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    as: la conciencia cvicaAurora Capillas de Castellanos

    La libertad y el poderJos Artigas pertenece por entero a su m

    y a su tiempo. Pensamiento, vida y obra lo vilan a una realidad histrica que abarca el lapsla llamada Revolucin Americana.

    Esta se inicia formalmente en 1810, perohechos, las ideas y los sentimientos que la inf0rmtienen origen y fundamento de raigambre hispLa ubicacin y el conocimiento del personaje hrico no pueden lograrse cabalmente si se desliste de la ideologa en que model su personali

    Amrica haba recibido de Espaa una trcin doctrinaria fundada en el principio de lbertad individual y en el concepto de la soberpopular.

    En el cauce de estos principios poltico-fificos, la sociedad es anterior a la constitucinEstado y, lgicamente, a su forma de gobieCuando llega a ser perfecta elige y transfiermando, libre y conscientemente, sin dejar porde ser depositaria de la soberana.

    Como creacin humana, la autoridad civies inmutable sino contingente en la medida enresponde al bien de la comunidad y respeta lorechos originarios que le fueron delegados.

    De esa dualidad que representan, por parte, la comunidad social y por la otra el posurga la necesidad de regular sus relacionemodo bilateral en las formas del pacto. No se ceba un poder libre de obligaciones ni su ejerllevado ms all del inters comn en formarbitrariedad o despotismo. El regreso esenciala soberana a su depositario permanente auzaba la ruptura del vasallaje y la asuncinpoder directamente por el pueblo.

    Bajo ese clima, que no se compadece cotirana y el despotismo, se desarroll la RevoluAmericana, franqueada por el principio de lbertad individual como origen de toda relacinItica y la idea de un poder soruetido a las liciones del pacto.

    X

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    (Deralle de leo de Pedro Bianes V iale. Aluseo Histrico Na

    Originario de Montevideo, donde naci el 19 de juniode 1764, recibi en su infancia y juvenmd las ideas de supoca a travs de un medio social imbuido en ellas.Descendiente de campesinos y soldados, tuvo prefe-rencia por !a actividad rural iniciada en las cercanas dela ciudad, en campos de sus padres.Su aspiracin y fortaleza lo llevaron pronto a buscarun escenario ms amplio para el desarrollo de esas activi-dades. Dej la casa paterna para dedicarse de lleno a lostrabajos que el campo ofreca en aquellos momentos en laextensin dilatada de la Banda Oriental hasta sus fronteras.En medio de ellas Artigas conoci su tierra y a sushombres y pudo apreciar los contrastes de esa realidad conlas condiciones a que ambos estaban sometidos, para lasque, ya entonces, se reclamaba un nuev o ordenamiento Siel rgimen econmico haba deparado a estas gentes priva-ciones, inestabilidad, falta de apego al trabajo, el ordensocial no haba logrado darles las mnimas garantas y laautoridad poltico-administrativa con sus imposiciones re-glamentarias y fiscales slo haba llegado a establecer untenso drama de oposicin.

    La campaa senta como arbitrarias dichas impones y habra de redamar contra ellas y contra quienedictaban, en virad de un innato sentimiento de rebeEstos hombres, conocidos por Artigas en su juvenmd tancieros, vagos, changadores, faeneros, gauchos, contrdistas, "hombres sueltos", como se les llamaba- formms tarde las partidas de su hueste.Los albores del siglo que traera el inicio de la Rlucin Americana, le encontrarn en plena madurezmado de esta experiencia lograda en la intensidad dvida hecha en el mando, sustentado por la adhesinconfianza que haba despertado en los hombres de lapaa oriental, y en las mejores condiciones para comder sus necesidades, sus aspiraciones y la manera de facerlas.Dos principios fundamentales habran de formsu espritu una conciencia de civilidad: la necesidad dbreponer el bien comn a los intereses individuales ylograr un sistema de "existencia poltica" apto para nizar y asegurar su justa distribucin.As, namralmente, se afirmaba con la idea de la dad natural de los hombres, el principio rector de unganizacin sin privilegios, sin arbitrariedad, destinadagrar la felicidad de los pueblos.En esta actitud personal y cvica lo encontr la lucin.

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    La doctrina poltica que sustent el movimiento demayo tuvo su oportunidad histrica en las contingencias de-rivadas de la situacin de la metrpoli. Espaa, invadida yen guerra por su liberacin, prisionero su rey y asumidapor el pueblo la direccin poltica de la que, segn lapropia doctrina espaola, era depositario, fue al mismotiempo ocasin y ejemplo para las Provincias de ultramar.En Amrica, tambin el pueblo asuma los derechosfundamentales de crear su propio gobierno.Las ideas contractualistas puestas en boga por la revo-lucin francesa permitan distinguir, en las relaciones entrelas provincias y el monarca, una vinculacin individual concada una de ellas. El pacto por el cual se haba delegadoal Rey el ejercicio de la soberana, no relacionaba a las pro-vincias entre s, sino a cada una de ellas con el Monarca,y roto ese lazo, quedaban las provincias dueas de s mis-mas, independientemente de lo que e1 pueblo de la metr-poli resolva en iguales circunstancias.Este, denominado dogma de mayo, se corresponda conlas ideas de Artigas quien, lgicamente, habra de encon-trar en l, la orientacin necesaria en el momento revolu-cionario.La Junta de Buenos Aires recab el reconocimientodel nuevo gobierno de carcter provisorio a Montevideoy encontr el ambiente favorable que en aquellos momen-tos creaba, sobre todo, la conveniencia de la unin frentea los enemigos comunes. No obstante, las noticias de Es-paa que confirmaban la aceptacin del Consejo de Re-gencia, inclinaron a los montevideanos a suspender su de-cisin y propiciar, en cambio, otras soluciones, entre ellase1 reconocimicnto puro y simple de la autoridad metropo-litana o la formacin de una Junta Local, alentadas ambaspor sentimientos de autonoma caractersticos de Monte-video.Irradiados los partidarios del gobierno de Buenos Ai-res, excluidos los de la Junta propia por obra de la decididay enrgica actitud de las autoridades fieles a las ideas abso-lutistas, Montevideo apareci como el centro reaccionarioopuesto a la generaIidad de los postulados de la revolucin.

    El antagonismo culmina cuando Elo, en uso de suautoridad virreinal emanada del Consejo de Regencia yalegitimado por las Cortes de Cdiz, consider rebelde alGobierno de Buenos Aires y le declar la guerra, el 13 defebrero de 1811.Si en el orden de las ideas la posicin de Artigas seacercaba claramente a la de Buenos Aires, los hechos leimponan una actitud decisoria. Nada extraa, pues, queinmediatamente de declarada la guerra resolviera incorpo-rarse a las filas revolucionarias.

