El motín de Esquilache. Conjura o revolución

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El Motín de Esquilache Universidad Popular de Tres Cantos “Carmen de Michelena” Miguel Arévalo Sancho conjura o “escandalosa revolución”

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El Motín de Esquilache

Universidad Popular de Tres Cantos“Carmen de Michelena”

Miguel Arévalo Sancho 6 de mayo de 2016

conjura o “escandalosa

revolución”

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Carlos III

Nació en Madrid en 20.1.1716 y murió en Madrid en 14.12.1788 Era el tercer hijo varón de Felipe V y el primero de Isabel de Farnesio.

Era virtuoso, familiar y sencillo en su trato y en su vestir. La regularidad de sus actos era inalterable, tenía horror a los cambios. Dedicaba todas las tardes del año a la caza excepto el viernes santo.

Dedicaba bastante tiempo a los asuntos de Estado y tomaba sus propias resoluciones.

Fue, seguramente, el mejor de nuestros reyes del siglo XVIII; el más informado, el más consciente de sus deberes y el más independiente en sus decisiones. Tenía un sentimiento exagerado de dignidad.

En un siglo volteriano era un monarca profundamente religioso, pero tan alejado del fanatismo como del agnosticismo.

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Eficaz colaborador de Carlos en Nápoles, nada más llegar a España fue nombrado secretario de Hacienda, luego de Guerra y hasta 1765, interinamente, de Gracia y Justicia.

Esquilache D. Leopoldo de Gregorio, a quien se llama siempre Esquilache, de acuerdo con la grafía de su pronunciación (Squillace), nació en Mesina (Sicilia) en 1700.

Yo, el gran Leopoldo primero

marqués de Esquilache augusto,

a España rijo a mi gusto

y a su rey Carlos tercero.

Entre todos me prefiero,

ni lo consulto ni lo informo,

al que obra bien lo reformo,

a los pueblos aniquilo,

y el buen Carlos, mi pupilo,

dice a todo: me conformo.

Desde 1772 ejerció de embajador en Venecia, hasta su muerte en 1785.

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Condiciones de vida en el Madrid del XVIII El pueblo llano vivía en cuchitriles, con un paupérrimo mobiliario, sin agua corriente, sin

saneamiento, sin cocina, sin casi luz y menos ventilación. Sólo el 3% era propietario.

La Guerra de Sucesión, la terrible hambruna castellana de 1709, dejó Madrid con 109.000 h. Se fue recuperando y en 1766 tenía 150.000 (a lo largo del Antiguo Régimen entre la mitad y las tres cuartas partes de la población madrileña habían nacido fuera de la cerca).

Las unidad familiar era pequeña (2+1) por la economía, por la edad tardía del casarse (25/40), la alta mortalidad infantil y por el recurso extremo del abandono. En la inclusa la mayoría moría antes del año de vida.

Madrid concentraba el 2% de la población de la Corona de Castilla y el 20% de su renta nacional.

Monarquía: 6.000 funcionariosNobleza: 200 grandes títulos + 8.000 hidalgosIglesia: casi 1.000 instituciones + 4.600 eclesiásticosBurguesía: capitalistas mercantiles, 600 clase media, 3.000 Pueblo llano: más del 70%

manola

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Mercado laboral

1º - Servicio doméstico: más del 20% de los madrileños.2º - Producción manufacturera: 11.000 en 66 oficios.3º - Construcción: 10.000 directos.4º - Industria alimentaria y comercio al por menor5º - Amplio grupo heterogéneo sin cualificar.

Evolución de los precios reales Al final de la Guerra de Sucesión, el retroceso poblacionalhizo aumentar los salarios un 7% sobre el costa de la vida.

Entre 1711 y 1740 los salarios se estancaron pero se compensó con la moderación de los precios.

A partir de 1750, el índice salarial se hundió mientras los precios, fundamentalmente de los productos más básicos, se disparó.

El poder adquisitivo del pueblo llano inició una brusca caída que se mantuvo toda la segunda mitad del s. XVIII.

El albañil herido (Goya)

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Las basuras, deposiciones y demás inmundicias eran arrojadasa la mismísima calle (¡agua va!). Discurría por los albañales que surcaban el centro de las vías. El hedor era insoportable.

