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Felipe Guaman Poma nació en un rincón del distrito de Lucanas, antigua área habitada por Soras, Andamarcas y Lucanas, de la región de Huamanga (actualmente Huamachuco); sus habitantes eran indios valerosos que tenían como misión conducir las literas del Sapa Inca cuando este marchaba hacia las conquistas. El pueblito donde supuestamente nació el cronista fue Sondondo, anexo a Santiago de Chipao, el cual, durante la época colonial, pasa a llamarse San Cristóbal de Sondondo. No existe un registro de la fecha exacta de su nacimiento. Diversos autores estiman que, incluso, puede haber nacido en 1534, como afirma Francisco Esteve Barba en su obraHistoriografía Indiana, u otros, como Padilla Bendezú, quien calculó la fecha de nacimiento de Guaman Poma hacia el año de 1550; al margen de estas estimaciones, nos parece que situar su nacimiento entre 1545 y 1550 podría corresponder a un período cercano a la realidad. Si estimamos que su muerte puede haberse producido hacia 1616, último año del que se tienen referencias acerca de él, daría un período máximo de vida cercano a los setenta años, que sería un promedio más acorde con los de la época en el mundo andino. Por la información que Guaman Poma nos entrega en su crónica, debemos entender que es indígena tanto por línea paterna como materna; sus abuelos habrían sido Tupac Inca Yupanqui y Mama Ocllo, cuya hija Curi Ocllo se habría casado con Guaman Mallqui, padre de nuestro cronista e hijo de Guaman Chawa, gobernante de la región del Chinchaysuyu, representante de la dinastía Yaro Willca, en época anterior a la llegada de los españoles a esta área. Es muy probable que su obra haya sido escrita entre 1612 y 1615, luego de largos viajes por Huamanga acompañando al clérigo Cristóbal de Albornoz, visitador General de la provincia del Chinchaysuyu. Junto a él recorre la provincia de Lucanas, Parinacochas, Aymaraes y Castrovirreina; también recorrió los repartimientos de los indígenas Lucanas, Andamarcas y Laramatis. Además, durante su vida, el autor realizó a lo menos dos viajes a Lima. El primero en 1582 y el segundo posiblemente en 1615, que es el año en que decide entregar al Virrey el manuscrito de su crónica. Al no ser recibido por este, abandona Lima, regresando a su pueblo natal, ya anciano, acompañado de su hijo Francisco. Como última referencia a su vida, se ha llegado a la conclusión que entre los años 1615 y 1616 el autor enmendó el manuscrito, ya que añadió más de 125 pasajes de diversa extensión a la obra terminada, como demuestra

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Felipe Guaman Poma nació en un rincón del distrito de Lucanas, antigua área habitada por Soras, Andamarcas y Lucanas, de la región de Huamanga (actualmente Huamachuco); sus habitantes eran indios valerosos que tenían como misión conducir las literas del Sapa Inca cuando este marchaba hacia las conquistas. El pueblito donde supuestamente nació el cronista fue Sondondo, anexo a Santiago de Chipao, el cual, durante la época colonial, pasa a llamarse San Cristóbal de Sondondo. No existe un registro de la fecha exacta de su nacimiento. Diversos autores estiman que, incluso, puede haber nacido en 1534, como afirma Francisco Esteve Barba en su obraHistoriografía Indiana, u otros, como Padilla Bendezú, quien calculó la fecha de nacimiento de Guaman Poma hacia el año de 1550; al margen de estas estimaciones, nos parece que situar su nacimiento entre 1545 y 1550 podría corresponder a un período cercano a la realidad. Si estimamos que su muerte puede haberse producido hacia 1616, último año del que se tienen referencias acerca de él, daría un período máximo de vida cercano a los setenta años, que sería un promedio más acorde con los de la época en el mundo andino. Por la información que Guaman Poma nos entrega en su crónica, debemos entender que es indígena tanto por línea paterna como materna; sus abuelos habrían sido Tupac Inca Yupanqui y Mama Ocllo, cuya hija Curi Ocllo se habría casado con Guaman Mallqui, padre de nuestro cronista e hijo de Guaman Chawa, gobernante de la región del Chinchaysuyu, representante de la dinastía Yaro Willca, en época anterior a la llegada de los españoles a esta área.Es muy probable que su obra haya sido escrita entre 1612 y 1615, luego de largos viajes por Huamanga acompañando al clérigo Cristóbal de Albornoz, visitador General de la provincia del Chinchaysuyu. Junto a él recorre la provincia de Lucanas, Parinacochas, Aymaraes y Castrovirreina; también recorrió los repartimientos de los indígenas Lucanas, Andamarcas y Laramatis. Además, durante su vida, el autor realizó a lo menos dos viajes a Lima. El primero en 1582 y el segundo posiblemente en 1615, que es el año en que decide entregar al Virrey el manuscrito de su crónica. Al no ser recibido por este, abandona Lima, regresando a su pueblo natal, ya anciano, acompañado de su hijo Francisco. Como última referencia a su vida, se ha llegado a la conclusión que entre los años 1615 y 1616 el autor enmendó el manuscrito, ya que añadió más de 125 pasajes de diversa extensión a la obra terminada, como demuestra Rolena Adorno en su libro Cronista y Príncipe.

