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Libro completo de Mensajes dados por Jesús a Grabriela Bossis

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El y Yo

Diario de Gabriela Bossis

EL Y YO

"Palabras Interiores" recibidas del Seor por Gabriela Bossis Edicin Cronolgica Privada Traduccin del Francs por el Sr. Pbro. Dr. Dn. Antonio Brambila Zamacona: Con prlogos de: Mons. Villepelet, Obispo de Nantes; Pgina 1 de 481

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Rvdo. P. Jules Lebreton. S.J., decano de la Facultad de Teologa en el Instituto Catlico de Pars; Rvdo. P. Alphonse de Parvillez, S.J. redactor de la Revista "Etudes", de Pars; Daniel Rops, historigrafo de l a Iglesia, antecedidos por una Nota Teolgica del Traductor P. Antonio Brambila

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Tabla de contenidoNOTA DEL TRADUCTOR .................................................................................................................. 5 PROLOGO DE MONS. VILLEPELLET, OBISPO DE NANTES................................................................. 8 PROLOGO DEL P. JULES LEBRETON S.J. ......................................................................................... 10 INTRODUCCIN ........................................................................................................................... 13 PREFACIO DE DANIEL ROPS .......................................................................................................... 18 NOTAS AL LECTOR........................................................................................................................ 21 PALABRAS DE ORDEN PARA CADA AO........................................................................................ 23 1936 ............................................................................................................................................ 26 1937 ............................................................................................................................................ 30 1938 ............................................................................................................................................ 71 1939 ...........................................................................................................................................108 1940 ...........................................................................................................................................145 1941 ...........................................................................................................................................200 1942 ...........................................................................................................................................241 1943 ...........................................................................................................................................268 1944 ...........................................................................................................................................293 1945 ...........................................................................................................................................321 1946 ...........................................................................................................................................349 1947 ...........................................................................................................................................379 1948 ...........................................................................................................................................406 1949 ...........................................................................................................................................437 1950 ...........................................................................................................................................466 DATOS BIOGRFICOS ..................................................................................................................478

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NOTA DEL TRADUCTORTiempos hubo en los que los libros msticos eran considerados frecuentemente como escri-tos de segunda clase por los telogos, como libros tiles ms bien para la edificacin perso-nal de la piedad que para ayuda en la especula-cin teolgica. Todos admitan en abstracto como nocin vlida la de "revelaciones priva-das", cuando Roma las acepta; pero en concre-to, la actitud general era la de un mal disimula-do menosprecio.

Pero ahora tenemos en el firmamento ecle-sistico a dos nuevas luminarias que veneramos no solamente como a santas, que eso ya era de antes, sino tambin como Doctoras de la Iglesia. A Santa Teresa de Avila y a Santa Catalina de Siena podemos leerlas con la misma actitud espiri-tual y mental con que leemos a San Agustn. Ninguna de las dos fue universitaria, ni supo lo que supo por el camino de la cultura. Una y otra pudieron decir lo que San Pablo: que su Evangelio, lo recibi, no de mano de hombres, sino por revelacin de Jesucristo." (Gal 1, 12). Este "Doctorado" de dos msticas eminentes nos permite entender mejor lo que el Vaticano II quera decir, cuando en el nmero ocho de su Constitucin Dei Verbum dijo que la Iglesia 'No se limita a predicar lo que oy desde el principio, sino que predica tambin lo que Ella misma es, lo que llega a conocer por el estudio y la contemplacin de los cristianos, por su experiencia vital. " La autoridad de los Doctores de la Iglesia no es otra, en el fondo, que la auto-ridad de la Iglesia que los declara tales. Las experiencias de los msticos son experiencias de la Iglesia misma, que no las tiene, ciertamente como experiencia colectiva, pero s como expe-riencia vital. Por los escritos de los msti-cos habla la Iglesia como de cosa suya. A Santa Teresa la saludbamos ya desde antiguo con el nombre de "Doctora Mstica", pero no haba en ello nada, fuera de la opinin particu-lar de muchos sobre la significacin de sus escri-tos. Ahora habla la Iglesia misma, cuando le confiere, juntamente con su par de Siena, el ttulo de Doctora de la Iglesia, que es como decir, Maestra de los Telogos y no solamente autora de libros de piedad. Entonces, una visin integral de la vida cristiana no se tiene sino cuando por la Teologa Dogmtica se sabe lo que Dios dijo sobre lo que es la esencia de la vida cristiana, y se sabe tambin cmo hace en concreto lo que prometi para santificar a sus hijos. Un telogo buen conocedor de la Dogm-tica, pero insuficiente en Mstica y desconocedor de la Hagiografa, es, sin ms, y sin restarle mritos, un telogo a medias.

En las revelaciones privadas hay siempre algn peligro de que quien las recibe, las distor-sione al transmitirlas. Este peligro es mximo en las revelaciones que se producen a nivel imagi-nativo, como las de Mara de Agreda en su "'Mstica Ciudad de Dios", cuyas fantasas e incongruencias determinaron el sobreseimien-to definitivo, en el pasado siglo, de su proceso de beatificacin; o como las de Ana Catalina Emmerich, que detuvieron tambin su proceso; aunque Pgina 5 de 481

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tras de un siglo de comprobar los in-mensos beneficios espirituales de su lectura en todo el mundo cristiano, la Sagrada Congrega-cin para la Fe dio en 1973 de nuevo luz verde para la reanudacin del Proceso.

Mucho menor es el peligro de infidelidad o distorsin en las divinas comunicaciones que se dan a nivel de la inteligencia pura, muy ms all de las palabras e imgenes. La dificultad est entonces ms bien en cmo expresar con pala-bras del humano lenguaje, percepciones que se tuvieron en un nivel de inteleccin totalmente distinto y muy superior al que nos es natural y ordinario. Por eso los escritos de las dos santas Doctoras no tropezaron con las dificultades de Mara de Agreda y Ana Catalina Emmerich, pues se leyeron desde el principio con confian-za y utilidad manifiesta.

Tienes ahora entre manos, lector, un libro escrito en el siglo XX; como si dijramos para m, para ti y para todos, no en la lnea de las visiones imaginarias, sino en la mucho ms segu-ra lnea de Santa Teresa y Santa Catalina. Con-tiene un encendido Mensaje de Amor y de ilimi-tada confianza en un Dios que nos ama infinita-mente. Son palabras directas de Cristo (bien podemos pensarlo as) que no tienen ciertamen-te la dignidad y obligatoriedad del Evangelio, ni de los pronunciamientos dogmticos de la Iglesia, pero le son en todo conformes y tienen un ardor y una luz de entendimiento que a la primera lectura saltan a la vista. En EL Y YO hay muchas cosas que no rebasan los lmites de lo que una persona piadosa puede pensar por s misma dada su educacin y el tenor de su vida; pero hay otras tan elevadas y sorprendentes, que simplemente parece obvio asignarles una procedencia superior a lo que de s poda dar una mujer como Gabriela Bossis.

Las ediciones francesas se sucedieron con rapidez. La que me ha servido para esta traduc-cin es la aparecida en 1957. Las ediciones vie-nen presentadas por ilustres prologuistas: el tomo 1 contiene un prlogo y el Imprimatur cannico del entonces obispo de Nantes, Mon-seor Villepellet, al que siguen, cada uno con prlogo propio, dos conocidos telogos france-ses, el P. Jules Lebreton, decano entonces del Instituto Catlico de Pars en la Facultad de Teologa, y otro del P. Alphonse de Parvillez, redactor de la Revista "Etudes" de los jesuitas de Pars. El tomo II nos lo presenta Daniel Rops de la Academia Francesa, clebre histori-grafo de la Iglesia. El libro est pues, bien pre-sentado y bien apadrinado. Ahora se aade a eso el Imprimatur que el Sr. Obispo Auxiliar y Vicario General de la Arquidicesis de Mxico, Francisco Orozco, le concede a la edicin cas-tellana que he preparado. Pgina 6 de 481

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No hay pues imprudencia ninguna si se toma el ttulo del libro con el valor que tienen natu-ralmente las palabras: EL Y YO; y no me cabe la menor duda de que el libro producir en los lectores de habla espaola, los mismos efectos saludables que desde dcadas viene produciendo en los de habla francesa.

EL Y YO pertenece a una categora de libros que la Iglesia nunca aprueba de manera directa y explcita como de divino origen: simplemente los vigila y los deja correr al amparo de un Imprimatur episcopal, que garantiza la orto-doxia del contenido y no va ms all. Si t quie-res tomar esas palabras como procedentes direc-tamente de la boca de Cristo, puedes hacerlo sin imprudencia; si prefieres tomarlas solamente por lo que contienen en s, tienes para ello toda tu libertad. Pero no dudo de que sentirs en ms de una pgina, como por transparencia, una accin de Dios que te encamina poderosamente a amarlo ms, como con tantos ha sucedido. Al fin y al cabo, lo que es bueno y hace bien viene siempre de Dios. No importa que dejemos en suspenso la cuestin especulativa de si esas pala-bras en concreto las pronunci real y fsicamen-te Jess para tal persona, en tal fecha y bajo tales o cuales circunstancias.

Debo advertir que omit la traduccin de una pequea biografa que aparece en el sexto tomo bajo la firma de Mme Bouchaud. Aparte de un estilo demasiado femenino para mis gustos de traductor, encuentro que es un tanto cuanto sub-jetiva; se titula GABRIELA BOSSIS INTIMA, y ms que un verdadero y propio bosquejo biogr-fico representa el intento de un alma por interpre-tar a otra. Yo habra preferido algo menos "nti-mo" y ms objetivo y circunstanciado, para traducirlo. Tendrn pues los lectores de este libro que contentarse con las generalidades bio-grficas que se encuentran en la Introduccin del P. de Parvillez, en el Prlogo de Daniel Rops y con algunos datos ms, extrados del texto mis-mo y de la biografa de Mme Bouchaud, y con-densados en este libro en forma de apndice. Cango. Dr. Antonio Brambila

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PROLOGO DE MONS. VILLEPELLET, OBISPO DE NANTESDurante cosa de medio siglo han venido circu-lando varias publicaciones de "diarios ntimos". Casi se podra pensar en algo as como una nueva invasin de los msticos, segn la expresin del Abb Bremond.

Podramos citar, entre los ms conocidos, los escritos de Luca-Cristina, los de la Madre Luisa Claret de la Touche, los de Sor Isabel de la Trinidad, los de Sor Anselma, los de Elisa-beth Leseur, los de Sor Josefa Menndez, as como las pginas reunidas bajo el ttulo "Cum clamore Valido", sin olvidarnos del ms clebre de todos esos escritos, la "Historia de un alma" de Santa Teresa del Nio Jess.

Con todo esto, sera oportuno aadir toda-va otro "Diario Intimo", que no lleva otra indi-cacin fuera del ttulo, breve y expresivo, de EL Y YO?

Lo que distingue a EL Y YO de todos esos libros hermanos, es que su autora no parece vivir entre los muros de un claustro ni llevar una vida sedentaria, ni siquiera la vida quieta de una madre de familia entregada a su hogar. Los hori-zontes de este libro no son algo as como el mbito de un pequeo jardn cerrado; sino que las notas espirituales se van como regando a travs del mundo entero. Se trata de las Nota espirituales de una mujer de mundo. Por todos los caminos de Francia, y ms all an, desde Montreal a Argel, de Roma a Quebec, de Kai-ruam a Palerma; a bordo de un ferrocarril o en barco o en carro; lo mismo en el metro que en el teatro, El, el Divino Compaero, se hace pre-sente de continuo a un alma atenta que se recoge y escucha, y esto no obstante las mil distracciones a que se ve continuamente expuesta. Si como lo dice la Imitacin de Cristo, los que viajan mucho rara vez se santifican, la conversacin entre EL Y YO es una excepcin a la regla.

