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ENTREGA DE LOS PREMIOS EUGENIO ESPEJO 2012

Quito, 9 agosto 2012

Queridas compañeras, compañeros, pensadores, creadores, investigadores, gestores culturales:

Eugenio Espejo representa la primera voz del pensamiento ecuatoriano expresada con acento múltiple, poderosa, mestiza; la identidad, nacida en el alma de un pueblo humillado y oprimido, que en la voz de su “Duende” reclamaba los derechos sagrados

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del individuo, del ser humano, en medio de una sociedad de castas, dividida entre españoles, criollos, mestizos, indígenas, negros, donde solo los descendientes europeos gozaban de derechos humanos o de ciudadanía, donde la única voz permitida era la del vasallaje y la sumisión; así nació el pensamiento ecuatoriano, entintado de valentía, de rebeldía, de esperanza, clamando por una República en donde todos puedan ser iguales, clamando por una Patria sin castas.

Este alquimista del verdadero pensamiento libertario, este patriota ilustrado, en su febril búsqueda humanista se interesó en diversos aspectos del conocimiento y las artes, buscando difundir entre el pueblo los más altos valores heredados de la Revolución Francesa: Igualdad, Fraternidad, Solidaridad, soñando en la posibilidad cierta de crear sociedades más justas y equitativas, en donde la única sed insaciable fuera la del conocimiento.

Fue la suya la biblioteca más grande del Nuevo Mundo, pues a su peculio personal se sumaron los libros de los jesuitas que fueron expulsados del país; fue un estudioso

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incansable, un "Doctor en Ciencias de la Patria", como apropiadamente le justipreciara Benjamín Carrión.

Un hijo del pueblo era Espejo, por eso en el imaginario popular su figura se llena de ternura y apodos, le decían “Duende”, por estar en todos lados y no ser visto, develando verdades; “Chúzig”, lechuza, por ver la luz de la verdad en medio de la noche, por anunciar el advenimiento de la aurora, su imagen a lo largo de los siglos se mantiene incólume en el corazón de nuestro pueblo, porque él unió su destino al destino de los desposeídos, porque sus estudios de Medicina, Filosofía y Derecho siempre estuvieron al servicio de los excluidos, porque su proceder era político y se nutría del más ferviente amor por una Patria que pugnaba por nacer.

Fue Don Eugenio de Santa Cruz dueño de un pensamiento propio, crítico, propositivo y valiente; como filósofo, hijo de la Ilustración, entendía que la ciencia era el futuro y no el dogma religioso cerrado que se mantenía como verdad única. Como médico, trabajó por los enfermos de viruelas que sin dinero se morían en las calles. Como verdadero

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periodista, ejemplo del periodismo, fue pionero en aventurarse a expresar pensamiento crítico, sin mentir jamás. Como jurista argumentó la decadencia del colonialismo y el nacimiento de la República; atacó los métodos tradicionales de enseñanza; gran precursor del pensamiento iluminado, fue el primero que propuso la expropiación de las tierras de la iglesia; hizo planteamientos positivos en torno a los derechos de la mujer y se atrevió a cuestionar la persona del rey y su autoridad en nuestras tierras.

Y todos estos principios, que él consideraba sagrados, eran considerados delitos por la corona española y su castigo era la pena máxima.

Debemos reconocerle a nuestro compatriota, a nuestro prócer, a nuestro Eugenio Espejo, que él sabía los riesgos a los que se enfrentaba, que valoraba más la libertad de la Patria que la suya propia, que estuvo dispuesto a inmolarse en su nombre, para que la Patria pudiera nacer.

En Espejo reconocemos entonces no solo al pensador, al creador, al científico sino también al hombre incorruptible que se entrega a la

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Patria, defendiendo el Bien Común como un principio inquebrantable, noble ejemplo de ecuatorianidad y dignidad.

El hombre agudo y objetivo, que sabía que lo principal, la verdadera liberación, era un futuro sin miseria. Decía Eugenio Espejo: En medio de esta abundancia de tesoros escondidos, perecen los habitantes de esta Provincia (...) pues, que a la vista de las minas, carecemos de sus preciosos metales; como si dijéramos, que pasando el agua por nuestros labios, morimos de sed sin poderla beber. Cuán pertinentes son sus palabras y reflexiones frente a los fundamentalismos e infantilismos que enfrentamos día a día.

Su amor por la libertad alumbró los sueños de los patriotas del Diez de Agosto; de su firmeza y su pasión surgieron las proclamas libertarias que nos llevaron a la Independencia, pues fue Espejo el precursor de nuestra identidad y nuestra soberanía.

Ecuador fue siempre símbolo de unidad continental, de la Patria Grande, pues la amistad firme y redentora de Espejo y Nariño al inicio de la era independentista solo se puede equiparar al encuentro hermanado de

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Bolívar y San Martín, que selló la Independencia del continente.

