El Uso Perverso de La Lengua

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©Vicente Romano Vicente Romano La intoxicación lingüística. El uso perverso de la lengua © Vicente Romano 1

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usos y mal usos de la lengua

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  • Vicente Romano

    Vicente Romano

    La intoxicacin lingstica.

    El uso perverso de la lengua

    Vicente Romano 1

  • Vicente Romano

    Prlogo

    El lenguaje

    Para K. Marx y F. Engels, los tericos del socialismo, el lenguaje es la

    conciencia real, prctica, existente tambin para otros seres humanos, la

    realidad inmediata del pensamiento.1 Surgi del trabajo y para ponerse de

    acuerdo en l.

    El lenguaje permite la comunicacin social y, con ella, la realizacin

    lingstica de las relaciones sociales. La palabra es un regulador importante de

    los procesos psquicos del comportamiento.2 El lenguaje sirve para la

    formulacin de enunciados comunicativos. Es expresin, llamamiento y

    orientacin (K. Bhler). Transmite una situacin o una intencin del

    comunicador, influye en el receptor y comunica algo sobre estados de cosas y

    relaciones. Ms all de las funciones que le atribuye K. Bhler (expresin,

    actuacin y orientacin), la palabra desempea una doble funcin: como

    representacin y como regulacin.

    Si bien es el trabajo el que modifica las condiciones sociales, el lenguaje

    es el instrumento utilizado para acelerar o frenar el cambio de esas

    condiciones. A travs de la comunicacin, del intercambio de informaciones,

    los seres humanos toman conciencia de sus experiencias, que contrastan con

    otros al expresarlas. La primera toma de conciencia se efecta en el

    pronunciamiento del mundo, como deca Paulo Freire. As, por ejemplo,

    cuando las experiencias son dolorosas o insatisfactorias y se expresan, el

    dolor, la insatisfaccin, puede pasar de la resignacin a la provocacin, a la

    exigencia de eliminar la causa del sufrimiento. La comunicacin es necesaria

    para la verificacin del conocimiento y el acuerdo en la modificacin de las

    condiciones sociales. En este sentido, la fuerza de conviccin de las palabras

    reside en su concordancia con la realidad. El lenguaje le da forma al mundo.

    La palabra es el primer ejercicio del poder (in principium verbum erat)3

    Pero, como es bien sabido, el lenguaje permite tambin frases y

    razonamientos contradictorios o absurdos. Consciente de su poder creador, 1 La ideologa alemana, La Habana, . 1966. p. 30 . 2 Cf. Albrecht, Erhard: Weltanschaung, Methologie, Sprache, Berln 1979, p. 53.3 Cf. Mosca, Stefana. La palabra sana o mata, La Jiribilla, febrero 2006. Vase tambin Klaus, Georg: Die Macht des Wortes, Berln 1972.

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    Pablo deca a sus discpulos sed hacedores de la palabra, y no solamente

    oidores, engandoos a vosotros mismos4 Aunque en esa misma epstola

    deca tambin que la lengua es fuego, un mundo de maldad (3, 6). Las

    palabras pueden emplearse tambin para ocultar la realidad. Ya en otro lugar

    decamos que el principal instrumento de manipulacin es el lenguaje.5

    Talleyrand deca que el lenguaje est para ocultar los pensamientos del

    diplomtico. La intoxicacin lingstica tiene sus causas polticas y

    econmicas. En la actualidad, el empleo encubridor del lenguaje no hace sino

    aumentar. El estado de bienestar est en crisis y cambia radicalmente su

    naturaleza. Con ella cambia igualmente el lenguaje poltico. Se requiere un

    verdadero tour de force lingstico para calificar de moderacin o contencin

    el genocidio del pueblo palestino a manos del ejrcito sionista de Israel, o de

    liberacin a la ocupacin no menos genocida y brbara de Iraq por el fascismo

    usamericano. La formulacin de una noticia esencialmente mala de modo que

    parezca buena es lo que en poltica se ha llamado siempre retrica. Hoy da,

    cuando las malas noticias se acumulan, se hace imprescindible aplicar la

    fuerza embellecedora y encubridora del lenguaje poltico.

    Pero lo cierto es lo opuesto. Si se analiza con detalle o detenimiento, el

    lenguaje lo revela todo. Un buen ejemplo lo proporciona el siguiente pasaje de

    Alicia en el pas de las maravillas:

    Cuando uso una palabra, dijo Humpty Dumpty en un tono de voz

    muy superado, sta quiere decir lo que quiero que diga, ni ms ni menos.

    La pregunta es insisti Alicia- si se puede hacer que las palabras

    puedan decir tantas cosas diferentes.

    La pregunta dijo Humpty Dumpty, es saber quin es el que manda

    eso es todo.

    Ahora bien, el empleo deliberado del lenguaje para la confusin de las

    conciencias y la ocultacin de la realidad es lo que se suele entender por

    manipulacin. Como hemos dicho en otra parte, en el contexto de la

    confusin y sumisin de las conciencias, la manipulacin se entiende como

    comunicacin de los pocos orientada al dominio de los muchos. Se manipula

    4 Epstola universal a Santiago, 1, 22.5 Cf. Romano, Vicente: La formacin de la mentalidad sumisa, varias ediciones.

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    cuando se producen deliberadamente mensajes que no concuerdan con la

    realidad social.

    El uso manipulador del lenguaje es tan antiguo como el dominio de unos

    seres humanos sobre otros. Todos los dominadores, magos, religiosos,

    polticos, econmicos, intelectuales, etc., utilizaron las palabras para

    confundir, aterrorizar, ocultar y mantener la ignorancia sobre las verdaderas

    relaciones de dominio y explotacin.

    De ah la necesidad de desarrollar un pensamiento crtico, independiente.

    Este principio forma tambin parte de la esencia de la educacin. En el

    lenguaje de la educacin, la economa, los medios, la poltica, etc.,

    predominan los trminos utilizados deliberadamente para confundir, para

    intoxicar las mentes.

    Preocupados por las dimensiones que ha adquirido el fenmeno,

    empiezan a publicarse trabajos que lo estudian y denuncian. Juan Maestre

    Alfonso denunci hace tiempo la intoxicacin de la informacin.6 No hace

    mucho que varios pensadores espaoles se reunieron en el crculo de Bellas

    Artes de Madrid para exponer su preocupacin por las trampas, mentiras y

    violaciones de la retrica actual del poder.7 El columnista de este diario,

    Eduardo Haro Teglen, teme que ya no se pueda liberar el lenguaje de esta

    contaminacin. La perversin afirma se multiplica en mayor proporcin

    que el nmero de palabras que circulan. Solo el poder tiene la capacidad de dar

    a las palabras su uso real, a condicin de que d a los hechos su valor real, y

    no recompense a quienes los usan para crear vctimas, crceles, pobres.8 El

    uruguayo Eduardo Galeano tambin ha prestado atencin a este fenmeno en

    su libro El mundo patas arriba, o el artculo Las paradojas de la mquina9

    Pero la preocupacin por el empleo intoxicador del lenguaje y su estudio

    surgi con la industria del reclamo, tan necesario en el modo capitalista de

    produccin, y la propaganda nazi en la primera mitad del siglo XX. Entre los

    numerosos anlisis efectuados al respecto estn los de Victor Kemperer, Lutz

    Winckler, Walter Hagemann y George Orwell.10

    6 Maestre Alfonso, Juan: , Medio ambiente y sociedad, Ed. Ayuso, Madrid 1978, cap.. 77 El Pas, 10 enero 2004.8 El Pas, 23 marzo 2004.9 El Mundo, 23 abril 2002. 10 Cf. Kemperer, Victor; The Language of the Third Reich, London New York 2002; Winckler. Lutz, La funcion social del lenguaje fascista, Barcelona 1979; Hagemann, Walter: Publizistik im Dritten reich,

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    Por otro lado, las intervenciones recientes del imperialismo yanqui en

    Afganistn e Iraq, el cmulo de mentiras propagadas por sus dirigentes y

    epgonos, encabezados por el Tro de las Azores (Bush, Blair y Aznar), para

    justificar la barbarie de sus crmenes de lesa humanidad, han dado lugar a toda

    una proliferacin de publicaciones y anlisis. Entre ellos cabe destacar los

    libros de Michael Parenti, Lila Rajiva y John Collins y Ross Glover.11

    En Alemania, el Institut fr Kommunikationskologie viene analizando

    desde 1989, ao de su fundacin, los aspectos contaminantes del lenguaje. La

    Arbeitsgemeinschaft Sprachen in der Politik e. V., de la Universidad de

    Magdeburg, se centra concretamente ne el estudio del lenguaje poltico.

    Por ltimo, los lexicgrafos Enrique Montanillo y Ma. Isabel Riesco

    publicaron en 1990 un anlisis pormenorizado de las incorrecciones

    gramaticales de polticos y periodistas en nuestro pas.12 Aspecto ste que

    retom luego, aunque con menos rigor, el socilogo ulico Amando de

    Miguel en su libro La perversin del lenguaje (Madrid 1994, 2003).

    Este trabajo se inscribe en lo que los prcticos del trepe llaman

    despectivamente filosofa de la comunicacin. Ante el uso perverso que el

    capitalismo y sus voceros hacen de la lengua se requiere el desarrollo de un

    pensamiento esclarecedor, hoy reprimido y marginado. Frente a la consigna

    del prohibido pensar, fomento del pensamiento crtico. Frente a la produccin

    mercantil de la comunicacin, el valor de cambio y la sumisin de las

    conciencias, produccin de valores de uso, de comunicacin para la

    ampliacin de la conciencia (Ch. Caudwell), para el dominio del entorno, la

    sociedad, y el aumento de la calidad de vida para todos.

    Para eso se requieren expertos de la denostada teora. En una entrevista

    concedida al New York Times en el otoo de 1952 explicaba A. Einstein por

    qu no poda ser creadora en ciencia la persona carente de visin del mundo y

    de conciencia histrica. No basta con ensear una especialidad, afirmaba. As

    puede ser una especie de mquina aprovechable, pero no una personalidad

    Hamburgo 1948: Orwell, George: Politics and the English Language, Horizont, abril 1946, includo en: The Collected Essays, Journalism and Letters of G. Orwell, vol. IV (1945-1950), Secker & Warburg, Londres 1968, pp. 127-140.11 Parenti, M.: Ms patriotas que nadie, Hondarribia 2004; Rajiva, L.: The Language of Empire. Abu Ghraib and the American Media, New York 2005; Collins, J. y Glover, R. (eds.): Collateral Language. A Users Guide to Americas New War, New York London 2002. 12 La perversin de la lengua, Barcelona 1990, con Introduccin de Vicente Romano.