Nueva corónica y buen gobierno

Su autor, un mestizo peruano de origen noble, cristiano con instrucción europea y conocimientos del castellano, recorre con su hijo gran parte del imperio incaico durante la época colonial. En el trayecto escribe al Rey Felipe II este voluminoso tratado, dando cuenta de la situación social, política y económica por la que atravesaban esos territorios, dando alternativas y soluciones extraordinarias para la época, mientras de paso describe la cosmogonía y los usos y costumbres de su pueblo, aunque teniendo que disfrazar a veces parte de la verdad, o adaptarla a las circunstancias de la conquista. Sorprende la síntesis que realiza entre el cristianismo y la cosmología autóctona, así como destaca la similitud entre instituciones, y sobre todo, la idea de una historia cosmológica universal, válida para todos los pueblos, con un origen común, o mejor, paradigmático.

Fragmento Fragmentos de la obra: FRAGMENTO 1 FRAGMENTO 2

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Advertencias Advertimos a nuestros lectores que es importante no dejarse seducir por el modo naïf en que están escritos estos textos, a pesar de su gracia y frescura. Porque detrás de estas sencillas palabras y este estilo, a veces un poco infantil, se siente, o mejor, se vela y revela, la presencia de una Tradición sagrada con toda la energía que emana de ella —símbolos, mitos y ritos, "genealogías", y una cosmogonía cíclica y matemática— que encuentra eco y respeto en nosotros al advertir un orden humano tradicional que, aunque alejado y extraño en más de un aspecto, no deja de ser un reflejo consciente de lo que para estos autóctonos era la ciudad divina y la forma y manera en que interpretaban la manifestación del arquetipo.

História del manuscrito

En relación con el historial del manuscrito que intentó entregar al Virrey del Perú, la persona que finalmente pudo haberlo recibido habría sido Juan de Mendoza y Luna, Marqués de Monteclaros, quien fuera Virrey entre los años 1607 al 1615, o bien, Francisco de Borja y Aragón, Príncipe de Esquilache, quien lo sucede gobernando desde 1615 hasta 1621. Abraham Padilla Bendezú supone que este último remitió el manuscrito al monarca español y sostiene que formó parte de la biblioteca del Conde-Duque de Olivares, la que fue comprada por un embajador danés en 1653. Mucho tiempo después comienza la historia moderna de la Nueva Corónica y Buen Gobierno cuando el manuscrito es localizado por el doctor Richard Pitschman, de la Universidad de Götingen, en la Antigua Colección Real de la Biblioteca Real de Dinamarca, en 1908. Después de 22 años de su hallazgo, en 1930, el fundador del Museo del Hombre en París y director del Instituto Etnológico de París, Paul Rivet, prepara la famosa y conocida edición facsimilar que es publicada en el año 1936. A partir del 15 de mayo del año 2001, la Biblioteca Real de Copenhague a puesto en Internet una digitalización total del original de la Nueva Corónica y Buen Gobierno.El “sitio de Guaman Poma” (así se llama el website) incluye una frondosa bibliografía sobre las fuentes citadas en la anotación a la transcripción de la Nueva corónica y buen gobierno (Madrid: Historia-16, 1987), aumentada por una selección de estudios y documentos pertinentes a la vida y obra de Guaman Poma posteriormente publicados (online) sobre el cronista indio.