Decía Espejo, en su quincenario Primicias de la cultura de Quito: Un día resucitará la patria…/… renacerán las costumbres, las letras, y ese fuego de amor patriótico, que constituye la esencia moral del cuerpo político.

Querido Duende, tu voz, llena de profecía, nos sirve de guía y de ejemplo, de amor ferviente a nuestra Patria; seguimos tras tus ideales de justicia, equidad y solidaridad, consolidando nuestra segunda y definitiva independencia, honrando tu memoria y tu sacrificio.

Por eso este Premio Nacional se denomina muy acertadamente “Eugenio Espejo”, por eso el nombre de tan ilustre ecuatoriano identifica al más alto galardón que entrega el gobierno y, en este caso, el Gobierno de la Revolución Ciudadana como reconocimiento a la trayectoria artística, literaria y científica de ciudadanos ecuatorianos y organismos públicos o privados que han contribuido a lo largo de su vida, al engrandecimiento cultural del país.

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El primer laureado del Premio, en el año 1975, fue nada más y nada menos que Benjamín Carrión, y a lo largo de su trayectoria se han premiado a alrededor de 70 sobresalientes intelectuales o artistas ecuatorianos y una docena de instituciones culturales.

En esta nueva modalidad, el Premio se entrega cada dos años, en las categorías:

• Creaciones, realizaciones o actividades a favor de la cultura o de las artes;

• Creaciones, realizaciones o actividades literarias; y,

• Creaciones, realizaciones o actividades científicas.

Siempre hemos dicho que de todas nuestras riquezas la más importante debe ser la del talento humano, la creatividad y debemos impulsar nuestro desarrollo artístico y científico; necesitamos con urgencia multiplicar este tipo de ecuatorianos, y lo estamos haciendo, por medio de la promoción, de la inversión en el talento humano.

La Revolución Ciudadana ha entregado en estos cinco años más becas que todos los

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gobiernos en los últimos treinta años juntos -me refiero a becas académicas. Hoy, con sano orgullo les podemos decir que ningún ecuatoriano talentoso puede quedarse sin estudiar por falta de recursos económicos, en cualquier centro universitario del mundo, sin importar cuán alta sea la matrícula, la única condición es que sea aceptado en esos centros de máxima excelencia y en las carreras que interesan para el desarrollo nacional. Si es aceptado, el Estado lo respalda para financiar los respectivos estudios, porque así, insisto, estamos respaldando la excelencia y construyendo el futuro del país.

Este año 2012, en la Categoría de Actividades Científicas, el galardón muy merecidamente se entrega a una extraordinaria académica e investigadora, a la Doctora Eugenia María del Pino Veintimilla.

Cuencana –de la Atenas del Ecuador, por supuesto-, profesora titular del Departamento de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador; fundadora de la Sociedad Ecuatoriana de Biología; miembro de la Sociedad Iberoamericana de Biología Celular; miembro honorario de la

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American Society of Ichthyologists and Herpetologists; y miembro de la Latin American Society of Developmental Biology.

Eugenia María del Pino Veintimilla es, además, la primera ecuatoriana en formar parte de la Academia de Ciencias para el Mundo en Desarrollo, que reúne a 1.030 científicos de destacada trayectoria y provenientes de 70 países.

Su vida académica se ha enfocado en tres componentes básicos: la investigación científica, la docencia universitaria y el aporte a la conservación de las Islas Galápagos. Dicho sea de paso, son las características que debieran tener todos los verdaderos académicos: investigación, docencia y compromiso con causas concretas como la conservación de las Islas Encantadas.

Su investigación científica se centra en el campo de la Biología del Desarrollo, área de punta que trata de comprender –a escala molecular- los cambios que se producen durante el desarrollo embrionario de los organismos. La comunidad científica internacional ha resaltado las investigaciones de la Doctora Del Pino y de sus colaboradores.

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Docente de la PUCE por 40 años, en donde investiga las adaptaciones para la reproducción y el desarrollo embrionario de ranas nativas del Ecuador.

La Doctora Del Pino trabaja también en promover la educación para la conservación de las Islas Galápagos (y cuánta falta hace esto, gracias por ese aporte; qué dura que es la lucha, por la politiquería que ha invadido las islas…), actividad que fue reconocida internacionalmente por el Fondo Mundial para la Conservación de la Naturaleza, el cual le otorgó un Diploma de Honor en 1986. También la Fundación Charles Darwin le entregó una Medalla al Mérito en 1999.

Un merecido reconocimiento a su vida fructífera y ejemplificadora. Felicitaciones, Doctora del Pino, por este tan merecido galardón y gracias, en nombre de la Patria, por todo su aporte a la ciencia.

En la Categoría de Actividades Culturales, el premio Eugenio Espejo 2012 salda una vieja deuda que tenía el país con un extraordinario músico, el saxofonista Luis Eduardo Silva Parra, guayaquileño (ustedes saben que muchos grandes músicos hemos nacido en

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Guayaquil), considerado como el Primer saxo del Ecuador.

