

8 Se excluye del análisis al sector de enseñanza, ya que presenta una reglamentación especial en cuanto a la declaración del personal al SIJyP en función de si se realizó o no la trans-ferencia de las cajas previsionales provinciales. Para hacer homogénea la comparación, el sector fue excluido en el empleo de todas las AEL. Es decir que los datos refi eren al total del empleo registrado por empresas privadas, excluyendo al sector de enseñanza.

Page 351: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

351Especialización productiva y empleo en Areas Económicas Locales

Por debajo del promedio nacional se ubican las AEL de Córdoba y Río Cuarto, que en la serie analizada mostraron un crecimiento positivo de alrededor del 28 y 25%, respectivamente, con una tasa promedio del 2,8 y 2,5% anual. Luego se sitúan las áreas de Mar del Plata y Paraná, cuyo empleo creció poco más de un 20%, lo que implica un promedio anual del 2%.

A una distancia considerable se encuentra el área de Villa María, cuyo empleo creció un 14% entre puntas de la serie, lo que equivale a una tasa del 1,5% anual. Y, por último, aparece Olavarría, que es el AEL que exhibe el peor dinamismo en la evolución del empleo, alcanzando apenas el 2% entre los años 1996 y 2005, evidenciando una tasa de crecimiento anual apenas positiva (0,2%).

No obstante, desde el punto de vista del impacto sobre el nivel de vida de la población, no interesa sólo la evolución de la ocupación, sino también la forma que esta evolución adopta. Planteando los extremos, no es lo mismo un crecimiento pobre pero constante que un gran crecimiento sumamente errático. Ya sea en términos de los ingresos de los hogares derivados del empleo, de la acumulación de conocimientos y capacidades en los distintos sectores productivos, o del impacto sobre las inversiones, la constancia o estabilidad del crecimiento se vuelven una característica más que importante.

Es por esto que resulta de sumo interés evaluar la variabilidad de la evolución del empleo de cada AEL. Así se estará analizando la intensidad con que el empleo de cada área se vio afectado por el ciclo económico, dado que, como ya se mencionó, el empleo privado registrado de todas las AEL estudiadas se mostró afectado por los vaivenes del ciclo.

En el cuadro a continuación se exponen el promedio de las tasas de crecimiento interanuales, el desvío y el coefi ciente de variación de cada una de estas series.

El desvío indica el promedio de las distancias de cada punto de la serie respecto de su media; por lo tanto, es un valor absoluto que no permite su comparación con otras series. Para ello se calcula el coefi -ciente de variación como el cociente entre el desvío y la media de las tasas interanuales. De este modo, se obtiene un indicador relativo que permite comparar la variabilidad o estabilidad de las series de empleo de las áreas. En consecuencia, es posible afi rmar que una serie con un coefi ciente de variación mayor tiene una variabilidad mayor, y viceversa si el coefi ciente de variación es menor. En el hipotético caso de que el crecimiento del empleo de un área fuera absolutamente constante, el coefi ciente de variación sería 0.

Page 352: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

352 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

CUADRO 9. Estabilidad de la evolución del empleo entre 1996 y 2005

Promedio de las tasas de crecimiento

interanualesDesvío Coefi ciente de

variación

Rafaela 3,5 7,1 2,0

San Nicolás 3,3 9,7 2,9

Rosario 3,3 8,0 2,4

Total País 3,2 7,8 2,5Córdoba 3,2 9,1 2,9

Río Cuarto 2,8 7,9 2,9

Mar del Plata 2,3 6,9 2,9

Paraná 2,3 6,8 3,0

Villa María 1,7 7,7 4,4

Olavarría 0,5 7,9 16,1

Fuente: Elaboración propia en base a SIJyP.

Se observa nuevamente al AEL de Rafaela diferenciándose notoria-mente del resto: el coefi ciente de variación es el más bajo, mostrando que la evolución del empleo privado registrado local es estable, o por lo menos más estable que en el resto de las áreas estudiadas y en el prome-dio nacional. De esta forma, se pone en evidencia que, si bien el ciclo económico impactó en el empleo rafaelino, lo hizo con menor intensidad que en otras localidades. El AEL de Rafaela es la que presenta el mayor dinamismo y la mayor estabilidad en la evolución de su empleo.

Luego se ubica Rosario, con los mismos valores que la media nacio-nal, tanto en lo que refi ere a la generación de puestos como a la estabi-lidad de la ocupación.

En el otro extremo se encuentran Olavarría y Villa María, eviden-ciando niveles altos de volatilidad del empleo. En las dos áreas, el efecto del ciclo económico ha sido mayor que en el promedio nacional, lo que provoca una evolución del empleo más errática. En el caso de Olavarría, tal situación se ve más agravada aún, ya que el empleo presenta una tasa de crecimiento anual casi nula y la volatilidad resulta sumamente alta.

En términos de los grupos de áreas anteriormente identifi cados, parece establecerse una relación positiva entre la diversidad productiva y la estabilidad en la evolución del empleo.

En este sentido, las AEL más grandes y Rafaela (es decir, las áreas cuyas estructuras productivas son más complejas y diversifi cadas) pre-

Page 353: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

353Especialización productiva y empleo en Areas Económicas Locales

sentan un crecimiento del empleo privado más estable que, si bien se ve infl uenciado por el ciclo económico, resulta menos errático.

A continuación se grafi ca la evolución del empleo privado registrado del total del país y de las AEL que presentaron las trayectorias más y menos estables entre los años 1996 y 2005. En el anexo, se adjuntan los datos para todas las AEL estudiadas.

GRÁFICO 1. Evolución del empleo registrado por empresas privadas (1996-2005)

140

130

120

110

100

90

80 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005Total País Rosario Rafaela Olavarría Villa María

Fuente: Elaboración propia en base a SIJyP.

En el gráfi co se observan claramente las diferencias existentes entre la evolución del empleo en las AEL de Rafaela y Rosario y las de Villa María y Olavarría. Estas áreas representan las más y las menos estables en la generación de puestos de trabajo. En las primeras, si bien se percibe una evolución procíclica, no se evidencia una caída tan pronunciada del empleo durante la recesión de 1999-2001 y la crisis de 2002, como sí ocu-rre en las áreas de Olavarría y Villa María. Por el contrario, la recupera-ción económica iniciada a partir de 2003 parece estar incidiendo con gran intensidad, tanto en la media nacional como en las cuatro regiones.

En síntesis, tanto el nivel de empleo generado como la forma que toma la evolución de esta variable resultan sumamente importantes. Entre las áreas estudiadas, se observan situaciones disímiles que conjugan diferen-

Page 354: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

354 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

tes intensidades en cuanto al nivel y la constancia del crecimiento. Los casos extremos están representados por Rafaela y Olavarría. La primera muestra la mejor performance, tanto por su nivel de crecimiento entre los años 1996 y 2005 como por la mayor estabilidad en la evolución. Por su parte, Olavarría tuvo un crecimiento sumamente escaso entre puntas de la serie y una evolución que manifi esta haber intensifi cado los efec-tos negativos del ciclo. A la vez, parece verifi carse el hecho de que una mayor diversidad productiva sería un factor infl uyente en la evolución más constante del empleo.

En este estudio se analizó la estructura productiva y la evolución del empleo de nueve AEL de la región pampeana. Por un lado, se puso en evidencia la diversidad productiva de la región, identifi cando las activi-dades en las cuales se encuentran especializadas cada una de las AEL. Asimismo, se identifi caron dos tipos de AEL con características diferen-tes.

El primero de ellos agrupa a las AEL de Rosario, Córdoba, Paraná y Mar del Plata. Estas áreas son las más “grandes” en términos de población y se constituyen como grandes conglomerados urbanos que se caracte-rizan por una amplia oferta de servicios de todo tipo y una intensa acti-vidad comercial. Esta situación se vuelve evidente, en tanto concentran la mayoría de su empleo privado registrado en dichos sectores. A la vez, la distribución de su empleo es similar a la media nacional y presentan índices de similitud altos entre ellas. Adicionalmente, sus estructuras de empleo son complejas y diversifi cadas, lo que da cuenta de una mayor diversidad productiva. En términos generales, se encuentran especiali-zadas en varias actividades en las que no concentran grandes cantidades de empleo, ya que son más intensivas en el uso del capital.

El segundo tipo comprende a las AEL de San Nicolás, Río Cuarto, Villa María, Olavarría y Rafaela. Estas áreas son más “pequeñas” y, si bien constituyen espacios urbanos, están más ligadas al ámbito rural. En términos de empleo, existe una clara orientación hacia las actividades productoras de bienes, que se manifi esta en una mayor concentración de la ocupación tanto en el sector primario como en la industria manufactu-rera. La distribución del empleo en estas áreas difi ere bastante de la media nacional, a la vez que presentan índices de similitud bajos entre ellas,

Page 355: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

355Especialización productiva y empleo en Areas Económicas Locales

evidenciando mayores especifi cidades locales. Sus estructuras de empleo son menos diversifi cadas que las que muestran las áreas del primer grupo y están más ligadas a la producción primaria (ya sea agropecuaria como Río Cuarto y Villa María, o extractiva como en el caso de Olavarría). Es decir que están especializadas en una sola actividad industrial, en la que ocupan gran parte de su empleo. San Nicolás constituye una excepción en este sentido, ya que su actividad de especialización no es mano de obra intensiva y, por ende, no concentra una proporción tan signifi cativa de su empleo como en los otros casos.

En este contexto, es necesario destacar las diferencias que presenta el AEL de Rafaela respecto de las otras áreas del segundo grupo. Si bien es un área pequeña y el empleo privado registrado está orientado claramente a la producción de bienes y no de servicios, la información revela una estructura productiva bastante diversifi cada, que cuenta con actividades más tradicionales y ligadas a la producción agropecuaria, como también con industrias más intensivas en el uso de capital, cualidades estas que la asemejan más a las áreas del primer grupo.

Por otro lado, en cuanto a la evolución del empleo local, en todas las áreas se vuelve evidente la infl uencia del ciclo económico; sin embargo, también se aprecian especifi cidades locales en los comportamientos de la ocupación. Se observan situaciones disímiles que conjugan diferentes intensidades en cuanto al nivel y la estabilidad del crecimiento del empleo privado registrado.

Los casos extremos resultaron ser Rafaela y Olavarría. La primera, con una importante diversidad productiva, mostró la mejor performance, tanto en cuanto al nivel de crecimiento como a la mayor estabilidad. Por su lado, Olavarría, con una estructura monoproductora, presentó una evo-lución casi nula y mucho más sensible a las oscilaciones del ciclo.

De este modo, parece verifi carse que las AEL con estructuras produc-tivas más diversifi cadas –es decir, las del primer grupo y Rafaela– son las que presentan las trayectorias de empleo más estables. Puede afi r-marse así que una mayor diversidad productiva es una característica que infl uye positivamente en la estabilidad del empleo local, amortiguando los efectos del ciclo económico.

Page 356: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

356 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Localidades que componen las AEL

AEL de CórdobaCórdoba Capital; Colonia Tirolesa; Gral. Deheza; Capilla de los Reme-dios; Río Primero; Monte Cristo; Malagueño; Lozada; Yocsina; Guar-nición Aérea Córdoba; Villa Allende; Canteras El Sauce; Agua de Oro; El Pueblito; Villa Cerro Azul; Mendiolaza; El Manzano; Unquillo; Río Ceballos; Salsipuedes; La Granja; Rafael García; Bouwer; Monte Ralo; Despeñaderos; Toledo; Malvinas Argentinas; Rosales; Piquillín; Santiago Temple; Los Chanaritos; Estación Colonia Tirolesa; Tinoco; El Alcalde; Esquina; Guinazu; Gral. Paz; Juárez Celman; Villa Gral. Belgrano; Dumesnil; Saldán; San Roque; La Calera; Villa Santa Cruz del Lago; Villa Carlos Paz; Villa Costa Azul; Villa Río Icho Cruz; San Antonio de Arredondo; Tanti; Bialet Masse; Santa María de Punilla; Cosquín; Alta Gracia; Molinos; Los Reartes; Villa Ciudad de América; Villa Anisacate; Villa La Bolsa; La Serranita; Villa San Isidro; José de la Quintana; Jesús María; Colonia Caroya; Río Segundo; Pilar.

AEL de RosarioRosario; Villa Amelia; Albarellos; Coronel Bogado; Juan B. Molina; Pue-blo Uranga; Coronel R. S. Domínguez; Cañada Rica; Sargento Cabral; La Vanguardia; Cepeda; Soldini; Alvarez; Acebal; Pavón Arriba; Arminda; Piñero (Est. Erasto); Pueblo Muñoz (Est. Bernard); Pérez; Zavalla; Fuen-tes; Pujato; Coronel Arnold; Villa Gobernador Gálvez; Pueblo Esther; Fighiera; Alvear; Gral. Lagos; Arroyo Seco; Funes; Roldán; San Jeró-nimo Sud; Carcarañá; Iberlucea; Salto Grande; Lucio V. López; Luis Palacios (Est. La Salada); Granadero Baigorria; Capitán Bermúdez; Fray Luis Beltrán; Casilda; San Lorenzo; Ricardone; Puerto Gral. San Martín; Timbres; Oliveros; Maciel; Gaboto; Pueblo Andino; Aldao; Serodino; Carrizalez (Est. Clarke).

