El Secreto de Los Oraculos

download El Secreto de Los Oraculos

of 232

Transcript of El Secreto de Los Oraculos

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    1/232

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    2/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 1

    PHILIPP VANDENBERG

    EL SECRETODE LOS ORCULOS

    Los arquelogos descifranel misterio mejor guardadode la Antigedad

    EDICIONES DESTINOBARCELONA

    Ttulo original:Das Geheimnis der Orakel. Archologen entschlsseln das bestgehtete Mysterium der Antike

    Traduccin: Oliver Strunk

    No se permite la reproduccin total o parcial de este libro, ni su incorporacin a un sistema informtico, ni sutransmisin en cualquier forma o por cualquier mecho, sea ste electrnico, mecnico, por fotocopia, por grabacin uotros mtodos sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright.

    1979 C. Bertelsmann Verlag GmbH Mnchen/5432Ediciones Destino, S.A.Consell de Cent, 425. 08009 Barcelona de la traduccin, Oliver Strunk

    Primera edicin: abril 1991ISBN: 84-233-2013-8Depsito legal: B. 11.393-1991Impreso por Policrom, S.A. Tnger, 27. 08018 BarcelonaImpreso en Espaa - Printed in Spain

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    3/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 2

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    4/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 3

    Autor: Vandenberg, PhilippTtulo: El secreto de los orculos: los arquelogos descifran el misterio mejor

    guardado de la AntigedadEditor: Barcelona: Destino, D.L. 1991Descripcin fsica: 301. p., [24] p. de lm. : il. ; 25 cm

    Serie: Nuestro pasadoMaterias: Adivinacin. Arqueologa

    Dedicado a Esopo,elpoeta frigio asesinado porlos omniscientes sacerdotes de los orculos

    ndice

    I. El orculo de la muerte, junto al AqueronteDespedida del siglo XXUn cementerio, el acceso a la morada de Hades?Tras los pasos de OdiseoEl siniestro camino de los consultantes del orculo

    Hachs y baos calientes

    La sangre se estancaba en el HadesReconstruccin de los procedimientos oracularesUn lugar de pasado turbio

    Desnudarse para un tiranoLos sacerdotes y los secretos

    II. Las voces artificiales de DodonaLlegan los arquelogosCuando Zeus an estaba en la encina

    Las pistas conducen al Norte y el SurPreguntas sin respuestaQuejidos del caldern

    Dodona adquiere fama mundialCon los romanos lleg el fin

    III. Los profetas del oasis de SivahProfecas sobre Alejandro MagnoEl orculo del nudo gordianoEl secreto que Alejandro Magno se llev a la tumbaEn busca del orculo legendario

    La dura suerte de los descubridores

    Dos alemanes devuelven la vida al orculoTestigos mudos de una era de esplendorEl oscuro origen del santuario

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    5/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 4

    Sivah no fue el nico orculoHerdoto sorprendido en su buena fe

    IV. El enigma de DdimoUnos cuantos hombres y una ciudad enterrada

    De no haber sido por Wiegand

    El santuario oracular sale a la luzLa vida cotidiana de los arquelogos en 1907A cada paso se producan nuevos descubrimientos

    Los orgenes del orculoLos persas imponen silencio a los profetasDdmo se convierte en el orculo preferido de los SelucidasEl proyecto que devor millones y que dur siglosSigue habiendo ms preguntas que respuestas

    V. Claro: el orculo de los mil nombresEsmirna, una ciudad nacida de un sueo

    La sentencia de muerte de GermnicoUn templo bajo las aguasDnde se encontraba la gruta del orculo?El apogeo se produjo en el siglo 11 d. de C.

    VI. Delfos: el misterioso ombligo del mundoNi rastro del orculoLlegan los francesesDos pies sobresalan del suelo: el aurigaSigamos los pasos de Pausanias

    Tesoros hasta donde alcanza la miradaDioses, esfinges y sibilasEscandaloso: una dama casi desnuda ante el temploSe mire donde se mire, por doquier se ver vanidad doradaUna victoria que bien vala veinte estatuasEl corazn de Delfos: el templo oracular

    Los arquelogos han desmitificado las leyendasLa cella de la Pitia a la luz de la ciencia

    VII. Cuando la Pitia se sentaba sobre el trpodeEl alud de consultantes

    El enigma del trpodeEl sorteo determinaba el destino de los humildes; el xtasis, el de los ricosUn secreto que sigue sin resolver: el nfaloPrecognicin y locura

    A la bsqueda de la grietaLa solucin la sirvi un diccionarioUna Pitia enloqueci......y otra pag con su vida

    Respuestas en verso y en prosaProcedimiento que se segua durante la consulta

    La sentencia ms misteriosa de la Pitia

    La CIA de la antigedadEl dinero no es pecado, y mucho menos si proviene de DiosEl orculo estaba bien informado siempre, incluso sobre los enredos amorosos

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    6/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 5

    VIII.Dioses, sacerdotes y estafadoresLas cantoras de oro de DelfosLas huellas de un diosDelos, la Ginebra de la antigedadApolo y la moral

    La confederacin dlficaCantautores y pilotos de carreras

    IX. Creso: el hombre que se compr el futuroUn rey tambin tena sus problemas

    La Pitia dijo: Cuando cruces elHalisAdvertencia sobre los hombres con pantalones de cueroSe cumple otro orculo

    Reyes entre reyesEn busca del palacio de CresoTneles misteriosos: una prueba del falseamiento de la historia?

    La licenciosa vida de la ciudad de Sardes

    X. Incluso los dioses se dejan sobornar1 piedra + 1 profesor = 1 hallazgo sensacionalEl decreto de TemstoclesUn genio radical y despiadadoPreguntad al orculo!

    La misteriosa sentencia de la PitiaCon el valor que proporciona la desesperacin contra los persasEl ltimo ardid de Temstocles

    Despus de la batalla: la lucha de los historiadoresTestigos mudos de TemstoclesLa cada de un hroeEl caso de Temstocles no fue el primeroUn da histrico: elprimero de mayo de 1490 a. de. C.El orculo y los ladrones

    La prueba de paternidad de la PitiaSlo Lisandro fue despedido con cajas destempladas

    XI. Los orculos decidieron batallasLas estrellas del gremio de los augurios

    150 000 hombres a la espera de una sealLa fatal equivocacin de MardonioA vencer tambin se aprendeCuando la luna y el sol se eclipsanEl desastroso 27 de agosto de 413 a. de C.Cuando algo pasa por alto a los adivinosUn sacerdote oracular censura la supersticin

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    7/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 6

    XII. Las fbricas de sueos de Oropo, Epidauro y LebadeaUn poco de Lourdes, un poco de Baden-BadenCmo se producan los sueosUn filn para elpsicoanlisis

    Las curaciones milagrosas de Epidauro

    El terrorfico horno de TrofonioCuidar la imagen se escriba con maysculas

    La prueba oracular de PausaniasLavado de cerebro hasta el desvanecimiento

    XIII. Los orculos olvidadosLos adivinos de OlimpiaLa maravilla del mundo en el templo de ZeusLos rastros de los profetas del monte PtoionAbas, un monumento al odio

    XIV. Las sentencias de las SibilasCasandra slo vaticinaba desventuras

    La Sibila de Cumas, una mujer con pasadoPreneste, el orculo de los pobres

    La influencia de los libros de las Sibilas

    XV. De haber hecho caso Csar a su intrprete oracularLas advertencias del intrprete de vscerasLos libros de rayos de los arspicesEl hgado, reflejo del cosmos

    El ltimo arspice lleg con la aprobacin del PapaXVI. El fin de los profetas

    Los misteriosos rituales de los escitasLas cinco funciones de los orculosLos cristianos pusieron elpunto finalLos ltimos consultantes de Dodona y Delfos

    FuentesFuentes de las ilustracionesndice de nombres

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    8/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 7

    IEl orculo de la muerte, junto al Aqueronte

    No ocultes nada, pues el tiempo que todolo ve y todo lo oye lo desdobla todo.

    Sfocles

    La era helenstica fue un perodo de culto ala razn en el que la ciencia era tanimportante, que oblig a los sacerdotes delorculo de la muerte, cerca del Aqueronte, aescenificar de la forma ms ingeniosa lasapariciones del ms all.

    Prof. Sotiris Dakaris,arquelogo

    Cuando Creso, el riqusimo rey de los lidios, quiso saber por fin cul de los numerosos orculos,que desde haca aos consultaba a cambio de mucho dinero, era el ms certero, envi delegacionesa los siete orculos ms conocidos de su tiempo y plante en cada uno la misma pregunta. Estoocurri hacia el ao 550 a. de C. y pretenda ser una prueba.

    Transcurridos 2.525 aos me puse en camino para esclarecer este secreto, dirase que el mejorguardado de la antigedad. No me haba propuesto visitar siete orculos, sino quince, y tampococumpl mi objetivo al cabo de cien das como los enviados del Rey, sino de mil, casi

    exactamente tres aos. En estos lugares tan famosos no encontr a pitonisas jvenes ni brnquidasviejos, sino a cientficos modernos, arquelogos e historiadores, excavadores resueltos y profesoresde expresin grave. Pernoct en cuevas, tragu la seca arena del desierto y fui testigo dedescubrimientos que por la noche me robaban el sueo. A pesar de no haber fumado jams, estuve apunto de renunciar a todos mis principios con el nico fin de ocupar en algo mis dedos, que llegarona temblar de emocin una y otra vez.

    No estoy seguro de poder estar en Nekromanteion el da 1 de septiembre de 1975 (lunes); seramejor que nos encontrramos all el martes (2 de septiembre), me haba telegrafiado el profesorSotiris Dakaris, de la Universidad de Janina. Dakaris, nacido en el ao 1916 en la ciudad de Janina,en el norte de Grecia, casado, padre de una hija y de un hijo, estudi arqueologa clsica en Atenasy Tubinga, de 1965 a 1968 fue profesor de arqueologa en su ciudad natal, fue destituido por ladictadura de los coroneles y rehabilitado tras la cada de la misma, y desde 1970 llev adelante enuna regin del norte de Grecia, dejada de la mano de Dios, las excavaciones del orculo de Efira, unlugar siniestro en el que aparecan muertos de los que se cuenta que vaticinaban el futuro. Herdoto,Tucdides y Estrabn hablaron sobre Efira, y en su Odisea (X, 503 ss), Homero narra cmo el astutoOdiseo recibe de la maga Circe el consejo de bajar al Hades para consultar al ciego adivino Tiresiassobre el fin de sus aos de odisea y el modo de regresar sano y salvo a taca.

    Los expertos, entre los que se encuentra Sotiris Dakaris, buscaban desde haca aos en aquellugar el orculo y el legendario acceso que da al Hades. El escritor griego Pausanias, quien redactentre 160 y 180 d. de C. una descripcin de Grecia estilsticamente sencilla pero que las ms de lasveces se basaba en lo que l mismo haba visto, ya sustentaba la hiptesis de que Homero haba

    conocido esta regin, adoptando el nombre del ro de la muerte, Aqueronte, y el de sus afluentes, ydescubri el pas con toda fidelidad. Pero existan pruebas para confirmar lo acertado de estahiptesis?