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    valiosa. Lo que importa es percibir aquello a lo que vale la pena aspirar. De

    otro modo, con su conocimiento especializado se parece ms a un perro

    entrenado que a una personalidad armnicamente entrenada.

    El cientfico tiene que conocer las motivaciones de los seres humanos,

    aprender a conocer sus ilusiones y sus penas, adquirir una actitud correcta ante

    el prjimo y ante la comunidad.13

    Estas valiosas cualidades se adquieren en el contacto personal, y no slo

    a travs de los libros de texto y la especializacin temprana. Esto es lo que

    constituye esencialmente la cultura.

    Entre los rasgos esenciales de una educacin se cuenta el desarrollo de

    una conciencia crtica en los jvenes, un pensamiento que conduzca a la

    creacin de voluntad democrtica. Segn esto, habra que preguntarse: a) si la

    creciente especializacin implica el distanciamiento de los cientficos

    (expertos) respecto de la filosofa; b) qu aportacin hacen hoy los cientficos

    al desarrollo de la imagen cientfica del mundo.

    Cmo se entienda la relacin entre cosmovisin, pensamiento y

    conocimiento puede facilitar la comprensin del devenir histrico de esta

    relacin. Pero el pensamiento terico puntualizaba Engels no es ms

    que una cualidad innata de acuerdo con la disposicin. Esta disposicin hay

    que desarrollarla, educarla, y para esta educacin no existe hasta ahora otro

    medio que el estudio de la filosofa. El pensamiento terico de cada poca, y

    tambin el de la nuestra, es un producto histrico que adopta forma y

    contenido muy diferente en tiempos distintos. La ciencia del pensamiento es,

    pues, como cualquier otra, una ciencia histrica, la ciencia del desarrollo del

    pensamiento humano.14

    El lenguaje, como el terrorismo, va dirigido a los civiles y genera miedo,

    ejerce violencia simblica o psicolgica. Produce efectos ms all del

    significado. Las palabras son como minsculas dosis de venero que pueden

    tragarse sin darse uno cuenta. A primera vista parecen no tener efecto y luego,

    al poco tiempo, se manifiesta la reaccin txica. El hombre es tan propenso al

    13 Cf. Albrec ht, Erhard: loc. cit. p. 9 y s.14 Engels, F.: Dialctica de la naturaleza, MEW vol. 20, p. 330.

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    efecto hipntico de los lemas como a las enfermedades contagiosas, deca A.

    Kstler. El arma ms letal es el lenguaje. Sin palabras no hay guerra.

    Los grandes del nazismo, como Hitler y Goebbels, procedentes del

    catolicismo, se ocuparon meticulosamente de la vitalidad milenaria de la

    Iglesia Catlica. Ellos marcaron las pautas para los fundamentalistas actuales,

    como Bush y la camarilla que rige hoy los destinos del mundo desde las

    oficinas gubernamentales de Washington y los despachos de sus empresas

    depredadoras.

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    Introduccin

    Periodismo y lengua

    I.La informacin es, por su propia naturaleza, selectiva. Debido a las

    limitaciones espaciotemporales, a los condicionamientos profesionales, ideolgicos, culturales, etc., los periodistas se ven siempre obligados a seleccionar. Casi nunca disponen del tiempo, ni del espacio, ni de la autodeterminacin suficientes para decir lo que a ellos les gustara. De ah que pueda afirmarse que el dominio poco comn de la lengua, su uso consciente y competente, sea una de las cualidades fundamentales del periodista. Entre los periodistas puede haber casos de ingenuidad profesional, aunque sean raros, pero en informacin no hay nada inocuo.

    El empleo correcto de la lengua contribuye a que la comunicacin sea eficaz, a que aumente el conocimiento, es decir, a que reduzca la ignorancia, a ampliar el mbito de la libertad humana. Por eso hay que cuidar y dominar la lengua, los medios expresivos que se aplican para la transmisin de las informaciones.

    En tiempos de guerra, de incertidumbre y de angustia social como los actuales, es fcil recurrir al efectismo, a la manipulacin sesgada de la emocionalidad. S, los profesionales de la informacin no pueden renunciar a su sensibilidad ante el dolor y la explotacin de los seres humanos. Sus reportajes y sus palabras reflejan su postura ante los hechos, aunque intenten ocultarlos. Pero no hay que olvidar que estos profesionales son observadores, no actores. Y, aunque la verdad tenga muchas caras y sea difcil conseguirla por entero, s se pueden aproximar a ella.

    II.

    Mas, como dijo ya el senador norteamericano Hiram Johnson en 1917, la verdad es la primera vctima de la guerra. El general prusiano Carl von Clausewitz se manifest en trminos algo similares cien aos antes: "Una gran parte de las noticias que se reciben en la guerra son contradictorias, otra parte an mayor son falsas, y la mayor parte son bastante inciertas..." En suma, concluye Clausewitz,

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    "la mayora de las noticias son falsas, y el temor de los seres humanos refuerza la mentira y la no verdad". 15

    Las palabras del senador estadounidense a principios del siglo XX y las del general alemn a principios del XIX no han perdido ninguna validez, como han demostrado la II Guerra Mundial, la desmembracin blica de Yugoslavia, la Guerra del Golfo o la agresin contra Afganistn, Iraq o Lbano. Al contrario, se revalorizan ms y ms.

    El control de la informacin y la difusin de noticias e imgenes se ha utilizado siempre como arma esencial para someter voluntades y conquistar conciencias. Por eso, el Pentgono no dej ver ninguna imagen de la Guerra del Golfo, anunciada como la primera guerra televisada de la historia, ni la Administracin estadounidense muestra los cuerpos de las vctimas de los ataques terroristas del 11 de septiembre, ni tampoco permite hoy la difusin de ninguna noticia ni imagen de Afganistn o de Iraq que no est controlada, es decir, manipulada, por la CIA y el Pentgono. Y, para mayor sarcasmo, esto lo hace el gobierno de un pas que proclama a los cuatro vientos la libertad de expresin como uno de los pilares de su organizacin social.

    El objetivo estriba, naturalmente, en que tan slo se conozca una versin de los hechos, o sea, la comunicacin unidireccional y unilateral, irreversible. Pero, por su definicin, la comunicacin contiene el elemento de la reciprocidad, de la diccin y contradiccin, de compartir el conocimiento. Por eso contradice la voluntad autoritaria, la cual recurre al uso de la fuerza, de la violencia fsica. Reciprocidad significa franqueza, apertura para los otros. En la comunicacin abierta se concreta el conocimiento y el raciocinio. La violencia, ya sea fsica o psicolgica, lo deforma, puesto que no pregunta por lo falso y lo correcto. Los medios que se cierran obstaculizan la comunicacin. No son medios de la violencia fsica, no son bombas, pero convierten a los seres humanos en cosas, y la poltica que se transmite a travs de ellos est sometida a la coaccin que los medios ejercen sobre los fines.16

    La retrica de la guerra no slo contribuye a desacreditar al enemigo, a desorientar a la poblacin propia y ajena. Tambin minimiza los horrores de los bombardeos y la destruccin de vidas y haciendas. No deja de ser un sarcasmo cruel calificar a las guerras de "limpias" o de "humanitarias", igual que hablar de "bombas inteligentes, aunque caigan en las escuelas y hospitales.17

    15 Clausewitz, Carl von: De la guerra. 16 Cf. Pross, Harry: Die meisten Nachrichten sind falsch. Fr eine neue Kommunikationspolitik, Stuttgart

    1971.17

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    En vez de llamar a las cosas por su nombre, esta retrica presenta la guerra con metforas del juego. As, cuando se compara con partidas de pquer o de ajedrez, o cuando se habla de teatro de operaciones, se excluyen las consecuencias mortales para la poblacin. Las metforas de la naturaleza aparecen en trminos como "guerra relmpago" (trmino preferido de los nazis), "oleadas de bombardeos", "tormenta del desierto", etc. Se suscita as la impresin de que las guerras son catstrofes naturales contra las que nada se puede hacer para evitarlas. Las vctimas reales pierden su categora de personas. Se pierden aviones o tanques, se destruyen instalaciones militares, etc., pero se omite el destino de los pilotos o de las vctimas civiles de esos ataques. Los objetos adquieren as categora humana: se trata de armas y bombas inteligentes.

    Otro de los recursos utilizados para la desorientacin, o lo que es igual, para la desinformacin, es el empleo de neologismos que ocultan la barbarie de las acciones blicas. Los civiles muertos, las casas, escuelas, hospitales, fbricas, presas, campos, cosechas, etc., destruidos se presentan como "daos colaterales". Los indicadores de distancia reducen, asimismo, la credibilidad del enemigo. Se empieza con "segn fuentes...", o "el susodicho", y se sigue con una valoracin dicotmica entre el bien y el mal, en la que los buenos "confirman, "advierten", mientras que los malos "engaan", "amenazan". Los "buenos" tienen "gobierno", los "malos", "rgimen".

    Se hace un uso agresivo de las analogas histricas para difamar a los representantes del enemigo. Castro, Hussein, Milosevic, etc., son como Hitler. Pero no as Mobutu, Idi Amin, Pinochet, Videla, etc. El islamismo se asocia a fundamentalismo, barbarie, locura... Pero se calla que el origen del fundamentalismo est en los Estados Unidos de Amrica, donde en algunos de sus estados est prohibido ensear la teora de la evolucin y mencionar el nombre de Darwin en las escuelas, donde est el Ku Klux Klan y organizaciones semejantes.

    Para valorar la credibilidad de las crnicas hay que preguntarse por los criterios rectores de la informacin, por las fuentes, las condiciones de trabajo y de censura, hasta qu punto los periodistas son independientes a la hora de cumplir con su deber de informar, y por muchas ms cosas.

    La tarea radica en investigar crticamente el lado oculto de la informacin en el marco de las limitaciones impuestas por la heterodeterminacin.

    e

    Cf. Serva, Leao: A batalha de Sarajevo, Scritta, Saao Paulo, Brasil 1994; Prksen, Bernhard: Die Konstruktion von Feinbildern: Zum Sprachgebrauch in neonazistischen Medien, Wiesbaden 2000; Schichta, Christian: "Kriegsberichterstattung zwischen Anspruch und 'Wircklichkeit. 'Kriterien fr einen Friedensjournalismus", en: Zeitschrift fr Kommunikationskologie, 2/199, pp. 10-13.

