Entrevista a Michael Reynolds

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SUSTENTABILIDAD . 30 . EMPRESARIAL SUSTENTABILIDAD Después de construir una Escuela de Música en Chile y dos proyectos en Argentina (Ushuaia y El Bolsón), el arquitecto estadounidense Michael Reynolds llegó a Uruguay para coordinar la construcción de la llamada “primera escuela autosustentable” de Latinoamérica, en Jaureguiberry, departamento de Canelones. Reynolds es un reconocido defensor de la construcción sustentable con materiales reciclados y fundador de Earthship Biotecture. “La idea comenzó cuando yo tenia alrededor de 20 años de edad y veía cosas que a mí, de futuro, no me gustaban, y entonces intenté encontrar respuestas por mi cuenta”, contó Reynolds a EMPRESARIAL. “Luego amigos y conocidos dijeron que ellos también querían construcciones como la que había hecho. Entonces empecé a hacerlo para otra gente y se fue armando, se fue acumulando, fui mejorando. Aprendí a hacer una construcción que pienso que es más fácil para vivir en el planeta, independientemente de la infraestructura que me quieran brindar. Y la infraestructura que se está construyendo en el planeta está empeorando, como lo demuestra el accidente de la planta de energía nuclear en Japón”. Reynolds dijo que “al principio la gente pensaba que estaba loco porque yo hice una casa con latas de cerveza. Eso fue antes de que la gente se diera cuenta que las cosas que tiramos a la basura, como latas, botellas, cartón, plástico, neumáticos, también son ‘recursos naturales’ y ahora yo los veo como ‘recursos naturales’. Lo que advertía es que la gente tiraba a la basura las latas de cerveza y pensé: hagamos una casa con lata de cerveza”. Reynolds dijo que “nosotros construimos cientos de casas de este modo en prácticamente todos los países en que hemos estado. Y también escribimos libros, y la gente en base a esos libros hizo su propia versión de las casas. Queríamos que la gente las hiciera por sí misma pero teníamos que ejercer algún tipo de control, por eso nosotros le pedimos a la gente que diga que está ‘inspirado’ en nuestro modelo, porque si no implica responsabilidad civil para nosotros. En otras palabras, nosotros queremos que la gente utilice la idea, que se expanda”. Michael Reynolds se trasladó con su familia a Taos (Nuevo México) en 1978. Allí, donde todavía no había especulación inmobiliaria, experimentó con diferentes materiales hasta encontrar un sistema constructivo basado . una relación directa con el sol y la lluvia . Con el Arquitecto Michael Reynolds “La gente está buscando una relación directa con el sol y la lluvia, con conocimientos que uno aprende en el liceo ya puede usar las cosas que te brinda la naturaleza para vivir mejor. Es una cosmovisión donde cada uno tiene el control de los elementos que hacen a su vida”, dijo a EMPRESARIAL el arquitecto estadounidense Michael Reynolds, un reconocido defensor de la construcción sustentable con materiales reciclados y fundador de Earthship Biotecture.

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SUSTENTABILIDAD . 30 . EMPRESARIAL

SUSTENTABILIDAD

Después de construir una Escuela de Música en Chile y dos proyectos en Argentina (Ushuaia y El Bolsón), el arquitecto estadounidense Michael Reynolds llegó a Uruguay para coordinar la construcción de la llamada “primera escuela autosustentable” de Latinoamérica, en Jaureguiberry, departamento de Canelones. Reynolds es un reconocido defensor de la construcción sustentable con materiales reciclados y fundador de Earthship Biotecture. “La idea comenzó cuando yo tenia alrededor de 20 años de edad y veía cosas que a mí, de futuro, no me gustaban, y entonces intenté encontrar respuestas por mi cuenta”, contó Reynolds a EMPRESARIAL. “Luego amigos y conocidos dijeron que ellos también querían construcciones como la que había hecho. Entonces empecé a hacerlo para otra gente y se fue armando, se fue acumulando, fui mejorando. Aprendí a hacer una construcción que pienso que es más fácil para vivir en el planeta, independientemente de la infraestructura que me quieran brindar. Y la infraestructura que se está construyendo en el planeta está empeorando, como lo demuestra el accidente de la planta de energía nuclear en Japón”.

