El poder de la sangre -...

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210 C C uando Jesús fue crucificado junto con dos malhechores, los judíos pidieron a Pilato que quebraran las piernas de los crucificados para que sus cuerpos no quedaran en la cruz el día sábado. Los soldados hicieron esto con los dos malhechores que todavía estaban vivos. Llegando al Señor y viendo que ya había muerto, no fue necesario hacerlo. Pero uno de los soldados quiso asegurarse de que en realidad había muerto y le metió la lanza en el costado. El evangelio dice que “al instante salió sangre y agua”. La acción de este soldado es muy importante para nosotros los cristianos. Cuando Jesús derramó su sangre en la cruz, Dios abrió para la humanidad, la oportunidad de ser perdonada de todos sus pecados y, una vez redimidos, su sangre se convierte en la fuente de poder para vencer todos los poderes de las tinieblas. Muy pocos cristianos entienden verdaderamente lo que Dios puso a su disposición mediante su muerte en la cruz. Quizá algunos comprendan un poco la virtud justificadora, en el inicio de su relación con Cristo, pero no todos se valen del poder que tiene su sangre para vivir victoriosamente. Algunos que claman por “la sangre de Cristo” ante una amenaza satánica, lo hacen mecánicamente porque habrán oído a otros decirlo, pero desconocen las razones bíblicas de este poder. El pacto de sangre El derramamiento de sangre fue establecido por Dios desde el principio para corregir la desobediencia y restaurar la relación entre él y el hombre. Dios había dicho a Adán y a Eva que no comieran del árbol del conocimiento del bien y del mal porque: “El día que de él comas, ciertamente morirás” (Génesis 2:17). Adán y Eva comieron. La malicia entró a sus vidas, sus ojos se abrieron y descubrieron que estaban desnudos y su desnudez les produjo miedo y vergüenza. Se hicieron delantales de hojas para cubrirse, pero Dios hizo El poder de la sangre El poder de la sangre Por Hugo M. Zelaya “Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua” (Juan 19:34).

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CCuando Jesús fue crucificadojunto con dos malhechores,los judíos pidieron a Pilato

que quebraran las piernas de loscrucificados para que sus cuerpos noquedaran en la cruz el día sábado.Los soldados hicieron esto con losdos malhechores que todavía estabanvivos. Llegando al Señor y viendoque ya había muerto, no fuenecesario hacerlo. Pero uno de lossoldados quiso asegurarse de que enrealidad había muerto y le metió lalanza en el costado. El evangelio diceque “al instante salió sangre y agua”.La acción de este soldado es muyimportante para nosotros los

cristianos. Cuando Jesús derramó susangre en la cruz, Dios abrió para lahumanidad, la oportunidad de serperdonada de todos sus pecados y,una vez redimidos, su sangre seconvierte en la fuente de poder paravencer todos los poderes de lastinieblas. Muy pocos cristianosentienden verdaderamente lo queDios puso a su disposición mediantesu muerte en la cruz. Quizá algunoscomprendan un poco la virtudjustificadora, en el inicio de surelación con Cristo, pero no todos sevalen del poder que tiene su sangrepara vivir victoriosamente. Algunosque claman por “la sangre de Cristo”ante una amenaza satánica, lo hacenmecánicamente porque habrán oído a

otros decirlo, pero desconocen lasrazones bíblicas de este poder.El pacto de sangreEl derramamiento de sangre fueestablecido por Dios desde elprincipio para corregir ladesobediencia y restaurar la relaciónentre él y el hombre. Dios había dichoa Adán y a Eva que no comieran delárbol del conocimiento del bien y delmal porque: “El día que de él comas,ciertamente morirás” (Génesis 2:17).Adán y Eva comieron. La maliciaentró a sus vidas, sus ojos se abrierony descubrieron que estaban desnudosy su desnudez les produjo miedo yvergüenza. Se hicieron delantales dehojas para cubrirse, pero Dios hizo

E l p o d e r d e l a s a n g r eE l p o d e r d e l a s a n g r e

Por Hugo M. Zelaya

“ P e r o u n o d e l o s s o l d a d o s l e a b r i ó e l c o s t a d o c o n u n a l a n z a ,y a l i n s t a n t e s a l i ó s a n g r e y a g u a ” ( J u a n 1 9 : 3 4 ) .

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túnicas de las pieles de animalessacrificados y los vistió.Este acto de Dios y del hombre es muysignificativo. Se registra paraenseñarnos, primero, que hay una solamanera de vivir y es de acuerdo a ladirección de Dios provista en susmandamientos; y no importa lamanera en que lo veamos, sea comouna sentencia de Dios por ladesobediencia o una consecuencia deesta, el resultado es el mismo: muerte.No obstante, cuanto más nosacercamos a Dios, más comprendemosque los mandamientos de Dios no soncaprichosos. No fueron dados paralimitar nuestra libertad ni paraimpedirnos gozar en la vida. Todo locontrario, sus mandamientos son lasinstrucciones para una relación justacon él y para una vida plena de gozo.En segundo lugar, este acto enseñaque Dios derramó sangre para cubrir aAdán y a Eva. Dos animales inocentesmurieron por el pecado de ellos(pecado es la desobediencia a susmandamientos) y la Escritura dice que“sin derramamiento de sangre no hayremisión” (Hebreos 9:22). Elsimbolismo es muy significativo.Las preguntas de Dios a Adán y a Evano fueron para que se le informara delo que habían hecho. Su atributo deomnisciencia nos dice que él lo sabetodo aún antes de que las cosasacontezcan. “¿Dónde estás? ¿Quién teenseñó? ¿Has comido? ¿Qué es lo que hashecho?” son una petición de ordenpara que tengan bien claro lo que hanhecho y reconozcan su pecado y loconfiesen. Ya Dios sabe cuando hemospecado, pero todavía él exige nuestraconfesión, con tristeza por haberloofendido, para recibir el perdón denuestro pecado. Todos los pecadosconfesados son expiados, reparados,borrados, pagados por elderramamiento de la sangre denuestro Señor.El pecado nos separa de Dios (muerteespiritual) como advirtió Dios alhombre. Romanos 5:12 dice que “elpecado entró en el mundo por un hombrey por el pecado la muerte, así la muertepasó a todos los hombres, por cuanto todospecaron”. El ser humano nace muerto

espiritualmente aunque tenga vidanatural. Adán no murió naturalmentede inmediato. La obra de Dios era tanperfecta que le llevó a Adán 930 añospara que se cumpliera la advertenciaen el aspecto natural (Génesis 5:5). Lamuerte espiritual fue inmediata. Dios se vio confrontado con un dilema(esta es una forma humana de hablar)en relación con la desobediencia deAdán y de todos los hombres. Dios esjusto y es misericordioso. ¿Cuál de losdos atributos escogerá? Por un lado,es necesario que el Juez de toda latierra castigue al transgresor deacuerdo con su delito. Su justiciademanda la muerte del ofensor. Porotro lado, Dios es amor, y su afectopor la creación lo mueve a sermisericordioso y concederle el perdón.Tiene dos opciones. Satisfacer sujusticia o su gracia y misericordia.Ejecutar la sentencia de muerte osalvar al pecador. Con perfecto apegoa su persona, Dios encuentra lamanera de hacer ambos. Busca unsubstituto que muera por el pecadorrespondiendo a su justicia y perdonaal transgresor satisfaciendo sumisericordia. Hay una tensión entre estas dosverdades: la enormidad del pecado yla enormidad de la gracia de Dios.Pablo dice en Romanos 5:20 que“cuando el pecado abundó, sobreabundó lagracia”.El significado del pacto de sangreDios escoge hacer un pacto de sangrecon el hombre. Sacrifica dos animalesque toman el lugar de Adán y Eva,bajo sentencia de muerte y restaura surelación con ellos. Por primera vez sederrama sangre para cubrir lospecados de dos personas y de esamanera Dios instituye los sacrificiosen un pacto de sangre para restaurarla relación del hombre con su creador.Las pieles que los cubrían seconvirtieron en un recuerdo deanimales a los que ellos mismoshabían dado nombre, víctimasinocentes sacrificadas en sustituciónde los culpables.Dios estableció dos cosas desde elprincipio: en primer lugar, la muerte

