El Problema Mente-cerebo Enfoque Evolucionista

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    EL PROBLEMA MENTE-CEREBRODESDE UN ENFOQUE

    EVOLUCIONISTA-EMERGENTISTA.

    UNA EXPLICACION CONJETURAL

    Nicanor Ursua

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    1. INTRODUCCION

    El tema clsico de la relacin mente-cerebro (alma-cuerpo en la tradicinfilosfica), objeto de estudio del presente ensayo, es tan fascinante como

    complejo y difcil, pues ya la mera seleccin, clarificacin terminolgica yformulacin de planteamientos adecuados y relevantes, hacen que este estudioresulte muy laborioso y, a veces, hasta confuso.

    Aqu, intentaremos presentar y discutir las diferentes posiciones para, alfinal, postular la perspectiva evolucionista, es decir, el enfoque biolgico-evolu-tivo-emergentista.

    Este problema, fundamental de los problemas fundamentales, como diceW. Penfield: 1977, p. 29, se pretende abordar dentro de un marco terico-filosfico que sea compatible con las vas ms aptas para analizar la relacin

    mente-cerebro, a saber, las ciencias empricas, en particular, la neurociencia:neuroanatoma, neurofisiologa, neurobiofsica y neuroqumica, neuropsicolo-ga, psicologa fisiolgica, inteligencia artificial, etc.

    Cada posicin sobre la relacin mente-cerebro tiene sus presupuestos ysus grandes consecuencias epistemolgicas y hasta antropolgicas. M. Bunge:1985, p. 19, escribe: Algunos de los problemas pertenecientes al sistema de

    problemas mente-cerebro son los siguientes: Son la mente y el cerebro dosentidades independientes? Si lo son, cmo se mantienen unidas y juntas enel mismo organismo vivo? Cmo establecieron contacto al principio, cmo seseparan al final y qu ocurre despus de la descomposicin del cerebro?

    Cmo se las arreglan las dos entidades para funcionar sincrnicamente? Qusignifica decir que los estados mentales tienen correlatos neurales? Interac-tran esas entidades? Y si lo hacen, cmo lo hacen? Cul es la que domina?

    Si, por el contrario, la mente y el cerebro no son entidades independien-tes, es, entonces, la mente corprea? O es que ocurre lo contrario, es decir,es el cerebro una forma de la mente? O es cada una una manifestacin deuna substancia simple inaccesible y suyacente (y, por tanto, neutral)? Encualquier caso, qu es la mente? Una cosa, una coleccin de estados, unconjunto de procesos en una cosa, o absolutamente nada? Y, sea lo que sea,

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    es slo fsica, o es algo ms? Y, en este ltimo caso esto es, si la mente es

    emergente con respecto al nivel fsico la podemos explicar cientficamente oslo puede ser descrita utilizando el lenguaje ordinario?Est claro que el problema mente-cerebro es un hueso duro de roer

    seguramente ms duro que el problema de la materia hasta tal punto quealgunos cientficos y filsofos desesperan de poder resolverlo algn da.

    Generalmente se dice que percibir, sentir, recordar, pensar, etc., sonestados o procesos mentales. Como estos estados o procesos mentales sonestados de alguna entidad y procesos en alguna entidad, debemos preguntarnosqu es lo que mienta, es decir, cul es la cosa que percibe, siente, recuerda,

    piensa, etc. Este es, siguiendo a M. Bunge: 1985, pp. 23-24, el verdadero

    ncleo del denominado problema mente-cerebro: la identificacin del sujetode los predicados mentales.Al estudiar este problema se pueden adoptar, siempre segn M. Bunge,

    tres posturas diferentes: 1) El problema es un pseudoproblema. 2) El proble-ma es un autntico problema, aunque insoluble. 3) El problema es un autnti-co problema que tiene solucin. La primera postura fue adoptada por elconductismo, la reflexologa y el positivismo lgico, basndose en el principiofilosfico de que lo nico que se puede estudiar cientficamente es la conductamanifiesta. La segunda postura, adoptada por el filsofo D. Hume y populari-zada por el tambin filsofo y psiclogo H. Spencer y por el fisilogo E. DuBois Reymond, afirma que ni sabemos ni nunca sabremos cmo surgen losfenmenos mentales a partir de las actividades cerebrales. Los que adoptan latercera postura, es decir, los que tienen la esperanza de resolver el problemamente-cerebro han dado respuestas que podemos dividir en dos grupos: 1) Loque mienta (percibe, desea, piensa, etc.) es la mente (o el alma o elespritu). 2) Lo que mienta es el cerebro.

    Segn los primeros, la mente es una entidad inmaterial en la que se danlos estados y procesos mentales. Segn los segundos, la mente no es una cosaindependiente, sino un conjunto de funciones o actividades cerebrales.

    Hoy, a veces, defensores de la autonoma de la mente que niegan larealidad de los cuerpos y, en general, de las cosas concretas: se trata de losmonistas espiritualistas.No obstante, casi todos los que en la actualidad creenen el estado separado de la mente reconocen la existencia de cuerpos junto alas mentes: son los denominados dualistas psicofsicas, que se presentan,como veremos, de varias maneras, todas las cuales tienen en comn laconviccin de que la mente posee una existencia independiente del cerebro.

    Los que afirman que la mente es una funcin corporal (neural) sonconsiderados como monistas psicofsicos, que tambin se manifiestan de variasmaneras. Existen, en un extremo, los monistas niveladores y, en el otro, losmonistas emergentistas. Los primeros niegan que el cerebro difiera cualitativa-mente de otros sistemas materiales, en particular, de las computadoras, cosaque los ltimos lo afirman. Los niveladores niegan la tesis emergentista deque las funciones mentales del cerebro son distintas de sus funciones cerebra-les. Tanto los niveladores como los emergentistas esperan poder explicar lomental por medio del estudio de los componentes cerebrales y de sus interac-ciones, o sea, ambos son reduccionistas, aunque de diferente tipo.

    Como se puede apreciar de lo dicho hasta el momento, existiran dostipos de abordaje ante el problema mente-cerebro: el monismo psicofisico y el

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    TABLA 1.1

    Diez concepciones sobre el problema mente-cerebro. representa el cerebro (o lofsico) y la la mente (o lo mental)

    Monismo psicofsico Dualismo psicofsico

    M l

    M 2

    M3

    M4

    M 5

    Todo es : idealismo, panpsiquismo yfenomenismo. Berkeley, Fichte, Hegel,Fechner, Mach, James, Whitehead. Teil-hard de Chardin. y son otros tantos aspectos o mani-festaciones de una nica entidad: monis-

    mo neutral, concepcin del doble aspecto.Spinoza, James, Russell, Camap, Schlick,Feigl.

    D1 y son independientes. Nadie hallegado tan lejos excepto L. Wittgenstein.

    D 2 y son paralelos o sincrnicos: para-lelismo psicofsica, armona preestableci-

    da. Leibniz, R. H. Lotze. H. Jackson,algunos gestaltistas, el joven Freud.

    Nada es : materialismo, eliminativo,conductismo. J. B. Wastson, B. F. Skin-

    D 3 afecta o causa (incluso secreta) :

    ner, A. Turing, R. Rorty, W. V. Quine.epifenomenismo. T. H. Huxley, K. Vogt,C. D. Broad, A. J. Ayer, R. Puccetti.

    es fsico: materialismo reductivo o fisi-calista. Epicuro, Lucrecio, Hobbes, K.S. Lashley, J. J. C. Smart, D. Arms-trong, P. K. Feyerabend.

    D4 afecta, causa, anima o controla :animismo. Platn, S. Agustn, Tomasde Aquino, S. Freud, R. Sperry, K. R.Popper, S. Toulmin.

    es un conjunto de funciones (activi-dades) cerebrales emergentes: materia-lismo emergentista. Diderot, C. Darwin,Cajal, T. C. Scheneirla, D. Hebb, D.Bindra.

    D5 y interactan: interaccionismo. Des-cartes, W. McDougall, W. Penfield, J.C. Eccles, K. R. Popper, J. Margolis.

    dualismo psicofsico. Cada uno de estos tipos incluye, a su vez, concepcionesdistintas, como se ve en la tabla 1.1 o su equivalente la Fig. 1.2, elaboradaspor M. Bunge: 1985, pp. 26 y 30 y que reproducimos.

    Sin entrar en detalle en cada una de las concepciones sobre el problemamente-cerebro (1), expondremos a continuacin, de manera general, el dualis-mo interaccionista (diversidad mente-cerebro) y la teora de la identidad mente-cerebro: versin monismo materialista, versin monismo emergentista.

    (1) Para un estudio detallado de las diferentes concepciones sobre el problema mente-cerebro.adems del libro de M. BUNGE: 1985, cfr., entre otros: G. RYLE: El concepto de lo mental.Paids. Buenos Aires. 1961. A Rosenblueth: Mente y cerebro. S. XXI. Mxico. 1977. J. L.PINILLOS: Lo fsico y lo mental. en Boletn Informativo de la Fd. J. Match. Madrid, 1978.H. v. DITFURTH: Gedanken zum Leib-Seele-Problem aus naturwissenschaftlicher Sicht, en

    Freiburger Universittsbltter, Heft 62 (1978), pp. 25-37, J. FERRATER MORA: De lamateria a la razn. Alianza. Madrid, 1979. K. R. POPPER/J. C. ECCLES: El yo y su cerebro.Labor. Barcelona, 1980. P. S. CHURCHLAND: A Perspective on Mind-Brain Research, enThe Journal of Philosphy. Vol. LXXVII, n. 4 (1980), pp. 185-207. K. H. PRIBRAM/J. M.RAMIREZ: Cerebro, mente y holograma. Ed. Alhambra. Madrid. 1980. P. M. CHURCH-LAND: Matter and Consciousness: A Contemporany Introduction to the Philosophy of Mind.the MIT Press. A Bradford Book. Cambridge. 1984. G. VOLLMER: Evolutionre Erkennt-nistheorie und Leib-Seele-Problem, en W. Bhme (ed.): Wie entsteht der Geist? HerrenalberTexte 23. Karlsruhe 1980, pp. 11-40. En K. Lorenz/F. M. Wuketits (eds.): 1984, pp. 78-82. D.C. DENNETT: Perspectivas actuales en la filosofa de la mente, en Teorema. XI/2-3 (1981),

    pp. 197-229. R. RORTY: Contemporary Philosophy of Mind, en Synthese 53 (1982), pp. 323-348.

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    M1 IDEALISMO

    Todo es mental.

    M2 MONISMO NEUTRAL

    Lo mental y lofsico sonmanifestaciones deuna sustancia neutradesconocida.

    M3 MATERIALISMO ELIMINATIVO

    No existe la mente.

    M4 MATERIALISMO REDUCTIVO(FISICISMO)

    La mente es un conjuntode estados fsicos.

    M5 MATERIALISMO EMERGENTISTA

    La mente es un conjuntode bioactividadesemergentes.

    D1 AUTONOMISMO

    D2 PARALELISMOSincrona

    D3 EPIFENOMENALISMO

    El cerebro secretala mente.

    D4 ANIMISMOLa mente dirige el cerebro.

    D5 INTERACCIONISMO

    El cerebro es la basede la mente, aunqueest controlado por ella.

    FIGURA 1.2. Esquema con las principales concepciones del problema mente-cuerpo. El crculopunteado es la mente; la lnea continua representa el cerebro.

