El Papa Francisco y los Salesianos, Curiosidades del Papa

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Las buenas relaciones del Papa Francisco y los Salesianos, Curiosidades del Papa.

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Además de su especial devoción a María Auxiliadora - manifiesta cada 24 de mes en el santuario mariano en el barrio de Almagro de Buenos Aires - el nuevo Papa es también un antiguo alumno salesiano.

Catedral de Buenos Aires

LOS SALESIANOS EN ARGENTINA.“La llegada de los hijos e hijas de San Juan Bosco fue uno de los acontecimientos más salientes de la historia eclesiástica del país”.“Siendo el objeto principal la educación civil, moral y religiosa de los niños italianos, catequizándolos, instruyéndolos y dirigiéndolos en sus deberes de buen cristiano y de buen ciudadano”

Los salesianos partieron en una primera expedición desde el puerto de Génova, Italia y llegaron a la Argentina el 14 de diciembre de 1875 decididos a desarrollar las actividades religiosa y educativa. Era la primera fundación salesiana que emprendía Juan Bosco, fuera de Italia. La misión respondía al mandato de Pío IX. Este Papa había detectado la necesidad de cuidar a los 30.000 italianos dispersos por Buenos Aires y rastrear la posibilidad de alguna misión entre los indios pampas y patagones. Además, estaba presente la amenaza de las sectas masónicas que los salesianos tenían como objetivo adicional neutralizar.

Los primeros salesianos llegados a la Argentina, junto con San Juan Bosco (sentado segundo a la izquierda) y al cónsul argentino en Italia, Juan Bautista Gazzolo, que contribuyó a la instalación de la orden en nuestro país.

Iglesia Mater Misericordiae ubicada en Moreno 1669, confiada a los salesianos en 1875, cuando llegaron en su primera expedición. Allí se instalaron y les fue otorgada a la congregación a perpetuidad por la autoridad eclesiástica de Buenos Aires. En 1878 había 25 estudiantes instalados en este lugar.

La llegada de esta congregación religiosa fue recibida con los brazos abiertos por el Arzobispo de Buenos Aires, así como por el resto de las congregaciones; jesuitas, bayoneses, franciscanos y dominicos; entre estas órdenes no había italianos. Otras comunidades europeas instaladas en Argentina, como los alemanes y los ingleses tenían sus capellanes, no así los italianos.

Ya en 1876, los salesianos estaban establecidos en la Iglesia Mater Misericordiae de los Italianos, ubicada en Moreno entre Solís y Ceballos y en una escuela en la

localidad de San Nicolás de los Arroyos en la provincia de Buenos Aires. Para entonces, tenían el ofrecimiento de hacerse cargo de una Iglesia en el oeste de la ciudad –San Carlos en Almagro- y de un oratorio en la Boca.

Los primeros salesianos llegados a la Argentina, junto con San Juan Bosco (sentado segundo a la izquierda) y al cónsul argentino en Italia, Juan Bautista Gazzolo, que contribuyó a la instalación de la orden en nuestro país.

Basílica de San Carlos y María Auxiliadora, A la derecha el Colegio Pío IX, del año de su inauguración, 1910

Interior del Templo medio y superior, proyecto confeccionado por Ernesto Vespignani, salesiano.

Esta agrupación estableció el primer eslabón en la cadena de la evangelización de las Américas y la acogida de fieles inmigrantes italianos. Hoy es un polo educativo de envergadura :Tiene cuatro colegios. La comunidad popular les ha encomendado la instrucción de sus hijos ante las dificultades presupuestarias y políticas de la educación estatal, con el objetivo de que reciban su educación, bajo el paraguas de la Iglesia

Católica.

>El papa Francisco nació a la fe en la iglesia donde fue bautizado también Carlos Gardel

Buenos Aires, 20 mar (EFE).- La parroquia San Carlos Borromeo y basílica de María Auxiliadora, en Buenos Aires, era ya famosa por contar entre sus feligreses a Carlos Gardel y al beato aborigen Ceferino Namuncurá, pero ese detalle ha quedado superado por este otro: aquí es donde el Papa Francisco nació a la fe.En esta reliquia arquitectónica del barrio porteño de Almagro, como muchos otros descendientes de inmigrantes italianos, fue bautizado el día Navidad de 1936 Jorge Mario Bergoglio, quien muchos años después se convertiría en arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de Argentina.

Jorge Mario, alumno salesiano

Iglesia de S. Carlos y Mª Auxiliadora

Quiso la casualidad que Bergoglio, un amante del tango, se bautizara en la misma iglesia en la que, a principios del siglo XX, cantó un Carlos Gardel niño como parte de un coro, tal como se recuerda en una placa.

Fue allí donde también tomó su primera comunión en 1898 Ceferino Namuncurá, conocido como el "indio santo de la Patagonia" y cuyo altar en este templo fue bendecido por el ahora Papa en 2007.

