Encuentro de Voluntarios Corporativos

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CUADERNILLO DE CONTENIDOS

Agradecimientos: A SC Johnson, Alto Paraná, Transportadora de Gas del Sur, Kraft Foods y Repsol YPF por el apoyo en la materialización de este cuadernillo; A Fundación Diario La Nación, Fundación Noble / Grupo Clarín, Revista Fortuna y Asociación Civil Contenidos; Al Hotel Sheraton Retiro; A Daniel Arroyo y el equipo de trabajo de la Secretaría de Políticas Sociales y Desarrollo Humano del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación; A José Latugaye y Enrique Valiente Noailles; A Guillermo Worman, Hernán Vargas y Fernando Traversa; A Mario Yaniskowski (Transportadora de Gas del Sur); Gabriela Oliván (Pan American Energy) y Maria Rosa Chappuis (Dow Química); A Alejandro Díaz y Mariana Lomé;

Equipo de trabajo del Encuentro:

Dirección: Beatriz Anchorena y Florencia Salvi Coordinación general: Dina Pesce

Coordinación de contenidos: Cora Bertachini Coordinación logística: Abigail David

Colaboradores: Mariela Bacigalupo, Franco Bartolacci, Juan José Bertamoni, Ana Cacace, Karina Castiglioni, María Fonseca, Mariana Frenkel, Maximiliano

Luft, Tomás de Olazábal, Miriam Pereyra, Cecilia Pinto. Comunicación y convocatoria: Rosario Barbosa, Mariana Brandeburgo, Ana

Carolina Corbelle, Belén Ruiz Huidobro

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Índice de Contenidos Pág Objetivos del Encuentro

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Programa del Encuentro

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Expositores

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IV Encuentro de Voluntarios Corporativos “Construyendo Ciudadanía Responsable”. Beatriz Anchorena, Directora Empresa & Comunidad de Fundación Compromiso.

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Marco conceptual 17

Voluntariado y Ciudadanía Responsable. Reflexiones acerca de una relación necesaria. Cora Bertachini, Coordinadora de Gestión del Conocimiento de Empresa & Comunidad de Fundación Compromiso.

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El voluntariado como ejercicio de ciudadanía. Enrique Valiente Noailles, Presidente Fundación Compromiso.

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Voluntariado corporativo: mucho más que un impulso solidario. Mariana Lomé, Directora Ejecutiva de Fundación Compromiso.

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Casos 35 En la consolidación de la ciudadanía, las prácticas de los voluntarios corporativos. Mariana Frenkel, Coordinadora de Proyectos de Empresa & Comunidad de Fundación Compromiso.

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La experiencia de “SUMAR Voluntariado” en SC Johnson & Son Maximiliano Luft, Coordinador de Proyectos de Empresa & Comunidad de Fundación Compromiso. Mariana Randrup, Líder de Comunicación y Comunidad de la Gerencia de RRII de SC Johnson & Son de Argentina, y Coordinadora de Sumar Voluntariado para la Argentina.

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El Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social y la vinculación con el sector privado. Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

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Anexo 65 De la moral del héroe a la moral del ciudadano. Miriam Pereyra. Colaboradora Departamento Empresa & Comunidad de Fundación Compromiso.

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Acerca del Departamento Empresa & Comunidad de Fundación Compromiso

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Acerca de Fundación Compromiso 84

IV Encuentro de Voluntarios Corporativos “Construyendo Ciudadanía Responsable”

Objetivos

Brindar un espacio de intercambio y participación para empleados de

diferentes empresas sobre prácticas de voluntariado y ciudadanía

responsable.

Ofrecer herramientas útiles para aplicar a programas de voluntariado

corporativo.

Reconocer y poner en valor el trabajo de los voluntarios en su

compromiso con la comunidad.

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Programa

8.30 hs

Acreditaciones

9.00 hs Palabras de Bienvenida Beatriz de Anchorena, Directora Departamento Empresa & Comunidad, Fundación Compromiso. Florencia Salvi, Líder de Comités y RSE de la AmCham.

9.30 hs Estrategias y herramientas de intervención para construir

ciudadanía a través de prácticas de voluntariado. Taller, lidera: Fernando Traversa, Educador social experto en coordinación y capacitación de grupos de voluntarios. Participan con su testimonio: - Guillermo Worman, Fundador y Director Ejecutivo de la Asociación Civil Participación Ciudadana. - Hernán Vargas, Voluntario del Programa “Ayudanos a Ayudar” de Transportadora de Gas del Sur.

12.00 hs Desafíos para la construcción de ciudadanía responsable, visiones sectoriales. Panelistas: - Daniel Arroyo, Secretario de Políticas Sociales y Desarrollo Humano del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. - José Latugaye, Gerente General para el Cono Sur de SC Johnson - Enrique Valiente Noailles, Presidente de Fundación Compromiso.

13.00 hs Cierre - Alejandro Díaz, Director Ejecutivo de AmCham. - Mariana Lomé, Directora Ejecutiva de Fundación Compromiso.

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Expositores

Beatriz de Anchorena Lic. en Ciencia Política (UBA), se especializó en Desarrollo Económico en América Latina (Universidad de La Rábida, España). Actualmente es Directora de Empresa & Comunidad de Fundación Compromiso. En los últimos 10 años ha desarrollado diversas actividades de dirección y desarrollo institucional, consultoría e investigación, tanto en el terreno de las políticas públicas como en organizaciones no gubernamentales. Trabajó en la Secretaría de Desarrollo Social y en el Ministerio de Economía de la Nación. Fue Coordinadora del Consejo Federal de la Función Pública y de Asistencia Técnica a Provincias de la Subsecretaría de la Gestión Pública. Fue consultora de Fundación Faro, Fundación Par y Asociación Conciencia.

Florencia Salvi Lic. en Psicología (UBA). Especialista en Organizaciones sin Fines de Lucro (UDESA- UTDT- CEDES). Realizó tareas voluntarias en The Migrain Trust, London. Ha trabajado en la Dirección de Prevención de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico. Es consultora para la American Cancer Society, Directora Ejecutiva de la Fundación Migra Argentina y Gerente de Responsabilidad Social Empresaria de la AmCham. Fernando Traversa

Educador Social (Centro de Formación y Estudios del INAU). Magíster en Animación Sociocultural y Educación Social (Universidad de Sevilla – España). Ha formado a un centenar de líderes y animadores en los últimos 17 años. Ha publicado artículos vinculados al tema, compilado tres librillos de técnicas de animación para el trabajo con grupos. Es docente en la formación de educadores sociales especializado en juego, recreación, ocio, tiempo libre, la animación de grupos (análisis de los procesos y manejo de técnicas) y el voluntariado (en tanto forma de ejercicio ciudadano y ámbito de participación juvenil). En los últimos años ha incursionado en los temas de Educación Global, tomando parte en el Equipo docente del “Curso de formación en de Educación Global, para formadores de jóvenes que trabajan en contextos interculturales”. Coordinador Nacional de la celebración del Día Mundial del Servicio Voluntario Juvenil y referente de la Red de Voluntariado Juvenil del Uruguay. Coordinador Nacional del trabajo con jóvenes y del Proyecto de “Participación Juvenil, Equidad y Ciudadanía” ACJ – FESUR. Así mismo es co-fundador e integró el equipo de coordinación de la Universidad de Participación Ciudadana. Integra el Colectivo DEVENIR. Es socio de la Fundación AVINA.

Guillermo Worman Director Ejecutivo de la Asoc. Civil Participación Ciudadana y Coordinador del Centro de Estudios Patagónicos. Integrante de la Junta Electoral Municipal de la ciudad de

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Ushuaia (2007). Es coordinador de los proyetos de democratización de procesos públicos: Democratización de Poderes Judiciales Provinciales (Tierra del Fuego, Río Negro, Neuquén, Santiago del Estero, Tucumán y Jujuy); Control Social del Presupuesto Público (Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Río Negro, Neuquén y las ciudades de Ushuaia, Bariloche y Viedma); Acceso a la Información Pública en Patagonia: Provincias de Tierra del Fuego, Río Negro y las ciudades de Ushuaia, Río Grande, el Calafate, Bariloche y Viedma. Hernán Vargas Técnico Aeronáutico, Técnico en Seguridad e Higiene y auditor de normas ISO 9001 y 14001. Actualmente se desempeña como operador de almacenaje y despacho en Transportadora de Gas del Sur. Participa en el programa de Voluntariado Corporativo de TGS y su proyecto en Bahía Blanca fue seleccionado en el concurso de proyectos 2006-2007. Daniel Arroyo Licenciado en Ciencia Política (Universidad de Buenos Aires). Posgrado en Control y Gestión de Políticas Públicas (FLACSO). Actualmente es Secretario de Políticas Sociales y Desarrollo Humano, del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y Presidente del Fondo de Capital Social S.A. Es Profesor Titular de la materia “Modelos de Gestión Regional y Local”, Maestría en Ciencias Sociales, FLACSO – Universidad Nacional de Cuyo. Ha sido consultor, capacitador y asesor de numerosos programas vinculados con planes estratégicos y proyectos de descentralización en diferentes municipios del país. Fue Coordinador del Programa de Desarrollo Local y Economía Social de la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa del Ministerio de Economía, PNUD. Es autor de decenas de publicaciones especializadas, director de investigaciones académicas y profesor de las Universidades Nacionales de Cuyo, de La Plata, de General San Martín y FLACSO entre otras. José Latugaye Lic. en Administración de Empresas (Universidad Católica Argentina). Actualmente es el Presidente y Gerente General de S.C. Johnson & Son de Argentina S.A.I.C. con responsabilidad sobre el Cono Sur (Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay) y los países del Pacto Andino (Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú). Anteriormente fue Vice-Presidente para los negocios de Home Storage y Shave en la casa matriz en los Estados Unidos de América, Gerente General y Gerente Comercial para el Cono Sur. Ha trabajado para Best Foods como Director Comercial de Brasil, Area Business Coordinator – Americas y Group Product Manager de Argentina. También trabajó para empresas como Quaker Oats en Argentina y Reino Unido, y para Unilever en el área de Marketing. Es miembro del Consejo Superior de la Cámara Argentina de Anunciantes y del Comité Ejecutivo de ADIM (Asociación de Industrias de Marca).

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Enrique Valiente Noailles Presidente de Fundación Compromiso. Licenciado en Filosofía. Miembro del Consejo de Administración de la Fundación Navarro Viola. Presidente del Grupo de Fundaciones y Empresas. Se desempeñó como profesor en la UBA, en la Universidad de San Andrés, en la Universidad del Salvador, y como profesor titular de la Cátedra de Comunicación de Masas en la carrera de Periodismo de la Universidad de Belgrano. Becario Eisenhower. Es columnista permanente del suplemento Enfoques del diario La Nación. Alejandro Díaz Es contador público (UBA). Se desempeño en Macrosa S. A como Supervisor de Costos y Presupuesto y Gerente experimentado de la División de Auditoría para Arthur Andersen – Pistrelli, Diaz y Asoc. Fue Gerente de Gerente de Finanzas y Planeamiento para Sudamérica de Pepsico de Argentina - División Bebidas, y posteriormente se trasladó a Chile donde se desempeñó como Country Manager. También se desempeño como Director de Franquicias para Chile, Paraguay y el interior del país y luego como Vicepresidente de Franquicias para Sudamérica de Pepsico. Ocupó el cargo de Gerente General de Natura Cosméticos S.A, en la filial más importante de la compañía. Actualmente se desempeña como Director Ejecutivo de la Cámara Comercio de los EE.UU. en la República Argentina. Mariana Lomé Directora Ejecutiva de Fundación Compromiso. Licenciada en Ciencias de la Comunicación, realizó posgrados en semiótica y estrategias de comunicación, en opinión pública y medios de comunicación y una Especialización en Organizaciones Sin Fines de Lucro. Es profesora titular de la cátedra “Gestión y Administración de Organizaciones” en el Master en Comunicaciones e Imagen Institucional de la Fundación Walter Benjamín. Anteriormente se desempeñó como docente, periodista y coordinadora de socios, voluntarios y comunicaciones en Fundación Vida Silvestre Argentina.

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IV Encuentro de Voluntarios Corporativos Construyendo Ciudadanía Responsable

Beatriz Anchorena*

Fundación Compromiso organiza hace cuatro años un Encuentro de Voluntarios Corporativos. Estos encuentros están pensados para que empleados de diferentes empresas compartan experiencias y se capaciten, pero también para ayudar a legitimar este tipo de prácticas en sus empresas. Los programas de voluntariado empresario son un espacio donde empleados del sector privado llevan a la práctica, a través de proyectos sociales concretos, su compromiso social y sus inquietudes respecto a la construcción del bien común, de lo público. Estos programas surgen tanto de iniciativas e ideas de los propios empleados como de políticas corporativas a nivel global, pero en todos los casos se caracterizan por ser espacios donde se elige libremente participar. Las empresas desarrollan programas de voluntariado corporativo como una práctica de la Responsabilidad Social Empresaria (RSE). Existe un amplio consenso respecto a dos conceptos clave que integran una definición de RSE: por un lado el de “triple bottom line” vinculado al desarrollo sustentable por medio del cual una empresa del siglo XXI rinde cuenta por sus resultados económicos pero también por sus resultados e impactos sociales y ambientales; y por otro el concepto de “stakeholders” o públicos relacionados o conjunto de actores sociales (comunidad, empleados, proveedores, gobierno), donde la empresa construye una red de relaciones que le permite generar confianza y ser más competitivo. Satisfacer las expectativas de los empleados generando canales de participación comunitaria a través del voluntariado se engarza perfectamente con los conceptos mencionados anteriormente y es una de las formas a partir de la cual la empresa se involucra más allá de la ley en cuestiones que hacen a la construcción de lo público, de la comunidad, de la ciudadanía. El voluntariado como una práctica de RSE se inscribe tanto en la política de recursos humanos (dimensión social interna de la RSE) como en la política de relaciones con la comunidad (dimensión social externa de la RSE); incorpora los lineamientos clave de la RSE como derechos humanos; medio ambiente; ética y transparencia; lucha contra la exclusión social; constituye una oportunidad de enriquecer políticas de gestión de la RSE con las voces de nuevos actores como los empleados y la comunidad. La participación de los empleados en las políticas de RSE debe ir más allá del voluntariado corporativo o la participación en proyectos sociales de la comunidad. Como stakeholders, los empleados deben participar en la elaboración de los balances sociales de las compañías, de sus códigos de ética, de las políticas corporativas y de gestión de la RSE. Para ello es necesaria la formación y capacitación en estas temáticas en el contexto de un nuevo rol de la empresa en la sociedad. * Directora del Departamento Empresa & Comunidad de Fundación Compromiso, que trabaja en la promoción y fortalecimiento de la Responsabilidad Social Empresaria como una práctica para el desarrollo sustentable, a través del diálogo y la implementación conjunta de proyectos entre el sector social, las empresas y el sector público.

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La construcción de ciudadanía responsable es un objetivo tanto a nivel de la relación empresa – sociedad como del nivel empleado – comunidad. En el primer caso, y como contexto de RSE, la empresa debe clarificar que compromisos va a tomar -más allá del mercado y la regulación del sector público- respecto al desarrollo sustentable de la sociedad. A partir de esta política es que el empleado – voluntario – ciudadano comienza a actuar desde la empresa en la construcción de comunidad a través de la participación en diferentes proyectos sociales. Ser parte de la solución de los problemas públicos es una decisión individual, pero también una tarea corporativa que se relaciona con qué sociedad, qué estado, qué país queremos construir. Bienvenidos al IV Encuentro de Voluntarios Corporativos: "Construyendo Ciudadanía Responsable". A continuación encontrarán un conjunto de artículos organizados en tres secciones: 1) Marco conceptual a cargo del equipo de Fundación Compromiso. Incluye un artículo de Cora Bertachini, Coordinadora de Gestión del Conocimiento del Departamento de Empresa & Comunidad, que da cuenta de la relación ciudadanía - voluntariado corporativo y refleja las prácticas de trabajo de Fundación Compromiso en el marco de los desafíos pendientes. Un segundo artículo de Enrique Valiente Noailles, Presidente de Fundación Compromiso, que pone en valor al voluntario en calidad de ciudadano y su capacidad al servicio del cambio social. Por último, un artículo de Mariana Lomé, Directora Ejecutiva de Fundación Compromiso, donde destaca los beneficios del voluntariado como ejercicio ciudadano tanto para la empresa, las organizaciones, las personas y la sociedad. 2) Casos prácticos, que incluyen dos programas de voluntariado corporativo desarrollados por las empresas SC Johnson y Transportadora de gas del Sur en alianza con Fundación Compromiso y un caso de Responsabilidad Social Empresaria desde las políticas públicas -el Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social- del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, que incentiva el trabajo de articulación público - privada con un componente de voluntariado a través de la participación de empleados del sector privado en la asistencia técnica a microemprendimientos financiados por el sector público. 3) Anexo, con un artículo referido a la evolución histórica de la ética y su relación con la ciudadanía, desde la filosofía clásica hasta las miradas de la filosofía contemporánea; pasando por Aristóteles, Kant y Habermas. Este artículo esta elaborado en el marco de un programa de Ética y Ciudadanía desarrollado por la empresa Dupont en alianza con Fundación Compromiso.

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Marco conceptual

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Voluntariado y Ciudadanía Responsable. Reflexiones acerca de una relación necesaria.

Cora Bertachini1

El voluntariado tiene como fin construir ciudadanía, pero ¿qué tipo de ciudadanía construye? Esta pregunta ya fue elaborada pero vale la pena insistir sobre ella una vez más. En este artículo se acercan algunas reflexiones que desde distintas disciplinas sociales se concentraron en abordar las formas de entender la ciudadanía, y su relación con las acciones de voluntariado, en tanto acciones que buscan enaltecernos como personas, aún cuando no siempre se logre este objetivo. Justamente la posibilidad de revisar nuestras acciones en función de algunos conceptos orientadores, creemos que es un humilde aporte para disminuir la distancia que a menudo reconocemos entre los fines valiosos de las acciones voluntarias y los resultados, a veces magros, que de estas acciones se obtienen. Por lo tanto, les propongo que reflexionemos críticamente acerca de la relación entre ambos conceptos. Para Pablo Corduras, “ser voluntario es la consecuencia de tomarse en serio la condición de ciudadano”. Este autor enumera tres acciones propias del voluntariado entendido como construcción de ciudadanía, que son:

descubrir la diversidad de los grupos humanos, redefinir el bien común y promover el cambio social.