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    9/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 8

    Despedida del siglo XX

    Cargado de cmaras, magnetfonos y algunos kilos de literatura clsica entre la que tambin seencontraba la Odisea de Homero, vol el 31 de agosto de 1975 a Corf, la isla ms septentrionalentre las de mayor extensin que se hallan en el mar Jnico, y pas la noche a cuerpo de rey en una

    antigua residencia imperial. Por mucho tiempo no volvera a ver un bao ni un lavabo ni nada querecordara que viva en el siglo XX. Al da siguiente consegu hacerme con un coche de alquiler, loembarqu en el transbordador hacia Igoumenitsa y me dirig de all a Parga, un pintoresco pueblo depescadores, donde, como me recomend el profesor Dakaris, tom mi por el momento ltimacomida sustanciosa: pescado, claro est. En el bar del puerto, una chica, que, por su aspecto, debade ser una estudiante griega, me pregunt si el coche que estaba aparcado fuera era el mo.

    S, al menos lo he alquilado.La poda llevar un trecho, pues seguramente iba a Atenas?No le contest, no voy a Atenas. Quiero ir a un pueblo que est a unos veinte kilmetros

    al sur de aqu. Se llama Mesopotamon y no figura en ningn mapa del mundo.All tambin voy yo dijo la chica. Deb de poner una cara bastante incrdula. A quin va

    a ver?Me espera el profesor Dakaris.Perfecto. Yo soy su ayudante.De esta forma consegu llegar el mismo da a Mesopotamon. De haber ido solo, jams habra

    encontrado el pueblo.Me recibieron con un entusiasmo al que no estaba acostumbrado, y me record la poca en que

    estudiaba en un instituto del sur de Baviera, donde todos los chicos tocarnos al nuevo profesor dereligin, un fraile con hbito marrn, porque tena aspecto de santo. Dakaris, un hombre sesentn,de pelo cano y voz ronca, me present a su equipo de excavadores, todos ellos estudiantes, hombresy mujeres, de las Universidades de Janina y Atenas; al encargado de las excavaciones, Demetrios

    Panousis, que llevaba el sonoro ttulo de Phylax Archaiotiton, lo cual, a pesar de no querer decirms que guardin de las antigedades, lo enorgulleca hasta el punto de que, segn los habitantesdel pueblo, el permetro de su trax haba aumentado unos quince centmetros desde quedesempeaba el cargo; y a los trabajadores de las excavaciones, que estudiaban reverentes lacalidad de mi traje de tela tejana: Bueno!; Bueno! fue la palabra ms utilizada de los das y lassemanas siguientes. portmund bueno!, decan los trabajadores cuando uno de ellos sacaba unviejo retrato de hombre del bolsillo, Mnchengladbakbueno!: lo cual quera decir algo as comoMi hijo, mi hermano est en Dortmund o en Mnchengladbach y gana mucho dinero.

    El profesor Dakaris me dej elegir entre alojarme en Parga y recorrer dos veces al da los veintekilmetros que nos separaban del pueblo, o contentarme con el dormitorio del matrimonio PhylaxArchaiotiton, oferta que prcticamente no poda rechazar, pues significaba despertar de por vida su

    odio mortal, y yo no quera que eso ocurriera.Efira, que se encuentra al norte del pueblo de Mesopotamon y del que recibi su nombre elsantuario oracular, es una ciudad de estilo micnico tardo de cuyas construcciones slo seconservan algunos restos. En el pico de una montaa, a apenas 500 metros de distancia, se puedever la pequea iglesia de un monasterio de estilo bizantino tardo. En el siglo XVIII, los monjes delmonasterio Santa Catalina de Janina haban fundado una filial en este lugar. Cuando el profesorDakaris vino aqu por primera vez, en mayo de 1959, el pequeo monasterio ya haba sidoabandonado, pero algunos domingos an se celebraba una misa en la iglesia, a pesar de que lacapilla no gozara del favor de los fieles. All arriba contaba la gente se encuentra la entradaal Hades! Pero nadie saba decir dnde estaban exactamente las puertas que daban a l.

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    10/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 9

    Comida en NEKROMANTEION: segundopor la izquierda, Sotiris Dakaris, quinto por laizquierda, el Phylax Archaiotiton, y a sulado, el autor del libro.

    Los rumores no eran desconocidospara Dakaris. Al principio del sigloXIX, un coronel ingls que viaj porla regin inform de que la gentedeca que all se escondan las puertasdel Hades. Segn Homero, la oscuramorada del Hades se situara en losbosques consagrados a Persfone,donde crecen elevados lamos yestriles sauces, y es all donde el

    Piriflegetn y el Cocito, que es unarroyo tributario de la laguna Estigia,llevan sus aguas al Aqueronte (X,

    166). Ficcin o realidad?La descripcin topogrfica, de esto estaban convencidos los investigadores, se corresponda con

    la realidad. An hoy el Piriflegetn desemboca en el Cocito, y all donde ste se vierte en elAqueronte se encuentran los restos de Efira. Incluso los bosques, los lamos y los sauces crecenaqu, tal como Homero los describi hace ms de dos milenios y medio. Pero dnde estaba elacceso al Hades? Realmente ha existido alguna vez?

    Un cementerio, el acceso a la morada de Hades?

    El profesor de Janina cuenta que por aquel entonces haba estado pensando en la Ilada, en Troya yen los numerosos estratos que daban cuenta de su larga y densa historia. Por ello inspeccion losalrededores de la pequea iglesia bizantina, en torno a la cual haba ido creciendo el cementerio delpueblo, para estudiar cada piedra que encontraba y examinar todas las hondonadas del terreno.

    Junto a una tumba descubri un agujero en el suelo, no ms grande que un puo, y cuandocolocaba la mano encima poda sentir una corriente de aire fro. Para Dakaris, esto lo desencadentodo. Bajo las miradas recelosas de los habitantes del pueblo excav durante una semana en elcementerio. Cuando acab, estaba convencido de encontrarse en el buen camino: debajo de lastumbas del cementerio y de la iglesia se encontraba una misteriosa construccin de gigantescossillares. Dakaris haba sacado a la luz la parte superior de un arco y ahora se le planteaba una serie

    de problemas.En primer lugar, no saba exactamente qu haba encontrado, por lo que no estaba seguro de si

    valia la pena seguir excavando. En segundo lugar, necesitaba el apoyo de una institucin que seresponsabilizara de las excavaciones y le permitiera obtener una licencia para excavar. Y en tercerlugar, deba convencer a los habitantes de Mesopotamon de que haca falta desmontar todo elcementerio del pueblo. Cuando se le pregunta cmo consigui todo eso, se encoge de hombrosmientras una sonrisa socarrona le ilumina la cara.

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    11/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 10

    Con un techo de cemento armado, elprofesor Sotiris Dakaris salv la iglesiabizantina que se encontraba encima delorculo.

    Aunque segua sin saberexactamente qu habadescubierto, el ministeriocompetente le concedi permisopara excavar, la SociedadArqueolgica de Grecia aceptcorrer con los gastos, y elprofesor convenci a los hombresde Mesopotamon de que senecesitaban obreros paradesmontar el cementerio; obreros

    bien pagados, se entiende.Entre 1958 y 1964, SotirisDakaris exhum todo uncementerio, coloc una losa dehormign armado debajo de lapequea iglesia y socav sindaar la capilla la joyabizantina. En 1970 prosigui lasexcavaciones y dej aldescubierto un rectngulo de 62por 46 metros. El profesor ya

    estaba seguro: se encontraba anteel orculo de Efira.

    Cmo poda estar tanseguro?, le pregunto mientras subimos por el escarpado sendero que conduce del pueblo a lasexcavaciones. Era una calurosa maana de septiembre, y el sol se ocultaba detrs del campanariodel monasterio en ruinas. Los obreros se haban retirado a la sombra que proyectaba uno de losmuros de la compleja construccin, para seguir excavando detrs de los gruesos sillares que losprotegan del calor, y buscar todos los testimonios que de esta construccin nica habansobrevivido al paso de los siglos.

    Sabe? dice Sotiris Dakaris mientras salvamos una estrecha abertura del muro.Simplemente cre a Homero. En ese instante me encontr atrapado en un mundo de misterioso

    misticismo, de religin reverente y de impostura a gran escala, un mundo de muertos para los vivos,un pobre respaldo para este mundo y una coartada vergonzosa para los dioses, los todopoderosos.

    Tras los pasos de Odisea

    El orculo de Efira ofreca un aspecto confuso: largos pasillos en cuyas paredes se abran puertasestrechas que daban a habitaciones minsculas, corredores que cambiaban de direccin deimproviso, pasadizos labernticos que conducan a las habitaciones de un santuario central sobre elque ahora estaba suspendida la iglesia; pronto qued desorientado. La sangre se agolpaba en missienes al pensar que en este misterioso lugar el mtico Odiseo haba pedido consejo a las almasmuertas, preguntando si, fatigado por los largos aos de su odisea, volvera a ver jams la patria.

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    12/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 11

    Disposicin del orculo del Aqueronte. H = recinto sagrado. 1. pasillo oscuro, 2. cuarto secundario, 3. pasillo en elque se sacrificaban las ovejas, 4. pasillo laberntico del Sur, 5. sala principal de tres naves, 6. portada del este al pasilloexterno, 7. cuarto de depuracin (dibujo de Sotiris Dakaris).

    Acercndote, pues, a esteparaje, como te lo mando, oh

    hroe! haba dicho la bella Circea Odiseo, abre un hoyo que tengaun codo por cada lado (54 cm); hazen torno suyo una libacin a todoslos muertos, primeramente conaguamiel, luego con dulce vino y latercera vez con agua, y espol-voralo de blanca harina.

    Como si hubiera adivinado mispensamientos, Sotiris Dakaris meseal un foso de unos dos metros

    de profundidad, en el que losobreros estaban excavando conpequeos picos, esptulas y escobaslos restos de cuatro ventrudasvasijas de barro, de al menos unmetro de dimetro cada una. Estascuatro vasijas de barro ibandestinadas a acoger los sacrificioscon los que el consultante delorculo deba pagar para que serealizase su deseo, al igual que hizo

    Odiseo.Circe orden al astuto rey de

    taca que implorara las almas de losmuertos y jurara que en su passacrificara una vaca negra y estril,y al ciego adivino Tiresias, elcarnero ms esplndido de su

    rebao. En el orculo, con la mirada puesta en el Aqueronte, habra de degollar un macho cabro yuna oveja. Mientras los animales se estuvieran quemando, Odiseo y sus compaeros tendran quepedir permiso para acceder al Hades y ver a la severa Persfone. Despus de esto, anunci Circe,apareceran las almas de los muertos para beber de la sangre sacrificada, pero Odiseo tendra queimpedrselo, con la espada en la mano, hasta que apareciera el espectro de Tiresias, quien deba sercl primero en beber. Slo entonces podra preguntar a Tiresias, quien le revelara el camino quehas de seguir, cul ser su duracin y cmo podrs volver a la patria, atravesando el mar deabundantes peces.