    Su accin comenz desde el momento mismo de partida de Colonia. En el trayecto del viaje a Buenos Aira travs del territorio oriental, prepar el ambiente pel pronunciamiento de la campaa que se proclama el de febrero en Asencio, pocos das despus de su paspo r aquella zona.La oblacin de la Banda Oriental. ya rebelada. te, ,ahora contenido ideolgico y conductor.A -su frente a~ are caMontevideo. traicionando su ppio espritu y su propia historia. Era la ciudad que somta las poblaciones con sus tropas, las obligaba a sobllevar el peso de alojamientos y de donativos forzosos, psegua a los gauchos con las levas, despojaba a los prrode sus diezmos y reglamentaba las actividades males cmedidas que los hacendados reputaron arbitrarias.Esta oposicin sintetizada en la poca bajo el ccepto de despotismo y tirana, provoc el movimiento unime de rebelin en la campaa.Artigas fue el intrprete de ese ideal y dio unidadmovimiento de liberacin.As adquieren sentido sus expresiones utilizadas oficios que dirigi a Elo y al Cabildo de Montevideo tdas despus del triunfo de Las Piedras. "La causa de pueblos no admite, seor, la menor demora".

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    "Yo llegar muy en breve a mi destino con este pueblo de hroes". r o l e o d e M. M n d a f ila ga ri ii os . ~ ~ l a c

    La batalla de Las Piedras pareca anunciar la victoriade la causa revolucionaria . Slo en la ciudad amuralladase refugiaba todava el absolutismo, cuya rendicin recla-maba Artigas seguidamente a su victoria.En tan favorables circunstancias para los orientales, seproduce la invasin de un ejrcito portugus en apoyo dela plaza y sobreviene el desastre militar del ejrcito delnorte en Huaqui o Desaguadero.El Gobierno de Buenos Aires considera la necesidadde pactar con el Virrey Elo y retirar el ejrcito auxiliadorbajo el mando de Jos Rondeau.Los sitiadores que se haban reunido en Asamblea ensetiembre y octubre, que ofrecieron, en un primer momen-to, atender con sus fuerzas las necesidades del sitio y re-chazar en la frontera el avance del portugus Diego de

    Fuza , admitieron luego, por las razones de circunstancia,levantar el sitio y el retiro del ejrcito auxiliador de BuenosAires. Artigas fue, entonces, prodamado General en Jefe.

    El armisticio fue ratificado en sus trminos originEl 23 de octubre, el ejrcito acampado en las mnes del San Jos, en el lmite de la jurisdiccin de Mtevideo. conoci la noticia.C& ella se abri a la consideracin de los orienla idea del total fracaso de sus derechos. Artigas enfidealmente el significado de Asencio en el que "ciudadheroicos haciendo pedazos las cadenas", se revistieroncarcter q ue les conce di naturaleza" y que ,na die esautorizado para arrancarles y el de este 23 de octubreel que, "un pacto con la tirana", los llevaba al riesg"degradarse del ttulo de ciudadanos que haban sellado

    SU sangre".El p ueblo oriental, que haba reasum ido el .ejerde sus derechos al nombrar a su Jefe, iba a ofrecer ala muestra ms dara de su autodeterminacin ante la anativa del sometimiento a la que consideraba manifcin de la tirana.El movimiento masivo de todo un pueblo, de cnido heroico y de evocacin bblica, afirm una ideaArtigas sintetiz en estas palabras: "El Gobierno de nos Aires, abandona esta Banda a su c-resor antiguo, ella enarbola a mis rdenes el estanda. ~cse svadsu libertad.Y as fue el Exodo.

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    La libertad y -1 pode rEmigrado el pueblo en el Ayu, la campaa orientalqued a merced de las partidas portuguesas que hostigaronsus ltimas lneas en la marcha del Exodo.Montevideo, que Elo abandon casi de inmediato,desde entonces bajo el mando del Gobernador Gaspar deVigodet, era impotente para llevar a la campaa la auto-ridad que formalmente el tratado le haba reconocido.Entretanto, en Buenos Aires, el primer Triunvirato,surgido de la Junta Grande, trat directamente con la Corteportuguesa el retiro de sus fuerzas. Logrado ese objeto sereanudaron las hostilidades con Montevideo.Manuel de Sarratea, presidente del Triunvirato, asu-mi el mando de esta segunda campaa en calidad de Ge-neral en Jefe. Su vanguardia qued, ms tarde, bajo elmando de Rondeau.La posicin poltica del nuevo gobierno cuyas ideastrataba de imponer Sarratea, era diametralmente opuesta a

    la de Artigas.Fundado en el concepto de la unificacin del poder,preconizaba la creacin de un centro nico para asientode la autoridad y la obediencia de todos los pueblos.El dogma de la soberana popular era sustituido por el dog-ma del sometimiento a la autoridad superior.El conflicto que provoc el enfrentamiento de estasdos polticas antagnicas lleg a extremos de violencia ydeclarada hostilidad.

    Los secretarios de Artigas: Miguel Barreiro y Jos ~Monterroso.

    Sarratea no omiti medios y emple incluso el intriga, para desmoralizar y desfibrar el ejrcito orieSus rdenes ignoraron o desestimaron la autoridad detigas. Este debi, pues, optar entre la obediencia a quobligaba su carcter de militar con el Gobierno de BuAires y sus deberes de Jefe de un pueblo en armas,por propia determinacin y constituido como tal de ado a las circunstancias, le haba confiado la salvagude su soberana.Artigas hizo honor a su. conciencia ciudadana qimpeda abando nar a sus compatriotas: devolvi lospachos, se liber de sus obligaciones de disciplina men los cuadros del ejrcito de operaciones y mantuvome su carcter de Jefe del pueblo que, como tal, lo hproclamado.De los numerosos incidentes que entre ambos se tearon trascienden, como episodios ms significativollamada "precisin del Yi" y la misin de Toms Gde Ziga ante el gobierno central.La primera, contenida en un extenso oficio, en eArtigas intim a Sarratea la entrega del mando y su del territorio oriental del Paran.Toms Garca de Ziga fue el comisionado del

    cito oriental ante el gobierno surgido de la revolucioctubre en Buenos Aires. Llevaba un pliego de peticque contena una clusula sustancial para la determinde los objetivos de la revolucin: "La soberana partide los pueblos ser precisamente declarada y ostentadmo objeto nico de la revolucin".Del plano militar se haba pasado al planteampoltico. En el largo peregrinar, un pueblo en armas puesto las bases de su nacionalidad.

