ESCUELA SINDICAL DERECHO UCHILE5TA EDICIÓN

BOLETÍN SINDICALCarmela Jeria

¡por la solidaridad obrera estudiantil!

EDITORIAL:Somos pueblo

contingencia:Proyecto de ley de servicios basicos

Contraloria General de la República declara ilegal instructivo para retorno de los funcionarios públicos

Limitación de los cam-bios en los fondos de AFP

Ollas comunes: como ex-presión de solidaridad

Derecho a sala cuna

articulos:Y ahora ¿quién podra defenderme? : de la organización de cla-se y el derecho laboral

memoriaCordones industria-les y comandos co-munales, experien-cias de poder popular

La tradición de la olla común. Sobrevivencia y resistencia popular

A la precariza-ción se le respon-de con organización

Opinión

entretenciónEspejito espejito¿Qué facho se esconde tras mi amistad tóxica?

LA ORGANIZACIÓN ES LA ORGANIZACIÓN ES LA SEMILLALA SEMILLA

DEL MUNDO NUEVODEL MUNDO NUEVO

Editorial/2 CARMELA JERIA Junio/2020

SOMOS PUEBLOEDITORIAL

Cuando comenzamos a escribir este Boletín Sindical, tu-vimos la prioridad de compilar los acontecimientos labo-rales e informar desde una lógica crítica las injusticias co-metidas en contra del pueblo. Y en este camino nos hemos percatado que la escritura es nuestro propio testimonio de memoria, lucha y solidaridad, y eso es algo que considera-mos más importante y significativo que cuando todo nues-tro trabajo comenzó a forjarse, desde una especie de inge-nuidad con intención de contribuir a la formación sindical.

Es inevitable que al ir recopilando las formas de abu}so que vive la clase trabajadora hoy, no terminemos por construir, desde nuestra honesta e íntima visión, un re-lato esencial de reivindicación de derechos de quienes experimentan las humillaciones más aberrantes de parte del poder en la actualidad. Tratamos de reconocer, des-de nuestro alcance, aquellas historias y difundirlas con la mayor entereza y precisión posibles. Así, a través de estas constataciones, nos damos cuenta de que nuestra labor como organización estudiantil, en unión con trabajado-res y trabajadoras, es necesaria para dar cuenta de las legítimas demandas que aún faltan por alcanzar y por las cuales se batalla incansablemente desde distintos frentes.

En esta tarea hemos tomado conciencia de que no lucha-mos en solitario, sabemos que contamos con muchas or-ganizaciones y grupos que se mueven por la solidaridad y la dignidad del pueblo, y si escribimos estas palabras es para comunicarnos, agradecernos y seguir apoyándonos entre todos los que escribimos la historia desde abajo.

Sabemos que todas las organizaciones colectivas tra-bajan desde el anonimato, pero eso no significa que no reconozcamos nuestra identidad: somos estudiantes, sindicalistas, pobladores y pobladoras, pertenecientes a pueblos originarios, feministas, inmigrantes; somos par-te del pueblo remecido por la injusticia, el autoritaris-mo y el abuso, somos parte del pueblo que se rearma ante la adversidad y la pobreza, con sensibilidad y unión.

Aquello que nos mueve es la memoria, saber de dónde provenimos y cómo obtuvimos los derechos conquista-dos, a pesar de que hoy mantengamos intacto el deseo de luchar por más. Sabemos que quienes murieron por las libertades y la igualdad con la que hoy contamos, lo hicieron con las convicciones que ahora nosotros alo-jamos en nuestra esperanza, en nuestra protesta social.

Porque si bien la historia de la explotación y la corrup-ción ha sabido condenarnos una y otra vez, despoján-donos de las pocas posesiones que tenemos y limitan-do el acceso a los elementos indispensables para vivir dignamente, no ha podido fragmentar aquello que nos da fuerzas día a día para seguir alzando la voz frente a los atropellos, que es nuestra realidad, nues-tro pensamiento, el reconocimiento de nuestro valor, que se aleja del interés, del exitismo, del lucro y del poder que hoy amargan nuestro existir, y que está en la búsqueda de algo más fundamental y transversal.

Para organizarnos requerimos de un poco de va-lor, algo de creatividad y entusiasmo, y sin falta, mucha empatía y solidaridad mutua. Creemos fiel-mente que en estos objetivos debemos enfocar nues-tro andar, ahora con más convicción que nunca.

El despertar ya ha comenzado, están las condicio-nes de injusticia y autoritarismo desmedido y están las necesidades a las que hay que enfrentar, están también aquellas personas inspiradoras que con su lucha no se cansan de remecer nuestras conciencias y revelar lo que está mal, porque ciertamente no es-tamos en un “oasis” y la miseria no ha detenido su avance con la crisis socioeconómica que atravesa-mos, sino que va en ascenso constante, precarizan-do aún más nuestras vidas. Entonces ¿qué estamos esperando?, el movimiento por la dignidad comen-zó en octubre, pero por ahora debemos cohesionar-nos, debemos recomponernos como organizacio-nes sociales y prepararnos para jamás rendirnos, porque se viene algo hermoso, pero no por ello sencillo, y que depende meramente de la resisten-cia de nuestro espíritu y el poder del pueblo unido.

“A romper el silencioalzar la mano

caminar pisando fuertelevantar la cabeza

endurecer la miradaavanzar, alcanzar.”

(Extracto poema ¿No será tiempo…? Por Rosa Quintanilla, mujer pobladora chilena, 1990)

Contingencia/3 CARMELA JERIA Junio/2020

Proyecto de ley de servicios basicos. A la fecha de cierre de esta edición, el proyecto de ley que prohíbe cortar o suspen-der los servicios básicos de luz, agua y gas al 60% más vulne-rable de la población durante la emergencia sanitaria fue des-pachado por el Senado. Con este trámite constitucional, solo resta-ría la promulgación de esta Ley.

Para solicitar el beneficio la per-sona deberá requerirlo direc-tamente a la empresa. Para efectos que sea concedido, deberá pertenecer al 60% de la población más vulnerable, según el Registro Social de Hogares, ser adult@ mayor o estar acogido a la Ley de “Protección del Empleo”.

