El idealismo trascendental de Kant - Henry Allison (dig).pdf

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  • AUTORES, TEXTOS Y TEMAS

    F I L O S O F I AColeccin dirigida por Jaum e M ascar

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  • Henry E. Allison

    EL IDEALISMO TRASCENDENTAL DE KANT:

    UNA INTERPRETACIN Y DEFENSA

    Prlogo y traduccin de Dulce Mara Granja Castro

    r

    EDITORIAL DEL HOMBRE

    UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANAUN10AD IZTAPAIAPA

  • El idealismo trascendental de K ant: una interpretacin y defensa / Henry E. Allison ; prlogo y traduccin de Dulce Mara Granja Castro. Barcelona : Anthropos ; Mxico : Universidad Autnoma Metropolitana Iztapalapa, 1992. 525 p. ; 20 cm. (Autores, Textos y Temas. Filosofa ; 40)Ed. orig.: Kants Transcendental Idealism : An Interpretation and Defense. New Haven ; Londres : Yale University, 1983. Bibliografa p. 501-512. ndices ISBN 84-7658-341-9

    1. Kant, Immanuel - Crtica e inteipretacin 2. Idealismo I. Granja Castro, Dulce Mara II. Universidad Autnoma Metr opolitana - Iztapalapa (Mxico) III. Ttulo IV. Coleccin lKant, Immanuel

    1L10TIC*-STITUTO BE ; FILOSGFK

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    3 c.Titulo original: Kant's Transcendental Idealism: An Interjwetation

    and Defense (New Haven / Londres, Yale University, 1983)

    Primera edicin en Editorial Anthropos: abril 1992

    Henry E. Allison, 1992 Editorial Anthropos, 1992Edita: Editorial Anthropos. Promat, S. Coop. Ltda.

    Va Augusta, 64. 08006 Barcelona En coedicin con la Universidad Autnoma Metropolitana.

    Centro de: Documentacin Kantiana, Iztapalapa, Mxico ISBN: 84-7658-341-9 Depsito legal: B. 9.646-1992Fotocomposicin: Seted, S.C.L. Sant Cugat del Valls Impresin: Novagrfik. Puigcerd, 127. Barcelona

    Impreso en Espaa - Printed in Spain

    Todos los derechos reservados. Esta publicacin no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperacin de informacin, en ninguna forma ni por ningn medio, sea mecnico, fotoqumico, electrnico, magntico, electroptico. por fotocopia, o cualquier otro, sin el permiso prero por escrito de la edilonal.

  • PRLOGO

    El propsito de este libro es hacer una interpretacin y, en la medida de lo posible, una defensa del idealismo trascendental de Kant. Para Allison, dicho idealismo es inseparable de los puntos de vista que el filsofo de Knigsberg sostuvo acerca de la naturaleza, condiciones y lmites del conocimiento humano. Se trata de un estudio que abarca la filosofa terica de Kant, centrndose en el tema del idealismo trascendental, y que enfatiza la conexin con sus tesis sustantivas. Este es uno de los rasgos que distingue a este libro de otros tratados sobre Kant.

    Elaborada durante quince aos de cuidadosos anlisis de los aspectos significativos del tema, esta obra representa el tratamiento ms completo que se ha hecho de la Crtica de la razn pura en la filosofa anglosajona hasta el presente. La fuerza del libro de Allison reside en parte en su crtica firme y ajustada, y en parte en la forma en que escoge ciertos problemas particulares y trata de penetrarlos con escrupuloso cuidado y profundidad. En este sentido, su pensamiento es fiel heredero y continuador de la inteligencia analtica anglosajona. Adems, su obra guarda un riguroso respeto por las distinciones expresadas o implicadas por el texto. La claridad, consecuencia y detenida atencin, emblemticas de la filosofa analtica, estn presentes en el trabajo de Allison, y proporcionan el complemento necesario de la urdimbre de brillantes intuiciones kantianas en tomo al conocimiento, la experiencia y el ser. En efecto, estas elevadas intuiciones a menudo se han defen

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  • dido en un tono y con unos instrumentos verbales y conceptuales inadecuados, y, en consecuencia, han cado en posesin de posturas intrincadas, oscuras y mutuamente conflictivas.

    El libro est dividido en cuatro grandes partes. En la primera de ellas se examina la naturaleza del idealismo trascendental; se aclara qu es lo que hace que la filosofa de Kant sea trascendental y qu es lo que esto significa. Allison seala el error bsico de la interpretacin convencional de este idealismo, la cual, al desatender ex profeso totalmente su dimensin trascendental, hace que este sea visto como una mezcla incoherente de fenomenismo y escepticismo. Allison trata de corregir este error enfocando explcitamente el sentido trascendental del pensamiento kantiano e introduciendo la nocin de condicin epistmica, a fin de esclarecer las tesis en tomo a la idealidad trascendental de los objetos de la experiencia humana. Asimismo, expone cmo estas condiciones a priori propias del conocimiento humano, que determinan lo que puede ser objetivo para la mente humana, son la contribucin distintiva de la filosofa crtica o trascendental, y constituyen los principios revolucionados de la inversin copemicana.

    Allison examina detenidamente la nocin de condicin epistmica como clave para una interpretacin adecuada del idealismo trascendental. Condiciones epistmicas son las condiciones necesarias y universales que reflejan la estructura del aparato cognitivo humano y por las cuales nicamente la mente humana puede representarse algo como objeto en general. Afirmar esto no equivale a ratificar la concepcin kantiana acerca de las condiciones a priori del conocimiento. Empero, s deja en claro que difcilmente tiene sentido acusar a Kant de escptico por negar la posibilidad del conocimiento de las cosas con independencia de dichas condiciones. En este aspecto, el libro de Allison es una reconstruccin de la KrV que atiende a las crticas y confusiones procedentes, sobre todo, de la interpretacin convencional del idealismo trascendental; en ese sentido, esta obra representa una superacin de dicha versin convencional del idealismo kantiano. A la luz de la dimensin trascendental y de la concepcin de condicin epistmica, Allison traza claramente la distincin entre fenmeno y cosa en s, y explica el sentido de la tesis kantiana segn la cual los objetos se rigen por nuestro conocimiento.

    La sensibilidad de Allison para el texto de Kant y para otros comentaristas es profunda y esclarecedora. En su libro no solo desarrolla un vasto manejo de todos los textos kantianos, estableciendo sus conexiones intemas, sino que adems complementa su anlisis con la literatura contempornea ms sobresaliente. De

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  • esta manera, aborda la cuestin de la distincin entre el idealismo trascendental y toda otra filosofa no crtica como forma de realismo trascendental. La funcin de esta parte de la obra es fundamentalmente exegtica, y su tarea es la de desarrollar ms ampliamente la interpretacin que aqu se propone del idealismo trascendental mediante un proceso indirecto de contraste entre dicho idealismo y el realismo trascendental. El objetivo es aclarar la conexin entre el idealismo trascendental y la nocin de condicin epistmica. Esto permitir reconocer la naturaleza no fenomenista y no psicologista del idealismo trascendental.

    En el ltimo captulo de esta primera parte de la obra se trata el problema de la Antinomia de la razn pura. Allison hace ver que las contradicciones en las que cae inevitablemente la razn descansan sobre supuestos del realismo trascendental, y argumenta que servirn como refutacin de dicho realismo y como prueba indirecta de la interpretacin que aqu se sugiere del idealismo trascendental.

    Pero, si bien se explica pormenorizadamente lo inadmisible de la interpretacin emprica convencional del idealismo trascendental, es necesario hacer un examen detallado de los argumentos que Kant ofrece en la Esttica trascendental y Analtica trascendental en tomo a las condiciones sensibles e intelectuales del conocimiento humano. La realizacin de esta tarea se asigna a la segunda parte de la obra.

    Allison se propone dilucidar los problemas que Kant se plante y los argumentos con los que pretendi darles respuesta. Desde esta perspectiva nos presenta una interpretacin original del idealismo trascendental, apegada y fiel, pero no por eso carente de crtica, que destaca sus grandes logros y sus genuinas dificultades. Antes de comenzar la exposicin de los argumentos que Kant ofrece a favor del carcter trascendental de las condiciones epist- micas, Allison examina la explicacin que presenta acerca de la naturaleza discursiva de la cognicin humana y de la teora del juicio subyacente. Asimismo, se clarifica la relacin entre la teora kantiana del juicio y su distincin tanto de los juicios analticos como de su concepcin de los juicios sintticos a prior!.

    En el captulo que Allison dedica al examen de las condiciones sensibles del conocimiento humano, sostiene que el argumento que Kant esgrime en la Esttica trascendental a fin de probar que espacio y tiempo son representaciones a priori e intuitivas, no descansa, como generalmente se supone, sobre la concepcin de la geometra eucldea como ciencia sinttica a priori del espacio. En oposicin a esta interpretacin prevaleciente, Allison

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  • hace ver que el genuino argumento kantiano a favor de la idealidad de espacio y tiempo se apoya sobre el resultado del anlisis de las representaciones de espacio y tiempo en las Exposiciones metafsicas, y consta de dos partes. La primera demuestra que el contenido de estas representaciones debe ser las formas de la sensibilidad humana, i. e., el producto de nuestro modo peculiar de representar. La segunda expone las implicaciones ontolgicas de este resultado: como productos de nuestra manera peculiar de representar los datos dados a la mente en la intuicin, las propiedades espaciales y temporales no pueden asignarse significativamente a las cosas en s. Y esto equivale a demostrar que espacio y tiempo son trascendentalmente ideales. As pues, la tesis de la idealidad de espacio y tiempo es realmente una consecuencia de la afirmacin kantiana de que espacio y tiempo son condiciones epistmi- cas. Se sostiene, adems, que este argumento merece una consideracin cuidadosa, especialmente si se toma en cuenta la posibilidad de solucin que ofrece ante la disyuntiva de las teoras de Leibniz y Nevvton y sus variantes. Para Allison, tanto el argumento de la geometra como el de la paradoja de las contrapartes incongruentes se derivan del argumento primario de la representacin de espacio. Por consiguiente, el rechazo (o, cuando menos, la radical modificacin) de los puntos de vista de Kant respecto de la geometra no implica el rechazo de la doctrina de la idealidad del espacio, pues el argumento en que se funda tal doctrina es independiente de toda suposicin referente a la naturaleza de la geometra.