Estos tres aspectos conforman la idea más acabada de lo que debería proponerse el voluntariado como forma de acción organizada. García Inda, por su parte, señala que según como pensemos la ciudadanía, también será nuestro modo de entender el voluntariado, efectuaremos, entonces, un repaso de los modos de entender la idea de ciudadanía a largo de la historia como un medio para explorar con más detalle hacia donde conduce el voluntariado que construye ciudadanía. Ciudadanía: perspectivas históricas, actuales y de proyección al futuro El concepto de ciudadanía tuvo un doble origen: griego y romano. Para los griegos antiguos la ciudadanía se vinculaba con participar en los asuntos públicos de la ciudad, para los romanos, en cambio, era un derecho que Roma le otorgaba a los individuos, era una relación social que vinculaba a los miembros de una comunidad política y se manifestaba en la participación en las instituciones de la sociedad y en las decisiones sobre los asuntos comunes. La visión romana del concepto de ciudadano dio lugar, muy posteriormente en la historia, a la idea del ciudadano como sujeto de derechos. Este concepto fue

1 Coordinadora de Gestión del Conocimiento del Departamento Empresa & Comunidad de Fundación Compromiso.

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evolucionando en las distintas etapas históricas y adquiriendo una complejidad creciente. La idea de ciudadanía propia de la modernidad remitía la acción de las personas al interés general, al beneficio colectivo, en una sociedad que coincidía con el estado nacional. Era una sociedad con fronteras geográficas, lingüísticas, étnicas y culturales. Desde una mirada más actual, la ciudadanía está configurada por tres elementos cuyo análisis nos permite distinguir la calidad de la misma:

1) En primer lugar, la ciudadanía es una PERTENENCIA, es la afinidad de un individuo con su comunidad, generalmente a través de sus referencias culturales. Pertenencia es identificación que da origen a la identidad. Si pertenezco a una comunidad me incluyo. Pertenecer es construir lazos, es reforzar los vínculos con las demás personas dentro de una sociedad abierta. La ciudadanía responsable debe proponerse el desafío de la interculturalidad,

la construcción de una sociedad plural, inclusiva también de los “diferentes”. En nuestro contexto regional, grandes sectores de la población están excluidos del sistema educativo o del trabajo, y por lo tanto tienen claramente afectados su rol de ciudadanos como pertenecientes a una comunidad.

2) También ser ciudadano es poseer un ESTATUS, o sea tener una posición en

una sociedad que otorga derechos y obligaciones. Desde este enfoque, el reto de la ciudadanía responsable es el de construir una sociedad donde los derechos sean para todos los integrantes de la misma y no sólo el privilegio de algunos. La defensa por los derechos de las personas, sobre todo los derechos sociales que responden a las necesidades más primarias de los seres humanos y dan lugar a la posibilidad de una vida digna para todas las personas es la forma de garantizar una sociedad sin “desiguales”, o sea sin ciudadanos comúnmente denominados “de segunda” por la falta de cobertura de sus derechos básicos a la alimentación, a la vivienda, a la educación, etc.

3) Por último, otro modo de entender la ciudadanía es considerarla como la

capacidad de tomar parte y actuar en las decisiones que afectan a la comunidad, o sea, la PARTICIPACIÓN EN LOS ASUNTOS PÚBLICOS. Participar es compartir un proyecto social que busca el bien común. La ciudadanía responsable contribuye a fortalecer el marco de la democracia. Un ciudadano pleno es alguien que ejerce activamente su rol de partícipe en la vida de la comunidad.

En el abordaje de la idea de ciudadanía también aparecen ligados de manera indisoluble los siguientes conceptos: UNIVERSALIDAD y RESPONSABILIDAD. Si hablamos de sujetos de derechos, hablamos de universalidad en la posesión de los mismos, o sea de su aplicabilidad a todas y cada una de las personas, independientemente de cualquier atributo de la misma. Por otro lado, la responsabilidad implica el sentirse llamado a dar respuesta por el otro, el sentirse implicado en la situación de las personas que nos rodean y el cuidarnos o cuidarlos, reconociendo que todas las personas somos vulnerables y que lo que nos distingue es la posibilidad de ayudarnos unos a otros. Los seres humanos somos los únicos entre todos los seres vivos que tenemos la particular atribución de conmovernos frente al sufrimiento y de admirar el valor de una vida. Indignación frente

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a lo injusto y asombro ante los misterios de la vida son dos emociones exclusivamente humanas. En síntesis, las prácticas de voluntariado corporativo que asuman el fin de trabajar por la ciudadanía responsable tienen por delante la enorme tarea de transformar una sociedad que, en mayor o menor medida, tiende a excluir, a crear “desiguales” o sea, ciudadanos de segunda, y objetos pasivos de las decisiones políticas, en una nueva sociedad que pueda caracterizarse como inclusiva, igualitaria y con una democracia activa. Hasta aquí un primer recorrido teórico, pero les propongo que avancemos un poco más y nos atrevamos a enraizar estos temas en la propia esencia de las conductas que nos definen como seres humanos. Hanna Arendt define al hombre como “un ser condicionado, para el que todo lo dado o hecho por él se convierte en una condición de su propia existencia, (…) el hombre no es constituido de una vez y para siempre, él permanentemente está cambiando su propia condición”. El hombre cambia sus condiciones mediante la labor (vinculada con la vida biológica: nacer, crecer, etc.), el trabajo (la creación humana, el arte, la técnica, etc.) y la acción. La acción -junto al discurso- son las dos condiciones humanas que vinculan a las personas unas a otras, que dan lugar a los intereses mundanos y que se caracterizan por ser impredecibles e ilimitadas. Las prácticas de ciudadanía, las prácticas de voluntariado son “acciones” humanas, desde la definición que plantea Arendt, que toman “la vida como valor supremo” y como puede haber ilimitadas maneras de entender este desafío, requieren estar sujetas constantemente a su revisión crítica. También los pedagogos, que trabajan sobre como educar en los valores más trascendentes de las personas abordan el concepto de ciudadanía, algunos relacionándola con la convivencia y otros con la posibilidad de ser concientes de que las personas humanas somos las únicas que podemos cambiar nuestro destino, lo cual nos agrega una capacidad superior pero también un problema porque implica la necesidad de asumir que debemos hacernos cargo de “construirnos” como ciudadanos. Javier Río, vincula ciudadanía a convivencia justa, dice que enseñar ciudadanía es dar elementos para la vida en común, “enseñar a convivir es enseñar a saber qué hacer con el deseo y que hacer con el poder, enseñar a conocer las reglas de la convivencia, a tener actitudes racionales, cognitivas, críticas frente a estas mismas reglas. Se trata de construir una ciudadanía democrática participativa, conformada por un sujeto social pluralista, que vaya más allá de la tolerancia entre distintos y busque la posibilidad de compartir proyectos comunes, se busca el cuidado solidario del otro”. Convivir es superar la tolerancia y reconocer a los otros como mis iguales, aún con sus diferencias. La educación ciudadana, para Paulo Freire necesita basarse en la educación del saber pensar críticamente. Uno de los primeros saberes es entender que la presencia de cada persona es con otra, entonces la presencia se va convirtiendo en convivencia, es intentar que el estar “en contexto” se vaya volviendo “estar con él”, es el saber que el futuro es para nosotros un problema, un algo a resolver y no un destino inexorable. Rescata Freire el papel del hombre como “Mi papel en el mundo, como subjetividad curiosa, inteligente, interferidora en la objetividad con que dialécticamente me

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relaciono, no es sólo el de quien constata lo que ocurre sino también el de quien interviene como sujeto de ocurrencias”. Edgar Morin, ha desarrollado un conjunto de propuestas que permiten educar al que él denomina el “ciudadano planetario”. Se ocupa del ciudadano del futuro, aquel al que hay que ayudar a construir desde un voluntariado comprometido con el cambio social, y desde ese punto de vista, debemos adquirir como ciudadanos siete nuevos saberes:

Saber que todo conocimiento conlleva error e ilusión, que no hay nadie que posea el conocimiento absoluto

Garantizar la adquisición de conocimientos pertinentes, saberes contextualizados, que aborden lo general y lo particular

Enseñar la condición humana, la complejidad de las personas que se desarrollan en el plano físico, intelectual, afectivo y moral

Enseñar la identidad terrenal y la perspectiva planetaria Enfrentar las incertidumbres propias del conocimiento humano Enseñar la comprensión, a través de la empatía con los demás. Construir y respetar una ética válida para todo el género humano.

El voluntariado corporativo y el logro de una ciudadanía responsable Las acciones humanas como las del voluntariado tienen que pensarse desde tres ángulos: a) los sujetos de las acciones, b) la acción propiamente dicha y c) el espacio donde se realiza. Los sujetos de la acción voluntaria son el voluntario junto el destinatario de cada acción, la acción es la relación horizontal que entre éstos se genera y que provoca cambios tanto en el voluntario como en el destinatario, El espacio es el escenario social donde se llevan a cabo las acciones voluntarias que es el continente de esas acciones y a su vez es el que permite darle a cada acción una proyección que se irradia hacia otros espacios. Los atributos comúnmente reconocidos como deseables en las personas que realizan voluntariado son:

a) Sentir el voluntariado como una clara opción personal, b) Ser personas responsables con su familia, en su trabajo, en su entorno social, c) Practicar un espíritu crítico buscando trabajar sobre los problemas más críticos

para lograr una sociedad mejor, d) Están dispuestos a dejarse “interpelar” por lo que se genera como resultado de

su opción Partiendo de un conjunto de indicadores de calidad de las acciones voluntarias ya establecido, podemos adaptarlos para que los mismos sean una herramienta útil de aplicar cuando reflexionamos en los programas de voluntariado corporativo. Estos indicadores expresan la posibilidad de aproximarnos -si estos programas e iniciativas están enmarcados en una empresa proactiva y socialmente responsable- a la efectiva construcción de ciudadanía responsable: 1. El voluntariado necesita descubrir la complejidad de los procesos sociales. La multicausalidad de los problemas sociales es un factor que debe ser reconocido por el voluntario para que los programas puedan trascender una mirada ingenua sobre el impacto de su tarea. Ningún programa de voluntariado corporativo por sí mismo resuelve todos los problemas de una comunidad pero si a esto se agrega la

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fragmentación y falta de articulación de estas iniciativas, nos alejamos aún más del objetivo planteado anteriormente. 2. Estos programas, más allá de su diversidad de alcance, localización, destinatarios, etc. tienen un fin ético indelegable que da sentido a su accionar. Está ligado con trabajar a través de esas acciones concretas hacia un fin más trascendente como es la dignidad de las personas y sus posibilidades de aumentar sus márgenes de libertad. Sólo vale la pena ayudar a un enfermo en un hospital o pintar las paredes de una escuela si con ello avanzamos hacia causas que trascienden la inmediatez y contingencia de estos actos. 3. Para que sea una iniciativa que aporte a la ciudadanía responsable, la opción de un voluntario de sumarse a un programa que le proponen desde su ámbito laboral debe suponer la convergencia de tres motivos igualmente valiosos: su propia autoestima, la solidaridad con los grupos o comunidades con los que se vincula desde el programa y el compromiso de trabajar por una sociedad más justa, sin este último aspecto no se refleja cabalmente en ninguna acción voluntaria el sentido de ciudadanía. 4. Los asuntos públicos no son exclusivos del Estado, los programas de voluntariado corporativo actúan también en la esfera de lo público porque buscan el bien común, pero no deben de ninguna manera reemplazar ni competir con la administración estatal. Los esfuerzos por construir una sociedad mejor pueden y deben coordinarse entre todos los actores de una sociedad, pero no debe soslayarse el rol central del Estado en este tema. 5. El voluntariado corporativo es una actividad de equipo, para bien o para mal, los resultados no son propiedad de nadie en particular sino que surge de la capacidad y el esfuerzo de todos los involucrados en el programa. En el voluntariado corporativo no sólo ejercita su ciudadanía el grupo destinatario del programa, sino que también ejercen su ciudadanía los propios voluntarios y la empresa que los convoca y contiene. 6. Para construir ciudadanía el voluntariado corporativo requiere de calidad humana y competencia técnica, a la sensibilidad social (corazón) se la debe acompañar de un espíritu crítico (cabeza) y una caja de herramientas metodológicas y conceptuales que permitan desarrollar prácticas eficaces (pies en la tierra), sobre todo cuando están en juego las oportunidades de una mejora de las condiciones de vida en los destinatarios. 7. Un camino que hay que recorrer con más firmeza es aquel que enlaza a los programas de voluntariado corporativo con los sectores más empobrecidos, los sectores sociales más postergados, los que -si bien no siempre están cerca físicamente de las empresas- son claramente los primeros a considerar en las prioridades de todo actor que quiera construir ciudadanía responsable. 8 Los programas de voluntariado corporativo que construyen ciudadanía conjugan el aporte de la empresa, de sus empleados y de profesionales que están entrenados para cumplir una tarea social en un marco de diálogo y construcción participativa con los destinatarios de los programas. 9. La prudencia es pensar antes de actuar, los programas de voluntariado corporativo no son acciones aisladas, tiene objetivos, plazos, evaluaciones. El voluntariado que aspira a construir ciudadanía debe organizar y disciplinar su acción. 10. La ciudadanía responsable requiere de una actitud de reciprocidad de parte de los voluntarios corporativos, no se trata de ver a los programas como contribuciones desde los que tienen tiempo y ganas hacia los que no tienen nada y necesita todo,

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sino de un proceso lento, con altibajos, a veces ambivalente y difícil, pero claramente necesario hacia un crecimiento ético y como personas de todos los involucrados en el programa. Encontré en mis lecturas esta historia que refleja el mensaje de este artículo. Ante la pregunta de alguien acerca de un grupo de personas desconocidas, Pablo Neruda dijo “no los conozco, pero son míos”. Especialmente en nuestro contexto latinoamericano, la ciudadanía responsable es aspirar a transformar el dolor ajeno en dolor propio y las oportunidades de algunos en realidades para todos. Referencias bibliográficas Aranguren Gonzalo, Luis. Ponencia “Ciudadanía y Participación”.2000 Cortina, Adela. “Conferencia del Congreso del Voluntariado” en Granada. Dic 2005 Cortina, Adela. “Democracia, ciudadanía y los límites de la convivencia”. 2000 Fava, Gladys. “Ética y ciudadanía”.2000 Fundación para el Desarrollo Solidario. Revista Ciudadanía N°23. Mar 2002 Fundación Prohumana. “Voluntariado y participación ciudadana”. García Inda, Andrés. “Ciudadanía y voluntariado”. Mar 2004 García Roca, Joaquín. “La identidad del voluntariado. Decálogo para una búsqueda”. 1994 Morin, Edgar. “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”, publicado en El País Digital y en Revista UNID@S. Ago 2005 Soto Castellanos, Justo. “La condición humana en Hanna Arendt”. Ago 2006 Zambrana, Lourdes. “El voluntariado en cuestión”

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El Voluntariado como Ejercicio de Ciudadanía Enrique Valiente Noailles (*)(**)

Buenos días a todos. No puedo evitar en estos 10 minutos de exposición dejar de expresar básicamente dos cosas: - Primero, mi admiración profunda por lo que hace el voluntariado en la Argentina,

por lo que hace la sociedad civil en forma voluntaria, sin la cual uno se pregunta qué sería de este país. Qué sería de este país si hubiera estado orientado exclusivamente a políticas públicas sin la intervención de los ciudadanos y de las ONGs en la vida cotidiana.

- Lo segundo que me propongo es intentar hacer una reflexión sobre la significación real y simbólica de lo que quiere decir “voluntariado”.

Voluntariado en la Argentina quiere decir mucho, porque contrarresta un problema de voluntad, que es el problema central de nuestro país. Lo que la Argentina tiene en el fondo es precisamente un problema de voluntad. Es un problema de decisión sobre su propio tener. Si uno se pregunta ¿por qué esta situación en la Argentina hoy en día? ¿Es que la Argentina quiere pero no puede? Es decir, ¿esta haciendo todo lo posible y sin embargo no puede? O tal vez el dilema en la Argentina es inverso: es que puede, tiene todas las posibilidades y, en el fondo, no quiere. Digamos, ¿es un problema de voluntad o es un problema de imposibilidad? Yo creo que el problema de la Argentina es un problema netamente de voluntad porque los recursos los tenemos desde hace mucho tiempo y por eso me parece que el voluntariado pega en el corazón exacto del problema de fondo de la Argentina. Es decir, el voluntariado es la tarea de construcción de comunidad que emprende en forma espontánea y desinteresada el voluntario y es allí donde se encuentran milagrosamente esas dos categorías que en la Argentina corren por caminos separados; que son el deber y el poder. El voluntario quiere transformar la realidad y lo logra dentro de su ámbito elegido de acción. ¿Por qué es tan importante la voluntad? ¿Qué es lo que subyace a la idea del voluntariado? Todo voluntariado supone voluntad pero fundamentalmente supone buena voluntad. Y acá quiero traer una línea de Kant, nuestro maestro alemán del pensamiento, que dice: “De todo lo concebible en el mundo e incluso fuera de él, nada existe realmente que se pueda considerar bueno excepto la buena voluntad. La inteligencia, el ingenio, la facultad de juzgar y otros talentos del espíritu son dotes de la naturaleza que pueden llegar a ser extremadamente malos y funestos si la voluntad que debe ejercitarnos no lo hace”. Digamos, todas las virtudes que no están vehiculizadas por la buena voluntad no son virtudes.

(*) Enrique Valiente Noailles es Licenciado en Filosofía y Presidente de Fundación Compromiso. (**) Esta ponencia formó parte del programa del Primer Encuentro de Voluntarios Corporativos organizado por Fundación Compromiso en alianza con la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (Amcham) el día 2 de diciembre de 2004 en la Ciudad de Buenos Aires.

