EPALEN65_020214

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Revista Epale 65

Transcript of EPALEN65_020214

  • contenido

    02 perfilFidel Castro

    04 el MenJUrJe Mancheta y dems

    08 Msica Arena: rap innovador y femenino

    11 Miradas Matrimonio igualitario en su hora

    20 sexodiversidad Igual derecho, igual nombre

    24 gastronoMa Sibaritas y pelabolas

    27 diarioDas y noches de amor y de guerra (XVI)

    32 cUentosdel araero

    05 ciUdadEl centro tiene su Mesn preparado

    1o Mitos Las muecas de Zobeyda

    18 MinicrnicasMs rpido que mi cadver

    21 entrevistaLa urgencia de ser bombero

    26 crnicasbUrocrticas

    31 crUcicoMpacto

    CirCula Con el Diario Ciudad CCSReviSta GRatuita

    conseJo editorialJorge Rodrguez GmezFreddy ezFelipe SaldiviaGustavo Borges Revilla

    directoraMercedes Chacn

    editor JefeCarlos Cova

    coordinadora editorialOdry Farnetano

    directora de arteEdarlys Rodrguez

    coordinador de fotografaAsdrbal Briceo

    asesor editorialReinaldo Gonzlez

    redaccinRoco CazalMabe ChacnKay Yam HungGustavo Mrida

    diseadorasZonia GarcaMelany Prez

    ilUstradorAlfredo Rajoy

    fotgrafosAmbrosio PlazaJos Rivera

    correctorRodolfo Castillo

    logsticaIdania BracamonteDaniela Fernndez

    colaboran en esta edicinClodovaldo Hernndez, Grgory David Escobar,Mal Rengifo, Mara Gabriela Blanco, Nathali Gmez, Neirlay Andrade, Nathaly Bonilla y Nataly Sanoja. Archivo Ciudad CCS.Fotografa de portada: Ambrosio Plaza.

    iMpresin Fanarte, C.A.

    [email protected]/@epaleccs

    Comercializacin y Ventas: 0212-8080323/0426-5112114Distribucin: 0212-3686750 Depsito Legal: pp201202dc4166Una publicacin de la

  • PERFIL02

  • Fidel: la historia lo absolvi... y lo adopt

    POR CLodovaLdo HERnndEzILUSTRACIN aLFREdo RaJoY

    Tras el asalTo al cuarTel Moncada, pronosTic que la hisToria lo perdonara, pero hizo Ms que eso: lo ha Tenido coMo hijo consenTido. coMo consecuencia de su perManenTe proTagonisMo, ha visTo enTrar y salir del escenario Mundial a Muchos grandes lderes y oTros TanTos figurones. TaMbin le ha Tocado presenciar la desaparicin de un MonTn de aMigos. gajes del oficio de un largo vivir

    La historia no solo lo absolvi, tambin lo adopt como uno de sus hijos predilectos. Tanto que el comandante Fidel Castro es uno de los pocos seres humanos que protagoniz hechos definitivamente histricos desde la dcada de los 40 del siglo XX y sigue hacindolo en lo que va del siglo XXI.

    Consentido por la historia, Fidel (ni siquiera necesita apellido) ha visto pasar por su vida, entrar y salir del gran escenario mun-dial, a todo tipo de personajes estelares, desde otros lderes ge-nuinos de la humanidad hasta figurones que solo destacaron por los cargos que ostentaban. Basta echar un vistazo a la lista de pre-sidentes de Estados Unidos con los que ha lidiado para hacerse una idea de quin ha sido el actor principal y quines los invi-tados ocasionales, a pesar de la asimetra entre la gran potencia y la pequea isla desafiante. En esa lista aparecen Eisenhower, Kennedy, Johnson, Nixon, Ford, Carter, Reagan, los dos Bush, Clinton y Obama. En lo que respecta al otro bando de la Guerra Fra (de la que Fidel fue protagonista principalsimo), altern con lderes que han quedado relegados a los museos de lo que alguna vez fue el socialismo mundial: Jrushchov, Brezhnev, Andropov, Chernenko y Gorbachov.

    De los lderes latinoamericanos que lo adversaron, ni qu decir. Casi todos estn enmohecidos en los desvanes de la memoria po-pular. Ya nadie habla de ellos, ni siquiera mal.

    Tristemente, a Fidel tambin le ha tocado ser testigo de la des-aparicin de compaeros de lucha, desde contemporneos como Abel Santamara, Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara, hasta hijos de la vida y de la ideologa, como el comandante Hugo Chvez. Gajes del oficio de un largo existir.

    Su trayectoria ha sido trepidante: desde que se sum a una insu-rreccin contra el dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo, en 1947, hasta su ms reciente aparicin en pblico, ha sido tocado siempre por la vara mgica de la historia. La sola mencin de los ms importantes acontecimientos en los que ha tenido participa-cin destacada, demuestra su indiscutible pertenencia al Olimpo de la contemporaneidad: el asalto al cuartel Moncada, el desem-barco del Granma, la defensa de Baha de Cochinos, la Crisis de los Misiles, la intervencin militar en frica, el liderazgo del Mo-vimiento de Pases No Alineados, la negativa a doblegarse ante el neoliberalismo tras la desaparicin de la Unin Sovitica, la frrea direccin del Perodo Especial y la alianza con la Revolucin Boli-variana muestran apenas a grandes rasgos la larga marcha de este descendiente de gallegos nacido en Birn, Mayar, en 1926, y conocido universalmente por su barba de rebelde.

    De Fidel ha hablado medio mundo, algunos para bien, otros para muy mal. Nadie que lo haya conocido sale indiferente de la ex-periencia. El comunicador alternativo Mario Silva, un venezola-no que ha tenido la envidiable oportunidad de conversar con l, guarda aquellos momentos entre sus mejores recuerdos.Fidel es la historia de la dignidad de Amrica Latina, es el bastin moral de los pueblos empeados en liberarse, es revolucin, moral y com-promiso con la humanidad. Ese es Fidel, dice orgulloso.

    Podran citarse toneladas de frases dichas por toda clase de per-sonalidades, pero haran falta miles de revistas para eso. Hay que escoger una y, en este caso, es la del poeta espaol Rafael Alberti, quien explic alguna vez la razn de lo que ya era una larga perma-nencia de Castro en el escenario poltico de su pas y del mundo: Las ideas que l defiende no envejecen nunca.

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    Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. PaLE CCSCaracas, 2 de febrero de 2014.

  • EL MENJURJE04

    Caracas, 2 de febrero de 2014. Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. PALE CCS

    Tras el discurso

    YO MARINO, T PIRATA. Capitn Phillips es uno de esos filmes que, bajo el pretexto de recrear hechos reales (el asalto por parte de pi-ratas somales a un carguero estadounidense), deviene en una apologa al herosmo norteameri-cano sirvindose de la historia manipulada hasta el paroxismo. En este orden de ideas, la cinta expone una falsa ambigedad en lo que toca a la mirada objetiva de los acontecimientos y para ello se sirve de una tcnica, sin duda, exquisita, depurada (un alarde de edicin que, aunado a un audaz manejo del espacio flmico, proveen a la pelcula de un vertiginoso ritmo). Y para que la mirada objetiva se torne lo ms verosmil posible, la narracin se centra en el personaje principal y busca hacernos partcipes de su drama personal: una suerte de biopic anni-mo contemporneo. Vale decir que la solvente interpretacin de Tom Hanks hace un valioso aporte a la credibilidad de la trama. Sin embargo, por ms que el cine falsee los hechos, estos persisten. Y ms an cuando el origen de esos asaltos obedece a una situacin geopoltica y econmica de una crudeza extrema. Veamos. Somalia obtiene su independencia de Inglaterra, Italia y Francia recin en 1960, ao a partir del cual se suceden regmenes dictato-riales con fuerte inestabilidad poltica y social. Dada la precariedad de su situacin, el pas se ve incapacitado para, tan solo, hacer valer la soberana de sus aguas territoriales. Ante esta indefensin, barcos pesqueros de gran calado espaoles y franceses han esquilmado la fauna marina somal dejando a los pescadores loca-les, gracias a un Estado inexistente, en la ms absoluta miseria. Este drama se extiende, con pavorosa crueldad, a todas las ramas de la eco-noma. Obviamente, en un estado de suprema desesperacin, los pescadores son presa fcil de prcticas mercenarias.El filme mira de soslayo toda esta situacin, ni siquiera da una mirada tangencial en pro de la supuesta objetividad de los hechos narrados. En fin, funge como el bobocruel que sonre y te da la razn, al tiempo que te saca la cartera. Tambin la semntica camina por la cuerda floja de la ambigedad: el director Paul Green-grass tiene patente de corso para denominar piratas a los somales.

    Rodolfo Castillo

    Cine en la Unesr

    Hasta que la muerte

    lxs separe!

    Ampla tus conocimientos

    Ya inici el ciclo permanente de cine en la Universidad Nacional Experimental Simn Rodrguez. Las proyecciones son todos los viernes a las 4 pm en la sala de cine del Cen-tro de Experimentacin para el Aprendizaje Permanente (Cepap), ubicado en el edi cio Jos Vargas, avenida Este 2 de Bellas Artes, Quebrada Honda.

    Iniciacin a la orfebrera, al dibujo y a las acuarelas, adems del arte de contar cuentos, son algunos de los cursos que se dictarn a partir del 4 de febrero en el Museo de Bellas Artes. Su costo es de Bs. 500 (10 sesiones) y el cupo es limita-do. Para ms informacin comuncate al telfono: 0212-573.65.43 o visita la pgina www.facebook.com/educacion.mba.

    Menos colas, ms tiempo para ti Las soluciones viales que desig-

    n el presidente Nicols Maduro para la Gran Caracas ya estn listas y operativas. Estas son: una rampa de acceso desde la autopista Valle-Coche hacia el sector Longaray, un doble acceso desde la autopista Francisco Fajardo hacia la avenida San Martn, acceso a Petare Sur desde la prolongacin de la avenida Ro de Janeiro, un puente sobre el ro Guaire para conectar el Paseo Coln con la Fajardo y una va de acceso que permite la incorporacin a la misma autopista desde el Gran Abasto Bicentenario de la Zona Rental.FOTO ASDRBAL BRICEO

    ENTRATEUn da como hoy, el 2 de febrero de 1999, el co-mandante eterno Hugo Chvez tom posesin como jefe de Estado de la para ese entonces Repblica de Venezuela.