AEL de Mar del PlataMar del Plata; Sierra de los Padres; Batán; Cnte. Nicanor Otamendi; Chapadmalal; Mechongue; Miramar; Mar del Sur; Balneario Mar Chi-quita; Santa Clara del Mar; Santa Elena; Mar de Cobo; Camet; Vivoratá; Nahuel Rucá; Calfucurá; Balcarce; Los Pinos; Las Nutrias; San Agustín; Cnel. Vidal.

Page 357: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

357Especialización productiva y empleo en Areas Económicas Locales

AEL de ParanáParaná; Aldea Brasilera; Gral. Alvear; Aldea Salto; Aldea Protestante; Aldea Valle María; Aldea Spatzenkutter; Molino Doll; Strobel; Puerto Las Cuevas; Diamante; Cerrito; El Palenque; Avellaneda; Distrito Espi-nillo; San Benito; Sauce Pinto; La Picada; Sauce Montrull; Puente Car-mona; Villa Urquiza; Aldea San Rafael; Crespo; Villa Fontana; Aldea María Luisa; Gral. Racedo.

AEL de San NicolásSan Nicolás de los Arroyos; La Emilia; Erezcano; Campos Salles; Gral. Rojo; Conesa; Savio (Est. Sánchez); Villa General Savio; Villa Rama-llo; Ramallo; El Paraíso; Pavón; Theobald; Empalme Villa Constitución; Villa Constitución; Barrio Arroyo del Medio.

AEL de Río CuartoAlejandro Roca; Río Cuarto; Alpa Corral; Villa El Chacal; Las Albaha-cas; Villa Reducción; Paso del Durazno; Chucul; Carnerillo; Las Higue-ras; Bengolea; Olaeta; Charras; Coronel Baigorria; Alcira (Est. Gigena); Santa Catalina; Las Vertientes; Sampacho; Achiras; Chajan; Suco; La Carolina; La Gilda; Las Acequias.

AEL de Villa MaríaCintra; San Antonio de Litín; Ballesteros; Ballesteros Sud; Villa María; Ausonia; La Laguna; Sanabria; Villa Nueva; Ana Zumarán; Alto Alegre; Silvio Pellico; Arroyo Algodón; Las Mojarras; Trinchera; La Playosa; James Crack.

AEL de OlavarríaOlavarría; Hinojo; Colonia Hinojo; Santa Luisa; Sierra Chica; Sierras Bayas; Colonia San Miguel; Loma Negra (Villa Fortabat).

AEL de RafaelaRafaela; Ramona; Egusquiza; Coronel Fraga; Plaza Saguier; Vila; Susana; Castellanos; Villa San José; Pueblo Marini; Pte. Roca; Angélica; Lehmann; Aurelia; Villa Josefi na; Bauer y Sigel; Colonia Cello; Santa Clara de Saguier; Estación Clucellas; Plaza Clucellas; Pilar; Felicia; Nuevo Torino.

Page 358: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

358 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Evolución del empleo registrado por empresas privadas (1996=100)

1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005

Total País 100,0 108,2 114,2 112,8 110,7 108,2 96,4 102,1 114,9 129,3

Córdoba 100,0 110,1 118,3 114,5 113,8 110,3 95,1 99,6 113,4 128,1

Rosario 100,0 108,2 111,1 109,2 108,8 105,3 94,6 101,7 116,6 130,5

Paraná 100,0 107,0 111,3 108,7 106,7 107,2 95,9 98,6 108,7 120,6

Mar del Plata 100,0 107,1 111,3 108,6 108,0 106,6 95,4 98,6 109,1 121,0

Río Cuarto 100,0 108,4 117,6 116,1 111,5 107,6 95,6 102,2 113,7 124,6

Villa María 100,0 108,6 113,7 108,6 101,2 96,3 88,3 94,2 103,7 114,1

Rafaela 100,0 109,0 113,8 113,8 115,1 111,5 100,9 107,9 121,7 133,6

San Nicolás 100,0 107,0 109,9 102,3 105,1 99,5 88,1 99,3 115,5 129,8

Olavarría 100,0 106,4 105,5 100,5 99,8 92,8 80,6 84,9 93,8 101,9

Fuente: Elaboración propia en base a SIJyP.

Tasas de crecimiento interanuales (1996 a 2005)

1996-1997

1997-1998

1998-1999

1999-2000

2000-2001

2001-2002

2002-2003

2003-2004

2004-2005

Total País 8,2 5,5 -1,2 -1,9 -2,2 -10,9 5,9 12,5 12,5

Córdoba 10,1 7,4 -3,3 -0,5 -3,1 -13,7 4,7 13,8 13,0

Rosario 8,2 2,6 -1,7 -0,4 -3,2 -10,2 7,6 14,7 11,8

Paraná 7,0 4,0 -2,4 -1,8 0,5 -10,6 2,9 10,2 11,0

Mar del Plata 7,1 3,9 -2,4 -0,5 -1,3 -10,5 3,4 10,6 10,8

Río Cuarto 8,4 8,5 -1,2 -4,0 -3,5 -11,1 6,9 11,3 9,6

Villa María 8,6 4,7 -4,5 -6,8 -4,8 -8,3 6,6 10,1 10,0

Rafaela 9,0 4,4 0,0 1,1 -3,1 -9,5 7,0 12,8 9,7

San Nicolás 7,0 2,7 -6,9 2,7 -5,3 -11,5 12,7 16,4 12,3

Olavarría 8,4 -0,9 -4,8 -0,6 -7,1 -13,1 5,3 10,5 8,6

Fuente: Elaboración propia en base a SIJyP.

Page 359: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

359Especialización productiva y empleo en Areas Económicas Locales

Tasas de crecimiento según fases del ciclo económico (1996 a 2005)

1996/1998 1998/2002 2002/2005 1996/2005

Total País 14,2 -15,6 34,1 29,3

Córdoba 18,3 -19,6 34,6 28,1

Rosario 11,1 -14,8 37,9 30,5

Paraná 11,3 -13,9 25,8 20,6

Mar del Plata 11,3 -14,3 26,8 21,0

Río Cuarto 17,6 -18,7 30,4 24,6

Villa María 13,7 -22,3 29,2 14,1

Rafaela 13,8 -11,4 32,4 33,6

San Nicolás 9,9 -19,9 47,4 29,8

Olavarría 5,5 -23,6 26,4 1,9

Fuente: Elaboración propia en base a SIJyP.

Page 360: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

360 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Alburquerque, F. (2004), “Desarrollo económico local y descentralización en América Latina”, en Revista de la CEPAL, Nº 82, Santiago de Chile, CEPAL.

Barski, O. (comp.) (1991), El desarrollo agropecuario pampeano, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano.

Beccaria, L. (1996), “Reconversión, mercado de trabajo y distribución del ingreso”, en Informe de coyuntura, Año VI, Nº 57-58, La Plata, Centro de Estudios Bonae-renses.

—— y López, N. (1995), “Reconversión productiva y empleo en Argentina”, en Bustos, P. (comp.), Más allá de la estabilidad. Argentina en la época de la glo-balización y la regionalización, Buenos Aires, Fundación Friedrich Ebert.

Borello, J. A. (2002), “Areas Económicas Locales: criterios para su definición en la Argentina”, Proyecto sobre Pequeñas y Medianas Empresas Industriales en América Latina, CEPAL, mimeo.

—— y Yoguel, G. (2000), “Algunas reflexiones sobre el ambiente local y las capa-cidades innovativas de las firmas”, en Borello, J. (coord.), Bulones y canguros. Los ejes productivos del desarrollo local, Buenos Aires, ICO/UNGS.

Boscherini, F. y Poma, L. (2000), “Más allá de los distritos industriales: el nuevo concepto de territorio en el marco de la economía global”, en Boscherini, F. y Poma, L. (comps.), Territorio, conocimiento y competitividad de las empresas, Buenos Aires, Miño y Dávila.

Castillo, V.; Cesa, V.; Filippo, A.; Rojo, S.; Schleser, D. y Yoguel, G. (2002), “Diná-mica del empleo y rotación de empresas: la experiencia del sector industrial de Argentina desde mediados de los noventa”, en Serie Estudios y Perspectivas, Nº 9, Santiago de Chile, CEPAL.

——; Rojo, S.; Ferlan, E.; Schleser, D.; Filippo, A.; Stumpo, G.; Mazorra, X. y Yoguel, G. (2004), “Observatorio de empleo y dinámica empresarial en Argentina”, en Serie Desarrollo Productivo, Nº 148, Santiago de Chile, CEPAL.

Centrángolo, O. y Gatto, F. (2003), “Dinámica productiva provincial a fines de los años noventa”, en Serie Estudios y Perspectivas, Nº 14, Santiago de Chile, CEPAL.

Fritzsche, F. y Vio, M. (2000), “El desarrollo local en áreas metropolitanas y el papel de la industria”, en Borello, J. (coord.) Bulones y canguros. Los ejes productivos del desarrollo local, Buenos Aires, ICO/UNGS.

Germani, G. (1955), Estructura social de la Argentina, Buenos Aires, Solar.

Glaeser, E. et al. (2002), “Growth in cities”, en The Journal of Political Economy, Vol. 100, Nº 6, Chicago.

Page 361: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

361Especialización productiva y empleo en Areas Económicas Locales

Gómez, P.; Peretti, M.; Pizarro, J. y Cadcardo, A. (1991), “Delimitación y carac-terización de la Región”, en Barski, O. (comp.), El desarrollo agropecuario pampeano, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano.

INDEC-Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, “Resultados provinciales del Censo 2001, Información seleccionada”, en <www.indec.gov.ar>.

Kenneth, P. Johnson (1995), “Redefinición de las áreas económicas de BEA”, en Survey of Current Business, en <www.bea.gov>.

Mazorra, X.; Filippo, A. y Schleser, D. (2005a), “Areas económicas locales y mercado de trabajo”, en Revista Estudios del Trabajo, Nº 27, Buenos Aires.

——; —— y —— (2005b), “Areas económicas locales y mercado de trabajo: estu-dio de tres casos”, en Serie Desarrollo Productivo, Nº 157, Santiago de Chile, CEPAL.

Mazorra, X. y Beccaria, A. (2005), “Diversidad productiva en las áreas económi-cas locales de la región pampeana”, en Serie Estudios, Nº 3, Buenos Aires, MTEySS.

Ministerio de Economía (2005), “Panorama Económico Provincial”, Subsecretaría de Programación Económica, Dirección Nacional de Programación Económica Regional, en <www.mecon.gov.ar>.

Porter, M. E. (2003), “The economic performance of regions”, en Regional Studies, Vol. 37, Boston.

Roccatagliata, J. A. (1992), “Regionalización”, en Roccatagliata, J. A. (coord.), La Argentina, geografía general y los marcos regionales, Buenos Aires, Planeta.

Sábato, J. (1980), “La Pampa pródiga: claves de una frustración”, Buenos Aires, CISEA.

Tattara, G. y Volpe, M. (2003), “Las redes en los distritos industriales italianos: la Terza Italia”, en Boscherini, F.; Novick, M. y Yoguel, G. (comps.), Nuevas tecnologías de información y comunicación: los límites en la economía del conocimiento, Buenos Aires, Miño y Dávila.

Vapñarsky, C. (1995), “Primacía y macrocefalia en la Argentina: la transformación del sistema de asentamiento humano desde 1995”, Desarrollo Económico, Nº 138, Vol. 35, Buenos Aires, IDES.

Yoguel, G. y Boscherini, F. (2000), “Aprendizaje y competencias como factores competitivos en el nuevo escenario: algunas reflexiones desde la perspectiva de la empresa”, en Boscherini, F. y Poma, L. (comps.), Territorio, conocimiento y competitividad de las empresas, Buenos Aires, Miño y Dávila.

Page 362: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se
Page 363: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

363

Valeria Esquivel

La inserción desventajosa de las mujeres en el mercado de trabajo es una faceta más de la inequidad de género. En el caso argentino, las

mujeres participan menos en el mercado de trabajo, tienen una mayor tasa de desempleo, trabajan menos horas para el mercado (no siempre voluntariamente) y generan menores ingresos laborales mensuales que los varones. Tales menores ingresos no sólo restan autonomía económica a las mujeres, sino que tienen efectos inmediatos en el bienestar de sus hogares (Rodríguez Enríquez, 2007; Giacometti, 2005).

