Ensamble de una colección

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Trayectos de Konrad Theodor Preuss durante su expedición en Colombia (1913-1919)

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Trayectos de Konrad Theodor Preuss durante su expedición en Colombia (1913-1919)

Aura Lisette Reyes Gavilán

Área metropolitana de Barranquilla (Colombia), 2019

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Reyes Gavilán, Aura Lisette.Ensamble de una colección: trayectos de Konrad Theodor Preuss durante

su expedición en Colombia (1913-1919). -- Barranquilla, Colombia: Editorial Universidad del Norte, 2019.

488 p. : il. ; 24 cm.Incluye referencias bibliográficas (p. 447-488)ISBN 978-958-789-062-4 (impreso)ISBN 978-958-789-063-1 (PDF)

1. Preuss, Konrad Theodor, 1869-1938—Crítica e interpretación. 2. Colombia—Antigüedades. 3. Etnología—Colombia. 4. Antropología—Alemania. 5. Indígenas de Colombia—Antigüedades. I. Tít.

(913.861 R457) (CO-BrUNB)

© Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio reprográfico, fónico o informático, así como su transmisión por cualquier medio mecánico o electrónico, fotocopias, microfilm, offset, mimeográfico u otros sin autorización previa y escrita de los titulares del copyright. La violación de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.

Vigilada Mineducaciónwww.uninorte.edu.coKm 5, vía a Puerto Colombia, A.A. 1569Área metropolitana de Barranquilla (Colombia)

© Universidad del Norte, 2019Aura Lisette Reyes Gavilán

Coordinación editorialZoila Sotomayor O.

Asistente editorialMaría Margarita Mendoza

Diseño y diagramaciónMunir Kharfan de los Reyes

Diseño de portadaJoaquín Camargo Valle

Corrección de textosEduardo Franco Martínez

Impreso y hecho en ColombiaXpress Estudio Gráfico y Digital (Bogotá)Printed and made in Colombia

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Para Clara

Pero ese trozo de papel me recuerda un día de mi vida que es realmente inolvidable, aunque muchas personas

han intentado borrarlo de mis recuerdos. A pesar de todo, mi memoria funciona muy bien.

(Heinrich Böll [1977] 2010, 111)

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Agradecimientos

En primer lugar, agradezco al Deutscher Akademischer Austausch-diesnt (DAAD), pues gracias a esta entidad fue posible llevar a cabo esta investigación, especialmente a Silke Hamacher. A la Prof. Dr. Ingrid Kummels, quien fue mi Doktormutter en el Lateinamerika-Institut de la Freie Universität de Berlín, donde obtuve el título de Dr. Phil en Altamerikanistik.

A cada una de las personas que conocí en el camino. Aquellos adscri-tos a museos y bibliotecas, quienes custodian los archivos de Konrad Theodor Preuss y otros documentos relevantes sobre colecciones ame-ricanas: la Dr. Manuela Fischer, curadora de la colección de Suramé-rica del Ethnologisches Museum Berlin; la Sra. Gudrun Schumacher, encargada de los legados y archivos del Ibero-Amerikanisches Institut; Francisca Roldán, su bibliotecaria; la Sra. Wichmann, bibliotecaria del Ethnologisches Museum Berlin; y Antonio Ochoa Flórez, bibliotecario del Museo Nacional de Colombia. A todos aquellos que conocí en las diferentes ciudades que visité en Colombia durante las estancias que llevé a cabo, quienes dieron parte de su tiempo para conversar e inter-cambiar opiniones sobre los cuestionamientos que surgieron en esos años, para leer notas, discutir sobre imágenes y pensar sobre coleccio-nes, museos y transferencias de saberes.

Por otra parte, las conversaciones con amigos y colegas, confidentes de la historia de la antropología, fueron fundamentales para iluminar el camino en momentos en que el sinfín de documentos no parecía tener lógica, cuando las fuentes se atiborraban y deambulaba en el corpus

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intentando tejer un sentido. A Clara Isabel Botero, quien partió en ene-ro de 2017; Héctor García Botero, Roberto Pineda Camacho, Michael Kraus, Héctor Llanos Vargas y Óscar Romero. A mis compañeras de doctorado, Anne Ebert y Rosibel Kreimann, porque las pequeñas cosas nos permiten seguir adelante.

A mis amigos en diferentes países, porque estando lejos lo más impor-tante fue esa cercanía que no conocía una existencia en un plano car-tesiano; Juliana, Martha, Juan Pablo, Veremundo y Teresa. Al mundo de sueños y animales creado con Daniel. A mi familia, madre, padre y hermano, quienes dieron tranquili dad en la distancia.

A quienes permanecieron.