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Esto es aplicable también a nuestro país. De nada sirven todos los recursos que puede tener nuestro país, y sabemos siempre que nuestro país es un país rico, ya es una constante decirlo, ¿no es cierto? Pero todas las riquezas no sirven si no están vehiculizadas por la voluntad. Es decir, la buena voluntad es el vehículo diferencial de transmisión de la virtud personal. Y la buena voluntad, el cuidado desinteresado con el otro, la búsqueda de igualdad y justicia es el vehículo de transmisión de la virtud comunitaria. Ahora, la modernidad distingue entre la persona y el ciudadano. La persona tiende a una vida feliz en forma individual pero como ciudadana intenta construir una convivencia justa. Ser ciudadano en este sentido difiere de ser un mero habitante del país. Ser ciudadano no se nace, se hace. Es una construcción, es una aptitud activa, valga la redundancia. No es un acto pasivo. Se deviene ciudadano, no se nace ciudadano. Y se deviene un gran ciudadano en particular con una actividad como la que hoy estamos analizando: la actividad de voluntariado. El voluntario es ciudadano en cuanto participa de los asuntos públicos que no le conciernen en su esfera inmediata pero se ocupa de aquello a lo cual no está obligado ocuparse. Y en tanto el voluntariado es constante y es un compromiso de largo aliento, rompe con una de las cosas que conspira contra la participación de la ciudadanía en nuestro país que es esa forma espasmódica, azarosa y aleatoria de participación y a la vez esa forma puramente reactiva de participación. El voluntariado es exactamente el inverso porque es constante y activo. Es una forma de madurez ciudadana que va más allá de la impulsividad pura. Pero además, yo creo que es una forma de rebelión ante lo real. Yo creo que nuestro país necesita, en el sentido más profundo del término, rebelarse contra su destino. Esta forma de rebelión ante lo real es una forma de rebelión constructiva, porque el blanco número uno del voluntario es el statu quo. Déjenme hacer cinco reflexiones adicionales sobre lo que yo creo que es el impacto real y simbólico de la tarea del voluntariado. Por su acción, el voluntario está yendo mucho más lejos que aquello a lo cual está destinado su esfuerzo, su tiempo, su conocimiento o su talento. Primero el voluntariado es mucho más que un intento de tapar un hueco dejado por el estado. No es una forma de compensación sino que es una forma de plenitud expresiva del intelecto. Pero fuera del impacto inmediato de esta acción, la eficacia simbólica del acto se extiende en círculos concéntricos sobre la sociedad generando el activo que más, tal vez, sepamos nuestra sociedad hoy que es, la confianza mutua. Por lo tanto sin la confianza mutua no se puede construir una sociedad. El voluntariado ayuda a cimentar ese adherente invisible que cohesiona la sociedad que es la confianza. El voluntariado es la dimensión de un lazo social de otro orden: es un hilo que cose de modo diferente la convivencia entre las personas que pertenecen a una comunidad y esto va fundamentalmente a las personas como fines en si mismos y no como medios. Es la comprensión profunda de la idea del otro, es la función del otro como una responsabilidad dentro de la propia existencia. A la vez, el voluntariado es la zona en la que impera una lógica diferente a la de la economía política y de la plusvalía. Es una lógica diferente que instituye un lazo social diferente. Es una salir en busca del otro pero no solo a dar, y esto es importante, no solo a dar sino a intercambiar. Es decir, intercambiar es tanto o más importante que dar, es abrir la posibilidad al otro para que a su vez también nos de. El voluntariado es

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una forma de intercambio social no económica, es una forma de intercambio simbólico de dones y contradones. Es una forma de responsabilidad, responsabilidad quiere decir de algún modo responder, es hacer algo por la propia voluntad no por la obligación ni por la fuerza. Es algo que comienza más allá de las leyes y de las obligaciones. Y toda responsabilidad es algo interesante porque toda responsabilidad es una zona de coincidencia puntual entre la necesidad y la libertad, entre la obediencia y la libertad. Porque no es solamente cumplir por la expectativa que la sociedad tiene sobre uno sino ir más lejos y es escuchar otra cosa. Es escuchar un llamado interior. Es responder a un fantasma interior. Es una zona donde se conjuga la obediencia a un mandato interior junto con la libertad de emprender una acción exterior. Es una zona de coincidencia, en síntesis, entre la obediencia y la libertad. Finalmente, yo creo que el voluntariado es una expresión de fe. Fe en el sentido laico porque ¿qué estamos haciendo cuando hacemos algo en lo que creemos? ¿Qué estamos haciendo en el fondo cuando hacemos algo que creemos? Lo que estamos haciendo es crear la imagen del hombre tal como creemos que tiene que ser. Porque el hombre no está decidido. En la tierra no hay nada, no hay una naturaleza humana que ya venga decidida, la naturaleza humana es una conclusión, no existe a priori. Somos nosotros los que decidimos con nuestra acción día a día lo que creemos es un hombre, lo que creemos es un ciudadano. Eso no existe a priori, es una construcción. Por eso digo que es una situación de fe.

Y a la vez yo creo que lo que mueve más profundamente la tarea del voluntariado es la sed de justicia. Y nuevamente vuelvo a Kant. Dice Kant “si la justicia desaparece, la vida del hombre en la tierra carece de valor”. El voluntariado, yo creo que es la apuesta exactamente inversa. Es la apuesta a que la vida del hombre en la tierra tiene valor, y tiene valor porque es aquello que nosotros mismos elegimos dar.

Muchas gracias.

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Voluntariado corporativo: mucho más que un impulso solidario.

Mariana Lomé 1

Desde Fundación Compromiso elegimos definir al voluntariado como una práctica en la que las personas se comprometen a aportar su conocimiento, tiempo y talento a una causa social. En el caso del voluntariado corporativo, estas actividades se desarrollan desde la promoción y facilitación de una empresa. Las definiciones son claras, y, como muchas veces nos señalan, orientadoras e inspiradoras. Pero a la hora de convertirlas en programas de trabajo concretos, se pueden encontrar dificultades, trabas o experiencias que no dejan conformes a sus protagonistas. Cuando eso sucede, se pueden revisar los planes de trabajo, los perfiles de las personas e instituciones involucradas, los tiempos. Pero nuestra experiencia nos señala que la mayoría de las veces las trabas tienen que ver con que, sencillamente en el “hacer” nos vamos olvidando de un aspecto trascendental, de largo plazo, que implica el trabajo voluntario. Pensar en ese aspecto “macro” puede permitirnos volver a la actualidad con renovados bríos para hacer ajustes, continuar o iniciar un compromiso de la magnitud de un Programa de Voluntariado Corporativo – aunque el programa sea incipiente y pequeño en sus dimensiones más concretas: participantes, presupuesto, etc.-. Cuando hablamos de voluntariado en general y de voluntariado corporativo en particular hablamos de un compromiso con los otros, de solidaridad, de devolver algo de todo lo que hemos recibido. Pero más allá de todo eso, hablamos de construir comunidad y de practicar, en vivo y en directo, la construcción de ciudadanía. El voluntariado como “bien público” Comúnmente, las organizaciones sociales trabajan con recursos que la comunidad les aporta, manifestándoles confianza en su capacidad para generar un cambio positivo. Por eso, aparece como algo lógico y esperable a la vista de todos los involucrados – donantes, donatarios, organismos de control – a las que la organización receptora de la donación, debe rendir cuentas sobre el ingreso y egreso de fondos en función de las tareas desarrolladas y declarar las donaciones en especie recibidas. Sin embargo, la importancia de rendir cuentas con respecto al uso que se hace del tiempo y los talentos de las personas voluntarias no aparece tan manifiesta. Las organizaciones saben que los necesitan y muchas llevan la cuenta de cuántos voluntarios tienen y cuántas horas dedican, muchas se ocupan de agradecerles y mostrarles cuál ha sido su aporte a la Misión, pero... ¿cuántas organizaciones se preguntan (y preocupan) por prever en qué condiciones van a devolverle a la sociedad este recurso que se les ha otorgado?, ¿alcanza con decir que los voluntarios ayudan a mejorar la calidad de vida de muchas personas? Las organizaciones se concentran en mejorar la vida de las personas que atienden, pero ¿se preguntan cómo impacta la tarea voluntaria en la vida de los propios voluntarios? 1 Directora Ejecutiva de Fundación Compromiso.

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Desde el voluntariado social, si pensamos también que, más allá de la causa específica que atienden las iniciativas sociales, uno de los aportes que deberían realizar las organizaciones tiene que ver con construir y enriquecer el capital social, el sentido de comunidad y la cultura democrática, podemos animarnos a pensar el trabajo con voluntarios desde una perspectiva mucho más amplia que la de obtener mano de obra “gratuita” para la ejecución de un proyecto en particular. En este sentido, desde un voluntariado corporativo, la empresa que apuesta al desarrollo de su programa de voluntariado, también debe ser consciente de que en este espacio de articulación entre la organización social, la empresa, sus empleados convertidos en voluntarios y la comunidad asistida, está generando un compromiso corporativo con la comunidad desde el aquí y ahora del proyecto…pero también está generando a futuro, en sus propios empleados, la posibilidad de desarrollarse como personas en un sentido mucho más profundo del que tal vez imaginó en un primer momento. En su libro “El mal samaritano”, Helena Bejar sostiene que “… en el seno de las organizaciones se tendrían que templar las virtudes cívicas: la autodisciplina (para persistir en el compromiso), la lealtad (para conectarse sentimentalmente a la sociedad), la capacidad de colaboración (para el trabajo en equipo y el cuidado al necesitado), el valor de una reciprocidad que trascienda el altruismo condicionado (yo te ayudo a ti si tú me ayudas a mí), y la fibra moral de la interdependencia, que desplaza el comportamiento autointeresado. En resumen, todo lo que constituye el capital social que está en la base de una actitud abierta a la confianza en la sociedad y la cooperación en la organización.”2 ¿Qué empresa u organización no desea hoy en día poder decir que su gente, sus equipos, ponen en práctica día a día estas virtudes? Una situación “ganar-ganar…ganar-ganar-ganar…” Así, si todos estamos haciendo bien nuestra parte, nos encontraremos frente a un enriquecido modelo de situación “ganar-ganar” (5 veces ganar): Quienes se ven beneficiados por el desarrollo de un programa de voluntariado corporativo que tenga el norte del largo plazo, de la responsabilidad y de la construcción de ciudadanía, podremos decir que son:

I. La causa y las personas atendidas

II. La organización social receptora del programa III. El propio voluntario

IV. La empresa

V. La sociedad

I. La causa y las personas atendidas: Porque percibirán cambios y mejoras en su calidad de vida, porque podrán experimentar sentimientos de encuentro, de ser importante para un “otro”, de 2 Béjar, Helena (2001). “El mal samaritano. El altruismo en tiempos del escepticismo”. Ed. Anagrama, Colección Argumentos, Barcelona, España.

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interactuar con personas con las que quizás por su situación de marginalidad ya no son parte de su entorno cotidiano, disminuyendo así las brechas sociales. II. La organización social receptora del programa: Porque podrá contar con un recurso humano calificado y estable en el compromiso asumido, capaz de acercar recursos que pueden estar muy lejos de la organización. Pero sobre todo, porque si la organización es capaz de sostener este espacio de articulación, será una organización percibida por el entorno con una capacidad muy fuerte de interactuar con el mundo del mercado desde un lugar de intercambio entre pares, con profesionalismo (aunque sin perder la pasión!) y con verdadera vocación de ser una organización “de puertas abiertas”. III. El propio voluntario: Porque podrá atravesar nuevas instancias de aprendizaje y entrenamiento, que afiancen sus capacidades profesionales, comprender la lógica de las organizaciones sin fines de lucro, desarrollar su flexibilidad para esto. Puede reafirmar su vocación y su capacidad de liderazgo, y también encontrar un espacio de reconocimiento frente a la comunidad, su familia, sus superiores, sus colegas. IV. La empresa: Porque estará comprometiéndose con la problemática de la comunidad a través de sus propias personas, tendrá una mirada desde adentro de los problemas y de las posibles soluciones de largo plazo en las que podrá involucrarse. Porque estará dando una prueba más que tangible de su interés por ser parte de una comunidad proactiva frente a los problemas sociales. Porque sus empleados podrán poner en práctica sus valores y habilidades. V. La sociedad en general Porque aumenta la cantidad y calidad de actores sociales involucrados en resolver problemas, porque estos espacios generan integración y construcción de comunidad. Porque los problemas, los desafíos y las soluciones pasan a ser parte de la preocupación de todos. Porque se caen barreras entre las lógicas de los distintos sectores sociales y aumentan las probabilidades de que aumente la mutua comprensión. Y así, volvemos al principio: invertir tiempo, conocimientos, talentos y recursos de las empresas en los problemas sociales de nuestro país, es una manera integradora, comprometida y con visión de largo plazo sobre lo que significa un país con ciudadanos solidarios y responsables, generosos y efectivos, capaces de emocionarse sin perder la objetividad.

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Casos

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En la consolidación de la ciudadanía, las prácticas de los voluntarios corporativos.

Mariana Frenkel *

En las zonas fértiles y bien regadas, las plantas compiten entre sí por la humedad y el alimento; pero en las zonas más duras de la montaña, las plantas colaboran entre sí para subsistir.

Antoni Petrus Rotger.

¿Cuán valioso es el ejercicio de la ciudadanía para nuestra sociedad o para una comunidad? ¿Cuánto hay de la tarea de los voluntarios corporativos en el ejercicio de la ciudadanía? Estas son algunas de las preguntas que abren una profunda reflexión. En el siguiente escrito les contaremos acerca de un proyecto de voluntariado corporativo a modo de ejemplo y a través de él intentaremos responder algunos de estos interrogantes.

En el año 2006, el Departamento de Relaciones Institucionales y Dirección de Asuntos Regulatorios e Institucionales de TGS, convocó a todos los empleados de la compañía, a presentar proyectos sociales en el marco de su programa de voluntariado corporativo, que se desarrolló en cinco regiones donde se presentaron propuestas que estuvieron vinculadas a las comunidades en donde la compañía tiene actuación: Bahía Blanca, Capital Federal, Provincia de Buenos Aires, Neuquén, La Pampa y Río Negro; y Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. El Programa de Voluntariado Corporativo de TGS en su edición 2006 tuvo como objetivos centrales apoyar las iniciativas sociales de los empleados de la compañía, acompañar proyectos de voluntariado innovadores, con posibilidades reales de implementación, vincular a la compañía con las organizaciones de la comunidad a través de sus empleados, promover el trabajo voluntario aportando recursos humanos, tecnológicos y de gestión en el ámbito social y contribuir activamente en temas de agenda social. El proyecto “Taller de Producción Gráfica”, al que haremos referencia en este artículo, está enmarcado dentro del Programa de Voluntariado Corporativo de TGS. Los objetivos iniciales del mismo consistieron en armar un taller para capacitar en técnicas específicas de serigrafía y diseño gráfico a un grupo de adolescentes del Barrio Latino de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires. Como todo proyecto social nació de un problema y de la necesidad de buscar recursos, alternativas y soluciones para abordarlo. En este caso, un contexto difícil para los adolescentes protagonistas de este proyecto, marcado por la desesperanza y por la falta de capacitación y empleo en una edad, como es la de la adolescencia, caracterizada por la búsqueda de una identidad dentro de la comunidad.

* Coordinadora de Proyectos del Departamento Empresa & Comunidad de Fundación Compromiso, desde donde coordina el Programa de Voluntariado de Transportadora de Gas del Sur.

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De la mano de los objetivos iniciales, se fueron sumando otros vinculados a fortalecer la concepción del trabajo como eje ordenador de vida, fomentar la conformación de un grupo de trabajo cooperativo y lograr la sustentabilidad del proyecto a través de la inserción de lo producido en el mercado. El grupo específico de adolescentes que desarrollaron el proyecto fuera apoyado por otros que los acompañaron en estos procesos. ¿Quiénes fueron los que los acompañaron? Desde el sector público, un grupo de profesionales del Patronato de Liberados de la Ciudad de Bahía Blanca, junto con psicólogas y asistentes sociales; desde el sector privado, la empresa Transportadora de Gas del Sur y un equipo de voluntarios asistidos técnicamente y en alianza con el Departamento de Empresa & Comunidad de la Fundación Compromiso. Este equipo multiactoral se integró a partir del claro compromiso de ofrecerle a estos jóvenes nuevas herramientas y recursos para abordar su realidad. Es decir, convencidos de que la solución de los problemas de los ciudadanos precisan de la cooperación entre lo público y lo privado. Como dice Salvador Giner, la calidad del territorio depende, en parte, de la distancia existente entre la clase política y el pueblo. Este hecho nos obliga a pensar y construir un nuevo espacio en el que sea posible combinar políticas reales con la participación ciudadana y las acciones voluntarias, que conduzcan a optimizar los siempre escasos recursos con la ayuda y el esfuerzo de los mismos ciudadanos. La participación ciudadana y el voluntariado son eficaces estrategias para luchar contra la exclusión. Son, afirmaba Carme Turró (1991:81), “una forma de potenciar la cohesión social de una comunidad, de favorecer la existencia de una organización social fuerte que permita la construcción de respuestas de la misma sociedad”. El proyecto avanzó entre la generación del espacio del taller que fue cedido por la Sociedad de Fomento, la obtención de recursos de parte del programa de voluntariado de la empresa gestionado por el voluntario (como máquinas, elementos técnicos, el profesional que capacitó a los chicos) y las ganas de aprender y emprender de todos los jóvenes que participaron. En el recorrido de todo este proceso, en el armado del taller de producción de serigrafía, se tejieron a la vez nuevos vínculos y enlaces con otros proyectos similares de otras localidades, con otros aportes que surgieron del mismo voluntario, con la facilitación de otros miembros de la empresa para que la tarea del voluntario fuese posible, con iniciativas de socializar el proyecto en la municipalidad local por parte de las profesionales que intervinieron en el proyecto, y así con el entusiasmo, por un lado, y los traspiés que son también parte de la tarea del voluntariado, por el otro, se fue desarrollando el proyecto hacia la concreción de los objetivos. ¿Cómo contribuye el voluntariado a las prácticas democráticas? Siguiendo a A. P. Rotger (1), la ciudadanía implica un estatus jurídico que otorga un conjunto de derechos políticos, civiles y sociales a los sujetos que la poseen por nacimiento o por adquisición posterior. La ciudadanía la otorga el Estado, pero son los ciudadanos que comparten unos valores y unas pautas de comportamiento los que la hacen real.

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La democracia, además de un sistema de representación popular garante de la existencia de derechos civiles y políticos, es una manera de organizar la vida social que requiere de una auténtica participación de todos los ciudadanos.

La democracia no puede limitarse a depositar, cada cuatro años, un voto a favor de quienes deben representarnos. Más allá de la mera democracia representativa es preciso hacer realidad un derecho constitucional muy importante: la democracia participativa. Es necesario ampliar y perfeccionar la democracia representativa con la democracia participativa.

Y para ello uno de los caminos, lo ofrecen aquellos voluntarios que por propia elección asumen la concreción de este ejercicio. Ser vecinos comprometidos con su entorno.

Encontrar qué capacidades propias y qué recursos puedo articular para transferirlos y brindarlos a otros, genera un intercambio que produce el compromiso con la ciudadanía responsable y de manera más amplia, el paso hacia la democracia participativa.

Rotger, afirma que “ser pobre, es ser políticamente débil como consecuencia de la lucha por la supervivencia...y por el alejamiento de la ciudadanía. Frente a la pobreza siempre deciden los otros. En cierto modo, a los excluidos se les sustrae de la capacidad de participar, si bien son ciudadanos. Y ello, no debemos olvidarlo” (1)

Volvemos al grupo de adolescentes de nuestro proyecto, el taller de producción no solo les devuelve la capacidad para encontrar un oficio, un rol, un empleo sino también les está marcando que hay otros que les están tendiendo la mano para incluirlos, para que se apropien de ese ser parte de la comunidad, para que encuentren también un espacio donde poder concretar el ejercicio de derechos y deberes que poseen como ciudadanos. Fue entonces el proyecto, el taller, y fueron las profesionales, el voluntario, la empresa, la comunidad local, los actores capaces de protagonizar ese puente entre la necesidad y su resolución. Fueron todos actores que a través de su participación y de ejercer su ciudadanía han trabajado juntos para modificar el grave problema que dio origen al proyecto. Este es solo un ejemplo de los tantos que existen en la realidad de tantas comunidades y que necesitan de la libre iniciativa de los ciudadanos, organizados o no, que puedan poner en práctica propuestas sociales e intentarlas hacerlas realidad.