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    La evolucin institucional producida entre los aos1810 y 1813 tuvo, en su principio, como elemento funda-mental, la proclamacin del dogma de mayo, que consa-graba el principio de la representacin popular ejercida conindependencia de los rganos metropolitanos para una mis-ma finalidad: gobernar en nombre del monarca legtimode las Espaas D. Fernando VII.El movimiento, encabezado por una clase social pre-dominante, integrada en su mayora por elementos de laciudad, sin intervencin de las masas y de los pueblos delinterior, enfrent las dificultades polticas de las circuns-tancias bajo el dominio de un sentimiento centralista quehaba recibido de la organizacin espaola hasta integrarsus propias costumbres e intereses.El Segundo Triunvirato, surgido de la revolucin deoctubre, realiz de inmediato la convocatoria de la Asam-blea, el 24 de octubre de 1812. Con ella podra llegar aconcretarse el Estatuto legal que garantizara e1 ejercicio delas libertades individuales y la soberana de los vueblos encuyo nombre se haba hecho el movimiento d e mayo .Haba llegado la hora del establecimiento definitivodel nuevo pacto social sobre la base de la libertad e igual-dad de los ~u eb lo s ue formaban el Estado.Este programa encontr su ms fiel intrprete en Ar-tigas. El pueblo oriental en armas era ya una entidad realque se haba constituido por expresin soberana de su vo-- luntad colectiva, y como tal haba defendido sus derechosparticulares como expresin de una autonoma provincialincontrovertible en el momento de las definiciones polti-cas enmlos comienzos del ao 1813. Un vaso atrs va no eraposible sin caer en la degradacin como tantas veces lodir Artigas: "Romper unas cadenas para forjarse otras odestruir una tirana para establecer una nueva".Madurada la conciencia cvica del pueblo oriental eranecesario llevarlo a su ejercicio como valor ponderable enel concierto poltico de los nuevos pueblos y establecer suefectiva seguridad en los preceptos de una constitucin."Ciudadanos: los pueblos deben ser libres - d i r Ar-tigas-. Ese carcter debe ser su ni co obj eto y for ma r elmotivo de su celo. Por desgracia, va a contar tres aosnuestra revolucin y an falta una salvaguardia general alderecho popu lar. Estamos an bajo la f e de !os hom bres yno aDarecen las seguridades del contrato. Todo extremoYenvuelve fatalidad; por eso una desconfianza desmedida so-focara los mejores planes. Pero, es acaso menos temibleun exceso de confianza? To da clase de precaacin deb eprodigarse caando se trata de fijar naestro destino. Es muyveleidosa la probidad de los hombres, slo el freno de laconstitucin puede afirmarla. Mientras ella no exista, espreciso adoptar las medidas que equivalgan a la garantapreciosa que ella ofrece".-

    os naipes de la Patria Vieja. (Museo Histrico Nacional).

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    El 31 de enero de 1813 se instal en Buenos Airesla Asamblea Constituyente. Los ejrcitos deban jurar sureconocimiento y su obediencia a ella y a tales efectos re-cibi la orden el General Jos Rondeau.Artigas entendi que un pronunciamiento de esa na-turaleza slo competa al pueblo y a fin de obtener su de-cisin, convoc un Congreso en el que ste deba manifes-zar libremente su voluntad en la ex~ re si n utntica aueasegura el sufragio directo y la forma representativa.El ciudadano asuma, por primera vez, formalmentesu calidad de tal para cumplir en la prctica lo que ya erarealidad en su conciencia: la conviccin de ser al mismotiempo titular y sbdito de la soberana.Las condiciones que deba reunir el electo eran aque-llas cualidades v virtudes cvicas sublimadas sue son lasque caracterizan a un hombre de bien reputado tal por elvecindario. La circular recomendaba expresamente a lasautoridades garantir "la legitimidad de los sufragios y to-mar las medidas conducentes a la observacin del ordenms estricto durante el acto eleccionario".De esa manera los diputados seran elegidos directa-mente por los vecinos de los veintitrs pueblos que exis-tan dentro del territorio de la Banda Oriental.

    El 5 de abril de 1813, en el alojamiento de Artigasen el paraje llamado Tres Cruces, frente a la ciudad sitiada,se reuni el Congreso.Este Congreso era ya depositario de la soberana, su-prema autoridad por razn de su origen. Ante ella decli-naba toda otra que por las circunstancias O las necesidadesde la guerra la ejercan hasta entonces, sin excluir al Jefede los Orientales que pasaba a la categora de simple ciu--dadano.En ese solo carcter Artigas explic el objeto de lareunin: "La Asamblea General, tantas veces anunciada,empez ya sus sesiones en Buenos Aires. Su reconocimientonos ha sido ordenado". E inmediatamente ratific con suactitud las conocidas palabras iniciales de su discurso conesta afirmacin: "Resolver sobre este particular ha dadomotivo a esta congregacin, porque yo ofendera altamen-te vuestro carcter y el mo, vulnerara enormemente vues-tros derechos sagrados, si pasase a decidir por m, una ma-teria reservada slo a vosotros".N o omiti, sin embargo, sino que adelant su opininal respecto. Pendientes an las reclamaciones formuladas algobierno de Buenos Aires no era posible prestar el reco-nocimiento que se ordenaba, sin antes conocer el resultadode aquellas reclamaciones. Cuando el ejrcito oriental laspropuso --expres Artigas- "no hizo ms que decirqzciero ser libre".

    "Ciudadanos, los pueblos deben ser libres"

    Ese carcter que deba ser, segn sus mismas palabras"su nico objeto y formar el motivo de su celo", imponuna actitud firme y adecuada al decoro de los hombres libres, responsables y concientes de las consecuencias de sactitud poltica.Prestar reconocimiento a la Asamblea por simple razn de ciega obediencia o llegar a l condicionadamenteeran las opciones posibles que enfrentaba el Congreso. "Ciudadanos -e x p re s Artigas- la energa es el recurso de laalmas grandes. Ella nos ha hecho hijos de la victoriaplantado para siempre el laurel en nuestro suelo. Si somolibres, si no queris deshonrar vuestros afanes casi divinoy si respetis la memoria de vuestros sacrificios, examinadsi debis reconocer la Asamblea por obedecimiento o popacto". Recomend, seguidamente, el segundo criterio quesin negar el reconocimiento, protega la libertad y "la soberana particular de los pueblos", esto es la autonomprovincial.