    E. RATTRAY TAYLOR: El cerebro y la mente. Una realidad y un enigma. Planeta. Barcelo-na, 1983. E. SCHRDINGER: Mente y materia. Tusquets. Barcelona, 1983. J. SEARLE:

    Mentes, cerebros y ciencia. Ctedra. Madrid, 1985. A. M. TURING y otros: Mentes y mqui-

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    2. EL DUALISMO PSICOFISICO

    Sin mencionar todos los dualismos posibles (cfr. M. Bunge: 1985, Tabla1.1), el epistemlogo K. R. Popper y el neurobilogo J. C. Eccles publicaronen 1977 un libro titulado The Self and Its Brain, Springer Verlag, Berlin/Hei-delberg/New York (El yo y su cerebro. Labor. Barcelona, 1980) en el quedefienden el dualismo psicofsica y el interaccionismo. Ya antes, en 1975 elneurotisilogo W. Penfield nos cuenta en su libro El misterio de la mente,Estudio crtico de la conciencia y del cerebro humano, Pirmide, Madrid, 1977,pp. 15, 117 s., que tras largos aos de investigacin experimental y trasintentar demostrar que el cerebro explica la mente y que la mente no es

    ms que una funcin del cerebro, llegaba a la hiptesis de que nuestro serconsta de dos elementos (sustancias) fundamentales: mente-cerebro. Utilizan-do la metfora ciberntica, se podra decir que la mente acta como programa-dor y el cerebro como ordenador. M. Bunge: 1985, p. 16 afirma que su obraintenta mostrar que la idea de una entidad mental independiente no essostenible por los datos de que disponemos ni por los modelos psicolgicosexistentes, sino que choca frontalmente con las ideas fundamentales de laciencia moderna. Los dualistas afirman, segn M. Bunge, que la mente esuna entidad inmaterial en la que se dan todos los estados y procesos menta-les (M. Bunge: 1985, p. 23) y aportan las siguientes razones en favor del

    dualismo psicofsico, que M. Bunge expone y critica, aunque aqu slo seala-remos los puntos de manera sucinta sin entrar en mayores argumentos (M.Bunge: 1985, pp. 31-37):

    1 ) El dualismo forma parte de la religin, y en particular de la religincristiana; 2) El dualismo explica la supervivencia y la percepcin extrasenso-rial; 3) El dualismo est implcito en el lenguaje ordinario; 4) El dualismoexplica todas las cosas del modo ms simple posible; 5) La mente debe serinmaterial, porque la conocemos de modo distinto a como conocemos lamateria; aquel conocimiento es privado mientras que ste es pblico; 6) Los

    predicados fenomenistas son irreducibles a los fsicos, por lo que la mentedebe ser sustancialmente distinta del cerebro; 7) Las neuronas se descargan

    puntualmente, y sin embargo podemos tener experiencias continuas; porejemplo, podemos percibir una superficie verde, sin lagunas de color; 8) Debeexistir una mente que anime la maquinaria cerebral porque las mquinascarecen de mente; 9) Existe amplia evidencia en favor del poder que la mentetiene sobre la materia, por ejemplo, el movimiento voluntario y la planeacin;10) El dualismo concuerda con el emergentismo y con la hiptesis de laestructura en niveles de la realidad.

    nas. Tecnos. Madrid, 1985. A. SMITH: La mente I y II. Bibl. Cientfica Salvat. Barcelona,1986. J. A. FODOR: El problema cuerpo-mente, en Investigacin y Ciencia 54 (1981),

    pp. 62-75. J. L. RUIZ DE LA PEA: Las nuevas antropologas. Sal Terrae. Santander, 1983,pp. 131-199. R. GREGORY: La mente nella scienza. Mondadari Milano, 1985, pp. 339-417. A.DOU (ed.): Mente y cuerpo. Mensajero. Bilbao, 1986, L. S. VYGOTSKY: The Mind-BodyProblem. From the Notebooks of L. S. Vygotsky, en Soviet Psychology. Vol. XXI (1983).D. J. HOWARD: The New Mentalism and the Mind, en International Philosophical Quar-terly. Vol. XXVI; Nr. 4 (1986), pp. 353-357. J. SEARLE: Intentionality. An Essay in thePhilosophy of Mind. Cambridge University Press. Cambridge, 1983. Mentes, cerebros y ciencia.Ctedra. Madrid, 1985. J. RUSSELL: Explaining Mental Life. MacMillan Press. London,1984. E. WILSON: Mental als Physical. Routledge & K. Paul. London, 1979.

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    Una vez expuestas las razones en favor del dualismo piscofsico, pasamos

    a exponer de manera esquemtica (por brevedad) las principales objeciones encontra del dualismo psicofsico (M. Bunge: 1985, pp. 37-42):1) El dualismo es ambiguo; 2) El dualismo separa las propiedades y los

    sucesos de las cosas; 3) El dualismo viola la ley de la conservacin de laenerga; 4) El dualismo se niega a reconocer evidencia a las races molecularesy celulares de las capacidades y desrdenes mentales; 5) El dualismo esconsistente con el creacionismo, no con el evolucionismo; 6) El dualismo no

    puede explicar las enfermedades mentales ms que como posesin demonacao como una huida del alma, que abandona el cuerpo; 7) En el mejor de loscasos el dualismo es estril; en el peor obstaculiza; 8) El dualismo se niega a

    responder a las seis preguntas claves de la ciencia de la mente (qu (o cmo),dnde, cundo, de dnde, a dnde y por qu); 9) El dualismo no es una teoracientfica, sino un dogma ideolgico; 10) El dualismo es inconsistente con laontologa de la ciencia.

    M. Bunge (1985, pp. 42, 46, 51) concluye diciendo que el dualismopsicofsico no es una opcin cientfica viable y tampoco es una doctrina quepuedan adoptar ni la ciencia ni una filosofa orientada cientficamente, aunqueparece ser la filosofa de la mente ms antigua que se recuerda y una de lasms populares, defendida por neurocientficos eminentes, como W. Penfield,J. C. Eccles y (ms tmidamente) R. Sperry, y por filsofos, como K. R.Popper, W. Kneale y S. Toulmin.

    2.1. El dualismo interaccionista

    K. R. Popper y J. C. Eccles han ilustrado, en su libro El yo y su cerebro,Labor, Barcelona, 1980, dos ejemplos que, segn ellos, demostraran cmo lamente controla el cerebro. Aparte de estos dos ejemplos, que citamos acontinuacin, otros datos aportados en favor delpapel intensamente activo del

    yo (yo autoconsciente) no identificable con el cerebro, aunque interacte conl (dualismo interaccionista) seran: a) El carcter unitario en las experienciasde la mente autoconsciente (K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980, pp. 405, 539 s.,575) b) El problema del movimiento voluntario y toma de decisiones (1980,

    pp. 310-331, 407), c) El anlisis de la memoria consciente (1980, p. 424, ss.),d) La explanacin de los centros del lenguaje del cerebro humano (1980,

    p. 332, ss.), e) El estudio de las repercusiones en la mente de las lesionescerebrales (1980, pp. 349 ss., 375 ss.) etc. La defensa de la hiptesis dualistaest fundamentada, segn sus autores, en investigaciones sobre el cerebrohumano (cfr. J. C. Eccles, W. Penfield), interesados en reganar una concep-

    cin humanista del hombre libre frente a teoras actuales que reduciran laconciencia a meros procesos cerebrales (fisicalismo).

    El primer ejemplo tiene en cuenta pacientes que, en el curso de laoperacin neuroquirrgica, fueron sometidos a estimulacin elctrica del cere-bro. Cuando se estimulaban de este modo determinadas reas del crtex, lospacientes decan revivir experiencias visuales y auditivas muy fuertes, a la vezque eran totalmente conscientes de cul era el medio en el que se encontra-

    ban en aquel momento. Popper y Eccles afirman que, como la percepcin dela sala de operaciones externa y los recuerdos internos, aunque estn estimu-

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    lados por electrodos, se verifican al mismo tiempo, no es posible que ambas

    manifestaciones sean fsicas: una de las dos debe ser mental (K. R. Popper/J.C. Eccles: 1980, pp. 74-75, 160, 450-51, 549).Esto presupone, no obstante, que diferentes regiones cerebrales no pue-

    den funcionar al mismo tiempo. Pero por qu no? Muchas actividades sedesarrollan simultneamente. R. Gregory: 1985, p. 343 s., por ejemplo, no veaqu prueba alguna para la independencia de la mente. Este experimento, quees de un gran inters, no demuestra la causalidad de la mente: slo pruebaque los estmulos elctricos, externos e internos, tienen efectos causales.

    El segundo ejemplo se refiere a la ralentizacin o aceleracin del cambiodel cubo de Necker como un acto de voluntad (K. R. Popper/J. C. Eccles:1980, pp. 101, 579, 589).

    Para estos dos estudiosos, sta es una prueba de que la mente controla elcerebro, sin tomar en consideracin la posibilidad de que otros procesoscerebrales puedan producir o inhibir el cambio perceptivo. Por qu este

    particular ejemplo, se pregunta R. Gregory (1985, p. 344) debera ilustrar odemostrar que la mente controla el cerebro? No es necesario que existan dostipos de procesos sustancialmente diferentes, mentales y fsicos. En fin, paraK. R. Popper y J. C. Eccles la mente y el cerebro son entidades distintas coninteracciones dbiles. (Utilizando el smil del reloj, la relacin sera la de un

    reloj de control y un reloj independiente o, quiz, la del dependiente-dependiente.En el dualismo interaccionista, la mente y el cerebro gozan de una ciertaautonoma, si bien, uno, a la larga, controla al otro y viceversa. Tanto la mentecomo el cerebro podran ejercer la funcin de control o de dependiente. Engeneral, los filsofos atribuyen el papel principal a la mente, mientras que losfisilogos atribuyen este papel al cerebro) (R. Gregory: 1985, p. 342).

    K. R. Popper escribe en el Dilogo VIII (K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980,p. 578): El problema que ha planteado usted acerca de la accin relativamen-te dbil de la mente sobre el cerebro se puede explicar biolgicamente. Esdecir, hay dos tipos de ilusiones: las que nos suministra o impone el cerebro y

    las que tienen su origen mental, como, digamos, el cumplimiento de deseos.Al parecer, tenemos incorporado al organismo y a todo el mecanismo deinteraccin entre el cerebro y la mente que sta haya de depender enmuchos sentidos del cerebro, a fin de que no caiga muy fcilmente en estetipo de ilusin que experimentamos en la fantasa.

    Yo dira que todo este campo se puede usar para mostrar al mismotiempo la existencia de una especie de brecha, as como de dependencia, entrela mente autoconsciente y el cerebro.