    Odiseo hizo como le fue mandado. Lleg a la tierra de los cimerios, acudi al orculo, cumplilos sacrificios que le haban sido exigidos y encontr a las almas de los muertos, muchachos ymuchachas sin nombre, pero tambin a su madre Anticlea, que haba muerto durante su odisea, yfinalmente al adivino Tiresias, quien le profetiz que volvera a taca, pero tambin que antespasara grandes penalidades.

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    13/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 12

    Un grupo de arquelogos griegosexcavando vasijas de sacrificios, en las quelos visitantes del orculo de Efira dejaban subillete de entrada.

    Dice Homero literalmente:

    Diciendo as, el alma del soberanoTiresias se fue a la morada / de Hadesapenas hubo proferido los orculos. Masyo me estuve quedo / hasta que vino mimadre y bebi la negruzca sangre.Reconocime de sbito / y djome entresollozos estas aladas palabras:

    "Hijo mo! Cmo has bajado envida a esta oscuridad tenebrosa?"

    (XI, 150-156)

    Es una historia legendaria y sangrienta. Incluso los ms crdulos de los fillogos estudiosos de laantigedad habrn tenido dificultades para descubrir siquiera una sombra de realidad en estosversos homricos. Y, sin embargo, Homero debi de haber conocido el orculo de Efira y lossiniestros cultos que all se practicaban. De otra forma no se puede explicar lo que Sotiris Dakarisha descubierto cerca del pueblo de Mesopotamon.

    Acompaando al profesor durante el recorrido por su orculo, se comprender en seguida elporqu.

    El siniestro camino de los consultantes del orculo

    Venga, me dijo Dakaris con un gesto prometedor. Y me haca falta, pues aunque el orculo seencuentre ahora al aire libre, en la antigedad estaba bajo tierra, y aunque el sol abrase los ciclpeosmuros, sigue siendo un lugar siniestro.

    En la entrada, el que quera consultar el orculo dejaba los sacrificios que ofreca, pero tambinhaba de pronunciar la pregunta que quera plantear a un difunto. Hasta ahora, Dakaris no ha podidodescubrir si esta pregunta se apuntaba en algn sitio, como en el cercano orculo de Dodona, o sislo se planteaba oralmente, pues al contrario de lo ocurrido en Dodona, los excavadores de Efirano han encontrado ni una tabla con una pregunta al orculo. Pero ello no prueba que tales tablas noexistieran. Si hubieran sido de plomo, como las que se han encontrado en Dodona en gran nmero,forzosamente se hubieran tenido que fundir y destruir cuando el orculo se incendi en el ao 167 d.de C., al igual que las ventrudas vasijas para los sacrificios, las llamadas Pithoi, cuyo hirvientecontenido haca reventar los cntaros de barro. Las aberturas, al menos, an estaban cerradascuando las encontr Dakaris.

    Posiblemente, el que quera consultar el orculo deba formular su pregunta en el mismomomento de entrar en l. Delante de la entrada se encontraban las viviendas de los sacerdotes y delas personas que acudan all. No siempre se poda atender en seguida a la persona que llegaba enbusca de consejo, pero una vez la haban dejado pasar, no volvera a ver la luz del sol duranteveintinueve das, confindose ciegamente a un sacerdote, sin saber qu le esperaba. Revelar una

    sola palabra sobre lo que aqu ocurra explic Dakaris significaba pronunciar la propiasentencia de muerte.Conduciendo y empujando a su vctima, el sacerdote recorra con ella un oscuro pasillo sin dejar

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    14/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 13

    de murmurar ininteligibles oraciones. En una estancia de apenas veinte metros cuadrados, que seencontraba a la izquierda del pasillo, pasaba los primeros das como si fueran una nica einacabable noche. El profesor Dakaris encontr restos de fogones, centenares de kilos de conchas yunas judas desconocidas en Grecia, pero que se han hallado tambin en algunas tumbas de faraonesde la segunda dinasta. Gran cantidad de las vasijas descubiertas en este lugar datan de finales delsiglo ul y principios del Ello concuerda con la perfeccin de la tcnica poligonal empleada para

    construir los muros, lo cual apunta tambin al siglo III.Las judas, los moluscos y la carne de cerdo haban sido considerados, desde siempre, manjares

    propios de los muertos. Los sacerdotes egipcios crean que las enormes habas harinosas eranimpuras porque producan flatulencias y resultaban afrodisacas, mientras que los sacerdotes griegoslas apreciaban por ver en ellas el germen de la vida. Los moluscos, tan indigeribles como las judaspero menos nutritivos, laxantes y diurticos, se consideraban lo vivo muerto, pues no podan verni or. Desde tiempo inmemorial, en la cultura griega el cerdo forma parte de muchos ritos depurificacin y sacrificios expiatorios.

    Los negruzcos pedazos de hachs de los que Dakaris encontr montones no dejan lugar a dudasde que los consultantes del orculo reciban lo necesario para entrar en un estado que favorecierauna especie de sueo oratorio. Aqu, bajo tierra y cerca de los muertos, el contacto directo con lasfuerzas divinas les haba de permitir tener sueos y revelaciones.

    Los babilonios, los egipcios y los griegos conocan el sueo oratorio, y Herdoto cuenta que loszasamones tenan el don de la profeca: se instalaban junto a la tumba de sus antepasados paradormir all y recibir en sueos la revelacin del futuro (IV, 172). Tambin el sueo formaba partedel culto a Isis y Serapis, y segn Diodoro, tena efectos curativos. Ms adelante volveremos aocuparnos de los orculos griegos del sueo: el de Anfiarao en Argos, el de Asclepio en Epidauro yel de Trofonio en Lebadea.

    Hachs y baos calientes

    En Efira, las abluciones rituales, los baos calientes y los lavados con agua helada formaban partedel siguiente procedimiento. Los actos mgicos, las oraciones ininteligibles y los relatos sugestivossobre las almas de los difuntos convertan al consultante del orculo, despojado de su voluntad, enun instrumento de los sacerdotes, de modo que estaba dispuesto a interpretar sueos y a verapariciones inexistentes. Desde haca das estaba a oscuras, y slo cuando aparecan los sacerdotespoda ver el dbil centelleo de una lmpara de aceite o el brillo de una antorcha envuelta en negrohumo; despus de esto, el consultante volva a quedar sumido das enteros en una tormentosaoscuridad, aguardando temeroso la prxima aparicin del sacerdote. Nadie saba cundo iba a llegarde nuevo esta aparicin fantasmagrica.

    Entonces, tras largos das de duermevela, se presentaba el sacerdote, antorcha en mano,

    semejante a una aparicin, blanco como el alma de los muertos, murmurando en voz muy baja;mandaba al consultante que le siguiera, le daba una piedra y le ordenaba que, una vez llegado allargo corredor, la arrojara hacia atrs, pues este gesto alejara de l todo mal. Los excavadores hanencontrado muchas de estas piedras. En un extremo del corredor se encontraba una habitacin, mspequea an que la primera, y all el consultante prosegua su letargo. Cundo apareceran por fin,el alma de la madre, del padre, de la esposa, cundo le liberaran de su tormento?

    No sabemos cunto tiempo deba esperar en esta habitacin dijo el profesor Dakaris, peroa partir de ahora su alimentacin se haca ms estricta y las apariciones de los sacerdotes, mssiniestras; en medio de este silencio de muerte no dejaba de crecer la excitacin. Algunos quedabansin sentido o tenan alucinaciones y vrtigos: se estaban acercando al momento crtico.

    Cmo era ese momento crtico?

    El profesor no se dejaba inmutar por mi impaciencia. Con voz entrecortada y tono doctoralsigui llevndome con la seguridad sonmbula de los sacerdotes del orculo hasta llegar a unsaliente del muro, detrs del cual se vea un corredor ms largo an. Seal el suelo. Aqu se

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    15/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 14

    ofrecan ovejas como sacrificio. Hemos encontrado huesos y carbn.Al final del corredor giramos hacia la derecha y, de repente, nos encontramos en medio de un

    laberinto. Los diminutos cuartos, que comunicaban el uno con el otro, estaban cerrados con puertasguarnecidas de hierro, como prueban los hallazgos hechos aqu. Cada puerta se abra slo cuando laanterior ya haba sido cerrada. Record la conocida frase de Dante: Vosotros, que entris aqu,perded toda esperanza!.

    Llegado a este punto, el consultante que an no haba perdido del todo el sentido de laorientacin, del tiempo y del espacio, consumara ms tarde su extravo en este laberinto: aquolvidara todo cuanto dejaba atrs, y slo esperara febrilmente el momento crtico.

    Los sacerdotes lo haban preparado, y cuando traspasaba el umbral de la ltima puerta, saba loque le esperaba, mas no se lo poda imaginar. Los sacerdotes le haban dicho que, una vez hubieraatravesado el ltimo portal, encontrara bajo sus pies la hirviente morada del dios de los muertos,Hades, y Persfone, su esposa: entonces se encontrara en el reino de las sombras.

    En el suelo se abra un agujero del tamao de un sillar. El sacerdote mandaba al consultanteverter en l la sangre de los animales sacrificados, que llevaba consigo en un jarro. Las almas de losmuertos deban beber esa sangre para recobrar su conciencia, y as podan revelar el futuro a quienles haca las preguntas.

    Aprtate del hoyo y retira la aguda espada, para que, bebiendo sangre, te revele la verdad de loque quieras..., le orden Tiresias a Odiseo. Un agujero en el suelo, un sillar que no estaba en susitio: el significado de estas peculiaridades es de gran alcance.

    La sangre se estancaba en el Hades

    Podemos bajar al Hades propuso Dakaris en tono casi irnico, y aadi: Obviamente, el queinterrogaba el orculo no lo poda hacer!

    Me invadi cierto temor y acab sintindome oprimido por el miedo. De abajo nos llegaban

    voces, y vi el primer peldao de una escalera. Antes de que pudiera responder, el profesordesapareci en l agujero, y no me qued ms remedio que seguirle.Uno, dos, tres, cuatro: instintivamente cont los escalones, hasta llegar a doce. Los trabajadores

    dejaron las palas y miraron interesados al desconocido visitante. Haca calor y el aire estaba cargadode un olor dulzn. No me haba imaginado que el Hades fuera as: una bveda en can de piedraslabradas limitada en ambos extremos por la roca natural, quince arcos que sostenan todo el peso yninguna abertura aparte el agujero en el techo.

    El Hades apenas meda quince metros de largo, pero se presentaba con una angustiosaintensidad. Desde la antigedad, desde que se edific la bveda hace ms de 2 000 aos, ningn serhumano haba vuelto a pisar este suelo. En todas las pocas han existido hombres que se han creadosus dioses; pero lo que all nos impone silencio es el conocimiento de los hechos histricos.

    El profesor Dakaris dio unas instrucciones incomprensibles a los dos trabajadores y ellossiguieron con su tarea, llenando espuertas de goma con tierra negra procedente de una capa de casiun metro de espesor. Esa tierra era blanda y esponjosa y cedia ligeramente a cada paso. Sangre dijo Dakaris al ver mi mirada interrogativa . Metros de sangre de animales sacrificados seacumulaban aqu, y con el tiempo se han convertido en humus.