    Mancheta

  • Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. PALE CCS

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    Caracas, 2 de febrero de 2014.

    CIUDAD

    El cEntro tiEnEsu mEsn prEparado Comenz Como una posada, pero desde prinCipios del siglo XX hasta la feCha se ha dediCado a ser un buen lugar para Comer y beber. Queda CerCa de muChos entes gubernamentales y ofiCinas privadas, as Que todos Convergen para entablar buenos temas en medio de mariaChis, tragos y buenos pasapalos

    POR roCo CAzAL FOTOGRAFAs AmbroSIo PLAzA

    Hitos de la nocHe

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    Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. PALE CCS Caracas, 2 de febrero de 2014.

    El local est abierto desde las 11:30 am hasta despus de la medianoche de martes a sbados. Los lunes abre hasta las 4 pm

    Apenas entras, piensas que ests en uno de los restaurantes que estn en La Candelaria o Sabana Grande, con buen gourmet espa-ol, de esos carsimos que te sacarn un ojo de la cara.

    Todo es impecable y de buen gusto pero, en realidad, no se caracteriza por ser carero y mucho menos queda al este de esta ciudad: su corazn queda entre las esquinas de El Conde a Carmelitas, en pleno centro, antes de llegar a la avenida Urdaneta, y no pudie-ron ponerle otro nombre mejor que El Me-sn de Caracas.

    Puedes ir a cualquier hora, despus de las 11:30 am, a darte un gustico o echarte unas buenas birras o par de tragos, sobre todo cuando se asoman las marchas que inundan

    de rojo el centro de Caracas y, por ende, tambin llenan al famoso mesn de comen-sales y amantes de bebidas etlicas.

    S, su ambiente es realmente de cach, como diran algunos, al estilo canario, con 47 mesas de pura madera y bien vestidas, al igual que la barra con 30 puestos perfec-tamente distribuidos a su alrededor. A la entrada te da la bienvenida una especie de pozo, que ya tiene como 40 aos all, y al final de ese primer espacio te encontrars con una fuente de piedras de ms de 100 aos, llena de peces, que forma parte de los 480 metros cuadrados con los que cuenta el local.

    Sin embargo, por ms cach que lo veas, no tienes que ir vestido de gala. Han llega-

    do algunos con zapatos de goma y hasta pe-los, de esos jipis no tan fashion. Solo tie-nes que portarte bien y no hacer escndalo alguno y mucho menos pararte a bailar. Eso pasara el lmite de todo lmite.

    Sin embargo, aunque mesoneros y encar-gados coinciden en que nadie se ha parado a bailar en el lugar jams, muchos rum-beros recuerdan la primera Ruta Noctur-na que conmemoraba el Bicentenario de Venezuela, en 2011, en la que hasta la jefa del Distrito Capital, Jacqueline Faria, y el ahora ministro de Estado para la Transfor-macin de Caracas, Ernesto Villegas, echa-ron un buen pie en el sitio. Por supuesto, muchos de los que estaban all se unieron al baile durante largo rato. Era realmente una fiesta.

  • Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. PALE CCS

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    Caracas, 2 de febrero de 2014.

    Los ocho mesoneros que all laboran muestran buen humor a toda hora

    Claro, solamente ese da se rompi el pro-tocolo, pero hasta ah. Ms nunca. Y es que, desde que llegas, el ambiente musical te in-vita a mover el cuerpo, pero hay que quedar-se quietecito en la silla o en la barra a echar una buena conversa y eschuchar cualquier cancin pachangosa porque un buen cartel te dice que est Prohibido bailar. Si no lo ves, pues los mesoneros te lo van a recordar.

    100% fAmILIAr En 116 AoSEso de no dejar bailar a la gente en El Mesn viene de cuentos como que una vez hubo un enfrentamiento que dej varios heridos por-que un tipo quiso sacar a bailar a una mujer y su pareja se molest. Esto hizo que el lo-cal, supuestamente, cerrara por tres meses. Sin embargo, los mesoneros y Juan Mart-nez, encargado del local, desmienten que

    esto haya ocurrido. Ms bien mantienen que siempre ha sido la esencia del espacio tener-lo como un ambiente 100 por ciento familiar con msica de fondo y en vivo.

    Esto lo ha hecho nico en el centro cara-queo, desde que se fund en 1898, hace 116 aos, aunque comenz como posada y, luego, tuvo tres nombres ms hasta que qued El Mesn de Caracas desde hace, por lo menos, 20 aos.

    Por algo, muchos de los que trabajan cerca del centro, en oficinas privadas o guberna-mentales, llegan al lugar para echarse unos palos a precio razonable. Ya son clientes y los mesoneros conocen sus gustos en ma-teria etlica, as como en los pasapalos que degustan gratis en la barra.

    Por supuesto, los mariachis son la esencia del local y si la gente quiere participar en los cantos, pues son bienvenidos, as saquen algn gallito por ah. Lo mismo ocurre con el Gordo Silvio, como es conocido, quien canta msica de los 60, 70 y 80 los martes; as como con el Grupo Escala, que tambin se dedica a este gnero los sbados; y con la msica venezolana en vivo que se presenta los mircoles y jueves, sin dejar de lado a la Orquesta Los Atlnticos, los viernes.

    Por algo, muchos prefieren el lugar: entre mariachis, que se alternan con los otros grupos musicales, se puede pasar un grato agradable hasta la medianoche, o quiz la 1 o las 2 de la maana si la cosa se pone buena. Y as pasa, generalmente, los fines de semana.

  • ARENA lA RosARAP INNoVADoR Y FEMENINoadems de ser una de las primeras exponentes de rap que incursion en el formato banda, se bandea como realiza-dora y presentadora audiovisual. entre sus planes para este ao est grabar su segundo disco

    MSICA08

    Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. PALE CCS Caracas, 2 de febrero de 2014.

    POR MAbE ChACnFOTOGRAFAS AMbroSIo PLAzA

    Nijetsy lvarez La Rosa es una tipa arrecha. Cumple 30 aos el Da de la Cruz, pero es del tamao de 15, la misma cantidad de aos que tiene rapeando y haciendo hip hop bajo el pseudnimo de Arena La Rosa. Fue la primera mujer exponente del rap en tocar con una banda. Hace dos aos tuvo a Del Mar, su hija. Arena y Del Mar.

    Creci en las entraas del oeste de Caracas: entre Los Magallanes de Catia y la avenida Sucre; estudi en el Liceo Andrs Bello y en la calle: lejos de lo pueril y lo ftil, sus an-danzas subversivas por la Plaza de los Mu-seos le sirvieron de fogueo para desarrollar su marcada personalidad. En Bellas Artes conoc mucha gente alternativa y empec

    a tener criterio musical, a ir a toques, a in-fluenciarme. Tambin fue all donde empe-c a freestalear y a tener ms gusto por la msica negra, por el reggae, por el soul, por el jazz. La coincidencia azarosa de un con-sejo de Rekesn importante exponente del rap venezolano, quien ya portaba el estilo y la esttica neoyorquina de lo que

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    Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. PALE CCSCaracas, 2 de febrero de 2014.

    CrECI En LAS EntrAAS dEL oEStE dE CArACAS:

    EntrE LoS MAgALLAnES dE CAtIA y LA AvEnIdA SuCrE;

    EStudI En EL LICEo AndrS bELLo y En LA CALLE

    23; todos ramos amigos. Despus de eso se cambiaron de zona: la famosa movida hiphopera de Los Prceres cobr vida.

    A medida que el gnero fue cobrando fuer-za apareci La Corte, Vagos y Malean-tes, 4to Poder, Arena tambin, aunado a la suerte de estar con los panas que eran. DJ Aztek y DJ Conciencia, dos hermanos que haban vivido en Inglaterra, llegaron a Venezuela con los viniles, con los platos y con el mejor hip hop que te hayas podido imaginar; ah empec a enamorarme de rit-mos como el soul, el jazz, el blues.

    Ms all de los gneros, Arena describe su msica como lo ms esencial, puro y sin-cero, real, innovador, gracias a las bonda-des de la experimentacin como, por ejem-plo, una versin de Florentino y el Diablo en hip hop.

    Cuando decid tomarme esto en serio, em-pec a grabar. Despus de solo tener varias pistas grabadas sin cohesin que las atara, se encontr con Jorge Herrera, su primer

    productor. Un viaje a Ocumare de la Cos-ta, meditacin, surf e introspeccin fueron los ingredientes para empezar a compo-ner, hasta que empez a grabar su primera compilacin: Glass perfecto, que se sala de los estndares del hip hop caraqueo que se haba hecho hasta ahora.

    Arena fue una de las primeras exponentes de rap que incursion en el formato banda. Grandes msicos participaron en la graba-cin del disco, como Ral Mota (Jahbafa-na, Papashanty), Rmulo Castillo, Gustavo Guerrero (Cunaguaro Soul, Bacalao Men, Natalia Lafourcade), Joswald y DJ Mustafa.

    Arena ha sabido llevar la msica a la par de incursiones en el mundo audiovisual en la televisora vila TV, donde ha sido ancla de varios programas, y su vida como mam que es un reto y una responsabilidad.

    Actualmente produce y realiza Arena pre-senta, un programa concebido desde la ptica musical. El segundo disco est en la cocina.

    significaba estar dentro de los andamiajes del hip hop, la convenci, por all en el ao 97, de dedicarle ms tiempo a la msica.

    Por ser el rap un gnero musical extranjero y satanizado, alejado de los medio masivos de comunicacin por quienes tienen poder y son inculpados en las escarpadas letras de protesta, no era fcil conseguir los discos menos en aquel momento, a mediados de los 90 o los casetes, a menos que el amigo de un amigo que viaj al norte y se arm con un buen cargamento de discos tuviera la urbanidad de compartir. Fue as como un pana de Caricuao le regal la primera compilacin de rap y Rekesn el segundo casete, cuya seleccin la encabezaba la ni-ca intrprete en castellano, Arianna Puello, importante rapera dominicana afincada en Espaa. El experimento que yo haca al empezar era poner el casete y cantar una letra escrita por m al mismo ritmo de la letra que estaba sonando. Y as empec a agarrar calle con el freestyle. Me la pasaba con Rekesn y Colombia cuando Guerri-lla Seca estaba empezando, con los de rea

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    Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. PALE CCS Caracas, 2 de febrero de 2014.

