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LA APLICACIÓN, E IMPORTANCIA DEL PROCESO ADMINISTRATIVO EN EL

HOMBRE COMO INDIVIDUO.

Maria Elizabeth Orquiz Avila mat.140636

Desde hace mucho tiempo, se puede apreciar el esfuerzo de los seres humanos para

lograr distintas actividades, que principalmente den como resultado el beneficio propio y

algunas veces el colectivo. Tenemos los antecedentes de las épocas primitivas, en las que,

como se sabe los primeros seres humanos se dedicaban a diferentes actividades, trabajando en

conjunto y dividiendo el trabajo para cumplir con sus objetivos, de ahí que surgieron los

primeros atisbos1 de lo que ahora se conoce como la administración.

Si bien, en aquellos tiempos era algo instintivo, actualmente es un concepto aplicable a

casi cualquier cosa que podamos ver en la vida cotidiana, y es a partir de esta época (antigua)

que durante la historia de la humanidad se ha puesto en práctica, aunque de manera casi

inconsciente por parte de todas aquellas culturas que poseían algún tipo de organización.

A pesar de, originalmente partir de un instinto, el ser humano tuvo que haber tenido

algún antecedente que le diera el razonamiento para fundamentar la importancia que estos

tenían en su vida cotidiana. ¿De qué entonces depende este fundamento? La respuesta no

puede ser ni más simple ni más obvia, la necesidad.

La necesidad siempre ha sido lo que motiva la naturaleza egoísta de los hombres, si

esta no existiese ¿para qué se tendría entonces que pensar en la manera de hacer las cosas?,

simplemente ninguna. Aun así, esta se encuentra presente incluso hasta en la época más

moderna, y al ser seres tan eficientes creados por la necesidad, es que el hombre comienza a

1 Vislumbre, indicio.

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pensar la mejor manera de hacer las cosas sin que le cueste ni mucho trabajo y menos aún

mucho de lo que posee.

Entonces ¿Cómo hace el hombre para lograr obtener lo que desea?, de ese egoísmo

que lo beneficia es de donde surgen las mejores ideas, las más creativas y si no fuese de esa

manera simplemente no habría sociedades, ni comunidades o grupos que trabajasen en

conjunto por conveniencia.

La forma en la que todo esto se relaciona también es irónicamente sencilla, el saber

administrar te otorga el conocimiento para controlar lo que te rodea, que funcione de la

manera que sea más conveniente y según Koontz, Weirich, y Cannice “Administrar como

practica es un arte” 2(2008, p.14).

Con la búsqueda del logro de objetivos o bien para la obtención de algún beneficio, es

que surge nuevamente la necesidad de ser más eficiente, más productivo, y por ende también

está la tendencia a ser más organizado; hoy en día la administración aparece en muchos libros

de texto con diferentes ideas y perspectivas, uno de los conceptos más conocidos es planteado

por Henry Sisk y Mario Sverdlik que la menciona como “La coordinación de todos los

recursos a través del proceso de planeación, dirección y control, a fin de lograr objetivos

establecidos.” (Münch, García, 2012, p.26), y que permite ver que para lograr llevar a cabo

cualquier actividad, cumplir cualquier objetivo individual, es importante cumplir con la

definición de este concepto.

De la definición de administración, se puede inferir entonces que esta consta de

diferentes etapas: la planeación, organización, la dirección y el control, que corresponden a lo

2 Koontz, et al. plantean a este concepto en un contexto donde forma parte del arte y la ciencia, convirtiéndolas así en complementarias una de la otra.

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que abarca todo el proceso administrativo, pero que, junto con otros elementos como la

eficacia, la organización de los recursos y otros engloban por completo el concepto más

simple de administración.

Se puede ahondar más en lo que significa administración, sin embargo basta con

conocer los términos más básicos para comprender lo esencial del proceso mismo, no es

cuestión de gran conocimiento, más bien de análisis, como resultado del seguimiento propio y

ordenado de las normas que se manejan; es además, de gran importancia saber que cualquier

persona es capaz de aplicar los principios administrativos ya sea en casa para repartir tareas,

en el trabajo como parte de una unidad laboral, o incluso como miembro de la misma

sociedad, pues no es ajeno al conocimiento que al ser un gobierno, este para ser estable

requiere estar “bien dirigido”, y por más ambiguo que resulte, administrado, por ello mismo

es que el individuo es otra pieza de esa macro organización.

A pesar de que se puede pensar que es un concepto repetitivo y tedioso, sin este en el

ambiente social, muchas cosas preestablecidas por el hombre se derrumbarían. Pues es un

hecho que este siempre realiza acciones sistemáticamente repetitivas para cumplir con

objetivos diarios y aunque simples o comunes, tienen una forma previamente pensada para

llevarse a cabo.

Para conseguir los resultados deseados en todas y cada una de las distintas áreas que se

pudiesen imaginar, primero se debe determinar ¿qué es lo que se debe hacer?, ¿cómo se va a

hacer?, supervisar que se lleve a cabo y finalmente revisar si lo que se realizó corresponde a

lo que originalmente se estableció como meta.

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Lo anterior se puede cumplir si, al dar inicio a alguna acción en particular para realizar

cualquier meta, se sigue ese conjunto sistemático de acciones anteriormente mencionado que

corresponde sin duda alguna a un proceso administrativo.