    Ahora ya estaba tan cerca del vrtigo y del desvanecimiento como el consultante del orculo, quean aguardaba ante las puertas del Hades. Qu sinti el arquelogo Sotiris Dakaris al penetrar porprimera vez en este recinto sagrado? Dakaris no quiso responder. Repet mi pregunta.

    Ahora ya lo puedo decir confes despus de unos momentos de silencio. Durante eldescubrimiento slo estaba excitado, pero al cabo deunos meses, mi hijo Joannis, que tena unos dosaos y medio, cay gravemente enfermo. Los mdicos no pudieron emitir un diagnstico, y final-

    mente no me qued ms remedio que permitirles que le operaran. Entonces pens que me habahecho culpable de violar el Hades.

    El profesor baj la mirada y con el pie escarb, avergonzado, en la sangre convertida en

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    16/232

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    17/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 16

    Incapaz de descubrir si todo aquello era sueo o realidad, el aturdido consultante intentabaacercarse ms a lo que vea, pero una balaustrada se interpona entre l y la aparicin.

    Apenas se haba perdido el eco de la respuesta, se oa un gran estruendo y el caldern volva aponerse en marcha para elevarse hacia el techo y desaparecer en medio de una densa nube de humo.el canto montono de los sacerdotes se extingua, las antorchas se apagaban y todo quedaba en si-lencio.

    Un sacerdote coga al consultante del brazo, lo llevaba a travs del laberinto hacia el largocorredor y, pasando por una estrecha puerta, entraban en otro corredor inacabable que an noconoca y en cuyo extremo se encontraba un pequeo cuarto destinado al ltimo tratamiento al quese deba someter el consultante. Los restos de azufre que se han encontrado hacen pensar que elconsultante deba soportar aqu los procesos de purificacin obligatorios despus de haber tenidocontacto con los muertos. Tambin Odiseo hubo de purificarse con azufre despus de la matanza delos pretendientes.

    De esta ltima habitacin, una puerta daba directamente al exterior. Despus de veintinueve dasde oscuridad, el consultante del orculo se encontraba cegado por la brillante luz del sol. Inseguro ya tientas avanzaba por un pequeo sendero que bajaba hacia el Cocito, donde se poda lavar y pen-sar sobre si todo aquello haba sido slo un sueo.

    Reconstruccin de los procedimientos oraculares

    Era sueo o realidad?, le pregunt al profesor Dakaris mientras estbamos sentados ante una tazade caf, negro como el holln, en medio de las ruinas de la bodega del monasterio, que serva dealojamiento a los excavadores.

    No, no contest Dakaris; era todo real, incluso la aparicin del muerto: una ingeniosaescenificacin delos sacerdotes del orculo.

    En qu fuentes se basaba el profesor griego para reconstruir los increbles hechos que se

    producan en el laberinto del orculo?En primer lugar, estn los autores antiguos. En su obra Menipo, el clebre sofista Luciano,orador ambulante y satrico, reflej las costumbres y creencias de sus conciudadanos del siglo II d.de C. Con sorna, narra cmo consult a un orculo. Los hechos se produjeron en Mesopotamiapero, segn Dakaris, eran representativos de todos los orculos de aquella poca.

    Llegado all, me fui a convivir con un caldeo, varn sabio y admirable en su arte, de cabellera cana ycon una barba solemnemente venerable. Su nombre era Mitrobarzanes. Le rogu y le supliqu y mepostr, y finalmente, aunque con dificultad, alcanc de l que, por el precio que quisiera, me sirviera degua en el camino. Se encarg de m. Y en primer lugar, durante veintinueve das a partir de la lunanueva, me baaba hacia la aurora hacindome descender al ufrates. Al salir el sol, recitaba unos versoslargos que yo apenas si oa ni entenda porque, a la manera de los malos pregoneros en los juegospblicos, los murmuraba a toda prisa y confusamente. S me pareci que invocaba a ciertos genios. Trasde los versos cantados, me escupa tres veces en el rostro y me haca regresar inmediatamente sin volversiquiera la vista a ninguno de los que topbamos. El alimento consista en bayas o nueces; la bebida, enleche y miel mezcladas y agua del Coaspes; y el lecho era la hierba y el aire libre.

    Cuenta Luciano que durante esos veintinueve das que duraba todo, Menipo slo se haba podidoalimentar de frutos secos, leche, hidromiel y agua, y que le obligaban a dormir al aire libre. Lanoche antes de consultar el orculo le haban vuelto a lavar y, murmurando oraciones, lossacerdotes le haban provisto de la piel de un len y de una lira, y otro sacerdote se pona unvestido mgico. Finalmente, en un terreno pantanoso tuvo que cavar un agujero para rociarlo conla sangre de las ovejas que le haban ordenado degollar...

    Aunque casi mil aos separen a Luciano de Homero, parece que el procedimiento del orculo nohaba variado sustancialmente. Pero cmo nos podemos explicar la fantasmagrica aparicin delmuerto?

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    18/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 17

    Los engranajes de la mquinaelevadora con la que las aparicionesbajaban del techo.

    En la sala central del orculo de

    Efira, debajo de la iglesia delmonasterio, Sotiris Dakarisencontr un gigantesco caldern debronce. Bajo enormes masas depiedra, sobre las que habandescansado los cimientos de unaiglesia, estaba chafado como unalata, pero se podan reconocerperfectamente el dimetro y laforma que haba tenido. Sinembargo, el hallazgo ms

    interesante lo constituy una seriede ruedas dentadas en forma de solque se encontraron esparcidas alrededor del caldern. Su presencia, segn el profesor Dakaris, slose explica porque formaban parte de una maquinaria tcnicamente perfecta con la que se poda bajary subir la aparicin que se encontraba en el caldern de bronce.

    Al parecer, esta maquinaria era ms pesada e importante que el alma del muerto. Es probable quelos mismos sacerdotes interpretaran el papel de estas almas, pues contratar a actores implicaba elpeligro de que les delataran. Bastante tiempo tenan los sacerdotes para prepararse para la macabrainterpretacin. Para descubrir qu aspecto haba tenido en vida la aparicin deseada, noencontraran dificultades en sonsacar con disimulo a los consultantes mientras stos esperaban enlos alojamientos dispuestos para ellos. Posiblemente, la respuesta a la pregunta planteada no tena

    ninguna importancia ni trascendencia. Sin embargo, si se trataba de una persona importante, losveintinueve das de espera en el interior del orculo tambin podan servir para hacer lasindagaciones precisas.

    Un lugar de pasado turbio

    El orculo de Efira descubierto por Sotiris Dakaris parece no ser el primero que existi en estelugar. Data de la era helenstica y se supone que fue construido hacia finales del siglo III a. de C., enel mismo lugar donde se eriga un orculo ms antiguo. Los hallazgos de vasijas y herramientas dehierro indican que fue as. Una estatua de Persfone con el polos, el tocado propio de ella, ademsde diversos smbolos de fertilidad, tambin son caractersticos de aquella poca.

    Sin embargo, a unos cien metros, los arquelogos han encontrado una escombrera con figuras deterracota de una diosa ctnica, tal como se modelaron entre el tercer cuarto del siglo VI y finales delV. Los escombros se iban amontonando durante la construccin del orculo nuevo, para el que sehaba desmontado el pico que se alzaba en la rocosa llanura.

    Que por aquel entonces ya funcionaba el orculo lo confirma el historiador Tucdides, que nacihacia el 460 a. de C. en Atenas y que en su obra tambin resumi los comienzos de la historiagriega. A diferencia de Herdoto, a l s se le puede llamar un autntico historiador, pues narra losacontecimientos con brevedad y precisin y segn su orden cronolgico; tambin proporciona datosy nombres, cita documentos e informes de testigos oculares, e incluso habla sobre hallazgos

    arqueolgicos. Es posible que se eche de menos la dimensin global de su nocin de la historia, talcomo se reflejaba en Herdoto, pero en el caso concreto de sus descripciones del paisaje de Efira,eso carece de importancia. Tucdides localiza con precisin tanto la antigua ciudad como el ro

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    19/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 18

    subterrneo Aqueronte, que desemboca en el actualmente desaparecido lago Aquerusia y en la bahadel dulce puerto para confundirse con el mar.

    Al principio, los arquelogos quedaron desconcertados ante esta descripcin, pues el lagoAquerusia no exista. Necesitaron algn tiempo para descubrir que los arrozales, con los que loscampesinos de los alrededores se ganaban su sustento, eran en realidad el lago desecado. Y otrosinsentido les produca quebraderos de cabeza: Tucdides habla de los cimerios. Homero tambin

    menciona estos habitantes del Ocano, cerca de la entrada al Hades, donde reinaba la famosaoscuridad cimeria.

    Segn investigaciones modernas, los cimerios eran un pueblo de jinetes nmadas queposiblemente se instal en Tracia, pero se supone que hacia el siglo VIII an vivan cerca del marNegro. Expulsados por los escitas, se trasladaron hacia el Sur, donde, alrededor del ao 680 a. deC., fueron vencidos por los asirios. Por tanto, cmo era posible que los cimerios viviesen tan cercade la entrada al Hades, teniendo en cuenta que, por entonces, an eran desconocidos para los

    griegos jonios? Quin estequivocado, Homero o lahistoriografa?

    El orculo del Aqueronte. 1.Orculo de Efira, 2. Laguna deAquerusia, 3. Mar jnico. Dibujo deWinfried Konnertz, segn planosdel profesor Sotiris Dakaris.

    Dakaris se alegraba depoder darme la respuesta:Se equivocaron ambos! Esque existen dos tribus: la delos cimerios que vivan junto

    al mar Negro, y la de loscimerios que habitaban elpromontorio del mismo nom-bre (Cimerio), en la bahadonde desemboca elAqueronte.

    Herdoto confirma que elorculo de Efira va tenamucha importancia por aquel

    entonces y que los hombres ms ilustres acudian a l para consultarlo (V, 92).Periandro, tirano de Corinto durante ms de 40 aos, envi una delegacin al orculo. el

    dictador, tan severo como sabio, bajo cuyo mandato Corinto vivi su poca de mayor esplendor,rein aproximadamente entre el 600 y el 560 a. de C. La pregunta que plante hacia el ao 580 a. deC. al orculo era espinosa, e incluso puede decirse que picante.

    Orden a sus enviados que sonsacaran al alma de su esposa muerta, Melisa, dnde habaescondido el tesoro de un amigo. Periandro pareca no tener el valor de acudir l mismo a Efira',pues de hecho le corresponda parte de la culpa de que Melisa se hubiese reunido con los muertos:despus de haberle dado tres hijos, la hizo matar.

    Los enviados del tirano tuvieron que soportar los veintinueve das de agotadora preparacin paraque se les apareciera Melisa, desnuda y bella dentro del caldern suspendido del techo; pero laaparicin se neg a proporcionarles el menor indicio acerca del escondite del tesoro. Tengo fro yestoy desnuda, se lament Melisa, con voz sombra. Periandro, tan avaro como siempre, haba

    quemado su cadver, no sin antes despojarlo de sus valiosos vestidos.Y entonces Melisa pronunci una frase que dej sumidos en el desconcierto a los enviados del

    tirano, pero que deba demostrar a ste que realmente era el alma de Melisa la que hablaba. Dijo as:

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    20/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 19

    Periandro, fuiste t quien introdujiste panes en el horno fro!.El tirano de Corinto se dio cuenta en seguida del significado de esta frase, pero slo faltaba una

    cosa por saber: Cmo se haban enterado los sacerdotes de Efira de que Periandro haba abusadode Melisa cuando ella ya estaba muerta?