La democracia sin participación ciudadana es menos democracia. Mejor dicho, sin participación no hay democracia. (2)

En una sociedad multicultural como la nuestra, el objetivo de la democracia debe ir más allá de su significado clásico: debe posibilitar que las personas de diferente etnia, cultura, estatus económico, religioso e ideológico puedan convivir y compartir unos mismos espacios y valores.

Es decir, se tiene que hacer realidad la ciudadanía y la participación ciudadana en todas las esferas de la convivencia. (Rotger)

Los Voluntarios corporativos practican la ciudadanía La participación ciudadana es algo que se adquiere a lo largo de toda la vida. Debe iniciarse en la familia y hacerse realidad en la ciudad. La democracia se sustenta en la presencia de ciudadanos con voluntad de construir y mejorar la vida colectiva. (Rotger) Sin ciudadanos activos y responsables no hay democracia auténtica, afirman los profesores V. Camps y S. Giner.

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Practicando la ciudadanía se hace uno ciudadano. Solo participando de la ciudadanía nos convertiremos en ciudadanos libres, activos y demócratas responsables. Cualquier otra fórmula será menos eficaz que ésta, dice Rotger. Ciudadanía es un sustantivo al que habitualmente acompañan diferentes adjetivos (activa, participativa, responsable, multicultural, diferenciada, etc) posiblemente porque la ciudadanía tiene dos principales dimensiones: la política y la psicológica. La primera sería resultado del estatus legal, la segunda del sustrato psicológico, que implica la identidad y el sentirse miembro de una comunidad o grupo. Así es como la democracia se fortalece a medida que los ciudadanos se sienten y ejercen como tales. Participación ciudadana y voluntariado equivalen hoy a responsabilidad civil. La ciudadanía es como dice A. Cortina (1999), la base para reclamar derechos pero también para asumir responsabilidades cívicas. La ciudadanía debe ser activa, participativa y responsable, amparada en la legalidad, sin olvidar que las carencias formativas para ser buen ciudadano ya son, por sí mismas un factor de marginación y discriminación. Adquirir hoy una cultura de participación ciudadana equivale a un derecho educativo. (Rotger) Si decimos que la ciudadanía se aprende, que se necesita ser educado para ejercerla, que requiere de práctica para consolidarla, entonces podemos afirmar que las empresas que patrocinan en este caso puntual a los programas de voluntariado y que las acciones de los voluntarios, constituyen diferentes agentes de difusión, y de educación y que de esta manera ofrecen la posibilidad de enseñar este rol de ciudadanos activos y responsables a través de sus acciones. El efecto de contagio, de traspasar el entusiasmo, de abrir la comunicación entre actores diferentes y el efecto multiplicador que esta sinergia ofrece, se traslada hacia otros. Y necesitamos de tantos “otros”, para que el ejercicio de la ciudadanía se enseñe y se multiplique. En la trama interna de este movimiento parecería estar el fortalecimiento de la democracia participativa del que antes mencionábamos a través de Rotger. Tampoco se es ciudadano participativo o voluntario por decreto o por imitación. Si no se pertenece a un pueblo, sociedad o cultura por nacimiento, sino más bien por sentimiento y pensamiento, participación y voluntariado se adquieren también a través de la socialización, el convencimiento y la práctica. Ser participativo o ser voluntario no es algo que se adquiere o se logre por ley, sino por deseo. Se es voluntario por sentimiento y convencimiento. (Rotger) Con la mirada puesta en los voluntarios Los voluntarios son personas que reflexivamente llegan a adquirir una conciencia solidaria que les impulsa a actuar en colaboración con otras personas, con el objeto de despertar en ellas sus propias capacidades para mejorar su calidad de vida.(3) La acción del voluntario no intenta dar soluciones y traer las respuestas en una actitud paternalista. Busca, al contrario, movilizar las energías de cada hombre y mujer, de cada comunidad a fin de demostrar que es posible el diálogo, el acuerdo, la construcción de soluciones a los problemas que les afectan. Pretende con su acción y contacto despertar en las comunidades más desprotegidas su propia capacidad para generar transformaciones y mejorar su calidad de vida.(4)

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Cada época histórica tiene su relación entre lo público y lo privado. Entre el estado y la sociedad civil. El voluntariado es expresión de la sociedad civil de hoy, que cobra un determinado significado en función de esas relaciones. (Teresa Montagut, 2003) Impulsados por la necesidad de generar cambios, de aportar, de movilizar, de colaborar, los voluntarios expresan y practican su ciudadanía.

Ideas, objetivos, proyectos y acciones se movilizan. Vínculos entre actores diversos se construyen. Todos se benefician. Ahora si, podemos concluir que el voluntario es un ciudadano en ejercicio, en práctica y acción, inmerso en una democracia que lo representa y la cual ejerce. Con total derecho, y con amplia responsabilidad. Bibliografía: (1), Antoni, Petrus Rotger, Voluntariado y participación Ciudadana, Cap. 3, en Voluntariado: la Lógica de la Ciudadanía, Ed. Ariel S. A, Barcelona, 2003.

(2) Tomás R. Villasante, profesor de la Universidad Complutense de Madrid .Autor de obras como Las democracias participativas (1995), Cuatro redes para mejor-vivir (1998) y prácticas locales de creatividad social (2001)

(3) Mª Gabriela O. Allegrini, El Voluntario, Cap. 4 en Voluntariado: la Lógica de la Ciudadanía, Ed. Ariel S. A, Barcelona, 2003.

(4) Renes, V. y otros (1994): el voluntariado social, Editorial CCS, Madrid, P. 35

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La experiencia de “SUMAR Voluntariado” en SC Johnson & Son

Maximiliano Luft y Mariana Randrup1

Desde 2005, un grupo cada vez más numeroso de empleados y jubilados de SC Johnson & Son trabaja en actividades de voluntariado, en distintas organizaciones sociales de la Argentina, Chile y Uruguay.

Se trata del Voluntariado Corporativo SUMAR, una iniciativa de SC Johnson & Son que cuenta con la asistencia técnica de Fundación Compromiso. La misión de este Programa es promover un espacio para que todos puedan involucrarse genuinamente en la construcción de una sociedad mejor, a través del compromiso y el trabajo responsable y profesional con la comunidad.

A continuación, se describe la historia de la compañía, su visión sobre la responsabilidad social empresaria y el perfil de un Programa que crece cada día más, movilizado por el esfuerzo de sus voluntarios y de una compañía comprometida con su comunidad:

1. Acerca de SC Johnson & Son

SC Johnson & Son es una empresa familiar líder mundial en fabricación de productos para el cuidado del hogar, que ya cuenta con 49 años de presencia en el país. Desde que se instaló en la Argentina, en 1958, la compañía ha crecido hasta convertirse en el máximo referente en todas sus líneas de productos: ceras para pisos, lustramuebles, limpiadores, insecticidas, desodorantes de ambiente, bolsas y aprestos, entre otros. SC Johnson & Son de Argentina cuenta con más de 470 empleados, que trabajan en sus dos plantas industriales, ubicadas en Pablo Podestá y Parque Industrial Tigre, y en el Centro de Distribución Pacheco. La empresa provee a los mercados de la Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay y México, entre otros. SC Johnson & Son Inc. fue fundada en 1886 en Racine (Winsconsin, EEUU) y aún hoy conserva su carácter familiar, ya que es dirigida por la Familia Johnson, descendiente en quinta generación de Samuel Curtis Johnson, el creador de la compañía. Presente en más de 110 países, SC Johnson & Son emplea unas 12000 personas en todo el mundo. Con el compromiso de fomentar el bienestar de sus empleados, cuidar el medioambiente y contribuir con la comunidad en donde opera, SC Johnson & Son es reconocida por la calidad de sus productos, su constante innovación y la excelencia en el trabajo.

1 Maximiliano Luft pertenece a Fundación Compromiso y es el coordinador externo de Sumar Voluntariado para la Argentina y Chile. Mariana Randrup es Líder de Comunicación y Comunidad de la Gerencia de RRII de SC Johnson & Son de Argentina, y Coordinadora de Sumar Voluntariado para la Argentina.

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2. “This We Believe”: “En Esto Creemos”

En 1976, 200 delegados participantes de la Conferencia Mundial de Directores de la compañía, analizaron y ratificaron los principios básicos de SC Johnson, que la han guiado desde su fundación, en 1886. Esta declaración de principios llevó el nombre “This We Believe“ (“En Esto Creemos”), y afirma las creencias de la empresa y su compromiso con: empleados, consumidores y usuarios, público en general, países y comunidades donde opera y comunidad mundial. En relación con los países y comunidades donde opera, la compañía declara: Creemos que debemos contribuir al bienestar de los países y comunidades donde operamos comercialmente, y nos comprometemos a2:

Buscar activamente el consejo y el criterio independiente de ciudadanos de cada país donde operamos comercialmente, para proporcionar asesoramiento a la dirección de la compañía local e internacional.

Contribuir con el bienestar económico de cada país y comunidad donde operamos comercialmente.

Actuar con sentido cívico en nuestra actividad empresaria. Contribuir con el desarrollo social de cada país y comunidad donde operamos

comercialmente. Como expresión del último compromiso mencionado, la compañía participa en proyectos sociales, culturales y educacionales, que contribuyan a mejorar la calidad de vida. Mundialmente, la empresa tiene como principio relacionado con el “público en general”, la asignación de un porcentaje de las utilidades para contribuir con el bienestar de las comunidades donde opera.

3. La RSE en SC Johnson & Son de Argentina

SC Johnson & Son cuenta con un Programa Integral de Responsabilidad Social Empresaria (RSE) que auspicia, promueve y desarrolla distintas acciones que se focalizan, fundamentalmente, en las comunidades cercanas a sus plantas.

El Programa de RSE cuenta con cuatro pilares fundamentales: Educación, Salud, Promoción Social y Medio Ambiente, que se integran, a su vez, en el Programa SUMAR Voluntariado. Algunas de estas acciones de RSE son:

Educación

Programa Nacional Educativo “Uniendo Metas, jóvenes para el futuro”, junto con la Asociación Conciencia: su objetivo es estimular la formación en valores, destrezas y competencias para que jóvenes de todo el país puedan desempeñarse en su vida adulta.

2 Fuente: “En Esto Creemos”, el credo corporativo que sintetiza el compromiso de la familia Johnson.

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“Aprendiendo a Vivir Juntos”, se implementa desde julio de 2000 en nueve escuelas del Partido de Tres de Febrero. A través de herramientas de Internet, se promueve la integración y la cooperación de maestros y alumnos, en el área de las Ciencias Sociales.

Padrinazgo de la Escuela Nº 30, Presidente Carlos Pellegrini, del Partido de Tres de Febrero, la EPB N° 51 de Tigre, y del Jardín de Infantes Municipal Pepino el 88, de Pablo Podestá.

Premio anual a los tres mejores alumnos de la Escuela Nº 30 y de la Escuela Nº 52 del Partido de Tres de Febrero, para estudiar becados en el Colegio Alemán Ciudad Jardín, Gartenstadt Schule.

Salud

Entre otras iniciativas, SC Johnson & Son colabora con FLENI (Fundación para la Lucha contra las Enfermedades Neurológicas de la Infancia), A.E.D.I.N. (Asociación en Defensa del Infante Neurológico) y FUNDAMIND (Fundación Asistencial Materno-Infantil de Ayuda a Niños Carenciados y Discapacitados).

Promoción Social

Padrinazgo de la Asociación Civil Crecer-Crear, cuyo objetivo es desarrollar emprendimientos productivos que den participación activa y autosustentabilidad a jóvenes con capacidades diferentes. Conjuntamente, se inauguró “La Telesita” (Caseros), la primera fábrica de pastas artesanales, donde jóvenes con capacidades diferentes se integran y desarrollan, a través de una actividad laboral y de espíritu solidario.

Publicación de distintos libros que conforman la serie “La Historia de los Barrios del Partido de Tres de Febrero”.

Aportes periódicos de alimentos y productos de la compañía para la Iglesia Castelmonte-Cáritas, el Centro de Jubilados Siempre Unidos y comedores infantiles comunitarios.

Medio Ambiente

Auspicio de la carrera de Medio Ambiente en el nivel polimodal del Colegio Alemán Ciudad Jardín, Gartenstadt Schule.

A través de la promoción de programas de reciclaje de vidrios, latas y papel, SC Johnson & Son colabora con distintas instituciones, como por ejemplo, la Fundación Hospital de Pediatría Prof. Juan P. Garraham.

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Sobre la base del contenido de “En Esto Creemos, en SC Johnson se ha desarrollado una política de calidad, medio ambiente, seguridad y salud ocupacional.

A su vez, en SC Johnson & Son se instaló el concepto de ecoeficiencia y se están alcanzando importantes resultados:

Creación de una Lista Verde diferente (proceso de clasificación ambiental único en su tipo).

Utilización de materiales sustentables para proteger el medio ambiente.

Eliminación de RUMs (Restricted Use Materials).

Certificación ISO 9001 de Calidad.

Certificación ISO 14001 de Medio Ambiente.

4. La historia de SUMAR Voluntariado en Argentina La iniciativa de lanzar un programa de voluntariado corporativo surge en febrero de 2005, cuando la Gerencia de RRII y RRHH de SC Johnson convoca a Fundación Compromiso. El objetivo era diseñar conjuntamente una propuesta a la medida de la compañía, que lograse incorporar al perfil integral de RSE, una modalidad de voluntariado abierta a empleados y jubilados.

En este contexto, se tomaron en cuenta dos pilares fundamentales. Uno de ellos, vinculado con la historia, el perfil y la relación de la empresa con la comunidad. El otro, relacionado con los principios expresados en “En Esto Creemos”.

Además, el programa ha sido diseñado sobre la base de encuestas realizadas a los empleados durante el transcurso de 2005, como así también a los principales indicadores sociales de los partidos de Tres de Febrero y Tigre, y a las características de las organizaciones sociales que fueron invitadas a participar del programa. Por otro lado, también se tuvieron en cuenta las expectativas y los objetivos que la empresa expresó en función de una iniciativa de este tipo.

Luego, se definió la Política de Voluntariado de SC Johnson, en la cual se establecieron las definiciones generales y los objetivos del Programa:

Brindar un espacio de acción social para aquellos empleados y jubilados de SC Johnson & Son de Argentina que posean voluntad, iniciativa y motivación de contribuir con el desarrollo social.

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Potenciar el vínculo de los empleados y jubilados de SC Johnson & Son de Argentina con las comunidades próximas a las plantas de la empresa, como un modo de expresión de los valores corporativos.

Promover que los empleados y jubilados de la compañía se involucren genuinamente en la construcción de una sociedad mejor, a través del compromiso y el trabajo responsable y profesional con la comunidad.

Asimismo, se acordó desarrollar una prueba piloto de tres meses, con una modalidad que contemplaba actividades periódicas de voluntariado en cuatro organizaciones sociales cercanas a las plantas.

Para ello, la compañía puso a disposición hasta cuatro horas laborales mensuales para todos aquellos empleados que quisieran desarrollar actividades en el marco del programa.

Finalmente, en octubre de 2005, se presentó formalmente una prueba piloto del Voluntariado Corporativo de SC Johnson & Son de Argentina. El lanzamiento del programa contó con instancias de capacitación para organizaciones sociales y voluntarios.

En esta primera etapa, finalizada el 30 de diciembre del mismo año, participaron 27 voluntarios, entre empleados y jubilados, a quienes se denominó “voluntarios fundadores”. Todos ellos realizaron una importante tarea en las organizaciones sociales.

La instancia de evaluación conjunta realizada en diciembre de ese año, que contó con la participación activa tanto de los voluntarios como de las mismas organizaciones beneficiarias, permitió revisar y ajustar los canales de información y comunicación interna e introducir mejoras propuestas por los mismos protagonistas.

Sobre la base de las modificaciones e incorporaciones que surgieron a partir de la evaluación, se lanzó la etapa 2006, en la cual se sumaron actividades de voluntariado en nuevas organizaciones sociales. Un punto saliente de esta etapa fue la definición de la identidad del programa, a través del nombre SUMAR Voluntariado y su isologotipo (ver a continuación). Esta actividad contó con la participación de los mismos voluntarios y con la aprobación del Comité de Dirección de la compañía.

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5. Sumar Voluntariado en la región Con los mismos lineamientos fundacionales del Voluntariado en la Argentina, y teniendo en cuenta la consolidación del programa y su proyección regional, durante 2006 se implementó una prueba piloto en Santiago y Viña del Mar, promovida por SC Johnson & Son de Chile. El mismo Comité de Gestión de SC Johnson & Son de Chile definió una Visión de Programa orientada a la reducción de la brecha de desigualdad social en materia de educación. Por eso mismo, se seleccionaron dos Escuelas públicas como beneficiarias del Programa. La experiencia contó desde el principio con la asistencia técnica de Fundación Compromiso, tanto en el diseño como en el seguimiento y monitoreo en la implementación y la evaluación. Esta primera etapa se desarrolló entre los meses de agosto y diciembre de 2006 y contó con más de 25 voluntarios que desarrollaron talleres (lectura, arte, inglés, lenguaje), salidas recreativas, prácticas deportivas y actividades de mantenimiento. Estas actividades beneficiaron directamente a más de 300 niños de las Escuelas Alianza (Santiago) y Santa Julia (Viña del Mar).

Finalmente, y tomando como referencia el éxito de la prueba piloto en Chile, el Programa se relanzó en marzo de 2007. Durante este año, aumentó el número de voluntarios involucrados y se consolidaron las actividades previstas y planificadas con las Escuelas.

Por su parte, en Uruguay, el equipo de SC Johnson y Fundación Logros realizan desde 2005 distintas actividades de voluntariado. El objetivo es colaborar con la construcción y el armado de Huertas Orgánicas en escuelas rurales, que hasta el momento se han implementado en 9 escuelas.

En 2007, se incorporaron, también, montes frutales para ampliar la propuesta inicial de las huertas orgánicas.

6. SUMAR Voluntariado, hoy Ya en 2007, SUMAR Voluntariado atraviesa su tercer año consecutivo en la Argentina. Durante la evaluación integral realizada en el cierre de la etapa 2006, se detectó la gran madurez que han adquirido los equipos de voluntarios en su relación con las organizaciones, ya sea desde el compromiso, la dedicación y la constancia con la que se desarrollaron las actividades, como también desde el reconocimiento de las propias limitaciones a la hora de planificar nuevas actividades. A partir del crecimiento de los participantes como voluntarios, fue posible incorporar a las actividades periódicas en organizaciones sociales3, nuevas modalidades que

3 Esquema cerrado, basado en la elaboración de un cuadro de ofertas de actividades de voluntariado, según las necesidades identificadas conjuntamente con las organizaciones sociales participantes.