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    Seor D . J ~ s i a rc ia d e Z uE ig a. hl i Estimable paisano: Nos hallamos sumamente escasos de ganado. Luauo dias hace que la gente no come. Yo espero usted la humanidad de sacarnos de este apuro. Ayer tuvimos un gran da. El pueblo procedi al reconocimiento de la Asamblea Soberana bajo unas condque garan tizan su libertad. Las tropas verificaran igual reconocim iento el jueves prxim o. H oja li los resultados sean anlogos a nuestros votos comunede usted reconocido amigo que su mano besx. G abril 1813. Jos Arrigas. Al ciudadano D. Jos Luis Garca de ZOiga. Calera. J. A.Mientras se elaboraba la Constitucin, los pueblos que-daran a cubierto de las arbitrariedades y abusos del podercomo los sufridos bajo los gobiernos anteriores o como con-secuencia de los engaos o intrigas de Manuel de Sarratea.Con entera autonoma y sin la presencia de su Jefe,la Asamblea resolvi pactar el reconocimiento bajo condi-ciones de que "se le deje gozar de su libertad, pero quedadesde ahora sujeta a la Constitucin que organice la sobe-rana representacin general del Estado, teniendo por base

    inmutable la libertad civil".El Congreso de abril, al aceptar la integracin de laAsamblea General y nombrar sus diputados que represen-taran al pueblo oriental en ella, afirma la existencia de laProvincia Oriental autnoma erigida por el voto de unacomunidad compuesta por pueblos libres.Estas ideas fueron desarrolladas en el pliego denomi-nado Instrucciones del ao XIII, continentes de las basesfundamentales para la Confederacin y la organizacin delEstado de las Provincias Unidas del Ro de la Plata.

    En la primera, la provincia tena las caractersticaun verdadero Estado independiente, desde que no recootro poder superior al suyo, en la etapa definitiva Repblica federal, su organizacin corresponde al sisprovincial, es decir, circunscripcin territorial con cotencia poltica dentro de un Estado.L Provincia como tal, se proclama en 1813,pendiente, sin perjuicio de su integracin en el Estadderativo que se habra de crear. Esa sola salvedad conel juramen to que sus autoridades deban prestar: "2 Juriesta Provincia, por derecho, debe ser un Estado libre, rano e independiente.. ." con la limitacin expresasurge de estas palabras: "excepto la autoridad y poderes o puede ser conferida por el Congreso General dProvincias Unidas?".Estos principios no fueron meros enunciados terpues llegaron a concretarse en la creacin de un gobprovincial, popular de origen, instalado en Guadaluen el proyecto de Constitucin de ese mismo ao 181

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    Las condiciones impuestas para el reconocimiento dela Asamblea Constituyente contenidas en el acta de 5 deabril de 1813, fueron d. motivo del rechazo por sta, delos diputados orientales.Nada pudo zanjar la diferencia: ni la mediacin delPadre Dmaso Antonio Larraaga, ni la reunin del nuevoCongreso que se realiz en la Capilla de Maciel, ni lapropuesta de otro que definiera las diferencias, fueronexpedientes aptos y suficientes para evitar el choque.Slo el pueblo poda tener la ltima palabra y Arti-gas, consecuente con sus principios, resolvi consultarloRatificada su autoridad en un nuevo pronunciamientopopular, Artigas resuelve abandonar el sitio. En la dis-crecin nocturna del 20 de enero de 1814, intent alejarsesolo de la lnea sitiadora. Conocidos sus movimientos lesigui su tropaEl nuevo plan no era sino la reiteracin de su luchaanterior, esta vez acaudillada en los pueblos del litoraligualmente amenazados por la autoridad del centralismocircunstancialmente triunfante, cuya intencin era sustituirla vieja autoridad omnmoda del Virrey por la del Di-rector Supremo, cargo recientemente creado en BuenosAires.Enfrentado ahora a las provincias, las convoca coniguales palabras, ofrecindole su propio auxilio militarpero no su dominio poltico. Propone a todas ellas la reu-nin de congresos provinciales con el objeto de obtenerla expresin de la voluntad popular: "en una perfectaunin entre s mismas; no en aquella unin mezquina queobliga a cada pueblo a desprenderse de una parte de suconfianza a cambio de una obediencia servil, sino en aque-lla unin que nace del inters mismo, sin perjuicio de losderechos de los pueblos y de su libre y entero ejercicio"."Si mis pensamientos hubieran sido menos delicados--dir- yo me avergonzara de haberlos concebido, pero,adorador eterno de la soberana de los pueblos, slo mehe valido de la obediencia con que me han honrado paraordenarles que sean libres. YO lo nico que hago es auxi-liarlos como amigos y hermanos, pero ellos solos son losque tienen el derecho de darse la forma que gusten yorganizarse como les agrade, y bajo su establecimiento for-malizarn, a consecuencia, su preciosa Liga entre s mis-mos y con nosotros, declarndome yo su protector".La idea de Artigas no era otra que la formacin deuna liga de pueblos libres, con igualdad de derechos,autoridades autnomas no sometidas sino simplementevinculadas, por necesidades de su propia seguridad, a la

    ,proteccin de quien poda garantirla.Este protectorado impuesto por los hechos en unprincipio quedara, tambin, sometido a la decisin ltimade los pueblos de la confederacin reunidos en Congreso.La idea fundamental de Artigas permanentementedesarrollada en la agitacin de este perodo, reproduce eldogma de la voluntad popular como depositaria de la

    soberana, creadora y origen de los sistemas polticos de la organizacin institucional, sin excluir, por cierto, leleccin d e Jefe militar que prestara a las Soluciones dderecho el necesario apoyo para su cumplimiento.Esa voluntad popular consagr definitivamente lidea, el 24 de abril de 1820 en Avalos, al proclamar Artigas "Protector de la libertad de los pueblos y Directode la guerra y la paz".La realidad de estos principios forma en el Protectorado y, mediatamente, e; todas las provincias del Rde la Plata, una conciencia cvica definida en el conoc

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    miento y en el ejercicio de los derechos polticos y en lacertidumbre de su valor en la comunidad de los pueblos,donde los individuos no son vasallos, sino ciudadanos.Artigas se haba alejado del sitio cuando capitulMontevideo, el 20 de junio de 1814. Gaspar de Vigodetentreg la plaza al General en Jefe del ejrcito Carlos deAlvear.Hasta febrero de 1815 corre el perodo de la domi-nacin portea, cumplido bajo el signo de la dkcreciona-!idad absoluta y del sistema autoritario, caracterstico delpensamiento preconizado por Buenos Aires.