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Resumen

En esta investigación se analizan las prácticas de colección que llevó a cabo Konrad Theodor Preuss (1869-1938) en sus expediciones ar-queológicas y etnológicas en Colombia en el periodo de 1913 a 1919, las que se inscriben en las preocupaciones y los intereses del Museum für Völkerkunde y los espacios museales de inicios del siglo XX. Se pro-pone que el ejercicio investigativo y los postulados de Preuss hacen parte de la configuración de una antropología moderna caracterizada por la construcción de una experticia que involucra el desplazamiento del investigador al locus de colección, la preocupación por entender en conjunto la materialidad e inmaterialidad y la interpretación basada en una lectura en contexto (etnográfico y/o arqueológico).

Asimismo, se estudia el desarrollo de estas investigaciones, desde la forma como fue presentado el proyecto a las directivas del museo, su preparación y su desenvolvimiento en Colombia, donde se destaca la implementación de estrategias específicas que garantizaban un valor científico a sus resultados, como la excavación arqueológica, el uso de diferentes medios de registro (fotografías, moldes), la elaboración de vocabularios bilingües, la transcripción de las narraciones, los mitos y los cantos, la observación de rituales, entre otras. En esta medida, se propone que, mientras en la investigación etnológica los procesos de colección se enlazaron con el estudio de los sistemas de pensamiento y la forma de vida de las culturas estudiadas, en la investigación arqueo-lógica se enfocaron en la construcción de una cartografía arqueológica, en la que las materialidades eran leídas en un sistema comparativo.

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Por otra parte, se analiza el proceso de musealización de la colección en el Museum für Völkerkunde, a través de su registro en los catálogos del acervo, la preparación de la exposición Monumentale Kunst aus der Vorgeschichte Südamerikas y la instalación de la materialidad en las salas del museo. Dicha musealización tuvo lugar en un campo de debate en torno a la museografía y las forma como eran performadas las teorías sociales en el espacio museal.

Finalmente, se reflexiona sobre el lugar de la colección de Preuss en las discusiones recientes que se han llevado a cabo en Colombia, las que se encuentran relacionadas con los debates sobre el patrimonio y su apropiación.

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Contenido

Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1

1 . Apuntes sobre el americanismo alemán en el intersticio de siglo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

Locus de Preuss en la historia de la antropología alemana . . . . . 20

América en el Ethnologisches Museum Berlin: procesos de colección . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

2 . Konrad Theodor Preuss: un americanista que viaja del gabinete al campo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48

Apuntes sobre la vida de Preuss . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50

De la fuente escrita al ejercicio etnográfico y arqueológico . . . . 61

Sus investigaciones arqueológicas y etnológicas en Colombia . . . 76Planeando su expedición: razones y disposiciones . . . . . . . . . . 78Construcción de redes en el territorio colombiano . . . . . . . . . 111

3 . Colectar materialidades y narraciones, reflexión sobre un proceso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121

La relación entre materialidad e inmaterialidad . . . . . . . . . . 125

Los procesos de colección, entre lo deseado y lo fortuito . . . . . 130Los lugares, espacios sociales y geográficos . . . . . . . . . . . . 132El colectar, procesos de negociación . . . . . . . . . . . . . . . . 217

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Travesía interoceánica: de cajas y bultos a objetos etnográficos y arqueológicos en el espacio museal . . . . . . . . . . . . . . . 256

El viaje de las colecciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261Nominalizando la colección en el ‘Museum für Völkerkunde’ . . . 280Musealización de la materialidad . . . . . . . . . . . . . . . . . 294

4 . Una colección en debate y las múltiples apropiaciones del pasado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 325

Normalización del pasado prehispánico a inicios del siglo XX . . 327

La cuestión patrimonial en la actualidad . . . . . . . . . . . . . . 348Preuss como objeto de debate en los espacios museales . . . . . . 354Preuss como objeto museal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 357

Lazos y distancias entre los bienes museales y las comunidades . 367La materialidad en debate . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 370Tensiones en los espacios museales . . . . . . . . . . . . . . . . . 381Monumentalidad y patrimonio, disputas históricas . . . . . . . . 408

Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 427

Anexos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 439

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 447

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Presentación

Una larga travesía por la antropología e historia de la antropo-logía colombiana me ha llevado por diferentes tiempos, espacios y narrativas. La propia condición autorreflexiva de la disciplina (Díaz 2011) ha delineado la reflexión epistemológica sobre los saberes y quehaceres que se denominan y han sido denominados antropológicos. Desde un inicio, la comprensión de las matrices disciplinarias (Cardoso de Oliveira [1993] 2004)1 que conforman cada antropología en un marco de antropologías del mundo (Restrepo y Escobar 2004) ha permitido acercarme a los procesos de negociación presentes en las diferentes problemáticas estudia-das, dado que no se ha asumido de forma previa una jerarquía entre conocimientos o saberes periféricos/metropolitanos, nacio-nales/imperiales, sino que se ha instado a la reflexión y el análisis de las relaciones que se construyen entre actores, así como a las fuerzas y tensiones que tienen lugar en campos determinados.

