Enfoque de Desarrollo de Capacidades
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ENFOQUE DE DESARROLLO
DE CAPACIDADE
S
“AÑO DE LA PROMOCIÓN DE LA INDUSTRIA RESPONSABLE Y
DEL COMPROMISO CLIMÁTICO”
TEMA:
1
EL ENFOQUE DE DESARROLLO DE CAPACIDADESA nivel teórico, el Enfoque sobre Capacidades (CA) de Amartya Sen está ampliamente
aceptado en el ámbito del desarrollo. Sin embargo, existen cuestiones pendientes
relativas a la aplicación práctica de dicho enfoque dentro de los límites en los que se
mueven los participantes, profesionales y otros actores parte a la hora de diseñar e
implementar programas de reducción de la pobreza.
¿De qué manera resulta relevante la utilización del CA de Sen en el diseño y la
implementación de los programas de reducción de la pobreza para el enfoque de
desarrollo humano?
Schischka (2008), señala que “El desarrollo humano se ha definido como un enfoque
amplio cuyo objetivo es ampliar la gama de libertades y opciones de las personas. Al
dar prioridad a las técnicas de valoración participativas basadas en el CA durante el
diseño y la implementación de programas de reducción de la pobreza, se abre la
posibilidad de lograr efectos de gran alcance sobre las ideas de desarrollo en las que el
foco se sitúa continuamente en la mejora de las capacidades, las libertades y el concepto
de capacidad individual”.
¿A quién pertenecen los puntos de vista recogidos mediante la utilización del CA
de Sen en la elaboración y aplicación de los programas de reducción de la
pobreza?
A la hora de desarrollar programas de reducción de la pobreza con un enfoque
de capacidades, cada uno de los participantes de los programas es siempre el sujeto de
estudio y se hace hincapié en la “concepto de capacidad” de la persona. Esto se entiende
en el sentido de que la persona no sólo actúa y da lugar a cambios, sino que sus logros
pueden ser evaluados en términos de sus propios estándares y objetivos
(P.56)
García (2003), afirma que “Es verdad que estos logros pueden ser evaluados con
criterios externos, como indicadores cuantitativos a menudo utilizados por los actores
parte, tales como donantes, gobiernos, personal que trabaja sobre el terreno y
organizaciones no gubernamentales. Si bien se reconoce la importancia de estos
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criterios externos, el marco de la evaluación participativa basada en el CA requiere de
técnicas cualitativas que permitan a los participantes identificar por sí mismos las
opciones y oportunidades que han aprendido o descubierto a través de su participación
y, por tanto, reconocer la expansión activa de sus propias capacidades”.
(P.35)
Aunque los trabajos teóricos de Sen se remontan a años atrás, la aparición del Informe del
Desarrollo Humano, en 1990, supuso el lanzamiento de la propuesta y el despertar del interés
de la comunidad académica por analizar las perspectivas que ofrecía el enfoque de las
capacidades. Desde ese momento, el enfoque de las capacidades (EC) de Sen impulsó un
debate muy vivo, hasta el punto que hoy en día cabe preguntarse si se puede hablar de una
continuidad o se han producido rupturas dentro del enfoque y se hace necesario conocer los
nuevos desarrollos que se han producido.
Alkire y Robeyns (2005) nos señalan lo siguiente:
La expresión “enfoque de las capacidades” puede dejar de ser significativa si no se es
consciente de la pluralidad de propuestas, no siempre claramente compatibles entre sí
que encierra: ¿puede avanzar el desarrollo humano sin optar entre ellas o basta con
una precisión de los alcances de cada una? Cuando se habla del EC puede hacerse
referencia a la visión más cercana a Sen, que limita el enfoque a hacer una propuesta
sobre el espacio más adecuado para evaluar los acuerdos sociales o la más ambiciosa
que incluye una determinada concepción de qué es el bienestar o la que afirma que es
una teoría del desarrollo que requiere, por su propia esencia, ser una praxis del
desarrollo. Al hacer estos planteamientos no se trata de sistematizar cuál puede ser el
canon del EC que desarrolla fielmente las líneas de Sen, sino conocer la diversidad de
propuestas que cabe considerarlas como dentro de su marco, más allá de las
formuladas por el propio Sen.Y desde ese mosaico ver si se ofrece una propuesta
teórica que pueda ser considerada como alternativa.
