El Populismo de Hugo Chávez - Revirtiendo La Democracia Venezolana

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El populismo de Hugo Chávez: ¿revirtiendo la democracia venezolana? (2004-2007) Nelly Arenas CENDES- Universidad Central de Venezuela) Resumen Resumen El artículo intenta comprender el régimen populista de Hugo Chávez en el período 2004-2006 lapso en el cual el gobierno, a partir de sus victorias tanto en el referéndum del 2004 como en las elecciones presidenciales de 2006, amplió y profundizó su hegemonía en todos los espacios del poder nacional. La reconcentración de poder en manos del Presidente desplegada en esos tres años, puso al descubierto la cara autoritaria del régimen, colocando en riesgo los haberes de la democracia venezolana. Palabras clave: Populismo, autoritarismo, democracia, Hugo Chávez Abstract Abstract This article intends to understand Hugo Chávez’s populist regime from 2004 to 2006. Our hypothesis is based on our belief that his victorious outcome in both the recall referendum of August 2004 and the 2006 presidential elections paved the way for the President to consolidate his hegemony in all aspects of national life. This was the underling meaning of the “ve constituent engines” which are aimed at fueling XXI century socialism. This strategy translated the intention of government, specically Chávez, to re-concencentrate power in the executive branch of government and placing Venezuelan democracy at risk. Key words: Populism; Authoritarianism, Democracy, Hugo Chávez Introducción Introducción Este artículo constituye un intento de comprensión del régimen populista de Hugo Chávez entre el año 2004 y el 2007, a partir de sus rasgos más deter- minantes. Nuestra idea es que la vocación de concentración de poder exhibida por aquél desde sus inicios encontró espacios propicios para una extensión y profundización de esa manera de concebir el poder en esos tres años. Si la vic- toria de Chávez en el referéndum revocatorio de 2004 le creó las condiciones para diseñar una estrategia con miras a fortalecer aun más su hegemonía, la de las elecciones de 2006 abrió las compuertas para una consolidación de su Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, N° 22. Segundo semestre de 2009. Págs. 152-185. Araucaria22-CP-.indd 152 Araucaria22-CP-.indd 152 07/09/2009 9:39:07 07/09/2009 9:39:07

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El artículo intenta comprender el régimen populista de Hugo Chávez en elperíodo 2004-2006 lapso en el cual el gobierno, a partir de sus victorias tantoen el referéndum del 2004 como en las elecciones presidenciales de 2006,amplió y profundizó su hegemonía en todos los espacios del poder nacional.La reconcentración de poder en manos del Presidente desplegada en esos tresaños, puso al descubierto la cara autoritaria del régimen, colocando en riesgolos haberes de la democracia venezolana

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El populismo de Hugo Chvez: revirtiendo la democracia venezolana? (2004-2007) Nelly ArenasCENDES- Universidad Central de Venezuela)ResumenEl artculo intenta comprender el rgimen populista de Hugo Chvez en el perodo 2004-2006 lapso en el cual el gobierno, a partir de sus victorias tanto enelreferndumdel2004comoenlaseleccionespresidencialesde2006, ampli y profundiz su hegemona en todos los espacios del poder nacional. La reconcentracin de poder en manos del Presidente desplegada en esos tres aos, puso al descubierto la cara autoritaria del rgimen, colocando en riesgo los haberes de la democracia venezolana.Palabras clave: Populismo, autoritarismo, democracia, Hugo ChvezAbstractThis article intends to understand Hugo Chvezs populist regime from 2004 to 2006. Our hypothesis is based on our belief that his victorious outcome in both the recall referendum of August 2004 and the 2006 presidential elections paved the way for the President to consolidate his hegemony in all aspects of national life. This was the underling meaning of the ve constituent engines which are aimed at fueling XXI century socialism. This strategy translated the intention of government, specically Chvez, to re-concencentrate power in the executive branch of government and placing Venezuelan democracy at risk.Key words: Populism; Authoritarianism, Democracy, Hugo Chvez IntroduccinEste artculo constituye un intento de comprensin del rgimen populista de Hugo Chvez entre el ao 2004 y el 2007, a partir de sus rasgos ms deter-minantes. Nuestra idea es que la vocacin de concentracin de poder exhibida por aqul desde sus inicios encontr espacios propicios para una extensin y profundizacin de esa manera de concebir el poder en esos tres aos. Si la vic-toria de Chvez en el referndum revocatorio de 2004 le cre las condiciones para disear una estrategia con miras a fortalecer aun ms su hegemona, la de las elecciones de 2006 abri las compuertas para una consolidacin de su Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofa, Poltica y Humanidades, N 22. Segundo semestre de 2009. Pgs. 152-185.Araucaria22-CP-.indd 152 07/09/2009 9:39:07153 El populismo de Hugo Chavez: revirtiendo la democracia...proyecto en todos los rdenes de la vida nacional. Es ste el sentido que tienen los cinco motores constituyentes anunciados a principios de 2007, a partir de los cuales se pretendi instaurar lo que el presidente ha denominado socia-lismo del siglo XXI. Estos motores constituyen las pautas de accin de una estrategia que se mueve aceleradamente hacia una reconcentracin del poder ejecutivo, poniendo en riesgo a la de por s ya mermada democracia venezolana. Nuestra hiptesis es que el conjunto de transformaciones que se pretenden a partir de aquellas lneas de accin abonan el terreno para la consolidacin de un tipo de sistema de gobierno que puede encuadrarse dentro de las tipologas de regmenes no democrticos contemporneos, como las que han diseado Linz y Stepan al combinar rasgos tanto sultnicos como autoritarios. A los nes de desarrollar nuestro objetivo hemos dividido el artculo en seis partes. En la primera, se reexiona tericamente sobre el populismo como estrategia poltica y sus vnculos con las tensiones propias de la democracia; en la segunda, se sistematizan las principales lneas de conducta del gobierno chavista desde el ao 2004 hasta el 2006; en la tercera, se delimitan los cinco motores y se discute sobre sus implicaciones para la democracia; la cuarta dedica su atencin a la cuestin militar, piedra angular, a nuestro juicio, del proyecto de Hugo Chvez; la quinta da cuenta de un fenmeno ineludible para comprender el rgimen: el culto a la personalidad del presidente. Finalmente, en el sexto punto se analiza el rgimen chavista como representacin, sntoma yprobablereversodelademocracia,intentandocaracterizarloapartirdel esquema conceptual que brindan Linz y Stepan sobre los regmenes autorita-rios y sultnicos que los autores incluyen dentro del continuum democracia-totalitarismo.Populismo, poltica y democraciaA pesar de todas las ambigedades e imprecisiones que se le atribuyen, el populismo se ha ganado un lugar dentro de las ciencias sociales como categora de anlisis. Pese a ello, persiste la disparidad de criterios entre los distintos analistas a la hora de echar mano del mismo como herramienta conceptual. De modo que no siempre existe concordancia entre las miradas para designar un gobierno, un movimiento o un partido como populista. Tal como sostiene Wayland (2004:12), los acadmicos dieren no slo sobre los atributos parti-culares del populismo, sino tambin en torno a su dominio fundamental, esto es,sicorrespondealreapoltica,social,econmicaodiscursiva. Wayland ha optado por redenir al populismo como un concepto clsico radicado en un nico dominio central que facilita su delimitacin y su extensin. Ese dominio es el de la poltica, lo cual le permite aproximarse al fenmeno como una forma especca de competencia y de ejercicio del poder poltico, en Araucaria22-CP-.indd 153 07/09/2009 9:39:07154 Nelly Arenascuya base subyace la intencin principal de los lderes populistas, a saber, el ganar y ejercer el poder mientras utilizan polticas econmicas y sociales como uninstrumentoparaestepropsito(Ibidem:30).Elautorpreereentonces conceptualizar el populismo como una estrategia poltica a travs de la cual los lderes personalistas buscan o ejercitan el poder de gobierno basados en el apoyo directo, no mediado ni institucionalizado de un gran nmero de seguidores que son principalmente desorganizados (Ibidem:36).Desde otra perspectiva, Laclau ha enfocado tambin la reexin en torno al populismo en el mbito de la poltica, identicndolo con la razn de ser de la misma. As, sustenta, si la sociedad lograra alcanzar un orden institucional de tal naturaleza que todas las demandas pudieran satisfacerse dentro de sus propios mecanismos inmanentes, no habra populismo, pero por razones obvias, tampoco habra poltica. La necesidad de constitucin de un pueblo emerge cuandoesaplenitudestausenteyobjetosparcialesdentrodelasociedad (objetivos, guras, smbolos) son investidos de tal manera que se convierten en los nombres de su ausencia (Laclau, 2005: 149). De modo que el pueblo se construye en las antpodas de las elites dominantes frente a las cuales se arma:elpopulismoconsisteenlapresentacindelasinterpelaciones popular-democrticas como conjunto sinttico-antagnico respecto a la ideo-loga dominante (Laclau,1978:201).En sus anlisis ms recientes, Rosanvallon ha identicado un conjunto de tensiones estructurantes de la democracia, en el marco de las cuales puede ser ubicado el populismo. Una de estas tensiones es la que se articula alrededor de la representacin. En sta, seala, existen dos principios, uno de diferencia y otro de semejanza. Esta contradiccin est presente siempre ya que resulta imposible superarla ntegramente. El primer principio, alude a la delegacin que se transere al representante quien se supone est mejor preparado que quien delega para desarrollar las tareas polticas pertinentes. El segundo, el de la semejanza, que es el de nuestro inters aqu, se engarza en un puro lenguaje de similaridad (si escojo a un representante quiero que hable como yo [con-ferencia dictada en la Universidad Catlica Andrs Bello el da 16-11-2006]), principio que constituye la mdula del populismo. Por esta va, el populismo intenta superar las contradicciones de la representacin por una encarnacin patolgica de la misma (conferencia ofrecida en la Universidad Central de Venezuela,17-11-2006).Lamatrizdeorigendeestamanifestacinpoltica debe ubicarse en el mal funcionamiento de la representacin que presupone la idea de la existencia de elites egostas apartadas del pueblo. Se trata, insiste Rosanvallon, de proponer como clave de la revolucin de la democracia la oposicin de un pueblo sano y homogneo respecto a unas elites minoritarias y corrompidas. Sin embargo, lo que caracteriza a las sociedades contempo-rneas, no es ciertamente la constitucin de una bipolarizacin entre un pueblo Araucaria22-CP-.indd 154 07/09/2009 9:39:07155 El populismo de Hugo Chavez: revirtiendo la democracia...unido y sano, bien homogneo, y elites descompuestas. Lo que caracteriza a las sociedades contemporneas es el hecho de que ellas son un amasijo de todas las tensiones y de todas las contradicciones. Las tensiones y las contradiccio-nes sociales se encuentran de cierta manera difractadas a todos los niveles del cuerpo social. Comprender las sociedades contemporneas, es comprender un sistema muy complejo de capas superpuestas, y no simplemente un enorme bloque de acero slido, que para ser emancipado slo pide deshacerse de este ncleo extranjero