En el Camino / número 1

3
Migrar no es delito Río abajo. Crónica de un viaje por el río más caudaloso de México PÁG. 5 El balón, símbolo de esperanza en la comunidad más pobre del continente PÁG. 8 En El Camino, Es un proyecto de Periodistas de a Pie con el apoyo de Open Society Fundation. Se imprimen 3,000 Ejem- plares. Editores: Alberto Nájar y Daniela Pastrana. Diseño: Jazmín Estrada. Fotografía: Alfredo Estrella y Lucía Vergara. Ciudadanos en tránsito Por PERIODISTAS DE A PIE El artículo 1 de la Constitución mexicana dice que a todas las per- sonas que se encuentren en el país se les respetarán sus derechos hu- manos, y tendrán todas las garan- tías para su protección. En otras palabras cualquiera, mexicano o extranjero, es igual an- te la ley y las autoridades desde al- caldes, policías o militares, están obligadas a respetar y garantizar su libertad, salud y el derecho a la vida. La Constitución es fundamen- tal para las miles de personas que entran a México sin documentos migratorios. Desde su primer pa- so en el país no pueden ser dis- criminados de ninguna forma por su origen étnico o nacionalidad. Ser migrante no es delito, ni tampoco lo es cruzar el país en busca de una mejor oportunidad de vida. Un migrante es un ciudadano en tránsito. La Ley de Migración vigente en México establece que ninguna persona ni autoridad puede pre- juzgar que se ha cometido algún delito, por el simple hecho de que esté en el país sin documentos. Esta ley también dice que la unidad de las familias es un prin- cipio fundamental. Los niños y niñas no pueden ser separados de sus padres, y en caso de que viajen solos, las auto- ridades están obligadas a garanti- zar el respeto a sus derechos y una estancia segura en el país. Infor- marlo es una de las razones que inspiran a la Red de Periodistas de a Pie para editar esta publicación. Se llama “En el Camino” por- que en la ruta que cada quien em- prende puede haber dificultades y problemas, pero también existen compañeros de viaje que recuer- dan que todos, en México, somos iguales. E n agosto de 2010 ocurrió en México un hecho de es- panto. En un rancho de San Fernando, Tamaulipas, aparecieron los cuerpos de 72 migrantes asesinados por Los Zetas. El país parecía acos- tumbrarse poco a poco a la violencia por la guerra con- tra el narcotráfico, pero la masacre fue un golpe al es- píritu. Nunca había ocurrido algo semejante, no contra personas que cruzaban el país en busca de una vida mejor. Esos cadáveres fue- ron, para muchos mexica- nos, la primera noticia de una vieja historia que tran- sitaba por sus calles sin que se dieran cuenta o no quisieran enterarse: los se- cuestros, asesinatos y vio- laciones cotidianas contra los migrantes, ciudadanos en tránsito por su territorio. En la conmoción por la tragedia, la periodista Alma Guillermoprieto convocó a un grupo de escritores, fotó- grafos y otros periodistas a un ejercicio contra el olvido que primero fue un altar pu- blicado en internet, y luego evolucionó a un libro, obras de teatro, series en la radio. El proyecto se llamó 72 migrantes, y este periódi- co es parte de ese esfuer- zo. Cada mes llegará a los albergues y sitios que auxi- lian a las personas sin do- cumentos para ofrecer un poco de información en su camino. Es, en palabras de Al- ma Guillermoprieto, una forma de decir “aquí esta- mos”. La Ley de Migración vigente en México establece que ninguna persona ni autoridad puede prejuzgar que se ha cometido algún delito MEXICANO O EXTRANJERO IGUALES ANTE LA CONSTITUCIÓN Peregrinos afuera de la Basílica de Guadalupe, en México. EN LAS LEYES MEXICANAS, UN MIGRANTE ES UN CIUDADANOS EN TRÁNSITO. CONOCE TUS DERECHOS. PÁG. 2 TELÉFONOS DE AYUDA 2 3 EDITORIAL 72 MIGRANTES ALBERGUES Casa del Migrante. Tapachula, Chiapas. Avenida Hidalgo sin número, colonia San Antonio Cahoacán. Tel. 962-6254812 Albergue Jesús El Buen Pastor. Tapachula, Chiapas Carretera a Raymundo Enríquez sin número, 500 metros hacia adentro. Tel. 044-962-1532995 Casa del Migrante Hogar de la Misericordia. Arriaga, Chiapas 5ª Sur No. 1420, colonia Playa Fina. Tel. 966-6623797 044-966-1010973 044-966-1050029 Albergue Hermanos en el Camino, Ixtepec, Oaxaca. Avenida Ferrocarril Poniente No. 60, Barrio La Soledad Tel. 971-7132264 Comedor Migrante San José Huehuetoca, Edo. de México Quintana Roo sin número, Barrio San Bartolo Tel. 202-4586002 Albergue Belén, Posada del Migrante. Saltillo, Coahuila Juan Erbaez 2406, esquina con Prolongación Salazar colonia Landín. Tel. 844-4148317 y 844-4891804 Jóvenes hondureños pintan un mural en “La 72”, Hogar Refuio para Personas Migrantes, que dirige Fray Tomás González en Tenosique, Tabasco. México, DF lunes 5 de Agosto de 2013 | Número 001 Ejemplar gratuito Camino En el