    Pero, es verdad que las ilusiones nos permiten hacer tal afirmacin? Aunadmitiendo que podemos percibir una cosa y saber, al mismo tiempo, que esapercepcin es falsa, no se deriva necesariamente que una de sas, es decir, lapercepcin o el conocimiento sea mental y la otra fsica. Todo lo que pode-mos deducir es que el cerebro est en grado de elaborar ms de una cosa a lavez y que las discrepancias pueden ser relevadas como cuando nos acordamosde ser vctimas de una ilusin. Aunque la mente pueda elaborar ms de unacosa a la vez, esto no significa que la mente y cerebro sean entidades distintase interactuantes. A juicio de R. Gregory (1985, p. 344) ninguno de estos dosejemplos demuestran un paralelismo interactivo entre mente y cerebro, comotampoco lo demuestra el doble conocimiento del paciente sometido a la

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    estimulacin elctrica del cerebro en la sala de operaciones. Parece que no

    existen pruebas neurolgicas en favor del dualismo interaccionista, ms bienparecen existir algunas pruebas en su contra. La pregunta que nos debemoshacer es la siguiente: Actuamos porque somos conocedores de una situacino ms bien somos conocedores de una situacin porque ya hemos actuado?Ante un estmulo que provoca miedo, por ejemplo, reaccionamos inmediata-mente y slo despus nos damos cuenta de los profundos cambios determina-dos por el aumento de adrenalina y por otras reacciones fisiolgicas ante elestmulo. Esto quita a la sensacin la funcin causal que provoca el comporta-miento de ataque o de fuga, pues sa llega demasiado tarde, despus delcomportamiento y, por tanto, no puede ser la causa. Si es cierto que el

    conocimiento, a menudo, llega despus de la reaccin a un evento, es pocoprobable que se considere el conocimiento como necesario, al menos, en lamayor parte de los comportamientos. Esto significa abrir una va a las descrip-ciones comportamentales en trminos fisiolgicos, ms que mentales (R. Gre-gory: 1985, pp. 345-349).

    2.1.1. La posicin de J. C. Eccles

    Situando al neurobilogo J. C. Eccles dentro del dualismo interaccionista,

    refrendado, segn l, desde la fisiologa y anatoma cerebral, podemos resumirsu pensamiento, citando a R. Sperry como lo hace el mismo J. C. Eccles(K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980, p. 420):

    En este esquema, se considera que los fenmenos conscientes interac-tan con los aspectos fisioqumicos y fisiolgicos del cerebro, gobernndolosen gran medida. Obviamente, tambin se produce la relacin inversa, por loque se concibe una interaccin mutua entre las propiedades fisiolgicas ymentales. Aun as, la interpretacin presente tendera a restaurar a la menteen su vieja posicin prestigiosa sobre la materia, en el sentido de que losfenmenos mentales trascienden claramente los fenmenos de la fisiologa yla bioqumica.

    En este prrafo hay tres tesis fundamentales, tal como ha comentado J. A.Candela (2), que se podran estructurar del siguiente modo:

    1. Existe una causacin ascendente/descendente entre la mente y elcerebro.

    2 . La estructura de esta causacin bidireccional se resuelve en un gobier-no de la mente sobre el cerebro. Este gobierno halla su plasmacin en lallamada unidad de la experiencia consciente.

    3. Se afirma una trascendencia de lo mental sobre lo fsico que implica

    una separacin o una gran autonoma de la mente con respecto al cerebro.Esta autonoma permitir a J. C. Eccles el plantearse la temtica del origen yfin de la mente, abrindose al horizonte creacionista y a la inmortalidad de lamente. Aqu hay una discrepancia total con K. R. Popper, pues ste defiendela emergencia del yo consciente (mutaciones graduales) pudiendo hablar, por

    (2) J. A. CANDELA: El dualismo internaccionista, en J. A. Candela/C. Can/A. Hortal: Monis-mos, Dualismos y Emergentismos, en A. Dou (ed.): Mente y cuerpo. Mensajero. Bilbao, 1986,pp. 35-41.

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    tanto, de un interaccionismo emergentista (esto ser expuesto ms adelante).K. R. Popper, por su parte, niega la inmortalidad del alma (sobre estasdiferencias cfr. K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980, Parte III. Dilogos entre losdos autores).

    1.1. Para J.C. Eccles es posible comprobar la accin de la mente auto-consciente (MA) sobre la maquinaria cerebral en fenmenos tales como los yamencionados movimientos voluntarios, evocaciones de recuerdos, la percep-cin consciente en la existencia de la imaginacin creadora, toma de decisio-nes, etc. (K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980, Parte II, por J. C. Eccles, pp. 253-474,310-331, 407, 424 ss., 595 s. J. C. Eccles/H. Zeier: 1984, p. 141 ss.). Lapostulacin de una causacin descendente de la MA sobre el cerebro no est

    exenta de problemas, si consideramos lo mental como algo radicalmentedistinto de lo fisicoqumico. Pues, cmo pueden dos magnitudes tan distintasrelacionarse entre s?, cmo puede interactuar la supuesta energa mental conla accin cerebral regida por estmulos nerviosos?

    Segn K. R. Popper, los desarrollos de la fsica actual minimizan estadificultad, pues se ha mostrado la posibilidad de interaccin entre distintostipos de fuerzas o causas como la mecnica y la elctrica. No obstante, lacuestin sigue en pie, pues, cmo se ha de explicar la causacin del mundode la mente sobre el mundo fsico? (K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980, pp. 606-610).

    2.1. El gobierno de la MA sobre el cerebro se ha de entender en supapel de controlador e intrprete de los sucesos cerebrales. Este gobierno serealiza por el carcter fundamentalmente activo de la MA con respecto a lamaquinaria cerebral. La mente acta sobre los mdulos neuronales (K. R.Popper/J. C. Eccles: 1980, pp. 354, 410-416, J. C. Eccles/H. Zeier: 1984,

    p. 127 ss.). Gracias a la MA el hombre puede actuar sobre el cerebro y sobreel mundo y de este modo asegurarse su puesto en el cosmos.

    Este gobierno halla su plasmacin, como ya hemos sealados en launidad de la experiencia consciente (K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980,pp. 405, 407, 420, 531, 540, 575). Esta hiptesis confiere un papel principal a la

    MA, una accin de seleccin, bsqueda y descubrimiento, as como de inte-gracin e interpretacin.3.1. J. C. Eccles piensa en la existencia y el funcionamiento de la MA

    con gran autonoma con respecto al cerebro. Esta autonoma le lleva aEccles a conjeturar acerca de la no localizacin espacial de la MA. Otro puntorelacionado con la autonoma de la MA es el de su origen. Eccles rechaza elorigen emergentista de la MA con respecto al cerebro, origen, no obstante,defendido por K. R. Popper (K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980, pp. 418-19, 625,628), y admite la idea de la creacin sobrenatural que da razn no slo delorigen de la MA, sino tambin de su unicidad.

    3. EL MONISMO PSICOFISICO

    Vamos a presentar a continuacin las posiciones que defienden el monis-mo psicofsico (3). El monismo, en oposicin al dualismo, tiene su historia y

    (3) C. CANON: El monismo materialista, en J. A. Candela/C. Can/A. Hortal: o.c., en A. Dou(ed.): 1986, pp. 19-32.

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    sus diversas teoras o propuestas monistas. En la actualidad, quien ha contri-buido a suscitar el inters por algunas interpretaciones monistas y, en concre-to, por los monismos materialistas, ha sido el desarrollo de la psicologafisiolgica, de la neurofisiologa, la medicina psicosomtica y la ciberntica.

    Una de las primeras observaciones que hay que hacer al estudiar lasdiferentes respuestas del monismo materialista al problema mente-cerebro esla ambigedad de la expresin monismo materialista, pues, por una parte,descubrimos que hay una pluralidad de monismos y, por otra, la afirmacintodo es material exige una definicin precisa del predicado material, cosaque aqu no analizaremos y que queremos sealar como problema (4).

    Con relacin a la pluralidad de monismos seguiremos las indicaciones

    tipolgicas hechas por K. R. Popper (1980) y por M. Bunge (1985).

    3.1. Pluralidad de monismos segn la tipologa de K. R. Popper y M. Bunge

    K. R. Popper (K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980, pp. 58-122) distinguecuatro posiciones materialistas o fisicalistas, a saber: 1) El materialismo ofisicalismo radical, o conductismo radical; 2) El panpsiquismo; 3) El epifeno-menismo; 4) La teora de la identidad o la teora del estado central. La

    caracterstica comn a todas estas posiciones la expresa Popper con lo que ldenomina principio fkicalista de la clausura del Mundo 1 fsico. Con estaexpresin Popper da a entender que los procesos fsicos se pueden compren-der y explicar, y deben ser comprendidos y explicados, completamente entrminos de teoras fsicas (1980, p. 58).

    La tipologa de M. Bunge (1985, Tabla 1.1, p. 26 ss.) diferencia entre unmaterialismo reductivo o fisicalista (encuadra a los defensores de la teora delestado central: D. Armstrong) y un monismo neutral, concepcin del dobleaspecto: H. Feigl. Ambas posiciones las contempla Popper dentro de la teorade la identidad. M. Bunge distingue tambin un materialismo eliminativo,

    conductismo y un materialismo emergentista, donde l mismo se sita.Con palabras de Popper (1980, p. 61) podemos decir que la teora de laidentidad o la teora del estado central es actualmente la ms influyente detodas las teoras desarrolladas en respuesta al problema de la mente y elcuerpo.

    3.1.1. La llamada Teora de la Identidad

    Esta teora afirma que existe una especie de identidad entre los proce-sos mentales y determinados procesos cerebrales: no una identidad en sentidolgico, pero an as existe una identidad del tipo de la que existe entre laestrella vespertina y la estrella matutina, que constituyen nombres alterna-tivos de uno y el mismo planeta, Venus, por ms que tambin denoten

    (4) Sobre el concepto de materia, cfr. M. BUNGE: Materialismo y ciencia. Ariel. Barcelona, 1981.K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980, pp. 5 ss., 37 ss., 169, 192 ss., 211 ss. J. MOSTERIN:Conceptos y teoras en la ciencia. Alianza. Madrid, 1984, pp. 65-84.

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    diferentes apariencias del planeta Venus (K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980,pp. 61-62). K. R. Popper parece que nos quiere advertir acerca del concepto de

    identidad que se ha de adoptar, pues se puede preguntar con toda legitimidaden qu consiste esa identidad (K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980, p. 93 ss.).H. Feigl, uno de los mximos representantes de la teora de la identidad,

    considerado por M. Bunge dentro del monismo neutral, concepcin del dobleaspecto, situndose en la tradicin neopositivista de M. Schlick, fundador delCrculo de Viena, defensor de la teora del doble lenguaje y sin ignorar aR. Carnap con su propuesta del anlisis lgico y la reduccin del lenguaje dela psicologa al de la fsica (fisicalismo), afirma que la teora de la identidadque desea clarificar y defender consiste en la asercin de que los estados deexperiencia directa que los seres humanos conscientes vivencian, y aquellosque confiadamente adscribimos a alguno de los animales superiores, sonidnticos a ciertos aspectos (presumiblemente configuracionales) de los proce-sos neuronales de sus organismos (5). En este sentido, los trminos dellenguaje neurofisiolgico denotaran los mismos estados mentales denotados

    por los trminos del lenguaje introspectivo. Reducida la mente a cerebro, lopsicolgico a lo fisiolgico, se puede reducir este ltimo a lo fsico? ParaH. Feigl la cuestin central del problema mente-cuerpo consiste en saber silos trminos tericos de la biologa y de la psicologa son explcitamentedefinibles sobre la base de los conceptos tericos de la fsica y si los conceptos

    de la psicologa introspectiva son definibles sobre la base de los trminostericos de la fsica. Aunque esta cuestin, en el estado actual de investiga-cin, permanece todava indecisa, H. Feigl afirma de manera intrpida yarriesgada que el futuro progreso cientfico lo decidir afirmativamente (H.Feigl: 1958, p. 425). As, tenemos, pues, la ecuacin mente = cerebro ycerebro = realidad fsica. De aqu a la analoga hombre-mquina estamos ya aun paso.