del culpable a menos que otro tome sulugar: una vida por otra; y en segundolugar, establece el derramamiento desangre para el perdón de los pecados.La sangre del inocente por el alma delculpable. Años después, Dios ratificaesta ordenanza cuando da la ley alpueblo suyo por medio de Moisés.Hebreos 9 dice que “ni aun el primerpacto fue instituido sin sangre” (v.18), yque Moisés tomó la sangre de losanimales sacrificados, y roció el libro ya todo el pueblo y dijo: “Esta es lasangre del pacto que Dios os ha mandado”(v.20).¿Cómo funciona este pacto desangre? No hay vida aparte de Dios. Él es elcreador y sustentador de la vida y sóloél tiene el derecho de darla y quitarla.La Biblia dice en Levítico 17:11 que lavida de la carne está en la sangre, yque Dios la ha dado para hacerexpiación… por vuestras almas. Alguienha dicho que la sangre es la firma depropiedad de Dios. Nadie tienederechos sobre la vida de otros. Elhombre es incapaz de dar vida, y leestá decididamente prohibidoquitarla. El homicidio es uno de lospecados más detestados por Dios,porque es la usurpación del derechode propiedad que le pertenece sólo aél. Dios demanda que esta ofensa sepague con sangre, con la muerte delhomicida. Los sacrificios del AntiguoTestamentoTodos los sacrificios en el AntiguoPacto eran precursores del sacrificiode Cristo en la cruz. El pecador debíaejercer su fe y confesar haber ofendidoa Dios. Él, al ver esa sangre,perdonaría sus pecados. Diosconcedía el perdón. “Se consideraba,en tiempos del AT, que la sangre delos animales era la propia vida, creadapor Dios (Levítico 17.11). Respecto delsacrificio de animales, la sangreacentuaba la muerte violenta de lavíctima (Levítico 1.5–9). La expiaciónde los pecados se obtenía por estasangre, vertida en sacrificio (Levítico17.11; Hebreos 9–10). En el NT, la«sangre de Cristo» significa la muertesacrificial de Jesús, por medio de la

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cual somos reconciliados con Dios(Efesios 1.7; 2.13; Colosenses 1.20). Elvino de la última cena representa lasangre de Jesús, vertida para remisiónde los pecados (Mt 26.27–28;1ª Corintios 11.25).” 1

La sangre de Cristo Sin una revelación del Espíritu Santo,no podemos apreciar debidamente lagravedad del pecado y el precio delperdón y la purificación. Dios toma elpecado muy en serio porque rompenuestra relación con él, una relaciónque él mismo ha establecido, que nacede su corazón de Padre. Es unarelación de mayor a menor; de un serfinito hacia seres pasajeros; de un sertodopoderoso hacia débiles criaturas. Podemos entender un poco cuandoleemos el Antiguo Testamento: enLevítico 6 se dan las instruccionespara el ritual del sacrificio expiatorio.Dice el versículo 25 que la carne de laofrenda por el pecado es cosasantísima. Representa el cuerpo denuestro Señor. El sacerdote comía deesta carne. Jesús dijo que el que comasu carne y beba su sangre tiene vidaeterna (Juan 6:54). Es obvio que se refiere al sacrificio desu cuerpo. En Levítico 6 además decomer la carne del sacrificio, elsacerdote rociaba la sangre hacia elvelo y la untaba en los cuernos delaltar de incienso (Ver también Éxodo12). El pecador sólo tenía que mirarhacia arriba, donde había sidoaplicada la sangre, y saber que suspecados habían sido perdonados.Nosotros también podemos ver aJesús y saber que estamos limpios depecado para servir a Dios. Juan 1:9dice que “si confesamos nuestrospecados, él es fiel y justo para perdonarnuestros pecados y limpiarnos de todamaldad”.Por más que el diablo intente sacarnosla “ropa sucia” y quiera que volvamosa confesar nuestros pecadosperdonados, es importantemantenerse firme y no ceder a suinsistencia, porque esto equivale aconfesar que su sangre no es suficienteo que no tiene poder para perdonar.El Espíritu Santo nos da seguridad de

que pecado confesado es pecadoperdonado.

Efectos de la sangre de Cristo

En Éxodo 12 Dios está por liberar aIsrael de la esclavitud en Egipto: dainstrucciones a las familias para quematen un animal sin defecto y untenla sangre en los postes y en el dintelde las puertas. Otra vez Dios quiereque la sangre sea visible. La sangre osserá por señal (v. 13): señal para Dios,para el hombre y para el diablo. Lasangre apartaría al ángel de la muertede las casas de los israelitas; indicaríaa Satanás que esa casa estaba bajo laprotección de Dios, y sería untestimonio, ante todos, de la gracia deDios para su pueblo y del poder de lasangre de un sustituto que vendríasiglos después a liberarnos del poderde las tinieblas. Como ellos, nosotrostambién tenemos que aplicar la sangrede Cristo en nuestras circunstancias.Tiene el mismo efecto que en Éxodocapítulo 12.

¿Cuáles son algunos de los efectos deaplicar la sangre de nuestro Señor, enfe? En primer lugar, satisface todas lasdemandas de Dios. En segundo lugar,hace expiación por los pecados yborra la culpa, como si nuncahubiésemos pecado; nos reconcilia conDios (Efesios 2:13); nos hace estar enpaz con él (Colosenses 1:20). En tercerlugar, su sangre nos redime. Elpecador vende su alma a Satanás porel placer que este le ofrece. Quizásmuchos no lo sepan, pero el diablonunca da algo por nada. Satisfacemomentáneamente los deseos de lacarne a cambio de nuestras almas. Elsacrificio de Cristo nos vuelve acomprar para Dios (Efesios 1:17). Susangre es el precio que Dios pagó pornosotros. Otros beneficios: somos justificados,como si no hubiéramos pecado(Romanos 5:9). Limpia la concienciade obras muertas (Hebreos 9:1). Abreel camino a la presencia de Dios(Hebreos 10:19).

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La sangre como arma

La muerte de Cristo en la cruz fue elmomento decisivo para la victoria dela humanidad. En apariencia, elenemigo había ganado la guerracontra nuestro representante, el Hijodel Hombre, y quizás así lo creyeraeste. Recordemos la lucha que huboen el cielo cuando los ángeles caídosperdieron la revuelta encabezada porLucifer contra Dios en un intento dequerer usurpar aquél Su trono, o porlo menos llegar a ser semejante a él(Lea Isaías 14). Lucifer conoce lasEscrituras (quizás mejor que muchosde nosotros) y había elaborado todauna estrategia, durante siglos,esperando este momento cuando elPadre lo “desampararía” y el Señorquedaría vulnerable a su ataque.

Había buscado la oportunidad dederrotar a Jesús durante su vida;primero, al inicio del ministerio. Silograba desviarlo del propósito deDios, habría ganado. Pero el Señor semantuvo firme y no permitió quenada ni nadie lo desviara del caminoque su Padre le había trazado. Nopermitió que el hambre, ni sucondición de Hijo, ni la auto-preservación, lo sacaran de su curso.Haber convertido las piedras en pansin que el Padre se lo ordenara habríasido equivalente al ejercicio de supropia voluntad y no la del Padre.Tirarse al vacío para que el Padre lopreservara correspondía a dudar de lapalabra del Padre. Por su mente ni porun instante le pasó adorar a otro queno fuera su Padre. Satanás le ofrecíauna salida que le hubiera evitadomorir en la cruz (Lea Mateo 4).