description

El periódico En el Camino es un proyecto de Periodistas de A Pie elaborado con el apoyo de Open Society Foundations de publicación mensual dirigido a las personas migrantes, que se distribuye a través de los albergues con un tiraje de 3000 ejemplares.

Transcript of En el Camino / número 1

Page 1: En el Camino / número 1

Migrar no es delito

Río abajo. Crónica de un viaje por el río más caudaloso de México Pág. 5

El balón, símbolo de esperanza en la comunidad más pobre del continente Pág. 8

En El Camino, Es un proyecto de Periodistas de a Pie con el apoyo de Open Society Fundation. Se imprimen 3,000 Ejem-plares. Editores: Alberto Nájar y Daniela Pastrana. Diseño: Jazmín Estrada. Fotografía: Alfredo Estrella y Lucía Vergara.

Ciudadanos en tránsito Por Periodistas de a Pie

El artículo 1 de la Constitución mexicana dice que a todas las per-sonas que se encuentren en el país se les respetarán sus derechos hu-manos, y tendrán todas las garan-tías para su protección.

En otras palabras cualquiera, mexicano o extranjero, es igual an-te la ley y las autoridades desde al-caldes, policías o militares, están obligadas a respetar y garantizar su libertad, salud y el derecho a la vida.

La Constitución es fundamen-tal para las miles de personas que entran a México sin documentos migratorios. Desde su primer pa-so en el país no pueden ser dis-criminados de ninguna forma por su origen étnico o nacionalidad.

Ser migrante no es delito, ni tampoco lo es cruzar el país en busca de una mejor oportunidad de vida.

Un migrante es un ciudadano

en tránsito. La Ley de Migración vigente

en México establece que ninguna persona ni autoridad puede pre-juzgar que se ha cometido algún delito, por el simple hecho de que esté en el país sin documentos.

Esta ley también dice que la unidad de las familias es un prin-cipio fundamental.

Los niños y niñas no pueden ser separados de sus padres, y en caso de que viajen solos, las auto-

ridades están obligadas a garanti-zar el respeto a sus derechos y una estancia segura en el país. Infor-marlo es una de las razones que inspiran a la Red de Periodistas de a Pie para editar esta publicación.

Se llama “En el Camino” por-que en la ruta que cada quien em-prende puede haber dificultades y problemas, pero también existen compañeros de viaje que recuer-dan que todos, en México, somos iguales.

En agosto de 2010 ocurrió en México un hecho de es-

panto. En un rancho de San Fernando, Tamaulipas, aparecieron los cuerpos de 72 migrantes asesinados por Los Zetas.

