El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

116
El Improvisador Parte I Por Hans Christian Andersen

Transcript of El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

Page 1: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

ElImprovisadorParteI

Por

HansChristianAndersen

Page 2: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

Parteprimera

I

Elmundodemiscomienzos

Cualquiera que haya estado en Roma conocerá, sin duda, la PiazzaBarberini, esa gran plaza con una bella fuente en la que el tritón vacía lachorreantecaracoladesdelaquecaeelaguaavarioscodosdealtura;quiennohayaestadolaconocerá,sinembargo,porelfamosograbado,aunqueesunalástimaqueenéstenoaparezcalacasaenlaesquinadeViaFelice,laaltacasaesquineraenlaqueelaguacorreportrestuberíasquehayenlaparedhastaelgrandepósitodepiedra.Estacasatieneparamíuninterésmuyespecial,puesesallídondenací.Siecho lavistaatrás,a losprimerosañosdemi infancia,¡qué torbellino de recuerdos!, no sé ni dónde empezar. Si rememoro latotalidad del drama demi vida,menos sé, todavía, cómohe de organizarlo,quéconvienedejaraunladoporsecundario,yquéserásuficiente,porsísolo,paradaruna ideadelcuadro.Loquees interesanteparamí,quizáno loseaparaunextraño.Quieronarrarconveracidadynaturalidadlagranaventurademi vida, pero la vanidad también habrá de entrar en escena, ese vicio de lavanidad:¡eldeseodecomplacer!Todolosucedidoenelmundodemiinfanciabrotócomounasimplehierbaparaircreciendo,comosucedíaconelbíblicograno demostaza, e ir haciéndose cada vezmás alto, acercándose cada vezmásalcielo,hastaconvertirseenunpoderosoárbolenelqueconstruyeronsusnidosmispasiones.

Uno demis primeros recuerdosme lleva a aquel lugar. Tenía unos seisaños y estaba jugando al lado de la iglesia de los capuchinos junto a otrosniños, todos más pequeños que yo; en la puerta de la iglesia había unacrucecita de latón, aproximadamente en el centro de la puerta, tan alta queapenas llegabaa tocarlacon lamano.Siemprequenuestrasmadrespasabanpor allí con nosotros nos aupaban para que pudiéramos besar el sagradosímbolo. Una vez que estábamos jugando solos los niños, uno de los máspequeñospreguntópor quénuncavenía elNiño Jesús a jugar connosotros.Como yo era elmás listo, le contesté que estaba en la cruz. Fuimos allá yaunque no había nadie que nos pudiera ayudar, intentamos besarla comonuestras madres nos habían enseñado; pero no alcanzábamos, así que nossubimosunos apoyados en los otros, pero en cuanto uno tenía los labios enposición para dar el beso, las fuerzas les abandonaban a los que estabansujetándolo,yelqueibaadarelbesocaíajustocuandosubocaibaatocaralinvisibleNiñoJesús.Mimadreacertóapasarporallíenesemismoinstante,y

Page 3: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

alvernuestrojuegosedetuvo,juntólasmanosyexclamó:«¡SoisunosángelesdeDios!¡Ytúeresmiángelparticular!»,ymediounbeso.

La oí repetir ante la vecina que yo era un ángel inocente, y me agradómucho oírlo, lo que hizo disminuirmi inocencia: la simiente de la vanidadbebió en ese momento los primeros rayos de sol. La naturaleza me habíaconcedidoun temperamentodulceypiadoso,peromibuenamadrehizoquemefijaraenélymehizovermisvirtudesinnatas,aunquesinpensarenningúnmomentoquealainocenciadelosniñoslesucedeigualquealbasilisco:siseveasímismo,puedemorir.

FraMartino, unmonje capuchino, era el confesordemimadre, quien lecontólopiadosoqueerasuhijo;yqueademásmesabíaestupendamentelasoraciones, aunque no comprendiera nada de lo que decían. El monje meapreciabamuchoymeregalóunaestampadelaMadonnaquellorabagrandeslágrimasque,comolluvia,caíansobrelasardientesllamasdelinfierno,dondeloscondenadosalargabanlasmanosparacogeralgodeaquellíquidoquelesrefrescaría.Tambiénfueélquienmellevóunavezalclaustro,unacolumnataen torno a un huertecito con dos cipreses y un naranjo, que me causó unaprofundaimpresión.Unojuntoalotrocolgabanenelcorredorabiertoviejoscuadrosconhistoriasdemártires,quecontempléconlamismaveneraciónconlaquemástardeobservaríalasobrasmaestrasdeRafaelyAndreadelSarto.

—¡Qué chicomás listo!—dijo el monje—.Ahora te voy a enseñar losmuertos.

Dichoesto,abrióunapuertecitaquedabaaunagalería,variosescalonesmás abajo del claustro; descendimos por ella yme vi rodeado entonces porcalaverasymáscalaveras,colocadasunasjuntoaotrasocupandolasparedesyvariascapillas.Habíaalgunosnichos,yenellos losesqueletoscompletosdelosmonjesmásprincipales,envueltosensushábitosmarrones,elcordónalacinturayunbreviarioounaflormarchitaentrelasmanos.Altares,candelerosy adornos estaban hechos con omóplatos y costillas; un bajorrelieve deosamentas humanas, estridente y de dudoso gusto, como la idea misma deaquellacripta.Meapretécontraelmonje,querezóunaplegariaymedijo:

—Aquídormirétambiényoundía.¿Vendrásavisitarme?

No respondí, me limité a mirarlo espantado, y miré de nuevo a mialrededor,aquellaportentosay fúnebrecomposición.Erauna locura llevaraunniñocomoyoaunlugarcomoese.Mesentíextrañamenteconmovidoporla impresión y no estuve tranquilo hasta que me encontré en la celda delmonje, donde las deliciosas naranjas casi entraban por la ventana, y vi lamulticolorpinturadelaMadonnaelevadaporlosángeleshaciaelbrillantesolmientras miles de flores llenaban la tumba donde había descansado unmomentoantes.

Page 4: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

Aquella primera visita al convento tuvo ocupada mi fantasía durantemuchotiempo,ypermaneceaúnextrañamenteviva.Elmonjemeparecíaunapersonatotalmentedistintaalasdemásqueyoconocía;elquevivierajuntoalos muertos, que con sus hábitos marrones parecían casi iguales a él, lashistorias que sabía contar sobre santos ymilagros asombrosos, así como laveneraciónquesentíamimadreporsusantidad,mehicieronpensarque,alomejor,yopodríallegarsercomoél.

Mi madre era viuda, lo único que tenía para vivir era lo que ganabacosiendo y alquilando una habitación bastante grande en la que habíamosvividonosotrosantes:ahoraocupábamoslapequeñabuhardillamientrasqueun joven pintor, Federigo, estaba alojado en el salón, que era comollamábamos a aquella estancia. Era un joven alegre, procedente de un lugarmuy lejano, tanto que allí no conocían a laVirgenMaría ni al Niño Jesús,segúndecíamimadre.EradeDinamarca.Enesostiempos,yoeraincapazdeentender que pudiera existir más de un idioma y, por tanto, cuando no mecomprendía bien, creía que era sordo, así quegritaba las palabras con todasmis fuerzas y él se reía de mí.Me regalaba fruta y me dibujaba soldados,caballos y casas, de modo que enseguida nos hicimos amigos; yo le teníamucho aprecio, y también mi madre solía decir que era una persona muydecente.Una tarde, enesosaños,oíunaconversaciónentremimadreyFraMartino,quemeprodujounsentimientomuypeculiarporeljovenartista.Mimadre preguntó si era cierto que el extranjero estaba condenado al infiernoparatodalaeternidad.

—Porque a fin de cuentas, él, y lamayoría de los extranjeros—dijomimadre—songentemuydecente, que nunca hacenmal a nadie. Sonbuenosconlospobres,paganloquedebensindiscutir;hastamedaporpensarquenocometenlospecadosquesontancorrientesentrenosotros.

—Sí—respondióFraMartino—.Enefecto.En sumayoría sonpersonasmuydecentes,perohasdesabercuáleselauténticomotivodeesaformadeser.Mira:eldemonio,queesmuysabio,sabequelosherejeslepertenecen,demaneraquenuncalostienta;poresosontandecentesynolesresultadifícilevitarelvicio.Encambio,unbuencatólicoeshijodeDiosy,enconsecuencia,eldemonio seveobligadoa echarmanode todos sus recursos:nos tientaynosotros,quesomosdébiles,caemosensusredes.Encambio,unhereje,comoteacabodedecir,nosufretentacionesnidelacarnenideldemonio.

Mi madre no supo qué responder a estas palabras y se limitó a dejarescaparunprofundosuspiroporeljoven.Yomeechéallorar,porquemedabaunapenatremendaquetuvieraqueardereternamente,élprecisamente,conlobuenoqueerayconlosdibujostanbonitosquemehacía.

Unatercerapersonaquedesempeñóunpapeldegranimportanciadurante

Page 5: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

miinfanciaeraeltíoPeppo,habitualmenteconocidocomo«Peppoelmalo»otambién«elreydelaescalinatadeEspaña»,dondeseinstalabatodoslosdías.Habíanacidoconlaspiernasinútiles,quellevabacruzadasdebajodelcuerpo,y desde sumás tierna infancia adquirió una asombrosa agilidad para corrersobrelasmanos.Enéstasteníaunacorreaquesujetabaunatabla,yconellaseracapazdecorrercasi tantocomocualquierotrapersonasobresuspiernassanas y fuertes. Como ya he dicho, todos los días se aposentaba en laescalinata española y, aunque no mendigaba propiamente hablando, gritababuongiornoconunasonrisitamaliciosaatodoslospaseantes,inclusodespuésde ponerse el sol. A mi madre no le gustaba demasiado, incluso seavergonzaba del parentesco que los unía, aunque, por mi bien, según solíadecirme,procurabaconservarlarelación.Peppoteníasudinerito,poresoeraconvenienteiravisitarlo,ysiyomanteníabuenasrelacionesconél,yoseríasuúnicoheredero,amenosquelegaraeldineroalaiglesia.Además,meteníaalgoasícomocariño,asumanera,aunqueyojamásmesentíaagustoensupresencia.Unavezfuitestigodeunaescenaquemehizotemerlo,comosiloquehabíavistoreflejaraloquerealmentehabíaensucorazón.Enunodelosescalonesmásbajosdelaescalinataestabasentadounancianomendigociegoquehacíatintinearunacajitadelatónparaquelagenteleecharaunbaiocco.Algunas personas pasaron delante de mi tío sin que su servil sonrisa ni elblandirsusombrerotuvieranefectoalguno.Consusilencio,elciegoganabamuchomásqueél.Habíanpasadoyatrespersonas,cuandollególacuartaylearrojó un chelín. Peppo no pudo aguantar más, le vi reptar escaleras abajocomounaculebraygolpearalciegoenelrostro,haciéndoleperderdineroybastón.

—¡Ladrón!—gritómitío—.¡Amímevasarobartú!¡Nipensarlo!¡Tieneundefectillocomúnycorrienteypretendequitarmeelpandelaboca!

Yonooínivimás,echéacorrerasustadohaciamicasaconlafolletadevinoquehabíasalidoacomprar.

En las grandes fiestas tenía que acompañar amimadre a visitarlo, y entalesocasionesllevábamosalgúnregalo,unasuvasounostomates,queeransugolosinafavorita.Yo teníaquebesarle lamanoy llamarlo tío,yentoncesPeppo reía de una forma muy extraña y me daba medio baiocco, aunqueañadiendolaadvertenciadequeteníaqueguardarloylimitarmeamirarlo,envezdegastármeloenpasteles,puesencuantomeloscomieranomequedaríanada;encambio,siguardabalamoneda,siempretendríaalgo.

El lugarenquevivíami tíoeraoscuroy feo;enunade lasestanciasnohabíaventanasyen laotrahabíauna,peromuyarriba,en lomásaltode lapared, con los vidrios sucios y rotos. Tampoco habíamuebles, aparte de uncajónanchoylargoqueutilizabadecama,ydosbarrilesenlosqueguardabasusropas.Yollorabacadavezqueteníaqueentrarallí,ysabíaperfectamente

Page 6: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

que,pormuchoquemimadreintentaraconvencermedequedebíaseramablecon él, lo cierto es que ella lo usaba comouna especie de hombre del sacocuandoseenfadabaconmigo,puesmeamenazabaconmandarmeavivirconmi encantador tío, añadiendo que tendría que sentarme a su lado en laescalinataacantar,yqueasíharíaalgodeprovechoymeganaríaunbaiocco.Naturalmente, yo sabía que jamás haría semejante maldad, pues yo era elniñitodesucorazón.

En casa del vecino había una pintura de laMadonna, que siempre teníadelanteunalamparitaencendida.Alatardecer,cuandolascampanasllamabanal Avemaría, los hijos del vecino y yo nos instalábamos ante la pintura ycantábamos a la Madre de Dios y al precioso Niño Jesús, que estabanadornados con cintas, perlas y corazones de plata. A la oscilante luz de lalamparita, tuve muchas veces la sensación de que el Niño se movía y nossonreía; yo cantaba en voz alta y clara, y decían que cantabamuybien.Encierta ocasión, una familia de ingleses se detuvo a escuchar en silencio; ycuandonospusimosenpie,elnoblecaballeromeregalóunchelíndeplata.Mimadre dijo que había sido pormi preciosa voz…pero ¡cuántome perturbóaquel suceso! Cuando cantaba ante su imagen, ya no pensaba sólo en laMadonna, qué va, me fijaba en si alguien me escuchaba, y en lo bien quecantaba;pensandoenesascosassentíaenseguidaunaardientefuria,medabamiedoquelaMadonnasefueraaenfadarconmigoy,contodamiinocencia,lesuplicabaquecuidaradelpobrecitodemí.

Elcantovespertinoeraelúnicomomentoenquemereuníaconlosotrosniños. Yo vivía tranquilo, totalmente sumergido en mi propio mundo desueños, que yo mismo me había creado. Podía pasarme horas tumbado deespaldas y con el rostro hacia la ventana abierta, mirando el asombroso,preciosoazuldelcielodeItalia,elprodigiosojuegodecoloresdelapuestadelsol,cuandolasnubescuelgancomouncrespónvioláceosobrelatierradorada.MuchasvecesdeseévolarporencimadelQuirinalylascasashacialosaltospinos que se erguían como negras sombras en el horizonte, rojo como elfuego.Alotroladodenuestraestancia,lavistaeracompletamentedistinta:allíestabannuestrojardincitoyeldelosvecinos,espaciosangostosentrelasaltascasas, casi cerrados arriba por los balcones de madera. En mitad de cadajardincitohabíaunpozo,yelespacioquequedabaentreéstosylasparedesdela casa apenas era suficiente para que pasara una persona. En realidad, loúnico que podía ver desde arriba era los profundos pozos, cubiertos porcompleto por esas plantas tan delicadas que llamamos culantrillos; la partemás honda se perdía en la oscuridad. Era como si pudiera ver lasprofundidades de la tierra, donde mi fantasía creaba las imágenes másextrañas.Mimadrepusoenlaventanaunaramaparaenseñarmelosfrutosquecreceríandeella,yparaimpedirquemecayeraymeahogara.

Page 7: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

Peromásvaleavanzarunpocohastaunsucesoquehabríapodidoponerfinalcuentodemividaantesdellegarasunudo.

II

Visitaalascatacumbas.Meconviertoenniñodecoro.Elpreciosoniñodelosangelitos.Elimprovisador

Nuestroinquilino,eljovenpintor,mellevabaavecesconélensuspaseosfueradelaspuertasdelaciudad.Yoprocurabanomolestarlomientrashacíasus bocetos, pero cuando acababa lo entretenía con mis cotilleos, pues yacomprendíabienlalengua.UnavezestuveconélenlaCuriaHostilia,enlomás profundo de las oscuras cuevas donde, en la antigüedad, guardaban lasfieras salvajes para los juegos, en los que arrojaban inocentes prisioneros ahienasyleones.Lososcurospasillos,elmonjequenosguiabayqueunaveztrasotragolpeabalarojaantorchacontraelmuro,losprofundosestanquesdepiedrallenosdeaguaclaracomounespejo;másaún, tanclara,quesehacíapreciso tocarla con la antorcha para convencerse de que llegaba hasta elmismo borde y no se trataba de unmero hueco vacío, como parecía en suinmensatransparencia.Todoespoleabamifantasía,ynosentíamiedoporquenoeraconscientedepeligroalguno.

—¿Vamosa lascuevas?—lepreguntéalver,al finalde lacalle, lapartesuperiordelColiseo.

—¡No,aunsitiomuchomásgrande!—respondió—.Loquevasaverallísíquemerecelapena.Yallípiensodibujarte,además,chavalitovaliente.

Yseguimoscaminandosindetenernosentrelasblancastapiasquecerrabanlos viñedos y las antiguas ruinas de los baños, hasta que nos vimos por finfuera deRoma. El sol caía a plomo y los labriegos habían construido unoschamizosconramasverdesencimadesuscarros,dondedormíanmientrasloscaballos,dejadosasuantojo,paseabanlentamentemordisqueandoelsacodeheno que llevaban colgando del cuello. Finalmente llegamos a la cueva deEgeria, donde comimos nuestro almuerzo ymezclamos el vino con el aguafrescaquebrotabaentrelosbloquesdepiedra.Paredesyarcos,todalagrutaestabacubiertapordentrodeespléndidavegetación,comounforrodesedayterciopelo,yentornoalagranentradacolgabalahiedraabundanteyjugosa,comolaparraenlosvallesdelaCalabria.Apocospasosdelagrutahayunacasita, o, mejor dicho, lo que queda de ella, pues es ya una pura ruinacompletamente arrasada, que se yergue sobre uno de los accesos a lascatacumbas.Éstas,comotodoelmundosabe,hacíanlasveces,enlosviejos

Page 8: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

tiempos,dereddevíasdeenlaceentreRomaylaslocalidadesvecinas,perodesdeentoncessehahundidounapartedeellasyotrassehantapiadoporqueservíandeguaridaabandolerosycontrabandistas.

Lasdosúnicasvíasdeaccesodelasquesedisponíaentonceseranlacriptade la iglesia de San Sebastián y la casa en ruinas donde estábamos; y mesientoinclinadoacreerquenosotrosfuimoslosúltimosendescenderporesteacceso, pues poco después de nuestra visita lo cerraron y los viajeros sólopudieronseguirentrandoporlaiglesia,guiadosporunmonje.

Allí abajo, en la yerma tierra de puzolana, serpentean los pasadizos,entrecruzándoseunosconotros;sunúmeroyelgranparecidoentretodosellospuedeconfundirhastaalmejorconocedordelasformasdeorientarse.

No logré hacerme ni una idea somera de conjunto, aunque el pintortampocodebía de tenerlamuy clara, pues de otromodono habría tenido laocurrencia de llevarme allí abajo, siendo como era solamente un niño.Encendióunavelayseguardóotraenelbolsillo,atófirmementeelextremodeunovilloalapuertaporlaqueentramos,ycomenzónuestropaseo.Aratos,lostúneleserantanbajosquesóloyopodíacaminarerguido,yotrasvecesseelevaban en altas bóvedas o se ensanchaban en grandes cuadrados que secruzabanconotros.Atravesamoslarotondaconelpequeñoaltardepiedraenelmedio,ellugardondelosprimeroscristianos,perseguidosporlospaganos,realizaban en secreto sus misas. Federigo me habló de los catorce papas ymilesymilesdemártiresqueyacíanallíenterrados.Acercamoslavelaaloshuecosdelosnichosyvimosenellosesqueletosamarillentos.

Avanzamos unos pasos más y Federigo se detuvo, porque el ovillo decuerdahabíallegadoalfinal.Elextremoseloatóalojal,colocólavelaentreunaspiedrasycomenzóadibujarlosprofundoscorredores;yomesentéasuladoenunapiedra,yélmeordenójuntarlasmanosymiraraloalto.Lavelaestaba casi agotada, pero tenía otra entera y también yesca y pedernal, parapoderencenderladenuevosiseapagabadepronto.

Mi fantasía creaba miles de objetos extraños en los interminablescorredores, que se abrían a los lados dejando ver únicamente una inmensaoscuridad. Estaba enfrascado en mis pensamientos cuando, de repente, mellevéunsustoaloíramiamigoelpintorexhalarungemidoyverlodarsaltosaunladoyotro,aunquesiempreenelmismolugar.Seagachabaunaveztrasotra,comopararecogeralgo;encendióentonceslavelaenteraybuscótodoasu alrededor. Su forma de comportarseme inspiró temor yme puse en piellorando.

—¡Por Dios, no te muevas! —exclamó—. ¡Por Dios y por todos lossantos!—yvolvióapasarlamanoporelsuelo.

Page 9: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

—¡Quiero subir!—grité llorando—. ¡Yanoquieroestarmásaquí abajo!—lecogílamanoeintentéatraerlohaciamí.

—¡Anda, niño, sé un niño bueno! Te daré dibujos y bizcochos. ¡Toma,unoschelines!—ysacólabolsadedineroymediotodoloquecontenía.Peronotéquesumanoestabaheladaytemblorosa.Aumentóaúnmásmiinquietudy grité llamando a mi madre, pero entonces me sujetó con fuerza por loshombros,mezarandeóygritó—:¡Sinoteestástranquilotedaréunapaliza!—ymepasósupañueloporelbrazoymesujetóconfuerza,peroalinstanteseinclinóhaciamí,mediounbeso,mellamóniñomío,mellamóAntonio,yañadió—:¡RezaalaMadonna!

—¿Lacuerdasehaperdido?—pregunté.

—La encontraremos, la encontraremos —respondió, y siguió buscando.Entretanto, laprimeravela sehabíaquemadopor completoy el espantodeljovenpintorfueenaumentosegúnibaconsumiéndoselaotra,muydeprisaporlomuchoque lamovía,y la cera caía caliente sobre sumano.Yesque sinayuda del cordel sería imposible encontrar el camino, cada paso podíaconducirnosaprofundidadesaúnmayores,dondenadiepodríasalvarnos.

Trassuinfructuosabúsquedasedejócaersobrelatierra,meabrazóporelcuelloygimió:

—¡Pobre niño! —y yo me eché a llorar desconsolado, pues tenía elpresentimientodequenuncamásvolveríaavermicasa.

Federigomeapretócontraéltanfuerte,tumbadocomoestabaenelsuelo,quemimanosedeslizóbajoél;movílosdedosentrelaspiedrasymeencontréconlacuerdaentrelosdedos.

—¡Estáaquí!—grité.

Mecogiólamanoysepusolocodealegría,porquenuestrasvidaspendían,enelsentidomásliteral,deaquelcordel.Estábamossalvados.

¡Qué cálido lucía el sol, qué azul era el cielo, que verdes los árbolescuandoregresamosalairelibre!ElpobreFederigomediootrobeso,sacódelbolsillosueleganterelojdeplataymedijo:

—¡Parati!

Aquel regalo me alegró de tal manera que olvidé por completo todo losucedido. Pero cuando mi madre se enteró de lo que había pasado no semostrónadadispuestaaolvidarlo,ynuncamásvolvióaautorizaral jovenaquemellevaraconél.FraMartinodijo,además,quesinoshabíamossalvadohabíasidosolamentepormí,queeraamísolamenteaquienlaMadonnahabíaentregado el cordel, amí y no al hereje de Federigo, y que yo era un niñobuenoypiadosoyjamásdeberíaolvidarsuclemenciaycompasión.Todoesto,

Page 10: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

asícomolasafirmacionesdealgunosdequeyohabíanacidoparahombredeiglesia, ya que no sentía el menor aprecio por las damas, con la únicaexcepcióndemimadre,parecíaindicarque,enefecto,yodeberíaconvertirmeensiervodeDios.Yonoteníaideasmuyclarasalrespecto,comoesnatural,pero lo cierto es que la compañía de las damas solía resultarme molesta,molestiaqueyoconfesabacontotalingenuidadyquehacíaqueseburlarandemí lasmujeres y lasmuchachas que venían a visitar amimadre. Todas seempeñaban en besarme. Había sobre todo una muchacha campesina,Mariuccia, que con ese género de bromas lograba con frecuencia que laslágrimasasomaranamisojos.Eradelomásvivarachaypetulante,seganabalavidatrabajandodemodeloyvestíasiemprebellasropasdemuchoscolores,con una cofia blanca cubriendo sus cabellos. Muchas veces posaba paraFederigo,perotambiénveníaavisitaramimadreyentoncesdecíaqueeraminoviayqueyoerasunovio,asíqueteníaquedarleunbeso.Yonuncaquería,peroellameobligabapor la fuerza.Así sucedióunavez,quemedijo lodesiempreyyollorétandesconsoladamentecomounniñodepecho,segúndijo,yentoncespretendióponermeamamarcomoalospequeñitos;intentéescaparescaleras abajo pero ellame agarró,me puso entre sus rodillas y apretómicabezacontrasupecho,ycomoyointentabaapartarme,llenoderepugnancia,apretabacadavezconmásfuerza.Arranquéelalfilerdeplatadesuscabellos,que se derramaron sobre sus hombros desnudos. Mi madre estaba en unrincón, riendo y animando aMariuccia,mientras Federigo, que estaba en lapuertadesuhabitaciónsinquenadiesepercataradesupresencia,pintabaelgrupo.

—¡Noquierotenernovia,noquierotenermujer!—ledijeamimadre—.¡Quierosercura,ocapuchinocomoFraMartino!

La extraña quietud en la queme pasaba tardes enteras le parecían amimadreotrosíntomadequeestabapredestinadoparalaiglesia.Enrealidad,yoestabapensandoenlospalaciosylasiglesiasqueharíaconstruircuandofueramayor y muy rico; en los viajes que haría, igual que los cardenales, encarrozas rojas conmuchos lacayos cubiertos de galones dorados. O creaba,paramísolo,unanuevahistoriademártires,alestilodelasmuchasquenoscontabaFraMartino,peroenlasqueelhéroe,naturalmente,erayo,ygraciasala ayuda de laMadonna nunca sentía dolor pese a los tormentos a quemesometían.PerosobretododeseabaviajaralatierradeFederigoparaconvertiraaquellasgentesyquetambiénellospudieranparticipardelaGracia.

DesconozcoporcompletoloqueacordaronmimadreyFraMartino,peroresultaque,unamañana,mimadremehizoponermehábitoysobrepellizymehizomirarmeenelespejo.Desdeaqueldíaseríaniñodecoroenlaiglesiadelos capuchinos, llevaría uno de los grandes incensarios y cantaría con losdemás ante el altar. Fra Martino me lo enseñaría todo. ¡Oh, qué feliz me

Page 11: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

sentía!Alpocomesentíaenelpequeñoperoacogedorconventotanagustocomoenmicasa,conocíacadaunadelascabezasdeángelesdelretablo,cadavolutadecolorde lospilares,yhastacon losojoscerradospodíaveraSanMiguel encima del horrible monstruo, como había querido representarlo elpintor,ymehacíaextrañasideassobrelascalaverastalladasenelsuelo,concoronasdehiedraenlassienes.

En la fiesta de Todos los Santos bajé con Fra Martino a las capillasfunerarias,adondemehabíallevadolaprimeravezquevisitéelconventoconél.Losmonjescantabanmisadedifuntosyyo,juntoaotrosdosmuchachosdemimismaedad,agitabalosincensariosanteelgranaltardecalaveras.Habíanpuesto velas en los candelabros hechos con huesos, habían adornado losesqueletosdelosmonjesconcoronasdefloresenlassienesyunramilletedeflores frescas en lamano.Comode costumbre, acudieronmuchas personas;todos se arrodillaron y los cantores entonaron el patéticomiserere. Pasé tanlargoratoentrelosamarillentoscráneosenvueltoenlosvaporesdelincienso,queascendíanadoptandoextrañasformas,quetodocomenzóamoverseantemisojos,comosiloviesetodoenmediodeunviolentochaparrónquesilbabaenmis oídos comomiles de campanas, yme sentí como arrastradopor unacorriente de increíble dulzura y belleza… no recuerdo nada más. Laconscienciameabandonó,mehabíadesmayado.

Lacargadaatmósferadelaaglomeraciónymidesbordadafantasíafueronlacausadeldesvanecimiento.Cuandovolvíenmí,estabaenelregazodeFraMartino,bajo elnaranjodelhuerto conventual.Midesordenado relatode loquecreíhabervistolointerpretaron,tantoélcomolosdemáshermanos,comouna revelación.Lasánimasbenditas sehabíanmostradoamisojos,peronofuicapazdesoportarsuluzysugloria.

Esto hizo que al poco empezara a tener sueños de lo más extraños, einclusoinventéalgunos,quecontabaamimadre,quienasuvezselosrelatabaa sus amistades, de modo que mi consideración de criatura de Dios fueafianzándosededíaendía.

Entretanto,laNavidadseibaacercando,tocadoresdepífanoypastoresdelasmontañas llegaban ataviados con sus capas cortas, cintas en el sombreropuntiagudo,yanunciabanconsusgaitas,antelascasasqueteníanunaimagende la Madonna, que iba a nacer el Salvador. Yo me despertaba todas lasmañanasconaquellasnotasmonótonasymelancólicas,ymededicaba,antesquenada,aleerunavezmásmiplática.Porqueyoeraunodelospequeños,niñosyniñas,quehabíansidoelegidosparahablarantelaimagendeJesúsenlaiglesiadeSantaMariainAracoeli.

Noéramossóloyo,mimadreyMariuccialosqueestábamosexultantesdealegríaporqueunmuchachitodenueveañosfueraadarunapláticaallí,sino

Page 12: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

tambiénelpintorFederigo,antequien,sinquelosupieranadie,ensayévariasveces,depie sobreunamesa.Pueseraunamesa, cubierta conunapequeñaalfombra,ellugarenelquecolocabanalosniñosenlaiglesiapararecitarantela congregación las pláticas que llevábamos aprendidas de memoria, y queglosabanelsangrantecorazóndelaMadonnaylabellezadelNiñoJesús.Yono sentía ningúnmiedo, era la alegría lo que hizo palpitar mi corazón confuerzacuandomeauparonytodosmemiraron.Yofuiunodelosquemejorlohicieron,esoestabaclaro,perodespuéssubieronaunaniña,conuncuerpecitoprecioso,unrostroextrañamenteluminosoyunavoztanmelodiosa,quetodosexclamaron a una que era un auténtico angelito deDios. Inclusomimadre,quecongustomehabríadadoamíelpremio,dijoenvozaltaquelaniñaeraigual que los ángeles del retablo. ¡Los ojos, asombrosamente oscuros, elcabellonegrocomoelcarbón,elrostroinfantileinteligentealmismotiempo,las preciosas manitas! Bueno, tuve la sensación de que mi madre hablabademasiadodeella,aunqueañadieraqueyotambiéneraunangelitodeDios.

Hayunacanciónacercadeunruiseñorque,depolluelo,estabaensunidopicoteandolasverdeshojasdelrosal,sinverelcapulloqueempezabaatomarforma… ymesesmás tarde, cuando la rosa se abrió, la cantó, quedó presoentre sus espinas ymurió desangrado.Muchas veces, ya demayor, recordéesta canción, pero en aquellos momentos, en la iglesia de Aracoeli, no laconocíaaún,micorazónlaignorabaymisoídosnuncalahabíanoído.

En casa tuve que repetir mi plática ante mi madre, Mariuccia y otrasamigas,loquehalagóennoescasamedidamivanidad.Peroresultaqueellasperdieronelinterésporoírmeantesqueyoelinterésporrepetirunavezmás,yparaconservarlaatencióndemipúblicomedediquéainventarunapláticanueva,aunqueenestecasose tratabamásbiendeladescripcióndelafiestacelebrada en la iglesia, y no tanto de una plática navideña. Federigo fue elprimero en darse cuenta y, aunque se rio,me alabó diciendo quemi pláticanuevano tenía nadaque envidiar a la quehabía aprendidode labios deFraMartino;añadióqueenmi interioraleteabaunpoeta.Aestoúltimohubedededicarle largas reflexiones,puesnoacababadeentenderlo, aunque imaginéqueloquealeteabaenmiinterioreraunángelbueno,talvezelmismoquemetraía los bellos sueños y las demás cosas preciosas que sucedían mientrasdormía. Sólo al llegar el verano se produjo un suceso que me permitióhacermeunaideamásprecisadeloqueesunpoeta,ydespertónuevasideasenelmundoprivadodemialma.

Sólomuy raramente abandonabamimadre el barrio en el quevivíamos;poresofueunaauténticafiestaparamícuandounatardemedijoqueíbamosalTrastévereavisitaraunaamigasuya.Mepusemisropasdedomingoyelretaldesedaquesolíausarenlugardechalecodebajodelachaquetita,yquese sujetaba al pechomediante unos imperdibles; hice una gran lazada ami

Page 13: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

pañuelo,mepuseunagorritadecolores…¡yquedérealmenteprecioso!

Cuandoregresamosacasadespuésde lavisitaerayabastante tardeperohabíaunalunapreciosa,elcieloestabalimpioyazul,loscipresesylospinosse alzaban con siluetas nítidas sobre las colinas cercanas. Era una de esastardes,de lasquehaypocasen lavida,que,sindestacarsede lasdemásporningunaexperienciavitaldeespecialmagnitud,sequedangrabadasenlasalasde Psique por su colorido. Desde entonces, cada vez que rememoro el ríoTíber, veo una y otra vez la imagen de aquel atardecer: el agua densa yamarillentasobre laquebrillaba la luna, losgrandespilaresdelviejopuentederruido,queseerguíasobrelacorrienteformandograndessombrasydonderugía la rueda del molino; incluso las alegres muchachas que bailaban elsaltarelloconlapanderetaenlamano.EnlascallespróximasaSantaMariadellaRotondatodoestabaaúnenmovimiento;carnicerosyfruterasatendíanalos clientes detrás de susmostradores, al aire libre, sus productos expuestosentreguirnaldasdelaurel,yconvelasencendidas;elfuegollameababajolasparrillas de las castañeras, y las conversaciones discurrían entre gritos y unalborototal,queunextranjeroquenocomprendieseelidiomapensaríaquesetratabadediscusionessobrealgúntemadevidaomuerte.Unaviejaamigaconquiensetopómimadreenlapescaderíaseentretuvocharlandoconnosotros,hastaelpuntodequeempezaronaapagarlaslucesantesdequevolviéramosaponernosencaminoy,comomimadrequisoacompañarlahasta lapuertadesu casa, todo quedó en completo silencio, incluso en elCorso. Pero cuandogiramos por la Piazza di Trevi, donde se encuentra la espléndida fuente,volvimosasentirnosalegres.

Lalunacaíadellenosobreelviejopalacio,decuyoszócalosbrotaelagua,entrebloquesdepiedraqueparecenpuestosunosencimadeotrossintrabazónalguna. Bajo ellos se extiende el gran estanque, y en los escalones que lorodeanhabíaunbuengrupodecampesinosretumbadosalaluzdelaluna.Asu lado había grandes sandías, rebosantes de rojo jugo. Un hombre bajo yrechoncho, vestido solamente con una camisa y unos pantalones cortos decuero,sueltosydesabrochadosa laalturade las rodillas,estabasentadoconuna guitarra en las manos, tañendo alegremente las cuerdas. Cantaba unaestrofayluegotocabaelinstrumento,yloscampesinosaplaudían.Mimadrese detuvo y oí entonces una canción que me conmovió de una formaasombrosa,puesnoeraunacancióncomocualquierotra,quéva,laquecantóparanosotros,laquepudimosveryoír.Nosotrosmismosestábamosdentrodelacanción,ensusversosyensumelodía.Cantó:québienpodríamosdormircon la cabeza apoyada en una piedra y el cielo azul comomanta,mientrassonabanlospífanos.Yseñalóentonceslostritonesapoyadosensuscuernos,ycómoloscampesinoshacíansangrarasussandíasparabrindarporlaamada,que ahora dormía, pero que en sueños veía la cúpula de San Pedro y a suamadoreciénllegadoalaciudaddelPapa.

Page 14: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

—Quierobrindarporella,ybrindartambiénporlasdemásmuchachasqueduermen, cuyos alfileres no tienen aún abierta la mano. Sí —añadió,pellizcando amimadre en un costado—, también por lasmadres, y por lanoviaquetendráestemuchachitoantesdequeelbozohayaaparecidosobresuboca.

—¡Bravo,Giacomo,bravo!

Enlosescalonesdelaiglesitadeladerechadescubrimos,entretanto,aunconocido,nuestrobuenFederigo,queestabarecogiendoconsu lápizaquellaparte feliz de la humanidad. Cuando nos fuimos a casa, él y mi madrebromearonsobreelhábilimprovisador,puesconestenombrelesoíreferirsealcampesinoquehabíaentonadoaquellacancióntandivertida.

—Antonio—medijoFederigo—,tútambiéndeberíasimprovisar.¡Eresunpequeñopoeta,tútambién!Tienesqueaprenderaponertuspláticasenverso.

Entoncescomprendí loquedebíadeserunpoeta:unapersonaquesabíacantarmuybien loque sentíay loqueveía.Eradivertido,y ademásnomeresultaríamuydifícil,pensé,bastaríacontenerunacítara.

Elprimertemaparamiscancionesfuenadamenosquelafiambreríaquehabía delante de nuestra casa. En mi fantasía ya había jugueteado con lasextrañas formas de disponer y combinar sus mercancías, que atraían lasmiradasde lospaseantes.Entrebellasguirnaldasde laurelcolgaba lablancamozzarella como un gran huevo de avestruz. Las velas, envueltas en papeldorado, formaban un órgano y las salchichas se mantenían en pie comocolumnassosteniendounquesoparmesano,relucientecomoamarilloámbar.Ycuando iluminaban todopor lanoche,y la roja lámparadegasardíaante laimagen de la Madonna de la pared iluminando salchichas y prosciutto, yocreía estar contemplando unmundomágico. El gato que solía andar por elmostradoryeljovencapuchinoquesepasabaratoscharlandoconlasignoraaparecían también en mi poema, que repasé mentalmente tantas veces quepuderecitarloconcorrecciónyalegríaanteFederigo,yque,puestoquecontócon su aplauso, fue conocido en toda la casa y llegó incluso a oídos de lasignora de la fiambrería, que rio y dio palmas afirmandoque era un poemaprodigioso:comounaDivinaCommediadiDante.

Yentoncesempecéacantarlo todo.Yasí,vivíaentresueñosy fantasías,fuera en la iglesia,mientrasmovía el incensario al compás del canto de losmonjes, o en las calles, entre los traqueteantes carros y los gritos de losvendedores,oenmicamita,bajolaimagendelaMadonnaylapiladelaguabendita.Podíapasarmehoras enteras, en los crepúsculos invernales, sentadodelante de la casa removiendo la llameante fogata de la calle, donde losherreroscalentabanalrojosushierrosydondesecalentabanloscampesinos.Yenelrojofuegoveíaunmundoqueardíacomomipropiafantasía.Mepuse

Page 15: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

locodecontentocuando,eninvierno, lanievedelasmontañasnosenvióunfríotanintensoqueseformóunacapadehielosobreeltritóndepiedradelaplaza; lástima que sucediera tan pocas veces. También los campesinos sealegraronalverlo,pueseraseñaldeunbuenaño,secogierondelasmanosydanzaron con sus gruesas pellizas de lana alrededor del tritón mientras lalluviajugueteabaconloslargoschorrosdeagua.

Peromeestoyentreteniendodemasiadoconestosrecuerdosdemiinfancia,que para un extraño nunca podrán tener la misma importancia, la mismaextrañaemoción,queposeenparamímismo.Alrecordarlos,aldetenermeenlosdetalles,mepareceestarreviviéndolotodo.

Miinfanciafueelcorazóndemissueños,

unmardenotas,plenodecuadrosrisueños.

Pasaréanarrarunsucesoquealzóunamuralladeespinasentreelparaísodelhogaryyo,quemearrastróavivirentredesconocidosyquecreólabasedeloqueseríamifuturo.

III

LafiestadelasfloresenGenzano

Eraelmesdejunio,seacercabaeldíadelafamosafiestadefloresquesecelebraanualmenteenGenzano.MimadreyMariucciateníanallíunaamigacomún,quellevaba,consumarido,unacasadehuéspedesycomidas.Hacíaaños que habían decidido participar en la fiesta, pero siempre había surgidoalgúnobstáculo;aquellavezsepudoorganizartodo,porfin.Nospondríamosen camino el día antes de la fiesta, pues era un largo camino; la alegríameimpidiódormirlanochedelavíspera.

El sol no había salido todavía cuando el cochero se detuvo ante nuestrapuerta, ynospusimosen camino.Nuncahabía estadoen lasmontañas, y laexpectativaylaemocióndelafiestadelaquetantohablabanmeagitabanelalma. Si de mayor pudiera ver la naturaleza y la vida con los mismossentimientos que entonces y fuera capaz de expresarlos en palabras, elresultadoseríaunpoemainmortal.Laprofundaquietuddelascalles,lapuertadelaciudad,cubiertadehierro,lacampiñaqueseextendíapormillasymillasconlossolitariostúmulosfunerarios,laespesanieblamatinalqueocultabalasfaldas de los lejanosmontes.Todo parecíamisteriosos preparativos para lasmaravillasquemeaguardaban.Inclusolascrucesdemaderaerigidasalbordedelcamino,con losblancosesqueletosde losbandoleros,quenos indicabanque allí había sido asesinado un inocente pero que elmalhechor había sido

Page 16: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

castigado,teníanalgoatrayenteamisojos.Primerointentécontarlosinfinitoscanales que conducían el agua desde las montañas hasta Roma; pero meaburrí; luego torturé a los demás conmiles de preguntas sobre las grandesfogatasquehabíanencendidolospastoresalrededordelosderruidostúmulos,y pedía explicaciones precisas y exactas acerca de los grandes rebaños deovejasquelospastorestrashumantesreuníanenunlugaryrodeabanconunareddepesca,quehacíalasvecesdevallaparaencerrarelganado.