Esta es la razn de que para nuestros con-temporneos, que viven en el seno de una civili-zacin complicada y enemiga del recogimiento, estas pginas alcancen el valor de un verdadero "testimonio", ya que demuestran que no es en manera alguna imposible, mantenerse en el sen-timiento de la presencia de Dios en toda clase de situaciones. Pgina 8 de 481

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Porque de hecho, todo debera servir como un escaln para subir hasta Dios. Nos vienen a la mente los deliciosos actos de un Olier en su "Jornada Cristiana" para todas las circunstan-cias de la vida: "Cuando uno sale el campo, cuan-do ve el sol, la tierra, las hierbas y las flores y los frutos; o cuando se oyen cantar los pjaros o se ve obligada a bajar de una carroza." No es probable que la autora de EL Y YO haya nunca conocido los escritos de Olier; y sin embargo, los toma por su propia cuenta y a su manera; multiplica las observaciones, y las lanza rumbo al cielo como flechas. En su vida agitada y errante, la autora sabe detenerse ante humildes paisajes para descifrar en ellos las huellas de la Sabidura, la Potencia y la Bondad de Dios, una gaviota que vuela por encima de un navo, los geranios en un jardn, rosas que se marchitan, incluso los escalones desgastados de una vieja escalera: todo lleva en s un mensaje divino para quien sabe escucharlo. Este hbito de percibir lo Invisible en lo visible es precisamente lo que los autores espirituales llaman "la oracin conti-nua", la plegaria del corazn; constante dispo-sicin de amor de Dios, segn el decir del Pa-dre Grou, de confianza en El, de una sumisin- a su Voluntad en todos los acontecimientos de la vida; atencin continua a la Voz de Dios que se hace or en el fondo de la conciencia y nos sugiere sin cesar pensamientos de bondad y per-feccin; una disposicin en que deben estar todos los cristianos, disposicin en la que se han encontrado todos los santos, y que viene a ser como la mdula de la vida interior...

Ahora bien, es esta disposicin lo que EL Y YO nos presenta y nos induce a adquirir en tr-minos de lo ms felices, y en un lenguaje admi-rablemente adaptado a las tendencias espirituales de hoy. Muchos de los Dirigentes de Accin Catlica, de esos que encuentran siempre difcil asociar la contemplacin de Mara con las acti-vidades de Marta, aunque bien comprenden el sentido de lo nico necesario como la condi-cin indispensable de todo apostolado fecundo, encontrarn la familiaridad con Dios en estas pginas ardientes; y mediante ellas podrn a su vez contribuir a que se haga verdad una bella palabra de la Beata Angela de Foligno, cuando dijo que un alma que vive contenta en Dios repone en sus Manos el Orden Universal.

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PROLOGO DEL P. JULES LEBRETON S.J.(Decano que fue de la Facultad de Teologa en el Instituto Catlico de Pars)

Despus del Prlogo con que el Sr. Obispo de Nantes presenta este libro, resulta ms bien superflua la nota que se me pide; pero no creo poder rehusarme a rendir mi humilde homenaje a esta ferviente cristiana cuyos escritos ya cono-ca yo, y que me haban hecho tanto bien.

Lo que mayormente ha llamado mi atencin es el progreso espiritual que fcilmente pode-mos percibir a lo largo de estas pginas.

A los principios se ve cmo una Ternura "antecedente" despierta el amor y lo llama a S; ms tarde se hace ms apremiante la direccin, y todava ms exigente; hasta que hacia el final, el Amor la arrastra a una vida ms y ms pro-funda, ms olvidada de s misma y ms vida de la Unin eterna.

Algunas indicaciones esparcidas por aqu y por all nos dejan como entrever la preparacin asctica que precedi y prepar poquito a poco la intimidad final: el Seor le pidi a Gabriela algunos ejercicios de penitencia que la asustaron al principio, pero que se le hicieron prontamen-te fciles.

Leemos, por ejemplo, con la fecha de 22 de junio de 1939, lo siguiente: "De hoy en adelan-le hars la Hora Santa los jueves. Quiero que pases esa hora conmigo. Al principio te ser necesario un esfuerzo, pero luego no te costa-r..." Dgase lo mismo de las "mortificaciones" unidas a la Flagelacin del Seor. Y encontra-mos la misma invitacin y la misma docilidad a propsito de la muerte de la sirvienta Mara. "Recuerdas las vacilaciones que tuvist, cuan-do muri tu fiel sirvienta Mara, sobre si toma-bas otra o no? Yo te invit entonces a quedarte sola, cuando te pregunt si Me amabas hasta ese extremo. Verdad que no has tenido de qu arrepentirte?"

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Estas indicaciones discretas hacen entrever una fidelidad valiente, que es la que da a los impulsos del amor todo su alcance y su valor.

Se pueden anotar otras indicaciones del Seor que van en el mismo sentido. El 4 de mayo de 1940 le dice: "Para hoy te pido la austeridad del espirito: que tu pensamiento sea una lmpa-ra cuya flama suba directa hacia Mi Potencia, Mi Majestad y tambin hacia Mi Amor de Padre y de Esposo." Y el 12 de septiembre del mismo ao (4o. tomo) le dice: "No llegues nunca hasta el fin de una satisfaccin; resrvame una parte, por el sacrificio. Mi parte..." Y el 1 de enero de 1942 (5o. tomo) le dice: "Entra con tu Es-poso en los caminos del sacrificio. No temas excederte, El hizo tanto por ti!" Y lo mismo el 24 de marzo: "no quieres encadenar tu que-rida libertad con Mis dos Manos?"

Debo aadir que en la mayora de esas ano-taciones aparece una ponderacin, un tacto, un equilibrio admirables. Si se toma en considera-cin todo ese conjunto, no parecern objetables ciertos pasajes en los que se nota una sensibili-dad demasiado viva y emotiva. Pasajes, a decir verdad, escasos y dispersos, que no dejan una impresin permanente. Y el trmino hacia el cual encamina el Seor a su fiel servidora, espe-cialmente por lo que aparece en los ltimos cuadernos de su manuscrito, es una unin pro-funda, silenciosa, a la cual ella no poda llegar sino mediante el sacrificio total de s misma.

El 1 de enero de 1941: "'Tu palabra de orden es: Entrar y vivir en M en cada momen-to... Desprndete ms y ms de las cosas de la Tierra. . . Entra con tu Esposo en los caminos del sacrificio." Y el 5 ele abril: "Djame final-mente vivir en ti, en lugar tuyo. Retrate de ti. . ." Y el 21 de mayo: "No me creas nunca lejos de ti,- pues estoy en tu centro con el Padre y el Divino Espritu... T por ti misma no eres nada en absoluto, pero que esa nada sea Ma!" Y el 18 de junio le dice: "Djate penetrar, inva-dir." Y el 19 de junio: ". . . hndete en Mi Amor insondable."

Dos aos antes, una vez que Gabriela se pre-guntaba si cuanto escriba vena del Seor o de ella misma, Jess le respondi: "Aun cuando estas palabras salieran de tu naturaleza humana, no Soy Yo Quien cre esa naturaleza? No tienes t que referirlo todo a M?, Yo Soy la Raz de tu ser; pobre creatura Ma."

La duda de Gabriela era legtima, pero la respuesta de Jess fue buena. Hemos de aadir que Dios, Creador del alma, la santifica y la mueve con su Gracia. Conforme se va Pgina 11 de 481

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desarro-llando la vida espiritual, esa accin se va hacien-do ms potente y manifiesta. El trmino al que el cristiano aspira a llegar cuando quiere ser enteramente fiel a la gracia, nos lo describe ad-mirablemente San Pablo cuando dice: "Ya no soy yo el que vive; es Cristo quien vive en m."

Esta mujer cristiana que nos habla en los cuadernos de EL Y YO tendi con todo su esfuerzo hacia esa meta de amor,

Debemos quedarle reconocidos por el ejemplo que nos da.

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INTRODUCCINPor el P. Alphonse de Parvillez S.J.

No es posible todava publicar el origen y la historia del manuscrito que voy a comentar. Pero s conviene decir cuando menos algunas palabras sobre la naturaleza de las comunicacio-nes que en l se nos ofrecen.

Se trata de lo que comnmente llaman los autores espirituales "palabras interiores". Pala-bras que una persona percibe en su alma "como venidas de Cristo", y que escribe inmediatamen-te. Nada de apariciones ni de audicin externa; palabras que se producen ms all de los senti-dos, en una regin del espritu mucho ms pro-funda.

En una materia como sta, la credulidad ciega es tan irrazonable como la negacin "a priori" y, en consecuencia, se impone un anlisis muy cui-dadoso. En su introduccin al libro titulado

Esto lo escriba el P. de Parvillez antes de que se hiciera la primera edicin del librito de Gabriela, que apareci sin el nombr de la autora por razones que no es necesario explicar aqu.

Cum Clamore Valido", el R. P. Monier-Vinard estudia las maneras diversas con que Dios suele comunicarse a fas almas, y dice: "Hay ocasiones en las que Nuestro Seor se aparece de modo visible bajo figura humana; y entonces sus pala-bras son percibidas al mismo tiempo por los sentidos externos y por la inteligencia. Esto se dio, probablemente, en el caso de Santa Marga-rita Mara cuando Nuestro Seor le mostr su Corazn al descubierto dicindole: 'He aqu este Corazn que tanto ha amado a los hom-bres.' Pero por lo general Dios habla por medio de iluminaciones ntimas. Ora infunde El mis-mo, personalmente, luces sobrenaturales y deslumbrantes, que transportan al alma por encima de s misma a un mundo desconocido del cual ella no puede, cuando vuelve en s, decir nada adecuado. Ora se vale el Seor de ideas o imgenes conformes a nuestro mecanismo men-tal ordinario, pero con palabras que El personalmente escoge e infude en lo hondo del alma; y el alma tiene entonces la impresin de que Dios le habla de manera distinta, incluso, a veces, como si dictara. As, en la vida de Santa Mar-garita Marfa se nos habla de resoluciones o con-sagraciones que habran sido dictadas por el Sagrado Corazn." Pgina 13 de 481

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Esta ltima descripcin corresponde exacta-mente al caso que tratamos ahora. La persona favorecida con estas comunicaciones tiene la idea clara de que ella ni entra ni sale en esas palabras que ella recibe y siente como venidas del exterior; y lo que escribe fluye sin tachadu-ras ni repeticiones, sin ningn esfuerzo visible por encontrar los trminos adecuados.

El padre Monier-Vinard, sin embargo, aade que en el libro "Cum Clamore Valido", la expre-sin del mensaje, especialmente en los comen-tarios, pertenece a la persona que lo escribi, y cuyo estilo es visible. Y termina con esta reflexin, que merece toda la nuestra: "Por lo dems, conviene admitir que todo santo o santa favorecido con una revelacin obra ms o me-nos de esa manera, dejando siempre en lo escri-to su marca propia; por manera que siempre habr que discernir entre lo que es propiamente divino y lo que hay en ello de envoltura hu-mana."