    3.1.1.1. La Teora del Estado Central

    D. M. Armstrong en su obraA Materialist Theory of the Mind, Routledge& K. Paul, London, 1968, tras rechazar el dualismo, afirma, como tesiscentral, en la p. 73 que los estados mentales se identifican con estadosfsicos del organismo que tiene mente, en particular, con estados del cerebro osistema nervioso central, o menos aficionadamente, pero ms epigramtica-mente, la mente es simplemente el cerebro (6) Si la mente es el cerebro

    (5) H. FEIGL: The Mental and the Physical, en Minnesota Studies in the Philosophy ofScience. Vol. II. Concepts, Theories, and the Mind-Body-Problem, ed. por H. Feigl, M. Scriveny G. Maxwell. Univ. of Minnesota Press. Minneapolis, 1958, p. 446. K. R. POPPER/J. C.ECCLES: 1980, pp. 93-112. C. V. BORTS (ed.): The Mind/Brain Identity Theory. The MacMi-llan Press. London, 1970. Cfr. J. L. Ruiz de la Pea: 1983, pp. 138-144. Para una critica a la

    posicin de H. Feigl, pp. 142-144, nota 29. C. Can: o.c., pp. 23-27. K. R. Popper/J. C.Eccles: 1980, pp. 58-112.

    (6) Trad. de C. CAON: o. c., p. 27 ss. Cfr. crticas, en K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980,pp. 58-112, 105 ss. Para una consideracin sobre los argumentos contra la teora de laidentidad, cfr. G. Vollmer: 1980, pp. 30-39. J. L. Ruiz de la Pea: 1983, p. 145 ss.

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    (identidad) y si el progreso cientfico lo corrobora, entonces el ser humano noes sino un objeto material con propiedades fsicas. Sin entrar en las crticas(cfr. nota 6) quisiramos sealar, con K.R. Popper (K. R. Popper/J. C. Eccles:1980, p. 106), que el mtodo de considerar la mente como un rgano confunciones darwinistas puede ser excelente y, en opinin de Popper, la Parte II:El concepto de la mente demuestra la fecundidad de este enfoque biolgico.

    3.1.1.2. Mente-cerebro-mquina

    Ya hemos dicho, exponiendo la postura de H. Feigl, que tras la doble

    ecuacin mente = cerebro, cerebro = realidad fsica, surge inmediatamente laanaloga hombre-mquina (cerebro-ordenador). Esta misma analoga tambinaparece claramente en la posicin de Armstrong al afirmar ste que el hombretiene un carcter estrictamente fsico.

    H. Feigl (1958, p. 423) escribe: Si por pensar se entiende la funcin quecomienza con unas premisas de entrada (input) y finaliza en conclusiones desalida (output)..., entonces no existe la menor duda de que ciertos tipos derobots o computadores piensan. Si por sentir se entiende lo que los conduc-tistas lgicos (o iilgicos?) entienden, entonces se puede concebir, a la postre,que haya estructuras mecnicas (hechas artificialmente o que existan de mane-

    ra natural en algn otro planeta que se comporten (respondan, etc.) como situvieran sentimientos y emociones. No obstante, el problema de si los robots

    poseen realmente una vida mental (que envuelva pensamientos y/o sentimien-tos), parece ser una cuestin que trasciende lo cientfico y tcnico por ahora.

    D. M. Armstrong afirma, en relacin a la analoga hombre-mquina, quela conducta de una mquina autorregulada difiere de la conducta humanaguiada por un propsito en que esta ltima es simplemente ms compleja.Para Armstrong, y para muchos otros, existe la posibilidad de construir mqui-nas que reproduzcan la complejidad del comportamiento humano, aunque

    esto queda supeditado a la tcnica. La ciberntica est construyendo mquinasque igualan y duplican un espectro creciente de logros humanos (D. M.Armstrong: 1968, pp. 252, 357, J. L. Ruiz de la Pea: 1983, p. 152).

    A. M. Turing, que estuvo al frente de la mquina automtica digital, ya en1947 plante en una conferencia ante el National Physical Laboratory la posibi-lidad efectiva de simular la mente humana en un computador digital recibien-do reacciones hostiles. Esta conferencia que se public con el ttulo: Compu-ting Machinery and Intelligence, en la revista Mind, vol. 59, N. 236 (1950),

    pp. 433-460, traducida al castellano por Puede pensar una mquina?, enCuadernos Teorema, Valencia 1974, aborda el tema de si las mquinas pueden

    pensar. En las pp. 33-34 afirma el autor: Creo que, a finales de siglo, el usode las palabras y la opinin general culta habrn cambiado tanto que unopodr hablar del pensamiento de las mquinas sin esperar que se le contradi-ga. Como seala M. Garrido en laIntroduccin, p. 5: Hoy da, sin embargo,un cuarto de siglo despus, las especulaciones de Turing han resultado ser envarios aspectos profticas. De ellas, y de la rpida evolucin de la tecnologade los computadores electrnicos en las dos ltimas dcadas, ha nacido unanueva rama cientfica: la investigacin en inteligencia artificial, que, paso a

    paso, parece corroborar experimentalmente en los centros de computacin de

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    diversas universidades del mundo la arriesgada tesis de Turing (7). El textode A. M. Turing pasar a la historia de la ciencia, en opinin del lgicoM. Garrido:El modelo computacional de la mente, en A. M. Turing/H. Put-nam/D. Davidson: Mentes y mquinas, ed. Tecnos, Madrid, 1985, p. 9, porhaber inaugurado el paradigma de la inteligencia artificial. Este paradigma esla metfora del computador, segn la cual un ordenador digital puede servirde modelo capaz de simular efectivamente la mente humana.

    A. M. Turing desarroll en 1937 la teora de las mquinas mquinas deTuring y que haban de ser el fundamento terico de la existencia delcomputador digital. Una mquina de Turing es, en palabras de M. Garrido:

    El modelo computacional de la mente, o.c., pp. 9-10, un aparato ideal de

    clculo capaz de resolver una funcin matemtica que sea computable (se diceque una funcin es computable cuando su solucin es susceptible de serobtenida por un procedimiento mecnico). Pero la teora de tales mquinasculmina en la idea de una mquina universal de Turing, as llamada por sercapaz de resolver mecnicamente no ya una sola funcin matemtica determi-nada, sino toda funcin matemtica que sea computable. En cierto modo, uncomputador digital es la realizacin fsica de una mquina universal de Turing.Esta identidad estructural entre computador y mquina universal le sirvi de

    base terica a Turing, siempre segn M. Garrido: o.c., p. 10, en su ensayo de1950 para defender la tesis de que un computador puede hacer todo lo que

    hace el hombre, incluida la funcin de pensar.La reflexin crtica reciente seala que el modelo de Turing es meramen-

    te computacional o sintctico y, por tanto, no cumplira satisfactoriamente lafuncin de simular la mente humana, pues requerira, tal vez, el hipotticodiseo de un modelo semntico o interpretativo que fuese universal y diesecuenta de la intencionalidad de los actos mentales. Adems, el modelo compu-tacional deber encontrar la conexin con el mundo y con los otros para nocaer en elsolipsismo (M. Garrido: o.c., p. 11). (J. Searle: 1985).

    H. Putnam ensu ensayo de 1960Mentes y Mquinas. en A. M. Turing/H.

    Putnam/D. Davidson: 1985, pp. 61-101, hace una aplicacin del modelo deTuring al problema clsico de las relaciones entre la mente y el cuerpo. Estaobra constituye, segn M. Garrido: oc., p. 12, uno de los escritos fundacio-nales de la corriente llamada funcionalismo (8), que ha contribuido a deter-

    (7) K. R. POPPER afirma, en K.R. Popper/J. C. Eccles: 1980, p. 4, que la doctrina segn la cuallos hombres son mquinas o robots es bastante antigua. Al parecer, su primera formulacinclara y vigorosa se debe al ttulo de un famoso libro de La Mettrie, El ho mbre m qu ina(1747), si bien fue Homero el primer escritor que jug con la idea de robot". Cfr. tambinR. DESCARTES: Observaciones sobre la explicacin de la mente humana. Cuadernos Teore-

    ma. Valencia. 1981. Tratado del hombre. Ed. Nacional. Madrid. 1980. La revista RevuePhilosophiqu dedica el n. 3 (1980) al hombre-mquina.

    (8) Recibe el nombre de funcionalismo la filosofa de la mente que se basa en la distincin quela ciencia de las computadoras establece entre el soporte tsico (o hardware) de un sistema ysu soporte lgico (o software). La psicologa de un sistema, por ejemplo un ser humano, unamquina o un espritu incorpreo, no depende del material de que est hecho (neuronas,diodos o energa espiritual, respectivamente), sino de cmo est organizado ese material. Elfuncionalismo no desecha la posibilidad, por remota que sea, de que sistemas mecnicos yetreos tengan estados y procesos mentales. J. A. FODOR: El problema cuerpo-mente, enInvestigacin y Ciencia, n. 54 (1981) p. 68. J. A. Fodor inici con H. Putnam la corriente

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    minar en psicologa y en filosofa de la mente, a lo largo de las dos ltimasdcadas, el trnsito del paradigma conductivista al paradigma cognitivo. El

    funcionalismo, segn M. Garrido: o.c., p. 12, insiste en que una cosa esdisear en abstracto el esquema formal de una mquina de Turing y otrarealizar fsicamente esa mquina en un material concreto. Lo primero estarea del lgico o del matemtico y lo segundo del ingeniero. Una extrapola-cin analgica de esta diferencia a nuestro problema mente-cerebro pone demanifiesto que las teoras conductista y materialista abordan la mente con elcriterio del ingeniero, mientras que la psicologa clsica, por su parte, dirige suatencin al aspecto lgico y representativo de los actos mentales.

    H. Putnam propone la consideracin de una analoga entre el hombre y la

    mquina. Distingue entre estados fsicos (Juan tiene fiebre) y estados men-tales (Juan siente dolor). En la analoga correspondern a estados estructu-rales y estados lgicos. Si planteamos el problema mente-cerebro en trmi-nos de la analoga, suceder que las conclusiones obtenidas en ambas partesse conseguirn por las mismas razones (p. 100). Como los estados lgicosde la mquina de Turing son irremediablemente diferentes de sus estadosestructurales no ser posible afirmar la identidad de estados mentales conestados fsicos. No obstante, esta conclusin carece de cualquier relevanciaque supere el nivel conceptual, pues, por ejemplo, la cuestin de si el serhumano tiene o no alma quedara en la misma oscuridad de antes. Si se

    afirma que s, entonces habramos de poder afirmar tambin que las mquinasla tienen. Si se dice que no, no se seguir la identidad de los estados fsicoscon los estados lgicos, pues son irreductibles (Cfr. C. Can, en A. Dou:1986, p. 31).

    Por su parte, D. Davidson en su comunicacin en el IV Congreso Interna-cional de Lgica, Metodologa y Filosofa de la Ciencia, Bucarest, 1971, publi-cada en 1974,La Mente Material, en A. M. Turing/H. Putnam/D. Davidson:1985, pp. 103-126, defiende la tesis conocida como monismo anmalo, una

    posicin que coincide con diversas formas de neomentalismo en negar todaposible reduccin de la psicologa a la neurofisiologa y a fortiori a la fsica.