    MITOS

    Zobeyda seguir siendo la muequera de Pritu

    Hoy, hace dos aos, Da de la Candelaria, Zobeyda Jimnez cumpla 70 aos, pero no hubo celebracin: ese mismo da ella deci-di marcharse a otro plano.

    No se trata realmente de un mito sino de una buena mujer que dio su vida por sus hijos, por el pueblo, por los poemas, por los manifiestos, por las muecas.

    Pero no se crea que las muecas que ella defenda son esas industriales que venden las grandes casas de juguetes a travs de la pantalla chica o pginas enteras de peri-dicos y revistas. No. Ella se convirti en creadora, una cultora que confeccionaba personajes a travs de retazos de tela a los que llamaba muecas liberadoras e inspi-radoras.

    COn rETAzOS A grAnELZobeyda naci el 2 de febrero de 1942 en Pritu, estado Portuguesa, aunque ella prefera decir que tena tres edades: la que le puso el gobierno, la que le pusieron los

    POR rOCO CAzALILUSTRACIN nATHALY BOnILLA

    mdicos y la que ella deca tener: siete aos.

    En la Escuela Normal Simn Rodrguez de Valencia se gradu de maestra en 1962 y ya en los 70 comenz a hacer sus mue-cas. Por esos aos, tambin aprovech para dictar talleres manuales en universidades de Amrica y Europa. De hecho, a donde viajaba se llevaba sus retazos para que sus obras manuales fueran replicadas.

    Con las muecas, Zobeyda tambin apro-vechaba la oportunidad de promover la solidaridad, la integracin y la libertad con amor y humildad.

    En su ciudad natal tampoco perdi la opor-tunidad de ensear a travs de las muecas: con variados juegos y gracias al contacto con la naturaleza, ella ejerca su don peda-ggico para inducir a sus estudiantes a la li-beracin. Se destac por ser activista social y cultural en comunidades e incluso en las crceles, donde los reclusos aprendieron a

    elaborar muecas, crear historias y cantar canciones.

    A los 61 aos de edad obtuvo el ttulo de li-cenciada en Educacin otorgado por la Uni-versidad Simn Rodrguez y tres aos des-pus fue merecedora del Premio Nacional de la Cultura, adems de ser reconocida como Patrimonio Cultural del estado Portuguesa.

    Sin embargo, luego de una intervencin qui-rrgica, decidi dejar esta vida el mismo da que cumpla sus siete dcadas. El pueblo de Pritu la acompa en su funeral con caye-nas en mano, pues ella deca que esa deba ser la flor nacional, en vez de la orqudea.

    Por algo, Al Primera le dedic una cancin: Todas las muecas de Zobeyda son solda-dos del amor y de la vida. Son guerrilleros centroamericanos despertando a la historia que dorma. Me imagino a Zobeyda con ternura elevando un papagayo a mediano-che. Ella alimentando sus ojos con estrellas y el papagayo enamorado de la luna.

  • 11

    lleg la horadel MatriMonio Civil igualitario?

    MIRADAS

    POR gRgoRy DAvID eScobARFOTOGRAFAS AMbRoSIo plAzA

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    Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. pAle ccS Caracas, 2 de febrero de 2014.

    Leandro Villoria y Koddy Campos son mi-litantes del PSUV desde su fundacin. Son dos muchachos trabajadores que tienen una relacin estable de pareja desde hace varios aos. Si bien la lucha de la sexo-gnero di-versidad en Venezuela ha tenido algunos reveses, dentro de la misma Revolucin Bo-livariana, ellos siguen firmes y claros en su visin.

    Nosotros confiamos en la Revolucin, sen-tencia Koddy. Nosotros sabemos que este tipo de discusin no la podemos dar con la derecha. Las expresiones excluyentes, desde la misma izquierda, nos llaman a la forma-cin porque todos fuimos criados para ser homofbicos, misginos y machistas. Eso hay que entenderlo para empezar a dejar de discriminar.

    Koddy tiene un hijo de 5 aos. Las ganas enormes de ser padre lo llevaron a planifi-car bien a este nuevo miembro de su fami-lia, conformada por dos amigas lesbianas (una de ellas gest al beb en su vientre) y su pareja. Es por eso que Leandro no vacila al afirmar: Este beb tiene dos mams y dos paps. En este momento, lamentablemente, somos una familia sin reconocimiento del Estado.

    Leandro detalla la problemtica: Como em-pleado de Pdvsa no se me permite meter a ninguno de los miembros de mi familia en el Seguro Social. Tampoco podemos acceder a una vivienda con las facilidades que tienen las personas heterosexuales.

    Por esta y otras razones ms profundas, apo-yan el matrimonio civil igualitario en Vene-zuela. Sienten que es un paso necesario para la reivindicacin de los derechos de la comu-nidad sexo-gnero diversa y la lucha socia-lista por una sociedad igualitaria.

    15 AoS De no eStAMoS lIStoSEste 31 de enero ms de 40 colectivos, la ma-yora relacionados con la lucha sexo-gnero diversa, marcharon hacia la Asamblea Na-cional para entregar el Proyecto de Ley de Matrimonio Civil Igualitario en Venezuela, que busca modificar artculos del Cdigo Civil para as permitir la unin conyugal de parejas con cualquier identidad de gnero u orientacin sexual. Todo eso, luego de reco-ger ms de 28.000 firmas por todo el pas.

    No es el primer intento. Nuestra actual Constitucin tiene, desde su creacin, un gazapo de exclusin sexodiversa. El art-culo 77 deja claro que el Estado debe velar por los derechos del matrimonio entre un hombre y una mujer.

    Dicho gazapo empez a ser solventado en 2008 cuando el Tribunal Supremo de Jus-ticia, respondiendo a un recurso de inter-pretacin que solicit la Asociacin Civil Unin Afirmativa en 2003, dictamin que dicho artculo no limita la posibilidad de re-conocer legalmente a las parejas del mismo sexo, abriendo una hendija para reformar el Cdigo Civil.

    En 2009 la diputada del PSUV, Romelia Ma-tute, llam a la participacin de las organi-zaciones de diversidad sexual para elaborar una propuesta enmarcada en el Proyecto de Ley de Equidad e Igualdad de Gnero. Dos artculos de unin igualitaria fueron inclui-dos en la primera discusin. Sin embargo, en la segunda discusin, desaparecieron. Marelis Prez, tambin diputada del PSUV y en ese momento presidenta de la Comi-sin de Familia, fue la cara visible del recha-zo. Asegur que nunca se haba discutido la posibilidad de legalizar ese tipo de uniones. El argumento?: No es el momento.

    Los artculos sobre la sexodiversidad no se aprobaron por el fuerte arraigo religioso de la mayora de los diputados que formaban parte de esta Comisin, recuerda Katherine Castrillo, vocera de la Alianza Sexo-Gnero Diversa Revolucionaria (Asgdre). Lamen-tablemente, no hubo discusin poltica.

    el contexto ActuAl: fAvoRAbleHoy el panorama es distinto. No solo hay par de antecedentes inclusivos en la Ley de Arren-damiento y la Ley Orgnica del Poder Popular, sino que la comunidad sexo-gnero diversa est fortalecida.

    Estamos mucho ms consolidados. La red de organizaciones de diversidad sexual ha creci-do enormemente, afirma con seguridad Vc-tor Fernndez, tambin vocero de la Asgdre. En aquel momento, en 2009, no supimos ni dar respuesta. Ahora s. Hemos madurado y hay mayores alianzas.

    Esta nueva etapa, de alianzas ms slidas y mejor articulacin, ha sido, en gran parte, gracias al apoyo del comandante Chvez, re-cuerda Mara Gabriela Blanco, vocera de la Asgdre. Fue sumamente importante que nos incluyera en esa Generacin de Oro de la que tanto l hablaba.

    Eso, y la conformacin del Consejo Patri-tico Sexo Diverso en 2012, acota Katherine Castrillo. Fue un avance y un reconocimien-to del presidente Chvez a todas las perso-nas no heterosexuales que estaban llevando adelante la defensa de este proyecto socialis-ta. Eso se hizo en el Teresa Carreo y fue la primera vez que pudimos ver en un mismo espacio a tantas organizaciones sexodiver-sas de todo el pas. Antes de eso, todo esta-ba centrado en Caracas con organizaciones llenas de individualidades y actitudes oene-

    lA voz De loS colectIvoS lgbtI (leSbIAnAS, gAyS, bISexuAleS, tRAnSexuAleS e InteRSexuAleS) hA llegADo A lA ASAMbleA nAcIonAl. Su petIcIn De ReconoceR en lA legISlAcIn ve-nezolAnA lA unIn conyugAl De lA coMunIDAD SexoDIveRSA encuentRA hoy unA AtMSfeRA nuncA AnteS MS pRopIcIA

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    Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. pAle ccSCaracas, 2 de febrero de 2014.

    geras. Realmente fue all que empezamos a generar la articulacin. Nos dimos cuenta de que en Caracas no estbamos en nada.

    La movilizacin masiva de recoleccin de fir-mas cont, en esta oportunidad, con el apo-yo de diversas figuras polticas del gobierno como Adn Chvez, Tania Daz, Eduardo Pi-ate, Carlos Sierra, Jorge Luis Garca Carneiro y Blanca Eekhout. Esto contrasta con el apoyo casi clandestino del pasado, cuando las mar-chas por el orgullo gay, por ejemplo, conta-ban con cierto apoyo logstico, pero sin nin-gn tipo de presencia institucional o poltica.

    El supuesto hecho de que la impopulari-dad poltica de la homosexualidad y cmo legislar al respecto pudiese decantar en una medida quitavotos, es otro argumento que normalmente recibe la comunidad sexodi-versa. Aunque gran parte de ellos no creen en eso, estratgicamente los colectivos han elegido el ao 2014, no electoral, para activar su movilizacin.

    Aqu cabe, adems, recordar una encuesta del Pew Research Center de 2013 que de-vel, por primera vez en Venezuela, que la mayora de los encuestados (51%) afir-maban que la homosexualidad debera ser

    aceptada por la sociedad, mientras 42% ex-pres rechazo. Al diferenciar los resultados por gnero, los nmeros revelaron un dato interesante: 59% de las mujeres venezolanas apoyaron la homosexualidad, mientras que solo 44% de hombres venezolanos encues-tados se manifestaron a favor.