(P.30)
Una característica incontestada del EC es que considera como temas centrales de su
preocupación la justicia, el bienestar, el desarrollo y la pobreza. Su pretensión es abordar
decididamente estas cuestiones como prioridades de su esfuerzo teórico y, también, traducir
sus planteamientos teóricos en políticas que consigan mejores resultados para las vidas de las
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personas. Ahora bien, por muy loable que sea este propósito, ello no garantiza por sí mismo
que las categorías analíticas que vaya a poner en juego tengan una potencialidad alternativa.
Aquí cabría citar el antecedente de las necesidades básicas que sólo muy matizadamente ha
sido considerado como un paradigma alternativo, aunque luego muchos de sus
planteamientos hayan servido para configurar el enfoque del desarrollo humano. En el mismo
sentido, el hecho de que el Banco Mundial haya establecido la lucha contra la pobreza como la
misión, no implica que esa asunción haya ido acompañada de una revisión profunda del
concepto de pobreza.
Por ello Martínez (2003) señala que “Lo que resulta decisivo es que esa preocupación se hace
desde la elección un nuevo espacio evaluativo. Así, no se trata sólo de situar al bienestar, la
justicia o el desarrollo como objetivos centrales, sino que se va a proceder a una nueva
conceptualización de los mismos en términos de las capacidades de las personas”.
(P.45)
Por eso, toda interpretación canónica del EC supone una regresión en su consideración como alternativa.
Qizilbash (2005) dice que “Él dice marco de Sen cubre varios aspectos de la explicación,
evaluación y diseño de políticas, pero no todos y no hay que esperar que pueda servir para
todos los objetivos. Una propuesta analítica del desarrollo humano necesita, pues, contactar
con otros marcos y sistemas intelectuales y cada uno de estos sistemas debe verse a sí mismo
sin perder su especificidad y al mismo tiempo como parte de un todo más amplio. Pero este
carácter de marco abre otra cuestión: hay que diferenciar aquellas aportaciones que son
relevantes y se enmarcan dentro de sus referencias centrales de las que son cuestionables en
su idoneidad o importancia”.
(P.71)
ALCANCES DEL ENFOQUE DE LAS CAPACIDADES
1. CARENCIAS DE LAS TEORÍAS DEL CONTRATO SOCIALNussbaum (2007), explica que “La tradición del contrato social ha intervenido de varias formas
en la imagen de quiénes somos y por qué vivimos juntos por ello se refiere a que el
contractualismo ha influenciado especialmente con dos elementos en las teorías de justicia
social, a saber: la concepción de persona y las razones que llevan a los seres humanos a
unirse”.
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(P.36)
El contractualismo supone un conjunto de seres humanos racionales, razonables,
autosuficientes y que cuentan con un mínimo moral; en otras palabras, el requisito para ser
ciudadano es contar con estas características. Nussbaum encuentra en esta postura una gran
falencia, pues existen muchos seres que no cuentan con estos rasgos y, por tanto, quedan
eliminados de cualquier acuerdo o justicia básica.
El enfoque de las capacidades propuesto por Martha Nussbaum tiene un objetivo evaluativo y
un objetivo normativo. Es evaluativo en la medida en que logra ser crítico frente a la calidad de
vida y el nivel de desarrollo humano de los diferentes países. Evalúa la justicia de un país de
acuerdo a su capacidad para garantizar a los ciudadanos un conjunto de capacidades básicas
requeridas para alcanzar una vida digna. Es normativo en cuanto, además de contrastar la
calidad de vida y el nivel de justicia de las diferentes sociedades, pretende hacer justicia a las
diferentes naciones, para esto propone un conjunto elementos que todo ser humano
demanda para alcanzar una vida digna. Ahora bien, el criterio para hacer justicia a los personas
no depende de la nacionalidad o del lugar de nacimiento; por el contrario la propuesta de
Nussbaum postula que se deben garantizar a las personas las oportunidades vitales básicas
tales como salud, mortalidad y educación con independencia del lugar al que las personas
pertenezcan.
