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Enero del 2018 Año 60 de la Revolución No. 22 • Año 54 • Cierre 11:00 p.m. Edición Única • La Habana Precio 20 ¢ órgano oficial del comité central del partido comunista de cuba VIERNES 26 «[…] de Martí, […] habíamos recibido, por encima de todo, los principios éticos sin los cuales no puede siquiera concebirse una Revolución». Fidel Castro Ruz 04 05 08 09 12 13 14 15 02 03 El que se ciñó sin temor la estrella edición especial dedicada a josé martí Cuando nací, sin sol, mi madre dijo: –Flor de mi seno, Homagno generoso De mí y de la Creación suma y reflejo, Pez que en ave y corcel y hombre se torna, Mira estas dos, que con dolor te brindo, Insignias de la vida: ve y escoge. Este, es un yugo: quien lo acepta, goza. Hace de manso buey, y como presta Servicio a los señores, duerme en paja Caliente, y tiene rica y ancha avena. Esta, oh misterio que de mí naciste Cual la cumbre nació de la montaña, Esta, que alumbra y mata, es una estrella. Como que riega luz, los pecadores Huyen de quien la lleva, y en la vida, Cual un monstruo de crímenes cargado, Todo el que lleva luz, se queda solo. Pero el hombre que al buey sin pena imita, Buey vuelve a ser, y en apagado bruto La escala universal de nuevo empieza. El que la estrella sin temor se ciñe, Como que crea, ¡crece! ¡Cuando al mundo De su copa el licor vació ya el vivo: Cuando, para manjar de la sangrienta Fiesta humana, sacó contento y grave Su propio corazón: cuando a los vientos De Norte y Sur virtió su voz sagrada, La estrella como un manto, en luz lo envuelve, Se enciende, como a fiesta, el aire claro, Y el vivo que a vivir no tuvo miedo, Se oye que un paso más sube en la sombra! –Dame el yugo, oh mi madre, de manera Que puesto en él de pie, luzca en mi frente Mejor la estrella que ilumina y mata. Poema Yugo y Estrella, de José Martí CONCURSO El Martí que conocemos Con todos y para todos De La Habana a Dos Ríos/Cronología OPINIÓN Acercarnos al Maestro Martí en Fidel Retrato de José Martí, 1978, René Portocarrero.

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Enero del 2018Año 60 de la RevoluciónNo. 22 • Año 54 • Cierre 11:00 p.m. Edición Única • La HabanaPrecio 20 ¢

órgano oficial del comité central del partido comunista de cuba

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«[…] de Martí, […] habíamos recibido, por encima de todo, los principios éticos sin los cuales no puede siquiera concebirse una Revolución». Fidel Castro Ruz

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el que se ciñó sin temor la estrella

edición especial dedicada a josé martí

Cuando nací, sin sol, mi madre dijo:–Flor de mi seno, Homagno generosoDe mí y de la Creación suma y reflejo,Pez que en ave y corcel y hombre se torna,Mira estas dos, que con dolor te brindo,Insignias de la vida: ve y escoge.Este, es un yugo: quien lo acepta, goza.Hace de manso buey, y como prestaServicio a los señores, duerme en pajaCaliente, y tiene rica y ancha avena.Esta, oh misterio que de mí nacisteCual la cumbre nació de la montaña,Esta, que alumbra y mata, es una estrella.Como que riega luz, los pecadoresHuyen de quien la lleva, y en la vida,Cual un monstruo de crímenes cargado,Todo el que lleva luz, se queda solo.Pero el hombre que al buey sin pena imita,Buey vuelve a ser, y en apagado brutoLa escala universal de nuevo empieza.El que la estrella sin temor se ciñe,Como que crea, ¡crece!¡Cuando al mundoDe su copa el licor vació ya el vivo:Cuando, para manjar de la sangrientaFiesta humana, sacó contento y graveSu propio corazón: cuando a los vientosDe Norte y Sur virtió su voz sagrada,La estrella como un manto, en luz lo envuelve,Se enciende, como a fiesta, el aire claro,Y el vivo que a vivir no tuvo miedo,Se oye que un paso más sube en la sombra!–Dame el yugo, oh mi madre, de maneraQue puesto en él de pie, luzca en mi frenteMejor la estrella que ilumina y mata.

Poema Yugo y Estrella, de José Martí

ConCurso

El Martí que conocemos

Con todos y para todos

De La Habana a Dos Ríos/Cronología

opinión

Acercarnos al Maestro

Martí en Fidel

retrato de José Martí, 1978, rené Portocarrero.

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Niñojesús jank curbelo

La vez que más tiempo es-tuvimos lejos, yo me había bajado en Santa Clara de un tren que había salido de Santiago de Cuba después de 20 días en esa ciudad.

Llevaba un par de noches en Santa Clara cuando caí en ese estado melan-cólico y torpe de extrañarlo.

Cogí el teléfono, busqué esas fotos en que estamos los dos encajonados en medio de una torre de juguetes sobre la cama y, por un par de horas, me fui a vivir allí con sus bracitos, con su risa y la sensación extraña de sus manos halándome la barba, de su

pequeño cuerpo encaramado sobre mis hombros, de todo el jaleo de no quiero la leche y muñequitos y vamos a jugar Plantas contra zombies.

Después llamé. Oí su voz un rato. Me dijo que no trabajara más, que fuera a jugar con él y yo, a 280 kilómetros de su cuarto, tuve deseos de subir a un tren, pero no podía hacerlo, así que caminé por Santa Clara, entré a un local donde hacían tatuajes y me puse en el antebrazo: Sorem, que es ese nombre con el que le llamo y él me responde pero que no es suyo.

La vez que más tiempo estuvieron lejos, él, que tampoco tenía la opción de volver a casa, le envió una carta

con una leontina. Antes de hacerlo, con ese miedo ingénito a la muerte, vivió algunos días en el recuerdo de las mañanas en que despertaba con el niño halándole los pelos, tratan-do de subírsele a los hombros, de cabalgarlo; vivió en esos días en que iba andando con el niño al hombro, reventado y feliz.

También, si hubiera sido en este siglo, probablemente se hubiera tatua-do Ismael, que es ese nombre con el que le llamaba y no era el suyo.

Porque Martí, como todos los padres, era un tipo normal, un poco flaco, con el bigote cortado a la moda, que alguna vez se cepilló los dientes con el niño trepado a la cintura.

Una Isla, Martí en millones

2jOSé MArTíenero 2018 viernes 26

leidys maría labrador herrera

¿Cómo escribir acerca de él? La duda me castiga el pensamiento, porque temo ofender con la simplicidad de mis palabras el incon-mensurable alcance de su

figura. ¿Cómo lograr que mi mente guíe a mis manos en la escritura de las palabras correctas, para que sean dignas del hombre al que van dedicadas?

Es en momentos como este cuando temo a la hoja en blanco, pues en un lado está la necesidad persistente de dedicarle las más sinceras expresiones de la admiración que le profeso, y en el otro, está la incertidumbre, el lógico temor de no ser capaz de hacerlo como él lo merece. Esta vez no me valgo de la computadora, prefiero el bolígrafo y el papel, así percibo más cercana mi relación con lo que escribo, y siento que cada tachadura es la prueba de cuánta sensibilidad despierta en mí el Maestro al que dedico estos párrafos, responsable tantas veces de la inspi-ración que me lleva a sumergirme en cada idea.

La madrugada avanza y aún no consigo mi objetivo. Entrelazo frases, trastoco términos, rebusco ansiosa en el caudal del idioma, pero no me siento conforme. Entonces, cuando estoy a punto de darme por vencida, de cederle el paso al sueño y esperar a que maña-na mis musas decidan acompañarme, aparece la realidad ante mis ojos.

No voy a ensayar ninguna tesis novedosa de su existencia, no descansa en mí la responsabilidad de historiarlo ni es este el artículo académico que lo revelará en alguna de sus tantas facetas. Estas palabras son solo la más humilde afirmación de haberlo cono-cido aun a la distancia de dos siglos, de haberlo convertido en mi Martí, en el que he guardado para mí más allá de su universal existencia.

Tal vez a alguien le suene a vanidad ese «conocer» del que tan orgullosa

me siento, porque ni los más avezados estudiosos de su obra se atreven a afir-marlo. Hay tanto Apóstol aún por re-velar, que pudieran sonar pretensiosas mis palabras. Pero son transparentes y sinceras, no viajan camuflados en ellas tales sentimientos vergonzosos, sino una realidad inalterable: en esta tierra no hay un único Martí, sino millones, porque cada cubano patriota ha hecho suyo al Apóstol, desde la singularidad de la forma que elige para ser conse-cuente con su legado.

Yo a Martí lo conozco desde niña, desde los momentos en que Pilar, Bebé y Piedad intercambiaban en mis sueños, baldes, paletas, sables y muñecas

negras, o arrancaban traviesos con Nené las páginas de un libro. Lo co-nozco desde que anhelaba zapaticos de rosa como regalo de cumpleaños.

A esas historias les adjudico gran parte de las alegrías de mi infancia, de los sentimientos que nacieron en mí entonces y que me han acompañado a lo largo de la vida. Le debo al Maestro mi filantropía, el amor infinito hacia mi patria y el orgullo eterno por mis raíces. No tengo más que agradecerle por hacerme entender que el sacrifi-cio es el único camino hacia nuestras metas, por permitirme disfrutar la luz del sol sin pensar siquiera que pueden habitarlo las manchas.

¿Quién puede negar lo enriquecedo-ras que son para el alma sus palabras, o las realidades constantemente reno-vadas que develan sus más sencillos pensamientos? Tan útil es el ejercicio de leerlo, que una vez terminado el andar por cualquiera de sus textos es inevitable la sensación de plenitud, y el mundo alrededor cobra un sentido diferente, más profundo, más verda-dero.

Debe tener toda persona claridad infinita de la responsabilidad que entraña declararse martiana. Implica esa afirmación una convergencia de principios y valores, cuya sostenibili-dad en el tiempo supone una madurez y fortaleza de espíritu ilimitadas. Sin embargo, no hay en ello nada celestial e inhumano, sino algo tan real como «la yerba que pisan nuestras plantas», se llama convicción.

Martí es la lección del día a día, el trabajo que se materializa desde la idea del bien social, el camino que se recorre a sabiendas de los obstáculos, pero con el impulso incontenible de alcanzar la meta; la sinceridad que no hiere, sino que ayuda a crecer; el mérito que no implica más orgullo que el de un deber cumplido.

Por eso cuando enero se acerca al ocaso, un 28 luminoso nos recuerda el momento en que la era parió un corazón irrepetible, uno que latió para los pobres de la Tierra y aún lo hace, desde la universalidad de su legado.

Es en enero cuando renuevo a mi Martí. Lo veo renacer y convidarme a andar junto a él los senderos de la vida y me digo a mí misma que soy privi-legiada por tenerlo. Porque no todos tienen un Martí y quizá los que no lo conocen serán incapaces de compren-der estas palabras, pero los que tam-bién han decidido tenerlo para sí, de seguro coincidirán conmigo en algo: dejarlo morir significaría dejar de ser lo que somos, renunciar a la esencia más sagrada de un cubano y por enci-ma de todo, dejar que la patria se nos escape de las manos.

Cada cubano patriota ha hecho suyo al Apóstol, desde la singularidad de la forma que elige para ser conse-

cuente con su legado.i Pintura: Batalla inmortal, Antonio Mariño Souto, 2003.

Leidys María Labrador Herrera

Debe tener toda persona claridad infinita de la responsabilidad que entraña declararse martiana. Implica esa afirmación una convergen-cia de principios y valores, cuya sostenibilidad en el tiempo supone una madurez y fortaleza de espíritu ilimitadas.

lo dijo:

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3josé martíenero 2018 viernes 26

En martí se produce un extrañísimo caso en el que un mismo hombre es, a la vez, el mayor pensador, el mayor escritor y el mayor político de su país.

Aquel que nunca me deja

guillermo rodríguez rivera*

a fines del siglo xviii, la oscura con-ciencia de sí, de su diferencia de lo es-pañol, que los habaneros comienzan a alcanzar a raíz de la toma de su ciudad por los británicos y que, por otras mo-tivaciones, va a producirse también en santiago de Cuba, parece calar en las más sobresalientes sensibilidades de la Isla: las de sus poetas.

Esa sensibilidad camina por el sen-dero abierto por el canario silvestre de Balboa en su discutido Espejo de paciencia. se encamina –antes que don andrés Bello– a cantar «la agri-cultura de la zona tórrida», a elogiar las frutas, la naturaleza cubana. En esta dirección está, claro, la famosa «oda a la piña», del habanero ma-nuel de Zequeira (...).