Durante el intersticio de los siglos XIX y XX tuvo lugar la trans-formación de ciertos saberes bajo la dupla ciencia/modernidad,

1 Vale aclarar que para Cardoso de Oliveira la matriz disciplinaria “está constituida por un conjunto de paradigmas simultáneamente activos e insertos en un sistema de relaciones bastante tenso, y es responsable de la identidad de la antropología, así como de su persistencia, a lo largo de este siglo” ([1993] 2004, 36).

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que se expresaba en la consolidación de métodos y técnicas en las prácticas que contribuirían en la formación de una identidad disciplinaria, de forma que estas llegasen a ser consideradas y legitimadas como científicas (Clifford [1988] 2001; Penny 2002; Stocking 1985; Stocking 2002; Zimmerman 2001; Rosaldo [1989] 1991; Kuklick 2008). Uno de los múltiples lugares donde es po-sible estudiar la transformación del saber antropológico es en los museos, los que se pueden entender como espacios de re-presentación discursiva que testimonian epistemes identitarias a lo largo del tiempo, momentos que son imaginados y puestos en escena, tras lo cual se convierten en un constante performance.

¿Por qué el museo y no otro espacio? Sturtevant (1969) propuso el Museum Period como un momento específico de la historia de la antropología, que se puede rastrear a lo largo del siglo XIX, cuan-do surgen museos que se denominan antropológicos en Europa y los Estados Unidos, en los que se planteaba una clara diferen-ciación frente a otros espacios expositivos, en cuanto a su sentido y contenido. A esto se aúna la creación de sociedades etnológicas y la generación de debates en torno a las interpretaciones de la cultura material, que repercuten en la forma como se conciben y clasifican, tanto las colecciones como el propio espacio museal.

Stocking (1985) amplió el espectro de Sturtevant y ubicó el es-plendor de los museos antropológicos hacia finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, momento en el que tuvieron lugar la for-mación de expertos, su desplazamiento a través de expedicio-nes de carácter etnográfico y arqueológico, la generación de una serie de técnicas que buscaban hacer científico los procesos de recolección de información y materialidades asociadas a las ex-pediciones y una teorización que contemplaba los postulados de carácter comparativo.

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De esta forma, la consolidación de ciertas prácticas asociadas al trabajo en el museo influyó en la transformación de la antro-pología en un saber moderno. Entre las que se encuentran la participación directa del trabajador en museos en el proceso de colección, quien a su vez teorizaba sobre lo colectado; la cons-trucción de sistemas de organización y taxonomías en los que se otorgaban sentidos etnográfico-arqueológicos a los conjuntos de materialidades aparentemente diversos y heterogéneos, con los que se performaban teorías sociales de la época en el espacio mu-seal; y finalmente las expediciones, entendidas como prácticas de colección y generación de conocimiento que pasaron por un proceso de cientifización.

En estas últimas, su principio y finalidad era la ampliación de un acervo de materialidades e inmaterialidades que representaban un(os) otro(s). La cientifización se expresaba, entonces, en la im-plementación de ciertos métodos y estrategias de investigación, así como en un cambio de mirada en el proceso de colección. En el contexto europeo, no es posible olvidar que el incremento de los acervos de los museos etnológicos se enmarcó en el desarro-llo del colonialismo,2 factor que favoreció la realización de expe-diciones a ciertas regiones.

En el caso alemán durante la segunda mitad del siglo XIX, la ex-periencia de la alteridad3 se transformó paulatinamente, yendo de la estética de los Völkerschauen y los Panoptikums, aquellos lu-

2 Algunos estudios que han analizado la relación del coleccionismo y de los museos con el contexto colonial son Von Käfern, Märkten und Menschen, Ko-lonialismus und Wissen in der Moderne (Habermas y Przyrembel 2013), Sammeln, Erforschen, Zurückgeben? Menschliche Gebeine aus der Kolonialzeit in akademischen und musealen Sammlungen (Stoecker, Schnalke y Winkelmann 2013), Kein Platz an der Sonne, Erinnerungsorte der deutschen Kolonialgeschichte (Zimmerer 2013).

3 Se entiende la alteridad como la “pregunta por la igualdad en la diversi-dad y de la diversidad en la igualdad” (Krotz [1989] 2004, 17).