El beneficio tendrá una vigencia de 30 días antes y 90 días des-pués de la publicación de la Ley.

Las empresas proveedoras de servicios sanitarios (ej. aguas andinas), empresas de distri-bución eléctrica (ej. ENEL), y empresas de gas de red (ej. AGN Chile) no podrán cortar el suministro por demora en el pago de los diversos clientes,

así como tampoco respecto de hospitales, centros de salud, cárceles, recintos penitencia-rios, hogares de menores, bom-beros, organizaciones sin fines de lucro, microempresas y otros. El pago de todas formas de-berá efectuarse, pudiendo pagarse en un máxi-mo de 12 cuotas.

Al proyecto en cuestión se le han efectuado muchas críticas por su insuficiente cobertura y, además, por no hacerse cargo del costo de las cuentas de servicios básicos, limitándose solamente a permi-tir el pago en cuotas posteriores.

Además, desconoce que buena parte de la población no se cale-facciona con gas en red, sino que utiliza parafina o gas de balón.

Conjuntamente con todo lo an-terior, y aún cuando el proyec-to sea del todo insuficiente, la derecha chilena ha anunciado que pretende acudir al Tri-bunal Constitucional para im-pugnar su contenido por con-siderarlo inconstitucional. Esta maniobra ha puesto nuevamente en el centro la suma importan-cia del proceso constituyen-te que se encuentra aplazado por la emergencia sanitaria.

BOLETIN CARMELA JERIApor la solidaridad obrera - estudiantil

Edición Grafica: Catalina TrinidadEditorial: La GolondrinaContacto: boletinsindicalcarmelajeria@gmail.com

Creemos que la educación y la información son elementos que no pueden verse impedi-dos de transmitirse de manera libre y colaborativa, Así, a través de este Boletín que-remos manifestar la importancia de la prensa popular como un mecanismo de forma-ción de la clase trabajadora, y por ello participamos conscientemente en su elaboración, como un intento colectivo de democratizar información para la reivindicación de la dig-nidad trabajadora, así como también para ser un apoyo en su formación política y social,

ACTUALIZACIÓN CONTINGENCIA LABORALpor. R.C.V., E.V., G.L.

Contingencia/4 CARMELA JERIA Junio/2020

Contraloría General de la República declara ilegal instructivo para retorno de los funcionarios públicos

El pasado 10 de ju-nio, la Contraloría General de la República emitió el Dicta-men Nº 9.762 a través del cual declaró ilegal el instructivo emanado por el Servicio Ci-vil, dependiente del Ministerio de Hacienda. Este instructivo se emitió en el contexto del plan del Gobierno para ejecutar el retor-no de los funcionari@s públicos en medio de la emergencia sanitaria a causa del COVID-19 que se presen-tó durante el mes de abril.

El pronunciamiento del Ente Contralor se efectuó con oca-sión de una solicitud de la Asociación de Funciona-rios de Jardines Infantiles,

la Central Unitaria de Tra-bajadores (CUT) y al-gunas personas naturales,quienes requirieron se manifesta-ra sobre los aspectos vinculados a la salud de los funcionari@s.

En concreto se indicó que el Servicio Civil no cuenta con las atribuciones para dar ins-trucciones sobre un eventual “retorno seguro”, sino que es facultad de cada Jefe de Servi-cio, en el contexto de emer-gencia sanitaria, adoptar, mantener, graduar o cesar las medidas extraordinarias de gestión del personal, teniendo presente para aquello la obli-gación de proteger la salud de sus funcionari@s y de la población usuaria.

LIMITACIÓN DE LOS CAMBIOS DE FONDOS EN AFP

El Gobierno presentó un proyecto de ley que pretende incorporar mayores exigencias de transparencia a los agen-tes de los mercados, especial-mente los asesores financieros, lo cual tiene directa relación con las restricciones que se preten-den agregar a los cambios de fondos de pensiones, pasando de 4 a 30 días hábiles, además de prohibir cambios entre fon-dos que no sean adyacentes. En términos simples, el Ejecu-tivo busca evitar que las reco-mendaciones efectuadas por asesores financieros impacten directamente en la rentabi-lidad de los diversos fondos,

impidiendo que las personas li-bremente puedan mover sus aho-rros con celeridad a instrumentos de riesgo distintos conforme al contexto económico. También busca evitar que los ahorran-tes cambien sus dineros desde fondos muy riesgosos –A- a los menos riesgosos –E-, ya que se-gún ciertos expertos, esto gene-raría volatibilidad en el sistema.

Sobre este proyecto se han le-vantado muchas voces críticas, que han puesto en relieve que, en este contexto, una medida de estas características se-ría contraproducente para los ahorros de los chilenos,

ya que limitar la posibilidad de traspasar los fondos a me-canismos menos riesgosos, es cercenar el derecho a prote-gerse de la inestabilidad del mercado y la espe-culación financiera.

Las situaciones mencionadas han fijado nuevamente eldebate en la deman-da del movimiento social sobre el fin de las Administra-doras de Fondos de Pensiones, y su reemplazo por un sistema de pensiones de reparto, que sobre la base de la solidaridad, otorgue pensiones dignas.

Contingencia/5 CARMELA JERIA Junio/2020

OLLAS COMUNES COMO EXPRESIÓN DE SOLIDARIDAD

La emergen-cia sanitaria ocasiona-da por la pandemia de COVID-19 ha generado un complejo escena-rio socio-económico en nuestro país. Ante ta-les circunstancias, las protestas de hambre espontáneamente or-ganizadas por el pueblo se han hecho cada vez más comunes, denun-ciando la insuficiencia de las medidas econó-micas adoptadas por el Gobierno de Sebas-tián Piñera, expandién-dose rápidamente por todo el Gran Santiago.

Es del caso indicar que estas experien-cias no son nuevas, sino que las ollascomunes durante los 80’ fueron una iniciativa popular que congre-gó a l@s pobladores por la necesidad de alimentarse. Inmersos en un momento de dificultades laborales y económicas, las ollas se instalaron en distintos espacios, particularmente en algunas poblaciones de la ciudad de Santiago.