DesdeAlbanorecorreríamosapieelbreveybonitocaminoquepasaporAriccia. Resedas y alhelíes amarillos crecían silvestres en los bordes delcamino, los compactos olivares esparcían una sombra deliciosa; podíavislumbrarelmaralolejos,yenlasfaldasdelamontaña,enunlugardondese alzaba una cruz, correteaban alegres muchachas que bailaban, reían ybromeaban,aunquesedeteníansinfalta,piadosas,abesarlasantacruz.Tomélaalta cúpuladeAricciapor ladeSanPedro, colgadapor los ángeles enelcielo,enmediodelososcurosolivares.Enlacalleseapiñabalagenteentornoa un oso que bailaba sobre sus patas traserasmientras el campesino que loteníasujetoconunacuerdahacíasonarensugaitalamismamelodíaque,enNavidades, tocaron los pífanos para la Madonna. Un mono divertidísimo,vestidodesoldado,yalquesudueñollamaba«cabo»,lanzabacolessobrelacabezay laespaldadeloso. ¡Mehabríaencantadoquedarmeallíamirar,envezdeseguircaminandohastaGenzano!Lociertoesquelafiestadelasfloresnosecelebrabahastaeldíasiguiente,peromimadreteníaprisa,puesqueríaque llegáramos con tiempo para ayudar a su amiga Angelina a trenzarguirnaldasyprepararalfombrasdeflores.

Elcortocaminoquedóatrásenseguiday,preguntando,llegamosacasadeAngelina;estabaenelladodeGenzanoquedaallagodeNemi;eraunacasabienbonita,decuyosmurosbrotabaunmanantialquesederramabasobreunestanquedepiedrajuntoalqueseapretujabanlosasnosparabeber.

Entramosenlahostería:¡vayaajetreo,vayaruido!Lacomidaseasabaosecocíaenlachimenea.Unamuchedumbredecampesinosygentedelaciudadestaban sentados a las largas mesas de madera bebiendo vino y comiendoprosciutto.Habíaunaspreciosas rosasenun jarrónazulanteelcuadrode laMadonna,pero la lámparanoacababadearderdel todobienyhumeaba.Elgato corría entre los quesos de los estantes, y nosotros casi nos caímos altropezar con las gallinas que correteaban por el suelo.Angelina nos recibióencantada y subimos por la empinada escalera que había al lado de lachimenea; nos dieron nuestra habitación y una comida digna de un rey: esocreíyo,almenos;todoeraestupendo,hastaelfrascodelvinoestabaadornado,puessutapóneraunarosaabierta.Lastressebesaron,yamítambiénmetocóbesoyhubedeaceptarlo,aunquea regañadientes.Angelinamedijoqueeramuy lindo y mi madre me dio una palmadita en la mejilla con una mano,

Page 17: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

mientrasconlaotrameponíaaúnmásguapo,estirándomelachaquetita,queme quedaba demasiado corta, y luego recolocándome el cuello y el pecho,paraquetodoestuvieracomoDiosmanda.

Despuésdelacomidanosesperabaunaauténticafiesta,puesteníamosquesalirarecogerfloresyplantasverdesparahacerguirnaldas.Atravésdeunapuertecita baja salimos al jardín, que sólo teníaunaspocasvarasde largoyqueveníaaser,enrealidad,unasimpleenramada.Ladelicadaestructurademadera estaba reforzada con las anchas y firmes hojas del áloe, que crecíasilvestre formando un vallado natural. El lago estaba en calma, sin el másmínimo movimiento, ocupando el gran cráter redondo que, mucho tiempoatrás,vomitósufuegohaciaelcielo.Descendimoslaladera,queformabaunanfiteatro,atravesamoslosgrandesviñedosyelespesobosquedeplátanosderamasentrelazadas.Enlaotrapendienteseveía,arribadeltodo,elpueblodeNemi, que se reflejaba en el lago azul. Mientras caminábamos, íbamostrenzandoguirnaldas;lasoscurasramasdeolivoylasjugosashojasdelavidseenroscabanenlosalhelíesamarillos.Elprofundolagoazulyelclarocieloque nos cubrían quedaban ocultos a ratos por la espesura de ramas y vides,pero enseguida asomaban de nuevo, como si ambos formaran un único einfinito azul. Hay todavía instantes en que mi memoria da vida a aquellassensaciones, como si fueran las teselas del mosaico de alguna ciudadenterrada.

El sol quemaba con fuerza y solamente en la orilla del lago, donde losplátanosdeantiquísimos troncoscrecíanalbordemismodelagua,en laquehundían sus raíces y sus ramas envueltas por los sarmientos de las vides,podíamos hallar el frescor necesario para proseguir nuestra tarea. Bellasplantasacuáticas se inclinabansoñolientasbajo lasdensas sombras; tambiénellaspasaronaformarpartedenuestrasguirnaldas.Alpoco,losrayosdelsolnoalcanzabanyaellagoyselimitabanajuguetearconlostejadosdeNemiyGenzano, la oscuridad se extendía por todas partes; yomehabía alejado unpocodelosdemás,aunquesolamenteunospasos,cuandomimadreempezóapreocuparseporsimecaíaallago,queeraprofundoydeescarpadasorillas.JuntoalosescasosrestosdelantiguotemplodeDianaseerguíaunahigueradesmochada que las hiedras amarraban con fuerza a la tierra. Yo estabasentadoentrelasramastrenzandounaguirnaldaycantandounacanzonetta:

Ahrossi,rossifiori

unmazzodivioli!

Ungelsomind’amore…

cuando,derepente,fuiinterrumpidoporunavozextrañamentesusurrante:

…Perdaralmiobene!

Page 18: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

Viallí,depronto,unamujermuyancianaperomuyerguida,vestidacomosuelen las campesinasdeFrascati.El largoveloblancoque le caía desde lacabeza sobre los hombros contribuía a hacer que su rostro y su cuelloparecieranmásoscuros,comosifueramulata,deloquerealmentedebíandeser; las arrugas estabanmuy juntas, haciendo que la piel pareciese una redarrugada;lasnegraspupilasdesusojosparecíanllenarlacuencaentera.Rioyme miró por un segundo con expresión seria y rígida, como si fuera unamomiaquealguienhabíacolocadodebajodeunárbol.

—Las flores del romero—dijo— se vuelven más bellas en tus manos.¡Llevasenlosojoslaestrelladelabuenafortuna!

Lamiréasombradoal tiempoqueapretabacontramis labioslaguirnaldaqueestabatrenzando.

—Lasbellashojasdellaurelcerezocontienenveneno.Trenzatuguirnaldaperonomuerdaslashojas.

—¡Anda, la sabia Fulvia de Frascati!—exclamóAngelina, que salió deentre el ramaje—. ¿También tú estás trenzandoguirnaldaspara la fiesta?—dijo,yluego,convozmásapagada—:¿O…setratadealgunaotracosaconhierbasmientraselsolseponesobrelacampiña?

—¡Listo, muy listo!—prosiguió Fulvia, mirándome extrañada—. El solatravesabaTaurocuandonació,y loscuernosdeTauroestán llenosdeoroyhonores.

—Ya—dijomimadre,quellegóacompañadadeMariuccia—;cuandoseponga la sotana negra y el sombrero de ala ancha, todo dependerá de si sededicaamoverelincensariooarecorrerelsenderodeespinas.

La sibila entendió que aquellas palabras anunciaban que yo tomaría loshábitos, pero estaba segura de que las cosas serían muy distintas a lo quenosotrosimaginábamos.

—El sombrero ancho —dijo— no dará sombra a su frente cuando semuestreantelagente,cuandohablemásfuertequelamúsica,másaltoqueelcanto de lasmonjas detrás de la reja, ymás potente que los truenos en losMontes Albanos. El trono de la fortuna es más alto que el Monte Cavecubiertoporlanubequedasombraalosrebaños.

—¡Oh, Dios mío! —suspiró mi madre, un tanto incrédula aunque leagradaraun augurio tan favorable—.Esunniñopobre, laMadonna sabe loqueserádeél.Elcarrodelafortunaesmásaltoqueelcarrodeloslabriegosde los Albanos, y la rueda gira sin parar, ¿cómo podrá subir a él un niñopobre?

—¿Hasvistocómogiranlasdosgrandesruedasdelcarromatocampesino?

Page 19: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

Elradio llegahastaarribayvuelveabajar;cuandoestáabajo,elcampesinopone en él su pie y la rueda, al girar, lo levanta; pero no es raro que hayapiedrasenelcamino,yentoncestodopuedeparecerunbaile.

—¿Ynopuedosubiryo tambiénalcarrode lafortuna?—dijomimadremedioenbroma,peroenesemismoinstantesoltóungrito,puesunaenormeave rapaz descendió hasta tan cerca del lago, que el agua nos salpicó en lacara,por la fuerzaconquehabíagolpeadocon susgrandesalas la tranquilasuperficiedelagua.

Desde lo alto había descubierto, gracias a su aguda vista, un pez grandeque estaba inmóvil como un junco, muy cerca de la superficie; con lavelocidaddeunaflechaselanzóporsupresayleclavólasafiladasgarrasenellomo,yahoraintentabaalzardenuevoelvueloconelpez,peroéste,alquepodíamosverpesea laagitacióndelagua,eradegran tamañoysus fuerzasparecíancasiparejasalasdesuenemigo,eintentabaarrastraralavehacialasprofundidades.Lasgarrasdelaveestabantanclavadasenellomodelpezqueno podía soltar su presa, y comenzó entonces una batalla entre los dos, quehizo alzarse en grandes olas el tranquilo lago. Ora veíamos la relucienteespaldadelpez,oragolpeabaelavesusanchasalascontraelaguayparecíaapunto de doblegarse. El combate duró varios minutos. Las alas quedaronquietas un instante, extendidas sobre el agua como intentando descansar, depronto se unieron arriba, se oyó un chasquido y una de las alas se hundiómientras la otra golpeaba el agua haciendo saltar la espuma antes dedesaparecer. El pez se sumergió con su enemigo hacia las profundidadesdondeamboshabríandeperecerenuninstante.

Habíamos estado contemplando la escena en total silencio; cuando mimadresevolvió, la sibilahabíadesaparecido.Estesuceso,que fue,comoseverá, y al igual queotro sucedidomuchos añosmás tarde, decisivoparamidestino y por ello quedó firmemente grabado enmimemoria, hizo que nosapresurásemos a volver a casa, a buen paso y bastante silenciosos. Laoscuridadparecíabrotardelasapretadashojasdelosárboles,lasrojasnubesdelatardecersereflejabanenlasuperficiedelaguaylanoriarugíamonótona,todo parecía imbuido de algo demoníaco.Mientras caminábamos, Angelinarepetía en voz queda cosas extrañas predichas por la anciana, que sabía deprepararvenenosypócimasparaelamor,ynoscontólahistoriadelapobreTeresadeOlevano,queseconsumíadedíaendía,depenayañoranzaporelapuestoGiuseppe,quehabía tenidoqueemigraralnorte, alotro ladode lasmontañas.Laancianacocióciertashierbasenunamarmitadecobrequedejóhervir durante varios días sobre las brasas, y también Giuseppe se viodominadoporlaañoranzayseapresuróaregresar,viajandonocheydía,sindescanso ni reposo, hasta que llegó adonde hervía la marmita con hierbassagradas y unmechón de pelo de él y otro deTeresa.Recé en voz baja un

Page 20: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

avemaríaynomequedétranquilohastaqueestuvimosdenuevoacubiertoencasadeAngelina.

Encendieronlascuatromechasdelalámparadelatón,enlaquehabíamoscolgado una de nuestras guirnaldas, y teníamos esperándonos un plato demonganaalpomidoroyunfrascodevino.Loscampesinosdelsalóndeabajobebíaneimprovisaban;doscantabanadúoylaconcurrenciaenteraentonabael estribillo, pero cuando canté yo con los otros niños ante el cuadro de laMadonna que colgaba a un lado de la gran chimenea encendida, todosescucharon atentos y alabaronmi bonita voz, haciendo queme olvidara deloscuro bosque y de la anciana Fulvia que había predicho mi destino. Mehabríaencantadoquedarmea improvisarcon loscampesinosycompetirconellos, pero mi madre cercenó las alas de mi vanidad y mis deseos, alpreguntarme si me parecía conveniente que yo, el encargado de mover elincensarioenlaiglesia,yquetalvezundíaproclamaríalapalabradeDiosalpueblo, me comportase como un necio. Que aún no habían llegado loscarnavalesyquenomeloibaapermitir.Perocuando,entradayalanoche,nosfuimosalaalcobaymemetíenlaanchacama,mimadremeapretócariñosacontra su corazón, dijo que yo era su consuelo y su alegría y, como laalmohada eramuybaja,me invitó a descansar la cabeza en su brazo; y allísoñéhastaqueelsolentróconsuluzporlaventanaymimadremedespertóparaacudiralamaravillosafiestadelasflores.

¿Cómo expresar mi primera impresión de la calle, de aquel cuadromulticolor,talycomolopercibíentonces?Lacalle,quevasubiendoenligerapendiente, estaba completamente alfombrada de flores, en toda su longitud,sobre una base azul. Era como si hubieran arrasado campos y jardines parallevarse flores, todas delmismo color, con las que cubrir la calle de arribaabajo; encimade ellashabíauna larga franjahechadegrandeshojasverdescon una rosa junto a otra, y a cierta distancia otra franja semejante, y elespacio entre una y otra estaba alfombrado de flores de color rojo oscuro,formando así un ribete en torno a la alfombra. El centro de la alfombramostrabaestrellasysoles,hechosconunaenormecantidaddefloresamarillasdispuestas en formas redondas o estrelladas. Debía de haber costado granesfuerzohacermonogramasponiendounaflorpegadaalasiguiente,unahojapegada a la otra. El conjunto era una alfombra viva de flores, un suelo demosaico,decoloridoaúnmásespléndidoquelosmejoresquepuedanverseenPompeya.

No soplaba ni la más leve brisa, las flores estaban firmes como si depesadas piedras preciosas engarzadas se tratase. En todas las ventanascolgaban grandes tapices hechos con hojas y flores, que representabanimágenessagradas.AllíestabaJoséguiandosuasno,allálaMadonnaconelniño;rosasformabanrostros,piernasybrazos,alhelíesyanémonasazulesla

Page 21: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

ondeantefaldadelaVirgen,sucoronaeradeblancasninfeassacadasdelLagoNemi. SanMiguel luchaba con el dragón, Santa Rosalía arrojaba sus rosassobre el azul globo terráqueo. Doquiera miraba, las flores me narrabanleyendas bíblicas, y todo elmundo ami alrededor estaba tan feliz comoyomismo.Desde los balcones observaban la fiesta, con susmejores ropas, losricosextranjerosllegadosdemásalládelasmontañas,ylamuchedumbreseibadesplazandojuntoalascasas,todosvestidosdepuntaenblanco,cadaunoasumanera.Enelestanquedepiedraquerodealamonumentalfuentedondetermina la calle, se había colocado mi madre, y yo delante del sátiro queasomadelagua.

El sol quemaba con fuerza, sonaban todas las campanas y el cortejoavanzabasobreelpreciososuelodeflores.Lamúsicayelcantoanunciabansullegada.Losescolanosmovían incensariosdelantede lacustodiay lasniñasmás bellas de la comarca los seguían con guirnaldas de flores,mientras losniños pobres, con alas en sus hombros desnudos, esperaban en el gran altarmayor, entonando himnos angélicos, la procesión que se acercaba. Loshombres jóvenes llevabanondeantescintasensussombrerospicudos,en losque habían cosido estampas de María; anillos de oro y plata colgaban delcuellosujetosaunacadenita,ybellaschalinasdecoloresdestacabansobrelaschaquetas de negro terciopelo. Las muchachas de Albano y de Frascatillevabansusnegroscabelloscubiertosdeligerosvelossujetosporelalfilerdeplata; las de Velletri, en cambio, lucían guirnaldas en el pelo, y susmulticolores pañoletas llegaban hasta la falda resaltando sus hermososhombrosy sus redondospechos.Desde losAbruzos, desde lospantanos, detodaslascomarcasvecinas,acudíalagenteconsusropasregionales,creandodeestemodounespectáculomulticolor.

El cardenal, con su púrpura, avanzababajo el palio decorado con flores,seguidopormonjesdelasdistintasórdenes,todosconciriosencendidosenlamano.Cuandolaprocesiónllegódelantedelaiglesia,lamuchedumbrecorrióhaciaella;nosotrostambiénnosvimosarrastrados,mimadremeteníasujetoconfuerzaporloshombrosparaevitarquenosseparasen.Yalláfui,mezcladoconelgentío,loúnicoqueveíaeraelcieloazulsobremicabeza.Derepenteseescuchóunviolentogrito,nosempujaronportodaspartes:unoscaballossehabían desbocado.No oí nadamás,me vi arrojado al suelo, todo se volviónegroantemisojos,comosiunacataratahubiesearrojadosusaguassobremí.

¡Oh, Madre de Dios, qué espanto! Todavía siento un escalofrío alrecordarlo. Cuando recuperé el sentido tenía la cabeza en el regazo deMariuccia, que gemía y lloraba; al lado estaba mi madre, tumbada, y a sualrededor, en estrecho círculo, un grupo de extranjeros. Los caballosespantadoshabíanpasadoporencimadenosotros,lasruedasdelcochehabíanaplastadoelpechodemimadre,lasangrebrotabadesuslabios,estabamuerta.

Page 22: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

Vicómocerrabansusojoscastañosylecruzabansobreelpecholasmanossin vida, cómo la llevaban al interior del convento. Puesto que yo no habíasufridodañoalguno,apartedeunapequeñaheridaenunamano,Mariucciamellevóalahostería,dondetanfelizmehabíasentidoeldíaanterior,trenzandoguirnaldasydurmiendoenbrazosdemimadre.Sentíaunapenahondísima,aunquenocomprendíaloterriblementesoloquemehabíaquedado.Medieronjuguetes, frutas y galletas, me prometieron que vería a mi madre al díasiguiente,me dijeron que estaba con laMadonna, donde siempre reinaba laalegríaysecelebrabanpreciosasfiestasdeflores,perotambiénoíotrascosasquedijeron:lesoíhablarensusurrosdelahorribleaverapazdeldíaanterior,deFulviaydeunsueñoquehabíatenidomimadre.Ahoraqueestabamuerta,todoshabíanpresentidoladesgracia.

Entretanto, los caballos desbocados se detuvieron justo a la salida delpueblo,alchocarcontraunárbol.Unseñorimportante,deunoscuarentaañosde edad y muerto de miedo, salió del coche ayudado por varias personas.Decían que pertenecía a la familia Borghese, que era el dueño de una villaentreAlbanoyFrascati,yqueeraconocidoporsuraraaficiónacoleccionartodaclasedeplantasyflores;inclusodecíanqueeraconocedordelascienciasocultas,igualquelasabiaFulvia.Uncriadovestidoconelegantelibreatrajodesuparteunabolsaconveinteescudosparaelniñoquehabíaperdidoasumadre.

Latardesiguiente,antesdeltoquedelAvemaría,mellevaronalconventoparaquevieseamimadreporúltimavez.Yacíaenelestrechoataúd,vestidadefiestacomoeldíaanterior,eldíadelafiestadelasflores.Besésusmanoscruzadas,ylasmujereslloraronconmigo.

Juntoalapuertaestabanyalossepulturerosylacomitiva,consusblancascogullas cubriéndoles el rostro. Alzaron el ataúd sobre sus hombros, loscapuchinosencendieronsusciriosyentonaronelcantodedifuntos.Mariucciaibaconmigoalladodelataúd,elígneocielovespertinoiluminabaelrostrodemimadrehaciéndolaparecerviva.Losotrosniñosdelpueblocorríanfelicesamialrededor, recogiendoencucuruchos la ceraquegoteabade los ciriosdelos frailes. Recorrimos la calle en la que, tan sólo el día anterior, se habíacelebradolafestivaprocesión;quedabanaúnnumerosasfloresyhojasverdesperolasimágenes,lasbellasfiguras,estabandestrozadas,igualquelaalegríademiinfancia,igualquemisdíasdefelicidad.Enelcementeriolosviapartarlagranlosadepiedraquecubríalafosaenlaqueintroducíanloscuerpos.Videscender la caja y escuché un débil retumbo cuando chocó con los otrosataúdesquehabíaenaquellugar.Luegosemarcharontodos,peroMariucciamehizoarrodillarantelalosayrezarunOrapronobis.

En la clara noche de luna abandonamos Genzano; nos acompañabanFederigoydosextraños.EspesasnubessecerníansobrelosMontesAlbanos.

Page 23: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

Mirélafinaneblinaque,alaluzdelaluna,sedeslizabasobrelacampiña.Losdemásapenashablaban,yalpocomedormíysoñéconlaMadonna,conlasfloresyconmimadre,queestabaviva,sonreíayhablabaconmigo.

IV

TíoPeppo.UnanocheenelColiseo.Despedida

¿Quéseríademíahora?EsaeralapreguntaalllegaraRomayentrarenlacasademimadre.FraMartinopropusoenviarmealcampoconlospadresdeMariuccia,dosbondadosospastores;losveinteescudosseríanparaellostodouncapitalquemegarantizaríaunlugarensucasacomosidesupropiohijosetratara.Claroqueyoerayacasiunmiembrodelaiglesia,ysimemarchabaavivir al campono podría seguirmoviendo el incensario en el templo de loscapuchinos. También Federigo era de la opinión de que lo mejor sería quepermanecieseenRoma,encasadepersonashonradas.Dijoquenoleagradabamucho la idea de que acabara convirtiéndome en un vulgar campesino sineducación.MientrasFraMartinoconsultabaelasuntoenelconvento,apareciómitíoPeppocaminandosobrelasmaderasdesusmanos;sehabíaenteradodela muerte de mi madre y de los veinte escudos con los que me habíancompensado,ysiveníaerasobre todoporéstos,aunque tambiénparahacervaler suopinión.Explicóqueeraél, comoúnicoparientemíoenelmundo,quiendebíahacersecargodemí,quemeteníaqueirconél,yqueahoraerapropiedad suya todo cuanto había en la casa, además de los veinte escudos.MariucciaafirmócongranempeñoqueFraMartinoyellalodispondríantodode lamejor formaposibleyañadióquePeppo, inválidoymendigo,ya teníasuficienteconsigomismoyquenoteníanadaquehacerenaquellugar.

Federigo abandonó la habitación y los otros dos proclamaron sinvergüenzaalgunalosegoístasmotivosdesuinteréspormí.TíoPeppoescupiótodosuvenenoyMariucciaseenfrentóaélhechaunaFuria:¡noqueríasabernada de él, ni del niño, ni de nada de nada!, y añadió que seme llevara siquería y queme rompiera unas cuantas costillas para tener otro tullido quemendigaraparaélylellenaralabolsa.Quepodíairse,peroqueeldineroseloquedabaellahastaqueregresaraFraMartino:sus traidoresojosnoveríanniunchelín.PeppolaamenazóconabrirleenlacabezaconlasmaderasdesusmanosunagujerotangrandecomolaPiazzadelPopolo.Yoestabaenmediode los dos, llorando. Mariuccia me empujaba apartándome de ella, Peppotirabademí: ¡si teníaquecargarconmigo, tambiénseríasuyoeldinero! ¡ElSenado de Roma sabría hacer justicia a un hombre honrado! Así que,muycontramis deseos,me sacó a rastras por la puerta, ante la cual esperaba un

Page 24: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

muchachoharapientoquesujetabaaunasnoporelronzal;puescuandomitíohabíadehacerrecorridoslargosoteníaqueirdeprisaaalgúnsitio,guardabalasmaderasyatabasusinútilespiernasaloscostadosdeunburro,detalmodoque ambos formaban un solo cuerpo. Me sentó delante de él, a lomos delpollino,elmuchacholediounempellónyallásalimosatodogalopemientrasPeppomehacíacarantoñasasumanera.

—¡Fíjate, hijitomío—decía—qué burro tan estupendo!Vuela comouncaballo de carreras por elCorso. ¡Ya verás lo bien que lo pasarás conmigo,eresunangelitodelSeñor,mihijitoquerido!—yañadiómilesde insultosymaldicionescontraMariuccia.

—¿Dóndehasrobadoeseniñotanguapo?—lepreguntabansusconocidoscuandopasábamos ante ellos, y en cada esquina tuvo que contar y volver acontarmihistoria.Lamujerquevendíaaguaconcáscarasdelimónnosregalóun vaso para los dos, en agradecimiento por el largo relato, y además meregalóunapiña,aprovechandoquenoquedabaniunsolopiñón.Elsolyasehabía puesto cuando llegamos a su casa. Yo no dije nada, me limité aapretarmeelrostroconlasmanosyllorar.Meseñalóunaalcobitaalladodelahabitación grande, indicándome un montón de hojas o, más exactamente,vainasdemaíz,quehabíaenun rincón.Eraallídondedormiría,hambrenodebíadetener,medijo,nisedtampoco,porqueyanoshabíamosbebidoaquelestupendovasodeaguadelimón.Mediounaspalmaditasenlamejillaypusoaquella horrible sonrisa que siempre me había espantado. Me preguntóentonces cuántas piezas de plata había en la bolsa, si Mariuccia las habíausadoparapagareltransporte,yloquehabíadichoellacayoquemellevóeldinero.Peroyonosupedarlerazóndelosucedidoypreguntéllorandosimetendríaquequedaravivirallíparasiempre,sipodríavolveramicasaaldíasiguiente.

—¡Claro que sí, claro que sí! —respondió—. Ahora duerme, pero sinolvidartederezartuavemaría.¡Cuandolaspersonasduermen,eldiablovela!HazlaseñaldelaCruz,esunamuralladehierroqueniunleónrugientepuedeatravesar.RezacondevociónypidealaMadonnaquecastigueconvíborasyculebrasaesahipócritadeMariuccia,quesóloquieretumal,pobrecitomío.Quenosengañaalosdosparaquedarseconloqueestuyo.Duermetranquilo,dejaréabiertoelventanucoparaqueentreelairemientrascenamos.Notengasmiedo de losmurciélagos, nunca entran, aunque pasen volando por delante,¡pobres bichos! ¡Dulces sueños, niñito mío! —y se fue dejando la puertaentornada.

Estuvounbuenratotrasteandoenlaotrahabitación,luegooívariasvocesy por la rendija de la puerta vi arder el candil. Me levanté muy despacio,porquelassecashojasdemaízcrujíanmuchoyteníamiedodequemeoyerayvolvieseaentrar.Viporlarendijaqueestabanencendidaslasdosmechasdel

Page 25: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

candil,quesobrelamesahabíapanynabosyqueelfrascodevinopasabademano en mano. Eran los otros mendigos, los tullidos, no me fue difícilreconocerlosaunqueahorasusrostrosmostrabanunaexpresiónmuydistintaalaqueestabaacostumbradoaver.ElcalenturosoLorenzo,siempreapuntodeexpirar,estabaahoratancontento,haciendobulla,hablandosinparar,aunqueduranteeldíasiemprelohabíavistotumbadoenlahierbaenelMontePincio,conlacabezavendadaapoyadaeneltroncodeunárbol,moviendoloslabioscasi moribundo mientras la mujer mostraba a los paseantes a su marido,enfermo de fiebres. Francia, que no tenía dedos en lasmanos, tamborileabaconsusmuñonessobreloshombrosdelaciegaCatarina,mientrascanturreabaa media voz la canción del Cavaliere Torchino. Dos o tres más estabansentadosmáscercade lapuerta,peroenlaoscuridad,demodoquenopudereconocerlos. Mi corazón palpitaba con fuerza por el miedo que meembargaba.Medicuentadequehablabandemí.

—¿Yesechavalsirveparaalgo?—preguntóuno—.¿Tienealgunatara?

—¡Quéva,laMadonnanolehahechoesefavor!—respondióPeppo—:esesbeltoybienformado,igualitoqueunniñodelanobleza.

—¡Menudadesgracia!—exclamarontodos.

LaciegaCatarinaañadióque lepodían romperalgunacosilla, asípodríaganarse el pan en este mundo hasta que laMadonna le regalara el otro, elcelestial.

—Sí—dijo Peppo—; simi sobrina hubiera sido una pizca razonable, elchico habría podido convertirse en su fortuna. Voz sí que tiene, vaya, elangelito. ¡Que ni pintiparado para la capilla del Papa! ¡Sería un castratoestupendo!

Hablaron demi edad y de lo que podía suceder todavía y de lo que eranecesario hacer para mi mejor provecho. Yo no entendía lo que pretendíanhacer conmigo, pero intuía perfectamente que sus planes no escondían nadabueno,yempecéatemblardemiedo.Pero¿cómoescapar?Nopensabayaenotracosa.¿Yadónde?Bueno,esonisiquieralopensaba.Fuiagatashastalatrampilla, que estaba abierta; con ayuda de un pedazo de madera conseguíauparme:noseveíaanadieenlacalle,laspuertasestabantodascerradas.Parabajar a la calle tenía que dar un buen salto, pero no me atrevía. En esemomento sentí que alguien abría la puerta, ¡venían a pormí!Me encogí deterrorymedejécaer.Elgolpefueduro,perocaísobretierrayhierba.

Melevantéalmomentoyechéacorrer,sinsaberadónde,a travésde lasangostasysinuosascalles.Unhombrequecantabaavozencuellomientrasgolpeaba con su bastón la acera de adoquines, fue la única persona queencontré. Finalmente me encontré en una vieja plaza, era un lugar que ya

Page 26: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

conocía,elforumromanum,el«campodevacas»,comosolíamosllamarlo.

La luna iluminaba la parte trasera del Capitolio que, como una paredverticalderoca,parecíasepararlazonamásestrechadelamásamplia.Enlaalta escalinata que llevaba al arcodeSeptimioSevero había unosmendigosdurmiendoenvueltosensusgrandescapas.Lasaltascolumnasdelosantiguostemplos que aún se mantenían en pie arrojaban largas sombras. Yo nuncahabía estado allí después de la puesta del sol; todo tenía para mí algo defantasmagórico, y tropecé con un capitel de mármol caído entre las altashierbas.Me levantéymiré las ruinasde la ciudad imperial; la espesayedrahacíamáslóbregosaúnlosmuros,losnegroscipresesseerguíantanenormesy demoníacos hacia el cielo quemehicieron sentir aúnmás aterrado.En lahierba, entre columnas derruidas y cascotes de mármol, paseaban algunasvacas, unmulo pastaba también por allí, y aquellas bestiasme sirvieron detriste consuelo, al menos había algo vivo que no deseaba causarme dañoalguno.

Laluzdelalunahacíaquecasipareciesededía,podíavertodoloquemerodeaba. Oí acercarse a alguien. ¿Me estarían buscando? Empujado por elpánicome refugié en el inmenso Coliseo, que se alzaba antemí como unaauténticamontaña.Me encontraba en el doble corredor de arquería que, enperfectoestado,comosilohubieranterminadoayermismo,ocupalamitaddeledificio; reinaba una oscuridad total y hacía un frío helador. Avancé unospasos entre los arcos, pero despacio, muy despacio, pues el ruido de mispropiospasosmeproducíaaúnmásmiedo;viunahogueraencendidayanteella reconocí la silueta de tres figuras humanas. ¿Serían campesinos que sehabían instalado allí a pasar la noche, a fin de no tener que atravesar en laoscuridad lavacíacampiña?¿Serían talvezsoldadoshaciendoguardiaenelColiseo,o,alomejor,unosbandidos?Meparecióoírelsonidometálicodelasarmasyretrocedíhastaotraarcadamuydistinta,formadaéstaporarbustosyplantas trepadoras que crecían sobre los altos pilares. La luna proyectabaextrañassombrassobreloselevadosmuros;sillaresdesplazadosdesulugarycubiertosahoradeverdeparecíanestarapuntodeprecipitarsehaciaelsuelo,dabanlaimpresióndeestarsujetossolamenteporlasespesasramas.

Másarriba,enlaarcadacentral,vialgunaspersonas,seguramenteviajerosquehabíanqueridocontemplarlasespléndidasruinasalaluzdelaluna;entreelloshabíaunaseñoravestidadeblanco.Aúntengoclaramenteantemisojosaquella extraña imagen, pues aparecían y desaparecían y volvían a verse alpasarentre lospilares,a la luzde la lunay la rojaantorcha.Elcieloerauninfinito azul oscuro, los matorrales y las matas parecían del más negroterciopelo;lashojasrespirabannoche.Misojossiguieronalosforasteros.Aundespués de perderlos de vista, seguí percibiendo el rojo resplandor de laantorcha,perotambiénéstedesaparecióytodoamialrededorquedóenvuelto

Page 27: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

enunsilenciosepulcral.

DetrásdeunodelosnumerososaltaresdemaderaqueocupanelinteriordelagranruinaymuestranelViacrucis,mesentésobreuncapitelrotoqueyacíaentre la hierba. La piedra estaba fría como el hielo, la cabezame ardía, lafiebre había entrado en mi sangre. Era incapaz de dormirme y me vinoentonces a la memoria lo que me habían contado sobre aquella antiguaedificación, los judíos prisioneros que habían sido forzados a levantar losgrandesbloquesdepiedraparaelpoderosoemperador romano; losanimalessalvajes que luchaban allí dentro, unos contra otros, ymuchas veces contraseres humanos; recordé que la gente se sentaba en las gradas de piedra queibanelevándosecomounaescalinata,hastallegaralagraderíasuperior.

Sonóuncrujidoenlosmatorrales,porencimademí,ycreíveralgoquesemovía. ¡Sí!: mi fantasía me hacía ver figuras pálidas y de tez oscura queconstruíanparedesygolpeabanmaderas.Oíaconclaridadloslatigazos,veíaalos escuálidos judíos de negra barba arrancar hierbas y arbustos y colocarpiedra sobre piedra, hasta que el inmenso edificio quedó reconstruido porcompleto.Ahora estaba repleto por una inmensamuchedumbre, cabeza concabeza,ytodoparecíamuchísimomásgrande,elgigantescocuerpovivodeuntitán. Veía a las vestales en sus largos vestidos blancos, el lujoso palcoimperial, los gladiadores desnudos, sangrantes. Oí gritos y rugidos en lasgaleríasinferioresyvisalirporvariossitiosalavezmanadasenterasdetigresyhienasquepasabancorriendojuntoal lugardondemeencontraba,sentísuardientealiento,vilarojamiradadesusígneosojosymeencogíenlapiedraen que estaba sentado, mientras suplicaba protección a la Madonna. Elestruendoamialrededor sehizoaúnmás terrible,peroenesemomento, enmediodeaquellatremendabarahúnda,pudeverlasagradaCruzquesiempreme detenía a besar, devoto, cuando pasaba por allí.Me esforcé todo lo quepudeparallegarhastaella,ysentíclaramentequelarodeabaconlosbrazos,pero todo se derrumbó a mi alrededor: muros, personas, animales. Laconscienciameabandonóynosentínadamás,dejédesentir.

Cuandovolvíaabrirlosojos,mifiebrehabíadesaparecido,meencontrabaexhausto,derrotadoporelagotamiento.Estaba tumbadosobre lasgradasdelaltocrucifijodemadera.Miréamialrededorycomprobéquenohabíanadadeterrorífico.Todoestabanimbadodemajestuosidad,unruiseñorcantabaenun matorral que coronaba el muro. Pensé en mi amado Niño Jesús, cuyaMadre tambiéneramimadre,ahoraqueno teníayaninguna,abracé lacruzcon fuerza, apoyé la cabeza en ella y enseguida me dormí con un sueñotranquiloyreparador.

Debierondetranscurrirvariashoras,ydespertéconelcantodelossalmos.Elsolbrillabasobrelapartesuperiordelmuro,loscapuchinoscaminabandealtarenaltarconciriosencendidos,cantandoelKyrieeleisonen lahermosa

Page 28: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

mañana. Llegaron junto a la cruz, donde estaba yo… y vi a Fra Martinoinclinándosesobremí.Misemblantetrastornado,mipalidezyelsimplehechodequemeencontraseallíaaquellashoraslointranquilizaron.Nosécómomeexpliqué, pero mi miedo a Peppo y mi estado de abandono le parecieronsuficientementeevidentes.Meagarréasuhábitomarrón, lesupliquéquenome abandonara, y fue como si todos los hermanos compartiesen misdesgracias, porque todos ellos me conocían, había estado con ellos en susceldasyhabíacantadoconellosanteelsagradoaltar.

Cuán alegre me sentí cuando Fra Martino me condujo con ellos alconvento.Olvidéporcompletomisdesdichasencuantomeviensupequeñacelda,conlosviejosgrabadosenlasparedesyelnaranjoquecasiintroducíaporlaventanasusverdesramasperfumadas.FraMartinomeprometióquenovolveríaconPeppo:

—Nopodemosentregarelmuchacho—leoídecirlesalosdemás—aunpordiosero, a un mendigo inválido que está siempre tumbado en la callepidiendolimosna.

Haciamediodíametrajocoles,panyvino,ydijocontalsolemnidadquehizoestremecersemicorazón:

—¡Pobre muchacho! Si tu madre viviera, no habríamos tenido quesepararnos,laIglesiasehabríahechocargodetiyhabríascrecidoensupazyasuamparo.Ahorahasdearrojartealprocelosomarenunamíserabalsa,peropiensaentuRedentorensangrentadoyenlaVirgencelestial.Mantentefirmeasulado,enestemundonotendrásanadiemásqueaEllos.

—¿Adóndeiré?—pregunté.Ymeexplicóentoncesqueiríaalcampo,conlospadresdeMariuccia,meencarecióahonrarloscomosifueranmipadreymimadre, a obedecerles en todo cuantomeordenarany a noolvidar jamásmisoracionesytodoloqueélmehabíaenseñado.

Esatarde,Mariucciaapareció,acompañadadesupadre,antelapuertadelconvento;veníanarecogerme,yFraMartinomecondujoanteellos.Ajuzgarpor sus ropas, Peppo casi parecía elegante en comparación con aquellospastoresacuyocargomedejaban.Lasdesgarradasbotasdecuerocubiertasdepolvo, las rodillasdesnudasyel sombreropuntiagudoconuna flordebrezoprendidaenél,fueloprimeroqueseofrecióamisojos.Elhombreinclinólarodilla,besólamanodeFraMartinoyledijoqueyoeraunchicoguapoyqueél y su mujer compartirían conmigo todo lo que poseían. Mariuccia le dioentonces la bolsa con aquel dinero que erami única posesión, y los cuatroentramosenlaiglesia.Orarontodosensilencio,yotambiénmearrodilléperofui incapazde rezar,mis ojos buscaban las conocidas imágenes, buscaban aJesúsnavegandoenunbarcosobrelapuertadelaiglesia,alángeldelretabloyalpreciosoSanMiguel.Enmidespedidaviinclusolascalaverasconverdes

Page 29: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

guirnaldas de hiedra en las sienes. Fra Martino puso sus manos sobre micabezayaldeciradiósmeregalóun libritodegrabados:Mododiservire lasanctamessa.Nosfuimos.AlpasarporPiazzaBarberininopudeevitardirigiruna mirada a la casa de mi madre; las ventanas estaban abiertas, lashabitacionesesperabanasusnuevosmoradores.

V

Lacampiña

Yapartirdeaquelinstante,mihogarfuelavastallanuraquerodeaRoma.Elextranjerotransalpinoque,llenodeentusiasmoporelarteylaantigüedad,se acerca a la ciudad del Tíber, descubre en este páramo reseco unaimpresionantepáginadelmundo;losmontículossonsagradascifras,capítulosenteros de la historia universal. El pintor esboza el solitario arco de unacueductoderruido,alpastorsentadojuntoasurebañodeovejas,yenprimerplano un dorado cardo, y la gente dirá: ¡qué estampa tan bonita! Con quésentimientostandiferentescontemplábamoslagranllanuramiguíayyo.Lahierbamarchita,elmalsanoairedelveranoqueacarreaaloshabitantesdelacampiñafiebresymalignasenfermedades,eranparaéllassombrasalasqueestaba acostumbrado; paramí, en cambio, era algo nuevo,me alegraban lashermosasmontañasqueendiferentesvariacionesdelcolor lilaabrazabanunlado de la llanura, los búfalos y el amarillento Tíber, donde los bueyes delargoscuernoscaminabanbajoelyugoarrastrandolosbarcoscorrientearriba.Nosotrosíbamosenlamismadirección.

A nuestro alrededor no había sino hierba rala y altos cardos mediomarchitos. Pasamos delante de una cruz, levantada allí para recordar quealguienhabíasidoasesinadoenaquellugar;sentímiedo,queseacrecentóalacercarnosalaqueseríamicasa.Estanoeraotracosaqueunadelasantiguastumbas derruidas, que tanto abundan allí desde tiempos antiguos. Muchospastores se habían instalado en ellas, pues allí tenían todo lo necesario paravivir, e incluso hallaban a veces ciertas comodidades. Llenaban algunoshuecos,tapiabanagujeros,colocabanuntejadodecañasylaviviendaestabalista. Aquélla se encontraba en un altozano y tenía dos plantas. Las doscolumnas corintias que flanqueaban la estrecha puerta eran testimonio de laantigüedaddeledificio,ylostresanchospilaresdemamposteríahablabandeunareformaposterior:talvezenlaedadmediafuerahabilitadacomocastillo.Unagujeroenelmuro,porencimadelapuerta,hacíalasvecesdeventana.Lamitad del tejado estaba cubierta de cañas y ramas, la otramitad, demalezavivadelaquecolgabaabundantemadreselvasobreelmuroresquebrajado.

Page 30: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

—¡Bueno, ya estamos! —dijo Benedetto, aquellas eran las primeraspalabrasquemedirigíadesdequesalimosdeRoma.

—¿Vivimosaquí?—pregunté,dirigiendomisojos,oraa la lóbregacasa,orahaciaatrás,alsalteadordespedazado.Sinresponderme,llamóasumujeragritos:

—¡Domenica, Domenica! —y vi entonces a una mujer, ya un tantoanciana,cuyaúnicavestimentaconsistíaenunagroseracamisolaquedejabadesnudos brazos y piernas; llevaba los cabellos desgreñados. Me agobió abesosycarantoñas,ysipapáBenedettoparecíamudo,eraellaparlanchinaamásnopoder.MellamósupequeñoIsmael,enviadoaldesiertodondecreceelsilvestrecardo.

—¡Peroconnosotrosnolanguidecerás!—dijo—.LaviejaDomenicaseráunabuenamadreparati,sustituiráalaqueestáenelcielo,rezandoporti.Yatetengopreparadalacamayhecocidolasalubias,ytesentarásahoramismoalamesaconmiviejoBenedetto.¿YMariuccianohavenidoconvosotros?¿Yhas visto al Santo Padre? Pero ya veo que no olvidaste el prosciutto ni loscorchetes de latón, ni la estampa nueva de la Madonna para pegarla en lapuerta al lado de la vieja, que ya la tenemos negra de tanto beso. ¡Buenamemoriasíquetienes,ysabespensar,miqueridísimoBenedetto!