    Para Vctor, el debate sobre la sexodiversi-dad estuvo pospuesto en Venezuela por su contexto social: Nuestro pas, con una clara desigualdad social, ha hecho que, en prin-cipio, la Revolucin Bolivariana tenga un matiz fundamentalmente de clases. En otros pases de la regin los escenarios han sido distintos, lo que ha permitido que el tema del matrimonio igualitario sea ms visible.

    Ciertamente, el panorama internacional es diferente. El matrimonio igualitario ya es un hecho en Espaa, Blgica, Dinamarca, Fran-cia, Holanda, Inglaterra, Gales, Islandia, No-ruega, Nueva Zelanda, Portugal, Sudfrica y Suecia, as como en 13 estados de Estados Unidos y dos entidades en Mxico.

    Ms determinantes han sido los avances que se han dado en varios pases latinoame-ricanos que forman parte de Unasur, Celac y ALBA; proyectos que existen, en gran me-

    Koddy Campos (izq.) y Gregorio Villoria apoyan el matrimonio civil igualitario en Venezuela

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    Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. pAle ccS Caracas, 2 de febrero de 2014.

    dida, gracias a la Revolucin Bolivariana. Argentina fue pionera legalizando el ma-trimonio igualitario en 2010. Le siguieron Uruguay y Brasil en 2013. En Colombia, Costa Rica, Bolivia y Cuba ya el debate, a nivel popular y legislativo, se est dando.

    Koddy Campos no puede evitar esbozar una breve, pero contundente, sonrisa opti-mista mientras afirma: Con mayora revo-lucionaria en la Asamblea, las expectativas son altas. Hasta el momento, el nico par-tido poltico que se ha manifestado abierta-mente en contra es Copei.

    unA opoSIcIn conSeRvADoRA cADA vez MenoS RADIcAlErick Obermaier fue jefe de la Oficina Regio-nal de Informacin y Comunicacin bajo la gobernacin copeyana de Csar Prez Vivas. Hoy es vocero de la Asociacin Civil Ideas, Comunicacin y Estrategias. Coherente con su ideologa, se opone al matrimonio iguali-tario: Creo que el camino es algn tipo de proteccin legal, incluso algn nuevo tipo de unin civil, pero no el matrimonio. El matri-monio es una institucin tradicional, incluso

    anterior a la Iglesia. Su sustrato implica a la familia. A la madre y sus hijos. En definitiva, proteger la reproduccin.

    Obermaier elabora un poco ms: La tra-dicin dice que un matrimonio es entre un hombre y una mujer. La ley proviene de las costumbres, tradiciones y el derecho natural. De principios del derecho natural, como la libertad o la felicidad, puedes de-rivar una nueva institucin. Considero que es ms fcil crear una institucin nueva que transformar una con miles de aos.

    Decido, por un momento, ignorar la enorme carga excluyente que significara crear una nueva institucin exclusiva para sexo-gnero diversos con tal de no asociarlos con la pala-bra matrimonio. Le planteo a Obermaier la posibilidad de crear algo idntico, con exacta-mente todos sus mismos beneficios, pero con la nica diferencia de llamarlo de otro modo, quizs gaytrimonio. Obermaier acepta la pro-puesta: S. Gaytrimonio podra funcionar, aunque creo que la forma sera gaymonio.

    Gaymonio suena a demonio gay y no puedo evitar rerme y comentrselo,

    adems de sealar, entonces, que bsica-mente es el nombre matrimonio lo que intenta proteger. Obermaier entiende el desafortunado chiste y afirma: S. Es un problema de forma, no de fondo. Ade-ms, admite que su postura es blanda: De aceptarse la propuesta de matrimonio gay, tampoco creo que debamos protestarla o rechazarla.

    El Frente Cristiano Unido de Venezuela no ha dejado de disparar, va redes sociales, contra la propuesta, con frases como No permitas estas aberraciones en Venezue-la o El que tiene la mente abierta pero la Biblia cerrada llegar a confundirse sin saber en qu creer. Lamentablemente fue imposible contactar, de cualquier manera, a algn vocero que argumentase los posts incendiarios de Facebook, llenos de sea-lticas de prohibicin y fotos de radiantes parejas blancas heterosexuales.

    Sin embargo, no puedo dejar de pregun-tarme cul es la postura actual de la Iglesia catlica venezolana, que sigue teniendo una presencia importante an en un Esta-do constitucionalmente laico.

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    Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. pAle ccSCaracas, 2 de febrero de 2014.

    El padre Gerardo Gonzlez de la iglesia San Ignacio de Loyola es muy diligente y educado al atenderme. Lamentablemente, al saber el t-pico de la conversa, renuncia inmediatamen-te a toda posible opinin personal. Siempre estoy cnsono con la que la Iglesia nos pide como sacerdotes, me dice. El matrimonio como sacramento es vlido solamente entre un hombre y una mujer. Llegado el momento en que ese tema est ms presente, la jerarqua eclesistica dar una respuesta a ese fenmeno que se est proponiendo.

    El padre Gonzlez me pide ms informacin. Asiente, casi aliviado, cuando le explico que la propuesta no estipula obligar legalmente a la Iglesia a nada sino que los colectivos, justo en este momento, lo que desean es que la Iglesia no se inmiscuya en su propuesta de Ley de Matrimonio Civil Igualitario.

    Al final, el padre me remite a par de documen-tos. Uno de ellos es la Carta sobre la atencin pastoral a las personas homosexuales, firmada por Joseph Ratzinger en 1986.

    Dicha carta es una lectura confusa y, por ende, entretenida. Un pasaje reza: Es ne-

    cesario precisar que la particular inclina-cin de la persona homosexual, aunque en s no sea pecado, constituye, sin embargo, una tendencia ms o menos fuerte hacia un comportamiento intrnsecamente malo.

    Hay un evidente rechazo, pero con un con-texto mundial que pareciese obligarlos a te-ner una estrategia menos frontal y ms con-ciliadora que no reste feligreses. La misma carta pastoral, por ejemplo, obliga a permitir el bautizo de bebs de parejas homosexuales.

    Lo impopular parece ser ahora la exclu-sin y condena a la homosexualidad.

    MS All Del MAtRIMonIoKoddy Campos destaca la importancia de que el debate sobre los derechos sexodiversos sea siempre visible. Es necesaria una mayor con-cientizacin y un esclarecimiento necesario de trminos. A veces en los mismos medios confundimos homosexuales con transexua-les. Eso alimenta la ignorancia. Hay gente que dice: Est bien que sea marico serio, pero si se viste de mujer, no. Eso es transfobia.

    Al marico serio no le gusta la marica loca, a la lesbiana camin no le gusta la transexual gri-tona. Ese tipo de clichs caricaturizados deben superarse, afirma al respecto Katherine.

    El otro debate necesario es acerca de la con-tradiccin entre la lucha libertaria socialista y el matrimonio como institucin conservadora y burguesa.

    Al pedir el matrimonio civil igualitario no estamos avalando la institucin del matrimo-nio, sentencia Katherine Castrillo. Acaso los

    afrodescendientes que estaban luchando con-tra el apartheid queran ser personas blancas? No. Estaban luchando por todos los derechos que vienen con eso. En Venezuela, el matri-monio civil da acceso a una serie de beneficios que si bien deberan ser derechos para todo el pueblo venezolano, actualmente son benefi-cios exclusivos para las parejas heterosexuales. Es el matrimonio una institucin burguesa? Bueno, una vez que todos y todas tengamos el acceso al matrimonio vamos a poder debatir al respecto.

    Personalmente, el matrimonio igualitario no era una prioridad para m, admite Ma-ra Gabriela Blanco. Sin embargo, siempre recordar la manera como una diputada re-volucionaria se manifest en contra del ma-trimonio igualitario por ser una institucin burguesa. All decid que quera tener el mis-mo derecho legtimo que tiene esa compae-ra de no casarse.

    La lucha por el matrimonio igualitario pasa por una necesaria discusin acerca de otra identidad familiar. La Ley para la Proteccin de las Familias, la Maternidad y la Paternidad habla claramente de una nueva y necesaria visin de la familia. La realidad ha hecho que la clsica conformacin hegemnica pap-mam-nio no sea la nica configuracin aceptada.

    Segn el mismo INE, hay oficialmente ms de 6.000 parejas homosexuales asumidas como familia, comenta Leandro, antes de dar su declaracin ms contundente y clara: No-sotros no vamos a dejar de ser una familia por no ser reconocidos. Ese no es el tema. Nues-tras familias son discriminadas y eso, sobreto-do en Revolucin, debe cambiar.

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    Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. PaLE ccs Caracas, 2 de febrero de 2014.

    ms rpido que mi cadver!FOTOGRAFAs asdrbaL bricEo

    La guayabera de SaturnoAlgunas veces mi abuelo Saturnino me iba a esperar en la parada del transporte escolar, que se estacionaba en algn lugar bastan-te sucio y descuidado de los bloques de El Silencio. Me gustaba cuando l me buscaba porque siempre, en el bolsillo de su guaya-bera, tena un Bolibomba para m. Adems, saba que cuando furamos a comprar el pan, podra mirarlo con ojos de nia de cinco aos y pedirle que incluyramos en la bolsa de papel marrn un pancito dulce.

    Mi abuelo tena unos lentes de pasta, cuando no estaban de moda, era muy alto y siempre usaba guayabera con guardacamisa por de-bajo, pantalones de vestir de colores oscuros y unas chinelas negras. Era de pocas palabras. Me escuchaba en silencio mientras le contaba lo que haba hecho ese da en el preescolar.

    Saturno, como le decan, era de Portugue-sa, haba sido obrero toda su vida y prefera

    escuchar los juegos de beisbol por la radio. Fue quien me dio a probar el primer maja-rete de mi vida, mientras me hablaba de los ingredientes. Me costaba creer que se hicie-ra con la misma harina de las arepas.

    Una de las tardes en las que me fue a buscar, caminamos desde la parada del transporte hasta la de los autobuses que iban a Los Magallanes, porque mis abuelos vivan en Ruperto Lugo, en Catia. Recuerdo que co-rrimos para alcanzarlo y podernos montar y que, en el apuro, sub primero y me sent en el puesto de la ventana. De repente, al mirar al pasillo, no vi a Saturno, pero s es-cuch muchas risas. Al asomarme a la calle lo vi, con sus ms de 60 aos, corriendo con desesperacin en el rostro, pues en el auto-bs se iba sola su nieta y no tena las fuerzas suficientes para alcanzarlo.

