ErosxHesxodo

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HESÍODO 1. Theog. 116-132. Pues bien, primeramente engendróse Caos, y luego Gea, la de amplio pecho, sede siempre segura de todos los inmortales que habitan las cumbres del Olimpo nevado; [y el Tártaro brumoso, en el fondo de la tierra de anchos senderos;] y Amor, el más bello de entre los inmortales, 1 que afloja los miembros, y a todos los dioses y hombres les subyuga en los pechos la mente y el juicio sensato. 2 2. Theog. 594-602. Igual que las abejas, que nutren a los zánganos (…) que en su vientre recogen el esfuerzo de aquéllas, del mismo modo Zeus altitonante hizo que fueran de los hombres desgracia las mujeres, de continuo entregadas a obras perniciosas. 3. Op. 373-375. Que una mujer de adornado trasero no burle tu mente y te hable mimosa, buscando en tu granero. Quien se fía de mujer, de ladrones se fía. 3 4. Op. 405-406. Procúrate primero casa, mujer y buey; [comprada, no con nupcias, 4 y así irá tras los bueyes.] 5. Op. 519-521. … La doncella de piel suave que se queda en su casa junto a su amada madre, y aún ignora las obras de la áurea Afrodita. 5 6. Op. 582-588. Cuando el cardo florece y expande la ruidosa cigarra, desde un árbol, su cantar estruendoso, denso bajo sus alas, en el estío agobiante, más gordas son las cabras, mucho mejor el vino, las mujeres, más lúbricas, 6 los varones, más débiles, pues les abrasa Sirio cabezas y rodillas y su piel se reseca por el calor ardiente. 1 ρος, ς κάλλιστος ἐν ἀθανάτοισι θεοῖσι. 2 δάμναται ... νόον καὶ ἐπίφρονα βουλήν. 3 μηδὲ γυνή σε νόον πυγστόλος ἐξαπατάτω / αἱμύλα κωτίλλουσα, τεὴν διφῶσα καλιήν· / ς δὲ γυναικπέποιθε, πἐποιθ᾽ γε φιλήτῃσιν. 4 κτητήν, οὐ γαμετήν. A la mujer comprada, sin mediar casamiento, se le podían asignar labores propias de una sirvienta. 5 οὔπω ργα ἰδυῖα πολυχρύσου Αφροδίτης. 6 μαχλόταται, «lascivas», «lujuriosas».

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  • HESODO

    1. Theog. 116-132. Pues bien, primeramente engendrse Caos, y luego Gea, la de amplio pecho, sede siempre segura de todos los inmortales que habitan las cumbres del Olimpo nevado; [y el Trtaro brumoso, en el fondo de la tierra de anchos senderos;] y Amor, el ms bello de entre los inmortales,1 que afloja los miembros, y a todos los dioses y hombres les subyuga en los pechos la mente y el juicio sensato.2 2. Theog. 594-602. Igual que las abejas, que nutren a los znganos () que en su vientre recogen el esfuerzo de aqullas, del mismo modo Zeus altitonante hizo que fueran de los hombres desgracia las mujeres, de continuo entregadas a obras perniciosas. 3. Op. 373-375. Que una mujer de adornado trasero no burle tu mente y te hable mimosa, buscando en tu granero. Quien se fa de mujer, de ladrones se fa.3 4. Op. 405-406. Procrate primero casa, mujer y buey; [comprada, no con nupcias, 4 y as ir tras los bueyes.] 5. Op. 519-521. La doncella de piel suave que se queda en su casa junto a su amada madre, y an ignora las obras de la urea Afrodita.5 6. Op. 582-588. Cuando el cardo florece y expande la ruidosa cigarra, desde un rbol, su cantar estruendoso, denso bajo sus alas, en el esto agobiante, ms gordas son las cabras, mucho mejor el vino, las mujeres, ms lbricas,6 los varones, ms dbiles, pues les abrasa Sirio cabezas y rodillas y su piel se reseca por el calor ardiente.

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    , . 4 , . A la mujer comprada, sin mediar casamiento, se le podan asignar labores

    propias de una sirvienta. 5 . 6 , lascivas, lujuriosas.

  • Hesodo 2

    7. Op. 695-705. Llvate, ya maduro, una mujer a casa, cuando ni ests an lejos de tener treinta aos, ni seas mucho mayor. Esa edad te conviene para casarte. Debe, la mujer, cuatro aos tener de juventud, y casarse en el quinto.7 Desposa a una doncella, para que as le ensees buenas costumbres. [Sobre todo, desposa a la que vive cerca.] Y fjate muy bien, no vayas a casarte con quien haga de ti el motivo de risa de todos tus vecinos. Que no hay nada mejor que adquirir pueda un hombre que una buena mujer, ni nada ms terrible que una mala, que est siempre banquetendose y que, por muchas fuerzas que tenga su marido, lo quema sin antorcha y le da cruel vejez.

    7 Estos aos se cuentan a partir de la pubertad.