Pero la patria no es la patria todavía. Están también –junto a la piña de Ze-queira, acaso en la misma tarima del mercado– las sabrosas frutas del san-tiaguero manuel justo de rubalcava, que van integrando la sólida cornuco-pia de una tierra distinta de la espa-ñola; mas faltaban años para asistir al nacimiento de las palmas, que Heredia no ve, sino que (más fuertemente aún, por estar más cerca del alma) imagina junto al torrente poderoso de la catara-ta del ontario.

La riqueza de Cuba, el esplendor azucarero se va a afianzar al inicio del siglo xix (…).Don Francisco de arango y Parreño prevé el cúmulo de riqueza que producirá la industria azucarera e inicia un pensamiento reformista el cual, de una manera u otra, va a nu-clear a su alrededor una poderosa inte-lectualidad. Esa capa pensante ya será, desde entonces, la generadora de los cambios y proyectos de cambios en la Isla (…).

a principios del siglo xix esa intelec-tualidad reúne personalidades como Varela, Heredia, josé antonio saco, Domingo del monte, Luz y Caballero, josé jacinto milanés, anselmo suárez y romero, Cirilo Villaverde, el mulato Gabriel de la Concepción Valdés y el negro esclavo juan Francisco manza-no, para no mencionar a Gertrudis Gó-mez de avellaneda, cubana siempre,

aunque se radicara en España y los pe-ninsulares la consideren suya.

Por supuesto, hay entre estos nom-bres –demasiado rápidamente con-signados– las más diversas ideologías. Pero todos contribuyen en distinta y creciente medida, a ir creando en Cuba un pensamiento «para sí», una com-prensión de sus modos de ser, de sus problemas y de las eventuales fórmulas para la solución de ellos.

El epítome de esa intelectualidad, a fines del siglo, es josé martí, el habane-ro hijo de valenciano y canaria que di-seña el proyecto de la república cubana a finales del siglo xix.

Claro que martí –¿cómo iba a ser de otra manera?– asume la tradición independentista que desencadenó la Guerra del 68 y se vincula a los líderes históricos (Gómez, los maceo, Calixto García, Flor Crombet et al.) capaces de llevar adelante lo que él llamó «la gue-rra necesaria».

Pero si es heredero y continuador de esa tradición de acción, lo es también de la poesía y del gran pensamiento cu-bano que lo preceden: Varela, Heredia, Luz, saco, Del monte, mendive. (…)

Pero con martí ese proyecto heredi-tario se transforma radicalmente. No solo porque va a buscar su apoyo en los sectores populares, en quienes él llama «los pobres de la tierra», en un momento en que las clases poseedo-ras han sido muy menguadas en Cuba, arruinadas por la guerra, sino por ser un político que crea su programa ha-ciéndolo surgir de y apoyándolo en la filosofía y la poesía.

martí vive en la etapa de su madurez intelectual en Estados Unidos. Exacta-mente en Nueva York. ahí asiste a la fase de plenitud del capitalismo nor-teamericano y al instante en que este va a dar el salto a su expansión financiera. (…)

Las primeras crónicas de martí en Estados Unidos, son las del ciudada-no de una colonia tiranizada por su metrópoli, que choca de pronto con la democracia liberal norteamericana y, en cierto sentido, se deslumbra. Paula-tinamente, sin embargo, esa visión co-mienza a cambiar. Las crónicas escritas ya a fines de la década de 1880 mues-tran a un martí que ha comprendido que la democracia estadounidense ha sido totalmente condicionada por la ri-queza. La república democrática se ha convertido en una «república de cla-ses», incapaz por serlo, de garantizar la que él quería como ley primera de la república: el culto a la dignidad plena del hombre.

a fines de la mencionada década del siglo xix martí ha conformado una inapelable visión crítica sobre el capi-talismo norteamericano.

En las magistrales crónicas que escri-be para el diario argentino La Nación, en torno al proceso en el que son conde-nados a la horca los anarquistas de Chi-cago, sus juicios resultan terminantes. al señalar las causas que motivan una huelga en demanda del cumplimiento de la jornada laboral de ocho horas, tal

y como legalmente estaba establecido, escribe: « ¡Quien quiera saber si lo que pedían era justo, venga aquí; véalos volver, como bueyes tundidos, a sus moradas inmundas, ya negra la noche; véalos venir de sus tugurios distantes, tiritando los hombres, despeinadas y lívidas las mujeres, cuando aún no ha cesado de reposar el mismo sol!».

Y, en su valoración completa del epi-sodio: «Ya, en danza horrible, murieron dando vueltas en el aire, embutidos en sayones blancos. Ya, sin que haya más fuego en las estufas, ni más pan en las despensas, ni más justicia en el repar-to social, ni más salvaguardia contra el hambre de los útiles, ni más luz y espe-ranza para los tugurios, ni más bálsamo para todo lo que hierve y padece, pusie-ron en un ataúd de nogal los pedazos mal juntos del que, creyendo dar su-blime ejemplo de amor a los hombres aventó su vida con el arma que creyó revelada para redimirlos. Esta repúbli-ca, por el culto desmedido a la riqueza, ha caído, sin ninguna de las trabas de la tradición, en la desigualdad, injusticia y violencia de los países monárquicos».

No será uno trazado a partir del nor-teamericano, el modelo de sociedad que quiere para Cuba ni para la que de-nominará, apenas tres años después, en un famoso ensayo, «Nuestra américa».

El día anterior a su muerte en Dos ríos le escribe a su hermano mexicano manuel mercado, que todo el objetivo de su lucha ha sido: «impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de américa».

Es en esta carta donde escribe: «Viví en el monstruo, y le conozco las entra-ñas: –y mi honda es la de David».

En martí se produce un extrañísimo caso en el que un mismo hombre es, a la vez, el mayor pensador, el mayor es-critor y el mayor político de su país. Es el generador de una guerra indepen-dentista en la que muere, y los cubanos van a padecer permanentemente la frustración de no haber sido goberna-dos por el único hombre que ellos pen-saban que lo merecía. (…)

algunos han tratado de «santificar-lo». Incluso, con ese adjetivo de santo, se editó hace años un famoso estudio de Luis rodríguez Embil. jorge ma-ñach le dio otro apelativo religioso, que tuvo mucha más fortuna: el de apóstol. acaso porque podía laicizarse, y ver a martí como el propagador de una doc-trina que es casi religión, sobre todo por el fervor que concita. (…)

siempre me ha parecido ejemplar aquella desolada crónica que rubén Darío publicó en La Nación, de Buenos aires, al producirse la muerte de martí. Ejemplar por el acierto del nicaragüen-se al valorar a un escritor que no tenía aún el reconocimiento al que era acree-dor; ejemplar, hasta en el reproche formulado a la Cuba por la que martí entregó la vida:

«¡oh Cuba! Eres muy bella, cierta-mente, y hacen gloriosa obra los hijos tuyos que luchan porque te quieren li-bre; y bien hace el español en no dar paz a la mano por temor de perderte, Cuba admirable y rica y cien veces bendecida

por mi lengua; mas la sangre de martí no te pertenecía: pertenecía a toda una raza, a todo un continente; pertenecía a una briosa juventud, que pierde en él quizá al primero de sus maestros; ¡per-tenecía al provenir!».

Ese es otro drama que Cuba ha enfren-tado al asumir esa herencia maravillosa y abrumadora que es martí: el sentir la pre-sencia de un hombre y un pensamiento acaso demasiado grandes para ella, acaso demasiado grandes para el mundo.

La real seriedad de martí está en su programa, en su manera de pensar al hombre y al cubano (…). ahí está su grandeza, que pudiera ser también una fuerza arrasadora, porque implica la persecución de un ideal, de una norma moral, de un ideal inalcanzable de jus-ticia y belleza colectivas que es siempre el paradigma, el supremo objetivo del país y de sus hombres. (…)

Uno de sus más importantes estudio-sos en Cuba, roberto Fernández reta-mar, cuando lo ve (en su poema «Usted tenía razón, tallet, somos hombres de transición») desde su propia condición de poeta, va a colocar al sujeto lírico que representa al autor, como una tran-sición «entre algún guapo de barrio y josé martí, que exaltaba y avergonzaba brillando como una estrella».

Dos verbos capitales emplea aquí el poeta, en una comprensión que pue-de ser más honda que la de cualquier ensayo: exaltar, con la fuerza conmo-vedora de su persona, su pensamiento y su palabra; avergonzar, porque esa fuerza es tal, que resulta inalcanzable, como puede serlo un astro; porque la vergüenza proviene del hecho de ser hombres como martí, pero él está muy por encima de nosotros.

Una percepción análoga he visto hace poco en un ensayo del poeta josé Kozer, un judío viboreño que marchó con sus padres a Nueva York en 1960, a los 20 años, y que ha vivido allí con una entrañable fidelidad a lo cubano. En un ensayo que él titula «martí, una ansiedad», escribe: «Esto, lo intuyo de muchacho, lo reconozco ahora, es de-masiado alto. Es imposible vivir con el lenguaje y la pureza ética del apóstol. [...]Pero tampoco invoqué su nombre, porque ese nombre contenía y contiene una tal enrarecida altura de amor y ver-dad que lo mejor es callarlo hacia afue-ra y recordarlo constantemente, como a un Cristo, a un Buda, a un Gandhi, hacia adentro. Es lo mejor, evitarlo. Lo mejor es seguir viviendo esta ansiedad, esta ansiedad de su influencia y marti-rologio, la del martí, mártir».

Pese a sus enemigos y manipulado-res, pese a quienes todavía no lo entien-den, martí es la suprema riqueza de los cubanos y la ansiedad permanente del mayor y más alto destino imaginado para este pueblo. Porque si es apóstol, lo es de algo que va mucho más allá de la independencia cubana. Es el apóstol de un destino que todavía espera por nosotros.

ahí está martí, estará siempre para los cubanos. a menos que la Isla vuelva al fondo del mar que la rodea.

*Fragmentos tomados del libro Por el camino de la mar o Nosotros los cuba-nos

Retrato de Martí hecho en Washington, 1891.

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4Martí en

fidel

enero 2018 viernes 26

El programa del Moncada era fundamentalmente martiano y esa continuidad en el pensamiento está en cada paso, en cada acción de Fidel, que nos enseñaría con el proyecto revolucionario toda la dimensión ética, humana, política, ideológica, internacionalista y antimperialista de José Martí.

Dos hombres, la gloria y el grano de maízCuando se habla de Martí y de Fidel es casi imposible no hallar el nexo común; cuando se mira la obra de cada uno y las ideas que marcaron sus vidas, sabemos por qué dos hombres separados por los anales del tiempo tienen tanto en común

yaditza del sol gonzález

Y el barbudo hablaba frente a la multitud como si tuviera al Apóstol a su lado. Acom-pañándolo. Guiando el camino. Porque más que la estatua perpetuada en mármol –esa que a los cubanos estremece cada fibra del alma–, lo que estaba detrás del predio, en la Plaza, era la continuidad de un mismo pensamiento, como si discípulo y maestro se hubieran puesto de acuerdo.

Los hombres mueren, al menos física-mente, pero las ideas quedan y pasan de una generación a otra, alimentando esa herencia histórica. Puede que haya otras coincidencias, otros nombres, pero cuan-do se habla de Martí y de Fidel es casi imposible no encontrar ese nexo, el hilo conductor que evidencia cómo la prédica martiana ejerció una gran influencia en la formación moral, humana y revoluciona-ria del Comandante en Jefe.

Incluso desde sus años de estudian-te, el líder histórico de la Revolución Cubana sustentó sus ideales y criterios de soberanía apelando a las doctrinas del Apóstol, y no en pocas ocasiones re-cordó aquellas palabras martianas que aseguraban que la libertad costaba muy cara, y era necesario, o resignarse a vi-vir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio. Fue en la propia Universidad, como Fidel mencionó varias veces en sus discursos, donde se hizo revolucionario, porque también ahí se hizo martiano.

De igual modo que el Maestro desenmascaró en su época al refor-mismo y al anexionismo como ene-migos de la independencia de Cuba, y proclamó la inevitabilidad de la guerra contra el colonialismo español, así el Comandante llegó a la conclusión de que solo quedaba un camino para con-quistar la libertad: el de la lucha arma-da, recordaba el investigador e historia-dor cubano José Cantón Navarro, en el prólogo del libro José Martí en el ideario de Fidel Castro, de las autoras Dolores Guerra López, Margarita Concepción Llano y Amparo Hernández Denis.