    En ese punto, no recuerdo si la gente segua burlndose de l, de su imposibilidad y de su vejez. Yo senta que mi corazn lata muy

    rpido y que, frente a la incomprensin y las risas, estaba sola en el mundo, sin mi abuelo. No recuerdo si me puse a llorar, si le dije algo al chofer o si alguien se conmovi, lo cierto es que nos paramos y Saturno se pudo montar.

    Subi sudoroso y apenado a ese autobs lleno de eternos jvenes que se rean de lo que inevitablemente seran con los aos. Ellos eran la encarnacin de un tiempo en que los abuelos, adems de estorbar, eran irrespetados, incluso por el Estado. Ms de una vez, Saturno y mi abuela Carmen, despus de horas de cola, regresaban con el bolsillo vaco porque hoy tampoco paga-ron la pensin.

    Cuando mi Saturno volvi a estar a mi lado, met la mano en su guayabera, agarr la bolsita de Bolibomba, le sonre y segui-mos el viaje.

    POR Nathali Gmez

  • Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. PaLE ccsCaracas, 2 de febrero de 2014.

    CadvereSOdiaba los Belmont porque se agotaban antes de que la opresin pasara. Ver el l-timo tramo del cigarro desaparecer entre los dedos y no recuperar la calma era una experiencia dolorosa. Saba entonces que el segundo cigarro no lograra aplacar nada y que del tercero, en adelante, solo se trataba de acompaar la tempestad.

    La serenidad era recobrada cuando logra-ba descifrar el paso de la tormenta interior y, entonces, ah s bien vala que sonara de fondo la voz amorosa de Chet Baker para dormir.

    Esa noche haba Belmont no ms; mezcla de una falsa austeridad y la bondad de un buen tipo (un hombre que regala Belmont a las seoritas porque el rojo es muy fuerte es solo eso: un buen tipo).

    Qu hacer hasta entonces hasta el sue-o o hasta siempre porque los episo-dios eran vividos como un siempre que no cesa Entonces hasta entonces la botella.

    Fue una noche tranquila, no hubo uas mordidas ni baile sordo. Las lgrimas no fueron ms que pequeos amagos de un cuerpo que todava da para mil copas en alto.

    Fue una noche corta, tan corta que rpida-mente se hizo medioda. Agradecida por el rpido desvelo caminaba por San Bernar-dino ciegamente; an le molestaba que las cuadras no fueran cuadradas, pero se tra-taba de un hospedaje transitorio, as que no haba por qu aorar el regular desorden del centro.

    Entonces un cadver rodeado de hojas secas. Ms all una alfombra de flores ca-das. Ms ac la vendedora de patillas y le-chosas. Un cadver protegido por la sombra inmemorial de un rbol y todo a su alrede-dor era indiferencia. Un cadver henchido de muerte.

    Con el aire distrado que brinda una noche mal vivida y una vida bien llevada esquiv

    ese cuerpo tieso y de ojos brillantes. Una cita apremiaba y, en definitiva, haba vis-to cosas ms conmovedoras en tan pocos aos. Atribuy la visin al ron y dej esta imagen como ha dicho adis a las aparicio-nes cotidianas que surgen del trago fcil.

    Otra vez fue la noche y esta vez s hubo sueo profundo y la respectiva maana de

    ENVE SU MINICRNICA [email protected]

    buenos das, desayuno a la mesa y noticias que hubiese escrito de otra manera. Otra vez fue medioda y ahora el grito. Eran tres!, grandes, inmviles, jeta abierta, un colmillo, pelos en punta, baadas de flores.

    Solo ratas muertas dijo el vigilante.

    POR Neirlay aNdrade

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    Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. PALE CCS Caracas, 2 de febrero de 2014.

    SOBERANAS SEXUALES

    No creo que la voz de una mujer lesbiana sea necesariamente ms fuerte que la ma. Lo que hace ms fuerte nuestra voz es que seamos muchos, de todos los sectores sociales y polticos, quienes queremos una sociedad sin discriminacin. S ayuda al debate cuando alguien dice soy lesbiana y no tengo prejuicios por serlo ni porque se sepa, porque le dice a todos que la orientacin sexual no tiene consecuen-cias negativas e invita a otros a expresarse. Esa era mi experiencia en el Partido Socialista. Cuando un compaero o compaera dijo soy lesbiana o soy gay, otros se animaron a decirlo, fue la respues-ta de Silvia Augsburger, diputada argentina por Santa Fe entre 2005 y 2009, cuando Bruno Bimbi (Matrimonio igualitario. Planeta. Buenos Aires, 2010) le pregunt si la voz de un diputado gay o una diputada lesbiana sera ms fuerte para reclamar ciertas leyes.

    A propsito de la histrica propuesta de Ley de Matrimonio Civil Igualitario en Venezuela, en una entrevista manifest mi inclinacin por ver a diputadxs, gobernadorxs o ministrxs de la revolucin salir del clset. Puede que est equivocada y en vez de ayudar a disminuir la homofobia, esta aumente dentro de la Asamblea Nacional. Sin em-bargo, la historia reciente y solidaria demuestra lo contrario.

    En poltica, el testimonio es un valor importantsimo, porque da au-toridad y es muy difcil de enfrentar. Cuando habla un diputado que fue vctima de la dictadura, lo escuchan con atencin y respeto. No es una abstraccin, es algo que esa persona vivi y lo puede transformar en una accin poltica, dijo Remo Carlotto, diputado argentino por la provincia de Buenos Aires e hijo de Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo.

    En Venezuela, un revolucionario es reconocido por las valientes accio-nes realizadas en defensa de la patria, y me viene el nombre del dipu-tado Fernando Soto Rojas: aos en la clandestinidad por la dictadura perezjimenista y hermano de Vctor Ramn, vctima de la conducta asesina de los gobiernos de derecha venezolanos. Argelia Laya, bar-loventea, ingres al movimiento guerrillero y a la clandestinidad; es respetada por las mujeres y hombres de esta tierra. Adel El Zabayar, diputado del PSUV, se uni en diciembre de 2013 a la resistencia si-ria respondiendo al fuerte principio internacionalista. No es absurdo pensar que nuestros diputados, heterosexuales o no, decidan ponerse en el lugar de quien no puede ni siquiera dar el paso y salir del ar-mario. Para nuestros maricos y cachapas que ejercen cargos pblicos, estar enclosetados significa que cuando sus derechos estn en debate no pueden pedir la palabra para defenderlos. Estn ah, pero la gente no los ve. A quienes estn indecisos les digo: es la hora del recuento y de la marcha unida, voten nuestras leyes!

    POR MARA GABRiELA BLANCO@asgdRe

    ILUsTRaCIN NAthALy BONiLLA

    Ser viSibleS: igualeS derechoS con igualeS nombreS

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    Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. PALE CCSCaracas, 2 de febrero de 2014.

    ENTREVISTA

    la urgenciade ser bomberoEl TEniEnTE CoronEl Jos linarEs TiEnE 53 aos dE Edad y ms dE 20 EJErCiEndo El ofiCio dE sEr bombEro y paramdiCo. aCTualmEnTE TrabaJa En fogadE, pEro lE ha ToCado aTEndEr hasTa parTos dEnTro dE una unidad. si volviEra a naCEr, sEra bombEro, sin dudarlo

    POR KAY YAM HUNGFOtOgRaFas joNATHAN MENdozA

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    Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. PALE CCS Caracas, 2 de febrero de 2014.

    mi sistema de alarma es cuando tengo una real emergencia: una persona con un derra-me cerebral, un parto o una lesin grave.

    Para Jos ser paramdico o bombero no es simplemente saber de primeros auxilios o de cmo poner una curita. Va ms all. Sig-nifica dar una buena atencin y asumir la responsabilidad de que tiene la vida de otro en sus manos.

    dNdE ESTUdI USTEd PARA SER boMbERo? -En la Comandancia Victoriano Jordn P., que es la sede principal del Cuerpo de Bom-beros del Distrito Capital. Ah me prepara-ron para atender todo tipo de situacin.

    HA TRAbAjAdo CoMo doCENTE, PARA REPLICAR SUS CoNoCIMIENToS?-Bueno, he dado adiestramiento en caso de sismo y desalojo. Sin embargo, no he dado clases de primeros auxilios.

    Desde pequeo tena la inquietud de ser bombero o paramdico, que para l signi-fica lo mismo, aunque se sabe que no se es-cribe igual.

    No duda ni por un momento que naci para ejercer esta profesin. Sencillamente naci con ella y tiene la vocacin como cualquier otro bombero que se dedica 100% a ayudar a aquel que lo necesite.

    Se trata de Jos Linares, un seor de 53 aos de edad que porta su uniforme de preven-cin y rescate con mucho orgullo desde hace poco ms de 20 aos.

    Nos lo encontramos en el casco central de Caracas, en el Fondo de Proteccin Social de los Depsitos Bancarios (Fogade), ins-titucin en la que trabaja desde hace unos cuatro aos. Aunque estaba ocupado, nos brind unos minutos para la entrevista.

    SIEMPRE SE HA dEdICAdo A SER boMbERo? -S, me he dedicado a lo mismo desde siempre. Nunca tuve duda de mi profesin. Aqu, en el Fondo, me dedico a la seguridad industrial, la seguridad ocupacional. Les hemos impartido adiestramiento a todo el personal para casos de emergencia o de desastre: explosin, inundacin, incendio y terremoto. Adems, contamos con una bri-gada de emergencia que se va a encargar de hacer los desalojos de la torre.

    CoMo boMbERo MANEjAbA TAMbIN LA AMbULANCIA?-S la he manejado, pero no en todos los casos. Normalmente me asignan un con-ductor, porque cuando viene una persona con algn tipo de afectacin, tengo que atenderla y voy en la cabina de atrs.

    CUANdo USTEd LA MANEjA, CUL ES LA MAYoR VELoCIdAd qUE HA ALCANzAdo?-Dependiendo del tipo de emergencia que se presente. Se puede ir a 60 como a 70 kil-metros por hora.

    CUL HA SIdo LA EMERGEN-CIA MS TERRIbLE qUE HA TENIdo qUE ATENdER?-En realidad muchas, pero sobre todo he tenido que atender a personas tiroteadas, infartadas y tambin partos.

