El Narcotrafico

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UNIVERSIDAD PERUANA LOS ANDES CONTABILIDAD Y FINANZAS DOCENTE : CARLOS ALMEYDA HINOSTROZA CURSO : REDACCION Y ELOCUCION ALUMNAS : ALTAMIRANO DE LA CRUZ, Marcelina AULA : 502 AYACUCHO – PERU 2015

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UNIVERSIDAD PERUANA LOS ANDES

CONTABILIDAD Y FINANZAS

DOCENTE: CARLOS ALMEYDA HINOSTROZA

CURSO: REDACCION Y ELOCUCION

ALUMNAS: ALTAMIRANO DE LA CRUZ, Marcelina

AULA : 502

AYACUCHO PERU2015

EL NARCOTRAFICOEs un delito contra lasaludpblica, consistente en la realizacin, normalmente con fines lucrativos, de actos que sirvan para promover, favorecer o facilitar el consumo ilegal de drogas naturales o sintticas, ya sean estupefacientes, psicotrpicos o de cualquier otro tipo. Se trata deaccionesque, aunque recogidas y definidas de forma muy diversa, estn contempladas en las diferentes legislaciones como hechos ilcitos y son objeto de represin tanto en el mbito interno como internacional. Todas ellas son englobadas habitualmente bajo la denominacin denarcotrfico.Este es uno de losdelitosde mayor aplicacin prctica, por lo que lajurisprudenciasobre estamateriaes muy extensa y pormenorizada. Nosotros dedicaremos en este tema delas drogasal estudio de aquellas materias ms recurrentes. Como seala la doctrina legal,el delito contra la salud pblicaes un ilcito deriesgoabstracto y de consumacin anticipada en el que el bien jurdico protegido es lasalud pblica, consumndose la infraccin con la ejecucin de alguna de las acciones incluidas en el precepto penal, resultando indiferente a los efectos de la calificacin, la eventual lesin o perturbacinfsicao psquica de lapersonaque, finalmente, consume la droga objeto del trfico ilcito, precisamente porque en esta figura delictiva el sujeto pasivo no es la persona concreta, receptora y consumidora de la sustancia prohibida, sino el colectivo social cuyo bienestar sanitario es el objeto de proteccin de la norma, por lo que los resultados daosos que dicho consumo produzca en el consumidor del producto.El narcotrfico est infiltrado de tal manera en las altas esferas depoderde naciones ricas y pobres, abarca unmercadomundial de tal magnitud y finalmente, envenena a tal cantidad de seres humanos, que desafa elcorazndelsistemade una manera contundente, pone en tela de juiciolos valoresde lasociedadmoderna y refleja los elementos ms hondos de unacrisisy un desmoronamiento, capaz de conducir a millones de personas a la autodestruccin ante la evidencia de un mundo que muchas veces parece no valer la pena de ser vivido.Es generadora de un mayor nmero de crmenes y con unvolumende negocio ms elevado. Muchos traficantes individuales yorganizacionesilegales que se dedican a l han conseguido acumular ingentes cantidades dedineroymediosmateriales, lo cual les ha otorgado una posicin defuerzaque les permite no slo escapar a la actividad represiva de los Estados, sino incluso constituirse en centros de poder paralelos. El fenmeno, impulsado por el aumento generalizado delconsumoy la revalorizacin delproductodesde su origen hasta su recepcin por elconsumidor, comenz a ser contemplado con preocupacin por los gobiernos.Tambin se trata de una actividad de la cual dependen decenas de miles de personas, ya sea en losprocesosproductivos, en eltransporteydistribucino en el blanqueo de los beneficios. La dificultad de controlar y atajar lasredesinternacionales del narcotrfico se ve acrecentada por laglobalizacin econmica, alguno de cuyos procesos inherentes, como la universalizacin de lascomunicaciones, las facilidades de transporte, la desregularizacin bancaria o la conclusin de acuerdos delibre comercio, han beneficiado el crecimiento y expansin de unas asociaciones ilcitas cuya capacidad organizativa es, en ocasiones, comparable a la de las grandes corporaciones multinacionales

El narcotrfico internacional se ha convertido por s mismo en ungobiernomalvado y poderoso. Representa en la actualidad un podero financiero, poltico y militar mayor que el de algunas naciones de las Amricas.El trfico y el consumo de drogas, y sus resultantes decorrupcinyviolencia, son las mayores amenazas a nuestraseguridad, como regin y como naciones individuales. Estas amenazas no reconocen fronteras, dentro de nuestro hemisferio, en su ataque inexorable y devastador a nuestras familias, nuestras comunidades, lasinstitucionesdemocrticas de nuestras repblicas soberanas y nuestros propios medios de vida.