«El mismo Fidel explicaría esa coinci-dencia en 1971, ante los estudiantes de la Universidad de Concepción, en Chile. “Una profunda tradición nos venía desde Martí. Cuando hablaba de la guerra expli-caba: la guerra inevitable, la guerra nece-saria. Fue toda una filosofía para justificar por qué y explicar por qué en nuestro país se acudía a la forma extrema de lucha puesto que a la patria no le quedaba otra alternativa de obtener la libertad. Nuestra Revolución siguió siempre esa técnica, esa prédica y ese estilo martiano”.

«Así, todos los pasos de Fidel están presididos por la irrevocable decisión martiana de pelear hasta la conquista de la libertad o entregar la vida en el combate. Este es, quizás, el primer le-gado de Martí a las generaciones que le siguieron: el de la lucha a muerte contra la opresión extranjera y el despotismo», afirma Cantón Navarro.

Quizá no encontremos un suceso más revelador que el juicio a los atacantes del cuartel Moncada y, en particular, La historia me absolverá. Allí, en el alegato, hallamos momentos trascendentales de la gesta revolucionaria y nombres que conocemos muy bien: Maceo, Gómez, Agramonte. Céspedes…, pero es Mar-tí, una vez más, el hilo conductor de las palabras de autodefensa que Fidel esgrimió desde el encierro y que sostie-nen, ante los acusadores, el derecho de los pueblos a la insurrección contra la tiranía y la legitimidad de la lucha por la independencia de Cuba.

Quedó bien claro cuando el Coman-dante en Jefe señalaba que habían prohibido que llegaran a su celda los li-bros de Martí. «(…) parece que la censu-ra de la prisión los consideró demasiado subversivos. ¿O será porque yo dije que Martí era el autor intelectual del 26 de julio? Se impidió, además, que trajese a este juicio ninguna obra de consulta sobre cualquier otra materia. ¡No im-porta en absoluto! Traigo en el corazón las doctrinas del Maestro y en el pen-samiento las nobles ideas de todos los hombres que han defendido la libertad de los pueblos».

O cuando dijo: «Parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario, que

su memoria se extinguiría para siempre, ¡tanta era la afrenta! Pero vive, no ha muerto, su pueblo es rebelde, su pueblo es digno, su pueblo es fiel a su recuerdo; hay cubanos que han caído defendiendo sus doctrinas, hay jóvenes que en mag-nífico desagravio vinieron a morir junto a su tumba, a darle su sangre y su vida para que él siga viviendo en el alma de la patria. ¡Cuba, qué sería de ti si hubieras dejado morir a tu Apóstol!».

Y si no bastaran las continuas men-ciones, nos queda aquello que llamamos coincidencias, aunque en realidad sean fruto del influjo que uno tuvo sobre el otro. Fidel concluyó su histórico alegato con la frase «la historia me absolverá». Martí también había hecho un pronósti-co similar en el discurso del 17 de febrero de 1892, conocido como La oración de Tampa y Cayo Hueso, al finalizar su ora-toria con palabras de claras resonancias para nuestra Revolución: «la historia no nos ha de declarar culpables».

Esa identificación de ideales hace que el primer objetivo, expresado una y otra vez por los revolucionarios del Moncada, sea el de dar cumplimiento a los sueños nunca realizados de Mar-tí, menciona Cantón Navarro. «En la memorable madrugada del 26 de julio de 1953, cuando llega la hora suprema

y los jóvenes combatientes esperan las últimas instrucciones, se alzan las notas de nuestro Himno Nacional, y en la bre-ve alocución de Fidel se destacan estas palabras: Si vencen mañana, se hará más pronto lo que aspiró Martí»

Pero la historia también hizo de las suyas pues, aunque fue una orden y no una casualidad –tal y como ha narrado la periodista Marta Rojas, premio na-cional de Periodismo José Martí–, Fidel Castro fue fotografiado ante un afiche de José Martí en el Vivac de Santiago de Cuba, o cárcel municipal, luego del asal-to al Cuartel Moncada.

Cuenta la periodista que casi fue un escarnio para los elementos del Vivac ordenarle que posara allí para lo que po-dríamos llamar «la foto oficial», donde el asaltante tuviera detrás al Martí que había ofendido, cuando en verdad estaban exal-tando algo más que un símbolo para él.

Aquella emblemática imagen no solo ha quedado perpetuada en los libros de his-toria, sino que al verlos juntos y mirar la obra de cada uno, sabemos entonces por qué dos hombres separados por los anales del tiempo tienen tanto en común, como si estuviéramos hablando de uno solo.

CUBa Y nUestra aMÉriCaEl programa del Moncada era fun-

damentalmente martiano y esa conti-nuidad en el pensamiento está en cada paso, en cada acción de Fidel, que nos enseñaría con el proyecto revoluciona-rio toda la dimensión ética, humana, política, ideológica, internacionalista y antimperialista de José Martí.

Ambos, desde muy temprano, com-prendieron que la Revolución Cubana ha sido una sola desde aquellas campa-nadas del ingenio Demajagua, un 10 de octubre de 1868, cuando Carlos Manuel de Céspedes otorgó la libertad a sus es-clavos y dio el grito libertario de inde-pendencia.

Un 10 de octubre también, pero de 1899, el Apóstol se presentaría ante la emigración cubana en el Hardman Hall, de Nueva York, y expresaría: «(…) Tri-bunal somos nosotros aquí, más que tri-buna: tribunal que no ha de olvidar que cumple al juez dar el ejemplo de la virtud cuya falta censura en los demás, y que los que fungen de jueces habrán en su día de ser juzgados. El que tacha a los demás de no fundar, ha de fundar. Entre nosotros, que vivimos libres en el extranjero, el 10 de octubre no puede ser, como no es hoy, una fiesta amarga de conmemoración, donde vengamos con el rubor en la meji-lla y la ceniza en la frente: sino un recuen-to, y una promesa».

Fidel lo comprendió con claridad y lo expresó en el discurso pronunciado en el resumen de la velada conmemorativa de los cien años de lucha, el 10 de oc-tubre de 1968. «No hay, desde luego, la menor duda de que Céspedes simbolizó el espíritu de los cubanos de aquella épo-ca, simbolizó la dignidad y la rebeldía de

Antes de hacerse revolucionario o marxista, Fidel fue primeramente martiano. foto: VenAnCIo DÍAZ

JOSé MARTí

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5La entrega total, sin ambiciones, a la causa revolucionaria; los anhelos de conquistar la justicia para su pueblo y para todos los pueblos del mundo; la conjugación en su persona del heroísmo con la sencillez y naturalidad del ser humano; la inmensa capacidad como estadista político..., todo ello, al igual que en Martí, lo supimos cierto en Fidel.

MARTÍ EN

FIDELJOSÉ MARTÍENERO 2018 VIERNES 26

«La unidad de pensamiento, que de ningún modo quiere decir la servidumbre de la opinión, es sin duda condición indispensable del éxito de todo programa político».

UNIDAD

José Martí

«Uno de los factores que dio a nuestro proceso revolucio-nario más extraordinaria fuerza, fue la unión. Y, por eso, como en 1895, estamos hoy unidos en un partido revolu-cionario, porque sabemos que la lucha no ha concluido ni mucho menos, y que tenemos una larga tarea por delante».

Fidel Castro Ruz

un pueblo –heterogéneo todavía– que comenzaba a nacer en la historia.

«(…) Esas banderas que ondearon en Yara, en la Demajagua, en Baire, en Ba-raguá, en Guáimaro; esas banderas que presidieron el acto sublime de libertar la esclavitud; esas banderas que han presi-dido la historia revolucionaria de nues-tro país, no serán jamás arriadas. Esas banderas y lo que ellas representan se-rán defendidas por nuestro pueblo has-ta la última gota de su sangre».

Fidel se inspiró igualmente en el idea-rio latinoamericanista e internacionalis-ta de Martí y esbozó lo necesario de la unidad en Cuba, pero también en toda América como escudo ante los deseos expansionistas de Estados Unidos.

«(…) Cuando defendemos a nuestro país, tenemos la sensación de que esta-mos defendiendo también a nuestros pueblos hermanos de América Latina. Si aquella trinchera cayera, sería una tragedia para los pueblos de Améri-ca Latina. Porque Martí lo dijo hace mucho tiempo, hace 95 años, y Martí fue uno de los más grandes pensado-res de este hemisferio, uno de los más grandes profetas y visionarios. El día antes de su muerte, escribiéndole una carta a un amigo mexicano, lo dijo: “En silencio ha tenido que ser, y todo lo que he hecho hasta hoy y haré, será para impedir, con la independencia de Cuba que Estados Unidos se extienda como una fuerza más, sobre los pue-blos de América. Es decir, una Cuba en

manos de Estados Unidos habría sido esa fuerza más”.

«Si en Cuba la Revolución fuera derro-tada, desaparecería la independencia de nuestro país. Revolución, independen-cia y soberanía son cosas inseparables en Cuba. No la pudieron conquistar en el siglo pasado; creyeron que caería como una fruta madura, como lo proclamaron una vez (…) El Apóstol nos trazó la ima-gen de una América Latina unida fren-te a la América imperialista y soberbia, revuelta y brutal, que nos despreciaba», señaló Fidel durante un encuentro con intelectuales brasileños, en el Palacio de las Convenciones de Anhembi, Sao Pau-lo, Brasil, el 18 de marzo de 1990.

Pero incluso mucho antes, en La his-toria me absolverá, ya el líder anunciaba que la política cubana en América sería de estrecha solidaridad con los pueblos democráticos del continente. Y así lo he-mos visto cumplir, no solo con América, sino en cada país que ha necesitado una mano amiga.

Angola, Etiopía, Sudáfrica, Nami-bia…, los sueños libertarios de estas tie-rras tienen sangre cubana en su historia, pues fueron miles y miles los comba-tientes que dejaron atrás lo conocido, su país, porque como dijo Fidel, ser inter-nacionalistas es saldar nuestra propia deuda con la humanidad.

La colaboración fraterna de médicos, maestros, entrenadores deportivos, cons-tructores y otros profesionales deja pocos espacios vacíos en el mapa del mundo.

Y tales gestos de solidaridad son hoy parte de nuestra esencia, de lo que nos define como cubanos, y también como martianos.

UNA SOCIEDAD CON TODOS Y PARA TODOS

La entrega total, sin ambiciones, a la causa revolucionaria; los anhelos de con-quistar la justicia para su pueblo y para todos los pueblos del mundo; la conju-gación en su persona del heroísmo con la sencillez y naturalidad del ser humano; la inmensa capacidad como estadista polí-tico; lo oportuno de saber hacer en cada momento y lugar lo que corresponde; la convicción y la praxis de que las trinche-ras de ideas valen más que trincheras de piedras… todo ello, al igual que en Martí, lo supimos cierto en Fidel.

Y si sentimos la presencia de Martí en el Moncada, en el yate Granma, en la Sierra, fue a partir del triunfo revolucionario de 1959 que empezaría a materializarse aquel sueño del Apóstol de una República don-de la ley primera fuera el culto de los cuba-nos a la dignidad plena del hombre.

Con la guía de Fidel, la Revolución construyó una sociedad de los humildes y para los humildes, con todos y para el bien de todos. La Patria se hizo sobera-na, independiente, democrática, justa. Comenzaría también la obra de trans-formaciones, de creación, de mejora en todos los campos y sectores.

«¡Al fin, Maestro, tu Cuba que soñaste, está siendo convertida en realidad!»,

«La patria necesita sacrificios. Es ara y no pedestal. Se le sirve, pero no se la toma para servirse de ella».

PATRIA «La patria, hermanos y hermanas, es tarea de todos los que estén dispuestos a sacrificarse por ella».

«Buscamos la solidaridad no como un fin sino como un medio encaminado a lograr que nuestra América cumpla su misión universal».

SOLIDARIDAD «(…) el sentimiento del deber de solidaridad internacional se fue arraigando desde el principio y ha llegado a ser una de las cuestiones esenciales, uno de los elementos esenciales de la educación y de la conciencia revolucionaria de nuestro pueblo».

«El pueblo más feliz es el que tenga mejor educados a sus hijos, en la instrucción del pensamiento, y en la dirección de los sentimientos. Un pueblo instruido ama el trabajo y sabe sacar provecho de él. Un pueblo virtuoso vivirá más feliz y más rico que otro lleno de vicios, y se defenderá mejor de todo ataque».

EDUCACIÓN «Y yo creo, he creído siempre, y pienso que lógicamente uste-des también lo creen, en que la educación es el arma más po-derosa que tiene el hombre para crear una ética, para crear una conciencia, para crear un sentido del deber, un sentido de la organización, de la disciplina, de la responsabilidad».

«(…) Ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país, y por mi deber (...) de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las An-tillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso (…)».