    A pesar de haber cometido semejante pecado. Periandro crea que an poda arrancarle el secretoa la difunta Melisa. Al fin al cabo, haba estado casado con ella muchos aos, y conoca sus

    debilidades: un vestido ablanda la voluntad de cualquier mujer, y si se le regala todo un vestuario,pierde la razn. As tambin ocurri con la bella Melisa. a la que Periandro sacrific montones devestidos, quemndolos, y cuando los enviados del tirano aparecieron por segunda vez en el orculo,ella les revel su secreto.

    Desnudarse para un tirano

    Queda por descubrir la forma en que el tirano se hizo con la coleccin de vestidos: Periandroanunci que todas las mujeres de Corinto deban acudir un da determinado al Hereo, el templo de la diosa Hera, situado en una elevacin del terreno cercana a Acrocorinto. Las damas se vistieron defiesta para acudir a la recepcin. Pero cuando estuvieron todas reunidas, el tirano las oblig adesnudarse, depositar los vestidos en un foso y orar a Melisa, la piadosa.

    Al menos as lo narra Herdoto. Por desgracia, omite explicarnos cmo las mujeres desnudasvolvieron a Corinto, y qu opinaron de todo ello sus maridos. Herdoto slo dice lo siguiente: Enesto enteraos bien consiste la tirana.

    Puede dudarse de la veracidad de esta historia, pero lo que nos interesa de ella es que en tiemposde Periandro, es decir, hacia el siglo vi a. de C., el orculo de Efira estaba en funcionamiento. Y lahistoria de Odiseo, que consult al orculo unos doscientos aos antes, hace pensar que este lugartena una reputacin excelente desde haca tiempo. Pero desde cundo exista?

    Sotiris Dakaris admite la posibilidad de que el culto al Hades sea ms antiguo que la misma

    Odisea. Es probable que inmigrantes micnicos, procedentes del este del Peloponeso, lointrodujeran en el Epiro, pues all estaba muy extendido el culto al reino de las sombras. Lasexcavaciones y los hallazgos arqueolgicos parecen demostrar que Efira fue fundada en el sigloXIV a. de C. y que por aquella poca llevaba el nombre de Xylokastron. Sin embargo, sobre si elorculo ya exista entonces, slo se pueden hacer conjeturas.

    Resulta imposible esclarecer el principio de la historia de la existencia de este orculo, peroconocemos con precisin las circunstancias que le pusieron fin. ste comenz ms de cien aosantes de la destruccin propiamente dicha, cuando Pirro, rey del Epiro, entabl guerra con losromanos en el ao 280 a. de C. Tras la demanda de auxilio de la ciudad de Tarento, pidi consejo alorculo de Zeus, en Dodona, y el susurrar de la encina sagrada le dio la respuesta: no haba motivopara temer nada; poda acudir en auxilio de los habitantes de Tarento. Pirro se puso en marcha con

    25 000 hombres y 20 elefantes, y gracias a estos tanques logr vencer al cnsul romano PublioValerio. En eso consisti la legendaria victoria prrica. El rey del Epiro haba ganado la batalla, perosu ejrcito qued tan diezmado que cuentan que observ: Otra victoria como sta, y nos habrnvencido.

    Las tropas de Pirro se acercaron a unos 60 kilmetros de Roma, y los romanos necesitaron siglospara recuperarse del terror que esta proximidad les caus. La impertinencia de los epirotas no fuevengada de forma devastadora hasta el consulado de Lucio Emilio Paulo. En la tercera guerramacedonia, el da 22 dejunio de 168 a. de C., venci al rey Perseo, y un ao despus castigduramente el pas, destruyendo 70 ciudades, entre ellas Efira y su orculo. Montones de legumbresy azufre alimentaron el fuego, y documentos y aparatos irreemplazables se fundieron bajo la fuerzadevastadora del fuego. Del orculo y del acceso al reino de las sombras slo quedaron escombros

    que fueron olvidados hasta que, en 1958, las palas de los arquelogos devolvieran la vida a suglorioso pasado.

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    21/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 20

    Los sacerdotes y los secretos

    Llegados a este punto, el observador atento se preguntar cmo fue posible que pueblos enteros ysus gobernantes ms inteligentes pudieran llegar a creer en la autenticidad de semejantesrepresentaciones. No resulta al menos dudoso que algunos sacerdotes astutos consiguieran engaar

    al resto de la humanidad, entre la que se encontraban polticos como Creso, Temstocles yAlejandro Magno, y poetas, pensadores e historiadores como Herdoto, Sfocles, Pndaro yEsquilo? Jams conoceremos los motivos que les indujeron a actuar como lo hicieron.

    Es posible que la manipulacin descubierta en el orculo de Efira desenmascare losprocedimientos que se seguan para pronunciar un orculo, pero ello no aclara cmo consiguieronlos sacerdotes encontrar las respuestas. Algunos historiadores afirman que los sacerdotes de losorculos eran ms filsofos que adivinos. Ello es cierto hasta determinado punto, pero no explica enabsoluto cmo conseguan anunciar de manera precisa que se iban a producir determinadosacontecimientos histricos.

    La observacin del trgico Eurpides (485-406 a. de C.), quien afirma que slo se recuerdan laspredicciones acertadas, mientras que las errneas caen en el olvido, tambin encierra parte deverdad. Sin embargo, incluso Herdoto, que en algunos casos llega a hablar del orculo de Delfoscomo si tuviera el deber de cantar sus excelencias, no se muerde la lengua al hablar de algunospocos casos en los que las profecas no acertaron. Por ello mismo, las restantes historias sobre losorculos adquieren mayor credibilidad an.

    No hay duda de que en la era arcaica y helenstica la creencia en los milagros estaba muyarraigada. Sin embargo, una y otra vez se levantaban voces crticas para advertir a la gente quefuera ms escptica y que no se resignara incondicionalmente con el destino profetizado. Los cantoslaudatorios que el poeta griego Pndaro (518-446 a. de C.) compuso para las competicionesolmpicas tambin contienen semejantes advertencias. Son relevantes porque Pndaro era un granadmirador del orculo de Apolo en Delfos.

    Se conservan innumerables respuestas de los orculos de la antigedad. A menudo, sus profecashan llegado a hacer historia, y por ello adquieren una importancia que no podemos tachar de simpleembuste y charlatanismo. Pero entre las respuestas de los orculos no se cuenta ninguna queexplique su funcionamiento. En qu se basaban? Exclusivamente en la manipulacin, en lasupersticin o eran acaso manifestaciones paranormales?

    La idea de que los hombres ms famosos de la historia fueron dirigidos imperceptiblemente porlas sentencias de los orculos resulta inquietante.

    Pero ms grave an sera que esos mismos hombres hubieran manipulado los orculos, que sehubieran aprovechado de sus sentencias para justificar sus decisiones tomadas en solitario.Hay algo que no debe olvidar me dijo el profesor Dakaris mientras nos despedamos, y la

    frase pareca pronunciada por un sacerdote de los orculos: el porqu del destino jams lo

    comprenderemos.No le respond, pero en una poca como la nuestra, el cmo tiene que dejar de ser un

    secreto.Y me puse en camino para descifrar este secreto.

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    22/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 21

    IILas voces artificiales de Dodona

    Odiseo se hallaba en Dodona para saberporla alta encina la voluntad de Zeus sobre siconvendra que volviese manifiesta oencubiertamente al rico pas de taca, del cual sehaba ausentado haca mucho tiempo.

    Homero, Odisea, XIV, 149

    Los griegos son un pueblo que creaprofundamente en el don de la profeca, y que se

    preocupaba a diario y en todo momento por elfuturo en general y en particular, y porel destinode las personas y de los Estados.

    Jacob Burckhardt

    Durante unos instantes me sent como la encargada del consultorio sentimental de una revista.Debo poner el nio bajo mi tutela?Es mejor que Onasimos se case ahora, o vale ms que lo deje? Por qu no mc da hijos mi

    mujer Meniska?Puede decirme algo ms sobre la seora N.?

    Pero todas las cartas y quejas tenan ms de dos mil quinientos aos de antigedad y estabangrabadas en finas lminas de plomo; la simptica seora que me las mostr era la directora delmuseo de Janina.

    El museo es un edificio moderno que contrasta fuertemente con la pequea ciudad del norte deGrecia, cuya Calle Mayor ofrece el mismo aspecto que la de una ciudad de buscadores de oro deNorteamrica, con cables telefnicos y elctricos colgando de las casas, anuncios luminosos yterrazas de madera. El motivo puede ser que la tierra tiembla aqu ms que en otros sitios, y queJnina como dicen sus habitantes fue turca hasta el ao 1912.

    Pero con sus 40 000 habitantes, la pequea ciudad al menos tiene una Universidad y un museoen el que tambin se guardan los hallazgos de Dodona. La coleccin de centenares de lminas deorculos es, seguramente, la ms extensa del mundo. No cabe sorprenderse, pues Dodona, que seesconde a unos veintids kilmetros al sur de Janina, en un valle al que slo se puede acceder porun nico puerto de montaa, es el orculo ms antiguo del mundo griego.

    Se podra pensar que slo acudan a los orculos hombres importantes para solucionar problemasde trascendencia mundial. No es cierto. Esta creencia puede deberse a que los historiadoresimportantes, como Herdoto, Tucdides, Diodoro y Pausanias, slo apuntaran las sentencias yprofecas relevantes. Pero la mayora de los orculos pronunciados no se mencionan en ningn librode historia. Trataban de los mismos problemas que seguimos teniendo hoy en da, pues hablaban delos problemas cotidianos, el trabajo y la familia. Las tablas de los orculos de Dodona indican quenuestro inundo ha envejecido, pero que apenas ha cambiado.

    Ariston, un comerciante de finales del siglo V, preguntaba sobre la conveniencia de acudir enuna fecha determinada a Siracusa. Cierto Lisias quera saber si prosperara en el comercio martimoy si deba comprar una participacin en un barco. En tono de reproche, los habitantes de Dodonapreguntan por qu Zeus haba enviado un invierno tan crudo, siendo tantos los pobres que sufranpor las inclemencias del tiempo. Los habitantes de una ciudad portuaria cretense queran saber si

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    23/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 22

    sera mejor cambiar el emplazamiento del templo de la Atenea Polias. Y una persona cuyo nombreno se menciona sospecha que Vostricha, hija de Dorcn, haba robado el dinero que Dion prest a laseora Actia. Acaso no fue as?

    Tablilla oracular de Dodona.