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contemplan la participación de equipos de voluntarios en proyectos sociales4 y en la realización de jornadas de trabajo voluntario5. A partir de estas incorporaciones, SUMAR Voluntariado se constituye como un programa mixto, orientado a la generación de diversos espacios de voluntariado para los distintos perfiles de voluntarios de SC Johnson, en función de sus distintas disponibilidades horarias, afinidades con determinada temática o causa social y habilidades personales. Actualmente, SUMAR Voluntariado cuenta con más de 50 voluntarios entre empleados y jubilados, que colaboran con las siguientes organizaciones: Crecer Crear, Escuela 51 de Tigre, Centro de Jubilados Siempre Unidos, Iglesia Castelmonte (Cáritas) y Asociación EMA (Esclerosis Múltiple Argentina), además de realizar diversas colectas con fines solidarios.

A continuación, se sintetizan las acciones realizadas en la Argentina, durante el período 2005 - 2007:

Centro de Jubilados y Pensionados Siempre Unidos:

Colaboración en la organización de eventos y tareas administrativas. Visitas anuales de contingentes de jubilados al club El Cortijo. Obra de Teatro de Polillas Portillo. Desafío de juegos de mesa entre jubilados de SC Johnson y jubilados

de Siempre Unidos. City tour por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Planificación y desarrollo de actividades conmemorativas por el 25

aniversario de la institución. Visita a Planta Podestá. Actividades de integración y articulación con otras instituciones de Pablo

Podestá y Caseros.

Cáritas Castelmonte:

Clases de apoyo escolar semanal para chicos de entre 9 y 14 años, todos los martes de 16.45 a 18 horas, en matemática, lengua y ciencias.

Dos salidas recreativas anuales (vacaciones de invierno y de verano), con todos los chicos.

Apoyo en inglés básico semanal, todos los jueves de 16.45 a 17.45 horas.

Escuela EPB N° 51 de Tigre:

4 Esquema de participación en el ciclo de diseño, implementación y evaluación de un proyecto social. 5 Esquema de trabajo voluntario integrado en una o dos jornadas anuales de intervención centrada en una causa o en necesidades de una organización social específica, a través del desarrollo de acciones puntuales.

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Mantenimiento de instalaciones. Reparación y puesta a punto del titiritero. Diseño de un Plan de evacuación para casos de emergencia, con sus

correspondientes simulacros y capacitaciones para docentes y alumnos.

Charlas de seguridad, higiene y medio ambiente a alumnos. Diseño e impresión del periódico escolar. Vistas anuales de todos los 6tos años a Planta Podestá.

Crecer Crear – Fábrica de Pastas La Telesita:

Análisis de consultoría para mejorar el aspecto comercial del negocio. Almuerzos periódicos con los jóvenes con capacidades diferentes. Obra de teatro de Polillas Portillo en el Centro de Jubilados y

Pensionados Siempre Unidos. Capacitación sobre Seguridad e Higiene. Visita a Temaiken. Visita a Planta Podestá.

Asociación de Promoción Social Evalú:

Apoyo escolar semanal. Organización de tareas administrativas y de archivo. Diseño de proyecto de huerta. Paseo a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con 13 mamás que no

conocían Capital Federal.

Jardín de Infantes Pepino 88:

Limpieza y mantenimiento de instalaciones. Acondicionamiento de las aulas. Reparación y pintura de juegos del jardín.

Asociación EMA (Esclerosis Múltiple Argentina):

Actividad de integración (show de magia y refrigerio) entre jóvenes con capacidades diferentes (fábrica de pastas La Telesita), pacientes de EMA y jubilados del Centro Siempre Unidos.

Acondicionamiento de las instalaciones del Centro de Día Caseros. Salidas recreativas con pacientes

Colectas (2007):

En lo que va del año 2007, se realizaron dos colectas, que fueron muy exitosas, gracias a la predisposición y la solidaridad de todos los empleados:

En abril, se logró enviar ayuda a los afectados por las inundaciones, en Santa Fe y Entre Ríos, a través de la Red Solidaria.

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En agosto, se recolectaron juguetes y libros, con motivo del día del niño. Luego, un grupo de voluntarios visitó el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y entregó la donación a dicha institución.

7. Algunas conclusiones SUMAR Voluntariado supone un claro ejemplo donde todos ganan:

El Programa ha permitido fortalecer la relación de la compañía con dos de sus principales grupos de interés: la comunidad y sus empleados y jubilados. También reforzó la estrategia corporativa de crear valor social, a través del involucramiento de los empleados y jubilados en acciones de bien común.

Las organizaciones sociales han recibido y reciben de la empresa y los voluntarios, tiempo, talento, voluntad, iniciativa y una variedad importante de recursos que necesitan para lograr sus objetivos.

Finalmente, los voluntarios han encontrado en esta experiencia un espacio para expresarse y compartir sus conocimientos, a través de la dedicación, la constancia y el compromiso con las organizaciones sociales y sus beneficiarios.

Todos han crecido, gracias al aprendizaje que motiva la experiencia. La compañía se relaciona de una nueva manera con su entorno, sus empleados y sus jubilados; las organizaciones sociales aprendieron a integrar a personas externas en su quehacer cotidiano, y los voluntarios encontraron una nueva manera de contactarse y manifestar su creatividad ante realidades diversas y muchas veces desconocidas por ellos mismos. En este sentido, es importante que el Programa SUMAR Voluntariado siga resultando un estímulo efectivo para la multiplicación de actividades vinculadas con las comunidades cercanas a las plantas de la compañía y, más aún, para el desarrollo de una estrategia de intervención integral con la comunidad. Hasta aquí, la experiencia del Programa ha sido un éxito.

Juntos, compañía, voluntarios y organizaciones sociales, seguiremos trabajando para… ¡Sumar Voluntariado!

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El Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social y la vinculación

con el Sector Privado Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

El Ministerio de Desarrollo Social de la Nación lanzó en el mes de agosto de 2003 el Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social “Manos a la Obra”, con el propósito de construir una estrategia social dirigida a mejorar la calidad de vida de las familias y que genere condiciones para lograr un desarrollo social y económicamente sustentable. El mismo busca promover la inclusión social a través de la generación de empleo y la mejora de los ingresos de las familias, potenciando los recursos humanos, naturales, culturales y económicos que se encuentran instalados en la comunidad, en un marco de equidad y participación social. En este sentido, el Plan “Manos a la Obra” se constituye como un sistema de apoyo a las iniciativas de desarrollo productivo y/o comunitario, enmarcadas en procesos locales de inclusión social, destinado particularmente a personas, familias o grupos de personas desocupadas o subocupadas, prioritariamente en situación de pobreza y/o vulnerabilidad social. Objetivos del Plan 1. Contribuir a la mejora del ingreso de la población en situación de vulnerabilidad social en todo el país. 2. Promover el sector de la economía social o solidaria mediante el apoyo técnico y financiero a emprendimientos productivos de inclusión social, generados en el marco de procesos de desarrollo local. 3. Fortalecer a organizaciones públicas y privadas, así como a espacios asociativos y redes para mejorar los procesos de desarrollo local e incrementar el capital social a nivel local y generar, al mismo tiempo, mayores capacidades y opciones a las personas, promoviendo la descentralización con la participación de los actores locales. El Plan Manos a la Obra brinda capacitación, asistencia técnica y apoyo financiero para la compra de herramientas, insumos y otras inversiones que se constituyan como capital de trabajo. Realiza también, actividades destinadas a la conformación de equipos técnicos y al fortalecimiento institucional de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales vinculadas con el desarrollo de capacidades de los microemprendedores, con la economía social y con el desarrollo del capital social.

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Componentes del Plan Primer Componente: Apoyo económico y financiero El Plan otorga financiamiento a proyectos productivos sustentables teniendo en cuenta la potencialidad que ofrece la actividad desde la perspectiva del perfil de desarrollo de la localidad. Considerando la heterogeneidad propia del sector integrado por los pequeños productores se ha previsto el desarrollo de diversas modalidades de financiamiento. Las mismas abarcan desde emprendimientos pequeños de autoconsumo hasta el apoyo a encadenamientos productivos o servicios a la producción de emprendimientos de mayor envergadura. Los instrumentos de financiamiento del Plan incluyen subsidios en sus distintas modalidades así como también fondos de crédito y microcrédito. Segundo Componente: Fortalecimiento Institucional El desarrollo de actividades productivas desde una perspectiva de desarrollo local en el marco de las políticas sociales, requiere la concertación y participación de todos los actores sociales y productivos en el territorio. En esta dirección, el Plan Nacional Manos a la Obra plantea un conjunto de acciones particulares destinadas a promover el desarrollo de espacios de encuentro, debate e intercambio. De esta manera, busca favorecer la realización de acuerdos intersectoriales que se constituyan en los cimientos de los planes de desarrollo local, así como también en el marco institucional en el cual se implementan las políticas sociales. Tercer Componente: Asistencia técnica y capacitación destinada a los emprendedores beneficiarios del Plan Las pequeñas unidades de producción y los distintos beneficiarios de los proyectos de desarrollo local y economía social, deben superar un gran número de dificultades para que deriven en beneficios económicos, sociales y comunitarios. Además de estar marginados del mercado de crédito formal, cuentan con escasas oportunidades para recibir algún tipo de formación que potencie su propia capacidad emprendedora. Muchos cuentan sólo con su propia capacidad de trabajo, así el resultado se ve reducido por la escasa formación general sobre el sostenimiento y organización de una actividad productiva. Otros, en cambio cuentan tal vez con bienes o insumos pero necesitan mejorar su situación, optimizando sus canales de producción y/o comercialización. En este sentido, el Plan Manos a la Obra prevé brindar acompañamiento integral y asistencia a todos los sectores mencionados para que puedan generar un impacto positivo sobre su nivel de ingresos y el empleo. Modalidades de intervención para el fortalecimiento de emprendimientos productivos: Hasta el momento se han apoyado 66.700 emprendimientos en los que trabajan 575.000 pequeños productores.

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La Secretaría de Políticas Sociales y Desarrollo Humano ha implementado líneas de apoyo con características diferentes. Todas apuntan a fortalecer el proceso de calidad de los productos o servicios.

a) Régimen de Monotributo Social Implica vincular al beneficiario positivamente a la economía formal, promoviendo su integración socioeconómica. Ésta también se realiza en el ámbito previsional, ya que se considera como trabajado el período de permanencia en el registro. También, este nuevo régimen permite a los beneficiarios la incorporación a una obra social a través del abono de un costo mínimo. A partir de esto, se puede establecer una nueva relación con el Estado, ya que existe la posibilidad de convertirse en proveedores del mismo y recibir asesoramiento o asistencia técnica. b) Programa de tutorías Las actividades de capacitación y asistencia técnica que brinda el Plan Nacional Manos a la Obra se llevan a cabo a través de la asignación de Tutores a los emprendimientos productivos financiados. Las actividades de tutorías son desarrolladas por profesionales provenientes de Universidades Nacionales y otros organismos tales como el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), que cuentan con la formación y el perfil adecuado según la naturaleza y tipología de los proyectos y localizados en los territorios donde se ejecutan los emprendimientos. c) Programa de calidad y certificación de emprendimientos productivos Con el apoyo del Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM) y la Federación Argentina de Municipios (FAM), la Secretaría de Políticas Sociales y Desarrollo Humano, ha puesto en marcha un programa, con el objeto de promover políticas y criterios de calidad productiva y organizativa del sector de la economía social apuntando a mejorar los ingresos y la calidad de vida de las familias, en el marco del fortalecimiento del entramado territorial. En este sentido, la certificación apunta a ser un instrumento de promoción, mejoramiento y consolidación de los emprendimientos en los aspectos técnico productivos mediante el mejoramiento de las prácticas, la incorporación de nuevas tecnologías y proponiendo el asociativismo y el encadenamiento de los emprendimientos. Se trata de conferir visibilidad no sólo a la calidad de los procesos y productos sino también a las condiciones sociales de su producción, esto es quiénes producen, además de qué y cómo producen. En este sentido, se apunta a construcciones conceptuales más abarcadoras e integrales que den cuenta de la trazabilidad del producto y de la trazabilidad social.

d) Responsabilidad Social Empresaria asociada a las políticas públicas: La situación social actual por la que atraviesa el país demanda acciones de responsabilidad social de los sectores que se encuentran vinculados directa e indirectamente a las políticas públicas. En consecuencia, la responsabilidad social implica un destacado esfuerzo para compatibilizar acciones, lógicas y acuerdos compartidos con el fin de trazar lineamientos que comprendan políticas que mejoren la calidad de vida de las personas. En este sentido, la responsabilidad social empresaria puede representar un gran aporte para dicho objetivo. Particularmente, en el ámbito de las políticas sociales, la responsabilidad social es de suma relevancia porque los sectores en donde se interviene se caracterizan por la precariedad y la urgencia de demandas como el empleo y la mejora de los ingresos. Para ello, el fortalecimiento de las actividades productivas emprendedoras es una estrategia central de la Responsabilidad Social Empresaria (RSE).

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El Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, a través de la Secretaría de Políticas Sociales y Desarrollo Humano, a partir de febrero de 2005 inició una convocatoria al sector privado, a fin de participar en una iniciativa de apoyo a la inclusión económica de emprendimientos estratégicos. La misma plantea la vinculación entre empresas y emprendimientos productivos o de servicios del Plan Nacional “Manos a la Obra”, seleccionados por su potencial para dar un salto cualitativo en su producción y sustentabilidad.

Con el objetivo de promover un desarrollo económico inclusivo, en el cual los emprendimientos adquieran un rol relevante, surgen como los desafíos más importantes, fortalecer los siguientes aspectos:

La Calidad de los productos. Es de suma relevancia compatibilizar la escala de la producción y la calidad de los productos. De este modo se permite la sustentabilidad del emprendimiento a través de la penetración en el mercado.

Fortalecimiento de la Comercialización. Identificando la competencia, los potenciales

clientes, la posibilidad de abrir nuevos mercados y las estrategias publicitarias. Esto logra superar los obstáculos que impiden una correcta capacidad de interacción con el mercado.

La Organización interna del grupo emprendedor. La planificación y la capacidad

operativa son los puntos centrales de esta problemática. En este sentido, la asignación y planificación de tareas, las formas de retribución y la asignación de roles, son aspectos significativos para las iniciativas que intentan pensar el mediano y largo plazo.

Considerando el rol protagónico de las empresas, sus aportes se orientan a fortalecer a los emprendedores en los siguientes aspectos: • A mejorar la calidad de producción; • A producir a mayor escala; • A promover nuevas estrategias de comercialización; • A generar nuevos mercados; • A afianzar procesos de planificación y organización.

Emprendimientos productivos seleccionados para ser acompañados por empresas: Se realizó la identificación técnica de Emprendimientos Estratégicos –productivos o de servicios–financiados por el Plan “Manos a la Obra” y que se destacan por su contribución al desarrollo económico y social en la comunidad donde se llevan a cabo. Estos emprendimientos han logrado tener impacto positivo en su localidad, aunque todavía pueden mejorar su rendimiento. Los “Emprendimientos Estratégicos” conciben al desarrollo local y la economía social de manera conjunta, como una estrategia de inclusión orientada a la reconstrucción del tejido social y productivo y que vincula lo social y lo económico, incorporando a todos los actores de la comunidad.

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Estos emprendimientos constituyen experiencias que forman parte de planes de desarrollo local o bien que están vinculadas con las actividades económicas con mayor potencial de la localidad.

Además, se destacan por poseer alguna de las siguientes características:

• Detección de nichos productivos, • constitución de cadenas de valor, recibiendo transferencia de tecnologías o

conectando los circuitos económicos formales e informales a través de la comercialización,

• conformación de microregiones o consorcios productivos con el objetivo de dar respuesta a problemáticas comunes y elaboración de estrategias tendientes a impulsar el crecimiento económico de la zona,

• impulso de innovaciones tecnológicas que mejoran la escala y la calidad de la producción,

• organización de redes de comercialización, • potenciación de los recursos existentes en el territorio, valorizando las

capacidades de trabajo, los recursos económicos y no económicos, actitudes innovadoras, etc.,

• importante demanda del producto/ servicio que elaboran, • escala y/o calidad de producción que les permite alcanzar mercados, • producción con valor agregado.

Principales actividades productivas financiadas:

• AGROINDUSTRIAL (procesamiento de fruta, legumbres y hortalizas, producción de jugo concentrado, etc.)

• AGROPECUARIO (cunicultura, avicultura, cultivo de aromáticas, de alfalfa, producción hortícola y frutícola, etc.)

• BIENES VINCULADOS A LA CONSTRUCCIÓN (mueblería, carpintería, elaboración de marcos, etc.)

• ELABORACIÓN DE MANUFACTURA (producción de hilo, cristalería, etc.) • SERVICIO DE APOYO A LA PRODUCCIÓN (distribuidora de agua, semillero,

servicio de fumigación, readecuación de matadero, sala de procesamiento de mariscos, etc.)

• PRODUCCIÓN Y PROCESAMIENTO DE PRODUCTOS ALIMENTARIOS

Así, esas experiencias están en condiciones más aptas para lograr la inclusión económica, pero para ello deben optimizar su rendimiento. Surge entonces la oportunidad para que Estado y Sector Privado trabajen en forma conjunta, con el fin de que los emprendimientos adquieran conocimientos, apoyo técnico, acompañamiento y la posibilidad de insertarse en cadenas de producción.

Modelo Asociativo Público-Privado Implementado El modelo asociativo implementado, se estructura en base a dos procesos de sustentabilidad. El primero, se caracteriza por la asociatividad entre la empresa y el Estado a partir de la articulación de estrategias y vínculos. El segundo proceso se basa en el aporte de las empresas al proceso de sustentabilidad del emprendimiento con el aval y el acompañamiento de la Secretaría de Políticas Sociales y Desarrollo Humano.

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1. Asociatividad entre la empresa y el Estado: entendemos la RSE como marco para mantener enlaces horizontales y transversales entre la economía formal y social, y a su vez, realizar un acertado diagnóstico acerca de las características de la economía de la zona, los potenciales recursos materiales y humanos ociosos de la misma.

En este sentido, los mecanismos que pueden incorporarse en el marco de la RSE son los siguientes: la conformación de cadenas productivas, la incorporación de proveedores, la asistencia técnica y la capacitación.

En cuanto al primer mecanismo, es importante destacar que la desarticulación de unidades productivas reduce su potencial para hacer un mayor aporte en la generación de empleos y la distribución equitativa de los ingresos. En consecuencia, es necesaria una vinculación entre emprendedores, y de éstos con las unidades productivas que permitan la construcción de redes de apoyo mutuo, y sobre todo, que deriven en la construcción de un proyecto de desarrollo, basándose en capacidades y recursos regionales que generen un círculo virtuoso de crecimiento e inversión, donde el empresariado debe asumir un rol activo y de respaldo financiero. Las cadenas productivas que articulan el sector privado y la economía social inciden directamente en la elaboración de un producto final. La cadena permite así la sucesión de operaciones que, partiendo de la instancia de abastecedores de insumos o productos intermedios, finaliza en diversos niveles de procesamiento/valorización, transporte, comercialización e industria, alcanzando varios productos acabados en el nivel del consumidor, logrando una sinergia de actores promotores del desarrollo económico. Esto puede permitir una integración vertical, en la cual se articulan distintos eslabones de una cadena productiva; o bien, horizontalmente a través de una asociatividad entre emprendimientos y empresas de un mismo eslabón, procurando mejorar sus canales de comercialización y/o producción.