Ysin interrumpirsucascadadepalabrasnoscondujoalestrechoespacioquellamabansalón,yquemástardellegaríaaparecermetangrandecomolassalas del Vaticano. A decir verdad, creo que aquel hogar ejerció una graninfluenciasobremitemperamentopoético,aquellugarpequeñoyangostofueparamifantasíacomoelpesoqueponenenlapalmerajoven,puescuantomásoprimida esté, tantomás crecerá.Como ya he dicho, aquella casa fue en laantigüedad un mausoleo familiar, consistente en una cámara grande conmuchos nichos pequeños, situados uno junto al otro y en dos filassuperpuestas, todos ellos con artísticas composiciones en mosaico. Ahorateníanusosmuydiferentes,unhuecoservíadecomedor,otrohacíalasvecesdearmarioparaollasypucheros,unterceroeraelfogónenelquesehervíanlas alubias. Domenica preparó la mesa y Benedetto bendijo los alimentos.Despuésdecenar,miancianamadremehizosubirporlaescalera,atravésdeuna bóveda derruida, hasta el segundo piso, donde dormiríamos en dosgrandes nichos, que en otro tiempo fueron tumbas. El del fondo estabadispuesto paramí, y allí había dos postes cruzados de los que colgaba unaespecie de hamaca; era la cuna de un niño pequeño, supongo que hijo deMariuccia; estabade lomáscalladitoy tranquilo.Meacosté,unapiedradelmuroestabadesplazadayporelhuecoseveíaelcieloazulylaoscurahiedraqueseagitabaconelvientoyparecíaunpájaro.Cuandomeestabaacostando,pasóunarelucientelagartijamulticolorporelmuro,peroDomenicamequitóelmiedoasegurandoquelapobreestabamuchomásasustadademíqueyode

Page 31: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

ella,yquenomequeríahacerdañoalguno.Luegorezóunavemaríaysellevólacunaalotronicho,dondedormíanBenedettoyella.Mesantigüé,penséenmimadre, en laMadonna, enmis nuevos padres y en lasmanos y los piesensangrentadosdelbandoleroajusticiadoquehabíavisto cercade la casa,ytodosellosrecorrieronlossueñosdemiprimeranoche.

Aldíasiguientecomenzaronlaslluvias,quedurarontodalasemanaynosobligaron a permanecer en el estrecho salón, donde reinaba la penumbraaunque estuviera abierta la puerta, por la que penetraba el viento. MiocupacióneraacunaralbebédelacunadelonamientrasDomenicahilabaensuhuso,mehablabade losbandolerosde la campiña,quea ellosnunca leshacían daño alguno, me cantaba canciones devotas, me enseñaba oracionesnuevasymecontabalavidadesantosdelosqueyonuncahabíaoídohablar.Panycebollaerannuestroalimentohabitual,ymegustaban.Peromeaburríaencerrado en aquel angosto espacio; Domenica abría entonces un canalillodelante de la puerta, un pequeñoTíber serpenteante cuya agua fluía lenta yamarilla.AgujasycañasmeservíanparamontarmipropiocaminodesirgayhacíanavegarmisbarcoshastamásalládeRoma,aOstia.Perosielaguaceroera demasiado fuerte había que cerrar la puerta y nos quedábamos casi aoscuras.Domenica hilaba y yo pensaba en las bellas imágenes de la iglesiaconventual, imaginabaa Jesúsen labarca,meciéndoseantemisojos,y a laMadonnaensunube,llevadaenvolandasporlosángeles,ylaslápidasconlascalaverascoronadas.

Cuando acabaron las lluvias, el cielo permaneciómeses enteros ataviadodeinmutableazul;medabanpermisoparacorretearporelcampo,aunquesinalejarmedemasiado,niacercarmedemasiadoalrío,pueslasblandasmárgenespodían hundirse y arrastrarme con ellas, decía Domenica. Allí pastabantambiénmuchosbúfalos,queeransalvajesypeligrosos, loque lesotorgaba,precisamente, un especial atractivoparamí.Lodemoníacode lamiradadelbúfalo,elextrañofuegorojodesuspupilas,despertabanenmíunasensaciónsemejantealaquearrastraalavealasfaucesdelaserpiente.Suvelozcarrera,más rápida que la del caballo, su lucha, el choque de fuerza contra fuerza,atraían toda mi atención. Y también dibujaba en la arena figuras queintentaban reproducir lo que había visto, y para hacer el parecido aún másevidente, locantabaconmispropiaspalabrasymipropiamúsica,paragranalegríadelaancianaDomenica,quedecíaqueyoeraunniñomuylistoyquecantabamuybien,comolosángelesalladodeDiosPadre.

El sol calentaba más cada día, sus rayos eran un mar de fuego que sederramaba sobre la campiña. Las aguas apestosas emponzoñaban el aire, ysólo por la mañana y por la noche podíamos salir al exterior, algo que yonunca había experimentado en el aireado Monte Pincio. Aún recuerdo lacanícula, cuando losmendigos pedían un chelín, no para pan, sino para un

Page 32: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

vaso de agua helada. Recordaba sobre todo las jugosas sandías apiladas,partidasendosmostrandosucarnepúrpuraconnegraspepitas.Elsolardía,sus rayos caían verticales, y yo tenía la sensación de quemi sombra queríaprotegersedelsolescondiéndosebajomispies.Losbúfaloserancomomolesmuertas en lahierbamarchitao, aveces,dominadospor la furia,galopabanvelocescomounaflecha,describiendograndescírculos.Entonces,mialmaseconstruíaunaimagendelossufrimientosdelexploradorenelardientedesiertoafricano.

Durantedosmesesfuimoscomonáufragosenunbarcoaladerivaporelmar delmundo.Ni un ser vivonos visitaba.Todo sucedía por la nocheo aprimeras horas de lamañana; el aire insano y el ardiente calor derramabanfuegofebrilenmisangre,nohabíaniunagotadefrescorparaapagarlased,las ciénagas estaban secas. Una tibia agua amarillenta se deslizabasomnolientaporelcaucedelTíber,eljugodelasandíaestabacaliente,hastaelvino,aunqueloguardábamosalasombra,entrepiedrasycascotes,teníaunsaboragrioyrecocido;porelhorizontenoasomabaniunanube.Díaynoche,siempreelmismoazulinfinito.Cadamañanaycadatarderezábamosparaquellegara la lluvia o una brisa fresca; cada noche y cada mañana Domenicaobservabalasmontañas,porsiallísemovíaalgunanube;perosólolanochenostraíasombra, lasombrasofocantede lanoche,sóloelsirocoagitabasusoleadasdeairecaliente.Asídurantedoslargos,larguísimosmeses.

Sóloentonces,aunquenadamásquedurantelaaurorayelocaso,volvióasoplarlabrisa.Perotodomiserestabasumidoenlaindolencia,enunalasitudde muerte, producida por aquel calor de suplicio y por el más absolutoaburrimiento. Moscas e insectos molestos de toda clase, que con el calorparecíanhaberdesaparecido,seagitabanconfuerzasredobladas,yamillonesnosacometíanconvenenosaspicadas.Losbúfalosparecíanavecesenvueltosen un zumbante hervidero, que se precipitaba sobre ellos como si fuerancarroña,ylosanimales,enloquecidosporaquellatortura,searrojabanalTíberpararevolcarseensusaguasamarillentas.Elromano,queenloscálidosdíasdelveranocaminacomounsonámbuloporlascallescasidesiertas,pegadoalas paredes de las casas comoqueriendo beber la sombra que sólo existe alladomismodelmuro,notieneniideadelossufrimientosquesepadecenenlacampiña, donde cada inspiración es fuego azufroso, emponzoñado, dondeinsectos y sabandijas, como demonios torturadores, martirizan a loscondenadosavivirenaquelmardellamas.

Septiembretrajodíasmásclementes,yunatardellevóhastanuestracasaaFederigo,queveníaadibujarlanaturalezarequemada.Esbozónuestraextrañacasa, el patíbulo y los búfalos salvajes, me dio papel y lápiz para que yotambiénpudieragarabatearmisestampas,yprometióquecuandovolvieramellevaría un día a Roma para visitar a Fra Martino, y a Mariuccia y a mis

Page 33: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

amigos, que parecían haberse olvidado de mí por completo. Y eso sucediótambiénconFederigo.

Estábamosyaennoviembre,peroaquellafuelaépocamásbellaquevivíenaquellugar.Llegabalabrisadesdelasmontañas,ycadaatardecerveíaenlasnubeseseespléndido juegodecoloresqueesexclusivodel sur,yqueelpintoresincapazdeplasmarensuscuadros,nisiquieraseatreveaintentarlo.LasextrañasnubesdecolorverdeolivasobreunfondodecolorgamuzaeranparamíolasagitadasdelmardelEdén;encambio, lasde tonosazuloscuroque colgaban como piñas de un cielo que parecía dorado al fuego, se mehacían montañas de la Gloria, en cuyos valles jugueteaban los preciososángelesqueagitabanlabrisaconsusblancasalas.

Un atardecer en que, como de costumbre, estaba sumido en misensoñaciones, seme ocurriómirar directamente al sol a través de una hojaagujereada.Domenicameadvirtióqueesomedañaríalosojosy,paraimpedireljuego,cerrólapuerta.Eltiemposemehacíalarguísimo,pedípermisoparasaliry,encuantomeloconcedió,melevantédeunsaltoyabrí,peroenesemismoinstanteentróprecipitadamenteunhombre,haciéndomecaeralsuelo;elreciénllegadocerrólapuertadegolpe,visurostropálidoyespantado,leoíexclamar en un suspiro el nombre de la Madonna, y entonces un golpeviolentodesgarrólapuerta,rompiendosustablones,quecayeronhaciadentro.Elhuecoquedóenteramentetapadoporlacabezadeunbúfaloquemostrabasusojosardientesyperversos.

Domenica soltó un grito, me agarró del brazo y subió de un salto unescalón de la escalera que llevaba a la cámara superior. El forastero, pálidocomounmuerto,recorriólaestanciaconlamiradaydescubriólaescopetadechispa de Benedetto, que estaba siempre cargada en una pared, por si seproducíaunasaltonocturno;lacogióalmomento,oíelestampidoyenmediodel humo de pólvora lo vi golpear al animal en la frente con la culata. Labestia estaba inmóvil, atascada en el estrecho hueco de la puerta, no podíamoverseadelanteniatrás.

—¡Pero por todos los santos del cielo! —fue lo primero que exclamóDomenica—.¡Perosihamatadoalpobreanimal!

—¡Gracias seandadas a laMadonna!—respondió el forastero—.Mehasalvado la vida, y tú fuiste mi ángel de la guarda —me dijo a mí,levantándome en brazos—. Tú me abriste la puerta de la salvación —aúnestabapálidoyteníalafrenteperladadegotasdesudorfrío.

Por su forma de hablar comprendimos que no era extranjero, supusimosqueseríaunnobleromano.Noscontóqueeraaficionadoacoleccionarfloresyplantasdetodaclase,quehabíadejadosucocheenPonteMolleyhabíaidopaseandojuntoalTíber.Justoallíseencontróconlosbúfalos,yunodeellos

Page 34: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

selanzócontraél;sesalvógraciasaquenuestracasaestabacercayaquelapuertaseabriómilagrosamente.

—¡SantaMaría, ruegapornosotros!—exclamóDomenica—. ¡Sí, es ellaquienoshasalvado,laSantísimaMadredeDios!YmipequeñoAntoniofueelinstrumentoqueescogió;yesqueelniñolaquieremucho.SuaEccellenzano sabe qué niño tan bueno es, sabe leerlo todo, lo impreso y lo escrito amano;ydibujadeunaformatannaturalquesedistingueperfectamenteloquees.LacúpuladeSanPedro,losbúfalos,hastaalgordodelPadreAmbrosiohadibujado; ¡yademás, tieneunavoz!SuaEccellenza tendríaqueoírlocantar,loscantoresdelPapanolepillaríannienunasolanota,yencimaesunniñoobediente,mejorqueninguno.Ynoloalabomásporquemeestáescuchando,porqueesonoesbuenoparalosniños.¡Peroélselomerece!

—¿Asíquenoeshijo suyo?—preguntóel forastero—.Esmuypequeñotodavía.

—¡Y yo soy muy vieja!—repuso ella—. ¡No, una higuera vieja no dabrotesnuevos!Lapobrecriaturanotienepadrenimadreenestemundo,sólonostieneamíyamiBenedetto.Peronoqueremosquesemarche,aunqueyanolequedeniunchelíndeesosquetenía.Pero¡santísimaVirgen!—exclamó,agarrandolasastasdelbúfalo,desdecuyacabezacaíalasangrehastaelsuelodelsalón—.¡Nopodremosquitardeaquíaesteanimal!Nodejanientrarnisalir.¡Vaya,quéatascadoestá!NopodremossalirhastaquellegueBenedetto.¡Esosí,dañononoshará,porqueelanimalestábienmuerto!

—¡Tranquilícese,buenamujer!—rogóelforastero—.Yomeharécargodetodo.SupongoquehabráoídohablardelosBorghese,¿no?

—¡Oh,señorpríncipe!—exclamóDomenicabesándolelosfaldonesdelalevita;peroélleapretólamano,tomótambiénlamíaentrelassuyasaltiempoque le encomendaba que me llevase al día siguiente a Roma, vivía en elPalazzoBorghese,acuyaestirpepertenecía.Amiancianamadreadoptivalesaltaronlaslágrimasalosojosporlagranmercedquelehacía,asíseexpresó.Sacó entonces mis dibujos en pedazos de papel, los guardaba muycelosamente,comosisetrataradedibujosdelmismísimoMiguelÁngel.SuaEccellenzatuvoquevertodasaquellascosasqueaellalallenabandealegría,yyomesentímuyorgulloso,pueselcaballerosonrió,mediounapalmaditaenlamejillaydijoqueyoeraunpequeñoSalvatoreRossa.

—Sí—respondióDomenica—. ¿No es increíble que sea sólo unniño, yque todo le salga tan natural que se pueda ver exactamente lo que significacadacosa?¡Losbúfalos,lasbarcas,nuestracasita!Todoesigualito;menoselcolor,peroésenosepuededibujarconellápiz.¡CantaparaSuaEccellenza!—me pidió—. Canta como tú sabes, lo que quieras. Bueno, es que sabecomponerhistoriasysermones,comounfrailedeverdad.¡Venga,canta!Sua

Page 35: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

Eccellenza es un caballero generoso, él te lomanda y tú sabes cantarmuybien.

El forastero sonrió, divertido. Es evidente que improvisé algo y que aDomenicalepareciómagistral,peronorecuerdoenabsolutoquédijenicómolodije,aunqueséqueelnúcleoeranlaMadonna,SuaEccellenzayelbúfalo,de eso sí que me acuerdo perfectamente. Sua Eccellenza permaneció ensilencio,yenélleyóDomenicaquesehabíaquedadoasombradodemigenio.

—Traigaalmuchacho—fueronlasprimeraspalabrasquepronunció—;losespero mañana temprano. ¡Ay, no! Vengan por la tarde, una hora antes delAvemaría. Cuando lleguen, mi gente estará ya avisada para que los haganentrarde inmediato.Pero¿cómosalgoyoahora?¿Nohaymássalidaque lapuertadondeestáatascadoelanimal?¿Ycómopuedollegarsinpeligrohastamicoche,enPonteMolle,contodosesosbúfalosqueandanporahí?

—Bueno,¿cómosalir?—respondióDomenica—.ParaSuaEccellenza,esimposible.Claro,yosípodría,yelniñotambién,peroparaunseñortanaltocomousted,es imposible.Arribahayunagujeroporelquesepuedesalir agatas, luegohayquedejarse caer junto almuro. ¡Hastayopuedohacerlo, apesar de mi edad! Pero como le digo, no se lo puedo recomendar a losforasteros,ymenostodavíaauncaballerotandistinguidocomousted.

Sua Eccellenza, mientras Domenica hablaba, subió por la estrechaescalera,sacólacabezaporelagujerodelapared,seaseguródequecabía,y,bueno,aquelloeracasicomolasescalerasdelCapitolio.LosbúfalosestabancongregadosjuntoalTíberyporelcamino,nolejosdenuestracasa,habíaungrupode campesinos soñolientos que iban lentamente, en dirección hacia lacarreteraprincipal.Pensóenunirse a ellos,detrásde sus carros cargadosdehaces de cañas estaría seguro por si había alguna otra acometida de losbúfalos. Una vez más repitió a Domenica que fuéramos a su casa al díasiguiente, unahora antesdelAvemaría; luego ledio lamanoparaque se labesara, amíme dio una palmadita en lamejilla y se descolgó por elmurosujetándosealaespesahiedra.Lovimosacercarsealoscarrosydesaparecertrasellos.

VI

VisitaalPalazzoBorghese.Concluyelahistoriademiinfancia

Benedetto y unos cuantos pastores sacaron, más tarde, al animal de lapuerta.Contaroncosas,charlaron,peroloúnicoquerecuerdoconclaridadesquealdíasiguientemedespertéantesdelamanecerymelevantéparairala

Page 36: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

ciudadconDomenicaal caer la tarde…Mis ropasdedomingo,quedurantemeses habían estado guardadas bajo llave, salieron ahora a relucir, y misombrero fue adornado con una bonita rosa. Los zapatos eran la partemásdébildemiindumentaria,loquenoseríanadafácildesolucionar,porquenohabíaformadesabersiloqueteníaeranzapatillasosandaliasalantiguoestiloromano.

Pero ¡qué larga era la campiña, y cómo quemaba el sol! Nunca me hasabidotanbienelvinodeFalernoodeChiprecomoelaguaquebrotadelospétreos leones que hay junto al obelisco de Piazza del Popolo. Apreté miardiente mejilla a las fauces del león y dejé que el agua corriera sobre micabeza,paratremendoespantodeDomenica,porquealhacerlosememojaronlasropasymicabelloperdiósusondas,tanbienrepeinadas.SeguimosporViaRipettahastaelsoberbiopalaciodelosBorghese.Yohabíaestadoallídelantemuchas veces, y Domenica no menos que yo, la de veces que habríamospasado ante aquel edificio sinmirarlo demodo distinto a comomirábamoscualquier otra cosa sin especial importancia. Ahora, en cambio, locontemplábamosenrespetuososilencio;todonosparecíaenorme,preciosoyespléndido,sobretodolaslargascortinasdesedaqueseveíanenlasventanas.Conocíamos a Sua Eccellenza, que vivía allí, y que la tarde anterior habíaestadoennuestracasa,yahoraéramosnosotroslosqueíbamosalasuya,loque lo convertía todo en algo singular. Jamás olvidaré el extrañoestremecimiento que me recorrió ante la magnificencia del patio y de lasestancias.ConSuaEccellenzamehabíasentidocómodo,afindecuentaseraunapersonaigualquenosotros;peroaquellujo…¡vaya,ahorasíquemedabacuentadeladiferenciaentreelpríncipeyelsimpleserhumano!Enelinteriordelpalacionosrecibióunsoportalcuadrado,muyalto,encalado,conbustosyestatuas,yunpequeñojardín.Áloesycactuscrecíanjuntoalascolumnas,ylos limonerosmostraban sus frutos aúnnodoradospor el sol.Dosbacantessostenían en el aire cuencos de los que se derramaba el agua sobre sushombros; plantas acuáticas dejaban colgar sus jugosas hojas verdes por losbordes.Quéfresco,verdeyaromáticoera todo,quédistintodenuestracasa,enmediodeladorada,ardiente,requemadacampiña.

Subimos la amplia escalinata de mármol. En los nichos había preciosasestatuas,Domenicasearrodillóanteunadeellascondevociónehizolaseñaldelacruz,creyendoquesetratabadelaMadonna.MástardemeenteraríadequeeraVesta,otradelassantasvírgenesdelgénerohumano.Nosrecibieronunos criados ataviados con exquisita librea; nos saludaron con tantaamabilidad que mi aprensión comenzó a desaparecer; ojalá los salones nohubieransidotangrandesnitanlujosos.Lossueloserandeespejeantemármoly,porsifuerapoco,lasparedeserandeespejos,conángelespintadosvolandoconguirnaldasycoronasdefloresenlasmanos.Avesmulticoloresextendíansusanchasalasypicoteabanfrutasrojasydoradas.Jamáshabíavistonadatan

Page 37: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

maravilloso.

Hubimosdeesperarunmomento,ySuaEccellenzahizosuaparición;unabellamujervestidadeblanco,congrandesojosvivaces,quedirigióágilhacianosotros, lo acompañaba. La señora me observó con una mirada extraña yfirme,aunquecariñosa,meacariciólafrenteparaapartarelcabello,ydijoaSuaEccellenza:

—Esjustoloqueledije,quienlosalvóeraunángel.Apuestoaquellevalasalasescondidasdebajodeesasropastanhorriblesque,además,lequedanestrechas.

—No—respondió el caballero—, en sus sonrosadasmejillas puedo leerque el Tíber habrá arrojadomuchas olas almar antes de que le crezcan lasalas.Ysuancianamadretampocoquerráqueecheavolarysemarche,¿noescierto?¿Noloecharíademenos?

—¡Vayaquesí!¡Seríacomocerraracalycantolapuertaylasventanasdemichocita!¡Quéoscurayquétristesequedaría!No,noquieroquesemarchemidulceniñito.

—Pero ¿y si es sólo por esta tarde?—dijo la señora—; puede quedarseunas horas con nosotros, luego lo recoge usted, hay una luna preciosa parahaceros compañía por el camino, y supongo que no tendrá miedo de losladrones,¿omeequivoco?

—Bueno,elchicopuedequedarseunashoras,yentretantoustedpuedeiracomprarloquenecesitenencasa—dijoSuaEccellenza,poniendounabolsitaen lamanodeDomenica.Yonooínadamás,pues la señoramecondujoalsalónydejósolosalpríncipeyamiancianamadre.

Ellujo, lanoblecompañíamedeslumbraron;miraba,oraalossonrientesangelitosqueasomabanentrelasverdesparraspintadasenlasparedes,oraalos senadores de calzas violetas y a los cardenales de rojas medias, quesiempremehabíanparecidosemidioses,peroencuyocírculoparecíaserahoraadmitido. Pero observé sobre todo al belloAmor que, como un lindo niño,cabalgabasobreunfeodelfínquearrojabaaloaltodoschorrosdeaguaquevolvían a caer en el estanque en el que nadaban, y que estaba en el centromismodelsalón.

Losnoblesinvitados,inclusocardenalesysenadores,nossaludaronconun«buenastardes»,yunhombrejovenyapuesto,vestidodeoficialdelaguardiapapal, me dio la mano cuando la joven señora me presentó como el ángelbuenode su tío.Mehicieronmiles de preguntas, que respondí con bastantedesparpajo,yalprontosonaronrisasyaplausos.SuaEccellenzaentróydijoqueteníaquecantarlesunacanción,ylohicebiengustoso.Eljovenoficialmeofrecióvinoespumoso,perolaseñoradijoquenoconlacabezaymequitóla

Page 38: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

copaantesdequehubierapodidovaciarla.Elvinohabíaentradoenmisangrecomo llameante fuego. El oficial dijo que tenía que cantar algo sobre lahermosadamaque teníaami lado, sonriente,ymeapresuréa satisfacer susdeseos;elcielosabráloqueinventé,peroeltorrentedemispalabrassustituyóalaelocuencia,ymiosadíaalasabiduría,yelhechodequeyonofuerasinounniñopobredelacampiñaañadióalconjuntoeladornodelgenio.Todosmeaplaudieronyeloficialinclusolequitólacoronadelaurelalbustodelrincónymelacolocósonrienteenlacabeza.Todoeraunabroma,peroyocreíverenaquello una total seriedad y un homenaje, que me hicieron feliz, meproporcionaronlosmejoresmomentosdemivida.Cantéparaelloslastonadasqueme habían enseñadoMariuccia yDomenica, les hablé de los perversosojos de los búfalos, de nuestro saloncito, en las ruinas de un túmulo.Demasiado rápido transcurrió el tiempo, llegó la hora de volver a casa,acompañadodemiancianamadreadoptiva.

Íbamos cargados de pasteles, frutas y relucientesmonedas de plata; ellaestaba feliz y contenta, igual queyo, pues había hechonumerosas compras:prendas de vestir, utensilios de cocina y dos grandes frascos de vino. Elatardecereradeunabelleza infinita.Lanoche seadormecía sobreárbolesyarbustos,peroarribadeltodocolgabalalunallena,comounapreciosabarcadorada,enmediodelinmensocieloazuloscuro,quederramabafrescorsobrelarequemadacampiña.

Penséenlasespléndidassalas,enlaamableseñorayenlosaplausos,soñédespierto, y también durmiendo, los mismos bellos sueños que pronto seconvertiríanenrealidad,enbellarealidad.

Más de una vez me hicieron ir a Roma, pues la bella y amable señoragustabademipresencia;teníaquecontarlecosas,simplecharla,igualqueconlaancianaDomenica.Aellaleencantaba,ymealababaanteSuaEccellenza.También él era bueno conmigo, ymás incluso, pues había sido él la causainocentedelamuertedemimadre;eraélquienibaenelcochecuyoscaballosdesbocados saltaron sobre nuestras cabezas. La bella dama se llamabaFrancesca;me llevabacon frecuencia a la espléndidagaleríadepinturasdelPalacio Borghese. Mis ingenuas preguntas y mis comentarios ante losmagníficoscuadroslahacíanreír,seloscontabaalosdemásytodosreíanconella.Por lasmañanas, las salas estaban llenas de forasteros llegadosdemásalládelasmontañas,ylospintoresseinstalabanacopiarlasobras.Peroporlatarde las pinturas recuperaban la soledad y era entonces cuando íbamosFrancesca y yo, y ella me contaba historias a las que daban ocasión loscuadrosqueveíamos.

LasEstacionesdeFrancescoAlbanieraunodemiscuadrosfavoritos;medijo que aquellos preciosos angelitos felices se llamabanAmoretti, parecíansurgidosdemispropiossueños.QuébonitoesverlosretozarenLaPrimavera:

Page 39: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

un grupo afila sus flechas, otro hace girar la gran amoladora sobre la quearrojanaguaotrosdosquerevoloteanporencima.EnElVeranovuelanentrelas ramas de los árboles cargados de fruta; nadan en las frescas aguas yjuguetean en ellas. El Otoño trae las alegrías de la caza, Amor lleva unaespeciedeescopetaenlamano,vasentadoenuncochecitoquearrastrandosdesuscompañeros,mientras laamada indicaalágilcazadorun lugardondepodrán descansar los dos juntos. El Invierno los tiene a todos adormecidos,duermenporacáyporallá.Lasninfaslesrobansusaljabasysusflechasparaarrojarlasalfuego,queenseguidadevoratanpeligrosasarmas.

¿Por qué se llamaban Amoretti aquellos ángeles, por qué disparabanflechas?HabíamuchascosasquequeríasaberyqueFrancescanomepodíaexplicarconsuficientedetalle.

—Puedes leerlo tú mismo —me dijo—, hay muchas cosas que puedesaprendertúsolo,peroloscomienzosnuncasonfáciles.Tendrásquepasarteeldíaenterocontulibro,sentadoentupupitre,nopodrásjugarconlascabrasenelcampo,niiravisitaratusamiguitos.¿Quéprefieres,acompañarconyelmoysable lacarrozadelSantoPadre,y llevarunaarmadurade lacabezaa lospies,comolaquevisteaFabiani,ocomprendertodosesospreciososcuadros,conocer elmundo entero que te rodea, sabermiles de historias,muchomásbellasquelasqueyotehayapodidocontar?

—Pero ¿ya no podré venir a tu casa? —pregunté—. ¿No podré seguirviviendonuncamásconlabuenadeDomenica?

—Seguramente te acordarás de tu madre y del hogar en que vivíais.Seguramente, entonces no querías moverte nunca de allí, no existíamosDomenicaniyo,quesomosahoratusallegadasmáscercanas.Dentrodepoco,lascosaspuedenhabercambiadodenuevo.Asísucedesiempreenlavida.

—¡Perovosotrasnomoriréiscomomimadre!—protesté,conlágrimasenlosojos.

—¡Todos hemos demorir y separarnos! Llegará unmomento en que nopodremoscontinuar juntoscomohastaahora,yenesemomentomegustaríaquefuesesfeliz.

Un torrente de lágrimas fue mi respuesta, me sentía muy desdichado,aunqueniyomismollegabaacomprenderlosmotivos.Francescamediounapalmaditaen lamejillaydijoqueerademasiadoblando, loquenoeranadabuenoenestemundo.LlegóentoncesSuaEccellenzaconeljovenoficialqueme había puesto la corona en la cabeza la primera vez que improvisé paraellos.SellamabaFabiani,yéltambiénmeapreciabamucho.

¡Hay boda en Villa Borghese, una boda deslumbrante! La noticia llegóunosdíasdespuéshastalacasuchadeDomenica,enlacampiña;Francescaera

Page 40: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

noviadeFabianiyenpocosdíasseiríaconélalahaciendaqueposeíacercadeFlorencia.LosesponsalestendríanlugarmuycercadeRoma,enlaVilladelafamiliaBorghese,enelbelloyespesobosquedeencinasylaurelesdondeesbeltospinosyerguensusaltascopas,veranoeinvierno,frentealcieloazul.Entonces, igualqueahora, esebosque servíade lugardeesparcimientopararomanos y forasteros; ricos carruajes circulaban por los estrechos senderosentreencinas,blancoscisnesnadabanenlagunasperfectamentecalmasdondese reflejaban lossauces lloronesyunacascadaartificial seprecipitabasobrebloquesdepiedra.Romanasdealtos senosyojosde fuegosedirigíana losesponsales y miraban orgullosas a las alegres muchachas campesinas quebailabanporelcaminotocandolapandereta.LaancianaDomenicarecorrióapie, conmigo, el largo camino por la campiña, pues también nosotrospodríamosasistira labodadenuestrosbenefactores.Enel jardín,donde lasaltas alamedas tienen sus árboles plantados en espaldera junto a las blancastapias, estábamosnosotrosviendoelparpadeode las lucespor lasventanas.FrancescayFabianihabíanrecibidoelsacramentodelmatrimonio.Desdeelsalón llegaba hasta nosotros el sonido de la música; y desde la verdeexplanada en la que se había dispuesto un anfiteatro, ascendían cohetes ypreciosospecesdefuegoquejugueteabanenelcieloazul.Lassombrasdeunadamayuncaballerosedeslizaronfrentealaaltaventana.

—¡Son ellos!—dijo Domenica. Las sombras se inclinaron una hacia laotra en la penumbra de la ventana, y un beso unió a los novios. Vi a miancianamadreadoptivajuntarlasmanosyrezar,yyomearrodilléfrentealosnegroscipresesyorépormibondadosaSignora.Domenicasearrodillóamilado—. ¡Que seanmuy felices!—y el fuego cayó del cielo comomiles deestrellas fugaces precipitándose desde las alturas. Pero mi buena ancianaseguía llorando, lloraba ahorapormí, puesprontohabríamosde separarnos.Sua Eccellenza había reservado una plaza para mí en el Colegio de losJesuitas, donde me formaría con otros niños para que mi vida pudiera sermejorquelaquepodríanofrecermelaviejaDomenicaylacampiña.

—Esta es probablemente—dijo mi anciana madre— la última vez quevolvamosjuntoslosdosporlacampiña,mientrasmisojosesténaúnabiertos.Tuspiespisaránsuelosresplandecientesyalfombrasmulticolores,algoquelavieja Domenica jamás pudo hacer; pero siempre has sido un niño bueno yseguirás siéndolo y nunca te olvidarás demí, ni del pobreBenedetto. ¡Diosmío, un plato de castañas asadas aún será capaz de hacerte feliz! Siéntate asoplarlascañas,ymientrasardenyseasanlaspobrescastañas,podréverentus ojos a los ángeles deDios.Nuncamás serás tan feliz con un regalo taninsignificante. Los cardos del campo tienen flores rojas, pero en los suelosdeslumbrantesdelpoderosonocreceniunamalahierba,ysontanlisosquenoesdifícilresbalarycaer.Noolvidesjamásqueeresunniñopobre,mipequeñoAntonio.¡Recuerdaquedeberásversinver,oírsinoír!Deestemodosaldrás

Page 41: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

adelanteenestemundo.YcuandonuestroSeñornos libereaBenedettoyamí,cuandoelniñitoqueacunabasvayaporlavidaentrelospobresdelcampo,talvez,undía,túpasarásentupropiocoche,oalomosdeunpreciosocaballo,y te detendrás en la salita de la antigua tumba en la que dormiste, dondejugabasyvivíasconnosotros.Encontraráspersonasdesconocidasqueteharángrandesreverencias.Noseasaltaneroentonces,piensaenlosviejostiempos,piensaenlaviejaDomenica,verásellugardondeasábamoslascastañasyelsitio donde acunabas a la criatura.Ypensarás en tu infancia de niño pobre,¡almabendita!—ymediounbesomuyfuerte,bañadoenlágrimas.Eracomosimicorazónestuvieraapuntoderomperse.Elregresoacasaysuspalabrasmefueronmásdifícilesdesoportarqueladespedidapropiamentedicha,puesese día no habló, se limitó a llorar y, cuando estábamos ya fuera, saliócorriendoycogiódelaparedlaviejaestampadelaMadonna,casioscurecidaporelhumo,queteníamospegadaalladodelapuerta,ymeladio.Yolahabíabesadotantasveces…ynoteníaotracosaquedarme.

VII

Vidadecolegial.HabbasDahdah.LaDivinaCommedia.Elsobrinodelsenador

LaSignorasehabíamarchadoconsuesposo,yoeracolegialenlaescuelade los jesuitas; nuevas ocupaciones llenaban mi mente, surgieron nuevasamistades,comenzabaahoralapartedramáticademivida.Aquí,losañosseconfundenunosconotros,cadahorarebosantedecambios,haytodounciclode imágenes que ahora, al verlas desde lejos, se funden en un único grancuadro:mividaen laescuela.Elmundodemiespírituse ibamanifestando,progresandoycreciendoigualquelesucedealforasteroqueporprimeravezasciende a las montañas y, desde arriba, ve a sus pies un mar de nubes ybrumas, que poco a poco van alzándose o abriéndose, hasta elmomento enque asoma la cima de una montaña, luego aldeas, o la solana de un valle.Tierrasyciudades,conlasquejamáshabíasiquierasoñado,nacíandetrásdelasmontañas que cerraban la campiña, la historia hacía que elmásmínimolugarejo apareciese poblado de gente,me cantaba extrañas leyendas y raroscuentos;cadaflor,cadaplanta,adquiríasignificado,peroloquemásbellomeparecía erami tierra patria, lamaravillosa Italia.Me sentía orgulloso de serromano,cadalugardemiciudadnatalmeresultabaentrañableyapasionante,loscapitelescaídos,aprovechadospara rematar lasesquinasde lasestrechascalles,eranparamísantasreliquias,columnasdeMemnónquecantabanamicorazón.LosjuncosdelTíbermesusurrabanhistoriassobreRómuloyRemo,arcosdetriunfo,columnasyestatuasmegrababanenlomáshondolahistoria

Page 42: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

demipatria;yovivíalaEdadClásica,ymipresente,esdecir,losmaestrosylahistoria,mealababanyhonrabanporello.

Cadagrupodepersonas, trátesedelmundopolíticoodeleclesiástico, lasreuniones de taberna o el aristocrático círculo que se reúne en torno a lasmesasdejuego,todostienensuArlequín,concamisaderetales,cachiporraalcintoyadornosenelgorro,yunaescuelanopuedesermenos.Las jóvenesmiradasdescubrían fácilmentealquehabríadeconvertirseenblancode susburlas;yesquenosotrostambiénteníamosnuestrasociedad,tanbuenacomocualquier otra, y nuestro arlequín era el más serio, el más gruñón, el másprotestónyelmássermoneador,demodoqueeraelmejordetodos:elabateHabbasDahdah,un individuode raícesárabes, trasplantadoensu infanciaalos territorios papales, donde creció, y que ahora hacía las veces de guía ypreceptordenuestrosgustosenlaescueladelosjesuitas,inclusoeralacabezaestéticadelaAccademiaTiberina.

Yademayor,hepensadomuchasvecesenlapoesía,eseextrañoimpulsodivino. Para mí es como el preciado oro de la mina; la formación y laeducación son los hábiles mineros que saben cómo extraerlo; en ocasionespodemos encontrar pepitas de total pureza: las improvisaciones líricas delpoeta natural. Una veta lleva oro, otra, plata, pero también hay estaño ymetales inferiores, a los que no debemos despreciar, pues muchas veces, abase de pulirlos y abrillantarlos, pueden acabar pareciendo oro y plataauténticos; de acuerdo con los diferentesmetales, clasifico amis poetas engentes de oro, plata, cobre y hierro. Pero ahora se añade un grupo nuevo,aquellosquesolamentetrabajanconsimplearcilladeceramista,losnopoetas,que estarían encantados de ser considerados parte de la categoría. HabbasDahdaheraunodeéstos,yhabíallegadojustoalpuntodesaberfabricarciertotipodecacerolaquevaciabasobrelagenteconalgoasícomolibertadpoética,aunque ni por la profundidad de su sensibilidad ni por su estro poéticomostraba asomo alguno de poesía. Versos ligeros y ágiles, artísticasconstrucciones apartir de losmismosque formaban algo así como floreros,corazones y cosas semejantes, eran lo que más gozaba de su aplauso y suadmiración.EraquizálaasombrosamelodíadelossonetosdePetrarcaloqueloentusiasmabadeestepoeta,aunquetambiénpodíatratarsesimplementedela moda, o de una idea fija, un instante de luz en la endeblez de susintuiciones, pues Petrarca y Habbas Dahdah eran dos seres total yabsolutamentediferentes.Élnoshizoaprendercasiunacuartapartedellargopoema épico África, de modo que los Escipiones se vieron premiados consaladas lágrimas y buenas palizas. Diariamente se nos ponía de relieve laprofundidaddePetrarca; «los poetas superficiales», decía él, «esosque sólopintan con acuarela, los hijos de la fantasía, ¡son los alevines de ladegradación! Incluso el más grande de todos, Dante, capaz de poner enmovimientocielo,tierraeinfierno,enunintentodealcanzarunainmortalidad

Page 43: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

que Petrarca consigue con un pequeño soneto, me resulta difícilmentesoportable.Ojaláhubieraseguidosuplanoriginaldenoescribirsinoenlatín,pues entonces haría al menos un buen objeto de estudio, pero le resultódemasiado difícil y escribió en ese volgare que aún seguimos usando. Yescribióunríoentero,aldecirdeBoccaccio,porelquepodríanadarunleónypasearuncordero;yonoencuentrosemejanteprofundidadysimpleza.Carecíade cimientos realmente firmes, siempre oscilando entre la antigüedad y lostiempos modernos. En cambio, Petrarca, ese apóstol de la verdad, no selimitaba a usar la pluma para arrojar al infierno a un papa o un emperadormuertos;éleradesutiempoycomoelcorodelatragediagriega,ocomounaCasandramasculina, se alzabapara amonestar y acusar a papas y príncipes.HablandocaraacaraconCarlosIVseatreveadecirle:“¡Eresclaroejemplodequelasvirtudesnoseheredan!”.Conlamásnobleconciencia,animóasuscontemporáneos a decidir si era digno, o no, de ser coronado como poeta,cuandoRomayParísquisieronofrecerlelacorona.Durantetresdíassehizoexaminar por ellos, como si fuera un simple patán como vosotros, antes deascender al Capitolio, donde el rey de Nápoles lo envolvió en el manto depúrpurayelsenadodeRomaleentrególacoronadelaurel,queDantejamáspudoconseguir».

Así eran todos sus discursos, sólo para ensalzar a Petrarca y rebajar aDante, aunque las cosas bellas deben estar juntas, como el aromáticodompedro y el florido rosal. Teníamos que aprender de memoria todos lossonetos, pero de Dante no leíamos ni una palabra, aunque las críticas deHabbas Dahdah me permitieron saber que se movía por el paraíso, elpurgatorioyelinfierno,trescosasquemeatraíanmuchísimoymeprodujeronunardientedeseodeconoceresaobra,aunquehabíadeserensecreto,puesHabbasDahdahnomehabríapermitidonuncatocarlafrutaprohibida.

Undía,cuandopaseabaporPiazzaNavonaentrelosmontonesdenaranjasydechatarrade todaclase,dispuestossinordenniconciertosobreel suelo,ademásderopasviejasytodalaquincalla,máspropiadeuntrastero,queseofreceen laplaza,encontréunamesacon librosyestampasantiguos.Habíaallí caricaturas de devoradores de macarrones, madonnas con la espadaatravesando su corazón sangrante, y cosas así, en enorme variedad. UnvolumendelMetastasio atrajomi atención.Llevaba un paolo en el bolsillo.Una auténtica fortuna para mí, y los últimos restos de los scudi que SuaEccellenza me había regalado seis meses antes para mis gastos. AlgunosbaiocchiqueríagastarlosenMetastasio,peronopodíaperdertodoelpaolo.Eltratocasihabíaacabado,cuandomisojosfueronadaraunaportada:DivinaCommediadiDante.¡Laprohibidafrutadelconocimientodelbienydelmal!DejéaMetastasioycogíelotro,perosuprecioerademasiadoelevadoparamí,sólolovenderíanportrespaoli;leestuvedandovueltasenlamanoamidinero hasta que empezó a quemarme como el fuego, pero se negaba a

Page 44: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

multiplicarsepordos,ysólohastaesepreciopodríaregatearconelvendedor,pueseraelmejorlibrodeItalia,laprimeraobrapoéticadelmundo,dijo,yunauténticoríodealabanzasaDante,almismoDantequetantocriticabaHabbasDahdah,brotódeloslabiosdeaquelhombre.

—Cada una de sus páginas —dijo—, es tan buena como una homilíaentera.EsunprofetadeDios,decuyamanoatraviesalosfuegosdelinfiernocamino del paraíso eterno. Usted no lo conoce, joven. De otro modo se lollevaría almomento, aunque le pidiera un scudo.Para su vida entera tendráustedellibromásbellodelapatria,yporsólodosmiserablespaoli.

¡Ay,cómomehabríagustadopoderdarleinclusotres,dehaberlostenido,peroenesemomento,comolazorraantelasuvasverdes,afindemostrarqueyo también teníamis trucos, echémanode losdiscursosdeHabbasDahdahcontraDante,yalabéaPetrarca!