Una de lasherramientasms efectivas para negarles a los narcotraficantes algunos beneficios, especialmente los del refugio, es la extradicin. Debemos ampliar y modernizar nuestra red de tratados de extradicin y nuestras relaciones. La extradicin es un tema difcil y delicado. Es un asunto que con frecuencia nos ha dividido en el pasado. Pero, en la realidad de los tiempos modernos, debemos considerar la extradicin como una manera de unir a los pases en esfuerzos cooperativos coordinados contra el narcotrfico internacional y otros delitos transnacionales. Creemos firmemente que la extradicin es una herramienta esencial para promover la justicia y el imperio de la ley. Asegura que los fugitivos sean arrestados y enjuiciados de la manera ms efectiva posible. Se basa en el principio slido y lgico de que un fugitivo debe ser enjuiciado en el lugar donde el delito se cometi o donde el efecto del delito se sinti ms, y el sistema de justicia penal puede, en ese momento, garantizar mejor un enjuiciamiento efectivo con todas las garantas del debido proceso de ley. Esta es la misma jurisdiccin donde es ms probable encontrar las pruebas del delito, donde residen vctimas y testigos, y donde es mayor el inters de lacomunidaden que se haga justicia.La extradicin es tambin un sistema efectivo, equitativo y humano de reconocer losderechosde las vctimas del crimen y de sus familias. Es hora de ponderar y proteger los derechos de las vctimas del trfico de drogas transnacional, as como los de los delincuentes mismos. En nuestra opinin, los casos deben tratarse donde convenga ms a los intereses de la justicia en general.Si bien hemos logrado tremendos progresos en cuanto a conseguir la cooperacin entre las naciones, puede hacerse mucho ms. Adems de mejorar en general las relaciones de extradicin, nuestra meta comn debera ser la entrega universal de los propios ciudadanos de un pas a la jurisdiccin penal de otros pases, de acuerdo con el sitio donde se cometi el crimen, o el impacto que ha tenido, y la efectividad de la jurisdiccin para asegurar un encausamiento pleno y justo. Los pases deberan conceder la extradicin de sus propios ciudadanos basndose en lateoraderesponsabilidadde las propias acciones, donde quiera que se realicen. Los ciudadanos acusados de delitos que afectan significativamente a otros pases deberan ser extraditados a esos pases. La extradicin de ciudadanos del propio pas o de otros pases es un mecanismo que se basa en la confianza entre las naciones.Tenemos ante nosotros un programa de trabajo increblemente desafiante. Tenemos confianza en que junto a los dems pases del hemisferio podamos responder como pas a las amenazas nuevas que surjan. Como naciones separadas, no lograremos detener el progreso del narcotrfico trasnacional, sin embargo, al unir nuestros esfuerzos no podemos fracasar.El Estado dominicano noslo est amenazado, sino penetrado,y no solamente a nivel de los organismos dedicados a la represin sino que el traficante de drogas, con un criterio empresarial muy agudo, est tocando otros resortes de poder y ha reclutado una base estable de funcionarios estipendiados por este sector. No slo eso, sino que estamos entrando en una fase peligrossima de amenaza de violencia generalizada en el pas.