Desde la elección de Bergoglio en el cónclave, los feligreses pasan a este sitio casi íntimo de la basílica para hacer un gesto significativo: tocar la pila donde fue bautizado el Santo Padre.

No es un gesto al azar. El propio cardenal hacía este "rito personal", en privado, en sus frecuentes visitas a la iglesia hasta que viajó al Vaticano hace unas semanas.

Hace pocos años, cuando se cumplieron los 70 de su bautismo, la iglesia colocó en el baptisterio un pequeño cuadro con la copia del acta del libro parroquial que registra la administración del sacramento.

El beato Ceferino Namuncurá y el Arzobispo Salesiano Juan Cagliero.

Allí se puede leer que Jorge Mario, hijo de Mario Bergoglio y Regina Sívori, apadrinado por Francisco Sívori y Rosa Vassallo de Bergoglio, fue bautizado por el padre salesiano Enrique Pozzoli, que luego sería su director espiritual.Bergoglio fue además alumno de sexto grado de la escuela Don Bosco, de la localidad bonaerense Ramos Mejía, atendida por los salesianos, congregación cuyo fundador, san Juan Bosco, bendijo en persona la imagen de María Auxiliadora -patrona de la orden religiosa- que se venera en la parroquia donde fue bautizado el Papa..

Iglesia Don Bosco, en Ramos Mejía (Argentina)

De ahí, la devoción particular de Bergoglio por esta advocación mariana, a la que honraba cada 24 de mayo, fiesta de María Auxiliadora, presidiendo la celebración patronal en Almagro.Pero el ahora Sumo Pontífice no solo tenía esta cita anual con la Virgen. Cada tanto, siempre en privado, se hacía una escapada en metro o en ómnibus hasta el templo para "charlar a solas" con la Auxiliadora

Imagen de María Auxiliadora bendecida por San Juan Bosco, que se venera en la basílica de San Carlos Borromeo. (Buenos Aires)

Cuenta el padre Repovz que Bergoglio aparecía en horas no frecuentadas por los feligreses, subía al camarín en lo alto de esta imponente iglesia, se ubicaba en un banco que prácticamente queda oculto detrás de una columna y allí, a los pies de la imagen de la Auxiliadora bendecida por san Juan Bosco, se quedaba orando largo rato."Tiene un afecto especial por la Auxiliadora", contó el párroco, que reveló que Bergoglio visitaba Almagro "frecuentemente" no solo por la basílica sino también por la cercana capilla de San Antonio, donde en 1908 nació, gracias al también sacerdote salesiano Lorenzo Massa, lo que hoy es el club de San Lorenzo de Almagro, equipo de fútbol del que es socio el Papa.

Fue el propio Bergoglio el que en la celebración del centenario del club pidió a las autoridades no sacar "nunca" a la Auxiliadora de la institución, cuyos colores azul y rojo, fueron tomados del manto de la Virgen."Bergoglio tiene este estilo tan sencillo y a la vez tan agudo de predicación que la gente siempre abarrotaba la parroquia cada vez que venía. Así también se llenó espontáneamente el día de su elección como Papa. La alegría entre la gente por haberlo conocido es enorme", sostuvo Repovz.

Jorge Mario Bergolio frecuentó, junto a su hermano menor, el colegio salesiano “Wilfrid Barón” de Ramos Mejía en 1949 en la clase del grado 6º B. Recibió, como lo demuestra la lista de ganadores de este año, el primer premio en Conducta y Religión y Evangelio.

Como lo demuestra una exacta biografía del nuevo Papa, publicada por el diario argentino “La Nación”, a los 17 años tuvo como director espiritual al padre Enrique Pozzoli, de la comunidad salesiana de Almagro. Un curita que lo marcó a fuego, antes de llevar a Don Bosco hasta Tierra del Fuego, el verdadero fin del mundo. Fue Pozzoli quien le sugirió a Bergoglio viajar a las sierras de Tandil para recuperar sus pulmones, con él decidió su ingreso al seminario de Villa Devoto y a él recordó en el prólogo de su primer libro -Meditaciones para religiosos - por la "fuerte incidencia" que tuvo en su vida.

Interior del Templo “San José” del colegio “Wilfrid Baron”.

Colegio Salesiano “Wilfrid Baron”

Allí, en Tandil, conoció a los 18 a Roberto Musante, dos años mayor que él, con quien se volvería a encontrar en momentos más complejos. Como cuando Bergoglio recibió durante la dictadura a tres seminaristas del obispo Enrique Angelelli.

En Tandil, recuerda padre Musante, llegaron a conocerse y conversar, aunque Bergoglio "se mantenía más bien silencioso y humilde”. Los dos jóvenes siguieron después caminos vocacionales diferentes. Hoy, el salesiano padre Musante anda por Angola, donde cuida y educa a cientos de chicos en el barrio Lixeira, "basural" en portugués.