    Los descubrimientos alcanzados sobre la naturaleza del cerebro y, msan, los descubrimientos que podemos esperar de quienes trabajan en estecampo arrojan un raudal de luz sobre la percepcin, el aprendizaje y laconducta humana. Pero con respecto a las funciones cognitivas ms altas, lailuminacin ha de ser, si estoy en lo cierto, indirecta. No hay un sentidoimportante en el cual la psicologa pueda ser reducida a las ciencias fsicas(p. 126).

    Para concluir este punto sobre la controversia mentes y mquinas (9),

    denominada funcionalismo, que ha predominado en filosofa de la mente durante las dosltimas dcadas. Segn el funcionalismo, somos organismos con un sistema de actitudes

    preposicionales en gran parte determinado por nuestro input sensorial y que determina, asu vez, nuestro output conductual. El funcionalismo permite dividir el problema mente-cerebro en 1) problema de los qualia, es decir, el problema de las relaciones entre losestados fenomnicos y los estados fsicos y 2) el problema de las relaciones entre lasactitudes preposicionales y los estados fsicos. Cfr. LL. PUJADAS: K. Popper y la flosofa dela mente contempornea, en Taula, N. 5 (1986) pp. 31-33.

    (9) Cfr., al respecto, adems de las obras ya comentadas: L. von BERTALANFFY: Robots,hombres y mentes. Ed. Guadarrama. Madrid, 21974. A. ROSS ANDERSON: Controversia sobre

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    podemos afirmar con M. Garrido: Introduccin, en A. M. Turing: Puedepensar una mquina?, Cuadernos Teorema, Valencia, 1974, p. 7, que si bien latesis de la identidad de la mente con las mquinas no esta an definitivamentedemostrada y es materia de conjetura, los adversarios de esta tesis han de

    poner ms cuidado que antes al elaborar sus argumentos. Nadie sabe cul serel lmite, si lo ha de haber, en la evolucin de los computadores y tampoco sesabe en qu medida esta evolucin puede incidir o afectar a la evolucin delhombre.

    4. EL EMERGENTISMO

    Despus de haber expuesto el dualismo y el monismo (materialista noemergentista), pasamos a analizar el emergentismo. El emergentismo se oponeal dualismo (cfr. M. Bunge: 1985, pp. 31-42) y al monismo reduccionista(materialismo reductivo o fisicalista). Esto no significa que el emergentismosea una tercera postura equidistante entre el monismo y el dualismo. Setrata de una versin matizada del monismo materialista (Bunge), o en ocasio-nes una versin del interaccionismo ms o menos abiertamente, dualista enalguno de sus aspectos (Popper, Sperry, Pinillos).

    Frente al dualismo, el emergentismo defiende la tesis de la procedencia y

    dependencia de lo mental de lo fsico y frente al monismo reduccionista, elemergentismo afirma que existen niveles de realidad con propiedades irreduc-tibles: lo mental, aunque emerja de lo fsico, no puede reducirse a lo fsico.

    Lo mental constituir, pues, para el emergentismo una esfera de realida-des con propiedades cualitativamente diferentes e irreductibles a lo fsico, sinembargo lo mental no llega a formar un mundo independiente y aparte, yaque emerge y est en permanente dependencia de lo fsico (10). Siguiendo eltrabajo de A. Hortal (10), expondremos a continuacin el interaccionismoemergentista de K. R. Popper para pasar posteriormente al materialismoemergentista (o sistmico) de M. Bunge.

    mentes y mquinas. Tusquets. Barcelona, 1984. J. SEARLE: Mentes, cerebros y ciencia. Cte-dra. Madrid, 1985. A. NEWELL: Inteligencia artificial y el concepto de mente. CuadernosTeorema. Valencia, 1980. CHR. HOOKWAY (ed.): Minds, Machines and Evolution. Cambrid-ge University Press. Cambridge, 1984. R. Hofstadter: Gdel, Escher, Bach. Ein EndlosesGeflochtenes Band. Klett-Cotta. Stuttgar, 51985. Sobre el alcance y limites de la InteligenciaArtificial (IA), cfr.: H. L. DREYFUS: What Computers Cant Do. Harper & Row. New York,1919. J. A. CALLE GUGLIERI: La dinmica cerebral desde la perspectiva de la Inteligencia

    Artificial, en A. Dou (ed.): 1986, pp. 185-193. M. Bunge: 1985, p. 35 s., seala que el modelocomputacional de la mente, con la dicotoma que incluye entre hardware y software, y su

    sugerencia de que las operaciones de la computadora son encamaciones de la mente, estainspirado en el dualismo en lugar de subyacer el materialismo. El maquinismo del siglodieciocho que era una versin del materialismo vulgar, se ha transformado en una versinsutil del dualismo psicofsica. Nos recuerda M. Bunge: 1985, p. 35, que los cerebros no sonmquinas, sino biosistemas extremadamente complejos capaces de efectuar multitud defunciones, y que los cerebros pueden disear mquinas, pero no a la inversa. Slo aspodemos olvidamos del fantasma (alma, espritu, mente) que anima la mquina. Sobre siel sistema nervioso central es una mquina o no, cfr. M. Bunge: 1985, pp. 78-83. K. R.Popper/J. C. Eccles: 1980, pp. 232-233.

    (10) A. HORTAL: El emergentismo, en J. A. Candela/C. Can/A. Hortal: o.c., en A. Dou (ed.):1986, pp. 44-55.

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    4.1. El interaccionismo emergentista de K. R. Popper

    K. R. Popper es, segn la opinin de A. Hortal: o.c., p. 51, un interaccio-nista emergentista. Su inters primordial reside en destacar el papel activo dela conciencia, en especial, delyo autoconsciente, su creatividad (11) en relacincon el M3 (el mundo de los productos o contenidos objetivos de la mentehumana). El M3, una creacin de la mente humana que en cuanto creadodisfruta de autonoma, acta sobre el M2 (el mundo de los estados mentales,incluyendo entre ellos los estados de la conciencia, las disposiciones psicolgi-cas y los estados inconscientes) y, a travs del M2 (la mente, la conciencia)sobre el M1 (el mundo fsico, el universo de las entidades fsicas). El proble-

    ma mente-cerebro (El yo y su cerebro) se plantea, por tanto, en trminos derelacin entre los mundos. La interaccin (mente-cerebro) se puede describirtanto como causacin descendente (o accin de arriba abajo) (influjo del yosobre el Mundo 1) como causacin ascendente (o accin de abajo arriba)(influjo del Mundo 1 sobre el yo) (12). No obstante, el libro de K. R.Popper/J. C. Eccles parece indicar con el ttulo El yo y su cerebro la primacade la causacin descendente. El ttulo sugiere que es el yo quien posee elcerebro. El yo parece ser el ejecutante cuyo instrumento es el cerebro, ocomo deca Platn, a quien cita el mismo Popper, la mente es el timonel(K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980, pp. 119, 135, 547, 557). Como quiera que sea,

    los argumentos neurofisiolgicos de J. C. Eccles, compartidos por Popper, quellevan al primero al dualismo interaccionista (como ya hemos expuesto), lesirven al segundo para defender la posicin que hemos denominado interaccio-nismo emergentista.

    El yo intensamente activo es el resultado en parte de disposicionesinnatas y, en parte, de la experiencia, especialmente de la experiencia social.(K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980, p. 125, cfr. todo el Cap. P4, pp. 113-165).Antes de nada, escribe Popper (K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980, p. 479), hede aprender a ser yo mismo, y aprenderlo frente al aprendizaje de lo que no

    (11) Cfr. todo lo expuesto en el punto 2.1. Cfr. tambin K. R. POPPER: Sociedad abierta,universo abierto. Conversaciones con F. Kreuzer. Tecnos. Madrid, 1984, pp. 78-98.

    (12) Sobre los Mundos 1, 2 y 3 y su interaccin, cfr. K. R. Popper: Cap. P2, en K. R. Popper/J.C. Eccles: 1980, pp. 41-57 y p. 505 ss. K. R. Popper: 1984, pp. 101-123. Para un examen dela teora popperiana de los tres mundos, en la que se inserta una teora de la mente, se

    puede consultar LL. PUJADAS: K. Popper y la filosofa de la mente contempornea. O. c.,p. 33 ss. Cfr. la crtica de M. Bunge al M3, en M. Bunge: 1985, p. 185 ss. M. Bunge: 1981.Cap. 10. Mundos popperianos y objetividad, pp. 188-212. A. Hortal: o.c., p. 55. En la teora

    popperiana parece existir un cierto deslizamiento hacia el platonismo, no en cuanto a la

    preexistencia del M3, pero s en cuanto a la autonoma de ese mundo. Aunque naturalmen-te existen diferencias entre el mundo platnico de las ideas y el M3, como ya indica elmismo Popper, pues el M3 posee una historia, cosa que no ocurre en el mundo platnico yno consta de conceptos, sino de teoras y problemas. En cierto sentido, el Mundo 3 es unaespecie de mundo platnico de ideas, un mundo que no existe en ninguna parte, aunque

    posee una existencia, y que interacta especialmente con las mentes humanas, basndosepor supuesto en la actividad humana. K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980, p. 506 y pp. 49-53.Cfr. al respecto: K. R. POPPER: Conocimiento objetivo. Un enfoque evolucionista. Tecnos.Madrid, 1974, caps. 3 y 4. (Sobre el problema de la causacin descendente y la causacinascendente, cfr. K. R. POPPER: Seleccin natural y la emergencia de la mente, en Teore-ma. Vol. X/2-3 (1980) pp, 203-208).

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    soy yo. Lo que caracteriza al yo es que todas nuestras experiencias estn

    ntimamente relacionadas e integradas; no slo con nuestras experienciaspasadas, sino tambin con nuestros cambiantesprogramas de accin, nuestrasexpectativas y nuestras teoras, con nuestros modelos del medio fsico y natu-ral, pasados, presentes y futuros, incluyendo los problemas que plantean anuestras evaluaciones y programas de accin (K. R. Popper/J. C. Eccles:1980, p. 165).

    Para Popper, uno de los mayores milagros del proceso evolutivo resideen la emergencia de la conciencia plena, capaz de autorreflexin, que pareceestar ligada al cerebro humano y a la funcin descriptiva del lenguaje.(K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980, p. 145). La emergencia del M3 est, pues,

    muy ligada a la aparicin del lenguaje. En esta cita encontramos el trminotcnico emergencia (13) y lo introducimos aqu para diferenciar la posicin dePopper de la posicin de Eccles, considerada anteriormente como dualismointeraccionista (no emergentista). La pregunta fundamental consistir ahora ensaber cmo ha emergido la conciencia plena o el yo autoconsciente o lamente. Popper se opone al reduccionismo fisicalista cerrado (K. R. Popper/J.C. Eccles: 1980, Cap. P1, pp. 3-40 y Cap. P3, pp. 58-112) y afirma que lamateria no es una substancia o esencia, sino ms bien unproceso. Ni la teoramecanicista de la materia, ni la teora elctrica de la materia, ni la mecnicacuntica parecen estar en condiciones de dar cuenta suficientemente de todoslos fenmenos materiales.