    El orculo de Dodona sabaresponder a todas estas preguntas.Algunas respuestas fueronenigmticas y misteriosas, y los quelas solicitaron no salieron ms doctosde lo que haban entrado. De qu leserva al comerciante una respuestacomo No le confes nada a latierra!? Pero tambin hubosentencias inequvocas que sirvieron a

    los clientes para perseverar en suspretensiones. As le ocurri al dueode una mina de plata, Timodamo, quepregunt si deba invertir su dinero enla marina mercante o en un negocio.Qudate en la ciudad y abre unnegocio fue la respuesta de lossacerdotes, que la anotaron bajo la

    pregunta grabada en la lmina de plomo.El que estas tablas de plomo se guarden aqu, en Janina, tiene un motivo sencillo: en Dodona, al

    pie de los montes Tomaros, de casi 2000 metros de altura, no existe una sala para exponerlas. Laregin es tan solitaria y desierta que los ladrones de antigedades no tendran problemas para vaciartodo un museo.

    Llegan los arquelogos

    Hasta principios del siglo pasado ni siquiera se saba dnde se encontraba exactamente el antiguoorculo de Dodona. En general eran investigadores britnicos los que, en sus viajes de exploracin,buscaban restos de antiguas construcciones en los valles del Epiro. La literatura, desde Homero aPausanias, ofreca bastantes indicios sobre el orculo: topnimos, menciones sobre las distancias y

    descripciones del paisaje. Sin embargo, Dodona pareca haber desaparecido como por arte demagia.Al principio, los investigadores se desorientaron a causa de la montaa llamada Tomaros. Un

    ingls apellidado Leake crey ver el orculo en las ruinas del pueblo de Kastritsa, al este de Janina.La montaa en cuyas pendientes deba encontrarse Dodona lleva actualmente el nombre deMitsikeli, pero por casualidad el valle se llama Tomarochoria. En todas las ruinas de castillos yciudadelas en y alrededor de Janina se ha querido ver el santuario de Dodona, hasta que en 1832, elingls Christopher Wordsworth encontr el autntico emplazamiento.

    Cuando el cristianismo determin la prdida de importancia de los dioses paganos de Grecia,los primeros cristianos aprovecharon el material de las construcciones de Dodona para erigir frenteal antiguo templo dedicado a Dione, y en parte sobre el templo de Heracles, una baslica de tres

    naves.

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    24/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 23

    Interior del santuario de Zeus haciaprincipios del siglo III

    Estos muros cristianos eran losmejor conservados de toda Dodona, y

    no es de sorprender que el polticogriego Konstantin Karapanosempezara en 1875 a excavar

    justamente aqu. No tard mucho enefectuar los primeros hallazgos: en elextremo noroeste de los cimientos dela baslica encontr un yacimiento deantiguos objetos preciosos. En estelugar, los sacerdotes cristianos habanenterrado las ofrendas de losconsultantes de los orculos y los

    objetos paganos. El lugar deldescubrimiento y los sillaresaparentemente antiguos que formaban

    los cimientos de la iglesia indujeron a Karapanos a creer que la baslica se haba levantadoexactamente encima del orculo. Sin embargo, no se dio cuenta de que los muros que habadescubierto a tan slo unos metros pertenecan al templo de Zeus. Quiz porque Karapanos noexcav hasta una profundidad suficiente, y hoy en da, viendo lo superficial y poco experto de lasexcavaciones, los arquelogos dan gracias a Dios de que no ahondara ms. Slo haba dejado aldescubierto una parte del interior del templo, y no lleg a descubrir ni el contorno ni las salas decolumnas.

    Sin embargo, al poltico Konstantin Karapanos le corresponde el honor de haber sido el primeroen iniciar la excavacin en este lugar. Slo una persona tan importante como l habra podidoconseguir que las autoridades locales turcas y posteriormente el Ministerio turco de AsuntosExteriores le concedieran la licencia para excavar. El oro que Heinrich Schliemann encontr enTroya haba convertido esos trabajos en algo popular, pero tambin despert el recelo de lasautoridades. Segn la opinin general, las excavaciones no eran cosa de arquelogos, sino debuscadores de tesoros. Y nadie saba qu se podran encontrar en Dodona.

    Konstantin Karapanos, quien descubri entre los aos 1875 y 1876 el mayor nmero de tablillascon preguntas al orculo, excavaba menos por inters histrico que por descubrir antigedades. Enla primavera de 1908 lleg a Dodona uno de los arquelogos ms reputados de Alemania, TheodorWiegand. En aquella poca, Wiegand estaba trabajando en las excavaciones del orculo de Ddimo,

    en la costa de Asia Menor, y al parecer se haba aficionado a buscar en esos lugares de culto queencerraban tantos misterios. Lleg en barco a Preveza con su esposa Marie von Siemens, pararecorrer, en un traqueteante coche de caballos, las catorce horas que lo separaban de Janina.Siguiendo las costumbres de la poca, al da siguiente los Wiegand hicieron una visita de cortesa atodos los cnsules destacados en la ciudad: austraco, francs, britnico, italiano y ruso. En casa deeste ltimo, escribe Marie Wiegand a su madre, todo fue muy agradable, porque la seora de lacasa era muy divertida. En la casa reinaba el desorden: en cada mesa se podan encontrar martillo yclavos, y por todas partes haba pinturas y fotografas enmarcadas apoyadas en el suelo. Susexcelencias acababan de mudarse.

    A la maana siguiente, cuando sala el sol, partimos a caballo hacia Dodona. Nos esperabancuatro horas de camino; al principio, atravesbamos rpidos los prados llanos, pero despus tuvimos

    que ascender la fuerte pendiente que llevaba hasta el puerto de montaa. All, bajo algunas encinas

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    25/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 24

    El teatro de Dodona tena un aforo de 15.000personas.

    viejas, el rbol de la sagrada Dodona, selevantaba la pequea capilla desde la

    que se podan contemplar, sin ningnobstculo que se interpusiera, el valle,los pequeos y sencillos pueblos y,enfrente, el nevado Tomaros. Bajamospor la pendiente a pie, con los caballoscogidos de las riendas, y de repente nosencontramos en la ltima grada delenorme y antiguo teatro. Mirando haciaabajo vimos la escena, donde uncampesino labraba su campo de maz.

    Wiegand tom muchas fotografas,

    hizo mediciones, y estaba tan fascinadopor el paisaje como su mujer. Opinabaque los antiguos saban elegir lugares

    impresionantes para edificar los orculos. En aquella poca tom la decisin de excavar Dodona ysolicit al gobierno turco la correspondiente licencia. Las negociaciones se alargaron, y cuando en1912 el Epiro fue devuelto a los griegos, haban perdido toda validez. Un ao ms tarde, lasautoridades griegas otorgaron la concesin al Instituto Arqueolgico Alemn en Atenas, pero pocodespus estall la primera Guerra Mundial. Las trincheras eran ms importantes que lasexcavaciones en el orculo sagrado de Dodona, y al acabar la guerra faltaban recursos paraproseguir la labor. En 1923, el gobierno griego retir la concesin a los alemanes, pues queraninvestigar ellos mismos su pasado.

    En 1929, el arquelogo Demetrios Evangelides empez a aplicar criterios cientficos a lasexcavaciones en curso. Por encargo de la Sociedad Griega de Arqueologa, Evangelides excavhasta 1958 en el orculo de Dodona, y despus fue Sotiris Dakaris quien tom el relevo. ComoDodona est al margen de toda ruta turstica, los trabajos de excavacin progresaron sin que elpblico se enterara demasiado de ello. El viajero que vea por primera vez un orculo quedarimpresionado por la arquitectura monumental que se levanta entre las escarpadas pendientes de lamontaa.

    El aislamiento del orculo, muy alejado de cualquier gran ciudad, tambin ayud a queprogresivamente cayera en el olvido en la era clsica. Homero ya dijo que Dodona estaba muylejos, y Hesodo opinaba que se encontraba en los confines del mundo griego. El que este

    orculo haya perdido importancia escribe Thassilo von Scheffer (1873-1951), famoso por su in-terpretacin del pensamiento del mundo antiguo, aunque sin quedar relegado al olvido total sedebe nicamente a que el centro de la poltica y la cultura griegas se ha trasladado cada vez mshacia el Sur. Lo que en tiempos de la migracin drica an poda ser considerado como la patriagriega dej de serlo para convertirse en una regin de tierras desoladas, duras y casi brbaras, sincultura ni evolucin propias, una zona montaosa de difcil acceso donde no contaba el tiempo, quecasi slo se conoca por su nombre y a la que uno se acercaba, como mucho, para fines religiosos.

    A medida que aumentaba la fama de Delfos, Dodona se iba olvidando. Dakaris y sus antecesoreshan encontrado vasijas neolticas de barro al pie del Tomaros. Sospechan que datan de la poca dela guerra deTroya, cuando los pueblos civilizados del centro de Grecia dominaban la metalurgiadesde hacamucho. Por aquella poca, Dodona an estaba habitada por pueblos bastante primitivos.

    En cien aos de excavaciones no se ha hallado un solo fragmento de vasija que tenga caractersticasheldicas o micnicas. Herbert W. Parke, profesor de Historia Antigua en el Trinity College deDubln, opina lo siguiente: Los hallazgos pertenecientes al ltimo heldico reciente III y un tmulo

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    26/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 25

    en la costa del Epiro inducen a pensar que los micenios llegaron a las regiones costeras delAdritico hacia el final de su civilizacin, pero que no penetraron en el interior del pas. En Dodonaslo se han encontrado dos espadas, una daga de bronce y una espada ancha de hierro. De ello sepuede deducir que algunos viajantes de comercio llevaban ocasionalmente armas hacia el lejanonoroeste del pas, o que uno o dos guerreros micnicos se dirigieron a Dodona para hacerle unaofrenda al dios de la guerra.

    Cuando Zeus an estaba en la encina

    Ese dios de la guerra no era otro que el gran Zeus, al que en estas montaas se renda un culto nicoen todo el pas y que, por este preciso motivo, resultaba impresionante: segn contaban loshabitantes de Dodona, Zeus estaba sentado en una enorme encina sagrada que creca en medio de susantuario. El origen de este culto reside probablemente en los rayos que atraa sobre todo aquellaencina (la sabidura popular recomienda evitar las encinas en caso de tormenta).

    El culto al rbol desempea un papel muy importante en la cultura minoica, pero a pesar de ello,no se pueden establecer relaciones entre Creta y Dodona. El profesor Parke ha descubierto unarelacin mucho ms interesante. Dice que la encina de Dodona no est tan asociada con otroscultos de Grecia como con algunos de Italia y, ms an, con los de pases tan lejanos como los delnorte de Europa los de la Germania pagana, por ejemplo donde el dios indoeuropeo del cielofue venerado en algunos lugares en una encina santa.

    De hecho, existen paralelismos sorprendentes, sobre todo en el caso de los legendarios selos,aquellos sacerdotes excesivamente ascticos que vivan en las montaas. Les estaba prohibidolavarse los pies y deban dormir en el suelo, y sus costumbres eran similares a las de los sacerdotesgermnicos, que dorman tres das en el suelo hasta que podan presentarse ante su dios. En tiemposde la guerra de Troya, estos setos an deban existir, pues en la Ilada se encuentra el siguientepasaje:

    Jpiter soberano, dodoneo, pelsgico, que vives lejos y reinas en Dodona, de fro invierno, dondemoran los setos, tus intrpretes, que no se lavan los pies y duermen en el suelo! Escuchaste mis palabrascuando te invoqu, y para honrarme oprimiste duramente al pueblo aqueo. Pues ahora, cmpleme estevoto...