    Por decreto de 7 de marzo de 1814, el Direcre la Provincia Oriental del Uruguay que fue inrada, sin distincin alguna con las dems provincirgimen institucional de las Intendencias y sera adtrada, en lo sucesivo, por un Gobernador Intendentestrecho sometimiento a la autoridad central.La breve experiencia que hubo de sufrir Montebajo la arbitrariedad y la falta de garantas en este pedestac la oposicin entre los valores de la libertaddespotismo.Desde el 24 de febrero, en que, con las ltimas se alejaba de su puerto la dominacin portea, haentrada en la plaza de la vanguardia artiguista, Mvideo vivi en silenciosa expectativa, la gran espeque le deparaba la instalacin del nuevo gobierno.El Cabildo de la ciudad envi una delegacin el campamento de Artigas con el objeto de felicitaim~ lor ar uxilio en favor de su vecindario.Esta fue una nueva ocasin para que Artigas cara sus principios y el respeto a la voluntad populaoficio de 25 de febrero de 1815, expres: "Con grancer admiro hoy libre de tiranos a la capital de la Provy causa en mi la mayor satisfaccin el llamamientme hace el Excelentsimo Cabildo. Para mi es unproteger con mis armas las libres determinaciones dpueblos".Una vez ms aparece en sus palabras el sometimde las armas a la "voluntad general de los pueblos"clama su libre determinacin y depone la autoridala fuerza ante aquella que habra de surgir de la pexpresin ciudadana.A las palabras siguieron los hechos.Cuestionada la autoridad de un Cabildo "a hedel Gobierno de Buenos Aires". se resolvi de inmconsultar la voluntad popular. As se constituy el nCabildo, el 4 de marzo de 1815, al que sigui, en el mmes de marzo, la convocatoria de un Congreso Provpara elegir el Gobierno, "a fin de tratar las primatenciones y libres determinaciones de la Provincia"Las circunstancias no impidieron reparar en lotalles formales que habran de garantizar el resultadla eleccin y Artigas, en el Reglamento dictado paraCongreso, que se reunira en la Capilla de Mercedecomend "muy particular esmero en que todo se vercon la mayor sencillez posible, cuidando que el resusea simplemente la voluntad general".Muestra cabal de la conciencia ciudadana ya loen el pueblo, son las constancias que consigna la elede la Villa de San Fernando de la Florida en la pede Toms Garca de Ziga en quien se reconocenteligencia, probidad y adhesin a la justa causa patria" y se le delega para que "haga discutir lo quconveniente para esta Banda Oriental acerca de nuindependencia y libertad civil".

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    N o entibi el celo de Artigas las difciles circuns-tancias producidas por la resistencia de Buenos Aires alpronunciamiento de las provincias del Protectorado y enmarzo de 1816, llama la atencin sobre la demora paraconstituir el gobierno. Insiste, pues, en la necesidad dereunir un Congreso provincial con este objeto. "Las com-plicaciones se aumentan y no quisiera por ms tiempotener incierto el objeto de la revolucin. Pueden adoptarsemedidas muy eficaces para no inutilizar nuestros sacrifi-cios y aventurar nuestra suerte. El negocio es importantey no quisiera fiar a mi resolucin lo que a todos interesa.Por lo mismo creo oportuna la reunin de un CongresoGeneral. Deseo llenar la confianza de mis conciudadanosy que ellos me inspiren sus recprocos sentimientos. Aspodrn adoptarse medidas saludables y nuestra seguridadulterior se afirmar sobre los polos de la opinin y delpoder. Resuelto estoy a llevar adelante estas ideas".

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    La fuerza creadora de la voluntad popular no se li-mitaba a la constitucin de los rganos polticos del go-bierno, en ella tenan su origen todas las autoridadesconstituidas: los cabildos, los oficiales de cvicos, los co-mandantes y los jueces.Artigas recomend especialmente que se hiciera com-prender a los ciudadanos estos derechos y estimular suejercicio.La idea del bien comn dominador del inters pri-vado reconocida en la expresin de "pblica felicidad,habra de guiar la conducta de todo gobierno sin excitarcelos en los conciudadanos "el peor de los males" slosuperable por la abolicin de los privilegios y aplicacindel principio de igualdad de los hombres ante la ley. .El derecho de mandar se conjuga con los ms seriosdeberes, la funcin siempre debe estar orientada a esepropsito. "Es preciso --deca al Cabildo de Corrientes-que vuestra seora convenza a sus conciudadanos que loscargos que da la patria a sus hijos son de honor y empeopor la felicidad pblica" y al Gobernador expresaba: "Loque interesa es que los primeros magistrados inspiren alpueblo la debida confianza".Esa era, precisamente, la diferenciacin manifiestadel nuevo rgimen liberal frente al antiguo "que slo ce-da en utilidad y honra de los privados".El magistrado, como intrprete de la justicia, debeser inflexible con su propia conducta que ha de servir deejemplo a sus conciudadanos. Con sentido realista decaArtigas: "Contemporizar algunos defectillos con los quepecan por ignorancia, es obra de la pmdencia, pero con-descender con los que o bran d e malicia, sera exponerno snuevamente a mayores confusiones". Su consejo es claro:

    "Mucho tino es preciso para medir la circunstancia. Supaisanos observan muy de cerca sus pasos. Yo desearque su conducta no desmintiera mis esperanzas".El ejemplo estaba en l mismo: "la pureza d e mconducta debe ser la norma de los dems subalternos. Dlo contrario ellos sern responsables de sus defectos y yno podr mirar con indiferencia su castigo. Al tenor dlas cabezas se mueven los miembros del cuerpo polticy segn sus virtudes son la trascendencia a la sociedadLa igualdad individual se comunica, pues, a la iguadad social en la idea dominante del bien comn y si lohombres no pueden reclamar privilegios, tampoco los grupos, las provincias o los pueblos, pueden prescindir dinters com n cuan do formu!an sus reclamos. En nota remitida al Cabildo de Corrientes, Artigas observa sus proyectados gastos con datos com parativos e igualitarios: "Lgastos militares son muy excesivos. Mis soldados y ofciales haciendo una campaa activa se contentan con lracin y el vestuario". Y en otra comunicacin generaliznuevamente la idea tantas veces repetida: "No hay quinvertir el orden de la justicia. Mirar por los infelices no desampararlos sin ms deliro que su miseria. Es precis

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    borrar esos excesos del despotismo. Todo hombre es igualen presencia de la ley. Sus virtudes O delitos los hacenamigables u odiosos".Con parecidas palabras se dirigi a su delegado enMontevideo al pedirle informes sobre los gastos hechospor los Tribunales, oficinas y el Cabildo y de los ingresosy su distribucin: "Yo escrib el correo pasado por unanoticia exacta de todo ello. Aunque cueste trabajo es pre-ciso entrar en todos estos pormenores para seguir, enadelante, vida nueva y que reunidos los fondos comunes,tengan la distribucin importante y conveniente; pero en-tretanto es preciso que se descubra la conducta de esosservidores de la Patria, estamos en tiempo de acreditar oreprobar su conducta. . . As se cortarn los vicios. Estedebe ser nuestro trabajo al presente y servir de ejemplarcon los que le svbsigan. De lo contrario nada haremoscon respecto a nuestro sistema poltico.De tal manera lleg a conocer la situacin adminis-trativa de la provincia, la confusin, el desorden, las pre-ferencias personales tenidas a expensas de los bienes co-munes. Estas y otras realidades motivaron el llamado aPurificacin de tantas personas cclificadas por su noto-riedad en el ejercicio de los cargos pblicos y del comercio.

    El choque de la nueva orientacin con los sentim[OS e intereses de una comunidad formada en las idel antiguo rgimen no poda ser evitado.