El presente artículo se concentra en una faceta particular de esta inserción: el análisis de las razones que subyacen a las diferencias entre los ingresos laborales horarios de varones y mujeres asalariados. La muy elevada proporción de asalariadas entre las ocupadas y las menores horas trabajadas por ellas –que a primera vista podrían justifi car menores ingresos mensuales– motivan dicho recorte. El mismo tiene también una fundamentación teórica: la conceptualización de la discriminación y la segregación ocupacional por razones de género en términos económicos requiere, para su formulación, de la presencia de empleadores discrimina-dores, una fi gura inexistente en inserciones laborales no asalariadas.

El artículo avanza en varios abordajes alternativos para identifi car los efectos en los salarios de varones y mujeres de la discriminación y de la segregación. Luego de un análisis exploratorio, la cuarta sección se basa en la metodología de Tam (1996) y Esquivel y Paz (2005) para analizar el efecto de la inserción diferencial de varones y mujeres en puestos de calidad o regulares sobre los diferenciales de salarios. Los análisis siguen

Page 364: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

364 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

luego el abordaje tradicional de Oaxaca-Blinder para la estimación de la contribución del capital humano y de la discriminación en los dife-renciales de salarios entre varones y mujeres, con algunas innovaciones metodológicas recientes. Estas introducen en las descomposiciones los sesgos de selección para el análisis de subgrupos dentro de los ocupados, en los que varones y mujeres participan en distinta proporción (Neuman y Oaxaca, 2004), y los efectos de la segregación ocupacional horizontal (Macpherson y Hirsch, 1995; Amarante y Espino, 2004).

La persistencia de diferenciales de salarios por género aparece como una anomalía en el desarrollo fl uido de la teoría neoclásica de fi jación de salarios, en la que estos últimos retribuyen la productividad marginal del trabajo. En competencia perfecta y un entorno de fi rmas maximizadoras del benefi cio, la existencia de diferenciales de salarios observables entre varones y mujeres, así como la inserción de varones y mujeres en distintas ocupaciones, sólo se justifi caría debido a características de la oferta de trabajo, en particular en relación con las diferencias en las habilidades relativas y en las preferencias individuales.

De acuerdo a la tesis central de la teoría del capital humano, existe una relación directa entre los ingresos del trabajo y el stock de capital humano adquirido a través de inversiones en la propia capacidad de incrementar la productividad, tales como la educación formal, la capacitación en el trabajo, el cuidado médico, etc. Estas inversiones resultan del cálculo costo-benefi cio entre los costos directos y de oportunidad que insume la formación, y los salarios a lo largo de la vida laboral. Estos dependen fundamentalmente del tiempo esperado de permanencia en el mercado de trabajo, que brinda “retornos” a las habilidades generales (por oposición a habilidades específi cas, relacionadas con el puesto de trabajo) obtenidas a través de la educación. Debido a que los retornos serán más altos para las personas que trabajan a tiempo completo la mayor parte de su vida adulta y –en el caso del capital humano específi co de las fi rmas– no aban-donan sus puestos para dedicarse al trabajo no remunerado, esta teoría racionaliza tanto la mayor inversión en capital humano de los jóvenes (en comparación con los adultos) como la baja relación entre remuneraciones y edad en las mujeres, asociada a su inserción intermitente en el mercado

Page 365: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

365Género y diferenciales de salarios en la Argentina

de trabajo debido al sostenimiento de los roles familiares tradicionales (Polachek, 2004).

A su vez, las tasas de depreciación del capital humano por cada año fuera de la fuerza de trabajo son mayores entre los más educados y aque-llos que ocupan puestos técnicos o profesionales, por lo que la teoría de capital humano provee una explicación para la segregación ocupacional1 por el lado de la oferta, en tanto una respuesta a la intermitencia en la permanencia en el mercado es la elección de ocupaciones con bajas tasas de depreciación (y bajos salarios).

En efecto, la teoría del capital humano enfatiza el hecho de que ciertas características de los puestos (menores costos de intermitencia, fl exibili-dad horaria y de trabajo, etc.) infl uyen en la “elección” de los mismos más allá de los factores de demanda. Varones y mujeres podrían autoseleccio-narse en diferentes ocupaciones debido a normas de género en relación con las mismas (ocupaciones socialmente consideradas “femeninas” o “masculinas”); como consecuencia de ventajas comparativas en el trabajo no remunerado (la idea de “especialización” de las mujeres en las tareas del hogar); por la discriminación en factores previos al mercado (variadas restricciones educativas, que alteran los costos y benefi cios de la inver-sión en capital humano –Altonji y Blank, 1999–) y/o simplemente por preferencias diferenciales por género2. Llevados al extremo, sin embargo, estos argumentos justifi can los menores salarios de las mujeres al atribuir-los a sus propias decisiones racionales, de manera que estas –y los grupos desfavorecidos en general– resultan víctimas de sus propias elecciones (Figart, 1999a; Bergmann, 1986).

En este sentido, es paradojal que Becker (1991) asumiera una única función de utilidad familiar3 y, a la vez, mujeres autónomas que disfrutan de completa libertad para tomar decisiones en términos de inversión y participación en el mercado de trabajo (England, 2003). Diversos autores señalan que estas decisiones no son libres, en tanto se hallan afectadas por normas y costumbres diferenciales por género y por la interacción entre las esferas de producción y reproducción: mientras la mayor parte del trabajo doméstico sea asignado a las mujeres, las elecciones de las muje-res tomarán en cuenta tales restricciones. El foco de la teoría del capital

1 Ver más adelante. Polacheck (1995: 64) señala que las explicaciones por el lado de la demanda sobre segregación ocupacional fueron previas al desarrollo de los primeros estudios de diferenciales de salarios por género desde una perspectiva de la oferta.

2 La teoría neoclásica llama preferencias a las características individuales “dadas”, previas al funcionamiento de los mercados.

3 O un jefe altruista. Para una crítica, ver England (2003) y Bergmann (1995).

Page 366: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

366 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

humano en las decisiones individuales omite el efecto de las decisiones de otros sobre las propias decisiones (Jacobsen, 1999).

El abordaje tradicional denomina discriminación y segregación ocu-pacional a fenómenos relacionados con la demanda de trabajo. La discri-minación en el mercado de trabajo es una situación en la que dos perso-nas, igualmente productivas en el sentido material y físico, son tratadas de manera diferente (una de ellas, peor) sólo en virtud de características observables, como su género4. Dicho tratamiento diferencial se expresa tanto en niveles salariales diferentes para individuos comparables (el resultado observable de la discriminación) como en diferentes demandas para sus servicios del trabajo al salario dado, es decir, en segregación.

En presencia de discriminación, el estatus de las mujeres se verá afec-tado directamente, al producir diferencias en los resultados económi-cos entre hombres y mujeres no explicados por diferencias en factores relacionados con la productividad o las califi caciones; e indirectamente, en el caso en que este trato diferencial sea persistente en el tiempo, dis-minuyendo los incentivos que las mujeres tienen a invertir en capital humano.

La metodología tradicional para medir discriminación (Blinder, 1973; Oaxaca, 1973) consiste en descomponer el diferencial entre los salarios medios de varones y mujeres en componentes explicados –o “justifi ca-bles” por factores de oferta– y componentes no explicados por factores de oferta (ver Apéndice metodológico). Estrictamente, es esta última porción la que se denomina discriminación, aun cuando la omisión de variables signifi cativas y/o características personales no observables5 implica que este segundo componente capta, a la vez, el efecto de la discriminación y eventuales errores de especifi cación del modelo.

Es claro también que atribuir la discriminación al segundo compo-nente supone que el primero –ligado en esta formulación a características y decisiones personales– se encuentra libre de ella. Esto resulta particular-mente problemático si se incluyen como variables “no discriminatorias” ciertos atributos del puesto de trabajo, ya que de tal forma se asume implícitamente que la segregación se debe a decisiones libres de varones y mujeres (Bergmann, 2004)6.

4 Esta defi nición se deriva de Becker (1971) y Altonji y Blank (1999). 5 También las características observables pero no observadas debido a restricciones de la

fuente de información.6 Barbara Bergmann (2004) destacó este punto al señalar que “la gente que hace regre-

siones de salarios, presumiblemente con el objetivo de descubrir qué proporción de la brecha por género es causada por la discriminación […] tratan a la ocupación como una

Page 367: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

367Género y diferenciales de salarios en la Argentina

La segregación ocupacional se evidencia en la distribución desigual de varones y mujeres entre sectores (segregación horizontal) y ocupa-ciones (segregación vertical). En términos abstractos, tanto la completa segregación como la completa integración resultan compatibles con la ausencia de discriminación (salarios acordes a la productividad marginal). Sin embargo, la segregación suele ser jerárquica, al excluir a las mujeres de ocupaciones de mayor prestigio y salarios relativos. Así, las mujeres tienden a concentrarse en ciertas ocupaciones en las que el exceso de oferta opera para deprimir los salarios relativos. Esta es la “hipótesis de concentración” u overcrowding model, elaborada en primera instancia por Barbara Bergmann (1974) y recientemente reelaborada en términos de la composición de género de las ocupaciones por Macpherson y Hirsch (1995). Estos autores incorporan a la metodología de Oaxaca-Blinder una variable que refl eja el porcentaje de mujeres en la ocupación, con el objetivo de captar la penalidad salarial asociada a realizar “trabajos de mujeres” (ver Apéndice metodológico).

Lamentablemente, la “hipótesis de concentración” no explica en sí misma por qué las normas sociales o los mecanismos institucionales que la generan se sostienen en el tiempo (Blau et al., 2002). En particular, no explica cómo y por qué las mujeres son relativamente excluidas de puestos de mayor jerarquía (y por lo tanto de mayor calidad y salarios relativos), incluso al interior de sectores más feminizados.

Recientemente, Neuman y Oaxaca (2004) han propuesto el trata-miento de las barreras a la entrada a puestos de calidad (segregación ver-tical) como un sesgo de selección muestral en el análisis del diferencial de salarios por género entre grupos seleccionados de trabajadores (ver Apéndice metodológico). En este artículo, esta metodología se utilizará analizando en particular las barreras a la entrada a puestos de calidad o regulares, defi nidos como aquellos registrados (con descuento jubilato-rio), estables y sin insufi ciencia involuntaria en las horas trabajadas (no hay subocupación horaria7).

variable explicativa no discriminadora, que nada tiene que ver con el comportamiento de los empleadores sino simplemente con las elecciones libres de las mujeres […] implicando que nadie respetable consideraría que existe discriminación en la distribución de varones y mujeres por ocupaciones y que ninguna discusión de este tema es admisible en una publicación académica” (en inglés en el original).

7 Los subocupados horarios son un subconjunto de los ocupados que trabajan menos de 35 horas semanales, cuando esta menor jornada se debe a causas involuntarias y los ocupados declaran estar dispuestos a trabajar más horas.

Page 368: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

368 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Tanto la discriminación como la segregación son rasgos criticables del mercado de trabajo, no sólo en términos de equidad de género, sino también en base a consideraciones de efi ciencia en el funcionamiento de mercados competitivos ya que, en ausencia de discriminación, empleado-res maximizadores del benefi cio remuneran a los trabajadores de acuerdo a su productividad, siendo esta una regla objetiva para la cual el género de una persona (o su raza, edad, etc.) se torna irrelevante.

Las condiciones del mercado de trabajo evolucionaron muy satis-factoriamente entre el segundo trimestre de 2003 y el mismo período de 20068. La tasa de actividad pasó del 45,6 al 46,7% de la población; la tasa de empleo creció 4,4 puntos porcentuales para llegar al 41,8%; y el desempleo descendió en más de 7 puntos, pasando de 17,8 a 10,4% de la PEA al fi nal del período bajo análisis9.

En este contexto, la tasa de actividad de los varones creció levemente más que la de las mujeres (1,4 y 0,8 puntos porcentuales respectiva-mente), lo que no impidió que su desempleo disminuyera casi a la mitad de los valores iniciales: del 16,3% al 8,4%. A las mujeres, sin embargo, no les fue tan bien: su tasa de desempleo descendió del 19,8 a 13%, man-teniéndose superior a la de los varones (Cuadro 1). Esta menor caída del desempleo se asocia a un relativo menor dinamismo de la tasa de empleo femenina en comparación con la masculina (el crecimiento de la primera fue de 3,3 puntos porcentuales entre puntas, sustancialmente menor a los 5,5 puntos porcentuales de incremento de la segunda).

CUADRO 1. Modelos ajustados con y sin interacción sexo-regularidad 2003

2003

Valores ajustados Ecuación [1.a] Ecuación [1] Estadística descriptiva

Variable Coefi ciente Error Std. Coefi ciente Error Std. Media Desvío

Varón 0,0603a 0,017 0,1155a 0,014 0,523 0,500

Varón Regular 0,1214a 0,023 0,251 0,434

Regular 0,2984a 0,020 0,421 0,494

8 La información de este artículo se basa en procesamientos propios en base a la EPH, II trimestre de 2003 y II trimestre de 2006.