La cruz era la voluntad del Padre.Tres veces le pidió que cambiara esa“copa”, no porque temiera sufrir latortura a la que fue sometido en lahorrenda muerte de la crucifixión: élsabía que había sido enviado a morirpor nosotros. Era el contacto con elpecado de toda la humanidad, detodos los tiempos, que le causabanáuseas. Cuando el Padre le aseguróque era la única manera en que podíaredimir a la humanidad perdida, elSeñor aceptó.

Satanás reunió a todo su ejército dedemonios para dar el golpe de gracia,pero el Señor estaba confiado. Élhabía anticipado a sus discípulos que“el príncipe de este mundo” vendría,pero que “él nada tiene en mí” (Juan14:30). De haber tenido, Satanás, lamás mínima razón, las cosas hubieranresultado distintas. Pero Jesús era elsacrificio perfecto. El Padre aceptó susacrificio una vez por todas ynuevamente derrotó a todas lasfuerzas de maldad. Esta vezdefinitivamente y para toda laeternidad.Las autoridades judías rodaron unaenorme y pesada piedra a la entradade su tumba. Toda la autoridad deRoma estaba representada en lossellos que impedían a los hombresprofanar la tumba. La autoridadsatánica apostó a todo su ejército enun último y desesperado intento deimpedir la victoria del Señor. Peronada de esto fue suficiente. El EspírituSanto entró en aquella tumba dondeyacía el cuerpo sin vida del Señor ydeclaró al Hijo del Hombre vencedorpor toda la eternidad, sobre todaautoridad terrenal y diabólica.

Colosenses 2:14-15 dice:

“Él anuló el acta de losdecretos que había contra

nosotros, que nos eracontraria, y la quitó de en

medio clavándola en la cruz.Y despojó a los principados ya las autoridades y los exhibió

públicamente, triunfandosobre ellos en la cruz”.

Cuando la palabra de Dios dice enÉxodo 12:13 que “la sangre os será porseñal”, está significando que un día supropio hijo sería sacrificado por elpecado de todos los hombres, y que susangre nos cubriría para protegernosdel espíritu de muerte. Y así comoIsrael creyó a Dios que la sangre de uncordero los protegería del ángel de lamuerte y la untó, por fe, en el dintel ylos postes de las puertas, nosotrostambién debemos ejercer nuestra fe y

aplicar la sangre de Jesús en nuestrascircunstancias. No tiene ningún efectosi se hace mecánicamente o porque aotro le dio resultado. Tenemos quecreer que Dios cumplirá su palabra.Los israelitas podían ver la sangre delcordero. Nosotros no podemos ver lasangre de Cristo, pero los demonios síla pueden ver y no puedenpermanecer donde esté aplicada. Ellosreconocen la victoria del Señor y supropia derrota. Reconocen que hemoscambiado de señor y que ya no lespertenecemos. No tienen poder sobrenosotros porque ahora pertenecemosal Señor. Fuimos comprados con susangre y estamos bajo la protección deaquél que los derrotó. Más querespeto, los demonios temen al Señory reconocen su autoridad (Recuerde alendemoniado gadareno en Marcos 5).El campo de batalla donde se libraesta guerra día y noche es la mente. Lalucha es a muerte contra el reino deDios en nuestras vidas. El mundo, lacarne y el diablo conspiran parahacernos caer nuevamente bajo supoder. Pero tenemos el poder de susangre para derribar fortalezas,imaginaciones y todo pensamientoque se exalta contra el conocimientode Dios (Lea 2ª Corintios 10:5-6).Tenemos que estar sujetos al señoríode Cristo para que su sangre tengaefecto en nuestras vidas.Hay un versículo en Apocalipsis, quecierra la historia de la humanidad conuna exclamación de victoria que nosda confianza en nuestra lucha contrael enemigo. El fin de todas las cosas esque “Ellos lo han vencido por medio de lasangre del Cordero y de la palabra deltestimonio de ellos, que menospreciaronsus vidas hasta la muerte” (12:11). ∆1 Diccionario Biblia de Estudio R.V.1995 – Edición de estudio

Hugo M. Zelaya es director de ConquistaCristiana. Es el fundador de laFraternidad de Iglesias y Ministerios delPacto que da cobertura a varias iglesias enCosta Rica. Actualmente reside con suesposa Alice, en Alajuela, Costa Rica.

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EEstamos aprendiendo la verdadque fue escrita hace muchosaños en Eclesiastés 4:9-12:

“Mejor son dos que uno, pues recibenmejor paga por su trabajo. Porque si caen,el uno levantará a su compañero; pero ¡aydel que está solo! Cuando caiga no habráotro que lo levante. También, si dosduermen juntos se calientan mutuamente,pero ¿cómo se calentará uno solo? A unoque prevalece contra otro, dos lo resisten,pues cordón de tres dobleces no se rompepronto”.

No es que dos o tres individuos seansiempre más poderosos, sino que doso tres individuos funcionando comouna sola persona son más poderosos.Dicho de otra manera, un equipotrabajando en unidad es máspoderoso que una colección deindividuos. Hay un poder misterioso que esliberado en la armonía. Esto es ciertocon grupos, naciones, corporaciones,familias, e iglesias también. El Salmo133 dice que es bueno y agradable quelos hermanos habiten juntos enarmonía. Pero también dice otra cosa:“Allí envía Dios bendición y vida eterna”.Hay una dinámica divina en launidad.

Jesús lo dijo de esta manera: “Dondeestán dos o tres congregados en minombre, allí estoy yo en medio de ellos”.La unidad de espíritu es bendecidapor la revelación de su presencia (veaMateo 18:20). Y, en Juan 17:21, Jesúsoró para que fuésemos uno, a fin deque el mundo creyera que el Padre lohabía enviado. La unidad tiene unefecto que va más allá de las personasdirectamente involucradas.

La comunión

¿Qué es la comunión? La comunión sepuede definir como una actividaddonde se comparte la vida. En lasSagradas Escrituras; una de las formasen que esta comunión se manaifiestaes comiendo juntos, compartiendo lamisma comida, partiendo el pan ypasando sal (un símbolo de pacto). Laobservancia más sagrada para loscreyentes en Cristo Jesús es elcompartir del pan y del vino en lacomunión o la santa cena, la comidadel pacto. Ninguna otra cosa refleja demanera más perfecta el propósito deDios como el cumplimiento de estacelebración.

La anatomía de la comunión, o de lavida compartida, es que el amor (elamor de Dios) es compartido, laverdad (la verdad de Dios) escompartida y la conciencia de supresencia es compartida. Es en estecontexto que Jesús se revela a símismo por el Espíritu Santo.

Dios busca la comunión

Uno de los grandes misterios de lavida es que el Dios que hizo todas lascosas, hizo al hombre a su imagenpara este propósito: para tenercomunión con él. Es lo que él y Adántuvieron en el paraíso terrenal. Queun Dios santo, soberano, omniscientequiera compartir vida y relación conun mortal es otro misterio profundo eincomprensible. Pero él hace ambosmisterios; y tanto la Biblia como laexperiencia humana lo confirman. Nosólo él desea esto con nosotros;también desea que nosotroscompartamos nuestra vida unos conotros. Cuando lo hacemos, él se revelaa nosotros y, a través de nosotros, al

mundo. Jesús vino a restaurar lacomunión con el Padre y la de unocon el otro.En Génesis 5 se habla de que Enoccaminó con Dios, y fue llevado a lapresencia de Dios. Génesis 12 habla deque Abraham siguió a Dios y fuebendecido. Éxodo 3 habla de queMoisés conoció a Dios en la zarzaardiente, y allí vino a conocer lamisión de su vida.Nosotros podemos compartir vida yrecibir revelación de Dios. Pero elpropósito de la comunión con Dios vamás allá de la bendición personal. Lavisión de Abraham fue buscar unaciudad cuyo arquitecto y constructorera Dios. Moisés recibió instruccionesde sacar a Israel de la esclavitud ytraerlo a esa misma montaña dondehabía visto la zarza ardiendo. En elmismo lugar donde Moisés habíavisto un arbusto encendido, Israel vioel fuego de la presencia de Dioscubriendo toda la cima de la montaña.La comunión personal de Moisés conDios condujo a la comunión colectivay a una mayor revelación de su poder.