Finalmente, el P. de Smedt (en Notre Vie Surnaturelle" t. I, p. 229), hablando de las revelaciones de Dios, hace la siguiente observa-cin: "Cuando el alma favorecida con este tipo de revelaciones quiere recordar algo de ellas, sea para su propia edificacin sea para bien de los dems, puede fcilmente suceder que mezcle, con la mayor buena fe, al recuerdo de las pala-bras divinas, el recuerdo de otras ideas que le hayan venido de sus lecturas, de las predicacio-nes que oy, o que incluso sean mero producto de su propia inteligencia e imaginacin "

Para ayudar al lector a formarse un juicio vamos a aadir el ejemplo de ciertos pasajes tomados del manuscrito original de esta obra. Al alma que se pregunta sobre la autenticidad, la Voz Interior le responde: "Dudas de que sea Yo? Haz como si lo fuera." (25 de agosto de 1937) Palabra que conviene no olvidar. Por- que si los consejos son buenos, es ms impor-tante seguirlos, que tener una certidumbre abso-luta acerca de su origen. Y sin embargo, la cues-tin de saber- la procedencia de esas voces o ilu-minaciones conserva toda su importancia. As, en otro momento, el Interlocutor Interior res-ponde a ciertos temores de su favorecida dicien-do: "El pensamiento de tu indignidad te hace dudar de que sea Yo quien te habla. Pero, dn-de dejas Mi Misericordia?" (10 de febrero de 1938) Y vuelve en repetidas ocasiones sobre la misma idea: "No temas. Se ver claro que si te hablo no es por tus mritos, sino por una nece-sidad de Mi Misericordia." (24 de septiembre de 1938).

"Si dudas de Mi Palabra o si te admiras de Ella, se debe a que t piensas tener en eso algu-na parte." (10 de febrero de 1939).

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"Si te hablo es por lo indigna que eres de escucharme. As es Mi Misericordia. Que tu al-ma tenga la semejanza de tu Madre (la Santsi-ma Virgen) y de tu Hermano (Cristo)." (23 de mayo de 1939).

Y luego reivindica el Seor su derecho de obrar como le plazca: "Acaso por el hecho de ser Yo Dios no tengo derecho de comunicarme con Mis creatures?" (25 de agosto de 1937). Y en vista de que las dudas persisten o renacen, vuelve a la carga: "Y qu? No soy acaso libre de hablar a quien Me plazca? No puedo Yo escoger a Mis apstoles, a Mis amigos? Yo siem-pre he escogido. Lee el Evangelio. A ti te he llamado desde el principio de tu camino, para sealar la simplicidad y la alegra de la vida interior. Camina segn lo que est escrito de ti en el Libro de Mis Designios." (10 de julio de 1942).

Y en otra oportunidad, despus de un ser-mn sobre el Cuerpo Mstico de Cristo, la Voz Interior saca la siguiente conclusin: "Puesto que sois miembros de Mi Cuerpo, qu tiene de raro el que Mis miembros pensantes entiendan Mis Pensamientos? Somos Uno." (Febrero de 1941).

Sus palabras son simples: "Estoy empleando palabras que estn a tu alcance..." (3 de septiembre de 1941). Pero se trata de palabras que de-ben ser largamente reeditadas: "Cuando t Me relees en esas frases que te he dicho, desciende a las profundidades del texto. Entra siempre ms hondo en una palabra siempre nueva e irs de descubrimiento en descubrimiento, en los jardines de Mi Amor." (Julio de 1941).

Y luego le pide a su confidente que vuelva cada da sobre las palabras recibidas: "Hazme el honor de leer un poco cada da. Te sentirs unida a M y como elevada sobre la Tierra." (Junio de 1940).

Y le hace entender que otras almas sacarn provecho de conocer esas palabras. Y cuando ella le dice: "Seor, cunta uncin hay en todas Tus Palabras!", El le responde: "Es que Mis Palabras van dirigidas con inmensa Ternura a Mis hijos. Y t las recibes de rodillas, cmo si Me recibieras a M. Escrbelas para siempre, pues otros las recibirn despus de ti. El bien fluye y renace con un renacimiento perpetuo en Dios.

"Benditos aqullos que trabajan por el bien! Pueden, ya desde ahora, descansar como hijos muy amados, en Mi Corazn" (Septiembre de 1942).

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Hay una intencin de Providencia en la co-municacin. Dice la Voz:

"Se te preguntaba cul es tu misin. Seor, yo soy demasiado pequea para tener una mi-sin. "Las nias pequeas pueden recibir un encargo. T debes mostrar que hay que hablar conmigo y no dejarme solo en vuestros cora-zones. Lzaro, Marta y Mara estaban en su cas-tillo cerca de M, ocupndose de M. No te parece que Yo tena que recibirlos muy bien en Mi Palacio del Cielo?" (30 de julio de 1941).

Y un poco ms adelante nos encontramos con esto: "Yo te escog para que hagas ver lo simple y gozosa que es la vida de amor, el len-guaje del amor, la conversacin de amor. Todo se reduce a mirarme como al Bienamado; porque entonces todo en el alma converge hacia M y Yo atraigo todo lo que hay en ella. As lo dije una vez Cuando Yo sea elevado sobre la Tierra, todo lo atraer hacia M. Y lo que hay en el alma son sus potencias: memoria, entendimien-to y voluntad, que se dirigen solamente a M y a lo que Me respecta." (1 de abril de 1943).

Conforme se va leyendo el conjunto de estas notas se va abriendo paso la idea de que esta misin particular debe ser entendida en un sen-tido amplio. No se trata simplemente de con-versar con Dios ni de mero recogimiento; sino que poco a poco se va precisando toda una direccin espiritual que toma en cuenta las difi-cultades ms grandes de la vida cristiana, orien-ta al alma hacia las virtudes ms fundamentales y la anima a los esfuerzos decisivos. La subida hacia Dios sigue en personas distintas, itinera-rios diferentes, pero que pasan todos ellos por ciertas etapas que son como obligatorias. Lo esencial es el amor de Dios, pero el amor de Dios presupone ciertas condiciones, asume for-mas determinadas y lleva a consecuencias nece-sarias. No se puede amar a Dios sin conocerlo, sin pensar en El, sin tener una cierta idea de lo que El es, de lo que son su Grandeza y su Bon-dad, as como no es posible tratar con El sin expresarle nuestros sentimientos y pedirle su ayuda. De esto depende la naturaleza de la ple-garia, la necesidad del recogimiento, de la refle-xin, de la vida sacramentaria y especialmente de la Eucarista

Es ademas necesario el que nos desprenda-mos de nosotros mismos, que nos liberemos de todo egosmo; es indispensable que sometamos nuestro espritu a Dios en la humildad y nues-tro cuerpo por la mortificacin: sta es la parte que le toca en la vida cristiana al sacrificio. Y ni qu decir tiene, que nuestro amor no sera sin-cero, si no nos llevara a cumplir la Voluntad de Dios en todo y segn nuestras fuerzas; en conse-cuencia, si no se extendiera a nuestro prjimo, a ti abalar Pgina 16 de 481

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segn la Voluntad de Dios en la santi-ficacin de todos los hombres. Precisa un espri-tu de plegaria y recogimiento, de humildad y valenta, de abnegacin, confianza, caridad y celo ya que no es posible concebir la santidad sin todas estas virtudes. Las cuales no son, por lo dems, sino las condiciones, el ejercicio o los resultados del amor.

Ahora bien, en el manuscrito que comento, todos estas puntos se manifiestan reiteradamen-te y en forma bien acentuada. Y sera bien fcil agrupar los textos componiendo as una especie de tratado o de itinerario del alma que sube hacia Dios. La exposicin sera fcilmente metdica. Ha parecido mejor seguir en esta edicin un orden cronolgico, evitando con ello toda apariencia de pedantera. Ha sido adems necesario limitarse a reproducir pasajes ms bien breves y no muy numerosos, a fin de no aumen-tar el precio del librito.* Ya haba bastantes personas que tenan conocimiento de este escri-to; habindolo recibido con simplicidad cmo un medio de conocer mejor a Dios, encontraron en su lectura luz y paz. Como qued escrito en el Evangelio: "Yo te bendigo, Padre, Seor del cielo y de la tierra, porque quisiste esconder estas cosas a los sabios y a los prudentes, para revelarlas a los pequeos." (Mt 11. 25).

* Nota: Referencia a la edicin del primer tomo de EL Y YO que apareci en vida de la auto-ra, sin su nombre. Recoge una recopilacin de textos escogidos cronolgicamente entre sus Cuadernos, pero incomplelos.

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Diario de Gabriela Bossis

PREFACIO DE DANIEL ROPSEs una historia hermosa y sorprendente -historia de un alma tambin ella- la que nos cuentan los dos pequeos libros titulados EL Y YO. El primero apareci hace dos aos y adquiri luego un crculo de lectores fervorosos. El segundo va a ser publicado, y no es menos rico ni menos conmovedor. Y ahora que el hecho de su muerte dispensa a la autora del secreto que su discrecin le impona cuando estaba vi-va, tenemos derecho a decir quin era el escritor annimo (no decimos que "el autor", pronto veremos por qu) que haba escrito esas pginas fulgurantes de amor sublime, esos pensamientos a menudo tan llenos de una verdad sobrenatural.

Se llamaba Gabriela Bossis. Hacia el final de su existencia sobre la tierra, era una seorita de provincia de edad avanzada (haba nacido en 1874), pero que, segn el testimonio de cuantos la conocieron, haba sabido conservar ex-traordinaria juventud de espritu y compor-tamiento.

De ordinario viva en Nantes o en algn otro pequeo poblado a orillas del Loira. De ordina-ro, decimos, porque su vida haba sido un poco trashumante por la ms inesperada de las razo-nes. Educada en un medio burgus (pues su padre haba tenido, como en los buenos tiem-pos, la profesin de "propietario"), Gabriela Bossis, la ltima en una familia de cuatro hijos, haba sido durante mucho tiempo una jovencita tmida, silenciosa y retrada, que prefera estar meditativa en un lugar solitario ms bien que jugar con sus compaeros de edad. Acaso comenzaba ella, ya desde entonces, a tener una experiencia extraordinaria que deba consumar su vida? En todo caso, fue necesario que tuviera una muy buena razn para rechazar todas las propuestas de matrimonio; y nada nos prohbe pensar que dicha razn haya sido de un orden muy ntimo. Se dice tambin que posea dones especiales para esas artes ornamentales a que se dedicaban nuestras abuelas: el bordado, la pin-tura, la iluminacin, la msica; e incluso (lo cual era ms difcil) la escultura. Nada de esto rebasa las capacidades de muchas jvenes de buena sociedad de los principios de este siglo, en los medios tradicionales de nuestras provin-cias francesas.

Por casualidad descubri Gabriela que posea tambin otra capacidad poco frecuente: la de autor teatral. Escribi para un patronato de Anjou una de esas piezas que renen el buen gusto con la perfecta moralidad y que con fre-cuencia provocan sonrisas, pero que son mucho ms difciles de componer que te criticar. Como el experimento tuvo xito, Gabriela compuso otras obras, muchas Pgina 18 de 481

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otras, y todas ellas merecieron la calurosa acogida y amistad de pblicos crecientes. Y tanto fue as, que su no-toriedad rebas los lmites de la provincia. Saliendo de Nantes y sus alrededores, Gabriela fue a montar personalmente sus obras en varias ciudades de Francia, y, ms tarde, del extranje-ro, en Blgica, Italia, Marruecos, an en Canad, y ihasta en Palestina! La gentil autora de obras para patronatos se convirti en una gran viajera.