—Sí,sí—dijoellibrero,quedefendióasupoetacongranentusiasmoynomenorvehemencia—:ustedesdemasiadojovenyyosoydemasiadolegoparajuzgarapersonasasí.¡Quecadaunovalgaparalosuyo!¡Ustednolohaleído!¡Ustednosabede loquehabla! ¡Sangre jovenycalientenopuedesustentarsemejantesbarbaridadescontratamañoprofetadelahumanidad!

Cuandoleconfesé,contodasinceridad,quemijuicioestababasadoúnicayexclusivamenteen lasafirmacionesdemimaestro,cogióel libro, llenodeadmiraciónporsupoeta,ymeloentregó,pidiéndomesolamente,acambiodelpaolo que faltaba, que lo leyese antes de criticar al orgullo de Italia, a suqueridoycelestialDante.

¡Oh,quéfelizmesentíconaquel libro!Ahoraeramío,demipropiedad.SiemprehabíaalbergadodudassobrelosdurosjuiciosdeHabbasDahdah;micuriosidadyelentusiasmodellibreromehabíancreadoenormesexpectativasycasiera incapazdeesperarelmomentoenque, lejosde todas lasmiradas,podríacomenzarlalecturadeaquellibro.

¡Prometía crearme una vida nueva! Mi fantasía halló en Dante unaAmérica aún ignota, una naturaleza más grande y fértil que la que hastaentonceshabíaconocido;camposmásespléndidos,coloresmásricos.Yovivíatodoaquelloenmicaminardemanodelinmortalcantor.LainscripciónenlapuertadelinfiernosonabaamisoídoscomolascampanasdeljuiciofinalenmiperegrinajeasuladoporelAverno.

Pormísevahastalaciudaddoliente,

Pormísevaaleternosufrimiento,

Pormísevaalagentecondenada.

Lajusticiamovióamialtoarquitecto.

Page 45: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

Hízomeladivinapotestad,

Elsabersumoyelamorprimero.

Yoveíaaquelcielo,siemprenegro,comolaarenadeldesiertoquesealzaenremolinosdurantelatormenta,lacasadeAdáncaercomohojasenotoñomientrasalmasgimientesaullabanenelhuracán.Laslágrimasbrotabandelosojos a la vista de los grandes nobles que, al no participar de la fe cristiana,teníanallísuobligadaresidencia:Sócrates,Bruto,Virgilioyotrosmuchosdelosmejoresymásnoblesdelaantigüedad,alejadosparasiempredelParaíso.ParamínobastabaconqueDantehubierahechoaquellugartodolobuenoyacogedor que podía llegar a ser el infierno, pues la existencia era allí unpadecersintormentos,unansiasinesperanza;peropertenecíanalreinodeloscondenados, su territorio estaba rodeado por los profundos pantanos delinfierno, donde los condenados bebían ponzoña y respiraban vaporespestíferos.¿PorquénopudoCristo,cuandobajóalosinfiernosysaliódeellosparaestaraladiestradelPadre,llevarconsigoatodoslosquehabitabanaquelvalle de la nostalgia? ¿Podía el amor elegir entre quienes son igual dedesdichados?…Olvidaba que no eramás que un poema.Hastami corazónllegabanloshondossuspirosdesdeelhirvientemardebrea;lovi,vielejércitode los simonistas intentando salir y los demonios que les clavaban afiladostridentes. Las vívidas descripciones se grabaron profundamente enmi alma,aparecíanenmisideasduranteeldía,enmissueñosdurantelanoche.Muchasveces,mientrasdormía,meoíangritar:«¡PapéSatán,PapéSatán,aleppe!»ycreíanque estaba siendoatacadopor el demonio,perono se trataba sinodereminiscenciasdeloquehabíaleído,yquerepetía.Durantelashorasdeclaseestaba distraído, miles de ideas se acumulaban en mi interior. No podíaapartarlasniconmimejorvoluntad.

—¿Adónde te has ido, Antonio? —preguntaban, y me veía sometido aburlasybromas,yyosabíabienaquésedebían,peromeresultabaimposibleabandonaraDantesinconcluirelperegrinaje.

Eldíame resultaba largoy tediosocomoeldoradomantodeplomoqueloshipócritashabíandevestirenelinfiernodantesco.Concorazónintranquilome escondía para enfrascarme en mi fruto prohibido y absorber imágeneshorrendasquemecastigabanporelpecadooriginal.Sentíaenmiscarnes lapicaduradelaserpientedelabismo,quemuerdeyseenroscaenunallamadela que surgen sus crías, como el ave fénix, para arrojar también ellas susvenenos.

Losotrosalumnosquedormíanenlahabitaciónconmigosedespertabanamenudo durante la noche conmis gritos, yme hablaban demis extraños eincoherentes relatos sobreel infiernoy loscondenados.Elviejocustodeviocon espanto, una mañana, que me incorporaba en la cama con los ojos

Page 46: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

abiertos, aunque seguía dormido, nombraba a Lucifer y combatía contra élhastaquemedejabacaerdenuevoenellecho,exhausto.

Eraopinióngeneralqueyosufríaacometidasdelmaligno;purificaronmicama con agua bendita, me recomendaron rezar cierta oración conrecogimientoantesdedormir;peronadapodíaresultarmásperjudicialparamirecuperación, precisamente, que aquella forma de proceder conmigo, pueshacíaquemisangreseagitaraaúnmásyyomismomevierasometidoaunatensiónaúnmásangustiosa,puessabíaperfectamenteelmotivodetodoymedaba cuenta de que estaba desvelando mi secreto. Finalmente llegué a unpunto de transición, salí de la tormenta y hallé algo así como un marencalmado.

Entretodosloscolegialesnohabíaningunosuperior,porcabezaocuna,aBernardo,almásquefelizBernardo.Subromacotidianaconsistíaencabalgarsobreunalerodel tejado,porencimadelcuartopiso,yguardarelequilibriosobre una tabla colocada entre las dos ventanas esquineras del último piso.Existía la creencia de que todos los trastornos que experimentaba nuestroEstado Escolar se debían a él, y por regla general era así, efectivamente.Intentaban hacernos a todos nosotros, y al edificio entero, partícipes delsilencioy laplacidezdelconvento,peroBernardohacíadeduende travieso,aunquesusintencionesnofuerannuncaperversas,puessóloensustratosconelpedanteHabbasDahdahllegabaaaproximarseaesepunto,loquehacíaquela relación entre ambos fuera siempre bastante tensa; pero aBernardono lecausaba temor alguno: era sobrino del senador de Roma, poseía grandesriquezasyunespléndidoporvenir,«pues la fortuna»,decíaHabbasDahdah,«arrojasusperlasalosalcornoquesypasadelargoanteloserguidospinos».

Bernardo tenía una opinión firme sobre todas las cosas, y cuando noconseguíaimponerlaentresuscamaradasmediantelapalabra,siemprepodíarecurriralasmanos,afindeincrustarlesenloslomossusespléndidasideas;de modo que siempre era él quien mandaba. Totalmente diferentes comoéramos en nuestra respectiva forma de ser, entre él y yo reinó siempre unamagníficarelación.Claroqueyoerasiempreelsubordinado,peroinclusoestasituaciónleproporcionabamotivosuficienteparaembromarme.

—¡Antonio!—medecía—.Tedaríaunapalizasisupieraqueesoteibaavolveraunquesólofueraunpoquitínloco.¡Ojaládemostrarascarácterporunavez! ¡Simedieras unpuñetazo en la cara cuando te estoy tomando el pelo,sería tu amigo más incondicional, pero ya he perdido todas las esperanzascontigo!

Unamañanaqueestábamoslosdossolosenelsalón,sesentóenlamesadelantedemí,memirósonrientealosojosydijo:

—¡Perositúeresmuchomásbribónqueyo!¡Eresunactorestupendo!En

Page 47: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

casoscomoesteledanlavueltaalacamayahúmanbienalapersona,paradejarlotodobienlimpio.¿Tecreesquenolosé?¡EstásleyendolaCommediadeDante!

Mequedérojocomolasangreylepreguntésieracapazdereprocharmealgoasí.

—PerosiestanochemismamedescribistealdemoniotalcomosepintaenlaDivinaCommedia.¿Tecuentolahistoria?Tútienesmuchafantasía,desdeluego,ysabesdisfrutardeesasdescripciones.Enelinfiernonohaysolamentemares de fuego y ciénagas pestíferas, como sabes perfectamente porDante,sino que también hay grandes estanques congelados, y allí hay almas enperenneestadodecongelación;másalládeéstas,sellegaalmásprofundodetodoslosabismos,dondeestánlosquehantraicionadoasusbienhechores,ydonde está también Lucifer, como traidor a Dios, que es nuestro máximobienhechor.Estáenterradoenelhielohastaelpecho,abiertaslasfaucesdelasque cuelgan Bruto y Casio; Judas Iscariote tiene la cabeza metida en lasfauces,mientraselhorribleLuciferagitasusinmensasalasdemurciélago.Yaves,hijomío,unavezquesehavistoaesetipo,noseleolvidatanfácilmente.YoloconocíenelinfiernodeDanteytúlodescribisteconpelosyseñalesestanoche,ensueños;entoncestelodijeigualqueahora:¡HasleídoaDante!Peroentonces fuiste más sincero que ahora, me hiciste callar y mencionaste anuestro estimado Habbas Dahdah. ¡Reconócelo también ahora que estásdespierto! ¡No tengo intención algunade desvelar tu secreto! ¡Por fin hacesalgoquevalgalapena!Bueno,desdeluego,siemprehetenidoesperanzasdequeundía lohicieras.Pero ¿dónde conseguiste el libro?Podrías habérmelopedidoamí;yolocompréelprimerdía:comoHabbasDahdahdecíapestesdeél,mediperfectacuentadequevalíalapenaleerlo.Dabaunpocodesustoalprincipioporlogruesoquees,perolocompréparafastidiarloaél,yyaeslaterceravezquelo leo.¿Noesespléndidoel infierno?¿AdóndecreesqueiráHabbasDahdah?¡Levendríabienelinfiernocaliente,perotampocolevendríamalelfrío!

Mi secreto había sido descubierto, pero podía confiar en el silencio deBernardo. Entre nosotros se creó una relación de mayor confianza todavía;nuestrasconversaciones,cuandoestábamossolos,girabanentornoalaDivinaCommedia; esta obrame llenaba y entusiasmaba, y ahora podía expresar loque ocupaba mi alma y mis pensamientos: Dante y su obra inmortal seconvirtieronasíenelprimerpoemaqueyogarrapateabaenelpapel.

AquellaedicióndelaDivinaCommediaincluíaunabiografía,ciertamenteunsimpleesbozo,perosuficienteparapermitirmeconstruiruncuadropropiode la vida de Dante. Yo cantaba, en Beatrice y él, el puro amor espiritual,esbozabasusufrimientoen la luchaentreNegrosyBlancosenFlorencia,eldifícilperegrinajedelexiliohastamásalládelasmontañas,ysumuerteentre

Page 48: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

extranjeros.Conardorexpresélahuidadelalmaliberada,quevadejandosusombra sobre la tierra y las profundidades: todo estaba tomado a grandesrasgosdesuinmortalpoema.Elpurgatorioqueélmismohabíacantadovolvíaa abrirse; la palma ostentaba espléndidos frutos en sus ramas combadas,húmedasporelsalpicardeunacascadaquemurmurabasinfin.Ibaenlabarcaenlaqueelángelutilizabacomovelassusenormesalasblancas,mientraslosmontesasualrededorseestremecíanalascenderelalmapurificadahaciaelparaíso,dondeelsolylosángelestodos,comounespejo,reflejabanlosrayosquellegabanhastaellosdesdeeleternoDios,dondetodoeraéxtasis;elmásbajo de los peldaños, al igual que elmás alto, parecían igualmente grandespuesquetodocorazónpodíaalbergarlo.

Bernardoescuchómipoemaylepareciómagistral.

—Antonio—medijo—.¡Tienesquepresentarloenel festival! ¡Enfadarásin duda a Habbas Dahdah! ¡Es magnífico! ¡Sí, eso es lo que deberáspresentar,ningunaotracosa!

Neguéconungesto.

—¿Qué?—exclamóescandalizado—.¿Quénoquieres?¡Puesloharéyo!¡LotorturaréconelinmortalDante!¡Peroalgoasíescapaamisfuerzas!¿Note gustaría desprenderte de tus bellas plumas para herir a la grajilla? ¡Eresdemasiadocomplaciente,aunqueeseesunhermosorasgodetupersonalidad!¿Medirásquesí?

Cuánto me habría gustado complacerle, con qué gusto habría gastadosemejante burla; así que no eran precisos muchos argumentos paraconvencerme.

Porentonces,eracostumbreenlaescueladelosjesuitas,igualquesucedeahoraenelCollegiumdepropagandafideenlaPiazzadiSpagna,queel13deenero, in onore dei sancti re magi, los alumnos, en su mayor parte,interviniesen como declamadores, cada uno con un poema en alguna de lasdiferentes lenguas que allí se practicaban o que habían recibido en sunacimiento y su hogar; nosotros mismos podíamos elegir el tema, y lacomposición era sometida a la censura de nuestrosmaestros y luego se nosdevolvíacorregida.

—Y usted, Bernardo—dijo Habbas Dahdah el día en que habíamos depresentarnuestrostemas—.Usted,Bernardo,¿nohaelegidonada?¡Ustednopertenecealaestirpedelasavescanoras,podemospasardeusted!

—Oh,no—fuelarespuesta—.Estavezsíquemeatreveré.Hepensadoencantaraunodelospoetas.Claroquenoalmásgrandedeellos,ciertamente,aúnnotengovalorparatalcosa,perohepensadoenunodelosmenores,enDante.

Page 49: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

—¡Ay,ay,ay!—respondióHabbasDahdah—.¡Perosiquiereintervenir,ynadamenos que con Dante! ¡Será una obramaestra! ¡Eso tengo que oírlo!Perocomoasistirántodosloscardenalesyviajerosdelmundoentero,lomejorserá dejar la broma para los carnavales —y siguió sin prestarle mayoratención,peroBernardonosedejóninguneardesemejanteformaysolicitólaautorización a los otros profesores. Ahora tenía cada uno su tema, pues yooptéporlabellezadeItalia.

Desde luego, habría que trabajar muy duro, pero no había métodossencillosparaderrotaraHabbasDahdahyhacersurgirensurostrotormentosouna especie de sol, dándole el poema para que lo repasara, y pidiéndoleconsejoyayuda.Porreglageneralsolíarehacerelpoemaentero,remendandoyzurciendoaquíyallá,paraquesiguierasiendocomoantes,perodistinto;sisedabaelcasodequealgúnforasteroalababaelpoema,siemprepodíadecirque,claro,teníauntoquedesupropiasabiduría,queélhabíasabidopulirlomásgrosero,etc.,etc.

No tuvoocasióndevermipoemasobreDante,queBernardopresentaríacomosuyopropio.

Por fin llegó el día. Desde todas partes llegaban los carruajes hasta elportón; los viejos cardenales con sus rojas capas de larga cola entraban ytomaban asiento en los adornados butacones. Se distribuyeron carteles connuestros nombres y las lenguas en las que leería su poema cada uno denosotros.HabbasDahdahpronuncióeldiscursodeaperturayacontinuaciónfueron llegando poemas en siriaco, caldeo, copto, incluso en sánscrito, eninglésyotraslenguasextrañas,ycuantomásexóticoyrarosonabaunidioma,tantomayoreralaovación,ybravosyaplausossealzabanentrecordialísimasrisas.

Concorazónpalpitantesubíalestradoyrecitélaspocasestrofasdedicadasa mi Italia. Repetidos gritos de «¡bravo!» me saludaron desde la audienciaentera, los ancianos cardenales me dedicaron su ovación y Habbas Dahdahsonriócontodalaamabilidaddequeeracapaz,moviendolacoronaentresusmanos,conaireprofético,puesentrelosdelenguaitalianasolamentequedabaBernardo,ynopodíaesperarsequeelpoemainglésquesepresentaríatrasélpudiera ganar laurel alguno. Y Bernardo ocupó el estrado. Mis ojos y misoídoslosiguieronintranquilos.ConaudaciayorgullorecitómipoemasobreDante;unprofundosilenciosehizoenlasala.Todosparecíanimpresionadosporlaextrañafuerzaquedesprendía.Yaunque,naturalmente,yoconocíacadauna de las palabras que en él había, amis oídos sonaba como el canto delpoetaquehaalcanzadolasalasdelamúsica.Sufinalfuerecibidoconlamásunánimeovación.Loscardenalessepusieronenpie.Eracomositodohubieseconcluido,lacoronaeradeBernardo;sóloporguardarlasformasseescuchóel siguiente poema, que también recibió sus aplausos, pero al momento

Page 50: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

volvierontodosalentusiasmoporelpoemasobreDante.

Mis mejillas ardían como el fuego, mi pecho se ensanchaba, sentía unainfinitafelicidadsinnombre,mialmaenteraabsorbíaelinciensoqueofrecíanaBernardo;lomiré,estabatotalmentedistintoacomolohabíavistosiempre;pálidocomouncadáver,lamiradaclavadaenelsuelo,parecíaundelincuente;él,quesiempremirabaatodosdirectamentealosojos.HabbasDahdahteníaunaspectonomuydiferente,yparecíaarderendeseosdedestrozarlacorona;pero unode los cardenales la cogió y la puso sobre las sienes deBernardo,quienhincólarodillamientrassecubríaelrostroconlasmanos.Concluidalafiesta,fuienbuscadeBernardo.

—¡Mañana!—dijosoltándosedemiabrazo.

Aldíasiguientemepercatédequemeevitaba,loquemeentristeció,puesmi corazón sentía gran apegopor él, necesitaba un alma compañera en estemundoylohabíaelegidoaél.

Pasarondosdías;yentoncessecolgódemipecho,meapretó lamanoydijo:

—¡Antonio! He de hablar contigo, no puedo seguir callándolo. Cuandocolocaron la corona sobre mi cabeza la sentí como si fuera de miles deespinas.¡Laglorialasentícomoburla!¡Eraatiaquiensedebíaaquelhonor!Vilaalegríaentusojos,y¿puedesimaginarlo?¡Teodié!Sí,yanoeresparamícomoantes,esunsentimientoperversoporelquesolicitotuperdón,perohemos de separarnos, este no es mi hogar. ¡Quiero irme! No quieroconvertirmeelañoquevieneenobjetodeburlade todos,cuandodescubranqueyanotengolasrobadasalas.Mitíoseencargarádemí,selohecontadotodo.Sientounaacritudhaciatiquemeduele,meduelehastalomáshondodel alma.Sólopodremos seguir siendoamigosenuna relaciónnueva. ¡Y loseguiremossiendo,prométemelo,Antonio!

—Eres injusto conmigo —le respondí—, e injusto contigo mismo. Nopensemosmáseneseestúpidopoema,olvidemostodaestahistoria.Damelamano,Bernardo,ynomeapenescontusabsurdaspalabras.

—¡Seremossiempreamigos!—dijo,ysemarchó.Novolvióaldormitoriohastamuytarde,ya lamañanasiguientesesupoqueabandonabaelcolegioparaseguiruncaminonuevo.

—¡Pasó como una estrella fugaz! —dijo irónico Habbas Dahdah—.Desapareció nadamásmostrar su resplandor. Todo ha sido una chiquillada,incluyendo el poema. Lo he guardado yo, porque un tesoro semejante nopuedeperderse.¡VirgenSanta!¡Sisemiraendetalle,loqueseve!…¡Yaesollaman poesía! Se mire por donde se mire, carece de forma o figura; alprincipiocreíqueseríaunjarrón,luegounacopafrancesadevinoounbisturí,

Page 51: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

pero cuantas más vueltas le daba, más claramente se iba poniendo demanifiestoqueesunaformasinsignificadoninguno.¡Entreslugarestieneunpiedemás,asomanhiatosespantosos!Yveinticincovecesaparecelapalabradivina, como si el poema se volviese divino a base de repetir la palabra.¡Sentimientos ymás sentimientos!No es eso lo que convierte a alguien enpoeta, en absoluto. ¡Ni toda esa historia de la fantasía, ahora estamos aquí,luego estamos allí! Tampoco es el pensamiento lo importante, qué va, es laponderación, laponderaciónáurea.Elpoetanodebedejarsearrastrarpor sutema.Hadeserfrío,fríocomoelhielo,hadedespedazaralhijodesucorazónyanalizarcadaunadesuspartes: sóloentoncessurgeunaauténticaobradearte.¡Noconeseímpetuysensibleríasporelestilo!¡Yledieronlacoronaaun tipo así! ¡Palos es lo que habría que haberle dado, por sus erroreshistóricos,porsushiatos,porsufaltade todaponderación!¡Heacabadoporenfadarme!¡Ymiconstituciónnolopermite!…¡EseasquerosoBernardo!

Estefue,pocomásomenos,elencomiodeHabbasDahdah.

VIII

Unencuentrodesagradableyotroagradable.Lapequeñaabadesa.Elancianojudío

Todos echábamos demenos al salvaje y exageradoBernardo, y nadie loañorabamás que yo; tenía la sensación de que se había creado un vacío anuestro alrededor; mis libros no me satisfacían, en mi alma resonabandisonanciasqueniyomismoeracapazdesolucionar,solamentelamúsicameaportaba armonía por un instante; tan sólo en el mundo de las notascomenzaron mi alma y mi entero afán a hallar alguna claridad, aquíencontrabamásdeloqueningúnpoeta,incluidoDante,eracapazdeexpresar,aquínosóloelsentimientosellenabadefelicesimágenes,tambiéneloído,esapartetanverazdenuestrocuerpo,absorbíaconellassufelizexistencia.Cadatarde,antelaimagendelaMadonnaquehabíaenlapared,lasvocesinfantilesme cantaban el recuerdo de mi propia infancia, que resonaba como unacanción de cuna desde la melancólica gaita, pues volvía a oír en ellas lamonótonasalmodiadelcortejofúnebrequeacompañóalataúddemimadre.Empecé a pensar en lo ya pasado y en lo que estaba aún por venir; con elánimoextrañamentesobrecogidosentíaenmicorazónloquemeveíacapazdecantar,viejasmelodíassonabanenmisoídosyhacíanbrotarlaspalabrashastaquellegabanamislabios,inclusoconfuerzaexcesiva,pueslleguéamolestaraHabbasDahdah,queestabaavariashabitacionesdedistancia,ymemandódecirqueaquellugarnoeraunteatrodelaóperaniunaescueladecanto,que

Page 52: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

losúnicostrémolosquepodíahaberenlaescueladelosjesuitaseranlosqueentonabanloasalaMadonna.Silenciosoapoyélacabezacontraelcristaldelaventana,mimiradavueltahaciaeljardín,ylamentehaciamímismo.

—¡Felicissima notte, Antonio! —llegó hasta mis oídos. Un precioso,orgulloso corcel hacía cabriolas ante la ventana y se alejaba luego con suorgulloso jinete.EraunoficialdelPapa;con juvenilagilidadsealzabaenelcaballo, saludando una y otra vez hasta perderse de vista, pero yo habíaconseguido reconocerlo: ¡eraBernardo, el alegreBernardo! ¡Qué diferentes,suvidaylamía!No,mejornopensarenello,mecaléelsombrerohastalascejasy,comoacosadoporunespíritumaligno,mealejéhaciadondequisierallevarmeelviento.Nisemepasóporlacabezaqueexistíaunaleyporlacualelcolegialdeunaescuelajesuítica,delaPropagandadelaFeodecualquierotra institución de los Estados Papales, debía ser acompañado por uncondiscípulomayor o de igual edad, y que no podía ausentarse sin permisoespecial.Nuncasemehabíagrabadoenlamemoriaunaleytanestúpida.Asíque no pensaba que mi libertad estuviera limitada, y me escapétranquilamente.Elviejocustodepensóquetendríapermisoparaausentarme.

ElCorso estaba rebosante de carruajes, una fila de coches ocupados porromanos y forasteros iba subiendo por él, y otra bajaba; daban su paseovespertino;lagenteformabacorrosantelosgrabadosexpuestosenlasgaleríasdeartey losmendigosbuscabanelmejor lugarparaconseguirunchelín; sehacíadifícilavanzarsinmeterseentreloscoches;yohabíaacabadodepasar,precisamente,cuandounamanomesujetópor lachaquetayoíuna feavoz,bienconocida,quemesusurraba:«¡Buongiorno,Antonio!»;miréhaciaabajo:allíestabamitío,elfeoPeppo,consusinútilespiernasdobladasaloslados,einstalado sobre la tabla de madera. Hacía años que no coincidíamos a tanescasadistancia;siemprehabíaconseguidoesquivarlodandorodeosenvezdepasarpor laescalinatadeEspañaen laquese instalaba,ysi teníaquepasardelante de él en alguna procesión, acompañado por mis compañeros, hacíatodoloposibleporocultarelrostro.

—¡Antonio! ¡Sangre demi sangre!—dijo, agarrándome por la levita—.¿Esqueyanoconocesalhermanodetumadre,alpobrePeppo?CadavezquepiensesenSanJosérecordarásminombre.¡Yaeresgrandeyviril!

—¡Suéltame!—grité,pueslagenteanuestroalrededorestabamirándonos.

—¡Antonio!—dijo—.¿Teacuerdasdecuandofuimoslosdosmontadosenel burrito? ¡Mi querido niño! Ahora cabalgas en mejores monturas y noquieresreconoceratupobretío.Nuncavienesavermealaescalinata.Peroenotro tiempomebesaste lamanoydormisteenmimíserapaja. ¡Noseas taningrato,Antonio…!

—¡Suéltamedeunavez!—grité,arranquédesusmanosmilevita,memetí

Page 53: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

entre los coches que se cruzaban, y entré en una callejuela; mi corazónpalpitabademiedo,de…cómollamarlo,orgulloherido:mesentíahumilladoante todas laspersonasquenoshabíanvisto;peroaquelsentimientodominósolamenteunosinstantes,yentoncesdespertóotro,muchomásamargo.Todaslaspalabrasquemehabíadichoeranciertas,yoeraciertamenteelúnicohijode su hermana.Me di cuenta de la crueldad demi conducta,me avergoncéanteDiosyantemímismo,lavergüenzaardíaenmicorazóncomosidefuegosetratase;sihubieseestadosoloconPeppohabríabesadosushorriblesmanosylehabríapedidoperdón.Mesentíconmovidoenlomáshondo.

Sonaron las campanadas del Avemaría en la iglesia de San Agustín; mipecadopesabaenmialma,yentréaimplorarelperdóndelamadredeDios.Bajo las altas bóvedas, todo estaba oscuro y vacío, los cirios de los altaresardíandespacioyconluzmate,sinrayos,comolosfuegosfatuosenlanoche,cuandosoplaelhúmedosiroco.Mialmabebióconsueloyperdón.

—¡SignoreAntonio!—dijo una voz, justo ami lado—. ¡Están aquí SuaEccellenzaylabellaSignora!HanvenidodesdeFlorencia,yhantraídoasuangelitodelcielo.¿Noquierepasaravisitarlosysaludarlos?

Era la anciana Fenella, la mujer del portero del Palazzo Borghese. Mibienhechoraestabaallíconsumaridoysuhijo,noloshabíavistodesdehacíavariosaños.Mialmasellenódegozo,echéacorrery,alpoco,susqueridosyamablesrostrosmedieronlabienvenida.

Fabiani semostró amablee indulgente,Francescadejó traslucirmaternalalegría; hizo queme trajeran a su hija Flaminia, una niña preciosa de ojosincreíblementeclaros;enseguidapusolaboquitaparadarmeunbeso,sevinoconmigoencantadaydurantedosminutosfuimosviejosamigos.Dejóquelatomaraenmisbrazosyriodealegríacuandomepuseabailarconellaporlasalacantandomisalegrescancionesdeotrostiempos.

—¡Novayasaconvertiramipequeñaabadesaenunaniñadelmundo!—dijoFabianisonriendo—.¿Novesqueyallevaelsímbolodesudignidad?—ymeindicóunacrucecitadeplataquecolgabadeunacadenitasobresupechoyenlaqueseveíaalRedentorenelmadero—.SelaharegaladoelSantoPadre,yallevajuntoasucorazónalnoviodesualma.

En la felicidad de su amor habían prometido a la iglesia entregarle suprimer hijo, y el Papa regaló a la criatura el sagrado símbolo cuando aúnestabaenlacuna;comodescendientedelapoderosafamiliadelosBorghese,tenía reservado para ella el lugar de honor en los conventos de monjas deRoma,porloquetodosquieneslarodeabanlallamabanyaporsunombredehonor: la pequeña abadesa. Todo cuento, todo juguete, iba destinado aproporcionarle una idea del mundo para el que realmente existía, para lafelicidadquelaesperaba.

Page 54: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

MemostrósuNiñoJesús,susmonjitasvestidasdeblancoqueibanamisatodoslosdías,lascolocabaenfilassobrelamesacomolehabíaenseñadosunodrizaymeexplicabalobienquecantabanyrecibíanalpreciosoNiñoJesús.Yo le dibujaba alegres campesinos que bailaban, ataviados con sus largostrajesde lana, en tornoal tritóndepiedra,polichinelas sentadosunosen lasjorobas de otros, y aquellas nuevas estampas divertían enormemente a lapequeña. Las besómuchas veces, pero con tanta insistencia las rompió quetuve que estar haciendo nuevos dibujos hasta que nos separamos, pues lanodrizallamóalapequeñaabadesaporqueyaerahoradeirsealacama,habíapasadolahoraenquehabitualmenteestabayadormida.

FabianiyFrancescamepreguntaronporelColegiodelosJesuitas,pormisaludymiestadodeánimo,prometieronquesiempreseríanbuenosconmigoymedesearonlamejordelassuertes.

—Podemos vernos todos los días —dijo ella—. Ven siempre que teapetezca,mientrasestamosaquí.

TambiénmepreguntóporlaancianaDomenica,queseguíaenelcampo,ylecontélofelizqueeracuandoibaaverlaaunquesólofueraunasolavez,enotoñooprimavera,cómomeasabacastañasyparecíarejuvenecerhablandodelos días en que vivíamos juntos; y todas las veces volvía a mostrarme elrinconcito en que dormía yo, y los dibujos que había hecho, y que ellaconservabajuntoasucoronaderosasbenditasyelviejomisal.

—Quédivertidas reverenciashace—dijoFrancescaaFabianicuando lossaludécomodespedida—.Esestupendoeducarelespíritu,perotampocohayquedejardeladoalcuerpo,tambiéntienesuimportanciaenestemundo.Perotodollegará,¿verdad,Antonio?—yconunasonrisaenloslabiosmeofreciósumanoparaquelabesara.

Sóloquedabanunashorasparalanochecerradacuandosalíalacalleparavolveralcolegio,perotodoestabayaoscurocomobocadelobo.Porentoncesaún no se utilizaban lámparas enRoma: como es sabido, son cosa de estosúltimosdecenios; la lámparaquehabíaante la imagende laMadonnaera laúnica luz en las serpenteantes y angostas callejas. Había que andar concuidadoparano tropezar, demodoque avanzaba con lentitud, con lamenteocupadaconlossucesosdeaquellatarde.

Segúnibacaminando,mimanotropezóconunobjeto.

—¡Demonios! —exclamó una voz conocida—. No me saques los ojos,porquesilohacesveréaúnmenos.

—¡Bernardo!—exclaméyo,feliz—.¡Porfinnosencontramos!

—¡Antonio, mi querido Antonio! —gritó cogiéndome por el brazo—.

Page 55: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

¡Vayasiestásalegre!¿Dedóndevienes?¿Algunaaventurita?Noesperabadetiunacosaasí.Perovasaoscuras.¿Dóndeestátucarabina,tucicerón,ocomollamestúatufielacompañante?

—Estoysolo—dije.

—¡Solo!—repitióél—.Sienelfondoesqueeresuntipoosado.Deberíasentrarenlaguardiapapal,alomejorpodríamosponertederecho,porfin.

LecontéenpocaspalabraslallegadadeSuaEccellenzaylaSignora,yleexpresémialegríapornuestroencuentro.Sualegríanoeramenorquelamía,nisiquierapensamosenlaoscuridadycaminamoslentamentesinpensarhaciadónde,nipordónde.

—Puesmira,Antonio—dijo—.Sólo ahorahe comprendido loque es lavida.¡Túnotienesniidea!Esdemasiadodivertidacomoparadejarladeladoy sentarse en el duro pupitre a escuchar las torpes peroratas de HabbasDahdah. Sé hacer cabriolas con mi caballo, ¿me viste antes? Y las bellassignoredirigenhaciamísusmiradas,¡yvayasisonardientes!Yesquesoyuntipodelomásapuesto,yeluniformemesientamuybien.Vayaoscuridadquehay aquí. Ni siquiera puedes verme bien. Mis nuevos camaradas me loenseñan todo, no se limitan a chupar pupitre, como vosotros. Vaciamosnuestras copas en honor de los Estados Pontificios, pero también tenemosnuestrasaventurillas,aunquetusantidadnoquerrásabernadadeellas.¡Peroqué malo eres! Fíjate, Antonio, en estos pocos meses he adquirido laexperienciadediezaños.Ahorasíquesoyconscientedemijuventud,meardeenlasangre,searremolinaenmicorazónyladisfruto, ladisfrutoagrandestragosmientrasmislabiossiguenardiendo,ynotounasedinsaciable.

—Tuscompañíasnosonbuenas,Bernardo—dijeyo.

—¡Que no son buenas!—exclamó él—. ¡Nome vengas con sermones!¿Quétienesencontrademisamigos?Miscamaradassonauténticosromanos,delamáspurasangrepatricia.SomoslaguardiadehonordelSantoPadre,subendiciónlimpianuestrospecadillos.Durantelosprimerosdías,reciénsalidodel colegio, yo también tenía esas preocupaciones conventuales, pero fuisuficientementelistoparaevitarquemisnuevoscamaradaslasnotaran,hicelomismoqueellos,latotalidaddemiverdaderoYotemblabadealegríadevivirysatisficeesefuerteimpulso.Perotambiénsentíunavozfeayperversadentrodemí,eraladisciplinaconventualylasúltimasmigajasdelaniñez,quemedecían:¡Yanoeresinocentecomounniño!Desdequeempecéareírmedeesavoz, locomprendo todomuchomejor.Soyunhombre,elniñoyanoexiste.Eraelquelloraba,elquerenunciabaasuspropiosdeseos…PeroestamosenfrentedeChiavica,lamejorosteria,dondesereúnenlosartistas;venconmigo,beberemosalasaluddenuestroencuentro.¡Ven!¡Ellugaresmuydivertido!

Page 56: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

—¡Peroenquéestáspensando!—repuse—.¡Sienelcolegioseenterandequeheestadoahíconunoficialdelaguardiapapal!

—¡Ay,sí,quécosatanterrible!Beberunvasodevinoyoíralosartistasextranjeroscantarsusmelodíasensupropialengua,alemán,francés,inglésyDiossabequéidiomasmás.¡Yaveráslodivertidoquees!

—Loqueesadecuadopara ties ilegalparamí,no intentesconvencermey…—meinterrumpíaloírrisasybravosquellegabandelacallejuelavecina,preferíacontinuarnuestraconversaciónenotrositio—.¡Allíhaymuchagente!¿Qué pasará? Creo que hay una función delante justo de la imagen de laMadonna—yloarrastréconmigohaciaallá.

Hombres y muchachos de la más baja clase habían cerrado la calle;formabanunaespeciedecírculoentornoaunviejojudíoalque,por loqueoímos, querían obligar a saltar sobre un palo sostenido por uno de loshombres,siqueríasalirdelacalle.

SabidoesqueenRoma,laprimeraciudaddelaCristiandad,losjudíossóloestán autorizados a vivir en el barrio de la ciudad que les está asignado, elangostoysuciogueto;cadanochesecierraelportóny lossoldadosmontanguardiaparaquenadiepuedasalirnientraraescondidas.Unavezalaño,losmásancianoshandeirhastaelCapitolioapedirpermiso,hincadosderodillas,parapermanecerunañomásenRoma,ofreciéndoseapagarlosgastosdelascarreras de carnaval y prometiendo que todos, una vez al año, en el díaestipulado para ello, irían a una iglesia católica a escuchar la prédica de laconversión.

El anciano al que allí veíamos había pasado solo por la calle donde seentreteníanlosmuchachosmientraslosadultosjugabanalamorra.

—¡Mirad ese judío!—gritó uno, y empezaron a burlarse del anciano; ycomoéste,sindecirnada,intentóseguirsucamino,cerraronlacalle.Unodeloshombres,unindividuogruesoydeanchoshombros,sacóunlargobastónygritó:

—¡Venga,judío,arribaesaspiernas!Elguetoestácerrado,estanochenoentras.¡Enséñanosloquetienesenlaspiernas!

—¡Salta, judío! —chillaron los muchachos—. ¡El Dios de Abraham teayudará,seguro!

—¿Quémaloshehecho?—dijoél—.Dejadaestepobreancianoseguirsucamino,nohagáischanzadesuscanasantelaSeñoraalaquepedísgracia—yseñalóconeldedolaimagendelaMadonna.

—¿Te crees tú que la Madonna se va a preocupar de un judío? ¡Salta,perro!—yseacercómásaél,ylosmuchachosestrecharonelcírculo.

Page 57: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

Enesemomento,Bernardoavanzódeunsalto,empujóaun ladoalmáscercano, arrancó el bastón de las manos del hombre, blandió su sable porencima de la cabeza y el bastón delante del hombre al que se lo habíaarrebatado,ygritóconfuertevozvaronil:

—¡Saltatú,otecortolacabeza!¡Sintardanza!¡Portodoslossantos,queterajarélafrentesinosaltas!

Elhombreparecíaatónito,enmediode lamuchedumbreasombrada.Lasatronadoraspalabras,elsabledesenvainadoyeluniformedeoficialdelPapa,todoloteníacomoelectrizadoy,sinpronunciarunasolapalabra,diounsaltosobre el bastón que unmomento antes había sostenido ante el pobre judío.Todalaconcurrenciaestabaigualdeatónita,nadieseatrevióapronunciarunasolapalabra,selimitabanacontemplarenpetrificadosilencioloquesucedía.Elhombrenohabíahechomásquesaltar,cuandoBernardoloagarróporloshombrosyledioungolpeenlamejillaconlahojadelaespada.

—¡Bravo,perro!¡Muybien!Repíteloycreeréqueyasabeshacerelperroperfectamente.

Elhombre tuvoquesaltary laconcurrencia,quesehabíapasadoal ladodivertidodelasunto,aplaudióygritóbravo.

—¿Adóndevas,judío?—preguntóBernardo—.Venga,teacompañaré—peroyasehabíaido.Nadierespondió.

—Vámonos—dijecuandohabíamossalidodeentreaquellaturbamulta—.Venga,quediganloquequieran,beberéunfrascodevinocontigo.¡Beberéatusalud!Seguiremossiendoamigosparasiempre,paseloquepaseennuestrasvidas.

—¡Estás loco, Antonio!—respondió—.Y, en el fondo, yo también, porhabermeenfadadoconesepatán.Meparecequeporuna temporadanoharásaltaranadiemás.

Entramos en la hostería, ninguno de cuyos alegres clientes nos prestó lamenoratención.Enunrincónhabíaunamesita;alláhicimosllevarunafolletade vino y chocamos nuestros vasos por nuestro feliz encuentro y nuestraamistadeterna;luegonosdespedimos.Yofuialcolegiodelosjesuitas,dondeelviejocustode,miprotector,meabriólapuerta,queestabacerradaconllave,de formaquenadie sedio cuenta,y alpocodormí soñandocon lasmuchasaventurasdeaquellatarde.

IX

Lamuchachajudía

Page 58: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

MástardemesentíangustiadoalpensarquehabíapasadolatardefuerayqueinclusohabíaestadobebiendoconBernardoenunahostería,peroelcasonotuvoconsecuenciasnegativas,habíatenidosuerte:nadiemehabíaechadoenfalta,obien,comoelviejocustode,pensaronquedisponíadepermiso;lociertoesquesemeconsiderabaunapersonadelomástranquilayconsciente.Los días discurrían apacibles y se convertían en semanas; estudiaba conaplicación y de vez en cuando visitaba a mi noble bienhechora, lo querepresentabamimayorplacer;supequeñaabadesameresultabadedíaendíamásymásquerida; llevaba a la niñadibujosquehabíahechoyomismodepequeño, pero en cuanto jugaba con ellos unos momentos, los dejabadesparramadosenpedazosporelsuelo;yorecogíalospedazosylosguardaba.

Por entonces estaba leyendo aVirgilio; el sexto libro, donde la sibila deCumasconduceaEneashastaelAverno,meinteresómuchoporsurelacióncon Dante; pensé entonces en mi poema, y ese pensamiento me condujo aBernardo,aquiennohabíavueltoaverenbastantetiempo;loechabamuchode menos. Era precisamente uno de los días de la semana en que estabanabiertaslasgaleríasvaticanas;pedípermisodesalidaparaverlosespléndidosdiosesdemármolylosmagníficoscuadros,aunqueloquerealmentedeseabaeraencontraramiqueridoBernardo.

Meencontrabayaen lagranarqueríaabiertadondesehallaelmásbellobustodeRafael,ydondeeltechoenteroeslaBibliaenespléndidaspinturas,esbozadas por el gran maestro y realizadas por sus alumnos. Los extrañosarabescos de las paredes, la legión de ángeles, que aparecen arrodillados yvolandoconsusgrandesalashacialaeternidad,noerannuevosparamí;sinembargo, permanecí allí un largo rato contemplándolos, aunque en realidadesperabaqueunafelizcasualidadtrajeraaBernardoentrelassalas.Meapoyécontralacancelaycontemplélapreciosaformaciónmontañosa,lasorgullosasondulacionesdelacampiña,conunojopuestoalmismotiempoenlaguardiavaticana,porsise tratabadeBernardo,cadavezqueseoíachirriarunsablecontralaslosasdepiedra.Peronoapareció.

Inútilmente paseé por las estancias, visité el Grupo del Nilo y elLaocoonte,peroloqueveíanoacababadesatisfacermeyacabéponiéndomedemalhumor;puesnohabíamaneradeencontraraBernardo;deahíqueelcaminodevueltamepareciesetaninteresantecomoelTorsooelespléndidoAntínoo.