Ha sido saxofonista de las mejores orquestas, como la de su padre Fermín Silva, Costa Rica Swing Boys, Blacio Junior, orquesta América, Grupo de Luxe (yo sí me acuerdo cuando animaba la farra en el Grupo de Luxe), Roberto Viera y los Cuatro, Medardo y sus Players, los Jokers, entre otras.

El Profesor Silva Parra es uno de los músicos ecuatorianos que mayor número de discos ha grabado en nuestro país; su virtuosismo como instrumentalista de saxo, clarinete y flauta, ha sido parte fundamental en el desarrollo de los arreglos y la estética de la música grabada en el Ecuador con su estilo inigualable, hasta hoy insuperado.

Tiene a su haber más de 15 discos como solista y su talento ha sido reconocido con Discos de Platino, Mención de Honor del Sindicato Nacional de Músicos, Mención de Honor de la Fundación Orquesta Sinfónica Juvenil del Ecuador, Condecoración al Mérito Cultural por la Municipalidad de Quito, Condecoración al Mérito Cultural por la Municipalidad de Guayaquil y con la

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Condecoración "Vicente Rocafuerte" al Mérito Cultural, otorgada por la Asamblea Nacional; el 25 de julio, en Guayaquil, también obtuvo la condecoración al Mérito Cultural.

Un músico de su pueblo, que toca con el alma de la Patria latiéndole en el saxofón, un Premio merecido y justo para su vida dedicada al arte. Felicitaciones por este reconocimiento, don Luis Eduardo Parra Silva y nuevamente, en nombre de la Patria, muchas gracias por todos estos años de alegría, de música, de arte, de belleza.

Y en la Categoría de Actividades Literarias, el premio Eugenio Espejo 2012 se entrega al escritor Abdón Ubidia, otro merecidísimo reconocimiento, decano de las letras nacionales.

Abdón Ubidia ha sido tres veces merecedor del Premio Joaquín Gallegos Lara y la Medalla de oro Aurelio Espinosa Pólit; escritor fecundo, ha enriquecido nuestra literatura con cuentos y novelas que han sido publicadas dentro y fuera del país.

Entre sus obras más importantes podemos citar “Ciudad de Invierno”, con más de 20

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ediciones, “Sueño de lobos” que fue declarada en 1986 como “mejor libro del año”; y “La Madriguera”, seleccionada en el 2004 para el Premio Rómulo Gallegos; junto a muchas otras obras suyas que ganaron, en su momento, premios literarios importantes.

Algunos relatos y libros suyos han sido traducidos al inglés, francés, portugués, ruso, italiano e incluso griego, llevando así las letras del Ecuador al mundo.

Además de esto, es presidente de la editorial “El Conejo” de Quito, que ha publicado casi un millar de títulos, apoyando al talento nacional; ha recorrido el país como recopilador de leyendas y de sus talleres literarios han nacido muchos de los nuevos escritores ecuatorianos de renombre.

Personajes nítidos, presentes e íntimos son los suyos. De su mano hemos viajado en trenes nocturnos que nos llevan al mundo de los sueños; hemos conocido relojes fantásticos que marcan nuestra hora más temida; hemos entrado a cárceles donde se consume la esperanza humana; nos hemos abrigado con sus palabras en una ciudad invernal; hemos asistido a exposiciones donde en una tela en

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blanco se dibuja el destino de la Patria. Y en todos estos vericuetos nos hemos encontrado ante un espejo de la identidad, dolida y tierna, que nos identifica, que nos acoge en estos personajes, en estos pedacitos del alma ecuatoriana que fluyen en los cuentos, relatos y novelas del Profesor Ubidia.

Felicitaciones al Profesor Abdón Ubidia. Gracias nuevamente en nombre de la Patria por deleitarnos con su literatura, y felicitaciones a todos los galardonados, la Patria agradece su amor y su vida dedicada al arte y a la ciencia.

Nuestro agradecimiento más sentido también a los familiares de quienes han sido honrados con los Premios Eugenio Espejo 2012, sabemos que sin esas compañeras, sin esos compañeros, sin esos hijos, sin esos padres, no tendríamos la producción tan fructífera de nuestros artistas, de nuestros científicos, de nuestros académicos. Sabemos que esa familia es la razón y la fuerza para que todos podamos beneficiarnos con el trabajo creativo de estos ilustres ecuatorianos y ecuatorianas, por lo que hacemos extensivo este mérito, este reconocimiento, este Premio Eugenio

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Espejo a las familias de nuestros galardonados.

Y avanzamos compatriotas, bajo la luz poderosa del pensamiento de Espejo, buscando siempre la verdad, la estética, la ciencia. Avanzamos, tengan la plena seguridad, con manos limpias, mentes lúcidas, y corazones ardientes por la Patria.

Gracias por estar aquí, y

¡Hasta la victoria siempre!

Rafael Correa Delgado

PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA REPÚBLICA DEL ECUADOR