Reynolds dijo que “al principio la gente pensaba que estaba loco porque yo hice una casa con latas de cerveza. Eso fue antes de que la gente se diera cuenta que las cosas que tiramos a la basura, como latas, botellas, cartón, plástico, neumáticos, también son ‘recursos naturales’ y ahora yo los veo como ‘recursos naturales’. Lo que advertía es que la gente tiraba a la basura las latas de cerveza y pensé: hagamos una casa con lata de cerveza”. Reynolds dijo que “nosotros construimos cientos de casas de este modo en prácticamente todos los países en que hemos estado. Y también escribimos libros, y la gente en base a esos libros hizo su propia versión de las casas. Queríamos que la gente las hiciera por sí misma pero teníamos que ejercer algún tipo de control, por eso nosotros le pedimos a la gente que diga que está ‘inspirado’ en nuestro modelo, porque si no implica responsabilidad civil para nosotros. En otras palabras, nosotros queremos que la gente utilice la idea, que se expanda”. Michael Reynolds se trasladó con su familia a Taos (Nuevo México) en 1978. Allí, donde todavía no había especulación inmobiliaria, experimentó con diferentes materiales hasta encontrar un sistema constructivo basado

. una relación directa con el sol y la lluvia .

Con el Arquitecto Michael Reynolds

“La gente está buscando una relación directa con el sol y la lluvia, con conocimientos que uno aprende en el liceo ya puede usar las cosas que te brinda la naturaleza para vivir mejor. Es una cosmovisión donde cada uno tiene el control de los elementos que hacen a su vida”, dijo a EMPRESARIAL el arquitecto estadounidense Michael Reynolds, un reconocido defensor de la construcción sustentable con materiales reciclados y fundador de Earthship Biotecture.

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¿ESTAMOS VIVIENDO LA VIDA QUE DE VERDAD QUEREMOS VIVIR?

Un oportunidadúnica paraCOMPARTIRVIVENCIAS

en desechos, como llantas de vehículos, botellas de vidrio o de plástico y latas de aluminio de bebidas. Agrupando a estas últimas con alambres, patentó un ladrillo. La historia completa puede verse en el documental Garbage Warrior, disponible en You Toube. Durante 45 años experimentó y perfeccionó un modelo de casa autosuficiente, totalmente independiente de las redes de servicios, denominado “Earthship” (Navetierra). Las Earthships, que se han construido en todo el mundo, mantienen una temperatura ambiente de forma natural, producen su propia electricidad, recolectan y almacenan agua de lluvia, tratan aguas residuales y producen alimentos fundamentales para una dieta saludable, todo al margen de las redes de suministros energéticos, por lo que se consideran como edificios “viviente”, ya que interactúan con los recursos naturales de la tierra. La obra de Earthship Biotecture también incluye proyectos de ayuda humanitaria y socorro en países como Haití, las Islas Andaman, Sierra Leona y Guatemala. La idea ha crecido en estos 45 años, afirmó a EMPRESARIAL. “Es verdad que el crecimiento se está haciendo más intenso recientemente por el cambio climático, por los huracanes, terremotos, todo esto hace que haya mayor conciencia de la gente, la gente teme la destrucción del planeta, la gente no está contenta con esto, está preocupada. La gente quiere saber cómo encontrar una manera de cuidar a su familia sin lastimar al ambiente. El sol es honesto, no te mata, te puede salvar, y si la gente se conecta con el sol y la lluvia, recibe todas esas cosas que necesita para la vida”. A la vez, las construcciones de Earthship Biotecture no prescinden de nada. “Esas construcciones tienen televisiones plasmas, Internet, confort, tienen todo. Inclusive mejor”.

“... una construcción basada en desechos, como llantas de vehículos, botellas de vidrio o plástico y latas de aluminio...”

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Para Reynolds “es muy neurótico depender de algo que no depende de ti para que te suministre energía. Yo no tengo control de esas empresas. Creo que la gente, a través de Internet y los medios de comunicación, está buscando una manera directa de actuar, de cuidar, una relación directa con el sol y la lluvia, con conocimientos que uno aprende en el liceo ya puede usar las cosas que te brinda la naturaleza. Es una cosmovisión donde cada uno tiene el control de los elementos que hacen a su vida. Lo que decimos es que estamos haciendo una vía, para mostrar a la gente cómo encontrar una respuesta a los fenómenos naturales del planeta, para tener una vida más segura y más apropiada para el propio planeta”. En los años 60 los hippies “se dieron cuenta que las cosas no iban bien. Se fueron a vivir lejos pero la diferencia es que no sabían cómo y nosotros sabemos cómo mantener el calor, la electricidad, Internet. Yo no quiero una