Surgióentoncesunafiguragrácilconpenachoyespuelasqueresonabanenel pasillo, y la seguí: era Bernardo; su alegría no fue menor que la mía, einsistióenqueloacompañara,puesteníamilesdecosasquecontarme,segúndijo:

Page 59: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

—Nosabesloquehesufridoyloquesigosufriendo.¡Tendrásquesermimédico!Sólotúpuedesayudarmecontusyerbasmágicas—ymecondujoatravésdelagransaladondemontabanguardialossuizosdelPapa,yhastalagranestanciadispuestaparalosoficiales.

—¿Noestarásenfermo?—pregunté—.¡Imposible!¡Tusojosytusmejillastienenuncolorestupendo!

—¡Color,color!Defuego,porqueardodelacabezaalospies.Peroahoratodoestábien.Túeresmiestrelladelafelicidad,traesestupendasaventurasybuenasideas,¡tienesqueayudarme!Perosiéntate.Notienesniideadetodolosucedidodesdelaúltimavezquenosvimos;teloconfiarétodo,pueseresunamigofiel,ypodrásparticipardelaaventura.

No me permitió hablar, tuve que limitarme a escuchar lo que tanemocionadolotenía.

—¿Recuerdas al judío? —preguntó—. El anciano judío al que losmuchachosintentabanobligarasaltar,yquesaliócorriendosindarlasgraciaspormi caballerosa ayuda, ¿recuerdas?Nome olvidé de él ni de la historia.Pocos días después paso por la puerta del gueto; no me fijé hasta que elsoldadoqueestabadecentinelaenlapuertamepresentóarmas,porqueyosoydeésosconelevadagraduación;respondoasusaludoyveoallímismo,alotroladodelapuerta,ungrupitodeliciosodeniñasdeojosnegros,derazajudía,eimagínate,medieronganasdepasearporaquellasestrechasysuciascallejas.Allídentrohayhastaunasinagoga, lascasaspegadasunasaotrasyhaciaelcielo, en todas las ventanas ponía: Bereshit bara Elohim! Estaban todosapiñados, como cuando cruzaron el Mar Rojo. Alrededor colgaban ropasviejas,paraguasytodasesascosasqueseguardanenlostrasteros;caminabaevitandochatarras,cartelesybarronatural,yademáshabíaunchilleríoyungriterío invitándomea comerciar, comprar o vender, que apenasmedejabantiemponiparamiraraunpardemuchachitasdeojosnegrosquemesonreíandesdelaspuertas.Menudopaseo,créeme,Dantehabríadebidodescribirlo.Derepentesemevieneencimaunanciano judío, se inclinaantemícomosiyofueraelSantoPadre.«¡Eccellenza!»,medice;«minoblebienhechor,salvadorde mi vida, bendita sea la hora en que puedo saludarlo; no piense que elancianoHanochesundesagradecido»ymuchascosasmásquenoentendínitampoco recuerdo; en ese momento lo reconocí, era el viejo hebreo al quequeríanhacersaltar.«Aquíestámipobrecasa,peromiumbralesdemasiadobajoparaqueustedpuedaentrarporél»,ymebesólasmanosylasfaldasdelalevita;intentémarcharme,puestodalavecindadsededicabaaobservarnos,peromiré casualmente la casa y vi lamás preciosa cabecita que haya vistonunca,unaVenusdemármolconsangrecalienteen lasmejillasyunosojoscomolosdeunahijadeArabia…asíqueyaves,seguíaljudíoquemehabíainvitadoasucasa.Ciertamente,laentradaerasombríayestrecha,comosise

Page 60: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

tratase del acceso a la tumbade losEscipiones, y la escalera de piedra y labonita galería de madera… sí, todo ello era especialmente adecuado paraaprenderatenerpasofirmeylamásexquisitaprecauciónhastalapuntadelosdedos.Peroenelinteriordelacasanoseestabatanmal,solamentefaltabalaniña,¡yladecosasquehabíaquever!Tuvequedigerirunlargodiscursodeagradecimiento, en el que abundaban las metáforas orientales, queseguramente habrían agradado a tu sentido poético.Lo dejé ir, pensando enquelachicaacabaríaporaparecer.Peronofueasí.Encambio,el judíotuvounaideaqueenotraocasiónhabríapodidoserespecialmentebuena;meindicóque yo, como hombre joven que era y estaba en elmundo, sabría gastar eldineroperoquetambiénnecesitaríamásenalgúnmomento,yentoncestendríaquerecurriraespírituscompasivosquesupieranmostrarmecaridadcristianaal veinte o incluso treinta por ciento… pero que él, lo que resultaba unauténticomilagroenelmundodelosjudíos,estaríadispuestoaprestarmesinintereses.¿Tú?¿Sinintereses?…Yoeraunjovenaristócratayélconfiabaenmi honorabilidad.Yo había protegido a una rama del tronco de Israel, y sutocón no iba a desgarrarmis ropas.Como yo no precisaba dinero, no toméningunoprestado,peroentoncesmepreguntósiestaríadispuestoarebajarmedegustandosuvino,laúnicabotellaquetenía;noséloquerespondí,loquesíséesqueaparecióenlaestancialamásbellamuchachadeestirpeoriental,quéformasyquécolores,elcabellorelucíatannegrocomoelébano.Escancióundeliciosovinochipriotaparamí,ylamajestuosasangresalomónicalesubióalas mejillas cuando vacié el vaso a su salud. Debías haberla oído hablar,haberlaoídodarmelasgraciasporayudarasupadre,nomerecíaelesfuerzo.Todoaquello sonócomomúsicaamisoídos. ¡Noeraunacriaturanormalycorriente!Yvolvióadesaparecer,sóloquedóelanciano.

—Estodounpoemaloquemecuentas—exclamé—.Quedaríaprecioso,puestoenverso.

—No sabes cómo sufro desde entonces, la de planes que construí enmicabezayqueluegodestruí,parapoderverdenuevoamibellahijadeSión.Imagínate,decidíiratomarunpréstamoquenonecesitabaenabsoluto.Toméprestadosveinteescudosaochodías,peronoconseguíverla.Losdevolvítresdías después, sin tocarlos, y el viejo sonrió y se frotó las manos, pues suconfianza en mi tan alabada honorabilidad no era tan grande como habíadicho.AlabésuvinodeChipre,peroellavolvióadecepcionarme,fueélquienmelosirvióconsusflacasmanostemblorosas.Misojosescudriñaronhastaelúltimorincón,peronoestabaallí.Nosedejóver;sólocuandoibayabajandolas escaleras me pareció ver que la cortina de la ventana abierta semovía;tenía que ser ella: «¡Adiós, signora!» grité, pero todo continuó en silencio,como un muro, no apareció nadie. Aún no he conseguido progresar en miaventura. Aconséjame. ¡No quiero ni puedo renunciar a ella! ¿Qué puedohacer? ¡Tenalguna ideabrillante,muchachito!SéparamíSaturniayVenus,

Page 61: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

queconducenaEneasyalahijadeLibiahastalassecretasgrutas.

—¿Yquéquieresquehagayo?¡Notengoniideadequépodríahacerenalgoasí!

—¡Tú podrás hacer todo lo que te propongas! El hebreo es una lenguapreciosa,unmundopoéticodeimágenes,tienesqueaprenderla,buscaunjudíoquetelaenseñe.¡Yolopagarétodo!EligesalviejoHanoch,porquehehechomisaveriguacionesypertenecealgrupodelosilustradosdelgueto;cuandotuleal criatura se lo haya ganado, conocerás también a su hija, y entonces teocuparásdemiscosas,peroalgalope,algalopetendido;tengoenmisangreunvenenoardiente,elardientevenenodelamor.¡Vehoymismoaveraljudío!

—¡Nopuedohacereso!—respondí—.Notienesencuentamisituación,elpapelquetendríaquedesempeñar;y¿cómo,miqueridoBernardo,seteocurrerebajarteaunaaventuraamorosaconunamuchachajudía?…

—¡Nocomprendesnada!—meinterrumpió—.Judíaono,esonoimportalo más mínimo si la mercancía es buena. ¡Venga, bendito muchacho! ¡Miespléndido Antonio! ¡Dedícate a aprender hebreo; lo estudiaremos los dos,aunquedeformasdistintas!Sérazonableypiensaenloquepuedeshacerpormifelicidad.

—Sabesbien—repuse—lodentrodemicorazónquetellevo.Sabescómotupoderosafuerzaseapoderademispensamientos,demivoluntadentera.Sifuerasperversomepervertirías…¡Entraréentucírculomágico!Nojuzgotusideasdelavidacomparándolasconlasmías,cadacualhadeseguirsupropionatural.Tampococreoqueseapecadolaformaenquebuscaselplacer,puesasíeresdenaturaleza,yosoycompletamentediferente.Nomeconvenzasparaparticipar en una aventura que, aunque resulte bien, jamás redundará en tuverdaderafelicidad.

—¡Bien, bien!—me interrumpió, y vi aquella extraña mirada orgullosaque tantas veces había dirigido a Habbas Dahdah cuando sus posicionesresultaban irrefutables—. ¡Bien,Antonio! ¡En realidad todo era una broma!Notendrásqueiralconfesonariopormiculpa.Pero¿quémalpuedehaberenquetúaprendasunpocodehebreoyprecisamentedemijudío?Esosíquenoloentiendo. ¡Peroniunapalabramás!Graciaspor lavisita.¿Quierescomeralgo,beberalgo?Aquísetepuedeservir.

Me sentí incómodo. El tono en que me hablaba, toda su forma decomportarse era como insultante. Un frío gélido y una cortesía puramenteformal respondieron ami apretón demanos. Triste y preocupado abandonéenseguidasucompañía.

Tenía la clara sensación de que él no tenía razón alguna, de que yomehabía comportado como debía, pero hubo instantes en que sentía que había

Page 62: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

sidomaloconél.Enmi luchaconmigomismorecorríelbarrio judíocon laesperanza de que mi buena estrella me proporcionara una aventura quebeneficiaseamiqueridoBernardo,peronisiquieravialancianojudío;rostrosdesconocidosmeobservabandesdepuertasyventanas;niñossuciospaseabanpor las aceras en medio de toda clase de deshechos de hierro y ropa, y elincesantegriteríodesiqueríacomprarovendermeatontaba.Algunasniñasjugaban,deventanaenventana,tirándoseunapelotitadeunladoaotrodelacalle; una de aquellas niñas era realmente bonita… ¿sería la amada deBernardo?Sinquerermequitéelsombrero,peromeavergoncéalmomentoymepasélamanoporlafrente,comosihubierasidoelcalorynolamuchachaloquemehizodesnudarmicabeza.

X

Unañodespués.Elcarnavalromano.Lacantante

Si he de seguir sin interrupción el hilo del amor de Bernardo y de miperegrinarporelgueto, tendréquepasarporaltounañoenterodemivida;pero ese año, con todos sus altibajos, me trajo mucho más que el simpleaumentodemiedadendocemeses.Fueunaespeciedeentreactoeneldramademivida.

VeíaaBernardotansólorarasveces,ycuandonosencontrábamosseguíasiendosiempreelmismomozoalegreyocurrentedesiempre,aunqueyanoparecía, en absoluto, tan dado a las confidencias conmigo; su fría y noblemiradameobservabadetrásdelamáscaradelaamistad;¡aquellomeapenabayentristecía!Nuncatuvevalordepreguntarlecómoibansusamores.

Acudía con bastante frecuencia al Palacio Borghese y al lado de SuaEccellenza, de Fabiani y Francesca, encontraba un auténtico hogar, aunquemuchasvecestambiénunmotivodeprofundodolor.Mialmaestaballenadeagradecimientoportodocuantolesdebíaatodosellos,perocualquiermiradahosca proyectaba de inmediato una sombra sobre mi alegría de vivir.Francesca alababa mis buenas cualidades, pero al mismo tiempo pretendíacorregirme:miactitud,misformasdeexpresarme,merecíansuscríticas,queeran severas, incluso demasiado severas; no pocas veces me hacían saltarlágrimasalosojos,aunqueyoerayatodaunapersonadedieciséisaños.Suanciana Eccellenza, que me había sacado de la cabaña de Domenica y mehabía llevado a su espléndido hogar, seguía siendo bondadoso conmigo,ciertamente,comolohabíasidodesdenuestroprimerencuentro,perotambiénél tenía las mismas objeciones de la Signora ante mi forma de ser. Yo nocompartía sugran aficiónpor lasplantasy lashierbasmás extrañas, y él lo

Page 63: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

consideraba una falta de interés por el trabajo escrupuloso. Mi propio Yo,pensabaelanciano,meteníademasiadoocupado;yonosalíasuficientementedemímismo,nodejabaquelosrayosdelespíritucortaranelgrancírculodelmundo.

—Recuerda,hijomío—proseguía—quelahojaqueselimitaaenrollarsesobresímismaacabamarchitándose.

Perodespuésdecadaunodeaquellosdiscursosmedabaunapalmaditaenlamejillaymeconsolaba irónicamentediciendoquevivíamosenunmundoperversoyqueeraprecisometernosen laprensadesecar floresparaque laMadonnapudieraencontraralmenosalgúnbuenejemplardenuestraespecie.Fabianiselotomabatodoporelladodivertido,sereíadesusleccionesbienintencionadas, asegurando que yo nunca llegaría a ser erudito como SuaEccellenzanitanpuntillosocomoFrancesca,sinountemperamentodistintoalosdos,esoespartedelavida,ytampocoesuntemperamentoquehayaquerechazar. Entonces llamaba a su pequeña abadesa, y con ella olvidabaenseguidamispequeñosdisgustos.

ElañosiguienteteníanintencióndevivirenelnortedeItalia,pasandoloscálidos meses de verano en Génova y el invierno enMilán; en esa mismaépocasepresentabaantemíelgransalto:unaespeciedeexamenparaaspiraralgradodeabateyalcanzarasíunaposiciónmáselevadaque laqueposeíaporelmomento.

Antes de lamarcha de la familia se celebró un gran baile en el PalacioBorghese,alqueyotambiénfuiinvitado.Enelexteriorardíancoronasdebreay todas las antorchas que precedían a los carruajes se colocaron en loscandeleros del muro, que parecía, así, una cascada de fuego. Soldadospontificios a caballo hacían guardia frente al portón. El jardincito estabadecorado con multicolores farolas de papel, la escalera de mármol estababellamente iluminada y se aspiraba el aroma de las flores, pues en cadaescalón,alladodelapared,habíajarronesdefloresypequeñosnaranjos.Lossoldadosmontabanguardiahombroconhombro junto a lapuerta;por todaspartes,criadoselegantementeataviados.Francescaestabadeslumbrantementebella;lacostosaplumaquellevaba,deunavedelparaíso,ylosricosencajesle sentabanmaravillosamente, pero el queme ofreciera sumano… ¡esomeparecióaúnmáshermoso!Endossalas,cadaunaconunaorquestacompleta,se deslizaban los danzantes. Entre ellos estaba Bernardo, muy apuesto; eluniformerojoconbordadosenoro,lasceñidascalzasblancas,todoservíaparaponerderelievesusbellasformas;bailabaconlamáshermosa,quelesonreíacariñosa y confiada. Me irritó no saber bailar; tampoco nadie se percatórealmentedemipresencia.Enmiúnicohogarmesentíaelmásforasteroentrelos forasteros; pero Bernardo me extendió su mano y todo mi desánimodesapareció. Detrás de las largas cortinas rojas, junto a la ventana abierta,

Page 64: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

bebimos espumeante champán, él chocó confiado su copa contra la mía,hermosas melodías penetraban en nuestros corazones desde los oídos, ydesapareció cualquier idea de ruina de nuestra amistad, como habíamosempezadoatemerendíasanteriores.Inclusomeatrevíamencionaralabellamuchacha judía, y él rio y pareció perfectamente recuperadode la profundaherida.

—Tengoyaotrogorrioncito—respondió—.Esmásmansoysucantomeha hecho olvidar mis antojos. ¡Dejemos volar a la otra avecilla! Y a decirverdadsehamarchado,haescapadodelbarriojudío,inclusodeRoma,sihedecreeramigente.

Una vez más chocamos nuestras copas, el champán y la alegre músicaderramabandoblevidaennuestrasangre.Bernardoestabaotravezenmediodelbaile,yomequedésoloperoconesamiradaperdidaqueasomacuandoelalma se siente feliz, cuando uno se ve capaz de absorber el mundo entero.Abajoenlacallelosniñospobresestabanfelicesycontentosconlaschispasque saltaban de las coronas de brea; pensé en mi propia infancia de niñopobre,encómojugabayo tambiéncon laschispas,yqueahoraestabaen loque ya consideraba mi hogar, en la espléndida sala de baile, entre las másimportantes familias de Roma. El agradecimiento y el amor a laMadre deDios,quemehabíaconducidotancariñosamenteporelmundo,inundabanmialma,misrodillassedoblaronenunaoración;laslargasyespesascortinasmeocultabanalavistadelosdemás.Erainmensamentefeliz.

Lanochepasó;dosdíasmás,ylafamiliaenteraabandonóRoma.HabbasDahdahestabaconstantementemachacandoconloquemetraeríaaquelaño,elnombreydignidadde abate.Yoestudiaba con aplicación, casi nuncaveía aBernardoniaotrosconocidos;pasaronsemanas,queseconvirtieronenmeses,yéstos trajeroneldíaque,unavezconcluidoelexamen,meproporcionó lahopalandanegraylacortacapadeseda.

¡Todocantabamivictoria!Losaltospinosylasanémonasreciénabiertas,losgritosenlascallesylasligerasnubesquesedeslizabanporelcieloazul.Con lanegracapaabacialdesedamesentíaunapersonanuevaymás feliz.Además,Francescamehabíaenviadounalibranzadecienscudiparagastosygustos.Enmialegríasubíalacarreralaescalinataespañola,learrojéunscudoreluciente ami tío Peppo ymemarché sin oír nadamás que «¡Eccellenza,EccellenzaAntonio!».

Eran los primeros días de febrero, los almendros estaban en flor, losnaranjosamarilleabanmásymás,elalegrecarnavalseaproximaba,comosisetrataradeunafiestaenhonordemientradaenelestadoabacial,losheraldosacaballo,contrompetasymagníficospaliosdeterciopelo,yahabíananunciadosu llegada. Nunca antes había podido gozar plenamente de aquellas

Page 65: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

diversiones, ni había contemplado con tranquilidad aquella imagen defelicidad: liberarse de todas las ataduras. Cuando era niño, mi madre teníamiedodequepudierarecibiralgúndañoenaquellasaglomeraciones;poresosóloveíaalgunosmomentosdetodaaquellamaravilla,puessecolocabajuntoamí, siempre en una determinada esquina de la calle; como colegial de losjesuitas lohabíavistosiemprede lamismaforma,pues, juntamenteconunasección de los demás alumnos, seme autorizaba a subir al tejado plano deledificioanexo,elPalazzodelDoria.Peroparticiparrealmente,podercorreryosólodeunextremode lacallealotro, llegaralCapitolioyalTrastevere,enpocaspalabras,iradondemeapetecieraydetenermedondequisiera,talcosano era posible ni pensarla. Nada más natural, en consecuencia, que mesumergieraenlasalvajecorrienteydisfrutaracontodoaquellocomounniño.Nuncahabíapensadoniporasomoenque laaventuramásseriademividaestuvieraapuntodeempezar,queunsucesoqueunciertomomentomeocupólamentedemodotanabsolutocomoabsolutofuemástardemiolvido,yahorasurgieradenuevoconfuerzayviveza;quelaviejasimiente,olvidadaynuncamásvista, semostraríayacomoverdeyperfumadaplantaque seenroscabafirmementealárboldemipropiavida.

El carnaval era lo único en que pensaba. Visité la Piazza del Popolo, aprimerashorasdelamañana,paraobservarlospreparativosdelconcurso,porla tardesubíybajéporelCorsocontemplando losmulticoloresdisfracesdecarnaval, que estaban allí expuestos, y las figuras con máscara y disfrazcompleto. Alquilé un traje de abogado, que se consideraba uno de lospersonajes más cómicos, y casi no dormí en toda la noche; tenía quereflexionarbienyestudiarafondomipapel.

El día siguiente me parecía una fiesta sagrada; era feliz como un niño.Alrededor,por las callejuelas laterales, losvendedoresdeconfetti instalabansusmesasysusbandejasyexponíanbienalavistasuscoloristasmercancías;habían barrido a fondo el Corso y en todas las ventanas colgaban tapicesmulticolores. Hacia las tres, según el modo francés de contar las horas, yoestabaenelCapitolioparadisfrutarporprimeravezdelcomienzodelafiesta.Losbalconesestabanrepletosdeforasterosdeimportancia;elsenadorestabasentado con sus ropajes púrpuras en un trono de terciopelo, y preciosospajecitos, con plumas y gorritos de terciopelo, se situaban a izquierda yderecha, delante de la pontificia Guardia Suiza. Apareció entonces unamultituddelosjudíosmásancianos;conlacabezadescubiertasearrodillaronanteelsenador.Reconocíalqueibaenelcentro,eraHanoch,elancianojudíocuya hija había interesado tantísimo a Bernardo. El anciano llevaba la vozcantante, hizo una especie de discurso en el que, siguiendo una antiquísimatradición,solicitóautorizaciónparaqueélysugentepudieranpermanecerunañomásenRoma,enelbarrioaellosasignado;prometióacudirunavezalaiglesia católicay solicitóque, en lugardecorrer ellos, segúnestablecían las

Page 66: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

antiguascostumbres,porelCorsoparajúbilodelosromanos,selespermitierapagar loscostesde lacarrerahípica, juntocon lospremiosprometidosy losmulticolorespaliosdeterciopelo.Elsenadorasintióconungestobenévolo(laantiguausanzadeponerelpie sobre loshombrosdel suplicanteya sehabíaabolido), y a continuación descendió la escalera en procesión, conacompañamientocompletodemúsica,hastasuhermosocarruaje,enelcualseinstalarontambiénlospajes,iniciandodeestemodoelcarnaval.LasgrandescampanasdelCapitoliorepicaronllamandoalaalegría,yoechéacorrerhaciamicasaparaembutirmeatodaprisaeldisfrazdeabogado.Conélmesentíaunapersonacompletamentedistinta.Conunaespeciedesatisfacciónconmigomismorecorrílacalle,dondeyamesaludóunbuenpuñadodemáscaras.Erantrabajadorespobres,queenaquellosdíascompartíanocupacióncon losmásricos aristócratas. Sus atavíos eran de lo más original, y al mismo tiempobaratísimos.Sobresusropashabituales llevabanunabastatúnicacubiertadecáscarasde limóncosidas, quehabíande semejargrandesbotones,mientrassobre los hombros y los zapatos llevaban lechugas verdes y una peluca dehinojos,ademásdegrandesgafas,recortadasencáscarasdenaranja.

Amenacé a todos con emprenderprocesos contra ellos, les enseñé enmilibropasajeslegalesqueprohibíandisfracesdelelevadopreciodelossuyosydespués, ovacionado por todos, seguí dando brincos por el largo Corso,transformado de calle en salón de baile. En todas las ventanas, balcones ymiradorescolgabantapicesdecolores, juntoa lasparedesdelascasashabíauna fila interminable de sillas, «espléndidos lugares para observar», comoasegurabaelanunciante.Uncarruajeseguíaalotro,ensumayorpartellenosdepersonasdisfrazadas,formandodoslargasfilas,unaibacallearribayotracalleabajo;algunosinclusollevabanlasruedasenvueltasenramasdelaurel,sus coches parecían cenadores móviles, y entre ellos se agitaba la alegremuchedumbre.Todaslasventanasestabanrepletasdeespectadores.Preciosasromanasvestidasdeoficiales, conbigote sobre sus finasboquitas, arrojabanconfettialosconocidosquepasabanporlacalle.Lesdirigítodoundiscurso,lascitéanteeljuzgadoporquenoselimitabanaarrojarconfetialrostro,sinotambiénmiradasardientesaloscorazones;perounalluviadeflorespremiómidiscurso.

Encontré una abuelita toda emperejilada, guiada por su cicisbeo; duranteunosinstantes,elcaminosenoscerróacausadeunapeleaentreungrupodepolichinelas, y la buena señora no tuvo más remedio que aguantar mielocuencia.

—Signora—ledije—;¿eseso, acaso, cumplirvuestrapromesa?¿Esesomanteneruna costumbre romana, católica, comohacerdebéis?Ay,Lucretia,TarqviniiCollatini, ¿dó son ahora las amasde hogar?Vosy otras damasdeRoma expulsáis a vuestros beneméritos esposos durante los carnavales, los

Page 67: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

hacéismarcharalosExercitiaconlosmonjesdelTrastévere.Juráisllevarvidatranquilayreligiosaenvuestrohogarmientraselesposomortificasuscarnesen tiempos de gozo, orando y laborando día y noche entre los muros delconvento.¡Tenéisvosentoncesvíalibre,ysalísconvuestrosgalanesalCorsoyalFestino!¡Ah,Signora!Osacusaréanteel tribunaldeacuerdoconlaley27,eldía16.

Unenérgicogolpecon suabanicoenplenacara fue su respuestapero, ajuzgar por lo concienzudo del castigo, es posible que yo hubiera acertadoplenamenteconlaverdad.

—¡Estás loco, Antonio!—memusitó su acompañante, y se largaron enmediodeesbirros,griegosypastorcillas.Aquellaspocaspalabrasmehabíanpermitidoreconocerle,eraBernardo.Pero¿quiénpodríaserlaseñora?

—¡Luoghi, luoghi, patroni! —gritaban los que alquilaban asientos, mipensamiento estaba alterado, pero quién iba a querer pensar en un día decarnaval. Un grupo de arlequines, con cascabeles en los hombros y loszapatos,bailóamialrededor,yunnuevoabogadosobrezancosdeltamañodeunapersonanosgritabaatodos;cuandodescubrióenmíauncolegaseburlódelainferioridaddemisposicionesyaseguróquesóloélseríacapazdeganaruncaso;enelsuelopordondemearrastrabanoexistíalajusticia;éstasólosehallabaenlomásalto,yseñalóelelevadoespacioenelqueseencontraba,ysiguiópaseando.EnlaPiazzaColonnahabíauncoromusical;alegresdoctoresy pastorcillas danzaban felices, incluso en torno a los escasos grupos desoldadosque,paramantenerelorden,caminabanmecánicamentecallearribay calle abajo entre los carruajes y lamuchedumbre; allí comencé un nuevodiscurso,perollegóunescribanoyseacabó,puessupendolista,queibapordelante con la gran campana, me atronó los oídos de tal forma que noconseguía ni oír mis propias palabras; y en ese momento, además, sonó elcañonazoqueindicabaquetodosloscarruajesdebíanabandonarlacalle,puesporhoyacababaelcarnaval.

Mesentéenunodelosandamios.Amispiesbullíalamuchedumbre,quenohacíacasoalgunoa lossoldados,queexigíanquesehicieraespacioparaloscaballos,queenseguidaempezaríanacorrerporlacalle,enlaquenohabíatabiquesquedelimitaranuncaminoespecialparaellos.

Alfinaldelacalle,enlaPiazzadelPopolo,situaronaloscaballosantelabarrera. Parecían todosmedio salvajes. En el lomo les habían adherido unaesponja de yesca ardiendo, pequeños cohetes detrás de las orejas y en loscostadosplacassueltasdehierro,quealcorrerlosaguijoneabanhastahacerlessangrar.Losmozosdecaballosapenasconseguíanretenerlos,sonóentonceselcañonazo, cayó la cuerda que hacía de barrera y echaron a correr como unvendaval, pasaron delante demíCorso arriba.El chisporroteo crepitaba, las

Page 68: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

crinesylascintasdecoloresrevoloteabanalaire,laschispascentelleabanporelsuelo,todalamuchedumbregritabaviolentamente,yenunabrirycerrardeojoshabíanpasadoylamasavolvíaainundarelpasillo,igualqueelmarquesecierratraslaquilladelnavío.

Por hoy, la fiesta había terminado.Volví deprisa a casa para quitarme eldisfraz,yenlahabitaciónencontréaBernardo,quemeestabaesperando.

—¡Túaquí!—exclamé—.¿Ytudamisela,enquélugardelmundolahasabandonado?

—¡Silencio! —dijo, amenazándome en broma con el dedo—. Noconvirtamosestoenunacausadehonorentretúyyo…¡Cómopudistetenerlaabsurdaocurrenciadedecir loquedijiste!…Perodemos laabsoluciónyunactodecontrición.EstanochevienesconmigoalTeatroAlibert,danlaóperaDido, ¡dicen que es una música divina! Y asistirán bellezas de primeracategoría, y además hay una cantante extranjera que hará el papel deprotagonista,parecequehaprendidofuegoaNápolesentero;dicenquetieneuna voz, una expresión y una forma de actuar que ni imaginar podemos, yademásesguapa,guapísima,segúndicen.Tienesquellevarteunlápiz;porquesicorrespondeconladescripciónquemehandado,teentusiasmarástantoquecompondrásmagníficos sonetos.He guardado los últimos ramos de violetasdelcarnavalparaofrecérselos,simegustatantocomoimagino.

Yo estaba encantado de acompañarlo, estaba dispuesto a apurar hasta laúltima gota del alegre carnaval. Fue una gran velada para ambos. En miejemplar del Diario Romano, la fecha del 3 de febrero está subrayada dosveces.Bernardopodíatenermotivosparahacerlomismo.

FueenelTeatroAlibert,elprimer teatrode laóperadeRoma; fuimosaveralanuevacantanteinterpretaraDido.Elmagníficotechodondevuelanlasmusas, el telón con elOlimpo entero y los dorados arabescos de los palcoseran completamente nuevos. Todo estaba repleto de gente, desde la plateahasta el quintopiso; en cadaunode lospalcos ardíanvelas en candelabros,todolucíadeslumbrantecomounmardeluz.Bernardodirigíamimiradahaciacadanuevabeldadqueentrabaenunpalcoydecíaunadocenademaldadessobrelasfeas.

Comenzólaobertura.Era,ennotas,laescenadeintroducciónalaobra.LasalvajetormentasoplabasobreelmaryempujabaaEneashastalascostasdeLibia.Eltorbellinodelatormentasedisolvióenmansoshimnosquesefueronelevandohasta convertirse en júbilo, y con las suaves notas de la flautamesoñé en el despertar del amor, un sentimientoque aúndesconocía.El cornoresonó, la tormenta se elevó de nuevoy yome reuní con los amantes en lamisteriosagrutadondeunaviolatañíaelamor,unafuertepasiónsonoraqueserompía en profunda disonancia, momento en el que se alzó el telón. Eneas

Page 69: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

quería marcharse, ganar el reino de Hespéride para Ascanio, abandonar aDido,quelohabíaacogido,siendocomoeraunsimpleextranjero,quehabíasacrificado ante él su honor y su paz; ella aún no lo sabe, «pero prontoromperáeltrueno»,diceél,«pronto,cuandoelejércitodeTeucroseacerquealaplaya,cargadodebotín,comolasnegrasturbasdelasciénagas».

EntoncesapareceDido.Enelmomentomismoenqueentróenescenasehizounprofundosilencioentodoelpúblico;todosuser,suportemajestuosoyal tiempodeliciosamente ligero,conmovierona todos, tambiénamí,ysinembargoellanoeracomoyohabíaimaginadoaDido.Allíestaba,unacriaturatierna y deliciosa, infinitamente bella y espiritual, como Rafael habríaimaginadounamujer.Negroscomoelébanosederramabansuscabellossobrelahermosaycurvafrente,losojososcuros,llenosdeexpresión.Unaenormeovaciónsealzódelteatro,eralabellezaloqueaplaudían,sólolabelleza,puesaún no había cantado ni una nota.Vi claramente el rubor volando sobre sufrente, hizo una reverencia a la muchedumbre asombrada, que en profundosilenciosiguióuninstantedespuéssurecitativodesinigualbelleza.

—¡Antonio!—exclamóBernardocasienvozalta,agitándomeporelbrazo—, ¡es ella!O he perdido la razón o es ella, ¡mi avecilla huida! ¡Sí, sí, nopuedoequivocarme,lavozestambiénsuya!¡Larecuerdodemasiadobien!

—¿Aquiénterefieres?—pregunté.

—¡La muchacha judía del gueto! —me respondió—. ¡Pero pareceimposible,totalmenteimposible!¡Nopuedeserlamisma!

Se quedómudo, extasiado en la contemplación de aquel ser silfídico deasombrosabelleza.Ellacantaba la felicidadde suamor; erauncorazónqueexhalabanotasmusicales,elpuroyprofundosentimientoqueenlasalasdelamúsicasedespegabadelpechohumano.Unaextrañamelancolíaseadueñódemi alma, como si aquellas notas quisieran evocar losmás hondos recuerdosterrenales,yyotambiénexclamé,comoBernardo:¡Esella!Sí,lapersonaenlaquenuncahabíapensadoduranteañosyaños,conlaquejamáshabíasoñadosiquiera, se hallaba ahora antemis ojos, asombrosamente viva, como enminiñez,cuandoprediquéunaNavidadenlaiglesiadeAracoeli,aquellaniñadeconstitución extrañamente delicada y con aquella voz extrañamente sonora,quehabíaganadoelpremiopordelantedemí;penséenella,ycuantomásviyoíaquellanoche,tantomayoreralaseguridaddemimente:«¡Esella,ella,nopuedesernadiesinoella!».

Más tarde, Eneas le confiesa que se marcha, pues no están casados, élnunca le ofreció las nupciales teas. De qué forma tan magistral supo ellaexpresarelcambioacaecidoensualma,lasorpresa,eldolor,lafuria;yahoracantósugranaria;¡parecíanolassurgidasdelasprofundidades,quegolpeabanlasnubes!¿Cómopodríayoexpresar todoaquelmundodenotasqueallí se

Page 70: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

manifestó?Mimentebuscabauna imagencorpóreapara aquellasnotas, quenoparecíansurgidasdeunpechohumano,yvialcisneexhalandosuvidaenun canto: ora golpeaba con sus alas las elevadas corrientes del éter, ora sehundíaenelprofundomarydesgarrabaconsusgarraslaespuma,paraalzarsede nuevo. Un unánime ¡bravo! resonó en todo el edificio. «¡Annunziata!¡Annunziata!», gritaban, y la cantante tuvo que salir una y otra vez ante lamultitudentusiasmada.

Y sin embargo aquella aria no fue nada en comparación con el dúo delsegundo acto, donde suplica a Eneas que no se marche todavía, que no laabandoneasí;aella,queporélultrajóalastribusdeLibia,«alospríncipesdeÁfrica,suhonoryfama».«¡YonoenviémisnavescontraTroya,niperturbélosmanes ni las cenizas deAnquises!» Su expresión entera estaba llena deverdadydedolor,mehizosaltarlágrimasalosojos,yelprofundosilencioamialrededordejabaverquetodosloscorazonessentíanlomismo.

Eneas la abandonay por un instante queda pálida, fría como elmármol,comounaNiobe,peroenseguidavuelveacorrerlasangreporsusvenas,yanoesDido,laamorosa,cálidaDido,laesposaabandonada,ahoraesunafuria,subellezarespiramuerteyveneno;Annunziatasupocambiarsuexpresióntoda,helardemiedoatodoslospresentes,nadiepodíaevitarelrespirarypadecerconella.

Leonardo da Vinci pintó una cabeza de Medusa, está en la Galería deFlorencia. Todos se sienten sobrecogidos al verla, y nadie puede dejar demirarla.Escomo laespumeanteoladel abismoen lasmásbellas formas, laprofundidadqueconvíborasyponzoñahacreadounaVenusdeMédicis.Lamirada, incluso la posición de la boca, respiran muerte, igual que Dido enaquelmomentoparanosotros.

Se veía la pira que había erigido su hermanaAna, el jardín cubierto denegras coronasmortuorias, a lo lejos navega el bajel deEneas sobre elmaragitado.Dido tiene el armaqueEneasolvidó, su canto esgraveypesadoyvuelveaadquiriralturayfuerza,comoellamentodelángelcaído.Lapiraseinflamóenllamas,elcorazónrompióennotas.

La ovación atronó como una tempestad cuando cayó el telón. Todosestábamos fuera de sí, llenos de admiración por aquella suprema artista, subellezaysuvozindescriptiblementehermosa.

«¡Annunziata!¡Annunziata!»,sonódesdelaplateaydesdelospalcos,yselevantóeltelónyallíestabaella,tímidaybellísima,susojosllenosdeamorydulzura.Sobreellallovíanlasflores,lasdamasagitabansuspañuelosblancosy los caballeros gritaban entusiasmados su nombre; bajó el telón pero laovación pareció redoblarse, hubo de salir de nuevo, dando la mano alintérprete de Eneas, pero una y otra vez seguía sonando el mismo grito:

Page 71: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

«¡Annunziata!»; apareció con toda la compañía que había contribuido a sutriunfo,masdenuevogritó laaudienciasunombre,y lacuartavezapareciósolayagradecióconunaspocaspalabrascordialeselestímuloqueseconcedíaa su talento.Enmientusiasmo,yohabíaescrito algunas líneasenunpapel;entrefloresycoronasllegaronvolandohastasuspies.

El telón no se volvió a levantar, pero el mismo griterío continuaba sincesar; todos querían volver a verla, seguir rindiéndole homenaje. Aparecióentonces por un extremo del telón, fue caminando junto a las bambalinas yenviandobesosygraciasalamuchedumbreentusiasmada.Laalegríabrillabaensusojosy todosusemblantedejabaapreciaruna felicidadquemesientoincapazdedescribir,aquélerasindudaunodelosinstantesmásfelicesdesuvida. ¿Pero no sucedía tal vez lo mismo en mi propio semblante? Yocompartía con ella la alegría, igual que compartía con todos aquellaaclamación;misojos,mialmaentera,bebíansuimagen;yonoveíanipensabaennada;sóloexistíaAnnunziata.

Lamuchedumbreabandonóelteatro,yomeviarrastradoporlacorrientequesemoviódandovueltaalaesquina,hastadondeseencontrabaelcarruajede la cantante;me aplastaban contra la pared. Todos querían verla una vezmás.Todossequitaronelsombrero.Yotambiéngritéconellos,ymicorazónse sintió henchido al hacerlo. Bernardo había conseguido acercarse aempujoneshastalapuertadelcocheylaabrióparaqueellaentrase.Vicómoenunabrirycerrardeojossoltaronloscaballos,ylosentusiasmadosjóvenesagarraronelmástilparaarrastrarelcocheellosmismos;ellalesdiolasgraciasy con voz temblorosa les pidió que lo dejaran, pero sólo su nombre, eninmensojúbilo,resonabaenlacalle.Bernardosubióalestribodelcocheylatranquilizó,yotambiénagarréelmástilymesentítanfelizcomolosdemás.Perodemasiadoprontoacabótodo,comoenunbellosueño.

TuvelagransuertedetoparmeconBernardo;élhabíapodidohablarconella,habíaestadomuycercadeella.

—Bueno, ¿qué dices ahora, Antonio? Si no sientes aún conmovido tucorazónysinoardeshastalaméduladetushuesos,esquenomerecesquesetellamehombre.¿Comprendesahoraquelaamasedesdelaprimeravezquelavi?¿Entiendesahora,cuandotúmismohassidoiluminadoporsuluz,queyoquisiera llevarte hasta su casa, y que valiese la pena aprender hebreo parapoderestaralladodeunacriaturacomoella?Sí,Antonio,notengolamenorduda,pormuyincomprensiblequepuedaparecertodo,¡ellaesmimuchachajudía!FueellalaquevihaceunañoencasadelviejoHanoch,fueellalaquemesirvióelvinodeChipreydesapareció.Latengootravez,estáaquí,comounaespléndidaAveFénixsurgidadesunido:elhorriblegueto.

—Eso es imposible, Bernardo —respondí—. También en mí despierta

Page 72: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

recuerdos que hacen imposible que sea judía. Ciertamente, pertenece a laúnicaiglesiaredentora.Si lahubierasobservadobien,comohiceyo,habríasvistoquenosonhebreassusformasnisusrasgos,notienenlamarcadeCaíndeesamaldita e infeliznación.La lenguamisma, esasnotas, no,nopodíanbrotardelabiosjudíos.¡Oh,Bernardo,mesientotanfeliz,tanllenodelmundodelamúsica,ellahapenetradohastaelfondodemialma…!Pero¿quédijo?¡Hablasteconella!¡Estuvisteal ladomismodelcoche!¿Sesentíarealmentefeliz,conesafelicidadquenoshahechosentiratodos?

—¡Vaya si estás entusiasmado, Antonio! —exclamó él. ¡Se estáevaporando laastuciaadquiridaen laescuela jesuítica!…¿Quédijo?Estabaatemorizada y orgullosa a un tiempo de que vosotros, pobres chavalillos,quisieraisarrastrarsucocheportodalacalle.Secubrióelrostroconelveloyseacurrucóenunrincóndelcarruaje;yolatranquilicéyledijetodoloquemicorazón habría podido decir a la reina de la belleza y la inocencia; pero nisiquieraaceptómimanocuandoquiseayudarlaasalir.

—¿Perocómopudistehacer talcosa, sino laconoces? ¡Yo jamáshabríasidocapazdetamañainsolencia!

—Bueno,túnoconoceselmundo,nialasmujeres.¡Ellasefijóenmí,loqueyaesalgo!

Tuvequerecitarleelpoemitaqueledediqué;leparecióespléndido,habíaquepublicarloenelDiariodiRoma.Chocamosnuestrascopasybebimosalasalud de Annunziata. En el café, todos hablaban de ella. Todos, igual quenosotros,eranincansablesensusalabanzas.ErayatardecuandomedespedídeBernardo;volvíacasaperonipensarendormir,mesentífelizreviviendoenmialmalaóperaentera,laprimeraaparicióndeAnnunziata,elaria,eldúo,esa escena final asombrosamente emocionante. En mi arrobo, rompí enaplausosygritésunombre.Luegorecorrímentalmentemipoema, loescribíenunpapelymeparecióbello,lorecitéunpardevecesparamíy,afuerdesincero, he de decir que el amor hacia ella llenaba demasiado el poema yahora,despuésdemuchosaños, loveoconojoscompletamentedistintos;enaquelmomentomeparecíaunaobramaestra.Seguramentelohabrárecogido,pensé, y ahora está medio desvestida sobre el blando sofá de seda, con supreciosobrazobajolamejilla,leyendoloquegarabateéenelpapel:

Contigomialmaenterrenaldesmayo,

connobleandardelDantesólopropio;

ennotasporloscielos,yenabismos

mearrastrarontucantoytumirada.