ANTIMPERIALISMO «Qué bien conocemos nosotros a los yankis! Si noso-tros hubiéramos cedido una sola vez a las exigencias imperialistas, la Revolución Cubana no existiría. Lo que ha frenado a los imperialistas es el heroísmo de nuestro pueblo (...)».

anunciaba el Comandante en Jefe en un discurso pronunciado en 1960 en la Pla-za de la Revolución, porque nuestro pro-ceso revolucionario abolió los privilegios y la explotación, elevó las condiciones de vida del hombre y permitió a los cuba-nos soñar con un mejor mañana.

Como Martí, Fidel comprendió la ne-cesidad de crear un partido de la uni-dad, que no fuera fuente de privilegios sino de sacrificios y de consagración total a la causa revolucionaria. «Martí hizo un partido –no dos partidos, ni tres partidos, ni diez partidos–, en lo cual podemos ver el precedente más honro-so y más legítimo del glorioso Partido que hoy dirige nuestra Revolución: el Partido Comunista de Cuba, que es la unión de todos los revolucionarios, que es la unión de todos los patriotas para dirigir la Revolución y para hacer la Revolución, para cohesionar estrecha-mente al pueblo», sentenció el Coman-dante en Jefe durante la velada solem-ne por la caída en combate del Mayor General Ignacio Agramonte, el 11 de mayo de 1973.

Hace más de 120 años que el Maes-tro cayó en Dos Ríos. Hace poco más de un año, toda Cuba se estremeció con la partida física de su mejor discípulo. Pero al igual que Martí no pensó solo para su tiempo, sino para el nuestro, Fidel dejó las líneas del camino a desandar, pues tam-bién tenía esa capacidad única de observar el horizonte, saber hacia dónde íbamos, llegar allá, y regresar para contarnos.

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Martí tuvo la capacidad de entender que todos los seres humanos son iguales en términos de dignidad. Fue un hombre superior, de vastos conocimientos y de alma grande.

La idea del bien que nos acompaña

alejandra garcía elizalde

Blanche Zacharie de Baralt conoció a José Martí durante una velada musical en Nueva York. La escritora, mitad cu-bana y mitad norteamericana, ofreció un retrato bastante inusual del héroe independentista, como el hombre que podía sentarse a conversar de tocados y sombreros femeninos con la misma elo-cuencia y sensibilidad con que se refería a la política o la filosofía.

En El Martí que yo conocí, libro de

Blanche publicado en 1945, recordó, «como si fuera ayer», aquel primer en-cuentro del que nacería luego una en-trañable amistad.

«Era yo jovencita de dieciocho años, y le fui presentada en una reunión. No tenía referencias de él; era para mí un señor cualquiera, un encuentro fortuito de sociedad. Mas a los pocos minutos de conversación, con habilidad que no he visto igualada, sin interrogatorio, había averiguado cuáles eran mis gustos, mis inclinaciones, mis esperanzas».

Contó que Martí quiso ver su ajuar de novia y «llegó, y con mi madre y mis hermanas estuvo examinando como un chiquillo, vestidos y sombreros; hacía un fino comentario y ponía nombres a va-rios de ellos». Tiempo después recorda-ría las prendas: «Veo que lleva usted el sombrerito casto», el vestido «discreto» o el abanico «perverso», nombres pues-tos por él aquel día de la exposición del trousseau de futura esposa.

Desde el primer día en que lo vio, la escritora advirtió la capacidad de Martí

de entender que todos los seres huma-nos son iguales en términos de dignidad y pudo apreciar «al instante que era un hombre superior, de vastos conocimien-tos y de alma grande. Nunca desmintió aquella impresión primera».

Para el Doctor Pedro Pablo Rodríguez, investigador del Centro de Estudios Martianos y un estudioso de la vida y obra del Apóstol, esa solía ser la primera impresión de quienes lo conocieron.

«Era un conversador –dijo Pedro Pa-blo en entrevista publicada en Juventud

Cuando al peso de la cruz / El hombre morir resuelve, / Sale a hacer bien, lo hace, y vuelve / Como de un baño de luz.

José Martí

Obra del pintor Aldo Soler, 2003

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El pensamiento martiano es el sustentáculo de la Historia de Cuba. Es, prácticamente, la encarnación de la cubanidad.

Rebelde–. Se equivocan quienes lo pre-sentan muy calmado, escribiendo tran-quilamente. Era un hiperactivo, un deses-perado que subía los escalones de tres en tres. Hay que ver su letra para imaginarlo. Solo alguien así pudo escribir en tan corta vida casi una treintena de tomos».

A Blanche Zacharie también le con-movió del joven que nació en La Habana el 28 de enero de 1853, su «ternura hacia los desheredados», su «fraternidad con todas las razas».

La fortaleza de Martí «estaba en el amor, y todos los que estuvieron en con-tacto con él sintieron la sinceridad de sus convencimientos, la pureza innata de sus propósitos, su desinterés absoluto», dice Blanche en su libro.

«Él es –prosigue– una fuerza bienhe-chora».

HACER EL BIEN, UNA VIRTUD PARA ESTOS TIEMPOS

Es muy conocida la frase «ser culto es el único modo de ser libre» de José Martí en su artículo «Maestros Ambulantes», publicado en Guatemala, pero poco se recuerda la oración anterior: «ser bueno es el único modo de ser dichoso».

La bondad, el deseo de hacer el bien, y hacerlo, ha sido la más sobresaliente de las virtudes del Apóstol, a decir del escri-tor cubano Cintio Vitier.

El autor de Ese sol del mundo moral una vez se preguntó quién era, en suma, este hombre al que la poeta chilena Ga-briela Mistral llamó una vez «el hombre más puro de nuestra raza», y a quien no se le descubren fisuras ni acabamos nun-ca de ver todos los aspectos de su rostro, «que sin embargo nos mira desnuda y sencillamente a los ojos».

Vitier, poeta que dedicó su vida al estu-dio de la obra del Héroe Nacional cuba-no e inspirador de los Cuadernos Mar-tianos en el que muchos niños y jóvenes descubrieron con sus maestros la vida y el pensamiento de Martí, reflexionó:

«Pasamos sin sentido de su prosa a su verso, de su palabra a su acción, de su vida pública a su intimidad; podemos estudiar su doctrina política, filosófica, educacional, poética, crítica y aún estilís-tica, como un todo continuo. Cuando nos habla de la sociedad nos dice las mismas cosas que cuando nos habla del poema».

Lo vemos en el blancor infernal de las canteras de San Lázaro, añadió, «ahe-rrojado con la cadena y el grillete que solo pudo arrancarse de veras en sus últimos días, transfigurados por el cum-plimiento del destino, en el seno de la naturaleza patria.

«Lo vemos en la tribuna de la emigra-ción, en medio de la “magia infiel” del hielo, rodeado del arrobo de sus pobres, fulgurando en la noche la palabra sa-grada que es el único hogar de espíritu que han tenido los cubanos. Lo vemos, en fin, en el terrible y radiante mediodía, lanzándose en su caballo blanco para fir-mar con sangre todas sus palabras.

«Ninguna imagen puede agotar su imagen. En el retrato de Jamaica, de pie contra la huraña manigua, siempre ves-tido como de luto y el rostro manándole luz, nos mira secretamente, con extraña lejanía y pasión entrañable, pidiéndonos siempre más».

El sentido del bien explica la obra del

hombre que fue «traído para agrandar», como dijo otro grande de las letras cuba-nas, José Lezama Lima.

Para el Doctor en Ciencias y profesor titular de la Universidad de Las Tunas, Recaredo Rodríguez Bosch, el «hacer el bien» en Martí impacta en sus contem-poráneos y llega a nuestros días, «es un mandato para esta hora, en un mundo tan convulsionado, con tantos proble-mas, con tanta gente ocupada en lo ma-terial, ahí está para enseñarnos el bien buscando hacernos mejores».

Martí fue el hombre más sencillo del mundo, a decir de Pedro Pablo Rodrí-guez, también director de la Edición Crí-tica de las Obras Completas de José Mar-tí. «Para él la armonía, que es el amor, es el principio que rige el mundo».

«Martí nos hace mucha falta (…) Él supo trabajar con todos; abrió las puer-tas a todos. Es esa una virtud decisiva para estos tiempos. Supo poner límites morales a todos; y unió a personas que no se hablaban entre sí. Buscó siempre el lado claro del corazón de cada cual, y ese es un camino en el que no se acaba nunca. Pasa como con el amor, que hay que crearlo y recrearlo todos los días.

«Martí nos enseñó que, a pesar de que en algún momento podamos sentir can-sancio, hay que reemprender la vida sin que perdamos la fe en el espíritu huma-no», añadió Pedro Pablo.

EL BIEN MARTIANO EN LA REVOLUCIÓN«El pensamiento martiano es el sus-

tentáculo de la Historia de Cuba. Es, prácticamente, la encarnación de la cu-banidad», expresó el teólogo y periodista brasileño Frei Betto durante la Segunda Conferencia Internacional «Con todos y para el bien de todos».

En el número que dedicó Patria a los obituarios dedicados al director y fun-dador de ese periódico, después de su muerte en el combate de Dos Ríos el 19 de mayo de 1895, aparece el de Carlos Figueredo que intenta explicar por qué fascinó Martí a sus contemporáenos y

por qué lo seguiría haciendo más allá de aquel momento: «Martí era la más per-fecta encarnación de su Patria, aquella Patria que él llevaba en la cabeza, en el corazón, en su cuerpo todo, aquella Pa-tria móvil de todos sus desvelos, meta de todas sus aspiraciones».

Y así fue. Todos los grandes revolucio-narios cubanos del siglo xx fueron educa-dos por Martí. Pablo de la Torriente Brau, nacido en Puerto Rico, aprendió a leer en La Edad de Oro, la revista que el Apóstol escribiría para los niños. Él, como muchos otros de su generación no fue martiano literario, de «Academia ni de calcomanía, como entonces se usaban, sino por la raíz de los ideales justicieros», recordaría Cin-tio Vitier. Rubén Martínez Villena tuvo fuerzas para pasar rápidamente «del desa-liento casaliano a la energía martiana».

Julio Antonio Mella se acercó entraña-blemente desde el marxismo al Apóstol, «con la misma emoción, el mismo te-mor, que se siente ante las cosas sobre-naturales», diría el propio Mella. Para el líder estudiantil y fundador del primer Partido Comunista cubano, Martí, «or-gánicamente revolucionario, fue el intér-prete de una necesidad social de trans-formación en un momento dado».

En Santiago de Cuba, Frank País Gar-cía no ansiaba, como su hermano Josué, haber vivido en la época de los mambises y cargar al machete bajo las órdenes de Antonio y José Maceo. Soñaba con ser maestro, inspirado por Martí, a quien leía fervorosamente desde niño.

EL BIEN MARTIANO ES ENTREGA A UN PUEBLO, SEGÚN EL CHE

El 28 de enero de 1960 el entonces Pre-sidente del Banco Central de Cuba, Er-nesto Che Guevara, asiste a un acto en el Capitolio de La Habana en el que el públi-co mayoritario eran niños de las escuelas primarias de la zona. Cuando el Che les preguntó de qué querían hablar, los estu-diantes pidieron que hablara de sí mismo.

«Antes que nacieran el Che Guevara y todos los hombres que hoy lucharon,

que dirigieron como él dirigió; antes que naciera todo este impulso libertador del pueblo cubano, Martí había nacido, ha-bía sufrido y había muerto en aras del ideal que hoy estamos realizando», dijo el líder argentino.

Para el Che la idea del bien martiano se concretaba en la entrega a los despo-seídos. «Todos conocemos la frase mar-tiana famosa de que hacer es la mejor manera de decir. Por eso nosotros trata-mos de honrarlo haciendo lo que él qui-so hacer… Martí nos enseñó que un re-volucionario y un gobernante no puede tener ni goces ni vida privada, que debe destinarlo todo a su pueblo, al pueblo que lo eligió y lo manda a una posición de responsabilidad y de combate».

Por eso, añadió, «cuando nos dedica-mos todas las horas posibles del día y de la noche a trabajar por nuestro pueblo, pen-samos en Martí y sentimos que estamos haciendo vivo el recuerdo del Apóstol».

El Che desprecia a los que intentan convertir al Apóstol en un héroe de már-mol o a petrificar su sueño de justicia. Para el guerrillero el bien es acción: «Las palabras de Martí de hoy no son de mu-seo, están incorporadas a nuestra lucha y son nuestro emblema, son nuestra ban-dera de combate».

Por eso recomienda a los niños: «Que se acerquen a Martí (…) sin pensar que se acercan a un dios, sino a un hombre más grande que los demás hombres, más sabio y más sacrificado que los de-más hombres y pensar que lo reviven un poco cada vez que piensan en él y lo revi-ven mucho cada vez que actúan como él quería que actuaran».