Lo que nos contaron estaba al revés. Crónicas del Perú, escritas por Felipe Guamán Poma de Ayala. Un producción del Centro de Producciones El día del Pueblo y ALER. El Centro de Producción y Documentación radiofónica "El día del Pueblo" tiene su sede en Lima y

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lleva 25 años haciendo radio educativa.

Felipe Guamán Poma de Ayala

Autorretrato de Felipe Guamán Poma de Ayala, que está tomando las relaciones y leyendas de los indios

antiguos, que por sus tocados se distinguen como procedentes de varias provincias y de varios rangos.

Felipe Guamán Poma de Ayala, (¿1534/1556?-m. ¿1615/1644?),1 ocasionalmente escrito también como Felipe Huamán Poma de Ayala, fue un cronista indígena del Virreinato del Perú.

BiografíaNació probablemente en Lucanas, Virreinato del Perú, siendo súbdito del rey de España, alrededor de 1534, aunque algunas fuentes recientes afirman que fue en 1556 en Andamarca, barrio de la antigua Huamanga, actual Ayacucho,2 y era descendiente, según él afirma en su manuscrito, de una noble familia yarovilca de Huánuco. Su nombre, Guamán Poma, proviene de las palabras quechuas waman y puma, águila y puma, nombres totémiclos en quechua (asociados a los dioses tutelares de la tierra y del cielo). Fue hijo presumiblemente de Martín Guaman Mallqui y Juana Chuquitanta llamada Cusi Ocllo, noble descendiente de Túpac Yupanqui.

Se crio con los españoles, por lo que se consideraba de origen latino. Desterrado dos veces, una por el corregidor de Huamanga en 1600 y otra por el corregidor de Lucanas hacia el año 1606 (o 1618), se dedicó a recorrer durante varios años todo el país y a escribir su Nueva crónica y buen gobierno, uno de los libros más originales de la historiografía mundial.3

En esta obra, de 1180 páginas y 397 dibujos, que presuntamente terminó de escribir en 1615, da la visión indígena del mundoandino y permite reconstruir con todo detalle aspectos de la sociedad peruana después de la conquista, a la vez que ilustra sobre la historia y genealogía de los incas con textos en el castellano del siglo XVI y en el quechua general. La obra, dedicada al rey Felipe III y enviada a España, se extravió. Hoy se conserva en la Biblioteca Real de Copenhague y se puede consultar en línea.4

Crónicas

Portada de la Nueva coronica i buen gobierno

Un puñado de documentos del siglo XVI dan fe de que Guamán Poma sirvió en la década de 1560-70, como traductor («lengua») del quechua para varios funcionarios coloniales, entre ellos del oidor Alberto de Acuña conocido como el «Abogado General de los Indios» nombrado por el virrey García Hurtado de Mendoza en 1589. También sirvió de traductor al oidor Pedro Arteaga de Mendiola en la visita a las minas de Huancavelica en 1588. Estuvo al servicio de don Juan Pérez de Gamboa, corregidor de Huancavelica y luego visitador de las tierras del Cusco, Huamanga, Huancavelica, Vilcabamba, Castrovirreyna y Jauja en 1587.5

Una ratificación documental indica que Guamán Poma estuvo al servicio del oidor de la Real Audiencia de Lima, el Dr. Alberto de Acuña, puesto que de un memorial que envió dicho personaje al rey de España en 1598, coincide en varios puntos de sus recursos con las quejas

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que escribió el cronista ayacuchano; otras veces existen puntos en abierta contradicción entre las visiones del Guamán Poma y el oidor de Acuña, vale decir que ambas personas conocían sus planteamientos y propuestas en abordar los asuntos en favor de los indígenas. Además, por intermedio de Acuña, el cronista Guamán Poma se habría documentado de varios asuntos internos de la administración colonial: por ejemplo, de las residencias a los virreyes Francisco de Toledo y Hurtado de Mendoza y las visitas efectuadas a las minas y población nativa en la época toledana y en 1585. Guamán Poma, habría trabajado como traductor en la Real Audiencia de Lima con los nombres de don «Lorenzo Anchachumbi» o «Phelipe Lorenzo Guamanchumbi».6

Guamán Poma apareció como actor en una serie de demandas de finales de la década de 1590, en la que trató de recuperar el título político y de tierra en el Valle de Chupas que él creía suyo por derecho de familia. Estos juicios en última instancia resultaron desastrosos para él: no sólo perdió, sino que en 1600 fue despojado de todos sus bienes y obligado a exiliarse en las ciudades que había gobernado una vez como un noble.