El llamado de JesúsJesús vino a revelar al Padre, sucarácter, su amor y su verdad. Y lohizo completamente. No hay nada enJesús que no sea del Padre, ni haynada del Padre que no esté en Jesús.Él y el Padre son uno.Jesús, la revelación del Padre, no vivióaisladamente: escogió a doce hombrespara que estuvieran con él. Oró todala noche y después seleccionó a losdoce hombres que entrenaría ensituaciones reales de la vida (veaLucas 6:11-12). Estos hombres mástarde fueron enviados a compartir lavida de Jesús con el mundo. Y había

L a u n i d a d ,L a u n i d a d ,l a c o m u n i ó nl a c o m u n i ó ny l a s a n g r ey l a s a n g r e

Por Charles V. Simpson

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sólo una manera en que ellos podíaninterpretar su comisión:fundamentados en la experienciacomún que habían tenido con él.En el comienzo cuando Jesús llamó alos discípulos, aparentemente ellos noestaban en unidad espiritual. Teníanproblemas en sus actitudes, en susreacciones ante las situaciones y en lasimperfecciones de su carácter. Hastallegar a Hechos 2, nunca se habló deellos como que estuvieran unidos.Pero en Hechos 2, estaban unánimesjuntos en un solo lugar. Allí, elEspíritu Santo vino y los bendijo congran poder, intrepidez y revelación.Inmediatamente, 3.000 personasfueron añadidas a ellos. Estos nuevoscreyentes no fueron meramenteañadidos a una asamblea, sino alcuerpo de Cristo. La Escritura dice que los que fueronañadidos estaban unidos en oración,en enseñanza, en comunión y en elpartimiento del pan. Tenían lasmismas cosas en mente. Y comunióndiariamente tanto en las casas comoen el templo. Estaban gozosos, eransinceros, alababan a Dios ycompartían los recursos que tenían. ¡Yeran fructíferos! El Señor añadíadiariamente a los que serían salvos. Launidad en Cristo era la llave para elevangelismo.

Satanás detesta la comuniónAsí como podemos decir que a Diosle gusta la comunión, así tambiénpodemos afirmar que Satanás ladetesta. Él comprende el poder quetiene: por eso sembró división en elcielo, en el huerto y en el mundo. Suorden del día es destrucción a travésde la división. Cuando él divide, nosólo impide que haya fruto, tambiéncorta la rama, separándola de sufuente de vida.

Nos ayudará saber las herramientasque él usa a fin de que podamos estaren guardia. Aquí hay algunas:• Irónicamente, él usa nuestrosapetitos. La Biblia los llamacarnalidad o deseos carnales. Él losusa para lastimarnos a nosotrosmismos y a otros.

• Él usa el egoísmo o egocentrismo:anteponer a todo nuestro interéspersonal.• Él usa nuestras lenguas: el chisme,la calumnia y otras formas de lenguajepecaminoso, para sembrar discordiaentre los hermanos (Lea Proverbios6:16-19). La Sagrada Escritura dicerepetidamente que nuestra lengua esindomable.• Él usa nuestra imaginación o lo quepensamos, en oposición a lo que esverdadero o bueno. Nuestras mentes amenudo guerrean en contra de losintereses de Dios y del nuestro.• Él usa el orgullo y la inclemenciapara levantar muros contra de lacomunión.• Usa a los espíritus malignos parainfluenciarnos en contra de lavoluntad de Dios• Usa nuestro prejuicio para ponernosunos contra otros. Para combatir al enemigo, debemosmorir a nuestra voluntad y a nuestrospropósitos: en la medida en quehagamos esto, levantamos defensascontra la mala influencia. Jesús es elmodelo de este comportamiento. Élhabló y actuó sólo de acuerdo con lavoluntad de su Padre, y siempre hizolas cosas que agradaban al Padre. Nosayudará grandemente si podemosmorir a las consideraciones personalesy buscamos su voluntad. Su reino es elcumplimiento de la voluntad delPadre en la tierra, así como en el cielo(vea Mateo 6).El misterioSiempre que pienso en esto, quedototalmente impresionado por el podery los resultados de la comuniónespiritual. Recuerdo que, hace muchosaños, navegábamos en un velero en elGolfo de México, un sábado en lamañana. Estaba sentado en la cabinadel piloto con algunos amigoscercanos, hablando del Señor, y de loque él nos estaba diciendo cuandonotamos que se acercaba unatormenta. Las olas comenzaron aaumentar en altura e intensidad ypensamos en Jesús y sus discípulos enel Mar de Galilea, en medio de una

tormenta. Así que oramos en contrade la tormenta y, asombrosamente, sedisipó. No se trataba tanto de nuestrafe, como de nuestra comunión y lapresencia de Jesús.Al cabo de un rato, me volví a misamigos y les hice esta pregunta: “¿Quéestá más cerca de la realidad de lo queJesús hizo con sus discípulos: lo quehacemos nosotros esta mañana, o loque haremos mañana domingo por lamañana en la iglesia?” Todos nosreímos. Luego les hice otra pregunta: “¿Qué seacerca más a la realidad de lo quehicieron los fariseos?” Otra vez, todosreímos… nerviosamente. Todoséramos, y todavía somos, muchosaños más tarde, hombres de la iglesia.En realidad, la mayoría de esoshombres se convirtieron en pastores.Pero algo nos ocurrió ese día en elmar. Entendimos que el misterio y elpoder de Dios, ciertamente, larevelación de Jesús, se origina cuandoestamos juntos en comunión con él.A Jesús le gusta manifestarse dondehaya personas que se reúnen parahablar de él. Él se unió a los dosdiscípulos desconcertados que ibancamino a Emaús hablando de sumuerte. Pero ellos no sabían que eraél. ¿Cómo es posible que no lopudieran reconocer? (Todavía nosocurre a menudo, ¿no es cierto?) Perocuando se sentaron a comer y élbendijo el pan y lo partió, lo vieron ylo reconocieron. Después recordaroncómo sus corazones ardían en elloscuando lo habían escuchado en elcamino.Estos mismos dos discípulosregresaron corriendo a decirle a losonce apóstoles y a los otros queestaban juntos, que habían visto aJesús en el camino y habían comidocon él. Mientras todavía hablaban,Jesús apareció en medio y comió conellos. Él se les reveló en la comunión.Las bendiciones de la comuniónSon muchas las buenas cosas queocurren cuando estamos juntos, encualquier situación y compartimosnuestras vidas y testimonios de labondad de Dios. Para terminar, quiero

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mencionar tres de esas cosas: en lacomunión, Jesús se revela a sí mismo,su voluntad y su poder. Muchas,muchas veces yo he recibido estasbendiciones cuando he orado conotros, cuando hemos adorado juntoso, simplemente, cuando hemosconversado y hemos departido acercade él. Hay una dinámica especialcuando nos reunimos alrededor suyoque no ocurre cuando es alrededor dealgún otro punto focal.La sangre de Cristo (1ª Juan 1:1-7).La vida está en la sangre. Cuandocompartimos su vida juntos, su sangreestá activa para limpiarnos denuestros pecados. La comunión noslimpia de carnalidad, egoísmo y deotros instrumentos del pecado. Este estambién un gran misterio, pero laSagrada Escritura, explícitamente lodice; nos necesitamos mutuamentepara permanecer siendo limpiados. Las personas no cristianas son atraídasa Cristo y, finalmente, al Padre pornuestro compartir la vida juntos. Lagravedad de la unidad es otro aspectoinexplicable de la comunión. Dondehay rectitud, paz, gozo y amor, laspersonas que no han creídocomienzan a escuchar el evangelio,porque el poder de la integridad delevangelio se está manifestandodelante de ellas.Ruego por la sanidad de nuestrasvidas, nuestras iglesias, nuestrasfamilias y nuestras comunidades: queel enemigo de nuestras almas no tengaéxito, y que Cristo sea levantado entrenosotros, a fin de que el mundo puedaver el misterio de la comunióntrabajando.Ruego que nuestras reuniones esténenfocadas en Jesús y en el Padre. Yruego que podamos compartir la vidaque hemos recibido con aquellos queestán hambrientos y necesitados. Estaes la misión de Jesús. La belleza deesto es que podemos compartir estemisterio con otros. ∆