MARTÍ COMO IDEA DEL BIENSin Martí no habrían Revolución ni

Fidel. El líder de la Revolución cubana es un «sucesor, un efecto, una conse-cuencia, un fruto del buen árbol llamado José Martí», comentaría Frei Betto.

A Fidel le conmovió de Martí «su ar-diente patriotismo, su amor apasionado a la libertad, la dignidad y el decoro del hombre, su repudio al despotismo y su fe ilimitada en el pueblo. En su prédica revolucionaria estaba el fundamento moral y la legitimidad histórica de nues-tra acción armada. Por eso dijimos que él fue el autor intelectual del 26 de Julio».

Para el líder de la Revolución, Martí es, sencillamente, la idea del bien que él des-cribió, afirmó Armando Hart, intelectual y político recientemente fallecido, quien propuso realizar cada 13 de agosto –fecha del natalicio del líder de la Revolución– un examen de todo lo que Cuba ha hecho a favor del ideal ético de Martí y de Fidel.

«Recordemos que, para Martí, Dios existe en la idea del bien. Fidel, en su discurso en la conferencia por el Aniver-sario 150 de su natalicio, dijo que para nosotros los cubanos Martí es la idea del bien y añadió que de él habíamos reci-bido por encima de todo los principios éticos, sin los cuales no puede siquiera concebirse una revolución. De él recibi-mos igualmente su inspirador patriotis-mo y un concepto tan alto del honor y de la dignidad humana como nadie en el mundo podría habernos enseñado».

Por eso, concluye Hart, «en la idea del bien está, pues, la clave para salvar a la humanidad».

Obra 15 repeticiones de Martí, del pintor Raúl Martínez, 1966.

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El Martí que conocemosCon motivo del aniversario 165 del natalicio del Apóstol, nuestro diario convocó a sus lectores a un concurso en el que expresaran cómo es el Martí que conocen. El jurado –Marta Rojas, premio nacional de Periodismo José Martí; y Gustavo Robreño y Jorge Lozano, integrantes de la Oficina del Programa Martiano– decidió premiar siete trabajos y otorgar una mención especial, los cuales Granma reproduce en esta edición que rinde homenaje al Apóstol

jorge era un niño de nueve años muy maduro para su edad. Era alto, te-nía los ojos azules como el cielo y su pelo color rojo intenso. Pero los que miraban a jorge no se fijaban en sus ojos, ni en su pelo, ni en lo alto que era, ellos se fijaban en las enormes ojeras que rodeaban sus ojos porque, aunque no se lo había dicho a nadie, él tenía miedo a soñar.

jorge soñaba siempre lo mismo: con una tela color dorado que tejía poco a poco una viejecita bastante fea sentada en una silla de madera talla-da toscamente. a veces en sus sueños podía divisar en la tela figuras que se movían y le resultaban extrañamente familiares.

Una noche, durante su recorrido ha-bitual, jorge pudo ver algo que no ha-bía visto antes. En la pared de su cuar-to, pegado al piso, había un pequeño hueco que emanaba una luz dorada. se agachó y vio una pequeña botellita que tenía en el pico una nota, y decía: «Yo, protectora de los sueños y de la imagi-nación, te invito a entrar en mi morada y entonces podrás soñar, solo bebe de esta botellita y ya verás».

él no creía que aquello fuera real, pensó que por primera vez tenía un verdadero sueño sin pensarlo, bebió el contenido de la botella. Cuando aquel extraño líquido tocó sus labios, un travieso cosquilleo le recorrió des-de la garganta hasta el estómago y se le expandió por todo el cuerpo. al segundo, lo único que supo jorge era que tenía el tamaño suficiente para entrar en el agujero de la pared. sin dudarlo ni una vez entró, pero lo que vio le hizo arrepentirse de su decisión.

adentro estaba la misma viejecita,

aún más fea en persona, tejiendo aquella tela de oro que revestía todo lo que parecía ser un salón poco ilu-minado. jorge quiso salir corriendo, si no hubiera sido porque sus piernas le fallaron y permanecieron firmes por miedo. Entones la viejecita dijo con voz muy aguda:

–Niño, no tengas miedo, no te voy a comer. jorge caminó despacito hasta la viejecita, pero algo le detuvo. Divisó en el suelo la tela color dorado en la que, como en sus sueños, las figuras se movían. Pudo ver una niña descal-za caminando por la arena con unos zapaticos de rosa en las manos, a un niño de cabellos rubios colocando un sable de oro bajo la almohada de su primo y un pequeño hombrecito que vence con su inteligencia a un gigan-te. Entonces preguntó:

–señora ¿por qué teje los cuentos de La Edad de Oro?

–¡No! Yo tejo un sueño que tuvo un niño a tu edad. todas las noches ve-nía y me contaba sus sueños. –dijo la viejecita con voz triste y dejando las agujas caer sobre sus piernas.

–¿a ti te gustaría continuar su lega-do?– le preguntó la viejecita.

–¿Qué significa eso?–significa que todas las noches ven-

drás aquí y me contarás tus sueños, ¿qué te parece?

–a mí me gustaría, pero hay un pro-blema, yo no tengo sueños.

–tranquilo –dijo la viejecita– si tú deseas podrás tener sueños ahora que conoces la verdad.

jorge vio cómo todo a su alrededor se distorsionaba y una luz le molesta-ba en los ojos. Desde aquel día jorge sueña cosas increíbles, y le narra to-das las madrugadas a la viejecita que, sentada en su silla tallada bruscamen-te, hila una nueva tela.

La Tela de Oroliz blanco hernández

Martí y la convicción profundaalberto céspedes mora

Hay pensamientos revolucionarios que para llevarlos a vías de hecho, en la ac-tual batalla de ideas, no es posible lo-grarlos si no se domina a plenitud lo que no es una mera fas construida, sino una concepción debidamente pensada. me refiero en particular a la composición, la convicción profunda, señalada por Fidel en su concepto de revolución.

muchas veces los revolucionarios pro-pugnamos alcanzar la convicción pro-funda de categorías que en términos teóricos de las ciencias sociales pueden ser definidas hasta como abstractas, tales como la invencibilidad de la fuerza de la verdad o las ideas, lo que solo se puede

concretar y hacer tangible, cuando con justicia se derrota al enemigo en ese te-rreno de pensamiento. Para ello hay que alcanzar la convicción profunda.

Dice martí que un principio justo desde el fondo de una cueva puede más que un ejército, y no nos está diciendo con ello que dejemos de tener nuestro ejército debidamente alistado, sino que está haciendo énfasis en que si en el conjunto de nuestro pueblo se concien-tizan la justeza de nuestras ideas, esa convicción se convierte en una muralla o coraza más fuerte que un ejército.

¿Qué era para martí la convicción pro-funda?

La convicción profunda fue expli-cada por martí en sus crónicas de

«Escenas mexicanas», un 13 de mayo de 1875, cuando expresaba: «Nada hay que cautive tanto el ánimo como una convic-ción noblemente tenida, honradamente dicha, libre y concienzudamente expues-ta; –nada hay que lo aflija tanto como un alarde de creencia, un lujo de conocidas falsedades, una convicción vacilante sos-tenida con un mentir apasionado, un he-cho leal y sincero comentado de una ma-nera conscientemente errada y desleal».

El 4 de agosto de 1875, expone «…la con-vicción profunda que vale más que la ca-beza pensadora». ¡Qué genio el de martí! ¡La convicción profunda que vale más que la cabeza pensadora! Claro, todo homo sa-piens piensa, pero no es pensar, es conven-cerse, punto en el cual el hombre alcanza un nuevo valor que multiplica su accionar.

Hace también martí mención a la

convicción, refiriéndose a las caracterís-ticas de la personalidad de Lucy Parsons, cuando expresa el 7 de noviembre de 1881: «…viene su poder de la elocuencia de donde viene siempre, de la intensidad de la convicción», de lo que se interpreta que solo la convicción puede hacer parir una elocuencia natural.

Del pensamiento martiano sobre la con-vicción se deduce que la convicción profun-da implica la creencia cierta en una idea; la confianza en que su desarrollo y aplicación conducirá al triunfo final de un proceso y que esa idea convertida en convicción está cargada de intensidad, de amor, de emo-ción, de pasión; de sensibilidad humana en la solución de algún fenómeno negativo que impacta en la sociedad, en las masas populares, en el pueblo, que es donde nace su espíritu noble. Gracias, martí.

dibujo y caricatura: cándido cuenca Fuentes

Mención especial, dibujo inFantil: Marcos ernesto laMela aragonés

martí se encuentra aquí, para todas las épocas como un heraldo inmarcesi-ble, guiándonos hacia aquella cúspide donde no cesa de mirarnos, alertando y previendo los embates que traen los nuevos tiempos.

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Tras la huella de un visionariorolando toledo rosabal

Hoy más que nunca se re-memora en Guanabacoa la presencia viva del joven orador ante las exequias de su dilecto amigo, el poeta alfredo torroella, tendi-do, según cita textual, a la entrada del vestíbulo del Liceo de Guanabacoa. se conservan algunos frag-mentos interesantes de esta pieza fúnebre, llama-da por los romanos oratio finus, refiriéndose al ho-menaje dado a una persona fallecida, ocurrida el 22 de enero de 1879, y recogida en el Diario de matanzas por su amigo y maestro de escuela rafael maría de mendive, en la edición del 25 de enero de 1879.

Esta realidad se eviden-cia por el hecho propio que desde 1989, la Dirección municipal de Cultura y el propio Liceo de Guanaba-coa, convertido hoy en Casa de la Cultura rita monta-ner, celebran este año la edición xxix del Concurso Literario alfredo torroella, dedicado como homenaje a esa figura del territorio, así como a resaltar la visita he-cha a este sitio por nuestro Héroe Nacional. Este even-to, además, tiene como co-lofón promover y propiciar entre la población el incre-mento de los valores de la creatividad literaria, así como la participación de los integrantes de talleres literarios de nuestro muni-cipio y del país en general.

El 29 de enero se cum-ple el aniversario 139 de ser nombrado josé mar-tí miembro de la sección de Instrucción del Liceo artístico de Guanabacoa, nombramiento que se le otorga después de haberse escuchado su panegírico. Conocemos, además, que entre septiembre de 1878 y finales de agosto de 1879, martí visita con asiduidad las casas de sus amigos en los barrios de Barreto, Cruz Verde y de Castanedo, del mismo modo que gustaba deambular por las céntri-cas calles de la urbe gua-nabacoense; participaba activamente con notabilísi-mo aporte en las fraternas reuniones organizadas por Nicolás azcárate; asimis-mo, como prueba de ello, en marzo se le ve enfras-cado en las deliberaciones filosóficas que se celebran sobre el debate planteado entre «El Idealismo y el

realismo en el arte», don-de se inclina por defender la supremacía del primero, conclusiva de la realidad imperecedera que posee el reino de las ideas.

Hay un hecho en la vida de martí que reafirma su amor a Cuba: al aceptar las honras del funeral, el 2 de abril de 1879, en el tri-buto realizado por el Liceo de Guanabacoa al violinis-ta rafael Díaz albertini, aun cuando martí sabía a lo que se estaba exponien-do, une de manera sagaz e inteligente, con inspirado discurso, esa cláusula de li-bertad y denuncia opresora que tanto malestar pudie-ron haberle causado.

Entresacamos de sus pro-pios apuntes, que martí tie-ne la sapiencia de preparar, aquellas anotaciones donde su lenguaje semiológico se dispara como flecha que tiene el poder de desafiar cualquier tiranía opresora, donde ex-presa: «… sacúdese el espíritu rebelde, despiértense las aves cautivas, irradia fulgor vivísi-mo la sombra… en nombre de todos los que sufren, de todos los que aman, de todos los que esperan… sabía que mi pobre patria iba a tener un día de fiesta… Para su pa-tria deben trabajar todos los hombres…».

Es por ello que debe-mos recordar, investigar, estudiar y poner en prác-tica los ideales de mar-tí; para que Cuba entera intelectiva, que está en todas partes del mundo, florezca más en nuestros anhelos de identidad na-cional; pues aquí todos los días, los niños se levantan para aprender a leer y es-cribir, desde la Punta de maisí hasta el Cabo de san antonio, porque sabemos de verdad que el alma vo-litiva de martí, todo su ser espiritual, vive y perdura en el corazón de nuestra cultura y cubanía; pues-to que martí se encuentra aquí, para todas las épocas como un heraldo inmar-cesible, guiándonos hacia aquella cúspide donde no cesa de mirarnos, alertan-do y previendo los embates que traen los nuevos tiem-pos.