El país parecía acos-tumbrarse poco a poco a la violencia por la guerra con-tra el narcotráfico, pero la masacre fue un golpe al es-píritu.

Nunca había ocurrido algo semejante, no contra personas que cruzaban el país en busca de una vida mejor. Esos cadáveres fue-ron, para muchos mexica-nos, la primera noticia de una vieja historia que tran-sitaba por sus calles sin que se dieran cuenta o no quisieran enterarse: los se-cuestros, asesinatos y vio-laciones cotidianas contra los migrantes, ciudadanos en tránsito por su territorio.

En la conmoción por la tragedia, la periodista Alma Guillermoprieto convocó a un grupo de escritores, fotó-grafos y otros periodistas a un ejercicio contra el olvido que primero fue un altar pu-blicado en internet, y luego evolucionó a un libro, obras de teatro, series en la radio.

El proyecto se llamó 72 migrantes, y este periódi-co es parte de ese esfuer-zo. Cada mes llegará a los albergues y sitios que auxi-lian a las personas sin do-cumentos para ofrecer un poco de información en su camino.

Es, en palabras de Al-ma Guillermoprieto, una forma de decir “aquí esta-mos”.

La Ley de Migración

vigente en México establece

que ninguna persona ni autoridad

puede prejuzgar que se ha

cometido algún delito

MeXiCaNo o eXtraNjero iguales aNte la CoNstituCióN

Peregrinos afuera de la Basílica de Guadalupe, en México.

eN las leyes MeXiCaNas, uN MigraNte es uN CiudadaNos eN tráNsito. CoNoCe tus dereChos. Pág. 2

TEléfonos de ayuda

2 3edITORIaL72 MigRanTEs

aLbeRguesCasa del Migrante. Tapachula, Chiapas.Avenida Hidalgo sin número, colonia San Antonio Cahoacán.Tel. 962-6254812

Albergue Jesús El Buen Pastor. Tapachula, ChiapasCarretera a Raymundo Enríquez sin número, 500 metros hacia adentro.Tel. 044-962-1532995

Casa del Migrante Hogar de la Misericordia. Arriaga, Chiapas5ª Sur No. 1420, colonia Playa Fina.Tel. 966-6623797044-966-1010973044-966-1050029

Albergue Hermanos en el Camino, Ixtepec, Oaxaca.Avenida Ferrocarril Poniente No. 60, Barrio La SoledadTel. 971-7132264

Comedor Migrante San José Huehuetoca, Edo. de MéxicoQuintana Roo sin número, Barrio San BartoloTel. 202-4586002

Albergue Belén, Posada del Migrante. Saltillo, CoahuilaJuan Erbaez 2406, esquina con Prolongación Salazar colonia Landín.Tel. 844-4148317 y 844-4891804

Jóvenes hondureños pintan un mural en “La 72”,

Hogar Refuio para Personas Migrantes, que dirige Fray

Tomás González en Tenosique, Tabasco.