    El ltimo captulo de esta segunda parte de la obra est dedicado al examen de las condiciones intelectuales del conocimiento humano. Allison hace una exposicin clara, inteligente y profundamente informada de uno de los temas ms controvertidos de la KrV: la Deduccin metafsica de los conceptos puros del entendimiento. Allison sostiene que el dato del que parte la Deduccin metafsica no son los conceptos puros, sino las formas del juicio derivadas de la lgica general. El argumento, ms que partir de dichos conceptos, lleva a ellos. Su punto de partida genuino, aunque implcito, es la tesis de que debe presuponerse un conjunto de conceptos puros como condiciones necesarias del juicio. Tales conceptos puros pueden considerarse como las condiciones intelectuales del conocimiento humano. En la primera parte del captulo se desarrolla esta tesis, y en la segunda se regresa a la consideracin del argumento explcito de la Deduccin metafsica. Se aborda, adems, el problema crucial de la correlacin entre concepto puro y forma del juicio, i. e., la conexin entre juicio y

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  • conceptualizacin. Es precisamente en este punto donde puede patentizarse la estructura del argumento genuino de la Deduccin metafsica. Asimismo, se pone de relieve un aspecto importante de la teora kantiana del juicio, a saber, que todo juicio expresa el pensamiento de la validez objetiva de la sntesis. Allison hace ver que Kant no logra establecer exitosamente la correlacin entre todos los casos de funciones lgicas y sus correspondientes conceptos puros. Seala, adems, las dificultades de la controvertida afirmacin kantiana acerca del carcter exhaustivo y sistemtico de su lista de las categoras. Estas dificultades del pensamiento kantiano son reales, y Allison no pretende minimizarlas. Sin embargo, no anulan el logro positivo de su anlisis del juicio, a saber, el haber mostrado que la actividad judicativa presupone un

    conjunto de conceptos a priori que poseen un estatus categorial. Esto significa que tales conceptos se derivan de la naturaleza misma del entendimiento y que no tienen en s mismos referencia a la pluralidad espaciotemporal de la experiencia humana. En otras palabras, el anlisis del juicio no implica la realidad objetiva o emprica de los conceptos puros. En consecuencia, de la premisa que afirma que un concepto funciona como condicin de un juicio de cierta forma lgica no podemos pasar directamente a la conclusin de que ese concepto posee alguna aplicacin a los datos de la experiencia humana. Por eso es necesaria una Deduccin trascendental. En la siguiente parte de la obra, este tema ser uno de los principales. En conclusin, teniendo en cuenta el objetivo completo de la Analtica trascendental, el logro de la Deduccin metafsica puede considerarse como un primer paso necesario pero insuficiente.

    En la tercera parte del estudio se examinan los temas ms importantes y difciles de la KrV: la Deduccin trascendental de las categoras, la doctrina del Esquematismo trascendental, y la primera y segunda Analogas. El libro de Allison se destaca, especialmente en esta parte, como una de las ms importantes contribuciones al estudio y comprensin de la filosofa terica de Karit. Por sus niveles expositivo, interpretativo, analtico y crtico de los temas tratados, constituye un trabajo ejemplar sobre el idealismo trascendental.

    Esta parte del estudio se inicia con la polmica de las dificultades exegticas en tomo a la estructura del argumento de la Deduccin trascendental; Allison sostiene que las dos partes en que est dividido el argumento deben considerarse como dos pasos de una prueba nica. Trata de mostrar que las dos partes de la Deduccin contienen dos tesis distintas en torno a las categoras y

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  • que operan con dos distintas concepciones de objeto. Segn la interpretacin propuesta, la primera parte de la Deduccin se ocupa de la validez objetiva de las categoras, en tanto que la segunda parte se ocupa de su realidad objetiva. La primera debe explicarse en trminos del papel que las categoras desempean en el juicio como condiciones necesarias para la representacin de objetos. La segunda, en cambio, debe explicarse en trminos de la referencia o aplicacin de estas a los objetos reales que nos son dados en la intuicin. Esto significa que el argumento de la Deduccin debe mostrar la conexin entre las categoras y las condiciones o formas de la sensibilidad humana, i. e., entre las condiciones intelectuales y las sensibles del conocimiento humano. AII- son sostiene que a esta distincin entre validez y realidad objetivas de las categoras corresponden, respectivamente, las concepciones de objeto en sentido lgico o judicativo (Objekt) y objeto en sentido real (Gegenstand). Allison analiza la primera parte de la Deduccin y considera que Kant logra establecer la necesidad de las categoras respecto de los objetos en sentido lgico. Pasa despus a analizar el contraste enti'e unidad objetiva y subjetiva de la conciencia; sostiene que es posible dar a esta distincin un sentido legtimo compatible con la explicacin kantiana de la objetividad y diferente de la distincin entre juicios de percepcin y juicios de experiencia expuesta en los Prolegmenos. Finalmente, examina la segunda parte del argumento de la Deduccin y demuestra que esta es parcialmente exitosa. El problema es que el esfuerzo kantiano por conectar las categoras con la experiencia humana parece estar motivado por dos distintos intei'eses. Uno es mostrar que las categoras se aplican necesariamente a los datos sensibles de la intuicin humana, lo cual es tanto como establecer su realidad objetiva. El otro es mostrar que, de alguna manera, las categoras hacen posible la experiencia, entendida esta como un conocimiento emprico de objetos y como un orden objetivo distinto de las percepciones y su orden subjetivo. Sostengo que, aun en la ms favorable de las interpretaciones, no puede considerarse que la "Deduccin trascendental" ha cumplido con esta ltima tarea.1

    En suma, la primera parte del argumento proporciona un comienzo adecuado para establecer la conexin entpe la unidad de la conciencia y la representacin de un objeto en sentido lgico o judicativo y trazar el fundamento para la siguiente conexin entre la unidad de la conciencia y las categoras como conceptos de 1

    1. Vase p. 223.

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  • objetos en general. Pero incluso pensando que la segunda parte del argumento no es totalmente exitosa, no puede considerarse que este sea un fracaso completo. En efecto, puede hacerse una demostracin de la tesis que establece la realidad objetiva de las categoras. Por consiguiente, s se alcanza una de las metas propuestas por Kant. As pues, el que el argumento no logre su segundo y ms ambicioso propsito no justifica su total repudio. Allison sostiene que el problema no radica en el argumento mismo de la Deduccin, sino ms bien en haber asignado a ella una tarea que propiamente debe asignarse a la Analtica trascendental considerada en su totalidad. Exponer esto detalladamente ser la tarea de los tres siguientes captulos: el Esquematismo y las dos primeras Analogas.

    El captulo dedicado al Esquematismo tiene como principal finalidad explicar qu se entiende por esquema trascendental y cul es la funcin que este desempea en el argumento general de la Analtica trascendental. El captulo est dividido en cuatro apartados. En el primero, Allison aborda las cuestiones de la funcin del esquema y de por qu Kant describe el problema del esquematismo de los conceptos puros en trminos de subsuncin. En el segundo, se examinan las diferentes caracterizaciones del esquema trascendental a lo largo del Corpus kantiano. La tercera parte del captulo trata la naturaleza y justificacin de la tesis segn la cual un esquema particular pertenece a una categora dada, y se sostiene que tal tesis constituye una clase especial de los juicios sintticos a priori, a saber, los juicios de esquema. La ultima parte trata de la conexin entre Esquemas y Principios y afirma que la interpretacin de los esquemas como intuiciones puras determinadas proporciona la clave para la comprensin de la naturaleza sinttica a priori de los Principios. Por esto la doctrina del esquematismo es el verdadero inicio de una explicacin del conocimiento sinttico a priori y de una metafsica de la experiencia que descanse sobre la posibilidad de especificar los anlogos temporales de las reglas categoriales proporcionadas por los conceptos puros.

    En el captulo dedicado a la Primera analoga, se analiza el problema inicial con el que se enfrenta cualquiera de sus interpretaciones, i. e., determinar qu es exactamente lo que el argumento pretende probar. Desafortunadamente, esto no es un asunto tan simple como se supondra a primera vista. En tanto que Kant vincula directamente la Primera analoga con el problema de la duracin determinada, parecera que la meta del argumento es probar que la presencia de algo permanente en la experiencia

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  • es condicin necesaria para la posibilidad de medir el tiempo. Sin embargo, Allison sostiene que la Primera analoga se ocupa de las condiciones necesarias de toda determinacin de tiempo y no solo de las condiciones de posibilidad de las mediciones de tiempo. Segn esto, lo que Kant debe demostrar es que solo una cosa verdaderamente permanente puede proporcionar la condicin requerida para la unificacin de todos los fenmenos en un solo tiempo y, por lo tanto, en una sola experiencia. Esta permanencia debe ser absoluta y no meramente relativa. Pero la situacin se complica an ms porque Kant combina esta tesis general, referente a la necesidad de lo permanente como condicin necesaria de toda determinacin de tiempo, con la tesis referente al cambio, segn la cual todo cambio (Wechsel) entre fenmenos debe ser concebido y experimentado como una alteracin (Vernderung) de una sustancia que perdura. Por ltimo, en la segunda edicin Kant afirma que la cantidad de sustancia permanece constante en el universo. A causa de esta declaracin muchos intrpretes y crticos han supuesto que Kant est comprometido en la KrV con el intil proyecto de proporcionar una comprobacin trascendental del principio de conservacin de la materia. Esta es la temtica general del captulo. La estrategia que Allison desarrolla consiste en analizar cada uno de los pasos del argumento segn la segunda edicin y complementarlos adecuadamente con otros materiales a fin de mostrar que el paso de la permanencia relativa a la absoluta es un paso legtimo y que la tesis expuesta en la KrV en tomo a la permanencia de la cantidad de sustancia debe distinguirse claramente del principio de conservacin de la materia tratado en la Fundamentacin metafsica de la ciencia natural. Finalmente, se examina el problema de la coherencia de la concepcin kantiana de sustancia.

    El ltimo captulo de la tercera parte de la obra trata de la Segunda analoga. Para Allison, el argumento de dicha Analoga es la culminacin de la Analtica trascendental. A los ojos del mismo Kant y de muchos de sus comentaristas y crticos, la totalidad del proyecto de establecer una metafsica de la experiencia se mantiene en pie o se derrumba dependiendo del xito o fracaso de este argumento. Pero, una vez ms, Kant formula el principio de esta Analoga de diversa manera en las dos ediciones. Allison hace ver que el blanco de ataque de la Segunda analoga es ms bien el rechazo humeano del principio general de causalidad, el llamado principio de todo-evento-alguna-causa, y no el rechazo del principio segn el cual causas similares producen efectos similares, el llamado principio de misma-causa-mismo-

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  • efecto. El principal inters de este captulo es analizar y evaluar el argumento en el que se apoya el primer principio y trazar la conexin entre este argumento y el idealismo trascendental. El captulo se divide en tres secciones. Primeramente se abordan las consideraciones generales que Kant hace respecto de las condiciones de representacin de un orden temporal objetivo; esto sirve de introduccin al argumento y le proporciona un marco trascendental que nos permitir ver que el argumento kantiano es inseparable de su idealismo. En segundo lugar, se analiza el argumento en que se apoya el principio todo-evento-alguna-causa. Finalmente, se considera la naturaleza y alcance preciso de la tesis de Kant y se analiza una de las ms importantes objeciones que se han levantado contra ella: el cargo de non sequitur presentado por Lovejoy- Strawson.