    Popper comparte con los materialistas de viejo cuo el punto de vistasegn el cual las cosas materiales son reales y que para nosotros los paradig-mas de realidad son los cuerpos materiales slidos. Con los modernos mate-rialistas o fisicalistas comparte la opinin de que las fuerzas y campos defuerzas, cargas y dems, esto es, entidades fsicas tericas distintas de lamateria, son tambin reales. Popper afirma que aceptamos las cosas comoreales si pueden actuar causalmente o interactuar con cosas materialesreales ordinarias y que se habr de admitir, sin embargo, que las entidades

    reales pueden ser concretas o abstractas en diversos grados. En fsica, aade,aceptamos como reales fuerzas y campos de fuerzas, dado que actan sobrecosas materiales. Mas dichas entidades son ms abstractas y quiz tambinms conjeturables o hipotticas que las cosas materiales ordinarias (K. R.Popper/J. C. Eccles: 1980, p. 11).

    A partir de esta caracterizacin de lo real, topamos, como observadores,con un primer mbito de realidad: las entidades del mundo fsico procesos,fuerzas, campos de fuerzas interactan entre s y, por tanto, con los cuerposmateriales. As conjeturamos que son reales (K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980,p. 41). Esto es lo que Popper denomina Ml.

    Este M1, el nico mundo realmente existente para el fisicalismo, y de

    (13) M. Bunge: 1985, p. 237 define el trmino tcnico emergencia como la aparicin de unanueva cualidad o de una cosa que posee rasgos cualitativamente nuevos. En particular, las

    propiedades emergentes de un sistema son las que posee el sistema como totalidad y que, ala vez, no las posee ninguno de sus componentes. Sobre el concepto de emergencia, cfr.tambin M. Bunge: 1981, cap. 2.5. Emergencia, pp. 41-44. P. E. MEEHL/W. SELLARS: TheConcept of Emergence, en H. FEIGL/M. SCRIVEN (eds.): Minnesota Studies in the Philo-

    sophy of Science, vol. I. University of Minnesota Press. Minneapolis, 31959, pp. 239-252

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    darse otros, es un mundo completo, autoclausurado y autosuficiente, no est,segn Popper, cerrado sobre s mismo, sino abierto a influencias causales que

    proceden de niveles inferiores o superiores y tampoco es nico (cfr. la realidaddel Mundo 1, 2 y 3). Frente a la visin determinista del mundo fsico, derivadadel materialismo mecanicista que va desde Leucipo y Demcrito hasta Eins-tein y que afirma que todo lo que acaece en el mundo transcurre de formaanloga a un mecanismo de relojera, Popper defiende la visin probabilsticay, por tanto, el indeterminismo. Esto hace posible la apertura del mundomaterial, fsico. Los decursos en el mundo no estn completamente predeter-minados, como lo demuestra la invencin humana. Si el mundo fueracompletamente predeterminable, escribe Popper (14), la apertura frente al

    espritu humano no sera posible. Presupongo, pues, que el Mundo 1, elmundo de la fsica, est abierto frente al Mundo 2, es influible por elMundo 2, y que el Mundo 2, por su parte, est de nuevo abierto frente alMundo 3, que naturalmente est de nuevo abierto frente al Mundo 2 y, porello, tambin frente al Mundo 1.

    Popper, siguiendo la hiptesis evolucionista, dentro de una explicacinconjetural, yendo ms all de las teoras fisicalistas, incluida la defendida porla teora de la identidad mente-cerebro, postulada pero no demostrada cientfi-camente (materialismo prometedor: la teora no es hoy demostrable, pero

    probablemente lo ser maana) (K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980, pp. 109 ss.),

    afirma que no sabemos demasiado acerca del origen de la vida sobre la tierra,pero parece en gran medida como si la vida se originase con la sntesisqumica de molculas gigantes autorreproductoras, evolucionando por selec-cin natural... Parece as que en un universo material puede emerger algonuevo. La materia muerta parece poseer ms potencialidades que la simplereproduccin de materia muerta. En particular, ha producido mentes sinduda en lentas etapas terminando con el cerebro y la mente humana, con laconciencia de s y con la conciencia humana del universo (K. R. Popper/J. C.Eccles: 1980, p. 12). El trmino evolucin no significa, segn la concepcin

    popperiana, desenvolvimiento de lo que ya estaba all, pues este significadooriginal est superado, al menos a partir de Darwin; hoy da este trmino seusa de manera distinta, pues se piensa, y aqu se incluye Popper, que laevolucin la evolucin del universo y especialmente la evolucin de latierra ha producido cosas nuevas, novedes reales, cosas y sucesos nue-vos con propiedades inesperadas y realmente impredictibles. La evolucinha producido, segn Popper, muchas cosas que no eran predictibles, al menospor parte del conocimiento humano. La teora darwinista, junto con el hechode que los procesos conscientes existen, lleva ms all del fisicalismo. Lahistoria de la evolucin sugiere, siempre segn la idea popperiana, que el

    (14) K. R. Popper: 1984, p. 131 y p. 69 ss. Cfr. tambin K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980, pp. 28ss., 35 ss. En la p. 40, Popper afirma: La emergencia de niveles o estratos jerrquicos, y lade una interaccin entre ellos, depende de un indeterminismo fundamental del universofsico. Cada nivel est abierto a influencias causales procedentes de niveles inferiores ysuperiores. Naturalmente, esto repercute considerablemente sobre el problema del cuerpo yla mente; sobre la interaccin entre el Mundo 1 fsico y el Mundo 2 mental. K. R.POPPER: Post Scriptum a la Lgica de la investigacin cientfca. Vol. II:El universo abierto.Un argumento en favor del indeterminismo. Vol. III: Teora cuntica y el cisma en fsica.Tecnos. Madrid, 1985-86.

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    universo no ha dejado de ser creador o inventivo. (K. R. Popper/J. C.

    Eccles: 1980, pp. 16, 24, 112) (15).Popper, siguiendo este hilo conductor, habla de evolucin creadora oemergente, que alude, como ya se ha indicado, al hecho de que en eltranscurso de la evolucin ocurren cosas y sucesos nuevos con propiedadesinesperadas y realmente impredictibles. En este sentido, se puede decir queno es verdad el dicho nada hay nuevo bajo el sol. El determinismo, escribeK. R. Popper: 1984, p. 89, afirma que no hay nada nuevo bajo el sol. Pero yodigo que hay novedad bajo el sol. La induccin niega que exista algo realmentenuevo. Afirma que el futuro ser igual que el pasado. El principio de deduc-cin el principio de creatividad, si usted quiere es el principio de

    no-determinismo, del indeterminismo, que posibilita que surjan cosas nuevas.Cuando Popper utiliza la idea de evolucin creadora o evolucin emer-gente, piensa, al menos, en dos tipos distintos de hechos. En primer lugar,escribe Popper (K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980, p. 18), est el hecho de queen un universo en el que en un momento no existiesen otros elementos(segn nuestras teoras actuales) ms que, digamos, el hidrgeno y el helio,ningn terico que conociese las leyes que entonces operaban y se ejemplifi-caban en ese universo podra haber predicho todas las propiedades de loselementos ms pesados que an no haban surgido, ni podra haber predichosu emergencia, por no hablar de todas las propiedades incluso de las mssimples molculas compuestas, como el agua. En segundo lugar, parece habercomo mnimo las siguientes etapas en la evolucin del universo, algunas delas cuales producen cosas con propiedades que son completamente impredicti-bles o emergentes: 1) La emergencia de los elementos ms pesados (incluyen-do los istopos) y la emergencia de lquidos y cristales. 2) La emergencia de lavida. 3) La emergencia de la sensibilidad. 4) La emergencia (junto con ellenguaje humano) de la conciencia del yo y de la muerte (o incluso del crtexcerebral humano). 5) La emergencia del lenguaje humano y de las teorasacerca del yo y de la muerte. 6) La emergencia de productos de la mente

    humana como los mitos explicativos, las teoras cientficas o las obras de arte.Atendiendo a lo expuesto por Popper, podramos disponer algunos de estosestadios de la evolucin csmica en la siguiente tabla que el mismo Poppernos ofrece (K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980, p. 18):

    Algunos estadios de la evolucin csmica

    MUNDO 3 (6) Obras de arte y de ciencia(incluyendo la tecnologa).

    (los productos de la mente humana) (5) Lenguaje humano. Teoras acerca del yo y dela muerte.

    MUNDO 2 (4) Conciencia del yo y de la muerte.(el mundo de las experiencias subjetivas) (3) Sensibilidad (conciencia animal).

    MUNDO 1 (2) Organismos vivos.(el mundo de los objetos fsicos) (1) Los elementos ms pesados: lquidos

    y cristales.(0) Hidrgeno y helio.

    (15) Popper piensa que la ciencia nos sugiere (aunque sea provisionalmente) una imagen deluniverso que es inventivo o incluso creativo; de un universo en el que emergen nuevascosas, en nuevos niveles. K. R. Popper: 1980, pp. 195-196.

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    Todo parece haber evolucionado sin violacin alguna de las leyes de lafsica. Si tomamos en cuenta el cambio de la fsica clsica (newtoniana) a lafsica atmica moderna, con sus probabilidades objetivas, entonces, encontra-mos, segn Popper, una defensa de la idea de la evolucin emergente. Ante eldilema de aceptar unas leyes invariantes y negar la emergencia o aceptar laemergencia y negar que haya unas leyes invariantes, Popper afirma quepuede haber leyes invariantes y emergencia, ya que el sistema de leyesinvariantes no es lo bastante completo y restrictivo para evitar la emergenciade nuevas propiedades legales (K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980, pp. 12 y 28).

    Popper admira que la materia pueda superarse a s misma de esta forma,produciendo mentes, propsitos y todo un mundo de productos de la mente

    humana. Uno de los primeros productos de la mente humana es, como ya seha indicado, el lenguaje humano. El cerebro y la mente humana han evolucio-nado en interaccin con el lenguaje. Ante la pregunta cmo ha surgido elcerebro?, Popper conjetura que fue la emergencia del lenguaje humano laque cre la presin selectiva bajo la cual ha emergido el crtex cerebral y, conl, la conciencia humana del yo. Se puede decir, por tanto, que el cerebrohace el lenguaje y que el lenguaje hace el cerebro. (K. R. Popper/J. C. Eccles:1980, p. 34, K. R. Popper: 1984, 101 ss.).

    Desde el evolucionismo, Popper sugiere como conjetura salvaje que la

    conciencia emerge a partir de cuatro funciones biolgicas: el dolor, el placer,la expectativa y la atencin. Quiz la atencin emerja a partir de las experien-cias primitivas del dolor y placer. Pero, en cuanto fenmeno, la atencin escasi idntica a la conciencia, ya que incluso el dolor puede desapareceralgunas veces, si se distrae la atencin y se centra en otra parte. El primercomienzo de la conciencia, puede ser, segn Popper, el sentido de la curiosi-dad, un sentimiento de un deseo de saber. Popper postula tambin, comoconjetura, que existe una forma de conciencia distinta de la autoconciencia y,en este caso, se puede atribuir a los animales una conciencia no autoconscien-te. (K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980, pp. 143, 501, 503).

    Desde el punto de vista biolgico-evolutivo, Popper considera la menteautoconsciente como un producto emergente del cerebro (K. R. Popper/J.C. Eccles: 1980, p. 621; K. R. Popper: 1980, pp. 208-213).