que sera el de las elites (Rosanvallon, 2006, s/n/p). En todo caso, el populismo ancla siempre en una dicotomizacin de lo socialquepretendereunicarseenlopolticooenelEstadoparaserms precisos. He ah a nuestro juicio uno de sus riesgos. La divisin maniquea de la sociedad en dos campos: el de los patriotas y el de los antipatriotas, el de los ricos y el de los pobres, el de los buenos y el de los malos, por nombrar slo algunos cdigos binarios en los que suele desplegarse su discurso, hace que el populismo diezme los espacios de existencia a quienes se oponen. De manera que el populismo porta los ingredientes que le pueden hacer deslizar fcilmente hacia formas que comprometen los desarrollos democrticos en las sociedades donde se maniesten.Recuperando la utopa: el populismo de ltima generacin Una vez que la historia hubiera mostrado la inviabilidad de los socialismos realesparaconcretarelreinodelafelicidadsobrelatierra,talcomofuela promesa de sus idelogos, el populismo pas a ser la nueva clave de futuro para algunos sectores de la izquierda en el mundo. Amrica Latina ha sido un ejemplo palmario de ello. Si en el pasado, el populismo apareca como un subterfugio del capital para anular las potencialidades revolucionarias de los trabajadores con su ropaje reformista al cual, en algunos casos como el peronismo en Argentina, haba que unrsele por razones tcticas y estratgicas1, el derrumbe del muro de Berln en 1989 abri un inusitado espacio para las frmulas populistas. En efecto, ante el extravo de la utopa socialista, el populismo se despleg como un horizonte de redencin para los ms desasistidos en buena parte del imaginario de izquierda en la regin, vale decir de su ala ms ortodoxa. De este modo la herencia populista se ha visto revalorizada en algunos pases del sub-continente por una izquierda que antes haba percibido a lderes como Rmulo Betancourt en Venezuela o a Getulio Vargas en Brasil, como 1Ianni (1975: 131,132) provee una reexin sobre los vnculos que la izquierda en Amrica Latina mantuvo con los populismos clsicos. Para Ianni, aun cuando las izquierdas sostuvieron una lnea crtica en relacin a las polticas populistas, la injerencia creciente del Estado en los asuntos econmicos apareca como un requisito necesario que posibilitaba la transicin hacia el socialismo. Araucaria22-CP-.indd 155 07/09/2009 9:39:08156 Nelly Arenaspuntas de lanza de los capitales nacionales e internacionales en alianza eco-nmica y poltica. Esta rendicin del pensamiento y la militancia izquierdista resulta entendible hasta un cierto punto. Frente al yermo terreno que dejaba la desaparicin de un sistema cuya razn ideolgica era la reivindicacin supre-ma de los desposedos, el populismo reapareca con esa bandera en su mano asumindose como la propia voz del pueblo. Enestetrnsito,noobstante,lapreocupacinporlasformasdemocr-ticas se supedita a la necesidad de recuperar una cierta forma del estado de bienestar perdido concomitantemente con el colapso del proceso sustitutivo de importaciones. Como se sabe, ste haba sido capaz de generar los excedentes econmicos necesarios para poder hacer posible niveles de redistribucin sa-tisfactorios desde la accin estatal. All estaba y est la clave de la permanencia de la cultura populista en la subjetividad de los sujetos otrora favorecidos con aquellos mecanismos. La clsica tensin entre igualdad y libertad en Amrica Latina se ha resuelto en las mentalidades de ese tipo de izquierda a favor de la primera, raticando la democracia, una vez ms, como expresin de las formas liberal burguesas destinadas a consagrar las injusticias del sistema capitalis-ta.2 Sin embargo, esta conducta tuvo y ha tenido sus matices de acuerdo a las experienciasvividas.Lasizquierdasquepadecieronpersecucinymuerte durante las dictaduras militares, como es el caso de Chile, Brasil y Argentina, coadyuvaron en la construccin de una transicin hacia la democracia, redi-mensionando los valores positivos de sta. Por el contrario, pases donde no seexperimentestaclasederegmenes,mantenindose,auncontodassus imperfecciones, las reglas del juego democrtico, como el caso de Venezuela, losmilitaresconservaronsuauragloriosa,presentndosecomosalvadores en el momento en el cual las frustraciones de la poblacin con respecto a sus representacionespolticas,llegaronasumomentoculminante. All,buena partedelaizquierdasealineconlosuniformadosenlaconsolidacinde un proyecto alternativo de sociedad, con claro perl populista, desestimando los arrestos autoritarios que, incluso desde los tiempos de campaa electoral, exhibi el lder fundamental de la revolucin bolivariana, Hugo Chvez Fras. De modo que esta izquierda se disolvi en los intereses del proyecto chavista 2 En realidad no estaba ocurriendo nada distinto de lo que en el pasado haba ocurrido. De nuevo Ianni proporciona informacin: Solamente una parte muy restringida de las masas populistas estaba preocupada con la democracia propiamente dicha. Para la gran mayora de los adeptos pasivos y activos del populismo, lo que estaba en juego era el ascenso econmico y social En general, los ideales democrticos eran preconizados por sectores de clase media o grupos de oposicin a la clase dominante. En la mayora de los casos, las campaas y luchas populistas contra la oligarqua y el imperialismo, por el desarrollo nacionalista, conducan a la expansin del poder Ejecutivo o a la dictadura disfrazada o abierta. Fue el autoritarismo ms o menos velado lo que predomin en el cardenismo, varguismo, peronismo, velasquismo (ver Ibidem: 130). La izquierda, en la mayora de estos casos, no hizo sino acompasarse al ritmo de la masa populista, permitiendo el despliegue autoritario.Araucaria22-CP-.indd 156 07/09/2009 9:39:08157 El populismo de Hugo Chavez: revirtiendo la democracia...alnolograrestablecerunperlpropioeindependientequelespermitiera discutir con el presidente y sus aclitos el carcter del proceso revolucionario y la direccin en la que se mueve: el sndrome de delegacin se ampla desde el apoyo puramente electoral hasta la subordinacin al proyecto personal del caudillo (Arenas y Gmez Calcao, 2006:16). El gobierno populista de Hugo Chvez: el poder concentradoPodemos decir entonces que el populismo del gobierno de Chvez se ha edicado con la anuencia de un sector de la izquierda venezolana que pareciera convencida de que la sociedad transita el sendero, nalmente, hacia el socia-lismo descuidando si son o no democrticos tanto el camino como la meta. Y, por lo menos, el sendero muestra hasta ahora, los trazos de lo que cada vez con ms fuerza parece alejarse de las reglas de juego democrticas, las cuales se han visto disminuidas en aras de un poder que a lo largo de ocho aos de gobierno tiende a concentrarse cada vez ms en el presidente. En un trabajo anterior (Arenas, 2002) defendimos la idea de que Chvez accede al poder con un proyecto de sociedad preconcebido desde sus tiempos de cuartel; proyecto que al no poder ser concretado por la va del golpe de Estado, echa mano del recurso electoral democrtico. Un sistema poltico erosionado, una sociedad fragmentada y desencantada de sus representaciones histricas fue el mejor catalizador para que un discurso populista como el de Chvez se impusiera cmodamente3. De este modo, el presidente fue objeto de una de lasdelegacionesdepodermsextraordinariasquehapresenciado Amrica Latina, raticada en varias elecciones a lo largo de sus aos de gobierno. En nombre de ese apoyo popular, el presidente apel a mecanismos contrarios a la democracia, para acumular recursos de poder cada vez ms extraordinarios4. Paralelamente, el gobierno ha venido desarrollando sostenidos esfuerzos por 3Tal como indica Roberts, (2003:95), Venezuela brinda un ejemplo impactante de la resis-tente vitalidad del populismo en las sociedades profundamente estraticadas y sistemas polticos dominados por la crisis. 4Estamos hablando, por ejemplo, del nombramiento de altos representantes de los poderes pblicos escogidos sin consulta en el marco de un Rgimen de Transicin del Poder Pblico no contemplado en las disposiciones provisionales aprobadas conjuntamente con la Constitucin del 99; as mismo, de la creacin de la Comisin Legislativa Nacional, conocida comnmente comocongresillo,conformadaporonceconstituyentesydiezciudadanoscooptadosporla AsambleaNacional.Estecuerpofuedotadodeamplsimospoderes,entreelloseldedisear leyes, violentando as las reglas del juego democrtico universalmente vlidas, las cuales no re-conocen facultades de legislar sino en quienes hayan sido electos. Cuando la Asamblea Nacional concluy sus funciones, no haba, seala Coppedge (2002:89), un solo poder nacional, aparte del propio Chvez, que no hubiese sido nombrado por una institucin que no fuese chavista en un 93 por ciento.Araucaria22-CP-.indd 157 07/09/2009 9:39:08158 Nelly Arenasencuadrar a la sociedad venezolana en un modelo econmico y socio-poltico condesmedidapresenciadelEstado,signadoporlaslneasdesuproyecto particular.5 Estos esfuerzos se exacerbaron a partir del triunfo de Chvez en el referndum revocatorio que se realizara en agosto de 2004, evento que le ratic en la presidencia de la repblica. Tres meses luego de esa consulta, elpresidenteexpondrafrenteaaltospersonerosdesugobierno,loquel mismo llamara nuevo mapa estratgico, en el cual estaran contenidos los diez grandes objetivos que guiaran -en un salto adelante- su accin poltica hasta el ao 2006. Destacamos algunos de los ms importantes como son, el avance en la conformacin de una nueva estructura social; la articulacin de una estrategia comunicacional de mayor cobertura; la construccin del nuevo modelo democrtico; la creacin de una distinta institucionalidad del Estado; la trascendencia del sistema capitalista y el diseo de un nuevo modelo econmico; la profundizacin de la instalacin de una estructura territorial novedosa; la aceleracin de la conguracin de una estrategia militar nacional nueva (ver Harnecker, 2004:26-28). Apenas dos meses despus de aquel encuentro, en enero de 2005, Chvez insurgira en la escena nacional e internacional, con la propuesta de instaurar el socialismo del siglo XXI; propuesta que se ensamblaba con los objetivos delimitados arriba6.En el marco de aquellas lneas estratgicas el presidente Chvez despleg entre 2004 y diciembre de 2006, una estrategia de poder que ha venido abonando el terreno de su proyecto. Si se nos preguntara cules han sido las principa-les pautas de accin que marcan esa estrategia diramos que aquellas que se vinculan con la supeditacin de la Fuerza Armada a su proyecto, la educacin ideologizada, la participacin popular subordinada a los designios del ejecutivo, la ampliacin de la cobertura comunicacional estatizada, la concentracin del 5As, el gobierno se ha empeado en construir organizaciones gremiales paralelas a las tradi-cionales, a quienes no le reconoce legitimidad, como es el caso de la Confederacin Venezolana de los Trabajadores (CTV). En su lugar fragu la Unin Nacional de Trabajadores de Venezuela (UNT). Otro tanto ha sucedido con el rgano que agrupa a los empresarios, Fedecmaras, al cual se pretende desplazar por asociaciones enteramente leales al proyecto, como es el caso de Empre-sarios por Venezuela y la Confederacin de Agricultores y Ganaderos de Venezuela, Confagn. Esta ltima, por ejemplo, naci juramentada por el presidente en acto ocial. La creacin (mayo de 2007) de la Confederacin de Empresarios Socialistas de Venezuela en cuya junta directiva se encuentra el gobernador del estado Cojedes, y entre las guras asesoras el superintendente del SENIAT, el rgano recaudador del Estado, revela la direccin marcadamente corporativista, en sentido estatal, del rgimen. Para un anlisis de este fenmeno, vase Arenas, 2005. 