Y fue en estas condiciones como sigui ella hasta el fin su experiencia interior. Viene a la mente una clebre frase de Berqson, cuando dijo que los grandes msticos han sido por lo general hombres y mujeres de accin, dotados de un buen sentido superior. Este decir se aplica perfectamente a Gabriela Bossis, porque, al mismo tiempo que representaba sainetes des-de Kairouan hasta las Montaas Roca" , vivia ella una vida espiritual extraordinariamente intensa. Como los ms grandes msticos, habra ella podido repetir la palabra de San Pablo: "Ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo el que vive en m: "

Habr de confesarlo? El hecho es que me conmueve profundamente el admirable equili-brio entre una faceta que mira sonriente al pblico, consagrada a distraerlo honestamente, y otra faceta ntimamente consagrada a la contemplacin. Ciertamente admiramos cual con-viene, al mstico que se encierra en su celda y metido en su cogulla, persevera en una expe-riencia ardua como ninguna otra; pero en fin, los religiosos y las religiosas para seguir a Dios apartan de su camino todos los obstculos, por desgracia innumerables, que el mundo nos ofre-ce. Pero un hombre o una mujer al mismo tiem-po humanamente cerca de nosotros y en condi-ciones semejantes a las nuestras, que llegue a elevarse basta la cima inaccesible en que Dios se revela a sus elegidos, es algo todava mucho ms admirable.

Gabriela Bossis fue sin duda alguna una ver-dadera mstica; y los dos tomitos de EL Y YO nos relatan, casi como una copia estenogrfica, lo que ella recibi en el curso de una relacin cara a cara con Jesucristo. Tales diarios ntimos no son raros. En nuestra poca han aparecido varios de ellos, entre los cuales los hay muy extraordinarios, como el de Luca Cristina, el de sor Josefa Menndez, el de Isabel Leseur tan pattico en su simplicidad; esas pginas que fue-ron reunidas bajo el ttulo de "Cum Clamore Valido"; y la famosa autobiografa de la amable Teresita del Nio Jess de Lisieux, corona como una diadema todo este conjunto.

Ninguna de estas obras puede dejar indife-rente a un cristiano. Porque el dilogo de un alma con Dios es al mismo tiempo nico y ejemplar; para cada uno de los favorecidos con esos dones es

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algo exclusivo que se dirige a lo ms ntimo del ser; pero todos los que leen lo por ellos escrito pueden or en su propia alma el eco de las divinas palabras.

Los textos de Gabriela Bossis se nos presen-tan como palabras de Jess mismo escuchadas por la mstica y puestas en seguida por escrito. En qu medida podemos admitir que Cristo mismo haya hablado a esta persona de nuestro tiempo y que sus palabras contengan la verdad? Con frecuencia les sucede a los beneficiarios de esta clase de favores verse acometidos por la duda, y ellos se preguntan una y otra vez si no han sido juguetes del orgullo o de la propia ima-ginacin. A esta pregunta que se haca Gabriela, responda la voz interior con admirable sabidu-ra: "Dudas de que sea Yo? Pues haz como si lo fuera." (25 de agosto de 1937). Y en otra ocasin: "Y aun cuando estas palabras salieran de tu propia naturaleza, no soy Yo Quien cre esa naturaleza? No tienes t que referirlo todo a M?" (26 de agosto de 1940). Esta ra, a no dudarlo, la mejor de todas las respuestas.

Y es esto lo que hace una excelente impre-sin en el lector de estos textos y que se pre-gunta sobre el valor de esta experiencia. De Ga-briela Bossis no se dijo nunca que haya tenido visiones, xtasis, manifestaciones sorprendentes; no fue ni vidente ni estigmatizada. En aparien-cia nada la distingua de cualquiera otra mujer ordinaria; era una amable seorita de avanzada edad que amaba la juventud, bailaba y represen-taba en el teatro, y que le sonrea a todo el mundo; y sin embargo, oa en su interior pala-bras que suenan con el sonido de la ms altaverdad sobrenatural. Un autntico eco de Cristo.

Porque esa es la impresin que se tiene cuan-do se lee EL Y YO; como decan los primeros cristianos, en esa obrita se respira el buen olor de Cristo Nada forzado ni excesivo; nada que violenta la naturaleza humana ni que la quiera llevar ms all de sus fuerzas. Cierto que hay all un llamamiento repetido y fervoroso a la disciplina interior, a la ascesis, al esfuerzo por dominar el propio yo; pero permanece profun-damente humano. En el segundo tomo, sobre todo, el alma mstica, franqueados ya los pri-meros obstculos para acercarse a Dios, da un sonido de plenitud simple y gozosa y de sere-nidad en el amor que en varios pasajes lo empa-rienta con las obra: maestras de la literatura espiritual. El abate Bremond lo habra disfruta-do enormemente. El que Cristo en persona haya hablado a esta alma, no lo puede asegurar por su propia autoridad ningn simple lector; una cosa es, sin embargo, segura: que esta alma vivi en Dios y que refleja sobre nosotros un poco de su Luz. Octubre de 1950.

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NOTAS AL LECTOR1. En la edicin francesa de LUI ET MOI, fuen-te de esta traduccin no se da la cronologa sino parcialmente. Aparecen en los siete tomos, coloquios escritos por Gabriela Bossis con fecha completa, seguidos por otros que la tienen in-completa o que no tienen ninguna. Para esta cronologia se tomaron como base los coloquios con fechas completas, sin mover de lugar los que les siguen.

Es posible que algn coloquio no est exac-tamente en el sitio correspondiente a los ''cua-dernos" manuscritos originales de la escritora, ya que no se poda contar con ellos para recti-ficar. Tratndose de palabras de "valor intem-poral", en la expresin del traductor, un error de colocacin no es de tanta importancia, Lo que se ha cuidado minuciosamente es que no exista ninguna omisin.

2. La edicin francesa trae en el primer tomo, los prefacios de Monseor Villepelet, del P. Lebreton y del P. Parvillez, y en el segundo, el de Daniel Rops. En este libro se han colocado todos al principio, precedidos de la "Nota del Traductor", el P. Antonio Brambila, conser-vando ntegros sus textos que el lector aprove-char tanto como pruebas de autenticidad, como por sus enseanzas teolgicas.

3. En esta edicin cronolgica, se encontrarn escritos con mayscula A) los sustantivos, pro-nombres y posesivos que se refieren a Dios, Sus Atributos, Sus Misterios, as como Su Pertenen-cia sobre las creatures cuando sta se explicita; B) las tres Virtudes teologales y la palabra Gra-cia; C) las palabras Tierra y Mundo; D) las palabras Gloria, Cielo o sus equivalentes, y E) la primera persona del verbo ser cuando la pronuncia el Seor hablando de S mismo. Los criterios para proceder as, en aparente abuso ortogrfico, son los siguientes:

A) En cuanto a sustantivos, posesivos y pro-nombres (exceptuando los que estn insertos en otra palabra): a) El original, presenta as el uso de las ma-ysculas en general.

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b) El Traductor escribe as por adoracin y re-verencia al Seor, y por el uso corriente en la lengua italiana a la que est habituado. c) La, razn fundamental es que Jess mismo prueba y pide a Gabriela que as sea hecho en el coloquio del 6 de mayo de 1939.

B) En cuanto a las Virtudes teologales y la pa-labra Gracia se generaliz la presentacin porque: a) Gabriela las escribe con maysculas em mltiples ocasiones, b) Son virtudes y realidades espirituales que slo existen en las almas como Dones Di-vinos, y se ha querido subrayar su origen e importancia.

C) En cuanto a las palabras Tierra y Mundo, cuando significan el planeta o cuando sta ltima expresa en alguna forma la universali-dad del pecado.

D) En cuanto a las palabras Gloria, Cielo y equi-valentes: a) Estos vocablos estn escritos con mays-culas con gran frecuencia en el original. b) Tambin se generaliz este uso enfatizan-o su significado trascendente.

E) En cuanto a la primera persona del presente de indicativo del verbo ser, pronunciada por Je-ss y referida a S mismo, la mayscula ha sido usada para expresar la plenitud de la Esencia Divina, en continuidad al pasaje bblico en que Dios revela su Identidad a Moiss, expresin que pervade todo el Antiguo Testamento y que nicamente aparece en Boca de Dios. Cuando Jess habla de Su Persona y slo entonces, habla como el Padre en el Antiguo Testamento.

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PALABRAS DE ORDEN PARA CADA AO1. 1 de enero de 1937. "Tu divisa para este ao: Con pureza y simplicidad. Que te baste con ofrecerme cada vez el momento presente, as todo tu ao sera Mo."

2. 1 de enero de 1938. "Este ao Me amars en la persona de Mis hermanos. Haz con ellos lo que haras conmigo."

3. l de enero de 1939. Yo Le deseaba Su Gloria. Ale dijo: "No Me pidas Mi Gloria como si fuera una cosa que nunca va a llegar. Cuando la pides, cree que te va ser concedida. Este ao pedirs Mi

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Gloria, Mi Reino. Y en segundo lugar, pondrs mayor atencin en las cosas pequeas, tus pequeas vanidades, tus pequeas exagera-ciones. Sern victorias considerables."

4. l de enero de 1940. Despus de la comu-nin, como yo Le peda una consigna para el ao, Me dijo: "Orar. Unidad."

5. l de enero de 1941. Despus de la comu-nin, cuando yo Le peda la consigna del ao, Me dijo: "Tu consigna es creer en el Amor. La Fe en Mi Amor. Y como prctica de penitencia: Modera la prontitud de tus acciones. Un tiempo de espera, que ser para M, antes de que hagas algo."

6. 1 de enero de 1942. "Pu palabra de orden es: Entrar y vivir en M en cada momento, para que as puedas estar en M a la hora de tu muer-te. T vivirs en M. Si oras en M, qu bien podrs mirar al Padre! Y si hablas en M cuando hablas, ya no podrs decir como quiera esto o aquello. Y si piensas en M y conmigo, estars muy cerca del Padre. Amada Ma! Desprnde-te ms y ms de las cosas de la Tierra... Qu puedes esperar de ahora en adelante, sino a M?"'

7. 1 de enero de 1943. "Palabra de orden: En nuestros corazones. T estars en el Mo y Yo en el tuyo."

8. l de enero de 1944. Antes de comulgar. "La palabra de orden para este ao: Espera en M."

9. 1 de enero de 1945. En mi aposento, a las tres de la maana. Yo Le dije: "Feliz ao, mi Amor! Cul es ahora la consigna?" Me contest: "Confianza. Ensnchate en M."

10. 1 de enero de 1946. Mi Palabra de orden? La fidelidad en consolar el Corazn de tu Cristo.

11. 1 de enero de.1947, "Mi consigna, Seor? Contnua. Haz el bien.

12. l de enero de 1948. "Tu consigna es: Bien cerquita. Rumho a la Unin." Pgina 24 de 481

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13. 1 de enero de 1949. "La Palabra de or-den? Servir. Que encuentres tu alegra en servir a Dios y a los hombres."

14. l de enero de 1950. "La consigna es la Esperanza en tu Dios; una Esperanza sin fin."

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19361. 22 de agosto 1936. En un buque. Durante el concierto clsico yo Le ofreca como en gavillas los sonidos con su dulzura. El me dijo suave-mente, como lo haba hecho otra vez: "Hija Ma, Mi pequeita".

2. 23 de agosto. Se arregl el piano en forma de altar. Yo pensaba en las gaviotas, en los avio-nes que aterrizan en algunos barcos. El me dijo: "Por esta vez, el que viene es Cristo".