La gran obra de Guamán Poma es El Primer nueva corónica y buen gobierno, un documento de 1189 páginas. Su libro sigue siendo la más larga crítica sostenida sobre el dominio colonial español producido por un sujeto indígena durante el periodo colonial. Escrita entre 1600 y 1615 y dedicada al rey Felipe III de España, la Corónica describe las injusticias del régimen colonial y sostiene que los españoles fueron colonos extranjeros en el Perú. «Es nuestro país», dijo, «porque Dios nos lo ha dado a nosotros». El rey nunca recibió el documento.

La «Crónica» es muy notable en muchos aspectos. En primer lugar, despliega una fusión brillante de la escritura y dibujos de líneas finas (392 páginas del libro consisten de dibujos a página completa). En segundo lugar, el manuscrito expresa la opinión de un noble provincial sobre la conquista, mientras que la mayoría de otros puntos de vista indígenas de la época colonial proceden de la nobleza del Cusco, la antigua capital de los Incas. En tercer lugar, el autor utiliza con frecuencia palabras y frases quechuas dentro de este trabajo mayoritariamente español, lo que proporcionó a los expertos material para aprender más sobre el idioma quechua. Guamán Poma propuso una nueva dirección para el gobierno del Perú: Un «buen gobierno» que se basaría en las estructuras sociales y económicas Incas, la tecnología europea, y la teología cristiana, adaptada a las necesidades prácticas de los pueblos andinos.

Escribe que los gobiernos indígenas trataban a sus súbditos mucho mejor que los españoles y le pide al Rey Felipe instaurar indios en puestos de autoridad. Es importante señalar que, a pesar de que rechaza la dominación española, no rechaza al rey español. Durante este tiempo, los monarcas eran vistos generalmente como descendientes de Dios y siendo extremadamente católico, Guamán Poma tiene al monarca español en la más alta consideración. En su escrito, no sólo quiere proponer cambios en la sociedad, sino además denunciar las injusticias contra los indios no percibidas por el rey quien, como representante de Dios, de haberlas conocido no las habría permitido.

El manuscrito de la «Corónica» se ha mantenido en la Biblioteca Real de Dinamarca, al menos desde principios de los años 1660, aunque sólo se hizo público en 1908, cuando fue descubierto por el erudito alemán Richard Pietschmann. Una edición retocada fue producida en París en 1936, por Paul Rivet. En 1980, una transcripción crítica del libro, basado en la autopsia del manuscrito más que en el facsímil de 1936, fue publicado por John Murra y Rolena Adorno, (con la colaboración de Jorge Urioste) bajo el título Felipe Guamán Poma de Ayala, Nueva Crónica y Buen gobierno (México D.F.: Siglo XXI). Un facsímil digital de alta calidad del manuscrito original fue publicado en línea en 2011 por la Biblioteca Real Danesa, con Rolena Adorno como editor académico.

Crónica incompleta

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De los últimos documentos publicados sobre Guamán Poma, destaca el «Segundo informe del manuscrito de don Felipe Guamán Poma de Ayala» hecho por Richard Pietschmann en Berlín de 1913. En la introducción a este documento importantísimo y poco conocido y estudiado, se hace referencia a un cuadro descriptivo hecho por Pietschmann que no ha sido identificado en ningún dibujo de los actualmente conocidos. Se trata de: «El alcalde y su mujer llevan mucho tributo al corregidor tanto como ellos son capaces según sus modestos medios, implorando en un discurso de sumisión para contentarle y para evitar sus amenazas no hay nada mejor que pagar». «Según algunos indicios, el original que manejó y fotografió Pietschmann, estaban completos en su paginación: posiblemente habrían dos pliegos (ocho páginas) no cosidos en el corpus documental sino sueltos que hacían coherente la compaginación de todo el manuscrito». (Cfre. Alberdi Vallejo)7