6Segn Chvez, los factores a partir de los cuales se puede denir el socialismo del siglo XXI, son: un elemento moral que obliga a recuperar el sentido de la tica de la vida; la pelea contra losdemoniosquesembrelcapitalismo;democraciaparticipativayprotagnicaquedebe expresarse en poder popular; cooperativismo y asociativismo el cual se traduce en la concrecin de empresas de produccin social y unidades de produccin comunitaria (ver Benitez: 9-10-2005 en www. aporrea.org). Araucaria22-CP-.indd 158 07/09/2009 9:39:08159 El populismo de Hugo Chavez: revirtiendo la democracia...poder central a partir del manejo casi absoluto y discrecional de los recursos nancieros pblicos en detrimento del proceso de descentralizacin y, nal-mente, el despliegue de mayores esfuerzos por controlar el aparato econmico nacional y hacerlo ms dependiente del Estado.En rpido vuelo, estas acciones pueden resumirse del modo que sigue:a- A la presencia importante de militares en cargos de la administracin pblica desde el comienzo del gobierno, se le adicion la idea, desembozada en esos tres aos con toda fuerza, de una Fuerza Armada comprometida con la revolucin, sobre la base de lo que Chvez llam nuevo pensamiento militar venezolano ( Harnecker, Ibidem:50). b- Pero no slo el componente uniformado ha sido objeto de atencin por partedelproyectochavista;tambinlaeducacinpblicapasaserobjeto de ideologizacin por parte del rgimen. As, tanto escuelas primarias como liceos bolivarianos permitirn, como sealara el entonces ministro de educa-cin Aristbulo Iztriz, la formacin de los educandos en los valores de la revolucin ( Arenas, 2006).c- La participacin popular ha sido uno de los activos ms ponderados por el chavismo al punto de quedar consagrada en la Constitucin de 1999, bajo la premisa de la democracia participativa y protagnica. Ciertamente, a lo largo de la gestin de gobierno del presidente Chvez se ha impulsado una participacin popular cada vez ms creciente, slo que siempre subordinada al poder ejecutivo. En abril de 2006 se crearon los Consejos Comunales los cuales, como veremos ms adelante, constituyen la base social desde la cual el proyecto presidencial pretende erigir una sociedad de equidad y justicia social (Gaceta Ocial extraordinaria nmero 5.806).d-Enlosltimosaos,elgobiernohaincrementadosensiblementeel nmero de estaciones de radio y TV controladas por el Estado7. Todos estos medios se han conducido invariablemente como vehculos de reforzamiento de la imagen del gobierno y en especial del presidente. Simultneamente, han arreciado las amenazas de no renovacin de la concesin a canales televisivos como Radio Caracas Televisin, el ms viejo de todos, el cual, efectivamente, perdi su seal por orden presidencial, en mayo de 2007.e- Hemos presenciado tambin un aumento en los esfuerzos del gobierno central,porconcentrarcadavezmslosrecursospblicos.Laprdidacre-ciente de autonoma del Banco Central de Venezuela, as como la creacin del Fondo de Desarrollo Nacional, Fonden, apuntan en ese sentido. El propsito fundamental de este ltimo organismo radica en que se nutrir continuamente 7La importante expansin de emisoras comunitarias en manos del Estado, se constata en las habilitaciones concedidas por CONATEL (rgano que regula las comunicaciones nacionales) el cual, slo en los aos 2003 y 2004, otorg 138 habilitaciones con relacin a un total de 168 entre 2000 y 2005 (ver Torrealba, 2006:5).Araucaria22-CP-.indd 159 07/09/2009 9:39:08160 Nelly Arenascondivisasparaserutilizadasalosnesdelnanciamientodeldesarrollo econmico y social. A dicho fondo se traspasar una determinada proporcin de divisas del ingreso de la comercializacin de los hidrocarburos que recibir el ejecutivo nacional directamente de PDVSA, es decir, antes de constituirse enreservasinternacionales(ParraLuzardo,2005enwww.bcv.org.ve/c4/Conferencias.asp). Al mismo tiempo, se ha venido desdibujando con mucha fuerza el proceso de descentralizacin que Venezuela iniciara en 1989, con la eleccin directa de gobernadores y alcaldes, lo que puede constatarse a partir de la abrupta cada de la participacin de estados y municipios en el ingreso pblico nacional. En este sentido es importante indicar que con la descentra-lizacin, los entes territoriales haban alcanzado una participacin del 29% en el ao 1998; con la reconcentracin de las nanzas pblicas, ese porcentaje disminuy al 21% en el 2004, 19% en el 2005, y 17% en el 2006, ubicando a Venezuela en los niveles de centralizacin de los aos 80 que se crean supe-rados8 (Mascareo, 2007).f- El intento de diseo de un modelo econmico de trnsito hacia el so-cialismo, fundado en la creacin de cooperativas y Empresas de Produccin Social(EPS),enelmarcodeloqueelgobiernoconcibecomodesarrollo endgeno, as como el establecimiento de un conjunto de regulaciones y re-querimientos a la empresa privada tradicional que le presionan a entubarse en el patrn que el proyecto le impone9, limitando su posibilidad de expansin, perla una economa ms sujeta a los dominios del Estado de lo que lo fuera en el pasado10. Las nacionalizaciones de las que han sido objeto la Compaa Annima Nacional de Telfonos de Venezuela, CANTV, y de la Electricidad de Caracas, as como las amenazas en este mismo sentido sobre otras empresas, rematan este cuadro.Estaslneasdeaccinnohubiesenpodidodesplegarsesinelconcurso delospoderespblicos. Yesqueen4aoselgobiernohaconsolidadosu poder en dos rganos claves de la institucionalidad democrtica: la Asamblea 8Para una visin completa del proceso de recentralizacin venezolano, consltese a Masca-reo 2005. 9Las palabras de uno de los asesores del gobierno en esta materia, Haiman El Troudi, conr-man este hecho: El Estado viene otorgando incentivos a todos por igual. A partir de ahora las empresas pueden continuar operando con un criterio mercantil. Pero los benecios del Estado losrecibirnquienesdecidanasumircuotasderesponsabilidadsocial,otorgaralgunapartici-pacin a los trabajadores, abrirse a un proceso de cogestin o incluso orientar su produccin a satisfacer necesidades reales de la sociedad para darle en la madre al capitalismo (El Nacional, 10-12-2006:A-22). Si nos atenemos a esto, pudiramos pensar que el Estado venezolano pare-ciera alejarse de la racionalidad de un estado capitalista, por lo menos en lo que respecta a sus relaciones con el capitalismo nacional. Como ha sealado de Jasay (1994:31) El Estado es un estado capitalista si no exige a la propiedad que se justique, y no interere en su propio benecio en los contratos personales. 10Un anlisis del modelo econmico que se perla sobre la base de las cooperativas y las EPS, es proporcionado por Guerra, 2006. Araucaria22-CP-.indd 160 07/09/2009 9:39:08161 El populismo de Hugo Chavez: revirtiendo la democracia...Nacional (AN) y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). En el primero de ellos ostenta el control absoluto, gracias al retiro de los factores de oposicin de la contienda electoral para elegir los congresistas para el perodo 2006-201111. En el segundo, el gobierno ha apelado a recursos que colocan en entredicho las prcticas democrticas. Vale la pena detenerse un poco en stas.En diciembre de 2004 la AN, todava con importante representacin opo-sitora, modic la Ley Orgnica del Tribunal Supremo de Justicia, con el voto de la mayora simple ocialista, contrariando la disposicin jurdica que obliga aquecualquierleyorgnicadebaseraprobadaconunamayoracalicada de las dos terceras partes del cuerpo legislativo. La modicacin de marras tena como propsito incrementar el nmero de magistrados de 20 a 32, con lo cual el gobierno recuperaba el control absoluto del mximo tribunal, puesto en entredicho cuando ste no encontrara mritos para enjuiciar a los militares acusados de rebelin militar en abril de 2002.El manejo parcializado de este asunto qued en evidencia cuando Pedro Carreo,presidentedelcomitdepostulacionesdela AN,armaraqueel gobierno de Chvez no abrira espacio alguno a la oposicin en el tribunal: no nos vamos a meter un auto gol. Los electos son magistrados cuya -liacin revolucionaria est ms que garantizada. De aadidura, en el acto de instalacin del organismo, su nuevo presidente, Omar Meza, se autocalicara como revolucionario determinado a aplicar una justicia revolucionaria (en htpp://infovenezuela.org/cap1_es_2.htm)12. Los cinco motores del socialismo del siglo XXI: poder sobre poderCelebradas las elecciones presidenciales de diciembre de 2006, y obtenido un claro triunfo frente a su contendor, Hugo Chvez garantiz su investidura en el mximo cargo por un septenio ms.El 10 de enero de 2007, en el acto de su juramentacin para el perodo 2007-2013, Chvez presentara al pas su idea de los cinco motores constitu-yentes en el marco de lo que denomin el Proyecto Nacional Simn Bolvar; motores constituyentes, dijo, para terminar de romper el viejo esquema y darle 11El retiro de la oposicin de estos comicios, merced a la desconanza que a sta le inspiraba el rbitro electoral, contribuy a debilitar aun ms las ya menguadas fuerzas de la oposicin or-ganizada. Esta conducta abstencionista ha producido retraimiento en los apoyos de la oposicin ganando espacio la postura y la accin antipoltica, como ha sealado Patruyo (2005). Por este camino, los factores contrarios al chavismo no hicieron sino reforzarlo.12Sobre el particular se pronunciara la organizacin Human Rights Watch la cual sealara que la nueva ley permite a la coalicin gobernante usar su escasa ventaja en la Asamblea paraobtenerunamayoraabrumadorademagistradosenel TribunalSupremo. Alsometeral Tribunal Supremo a una virtual ocupacin poltica por parte de la mayora en la AN, la nueva ley amenaza gravemente el principio de independencia judicial establecido en tratados interna-cionales y en la Constitucin poltica de Venezuela, particularmente en aquella disposicin que garantiza la armona del Tribunal Supremo de Justicia. (en http://www.hrw.org/backgrounder/americas/venezuela/2004). Araucaria22-CP-.indd 161 07/09/2009 9:39:09162 Nelly Arenasvida al nuevo El poder constituyente nos permite incluso cambiar el tiempo histrico (El Nacional, 13-01-2007: A-9). Estos motores compor-taban esquemas de accin destinados a impulsar el socialismo bolivariano en Venezuela y eran: ley habilitante, reforma constitucional, educacin popular, nuevageometradelpoderypodercomunal.Veamosenquconsistecada uno de estos esquemas y sus implicaciones para la vida democrtica, segn nuestra perspectiva.Ley habilitanteEl 31 de enero de 2007, la AN deleg en el presidente la facultad de legislar en una amplsima gama de asuntos pblicos, por espacio de un ao13. La Ley habilitante ha sido denida por el presidente como una ley de leyes ley de leyes revolucionarias, madre de leyes (idem). De all la importancia que paraelproyectodelpresidenteparecateneresahabilitacin. Apartirdela misma ciertamente, el primer mandatario, tuvo la potestad de dictar leyes en casi todos los mbitos de la dinmica nacional: econmico, social, tributario, nanciero, seguridad y defensa, ordenacin territorial, participacin popular, infraestructura, transporte y servicios, energa, instituciones estatales, ejercicio de la funcin pblica, etc. (http://www.abn.info.ve.go 1-02-2007). En opinin de la Academia de Ciencias Polticas y Sociales de Venezuela, por la amplitud como est concebida, la delegacin legislativa de la Asamblea Nacional en el Presidente de la Repblica no tiene antecedentes en el cons-titucionalismo contemporneo La Ley Habilitante delega en el presidente amplsimos poderes para legislar en mbitos de dimensin extraordinaria por