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  • Vicente Romano

    La informacin periodstica en pro de la paz discurre por cauces preventivos, no reactivos. Se centra en los procesos creativos de la solucin del conflicto, en las ventajas sociales de la paz y no en los beneficios privados de la guerra. Importa, adems, reflejar de forma sensible el dolor de las vctimas y no excitar ms los nimos. De este modo los periodistas pueden contribuir a establecer un periodismo por la paz.

    III.

    En el uso periodstico de la lengua podra aplicarse la norma tica de

    tratar a los dems como quisieras que te tratasen a ti. La traduccin poltica de este

    principio reza: no tratar a los seres humanos como objetos de las medidas

    administrativas del poder, sino como sujetos activos.

    Los puntos de vista ticos que se aplican para criticar el lenguaje de los

    polticos son vlidos tambin para los periodistas.18 Con motivo del II Congreso

    Internacional de la Lengua, celebrado en Valladolid del 16 al 19 de octubre de

    2001, han vuelto a surgir algunas tmidas voces que denuncian la

    cocacolonizacin del espaol. El papanatismo por lo usamericano lleva a veces a

    expresiones tan ajenas como la de la periodista que describa el desfile de las

    Fuerzas Armadas el 12 de octubre en Madrid como una "hermosa parada". O el

    cada vez ms frecuente empleo de la pasiva, que ya haba cado en desuso, o la

    admisin por la RAE de trminos como Spanglish (supongo que con mayscula,

    que es como se escriben los gentilicios en ingls), "web", "e-mail", etc., existiendo

    trminos adecuados en espaol. Los ejemplos podan aducirse ad nauseam, en

    especial los de los "falsos amigos". Pero la colonizacin lingstica del

    anglosajn, pareja a la econmica, no es exclusiva del espaol.19 Como son

    sobradamente conocidos, los pasaremos por alto a fin de resaltar, a cambio, otras

    manifestaciones del uso inadecuado de la lengua por polticos y periodistas, en

    especial los noveles. Entre ellas cabe destacar cinco fenmenos, apuntados ya por

    18 Cf. Fontanillo, Enrique, y Riesco, Maribel: La teleperversin de la lengua, Anthropos, Barcelona 1990. . 19

    1

    Cf. por ejemplo, la Revista Journalistik, Ao IV, N 1, primavera de 2001, para el abuso de los anglicismos en el periodismo alemn.

    Vicente Romano 11

  • Vicente Romano

    el profesor alemn Horst Pttker y que a nuestro juicio, estn directamente

    relacionados con la tica periodstica.20

    1) El uso inflacionario de los superlativos. Es tpico del empleo

    propagandstico de la lengua. Eticamente es inhumano, polticamente

    antidemocrtico, por subyacer en l un estilo de pensamiento que persigue

    impresionar y persuadir a la audiencia con comunicacin ampulosa, pero sin

    pretender convencer con informaciones y argumentos comprobables.

    2) La ocultacin conceptual de la insuficiencia. Como los periodistas

    tienen que prestar mucha atencin a la veracidad de los enunciados, su principal

    tarea estriba en distinguir entre lo que saben y lo que suponen.

    3) El empleo de eufemismos. En sentido estricto, el eufemismo es un

    sustituto biensonante de una palabra malsonante, como, por ejemplo, "enajenacin

    mental" por locura, "campaa" por guerra. En sentido amplio, los eufemismos son

    tapujos, embellecedores de realidades desagradables que se quieren esconder ante

    la conciencia de los lectores u oyentes. Los ejemplos ms sobresalientes se dan en

    la economa y en la bolsa, como cuando se habla de "crecimiento negativo" para

    indicar reduccin de la produccin, de las ganancias o incluso prdidas.

    4) Apego a las frmulas y frases hechas. Cuando se repiten las mismas

    frases el texto se hace montono y el inters del lector u oyente se pierde.

    Polticos y periodistas que utilizan con frecuencia frases rutinarias muestran poco

    respeto por la capacidad intelectual, por la mayora de edad de su pblico. Las

    frases hechas constituyen uno de los peligros del uso periodstico de la lengua,

    debido, sobre todo, a la presin del tiempo, relacionada, a su vez, con las

    condiciones de trabajo, y a la coaccin de la actualidad.

    5) El empleo del acusativo inhumano. Consiste en presentar a las

    personas no como seres humanos que actan, sino como objetos tratados,

    protegidos, proporcionados, vestidos, dominados, atendidos, etc. Como si no

    20

    2

    Cf. Pttker, Horsst: "Weichspler und Schablonen. Fr einen verantwortungsvollen Umgang mit der Sprache", en: Jurnalistik, Ao iV, N 1m pp. 19-20.

    Vicente Romano 12

  • Vicente Romano

    fuesen mayores de edad, como incapacitados para pensar y actuar por s mismos.

    Por eso sera mejor el uso del dativo: ser fiel a alguien, actuar ante alguien,

    suministrar algo a alguien, ayudar a alguien, etc.

    Aunque es a la RAE a la que le corresponde limpiar, fijar y dar esplendor

    a la lengua y cuidar de su correcto uso, los periodistas tienen tambin una

    responsabilidad tica en esta tarea. Como el uso que hagan de ella lo perciben

    muchos, es de suponer que tienen una gran influencia en sus lectores y oyentes.

    Todo uso de la lengua presupone la apropiacin de sus normas. Pero, al

    mismo tiempo, implica tambin la produccin de lengua, Y, nolens volens, eso es

    lo que hacen los periodistas cuando escriben y hablan. Aunque entre sus tareas

    profesionales no est el cuidado especfico de la lengua, s deben ser conscientes

    de su responsabilidad ante sus audiencias en lo que al uso de la lengua se refiere.

    Como ya apuntamos en otra ocasin, la comprensibilidad de los textos

    "ocupa una posicin clave en el problema de la informacin periodstica, por ser

    un factor decisivo para su eficacia". Pero no hay que "olvidar que la comprensin

    es tanto un problema de codificacin como de descodificacin".21

    Valga este recordatorio para insistir una vez ms en la necesidad de la

    formacin cientfica de los comunicadores profesionales, as como de la

    investigacin metdica del arte de la transmisin, esto es, de su uso de la lengua.

    21 Cf. Romano, Vicente: Introduccin al periodismo. Informacin y conciencia, Teide, Barcelona 1984, p. 151/152.

    Vicente Romano 13

  • Vicente Romano

    Captulo I

    Rasgos del discurso capitalista

    1. La economa de seales

    La expansin de la industria de los medios tiene por objetivo alcanzar de la

    forma ms rpida posible, a travs de los espacios ms amplios posibles, al mayor

    nmero posible de gente. El gasto tcnico para el mensaje individual se reduce

    proporcionalmente cuando el mayor nmero posible de receptores est conectado a la

    red. El telespectador cree que elige cuando aprieta el botn del televisor o cuando

    compra un peridico. Pero lo que elige es su conexin a un sistema heterodeterminado.

    Este es el principio de la economa de seales, principio que recorre el desarrollo

    de los medios de comunicacin desde los comienzos de la cultura hasta hoy. Esto hay

    que tenerlo en cuenta a la hora de analizar el desarrollo tecnolgico. La tcnica de los

    medios sigue este principio sin instrumento artificial, en la comunicacin primaria o del

    contacto elemental humano, con instrumento en el iniciador de la comunicacin, lo que

    se denomina medios secundarios, y con aparatos en el emisor y receptor, esto es, la

    comunicacin de los medios terciarios. As, los satlites de TV slo tienen sentido si se

    encuentra gente suficiente que compre los aparatos que se necesitan para poder recibir

    el mensaje difundido por satlite. De ah que haya que hacer propaganda para que

    millones y miles de millones de receptores tericos se compren los aparatos que permi-

    tan traducir a ganancia la inversin de los promotores y explotadores de los satlites.

    Este es el trasfondo de todos los hermosos elogios que se hacen en la actualidad acerca

    del futuro de los medios: crear un pblico que aporte tiempo y dinero y ponerlos a

    disposicin de los propietarios de las nuevas tecnologas. Las cuentas de la economa de

    seales slo salen bien si un gran nmero de consumidores reduce el gasto del

    explotador del medio para el mensaje individual.

    La economa de seales se aplica cuando el mismo mensaje debe distribuirse a

    varios. Cuando uno se dirige a varias personas, las rene a su alrededor. Es decir, hace

    que otras personas entreguen una parte de su precioso e irrecuperable biotiempo

    Vicente Romano 14

  • Vicente Romano

    subjetivo de modo que quien las rene no tenga que andar detrs de cada una de ellas,

    lo que le costara mucho de su biotiempo al comunicador. Al hacer que otros acudan a

    l se ahorra gastos de transmisin del mensaje.

    La reduccin del gasto de seales es el origen de todas las reuniones, desde las

    comidas conjuntas de las familias y grupos pequeos hasta la asamblea popular o las

    cortes. Pero este ahorro slo se efecta cuando los otros acuden. Todo el mundo sabe

    que cuando se disuelve la mesa familiar, cuando faltan los hijos, el padre o la madre, se

    deshace la institucin de la familia. Lo mismo ocurre cuando la agrupacin local de un

    partido ya no puede organizar ningn acto porque sus miembros se quedan en casa.

    Quien ha perdido el poder de convocatoria carece ya de poder, pues el comienzo de

    todo poder de un hombre sobre otro radica en que uno disponga del biotiempo de otros.

    Quien acude reconoce el motivo, est o no est de acuerdo con lo que se comunica, en

    virtud del tiempo que entrega.

    Si se reflexiona sobre los medios actuales y los del futuro, cada cual deber tener

    claro cunto de su precioso biotiempo quiere dedicarle a esos medios, o mejor dicho, a

    sus propietarios, y cunto est dispuesto a pagar, pues ejercen poder sobre l.

    La economa de seales es una cuestin de poder. El poder de unos seres

    humanos sobre otros se inicia con la incautacin de biotiempo subjetivo de otros para

    los mensajes del comunicador. As, el lactante tiene poder sobre la madre, los nios

    sobre sus padres, los maestros sobre sus alumnos, el conferenciante sobre su auditorio,

    el escritor y editor sobre sus lectores, el permanente chorreo de la radiodifusin sobre la

    vida sentimental del pas, el Estado sobre sus ciudadanos al obligarlos a rellenar

    impresos, la economa sobre los consumidores a travs de los reclamos publicitarios, y

    as sucesivamente. No basta con buscar el poder en el adoctrinamiento a travs de

    textos concretos. Subyace ya en la distraccin, en el apartamiento de otras

    comunicaciones que no se pueden recibir al mismo tiempo. La percepcin selecciona,

    pero no puede seleccionar lo que no llega a su entorno, a su medio ambiente. Esta

    circunstancia convierte a la distraccin en una importante tctica de informacin en la

    competencia represora de los grandes poderes sociales.