Para tener una idea más clara a este proceso administrativo se le define como “El

conjunto de pasos o etapas necesarias para llevar a cabo una actividad” (Münch, García,

2012, p.32). Y es aquello con lo que todo departamento de una empresa u organización

(considerándose también a los individuos) se apoya para poder realizar todas sus funciones

correctamente y sin ningún tipo de desviaciones que puedan afectar los intereses de la misma.

Así nuevamente entra al escenario la intención e importancia de que todo lo que se

establezca como un objetivo se realice sin ningún tipo de deficiencia, defecto o posible error

que llegase a perjudicar los intereses de lo que se deseó cumplir.

Justo en este momento, la sola realización de este escrito ya cumple con el concepto,

este surge de la necesidad que se tiene de transmitir algo, y se debe pensar cuidadosamente

como realizarlo, para finalmente saber si se cumplió o no el objetivo establecido.

Tan simple como es el concebir una idea es el aplicar este tipo de proceso, es solo el

hecho de que la mayoría de las veces aquellos que desconocen el tema le relacionen

directamente con asuntos empresariales, y por esto es que no se contemplan de forma objetiva

todas las características que este puede poseer ni mucho menos el cómo utilizarlas para el

beneficio individual o en su defecto el colectivo.

En un proceso las ideas para llevarlo a cabo son una parte vital, pues es ahí donde se

da inicio a la planeación, una vez que estas se vuelven concretas y claras es donde se

comienza a establecer el orden con el que se piensan realizar, esta es una parte aún más

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importante que la anterior puesto que afecta directamente al resultado que se obtendrá

posteriormente.

El planteamiento y organización de ideas por lo general se ven enfocadas hacia lo que

se piensa hacer, no es el hecho mismo de realizarlo físicamente y consiste en mayor parte a

meramente proyectar lo que se desea y que formas u opciones se tienen o se consideran,

además de planear tareas más pequeñas que contribuyan a lograr lo establecido. Es una visión

del futuro que se pretende realizar.

Por contraparte se tiene la segunda parte de este, cuya finalidad es permitir que el

organizador del proyecto o actividad, comience a físicamente o de manera más tangible

desarrollar las actividades más pequeñas, que fungirán como catalizadores.

En esta fase es donde surge la supervisión, para asegurar que todas las tareas se

cumplan sin retrasos. Como peculiaridad es en esa parte del proceso donde es ideal encontrar

las posibles fallas, para que puedan ser corregidas de forma inmediata y preferiblemente

permanente. Ahí es donde entra el control del mismo, para precisamente como lo menciona

Koontz, et al., mida y corrija lo que se hace para cumplir la meta, u objetivo de modo que se

pueda asegurar que las actividades vayan conforme a los planes (2008, p.31).

Conociendo las cualidades básicas que comprenden este concepto es cuando se puede

proceder a decidir en que aplicarlo, las cuatro fases son la guía que se tiene para darle un uso

que sin temor a exagerar puede llegar a ser considerado casi universal. Queda a manos del

individuo o grupo y su objetivo a realizar el determinar con exactitud cuáles son sus posibles

aplicaciones inmediatas, pero sería lo más indicado el decir que independientemente de para

que se utilice, la esencia de su estructura es inalterable.

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Aunque inconscientemente se tenga la creencia de que todo lo que el hombre hace es

por una conducta preestablecida o bien, aprendida, se debe considerar también que para que

este aprendiera los métodos que ya existían para casi todas sus diferentes actividades, debió

existir una sola persona que utilizara el proceso administrativo para crearlos. Simplemente

nadie se percata de ello porque es algo que “siempre” ha sido hecho de una u otra manera.

Es por esto que no se puede negar la presencia de este concepto o decir que estos

pasos son prescindibles para el ser humano, puesto que en esencia fue él mismo quien la creó

para que, antes de organizar su entorno y todo aquello que pudiera trabajar a su favor se

pudiese organizar a sí mismo y así controlar la impresionante habilidad innata que tiene de

crear ideas y transformarlas en algo más real.

De este modo crecen las necesidades al aumentar la exigencia del hombre, y así surge

un ciclo interminable de nuevas necesidades, de crear nuevas ideas y el hecho de querer

cumplir estos ideales para obtener una mayor satisfacción, se demuestra no solo la gran

importancia de la organización propia como ser pensante sino que además se ve reflejado

como la especie humana tiene la capacidad de aprovechar sus recursos al máximo al dejarse

llevar por sus propios intereses, que no necesariamente deben ser malos o buenos, pero que

finalmente siguen siendo a causa de una necesidad.

Concluyendo que la respuesta a la mayoría o en su defecto, a prácticamente cualquier

necesidad en la que pueda verse inmerso el ser humano, la solución y única vía que lo puede

llevar sin percances ni errores a cumplir sus metas es sencillamente el proceso administrativo.

Sin arrogancia en su explicación, siendo meramente la exposición de algo que tal vez

se sabía y sencillamente era imperceptible pero que, al recordar de una forma sencilla hace al

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hombre percatarse de que su existencia gira entorno a un procedimiento diario e ineludible. Y

con eso también se da cuenta de la verdadera importancia que este proceso tiene para él como

individuo.

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BibliografíaKoontz, W. C. (2008). Administración. Una perspectiva global y empresarial. McGrawhill.

Münch Galindo Lourdes, G. M. (2012). Fundamentos de administración. México: Trillas.

Robbins, D. C. (2013). Fundamentos de administración, conceptos esenciales y aplicación. Pearson Educacion.