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gares donde el espectáculo y el exotismo mediaban la mirada, hacia la pretensión científica de la exposición del otro en los mu-seos. Estos habían pasado de ser gabinetes de curiosidades en los que se agrupaban rarezas, objetos exóticos y curiosidades, a ser un lugar para las teorías sociales que consideraban que a través de la materialidad sería posible hacer un análisis sobre sus pro-ductores (considerados como pueblos o culturas) y establecer re-laciones entre grupos humanos de diferentes lugares del mundo. En algunos casos, la materialidad migró entre uno y otro espacio mientras que operaba un giro interpretativo sobre ella (Zimmer-man 2001). Los objetos no cambian, sino que se modifica lo que pensamos sobre ellos y el sentido que les otorgamos.

Por otra parte, la reflexión sobre los procesos de colección que es-tán asociados a los museos va de la mano con la forma como los individuos han concebido el lugar de lo material en estos luga-res: ¿Se reduce a la exposición de objetos? ¿Es posible entenderlo desde los lugares de presentación y depósito? ¿Cuáles son las interpretaciones y los valores que se le han asignado y quiénes lo hacen?, etc. Con el material turn, que tuvo lugar a finales del siglo XX, emergieron nuevamente como centro de atención para la antropología y la arqueología los estudios de la cultura mate-rial y los cuestionamientos en torno a esta. Este campo había sido desplazado en la década de los sesenta por el giro discursivo, que imperó en las ciencias humanas y sociales en la segunda mi-tad del siglo XX (Hicks 2010).

Los estudios de la cultura material se han desarrollado en dos momentos: el primero colocó la mirada sobre la importancia de lo material, con lo cual demostró que el mundo social está cons-tituido por la materialidad y viceversa, mientras que en el segun-do, dando por sentado la anterior relación, abrió paso para que el estudio de la cultura material proporcionara interpretaciones sobre los procesos culturales (Miller 1998, 3).

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En el mismo material turn, se reconoce la historicidad de la no-ción de lo material, ubicando el periodo de los museos, ya men-cionado por Sturtevant y Stocking, como un punto clave donde el centro de atención se desplazó del análisis de las tecnologías desde una perspectiva comparativa hacia la cultura material. La clasificación a través de las tecnologías que primaba en la mu-seografía del siglo XIX atendía a la puesta en escena de los pos-tulados evolucionistas, en los que se relacionaba la complejidad de la manufactura del objeto con el desarrollo social de sus pro-ductores, a partir del análisis de la materialidad fuera de su con-texto de procedencia. Con el desarrollo de la antropología social británica y el funcionalismo en las primeras décadas del siglo XX, empezó a adquirir importancia el trabajo de campo como prác-tica de construcción de conocimiento y tuvo lugar una focaliza-ción en el estudio de los hechos sociales, lo que dio lugar a la comprensión de la materialidad como testimonio de una cultura determinada, para lo cual era fundamental un desplazamiento del investigador para estudiarla en los contextos de producción y circulación (Hicks 2010).

Indagar las prácticas de coleccionismo en el intersticio de siglo lleva a ubicarse en un momento de cambio de mirada sobre el lugar de la materialidad en los espacios museales etnológicos. Colecciones procedentes del territorio colombiano arribaron a los museos europeos bajo diferentes estrategias de adquisición: compras, donaciones, intercambios y expediciones. El listado no es corto y Botero menciona los siguientes:

[…] en Gran Bretaña, el Museo Universitario de Arqueología y Et-nografía de Cambridge; el Museo Británico, el Museo Victoria y Albert y el Museo Horniman de Londres; el Museo de la Ciudad y la Galería de Arte de Birmingham; en Escocia, el Museo Real Escocés de Edimburgo; en Francia, el Museo del Trocadero en París, que se convirtió en 1930 en el Museo del Hombre y el Museo de Antigüeda-des, de Saint-Germain-en-Laye; en Bélgica, el Museo Real de Arte e

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Historia de Bruselas; en Holanda, el Museo Rijks de Leiden y el Ins-tituto Koninklijk de Amsterdam; en Alemania, los museos de Etno-grafía de Berlín, Bremen, Colonia, Hamburgo, Friburgo y Munich; en Dinamarca, el Museo Nacional Danés de Copenhague; en Suecia, el Museo Etnográfico de Gotemburgo y el Museo Etnográfico de Es-tocolmo; en Suiza, el Museo de Etnografía de Basilea y el Museo de Historia de Berna, el Museo de Etnografía de Ginebra, el Museo de Etnografía de Neuchâtel y el Museo Rietberg de Zurich; y en Espa-ña, el Museo de América de Madrid (Botero [2006] 2012, 137-138).