Ante este panorama, las ollas comunes se han replicado en forma con-junta con el enojo y falta de ayuda por parte del Estado. Estas expre-siones autoorganizati-vas y autogestionadas, han sido levantadas por los propios vecin@s y poblador@s de los di-versos territorios, ante la seria carencia eco-nómica producida por el alto desempleo y las reducciones de remu-neraciones provocadas por las suspensiones de contrato de trabajo.

En ellas participaban las comunidades que, con una fuerte presen-cia femenina, transfor-maron el problema del hambre en una oportu-nidad de solidaridad y organización colectiva.

En estos espacios es que se ha difundi-do, fuerte y clara, la consigna solidaria de “solo el pueblo ayuda al pueblo”, dejando el asistencialismo por una concepción mutua-lista y autogestionada.

DERECHO A SALA CUNADERECHO A SALA CUNA La Dirección del Trabajo emitió el Dictamen Nº1884, del 11 de junio de 2020, en el cual se pronunció sobre la exigibilidad al em-pleador de cumplir su obligación de proveer el derecho de sala cuna, en el contexto de la pres-tación de servicios bajo la modalidad de trabajo a distancia o teletrabajo.

En dicho sentido, preci-só que esa modalidad no es incompatible con el ejercicio del derecho de sala cuna, ya que, que de acuerdo al organismo, la protección del niño o niña menor de dos años debe conciliar o hacer compatible el trabajo con la vida familiar y perso-nal, permitiendo a la ma-dre trabajadora desarro-llar su capacidad de tal.

Asimismo, se indicó que, atendido el carácter irre-nunciable del derecho a sala cuna y la necesidad de resguardar la salud del menor, correspon-de que, en circuns-tancias de no poder el empleador cumplir con su obligación en alguna de las modalidades con-templadas en el Código del Trabajo,

estará autorizado para pagar un bono com-pensatorio que permi-ta encargar el cuidado del niño o niña menor de dos años a un ter-cero, debiendo este monto ser equivalente a los gastos que se ge-neran en forma normal en los establecimientos que tienen bajo su cui-dado a los niños y niñas.

Y ahora, ¿quién podrá defenderme?

En la serie de humor ochentera es la pregunta que re-suelve todos los problemas en los cuales solo un superhéroe po-dría ayudar. Al decirla aparece el Chapulín Colorado con un sonoro “¡yooo!”; un guardián frente a la injusticia, el robo, el maltrato (ma-terializados en los delincuentes de barrio del programa, antagonis-tas naturales de este enmascara-do vengador). Un ente externo a las víctimas, que estaba allí des-de el primer capítulo al servicio del débil, que viene a balancear la disparidad de fuerza en pos del bien. Una función similar a la que cumple el derecho laboral dentro de nuestro ordenamiento jurídico. La persona trabajado-ra estará en un innato, esencial e irremediable desnivel de fuerza frente al empleador, por lo que se hizo indispensable crear un me-dio para salvar esta desigualdad. ¿Cuántas veces pudo un traba-jador negociar abiertamente su remuneración antes de ser con-tratado?, ¿eligió qué días y horas trabajar?, ¿determinó el número de días de vacaciones anuales? Con su chipote chillón aparece, en forma de leyes y dictámenes, a salvar al proletario que por sí solo carece de poder frente al patrón; o al menos ese debería su rol.

Esta necesidad de balance jurídi-co en la relación laboral no fue una creación milenaria, tenida como natural en cada Estado. A partir de las revoluciones industriales se desarrollaron nuevas formas de producción y de explotación de la mano de obra del proletariado que ocupó las fábricas. Sin un área es-pecial en el derecho, esta relación laboral se miraba como una entre pares, sin protección especial ni instituciones estatales que la su-pervigilaran. “Si no te gusta, te vas”, si es que el proletario se po-día ir (imagine la caminata desde una salitrera hasta el sur). Vivir en la fábrica o morir de hambre, re-gias opciones. Frente a esta situa-ción, ¿qué hizo el Estado? Nada. ¿Qué hicieron las víctimas de esta brutalidad? Se organizaron. Na-cen así las primeras asociaciones modernas de la clase obrera para hacer frente a la realidad brutal en la que transitaban. Se crearon mutuales, sociedades de socorro y sindicatos, en la clandestini-dad y apartados de la legalidad, que no contemplaba en su lógi-ca estas nuevas instituciones y, de hecho, las reprimía. Los y las trabajadoras ya no estaban sol@s, sino que en unidad en la resisten-cia frente al capital y sus escla-vizantes formas de dominación.

Pasaron los años de lucha y el Es-tado recogió parte de las deman-das en pos de la dignidad laboral y la necesidad de organización proletaria, dictando las primeras normas laborales en primer tér-mino para luego regular al sin-dicato. Desde entonces existirá un límite para el poder sin frenos del empleador que proviene des-de fuera de la fábrica, ajeno a las partes de la relación laboral. A su vez, y al reglamentar al sindicato, se le da una forma y función de-finidas, quedando atrapada en la ley la libertad que la fuerza de la unión proporcionó en un inicio. Los problemas en la fábrica ten-drán solución a partir del derecho laboral, el Chapulín que vendrá en ayuda del desvalido dentro del trabajo. Entonces, al parecer, ya no necesitamos la unión para esta pugna de poder dentro de la fábri-ca, pues de eso ya se ocupa el Es-tado y su nuevo derecho laboral.

Transcurren las décadas y nos mal acostumbramos a mirar al cielo en busca de la solución a nuestros problemas laborales, “la ayuda del gobierno” o de una ley que venga a salvar el día. Buscamos en dic-támenes y en el Código del Tra-bajo el trozo de texto preciso que enfrente al empleador mientras el número de sindicatos se estanca y el de trabajadores sindicados baja.