Entonces, para la Villa de Pepe antonio, la presencia de martí se convierte en un legado que debemos man-tener, para que su vida y su obra cobren una razón de ser, más creciente y soste-nible cada amanecer. . cartel: arlenis Muñoz Morejón cartel: yudith rego chang

cartel: ignacio luMpuy tallet

«Nada hay que cautive tanto el ánimo como una convicción noblemente tenida, honradamente dicha, libre y concienzudamente expuesta». José Martí

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10josé martíenero 2018 viernes 26

seis maneras de ver a martí

Autora: Virginia Alberdi

JOrGe ArCHe (1905-1956) en 1943 pinta a José Martí, óleo sobre tela que pertenece a la colección del Museo nacional de Bellas Artes. Parte de una referencia fotográfica de la iconografía martiana, pero recrea en su composición la connotación simbólica de la vigencia de un apostolado: el paisaje cubano en el fondo, la albura de la vestimenta, una mano en el corazón y otra saliéndose del marco.

CArLOs enrÍQUeZ (1900-1957) De estética innovadora, vanguardista, y un repertorio visual caracterizado por composiciones dinámicas en las que confluyen la pasión lírica y la fuerza dramática, el artista, casi en el ocaso de su vida, pintó en 1957 Muerte en Dos ríos, una de sus tantas obras maestras.

servAnDO CABrerA MOrenO (1923-1981) Maestro indiscutible del dibujo, trabajó desde muy variadas perspectivas la figura humana. en 1972, mientras trabajaba en sus luego célebres rostros juveniles y cuerpos acoplados, hizo un paréntesis para plasmar una tinta en la que asoma el héroe combativo y renovado.

MAnUeL MenDive (1944) La imaginería popular aportada por las culturas africanas a la identidad nacional cubana se hace presente en la obra de este maestro de manera altamente creativa, al punto de concebir una mitología personal sin parangón en las artes plásticas cubanas. Fue así como pintó en 1974 este Martí, que se transfigura en guerrero protector.

neLsOn DOMÍnGUeZ (1947) Ha hecho suya una frase martiana: «el arte es una forma de armonía», pero la ha sabido cultivar a partir de un riguroso ejercicio formal con altura conceptual. Por esa vía llegó en el 2010 a esta representación simbiótica de Martí y Fidel, entendiendo la continuidad histórica insuperable de ambas trayectorias.

rOBerTO FABeLO (1951) entre los artistas de su generación se distingue por el excelente manejo del dibujo y las texturas de linaje expresionista que imprime a sus realizaciones. el Martí de 1995 es un ejemplo fehaciente de una línea esté-tica que lo ha hecho ser reconocido como uno de los imprescindibles de las artes plásticas cubanas contem-poráneas.

Transmisión a las 7:00 p.m.

(R) al cierre

En internet

«La Patria es… la casita de martí». La emisión de este viernes se dedicará a ese entrañable espacio de la antigua calle de Paula.

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11josé martíenero 2018 viernes 26

Durante 2015 y 2016, puso en vigor varias medidas dirigidas a modificar la aplicación de algunos elementos del bloqueo. si bien constituyeron pasos positivos, fueron insuficientes, ya que han. de algunos elementos del bloqueo. si bien .

Pedro de la Hoz

lo dijo:«A Martí se le ha cantado como a nadie. Sus versos han servido de pautas a autores de muy diversos estilos y formaciones, y su vida ha motivado a compositores para la creación de obras alegóricas».

G TELEVISIÓN

CUBAVISIÓN» 06:30 a.m. Buenos días 09:00 a.m.

Cuerda viva 10:00 a.m. Palmas y cañas 11:00 a.m.

Tarde lo conocí (cap. 15) 11:48 a.m. USB 3.0 12:00 m.

Historias asombrosas (cap. 20) 12:30 p.m. Al medio-

día 01:00 p.m. Noticiero del mediodía 02:00 p.m.

Cine del recuerdo: Tenemos papa. Italia/com. dram.

04:00 p.m. Noticiero Ansoc 04:15 p.m. Tin Marín

04:30 p.m. Rascal el mapache (cap. 23) 05:00 p.m.

Vida animal 05:15 p.m. Chiquilladas 05:30 p.m.

Muñes en TV 06:00 p.m. El laboratorio 06:30 p.m.

Noticiero cultural 07:00 p.m. Mesa Redonda 08:00 p.m.

NTV 08:30 p.m. El selecto club de la neurona intran-

quila 08:58 p.m. En fin, el mar (cap. 3) 09:40 p.m.

Orígenes: Martí y los jóvenes 09:57 p.m. Entre ami-

gos 10:28 p.m. Telecine: Los coristas. Francia/drama

12:10 a.m. Caribe noticias 12:37 a.m. CSI (cap. 21)

01:24 a.m. Telecine: Podré dormir hasta que muera.

G. Bretaña/thriller 03:21 a.m. Telecine: El hombre de

Laramie. EE. UU. oeste 05:21 a.m. Historias asom-

brosas (cap. 20) 06:05 a.m. Pasaje a lo desconocido

TELE-REBELDE » 09:01 a.m. Estocada al tiempo 09:05 a.m.

Súmate 09:10 a.m. Fútbol por dentro: Armando

Coroneau 09:42 a.m. Fútbol NFl: New Orleans vs.

Minnesota Vikings 11:05 a.m. Campeonato europeo

de equitación, Polonia 2017 12:00 m. Meridiano

deportivo 12:30 p.m. Mundial de levantamiento de

pesas 01:48 p.m. Documental: La epopeya del Cerro

Pelado 02:20 p.m. Fútbol internacional: Bundesliga,

Frankfurt vs. Borussia Monchengladbach 04:30 p.m.

Patinaje sobre hielo 05:30 p.m. Confesiones de

grandes: Gilberto Herrera 06:00 p.m. NND 06:30 p.m.

A todo motor 07:00 p.m. Súmate 07:05 p.m. Swing

completo: Análisis de la final de la Serie Nacional.

Estadísticas e informaciones 07:35 p.m. Copa

del mundo de esgrima La Habana 2018, espada

por equipos f, Rusia vs. Corea 08:29 p.m. ESPN x

deportes extremos 09:00 p.m. Béisbol internacional:

Mayos vs. Tomateros play off final, juego 1

CANAL EDUCATIVO» 08:30 a.m. Universidad para

Todos 12:00 m. Telecentros 01:00 p.m. NTV 02:00 p.m.

Programación educativa 05:00 p.m. Telecentros

06:30 p.m. Tengo algo que decirte 07:00 p.m. Historia

en imágenes: Camilo Cienfuegos 07:30 p.m. Los tres

Villalobos (cap. 20) 08:00 p.m. NTV 08:30 p.m. Música

y más: Ecos del Festival de Jazz 09:00 p.m. Buenas

prácticas 09:05 p.m. Travesías 09:17 p.m. Cápsulas

del diccionario de la música (cap. 6) 09:20 p.m. Un

palco en la ópera 10:30 p.m. Grandes series: Los go-

zos y las sombras (cap. 10) Al cierre, Mesa Redonda

CANAL EDUCATIVO 2» 09:00 a.m. Programación Telesur

04:30 p.m. Hábitat: Caballos criollos 05:00 p.m. De

tarde en casa: Promoción cultural 06:00 p.m. Para

un príncipe enano 07:00 p.m. Finlay (cap. 4) 07:30 p.m.

Cine flash 08:00 p.m. NTV 08:30 p.m. Noticiero cultu-

ral 09:00 p.m. Programación Telesur

MULTIVISIÓN» 06:32 a.m. Hola chico 07:15 a.m. Dan y

el tren de los cuentos 07:26 a.m. Documental: Plane-

ta Tierra II. Montañas 08:09 a.m. Utilísimo 08:34 a.m.

Documental: Dulce India 09:18 a.m. Siente el sabor

09:40 a.m. Documental: Reino salvaje: Jungla de

Asia 10:05 a.m. Cinema indio: La insistencia de la

verdad: India/drama 12:35 p.m. + Latinos 12:48 p.m.

Facilísimo 01:34 p.m. Voltron (cap. 10) 01:57 p.m.

Clavel (caps. 149 y 150) 02:27 p.m. Documental: La

presa con Joel Lambert: Leones 03:00 p.m. Docu-

mental: Dulce india 04:01 p.m. Documental: Planeta

Tierra II. Montañas 04:44 p.m. Russia Today 05:09 p.m.

Voltron (cap. 10) 05:34 p.m. Hola chico 06:17 p.m.

Facilísimo 07:03 p.m. Inuyasha (cap. 139) 07:28 p.m.

Utilísimo 08:00 p.m. Documental: Reino salvaje.

Jungla de Asia 08:23 p.m. Siente el sabor 08:44 p.m.

Lucifer (cap. 12) 09:26 p.m. Turno de guardia (cap. 17).

Desde las 10:11 p.m., y hasta las 06:19 a.m., retrans-

misión de los programas subrayados

El alma en la músicapedro de la hoz

En los primeros días de febrero de 1895, josé martí hace escala en La reforma, finca que el general mambí dominicano máximo Gómez posee en su patria de origen. Ultima los deta-lles del levantamiento armado contra el poder colonial en Cuba y procura el modo de sumarse al inminente esta-llido. La expedición que lo llevaría a Playitas de Cajobabo es todavía una idea.

¿Cómo un hombre asaeteado por tales ansiedades y arduas tareas deri-vadas de su liderazgo encuentra tiem-po para escribir a las más entrañables criaturas de su círculo familiar –por-que el hogar de los mantilla en Nueva York ha sido el suyo por tantísimos años– y hablarles de asuntos de la in-teligencia y el corazón?

En la carta que remite a maría mantilla en esas circunstancias se halla una de las definiciones más lú-cidas sobre lo que el apóstol entendió debía ser la música: «… música que expresa y sienta, no hueca y aparato-sa; música en que se vea un pueblo, o todo un hombre, y un hombre nuevo y superior».

a martí se le ha cantado como a nadie. sus versos han servido de pau-tas a autores de muy diversos estilos y formaciones, y su vida ha motiva-do a compositores para la creación de obras alegóricas. Incluso su nega-ción y olvido, como lo hizo el trovador Emilio Vallillo en la primera década de la república, al adaptar la letra de una pieza de josé tereso Valdés para dar cauce a la Clave a Martí, en la que se dolía de la traición a los ideales del prócer independentista.

Por cierto, debe honrarse la memo-ria de Cuca rivero, la eminente peda-goga musical, que luego del triunfo revolucionario de 1959 dio nueva vida a la Clave al decir: «martí, ahora vuel-ve a vivir / hoy es el maestro del día / la revolución inspira / y a Fidel sirve de guía / y mi Cuba ya es feliz».

Uno de los más acuciosos indaga-dores de la memoria histórica cuba-na, el coleccionista y bibliófilo Emi-lio Cueto, registró, hasta el 2012, la existencia de 711 piezas de inspira-ción martiana. él mismo confesó que cuando comenzó la búsqueda «no podía imaginar que llegaría a identifi-car cientos de composiciones que van desde el sencillo canto escolar a la so-lemne marcha del cambio de guardia frente a su tumba».

Esta última ha adquirido mucha más resonancia en tiempos recientes ante la cercanía física y espiritual de los dos cubanos más fecundos y uni-versales de nuestra historia en la ne-crópolis santiaguera santa Ifigenia. se trata de la obra Elegía a Martí, de juan almeida Bosque, grabada por la Banda del Estado mayor General de las Fuerzas armadas revolucionarias e incluida en el disco Elegías (Egrem, 1998), donde también se pueden escuchar otras piezas de similares

características dedicadas a antonio ma-ceo, josé maceo e Ignacio agramonte.

mucho le debe el lied cubano (can-ción de concierto) a la obra martiana. Ernesto Lecuona, Harold Gramatges, Edgardo martín, jorge Garciaporrúa, Gisela Hernández, olga de Blanck, Hilario González, y Nilo rodríguez figuran entre los compositores que han aportado significativas partitu-ras para ese género vocal. también la lírica martiana se ha plasmado en creaciones para formatos de cámara, corales, sinfónicos, e incluso concebi-das en obras electroacústicas, como Palmas, en la que roberto Valera se las arregla para procesar versos de Heredia, martí y Guillén.

No hay que olvidar tampoco cómo el compositor por excelencia del gru-po orígenes, el español aplatanado julián orbón, fue quien por primera vez tuvo la feliz idea, en tertulias fra-ternas con poetas e intelectuales afi-nes, de colocar versos martianos en La guantanamera.

