El Reencuentro

2
 EL REENCUENTRO El Final -¿Qué es lo que más deseas preguntó? Y, ella contestó: -Lo sagrado- En el último momento,- al menos eso ella pensaba-, de su vida, al in !ios aparec"a ante sus o#os, - ¿Era Dios?- preguntándole por su deseo póstumo$ %uánto &a'"a tardado en llegar( )&ora en medio de la nie'la producida por el alco&ol * los ármacos, +u magen 'orrosa, parec"a prometer con su lu - ¿Luz?- esperana$ ./&, !ios, imploró en su mente, perm"teme sentir tu sacralidad antes de morir$$$ $$$ 0n espiral de$$$ nada$$$$ la tragó$$$ Y, despertó en compa1"a de un ser 'rillante * sa'io que la guia'a con mano amorosa en el camino2 que parec"a pertenecer a toda la &umanidad$ El espacio intermedio 3o me de#es, no me de#es, repet"a en su mente, mientras la mano amiga se separa'a de la su*a$ %omo &o#a marc&ita movida por un tor'ellino de viento, +u conciencia se traslada'a de un escenario a otro, en una sucesión sin in ni descanso$ 3o &a'"a orma de asirse a un punto de reerencia$ %omo un tren enloquecido, se desplaa'a a una velocidad sideral, sin poder apenas adivinar qué eran las imágenes que se suced"an una tras otra$ +om'ras2 colores2 ormas2 la atravesa'an como pu1ales, que &ac"an surgir un caudal de emociones * sensaciones tan proundas como conusas$ 4or momentos ca"a en una inconciencia, que reconoc"a como la muerte$ 4ero volv"a a despertar al instante * continua'a el via#e por aquel espacio de plagado de visiones que parec"a no tener in$ 5odos sus sentidos esta'an aterradoramente alerta, los sonidos la ensordec"an, los olores le causa'an náuseas, garras parec"an desgarrar su piel$ 4od"a sentir el olor dulón de su propia sangre * perci'ir como corr"a por sus miem'ros$ +in em'argo no encontra'a a su cuerpo$ 3o esta'a all"$ Era sólo su mente la que

description

Un cuento del más allá.

Transcript of El Reencuentro

EL FINAL:

EL REENCUENTRO

El Final -Qu es lo que ms deseas pregunt?

Y, ella contest: -Lo sagrado-

En el ltimo momento,- al menos eso ella pensaba-, de su vida, al fin Dios apareca ante sus ojos, - Era Dios?- preguntndole por su deseo pstumo. Cunto haba tardado en llegar! Ahora en medio de la niebla producida por el alcohol y los frmacos, Su Imagen borrosa, pareca prometer con su luz -Luz?- esperanza.

Oh, Dios, implor en su mente, permteme sentir tu sacralidad antes de morir...

... Un espiral de... nada.... la trag... Y, despert en compaa de un ser brillante y sabio que la guiaba con mano amorosa en el camino; que pareca pertenecer a toda la humanidad.

El espacio intermedioNo me dejes, no me dejes, repeta en su mente, mientras la mano amiga se separaba de la suya.

Como hoja marchita movida por un torbellino de viento,

Su conciencia se trasladaba de un escenario a otro, en una sucesin sin fin ni descanso. No haba forma de asirse a un punto de referencia. Como un tren enloquecido, se desplazaba a una velocidad sideral, sin poder apenas adivinar qu eran las imgenes que se sucedan una tras otra. Sombras; colores; formas; la atravesaban como puales, que hacan surgir un caudal de emociones y sensaciones tan profundas como confusas. Por momentos caa en una inconciencia, que reconoca como la muerte. Pero volva a despertar al instante y continuaba el viaje por aquel espacio de plagado de visiones que pareca no tener fin. Todos sus sentidos estaban aterradoramente alerta, los sonidos la ensordecan, los olores le causaban nuseas, garras parecan desgarrar su piel. Poda sentir el olor dulzn de su propia sangre y percibir como corra por sus miembros. Sin embargo no encontraba a su cuerpo. No estaba all. Era slo su mente la que experimentaba todo. De pronto se vio a s misma, tendida sobre su cama, exange; fra; inerte. Entonces, haba muerto. Haba muerto en total soledad.

-No era acosa lo que quera? No. No era eso lo que buscaba. Buscaba la aniquilacin, la destruccin total, no esa pesadilla infernal, que le mostraba que la muerte vence al cuerpo pero no a la mente. El dolor continuaba, la desesperacin era an mayor, el desamparo insoportable.

El retorno

La descarga de un rayo la trajo de vuelta. Volva a sentir su cuerpo, el fluir de su sangre, el latir de su corazn. Sin embargo sus ojos parecan mirar desde afuera y arriba de su cuerpo yacente, en una camilla de una guardia de hospital.

Todos a su alrededor parecan estar ocupados y preocupados por salvar a ese cuerpo, pero sentan realmente y tambin estaba presente all un alma?

Las maniobras eran exactas pero carentes de amor.

La dureza de las voces le provocaba dolor. Aoraba la caricia de una mano maternal, si realmente la estaban reviviendo. Pero nunca lleg y voluntariamente se volvi a ir. Esta vez para siempre.

Prajacharita- 2009