unperodoextenso.Unadelegacinconcebidaentalestrminos,prctica-mente ilimitados, es inconstitucional, pues equivale a una delegacin general, incompatible con la estructura constitucional, con el Estado de derecho y con el ordenamiento democrtico (ver El Nacional, 9-02-2007:A-8).A nuestro juicio, esta ley profundiza el carcter ya delegativo en extremo que caracteriza la presidencia de Hugo Chvez14, sobresaturando el espacio de 13 La cesin del poder de legislar por parte de la AN encuentra una razn de peso en el mandato del pueblo segn su presidenta, diputada Cilia Flores: El presidente present como propuesta el socialismo y el pueblo vot por el Presidente y por esa propuesta: por el socialismo. Es un mandato del pueblo, el pueblo se expres mayoritariamente Ese mandato del pueblo nosotros lo asumimos, para nosotros es una orden, a nosotros el pueblo nos est diciendo: Este es el lder, esteeselproyectoyesteeselcaminoquevamosatomarNosotros,desdeesta Asamblea Nacional,sabiendoqueelPresidenteChvezrequierepoderesparaadecuarlalegislacinal proyecto poltico, al proyecto socialista y por cuanto el presidente ha anunciado que va a solici-tar una Ley Habilitante, nosotros desde esta Asamblea Nacional en pleno vamos a acordar por urgencia reglamentaria, otorgarle los poderes al ciudadano Presidente Hugo Chvez con una Ley Habilitante (en sesin especial de la AN www.asamblea nacional.gov.ve 10-01-2007).14 Enotrostrabajos(Arenas,2004; Arenas,2006)noshemosmostradodeacuerdoconla aplicacindelconceptodedemocraciadelegativade0Donnell(1996),alcasovenezolano, enfatizando su modalidad extrema. Araucaria22-CP-.indd 162 07/09/2009 9:39:09163 El populismo de Hugo Chavez: revirtiendo la democracia...la representacin, con lo cual la tensin de la que hablara Rosanvallon entre semejanza y diferencia se resuelve en trminos absolutos a favor de la primera, desgurando el principio de la representacin democrtica misma. Los popu-lismossonsiempredelegativos,comohasealadodela Torre(2006),pero cuando esta delegacin toma este carcter total, entonces el populismo afecta necesariamente el juego plural que dene a toda democracia.Reforma constitucionalEl segundo motor es la reforma constitucional. Como se ha dicho, en diciembre de 1999, Venezuela estren una nueva constitucin, la mejor del mundo como sola decir el presidente en sus alocuciones. Despus de 6 aos de mandato empero, el presidente emprendi una campaa a favor de cam-bios en la novel carta magna, so pretexto de que factores del viejo orden se haban inltrado en la elaboracin de la misma15. Pero, adems, los tiempos de revolucin que el pas experimenta, como los que experiment durante la independencia, ameritan transformaciones constitucionales. La Constitucin, ha sostenido siguiendo a Simn Bolivar, debiera reformarse por perodos segn lo exige el movimiento del mundo moral, y esto es normal, sobre todo, cuando hay un movimiento moral, poltico y social tan acelerado como el que nosotros estamos viviendo. Hay das que parecen un siglo, hay siglos que parecen un da.Estamosviviendotiemposdeaceleracin,tiemposconstituyentes.Por eso habr que revisar la Constitucin y no hay duda de que es la reforma lo que se impone (Presidente Chvez, 2007:21)16.Atalesefectos,elpresidentenombrunConsejoPresidencialparala ReformaConstitucionalformadoporoncemiembros,entreellos,mximos representantes de los altos poderes, como la presidenta de la AN y la del TSJ, acatando un pacto de condencialidad contemplado en el decreto que le dio vida a dicha comisin, en vista de que es el presidente quien tiene la ltima 15 As, dirigindose a los diputados para pedir su colaboracin en la reforma por venir, les deca se me ocurri pedir la colaboracin de ustedes porque conocen muy bien la Constitucin: donde estn los nudos gordianos, donde la oligarqua, donde la contrarrevolucin logr inltrar conceptos en la misma Constitucin; hay que recordar lo que pas aqu en 1999, la Revolucin fue inltrada en distintos espacios, incluyendo la Asamblea Constituyente ( Presidente Chvez, 2007:37). De acuerdo con estas palabras, los constituyentistas opositores electos no representaron en esa jornada a un sector de la sociedad que le adversa, sino conspiradores cuyos aportes al diseo constitucional ocasionaron daos que deban ser exorcisados.16En otro trabajo (Arenas, 2006), nos hemos aproximado a los vnculos del populismo con la temporalidad, poniendo de maniesto el carcter inmediatista de aquel, factor que conspira contra la institucionalidad, cuya madurez slo se fragua a punta de tiempo. Pero la madurez no es un puro esperar que el tiempo se deslice; es accin que implica conicto, debate, acuerdos, elementosqueinexorablementeestnpresentesenlahechuradelapoltica. Aslascosas,la inmediatez es tambin uno de los rostros que puede asumir la antipoltica. Araucaria22-CP-.indd 163 07/09/2009 9:39:09164 Nelly Arenaspalabra en este asunto17. He aqu el mejor ejemplo, a nuestro juicio, de lo que el populismo puede implicar en trminos de reduccin excesiva de comple-jidad: en nombre de un pueblo, un solo hombre puede imponer su voluntad, intentando trascender lo que es inmanente a la sociedad a saber, la pluralidad de intereses y las contradicciones que le son parejas.En la prctica, esta visin implica que, en nombre del principio de la de-mocracia participativa y protagnica, consagrado en la Constitucin, el poder constituyente no se paraliza, como ha sealado Rey (2007:1-2), el pueblo continuarejerciendo,entodomomento,supodersoberano,demodoque el poder constituyente originario no estara nunca en un estado de letargo y podra ser permanentemente activado. Pero si esto fuera cierto, la democracia participativa y protagnica signicara la muerte del constitucionalismo y del orden constitucional Un poder constituyente, siempre presente y as conce-bido, equivale a lo que Carl Schmitt ha llamado una dictadura constitucional sin lmites de duracin.Uno de los puntales de la reforma era la reeleccin presidencial indenida, asunto sobre el cual Chvez se pronunci reiteradamente, sustrayndolo as del espacio de la condencialidad. El basamento de esta pretensin era el mismo quesustentabalareforma:eldelademocraciaparticipativayprotagnica que ja en el pueblo la potestad de elegir como quiera. De tal manera que la alternabilidad,principiobsicodetodosistemademocrtico,esvistacomo algoindeseableporqueimpidealpueblodecidir. As,Francisco Ameliach, directordelMovimientoQuintaRepblica(MVR),partidodelgobiernoen ese entonces, indicaba que la alternabilidad establecida en la Constitucin es unchantajepolticosiendonecesariorealizarunareformaquepersigala mayor suma de estabilidad posible El pueblo decide si alterna o no y eso es democracia (www.eluniversal.com 3-01-2007). Sin embargo, la alternabilidad est contemplada en la Constitucin de 1999 (artculo 6) constituyendo uno de sus principios, lo que obligaba a la eleccin de una nueva Asamblea Constituyente y no a una simple reforma como aspiraba el Presidente de la Repblica. 17En vista de ese acuerdo de condencialidad, se haca imposible saber en que consistiran verdaderamente las reformas, ms all de los procedimientos y los lapsos. Segn la presidenta de la AN, esto encontraba su razn de ser en que la propuesta de reforma no ser la que nosotros estamos haciendo. El (Chvez) est en su derecho de hacer modicaciones, por eso no podemos pronunciarnos (http://noticias.eluniversal.com 20-02-2007). Esta manera de actuar de los poderes revela que, como sostiene Lpez Maya (2007), Chvez hoy impone las reglas de juego a sus aliados y opositores algunos de los integrantes de la Comisin Presidencial de la Reforma Constitucional son mximas guras de poderes pblicos, acatando sin chistar un man-dato de condencialidad impuesto por l. Tienen listo un proyecto de reforma, que despus que lo vea el presidente pasar a la AN, y ser consultado en parlamentarismo de calle, mecanismo participativo insuciente en una sociedad compleja, plural y diversa como la nuestra (en www.aporrea.org 15-04-2007)Araucaria22-CP-.indd 164 07/09/2009 9:39:09165 El populismo de Hugo Chavez: revirtiendo la democracia...La educacin popularChvez anunci esta vertiente de la estrategia como una gran jornada na-cional a la que ha llamado Moral y Luces, recurriendo a esta conocida frase de Bolvar. Esta jornada deber provocar una sacudida moral en todos los espacios: educacin moral econmica poltica social, mucho ms all de las escuelas, en las fbricas, en los talleres campos ncleos endgenos (El Nacional, 13-01-2007: A-9). La educacin no tiene que ver slo con el estudio de una materia determinada o con sacar el sexto grado, no. Es mucho ms que eso: se trata de los valores, la cultura, la solidaridad. Una revolucin tica, por eso tomo la tremenda frase de Bolvar all en Angostura: Moral y Luces son los polos de una repblica (Ultimas Noticias, 4-02-2007:7). La preocupacin por la educacin no era nueva en el gobierno de Chvez. Dan testimonio de ello las distintas Misiones (Robinson, Sucre y Ribas) que desde el ao 2004 viene adelantando el gobierno, aunque con un exacerbado tono ideologizante (ver Arenas y Gmez, 2006). La novedad estara ahora en una intensicacin y expansin de esa ideologizacin, como se colige de estas frases del ministro del poder popular para la educacin, Adn Chvez: El pas est superando el sistema ideolgico de educacin burguesa como parte de larefundacindeVenezuela18,agregandoquelapedagogadeformacin capitalista debe ser sustituida por un sistema de educacin socialista, pues es necesario formar al hombre nuevo No puede existir una revolucin sin ideologarevolucionariaysinconcienciapoltica(AgenciaBolivarianade Noticiasenhtpp://www.aporrea.org/eduaccion/n89903htmp30-12007).Por su parte, la presidenta de la Comisin de Educacin de la Asamblea Nacional, Mara de Queipo, sealaba que hay que estudiar el pensamiento de Chvez en los colegios es la nica manera de devolverle al pas su verdadera identidad. El lidera un proceso y sus ideas son un sujeto de anlisis ( El Nacional, 25-02-2007:B-14)19. 