LoqueDantehizoenpiedraconpalabras

Page 73: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

enelalmaconnotastúgrabaste.

YonoconocíamundomásricoybelloqueeldelapoesíadeDante,peroahorateníalasensacióndequeaquelmundoreciéndescubiertoposeíaparamíunavidamásalta,unaclaridadmuchomayorqueantes;sucanto,sumirada,el dolor y la desesperación que había sabido representar, reproducíanplenamente el tritono de la poesía dantesca. ¡Mi poema le parecerá bello!Imaginéloquepensaría,quedesearíaconoceralautor,ycasicreoqueantesdedormirmeestabaenrealidad,alpensarenella,atareadosobretodoconmigomismoyconmipequeñoeinsignificantepoema.

XI

Bernardocomodeusexmachina.Laprovad’unoperaseria.Miprimeraimprovisación.Elúltimodíadecarnaval

A lamañana siguiente no vi a Bernardo por ningún sitio, lo busqué sinéxito; pasé varias veces por Piazza Colonna, no para ver la columna deAntonino, sinoparapoderdescubrir aunque fueraunamangadelvestidodeAnnunziata;vivíaallí,ensucasahabíaforasteros,¡felicesellos!Oíunpianoypresté toda mi atención, pero no era Annunziata quien cantaba; un bajoprofundohizoalgunosgorgoritos,debíadeserelmaestrodecapillaoalgunodeloscantantesdelacompañía.¡Quésuertetanenvidiable!¡Quiénestuvieraen el lugar del que representaba aEneas, quién pudiera ver sus ojos tan decerca, beber aquella mirada de amor, volar de ciudad en ciudad, cosecharadmiración y honores! Me quedé pensativo. Arlequines con cascabeles,polichinelas y ogros danzaban ami alrededor, había olvidado por completoque era carnaval, que ya era hora de comenzar el nuevo día. Lamulticolormuchedumbre, el ruido y el griterío me causaban ahora una desagradableimpresión. Los coches pasaban a toda prisa; casi todos los cocheros ibanataviadosconropasdemujer,peromeresultabademasiadochillón;aquellasnegraspatillasbajolacapafemenina;losmovimientosduros,todomeparecíapintadoencoloreschillones,inclusoasquerosos.Nomesentíapredispuestoalaalegríacomoeldíaanterior.DejéqueelgentíosealejaraydirigímimiradaporúltimavezalacasaenlaquevivíaAnnunziata,cuandoBernardosalióporelportalysedirigióhaciamí,gritandosonriente:

—¡Peroven! ¡No tequedesahí! ¡VoyapresentarteaAnnunziata, teestáesperando!Yaves,esunamuestradeamistadquetehago.

—¿Que ella…?—balbuceé, la sangre zumbando enmis oídos—. ¡No teburlesdemí!¿Adóndequieresllevarme?

Page 74: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

—Conella,conlaquetúcantaste—respondió—;conlamujerporquientodosenloquecemos,conladivinaAnnunziata—ymearrastróconélhaciaelportal.

—Peroexplícamecómohasllegadotúhastaella,cómoesquemepuedesllevarasucasa.

—¡Luego, luego te locontaré todo!—respondió—.Ahoraprocuraponercaraalegre.

—¡Peromiropa!—balbucí,intentandoatusarmelomejorposible.

—¡Oh, estás guapísimo, amigo! ¡Un auténtico cielo! Bueno, esta es lapuerta.

SeabrióymeencontréanteAnnunziata.Llevabaunvestidonegrodeseda,un velo de gasa, medio rojo y medio azul, colgaba sobre su pecho y sushombros,elcabellonegrocomolapezestabapeinadohaciaatrásydejabaaldescubiertolaaltafrenteenlaquecolgabaunajoyitanegraquesemejabaunapiedraantigua.Aciertadistanciadeella,delantedelaventana,estabasentadaunadamadeedadvestidaconunasmodestas ropasdecolormarrónoscuro;susojos,laformadelrostrodecíanyaaprimeravistaqueerajudía;penséenlaspalabrasdeBernardo,queAnnunziatay labelladelguetoeranlamismapersona,pero,cuandomiréaAnnunziata,micorazónvolvióadecirmequeeraimposible.Enelsalónhabíatambiénuncaballeroalquenoconocía,sepusoenpie,ellaloimitóyseacercóamísonriente,cuandoBernardomehizodarunpasoalfrenteydijocontonoburlón:

—MigraciosaSignora,tengoelhonordepresentarleamiamigoelpoeta,eldestacadoabateAntonio,favoritodelafamiliaBorghese.

—PerdoneelSignore—dijoella—;peroenverdadnoesculpamíaqueloimportunopresentándomeausted,pormuyencantadaqueestédeconocerlo.Usted me ha hecho el honor de componer un poema para mí —continuó,ruborizándose—; su amigo mencionó que era usted el autor y prometiópresentármelo.Derepenteloveaustedenlacalleymedice:«Enseguidaselopresento»ysalecorriendoantesdequeyopuedadecirnadaparaevitarlo…porquedeestemodo…peroustedconocea su amigomejorqueyo, ¿noescierto?

Bernardohizoalgunabromaalrespecto,yoconseguíbalbucirunaexcusay algunas pocas palabras sobre mi buena suerte, mi alegría por serlepresentado.

Meardíanlasmejillas,ellaextendiósumanoyenmiarroboyolaapretécontramis labios.Me presentó al señor desconocido, que era elmaestro decapilladelacompañía.Alaseñoraancianalallamómadreadoptiva,peroésta

Page 75: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

nos miró muy seria, casi con severidad, a Bernardo y a mí, aunque yoenseguida lo olvidé ante la amabilidad deAnnunziata y su buen humor. Elmaestrodecapilladijotambiénalgocomplacientesobremipoemaymediolamanomientrasmeanimabaaescribir libretosdeópera,empezandoconunoparaél.

—¡Nolehagacaso!—interrumpióAnnunziata—.¡Notieneniideadelavida miserable a la que lo arrastraría! Los compositores no piensan en susvíctimas, y el público aúnmenos.Estanoche, enLaprovad’unopera seriatendráocasióndeverelretratodeunpobreautor,¡ynisiquieraestápintadoentodasucrudeza!

Eldirectorintentóobjetaralgo,Annunziatarioyseacercóamí.

—Ustedescribeunapieza—dijo—,viertesualmaenteraenlosmásbellosversos.Launidad, lospersonajes, todolohapensadoafondo,peroentoncesllega el compositor, que tiene sus propias ideas, que son las que han deprevalecer; lasdeusted,fuera,élquieregaitasy tambores,yustedtienequedanzarasuson.LaPrimadonnadicequenocantaamenosqueseañadaunaria con la que pueda hacer una aparición deslumbrante; quiere un furiosomaestoso,seráresponsabilidaddeustedconseguirqueencajeenalgúnsitio.ElPrimo tenore tiene exigencias parecidas. ¡Hay que ir de la prima a la tertiadonna, bajos y tenores se inclinan zalameros, soportan todo lo que nuestrohumorlesecheencima,quenoespoco!

ElmaestrodecapillaintentóinterrumpirperoAnnunziatanolopermitió,ycontinuó:

—Llega entonces el director, sopesa, escogey rechaza, y usted habrá desersuhumildeservidorpormuchastonteríaseinsensatecesquelediga.Eljefedetramoyistasaseguraquelasinstalacionesdelteatronopermitenesearreglo,esadecoración,yquenoquierenpintarlanueva;asíquetambiénhabráusteddecambiar estoy aquello, loqueenel argot teatral sedice«retorcerlo».Elpintor del teatro no permite que se introduzca ese decorado en su nuevadecoración, la réplica relacionada con él habrá que retorcerla también.Y laSignora no puede hacer trémolos en la sílaba en la que termina uno de losversos,quiereunLa. ¡Que lo saquededondepueda!Hayque retorcer, y eltextoseretuerce,ycuandoporfinelconjuntofinal,queparaustedescomounacriaturanueva,revoloteaporlaescena,ustedpodrátenerelplacerdeoírque losilbanyqueelcompositoraúlla:«¡Esculpadeeseasqueroso libreto,quelohaechadotodoaperder!¡Lasalasdemisnotasnopodíansosteneresamole,teníaquecaer!»…

Hastanosotrosllegóalegrelamúsicadelacalle;lasmáscarasdecarnavalzumbaban por toda la plaza y por las calles adyacentes. Grandesexclamaciones de alegría, aplausos incluidos, nos atrajeron a todos hacia la

Page 76: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

ventana, que estaba abierta. En aquel momento, tan cerca de Annunziata,satisfechos de forma tan repentina los primeros deseos de mi corazón, mesentíainfinitamentefeliz,yelCarnavalvolvióaparecermealegrecomoeldíaanterior,cuandoyomismoparticipédesualegría.

Debajodelaventanasehabíancongregadomásdecincuentapolichinelas;eligieronasurey,quesubióaunpequeñocarromato llenodecolgadurasdepaliosdecolores,guirnaldasdelaurelycáscarasdelimónquealeteabancomosifuerancintasycordones.Elreysubióalcarro,sobresucabezapusieronunacoronadehuevosdorados,pintadosdemuchoscolores,leentregaronelcetro,unenormesonajeroadornadoconmacarrones,ytodosbailaronasualrededormientrasélsaludabaconstantementeconlacabezaaunoyotrolado;entoncesse uncieron ellos mismos a su carro para arrastrarlo por las calles. En esemomento,losojosdelreydescubrieronaAnnunziata,lareconocióylasaludócon familiaridad gritando mientras se alejaba: «¡Tú ayer, hoy yo, el carrotirado por pura sangre romana!». Vi queAnnunziata se ponía roja como lasangrey retrocedíaunpaso,pero, recuperadaal instante, se inclinó sobre labarandilladelbalcón,saludóconunamablegesto,ylegritóasuvez:«¡Dalasgraciasatubuenaestrella,lomerecestanpococomoyo!».

La habían visto, habían oído las palabras del rey y la respuesta deAnnunziata,un¡Viva!resonóenelaireyramosdefloresvolaronhaciaella;unodeellosdioensuhombroycayóenmipecho;loapretéconfuerza:erauntesoroquenoqueríaperder.

Bernardo estaba indignado, según dijo, por la desvergüenza del reypolichinela,pretendíabajar inmediatamenteaescarmentaraaquel individuo,peroelmaestrodecapilla,ayudadoporlosdemás,lodetuvo,ycalificótodolosucedidocomounasimplebroma.

Elcriadoanuncióalprimertenor,queveníaacompañadodeunabateyunartistaextranjeroquequeríaserpresentadoaAnnunziata.Uninstantedespuésllegaronnuevasvisitas:artistasextranjeros,quesepresentaronellossolos,yqueveníanaofrecerlesusrespetos.Éramostodaunacompañía;sehablódeldivertido Festino la noche anterior en el teatro Argentina, de las máscarasartísticas de estatuas famosas: Apolo Musagetes, los gladiadores y losdiscóbolos. La única persona que no participó en la conversación era laanciana señora que yo había tomado por judía; seguía sentada en silencio,ocupada haciendo calceta y limitándose a asentir muy levemente cuandoAnnunziatasedirigíaaella,loquehizovariasveces.

¡QuédistintaeraAnnunziataacomolahabíaimaginadomialmaalverlayoírla lanocheanterior!;allíensuhogarparecíaunacriaturafelizdelavida,¡casi demasiado! Pero también aquello le sentaba magníficamente, y meparecía asombroso que supiera hechizarnos a todos por sus sutiles

Page 77: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

comentarios, medio en broma, y por la forma inteligente y aguda con quesabíaexpresarse.Derepentemirósureloj,sepusoenpieyseexcusódiciendoquehabíadearreglarse,puesesanocheharíasuaparicióncomoPrimadonnaen La prova d’un opera seria. Con una amistosa inclinación de cabeza sedirigióaunadelashabitaciones.

—¡Qué felizmehas hecho,Bernardo!—ledije envozbien alta cuandonoshallamosdenuevoenlacalle—;¡quédulcees,dulcecomosucantoysuinterpretación! Pero ¿cómo, por todos los santos, llegaste hasta ella, cómohiciste amistad con ella en tan breve tiempo? No lo comprendo, todo mepareceunsueño,inclusoelhaberestadoaquíyomismo.

—¿Que cómo he llegado hasta ella? —respondió—; oh, muy sencillo;pensé que era mi obligación hacerle los honores, como uno de los jóvenesnobili de Roma, como oficial de la guardia de honor del Papa y comoadmiradordetodolobello.Elamornotienequeocuparelprimerlugarcomomotivaciónparahacerestascosas.Demodoqueallá fui,ynocabedudadequemesépresentaramímismotanbiencomoesosquevistellegarsinnadieque los anunciara ni los introdujera. Cuando estoy enamorado me vuelvointeresante,yademáshasdesaberquesemedamuybienentretener.Alcabode media hora nos conocíamos ya suficientemente bien para poderte llevarconmigoencuantoapareciste.

—¿Laamas?—pregunté—.¿Realmentelaamas?

—¡Sí,yahoramásqueantes!—exclamó—.Ylaafirmaciónque tehice,dequesetratadelamuchachaquemesirvióelvinoencasadelancianojudío,nomecabelamenordudadequeescierta;mereconociócuandomepresenté,lo noté claramente; hasta la ancianamatrona judía, que no dice una palabraperoquesededicaallevarelritmoconlacabeza,eselsellosalomónicodelaverdad de mi suposición. ¡Pero Annunziata no es judía! Fueron su cabellonegro,susojososcuros,elambienteyellugardondelaviporvezprimeralosquemeconfundieron.Tusuposiciónesmásacertada:perteneceanuestrafeeiráanuestroParaíso…

Habíamos acordado reunirnos por la tarde en el teatro; el gentío eraenorme, inútilmente busqué a Bernardo, no había forma de encontrarlo.Conseguí una plaza, a mi alrededor todo estaba completo, hacía un caloropresivo, mi sangre estaba ya en una especie de extraña agitación, tenía lasensacióncasidehabersoñadolossucesosdelosdosúltimosdías.Todoeracomounsueño.Nohabíaobramenosapropiadaparadevolverelequilibrioami agitado espíritu que la que estaba a punto de comenzar. La ópera bufatituladaLaprovad’unoperaseria,esfruto,comobiensesabe,delhumormásfantásticoyexcesivo;prácticamentenoexistehiloalgunoquerecorralaobraensuconjunto,poetaycompositorsólopensaronenproducirrisasydaralos

Page 78: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

cantantesunaoportunidaddedestacar.Hayunabienhumoraday sentimentalPrimadonna,uncompositorqueactúaenelmismoestilo,yunpersonajetrasotroconsistentestodosenpersonaldelteatro,esepeculiargénerodepersonaalaquehayquetratarconmuchocuidado,másomenoscomoalveneno,quepuedematarycurar.Elpobrepoetadasaltitosenmediodeunosyotros,comosufrientevíctimamenospreciada.

Ovaciones y coronas de flores saludaron aAnnunziata en cuanto salió aescena; su humor, su alegría, lo calificaban de arte excelso, para mí era laauténticanaturaleza:así,exactamenteasí,lahabíavistoensucasa,ycuandosonó su canto, comomil campanasdeplataque se transformabanen tenuesarmonías,loscorazonesbebieronlaalegríaquecantaba,laalegríaquebrillabaen sus ojos. El dúo entre ella e il compositore della musica, dondeintercambiabanpapeles,demodoqueellaeraelhombreyéllaseñora,fueuntriunfo para el virtuosismo de ambos, pero todo el mundo se sintióespecialmenteimpresionadoporcómopasabadelcontraltomásgravehastaelmásagudosoprano.EnsuleveypreciosadanzaseasemejabaalaTerpsícorede los vasos etruscos, cada uno de sus movimientos podía ser obra de unpintorounescultor.Todaaquellaespléndidavivezameparecíaundesarrollodesupropiapersonalidad,queyohabíapodidodescubriresemismodía.Paramí,larepresentacióndeDidoeraunestudioartístico,suPrimadonna,enesavelada,eralamásexcelsasubjetividad.

Sin especial coherencia se insertaban números de otras obras, muyovacionados;lapicardíaconqueellaloscantabaloshacíaparecernaturales;era la alegría rebosante, la burla, lo que la empujaba a tan espléndidasactuaciones.

Haciaelfinaldelapieza,elcompositoraseguraquetodoestáperfecto,quela obertura puede comenzar, distribuye la música a la verdadera orquesta,ayudadoporlaPrimadonna;sedalaseñalylosdosatacanconlosalaridosmás espeluznantes y las disonancias más desgarradoras, y ellos mismosaplauden «¡Bravo, bravo!», y el público con ellos. La risa casi ahogaba lamúsica,peroyoestabaemocionadoenlomáshondoymesentíapresodeunaexaltación casi enfermiza.Annunziata era una niña exagerada pero adorableen su exageración. Resonó su canto, como los salvajes ditirambos de lasbacantes, ni siquiera en la alegría podía ser yo como ella, su entrega eraespiritual,bellaygrande,yalverlahubedepensarenlabellacúpulapintadaporGuidoReni:Aurora,conlasdiosasdeltiempodanzandoentornoalcarrodel sol; una de ellas guardaba un parecido asombroso con el retrato deBeatrice Cenci, pero en el momento más feliz de su vida, y esa mismaexpresión lavolvíaadescubriryoenAnnunziata; sihubierasidoescultor lehabría dado forma en la piedra, y el mundo habría titulado a la estatua«Alegría inocente». La orquesta atronaba cada vez más aguda en feroces

Page 79: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

disonancias;ilcompositoreylaPrimadonnacantaban;«¡magnífico!»,yenunmomentodadogritaron«¡laoberturahaconcluido,levantadel telón!»yéstebajaba, la ópera bufa había terminado. Pero, igual que el día anterior,Annunziata hubo de salir nuevamente, hacia ella volaron coronas de flores,poemas con ondeantes cintas.Una parte demis coetáneos, a algunos de loscuales conocía,decidieronofrecerleuna serenata esamismanoche,yyo fuiconellos;hacíaunaeternidaddesdelaúltimavezquehabíacantado.

Una hora después de que Annunziata hubiera vuelto a su casa, nuestracuadrilla atravesó la Piazza Colonna; los músicos se dispusieron bajo elbalcón,enelqueaúnseveíaluztrasloslargoscortinajes;todamialmaestabaagitada,sólopensabaenella,micantosemezclóosadoaldelosdemás,hiceunsoloy,alcantar,seborrótodoelmundo,sóloexistíamipropiocanto,mivoz alcanzó una fuerza, una pureza que nunca había imaginado poseer.Quienes me rodeaban no pudieron reprimir un débil ¡bravo!, pero fuesuficienteparamí,parallamarmiatenciónhaciamipropiocanto;unaextrañaalegríaseabriópasoenmipecho.SentíalDiosqueseagitabaenmí,ycuandoAnnunziatasedejóverenelbalcón,inclinándoseprofundamenteydándonoslasgracias,sentíquetodoibadirigidosolamenteamí;meoíamímismoporencimadelcoro,cómoaleteabamivoz,comosisetrataradelalmaqueanimaenelcuerpodelamúsica.Enunaembriagadaexaltaciónregreséamicasa,mimente sobrecogida sólo podía soñar con la alegría de Annunziata ante micanto.Mehabíaasombradodemímismo.

Aldíasiguientelerendívisita;encontréaBernardoyotrosconocidos,queyaseencontrabanallí.Estabaentusiasmadaporlapreciosavozdetenorquehabía oído en la serenata, y yo me puse rojo como la sangre. Uno de lospresentesrevelóqueerayoelcantor,yentoncesellamearrastróhastaelpianoy me exigió que cantara con ella a dúo. Me quedé como si me hubieranordenado subir al patíbulo, dije queme pedía un imposible, pero BernardoprotestódequequisieraprivarlesdelplacerdeoíralaSignora;ellametomódelamanoyfuipájarocazado:denadaserviríaagitarlasalas,noteníamásremedioquecantar.Eraundúoqueyoconocía;Annunziatacomenzóyelevósuvoz;connotastemblorosasiniciéyomiadagio,sumiradadescansabasobremí,comodiciendo«¡Ánimo,ánimo!¡Síguemealmundodelamúsica!»ysólopensé entonces en él y en Annunziata, sólo con ella soñé. Mi temordesaparecióyacabémiintrépidocanto.Unaovaciónatronadoranossaludóaambos,inclusolaancianasilenciosamehizoungestodecariño.

—¡Pero hombre!—musitóBernardo—. ¡Mehas dejado asombrado!—yentoncescontóatodosqueyoposeíaotrotalentomás,igualdehermoso,puesera improvisador,yque lesdaríaa todosunaalegríademostrándoselo.Todamialmaestabaagitadaalvermealabadopormicantoy,segurodemispropiasfuerzas,sólohacíafaltaunruegodeAnnunziata,yporprimeravezenmiedad

Page 80: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

adultatuvelaosadíasuficienteparalanzarmeaimprovisar;tomésuguitarrayellameproporcionóeltema,unapalabra:«Inmortalidad».Reflexionéunpocosobretanricotema,hiceunosacordesycomencémipoema,queibanaciendoen lomás hondo demi alma.Mi geniome condujo por elMediterráneo deazufradosazuleshastalosferacesvallesdeGrecia,Atenasestabaenruinas,lahiguera silvestre crecía sobre los capiteles derruidos y el espíritu suspiraba:puesantaño,enlosdíasdePericles,elalegregentíosemovíabajolosgrandessoportales,eralafiestadelabelleza,hermosasmujeresdanzabanconcoronasporlascallesylosvatesrecitabanenaltavozquelobelloylobuenojamásdesaparecerían. Ahora, las nobles hijas de la belleza eran sólo polvoconfundido con el polvo, olvidadas estaban las formas que entusiasmaron auna estirpe feliz; y mientras mi genio lloraba sobre las ruinas de Atenas,surgían de la tierra espléndidos cuadros creados por lamanode los artistas,magníficasdiosasadormecidasenropajesdemármol,ymigenioconocióalashijas de Atenas, belleza enaltecida en divinidad, conservadas en el blancomármolparageneracionesfuturas.Inmortal,cantómigenio,eslabelleza,masnolafuerzayelpoderterrenales,ysedeslizóluegosobreelmarhastaItalia,hasta la ciudad eterna que silenciosa se agitaba desde las ruinas de la urbeimperial por toda la antiguaRoma.ElTíber agitaba sus amarillentasolas, ydondeenotrotiempocaminóHoracioCoclessehallabaahoralagabarraquellevabaaOstiaaceiteymadera.Donde,enelForo,Curciosearrojóalabismo,paseabaahoraelganadoentrealtashierbas.¡AugustoyTito!Noblesnombresrecordados ya sólo por sus templos y sus arcos derruidos. Las águilas deRoma,avesdelpoderosoJúpiter,yacíanmuertasensunido.¿Dóndequedótuinmortalidad?

Llameóelrayodeláguila,elrayoatraviesalaEuropaquesedespereza.EltronoderrocadodeRomadevieneCátedra deSanPedro y los reyes acudendescalzosalaciudadsanta:Roma,dominadoradelmundo.¡Masconelcorrerdelossiglosretumbalamuerte!Muerteparatodocuantolamanoasirpuede,para cuanto el ojo terrenal puede contemplar. ¿Pero puede herrumbrarse laespada de Pedro? ¡Águilas echan a volar desde poniente y levante! ¿Puedeacaecerloimposible?PeroRomasealzaaúnorgullosasobresusruinas,conlosdiosesdelaantigüedadylassagradasimágenesquerigenelmundoconlaseternas,elevadasartes.Atuscolinas,Roma,peregrinaránsiempreloshijosdeEuropa;desdeelesteyeloeste,desdeelfríonorteacudiránhastaaquíyloscorazonesconfesarán:«¡Roma!¡Tupoderesinmortal!».

Unaovaciónatronadoramesaludóalterminarlaestrofa;sóloAnnunziata,silenciosa y bella como una estatua de Venus, no movió ni una mano,limitándoseamirarmealosojosconunamiradatannoblequellenóelmudolenguajedelcorazónylaspalabrasbrotarondemislabiosenlevesversos,talcomoloscreabanlamenteyelentusiasmo.

Page 81: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

Desde el gran escenario del mundo los conduje a un escenario másreducido, les describí a la gran artista que con su actuación y su músicahechizaba los corazones. Annunziata bajó los ojos, pues era ella en quienpensaba,eraaellaaquiendebíareconocerseenmidescripción.Ycuandoseapagólaúltimanota,cuandocayóel telóneinclusoelatronadorentusiasmofueenmudeciendo,cuandoinclusosuartehubomuerto,siguióexistiendounprecioso cuerpo sepultado en el pecho del espectador. Pero el corazón delpoetaescomolatumbadelaMadonna:todosonfloresyfragancias,eldifuntoseelevaysupoderosocantoresuenaanteella:«¡Inmortalidad!».

Mis ojos reposaron enAnnunziata;mente y labios se habían expresado,hiceunaprofundareverenciaytodosmerodearoncongraciasyhalagos.

—¡Realmente me ha alegrado usted! —dijo Annunziata, mirándomeconfiadaalosojos;osébesarsumano.

Conmipoesía,suinteréspormíhabíacrecido,sentíayaentoncesloquenocomprendíhastamástarde:quemiamorporellamehabíallevadoasituarsuarteyalapersonaquelopracticabaenunlugarinmortalalqueyojamáspodría llegar.Elartedramáticoes,comoelarco iris,unadornocelestial,unpuenteentrecieloytierra,queasombraydesaparecealborrarsesuscolores.

La visitaba diariamente. Los pocos días de carnaval que quedaban seesfumaroncomounsueño,perolosgocéafondo,puesencasadeAnnunziatabebíunaalegríadevivirquejamásanteshabíaconocido.

—¡Estásempezandoaserpersona!—dijoBernardo—.Unapersonacomolos demás, aunque hasta ahora sólo has probado un poquito del borde de lacopa.Meatreveríaajurarquenuncahasbesadoaunamuchacha,quenuncahasapoyadotucabezaensushombros.¿YsiAnnunziatateamara…?

—¡Cómopuedespensareso!—repusemedioenfadado,lasangreardiendoenmismejillas—.¡Annunziata!¡Esanobilísimadamaqueestátanporencimademí!

—Bueno,amigo,altaobaja,esunamujerytúunpoeta,ynuncahayquecensuraresarelación.Sielpoetaocupaelprimerlugarenelcorazón,tambiéntendrálallavequepuedeencerrarallídentroalamante.

—Loque llenami alma es la admiración por ella.Rindo homenaje a sualegría,asuperspicaciayalartequepractica.¿Amarla?Nuncahasurgidoenmísemejanteidea.

—¡Cuán serio y solemne! —exclamó Bernardo sonriendo—. ¡No estásenamorado!¡Claroqueno,escierto,túeresunodeesosanfibiosespiritualesquenoseacabadesabersipertenecenalmundodelcuerpooalmundodelossueños! No estás enamorado, no lo estás como yo ni como pueda estarlo

Page 82: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

cualquierotraalma.Túmelodicesyyotecreo.Perotendrásquedemostrarlotambiénentucomportamiento.Nodebesdejarquelasangresubaybajecomolocaatusmejillascuandoellatehabla,nimirarlaconesareveladoramiradade fuego. Te lo aconsejo por tu propio bien. ¿Qué crees que piensan losdemás?Peropasadomañanasaledeviaje,yquiénsabesivolverádespuésdePascua,comohaprometido.

Annunziata pretendía abandonarnos durante cinco largas semanas. Teníaun compromiso en el teatro de Florencia, y la partida estaba fijada para elprimerdíadeCuaresma.

—¡Ahora encontrará un nuevo grupo de adoradores!—exclamó—. Losantiguosseránolvidadosenseguida,inclusotupreciosaimprovisación,porlaque te envió unasmiradas tan cariñosas que casi dabanmiedo. ¡Pero es unlocoquienpienseenunasolamujer!¡Lastenemosatodas!¡Ningunaestátanllenadeflores,perosepuedepicotearunpocoencadauna!

Esa noche estuvimos juntos en el teatro; era la última vez que actuabaAnnunziata antes de su partida. Volvimos a verla como Dido, y suinterpretaciónysucantoalcanzaronalturastanexcelsascomolaprimeravez:mayores,eraimposible;eralaperfeccióndelarte.Laalegría,laanimaciónquerespirabaenlaóperabufayenlavidarealmeparecíanunmulticolorvestidodegalaquelesentabamuybien,peroenDidosemostrabasualmaentera,suYo auténtico y espiritual. Entusiasmo y regocijo la saludaron; difícilmentehabría sido mayor el que recibieran César y Tito del entusiasmado puebloromano.

Conelagradecimientodeuncorazónconmovidonosdijoadiósatodosyprometióregresarpronto.Unrepetido«¡Brava!»llenóelteatro;todosqueríanverlaotravez,yotramás,yentriunfo,igualquelaprimeravez,fuearrastradosucarruajeporlascalles.¡Yoestabaentrelosprimeros!Bernardoestabatanentusiasmadocomoyo,yambossujetábamoselcocheenelqueAnnunziatasonreíatanfelizcomopuedallegaraserlouncorazónnoble.

El día siguiente era el último del carnaval, y el último que AnnunziatapasaríaenRoma.Fuiahacermivisitadedespedida.Ellaestabaenormementeconmovidaporlagentilezaquesehabíahechoasutalento;sealegrabayadepensarenlaPascuayregresar,peseaqueFlorencia,consubellanaturalezaysusespléndidasgaleríasdearte,eraunlugarqueleagradabasobremanera.Enpocostrazosmeofrecióunaclaraimagendelaciudadysuentorno,yyopudeverlo todo con claridad, losApeninos cubiertos de bosques y sembrados devillas,laPiazzadelGranducaylosantiguos,espléndidospalacios.

—Volveré a ver lamagníficaGalería—exclamó—;dondegusté por vezprimera el amor por la escultura y sentí la grandeza del espíritu humano,capaz,comoPrometeo,deinsuflarvidaenlomuerto.Sienuninstantepudiera

Page 83: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

llevaraustedaunadelassalas,lamáspequeñadetodas,seríaustedtanfelizcomo lo fuiyo, como lo soyahoramismoal recordarlo.En lapequeña salaoctogonal cuelgan solamente obras maestras escogidas, pero todas ellas sedesvanecenantelavivienteesculturadepiedra,¡laVenusdeMédici!¡Jamáshevistosemejanteexpresióndevidaenunapiedra!Elmármol,quecarecedeesencia vital, está aquí enteramente vivo; es la diosa misma, nacida de laespumadelmar,quiennosobserva.Enlapared,detrásdelaestatua,cuelgandosmagníficaspinturasdeVenusporTiziano,esladiosadelabellezaenvidayencolores,perosólodelabellezaterrenal,lamaravillosadiosademármollo es de la celestial. La Fornarina de Rafael, las sobrenaturalesMadonnas,conmuevenmiespírituymicorazón,perojamáspodránsuperaralaestatuadeVenus, que para mí no es una escultura, sino algo vivo, que contempla elinterior demi alma desde sus ojos demármol. No conozco estatua alguna,grupo alguno queme diga tantas cosas, ni siquiera el Laocoonte, aunque lapiedraparezcagemirdedolor.ElApolovaticano,queustedsindudaconoce,noesparamísinounapiezamenor.Lafuerzaylagrandezaespiritualqueelartistasupo infundireneldiospoeta,poseeunagrandezafemeninaaúnmásgrandeenladiosadelabelleza.

—Conozco esamaravillosa estatua por copias en yeso—respondí—.Viunaespléndidareproducciónenterracota.

—¡Peronohaynadamásinsuficiente!Lamuertamáscaradeyesomatalaexpresión.Elmármoldavidayánima,lapiedrasehacecarne,escomosilasangrecorriesebajolafinapiel.OjalávinieseustedaFlorenciaparaadorarlayadmirarla.Yo sería suguía, igualqueustedpodrá ser elmío enRomaamiregreso.

Hiceunaprofundareverenciaymesentíhalagadoyfelizporsusdeseos.

—¿NovolveremosaverlahastadespuésdePascua?

—¡Sí, para la iluminacióny laGirandola de la Iglesia deSanPedro!—respondió—.Entretanto sea tan amable de acordarse demí, igual que yo lorecordarécadavezquevayaalaGaleríadeFlorencia,deseandoqueestuvieraustedallíparaveraquellos tesoros.Siempremesucede igual,encuantoveoalgohermosoañoroestarconmisamigos,añoroqueesténconmigoypuedandisfrutarloigualqueyo.¡Esaesmiparticularversióndelaañoranza!

Meofreciósumano,quebesé,ymeatrevíadecir,medioenbroma:

—¡LleveestebesoalaVenusdeMédicis,demiparte!

—¡Demodoquenoesparamí!—dijoAnnunziata—.¡Bueno,cumplirésuencargo!—yconestaspalabrashizoungestodulcísimoymediolasgraciaspor las alegres horas que le había proporcionado con mis canciones eimprovisaciones—.¡Volveremosavernos!—exclamó,yyoabandonélasala

Page 84: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

comosumidoenunsueño.

Fuera encontré a la anciana señora, que me saludó con amabilidad yconfianza;en laagitacióndemiestadodeánimolebesé lamano,yellamediounapalmaditaenelhombro;laoídecir:«Ustedesunabuenapersona»,yenseguidame encontré en la calle, feliz por la amabilidad deAnnunziata yentusiasmadoporsuespírituysubelleza.

Me sentía bien dispuesto para disfrutar aquel último día de carnaval; nopodíaniimaginarmequeAnnunziatasemarcharadeviaje,nuestradespedidahabía sido tan intrascendente que tenía casi la sensación de que íbamos avernosaldíasiguiente.Sinmáscaraalguna,participéalegrementeenlaluchade confetti. Todas las sillas de la calle estaban ocupadas, los andamios yventanasestabanrepletos,loscochescirculabanarribayabajoylaabigarradamuchedumbre se apretujaba entre ellos como un río ondulante. Para poderrespirar un pocomás libremente había que saltar osadamente delante de loscoches,elpequeñoespaciodelanteydetrásdecadaunoeraelúnicositioenelque existía cierta libertad de movimiento. La música atronaba, alegresmáscarascantaban,ydetrásdeunodeloscarruajespregonabailcapitanosushazañaspor tierraymar; traviesosmuchachos sobre caballosdemadera,delosqueenrealidadsolamenteseveíalacabezayloscuartostraseros,pueselresto estaba cubierto con un tapiz de color que ocultaba las dos piernas deljinete,sustitutasdelascuatrodelcorcel,seapretujabanporelestrechoespacioentre los coches, aumentando aún más la confusión. Yo no podía escaparadelanteniatrás,laespumadeloscaballosqueestabanjustodetrásdemímesalpicabalosoídos;enaquellasapreturassaltésobreuncocheenelqueibansentadosdosenmascarados,aparentementeunseñorgruesoyanciano,enbatay gorro de dormir, y una preciosa jovencita en flor. Ésta se dio cuentaenseguidadequeno era la petulancia sino elmiedo lo quemehabía hechosubir, demodo queme dio unas palmadas en lasmanos al tiempo quemeofrecía unas cuantas bolitas de confetti para mi diversión. En cambio, elancianomearrojóa lacaraunacesta llena,yencuantoelespaciodetrásdenosotrosquedóunpocomáslibre,lamuchachaempezóahacerlomismo,demodoque,superadoysindisponerdeigualesarmas,hubededarmealafuga,blanco de la cabeza a los pies, a todo lo que corrían mis piernas; dosarlequines me cepillaron tan contentos con sus cachiporras, pero cuando elcoche volvió a adelantarme, comenzó de nuevo la tormenta; decidí haceracopio de confetti pero sonaron los cañonazos y los carruajes hubieron deadentrarseenlasestrechascallejaslateralesafindedejarsitioparalacarrera,y perdí de vista a mis dos enmascarados. Parecían conocerme: ¿quiénespodríanser?

EsedíanohabíavistoaBernardoenelCorso.Unaideasemepasóporlacabeza: aquel anciano en bata y gorro de dormir podía ser él, y la preciosa

Page 85: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

pastorcilla, su llamada «avecilla mansa». ¡Tenía que haberle visto la cara!Habíaconseguidositioenunadelassillasjustoenlaesquina;enseguidasonóel disparo de cañón, y los caballos salieron disparados por el Corso, endirecciónalaPiazzadiVenezia.Trasellos,lamultitudvolvíaallenarlacalle;yo ibayaabajar,cuandosonóungritoangustiado:«¡Cavallo!».Unode loscaballosquehabíanllegadoalametaenprimerlugarnosequedóallísinoquevolviógrupasparacontinuarelcaminoendireccióncontraria.Sisepiensaenel denso gentío y la tranquilidad con que iban todos una vez concluida lacarrera, será fácil entender las desgracias que podían acontecer. Como unzigzagueanterelámpagoatravesómimemoriaelrecuerdodelamuertedemimadre, fuecomorevivirel instantede terrorenque loscaballosdesbocadossaltaron sobre nosotros. Mis ojos se quedaron fijos. La muchedumbre sedesplazó hacia los lados como por ensalmo, como si de pronto se hubieraacurrucado sobre sí misma; vi al caballo, espumeante y con los costadosensangrentados,lascrinesondeantesylaschispassaltandodesuspatas,pasaragranvelocidadyderepente,comoderribadoportierradeundisparo,cayóalsuelo, muerto. Todos preguntaban si había habido algún accidente, pero laMadonna había extendido su mano protectora sobre su pueblo, no habíasucedidonadagrave,alparecer,yelpeligroreciénsuperadovolviólosánimosaúnmásalegresyfestivos.

Sonólaseñaldequehabíaconcluidolaretiradadeloscarruajesyqueibaacomenzarelespléndidomoccolo,comodeslumbrantefinaldeloscarnavales.Los carruajes se entremezclaron unos con otros, el ajetreo y el alborotoaumentaron, la oscuridad iba creciendo pormomentos, pero entonces todosencendieron sus cabos de vela y, algunos, manojos enteros. En todas lasventanas habían puesto velas, casas y carruajes en el precioso, tranquiloatardecer,estabancomocubiertosporaquellasbrillantesestrellas,lámparasdepapel; pirámides de luz semovían en largas pértigas desde el pisomás altohastalosbajos,todosintentabanprotejersupropialuzyapagarladelvecino,mientras el grito iba haciéndose cada vezmás frenético: Sia ammazato, chinonportamoccolo!Envanointentabaprotegermicabodevela,cadavezquetirabauno,todoshacíanlomismo.Lasseñorasqueestabanjuntoalapareddela casa metían sus velas por las ventanas de los pisos bajos y me gritabanriendo:Senzamoccoli!;ellascreíanquesuvelaestabasegura,perolosniñosque había dentro trepaban a lasmesas y las apagaban a soplidos. Pequeñosglobos de papel caían desde las ventanas más altas, donde había variaspersonasconcientosdecabosdevelaencendidosquearrojabanporlostubosdedesagüehastalacalle,gritando:«¡Quemueraelquenollevesuvela!»,ynuevas figuras trepaban al borde del tejado llevando, atados a largos palos,unos pañuelos que utilizaban para apagar las velas de los demás mientrasmanteníanenalto las suyaspropiasygritaban:Senzamoccoli!Un forasteroquenolohayavistonuncanopodráhacerseideadeaquelatronadortumulto,

Page 86: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

aquel ajetreo y aquel gentío. El aire está denso y caliente por las masashumanas y las velas encendidas.De repente, cuando varios coches entrarondesdeeloscurocallejón,vi,justodelantedemí,amisdosmáscaras;lasvelasselehabíanapagadoalcaballeroenbata,perolazagalillamanteníaenaltounramillete de cabos encendidos con ayudadeun tuboque tendría sus buenascuatro o cinco varas de largo. Reía a carcajadas con alegría, porque no sepodíanalcanzarnisiquieraconlospañuelosatadosapalos,yelhombredelabatabombardeabaconconfettia todoelqueseatrevíaaaproximarse;yonomeamilané;enunabrirycerrardeojoslleguédetrásdelcoche,cogíeltuboy,aunqueoíunsuplicante«¡No!»ysuprotectoramearrojóunmontóndebolitasdeyeso,sinindulgenciaalguna,losujetéconfuerzaparabajarlasvelas,peroseme rompióen lasmanosy el llameante ramillete cayóa tierra, paragranalegríade loscircunstantes.«¡Hombre,Antonio!»,gritó lamuchacha.Aquelgritomellegóhastalaméduladeloshuesos,pueseralavozdeAnnunziata.Me arrojó con fuerza todo su confetti a la cara, y también el cesto. Enmisorpresasaltédelcoche,quesiguiósucamino,peroviunramodefloresvolarhaciamí como señal deperdón; lo agarré en el aire, intenté seguir al cochepero era imposible avanzar, los carruajes habían formado una auténticaaglomeración, aquello era un caos, pues algunos retrocedían hacia un lado,otroshaciaelcontrario;lleguéalcallejónpero,cuandopuderespirar,sentíconmás fuerza aquel peso en mi corazón. «¿Con quién iba Annunziata?» Meparecíanaturalquequisieraparticiparenelcarnavalelúltimodía,pero¿yelseñordelabata?¡Ay,miprimerasospechadebíadesercierta,sinduda!TeníaquetratarsedeBernardo.Quiseconvencerme.Atodaprisamemarchéporlascallejuelasy llegué aPiazzaColonna, dondevivíaAnnunziata, yme instaléjunto al portal a aguardar su llegada.Al poco llegó el coche y, como si yofueraunodeloscriadosdelacasa,meacerquéyAnnunziatabajósinsiquieramirarme;despuéselseñordelabata,quesemovíademasiadotorpementeparaserBernardo.«Gracias,amigo»dijo,yensuvozreconocíalaanciana,cuandobajódelcochevitambiénsuspiernasyelvestidomarrón,quesobresalíapordebajodelabata;miconjeturaestabaequivocada.

—Felicissima notte, Signora! —grité con fuerza, lleno de alegría.Annunziata rio, dijo en broma que yo era muy mala persona y que se iríaenseguida a Florencia, pero su mano apretó la mía. Feliz y con el corazónaliviado la dejé y lancé al aire el grito de «¡muera quien no lleve vela!»,aunqueyonoteníaninguna.Perosólopensabaenellayenlabuenaancianaque, seguramente tan sólo para alegrarla, se había puesto bata y gorro dedormir y había participado en el carnaval, alegría para la que no parecíanacida.