    CUNToS PARToS HA ATENdIdo? -Unos cinco partos. He tenido que aten-derlos en la misma ambulancia. Es que hacen el llamado justo cuando ya estn a punto de parir.

    No SE HA ToPAdo CoN ALGUNA EMERGENCIA ESTANdo EN LA AMbULANCIA, fUERA dE SERVICIo?Muchas veces no lo hago porque no quiero comprometer la unidad de Fogade. Si se me presenta uno de esos accidentes casuales, como los llamamos nosotros, lo que hago es llamar por mi radio de bom-bero y ellos mandan otra unidad. Ponga-mos el caso que la persona se muere, yo me puedo meter en un problema, al igual que la institucin.

    SE LE HA MUERTo ALGUIEN ESTANdo EN fUNCIoNES?-No, gracias a Dios no. Pero a muchos compaeros les ha pasado que se les muere por el ruleteo.

    CMo ES qUE SE LLAMA Lo qUE UTILIzAN PARA ENCENdER LAS LUCES dE LA AMbULANCIA?-La coctelera.

    Aj! USTEd HA UTILIzAdo LA CoCTELERA SIN qUE HAYA UNA EMERGENCIA? -Hay unos que fingen, pero uno tiene que cuidarse porque, de repente, si te involucras en algn accidente, lo primero que te van a preguntar los funcionarios de Trnsito Terrestre es si vas a atender algn tipo de emergencia. Tengo 20 aos siendo bombe-ro y he visto muchas cosas. Por eso me cui-do. Cuando yo prendo la coctelera y activo

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    Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. PALE CCSCaracas, 2 de febrero de 2014.

    USTEd CoRRE SI LLEGAN A LLAMARLo PARA ALGUNA EMERGENCIA?-Pongamos el caso que los compaeros me llaman estando ya en mi casa porque se present una situacin de emergencia, entonces yo me llego a la institucin y aqu ya me tienen habilitada la ambulancia para desplazarme y atender el problema.

    ENToNCES, USTEd No CoME-TE IMPRUdENCIA dELANTE dEL VoLANTE? No AGARRA VELoCI-dAdES ExTREMAS?-No, de verdad que no. Te lo juro que no. Jams lo hara porque yo me cuido mucho. Siempre trato de ser prudente.

    SI VoLVIERA A NACER, qU SERIA? Por supuesto que bombero. Sin duda al-guna! Sin pensarlo tanto escogera el mis-mo oficio porque es lo que me apasiona.

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    Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. PALE CCS Caracas, 2 de febrero de 2014.

    GASTRONOMA

    LOS CHINOS DE PLATANALPOR MARA BETANIA CHACNFOTOGRAFA AMBROSIO PLAZA

    Si uno est pelando bolas y con lo, es demasiado pedirle a la cartera que pague una hamburguesa por ah para comer. Las que venden en locales comerciales o estn hechas de lombrices y cues-tan una fortuna, o son de carne, sabrosas y tenemos que empear las joyas de la familia (si las hay) para almorzar.

    La carne regulada es una de las historias que los pelabolas recor-damos con cario, pero como no est fcil conseguirla por ah, no nos damos mala vida en perseguirla. O la compran los locales comerciales que nos venden hamburguesas a precio de vaca en-tera, o las doitas, que estn pilas con lo que hay en el mercado,

    EL ALMA DE LA HAMBURGUESAPOR MAL RENGIFO [email protected]

    PICHONES DE SIBARITA

    RECETARIO DEL PELABOLA

    La comida china se ha esparcido por todo el mundo al mismo ritmo en el que se repro-ducen sus inventores. Ya es casi universal el hecho de que las ciudades tengan un barrio chino zambullido en lo ms profundo de su urbe, sin mencionar que millones de perso-nas incluyen el arroz chino en sus hbitos alimenticios o, dicho en otras palabras, en cualquier esquina hay un restaurante de co-mida china, en Caracas y hasta en Altagra-cia de Orituco. De hecho, existen tantos que muchos han perdido su e cacia culinaria y se han convertido en taguaras donde la cerveza se consigue fra y a mejor precio. Por eso, y por su deliciosa comida, son muy bien acogi-dos en territorio venezolano.

    El vertiginoso centro de Caracas alberga a una cantidad importante de comercios chi-

    nos, entre restaurantes, abastos, quincallas y, ahora, sorprendentemente, peluqueras. Las quincallas siempre sern un tiro al piso, pero con los restaurantes hay que tener referencias, pues, segn la experien-cia de los Pichones de Sibarita, uno de los pocos restaurantes de comida asitica en los que vale la pena meterse una buena ingesta es La Nueva Casa de los Chinos (ver pale CCS N 58), mejor conocidos como los chinos de la Baralt. Pero, esta semana, el bar-restaurante Dorali China ha roto un poco ese mito.

    Ubicado en el centro de Caracas, edi cio Araira, de Ferrenqun a Platanal, con unas inconfundibles y tecnolgicas puertas au-tomticas de vidrios ahumados, Dorali China se esfuerza por romper con el es-

    tereotipo de taguara con mala cocina que condena a la mayora de los restaurantes chinos. Aunque el ambiente es un poco ha-rapiento: mesas desorganizadas, manteles manchados y gaveras de hielo al lado de la barra (sin mencionar el buda-cenicero que ya tiene como un milln de palitos de incienso en sus manos, que est detrs), la comida, al menos, parece hecha con amor, igual que sus precios.

    Aunque los italianos se proclamen padres de los tallarines por parecerse al espagueti, China lleva ms de un milenio hacindo-los, y en el men de Dorali China, bsico y pequeo cosa que es agradable, lo ms recomendable son los tallarines con cebolln y jengibre, seguidos de los vege-tales tipo Buda y, en tercer lugar, el pollo

    PALE CCS

  • Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. PALE CCS

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    Caracas, 2 de febrero de 2014.

    se la llevan pa sus casas apenas sale a la venta. Es culpa nuestra: nosotros, los pelabolas, tambin somos un poquito despistados.

    Total que nos quedamos como pajarito en grama, pensando en la hamburguesita que nos haba provocado. Para saciar esas ansias en tu casa tendras que gastar mucho (pan, lechuga, tomate, cebolla, queso, jamn, huevo, aguacate, tocineta y esas cosas), pero como todo pelabola se adapta a las circunstancias, compartir este se-creto, gracias al que, hace poquito, prepar en mi guarida pelabola una carne de hamburguesa, y con carne de primera!, que rindi para comer cuatro personas, completico, hasta con jugo, y gasta-mos 100 bolvares entre todos.

    LO ESENCIAL ES LO QUE CUENTAHagamos un ejercicio: imaginemos una hamburguesa y vaymosle quitando todos esos ingredientes sin los cuales la hamburguesa sigue siendo una hamburguesa. Cierra los ojos y comienza por quitarle a tu hamburguesa imaginaria el ingrediente ms nulo que contenga. Luego otro, y otro, y otro. Vers que al nal solo te queda el pan y la carne, pero esa cosa inspida se sigue llamando hamburguesa.

    deshuesado en salsa de ostras. Esos tres platos son su cientes para que cuatro per-sonas queden satisfechas y la cuenta no pasara de 600 bolvares, con cervezas y gaseosas incluidas.

    Aunque no son los chinos ms baratos de la zona, se puede asegurar, con con anza, que son los ms recomendables y que, ms importante an, la carne era pollo de ver-dad. No era perro ni paloma. Eso s, bajo ninguna circunstancia ordenen el wanton frito: es lo ms parecido que hay a comer torreja vieja de carretera sin azcar y baa-da en grasa y, adems, pagar por ella es un delito. Pero, para no ser tan juiciosos con nuestros amigos los chinos, Dorali China es un restaurante con el que podramos conformarnos.

    Ahora imagina que el pan se puede sustituir por otro carbohidrato ms barato y rendidor para acompaar la tortica de carne que es, en realidad, el alma de la hamburguesa. Recuerda: nosotros los pe-labolas tenemos que ser maestros de la adaptacin.

    Cuatro hamburguesas de esas, bien sabrosas (la tortica de carne na ms), se preparan mezclando medio kilo de carne molida con dos ajes dulces rallados, un puadito de ajo en polvo, sal y, si quieres, un poco de organo. Amasas los ingredientes y haces unas arepitas de carne que puedes cocinar a la plancha o frerlas en aceite, y que-dan tan sabrosas que casi no pareciera que se hacen tan facilitas.

    Medio kilo de carne molida DE PRIMERA, en un abasto usurero, cuesta Bs. 65, y si a eso le sumas el costo de taza y media de arroz y dos pltanos maduros para hacer unas tajadas, llegas a los Bs. 80 de vainita.

    Tres limones, un litro de agua, azcar o papeln y ya tienes el al-muerzo completico para cuatro personas: seco y jugo por 100 bo-los. Qu ms quieres?

    Ambiente

    Precio

    Calidad

    Atencin

  • POR Gustavo mrida ILUSTRACIN l. "razor" balza

    El combo 12 dE los martEs

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    Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. PalE CCs Caracas, 2 de febrero de 2014.

    CrNiCas buroCrtiCas

    ENVE SU HISTORIA A [email protected]

    Todos los martes, algunas y algunos de los que trabajamos en la revista que est usted leyendo, sabe a qu hora terminar y se ir para su casa. O a otra parte.

    Es el da-noche de cierre. Roco Cazal com-pite por entregar primero que cualquiera y siempre pierde, Kay Yam se concentra; y cada quien hace lo suyo. De repente, a una hora indeterminada, pero consecuente, Melany Prez anuncia que tiene hambre. Es la seal.

    Nos activamos. Cada quien sabe qu ha-cer. Pero sucedi que un da-noche nadie estuvo dispuesto o dispuesta a ir a comprar los alimentos. Alguien pens en voz alta: Pidamos comida a domicilio. Genial! Reinaldo Gonzlez, quien se caracteriza por su capacidad de mantener la calma en cualquier situacin, fue el encargado de la tarea.

    Hizo la lista de lo que queramos, cotej precios, sugiri combinaciones y levant el telfono. Un telfono de los que se enchu-fan en cualquier parte y ya.

    Comenzaron los problemas.

    Con un telfono de esas caractersticas no se tiene la condicin principal para hacer un pedido a domicilio, que no es el hambre o el dinero: es la credibilidad.

    Reinaldo dice, calmado, explicndole a la muchacha: Nosotros somos gente seria. La revista sale todos los domingos, el pe-ridico todos los das. Pueden confiar en nosotros.