9 Para un análisis en profundidad, ver Contartese y Maceira (2005).

Page 369: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

369Género y diferenciales de salarios en la Argentina

Continuación CUADRO 12003

Valores ajustados Ecuación [1.a] Ecuación [1] Estadística descriptiva

Variable Coefi ciente Error Std. Coefi ciente Error Std. Media Desvío

Mujer regular 0,169 0,375

Otras -0,0448d 0,039 -0,1029b 0,040 0,023 0,150

Industria -0,1257a 0,022 -0,1414a 0,023 0,114 0,317

Construcción -0,1804a 0,031 -0,2734a 0,032 0,043 0,203

Comercio -0,1211a 0,020 -0,1576a 0,020 0,224 0,417Servicios fi nancieros -0,0589b 0,026 -0,0760a 0,027 0,064 0,244

Servicios personales -0,1249a 0,018 -0,1531a 0,019 0,274 0,446

Servicio doméstico -0,0055 0,027 -0,0703b 0,106 0,307Administración pública 0,153 0,360

Hasta primaria completa -0,4130a 0,019 -0,4635a 0,019 0,309 0,462

Secundaria incompleta -0,3443a 0,019 -0,3832a 0,020 0,170 0,375

Secundaria completa -0,1935a 0,016 -0,1984a 0,017 0,231 0,421

Terciaria incompleta o completa

0,278 0,448

Experiencia 0,0270a 0,002 0,0302a 0,002 20,966 13,612Experiencia (al cuadrado) -0,0004a 0,000 -0,0005a 0,000 624,821 709,930

Antigüedad hasta 1 año -0,1372a 0,014 -0,2396a 0,014 0,262 0,440

Antigüedad superior a 1 año 0,687 0,464

Califi cación profesional 0,056 0,230

Califi cación técnica -0,2159a 0,026 -0,2067a 0,027 0,160 0,366Califi cación operativa -0,5000a 0,025 -0,5040a 0,026 0,445 0,497

No califi cados -0,6245a 0,028 -0,6510a 0,029 0,335 0,472Más de 500 ocupados 0,2546a 0,026 0,3401a 0,026 0,058 0,234

Entre 101 y 500 ocupados 0,2417a 0,021 0,3461a 0,021 0,101 0,302

Entre 41 y 100 ocupados 0,2007a 0,021 0,2839a 0,021 0,094 0,292

Entre 6 y 40 ocupados 0,1079a 0,014 0,1515a 0,014 0,298 0,457

Hasta 5 ocupados 0,218 0,413

Page 370: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

370 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Continuación CUADRO 12003

Valores ajustados Ecuación [1.a] Ecuación [1] Estadística descriptiva

Variable Coefi ciente Error Std. Coefi ciente Error Std. Media Desvío

NOA -0,4525a 0,022 -0,5006a 0,023 0,212 0,409

NEA -0,4832a 0,026 -0,5218a 0,026 0,097 0,296

Cuyo -0,3610a 0,025 -0,4086a 0,026 0,108 0,311

Pampeana -0,2474a 0,021 -0,2789a 0,022 0,299 0,458

GBA -0,0897a 0,023 -0,1360a 0,023 0,199 0,399

Sur 0,084 0,278

No casado -0,0995a 0,013 -0,1211a 0,013 0,394 0,489Menores de 4 años en el hogar -0,0380a 0,013 -0,0480a 0,013 0,301 0,459

Menores de entre 5 y 14 años en el hogar

-0,0707a 0,012 -0,0778a 0,012 0,477 0,499

Horas totales -0,0132a 0,000 -0,0113a 0,000 37,973 19,172

Constante 2,0275a 0,041 2,1489a 0,042

Logaritmo del salario horario 0,927 0,772

Observaciones 10174 10174

R2 0,509 0,473

R2 Ajustado 0,507 0,471

Variables de control (no incluidas en la regresión):• Mujer no regular; administración pública; antigüedad superior a un año.• Califi cación profesional; hasta 5 ocupados; región Sur; casado; sin menores.• Administración pública; antigüedad superior a un año.• Califi cación profesional; hasta 5 ocupados; región Sur; casado; sin menores.

El superíndice denota la signifi catividad estadística del coefi ciente estimado: a1%, b5%, c10% y d no signifi cativo a los niveles anteriores.

La proporción de asalariados sobre total de ocupados es superior entre las mujeres que entre los varones, aunque esta inserción ocupacional es de menor calidad tanto en 2003 como en 2006. Las mujeres asalariadas están registradas y tienen puestos permanentes en menor proporción que los varones, y su tasa de subocupación es sustancialmente mayor a la de estos últimos. En 2003, la combinación de estas dimensiones hacía que sólo un tercio de las mujeres estuviera en puestos regulares, mientras poco más del 45% lo estaba entre los varones. Estas proporciones pasan respectivamente al 43,6 y 55,2% en 2006.

Page 371: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

371Género y diferenciales de salarios en la Argentina

Las mejoras relativas en términos de estabilidad de los puestos entre los dos momentos bajo análisis impactaron proporcionalmente más en entre los varones, mientras entre las mujeres descendió notoriamente más la subocupación horaria. Estos movimientos, sumados a un incremento de la registración relativamente neutral en términos de género, dieron como resultado que la mejora relativa en términos de regularidad fuera levemente superior entre las mujeres que entre los varones. En ambos casos, la proporción de asalariados regulares sobre asalariados totales creció casi 10 puntos porcentuales, lo que representó un crecimiento de más de 20% de esta tasa en el período bajo análisis.

Consistente con patrones de largo plazo, las asalariadas están más edu-cadas que los asalariados, trabajan menos horas y sus ingresos mensuales son menores. Tal como notaran Esquivel y Paz (2005), la serie histórica de salarios horarios por género ha mostrado brechas salariales favora-bles a las mujeres, un rasgo constante –y sorprendente– del mercado de trabajo argentino que se refl ejaba todavía en el año 2003. En el segundo trimestre de ese año, los varones asalariados ganaban, en promedio, un 6,1% menos que las asalariadas mujeres. El Gráfi co 1, que muestra la distribución del logaritmo de los salarios horarios de mujeres y varones ajustados por la función de densidad de kernel, evidencia esta diferencia en una densidad más alta para el salario de las mujeres que para el de los varones, levemente desplazada hacia los salarios más elevados.

GRÁFICO 1. Función de densidad (kernel) del logaritmo de los salarios horarios por sexo, 2003

-2 0 2 4 6

2

4

6

8

In salario horario mujeres In salario horario varonesInw

Fuente: Elaboración propia en base a EPH Continua, segundos trimestres.

Page 372: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

372 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Este comportamiento ya no está presente en 2006. Los varones incre-mentaron más que las mujeres las horas promedio trabajadas entre los dos períodos bajo análisis (9,3 versus 6,7%) y aún más sus ingresos men-suales (73 versus 66% en términos nominales). Este mayor incremento promedio, sumado al cambio en la distribución de los salarios horarios de varones y mujeres, evidente en el Gráfi co 2, hace que en 2006 el salario horario de los varones sea superior al de las mujeres en 5,1%. La brecha de salarios horarios es ahora desfavorable a las mujeres.10

GRÁFICO 2. Función de densidad (kernel) del logaritmo de los salarios horarios por sexo, 2006

-2 0 2 4

2

4

6

In salario horario mujeres In salario horario varones

6Inw

Fuente: Elaboración propia en base a EPH Continua, segundos trimestres.

El Cuadro 1 muestra también patrones de segregación ocupacional por género consistentes con la estructura del empleo asalariado de largo plazo (Cortés, 2000). Más del 50% de las asalariadas están ocupadas en los servicios personales y sociales y el servicio doméstico, y esta proporción llega al 54,6% en 2006. Por su parte, la mitad de los varones asalariados se ocupa en el comercio y la industria. La construcción, que había perdido peso durante la crisis, llega a explicar el 6,8% del empleo

10 Estas brechas de salarios horarios ponderadas son equivalentes a las brechas no pondera-das de -4,07% en 2003 y 3,77% en 2006. Ver sección siguiente y Cuadro 2.

Page 373: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

373Género y diferenciales de salarios en la Argentina

asalariado total, y el 12% del empleo asalariado de varones. La adminis-tración pública, junto con la educación y establecimientos públicos de salud, presenta también una feminización promedio elevada. En general, la tasa de feminización media por rama de actividad se ha incrementado entre 2003 y 2006, o se ha mantenido constante.

Las brechas entre salarios horarios de varones y mujeres menciona-das más arriba se evidencian también en términos no ponderados. En el segundo trimestre de 2003, los salarios horarios de los varones asala-riados eran, en promedio, un 4,1% menores que los de las mujeres. Sin embargo, la inclusión de variables explicativas personales y sectoriales (ver Cuadro 2) revierte el signo de esta brecha: ajustando por dichas características –es decir, a igualdad de las mismas–, la brecha se torna favorable a los varones en un 11,6%. Esto implica que la ventaja obser-vada resulta en realidad de características que hacen a las mujeres más productivas que los varones.

Por el contrario, los datos para el 2006 muestran una brecha observada favorable a los varones de 3,8%. A igualdad de características asociadas a la productividad, sus salarios horarios son aún menores (18,2%). Tanto la situación de 2003 como la actual constituirían indicios de discrimi-nación salarial.

CUADRO 2. Brechas de remuneraciones horarias por sexo. Asalariados. Total del país

2003 2006Ecuación [1] Ecuación [1.a] Ecuación [1] Ecuación [1.a]

Valo

res

med

ios

Valo

res

ajus

tado

s

Valo

res

med

ios

Valo

res

ajus

tado

s

Valo

res

med

ios

Valo

res

ajus

tado

s

Valo

res

med

ios

Valo

res

ajus

tado

s

Coefi cientes

Varón -0,0407a 0,1155a -0,1421a 0,0603a 0,0377a 0,1817a 0,0015d 0,2186a

Regular 0,6208a 0,2984a 0,8030a 0,4967a

Varón regular 0,0480d 0,1214a -0,1121a -0,0761a

Constante 0,9487a 0,7285a 1,4185a 1,0662a

Page 374: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

374 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Continuación CUADRO 22003 2006

Ecuación [1] Ecuación [1.a] Ecuación [1] Ecuación [1.a]

Valo

res

med

ios

Valo

res

ajus

tado

s

Valo

res

med

ios

Valo

res

ajus

tado

s

Valo

res

med

ios

Valo

res

ajus

tado

s

Valo

res

med

ios

Valo

res

ajus

tado

s

Brechas medias

V/M -0,0407 0,1155 -0,1219 0,1114 0,0377 0,1817 -0,0552 0,1800

VR/MR -0,0941 0,1817 -0,1106 0,1424

VR/MNR 0,5267 0,4800 0,6924 0,6391

VNR/MNR -0,1421 0,0603 0,0015 0,2186

VR/VNR 0,6688 0,4197 0,6909 0,4206

MR/MNR 0,6208 0,2984 0,8030 0,4967

R/NR 0,5646 0,4069 0,7361 0,5829

Observaciones 10174 10174 10174 10174 12344 12344 12344 12344

Varones 5317 5317 5317 5317 6722 6722 6722 6722

Regulares 4280 4280 6245 6245Varones regulares 2557 2557 3779 3779

R2 0,0007 0,4730 0,1692 0,5087 0,0006 0,5206 0,2467 0,5789

R2Ajustado 0,0006 0,4714 0,1689 0,5071 0,0006 0,5194 0,2466 0,5777

Fuente: Cálculos propios con datos de la EPH (segundos trimestres) . El detalle de los modelos ajustados se presenta en el Anexo, Cuadros A1 y A2.

Nota: El superíndice denota la signifi catividad estadística del coefi ciente estimado: a 1%, b 5%, c 10% y d No signifi cativo a los niveles anteriores.

Una hipótesis sobre estos diferenciales salariales, tanto observado como ajustado, gira en torno a la calidad diferencial de la inserción ocu-pacional de varones y mujeres (ver Apéndice metodológico). En efecto, las brechas de género no son neutrales a la condición de regularidad de la ocupación: varones y mujeres en puestos regulares generaban en 2003 ingresos horarios superiores en más de un 50% a los puestos no regulares –con independencia del género–, proporción que supera el 70% en 2006. Estas brechas disminuyen en términos ajustados para ambos años, lo que indica que parte del diferencial positivo en puestos regulares se debe a características asociadas a la mayor productividad de los trabajadores (y, por lo tanto, a mayores salarios). Sin embargo, el diferencial no desapa-rece y se mantiene en 40,7 y 58,3% respectivamente, señalando la ventaja salarial implícita en estos puestos.

Page 375: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

375Género y diferenciales de salarios en la Argentina

En comparación con el grupo de control (las mujeres en puestos no regulares, MNR), las mujeres en puestos regulares (MR) generaban en 2003 salarios horarios 62,1% mayores; los varones regulares (VR) 52,7% mayores; y los varones no regulares (VNR) salarios horarios 14,2% menores. Es decir, en promedio, los varones reciben ingresos horarios menores que las mujeres en iguales puestos tanto cuando son no regulares (-14,2%) como cuando son regulares (-9,41%).