    Popper nos advierte, finalmente, sobre lo poco que se dice cuando seafirma que la mente es un producto emergente del cerebro. Prcticamente,escribe Popper, carece de valor explicativo y apenas equivale a algo ms que

    poner un signo de interrogacin en un determinado lugar de la evolucinhumana. No obstante, creo que es lo nico que podemos decir desde un

    punto de vista darwinista. Ciertamente la evolucin no puede tomarse en

    ningn sentido como una explicacin, ltima. Hay que darse cuenta, segnPopper, que la explicacin nunca es ltima. Toda explicacin, si quiere sercientfica, ha de ser explicacin conjetural.Hemos de hacernos a la idea deque vivimos en un mundo en el que casi todo lo que es muy importante hade quedar esencialmente inexplicado. Hacemos lo que mejor podemos parasuministrar explicaciones y penetramos cada vez ms profundamente en lossecretos invisibles del mundo con la ayuda del mtodo de explicacin conjetu-ral. Aun as, deberamos tener siempre presente que, en cierto sentido, eso noes ms que araar la superficie y que, en ltima instancia, todo queda sin

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    explicar; especialmente todo cuanto se refiere a la existencia (K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980, p. 622) (16).

    Si habra que resumir las ideas tanto del neurlogo J. C. Eccles cuanto lasdel epistemlogo K. R. Popper, aun habiendo diferencias, como ya se hasealado, podramos decir, con J. L. Ruiz de la Pea: 1983, p. 174, que: a) lamente no es el cerebro; b) el cerebro no basta para dar razn de losfenmenos mentales; d) hay en el hombre, amn de la estructura cerebral,otra realidad de naturaleza distinta, no orgnica, no material, a la que se debeel carcter nico de lo humano.

    4.2. El materialismo emergentista (o sistmico) de M. Bunge

    El epistemlogo M. Bunge toma postura por el monismo psiconeuralemergentista o materialismo emergentista (o sistmico) (M. Bunge: 1985,

    pp. 28 ss., 42 ss. y 230).El monismo psiconeural emergentista se basa, segn M. Bunge: 1985,

    p. 42, en las siguientes tesis: 1 ) Todos los estados, sucesos y procesos mentales son estados, sucesos

    o procesos en los cerebros de vertebrados superiores;2 ) Estos estados, sucesos y procesos son emergentes con respecto a los

    de los componentes celulares del cerebro;3) Las relaciones denominadas psicofsicas (o psicosomticas) son rela-

    ciones entre subsistemas diferentes del cerebro, o entre alguno de ellos yotros componentes del organismo.

    El punto 1) es la tesis del monismo psiconeural de tipo materialista (17).El punto 2) es la tesis emergentista, que afirma que los hechos mentales sondel organismo (son biolgicos) e involucran a conjunto de clulas interconec-tadas. El punto 3) es una versin monista del mito dualista de la interaccinmente-cuerpo.

    M. Bunge afirma que si se aceptan estas tesis se puede hablar de fenme-

    nos mentales sin abandonar la base biolgica. As, el lenguaje mentalista

    (16)

    (17)

    Sobre el status cientfico de la teora de la evolucin, en concreto, de la contribucin deDarwin a la teora de la evolucin, a saber, su teora de la seleccin natural, cfr. K. R.Popper: 1980b, pp. 197-204; 1984, p. 74 ss. Cfr. tambin K. R. POPPER: Bsqu eda si ntrmino. Tecnos. Madrid, 1977. & 37, pp. 225-242. (Para una argumentacin contra elinteraccionismo, cfr. G. Vollmer: 1980, pp. 26-30).

    M. Bunge: 1981, p. 38, escribe: Un objeto es real (o existe realmente) si, y slo si, esmaterial. (Ms brevemente: Todos los objetos materiales, y slo ellos, son reales). La

    realidad es(idntica a la) materia. Dicho negativamente: Los objetos inmateriales (los no

    entes) son irreales. Para Bunge, pues, todo lo material es real y lo real es material. Estematerialismo de Bunge, que afirma el monismo substancial, afirma tambin un pluralismode propiedades. Slo hay una clase de substancia, la materia, pero muchas y disparespropiedades, que no tienen que ser de un solo tipo (fsicas, por ejemplo). Bunge defiende elpluralismo de propiedades, sin necesidad de adherirse a un pluralismo substancial y escontrario a la nivelacin de la variedad cualitativa de la realidad. La realidad generada por laevolucin se articula en mltiples clases o niveles de entes. M. Bunge: 1981, pp. 41-47. M.Bunge: 1985, pp. 28, 36, 37. A. Hortal: o.c., p. 45 ss. J. L. Ruiz de la Pea: 1983, pp. 160, 164y 166. Cfr. en K. R. Popper/J. C. Eccles: 1980. Pl. El materialismo se supera a s mismo,

    pp. 3-40 y P3. Crtica del materialismo, pp. 58-112.

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    adquirir sentido neurofisiolgico, o lo que es lo mismo, segn Bunge, lapsicologa se transformar en una neurociencia. No obstante, hay que sealarcon M. Bunge, que la neurofisiologa es necesaria, pero no suficiente, puesdescarta categoras psicolgicas, por ejemplo, la de propsito y pensamiento.La psicologa, aunque es necesaria, no es suficiente, a menos que se hagafisiolgica, ya que tiende a olvidar el sistema nervioso. Es necesario, por tanto,un enfoque psicobiolgico (M. Bunge: 1985, pp. 42 y 16) (18).

    Por este camino, en opinin de M. Bunge: 1985, p. 43, el materialismoemergentista adquiere unos aspectos muy atractivos que seran, a saber: a) sise postula que los hechos mentales no son afecciones de una sustanciainmaterial, sino que son estados, sucesos o procesos que se presentan en

    organismos naturales, entonces, en este caso, es compatible con las cienciasnaturales y, por tanto, b) se pueden utilizar los procedimientos de la cienciapara investigar los hechos mentales.

    Hemos de observar, siguiendo a M. Bunge: 1985, p. 43, y esto es impor-tante, que el materialismo emergentista no es propiamente una teora, esdecir, no es un sistema hipottico deductivo que contenga hiptesis detalladas,explcitamente formuladas, que sean capaces,, de explicar una amplia variedadde hechos psiconeurales. Es ms bien una hiptesis programtica, a la vezcientfica y filosfica, que busca teoras cientficas que la incluyan. Para desa-rrollar el programa del materialismo emergentista se necesitan, segn M.

    Bunge: 1985, pp. 43-44, dos conjuntos distintos, aunque complementarios, deteoras, a saber: 1) teoras extremadamente generales de lo mental, entendidocomo una coleccin de funciones del cerebro, y 2) teoras especficas que dencuenta del funcionamiento de los diversos subsistemas del cerebro. Todasellas han de ser formuladas en trminos precisos, es decir, de forma matemti-ca. Este epistemlogo resume el materialismo emergentista en esta fase: Losestados mentales forman un subconjunto (muy claramente diferenciable) de losestados cerebrales (que, a su vez, son un subconjunto del espacio de estadosdel animal completo) (M. Bunge: 1985, p. 43).

    El materialismo emergentista de M. Bunge, que rechaza el dualismo(M. Bunge: 1985, pp. 31-42, cfr. el punto 2 de este ensayo) y el materialismoreductivo o fiscalista, porque no se adeca a la variedad cualitativa de larealidad y no consigue dar cuenta de los rasgos especficos que posee lomental (de hecho ni siquiera da cuenta de las propiedades emergentes de losbiosistemas) (M. Bunge: 1985, pp. 28-31), sostiene que el sistema nerviosocentral (SNC) no es una entidad fsica, ni una mquina, sino que es un

    biosistema, es decir, una cosa compleja dotada con propiedades y leyes pecu-liares de los seres vivos, algunas de ellas muy peculiares o sea: algunas de lasleyes y propiedades que posee el SNC no las comparten todos los biosiste-

    mas (M. Bunge: 1985, p. 28).La emergencia (ver la definicin de este trmino en nota 13) que el

    (18) Una propuesta de abajo-arriba: el estudio de los mecanismos neurofisiolgicos para laexplicacin de nuestra estructura mental nos la ofrece P. S. Churchland en su artculo A

    Perspective on Mind-Brain Research, en The Journal of Philosophy. Vol. LXXVII, n. 4(1980) pp. 185-207 y en su libro Neurophilophy. Toward a Unifed Science of the Mind/Brain.The MIT Press. A. Bradford Book. Cambridge, 1986. La revista Inquiry, Vol. 29, n. 2(1986) esta dedicada al Simposio sobre la Neurophilosophy de P. S. Churchland.

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    materialismo emergentista afirma que se da en lo mental es, a juicio de M.Bunge: 1985, p. 28, doble: las propiedades mentales de un SNC no las

    poseen sus componentes celulares sino que son propiedades sistmicas (19)que, adems, no son resultantes; estas propiedades han aparecido en algnmomento del tiempo a lo largo de un prolongado proceso evolutivo biolgico.(Existe una evolucin prebiolgica, es decir: molecular, pero sta no satisfaceexactamente las mismas leyes). En consecuencia la fsica y la qumica sonnecesarias para explicar el SNC, pero son insuficientes. Tampoco basta labiologa general puesto que necesitamos saber las propiedades emergentesespecficas y las leyes especficas del SNC, no slo las que comparte con otrossubsistemas animales, como los sistemas cardiovascular y digestivo.

    Se ha de sealar expresamente, aunque ya se ha indicado, que el materia-lismo emergentista rechaza el reduccionismo ontolgico (llevado a cabo, porejemplo, por el materialismo reductivo), es decir, la nivelacin de la variedadcualitativa, pues de hecho es ontolgicamente pluralista en lo referente a laspropiedades y las leyes. Ahora bien, se ala con el reduccionismognoseolgico,aunque, en opinin de M. Bunge: 1985, pp. 28-29, 31, con moderacin, puestoque mientras sostiene que podemos explicar lo mental en trminos cientficosy que la qumica y la fsica son necesarias para esa explicacin, tambinsostiene que para poder explicar lo mental de un modo cientfico son necesa-rios conceptos, enunciados legales y teoras nuevas referentes al SNC y que

    han de ser compatibles con las ciencias naturales (fsica, qumica, biologa).Para M. Bunge el materialismo reductivo o fisicalista es insostenible, puesno da cuenta de los rasgos especficos que posee lo mental (de hecho,segn Bunge, ni siquiera da cuenta de las propiedades emergentes de los

    biosistemas) y, en particular, no nos permite distinguir al hombre de su primoms cercano, el chimpanc que tan parecido es al hombre desde el punto devista celular y tan diferente en los niveles superiores (M. Bunge: 1985, p. 31).

    Sentadas estas premisas, cabe preguntar cmo se ha de entender lomental.

    Lo mental se puede entender como un conjunto de actividades/funciones,que no se asignan a una entidad inmaterial, sino que lleva a cabo el cerebro,el SNC complejo (M. Bunge: 1985, pp. 16, 53). Si bien se puede afirmar quetodos los estados mentales son estados cerebrales (no existe mente indepen-diente del cerebro y mucho menos paralela a l o en interaccin con l), no

    (19) Un sistema puede caracterizarse como un objeto complejo cuyos componentes estnacoplados, a consecuencia de lo cual el sistema se comporta en algunos respectos como unatotalidad. Todo sistema puede analizarse en su composicin (o conjunto de sus partes),ambiente (o conjunto de objetos diferentes de los componentes y relacionados con stos), yestructura (o conjunto de relaciones, en particular conexiones y acciones, entre los compo-nentes y stos y los objetos ambientales). M. Bunge: 1981, pp. 39-40. El cerebro, comobiosistema extremadamente complejo, adems de tener componentes, posee una estructura yun medio. La estructura del cerebro incluye las conexiones neuronales. El resultado es unsistema con propiedades emergentes como ejemplo, las capacidades de percibir, sentir,recordar, imaginar, desear, pensar, etc. de las que carecen sus componentes celulares. Elcerebro difiere cualitativamente de otros sistemas materiales. Adems de las propieda de sresultantes (las que tienen los componentes del sistema, por ejemplo propiedades fsicas),existen las propiedades emergentes, es decir, existen propiedades que no poseen los compo-nentes del sistema. En concreto, los biosistemas poseen propiedades que no poseen ni suscomponentes fsicos ni los qumicos. M. Bunge: 1985, pp. 24, 29, 35, 52, 237 y 238.