    En la ltima paite del libro, Allison aborda los problemas de lo fenomnico, lo noumnico y el Yo. Hace ver que las condiciones trascendentales del conocimiento y la experiencia son tambin condiciones del autoconocimiento y de la experiencia interna. Asimismo, examina el problema de la libertad prctica.

    El libro ana claridad y rigor. Con una perspectiva amplia, Allison hace accesible, sin prdida de su profundidad, el sentido fundamental del idealismo trascendental, y se vale de l para plantear problemas filosficos actuales y significativos. Expone magistralmente los contenidos de la filosofa crtica, caracteriza porme- norizadamente el proyecto global del idealismo kantiano y nos da una visin completa de l. Trata las aportaciones de Kant y las conecta con el pensamiento contemporneo. Este estudio es una prueba contundente de que la obra de Kant est muy lejos de ser un anacronismo o una vetusta doctrina destinada a ocupar un sitio honorable entre los clsicos olvidados del museo de historia de la filosofa. La presencia de Kant se deja sentir insoslayablemente en el debate filosfico contemporneo y es punto de referencia inevitable en los planteamientos filosficos actuales. Su filosofa pertenece al privilegiado grupo de las filosofas siempre vivas. Allison nos presenta los argumentos kantianos con todo su vigor, sin ignorar por ello las oscuridades del texto o las dificultades presentes en cada uno de sus pasos; seala agudamente las dificultades reales y no pretende atenuarlas. De hecho, Allison destaca en su trabajo muchos graves problemas que generalmente no se advierten en la literatura secundaria. Por esto mismo, y para efectos de la argumentacin, distingue las genuinas dificultades de las que son ficticias y que se originan por la falta de comprensin del carcter trascendental del idealismo kantiano. Allison hace ver que

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  • estas pseudodificultades son las que generalmente aducen los detractores en la versin convencional y el tipo prevaleciente de crtica que se hace contra Kant.

    La ltima parte de la obra se inicia con un captulo dedicado a la cosa en s y el problema de la afeccin. Basndose en el examen del idealismo trascendental presentado en la primera parte del estudio, Allison muestra que hablar de cosas consideradas como son en s, incluyendo la afirmacin de que tales cosas nos afectan, no transgrede la doctrina de la incognoscibilidad de las cosas en s. El captulo se desarrolla en tres partes. La primera trata el problema general de encontrar una justificacin para referirse, en un contexto trascendental, a las cosas como son en s. La segunda parte establece las relaciones entre el concepto de cosa en s y otros conceptos distintos asociados con l. La ltima parte trata de proporcionar una solucin al problema de la afeccin sugiriendo el sentido en el cual Kant sostiene consistentemente que las cosas en s nos afectan. La interpretacin que Allison presenta de las tesis kantianas en tomo a estos temas hace ver que estas no implican un relato metafisico acerca del modo como la mente o un Yo noumnico es afectado por un objeto trascendental. Estas tesis simplemente estipulan cmo debe ser concebido un objeto afectante en una explicacin trascendental de la afeccin exigida por la teora kantiana de la sensibilidad. Por otra parte, la funcin que en este contexto trascendental desempean las categoras es una funcin puramente lgica que no implica ningn supuesto respecto de la realidad objetiva de un reino de entidades empricamente inaccesible.

    En el siguiente captulo, Allison examina la especialmente oscura y difcil doctrina kantiana del autoconocimiento. Para Allison, la razn de esta oscuridad y dificultad se encuentra en que dicha doctrina est enraizada en la teora kantiana del sentido intemo, la cual es fragmentaria e insatisfactoria. Mucho de lo que se considerara de inters primordial en una exposicin del autoconocimiento e. g., cuestiones referentes a las intenciones, disposiciones, deseos, creencias, etc. ni siquiera es tratado levemente en los anlisis kantianos oficiales. Lo nico que se aborda es el intento de mostrar que el autoconocimiento est sujeto a las mismas condiciones trascendentales que rigen para el conocimiento de los objetos distintos del Yo. Posteriormente, se analiza la tesis kantiana del tiempo como forma del sentido interno y se pasa a la determinacin de la naturaleza del objeto del sentido interno y de la experiencia interna. Finalmente, se analiza el argumento kantiano a favor de la fenomeneidad de dicho objeto. Entre las conclu

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  • siones, se destaca la del problema de cmo se aplican las categoras y los Principios a la experiencia intema.

    Despus de haber esbozado la doctrina kantiana del sentido intemo como uno de los ingredientes del punto de vista de Kant respecto del autoconocimiento, Allison examina a continuacin el otro ingrediente, i. e., la doctrina de la apercepcin.

    A diferencia de la interpretacin oficial, segn la cual el objeto del sentido interno es el Yo fenomnico, Allison sostiene que este objeto es descrito ms adecuadamente como la sucesin de representaciones tal como ocurren en la conciencia. La conciencia de esta sucesin requiere de un acto reflexivo (atencin) por medio del cual estas representaciones se constituyen en objetos subjetivos. Solo mediante este acto podemos tener conocimiento emprico de los contenidos de nuestra propia mente y experimentamos nuestra propia vida mental como una serie de eventos condicionados en el mundo fenomnico. En cambio, la apercepcin produce conciencia, pero no experiencia, de la actividad de pensar. Esta apercepcin implica una conciencia real de su acto unificante. De este modo, la unidad de la apercepcin es algo ms que una condicin meramente formal o trascendental de la experiencia, es algo real, i. e., un modo real de autoconciencia. As pues, el problema es explicar cmo es posible tal conciencia y cmo est vinculada con la conciencia de existencia.

    Por otra parte, se debe determinar hasta qu punto esta explicacin de la apercepcin es compatible con el proyecto de aplicar la distincin trascendental al Yo. Estas son las principales temticas de este captulo, que consta de cuatro secciones. En la primera de ellas, Allison analiza la doctrina kantiana de la apercepcin como conciencia no experimental de la actividad de pensar, e intenta formular una distincin viable entre aper cepcin emprica y trascendental. La segunda paite trata de la supuesta conexin entre apercepcin y conciencia de existencia. l a tercera considera las principales caractersticas de la crtica que Kant hace en los Paralogismos a la psicologa racional, por su uso errneo de la concepcin de apercepcin. Finalmente se tratan algunas de las dificultades que se presentan al intentar correlacionar la distincin entre sentido interno y apercepcin con la distincin entre fenmeno y nomeno.

    La refutacin kantiana del idealismo cartesiano es un aspecto esencial de la explicacin general del autoconocimiento. Allison se aparta de la interpretacin convencional que sostiene que la Refutacin es un apndice de la Deduccin trascendental y que forma con ella un nico argumento trascendental. En cambio,

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  • Allison sostiene que la Refutacin al idealismo forma parte integral de la crtica kantiana al subjetivismo cartesiano, y que, como tal, guarda estrecha relacin con lo tratado en el captulo anterior. El presente captulo se divide en tres secciones. La primera presenta las consideraciones generales en favor de la interpretacin que aqu se propone del argumento con el cual Kant pretende refutar el idealismo cartesiano. La segunda analiza el argumento en s. La tercera expone una posible contrarrplica escptica no consignada explcitamente en el argumento de Kant, y se hace ver que tal rplica no invalida ni el argumento kantiano ni su explicacin del autoconocimiento.

    En el ltimo captulo de la obra, Allison examina el problema de la conexin entre cosmologa y autonoma en la KrV. Sostiene que en la Primera crtica se encuentran los principios generales de una teora del obrar humano (libertad prctica) que no se apoya en ninguna apelacin a hechos especficamente morales y que constituye un ingrediente esencial para la totalidad del tratamiento kantiano del autoconocimiento. Somos conscientes de nosotros mismos no solo como sujetos epistmicos poseedores de representaciones, sino que tambin somos conscientes de nosotros mismos como agentes, capaces de resistir inclinaciones y de elegir entre cursos de accin alternativos. Kant debe, por tanto, elucidar esta conciencia. Sostengo que la explicacin de la libertad prctica en la KrV est designada precisamente para hacer esta elucidacin.2 Allison divide el captulo en cuatro secciones. En la primera trata el argumento de la Tercera antinomia y su.conexin con el problema de la libertad humana. En la segunda seccin hace ver cmo, a pesar de las numerosas interpretaciones que sostienen lo contrario, Kant tiene la misma concepcin de libertad tanto en la Dialctica como en el Canon. La tercera analiza esta concepcin de libertad en conexin con el idealismo trascendental. Finalmente, se trata la controvertida tesis kantiana segn la cual la predecibilidad de las acciones sobre la base de las leyes causales es compatible con la imputacin de esas mismas acciones a los agentes como productos de la libertad prctica. Entre las conclusiones ms importantes de este captulo destaca el que esta teora de la libertad es la adecuada para una filosofa crtica que no apela a hechos especficamente morales como lo sera el principio de autonoma.

    Hemos dado noticia de los argumentos y fines ms sobresalientes de la obra. Nos resta presentar al lector de habla espaola

    2. Vase p. 470.

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  • algunos rasgos de la eminente figura filosfica del autor. El doctor Henry E. Allison es Catedrtico de la Universidad de California, San Diego, desde 1973, y Profesor Visitante de la Universidad de Princeton. Es miembro de la junta consultiva de la North American Kant Society, de Kant-Studien, de The Monist. Philosophical Archives, y de la edicin de la Universidad de Cambridge de las Obras de Immanuel Kant traducidas al ingls. Es editor del vol. III de Kants Theoretical Philosophy after 1781. En diversas ocasiones le han sido conferidas las becas de la Fundacin Guggenheim y de la Fundacin Nacional para las Humanidades. Entre sus libros destacan: Lessing and the Enlightenment (University of Michigan Press, 1966); The Kant-Eberhard Controversy (Johns Hopkins University Press, 1973); Benedict de Spinoza (Yale University Press, 1987), y Kants Theory o f Freedom (Cambridge University Press, 1990). Entre sus numerosos artculos en revistas especializadas cabe mencionan Kants Concept of the Transcendental Objekt, Kant-Studien (1968); Faith and Falsifiability, The Review o f Metaphysics (1969); Transcendental Idealism and Descriptive Metaphysics, Kant-Studien (1969); Kants Transcendental Humanism, The Monist (1971); Kants Non-Sequitur?, Kant- Studien (1971); Kants Critique of Berkeley, Journal o f the History o f Philosophy (1973); The Non-Spatiality of Things in Themselves in Kant, Journal o f the History o f Philosophy (1976); Kants Refutation of Realism, Dialctica (1976); Practical and Transcendental Freedom in the Critique of Pure Reason, Kant- Studien (1982); Incongruity and Ideality, Topoi (1984); The Concept of Freedom in Kants "Semi-Critical Ethics, Archiv fr Geschichte der Philosophie (1986); Kants Refutation of Materialism, Tire Monist (1989).