EL DEBATE SOBRE EL ENFOQUE DE LAS CAPACIDADES: LAS CAPACIDADES COLECTIVAS
Entre los debates generados por el desarrollo, uno de los más extendidos se centra en la
consideración de la dimensión colectiva del bienestar. Una de las críticas al enfoque de las
capacidades de Sen, que se presenta como la base teórica del desarrollo humano, hace
referencia a su carácter individualista, por considerar que desconoce, o que lo hace de manera
insuficiente, las relaciones y acuerdos sociales como componentes directos del bienestar,
relegándolos a meros instrumentos para alcanzar el bienestar de las personas.
Dubois (2003) define lo siguiente:
La característica central del desarrollo humano es su propuesta de un espacio
evaluativo alternativo que se sitúa en las capacidades de las personas y no en los
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recursos que dispone la sociedad en su conjunto. Es claro que la modificación
sustancial del espacio que se considera trascendente para hacer la evaluación
económica y social supone un cambio cualitativo frente al concepto de bienestar
dominante, que encuentra su referencia en la disponibilidad global de recursos, cuyo
indicador central, la renta per cápita, es el mejor exponente de su olvido de la
situación real de las personas. La cuestión que se plantea es si este nuevo énfasis en
las personas implica, como contrapartida, desconocer las dimensiones colectivas del
bienestar quedando este circusncrito a los logros susceptibles de medición en cada
persona.
(P.29)
Este debate se ha trasladado , lógicamente al enfoque de las capacidades de Sen, al que se le
achaca un carácter individualista, por considerar que desconoce, o que lo hace de manera
insuficiente, las relaciones y acuerdos sociales como componentes directos del bienestar,
relegándolos a meros instrumentos para alcanzar el bienestar de las personas. La respuesta
que se dé a esta dimensión individual frente a la colectiva, es clave a la hora de encarar temas
fundamentales, como el concepto de bienestar y el de igualdad, además de sus repercusiones
en el diseño de políticas.
EL ENFOCE DE LAS CAPACIDADES (EC) Y LA DIMENSION SOCIAL DEL BIENESTAR
Una de las críticas más extendidas al EC es que parte de una concepción decididamente
individualista en la que queda submida toda consideración de la dimensión social.
Gasper (2009), indica que:
La cuestión de fondo es conocer si la carga normativa en la que se funda el EC tiene
como presupuesto central la consecución única o prioritaria del bienestar individual. Si
la esencia del desarrollo humano, tal como se suele sintetizar, consiste en aumentar
las oportunidades de cada persona para que pueda vivir la vida que considera más
valiosa, no sorprende que se le achaque un decidido carácter individualista y que
incluso, se le encuadre dentro de las teorías atomísticas del bien. Esta calificación no
supone negar contenidos sociales ni preocupaciones colectivas al enfoque, si no
destacar que no se encuentra entre sus prioridades la evaluación de los contenidos
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colectivos o grupales. Mucho menos se trata de discutir la preocupación social de Sen,
que siempre ha mostrado un compromiso claro en la misión de las relaciones entre la
libertad individual y los acuerdos sociales, como le reconocen sus críticos.
(P.98)
Una segunda crítica central al EC señala la carencia en el planteamiento de Sen de un concepto
claro de justicia que permita la evaluación social. Aquí resulta de especial aplicación lo que
supone la condición de enfoque, que implica la potencialidad de ser un marco teórico abierto.
Sen y un buen número de sus seguidores defienden que el EC es más un marco que una
definición de contenidos y recalcan que no tiene por qué tener la definición de una
determinada concepción de la justicia, ya que su esencia es la especificación de un espacio
evaluativo alternativo. Para esta posición el EC no tiene porqué ser una teoría que explique de
manera unívoca qué es la pobreza o el bienestar, pero sí se reconoce que requiere de otras
teorías explicativas para llegar a esas definiciones conceptuales.