Trabajo/6 CARMELA JERIA Junio/2020

por. Esteban Vivanco

DE LA ORGANIZACIÓN DE CLASE Y EL DERECHO LABORAL

Llegó el coronavirus y todas las complicaciones conocidas y vivi-das por usted. Ante la cuarentena y la imposibilidad de trabajar es-peramos la respuesta, la cual no llegó precisamente de un superhé-roe, o al menos de uno cuyos prin-cipios están corrompidos. Cuando las necesitamos, las respuestas a los problemas y necesidades no estaban en la legislación laboral, y la Dirección del Trabajo descono-ció completamente los principios del derecho laboral en sus prime-ros pronunciamientos. La decisión final del gobierno fue echar mano al ahorro para la cesantía de quie-nes lo tenían, sino, arrégleselas.

¿Habrá que continuar preguntán-donos quién podrá defendernos? Ante el hambre, la autogestión ya comenzó su movimiento a través de ollas comunes. Vecinos de varias comunas salieron a la calle pro-testando en contra de la indolen-cia de las medidas adoptadas por el gobierno y el congreso. Los sin-dicatos comprometidos exigieron y pelean en sus trabajados por las condiciones básicas que protejan su vida y salud, así como la remu-neración de todos sus miembros.

En este momento de crisis parece necesaria la reflexión de clase. esa mirada al espejo y preguntarnos

por qué continuamos esperan-do que quienes orquestaron la actual situación la solucionen. El Chapulín del derecho del trabajo hace rato se quedó mirando cómo suceden las injusticias cuando es llamado. No es ni será el camino para una vida digna, menos den-tro de este estado de emergen-cia. Tenemos que sacudírnoslo, reconocer que no contamos con su ayuda y comenzar la construc-ción de una solución colectiva.

Tenemos que cambiar la pre-gunta y la respuesta: ¿quién podrá ayudarnos? Nosotr@s.

Trabajo/7 CARMELA JERIA Junio/2020

WIÑOL TRIPANTUel inicio de un nuevo ciclo

El día 20 de junio el pueblo mapuche conmemora el We Tri-pantu (año nuevo o la nue-va salida del sol) o Wiñol Tripantu (vuelta del año). Asimismo, el pueblo Aymara celebra el Machaq Mara (año nuevo) o Mara Taq´a (divi-sión del año), mientras que para el pueblo Quechua esta fecha es denominada Inti Ray-mi. Por otra parte, el pueblo Rapa Nui festeja el Matahi-ti; (año nuevo), evento que está en proceso de revita-lización en ese territorio.

Todo este fenómeno está de-terminado por la luna, pues nuestros antepasados observa-ban la fase menguante de ésta y de esta forma se sabía que era el We Tripantu: "ragi-ñkülewechi küyen mew, fey wi-ñotuy tripan antü pige ke fuy" lo que más o menos significa: Con las fases de la luna se cuenta un recorrido del sol" De acuerdo a esta lógi-ca se da inicio a la cele-bración del We Tripantu, cuyo contenido no obedece a una simple celebración.

CORDONES INDUSTRIALES Y COMANDOS COMUNALESexperiencias de poder popular en Chile.

Memoria/8 CARMELA JERIA Junio/2020

Son tiempos difíciles. No sólo por la pandemia y sus consecuencias sanitarias directas, sino también por la incertidum-bre económica y alimentaria que tienen que soportar miles de fa-milias producto de las decisiones gubernamentales tomadas para abordar la pandemia. Cuando el Estado, como tantas veces, prio-riza la estabilidad de los grandes poderes económicos, sacrifican-do, literalmente, la vida y salud de la clase trabajadora, no podemos más que preguntarnos de dónde vendrá la ayuda que necesitamos para enfrentar estas situaciones. Y la respuesta es que la ayu-da vendrá de nosotr@s mism@s.

Experiencias de autoorganización para enfrentar tiempos de crisis no son nuevas en nuestra histo-ria. Desde muy temprano, la clase trabajadora comenzó a organizar-se para poder brindarse el apoyo que necesitaba y que no vendría ni de los patrones ni del Es-tado. Ejemplo de esto tene-mos, entre tantos otros, en las primeras mutualidades

de trabajadores o, lo que viene a ser el objeto principal de este ar-tículo, en los cordones industriales y comandos comunales, las cuales son una de las mayores expresio-nes de organización y poder po-pular existentes en la historia de Chile, logrando disputarle el po-der a órganos centrales como la CUT e incluso el Estado, pudiendo mitigar enormemente las conse-cuencias del Paro Patronal de 1972

Contextualizando, el gobierno de Salvador Allende triunfó en Chile en medio de un tenso es-cenario internacional, determina-do por la guerra fría y la disputa por el poder mundial entre Esta-dos Unidos y la Unión Soviética.La estrategia política de la Unidad Popular se ve marcada por una “conquista gradual y pacífica del poder político, sin ruptura brusca con el orden burgués, acompañada de la liquidación de las bases de la dominación imperialista, latifundista y mo-nopólica, a través de medidas planteadas en la perspectiva de construcción al socialismo” (1)

Si bien se ha señalado que dicha estrategia no apuntaba a remo-ver los cimientos del capita-lismo, situación que generaba tensión entre las distintas or-ganizaciones y partidos que se situaban a la izquierda (como el MIR y los mismos cordones industriales y comandos comu-nales, quienes llegaron a cuestio-nar al gobierno por la lentitud del traspaso al Área de Propiedad Social de las industrias privadas, entre otras cosas), es innega-ble que el gobierno de Salva-dor Allende impulsó una serie de reformas que potenciaban la organización sindical, cons-tituyendo un riesgo inminente para los intereses empresaria-les nacionales e internacionales

Debido a esto, se desató toda una guerra económica contra él, sus-tentada por Estados Unidos en complicidad con la derecha chile-na, buscando frenar su programa político mediante un brazo ins-titucional -partidos políticos- y un brazo armado -grupos para-militares, como patria y libertad-.

por. Gerardo Leiva /Catalina Trinidad

Memoria/9 CARMELA JERIA Junio/2020Una de las grandes manifestacio-nes de este bloqueo fue el Paro Patronal de 1972. En septiembre de ese año, la Confederación Nacional de Dueños de Camio-nes y la Confederación Nacio-nal del Transporte Terrestre, con apoyo de la SOFOFA, exi-gieron al gobierno reajustes y control de precios de neumá-ticos y combustibles. Ante la negativa respuesta, el 9 de oc-tubre estos sectores gremiales, apoyados por colegios profesio-nales y diversas organizaciones contrarias a Allende, inician un paro productivo que, encabe-zado por los camioneros, sig-nificó un grave riesgo para el abastecimiento de productos y materias primas en el país.