    (XVI, 233-238)

    An ahora, los selos homricos siguen planteando problemas a los historiadores. Sus costumbresson tan desconocidas e indescifrables como su origen. el que slo fueran descalzos no resulta tansorprendente, pues por aquella poca Dodona estaba habitada nicamente en verano. En cambio, sesaben algunas cosas sobre sus predicciones: los selos escuchaban el susurro de la encina sagrada ycrean poder distinguir voces. Una pregunta planteada con voz fuerte en direccin contraria a la delviento encontraba respuesta en los susurros, el roce y el crepitar de las hojas de la encina. Incluso elvisitante actual de Dodona lo sigue oyendo, pues casi siempre sopla un viento fro que irrumpe en elsilencio del valle.

    Pero adems de los selos, en la antigua Dodona tambin operaban profetisas. Herdoto, Pndaroy otros escritores de la antigedad afirman que, en todo momento, haban sido tres. Sin embargo, lasrelaciones que se pueden establecer entre estos cultos y los germnicos e indios parecen puramentecasuales. Los paralelismos de Dodona con los cultos itlicos, noreuropeos e indios afirmaHerbert W. Parke se deben menos al orculo que a lo universal del culto que los humanos rindena los dioses. Las similitudes pueden explicarse por su gran antigedad, que se remonta a los

    indoeuropeos, quienes extendieron esas prcticas por las regiones en las que se instalaron.

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    27/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 26

    Las pistas conducen al Norte y al Sur

    Herdoto ofrece otra versin del origen del orculo, que considera el ms antiguo de Grecia.Muchos indicios sustentan esta afirmacin. En tiempos de Homero, las sacerdotisas de Dodona,Promenia, Timrete y Nicandra gustaban de contar la historia siguiente: en la Tebas egipcia, dospalomas negras haban alzado el vuelo para llegar tras varios das a Libia y a Grecia. Ambas

    hablaban con voz humana. La de Libia orden fundar el orculo de Amn, y as se hizo. La palomaque haba llegado a Grecia se pos sobre una encina de Dodona, diciendo que en aquel lugar tenaque haber un orculo de Zeus (II, 55).

    ste es un ejemplo interesante de cmo se converta en mtico un hecho histrico del cual ya sehaba borrado casi todo recuerdo. Herdoto (II, 57) asevera que el orculo y el arte de la prediccinllegaron de Egipto a Grecia, y en el templo de Amn, en Tebas, el escritor consigui por finescuchar la autntica historia:

    Dos sacerdotisas tebanas haban sido secuestradas por unos fenicios que las vendieron comoesclavas, la una en Grecia y la otra en Libia. Las adivinas llamaron la atencin de sus nuevosseores sobre sus dotes, y ambas fundaron un orculo. Herdoto dice, literalmente:

    Si, en realidad, los fenicios raptaron a las mujeres consagradas y vendieron a la una en Libia y ala otra en Grecia, a mi juicio esta ltima mujerdebi de ser vendida en el territorio de los tesprotos,regin de lo que hoy en da es Grecia (el mismo pas que antao se denominaba Pelasgia).Posteriormente, mientras viva all en esclavitud, debi de fundar, bajo una encina silvestre, unsantuario en honor de Zeus, pues era lgico que ella, que en Tebas haba servido en un santuario deZeus, se acordara del dios en su nueva residencia. Por ello, cuando aprendi la lengua griega, fundun orculo. Y debi de contar que una hermana suya haba sido vendida en Libia por los mismosfenicios que la haban vendido tambin a ella.

    Y, a mi juicio, las mujeres fueron llamadas palomas por los de Dodona, en razn de que eranbrbaras y les daba la sensacin de que emitan sonidos semejantes a los de las aves. [...] Y al decirque la paloma era negra, dan a entender que la mujer era egipcia (II, 56, 57).

    Es dudoso que Herdoto, con su preferencia por la cultura y la religin egipcias, realmente hayadescrito con acierto el origen del orculo de Dodona. La tesis defendida por Sotiris Dakaris esmenos fantstica, pero concuerda mejor con los descubrimientos a que ha conducido el estudiocomparado de las religiones en el caso de culturas similares.

    Sotiris Dakaris se basa en hallazgos de fragmentos de cermicas prehistricas para afirmar que elinicio del culto data del heldico antiguo tardo o del heldico medio temprano, es decir, del ao2000 a. de C. aproximadamente. Subraya la importancia que tena la paloma para la religincretense y micnica; en efecto, era adorada como smbolo divino y animal sagrado. Zeus slo llega asentarse en Dodona hacia el siglo XIII. Lingsticamente, la encina, que en griego se denominadrys, tiene una raz indoeuropea, y se supone que el culto a la encina fue introducido por lostesprotos procedentes del Norte.

    Dakaris ha descubierto que en Dodona existan tres cultos diferentes: al principio, se veneraba laencina sagrada, despus sigui el culto a la diosa de la tierra Gea, y finalmente, en el siglo XIII, elculto a la encina se fundi con el culto de Zeus. Pero Herbert W. Parke, dublins historiador de laantigedad, rechaza esta teora cuando dice que no hay motivos para creer, como algunosinvestigadores, que en Dodona se rindi culto a la Madre Tierra, pues nada prueba la existenciaanterior de una divinidad femenina, como probablemente fue el caso de Olimpia. En la era clsica,Zeus tena una compaera en el Epiro, Dione, pero todo indica que sta exista independientementede l.

    El origen y los nombres de los dioses de Dodona ya eran motivo de disputa en tiempos deHerdoto. el viajero del siglo IV a. de C. cuenta, por ejemplo, que al principio las divinidades a lasque se renda culto en Dodona no haban tenido nombre, e incluso que haba hecho falta pedir al

    orculo el nombre de las divinidades presentes, y que stas haban sido dioses de Egipto. Herdotoescribe lo siguiente: Pues bien, cuando los pelasgos preguntaron en Dodona si deban adoptar losnombres que procedan de los brbaros, el orculo respondi afirmativamente (II, 52). Herdoto

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    28/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 27

    tambin dice que las sacerdotisas de Dodona le informaron de que fueron Homero y Hesodoquienes dieron nombres griegos a los dioses.

    El que se discuta tanto sobre el culto prueba, en ltima instancia, su origen prehistrico y laausencia de fuentes filolgicas que den cuenta de l. Sotiris Dakaris dice: El estudio del orculo deDodona resulta tan interesante precisamente porque uno debe enfrentarse a la raz de looriginariamente griego, antes que la cultura del Sur desarrollara su influencia. Es posible que no se

    pueda demostrar la teora delprofesor Dakaris, segn la cual habra existido en Dodona un culto aGea, la diosa de la Tierra, y que el rbol sagrado habra sido ocupado posteriormente por un dios,pero es un proceso similar a muchos otros que se han dado en la historia de las religiones. Sinembargo, hay otro motivo por el que resulta nico el orculo de Dodona: en ningn otro lugaradquiri tanta importancia el odo en relacin con las predicciones. Cmo se desarrollaba elproceso de consulta?

    Preguntas sin respuesta

    La persona que peda consejo al orculo de Dodona normalmente reciba un s o un no comorespuesta. Por tanto, deba formular su pregunta de la manera correspondiente: Debo casarme conesta mujer? Ser mejor emprender este viaje?. Slo en contadas ocasiones, cuando era unapersona famosa la que preguntaba, y una vez sta haba acreditado su importancia mediante valiosasofrendas o el pago en especies, poda formular una pregunta cuya respuesta no poda limitarse a unaafirmacin o una negacin. Pero aunque slo fuera por el tiempo disponible, esta posibilidad sedaba excepcionalmente.

    Cuando el devoto entraba en el recinto del orculo, un sacerdote le entregaba una lmina deplomo en blanco donde deba apuntar l mismo la pregunta que pensaba plantear. La hoja deplomo fino se doblaba por la mitad una vez grabada la pregunta con un clavo, y en el reverso seapuntaba un nmero o las iniciales del nombre. el sacerdote depositaba esta hoja con las dems

    preguntas en una vasija que despus colocaba delante de la profetisa, la Sibila.No sabernos exactamente qu pasaba despus. Ninguno de los escritores antiguos saba bastantecomo para describir el proceso de la profeca en s. Pero no hace falta mucha imaginacin parasuponer que la profetisa sacaba una pregunta tras otra mientras escuchaba atentamente el susurro dela sagrada encina de Dodona, pronunciando el s o el no que haba logrado percibir, pasando lalmina de plomo al sacerdote, que apuntaba la respuesta sobre sta.

    Este sistema escribe Herbert W. Parke ya se aplicaba antes de que Herdoto visitaraDodona, y lo prueba la gran cantidad de lminas de plomo que aparecieron hacia finales del siglo vio principios del V. Si se tiene en cuenta el elevado nmero de ofrendas, estas lminas indican que elorculo era un negocie floreciente. Al parecer, los sacerdotes las retenan despus de la consulta, y amenudo ni se doblaban para poder eliminar con facilidad los trazos y entregarlas a los siguientes

    consultantes. Por ello, gran nmero de estas tablillas son palimpsestos (esto es, reutilizables) contrazos que indican la existencia de preguntas anteriores.Se sabe todava muy poco sobre la relacin entre los sacerdotes y las sacerdotisas; al menos ni

    los historiadores ni los arquelogos han podido aportar pruebas para determinar quin aparecacomo el autntico profeta. En un pasaje de la Suda, el diccionario enciclopdico bizantino msvoluminoso, se afirma que las sacerdotisas eran las que profetizaban. En la obra, que data del sigloX d. de C., se dice literalmente: Una ciudad en la Pelasgia tesprota, donde creca una encina, era elorculo de las profetisas. Cuando se entraba en el orculo para plantear una pregunta, la encinarealmente empezaba a moverse y a emitir un sonido, y las mujeres levantaban la voz: As hablaZeus....

    Es probable que no descubramos nunca si las ramas se movan, al igual que en el vecino orculo

    de Efira, debido a alguna manipulacin, o si la nica causa era el viento que atravesaba el valle.Tampoco tenemos referencia acerca de la naturaleza de los sonidos, por lo que no se sabe si erasimplemente el susurro de las hojas o si ste se intensificaba con algunos instrumentos colgados de

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    29/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 28

    las ramas. Y tampoco se sabe si las sacerdotisas entraban en trance para pronunciar sus profecas,como ocurra en Delfos, si fueron devotas vctimas de sus propias alucinaciones o si slo finganencontrarse en ese estado.