Entre los trovadores que han pues-to música a los versos del apóstol so-bresalen las versiones de cinco de las voces fundamentales de la canción cubana en la segunda mitad del siglo xx: amaury Pérez –memorables su Magdalena y Carmen–; sara González

–debe volverse una y otra vez a Mi ca-ballero y Yo soy un hombre sincero–: Pablo milanés –formidable en Sueño con claustros de mármol y Yo he visto en la noche oscura–; mike Porcel –qué mejor canción de amor que Mucho se-ñora daría–; y la inolvidable teresi-ta Fernández, delicada e inmensa en cada uno de los 16 textos revisitados por ella.

No deja de ser audaz la musicaliza-ción de la prosa martiana por parte de algunos de esos trovadores. ahí está milanés con el párrafo inicial del ensayo Nuestra américa y sara con la introducción al poemario Ismaelillo.

Una obra singular de silvio rodrí-guez incorpora hacia su final una cuarteta martiana: a las cinco prime-ras estrofas de Se aproxima un brote oscuro añade, de manera natural «yo soy un hombre sincero / de donde crece la palma / y antes de morirme quiero / echar mis versos del alma».

símbolo y puente en el tránsito de la Patria peleada y soñada por el após-tol y la conquistada y defendida en los tiempos que corren, es sindo Garay. Cupo al trovador la honra de conocer a martí y muchos años después, casi centenario, estrechar la mano de Fi-del. su obra A Martí debía ser canta-da como un himno.

Trovadores que le han cantado al Apóstol.

fotos: archivo

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12El apóstol

En El puEblojosé martíenero 2018 VIERnEs 26

«Para Cuba que sufre, la primera pa-labra. De altar se ha de tomar a Cuba, para ofrendarle nuestra vida, y no de pedestal, para levantarnos sobre ella».

Todo el mundo cuenta¿Cómo construye la Revolución Cubana esa República con todos y para el bien de todos que soñó el Maestro? ¿Cómo mantenerla en el escenario de transformaciones que vive la sociedad? Granma se acerca hoy al concepto martiano desde la voz de cubanas y cubanos

sumaily pérez carrandi y lissy rodríguez guerrero

martí imaginario. martí de carne y hue-so. martí entero. Como quiera que lo descubras, o que él te encuentre: en el poema, la carta, el libro, la escuela, un amigo, la maestra, el abuelo. El estudio del pensamiento del hijo más univer-sal de los cubanos marca las pautas de la construcción de un país, sobre todo aquella que el 26 de noviembre de 1891, en discurso pronunciado en el Liceo Cu-bano en tampa, definiera los principios fundacionales de una nación: Con todos y para el bien de todos.

Convulsa era la época que vivía el apóstol cuando pronunció el discurso de mismo nombre, en medio de las la-bores organizativas y políticas en fun-ción de sentar las bases para la creación del Partido revolucionario Cubano, y de preparar la gesta de 1895. La Guerra de los Diez años había demostrado, con suficiente claridad, que la unidad de los cubanos era un basamento indispen-sable para lograr la independencia del país.

sobre la unión de las voluntades ne-cesarias de esa generación y el análisis de las condicionantes favorables y nega-tivas de la gesta de 1868, debían cons-truirse los nuevos intentos de alcanzar la soberanía, tal y como explica raynier Pellón azopardo, historiador e inves-tigador del Centro de Investigaciones de Política Internacional; pero era ne-cesaria «una unidad que respetara las diferencias de criterios, todos nucleados alrededor del propósito de tener una pa-tria libre del colonialismo español.

«josé martí exalta la idea de una re-pública donde participen todos, la nece-sidad de la solidaridad, el respeto a las diferencias y el carácter humanista que debería tener ese proceso como núcleo de la independencia. Por eso, en algún momento de su discurso, dice que esa república debía contar con “el ejercicio íntegro de sí, y el respeto, como de ho-nor de familia, al ejercicio íntegro de los demás”».

Pero, ¿cómo construye la revolución Cubana esa república con todos y para el bien de todos que soñó el maestro?, es una interrogante a la que hay que volver, para ser fieles a nuestra historia y plantearnos los retos que demanda la construcción de la Cuba que queremos.

Desde la perspectiva de Pellón azo-pardo, hacer una república con todos y para el bien de todos, «ha sido una meta difícil, pero a la vez un sueño por el que ha valido la pena luchar. No creo que sea un objetivo alcanzado, si no que se expresa a lo largo de la revolución de muchas maneras, y que debe seguirse construyendo».

Premisas fundamentales, al decir del investigador, son los esfuerzos por no de-samparar a ningún ser humano, buscar la

unidad en la diversidad, y luchar por la igualdad de derechos y la creación de un nuevo orden económico social. se ex-presa, además, en el propósito de alcan-zar la integración latinoamericana, en la participación activa y consciente de la población en cada uno de los procesos, y en la conformación del sistema político cubano.

reflejo de esos postulados ha sido también la política cultural de la revo-lución. «El liderazgo histórico y la so-ciedad que lo ha acompañado siempre tuvieron claro que la independencia de Cuba implicaba no solamente tomar el poder político, sino tener una revo-lución cultural, que bebiera de lo más autóctono, original y enriquecedor de nuestro pensamiento, y poner esa cul-tura al alcance de todos. Ese ha sido un propósito del sistema educacional».

asimismo, agrega, expresan ese sentir de aunar a todos los cubanos las nuevas medidas migratorias aprobadas por el país, que pretenden «estar más cerca de la emigración cubana, para que tenga posibilidades de contribuir al proceso de soberanía, independencia, de dina-mismo económico de la nación».

***Ella es mujer, negra, humilde. Es presi-

denta de un consejo popular y el pasado domingo estaba, como otros miles de cu-banos y cubanas, ejerciendo su derecho

a elegir a los candidatos provinciales y diputados a la asamblea Nacional del Poder Popular. todos la conocen por Gipcia Echavarría. su liderazgo y em-poderamiento en un órgano de partici-pación popular revelan las esencias de un sistema electoral ejemplo de cómo se ha cumplido la máxima martiana Con todos y para el bien de todos.

Convencida de que en la concepción revolucionaria de Fidel no se podría construir un proyecto transformador de país sin contar con el pueblo, cuando se le convoca a hablar del apóstol no pue-de evitar hacerlo despojada de la conti-nuidad. «El reflejo del pensamiento de martí, en el ideario y accionar de Fidel, se transmite a nosotros, su pueblo, sien-do cada día mejores, más justos y soli-darios».

La unidad –dice–, el sentido del mo-mento histórico, el hecho de que no importen raza ni credo para hacer valer nuestros derechos, y que eso se traduz-ca en el bienestar del pueblo, son prin-cipios de esta obra de casi 60 años. «Y el concepto de revolución es expresión de todo lo que el Comandante soñó para su pueblo, y que emana también de la máxima martiana».

Eliécer ramírez Gutiérrez, de 26 años, electo recientemente por vez prime-ra como delegado de circunscripción, y miembro de la sociedad Cultural josé martí, puede hablar de ello con propiedad.

«El proceso electoral que ahora mismo se desarrolla en Cuba demuestra una vez más la democracia del pueblo. te-nemos el derecho a elegir y ser elegidos. No debemos fallar en perfeccionar lo al-canzado en el campo de la educación, la salud, la cultura y el deporte», por solo mencionar algunos ejemplos.

Y es que, como agrega el joven licen-ciado en Derecho Iven Florens sosa, la idea martiana con todos y para el bien de todos está respaldada desde la propia Constitución de la república de Cuba, cuando declara la voluntad de que la ley de leyes esté presidida por un profundo anhelo de josé martí: «Yo quiero que la ley primera de nuestra república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre.

«así lo vemos reflejado, de una forma u otra, en la Constitución, en sus artícu-los, cuando se habla de los derechos y garantías que tiene el hombre», basa-dos en el principio de la igualdad de los seres humanos, acota, y añade que Cuba es un país que defiende las causas jus-tas, el respeto a la autodeterminación, que ha buscado siempre, desde su pro-yecto socialista, la inclusión de todos los actores de la sociedad.

Para el joven de 15 años Hugo ale-jandro Fuentes sarduy, estudiante del preuniversitario rosalía abreu y aren-cibia, el axioma del Héroe Nacional de Cuba se ha cumplido en los programas

En la concepción revolucionaria de Fidel no se podría construir un proyecto transformador de país sin contar con el pueblo. foto: yander zamora

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13El apóstol

En El puEblojosé martíenero 2018 viErnEs 26

«En la mejilla ha de sentir todo hombre verdadero el golpe que reciba cualquier mejilla de hombre».

÷ «Porque si en las cosas de mi patria me fuera dado preferir un bien a todos los demás, un bien fundamental que de todos los del país fuera base y principio, y sin el que los demás bienes serían falaces e inseguros, ese sería el bien que yo prefiriera: yo quiero que la ley primera de nuestra república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre».

÷ «o la república tiene por base el carácter entero de cada uno de sus hijos, el hábito de trabajar con sus manos y pensar por sí propio, el ejercicio íntegro de sí y el respeto, como de honor de familia, al ejercicio íntegro de los demás; la pasión, en fin, por el decoro del hombre, o la república no vale una lágrima de nuestras mujeres ni una sola gota de sangre de nuestros bravos. Para verdades trabajamos, y no para sueños. Para libertar a los cuba-nos trabajamos, y no para acorralarlos. ¡Para ajustar en la paz y en la equidad los intereses y derechos de los habitantes leales de Cuba trabajamos…!».

÷ «(…) Se dice cubano, y una dulzura como de suave hermandad se esparce por nuestras entrañas, y se abre sola la caja de nuestros ahorros, y nos apretamos para hacer un puesto más en la mesa, y echa las alas el corazón enamorado para amparar al que nació en la misma tierra que nosotros, aunque el pecado lo trastorne, o la ignorancia lo extravíe, o la ira lo enfurezca, o lo ensangriente el crimen!».

÷ «en el presidio de la vida es necesario poner, para que aprendan justicia, a los jueces de la vida. el que juzgue de todo, que lo conozca todo».

÷ «Los que no saben bregar con sus manos en la vida, o miden el corazón de los demás por su corazón espantadizo, o creen que los pueblos son meros tableros de ajedrez, o están tan criados en la esclavitud que necesitan quien les sujete el estribo para salir de ella, esos buscarán en un pueblo de componentes extraños y hostiles la república que solo asegura el bienestar cuando se le administra en acuerdo con el carácter propio, y de modo que se acendre y realce. A quien crea que falta a los cubanos coraje y capacidad para vivir por sí en la tierra creada por su valor, le decimos: “Mienten”...».

÷ «… alcémonos, para la república verdadera, los que por nuestra pasión por el derecho y por nuestro hábito del trabajo sabremos mantenerla; alcémonos para darle tumba a los héroes cuyo espíritu vaga por el mundo avergonzado y solitario; alcémonos para que algún día ten-gan tumba nuestros hijos! Y pongamos alrededor de la estrella, en la bandera nueva, esta fórmula del amor triunfante: “Con todos, y para el bien de todos”».

Discurso Con todos y para el bien de todos, pronunciado por José Martí en el Liceo Cuba-no en Tampa, el 26 de noviembre de 1891.

Grado de escolaridad promedio de la población cubana mayor de 25 años

Esperanza de escolaridad

11,5 AñoS

13,8 AñoS

(Casi segundo año de

enseñanza universi-

taria)

4,0

por cada mil nacidos

vivos

Mortalidad infantil al cierre del 2017

Cantidad de escuelas: Más de 10 700

Matrícula de la educación Casi 2 millones de estudiantes

Unidades de servicio del Minsap 12 409

Habitantes por médico 125

Círculos de abuelos 276

Casas de orientación a la mujer y la familia 173

Hogares de ancianos 148

Esperanza de vida al nacer 78,45 años

FrasEs quE un Martiano dEbE llEvar En El bolsillo

FuEntE: ofiCinA nACionAL de eStAdíStiCAS e inforMACión Y eL ProgrAMA de LAS nACioneS UnidAS PArA eL deSArroLLo disEño: fAbio vázqUez Pérez

de construcción de viviendas, que con que la ayuda del pueblo han llegado hasta las personas de menores recursos, y la atención médica especializada, en particular esa de grandes fundamentos humanitarios a aquellos que presentan dificultades físico-motoras.

«De esa forma se han cumplido los sueños que poseía martí de una re-pública donde se trabajara por el bien común de beneficiar a todos de una for-ma equitativa. Pero también está en los grandes esfuerzos de la revolución por mantener al menos un modesto están-dar de vida a la mayoría de la población, en un país que heredó del capitalismo pobreza, bajos grados de escolari-dad…».