    La llamada se cortaba. El coordinador insis-ta, Melany lo miraba de reojo. Hagamos algo propuso, te doy el telfono del pe-ridico, que est en otra sede, pero cerca,

    y t usas ese nmero para registrarnos y poder entonces hacer el pedido. Tenemos hambre, sentencia Reinaldo, ya convenci-do de que convenci.

    Nueva llamada. No se puede. Explicacin detallada de la direccin de la revista. Ex-plicacin detallada de la direccin del pe-ridico. Se vuelve a cortar la llamada. Rei-naldo deja escapar un calmado coo de la madre, se tranc.

    Vuelve a sonar el telfono. S, soy yo. Rei-naldo tapa el auricular: No hay combo 12. No hay combo 12!, retransmite Roco y se modifica el pedido. Edarlys se qued sin combo 12.

    Pero yo no estoy all, estoy aqu!, suelta el coordinador a punto de renunciar a la comida que, segn, reparten a domicilio.

    Un leve clima de tensin va subiendo desde el estmago de todos y todas.

    Al final, negociaron un punto de encuentro entre la sede del peridico y la sede de la revista. El mismsimo Reinaldo fue el en-cargado de encontrarse con el repartidor, quiz con la esperanza de que estuviera tambin la muchacha. Comimos. Queda-mos satisfechos luego de tanto tiempo, aun-que Edar suspiraba imaginando un combo 12 mientras degustaba una hamburguesita, al tiempo que me encargaron contarles la crnica burocrtica en pale CCS sobre un sitio que reparte comida a domicilio sin inconvenientes... solo si el telfono desde donde se llama es fijo, fijo, de verdad.

  • DIARIO 27

    Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. PALE CCSCaracas, 2 de febrero de 2014.

    DAS Y NOCHES DE AMOR Y DE GUERRA (XVI)POR EDUARDO GALEANOILUSTRACIONES ALFREDO RAJOY

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    Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. PALE CCS Caracas, 2 de febrero de 2014.

    EXISTEN LAS CIUDADES? O SON VAPORES QUE LAS PERSONAS ECHAN POR LA BOCA?1.

    Bajo qu calles quisiera yo yacer cuando me manden al muere? Bajo las pisadas de quines? Qu pasos quisiera uno escuchar para siempre?

    Qu es Montevideo sino la suma de la gen-te que en ella am y odi y de tanta cosa dada y recibida? De esos hombres y esas mujeres vienen mis furias y melancolas. Ellos son mi historia nacional.

    Cuando Emilio me ofreci un mural para mi cuarto en Buenos Aires, yo le ped que me pintara un puerto de colores vivos. Un puerto montevideano para llegar, no para irse: para decir hola, no adis. l me lo pint y all qued.

    2.

    A la hora de la siesta, presos en el cuarto, mi hermano y yo estbamos alertas a las voces de la calle, que nos llamaban. En aquellos tiempos la ciudad tena otra msica: escu-chbamos los cascos de los caballos del carro del hielo y la siringa del a lador de cuchillos, y despus iban pasando el tringulo del bar-quillero, el pregn del vendedor de helados y el organillo de la cotorrita de la suerte, que adivinaba los destinos con el pico. Al me-nor descuido de mam, nos escapbamos. Recorramos las calles arrojando piedritas a las ventanas de los amigos. Cuando la banda estaba completa, nos bamos a fumar barba de choclo a los baldos. Los pescados inmun-dos de las caadas eran ms sabrosos que los almuerzos familiares y mejor que el cine era hacer una fogata, al abrigo de las arboledas de la costa, para asar y comer un chorizo roba-do. Cada uno tena derecho a un mordisco. Nuestro botn de la jornada chorreaba gotitas de grasa hirviente y se nos inundaba la boca.

    3.

    Esperbamos el verano; y en el verano, tiempo de estas, el carnaval.

    Florecan los eucaliptos, Marte se pona rojo en el cielo y se llenaba de sapitos la tierra caliente.

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    Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. PALE CCSCaracas, 2 de febrero de 2014.

    Recorramos las canteras buscando buena arcilla para hacer caretas. Amasbamos los moldes, narices en pico, ojos saltones, y los babamos en yeso. Con papel de diario mojado armbamos las mscaras y despus la ta Emma nos ayudaba a pintarlas. Nos colgbamos del pescuezo una olla vieja y la orquesta de enmascarados se marchaba a recorrer los corsos.

    Cada barrio tena un tablado, quizs dos. Entre los inmensos muecos de colores, cantaban las murgas por las noches.

    Los primeros besos ocurran bajo el tabla-do, en lo oscurito, con el estrpito encima.

    4.

    Qu se habr hecho de la ciudad donde el poeta Parrilla y el pintor Cabrerita com-partan un nico traje y se turnaban para usarlo?

    Qu habr ahora en lugar de La Telita? El Lito, tan gordo que dorma sentado, haca la guardia en la puerta, con el toscano en la boca. Yo tena 14 aos cuando fui por pri-mera vez. Tuve suerte. Se ve que tena pinta de pac co, porque el gordo me admiti.

    Vos, botija, entr.

    El hermano del Lito, el Rafa, llevaba las cuentas de los clientes en la pared. Cuando blanqueaban la pared, los deudores queda-ban perdonados, y ha de haber sido por eso que no pintaban nunca.

    Todas las noches haba vino y guitarras, sal-chichn y queso.

    Nos sentbamos a beber y a charlar en los cajones que luego amanecan llenos de to-mates, lechugas, cebollas y naranjas. La Te-lita, en el corazn de la Ciudad Vieja, era vi-

    nera por las noches y durante el da venda frutas y verduras.

    All conoc las canciones de la guerra espa-ola y ciertas tonadas criollas que me acom-paan todava. Y tambin aprend otras co-sas, de boca de los poetas y los marineros.

    5.

    Los borrachitos eran todos hroes de la li-bertad de expresin. Callarme, yo?, de-can. Callarme, yo? Usted sabe con quin est hablando en estos momentos de la ac-tualidad presente?.

    Se discuta en voz alta, se poda andar sin do-cumentos por las calles; nadie tena miedo.

    Los republicanos espaoles se reunan en el Sorocabana de la plaza Libertad. Se pe-leaban entre ellos como en la guerra, pero despus salan abrazados. Los polticos y los teatreros preferan el Tup Namb. Los periodistas ocupbamos el Palace a la hora en que los jubilados se marchaban a dormir. Yo era dueo de una mesa ante la ventana.

    El gin zz del medioda se beba en el Jauja y la uvita de los sbados en el Fun Fun del mercado viejo. El Boston era de los msicos y las bailarinas. En el Britnico se jugaba ajedrez y domin. All haba barras de ca-talanes, de socialistas y de mudos. Cuando alguien cumpla treinta aos de cliente, el Britnico lo jubilaba. Desde ese da beba sin pagar.

    He guardado esos lugares invictos en la memoria, con sus mesitas de madera o mrmol, su bullicio de mucha conversa-cin, sombras doradas, aire azuloso de humo, aromas de tabaco y caf recin he-cho: heroicamente resistieron la invasin del acrlico y la frmica y al nal fueron vencidos.

    QU ES MONTEVIDEO SINO LA SUMA DE LA GENTE QUE EN ELLA AM Y ODI Y DE TANTA COSA DADA Y RECIBIDA? DE ESOS HOMBRES Y ESAS MUJERES VIENEN MIS FURIAS Y MELANCOLAS

    El Monterrey, que tambin daba a la plaza Independencia, no cerraba nunca. All los anes se coman con cuchara sopera, y uno poda cenar a la hora del desayuno, al cabo de la noche de vino y cantarelas, antes de ir al trabajo.

    Sentada en el marco de la ventana del Monterrey, Gloria susurraba tangos, en las madrugadas, con su vocecita ronca. No se escuchaba volar una mosca. (Gloria amaba a un hombre llamado Maia, que trabajaba en barcos de cabotaje. Una noche se acab el amor y ella lo mat y se mat. A ella la velaron sobre una mesa. Una vela de cabo grueso arda en cada punta.)

    SUEOSYo te contaba historias de cuando era chico y vos las veas ocurrir en la ventana.

    Me veas de gur andando por los campos y veas los caballos y la luz y todo se mova suavemente.

    Entonces recogas una piedrita verde y bri-llante del marco de la ventana y la apretabas en el puo. A partir de ese momento eras vos la que jugaba y corra en la ventana de mi memoria, y atravesabas galopando los piados de mi infancia y de tu sueo, con mi viento en tu cara.

    EL UNIVERSO VISTO POR EL OJO DE LA CERRADURARecuerdo el da en que empez la violencia.

    Mi hermano Guillermo estaba jugando con el Gallego Paz en la vereda de nuestra casa de la calle Osorio.

    Era un medioda de verano.

    Sentado en el pretil, yo los miraba patear la pelota de trapo.

    El Gallego, mayor que nosotros, tena fama de guapo y era el jefe de la banda. En los ba-rrios vecinos, le abran paso cuando llegaba.

    Hubo un gol dudoso, o algo as, y se agarra-ron a las pias. Mi hermano qued en el sue-lo y el Gallego, que le haba apresado los bra-zos con las rodillas, le pegaba desde arriba.

    Recorramos las canteras buscando buena arcilla para hacer caretas. Amasbamos los moldes, narices en pico, ojos saltones, y los babamos en yeso. Con papel de diario mojado armbamos las mscaras y despus la ta Emma nos ayudaba a pintarlas. Nos colgbamos del pescuezo una olla vieja y la orquesta de enmascarados se marchaba a recorrer los corsos.

    Cada barrio tena un tablado, quizs dos. Entre los inmensos muecos de colores, cantaban las murgas por las noches.

    Los primeros besos ocurran bajo el tabla-do, en lo oscurito, con el estrpito encima.

    4.

    Qu se habr hecho de la ciudad donde el poeta Parrilla y el pintor Cabrerita com-partan un nico traje y se turnaban para usarlo?

    Qu habr ahora en lugar de La Telita? El Lito, tan gordo que dorma sentado, haca la guardia en la puerta, con el toscano en la boca. Yo tena 14 aos cuando fui por pri-mera vez. Tuve suerte. Se ve que tena pinta de pac co, porque el gordo me admiti.

    Vos, botija, entr.