    La entrada de las tropas orientales al mando de Og u ~ n la ciudad, signific, para Montevideo, el prminio de un elemento campesino convertido en milicfalto de disciplina que pusiera freno a sus arrebatosausencia de las garantas que hubiera podido ofrecerguarnicin regular y los excesos a que se entreg la trfruto de un desahogo natural e incontrolado de sus laprivaciones y sacrificios, crearon en los montevideuna sensacidn de inseguridad para las personas y parabienes que se convirti en un estado de temor colecEl Cabildo de raz espaiiola por su propia naturainstitucional, por el cercaao parentesco de sus integracon los viejos patricios, por el contenido de su cultuan por los intereses derivados de las actividades cociales que echaron las bases de la integracin econ

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    Su cabeza descubierta, como la de un pjaro extrao po-sando en un pen o en un escollo, sigue el movimientodel sol; gira lentamente tms lo invisible hecho visin.. .lentamente. .. Movido por la luz.. . Y su brazo conducea su caballo, puesto al paso de una multitud invisible, queva a su lado, caminando a pie. Es el camino vivo, la tierraque anda. (Zorn'lla de San Martn.Discurso de inauguracin del mo~umento).

    de la provincia, representaba. el pasado.Artigas consider, no obstante, al Cabildo coma instrumento poltico ms adecuado. En comunicacin Barreiro, de diciembre de 1815, consider el Jefe la posbilidad de reducir el nmero de gobernantes para logramayor ejecutividad y eficacia en la funcin pblica. Alos inconvenientes de carcter personal del gobierno untario --encontrar el hombre suficientemente capaz parello- y a los qu e derivaban de una economa impos iblitada de retribuir tales servicios, agregaba Artigas estarazones: "Al fin el Cabildo compuesto de muchos miembros sirve para el desempeo de muchas comisiones qude otro modo seran menos ventajosas al Estado y acasms morosas desempeadas por particulares. Yo bien advierto que el resultado es el mismo poniendo el gobiernen uno que en muchos, pero siempre sera ms difcil lcomplotacin y como no es mayor la confianza que hastel presente nos han inspirado, tampoco me atrevo a depositar la confianza en uno que al fin pudiera dejarnodesagradados".Por otra parte, slo el nombramiento directo podrasegurar la designacin de una persona a la vez capazadicta si n lim itaciones a la revc~lucin. El proced imientrepugnaba a Artigas aun sin ocultrsele los Peligros de eleccin popular: "Yo nunca lo elegira sin conocimientdel pueblo y en este caso sera ms justo nuestro receobrando la intriga y mala intencin que debemos suponen los ms. Asegurado el Gobierno en el Cabildo se halligado con otras trabas que al menos en pblico afiancenuestra confianza".El Cabildo, pues, era para Artigas el instrumento pltico ms apropiado a las circunstancias y, si acaso, covena en aquellos momentos, "simplificar el gobierno eel mismo Cabildo", antes que cambiar su origen populy su integracin colegiada.El afianzamiento de la autoridad c a~ it ul ar e extedi a toda la provincia. Los Comandantes de los pueblode la campaa, hasta entonces administradores y ejecutorde la autoridad pblica, fueron constreidos por el Cbildo de Montevideo a limitarse a su propia y especficompetencia militar.Montevideo "volva a ser Montevideo" como en lpropias expresiones del Cabildo y enfrentaba una nuevposibilidad de predominio sobre la campaa en el gbierno de la Provincia.

    Las respectivas posiciones tocaban el vrtice de sdiscrepancias: mientras Artigas pona su empeo en favorecimiento de las clases productoras con vistas al bieestar general del pueblo de toda la provincia, al punto declinar la imposicin de sus medidas a los europeos -aquiene s consideraba verdaderos enemigos- cuando se trtaba de "infelices artesanos y labradores que puedan fmentar el pas y perjudicarnos muy poco con su rudezaen un rgimen de austeridad administrativa y de prefrencia a los bienes comunes con sacrificio de los persnales de cada ' uno, el Cabildo atenda la posicin dpatriciado capitalino, a quien el privilegio de su cultuy de su poder econmico emanado de sus actividades dcomerciantes y terratenientes, encaminaba, por las circun

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    tancias, a la formacion de una excluyente oligarqua.El propio Artigas sintetiza su pensamiento acerca delas virtudes cvicas exigibles a u uncionario, del conte-nido de equidad de sus resoluciones, de la pacificacinespiritual necesaria en el mando de un pueblo sufrido ysacrificado por la contingencia revolucionaria y la preocu-pacin por adaptar moderadamente los procedimientosdirigidos por la razn al logro de la justicia, cuando decaa Barreiro: "Y aunque tengo plena confianza en su hono-rabilidad y rectitud creyendo como creo que usted desem-pear la delegacin del gobierno con toda aquella mode-racin que debe existir en el carcter del funcionariopblico, sin embargo, debo recomendarle muy encarecida-mente el que ponga usted todo su especial cuidado y todasu atencin en ofrecer y poner en prctica todas aquellasgarantas necesarias para que renazca y se asegure la con-fianza pblica, que se respeten los derechos privados yque no se moleste ni se persiga a nadie por-sus opinionesprivadas, siempre que los que profesan diferentes ideasa las nuestras no intenten perturbar el orden y envolvernosen nuevas revoluciones". Y agrega: "Aunque verbalmentehe suministrado a usted todas mis rdenes, he credo, noobstante, convenie nte reiterar lo ms esencial por m ediode esta nota para que tenga siempre presente mis deseosde proporcionar la tranquilidad a 10s nimos de los veci-nos que han sufrido tanto por las peripecias de la revo-lucin".

    . La comunidad de esfuerzos, as en los momentos decontencin de las horas difciles, como en la euforia delos das de abundancia y tranquilidad que deparan el pro-greso, no tendra otra medida que la igualdad.Los principios, pues, de igualdad personal y socialsustituyen al antiguo privilegio y fueron titulares delnuevo derecho a compartir beneficios, sin distincin al-guna, "los negros libres, los sambos de esta clase, los indiosy los criollos pobres todos", si con su trabajo y hombrade bien "propenden a su felicidad y la de la Provincia".El rigor de las -circunstancias qu e haca propicio elodio y la represalia, no ensombreci el sentido proteccio-nista, ya aejo en la legislacin indiana, que simi, en-tonces, para atemperar las consecuencias de un cambio tanimportante en la organizacin de la vida social americanay que fue, en medio del impulso dominante de las ideasliberales, una realidad prctica de justicia social.