3. Yo deca, viendo la agitacin del mar: "Se-or, T sabes que todo esto lo hago por Ti; entonces, para qu Te lo digo?" El: "Es necesario que Me lo digas, porque a Mi Me gusta orlo. Dmelo con frecuencia. No es verdad que cuando t sabes que alguien te quiere te gusta que te lo diga?"

4. 2 de septiembre de 1936. En el Canadian Pacific, entre Brandon y Regina, me pareci que besaba el interior de Su Mano. Era Su Mano derecha. La Sangre sala con abundancia de la Herida; Sangre roja, viva y fresca, que sala casi a borbollones. Me pareci estar toda entera de-trs de esa Mano, de manera que nadie poda verme. Y mientras yo besaba la Mano, mis la-bios se sentan purificados. Yo habra querido que la Sangre me lavara toda. Me dijo: "Cree en la purificacin infinita de Mi Sangre."

5. 24 de septiembre. En Canad. La Capilla queda a la puerta de mi aposento, y cada vez que paso, le sonro. El me dijo: "Sonreles a todos. Yo pondr una Gracia en cada una de tus sonrisas".

6. 3 de octubre. En la regin de Saskatchewan. El: "Encirrame en tu corazn con una seal de la Cruz, como entre dos barrotes",

7. 4 de octubre. En Montreal. El: "Cuando te falta recogimiento, el que sufre la privacin Soy Yo". (Y esto lo dijo con suma delicadeza en la Voz).

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8. 25 de octubre. Cristo Rey. Esta maana el sacerdote me consagr a Dios durante la Misa. Puso ml ofrenda en la palia, debajo de la hostia. Jess me dijo: "Ocpate de Mi Amor. No hay un hurfano que est ms desamparado que Yo..."

9. Octubre, cerca de Quebec. Los nios haban terminado de cantar, y yo Le deca: "Ya no Te hablo nunca en msica". El me contest: "Mi msica es tu amor".

10. 3 de noviembre de 1936. A la hora de la Misa, en el barco que me traa de Amrica. "Cree en la purificacin infinita por Mi Sangre."

11. 3 de noviembre de 1936. Regreso a bordo de "L'Ile de France". "No te detengas en los detalles. Ve hacia Mi Amor, con los ojos fijos. Si caes, levntate y mrame de nuevo." Con el pensamiento pona yo mi cabeza sobre Su Hombro. Me dijo: "Me la das para siem-pre?" En otra ocasin me dijo: "Busco ham-brientos." Yo: "Seor, dame la sed del marti-rio." El: "No quieras tener sino lo que Yo quie-ra ofrecerte."

12. 4 de noviembre, al regreso. Ultima Misa, sobre el puente del barco. Distrada despus de la comunin, o que suavemente me deca: "Estoy esperando".

13. Diciembre, en Francia. Por la calle. Yo: "Voy caminando a tu lado. El, dulcemente: "Pero no Me dices gran cosa".

14. 13 de diciembre de 1936. En Francia. Nan-tes. Clausura de la novena en Nuestra Seora Inmaculada, bajo la presidencia de monseor Villepelet. Durante la procesin, Jess me dijo de nuevo: "Hija Ma". Y como yo advert que mi vecino de la Avenida Launay llevaba el palio, dije a mi Seor: "Concdele alguna Gracia para su casa." Inmediatamente me respondi: "Acaso no vengo cada maana?" Entonces record que en casa de ese vecino monseor C. celebra la misa cada maana. Entonces te di las gracias.

15. 14 de diciembre. "Esfurzate por llevarles a todos Mi Sonrisa, la Voz amable".

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16. 15 de diciembre, en Francia. Yo: "Seor, Te adoro." El: "Pero, sobre todo, mame."

17. 16 de diciembre. "Sal de tus medidas habi-tuales. Amame ms".

18. 17 de diciembre. "Comencemos el Cielo desde ahora. Amame sin descanso, como Yo te amo".

19. Una tarde. "Dondequiera que hay belleza y encanto, all estoy Yo".

20. 18 de diciembre, a las seis de la maana menos diez minutos. En la dcima tercera esta-cin del Via Crucis deca yo: "Seor, dame Tu Cuerpo, que fue depositado sobre las rodillas de la Santsima Virgen." Me contest: "Aqu lo tienes." En ese momento son la campanilla en la puerta de la sacrista, precediendo al Santsimo Sacramento que recibimos luego en la co-munin.

21. 19 de diciembre. "Hay veces en que dudas que sea Yo Quien te habla, as de simples y como propias tuyas te parecen Mis Palabras. Pero, es que t y Yo no somos uno y lo mis-mo?"

22. 21 de diciembre. Yo Le peda que me diera, a m y a los mos, todas esas Gracias que son rechazadas por tantas almas. El me dijo: "Mis Gracias son sin medida, pero Soy bastante rico para darte otras. No Soy acaso, el Infinito?"

23. "Conmigo s simple, como en familia".

24. 24 de diciembre. "S dura para contigo misma y suave para los dems."

25. 25 de diciembre. Esta maana a los cinco minutos para las seis, me vi obligada a rezar con rapidez el Via Crucis. El me dijo: "Piensa en la prisa que Yo mismo tena por recorrer el Camino Doloroso para poder morir por voso-tros".

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26. 25 de diciembre. "Escndete en M. Ali-menta al mundo con tus sufrimientos, pues es de esta manera como podrs ser Mi esposa".

27. 26 de diciembre. "Tu imaginacin? Es el perro de la casa que merodea en torno. Se le puede acaso recriminar a un perro que anda merodeando? Haz como si hubieras estado siempre atenta."

28. 28 de diciembre. "Cuando Me amas te puri-ficas".

29. "S una Gracia Ma para todos".

30. "Vuelve siempre a M como si nunca Me hubieras dejado. As Me dars gusto".

31. Yo convierto tus oraciones en Oraciones Mas. Pero si t no quieres orar. . . Puedo Yo acaso hacer que florezca una planta si t no la siembras?"

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193732. 1 de enero de 1937. "Tu divisa para este ao: 'Con pureza y simplicidad'. Que te baste con ofrecerme cada vez el momento presente, as todo tu ao sera Mo."

33. 1 de enero de 1937. "Tu divisa para este ao ser: Con pureza y simplicidad".

34. 1 de enero de 1937. "Que te baste con ofrecerme cada instante que pasa; as todo tu ao sera mo".

35. 3 de enero de 1937. "Cuando andas de via-je Yo Me las arreglo para tomar en tu vida otros sacrificios distintos de los que Me ofreces en tu casa."

36. 4 de enero. "T le concedes importancia a lo que piensan tus amigos. Cmo es posible que no comprendas lo que a M Me importa que piensen en M Mis creaturas?"

37. 5 de enero. "Practica los actos de Esperan-za. Sal de ti misma y entra en M".

38. "No juzgues. Conoces t acaso, su alma?"

39. "Ponme siempre delante de ti. Yo prime-ro, t despus".

40. "Dales gusto; as Me lo dars a M".

41. 26 de enero. "Una esposa que no mirara con frecuencia a los ojos de su esposo, sera realmente una esposa?" Pgina 30 de 481

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42. 29 de enero de 1937. "Comienza tu cami-no de la Cruz al salir de tu casa, en unin con el trayecto que Yo deb recorrer desde el Jardn de Mi Agona."

43. 7 de febrero. "Puedes dudar de Mi Amor? Que otros se hagan clebres con mucho ruido sobre el escenario; t permanece oculta."

44. 12 de febrero. " Claro que s! Yo conosco perfectamente todas tus miserias, t eres para M una hija pequeita."

45. " Si t supieras lo sensible que Soy a las pequenas cosas!.

46. 14 de febrero, a bordo de un automvil. "Has visto Mi Benevolencia reflejada en el ros-tro de esa jovencita? S siempre as tu mis-ma. Si Mis fieles fueran buenos los unos para con los otros, con esto cambiara la faz de la Tierra."

47. 14 de febrero de 1.937. En una capilla: `Seor, quieres que permanezcamos aqu los dos?" El: "Dondequiera que ests podemos estar los dos. Haz lo que debes hacer y no te ocupes de lo que se diga."

48. "Tus deseos de amar son ya amor."

49. "Envulveme en tu amor."

50. "Tu alma tiene una puerta que se abre hacia la contemplacin de Dios. Pero es indis-pensable que la abras."

51. 17 de febrero. "No Me prives de tus sufri-mientos, que tanto ayudan a los pecadores". Pgina 31 de 481

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52. 19 de febrero, en el castillo de C:."T no puedes venir a recibirme durante estos tres das, tan lejos como te hallas de una iglesia; pero Yo te doy una cita para cada da, al despertar." Ay! al da siguiente me iba a olvidar de la cita, cuando un pajarito vino a cantar a mi ventana con una voz tan penetrante de insistencia, que acab por recordarla.. .

53. 19 de febrero. Angers, en la capilla de la Plaza de la Alianza, donde estaba expuesto el Santsimo. "Ya ves cmo estamos los dos don-dequiera que t ests. Mi Amor est aqu: com-pentrate."

54. 1 de marzo. En la estacin, a la orilla del Rdano. "T miras con fijeza en la direccin por donde va a llegar el tren. De igual manera, Yo tengo Mis Ojos fijos en ti, esperando que vengas a M".

55. En el tren. "No te quedes nunca sin hacer algo. As Me honrars en Mi incesante Ocupa-cin por vuestra salvacin".

56. Ante una inundacin del Loira. "S siem-pre dulce y tranquila. El cielo no se retrata en el ro sino cuando el agua est quieta".

57. 3 de marzo, en el tren. "Estos atardeceres son tambin obra de Amor. Son pocas, entre Mis creaturas, las que los contemplan para ala-barme por ellos. Y sin embargo, en ellos est Mi Amor".

58. "Si t no tuvieras pequeas pruebas, cmo podra Yo darte grandes recompensas?"

59. 3 de marzo. "Yo Soy siempre el que ama ms".

60. En la tarde. "Nada es pequeo para M.

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61. "Muestra con tu vida que el descanso no se da sobre la Tierra".

62. Mitad de la Cuaresma. Durante la proce-sin entr en una iglesia para consolarlo. Para mi sorpresa, en las naves vacas se escuchaban las voces del rgano. Un artista se aprove-chaba de la soledad para estudiar. Haba en ello una solemnidad inefable. Jess me dijo simplemente: "Te estaba esperando".

63. Mrame en los otros, y esto te ayudar a ser ms humilde".

64, 6 de marzo de 1937. Le Havre. Como prue-ba de la verdad de las palabras que me dice, Jess permiti que en el confesionario el seor Cura A., de San Francisco, me repitiera Sus mis-mos trminos: "Comenzar desde ahora el Cielo. Vivir en familia con El. Vea usted a Cristo en su prjimo."

65. 9 de marzo. Yo pensaba retirarme pasada la Elevacin. El me dijo con ternura: "No te vayas tan pronto. No podra Yo darte todas Mis Gra-cias..."

66. 10 de marzo, atravesando San Nicols, en Nantes. "Yo no estoy ya en la vida de la Tierra; entonces, tienes que reemplazarme."

67. 15 de marzo. Regresando de representar en Brest, pensaba: Si las circunstancias me hubieran llenado a hacer cine, mi renombre... Inmediatamente me interrumpi: "Te guardo para M.

68. 16 de marzo En Notre Dame. "Cultiva la ternura. En la ternura das tu primer paso hacia tu prjimo." Y esa misma tarde, ala hora de la Bendicin, me, repiti: "Da el primer paso!"

69. "Si todo lo que escribes no consiguiera sino tocar una sola alma, ya valdra la pena. .."