18La palabra refundacin forma parte del lenguaje recurrente del populismo, en un intento por demostrar que la historia tiene a partir de sus lderes, el chance de ponerse en cero, para poder ser llenada nuevamente con la gesta de aquellos. En Venezuela, el recomienzo nacional se ha intentado concretar de innumerables maneras en los aos de gobierno chavista. Una de ellas es la de Juan Barreto, en funciones de alcalde metropolitano, quien decidi cambiar la fecha aniversaria de la fundacin de Caracas, 25 de julio de 1567, por la del 19 de abril, fecha de la declaracin de independencia, para hacer coincidir esta ltima con los eventos asociados al golpe de Estado de abril de 2002. Con la frase Los caraqueos se acostumbrarn al cambio, (El Nacional, 18-04-2007:10), el funcionario pareci no otorgarle trascendencia a la imposicin.19La formalizacin de esta estrategia se inici, a juzgar por algunos programas educativos que se han hecho pblicos. Tal es el caso de la Misin Cultura la cual surgi como un acuerdo marco de cooperacin entre la Universidad Nacional Experimental Simn Rodrguez y el Con-sejo Nacional de la Cultura para formar licenciados en educacin, mencin desarrollo cultural. El caso es que, una de las vertientes que orientan la metodologa de estudios de esa carrera es la formacin terico-prctica en las reas temticas relacionadas con la formacin poltica y Araucaria22-CP-.indd 165 07/09/2009 9:39:09166 Nelly ArenasIndicador de que la formacin ideolgica debe trascender la formalidad de la educacin en las aulas, la proporcion el ministro del trabajo, Jos Ramn Rivero, al anunciar que los trabajadores, tanto de las empresas pblicas como de las privadas, recibirn al menos 4 horas de marxismo semanal (www.20minutos.es/noticia/224959/chavez/clases). Nueva geometra del poderUna nueva geometra del poder, en la proposicin de Chvez, signicaba un modo diferente de distribucin del poder poltico, econmico, social y militar sobre la geografa venezolana, lo cual implicaba una revisin de la divisin poltico-territorial del pas (El Nacional, 13-01-2007: A-9). El presidente ha bosquejado de que se trata: crear un sistema de ciudades federales y territorios federales, brindando un ejemplo de lo que esto pudiera ser: aqu al lado de Caracas, entre Caracas y el mar hay una belleza de territorio, ah vamos a hacer una nueva ciudad, hay miles de hectreas entre Caracas y el mar ah vamos a hacer una ciudad nueva, pero va a ser socialista, no va a ser una ciudad tpica capitalista; no!, una ciudad, un concepto nuevo de ciudad ( Chvez, 2007:45-46). Ahora bien, esas ciudades y territorios federales, segn el presi-dente, tendrn carcter transitorio y debern dar paso a ciudades y territorios comunales. No est aun dilucidado en que consistir ese sistema comunal, salvo que sus unidades fundamentales sern los Consejos Comunales ya en forma-cin. Lo que si est claro es que esta proposicin, de consolidarse, derriba el proceso de descentralizacin venezolano20, por lo menos en lo que concierne a estructuras intermedias de gobierno tales como alcaldas y consejos municipales como predijera el mismo Chvez: Concentraramos todo el esfuerzo poltico, econmico y social para ir transitando el camino hacia ciudades comunales donde no hagan falta juntas parroquiales, alcaldas ni consejos municipales, sino Poder Comunal (El Universal, 10-02-2007: 1-22). Unprimerpasoenelsentidodesustraercompetenciasalasentidades territoriales descentralizadas, es el que se desprende del anuncio del presidente Chvez de centralizar los servicios de salud en un solo sistema nacional pblico (Ultimas Noticias, 25-04-2007: 2)21; acto que sintoniza con una concepcin losca de la revolucin bolivariana, teniendo como actividades estratgicas de participacin y movilizacin, entre otras, la presencia activa en las distintas marchas y caminatas convocadas porelPresidentedelaRepblicaBolivarianade Venezuelaylarecoleccinde rmas(en todo el pas) para la no renovacin de la concesin de Radio Caracas Televisin (ver Ultimas Noticias, 21-03-2007:24).20Puede entenderse esto si tenemos en cuenta que para Chvez el proceso de descentraliza-cin en Venezuela responda a un concepto imperialista cuya intencin era dividir el pas en pedacitos (http://www.abn.info.ve.go 1-2-2007). 21Debe recordarse, no obstante, que en Venezuela el sistema de salud centralizado colaps en el transcurso de los aos 80 en las manos de gobiernos centrales inecientes para lidiar con los Araucaria22-CP-.indd 166 07/09/2009 9:39:10167 El populismo de Hugo Chavez: revirtiendo la democracia...centralizadora del poder como puede colegirse de estas palabras: No puede ser que cada alcalde tenga un plan de desarrollo, el gobernador otro y el gobierno otro aqu no hay autonoma, aqu hay una repblica central! ( Tal Cual, 23-04-2007:2).El poder comunalTodos los motores anteriores son tributarios del quinto, seal Chvez; es decir convergen en el poder comunal. La explosin creadora del Poder Co-munal va a depender para su desarrollo impulso establecimientoexpan-sin xito, de los anteriores. Va a depender de la reforma de la Constitucin de las Leyes Habilitantes de la Gran Jornada Nacional Moral y Luces de la nueva Geometra del Poder (El Nacional, 13-01-2007: A-9).Estos Consejos, segn ha indicado el presidente, no deberan estar sujetos a alcaldas, juntas parroquiales, ni a gobernaciones aunque, en esta etapa de transicin, mantendran el juego de relaciones con el poder constituido hasta consolidarloqueldenominaEstadocomunal(Chvez,2007:52).Todo indicaquesetratadeprofundizarlademocraciadirectacomoalternativaa la democracia representativa tan denostada por el chavismo22 lo cual supone restar peso, cuando no anular, las estructuras institucionales intermedias, en un ejercicio tpicamente centralista del poder.Los Consejos Comunales debern armarse a partir de una base poblacional mnima de 200 o 400 familias en las reas urbanas, 20 en las rurales y 10 en problemas de salud de la poblacin lo que oblig a buscar una solucin transriendo competencias de salud a los estados, mejorando sustancialmente sta en algunos de ellos. Datos al respecto nos lo proporciona Diaz Polanco (2001).22 Sin embargo, como ha sostenido Sartori (2003:207), la democracia representativa no traduce nicamente una atenuacin de la democracia directa; tambin es su correctivo. Una primera ventaja del gobierno representativo es que un proceso poltico entretejido de mediaciones permite escapar a las radicalizaciones elementales de los procedimientos directos. La segunda ventaja es que tambin sin participacin total la democracia representativa subsiste siempre como un sistema de control y limitacin del poder. Lo anterior permite a la sociedad civil, entendida como sociedad prepoltica, como esfera autnoma y conjunto autosuciente, desarrollarse como tal. En suma, el gobierno representativo libera para los nes extrapolticos, de actividad econmica u otra, el conjunto de energas que la polis absorba en la poltica. Quien regresa hoy a exaltar la democracia participativa, no recuerda que la polis se desplom en un torbellino de excesiva poltica.El asuntoesque,comosealaRosanvallon(1996.124),enlavalorizacinpopulistadela democracia no media solamente la acusacin contra la traicin representativa, hay tambin un elogio de la energa vital del pueblo contra la apata de los dirigentes. Y se presupone en ella la existencia de un pueblo unido y que forma un bloque, mientras que el espritu democrtico, al contrario, piensa el vnculo social y poltico como un problema, como algo que debe construirse y no tiene ninguna naturalidad. El populismo chavista, a nuestro modo de ver, conjuga el des-dn por las formas democrticas representativas con la exaltacin del pueblo, cuya energa slo puede ser interpretada y encauzada por un nico lder, el presidente Chvez. As, la democracia participativa y protagnica no es un problema, no es una procura, sino que es inmanente al modo de ser bolivariano y revolucionario. Araucaria22-CP-.indd 167 07/09/2009 9:39:10168 Nelly Arenaslas comunidades indgenas y se conciben, de acuerdo a la ley que los cons-tituye como instancias de participacin, articulacin, e integracin entre las diversas organizaciones, grupos sociales y los ciudadanos y ciudadanas, que permitan al pueblo organizado ejercer directamente la gestin de las polticas pblicas y proyectos orientados a responder a las necesidades y aspiraciones de las comunidades en la construccin de una sociedad de equidad y justicia social(vaseLeydelosConsejosComunales,artculo2,enhtpp//www.asambleanacional.gov.ve/ns2/leyes). Esto que a primera vista luce legtimo (el incremento de la participacin23 es una aspiracin de las sociedades realmente democrticas), hay que mirarlo con detenimiento, si tomamos en cuenta que esta nueva forma de organizacin social nace subordinada al ejecutivo nacional o lo que es lo mismo, al presidente Chvez. En efecto, la institucionalidad de los Consejos Comunales pasa por la creacin de una Comisin Nacional Presidencial del Poder Popular designada por el Presidente de la Repblica (artculo 30), la que a su vez nombrar una ComisinRegionalPresidencialdelPoderPopularporcadaestado,previa aprobacin del Presidente de la Repblica (artculo 31). Esta ltima Comisin tienelapotestaddeconformarunaComisinLocalPresidencialdelPoder Popular por cada municipio, tambin previa raticacin por parte del primer mandatario.Remataestaestructuravertical,ladisposicinqueobligaalos Consejos Comunales a registrarse ante la ltima Comisin nombrada (artculo 20), que es como decir ante la presidencia (Gaceta Ocial, nmero extraordi-nario 5.806, 18-05-2006, pp 11,16 y 17).Estaarmaznsocialquesetramadesdeelvrticedelpodernacional, tiene severas limitaciones para impulsar una participacin democrtica y autnoma La participacin para que genere empoderamiento debe traer una dinmica de abajo hacia arriba. Tal y como est concebida la ley es al revs, promuevedependenciadelPresidente(LpezMaya,UltimasNoticias, 4-02-2007:58). Para Rey revela un intento del gobierno de lograr el control y poder absoluto de la sociedad a partir de la creacin de redes para sustituir a los rganos institucionales (Rey, El Nacional, 25-02-2007: A-2), desestimando que El ejercicio, sin estructuras intermedias no funciona. Y entonces, cuanto ms sean suplantadas las estructuras constitucionales, tanto ms se llega a un poder absoluto en nombre del pueblo (Sartori, Ibidem: 83).Simultneamentealapresentacindeesteesquemadeaccin,Chvez propusolacreacindelPartidoSocialistaUnidodeVenezuela(PSUV),en 23Que no del participacionismo, el cual es sobre todo y casi nicamente, una exasperacin activista por participar. El llamado a participar ms es meritorio, pero inado sin medida sera casi como si toda la democracia se pudiese resolver con la participacin. Es una recada infantil, y tambin peligrosa, que nos propone a un ciudadano que vive para servir a la democracia (en lugar de la democracia que existe para servir al ciudadano) (cursivas en el original) (Sartori en Ibidem:118).Araucaria22-CP-.indd 168 07/09/2009 9:39:10169 El populismo de Hugo Chavez: revirtiendo la democracia...cuyo seno deban disolverse las diferentes plataformas polticas que le apo-yan, so pena de ser desalojadas del gobierno, segn amenaza del presidente. El reconocimiento como legtimo slo de aquellas fuerzas alineadas incondi-cionalmente con el mximo lder, porta el riesgo de que toda exterioridad al partido fundamental, sea percibida como la encarnacin de la amenaza, como la representacin del enemigo a quien debe invalidarse.Con la compaa del verde olivo La cristalizacin de algunas pautas de accin como la reforma constitu-cionalenelsentidoqueChvezdeseaolaconsolidacindeotras,comola educacin popular ideologizada al servicio de su proyecto, har posible que el presidente se convierta en dueo de un poder omnmodo cerrndose el sistema poltico venezolano sobre s mismo, detrs de una pesada puerta monocolor. Es-tado, gobierno y parcialidad poltica terminarn de diluirse en una sola entidad entonces. Este trnsito, sin duda, afecta a la Fuerza Armada, componente que ha jugado un papel de gran importancia en la trayectoria del gobierno chavista el cual, desde el ejecutivo, manej desde sus inicios un enfoque hacia lo militar con un enorme parecido a los tipos de regimenes que detentan el poder luego de un golpe militar, como ha indicado Norden (2003:123). Tal tipo de actuacin del presidente Chvez, ha estimulado en algunos expertos en el tema militar venezolano la tesis del pretorianismo24, como es el caso por ejemplo de la misma Norden y de Irwin (2005), aunque en general los analistas preeren calicar al gobierno como militarista. Pretoriano o militarista25, lo que resulta cierto es que no podemos dar cuenta de la Venezuela de Hugo Chvez sin detenernos en la marcada presencia del elemento armado en su dinmica y del peso que el mismo exhibe en la consolidacin del proyecto poltico del presidente. Y es que al presidente le ha sido muy fcil recurrir a esa mimetizacin Bolivar Patria que histricamente le ha permitido a la Fuerza Armada Venezo-lana deslizarse hacia esa autopercepcin de custodia de la sustancia sagrada, 24Norden (2003), nos ofrece la caracterizacin de los gobernantes pretorianos elaborada por Nordlinger que transcribimos: Los gobernadores tipo pretoriano () no slo controlan el Gobier-no sino que tambin dominan el rgimen, algunas veces intentando controlar grandes porciones de la vida poltica, econmica y social a travs de la creacin de estructuras de movilizacin. Losobjetivospolticosyeconmicosdelosgobernantespretorianossonexcepcionalmente ambiciosos, ocasionalmente justicando una descripcin de ellos mismos como modernizadores radicales o revolucionarios. Por su parte, Irwin (2005:6), alude al pretorianismo siguiendo al Diccionario de la Real Academia Espaola como una inuencia poltica abusiva ejercida por algn grupo militar. 