En el siglo XIX, prevaleció un interés por lo monumental, ex-presado en materialidades de gran formato o en objetos que se destacaran por una manufactura específica (estelas, estatuas, templos, grabados, tallas, etc.). Colombia se hizo famosa por la delicada orfebrería que se produjo en tiempos prehispánicos y su asociación en las crónicas con las búsquedas de El Dorado.4 En este contexto, prevaleció una mirada estética que permitía que estos objetos llegaran al espacio museal por sus características tecnoló gicas, arribando al museo luego de transitar por varias manos, lo que correspondía con estrategias de colección en las que interactuaban diferentes actores como banqueros, coleccio-nistas aficionados, empresarios, diplomáticos, entre otros. Quie-nes los clasificaron al llegar a los acervos no siempre conocían de forma directa los lugares de donde provenían estos objetos, su interpretación partía de las crónicas, de los relatos de los viaje-ros, de la comparación con otras colecciones, etc.

El Königliches Museum für Völkerkunde (KMfV)5 llegó a ser con-siderado un modelo para los espacios museales en el siglo XIX. Su fundador y primer director fue el etnólogo Adolf Bastian (1826-

4 En los catálogos del Königliches Museum für Völkerkunde apareció la referencia a la leyenda de El Dorado desde 1872 y solo con la reorganización de las colecciones en la década de los veinte pasó a un segundo plano.

5 Hoy en día Ethnologisches Museum Berlin (EMB).

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1905),6 quien propuso la conformación de un museo que tuviera como centro de atención las culturas del mundo, de forma que el espacio museal se convirtiera en un contenedor en el que se encontraba representada la universalidad. Esto dio lugar a un sentido específico para esta institución, en la que se pretendía una representación de la totalidad, lo que impulsó una carrera de coleccionismo a lo largo y ancho del mundo, en busca de ma-terialidades representativas de cada continente, que tenían como destino su exposición en las salas del museo.

Para el momento en que se fundó el museo, los territorios co-lombianos no eran del todo desconocidos entre los intelectuales alemanes, sino que ya circulaban los documentos de las expedi-ciones de Alexander von Humboldt en América, al igual que los relatos de diferentes viajeros. En 1857, ingresaron las primeras piezas colombianas cuando “el botánico Hermann Karsten envió dos objetos de orfebrería obtenidos en la laguna de Guatavita y una pequeña colección etnográfica conformada por una figura antropomorfa femenina, instrumentos de piedra, hojas de coca y un poporo etnográfico, todos provenientes de la Sierra Nevada de Santa Marta” (Botero [2006] 2012, 139-140).

El mismo Bastian había establecido una red con académicos y diplomáticos en varios países americanos desde 1873, y entre oc-tubre de 1875 y marzo de 1876 viajó por el territorio colombiano, interesándose por la orfebrería e instando al desarrollo del estu-dio de las lenguas indígenas en el país (Botero [2006] 2012).

6 Sus estudios iniciales fueron en el área de medicina y ciencias naturales, y posteriormente se habilitó en etnología en Berlín. Estuvo vinculado entre 1866 a 1905 a la Friedrich-Wilhelms-Universität como Privatdozent de Völkerkunde; fundó el Völkerkundemuseum en 1868 y fue director de la colección etnográ-fica desde ese año hasta 1873; junto con Rudolf Wirchow fundaron la Berliner Gesellschaft für Anthropologie, Ethnologie und Urgeschichte; de 1873 a 1905, fue director del Museum für Völkerkunde Berlin.

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1.  Sala de Orfebrería Sudamericana, Ethnologisches Museum Berlin. © Ethnologisches Museum der Staatlichen Museen zu Berlin - Preußischer Kulturbesitz. Foto: Claudia Obrocki.

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Cuando estuvo Bastian en Bogotá, en febrero de 1876, participó de una tertulia sobre etnología a la que asistieron algunos mi-nistros, diplomáticos y académicos como Liborio Zerda;7 habló sobre el método inductivo y la preocupación por investigar las diferentes culturas del mundo (Pineda 2016). Zerda se inspiró en estas palabras para realizar publicaciones como El Dorado, el cual era un “estudio histórico, etnográfico y arqueológico sobre los antiguos habitantes de Colombia, sus nexos con los mitos y costumbres de otras razas y sobre los orígenes de los indios ame-ricanos; narró las costumbres, los ídolos, utensilios y ceremonias religiosas” (Rueda 1991).