    Vicente Romano 15

  • Vicente Romano

    La economa de seales y la coaccin de los plazos regulan la programacin de la

    prensa y la radiodifusin con el control de las cuotas de audiencia y el monto de las

    tiradas.

    2. La simplificacin

    Hoy da, la mayor parte de la comunicacin se hace a travs de los llamados

    medios de masas, que, como el trmino de "comunicacin de masas", no deja de ser un

    eufemismo. Como es sabido, ni las masas se comunican entre s a travs de esos medios

    ni stos son de las masas, sino de unos pocos que producen masivamente para las

    masas.

    En suma, que estos pocos tienen el poder de definir la realidad para los muchos,

    de decirles lo que pasa, lo que es bueno y malo, lo que hay que hacer y no hacer, cmo

    hacerlo, etc. Este poder de fijar el programa social de cualquier comunidad es la clave

    del control social. Lord Nordcliffe, dueo de uno de los consorcios ms poderosos de

    peridicos de principios del siglo XX, lo explicaba as, sin pelos en la lengua: "Dios

    ense a los hombres la lectura para que yo pueda decirles a quin deben amar, a quin

    deben odiar y lo que deben pensar."

    Y lo que nos cuentan suele ser casi siempre la historia de los otros, no la nuestra.

    Y si estamos ocupados en vivir la historia de los dems no tenemos tiempo de

    preocuparnos de la vida propia. Pues si nos ocupsemos de ella y descubriramos cmo

    la determinan otros, no nos quedaramos de brazos cruzados e intentaramos cambiarla a

    mejor.

    Produccin masiva significa produccin en serie, indiferenciada, simplificacin y

    estereotipacin. Como en la produccin comunicativa se trata de productos del

    pensamiento, de contenidos de conciencia, esta serializacin e indiferenciacin tiene

    tambin algo que ver con la produccin del pensamiento indiferenciado, acrtico, esto

    es, mgico.

    En la comunicacin, el engao no slo se da en el mbito de los medios

    primarios, sino sobre todo en el de los medios terciarios, donde tanto uno como otro

    participante necesitan un aparato para poder comunicarse. La tcnica de la

    comunicacin, acelerada a travs de las grandes distancias para grandes cantidades de

    Vicente Romano 16

  • Vicente Romano

    receptores dispersos, conduce a la simplificacin de los signos en imgenes y

    abreviaturas lingsticas. De este modo reducen las posibilidades de descifrarlas, al

    tiempo que sobrecargan con nuevas abreviaturas la percepcin y exceden la capacidad

    de la memoria.

    La mayora adquiere su conciencia a travs del trabajo. Todo el socialismo se

    basa en la hiptesis de que hay que hacer conscientes a los seres humanos. Tras esta

    ilustracin tomarn el destino en sus manos, se emanciparn del poder dominante de la

    economa, de los propietarios de los medios de produccin. Toda esta concienciacin de

    la gran mayora no puede llevarse a cabo en la era de la retificacin global de los

    medios tcnicos, puesto que stos no fomentan el trabajo consciente, sino que lo

    reducen. Esto se efecta de muchas maneras. Primero creando tensin. Se trata de un

    proceso de distraccin. Segundo simplificando la realidad mediante la oferta de las

    mismas pautas de comportamiento, que son siempre binarias: bueno y malo, arriba y

    abajo, falso y correcto, etc. Estas pautas de comportamiento vienen dadas por la figura

    esttica del televisor.

    En este proceso se simplifica tambin la imaginacin. A la gente se le presenta

    siempre lo mismo, en forma cada vez ms primitiva, puesto que con arreglo a la

    economa de seales los propietarios tienen que hacer inversiones cada vez mayores y,

    en consecuencia, tienen que llegar a un nmero cada vez mayor de receptores para

    hacerlas rentables. Y slo se puede llegar a audiencias cada vez mayores excluyendo la

    diferenciacin y volviendo a lo que todos entienden: coito, violencia, salida-entrada,

    ascenso-descenso, esto es, modelos muy sencillos. Con estos pares binarios se tiene as

    un fuerte efecto dramatrgico, pero a costa de una gran prdida de realidad y de

    posibilidades de conocimiento, pues quien selecciona, abstrae, s, tiene que dejar fuera

    ms y ms cosas. En consecuencia, es de temer una gran poca de idiotizacin a travs

    de la humanidad medialmente retificada.

    Lo que cuenta en la prensa es la presentacin visual de los contenidos, pues los

    estructura al predeterminar modalidades perceptivas, as como lo que puede

    interpretarse y conocerse.

    Y es de suponer que siga as mientras persista la relacin directa entre

    presentacin como captacin visual y la base comercial del medio. Cuanto mayor la

    Vicente Romano 17

  • Vicente Romano

    tirada, tanto ms atractiva la presentacin y tanto ms cortos los enunciados. La

    reduccin se debe en todos los medios a la economa de seales.

    En la radiodifusin y en la prensa, el lenguaje est sometido a la ley de la

    economa de seales, esto es, ganar tiempo y ahorrar espacio para llegar al mayor

    nmero posible de consumidores con el menor gasto posible para el productor. As,

    pues, la ganancia de tiempo es la mxima suprema de su praxis.

    En el mbito de la prensa y de la radiodifusin hay que distinguir entre ganancia

    de tiempo para el productor de la comunicacin y ganancia de tiempo para el

    consumidor de la misma. Bajo el punto de vista de la autodeterminacin la ganancia del

    primero no es necesariamente ganancia del segundo, pues tiene que dar algo de su

    biotiempo, en el supuesto de que esta entrega valga la pena para l. Puede traducirse

    muy bien en "tiempo perdido", es decir, en tiempo que no ha compensado sus dficits

    cognitivos y emocionales, pero el tiempo gastado ya no vuelve.

    Pero el productor est obligado a reunir a todos los consumidores posibles de su

    comunicacin a fin de poder amortizar con la participacin de los muchos el gasto

    tcnico que ha invertido.

    Los receptores quieren entretenerse, participar, comunicarse, puesto que son

    seres humanos y no pueden ni quieren vivir aislados. Pero cuando aprietan el botn de

    la radio o la televisin o toman un peridico en sus manos tienen que aceptar la

    presentacin lingstica e icnica en las reducciones especficas de cada medio, y

    abandonar su aparato perceptivo a comunicaciones heterodeterminadas, sin poder

    contradecirlas, como ocurre en la comunicacin primaria.

    3. Rasgos del discurso periodstico actual

    El periodismo, la comunicacin pblica, traduce los sucesos y acontecimientos a

    los sistemas de signos especficos de los medios. El concepto de "medios" es un buen

    ejemplo del cambio lingstico. Hoy se utiliza como abreviatura de medios de

    comunicacin y en los ltimos aos se ha convertido en trmino comn de la prensa y la

    radiodifusin, en expresiones como "medios de masas", "crtica de medios", "poltica de

    medios", etc. Durante el apogeo de los intereses parapsicolgicos de la dcada de 1920

    y 1930, "mdium" era una designacin habitual para la persona que transmita

    Vicente Romano 18

  • Vicente Romano

    fenmenos ocultos. Es posible que este sentido lastre todava la discusin cundo, por

    ejemplo, los polticos reprenden a los "medios" por la comunicacin de fenmenos de

    su mbito de poder que ellos mismos no ven o no quieren ver.

    Lo que se suele llamar lenguaje medial es el uso que hacen del lenguaje los que

    manejan los medios, generalmente annimos.

    En la actualidad, se observa cmo los medios "pblicos" adaptan su lenguaje al

    de los privados reduciendo los plazos de sus emisiones cognitivas en favor de las

    compensaciones emocionales. La divisa reza "small talk", hablar de trivialidades.

    La prensa, la radio y la TV se basan en la repeticin. Lo que mejor ilustra esta

    circunstancia es el rito del programa de TV, puesto que requiere la vista y el odo y

    obliga a los espectadores a adoptar la postura sentada, mientras que la radio y la prensa

    le permiten libertad de movimientos. Esta ltima porque se puede dejar y volver a coger

    en otro momento, y la radio porque su mensaje slo depende del odo. Desde el punto

    de vista de la transmisin tcnica, la radio es el medio ms rpido. Sus mensajes se

    pueden transportar prcticamente en cualquier momento y con ayuda del telfono casi a

    todas partes.

    Pero la coaccin de los plazos tambin parte aqu del ritual del calendario que lo

    interpreta, igual que ocurre con los otros medios. Donde hay interpretacin hay clero,

    ya sea religioso o profano. El decide lo que puede orse, verse o leerse qu das y a qu

    horas. Actualmente puede observarse cmo la TV estatal se amolda e incluso anticipa a

    la competencia comercial de la TV privada soltndose la lengua y reduciendo los

    programas de contenido cognitivo en favor de compensaciones emocionales o

    trasladndolos a horas de escasa audiencia.

    La minuciosa coaccin de los plazos educa para la fugacidad de la percepcin.

    La brecha entre lo electrnicamente perceptible y lo que queda sealado en el papel

    aumenta da a da. Hay que preguntarse si es de fiar lo que ven los ojos, pues desde

    Aristteles se ha venido creyendo que ver es saber. Cuando el lenguaje se reduce cada

    vez ms hasta convertirse en un cdigo de significados ominosos aumenta, claro est, la

    velocidad de la transmisin. Pero la comunicacin a velocidad de relmpago de

    insinuaciones binarias de smbolos positivos y negativos no es ms que un cdigo, y no

    tiene ya nada que ver con el lenguaje en pugna por la expresin humana.

    Vicente Romano 19

  • Vicente Romano

    Los medios visuales se rigen en la cultura actual por las condiciones bsicas

    marcadas por el rectngulo. Lo que se coloca dentro y fuera, arriba y abajo, a la derecha

    y a la izquierda, decide el juicio de valor de los periodistas. Entender el lenguaje de la

    prensa y la televisin significa comprender los plazos del rito del programa y la

    colocacin como expresin deseada.