Había una notable contaminación ambiental. Las calles sin pavimentar, con más de 1.800 animales de carga. El Manzanares y sus afluentes urbanos se envenenaban con los productos químicos que usaban curtidores, sombrereros, tintoreros, pintores y otros artesanos. Los cementerios de más de cien iglesias de intramuros. Todo ello, junto a la falta de agua, explica los graves problemas de salud y la propagación periódica de enfermedades contagiosas.

Un menú diario de pan para desayunar, un pucherito de Madrid (garbanzos, alguna hortaliza y uno o dos cuartos de tocino) con lo que comían y cenaban le costaba a un albañil algo más de la mitad de su renta anual. Si estaba casado y tenía un hijo, 68%.

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Orígenes inmediatos Al poco de iniciar su reinado Carlos y su favorito deciden acometer un ambicioso plan de policía para transformar Madrid. Esquilache encargó a Sabatini un plan que hiciera del “pueblo más asqueroso del mundo, el más limpio de Europa”.

Plan: Embaldosar las aceras y empedrar las calles. Construir un embrionario alcantarillado. Saneamientos en las casas y prohibir el “agua va” incluso en las horas permitidas. Una vez al día los vecinos barrerían y fregarían su calle.

A las medidas de profilaxis se añadían otras contra la delincuencia: Se reimplantaba la pena de muerte para robos >50 pesos. Se crearon nuevos cuarteles de Inválidos. Se creó una milicia urbana de los gremios.

En 1765 se había inaugurado el alumbrado público: una red de 4.000 faroles, llamadas popularmente “esquilaches”.

Sereno. Grabado de 1802

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Como los propietarios pagaban el embaldosado, se les permitió subir hasta un 5% los ya elevados alquileres (entre 1760-1764 un 14,75%).

El alumbrado se costeó con nuevos tributos. Además agotó las velas de sebo y obligó al uso del aceite en un año que había subido mucho su precio debido a la mala cosecha.

Todo ello en medio de una gran crisis de subsistencia por una serie continuada de malas cosechas.

Esquilache decidió asumir la gestión del Pósito. Se compró todo el grano posible, incluso del Báltico, Nápoles y Sicilia. Dichas operaciones generaron un alto déficit para la Hacienda real y, además, no evitaron que el precio del pan se doblara con respecto al de 1759.

La Real Pragmática de 11 de julio de 1765 liberalizó el comercio al suprimir la tasa de granos, pero su entrada en vigor se tuvo que retrasar lo que agravó la escasez y fomentó todavía más la especulación.

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El 10 de marzo de 1766, Esquilache, molesto con la impunidad de los embozados en diversas protestas, sacó un decreto sobre la vestimenta de los varones, prohibiendo la capa larga y el sombrero redondo por dificultar la identificación y difuminar las diferencias sociales.

La medida se había intentado en 1716, 1723, 1729, 1737, 1740 y 1745.

Pero ahora se encomienda a los alguaciles y al cuerpo de Inválidos su cumplimiento. El dinero de las sanciones se repartirá entre los alguaciles, escribanos, denunciantes y el juez instructor.

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Tras diversas algaradas el motín comenzó el Domingo de Ramos de 1766.

¡¡El motín!!

23 domingo

Marzo

¿Que Madrid se ha de limpiar? Sí señor ¿Y cómo ha de ser? Quitándonos de comer Y dexando de cagar.

A las 5 de la tarde un embozado se paseódesafiante frente al cuartel de Inválidos de Antón Martín. Interpelado por el oficial de guardia, respondió mal y le arrojó al suelo.

Cuando trataron de detenerle, unos 50 embozados, con armas de fuego lo impidieronal tiempo que proferían gritos contra el mal gobierno y el favorito real, Esquilache.

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Diversas cuadrillas se fueron reuniendo en la Puerta del Soly la Plaza Mayor. A la noche eran unos 20.000. Un grupo asaltó la residencia de Esquilache. En la lucha conla guardia y la servidumbre del marqués se produjeron las primeras víctimas: 2 amotinados murieron.

Casa de las 7 Chimeneas

Se asaltaron varios cuarteles de Inválidos para liberar a los detenidos. En ello murieron otros 3/4 hombres.