Por otra parte, en el Zeitschrift für Ethnologie fueron publicados vocabularios y algunos análisis sobre la gramática de las lenguas indígenas que respondieron a los llamados de Bastian por reco-lectar este tipo de información de las comunidades que estaban en vías de desaparecer, según la perspectiva de aquel entonces. Ejemplos de ellos son los siguientes artículos: “Die Goajiro In-dianer. Eine ethnographische Skizze von A. Ernst” (Ernst 1870), “Notizen über die Urbewohner der ehemaligen Provinz Santa Marta in Neu-Granada” (Ernst 1872), “Indianer vom Panamá-Isthmus” (H. A. S. 1873), “Alterthümer der Siechalaguna bei Bo-gotá“ (Zerda 1874b), “Abhandlung über einige Volksstämme in dem Territorium von San Martin, Vereinigte Staaten von Colum-bia (Südamerika)” (Sáenz 1876a), “Memoria sobre algunas tribus del Territorio de San Martín en los Estados Unidos de Colombia” (Sáenz 1876b), “Vocabulario der Indier der Chamí” (Greiffestein

7 Liborio Zerda (1834-1919) se formó en las áreas de medicina y ciencias naturales. Fue miembro de varias sociedades: Academia de Historia y Acade-mia de la Lengua, Real Academia Española, Historia de Madrid, Academia de Medicina de Lima; participó en el Congreso Científico de Santiago de Chile y el Congreso Etnológico de Berlín. Una de las obras que contó con mayor circu-lación fue El Dorado, publicada inicialmente por entregas en el Papel Periódico Ilustrado (Rueda 1991).

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1878), “Palabras del dialecto de los indios del Opone, Palabras indias dictadas por un Indio de la tribu de Carare” (Lengerke 1878), “Ueber einige weniger bekannte Sprachen aus der Gegend des Meta und oberen Orinoco” (Ernst 1891).

Las relaciones entre Alemania y Colombia eran propicias para que tuviera lugar una transferencia de saberes en este periodo. Ya Schütz (1994) ha demostrado como algunas adquisiciones tempranas del Königliches Museum für Völkerkunde (KMfV) procedentes del territorio colombiano estuvieron mediadas por una relación entre etnólogos alemanes como Bastian y acadé-micos colombianos como Rufino José Cuervo8 y Ezequiel Uri-coechea9. Unos años antes del viaje de Bastian, Wilhelm Reiss y Alphons Stübel en 1868 llevaron a cabo investigaciones en este país, mientras que Theodor Stöpel realizó estudios en la región de San Agustín en 1911. Los procesos de coleccionismo fueron de la mano con relaciones diplomáticas y con el creciente interés de la élite colombiana por las antigüedades indígenas.

8 Rufino José Cuervo (1844-1911) dedicó parte de su adultez a la lingüística y la gramática, realizando varias publicaciones en estos campos, asimismo era coleccionista de antigüedades. Junto con su hermano, Ángel Cuervo, se muda-ron a París en 1882, donde residieron hasta su fallecimiento. Donaron algunos objetos al KMfV.

9 Ezequiel Uricoechea (1834-1880) realizó estudios universitarios en la Uni-versidad de Yale en medicina y matemática, y años después en la Universidad de Göttingen promoviéndose en el área de química, cuando retornó a Colom-bia dictó clases en la universidad y agudizó su interés por la arqueología y cartografía, al lado de la lingüística.

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Presentación

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En el actual catálogo en línea10 de las colecciones del EMB es po-sible acceder a una muestra de los múltiples actores11 que parti-ciparon en las redes de coleccionismo entre el territorio colom-biano y el museo alemán. Una de las colecciones más grandes y que incluye objetos etnográficos y arqueológicos es la de Konrad Theodor Preuss12, quien llevó a cabo una expedición a Colombia entre 1913 a 1919, la que se ubicó en el Museum Period. A este conjunto de materiales se suman archivos fotográficos que se en-cuentran en Suecia y un conjunto de grabaciones que hacen parte del Berliner Phonogramm-Archiv.

Preuss se encontraba adscrito como curador de la Sección Ame-ricana del KMfV y en 1912 presentó a las directivas del museo un proyecto para una expedición de un año y medio entre 1913 y 1914, con el objetivo de realizar investigaciones arqueológi-cas y etnográficas en Colombia. Una vez inició sus trabajos, el

10 Por recomendación de la Dr. Manuela Fischer llevé a cabo este proceso con el catálogo digital del museo, en el cual se encuentra una muestra repre-sentativa de las colecciones de la sección de América. La revisión se realizó durante el semestre de invierno del año 2013, así que la información presentada corresponde a la base de datos de aquel momento.

11 Un vistazo panorámico a este catálogo ofrecía una diversidad de acto-res asociados a los registros correspondientes a Colombia, entre ellos se en-cuentran: Otto Zembsch, Köhpke, C. Flühr, Adolf Bastian, Alan C. Lapiner, Arthur Baessler, Arthur Max Heinrich Speyer, Charles Bin, Ernst Pehlke, Frank Hermann, Heinrich Dohrn, Johannes Lührsen, José Mariano Macedo, Konrad Theodor Preuss, Dr. Karsten, Max Heimann, Oskar Bobisch, Pedro Vazquez, Robert Stark, Rogers, Hermanos Schloss, Ernst Thalmann, Theile y Quack, W. Brandon, Charles O’Leary, W. W. Randall y Louis Sokoloski, Friede Schecker, Hr. Holtschik, Nils Erland Herbert von Nordenskiöld, Sigvald Linné, Theodor Koch-Grünberg, Thomas Whiffen, Wills, F.C. Lehmann, Karl-Heinz Heinig, L. Petersen, L.W. Janszen, Borys Malkin, Donner, Arthur Speyer y Cuervo. En to-tal se revisaron 1101 registros que referenciaban objetos provenientes del terri-torio colombiano.