El encadenamiento no implica perder la individualidad en el manejo de la producción por parte de los emprendedores y las empresas. De hecho, muchas actividades serán más efectivas y menos costosas si se realizan en forma asociativa, logrando de esta manera optimizar las estructuras de costos individuales y las capacidades de innovación productiva, para mantener el posicionamiento competitivo en el mercado e impacto socioproductivo. La RSE se hermana con la idea de la densidad productiva, la generación de valor agregado y la inversión genuina.

El segundo elemento a visualizar en relación a la RSE, es la posibilidad de otro tipo de articulación económica a través de las cadenas de proveedores. Estas permiten a los emprendedores vincularse a la economía a través de su inserción como proveedores de bienes y servicios para el sector privado. Esta articulación procura la consolidación de emprendimientos productivos en los aspectos relacionados con su producción, calidad y comercialización. Además, esta simbiosis puede “estandarizar” la producción, la calidad, la comercialización y permitirles a los emprendedores la adaptación a nuevas tecnologías, como así también la diversificación de la oferta y el potenciamiento de los

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recursos físicos y humanos disponibles, con miras a aprovechar la demanda que solicita el sector privado.

Un último aspecto relevante es la capacitación y asistencia técnica por parte de las empresas. Este aspecto tiene una estrecha vinculación con el fortalecimiento de la economía social y las iniciativas que surgen de ella misma. El objetivo es que el sector privado pueda aportar apoyo técnico que potencie la habilidad de los diferentes emprendedores. El sector privado puede formar a los emprendedores acerca de temas generales relacionados con la producción económica y su comercialización, orientando la actividad hacia el conocimiento de la cadena de valor de los productos, al aprovechamiento de los recursos e insumos existentes en forma comunitaria, al mejoramiento de la organización y coordinación de los grupos humanos para la producción en escala, como así también a las cuestiones legales e impositivas que posibiliten la comercialización en circuitos comerciales formales. En este sentido, creemos que la responsabilidad de las empresas debería basarse en la contención, capacitación, acompañamiento de las políticas y los beneficiarios de las políticas sociales. Como así también, participar de la definición de los programas de gobierno, bajo el principio del compromiso conjunto, implicando una formalización e institucionalización de esta participación. 2. El aporte de las empresas al proceso de sustentabilidad de los emprendimientos: Implica la caracterización, por parte de la empresa, del emprendimiento en su contexto, la definición de sus objetivos, el impacto que éste genera en el ámbito local, sus principales fortalezas, oportunidades y debilidades y su especificidad estratégica. Metodología adoptada: La empresa realiza un primer diagnóstico técnico del emprendimiento identificando las debilidades y fortalezas observadas. -Se conforman indicadores que permiten medir el nivel de sustentabilidad de los emprendimientos, a partir de las variables de calidad y cantidad del producto; el tipo de gestión operativa y los canales de comercialización implementados. -Estas variables son desagregadas en cuatro niveles de desarrollo, permitiendo identificar la etapa en que se encuentra el emprendimiento y reconocer las alternativas posibles para la superación de inconvenientes. Teniendo en cuenta este diagnóstico, como segunda instancia del proceso de fortalecimiento de emprendimientos, se establecen los resultados esperados a partir de la intervención y aporte del sector privado. Esto permite identificar los potenciales responsables de la ejecución de las acciones diseñadas, las prioridades de gestión, los acuerdos entre los emprendedores y el monitoreo para las posibles modalidades de intervención de los equipos técnicos implicados por parte de la empresa. Por su parte, la Secretaría de Políticas Sociales y Desarrollo Humano, luego de realizar las evaluaciones pertinentes, recapitaliza los emprendimientos en función de las observaciones/diagnósticos realizados por la empresa que los está acompañando/asesorando.

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RESULTADOS DE GESTIÓN FEBRERO 2005- Octubre de 2007

a. En diferentes provincias, un total de 588 empresas han participado de actividades realizadas por la Secretaría de Políticas Sociales y Desarrollo Humano en el marco de la RSE. b. Principales prestaciones brindadas por las empresas:

Capacitación en manejo de alimentos / buenas prácticas de manufacturas Donación de herramientas de trabajo Asesoramiento en comercio exterior

Contacto con proveedores Contacto con potenciales clientes

Asesoramiento en el cuidado del medio ambiente Asesoramiento para el diseño de páginas Web y catálogos

Capacitación en temas de seguridad e higiene Asesoramiento en el diseño de infraestructura adecuada para el mejor desarrollo

del emprendimiento Asesoramiento para una adecuada organización y gestión interna (análisis de

costos, proyección de ventas y ganancias, gestión de RRHH, etc) Venta de productos y/o Servicios a precios diferenciados o con facilidades de

pago c. Conformación del Consejo Empresario de la Secretaría de Políticas Sociales y Desarrollo Humano.

Con el objeto de acompañar esta iniciativa, desde febrero de 2005 funciona un Consejo Empresario, presidido por el Viceministro de Desarrollo Social de la Nación, Lic. Daniel Arroyo e integrado por líderes empresarios, cuyo objetivo es promover la gestión de esta asociación público-privada a través de una sinergia que potencie los diferentes recursos y capacidades de cada localidad.

EMPRESAS QUE CONFORMAN EL CONSEJO EMPRESARIO DE LA SECRETARIA DE POLÍTICAS SOCIALES Y DESARROLLO HUMANO

ACCOR SERVICES

AMANCO ANDREANI BANCO RÍO BBVA BANCO FRANCÉS

CALIDAD EMPRESARIA

DHL DUKE ENERGY

FARGO GAS BAN

LEDESMA MAPFRE MEDANITO NESTLÉ PEPSICO REPSOL YPF TNT TOTAL

AUSTRAL

Rol de la Secretaría de Políticas Sociales y Desarrollo Humano dentro del Consejo:

• Facilita, articula y afianza el vínculo entre las empresas y los emprendedores. • Recapitaliza los emprendimientos de acuerdo con los diagnósticos realizados

en conjunto con las empresas. • Coordina la Gestión con los gobiernos provinciales y municipales.

Rol de las empresas miembros del Consejo:

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• Transfieren metodologías y capacidades técnicas a los emprendimientos con el objetivo de: a) mejorar la calidad de los productos/servicios b) definir estrategias de comercialización c) mejorar la organización y gestión interna del emprendimiento

• Aportan al diseño de las políticas de Estado de tipo socioproductivas. • Trasfieren experiencias en materia productiva, comercial y financiera para el

fortalecimiento de iniciativas socioproductivas financiadas y/o asistidas técnicamente por el MDS.

Con el objeto de dar continuidad y sustentabilidad a esta propuesta, el Consejo Empresario se encuentra compuesto por un Comité Directivo que reúne bimestralmente a los principales directivos de las empresas miembros y al Viceministro de Desarrollo Social, a los efectos de realizar un seguimiento de la gestión general de la Iniciativa. Por otra parte, un Comité Técnico integrado por profesionales de las empresas, designados por los líderes de las mismas y el equipo técnico de RSE de la Secretaría, se reúne mensualmente para evaluar y aplicar metodologías de trabajo adecuadas al cumplimiento de las acciones delineadas conjuntamente. d. Realización de mesas de intercambio entre emprendedores y empresas. Con el objeto de intercambiar experiencias y transferir saberes, se realizaron talleres de trabajo entre emprendedores y ejecutivos de empresas. En los mismos, han interactuado representantes de 308 emprendimientos y de 588 empresas locales. En la mayoría de estos encuentros se contó con el apoyo de Fundaciones dedicadas al trabajo con empresas, que convocaron al sector privado, mientras que la Secretaría de Políticas Sociales y Desarrollo Humano se encargó de sumar a los emprendedores. MESAS DE INTERCAMBIO REALIZADAS ENTRE EMPRESARIOS Y EMPRENDEDORES A NIVEL PROVINCIAL Y/O LOCAL CIUDAD DE BARILOCHE CIUDAD DE BUENOS

AIRES CIUDAD DE CIPOLETTI

CIUDAD DE ROSARIO CIUDAD DE SAN MIGUEL DE TUCUMÁN

PCIA. DE BUENOS AIRES

PCIA. DE CÓRDOBA

PCIA. DE MENDOZA PCIA. DE MISIONES

e. Conformación de Consejos Empresarios Locales/Provinciales La experiencia de cooperación público-privada se encuentra hoy consolidada a partir de la participación de un importante y calificado grupo de empresas. En este sentido, y con el objetivo de lograr escala en la iniciativa, se han diversificado y potenciado las líneas de trabajo conformando espacios de apoyo en ámbitos provinciales y locales. CONSEJOS EMPRESARIOS LOCALES EN PROCESO DE CONFORMACIÓN BARILOCHE CAMPANA CIPOLETTI MATANZA ROSARIO SAN MIGUEL DE

TUCUMÁN

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g. Entrenamiento laboral Hay un importante número de jóvenes que no estudian ni trabajan y que no poseen intención de emprender una actividad productiva por cuenta propia. Para este sector hemos implementado líneas de capacitación y entrenamiento laboral.

• Caso Toyota: De esta experiencia participaron diferentes organismos nacionales, provinciales, institutos y la empresa Toyota. La misma tuvo como objetivo alcanzar la terminalidad educativa de los jóvenes y se comprometió la inserción laboral de por lo menos el 90% de los jóvenes capacitados.

h. Convenios firmados en el marco de la RSE:

• Con el Instituto de Estudios sobre la realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) para la realización de talleres entre empresas y emprendedores en todo el país.

• Con la Fundación Carolina de Argentina, convenio de colaboración recíproca a fin de diseñar y desarrollar programas o acciones de cooperación, asistencia técnica, capacitación, investigación o desarrollo en todas las áreas de mutuo interés.

• Con el Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM) para la certificación de calidad de los emprendimientos productivos.

• Con la empresa Toyota para la inserción laboral de jóvenes.

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Anexo

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De la moral del héroe a la moral del ciudadano.1

Por Miriam Pereyra 2

“Si uno cree que los dioses vigilan todo, no cometerá malas acciones, ni oculta ni abiertamente”.

Demócrito de Abdera ( 460-370 ac). Frag. 122.

En la antigüedad se pueden identificar dos ejes conceptuales que guían el tratamiento del fenómeno moral: A) El rol de las normas morales y su relación con la vida individual y social. B) Las consideraciones en torno a la vinculación entre la felicidad y la virtud.

El origen griego del vocablo nomos (nomos , refiere a Ley, (hetero) a ”otro” de algo o alguien, lo distinto, diferente.

Se designa con morales heterónomas a aquellas propuestas Éticas que sustentan el fundamento de las normas y de las acciones morales en instancias , factores o agentes exteriores al hombre, ya se trate de los decretos de la tradición, de las costumbres, del dogma, de la ideología, de la naturaleza, los dioses, etc.

Y esta “exterioridad” del motor de las acciones morales humanas, involucra tanto a las intenciones como a sus consecuencias. Es decir, no sólo los seres humanos serían influenciados y determinados por un agente externo cuando actúan, sino que las consecuencias de esos actos tampoco les competen plenamente.

En la historia del sujeto humano como un agente moral, (como un ser capaz de obrar no sólo por lo que “es”, sino por lo que considera que “debe ser”) se ha producido un pasaje que va desde concebir un núcleo de acción exterior a la persona, a visualizar un espacio interno que alberga la conciencia moral, en tanto permite al hombre decidir de manera autónoma, las leyes para obrar moralmente sin depender de factores externos.

Esta transformación ha demandado un cuantioso tiempo y debate en la historia del pensamiento. Es un proceso que tiende a definirse en la actualidad, pero que ya comienza a gestarse desde el pensamiento moderno ( siglo XVII) en adelante, con la aparición de la representación de un “yo” diferenciado, singular, con la idea de “individuo” , en contraste con la idea del “sujeto colectivo” propio de la antigüedad y el medioevo, donde la singularidad de cada mujer y cada hombre no eran un valor, sino que el valor residía en el rol y la función estable que cumplía cada uno dentro de un todo ordenado con el objetivo de mantener la supervivencia del conjunto.

¿Cómo se realizó ese pasaje de la fuente del juicio moral del exterior al interior?

1 Capítulo extraído del Cuadernillo Teórico-práctico para la reelaboración de los Acuerdos Institucionales de Convivencia en Escuelas Medias, ESB y Polimodales. Material correspondiente al Programa “Ética y Diálogo para al Ciudadanía” desarrollado por Dupont y Fundación Compromiso 2 Colaboradora del Departamento Empresa & Comunidad de Fundación Compromiso.

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Se puede reconocer en los Griegos a los primeros protagonistas de algunas de las transformaciones que operaron este pasaje.

Ya en la Illíada3, relato homérico colmado de conflictos, de “polemós”, el hombre, el héroe el guerrero, efectúa y recibe el impacto de sus actos, pero asumiendo muy débilmente algún tipo de responsabilidad directa tanto en su ejecución como en sus consecuencias. El destino estará impuesto por los dioses.

La justicia (diké) la impartirán los dioses y ellos mismos garantizarán que ningún mortal quede sin castigo si ha intentado desafiarlos o ha obrado dejándose arrastrar por su pasión desenfrenada, su ira o su desmesura (hibrys).

De este fondo se han nutrido tragedias como Edipo, Antígona4, etc. que sostienen la idea de un hombre juguete de los dioses, como una hoja revoloteando caprichosamente en el viento, movida por factores extraños, víctima de la voluntad de los dioses.

Enfrentarse al mandato del destino constituye el primer acto temerario identificable, el primer error fatal que puede cometer el ser humano, que desemboca en el plan prefijado por los dioses, pero con un aprendizaje necesario, siempre trágico, el de haber perdido la batalla contra la moira.(el destino).

A partir de esto se puede reflexionar sobre el modelo antropológico que encierra esta formulación. Posiblemente la afirmación de una naturaleza humana que tiende naturalmente a la desmesura para satisfacer de manera inmediata sus aspiraciones de poder o gloria. Lo que lleva a este interrogantes ¿Pretende el hombre parecerse a los dioses?

El héroe trágico, peleando sólo contra el destino que los dioses le han asignado, disputando por su gloria personal, despertaba en los griegos un sentimiento ambivalente, por un lado la admiración por su fortaleza, por su osadía, y por el otro el terror ante su destino final.

Retomando la línea argumental que se ha propuesto, el modelo moral del héroe trágico, del guerrero aristócrata de la Illíada, deja paso lenta pero irreversiblemente durante el siglo VII a c. a un enfoque coincidente con el inicio de la organización democrática griega , según la cual la justicia y la responsabilidad sobre los actos atañen a todos ciudadanos, por igual y no ya al brillante guerrero en particular.

En distintos documentos de la época y en especial en la trama argumental de las tragedias, se asume ese giro y se instituye en un innegable indicador del cambio mencionado, señalando el sutil equilibrio, que surge cuando se pretende delimitar el impacto de las decisiones divinas sobre las acciones humanas y cambiarlo por el impacto de la sociedad sobre las acciones humanas.

De la moral del Ciudadano a la moral de la Virtud El horizonte político de la virtud.

3 Homero, poeta Griego autor de las dos epopeyas Griegas que narran hechos legendarios relativos a la Guerra de Troya. En particular La Iliada se sitúa en el último año de dicha guerra , y su trama se compone del escenario, las causas y el desarrollo de la guerra de Troya, en el que se articulan de manera particular las acciones de los hombres y los dioses. 4 Tragedias clásicas escritas por Sófocles (486 a 389 a.C), uno de tres más grandes poetas trágicos griegos, ganador de unas veinte competencias dramáticas atenienses. Se diferencia de Esquilo por introducir en las temáticas de las tragedias novedades técnicas y enfatizar los infortunios de los héroes trágicos al debatirse entre los dictados de las leyes naturales y las flamantes leyes de los hombres. En particular Antígona, cuyo personaje homónimo enfrenta a su tío, Creonte al dar sepultura al cadáver de su hermano. Su tío no tolera el desafío y la condena a muerte, desatando con ello la tragedia que finalmente se volverá en su contra.

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Con el advenimiento de la democracia en Grecia, la virtud ( areté) será un requisito una fórmula de acción que permitirá evitar la caída en los comportamiento pasionales o extremos, pero ya no para evitar la furia de los dioses por las pretensiones de gloria y poder, sino para evitar el ser juzgados y castigados por los otros.

Con ello se mantiene el modelo heterónomo del moral, pues se sigue considerando que el juez de las acciones morales humanas es exterior al hombre mismo.

La polis, el pueblo griego, y sus leyes, son en sí mismos el tribunal de dichas acciones. Determinaría entonces el marco de los valores, el deber ser de ciudadano5, y cualquier acción desmesurada, debe ser erradicada, pues pone en riesgo su equilibrio.

La desmesura, la ira, sigue siendo un perfil a evitar, y a cambio se debe cultivar la armonía y el equilibrio en las emociones y los pensamientos. Esta

actitud puede resumirse en la virtud griega por excelencia: La prudencia. El mismo Hesíodo6 expresará: “Escucha a la justicia, no dejes crecer la inmoderación” Aplicando esta visión del orden social al natural, Anaximandro7, uno de los primeros fisiócratas griegos, concebía al universo como un juego articulado de opuestos que deben tender al equilibrio, dado que el privilegio de algunos de los elementos sobre otros desembocaría en una ineludible “venganza” de la parte lesionada, haciendo que la justicia reparadora del desequilibrio a su debido tiempo, prevalezca. Esta posición se diferencia de la tradicional Ley del talión basada en un simple acto vengador. El equilibrio debe prevalecer aun en la reparación del error, pues de nos ser así jamás se saldrá del ciclo de la injusticia.

Evitar los extremos será uno de los mayores legados de la herencia griega clásica. La Mesura es concebida como el hilo que conduce a la vida humana ayudándolo a atravesar los imponderables naturales y sociales.

En ese marco, ningún extremo debe ser ambicionado, ni la excesiva riqueza, ni la excesiva belleza, ni la excesiva pobreza, pues todo ello traerá finalmente problemas. Pero, ¿tiende al hombre naturalmente a desear la gloria de los dioses, como dijimos al principio, y actuar moralmente implica “domesticar” sus tendencias y ambiciones? O por el contrario, es posible pensar en un modelo de ser humano al cuál obrar conforme a los valores y ser virtuoso, lo haga feliz? Vida virtuosa y Felicidad:

La respuesta a la pregunta anterior, dependerá del modelo de hombre que se

pueda concebir. Si se entiende al ser humano como un ser dividido interiormente, con una parte

que tiende a la pura satisfacción egoísta de las pasiones y con otra parte que trata de minimizar estas demandas y regirse por los mandatos de los valores comunes, no se obtendrá mas que alguien peleado sin remedio consigo mismo y por ende, poco feliz.