25Irwin diferencia las dos cosas pues para l, el militarismo es la manifestacin superior so-ciopoltica del pretorianisimo; es decir, mientras en las sociedades donde este ltimo existe, los rasgos militaristas son visibles, en las militarizadas opera una subordinacin de toda la sociedad a lo militar. (en Ibidem:7)Araucaria22-CP-.indd 169 07/09/2009 9:39:10170 Nelly Arenasde esa sactasantorum que es la patria y, por tanto, de convertirse en su suprema administradora26 (Straka, 2005:102). Chvez se ha presentado a s mismo y con l al glorioso ejrcito de libertadores con el nimbo sacro que le autoriza a conducir los destinos patrios por la ruta de su inters poltico. Concadavezmayornfasis,aqulhaqueridoimprimirelsellodesu proyecto en la dinmica e identidad de la institucin armada, colocndola sin ambages como tributaria del mismo. As, en noviembre de 2006, manifestara que la Fuerza Armada Nacional tiene que ser roja hasta la mdula patriota y no puede haber soldado que no sea rojo, rojito (El Nacional, 18-11-2006: A-1). Unos meses ms tarde, complement esta sentencia sealando que la Fuerza Armada Nacional est obligada a repetir patria, socialismo o muerte y si algn ocial se siente incmodo por eso, que tramite su baja aqu no hay nadie obligado, y vaya a hacer otra cosa (sic) (Ultimas Noticias, 13-04-2007:18). Los planes de incorporacin del componente militar al nuevo modelo de sociedad se extienden hacia otros espacios, ms all de lo estrictamente vinculado con las tareas que le son inherentes: la Fuerza Armada Nacional est acoplada, ahora s, y acoplndose progresivamente, ideolgicamente, moralmente, or-ganizacionalmente, al proyecto revolucionario Creo que lleg la hora que la FAN comience a conformar un ejrcito de trabajadores y se incorpore a la creacin de empresas e industrias socialistas, de propiedad social (htpp://elobservador.rctv.net/noticias 14-04-2007). Este discurso que puede en un principio sorprender por lo novedoso, sor-prende menos si tenemos en cuenta que la Constitucin del 99 contempla la participacin activa de la Fuerza Armada en el desarrollo nacional; asunto sobre lo cual ha llamado la atencin Sucre Heredia ( 2004) ya que implica un principio totalizante que arropa a todos los espacios de actividad y que puede restringir la pluralidad (Rey citado por Sucre Heredia).La captacin del estamento militar para actuar abiertamente a favor del proyecto que el primer mandatario encarna, parece ser considerable. As, altos ociales de la Fuerza Armada Nacional muestran su clara adhesin al mismo, replicando el discurso excluyente del presidente, como puede desprenderse de estas palabras pronunciadas por el coordinador general de la comisin militar 26Uno de los alzados del 27 de noviembre de 1992, el coronel Gruber Odreman, ofrece este texto que reeja muy bien esto: Venezuela naci en un cuartel; fueron su cuna los campos de batalla, y la arrullaron las notas del clarn en los combates; y un da, el ms glorioso, las dianas inmortales de Carabobo y el lago de Maracaibo.Es por ello que el gnesis republicano se haya ntimamente relacionado al de las Fuerzas Ar-madas, porque fueron stas las que abrieron el camino para que una colonia de esclavos pudiera transitar, alumbrada por el relmpago de los caones, hacia el pedestal de la libertad. Existe en el orbe fuerza armada alguna con una raz histrica ms noble y justa que la de ser sembradora delalibertadyjamsdeopresinyconquista?Larespuestaaestapreguntanosladapors misma la razn para perdurar en la vida de Venezuela hasta el nal de los tiempos (en Butt (2005:168).Araucaria22-CP-.indd 170 07/09/2009 9:39:10171 El populismo de Hugo Chavez: revirtiendo la democracia...de Moral y Luces de la Fuerza Armada, general Jos Mata Figueroa: no se concibequealguienseavenezolano,sinserbolivariano,revolucionarioy socialista (El Universal, 28-04-2007:1-2)27.A partir de lo que hasta aqu se ha dicho en torno a la cuestin militar, esposiblepensarquelaFuerza ArmadaNacionalalolargodeestosaos, pero particularmente desde 2004, se ha mostrado aparentemente ms proclive aidenticarseabiertamenteconelproyectoquerepresentaHugoChvez. Habida cuenta de que las perspectivas de desmontar el armazn institucional vigente y construir uno nuevo evidentemente se facilita en la medida en que se cuente con capacidad movilizadora de masas y con la anuencia del estamento militar(Parker,2001:19),laposibilidaddedisearunanuevaarquitectura institucional, ms ajustada a dicho proyecto, como es el deseo del presidente, se hara ms expedita.Chvez y el chavismo: hacia una poltica religiosa?Ser bolivariano, revolucionario y socialista, como seala el general Mata Figueroa, signica en la Venezuela de estos das ser chavista; lo que quiere decir que ser venezolano y ser chavista son lo mismo, si hacemos la asimila-cin semntica28.Y es que buena parte del pas de estos aos ha girado en la direccin que le ha mostrado el presidente anclado, fundamentalmente, en su enorme poder carismtico entendiendo aqu el carisma segn lo entendi Weber (1992:848), como un don especco del cuerpo y del espritu estimados como sobrenatu-rales que portan algunos lderes29.27 Noobstanteestaevidencia,lacreacindelareservamilitardependiendodirectamente del presidente, pareciera traducir la necesidad estratgica de Chvez de labrarse apoyo poltico ms all de la institucionalidad militar establecida, como ha sostenido Irwin, conformando de esta manera, y con la aparente bendicin de las unidades regulares y sus mandos formales, un sector armado bajo el mando directo de la presidencia, obviando la organizacin militar vigente (Irwin, 2006:17). 28 Laclau (2005:249) ha sealado que una equivalencia total entre identidades polticas (como staquepuedederivarsedeldiscursodelgeneral)haraimposiblelaemergenciadelpueblo como actor colectivo. Una equivalencia que fuera total dejara de ser equivalencia para convertirse en una nueva identidad: ya no habra una cadena sino una masa homognea indiferenciada. Y la concepcin de una masa homognea sin divisiones, no tiene que ver con la poltica ni con el poder. En este sentido, el razonamiento de Lefort (2004:34) resulta ejemplar: no confun-damos la idea de un poder que no pertenece a nadie con la idea que designa un lugar vaco. La primera puede formularse y traducirse de este otro modo: el poder pertenece a la comunidad de ciudadanos. La otra no puede, a pesar de ser armada la soberana del pueblo, pues es admitido tcitamente que la nacin no es sustancialmente una, que propiamente hablando no es reducible a una comunidad, puesto que el ejercicio del poder es siempre dependiente del conicto poltico, y este conrma y mantiene el conicto de intereses, de creencias y de opiniones en la sociedad. A la idea de Laclau, en consecuencia, podemos agregar que una equivalencia total de identidades constituye la negacin misma de la poltica y de la democracia.29 Vale la pena ampliar el texto de Weber en Idem: En oposicin a toda especie de organizacin ocial burocrtica, la estructura carismtica no presenta ningn procedimiento ordenado para el Araucaria22-CP-.indd 171 07/09/2009 9:39:11172 Nelly ArenasChvezespropietariodeesedonylareconcentracindesupoder,ha corrido pareja con una exaltacin de su persona quiz nunca vista en Venezuela desde los tiempos de Guzmn Blanco en la segunda mitad del XIX y acaso Juan Vicente Gmez, en la primera del XX. La imagen del presidente se ha despa-rramado por toda la geografa nacional sin recato alguno. Gigantografas con su gura, que pueden ocupar hasta 10 pisos de enormes edicaciones, grandes vallas con su estampa de beisbolero, convocatorias de concursos cuyo tema es la exaltacin de su persona30, proyectos de monumentos para conmemorar su gesta, y hasta rplicas de su cuerpo entero trasmutadas en juguetes para regalar a los nios en navidad, pueblan el continente de un culto cuyo nico icono es Hugo Chvez Fras.A esta exaltacin de su persona no slo contribuye su entorno inmediato31 y sus bases de apoyo, sino tambin l mismo al convertir trazos de su propia biografa en un asunto de inters pblico cada vez que se dirige al pas. En todo caso, el carisma del presidente genera un vnculo emocional muy intenso consusadeptoscomoelquedemuestraestasfrasesdeLinaRon,conocida dirigente chavista durante la recoleccin de rmas con vistas al referndum revocatorio presidencial de 2004: Yo no voy a permitir ningn puesto de reco-leccin de rmas contra mi comandante en jefe, contra el hombre ms grande de esta patria, el hombre ms bueno el mesas de esta tierra. El que lo haga o me mata a mi o yo lo mato a ellos (sic) (en video Asociacin Civil Ciuda-dana Activa). O las de Mara Montiel, una lder guajira, para quien Chvez es su maleigua, es decir su dios, por quien, de acuerdo a su testimonio, las comunidadesindgenasestndispuestasadarhastasultimosuspiro(Vea, 14-04-2007:7). Con Chvez todo, sin Chvez nada, uno de los eslogan ms repetidos por sus afectos, revela que slo l llena de contenido el presente y el porvenir; con l la plenitud; sin l, el vaco, la ausencia, la nada. nombramiento o sustitucin; no conoce ninguna carrera, ningn ascenso, ningn sueldo, ninguna formacin profesional del portador del carisma, ninguna autoridad a la cual se pueda apelar.noexisteninstitucionesindependientesdelaspersonasydelestadodesucarisma puramente personal en la forma de las magistraturas burocrticas. El carisma conoce solamente determinaciones internas y lmites propios. El portador del carisma abraza el cometido que le ha sido asignado y exige obediencia y adhesin en virtud de su misin.30Estamos hablando en este caso de un aviso ocial publicado por la Ocina Nacional del Parlamento Andino en el ao 2005, convocando al concurso nacional Murales por la integracin latinoamericana. 