Charles V. Simpson es maestro con unministerio internacional y director de larevista One-to-One

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LLa batalla es entre Dios y lasfuerzas del bien por un lado ySatanás y las fuerzas del mal

por el otro. El diablo es un arcángelque por su orgullo llevó a sus ángelesa rebelarse contra Dios y a establecerun reino rival. Las Escrituras lodescriben como un dragón, unaserpiente, un asesino, un mentiroso yun ladrón. Satanás se opone a Dios, alos propósitos de Dios y al pueblo deDios. En su oposición contra nosotros

tiene tres objetivos: robar, matar ydestruir.Afortunadamente, las buenas noticiasdel evangelio son que por medio de lamuerte de Jesús en la cruz, él derrotóa Satanás en favor nuestro de dosmaneras primordiales. Primero, élhizo posible que obtuviéramos perdónde nuestros pecados pasados.

Segundo, hizo posible querecibiéramos la justicia de Dios por fesin tener que observar la ley.De esta manera, Jesús le quitó a

Satanás su arma más importante queusaba contra nosotros: la culpa.Armas EspiritualesJesús ha puesto también en nuestrasmanos armas espirituales con las quepodemos administrar su victoria sobreSatanás. En 2ª Corintios 10:4 leemos:“Porque las armas de nuestra milicia noson carnales (no son físicas nimateriales), sino poderosas en Dios parala destrucción de fortalezas”.

Nuestras armas espirituales suplidaspor Dios son divinamente poderosas,

Por Derek Prince

La sangre de l corderoLa sangre de l cordero

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que, traducido literalmente, poderosassignifica “poderosas a través de Dios”.Si operamos estas armas que Dios nosha dado, en fe y dependencia en él, elmismo poder de Dios está disponiblepara nosotros.No debemos estar a la defensiva ennuestra batalla contra el enemigo,preguntándonos dónde atacaráSatanás después, sino que debemosllevar el ataque de ofensiva contra susfortalezas para destruirlas connuestras armas espirituales. Nodebemos quedarnos pasivos. Nuestratendencia es decir: “Soy tan débil; soytan indigno; ¿cómo puedo pelear?”.Pero es el diablo quien pone estaspalabras en nuestras mentes. En ciertosentido todos somos débiles. Noobstante, ponga atención a estaspalabras de Pablo en 1ª Corintios 1:27-28: “Pero Dios ha escogido lo necio delmundo para avergonzar a los sabios, yDios ha escogido lo débil del mundo paraavergonzar a lo que es fuerte, y lo vil ydespreciado del mundo ha escogido Dios,lo que no es, para anular lo que es”.En su infinita sabiduría, Dios haescogido a personas débiles e indignascomo nosotros para destruir las cosasque son: Satanás y su reino. Nuestraconfianza no está en nosotros mismos,sino en nuestras armas.¿Cuáles son nuestras armasespirituales? Un pasaje que lasmenciona es Apocalipsis 12:10-11, ysigue inmediatamente después de ladescripción de Satanás como eldragón y la serpiente: “Entonces oí unagran voz en el cielo, que decía: Ahora havenido la salvación, el poder, y el reino denuestro Dios, y la autoridad de su Cristo;porque ha sido lanzado fuera el acusadorde nuestros hermanos, el que los acusabadelante de nuestro Dios día y noche.Y ellos le han vencido por medio de lasangre del Cordero y de la palabra deltestimonio de ellos, y menospreciaron susvidas hasta la muerte”.La declaración crucial aquí es esta:“ellos le vencieron”. Note el conflictodirecto, de persona a persona entre loscreyentes y el enemigo. Las armas queusaron en la lucha fueron la sangre

del Cordero y la palabra de sutestimonio: y estaban totalmenteentregados a la batalla, hasta lamuerte.Yo interpreto este texto de unamanera simple y práctica: Vencemos aSatanás cuando testificamospersonalmente de lo que la Palabra deDios dice que la sangre de Cristo hacepor nosotros. Cuando usamos estastres armas juntas, la sangre de Jesús,la Palabra de Dios y nuestrotestimonio personal, las volvemosefectivas. Pero para lograrloapropiadamente, debemos saber loque la Palabra de Dios dice conrespecto a la sangre de Jesús.El Cordero de la pascua

En 1ª Pedro 1:18-19 leemos losiguiente:

“sabiendo que fuisteisrescatados de vuestra vana

manera de vivir, la cualrecibisteis de vuestros padres,

no con cosas corruptibles,como oro o plata, sino con la

sangre preciosa de Cristo,como de un cordero sin

mancha y sincontaminación”.

Aquí Jesús es comparado con elcordero de la Pascua. Bajo el pacto antiguo, la sangre delcordero de la pascua fue aplicada a lascasas de los israelitas. El padre decada familia mató el cordero pascual,recogió la sangre en un recipiente ytransfirió la sangre del recipiente a sucasa con un instrumento sencillo: unramillete de hisopo. Mojó el hisopo enla sangre y luego la roció sobre sucasa. De manera que el hisopo fueesencial porque la sangre en elrecipiente no daba protección, perorociada en la casa protegía a lafamilia.Nuestro “hisopo” es nuestrotestimonio. Cuando testificamos de loque dice la Biblia que la sangre de

Jesús hace, estamos tomando lasangre del recipiente y rociándolasobre el lugar donde se necesita, ellugar donde vivimos.Redención y perdónPablo dice en Efesios 1:7: “En éltenemos redención mediante su sangre, elperdón de nuestros pecados según lasriquezas de su gracia”. Pablo declaraque hay dos cosas provistas paranosotros en la sangre de Jesús:redención y perdón de nuestros pecados.Para que estas provisiones se haganefectivas en nuestras vidas, sinembargo, tenemos que hacer eltestimonio apropiado. Este es elmensaje del salmo 107:2 “Díganlo losredimidos de Jehová, los que ha redimidodel poder del enemigo”. Tenemos que declarar con audacia:“Soy redimido de las manos delenemigo”, es decir, de Satanás.Redimir significa “volver a comprar”.Una vez fuimos pecadores, exhibidosen el mercado de esclavos de Satanáspara la venta. Pero Jesús entró en esemercado y nos volvió a comprar consu sangre preciosa y no somos másposesión del diablo. Esta redención está basada en elperdón de nuestros pecados.Para que la redención y el perdón deCristo sean efectivos en nuestrasvidas, tenemos que usar entoncesnuestro testimonio personal diciendo:“Por medio de la sangre de Jesústodos mis pecados son perdonados.Por la sangre de Jesús he sidoredimido y rescatado de las manos deSatanás”. Cuando decimos estetestimonio con nuestros labios,funciona como el hisopo: transfiere elpoder de la sangre de Jesús del ámbitode lo potencial a nuestra vida diariaprácticaLimpieza del pecadoOtra provisión vital de la sangre deJesús es la limpieza del pecado. Estaprovisión está descrita en 1ª Juan 1:7:“Pero si andamos en luz, como él está enluz, tenemos comunión unos con otros, yla sangre de Jesucristo su Hijo nos limpiade todo pecado”. Si andamos en la luz,

