Leones Toro

1

J

uan Ceballos (padre de unos gemelos)fue despertado por una agrura quese sinti como una aguja que leabre paso a un hilo de lava.Se levant para la rutina desiempre: verse al espejo mientrassaca la matutina respiracin quese escapa cansada por cargar unalengua pesada, y luego mirar su carahinchada provocada por sus ronquidosque parecen un gatoimitando elsonido de un columpio oxidado.En vez de eso, vio en el espejoa su reflejo que lo saludaba, yencontr que tena una costra debaba enmarcando su boca jadeante,que a su vez adornaba una extraapiel gris enroscada en unos ojossaltones, adems de intimidantesvenas rotas que esparcan sangre en loque pareca ser su frente aplastada

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En l explot una sensacin de hambre que se hizo gradual en un hueco donde antes tuvoestmago, y a sus brazos bravos les cedi las ganas de romper el espejo hasta caerdesfallecido por su vista nublada.

3Al despertar no estabavivo.Ni pulso ni gesto loacompaaron en su andarrajado que se hizoliviano ante sonidosestomacalesqueseesforzaban por ser elrugido de su bestialapetito.Sali a la calle levitadopor un olor a carne,entre gritos y alarmas seencontr con multitudesde reflejos salidos desu espejo.Eran muertos como l,que batidos en sangrey viseras calmaba suhambremasticandogordas, bajitos y perrosdiestros.

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Al otro lado de laciudad, en mediode muros cados y autos abandonados,su entera y an viva familia compuestapor su esposa y sus gemelos, selimpiaban los parpados empanizados depolvo que cortaba sus ojos llorosos.

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La familia corri pisndoselos pies, huyeron deloscadvereshambrientosque levantaban la narizparaseguirelrastrodelosoloressudadospor los vivos asustados.

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En medio de la catica escena, losgemelos encontraron refugio entrebotes de metal llenos de basura, desdeah observaron a los hambrientosque haban perdido el inters enperseguirles el pulso, todos ellossemovieron en direccina lasmontaas motivados por una fuerzacintica que pronunciaba sonidoselctricos similares a sierras desuave violencia.

7Ambos observaron sin rumbo en buscade su mam a la cual le habanperdido la pista, fue un instintoel que los gui a la respingona quehaba sido su madre, ya que ahorase encontraba plida y con restosde cogulos de sangre pegados allabio (lo que les hizo notar que yaera parte de las bestias).

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Vctimasdeunaciudaddesierta y abatida por laconfusin,losgemelossiguieronsinraznalamultituddecuerposrabiosos que se dirigan ala imponente montaa.Se escabulleron entre lassombras diurnas para no serarrastrados por los brbarosasesinos.A lo lejos observaron unatardecer que se dibuj entrelos cerros, contrastandocon las siluetas delosmonstruos que se congregaronpara mirar al cielo; y esque el sonido que los haballevado ah, se detuvo enseco para aliviar sus odoshmedos.

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Tras barrer con la vista a su alrededor se encontraron con una separacin de nubesque parecan dar la bienvenida con cirrocmulos a plateados crculos con luces.

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Eran naves que rebanaron la gravedad para bajar despacio.Descendieron entre

la multitud de ptridos brbaros quebienvenida lenta.

daban continuidad a una

Los objetos vibrantes que volaban pisaron la tierra que vista desde su origen distantehaba sido atacada por un parsito llamado humano; un animal que pese a su inteligenciaprogresiva, era una infeccin en su planeta como lo es una plaga en la lechuga o unbicho en el estmago.

11Las naves postraron su metlica estructura

para dar paso a

rayos de luz espesa.

Luz que gir en su propio eje y de un solo disparo hizo polvo a los muertosvivientes, dejando en la tierra una capa de humectante humano que acalambro elbosque hasta notar en los rboles un fulgor que les daba ms peso a sus hojas, msespesor a sus troncos, ms olor a pino.

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Los gemelos sintieron temor deaquellas maquinas que instintivamentesaban que eran de otro planeta.Y es que en los aparatosos metales seabrieron agujeros a manera de puertas;los hermanos con su mstica telepataque atribuan a haber compartido elmismo vientre, entendieron que deaquellas naves surgiran seres.Ellos salieron mostrando una cabezagigante que no cuadraba en su pequeaestatura, bajaron uno por uno de cadatransporte espacial.Uno de ellos explor la zona con elnegro de sus ojos y abri la bocapara dejar salir un sonido infinitoque pareca repetir la agona demiles de mosquitos muriendo:Pssssssssssss

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En ese momento, Juan Ceballos(padre de los gemelos), habaabierto los ojos que estabanapuntandoauntelevisordesintonizado. En la pared delfondo vislumbr los retratosde sus hijos acompaando al desu madre, y solo dej colarun suspiro antes de volver aquedarse dormido por el sonidosedante de la TV:Pssssssssssss...FIN