YquédetalletannaturalporpartedeAnnunziatanohaberidoconningúnextraño,nohaberinvitadoaBernardo,nisiquieraalmaestrodecapilla,aquelaacompañaranensucoche.Noqueríareconocerquesentícelosdelgorrode

Page 87: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

dormir;mesentíaalegreydichoso,yconalegríaqueríapasarlaspocashorasquequedabanhastaqueelcarnavalconcluyera,comounsueño.FuialFestino,todoel teatroestabadecoradoconguirnaldasde lámparasovelas, todos lospalcos estaban llenos de enmascarados y de forasteros sin disfraz; desde elparterreascendíaunaalta,anchaescalerasobrelaorquestahabitual,alaqueocultaba,hastaelescenario,queestabadecoradoconcolgantesycoronasparaconvertirlo en salón de baile. Dos orquestas se alternaban. Un grupo demáscaras de cuáqueros y cocheros bailaronuna alegre danza en corro sobreBacoyAriadna;me incorporaronal corroyenmialegríahice losprimerospasos de baile, yme resultó tan divertido que nome limité a ellos, qué va,pues cuando, entrada ya la noche, me dirigía hacia mi casa, seguíabalanceándomeconlasdivertidasmáscaras,ygritandoconellas:«¡Lanochemásfelizdelmásbellocarnaval!».

Peromisueñofuebreve.EnlosbellosmomentosdelamanecerpenséenAnnunziata,quequizáenaquelmismomomentodejabaRoma,penséen losalegresdíasdecarnaval,queparecíanhabercreadounanuevavidaparamí,yqueahora,consualegríaysuajetreo,habíanconcluido.¡Nopodíadescansar!Salíalairelibre.Todohabíacambiadoenunabrirycerrardeojos.Puertasytiendascerradas,pocagenteen la calley, enelCorso,dondeeldíaanteriorapenas podía moverse el gentío por las enormes apreturas, iban sólo unoscuantossiervosdelmunicipioconsusropasblancasderayasazules,barriendoelconfettiquecubríalacallecomosifueragranizo;unjamelgomiserable,consubolsadeforraje,de laquecomía,atadaauncostado,arrastrabaelcarritodondejuntabanlosdesechosdelafiesta.Uncocherosedetuvodelantedeunacasa,llenóhastalostopeselaltodesucarromatoconcajasyvalijas,echóunagran lona sobreaquellapiladecosasyatócon fuerza losarnesesdehierro,hastamordercasielcuerodelosbaúlesdeatrás.Deunacallelateralsalióuncarruaje con parecido cargamento. Todos se iban. ANápoles o a Florencia.Roma estaría muerta durante cinco largas semanas, desde el Miércoles deCenizahastalaPascua.

XII

Cuaresma.ElMisereredeAllegrienlaCapillaSixtina.VisitaaBernardo.Annunziata

Silenciosos y mortalmente largos pasaban los días; la mente merememorabayrepetíaelteatrodelcarnaval,elgransucesodemipropiavida,en el queAnnunziatadesempeñaba el papelprotagonista.Perodía adía ibacreciendolamonotonía,yelsilenciosepulcralseextendíapordoquier.Sentía

Page 88: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

unvacíoquemislibrosnoconseguíanllenar.Bernardolohabíasidotodoparamí,masahoraeracomosisehubieraabiertounabismoentrenosotros,yomesentíaagobiadocuandoestabacercadeélycomprendíacadavezconmayorclaridad que lo único que ocupaba mi espíritu era Annunziata. Algunosmomentosmesentíafelizconesesentimiento,perohabíahoras,habíanochesenquepensabaenBernardo,queyalaamabaantesqueyo;yeratambiénélquien me había conducido ante ella; yo le había asegurado que era sóloadmiración,ynadamás,loquesentíaporella;aél,miúnicoamigo,lehabíareiteradounayotravezlalealtaddemicorazón,peroyoeradeslealymalo.Entoncesseencendíalairaenmicorazón,peromimentenopodíasepararsedeAnnunziata.Cadarecuerdodeella,demismásalegreshoras,yaacabadas,meocasionaban lamásprofundamelancolía.Deesemodocontemplamoselviviente, sonriente retrato de un difunto querido, y cuantomás viviente es,cuantamásafabilidadhayensusonrisa,tantomayoreslamelancolíaqueseapoderadenosotros.Sóloahoraempezabaadarmecuentade loqueeraesaduraluchadelavidadelaquetantasvecesmehabíanhabladoenlaescuelayqueyocreíqueconsistíaenladificultaddeunalección,oenlaaversiónhacialosdespropósitosdeunmaestro.¿Nodeberíatalvezrefrenaresapasiónquehabía despertado en mí, con lo que mi antiguo sosiego volvería sin duda?Porque¿adóndepodíaconduciraquelamor?Annunziataestabaenlacúspidedesuarte,peroelmundomecondenaríasiyoabandonabamiposiciónparaseguirla;inclusoseirritaríalaMadonna,paracuyaexaltaciónhabíanacidoyo;Bernardo nunca podría perdonármelo y… en realidad, ni siquiera sabía siAnnunziatameamaba.Aquellaeraparamí,enelfondo,laideamásamarga.En vanome arrojé en la iglesia ante la imagen de laMadonna, en vano lesupliquéquedierafuerzasamialmaenmihorriblelucha:inclusoallíseponíademanifiestomipecado,pueshastalaMadonnamerecordabaaAnnunziata;enciertosmomentos,cualquierbellorostrofemeninointentabaaproximarsealaexpresióndelespírituqueyoveíaenAnnunziata.«No, tengoqueextirparde mi alma estos sentimientos», me dije, «¡no quiero volver a verla nuncamás!».

Ahoracomprendíaperfectamenteloqueanteseraincapazdeconcebir,queunopuedasentirelimpulsodemartirizarsucuerpo,queintentevencerenlaluchadelalmapormediodetorturarlacarne.Misardienteslabiosbesaronelfríopiedemármolde laMadonnay,porunos instantes, lapazretornóamialma;penséenmiinfancia,cuandomiqueridamadrevivíaaún,quéfelizerayoentonces,cuántasalegríasmehabíaregaladoinclusoaqueltiempotaciturnoantesdelaPascua.Todoseguíasiendoaúnigualqueantes.Enlasesquinasylasplazasseguían,comoantes,laspequeñasenramadasverdes,decoradasconestrellasdeplatayoro;asualrededorseguíancolgandolospreciososrótulosconversosquenarrabanlosexquisitosplatosquesedegustabanallíantesdelaCuaresma.Cadaatardecerseencendíanmulticoloreslamparitasdepapelbajo

Page 89: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

lasverdesramas;¡cuántomegustabancuandoeraniño!¡Quéfelizhabíasidoen lapreciosa tiendadel abacero, que enPascuaveía resplandecer comounmundo de fantasía, con aquellos encantadores ángeles de mantequilla quedanzabanenuntemplocuyascolumnaseransalchichasenvueltasenplataysucúpulaunquesoparmesano!Ymiprimerpoemafuesobreaquellamaravilla,yla signora del abacero la había llamado una Divina Commedia di Dante.Entonces no conocía yo a ese espléndido vate, pero tampoco conocía acantantealguna…¡ojaláconsiguieraolvidaraAnnunziata!

ConlaprocesiónrecorrílassietesagradasiglesiasdeRoma,unímicantoalde losperegrinosymi sentimientoeraprofundoysincero,peroBernardome susurró al oído la broma demoníaca: «¡El astuto abogado del Corso, elvirtuosoimprovisador,conojosdepenitenteycenizaenlafrente!¡Vaya,québien te organizas! Sabes adaptarte a cualquier papel, yo no sería capaz deimitarte,Antonio».Suspalabrasconteníanunaburla,perotambiénunaverdadmanifiesta,quemeheríaenlomáshondo.

HabíallegadolaúltimasemanadelaCuaresma;losforasterosvolvieronaacudiren tropelaRoma.Casiuncarruaje trasotroentrabanpor laPortadelPopoloylaPortaSanGiovanni.LatardedelmiércolescomenzabaelMiserereenlaCapillaSixtina.Mialmaansiabamúsica,deseabahallarenelmundodelasnotascompasiónyconsuelo.Elgentíoeraenorme,inclusoenelinteriordelaCapilla,laprimerasecciónestabayarepletadeseñoras.Sehabíanmontadounospreciosospalcosconcortinajesdeterciopeloydorados,paralaspersonasdesangrerealdecortesextranjeras,atalalturaquepodíanverporencimadelacancelaartísticamentetalladaqueseparabaalasseñorasdelaparteinteriorde la capilla. Los pontificios guardas suizos montaban guardia con susmulticolores uniformes de gala, los oficiales llevaban ligeras corazas y unondeantepenachodeplumasenelyelmo;aBernardolesentabaeluniformeespecialmentebien,ysaludabaalasjóvenesdamitasqueconocía.

Conseguíunlugarjustodetrásdelacancela,nolejosdelbalcóndondesesitúanloscantorespontificios.Detrásdemíhabíaunapartedelosinglesesalosquehabíavistoenelcarnavalconabigarradosdisfraces;allínoteníanunaspectomuydiferente.¡Asísecreeríanoficialeshastalosniñosdediezaños!Todosgastabancostososuniformes,delastelasyloscortesmásvistosos.Unovestíaunaguerreraazul claroconbordadosdeplata,oroen lasbotasyunaespecie de turbante con perlas y plumas.Aquello no era nada nuevo en lasfiestas romanas, donde un uniforme siempre ayuda a conseguir losmejoreslugares;asualrededor,lagentesereíadesemejantesgalas,peromimentenoestuvoocupadamuchotiempoconeseasunto.

Llegaron los ancianos cardenales con sus capas magnas de terciopelomoradoylosomeralesdearmiñoblanco.Sesentaronunojuntoaotroenungransemicírculopordentrodelacancela,losclérigosquellevabanlascolas

Page 90: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

desuscapastomaronasientoasuspies.DelapuertecitajuntoalaltarsalióelSantoPadreconsucapapúrpuraylablancatiarapapal,deslumbrantecomolaplata. Subió a su trono, los obisposmovieron los incensarios a su alrededormientrasjóvenesclérigos,enhábitosdecolorrojovivo,searrodillabananteélyelaltarmayorportandohachonesencendidos.

Comenzaronlas lectiones,peromefue imposibledejarmisojosperderseen aquellas letrasmuertas, sino que se elevaron, arrastrando con ellos amimente,haciaaquelgranuniversoqueMiguelÁngelhabíaplasmadoencoloressobreeltechoylasparedes.Contemplésuspoderosassibilasysusvenerablesprofetas, ¡cada una de aquellas figuras era un tratado de arte! Mis ojosbebieron lospoderosos trazos, losbellosgruposdeángeles;paramínoeranpinturas,¡allíarribatodoestabavivo!Elárboldelconocimientodelbienydelmal,dondeEvaofreciólafrutaaAdán,Diostodopoderosovolandosobrelasaguas,nollevadoporángeles,comolomostrabanlosmaestrosantiguos,no,pues aquí son los tropeles de ángeles quienes descansan sobre él y susaleteantes ropajes. Ciertamente había visto aquellas pinturas en anterioresocasiones, pero nunca me había sentido tan impresionado como ahora: miagitado estado de ánimo, la multitud, quizá incluso también la lírica demipensamiento,mellevabanacaptarlotodoenunaformaextrañamentepoética.¡No podía dejar de sentirlo así, y lo mismo han sentido también muchoscorazonesdepoetas!

Losatrevidosescorzos,laenormefuerzaconquesemuestranlasfiguras,sonportentosos,asombrosos.¡Escomounsermóndelamontañaenformasycolores!ConRafael,quedamosatónitosantelafuerzadeMiguelÁngel;cadaprofetaesunMoiséscomoelqueélmismoesculpióenmármol.¡Quéfigurastanespléndidas!Sonéstaslasquecaptanlaatencióndenuestrosojosynuestramentecuandoentramos;pero,comobendecidosporlossantosqueacabandever,nuestrosojossedirigenalfondodelacapilla,cuyasparedessonaltaresdelarteyelpensamiento.Laenormeycaóticacomposición,queseextiendedesde el suelo hasta el techo, es como la piedra preciosa a la cual todo lodemásservíademarco.Presenciamoseldíadeljuicio.

Cristoeseljuezenelcielo,ysumadreylosapóstolesextiendenlasmanossuplicando por el desdichado género humano. Los muertos levantan suslápidas; almas benditas ascienden orantes haciaDiosmientras el Averno seapodera de sus víctimas. Ahí, un alma que se eleva intenta liberar a suhermanocondenado,aquienelAvernosujetaconlazosserpentinos;loshijosdeladesesperaciónsegolpeanlafrenteconlospuñosmientrassehundenenelabismo.Enosadosescorzosvuelanycaenlegionesentrecieloeinfierno.Laconcurrencia de los ángeles, expresada por el encuentro de los amantes, elniñoquealsonidodelas trompasseaprietacontraelpechodesumadre,estanbelloynaturalqueunomismosesientearrastradoalamuchedumbreque

Page 91: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

espera el juicio.MiguelÁngel expresó en colores lo queDante vio y cantóparalasestirpesdelatierra.

El sol poniente arrojaba sus últimos rayos a través de las ventanasmásaltas. Cristo y los justos que lo rodeaban estaban fuertemente iluminados,mientras que la parte inferior, donde se alzan los muertos, así como eldemonioqueempujalabarcacargadadecondenadosparaabandonarlaorilla,estabanencasicompletaoscuridad.Justoenelmomentoenquesepusoelsolterminólaúltimalectio,yfueapagadoelúnicocirioquequedabaencendido;todoelmundopictóricoseocultóenlastinieblas,peroenesemismoinstanteresonaron la música y el canto; lo que los colores habían manifestado enformas corpóreas, se elevaba ahora en las notas; el día del juicio con sudesesperaciónysujúbilosonabasobrenosotros.

ElPadredelaIglesia,despojadodesupompapapal,fueanteelaltar,oróantelasantacruzyenlasalasdelaspoderosastrompassonóelestremecedorcoro: Populus meus, quid feci tibi? Desnudas notas angelicales se cerníansobreuncantoprofundo,sobreunasnotasquenobrotabandelpechodeunserhumano,nihombrenimujer,pertenecíansolamentealmundoespiritual;erancomoelllantodelosángeleshechomelodía.

Enaquelmundodenotas,mialmabebíafuerzaespiritualyplenitudvital.Me sentía alegre y fuerte como no lo había estado en mucho tiempo.Annunziata,Bernardo,todosmisseresqueridosseagitabanenmimente.Talcomoyolosamabaenaquelinstante,seamantalvezunasaotraslasalmasdelosjustos.Lapazqueyobuscabaenmisplegarias,sinencontrarla,fluíaahorahastalomáshondodemicorazóntransportadaporlasnotas.

UnavezconcluidoelMiserere,cuandotodossehabíanmarchadoya,fuiaestarun ratoconBernardoen sualojamiento.Leestreché lamanocon todasinceridad, conté todo lo que mi alma llena de entusiasmome empujaba adecir,mislabiosestabanplenosdeelocuencia;elMisereredeAllegri,nuestraamistad, todoelextrañocuentodemividaproporcionabamaterialsuficienteparaello.Lecontécómoaquellamúsicamehabíasanadoespiritualmente,elpesoquehastaentonceshabíasentidomicorazón,mipadecer,miangustiaymelancolía,ellargotiempodelaCuaresma,aunquesindecirlelapartequelescabíaaéloaAnnunziataenmispesares,peroaquelfueelúnicorecovecodemicorazónquenoabríparaél.Seriodemí,mellamómalhombre,aquellosedebíaamividadepastorconDomenica,yalaSignora…alaeducaciónquemedierontodasaquellasmujeres,yfinalmentealaescueladelosjesuitas,queme había pervertido. Que mi cálida, ardiente sangre italiana había sidoapagadaconlechedecabra,quemimesuratrapensemehacíaenfermar,quenecesitabaunaavecillamansaqueconsustrinosmesacaradelmundodelossueños. Que yo tenía que ser una persona como las demás, y así meencontraríaamímismoencuerpoyalma.

Page 92: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

—¡Somosmuydistintostúyyo,Bernardo!—repuse—.Ysinembargo,micorazónestáasombrosamenteapegadoaltuyo.Muchasvecessientoeldeseodeestarcontigo.

—Eso sería malo para la amistad —respondió él—. Seguramente seromperíaantesdequenosdiésemoscuenta.Laamistadescomoelamor,serefuerzaconlaseparación.Muchasvecespiensoque,enelfondo,debedeseraburridísimoestarcasado.Verseundíasíyotrotambién,yademáshastalosúltimospliegues.Lamayoríadelosmatrimoniosestánaburridoselunodelaotra,essólounaespeciedesentidodeldecoro,algoasícomoalgunaclasedebondad, lo que los mantiene unidos por largo tiempo. Yo lo notoperfectamenteenmí,deseoquemicorazónardaconfuerza,yquerríaqueeldelamujeralaqueamaraardiesetantocomoelmío;perocuandodosllamasseencuentran, seapagan.Elamoresañoranza,y laañoranzamuerecuandodejadehabermotivoparasuexistencia.

—Perositumujer—dijeyo—fuerabellaeinteligentecomo…

—¡… Como Annunziata! —volvió a hablar cuando yo me detuve uninstanteparaencontrarunobjetoadecuadoparamispalabras—.Sí,Antonio,querríaver a labella rosamientrasestuviera fresca;ycuando lospétalos semarchitaran y el aroma desapareciera… bueno, Dios sabrá cuáles seránentoncesmisdeseos.Enesteinstantesondelomáspeculiares,yyahesentidoantesalgoparecido…Megustaríaverlorojaqueestusangre.Perosoyunapersona razonable, tú eresmi amigo,mi leal amigo.Novamos a pelearnos,aunquecoincidamosenunamismaaventuraamorosa—yrioacarcajadas,meapretó con fuerza contra su pecho y dijo medio en broma—: Te cedo miavecilla mansa, que ya empieza a ponerse demasiado sentimental, y queseguramente teencantará.Venconmigoesta tarde.Losamigosdeverdadnodeben ocultarse nada unos a otros, pasaremos una tarde estupenda. ¡Y eldomingo,elSantoPadrenosdarálabendiciónatodos!

—¡Yonovoycontigo!—respondí.

—Eresuncobarde,Antonio—repusoél—.¡Nopermitasque la lechedecabra derrote a tu sangre! ¡Tus ojos saben arder como losmíos! ¡Claro quesaben arder, lo he visto ya! Tus penas, tu angustia, tu penitencia durante laCuaresma…tedirésinceramenteelmotivo,eselansiadeesoslabiosjugosos,deesasbellasformas.Losébien,Antonio,nopuedesocultarlo…Tienesqueapretar la belleza contra tu pecho… pero no tienes valor para hacerlo, eresdemasiadocobarde,eresunpusilánimeinútil…

—¡Tuspalabras,Bernardo—respondí—,meofenden!

—¡Pues di tú algo, entonces! —exclamó; y la sangre me subió a lasmejillas,perolaslágrimastambiénseacumularonenmisojos.

Page 93: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

—¿Así juegas con mi devoción por ti? —exclamé—. ¿Crees que meinterpongoentreAnnunziataytú,creesqueellaesmásamableconmigoquecontigo?

—¡Ohno!—repuso él, casi en un grito—. ¡Sabes perfectamente quemiimaginaciónnoes tan fuerte! ¡Peroolvidaesosasuntosahora!Ypor loquerespectaatudevoción,delaquesiemprehablastanto,notecomprendo;nosestrechamos lamano, somosamigos, amigos razonables,peromis ideas sonexcéntricas,ytienesqueaceptarmetalcomosoy.

Aquellofuemásomenoslomásgranadodenuestraconversación,lapartequepenetróenmicorazóny,porasídecir,seincorporóamisangre;mesentíagraviado, aunque, cuando estrechómimano en la suya, se dejó ver ciertacordialidad.

Aldíasiguiente,lascampanasdelJuevesSantomellamaronalaIglesiadeSanPedro.Ensuespléndidopórtico,cuyasdimensioneshabríanhechopensaracualquierforasteroquesóloélformabalaiglesiaentera,ibaaumentandoelgentío,igualqueenlascallesyenelpuentedeSant’Angelo;eracomositodaRoma acudiese allá para maravillarse, igual que los forasteros, ante lasdimensiones de la iglesia, pues parecía dilatarse más y más ante lamuchedumbre.

El canto resonó sobre nosotros, dos grandes coros se respondían uno alotro desde lugares distintos del Coro de la Iglesia. Todos se apelotonabanintentandoverellavadodelospiesqueibaaempezarenesemomento.Desdelacancelatraslaquesesentabanlasdamasmásprincipales,unapersonamehizo un gesto amistoso. Era Annunziata. Había regresado, estaba allí, en laiglesia, mi corazón palpitó con fuerza. ¡Estaba tan cerca de ella que podíadarlelabienvenida!

Había llegado el día anterior, pero demasiado tarde para elMiserere deAllegri,aunqueduranteelAvemaríahabíavisitadolaIglesiadeSanPedro.

—Esaprodigiosaoscuridad—dijo—lohacíatodoaúnmásimponentequecomoapareceahora,dedía.Nohabíaencendidasmáslucesquelaslámparasde la tumba de San Pedro, era una corona de rayos pero insuficientementefuerteparailuminarinclusolospilaresmáscercanos.Amialrededor,todossearrodillaban silenciosos, yo misma me hinqué de rodillas, sentía con todaviveza cuánto puede haber en la nada. ¡Qué fuerza vive en el silencioreligioso!

Suancianaamiga,alaquenohabíadescubiertohastaentonces,puesvestíaun largo velo, me saludó amablemente con un gesto. La ceremonia habíaconcluido,inútilmentebusquéasuscriados,quehabríandeconducirlashastael carruaje. Un grupo de caballeros jóvenes habían reconocido también a

Page 94: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

Annunziata,queparecíaintranquilaydeseosademarcharse;lehiceunaseñalcon lamanopara sacarla de la iglesia y llevarla a su coche.La ancianametomóenseguidadelbrazo,mientrasAnnunziatacaminabasolaaun lado;notuve valor para ofrecerle mi brazo, pero cuando alcanzamos la puerta y lamuchedumbre nos arrastró, sentí su brazo en torno al mío. Fue como si elfuegorecorriesemisvenas.

Encontréelcarruaje;cuandoseacomodaronenél,Annunziatameinvitóacompartirconellalacena.

—Unamodestacena—dijo—;comoespropiodelaCuaresma.

¡Yo era feliz!La anciana señora, queno tenía buenoído, comprendió losuficientepor laexpresióndel rostrodeAnnunziata,queestabahablandodeuna invitación, y que yo iría también en el coche. Al instante despejó elasiento delantero de los abrigos y chales que había sobre él,me tomóde lamanoydijo:

—Hágameelfavor,Sr.Abate.Haysitiodesobra.

—No era eso lo que Annunziata pretendía; vi que un cierto rubor sedeslizabaporsusmejillas,peroyoestabayasentadodelantedeella,yelcochese puso en movimiento. Una pequeña mesa principesca nos esperaba.Annunziata habló de su estancia en Florencia y de la fiesta de hoy, mepreguntó por la Cuaresma romana y cómo había pasado yo ese tiempo,preguntaquenosupecontestardemasiadobien.

—¿Irá a ver el bautismo de judíos el sábado? —pregunté, pero en esemismomomentodirigíunamiradaalaancianaseñora,alaquehabíaolvidadoporcompleto.

—¡No lo ha oído! —respondió Annunziata—. De haberlo oído, habríaenrojecido de ira. Sólo voy adonde ella puede acompañarme, y para ella noseríamuyapropiadoasistiralafiestaenlacapillabautismaldeConstantino.Amí tampocome interesa demasiado porque, sólo en rarísimas ocasiones, losmusulmanesojudíosalosqueungenconelbautismolohacenporconvicción.Recuerdo,enmiinfancia,ladesagradableimpresiónquemecausabaverlo.Vibautizaraunniñojudíodeseisosieteañosdeedad;llevabasuciosloszapatosy lasmedias, el cabello desgreñado y polvoriento y con todo aquello vestíatambién, en atroz contraste, un precioso hábito de seda blanca, regalo de laIglesia.Lospadres,tansucioscomoelniño,ibandetrásdeél;habíanvendidoelalmadesuhijoaunasantidadqueellosmismosnoreconocían.

—¿VioustedesoenRoma,deniña?

—Sí—respondióella,ruborizándose—.¡Aunquenosoyromana!

—La primera vez que la vi a usted y la oí cantar, tuve la sensación de

Page 95: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

conocerladeantes.Nolosérealmente,perosigopensándolo.Sicreyéramosenlatransmigracióndelasalmas,yopensaríaquelosdoshabíamossidoaves,que habíamos saltado a lamisma ramay que nos conocíamos desdemuchotiempoatrás.¿Nohayrecuerdoalgunodeelloensualma?¿Nohaynadaqueledigaquenoshabíamosvistoantes?

—Nada en absoluto—respondióAnnunziata,mirándome fijamente a losojos.

—Al decirme usted hace un instante que vivió en Roma de niña y no,comoyocreía,quehabíapasadosuinfanciaenEspaña,despertóenmialmaunrecuerdo,elmismoqueacudióamimentelaprimeravezquelaviantemírepresentando a Dido. Cuando era niña, ¿nunca hizo un discurso navideñoparaelBambinoenlaIglesiadeAracoeli,comolosdemásniños?

—¡Claro que sí! —exclamó—. Y usted, Antonio, ¿no sería aquelmuchachitoquellamólaatencióndetodos?…

—¡Ustedmesuperó!—contesté.

—¡Era usted, Antonio! —exclamó en voz bien alta, me tomó las dosmanos y me miró a los ojos con una mirada de indescriptible dulzura; laancianaamigaacercó su sillaynosmirómuy seria.Annunziata se lo contótodo,yellasonrióconlaescenadenuestroreencuentro.

—¡Cuántohablarondeustedymimadreytodoslosdemás!—dije—.Susformasdelicadas,casiincorpóreas,sudulcevoz.Yosentíacelosdeusted,mivanidad no permitía que otra persona pudiera hacerme sombra… ¡Quéextraño,cómoseentrecruzanloscaminosdelavida!

—Lo recuerdo bien —dijo ella—. Llevaba puesta una chaquetita conmuchosbotonesrelucientes,esofuecasiloquemásmeinteresódeusted.

—Usted—respondí— llevabaunapreciosabanda roja en el pecho,peronofueesoloquemásmeimpresionó,sinosusojos,sucabellonegrocomolapez… Sí, tenía que reconocerlos, siguen siendo iguales, aunque con rasgosmás desarrollados, los habría reconocido aunque el cambio hubiera sidomuchomayor. Se lo comenté enseguida a Bernardo, pero élme contradijo,teníaunaideacompletamentediferente…

—¡Bernardo!—exclamóella,ycreíoíuntemblorensuvoz.

—Sí —respondí algo confundido—; él también creía conocerla, creíahaberla visto antes, digamos, en un contexto que haría imposible misospecha… Su cabello negro, sumirada, no se vaya a enojar, él cambió alinstantesusignificado,creyóaprimeravistaqueustedera—medetuve—…quenopertenecía…alaiglesiacatólica,yqueporconsiguienteyonopodíahaberlaoídohablarenAracoeli.

Page 96: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

—¿Quizá que yo pertenecía a la misma fe que mi amiga? —dijoAnnunziata, señalando a la anciana señora. Asentí con la cabezainvoluntariamente,peroalinstantetomésumanoypregunté:

—¿Estáustedirritadaconmigo?

—¿Porquesuamigomehayatomadoporunamuchachajudía?—preguntósonriente—. ¡Es usted una persona de lo más extraña!—sentí que nuestrocontacto en la infancia nos había hecho más íntimos, toda pena estabaolvidada, pero tambiénmi determinación de no volver a verla, de no seguiramándola.Mialmaardíasolamenteporella.

LasgaleríasestabancerradaslosdosdíasquequedabanhastaelDomingode Resurrección. Annunziata afirmó que sería estupendo poder entrar enalguna de ellas en esa época con total calma; pero no era posible. El deseoexpresadoporsuslabioseraunaorden,yoconocíaalcustodeyalportero,atodosloscriadosqueseguíanaúnenelPalazzoBorghese,dondesehallaunade las coleccionesmás interesantes deRoma, por la que había paseado conFrancescaenmiinfanciayhabíatrabadoconocimientocontodoslosamorettidelasestacionesdeFrancescoAlbani.

Le ofrecí llevarlas allí, a ella y a la anciana señora, al día siguiente,Annunziatamediolasgraciasyyomesentíinmensamentefeliz.

Denuevoenlasoledaddemihogar,volvióelrecuerdodeBernardo.No,élnolaama,medecíaamímismoparaconfortarme;sucariñoysulealtad,sinembargo,nosontangrandescomolosmíos.Nuestraúltimaconversaciónme parecía aún más amarga de lo que en realidad había sido, yo veíasolamentesuorgullo,percibíasurecelohaciamí,ycreéenmiinteriorunairamayor que la que había sentido jamás. Su orgullo está herido porque se dacuentadequeAnnunziataesmásamableconmigoqueconél;ciertoquefueélquienme condujohasta ella, peroquizá sumentehabíaprevistoqueyomeconvertiría en simple objeto de burla; por eso se asombró al oírme cantar eimprovisar,nuncahabíapodidoimaginarqueyollegaraacantaralladodesubellacriatura,superandosulibertadysuosadía…Ahorapretendeasustarmeparaquenovuelvaavisitarla.¡Unángelbuenodesearíaalgomuydistinto!Sudulzura,susojos,todoenellamedicequemeama,queesbenévolaconmigo,másaúnquebenévola,pueshadedarsecuentadequelaamo.

Feliz, deposité cálidosbesos sobre las almohadas,mas con la alegríadelamorcreciótambiénmiacritudhaciaBernardo.Meirritéconmigomismopornotenermástemperamento,másímpetuymáscólera;ahoradisponíadecienespléndidas respuestas que habría debido darle la última vez que me tratócomo a un niño, cada una de sus pequeñas ofensas seguían vivas en mirecuerdo.Porprimeravezsentídeverdadlasangrehervirenmisvenas,unaseriadeterminación, lossentimientosmásnoblesypurosmezcladosconuna

Page 97: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

repulsivacólerameprivarondelsueño.Sólodemadrugadaconseguídormitarunpoco, pero aquellomedio fuerzas y desperté con el corazónmás ligero;aviséalcustodedelallegadadeunasdamasforasterasquequeríanvisitarlagalería,yacudíacasadeAnnunziata.LostresfuimosenelcarruajehastaelPalazzoBorghese.

XIII

Lagaleríadearte.Algunasprecisiones.LafiestadeResurrección.Elpuntodeinflexióndemidestino

Paramí fue todaunaemociónguiar aAnnunziatapor el lugar enelquehabíajugadodepequeño,ydondelaSignoramehabíaenseñadolaspinturasyse había divertido con la simpleza demis preguntas ymis comentarios.Yoconocíacadaunade laspiezas,peroAnnunziata lasconocíamejor,pues lasconocíaespiritualmente;susobservacioneserancompletamenteatinadas;conmiradahabituadaysentidonaturalponíaderelievecadabelleza…Estábamosante la famosapiezadeGherardodelleNotti,Lot con sushijas, yoalabéelgranefectoquecreaba,lapoderosamiradadeLotysushijas,alegresdevivir,queleservíanelvino;elrojizocielodelatardecer,quebrillaentrelososcurosárboles.

—¡Esta pintado con llamas y espíritu! —exclamó ella, mirándome—.Admiroelpinceldelartistaenelcoloridoylaexpresión,peronomeagradaquehayaelegidoestetema,yoexijodelapinturaunaespeciededecencia,unanoblepurezaen laelecciónde tema.Porello tampocomeatrae laDánaedeCorreggiotantocomopodríahacerlo;esbella,ydivinoeselangelitodealasdecoloresqueestá sentadoen lacamaayudándolaa recogereloro,peroeltemameparece innoble,hacedaño,siasípuedoexpresarlo,al sentidode labellezademipropiocorazón.PoresomeparecetangrandeRafael;entodoloque conozco de él es siempre un apóstol de la inocencia, y por eso pudodarnosasuMadonna.

—Pero la belleza de la obra de arte —la interrumpí— puede hacernosolvidarloinnobledeltema.

—Jamás—respondióAnnunziata—;elarte,encadaunadesusramas,essagradoyelevado,ylapurezadelespírituimpresionamásquelapurezadelasformas; por eso pueden impresionarnos tan profundamente las ingenuasrepresentaciones de losmaestros antiguos, aunque a veces parezcan cuadroschinos,consusformastanmarcadas.¡Todoesrígidoyduro!Elespíritupuedeserpuroenelcuadrodelpintorigualqueenelcantodelpoeta,estoydispuesta

Page 98: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

a permitir algún exceso, a considerarlo una estridencia y lamentar que elartistatuvieraesaocurrencia,peropodréalegrarmeconelconjunto.

—Pero —la interrumpí—, la alternancia de distintos temas lo haceinteresante;verpermanentemente…

—Ustedmemalinterpreta.NopretendoenabsolutoquemeesténpintandosiemprealaMadonna.No,soyfelizconelpreciosopaisaje,larealistaescenadevidapopular,elbarcoenlatormentaylosataquesdepiratasdeSalvatoreRosa. Pero no quiero nada inmoral en el reino del arte, y así denomino yoincluso a la pieza, muy bien pintada, de Schedino que hay en el PalazzoSciarra.¿Larecuerda?Doscampesinosalomosdeasnospasananteunatapiadepiedraenlacualhayunacalavera,comosifueraunratón,unalombrizountábano,yenlatapiaseleenlaspalabrasetinArcadiaego.

—Loconozco—respondí—;cuelgaalladodelosespléndidosviolinistasdeRafael.

—Sí—respondióAnnunziata—,ojalálainscripciónaparecieradebajodeesecuadroynodelotro,tanhorrible.

NoshallábamosahoraantelasEstacionesdeFrancescoAlbani;lecontélaimpresiónquemehabíancausado,deniño,aquellospequeñosamorini,cómovivíycómolleguéalagalería.

—¡Estuvoustedenunossitiosdeliciososdurantesu infancia!—exclamóellareprimiendounsuspiro,quetalvezeraunecodelasuya.

—¡Lasuyanolostuvoenmenorgrado!—respondí—.Ustederaunaniñafeliz, admirada, cuando la vi por vez primera, y la segunda vez que nosencontramos, había extasiado a Roma entera y… parecía feliz, ¡y eso es loprincipal!

Me había inclinado hacia ella, que me miró a los ojos con una miradaextrañamentemelancólicayexclamó:

—¡Aquellaniñaadmiraday felizperdióa supadreya sumadre, eraunpajarillosilvestresobrelaramadesnuda;habríamuertodehambre,sinduda,peroeldespreciadojudíolediocobijoyalimentohastaquepudosalirvolandosobreelprocelosomar!

Calló,agitólacabezaycontinuó:

—No es un cuento capaz de entretener a un forastero, y no sé si puedocontar mucho de algo como eso—quiso levantarse, pero le tomé la manopreguntando:

—¿Acasosoyparaustedunsimpleforastero?

Dejóperdidalamiradaporuninstante,sonriómelancólica,ydijo:

Page 99: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

—Perosí, tambiénhetenidomomentoshermososenmivida—yañadió,con su alegría habitual—; ¡sólo pensaré en ellos! Nuestro encuentro deinfancia,mehacontagiadoustedsuretornoalpasadoparaconvertirloenunsueño,yel corazónpodrácontemplarasí suspropioscuadros, envezde lasobrasdeartequeestánfueradenosotros.

Cuandosalimosdelagaleríayllegamosasuhotel,Bernardohabíapasadoyaporallíavisitarla;lehabíandichoquehabíasalidoconlaancianaseñora,yque yo las acompañaba. Imaginé que se habría sentidomuydolido pero, enlugardeentristecermecomoenocasionesanteriores,miamorporAnnunziatadespertómirechazoymiacritudhaciaél;siemprehabíadeseado,ciertamente,queyo tuviera temperamentoyfuerzadevoluntad,aunquefuera injustoconél;ahorahabríadepadecerlos.

ConstantementesonabanenmisoídoslaspalabrasdeAnnunziatasobreeldespreciadojudíoquetomóbajosusalasalaavecillasilvestre;deformaqueella tenía que ser la misma persona que Bernardo había visto en casa delanciano Hanoch; aquella historia me resultaba apasionante, pero no habíaformadeempujarlaacontinuarelhilo.

Cuandovolvíaldía siguiente,ellaestabaensudormitorioestudiandosunuevopapel,ymeentretuveunbuen ratocon la anciana señora,queestabamássordadeloqueyopensaba;parecíamuyagradecidadequehablaraconella. Me llamó la atención que ya la primera vez, después de miimprovisación,mehabíamiradoconcordialidadypenséquemehabríaoído.

—¡Y lo oí!—aseguró ella—. Por la expresión de su rostro y las pocaspalabrasqueconseguíacaptar,comprendíelconjunto.¡Yeramuyhermoso!YesquelosrecitativosdeAnnunziataloscomprendobien,simplementeporlamímica;mivistasehahechomásagudaaldebilitársemeeloído.

MepreguntóporBernardo,quehabíaestadoallíeldíaanterior,ylamentóquenoseencontraraahoraconnosotros.Manifestóinterésybondadhaciaél.

—Sí—medijocuandoselohiceobservar—.Tieneunapersonalidadbiennoble. Lo conozco perfectamente… ¡ojalá el Dios de los judíos y el de loscristianosloprotejan!

Poco a poco se fue volviendo más locuaz, su amor por Annunziata eragrandeyconmovedor;esomequedómuyclaroporlosnumerosospormenoresinterrumpidos y continuados otra vez, aunque no siempre claros, que mecontó:Annunziata había nacido enEspaña, de padres españoles, pero en suprimera infancia llegó aRomay, como no tenía padre nimadre, el ancianoHanoch, que en su juventud había vivido en la patria de la niña y habíaconocido a sus padres, fue el único que se ocupó de ella; que más tarde,cuando era todavía una niña, volvió a su tierra natal, donde vivió con una

Page 100: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

señora que educó su voz y su talento dramático. Un hombre de grandesinfluencias se enamoró de la preciosa niña, pero la frialdad de ésta hacia éldespertó su ira y su insistencia. La anciana no parecía atreverse a alzar elmisteriosoveloquecubríaaquellossucesos.

LavidadeAnnunziatacorriópeligroyellaescapó secretamentea Italia,puesenelbarriojudíodeRoma,encasadesuancianopadreadoptivo,nadiela buscaría. Aquello había sido solamente año y medio atrás; fue entoncescuando debió de ver a Bernardo y le sirvió el vino, como tantas veces mehabíacontadoél.Meparecióquehabíasidounaseriaimprudenciamostrarsedeesemodoanteundesconocido,puespodía temerunasesinoencualquierforastero. Sin embargo, sabía queBernardo no podía serlo, pues había oídoalabar su bravura y su nobleza. Poco después les llegó la noticia de que superseguidor habíamuerto; por eso semarchó, entusiasmada con su sagradoarte,yencantóalasmultitudesconsuarteysubelleza.LaancianaseñoralaacompañóaNápoles,laviorecogerlosprimeroslaureles,ydesdeentoncesnolahabíaabandonado.

—Sí,estodounángeldeDios—dijolalocuazanciana—;esdevotaensureligión,comohadeserlounamujer,ytienetanbuenacabezacomosepuedeesperarenalguiencontanmagníficocorazón.

Cuandosalídelacasaempezaronasonarlosdisparosdealegría.Entodaslas calles, en las plazas, en los balcones y las ventanas, la gente disparabapistolas y escopetas como señal de que había terminado la Cuaresma. Lostapices negros de iglesias y capillas que habían tenido ocultas las pinturasdurantecincolargassemanascayeronalmismotiempo;todoeralaalegríadelaPascua,díadegozo,doblementegozosoparamí,pueshabíasidoinvitadoaacompañar a Annunziata a la fiesta de la iglesia y a la iluminación de lacúpula.

Repicaban a Pascua todas las campanas, los cardenales salían en suslujososcarruajessobrecargadosdelacayosenlapartetrasera;losséquitosdelosricosforasteros,elajetreode lospeatones, todollenabaporcompleto lasestrechas callejas. En el Castillo de Sant’Angelo ondeaban las grandesbanderasconloscolorespapalesylassagradasimágenesdelaMadonna.EnlaPlazadeSanPedrohabíamúsicaysevendíancoronasdeflores,tallasquerepresentabanalPapaqueibaadarlabendición.Lasfuentesjugabanconsusinmensos chorros y por toda la columnata habían instalado palcos y bancosque ya estaban casi completamente ocupados, igual que la plazamisma.Alpocosaliódelaiglesiaunamultitudcasiigualdegrande,dondeprocesionesycantos,exposicióndesagradasreliquias,trozosdelalanza,delosclavos,etc.,confortaban a tantos espíritus piadosos. La enorme plaza parecía unmar depersonas,unacabeza,almoverse,rozabaotracabeza,lashilerasdecochessehacían cada vez más apretadas, campesinos y muchachos trepaban a los

Page 101: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

pedestalesdelasestatuasdesantos,eracomosienaquelinstanteRomaenteraviviera y respirase solamente allí. El Papa fue sacado de la iglesia enprocesión, en un espléndido trono llevado sobre los hombros de seissacerdotes vestidos de carmesí, dos clérigos más jóvenes lo abanaban congigantescas colas de pavo real sujetas a largas varas, los sacerdotesmovíananteéllosincensariosyloscardenalesibandetrás,entonandocantospíos.Enel instante en que el cortejo salió por las grandes puertas, fue recibido conjúbiloportodosloscoros.Descendióporlagranescalinatademármolhastalagalería,encuyobalcónsemostróelPapa,rodeadoporloscardenales.Todos,jóvenes o ancianos, se hincaron de rodillas, también las largas filas desoldados; solamente los extranjeros de religión protestante siguieron en pie,pues no estaban dispuestos a inclinarse para recibir la bendición de unanciano.Annunziatahincóunarodillaenelsuelodesucocheymiróconojosdeprofunda emoción alSantoPadre, cuando el profundo silencio lo inundótodoylabendicióndescendiócomoinvisibleslenguasdefuegosobrenuestrascabezas.Desdeelbalcónpapalondearondoslegajos,unoconelperdóndelospecados, otro con el anatema a los enemigos de la iglesia, y el populachopugnóporapoderarseaunquesólofueradeunpedacitodeellos.Repicarondenuevolascampanasdetodaslasiglesias,lamúsicasesumóasujúbilo;yomesentía tanfelizcomoAnnunziata.Enelmomentoenquenuestrocarruajesepuso en movimiento, Bernardo pasó muy cerca de nosotros; saludó a lasdamas,peronodioseñalalgunadereconocermipresencia.