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entonces el primer resultado escomunión unos con otros, y elsegundo es que somos limpiados porla sangre de Jesús. Los tres verbos:andar, tener comunión y serpurificados, están en el presentecontinuo. No suceden sólo una vez,tienen quehacer continuamente.Tenemos que caminar continuamenteen la luz para continuar teniendocomunión uno con el otro y para quela sangre de Jesús nos continúelimpiando. Aunque demandemos lapurificación de la sangre de Jesús, sino cumplimos con estas condiciones,no seremos realmente limpiados. Susangre no nos limpia en las tinieblas;sólo cuando andamos en la luz. Laprimera prueba de que andamos en laluz es si tenemos comunión unos conotros. Si no estamos disfrutando delcompañerismo con nuestros hermanosy con el Señor entonces no andamosen la luz y si no andamos en la luz, lasangre de Jesús no nos limpia.La siguiente pregunta entonces escómo andar en la luz. La primeracondición es que debemos caminar enobediencia a la Palabra de Dios. ElSalmo 119:105 dice: “Lámpara es a mispies tu palabra, y lumbrera a mi camino”.El segundo requisito de tenercomunión unos con los otros estáresumido por Pablo en Efesios 4:15que dice: “Sino que hablando la verdaden amor debemos crecer en todos losaspectos en Aquel que es la cabeza, esdecir Cristo”. En este pasaje, caminaren la luz se define como relacionarnoscon nuestros hermanos en verdad yen amor. Tenemos que estardispuestos a actuar con la verdad ennuestras relaciones, pero tenemos quehacerlo en amor.Caminar en la luz consiste de doscosas juntas: caminar en obediencia ala Palabra de Dios y en verdad y amorcon nuestros hermanos. Cuandollenamos estas condiciones, entoncespodemos decir con toda seguridadque la sangre de Jesús nos estálimpiando de todo pecado.En nuestros días estamos muyconscientes de la contaminación de laatmósfera que nos rodea. También la

atmósfera espiritual alrededor estácontaminada por el pecado, lacorrupción y la impiedad. Paramantener nuestra limpieza,necesitamos ser limpiadoscontinuamente por la sangre de Jesús. Cuando nos hayamos asegurado dehaber cumplido con las condicionespara nuestra limpieza, estaremos enposición de hacer la confesióncorrecta. Nuestro testimonio debe sereste: “Al caminar en la luz, la sangrede Jesús me está limpiando de todopecado ahora y continuamente. Si locreemos, comenzaremos a darlegracias a Dios y en ese acto nossentiremos puros y limpios.

JustificaciónOtra provisión aun, de la sangre deJesús, es la justificación. Romanos 5:8-9 lo dice bien claro:

“Pero Dios muestra su amorpara con nosotros, en que

siendo aún pecadores, Cristomurió por nosotros. Puesmucho más, estando ya

justificados en su sangre, porél seremos salvos de la ira”.

La frase clave es “justificados por susangre”.Justificar significa hacer recto,absolver de pecado, declarar sinculpa. La mejor definición que he oídoes esta: Por la sangre de Jesús soyjustificado: “justo y sin pecado”.¿Cómo podemos decirlo? Porquecuando somos justificados por mediode la sangre de Jesús, no recibimosnuestra propia rectitud, sino la deJesucristo, y Jesucristo nunca pecó.En 2ª Corintios 5:21 Pablo dice: “Alque no conoció pecado, le hizo pecado pornosotros, para que fuéramos hechosjusticia de Dios en él”. Note elintercambio. En la cruz. Jesús se hizo,pecado con nuestra pecaminosidad,asumió la pena y el juicio de nuestropecado y pagó el precio completo dela redención con el derramamiento desu propia sangre. En él nos volvemos

justicia de Dios; no la nuestra, nininguna otra clase de justicia humana,sino la misma justicia de Dios. Diosnunca ha pecado; nunca ha sidocontaminado con el pecado. Esa es larectitud que recibimos por medio dela fe en la sangre de Jesús. Por mediode la sangre de Jesús, soy justificado,declarado recto con la rectitud deDios. Es como si nunca hubierapecado.Esta es entonces la respuesta a lasacusaciones de Satanás contranosotros. ¿Por qué nos acusa? Porquequiere probar nuestra culpabilidad.Por lo tanto, el testimonio primordialque vence las acusaciones de Satanáses este: “Por la sangre de Jesús soyjustificado, hecho recto, como si nuncahubiera pecado”. Por esta razónpuedo presentarme delante de Diossin vergüenza o temor y puedoresponder a Satanás osadamente:“Satanás, en vano me acusas, porqueno te enfrento con mi propia justicia.Vengo contra tí en la justicia de Diosque es pura, sin pecado y sinmancha”.

SantificaciónLa siguiente provisión de la sangre deJesús es la santificación. Santificarsignifica separar algo o a alguien paraDios. Una persona santa es aquel quese aparta para Dios. Hebreos 13:12dice: “Por lo cual también Jesús, parasantificar al pueblo mediante su propiasangre, padeció fuera de la puerta”. Esdecir él fue crucificado fuera de laciudad para santificar al pueblomediante su propia sangre.El uso de la sangre para santificar estáestablecido en la pascua. La sangre delcordero pascual separó a Israel paraDios en una forma muy específica. EnÉxodo 11:4-7 se revela la intención deDios de separar a Israel:“Dijo, pues Moisés: Jehová ha dicho así: Ala medianoche yo saldré por en medio deEgipto, y morirá todo primogénito entierra de Egipto, desde el primogénito deFaraón, hasta el primogénito de la siervaque está tras el molino, y todoprimogénito de las bestias. Y habrá granclamor por toda la tierra de Egipto, cual

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nunca hubo, ni jamás habrá. Pero contratodos los hijos de Israel, desde el hombrehasta la bestia, ni un perro moverá sulengua, para que sepáis que Jehová hacediferencia entre los egipcios y losisraelitas”.El Señor hizo una diferencia entre losque eran su pueblo y los demás. La iray el juicio vinieron sobre los que noeran del pueblo de Dios, pero para lossuyos hubo tal protección que nisiquiera un perro se atrevió a ladrarcontra ellos. La base para estadiferencia, esta separación, fue lasangre del cordero de la pascua. Todaslas casas que tenían su sangre porfuera fueron santificadas, o apartadaspara Dios. Ningún poder maléficopodía invadir ese hogar porque elSeñor había hecho una diferenciaentre su pueblo y los demás. Ladistinción se hizo con la aplicación dela sangre del cordero.De igual manera que hemos aplicadolas otras provisiones de la sangre deJesús con el testimonio apropiado,podemos recibir la provisión de lasantificación con estas palabras: “Pormedio de la sangre de Jesús, soysantificado, hecho santo, apartadopara Dios. El diablo no tiene nada enmí, no tiene poder sobre mí, ningúnreclamo contra mí que no haya sidosaldado. Todo ha sido pagado por lasangre de Jesús”.Un ruego continuoHay otra provisión preciosa quetenemos por la sangre de Jesús y quemuchos cristianos no saben. Hebreos12:22-24 dice: “Os habéis acercado almonte Sión, y a la ciudad del Dios vivo, laJerusalén celestial, y a millares de ángeles,y a la asamblea general e iglesia de losprimogénitos que están inscritos en loscielos, y a Dios, el Juez de todos, y a losespíritus de los justos hechos perfectos”.En el monte Sión celestial la sangre deJesús fue rociada en el santísimo,delante de la misma presencia deDios, en favor nuestro. Entró allí comoun precursor, habiendo obtenido laredención eterna por medio de susacrificio y roció la evidencia de esaredención en la misma presencia deltodopoderoso, el Padre.

Debemos de notar un contrasteimportante aquí. Caín había matado asu hermano Abel y quiso evadir laresponsabilidad, pero el Señor retó aCaín y dijo: “No hay modo en quepuedas esconder tu culpa, porque lasangre de tu hermano que túderramaste en la tierra clama porvenganza”. En contraste, la sangre deJesús rociada en los cielos clama, nopor venganza sino por misericordia.La sangre es un ruego continuo pormisericordia en la presencia misma deDios.Una vez que hayamos testificadopersonalmente del poder de la sangrede Jesús, no tenemos que repetir esaspalabras continuamente, porque susangre está rogando por nosotros todoel tiempo en la presencia de Dios.Cada vez que estemos perturbados,tentados, temerosos o ansiososdebemos recordar: la sangre de Jesúsestá hablando en la presencia de Diosen favor nuestro ahora.