    Para concluir, deseo expresar mi agradecimiento a la doctora Mara Pa Lara, jefa del Departamento de Filosofa de la Universidad Autnoma Metropolitana, por el valioso apoyo brindado en la fundacin del Centro de Documentacin Kantiana y en la traduccin y publicacin de este libro, las cuales dedico a la memoria de doa Josefina Castro de Granja.

    D u lc e M ara G ranja Castro Universidad Autnoma Metropolitana Mxico, 1991

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  • INTRODUCCIN A LA VERSIN ESPAOLA

    Siguiendo la sugerencia de la doctora Granja Castro, a quien estoy profundamente agradecido por haber emprendido la laboriosa tarea de traducir el presente trabajo, deseo aprovechar esta oportunidad para comunicar algunas de las razones que originalmente me llevaron a escribir E l id ea lism o tr a sc en d e n t a l d e K a nt . Las races del proyecto se remontan a un seminario de posgrado sobre la Crtica de la razn pura dirigido por el profesor Aron Gurwitsch, al cual asist durante 1960 y 1961 en la New School for Social Research. Durante el curso de ese seminario y en m subsecuente trabajo bajo su direccin, el profesor Gurwitsch no solo me introdujo en un serio estudio de Kant, sino que adems me proporcion un modelo del planteamiento filosfico y del enfoque de investigacin de los textos clsicos. A pesar de las importantes diferencias en interpretacin y orientacin, he tratado de emular ese modelo en mi propio trabajo. Esa es la razn por la cual el libro, que surgi finalmente despus de veintids aos, est dedicado a su memoria.

    Pero, si bien Aron Gurwitsch fue quien dio la primera direccin a mi estudio de Kant, lo que determin principalmente el modelo eventual y muchos de los intereses de E l IDEALISMO TRASCENDENTAL d e K a n t fue mi encuentro con la interpretacin y las crticas analticas de Kant de los aos sesenta. Despus de que durante vatios aos estuvo relativamente desatendida en la comunidad filosfica angloamericana, debido sobre todo al predominio,

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  • primeramente, del positivismo lgico y, posteriormente, de la filosofa del lenguaje, en 1966 las publicaciones de los libros de P.F. Strawson, Los lmites del sentido, y de Jonathan Bennett, La analtica de Kant, dieron lugar a que resurgiera el inters por la filosofa terica de Kant. Estas dos obras difieren considerablemente en estilo y contenido, pero ambas comparten la misma apreciacin acerca de lo que debe ser llamado elementos analticos de la Crtica, as como la tendencia a desechar, virtualmente en su totalidad, todo aquello que guarde relacin con lo que Strawson llama la metafsica del idealismo trascendental.

    A pesar de que aprend mucho de aquellos dos trabajos, especialmente del de Strawson, y de aquel otro de Bennett que fue secuela del primero. La dialctica de Kant (1974), pronto llegu a convencerme de que mucho de lo que ellos descartaban era filosficamente importante y que, en muchos casos, sus crticas se basaban en serias incomprensiones de los puntos de vista de Kant. Esto es verdad especialmente para su comprensin del idealismo trascendental al cual ellos, junto con la gran mayora de los crticos angloamericanos de Kant, consideran esencialmente como una forma de fenomenismo (muy semejante al de Berkeley) combinado, de una manera inexplicable, con un conjunto de tesis oscuras y aparentemente no criticadas acerca de un mundo nou- mnico subyacente. De acuerdo con esta interpretacin del idealismo trascendental, era para ellos relativamente fcil sostener que gran parte del genuino logro filosfico de Kant, por ejemplo, el argumento trascendental central que vincula la autoconciencia con la experiencia de un mundo pblico objetivo, es totalmente independiente de dicho idealismo.

    En oposicin a este enfoque, que recientemente ha encontrado una expresin importante en el trabajo de Paul Guyer, Kant and the Claims o f Knowledge (1987), he tratado de argumentar que el idealismo trascendental, interpretado apropiadamente, es en s mismo inseparable del mtodo crtico. En suma, este es un idealismo metodolgico, y, como tal, es radicalmente distinto del fenomenismo, en cualquiera de sus formas habituales, as como de cualquier metafsica noumnica que, en trminos de Strawson, trasciende los lmites del sentido. Provisto con esta concepcin del idealismo, la cual a menudo es caracterizada como perspectiva de un doble aspecto y no de un doble mundo, encontr que poda desarrollar una interpretacin, mucho ms apegada y bien avenida de lo que usualmente se piensa que es posible, de concepciones controvertidas tales como sntesis trascendental, cosa en s y afeccin, y que incluso poda comprender el sentido que tienen los

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  • argumentos, generalmente ridiculizados, que se esgrimen a favor del idealismo en la Esttica trascendental y en la Antinomia de la razn pura. As pues, como el ttulo lo seala, mi interpretacin del idealismo trascendental es, al mismo tiempo, una defensa. Sin embargo, esto no significa que mi enfoque sea carente de crtica. Mi defensa es una defensa limitada, pues considero que persisten muchas oscuridades y dificultades aun en la ms favorable de las interpretaciones. Sin embargo, he tratado de mostrar que la importancia filosfica permanente de la Crtica de la razn pura es mucho ms grande y profunda de la que le han otorgado numerosas interpretaciones contemporneas. Espero, por supuesto, que esta traduccin contribuya a que los estudiosos de Kant en el mundo filosfico de lengua espaola lleguen a una conclusin similar.

    H e n r y E. All iso nUniversidad de California San Diego, 1991

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  • AGRADECIMIENTOS

    El presente trabajo es el uto de muchos aos de labor, durante los cuales he estado en deuda con un gran nmero de personas y con algunas instituciones. Comenzando con las instituciones, deseo expresar mi agradecimiento a la Fundacin Nacional para las Humanidades por la beca que me otorg para el ao de 1980, y al Senado Acadmico de la Universidad de California, San Diego, que me proporcion su generosa ayuda durante los aos de investigacin y su asistencia en la preparacin del manuscrito.

    Todos mis colegas y muchos de los estudiantes de mis seminarios sobre Kant han colaborado en el progreso de mi trabajo. Sin embargo, agradezco especialmente la ayuda que he recibido de paite de Karl Ameriks, Lewis White Beck, Gerd Buchdahl y de mi colega Robert Pippin. Cada uno de estos distinguidos investigadores han sido de enorme ayuda para m con sus crticas y sugerencias. Este libro, a pesar de sus defectos, no habra sido considerablemente mejorado sin la ayuda de ellos. En este grupo debo incluir tambin a William McKnight, quien colabor como crtico afn y asistente editorial. Sin su valiosa y oportuna ayuda, seguramente yo no habra podido terminar este trabajo y atender a mis deberes docentes y administrativos. Quisiera tambin agradecer a Jeffy King la preparacin del ndice.

    Fuera de la comunidad acadmica, agradezco su colaboracin especialmente a dos personas. La primera es mi esposa, Norma, quien contina siendo una inspiracin para m y tambin la nica

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  • rpersona capaz de descifrar mi escritura. Adems de hacer todo su trabajo, ella mecanografi diversas versiones del manuscrito durante los aos de preparacin de este libro. La otra persona es Celia Shugart, quien trabaj conmigo durante los ltimos tres aos procesando el manuscrito en la computadora e incorporando

    \ pacientemente todas mis modificaciones.}1 Tambin quiero agradecer a los dems miembros del personalj! del Departamento de Filosofa de la Universidad de California,:Jf San Diego: Catherine Asmann, June Frowiss y Gale Vigliotti, de| quienes he recibido siempre una excelente cooperacin. Soy muyi! consciente de que sin la ayuda de todas estas personas este trabajojj nunca habra salido a la luz.

    Por ltimo, deseo sealar que en los Captulos 2, 3, 8 y 10 he utilizado ampliamente el material aparecido en Dialctica en tres distintos artculos, y que en el Captulo 15 he usado el material publicado previamente en Kant-Studien. Agradezco a los editores de dichas revistas su amable autorizacin para hacer uso de esos materiales en este libro.

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  • PARTE PRIMERA

    LA NATURALEZADEL IDEALISMO TRASCENDENTAL

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    i

  • 1UNA INTRODUCCIN AL PROBLEMA

    El propsito de este trabajo es propoi'cionar una interpretacin y, en la medida de lo posible, una defensa del idealismo trascendental de Kant. En tanto que este idealismo es inseparable de los puntos de vista de Kant sobre la naturaleza, condiciones y lmites del conocimiento humano, as como de sus crticas a otras posiciones filosficas, este proyecto incluye una exposicin de muchos de los temas centrales de la KrV.' Sin embargo, algunos otros temas muy conocidos e importantes se han omitido a fin de concentrar la atencin en la temtica del idealismo kantiano y de dar lugar a un tratamiento suficientemente detallado de las cuestiones abordadas. As pues, el trabajo podra caracterizarse, en trminos generales, como un estudio comprensivo de la filosofa terica de Kant que gira en tomo al tema del idealismo trascendental. Este trabajo difiere de otros tratados recientes sobre Kant, primeramente en su nfasis en la conexin entre el idealismo trascendental y sus tesis sustantivas y, en segundo lugar, por el peso filosfi- 1

    1. Todas las referencias a la Crtica de la razn pura (KrV) estn hechas siguiendo la paginacin tradicional de la primera y segunda ediciones. Generalmente me apego a la traduccin que hace Kemp Smith de la KrV. Cuando mi separacin de ella es importante y manifiesta una interpretacin distinta, as lo destaco en las notas. Aparte de algunos pasajes de las Reflexiones y de algunas versiones de las Vorlesungen, todas las referencias a las obras de Kant se hacen segn la edicin estndar. Kants Gesammelte Schriften, Kniglich Preussischen Akademie der Wissenschaften (que citar en adelante como Ak). En la medida de lo posible incluir la versin inglesa de la obra en cuestin.

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  • co que otorga tanto a este idealismo como a dichas tesis. A diferencia de la mayora de los comentaristas de Kant, considero que la KrV no solo es interesante y ms valiosa de lo que suele suponerse, sino que es filosficamente defendible. Creo que con la ayuda de una interpretacin bien avenida puede ser defendida contra muchas de las crticas habituales que repetidamente la presentan como devastada.