En una representación muy simbólica, se ejecutó ritualmente al superministro. Una pira en el centro de la Plaza Mayor quemó un retrato D. Leopoldo como un hereje o convicto de lesa majestad.

Los alborotadores terminaron el día entrando en bares y tabernas, bebiendo gratuitamente al grito de “¡qué pague Esquilache!”.

En total, al concluir la jornada, habían muerto, al menos, 17 personas y cerca de otras 30 ingresadas con heridas en hospitales. También se había destruido casi todo el alumbrado, los “esquilaches”

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24 lunes

Marzo Amaneció Madrid tomado por las tropas pero pronto empezaron a juntarse grupos armados con piedras, palos, navajas y armas de fuego, a eso de las 10, entre 30.000 y 50.000 eran dueños de Madrid.

En el Arco de Palacio la Guardia Valona disparó contra la multitud, también en la Pza. Mayor. Un valón fue bárbaramente asesinado por la multitud lo que causó nuevos ataques y nuevas bajas, entre ellas 7/8 soldados.

Gabinete de crisis en Palacio, con 3 partidarios de la represión, 3 de hacer concesiones. El conde de Revillagigedo que presidía la reunión decidió con su voto la vía pacífica.

Guardia valona

Tomada la decisión, Carlos III envió una comisión de nobles con el duque de Medinaceli para que concediera cuanto pidiera el pueblo.

Asimismo, un bando real volvía a autorizar el uso de capas largas y el chambergo y ordenaba una rebaja del precio del pan y del aceite al tiempo que concedía el perdón a todos si se disolvían y regresaban en paz a sus casas.

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Pero al escuchar el edicto la gente gritaba, ¡no es eso!, querían la destitución de Esquilache, exponerle directamente las demandas y que el rey fuese a la Pza. Mayor a confirmarlas.

El papel con las peticiones de la multitud se redactó en una tienda cerca de la Puerta de Guadalajara por uno “en traje de clérigo”.

1.Que el marqués de Esquilache y su familia salgan desterrados de el reino.2. Que seamos gobernados por ministros españoles, destituyéndose a los extranjeros.3. Que se suprima la Junta de Abastos.4. Que baje el precio de los comestibles “precisos a la vida humana”.5. Que salgan de la corte las tropas valonas.6. Que todos vistamos a nuestro gusto.7. Que el rey acuda por la tarde a la Plaza Mayor para confirmar todas las concesiones, pues, de lo contrario, ”esta noche ha de perder Madrid”.

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Una comisión llegó a Palacio y el rey tuvo que oír de boca de uno de los rebeldes las peticiones.

Carlos III concedió todo pero se le exigió que lo confirmase públicamente.

Humillado, tuvo que salir al balcón de Palacio para ratificar ante el pueblo las concesiones.

Esa misma tarde salía el decreto donde, además, se ordenaba la inmediata libertad de los presos, el cese de reconocimiento de los cadáveres y un perdón general.

Balcón de Palacio sobre la armería

Huida de la familia real

Pero esa noche, ofendido y asustado huía a Aranjuez en compañía de la familia real, varios ministros y unos100 guardias de corps.

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25 martes

Marzo Al conocerse la huida saltó otra vez la chispa de la revolución. Tras reuniones y asambleas populares se decidió su rescate y humildemente pedir su perdón.

2.000 hombres pedirían al gobernador del C. de Castilla que redactara unacarta para el rey solicitándole la vuelta. 3.000 acamparían en Villaverde pararecibirle y otros tanto harían guardia en la Puerta de Toledo.

La carta la llevó un calesero de El Toboso, uno de los líderes. Carlos III mantuvo las concesiones y el regresar pero siempre que depusieran su actitud y se desarmaran pacíficamente.

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Mientras en Madrid se habían tomado varios cuarteles de Inválidos y un batallón habían acudido a las cárceles de mujeres y las habían liberado; éstas organizaron un desfile por la calle Atocha con orden y marcialidad.

Al anochecer Madrid seguía en manos de los amotinados. Entraban en tiendas, tahonas, tabernas y aguardienterías pidiendo los víveres con “mucha cortesía”, diciendo que se les pagaría todo después; pero a los que se negaban les apedreaban el negocio y requisaban los artículos.