    Tod o el sistema se nutra' y apoyaba en la idea fun-damental de la persona humana como depositaria del de-recho y en la comunidad como destinataria de los benefi-cios q u e habra de aportar el cum plimiento de sus deberesindividuales. As, en el Reglamento para la distribucinde la tierra, no slo tuvo en cuenta la calidad del desti-natario, sino tambin las exigencias de sus obligaciones;as en la reglamentacin del comercio, en las disposicionesreferentes a los indios, en la compensacin de los servi-cios militares y en el decidido repudio a la arbitrariedad

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    con que, de acuerdo al antiguo privilegio, fijaba el pa-trono el precio de la liberacin de sus esclavos.Trabajo y hombra de bien eran los ttulos indispen-sables para obtener la suerte de estancia que acordaba el*Reglamento provisorio para fomento de la campaa y se-guridad de sus hacendados.La campaa orienta!, azotada por la guerra y el aban-dono producido por el Exodo, planteaba al gobierno ml-tiples y variados problemas. Esas condiciones, a pesar detodo, parecan propicias para iniciar y desarrollar sobreella una poltica de recuperacin.Era preciso, en primer trmino, poblarla, alentar elaumento de la produccin de los frutos del pas, lograr laseguridad interior para las personas y los bienes de sushabitantes, la defensa exterior de las fronteras para con-tener la penetracin portuguesa y la proteccin de losintereses fiscales.Para radicar al colono era menester proporcionarletierras, elementos de trabajo y confianza en su propia se-guridad.La reforma obedece al determinado objeto de lograr"el restablecimiento de la campaa", independientementede todas las consecuencias que la produccin aportara pa-ra los intereses privados y an para los fondos de la pro-vincia. Si, por un lado, no pareca posible la especulacinque enriqueciera a los asignatarios, por el otro, el Estadono se reservaba parte alguna del beneficio que l mismopropenda a formar con la total gratuidad de sus adjudi-caciones.No preocup mayormente la extensin dilatada dealgunas estancias, ni fue esa razn valedera para procedera su desmembramiento. Se consider siempre las necesida-des de quienes las explotaban y su posibilidad de traba-jarlas y adelantarlas. Al mayor nmero de hijos corres-ponda la necesidad de mayor extensin de tierras en lasque ellos tenan, precisamente por su nmero, capacidadpara hacerlas producir.Los destinatarios fueron elegidos tambin con sentidode justicia social o por compensacin de servicios y, siem-pre, por su aptitud para el trabajo "Benemritos de lapatria por su constancia en sostener los derechos de sulibertad arrostrando peligros y persecuciones", por habersufrido perjuicios y quebrantos producidos por la guerra,por sentir la necesidad de atender a una numerosa familia,la viudez y el desamparo, eran tenidos especialmente encuenta al hacer las atribuciones.Cbnsecuente con los principios enunciados, Anigasconsider la situacin de los indios. En su esencia de per-sona humana no seran privados de los beneficios ni li-berados de las obligaciones que por tal condicin alcan-zaban iguaiitariamente a todos, individuos y pueblos.Ellos tendran el derecho de la ciudadana en losmismos trminos que los dems y as deca Artigas: "Yodeseo que los indios, en sus pueblos, se gobiernen por s,para que cuiden de sus intereses como nosotros de losnuestros". "As experimentarn k felicidad prctica y sal-drn de aquel estado de aniquilamiento a que los sujetala desgracia. Recordemos que ellos tienen el principal de-recho y que sera una degradacin vergonzosa para nos-

    Ha mas de un ao que la Banda Orientai enarbol su EstandarteTricolor jur su IndependP absoluta y respectiva. Lo har V E.presente al So berano Congreso para su superior conocimiento.' Tengoel honor de saludar a V. E. con roda mi afeccin. Purificacin 24julio 1816. Jos Atigas, al Escelencsimo Supremo Diremor SeorDon hfartn Pueyrredonotros mantenerlos en aquella exclusin que hasta hoy padecido por ser indianos. Acordmonos de su carnoble y generoso ensemosles a ser hombres, seoress mismos".Era necesario formar la conciencia cvica de topero, particularmente, de estas vctimas de su propia cdicin de desposedos.

    La autoridad de quienes deban asumir el papelmentores tendra como finalidad lograr esa conciencia. Artigas insta a Andresito a que en su desempeo "se pte como hombre de bien, que castigue a los delincueny premie a los virtuosos, que llene la justicia rectamesin atender a empeos ni pasiones, que mire por los serables, que los trate con amor, para que de ese mse haga obedecer y amar".En todo ello estaba comprometido el honor del Jy de su pueblo.

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    Ei corto lapso de la dominacin artiguista ofrece, noobstante su brevedad y las contingencias de la guerra queabsorbieron en su mayor parte las atenciones del gobierno,claras iniciativas que nos permiten reconocer los princi-pios fundamentales que orientaron su accin en el ordeneconmico-financiero.En primer lugar, la ordenacin de todo aquello quediriga la explotacin natural de la riqueza para producir-la en cantidad suficiente y en segundo trmino, la orga-nizacin financiera dentro de directivas que condujeran,con la libertad poltica, al bienestar general.El simple recuerdo de las iniciativas en esta materialo demuestra: la organizacin de la hacienda pblica, dela aduana, del resguardo, el incremento de la actividadmercantil basada en la libertad absoluta de comercio, losreglamentos provisorios para el ramo de consignaciones,de recaudadores, para el reparto de cierras, para correos depostas y estafetas, para tarifas y aranceles, el tratado conlos ingleses de agosto de 1817, la expedicin de patentesde corso y mltiples y repetidas rdenes sobre la prcticade buen gobierno.Como meta, pues, de una conciencia colectiva queera necesario formar en todos los hombres, impona laobligacin de hacerla accesible por medio de la cultura, atravs de la fundacin de escuelas, de la prensa y de lacreacin de una biblioteca pblica.Artigas conoci su tierra tal como ella era, en suriqueza natural y en su productividad de presente y defuturo, que la hacan apta para llenar las necesidades desu propio sostenimientoTuvo, asimismo, conciencia del proceso que habra decumplir para llegar, dentro de una situacin transitoria,de la riqueza natural a la organizacin definitiva de suaprovechamientoDe ah que todas las medidas, tanto administrativascomo econmicas, estn dominadas por el principio dela provisoriedad, frmula compatible con la constante evo-lucin de las relaciones sociales y econmicas de la poca,conjugadas en un concepto sumamente expresivo que con-creta la palabra repetidamente empleada por Artigas: "eladelantamiento".

    Para pensar en soluciones definitivas era necesariollegar a ellas por la coordinacin previa de aquellos ele-mentos que habran de hacerlas firmes y estables dentrode la organizacin federal.Hacia un orden econmico que abarcara todas lasprovincias se dirigan las disposiciones contenidas en lasbases del sistema de su Protectorado: inter-relacin eco-nmica, libertad de trnsito, uniformidad aduanera, exen-cin de tributos, en suma, unidad econmica fundada enel intercambio de la produccin y el comercio.