    Como primer paso de este ambicioso proyecto, expondr brevemente las caractersticas de lo que considero que es la explicacin convencional del idealismo de Kant (la cual es la fuente de las crticas ms usuales), y tratar de sealar su inadecuacin como descripcin de lo que Kant realmente sostiene. En segundo lugar, introducir y tratar, de manera preliminar, la concepcin de condicin epistmica. Mi tesis es que esta concepcin, a pesar de que solo est implcita en la KrV, es la clave autntica para la comprensin completa del idealismo trascendental y, con l, de la filosofa de Kant. Esto nos dar la base para examinar ms ampliamente, en los dos siguientes captulos, el idealismo trascendental y el argumento frecuentemente mal comprendido que Kant esgrime como apoyo de dicho idealismo en la Antinomia de la razn pura. I.

    I. La versin convencional y su inadecuacin

    Segn la versin convencional, el idealismo trascendental de Kant es una teora metafsica que afirma la incognoscibilidad de lo real (cosas en s) y relega el conocimiento al reino meramente subjetivo de las representaciones (apariencias). As pues, combina una descripcin fenomnica de lo que realmente es experimentado por la mente, y es por tanto cognoscible, con el supuesto de un conjunto adicional de entidades que, en trminos de esa misma teora, son incognoscibles. A pesar de las dificultades obvias que esto origina, el supuesto es considerado como necesario para explicar cmo la mente adquiere sus representaciones, o por lo menos los materiales para estas (su forma es impuesta por la mente misma). La suposicin bsica es simplemente que la mente puede adquirir esos materiales solo como resultado de ser afectada por las cosas en s. En consecuencia, debe asumirse la existencia de tales cosas, aun cuando la teora nos niegue todo derecho de decir algo respecto de ellas (incluso afirmar que existen).

    A pesar de que esta concepcin, que se remonta hasta los con-

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  • temporneos del propio Kant,- ha sido repetidamente criticada, es todava ampliamente aceptada en el mundo filosfico angloamericano. En buena medida, dicha aceptacin se debe a la influencia de P.F. Strawson, quien, hacindose eco de la concepcin convencional, define el idealismo trascendental como la doctrina que afirma que la realidad es suprasensible y no podemos tener conocimiento de ella.2 3 Partiendo de esta comprensin del idealismo de Kant, Strawson declara que su tarea ser establecer una separacin entre lo que l denomina la argumentacin analtica de la KrV y el idealismo trascendental que, desafortunada e innecesariamente, dice Strawson, Kant incrust en ella.4 En este ltimo aspecto, Strawson ha sido secundado por numerosos comentaristas, quienes han tratado de formular y defender algunos argumentos trascendentales, vagamente kantianos, no contaminados por ninguna premisa idealista.5 Pero Strawson no solo recusa el idealismo trascendental como incoherente; adems trata, en lo posible, de salvar a Kant de s mismo y de proporcionar una explicacin de lo que conduce a Kant a esa desastrosa doctrina. El idealismo trascendental es, segn Strawson, la consecuencia directa de la perversin kantiana del filsofo con mente cientfica que distingue entre un reino de objetos fsicos compuestos de cualidades primarias y un reino mental consistente en las apariencias sensibles de esos objetos (incluidas sus cualidades secundarias). Este reino mental, en su equivalencia kantiana, es considerado como producido mediante la afeccin de la mente por los objetos fsicos.

    Kant pervierte este modelo al asignar totalmente la forma es- paciotemporal (que, de acuerdo con el modelo original, pertenece a lo real, i. e., a los objetos fsicos) a la constitucin subjetiva de la mente humana. La doctrina resultante es considerada incoherente, entre otras razones, porque solo mediante la referencia a la forma espaciotemporal es como se puede hablar inteligiblemente de afeccin.6

    2. Aqu encontramos a Pistorius, Eberhard, Jacobi, Maimn, Aenesidemus-Schul- ze. Sin embargo, la ms clara exposicin de este tipo de interpretacin contempornea de Kant puede encontrarse en la crtica de Garve-Feder, a la cual Kant mismo responde en los Prolegmenos {Ak, IV, 372-380). Una exposicin de muchas de estas interpretaciones y crticas de Kant puede encontrarse en H. Vaihinger, Commentar zu Kants Kritik der reinen Vemimft, vol. 2, 494-505.

    3. P.F. Strawson, The Bounds ofSense, p. 38.4. Ibfid., p. 16.5. Para un anlisis crtico de algunas de estas tentativas, vese Ralph S. Walker,

    Kant, esp. .14-23.6. Ciertamente esta es una descripcin simplificada de la postura de Strawson

    basada en la introduccin de Los lmites del sentido, 38-42. Strawson examina el

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  • No obstante que Strawson mismo no se coloca por completo en esta direccin, la forma usual de hacer esencialmente el mismo sealamiento es afirmar que Kant es un berkeleiano incoherente.7 El elemento berkeleiano radica en el subjetivismo de Kant, especialmente en la limitacin del conocimiento a los fenmenos entendidos como meras representaciones. La supuesta inconsistencia emana de la combinacin que hace Kant del idealismo fenomnico, esencialmente berkeleiano, con el postulado de un reino inaccesible de cosas en s. Esta concepcin gener las crticas convencionales reflejadas en buena medida en la descripcin de Strawson. Yo abordar estas crticas dirigidas contra la concepcin kantiana de la cosa en s y contra la doctrina de la afeccin vinculada a ella en el Captulo 11. Por ahora nicamente deseo considerar lo concerniente a la tesis de que solo conocemos fenmenos.

    Al considerar fenmeno y mera representacin como equivalentes, la concepcin convencional interpreta que la tesis kantiana segn la cual solo conocemos fenmenos significa que solo conocemos nuestros estados mentales, i. e., solo conocemos ideas en el sentido berkeleiano. Esta interpretacin de Kant es usada frecuentemente como base para la crtica de la doctrina de la idealidad del espacio y el tiempo que Kant presenta en la Esttica trascendental. En pocas palabras, la tesis es que el punto de vista del subjetivismo kantiano lo obliga a escoger entre las dos siguientes alternativas igualmente inaceptables: 1) las cosas solo nos parecen ser espaciales (o temporales), doctrina esta que implica que nuestra conciencia del mundo de objetos extendidos y localizados en el espacio es de alguna manera ilusoria; o 2) los fenmenos, es decir, las representaciones, son realmente espaciales, doctrina esta que

    idealismo trascendental en muchos otros lugares de su libro, especficamente 235- 262, y distingue entre varias interpretaciones posibles. Sin embargo, no me ocupar ahora de examinar los detalles d la interpretacin y crtica de Strawson, sino simplemente la usar como un ejemplo claro y bien conocido de lo que considero que es la descripcin convencional del idealismo trascendental. Me he ocupado pormenori- zadamene de los punios de vista de Strawson en mi Transcendental Idealism and Descriptive Metaphysics, KarU-Studien, 60 (1969), 216-233. Una crtica similar puede encontrarse en H.E. Matthews, Strawson on Transcendental Idealism, Philosophical Quarterly, 19 (1969), 204-220. Regresar a la interpretacin de Strawson en el Captulo 3.

    7. La posicin extrema de este pumo de vista est representada por Colin Tur- bayne, Kants Refutation of Dogmatic Idealism, Philosophical Quarterly, 5 (1955), 225-244. Strawson no va tan lejos, y simplemente considera que Kant, como idealista trascendental, est ms cerca de Berkeley que Jo que l mismo reconoce (Boundsof Sense, p. 22).

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  • es absurda porque exige considerar los tems mentales como extendidos y localizados en el espacio.

    A pesar de que esta crtica tiene eco en Strawson,8 ha sido desairollada de manera ms amplia por H.A. Prichard, quien concentra la mayor parte de su ataque en la supuesta incoherencia kantiana de apariencia. Segn la muy influyente crtica de Prichard, toda la concepcin kantiana del fenmeno est viciada por una confusin de la tesis segn la cual solo conocemos las cosas como nos aparecen, con la bien distinta tesis de que conocemos solo una determinada clase de cosas, a saber, los fenmenos. Prichard tambin afirma que la tendencia de Kant de pasar subrepticiamente de una a otra de estas tesis le impide afrontar el dilema planteado en la alternativa ya mencionada. As pues, segn la interpretacin de Prichard, lo que Kant realmente desea postular es que solamente conocemos las cosas como nos aparecen. Pero como esto implica, segn Prichard, que estas cosas solo parecen ser espaciales (tesis de la ilusin), con el fin de defender su querido realismo emprico, Kant se ve obligado a pasar por alto la doctrina de que conocemos fenmenos y estos son realmente espaciales.9

    La objecin ms importante y fundamental emanada de la descripcin convencional es que, al limitar el conocimiento a los fenmenos, es decir, al reino subjetivo de las representaciones, Kant destruye totalmente la posibilidad de cualquier genuino conocimiento. En resumen, lejos de proporcionar un antdoto al escepticismo de Hume, como fue su intencin, Kant es visto, a pesar de s mismo, como un cartesiano escptico. Virtualmente todo defensor de la descripcin convencional, incluido Strawson,10 11 desarrolla alguna versin de esta lnea de objecin. Sin embargo, la formulacin ms enrgica es proporcionada, una vez ms, por Prichard, cuya descripcin puede ser considerada como el paradigma de la descripcin convencional." Prichard interpreta la distincin kantiana entre apariencia y cosa en s en trminos del ejemplo clsico

    8. Cfr. Strawson, Bounds o f Sense, 235-239.9. HJt. Prichard, Kant's Theory o f Knowledge. Una crtica rigurosa y aguda de la

    interpretacin que Prichard hace de Kant ha sido proporcionada por Graham Bird en Kant's Theory o f Knowledge, esp. 1-17. A pesar de que discrepo de Graham Bird en muchas cuestiones, ia estrategia de este captulo y la orientacin general de mi interpretacin debe mucho a su trabajo. En mi opinin, Graham Bind merece ser considerado como el primero de esta generacin de comentaristas kantianos en lengua inglesa que han impugnado seriamente la explicacin convencional del idealismo trascendental.

    10. Cfr. Strawson, Bounds o f Sense, pp. 91-92, y passim.11. Prichard, Kants Theory..., esp. pp. 78-79.

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  • de la ilusin perceptiva de la barra recta que al ser introducida en el agua parece estar quebrada. Valindose de esta analoga, Prichard no tiene mayor problema para reducir a un absurdo la doctrina kantiana de que solo conocemos fenmenos. Su anlisis se desarrolla en varias etapas, pero la cuestin principal es simplemente que se considera que esta doctrina significa que conocemos las cosas solamente como ellas son para nosotros o como nos parecen (en virtud de la distorsin impuesta por nuestras formas perceptivas), y no como realmente son. En tanto que conocer algo, segn Prichard, significa precisamente conocerlo como realmente es, se sigue que, para Kant, no podemos conocer nada en absoluto. Es claro que tal conclusin representa una reductio de la teora de Kant.