De eso da fe mery Flores García, jubi-lada, quien cuenta que «cuando la igual-dad entre las personas no era prioridad del gobierno de turno. Con el triunfo de la revolución el pueblo fue el privilegia-do, la gente de “a pie”, como se dice en la calle».

Uno de los ejemplos más elocuen-tes de esa prioridad lo fue sin duda la Batalla de Ideas, que se extendió a más de 200 programas de diferentes esferas de la sociedad, como bien ex-plica el joven Chávez Espinosa, traba-jador del sector de la gastronomía, el comercio y los servicios. «Como esta, todas las acciones del proceso revolu-cionario cubano han cumplido con ese principio, sobre todo aquellas que han

puesto toda su confianza y apoyo en las nuevas generaciones».

La maestra Laudelina Columbié ana-liza la concepción del maestro desde el programa del moncada hasta hoy. «De hecho, su autor intelectual es josé mar-tí. Esa máxima se cumplió desde la con-cepción de la lucha de Fidel, la clandes-tinidad y luego del triunfo del Primero de Enero de 1959, en cada tarea.

«Nada se ha hecho en esta revolución sin contar con las masas, con los intelec-tuales, con los estudiantes, los obreros, con todos. así fue cuando la Campaña de alfabetización, en la cual hasta los niños alfabetizaron, y todas aquellas personas que tuvieran algún grado de escolaridad salieron a las calles. así fue cuando Gi-rón, cuando la Crisis de octubre.

«Ello llega a su colofón cuando se crean los instrumentos del Poder Po-pular, a partir de los cuales es el pueblo quien elige a sus representantes a través de los delegados de circunscripción y en los diferentes niveles. Y dirige. Decide su propia vida».

Desde el campo de la comunicación, la periodista jasmine Giner Díaz pon-dera el interés brindado «en el conoci-miento, en la preparación de los jóve-nes, en su superación, para que seamos los que construyamos un camino hacia el perfeccionamiento de nuestros me-dios, basados en la interdisciplinarie-dad, para ser cada día mejores profesio-nales».

Por su parte, para el fotógrafo Diego alejandro Delgado, ser libres es la me-jor condición que tiene en Cuba el ser humano. «me crié en un barrio donde todos se conocen y se ayudan, donde siempre hay un poquito de azúcar o de sal para compartir con quien lo necesi-te, con la crianza de una madre amoro-sa, una madre con estudios, bajo la tu-tela de una abuela alfabetizadora. Nada de eso hubiese sido posible sin la revo-lución. No habríamos tenido la facultad de jugar libres por la calle, de poner en primer lugar siempre el bienestar de nuestro vecino más cercano».

***Nos toca a todos pensar en un futu-

ro donde el bien común sea la brújula que señale el camino indicado. De cara a los retos que decidirán los destinos del país, está más vigente que nunca la máxima martiana.

según raynier Pellón azopardo, para ello urge la concurrencia de todo el po-tencial intelectual y cultural de nuestro pueblo, puestos en función del desarro-llo del país y el bienestar de todos.

«Urge identificar a tiempo las des-viaciones o resultados no deseados del proceso de actualización del modelo económico cubano de desarrollo socia-lista (…) Urge el estudio de la historia, eliminar las fisuras en su conocimiento y las maneras de divulgarla, para hacer-la más atractiva. No podemos construir

el futuro si no conocemos de dónde ve-nimos».

otros desafíos constituyen continuar trabajando porque cada cual pueda vi-vir honradamente con los resultados de su trabajo, señala Pellón azopardo, y agrega que se necesita abrir espacios y estímulos para el trabajo creativo, cerrando las puertas al egoísmo indi-vidual.

sin intención de brindar recetas pre-concebidas, «porque estas no existen», el investigador señala que urge crear las bases de un consenso social que respon-da a los nuevos tiempos y la necesidad de potenciar una cultura del debate.

En ese sentido, apunta que en medio de un escenario de actualización del modelo económico, resulta un impe-rativo profundizar en la construcción colectiva sustentada en el diálogo, y la participación consciente de todos.

La legitimidad que tiene el lideraz-go histórico de la revolución Cubana se ganó día a día, con resultados, aña-de. «Eso incluye que cada uno en su radio de acción pueda poner el máxi-mo de sus esfuerzos, para entre todos guiar el futuro de la nación en cada ámbito».

solo así seríamos consecuentes con el pensamiento martiano, ese que lla-ma a poner «alrededor de la estrella, en la bandera nueva, esta fórmula de amor triunfante: Con todos, y para el bien de todos».

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14OTRAS FECHAS

IMPORTANTESJOSÉ MARTÍENERO 2018 VIERNES 26

Julio de 1892José Martí emprende un viaje de Propaganda por la Florida, ee. uu. Posteriormente, el 17 de agosto sale de viaje para Santo Domingo.

1853

Cronología mínima del Apóstol

28 de eneroNace en La Habana, hijo de doña Leonor Pérez y don Mariano Martí.

1866 27 de agostoRafael María de Mendive solicita del director del Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana el examen de ingre-so de José Martí («Deseando premiar de alguna manera su notable aplicación y conducta»).

1869 22 de eneroSucesos del Teatro Villanueva. El maestro Mendive es detenido.

23 de febreroAparece La Patria Libre, donde colabora Martí con el drama Abdala. Se clausura el colegio de Mendive.

21 de octubreAcusado por infidencia ingresa en la Cárcel de La Habana.

18704 de marzoSentenciado por Consejo de Guerra a seis años de presidio.

13 de octubreDesterrado a Isla de Pinos.

187115 de eneroSale de Cuba, deportado, con destino a Cádiz.

Publica, en Madrid, El Presidio Político en Cuba.

MayoSe matricula en la Universidad Central de Madrid.

JulioEncuentro en la capital española con su condiscípulo Fermín Valdés Domínguez.

EneroEmbarca rumbo a México.

1875

MarzoColabora en la Revista Universal de México, partici-pando en conferencias y debates del Liceo Hidalgo.

MayoSe le confía la sección Boletines de la Revista Univer-sal, en la que comenta la actualidad nacional.

DiciembreSe estrena, en el Teatro Principal de México, su pieza Amor con amor se paga.

1876 NoviembreEn las lomas de Tecoax (Oaxaca) son derrotadas las tropas del Gobierno de Lerdo, entrando victoriosas las del general Porfirio Díaz. Martí empieza a colabo-rar en El Federalista.

EneroCon el nombre de Julián Pérez llega a La Habana.

1877

Regresa a México y sale para Guatemala. Vuelve a México para contraer matrimonio y deja imprimién-dose el manuscrito de su libro Guatemala. Regresa a este país. Va a Honduras. Vuelve a La Habana con su esposa y solicita ejercer la abogacía. Nace su hijo José Francisco. Trabaja en el bufete de Viondi.

FebreroPublica La República Española ante la Revolución Cubana.

1873

MayoSolicita traslado de matrícula a la Universidad de Zaragoza.

Es electo secretario de la sección de literatura del Liceo de Guanabacoa. Pronuncia discursos memorables. En Oriente resuenan los ecos del movimiento insurreccional. Martí es considerado «sospechoso» y las autoridades determinan su prisión y deportación. Sale hacia España en el vapor Alfonso xii. Pasa, de nuevo, por París.

1879

JunioObtiene título de licenciado en Derecho Civil y Canónigo. Continúa estudiando Filosofía y Letras.

1874

OctubreSe gradúa de Doctor en Filosofía y Letras.

DiciembreSale hacia París.

1880

1881

Empieza su carrera de dirigente y organizador de la Revo-lución cubana, proclamándose, en Nueva York, el Comité Revolucionario, con motivo de la llegada del General Calixto García.

Sale para Venezuela y regresa a Nueva York tres meses después.

1882 Escribe buena parte de sus Versos Libres. Vive como traduc-tor y como colaborador de algunos periódicos de América.

1883 Discurso sobre Bolívar en la Sala Delmónico. Dirige La América.

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153 de junio de 1893José Martí viaja hacia Costa Rica con el fin de realizar una campaña de propaganda a favor del Partido Revolucionario Cubano.

OTRAS FECHAS

IMPORTANTESJOSÉ MARTÍENERO 2018 VIERNES 26

1884 Escribe cartas a los viejos caudillos, con el fin de atraerlos a la nueva Revolución.

1886 Quedan liquidados los proyectos revolucionarios Gómez-Maceo.

1887 Es nombrado cónsul de Uruguay. Colabora en El Econo-mista Americano. Trabaja activamente organizando y clarificando posiciones políticas.

1889 Aparece el primer número de La Edad de Oro. Participa en actos conmemorativos del 10 de Octubre, en veladas de honor a poetas y escritores, y crea «grupos» y «ligas», enviando y recibiendo gran cantidad de correspondencia desde La Habana.

1890 Es designado cónsul de Argentina en Nueva York. Para-guay hace igual designación.

1894

Publica en el periódico Patria el artículo «A Cuba», donde ana-liza los sucesos ocurridos con los tabacaleros despedidos.

27 de enero

1891 Informa, en español y en inglés, en la Conferencia Monetaria de Washington. Renuncia a los consulados que representa-ba. Funda la Convención Cubana en Tampa y son aprobadas sus Resoluciones, que vienen a ser los preliminares de las Bases del Partido Revolucionario Cubano. Llega a Key West, invitado por los obreros.

1892

Primer número del periódico Patria.

14 de marzo

Electo Delegado del Partido Revolucionario Cubano.

8 de abril

Proclamación del Partido.

10 de abril

Se entrevista con Máximo Gómez en La Reforma, República Dominicana.

11 de septiembre

Llega a Haití.

24 de septiembre

Sale para Jamaica.

4 de octubre

Escribe a Rodolfo Méndez de la Peña, residente en Yucatán, a quien solicita congregar a cuantos cubanos y mexicanos estén dispuestos a colaborar con la causa independentista cubana.

3 de mayo

Martí, acompañado por Panchito Gómez Toro, realiza viaje de propaganda por varios Estados americanos.

4 de mayo

1895 Fracasa, por una delación, el Plan de Fernandina que tenía el objetivo de trasladar a Cuba armas y pertrechos militares para iniciar la gesta independentista.

10 de enero

Se firma en Nueva York la orden autorizando el «alzamiento» en Cuba.

29 de enero

Sale Martí para Santo Domingo.

31 de enero

Llega a Montecristi. Recorre pueblos y caseríos dominicanos y haitianos.

7 de febrero

Escribe carta a Federico Henríquez Carvajal. Redacta el Manifiesto de Montecristi que firma conjuntamente con Máximo Gómez.

25 de marzo

Escribe a Gonzalo de Quesada su carta que se ha conside-rado su Testamento Literario. Embarca en una goleta (con Máximo Gómez y algunos pocos) en busca de las costas cubanas. Después de algunas vicisitudes salen de Cabo Haitiano y amanecen en Inagua.

1ro. de abril

Parte en un vapor que lo deja, con sus compañeros, a tres millas de las costas de Cuba. Cerca de las 11:00 de la noche ganan la tierra. Es la región de Playitas, en Oriente.

11 de abril

Se encuentran con la columna de Félix Ruanes.

13 de abril

1893

Manifiesto del Partido Revolucionario Cubano.

24 de mayo

Viaje de propaganda por Filadelfia y La Florida. Los clubes revolucionarios de Key West le agradecen «el celo, actividad y acierto» con que ha venido desarrollando las actividades como Delegado del Partido.

Diciembre

Caminan por las montañas de Baracoa en busca del general Antonio Maceo.

16 de abril

Carta al director del New York Herald sobre los fines y méto-dos de la guerra de independencia cubana.

2 de mayo

Entrevista en La Mejorana con Maceo y Gómez.

5 de mayo

Escribe su famosa carta (inconclusa) a Manuel Mercado.

18 de mayo

Muere en la acción de Dos Ríos.

19 de mayo

DISEÑO: CLAUDIA GARCÍA MARTÍNEZ FUENTE: WWW.JOSEMARTI.CU

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Directora Yailin Orta Rivera Subdirectores Oscar

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Loforte (a cargo de Granma Internacional).

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josé martíEnERO 2018 viernes 26

1813 nace Juan Pablo Duarte, prócer y fundador de la República

Dominicana.

1833 La Academia Gratuita de Dibujo y Pintura de La Habana es

declarada, por Real Orden, Sección de la Real Academia de

nobles Artes de San Fernando, de Madrid.

HOY En LA HISTORIA

nota: ESTAS OBRAS FORMAn PARTE DE DOS MURALES UBICADOS En LAS SEDES DE LA UnIón DE PERIODISTAS DE CUBA Y DEL InSTITUTO InTERnACIOnAL DE PERIODISMO JOSé MARTí.

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