En 2003, todos los signos negativos se revierten en términos ajus-tados, pero no en igual proporción. La brecha salarial entre varones y mujeres pasa del -12,2 al 11,2%. La misma brecha, pero en los puestos regulares, de mejor calidad, pasa del -9,4 al 18,2%. Además, al ajustar por las características personales, las brechas entre varones regulares y no regulares descienden menos que entre mujeres regulares y no regu-lares, lo que señalaría una distancia en características personales y del puesto (más allá de la regularidad) mayor entre las mujeres asalariadas agrupadas de acuerdo a la regularidad en sus puestos que entre varones asalariados en estos puestos11.

En 2006, la situación es relativamente similar. Las mujeres regulares generan salarios horarios 80,3% mayores; los varones regulares, 69,2% mayores; y los varones no regulares salarios, horarios prácticamente igua-les que el grupo de control. La brecha observada sigue siendo notable-mente favorable a las mujeres en los puestos regulares, ya que los varones regulares reciben ingresos horarios 11,1% menores que estas. Al ajustar por las características asociadas a la productividad de varones y mujeres, las evidencias de discriminación salarial se hacen aún más patentes que en 2003: a iguales características, los varones asalariados generan ingresos horarios 18% mayores que el conjunto de las mujeres asalariadas; los varones regulares, 14,2% mayores que las mujeres regulares; y los varones no regulares, 21,9% mayores que las mujeres no regulares.

A diferencia de 2003, las brechas entre puestos regulares y no regu-lares disminuyen con igual intensidad entre las mujeres (MR/MNR) y entre los varones (VR/VNR), pero esta disminución no alcanza a diluir este fuerte efecto “calidad del puesto”.

En resumen, las brechas salariales ajustadas entre varones y muje-res son siempre positivas (favorables a los varones). En 2006, la menor brecha emerge entre varones y mujeres en puestos de elevada calidad (regulares), mientras que en puestos no regulares esta crece. En 2003, la menor brecha de género ajustada aparece en los puestos de menor

11 Ver Cuadros A1 y A2.

Page 376: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

376 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

calidad relativa (no regulares). Además, en todos los casos las brechas entre tipo de puestos (R/NR; VR/VNR; MR/MNR) son mayores que las brechas por género en el mismo tipo de puesto, por lo que la presencia relativa de mujeres y varones en los mismos constituye un rasgo central para explicar los diferenciales de salarios por género.

4.1. Efectos de la segregación ocupacional de acuerdo a la calidad de los puestos

Dada la relativa menor presencia de mujeres asalariadas en puestos regulares, la brecha salarial observada favorable a las mujeres y el menor nivel de discriminación salarial al interior de este grupo (en 2006), inte-resa investigar si existen barreras a la entrada a estos puestos diferenciales para varones y mujeres; es decir, si las mujeres son, en términos relativos, negativamente seleccionadas en estos puestos. El estudio de la existencia de barreras al acceso a puestos de calidad constituye una adaptación de la noción de segregación vertical, aun cuando las jerarquías de las que se trata no se dan al interior de las fi rmas sino en términos de la calidad relativa de los puestos.

Un primer paso para el análisis de la existencia de estas barreras es el cálculo de la probabilidad de ser un asalariado o asalariada regular, estimada a través de regresiones probit para varones y mujeres en las que la variable dependiente toma valor 1 si los trabajadores se encuentran en puestos regulares y 0 si no lo están (ver Anexo metodológico). Tanto en 2003 como en 2006, la probabilidad de encontrarse en estos puestos de mayor calidad está asociada positivamente al empleo en sectores más estructurados, en particular la Administración Pública e Industria entre los varones, y los Servicios Financieros, Comercio, Administración pública y Enseñanza entre las mujeres; en establecimientos medianos o grandes; y en puestos con mayor contenido de califi caciones. La educación (medida en años) también se relaciona positivamente con la probabilidad de ser regular (ver Cuadros A3 y A4).

En base a estas regresiones se calcula el valor de lambda λ (también llamado Inverse Mills Ratio o IMR), con el objetivo de “corregir” la estimación de los salarios medios de varones y mujeres regulares por el sesgo de selección. La existencia de barreras a la entrada a este tipo de puestos puede verse en el Cuadro 3, en el que se muestran los valores que

Page 377: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

377Género y diferenciales de salarios en la Argentina

toman el sesgo de selección muestral y sus componentes (ver ecuaciones 4.a, 4.b y 4.c en el Anexo metodológico).

CUADRO 3. IMR promedio y coefi cientes estimados utilizados en el cálculo del sesgo de selección. Asalariados regulares. Total del país, 2003 y 2006

ˆ(

mm

vv

λθ

λθ

vθ̂ mθ̂

vλ 0 mλ

)(

ˆ0

mm

λθ

mm

θθ

ˆ(

)(

ˆ0 m

vv

λλ

θ−

2003 -0,0506 -0,3897 -0,2933 0,7027 0,6802 0,7611 0,0316 -0,0734 -0,0088

2006 0,0363 -0,2800 -0,3205 0,5941 0,5606 0,6323 0,0201 0,0256 -0,0094

Fuente: Cálculos propios con datos de la EPH (segundos trimestres) . El detalle de los modelos ajustados se presenta en el Anexo, Cuadros A3 y A4.

En los dos años bajo análisis, los valores medios de λ son mayores para las mujeres que para los varones, lo cual es consistente con las menores probabilidades relativas de las mujeres de acceder a puestos regulares. Los coefi cientes θ̂ estimados al incluir al IMR en las regresio-nes mincerianas de salarios (ver Anexo metodológico) son en todos los casos negativos y estadísticamente signifi cativos, lo que señala que tanto los varones como las mujeres con mayor probabilidad de ocupar estos puestos obtienen, cuando efectivamente los ocupan, un retorno superior al explicado sólo por características asociadas a la productividad.

Sin embargo, al aplicar los coefi cientes de la ecuación probit de los varones para calcular 0

mλ , los valores de mλ disminuyen (pasan de 0,76 a 0,68 en 2003, y de 0,63 a 0,56 en 2006), señalando que los valores de la ecuación probit de las mujeres penalizan más la probabilidad de estar en una ocupación regular (ya que la relación ente los λ y dicha proba-bilidad es inversa).

A su vez, los 0mλ son también menores a los vλ , implicando que

las características personales de las mujeres tienden a generar mayores probabilidades de estar ocupadas en puestos regulares que las mismas características de los varones. Para los dos años estudiados, la lectura de

Page 378: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

378 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

estos valores señala que, de ser sólo por sus características personales, las mujeres asalariadas deberían estar más –y no menos– presentes en ocupaciones regulares, pero son negativamente seleccionadas en estos puestos con más intensidad que los varones.

Este efecto guarda relación con la brecha de salarios observada entre varones y mujeres asalariados regulares. La descomposición simple de esta brecha de remuneraciones por género (marcadas en negrita en el Cuadro 2, de -9,4% en 2003 y -11,1% en 2006) de acuerdo a la ecuación [4] muestra que las dotaciones de capital humano (la diferencia entre el promedio de características personales asociadas a la productividad, vX y mX , valuada a los “precios” de los varones vβ̂ ) explican un 302,8% del diferencial de salarios horarios en 2003 y un 221,6% en 2006 (Cua-dro 4). Dicho de otro modo, el diferencial observado sería mayor si las características de las mujeres fueran remuneradas a los “precios” de los varones. Si la brecha es sólo del 9,4% favorable a las mujeres es por la penalidad en los retornos que ellas reciben: la proporción atribuida a los coefi cientes (el segundo término de la ecuación [4]) es positiva en los dos años bajo estudio, y explica el 202,9% de la brecha en 2003 y el 121,2% en 2006.

CUADRO 4. Descomposición de la brecha de remuneraciones por sexo. Asalariados regulares. Total del país, 2003 y 2006

Brechas de salarios Dotaciones Coefi cientes Sesgo de

selección

Valor medio % % % %

2003

Sin sesgo de selección [4] -0,0941 100 -0,2850 302,8 0,1910 -202,9 - -

Con sesgo de selección [4.a]

-0,0941 100 -0,2466 262,0 0,2031 -215,8 -0,0506 53,7

Con sesgo de selección [4.b]

-0,0941 100 -0,3288 349,3 0,2346 -249,3 - -

Con sesgo de selección [4.c]

-0,0941 100 -0,2554 271,3 0,2346 -249,3 -0,0734 77,9

2006

Sin sesgo de selección [4] -0,1106 100 -0,2450 221,6 0,1340 -121,2 - -

Page 379: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

379Género y diferenciales de salarios en la Argentina

Continuación CUADRO 4Brechas de

salarios Dotaciones Coefi cientes Sesgo de selección

Valor medio % % % %

Con sesgo de selección [4.a]

-0,1106 100 -0,2203 199,3 0,0734 -66,4 0,0363 -32,9

Con sesgo de selección [4.b]

-0,1106 100 -0,2041 184,5 0,0935 -84,5 - -

Con sesgo de selección [4.c]

-0,1106 100 -0,2297 207,7 0,0935 -84,5 0,0256 -23,2

Fuente: Cálculos propios con datos de la EPH (segundos trimestres) . El detalle de los modelos ajustados se presenta en el Anexo, Cuadros A3 y A4.

Al incluir en la descomposición el sesgo de selección calculado según el último término de [4.a] en 2003, se resta algo de intensidad al efecto de las dotaciones pero se incrementa el efecto de los coefi cientes. Esto es así porque el signo del sesgo de selección es negativo e incrementa la brecha observada (actúa en el mismo sentido que las dotaciones, hacién-dola aún más favorable a las mujeres). Las menores probabilidades de las mujeres de acceder a este tipo de puestos son “remuneradas” con mayor intensidad que las mayores probabilidades de los varones, lo que indica que el premio de los varones vv λθ (-27,4%) es inferior al premio mm λθ que ellas reciben (-22,3%). Esto signifi ca que las mujeres con mayores ganancias potenciales de estar ocupadas en puestos regulares efectiva-mente lo estaban en 2003.

Esto ocurre porque el efecto “precio” de lambda favorece a las muje-res ( mmv λθθ )ˆˆ( − < 0), lo mismo que la comparación entre dotaciones de mujeres y varones evaluadas con la misma probit ( )(ˆ 0

mvv λλθ − < 0), lo que no logra ser compensado con la disminución del efecto de selección cuando se modifi ca la ecuación probit ( )(ˆ 0

mmv λλθ − > 0). La interpretación de estos valores se hace evidente en la estimación de la ecuación [4.b], en la que estos dos términos negativos se adicionan a las dotaciones (que alcanzan a explicar el 349,3% de la brecha) y el último término a los coefi cientes (que pasa a explicar el -249,3% de la brecha).

Por el contrario, si el premio a las mujeres fuera inferior, el sesgo de selección contribuiría a disminuir la brecha observada (actuaría a favor de los varones, del mismo modo que los coefi cientes). Eso es lo que

Page 380: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

380 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

ocurre en 2006, cuando el sesgo de selección es positivo y el premio de las mujeres en ocupaciones regulares (-20,3%) es inferior al de los varones (-16,6%).

En comparación con la estimación sin sesgo de selección, pierde rele-vancia relativa la proporción de la brecha explicada por coefi cientes o discriminación, lo que se acentúa si se asignan estos términos de acuerdo a la ecuación [4.b].

Resulta interesante notar que la ecuación [4.c] muestra el efecto “pre-cio” mmv λθθ )ˆˆ( − como un sesgo de selección puro, no atribuible a la discriminación como la proporción )(ˆ 0

mmv λλθ − del sesgo de selección –asociada al diferencial de probabilidades de estar en un puesto regular–, ni a las características diferenciales de mujeres y varones que muestra el término )(ˆ 0

mvv λλθ − . Es justamente el sesgo de selección puro el que revierte su signo entre 2003 y 2006, siendo ahora favorable a los varones que se encuentran en puestos regulares.

Este sesgo de selección puro se relaciona con la “respuesta” diferencial de los salarios de varones y mujeres cuando se ocupan puestos regulares. Aun cuando este sesgo de selección puro podría estar relacionado con características no observables de los varones y mujeres, la reversión de su signo entre 2003 y 2006 parecería indicar una profundización de ciertas actitudes de los empleadores, asociadas a visiones tradicionales sobre los costos que la incorporación de mujeres en puestos regulares podría acarrearles (licencias por maternidad, ausentismo, etc.)12, en momentos de fuerte crecimiento del empleo.

4.2. Efectos de la segregación horizontal

En el mercado de trabajo argentino, la segregación ocupacional horizontal, es decir, la composición por género de las ocupaciones13, no parece constituirse en una “penalidad” salarial en sí misma14.

La inclusión de la variable FEM en las regresiones mincerianas de salarios es signifi cativa tanto para varones como para mujeres asalaria-dos en los dos años bajo estudio, pero los coefi cientes que acompañan a la variable son positivos en todos los casos, por lo que tanto mujeres

12 Para un estudio en profundidad, ver Berger y Szretter (2002).13 La composición por género de las ocupaciones se aproximó a través de la variable FEM,

calculada como la presencia porcentual de mujeres por tipo de ocupación, en base al Clasifi cador Nacional de Ocupaciones a tres dígitos.