    Si es as como realmente debe ser entendido el idealismo trascendental, es obvio que el proyecto de Strawson de localizar en la KrV un ncleo filosfico que pueda ser ntidamente separado de las adherencias idealistas resulta muy atractivo. En efecto, tal proyecto dice ser la nica forma provechosa de considerar el pensamiento de Kant. Sin embargo, aun cuando el proyecto de Straw- son sea de hecho frecuentemente aceptado como algo usual y ordinario y posea algn apoyo en los textos, se suscitan serias dudas sobre lo adecuado de su interpretacin. La raz del problema es que este proyecto tiene como objetivo desatender por completo, o por lo menos minimizar, ciertas distinciones centrales para la totalidad de la empresa trascendental de Kant.

    Especficamente falla al no hacer una separacin rigurosa entre la versin emprica y la trascendental de dos distinciones muy conocidas y estrechamente vinculadas: las distinciones entre idealidad y realidad, y entre fenmenos y cosas en s. Esta temtica es compleja, y en torn a ella solo puedo por ahora tratar de proporcionar un esbozo general de lo que implican estas distinciones. Sin embargo, considero que este esbozo, aunque sea general, ha de ser suficiente para demostrar la inadecuacin de la descripcin convencional como interpretacin de la enseanza real de Kant.'2

    Idealidad, en el sentido ms general con el que Kant usa el trmino, significa depender de la mente o estar en la mente (in uns). En cambio, realidad (Redlitat), en el sentido en que se opone a idealidad, significa independencia de la mente o ser externo a la 12

    12. Como ya se ha dicho, mi pan de contrastar los aspectos emprico y trascendental de estas distinciones sigue muy de cerca al de Bird. Mi estrategia difiere de la de Bird principalmente en la explicacin de los aspectos trascendentales. Para unacomparacin entre mi proyecto y el de Bird, vase Bird, Kant's Theory, 36-51.

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  • mente {ausser uns).x% Tanto en la Esttica como en la Dialctica trascendental, Kant distingue entre sentido emprico y sentido trascendental de idealidad y, por ende, tambin de realidad. Considerada en un sentido emprico, idealidad caracteriza el dato privado de una mente individual. Aqu se incluyen las ideas en el sentido de Locke y Descartes o, de manera ms general, cualquier contenido mental en el sentido ordinario de mental. Realidad, considerada en sentido emprico, se refiere al reino de los objetos de la experiencia humana ordenados espacial y temporalmente y accesibles intersubjetivamente. As pues, en el plano emprico la distincin entre idealidad y realidad es, esencialmente, una distincin entre los aspectos subjetivos y objetivos de la experiencia humana. Cuando Kant dice de s que es un realista emprico y niega ser un idealista emprico, en realidad est afirmando que nuestra experiencia no est limitada al dominio privado de nuestras propias representaciones, sino que incluye el encuentro con los objetos espaciotemporales reales empricamente.

    El aspecto trascendental de la distincin entre idealidad y realidad es cosa muy distinta. En el nivel trascendental, que es el nivel de la reflexin filosfica sobre la experiencia (reflexin trascendental), idealidad se usa paira caracterizar las condiciones necesarias y universales, por lo tanto a priori, del conocimiento humano.13 14 En la Esttica trascendental, Kant afirma la idealidad trascendental del espacio y el tiempo en razn de que funcionan como condiciones a priori de la sensibilidad humana, i. e como condiciones subjetivas en trminos de las cuales nicamente la mente humana es capaz de recibir los datos para el pensamiento o la experiencia.15 Kant llama a estas condiciones formas de la sensibilidad. Los objetos empricos, i. e., las cosas en el espacio y el tiempo, son ideales en el mismo sentido, pues no pueden ser experimentados o descritos independientemente de esas condiciones. Recprocamente, algo es real en sentido trascendental si y solo si puede ser caracterizado y referido independientemente de toda apelacin a

    13. Realitt como uno de los conceptos puros del entendimiento perteneciente a la categora de Qualitt, se contrasta con Negation. As pues, cuando Kant usa el trmino realidad en contraste con idealidad, realidad no debe ser considerada en sen tido categorial. Desde esta perspectiva no categorial, Kant distingue, adems, realitas phenomenon y realitas noummon {vid. A 264-265 / B 320-321).

    14. Cfr. A 28-30 B 44-45; A 45-461B 62-63; A 368-373.15. En la Esttica trascendental, Kant afirma que solamente este sentido de

    idealidad es genuino. As, contrastando la idealidad del espacio con la de otras representaciones (sensaciones), afirma: No hay ninguna representacin subjetiva, exceptuando nicamente el espacio, que sea referida a algo exterior y que pueda llamarse [a la vez] objetiva [y] a priori. Pues no existe ninguna otra representacin subjetiva a

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  • esas mismas condiciones sensibles. En sentido trascendental, por lo tanto, independencia de la mente o ser externo a la mente (aus- ser uns) significa independencia de la sensibilidad y de sus condiciones. Un objeto trascendentalmente real es, pues, por definicin, un objeto no sensible o nomeno.16

    La concepcin de idealidad trascendental proporciona las bases para la concepcin trascendental de apariencia y para la distincin trascendental entre apariencia y cosa en s. Hablar de apariencia en sentido trascendental es hablar de entidades espaciotempo- rales (fenmenos), i. e., de las cosas en tanto se les considera sometidas a las condiciones de la sensibilidad humana. Recprocamente, hablar en sentido trascendental de cosas en s es hablar de cosas consideradas independientemente de esas condiciones. En varias ocasiones Kant insiste en la importancia de no confundir esta distincin con su contraparte emprica. Uno de los lugares donde ms claramente se expresa esta insistencia es aquel pasaje de Sobre el progreso en metafsica en el que, a propsito de la discusin sobre la idealidad trascendental del espacio, Kant escribe:

    Adems debe tenerse en cuenta que cuando apariencia se considera en sentido trascendental y se dice que las cosas son apariencias (fenmenos), esto significa algo completamente distinto que cuando se dice que estas cosas me parecen de un modo o de otro, lo cual designa apariencia en sentido fsico, y que puede ser llamado aparentar [ApparenzJ e ilusin [Scth], A pesar de que estos objetos de los sentidos son meras apariencias y por ello solo pueden ser comparados con otros objetos sensibles, sin embargo son pensados como cosas en s mediante el lenguaje de la experiencia. As pues, si se dice de una cosa que tiene la apariencia [Anschein] de un aroo, en

    partir de la cual podamos derivar a priori proposiciones sintticas como podemos hacerlo de la intuicin de) espacio. Por eso, hablando con exactitud, estas otras representaciones no tienen ninguna idealidad, a pesar de que coinciden con la representacin de espacio nicamente en que pertenecen a la constitucin subjetiva de nuestra manera de sentir (B 44). La idealidad del espacio es conectada aqu especficamente con su estatus como fuente de verdades a priori. Debe notarse que este pasaje de la segunda edicin reemplaz a aquel de la primera en el cual la idealidad del espacio era explicada en trminos de su funcin como condicin de los objetos extemos y, ms especficamente, como condicin necesaria nicamente bajo la cual los objetos pueden ser para nosotros objetos de los sentidos (A 28-29). As pues, el pasaje original afirma, con mayor insistencia que el pasaje de la segunda edicin, que el espacio se concibe como una condicin epistmica, lo cual es lo que deseo defender.

    16. Este sera un nomeno en sentido negativo, que para Kant no significa ms que una cosa en tanto no es un objeto de nuestra intuicin sensible (B 307). En el Captulo 11 considerar sistemticamente los conceptos de numeno, objeto trascendental y cosa en s.

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  • este contexto el aparentar se refiere al aspecto subjetivo de la representacin de una cosa, el cual puede ser considerado falsamente como objetivo en un juicio. Por lo tanto, la proposicin de que toda representacin sensible solo proporciona conocimiento de apariencias, no debe, en modo alguno, hacerse equivalente de la afirmacin de que solo contiene lo ilusorio [Schein] de los objetos, tal como el idealista lo considera.17 18

    El lenguaje de la experiencia al cual Kant se refiere aqu incluye tanto la experiencia ordinaria como la cientfica. Ambas incluyen la distincin entre aquellas propiedades que un objeto dado posee realmente y aquellas otras que simplemente parece poseer para un observador particular bajo ciertas condiciones empricamente espeeificables. El objeto como es realmente (con sus propiedades reales) es la cosa en s misma en sentido fsico o emprico; en cambio, apariencia o aspecto del objeto significa la representacin que un observador particular tiene del objeto en condiciones dadas. Aqu la idea central es que en el nivel emprico o lenguaje de la experiencia, apariencias y cosas en s designan dos distintas clases de entidades con dos distintos modos de ser. Los miembros de la primera clase son mentales en sentido ordinario (cartesiano), y los miembros de la ltima clase son no mentales o fsicos en el mismo sentido. Pero en el nivel trascendental las cosas son muy diferentes; aqu la distincin entre apariencias y cosas en s se refiere, primordialmente, a dos distintas maneras en que las cosas (objetos empricos) pueden ser consideradas: 1) en relacin a las condiciones subjetivas de la sensibilidad humana (espacio y tiempo) y, por tanto, como aparecen; y 2) independientemente de esas condiciones y, por tanto, como son en s mismas. En efecto, tal como Gerold Prauss lo ha destacado, cuando Kant se refiere al sentido trascendental de la distincin no suele usar expresiones como Ding an sich, Ding an sich Selbst, o Sache an sich, sino que ms bien usa expresiones como Ding o Sache 'an sich selbst betrachtet.,s

    Ciertamente, hay una comprensin poco clara de la distincin emprica y trascendental de apariencia en el contraste que Pri- chard establece entre las cosas como aparecen y las apariencias.

    17. Ak, XX, 269. Otros textos importantes sobre este particular son KrV, A 45-46 / B 62-63, y Prolegmenos, 13, observacin II, Ak, IV, 289-290.

    18. Gerold Prauss, Kant und das Problem der Dinge an sich, 20 ss. Prauss tambin hace notar que las formas cortas, como las que encontramos en la Esttica trascendental, pueden considerarse generalmente como abreviaciones de las formas largas.