    La economa de seales y la coaccin de los plazos regulan la programacin de la

    prensa y de la radiodifusin (radio y TV). No cabe esperar de los medios periodsticos

    la expresin perfecta. Pero eso no significa que haya que aceptar como pasto espiritual

    del pueblo los sucedneos de conceptos depurados. Si la crtica consciente de muchos

    grupos de accin pequeos no toma la palabra frente a los grandes comunicadores

    burocrticos y contradice su lenguaje, ser inevitable la idiotizacin y el regreso a una

    simbologa colectiva dirigida por poderes annimos.

    La presin de los plazos lleva a la reduccin, al estereotipo, a la economa de

    seales, a la produccin de "miniaturas simblicas temporalmente consumibles"

    (Pross). Las nuevas tcnicas, o al menos el uso que se hace de ellas, refuerzan y

    aumentan los estereotipos.

    En el estadio de los nuevos medios, la radiodifusin se encargar de que nadie

    pueda aportar ya la concentracin que se requiere para entender una sucesin de frases.

    Los receptores se educan en la fugacidad de la percepcin. El hueco existente entre lo

    electrnicamente perceptible y lo que queda sealado en el papel aumenta de da en da.

    Habra que preguntarse si uno puede fiarse ya de sus ojos.

    Cuando el lenguaje se reduce cada vez ms hasta convertirse en un cdigo de

    significados ominosos, se incrementa la rapidez de la transmisin. Pero la comunicacin

    efectuada a la velocidad del relmpago de insinuaciones binarias de smbolos positivos

    y negativos no es ms que un cdigo. Ya no es ningn lenguaje en pugna por la

    expresin humana, tal como se ha entendido hasta hoy.

    Se equivoca quien cree entender mejor el mundo mediante el periodismo de

    titulares. Ningn medio puede anular la reflexin, pero s puede desplazarla y confundir

    con la emocionalizacin.

    Vicente Romano 20

  • Vicente Romano

    Con la mayor diversidad de ofertas audiovisuales se incrementan las

    comunicaciones reducidas a costa del discurso lingstico. Los efectos psicofsicos a

    largo plazo estn an sin investigar. Por lo que se sabe de su estado actual, parece ser

    que los polticos, por ejemplo, tendrn que adaptarse cada vez ms en las competiciones

    electorales a las imgenes que han adquirido validez mediante los estereotipos de la

    publicidad comercial y de la industria del entretenimiento. La formacin de la

    conciencia y de la voluntad polticas, cada vez ms complejas en virtud del aumento

    global de las informaciones, se reducen simultneamente en la comunicacin

    estereotipada que presenta los conocimientos de la realidad, la conciencia y esa

    voluntad poltica cada vez ms simplificados, menos diferenciados. De ese modo tiene

    que aumentar necesariamente la discrepancia entre el pueblo y sus delegados, en lugar

    de reducirlas mediante la comunicacin recproca, dialgica, mutuamente

    enriquecedora. Ejemplos de reduccin mgica en poltica y en comunicacin social:

    cuando el anlisis de la realidad poltica se sustituye por el grito o por el eslogan,

    cuando las seas de identidad de un partido poltico se remiten a sus smbolos en vez de

    a su prctica transformadora, cuando se toma por opinin pblica la opinin publicada

    de unos cuantos o por realidad la definicin interesada que esos pocos den de ella.

    En el mbito de la prensa, la hiperabundancia de publicaciones de

    entretenimiento y distraccin (prensa del corazn, por ejemplo), frente a la escasez de

    diarios polticos (prensa de partido), no ha conducido a la ampliacin del espectro de

    opiniones, sino ms bien al aumento de los estereotipos sociales creados por unos

    cuantos productores dueos del mercado. La televisin, por su parte, no es una visin a

    distancia, en el sentido de unos prismticos o de un telescopio, que refuerce la

    percepcin de la realidad. Los medios audiovisuales y las nuevas tecnologas han

    facilitado enormemente el control y el acceso de unos pocos a millones de personas. La

    supuesta democracia aportada por esta tcnica se reduce al consumo millonario de

    tcnica. Pues son estos millones los que mediante el gasto financiero empleado en la

    adquisicin de los aparatos y el gasto de biotiempo dedicado al consumo de emisiones

    socialmente ritualizadas permiten la reduccin del gasto de seales para la minora de

    productores de comunicacin.

    En el lenguaje, la metfora, como imagen lingstica, reduce el discurso. La

    imagen lingstica puede facilitar la comprensin, pero no contribuye en nada a la

    Vicente Romano 21

  • Vicente Romano

    explicacin, ya que la expresin grfica introduce otro modo de representacin. Se "ve"

    lo que quiere decir "la nave del Estado", pero esta imagen no dice nada acerca del

    Estado, sino que transporta al oyente a una representacin (grfica) del Estado.

    Otro tanto ocurre con "la aldea global", "el medio es el mensaje" y dems

    metforas, ms o menos ocurrentes, de M. McLuhan. La reduccin disminuye todava

    ms el gasto de seales. Expresarse con brevedad significa dejarse cosas fuera,

    descontextualizar la informacin. Pero esto no significa que esas cosas, relaciones,

    contradicciones, etc., no existan, sino que son desplazadas. Al mismo tiempo, cuando se

    comunica algo, ese algo adquiere un significado y una relevancia que no son los que

    tiene de por s, sino el que se le d. Como se sabe, toda informacin es selectiva e

    interesada.

    Acuciado por la necesidad de hallar la expresin adecuada, el lenguaje recurre a

    la imagen. Al presentar lingsticamente una imagen, la metfora reduce

    momentneamente el simbolismo discursivo del lenguaje a la "presentacin integral

    simultnea" (S. Langer) que caracteriza la imagen. Disminuye el gasto de la bsqueda

    de la expresin. La metfora ahorra energa al reducir las explicaciones a una imagen

    lingstica. De este modo ahorra tambin tiempo de emisin y papel, portadores

    materiales de la expresin. La metfora es una expresin de la economa de seales.

    Esto explica su omnipresencia en la prensa y en la radiodifusin.

    Puede decirse entonces que cuanto ms corta y estereotipada sea la

    comunicacin, tanto mayor ser la violencia simblica y el poder mgico de los medios,

    y tanto menor el significado que puede utilizar para s mismo el sujeto receptor.

    4. El pensamiento mgico

    La produccin industrial de comunicacin se efecta con arreglo a las normas de

    la tcnica, otro de los rasgos distintivos de la magia. Como en el resto de las industrias,

    se produce en serie, de forma estandarizada. El lenguaje periodstico, los manuales de

    estilo, formatos, informativos de radio y televisin, seriales, etc., confirman esta

    produccin estereotipada y uniforme.

    La comunicacin estandarizada borra la distancia crtica del consumidor con su

    entorno, obstaculiza la reflexin necesaria para su conocimiento y dominio. De ah que

    Vicente Romano 22

  • Vicente Romano

    refuerce el poder de los pocos al ocultar las contradicciones y conflictos, al suprimir la

    diferencia entre imaginacin y percepcin, deseo y satisfaccin, imagen y cosa. La

    sociedad productora y consumidora de comunicaciones simplificadas y estandarizadas

    es una sociedad de necesidades insatisfechas. Semejante sociedad se revela como presa

    fcil de los intereses autoritarios de los pequeos grupos productores.

    El argumento racional de la simplificacin tcnica se basa en la superioridad

    distribuidora de los pocos, manifiesta en el hecho de que son los muchos los que vienen

    a los pocos.

    La mediacin efectuada por los "medios de masas" es, por tanto, unificadora e

    indiferenciada.

    Para vivir y actuar el hombre necesita ordenar sus conocimientos en un marco

    general de referencia que les d sentido. Tanto en la sociedad primitiva como en la

    industrializada, el hombre debe prefigurar su mundo y construir su modelo de universo.

    Si se dispone de un modelo racional, el conocimiento se obtendr mediante

    diferenciacin y sistematizacin. Pero si se carece de l, como ocurre con el pen-

    samiento mgico, se reafirma la imagen homognea del universo en donde hombres y

    estados de cosas interactan sin saber por qu, sin conocer sus relaciones. Las

    diferenciaciones establecidas por el pensamiento racional recaen as en la

    indiferenciacin primitiva, en el conocimiento infantil.

    En la era de la tcnica y de la especializacin, el pensamiento indiferenciado,

    mgico, es una forma de integrar los "vacos" y carencias afectivas de la vida cotidiana,

    creados por la fragmentacin del conocimiento y de las relaciones sociales. Apoyndose

    en el principio de que la tcnica y la ciencia son omnipotentes, surge la creencia de que

    se puede saber a travs de los medios, de que se puede conocer el mundo mediante el

    consumo asiduo de comunicaciones mediadas y mediatizadas.

    Ahora bien, cuanto ms numerosas son las informaciones que recibe el sujeto

    individual, cuanto ms complejas devienen las redes de la mediacin social, tanto ms

    probable ser que ese sujeto est sobrecargado como "recipiente" y colocado en la

    imposibilidad de reducir esas informaciones a su experiencia personal. O de dirigir el

    pensamiento hacia s mismo, distanciamiento que establecera la premisa de la di-

    ferenciacin. Donde la reflexin es imposible, el mundo recibido debe considerarse

    Vicente Romano 23

  • Vicente Romano

    como "la realidad". La autenticidad de la percepcin difusa con el medio tcnico hace

    que la imagen televisiva o el texto de prensa sea la cosa misma. Lo "esencial" es

    haberlo odo, visto o ledo en la radio, la TV o el peridico.

    Se prometen informaciones y conocimientos. Pero, salvo la previsin del tiempo,

    til para la excursin dominguera, lo que se transmite raras veces es reducible a la

    prctica directa de la vida. La fe en la informacin se diluye en muchas noticias que se

    olvidan al cabo de un par de horas y con las que el receptor no sabe qu hacer porque no

    est en condiciones de comprender su origen, su alcance ni su significado Cuanto

    mayor es la fe en la informacin, ms dogmtico es el retorno al mito. Los dficits

    racionales se satisfacen emocionalmente. La fuerza bruta se rebela entonces contra los

    smbolos de la magia ineficaz: universidad, representantes polticos, grandes almacenes,

    etc. El culto a la informacin se puede traducir fcilmente en culto al poder y a la

    fuerza.

    Por ltimo, la fe en la informacin ha producido la impresin inexacta de que la

    prensa, la radio, la TV o el cine sean medios de informacin o de comunicacin. Si se

    miden por su volumen de produccin, los medios sirven sobre todo a la publicidad

    comercial y al entretenimiento. La prensa del corazn es mucho ms numerosa que la

    de informacin, la radio es por encima de todo un instrumento musical y la TV un lar-

    gometraje transmitido en casa. Como se sabe, el video se compra para ver todava ms

    pelculas y ms televisin. Se utilizan primordialmente, no para reducir la ignorancia,

    sino para cubrir temporal y ficticiamente los dficits emocionales con la distraccin,

    para matar el tiempo, por decirlo con una expresin muy espaola.