Don Fabián García, inspector de Buenos Aires del 2005 al 2010, tuvo la oportunidad de conocer personalmente el card. Bergoglio. Para ANS ha contado algunos recuerdos personales que trazan un breve perfil que muestra el rostro y el corazón del nuevo Pontífice; un corazón profundamente unido a María Auxiliadora.

Minutos después que el Papa Francisco nos había regalado sus primeras palabras y su primera bendición, enseguida comenzaron los recuerdos….

Francisco, el mismo card. Bergoglio que cuando era Arzobispo de Buenos Aires y llamabas a la Curia para pedir una audiencia, del conmutador te comunicaban directamente y él mismo te atendía y no te decía cuando podía atenderte, sino que te preguntaba: “¿cuándo podés venir?”.

El mismo que cada vez que finalizabas cualquier tipo de encuentro, ya sea formal o espontáneo, te pedía siempre: “rezá por mí”.

El mismo que una vez al finalizar las Fiestas Patronales de una de nuestras parroquias que él había presidido, volviendo en el auto a la Casa Inspectorial, me lo encuentro en la parada esperando el colectivo; lo llamé y lo invité a subir al auto y me contestó: “gracias, pero siempre viajo en colectivo o en el metro”.

El mismo que vivía muy austeramente en la misma Curia, sin automóvil, sin protocolos y con mucha sencillez.

El mismo que haciéndole conocer a un Superior que nos visitaba el centro histórico de la ciudad de Buenos Aires, lo encontramos caminando por la calle, vestido sencillamente con un traje oscuro y su camisa, nos saludamos y nos cuenta: “vengo de suplir a un párroco que está enfermo”.

El mismo que en el Prólogo de uno de sus libros (Meditaciones para religiosos), recopilaba sus reflexiones de cuando era Provincial de los Jesuitas en Argentina, escribió: “Y tratándose de meditaciones para religiosos, la principal colaboración ha surgido del ejemplo de tantos hermanos nuestros…. Ha tenido fuerte incidencia [en mi vida], quiero mencionar aquí el ejemplo de servicio eclesial y consagración religiosa de don Enrique Pozzoli, SDB…”.

El mismo que expresaba su simpatía por el equipo de futbol “San Lorenzo de Almagro”, fundado por don Lorenzo Mazza, SDB. El mismo que con igual facilidad sabía darte un consejo, ayudarte frente a una situación de gobierno o contarte un chiste y hacerte reír. El mismo que siempre quería venir a presidir la Fiesta de María Auxiliadora, que ama a Don Bosco y muy devoto del Beato Artémides Zatti.

El mismo que siendo Provincial hizo rezar Novenas al entonces Siervo de Dios sr. Artémides Zatti, salesiano coadjutor, pidiéndole que interceda por vocaciones para hermanos jesuitas, y fueron muchos los frutos vocacionales.

El mismo que con inmensa alegría celebró la Beatificación de Ceferino Namuncurá, presidiendo la Procesión, Misa y demás festejos.

Pero por sobre todas los recuerdos, el más fuerte, el más significativo, el más imborrable: el hombre de fe, que todos los 24 de cada mes, bien tempranito a la mañana, antes que abriera sus puertas, venía a la Basílica de María Auxiliadora en el barrio de Almagro, rezaba la misa y se quedaba una hora larga en oración delante de la imagen de nuestra Madre bendecida por el mismo Don Bosco.

Asi es el Papa.

Una oración suya que enseñaba en la Catedral de Buenos Aires a sus feligreses, es la siguiente:

UNA ORACIÓN EN CADA DEDO 1. El pulgar es el más cercano a ti. Así que,

empieza orando por quienes están más cerca de ti. Son las personas más fáciles de recordar. Orar por nuestros seres queridos es "una dulce obligación".

2. El siguiente dedo es el índice. Ora, por quienes enseñan, instruyen y sanan. Esto incluye a los maestros, profesores, médicos y sacerdotes. Ellos necesitan apoyo y sabiduría para indicar la dirección correcta a los demás. Tenlos siempre presentes en tus oraciones.

3. El siguiente dedo es el más alto. Nos recuerda a nuestros líderes. Ora por el presidente, los congresistas, los empresarios, y los gerentes. Estas personas dirigen los destinos de nuestra patria y guían a la opinión pública. Necesitan la guía de Dios.

4. El cuarto dedo es nuestro dedo anular. Aunque a muchos les sorprenda, es nuestro dedo más débil, como te lo puede decir cualquier profesor de piano. Debe recordarnos orar por los más débiles, con muchos problemas o postrados por las enfermedades. Necesitan tus oraciones de día y de noche. Nunca será lo que ores por ellos. También debe invitarnos a orar por los matrimonios.

5. Y por último está nuestro dedo meñique, el más pequeño de todos los dedos, que es como debemos vernos ante Dios y los demás. Como dice la Biblia "los últimos serán los primeros". Tu meñique debe recordarte orar por ti. Cuando ya hayas orado por los otros cuatro grupos, verás tus propias necesidades en la perspectiva correcta, y podrás orar mejor por las tuyas.