En nuestra pelea contra Satanás,debemos movernos activamente paraatacar. Jesús nos ha suplido con lasarmas de su sangre. La Palabra ynuestro testimonio son la llave parausar las otras dos armas.La sangre de Jesús nos ha provisto conperdón, redención, purificación,justificación e intercesión en favornuestro. Si testificamos personalmentelo que dice la Palabra de Dios conrespecto a la sangre de Jesús,podremos aplicar estas provisiones ennuestras vidas. De esta maneraSatanás es desprovisto de su armaprincipal contra nosotros, la culpa, ysomos capacitados para vivir en lavictoria que Cristo ganó hace muchotiempo en la cruz. ∆

Tomado de New Wine Magazine, Abril1982.

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MMe imagino el momento; lafamilia conversando sobrelo que Moisés había

ordenado: el cordero, manso y sinmancha. El padre con un gesto deapuro y, quizás preocupación,tomando de la sangre del cordero ypintando el dintel de la puerta. Lanoche oscura que se avecinaba. Todala familia adentro, alrededor de lamesa, comiendo absortos el animalasado. La mano apretando la vara, elmanto ceñido a la cintura. Elsuspenso, el silencio. De pronto ungrito de horror viene desde fuera yluego un gemido indecible se levantade toda la tierra de Egipto. El ángel dela muerte estaba pasando… pero aellos no los toca.¿Por qué? ¿No estaban en la mismatierra de Egipto? ¿No eran iguales alos demás, con los mismospensamientos, las mismas miserias ydebilidades? ¿En qué se diferenciabanellos de sus vecinos egipcios? ¿Eranellos mejores o más justos? Lo único que los diferenciaba era lasangre del cordero en los dinteles dela puerta y que habían creído en ella.El ángel de la muerte no veía lacondición de cada persona dentro dela casa, solo veía la sangre del corderoen los postes y dinteles y pasaba delargo. Pascua significa justamente eso:pasar de largo, pasar por alto.Ese cordero manso y sin mancha,perfecto y limpio, representó al SeñorJesús y bajo su sangre hallamossalvación del ángel de la muerte. Nopor nosotros mismos, nunca por

nuestra justicia ni por ningún méritopropio, sólo porque nos cobijamosbajo su sangre, porque le creímos.¿Nosotros también merecemos elcastigo? Detrás de nuestro rostro y delas buenas acciones, tú y yo sabemosqué clase de pensamientos vienen a lamente, qué manipulaciones ycompetencias, muchas veces, nosmotivan y qué deseos vergonzososnos sorprenden. Cuanto más nosacercamos a Dios, más oscuro ytenebroso descubrimos que es nuestrocorazón.La diferencia con nuestros vecinos delmundo es que hemos hallado elperdón en la sangre que fuederramada por Jesús, el cordero santoque Dios mismo proveyó. PerdonadosEsta palabra es tan grande queperdemos el verdadero valor de susignificado.

Si soy perdonado, ya no temo. Ningúncastigo me sobrevendrá porque mivida está limpia y sin deuda, estoy acuentas.Quizás todavía no ha cambiado miforma de ser, pero me encuentrodebajo de esta gloriosa cobertura de lasangre de Cristo y ahora hay lugar ytiempo para mi santificación. ¿Por quécomienzo a desear cambiar micorazón? Porque el que ha sidoperdonado, ama. El que realmentegustó el perdón incondicional y sintióel alivio de haber sido librado del pesode la culpa, está profundamenteagradecido y ama a quien lo liberó. Lasinceridad y el arrepentimiento son elúnico camino para la verdaderaliberación. El arrepentimiento es unacto íntimo y profundo entre la

persona y el Espíritu Santo de Dios.¿Quién puede presionar a alguien alarrepentimiento? ¿De qué sirvecontrolar lo que hace o no hace?¿Quién puede, humanamente,convencer a otro de pecado si lapersona, muy en lo íntimo, se justificao está orgulloso de lo que es en sumente y en su corazón? Podemoshacerle cambiar su ropa, su manera dehablar y hasta sus costumbres, peronunca su corazón. Sin embargo, todoaquel que reconoce su maldad ydecide aceptar que la sangre delinocente cordero de Dios ha sidoderramada por sus propias miserias,malos deseos y perversidades,poniéndose bajo su cobertura, essalvado de la destrucción eterna,aunque no lo merezca.Esto no es algo mágico. En nuestracultura sudamericana estáprofundamente arraigado elpensamiento mágico, el deseo decontrolar lo espiritual y manejar lascircunstancias, el deseo de tener bajocontrol lo que pasa en nuestras vidas,ya sea por inseguridad, por temor opor ansias de poder; es fuerte, estáarraigado en nuestras mentes. Lomágico, lo rápido, el rito, las palabrasde un sortilegio, es algo fácil deaprender y es tentador. Así, enignorancia y con bases tan erradas,llegamos a Cristo. Él nos recibe y elEspíritu Santo comienza a discernirlas verdaderas intenciones de nuestrocorazón y los pensamientos que sonfortalezas en nuestra vida. Pero latentación es grande. Es más fácilacomodar a Dios a nuestro sistema depensamientos que renunciar a ellospara ponernos de acuerdo con él. Esmucho más seguro tener palabras quedecir o un rito que hacer, quesimplemente confiar sin hacer nada.

P a c t o y p e r d ó nP a c t o y p e r d ó nNorma F. de Pereiro

Éxodo 12:1–31

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Porque justamente por eso murióCristo, porque no teníamos ningunaposibilidad de salvación por nuestropropio esfuerzo. Si fuera así, la sangrede Cristo no tendría ningún valor.Si alguien piensa que, en unacircunstancia difícil, el decir laspalabras “la sangre de Cristo “ lopuede salvar, puede estar usándolascomo algo mágico; sin entender que elpoder de salvación está en el amor deDios por nuestra vida y en susacrificio en la cruz. La gente en suignorancia puede cambiar al ídolo quelo protegía, por la Biblia que lleva atodas partes; las palabras que le dabansuerte, por un conjunto de palabrasque tienen poder porque las aprendióen la iglesia. Es verdad que declarar lapalabra de Dios mueve los airesespirituales y abre nuestro espíritu acreer. Pero en algunos puede hallarseuna base errada de pensamientos,muy sutiles y casi imperceptibles, queharán que esta persona edifique suvida sobre un fundamento totalmenteopuesto al reino de los cielos. El poder de la sangre de Cristo no sehalla en las palabras en sí, ni enrepetirlas casi como un conjuro, sinoen el poder redentor del amor. Esasangre significa que por amor Cristomurió por nosotros los pecadores; ocomo él lo dijo: dio su vida por susamigos. Por amor tomó el castigo quenos correspondía y por amor cubriómultitud de pecados,cumplimentando la justicia divina. Yahora el camino al padre estáenteramente libre y todo el poder denuestro maravilloso creador está denuestro lado. Esa sangre representaque mi conciencia es liberada de todadeuda con Dios porque alguien justoya pagó. Esa sangre me libera delcastigo que me corresponde y ahorapuedo andar con Dios como andabaAdán en el huerto con su creador: entotal transparencia y confianza, sintapar nada, sin esconderme ni temer.¿Qué diferencia hay entre las personasdel mundo y nosotros los creyentes?La diferencia está en que nosotroscreemos que por la sangre de Jesúshemos sido perdonados, hemos sido