Los Inválidos o“blanquillos”

Sabatini

Esa misma noche algunas cuadrillas apedrearon y tirotearon la vivienda de Sabatini, a quien incorrectamente apodaban “el napolitano” por su activa participación en las reformas urbanísticas del marqués de Esquilache.

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26 miércoles

Marzo A eso de las 9 regresó el calesero de Aranjuez con una carta del rey queleyó ante el Consejo de Castilla.

Al concluir fueron a la Plaza Mayor y desde un balcón de la Casa de la Panadería se leyó hasta 3 veces en voz alta, además de un nuevo bando donde se exigía el abandono de las actividades y la permanencia de todos los vecinos en sus casas.

De inmediato, entre vivas al rey, comenzó el desarme del ejército popular. A las 4 de la tarde estaba concluida dicha operación.

Palacio de los Consejos

A las 4 se iniciaba la procesión del Miércoles Santo con su escenificación jerárquica y corporativa de la capital, seguidos de cofradías, gremios, la plebe y la típica legión de pobres. Al terminar todos los amotinados se recogieron en sus casas. Madrid estaba, al fin, en paz.

Casa de la Panadería

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Motínes en provincias Desde el 31 de marzo, todo abril y los más tardíos enmayo/junio, se dieron más de 70 motines de subsistencia.

Los tipos de alboroto y su intensidad pueden quedar en 3 . Los de máxima intensidad y sangre. . Los disturbios con amenazas y a veces relevo de autoridades. . Los de malestar difuso, expresado, sobre todo, con pasquines y libelos. Los más numerosos.

Se centraron en las autoridades locales.Tras el problema coyuntural de la carestía, existía el problema estructural de las oligarquías municipales. El 86,9% de los cargos municipales en manos de la clase dominante.

La motivación más general: carestía debido a malas cosechas, pero también a la mala gestión de las autoridades. En Levante tuvieron un carácter antiseñorial, en Sevilla el encierro de 500 soldados reclamando pagas no satisfechas, en Guipúzcoa el anticlericalismo…..

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LAS RESPUESTAS GUBERNAMENTALES A LA SUBVERSIÓN

La reacción fue rápida, Múrquiz y Muniáin ocuparon Hacienda y Guerra. Hizo venir a Aranda y el 11 de abril fue nombrado Presidente del Consejo de Castilla y Capitán General de Castilla la Nueva, con todos los poderes para pacificar Madrid y llevar a cabo todas las reformas necesarias.

Aranda y Roda perfilaron un plan de pacificación.Acusaron a los vagabundos de ser los autores mate-riales y lo usaron para limpiar Madrid de población marginal con levas, encierros, destierros…

Por otro lado había que descubrir a los autores de pasquines, sátiras, amenazas y papeles anónimos que seguían circulando.

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Las investigaciones del momento

Nada más concluir el motín se iniciaron las investigaciones para descubrir sus raíces y sus promotores. Los resultados eran sorprendentes: no había un líder importante y todo apuntaba a una organización y autoría popular.

Conde de Aranda

No fue apresurado y sin rigor. La hicieron al unísono la Sala de Alcaldes, el Ayuntamiento, una fiscalía del C. de Castilla y la Secretaría de Estado. Además Aranda hizo otra propia.

Estas conclusiones asustaron a Aranda, Campomanes, Roda… pues mostraban a un pueblo políticamente mayor de edad y capaz de introducir cambios en la dirección del Estado.

Para estos gobernantes defensores de la sociedad estamental en la que el pueblo carecía de derechos políticos y a los que había que tutelar dada su incultura, lo descubierto les resultó inadmisible.

Por ello negaron la realidad y buscaron otros agentes sociales que, indudablemente debían de estar detrás de esa “escandalosa revolución”. Sólo se había demostrado la participación de la hez de la República, pero, sin duda, había sido un instrumento de una clase más hábil, con alguna autoridad y poder.

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Los autores de semejante jaque al rey sólo podían ser ciertos nobles y algunos eclesiásticos.