14 ¡Lo que no quiere decir que la segregación horizontal no exista!

Page 381: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

381Género y diferenciales de salarios en la Argentina

como varones obtendrían un “premio” por desempeñarse en ocupaciones femeninas15 (ver Anexo metodológico y Cuadro A5).

El cálculo de la ecuación [4.d] para el total de asalariados y asalaria-das en 2003 muestra que el impacto diferencial de la variable FEM tiene el mismo signo de la brecha, y actúa del mismo modo que las dotacio-nes, aunque con menor intensidad: los mayores salarios horarios de las mujeres se deben, en parte, al “premio” relativo por trabajar en sectores femeninos. Puede observarse que, en este caso, las dotaciones actúan a favor de las mujeres, disminuyendo la brecha. La inclusión de la variable FEM, sin embargo, no alcanza para diluir el efecto discriminatorio en los coefi cientes que se evidencia en el cálculo de la ecuación [4].

CUADRO 5. Descomposición de la brecha de remuneraciones por sexo y ajuste por presencia femenina. Asalariados. Total del país

Brechas de salarios Dotaciones Coefi cientes FEM

Valor medio % % % %

2003 Sin ajuste variable

FEM [4] -0,041 100 -0,1422 338,5 0,1002 -238,5 - -

Con ajuste variable FEM [4.d] -0,041 100 -0,1065 253,7 0,0925 -220,3 -0,028 66,7

Con ajuste variable FEM [4.d’] -0,013 100 -0,1065 761,0 0,0925 -661,0 - -

2006 Sin ajuste variable

FEM [4] 0,037 100 -0,0109 -28,6 0,0489 128,6 - -

Con ajuste variable FEM [4.d] 0,037 100 0,0098 26,8 0,1492 408,8 -0,123 -335,6

Con ajuste variable FEM [4.d’] 0,159 100 0,0098 6,1 0,1492 93,9 - -

Fuente: Cálculos propios con datos de la EPH (segundos trimestres). El detalle de los modelos ajustados se presenta en el Anexo, Cuadro A5.

15 Este signo es opuesto al esperado. En términos relativos, en el año 2003 el coefi ciente que acompaña a la variable FEM es menor para las mujeres que para los varones, por lo que el “premio” por estar en una ocupación femenina era usufructuado relativamente más por los varones que por las mujeres. Lo opuesto sucede en 2006.

Page 382: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

382 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

En 2006, por el contrario, la inclusión de la variable FEM hace aún más grande la brecha favorable a los varones, como es evidente si se netea su efecto directamente sobre la brecha [4.d’]. Su inclusión arras-tra consigo el efecto de las dotaciones: así, se hace evidente una leve ventaja en las dotaciones de los varones y un mayor premio a través de sus coefi cientes, que las mujeres compensan relativamente gracias a su adscripción a puestos en los que obtienen ciertas ventajas relativas.

Debe aclararse que estas regresiones incluyeron también un control por regularidad. Estrictamente, la regularidad no es una característica personal, sino del puesto (¡al igual que el grado de feminización de la ocupación!), que en la descomposición se introduce como una dotación, con un “precio” asociado16.

Este trabajo muestra los resultados visibles de una inserción asalariada relativamente desventajosa para las mujeres. No sólo su salario horario observado es menor en promedio que el de los varones en la actualidad, sino que, ajustando por características personales asociadas a la pro-ductividad –aquellas que, en teoría, son remuneradas por los salarios–, sus salarios horarios deberían ser mayores a los de los varones en los dos períodos bajo análisis. Este es un indicio cierto de discriminación desfavorable a las mujeres.

Varios procesos, no independientes entre sí, explican esta desventaja. Por una parte, existe evidencia de barreras al acceso a puestos de calidad. Las asalariadas están menos presentes allí donde su ventaja observada es mayor, es decir, en los puestos regulares. Su ausencia no es trivial: están negativamente seleccionadas en estos puestos, ya que la probabilidad de entrar a los mismos es menor que la de los varones. Más aún, su función de selección penaliza más a las mujeres que a los varones con iguales características y, en la actualidad, las mujeres en puestos regulares tienen una penalidad extra por estar en los mismos, relativa a los varones en el mismo tipo de puesto.

Al parecer, la mayor entrada de mujeres y varones a puestos regulares que se dio entre 2003 y 2006 ha premiado relativamente más a estos últi-mos que a aquellas, aun cuando los mayores premios a las características

16 Cabrían aquí las críticas señaladas con anterioridad respecto de la inclusión de caracterís-ticas sectoriales en la descomposición de salarios.

Page 383: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

383Género y diferenciales de salarios en la Argentina

personales de los varones (coefi cientes) hayan disminuido en el mismo período en términos de la proporción de la brecha que explican. Así, la brecha observada favorable a las mujeres en este grupo de asalariados se debe a que, con sus dotaciones de capital humano, compensan por demás los efectos adversos mencionados.

Paralelamente, el mercado de trabajo argentino evidencia un proceso de segregación horizontal con consecuencias salariales diferenciales. Las mujeres y los varones que trabajan en ocupaciones más feminizadas obtienen un “premio” salarial que en la actualidad es mayor para las mujeres, lo que continuaría atrayéndolas a estas ocupaciones. Este premio no logra compensar, sin embargo, el efecto discriminatorio de la menor remuneración a sus dotaciones, que estaría detrás de la brecha salarial favorable a los varones.

Los modelos estimados, en todos los casos, analizan los fenómenos de segregación y discriminación salarial suponiendo las características de la oferta –incluso las restricciones familiares– como dadas. Ninguno de estos modelos estáticos incorpora el efecto de retroalimentación que el trato desigual y la discriminación en el mercado de trabajo, en forma de menores salarios esperados, podrían tener sobre las elecciones y el comportamiento de mujeres, por lo que deben tomarse con cautela.

Claramente, la diferencia sustancial entre los análisis por el lado de la oferta y aquellos que enfatizan el lado de la demanda (Polachek, 2004; Bergmann, 2004) se refi ere a las recomendaciones de política. Mien-tras que los teóricos del capital humano favorecen el incremento de la inversión en educación y habilidades de las mujeres, los teóricos de la segregación favorecen la intervención gubernamental en términos de políticas de “acción positiva” y normativas antidiscriminatorias (Neuman y Oaxaca, 2004).

En nuestro país, las credenciales educativas y, en general, las dota-ciones de capital humano de las mujeres juegan a su favor, de manera que no parece ser la falta de inversión y habilidades de las mujeres la que estaría explicando sus menores salarios horarios. Por el contrario, en nuestro caso, la acción positiva parecería estar más ligada al acceso de las mujeres a puestos asalariados de calidad, registrados y estables, y a continuar disminuyendo la subocupación horaria.

Page 384: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

384 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

a. El análisis de Tam (1996)

El análisis exploratorio de este artículo utiliza la metodología de Esquivel y Paz (2005) en base a Tam (1996) para explorar la incidencia de las condiciones de inserción en el mercado de empleo y analizar su infl uencia en los diferenciales de salarios entre géneros. La estimación de la ecuación [1], donde lnwi es el logaritmo natural del salario horario del i-ésimo individuo y G es una variable dummy con valor 1 para los varones, permite obtener las diferencias en términos medios entre los salarios de varones y mujeres. La constante β0 estimada corresponde al valor medio del logaritmo natural del salario horario de las mujeres y β1 estimada muestra la brecha porcentual, de manera que β1 coincide con el diferencial medio mv WW − . Si β1 es positiva, los varones tienen salarios horarios mayores que las mujeres, y lo inverso ocurre si β1 es negativa17.

ln wi = ß0 + ß1G1 + μ1 [1]

Siguiendo el mismo razonamiento, la ecuación [1.a] incluye términos de interacción entre la regularidad y el género (varones G; regular R; y el término de interacción varón regular GR):

ln wi = ß0 + ß1Gi + ß2Ri + ß3GRi + μi [1.a]

donde los parámetros β1, β2 y β3 permiten calcular las brechas medias entre varones regulares y mujeres regulares; varones regulares y muje-res no regulares; varones regulares y varones no regulares; varones no regulares y mujeres no regulares; y mujeres regulares y mujeres no regulares18. Ambas ecuaciones [1] y [1.a] pueden estimarse incluyendo también variables explicativas –correspondientes a los vectores X de características–, de manera de obtener valores netos o ajustados debido a las mismas.

17 Debe notarse que, en este caso, todos los individuos –mujeres y varones– se incluyen en las regresiones mincerianas, y no sólo varones o sólo mujeres, como en la metodología de Oaxaca-Blinder.

18 La explicación de este cálculo se muestra en detalle en Esquivel y Paz (2005). A diferencia de aquel trabajo, aquí no se han realizado ajustes a los salarios declarados.

Page 385: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

385Género y diferenciales de salarios en la Argentina

b. Descomposición de Oaxaca-Blinder

La metodología de Oaxaca-Blinder parte de la estimación de los sala-rios medios de varones y mujeres. Así, los salarios vjWvj para cada varón j pueden expresarse como:

Wvj = Xvj ` ßv + μvj [2]

donde Xvj es un vector de características relacionadas con la producti-vidad individual j, ßv es un vector de coefi cientes estimado para los varo-nes19; y μvj es el término de error de la ecuación minceriana de salarios. De manera equivalente, los salarios para una mujer i pueden expresarse como:

Wmi = Xmi ´ ßm + μmi [3]

Debido a que ßv y ßm se estiman por MCO de manera tal que E(μvj Xvj)=0 y E(μmi Xmi)=0, la diferencia entre los salarios medios puede descomponerse como:

)ˆˆ('ˆ)'( mvmvmvmv XXXWW βββ −+−=− [4]

donde vW y mW representan el salario medio de varones y mujeres; vX y mX , los valores medios de las características personales asociadas

a diferencias de productividad en varones y mujeres; y vβ̂ y mβ̂ son los coefi cientes estimados para cada una de las características incluidas en las regresiones, incluyendo el término de intersección20.

El primer término de [4] representa el componente explicado debido a las diferencias promedio en las características básicas de mujeres y varones (tales como la educación o la experiencia, así como ciertas carac-terísticas personales y familiares). En otras palabras, es la diferencia entre salarios medios predicha por el modelo utilizando como norma al grupo

19 Usualmente, las estimaciones presentan también una constante (o término de intersección), en este caso vα y mα .

20 Debido a que las variables incluidas en las regresiones pueden no tener una escala natural, la modifi cación de estas escalas puede modifi car la contribución de la variable y/o del término de intersección (Oaxaca y Ransom, citados por Altonji y Blank, 1999). Por esta razón, aun cuando es posible identifi car la contribución proporcional de cada característica y coefi ciente, su análisis diferencial debe realizarse con cautela.

Page 386: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

386 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

“no discriminado” (en este caso los varones)21. El segundo término, por el contrario, es el componente no explicado, y representa las diferencias en los coefi cientes estimados entre los grupos, esto es, las diferencias en los retornos (o premios de mercado) de características similares entre los grupos.

c. La metodología de Neuman y Oaxaca (2004)

El efecto de la exclusión de ciertos puestos (segregación vertical) puede analizarse como un sesgo de selección muestral en el análisis del diferencial de salarios por género entre grupos seleccionados de trabaja-dores22. Los sesgos de selección muestral emergen cuando los trabajado-res incluidos en los distintos grupos bajo análisis (submuestras) no son representativos de la población con características similares a aquellas que determinan el tipo o la calidad del puesto de trabajo. En presencia de selección muestral, las estimaciones por mínimos cuadrados ordinarios (MCO) resultan en estimadores sesgados e inconsistentes (Heckman, 1979).

Entre los asalariados, las probabilidades Rvj y Rmi de estar ocupados en un puesto regular pueden expresarse para varones y mujeres, respec-tivamente, como:

Rvj = Hvj ´ γv + εvj

Rmi = Hmi ´ γm + εmi [5]

donde Hvj y Hmi son los vectores de determinantes de la ocupación regular; γv y γm son los vectores de parámetros asociados; y εv y εm son términos de error distribuidos normalmente. Por lo tanto, la probabilidad de ocupar un puesto regular toma la forma de:

21 Alternativamente, puede suponerse que la estructura salarial libre de discriminación es la estructura salarial promedio, propuesta por Neumark/Oaxaca y Ramson (Neuman y Oaxaca, 2004).

22 Típicamente, el sesgo de selección muestral se analiza en la entrada a la fuerza de trabajo. Se supone que los individuos que se encuentran en el mercado de trabajo tienen un salario de reserva inferior a su salario de mercado, en tanto que lo inverso ocurre con aquellos que no se encuentran en el mercado de trabajo. Debido a que ambos precios son función de características individuales observables y no observables, se supone ceteris paribus que la única razón para que dos personas con idénticas características observables tengan inserciones diferenciales en el mercado de trabajo es la presencia de diferenciales en las características no observables.