    La conciencia indiferenciada responde a la vida sentimental estereotipada. El

    pensamiento indiferenciado crea una conciencia conformista. Pero esto significa dejar

    en manos ajenas la solucin de los problemas propios, con lo que pueden manipularlos

    fcilmente en inters suyo. Ah radica el peligro de entregar las riendas de los asuntos

    personales en manos de especialistas o del nuevo clero acadmico. Autodeterminacin

    significa, sobre todo, liberarse de las angustias.

    La reproduccin de la vida en datos e informaciones no basta. El hombre

    pequeo, perdido en la masa, quizs pueda interesarse por los datos en que se puede

    descomponer su mundo. Pero siempre buscar una imagen con la que pueda

    Vicente Romano 24

  • Vicente Romano

    recomponerlo y le sirva para identificarse con su entorno y superar sus carencias

    afectivas. Por eso la imagen sustituye a la informacin, el pensamiento indiviso a la

    reflexin y el mito que rodea el poder al pensamiento crtico.

    Donde impera el mito, el culto ocupa el centro de la atencin, desde el culto de la

    personalidad hasta el culto sentado de la TV. El pensamiento mgico es el antdoto de la

    inteligencia, cuya accin disgregante podra destruir tal vez la cohesin social con su

    espritu crtico. La concepcin de la realidad como el peor enemigo del hombre y, por

    consiguiente, la explotacin de la "ilusin redentora" se ha convertido desde hace

    tiempo en la mxima de la industria del entretenimiento. El sentimiento se ha

    convertido en mercanca rentable.

    De ah que, como la conciencia es el resultado de la accin y la experiencia, haya

    que crear otras condiciones sociales de vida y de trabajo que permitan al hombre

    enriquecerse con experiencias personales y no permitir ninguna "explotacin de sus

    almas" por poderes ajenos.

    5. El modo indicativo e imperativo

    El modo del discurso escueto es el indicativo e imperativo. Es la palabra que,

    como deca Marcuse, "induce a actuar, comprar y aceptar". Y todo esto se transmite con

    un estilo conciso, con una sintaxis comprimida y condensada que impide el desarrollo

    del verdadero significado. No admite contradicciones ni matices. La definicin cerrada

    de los conceptos pervierte de tal modo el discurso que puede llegar al resultado de que

    en nombre de la libertad de expresin se bombardeen peridicos y emisoras de radio y

    televisin, o a la guerra se la denomine paz y a las vctimas "daos colaterales". La

    criminal guerra contra Yugoslavia, Afganistn, Iraq, Lbano, puede servir de ejemplo

    de esta perversin del lenguaje. Dentro de esta lgica de la razn pervertida, los

    negocios de la guerra y sus inconvenientes para todos, los intereses particulares de

    quienes se enriquecen con la destruccin y la muerte, se identifican con las ventajas de

    la paz y los intereses generales del bien comn.

    Las proposiciones de este lenguaje indiferenciado, mgico, son intimidadoras y

    glorificadoras al mismo tiempo. Son las formas de rdenes sugestivas, ms evocativas

    que demostrativas. Se trata del discurso hipntico del reclamo publicitario, o de la

    Vicente Romano 25

  • Vicente Romano

    brutalidad imperativa del "ordeno y mando", si el caso lo requiere. Es el lenguaje

    unidimensional que persigue la formacin del hombre unidimensional.

    El uso tan frecuente de abreviaturas (OTAN, ONU, UE, etc.) obstaculiza el

    planteamiento de preguntas no deseadas. As, OTAN no sugiere lo mismo que

    Organizacin del Tratado del Atlntico Norte. En este caso habra que preguntarse qu

    hacen en ella pases que, como Turqua, Grecia o Italia, nada tienen que ver con el

    Atlntico Norte, o que estas tropas se hallen ahora defendiendo los intereses de los

    grandes consorcios petroleros usamericanos en Asia Central.

    El discurso cerrado presenta la realidad en trminos dicotmicos de buenos y

    malos. No demuestra ni explica, slo persigue el control reduciendo las formas y los

    smbolos de la reflexin, la abstraccin, la contradiccin y la dialctica de la compleja

    realidad social a imgenes simplificadoras. Y, aunque la gente no crea este lenguaje o

    no le importe, acta, sin embargo, de acuerdo con l, sigue sus indicaciones.

    Mientras los medios emplean cada vez ms el indicativo en la vida pblica, en

    la vida la gente se pregunta diariamente qu pasara si... Esto tiene que ver con el

    imperativo de la expresin corta y con la brevedad de la transmisin tcnica. La

    informacin televisiva refuerza esta tendencia. Una imagen muestra lo que presenta. El

    lenguaje tiene que explicar el significado plural de las cosas, la relatividad de los

    conceptos. Pero, por razones de tiempo y espacio, no permite ningn subjuntivo ni

    condicional, ninguna subordinacin. La mirada fugaz a los pequeos signos se

    compensa con ilusiones que se pueden obtener de Internet desde la tranquilidad del

    propio cubil Pero esto no proporciona ninguna certeza. Si se quiere sta, hay que

    comprobarla por s mismo, en la interaccin con la realidad y con los dems seres

    humanos, en el dilogo enriquecedor.

    6. Prdida del dilogo y del discurso

    La "sociedad de medios", como se denomina a veces el estadio actual de la

    evolucin medial, esto es, la era de la comunicacin electrnica, no hace sino poner de

    manifiesto la necesidad de la comunicacin primaria, la comunicacin del contacto

    elemental humano. Son frecuentes las quejas de la prdida del trato con los dems, de la

    conversacin pausada, del debate y la argumentacin dialogada. Si en la TV los

    problemas se solucionan en media hora con un par de puetazos o disparos, en la

    Vicente Romano 26

  • Vicente Romano

    realidad nunca es as. Aqu, toda respuesta suscita nuevas preguntas. As ocurre tambin

    en la ciencia. Esta no est slo para dar respuestas, sino para plantear nuevas preguntas.

    Y eso es lo que pasa en el trato elemental humano, en la comunicacin cara a cara.

    La comunicacin unidireccional, no reversible, carece de verdadero interlocutor.

    Y sin nadie enfrente no hay ningn objeto ni, sobre todo, ninguna presencia. La

    comunicacin de masas es una prdida de presencia. En el dilogo, en la relacin

    interhumana, la presencia es lo decisivo. Cuado alguien no est presente, no se tiene.

    Todo el mundo conoce la diferencia entre la presencia virtual de una persona en

    contraste con la intensidad de su presencia real.

    En la conversacin con el otro, en el dilogo enriquecedor es donde puede

    verificarse el conocimiento y de dnde puede surgir la solidaridad. Y esto no interesa

    precisamente al poder de los gobernantes, que quieren dirigir la confrontacin con

    unidades lo ms cerradas posible.

    En comunicacin, la tensin surge de la posibilidad de contraponer al tema

    comunicado un contratema, a la diccin una contradiccin, a la imagen la contra-

    imagen. Pero si los medios electrnicos difunden al unsono el mismo tema, resulta que

    el contratema, la contradiccin y la contra-imagen tienen que articularse en otra parte.

    En vez de dilogo se tiene monlogo.

    En la era de la televisin, prxima a su fin, la aparente privacidad y

    autodeterminacin de la recepcin ha excluido en gran medida las componentes

    dialgicas de comunicacin y respuesta. Las nuevas tecnologas permiten, en cambio, el

    dilogo virtual a travs de Internet. La tcnica no permite el dilogo porque el medio

    refina el principio asambleario porque condena a los participantes a ser mirones mudos.

    Contemplan el aparato como un mueble de su pertenencia, mientras que los

    comunicadores, los productores, conciben a los consumidores como meras magnitudes

    estadsticas.

    Para aproximarse a una sociedad de hombres y mujeres libres, sociedad que

    jams ha existido en la historia, hay que incrementar la participacin de la mayora en

    el producto de su trabajo y reducir la de la minora. Pero lo que ocurre es precisamente

    lo contrario. Bienestar significa disponer de cosas, dominio es disponer de las personas,

    y, en el caso de los medios, de su biotiempo. Con el biotiempo de los consumidores

    Vicente Romano 27

  • Vicente Romano

    succionan la fuerza de trabajo gratuita de la percepcin. Esto forma parte de la

    economa de seales. La fuerza de trabajo de los telespectadores se succiona por la va

    del entretenimiento y a las diez de la maana siguiente se intercambian por dlares o

    euros las cuotas de audiencia.

    La comunicacin es cada vez ms mediatizada y menos dialgica (P. Freire), lo

    que equivale a perder humanidad. El vaco dialgico de esta "sociedad de la

    comunicacin" tiene su contrapartida ilusoria en el xito de las sectas y de las tertulias

    de Internet.

    En el dilogo normal se lee en la cara del otro lo que no se oye. El verdadero

    dilogo resulta hoy demasiado exigente para muchos. En la sociedad donde cada vez se

    dialoga menos, el dilogo genuino resulta cada vez ms difcil. El umbral dialgico se

    eleva mientras que el de la excitacin se baja, puesto que la posibilidad de de

    entenderse dialgicamete es menor y, en consecuencia, emergen con mayor claridad las

    emociones. La sociedad de la imagen se queda sin discurso.

    7. Aspectos epistemolgicos

    La bsqueda del concepto continuar, y se har bien en considerar el lenguaje,

    incluso en la revolucin electrnica, como "proceso ininterrumpido de creacin de

    expresin espiritual" (G. Humboldt)

    La bsqueda de la verdad depende del uso lingstico condicional, de la reflexin

    y cognoscibilidad del sujeto y predicado. De eso se nutre el discurso crtico y la claridad

    entre pregunta y respuesta. La claridad del lenguaje hace que el pensamiento est ms

    abierto a la valoracin relativizadora. Esto no es bueno para los poderosos. As que hay

    que eliminar las frases en condicional, suprimir el subjuntivo, el predicado se escurre en

    una substantivacin y aparece en lugar del sujeto: no debe averiguarse quin acta. Los

    sujetos responsables desaparecen en las instituciones que representan. Pero lo que

    manifiestan es un uso lingstico absoluto : a partir de cierto nivel ya no se opina sino

    que se afirma y declara, igual que la oferta se convierte en ley de la "economa" en el

    lenguaje publicitario, y adems, con apariencia de objetividad.