31 Dosmuestras:enelforodePorto Alegre,IgnacioRamonetllamaChvezNuevoLi-bertadoryenelcumpleaos51delpresidente,lagobernacindelestadoCarabobopublic este ditirambo: La Repblica Bolivariana de Venezuela, celebra hoy un da que permanecer marcado en la historia nacional, al ver nacer en Sabaneta, Estado Barinas, a un ser que a travs de innumerables iniciativas, proyectos y misiones por la patria, a (sic) devuelto la sonrisa a cada uno de los habitantes de esta nacin bolivariana. El pueblo, el Gobierno Bolivariano de Carabobo y el Gobernador Luis Felipe Acosta Carlez, festejan y auguran muchos xitos por venir en este proceso y en su vida (en Vea, 28-07-2005:30).Araucaria22-CP-.indd 172 07/09/2009 9:39:11173 El populismo de Hugo Chavez: revirtiendo la democracia...Este fenmeno puede emparentarse con lo que Gellner (1996:28) ha llama-do los santos vivos para designar a personajes del Islam que realizaban sus servicios como santos al momento y en persona en vez de ser reverenciados, como ocurre en occidente, por su santidad del pasado: Uno se poda dirigir a los santos muertos a travs de los santos vivos Ellos eran los mediadores en este mundo. Chvez puede ser considerado un santo vivo que legitima su proyecto en quien puede ser considerado un santo muerto, el libertador Simn Bolivar. En efecto, el culto a Bolivar ha conformado una teologa bolivariana (Castro Leiva, 1987) o religin republicana (Pino Iturrieta, 2004), que incluso puede haber calado ms hondo que el mismo catolicismo, como advierte Castro Leiva. Es sobre la base de esta religin secular, muy bien cultivada y custodiada por los militares, donde el proyecto chavista ha echado sus ms fuertes races y de donde ha extrado sus mejores ofertas como la de la democracia participativa y protagnica (idea atribuida por el presidente a Bolvar) o, ms recientemente, el socialismo del siglo XXI el cual, segn el presidente, tuvo sus precursores tanto en el Libertador como en Jesucristo. De esta manera, sobre el culto bo-livariano o imbricado a l, se ha instalado otro, aquel que gira alrededor del presidenteChvezelcual,eventualmente,pudieradesplazarsehacialoque Linz (2006:16,17) ha llamado religin poltica la cual es concebida por los gobernantes como un medio de legitimacin de un movimiento y de un sistema poltico, que incorpora el culto a la personalidad. Para Juan Carlos Rey (s/f), lo ms peligroso de la supuesta denicin de la democracia que Chvez atribuye a Bolvar es que prescinde de todos los requisitos institucionales y formales que caracterizan a esta forma de gobierno y trata de caracterizarla solamente a partir de las consecuencias de las polticas gubernamentales: es democrtico el gobierno que produce la mayor felicidad, seguridad y estabilidad para el mayor nmero. A partir de tal denicin cual-quier forma de despotismo, ms o menos demoflico32, podra pretender ser una democracia, con slo proclamar que sus polticas se dirigen a aumentar el bienestar de las masas. Validos de esta religin bolivariana y de la que parece estar oreciendo a partir de s mismo, Chvez y sus apoyos consolidan un proyecto de sociedad en donde no parece haber espacio para lo que sea distinto: Lo vengo repitiendo desde hace varios aos. Todo lo que va a ocurrir debajo del sol tiene su hora, y esta es la hora de la revolucin. No hay cabida en Venezuela para ningn otro proyecto que no sea la revolucin bolivariana. Esta es la hora del pueblo bolivariano, del renacer (El Nacional, 27-11-2006: A-5).32Rey llama demoflia al amor por el pueblo, muchas veces proclamado, que no va acompa-ado por los procedimientos e instituciones de la democracia.Araucaria22-CP-.indd 173 07/09/2009 9:39:11174 Nelly ArenasEste lenguaje excluyente no slo se aplica a quienes estn del otro lado de la acera de la revolucin, sino que se extiende hacia quienes, aun apoyndole, se permiten alguna diferencia. As, en la ocasin del lanzamiento del Partido Socialista Unido de Venezuela dijo, rerindose a los sindicatos y a los partidos que se resisten a amalgamarse en un partido nico: Los sindicatos no quieren tener nada que ver con el partido ni con el gobierno; quieren ser autnomos, es una especie de chantaje los sindicatos nacieron con el mismo veneno de la autonoma33. Con respecto a los partidos aliados seal que se requiere el brazo industrial y el brazo poltico, el partido y los sindicatos, pero no cada unoporsulado,noautnomoslospartidosquierenautonomaytoman sus decisiones () eso no puede ser as, no vinimos a hacer bochinche sino unarevolucinLospartidosandanconformandogobiernitosregionales al margen de la lnea de gobierno, lo cual es una traicin34 (en htpp:www.derechos.org.ve/actualidad/coyuntura/2007 29-03-2007). El populismo chavista: representacin, sntoma y reverso?Estaaproximacinaldesenvolvimientodelproyectopolticochavista obliga a reexionar sobre el tipo de populismo que encarna el presidente Hugo Chvez y las posibles derivas del mismo hacia formas que puedan distanciarse de la democracia. En atencin a esta inquietud, hemos revisado los plantea-mientos de Benjamn Arditi (2004), quien ha desarrollado interesantes ideas sobre el populismo en sus vnculos con la poltica democrtica.Arditi ha propuesto pensar el populismo como rasgo recurrente de la poltica moderna el cual puede aparecer en espacios democrticos o no demo-crticos,examinandotresposibilidadesenqueelmismoescapazdemani-33A esta postura del presidente, respondi Orlando Chirino, coordinador nacional de la Unin Nacional de Trabajadores, agrupacin sindical que naci en las las chavistas como alternativa a la antigua CTV sealando que el presidente tiene un enfoque totalmente falso del trabajo gremial. Los sindicatos son organizaciones de los trabajadores, sin importar raza, gnero, ni partido poltico. Nuestra principal labor es la defensa de los empleados por lo cual consider una equivocacin el intento de incluir al movimiento sindical en el partido que propone el presidente ( Tal Cual, 27-03-2007:3).34El presidente ha amenazado con desalojar de sus puestos en el gobierno a aquellos partidos que no estn dispuestos a disolverse. Las respuestas de los stos han sido matizadas con un solo elemento en comn: la raticacin del apoyo de sus lderes al proceso revolucionario. El partido Podemos rechaza la imposicin de un pensamiento nico (Ismael Garca, Secretario General de Podemos en El Nacional, 11-03-2007:4). Otro de sus lderes, el gobernador del estado Aragua, ha dicho toda la vida hemos sido socialistas, pero eso si, socialistas democrticos, (Didalco Bolivar, El Universal, 17-03-2007:1-2). Patria Para Todos, se ha cuidado de no confrontar al pre-sidente abiertamente, pero no se disolver en el PSUV, como quiere el mandatario, por lo menos en el corto plazo; y el Partido Comunista, el de ms vieja data, justica su deseo de autonoma e independencia argumentando que si nos unimos perderamos la respetabilidad moral del comunismo (Jernimo Carrera, presidente del PCV en Panorama, 4-03-2007:2.2). Araucaria22-CP-.indd 174 07/09/2009 9:39:11175 El populismo de Hugo Chavez: revirtiendo la democracia...festarse. La primera es aquella en que el populismo aparece acompaando las formas mediticas de la representacin contempornea, tanto en democracias emergentescomoenlasconsolidadas,posibilidadcompatibleconlainsti-tucionalidad democrtica liberal. La segunda se expresa en el nfasis que el populismo puede colocar en los modos ms turbulentos del intercambio y la participacin poltica mantenindose al acecho detrs de los procedimientos democrticos, perturbando o renovando la poltica. La tercera opera como un reverso de la democracia pues a pesar de que nace en el seno de sta, acta a modo de antgeno que la conduce por la va del autoritarismo35 amenazando su propia existencia (Arditi, 2004:66). El chavismo, a nuestro juicio, describe estas tres posibilidades a lo largo de su trayectoria en el poder, como veremos.SostieneArditiquelaprimeramodalidadcolocaalpopulismoenla dimensindelosregmenespolticosentantoqueformaderepresentacin inscritadentrodelapolticademocrticacontempornea.Sinembargo,las relaciones del populismo con sta son ambiguas en varios sentidos. Uno de ellos es que los populistas se ven a s mismos menos como representantes que como portavoces del pueblo, es decir, como quienes portan las voces del pueblosinmodicarlas(desconando)delasiniciativasautnomasque empoderan a los ciudadanos para actuar por s mismos (las cursivas son del autor, ibidem:69). En efecto, tal como ha sostenido Paramio (2005:5) el lder populistanosepresentacomounpolticosinocomoalguiendelpueblo, como el verdadero representante de sus intereses frente a la oligarqua. De all que, argumenta, todas las organizaciones polticas y sociales que se pre-senten como un obstculo a su liderazgo, o no lo acepten, estarn condenadas a ser englobadas dentro de la oligarqua, debiendo ser reemplazadas por otras realmente populares (idem). Puede entenderse esto si se tiene en cuenta que en los populismos no existe un campo reconocido para expresar la disensin (dela Torre,2006:9)yaquellosquenohacenpartedelosseguidoresque aclaman al lder son invisibilizados, silenciados, no son tomados en cuenta y pueden ser reprimidos (Urbinati en de la Torre, Idem). El chavismo tipica muy bien esta manera de concebir y ejercer la repre-sentacin. Hugo Chvez acta no como un representante del pueblo sino como 35Una denicin genrica de autoritarismo aparece recogida en Bobbio, Mateucci y Pasquino (1983.125): En la tipologa de los sistemas polticos se suele llamar autoritarios a los regmenes que privilegian el aspecto del mando y menosprecian de un modo ms o menos radical el del consenso, concentrando el poder poltico en un hombre o en un solo rgano y restando valor a las instituciones representativas. De ah la reduccin a la mnima de la oposicin y de la auto-noma de los subsistemas polticos y la anulacin o la sustancial anulacin de contenido de los procedimientos y de las instituciones destinadas a trasmitir la autoridad poltica desde la base hasta lo alto. A nuestro juicio, y tambin genricamente, las tendencias del proyecto chavista delineadas en supra calzan sin dicultad en esta denicin.Araucaria22-CP-.indd 175 07/09/2009 9:39:11176 Nelly Arenassu propia personicacin, al desplegar un lenguaje de la pura similaridad como sealara Rosanvallon. Pero al mismo tiempo, en esa fusin lder-pueblo, este ltimo corre el riesgo de perder su libre albedro, su capacidad para desa-rrollar autnomamente sus propias iniciativas en vista de que en el imaginario del liderazgo chavista, la lnea que separa el poder del Estado de la sociedad que se pretende encarnar, aparece demasiado delgada. Pero el populismo tambin puede presentarse como un sntoma de la poltica democrtica. En este sentido, se posiciona junto con otros movimientos radicales en los bordes ms speros de la democracia (Arditi, ibidem: 72). Como sntoma, el populismo se comporta como un elemento paradjico que pertenece a la democracia (participacin, movilizacin, expresin informal de la voluntad popular) y a la vez impide que esta se cierre como un orden poltico normalizado (procedimientos establecidos, relaciones institucionales, rituales reconfortantes). En esta perspectiva, el populismo acta, segn el autor, como un momento interno de las democracias liberales al mismo tiempo que como un elemento que perturba el espacio normalizado en el que se desenvuelve la poltica (ibidem: 73). Esto se debe, agrega, a que la poltica en la democracia representativa concede ms importancia a las mediaciones institucionales que al carisma: se vale de contrapesos estatutarios para poner a raya los poderes discrecionales de los lderes polticos y persigue los acuerdos a travs de las negociaciones entre las elites. El populismo altera estas maneras al montar su desafo sobre la cara redentora de la democracia. Como promesa de redencin, la movilizacin populista ejerce presin sobre los presupuestos de la democra-cia representativa y apela a la movilizacin popular informal para lograr sus objetivos, incluso si ello violenta sus presupuestos (ibidem: 74). Chvez y el chavismo se han comportado como sntoma de la pertur-bacin que experimenta la democracia venezolana desde hace unas dcadas. Cuando las representaciones partidistas no fueron ya capaces de canalizar y atender las demandas de los venezolanos, particularmente de sus sectores ms empobrecidos,entonceselsntomasemanifestenla guracarismticade Hugo Chvez. Las mediaciones institucionales ya de por s disminuidas por laprdidadesulegitimidad,terminaronentoncespordesvanecersesiendo ocupado su lugar por la del militar outsider, gura protagnica del golpe de 1992.Lamovilizacindemasasquesuliderazgofuecapazdecristalizar invocando la redencin de los desamparados justic cualquier disturbio de las formas sobre las cuales se enriela la democracia liberal. De este modo, la delegacin que recibi el presidente de manos de la poblacin que le vot mayoritariamente justic la concentracin de poder en el ejecutivo y el des-conocimiento del derecho de las minoras en el que se asienta parte importante del sistema