    El sistema provincial en el que vio Artigas la juncin de la unidad nacional de los pueblos del anvirreinato con los derechos naturales amparados en ltonoma de cada uno de ellos, slo poda lograrse asiento de una economa y de una organizacin finanque respetase prcticamente esos principios.Tanto la produccin como la distribucin de lqueza deban ser canalizadas a ese doble objetivo: noma provincial y soberana nacional.Justamente opuesto a este plan orgnico por else lograba la armona total de los pueblos cuyas idualidades, suficientemente definidas, concurran a grar la gran nacin surgida de la comunidad histricacial, era el preconizado pcr la tendencia unitaria. tralizado en la antigua capital del Virreinato, somesu hegemona poltica y econmica el esfuerzo comla riqueza de todas las provincias. El proceso ideol

    Pa t e ~ t e f ic ia l de presa1 extendida por Artigas en P#rificaci

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    (Detal le de leo de G~~il lermoo d r i g s ano vena del hombre, asiento de todo derecho, ni subaa travs de la comunidad social hacia una forma de go-bierno que garantizara sus intereses y los administraraequitativamente para el bien de todos, como tenazmentelo proclamara Artigas.

    La vida comercial de las provincias estaba vinculadaa la predominancia del puerto de Buenos Aires para en-trada y salida de los productos y a la exclusividad de sucompetencia para dictar reglamentos de aduana. Por estemedio el trnsito de los ros quedaba controlado desdeBuenos Aires que fijaba el rgimen de su navegacin.Como consecuencia de esa poltica absorba la msimportante fuente de recursos que tambin administrabacon exclusividad. Puerto nico, perciba y dispona de latotalidad de los impuestos de la exportacin e importa-cin. Las provincias aspiraban, no solamente a tener supuerto propio para el movimiento de su riqueza, sinotambin la percepcin y administracin de las rentas pro-venientes del trfico externo.

    Cuando Buenos Aires accedi a lo primero, se reservla competencia exclusiva para reglamentar las aduanas, me-dio por el cual podra, ms tarde, colocar en inferioridadde condiciones a los dems puertos. Las rentas con carc-ter nacional tambin seran administradas unitariamente y,en consecuencia, la centralizacin econmica y financiera

    dominara en lo sucesivo el movimiento de todos lpuertos.La realidad era, pues, sta: las provincias, principles productoras de riqueza, contribuan en parte fundmental al pago de los tributos y no perciban, ni siquieadministraban por su cuenta, sus rendimientos.As quedaban sometidas al doble perjuicio de recibir propio como si se lo dieran y en la medida que querdrselo y de soportar, con la multiplicacin de los intemediarios, el encarecimiento de sus productos y de sadquisiciones. La utilidad que quedaba en Buenos Airdisminuan considerablemente el poder adquisitivo pasus necesarias importaciones.Desde el punto de vista financiero la proyeccin etodava de mayores perjuicios al privarle de los medieconmicos para agilitar, mejorar y multiplicar el trabay el comercio y con ellos, como deca Artigas, asegurel bienestar de los pueblos.Los objetivos de la oposicin y de la lucha eran pefectamente claros: Buenos Aires, asegurar su privilegilas provincias, obtener su independencia poltica y econmica dentro del marco del rgimen federal. Bajo la dreccin de Artigas, tenderan sus esfuerzos para lograr efinalidad. Cuando ella no fue posible, pese a la tenacidade su conductor, no quedaba sino el camino del somemiento o de su independencia.

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    ARTIGAS: LA CONCIENCIA ClVlCA

    La realidad independienteLa Provincia Oriental tena, para ello, experiencia yconciencia cvica. La primera lograda en una administra-cin independiente y la segunda fortalecida en la necesi-dad de luchar sola y sin claudicaciones contra los enemigosde su soberana.Al enfrentar el ataque portugus cobran especial sig-nificado las meditaciones que, respaldadas en su indiscu-tible autoridad, ofreci Barreiro a Rivera cuando ste leexpuso las necesidades de sus tropas. "El conflicto de lapatria -d ijo -- no se limita slo a la invasin que espera

    -estamos recin echando los cimientos a la formacin deun estado-- que es preciso dedicar un ojo a las armas yotro a la conservacin de los recursos del pas para que nose aniquilen y que una industria activa pueda restablecer-lo tod o en los das d e la paz". "Si se dijese qu e la patriaestaba en peligro, que slo poda salvarse por los esfuer-zos de todos sus hijos en masa, pero que no haba abso-lutamente cmo sostenerlos, jse dejara la empresa? Yoveo que todo es algo difcil, pero por lo mismo es ms glo-rioso. Los hechos grandes, nacen de esa dificultad de cir-cunstancias. Tus laureles seran menos brillantes si no loshubieses tomado en medio de la desnudez y de toda clasede miserias". Y agrega: "Vamos a asegurar para siemprenuestra independencia, pero, a asegurarla en regla paraque al celebrar el triunfo grande no veamos la desolaciny la miseria en un suelo donde est el pan de nuestroshijos y nuestra propia subsistencia".La Provincia Oriental que haba logrado plena auto-noma y autntica conciencia soberana que aseguraban suindividualidad en el sistema federativo, tena, adems, unaventajosa configuracin geogrfica dentro de cuyos lmi-tes pudo ms tarde concretar aquella individualidad ensu definitiva independencia poltica; ella se produce comoun desprendimiento natural del sistema federal artiguistacuando ste no pudo constituirse en toda la amplitud desu propsito.N o determinaron, pues, su po sterior reconocimientocomo Estado independiente, aunque haya influido en l,la sola disputa entre las Provincias Unidas y el Imperiodel Brasil, fundada en sus pretendidos derechos sobre laProvincia Oriental como parte integrante del ex virreinatoplatense, o como lmite natural de su territorio, respecti-vamente; ni la circunstancia de que el puerto de Monte-video, sin duda el mejor del Ro de la Plata, fuera canalde la riqueza de una vasta zona, de particular inters paraalgunas potencias mercantiles europeas; ni de haber sur-

    gido como frmula eventual que pusiera trmino a la rra entre aquellos dos Estados limtrofes.Es indudable que ms ail de la expectativa crepor la solucin de paz -q u e en 18 28, tanto Brasil cArgentina consideraron pasajera y sometida a la revisque producira en el tiempo la insuficiencia o la inccidad del nuevo Estado independiente para mantenersgobern arse po r s mismo-- fue esa realidad histricagrada por la seguridad de su fuerza moral y materialclara concepcin de los principios administrativos que

    bran de regirlo, la potencialidad econmica que asraba su autoabastecimiento y la conciencia poltica demtrada y afirmada en el ejercicio popular de la sober-idea fija en el pensamiento y en la conducta de Agas- la qu e depar , po r encima de las declaratorias males, con la posibilidad de su independencia, su nmiento como Estado.

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