    El hermano del Lito, el Rafa, llevaba las cuentas de los clientes en la pared. Cuando blanqueaban la pared, los deudores queda-ban perdonados, y ha de haber sido por eso que no pintaban nunca.

    Todas las noches haba vino y guitarras, sal-chichn y queso.

    Nos sentbamos a beber y a charlar en los cajones que luego amanecan llenos de to-mates, lechugas, cebollas y naranjas. La Te-lita, en el corazn de la Ciudad Vieja, era vi-

    QU ES MONTEVIDEO SINO LA SUMA DE LA GENTE QUE EN ELLA AM Y ODI Y DE TANTA COSA DADA Y RECIBIDA?DE ESOS HOMBRES Y ESAS MUJERES VIENEN MIS FURIAS Y MELANCOLAS

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    Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. PALE CCS Caracas, 2 de febrero de 2014.

    Yo lo miraba pegarle, y no me mova ni de-ca nada.

    Sbitamente algo, como un gatillo, se dispa-r dentro de m y me nubl la mirada y me lanz y embest.

    No supe bien lo que ocurri despus. Me contaron que fue una lluvia de trompadas y patadas y cabezazos y que me prend al cuello del Gallego como un perro rabioso y que no haba manera de arrancarme.

    Recuerdo que yo estaba atnito, despus, escuchando todo eso como cosa de otro, mientras temblaba y me lama la sangre de los nudillos.

    EL UNIVERSO VISTO POR EL OJO DE LA CERRADURAUna maanita de lluvia, en casa de mi ami-go Jorge, jugbamos al ludo o a las damas y despus, no s cmo, yo estaba en el dor-mitorio de su hermana mayor y alzaba en el puo unas ropas de ella, que yo haba des-cubierto sobre la cama, entre las sbanas re-vueltas por ella y todava tibias de su sueo. Sent la mirada atnita de Dios.

    BUENOS AIRES, MAYO DE 1976: INTRODUCCIN A LA ECONOMA POLTICALos decretos del ministro de Economa, se re eren a los tipos de cambio, al rgimen impositivo, a la poltica de precios? Por qu no mencionan nunca cosas como la vida y la muerte o el destino? Es ms sabio el que descifra las lneas de la mano o el que sabe leer qu dicen, sin decir, esos decretos?

    Un buen da el padre de Carlitos Domn-guez decidi quemar el ltimo cartucho. Ya los hijos eran grandes y no lo necesitaban tanto. Vendi la casa, una casa amplia, para comprarse un apartamento y un coche.

    Saco a la vieja de la cocina dijo y nos vamos a disfrutar de la vida.

    Ellos no haban viajado nunca. Iban a cru-zar la cordillera. Cmo sera eso? Cmo sera andar tan alto?

    El padre de Carlitos rm el compromiso de venta y ese da el ministro de Economa

    dict un decreto. Los diarios lo publica-ron al da siguiente. Con lo que sac por la venta de la casa, el padre de Carlitos pudo comprar un apartamento minsculo y nada ms. Qued un resto que alcanz para pa-garle el entierro.

    Cuando estaba internado, Carlitos lo iba a visitar y l le rogaba que le arrancara del cuerpo las sondas del suero.

    Yo te entiendo le deca Carlitos, pero no s cmo se hace.

    La madre no lleg a conocer el barrio. Entr al apartamento, tropez, cay mal. No qui-so levantarse ms.

    Veo estrellas de mar negras y gran-des deca. Tienen ojos enormes.

    Despus un golpe de viento cerr el techo del patio y no hubo quien lo abriera. Se fue-ron cayendo los cuadros de las paredes. La heladera dej de funcionar. Se rompi el la-varropas. El telfono qued mudo.

    Carlitos entra en ese apartamento oscuro como una trampa y lee las cartas que ellos se escriban antes de que l naciera.

    EL SISTEMALo nico libre son los precios. En nuestras tierras, Adam Smith necesita a Mussolini. Libertad de inversiones, libertad de precios, libertad de cambios: cuanto ms libres andan los negocios, ms presa est la gente. La pros-peridad de pocos maldice a todos los dems. Quin conoce una riqueza que sea inocen-te? En tiempos de crisis, no se vuelven con-servadores los liberales, y fascistas los con-servadores? Al servicio de quines cumplen su tarea los asesinos de personas y pases?

    Orlando Letelier escribi en e Nation que la economa no es neutral ni los tcni-cos tampoco. Dos semanas despus, Lete-lier vol en pedazos en una calle de Wash-ington. Las teoras de Milton Friedman implican para l el premio Nobel; para los chilenos, implican a Pinochet. Un minis-tro de Economa declaraba en el Uruguay: La desigualdad en la distribucin de la renta es la que genera el ahorro. Al mismo tiempo, confesaba que le horrorizaban las torturas. Cmo salvar esa desigualdad si no es a golpes de picana elctrica? La dere-cha ama las ideas generales. Al generalizar, absuelve.

    Contina la prxima semana.

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    "Para m es muy importante desechar los efectos que imitan la pintura tradicional, me comunico con el programa de una manera primaria, salvaje, que mantiene mi recuerdo del primer instru-mento que us para dibujar en la tierra: un palo!".

    Jacobo Borges

    LA RANA PLATANERAPOR NATALY [email protected]

    PINTORES DE VENEZUELA II

    Garante, quijote

    Placas de madera de la religin shinto

    Grasa en ingls

    Indis-poner,

    rivalizar

    Ori cio nasal

    externo

    Habitacin doble

    Implorar, rezar

    Nota musical

    Rectas, justas

    Desacer-tada

    Cerner, desbro-

    zar

    Uno en espe-ranto

    Lucro, usura

    Afirma-cin

    Serio, circuns-pecto

    Cho-rrear,

    destilar

    Figura 6 Figura 4

    Figura 1 Andaban

    Instru-mento de percusin

    invad un lugar

    Web Ton-ga (inv.)

    Esfnter Figura 2

    Dios del sol

    Colocaban mitrasAmarillo terroso

    Todava

    Inst. Nac. de Esta-dstica

    Ninguna persona

    Adora

    Coligue

    Burla, broma

    Conceder Alern

    Figura central

    Albergue, hotel

    Prepo-sicin

    insepara-ble

    Que estn

    disueltos

    Escu-char

    Rompe-cabezas

    Serpien-tes (inv.) O c. Nac.

    Antidro-gas Conmo-

    vedora, pattica

    Trabajo, misinCharla-

    tn

    FenecerNecesi-dad de beber

    Pron. pers. 3a persona del singular

    Nota musical

    Malestar, molestia

    Rabia, odio

    Apcope de uno Yunque de orfebre

    Ave, nictibio Minora

    selecta

    Percibe

    Que niega la

    existencia de dioses

    Seal de socorro interna-cional.

    Antes de Cristo

    Por poco 2 vocales abiertas

    Ojea lo escritoSmb.

    qum. helio

    Lpidas, piedras Ley Orgni-ca del

    Trabajo

    Personaje fantasa

    Gnero musical Punto cardinalHermana religiosa

    Orina, orn

    Con-vulsin respira-

    toria

    Aplane Encen-dido en inglsConozco

    Lengua provenzal Figura 3

    Bvido salvaje

    Figura 5 RepiteAsamble Nacional

    (s.)

    A L T A N E R A A C T A S C

    C A S A N A Y C H A L U P A

    B R U T E S T I A R A R I

    O R E M A T A D O R A E R

    C I I D A O P A L O L C E

    O Z O N O A P O S A A T O L

    N O G U T R A Z A

    O T I A S A I G

    P A R R A R A R V

    L U A D I A C A

    C A R O R A B U C A L

    U T I L M A I N E

    A N U A L D O A C A O S

    U N O R E A H U M E E A

    P O S A N C T O R U M I B A

    A S E A N T I M O T E S O R

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    Edicin Nmero Sesenta y cinco. Ao 02. PALE CCS Caracas, 2 de febrero de 2014.

    CUENTOS DEL ARAERO

    UNO BARBUDO Yo era un nio de ocho aos, quiz menos, cuando comenc a or hablar de un tal Fidel, de uno barbudo. Porque en mi casa, t sa-bes, en un pueblo muy pequeo, mi pap, maestro, muy dinmico siempre. Era deportista, jugaba so bol, jugaba bolas criollas. Era parrandero, tena muchos amigos y la casa se la pasaba llena de amigos. Un tal John con una guitarra, y daban serenatas; mi mam a veces se pona brava, no? Y la casa de mi abuela, que quedaba ah, yo viva en la casa de mi abuela, a media cuadra. Uno estaba ah, como dos casas en una.

    Llegaba mucha gente, mi to Marcos Chvez, que era adeco y tra-bajaba en Barinas, era romulero, sigue sindolo. l me dijo en estos ltimos aos: Hugo, yo sigo siendo romulero, pero ahora estoy contigo. Romulero con Chvez. Y mi pap andaba con el grupo aquel que se sali de Accin Democrtica y form el MEP, el Mo-vimiento Electoral del Pueblo. Y unos amigos de mi pap se fueron para la guerrilla. Recuerdo que al mdico del pueblo se lo llevaron preso y despus se fue para la guerrilla. El padrino de mi hermano Nacho se fue para la guerrilla.

    Mi pap se la pasaba parrandeando en el botiqun de Francisco Orta, en Los Rastrojos, a m me gustaba ir con l. Me quedaba afuera jugando metras, pero escuchaba lo que all hablaban los Orta, de una guerrilla. Hablaban de un tal Fidel, y vi la foto de Fidel. Imagnate los aos que han pasado! Yo recuerdo, Fidel, tu entrada por Sabaneta y cuando te vi entrando te agachaste a la casita pequea donde nosotros nos criamos. Cuntos aos des-pus? Medio siglo despus. Y yo deca: Increble, pero es cierto, ese es Fidel Castro. Cuando yo era niito en esta misma casa oa hablar de un tal Fidel y ah va Fidel.

    POR HUGO CHVEZ FRAS ILUSTRACIN MELANY PREZ

    EL NICO DIABLO

    Yo, en verdad, a la hora de las reuniones de presidentes, me senta muchas veces como un solitario, hasta que empezaron a llegar compaeros. Recuerdo la primera cumbre de presidentes en la que coincid con Fidel. Fue en el 99 y despus de una interven-cin que hice, Fidel Castro me envi un papelito hecho a mano, dicindome: Chvez, siento que ya no soy el nico diablo en es-tas cumbres. Los dos estbamos como que desentonbamos.