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    todos los estados cerebrales (por ejemplo, la sntesis de protenas) son estadosmentales. Unicamente las actividades especficas del SNC, las actividades neu-ronales, son mentales; y no todas lo son, pues las actividades neuronales sedividen, a su vez, en: a) actividades comprometidas opreprogramadas, y b) acti-vidades plsticas. Slo las actividades plsticas son actividades mentales.

    Decimos que un sistema neuronal, escribe M. Bunge: 1985, p. 74, estcomprometido (o es innato, opreprogramado) si su conectividad est determina-da genticamente y es constante desde el nacimiento o desde algn estadioconcreto del desarrollo del animal. Si no ocurre decimos que el sistemaneuronal no est comprometido (o que es modifcable, oplstico, o autoorgani-

    zable).

    Qu se ha de entender aqu por plasticidad? M. Bunge: 1985, p. 64,denomina plasticidad a la capacidad que tiene el SNC de cambiar su compo-sicin o su organizacin (estructura) y, en consecuencia, de modificar algunade sus funciones (actividades) incluso en presencia de un medio (aproximada-mente) constante. M. Bunge habla aqu de laplasticidadneuronal yno de laconductual.

    Mientras sta es universal dentro del reino animal, la primera est reser-vada slo para algunas especies (M. Bunge: 1985, p. 74). Todos los animalesdotados con sistemas neurales plsticos (psicones) son capaces de adquirir

    biofunciones nuevas durante su vida (M. Bunge: 1985, p. 75). Lo neural

    plstico y lo mental vienen a ser la misma cosa, no identificable sin ms con loneural comprometido, lo biolgico o lo fsico. De la plasticidad se van aderivar todas las cualidades irreductibles del cerebro humano (lo mental). Lomental se definir como lapropiedad especfica emergente de sistemas neurona-les plsticos.

    Ante la pregunta quin y qu es lo que menta y controla el comporta-miento, M. Bunge: 1981, pp. 119-121, afirma que es el SNC, en particular, elcerebro. Segn su enfoque psicobiolgico la mente no es un ente separadodel cerebro, paralelo a l o que interacta con l. En este enfoque, la mente esuna coleccin de actividades del cerebro o de algunos subsistemas del mis-mo... La psicobiologa sugiere no slo el monismo psiconeural o sea laidentidad estricta de sucesos mentales con sucesos cerebrales de cierto tipo-,sino tambin el emergentismo, o la tesis de que la mentalidad es una propie-dad emergente que slo poseen los animales dotados de sistemas neuronales

    plsticos de gran complejidad. As pues, concluye Bunge, el materialismoemergentista (o sistemista), a diferencia del fisicismo, es compatible con unaontologa que proclama la variedad cualitativa y la mutabilidad de la realidad.

    Para M. Bunge el llamado problema mente-cerebro no es un problema derelaciones entre lo mental y lo somtico (fsico), pues hablar de interacciones

    mente-cerebro es: a) ambiguo, ya que las interacciones slo se encuentranbien definidas para entidades materiales, y b) es una reminiscencia del animis-mo prehistrico. Podemos hablar de las interacciones mente-cerebro (interac-ciones psicosomticas) siempre que lo nico que estemos haciendo sea unabreviar la expresin: interacciones entre sucesos cerebrales de tipo mental yotros sucesos del cuerpo (M. Bunge: 1985, p. 106; 1980, p. 140).

    M. Bunge: 1980, p. 150; 1985, p. 45 considera que su teora sobre lamente, es decir, el monismo psiconeural emergentista, adopta un enfoque plena-mente cientfico, est libre de las dificultades conceptuales del dualismo, es

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    compatible en el concepto general de estado y suceso, estimula las interaccio-

    nes entre la psicologa y las dems ciencias, en particular, con la neurociencia yconcuerda y est confirmado por la psicologa evolutiva, neurofisiologa y porla biologa evolucionista que exhibe un desarrollo gradual de las facultades

    psquicas a lo largo del rbol tilogentico. A diferencia del materialismoreduccionista, reconoce la caracterstica emergente de lo mental y sugiere unestudio con la ayuda de todas las ciencias, pues el cerebro es un sistema conmltiples niveles.

    Por ltimo, hemos de sealar de nuevo que el materialismo emergentista(o sistmico) no es propiamente una teora, sino ms bien una hiptesis

    programtica cientfica y filosfica que busca teoras cientficas. En este

    sentido, no deja resuelto el problema mente-cerebro de una vez por todas.No lo ha hecho y no lo har, escribe M. Bunge: 1985, p. 230, porque elmaterialismo emergentista es una filosofa que slo proporciona un andamiaje

    para la investigacin cientfica detallada de los principales problemas quedescuidadamente colocamos bajo la rbrica problema mente-cerebro. Quie-nes deben atacar este problema son los neurocientficos, los psiclogos y losneurlogos, y lo deben atacar como cientficos, no como filsofos aficionadosni como telogos.

    Siguiendo las diez concepciones sobre el problema mente-cerebro, ofreci-

    das en la tabla 1.1 y en la Fig. 1.2, M. Bunge: 1985, p. 224, nos ofrece lasiguiente tabla resumen de las diversas filosofas de la mente con sus explica-ciones de la conducta y de la mentacin:

    Diez tipos de explicacin de la conducta y de la mentacin

    Filosofade la mente

    Explicacinde la conducta

    Explicacinde la mentacin

    M1 Idealismo, panpsiquismo,

    fenomenismo.

    M2 Monismo neutral, con-cepcin del doble as-pecto.

    M3 Materialismo eliminativo,conductismo.

    M4 Materialismo reductivo.

    M5 Materialismoemergentista.

    Manifestacin de las obras de Actividad autnoma y espont-

    un espritu (individual o uni- nea de la mente, explicable porversal). No necesita leyes. medio de leyes que slo utili-

    zan predicados mentalistas.

    La conducta y la mentacin son manifestaciones de las obras deun ser que no es material ni mental, que es explicable con unconjunto nico de leyes junto con dos proyecciones o traduccio-nes (la conductual y la mental).

    Resultado de estmulos. Por tan- La mentacin no existe, por tan-to la podemos describir con to no tiene que ser explicada.leyes del tipo estmulo-respuesta(sin que intervenga el SNC).

    Resultado motor de los proce- Actividad fsica del SNC.sos fsicos del SNC. Por tantose puede explicar en trminosfsicos.

    Resultado motor de procesos Actividad biolgica de los sub-biolgicos del SNC, por tanto sistemas plsticos del SNC, porse puede explicar con la ayuda tanto explicable con la ayudade leyes biolgicas, algunas de de leyes biolgicas que conten-las cuales contendrn predica- gan predicados nuevos.dos nuevos.

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    214 Nicanor Ursua

    Filosofa Explicacin

    de la mente de la conducta

    Explicacin

    de la mentacin

    D1 Independencia mutua de Los procesos biolgicos se pue-mente y cerebro. den explicar en trminos pura-

    mente fisiolgicos ms posiblestrminos teolgicos.

    Los procesos mentales se pue-den explicar en trminos pura-mente mentalistas ms posiblestrminos teolgicos.

    D2 Paralelismo psicofsico,armona preestablecida.

    D3 Epifenomenismo. Resultado motor de procesosdel SNC.

    Efecto no motor de la activi-dad del SNC.

    D4 Animismo. Resultado motor de los proce- Inexplicable excepto, posible-sos mentales (por ejemplo, de mente, en trminos sobrenatu-las tendencias y deseos). rales.

    D5 Interaccionismo. Bajo control dual del cuerpo yde la mente. Slo se puedeexplicar parcialmente.

    Autnoma, aunque est influi-da por los procesos corporales.Inexplicable para la ciencia.

    4.3. Epistemologa evolucionista/teora evolucionista del conocimiento y el pro-blema mente-cerebro

    Vamos a exponer a continuacin la Epistemologa evolucionista/Teoraevolucionista del conocimiento y su postura ante el problema mente-cerebro.Adelantamos que la EE/TEC postula el materialismo emergentista (a lo M.Bunge) o el identismo evolutivo, que no slo es compatible con la EE/TEC,sino que es, como indica F. M. Wuketits, en K. Lorenz/F. M. Wuketits: 1984,

    p. 22, premisa emprica fundamental. Hay que tener en cuenta que losfenmenos de la conciencia pueden ser considerados como resultado de

    patrones especficos de integracin de los elementos materiales en la esferadel sistema nervioso central, particularmente del cerebro. En ello queda defini-da la esfera material (fsica) como base indispensable para la emergencia de laconciencia, sin que por ello llegue a ser idntica a esa esfera, tal como seinterpreta en las concepciones reduccionistas (F. M. Wuketits, en K. Lorenz/F.M. Wuketits: 1984, pp. 22-23).

    Quizs el concepto de identismo evolutivo, indica F. M. Wuketits: o.c.,p. 27, nota 19, pueda inducir a error, el identismo seala que todos lossistemas del mundo real han surgido sobre la base de principios evolutivosequivalentes (idnticos). Con cada grado de complejidad aparecen en laevolucin nuevas propiedades o leyes sistmicas. Para este surgimientode lo nuevo en la evolucin, K. Lorenz propone en su libro La otra cara delespejo, Ensayo para una historia natural del saber humano, Plaza y Jans,Barcelona, 1974, p. 43 ss., en vez del concepto de emergencia, que ya hemosexpuesto, el trmino de fulguracin. K. Lorenz introdujo este trmino en la

    biologa. Con l se designa el hecho de que dos (o ms) sistemas (indepen-dientes entre s) se enlazan en una nueva unidad que manifiesta propiedadescualitativamente distintas a la de sus elementos... En la evolucin del vivientesurgen continuamente nuevas legalidades del sistema; as, la cualidad de lo

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    especficamente humano ha surgido a travs de una sntesis entre la represen-tacin espacial, la mano prensil, la conducta exploratoria, el andar erecto y el

    desarrollo del lenguaje. La propia vida es una legalidad especfica del sistemaque no est incluida en ninguna de sus propiedades fsico-qumicas (R. Riedl:1983, p. 234).

    4.3.1. Postulados de la Epistemologa Evolucionista/Teora Evolucionista delConocimiento

    La EE/TEC es un sistema que se basa en la conjetura de que las

    actividades cognitivas son un producto de la evolucin y de la seleccin y que,viceversa, la misma evolucin es un proceso cognitivo (F. M. Wuketits: 1984,p. 2; Cfr. tambin G. Vollmer, en K. Lorenz/F. M. Wuketits: 1984, pp. 28-85;1985, pp. 44-56). Siguiendo a D. T. Campbell (1974, p. 412), a quien se debe eltrmino Epistemologa evolucionista, podemos decir que la Epistemologaevolucionista sera, por lo menos, una epistemologa que tiene conocimiento yes compatible con el status del hombre como un producto de la evolucin

    biolgica y soc