    Ovidio (43 a. de C.-17 d. de C.), el ms importante narrador romano, habla en su Metamorfosissobre el hijo de dioses y rey de Egina, el justo Eaco, quien haba perdido a todos sus sbditosdurante una epidemia de peste. Ovidio introduce una escena que, sin lugar a dudas, alude 'al orculo

    de Dodona. En el libro sptimo (622-635), Eaco cuenta lo siguiente:

    Cerca del lugar donde estaba, se elevaba una gran encina consagrada a Jpiter, la cual haba sidotrasplantada del monte Dodonco. Vi que alrededor de este rbol una infinidad de hormigas dejaban all elgrano que haban recogido. "Ay! Qu feliz sera me dije a m mismo si Jpiter dotase a mi ciudaddel nmero de ciudadanos que veo aqu de hormigas." En aquel momento la encina tembl y, sin sentirseviento alguno, las hojas del rbol se agitaron con violencia. Ante este prodigio, me invadi un secretoterror y mis cabellos se erizaron. Infundido de no s qu esperanza, bes la tierra y el tronco del rbolsagrado. Lleg la noche y con ella el sueo, librndome con l de todas mis inquietudes.

    Al parecer, el susurro de la encina hizo que Eaco cayera en trance, de modo que se qued

    dormido, al igual que les pas, posiblemente, a las sacerdotisas de Dodona. En este estado de trancetuvo un sueo que, al despertar, se convirti en realidad: el rey Eaco encontr nuevos sbditos, losmirmidones. Todo esto es poesa, ficcin, pero algunos detalles estn extrados de la realidad. Y elque aparezca la encina del monte dodoneo no creo que sea ninguna casualidad.

    Esta encina ha preocupado a los investigadores de los campos ms diversos. Despus de que losarquelogos hubieran podido determinar claramente que la encina de Dodona desapareci hacia elao 392 d. de C., preguntaron a los botnicos qu edad poda alcanzar este rbol de fronda. Lesrespondieron que 500 aos, y esta respuesta plante una serie de nuevos problemas: en la literaturade la antigedad slo se habla de una encina. Las excavaciones en el templo de Zeus confirman estedato, pues all slo se han encontrado huellas de las races de un rbol. Aunque la eneina de Dodonahubiera sido vieja cuando se la tal, debi de haberse plantado en el siglo I o II a. de C.; pero es

    imposible que la encina talada cuando lleg el fin de Dodona pudiera haber servido de orculo entiempos de la guerra de Troya. Ese rbol debera haber tenido ms de mil quinientos aos. Por tanto,en Dodona creeieron al menos de dos a tres encinas sagradas, pero cada una de ellas necesitaraalgunos decenios para alcanzar un tamao considerable, y como la encina siempre se encontraba enel mismo lugar, se plantea otra pregunta: de qu medios se servan los sacerdotes mientras elarbolito se converta en rbol? Fue el taido de los batintines lo que sustituy el susurro silenciadode la sagrada encina?

    Quejidos del caldern

    Causa una extraa sensacin pensar que las sacerdotisas y los sacerdotes crean poder distinguirvoces entre el susurrar de la encina sagrada; sin embargo, los dispositivos ms extraos delsantuario eran los batintines de Do-dona. Aunque algunos escritores antiguos se refirieron a ellos,los historiadores dudaron mucho tiempo de su existencia, pues su descripcin resultaba sumamenteextraa y extica. Pero entonces, los excavadores a las rdenes de Dernetrios Evangelides y SotirisDakaris sacaron a la luz varios fragmentos de estos batintines. Actualmente ya no hay duda de quelos datos histricos corresponden a la realidad: en Dodona se producan voces artificiales mediomilenio antes de Cristo!

    Hasta finales del siglo V a. de C., el santuario de la encina de Zeus no estaba rodeado siquiera deun muro de piedra. Una serie de trpodes, que sostenan cada uno un caldern de bronce, estabadispuesta de manera que formaran una valla en la que slo se haba dejado una estrecha abertura. Alatravesarla para entrar en el recinto de la encina sagrada, el visitante haba de tocar por fuerza unode los calderones a su derecha o su izquierda. La vibracin produca un sonido semejante al de unbatintn, por lo que todos los dems calderones tambin empezaban a sonar. Y como no haba dos

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    30/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 29

    calderones iguales, cada uno de ellos emita un sonido diferente; pero si, adems de esto, se habalevantado un poco de viento, entrando en los calderones huecos, los silbidos y aullidos parecan noquerer cesar. El idioma griego, rico en vocales y diptongos y series de slabas como ououou, oioioiy auauau, ofreca un amplio abanico de posibilidades interpretativas a los sacerdotes. Una vezhaban empezado a resonar los calderones, el sonido persista largo tiempo. De ah surgi unproverbio comparable a nuestro hablar por los codos, pues de persona que no dejaba de hablar

    decan que era tan parlanchina como loscalderones de bronce de Dodona.

    Reconstruccin del ltigo corcireo de Dodona.

    El papel proftico de los batintines deDodona, que procede del sonido de loscalderones de bronce, se debe seguramente alazar. Originariamente, estos sonidos y ladisposicin de los batintines en forma de vallaeonfirma esta hiptesis deban de alejar el mal

    y formar un muro protector para Zeus. Slocuando la gente empez a creer que se podandistinguir voces, ms fuertes y claras que elsusurro de la encina, se consider que loscalderones tenan tambin una funcin proftica.

    Probablemente ms tarde, pero acaso tambinal mismo tiempo, exista en Dodona otrodispositivo accionado por el viento: un calderndebronce y la estatua de un muchacho colocadossobre dos columnas. En la mano, el muchachollevaba un ltigo, cuya tira de piel se habasustituido por tres cadenas que colgaban dentrodel caldern. Bastaba un ligero soplo de vientopara que las cadenas golpearan el caldern y steempezara a sonar. Esta maravilla tcnica era unpresente que los corcirenses, los habitantes de laisla de Corf, haban hecho al orculo.Seguramente, este aparato tambin se utilizaba,puesto que, al igual que los calderones, dio lugara un proverbio: Hablas como un ltigocorcirense tena el mismo sentido que eres tan

    parlanchn como los calderones de bronce deDodona.Los silbidos y los aullidos de los calderones

    de bronce dieron fama mundial a Dodona. El nmero de personas que peregrinaban haeia el lejanovalle para plantear sus preguntas a los selos creca constantemente: Declrame, Zeus....

    Dodona adquiere fama mundial

    El primer edificio construido en Dodona era un templo dedicado a Zeus, de un modesto tamao decuatro por seis metros y desprovisto de ventanas: es probable que en su interior se encontrara una

    estatua del dios y se almacenaran las ofrendas de los consultantes. Se erigi hacia el 400 a. de C.Este pequeo templo se levantaba a la sombra de la encina sagrada, y a su alrededor los sacerdotesy las sacerdotisas vivan en cabaas primitivas. Medio siglo ms tarde se construy un pequeo

  • 8/2/2019 El Secreto de Los Oraculos

    31/232

    Philip Vandenberg E l s e c r e t o d e l o s o r c u l o s 30

    muro alrededor del recinto sagrado. Al parecer, al mismo tiempo se desmont la valla de batintines,que cedi su puesto al mucho ms representativo ltigo corcirense.

    Se pretenda ampliar Dodona de tal forma que llegara a figurar entre los seis santuarios msimportantes de Grecia. Alejandro Magno ya tena dispuestos los planos, y el presupuesto aprobadorondaba los 1500 talentos o nueve millones de dracmas ticas. Alejando Magno estaba interesadoen el proyecto por ser su madre de aquella regin, del Epiro, pero el gran conquistador muri

    inesperadamente y el proyecto de ampliacin cay en el olvido. Bastante ms tarde, Pirro, rey delEpiro, se acord de las pretensiones de Alejandro y construy una sala de columnas alrededor delpequeo templo de Zeus y, no muy lejos de all, un buleuterion o sala de reunin de 32 por 40metros; tambin renov el pritaneo, la casa destinada a los sacerdotes y huspedes nobles. Pirrointrodujo nuevos dioses en Dodona, o al menos les dedic los eorrespondientes templos: a Dione, labella esposa de Zeus; a Heracles, el hijo rebelde de Zeus; a Temis, la anterior esposa de Zeus; y aAfrodita, la atractiva hija de Zeus y Dione.

    El teatro, construido junto a la entrada del recinto sagrado, demuestra que el nmero de visitantesdel orculo haba llegado a ser muy elevado. En l se podan aeomodar 15 000 espectadores, yactualmente es la prueba visible de lo que los arquelogos son capaces de hacer, pues los cambiosexperimentados por el lugar los refleja la entrada correspondiente al 21 de septiembre de 1899 deldiario del viajero Alfred Schiff: Campos de trigo mecidos al viento cubran el teatro, y apenas sepodan reconocer los contornos de las ruinas. Schiff parti del famoso lugar con las siguientespalabras: Dejemos Dodona sumida en su sueo. Algn da llegar su hora.

    La hora lleg, y actualmente los resultados de las investigaciones nos permiten reconstruir todala poca en que Dodona fue el santuario nacional del Epiro. Entre los hallazgos, Sotiris Dakarisdescubri pruebas que confirman los datos proporcionados por el historiador Polibio, de pocahelenstica. Polibio, que ha ejercido una profunda influencia en toda la historiografa posterior,naci hacia el 200 a. de C. y muri a los 82 aos tras sufrir una cada de un caballo. Describe elataque de los etolios a Dodona en el ao 219 a. de C. Los etolios, vecinos de Dodona, eran unpueblo de pastores sin civilizar que vivan en el oeste de la Grecia central. Empujados por la caren-

    cia, salan cada cierto tiempo decorrera sin respetar siquiera Delfos (279 a. de C.), aunque bien escierto que con ello la salvaron de los celtas, que estaban a punto de invadirla.Dodona no tuvo tanta suerte, pues la incendiaron y saquearon o destruyeron las ofrendas. Entre

    stas se encontraban dos estatuas de bronce de generales epirotas, colocadas en el lado este delbuleuterion. El profesor Dakaris hall fragmentos en este lugar, y tambin vio confirmada suhiptesis de que los etolios no se haban atrevido a incendiar el santuario oracular de Zeus, pues esel nico edificio en el que no se han encontrado indicios de haber quedado afectado por el fuego. Lasagrada encina tambin se salv de las llamas, como confirman algunos escritores antiguos tardos.

    Pero tal como suele suceder en la historia, si t quemas mi santuario, yo te quemo el tuyo. Al aosiguiente, Filipo V de Macedonia, aliado de los epirotas, veng cruelmente el ataque etolio. AllanTermo, el santuario nacional de los etolios y sede de la confederacin etolia. Quem los templos y

    los edificios pblicos, destruy ms de 2 000 estatuas consagradas y slo respet las de los dioses.El botn en dinero y oro era tan grande que Filipo pudo reconstruir con l su sagrada ciudad Dion,junto al ro Olimpo, y los epirotas pudieron ampliar y embellecer el recinto sagrado de Dodona.

    El nuevo templo dice el profesor Dakaris era bastante ms grande, y tena unos propleoscon columnas jnicas en la fachada y un aditon detrs de la cella. Alrededor de la encina sagrada sevolvi a construir una entrada con columnas, que tena la forma de un rectngulo abierto. El viejotemplo de Dione fue abandonado, al igual que el pritaneo, pero los otros templos se restauraron, ypara la esposa de Zeus se construy otro templo mayor. Las dos diosas ms i