Como consecuencia directa de esta paralización, la clase trabajadora, organizada me-diante los cordones industria-les (que si bien se planteaban como organismos autónomos, no subordinados al gobierno, sí lo apoyaban) deciden to-marse las fábricas y mante-ner ella misma la producción.

Según Hugo Cancino, historia-dor, las tomas de fábricas aumen-taron de 137 en 1970, a 378 en 1971, y 299 hasta mayo de 1972, generalizándose luego como un medio de asegurar la continui-dad del proceso productivo bajo control obrero, y la defensa del gobierno. Sumado a esto, se fue unificando la identidad del movi-miento sindical en Chile, l@s tra-bajador@s se reconocían como parte de una misma clase, y des-de su condición de explotados bajo los estándares capitalistas buscaban alternativas de lucha.Así, “las empresas controladas por sus trabajadores, por medio de sus decisiones productivas dis-tributivas y de comercialización,

pudieron contener la desestabili-zación económica gatillada por el paro de los camioneros, conflicto que se mantuvo por un mes.” (2)

Esta manifestación de organiza-ción y poder de las clases popu-lares tiene más relevancia aún si tenemos en cuenta que las em-presas producen en base a lo que es un modelo de oferta y deman-da que busca un “punto de equi-librio”. De esta forma, en lugar de buscar un óptimo social, por ejemplo, en alimentos, buscan un óptimo económico, ya que lo importante no es que la gente tenga para comer, sino que la gente pueda pagar el bien pro-ducido y que cada nueva unidad producida mantenga un mínimo de ganancia, aún cuando exista una crisis económica que im-plique escasez de alimentos. Y contrario a lo que algun@s pudie-ran creer, la toma de las empresas por parte de los obreros en va-rios casos aumentó la producción. Parte de las planas mayores de las industrias siguieron funcionan-do, ingenieros, técnicos y otros profesionales comprometidos les enseñaban a los obreros cómo di-rigir las industrias, teniendo como resultado que, por ejemplo, la producción textil del Área Social aumentó entre un 8% y un 30%En Fabrilana (la industria más grande de la fabricación de lana en esa época) la producción de lana aumentó en un 120% , y esto antes incluso del paro patronal.

En este punto debemos distinguir entre cordones industriales y co-mandos comunales. Si bien am-bos son manifestación del “poder popular”, entes auto organizados de las clases populares con capa-cidad de control sobre la gestión de la Sociedad(4) los primeros se constituyen como organizacio-nes territoriales de trabajador@s

que agrupaban a varias decenas de fábricas, realizando diversas medidas de presión y tomando incluso el control de las indus-trias para apresurar su traspaso al Área de Propiedad Social o, con posterioridad al paro patronal, mantener la producción; mientras que los segundos surgen como una evolución natural de los pri-meros, subsanando las dificulta-des que los cordones industriales tenían en insertarse en su medio. En este sentido, Víctor Toro, di-rigente del MIR (uno de los más importantes órganos gestores de los comandos comunales), en una entrevista otorgada el año 1973 a la revista “Punto Final” expresó que “no debemos caer en lo que los patrones siem-pre han querido, en la divi-sión de los trabajadores, para derrotarlos en mejor forma. Nosotros planteamos trans-formar los Cordones Industria-les en verdaderos organismos de poder de la clase obrera, donde participen al lado de los trabajadores industriales, los campesinos, pobladores, estudiantes, etcétera, con sus respectivas organizaciones de masas y con una platafor-ma común. Este papel sólo le cabe y puede hacerlo el Co-mando Comunal de Trabaja-dores formado por la base”.

Si bien la importancia histórica de los cordones industriales y los comandos comunales es diver-sa (mientras los primeros tuvie-ron un rol mucho más relevante durante el gobierno de la Uni-dad Popular, recibiendo apoyo de prácticamente todo el bloque político de esta y consolidándo-se tempranamente, los segundos tuvieron un rol muy importante dentro del deba-te ideológico respecto a sufunción y potencial, alcanzandoa tener un poder más que nada embrionario, ya que se les dio mayor relevancia y continuidad con posteriori-dad al “tanquetazo” de junio de 1973, siendo su desarrollo interrumpido por el golpe militar y posterior dictadura), debemos entender que ambos son manifestaciones del po-der popular, cuya impor-tancia radica en discutirle al Estado su monopolio del poder y legitimidad, teniendo un impacto profundo tanto en la forma como vemos la sociedad como en su funcionamiento.

Es nuestro deber reivindicar este ejemplo de organización de trabajador@s, campesin@s, estudiantes y pobladores.

La dictadura y el “Plan La-boral” de José Piñera dejaron marcado el futuro del sindicalismo chileno, enfocado en buscar mejores salariales mí-nimas dentro de la empresa, e ignorando que la unidad como clase trabajadora, o mejor aún, clases populares tiene un po-tencial sin límites de trans-formación de la sociedad. En momentos como estos, en que nuevamente las “clases ba-jas” son abandonadas a su suer-te, no queda más que tomar nue-vamente las riendas del poder. El Estallido Social de octubre aún no ha terminado y sus moti-vos no hacen más que aumentar.

El modelo capitalista, depredador tanto de la vida humana como del ecosistema, está en crisis y vientos de rebe-lión soplan en Chile y el mundo. Antes que el modelo nos des-truya, debemos destruir el modelo. Y más nos vale tener presente los acier-tos y errores que cometimos en el pasado, aciertos que quienes ostentan el poder se han esforzado en borrar.