—¡Quépálidoestá!—dijoAnnunziata—.¿Estaráenfermo?

—No lo creo —respondí, aunque sabía perfectamente qué era lo quealejabalasangredesusmejillas.Aquelloanimómideterminación;sentícuánaltoeramiamorporAnnunziata,queseríacapazdehacerporellacualquiercosa,ysiellameconcedíasuamor,yolaseguiría,nomecabíandudassobremipropiotalentodramático,ydemicantoconocíabienelefectoquecausaba,ansiabapodercomparecerpor siempreenel escenariocongloria, a su lado,¡mashabíadeatrevermeadarelprimerpaso!Siellameamaba,¿quépodíaexigirBernardo?Podíacortejarlasiquería,sisuamoreratanfuertecomoelmío,ysiellaloamabaaél,bien,yomeapartaríaenesemismoinstante.Esoleescribíesemismodíaenunacartaque,estoyconvencidodeello,respirabaun corazón cálido y leal; pues derramé muchas lágrimas sobre el papel alrecordarnuestraantiguarelaciónylaformaenquemicorazónsehabíaunidoaél.Alenviarlacartamesentímuchomástranquilo,aunquelaideadeperderaAnnunziatameatormentabaconsuafiladopicocomoeláguilaaPrometeo.Perotambiénsoñéconirsiempreconella,cosechargloriaysatisfacciónasulado.Comocantante,comoimprovisador,mividatendríaunnuevocomienzo.

DespuésdelAvemaríaacompañéaAnnunziatayalaancianaensucochepara ver la iluminación de la cúpula. Toda la iglesia de San Pedro con su

Page 102: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

elevada cúpula, las dos menores a los lados y la fachada entera, estabadecoradaconlámparastransparentesdepapel;estabancolocadasdetalmodoqueelenormeedificio,ensutotalidad,eraunasiluetadefuegosobreelcieloazul.Lamuchedumbreparecíaaúnmayorqueen lashorasde la tarde, sólopodíamos movernos a pie. Desde el Puente Sant’Angelo vimos por vezprimera en su totalidad el inmenso edificio iluminadoque se reflejaba en elamarillento Tíber sobre el que algunas barcas, repletas de gentes felices,animabanelcuadro.EnelmomentoenqueestábamosllegandoalaPlazadeSanPedro,dondetodoeraalegría,música,repicardecampanas,sonólaseñalparaelcambiode iluminación.Varioscientosdepersonasestabanrepartidasporlostechosylascúpulasdelaiglesia,ytodosaunasacarongrandespailasdehierroycoronasdebreaencendida.Eracomosicadafarolardieseenunallama, el edificio entero se convirtió en un llameante templo de Dios queiluminabaRoma como la estrella sobre el pesebre deBelén.El júbilo de lagentecrecíamásymás,yAnnunziataquedóabsortaenlacontemplacióndeaquellamaravilla.

—¡Quéhorrible!—exclamó—.Esepobrehombrequetienequecolocarlalámparamásaltaenlacruzdelagrancúpula.¡Memareosólodepensarlo!

—¡EstanaltacomolaspirámidesdeEgipto!Hacefaltagranagilidadparatreparhastaallíarribaysujetar lascuerdas.ElSantoPadreordenaquese leadministrenlossantossacramentosantesdesubirhastaallí.

—Así se arriesga una vida humana—suspiró ella—, y tan sólo por lapompaylaalegríadeuninstante.

—¡Pero es también para ensalzar a Dios! —respondí yo—. ¡Y cuántasveces ponemos nuestra vida en peligro por cosas menores!—los carruajespasabanatodavelocidad,lamayoríasedirigíaalMontePincioparaverdesdeallí,amayordistancia,laiglesiailuminadaylaciudadentera,imbuidadesuresplandor—.Peroesuna ideamuybella—continué—quela iglesia irradiesuluzsobretodalaciudad.QuizáfueaquídondetuvoCorreggiolaideadesunocheeterna.

—¡Perdóneme!—exclamó ella—; tal vez ha olvidado que el cuadro seconcluyóantesque la iglesia.Ciertamente, la ideadebió surgirde supropiocorazón, y eso incluso me parece más hermoso. Pero podemos contemplartodoesteboatodesdeunpuntomásalejado.PodríamosverlodesdeelMonteMario,allínohabrátantagentecomoenMontePincio.Yestamoscerca.

Retrocedimos por la columnata y pronto estuvimos fuera. El coche sedetuvo junto a la pequeña fonda en el camino hacia lo alto de la colina, lacúpula de la iglesia semostraba espléndida, parecía construida de ardientessoles.Lafachadaestabaaúnoculta,perotambiénellateníaunefectopropio,pueselresplandorqueseexpandíadesdeelaireiluminadohacíaparecerque

Page 103: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

lacúpularesplandecienteflotarasobreunmardeluz.Elsonidodelamúsicaylascampanasllegabahastanosotros,peroentornonuestrolanocheeramuchomásoscuradelonormalylasestrellasparecíansolamentepuntitosblancosenelcielo,habíanapagadosubrilloantelosdeslumbrantesfuegosdeRoma.Meapeédelcocheyentréenlapequeñahospederíaparacompraralgúnrefrigerio.AlentrarenelestrechopasilloenelcualbrillabalalámparaanteelcuadrodelaMadonna,metopéconBernardo,tanpálidocomocuandorecibiólacoronaenlaescuelajesuita.Susojosardíancomolosdeunenfermodefiebre,ymecogiólamanoconunaviolenciayunafuerzadeloco.

—¡Nosoyunasesino,Antonio!—dijoconunavozextrañamenteapagada—.Deotromodo, clavaríami sable en tu innoble corazón, pero ¡habrás delucharconmigo,loquieraonotucobardía!¡Ven,venconmigo!

—¡Bernardo,estástrastornado!—exclaméintentandosoltarme.

—¡Grita todo lo que quieras! —continuó con su voz apagada—. ¡Quevenganaayudarte,puesquetúsolonoteatrevesaenfrentarteniaunapersonasola!¡Antesdequemeatenlasmanos, túestarásmuerto!—meentregóunapistola—.¡Venga,dispárame,oseréyoquientemateati!—ymearrastróconélhaciaelexterior,yoteníaenlamanolapistolaquemehabíadado,conlaquemedefendíadeél.

—¡Ella te ama a ti! ¡Y con orgullo pretendes demostrárselo a todos losromanos,yamí,aquienengañastecontraicioneraszalamerías,aunquejamástedipieparaello!

—¡Estás enfermo, Bernardo! ¡Estás loco, no te acerques! —intentóarrojarsesobremíyyoloempujéparaapartarle…entoncesoíeldisparo,mimano temblaba, todo estaba lleno de humo ami alrededor, pero un extrañosuspiro, grito no puedo llamarlo, llegó hastamis oídos, hastami corazón…¡Mi pistola se había disparado, Bernardo yacía antemí sobre un charco desangre!Igualqueunsonámbuloseguíayoconlapistolabiensujetaentremisdedos; sólo entonces oí voces que provenían de la gente de la casa, y oí elgritodeAnnunziata:

—¡CieloSanto!—viantemíaAnnunziatayalaancianaseñora,ymedicuentadeladesgraciaqueacababadesuceder.

—¡Bernardo! —aullé desesperado, e intenté arrojarme sobre su cuerpo,pero Annunziata estaba arrodillada a su lado, intentando detener la sangre.Aúnveosupálidorostro,lamiradafijaenmí.¡Yoestabacomoclavadoenelsitio!

—¡Sálvese,sálvese!—gritólaancianaseñora,tirándomedelbrazo.

Entoncesgritéyo,abrumadoporeldolor:

Page 104: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

—¡Soy inocente! ¡Jesús,María! ¡Soy inocente! ¡Quería matarme, fue élquienmediolapistola,sedisparóporazar!—yloqueenotrasituaciónnuncamehabría atrevido a confesar, lodije ahora agritos enmidesesperación—:¡Annunziata,losdosteamábamos!¡Yoqueríamorirportuamor,igualqueél!¿Quién de nosotros dos te era más querido? ¡En este momento dedesesperación,dimesimeamas,yentonceshuiré!

—¡Fuera! —balbuceó ella haciéndome un gesto con la mano, mientrasatendíaalmuerto.

—¡Huya!—gritólaancianaseñora.

—Annunziata, ¿quién te era más querido?—pregunté, abrumado por eldolor.Entoncesbajósucabezahaciaelmuerto,laoílloraryvisuslabiostocarlafrentedeBernardo.

—¡Losgendarmes!—seoyógritaranuestroalrededor—.¡Huya,huya!—yfuialejadodelacasacomoporunasmanosinvisibles.

XIV

LoscampesinosdeRoccadiPapa.Laguaridadeladrones.LasParcasdemivida

¡AmaaBernardo!resonóenlomásprofundodemicorazón;eraeldardodelamuerte,quevertíavenenoportodamisangre,mehacíaescapareinclusoahogabalavozquegritaba:Hasmatadoatuhermanoyamigo.

Instintivamente corrí entre arbustos y matorrales, trepé muros querodeabanlasviñasdelamontaña.LacúpuladeSanPedrobrillabamuyaltaenelcielo;asíbrillabatambiénelfuegoenlosaltaresdeCaínyAbelcuandoelasesinocorríaparaescapar.

Anduveerrantedurantevariashorassininterrupción;nomedetuvehastallegar al amarillentoTíber, queme cortaba el camino; desdeRoma hasta elMediterráneo no encontraría puente ni barca que pudieran llevarme hasta elotrolado.Aquelobstáculoinesperadofueunacuchilladaqueporuninstanterajó el gusano que me corroía el corazón, pero pronto volvió a crecer denuevo,ysentíconredobladafuerzamidesdicha.

A sólo unos pocos pasos de mí estaban las ruinas de una tumba, algomayorqueaquéllaenlaquehabíavividoconlaviejaDomenica,aunquemásarruinada. Junto a los bloques de piedra caídos vi tres caballos trabados,comíandelsacodeforrajequellevabanbajoelcuello.

Page 105: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

Dabaaccesoalasaladelatumbaunaampliaaperturaconvariosescalonesdescendentes; dentro ardía una fogata.Dos labriegos de fuerte constitución,cubiertosconpielesdecorderoconlalanahaciaafuera,ycongrandesbotasysombrerospuntiagudosconestampasdelaVirgenMaría,estabansentadosentorno al fuego fumando sus pipas de tubo corto; una figura más pequeña,envueltaenunagrancapagrisyconunsombrerodealaanchacaladosobrelos ojos, se apoyaba en la pared mientras bebía de un frasco de vino,brindandoporlasaludyelalegrereencuentro.Nohabíahechomásqueveralgrupo cuando fui descubierto por ellos. Echaron mano de sus armas, queestabanenel sueloasu lado,comosi temiesenunataque,yalmomentoseenfrentaronamí.

—¿Québuscaaquí?—preguntaron.

—UnabarcaparacruzarelTíber—respondí.

—¡Puesbusquetodoloquequiera!Aquínohaymáspuentenibarcaquelosquepuedallevarunomismo.

—Pero—comenzóelotro,mientrasmeestudiabadearribaabajo—;sehaalejado usted mucho de la carretera, signore, y esta región no es nadarecomendableporlasnoches.LabandadelferozdeCesarisdebetenerraícesbienlargas,aunqueelSantoPadrehayaintentadosacarlasconlapala,asíquelomismocaeustedensusbrazos.

—¡Debería llevar usted algún arma! —dijo otro—. Es lo que hacemosnosotros,cargatripleeneltrabucodechispayunapistolaenelcinturón,porsifallaeltrabuco.

—Bueno, yo hasta llevo una navajita—dijo el primero, que se sacó delcinturónunanavajaafiladaymuybrillante,conlaquejugueteópasándoseladeunamanoaotra.

—¡Vuelve a meterla en su funda, Emidio! Me parece que este signoreforasteroestámuypálido;esunhombrejovenqueseespantaalverunarmatan afilada. Le quitarán sus pocos scudi los primeros canallas con que seencuentre. Con nosotros no lo tendrán tan fácil, sabe usted —me dijo elhombre—;denossudineroparaqueseloguardemosyestaráasalvo,créame.

—Puedencogertodoloquetengo—respondí,hartodelavidayembotadopor el dolor—. No conseguirán mucho—para entonces ya me había dadocuentadelacompañíaenlaquemeencontraba;almomentometílamanoenel bolsillo, donde sabía que tenía dos scudi, pero para gran asombro míoencontréunabolsa.Lasaqué,era laborfemenina; lahabíavistoyaantes,enmanos de la anciana signora en casa de Annunziata; debió de habérmelametidoenelbolsilloenelúltimomomento,paraquetuvieraalgúndineroquepudierautilizarenmidesdichadahuida.Lostresecharonmanoalabolsa,que

Page 106: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

estababienllena,peroyodejécaersucontenidoenunapiedraplanaquehabíadelantedelafogata.

—¡Oro y plata! —exclamaron al ver los brillantes luises de oro y laspiastras—. ¡Sería una pena que estas preciosidades cayeran en manos debandidos!

—Ahora,matadme—dije—.¿Esesavuestraintención?Asípondréisfinamispadecimientos.

—¡Madonna mía!—exclamó el primero—. ¿Pero quiénes se cree ustedque somos? Somos unos honrados campesinos de Rocca di Papa. ¡Nuncamataríamosaunhermanocristiano!¡Bébaseunpocodevinoconnosotrosycuéntenosquélohaempujadoavenirporaquí!

—Eseserámisecreto—respondí,ycogíelvinoquemeofrecían,puesloslabiosmeardíanymepedíanalgopararefrescarlos.

Se cuchichearon unos a otros unas palabras al oído. El hombre delsombrerodealaanchasepusoenpieehizoungestodeconfianzaalosotros,memiróburlónalacaraydijo:

—Después de esta tarde tan divertida y tan templada tendrá usted unanochebienfría—sefue,yalpocoleoímostrotarporlacampiña.

—¿NoqueríaustedcruzarelTíber?—dijounodeellos—.¡Amenosquevenga con nosotros, tendrá que esperar mucho! Siéntese conmigo en elcaballo,porquenocreoque le apetezcademasiado irnadandoagarradoa lacola.

Enaquellugarnoestabaseguro,sentíaquemihogarsehallabajuntoalosfugitivos.Elhombremeayudóamontarsobresupoderosoybriosocaballo,yélsesentódelante.

—Déjemequelosujeteconestacuerda—dijoelhombre—.Deotromodoseescurrirá—ymepasóunasogaporelpechoylosbrazos,queluegosepasóélporlacintura,demodoqueíbamosespaldaconespalda;yonopodíamoverlosbrazos.Elcaballoentróenlacorrientedespacio,tanteandoconlaspatas,yalpocoel agua le llegabahastael codillo, con fuerza seabriópasohasta laorillaopuesta.Encuantollegamosallí,elhombresoltólacuerdaquemeteníasujetoaél,perosóloparaatarmelasmanosaúnmásfuertealacincha.

—¡Podría caerse y romperse el cuello! —dijo—. Sujétese bien, porqueahorairemoscampoatravés—apretólospiescontraloscostadosdelcaballo;el otro hizo lomismo, y como hábiles jinetes empezaron a recorrer la granllanuravacía.Yomeagarrabaconmanosypies.Elvientolevantabaellargocabello negro del hombre, queme azotaba lasmejillas. Pasamos delante detumbas derruidas, vi los acueductos y la luna que, roja como la sangre, se

Page 107: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

elevaba sobre el horizonte mientras una neblina blancuzca pasaba entrenosotros.

HabermatadoaBernardo,haberabandonadoaAnnunziataymihogar,yestar ahora huyendo locamente por la campiña, atado al caballo de unbandido…todomeparecíaunsueño,unahorriblepesadilla.¡Ojaládespertaraparaverdesapareceraquelhorror!Cerrélosojosconfuerzaysolamentesentíelvientofríodelasmontañasquemesoplabaenlasmejillas.

—Enseguida estaremos bajo las sayas de la abuelita —dijo el jinete,cuandonosacercamosalasmontañas—.¿Verdadqueesbuenoestecaballo?EsteañorecibiólabendicióndeSanAntonio;michavalilloloadornóconuncopeteyunascintasdesedas,lepusimosunaBibliayaguabendita,yesteañonohabrádemonionimalojoquepuedadañarlo.

Elamaneceryaempezabaabrillarenelhorizontecuandonosadentramosenlasmontañas.

—Empiezaaclarear—dijounodelosjinetes—.Elsolpodríahacerdañoalsignoreenlosojos,asíqueledaréunasombrilla—ymeechóunapañoletasobrelacabezaylasujetófuerteparaquenopudieraverni lomásmínimo;mis manos estaban atadas, era su prisionero, y en mi dolor me sentíindiferente.Notéqueascendíamos,peroalpocovolvimosadescender;ramasymatorralesmegolpeabanlacara;erauncaminocompletamenteagreste.Porfinpudeapearme,mellevarondelacuerdaperonadiedijounasolapalabra;descendimosporunaescaleraatravésdeunaangostaabertura.Mialmahabíaestado demasiado ocupada consigomismapara darse cuenta de la direcciónquehabíanseguidoconmigomontañasadentro,aunqueladistancianohabíapodido ser demasiado grande. Sólomuchos años después de conocer aquellugar,muchosforasterossealojaronallíymuchospintoresloreprodujeronenformasycolores.EstábamosenlaantiguaTusculum.AespaldasdeFrascati,donde la ladera está cubierta de bosques de castaños y elevados laureles,siguenhoyexistiendoaquellasruinasdelaantigüedad.Envarioslugaresdelamontaña hay profundos agujeros, bóvedas casi ocultas por feraz hierba yespesos matorrales. Al otro lado del valle se ven los altos Abruzos, losreducidospantanos,loqueotorgaalpaisajeunaagresturaqueenningúnsitioestanfuertecomoaquí,juntoalosúltimosrestosdeunadelasciudadesdelaantigüedad.

Mehicieronpasarporunadelasaberturasdelamontaña,medioocultaporlas enredaderas y los matorrales; nos detuvimos; oí un silbido tenue y enseguidaelruidodeunapuertaounatrampillaqueseabría.Descendimosunosescalonesmásypudeoírvariasvoces,mequitaron lamáscarade losojosypude ver que me hallaba en una amplia estancia abovedada; hombrescorpulentosvestidosconpielesdeoveja,igualquemisguías,estabanjugando

Page 108: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

a las cartas en torno a una larga mesa de madera sobre la cual ardían doscandilesdelatónconvariasbocas,queiluminabanfuertementesusoscurosyexpresivosrostros.Delantedeelloshabíavinoengrandesgarrafas.Millegadanocausóextrañezaalguna;semehizositioalamesa,meentregaronunvasoyunpedazode salamimientrashablabanentreellosenundialectoqueyonocomprendía,perosuconversaciónnoparecíatenerrelaciónconmigo.

Nosentíahambrealguna, tansólounasedardiente,ybebíalgodevino;mis ojos recorrieron las paredes y por todas partes vi armas y prendas devestir;enunrincóndelaestanciahabíaunacavidadyenlomásaltodeellacolgaban dos liebres despellejadas, y debajo de ellas descubrí otra criaturamás.Unamujerancianayflaca,deporteerguido,casijuvenil,estabasentadacasiinmóvil,hilandolinoensuhuso;sucabelloplateadosehabíasoltadodelmoñoylecaíasobreunamejillayentornoalcuelloparduzco;losnegrosojosestabanfijosenelcopodelino.EraelmodelovivientedeunadelasParcas.Ante sus pies había un buen número de ascuas de madera que ardíanlentamente,comosiformaranuncírculomágicoquelamanteníaapartadadeestemundo.

No me dejaron tranquilo demasiado tiempo, empezaron a hacerme unaespecie de examen sobre mi situación social, mi fortuna y mi familia. Lescontéqueyateníantodocuantoposeía,quenadieenRoma,siacasopensabanpedirrescatepormí,daríaniunscudo,yquenoeramásqueunpobrehombrequellevabauntiempopensandoenviajaraNápolesparahacervalersutalentode improvisador. No les oculté el auténtico motivo de mi huida, eldesafortunadodisparoaccidental,aunquesinmencionardetallesmásprecisos.

—Elúnicorescatequepodréisobtenerpormí—lesdije—eselqueosdenlasautoridadessimeentregáis.Hacedlo,puesporelmomentonodeseonadamejor.

—¡Puesmenudodeseo!—dijounodeloshombres—.SeguroquetieneenRomaalgunamujercitaqueestaráencantadadesacrificarsuszarcillosdeoropor la libertaddeusted.Siemprepodrá irsedespuésa improvisaraNápoles,nosotros sabremos hacerle pasar la frontera. Y el rescate será señal dehermandad,asíqueaquíestámimano.Estáustedentrepersonashonorables,nolequepalamenorduda.Peroduermaypiénselo,ahítienelacama,letraeréunamantaquesoporta las tormentasy la lluviadelsiroco:¡micapamarrón,queestáahícolgada!—melaechó,indicóconlamanounjergóndepajaquehabíaenelsueloaunextremodelamesa,ymedejósolomientrasentonabaunacanciónpopulardeAlbano,DiscendiomiaBettina.

Medejécaerenelcatre,sinpensareneldescanso.Losúltimossucesossedeslizaban ante mí como espantosos cuadros de horror; pero mis ojos secerraron. Mis fuerzas físicas estaban agotadas, dormí profundamente hasta

Page 109: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

bienentradoeldía.Cuandodesperté,mesentíconsiderablementemásfuerte.Todoloquehabíadesgarradomialmaparecíaahorasolamenteunsueño,peroel lugarenquemehallaba, lososcurosrostrosamialrededor,medijeronalinstantequemisrecuerdoseranlarealidad.

Un forastero, con pistolas al cinto y la larga capa gris suelta sobre unhombro,estabasentadoacaballoenelbanco,enzarzadoenconversaciónconlos demás bandidos. En el rincón de la bóveda seguía la anciana de tez demulata hilando en su huso, exactamente igual que antes, un cuadro pintadosobre el fondo oscuro. Las brasas de madera sobre las losas de piedra quehabíaanteellaesparcíancalor.

—Eldisparoleentróporelcostado—oícontaralforastero—;haperdidoalgodesangre,peroenunmesselehabrápasadotodo.

—¡Eh, signore! —gritó mi jinete al verme despertar—. Doce horas desueñoenunaespléndidaalmohada.Vaya,GregoriotraenoticiasdeRoma,queseguramente le gustarán. Le ha dado usted un buen pisotón a la cola delexcelentísimoSenado.Hasidocomousteddijo.Todoslosdetallescoinciden.Lehaagujereadoelpellejoalsobrinodelsenador.¡Vayatiromásatrevido!

—¿Hamuerto?—fueronlasúnicaspalabrasquelogréarticular.

—No, no del todo—respondió el forastero—; por esta vez no se va amorir.Almenosesloquediceeldoctor.LaSignoraesaextranjeratanguapa,quedicencantacomounruiseñor,sepasólanocheenvelajuntoasucama,hastaqueeldoctorleaseguróquepodíaestarsetranquila,quenohabíaningúnpeligro.

—Fallóustedeltiro,tantoelquelepegóaél,comoeldirigidoalcorazónde lasignora.Dejevolara lospajarillos,quehacenbuenapareja,yquédeseconnosotros.Nuestravidaeslibreydivertida,puedellegaraserustedtodounprincipito,yelpeligronoesmayorqueelpropiodecualquiercorona.Tendráustedvino,aventurasychicaspreciosasacambiodeesaqueselelargó.¡Másvalebeberselavidadeuntragofelizqueandarsuspirandoylloriqueando!

«¡Bernardoestávivo!¡Nosoysuasesino!»Estepensamientovertiónuevavidaenmialma,peronoconsiguiócalmareldolorporAnnunziata.Tranquiloydecididocontestéalhombrequepodíanhacerconmigoloquequisieran,minaturaleza,mieducaciónymisprincipiosmeprohibíantenerconélcualquierotrarelaciónquelaquemehabíaacarreadoelazar.

—¡Seiscientos scudi por lomenos será su rescate!—dijo el hombre contenebrosaseriedad—.Tienenqueestaraquíenseisdías,oharemosconustedloquenosplazca.¡Vivoomuerto!Suapuestorostroymibondadconustednoleservirándenada.Sinlosseiscientosscudipuedeelegirentrelahermandadcon nosotros o la hermandad con losmuchos que se están abrazando en el

Page 110: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

fondodelpozo.Escríbaleasuamigooalabellacantante,enelfondotienenqueestarleagradecidos,puesleshaayudadoaaclararseentreellos.¡Estaránencantadosdepagaresamíseracantidadporusted!Nadiehasalidonuncadenuestrahospederíaporunpreciotanbajo.¡Piénselo!—continuósonriendo—.Eltransportehastaaquífuegratuitoyahoratendráalojamientoymanutenciónduranteseisdías.¡Nadiepuededecirquenoseabarato!

Mirespuestanovarió.

—¡Testarudo!—dijo—;esomegustadeti,ytengoquedecírtelo,aunquete vaya a meter una bala en el corazón. Nuestra arrojada existencia puedeatraeraunalmajuvenilytúerespoeta,improvisador,notevasadejarasustarporunaaudaz fuga.Siyoahora tepidiesequecantaras«laorgullosa fuerzaquehabitaentre lospicachos»,¿noalabaríasyensalzarías lavidaqueahorapareces despreciar? Bebe tu copa y déjanos oír tu arte, nos cantarás lo queacabo de decirte, la orgullosa fuerza de losmontes, y si lo haces como unauténticomaestro, añadiréundíamása tuplazo—meentregó la cítaraquecolgabaenlapared,losbandidossereunieronamialrededorexigiéndomequecantara.

Reflexionéporunosinstantes.Teníaquecantarsobreelbosque,sobrelosroquedales, yo, que en realidad jamáshabía estado en ellos; la nochedemiperegrinaje la hice con los ojos vendados, y durante mi estancia en Romasolamentevisité lospinaresdeVillaBorgheseyVillaPamfili; lasmontañasme habían interesado de pequeño, ciertamente, pero solamente desde miobservatorioenlachozadeDomenica;laúnicavezqueestuveenellasfueconocasiónde ladesgraciada excursióna la fiestade las floresdeGenzano.LaoscuridadyelsilenciodelbosqueformabanpartedelaimagenquemetrajolamemoriadelpaseobajolosaltosplátanosdellagodeNemi,dondetrenzamoscoronas aquella tarde; volvía a verlo, las ideas despertaron enmi alma. Deprontosemovieronantemítodasaquellas imágenesquenecesitaríaeldoblede tiempo para poder expresarlas en palabras. Toqué algunos acordes y elpensamientosehizohabla,elhabla,ondeanteverso;describíelprofundolagorodeadodebosques,elpicoquesealzahaciaelcielo.Enelnidodeáguilasestabalahembraenseñandoasuspollueloslafuerzadelasalas,entrenandosuorgullosamiradaparaquepudieranmirarelsol.«Sois los reyesde lasaves,agudosvuestrosojos, fuertesvuestrasgarras;voladydejadavuestramadre,osseguiránmisojosycantarámicorazónconlalenguadelcisnebesadoporlamuerte,cantarévuestraorgullosafuerza».Ylospolluelosvuelandelnido,unovoló tansólohastaelmáscercanopicachoyallíquedóensilencio, susojoshacialosrayosdelsol,comoqueriendoembebersedesusllamas,peroelsegundosedeslizóaudazengrandescírculos,muyporencimadelosbosquesyelquietolagoprofundo.Lasuperficiedelaguaeraunespejoparalacoronaboscosay el azul cielo.Unpez inmenso estabaquieto comoun junco en la

Page 111: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

superficie;peroelreflejocondujoaláguilahaciasupresa,hincóensulomosusafiladasgarrasyelcorazóndelamadretemblódedeleite.Peropezyaveerandeparejasfuerzas.Laafiladagarraestabaclavadacondemasiadafuerzaparapodersoltarse,ycomenzólaluchaquehizoagitarseelcalmadolagoenenormes anillos; por un instante quedó de nuevo tranquilo, las grandes alasabiertassobreellagocualhojasdeloto;golpearonelaireconfuerza,sonóunchasquido, un ala se hundiómientras la otra convertía el lago en espuma ydesaparecía… Pez y ave se hundieron en el abismo; profirió la madre unaullido de dolor y dirigió sumirada al otro hijo, que había subido hasta elpicacho,peroyanoestaba;masmuyalto, frenteal sol,viounpuntonegro,muy negro, ascender y desaparecer en sus rayos; y el corazón de lamadrepalpitó de gozo y cantó a la orgullosa fuerza que sólo es grande cuando esgrandesuempeño.

Mi canto había concluido, un sonoro aplauso me saludó, pero mis ojosseguían clavados en la anciana del rincón; y pude ver cómo dejaba caer elhusoyeneseinstanteclavabaenmísuoscura,agudamirada,aquelloparecíala reproducciónde la escenade infancia quehabía descrito enmi canto.Sepusoenpieyavanzóhaciamíconandarágil,yexclamó:

—¡Cantando,haspagadoturescate!Elsonidodelamúsicaesmásfuertequeeldeloro,vientusojoslaestrelladelabuenasuertecuandoaveypezsehundieron para morir en el profundo abismo. Vuela hacia el sol, mi osadoaguilucho,laviejasigueenelnidoysealegrarácontuvuelo.¡Nadieatarátusalas!

—¡Muylista,Fulvia!—dijoelbandidoquemehabíaordenadoimprovisaryqueahoraseinclinabaconextrañaseriedadantelaanciana—.¿Conocesalsignore?¿Yalohabíasoídoimprovisar?

—¡Hevistolaestrellaensusojos!—respondióella—.Hevistoelinvisibleresplandor que emana de los hijos de la fortuna. Él trenzó su corona y aúntrenzaráotramásbella,peroconlasmanoslibres.Dentrodeseisdíasmatarásdeun tiro ami jovenaguilucho,yaqueélnoquiere clavar susgarras en ellomodelpez.Reposaráseisdíasaquí,enelnido,yluegovolaráhaciaelsol…—Yentoncesabrióunarmaritoquehabíaenlapared,sacódeélunpapeleintentó escribir—. La tinta está dura como el camino seco, pero tú tienessuficiente líquido negro; hazte un corte en lamano,Cosmo, la vieja Fulviatambiénpiensaentubuenasuerte—sindecirnada,elbandidosacósunavaja,sehizouncortesuperficialenlapielymojólaplumaenlasangre.Laancianameladio,pidiéndomequeescribiera:«MevoyaNápoles»—.Pondebajotunombre—añadió—;escomounsellopontificio.

—¿Dequéserviráeso?—oídeciramediavozalmásjoven,alavezquemirabacondesganaalaanciana.

Page 112: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

—¿El gusano ya tiene voz?—exclamó ella—. ¡Guárdate del pie que tepuedeaplastar!

—Creemos en tu sabiduría, madre —dijo el mayor—. Tu voluntad esnuestrorelicario,nuestrafortunaynuestrabendición.

Nodijeronnadamás.Regresóelbuenhumor, labotelladevinopasódeunoaotro.Medieronpalmaditas en la espalda comomuestrade confianza,me ofrecieron el mejor pedazo de la caza que estaban comiendo, pero laanciana siguió igual que antes, hilando en su huso, mientras el más jovenechababrasasnuevasasuspies,diciendo:«¡Tevasahelar,ancianamadre!».

Ajuzgarporloqueéstahabíadicho,porelnombrequeoí,medicuentadeque era ella la quehabía predichomi futuro cuando estaba conmimadreyMariuccia trenzando coronas junto al lago de Nemi. Sentí que mi destinoestabaensusmanos.«MevoyaNápoles»eraloquemehabíahechoescribir;aquel era mi deseo, pero ¿cómo atravesaría la frontera sin un pasaporte?¿Cómo sería mi futuro en aquella ciudad extraña, en la que no conocía anadie? No me atrevía a presentarme como improvisador huido del estadovecino.MisconocimientosdelenguasyunaconfianzainfantilenlaMadonnareforzaron mi alma, incluso el pensar en Annunziata, que se habíatransformado en una extraña melancolía, trajo tranquilidad a mi alma, latranquilidadqueembargaalnaveganteque,hundidosubarco,sedirige,sóloenunpequeñoesquife,haciaunacostadesconocida.

Transcurrieron losdías,unotrasotro, loshombres ibanyvenían, inclusoFulviaestuvofueraundíaentero,yyomequedéenlaguaridaconunodelosbandidos.

Eraunhombrejoven,comodeveintiúnañosdeedad,rasgosinnoblesperounamirada extrañamentemelancólica que de vez en cuando se volvía purafuria,comoladeunanimal;suaspectoestabaadornadoporlargosyhermososcabellosquelecaíansobreloshombros.Estuvounbuenratoensilencioconlacabezaapoyadasobreunbrazo,yluegosevolvióhaciamíydijo:

—Tú sabes leer, léeme una oración de este libro—y sacó un pequeñomisal, que le leí, y en sus grandes ojos oscuros se veía la más profundadevoción—. ¿Por qué quieres abandonarnos?—dijo, dándome sumano conbuen humor—. Maldad y falsedad habitan en la ciudad tanto como en losbosques,peroelbosquetieneairemásfrescoymenosgente.

Entrenosotroscrecióunaespeciedeconfianza,yyomeestremecíaporsuferocidadaltiempoquemesentíaconmovidoporsuinfelicidad.

—Conocerás seguramente la historia del Príncipe de Savelli, ¿no? —preguntó—. Las alegres bodas de Ariccia. No era en realidadmás que unahumilde campesina, una chica pobre, pero eramuy bonita y se hicieron las

Page 113: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

bodas.ElpoderososeñordeSavellihonróalanoviaconunbaile,lacitóeneljardín, pero ella se lo confesó a su novio, que tomó sus ropas y su velo denoviaysehizopasarporella;ycuandoelcondeintentóestrecharlacontrasupecho,élclavósudagaenelcorazóndelnoble…Yoconocíuncondecomoeseyunnoviocomoese,perolanovianoeratansincera;elpoderososeñorcelebrólanochedebodasyelnoviounfuneral.Elpechodelanoviabrillabacomo la nieve cuando el deslumbrante cuchillo buscó su camino hasta elcorazón.

Lo miré a los ojos en silencio, no tenía palabras para expresarle micompasión.

—Pensarásquenuncaheconocidoelamor;quenunca,comolaabeja,hebebidoelaromáticocáliz—exclamó—.Unadamaprincipal,inglesa,viajabaaNápoles,llevabaconsigoaunachicapreciosa,saludenlasmejillasyfuegoenlosojos;miscamaradaslosobligaronatodosabajardelcarruajeytumbarseen tierra, en silencio,mientras saqueaban; a las dosmujeres y a un hombrejoven, imagino que era el amante, nos los llevamos a lasmontañas; a él loatamos a un árbol, lamuchacha eramuy bella, era la novia… ¡yo tambiénpodríaserelPríncipedeSavelli!Cuandollegóporfineldineroderescatedelos tres, las rojasmejillas de lamuchacha habían desaparecido, sus ojos noquemabancontantafuerza,todoporlaoscuridadquereinaenlasmontañas—me aparté de él, que añadió como para justificarse—: ¡La muchacha eraprotestante,noeracristiana,eraunahijadeSatanás!

Porunratopermanecimoslosdosensilencio.

—Léemeotraoración—dijo,yasílohice.

AlatardecerllegóFulvia;meentregóunsobreperonomepermitióabrirlo.

—Las montañas te envuelven con su húmeda capa; es hora de echar avolar.Comeybebe,tenemospordelanteunalargacaminatayenlosdesnudossenderos no crecen las pagnotte—el bandido joven sacó enseguida algo dealimento,quecomí;yFulviaseechósobreloshombrossucapaymearrastróconellaporlososcuroscorredoresexcavados—.¡Enlacartaestántusalas!—dijo—. Ningún soldado de la frontera te tocará ni una pluma, mi jovenaguilucho.Llevas una varitamágica, ella te proporcionará oro y plata hastaquetúmismohayasencontradotutesoro.

Consusdesnudos,flacosbrazosseparólaespesahiedraquecolgabacomoun tapiz ante la entrada del cubil; era noche cerrada, una niebla húmedaenvolvía las montañas. Caminé agarrado a su vestido; sólo con dificultadpodía seguir sus rápidos pasos por el sendero en aquella oscuridad, ellaavanzabacomounfantasma;aambosladossealzabanarbustosymatorrales.Llevábamoscaminandoyavariashoras,estábamosenunestrechovalleentre

Page 114: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

montañas; allí había una choza de paja como las que suele haber en lospantanos.No teníaparedes, el tejadode cañasypaja llegabahasta el suelo.Brillabaunaluzatravésdeunarendijaenlabajapuerta.Entramos,eracomoel interior de una gran colmena, pero todo estaba negro por el humo, cuyaúnica salida era a través de la rendija de la puerta; postes y vigas, hasta lascañas,todoestabarelucientedehollín.Enmitaddelsuelohabíaunaelevaciónde varios codos de altura y más o menos la mitad de anchura; allí habíacenizas y carbón, era el lugar donde guisaban la comida y que servía paracalentar la choza.Másatrás, en lapared,habíaunaaberturaqueconducíaaunachozamáspequeña,adosadaalamayor,igualquelascebollaspequeñascrecenpegadasalamadre;dentrodormíanunamujeryvariosniños;unasnoasomólacabezaysequedómirándonoscomoun tonto;unhombrebastantemayor, casi desnudo, sólo con los destrozados pantalones de piel de cabrasobre los muslos, vino hacia nosotros; besó la mano de Fulvia y, sinintercambiar una sola palabra, se echó el capote de lana sobre los hombrosdesnudos,hizosaliralburroymeindicóquemontara.

—¡Elcaballodelafortunatrotarámejorqueelasnodelacampiña!—dijoFulvia.Elcampesinosacóde lachozaalasno,enelquemonté.Micorazónestaba profundamente conmovido de agradecimiento a aquella misteriosaanciana,meinclinéabesarsumanoperoelladijoquenoconlacabezaymepasó lamano para retirarmis cabellos de la frente; sentí su frío beso, la visaludardenuevoconlamano,yramasyarbustoslaocultarondemivista,elcampesino fustigó el asno y echó a correr, compitiendo con él, hacia elsendero;lehablé,éldejóescaparundébilsonidoyconungestomeindicóqueeramudo.Micuriosidadpor leer lacartaqueFulviamehabíaentregadonomedejabauninstantedecalma,lasaquéylaabrí.Eranvariospapeles,perolaoscuridadme impedíadistinguirniuna solapalabra,pormuchoqueesforcélosojos.

Alamanecerestábamosenlacrestadelamontaña,quenoerosinogranitodesnudoyalgunasplantasbajasyelaromáticoajenjodecolorgrisverdoso.Elcieloestabailuminadoporlaslucientesestrellas,bajonosotrosseextendíaunondeante mar de nubes, eran los pantanos, que se prolongaban desde losCerros Albanos de Veletri a Terracina, enmarcados entre los Abruzos y elMediterráneo.Lasbajas,hinchadasmasasdenieblabrillabananuestrospiesyalpocovicómoelcielo infinitamenteazulse ibahaciendovioláceoy luegoadquiríaunpurísimocolorsonrosado,lasmontañassevistierondeterciopeloazulado,yoestabacegadoporlahermosuradeloscolores,unahogueraardíaenlaladeradelamontaña,parecíaunaestrellaescapadadelfondoclaro.Mismanossejuntaronenunaplegaria,micorazónseinclinóanteDiosenelgrantemplo de la naturaleza y rogó en silencio: «¡Hágase en mi según Tuvoluntad!».

Page 115: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx

Laluzdeldíaerayalobastantefuertecomoparapoderverloqueincluíaelsobre;habíaunpasaporteextendidoaminombreporlapolicíadeRoma,yelvisadodelembajadordeNápoles,yuna letradecambioporvalorde500scudipara laCasaFalconet,enNápoles.Unsobremáspequeñoincluíasólolaspalabras:«LavidadeBernardonocorrepeligro,peronovuelvasaRomahastapasadosunosmeses».

Fulviateníarazón:allíestabanmisalasymivaritamágica.¡Eralibre!Unsuspiro de agradecimiento brotó de mi corazón. Al poco, llegamos a uncaminomejor preparado; había algunos pastores comiendo su almuerzo.Miguíasedetuvo, losotrosparecíanconocerlo;hizounaseñalcon losdedosynosinvitaronaparticipardesucomida,consistenteenpanyquesodebúfala,queacompañabanconlechedeburra;diunosbocadosymesentímásfuerte.Mi guía me señaló entonces un sendero y los otros me explicaron que ibamontaña abajo, a lo largo de los pantanos, hasta Terracina, adonde podríallegar antes del anochecer. Sólo había de seguir el sendero dejando lasmontañas ami izquierda, y tras unas horas de caminome llevaría hasta unlargo canal que iba de lasmontañas a la gran carretera, cuya larga alamedapodría ver enseguida, en cuanto se disipara la niebla. Siguiendo el canalllegaríaalcamino, justoal ladodelconventoabandonadoqueeraahoraunahostería;sellamabaTorreTrePonti.

Gustosamentehabríahechoalgúnregaloamiguía,peronoteníanadaenabsolutoquedarle.EntoncesrecordéqueaúnteníalosdosscudiquellevabaenelbolsilloalsalirdeRoma,sólohabíaentregadolabolsadeldineroquemehabían dado para una necesidad. Así que aquellos dos scudi eran por elmomento todami fortuna,unose lodaríaamiguíayelotro loconservaríaparapodervivirdeélhastaquellegaraaNápoles,puessóloallípodríahaceruso demi carta de crédito. Echémano al bolsillo, pero busqué inútilmente;hacía mucho que me habían despojado de mis escasos bienes. ¡No teníaabsolutamentenada!Asíquedesatéelpañuelodesedaquellevabaalcuelloyselodialbuenhombre,leestrechélamanoyseguísóloporelsenderohacialospantanos.

¿Tegustóestelibro?Paramáse-BooksGRATUITOSvisitafreeditorial.com/es

Page 116: El Improvisador I - web.seducoahuila.gob.mx