México, DF lunes 5 de Agosto de 2013 | Número 001 Ejemplar gratuito

CaminoEn el

Page 2: En el Camino / número 1

Mi tren, nuestro trenRío

Abajo

6

El pitido anuncia su próxima llegada. La es-tación de Arriaga, Chiapas se apresta para recibirlo. Las decenas de migrantes salen del albergue “Hogar de la misericordia”; otros más lo hacen de entre la maleza, que en señal de respeto detiene su avance al pie de las vías del ferrocarril, todos revolotean como palomillas alrededor de un foco. To-dos son un manojo de ilusiones buscando arrebatar una oportunidad a su flaco futuro. Seis miembros de dos familias se acercan a vender comida a los centroamericanos; el platillo de diez pesos incluye pollo guisado, arroz y tres tortillas. Aun así, son pocas las ventas “no compran porque no andan dine-ro”, se lamenta la mayor de la familia, una señora que carga en los hombros el peso del tiempo y de la desesperación “porque no sa-le para vivir; un día de estos también yo me voy a ir”. Son las once de la noche y para las dos familias el día no ha llegado a su fin. El silbido anticipa a “la bestia”, es el ferroca-rril Chiapas-Mayab de la Costa que llevará a decenas de migrantes a Ixtepec, Oaxaca, y de ahí “pues nadie sabe”; “todos quere-mos llegar al norte, aunque pocos sabemos en dónde estamos”. Casi la totalidad desco-noce la geografía mexicana. No importa la hora que sea, el sueño no los vence; a la una y cuarto de la madrugada se escuchó el rugir del tren y el golpeteo de los vagones en la es-tación de Arriaga, cuarenta y cinco minutos después continuó su camino hacia Oaxaca con cien migrantes centroamericanos abor-do. La mayoría de ellos viajarán atados al lomo del vagón “porque si nos dormimos nos caemos”. Muchos son primerizos en la aventura migratoria. Finalmente “la pobre-za nos expulsó”, afirma un nicaragüense de apenas veinte años de edad.

(Publicado en La Voz del Migrante)

Por josé igNaCio de alba aguado*

El clima calentaba el agua embotellada que extinguía la sed de los quince integrantes de la expedición. La piel, desde el primer día, empe-zó a sufrir la metamorfosis causada por el ca-lor de 40 grados de la primavera de marzo del 2013 en Frontera Corozal, Chiapas.

Nos embarcamos en el río Usumacinta, corriente abajo, con la idea de viajar 150 ki-lómetros en el afluente que parte la selva La-candona. El grupo, nuestra ropa, la comida y la cerveza se dividió en cuatro balsas. Todo es-taba dispuesto para subsistir con nuestro car-gamento los siete días del viaje.

El sol marcaba la pauta de la excursión: todas nuestras actividades se veían afectadas directamente por la luz o la noche. Chon y Mel-gar, los guías, entendían la selva, eran nuestros ojos, veían las cosas de otra forma: donde yo veía una planta, ellos veían veneno; donde yo veía cacao, ellos veían la cura para el asma.

El río rige la vida en esa altura de la sel-va, los animales bien adaptados se entregan a las funciones de su especie. En el río más cau-daloso de la República la cantidad de agua es equivalente a la diversidad de animales. Las huellas de jaguares que no tardaron en hacer-se notar en el viaje; los saraguatos, los pá-jaros de infinidad de colores, las mariposas azules, los peces que saltaban a la superficie del agua, los cocodrilos que se sumergían a la menor perturbación y los sapos del tamaño de un melón, todos dándole animación a la selva.

Fue extraño encontrar algunos pescado-res que esperaban pacientemente sentados, vestidos con ropas roídas y pobres. Cuando Manuel, mi tío, le dijo a uno de ellos “vives en el paraíso” le respondió con la mirada ga-cha “sí, pues

eso dicen”. La pobreza aparecía con ca-da asentamiento humano, el paraíso es am-bivalente.

La accidentada geografía nos presentó un cenote con aguas turquesa, múltiples cascadas y desmedidas rocas amorfas. El juego del río de ensancharse y de pronto volverse angosto

Guatemala

MéxicoOcéano Pacífico

Golfo de México

El Salvador

Honduras

Nicaragua

Costa RicaPanamá

Belice

Estados Unidos

Río Usumacinta

Arriaga, Chiapas, el inicio de la ruta del tren.

El Suchiate marca una parte de los 75 kilòmetros de la frontera entre Méxi-co y Guatemala. Es uno de los ríos que más se cruza en el mundo. Cada día, miles de personas van de una ribera a otra, con mercancías para vender o la esperan-za a cuestas de una vida mejor.Sólo necesitan dos dólares para cruzar en balsas improvisa-das elaboradas con llantas y madera.

sueños sobRe bAlsAs

provocaba olas de dos metros que chocaban contra las balsas, se volvía una tarea habili-dosa y divertida para los remeros. Las bal-sas a veces chocaban torpemente entre sí o en algunos casos con las piedras que forma-ban la orilla.