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  • El nivel trascendental que se refiere a las apariencias puede describirse como refirindose a las cosas como aparecen. Similarmente, el referirse a apariencias pertenece naturalmente al lenguaje de la experiencia. El problema radica aqu en que Prichard sostiene que Kant pasa subrepticiamente de una nocin a la otra. Teniendo en cuenta el anlisis anterior, esto equivale a afirmar que Kant confunde sistemticamente los aspectos trascendental y emprico de su distincin. Esto es muy poco plausible, sobre todo si se tienen en cuenta especialmente los frecuentes esfuerzos de Kant para distinguir los dos sentidos de apariencia. Pero, incluso dejando de lado esto, es fcil mostrar que Prichard es culpable de la misma confusin de la que acusa a Kant. Hemos visto que parte de la objecin bsica de Prichard contra lo que l considera como el realismo emprico de Kant es que este implica la nocin absurda de que las apariencias (contenidos mentales) son espaciales (extendidos en el espacio). As, Kant es considerado culpable de espacializar las sensaciones, cargo este que con mayor propiedad puede dirigirse contra Hume. Pero obviamente este absurdo se suscita solo si la tesis kantiana referente a la espacialidad de las apariencias es tomada en sentido emprico. Si interpretamos la tesis sobre la espacialidad de las apariencias en sentido trascendental, que es como Kant claramente desea que se haga, el absurdo desaparece. En suma, la espacialidad (junto con la temporalidad) puede ser considerada como una caracterstica definitoria de las cosas consideradas como aparecen, y no como una propiedad atribuida misteriosamente a las sensaciones.

    La objecin del supuesto escepticismo kantiano puede ser abordada de manera similar.19 A partir del ejemplo* de la barra sumergida en agua, es claro que Prichard elabora la distincin entre apariencia y cosa en s en sentido emprico. A su vez, esto lo pone en situacin de interpretar que Kant afirma que solamente podemos conocer las cosas como nos parecen (aparecen), lo cual implica una conclusin escptica. Sin embargo, esto no se sigue de ninguna manera si interpretamos en sentido trascendental, y no en sentido emprico, la tesis kantiana de la limitacin del cono-

    19. Debe destacarse que yo no sostengo aqu que Kant posea una respuesta adecuada frente al escptico. La consideracin de esta temtica deber esperar hasta el examen del argumento central de la Analtica trascendental, incluyendo la Refutacin al idealismo. Por el momento, lo que me interesa es solamente oponerme al cargo que sostienen Prichard y muchos otros segn el cual el idealismo trascendental es una forma de escepticismo.

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  • cimiento a las apariencias. Entendida en ese sentido, el cual es el que realmente propone Kant, se trata de una tesis epistemolgica sobre la dependencia del conocimiento humano a ciertas condiciones a priori que reflejan la estructura del aparato cognitivo humano. Estas condiciones no determinan el modo como los objetos nos parecen o nos aparecen en el sentido emprico; ms bien expresan las condiciones universales y necesarias por las cuales nicamente la mente humana es capaz de reconocer algo como objeto en general. As pues, la doctrina segn la cual solo podemos conocer las cosas como aparecen, y no como ellas son en s, puede ser considerada como equivalente de la tesis de que el conocimiento humano est gobernado por tales condiciones. Si en efecto existen tales condiciones, y si operan de la manera que Kant sostiene, difcilmente tiene sentido acusarlo de escptico por negar la posibilidad del conocimiento de las cosas con independencia de dichas condiciones, i. e por negar la posibilidad del conocimiento de cosas en s.

    Decir esto no es, por supuesto, aprobar la concepcin kantiana. No estaremos en posicin de evaluar las tesis kantianas referentes a las condiciones a priori del conocimiento humano hasta que examinemos los argumentos de la Esttica y la Analtica trascendentales. Sin embargo, no es necesario examinar tales argumentos para damos cuenta de lo inadecuado de la objecin de escepticismo que formula Prichard y otros defensores de la descripcin convencional del idealismo trascendental. El problema con esta objecin es que no aborda en absoluto el propsito de Kant y, por lo tanto, tampoco aprehende lo que sus tesis trascendentales realmente implican. Al contrario, esas tesis son rutinariamente interpretadas como tesis empricas o cuasiempricas. De la misma manera, cuando Kant habla de condiciones del conocimiento humano, esto se interpreta en sentido psicolgico. La consecuencia inevitable es que Kant es visto como defensor de aquel idealismo emprico por el cual tantos trabajos se tom a fin de repudiarlo. II.

    II. El concepto de condicin epistmica

    La interpretacin del idealismo trascendental que espero desarrollar en este estudio, en contraste con la concepcin convencional, enfatiza la conexin con las tesis kantianas referentes a las condiciones del conocimiento humano. Sostendr que la tesis de que el conocimiento humano posee tales condiciones es la tesis

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  • revolucionara de la filosofa kantiana, y que el idealismo trascendental no es, en el fondo, ms que la consecuencia lgica de su aceptacin. Sin embargo, esta nocin crucial de condicin ha permanecido no definida, e incluso no examinada. Algunas cosas e. g., el cerebro, el sistema nervioso central, los rganos sensoriales, etc. pueden ser descritas legtimamente como condiciones del conocimiento humano. Pero ninguna de ellas tiene mucho que ver con la tesis central de Kant o con el idealismo trascendental. En un esfuerzo por clarificar y precisar el sentido relevante de este trmino, propongo introducir la nocin de condicin epistmica.20

    A pesar de que esta nocin es central para la totalidad de la empresa de Kant, el hecho de que l nunca la haya abordado explcitamente hace difcil, si no imposible, el definirla en un sentido muy preciso. Para los propsitos presentes, basta simplemente con caracterizar una condicin epistmica como aquella condicin necesaria para la representacin de un objeto o de un estado objetivo de cosas. As pues, tambin podra ser llamada condicin objetivante, pues en virtud de tales condiciones nuestras representaciones se refieren a objetos, o, dicho en trminos kantianos, nuestras representaciones tienen realidad objetiva. En este sentido, las condiciones epistmicas deben distinguirse de lo que Kant llama condiciones lgicas del pensamiento, e. g., el principio de no contradiccin. Este ltimo sirve como una regla del pensar coherente, pero no para la representacin de objetos. Por lo tanto, no es una condicin epistmica en el sentido en el cual se considera aqu esta nocin. Hablando en trminos generales, la distincin entre condiciones lgicas y epistmicas refleja la distincin que hace el propio Kant entre lgica general y lgica trascendental. De hecho, la tarea principal de la lgica trascendental es establecer un conjunto de condiciones epistmicas, especficamente, los conceptos puros del entendimiento.

    Adems de los conceptos puros del entendimiento, que Kant define como conceptos de un objeto en general, el espacio y el tiempo (las formas de la sensibilidad) tambin deben ser considerados como condiciones epistmicas. Si bien estos dos tipos de condiciones constituyen conjuntamente lo que Kant llama condiciones necesarias de la posibilidad de la experiencia, hay un par

    20. No tengo conocimiento de algn otro empleo de este trmino o de la nocin que yo asocio con . Lo ms cercano, hasta donde yo s, es la caracterizacin que hace Arthur Melnick de los conceptos puros del entendimiento como conceptos epistmicas en Kants Analogies of Experience, 37-42.

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  • de razones para pensar que la nocin ms amplia de condicin epistmica es la que mejor captura el propsito esencial del pensamiento de Kant. La primera es que Kant no se refiere solo y primordialmente al conocimiento experiencia!. Por tanto, las condiciones epistmicas figuran tambin en la descripcin kantiana del conocimiento no emprico, i. e., de las matemticas y la metafsica. En efecto, como veremos en el Captulo 6, los conceptos puros en su uso lgico pueden ser considerados como condiciones epistmicas de juicios analticos.

    La segunda y principal razn para hablar de condiciones epistmicas ms bien que de condiciones de posibilidad de la experiencia, es que este trmino hace ms fcil la comprensin de la distincin entre esta importante concepcin kantiana y los otros sentidos de condicin con los cuales frecuentemente es confundida. Tales confusiones estn reflejadas en muchos de los crticos de Kant, incluyendo los examinados en la seccin anterior y en la versin convencional considerada como un todo. Por otra parte, muchas de las crticas que el mismo Kant hizo a otras posiciones filosficas tienen como tema central la tesis de que tales posiciones confunden lo que aqu se ha llamado condiciones epistmicas con condiciones de otros tipos. Una de ellas es, evidentemente, la confusin entre las condiciones meramente lgicas y las condiciones epistmicas, la cual figura ampliamente en la polmica kantiana con el racionalismo de Leibniz. Esta distincin ya ha sido sealada, y no requiere en este punto mayor comentario. Por ahora es importante distinguir, por una parte, condiciones epistmicas y condiciones psicolgicas, y, por otra parte, condiciones epistmicas y condiciones ontolgicas.

    Por condicin psicolgica se entiende un mecanismo o un aspecto del aparato cognitivo humano al cual se apela a fin de proporcionar una descripcin gentica de una creencia o una explicacin emprica de por qu percibimos las cosas de una cierta manera. Esto puede ser entendido como incluyendo lo psicolgico o reducindose a los factores psicolgicos. Las costumbres o los hbitos, tal y como son usados por Hume en su explicacin de la causalidad, son el principal ejemplo de tales condiciones psicolgicas. Es bien sabido que Kant afirma insistentemente que, si bien es necesario apelar a tales factores psicolgicos para explicar el origen de nuestras creencias y percepciones e incluso nuestro conocimiento en el orden del tiempo (der Zeit nach), estos no pueden explicar su validez objetiva. En trminos kantianos, ellos responden a la quaestio facti pero no a la quaestio juris. Esta ltima es la que propiamente concierne a la KrV y la que requiere apelar

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  • a las condiciones epistmicas.21 En efecto, bsicamente el cargo de Kant contra Hume es que confunde las dos cuesdones (quaestio facti y quaestio juris) y, por lo tanto, confunde, por lo menos implcitamente, las dos clases de condiciones. El ejemplo ms claro de esto es aquella declaracin de los Prolegmenos en donde, refirindose al anlisis que Hume hace en tomo a la causalidad, Kant afirma que Hume confundi una necesidad subjetiva (hbito) con una necesidad objetiva proveniente del entendimiento.22 Resulta muy irnico el que exactamente esta misma acusacin sea usada para atacar a la KrV por parte de los crticos que dicen encontrar en ella un peligroso subjetivismo.