revolución, no creo que nos tengamos que ir de acá, irnos lejos, como los hippies. Creo que tenemos que trascender. No es cómodo para la gente abandonar su lugar, irse, pelear, simplemente lo que buscamos es crecer. Este movimiento no implica riesgos. Es simplemente crecer mas allá del nivel que crecemos hoy, de manera pacifica, empezando por usar el sol en vez de la electricidad”. . La escuela La escuela de Jaureguiberry será un edificio de 270 metros cuadrados con paneles solares y un sistema de recolección de aguas de lluvias que permitirá su reutilización en baños, cocinas y en su propio invernadero. Como todas las obras de Reynolds, se utilizarán materiales reciclados en su construcción, tales como neumáticos y botellas. La escuela se hará en un predio cedido por la Intendencia de Canelones y traspasada a la Administración Nacional de Educación Pública (Anep). La construcción, que comenzará el 1º de noviembre, contará con la colaboración de 60 voluntarios locales y el auspicio de la Facultad de Arquitectura y la Embajada de Estados Unidos Uruguay. El proyecto de Jaureguiberry permite recibir los aportes empresarios que ingresan por el Ministerio de Finanzas ya que el proyecto se aprobó dentro de la categoría de “donaciones especiales”, que prevé beneficios fiscales, como descuentos del IRAE a los privados que colaboren. Desde los pasajes de los especialistas hasta su alojamiento y materiales, el proyecto de la escuela demandará una inversión de US$ 400.000. Martín Espósito, encargado de comunicaciones del proyecto, llamado Tagma, explicó a EMPRESARIAL que “el proyecto siempre quiso que las empresas, o sea el sector privado pudiera colaborar para hacer de este proyecto una realidad”. Empresas privadas aportaron el 75% del costo, “mientras que el Estado lo único que nos provee es el terreno y el usufructo del edificio. Nosotros desde un principio cuando vimos el documental Garbage Warrior empezamos a trabajar en este tema: la educación necesita dar algunos pasos para poder generar cambios en cuanto a infraestructura y en cuanto a contenidos. Eso desde nuestra visión requiere del

“... estamos mostrando a la gente cómo encontrar

una respuesta a los fenómenos naturales ...”

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involucramiento de la sociedad civil, el sector privado y el sector público. Lo que queríamos mostrar acá es que se puede probar diferentes formas de concebir un edificio y diferentes formas de gestionar un edificio en conjunto con la comunidad, con los padres de los niños, con las maestras, directores, y con la sociedad civil. Vincular a todos los actores que rodean a la educación”. Espósito explicó que “nosotros, Tagma, somos un grupo que empezó este proyecto desde hace cuatro años, a través de la idea de qué pasaría si trajéramos a este arquitecto que trabaja en el desierto, en los lugares más inhóspitos, Michael Reynolds, para que pueda construir esta escuela y a partir de ahí se fueron sumando arquitectos, constructores, gente de comunicación, del ámbito educativo, psicólogos, y nos fuimos dividiendo en subequipos. Hay un equipo que se encarga de la parte educativa, otro que se encarga de la parte de comunicación, de gestión con la comunidad”. Espósito señaló que “al ser una escuela rural hay un grado de involucramiento diferente con la directora y las maestras y el edificio. Tiene una lógica diferente. Habrá solo tres clases, de 3 a 6 años, de 6 a 9 y de 9 a 12 años”. “Nosotros en Jaureguiberry empezamos a trabajar hace dos años –añadió-. Porque en este proyecto una de las partes mas importantes es el involucramiento de la comunidad. De otra manera sería ir, plantar un edificio y dejarlo. En Anep nos presentaron las escuelas que tendrían más urgencia en construirse, además de las que tendrían mejor relación con la filosofía del

proyecto. Y Jaurreguiberry necesita una escuela hace 25 años. Hoy en día los niños están en una casa alquilada que gestionaron los propios padres y la propia comunidad, y es una casa muy chica. Además Jaureguiberry es un lugar donde se aprecia mucho a la naturaleza, la vida tranquila. Y ya había la intención hacía algunos años de llamar a Jaureguiberry un balneario ecológico. Entonces calzó por todos lados para hacer aquí el proyecto con Michael Reynolds”.