democrtico liberal36.36Una buena muestra de este sntoma lo encontramos en algunas posturas de representantes del chavismo como la diputada Iris Varela, quien desdea crudamente el principio de respeto por Araucaria22-CP-.indd 176 07/09/2009 9:39:12177 El populismo de Hugo Chavez: revirtiendo la democracia...Esa conducta del rgimen chavista sugiere que Venezuela estara enca-minndosehacialaterceramodalidadqueidentica Arditi;aqullaquese presenta como una amenaza a la democracia y nos remite a la indecibilidad estructuraldelpopulismo,pueselmismopuedeacompaarlatantocomo acosarla. En este ltimo caso, el populismo se maniesta como reverso de la vida democrtica. La promesa de redencin puede contribuir a la renovacin poltica canalizando y potenciando la energa participativa proveniente del lado redentor de la poltica, pero como reverso, el populismo puede resultar peligroso paralaprcticademocrtica(cuando)elreversosevuelvedominante,la democracia est lista para retirarse de la escena poltica. (Ibidem: 77)Las lneas que ms recientemente dibujan su proyecto, condensadas en los cinco motores, como viramos, informan sobre un peligro de autoritarismo37 que se asoma cada vez ms con mayor mpetu. Las muestras de intolerancia que ha mostrado Chvez con quienes muestran algn tipo de disidencia, as como la reconcentracin de su poder, evaluados en pginas anteriores, pudieran derivar en formas polticas ms conscatorias todava del juego democrtico. La intencin de modicar la Constitucin para garantizar la reeleccin presidencial indenida mostrada por el presidente, bajo el supuesto de que Venezuela slo puede ser gobernada por Chvez (entrevista al presidente realizada por el canal de televisin regional, Promar, el da 24-09-2006), introducen preocupantes signos con respecto al futuro de la democracia venezolana. No obstante, no estamos en capacidad de determinar cundo este lado inquietante del cha-vismo pueda traspasar la lnea y convertirse en su reverso. Esto ser, como alega Arditi(enIbidem:78),rerindosegenricamentealfenmeno,una cuestin de juicio poltico no susceptible de ser establecido por mandato conceptual.En todo caso, el gobierno chavista parece estar replicando algunos rasgos de regimenes que no obedecen a las formas de comportamiento democrtico la minora. As, a propsito de la discusin sobre la reforma de la ley del Banco Central y del Cdigo Procesal Penal, ante las crticas que a esos proyectos formularan los factores opositores que en ese momento hacan vida parlamentaria, la diputada seal que. No van a poder impedir las reformas que nos de la gana de hacer en este pas, para eso tenemos la mayora en www.ultimasnoticias.com.ve. De esta manera, la diputada vulnera los principios democrticos al trocar el poder de la mayora en derecho de la mayora (Dhal, 1999:59).37Este perl es percibido tanto por intelectuales venezolanos, como por no venezolanos. As, Federico Welsch ha sostenido que Estamos en un rgimen autoritario, en el que aparecen rasgos totalitarios hay una dinmica peligrosa, que lleva a la desaparicin de la poltica como escenario para el debate. El autoritarismo podra considerarse como antesala, aunque podra quedarse slo ah ( Tal Cual, 15-09-2006:2). Por su parte, Margarita Lpez Maya, ( El Nacional, 2007:A-2), hasealadoquenotengoclarosielsocialismochavistaserdemocrticohaytendencias autoritarias muy fuertes mientras que Carlos Monsivais, reconocido intelectual mexicano, ha insistido en que la izquierda no es solamente la justicia de la causa del enfrentamiento de la desigualdad, sino los mtodos (con que se hace esta justicia). Y los mtodos del presidente Chvez me resultan muy autoritarios y en esa medida incompartibles ( Tal Cual,17-04-2007).Araucaria22-CP-.indd 177 07/09/2009 9:39:12178 Nelly Arenassinqueseaposibleenestemomentoidenticarestrictamenteencuallugar dentrodelcontinuumdemocracia-totalitarismopodraubicarse.Deloque s podemos estar seguros es de que la dinmica recientemente tomada por el proyecto pareciera estarlo conduciendo a un lugar cada vez ms distante del punto inicial del continuum.El chavismo: autoritarismo y sultanismo en un hbridoSi seguimos la tipologa propuesta por Linz y Stepan38 para analizar los problemas de las transiciones y consolidacin de las democracias, podramos concluir que Venezuela encaja con dicultad en los moldes de las democracias occidentales. As, las arenas en las que debe desenvolverse una democra-cia para ser calicada como tal, segn ambos autores, aparecen sumamente desdibujadas hoy en Venezuela. Estas arenas son cinco, a saber: estado de derecho, sociedad civil autnoma, sociedad poltica con derecho de acceder y ejercitar el poder, burocracia profesional y apoltica, sociedad econmica que provee medios de sustento a la sociedad civil y de recursos al Estado (Linz y Stepan, 1996: 7-15). Por lo que respecta al Estado de derecho, la conscacin que el chavismo ha llevado a cabo de los poderes pblicos, afecta el funcionamiento indepen-diente de cada uno de stos en menoscabo de la institucionalidad democrtica; las organizaciones de la sociedad civil, como las empresariales y las sindicales, como se ha dicho, se han visto cada vez ms diezmadas y no gozan de reco-nocimiento por parte del rgimen; la fractura del sistema poltico precedente deriv en una sociedad poltica opositora dbil la cual, amn de sus propios errores polticos, se ha visto aun ms debilitada en virtud de la conscacin de espacios institucionales por parte del gobierno. Mientras tanto, algunos de los rasgos que los autores atribuyen al autoritarismo y al sultanismo, pueden ser apreciados en las prcticas del gobierno de Hugo Chvez. As, podramos hablardeunpluralismopolticolimitado,comoelqueseproduceenlos regmenes autoritarios, toda vez que las prcticas polticas opositoras son apre-ciadas por el rgimen como ilegtimas por cuanto las mismas obedecen segn ste, al mandato tanto de la oligarqua nacional como al de agentes forneos ligados a los intereses del imperio estadounidense. Empero, persiste la liber-tad de organizacin, aunque con riesgos de cooptacin y coaccin; as como tambin de movilizacin poltica y protesta pblica, aunque crecientemente 38 Democracia, autoritarismo, totalitarismo, postotalitarismo y sultanismo, son los tipos ideales de regimenes polticos que Linz y Stepan distinguen en las sociedades contemporneas. El ltimo de estos regmenes, el sultanismo (cuyo perl es extrado por los autores de Max Weber, para quien esta forma poltica representa el caso extremo de patrimonialismo) opera sobre la base de ladiscrecionalidaddelsultncuyoejerciciodegobiernoatiendeasusintereseparticulares (ver Linz y Stepan, 1996:51).Araucaria22-CP-.indd 178 07/09/2009 9:39:12179 El populismo de Hugo Chavez: revirtiendo la democracia...amenazada por actuaciones represivas por parte del Estado.39 Al contrario de lo que sucede con el pluralismo poltico, de acuerdo a Linz y Stepan, en los autoritarismos encontramos amplio pluralismo econmico y social. Trayendo esta caracterstica a nuestro caso, pudiramos decir que, gracias a los ingentes recursos rentsticos que maneja el Estado, el pluralismo econmico en Vene-zuela ha sido histricamente limitado. Chvez no ha hecho sino profundizar esalimitacinenvistadesuconcepcinexacerbadamenteestatistadela economa.40 Por otra parte, a pesar de que el pluralismo econmico y social no desaparece en los regmenes sultnicos, el mismo aparece sujeto a inter-venciones impredecibles y despticas por parte del lder mximo. Es esto lo que ocurri por ejemplo en noviembre de 2001, cuando el ejecutivo promulg 49instrumentosjurdicosdeordensocioeconmicosinqueseconsultaraa los actores afectados por los mismos, contrariando el espritu participativo de la Constitucin del 99 y desatando la crisis de ingobernabilidad que tuvo su momento culminante en el golpe de Estado de abril de 2002. El modo como el presidente adelanta la reforma constitucional, as como la habilitacin de la que fue objeto, ponen al rgimen en una posicin ms prxima a un sistema desptico que a uno democrtico.De la misma manera, como sealan los autores, ningn grupo ni individuo de la sociedad civil o poltica est libre del poder desptico del ejercicio del sultn. En nuestro caso este poder no se ejerce en forma directa y visible sino teniendo como intermediarios a ciertos grupos organizados o las instituciones que han sido controladas por los partidarios del presidente. Es el caso, por ejem-plo, de los medios de comunicacin privados. Los frecuentes ataques verbales 39Es lo que aseveran representantes de Provea, una de las ms conocidas organizaciones de derechos humanos del pas en sus informes correspondientes a 2006 y los primeros 4 meses de abril de 2007 en los cuales se sostiene que el gobierno exhibe cada vez menos tolerancia con la protesta social. As, en el ltimo semestre de 2006, un mayor nmero de actos de esta naturaleza fue reprimido en comparacin con los 7 aos anteriores y las agresiones y detenciones a manifes-tantes se elev en un 130%. En lo que respecta al primer lapso de 2007, la organizacin report 99 detenciones y 39 heridos por cuerpos de seguridad y defensa del Estado. Para ms detalles ver El Nacional, 9-12-2006:A-2 y El Universal, 5-05-2007:1-6).40 Laeconomavenezolanaviveunprocesodeintervencinestatalcadavezmsintenso: control sobre las divisas, sobre las tasas de inters, sobre los precios son los ingredientes que marcan esta dinmica. La Ley de Tierras es una de las mejores expresiones de este fenmeno. A partir de la misma el Estado se erige como fuerte controlador del sector agrario al someterlo a una planicacin centralizada que domina todo lo concerniente al proceso productivo del campo. Al contrario de lo que se cree, dicha ley no otorga la propiedad de la tierra a los campesinos: el Estado la retiene para s, cedindola en calidad de prenda a los potenciales productores. Re-rindose al caso especco de los empresarios, Baptista (2004:321), ha puesto de maniesto que mientras el poder conserve todas las prerrogativas, incluyendo las econmicas, las as-piraciones individuales habrn de vivir una situacin intolerable de zozobra, o mejor, que en esas condiciones simplemente no podrn orecer al disponer el Estado de medios propios, con prescindencia de los privados, goza de un grado adicional de autonoma que limita la existencia y la frena en sus designios y propsitos.Araucaria22-CP-.indd 179 07/09/2009 9:39:12180 Nelly Arenasdel presidente contra stos, han servido de justicacin a manifestaciones de protesta y amenaza contra los mismos e incluso de no pocas agresiones contra periodistas. Paralelamente, instituciones pblicas como la autoridad impositiva (SENIAT) y el organismo regulador de las telecomunicaciones (CONATEL), someten a estos medios a frecuentes reparos y sanciones.La imbricacin de lo privado y lo pblico, otro rasgo presente en el sulta-nismo, tambin puede ser identicada en el gobierno de Hugo Chvez, teniendo su ms conspicua expresin en el modo patrimonialista como el ejecutivo ma-neja las nanzas. As, la manera como conduce el presupuesto pblico queda de maniesto en estas palabras presidenciales: Si pero fjate, yo tengo unos realitos por ah, tu sabes que yo siempre tengo por ah unos realitos y si ustedes me piden, me convencen, yo les quiero asignar unos recursos que tengo por ah, bueno, son recursos del pas, no son mos, pero que yo los aparto por ah. (Al, Presidente nmero 150, desde Mucuches, estado Mrida, 18-05-2003 en www.gobiernoenlinea.ve) Peroesenelplanosimblicodonde,anuestrojuicio,elgobiernode Chvez traduce mejor algunos rasgos sultnicos. En estos regmenes, siempre siguiendo a Linz y Stepan, se produce una manipulacin muy arbitraria de los smbolos.