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70. En el tren. "No digas: 'Gloria al Padre y al Hijo. . .' de una manera tan vaga. Desea esta Gloria en tus actos concretos."

71. En el Puy de Dme, llevaba yo trabajosa-mente mis paquetes despus de una agitada no-che a bordo de un tren. Y deca en las escaleras del subterrneo: "Yo llevo mi cruz contigo, pero a Ti hubo uno que Te ayud a llevarla." En ese momento un caballero se ofreci para llevarme una maleta.

72. 17 de marzo. Calle del Calvario. "Tengo algo que decirte, pero no te lo puedo decir en la calle." Pens que estaba yo demasiado distrada y entr a la iglesia de San Nicols. Me dijo all que mi deber es el de ser encantadora ante to-dos; ser yo misma Su encanto y que el resto, la fatiga, importa poco.

73. Ayer, en casa del dentista. Jess me dijo: "No puedes soportar esto? Yo padec tanto por ti..."

74. 20 de marzo. En Lozera. "Trata de ser buena y amable ms all de lo acostumbrado. La esposa debe parecerse al Esposo. Escucha a la gente. Les liar bien hablar y sentir que son escuchadas".

75. Ass. Durante un "benedicite" (bendicin) en que estaba muy distrada me dijo: "T crees que es pequeo? para M es grande".

76. Roma. Pascua. En la Iglesia de la Minerva, Le daba yo gracias por Sus Sufrimientos. El: "Nunca habr en tu reconocimiento tanto amor y alegra como el Amor y la Alegra que Yo puse cuando sufr por vosotros".

77. Taormina, en Sicilia. Yo miraba a las muje-res que tienen maridos para ayudarlas en las pequeas dificultades de un viaje. El me dijo: "Acaso no estoy Yo aqu?"

78. 23 de marzo. En Gnova, em medio de gente que hablaba lenguas desconocidas: "Esta semana, nete a M en el silencio." Pgina 34 de 481

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79. Sentada. Seor, me podras conceder esta Gracia?" El: Recuerda que Soy muy rico."

80. 30 de marzo. En Palermo. "Te acuerdas? Cuando eras nia Me dijiste una vez: 'Seor, inclina mi corazn a las Palabras de Tu Boca'."En la iglesia de San Jos me dijo con mucha dulzura la frasee del primer acto de "La Pequea Veladora de Cuatro Centavos": "Yo s todo lo que hay en tu cabeza, pues tu cabeza es Ma."En Montreale de Palermo Le dije: "Seor, que no haya en este da nada para m. "El contest: "Yo lo tomo todo." En Tnez: "No descanses". En el camino de Karouan a Sousse: "No Me llevas contigo?" Porque en ese momento no pensaba yo en El. Luego, en el mismo carro, me dijo: "Yo te salv. Comprendes lo que esto significa?"

81. 30 de marzo, en Palermo. "Escucha, que Yo te hablar. No quieres ser Mi confidente?"

82. Montreale, de Parlermo. "Yo estoy ms en ti que t misma..."

83. En el carro de Kairouan a Sousse. "No te acuerdas de que cuando eras nia Yo te haba dicho: Cuntame todo lo que has hecho hoy'? Pero entonces t no creste que fuera Yo El que te hablaba".

84. 8 de abril, Sousse. "Devuelve bien por mal, No desaproveches ninguna ocasin de hacerlo".

85. 9 de abril, en Tnez. "Yo ser tu sonrisa de este da".

86. Tnez, en la iglesia del Sagrado Corazn. "Por qu no quieren los hombres creer en Mi Amor? Es que he sido malo con ellos? Acaso Me vengu de alguien cuando viv sobre la Tie-rra? No he sido siempre todo Indulgencia y Perdn? No me convert todo Yo en Dolor por Amor a vosotros? Por qu los hombres no quieren creer en Mi Amor?"

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87. "No creas que ningn santo haya sido san-to en todos sus momentos... Pero ah est Mi Gracia".

88. Orn. En mi pequeo aposento, bajo la escalera. "Tiende a la perfeccin. Pero a la perfeccin de 'tu naturaleza'."Con esto me hizo comprender que la perfeccin de un alma no comporta el mismo trabajo que la perfeccin de otra. "Hazlo as y quedar complacido."

89. En la capilla. "Espero que no tengas miedo de M. De tus pecados Yo Me encargo."'

90. 11 de abril de 1937. En la iglesia del Sagra-do Corazn de Tnez. "Permanece todo el da de hoy apoyada sobre Mi Hombro." Era el da de la representacin de "La Pequea Veladora de Cuatro Cntimos" "El Secreto del Rey? El Rey ya no tiene secretos. Quiere darse a todos."

91. 12 de abril. Tnez. "Sal de tus medidas para amarme." Orn. En la capilla de las monjas Trinitarias me hicieron cambiar de lugar tres veces. Yo Pensaba: "qu mala oracin!" Pero El me dijo: "Me gustas igual cuando por Cari-dad tienes que interrumplir la contemplacin. Gozo de ti cuando le hablo y cuando t Me oyes. Mrame en todo."

92. l5 de abril. En la capilla de las Trinitarias de Orn me excusaba yo de haber llegado tarde a la Misa. El, con afecto: "Pero, si llegaste antes que Yo. Era antes de la Elevacin. En la capilla, despus de la representacin, me dijo: "Mira Mis Pies clavados, que ya no podrn nunca ms caminar."Le dije: "Seor, yo caminar por Ti a dondequiera que Me mandes, por toda la Tierra."

93. 16 de abril de 1937. Argel. En la casa de las misioneras franciscanas de Mara. "Conserva tu primer entusiasmo y continuar el entusiasmo de los otros."

94. 16 de abril, en Argel. En la Iglesia de San Agustn, en donde haba yo conseguido comul-gar recin bajada del tren: "Abrevia tu accin de gracias, en espritu de Caridad." Y al salir de la Iglesia vi a las religiosas que me haban buscado en la estacin, y que estaban inquietas por m.

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95. Argel. "Est siempre atenta a no hablar mal de nadie. Hay siempre un poco de bien, aunque sea en estado de germen, en cada alma. Ten para con los otros el mismo cuidado delicado que tengo Yo para contigo."

96. 18 de abril, en la sala de un teatro. "Por qu Me hablas como si estuviera Yo muy lejos? Estoy cerca... Estoy en tu corazn."

97. 19 de abril, En Nuestra Seora de Africa. "No te pido sino que escribas. No es difcil y Yo estoy contigo. S Mi fiel, Yo Soy tu Fiel."

98. 20 de abril. "Que no te entristezcan tus distracciones, an cuando sean prolongadas; vuelve a tomar tu contemplacin amororsa en donde la habas dejado."

99. 21 de abril. En el Parque de ensayos, ante esos rboles gigantescos cuyas frondas caen for-mando arcos. El: "Si Mi Providencia hace que de una rama caiga una raz para sostenerla, cmo no sostendra Yo la marcha progresiva de un alma?"

100. 22 de abril. En Nuestra Seora del A frica, en la Misa. "Si te encontraras en el balcn de un grande y hermoso saln no te atrevera a mostrarte con vestidos sucios o manchados. Pues si vives en el interior de Mi Corazn reviste cada una de tus acciones con el encanto amable, sim-ple e instintivo, que da la impresin de una augusta residencia."

101. 23 de abril. "Maana subirs al barco. Confate a M. Abandnate como la otra vez en el hidroavin."

102. Argel, 23 de abril. "No te canses de M. Yo no Me canso de ti."

103. "Cuando no te hablo es porque ese momento es para la accin. Hblales a los dems como t crees que Yo te hablara a ti. Yo te ayudar."

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104. 24 de abril. Dia del embarque a bordo del "El Kan tara", hacia Port-Vendres. Partida a las seis de la tarde y llegaremos maana a las quince horas. Recib esta maana la bendicin de monseor Leynaud, arzobispo de Argel, en su seminario, que est tan bien colocado bajo los olivares, arriba de Saint Eugene y de Notre Dame des Ravins. Una partida entre el cielo y el mar de una divina dulzura.

105. Port-Vendres, 25 de abril. En un caf, no lejos del embarcadero: "Si cuando tomas un refrigerio pensaras en humedecer Mis Labios secos qu alegra tan grande Me daras! Pero una cosa as no la pido de todos."

106. 30 de abril, en el tren de regreso. "Cuan-do un objeto necesita alguna reparacin, se le pone en manos de un obrero. Pon pues tu alma, silenciosa e inmvil, ante Mis Ojos. Yo re-paro!"

107. En el campo. Mientras yo plantaba unos geranios en la terraza y pona guirnaldas entre los arcos: "Cuntas cosas bellas vamos a hacer entre nosotros dos! Yo he querido que el hom-bre sea Mi colaborador con el fin de apretar nuestra unin. El amor tiende a la unin."

108. En el tren. "Hay que dejar los amores por el Amor'."

109. En el momento en que yo me marchaba. "Toma contigo Mi Evangelio, y llvalo contigo siempre. Con ello Me dars gusto."

110. 1 de mayo de 1937, en el confesionario de Vierzon. Crecer en Cristo por todos los me-dios, por mis correras de vagabunda, por la influencia de mis piezas; la ma sobre el prjimo y la del prjimo sobre m. Crecer en Cristo. Montrichard, lnea Nantes-Vierzon. "Habita, hija, en Mis Heridas. Penetra en la Carne adolorida. Djate lavar y no solamente los pies, sino tambin la cabeza. Quien deje su casa, sus her-manos y parientes por amor al Reino de los Cie-los, recibir el cntuplo en este siglo, y en el otro, la Vida Eterna."

111. 3 de mayo de 1937. Entre Vierzon Y Tours yo buscaba a Dios a travs de la primave-ra. Era tan rica esta primavera! Dije': "Seor, por qu Te escondes? Tienes miedo de que Te ame demasiado?" Me contest: "Tengo que poner a prueba tu Fe." Pgina 38 de 481

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112. 5 de mayo. Yo meditaba sobre las Llagas glorificadas de Cristo en el Cielo. Me dijo: Considera que el amor y la buena intencin son lo que hace el valor de los actos.

113. 5 de mayo. En un vagn. "Ya ves la dife-rencia que hay entre el recuerdo de una frase que hayas ledo y Mi Palabra'."

114. En la capilla de Santa Ana. "Por qu no Me reconoces en tu prjimo?"

115. En el campo, a la hora del catecismo. "S ms tierna con ellos. Los nios necesitan ter-nura."

116. 7 de mayo. De Sabl a Fresne. "Mira bien los olivares, arriba de Saint Eugene y de Notre Dame des Ravins. Una partida entre el cielo y el mar de una divina dulzura. Mi primavera y albame. Albame! Al-bame!"

117. 8 de mayo. Le Fresne. "Goza de Dios en ti. En el Purgatorio habr una pena especial para las almas que no hayan buscado este gozo. "Llevar la lmpara del Amor hasta el fondo del alma. Cree todava ms en Mi Amor. Tiende a juzgar ms bien en favor que en desfavor, si es que debes absolutamente juzgar. Y no te tomes tanto trabajo en prever, pues Soy Yo quien pien-sa por ti."

118. 12 de mayo. Nantes. Recordndome todas las misas que se han celebrado en la casa de la avenida Launay, me dijo: "Era bien senci-llo que Yo viniera all, pues t Me habas dado esa casa." Entonces record que un da Le haba yo dicho: "Esta casa es de nosotros dos". Yo desconfiaba de mi influencia y crea incluso escandalizar por mi risa fcil, cuando una carta de Africa vino a consolarme. La carta deca: "Me parece que en ciertas creaturas se refleja ms que en otras la Presencia de Cristo. Y este reflejo divino, como un imn invisible, atrae las almas. Es un poco el caso de usted." Otro da, en Orn, yo dudaba si deba o no escribir. Entonces la monjita vino a poner sobre la mesa tres lindos cuadernos blancos en un estuche. Era Su Respuesta.