Gough (2006), señala lo siguiente:
Hay que precisar de qué se habla cuando se afirma la necesidad de definir el bienestar
para el desarrollo humano. Esa definición no tiene porqué determinar los resultados
últimos perseguibles, es decir, no supone imaginar el horizonte al que puede aspirarse
como el ideal deseable, como si estuviera preestablecida la meta de los deseable.
Definir el bienestar consiste principalmente en precisar cuándo las personas viven
como seres humanos, cuándo sus vidas son dignas. Definir el bienestar consiste en
saber cuándo un ser humano tiene o no la oportunidad de desarrollar su potencial
como persona; es decir, definir en positivo los funcionamientos y capacidades mínimas
para que cada persona ponga en marcha su particular e indelegable búsqueda de
forma de vida que considere digna de ser vivida.
(P.22)
La característica central del desarrollo humano es proponer que la evaluación moral se sitúa en
un espacio alternativo: las capacidades de las personas y no en los recursos que dispone la
sociedad en su conjunto. Esta modificación sustancial del espacio que se considera
trascendente para hacer la evaluación económica y social, como ya se ha dicho antes, es un
cambio radical frente al concepto de bienestar dominante que encontraba su referencia en la
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disponibilidad de recursos, cuyo indicador de la renta per cápita es el mejor exponente del
olvido que se tenía de la situación real de las personas.
APRECIACIÓN CRÍTICA
Si bien es cierto actualmente se está considerando con mayor profundidad ciertos aspectos
que anteriormente no se consideraban como es el del desarrollo humano que juega un papel
importante en el desarrollo económico ya que se considera que para lograr el bienestar
general de las personas es muy importante analizar sus potencialidades y de esta manera
conseguir que mejoren su calidad de vida.
La característica fundamental del EC es intentar resolver los principales problemas que
aquejan a la población como es el de la justicia, el bienestar y la pobreza. Sin embargo dada la
situación de los países y a pesar de la abundante información sobre los temas las decisiones
políticas de los países tienden a ser en su mayoría en favor de un pequeño grupo de personas
dejando de lado a la gran mayoría de las personas prácticamente a su suerte.
Considero personalmente que la lucha contra la pobreza es uno de los pilares de casi todos los
países en especial de los países subdesarrollados, sin embargo si no so se considera un previo
estudio de la situación de la población es los aspectos económicos y sociales las decisiones
que se tomen no se ayudar a reducir la situación si no por el contrario la agravarán ya que cada
situación es distinta.
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BIBLIOGRAFIA
Alkaire Y Robey (2005). La condición humana. Editorial Paidós, Barcelona
Dubois, Alfonso (2003); “Fundamentos teóricos para el desarrollo humano local: las
capacidades colectivas”. Ponencia presentada al Congreso “El desafío del desarrollo
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2007. En: www.hegoa.ehu.es/congreso/bilbo/cas/2_comu.
Gasper, Des (2009); Human well-being: concepts and conceptualizations. Discussion
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Working papers Series Nº 338, January 2004, Institute of Social Studies, The Hague,
Netherlands. En: www.iss.nl.
García Leonor (2003); “Desarrollo humano y neoliberalismo: comparación de
paradigmas”. En: www.revistsdesarrollohumano.org/Biblioteca/0033.pdf.
Gouh Merilo (2006); “Capacidades humanas y justicia social”. En: Riechmann, Jorge
(Coord.)(1998); Necesitar, desear, vivir. Sobre necesidades, desarrollo humano,
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104.
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Martinez Thomas, (2006); La pobreza en el mundo y los derechos humanos. Paidós,
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Quizilbash Santos (2005); Crítica de la razón indolente. Contra el desperdicio de la
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Schichka, Boaventura (2008); El milenio huérfano. Ensayos para una nueva cultura
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