12 En el catálogo en línea, la colección de K. Th. Preuss cuenta con 408 re-gistros, lo que la convierte en la más grande que existe en el EMB referente a Colombia.

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estallido de la Primera Guerra Mundial lo obligó a permanecer en Colombia hasta su final, así que, una vez terminó sus expedi-ciones y excursiones, inició la sistematización de la información recolectada y la elaboración de los manuscritos, lo que permitió una temprana publicación de los resultados de estas investiga-ciones. Preuss hace parte de una generación de americanistas alemanes que consideraba que el trabajo en museos y los estu-dios etnológicos requerían la realización de investigaciones en las que se privilegiaran las fuentes primarias recolectadas por el propio investigador.

Los intereses de la expedición fueron diversos e incluyeron dife-rentes zonas del país: San Agustín en el departamento del Huila, los afluentes del río Orteguaza en el departamento del Caquetá, el poblado de Bolívar y sus alrededores en el departamento del Cauca y la vertiente norte de la Sierra Nevada de Santa Marta. Por otra parte, su viaje a Colombia fue novedoso en cuanto al proceso de colección por varias razones, entre ellas, la perma-nencia prolongada en los sitios donde llevó a cabo sus investiga-ciones; la implementación de métodos específicos de registro in situ: fotografías, dibujos, esquemas, vocabularios, transcripción y grabación de cantos y mitos en lenguas indígenas; el interés por llevar a cabo investigaciones arqueológicas y etnológicas, con el objetivo de realizar interpretaciones del pasado a partir del estudio de las comunidades indígenas contemporáneas; y el trabajo comparativo.

El corpus documental de los planteamientos presentados en este libro proviene de los archivos de la expedición que se conser-van en el EMB; los pocos diarios de campo que se salvaron de la Segunda Guerra Mundial y se encuentran en el Ibero-Ame-rikanisches Institut, el archivo fotográfico del Museo de la Cul-tura del Mundo en Gotemburgo; las publicaciones de Preuss; los documentos sobre su visita a Colombia que se encuentran

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en el Archivo General de la Nación y en el Archivo del Museo Nacional de Colombia; la revisión de prensa, entrevistas y con-versaciones con representantes de comunidades indígenas y con especialistas en museos en Colombia y Alemania; y un amplio conjunto de personas en los dos países.

El libro se divide en cuatro capítulos. En el capítulo 1, se realizan algunos apuntes sobre el lugar de las investigaciones de Preuss en la historia de la antropología alemana y sobre el camino con-ceptual que delinea el análisis de la investigación.

En el capítulo 2, se resumen algunos datos biográficos que permi-ten comprender el perfil que fue construyendo Preuss a lo largo de su carrera académica, haciendo hincapié en la forma como se interesó por Colombia. Se destaca cómo inicialmente su atención se dirigió hacia la investigación comparada de determinadas prácticas a lo largo y ancho de América y Asia del Norte, tomando como punto de partida fuentes como crónicas, relatos de viajeros y estudios de otros investigadores. Cuando se vinculó al KMfV inició el estudio de las colecciones que allí se encontraban, con lo cual se abrió paso a la reflexión en torno a la materialidad y a su papel en los sistemas de pensamiento; en los primeros años de trabajo en el museo, realizó algunas publicaciones sobre co-lecciones provenientes del Kaiser Wilhelms Land (Preuss 1897), Deutsch Neu-Guinea (Preuss 1898) y Malaka (Preuss 1899). Bajo la tutela de Eduard Seler13 se focalizó en América, empezando en los estudios mexicanos; sin embargo, las diferencias teóricas con su maestro lo llevaron a buscar nuevos lugares de investigación,

13 Eduard Seler (1849-1922) fue el creador de la sección de América del KMfV, se vinculó al museo como Wissenschaftlicher Hilfsarbeiter —trabajador auxiliar científico— en 1884, nombrado Direktorialassistent —Director Asistente— en 1892 y Abteilungsdirigenten —Dirigente de la sección— de la sección de América en 1903 y a partir de 1904 Abteilungsdirektor —Director de la sección—, hasta su retiro en 1920; a su lado trabajaron K. Th. Preuss y Max Schmidt (Eisleb 1973).