La expedición paró dos veces para poder vi-sitar zonas arqueológicas medio tragadas por la selva. Árboles habían crecido encima de to-da piedra que significara indicio de civiliza-ción. Las ruinas localizadas en Piedras Negras,

5

7

El nombre de Nidia Yuvixsa Mora-zán es sinónimo de éxito. Desde Phoenix, Arizona, esta guatemal-teca encabeza una de las empresas

más representantivas de los migrantes.Nació en Mazatenango, Suchitepéquez,

hace 44 años. Llegó a Estados Unidos en 1985 con la intención de aprender el inglés, y, com-pletamente bilingüe tener mejores oportuni-dades de trabajo en Guatemala.

Regresó en 1991, pero las cosas no eran como esperaba. y decidió tomar nuevamente el avión que la llevara al norte.

Trabajó como contadora -profesión de la que se había graduado en Xela- para una em-presa de madera.

Años más tarde, y con los ahorros suficien-tes, compró un taxi y lo puso a trabajar de in-mediato. Seis meses después, ya tenía tres y fue el 29 de febrero de 1999 que decidió abrir su propia empresa: Águilas Radiotaxis

Fuente: http://www.lavozdelmigrante.com

Yuvixsa, una historia de éxito

•honduras es llamada “la república de las bananas”, pues -aunque dispone de numerosos recursos naturales, el 65% de la población acti-va se emplea en las labores primarias, el monocultivo: los bananos.

•el nombre de Nicaragua proviene del náhuatl, lengua hablada por sus primitivos pobladores en épocas preco-lombinas: Nic-atl-nahuac: la expresión significa “Aquí junto al agua”

EnCuEntra lAs difeRenCiAs

¿Tienes algo que contarnos?, envíalo al correo [email protected]

Guatemala, albergan el epitafio y parte de los restos de Tatiana Avenirovna Proskou-riakoff, una rusa reconocida por sus investi-gaciones en la escritura maya, sobre todo en yaxchilán y Piedras Negras. Ella había esta-do cincuenta años antes que nosotros en el mismo lugar.

* Extracto de la crónica ganadora del Certamen de Géneros Periodísticos en la Escuela de Periodis-

mo Carlos Septién García.

La noche nos

obligaba a parar en alguna playa que se formaba a lo largo del río”

La pobreza nos expulsó”, afirma un nicaragüense“

4lA HISTORIA

¿sAbíAs que?

pAsAtieMpo

a 30 kilómetros del puerto fronterizo de la Ceiba, en Tenosique, está el albergue que dirige Tomás gonzález

la 72, un REfugio ceRca deL RíO

Page 3: En el Camino / número 1

¿CÓMO ViAJAR?Trata de agruparte con otros compañeros de viaje, por lo menos hasta las calles cén-tricas de la ciudad a la que llegues, después conviene que se separen. No aceptes trato con coyotes, encanchadores, ni pateros en las vías del tren.

8

En la comunidad de San Marcos de Sierra, Honduras, un juego de fútbol es más que correr y anotar goles: representa la oportu-nidad de una mejor comida… al menos, por un día.

Los ganadores no aspiran sólo a levantar una copa y recibir aplausos, sino a cambiar los trofeos por docenas de huevos, maíz y polluelos para la cría. El sabor del triunfo tiene, así, sa-bor de esperanza.

una forma distinta de pasión deportiva, dice el periodista Luis Guillermo Hernández en su crónica “La pasión de los futbolistas más pobres del continente”, publicada en el diario mexicano El universal.

¿Y los perdedores? “agua con sal”, dice el periodista. Y la esperanza de que, en el siguiente campeonato, maíz y frijol acompañen su alegría por la victoria.

EL baLón, SíMboLo de espeRAnzA

COnSejO pRÁCtiCo