Una de las maneras en que podemos aumentar estos esfuerzos cooperativos es mejorar nuestro intercambio de informacin sobre los narcotraficantes, los socios de stos y las infraestructuras operativas y financieras de los carteles de la droga. Uno de los recursos ms valiosos de los esfuerzos cooperativos de administracin de justicia es el intercambio abierto y oportuno de informacin. Los mecanismos multilaterales y bilaterales, donde sean apropiados, nos ayudarn a investigar y perseguir a los delincuentes cuyas actividades y transacciones financieras cruzan las fronteras nacionales.Una vez que se ha analizado la informacin y se han entregado laspruebas, debemos ser capaces de llevar a cabo hasta el final enjuiciamientos efectivos. Los enjuiciamientos efectivos requieren un sistema de justicia penal establecido, eficaz, honesto e incorrupto para llevar a la justicia a los narcotraficantes a fin de responsabilizarlos totalmente de sus actividades criminales. Este ideal no se alcanzar de la noche a la maana. Los obstculos que enfrentamos son reales y, en algunos casos, sern difciles de superar: la corrupcin, y la falta de recursos y de personal capacitado son slo algunos de los obstculos. No podemos pasar por alto estos problemas o pretender que no existen. Debemos dedicar nuestros mejores esfuerzos colectivos a efectuar mejoras en todos nuestros sistemas de justicia penal; no podemos darnos el lujo de permitir que se nos escape la oportunidad de actuar. Pero mientras trabajamos juntos para asegurar que cada uno de nuestros sistemas de justicia penal logre ese ideal, no podemos dejar escapar la oportunidad de realizar enjuiciamientos efectivos. Si lo hacemos, slo permitimos que los mismos delincuentes que queremos derrotar se beneficien de la novedad, los errores y las diferencias temporales de nuestros respectivos sistemas legales.El problema de laproduccin, trfico y consumo de drogas est afectando y preocupa a muchos padres, educadores, polticos, religiosos, gobernantes, etc. en fin, es mucha la gente que se est poniendo a pensar que hacer.Vemos que hay personas con una visin equivocada y distorsionada del problema, coninformacinincompleta. Muchas de ellas desarrollanaccionescon buena voluntad pero no dan en el clavo. El problema es complejo y complicado.Hoy en Venezuela este es un problema de tipo social, muy relacionado con la problemtica deviolenciaeinseguridadque se vive en el pas en los actuales momentos; es decir, lo que antes de 1960 era un problema de algunosgruposde consumidores y sus familiares (un problema individual y de salud), hoy ocupa laatencinde todos, nos preocupa a todos. Pas a ser un problema colectivo.El trfico de drogas es un problema social cuya solucin necesita de la ms amplia participacin de laciudadanay de los organismos pblicos y privados: en acciones orientadas a buscar el desarrollo integral que enfatice el crecimiento emocional, intelectual y social de lapoblaciny educando a las personas a rechazar participar en estaclasede hechos delictivos.Es necesario desarrollar prcticas sociales alternativas: acciones vlidas reales dirigidas a modificar las condiciones que permiten la aparicin y el agravamiento del problema del trfico de drogas o cualesquiera otra que debilite al individuo y a la sociedad, as como los obstculos que nos impiden desarrollar nuestraaccinpreventiva.Es necesario desarrollarprogramasde informacin, formacin yeducacinpreventiva a nivel escolar, familiar y comunitario, asignando de manera justa laresponsabilidad,funcionese importancia que tiene los diferentes actores.Necesitamos organizarnos y unirnos para fortalecer nuestras fuerzas comocomunidadpara que nuestras acciones sean eficaces.Hay que tener presentes los casos de otras grandes ciudades latinoamericanas, en las cuales las mafias del narcotrfico se arraigaron progresivamente en el territorio y en la sociedad, hasta el punto que parte de esta ltima lo visualiza como una alternativa laboral y de resguardo de la seguridad. Todo muestra, por lo tanto, que cuanto ms se extiendan las redes del delito ser ms dificultoso combatirlas y erradicarlas.

Un captulo especial de la poltica ante el narcotrfico es mantener una severa vigilancia sobre las fuerzas de seguridad que intervienen porque, como tambin ensea la experiencia, existe el riesgo cierto de corrupcin o de que se cometan abusos que deslegitiman la accin oficial en beneficio del delito que se pretende combatir.La sucesin de delitos asociados con el narcotrfico en el Bajo Flores muestra la importancia de tomar, adems de medidas policiales, medidas sociales preventivas para evitar la consolidacin de las redes sociales y territoriales del delito.