Page 387: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

387Género y diferenciales de salarios en la Argentina

Pr(Rvj > 0) = Pr(εvj > – Hvj ´ γv) = Φ(Hvj ´ γv)

Pr(Rmi > 0) = Pr(εmi > – Hmi ´ γm) = Φ(Hmi ´ γm) [6]

El último término de las ecuaciones [6] es la función de densidad acumulada normal (la varianza del término de error se estandariza a 1). Debido a que los salarios de mercado sólo se observan para los indivi-duos que efectivamente participan (para quienes Rvj, Rmi > 0), su salario esperado es:

vjvvvjvvjvjvjvvjvjvj XHEXRWE λθβγεµβ +=−>+=> ')'(')0(vj vj vj vj vj vj vj vj

[7]

mimmmimmimimimmimimi XHEXRWE λθβγεµβ +=−>+=> ')'(')0( mi mi mi mi mi mi mi mi

con vv µρσθ = y

mm µρσθ = , es decir, equivalentes al coefi ciente de correlación entre εvj y μvj y entre εmi y μmi respectivamente, cada uno de ellos multiplicado por el desvío estándar del término de error de las ecua-ciones [2] y [3]. Por su parte, lambda tiene la forma:

)'()'(

vvj

vvjvj H

Hγγφ

λΦ

=vj

vj

)'()'(

mmi

mmimi H

Hγγφλ

Φ= mi

mi

con (.)φ la distribución normal.

Por tanto, las ecuaciones [2] y [3] pueden reescribirse como:

errorXRW vjvvvjvjvj ++=> λθβ'0vj vj vj vj [2.a]errorXRW mimmmimimi ++=> λθβ'0mi mi mi mi [3.a]

En presencia de selección muestral, la descomposición de la brecha de salarios medios se transforma en:

errorXRW mimmmimimi ++=> λθβ'0mi mi mi mi [4.a]errorXRW mimmmimimi ++=> λθβ'0mi mi mi mi

donde el último término de [4.a] mide la contribución de los sesgos de selección para explicar los diferenciales de salarios observados. Los λ así

Page 388: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

388 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

calculados se relacionan inversamente con la probabilidad de estar ocu-pado en un empleo regular. Por lo tanto, coefi cientes θ̂ negativos indican que –dado todo lo demás– los trabajadores con mayores probabilidades de ocupar un puesto regular tendrán ingresos salariales más elevados (condicionales a efectivamente ocupar un puesto regular).

Este nuevo término difi culta la interpretación de los dos primeros componentes, y no está necesariamente libre de discriminación23. Neu-man y Oaxaca (2004) presentan alternativas a esta descomposición sencilla, bajo el supuesto de que puede existir inequidad en los sesgos de selección. Para ello, descomponen el último término de [4.a] de la siguiente manera:

mmvmvvmmvmmvv λθθλλθλλθλθλθ )ˆˆ()(ˆ)(ˆ)ˆˆ( 00 −+−+−=− [8]

donde 0mλ es el valor del IMR si las mujeres enfrentaran la misma

ecuación de selección a los puestos regulares que los varones. En base a [8] se proponen las siguientes descomposiciones del diferencial de salarios, incorporando el sesgo de selección muestral:

)](ˆ)ˆˆ('[])ˆˆ()(ˆˆ)'[( 00mmvmvmmmvmvvvmvmv XXXWW λλθββλθθλλθβ −+−+−+−+−=−

[4.b]

En esta descomposición, el último término asociado a la discrimina-ción incorpora la diferencia en las ecuaciones de selección a la entrada a puestos regulares, para varones y mujeres. Neuman y Oaxaca (2004: 10) proponen también reagrupar los términos de [4.b] nuevamente, para tratar parte del efecto de selección muestral como selección pura, de la siguiente forma:

)](ˆ)ˆˆ('[])ˆˆ[()](ˆˆ)'[( 00mmvmvmmmvmvvvmvmv XXXWW λλθββλθθλλθβ −+−+−+−+−=−

[4.c]

donde el primer término se relaciona con las características persona-les; el segundo es un sesgo de selección puro (asociado a la retribución diferencial del sesgo de selección, en última instancia, el diferencial en

23 En base a [4.a], podría también calcularse una brecha ajustada por selección muestral de la forma: )ˆˆ('ˆ)'()ˆˆ()( mvmvmvmmvvmv XXXWW βββλθλθ −+−=−−− [4.a’].

Page 389: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

389Género y diferenciales de salarios en la Argentina

los coefi cientes γ de varones y mujeres); y el último término es la por-ción de la brecha asociada a la discriminación.

d. La metodología de Macpherson y Hirsch (1995)

La presencia de selección horizontal puede ser analizada siguiendo la metodología propuesta por Macpherson y Hirsch (1995), que incorporan en las ecuaciones de salarios la composición por género de las ocupacio-nes, de forma que las ecuaciones [2] y [3] pueden reescribirse como:

vjvvjvvjvj FEMXW µθβ ++= ' vjvjvjvj [2.b]

mimmimmimi FEMXW µθβ ++= 'mi mi mi mi [3.b]

donde FEM refl eja el porcentaje de mujeres en la ocupación a la que pertenece el individuo. Los coefi cientes 0<mθ y 0<vθ son consistentes con la hipótesis de concentración debido a que los “trabajos de mujeres” pagan menos con independencia de la productividad24. La ecuación [4] puede reescribirse como:

)ˆˆ()ˆˆ('ˆ)'( mmvvmvmvmvmv FEMFEMXXXWW θθβββ −+−+−=− [4.d]

De esta manera, la brecha corregida por segregación horizontal toma la forma:

)ˆˆ('ˆ)'()ˆˆ( mvmvmvmmvvmv XXXFEMFEMWW βββθθ −+−=−−− [4.d’]25

24 Si se supone que los varones no son discriminados en el mercado de trabajo, un coefi ciente 0<vθ podría deberse tanto a que los varones con menor productividad son atraídos a ocu-

paciones femeninas o que, debido a sus preferencias, aceptan menores salarios que otros varones. En cualquier caso, los relativamente pocos varones en actividades típicamente femeninas estarían siendo penalizados en las mismas (Macpherson y Hirsch, citados por Amarante y Espino, 2004).

25 Esta brecha ajustada se calculó utilizando el comando decompose de Stata.

Page 390: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

390 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Altonji, R. y Blank, R. (1999), “Race and gender in the labor market”, en Ashenfelter, O. y Card, D., Handbook of labor economics, Vol. 3C, Amsterdam, Elsevier.

Amarante, V. y Espino, A. (2004), “La segregación ocupacional de género y las dife-rencias en las remuneraciones de los asalariados privados. Uruguay, 1990-2000”, en Desarrollo Económico, Nº 173, Vol. 44, abril-junio, Buenos Aires, IDES.

Anker, R. (2001), “Theories of occupational segregation by sex: an overview”, en Loutfi, M. (ed.), Women, gender and work: what is equality and how do we get there?, Ginebra, OIT.

Becker, G. (1971), The economics of discrimination, Chicago/Londres, University of Chicago Press.

—— (1975), Human capital, Columbia University Press.

—— (1991), A treatise on the family, Cambridge, Harvard University Press.

Berger, S. y Szretter, H. (2002), “Costos laborales de hombres y mujeres. El caso de Argentina”, en Abramo, L. y Todaro, R. (eds.), Cuestionando un mito: costos laborales de hombres y mujeres en América Latina, Lima, OIT.

Bergmann, B. (1974), “Occupational segregation, wages and profits when employers discriminate by race and sex”, en Eastern Economic Journal 2(3), abril-julio.

—— (1986), The economic emergence of women, Nueva York, Basic Books.

—— (1995), “Becker’s theory of the family: preposterous conclusions”, Feminist Economics, 1(1), Routledge.

—— (2004), “Two varieties of ‘feminist’”, en International Association for Feminist Economics Newsletter, Vol. 14, Nº 4, noviembre, en <www.iaffe.org>.

Blau, F.; Ferber, M. y Winkler, A. (2002), The economics of women, men and work, Prentice Hall.

Blinder, A. (1973), “Wage discrimination: reduced form and structural variables”, en Journal of Human Resources, 8.

Burnell, B. (1999), “Occupational segregation”, en Peterson, J. y Lewis, M. (eds.), The Elgar Companion to feminist economics, Londres, Edward Elgar.

Cain, G. (1986), “The economic analysis of labor market discrimination: a survey”, en Ashenfelter, O. y Layard, R. (eds.), Handbook of labor economics, Vol. 1, Amsterdam, Elsevier.

Contartese, D. y Maceira, V. (2005), “Diagnóstico sobre la situación laboral de las mujeres. Segundo trimestre de 2005”, en Trabajo, ocupación y empleo. Relacio-nes laborales, territorios y grupos particulares de actividad, diciembre, Buenos Aires, Secretaría de Programación Técnica y Estudios Laborales, MTEySS.

Page 391: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

391Género y diferenciales de salarios en la Argentina

Cortés, R. (2000), “Argentina: la calidad del empleo femenino urbano en los noventa”, en Valenzuela, M. y Reinecke, G., ¿Más y mejores empleos para las mujeres? La experiencia de los países del MERCOSUR y Chile, Santiago de Chile, OIT.

Elson, D. (1998), “Labor markets as gendered institutions: equality, efficiency and empowerment issues”, en World Development, Vol. 27, Nº 3, Elsevier.

England, P. (2003), “Separative and soluble selves: dichotomous thinking in eco-nomics”, en Ferber, M. y Nelson, J. (eds.), Feminist economics today. Beyond economic man, Chicago, University of Chicago Press.

Esquivel, V. y Paz, J. (2005), “Diferenciales de salarios horarios por género: algu-nas hipótesis sobre un comportamiento atípico”, en Beccaria, L. y Maurizio, R. (comps.), Mercado de trabajo y equidad, Universidad Nacional de General Sarmiento.

Figart, D. (1999a), “Discrimination, theories of”, en Peterson, J. y Lewis, M. (eds.), The Elgar Companion to feminist economics, Londres, Edward Elgar.

—— (1999b), “Wage gap”, en Peterson, J. y Lewis, M. (eds.), The Elgar Companion to feminist economics, Londres, Edward Elgar.

Folbre, N. (1995), “Holding hands at midnight: the paradox of caring labor”, en Feminist Economics, 1(1), Routledge.

Giacometti, C. (2005), “Las metas del milenio y la igualdad de género. El caso de Argentina”, en Serie Mujer y Desarrollo, Nº 72, Santiago de Chile, CEPAL.

Groisman, F. (2003), “Devaluación educativa y segmentación en el mercado de tra-bajo del área metropolitana de Buenos Aires entre 1974 y 2000”, en Estudios del Trabajo, Nº 25, Buenos Aires, ASET.

Heckman, J. (1979), “Sample bias as a specification error”, en Econometrica, 47(1).

Jacobsen, J. (1999), “Human capital theory”, en Peterson, J. y Lewis, M. (eds.), The Elgar Companion to feminist economics, Londres, Edward Elgar.

Macpherson, D. y Hirsch, B. (1995), “Wages and gender composition: why do women’s jobs pay less?”, en Journal of Labor Economics, 13(3).

Mincer, J. (1994), “Human capital: a review”, en Kerr, C. y Staudohar, P. (eds.), Labor economics and industrial relations. Markets and institutions, Cambridge, Harvard University Press.

Neuman, S. y Oaxaca, R. (2004), “Wage differentials in the 1990s in Israel: endowments, discrimination and selectivity”, Londres, Centre for Economic Policy Reserch, DP Nº 4.709.

Neumark, D. (1988), “Employers discriminatory behavior and the estimation of wage discrimination”, en Journal of Human Resources, Nº 82.

Oaxaca, R. (1973), “Male-female wage differentials in urban labor market”, en International Economic Review, 14(3).

Page 392: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

392 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

—— y Ramsom, M. (1994), “On discrimination and the decomposition of wage differentials”, en Journal of Econometrics, Nº 61.

Polachek, S. (1995), “Human capital and the gender earnings gap. A response to feminist critiques”, en Kuiper, E. y Sap, J. (eds.), Out of the margin, Londres, Routledge.

—— (2004), “How the human capital model explains why the gender wage gap narrowed”, abril, DP Nº 1.102, Bonn, IZA.

—— y Siebert, W. (1993), The economics of earnings, Cambridge, Cambridge University Press.

Rodríguez Enríquez, C. (2007), “Desafíos para la igualdad en el Trabajo: Argentina”, en OIT Notas, mayo, Buenos Aires, OIT.

Tam, T. (1996), “Reducing the gender gap in an Asian economy: how important is women’s increasing work experience?”, en World Development, 24(5), Elsevier.

Toharia, L. (1983), El mercado de trabajo: teorías y aplicaciones. Lecturas selec-cionadas, Madrid, Alianza.