5 Es preciso aclarar que los esclavos y las mujeres estaban excluidos de la categoría de ciudadanos a la que hacemos referencia en este contexto. Los ciudadanos griegos, se estima no superaban en total el número de 30.000 personas. 6 Poeta griego posterior a Homero, nacido en Ascra, presuntamente en las postrimerías s. VIII a C. es el más antiguo de los poetas helenos, y si bien poco se sabe de su vida; han llegado hasta nuestros días sus obras mas importantes; La Teogonía, (relato sobre el origen del mundo ) y Los trabajos y los días. Algunos pensadores como O.Gigon, lo colocan como el primer filósofo griego por la importancia que otorga a la verdad como motor y condición de sus relatos. 7 Anaximandro Filósofo jonio, nacido aproximadamente en 610 a C y muerto en el 545 a C. en la ciudad Jonica de Mileto. Perteneciente al grupo de los fisiócratas o filósofos naturalistas que buscaban encontrar en un principio físico el origen de todos lo presente. Discípulo de Tales de Mileto y maestro de Anaxímenes se le atribuye un libro sobre la naturaleza, pero su pensamiento nos llega mediante comentarios doxográficos de otros autores.

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Aristóteles, el primer gran sistematizador de la Ética como disciplina filosófica, recoge los supuestos y modelos antropológicos de sus antecesores y contemporáneos y define al hombre básicamente como un “animal político”.

Pero este animal político, no es feliz siendo sólo animal o sólo político, sino que su felicidad dependerá de la satisfacción de las funciones que son propias de esta combinación, que no es necesariamente conflictiva o incompatible.

¿Cuáles son los supuestos de los que parte Aristóteles para proponer este modelo

de hombre? 1- Todo en el universo tiene y cumple con una finalidad. Todo está diseñado

conforme a esa finalidad que cumple en este Cosmos. 2- Por lo tanto, la excelencia de cada ser, consistirá en cumplir con máximo

empeño, la función que nos es mas propia, es decir, aquello que nos hace ser lo que somos.

¿Cuál es la función propia del ser humano, para Aristóteles? Para él está claro que los hombres son seres de razón. El hombre es un animal racional. Tienen un alma que integra un intelecto teórico ( con el que pensamos, conocemos, evaluamos, creamos etc) y un intelecto práctico ( que delibera sobre las acciones que deben realizar-)8. El intelecto práctico se pregunta ¿haré esto o aquello? , delibera sobre los medios para obtener ciertos fines. El hombre posee deseos, incluso algunos que comparte con el mundo animal, pero también posee la facultad de obrar racionalmente deliberando acerca de cuán adecuados son estos deseos para desarrollarse en plenitud y con excelencia. Esta plenitud que buscan todos los hombres, el fin último, es la Felicidad, por eso se dice que la ética Aristotélica es “Eudemónica”.

¿Qué se quiere decir cuando se habla de Ética Eudemónica? Una de las preguntas rectoras que moverán a Aristóteles a analizar el fenómeno moral por primera vez de manera sistemática, examinando la naturaleza de la voluntad humana y la posibilidad de que el deseo y el conocimiento que no siempre van juntos, operen en favor de los hombres, fue ¿Cómo desarrollar modelo de vida práctica que permita equilibrar la composición humana?

Para ello lo primero que debió responder fue: ¿De qué manera un hombre tiene que vivir su vida? Tal como lo definían sus antecesores, el ideal de “Vida Buena” (cómo debe ser vivida la vida) es eudemonista, es decir, que la felicidad es el propósito de toda vida humana y como tal, es el legítimo fin, motor y horizonte de las acciones del hombre.

En un universo teleológico, (donde, -tal como lo hemos definido anteriormente- todo cumple una función en relación a su finalidad en el cosmos), es esperable que los seres humanos estén preparados para cumplir con excelencia su función y que ello conlleve la felicidad.

Pero entonces ¿ porqué ocurren actos no morales? Sencillamente, porque la moral no es, ni una ciencia deductiva como las

matemáticas o cualquier otra disciplina que pueda aprenderse de manera precisa con fórmulas únicas y aplicables a todos los casos, ni se trata de una disposición natural, que los hombres traen a priori.

Aristóteles advierte que la formación moral del ciudadano no podrá realizarse como si se enseñara una ciencia, o como si se la trajese como una disposición natural. 8 Mujeres y hombres carecían, según Aristóteles de la función teórica del intelecto.

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En el inicio de la Ética a Nicómaco plantea que “Todo arte y toda investigación, igual que toda acción y toda deliberación consciente, tiende al parecer hacia algún bien, por eso se ha definido con razón al bien como aquello a lo que tienden todas las cosas”. 9

Este ejercicio es posible en virtud de a la “boulesis” (a la función del alma que se traduce como deliberación consciente).

Para Aristóteles, cada una de las actividades humanas tiene un fin determinado, (la medicina tiene por fin la salud, la economía, la distribución equitativa de los recursos, el arte, la belleza)

Todas acción es un medio para algún fin posterior. Por ejemplo, si la persona se levanto temprano para ir al trabajo a la escuela. Concurre a la escuela porque pretende completar su formación. Pretende completar su formación en la escuela media porque desea seguir determinada carrera. Seguirá determinada carrera para realizar su vocación…este proceso de fines y medios ¿ no tiene fin?

Pero ¿Cuál es el fin final de las acciones y elecciones de todo ser humano?, Si hay un “ fin final” para el cuál realiza todas sus acciones, ese fin constituirá el Bien Supremo que aspira.

Finalmente Aristóteles sentencia que todos los hombres estarán, independientemente de sus intenciones, de acuerdo en que ese Bien supremo buscado por todos es La Felicidad, La Eudaimonía.

“La acción más justa es la más bella, la buena salud es una cosa excelente, pero lo agradable en sumo grado es aquello que uno arde por poseer”, versa el epigrama de Delos.

Sin embargo este tema no es tan simple. Se sabe, dice Aristóteles, que la

aparente homonimia del término es sólo un acuerdo verbal. Cada hombre tiene su versión de la felicidad, es decir, se diluye la ilusión de

una respuesta única. Unos la identificarán con el placer, otros con la riqueza, otros con la gloria.

Hasta se podría admitir que una misma persona pueda, en el transcurso de su vida, vincular la felicidad con diferentes experiencias o deseos. Si pasó carencias, la felicidad puede estar ligada a la idea de riqueza, si estuvo enfermo a la salud y así conforme las circunstancias que hayan afectado en cada caso. Se cuenta entonces con interpretaciones subjetivas de la felicidad, pero que justamente al estar supeditadas a la temporalidad propia de las vicisitudes humanas, no constituyen en sí mismas un fin.

En síntesis, la felicidad consistirá en la realización de las potencialidades, en

el equilibrio entre los deseos, y el desarrollo de todas las capacidades, fundamentalmente las que le son más propias.

Y como ya se ha mencionado, si, todo en el mundo es conforme a un fin,

(teleologismo) el hombre tiene su propio aporte en razón de su carácter particular, y la excelencia de cada cosa o fenómeno reside en realizar aquello para lo que ha sido propuesto de la manera más óptima posible. Es decir, desarrollar lo que le es más propio.

¿Cuál es la función propia del ser humano?

9 Aristóteles, Obras. Ed. Aguilar Madrid, 1977. : Etica Nicomaquea, Libro Primero, pag 1172. Cap I 1094 a

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Aristóteles responderá, aquella que lo diferencia de los animales, es decir, la actividad del alma razonable, por ende su excelencia, su virtud, su areté, consistirá en vivir una vida razonable.

La felicidad es entonces, “la actividad del alma ejerciéndose conforme a la virtud”10.

Para Aristóteles no puede haber felicidad sin excelencia, sin desarrollo de las virtudes.

¿Y en qué reside la virtud? La virtud reside en una disposición permanente de la voluntad (no tiene

carácter natural), pues un sólo acto bueno o un conjunto esporádico de actos buenos no hacen a un hombre bueno ni virtuoso.

Se trata de una disposición de la voluntad para cumplir con excelencia y de manera autárquica acorde con el perfil que le es mas propio.

Se dice “autárquica”, porque Aristóteles se refiere al gobierno de sí mismo. No se debe confundir este concepto con la idea de “ autonomía” que refiere a un hombre que se da a sí mismos la Ley, concepto que este autor no considerará.

Y ¿En qué consiste la excelencia? La excelencia implica el Justo medio en las acciones es decir la capacidad de

obrar conforme a la razón moderada, a la prudencia. No es esta una ponderación sencilla o cuantitativa, que demande simplemente colocarse a mitad de camino entre dos actitudes extremas.

No se trataría de ser, ni poco cobarde o poco temerario, para ser finalmente valiente, como un ejercicio de distancia entre dos polos según el cual la acción virtuosa consistiría en encontrase a mitad del trayecto entre ser buenos o malos.

Huir de la desmesura exige un equilibrio cualitativo entre los extremos, un balance sutil entre el exceso y el defecto.

No siempre será ser generoso, darle dinero a otro cuando lo pide, proporcionarle la información que demanda o resolverle un problema.

Las circunstancias reclamarán al hombre virtuoso que realice una deliberación conciente de las variables que están en juego en cada situación y obre conforme a la virtud de la generosidad, en este caso.

Por ejemplo, si alguien está pidiendo dinero, y se sabe que lo hace para luego delinquir en cualquier forma que fuese, debería el dador plantearse que sería ser generoso en ese caso.

¿Cómo desarrollar este ejercicio de deliberación constante, cómo evitar el mecanicismo y la obediencia ciega en los actos y obrar deliberando y evaluando? ¿qué significa obrar conforme a la virtud en cada situación?

Aristóteles contestaría: “La virtud es pues una disposición voluntaria adquirida que consiste en un término medio en relación con nosotros mismos, definida por la razón y de conformidad con la conducta de un hombre consciente”11. ¿Cuántas clases de virtud puede desarrollar un ser humano?

10 Aristóteles, Obras. Ed. Aguilar Madrid, 1977. : Ética Nicomaquea, I 7, 1097 b 22-1098 a 16.

11 Etica Nicomaquea,.. Aristóteles, Obras. Ed. Aguilar. Madrid. 1977. Traducción Francisco de P

Saramanch. Pag. 1190. Ed. Crítica: II 6, 1106 b 36

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De manera congruente con el modelo de hombre del que parte el autor, el alma

humana está compuesta por una parte racional y otra irracional.

De la deliberación que ejerce sobre los deseos el intelecto práctico, surgen las virtudes éticas o del carácter, las virtudes ciudadanas tales como , la templanza (el justo medio en el mundo de los placeres) ,la valentía, (definida como el justo medio entre el miedo y temeridad), la generosidad (el justo medio entre la actitud miserable y el absoluto e indiscriminado desprendimiento en el uso de los bienes), la magnificencia (como el arte de emplear equilibradamente las grandes riquezas), la mansedumbre ( el equilibrio entre los sentimientos de ira y la apatía), la modestia (como el justo medio entre la vanidad necia y la reserva tosca), el tacto, (el equilibrio entre el indiferente y el burlón), la justicia (virtud absolutamente plena pues su práctica es la virtud misma consumada).

Por otra parte están las denominadas virtudes dianoéticas, o virtudes intelectuales, provenientes del ejercicio del intelecto teórico y entre las cuales se pueden señalar al arte, la ciencia, la prudencia, la sabiduría, la inteligencia.

Si bien la sabiduría teórica es la más alta virtud intelectual del alma humana,

ella es más propia de los dioses que de los hombres, quienes logran escasos momentos de lucidez profunda.

En síntesis, esta sabiduría no se sostiene en estado puro, pues ello está

reservado exclusivamente a la naturaleza divina. Por otra parte, la felicidad del ciudadano, la que proviene del ejercicio de las

virtudes éticas, aporta medios y acciones para sustentar el bien común. Es allí que en este modelo la Ética no pueda separarse de la política e incluso

por momentos parece en Aristóteles, subordinarse a ella, pues la función de la política es orientar las actividades al Bien común y nadie podría ser ni sabio ni feliz si no es gracias a él. En reversa, las condiciones sociales facilitan o entorpecen el desarrollo moral de los ciudadanos.

Tenga en cuenta que en la Ética Aristotélica la principal función de la prudencia se cumple al adaptar los medios a los fines de una manera práctica y teniendo como horizonte de acción el Bien común.

¿Cómo se enseña la Virtud?

Alcanzar la Felicidad, es decir, tener una vida virtuosa, implica no depender de los bienes exteriores. El desarrollo de las virtudes, cualquiera sea su orden, involucra un compromiso con los recursos que para ello se destinan.

Invertir tiempo y recursos en desarrollar virtudes morales, no sólo

conocimientos o destrezas, era un objetivo claro en la Grecia clásica. Amigos, necesidades básicas satisfechas, cierta posición social, constituían las

condiciones mínimas, el terreno básico para el desarrollo de la vida virtuosa. Ya se ha planteado que la Ética no es una disposición natural ni es una ciencia,

entonces, ¿Cómo puede transmitirse? ¿ cómo puede crearse en las personas esta “segunda naturaleza”, que los disponga a obrar de manera virtuosa?

La respuesta será para Aristóteles: por medio de la educación en los hábitos, creando una disposición conciente (nunca mecánica) en el carácter,

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constituyendo una segunda naturaleza que logre instalar la práctica virtuosa de la deliberación Por ende, la educación en la virtud no consiste en la transferencia teórica o intelectual de relatos acerca de lo bueno. Sino que el alma humana debe, desde muy temprana edad, aprender las lecciones de la moral por medio de persuasión, castigos o recompensas. En un espacio específico y con aprendizajes específicos es el Estado, en tanto responsable de asegurar la felicidad de los ciudadanos, es el que debe arbitrar los medios para que esto ocurra.

De la moral del ciudadano a la moral universal El modelo antropológico de la modernidad.

Tal como se ha planteado, la filosofía aristotélica confía en la posibilidad de enlazar moralidad y felicidad, en razón de que el modelo de hombre en el que se funda, supone una armonía en su constitución, de manera tal que le permite al ser humano realizarse desarrollando la mejor expresión de su propio ser.

Sin embargo, es claro que esta “felicidad” dependía de que el ciudadano hubiera logrado una vida virtuosa, que no es otra cosa que la adecuada encarnación de los valores pautados por la sociedad.

Con matices de mayor o menor rigurosidad, durante un largo periodo de la historia que se extiende aproximadamente hasta el siglo XVII, la propuesta de colocar el origen de los actos morales en factores heterónomos (externos al hombre), ha sido una constante.

Dios, la sociedad, la naturaleza..... se constituían, alternativamente en los sistemas de referencia para encuadrar las acciones morales.

La ruptura con el modelo de ética heterónoma se produjo de manera paulatina, a partir del surgimiento del proyecto de hombre moderno, ubicado por la mayoría de los pensadores, ya en los inicios del siglo XVII.12

El proceso que permitió reemplazar al hombre concebido como ser social, ( o como un animal político, tal como lo define Aristóteles) por la idea de “individuo” significó un giro radical que encontró su clave en la aparición del concepto de YO.

La idea de que existe un Yo, un “sí mismo” separado de los “otros”, con sentimientos particulares que le pertenecen, experiencias propias e irrepetibles, en síntesis, toda una singularidad, es un hallazgo fundamental de la modernidad.

Este Yo es el juez último de todo conocimiento y de todo acto moral.

Es decir, ya no será suficiente que el ser humano sea “autárquico” en el sentido de un ser capaz de gobernarse a sí mismo, también deberá ser “autónomo”, es decir, darse a sí mismo sus propias leyes para obrar.

A partir de allí surgen una serie de cuestionamientos, los que se pueden considerar como representativos de la modernidad:

¿Cómo fue que los hombres devinieron seres sociales? ¿Cuál es el origen de la desigualdad entre los hombres?

12 Este criterio de temporalización pesquisa el desarrollo de las ideas, independientemente del ordenamiento cronológico tradicional. Es decir, independientemente de que oficialmente el criterio historiográfico cronológico ubica el inicio de la modernidad en 1789 con la Revolución Francesa.

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¿Qué cualidades o aspectos atraviesan a todos? ¿Existe el derecho natural? ¿Cómo se garantiza la legitimidad de la Ley?

Si las inclinaciones y los intereses personales son distintos en cada ser humano, e incluso a veces contrarios a los intereses de otros, si no hubiese sociedad

¿Cómo evitar entonces, que los individuos colapsen en medio de un caos social, donde cada uno impondría lo que considera su propia Ley Moral?

¿Podría el individuo integrarse en sociedad si toda moral fuese relativa según sea la idea que cada persona tenga de lo que es actuar bien?

¿Las personas son sistemas cerrados a los cuales sólo los une con el otro su estructura biológica aparentemente idéntica? Si se piensa al sujeto como un sistema cerrado, que no comparte en su constitución interna, absolutamente nada con los otros. Sólo lo une con el otro su estructura biológica aparentemente idéntica.

Sin embargo, igual que la ciencia, que encontrará su universalidad en la razón, la moral encontrará durante la modernidad su fundamento en la razón, que es la facultad humana común por excelencia. LA RAZÓN, es la herramienta común a todos los hombres, hace posible acordar universalmente sobre cuestiones teóricas y prácticas, y es capaz de permitir la formulación de la leyes válidas para todos.

Junto con el surgimiento de la idea de una razón universal, que se constituye en la facultad inherente a todo hombre por el hecho de ser nacido hombre, se instala durante la modernidad la idea de que el progreso será el destino seguro de la humanidad , toda vez que siga los dictados de dicha razón.

Es el fundamento de su civilidad, y de sus conocimientos, el fundamento de la vida pública. Esto confiere a la condición humana una dignidad intrínseca en contraposición al antiguo concepto de Honor, que representaba más bien, una jerarquía heredada por apellido o casta. A las ideas de dignidad, igualdad ante la Ley, progreso, civilidad, hay que sumarle una diferenciación central que complejiza el modelo de hombre propuesto en la modernidad. La separación entre “vida privada” y “vida pública”. La moral es un fenómeno concerniente a la vida pública, es decir, se aplica a los actos que cada uno ejerce de manera articulada con y para otros. Pero los gustos personales, el conjunto de las inclinaciones o pasiones, conforman la esfera privada y todo hombre moderno reclamará este espacio como un espacio libre de ser sometido al juicio moral de los otros. La separación entre lo publico y lo privado ha sufrido cambios, en los grupos sociales diferentes y en sus instituciones. Por ejemplo en la “escuela” muchas veces se tiende a desdibujar la esfera de los derechos privados al juzgar moralmente las acciones personales.

Conciencia Autónoma: La Etica Deontológica: Emmanuel Kant ( 1724-1802)

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Tanto las reflexiones acerca del conocimiento científico como las indagaciones sobre el origen de los actos morales sufren con Kant un vuelco radical al colocar este autor a la Razón humana como fundamento de ambos.