    Por otro lado, la precisin informativa est ntimamente relacionada con su

    fiabilidad y con el reflejo objetivamente verdadero de los hechos y de su entorno.

    Vicente Romano 28

  • Vicente Romano

    Surgen as, sobre todo cuando se trata de informacin escrita, problemas de equilibrio

    entre concisin del lenguaje, exposicin lgica y densidad de informacin. Es decir, se

    pide que las informaciones no sean contradictorias y que el texto o espacio dedicado al

    tratamiento de una informacin sea proporcionado a la importancia de sta.

    Desde la "brevedad lacnica" que vincula la orden con la economa de seales, la

    expulsin del pensamiento fuera del lenguaje le ha venido siempre bien a los

    gobernantes. Todos los imperios llegan hasta donde lo hacen sus medios de

    comunicacin. En la era en que las redes electrnicas cubren toda la superficie de la

    tierra, el poder de los explotadores de los medios aumenta de modo correspondiente.

    8. Perspectivas

    Todo el mundo sabe que las comunicaciones breves y fugaces deben percibirse

    rpidamente, pero que slo se pueden reconocer paulatinamente pidiendo ms

    informacin y haciendo preguntas. El pblico al que le est permitido or y ver pero que

    no puede leer ve limitada su emancipacin. Lo que se tiene en negro sobre blanco y se

    puede llevar tranquilamente a casa slo es el principio de la comunicacin. Proclamar lo

    ledo, publicarlo, es el segundo paso, sin el que el primero carece de sentido. Es la

    palabra la que hace vivir las letras muertas. La emancipacin no se demuestra apretando

    un botn de la radio o la televisin, ni cambiando de canal cada dos por tres, sino nica

    y exclusivamente tomando la palabra y pronunciando el mundo como es (P. Freire).

    El reduccionismo actual del discurso periodstico conduce a la despolitizacin de

    la sociedad, efectuada a travs del reclamo consumista, lo que equivale a la debilitacin

    del estado. Este se reduce entonces a acciones simblicas.

    Este mecanismo apunta a un orden econmico que ya no pretende satisfacer

    necesidades, sino crearlas. Los mensajes de los medios de masas, acoplados a la

    industria de la sugestin del reclamo comercial, despiertan en los receptores falsas

    expectativas. Deben buscar la salvacin donde no puede estar: en el consumo de los

    milagrosos mundos de los medios. Como afirma Pross, tal vez la explotacin de la

    tierra, de los tesoros de la naturaleza, haya llegado tan lejos que la industria tenga que

    recurrir ahora a la explotacin del alma de los hombres y mujeres. Los esfuerzos se

    dirigen ahora no tanto a explotar de la fuerza de trabajo como a estimularla fisiolgica y

    Vicente Romano 29

  • Vicente Romano

    psicolgicamente para crear las necesidades que hacen girar esta rueda de la

    denominada "sociedad libre de mercado, o sea, del capitalismo.

    Cierto, el pblico slo puede alcanzarse a travs de los medios. La "sociedad

    global" carece de actitud, como tampoco es seguro que los "medios" o "la prensa" estn

    en condiciones de adoptar una postura. En la actualidad, como el pblico debe aceptar

    los nuevos medios electrnicos a fin de sufragar el gasto enorme de los inventores y

    propietarios, apelar a los legisladores es tan ftil como apelar a la responsabilidad de

    periodistas y editores.

    Habra que partir, ms bien, desde abajo. Se podra intentar:

    Crear pblico con medios alternativos que no funcionen con criterios

    comerciales, y denunciar los intereses de la industria medial.

    Realizar un trabajo de ilustracin en las escuelas, establecer el estudio de

    los medios como asignatura.

    Fomentar la competencia comunicativa. No basta con ser un receptor

    "crtico". Hay que ser consciente del papel que uno juega en el proceso de

    la comunicacin de masas y de las posibilidades que tiene para articular,

    expresar y satisfacer las mltiples y variadas necesidades.

    La reflexin sobre el futuro del periodismo no debe olvidar su origen ni sus

    caractersticas profesionales: los periodistas investigan, producen y publican bajo las

    condiciones materiales existentes. Las nuevas tecnologas aumentan la fascinacin por

    lo ldico cuando se dominan las viejas artes de la investigacin, la formulacin y la

    publicacin. Uno no se las puede arreglar sin alfabeto, sin el dominio de la

    configuracin artesanal y sin la fantasa propia.

    Descubrir las contradicciones, analizarlas y comentarlas sigue siendo el gran

    cometido. La receta consiste en mantener la debida distancia ante los temas y el

    compromiso con el pblico, esto es, con el pueblo.

    Si la capacidad diferenciadora de los grandes medios y de la comunicacin

    institucional, acadmica, no puede o no quiere plantearse preguntas en el sentido

    ilustrador aqu expuesto, la inteligencia humana tiene que utilizar otros medios para

    Vicente Romano 30

  • Vicente Romano

    hacerlas. La magnitud decisiva es siempre la sociedad polifactica de la poblacin, el

    mundo multicolor de los movimientos populares, de los lectores y no lectores, negros y

    rojos, hombres y mujeres, etc.

    Si la comunicacin organizada de los grandes medios peridicos y de las

    instituciones no indagan los conflictos ni se los cuestionan, stos estallarn de una

    manera o de otra. Los medios de comunicacin son tiles mientras verbalicen los

    conflictos latentes antes de que empiecen a volar las piedras y la fuerza bruta desplace a

    la dialctica de pregunta y respuesta.

    Plantear ahora preguntas incmodas, provocadoras, significa hallar las respuestas

    de maana. Omitirlas equivale a no cumplir debidamente la profesin de comunicador o

    de formador de comunicadores.

    Vicente Romano 31

  • Vicente Romano

    Bibliografa

    Freire, Paulo:

    Pedagoga del oprimido, Pedagoga de la libertad, Comunicacin o extensin?,

    Pedagoia da autonoma, etc., en sus numerosas ediciones.

    Klenk, Dominik:

    "Gegenwartsverlust" in der Kommunikationsgesellschaft , Mnster 1998

    Marcuse: Herbert:

    El hombre un idimensional, Barcelona 1968.

    Marx, Karl:

    La ideologa alemana, Montevideo 1959, La Habana 1966.

    Pross, Harry:

    La violencia de los smbolos sociales, Barcelona 1983

    Pross, Harry y Romano, Vicente:

    Atrapados en la red meditica. Orientacin en la diversidad, Hondarribia 1999.

    Rauter, Ernst. A.:

    Wie eine Meinung in einem Kopf ensteht, Munich 1971.

    Romano, Vicente:

    Introduccin al periodismo. Informacin y conciencia, Barcelona 1984.

    La formacin de la mentalidad sumisa, 2a. edicin Madrid 1998.

    El tiempo y el espacio en la comunicacin. La razn pervertida,

    Madrid 1998.

    Ecologa de la comunicacin, Hondarribia (Guipzcoa) 2004.

    Vicente Romano 32

  • Vicente Romano

    Captulo II

    La informacin

    1. Concepto

    En los vestbulos de las grandes estaciones, en los aeropuertos, en las

    plazas y centros urbanos, es fcil encontrar la palabra informacin o el icono i.

    Colocada en letras bien visibles seala el mostrador o la oficina donde se puede

    averiguar toda clase de cosas que en ese momento tienen importancia prctica:

    horarios de trenes y autobuses, direcciones y planos urbanos, hoteles, programas

    de actividades culturales, etc.

    Cuando se enciende el televisor o la radio, se abre una pgina del

    peridico, omos o leemos las noticias sobre los ltimos acontecimientos

    nacionales e internacionales. Como no los hemos vivido personalmente, hay que

    creerse, de momento, lo que cuentan. Casi siempre estas noticias van

    acompaadas de un comentario, una valoracin, esto es, una opinin. Todo esto

    se denomina igualmente informacin. Por eso se dice que el cometido de los

    periodistas es informar.

    Cuando una autoridad poltica nacional llega a un pueblo, firma en el libro

    de visitas ilustres del Ayuntamiento, es saludada por las autoridades locales, por

    representantes de los gremios, inaugura la ltima obra pblica, etc. Esa

    autoridad dice que quiere conocer la situacin econmica del lugar, dnde le

    aprieta el zapato a la gente y cosas por el estilo. En estos casos se dice tambin

    que esa autoridad se informa, es decir, se pone al corriente de las cuestiones

    prcticas que pueden ser significativas para el desempeo de su funcin pblica.

    Lo mismo podra decirse de la informacin policial, judicial, bancaria, etc.

    En estos casos el vocablo informacin tiene un significado corriente,

    actual, para quien lo oye. Informacin es, pues, una comunicacin actual y

    prctica sobre cosas cuyo conocimiento es relevante, til.

    Pero hoy da se difunde otro concepto de informacin. Desde hace unos

    decenios tambin hablan de informacin fsicos, fisilogos, matemticos y

    tcnicos. Aunque la persona no iniciada carece de una idea clara de su

    significado. Slo sabe que tiene algo que ver con la transmisin de noticias en

    Vicente Romano 33

  • Vicente Romano

    sentido tcnico, con el telfono, la radiodifusin o, recientemente, con el mundo

    de los ordenadores personales.

    Pero este concepto de informacin se deriva del significado corriente. Slo

    que a los cientficos y tcnicos les gusta definir arbitrariamente palabras para su

    uso especfico. Parece como si el trmino fuese producto de esta poca marcada

    por la tcnica y el negocio lucrativo.

    Ahora bien, si consultamos un diccionario de latn clsico, nos llevaremos

    una gran sorpresa. Los antiguos romanos conocan bien el sustantivo informatio.

    Derivado del verbo informare, la palabra se compone de in y forma, y significa

    formar, dar forma a algo. As que informacin significa ni ms ni menos que

    formacin, configuracin.

    Este es su sentido literal. En sentido figurado significa educacin, esto es,

    formacin como proceso de enseanza, de explicacin y aclaracin, y como

    resultado (formacin adquirida).

    Este es el sentido cotidiano ms frecuente de informacin si tenemos en

    cuenta que comunicado y noticia tienen un significado prximo a exposicin,

    explicacin.

    Informacin significa as, para sorpresa nuestra, algo como educacin,

    trmino que solemos colocar en el otro extremo de la escala de valores.

    El significado clsico de informatio como formacin, configuracin, se

    mantuvo en la filosofa medieval, en la escolstica, como terminus tecnicus:

    proveer de una forma a la materia. Este significado desapareci junto con la

    escolstica.