119. 12 de mayo. "Yo ando en busca de sufri-mientos que quieran unirse a los Mos."

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120. 14 de mayo. Pasando por la estacin de Vararles. "T no eres sino un tejido de Misericordias."

121. 14 de mayo. En el tren, hacia Quimper. Me dijo: "Por qu limitas tus peticiones? No te he escuchado siempre?" Entonces Me recor-d muchas cosas. Y prosigui: "Ya sabes que siempre te escucho; entonces, por qu no pides ms?" (Yo pensaba en la paz, en Francia, en el Purgatorio, en las conversiones).

122. 16 de mayo. Kryado. Gracia de com-prender la infancia espiritual, al Padre, y de esperar con una Esperanza perdida que El me elevar en Sus Brazos y que El mismo, ser mi santidad. En el Perdn de Santa Teresa pensaba yo que debo ofrecer los actos ms mnimos. Me dijo: "Yo recojo las migajas, los polvillos del tiempo."

123. 19 de mayo. Pars, en el Metro. "Yo Soy la Hostia. T eres la custodia. Los rayos de oro son Mis Gracias a travs de ti."

124. 20 de mayo. Montmartre. Pensando en el recogimiento, El me dijo: "El esposo no se acer-ca a la esposa mientras la ve distrada mirando por la ventana. Espera que ella se encamine hacia la cmara de los secretos..."

125. Mayo, en el campo, despus de la comu-nin. Yo: "Seor, suple mis insuficiencias." El: "Para eso estoy aqu."

126. Mirando unas rosas marchitas: "Yo no Me marchito. Yo no engao."

127. 23 de mayo. Gevray Chambertin, en la Costa de Oro, en medio de unos viedos. "Desenrizate de ti misma. Plntate en M."

128. 25 de mayo. Rennes, en el tren. "Por qu habras de vivir en soledad, si Yo quiero que vivas en pblico?" Y luego, con mucha ternura: "Mi pequea hija tan amada, llvame; llvame a los otros. Sobrenaturaliza." Pgina 40 de 481

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129. 27 de mayo. Fiesta de Corpus en Le Fres-ne. "Cobjate bajo el Manto Blanco (la Hostia). Extindete sobre el Madero y pon tu cabeza sobre Mi Corazn." (Como la muchachita de ayer, en el vagn, cerca de su madre).

130. 27 de mayo. Le Fresne, despus de la comunin. Yo: "Quiero ser una hostia, Seor, ven conmigo." El: "Yo estoy en todas las hos-tias de la Tierra. Sabes lo que quiere decir la paz, estar en el Reino de la Paz?"

131. 28 de mayo. Yo pensaba en su Fiesta de Corpus Christi, cuando El me dijo: "Mi verda-dera fiesta de Corpus la tendr cuando goce Yo de todas las preferencias. Todas las preferencias de todas las almas."

132. "No temas gozar de M. Ves ese peque-o insecto que se levanta volando hacia el cie-lo? Pues haz como l. Aprende a mirar, y con eso aprenders a verme a M, tu Creador."

133. "Sabes t lo que es la Bondad? La Bon-dad es Mi Madre."

134. 29 de mayo. Despus de recibir la hos-tia. El: "Aqu estoy." Y ms tarde, cuando yo coga rosas en la terra-za para llevarlas a la procesin, me dijo: "Todas las flores de la Tierra son Mas. Y sin embargo, las que t Me ofreces para adornar Mi Paso por delante de tu casa, son un regalo muy caro a Mi Corazn." (En medio de las personas que adornaban las calles). "No te extraes de las mezquindades y celos humanos, pues Yo mismo fui su Vctima. Pdeme algo hoy; es Mi Fiesta de Corpus. No peds lo bastante, de qu tenis miedo?"

135. 30 de mayo. Esperando el tren Nantes -Pars Lagny "Sers la obra de Mi Misericordia."

136. 30 de mayo, Da de Corpus. Despus de la comunin: "Yo no dej en el Cielo nada de M. Me doy a ti todo entero. Dteme pues t tambin toda entera."

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137. 30 de mayo. En Seine-et-Oise: "Cuando ests en la iglesia, echa fuera de ti todo pensa-miento sobre las preocupaciones del da. Qu-tatelo como se quita un vestido. Entonces sers toda para M."

138. En un vagn. Me vino la tentacin de po-nerme puntillosa con una pasajera. Entonces El me dijo con dulzura: "Cuando ms cristiana es un alma, es decir Ma, ms amable es. S amable entre todas las mujeres."

139. 2 de junio de 1937. Lagny. Yo: "Seor, es posible que mis pecados me impidan ser santa?" El: "Vive de contrarios. Vive de humil-dades en el lugar de tus orgullos y de peniten-cias en el sitio de tus cobardas. Vive de contra-rios."

140. 3 de junio. En la estacin de Austerlitz miraba yo una pequea mosca que caminaba sobre el piso y deca a Dios. "T tambin, Se-or, me miras desde All Arriba." Me contest: "No solamente te veo, sino que te amo."

141. 4 de junio. Fiesta del Sagrado Corazn. "Toma Mi Sangre, esa Sangre que tengo sed de darte, para borrar tus faltas. Toma Mi Sangre en Mi Corazn." Entonces me hizo comprender una palabra que ya me haba dicho: "No des-canses". Esto quera decir: "No busquis el reposo, pues no podra venir de vosotros, sino solamente de M."

142. 4 de junio, fiesta del Sagrado Corazn. En una estacin de ferrocarril: "Hoy tomo para M todas tus sonrisas." Entonces me propuse sonrer a todo y a todos.

143. 8 de junio, en el campo. "No te detengas en los pequeos detalles de la vida. Piensa sola-mente en el Amor, en el Amor que recibes de M. En aqul que t Me das."

144. "Ten Caridad en tus pensamientos. De los pensamientos proceden las palabras."

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145. Junto, en el campo. "Lo que Yo te pido no es la perfeccin, cosa difcil para ti, sino el espritu de perfeccin. S constante en la volun-tad de tender siempre a lo mejor y pon en ello todo tu amor."

146. Mirando las rosas que trepan hasta la copa de un cerezo. El me dijo: "Una vez te sentiste conmovida porque tu padre te llev una peque-a rosa de bengala cogida en la pradera. Yo he hecho florecer para ti todos tus arriates. ma-me ms por ello."

147. 9 de junio. Le Fresne. "No te preocupes de la opinin de ste o de aqul, sino solamente de agradarme. T decas que si los patrones hubieran tomado la iniciativa del aumento de salarios, habra habido paz y amor en lugar de huelgas y revoluciones. Por qu no tomaras t la iniciativa de las encantadoras ternuras para Mi Corazn dolorido? Cmo Me gustara!" En Glomel, en Ctes-du-Nord, la sala del teatro haba estado al principio bastante vaca. Pero El insisti en decirme: "Y qu? 'Tu representas para M."

148. 11 de junio. Le Fresne, despus de la comunin. "Yo Soy el Principio y el Fin."

149. 11 de junio. Durante un sufrimiento que tuve, o que me deca: "Ahora eres t quien ofrece."

150. Mientras iba yo de camino. "Yo no os pido que seis como ngeles. Os pido que seis santos segn vuestra naturaleza."

151. 12 de junio. "Divide tu da en tres tiem-pos: Por la maana, al despertar entrgate al Padre Creador que te ofrece a Su propio Hijo como alimento. Despus de la Misa, entrgate al Hijo que est en ti. Y por la noche, durmete en el Espritu Santo, que es el Amor."

152. Por la calle: "Has sido colmada de Gracias. Por eso debes ser la ms pequea."

153. "La msica levanta al hombre por encima de este mundo. Por qu habra de extraarte el que Mi contemplacin lleve al xtasis?" Pgina 43 de 481

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154. "Considera todas las cosas a la luz de la Eternidad."

155. Yo le dije: "Cmo puedes T darme tanto Amor, a m tan miserable? El: "A causa de Mi Misericordia."

156. Despus de la oracin "Oh, mi amado y buen Jess", mientras deca los Padrenuestros y las Avemaras: "Puede tu corazn quedarse cerrado frente a Mis Llagas abiertas?

157. Por la calle. El: "Escchame bien: el bien no se hace solamente con palabras; una mirada puede penetrar en un alma y tocarla."

158. "Para hacerte bien pequeita no es preci-so que disminuyas tus dones; piensa solamente que todos ellos te vienen de M."

159. 13 de junio. Nantes. "Puedes dudar del Poder de Mi Sangre? Pero sabes que una sola gota bastara para borrar los pecados de todo el Universo. Lvate en Mi Sangre."

160. Nantes, 14 de junio. "Abrs visto que en ocasiones te pido que sacrifiques un sacrificio." Despus de una representacin que tuvo mucho xito, Le dije: "Seor, qu vida tan colmada sta que me has dado! Qu podr ofrecer a Dios como sacrificio?" El: "Ofrcele los Mos."

161. 15 de junio. Yo haba dudado ante una peticin de dinero. "Si no hubieras mandado nada, Me habras causado una pena; pero pusis-te un billetito y eso Me alegr. An en tus pen-samientos, bscame mucho a M y nada a ti misma. Piensa en M como si Me habitaras. S del nmero de aqullas que tienen el pie sobre la Tierra, pero el corazn en el trato conmigo. "No tengas cuidados terrenos. Vive en M. Preo-cpate de Mi Gloria y de las cosas del Amor. Habtame."

162. 17 de junio. "Todo en la naturaleza es solamente imagen y emblema. Has pensado alguna vez que todo el que ama es imagen de Mi Amor?" Pgina 44 de 481

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163. "Para or es preciso escuchar. Escucha.",

164. "Nunca exagerars en el amor que Me tengas."

165. "Cuando t recibes con una sonrisa las pequeas contrariedades de la vida diaria, con ello curas Mis Llagas."

166. "Si Yo te he escogido es porque eres pequea y llena de miserias."

167. La institucin de la Eucarista, en la vs-pera de la Pasin. "Qu bien he ganado el pan de Mis hijos! Puedes comer de ese Pan. Me cost caro; pero Soy tan feliz de podrtelo ofrecer!"

168. En la casa vaca. "Pero estamos aqu en compaa, t y Yo!"

169. "Quin te ha amado nunca como Yo? Crees esto, cuando menos?"

170. "Sufre en tu cuerpo en unin conmigo. Como si Yo mismo hubiera sido burlado y fla-gelado esta maana."

171. 18 de junio. Le Fresne, despus de la co-munin. "No interrumpas nuestra conversacin ni siquiera en medio de la aridez. Admiraste mucho los tapices multicolores que Me hicieron para Mi Fiesta de Corpus; pues bien, preprame otros todava ms hermosos durante todo lo largo del da, hechos de sacrificios y otros actos de virtud. Yo paso (en la comunin). Aqu estn Mis Llagas, no solamente la abertura. Entra. Estn hendidas. Ve cmo est la Carne abierta y los Msculos desgarrados.. Bebe Mi Sangre. Es para vosotros, para ti. Entra."