Se adujeron diversas cuestiones: La disciplina y el orden que había imperado. Se había visto a gente bien vestida repartiendo pasquines. Se había comido y bebido gratis y se decía que pronto se pagaría. Un canónigo le dijo a Rojas que “esto lo ha movido gente muy rica”. Uno vestido de cura había participado en la redacción de las propuestas. Según informes, los rebeldes habían sido adoctrinados por religiosos de alguna orden.

Carlos III comiendo ante su corte. Paret Estas “pruebas” fueron bien aceptadas por las clases privilegiadas. Algunos habían sufrido afrentas, pero ahora podían dormir tranquilos, los causantes de las humillaciones , los autores de tan graves acciones eran de su propia sangre; la chusma sólo había sido un instrumento. l

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Una Real Orden desterraba al Marqués de La Ensenada al destierro en Medina del Campo donde falleció 15 años después.

Marqués de La Ensenada

El 21 de abril se creaba la “Sala especial de pesquisas reservadas oConsejo Extraordinario” y se privaba de cualquier fuero privilegiado a los encausados. El tribunal colocó casi de inmediato a dos chivos expiatorios: . Los vagabundos . Los jesuitas

A los vagabundos se les concedían 4 días para abandonar la ciudad. La primera gran leva de pobres comenzó el 1 de junio. A los inicios de 1768 se llevaban detenidas en Madrid, 5.790 personas acusadas de vagancia, cerca del 4% de su población total. Lo de los jesuitas llevaría más tiempo.

Para Aranda la falta de representación popular en el Ayuntamiento también les había llevado al motín. En 1766, el 86,9% de los cargos estaba en manos de las clases dominantes. En mayo se crearon los diputados y síndicos personeros del común. Ambos sin retribución por lo que terminaron recayendo en las clases más acomodadas. También se crearon los alcaldes de barrio pero con funciones muy distintas pues se ocupaban de mantener el orden en los distritos o barrios en que se dividió la ciudad.

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Aranda consiguió que entre mayo y junio llegasen memoriales de las corporaciones pidiendo disculpas. Con ellos el C. de Castilla elaboró un informe sobre la inconstitucionalidad de las concesiones hechas. Por fin se remitió un escrito a Carlos III solicitando, conforme al dictamen, se anulase la rebaja de los precios, la derogación de los bandos de policía, la supresión de la Junta de Abastos y el destierro de los valones. Nada se decía, significativamente, de Esquilache. El auto concluía con la conformidad del rey, manteniendo el indulto y el nuevo modelo de aprovisionamiento.

Las Guardias valonas entraron otra vez en Madrid entre un silencio sepulcral y después de una ejecución pública como consecuencia de las protestas.

Poco después se restablecía el alumbrado público con 2 importantes novedades: . se cobraría 64,54 reales por casa y farol a los dueños, nunca a los inquilinos. . se utilizaría aceite y no las costosas velas de sebo.

En octubre Aranda convocó a los gremios para comunicarles que al rey le encantaría que en Madrid se “restableciera la antigua costumbre de llevar sombreros levantados”.

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Con docilidad muchos maestros salieron al día siguiente con sombreros de tres picos. Los disturbios llevaron a actuar a un contingente militar y hacer detenciones.

Entre los arrestados figuraban los representantes de los dos grupos sobre los que recaían las sospechas: los jesuitas y los ensenadistas.

El 21 de febrero de 1767, un decreto real expulsaba a los jesuitas del reino por su participación activa en el motín y por haber adoctrinado a la plebe.

Un grupo de jesuitas camino del puerto. Grabado s. XVIII

Imagen extraída del libro “La España de la Ilustración (1700-1833)” de Jean-Pierre Almaric y Lucienne Domergue

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En el decreto final Carlos III señalaba que no podía confesar las razones profundas de tan difícil determinación.

Ningún jesuita fue directamente relacionado con el motín.

El gobierno ilustrado liquidaba a una orden que debido a su especial voto de obediencia al Papa se oponía a la política regalista de la Corona y constituía un Estado dentro del Estado. A la vez se accedía al cuantioso patrimonio jesuítico.

DisoluciónClemente XIV en 1773

Colegio ImperialReales Estudios de San Isidro

Clemente XIII Es informado 1767