Page 393: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

393

Marta Novick (coord.). Socióloga. Subsecretaria de Programación Técnica y Estu-dios Laborales del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social y directora de la Revista de Trabajo, Nueva Época, publicación de dicha institución. Actual-mente integra el board del Instituto Internacional de Estudios Laborales (IIEL) de la OIT-Ginebra. Es investigadora del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científi cas y Técnicas) y profesora titular de la Universidad Nacional de General Sarmiento y de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Obtuvo un DEA en la Universidad de París VII y realizó otros estudios de posgrado en la Universidad de Bologna. Fue editora (2000-2004) de la Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo, publicación de la Asociación Latinoamericana de Estudios del Trabajo. Sus últimas investigaciones se centran en la innovación y el cambio tecnológico, redes productivas, mercado de trabajo, el empleo, la negociación colec-tiva y las relaciones laborales. A lo largo de su trayectoria profesional se desempeñó como consultora externa de organismos internacionales, tales como OIT, OPS-OMS, UNICEF, CEPAL, PNUD, BIRF, BID, entre otros. [email protected]

Héctor Palomino (coord.). Sociólogo de la Universidad de Buenos Aires. Actu-almente se desempeña como director de Estudios de Relaciones de Trabajo de la SSPTyEL. Es profesor asociado de Relaciones de Trabajo de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, profesor titular en la Maestría de Políticas Sociales de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y profesor adjunto e investigador en la Escuela de Posgrado de la Universidad de San Martín. Es director del proyecto de investigación “El trabajo de los periodistas en la sociedad de la Información” CONICET-Agencia de Investigación Científi ca de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Produc-tiva. Es Miembro del Comité de Evaluación de Investigaciones de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo. Es autor de artículos y libros sobre temas laborales y sociales, el más reciente “Una nueva dinámica de las relaciones laborales y la negociación colectiva en Argentina”, en colaboración, Revista de Trabajo N° 3 del [email protected]

Alejandra Beccaria. Socióloga graduada en la Universidad de Buenos Aires. Beca-ria de Conicet. Es docente en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Actualmente se encuentra cursando el Doctorado en Ciencias Socia-les en IDES-UNGS. Sus últimas investigaciones se centran en las transformaciones sociopolíticas y Estado, la participación política y sus nuevos modos de acción. A lo largo de su trayectoria profesional se desempeñó como consultora en diversas dependencias del Estado [email protected]

Roberto Bisang. Lic. en Economía (UNR, 1977) y Msc. en Economía (CEMA, 1982). Especialista en organización industrial, tecnología y análisis sectorial (agroin-dustria, medicamentos, siderurgia). Investigador y docente de la Universidad Nacio-nal de Gral. Sarmiento y de la Ofi cina de la CEPAL en Buenos [email protected]

Page 394: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

394 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Victoria Castillo. Licenciada en Economía de la Universidad de Buenos Aires (1997). Se desempeña en el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial del Ministerio de Trabajo de Argentina desde el año 2001, cuando el mismo se constituyó, desar-rollando tareas de investigación en las áreas de mercado de trabajo y organización industrial. Entre los temas específi cos desarrollados se pueden mencionar: Flujos brutos de creación y destrucción de empleo; demografía de empresas; trayectorias laborales; remuneraciones; tramas productivas. Es coautora de diversos trabajos de investigación aplicada que forman parte de la serie “Trabajo, ocupación y empleo” del MTEySS, de capítulos de libros, de documentos de trabajo de CEPAL y de un artículo en la revista de la mencionada institución. Entre las áreas de incumbencia destaca: econometría aplicada, estudios regionales y sectoriales y estudios de gé[email protected]

Mario Cimoli. Profesor de Economía en la Universidad Ca’ Foscari de Venecia desde 1992 y Titular de Asuntos Económicos de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) de NACIONES UNIDAS desde 1999. Se graduó en Economía en la Universidad de Venecia y obtuvo un doctorado en la SPRU (Uni-versidad de Sussex).Ha sido profesor visitante y conferencista en diferentes universi-dades e instituciones (Universidad de Pisa, Universidad Autónoma Metropolitana de México -UAM-, Universidad de Campinas, etcétera). Ha publicado numerosos artícu-los y libros incluyendo: “Reformas Estructurales, Brechas Tecnológicas y Desarrollo Económico. Una Perspectiva Latinoamericana” (Cambio Industrial y Corporativo, Oxford), Sistema de Innovación para el Desarrollo: México en un Contexto Global (Pinter Publishers, 2001), Tecnología, Crecimiento y Desarrollo (con J. De la Mothe, Pinter Publisher, 2000), “Paradigmas tecnológicos, patrones de aprendisaje y desar-rollo: un mapa de ruta introductorio” (con G. Dosi en Journal of Evolutionary Econo-mics, 1995), “Un Modelo General de Comercio con brecha tecnológica” (con L. Soete en Economie Appliquée, 1992), Brecha Tecnológica y Asimetrías Institucionales en un Modelo Norte-Sur con un Continuo de Bienes (Metroeconómica, 1988)[email protected]

Valeria Esquivel. Investigadora docente adjunta en la Universidad Nacional de Gene-ral Sarmiento. Es Candidata a doctora en economía en el Institute for the Study of the Americas (ISA) de la Universidad de Londres. Licenciada en Economía (Magna Cum Laude) graduada en la Universidad de Buenos Aires. Obtuvo su Maestría en Economía con especial referencia a América Latina en la Universidad de Londres. Ha publicado sobre regulaciones laborales, mercado de trabajo, informalidad, pobreza y distribución del ingreso. Sus investigaciones actuales se centran sobre el análisis del mercado de trabajo, pobreza y políticas sociales desde una perspectiva de género. Ha trabajado también como consultora de organismos nacionales e [email protected]

Juan Federico. Magíster en Economía y Desarrollo Industrial con mención en PyMEs (Universidad Nacional de General Sarmiento-UNGS), Licenciado en Eco-nomía (Universidad Nacional del Sur). Actualmente se desempeña como investigador y docente del Instituto de Industria de la UNGS y consultor de Organismos Nacio-

Page 395: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

395Los autores

nales e Internacionales sobre temas vinculados con creación de empresas, políticas de desarrollo emprendedor y formación de [email protected]

María Antonia Gallart. Licenciada en Sociología de la Universidad del Salvador en 1971 y Ph.D. en Educación Comparada de la Universidad de Chicago en 1983. Miembro de la Academia Nacional de Educación. Se desempeña como investigadora en CENEP (Centro de Estudios de Población), y como profesora en la Universidad de San Andrés y en la Universidad Torcuato Di Tella, Buenos Aires. Sus áreas de interés son la articulación entre la educación y el trabajo, la educación secundaria y técnica y la metodología cualitativa. Tiene más de cincuenta trabajos publicados en diversos países. En los últimos años ha publicado: Veinte años de educación y trabajo (Montevideo: Cinterfor/OIT, 2002); La escuela técnica industrial en Argentina. ¿Un modelo para armar? (Montevideo: Cinterfor/OIT, 2006); “La articulación entre la educación y el trabajo: una construcción social inconclusa”, en De la Garza Toledo (Coordinador), Teorías Sociales y Estudios de Trabajo: Nuevos Enfoques (México: Anthropos-UAM, [email protected]

Graciela Elena Gutman. Licenciada en Economía Política, Diploma de Honor, Universidad de Buenos Aires, 1967. Estudios de Doctorado, CENDES, Universidad Central de Venezuela (1979/1981). Investigadora Principal del CONICET con sede en el Centro de Estudios Urbanos y Regionales, CEUR, centro asociado al CONICET. Investigadora titular del CEUR, Directora del Área de Economía Industrial y de la Innovación. Profesora Titular Invitada de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires. Docente en cursos de posgrado de la Universidad de Buenos Aires y otras universidades nacionales y extranjeras. Asesora de organismos e instituciones nacionales e internacionales. Miembro del Plan Fénix, UBA. Sus principales áreas de investigación son: Innovación, cambios tecnológicos y organizativos y formas de coordinación y governance en sistemas agroalimentarios e industriales; procesos de industrialización, estrategias empresariales, competitividad e inserción internacional; estudios de complejos [email protected]

Hugo Kantis. Doctor en Economía de la Empresa graduado en la Universidad Autó-noma de Barcelona, Economista y Licenciado en Administración de la UBA; Director de la Maestría en Economía y Desarrollo Industrial con Especialización en PyMEs de la Universidad Nacional de General Sarmiento, donde es investigador y docente. Consultor de organismos internacionales y gobiernos nacionales (BID, CEPAL, JICA, PNUD, SEPyME, Ministerio de Trabajo, entre otros). Especialista en temas de cre-ación de empresas y PyMEs. Autor de diversas publicaciones sobre la temática del desarrollo empresarial. Miembro del Comité Editor del Journal Venture Capital y del International Small Business [email protected]

Page 396: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

396 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal

Ximena Mazorra. Socióloga graduada en la Universidad de Buenos Aires. Consul-tora en la Dirección General de Estudios y Estadísticas Laborales de la Subsecretaría de Programación Técnica y Estudios Laborales del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. Docente con cargo concursado en la Facultad de Ciencias Socia-les de la Universidad de Buenos Aires. Realizó estudios de posgrado en Sociología Económica en el Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de General San Martín. Sus últimas investigaciones se centran en el mercado de trabajo, el empleo, el desempleo, la informalidad laboral y los mercados de trabajo y estructuras productivas locales y regionales. A lo largo de su trayectoria profesional se desempeñó como consultora en diversas dependencias del Estado nacional y en organismos internacionales, tales como OIT, CEPAL, PNUD y [email protected]

Ana Sofía Rojo Brizuela. Licenciada en Economía de la Universidad de Buenos Aires, Posgrado en Economía Política en la Universidad Di Tella. Coordinadora del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial del Ministerio de Trabajo de Argen-tina desde el año 2001. Desarrolla tareas de investigación en las áreas de mercado de trabajo y organización industrial. Entre los temas específi cos se pueden mencionar: Flujos brutos de creación y destrucción de empleo; demografía de empresas; trayec-torias laborales; remuneraciones; tramas productivas. Otras áreas de incumbencia también desarrolladas en el marco del Ministerio de Trabajo son: evaluación y moni-toreo de proyectos sociales, estudios sobre grupos específi cos (mujeres y jóvenes), estudios regionales y sectoriales. Es coautora de diversos trabajos de investigación aplicada que forman parte de la serie “Trabajo, ocupación y empleo” del MTEySS, de capítulos de libros, de documentos de trabajo de CEPAL y de un artículo en la revista de la mencionada institució[email protected]

Juan Sebastián Rotondo. Licenciado en Economía Industrial (Universidad Nacional de General Sarmiento) con Carrera de Especialización en Desarrollo Local en Regio-nes Urbanas (Instituto del Conurbano, UNGS). Desde el año 2004 forma parte del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. Sus principales áreas de incumbencia son: dinámica del empleo y rotación de empresas y tramas productivas y empleo. Ha participado en diversos congresos y seminarios presentando los trabajos de investigación aplicada realizados en el Observatorio. Es coautor de distintos artículos publicados en la serie “Trabajo Ocupación y Empleo” del Ministerio de Trabajo y de un capítulo del libro La infor-mática en la Argentina: desafíos a la especialización y a la [email protected]

Sebastián Sztulwark. Es investigador y docente en el Instituto de Industria de la Universidad Nacional de General Sarmiento, Argentina. Actualmente integra el proyecto “Los impactos de la biotecnología en la economía argentina”. Licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires. Realizó estudios de Maestría en Economía y Desarrollo Industrial en la Universidad Nacional de General Sarmiento. Es doctorante en economía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Se

Page 397: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se

397Los autores

especializa en temas de globalización, conocimiento y desarrollo. Entre sus publi-caciones se encuentran: El estructuralismo latinoamericano. Fundamentos y trans-formaciones del pensamiento económico de la periferia (Prometeo/UNGS, Buenos Aires, 2005), y Biotecnología y Desarrollo. Un modelo para armar en la Argentina (Prometeo/UNGS, en colaboración con otros autores, Buenos Aires, 2006)[email protected]

Gabriel Yoguel. Licenciado en Economía de la Universidad de Buenos Aires (1974). Investigador docente del Instituto de Industria de la Universidad Nacional de General Sarmiento–. Coordinador del Proyecto de Investigación “Tramas Productivas Inno-vación y Empleo” (PAV 017) fi nanciado por el FONCYT y del Proyecto “Redes de conocimiento en Argentina” fi nanciado por IDRC-FLACSO México. Es profesor de Economía de la innovación y cambio tecnológico en las carreras de Economía Industrial y Economía Política de la UNGS y en distintos módulos de las Maestrías en Gestión de la Ciencia y la Tecnología y en Desarrollo Económico; y del Docto-rado en Ciencias Sociales de la misma universidad. Sus temas de investigación son: Economía del conocimiento, redes y tramas productivas y organización industrial. Es autor de diversos libros y artículos de revistas publicados en Argentina y en el exterior. Ha sido consultor de CEPAL, BID, Banco Mundial, OIT, Fundes, entre otras [email protected]

Page 398: Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal · 10 Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal sus aspectos teóricos y metodológicos. En primer término, se