(1) Theotonio Dos Santos, “socialismo o liberación en el Programa de la Unidad Popular”, En: Chile Hoy, año 1, no. 1, del 16 al 22 de junio de 1972, p. 4

(2) Estudios Nueva Economía, “A cuatro décadas de los cordones industriales: cuando las decisiones productivas las tomábamos las y los trabajadores

Memoria/10 CARMELA JERIA Junio/2020

Memoria/11 CARMELA JERIA Junio/2020

LA TRADICIÓN DE LA OLLA COMÚN: sobrevivencia y resistencia popular La explotación que vive Chile bajo el imperialismo, al ser saqueado por los grandes capi-talistas extranjeros, le somete a crisis económicas y políticas que se profundizan aún más ante crisis mundiales como la pandemia del covid-19, donde la desigualdad vuelve a mostrar la real cara de este cruel sistema, permitiendo que el 1% más rico de Chile sea dueño del 26,5% del PIB (Cepal 2019).

Es así como en cada crisis los pobres se hacen más pobres, y los ricos más ricos. Hoy, en el Chile 2020, vemos la enorme can-tidad de despidos, todas las per-sonas que trabajan informalmente (cerca del 51% de los ocupados, Fundación Sol) que hoy no tiene cómo sostenerse. En el mundo en-tero vemos el hambre y la muerte en los pueblos, mientras que el pa-trimonio de las 500 personas más ricas del mundo ha aumentado en un 20% desde el 23 de marzo.

Nos han hecho creer toda la vida que el Estado es de todas las per-sonas y que está para ayudarnos, pero en los momentos que más lo necesitamos queda claro su ver-dadero rol: Un Estado al servicio de los ricos, subsidiario con el pueblo trabajador y no garan-te de sus derechos. Quien real-mente pone las manos a las crisis ha sido el mismo pueblo. Pero, no obstante, en los períodos en que más se agudiza la crisis del im-perialismo, aflora el movimiento popular y consigo la solidaridad.

Vemos cómo nace la tradi-ción de la olla común, que nos inunda una vez más, con sus exquisitos olores y sabores.

Viene a resolver una necesi-dad tan básica como lo es co-mer, pero también nos llena el espíritu al organizarnos y com-partir lo poco que tenemos. Generalmente, son las mujeres quienes lideran esta gran ta-rea, demostrándonos una vez más su fortaleza, la capacidad de le-vantar organización política y el enorme corazón que hay en ellas.

Es así como la olla común es un reflejo de las caren-cias económicas y políticas que tiene una sociedad y que afectan a las clases más pobres, agudizando el problema de la alimentación. Ahora bien, las ollas comunes ya se han venido levantando desde principios del siglo 20, sobre todo tras la “huelga de la carne” en 1905, las cri-sis del salitre en el 1907 y la crisis por la gran depresión de 1929, como forma de orga-nización y respuesta a la fal-ta de ingresos para el alimento. Siendo algunas transitorias, como en huelgas de trabajador@s, en tomas estudiantiles, en to-mas de terreno, en donde una vez conseguida la demanda por la que se protestaba, se disolvía consigo la olla común. Pero también vemos otras que son más permanentes y que no se levantan con motivo de una lucha reivindicativa en que haya una demanda que se pueda cumplir a corto plazo, sino que se levantan ante gran-des crisis generales y como una respuesta de super-vivencia un poco más es-table del mismo pueblo.

por. Florencia Murialdo Gonzalo Alvarez

Memoria/12 CARMELA JERIA Junio/2020CRISIS DEL 82: PAZ PAN Y TRABAJO

Entramos a una de las épocas más críticas que ha vivido el pueblo, entre balas y un modelo económico impuesto de privati-zaciones sin regularización estatal del mercado. Las masas pobres solo dependían de la deuda ex-terna, mientras que la recesión en EE.UU. y la baja de valor de ma-terias primas, conllevó al inicio de la crisis de la deuda. Los bancos y las empresas se sobre endeu-daban, y para rescatar las accio-nes de los capitalistas, la deuda privada pasó a ser deuda pú-blica sin costo alguno para las empresas y bancos, pero con la carga del desempleo al pueblo: llegando al 31,3% en 1983 (1)

Es así como la pobreza se exa-cerbó y llegó el hambre a los sectores populares de la ciu-dad, generando la necesidad de llevar a cabo organizaciones de subsistencia, ahora no solo para resistir a la persecución po-lítica de la tiranía en un país “sin el derecho de vivir en paz”, sino que el modelo en crisis dejó al pueblo en la miseria, sin pan ni trabajo. Es a raíz de esta rea-lidad, que la olla común se le-vanta en los sectores populares como una respuesta a la violen-cia y hambre provocada por el régimen fascista de Pinochet.

Tenemos el ejemplo de Lo Her-mida en Peñalolén, que se origi-nó a raíz de los “26 campamentos que constituyen en la actualidad el grueso de sus asentamientos humanos” (Hardy, Clarisa. 1986, pág. 56), que se levantaron pri-mero ante la falta de vivienda en dictadura y luego las pobladoras levantando olla común para ali-mentar. Estos espacios pasan a ser el inicio de la protesta contra el tirano desde el 82’.

“En medio de la rotonda Quilín que es bien transitada, ahí mismo pu-simos la olla, a vista de todos los que circulan por la rotonda, autos, micros, camiones. Llevábamos al-gunos carteles y unos lienzos que decían nuestra situación y por qué comemos en la olla común. Nos pusimos en cola, con bolsas plásticas en la mano y una por una llenábamos las bolsitas con los po-rotos. Teníamos miedo, pero lo hi-cimos igual. La gente nos miraba de los autos. Algunos paraban y nos daban algo. De los micros aplaudían algunos, los cabros nos gritaban vivas. Ese día no llegaron los pacos, así que cuando terminamos, tomamos nuestras portadas y nos fuimos. Hemos hecho más de una de estas portadas y también, igualito, con cho-colatada, para los niños” (3)

40 años después: solo el pueblo ayuda al pueblo.

Recordemos que las ollas co-munes surgen con fuerza antes de esta pandemia, en plena revuelta popular, como muestra de solidaridad ante una crisis política de quienes dominan y un renacer masi-vo de la organización popular en Chile. Surgió la necesidad de mantenernos con fuerzas ante días enteros de protestas y se levantaron organizaciones moti-vadas por la solidaridad de clase, como la olla común “Las Capuchas Invitan”, en plena plaza dignidad.