hechos hijos, no por voluntad humanasino divina y que todo el poder y laautoridad del altísimo Dios están denuestro lado, aunque humanamenteno lo merezcamos porque nadapodíamos hacer para lograrlo.Hallamos ahora que donde antesreinaba la muerte por el pecado, ahoraen nuestro espíritu se manifiesta lavida; antes estábamos muertos, ahoravivimos. Y esa vida es la que nostransforma porque es Cristo ennosotros. ¡Qué gloria es leer enRomanos: “porque ya el pecado no seenseñoreará más de ustedes” y “¿dóndeestá oh muerte tu victoria?”! Los dosmales que atormentan al hombredesde el Edén, han sido vencidos porel sacrificio de Cristo y hoy su sangreda testimonio de ello. Por la sangre deJesús tengo el derecho, dado por Dios,de declarar que soy perdonado, elderecho a recibir sanidad, libertad delpecado y vida eterna junto al creador.Por la sangre de Cristo yo no estoymás a merced de las tinieblas y esto esliberador, porque nada que no esté enla buena voluntad del Padre puedetocar nuestra vida. Es su sangrederramada por mí la que me da vida yderecho a ejercer la autoridad de Diosen el nombre de Jesús.Es por la fe que somos justificados ytambién transformados a su imagen; yla fe es don de Dios. Pero, ¿podemosllegar a perder la fe? Muchos que han entendido mal creenque bajo la cobertura de la sangre deCristo pueden seguir viviendo enindependencia de Dios, practicando elpecado en rebeldía lo cual es muydiferente a sufrir y a dolernos porpecar a causa de nuestra debilidadhumana. Por eso, repito, esto no esmágico. Hay un sólo camino paramantener viva nuestra fe: es el caminode la cruz donde cada día, a cadahora, cada momento en que estemosconcientes de que la naturalezapecadora, a través de los deseos,domina nuestra voluntad y nuestrosactos, nos arrepintamos yrenunciemos a ella. La sangre deCristo cubre nuestra vida y limpianuestra conciencia de obras muertas.

Porque una conciencia mala y cargadade pecado nos hará naufragar de la fecomo les pasó a Alejandro y aHimeneo (1ª Timoteo 1: 19–20: …“ymantengas la fe y una buena conciencia.Por no hacerle caso a su conciencia,algunos han naufragado en la fe. Entreellos están Himeneo y Alejandro,….”). De nada me servirá proclamar lasangre de Cristo sobre mi vida si estoyde acuerdo, concientemente, con lastinieblas que hay en mi corazón. Primera Juan 1: 5-9 lo explica demanera sublime y sencilla:“Este es el mensaje que hemos oídode él y que les anunciamos: Dios esluz y en él no hay ningunaoscuridad. Si afirmamos quetenemos comunión con él, perovivimos en oscuridad, mentimos yno ponemos en práctica la verdad.Pero si vivimos en la luz, así como élestá en la luz, tenemos comuniónunos con otros y la sangre de su hijonos limpia de todo pecado. Siafirmamos que no tenemos pecado,nos engañamos a nosotros mismos yno tenemos la verdad. Si confesamosnuestros pecados, Dios, que es fiel yjusto, nos los perdonará y noslimpiará de toda maldad... ”.Sólo quiero agregar algo más: andaren luz no significa que seamosperfectos, pero sí significa queseamos sinceros, transparentes y,renunciando a todo lo vergonzoso quese hace a escondidas (2ª Corintios 4),nos pongamos de acuerdo con nuestroamado creador y reconozcamos quesomos pecadores pero que deseamosde corazón tener comunión con él yasí poder perdonar y amar a nuestroshermanos. “...Y la sangre de su hijo noslimpia de todo pecado... ” ∆

Norma Ferlito de Pereiro y su esposo,dirigen una pequeña congregación quecomenzó como grupo de hogar, en BuenosAires, Argentina.

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HHebreos, en los capítulos 8 al10, describe numerososaspectos del antiguo pacto: el

culto, las regulaciones, los ritos de lossacrificios; y compara el oficio delsumo sacerdote bajo el pacto de la leycon el ministerio de Jesucristo.Bajo el antiguo pacto la salvación y labuena relación con Dios proveníanexpresamente de los sacrificios y laobediencia a la ley. Esto tenía trespropósitos fundamentales: 1. Enseñar al pueblo de Dios lagravedad del pecado que separaba aeste pueblo de un Dios Santo y quepodían encontrar perdón solomediante el derramamiento de sangre. 2. Proporcionar un camino para quellegaran a Dios por la fe, la obediencia,y el amor.3. Señalar o prefigurar el prefectosacrificio de Jesús por los pecados detodos los seres humanos. Jeremías profetizó que Dios tenía ensus planes hacer un nuevo y mejorpacto con su pueblo. Un pacto mejorque el antiguo porque perdonaría porcompleto los pecados a los que searrepintiesen. Este nuevo pacto lesdaría un nuevo corazón y una nuevanaturaleza para que pudiesen amar,seguir y obedecer a Dios, lostransformaría en hijos de Dios, losllevaría a una relación personal eintima con él por medio de Jesucristo yles proveería la tremenda experienciade tener sus leyes en sus corazones pormedio del Espíritu Santo.¿Qué es un pacto? Un pacto no tieneque ver con lo que le agrade a alguieno con la gracia, los pactos tienen queser cumplidos de acuerdo con losprincipios de fidelidad, de justicia y dela ley. En un pacto se estipulancompromisos que los pactantes se

obligan a hacer y cumplir de acuerdocon los términos del mismo. CuandoDios hace este pacto con los hombres,literalmente se está limitando a símismo a cumplir lo que promete.Originariamente él podía relacionarseo no con nosotros, podía salvarnos ono, podía proveer los medios desalvación o no, podía usar de su graciao no. Antes de realizar este pacto Diostenía el derecho soberano de hacertodo lo que le placiera; pero, a partirde este nuevo pacto Dios se limita,porque tiene que actuar de acuerdocon lo que ha quedado escrito yprometido.

Jesús viene a instituir este nuevopacto, un pacto de promesa para losque, por la fe, aceptan a Cristo como elHijo de Dios, se entregan a él y a lasobligaciones del nuevo pacto.

Este nuevo pacto lleva implícito elcumplimiento del antiguo pacto, yaque como Dios había prescrito que elperdón de los pecados se limpiabasolamente con el derramamiento desangre, (Hebreos 9:22b) era necesariocumplir el primer pacto para validar elsegundo.Todos somos pecadores, nadie puededecir que no ha pecado contra lasantidad perfecta de Dios, la sangre deJesucristo ha reparado nuestra culpadelante del Padre y ha limpiadonuestra conciencia, el derramamientode esa sangre nos ha liberado delpoder del pecado

.

El concepto de redención del nuevopacto gira en torno a la sangre queCristo vertió, inocente, en la cruz delCalvario a fin de quitar los pecados dela humanidad y reconciliar al hombrecon Dios. Su sangre efectuó:1. El perdón de los pecados de todoslos que creen y se arrepienten.

2. El rescate de todos los creyentes delpoder de Satanás y todos sus secuaces. 3. La justificación de todos los quecreen en él.4. La limpieza de la conciencia detodos los creyentes para que puedanservir a Dios sin culpa y con plenaconfianza para entrar a tenercomunión con él.5. La santificación de su pueblo.6. La apertura de un camino nuevopara que todos los que creen en susacrificio puedan acercarsedirectamente a Dios a fin de hallargracia, misericordia, oportuno socorroy salvación.7. La garantía del cumplimiento detodas las promesas.Por eso en la sangre de Jesucristotenemos un tremendo recurso paravivir vidas victoriosas. Si usted acudea la sangre vertida por nuestro Señoren la cruz del Calvario, se estáapropiando de su poder paralimpiarse de todos sus pecados, esasangre es el repelente más potentecontra las acechanzas del diablo, poresa sangre se puede acercar al Padresin temor a ser rechazado, por esasangre hemos sido justificados ysantificados para poder servir a Diosen victoria.Al participar de la Cena del Señortome conciencia de que, por esasangre, hoy puede acercarse a la mesadel Señor limpio de sus pecados. ∆

Pastor Hugo Eduardo Rosasco. Fundadory pastor presidente de la Fundación yComunidad Cristiana “Manantial deVida” Berazategui - Bs. As. Argentinamanantialdevida@infovia.com.ar.............www.manantialdevida.org.ar

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