    El significado de formacin mediante instruccin se destac en el

    humanismo y el Renacimiento. Informador era el maestro. Una nocin que se

    mantuvo hasta el siglo XIX.

    Lo que ha quedado hasta hoy es el significado de informacin como

    exposicin, comunicado, noticia. Y as ha permanecido para todos hasta que la

    tcnica de la informacin ha redefinido el trmino. Lo ms interesante y

    enigmtico de este proceso, afirma Helmut Seiffert, es que en los dos ltimos

    siglos se ha perdido el significado pedaggico de la trmino .22 Evolucin

    parecida ha sufrido, por cierto, el trmino instruccin.

    22 Cf. Seiffert, Helmut: Information ber die Information, Munich 1971.

    Vicente Romano 34

  • Vicente Romano

    Pero con la aplicacin del termino informacin a estados de cosas

    meramente tcnicos por C. E. Shanon y N. Wiener en 1948 han surgido nuevos

    problemas. Con su Teora matemtica de la informacin se abordan cosas que

    transcienden el mbito de la transmisin tcnica de noticias. De ah la necesidad

    de repensar de nuevo el concepto de informacin.

    2. Necesidad de la informacin

    De acuerdo con la biologa evolucionista, los seres vivos se definen por la

    capacidad de accin y experiencia. La informacin y la comunicacin es un

    nuevo tipo de experiencia. No se puede transmitir informacin ms que a los

    individuos del mismo nivel. El animal es el primero que toma noticia de otro

    animal del mismo medio. La informacin presupone el conocimiento del otro.

    En los animales, la informacin es espordica, circunstancial. En los seres

    humanos, la informacin y la comunicacin son esenciales. El ser humano lo es

    comunicando. S, la ciencia de la comunicacin es la ciencia de la naturaleza

    humana. No somos humanos ms que cuando comunicamos nuestra experiencia

    a otros. El ser humano se realiza en experiencia comunicable.

    Como se sabe, el ser evoluciona con el medio. La sociedad es el medio

    para el hombre. Estudiando el medio se entienden perfectamente el ser.

    Para entender el medio humano, la sociedad, se necesitan informaciones.

    Las informaciones a que estamos expuestos devienen juicios y opiniones en

    nuestras cabezas. Estos forman parte del mecanismo que gobierna nuestras

    acciones. Para hacer cosas se necesitan herramientas. La herramienta con que se

    hacen las personas es la informacin.

    Slo puede entender la esencia de la informacin quien investigue sus

    efectos en la vida de los seres humanos. No existe herramienta sin finalidad. Las

    informaciones que se utilizan para hacer personas se rigen por la clase de

    personas que se quieren hacer.

    Lo que sabemos de las condiciones en que actuamos no lo decidimos

    nosotros. Depende de las informaciones que recibimos. Nuestra influencia sobre

    ellas es limitada. Determinadas informaciones son propiedad privada, y sus

    propietarios las utilizan en funcin de sus intereses.

    Vicente Romano 35

  • Vicente Romano

    3. Limitaciones

    Toda informacin se produce , distribuye y consume en un lugar, en un

    tiempo y en un grupo determinados. Est sometida, pues, a intereses concretos,

    del latn inter.-esse, estar entre. Estas circunstancias de lugar, tiempo y grupo

    determinan la direccin de la percepcin, el inters perceptivo.

    Inters perceptivo e inters informativo no siempre coinciden. Siempre

    estamos interesados, pero no con intereses perceptivos constantes.

    La relacin del ser humano con la informacin tiene sus problemas y sus

    limitaciones. No siempre quiere ni est en condiciones de ser informado. Entre

    otros, pueden darse estos casos:

    1) alguien quiere dar o recibir una informacin, pero no puede;

    2) alguien podra ofrecer y comprender (aprehender) cierta informacin,

    pero no quiere;

    3) alguien puede y no quiere difundir una informacin o no tomar nota de

    ella.

    De la modificacin de la informacin por los intereses se ocupa la

    sociologa del conocimiento. Esta entiende que no puede haber informacin pura

    en el espacio social, que todo proceso informativo se ve afectado necesariamente

    por intereses socioculturales, polticos y econmicos.

    El concepto de inters informativo se asemeja, pues, al de ideologa. De

    ah que, en lugar de sociologa del saber, se hable tambin de crtica de la

    ideologa.

    Ahora bien, por ideologa se entiende la falsa representacin y

    presentacin de algo. Y, por regla general, en el sentido de que, quien as acta,

    obtiene ventajas sociales, polticas o econmicas.

    Falsa representacin significa que su portador o exponente tiene una

    falsa conciencia del contexto, esto es, cree estar en lo cierto, tener razn, porque

    no conoce nada mejor.

    Falsa presentacin significa que su exponente no cree en su propia

    ideologa, pero acta as ante los dems por su propio inters, es decir, miente.

    Si una informacin es correcta o no depende de si es acorde con nuestro

    inters. La luz que aclara todos nuestros problemas es nuestro inters. Si

    ignoramos lo que nos interesa, no entenderemos las relaciones humanas ms

    sencillas. Uno no puede conocer sus intereses si desconoce sus posibilidades de

    Vicente Romano 36

  • Vicente Romano

    realizarlos. As, el explotado conocer sus posibilidades de emancipacin

    mediante informaciones que concuerden con sus intereses.

    La circunstancia de que todos nuestros intereses estn vinculados a

    procesos econmicos hace que toda transmisin de informaciones econmicas se

    convierta en un acontecimiento importante. En la sociedad capitalista, de libre

    explotacin de los muchos por los pocos, los productores de todos los bienes y

    servicios no controlan la produccin. Por eso permanecen ocultos sus intereses.

    Los miembros de una tribu primitiva reconocen sus intereses con ms facilidad

    que nosotros. Cuanto ms largos y complejos los rodeos que deben dar los

    trabajadores y empleados para satisfacer sus necesidades, tanto ms tardan en

    reconocer si su trabajo tiene consecuencias contrarias a sus intereses.

    En la sociedad libre de mercado, eufemismo utilizado para embellecer la

    barbarie del capitalismo, se produce informacin de acuerdo con los intereses

    del capital. Es un producto mercantil ms que se rige por los criterios del valor

    de cambio, esto es, por el beneficio privado. Y no por criterios del valor de uso,

    del beneficio social, pblico, de mayor calidad de vida para todos. Los medios

    orientados por el mercado son enemigos de la vida pblica. En contraste con los

    guiados por el criterio de servicio pblico, los medios mercantilistas reducen el

    mbito de lo que se puede decir pblicamente. La evolucin del capitalismo

    reduce tambin el nmero de empresas que controlan la produccin y

    circulacin de in formacin y cultura.

    Se dan, pues, intereses contrapuestos entre los productores de

    comunicacin, los dueos de los medios, y los consumidores, los usuarios. Los

    intereses particulares de los propietarios se presentan como generales. De ah el

    recurso a la persuasin

    Esto conlleva la presentacin unilateral, descontextualizada, de los

    acontecimientos y contingencias. Esta circunstancia impide que las personas

    penetren la esencia de los fenmenos. Una cosa es por las dems, deca ya

    Hegel.

    El inters de los consumidores, en cambio, radica en determinar cmo se

    emplean los resultados de su trabajo. En ltima instancia, su inters estriba en

    crear condiciones ms democrticas.

    Los diferentes tipos de control ejercido sobre los medios de

    comunicacin, y, sobre todo, las dificultades con que tropieza el intercambio

    Vicente Romano 37

  • Vicente Romano

    personal, la comunicacin primaria, condenan al individuo a ser receptor pasivo

    de informaciones, mero recipiente.

    Si se entiende la informacin como comunicacin reductora del

    desconocimiento resulta que las medidas polticas son procesos informativos

    porque manipulan comunicaciones a fin de aumentar o reducir el conocimiento.

    As, suponiendo el acceso a los medios, pueden darse, al menos, cinco polticas

    de informacin:

    Se difunde informacin para aumentar el conocimiento.

    Se retiene informacin para mantener la ignorancia.

    Se distribuye para reprimir otras informaciones.

    Se canaliza informacin para la identificacin de un grupo determinado

    con su emisor.

    Se desplaza informacin por comunicaciones que no eliminan la

    ignorancia porque no pueden reducirse a o no concuerdan con las experiencias,

    capacidades y posibilidades de los receptores.23

    Se proclama, en cambio, que el papel de los medios en democracia

    estriba en vigilar, separarse del poder, del gobierno, y ofrecer perspectivas

    mltiples de sus acciones, de la actuacin de los polticos, etc.

    El artculo 20 de la Constitucin espaola proclama solemnemente que

    todos los espaoles tienen derecho a informar y a ser provistos de una

    informacin veraz. Pero, de qu sirve esta declaracin si se carece de acceso a

    los conocimientos o se reciben informaciones sesgadas? La libertad se reduce,

    por tanto, a la libertad de acceso.

    4. Comunicacin y conocimiento

    En su informe sobre la situacin mundial de la comunicacin, la

    UNESCO defina la informacin como la accin de:

    Acopiar, almacenar, someter a tratamiento y difundir las noticias,

    datos, opiniones, comentarios y mensajes necesarios para entender de un modo

    inteligente las situaciones individuales, colectivas, nacionales e internacionales

    y para estar en condiciones de tomar las medidas pertinentes.24

    23 Cf. Pross, Harry: La violencia de los smbolos sociales, Barcelona 1983, 2 ed. 1989., p. 136.24 Cf. MacBride, S. y otros: Un solo mundo, voces mltiples, Mxico 1980, p. 37.

    Vicente Romano 38

  • Vicente Romano

    La gnesis, la existencia y el efecto de la informacin estn ntimamente

    unidos a la actividad social, creadora, de los seres humanos. Los procesos

    sociales de adquisicin y transmisin de conocimientos constituyen, en la praxis

    social humana, dos aspectos diferentes de un mismo proceso: la regulacin de

    la transformacin del entorno natural y social conforme a determinados

    objetivos y finalidades.

    En trminos generales, la informacin se refiere a conocimiento necesitado

    para su usuario y, por lo tanto, mvil, circulante. La informacin supone, pues,

    una ampliacin de la conciencia. Puede afirmarse as que el grado de conciencia

    y el conocimiento de la realidad entorno estn inseparablemente unidos. De ah

    que todo ser humano aspire a un nivel cada vez mayor de comprensin de la

    realidad, de su dominio y, en ltima instancia, de libertad. Pues, como afirma el

    malogrado bilogo espaol Faustino Cordn, la nica manera