Luego, sin siquiera sopesar el paso del tiempo, nos vimos envueltos por una pandemia que vuelve a sacar lo peor del modelo capitalista. “Nos dimos cuenta que la pobreza nunca des-apareció, que no existe la clase media. Que estamos los pobres, los que nos cagamos de hambre, los que hacemos ollas comunes,

los que nos organizamos, y los ri-cos, los que tienen las lucas y que nos traen las pandemias”, así rela-ta una vecina, parte de la olla co-mún en la población Angela Davis, Recoleta (video de Prensa Opal).

Es así como ante esta crisis eco-nómica, las medidas de despro-tección del gobierno de Piñera son un ejemplo de desconexión y des-confianza al pueblo, como las ca-jas que son de alimento, un golpe a la dignidad de las persona Son el “show” mediático de las entre-gas por televisión. Es ahí donde se han vuelto a levantar rápida-mente las ollas comunes, para que la clase trabajadora desem-pleada y aquella informal que sobrevive con el día a día, tenga un plato de comida asegurado, mientras se espera una caja de ali-mentos de no más de 30 mil pesos o se siguen pagando las deudas de un costo de vida muy exce-sivo y desigual con sus ingresos.

Estos espacios de sobrevivencia y resistencia son vida de solidari-dad, autogestión y dignidad, por lo que llamamos a apoyar a algunas de estas iniciativas: Como la cam-paña el “pueblo ayuda al pueblo” (estudiantes de la Uchile y CALP) para las mujeres de la cárcel de San Joaquín, las familias de Lo Hermida, Bajos de Mena en puente alto y a las tomas 17 de mayo, Ma-carena Valdés y Violeta Parra en Cerro Navia. Y a las diversas Ollas Comunes en Cerro Navia difundi-das por el “Colectivo La Chispa”.

Esta memoria es un saludo a la clase trabajadora y a las ma-sas populares que resisten.

(1) Meller, Patricio. 2017 (¨¨*******)(2) Hardy, Clarisa. Relato de una pobladora 1986(3) Hardy, Clarisa. Relato de una pobladora 1986,

Opinión/13 CARMELA JERIA Junio/2020

A LA PRECARIZACIÓN SE LE RESPONDE CON ORGANIZACIÓN.por. Dirigente Sindicato KSB

Escribo esto a casi 8 meses del despertar de Chi-le, ese 18 de octubre que de-mostró a la ciudadanía que no está todo perdido, que aún tenemos conciencia en el pueblo, aún tenemos per-sonas que tiene sueños, sue-ños de un futuro mejor, de un mañana más justo y digno.

Todo quedó en aparente sus-penso, ya que nos invadió una pandemia que dejó al descubier-to una profunda crisis sanitaria que lo único que ha mostrado es la desigualdad, la pobreza y la injusticia que tenemosen este sistema, un virus que lo traen l@s ric@s y las consecuencias la pa-gamos l@s pobres.

Durante este periodo ha quedado a la vista de tod@s lo inestable e inseguro que es vivir en Chi-le. Las autoridades, que no tienen credibilidad,han intensificado el sentimientode incertidubre de la población, que se enfrenta a una crisis sanitaria en medio de una profunda crisis social.

Por una parte, tenemos las po-blaciones sumergiéndose en la pobreza, pobreza que siempre estuvo, pero estaba maquillada por las facilidades de endeuda-miento que nos ofrecía este sis-tema capitalista y; por otra par-te, tenemos a l@s herman@s de otras naciones que les ofrecieron un vivir mejor en nuestro país y hoy, cuando nos atrapa este vi-rus, l@s dejan en las calles sin nada que hacer y sin protección.

Sumado a ello, el desempleo cre-ce día tras día, según las esta-dísticas oficiales esto ya supera el 10% en el país, siendo la Re-gión Metropolitana en donde se concentra la mayor cantidad de desemplead@s. Todo esto con el silencio cómplice de las autoridades que han privilegiado a las empresas por sobre l@s trabajador@s, quienes estamos pagando el costo más alto de esta crisis.

Con las leyes que han sacado, como la mal llama-da ley de protección al empleo, que no vino a nada más que a proteger a las empresas y que obliga que l@s trabajador@s

tengamos que salir a las ca-lles a exponer nuestras vidas y las de nustra familia para po-der llevar el sustento a casa,sin mencionar al gran proble-ma que viven l@s trabajador@s independientes que están to-talmente a la deriva y aquell@s miles que no pueden trabajar.

Otra medida que se implemen-tó es el teletrabajo, que si bien mantiene a l@s compañer@s con trabajo, es una medida que nos lleva a retroceder en materia de jornada laboral, l@s obliga a es-tar conectados 12 horas al día y, adicional a estas largas jornadas de trabajo, debemos sumar que tienen que estar al cuidando de su hij@s y con la preocupación de los quehaceres el hogar, lo que está generando daños colatera-les, como estrés y depresión. Yo me pregunto entonces ¿Quién se va a hacer cargo de todo esto?.

Dentro de toda esta inestabili-dad social, crisis sanitaria y eco-nómica, el Gobierno refuerza su política defensiva y represi-va, incrementando las compras de equipos, armamentos y nue-vas tecnologías de inteligencia.

Si analizamos lo cordones sanita-rios y, particularmente, el toque de queda vigente hoy en día en el país, observamos que este último no tiene ningún efecto de prote-ger a la población del COVID-19 en los horarios en que están es-tablecidos, lo que da para pensar que estas acciones tienen otro fin ¿No será que es otra estrategia del Gobierno y de la derecha para afinar la táctica en las calles para una futura ocupación militar?

Temeros@s por lo que se pue-de venir en materia de explosión social, debido a todo lo que está pasando, el Presidente suma a esta agenda represiva la priori-dad de extrema urgencia al pro-yecto de ley de inteligencia que reforma y entrega más atribucio-nes a la ANI (Agencia Nacional de Inteligencia), tales como, la de utilizar agentes encubiertos pro-pios o la de generar reuniones privadas entre el Presidente de la República y los jefes de inte-ligencia de policiales y militares. Por otra parte, para enfrentar la crisis económica, se barajan di-versas propuestas, entre ellas la de endeudarse con el FMI (Fondo Monetario Internacional), acción que afecta directamente a l@s poblador@s, ya que por lo que hemos visto de la experiencia de los países hermanos, para poder pagar esta deuda, posteriormen-te, se recorta el presupuesto para las políticas sociales, educacio-nales o, lo que es aún peor, rea-lizan recortes el pésimo sistema de salud. Como contrapartida, en ninguna de estas propuestas se menciona obligar a las grandes empresas o a los grandes conglo-merados económicos a hacerse cargo de esta crisis económica.