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considerando Colombia y Ecuador como atractivos por el interés reciente de los museos y expedicionarios hacia esta zona.

Con el paso del tiempo, también fue cambiando el tipo de fuentes que utilizaba para sus investigaciones, pasando de la consulta de crónicas, relatos de viajes y publicaciones de otros etnólogos, al material en sí mismo, es decir, los acervos del KMfV. Finalmente, propuso la necesidad de conformar colecciones a partir de una mirada experta, donde se usaran métodos científicos, que dieran cuenta del significado de dichas materialidades en sus propios contextos. De forma tal que el etnólogo adquiría un papel activo en todo el proceso de colección y las expediciones en sí mismas se convertían en el espacio de construcción del conocimiento antropológico.

En el capítulo 3, se describe y analiza la forma como se llevó a cabo la expedición de Preuss en Colombia, explicando la interre-lación que propuso entre la materialidad e inmaterialidad para comprenderlas como parte de un conjunto analítico. A partir de allí, se presentan dos acápites que corresponden a etapas del proceso de colección: la primera, en la que se analizan las estrategias e interacciones que tuvieron lugar a lo largo de sus investigaciones; y la segunda, que corresponde al viaje de la co-lección hasta Berlín y la forma como esta fue musealizada. De forma que se sigue el recorrido que llevó a cabo a lo largo del país, detallando cada uno de los contextos en los que se inscribió y la forma como se iban estableciendo relaciones entre diferentes actores que tenían un papel activo en los intereses que perseguía Preuss. Se propone el ejercicio de colección como un proceso de negociación en el que tuvieron lugar diferentes tensiones que re-configuraron los intereses de la investigación, donde lo fortuito y lo posible dieron nuevas formas a lo deseado y lo planeado.

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Finalmente, en el capítulo 4, se lleva a cabo una reflexión en torno a la actualidad de las colecciones de Preuss, a partir de dos acon-tecimientos que tuvieron lugar en 2013. En primera medida, se analizan las políticas patrimoniales que existían en Colombia en el momento en el que se llevó a cabo la expedición, aclarando el contexto legislativo y las preocupaciones y denuncias que se pre-sentaron en torno a las excavaciones en San Agustín, así como las colecciones que allí conformó. A partir de esto, se realiza un salto en el tiempo a los acontecimientos del pasado reciente, cuando surgieron nuevamente inquietudes y cuestionamientos en tor-no a sus colecciones, motivadas por dos razones: la celebración del centenario de excavaciones arqueológicas en San Agustín por parte del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh) y el conocimiento de la existencia de dos máscaras kág-gaba provenientes de la vertiente norte de la Sierra Nevada de Santa Marta, por parte de la organización indígena. Estos hechos se analizan desde el prisma de los múltiples lugares que ocupa el patrimonio para diferentes comunidades: mientras para algunos las investigaciones de Preuss son parte del inicio de una arqueo-logía moderna, discurso que es fortalecido en guiones museales y otros espacios, para otros hacen parte de una relación tensa que evidencia las múltiples percepciones de la materialidad y su tenencia. Estos son debates que continúan abiertos.

Llevar a cabo esta investigación durante cuatro años abrió el pa-norama que tenía de la historia de la antropología; asimismo, es un camino en el cual quedaron muchos senderos por recorrer. El estudio de los procesos de colección en la historia de la antro-pología puede dar luces para el presente, igualmente, indagar y reflexionar sobre los documentos que se encuentran en los ar-chivos y las publicaciones que han tenido una baja circulación permite acercarse a la historicidad de múltiples campos, lo que complejiza su mirada; más allá de buscar continuidades histó-rico-culturales, nos hablan de momentos que son producto de

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contextos específicos en los que diferentes actores y condiciones interactúan en situaciones de encuentro y desencuentro, lo que da lugar a una mejor comprensión de los cambios que tienen lu-gar y que van en diferentes direcciones.

El interés primordial en este trabajo fue el ejercicio de colección de Preuss como trabajador de museo y etnólogo, y la forma como se insertó esta materialidad en los discursos museales de inicios de siglo XX en Alemania. Entre los múltiples estudios que están por realizar, se encuentra la elaboración de una biografía deta-llada de Preuss que tenga en cuenta la injerencia de los cambios histórico-políticos en su lugar en la academia alemana y la cir-culación de su obra; un debate sesudo sobre sus postulados del pensamiento mítico, las tradiciones americanistas y la etnología/arqueología de la época; un análisis acerca de los debates sobre los monumentos arqueológicos y las políticas patrimoniales en Colombia, que trascienda la normativa y vaya a las prácticas co-tidianas sobre estos bienes, desde una perspectiva histórica, en la que se reconozca la agencia de diferentes actores; entre otros tantos que abrirán paso a nuevas investigaciones.