    Es igualmente importante distinguir las condiciones epistmicas de las condiciones ontolgicas. Por estas ltimas entiendo las condiciones de posibilidad del ser de las cosis. Ya que aqu el ser de las cosas ha sido contrastado con su ser conocidas, una condicin ontolgica es, por definicin, una condicin de la posibilidad de las cosas como son en s (en sentido trascendental). El espacio y el tiempo absolutos de Newton son claros ejemplos de este tipo de condiciones. Kant las describe como dos no-seres eternos y subsistentes por s mismos [fr sich bestehende] que existen (aunque no exista nada real) solo para contener en s todo lo real (A 39 / B 56). En el addmdum a la Esttica trascendental, en la segunda edicin, Kant seala las peligrosas consecuencias teolgicas de este punto de vista, diciendo que como condiciones de toda existencia en general, deben ser tambin condiciones de la existencia de Dios (B 71). Pero, incluso dejando de lado el aspecto teolgico, Kant piensa que en esta concepcin de espacio y tiempo existen absurdos:

    En efecto, si consideramos espacio y tiempo como propiedades que, de ser posible, tienen que hallarse en cosas en s y pensamos, adems, en los absurdos en que nos enredamos ya que, incluso tras haber sido eliminada toda cosa existente, admitimos que quedan dos cosas infinitas que no son substancias ni algo realmente

    21. En este sentido destacan especialmente las Reflexiones 4900 y 4901, las cuales han sido citadas por numerosos comentaristas, incluyendo Bird (Kartts theory, pp. 10-11). En la primera, Kant escribe: yo no me ocupo, como Tetens, de la evolucin de los conceptos (de las operaciones mediante las que se generan los conceptos), tampoco me ocupo del anlisis de ellos, como lo hace Lamben, sino solamente de su validez objetiva. No soy opositor de ellos. En la segunda, Kant dice: Tetens investig los conceptos de la razn humana solo subjetivamente (naturaleza humana), en cambio yo los investigu objetivamente. El primer anlisis es emprico, el ltimo es trascendental (Ak, XVTII, 23).

    22. Ak, IV, 258.

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  • inherente a estas, pero s algo que existe, es ms, algo que condiciona necesariamente la existencia de todas las cosas, ntonces no podemos censurar al buen Berkeley por haber reducido los cuernos a mera apariencia. Ms todava, nuestra propia existencia, cu . de esta forma depender de la realidad subsistente de un r.c-s.:r . orno el tiempo, debera igualmente convertirse e n pura a p a r ie n c ia , absurdo del cual, hasta el presente, nadie ha querido hacerse responsable [B 70-71].23

    Kant hace notar que, a pesar de todos los absurdos del idealismo de Berkeley, el cual es interpretado por l como implicando la negacin de la realidad de los objetos materiales (degradando los cuerpos a mera ilusin), tiene cierto sentido si se le considera como una respuesta a Newton.24 Puesto que considerar la realidad emprica de los objetos materiales y de las personas como dependiente de la realidad absoluta de espacio y tiempo lleva a absurdos, es plausible negar los primeros. Sin embargo, esta conclusin puede evitarse fcilmente si en lugar de considerar al espacio y al tiempo como condiciones de posibilidad de las cosas en s mismas, como Newton pretende, los consideramos como condiciones de posibilidad de nuestro conocimiento o experiencia de las cosas. En trminos kantianos, en lugar de ser dos no-seres eternos y subsistentes por s mismos, son ahora dos fuentes de conocimiento (Erkenntnis Quellen) (A 38 / B 55). Analizando el problema de esta manera, las tesis de Kant no solo llegan a distinguir su idealismo del de Berkeley, sino que proporcionan tambin una alternativa crtica para las concepciones newtoniana y leibniziana del espacio y el tiempo.

    La estrategia que Kant emplea con Hume es mostrar que las consecuencias escpticas de su anlisis se generan por una confusin de las condiciones psicolgicas y epistmicas. De igual manera, la estrategia que Kant emplea con Newton es mostrar que las insostenibles consecuencias que se derivan de su teora del espacio y el tiempo son el resultado de una confusin de las condiciones ontolgicas y epistmicas. Veremos tambin que este tipo de anlisis puede ser aplicado a la crtica kantiana de muchos otros pensadores. Sin embargo, por ahora, el punto clave es destacar la conexin entre estas dos distinciones y las correspondientes confusiones. A pesar de que la explicacin anterior pudiese sugerir lo

    23. Kant hace esencialmente el mismo sealamiento respecto de Berkeley en conexin con la Refutacin al idealismo (B 274-275).

    24. Me he ocupado de este tema con algn detalle en Kants Critique of Berkeley, Journal o f the History of Philosophy, 11 (1973), 43-63.

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  • contrario, lo que ocurre no es simplemente que algunos filsofos pueden ser acusados de caer en una de estas confusiones y otros sean culpables de la otra. La cuestin es, ms bien, que desde el punto de vista de Kant las dos clases de confusiones representan dos lados de la misma moneda, i. e., la falta de reconocimiento del papel de un conjunto distintivo de condiciones epistmicas en el conocimiento humano.

    En efecto, se puede afirmar que la temtica fundamental presentada por la KrV es la de si es posible aislar un conjunto de condiciones de posibilidad del conocimiento de las cosas (en el sentido ya indicado) que pueda distinguirse de las condiciones de posibilidad de las cosas en s mismas. En tanto que la primera clase de condiciones podra considerarse como condiciones de las cosas como aparecen, y la segunda clase como condiciones de las cosas como son en s, una respuesta afirmativa impone la aceptacin de la distincin trascendental y, con ella, el idealismo trascendental. Si, por otra parte, la pregunta es contestada negativamente, tal y como la responde la versin convencional, entonces toda condicin supuestamente subjetiva inevitablemente ser interpretada en trminos psicolgicos. La interpretacin subjetivista, psicologista y fenomenista de Kant que caracteriza a la descripcin convencional es, pues, una consecuencia directa de su respuesta negativa a la pregunta. Sin embargo, el verdadero problema con esta interpretacin convencional no es que responda negativamente a la pregunta para probar que la posicin kantiana es incoherente e insostenible. El problema es ms bien que, por presuponer una respuesta negativa, no se ocupa en absoluto de la pregunta. Un tratamiento explcito de esta pregunta debera, cuando menos, dar lugar a una interpretacin ms precisa del propsito de Kant y de la naturaleza del idealismo trascendental. Adems, espero que esto nos permita considerar el idealismo trascendental como una posicin filosfica vigorosa y no como un curioso anacronismo o como una masa de confusiones.

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  • 2REALISMO TRASCENDENTAL E IDEALISMO TRASCENDENTAL

    La funcin de este captulo es primordialmente exegtica. Su ob jetivo es desarrollar ms ampliamente la interpretacin del idealismo trascendental bosquejada en el captulo anterior. Sin embargo, en esta ocasin el anlisis se desarrollar de manera indirecta. Mi estrategia ser la de interpretar el idealismo trascendental mediante el realismo trascendental con el cual Kant en ocasiones lo contrasta. El supuesto operante aqu es que realismo e idealismo trascendentales pueden entenderse cmo alternativas metafilosfi- cas exhaustivas y mutuamente excluyentes. As pues, empezar desarrollando una interpretacin del realismo trascendental. Las tesis esenciales de esta interpretacin son que todas las filosofas no crticas pueden ser consideradas como realistas en sentido trascendental y que el realismo trascendental puede ser caracterizado en trminos de un proyecto o modelo teocntrico de concepcin del conocimiento. Posteriormente usar estos resultados para construir una interpretacin del idealismo trascendental como un proyecto contrastante, o modelo antropocntrico, del conocimiento. El principal propsito es que esta interpretacin nos permita ver claramente la conexin entr e idealismo trascendental y la concepcin de condicin epistmica, lo cual, a su vez, nos permita reconocer la naturaleza no fenomenista y no psicologista de este idealismo.

  • La primera dificultad al considerar la interpretacin que deseo sostener es que la significacin que atribuyo al realismo trascendental parece ser defraudante por la escasez de referencias en el texto. De algo supuestamente tan importante normalmente uno esperara encontrar una concepcin pormenorizadamente detallada y sujeta a una investigacin crtica. Sin duda Kant acepta que no sera posible ni naturaleza, ni libertad, si cedemos a la ilusin del realismo trascendental (A 543 / B 571). Ciertamente esto sugiere que el realismo trascendental es una ilusin de cierta importancia y que erradicarlo ha de ser uno de los principales intereses de la KrV. Sin embargo, Kant se refiere explcitamente al realismo trascendental nicamente en dos lugares ms. Ambos se encuentran en la Dialctica trascendental y se presentan en contraste con el idealismo trascendental.

    El primer pasaje pertenece a la versin de la primera edicin del Cuarto paralogismo. Ah Kant se ocupa de refutar al idealismo emprico, el cual contrasta con la versin trascendental que l propone. En este contexto, Kant escribe:

    Entiendo por idealismo trascendental la doctrina segn la cual todos los fenmenos son considerados como meras representaciones, y no como cosas en s mismas. De acuerdo con esta doctrina, espacio y tiempo son simples formas de nuestra intuicin, no determinaciones dadas por s mismas o condiciones de los objetos en cuanto cosas en s mismas. A este idealismo se opone un realis-

    ; mo trascendental, que considera espacio y tiempo como algo dado en s (independientemente de nuestra sensibilidad). El realista trascendental se representa los fenmenos exteriores (en el caso de que admita su realidad) como cosas en s mismas, existentes con independencia de nosotros y de nuestra sensibilidad y que, consiguientemente, existiran fuera de nosotros, incluso segn conceptos puros del entendimiento. En realidad, es ese realista trascendental el que luego, juega el papel de idealista emprico: una vez que ha partido, errneamente, del supuesto d que si los objetos de los sentidos han de ser exteriores, entonces tienen que existir en s mismos, prescindiendo de los sentidos, descubre que, desde tal punto de vista, todas nuestras representaciones de los sentidos son incapaces de garantizar la realidad de esos mismos objetos [A 369],

    I. La naturaleza del realismo trascendental

    Aqu, Kant sostiene que el realismo trascendental conduce al idealismo emprico, que es la doctrina segn la cual la mente

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  • solo puede tener acceso inmediato a nuestras propias ideas o representaciones (lo ideal en sentido emprico). El asunto es que, puesto que el realismo trascendental interpreta errneamente la realidad de los objetos espaciales (objetos de los sentidos) se ve obligado a negar que la mente tenga una experiencia inmediata de tales objetos. El realismo trascendental es as presentado como la fuente del pseudoproblema del mundo externo y de la versin cartesiana emblemtica del escepticismo asociado con l.

    El segundo pasaje proviene de la Antinomia de la razn pura. Aqu, Kant define el idealismo trascendental como la doctrina segn la cual todos los objetos de una experiencia posible no son sino apariencias, es decir, meras representaciones, las cuales, en la forma en que son representadas, como seres extendidos o como serie de alteraciones, no tienen existencia independiente fuera de nuestros pensamientos! En contraste con esto, el realista trascendental considera las meras mo