Es por todo lo anterior que organizarse ya es más que un derecho, es un deber y una ne-cecesidad de cada ciudadan@,

la única manera de hacer fren-te a estas situaciones o proce-sos dentro de una sociedad es con la organización, ya sea en los puestos de trabajo o den-tro de nuestras comunidades, junta de vecinos o agrupacio-nes, cualquier medio nos hará crecer y nos ayudará a estar pre-parados para enfrentar los duros tiempos que se avecinan, pero que no durarán para siempre.

El llamado es a seguir levantando la solidaridad en las poblaciones con las ollas comunes, derribar el monopolio de las grandes ca-denas de abastecimientos, con iniciativas como las cooperati-vas de abastecimiento, que son ideas que fácilmente se pueden levantar en las poblaciones y en los sindicatos, solo nos falta re-tomar algo que siempre fue nuestro y nos quitaron a punta de balas, hay que re-tomar el compañerismo, hay que trabajar en lo co-lectivo, en lo comunitario.

Para comenzar a cerrar esta co-lumna me gustaría hacer un llama-do a la gente, a l@s poblador@s a que le pierdan el miedo a hablar de política, no sacamos nada con cuestionar a los que están en el poder hoy si no hacemos nada para generar el cambio, lo mis-mo pasa con las organizaciones sindicales. Estamos totalmente de acuerdo en que el sindicalis-mo está muy corrompido y sucio, pero la única forma de cambiar esto es partiendo por nosotr@s mism@s, metiéndose en las or-ganizaciones y sacando a diri-gentes corruptos y traicioneros.

Debemos organizarnos para levantar una alternativa distinta a las que nos ofrece el sistema, una alternativa que represen-te a la clase trabajadora.

Opinión/14 CARMELA JERIA Junio/2020

Entretención/15 CARMELA JERIA Junio/2020

Espejito espejito:¿qué facho se esconde tras mi amistad tóxica?

PATY MALDONADO:

La amistad polémica, que le pelea hasta a su sombra. La verdad es que esta persona te da un poco de miedo, tiene un carácter muy fuerte y nunca te has atrevido a contradecirla. No tiene pelos en la lengua y es bien buen@ para las chuchadas. Sus opiniones te hacen cuestio-nar su amistad ¿por qué estará tan obsesionada con los comunistas?

Evelyn Matthei:

La típica amistad fitness que te critica por los chocolatitos que comes mientras te dice “hoy desayuné pan centeno con chía y palta” al tiem-po que calculas que su desayuno vale más que tu sueldo. Te obliga a trotar todas las semanas, pero no le puedes seguir el paso porque co-rre más rápido que Usain Bolt, le ves alejarse mientras su peinado de peluquería brilla al sol y de vez en cuando viste un chaleco amarillo.

Manuel Ossandón:

Típico amigo o amiga que quiere puro sobresalir, se cree la persona más seca en política por decirle comunista o terrorista a todo lo que no entiende. No se sabe ni la tabla del 1 y jura que “cuatro mil tres-cientos cuarenta y cuatro mil quinientos millones coma cinco” es un número. Te le quedas mirando y no sabes si reír o pegarle un wate.

JOAQUÍN LAVÍN:

El amigo o amiga canchera que se cree rockstar y que nunca superó los 25, el/la “lolein”. Esta amistad se hace la linda con la gente, pero tú que la conoces bien, no le compras ni una, porque sólo busca ser famo-so. Siempre va donde calienta el sol y le gusta perseguir las cámaras. Le da coronavirus y se le ocurre hacer un reallity show mostrando cómo desperdicia una residencia sanitaria y ¡te sale hasta en la sopa!

Sebastián Izquierdo:

Típica amiga o amigo que nunca quiso trabajarle a nadie, y an-daba pechando hasta para las ramitas. Ahora último decidió ga-narse la vida montándose un negocito, que no es sino otra for-ma oculta para que le mantengan. Persona violenta, nadie puede llevarle la contraria, es entero perseguío’ y está todo el día co-mentando en Facebook puras tonterías. Para el eclipse can-tó el himno. Lectora o lector, desinstale este bot de su vida.

pastor soto:

Tu amistad canuta. Nace chicharra muere cantando dicen, pero este caso es peor, no para de vociferar lo que cree divino. Se cree un man-dado de Dios, pero pareciera ser el diablo hablando; anti aborto, homo-fóbico, machista y solo su evangelio es la razón. La/el típico ex com-pañer@ que se quedó pegado en clases de religión, con la profesora facha’ del colegio de curas. Te preguntarás; ¿la biblia no le dará una señal de que será weon? ¿no sentirá que queda como payaso? pero con respeto.

Lucía Hiriart:

La gente que le rodea se alegra cuando algo malo le pasa. ¡Merecido estuvo! Esta amiga/o pretende ser fina y no recuerda de dónde viene. En el barrio es conocida por generaciones por ser vaca, a esta persona la invitas a tu casa y se lleva hasta los jabones. Se queja de que la gente no trabaja, pero nunca le ha trabajado a nadie. Todo le es comunista. Tiene la suerte de las malas yer-bas. No se merece tu amistad, se merece un wate. ¿Cuándo le llegará el día?

sebastian piñera:

El amigo/amiga piraña, tiene bracitos cortos pero que agarra como na-die. Es aprovechado y le falta lucidez, más de una “piñericosa” se le es-capa, pero en el fondo guarda una inteligencia para mentir y manipular. Siempre con excusas baratas, como que un enemigo implacable está contra él o ella. Su verdad es la única válida y ¿el resto? puros marcianos.

¡Ojo! ante cualquier coincidencia, no digas que no te advertimos. Basado en hechos reales. No nos reservamos los derechos de autor.