La razón, esa facultad humana legisladora, es decir, capaz de formular leyes

universalmente válidas, dará sustento a los actos morales. Mientras para Aristóteles la felicidad estaba relacionada con el ejercicio de la virtud

ciudadana, en tanto moral publica, para Kant, como buen exponente de la modernidad, la felicidad depende en cada individuo de la satisfacción de sus inclinaciones, pasiones, gustos, (independientemente de las buenas o malas que puedan resultar esas inclinaciones para sí mismo o para el conjunto de la sociedad).

Si esto es así, ¿Por qué guiar al hombre por una razón que contradice las

inclinaciones, es decir, que impide la felicidad ?

El hombre bien podría guiarse exclusivamente por los instintos y confiar en ellos al punto de dejar que estos definan los propósitos de sus actos.

Pero, si el propósito final de los hombres en este mundo es ser felices, ¿para qué fueron dotados de razón?

¿No constituiría un error de la naturaleza destinar a la razón para hacer felices a los hombres?

Tal como Kant lo ve, se debe reconocer que, cuanto más suelen preocuparse los hombres por cultivar su intelecto y seguir las indicaciones de la razón, más se les dificulta su experiencia de la felicidad, pues el ser humano adquiere un nivel de sofisticación que le impide realizarse con la mera satisfacción de sus inclinaciones. Por el contrario, la razón suma nuevas “exigencias” a los requerimientos que ya platean los instintos, exigencias que ofrecen un modo peculiar de felicidad. Esto ubica al hombre en un propósito de mayor magnitud que el de realizarse cumpliendo solamente con los dictados de la naturaleza.

Por otra parte, se debería aceptar que si el hombre se conduce según las

demandas de sus inclinaciones, habiendo tantos gustos o ideas de lo que es bueno como personas hay, se debería renunciar a la pretensión de sostener una moral única.

En resumen, ¿se debería renunciar a la idea de moral? En rigor de verdad, los seres humanos no están sometidos exclusivamente a las

mismas leyes que rigen la naturaleza. Así como los animales obedecen a sus instintos y el hornero no escoge el formato

exclusivo de su vivienda, el número de hijos que desea tener, o simplemente no tenerlos,( y todo ello, se dice, porque es la naturaleza la causa de sus acciones), el hombre no reconoce en el origen de sus actos una causa exclusivamente natural.

Los seres humanos se ven “siendo”, y reflexionan sobre su existencia y esto les permite escoger el significado y la orientación que le dan a sus acciones. No esta condicionados por las leyes de la naturaleza ni por el dictado de los instintos.

Para explicar los actos humanos es preciso suponer una causalidad diferente a la de la naturaleza que seria la de la libertad.

Si los hombres se guiasen por los dictados de los instintos, o si el resultado de sus acciones no fuese el producto del ejercicio de libertad, del ejercicio de la toma de decisiones, sino la resultante de alguna causa externa como la sociedad o la naturaleza, entonces nadie podría, finalmente hacerse responsable por sus actos.

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¿No sería una víctima de las inclinaciones inevitables que la naturaleza puso en él, o de los dictados de la sociedad y el sistema?

Cuando alguien se excusa por actos de violencia o de irrespetuosidad que ha cometido argumentando: Bueno, soy así, siempre he tenido mal carácter...” en realidad está poniendo en evidencia que: 1- No ha podido elegir su acción ni evaluar las consecuencias, pues su accionar obedece a factores naturales (en este caso heredados). Es decir, no es libre para elegir sus actos. 2-Que esos factores naturales operan de manera ineludible, por ende, no puedo escoger evitarlos, negarlos, reprimirlos, sublimarlos o cualquier otra actitud que le permita obrar conforme a principios que no son leyes de la naturaleza. Entonces, tal como mencionamos anteriormente, no es responsable de sus actos. En síntesis Kant entiende, que la tensión entre los dictados de la naturaleza y los dictados de la razón es un hecho, y que existe una facultad humana cuya misión será la de someter los dictados de la naturaleza en el hombre ( sus instintos, gustos e inclinaciones) a los dictados de su Razón: La voluntad

Dirá Kant en el inicio de la Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres:

“ Ni en el mundo, ni en general, tampoco fuera del mundo, es posible pensar nada que pueda considerarse como bueno sin restricción, a no ser tan sólo una buena voluntad.”13

La razón ha sido otorgada como una facultad práctica que debe tener dominio sobre la voluntad. ¿Qué le dicta la razón a la voluntad? ¿Un catálogo de buenas costumbres? ¿Un listado de cosas que se deben hacer o de actos que no se debería cometer? No. La razón exige que se haga el ejercicio mental de evaluar, al obrar. Pero que pasaría si la acción que se va a ejercer, la hicieran todos los hombres, al mismo tiempo. ¿Se podría? ¿Se podría universalizar la acción?

Así como cuando un científico explica mediante leyes científicas un hecho de la naturaleza, pretende que ese hecho valga para todos los casos similares ( por ejemplo, cuando Newton planteó la ley de gravedad no lo hizo para explicar exclusivamente la caída de las manzanas, sino que lo hizo extensivo a todos los cuerpos en general), así, cuando el hombre obra debe hacer el experimento mental de imaginar qué pasaría si todos los seres humanos hicieran lo mismo que él , al mismo tiempo que él y en la misma circunstancia. Por ejemplo, si una persona decide robar , y realiza el experimento mental de imaginarse que todo ser humano, estando en sus mismas circunstancias, debería robar, igual que él ¿Qué ocurriría? ¿Seguiría existiendo el robo si todos roban al mismos tiempo?

Obviamente no, pues para que alguien robe, se necesita otro que no lo haga, que genere insumos para ser “robados”. Por lo tanto si todos roban, el robo se agotaría.

En síntesis, para Kant, al llevar esta propuesta de acción al plano de lo general o universal ( al imaginar que esa acción es válida para todos los hombres) se incurre en una contradicción, pues la acción que pretende sugerir, termina por anularse a sí misma. 13 Kant. E, Fundamentación de la Metafísica de las costumbres. Ed. Porrúa. Buenos Aires, 1990. Cap. I , Pag. 21.

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A esta operación de universalizar la acción se la puede sintetizar así: Obra de tal forma que puedas querer que tu acción se convierta el Ley universal. Esta es la fórmula para actuar, no como se dijo anteriormente, un largo código de conductas, sino aquella fórmula o prueba a la que se deben someter las acciones que cada uno realiza para saber si son honradas o no los son. Lo que ocurre con la situación expuesta sobre el robo, se repite con la mentira, el engaño, el daño a otros o a sí mismo, etc.?

En síntesis: Como Ud. ya vio en Aristóteles la vida moral se desarrolla por el ejercicio de la virtud, y la virtud se fija por el habito, mientras que para Kant, se obrará moralmente si la voluntad respeta los dictados de la razón, es decir, respeta La Ley. ¿Qué significa exactamente para Kant “obrar conforme a la Ley”?

Todos los actos humanos responden a una máxima, es decir a un principio del querer, que puede traducirse en un enunciado que explica la acción.

Por ejemplo, si en oportunidad de ir a pagar sus servicios al Banco decide no respetar el orden de la fila y trata de recurrir a algún artilugio para ser atendido antes, la máxima de la acción podría describirse así: Toda vez que debas esperar tu turno, intenta no cumplir el orden y busca la manera de ser atendido primero.

Inmediatamente se convierte en una especie de excepción que sólo se sostiene si los otros cumplen con el deber de esperar, pues si se universaliza la máxima, o sea si se pretendiese hacerla valer para todos los casos, este dictado marca una contradicción insostenible. Lo realmente interesante es que el imperativo categórico, esta fórmula del obrar conforme a las leyes de la razón y no de la naturaleza, dice Kant, está clara en cada hombre. No se necesita pasar por grandes procesos de ilustración para obrar correctamente. Basta con aplicar la fórmula del imperativo que está en la base de la razón. Con esto es suficiente. El hombre es autónomo, se da a sí mismo su propia ley, no porque cada uno tenga una o su ley, sino que el ser humano en general, aplicando su razón, razón que es común a todos los hombres, está desde sí en condiciones de actuar moralmente. Al concluir la Crítica de la Razón práctica, Kant declara: “Dos cosas llenan el ámbito de admiración y respeto, siempre nuevos y crecientes, cuanto con mas frecuencia y aplicación se ocupa de ellas la reflexión: El cielo estrellado sobre mí y la ley moral que hay en mí” 14 Se dice que ese imperativo, esa fórmula de acción, es categórica, porque el acto moral no es en Kant un medio para conseguir alguna otra cosa, ni siquiera la felicidad. Obrar moralmente implica desentenderse de los resultados, premios o castigos que puedan derivarse cada acción. Por ejemplo se debe decir la verdad, no para conseguir que los otros lo aprueben, sino por deber y por respeto a la Ley que universalizó la razón. En síntesis En una moral autónoma, la motivación está en el sujeto y su decisión de obrar moralmente y no en otras satisfacciones secundarias. El resultado del influjo de la razón debe ser la producción de una “voluntad buena”, no en orden a algún otro fin, ni como un medio para alcanzar la felicidad sino que, en tanto voluntad buena debe poseer el fin en sí misma.

La voluntad buena no posee ninguna intención exterior a sí misma, se obra simplemente por “deber”. Este es el sentido de designarla como una Ética

14 Kant. E, Crítica de la Raón Práctica. Ed. Porrúa. Buenos Aires, 1990. Cap. I , Pag. 201.

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Deontológica, una Ética del Deber. Pero este Deber, no es obrar de manera coincidente con la ley que escriba alguien, o con algún dictado social específico. Para ilustrar lo que significa voluntad buena se presenta el siguiente ejemplo: será muy distinto no mentir por temor al castigo que pueda imponer alguna autoridad, que decir la verdad por deber, porque no se buscó otro fin que cumplir con la obligación que manda la razón, aun cuando en el hecho pueda costar la vida.

Como se habrá visto, este enfoque se diferencia de la ética aristotélica entre

otras cosas porque plantea que puede exceptuarse a los hombres del deber cuando actúan presionados por cuestiones de fuerza mayor. Sin embargo en la ética kantiana no hay excusas para no cumplir con el deber. Porque todos conocen con claridad cuales son los caminos de la moralidad. Pero ¿Se puede asegurar que toda vez que un acto se ajusta a la ley eso lo convierte en moral? ¿Cómo comprobar que la intención del sujeto agente fue moral?

Kant advierte que no puede verificarse que un acto fue hecho exclusivamente por intenciones morales, ya que las auténticas motivaciones de los actos no pueden ser captadas por el entendimiento humano. Quedan en una zona inaccesible, ocurren en un ámbito interior, ajeno a la percepción de los otros e incluso muchas veces al sujeto le son ajenas o inaccesibles las propias motivaciones.

Por ejemplo, si alguien vendiese a un niño un artículo al precio justo, sin aprovecharse de su condición e inocencia, ¿estaría haciéndolo por el deber de obrar conforme a la ley o para conseguir algún beneficio de los padres del niño, o para conservar un cliente?

¿Cómo saberlo? Por ejemplo, si un alumno estudia para obtener una nota que seguramente

redundará en alguna compensación o premio en su casa y no por el deber de estudiar , en apariencia, en los hechos, cumple con la Ley, estudia, su acción es conforme a deber, por no fue hecha por deber, sino para conseguir otra cosa: su hipotético “premio”.

Se puede pensar entonces que si se educa a los sujetos en la idea de que “obrar bien” es finalmente un buen negocio, pues nos genera premios y reconocimiento y ascensos o toda otra gama de satisfacciones, cuando no sea negocio o toda vez que el negocio no esté asegurado ¿para qué obrar bien?

¿Si desaparece el estímulo, entonces desaparece el acto moral? Por eso, reitera Kant, la acción moral debe tener su finalidad en sí misma y no

ser un medio para conseguir alguna otra cosa. En cambio, no hay conflicto con las acciones inmorales, ellas se identifican

rápidamente. Si el hombre actúa siguiendo sus inclinaciones sean ellas malas o buenas en sus intenciones y su acto contradice la ley, el principio del obrar que marca el imperativo categórico, es claro que esa acción, tal como puede probarse, es inmoral, pues no está hecha conforme al deber.

El hombre como fin en sí mismo.

Kant propone una segunda formulación del Imperativo categórico: “Obra de tal modo que trates a la humanidad, tanto en ti como en los otros, siempre y al mismo tiempo como un fin, y nunca solamente como medio”15

Esta formulación del imperativo dispone no tomar a otros ni a sí mismo como un medio para otra cosa. No se puede usar a otros como objeto para fines personales 15 Kant. E, Fundamentación de la Metafísica de las costumbres. Ed. Porrúa. Buenos Aires, 1990. Cap. I , Pag. 44 y 45.

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porque sus vidas son superiores en valor a cualquier objetivo personal que se pueda tener. Ni siquiera el hombre puede disponer de su propia vida como un medio para satisfacer sus inclinaciones. Kant establece esto en base a dos categorías de deberes:

: Los deberes perfectos que compelen a no perjudicar a sí mismo ni perjudicar a

los otros en ninguna forma, los deberes amplios o meritorios que mandan posibilitar el desarrollo de los

propios talentos y de los talentos ajenos. Por ejemplo, si alguien cometiese suicidio, no cumpliría con esta máxima al tiempo que incumpliría el deber perfecto de no dañarse a sí mismo, pues se ha utilizado a sí mismo como un medio para algún otro fin (eliminar su vida, evitando una pena concreta).

Asimismo, si no se colabora con el desarrollo de los talentos de otros, no se estaría obrando mal pero se estaría promoviendo un mundo sin desarrollo, sin despliegue de los talentos con los que han sido dotados los diferentes seres humanos. En síntesis, la moral kantiana propone asentar en el sujeto autónomo el tribunal de sus acciones morales y visualizar una moral universal, válida para todo ser de razón. Este último punto: visualizar una moral universal, válida para todo ser de razón, es el que ha generado la mayor controversia respecto de esta propuesta y platea en el contexto de este material, al menos un interrogante: ¿Existe una razón universal, en tanto facultad idéntica en todos los seres humanos que habitan este planeta? Si esto es posible, entonces, ¿por qué esta multiplicidad de conflictos, de guerras, de desacuerdos?

De la moral universal a la moral del diálogo Así como se planteo en los párrafos que anteceden, se toman los conceptos de Kant, no se cuenta con un mundo exterior que proporcione ideas respecto de lo que está bien y lo que está mal fuera del sujeto mismo, actualmente se plantea que ese sujeto “universal” se constituye en y por la historia, su cultura, su identidad, sus roles y compromisos sociales.Es decir, es dinámico y no opera en soledad sino que su subjetividad se produce por el diálogo interior que va estableciendo con los otros. La Posmodernidad, definida por algunos como el fin de la historia, el fin de las ideologías, el fin de las utopías humanas, y el fin de todo aquello que pueda dar una respuesta unificada a las preocupaciones intelectuales, prácticas y morales de la humanidad, ha conseguido reinstalar el relativismo moral16 y el escepticismo mas básico, volviéndonos a la situación de pensar que debe haber tantas ideas de Bien como personas hay, y esto no tendría solución en un plano universal. Sin embargo la denominada Ética del discurso, propuesta inicialmente por los pensadores alemanes J. Habermas y K.O.Apel, realiza ante esta circunstancia de agentes morales dispersos, una propuesta diferente. En lugar de pensar como Kant en una razón monológica , lo que significa que recapacita en soledad, la ética del

16 Desde los griegos en adelante, sofistas como Protágoras de Abdera (481 a 401 a c) las escuelas escépticas (Pirron de Elea ,360-270 a C.) , la idea de la carencia del fundamento del fenómeno moral , ha tenido representantes en todas las épocas. Actualmente se registran aun corrientes relativistas escuela positivista analítica ( s XX en adelante) .

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discurso propone reconocer que la razón humana es dialógica, es decir, que piensa y se constituye en el diálogo con los otros. Mientras el Imperativo categórico Kantiano, propone que se realice el ensayo mental de someter la máxima de la acción a su proyección universal y se vea si no entra en contradicción, el Principio del Discurso propone que cada vez que alguien argumenta sobre la corrección o incorrección de una acción, ese alguien, , por el sólo hecho de argumentar, ya supone al otro a quien les habla. Además en esta corriente, la argumentación constituye el único modo válido para resolver conflictos. Este principio, al igual que el imperativo de Kant no otorga un catálogo de buenas costumbres. No dice qué hacer específicamente, sino cómo hacer para que una norma u acción tenga un fundamento moral. Por ejemplo: no imponerla, no presionar a los otros para que la acaten, sino acordar, consensuar los objetivos de la comunidad a través del “discurso práctico”, este discurso donde participan todos los interesados y/o afectados en una situación específica.

En síntesis, mientras en el imperativo categórico el hombre debe “poder querer” que su acción se convierta en ley universal, en el principio del discurso, la persona debe imaginarse en la situación de dialogo y ver si puede someter sus intereses a un proceso de argumentación del que formen parte todos los interesados en el tema . Por ejemplo, un alumno que reclama el derecho a pintar las paredes del establecimiento educativo para celebrar su egreso, debería poder imaginarse en una situación de diálogo, donde todos los interesados en el edificio y todos los que lo usan y miran por él, argumenten sus posiciones. Esto implica hacer la prueba y dar un paso al costado de las estructuras acotadas del ego, de los intereses exclusivamente propios e imaginar como sería posible defender los argumentos ante esa comunidad ideal de comunicación (integrada por todos los interesados y afectados).

Hasta se podría imaginar la participación de alguien que represente a las “generaciones futuras” que harán uso de dichas instalaciones que también tendrán derecho a opinar en referencia a sus deseos e intereses al respecto. Pero en rigor de verdad, no siempre se puede instalar esta situación de diálogo desde el primer intento, muchas veces se debe usar estrategias que no involucran dialogar sino persuadir, y hasta incluso usar las posiciones de poder, para resguardar algún objetivo, porque los caminos del diálogo están cerrados. Aún cuando sea así, la propuesta de Apel, (filósofo contemporáneo alemán nacido en Dusseldorf, Alemania en 1922) destaca que, si no se puede instalar el consenso desde el primer momento, al menos los involucrados tienen que comprometerse para hacerlo en el futuro, es decir, ir institucionalizando las prácticas de diálogo en proceso de apropiación ( lo que se denomina como discursos prácticos). Lo ideal se concretaría si, una institución y/o una comunidad, maximiza las situaciones de consenso y minimiza las situaciones en las que debe utilizar estrategias o imponer normas para resolver los conflictos. En síntesis, Ud. ha visto en este punto, como se dio el tránsito de la idea de un sujeto que evalúa en soledad la corrección o incorrección de sus actos, a una ética que tiene en cuenta la “intersubjetividad” es decir, que la moralidad se instala en el vínculo con los otros, a través del diálogo y la construcción de soluciones consensuadas.

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