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172. 21 de junio. "No te causa asombro el que te digan que has hecho el bien en este pas o en aquel otro, o a tal o tal alma? Es porque no eres t la que hace el Bien. Soy Yo, por tu medio, Si supieras lo que pasa en un alma cuando Mi Sangre la purifica! Mi Gracia va ms all que tu alma."

173. 22 de junio. Nantes, en el cine... Donde-quiera que ests, consrvame en tu amor. Si supieras lo que es la belleza de un alma...

174. 24 de junio. "Son pocos los que contem-plan y honran Mi Alma. Los esposos, ligados como estn por la vida, acaban por experimen-tar una cierta monotona en el amor. Yo, en cambio, siento una alegra siempre nueva con vuestros actos y efusiones de amor; porque sois 'seres libres'."

175. 24 de junio. "Est contenta cuando Me puedes ofrecer un pequeo sufrimiento, a M, el Doliente."

176. 25 de junio. "Juan miraba constante-mente al horizonte del desierto para ver si Yo llegaba. T haz lo mismo: desame, llmame. "No veas faltas en donde no hay sino debilida-des de la naturaleza. Lo que Me hace sufrir es la indiferencia."; Mientras yo haca unos bucles para Las Muecas Mecnicas estaba pensan-do en mil cosas. Me dijo: "Yo haba pensado que ibas a trabajar apoyada en Mi Corazn. No es verdad que Mi Libro es mucho ms fcil de escribir que tus comedias?" Yo me admiraba de que El me hubiera colmado tanto durante toda mi vida, al paso que a otras... Entonces me dijo con suma delicadeza: "Me perdonas que te haya amado tanto? To-ma en tus manos tu memoria y ofrcemela. Y eso mismo haz con cada una de tus facultades. Siempre tenemos en la vida una reserva interior de pequeos cuidados y dificultades que pue-den servir para la expiacin de los pecados; los nuestros y los ajenos."

177. 26 de junio. "Piensas acaso que por ser Yo, Dios, no tengo necesidad de ternura?"

178 "Crees que Yo puedo permancer en silencio cuando alguien quiere hablar conmigo? Hblame!"

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179. "Estas pequeas Gracias te las concedo para que te acerques a M. Son como el cordn de una campanita en tu puerta, para que Yo tire de l."

180. Un beb balbuceaba en su cochecito mientras sus padres se hallaban ante una venta-nilla del correo. Jess me dijo: "Tu amor no pasa de ser el balbuceo de un nio pequeito."

181. 27 de junio. "Que tu vida sea un recogi-miento continuo, una ininterrumpida conver-sacin con tu Seor."

182- Yo: "Dame los medios para hacerme san-ta." El. "Ya los tienes."

183. "Te he pedido que te despiertes entre los Brazos del Padre, ya que cada despertar es una nueva creacin."

184. 28 de junio. Yo: "Haz, Seor, que yo sea tu pobre apstol. "El.' "Ya lo eres."

185. 28 de junio. "Respeta mucho la piedad de los dems. Cada quien tiene su propia manera de venir a M."

186. "Te ped que te durmieras en el Espritu Santo porque vuestro ltimo suspiro tiene que exhalarse en el Amor."

187. 29 de junio. Mientras pona yo un poco de orden en mis cosas, Le deca: "Seor, T no me hablas." Entonces El me respondi con dulzura: "Cuando ests muy ocupada temo interrum-pirte."

188. "Hay muchas maneras de hablarme. Por lo que a ti toca, hblame con tu corazn." Pgina 47 de 481

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189. 30 de junio. "T Me sientes con mayor o menor viveza, pero Yo no cambio."

190. "Ofrceme con frecuencia, todos los das, tu muerte, as como Yo ofrezco la Ma diariamente a Mi Padre (en la Misa)."

191. "Acaso te doy alguna vez margaritas manchadas o rosas en mal estado? Mira que tus acciones sean siempre frescas de entusiasmo y de amor y ofrcemelas."

192. "Ves? El empleado que atenda en la caja te dijo el otro da que una vez t le habas regalado un pequeo lpiz, y eso tu lo habas olvidado. Cuntas pequeeces Me has ofrecido ya, de las cuales no te acuerdas! Te digo esto para darte nimo."

193. Yo L e dije: "Seor, es que voy a saber la buena manera de morir? Ensame a morir! Me respondi como sonriendo: "Haz con fre-cuencia tus 'ensayos genrales'."

194. En el tren. Yo Le deca: "Seor, enciende en Tu Amor a todos los que viajan en este tren." El me respondi con tristeza: "Pero ellos no quieren."

195. "Que la oracin no sea para ti una fatiga. Por qu te tomas tantos trabajos? Todo debe ser sencillo, bueno, como una charla de familia."

196. 30 de junio. Yo haba expuesto ante mi mesa el Rostro de Cristo del P. Bernard. Al ofrecerle mi alimento, Le deca: "Seor, alivio un poco Tus Sufrimientos?- Me contest: "Con slo haber comprado y honrado Mi Rostro Crucificado y colgndolo sobre la pared de tu casa, me has consolado grandemente, pues lo haces por amor."

197. 10 de julio, durante la comunin. "Si t pudieras ver Mi Esplendor en este momento.. .

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198. "Dame sufrimientos. Dmelos, porque en el Cielo nadie me los puede dar."

199. "Mi Misericordia y tu pequeez."

200. "Pon tu corazn sobre el Mo. Aspira, bebe Mi Sufrimiento. Purificaos."

201. 2 de julio. En la iglesia, mientras se distri-bua la Sagrada Comunin. El: "Si supieras ver Mi Esplendor en este momento..."

202. 2 de julio, primer viernes del mes. "Puedes llamarme tu Esposo; Me despos contigo en Mi Humanidad crucificada. Piensa que simple-mente cuando desenredas un hilo, si lo haces por amor a M, Me honras grandemente." (Era en una estacin. Yo pensaba con resignacin: "Vamos, nimo, toma de nuevo tus pesados paquetes!" El, con viveza: "Nuestros paque-tes.")

203. 3 de julio, en el tren. "Tmalo todo de M, y come."

204. 4 de julio. "Ahora que Me has ofrecido tus sufrimientos, considera los Mos."

205. 5 de julio. "Tu vida es tan entrecortada, que no te resulta difcil hacer tu examen de conciencia sobre lo que hiciste en cada lugar. Obraste el bien? Fue por Mi Amor?"

206. "Yo le hablara a cualquiera que en reali-dad quisiera orme, y vendra al encuentro de quien de verdad Me quisiera encontrar."

207. 6 de julio. Al dejar Le Fresne para ir a representar a Brest, pensaba yo: "Yo no voy a poder tener ese libro (los escritos del P. de Fou-cauld)." El repuso vivamente: "Tienes el tuyo." (Lo deca por el que estamos escribiendo entre los dos). Estacin de Vannes. El me haca comprender que hay que vivir en familia con todos los san-tos del Cielo, con nuestros hermanos mayores, los ngeles. Me dijo: "No hay que salir del Amor." Pgina 49 de 481

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208.9 de julio. Brest. "Ven con la mirada fija en M. Esto basta. Qu importa todo el resto?"

209. 10 de julio. En San Pedro. Mientras iba yo subiendo al tercer piso, en donde se encuen-tra la capilla, pensaba: "Voy a encontrarlo en su aposento." Rpidamente me dijo: "Mi apo-sento es el tuyo. Lo que es Mo te pertenece." Y me hizo sentir mi nada, y cmo es el exceso de Su Misericordia humana y divina el que Lo mueve a tantas delicadezas.

210. Yo Le dije: "Cmo puedes, Seor, amar a una creatura tan vil?" Me contest: "Es que no puede ser de otra manera!"

211. "No te ocupes en decir oraciones de mu-chas palabras. Simplemente, mame. Con una mirada interior. Con una sonrisa tierna de amis-tad."

212. 10 de julio. Yo haba estado en la terraza cuidando de las flores antes de hacer mi ora-cin. Como me tardaba, El me dijo: "Cundo llegar Mi turno?"

213. 12 de julio. "Tu conversacin conmigo? Que sean palabras breves. Comprendes? Sin esfuerzo. Mientras menor es el esfuerzo, ms grande es el amor."

214. 18 de julio. "Dte a M como Yo Me doy a ti. Si te retienes en ti misma, nuestra Unin no es completa. Dteme como Yo te Me doy."

215. "Tus xitos? Tu alegra y tu encanto? Refirelo todo a M, porque Soy Yo Quien te lo ha dado todo."

216. 18 de julio. Le Fresne. Mostrndome los adornos del altar, me dijo: "S, t Me has dado todo esto; pero no sera nada si no Me hubieras dado tu corazn." Luego, mientras yo haca una mortificacin corporal, me dijo: "Morada de Mi Descanso."

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217. 22 de julio. Al bajar del tren en una esta-cin. "Ejerctate en dirigirte siempre al prjimo con la actitud de quien es inferior."

218. En el momento en que se detena el tren. "Cuando se detenga tu vida, que sea por un grito de amor."

219. "Ves a esa muchachita? Mira a su padre sonriendo. No le dice nada. Pero qu feliz hace a su padre con esa sonrisa!"

220. En la estacin de Paray-le-Monial. Yo pens que no era se el mejor paisaje en Francia para recibir al Sagrado Corazn. El me dijo: "Lo que Me atraa no era el paisaje, sino el alma tan humilde de Margarita Mara."

221. "Siempre que hablas o piensas con alti-vez, ello procede de tu bajeza. Pero cuando te conduces como la servidora de todos, esto te engrandece."

222. 24 de julio. "Sonre a tu prjimo como si Me sonrieras a M. Yo Soy tu prjimo."

223. 24 de julio. Isre. Entre solteros ya gran-des, pero tmidas: "No les escatimes la bon-dad; adelntate con gracia y amabilidad. Sabes lo que es adelantarse? Tambin en esto sal de tus medidas habituales."

224. 25 de julio. Iglesia de San Pedro de Bres-sieux. "Voy a ensearte una nueva manera de recitar tus doce Padrenuestros, Avemarias y Glorias: Los cuatro primeros, dilos sobre cada una de las Llagas de Mis Pies y de Mis Manos. Los cuatro que siguen, en honor de Mi Corazn, Mis Labios y Mis Ojos. Y los ltimos; en consi-deracin de los cuatro lados de Mi Cabeza coro-nada de sangrientas espinas."

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El y Yo

Diario de Gabriela Bossis

225. 26 de julio. En el Sur de Francia. "Mira la hoja en el rbol, tan grande y tan verde: Qu pasara si se soltara del tronco y de la rama?"

226. 27 de julio. De Nantes a Fresne. El Seor me volvi a decir: "Sal de tus medidas habitua-les para pensar en M." Como si deseara verme avanzar cada da un poco ms.

227. 28 de julio. "Apenas has cortado las rosas marchitas, el rosal te da otras nuevas. Es un incesante movimiento hacia adelante, en flores y frutos. Imita a tu Creador."

228. "Mientras ms te des a los dems, ms te Me dar."

229. 28 de julio. Le Fresne. Yo audaba en reconocer Su Voz, Me dijo: "Acaso no crees en M?" Luego, desde la hostia: "Yo Soy el Dios indefenso. Ves esos pajaritos que se posan en tu silla o en la mesa del jardn, o sobre tu sombrero? Si viene alguien que es malo, po-dran escapar volando; pero Yo no Me escapo. Y Mi Cabeza, que no tena donde reclinarse, descnsala..."

230. 29 de julio, despus de la comunin. "Amame mucho. Date ms, sobrepasa tu timi-dez. Camina hacia adelante; no te guardes para ti misma, sino para todos."

231. La Louvesc, Ardch